Neumonía y bronquiolitis: ¿cómo identificarlas en los niños - Atin

Neumonía y bronquiolitis: ¿cómo identificarlas en los niños?
Lo primero que tenemos que saber es que ambas son
enfermedades del tracto respiratorio inferior. La
diferencia es el sitio exacto en donde se encuentra la
infección. En la neumonía se afecta el parénquima,
que es la estructura que da sostén a los pulmones. En
la bronquiolitis se comprometen los bronquiolos, los
cuales son la ramificación más lejana de la vía aérea.
Estos conductos permiten el paso del aire para la
oxigenación.
La bronquiolitis es la principal causa de hospitalización
en niños menores de un año. El causante más
frecuente es un virus llamado virus sincicial
respiratorio (VRS)y aparece principalmente en meses
fríos.
Aunque la bronquiolitis se puede presentar en cualquier chiquito, los más susceptibles
son aquellos que tuvieron bajo peso al nacer (< 2500 g) o que fueron prematuros. Los
niños con enfermedades crónicas del corazón y del pulmón e inmunodeficiencias tienen
también más riesgo. De igual manera, los niños de padres o cuidadores fumadores (sí, así
fumen fuera del cuarto del bebé o de la casa la ropa y la piel quedan impregnadas con el
humo del cigarro que es nocivo), aquellos que viven en hacinamiento (es decir, más de
cuatro personas por cuarto) y los que acuden a guarderías.En estos tiempos, raro es el
cachorro humano que no acude a guarderías. Lo que podemos hacer para disminuir el
riesgo de bronquiolitis y otras infecciones de las vías aéreas es, asegurarnos que nuestros
hijos tengan todas las vacunas, medidas generales como aseos nasales diarios, así como
una alimentación nutritiva y balanceada.
La bronquiolitis empieza como una gripa o catarro (moquitos transparentes, congestión
nasal, tos y fiebre por debajo de 39°C). Como al tercer día, la tos puede empeorar y
faltarles el aire o cansarse de tanto toser. Los niños pueden dejar de comer y de jugar,
estarirritables o peor aún ¡no dar lata en lo absoluto! Pero por lo general, no se
veránmuy decaídos. Es común que un peque con bronquiolitis se deshidrate esto debido
a la fiebre, por respirar más rápido y porque no toman líquido suficiente. Debemos
hidratarlos con electrolitos orales, aunque no sean fans del sabor. ¡La leche y el agua
simple no son suficientes!El problema con la bronquiolitis es que puede agregarse
dificultad respiratoria lo cual nos habla de mayor gravedad del cuadro. A la exploración
física se escucharán silbidos en el pecho, sibilancias.
El diagnóstico de bronquiolitis es clínico, es decir, no se necesita de pruebas de
laboratorio o placas de rayos X. El pediatra deberá reconocer si hay suficiente oxígeno en
la sangre de sus peques, mediante un oxímetro de pulso. Si la saturación de oxígeno es
mayor de 92% es muy probable que la bronquiolitis no sea grave. Si fuese menor, necesita
oxígeno suplementario en un hospital. De manera simultánea, evaluará el estado de
hidratación del niño, para valorar la necesidad de hidratación intravenosa. El siguiente
paso es reconocer si el virus es el único culpable o si se agregó alguna bacteria. De esto
dependerá el inicio de antibióticos. En caso de no tener un bicho bacteriano viviendo en el
organismo de sus peques, entonces, el tratamiento se basará en medidas generales como
el control de la fiebre y la desinflamación de los bronquiolos con tratamiento inhalado
(las famosas nebulizaciones).
Ya en casa, continuaremos con las medidas generales de control de la fiebre y en algunas
ocasiones, con las nebulizaciones. No debemos olvidar mantener nariz y gargantas libres
de mocasines mediante aseos nasales bien hechos y con una frecuencia dependiendo de
la cantidad de moco. En otra nota les compartiré cómo hacer una preparación para limpiar
la nariz y los senos paranasales de una manera muy efectiva.Vale la pena evitar corrientes
de aire o cambios brucos de temperatura. ¿Bañarse? ¡SÍ, POR FAVOR! Diga NO a la
creación de medios de cultivo para bichos en el cuerpo de nuestrosniños. Recordemos que
deben tomar mucho líquido, de preferencia, electrolitos orales. Existen productos
naturales hechos con eucalipto, tomillo, árbol del té y algunos, con alcanfor que crean un
ambiente más respirable, por así decirlo, al colocarlos en los humidificadores, dispersores
o en las vaporizaciones caseras. Las vaporizaciones caseras consisten en encerrarse en el
baño con nuestros peques, abrir la llave de agua caliente de la regadera (siempre
poniendo una cubeta para evitar el desperdicio de agua y para agregar ahí el preparado de
tomillo, eucalipto, etc) y respirar el vapor. Esto es de gran ayuda para pasar bien la noche,
sobre todo, si acompañamos esta terapia de vapor con una terapia de palmadas en la
espalda bien dadas. Con bien dadas, me refiero a la mano hecha conchita y no plana (¡no
son nalgadas!) y de abajo hacia arriba de la espalda, cubriendo el área de las costillas, no
por debajo. De preferencia, el niño debe de estar inclinado ligeramente hacia adelante,
para que los mocos se ayuden de la gravedad para salir.
Una entidad con la que debe diferenciarse la bronquiolitises con la neumonía.
Representa el 7-10% de los cuadros infecciosos que se atienden en los servicios
pediátricos de urgencias y el 40-50% de las hospitalizaciones por problemas respiratorios.
La mayoría de los casos se centran en niños entre uno y cinco años.
La principal causa es por virus pero también es frecuente que sea ocasionada por una
bacteria llamada Streptococcuspneumoniae. De ahí la gran importancia de que los niños
menores de 18 meses sean vacunados contra esta bacteria. La vacuna contra el
neumococo protege contras las formas más graves de la enfermedad (complicaciones en
el pulmón, meningitis e infección en la sangre conocida como sepsis). Es importante
aplicar 4 dosis de la vacuna: a los 2, 4 y 6 meses y entre los 12 y 18 meses de edad. La
cartilla de vacunación mexicana no incluye la vacuna de los 6 meses, por lo que es preciso
solicitarla a nivel privado. Les comparto más información en este link
http://www.cdc.gov/vaccines/vpd-vac/pneumo/fs-parents-sp.html
Un pequeño que cursa con neumonía presentarámal estado general (muy decaído y
somnoliento), fiebre elevada(mayor a 39°C) y de difícil control, secreción nasal espesa y
verdosa o amarillenta pese a los aseos de nariz frecuentes, dificultad respiratoria
progresiva, tos, respiración ruidosa, problemas para la alimentación, ansiedad,
impedimento para el descanso. A la exploración física se encontraran ruidos pulmonares
llamados subcrepitantes, que en cristiano significa que suenan como si abriéramos y
cerráramos una prenda con VELCRO. Aquí sí es importante tomar estudios de sangre, para
hacer la diferencia clara entre una infección bacteriana y una viral, así como estudios de
rayos x en donde observaremos moco atrapado en los pulmones, que se conoce como
foco neumónico.
Es importante visitar a tu Pediatra en cualquier padecimiento de vías respiratorias, para
que pueda identificar tempranamente lasindicaciones para manejo hospitalario, entre las
que se encuentran:
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Cese de la respiración (apneas)
Falta de oxígeno
Falta de respuesta al tratamiento en casa
Pacientes con factores de riesgo para desarrollar una enfermedad grave
(enfermedades del corazón o pulmón como asma, prematuros, alteraciones en sus
defensas, etc.).
Imposibilidad para alimentarse.
El tratamiento consiste en:
1.
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4.
Hidratación: en caso necesario administrar por la vena.
Oxígeno suplementario, solo en casos necesarios (saturación menor a 92%)
Medicamentos broncodilatadores
Profilaxis con palivizumab en pequeños con antecedentes de prematurez o
problemas pulmonares subyacentes
5. Antibióticos solo en casos de neumonía de tipo bacteriano
6. Medidas de higiene ambiental (evitar tabaquismo pasivo)
En el caso de que algún pequeño tuviese neumonía es importante darle seguimiento con
un Neumólogo Pediatra para evitar complicaciones y secuelas.
La tos, tanto en el caso de la bronquiolitis como en la neumonía, irá remitiendo poco a
poco. Siempre es lo último que se quita. Recuerden que no hay un medicamento mágico
que la haga desaparecer en un abrir y cerrar de ojos. Finalmente, la tos es un mecanismo
de defensa que tiene el cuerpo para sacar el exceso de moco. Entonces, ¡seamos
pacientes! Siempre con un ojo alerta y avizor, pero ¡pacientes! Se vale dar jarabes, pero
muchas veces no deben ser la primera opción. Muchos niños mejoran con remedios
caseros (bien hechos y recetados) y no hay necesidad de inundarlos con medicamento.
Como todo en la vida, el tratamiento de la tos es dinámico y requiere de paciencia, así
como de un trabajo en equipo con su pediatra para reconocer cuándo es necesario tomar
medidas más fuertes.
Por último, les compartimos el “bonustrack” ¿Cómo reconocer si nuestro peque tiene
dificultad respiratoria?
Imaginen cómo se vería una persona que acaba de correr 100 metros a toda velocidad y
sin preparación atlética previa. Una vez con eso en mente:
1.
2.
3.
4.
5.
6.
Retiren la camisa de su cachorro y observen. Si ven que:
Respira más rápido de lo normal y con esfuerzo
Lasfosas nasales aletean (se abren y se cierran)
Se hunde el espacio entre las costillitas y justo por debajo del cuello
Le chifla el pecho
Sus labios y manitas se tornan azules o moradas
¡No hay tiempo que perder! ¡Al hospital!
Recuerden que los niños empeoran de manera veloz, entonces, debemos actuar rápido y
de manera anticipada. A los papás de mis pacientes siempre les digo “mejor que te digan:
-no tiene nada- a –por qué no lo trajiste a tiempo-.” Camino al hospital se sugiere
mantener a nuestro hijo en posición semi-sentada y hacia adelante; así como dar
medicamento para disminuir la fiebre. La fiebre muchas veces hace que nuestros peques
respiren más rápido, empeorando la dificultad respiratoria o haciéndonos confundirla con
ella. Si no estuviera respirando muy rápido y siempre y cuando no esté muy somnoliento,
podemos seguirlo hidratando hasta llegar con el médico. Sorbos chiquitos de electroitos
orales, no agua, jugos, leche o bebidas para deportistas.
Es importante saber reconocer si nuestro hijo respira con dificultad pero sobre todo,
llevarlo a una revisión oportuna con su pediatra. No esperar a que el cuadro se agrave.
No todo se resuelve por teléfono. ¡Una revisión por el médico puede hacer toda la
diferencia!
Agradecemos la colaboración de la Dra. Minerva Juárez, Neumóloga Pediatra, en la
elaboración de este artículo.
Esperamos que la información les sea de utilidad y nos vemos en la siguiente Chiqui-Nota.