Viajes y vinos: Paradigmas de cómo los-as puertorriqueños deben vivir bien... y el estudio de dos secciones de opinión en El Nuevo Día Lourdes Lugo-Ortiz, Ph.D. Catedrática Asociada Escuela de Comunicación Universidad de Puerto Rico Trabajo presentado en la sección de Comunicación Internacional de la 23 Conferencia y Asamblea General de la Asociación Internacional de Estudios en Comunicación Social Barcelona, España 25 de julio de 2002 El género de opinión ocupa un lugar privilegiado dentro del discurso periodístico: en teoría, los mensajes no tienen que someterse al corte editorial implacable de las mesas de redacción, y, en muchas ocasiones, su espacio está asegurado. Como artículos de opinión, la columna, el comentario o la crítica (distinto al editorial) asumen o adoptan abiertamente ciertas formas de ver que contribuyen a constituir la personalidad del medio. No obstante, cuando se estampa una firma en el escrito, el artículo identifica al emisor como responsable de esas ideas; consentido, a todas luces, por la dirección del periódico. En ese sentido, el artículo periodístico -- concepto usado para referirse al texto del género de opinión -- se define como un “escrito, de muy vario y amplio contenido, de varia y muy diversa forma, en el que se interpreta, valora o explica un hecho o una idea actuales, de especial trascendencia, según la convicción del articulista”.1 1 Gonzalo Martín Vivaldi (1998). Géneros periodísticos, Madrid: Editorial Paraninfo, p. 176 Por lo tanto, dentro del sub-mundo ideológico que representa el periódico, las tendencias privilegiadas por este tipo de periodismo –que podrían ser dominantes mas no homogeneizantes-- tendrían que entenderse al interior del espacio que ocupa el medio en el que se inscribe, como dentro del espacio que ocupa el periodista como actor social, y, por necesidad, desde el lugar desde donde escribe. Como dice Alberto Melucci (2001), “el ojo del observador está siempre situado”.2 Por lo tanto, el mundo no es autónomo ni resulta un producto de una realidad objetiva, ubicada “allá afuera”, sino que el mundo siempre se encuentra en relación con un observador,3 mirado desde un plano medularmente subjetivo. De esta forma, el escrito está comprometido con esa(s) experiencia (s), y resulta un producto de ella(s). Mas, es importante especificar que los sujetos son “miembros de diferentes sistemas, y, en cada uno de ellos, despliegan sólo una parte de su identidad”:4 En una sociedad diferenciada, los individuos son miembros, ciudadanos y personas: a través de estas diferentes modalidades de afiliación, los individuos contemporáneos actúan en los confines de diversos sistemas, y tienen necesidad creciente de identidades permeables que les permitan transitar a través de las distintas regiones de significado y de los diversos marcos institucionales.5 Esas “identidades permeables” se manifiestan de formas diversas en el texto periodístico, dado que, como señala Martínez Albertos (1997), el periodismo de opinión “no utiliza los Aunque Martín Vivaldi es cauteloso en diferenciar el artículo de, por ejemplo, del comentario editorial y el columnista especializado, la autora utiliza su definición, pero entiende como Martínez Albertos que, dentro del artículo, se pueden englobar la columna, el editorial, el comentario y el suelto. Es decir, la autora opina que todo escrito de opinión puede considerarse un artículo. 2 Alberto Melucci (2001). Vivencia y convivencia: Teoría social para una era de la información, edición Jesús Casquette y traducción de Jesús Casquette y José Luis Iturrate. Madrid: Editorial Trotta. 3 Ibid. 4 Ibid. 5 Ibid. hechos como materia prima esencial, sino que, para su trabajo, utiliza la emanación ideológica producida por tales hechos”. De esta forma, para entender un escrito de opinión, su estudio no sólo debe limitarse al mensaje mismo, sino, también, al sujeto productor, y cómo éste se interrelaciona con su texto. Mucho más cuando se reconoce que “las condiciones de la producción de noticias definen, al parecer, las limitaciones de las propias estructuras y del contenido del texto informativo como tal”.6 El artículo, como discurso o como texto, suministra, al sujeto que lo produce, “los recursos para la formación de su identidad, y, al mismo tiempo, establece sus límites. En efecto, pone a disposición de los actores un potencial que los vuelve capaces de actuar y de dar sentido a lo que hacen, y fijan un conjunto de fronteras que los delimitan”.7 Sin embargo, ese narrar constituye al autor del artículo; pero, también, “al otro”, a quien se dirige, ya que “en todo relato del sí podemos identificar a los interlocutores para los que se produce el discurso”.8 El narrar tiene, pues, que ver con la identidad en dos sentidos: en cuanto los sujetos se constituyen a través de las narraciones, pero también en cuanto a través de ellas se presentan a los otros.9 Pensando en la constitución del sí y del otro en un discurso que se desenvuelve en la esfera pública, en esta investigación, se analizan dos escritos publicados en uno de los principales periódicos de Puerto Rico, El Nuevo Día. Como muchos otros medios impresos, este periódico, fundado en 1970, cuenta con la colaboración de varios columnistas fijos y varias secciones. Dos colaboradores cobran especial relevancia para 6 7 8 9 Teun van Dijk (1997). Racismo y análisis crítico de los medios. Barcelona: Paidós, p. 59. Op.cit, p. 94. Ibid., p. 97 Ibid. este trabajo. El primero, Antonio Luis Ferré, el editor, presidente y dueño del periódico y quien colabora con una columna fija titulada Conversando con Antonio Luis , y el segundo, José Luis Díaz de Villegas, quien, entre otras cosas, escribe bajo el seudónimo de Paco Villón, y posee una sección titulada Gourmet. Villegas, además de firmar su columna, ha mantenido una larga relación con el periódico entre las que se ha destacado como editor e ilustrador. Ferré, como dueño del medio, publica en la página número tres, y escribe sobre temas variados en los que abundan relatos basados en experiencias personales sobre sus viajes y actividades realizadas junto a su círculo familiar. Villón, por su parte, publica su sección regularmente en la página 16 y 17 de la Revista del Domingo en la que trabaja -mediante reseñas, artículos, crónicas, notas cortas, correspondencia y reportajes 10-- el tema de la cocina y los vinos, amalgamados, asimismo, con sus experiencias socialesfamiliares. En ocasiones, cuando toma vacaciones o enferma, incluye artículos de otras publicaciones, como The New York Times.11 Para fines de este trabajo, sólo se analizarán los artículos escritos por Villón en el último año. Los escritos estudiados incluyen el uso de la primera persona, e integran un juicio valorativo sobre lo plasmado; por esta razón, en esta investigación, la sección Gourmet se ubica dentro del género de opinión. Ambos emisores --varones maduros (en los 60 y tanto años, Ferré, y 78, Villegas), “blancos”, de clase alta-- utilizan el recurso del artículo para narrar sus experiencias desde esos lugares, en un espacio privilegiado de los domingos, cuando más personas 10 11 José Luis Díaz de Villegas. Entrevistado por la autora vía e-mail, 9 de julio de 2002. Ibid. poseen mayor tiempo para leerlas. Por lo tanto, el análisis de una muestra sistemática de los artículos publicados del 1 abril de 2001 al 1 de abril del 2002, no sólo se circunscribe a pensar los discursos ideológicos plasmados en los mensajes, sino, también, intenta, a través de entrevistas a sus autores, explorar el lugar que ocupa para el emisor el contenido presentado.12 Este estudio ayudará a entender cómo los periódicos comerciales pueden asistir en privilegiar ciertas formas de ver que, por necesidad, legitiman cierto estratos sociales, como el de clase, y legitiman el lugar del articulista como actor social. Igualmente, contribuirá a comprender la relación que existe entre el emisor, el proceso de producción y el producto; es decir, cómo el articulista, como actor social, se relaciona con su escrito para construir un imaginario identatario de sí mismo y del “otro”. La buena vida siempre es buena Los artículos de opinión, como escritos periodísticos abiertamente situados desde la(s) perspectiva(s) del que suscribe, suelen especializarse en ciertos temas y adoptar estilos con los cuales se va cultivando al público para que éste paulatinamente halle puntos de encuentros con el articulista y su periódico. 12 El estudio se compone de dos fases. La primera analiza los discursos ideológicos legitimados en los artículos en cuanto a cómo los emisores representan los lugares que ocupan como actores sociales, el público al que se dirigen y los temas que tratan. La muestra, seleccionada sistemáticamente un domingo sí y otro no, se compone de 22 columnas de Ferré, y 16 de Villón. La segunda fase, mediante el método de entrevista, se dirige a explorar el proceso de producción del emisor. No obstante, se debe especificar que Antonio Luis Ferré se negó a acceder a la entrevista para este trabajo. Ferré se negó a participar en el estudio “dado el caso de que escribir esta columna es algo muy íntimo y personal, no me es posible acceder a la solicitud de la información que me requiere” (Antonio Luis Ferré. E-mail enviado a la autora el 10 de julio de 2002). Este estudio tiene una tercera fase que será completada cuando el Director del periódico acceda a la entrevista. Esta fase servirá para entender los lugares que ocupan ambas secciones para la empresa. Tanto la columna de Antonio Luis Ferré, Conversando con Antonio Luis , como la sección de Paco Villón, Gourmet, comparten un terreno en común: las experiencias de hombres maduros de clase alta quienes desean compartir su conocimiento con el público lector. Mas, los artículos poseen una diferencia marcada: su interlocutor imaginario. Ferré intenta dirigirse a una audiencia más amplia, con la que trata de establecer ciertas alianzas basadas en una presunción de igualdad sociocultural imaginaria entre el emisor y el receptor. Esta estrategia resulta sumamente problemática porque Ferré no puede escribir desde otros lugares que no sean desde donde él se ubica: educado, hijo de un influyente y adinerado líder político, dueño de dos importantes periódicos y de otras varias empresas, lo que significa un alto poder adquisitivo con un estilo de vida aventajado. Villón, por su parte, se dirige a un público especializado, interesado en la gastronomía, como él. Es ése su público, y la sección no pretende ser otra cosa; es a ellos a quienes escribe generalmente. Redacta desde lo que es, y así lo reconoce: Mis experiencias personales y las experiencias personales de cualquier periodista son esenciales para uno poder escribir y escribir bien. […] Yo, quizás sea privilegiado porque hablo fluentemente dos idiomas, leo un tercero y entiendo en un cuarto cuando la necesidad aprieta. Tuve la oportunidad de curs ar estudios universitarios y a nivel posgraduado, de viajar y conocer multitud de personas interesantes de las que he aprendido mucho. Eso ayuda enormemente. Además, hay que saber aprovechar las oportunidades de aprender: yo las tuve con haber tenido el privilegio de trabajar con gente muy profesionales en el giro del periodismo escrito y gráfico. El haber estado por tantos años como colaborador y amigo de Carlos Castañeda es mejor que un Ph.D. de Columbia University; hay que aprender a aprender de la gente que sabe y a diferenciar quien sí sabe de quien parece que sabe y no sabe.13 13 Es ingeniero civil, graduado de la Universidad de La Habana., y posee un curso de posgrado en Desarrollo Económico y Planificación con CEPAL (José Luis Díaz de Villegas. Entrevistado por la autora vía e-mail, 9 de julio de 2002). Tanto la columna de Ferré como la sección Gourmet manifiestan las estrategias de mercadeo mediante las cuales, dentro del mismo medio, se intenta acaparar la atención de diversos sectores demográficos. Sin embargo, la forma y estrategia deben ser, en teoría, cónsona con la intención. Veamos. Mi estimado amigo: Somos iguales... ¿No? Conversando con Antonio Luis, como su título lo manifiesta, se representa como una columna en la que se procura establecer una conversación entre el Presidente, editor y dueño del periódico, y su público lector-a. Pero, ¿puede darse una conversación con un columnista? Por la naturaleza del medio, el-la emisor-a posee mayor poder en esa relación: impone el tema y determina lo que se va a decir. La adopción del título sugiere que se está dando una comunicación compartida “de igual a igual” entre dos o más personas, por eso es que se llama Conversando, y no conferenciando. No obstante, la segunda parte del título evidencia otro aspecto de esa relación igualitaria imaginaria: Conversando con Antonio Luis, no Conversando con Ferré. El uso del primer nombre proyecta cierta familiaridad, mas una falsa familiaridad, que, igualmente, se denota con el constante uso de la segunda persona singular, “tú”, para referirse a su público, y de la frase “amigo lector”. Asimismo, al final de cada columna, se despide como “tu amigo”, seguido por su nombre firmado en cursivas, estrategia que sirve para personalizar el escrito. Todo esto dentro de una recuadro en el que, además del texto, aparece una pequeña foto de Ferré sonriente, Ferré es dueño de su columna -- y del medio, no se puede olvidar--, y la retroalimentación del lector-a, si se da, siempre estará limitada a un espacio privado: ya sea por medio del fax o e-mail. ¿Cuán probable es que a un lector común y corriente se le permita escribir “de igual a igual” en la página tres, al igual que a Ferré, para tener la conversación deseada? Ese espacio público, en el que Ferré posee un foro privilegiado, simula más que una conversación, una conferencia o charla, en la que, desde una perspectiva paternalista, le dice a su público lo qué es correcto e incorrecto, y como colofón, en términos generales, le insta a tomar cierto tipo de acción. Por ejemplo, en una columna en la que discute el problema de la contaminación, Ferré insta a la acción: “Ante este cuadro, ¿qué podemos hacer, y qué debemos hacer tú yo, estimado lector?” 14 (Sería interesante preguntarse qué está haciendo Ferré como empresario para colaborar con la conservación del ambiente). Igualmente, suele concluir con una reflexión, como en una en la que comienza su texto con los versos de Antonio Machado, y finaliza: Comparto estos pensamientos contigo lector, y te exhorto a que te preguntes: ¿estoy haciendo camino al andar, o estoy permitiendo que el mundo que me rodea se me señale el rumbo a seguir? ¿ Estoy siendo fiel a mis principios y a mí mismo? Sólo tú tienes las respuestas porque sólo tú eres el responsable de tus actos y sólo tú escogiendo el camino más acertado libremente puedes lograr la felicidad. 15 Aparte de posicionarse en un lugar desde donde puede hablar con autoridad, su retórica viene matizada con una línea conservadora con la identifica al individuo como único responsable por su condición, y se ve a sí mismo desde esa perspectiva: 14 Antonio Luis Ferré. “ El calentamiento del planeta y sus efectos en Puerto Rico”, Conversando con Antonio Luis, El Nuevo Día , 5 de agosto de 20 01. 15 Antonio Luis Ferré. “ El camino de la vida”, Conversando con Antonio Luis, El Nuevo Día, 19 de agosto de 2001. Mi experiencia de la vida ha sido que al trazar mi propio camino, al hacer mi propia senda de acuerdo con mis principios e ideales, he sido mucho más feliz de lo que hubiera sido si me hubiera doblegado ante el entorno que me rodeaba. ¿De qué entorno habla Ferré? ¿El de drogas, hambre, pobreza, etc, o el de un círculo familiar privilegiado? Su situación es distinta, y no la reconoce. Su vida no es un paradigma de lo tradicional, porque su contexto es distinto. Eso no quiere decir que su vida ha estado exenta de problemas; pero, a todas luces, ha sido una privilegiada. Lo que sí es que sus posturas sirven para responsabilizar al individuo, como si fueran entes autónomos que viven fuera de contexto alguno. Distinto a la noción popular que se tiene sobre el individualismo, este concepto se refiere a “una forma de comprender y colaborar con la sociedad, no la manía de creerse fuera de ella; y que es una forma de intervenir en la política, no el disparate de desentenderse de ella por completo”.16 La manera de construir su discurso evade reconocer cómo los contextos limitan el radio de acción de los sujetos, y cómo esas acciones se dan al interior de esos contextos. A la vez, dentro del discurso de Ferré, abunda un tono optimista sobre esta situación que redunda en una forma de ver en la que se superficializan los entornos sociales: “todo es bonito y color de rosa”; no hay grises, retórica que lo ubica a él, simultáneamente, en un plano superior desde donde puede dictar la pauta. Por ejemplo, en la columna titulada “Los héroes silencios’’, Ferré construye una oda a los puertorriqueños, y a la labor que efectúan día a día: Pienso en toda aquella ciudadanía o en todo aquel ciudadano que lleva a cabo su labor en la sociedad con un sentido de excelencia, con atención a seguir los 16 Fernando Savater (2001). Política para Amador. Barcelona: Editorial Ariel, p. 111 principios de una vida cristiana y servir al prójimo, y dedicándose con abnegación a trabajar por nuestra sociedad.17 Como conclusión, establece: En el día de hoy, les envío un abrazo fraternal y les digo: “Sigan adelante, pues ustedes son los que están haciendo patria”. Ferré trata de rendir tributo a los diferentes ciudadanos. No obstante, esto presenta varios problemas. Primero, se posiciona en un lugar superior desde donde puede evaluar y exhortar a los demás; se ve a sí mismo como un líder. Segundo, en el artículo, ejemplifica como héroes a muchas personas, desde los obreros hasta a los médicos; pero, no cuestiona a aquéllos responsables de contribuir, y no lo hacen. Tercero, el peso total recae en el individuo. Este artículo, que trata de ser inclusivo de todo el público, evidencia que le es muy difícil integrar a todos los sectores. Principalmente, cuando exalta la labor de las personas que trabajan con los marginados, pero los marginados brillan por su ausencia en el texto. Estampas, detalles y detalles... Gracias a Dios En términos generales, las columnas de Ferré giran en torno a tres grandes temas: los lugares o países que ha visitado últimamente (24%), alguna información miscelánea que incluye desde los tipos de abrazos hasta los significados de las rosas (38%), y una buena dosis de tópicos religiosos (38%), ya sea la Cuaresma y el significado del Día de Reyes. Los tópicos con los que regularmente Ferré aborda la columna vienen aderezados con una 17 Antonio Luis Ferré. “ Los héroes silencios’’Conversando con Antonio Luis, El Nuevo Día, 8 de julio de 2001 intención intimista de compartir como “un amigo” algunas estampas familiares, en las que, frecuentemente, menciona a Luisita, su esposa; pero, como estampas al fin, sólo representan fragmentos de las múltiples realidades en las que vive. Esas estampas, en muchas ocasiones, ilustran algunos detalles sobre su estilo de vida. El “lead” de la columna “El tececito de yerbas” sirve a modo de ejemplo: Cuando me desayuno temprano por la mañana, suelo consumir hasta tres pocillos de café, los que me ayudan a despertar y a comenzar el día con ánimo, pero más tarde durante el día, cuando hago una pausa a mitad de mañana y otra mitad de tarde, suelo consumir distintas infusiones de yerba, las que me dan una sensación de tranquilidad y bienestar. Las acompaño con unas galletas dulces o un pequeño trocito de ponqué, los que me ayudan a matar el hambre y acumular energía entre el desayuno y el almuerzo, primero, y luego entre el almuerzo y la comida.18 Esta información, que adolece de interés general, se presenta como si el emisor estuviera narrando detalles que el público quiere conocer de los “Rich and famous”. Sin embargo, Ferré no eleva estos detalles cotidianos a un plano de importancia narrativa; sólo sirven para tomarlos como excusa, y poder hablar de los diferentes teces disponibles en el mercado. El “lead” no cumple la promesa en el escrito, ni llama la atención del lector. Estas estampas se le unen al abuso de las descripciones detalladas sin ningún propósito narrativo claro, como la que escribió sobre su visita a Nueva York cuando relata una paseo de dos horas que efectuó por la ciudad: Al llegar al Parque Central, cuál no sería nuestra sorpresa al encontrarnos con docenas de perros de distintas razas retozando y corriendo por unas verdes colinas. Había dos esbeltos. Doberman Pinscher de colores negros y cobrizos que perseguían un Cocker Spaniel de manchas blancas y chocolate, en una amistosa cacería. 18 Antonio Luis Ferré. “El tececito de yerbas”. Conversando con Antonio Luis. El Nuevo Día , 11 de noviembre de 2001, p. 3. Luego, tres Poodles franceses, grandes y presumidos, jugaban entre ellos y con su dueño. 19 Aparte de evidenciar el conocimiento para distinguir las diversas razas caninas -- por ejemplo, la diferencia entre un Poodle francés y uno que no lo es--, la descripción no lleva a ningún lugar al lector-a. Sigue una estructura lineal en la que prosiguen otras descripciones, una de ellas inusual en sus columnas, pero que manifiesta su ideología política, cuando describe una parada de jóvenes griegos que ondeaban su bandera y la estadounidense, a lo que él manifiesta: Por doquier se observaban dos emociones: orgullo y alegría. Orgullo por tratarse de un acontecimiento que los unía como grupo nacional por cientos de años, pero no por eso dejaban de ser norteamericanos. Allí también ondeaba alegremente la multiestrellada. Ferré, hijo del fundador del Partido Nuevo Progresista, partido que aspira a la estadidad de la Isla, y reconocido miembro de ese organismo, inevitablemente, dentro del fervor nacionalista que impera en los otros partidos políticos de la Isla, asume la postura de que la identidad cultural y el estatus político no están reñidos. Quizás, éste era su objetivo, aunque la estructura no apoyó este propósito. Otro aspecto que destaca en las columnas de Ferré es el vacío que crea el exceso de información tomada prestada de otras fuentes, y que no ha sido digerida. A menudo, abundan textos de la Biblia, información sobre lugares en países extranjeros, o sobre temas específicos, como los tiburones, que simulan, más que una columna, una nota informativa, sin lograr que sea ni una ni la otra. Por ejemplo, en la columna titulada “El 19 Antonio Luis Ferré. “Caleidoscopio en Nueva York”. Conversando con Antonio Luis. El Nuevo Día, 1 de abril de 2001, p. 3. calentamiento del planeta y sus efectos en Puerto Rico”, elabora sobre: el tema plasmado en el titular, las causas de este fenómeno, cómo ocurre, y qué cada individuo puede hacer. Más de la mitad del artículo incluye información, de la que se muestra alguna a continuación: ¿Cómo es que ocurre este calentamiento? Al subir este compuesto químico a la atmósfera que circunda la Tierra, actúa como si fuera una superficie de cristal que retiene el calor de la Tierra – en vez de permitir que éste siga y se difunda en el espacio. A esto le llaman los científicos “el efecto de invernadero”, un efecto parecido a esas construcciones de cristal en los países de clima templado que retienen el calor para que crezcan flores o plantas dentro de su espacio protegido: de ahí su nombre.20 Uno de los problemas con esta estrategia narrativa es que, para que sea eficaz, el columnista debe mostrar dominio sobre el material que discute, sino, simplemente, va a depender de fuentes externas que repetirá sin poseer conocimiento propio. Da, entonces, la impresión de que buscó en una enciclopedia o en una revista especializada, y está vaciando en el escrito lo que acaba de aprender. Vale la pena recordar que Ferré es un empresario, no un periodista; estos bloques informativos que abundan en sus escritos no se integran de forma fluida al discurso, sino que torpedean la narrativa del texto. Sin embargo, este tipo de datos le sirve para presentarse como una ciudadano responsable que es consciente sobre el ambiente, y le preocupa el bienestar de los-as puertorriqueños. Los asuntos antes plasmados se intensifican cuando Ferré, para presentar sus temas, utiliza una retórica con grandes dosis moralistas, a las que se les añaden sus creencias religiosas. De los artículos estudiados, un 41 por ciento utiliza un discurso cuasi-religioso 20 Antonio Luis Ferré. “El calentamiento del planeta y sus efectos en Puerto Rico”. Conversando con Antonio Luis. El Nuevo Día, 5 de agosto de 2001, p. 3. en el que, a menudo, se ampara en la Biblia o en algún elemento religioso para apoyar sus argumentos. En ese sentido, como cristiano, infiltra una línea de corte religioso a un periódico que intenta ser secular. En las columnas posteriores a los sucesos del 11 de septiembre, abundan las invocaciones a Dios. Por ejemplo, en la del 14 de octubre de 2001, titulada “Ahora más que nunca” establece: “Para muchos de nosotros la finalidad de la vida es servir a la humanidad y servir a Dios”. Asimismo, se evidencia en una publicada el 3 de febrero de 2002 titulada “Recuperando nuestros valores”: A través de los años, he aprendido que en todas las religiones obrar de acuerdo con la voluntad divina lleva al ser humano a un estado de beatitud ante la presencia de Dios y a una condición de paz interior y de equilibrio. Este aspecto no debe sorprender cuando a menudo la unión entre la Iglesia y el Estado se toma como una normativa cultural, aunque esté abolida formalmente. Esta situación, al mismo tiempo, se manifiesta en la acción de muchos periodistas puertorriqueños – particularmente los de televisión-- cuando invocan al Todopoderoso, o agradecen a Dios, por esto o aquello; aspecto, demás está decir, sumamente, problemático, cuando se intenta que la Prensa pueda representar a todos los sectores sociales. Entonces, ¿sólo representa a los creyentes? Asimismo, este tipo de afirmación y de identificación como creyente muestra ese otro lugar en el que el propio Ferré se ubica. La finalidad de la columna es múltiple y “agotadora”: “informar, orientar, entretener, deleitar, convencer, persuadir, y estar en posesión de la verdad”. Esa posesión de la verdad viene acentuada con la idea de que, a los columnistas, se les ha hecho creer que “su opinión es la mejor de todas las opiniones”.21 Aunque Ferré no es un columnista reconocido (en el hacer, sin embargo, se irá constituyendo como uno), sus columnas se crean desde una perspectiva pedagógica y autoritaria, mediante las cuales trata de brindar una ventana a un mundo al que los simples mortales no tienen acceso. Es posible que Ferré posea una genuina preocupación en compartir sus experiencias. No obstante, crea un discurso algo condescendiente que presume un desconocimiento de su público, aun en temas de conocimiento general. Su estilo sobre-didáctico simula como si estuviera diciendo algo realmente innovador. Esto se agrava, cuando la estructura utilizada en el escrito adolece de un “lead” que llame la atención, y entra en detalles superfluos que difícilmente envuelvan al público en la lectura, como se ha visto hasta ahora, o, simplemente, cuando traduce a su público algo obvio: “¿Cuál ha sido el impacto de la tragedia del 11 de septiembre en los residentes de Nueva York? El dolor nos humaniza”.22 Algunas gotas de ironía... en los relatos gastronómicos Gourmet, distinto a Conversando con Antonio Luis, es una sección especializada en los temas de cocina y vinos, y no pretende ser otra cosa. Fue creada en 1981 para ser integrada en la entonces revista En Grande, del mismo periódico. En 1998, se convirtió en parte de la revista De Viajes, y tenía, como antecedentes, los artículos que Díaz de 21 María Jesús Casals Carro, “La columna periodística: de esos embusteros días del ego inmarchitable”. Estudios sobre el mensaje periodístico, número 6, 2000, Universidad Complutense Madrid. 22 Antonio Luis Ferré. “Nueva York: Un ritmo más humano”. Conversando con Antonio Luis. El Nuevo Día, 20 de enero de 2002, p. 3 Villegas había publicado de forma esporádica desde 1972 en la sección de comida, todo en el mismo medio. Ahora, la sección pertenece a la Revista del Domingo.23 El título de la sección que se puede definir como gastronómico lo dice todo. Surge, según el propio Díaz de Villegas, en colaboración con el entonces director del periódico, Carlos Castañeda, y la intención era que “incluyera vinos, recetas del mundo internacional de la gastronomía, etc., y se nos ocurrió la sección Gourmet, un nombre corto, fácil de pronunciar y de identificar (además, ya se publicaba la revista Gourmet en Estados Unidos)”.24 Todo lo que se considere gourmet está incluido, desde restaurantes nacionales e internacionales, vinos y algunos tipos de comida. Dentro de esas dos vertientes, el contenido se divide principalmente en: 31% algún asunto de comida, 31% sobre vinos, 44% alude algún restaurante, 38% alude alguna experiencia culinaria o vinícola en otro país, 69% ofrece alguna receta, y 13% contesta o incluye alguna correspondencia de su público lector.25 Mas, esos artículos no son simples menciones de restaurantes y vinos. Al igual que las de Ferré, vienen aderezadas, en su gran mayoría, con experiencias personales que, en muchas ocasiones, las comparte con Madame Villón, como llama a su esposa, y a quien llama su “alter-ego” 26: 23 José Luis Díaz de Villegas. Entrevistado por la autora vía e-mail, 9 de julio de 2002 José Luis Díaz de Villegas. Entrevistado por la autora vía e-mail el 9 de julio de 2002. Algunos artículos incluyen más de un aspecto; por esta razón, el total no suma 100 por ciento 26 Ibid. 24 25 Luego de un Bellavista obligado y revisar el menú, Madame y yo tuvimos una comunicación mental, nos miramos y asentimos: ¿Pedimos el menú degustación de 14 platos? Por supuesto, tal oportunidad no se podía perder.27 Generalmente, sus escritos finalizan como alguna receta relacionada con la experiencia descrita en el texto. Distinto a Ferré, la información que integra en el artículo es fluida, y manifiesta cierta comodidad con los datos vertidos. Esto se debe a que Villón es un especialista en el tema: ha tomado clases de cocina con chefs reconocidos mundialmente; da clases de cocina y de apreciación del vino; es miembro de organizaciones mundiales sobre el tema, entre otros.28 En ocasiones, el escrito incluye tópicos variados, y salta de una tema a otro sin mucho pudor. Cuando es así, reconoce, a veces, esas deficiencias: “Perdón mis fieles amigos, pero este artículo va a ser un medio despelote [....]”.29 En el estilo de Villón predomina lo selecto del tema, pero, se inserta, de vez en cuando, un lenguaje coloquial. Esto lo convierte en uno mucho más ameno, estilo en el que mezcla, la ironía, el humor y los datos informativos. Sobre su estilo, dice: Hay un folleto maravilloso, escrito por un periodista del Toronto Star –Out of the Box, creo que se llama, en que él dice algo tan elemental que parece increíble que los periodistas no nos demos cuenta de ello más conscientemente. Dice él que aprendemos de niño leyendo historias bien simples, ilustradas, en que el mensaje entra suavecito; aprendemos a esa corta edad leyendo cuentos de hadas e historietas. Pero, llegamos a un periódico o revista y olvidamos que nuestros lectores quieren que les contemos historietas, anécdotas, las cosas a que ellos no pueden llegar jamás; no se trata de ser chismoso –aunque quizás de detrás de todo 27 Paco Villón. “Los álamos más sabrosos de Italia”. Gourmet, Revista del Domingo, El Nuevo Día, 27 de mayo de 2001, p. 16 28 Ibid. 29 Paco Villón. “Del ajiaco a las tres estrellas”. Gourmet, Revista del Domingo, El Nuevo Día, 2 de septiembre de 2001, p. 17. buen periodista hay un atisbo de La Comay- porque hay que ser siempre veraz, pero de escribir de forma que se le despierte el interés al lector.30 La ironía es una de sus armas, algo que no debe sorprender cuando se ven sus ilustraciones –que, en ocasiones, acompañan su sección31--, pero, así mismo, se denota en su escritura. A modo de ejemplo, funciona el siguiente “lead”: Como decíamos la pasada semana, estamos a pocos días de esa época del año en que los puertorriqueños cambian su dieta por supuestos motivos religiosos y las plumas y el pelo ceden su lugar a las escamas, las conchas y caparachos. Yo no me meto con las peculiaridades religiosas de la penitencia porque a medida que uno se pone viejo se ven muchas cosas, como un amigo que tengo y aprecio que, tan pronto llega el Miércoles de Ceniza deja de beber vino, pero no tiene el menor reparo en descorchar el Pinch o Chivas. 32 O, cuando reseña su experiencia gastronómica en un restaurante en Italia, y al ofrecer el trasfondo del dueño del establecimiento utiliza frases campechanas y de corte popular: Pero Marchesi tuvo dos problemas, era un gran chef, pero, al parecer, pobre administrador, y cayó también envuelto en la dolce vita de Milán en que los millonarios creían que las liras crecían como el bejuco y que las vacas gordas eran eternas.33 Así mismo, se demuestra cuando le contesta a una lectora un e-mail quien le cuenta a Villón que unos pillos le robaron una panas en su patio. Él, en sus comentarios, le replica: 30 31 José Luis Díaz de Villegas. Entrevistado por la autora vía e-mail el 9 de julio de 2002. En la muestra estudiada, en un 35% de las ocasiones sus escritos vinieron acompañados por sus ilustraciones. Sin embargo, según Villegas, trata de que su sección se ilustre con fotografías (José Luis Díaz de Villegas. Entrevistado por la autora vía e-mail el 9 de julio de 2002). 32 Paco Villón. “Época de peces”. Gourmet, Revista del Domingo, El Nuevo Día, 1 de abril de 2001, p. 16. 33 Paco Villón. “Los álamos más sabrosos de Italia”. Gourmet, Revista del Domingo, El Nuevo Día, 27 de mayo de 2001, p. 16. Respecto al resto de la carta, me apena lo de tus panas que no son tus panas, porque si fueran tus panas no se robarían tus panas (Who’s on first?).34 Díaz de Villegas es un periodista con 32 de años de experiencia que ha incursionado en diferentes facetas de la producción de un periódico, entre las que se destacan haber fungido como director de arte y director editorial de diversas secciones del periódico, y esa experiencia y comodidad con el medio se nota en sus escritos. Entre nosotros/as, los amantes del vino y del buen comer... Según Díaz de Villegas, la sección está dirigida a un sector poblacional: Nuestro propósito es llegar mayormente a un público que le gusta comer y beber bien, en forma amena, entretenida e informativa. Tratamos de estar bien informados y actualizados y trasmitir esa información honestamente a nuestros lectores. Nosotros nos debemos a nuestros lectores, y no podemos abandonar su confianza. Nos podemos equivocar como cualquier otra persona, y nos equivocamos a veces, y podemos tener opiniones distintas de otras personas, pero tratamos de no ofender con nuestras opiniones. Creo que para entender nuestra sección hay que comprender que la gastronomía es parte primaria de la cultura de los pueblos, y Puerto Rico ocupa un lugar importante en el panorama regional cultural, léase América Latina y parte de Estados Unidos y, oh yes, España.35 Aunque el mismo periodista, dice, también, que “es una sección que la lee gente de todos los niveles sociales”, desde personas que recortan sus recetas hasta vendedores de vino, los escritos de Villón, no sus recetas (hay que recordar que la gente puede recortar las recetas, y no, necesariamente, leer los artículos), presumen que su público lector, en términos generales, es uno más especializado sobre la cocina y los vinos. Esto se 34 34 Paco Villón. “Del ajiaco a las tres estrellas”. Gourmet, Revista del Domingo , El Nuevo Día, 2 de septiembre de 2001, p. 17. 35 Op.cit. 36 José Luis Díaz de Villegas. Entrevistado por la autora vía e-mail el 9 de julio de 2002 evidencia en el uso de conceptos y términos, que, aunque a veces define, no lo hace lo suficiente: Pero mis vinos dulces favoritos, fuera de Sauternes, son los vinos alemanes del Rin y el Mosela, sobre todo los llamados Berenausleses, que son hechos con uvas Riesling recogidas bien tarde, a veces con brotitis. Los otros que me encantan, son los vinos Tokay en Hungría, y los vinos de Montilla-Moriles, cerca de Córdoba, hechos con uvas Pedro Ximénez, sobre todo los sensacionales y poco conocidos Convento de las bodegas Torré-Albalá. 37 O, cuando narra su experiencia con un vino en casa de una amiga en Miami: Efectivamente, era un Musigny Compte de Vogué 1990, un Grand Cru de la comuna de Cambolle Musigny. ¡Wow!, exclamé, y procedimos a descorcharlo.38 Es interesante que el mismo periodista publica, al comienzo de un artículo, una crítica que le hace un lector sobre este aspecto de su columna: Uno de mis alumnos de las clases de vino me dijo hace poco: “Don Paco, usted debía publicar la traducción al boricua de algunas de las cosas que usted escribe”. Al principio no entendí de qué se trataba, hasta que más o menos me explicó que a veces escribo de vinos con nombres en francés o alemán, que una buena parte de mis lectores nunca los han probado, y no saben de qué estoy hablando.39 Mas, es un aspecto que no elabora es su artículo; simplemente, sirvió de pie forzado para poder discutir las bondades de los vinos dulces. Los tecnicismos, aún después de esta crítica, continúan abundado en su sección. En otras ocasiones, las menos, incluye información que puede apelar a niveles intermedios, como cuando recomienda la compra de vinos de diferentes precios u ofrece consejos para la compra del pescado en Semana Santa: 37 Paco Villón. “ Burbujas y vinos dulces”. Gourmet, Revista del Domingo, El Nuevo Día, 30 de septiembre de 2001, p. 17. 38 Paco Villón. “Entremeses”. Gourmet, Revista del Domingo, El Nuevo Día , 20 de enero de 2002, p. 16. 39 Paco Villón. “Burbujas y vinos dulces”. Gourmet, revista del Domingo, El Nuevo Día, p. 16. Pero, hay que saber comprarlo porque por ahí venden mucho pollock y hake que no son balacao; si usted quiere comprar bacalao de verdad, pida bacalao cod, lo que es una redundancia porque cod es bacalao es inglés. 40 Hasta aquí, todo está bien. Pero, cuando sugiere dónde se puede comprar el bacalao, sugiere La Atlántica y Sea World, dos pescaderías que no se destacan por sus precios bajos. Mas, en términos generales, el texto no sólo denota esa especialización, sino que el propio Díaz de Villegas lo reconoce y se identifica como especialista: Hay que recordar que escribir de comida y vinos es una especialización dentro del periodismo; algo que tiene de técnico, como escribir de computadoras o de cine, que requiere conocimientos y entrenamiento especializado que no lo tiene todo el mundo. Por ejemplo, yo no podría escribir de comida si no supiese cocinar y si no hubiese viajado mucho con los ojos muy abiertos. Tengo más de 1,000 libros en mi biblioteca de comida y vinos, estoy subscrito a varias publicaciones, soy miembro de asociaciones profesionales y aficionadas de comida y vinos y reviso regularmente en Internet publicaciones europeas y norteamericanas. El conocimiento se respeta y el respeto y el conocimiento, juntos, confieren autoridad con el pasar del tiempo. Eso significa que yo puedo sentarme sin problemas a hacerle un reportaje a Joel Robuchon, por ejemplo, uno de los mejores chefs del mundo, porque he comido en su restaurante, me he leído sus libros, estoy al tanto su quehacer profesional y vocacional, conozco la historia de la cocina europea y francesa y lo que están haciendo otros colegas suyos en otras partes del mundo. Eso ayuda mucho para ganar la confianza del entrevistado y da autoridad para preguntar. Lo mismo me ocurre en el campo de los vinos; no es lo mismo cuando yo hablo con un vinatero que acabo de conocer y le puedo hablar de los aspectos técnicos de la elaboración de los vinos de su región, no como un enólogo, que no lo soy, sino como un periodista bien informado. Eso lo agradece el entrevistado porque es una muestra de respeto hacia él o ella. 40 Paco Villón. Época de peces. Gourmet, Revista del Domingo, El Nuevo Día, 1 de abril de 2001, p. 16. A esto, hay que añadir de Díaz de Villegas posee una abundante bodega. Así que cuando dice que va a descorchar un vino de su “humilde bodega”,41 tiene que leerse con cierta ironía. ¡Esto sí es vida! … Pero, es lo normal... ¿no? Por el contenido de los artículos de Ferré y Villón, se desprende un fuerte arraigo a una estructura de clase social que se proyecta como normativa. Sin embargo, mientras Ferré la presenta dentro de una retórica de una pretendida igualdad, Villón lo hace reconociéndose, principalmente, ante un sector que comparte sólo ciertos espacios. Los viajes a distintas partes del mundo y el conocimiento que viajar provee son partes intrínsecas de ambos escritos, presunción que las personas que viajan a menudo no podrán debatir. No obstante, se suponen los viajes frecuentes, y las vacaciones como sinónimos de viajes, lo que a muchos puertorriqueños les cuesta endeudarse para lograrlo, y, cuando lo hacen, su lugar favorito es World Disney. Los viajes a Europa son habituales en ambas columnas Pero, ¿pueden hacerlo todos los as puertorriqueños-as? Aunque muchos pueden debatir que el crédito es la orden del día en la Isla, los viajeros frecuentes a Europa no son tantos; debe existir cierta holgura 41 Paco Villón. “Los mejores vinos blancos de España”, Gourmet, Revista del Domingo, El Nuevo Día, 13 de mayo de 2001, p. 17. económica. Esto es así, mucho más, cuando se sabe que entre el 58 y 63% de las familias puertorriqueñas viven bajo el nivel de pobreza.42 En las columnas de Antonio Luis, se alude a sus viajes recientes, a Europa o al Cono Sur, y Nueva York se presenta como viajar al Viejo San Juan. Villón, por su parte, recurre a la misma estrategia. Es tan así que Villón comienza unos de los artículos con el siguiente “lead”: Yo creo que una de las cosas que más le gusta a los puertorriqueños es hacer las maletas, agarrar un avión, irse a Madrid, y, tan pronto ponen pies en tierra, pedir un platito de “serrano” con unas rebanadas de pan y una copa de vino tinto en el primer bar, cafetería o tasca que se encuentren.43 En efecto, todo aquél que ha ido ha Madrid, puede identificarse con la estampa. Pero hablar de que es una de las cosas que más le gusta a los-as puertorriqueños-as hacer, habría que preguntarse de qué puertorriqueños-as se está hablando. La afirmación es tan casual que parecería que se está diciendo que una de las cosas que más le gusta hacer a los puertorriqueños es comerse un plato de arroz y habichuelas. Parte de ese testimonio gastronómico autentica la experiencia de Villón ante el público, le da credibilidad, y testimonia su presencia en el lugar: “yo estuve ahí”. Mas, cuántos pueden viajar cada dos o tres meses a Europa o Estados Unidos, como manera de placer, y probar esos restaurantes con sus nuevos platos. 42 Liz Arelis Cruz Maisonave. “ Abarcador estudio sobre la pobreza en Puerto Rico”. Diálogo. Universidad de Puerto Rico, abril 200 0, p. 11. 43 Paco Villón. “Jamones y perritos indiscretos”. Gourmet, Revista del Domingo, El Nuevo Día, 10 de junio de 2002, p. 16. Un 35% de los artículos de los redactados por Villón evalúa restaurantes localizados en Europa y los Estados Unidos. Por lo tanto, constantemente, alude a sus experiencias gastronómicas en el exterior, y a la buena vida que disfruta: Uno años más tarde de mi almuerzo en El Amparo [Madrid], llegó el momento de ir a Galicia e hice una tornée por el norte de España que comenzó con una visita a don Santiago Ruiz, el Caballero de O Rosal.44 Sin embargo, no sólo presume los viajes al extranjero, sino que da por sentado la intención del viajero de visitar restaurantes que quedan fuera de los centros turísticos, y que requiere, por lo tanto, un presupuesto adicional. A modo de ejemplo, en un artículo en el que alaba el restaurante de Gualtiero Marchesi , en Milano, Italia -- en donde los menús oscilan entre $90 y $120, sin incluir los vinos -- explica en forma, más o menos detallada, cómo llegar al restaurante, si se va conduciendo. Igualmente, ofrece, como bono informativo, el precio de las habitaciones que comienzan en $150 y se extiende hasta los $350 la noche.45 Recomienda tanto el restaurante que finaliza diciendo: No solamente volaría al aeropuerto Malpensa en Milano, tomaría allí mismo un Mercedes y me montaría en la austostrada en medio de camiones y no pararía hasta llegar a Erbusco. ¿Cuántos de su público lector pueden hacer un viaje a Italia con la finalidad de cenar en un restaurante en particular? Además, no se dice que se tome un Hyundai, sino un Mercedes. ¿Quiénes son los que pueden? 44 Paco Villón. Los mejores vinos blancos de España, Gourmet, Revista del Domingo, El Nuevo Día, 13 de mayo de 2001, p. 16. 45 Paco Villón. “Los álamos más sabrosos de Italia:. Gourmet, Revista del Domingo, El Nuevo Día, 27 de mayo de 2001, p. 16. En el periodo estudiado, Ferré alude, asimismo, de forma normativa y casual a sus viajes a Nueva York y Europa. Durante el año estudiado, se interrumpe la columna por unas cortas vacaciones, en unas cuatro ocasiones. Claro está, luego de esas vacaciones, los escritos aluden a esa experiencia de viaje: Recientemente, nos pasamos unos días Luisita y yo en Nueva York, Aprovechamos para hacer muchas cosas: ver un par de buenas películas, visitar algunos museos, visitar una que otra tienda, y , sobre todo, caminar mucho por la calles observando a la gente.46 O, cuando construye un “caleidoscopio” o columna fragmentada , en la que narra lo que ve en el parque Central, como se mencionó en la segunda sección, y finaliza con un cierre que los ubica, a él y a Luisita, como actores privilegiados de ese lugar en el que se mueven: Apenas en dos horas, aquélla hermosa mañana apreciamos una inolvidable estampa neoyorquina. ¿Cuánto nos había costado este paseo? Nada. ¿Cuánto valía? Mucho. A veces lo que cuesta mucho en realidad no vale nada y lo que nada cuesta mucho vale. Además de simular el estilo del anuncio “Priceless”47 de Master Card, pasa por alto que un viaje a Nueva York sí cuesta, entre ellos, el costo del pasaje, estadía, comida, etc. Quizás, la rutina de Ferré de visitar, frecuentemente, Nueva York, no le permite ver ese privilegio, como se plasma en una columna en la que intenta modelar los cambios en la gente a raíz de 11 de septiembre, y alude al “hotel donde solemos quedarnos”, o a “una cafetería griega, adonde vamos a menudo”. 46 Antonio Luis Ferré. “Nueva York: Un ritmo más humano”. Conversando con Antonio Luis. El Nuevo Día, 20 de enero de 2002. 47 Master Card ha creado una serie de anuncios bajo el lema Priceless en el que menciona algunos objetos de consumo , y les da un precio. El último objeto de la enumeración, regularmente, está vinculado a algo afectivo, y , en vez de darle valor económico, se dice que no tiene precio (Priceless). Le sigue inmediatamente, un lema que finaliza para todo lo demás, está Master Card. No obstante, la buena vida no sólo se ciñe a los viajes al exterior, sino, igualmente, a lo que disfrutan dentro del país. Por ejemplo, Villón le habla a su público de los mejores restaurantes en Puerto Rico. Menciona entre ellos Compostela o Augusto’s, restaurantes que los platos principales pueden comenzar en los $30, y una cena con sus tres platos y vino, puede oscilar entre $100 y $150 por persona. Mas, debe decirse que, en ocasiones, alude a lugares de corte popular como las lechoneras de Guavate; La Casita Blanca, en Villa Palmeras, Santurce, y El Gran Café, en la Plaza del Mercado en Bayamón.48. Sin embargo, eso fue sólo en dos de los 17 artículos estudiados, y fueron simples menciones. No se escribió de ninguno de los artículos enfocando en uno de ellos exclusivamente. La mayoría de las veces se centra en lugares de mayor costo. En el caso de los vinos, tiende a ser más inclusivo. En varias ocasiones, narra sobre sus experiencias en ciertas catas, y recomienda a su público lector vinos de diversos precios. Un artículo en particular recomendaba vinos de menos de $50, y las recomendaciones comenzaban con botellas de $7.49 No obstante, se debe recordar que lo más que se consume en la Isla es la cerveza y el licor, no el vino, dado que su consumo es más económico. El vino, distinto a Europa, se consume, mayormente, entre ciertas clases sociales en Puerto Rico 48 Paco Villón. “Sashimi y habichuelas colaradas”. Gourmet, Revista del Domingo, El Nuevo Día , 8 de julio de 2002, p. 16. y, Paco Villón. “Entremeses: Un cocinadita terapéutico”. Gourmet, Revista del Domingo, El Nuevo Día , 19 de agosto de 2001, p. 17. 49 Paco Villón. “Blancas navidades”. Gourmet, Revista del Domingo, El Nuevo Día, 23 de diciembre de 2001, p. 16. En el caso de Villón y Ferré, la presunción de un estilo de vida en particular se manifiesta no sólo en restaurantes sino en ciertos círculos sociales locales: El primer norte del año soplaba tímidamente esa noche, pero lo suficiente como para convertir el paragüitas de Madame Villón en una araña flaca y florida. Llegamos al espectacular pent-house del flamante condominio donde nos esperaban unos queridos amigos para celebrar con ellos y unos más la víspera de Reyes de este año del Señor. Un reconfortante champagne Perrier Jouet nos esperaba ante las esperanzadoras palabras de nuestro anfitrión: ”Tengo algo mejor, pero váyanse refrescando con esto”.50 Asimismo, alude a la finquita de un amigo en El Yunque o a la casa de playa del otro.51 La buena bebida y la buena mesa, mucho más si se sale del círculo criollo, son normativas para Villón, y eso cuesta. El estilo privilegiado de su vida en Puerto Rico, también, se manifiesta en las columnas de Ferré, lo que lo posiciona en un lugar distinto a la mayoría de sus interlocutores. La columna titulada “La rosaleda de Luisita”, en la que describe la relación entre su esposa y el jardín de rosas sirve de ejemplo: Ahora, Luisita sale casi todos los días de mañana a podar y velar por la salud de sus rosales. La veo a distancia, vestida con una camisa blanca de algodón y mahones, con sus guantes de podar y con una pamela para protegerse del sol. Se pasa largos ratos entretenida cuidando sus queridas flores. 52 Destaca la forma de vestir de Luisita, los guantes para no maltratar sus manos, y la pamela para cuidar su piel de las inclemencias del sol. Así como el espacio en el tiempo 50 Paco Villón. “Entremeses”. Gourmet, Revista del Domingo, El Nuevo Día , 20 de enero de 2002, p. 16. Paco Villón. “20 años del Certamen del Buen Comer”. Gourmet, Revista del Domingo, El Nuevo Día 9 de diciembre de 2001, p. 8. 52 Antonio Luis Ferré. “La rosaleda de Luisita”. Conversand o con Antonio Luis. El Nuevo Día , 29 de abril de 2001. 51 51 diario que usa para ese quehacer, ya que, al parecer, no lo tiene que dedicar a trabajar, quizás porque se jubiló o porque nunca ha trabajado fuera de la casa,... o del jardín. Mas, los viajes y las rosaledas no son los únicos recursos usados para manifestar su lugar, sino la presunción de lo que la gente tiene. En la columna “La soledad creadora”, en la que intenta denunciar los vicios de la modernización y cómo es importante que el ser humano reflexione sobre su lugar, dice: En tercer lugar, el mundo moderno nos abruma con un exceso de información que hay que procesar[...] Además, ahora tenemos “beepers” por medio de los cuales se nos localiza, teléfonos celulares con los que recibimos y hacemos llamadas, y computadoras portátiles en las que también recibimos y enviamos diversos mensajes. En fin, que vivimos dentro de una sobrecarga informativa.53 Aunque en Puerto Rico los teléfonos celulares son la orden del día --cualquiera se endeuda por poseer el “el tan necesario” celular--, las computadoras portátiles no las tiene todo el mundo. Lo interesante es cómo desde ese estilo normativo se generaliza una condición particular, de unos pocos, al mundo moderno. Lo interesante es que vivimos es un mundo en donde menos del diez por ciento posee electricidad. ¿De qué está hablando entonces? * Ferré alude, a menudo, a sus constantes viajes, e informa -- posiblemente mediante guías turísticas-- sobre la historia y significado de los lugares. La columna posiciona su vida como el American dream puertorriqueño en el que se cuidan las rosas, descansamos en un algún campo cerca de un lago (30 de septiembre de 2001), y viajamos a lugares 53 Antonio Luis Ferré. “La soledad creadora”. Conversando con Antonio Luis. El Nuevo Día, 24 de junio de 2001. exóticos con “mucha cultura como España” (30 de septiembre de 2001). En el caso de Villón, lo más frecuente en sus escritos es recomendar lugares que representan una inversión económica alta. Esa homogeneización del otro soslaya las diferencias de los puertorriqueños. Pero se hace de forma distinta, Ferré al insistir en lo normal de su vida, enfatiza su inverso: “el otro” no es igual. Villón, por su parte, sí utiliza una terminología y vocabulario que excluye a los que no son como él. Exalta con detalles esa “buena vida”. En ese sentido, sus interlocutores sólo son algunos que comparten su misma vida, o aquéllos que quisieran estar en ese lugar, y él se reconstituye en lo que es ante los otros. Esa retórica de que “somos iguales” de Ferré, y que Villón reconoce que no, “no somos iguales”, debe verse como una diferencia marcada entre estas dos columnas. Las diferencias no se tienen que mirar como rupturas, como dice Melucci, sino como parte de ese proceso social en el que nos insertamos como ciudadanos: las semejanzas y solidaridad por diferencia “se mezclan entre sí para constituir las formas contemporáneas del vínculo social” (p. 50).54 Pero, tiene que existir solidaridad. *** El estudio de la columnas de opinión Conversando con Antonio Luis, y la sección especializada Gourmet manifiesta la relación cercana que existe entre la construcción de un texto y la construcción del sí y del otro mediante esa narrativa. Tanto Ferré como Villón sólo pueden escribir desde el lugar en donde se ubican. Ferré intenta apropiarse de un espacio periodístico para capturar la atención de la audiencia, y mostrarse como un ciudadano preocupado antes los demás. No obstante, al no posicionarse abiertamente 54 Alberto Melucci (2001). Vivencia y convivencia: Teoría social para una era de la informa ción, edición de Jesús Casquette y traducción de Jesús Casquette y José Luis Iturrate. Madrid: Editorial Trotta. desde su lugar y tratar de presentarse como normativo y regular, no logra construir un discurso identatario más honesto y fluido, y sólo logra destacar más la diferencia poco integradora. En el caso de Villón, esas diferencias se marcan porque al ser una sección que se dirige a un público especializado, su narrativa va dirigida a apelar a ese sector en particular. Como dice Melucci, en el narrar “`relatamos los otros’”, nos los representamos y nos construimos aquella imagen de ellos que nos sirve para estar en relación; una imagen congruente con aquella representación de nosotros mismos y de la relación que para nosotros hace sostenible la identidad”55, o esas múltiples identidades que conforman a los sujetos, y que el texto periodístico, como un vehículo más, facilita. # 55 Alberto Melucci (2001). Vivencia y convivencia: Teoría social para una era de la información, edición de Jesús Casquette y traducción de Jesús Casquette y José Luis Iturrate. Madrid: Editorial Trotta.
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