¿CÓMO ME TOCA LA GUERRA - Problemas Rurales

¿CÓMO NOS TOCA LA GUERRA?
Compilación Número 1
Maestría en Desarrollo Rural
Seminario de Problemas Rurales
Primer semestre, 2007
PRESENTACIÓN
otros aparecen sin autor, con el fin de guardar la
confidencialidad de los mismos..
Esta cartilla recoge las crónicas sobre ¿Cómo nos toca la
guerra?, elaboradas para la asignatura de Problemas Rurales
por los estudiantes del primer semestre de la Maestría en
Desarrollo Rural.
Solo nos queda agradecer a todos y cada uno, por el esfuerzo y
dedicación hecha en estas elaboraciones, pero sobre todo, el
sentimiento y la emotividad manifiesta en las mismas crónicas
y el hecho de compartir estas crónicas con el resto del grupo y
demás posibles lectores.
Son elaboraciones hechas a partir de las vivencias, experiencias
o reflexiones del cómo han percibido, experimentado o
conocido a través de otros, este proceso de conflicto y violencia
en nuestro país.
Finalmente, esperamos el entusiasmo en su lectura y los aportes
y sugerencias, que nos ayude a ir recopilando y socializando
este ejercicio, que semestre a semestre hemos realizado y que,
siempre hemos deseado, se convierta en una publicación de
permanente construcción.
El ejercicio, hecho en estilo libre muy personal, busca ser un
espacio diferente de reflexión de un tema que toca de diferente
manera a cada uno de los estudiantes, pero que además de ser
una actividad académica, intenta ser un esfuerzo colectivo de
recuperación de la memoria histórica de nuestra realidad,
atravesada por el conflicto y sus manifestaciones de violencia:
desplazamiento, pobreza, marginamiento y, en la mayorías de
los casos, desesperanza.
María Teresa Barón Cruz y Flor Edilma Osorio
Pérez
Pero igualmente, es la posibilidad de encontrar experiencias y
reflexiones vitales y de construcción de otros sueños y
opciones de un ¡mundo mejor!.
La cartilla se ha organizado de
cada una de las crónicas, en sí
importancia para este trabajo
muchas oportunidades, es un
vividos y/o guardados.
manera fortuita, pues todos y
misma, tiene un gran valor e
de memoria colectiva, y en
espacio de acontecimientos
Los nombres, sitios y ciertos detalles han sido modificados por
sus autores. Se ha utilizado seudónimo para algunas crónicas y
1
pedir limosna aprovechándose de la compasión de la gente buena que aún
vivía en ese país.
1
Aquel Día
Ese día cuando viajaba en el bus y escuchó a unas adolescentes que
se mofaban de tener dinero solo por el hecho de haber vendido su cuerpo.
Ese día cuando llegó a su trabajo y se enteró que por inseguridad y
desacuerdos políticos su empresa debía cerrar, quedándose sin empleo.
Por: Ella
Era ella un habitante más de la gran ciudad, de un país que se
desmoronaba poco a poco en un conflicto interno que había iniciado hace ya
varias décadas con matices idealistas y políticos enmarcados en la
proclamación del pueblo por la equidad y la igualdad.
Ese día cuando almorzaba y veía las noticias, enterándose de
masacres, secuestros y un sin numero de noticias devastadoras. Ese día en la
tarde cuando escuchaba lo insatisfecha que estaba la gente por toda la
corrupción política. Pero sobre todo, ese día cuando llegó a su casa y no
recibió las palabras cálidas de siempre, todo porque su gente también había
tenido un día tan desconcertante como el de ella.
Un conflicto que se transformó en un híbrido aberrante de malas
sensaciones y malestares, cuando fue permeado por la descomposición
social del narcotráfico, que trajo consigo a los politiqueros de turno que se
encargaron a mandar a dormir a los verdaderos políticos y padres de la
patria.
Ese día que ya era noche y en por el cual antes de dormir entendió
que el conflicto no le era ajeno, el desamparo, la miseria, la falta de respeto
y de valores con los que se vivía en ese país hacían su vida temerosa e
insegura, hacia que sus sueños se vieran perturbados.
Entonces, en ese país, el sentimiento idealista y popular se
convirtió en el más terrible de los modelos del terrorismo, los ideales
filosóficos y estructurales cambiaron por plantaciones ilícitas, tráfico de
armas, cuerpos y todo por lo que se podría pagar un rescate.
La gente en las calles mendigando, las familias destruidas por el
conflicto, las personas en cautiverio, los niños trabajando, y un sin número
de escenas que atentan contra la integridad del ser humano, apesadumbran
su alma, su mente, su ser.
Ella, abrumada e insatisfecha, nostálgica de los rumores que el
viento traía de épocas pasadas, de días felices, y de sueños realizados,
pensaba que este conflicto en el que vivía le era ajeno a su vida, sin
embargo sentía que la marcaba y le dejaba huella.
Sin embargo, ella con la fe que la caracterizaba y el optimismo que
se negaba a perder, seguía avante luchando entre miedos, dudas y
turbaciones porque confiaba que esta tiniebla no sería para siempre, porque
siempre es mucho tiempo.
Una huella insoluble que la entristecía como aquel día en el que
pareciese que todo lo malo había salido a flote, ese día cuando al caminar
por la calle encontró una familia que despojada de sus propiedades y
obligada a entrar a un sistema que les era ajeno (todo por la sed de poder y
de tierras), entregaba a su hijo más pequeño en arriendo para que fuese a
2
de año y medio. Cuando le pregunté por el papa de los hijos me dijo
fríamente, sin ninguna expresión en su rostro, que lo habían matado.
2
¿Quién está contra quién en esta
guerra?
En ese momento no pregunté más, quise esperar a entrar en mayor
confianza. Mientras tanto me contó que tenía dos cooperativas que se
dedicaban al tratamiento de residuos y reciclaje, su horario muy
complicado, básicamente de 4 de la mañana a 5 o 6 de la tarde, dependiendo
del nivel de trabajo. Me sentí un completo inútil al lado de esta joven
señora, tan llena de vida, pero al mismo tiempo con tantos compromisos.
Por: El Gran Ojo
La pregunta entorno a la guerra suele ubicarnos en un panorama un
poco oscuro y confuso, del que al parecer todos los colombianos tenemos
algo que decir.
Al rato volví a preguntar por la muerte de su esposo, allí me contó
que hace ocho meses su esposo, que llevaba varios años trabajando junto
con mi prima en reciclaje, había salido a visitar su familia. Hacía varios
meses que no los veía por lo que decidió viajar a Santander por un fin
semana en compañía de un amigo, menor de edad, que también trabaja con
ellos.
Se suele pensar que todas las desgracias que nos aquejan tienen que
ver con la guerra, o con las acciones de sus actores principales. Sin
embargo, no sabemos muy bien a qué guerra nos referimos: ¿la guerra
contra el hambre?, ¿la guerra contra la contaminación?, la guerra entre unos
soldados y otros? Igualmente, ni siquiera sabemos bien a quien nos
referimos cuando hablamos de sus protagonistas: ¿paramilitares?
¿Guerrilleros? ¿Narcotraficantes? ¿Todos los anteriores? ¿No serán estos
simples víctimas de un juego de ajedrez aún más calculado por un par de
intereses, o aún peor, ¿víctimas de la planeación de una sola cabeza?
No se sabe bien qué pasó pero a los pocos días la llamaron para
informarle que su esposo había sido dado de baja por el Ejército en
enfrentamientos con la guerrilla.
La versión del Ejército:
En enfrentamientos con la guerrilla de las FARC se dieron de baja
dos guerrilleros. Ningún soldado resultó herido.
La pregunta no me gusta porque tendría demasiadas cosas a las que
podría llamar guerra y que me han tocado. Sin ir más lejos podría contar que
hace dos semanas un grupo de más de dos mil personas nos acercamos a la
carrera 7 con calle 26 para protestar pacíficamente por la visita de un
genocida. En algún momento las fuerzas del gobierno llenaron todo con
gases, agua, golpes, y demás; la gente tomó eso como el llamado a la guerra,
y quisieron vengar tal situación a través de la destrucción de varias de las
instituciones bancarias cercanas. Para mi eso fue una guerra, la guerra de los
intereses de EE.UU. y elites económicas colombianas contra la sociedad
colombiana, todo reducido a un grupo de furiosos policías tratando de
controlar a otros, no menos furiosos, protestantes. Resultado: nada, solo una
leve intoxicación y la rabia en el corazón. ¿Cómo nos pasa eso en nuestro
propio país?
Las incoherencias:
Un policía que conocía al esposo de mi amiga le tomó fotos luego
de su muerte, en las fotos aparecía todo ensangrentado y con su ropa de
civil. Cuando mi prima fue a preguntar por su esposo le mostraron unas
fotos en donde estaba con ropa de militar.
Cuando mi prima llegó a Santander el cadáver ya había sido
sepultado, cuando ella alegó por la inocencia de su esposo el Ejército le
advirtió que para ahorrarse problemas lo mejor era que dejara eso así porque
lo único cierto es que él era guerrillero.
La persona que enterró a los dos jóvenes afirmó que tenían marcas
de torturas y que los brazos estaban como fracturados.
Pero si la pregunta es alrededor de la guerra en áreas rurales, más
allá de las complejidades, también es cierto que la guerra nos toca a todos.
Hace menos de una semana conocí a una prima lejana. Joven, hermosa;
tiene 20 años y a su corta edad ya tiene dos hijos uno de tres años y el otro
3
Nadie en el pueblo se atreve a decir nada, el miedo al Ejército,
entidad encargada de nuestra seguridad, es total, nadie quiere hablar y mi
prima prefiere dejar ese tema así, aunque ahora si se le aguaron los ojos.
orden público estaba completamente alterado, no se podía viajar por las
carreteras del departamento en horas de la noche y las tomas guerrilleras
eran pan diario. Así un domingo de ramos, en Soledad, centro poblado del
corregimiento del mismo nombre, en zona rural de un municipio en el
centro del Huila, empezó a gestarse un suceso al que todos los habitantes de
la zona, temían desde hace días. En la tarde empezaron a ver mujeres y
hombres llegando hasta el centro poblado de Soledad; en algunas zonas
cuentan como anécdotas los habitantes que de manera muy normal, se
encontraron un burro arrastrando un mortero. Había una amenaza seria
sobre la Estación de Policía que había en Soledad, pero aun así la
comunidad de la zona sentía un temor inmenso por lo que pudiera pasarles
también a ellos.
¿Quién está contra quien en esta guerra? Me parece apenas normal
esta situación, en medio de un Ejército obsesionado con demostrar avances
en su lucha contra la insurgencia. En medio de un loco presidente que quiere
hacer ver a los colombianos que la seguridad democrática funciona.
Nada más lejos de la realidad.
3
Lluvia de fuego en el cafetal
A eso de las seis de la tarde, Susana, iba del pueblo hacia su Finca,
a 30 minutos caminando, como lo hacia todos los domingos. Ya había
avanzado casi 15, cuando empezó a sentir unas detonaciones muy fuertes
en el pueblo; de inmediato corrió al cafetal que encontró a su derecha y
empezó a caminar rápidamente con el fin de buscar donde esconderse.
Muchas luces empezaron a verse en el cielo, como una lluvia de fuego
sobre el cafetal, que iban acompañadas por fuertes detonaciones. Tenía
miedo y no podía pensar mucho, pero de inmediato se le ocurrió que se
estaban cumpliendo la amenaza que había sobre el pueblo y la Estación de
Policía. Recordó que allí cerca, quedaba la casa de la Finca del cafetal en
donde estaba, propiedad de una muy amiga suya y que seguramente, como
siempre, la puerta trasera estaba sin seguro. Transcurrió mucho tiempo
mientras atravesaba el cafetal, ya que le toco arrastrarse y ya empezaba a
oscurecerse; posiblemente eran casi las 8 de la noche cuando encontró la
casa, se deslizó por la puerta trasera y al entrar llamó por su nombre a la
dueña de la casa, quien la reconoció y la invitó a resguardarse donde estaba
ella y su familia.
Por: Melibea
Cuando llegué al Huila, encontré espacios de trabajo interesante,
muy diferentes a los que yo había tenido en la ciudad de donde provengo.
Había ciertas prevenciones de mi familia, pero estaban tranquilos pensando
que pronto regresaría y que solo había sido un capricho. Como primera
instancia me encontré con el campo, espacio al que yo solo conocía de
referencia y que me parecía bastante complejo para trabajar.
Mi primera experiencia de trabajo, era con jóvenes de las
instituciones educativas del municipio, que incluye casco urbano y zona
rural, yo escogí el trabajo en el campo pues me interesaba conocer la
experiencia. Mi compañera de trabajo era Susana, una mujer campesina que
había trabajado toda la vida con jóvenes, con quién recorrí muchos caminos
veredales y escuche diversas historias de todo tipo. Hablando alguna vez
sobre la situación de orden público en el pasado de esa zona, me encontré
con un relato de Guerra que me impactó, ya que coincidentemente no sólo
Susana, sino también amigos míos del pueblo habían vivido esa experiencia
violenta, sin poder entender las dimensiones de lo sucedido y guardando en
sus memorias esa experiencia como si hubiera sido ayer.
Debió pasar la media noche cuando se calmaron las explosiones.
Susana no dejaba de pensar en su familia, será que estaban seguros en la
finca? O.... Se habían quedado por fuera. Trato de tranquilizarse y rezar
durante todas esas horas de horror de esa noche de domingo de ramos.
Cuando pudo salir, muy temprano en la mañana, se fue corriendo hasta su
casa que estaba sólo a 15 minutos, fueron eternos, pues pensaba lo peor.
Gracias a Dios, su familia estaba bien y estaban muy asustados por ella;
Susana se sentó a tomarse un tinto mientras les contaba las peripecias que
tuvo que pasar para poder guarecerse de las balas y los explosivos. Un
En el año 92, la situación del país era complicada y para esta
región con mayor razón, debido al aislamiento en que se encontraba. El
4
vecino que estuvo en el pueblo, les relató esa mañana lo terrible que había
sido la toma guerrillera; por lo menos cien hombres y mujeres
incursionaron en el pueblo, con la intención de masacrar a los 25 policías
de la Estación de Policía de Soledad; estos se defendieron hasta el final,
algunos de ellos se encontraban haciendo visita con sus novias, en Fincas
cercanas a la Estación y al escuchar las detonaciones huyeron por entre los
cafetales y las quebradas y lograron ponerse a salvo, pero esa noche fueron
masacrados 19 policías, ningún civil resultó afectado. El panorama era
desolador, pues la gente comentaba que se encontraban los restos de los
policías por todos lados, los que se había escondido debajo de los catres
habían sido heridos y luego quemados de la manera más inhumana. Este
hecho hace parte de la cadena de sucesos terribles sucedidos durante la
década de los noventa, en la cual se tomaron el casco urbano del municipio
por lo menos 2 veces destruyendo edificios y asesinando civiles. En la zona
rural la presión sobre los hacendados fue muy grande, ya que la extorsión y
el voleteo fue permanente, no se podía transitar tranquilamente por los
caminos veredales y muchas familias fueron desplazadas en su gran
mayoría sin derecho a reclamar sus tierras y sus propiedades.
grupos paramilitares en la región, nos reuníamos cada mes rotándonos en
cuatro veredas con el fin, de desarrollar un proyecto en construcción con la
comunidad; era algo nuevo para mi, pero que hoy puedo decir que fue una
gran lección de fe, gracias a varias personas a quien recuerdo y quiero
mucho. ¿Cómo armonizar y conjugar la agroecología con la fe y la
resistencia en las comunidades campesinas? No fue una tarea fácil pero se
logró gracias a la metodología utilizada: la lectura campesina de la Biblia1,
a través de la cual se reflexiona y se fortalecen los lazos de hermandad y
solidaridad en medio del conflicto armado. “El dolor que sentimos es muy
grande, pero seguimos adelante. Ni un paso atrás, confiamos nuestra vida a
Dios y mantenemos resistencia y la fe como única arma para lograr la
paz”2
Fue en ese momento… en el que viendo los rostros atemorizados,
las miradas de angustia y el silencio fúnebre, recuerdo mis seres queridos:
familiares, amigos y vecinos desaparecidos; aquellos que murieron por la
exigencia de sus derechos, quienes en búsqueda de la construcción de
procesos comunitarios y el fortalecimiento del campesino como actor de la
sociedad, encontraron la frustración de sus sueños e ilusiones. En ese
entonces yo tenía 12 años, sin embargo, no deja de estremecerme los
recuerdos de la gran cantidad de desaparecidos, torturas y asesinatos en una
gran oleada de violencia, en el cual perdieron la vida cuatro de mis
familiares, uno por ejecución extrajudicial, uno de pena moral y dos por
desaparición forzada, de estos últimos nunca se encontraron los cuerpos.
Quince años después, a pesar de los sucesos aislados que se han
presentado en el Huila, se respira esperanza y confianza; las personas están
retornando al campo, algunas actividades se están reactivando, caso del
turismo, que gracias a la tranquilidad de los desplazamientos por las
carreteras del Huila se ha podido volver a sitios de interés nacional e
internacional como San Agustín, Isnos y Villavieja. No puedo imaginar lo
que vivieron estas personas y en general toda la comunidad del Huila. Sólo
sé que ellos respiran tranquilos y sueñan con un país mejor, disfrutando del
campo y de sus bondades y viendo crecer a sus hijos en una región de paz.
No se me borra de la memoria, aquellos días, las noticias, la radio,
la prensa, la inseguridad y la incertidumbre por los miembros de mi familia,
quienes viviendo en la zona tenían que resistir a pesar de lo que escucharan
4
No se me borra de la memoria
En este trabajo no se pretende hacer un análisis detallado de las implicaciones religiosas, ni mucho
menos de la relación que se establece entre las diferentes experiencias de iglesia y su diálogo con las
ciencias sociales. Sin embargo en necesario hacer mención a la Lectura campesina de la Biblia como
una propuesta novedosa en el diálogo interdisciplinar, del cual hoy se habla, entre la teología y las
ciencias empírico analíticas y hermenéuticas. En este sentido la lectura campesina de la Biblia es una
experiencia que nace a inicios de los años noventa en Colombia. Dicho movimiento es fruto de la
teología de la liberación y respuesta eclesial a las exigencias que se planteaban en dicho momento
histórico y que continúan hoy siendo un problema para las diversas disciplinas del conocimiento. En
síntesis, es la práctica concreta de rescate de la creación a la luz de la fe; que no es otra cosa que un
diálogo efectivo y afectivo entre la ecología y la teología donde la segunda se siente interpelada por la
primera y solo esta alcanza su efectividad si no se siente llamada a dar respuesta a las urgencias del
mundo de hoy en términos de lo ambiental. Para profundizar en el tema confrontar: CAÑAVERAL,
ANIBAL. El escarbar campesino de la Biblia. Ed. Verbo Divino. Quito. 2002”.
2 RED ECUMÉNICA COLOMBIA. Revista Memoria y Esperanza. Bogotá. Mayo de 2005. Pág 9.
1
Ahí estaban…, esos hombres, sus armas, sus miradas perversas, su
caminar en vaivén, rotándose de uno en uno para alertarnos sobre su
llegada. Y allí estábamos nosotros quienes a pesar de haber tenido un taller
muy dinámico hasta el momento en el que rodearon la capilla, nos
embargaba un silencio profundo que nadie era capaz de romper. Éramos
unas 12 tal vez 15 personas quienes desafiantes a pesar de la presencia de
5
y vieran pues no tenían otro lugar a donde ir. Esos días en los que no era
extraño y a pesar de la inocencia y de no tener conocimiento de lo que
pasaba, observaba con asombro los cuerpos sin vida que eran extraídos del
Río Cauca al paso por la vía que conduce de Riofrío a Tuluá.
al otro día, yo me acuerdo que como a las 8 de la noche llego a la casa otra
vez.
Durante estos días en los que ella menciona que fue de gran crisis,
cuenta: “entonces matan a Porfidio por la noche el sábado [31 de marzo de
1990] tipo 7 de la noche cuando ya se iba para la sonora… y luego … van y
bajan toda la gente [domingo, 1 de abril en la madrugada] y el 2 de abril
matan a los Vargas… de la parte urbana de Trujillo, luego como el 16
matan … a Abundio espinosa y padre [Tiberio Fernández Mafla] viene a
hacerle las exequias a Espinosa... ese fue el papayaso que el dio para que
lo mataran”
En total fueron alrededor de 300 víctimas entre las que se
encuentran campesinos, jornaleros, drogadictos, educadores, ebanistas,
motoristas, vendedores ambulantes, comerciantes, profesionales y
sacerdotes, fueron víctimas de uno de los episodios más sangrientos de
nuestra historia nacional3. Un hecho catalogado dentro de los crímenes de
lesa humanidad4, ocurrido en los Municipios de Riofrío, Bolívar y Trujillo
(Municipios del Norte del Valle), zona de violencia por considerarse un
punto estratégico para los actores armados de la región, razón por la cual
después de la época de gran violencia (1987 – 1994) han seguido las
desapariciones y crímenes en estas poblaciones debido al narcotráfico y la
presencia de grupos alzados en armas. Recordamos además con gran dolor
la frase de nuestro defensor y líder antes de que fuera desaparecido y
posteriormente encontrado mutilado en las aguas del Río Cauca “Si mi
sangre contribuye para que en Trujillo florezca la paz con gusto la
derramare”5
“Yo me acuerdo que los de la sonora bajaron el domingo [1 de
abril] a mi casa... la niña [hija] estaba en la finca donde mama y nosotros
[entrevistada y Carlos su esposo] íbamos a ir ese domingo por ella…
entonces dijo no, no nos vamos hoy, esperemos hasta mañana, a ver que
pasa con esta gente, entonces ya el lunes supuestamente trabajaba hasta las
4 y nos íbamos por la niña”.
“Mi marido estaba trabajando en la cooperativa del padre Tiberio
[los ebanistas], Sacaron a Jorge y a José [de la ebanistería] y luego fueron
por Carlos”. De estas personas nunca se encontraron los cuerpos.
A continuación presento algunos comentarios que recuerda una de
las familiares víctimas de los hechos ocurridos en Trujillo, en la cual perdió
la vida su esposo, cuñados y demás amigos de la región, “la masacre mas
grande fue en abril (1990)… cada ocho días mataban campesinos,
muchachos, inspectores…”
Cuenta además esta persona, la historia que escucho de una amiga
de Trujillo que es igualmente familiar víctima de la violencia.
Llegan a la finca y los matan delante de la mamá [Gloria], esa
viejita se arrodillaba y le decía que no los mataran y ella contaba … que
los cogieron y los acostaron, a dos hijos y al trabajador con las manitos acá
[gesto con las manos atrás en la espalda] y en una pieza torturando al
marido de doña Flor [trabajador], entonces que ella corría y les decía que
no les hicieran nada y que ese señor gritaba … entonces que esa señora se
les arrodillaba y les decía que nos les hicieran nada y que ellos le decían a
él [trabajador] donde tienen las armas?…, a los otros los mataron a quema
ropa…, y siguen torturando al otro y le decían escuche ya matamos a los de
allá, escuche y cante… ella se amaneció toda la noche con ellos ahí, ella le
rezaba rosario a todos…, pero recuerdo que dijo… eso corría y me paso
por el corredor un rió de sangre y el hijito grito y le hicieron todo lo que
quisieron allá y ella les suplicaba que no le hicieran más que lo dejaran
El 13 de marzo nos hicieron un allanamiento… me voltearon la
casa al revés… me tiraban la ropa… y yo decía hay papi que buscan, que
paso aquí, eso me voltearon todo al revés y se lo llevaron detenido,… el
estuvo detenido todo el día, el hermano [José] y… llevaron un poco de gente
detenida allá… Jorge [cuñado] se lo llevaron para Cali… a el lo largaron
Comisión Intercongregacional de Justicia y Paz. Revista Parque por la Vida, la Justicia y la Paz.
Monumento a las Víctimas de los Hechos Violentos de Trujillo. 1987 – 1994. noviembre de 1998. pág. 39
4 El concepto de Crímenes de Lesa Humanidad tomado de Revista Verdad, memoria y lucha contra la
impunidad 1966 – 1998. Colombia Nunca Más. Son los actos inhumanos cometidos contra la población
civil por motivos sociales, polítios, racionales, religiosos o culturales. Cuando se habla de lesa
humanidad se enfatiza en que son de especial gravedad, puesto que atentan contra toda la especie
humana.
5 Palabras del Padre Tiberio Fernández Mafla.
3
6
Finalmente, la persona entrevistada, hace referencia a la
importancia de recuperar y conservar la memoria6 de los hechos ocurridos,
“es como reclamándole al Estado, haciéndole un recordatorio siempre al
estado, por lo que ellos han hecho y que eso no se vuelva a repetir…”
Todos los días sale el sol en los municipios de la Sabana, esa
seguridad la tiene Ana quien diferente a lo que estaba viviendo en su pueblo
en el Tolima donde por efectos del conflicto armado, no llegaba la mañana
para muchos de sus conocidos o familiares, reconoce que le dieron la
oportunidad de trabajar sin tener experiencia. Ella, como los muchos
desplazados por efectos de la violencia que encuentran una nueva vida en
estas frías tierras, recuerdan algo exaltada el motivo por el cual les fue
menester salir, dejándolo todo atrás y aventurándose en búsqueda de lo
entonces desconocido pero esperando fuera mas tranquilo.
Igualmente, hace referencia a la importancia de recordar y
reconocer dignamente a los familiares víctimas de la violencia: “en cuanto a
lo de la persona el ser querido de uno, es por que uno siempre tiene que
recordar que ellos no fueron animales, que ellos fueron seres humanos, que
ellos nunca fueron lo que ellos dicen [Estado], que fueron guerrilleros, que
fueron milicianos…”
Ella como la mayoría de los desplazados proviene de zonas
rurales7, sus actividades se concentraban al cuidado de sus tres hijas, la
crianza de algunas especies menores y las labores normales de la casa de las
cuales se precia ser muy buena, mientas que su esposo se dedicaba a la
administración de una gran finca.
5
Es muy triste tener que salir corriendo
y no saber para donde
Luego de la desaparición de su esposo del cual aun no tiene razón,
tuvo que trabajar como empleada en una casa de familia del casco urbano de
su pueblo pero dado que la paga era muy baja y con el latente temor de
sentir su familia perseguida, se vio obligada a salir del Tolima.
La calma inaguantable para algunos y añorada para otros es una
característica de muchos lugares en nuestra Sabana de Bogotá, una zona que
aunque no ha sufrido directamente el fuego cruzado producto de la guerra
que vive el país desde hace muchas décadas, si siente los efectos de esta
guerra a través de cientos de desplazados que por esta causa llegan a
nuestros territorios.
“Es muy triste tener que salir corriendo y no saber para donde, por
eso cuando mi amiga me dijo que podía quedarme en la misma casa donde
ella se estaba quedando acá en Cundinamarca, no lo pensé mucho y salimos
con mis tres niñas, algo de ropa y unas cobijas.”
Parecería que tan solo tenemos como referente del conflicto lo que
se ve en los noticieros pero la verdad es que el conflicto se acerca a nosotros
a través de sus víctimas, sus sobrevivientes.
La creciente demanda de mano de obra de las empresas de la
región se convierten en una amplia posibilidad para quienes buscan una
oportunidad de iniciar sus vidas, por eso pese a las dificultades manifiestas,
esta mujer quien afirma “Vengo a trabajar no a pelear” adelanta labores de
las cuales afirma antes no tenia ni idea y ahora continua trabajando por sus
tres hijas y lograr cada vez unas condiciones de vida mejor.
Acercar estas historias a nuestras vidas nos recuerda que estamos
en un país en guerra aunque no tengamos que estar escondidos por temor, ni
tengamos que huir de nuestros hogares para salvaguardar nuestras vidas. En
nuestro caso, otros son los motivos de nuestro abandono a esos hogares
rurales.
Esta mujer que reconoce que el frió les da muy duro, también
reconoce que encontró cosas muy buenas, el apoyo de la alcaldía y del
programa de acción social, incluso sus hijas ya están en algunos de los
programas de formación artística que hay para niños en el municipio.
El concepto de Memoria tomado de Revista Verdad, memoria y lucha contra la impunidad 1966 – 1998.
Colombia Nunca Más. Lo define como: La memoria es esencialmente una facultad humana por medio de
la cual se retienen las ideas u se recuerda los sucesos del pasado. La memoria tiene un sentido colectivo
de incorporación de valores, recuerdos edificantes o ejemplares del pasado, necesarios para vivir el
presente. Estos valores son la tradición sobre la cual se construye el presente.
6
Osorio Flor Edilma. 2002 Los desplazados. Entre sobrevivencia y resistencia, territorialidades e
identidades en suspenso. Capitulo 1. universitè Toulouse le Mirail. Francia
7
7
Pese a vivir en medio de tanta tranquilidad, aun el temor a las
represalias debidas al conflicto persiguen los pensamientos de las familias
que tuvieron que cambiar una vida que conocían por una en un mundo que
aun no terminan de conocer.
comentarme personalmente y no por este medio (celular) algo grave que
estaba pasando.
Pedro un tanto preocupado sabia que no faltaban inconvenientes en
esas actividades administrativas de tan complicados puestos como el de ser
alcalde de un Municipio y sobre todo en esos tiempos, me imaginaba algún
problema de tipo contractual de esos que nunca faltan; pero no fue así. En
ese instante se empezaba a terminar la tranquilidad que siempre les había
caracterizado, de andar a sus anchas pro todas partes sin mirar para atrás
siquiera, sin deberle nada a nadie no te preocupas, eso crees, pero en este
país existen deudas con personas con las que jamás has hecho negocios y
fue lo que pasó, una amenaza de las FARC cobrando una cuota según ellos
de tipo familiar por algunos bienes adquiridos eso si aclara Pedro,
conseguidos con mucho esfuerzo antes de la alcaldía de su esposa, cuando
fue empleado del cerrejón; y otra cuota por administrar bienes del estado.
Dice Pedro que es triste y confuso cuando te piden lo que no tienes y mas
cuando no debes, refiriéndose a lo personal, y referente a la alcaldía, aun no
sabían la situación del Municipio y solicitaban cuotas fuera de astronómicas
por que entre otras era un Municipio con muchos problemas de iliquidez
económica, con un presupuesto pequeño a pesar de ser una Capital y de
ñapa en Ley 5509, factor al cual estaba dedicada la administración.
“La verdad es que mi hermano no se ha querido inscribir como
desplazado porque el estuvo un tiempo con esos señores pero no le gusto
porque tenia que matar gente y todo eso,” el se logró escapar de un grupo
paramilitar junto con cuatro muchachos mas pero a ellos los encontraron
cerca y los mataron por eso decidió venir buscando escapar de quienes lo
buscaban por escaparse, el temor de inscribirse como desplazado y que de
alguna manera lo logren ubicar le llena de miedo aun.
Además manifiesta su preocupación por no saber cual fue el
destino final de su esposa dado que afirma que “Quisiera saber si mi esposo
está vivo o no, pues las niñas me preguntan mucho por el y yo no sé que
decirles”
Esta es la realidad que vive una familia de desplazados en un lugar
que hasta el momento de la salida forzosa de su tierra era desconocida y a la
cual llegan cambiando por completo su vida, modificando incluso la del
entorno al cual llegan.
Los hechos acontecidos de ahí en adelante cambiaron el rumbo de
sus vidas, en la familia, les había tocado el turno como a muchos
colombianos en diferentes regiones de este maravilloso país.
Ellos no solo nos traen sus cruentas historias que parecen sacadas
de lugares inexistentes sino que llegan cargados de una cultura, unas
costumbres y una manera completamente diferente de ver la vida.
Tratando de afrontar el problema y creyendo de alguna forma
solucionar la situación se reunieron con ese grupo al margen de la Ley en
sito acordado por ellos, buscando aclarar todo lo concerniente a las llamadas
y sus descomunales solicitudes de tipo económico y sobre todo en tono
amenazante. Hasta el día de hoy no saben si fue un acierto o un error esa
decisión, no hubo acuerdos, dieron plazos, la plata nunca se reunió, no
aceptaron la oferta hecha por Pedro y se agravó la situación. La familia
perdió totalmente la tranquilidad, se incremento el número de escoltas para
6
Buscando Seguridad
Abril del 2002, eran las 11:30 a.m. ya Pedro se había despedido de
la familia, y se disponía a encender su vehículo para viajar hacia la capital
salinera8 de Colombia en donde tenia algunos contratos de consultarías y de
reforestación de ese Municipio, cuando entra una llamada a su celular, era
su esposa, alcaldesa del municipio de Riohacha en ese tiempo. A través de
la llamada le recomendaba sin muchos detalles, pero si con mucha
insistencia, que aplazara su viaje y se acercara hasta su oficina para
8
por la cual se establece un régimen que promueva y facilite la reactivación empresarial y la
reestructuración de los entes territoriales para asegurar la función social de las empresas y lograr el
desarrollo armónico de las regiones y se dictan disposiciones para armonizar el régimen legal vigente
con las normas de esta ley
9
Manaure Guajira, Municipio salinero de Colombia.
8
su esposa y de igual forma para él y sus hijos cosa que nunca pensó en su
vida, ya que decidieron informar a las autoridades policivas y acogerse a los
planes del estado, que consistía en esos momentos en reforzar la seguridad
de los mandatarios locales y sus familias, los desplazamientos, casa y
oficina, generando esta situación un estrés permanente.
país, que han tenido el infortunio de caer secuestrados unos y otros muertos
por las balas asesinas de las diferentes organizaciones criminales de
Colombia.
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7El vía crucis de unas mujeres para
llegar a la tierra elegida
Las llamadas continuaban a pasar de cambiar móviles, los
conseguían, enviaban escritos a la alcaldía, amenazaron con secuestrar los
hijos, cosa que intranquilizo aun más la familia y amigos; pero cuando se
toman decisiones de estas dimensiones comenta Pedro, se asumen también
los riesgos y las precauciones van por delante siempre y en todo momento,
eso me quedo de enseñanza comenta, cuando se hacen bien las cosas todo te
sale bien y algo aprendes.
Por: Mirosawa
Así en medio de tantas dificultades, de escolta, de gastos
permanentes, de solidaridades de muchos ciudadanos, de alegrías de otros
(enemigos políticos), de tristezas y sufrimientos familiares terminaron una
época con un mandato exitoso con la mano del estado, como para lo que
fueron elegidos (alcalde), y con la firme entereza que no doblegaron ante las
solicitudes de las FARC.
En febrero de 1996, cuando un Grupo Interinstitucional de Apoyo a
Desplazados me abordo, para asumir una asesoría y acompañamiento a un
grupo de mujeres desplazadas para solicitar tierra al Estado; confieso que de
un lado, sentí que era un reto para mi, participar en la primera experiencia
de tierra para mujeres en mi departamento, pero de otro lado, sentía
preocupación por la amenaza sembrada históricamente en los procesos de
Refoma Agraria, pero la preocupación era menor que el optimismo, esta era
una experiencia distinta... una experiencia con mujeres jefas de hogar
desplazadas, reconocidas oficialmente como tal, ante las instancias del
Gobierno, lo cual daba seguridad y legitimidad a mi trabajo.
Luego del mandato Municipal verdadera razón de las amenazas y
las solicitudes económicas, viene el momento aun mas duro, tener que salir
de la ciudad que acabas de gobernar, ante todo por que la protección del
estado baja y sube la vulnerabilidad, a pesar de no ejercer siguen latentes los
riesgos y hay que cuidarse de la misma forma para evitar cobros de
actitudes asumidas.
Las mujeres, 31 en principio después 23, siguieron 15 y por ultimo
13, provenían de distintos territorios, huyendo de la guerra, de la que no
pudieron escapar algunos de sus esposos hermanos e hijos, llegaron a la
capital, ese sitio que las ponía a salvo, aunque en este nuevo escenario
estaban viviendo en unas condiciones deplorables en los nuevos barrios de
la zona marginal de esta ciudad que cada día crecía, ahora metidas en otra
guerra -la de la sobrevivencia en un nuevo territorio, sin nada mas que sus
duelos, sus miedos y el deseo de luchar por una nueva tierra, esas eran las
mujeres que contaban con mi asesoría y mi compañía para su proceso de
negociación.
Unas de las razones por la que los funcionarios del estado que
ocupan cargos como alcaldías gobernaciones y otros altos cargos terminan
viviendo en la ciudad de Bogotá es buscando seguridad, precisamente eso le
pasó a Pedro, tuvo por razones de seguridad que trasladarse a la capital del
país para de alguna manera proteger a su esposa e hijos y a el mismo. De
esta forma los tocó el conflicto, lo vivieron, lo sufrieron pero
afortunadamente también lo superaron. Hoy viven en Bogotá, trabajan y
estudian y continúan ejerciendo actividades políticas y gestiones que
contribuyan al desarrollo de su región.
Desde marzo de 1996, empezamos a andar juntas, las mujeres por
un lado, iban reconociendo la ley 160 del 94 y el acuerdo 018, para
población desplazada, y por el otro lado, tramitaban los formularios de
solicitud de la tierra, que eran enviados para estudio individual en Bogota,
En este caso se aplica el famoso dicho que no hay mal que por bien
no venga. Pero no es el caso de muchos otros mandatarios locales de este
9
allá se decidía, quienes de ellas eran “sujetos” de reforma agraria y quienes
no.
habían movilizados guerrilleros, esto no solo condujo a que la institución
que me contrató se desintegrara sino que produjo salida de mujeres del
proceso, pues seguían atrapadas del miedo, no tanto por ellas sino por sus
hijos, padres, hermanos, ellas no querían seguir apostando a una nueva vida
en un contexto de muerte.
La primera dificultad en su camino aparece cuando estas mujeres,
que vivían
Cada segundo su vida de desplazada, tenían que demostrar ante el
Gobierno que realmente lo eran, no era suficiente con que llegaran a las
oficinas, con sus hijos, hermanos o padres, portando su papel de desplazada,
expedido por alguna instancia municipal, sino que tenían que demostrarlo a
través de terceros y de papeles, inscritas en todas las oficinas que atendían
población desplazada - municipal - departamental – nacional, había que
conciliar la información para considerarla confiable. Finalmente lograron
legitimar su nueva identidad y pudieron llenar los papeles requeridos, que
les permitía participar en el proceso de selección para adjudicación.
...Yo también fui tocada del miedo, y casi al igual que ellas, me
quedo en el camino, mi miedo era nuevo, sentía mi vida amenazada, sentía
que había una sentencia sobre mí por haberme metido en lo que no debía,
sobre todo porque la persona que me acompañaba en el trabajo fue
amenazada y tuvo que salir de la ciudad, la explicación que se daba a su
amenaza, era que ella tenia un pasado no muy claro- y que era eso de no
muy claro? - en esas podía estar yo. La paranoia se apodero de mí.
Prácticamente no salía de la casa, pues me asustaba que me saludaran
personas que no recordaba, sentía ganas de correr cada vez que una moto
pasaba cerca, no me atrevía a contestar el teléfono. Así estuve por casi un
mes mientras mi familia investigaba en las distintas instituciones de
seguridad, sobre mi situación.
Dos meses mas tarde, las mujeres ya habían conocido en niveles
distintos la ley 160 y el acuerdo 018, y se preguntaban y me preguntaban
¿porque habían emitido un acuerdo que era igual a lo contemplado en esa
ley? Y ¿porque ellas participaban en un proceso de estudio y selección, si
eran las elegidas como prioridad en el acceso a tierras? Y porque si eran
desplazadas tenían que pagar el 30% de la tierra? -no tuve respuestas.
Al mes y medio volví trabajo, con el apoyo de una institución que
hizo parte de la anterior ya desaparecida... el trabajo no se podía quedar
parado, peor era no seguir, se acordó continuar con un perfil bajo, para
apoyar a las mujeres en su proceso - andar con pasos lentos, sin parar ni
correr, poco a poco el ambiente empezó a aclararse y a partir septiembre
avanzamos con pasos firme hacia la búsqueda de la tierra.
Pero, a pesar de todo continuaban animadas en busca de la tierra,
labor que no fue fácil, pues ellas decían, que no tenían experiencias en el
campo sino en las labores domesticas, aunque todas con trabajo productivo
en su propio patio en la finquita o parcela que habían dejado, pero al igual
que la mayoría de las campesinas, no sabían que eso era trabajo productivo.
No se sentían con mucha experiencia para comprar tierra, pero, el anhelo de
volver a su espacio rural, en contraste con esa vida dura en la ciudad, era un
estímulo permanente para buscar la tierra... los señores Marcos y Tomas,
padres Maria y Josefa, dos mujeres del proceso, eran los que junto conmigo
constituimos la brigada de acompañamiento, las mujeres querían una tierra,
no muy lejos de la ciudad, para sentirse mas segura y para contar con
oportunidades de estudios para los hijos e hijas... este proceso de búsqueda
duró mas de un año.
En ese proceso, ya con menos mujeres, unas más optimistas que
otras, seguíamos el camino para llegar a una finca que se aproximara un
poco a lo que ellas necesitaban, en esos momentos muere el señor Tomás.
El desencanto llegó otra vez, las mujeres decían, que todo estaba en su
contra, ellas se sentían muy solas para volver al campo, el señor Tomás era
para ellas un acompañante y animador para negociar.” Afortunadamente, en
ese momento yo estaba relativamente bien y las anime a continuar siguieron
15, Josefa la hija de Tomas se quedó en el camino.
Finalizando el año 1997 se logró encontrar una finca aceptable,
dentro de las ofertadas en el mercado de tierras, además llegaron los códigos
que habilitaban la negociación, pero éstos no llegaron completos, faltaban
dos, la razón? - dos mujeres del grupo no eran desplazadas de la guerra por
Pasado un tiempo de iniciado el proceso, mas exactamente en el
mes de junio se inicia una persecución a las ONGS, que trabajaban con
desplazados, por la sospecha de que dentro de esos desplazados y asesores
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tanto no podían tener identidad de desplazada, ni tenían derecho a la tierra
Esto fue en un golpe para sus compañeras y una sorpresa para mí, me quede
sin piso de reclamo, pues la ley lo contemplaba. Para las mujeres era irónico
que, otras personas estaban disfrutando de la tierra de ellas, mientras que
acá dos mujeres desplazadas de la pobreza no podían acceder a ella por no
haber pagado la penitencia de la guerra.
llegó una salida, a través de la institución en que yo trabajaba se logró
conseguir un pequeño recurso para apoyar comida en olla comunitaria, 3
carpas para dormir en la finca hasta que hubiera posibilidad de construir las
viviendas y unos insumos que dio la Cruz Roja para establecer cultivos
básicos.
Cuando ya estaban dadas las mínimas condiciones para irse a la
tierra, matan al líder campesino, nuevamente llega el miedo, o mejor dicho
reaparece, temen irse al campo, no se sienten seguras. Pero, querían ganar
confianza para su vuelta, por ello indagaban sobre la causa de la muerte del
líder, necesitaban confirmar ese comentario “si lo mataron fue por algo”,
esta palabra que en apariencia muestra indolencia y justificación de la
muerte, pero que en el fondo no es mas que una forma de autoprotección “si
me porto bien no me pasa nada”- eso las tranquilizaba aunque muy en el
fondo sabían que no había vacuna que las inmunizara de esta guerra.
Llega la negociación de la tierra y con ella otra situación difícil, el
representante de los campesinos quería que las mujeres le delegaran a él la
negociación, porque ellas- mujeres y asesorada de otra mujer, no tenían
capacidad, por supuesto que no aceptaron, pero si se asustaron un poco,
pues se oían rumores de que si ellas no daban poder o algo mas a este líder,
iban a tener problemas, otros hombres que negociaban paralelos a ellas,
echaban leña al fuego.
Pero, a pesar de los inconvenientes, el 30 de diciembre en las horas
de la tarde las mujeres fueron citadas para la negociar la tierra, fue un
proceso de negociación libre de ellas con el vendedor y el acompañamiento
del gerente regional de INCORA y del representante de los campesinos 8el
mencionado anteriormente), yo esperaba afuera con mucha ansiedad, 2
horas después, como las 5 de la tarde, salen ellas, felices porque negociaron
la tierra por un precio por debajo de la negociación que hicieron los
hombres, pero mas que la rebaja, ellas lo que celebraban era la confirmación
a sí mismas y a los hombres de sus capacidades...era el primer logro político
que tenían en su vida. Cerraron el 1997, con la tierra negociada, con muchos
planes para vivir, pues ya sentían que estaba finalizando su viacrucis.
Con la fortaleza que unas daban a otra las mujeres tomaron la
decisión de seguir hacia la tierra, sin autorización del INCORA y con los
pocos recursos que habían conseguido siguieron el camino con distintas
velocidades hacia la tierra elegida, desde abril a junio del 98. Recuerdo,
cuando se encontraban en la casa o mayoría de la finca que habían
comprado, todas se sentaban en el piso en circulo para soñar su nuevo
proyecto de vida...
... Se imaginaban la finca con el área productiva y las casas juntas
como un pueblito, con una plaza y un parque para los niños que iba llevar el
nombre de Don Tomas, decían que iban a bañarse donde se baña la luna
para no ponerse mas viejas y cambiarle la vida a sus hijos, soñaban como lo
hacen las madres pensando mas en los niños que en ellas, esos niños, que
hoy ya pasados 9 años son unos jóvenes, que también vivieron su propia
historia paralela a la de ellas, esos hijos que ya no están completos, pues
todos no fueron inmunizados de la guerra por los vestidos de protección que
construyeron sus madres, hoy que vuelto a la tierra de las mujeres, siento la
alegría, porque han cumplido algunos sueños , pero también siento tristeza
por no haber conocido la historia de Ángel, el hijo de Marta, ese joven que
yo hubiera querido encontrar de nuevo para que me acompañaba a visitar a
los cultivos, como lo hacía en el 98.
A principios del 1998, cuando las mujeres estaban esperando todo
el procedimiento legal para llegar a la tierra, el cual se logra en febrero y
piden al INCORA entrega del predio, aparece otra limitante, la entidad no
autoriza entrar al predio, hasta que no aceptaran el crédito productivo que
ofrecía el Banco Agrario, que es articulado a la entrega de la tierra, ellas no
lo aceptaban porque era un crédito ordinario, con intereses del sector
financiero convencional, no querían un nuevo desplazamiento por el no
pago de la tierra y el crédito.
La situación se volvió otra vez difícil. Las mujeres iban todos los
días a donde mi a que lea ayudara a buscar una salida. Sus vidas en la
ciudad era cada día más insostenible. Una me decía que se estaba volviendo
loca, con una familia de 19 personas en una habitación. Pero finalmente
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vísceras, que nos impide ser solidarios…. Y que al final de tanto respirarlo
se vuelve como el CO2, nos llena de letargo y nos mata por dentro sin que
siquiera nos demos cuenta.
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Oscura compañía
-1990Por: Samantha.
Cuando mi hija mayor tenía año y medio, viajamos a Mitú por
motivos laborales de mi esposo, y lamentablemente los recuerdos más
vívidos que tengo de los dos años siguientes no fue el contacto con la selva
o los atardeceres sobre el río Vaupés en sus hermosas playas color perla,
sino aquellas madrugadas en que el padre de mis hijos era llevado por “los
muchachos” río arriba, vendado, usurpado de su familia y de su casa, sin
ninguna explicación ni motivo mas que “-el jefe quiere verlo” … sin saber
jamás si volvería con el rayar del sol, o en un día, o nunca…
-El rompecabeza
Llevaba días intentando aclarar mi mente para lograr dilucidar de
qué forma me ha tocado la guerra… y es que hay tantas situaciones, tantas
capas, tal profundidad, que es casi imposible saber por donde comenzar;
saber si realmente tuvo un comienzo y lo peor, sin ver la luz al final del
túnel, sin saber el día en que termine y ¿Cómo será? ¿Que se sentirá vivir
sin guerra? No lo sé, no me ha tocado, la he vivido siempre, he vivido
siempre en éste mi país, en muchos lugares y siempre es lo mismo, de una
forma u otra, y es que nos toca y nos ha tocado a todos sencillamente porque
está aquí desde mucho antes que nosotros.
Como la mayoría de los colombianos, olvidé pronto y muy pocas
veces recuerdo aquellas angustiosas madrugadas, así como a los que
dejamos atrás.
-In side-
-En las sombras -
Por fin aquella noche tras un sueño lúcido decidí por donde
comenzar, me di cuenta que la guerra nos toca desde siempre y tanto es así,
que yo no habría nacido (o por lo menos no con este fenotipo, nombres y
apellidos). Si no fuera por ella, seguramente mis padres ni se habrían
conocido. Tengo papás santandereanos de sangre campesina, entremezclada
con la de poetas y políticos, llegaron al Llano cada uno con sus respectivas
familias escapando de la violencia, siendo desplazados, sin que aún el
concepto fuera conocido.
.
Los padres de mi esposo, él y sus hermanos, llegaron aquí en
idénticas circunstancias, teniendo que abandonar todo después de dos
atentados y de haberse escondido en las montañas por largos meses… tal
vez nuestros caminos no habrían coincidido de no ser por esa guerra
llamada “la violencia”.
Volví a mi ciudad después de un tiempo y la guerra se cruzaba
conmigo sin que yo advirtiera su presencia, además cuando ves las cosas en
televisión todo se ve más lejos. A veces se encargaba de recordarme que
estaba allí con atentados en lugares donde habitan familiares o amigos y
despiertan esa verdad que todos tenemos escondida para que no nos
atormente: la guerra sigue y todos podemos caer, y es que además está tan
entretejida con nuestra vida que hasta ha modificado nuestro vocabulario;
puede que no lo usemos, pero lo entendemos, nos es familiar; en ese
lenguaje, al verbo matar se le dice "quebrar", "pasar al papayo", "bajar",
"tumbar”. Es un lenguaje que refleja de manera creativa la vida cotidiana,
pero que está -al mismo tiempo- cargado de muerte.
-El HoyHoy, como todos los días pasé por la avenida 40 rumbo a mi
trabajo y como todos los días al parar en un semáforo en rojo, una niña o un
niño (todavía no lo he descifrado, ya que su castaño y ensortijado pelo corto
y vestimenta confunden) de aproximadamente 4 años me pidió dinero. Mi
política de no dar limosnas a los niños, como siempre, me abstuvo de darle
No me malinterpreten… no estoy a su favor. Tan sólo digo que está
tan adentro de nuestro mundo que en muchas de las situaciones más
importantes de nuestras vidas ella ha estado presente, tácita, muda; se ha
convertido en el aire que respiramos, un aire ácido, áspero, que evita que
confiemos en nuestros vecinos, que nos apabulla y nos corroe hasta las
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unas monedas que había en la guantera del carro. Lo diferente que pasó, fue
que por primera vez vi sus ojos miel y escuché atentamente sus palabras y
me partió el corazón verlo(a) allí bajo la lluvia, aparentemente solo(a) y me
di cuenta de algo, con lo que quiero terminar esta crónica: la guerra nos ha
tocado tanto, nos ha lacerado tanto, nos ha herido tanto, que ya la mayoría
nos hemos vuelto indolentes e inmunes a ella.
los machistas, en las mujeres, como victimas y victimarios, en las
propagandas.
En donde esta la guerra? En todas partes, en la política, en la
economía, arriba en los aviones y helicópteros que bombardean, en los
satélites, en la ciencia cuando hacen biotecnológica de guerra, en la religión
cuando matan a los musulmanes, niños, bebes, mujeres, hombres, abajo en
las minas quiebra patas, a los lados, en la oscuridad, cuando amanece, cuado
se piensa diferente, se es diferente, en las universidades, en los negros, en la
tierra, en la selva, diga Ud. cualquier cosa y ahí esta la guerra.
Al volver a la ciudad creí que atrás habían quedado los días de
angustiosos, nudos en la garganta y miedos viscerales, pero la realidad es
muy distinta, porque la guerra ya es parte nuestra, no solo nos toca, sino que
nos venda, nos ata, nos apabulla, nos limita, nos coarta, nos esclaviza.
Me niego a ser parte de ella, a ser maltratada a maltratar, a maldecir
a seguir llorando, a imaginar el dolor que parte el alma, el cuerpo, me niego
a ver el amor entre la sangre y la voluptuosidad de la violación, me niego a
entender el cuerpo destrozado, me niego a la respiración de huida, a la
eterna angustia, a las pesadillas, me niego al desarraigo, me niego a tener la
capacidad de racionalizar la guerra, me niego a odiar a los que odian, a
olvidar a cada uno de los seres humanos masacrados, guardados en la
sombra, en la pena en la injusticia, en el olvido que quieren que olvidemos;
me niego a pasar un día sin que me duela esta guerra, toda la sangre y el
dolor se recoge y cambia de color se vuelve transparente, no huele, y al final
ya no duele, y es allí cuando mas miedo me da, porque sé que lograron lo
que querían, y ya no me importa, ya no lloro, ya no vivo, y esa ilusión de
vida, la mataron a fuerza del mundo falso etéreo que nos pintan y nos hacen
creer, ese no es mi problema, a mi no me toca, de malas, ahora estamos
masacrados de verdad y vuelvo y digo me niego a seguir hablando de la
guerra.
Está tan ahí que además de estar creando la historia de nuestro país
(y es que es el personaje principal) crea la nuestra, juega con nuestras vidas
dándole sobresaltos y sin sabores, llenándonos de resentimiento contra
nuestro propio pueblo, sembrando terror, cegando vidas, coartando
ilusiones, matando esperanzas… y sin embargo, a pesar de ella y de su
oscura compañía… yo también digo: aquí estoy y aquí me quedo. Porque
éste es mi país, y debo aportar no solo un grano de arena, sino hacer mi
mayor esfuerzo para que al fin, algún día, podamos ver la luz al final del
túnel y nosotros o nuestras futuras generaciones puedan disfrutar del sol, del
campo, de la ciudad, de la vida, aquí, en mi ciudad, en mi país.
9
¿En dónde está la guerra?
10
La paz y el fortalecimiento de la sociedad
civil en las pequeñas comunidades Rurales
La historia de retazos de guerra, construyen una ilusión de un
mundo desdibujado a lapsos de cordura y de locura, ya que la lógica se
resiste a aceptar el dolor como lo normal, los sentidos se pierden, se
alucina…
Debe ser su carácter inaccesible lo que la hace majestuosa; tan
pronto se la ve es simplemente una muralla de montañas que se alzan desde
las estrechas riberas de los ríos Chicamocha y Nevado y que según se sabe
Escribir de la guerra, me niego a aceptarla, la pena ajena no puede
con la razón, tan vergonzosa es, y no porque nunca me ha tocado, cada día,
en cada noticia, en los impuestos, en la historia, en el cine, en los hijos, en
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ascienden hasta la cadena invisible de sus picos nevados. Pudo ser que los
U‟was, en su forzoso desplazamiento, se precavieron y dejaron guardianes
sobrenaturales. Es así, por que todo inicial contacto con la Sierra Nevada del
Cocuy es simplemente sobrecogedor.
organización. Adelantaron experiencias de bachillerato tutorial, adelantaron
pasantías en la Fundación San Isidro, fortalecieron los Comités Municipales
de tabacaleros. Las ansías de saber y superarse eran inusitadas, poco a poco
se fueron involucrando en la vida municipal, aparte de su muy consolidada
Acción Comunal, animaron la creación de un Comité de Campesinos de San
Mateo, eligieron algunos Concejales, atendieron a la formulación del Plan
de Desarrollo Municipal. Y poco a poco, fue evidente que en un municipio
tan rural como San Mateo, los campesinos eran una fuerza decisiva que
opinaba sobre la prioridad de las obras publicas y los servicios veredales y
enrrutaba los quehaceres y la programación de la Umata…(a estas alturas
cabe alguna consideración respecto a si, en algún momento, los procesos
organizativos pudieron ser influenciados por las organizaciones guerrilleras
que tenían indudable presencia en la zona y que tenían nexos orgánicos con
las comunidades, seguramente por que enrolaban a algunos jóvenes de
aquellas comunidades).
Pero tuve la suerte de reconocer cuidadosamente alguno de los
parajes que se albergaban (digo, adherían) a aquella mole. Bordeando
siempre la cuenca del río Cifuentes, cerrando los ojos mientras se descendía
por una especie de montaña rusa para evitar que la vista de los precipicios
nos dejara sin aire, ya en las proximidades de su encuentro con el río
Nevado, en los límites con la otra mágica región de García Rovira, dentro
de la jurisdicción del municipio de San Mateo, Boyacá, se asentaba la
comunidad del Naranjal.
Evo, Emiliano, Agustín…, la parentela de los Gelvez, eran los
lideres más destacados. A más de muy empinadas, todas las parcelas eran
completamente minifundistas, pero entre todos los colindantes existían muy
vínculos familiares y de compadrazgo que finalmente habían derivado hacia
nexos ideológicos. Parece ser que en tiempos recientes, dos o década y
media hacía atrás, la actividad predominante fue el cultivo del tabaco negro,
articulado a la comercialización que del mismo se hacía en las bodegas de
Capitanejo o Puente Pinzón. La crisis tabacalera de aquellos años y el
mejoramiento de las condiciones educativos, provocó una migración
masiva, al punto de que la vereda quedo despoblada en mas de un 50% y era
común reconocer muchas de las antiguas casas de habitación –levantadas en
adobe y techos de paja- abandonadas a las jaras como su población de
reemplazo.
De cualquier manera, pese a la precariedad de los recursos (el
minifundio, las fuertes brisas en aquellas montañas, la ladera, las vías, la
ausencia de alternativas productivas), era improbable encontrar una
comunidad rural más organizada. Habían emprendido masivos programas
de reforestación, más de 10.000 árboles entre cajetos y nogales cafeteros, y
las cuencas se protegían plenamente, pese a lo accidentada la carretera tenia
un mantenimiento regular, la escuela, el comedor comunitario, la asistente
de salud comunitaria, funcionaban formidablemente y la comunidad tenía
injerencia en los programas educativos. Existía plena conciencia de la
importancia de la seguridad alimentaria y de la necesidad de impulsar
prácticas agroecológicas. Funcionaba debidamente un acueducto
interveredal y se encontraban implementando un microdistrito de riego que
apuntalaría la producción hortícola y de fríjol.
A la generación que para entonces residía en la vereda,
pertenecientes a no más de 3 ó 4 troncos familiares, le correspondió hacer
frente a la casi segura extinción de aquellos campos minifundistas y
tabacaleros. Una de las alternativas productivas estuvo representada por la
chirimocha, pero en el caso particular del Naranjal, aparte de algunos
escasos frutales, la yuca, el maíz, las aves de corral, es decir del refuerzo de
los cultivos de subsistencia, la única alternativa de producción monetaria
derivaba del cultivo del fríjol y de la espera a la recuperación del tabaco,
aunque todo ello resultaba muy incierto.
Lo más relevante: la comunidad entendió la necesidad de buscar
alternativas económicas y parte de una tienda comunitaria, se constituyó un
grupo precooperativo para impulsar trabajo mancomunado en la producción,
la comercialización y la adquisición de insumos. Después de algunos
avatares técnicos y organizativos, al cabo de tres años habían consolidado
una mediana empresa avícola que surtía la demanda de los municipios
vecinos del Espino, Guican y Chita. Incluso ya habían superado los
arrebatos del colectivismo en la organización y tanto el manejo de la
producción como su comercialización se adelantaba con claros manuales
organizacionales de otorgar responsabilidades individuales. De manera que
Los jóvenes que tuvieron que vivir plenamente la crisis, acudieron
a la asesoría de grupos eclesiales y dieron inicio a procesos de educación y
14
el Grupo Precooperativo del Naranjal, constituía uno de los pilares para el
desarrollo de la vereda y el municipio; cualquier iniciativa que el grupo
desplegara contaba con los mejores augurios
pudo viajar más a San Mateo y hubo que apelar a formas de comunicación
indirecta, la comunidad estaba sentenciada en razón de que la guerrilla había
tenido presencia por esas regiones, la comunidad era muy probable parte de
los objetivos militares.
A pesar de la distancia por recorrer, 4 horas de camino desde Soatá,
las 5 o 6 visitas que pude realizar se constituyeron en mis más espléndidas
experiencias de Desarrollo Rural. La entereza, la versatilidad, la facilidad de
comunicación, la identidad, la claridad organizativa, encontrarlos siempre
adheridos al surco, desde el comienzo barrieron con mis prejuicios citadinos
e intelectuales, la relación con ellos se hizo completamente fraternal, de
compañeros. El diálogo de saberes no era un postulado, era una realidad,
sólo que tal vez quien menos podía aportar era yo mismo, probablemente
contaba con capacidades discursivas y contaba con redes, pero me faltaba
convicción, mis concepciones no enraizaban en una praxis, no había
seguridad sobre mi identidad. Para los estudiantes que me acompañaban el
contacto con aquellos “campesinos” inmediatamente daba al traste con
todas su pretensiones y prejuicios, ¿de qué podían presumir si apenas sus
vidas se iniciaban?, en lo sucesivo ¿que podían pensar de lo campesino y de
las gentes humildes cuando reconocían experiencias y personas como
aquellas? Tan sobrecogedora como el paisaje era la lección de aquella
comunidad completamente empoderada.
De lo que acaeció posteriormente las noticias son inciertas. En
principio, con la eminente amenaza, la comunidad se dividió, parece ser que
algunos de los moradores procedieron a refugiarse en el casco urbano y
ofrecieron información a las autoridades locales que ya habían tomado
partido por la empresa de la “recuperación del orden”…De un momento a
otro, la vereda debió ser completamente desalojada. Ese desplazamiento de
los moradores tuvo las características de un operativo secreto, de una forma
salieron los semovientes, de otra manera salieron las personas, se trataba de
salvar lo que fuera y contar con algunos recursos para reiniciar su vida
campesina donde fuera posible. A los pocos días los paramilitares llegaron
al Naranjal, incendiaron dos viviendas y asesinaron a un muchacho de una
vereda vecina que colaboraba en dar vuelta a las gallinas y esperando a la
cosecha.
El núcleo más estructurado de las personas de la comunidad,
abandonó San Mateo con la esperanza de reencontrarse en otra región y
procurar alguna consolidación comunitaria y emprender colectivamente la
lucha por la sobrevivencia, pero ocultando siempre las características
particulares de su ser campesino y probablemente arrepentidos de haber
ensayado alternativas respecto a su existencia como comunidad rural. En
todo caso, en los momentos más desesperados de la avanzada paramilitar,
en las recusaciones dentro de la comunidad, nunca se hablo del derecho de
toda comunidad por buscar una existencia digna, parece ser que recayeron
inculpaciones sobre quienes no habían aceptado “el orden tradicional y
normal de las cosas”…
…Primero se dio el avance de la fuerza pública, del Ejército que
fue instalando retenes y copando todas las cabeceras municipales. Viaje tras
viaje las requisas eran incesantes, resultaba comprometedor decir que se
quería visitar el Naranjal, previamente debía visitarse la Alcaldía y dar
completa razón de la permanencia en aquella zona. La presencia de la fuerza
pública reanimo a los políticos tradicionales que reanudaron la recuperación
de su poder local, estigmatizando a los movimientos de base que les
disputaban el liderazgo. Se hizo riesgoso candidatizar a campesinos pues se
los señalaba como “los candidatos de la guerrilla”.
… De ser posible volver a transitar por los despeñaderos del río
Cifuentes, sé que el paisaje es completamente predecible. Habrán crecido
los barbechos, las carreteras estarán más abandonadas ya que no son
requeridas por nadie, las casas estarán abandonadas cada vez más invadidas
de las “chuchas” y los perros de monte, si es que hay algún recién llegado
probablemente haya preferido habitar en la escuela. Tal vez ya algunas de
las parcelas tengan algunos nuevos dueños que habrán sembrado pastos y
olvidado los cultivos…Pasará mucho tiempo, tal vez nunca se podrá volver
a decir que allí en el Naranjal residió una comunidad que intentó darle otro
Al cabo de un año, entonces se hizo notoria la avanzada de los
grupos de autodefensa, que inicialmente se aposentaron en las más
importantes cabeceras urbanas de la región (Soata y Capitanejo) y desde allí
fueron incursionando hasta diferentes zonas rurales sin que la fuerza pública
se diera por enterada de lo qué ocurría, en la medida en que se regularizaban
las operaciones paramilitares disminuía la presencia del ejercito. El cerco a
la guerrilla, pero ante todo a las comunidades cada día fue más estrecho.
Surgió la alarma, ¿qué podía ocurrir con los amigos del Naranjal?. Ya no se
15
sentido a la existencia de San Mateo y que anido la esperanza de ser uno de
los tantos embriones de lo que acaso sea otra Colombia Rural.
Ananías pareció sorprendido con mi pregunta de ¿Cómo le tocaba
la guerra?, traté de que todo fuera más práctico, le pregunté qué pensaba de
esta y si creía que le había afectado alguna vez.
11
Entre La Vida y el Plan Colombia
El pareció adelantarse a mis propósitos y me dijo muy tenuemente;
¡hagamos una cosa, Yo le cuento como me ha tocado de duro y usted
concluye ¡
Ananías comenzó afirmando que después de haber quemado y
tumbado parte del monte, procedió a sembrar maíz, luego estableció pastos
y con ello llegaron las vacas y el ganado de engorde, con el transcurso de
los años comenzaron a llegar los vecinos y a formarse la vereda por allá a
comienzos de los 80‟s, posteriormente la bonanza de la coca, el
florecimiento de las guerrillas y lo que él llamo: „la pudrición del pueblo‟,
que a mi entender es el termino con que califica la pérdida de valores,
tradiciones y desarraigo por la tierra y por el prójimo, en un contexto de
economía ilegal, facilitada principalmente por la baja presencia institucional
y la baja rentabilidad de los cultivos tradicionales.
Por: Orteguaza
Es otro caluroso día de verano en Cartagena del Chaira, guiado por
Esteban10, un viejo amigo de la zona y en medio de todo lo sospechoso que
puede ser, acudo a mi cita con Ananías quien es un campesino que posee
cultivos de arroz, plátano y yuca, además de unas cuantas vacas; actividades
con las cuales subsiste y obtiene cierto margen de ganancias para suplir los
gastos familiares y sobre todo, asume el costo de enviar a sus hijos a
estudiar al „Pueblo‟.
Comenzamos la charla en medio de los tangos del “Caballero
Gaucho” y rancheras de Vicente Fernández que sacudían una pequeña
cantina al otro lado de la calle. Por la expresión de su rostro, Ananías
parecía apurado, pues era día de mercado y debía de realizar muchas
compras, entre ellas los víveres para la familia, la sal para el ganado y unos
cuantos kilogramos de urea para abonar los arrozales, la cual, a pesar de las
restricciones que existen para su comercialización en la región, se logra
conseguir en pequeñas cantidades en los almacenes agropecuarios del
municipio a precios realmente elevados.
A pesar de la claridad de lo relatado, aproveché su pausa para tratar
de que enfocáramos más la conversación hacia el objeto de mi ejercicio, así,
le pido que me hable más del conflicto, de lo que él piensa de la guerra y si
le ha tocado vivir alguna situación „dura‟ a raíz de eso.
Ananías, muy sinceramente me dice: “jovencito aquí que es lo que
no es resultado de la guerra”. Empezó ilustrándome que su vida esta
demarcada por esta, que no pueden mantenerse al margen de la situación y
pues los diferentes actores le obligan a ser parte de ella, aquí no se admite la
neutralidad; entonces, la guerra se convierte en su estilo de vida.
Traté de romper el hielo preguntándole acerca de sus orígenes y
como había llegado a la región, me contestó relatándome que después de
varias décadas de que su familia se instaurara en las riveras del rio Caguán
provenientes del Departamento de Boyacá, el decidió armar „Rancho aparte‟
en medio de la selva, unas cuantas horas en canoa río abajo del lugar donde
había crecido junto a sus padres y sus hermanos, muchos de los cuales,
ilustró, habían sido asesinados o heridos durante las típicas riñas de día de
mercado que suelen ocurrir en estos olvidados lugares de la patria.
10
Para mi fortuna, Ananías decidió ponerme un ejemplo de cómo su
vida y la de su familia, además de todo por lo que había trabajado, en este
momento estaba siendo amenazado por el conflicto; me puso como ejemplo
el plan Colombia, me comentó como cierto día trabajaba en un pequeño
campo de arroz junto a uno de sus hijos y un viejo anciano que le coopera
en sus labores; en esos días corrían fuertes rumores de que la tropa estaba en
la zona11; pues desde que se había iniciado el plan Colombia el ejército
había aumentado su presencia en la región e iniciaba una fuerte campaña de
Los nombres han sido cambiados para asegurar la confidencialidad del ejercicio.
11
16
La tropa es el término con que se designa a los comandos del ejército oficial.
erradicación de cultivos ilícitos vía aspersión área de agroquímicos; lo que
generó un fuerte temor en la población campesina, pues ya varias hectáreas
de cultivos lícitos, fuentes de agua, pastizales y hasta escuelas habían sido
fumigadas.
campaña- . Ananías narró cómo había pasado una larga noche pasada por
agua, zancudos y unos cuantos bocados de comida suministrados por
quienes le retenían, manifestó que un soldado le había comentado que
seguía allí porque un „Sapo‟ lo había delatado, momento a partir del cual
Ananías temió lo peor; todo pareció tornarse más desesperante y
desesperanzador cuando un grupo de 4 soldados luego de desatar las
cuerdas que le fijaban a la palma le pidieron que se incorporara y se vistiera
para que les acompañara; muy celosamente fue custodiado hasta un
Cananguchal, una vez allí, le advirtieron que si no quería “morirse” debía de
abandonar su finca y sus enceres en un plazo de 4 horas, pues según los
militares las órdenes eran desocupar la zona y mucho mas de auxiliadores
de la guerrilla como ellos.
El principal temor no radicaba en dicho sentido, Ananías,
mirándome muy sinceramente y mientras el sudor corría por su frente, relató
como la tropa llegaba a las casas, luego de robar parte de sus cultivos y
animales de patio procedían a sacar a los hombres, a golpearlos y
amarrarlos, luego se les insultaba y se les acusaba de guerrilleros, en
ocasiones les desvestían y les hacían arrodillar para que confesaran „sus
crímenes‟. Finalmente, a muchos se los llevaban o en ocasiones se les
liberaba, no sin antes, anotar sus nombres.
Luego de consumir hasta la última gota de la roja gaseosa que
había alcanzado a derramar en su barba, Ananías respiro profundo mientras
me dijo: “Que iban a pensar esos cojudos, yo no me voy de por aquí ni en
ataúd, ni crean que me voy a aguantar hambre al pueblo”. Afirmó que a
raíz de ese evento había acordado con su esposa proceder a enviar a sus
hijos a estudiar a la cabecera municipal, donde se había hecho a una casa
luego de vender unas vacas
Narró como en ocasiones procedían a hacer terrorismo psicológico
en la población. Pintando grafitis que anunciaban la llegada de las AUC con
letreros como “Muerte a los guerrilleros hp” “no se escondan que los
vamos a pelar” y otros como: „No sea marica únasenos con su fusil‟.
Ananías retomó su conversación después de advertirme de lo
peligroso que podría ser que yo andará con esa información que anotaba
muy puntualmente en mi libreta. Me advirtió como habían sido amenazados
unos lugareños que decidieron realizar una denuncia por la fumigación de
un área de su finca en la que solo existía una cementera.
Finalmente afirmó que seguirá en su terruño hasta que solo dios el
todopoderoso se lo impida y que no piensa seguir la ruta de los que se van y
vuelven peor.
Luego de un par de minutos y haber iniciado un cigarrillo, Ananías
recordó que hablaba acerca de que se encontraba en un arrozal junto a dos
personas más, cuando de repente aparecieron dos soldados apuntándoles con
sus armas y pidiendo frenéticamente que les entregara armas que ellos no
poseían; relató cómo su hijo menor irrumpió en llanto y le pedía a los
soldados que no los mataran, ilustró como fueron llegando uno a uno más
soldados junto a un capitán, el cual dio la orden de retener a Ananías, pero
dejar ir a su hijo y al viejo anciano, luego fue alejado hasta una pequeña
meseta donde fue amarrado junto a una palma y dejado en desnudez durante
un lapso de 2 horas aproximadamente. Encontrándose en dicha palma le
revisaron su espalda – Ananías comentó que esta es una forma de ver si una
persona ha estado „Trochando con los muchachos12‟, pues ello supondría
tener marcas en la espalda dejadas por la carga continua del material de
12
¿La guerra en cuatro paredes?
Por: IV Paredes
Se aproximan las 7 p.m y como siempre ocurre, mis pequeños
amigos alojados en mi vientre, reclaman un poco de comida para continuar
con sus labores, lo cual suena amenazante ante la necesidad de yo hacer lo
mismo, seguir estudiando. En ese momento mi tía se acerca al escritorio y
acorde a la rutina diaria, trae la comida, acción ante la cual yo
inmediatamente respondo encendiendo el televisor. En ocasiones lo he
analizado y creo que lo hago porque pienso poder encontrar, ilusamente
valga la claridad, algo que me haga sonreírle a la vida, pero oh sorpresa,
‘Trochando con los muchachos’ hace relación a patrullar con las guerrillas
17
pues este es el increíble acontecimiento que escuche. La noticia decía algo
como: “Increíble, en una ciudad china están fuertemente consternados ante
la muerte de uno de sus habitantes después de 45 años de no fallecer
ninguno de sus integran…”, no pudo terminar la comunicadora de decir la
noticia cuando intempestivamente mi primita (7 años), la cual no sabia
estaba en mi habitación, replico ante la noticia “Y ES QUE ALLÁ NO
MATAN!”… ¿Qué decir ante dicha apreciación? …, vale un simple NO, o
lo acorde al momento será explicar la situación, no lo se, ya no recuerdo
cual fue mi respuesta, pero si recuerdo que después de dicho momento todo
volvió a la normalidad.
que aprender de memoria sus palabras, aprendí de geografía, pero NUNCA
las razones del porqué de dichas guerras, hubiese querido saber en dicha
época cual era el contexto en que se daba esa guerra, porque los “buenos”,
eran “buenos”, y los “malos” los tenía que odiar, pero nunca me lo
“enseñaron”.
Más tarde en la U, las cosas cambiaron, en una época, la guerra la
vi desde las ventanas de esas cuatro paredes y en otras ocasiones la viví
dentro de esas paredes, aunque de nuevo existe alguna inconformidad,
hubiese querido, que en los primeros días me hubieran enseñado sobre esa
guerra, pero es allí donde se encuentra el punto neurálgico y la crítica mayor
que hago a aquellos días iniciales, que los actores que tuvieron como misión
desde la academia, enseñarme porque se vivía la guerra al interior de esos
salones a los cuales yo iba estudiar, “nunca” aportaron a la construcción de
dichas bases y así vi como la guerra desde el intelectual que comprendía que
la fuerza en ocasiones era necesaria en dicha guerra, se disipaba y
desaparecía gracias a que la acumulación histórica se perdía o no existía y
entonces unos se iban mientras otros “caían”.
Recordando aquel día, hoy cuando se me pregunta ¿Cómo me toca
la guerra?, tengo que responder que, visualizándola desde su contexto
dinámico, la he vivido entre cuatro paredes. Cuatro paredes que con el
tiempo han cambiado de locación pero que al final han sido cuatro, más
frías, menos estéticas, más grandes, que hablan, pero al final cuatro paredes.
Primero fueron las de mi habitación, entre las cuales un cuadradito que
habla a pesar de no tener vida me ha enseñado a “ver” la guerra (pero nunca
“enseñado” sobre la guerra, de eso puedo dar fe en este tiempo), me ha
mostrado desde todo tipo de armas, hasta todo tipo de bandos, me ha dicho
quien es bueno y quien es malo, me ha mostrado campos de batalla, también
las victimas de la guerra y desde un punto de vista más científico, a observar
la modernización de la guerra, la evolución de las armas, la transformación
del conflicto, en ocasiones algunas posiciones ideológicas de la guerra,
aunque sean un poco superficiales, en fin desde el cuadradito me han
“bombardeado” con información acerca de la guerra “mundial”.
De esos días lo queda son sentimientos de tristeza y rabia por lo no
hecho y de conformidad por lo que estoy haciendo de mi vida. A partir de
allí aprendí a que la guerra hay que afrontarla y confrontarla, desde las
armas o desde la cabeza, cada uno escoge, pero siempre habrá algo que
aportar desde que exista inconformidad.
¿Cómo nos toca la guerra?
Luego fueron las de la habitación de estudio de mi padre, que con
el tiempo también serían las mías, allí, los libros, me han contado a cerca de
la guerra, pero la guerra colombiana, me han contado en muchas ocasiones
quien la hizó, en otras por quienes la hicieron, y es allí, donde empiezo a
entender las lógicas de lo que dice el cuadradito, los libros, cosa curiosa, me
han llevo vivir la guerra y en ocasiones hacerla mía y buscar los medios
para hacerla mía y actuar para transformarla en busca de la victoria.
Por: “Salomé”
Este país dentro de sus particularidades tiene lugares a los que
sesgadamente se han denominado “zonas de conflicto” por la confluencia de
diferentes factores que se presentan como son la presencia de actores
armados, cultivos ilícitos, cultura de la ilegalidad. A todo esto se suman la
ausencia del estado o su defecto, una presencia que se limita en estos
lugares al ejército o a la policía, lo que en muchos casos sólo empeora el
escenario.
Posteriormente la intensidad fue superior pues eran las cuatro
paredes de los salones de clase, primero los del colegio, lugar intimidador y
represor, en el cual viví la guerra desde la historia, por ejemplo, viví la
liberación de Colombia de los españoles, pero hubo algo curioso, aprendí
sobre estrategia militar, conocí los próceres de la patria y en ocasiones tuve
18
han tenido que pagar por ser considerados “colaboradores” y como esto ha
llevado a la destrucción de su corregimiento en varias ocasiones.
La guerra es un absurdo tan grande pero a la vez tan maquiavélico
que solo se dimensiona en la medida en que se tiene contacto con esos seres
humanos, que la han sufrido en “carne propia”. Sólo entonces surge la
pregunta obligatoria, que significa toda esta locura en la que estamos
inmersos y de la cual desconocemos tanto, pero igual, debemos afrontar,
aunque nunca nos hayan dado instrucciones de cómo sobrevivir a algo que
nació, creció, se desarrolló y sigue “evolucionando” sin que fuésemos
avisados o tenidos en cuenta.
En la medida en que toman confianza, empiezan a contar cómo
llegaron los paramilitares al corregimiento, quienes con insultos, disparos y
atropellos entraban a sus casas, sacaban las cosas de valor
(electrodomésticos, dinero, joyas, comida e incluso ropa y calzado), las
seleccionaban y las empacaban en las camionetas en que habían llegado.
Luego esparcían gasolina y ante la mirada atónita de sus moradores,
quemaban las casas. Después, lista en mano llamaban a las personas que
según ellos habías sido declaradas “objetivo militar” por ser auxiliadores de
la insurgencia, los asesinaban frente a todos. Finalmente después de
insultarlos e intimidarlos hasta la saciedad y cuando todo quedaba reducido
a cenizas, se iban con la amenaza que regresarían y acabarían con todos si
no se marchaban de la región.
Particularmente, quiero narrar lo que sucede en un lugar apartado
de este país, donde tienen vida propia todos los que son considerados los
grandes flagelos de nuestra sociedad actual. Para ello, vamos a ubicar
nuestro relato en un lugar que paradójicamente se llama “El Paraíso” y que
contrario a lo que el nombre sugiere, ha sido asolado y destruido varias
veces. Es tan aislado y abandonado que llegar allá es más que una hazaña.
Sin embargo, sus habitantes, por alguna extraña razón o como ellos mismos
expresan por “terquedad” y por necesidad, se niegan a abandonarlo y
quieren reconstruirlo.
Todo lo anterior, en un país como Colombia que ha sido testigo de
las peores atrocidades, no tendría nada de extraordinario. Pues esta dantesca
escena se repitió tantas veces a lo largo y ancho de nuestra geografía que
muchos podrían decir que esto ya lo sabemos y que es muy lamentable pero
que ya pasó y hasta ahí llega la historia.
Este lugar es un universo de contrastes con un clima templado,
abundantes fuentes de agua, y tierras fértiles que producen generosamente
lo que se les siembre, unido a un paisaje precioso y una ubicación
geográfica estratégica. Haría pensar que este lugar debería ser en
condiciones normales como su nombre lo indica un verdadero paraíso.
No obstante, este pueblo es muy “terco” y contra todos los
pronósticos, sacando fuerzas de no se sabe donde y superando tanto los
temores como las amenazas reales y latentes que tienen que enfrentar cada
día, se niega a que su historia termine como en muchos otros lugares del
país, donde la población ha tenido que desplazarse y en su gran mayoría
llegar a los municipios y ciudades más cercanas a engrosar los cinturones de
miseria y abandono con las respectivas consecuencias que esto implica. En
este momento no vamos a entrar a profundizar la problemática del
desplazamiento, pues en este caso particular, quiero llamar la atención sobre
una comunidad que a pesar de tanta adversidad insiste en permanecer.
Sin embargo, cuando empezamos a conocer todo lo que ha
sucedido y sigue sucediendo en este “paradisíaco” el contraste es tan fuerte
que las palabras se quedan cortas frente a lo que significa vivir el conflicto
en todas sus dimensiones.
¿Cómo nos toca la guerra? En un corregimiento que desde hace
más de tres décadas ha contado con la presencia de la insurgencia en su
territorio, con todas las implicaciones que esto trae para sus habitantes
quienes han tenido que aprender a vivir con los “manuales de convivencia”
impuestos y donde muchos de ellos han tenido que sacar a sus hijos e hijas
del lugar para evitar que sean reclutados a la fuerza por alguno de los
actores armados, es algo que solo pueden entender quienes lo han vivido.
Lo más extraordinario es seguir insistiendo cuando esta misma
situación de destrucción se ha repetido no sólo una, sino tres veces. Es ahí
donde uno se pregunta quienes son estas personas, de dónde sacan el valor
para volver a empezar, cuántas veces sea necesario y hasta tomar la
iniciativa de organizarse y nombrar líderes que vayan a hablar con los
comandantes de los grupos que operan en la región para “solicitarles”, que
Cuándo se les pregunta qué significa vivir con la presencia de la
guerrilla en su territorio, lo primero que responden, es el precio tan alto que
19
los respeten, que no los involucren en una guerra que sólo les ha dejado
destrucción y pérdidas.
en este momento particular que nos tocó vivir, nuestro granito de arena, en
esa construcción del país que queremos y soñamos.
Los líderes que han tenido que vivir y padecer todo esto, empiezan
a contar como se fueron a hablar con la guerrilla para “solicitarle” que por
favor, respete su caserío, y que no permanezca allí, pues los pone en riesgo;
que esto rompe todos los protocolos de guerra; además, que la comunidad
no está dispuesta a seguir soportando sus desmanes.
“¿COMO NOS TOCA LA GUERRA?”
Yo he sido un hombre afortunado.
Conocer la fraternidad de
nuestros hermanos es una
maravillosa acción de la vida.
Conocer el amor de los que
amamos es el fuego que alimenta
la vida. Pero sentir el cariño de los
que no conocemos, de los
desconocidos que están velando
nuestro sueño y nuestra soledad,
nuestros peligros o nuestros
desfallecimientos, es una
sensación aun más grande y más
bella porque extiende nuestro ser
y abarca todas las vidas.
Luego, esos mismos líderes deciden ir a hablar con los
paramilitares e igualmente “solicitarles”, que los respeten, que no les
vuelvan a robar las pocas cosas que les quedan, que no sigan quemando las
viviendas, y que dejen de asociarlos con la guerrilla porque ellos son
simplemente civiles cuyo mayor delito es el tener que vivir en una zona de
fuego cruzado entre dos actores en conflicto. Como si esto fuera poco,
expresar con toda convicción, que se van a quedar en “el paraíso”, pues es el
lugar que escogieron para vivir, y es allí donde quieren realizar sus sueños y
proyectos, es algo que supera las expectativas de cualquier persona.
Cómo es costumbre en este país, todas estas situaciones se dan en
un contexto de abandono estatal donde impera la cultura de la ilegalidad,
dominada por los cultivos ilícitos, que son el combustible que alimenta el
conflicto y que deja a las comunidades a la merced del grupo armado que en
ese momento impere en la región. Como dicen las comunidades, no importa
si son legales o ilegales, ya que en estos momentos la presencia del estado
se limita a militarizar la zona, razón por la cual, la comunidad manifiesta
que ésa no es la solución, pues inundar las montañas de hombres armados,
es algo que sólo les ha traído destrucción y miseria. Lo que realmente
necesitan es inversión social en salud, educación, vías, electricidad, entre
otras.
PABLO NERUDA. CANTO GENERAL, 1950.
Hacer un relato de nuestra experiencia o de nuestros seres queridos y
cercanos sobre los efectos de la guerra no es nada fácil, es ante todo un reto.
Merece mucha responsabilidad hablar de la guerra en este país, máxime
cuando, de alguna manera, nos ha tocado vivirla y asumirla como propia.
Pues partir del hecho que estamos en guerra o que en Colombia existe una
guerra ya es algo de mucho coraje y valentía, es un reto al gobierno, al
Estado, que diariamente nos intenta convencer de que dicha guerra no
existe.
Después de esta breve descripción de lo que significa vivir en zona
de conflicto, la pregunta inicial se vuelve tan compleja de responder, pues la
guerra todo lo destruye, lo corrompe, siembra la cizaña, y pone a las
personas en medio del fuego cruzado de los actores armados de turno.
Frente a este panorama tan dantesco, pensar en cómo nos toca, desborda
cualquier respuesta, pues de todo lo que se quiere expresar, las palabras son
insuficientes. Sólo queda seguir estos ejemplos de vida, seguir esperando
contra toda esperanza que algún día las cosas puedan ser distintas y poner
Este documento no es tan solo un retrato de una experiencia propia, es ante
todo una pequeña visión de los sentimientos que nacen a partir de una larga
y difícil lucha que el pueblo Colombiano inicio hace muchos años y que
concientemente he decidido aportarle desde mis limitaciones y capacidades,
de mis sentimientos de justicia e ideario de lealtad y compromiso con mis
hermanos e hijos, con la generación que me sobrevendrá.
20
De los efectos de esta guerra resalto tres fenómenos o situaciones
indudablemente dolorosas que han estado muy de cerca. La muerte, el
desplazamiento y la prisión. Y me pregunto ¿por que? Y cada vez que
intento responder encuentro una fortaleza monumental, indescriptible,
invaluable de seguir asumiendo el riesgo por aquello en lo que creo, que es
simple y sencillo: una batalla de ideas, librando la lucha por los cambios
democráticos, la paz con justicia social, la solución política negociada al
conflicto político social y armado, el intercambio humanitario y la búsqueda
de la libertad de tod@s los presos políticos. Lucha difícil, pero no
imposible, aun en el marco de las nuevas condiciones de un Estado mafioso
y paramilitar.
Las tareas de la hora son la unidad, la esperanza y la lucha, no hay descanso.
Los que nos llaman enemigo intenta persuadir a los luchadores con la
moneda de dos caras que embellece la derrota y cercena la vida, compra
conciencias y vende la esperanza, con el ánimo de romper la columna
vertebral que une este cuerpo viviente de los cambios. No se puede
renunciar a la titánica afrenta histórica de liberar la humanidad, ni mucho
menos dejar de lado los nobles esfuerzos por los que miles de hij@s de
nuestro pueblo han entregado hasta el final el elevado costos de sus vidas en
la guerra, en las calles, universidades, colegios y las plazas donde se
realizan las batallas por la dignidad.
Una dignidad que con su ejemplo mantiene en alto los que por sus ideas los
han encerrado: los presos políticos. No puedo describir que sentí cuando a
una gran mujer la detuvieron injustamente. Una estudiante universitaria,
joven dirigente de las mujeres en su región, desatacada representante de la
cultura y el folclor, amante de la música, la poesía, la literatura y sobre todo
de la vida.
Reconforta la esperanza y el espíritu saber que aun en las victimas de los
asesinatos, masacres y desaparecidos, pero sobre todo en los desplazados y
encarcelados por el régimen, la utopía no ha sido vencida y la fuerza de las
convicciones acompañan la rutina diaria de la distancia, a la que este
sistema tiene destinado por fuerza a quienes creen en el proyecto de la
sociedad futura, la cual se iniciará derrumbando incluso, las paredes de la
ignominia y el desamparo; los gritos de la libertad se impondrán, volviendo
polvo a su paso las cárceles, ante el inminente triunfo de la justicia
encarnada en el pueblo.
En medio de una campaña fervorosa, demostrando lo que puede hacer la
unidad y el calor de muchos fueguitos juntos, nuestro país se tiñó de un
nuevo color, el amarillo. Cuando manifestaba con grandeza que podemos
convertirnos en alternativa de poder, me llegó la infausta noticia de su
secuestro. Acometido por la medusa de las mil serpientes, disfrazada de
Estado, que a diario intenta mordernos el rostro de la dignidad, en este caso,
representado por ella.
El pueblo en su conjunto es tratado de enemigo y en los jóvenes es donde se
focaliza con mayor énfasis dicho trato; pues son los jóvenes los que poco a
poco se están sumando al descontento. Suenan timbres, diría poeta Luís
Vidales, ante el descontento de las masas; se anuncia el preludio de nuevas
contiendas en las que, los que nos consideran enemigo, no dudara en afinar
su acecho contra el pueblo, como forma desesperada a la respuesta
inevitable de un sistema que se está desquebrajando en sus entrañas sucias
de sangre y barbarie.
Intentaron desmoralizarme con su encierro, como si las ideas justas que
defiende, fueran evanescentes con burdas bravuconadas irracionales. A esos
energúmenos enemigos de la risa y de los sueños, se le responde con la
misma actitud de Antígona, la precursora de los derechos humanos en la
vieja Grecia. “No obedeceré leyes injustas, sólo haré lo que me dicte la
conciencia”. Y la conciencia que esta mujer enarbola representa el mágico
sueño de la utopía, que es tan bello como ella, cuando cruza el viento
veraniego de su tierra, siempre dispuesta a escribirla en las paredes de su
ciudad.
Suenan timbres por que los mecen vientos de unidad, de fuerza y de avance.
Estamos ante el umbral de una nueva etapa para las fuerzas populares y
democráticas en el país y por ello hay que seguir insistiendo en la dura tarea
de realizar la unidad del pueblo y lograr que esta se desarrolle para madurar
la condiciones que se requieren hacia la consolidación de una gran
propuesta alternativa, que permita conquistar los anhelos de democracia,
soberanía, paz y justicia social que urgen en esta hora de definiciones.
A diario la pienso y repienso porque creo que es de la mejor estirpe con la
que se ha abroquelado las grandes mujeres de nuestra América como:
Mercedes Ábrego quien se unió a los ejércitos emancipadores para darle
luego la libertad a este continente multicolor, hecho con el más bello arco
21
iris de pieles y pueblos juntos jamás pretéritamente conocidos. De esas
mujeres como ella dirá el gran poeta cubano José Martí que “sólo delante de
las mujeres de este continente se puede hablar de la libertad”. Ese reino de
los fines, la libertad, que permanentemente buscamos los que pensamos que
una nueva humanidad está emergiendo y que todos nuestros esfuerzos no
son en vano, por el contrario, son la savia vivificadora que nutre estos
sueños tantas veces postergados. Quizá por ello es que los exaltadores del
miedo han querido aprisionarla, porque creen encerrar sus renovadoras
ideas: esas que tal vez justifican los barrotes con los cuales pretenden
impedir el volar de sus alas nuevas y tiernas.
En Colombia fueron dos mujeres las más importantes constructoras y
exponentes de las ideas emancipatorias en los últimos años. Ambas llevaban
el mismo nombre. Maria Cano y María Ayala, llevaban el nombre de la
mujer que parió al primer revolucionario prestigioso del planeta, el que
predicaba el amor al prójimo. De la primera se conoce su hermoso
apelativo, la flor del trabajo; de la segunda se sabe que impulsó las
primeras huelgas de las escogedoras de café en el departamento del Quindío
y que influyo a varias generaciones de libertarios en este país.
Han sido pues las mujeres un baluarte poderoso en medio de esta sociedad
machista, las constructoras de nuevos proyectos que abran ancho cauce a la
vida futura. Podría nombrar más mujeres valiosas que han jugado
extraordinario papel en esta brega cotidiana por hacer efectiva la liberación
de nuestro pueblo. Podrí nombra a Manuelita Saenz y otras que harían
interminable esta lista; pero que a la vez muestran la vitalidad y el valor de
nuestras mujeres en este trajinar histórico.
Es una compañera, palabra descendiente del latín que traduce compartir el
pan, ese que quisiera volver a partir en libertad, ese que a diario se
reivindica en las plazas, en las calles, que parafraseando a Neruda es igual
al amor que se traduce en besos lecho y paz.
Se trata de una MUJER y no puedo desaprovechar la oportunidad para
rememorar varios acontecimientos en donde las mujeres han sido un
baluarte fundamental, para la construcción de un nuevo proyecto histórico
que reivindique la dignidad humana de los excluidos, por este terrible
monstruo, llamado capitalismo.
En medio de esas mujeres está ella, a quien castigan sin pruebas, por el
simple hecho de pensar y actuar diferente a lo establecido por estos
terroristas que hoy dirigen al país con la mayor impunidad. Que no
responden por sus crímenes. El más terrible, la muerte de cientos de niños
en Colombia y en el Chocó, por desnutrición. En un país en donde se
pierden los alimentos. Esos criminales de motosierra la quieren juzgar por
asuntos que no le pertenecen porque es una detenida política, de conciencia.
Fue una mujer la que al calor de su protesta, con un hijito en su vientre,
convocó lentamente, en Bolivia, a los obreros más explotados de las zonas
mineras. De su grito preñado de justicia y exigencia de mejores condiciones
de vida, emergió el más grande movimiento de mujeres en ese país que hoy
es gobernado por un Aymara, un indígena que sufrió cuanta persecución
haya existido, pero que se yergue como faro iluminador de mejora para el
pueblo boliviano. Esa mujer de la cual hablo se llama Domitila Barrios, la
mujer de la bondad en sus manos.
La justicia que la acusa debe sentir pena porque el fiscal cuando la mira
sabe que no es culpable de nada y que como en los otros juicios contra
compañeros, el de ella también caerá por la luz de la justicia real, la que la
declara inocente. Sólo es asunto de un poco de tiempo y la mentira será
revelada, triunfando la verdad. Porque es superior al fiscal, al monstruo
pagado con las monedas de judas. Porque yergue en principios, en ideas, en
convicciones. En cambio la fiscalía es un pobre caballero lapa, que solo
sabe imponer juicios estúpidos que se despedazan frente a los argumentos
sólidos de los principios.
En la bella Nicaragua, la tierra de la poetiza Gioconda Belli la que agradece
a la naturaleza por ser mujer, cuando se inició el proceso emancipatorio
fueron las mujeres las que se la jugaron porque César Augusto Sandino
pudiera acceder a todos los pertrechos que requería para desarrollar su gesta.
Las mujeres, entonces, actuaron contra los invasores brindando todo su
esfuerzo y capacidad para que luego Nicaragua fuera libre de los amos del
norte y hoy, son las mujeres las que permitieron que Daniel Ortega ganara
las elecciones, y son ellas las que encabezan la segunda campaña de
alfabetización mas importante de Nuestra América.
A esta mujer le digo que la distancia es una mentira y que estoy cerca de
ella, porque cuando la nombro vuelve y existe; por eso de que solo existe
algo cuando se nombra. Hace parte de un espacio que a diario te nombra y
te recuerda, del latín recordaris, que quiere decir volver a pasar por el
22
corazón. Es decir desde su secuestro la rememoro, está permanentemente en
el corazón y se convierte en símbolo del más prístino y exuberante carácter
de lealtad y compromiso con la nueva historia.
A la compañera, al igual que el mar y el vuelo de los pelícanos en la bella
Coveñas, quisiera verla en el horizonte, como un vuelo de pájaros blancos,
libre, exuberante de risa y prolija de ideas que seguirán apuntalando su amor
por una nueva humanidad. Porque a pesar de los cancerberos: siempre sale
el sol y como dijera el poeta, respondiendo a esta aparente desesperanza,
“aun más bello y dulce, otro país existe”.
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