¿CÓMO NOS TOCA LA GUERRA? Compilación Número 1 Maestría en Desarrollo Rural Seminario de Problemas Rurales Primer semestre, 2007 PRESENTACIÓN otros aparecen sin autor, con el fin de guardar la confidencialidad de los mismos.. Esta cartilla recoge las crónicas sobre ¿Cómo nos toca la guerra?, elaboradas para la asignatura de Problemas Rurales por los estudiantes del primer semestre de la Maestría en Desarrollo Rural. Solo nos queda agradecer a todos y cada uno, por el esfuerzo y dedicación hecha en estas elaboraciones, pero sobre todo, el sentimiento y la emotividad manifiesta en las mismas crónicas y el hecho de compartir estas crónicas con el resto del grupo y demás posibles lectores. Son elaboraciones hechas a partir de las vivencias, experiencias o reflexiones del cómo han percibido, experimentado o conocido a través de otros, este proceso de conflicto y violencia en nuestro país. Finalmente, esperamos el entusiasmo en su lectura y los aportes y sugerencias, que nos ayude a ir recopilando y socializando este ejercicio, que semestre a semestre hemos realizado y que, siempre hemos deseado, se convierta en una publicación de permanente construcción. El ejercicio, hecho en estilo libre muy personal, busca ser un espacio diferente de reflexión de un tema que toca de diferente manera a cada uno de los estudiantes, pero que además de ser una actividad académica, intenta ser un esfuerzo colectivo de recuperación de la memoria histórica de nuestra realidad, atravesada por el conflicto y sus manifestaciones de violencia: desplazamiento, pobreza, marginamiento y, en la mayorías de los casos, desesperanza. María Teresa Barón Cruz y Flor Edilma Osorio Pérez Pero igualmente, es la posibilidad de encontrar experiencias y reflexiones vitales y de construcción de otros sueños y opciones de un ¡mundo mejor!. La cartilla se ha organizado de cada una de las crónicas, en sí importancia para este trabajo muchas oportunidades, es un vividos y/o guardados. manera fortuita, pues todos y misma, tiene un gran valor e de memoria colectiva, y en espacio de acontecimientos Los nombres, sitios y ciertos detalles han sido modificados por sus autores. Se ha utilizado seudónimo para algunas crónicas y 1 pedir limosna aprovechándose de la compasión de la gente buena que aún vivía en ese país. 1 Aquel Día Ese día cuando viajaba en el bus y escuchó a unas adolescentes que se mofaban de tener dinero solo por el hecho de haber vendido su cuerpo. Ese día cuando llegó a su trabajo y se enteró que por inseguridad y desacuerdos políticos su empresa debía cerrar, quedándose sin empleo. Por: Ella Era ella un habitante más de la gran ciudad, de un país que se desmoronaba poco a poco en un conflicto interno que había iniciado hace ya varias décadas con matices idealistas y políticos enmarcados en la proclamación del pueblo por la equidad y la igualdad. Ese día cuando almorzaba y veía las noticias, enterándose de masacres, secuestros y un sin numero de noticias devastadoras. Ese día en la tarde cuando escuchaba lo insatisfecha que estaba la gente por toda la corrupción política. Pero sobre todo, ese día cuando llegó a su casa y no recibió las palabras cálidas de siempre, todo porque su gente también había tenido un día tan desconcertante como el de ella. Un conflicto que se transformó en un híbrido aberrante de malas sensaciones y malestares, cuando fue permeado por la descomposición social del narcotráfico, que trajo consigo a los politiqueros de turno que se encargaron a mandar a dormir a los verdaderos políticos y padres de la patria. Ese día que ya era noche y en por el cual antes de dormir entendió que el conflicto no le era ajeno, el desamparo, la miseria, la falta de respeto y de valores con los que se vivía en ese país hacían su vida temerosa e insegura, hacia que sus sueños se vieran perturbados. Entonces, en ese país, el sentimiento idealista y popular se convirtió en el más terrible de los modelos del terrorismo, los ideales filosóficos y estructurales cambiaron por plantaciones ilícitas, tráfico de armas, cuerpos y todo por lo que se podría pagar un rescate. La gente en las calles mendigando, las familias destruidas por el conflicto, las personas en cautiverio, los niños trabajando, y un sin número de escenas que atentan contra la integridad del ser humano, apesadumbran su alma, su mente, su ser. Ella, abrumada e insatisfecha, nostálgica de los rumores que el viento traía de épocas pasadas, de días felices, y de sueños realizados, pensaba que este conflicto en el que vivía le era ajeno a su vida, sin embargo sentía que la marcaba y le dejaba huella. Sin embargo, ella con la fe que la caracterizaba y el optimismo que se negaba a perder, seguía avante luchando entre miedos, dudas y turbaciones porque confiaba que esta tiniebla no sería para siempre, porque siempre es mucho tiempo. Una huella insoluble que la entristecía como aquel día en el que pareciese que todo lo malo había salido a flote, ese día cuando al caminar por la calle encontró una familia que despojada de sus propiedades y obligada a entrar a un sistema que les era ajeno (todo por la sed de poder y de tierras), entregaba a su hijo más pequeño en arriendo para que fuese a 2 de año y medio. Cuando le pregunté por el papa de los hijos me dijo fríamente, sin ninguna expresión en su rostro, que lo habían matado. 2 ¿Quién está contra quién en esta guerra? En ese momento no pregunté más, quise esperar a entrar en mayor confianza. Mientras tanto me contó que tenía dos cooperativas que se dedicaban al tratamiento de residuos y reciclaje, su horario muy complicado, básicamente de 4 de la mañana a 5 o 6 de la tarde, dependiendo del nivel de trabajo. Me sentí un completo inútil al lado de esta joven señora, tan llena de vida, pero al mismo tiempo con tantos compromisos. Por: El Gran Ojo La pregunta entorno a la guerra suele ubicarnos en un panorama un poco oscuro y confuso, del que al parecer todos los colombianos tenemos algo que decir. Al rato volví a preguntar por la muerte de su esposo, allí me contó que hace ocho meses su esposo, que llevaba varios años trabajando junto con mi prima en reciclaje, había salido a visitar su familia. Hacía varios meses que no los veía por lo que decidió viajar a Santander por un fin semana en compañía de un amigo, menor de edad, que también trabaja con ellos. Se suele pensar que todas las desgracias que nos aquejan tienen que ver con la guerra, o con las acciones de sus actores principales. Sin embargo, no sabemos muy bien a qué guerra nos referimos: ¿la guerra contra el hambre?, ¿la guerra contra la contaminación?, la guerra entre unos soldados y otros? Igualmente, ni siquiera sabemos bien a quien nos referimos cuando hablamos de sus protagonistas: ¿paramilitares? ¿Guerrilleros? ¿Narcotraficantes? ¿Todos los anteriores? ¿No serán estos simples víctimas de un juego de ajedrez aún más calculado por un par de intereses, o aún peor, ¿víctimas de la planeación de una sola cabeza? No se sabe bien qué pasó pero a los pocos días la llamaron para informarle que su esposo había sido dado de baja por el Ejército en enfrentamientos con la guerrilla. La versión del Ejército: En enfrentamientos con la guerrilla de las FARC se dieron de baja dos guerrilleros. Ningún soldado resultó herido. La pregunta no me gusta porque tendría demasiadas cosas a las que podría llamar guerra y que me han tocado. Sin ir más lejos podría contar que hace dos semanas un grupo de más de dos mil personas nos acercamos a la carrera 7 con calle 26 para protestar pacíficamente por la visita de un genocida. En algún momento las fuerzas del gobierno llenaron todo con gases, agua, golpes, y demás; la gente tomó eso como el llamado a la guerra, y quisieron vengar tal situación a través de la destrucción de varias de las instituciones bancarias cercanas. Para mi eso fue una guerra, la guerra de los intereses de EE.UU. y elites económicas colombianas contra la sociedad colombiana, todo reducido a un grupo de furiosos policías tratando de controlar a otros, no menos furiosos, protestantes. Resultado: nada, solo una leve intoxicación y la rabia en el corazón. ¿Cómo nos pasa eso en nuestro propio país? Las incoherencias: Un policía que conocía al esposo de mi amiga le tomó fotos luego de su muerte, en las fotos aparecía todo ensangrentado y con su ropa de civil. Cuando mi prima fue a preguntar por su esposo le mostraron unas fotos en donde estaba con ropa de militar. Cuando mi prima llegó a Santander el cadáver ya había sido sepultado, cuando ella alegó por la inocencia de su esposo el Ejército le advirtió que para ahorrarse problemas lo mejor era que dejara eso así porque lo único cierto es que él era guerrillero. La persona que enterró a los dos jóvenes afirmó que tenían marcas de torturas y que los brazos estaban como fracturados. Pero si la pregunta es alrededor de la guerra en áreas rurales, más allá de las complejidades, también es cierto que la guerra nos toca a todos. Hace menos de una semana conocí a una prima lejana. Joven, hermosa; tiene 20 años y a su corta edad ya tiene dos hijos uno de tres años y el otro 3 Nadie en el pueblo se atreve a decir nada, el miedo al Ejército, entidad encargada de nuestra seguridad, es total, nadie quiere hablar y mi prima prefiere dejar ese tema así, aunque ahora si se le aguaron los ojos. orden público estaba completamente alterado, no se podía viajar por las carreteras del departamento en horas de la noche y las tomas guerrilleras eran pan diario. Así un domingo de ramos, en Soledad, centro poblado del corregimiento del mismo nombre, en zona rural de un municipio en el centro del Huila, empezó a gestarse un suceso al que todos los habitantes de la zona, temían desde hace días. En la tarde empezaron a ver mujeres y hombres llegando hasta el centro poblado de Soledad; en algunas zonas cuentan como anécdotas los habitantes que de manera muy normal, se encontraron un burro arrastrando un mortero. Había una amenaza seria sobre la Estación de Policía que había en Soledad, pero aun así la comunidad de la zona sentía un temor inmenso por lo que pudiera pasarles también a ellos. ¿Quién está contra quien en esta guerra? Me parece apenas normal esta situación, en medio de un Ejército obsesionado con demostrar avances en su lucha contra la insurgencia. En medio de un loco presidente que quiere hacer ver a los colombianos que la seguridad democrática funciona. Nada más lejos de la realidad. 3 Lluvia de fuego en el cafetal A eso de las seis de la tarde, Susana, iba del pueblo hacia su Finca, a 30 minutos caminando, como lo hacia todos los domingos. Ya había avanzado casi 15, cuando empezó a sentir unas detonaciones muy fuertes en el pueblo; de inmediato corrió al cafetal que encontró a su derecha y empezó a caminar rápidamente con el fin de buscar donde esconderse. Muchas luces empezaron a verse en el cielo, como una lluvia de fuego sobre el cafetal, que iban acompañadas por fuertes detonaciones. Tenía miedo y no podía pensar mucho, pero de inmediato se le ocurrió que se estaban cumpliendo la amenaza que había sobre el pueblo y la Estación de Policía. Recordó que allí cerca, quedaba la casa de la Finca del cafetal en donde estaba, propiedad de una muy amiga suya y que seguramente, como siempre, la puerta trasera estaba sin seguro. Transcurrió mucho tiempo mientras atravesaba el cafetal, ya que le toco arrastrarse y ya empezaba a oscurecerse; posiblemente eran casi las 8 de la noche cuando encontró la casa, se deslizó por la puerta trasera y al entrar llamó por su nombre a la dueña de la casa, quien la reconoció y la invitó a resguardarse donde estaba ella y su familia. Por: Melibea Cuando llegué al Huila, encontré espacios de trabajo interesante, muy diferentes a los que yo había tenido en la ciudad de donde provengo. Había ciertas prevenciones de mi familia, pero estaban tranquilos pensando que pronto regresaría y que solo había sido un capricho. Como primera instancia me encontré con el campo, espacio al que yo solo conocía de referencia y que me parecía bastante complejo para trabajar. Mi primera experiencia de trabajo, era con jóvenes de las instituciones educativas del municipio, que incluye casco urbano y zona rural, yo escogí el trabajo en el campo pues me interesaba conocer la experiencia. Mi compañera de trabajo era Susana, una mujer campesina que había trabajado toda la vida con jóvenes, con quién recorrí muchos caminos veredales y escuche diversas historias de todo tipo. Hablando alguna vez sobre la situación de orden público en el pasado de esa zona, me encontré con un relato de Guerra que me impactó, ya que coincidentemente no sólo Susana, sino también amigos míos del pueblo habían vivido esa experiencia violenta, sin poder entender las dimensiones de lo sucedido y guardando en sus memorias esa experiencia como si hubiera sido ayer. Debió pasar la media noche cuando se calmaron las explosiones. Susana no dejaba de pensar en su familia, será que estaban seguros en la finca? O.... Se habían quedado por fuera. Trato de tranquilizarse y rezar durante todas esas horas de horror de esa noche de domingo de ramos. Cuando pudo salir, muy temprano en la mañana, se fue corriendo hasta su casa que estaba sólo a 15 minutos, fueron eternos, pues pensaba lo peor. Gracias a Dios, su familia estaba bien y estaban muy asustados por ella; Susana se sentó a tomarse un tinto mientras les contaba las peripecias que tuvo que pasar para poder guarecerse de las balas y los explosivos. Un En el año 92, la situación del país era complicada y para esta región con mayor razón, debido al aislamiento en que se encontraba. El 4 vecino que estuvo en el pueblo, les relató esa mañana lo terrible que había sido la toma guerrillera; por lo menos cien hombres y mujeres incursionaron en el pueblo, con la intención de masacrar a los 25 policías de la Estación de Policía de Soledad; estos se defendieron hasta el final, algunos de ellos se encontraban haciendo visita con sus novias, en Fincas cercanas a la Estación y al escuchar las detonaciones huyeron por entre los cafetales y las quebradas y lograron ponerse a salvo, pero esa noche fueron masacrados 19 policías, ningún civil resultó afectado. El panorama era desolador, pues la gente comentaba que se encontraban los restos de los policías por todos lados, los que se había escondido debajo de los catres habían sido heridos y luego quemados de la manera más inhumana. Este hecho hace parte de la cadena de sucesos terribles sucedidos durante la década de los noventa, en la cual se tomaron el casco urbano del municipio por lo menos 2 veces destruyendo edificios y asesinando civiles. En la zona rural la presión sobre los hacendados fue muy grande, ya que la extorsión y el voleteo fue permanente, no se podía transitar tranquilamente por los caminos veredales y muchas familias fueron desplazadas en su gran mayoría sin derecho a reclamar sus tierras y sus propiedades. grupos paramilitares en la región, nos reuníamos cada mes rotándonos en cuatro veredas con el fin, de desarrollar un proyecto en construcción con la comunidad; era algo nuevo para mi, pero que hoy puedo decir que fue una gran lección de fe, gracias a varias personas a quien recuerdo y quiero mucho. ¿Cómo armonizar y conjugar la agroecología con la fe y la resistencia en las comunidades campesinas? No fue una tarea fácil pero se logró gracias a la metodología utilizada: la lectura campesina de la Biblia1, a través de la cual se reflexiona y se fortalecen los lazos de hermandad y solidaridad en medio del conflicto armado. “El dolor que sentimos es muy grande, pero seguimos adelante. Ni un paso atrás, confiamos nuestra vida a Dios y mantenemos resistencia y la fe como única arma para lograr la paz”2 Fue en ese momento… en el que viendo los rostros atemorizados, las miradas de angustia y el silencio fúnebre, recuerdo mis seres queridos: familiares, amigos y vecinos desaparecidos; aquellos que murieron por la exigencia de sus derechos, quienes en búsqueda de la construcción de procesos comunitarios y el fortalecimiento del campesino como actor de la sociedad, encontraron la frustración de sus sueños e ilusiones. En ese entonces yo tenía 12 años, sin embargo, no deja de estremecerme los recuerdos de la gran cantidad de desaparecidos, torturas y asesinatos en una gran oleada de violencia, en el cual perdieron la vida cuatro de mis familiares, uno por ejecución extrajudicial, uno de pena moral y dos por desaparición forzada, de estos últimos nunca se encontraron los cuerpos. Quince años después, a pesar de los sucesos aislados que se han presentado en el Huila, se respira esperanza y confianza; las personas están retornando al campo, algunas actividades se están reactivando, caso del turismo, que gracias a la tranquilidad de los desplazamientos por las carreteras del Huila se ha podido volver a sitios de interés nacional e internacional como San Agustín, Isnos y Villavieja. No puedo imaginar lo que vivieron estas personas y en general toda la comunidad del Huila. Sólo sé que ellos respiran tranquilos y sueñan con un país mejor, disfrutando del campo y de sus bondades y viendo crecer a sus hijos en una región de paz. No se me borra de la memoria, aquellos días, las noticias, la radio, la prensa, la inseguridad y la incertidumbre por los miembros de mi familia, quienes viviendo en la zona tenían que resistir a pesar de lo que escucharan 4 No se me borra de la memoria En este trabajo no se pretende hacer un análisis detallado de las implicaciones religiosas, ni mucho menos de la relación que se establece entre las diferentes experiencias de iglesia y su diálogo con las ciencias sociales. Sin embargo en necesario hacer mención a la Lectura campesina de la Biblia como una propuesta novedosa en el diálogo interdisciplinar, del cual hoy se habla, entre la teología y las ciencias empírico analíticas y hermenéuticas. En este sentido la lectura campesina de la Biblia es una experiencia que nace a inicios de los años noventa en Colombia. Dicho movimiento es fruto de la teología de la liberación y respuesta eclesial a las exigencias que se planteaban en dicho momento histórico y que continúan hoy siendo un problema para las diversas disciplinas del conocimiento. En síntesis, es la práctica concreta de rescate de la creación a la luz de la fe; que no es otra cosa que un diálogo efectivo y afectivo entre la ecología y la teología donde la segunda se siente interpelada por la primera y solo esta alcanza su efectividad si no se siente llamada a dar respuesta a las urgencias del mundo de hoy en términos de lo ambiental. Para profundizar en el tema confrontar: CAÑAVERAL, ANIBAL. El escarbar campesino de la Biblia. Ed. Verbo Divino. Quito. 2002”. 2 RED ECUMÉNICA COLOMBIA. Revista Memoria y Esperanza. Bogotá. Mayo de 2005. Pág 9. 1 Ahí estaban…, esos hombres, sus armas, sus miradas perversas, su caminar en vaivén, rotándose de uno en uno para alertarnos sobre su llegada. Y allí estábamos nosotros quienes a pesar de haber tenido un taller muy dinámico hasta el momento en el que rodearon la capilla, nos embargaba un silencio profundo que nadie era capaz de romper. Éramos unas 12 tal vez 15 personas quienes desafiantes a pesar de la presencia de 5 y vieran pues no tenían otro lugar a donde ir. Esos días en los que no era extraño y a pesar de la inocencia y de no tener conocimiento de lo que pasaba, observaba con asombro los cuerpos sin vida que eran extraídos del Río Cauca al paso por la vía que conduce de Riofrío a Tuluá. al otro día, yo me acuerdo que como a las 8 de la noche llego a la casa otra vez. Durante estos días en los que ella menciona que fue de gran crisis, cuenta: “entonces matan a Porfidio por la noche el sábado [31 de marzo de 1990] tipo 7 de la noche cuando ya se iba para la sonora… y luego … van y bajan toda la gente [domingo, 1 de abril en la madrugada] y el 2 de abril matan a los Vargas… de la parte urbana de Trujillo, luego como el 16 matan … a Abundio espinosa y padre [Tiberio Fernández Mafla] viene a hacerle las exequias a Espinosa... ese fue el papayaso que el dio para que lo mataran” En total fueron alrededor de 300 víctimas entre las que se encuentran campesinos, jornaleros, drogadictos, educadores, ebanistas, motoristas, vendedores ambulantes, comerciantes, profesionales y sacerdotes, fueron víctimas de uno de los episodios más sangrientos de nuestra historia nacional3. Un hecho catalogado dentro de los crímenes de lesa humanidad4, ocurrido en los Municipios de Riofrío, Bolívar y Trujillo (Municipios del Norte del Valle), zona de violencia por considerarse un punto estratégico para los actores armados de la región, razón por la cual después de la época de gran violencia (1987 – 1994) han seguido las desapariciones y crímenes en estas poblaciones debido al narcotráfico y la presencia de grupos alzados en armas. Recordamos además con gran dolor la frase de nuestro defensor y líder antes de que fuera desaparecido y posteriormente encontrado mutilado en las aguas del Río Cauca “Si mi sangre contribuye para que en Trujillo florezca la paz con gusto la derramare”5 “Yo me acuerdo que los de la sonora bajaron el domingo [1 de abril] a mi casa... la niña [hija] estaba en la finca donde mama y nosotros [entrevistada y Carlos su esposo] íbamos a ir ese domingo por ella… entonces dijo no, no nos vamos hoy, esperemos hasta mañana, a ver que pasa con esta gente, entonces ya el lunes supuestamente trabajaba hasta las 4 y nos íbamos por la niña”. “Mi marido estaba trabajando en la cooperativa del padre Tiberio [los ebanistas], Sacaron a Jorge y a José [de la ebanistería] y luego fueron por Carlos”. De estas personas nunca se encontraron los cuerpos. A continuación presento algunos comentarios que recuerda una de las familiares víctimas de los hechos ocurridos en Trujillo, en la cual perdió la vida su esposo, cuñados y demás amigos de la región, “la masacre mas grande fue en abril (1990)… cada ocho días mataban campesinos, muchachos, inspectores…” Cuenta además esta persona, la historia que escucho de una amiga de Trujillo que es igualmente familiar víctima de la violencia. Llegan a la finca y los matan delante de la mamá [Gloria], esa viejita se arrodillaba y le decía que no los mataran y ella contaba … que los cogieron y los acostaron, a dos hijos y al trabajador con las manitos acá [gesto con las manos atrás en la espalda] y en una pieza torturando al marido de doña Flor [trabajador], entonces que ella corría y les decía que no les hicieran nada y que ese señor gritaba … entonces que esa señora se les arrodillaba y les decía que nos les hicieran nada y que ellos le decían a él [trabajador] donde tienen las armas?…, a los otros los mataron a quema ropa…, y siguen torturando al otro y le decían escuche ya matamos a los de allá, escuche y cante… ella se amaneció toda la noche con ellos ahí, ella le rezaba rosario a todos…, pero recuerdo que dijo… eso corría y me paso por el corredor un rió de sangre y el hijito grito y le hicieron todo lo que quisieron allá y ella les suplicaba que no le hicieran más que lo dejaran El 13 de marzo nos hicieron un allanamiento… me voltearon la casa al revés… me tiraban la ropa… y yo decía hay papi que buscan, que paso aquí, eso me voltearon todo al revés y se lo llevaron detenido,… el estuvo detenido todo el día, el hermano [José] y… llevaron un poco de gente detenida allá… Jorge [cuñado] se lo llevaron para Cali… a el lo largaron Comisión Intercongregacional de Justicia y Paz. Revista Parque por la Vida, la Justicia y la Paz. Monumento a las Víctimas de los Hechos Violentos de Trujillo. 1987 – 1994. noviembre de 1998. pág. 39 4 El concepto de Crímenes de Lesa Humanidad tomado de Revista Verdad, memoria y lucha contra la impunidad 1966 – 1998. Colombia Nunca Más. Son los actos inhumanos cometidos contra la población civil por motivos sociales, polítios, racionales, religiosos o culturales. Cuando se habla de lesa humanidad se enfatiza en que son de especial gravedad, puesto que atentan contra toda la especie humana. 5 Palabras del Padre Tiberio Fernández Mafla. 3 6 Finalmente, la persona entrevistada, hace referencia a la importancia de recuperar y conservar la memoria6 de los hechos ocurridos, “es como reclamándole al Estado, haciéndole un recordatorio siempre al estado, por lo que ellos han hecho y que eso no se vuelva a repetir…” Todos los días sale el sol en los municipios de la Sabana, esa seguridad la tiene Ana quien diferente a lo que estaba viviendo en su pueblo en el Tolima donde por efectos del conflicto armado, no llegaba la mañana para muchos de sus conocidos o familiares, reconoce que le dieron la oportunidad de trabajar sin tener experiencia. Ella, como los muchos desplazados por efectos de la violencia que encuentran una nueva vida en estas frías tierras, recuerdan algo exaltada el motivo por el cual les fue menester salir, dejándolo todo atrás y aventurándose en búsqueda de lo entonces desconocido pero esperando fuera mas tranquilo. Igualmente, hace referencia a la importancia de recordar y reconocer dignamente a los familiares víctimas de la violencia: “en cuanto a lo de la persona el ser querido de uno, es por que uno siempre tiene que recordar que ellos no fueron animales, que ellos fueron seres humanos, que ellos nunca fueron lo que ellos dicen [Estado], que fueron guerrilleros, que fueron milicianos…” Ella como la mayoría de los desplazados proviene de zonas rurales7, sus actividades se concentraban al cuidado de sus tres hijas, la crianza de algunas especies menores y las labores normales de la casa de las cuales se precia ser muy buena, mientas que su esposo se dedicaba a la administración de una gran finca. 5 Es muy triste tener que salir corriendo y no saber para donde Luego de la desaparición de su esposo del cual aun no tiene razón, tuvo que trabajar como empleada en una casa de familia del casco urbano de su pueblo pero dado que la paga era muy baja y con el latente temor de sentir su familia perseguida, se vio obligada a salir del Tolima. La calma inaguantable para algunos y añorada para otros es una característica de muchos lugares en nuestra Sabana de Bogotá, una zona que aunque no ha sufrido directamente el fuego cruzado producto de la guerra que vive el país desde hace muchas décadas, si siente los efectos de esta guerra a través de cientos de desplazados que por esta causa llegan a nuestros territorios. “Es muy triste tener que salir corriendo y no saber para donde, por eso cuando mi amiga me dijo que podía quedarme en la misma casa donde ella se estaba quedando acá en Cundinamarca, no lo pensé mucho y salimos con mis tres niñas, algo de ropa y unas cobijas.” Parecería que tan solo tenemos como referente del conflicto lo que se ve en los noticieros pero la verdad es que el conflicto se acerca a nosotros a través de sus víctimas, sus sobrevivientes. La creciente demanda de mano de obra de las empresas de la región se convierten en una amplia posibilidad para quienes buscan una oportunidad de iniciar sus vidas, por eso pese a las dificultades manifiestas, esta mujer quien afirma “Vengo a trabajar no a pelear” adelanta labores de las cuales afirma antes no tenia ni idea y ahora continua trabajando por sus tres hijas y lograr cada vez unas condiciones de vida mejor. Acercar estas historias a nuestras vidas nos recuerda que estamos en un país en guerra aunque no tengamos que estar escondidos por temor, ni tengamos que huir de nuestros hogares para salvaguardar nuestras vidas. En nuestro caso, otros son los motivos de nuestro abandono a esos hogares rurales. Esta mujer que reconoce que el frió les da muy duro, también reconoce que encontró cosas muy buenas, el apoyo de la alcaldía y del programa de acción social, incluso sus hijas ya están en algunos de los programas de formación artística que hay para niños en el municipio. El concepto de Memoria tomado de Revista Verdad, memoria y lucha contra la impunidad 1966 – 1998. Colombia Nunca Más. Lo define como: La memoria es esencialmente una facultad humana por medio de la cual se retienen las ideas u se recuerda los sucesos del pasado. La memoria tiene un sentido colectivo de incorporación de valores, recuerdos edificantes o ejemplares del pasado, necesarios para vivir el presente. Estos valores son la tradición sobre la cual se construye el presente. 6 Osorio Flor Edilma. 2002 Los desplazados. Entre sobrevivencia y resistencia, territorialidades e identidades en suspenso. Capitulo 1. universitè Toulouse le Mirail. Francia 7 7 Pese a vivir en medio de tanta tranquilidad, aun el temor a las represalias debidas al conflicto persiguen los pensamientos de las familias que tuvieron que cambiar una vida que conocían por una en un mundo que aun no terminan de conocer. comentarme personalmente y no por este medio (celular) algo grave que estaba pasando. Pedro un tanto preocupado sabia que no faltaban inconvenientes en esas actividades administrativas de tan complicados puestos como el de ser alcalde de un Municipio y sobre todo en esos tiempos, me imaginaba algún problema de tipo contractual de esos que nunca faltan; pero no fue así. En ese instante se empezaba a terminar la tranquilidad que siempre les había caracterizado, de andar a sus anchas pro todas partes sin mirar para atrás siquiera, sin deberle nada a nadie no te preocupas, eso crees, pero en este país existen deudas con personas con las que jamás has hecho negocios y fue lo que pasó, una amenaza de las FARC cobrando una cuota según ellos de tipo familiar por algunos bienes adquiridos eso si aclara Pedro, conseguidos con mucho esfuerzo antes de la alcaldía de su esposa, cuando fue empleado del cerrejón; y otra cuota por administrar bienes del estado. Dice Pedro que es triste y confuso cuando te piden lo que no tienes y mas cuando no debes, refiriéndose a lo personal, y referente a la alcaldía, aun no sabían la situación del Municipio y solicitaban cuotas fuera de astronómicas por que entre otras era un Municipio con muchos problemas de iliquidez económica, con un presupuesto pequeño a pesar de ser una Capital y de ñapa en Ley 5509, factor al cual estaba dedicada la administración. “La verdad es que mi hermano no se ha querido inscribir como desplazado porque el estuvo un tiempo con esos señores pero no le gusto porque tenia que matar gente y todo eso,” el se logró escapar de un grupo paramilitar junto con cuatro muchachos mas pero a ellos los encontraron cerca y los mataron por eso decidió venir buscando escapar de quienes lo buscaban por escaparse, el temor de inscribirse como desplazado y que de alguna manera lo logren ubicar le llena de miedo aun. Además manifiesta su preocupación por no saber cual fue el destino final de su esposa dado que afirma que “Quisiera saber si mi esposo está vivo o no, pues las niñas me preguntan mucho por el y yo no sé que decirles” Esta es la realidad que vive una familia de desplazados en un lugar que hasta el momento de la salida forzosa de su tierra era desconocida y a la cual llegan cambiando por completo su vida, modificando incluso la del entorno al cual llegan. Los hechos acontecidos de ahí en adelante cambiaron el rumbo de sus vidas, en la familia, les había tocado el turno como a muchos colombianos en diferentes regiones de este maravilloso país. Ellos no solo nos traen sus cruentas historias que parecen sacadas de lugares inexistentes sino que llegan cargados de una cultura, unas costumbres y una manera completamente diferente de ver la vida. Tratando de afrontar el problema y creyendo de alguna forma solucionar la situación se reunieron con ese grupo al margen de la Ley en sito acordado por ellos, buscando aclarar todo lo concerniente a las llamadas y sus descomunales solicitudes de tipo económico y sobre todo en tono amenazante. Hasta el día de hoy no saben si fue un acierto o un error esa decisión, no hubo acuerdos, dieron plazos, la plata nunca se reunió, no aceptaron la oferta hecha por Pedro y se agravó la situación. La familia perdió totalmente la tranquilidad, se incremento el número de escoltas para 6 Buscando Seguridad Abril del 2002, eran las 11:30 a.m. ya Pedro se había despedido de la familia, y se disponía a encender su vehículo para viajar hacia la capital salinera8 de Colombia en donde tenia algunos contratos de consultarías y de reforestación de ese Municipio, cuando entra una llamada a su celular, era su esposa, alcaldesa del municipio de Riohacha en ese tiempo. A través de la llamada le recomendaba sin muchos detalles, pero si con mucha insistencia, que aplazara su viaje y se acercara hasta su oficina para 8 por la cual se establece un régimen que promueva y facilite la reactivación empresarial y la reestructuración de los entes territoriales para asegurar la función social de las empresas y lograr el desarrollo armónico de las regiones y se dictan disposiciones para armonizar el régimen legal vigente con las normas de esta ley 9 Manaure Guajira, Municipio salinero de Colombia. 8 su esposa y de igual forma para él y sus hijos cosa que nunca pensó en su vida, ya que decidieron informar a las autoridades policivas y acogerse a los planes del estado, que consistía en esos momentos en reforzar la seguridad de los mandatarios locales y sus familias, los desplazamientos, casa y oficina, generando esta situación un estrés permanente. país, que han tenido el infortunio de caer secuestrados unos y otros muertos por las balas asesinas de las diferentes organizaciones criminales de Colombia. 7 7El vía crucis de unas mujeres para llegar a la tierra elegida Las llamadas continuaban a pasar de cambiar móviles, los conseguían, enviaban escritos a la alcaldía, amenazaron con secuestrar los hijos, cosa que intranquilizo aun más la familia y amigos; pero cuando se toman decisiones de estas dimensiones comenta Pedro, se asumen también los riesgos y las precauciones van por delante siempre y en todo momento, eso me quedo de enseñanza comenta, cuando se hacen bien las cosas todo te sale bien y algo aprendes. Por: Mirosawa Así en medio de tantas dificultades, de escolta, de gastos permanentes, de solidaridades de muchos ciudadanos, de alegrías de otros (enemigos políticos), de tristezas y sufrimientos familiares terminaron una época con un mandato exitoso con la mano del estado, como para lo que fueron elegidos (alcalde), y con la firme entereza que no doblegaron ante las solicitudes de las FARC. En febrero de 1996, cuando un Grupo Interinstitucional de Apoyo a Desplazados me abordo, para asumir una asesoría y acompañamiento a un grupo de mujeres desplazadas para solicitar tierra al Estado; confieso que de un lado, sentí que era un reto para mi, participar en la primera experiencia de tierra para mujeres en mi departamento, pero de otro lado, sentía preocupación por la amenaza sembrada históricamente en los procesos de Refoma Agraria, pero la preocupación era menor que el optimismo, esta era una experiencia distinta... una experiencia con mujeres jefas de hogar desplazadas, reconocidas oficialmente como tal, ante las instancias del Gobierno, lo cual daba seguridad y legitimidad a mi trabajo. Luego del mandato Municipal verdadera razón de las amenazas y las solicitudes económicas, viene el momento aun mas duro, tener que salir de la ciudad que acabas de gobernar, ante todo por que la protección del estado baja y sube la vulnerabilidad, a pesar de no ejercer siguen latentes los riesgos y hay que cuidarse de la misma forma para evitar cobros de actitudes asumidas. Las mujeres, 31 en principio después 23, siguieron 15 y por ultimo 13, provenían de distintos territorios, huyendo de la guerra, de la que no pudieron escapar algunos de sus esposos hermanos e hijos, llegaron a la capital, ese sitio que las ponía a salvo, aunque en este nuevo escenario estaban viviendo en unas condiciones deplorables en los nuevos barrios de la zona marginal de esta ciudad que cada día crecía, ahora metidas en otra guerra -la de la sobrevivencia en un nuevo territorio, sin nada mas que sus duelos, sus miedos y el deseo de luchar por una nueva tierra, esas eran las mujeres que contaban con mi asesoría y mi compañía para su proceso de negociación. Unas de las razones por la que los funcionarios del estado que ocupan cargos como alcaldías gobernaciones y otros altos cargos terminan viviendo en la ciudad de Bogotá es buscando seguridad, precisamente eso le pasó a Pedro, tuvo por razones de seguridad que trasladarse a la capital del país para de alguna manera proteger a su esposa e hijos y a el mismo. De esta forma los tocó el conflicto, lo vivieron, lo sufrieron pero afortunadamente también lo superaron. Hoy viven en Bogotá, trabajan y estudian y continúan ejerciendo actividades políticas y gestiones que contribuyan al desarrollo de su región. Desde marzo de 1996, empezamos a andar juntas, las mujeres por un lado, iban reconociendo la ley 160 del 94 y el acuerdo 018, para población desplazada, y por el otro lado, tramitaban los formularios de solicitud de la tierra, que eran enviados para estudio individual en Bogota, En este caso se aplica el famoso dicho que no hay mal que por bien no venga. Pero no es el caso de muchos otros mandatarios locales de este 9 allá se decidía, quienes de ellas eran “sujetos” de reforma agraria y quienes no. habían movilizados guerrilleros, esto no solo condujo a que la institución que me contrató se desintegrara sino que produjo salida de mujeres del proceso, pues seguían atrapadas del miedo, no tanto por ellas sino por sus hijos, padres, hermanos, ellas no querían seguir apostando a una nueva vida en un contexto de muerte. La primera dificultad en su camino aparece cuando estas mujeres, que vivían Cada segundo su vida de desplazada, tenían que demostrar ante el Gobierno que realmente lo eran, no era suficiente con que llegaran a las oficinas, con sus hijos, hermanos o padres, portando su papel de desplazada, expedido por alguna instancia municipal, sino que tenían que demostrarlo a través de terceros y de papeles, inscritas en todas las oficinas que atendían población desplazada - municipal - departamental – nacional, había que conciliar la información para considerarla confiable. Finalmente lograron legitimar su nueva identidad y pudieron llenar los papeles requeridos, que les permitía participar en el proceso de selección para adjudicación. ...Yo también fui tocada del miedo, y casi al igual que ellas, me quedo en el camino, mi miedo era nuevo, sentía mi vida amenazada, sentía que había una sentencia sobre mí por haberme metido en lo que no debía, sobre todo porque la persona que me acompañaba en el trabajo fue amenazada y tuvo que salir de la ciudad, la explicación que se daba a su amenaza, era que ella tenia un pasado no muy claro- y que era eso de no muy claro? - en esas podía estar yo. La paranoia se apodero de mí. Prácticamente no salía de la casa, pues me asustaba que me saludaran personas que no recordaba, sentía ganas de correr cada vez que una moto pasaba cerca, no me atrevía a contestar el teléfono. Así estuve por casi un mes mientras mi familia investigaba en las distintas instituciones de seguridad, sobre mi situación. Dos meses mas tarde, las mujeres ya habían conocido en niveles distintos la ley 160 y el acuerdo 018, y se preguntaban y me preguntaban ¿porque habían emitido un acuerdo que era igual a lo contemplado en esa ley? Y ¿porque ellas participaban en un proceso de estudio y selección, si eran las elegidas como prioridad en el acceso a tierras? Y porque si eran desplazadas tenían que pagar el 30% de la tierra? -no tuve respuestas. Al mes y medio volví trabajo, con el apoyo de una institución que hizo parte de la anterior ya desaparecida... el trabajo no se podía quedar parado, peor era no seguir, se acordó continuar con un perfil bajo, para apoyar a las mujeres en su proceso - andar con pasos lentos, sin parar ni correr, poco a poco el ambiente empezó a aclararse y a partir septiembre avanzamos con pasos firme hacia la búsqueda de la tierra. Pero, a pesar de todo continuaban animadas en busca de la tierra, labor que no fue fácil, pues ellas decían, que no tenían experiencias en el campo sino en las labores domesticas, aunque todas con trabajo productivo en su propio patio en la finquita o parcela que habían dejado, pero al igual que la mayoría de las campesinas, no sabían que eso era trabajo productivo. No se sentían con mucha experiencia para comprar tierra, pero, el anhelo de volver a su espacio rural, en contraste con esa vida dura en la ciudad, era un estímulo permanente para buscar la tierra... los señores Marcos y Tomas, padres Maria y Josefa, dos mujeres del proceso, eran los que junto conmigo constituimos la brigada de acompañamiento, las mujeres querían una tierra, no muy lejos de la ciudad, para sentirse mas segura y para contar con oportunidades de estudios para los hijos e hijas... este proceso de búsqueda duró mas de un año. En ese proceso, ya con menos mujeres, unas más optimistas que otras, seguíamos el camino para llegar a una finca que se aproximara un poco a lo que ellas necesitaban, en esos momentos muere el señor Tomás. El desencanto llegó otra vez, las mujeres decían, que todo estaba en su contra, ellas se sentían muy solas para volver al campo, el señor Tomás era para ellas un acompañante y animador para negociar.” Afortunadamente, en ese momento yo estaba relativamente bien y las anime a continuar siguieron 15, Josefa la hija de Tomas se quedó en el camino. Finalizando el año 1997 se logró encontrar una finca aceptable, dentro de las ofertadas en el mercado de tierras, además llegaron los códigos que habilitaban la negociación, pero éstos no llegaron completos, faltaban dos, la razón? - dos mujeres del grupo no eran desplazadas de la guerra por Pasado un tiempo de iniciado el proceso, mas exactamente en el mes de junio se inicia una persecución a las ONGS, que trabajaban con desplazados, por la sospecha de que dentro de esos desplazados y asesores 10 tanto no podían tener identidad de desplazada, ni tenían derecho a la tierra Esto fue en un golpe para sus compañeras y una sorpresa para mí, me quede sin piso de reclamo, pues la ley lo contemplaba. Para las mujeres era irónico que, otras personas estaban disfrutando de la tierra de ellas, mientras que acá dos mujeres desplazadas de la pobreza no podían acceder a ella por no haber pagado la penitencia de la guerra. llegó una salida, a través de la institución en que yo trabajaba se logró conseguir un pequeño recurso para apoyar comida en olla comunitaria, 3 carpas para dormir en la finca hasta que hubiera posibilidad de construir las viviendas y unos insumos que dio la Cruz Roja para establecer cultivos básicos. Cuando ya estaban dadas las mínimas condiciones para irse a la tierra, matan al líder campesino, nuevamente llega el miedo, o mejor dicho reaparece, temen irse al campo, no se sienten seguras. Pero, querían ganar confianza para su vuelta, por ello indagaban sobre la causa de la muerte del líder, necesitaban confirmar ese comentario “si lo mataron fue por algo”, esta palabra que en apariencia muestra indolencia y justificación de la muerte, pero que en el fondo no es mas que una forma de autoprotección “si me porto bien no me pasa nada”- eso las tranquilizaba aunque muy en el fondo sabían que no había vacuna que las inmunizara de esta guerra. Llega la negociación de la tierra y con ella otra situación difícil, el representante de los campesinos quería que las mujeres le delegaran a él la negociación, porque ellas- mujeres y asesorada de otra mujer, no tenían capacidad, por supuesto que no aceptaron, pero si se asustaron un poco, pues se oían rumores de que si ellas no daban poder o algo mas a este líder, iban a tener problemas, otros hombres que negociaban paralelos a ellas, echaban leña al fuego. Pero, a pesar de los inconvenientes, el 30 de diciembre en las horas de la tarde las mujeres fueron citadas para la negociar la tierra, fue un proceso de negociación libre de ellas con el vendedor y el acompañamiento del gerente regional de INCORA y del representante de los campesinos 8el mencionado anteriormente), yo esperaba afuera con mucha ansiedad, 2 horas después, como las 5 de la tarde, salen ellas, felices porque negociaron la tierra por un precio por debajo de la negociación que hicieron los hombres, pero mas que la rebaja, ellas lo que celebraban era la confirmación a sí mismas y a los hombres de sus capacidades...era el primer logro político que tenían en su vida. Cerraron el 1997, con la tierra negociada, con muchos planes para vivir, pues ya sentían que estaba finalizando su viacrucis. Con la fortaleza que unas daban a otra las mujeres tomaron la decisión de seguir hacia la tierra, sin autorización del INCORA y con los pocos recursos que habían conseguido siguieron el camino con distintas velocidades hacia la tierra elegida, desde abril a junio del 98. Recuerdo, cuando se encontraban en la casa o mayoría de la finca que habían comprado, todas se sentaban en el piso en circulo para soñar su nuevo proyecto de vida... ... Se imaginaban la finca con el área productiva y las casas juntas como un pueblito, con una plaza y un parque para los niños que iba llevar el nombre de Don Tomas, decían que iban a bañarse donde se baña la luna para no ponerse mas viejas y cambiarle la vida a sus hijos, soñaban como lo hacen las madres pensando mas en los niños que en ellas, esos niños, que hoy ya pasados 9 años son unos jóvenes, que también vivieron su propia historia paralela a la de ellas, esos hijos que ya no están completos, pues todos no fueron inmunizados de la guerra por los vestidos de protección que construyeron sus madres, hoy que vuelto a la tierra de las mujeres, siento la alegría, porque han cumplido algunos sueños , pero también siento tristeza por no haber conocido la historia de Ángel, el hijo de Marta, ese joven que yo hubiera querido encontrar de nuevo para que me acompañaba a visitar a los cultivos, como lo hacía en el 98. A principios del 1998, cuando las mujeres estaban esperando todo el procedimiento legal para llegar a la tierra, el cual se logra en febrero y piden al INCORA entrega del predio, aparece otra limitante, la entidad no autoriza entrar al predio, hasta que no aceptaran el crédito productivo que ofrecía el Banco Agrario, que es articulado a la entrega de la tierra, ellas no lo aceptaban porque era un crédito ordinario, con intereses del sector financiero convencional, no querían un nuevo desplazamiento por el no pago de la tierra y el crédito. La situación se volvió otra vez difícil. Las mujeres iban todos los días a donde mi a que lea ayudara a buscar una salida. Sus vidas en la ciudad era cada día más insostenible. Una me decía que se estaba volviendo loca, con una familia de 19 personas en una habitación. Pero finalmente 11 vísceras, que nos impide ser solidarios…. Y que al final de tanto respirarlo se vuelve como el CO2, nos llena de letargo y nos mata por dentro sin que siquiera nos demos cuenta. 8 Oscura compañía -1990Por: Samantha. Cuando mi hija mayor tenía año y medio, viajamos a Mitú por motivos laborales de mi esposo, y lamentablemente los recuerdos más vívidos que tengo de los dos años siguientes no fue el contacto con la selva o los atardeceres sobre el río Vaupés en sus hermosas playas color perla, sino aquellas madrugadas en que el padre de mis hijos era llevado por “los muchachos” río arriba, vendado, usurpado de su familia y de su casa, sin ninguna explicación ni motivo mas que “-el jefe quiere verlo” … sin saber jamás si volvería con el rayar del sol, o en un día, o nunca… -El rompecabeza Llevaba días intentando aclarar mi mente para lograr dilucidar de qué forma me ha tocado la guerra… y es que hay tantas situaciones, tantas capas, tal profundidad, que es casi imposible saber por donde comenzar; saber si realmente tuvo un comienzo y lo peor, sin ver la luz al final del túnel, sin saber el día en que termine y ¿Cómo será? ¿Que se sentirá vivir sin guerra? No lo sé, no me ha tocado, la he vivido siempre, he vivido siempre en éste mi país, en muchos lugares y siempre es lo mismo, de una forma u otra, y es que nos toca y nos ha tocado a todos sencillamente porque está aquí desde mucho antes que nosotros. Como la mayoría de los colombianos, olvidé pronto y muy pocas veces recuerdo aquellas angustiosas madrugadas, así como a los que dejamos atrás. -In side- -En las sombras - Por fin aquella noche tras un sueño lúcido decidí por donde comenzar, me di cuenta que la guerra nos toca desde siempre y tanto es así, que yo no habría nacido (o por lo menos no con este fenotipo, nombres y apellidos). Si no fuera por ella, seguramente mis padres ni se habrían conocido. Tengo papás santandereanos de sangre campesina, entremezclada con la de poetas y políticos, llegaron al Llano cada uno con sus respectivas familias escapando de la violencia, siendo desplazados, sin que aún el concepto fuera conocido. . Los padres de mi esposo, él y sus hermanos, llegaron aquí en idénticas circunstancias, teniendo que abandonar todo después de dos atentados y de haberse escondido en las montañas por largos meses… tal vez nuestros caminos no habrían coincidido de no ser por esa guerra llamada “la violencia”. Volví a mi ciudad después de un tiempo y la guerra se cruzaba conmigo sin que yo advirtiera su presencia, además cuando ves las cosas en televisión todo se ve más lejos. A veces se encargaba de recordarme que estaba allí con atentados en lugares donde habitan familiares o amigos y despiertan esa verdad que todos tenemos escondida para que no nos atormente: la guerra sigue y todos podemos caer, y es que además está tan entretejida con nuestra vida que hasta ha modificado nuestro vocabulario; puede que no lo usemos, pero lo entendemos, nos es familiar; en ese lenguaje, al verbo matar se le dice "quebrar", "pasar al papayo", "bajar", "tumbar”. Es un lenguaje que refleja de manera creativa la vida cotidiana, pero que está -al mismo tiempo- cargado de muerte. -El HoyHoy, como todos los días pasé por la avenida 40 rumbo a mi trabajo y como todos los días al parar en un semáforo en rojo, una niña o un niño (todavía no lo he descifrado, ya que su castaño y ensortijado pelo corto y vestimenta confunden) de aproximadamente 4 años me pidió dinero. Mi política de no dar limosnas a los niños, como siempre, me abstuvo de darle No me malinterpreten… no estoy a su favor. Tan sólo digo que está tan adentro de nuestro mundo que en muchas de las situaciones más importantes de nuestras vidas ella ha estado presente, tácita, muda; se ha convertido en el aire que respiramos, un aire ácido, áspero, que evita que confiemos en nuestros vecinos, que nos apabulla y nos corroe hasta las 12 unas monedas que había en la guantera del carro. Lo diferente que pasó, fue que por primera vez vi sus ojos miel y escuché atentamente sus palabras y me partió el corazón verlo(a) allí bajo la lluvia, aparentemente solo(a) y me di cuenta de algo, con lo que quiero terminar esta crónica: la guerra nos ha tocado tanto, nos ha lacerado tanto, nos ha herido tanto, que ya la mayoría nos hemos vuelto indolentes e inmunes a ella. los machistas, en las mujeres, como victimas y victimarios, en las propagandas. En donde esta la guerra? En todas partes, en la política, en la economía, arriba en los aviones y helicópteros que bombardean, en los satélites, en la ciencia cuando hacen biotecnológica de guerra, en la religión cuando matan a los musulmanes, niños, bebes, mujeres, hombres, abajo en las minas quiebra patas, a los lados, en la oscuridad, cuando amanece, cuado se piensa diferente, se es diferente, en las universidades, en los negros, en la tierra, en la selva, diga Ud. cualquier cosa y ahí esta la guerra. Al volver a la ciudad creí que atrás habían quedado los días de angustiosos, nudos en la garganta y miedos viscerales, pero la realidad es muy distinta, porque la guerra ya es parte nuestra, no solo nos toca, sino que nos venda, nos ata, nos apabulla, nos limita, nos coarta, nos esclaviza. Me niego a ser parte de ella, a ser maltratada a maltratar, a maldecir a seguir llorando, a imaginar el dolor que parte el alma, el cuerpo, me niego a ver el amor entre la sangre y la voluptuosidad de la violación, me niego a entender el cuerpo destrozado, me niego a la respiración de huida, a la eterna angustia, a las pesadillas, me niego al desarraigo, me niego a tener la capacidad de racionalizar la guerra, me niego a odiar a los que odian, a olvidar a cada uno de los seres humanos masacrados, guardados en la sombra, en la pena en la injusticia, en el olvido que quieren que olvidemos; me niego a pasar un día sin que me duela esta guerra, toda la sangre y el dolor se recoge y cambia de color se vuelve transparente, no huele, y al final ya no duele, y es allí cuando mas miedo me da, porque sé que lograron lo que querían, y ya no me importa, ya no lloro, ya no vivo, y esa ilusión de vida, la mataron a fuerza del mundo falso etéreo que nos pintan y nos hacen creer, ese no es mi problema, a mi no me toca, de malas, ahora estamos masacrados de verdad y vuelvo y digo me niego a seguir hablando de la guerra. Está tan ahí que además de estar creando la historia de nuestro país (y es que es el personaje principal) crea la nuestra, juega con nuestras vidas dándole sobresaltos y sin sabores, llenándonos de resentimiento contra nuestro propio pueblo, sembrando terror, cegando vidas, coartando ilusiones, matando esperanzas… y sin embargo, a pesar de ella y de su oscura compañía… yo también digo: aquí estoy y aquí me quedo. Porque éste es mi país, y debo aportar no solo un grano de arena, sino hacer mi mayor esfuerzo para que al fin, algún día, podamos ver la luz al final del túnel y nosotros o nuestras futuras generaciones puedan disfrutar del sol, del campo, de la ciudad, de la vida, aquí, en mi ciudad, en mi país. 9 ¿En dónde está la guerra? 10 La paz y el fortalecimiento de la sociedad civil en las pequeñas comunidades Rurales La historia de retazos de guerra, construyen una ilusión de un mundo desdibujado a lapsos de cordura y de locura, ya que la lógica se resiste a aceptar el dolor como lo normal, los sentidos se pierden, se alucina… Debe ser su carácter inaccesible lo que la hace majestuosa; tan pronto se la ve es simplemente una muralla de montañas que se alzan desde las estrechas riberas de los ríos Chicamocha y Nevado y que según se sabe Escribir de la guerra, me niego a aceptarla, la pena ajena no puede con la razón, tan vergonzosa es, y no porque nunca me ha tocado, cada día, en cada noticia, en los impuestos, en la historia, en el cine, en los hijos, en 13 ascienden hasta la cadena invisible de sus picos nevados. Pudo ser que los U‟was, en su forzoso desplazamiento, se precavieron y dejaron guardianes sobrenaturales. Es así, por que todo inicial contacto con la Sierra Nevada del Cocuy es simplemente sobrecogedor. organización. Adelantaron experiencias de bachillerato tutorial, adelantaron pasantías en la Fundación San Isidro, fortalecieron los Comités Municipales de tabacaleros. Las ansías de saber y superarse eran inusitadas, poco a poco se fueron involucrando en la vida municipal, aparte de su muy consolidada Acción Comunal, animaron la creación de un Comité de Campesinos de San Mateo, eligieron algunos Concejales, atendieron a la formulación del Plan de Desarrollo Municipal. Y poco a poco, fue evidente que en un municipio tan rural como San Mateo, los campesinos eran una fuerza decisiva que opinaba sobre la prioridad de las obras publicas y los servicios veredales y enrrutaba los quehaceres y la programación de la Umata…(a estas alturas cabe alguna consideración respecto a si, en algún momento, los procesos organizativos pudieron ser influenciados por las organizaciones guerrilleras que tenían indudable presencia en la zona y que tenían nexos orgánicos con las comunidades, seguramente por que enrolaban a algunos jóvenes de aquellas comunidades). Pero tuve la suerte de reconocer cuidadosamente alguno de los parajes que se albergaban (digo, adherían) a aquella mole. Bordeando siempre la cuenca del río Cifuentes, cerrando los ojos mientras se descendía por una especie de montaña rusa para evitar que la vista de los precipicios nos dejara sin aire, ya en las proximidades de su encuentro con el río Nevado, en los límites con la otra mágica región de García Rovira, dentro de la jurisdicción del municipio de San Mateo, Boyacá, se asentaba la comunidad del Naranjal. Evo, Emiliano, Agustín…, la parentela de los Gelvez, eran los lideres más destacados. A más de muy empinadas, todas las parcelas eran completamente minifundistas, pero entre todos los colindantes existían muy vínculos familiares y de compadrazgo que finalmente habían derivado hacia nexos ideológicos. Parece ser que en tiempos recientes, dos o década y media hacía atrás, la actividad predominante fue el cultivo del tabaco negro, articulado a la comercialización que del mismo se hacía en las bodegas de Capitanejo o Puente Pinzón. La crisis tabacalera de aquellos años y el mejoramiento de las condiciones educativos, provocó una migración masiva, al punto de que la vereda quedo despoblada en mas de un 50% y era común reconocer muchas de las antiguas casas de habitación –levantadas en adobe y techos de paja- abandonadas a las jaras como su población de reemplazo. De cualquier manera, pese a la precariedad de los recursos (el minifundio, las fuertes brisas en aquellas montañas, la ladera, las vías, la ausencia de alternativas productivas), era improbable encontrar una comunidad rural más organizada. Habían emprendido masivos programas de reforestación, más de 10.000 árboles entre cajetos y nogales cafeteros, y las cuencas se protegían plenamente, pese a lo accidentada la carretera tenia un mantenimiento regular, la escuela, el comedor comunitario, la asistente de salud comunitaria, funcionaban formidablemente y la comunidad tenía injerencia en los programas educativos. Existía plena conciencia de la importancia de la seguridad alimentaria y de la necesidad de impulsar prácticas agroecológicas. Funcionaba debidamente un acueducto interveredal y se encontraban implementando un microdistrito de riego que apuntalaría la producción hortícola y de fríjol. A la generación que para entonces residía en la vereda, pertenecientes a no más de 3 ó 4 troncos familiares, le correspondió hacer frente a la casi segura extinción de aquellos campos minifundistas y tabacaleros. Una de las alternativas productivas estuvo representada por la chirimocha, pero en el caso particular del Naranjal, aparte de algunos escasos frutales, la yuca, el maíz, las aves de corral, es decir del refuerzo de los cultivos de subsistencia, la única alternativa de producción monetaria derivaba del cultivo del fríjol y de la espera a la recuperación del tabaco, aunque todo ello resultaba muy incierto. Lo más relevante: la comunidad entendió la necesidad de buscar alternativas económicas y parte de una tienda comunitaria, se constituyó un grupo precooperativo para impulsar trabajo mancomunado en la producción, la comercialización y la adquisición de insumos. Después de algunos avatares técnicos y organizativos, al cabo de tres años habían consolidado una mediana empresa avícola que surtía la demanda de los municipios vecinos del Espino, Guican y Chita. Incluso ya habían superado los arrebatos del colectivismo en la organización y tanto el manejo de la producción como su comercialización se adelantaba con claros manuales organizacionales de otorgar responsabilidades individuales. De manera que Los jóvenes que tuvieron que vivir plenamente la crisis, acudieron a la asesoría de grupos eclesiales y dieron inicio a procesos de educación y 14 el Grupo Precooperativo del Naranjal, constituía uno de los pilares para el desarrollo de la vereda y el municipio; cualquier iniciativa que el grupo desplegara contaba con los mejores augurios pudo viajar más a San Mateo y hubo que apelar a formas de comunicación indirecta, la comunidad estaba sentenciada en razón de que la guerrilla había tenido presencia por esas regiones, la comunidad era muy probable parte de los objetivos militares. A pesar de la distancia por recorrer, 4 horas de camino desde Soatá, las 5 o 6 visitas que pude realizar se constituyeron en mis más espléndidas experiencias de Desarrollo Rural. La entereza, la versatilidad, la facilidad de comunicación, la identidad, la claridad organizativa, encontrarlos siempre adheridos al surco, desde el comienzo barrieron con mis prejuicios citadinos e intelectuales, la relación con ellos se hizo completamente fraternal, de compañeros. El diálogo de saberes no era un postulado, era una realidad, sólo que tal vez quien menos podía aportar era yo mismo, probablemente contaba con capacidades discursivas y contaba con redes, pero me faltaba convicción, mis concepciones no enraizaban en una praxis, no había seguridad sobre mi identidad. Para los estudiantes que me acompañaban el contacto con aquellos “campesinos” inmediatamente daba al traste con todas su pretensiones y prejuicios, ¿de qué podían presumir si apenas sus vidas se iniciaban?, en lo sucesivo ¿que podían pensar de lo campesino y de las gentes humildes cuando reconocían experiencias y personas como aquellas? Tan sobrecogedora como el paisaje era la lección de aquella comunidad completamente empoderada. De lo que acaeció posteriormente las noticias son inciertas. En principio, con la eminente amenaza, la comunidad se dividió, parece ser que algunos de los moradores procedieron a refugiarse en el casco urbano y ofrecieron información a las autoridades locales que ya habían tomado partido por la empresa de la “recuperación del orden”…De un momento a otro, la vereda debió ser completamente desalojada. Ese desplazamiento de los moradores tuvo las características de un operativo secreto, de una forma salieron los semovientes, de otra manera salieron las personas, se trataba de salvar lo que fuera y contar con algunos recursos para reiniciar su vida campesina donde fuera posible. A los pocos días los paramilitares llegaron al Naranjal, incendiaron dos viviendas y asesinaron a un muchacho de una vereda vecina que colaboraba en dar vuelta a las gallinas y esperando a la cosecha. El núcleo más estructurado de las personas de la comunidad, abandonó San Mateo con la esperanza de reencontrarse en otra región y procurar alguna consolidación comunitaria y emprender colectivamente la lucha por la sobrevivencia, pero ocultando siempre las características particulares de su ser campesino y probablemente arrepentidos de haber ensayado alternativas respecto a su existencia como comunidad rural. En todo caso, en los momentos más desesperados de la avanzada paramilitar, en las recusaciones dentro de la comunidad, nunca se hablo del derecho de toda comunidad por buscar una existencia digna, parece ser que recayeron inculpaciones sobre quienes no habían aceptado “el orden tradicional y normal de las cosas”… …Primero se dio el avance de la fuerza pública, del Ejército que fue instalando retenes y copando todas las cabeceras municipales. Viaje tras viaje las requisas eran incesantes, resultaba comprometedor decir que se quería visitar el Naranjal, previamente debía visitarse la Alcaldía y dar completa razón de la permanencia en aquella zona. La presencia de la fuerza pública reanimo a los políticos tradicionales que reanudaron la recuperación de su poder local, estigmatizando a los movimientos de base que les disputaban el liderazgo. Se hizo riesgoso candidatizar a campesinos pues se los señalaba como “los candidatos de la guerrilla”. … De ser posible volver a transitar por los despeñaderos del río Cifuentes, sé que el paisaje es completamente predecible. Habrán crecido los barbechos, las carreteras estarán más abandonadas ya que no son requeridas por nadie, las casas estarán abandonadas cada vez más invadidas de las “chuchas” y los perros de monte, si es que hay algún recién llegado probablemente haya preferido habitar en la escuela. Tal vez ya algunas de las parcelas tengan algunos nuevos dueños que habrán sembrado pastos y olvidado los cultivos…Pasará mucho tiempo, tal vez nunca se podrá volver a decir que allí en el Naranjal residió una comunidad que intentó darle otro Al cabo de un año, entonces se hizo notoria la avanzada de los grupos de autodefensa, que inicialmente se aposentaron en las más importantes cabeceras urbanas de la región (Soata y Capitanejo) y desde allí fueron incursionando hasta diferentes zonas rurales sin que la fuerza pública se diera por enterada de lo qué ocurría, en la medida en que se regularizaban las operaciones paramilitares disminuía la presencia del ejercito. El cerco a la guerrilla, pero ante todo a las comunidades cada día fue más estrecho. Surgió la alarma, ¿qué podía ocurrir con los amigos del Naranjal?. Ya no se 15 sentido a la existencia de San Mateo y que anido la esperanza de ser uno de los tantos embriones de lo que acaso sea otra Colombia Rural. Ananías pareció sorprendido con mi pregunta de ¿Cómo le tocaba la guerra?, traté de que todo fuera más práctico, le pregunté qué pensaba de esta y si creía que le había afectado alguna vez. 11 Entre La Vida y el Plan Colombia El pareció adelantarse a mis propósitos y me dijo muy tenuemente; ¡hagamos una cosa, Yo le cuento como me ha tocado de duro y usted concluye ¡ Ananías comenzó afirmando que después de haber quemado y tumbado parte del monte, procedió a sembrar maíz, luego estableció pastos y con ello llegaron las vacas y el ganado de engorde, con el transcurso de los años comenzaron a llegar los vecinos y a formarse la vereda por allá a comienzos de los 80‟s, posteriormente la bonanza de la coca, el florecimiento de las guerrillas y lo que él llamo: „la pudrición del pueblo‟, que a mi entender es el termino con que califica la pérdida de valores, tradiciones y desarraigo por la tierra y por el prójimo, en un contexto de economía ilegal, facilitada principalmente por la baja presencia institucional y la baja rentabilidad de los cultivos tradicionales. Por: Orteguaza Es otro caluroso día de verano en Cartagena del Chaira, guiado por Esteban10, un viejo amigo de la zona y en medio de todo lo sospechoso que puede ser, acudo a mi cita con Ananías quien es un campesino que posee cultivos de arroz, plátano y yuca, además de unas cuantas vacas; actividades con las cuales subsiste y obtiene cierto margen de ganancias para suplir los gastos familiares y sobre todo, asume el costo de enviar a sus hijos a estudiar al „Pueblo‟. Comenzamos la charla en medio de los tangos del “Caballero Gaucho” y rancheras de Vicente Fernández que sacudían una pequeña cantina al otro lado de la calle. Por la expresión de su rostro, Ananías parecía apurado, pues era día de mercado y debía de realizar muchas compras, entre ellas los víveres para la familia, la sal para el ganado y unos cuantos kilogramos de urea para abonar los arrozales, la cual, a pesar de las restricciones que existen para su comercialización en la región, se logra conseguir en pequeñas cantidades en los almacenes agropecuarios del municipio a precios realmente elevados. A pesar de la claridad de lo relatado, aproveché su pausa para tratar de que enfocáramos más la conversación hacia el objeto de mi ejercicio, así, le pido que me hable más del conflicto, de lo que él piensa de la guerra y si le ha tocado vivir alguna situación „dura‟ a raíz de eso. Ananías, muy sinceramente me dice: “jovencito aquí que es lo que no es resultado de la guerra”. Empezó ilustrándome que su vida esta demarcada por esta, que no pueden mantenerse al margen de la situación y pues los diferentes actores le obligan a ser parte de ella, aquí no se admite la neutralidad; entonces, la guerra se convierte en su estilo de vida. Traté de romper el hielo preguntándole acerca de sus orígenes y como había llegado a la región, me contestó relatándome que después de varias décadas de que su familia se instaurara en las riveras del rio Caguán provenientes del Departamento de Boyacá, el decidió armar „Rancho aparte‟ en medio de la selva, unas cuantas horas en canoa río abajo del lugar donde había crecido junto a sus padres y sus hermanos, muchos de los cuales, ilustró, habían sido asesinados o heridos durante las típicas riñas de día de mercado que suelen ocurrir en estos olvidados lugares de la patria. 10 Para mi fortuna, Ananías decidió ponerme un ejemplo de cómo su vida y la de su familia, además de todo por lo que había trabajado, en este momento estaba siendo amenazado por el conflicto; me puso como ejemplo el plan Colombia, me comentó como cierto día trabajaba en un pequeño campo de arroz junto a uno de sus hijos y un viejo anciano que le coopera en sus labores; en esos días corrían fuertes rumores de que la tropa estaba en la zona11; pues desde que se había iniciado el plan Colombia el ejército había aumentado su presencia en la región e iniciaba una fuerte campaña de Los nombres han sido cambiados para asegurar la confidencialidad del ejercicio. 11 16 La tropa es el término con que se designa a los comandos del ejército oficial. erradicación de cultivos ilícitos vía aspersión área de agroquímicos; lo que generó un fuerte temor en la población campesina, pues ya varias hectáreas de cultivos lícitos, fuentes de agua, pastizales y hasta escuelas habían sido fumigadas. campaña- . Ananías narró cómo había pasado una larga noche pasada por agua, zancudos y unos cuantos bocados de comida suministrados por quienes le retenían, manifestó que un soldado le había comentado que seguía allí porque un „Sapo‟ lo había delatado, momento a partir del cual Ananías temió lo peor; todo pareció tornarse más desesperante y desesperanzador cuando un grupo de 4 soldados luego de desatar las cuerdas que le fijaban a la palma le pidieron que se incorporara y se vistiera para que les acompañara; muy celosamente fue custodiado hasta un Cananguchal, una vez allí, le advirtieron que si no quería “morirse” debía de abandonar su finca y sus enceres en un plazo de 4 horas, pues según los militares las órdenes eran desocupar la zona y mucho mas de auxiliadores de la guerrilla como ellos. El principal temor no radicaba en dicho sentido, Ananías, mirándome muy sinceramente y mientras el sudor corría por su frente, relató como la tropa llegaba a las casas, luego de robar parte de sus cultivos y animales de patio procedían a sacar a los hombres, a golpearlos y amarrarlos, luego se les insultaba y se les acusaba de guerrilleros, en ocasiones les desvestían y les hacían arrodillar para que confesaran „sus crímenes‟. Finalmente, a muchos se los llevaban o en ocasiones se les liberaba, no sin antes, anotar sus nombres. Luego de consumir hasta la última gota de la roja gaseosa que había alcanzado a derramar en su barba, Ananías respiro profundo mientras me dijo: “Que iban a pensar esos cojudos, yo no me voy de por aquí ni en ataúd, ni crean que me voy a aguantar hambre al pueblo”. Afirmó que a raíz de ese evento había acordado con su esposa proceder a enviar a sus hijos a estudiar a la cabecera municipal, donde se había hecho a una casa luego de vender unas vacas Narró como en ocasiones procedían a hacer terrorismo psicológico en la población. Pintando grafitis que anunciaban la llegada de las AUC con letreros como “Muerte a los guerrilleros hp” “no se escondan que los vamos a pelar” y otros como: „No sea marica únasenos con su fusil‟. Ananías retomó su conversación después de advertirme de lo peligroso que podría ser que yo andará con esa información que anotaba muy puntualmente en mi libreta. Me advirtió como habían sido amenazados unos lugareños que decidieron realizar una denuncia por la fumigación de un área de su finca en la que solo existía una cementera. Finalmente afirmó que seguirá en su terruño hasta que solo dios el todopoderoso se lo impida y que no piensa seguir la ruta de los que se van y vuelven peor. Luego de un par de minutos y haber iniciado un cigarrillo, Ananías recordó que hablaba acerca de que se encontraba en un arrozal junto a dos personas más, cuando de repente aparecieron dos soldados apuntándoles con sus armas y pidiendo frenéticamente que les entregara armas que ellos no poseían; relató cómo su hijo menor irrumpió en llanto y le pedía a los soldados que no los mataran, ilustró como fueron llegando uno a uno más soldados junto a un capitán, el cual dio la orden de retener a Ananías, pero dejar ir a su hijo y al viejo anciano, luego fue alejado hasta una pequeña meseta donde fue amarrado junto a una palma y dejado en desnudez durante un lapso de 2 horas aproximadamente. Encontrándose en dicha palma le revisaron su espalda – Ananías comentó que esta es una forma de ver si una persona ha estado „Trochando con los muchachos12‟, pues ello supondría tener marcas en la espalda dejadas por la carga continua del material de 12 ¿La guerra en cuatro paredes? Por: IV Paredes Se aproximan las 7 p.m y como siempre ocurre, mis pequeños amigos alojados en mi vientre, reclaman un poco de comida para continuar con sus labores, lo cual suena amenazante ante la necesidad de yo hacer lo mismo, seguir estudiando. En ese momento mi tía se acerca al escritorio y acorde a la rutina diaria, trae la comida, acción ante la cual yo inmediatamente respondo encendiendo el televisor. En ocasiones lo he analizado y creo que lo hago porque pienso poder encontrar, ilusamente valga la claridad, algo que me haga sonreírle a la vida, pero oh sorpresa, ‘Trochando con los muchachos’ hace relación a patrullar con las guerrillas 17 pues este es el increíble acontecimiento que escuche. La noticia decía algo como: “Increíble, en una ciudad china están fuertemente consternados ante la muerte de uno de sus habitantes después de 45 años de no fallecer ninguno de sus integran…”, no pudo terminar la comunicadora de decir la noticia cuando intempestivamente mi primita (7 años), la cual no sabia estaba en mi habitación, replico ante la noticia “Y ES QUE ALLÁ NO MATAN!”… ¿Qué decir ante dicha apreciación? …, vale un simple NO, o lo acorde al momento será explicar la situación, no lo se, ya no recuerdo cual fue mi respuesta, pero si recuerdo que después de dicho momento todo volvió a la normalidad. que aprender de memoria sus palabras, aprendí de geografía, pero NUNCA las razones del porqué de dichas guerras, hubiese querido saber en dicha época cual era el contexto en que se daba esa guerra, porque los “buenos”, eran “buenos”, y los “malos” los tenía que odiar, pero nunca me lo “enseñaron”. Más tarde en la U, las cosas cambiaron, en una época, la guerra la vi desde las ventanas de esas cuatro paredes y en otras ocasiones la viví dentro de esas paredes, aunque de nuevo existe alguna inconformidad, hubiese querido, que en los primeros días me hubieran enseñado sobre esa guerra, pero es allí donde se encuentra el punto neurálgico y la crítica mayor que hago a aquellos días iniciales, que los actores que tuvieron como misión desde la academia, enseñarme porque se vivía la guerra al interior de esos salones a los cuales yo iba estudiar, “nunca” aportaron a la construcción de dichas bases y así vi como la guerra desde el intelectual que comprendía que la fuerza en ocasiones era necesaria en dicha guerra, se disipaba y desaparecía gracias a que la acumulación histórica se perdía o no existía y entonces unos se iban mientras otros “caían”. Recordando aquel día, hoy cuando se me pregunta ¿Cómo me toca la guerra?, tengo que responder que, visualizándola desde su contexto dinámico, la he vivido entre cuatro paredes. Cuatro paredes que con el tiempo han cambiado de locación pero que al final han sido cuatro, más frías, menos estéticas, más grandes, que hablan, pero al final cuatro paredes. Primero fueron las de mi habitación, entre las cuales un cuadradito que habla a pesar de no tener vida me ha enseñado a “ver” la guerra (pero nunca “enseñado” sobre la guerra, de eso puedo dar fe en este tiempo), me ha mostrado desde todo tipo de armas, hasta todo tipo de bandos, me ha dicho quien es bueno y quien es malo, me ha mostrado campos de batalla, también las victimas de la guerra y desde un punto de vista más científico, a observar la modernización de la guerra, la evolución de las armas, la transformación del conflicto, en ocasiones algunas posiciones ideológicas de la guerra, aunque sean un poco superficiales, en fin desde el cuadradito me han “bombardeado” con información acerca de la guerra “mundial”. De esos días lo queda son sentimientos de tristeza y rabia por lo no hecho y de conformidad por lo que estoy haciendo de mi vida. A partir de allí aprendí a que la guerra hay que afrontarla y confrontarla, desde las armas o desde la cabeza, cada uno escoge, pero siempre habrá algo que aportar desde que exista inconformidad. ¿Cómo nos toca la guerra? Luego fueron las de la habitación de estudio de mi padre, que con el tiempo también serían las mías, allí, los libros, me han contado a cerca de la guerra, pero la guerra colombiana, me han contado en muchas ocasiones quien la hizó, en otras por quienes la hicieron, y es allí, donde empiezo a entender las lógicas de lo que dice el cuadradito, los libros, cosa curiosa, me han llevo vivir la guerra y en ocasiones hacerla mía y buscar los medios para hacerla mía y actuar para transformarla en busca de la victoria. Por: “Salomé” Este país dentro de sus particularidades tiene lugares a los que sesgadamente se han denominado “zonas de conflicto” por la confluencia de diferentes factores que se presentan como son la presencia de actores armados, cultivos ilícitos, cultura de la ilegalidad. A todo esto se suman la ausencia del estado o su defecto, una presencia que se limita en estos lugares al ejército o a la policía, lo que en muchos casos sólo empeora el escenario. Posteriormente la intensidad fue superior pues eran las cuatro paredes de los salones de clase, primero los del colegio, lugar intimidador y represor, en el cual viví la guerra desde la historia, por ejemplo, viví la liberación de Colombia de los españoles, pero hubo algo curioso, aprendí sobre estrategia militar, conocí los próceres de la patria y en ocasiones tuve 18 han tenido que pagar por ser considerados “colaboradores” y como esto ha llevado a la destrucción de su corregimiento en varias ocasiones. La guerra es un absurdo tan grande pero a la vez tan maquiavélico que solo se dimensiona en la medida en que se tiene contacto con esos seres humanos, que la han sufrido en “carne propia”. Sólo entonces surge la pregunta obligatoria, que significa toda esta locura en la que estamos inmersos y de la cual desconocemos tanto, pero igual, debemos afrontar, aunque nunca nos hayan dado instrucciones de cómo sobrevivir a algo que nació, creció, se desarrolló y sigue “evolucionando” sin que fuésemos avisados o tenidos en cuenta. En la medida en que toman confianza, empiezan a contar cómo llegaron los paramilitares al corregimiento, quienes con insultos, disparos y atropellos entraban a sus casas, sacaban las cosas de valor (electrodomésticos, dinero, joyas, comida e incluso ropa y calzado), las seleccionaban y las empacaban en las camionetas en que habían llegado. Luego esparcían gasolina y ante la mirada atónita de sus moradores, quemaban las casas. Después, lista en mano llamaban a las personas que según ellos habías sido declaradas “objetivo militar” por ser auxiliadores de la insurgencia, los asesinaban frente a todos. Finalmente después de insultarlos e intimidarlos hasta la saciedad y cuando todo quedaba reducido a cenizas, se iban con la amenaza que regresarían y acabarían con todos si no se marchaban de la región. Particularmente, quiero narrar lo que sucede en un lugar apartado de este país, donde tienen vida propia todos los que son considerados los grandes flagelos de nuestra sociedad actual. Para ello, vamos a ubicar nuestro relato en un lugar que paradójicamente se llama “El Paraíso” y que contrario a lo que el nombre sugiere, ha sido asolado y destruido varias veces. Es tan aislado y abandonado que llegar allá es más que una hazaña. Sin embargo, sus habitantes, por alguna extraña razón o como ellos mismos expresan por “terquedad” y por necesidad, se niegan a abandonarlo y quieren reconstruirlo. Todo lo anterior, en un país como Colombia que ha sido testigo de las peores atrocidades, no tendría nada de extraordinario. Pues esta dantesca escena se repitió tantas veces a lo largo y ancho de nuestra geografía que muchos podrían decir que esto ya lo sabemos y que es muy lamentable pero que ya pasó y hasta ahí llega la historia. Este lugar es un universo de contrastes con un clima templado, abundantes fuentes de agua, y tierras fértiles que producen generosamente lo que se les siembre, unido a un paisaje precioso y una ubicación geográfica estratégica. Haría pensar que este lugar debería ser en condiciones normales como su nombre lo indica un verdadero paraíso. No obstante, este pueblo es muy “terco” y contra todos los pronósticos, sacando fuerzas de no se sabe donde y superando tanto los temores como las amenazas reales y latentes que tienen que enfrentar cada día, se niega a que su historia termine como en muchos otros lugares del país, donde la población ha tenido que desplazarse y en su gran mayoría llegar a los municipios y ciudades más cercanas a engrosar los cinturones de miseria y abandono con las respectivas consecuencias que esto implica. En este momento no vamos a entrar a profundizar la problemática del desplazamiento, pues en este caso particular, quiero llamar la atención sobre una comunidad que a pesar de tanta adversidad insiste en permanecer. Sin embargo, cuando empezamos a conocer todo lo que ha sucedido y sigue sucediendo en este “paradisíaco” el contraste es tan fuerte que las palabras se quedan cortas frente a lo que significa vivir el conflicto en todas sus dimensiones. ¿Cómo nos toca la guerra? En un corregimiento que desde hace más de tres décadas ha contado con la presencia de la insurgencia en su territorio, con todas las implicaciones que esto trae para sus habitantes quienes han tenido que aprender a vivir con los “manuales de convivencia” impuestos y donde muchos de ellos han tenido que sacar a sus hijos e hijas del lugar para evitar que sean reclutados a la fuerza por alguno de los actores armados, es algo que solo pueden entender quienes lo han vivido. Lo más extraordinario es seguir insistiendo cuando esta misma situación de destrucción se ha repetido no sólo una, sino tres veces. Es ahí donde uno se pregunta quienes son estas personas, de dónde sacan el valor para volver a empezar, cuántas veces sea necesario y hasta tomar la iniciativa de organizarse y nombrar líderes que vayan a hablar con los comandantes de los grupos que operan en la región para “solicitarles”, que Cuándo se les pregunta qué significa vivir con la presencia de la guerrilla en su territorio, lo primero que responden, es el precio tan alto que 19 los respeten, que no los involucren en una guerra que sólo les ha dejado destrucción y pérdidas. en este momento particular que nos tocó vivir, nuestro granito de arena, en esa construcción del país que queremos y soñamos. Los líderes que han tenido que vivir y padecer todo esto, empiezan a contar como se fueron a hablar con la guerrilla para “solicitarle” que por favor, respete su caserío, y que no permanezca allí, pues los pone en riesgo; que esto rompe todos los protocolos de guerra; además, que la comunidad no está dispuesta a seguir soportando sus desmanes. “¿COMO NOS TOCA LA GUERRA?” Yo he sido un hombre afortunado. Conocer la fraternidad de nuestros hermanos es una maravillosa acción de la vida. Conocer el amor de los que amamos es el fuego que alimenta la vida. Pero sentir el cariño de los que no conocemos, de los desconocidos que están velando nuestro sueño y nuestra soledad, nuestros peligros o nuestros desfallecimientos, es una sensación aun más grande y más bella porque extiende nuestro ser y abarca todas las vidas. Luego, esos mismos líderes deciden ir a hablar con los paramilitares e igualmente “solicitarles”, que los respeten, que no les vuelvan a robar las pocas cosas que les quedan, que no sigan quemando las viviendas, y que dejen de asociarlos con la guerrilla porque ellos son simplemente civiles cuyo mayor delito es el tener que vivir en una zona de fuego cruzado entre dos actores en conflicto. Como si esto fuera poco, expresar con toda convicción, que se van a quedar en “el paraíso”, pues es el lugar que escogieron para vivir, y es allí donde quieren realizar sus sueños y proyectos, es algo que supera las expectativas de cualquier persona. Cómo es costumbre en este país, todas estas situaciones se dan en un contexto de abandono estatal donde impera la cultura de la ilegalidad, dominada por los cultivos ilícitos, que son el combustible que alimenta el conflicto y que deja a las comunidades a la merced del grupo armado que en ese momento impere en la región. Como dicen las comunidades, no importa si son legales o ilegales, ya que en estos momentos la presencia del estado se limita a militarizar la zona, razón por la cual, la comunidad manifiesta que ésa no es la solución, pues inundar las montañas de hombres armados, es algo que sólo les ha traído destrucción y miseria. Lo que realmente necesitan es inversión social en salud, educación, vías, electricidad, entre otras. PABLO NERUDA. CANTO GENERAL, 1950. Hacer un relato de nuestra experiencia o de nuestros seres queridos y cercanos sobre los efectos de la guerra no es nada fácil, es ante todo un reto. Merece mucha responsabilidad hablar de la guerra en este país, máxime cuando, de alguna manera, nos ha tocado vivirla y asumirla como propia. Pues partir del hecho que estamos en guerra o que en Colombia existe una guerra ya es algo de mucho coraje y valentía, es un reto al gobierno, al Estado, que diariamente nos intenta convencer de que dicha guerra no existe. Después de esta breve descripción de lo que significa vivir en zona de conflicto, la pregunta inicial se vuelve tan compleja de responder, pues la guerra todo lo destruye, lo corrompe, siembra la cizaña, y pone a las personas en medio del fuego cruzado de los actores armados de turno. Frente a este panorama tan dantesco, pensar en cómo nos toca, desborda cualquier respuesta, pues de todo lo que se quiere expresar, las palabras son insuficientes. Sólo queda seguir estos ejemplos de vida, seguir esperando contra toda esperanza que algún día las cosas puedan ser distintas y poner Este documento no es tan solo un retrato de una experiencia propia, es ante todo una pequeña visión de los sentimientos que nacen a partir de una larga y difícil lucha que el pueblo Colombiano inicio hace muchos años y que concientemente he decidido aportarle desde mis limitaciones y capacidades, de mis sentimientos de justicia e ideario de lealtad y compromiso con mis hermanos e hijos, con la generación que me sobrevendrá. 20 De los efectos de esta guerra resalto tres fenómenos o situaciones indudablemente dolorosas que han estado muy de cerca. La muerte, el desplazamiento y la prisión. Y me pregunto ¿por que? Y cada vez que intento responder encuentro una fortaleza monumental, indescriptible, invaluable de seguir asumiendo el riesgo por aquello en lo que creo, que es simple y sencillo: una batalla de ideas, librando la lucha por los cambios democráticos, la paz con justicia social, la solución política negociada al conflicto político social y armado, el intercambio humanitario y la búsqueda de la libertad de tod@s los presos políticos. Lucha difícil, pero no imposible, aun en el marco de las nuevas condiciones de un Estado mafioso y paramilitar. Las tareas de la hora son la unidad, la esperanza y la lucha, no hay descanso. Los que nos llaman enemigo intenta persuadir a los luchadores con la moneda de dos caras que embellece la derrota y cercena la vida, compra conciencias y vende la esperanza, con el ánimo de romper la columna vertebral que une este cuerpo viviente de los cambios. No se puede renunciar a la titánica afrenta histórica de liberar la humanidad, ni mucho menos dejar de lado los nobles esfuerzos por los que miles de hij@s de nuestro pueblo han entregado hasta el final el elevado costos de sus vidas en la guerra, en las calles, universidades, colegios y las plazas donde se realizan las batallas por la dignidad. Una dignidad que con su ejemplo mantiene en alto los que por sus ideas los han encerrado: los presos políticos. No puedo describir que sentí cuando a una gran mujer la detuvieron injustamente. Una estudiante universitaria, joven dirigente de las mujeres en su región, desatacada representante de la cultura y el folclor, amante de la música, la poesía, la literatura y sobre todo de la vida. Reconforta la esperanza y el espíritu saber que aun en las victimas de los asesinatos, masacres y desaparecidos, pero sobre todo en los desplazados y encarcelados por el régimen, la utopía no ha sido vencida y la fuerza de las convicciones acompañan la rutina diaria de la distancia, a la que este sistema tiene destinado por fuerza a quienes creen en el proyecto de la sociedad futura, la cual se iniciará derrumbando incluso, las paredes de la ignominia y el desamparo; los gritos de la libertad se impondrán, volviendo polvo a su paso las cárceles, ante el inminente triunfo de la justicia encarnada en el pueblo. En medio de una campaña fervorosa, demostrando lo que puede hacer la unidad y el calor de muchos fueguitos juntos, nuestro país se tiñó de un nuevo color, el amarillo. Cuando manifestaba con grandeza que podemos convertirnos en alternativa de poder, me llegó la infausta noticia de su secuestro. Acometido por la medusa de las mil serpientes, disfrazada de Estado, que a diario intenta mordernos el rostro de la dignidad, en este caso, representado por ella. El pueblo en su conjunto es tratado de enemigo y en los jóvenes es donde se focaliza con mayor énfasis dicho trato; pues son los jóvenes los que poco a poco se están sumando al descontento. Suenan timbres, diría poeta Luís Vidales, ante el descontento de las masas; se anuncia el preludio de nuevas contiendas en las que, los que nos consideran enemigo, no dudara en afinar su acecho contra el pueblo, como forma desesperada a la respuesta inevitable de un sistema que se está desquebrajando en sus entrañas sucias de sangre y barbarie. Intentaron desmoralizarme con su encierro, como si las ideas justas que defiende, fueran evanescentes con burdas bravuconadas irracionales. A esos energúmenos enemigos de la risa y de los sueños, se le responde con la misma actitud de Antígona, la precursora de los derechos humanos en la vieja Grecia. “No obedeceré leyes injustas, sólo haré lo que me dicte la conciencia”. Y la conciencia que esta mujer enarbola representa el mágico sueño de la utopía, que es tan bello como ella, cuando cruza el viento veraniego de su tierra, siempre dispuesta a escribirla en las paredes de su ciudad. Suenan timbres por que los mecen vientos de unidad, de fuerza y de avance. Estamos ante el umbral de una nueva etapa para las fuerzas populares y democráticas en el país y por ello hay que seguir insistiendo en la dura tarea de realizar la unidad del pueblo y lograr que esta se desarrolle para madurar la condiciones que se requieren hacia la consolidación de una gran propuesta alternativa, que permita conquistar los anhelos de democracia, soberanía, paz y justicia social que urgen en esta hora de definiciones. A diario la pienso y repienso porque creo que es de la mejor estirpe con la que se ha abroquelado las grandes mujeres de nuestra América como: Mercedes Ábrego quien se unió a los ejércitos emancipadores para darle luego la libertad a este continente multicolor, hecho con el más bello arco 21 iris de pieles y pueblos juntos jamás pretéritamente conocidos. De esas mujeres como ella dirá el gran poeta cubano José Martí que “sólo delante de las mujeres de este continente se puede hablar de la libertad”. Ese reino de los fines, la libertad, que permanentemente buscamos los que pensamos que una nueva humanidad está emergiendo y que todos nuestros esfuerzos no son en vano, por el contrario, son la savia vivificadora que nutre estos sueños tantas veces postergados. Quizá por ello es que los exaltadores del miedo han querido aprisionarla, porque creen encerrar sus renovadoras ideas: esas que tal vez justifican los barrotes con los cuales pretenden impedir el volar de sus alas nuevas y tiernas. En Colombia fueron dos mujeres las más importantes constructoras y exponentes de las ideas emancipatorias en los últimos años. Ambas llevaban el mismo nombre. Maria Cano y María Ayala, llevaban el nombre de la mujer que parió al primer revolucionario prestigioso del planeta, el que predicaba el amor al prójimo. De la primera se conoce su hermoso apelativo, la flor del trabajo; de la segunda se sabe que impulsó las primeras huelgas de las escogedoras de café en el departamento del Quindío y que influyo a varias generaciones de libertarios en este país. Han sido pues las mujeres un baluarte poderoso en medio de esta sociedad machista, las constructoras de nuevos proyectos que abran ancho cauce a la vida futura. Podría nombrar más mujeres valiosas que han jugado extraordinario papel en esta brega cotidiana por hacer efectiva la liberación de nuestro pueblo. Podrí nombra a Manuelita Saenz y otras que harían interminable esta lista; pero que a la vez muestran la vitalidad y el valor de nuestras mujeres en este trajinar histórico. Es una compañera, palabra descendiente del latín que traduce compartir el pan, ese que quisiera volver a partir en libertad, ese que a diario se reivindica en las plazas, en las calles, que parafraseando a Neruda es igual al amor que se traduce en besos lecho y paz. Se trata de una MUJER y no puedo desaprovechar la oportunidad para rememorar varios acontecimientos en donde las mujeres han sido un baluarte fundamental, para la construcción de un nuevo proyecto histórico que reivindique la dignidad humana de los excluidos, por este terrible monstruo, llamado capitalismo. En medio de esas mujeres está ella, a quien castigan sin pruebas, por el simple hecho de pensar y actuar diferente a lo establecido por estos terroristas que hoy dirigen al país con la mayor impunidad. Que no responden por sus crímenes. El más terrible, la muerte de cientos de niños en Colombia y en el Chocó, por desnutrición. En un país en donde se pierden los alimentos. Esos criminales de motosierra la quieren juzgar por asuntos que no le pertenecen porque es una detenida política, de conciencia. Fue una mujer la que al calor de su protesta, con un hijito en su vientre, convocó lentamente, en Bolivia, a los obreros más explotados de las zonas mineras. De su grito preñado de justicia y exigencia de mejores condiciones de vida, emergió el más grande movimiento de mujeres en ese país que hoy es gobernado por un Aymara, un indígena que sufrió cuanta persecución haya existido, pero que se yergue como faro iluminador de mejora para el pueblo boliviano. Esa mujer de la cual hablo se llama Domitila Barrios, la mujer de la bondad en sus manos. La justicia que la acusa debe sentir pena porque el fiscal cuando la mira sabe que no es culpable de nada y que como en los otros juicios contra compañeros, el de ella también caerá por la luz de la justicia real, la que la declara inocente. Sólo es asunto de un poco de tiempo y la mentira será revelada, triunfando la verdad. Porque es superior al fiscal, al monstruo pagado con las monedas de judas. Porque yergue en principios, en ideas, en convicciones. En cambio la fiscalía es un pobre caballero lapa, que solo sabe imponer juicios estúpidos que se despedazan frente a los argumentos sólidos de los principios. En la bella Nicaragua, la tierra de la poetiza Gioconda Belli la que agradece a la naturaleza por ser mujer, cuando se inició el proceso emancipatorio fueron las mujeres las que se la jugaron porque César Augusto Sandino pudiera acceder a todos los pertrechos que requería para desarrollar su gesta. Las mujeres, entonces, actuaron contra los invasores brindando todo su esfuerzo y capacidad para que luego Nicaragua fuera libre de los amos del norte y hoy, son las mujeres las que permitieron que Daniel Ortega ganara las elecciones, y son ellas las que encabezan la segunda campaña de alfabetización mas importante de Nuestra América. A esta mujer le digo que la distancia es una mentira y que estoy cerca de ella, porque cuando la nombro vuelve y existe; por eso de que solo existe algo cuando se nombra. Hace parte de un espacio que a diario te nombra y te recuerda, del latín recordaris, que quiere decir volver a pasar por el 22 corazón. Es decir desde su secuestro la rememoro, está permanentemente en el corazón y se convierte en símbolo del más prístino y exuberante carácter de lealtad y compromiso con la nueva historia. A la compañera, al igual que el mar y el vuelo de los pelícanos en la bella Coveñas, quisiera verla en el horizonte, como un vuelo de pájaros blancos, libre, exuberante de risa y prolija de ideas que seguirán apuntalando su amor por una nueva humanidad. Porque a pesar de los cancerberos: siempre sale el sol y como dijera el poeta, respondiendo a esta aparente desesperanza, “aun más bello y dulce, otro país existe”. 23
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