AUTOESTIMA QUÉ ES Y CÓMO TRABAJAR TU AUTOESTIMA 1 AUTOESTIMA La autoestima es la capacidad que tiene una persona para valorarse, respetarse y aceptarse a sí misma tal y como es. Podría definirse también como el conjunto de actitudes y pensamientos que una persona tiene sobre sí misma. Si esos pensamientos y sentimientos son positivos, tendremos una persona con una autoestima alta y equilibrada. Si, por el contrario, suelen ser de tipo negativo, la persona tendrá una autoestima baja. La autoestima es una parte clave de la personalidad. Define nuestra identidad y la manera en la que nos relacionamos con las personas que nos rodean. Tener una autoestima equilibrada hará que nos queramos a nosotros mismos, que tengamos la suficiente confianza en nuestras capacidades como para intentar nuevas metas y conseguir logros, que nos comportemos de una manera positiva y abierta con los demás y que, por lo tanto, seamos más apreciados por ellos. Por el contrario, una persona con autoestima baja será insegura, se culpabilizará por todo, no se atreverá a intentar nuevas cosas ya que no confía es sus capacidades. En sus relaciones con los demás, se comportará de forma tímida o incluso agresiva. Todo esto puede causar graves problemas psicológicos como aislamiento, ansiedad, depresión, trastornos alimentarios… Por ello es vital conocer la importancia de una autoestima equilibrada y trabajar por conseguirla. Problemas que generan una baja autoestima Tener una baja autoestima o una valoración negativa de sí mismo puede traer aparejados una gran cantidad de problemas, siendo algunos de los más habituales: La dificultad para relacionarse con los demás y para expresar sus sentimientos. Su temor a no sentirse aceptados dificultan sus relaciones con los demás. También es habitual que las personas con baja autoestima tengan problemas para poder comunicar lo que sienten y vergüenza de expresar sus opiniones. Tristeza y depresión. Las personas con baja autoestima tienen una mayor tendencia a sufrir de depresión, debido a que constantemente están sufriendo por no aceptarse a si mismos, por no ser lo que querrían ser o piensan que deberían ser y por el miedo constante a que los demás no les acepten como son. Problemas de aprendizaje. En algunos casos, sobretodo en los niños, la baja autoestima puede provocar que se tenga dificultad para aprender. Esto se debe también en gran parte a que un niño con baja autoestima puede creer desde un principio que no es capaz. Por este motivo, puede bloquearse y hasta negarse a aprender por miedo a fracasar. 2 Dificultad para alcanzar las metas y para establecer proyectos de futuro. La falta de confianza hace que se tengan pocas aspiraciones a lograr algo en el futuro. El miedo al fracaso y la constante sensación de que se va a fracasar pueden llevar a una persona que padece de baja autoestima a que no logre aquello que se había propuesto o que ni siquiera lo intente. Problemas de personalidad. Estos problemas son más comunes en los niños y en los adolescentes. Las personas con baja autoestima pueden tener dificultades para mostrar su verdadera personalidad por lo cual pueden terminar imitando a los demás para poder ser aceptados y evitar mostrarse tal y como son en realidad. Trastornos de alimentación. La necesidad de ser aceptados y de agradar a las demás personas puede ser tan fuerte que puede llevar a trastornos alimenticios por problemas de autoestima. Muchas personas pueden creer que necesitan ser más delgadas para que los demás les acepten o que necesitan parecerse más a las estrellas y modelos de la televisión. La baja autoestima también puede ocasionar trastornos de ansiedad. Apatía y desinterés por casi todo en la vida. Muchas personas con baja autoestima pueden sentir que nada les despierta interés. En algunos casos, esto puede deberse al miedo a demostrar interés por algo, o al miedo a interesarse en algo y no obtener los resultados esperados. Problemas de maltrato físico y psicológico. Muchas personas con baja autoestima pueden dejarse maltratar y ser atropelladas constantemente por miedo a enfrentarse a las personas, o por miedo a imponerse y ser rechazadas. Es el caso de las relaciones de pareja en que una persona maltratada no consigue dejar al otro por miedo a quedarse solo y no ser querido. Dependencia económica, afectiva y laboral. Algunas personas pueden sentir que no son capaces de lograr nada por si mismas y por este motivo establecen un vínculo dependiente con otra persona para así sentirse seguras. Valores primordiales de nuestra autoestima Para poder formar una autoestima alta que nos permita sentirnos bien con nosotros mismos y los demás, hay una serie de valores sobre los que debemos reflexionar. Dedicar un tiempo a pensar en ellos y darles respuesta, nos ayudará a encontrarnos mejor con nosotros mismos. Estos valores son: Nuestra valía: Nuestra personalidad no está formada sólo por nuestras circunstancias actuales de vida y nuestras capacidades. Debemos tener en cuenta también nuestras posibilidades, todo lo que podemos crecer, aprender y mejorar. 3 Todos tenemos capacidades extraordinarias que quizá no hayamos explotado lo suficiente porque no hemos tenido la posibilidad. Reflexiona sobre tus capacidades: sobre lo que querrías hacer con ellas, qué querrías mejorar… Las posibilidades las tienes, sólo debes ponerte a ello. Nuestra importancia: Cada uno de nosotros, con sus virtudes y defectos, compone una personalidad única, un ser humano especial e irrepetible. Las cosas que hagamos en nuestra vida y en nuestras relaciones con los demás son importantes, ya que nadie más que tú podría haberlas hecho en ese lugar y en ese momento. Plantéate a cuantas personas les has cambiado la vida, a cuánta gente has hecho feliz, cuánta gente que te conoce piensa que eres importante en su vida… Nuestra responsabilidad: Somos los únicos responsables de nuestras acciones, del curso que le damos a nuestra vida. Pensar que estás en manos del destino o de los demás y lamentarte por ello no es realista ni te ayudará a dar a tu vida el rumbo que quieres. Toma la responsabilidad de tu propia vida y haz de ti la persona que de verdad quieres ser. Somos totalmente libres para hacer cualquier cosa mientras estemos dispuestos a pagar las consecuencias de nuestras acciones. Conociendo y asumiendo tus capacidades y limitaciones, sabiendo a dónde quieres llegar y siendo responsable de tu conducta, puedes llegar a ser quien tú quieras y sentirte orgulloso de ti mismo. Intenta convertir los pensamientos negativos en positivos: Si consigues detectar esos pensamientos negativos, detenlos y busca la parte positiva de la situación. Habrás evitado un daño a tu autoestima. Sé concreto y no generalices: Todos podemos cometer errores en un momento dado. Debemos evitar generalizar esos errores y convertirlos en descripciones negativas de nuestra persona. Céntrate en las partes positivas de tu personalidad: Busca tus cualidades y siéntete orgulloso de ellas. Reflexiona sobre tus logros del pasado y extrae de esas experiencias las cualidades positivas que causaron esos éxitos. No te compares con los demás: Todos tenemos cualidades y limitaciones. No debemos sentir que somos inferiores a alguien porque esa persona destaque en algún aspecto. Seguramente nosotros destaquemos en otros muchos. Confía en ti mismo: Debes conocer tus capacidades y opiniones y confiar en ellas. Toma tus decisiones basándote en ti mismo más que en la opinión de los demás. 4 Acéptate a ti mismo: Se consciente de que eres una persona valiosa por ser quien eres y acepta todas tus características, tanto positivas como negativas. Esfuérzate por mejorar: Intenta superar esos aspectos con los que no estés a gusto. Establece unas metas, ponlas en práctica y esfuérzate para lograr esos cambios. PUNTOS CLAVE PARA ELEVAR NUESTRA AUTOESTIMA: Evaluarse de forma realista: Tenemos que hacernos conscientes de nuestras cualidades y defectos para poder aceptarnos. No tengas miedo de examinarte en profundidad. Encontrarás más puntos positivos de los que esperabas. No idealizar a los demás: Nadie es perfecto aunque te lo parezca. No te quedes admirando y envidiando a los demás y sintiéndote inferior. Tú mismo posees cualidades envidiables, sólo tienes que reconocerlas y explotarlas. Cambiar lo que no nos guste: Si encuentras cosas en ti mismo con las que no estás de acuerdo, evalúa hasta qué punto está en tu mano cambiarlas, diseña un plan de acción y ponte manos a la obra. Tú eres el dueño de tu vida y puedes decidir su rumbo. Puede ser difícil pero el esfuerzo merecerá la pena. Evita los pensamientos negativos: Culparse y autocompadecerse no conduce a nada positivo. En cuanto detectes un pensamiento negativo, intenta reconvertirlo en tu mente en uno positivo. Por ejemplo, si piensas “No seré capaz de aprobar este examen”, cámbialo por “Esta asignatura me resulta difícil pero con un esfuerzo extra podré conseguirlo”. No dependas de la aprobación de los demás: El refuerzo de los demás es importante pero no debemos estar obsesionados con lo que los demás piensen de nosotros. Lo primero es estar seguro de ti mismo, creer en lo que estás haciendo. La aprobación de los demás será bienvenida, pero no debe ser imprescindible ni estar por encima de tu propia aprobación. Hazte responsable de tu propia vida: Tú eres el máximo responsable de tu conducta y tus logros o errores. No culpes al destino ni a los demás de tus resultados. Ponte al frente y actúa de manera responsable. Afronta los problemas: No sirve de nada esconder la cabeza y esperar a que los problemas se arreglen solos o alguien lo haga por nosotros. Busca soluciones y llévalas a la práctica, conviértete en una persona activa que controla su propia vida. Asume los errores: No pienses en los errores como fracasos de los que lamentarse. Cada error nos sirve como un aprendizaje, así que aprende a aprovecharlos. 5 Practica cosas nuevas: No te quedes estancado y asumas que no puedes avanzar. Hay muchas capacidades que seguro que no has explorado. Aprende cosas nuevas y comprueba si eres bueno en ellas y si te satisfacen. Controla tu exigencia: No pretendas ser bueno en todo ni hacer las cosas bien a la primera. Debes experimentar pero siendo consciente de que hay cosas que no se te darán bien y que eso no supone un fracaso sino un aprendizaje. Cuida tu salud y tu aspecto físico: Debes ser consciente de las limitaciones de tu propio cuerpo y de que hay cosas que no se pueden cambiar. Una vez asumidas esas limitaciones, adopta unos hábitos de vida saludables y dedica también algo de tiempo a cuidar tu aspecto físico. Tu autoestima se elevará según te sientas mejor físicamente y más atractivo para ti mismo y para los demás. Tener la capacidad de valorar los logros personales es muy importante para mejorar la autoestima. Muchas personas pueden no dar importancia a la mayoría de sus logros simplemente porque no han logrado alguno en particular. Sin embargo, es importante darse cuenta de todo lo que se ha hecho en la vida y todo lo que se ha aprendido por pequeño que sea. Algunas personas también son capaces de reconocer sus logros personales pero no le dan la importancia que deberían porque se comparan con otras personas que han logrado otras cosas que también les hubiera gustado conseguir. Para poder mejorar la autoestima, lo mejor es tomarse un tiempo para plantearse y pensar todo lo que se ha logrado en la vida y todas las cosas que hoy nos hacen felices y hemos conseguido. Mucha gente puede no darse cuenta que toda su vida persiguió un supuesto sueño y que aunque no lo ha logrado ha conseguido otras tantas cosas que le han dado una gran felicidad. Por este motivo, sentarse a pensar o hacer una lista sobre los logros más importantes que se han conseguido, es una excelente práctica para mejorar la autoestima. Seguramente nos sorprendamos nosotros mismos de las cosas que más valoramos y que hoy nos hacen felices y que nunca hubiéramos pensado. Por ejemplo, es habitual ver personas frustradas y con baja autoestima porque piensan que no lograron nada solo porque no obtuvieron el trabajo que querían. Sin embargo, estas personas pueden ser incapaces de valorar que han logrado formar una familia que les quiere, que han tenido hijos de los cuales pueden sentirse orgullosos y un sinfín de cosas más. 6 Para mejorar la autoestima, es importante saber valorar los logros que se han conseguido y no sufrir por aquellos que no se han alcanzado. Si tanto nos duele no haber conseguido algo, lo mejor es luchar por conseguirlo pero no sentarse a sufrir, a lamentarse, a sentirse mal y a quitarle importancia al resto de las cosas que si se han conseguido. Una de las cualidades que más pueden ayudarnos a desarrollar una autoestima equilibrada es la ASERTIVIDAD. Consiste en saber decir sí o no en el momento adecuado, reconocer y expresar los sentimientos, tomar decisiones, actuar sin ser agresivo con los demás y hacerse responsable de nuestra conducta y sus consecuencias. Una persona asertiva tendrá una autoestima fuerte y sabrá comportarse con los demás de forma adecuada, defendiendo sus derechos sin pasar por encima de los de los demás. Una persona asertiva debe ser capaz de evitar la manipulación de los demás para poder comportarnos según nuestras ideas y derechos sin herir a los demás. Esto, que puede parecer tan sencillo, no resulta tan fácil en la vida real. Pensemos en cuántas veces nos hemos sentido culpables por decirle que no a alguien, aunque sabíamos que nuestra decisión era la acertada o en las ocasiones en las que hemos acabado haciendo algo que no queríamos por no herir a una persona que nos importa y sintiéndonos luego mal por ello. Consejos para poder mejorar nuestra asertividad y evitar estas situaciones: Conócete a ti mismo y a tu escala de valores. Eso te permitirá tener muy claro que quieres hacer y que no. Estar seguro de ti mismo y de que la decisión que has tomado es correcta te ayudará a mantenerte firme. En las discusiones expresa cómo te sientes y porqué, dando ejemplos concretos, sin culpar y generalizar. No es lo mismo decir “Has llegado tarde las tres últimas veces que hemos quedado y eso me hace sentirme molesto” que decir “Estoy harto de que siempre llegues tarde”. Aprende a escuchar al otro. Se consciente de tus derechos y de que luchar por ellos no te convierte en un egoísta ni en una mala persona. Tienes derecho a decir que no e incluso a equivocarte, enfadarte o sentirte molesto y a expresarlo, siempre que lo hagas de una manera adecuada y sin dañar al otro. No dejes que tus necesidades se vean pisoteadas por ayudar a los otros. El sacrificio sólo es positivo si lo has razonado y has llegado a la conclusión de que en ese momento es mejor que hagas algo por la otra persona que suponga dejar tus necesidades de lado. Si lo haces por costumbre o por miedo al rechazo de los demás, sólo te generará resentimiento. 7 Además del comportamiento asertivo, también hay otros conceptos que pueden ayudarnos a desarrollar nuestra autoestima, como la CAPACIDAD DE INDEPENDIZARSE. Las personas con baja autoestima pueden ser muy dependientes de las otras personas de su entorno y, al estar preocupados por su incapacidad para ser autónomos y ser responsables de resolver sus propios problemas, pueden sentir terror a la perspectiva de tener que vivir por sí mismos. Otro concepto importante es el APRENDER A ESTAR SOLOS, entendiendo por estar solo la capacidad de disfrutar de estar con nosotros mismos de manera sana y agradable sin caer en la depresión o el aislamiento. Las personas con baja autoestima suelen tener un fuerte temor a la soledad. Cuando estas personas están solas, interpretan que lo están porque los demás los rechazan y no quieren estar con ellas. Pero estar solo no debería interpretarse de esta forma, ya que si se interpreta correctamente, puede convertirse en una importante fuente de crecimiento personal y puede ayudar a uno a conocerse mejor a si mismo y a levantar su autoestima. Muchas personas, con tal de evitar la soledad, llenan su vida de actividades o buscan y mantienen relaciones sin sentido solo para estar con otras personas. A menudo, el miedo a la soledad también es la consecuencia del temor que uno tiene a enfrentarse con uno mismo, con sus pensamientos, temores, dudas y frustraciones. Es importante desarrollar la capacidad de estar solo y este aprendizaje le puede ayudar a uno a levantar su autoestima. Cuando una persona está sola, puede pensar y meditar sobre cuáles son aquellas cuestiones que realmente le importan y de esta forma podrá conocerse mejor a sí mismo. Para lograr aprender a estar solo, es necesario dejar de sentir la necesidad constante de estar con otra gente y dejar de sentir que estar solo es sinónimo de fracaso o de desprecio por parte de los demás. Poder entender que los demás tienen otras actividades y ocupaciones y que el hecho de estar solo no significa un desprecio de los demás, es un gran paso para aprender a estar solo. Otro paso importante es darse cuenta de que actividades y que relaciones mantenemos realmente por placer y porque nos interesan y cuales mantenemos simplemente para evitar estar solos. 8 Es importante tener en cuenta que aprender a estar solo no quiere decir aislarse o encerrarse en uno mismo. Los extremos nunca son buenos. Es sano poder estar solo y poder disfrutar de uno mismo, pero también las relaciones con las demás personas deberían ocupar un lugar prioritario y son necesarias para el ser humano ya que el hombre es un ser social. Tanto los seres humanos como los animales aprendemos nuestro comportamiento a partir de un sistema de refuerzos (premios) y castigos. Esos refuerzos, en nuestra infancia, suelen venir del exterior en forma de regalos, halagos o felicitaciones de nuestros padres, profesores… Esto nos ayuda a aprender nuevos comportamientos y a formar nuestra autoestima. Pero, ¿qué ocurre cuando nos hacemos mayores? Seamos sinceros: no todos tenemos la suerte de tener una pareja encantadora que nos diga continuamente lo guapos, inteligentes y simpáticos que somos ni un jefe que alabe nuestro trabajo. Para poder enfrentarnos a un mundo en el que los refuerzos no son habituales debemos haber aprendido a reforzarnos de manera interna, es decir, ser capaces de reconocer por nosotros mismos nuestros logros y estar orgullosos de ello sin necesitar que los demás nos lo digan. Una persona capaz de reforzarse a nivel interno estará más segura de sí misma, será más capaz de luchar contra la adversidad y las críticas y estará más preparado para triunfar. Una persona que dependa de los demás para fundamentar su autoestima se deprimirá con más facilidad, se rendirá ante la menor crítica o fracaso y correrá el riesgo de sentirse inferior y deprimida. Por ello, debemos aprender a reforzarnos a nosotros mismos si no lo hacemos. Debemos acostumbrarnos a darnos mensajes positivos del tipo “Esto lo he hecho bien”, “Esta idea que he tenido es muy buena”, “Creo que mi aportación a este trabajo ha sido decisiva”. Conseguir cambiar los habituales pensamientos negativos (“no valgo para nada”, “no hago nada bien”) por pensamientos que nos refuercen a nivel interno servirá para dar un gran impulso a nuestra autoestima y ponernos en el camino de una vida más sana y feliz. El paso de depender del refuerzo de los demás al refuerzo interno se va dando en la adolescencia, cuando el joven va pasando de depender totalmente del refuerzo del grupo a confiar cada vez más en sus propios valores y decisiones. Si ese paso no se ha dado correctamente, la persona dependerá de la aprobación de los demás en exceso y será más insegura, menos firme y con una mayor tendencia a minusvalorarse y deprimirse. 9 Técnicas para aprender a reforzarse a uno mismo: 1. Coge un cuaderno y dedica unos minutos todas las noches a apuntar las cosas que hayas hecho en el día que creas que deberían hacerte sentir orgulloso de ti mismo y a reflexionar sobre ellas. No esperes a alcanzar grandes metas, cualquier pequeña cosa que te haga sentir bien, valdrá. Ejemplos: a. Mi hijo lo ha pasado muy bien conmigo en el parque. b. He adelgazado medio kilo esta semana. c. He conseguido acabar mi trabajo en el plazo previsto. d. He ayudado a un compañero de trabajo a resolver un problema. 2. Acostúmbrate a felicitarte mentalmente por tus logros en el momento. Reflexiona sobre las cosas que haces bien y las capacidades y cualidades positivas que posees. 3. El refuerzo de los demás también es importante y su opinión nos puede ayudar. Habla con tu pareja, familiares o amigos de confianza y pídeles que te digan tus cualidades positivas o los logros que has conseguido. Apúntalos, reflexiona sobre ellos y hazlos tuyos para utilizarlos como mensajes positivos. El árbol de los logros es una sencilla técnica que te permitirá reflexionar sobre tus logros y cualidades positivas, analizar la imagen que tienes de ti mismo y centrarte en las partes positivas. El ejercicio consiste en una reflexión sobre nuestras capacidades, cualidades positivas y logros que hemos desarrollado desde la infancia a lo largo de toda nuestra vida. Debes tomártelo con calma y dedicarle al menos una hora para poder descubrir todo lo positivo que hay en ti. Lo primero que debes hacer es elaborar una lista de todos tus valores positivos, ya sean cualidades personales (paciencia, valor…), sociales (simpatía, capacidad de escucha…), intelectuales (memoria, razonamiento…) o físicos (atractivo, agilidad…). Intenta hacer una lista lo más larga posible tomándote todo el tiempo que necesites. Una vez acabada la primera lista, elabora otra con todos los logros que hayas conseguido en la vida. Da igual si esos logros son grandes o pequeños, lo importante es que tú te sientas orgulloso de haberlos conseguido. Al igual que antes, reflexiona y apunta todos los que puedas. Cuando ya tengas las dos listas, dibuja tu “árbol de los logros”. Haz un dibujo grande, que ocupe toda la hoja y dibuja las raíces, las ramas y los frutos. Haz raíces y frutos de diferentes tamaños. En cada una de las raíces debes ir colocando uno de tus valores 10 positivos (los que apuntaste en la primera lista). Si consideras que ese valor es muy importante y te ha servido para lograr grandes metas, colócalo en una raíz gruesa. Si por el contrario no ha tenido mucha influencia, colócalo en una de las pequeñas. En los frutos iremos colocando de la misma manera nuestros logros (los apuntados en la segunda lista). Pondremos nuestros logros más importantes en los frutos grandes y los menos relevantes en los pequeños. Una vez que lo tengas acabado, contémplalo y reflexiona sobre él. Es posible que te sorprenda la cantidad de cualidades que tienes y todas las cosas importantes que has conseguido en la vida. Si quieres, puedes enseñárselo a alguien de confianza para que te ayude a añadir más raíces y frutos que él haya visto en ti y de los que no seas consciente. Nuestra autoestima está determinada por nuestra valoración de los éxitos y fracasos que hemos tenido a lo largo de nuestra vida. Si logramos nuestros deseos y satisfacemos nuestras necesidades, nuestra autoestima aumentará. Una forma de mejorar nuestra autoestima es cambiar las partes de nosotros mismos con las que no estamos satisfechos y que están en nuestra mano. Los pasos son los siguientes: Plantearse una meta clara y concreta: Tenemos que identificar lo que queremos conseguir. Esa meta debe ser sincera, personal (no impuesta por otros), realista, divisible en metas más pequeñas y debemos poder medir los resultados que vayamos consiguiendo. Establecer las tareas que debemos realizar para lograrla: Piensa en lo que deberías hacer para lograr esa meta y qué esfuerzos deberías realizar para lograrla. Organizar las tareas: Hay que establecer un plan de trabajo según el cual vayamos realizando esas tareas por orden. El orden puede ser temporal o por dificultad de las tareas. Si elegimos el segundo es mejor realizar las tareas fáciles primero porque eso nos reforzará y nos dará ánimos para continuar. Ponerlas en marcha y evaluar nuestros progresos: Debemos estar comprometidos con nuestro proyecto y ponerlo en marcha, evaluando los progresos que vayamos logrando. Si nosotros mismos no somos capaces, podemos pedirle a un familiar o amigo que nos ayude y nos refuerce. Realizar un proyecto de superación personal nos permitirá ver más claro nuestro objetivo, lo volverá más accesible al estar dividido en pequeñas metas y nos hará sentirnos orgullosos de nosotros mismos por el simple hecho de estar intentándolo e ir comprobando que somos 11 capaces de realizar mejoras. Todo esto elevará nuestra confianza en nosotros mismos y nuestra autoestima saldrá reforzada. Muchas veces somos nosotros mismos los mayores enemigos de nuestra autoestima. Las personas podemos tender a criticarnos excesivamente, exigiéndonos niveles de perfección que son irreales y culpándonos por no ser capaces de alcanzarlos. Esta crítica puede llegar a ser tan destructiva en algunas ocasiones que disminuye la autoestima hasta niveles patológicos y sume a la persona en la depresión. Por ello es importante aprender a combatir la autocrítica y saber desarmarla cuando es negativa. Otra manera en la que nosotros mismos atacamos a nuestra autoestima es a través de la distorsión del pensamiento. Consiste en una visión distorsionada de quienes somos, acompañada de unos niveles de perfeccionismo y autoexigencia que son inalcanzables. El perfeccionismo exagerado, las comparaciones propias innecesarias y la idealización de las demás personas conducen a valorarnos de forma negativa, con lo que nuestra autoestima se verá reducida de forma importante. Todos estos pensamientos negativos nos impiden valorarnos de forma realista, aceptarnos a nosotros mismos y desarrollar una autoestima que nos permita ser felices y comportarnos de manera satisfactoria en nuestras relaciones sociales. Por ello explicaremos una serie de técnicas que nos permitirán desarmar la autocrítica negativa y detectar y cambiar los pensamientos negativos. Estos pensamientos distorsionados pueden ser de diferentes tipos: Sobregeneralización: Consiste en crear una regla general a partir de un hecho aislado. Por ejemplo, una persona que es rechazada por otra puede pensar “Nunca me querrá nadie”. Designación global: En lugar de describir un error puntual, la persona se insulta para describirse a si misma. Por ejemplo, en lugar de pensar “me he equivocado en esto”, pensara “Soy un estúpido”. Pensamiento polarizado: Es pensar en términos de todo o nada, de blanco o negro. No saben dar valoraciones relativas de si mismos o de los demás. Todo lo que no sea perfecto no tiene valor para ellos. Autoacusación: Es sentirse culpable de todo. Personalización: Consiste en pensar que todo tiene que ver con nosotros. Por ejemplo, si nuestro compañero de trabajo tiene mal día, pensaremos que esta enfadado con nosotros. 12 Lectura del pensamiento: Consiste en creer que sabes lo que piensan y sienten los demás hacia ti, normalmente de forma negativa. Las personas con esta distorsión del pensamiento creen que no le gustan a los demás, que piensan mal de el aunque no tengan ninguna prueba. Falacias de control: Hay de dos tipos. Hay gente que cree que es responsable de todo por lo que cualquier problema que surja lo identificaran como culpa suya. El otro tipo es el de la gente que cree que no tiene control sobre nada y se siente indefensa y desamparada. Razonamiento emocional: Consiste en pensar que nuestros sentimientos corresponden a la realidad sin compararlos con otros momentos o hechos. Por ejemplo, si la persona se siente deprimida puede pensar que la vida no tiene sentido y que nunca volverá a sentirse bien. Todas las personas distorsionamos nuestro pensamiento en mayor o menos medida. El problema surge cuando nuestro pensamiento esta tan distorsionado que nos impide ver la realidad, lo cual conduce a graves problemas de autoestima. La mejor manera de luchar contra la distorsión de los pensamientos es ser capaz de identificarlos y poder observar nuestros pensamientos desde una óptica más racional. La idealización permanente de otras personas es algo muy habitual en aquellas personas que tienen una autoestima muy baja. Según la definición que hace la psicología (Freud) de la idealización “La idealización es un proceso que envuelve al objeto; sin variar de naturaleza, este es engrandecido y realzado psíquicamente.” Compararse continuamente no suele ser una buena fórmula para aumentar la autoestima, sino todo lo contrario. Las personas perfeccionistas tienden a compararse todo el tiempo con otras personas y a sentirse en posición de inferioridad. La comparación excesiva nunca es buena para nadie. Cuando la comparación viene del exterior, es decir, de otras personas, tal vez es más fácil hacerle frente, pedir que se dejen las comparaciones de lado o hacer caso omiso. Sin embargo, cuando las comparaciones vienen de uno mismo suele ser mucho más difícil hacerles frente, sobretodo porque en la mayoría de los casos las comparaciones suelen hacerse con respecto a personas con una gran cantidad de logros, virtudes y atributos positivos, por lo que es habitual minusvalorarse al hacer tales comparaciones. En otros casos, el perfeccionismo y la baja autoestima pueden llevarnos a tener incluso a una percepción deformada de uno mismo. Dicho de otra forma, existe un complejo proceso psicológico que puede llegar a hacernos sentir inferiores a raíz de una comparación con otra persona, aun cuando en tal comparación la diferencia que vemos no exista. Esto es muy 13 común por ejemplo entre aquellas personas que sufren de anorexia, que tienen una imagen distorsionada de sí mismas que hace que al compararse con otras personas o con modelos y artistas, se vean como más gordas cuando en realidad no lo son. Por este motivo, es importante tener en cuenta que las comparaciones no suelen llevar a buen fin. De la misma forma por la que no es bueno estar constantemente comparando a los demás con otras personas, tampoco es bueno que nosotros nos comparemos con otras personas si esto nos lleva siempre a sentirnos defraudados de nosotros mismos. Lo más importante para lograr aumentar la autoestima es saber comprender que todas las personas son diferentes y también lo es la vida y las circunstancias de cada uno. Mortificarse porque alguien ha obtenido un logro más, una mejor nota, un mejor puesto de trabajo o porque tiene ciertas comodidades en la vida, nunca es bueno. Uno debe aprender a mantener su propia vida y establecer sus propios parámetros, metas y objetivos, basados en lo que uno quiere y no en lo que los demás han podido lograr. Las comparaciones pueden llegar a tener un lado positivo cuando no son excesivas y no se toman como algo malo, sino que simplemente se toma como una herramienta motivadora para mejorar y alcanzar ciertos logros. Sin embargo, hay que tener cuidado porque la línea que divide cuando la comparación es buena y cuando no lo es, es muy fina y entrar en una dinámica de comparaciones puede llevarnos a un perfeccionismo extremo que no aumentará nuestra autoestima, ni nos harán sentirnos bien. LA AUTOACEPTACIÓN o hecho de aceptarse a uno mismo de manera plena, con sus cualidades y carencias, es algo imprescindible a la hora de poder desarrollar una autoestima equilibrada. Aceptarse no siempre es una tarea fácil. Existen multitud de aspectos de nuestro físico, nuestra personalidad o nuestro pasado que nos negamos a considerar o intentamos ocultarnos a nosotros mismos y a los demás. Aceptarse a uno mismo no significa conformarse y convertirse en un ser pasivo. Al contrario, a la hora de realizar cambios en las partes de nuestra persona que no nos gusten, es necesario que aceptemos en un primer momento de forma realista esas carencias. La tarea de aprender a aceptarse requiere afrontar nuestros sentimientos, combatir nuestros miedos, aceptar nuestro físico y aprender a convivir con los aspectos que no podamos modificar. Conseguirlo hará que nos sintamos más seguros de nosotros mismos, que afrontemos la vida de forma más realista y que podamos utilizar en mejorar la energía que antes utilizábamos para esconder nuestros límites a nosotros mismos y a los demás. No 14 aceptarnos puede tener serias consecuencias como una autoestima baja, sentimientos de culpabilidad e inseguridad o incluso trastornos psicológicos como ansiedad, depresión o trastornos alimentarios. Saber aceptarse uno mismo es importante para subir la autoestima. Hay que saber separar y reconocer qué aspectos uno debe aceptar y que aspectos puede cambiar. Aceptarse uno mismo no significa resignarse a vivir con aquellos aspectos que no nos gustan y que podríamos cambiar. La resignación deja un sentimiento muy distinto a la aceptación y no ayuda a subir la autoestima, sino todo lo contrario. Seguramente nos hará sentir frustrados con nosotros mismos por habernos resignado. Cuando hay determinados aspectos de nosotros mismos que no nos gustan o nos cuesta aceptar, lo mejor es plantearnos si es posible o no cambiarlos. Aquellos que podamos cambiar, deberemos hacerlo. Aquellos que no podamos cambiar, deberemos aprender a aceptarlos y a vivir con ellos. Por ejemplo, si no estamos contentos con nuestra vida, con lo que hacemos, o con como nos tratan los demás, lo mejor es que intentemos ver como podemos modificar eso para sentirnos mejor con nosotros mismos y subir nuestra autoestima. Hacer un esfuerzo y poner los medios para mejorar y cambiar todo aquello que no nos gusta y nos hace sentir mal nos ayudará a subir nuestra autoestima. Por ejemplo, uno no tiene porque aceptar ser maltratado por otras personas o que le menosprecien. Cuando algo no nos gusta como es y está a nuestro alcance cambiarlo, lo mejor es poner los medios y nuestro empeño para cambiarlo. Si no lo hacemos así, nos quedaremos con una falsa idea de aceptación y seguramente, tarde o temprano, tendremos la frustración de haber aceptado las cosas como eran sin haber puesto los medios para cambiarlas. Nuestra autoestima influye decisivamente en la manera en la que nos relacionamos con los demás. Las personas con una autoestima equilibrada suelen tener un funcionamiento social más satisfactorio mientras que las personas con autoestima baja pueden vivir las relaciones sociales con ansiedad y miedo al rechazo. Hay muchas situaciones sociales en las que nuestro nivel de autoestima puede influir, como son las siguientes: Pedir lo que se quiere: Las personas con autoestima baja no suelen ser capaces de exigir las cosas que desean o necesitan, por lo que muchas veces sus derechos serán ignorados. Estas personas pueden llegar incluso a decidir voluntariamente no pedir nada para no ser rechazados o incluso no ser capaces ya de identificar sus deseos y necesidades. 15 Saber decir no: Ese miedo al rechazo puede hacer que la persona no sea capaz de negarse a cosas que están en contra de sus ideales o sentimientos, con la considerable carga de culpa y ansiedad que sufrirán después. Responder a las críticas: Las personas con baja autoestima pueden no ser capaces de responder a las críticas de los demás, incluso cuando éstas están formuladas de manera inadecuada, grosera o agresiva. Pueden llegar incluso a creerse esas críticas sin valorarlas, consiguiendo así que su nivel de autoestima decrezca aún más. Las críticas de los demás pueden afectarnos en gran medida. Vivimos en sociedad y por ello nos gusta saber que somos aceptados y valorados. Muchas veces buscamos la aprobación de los demás y por ello las críticas nos resultan dolorosas y despiertan nuestro miedo a ser rechazados. Una autoestima fuerte nos ayudará a hacer frente a esas críticas y no aceptarlas o rechazarlas sin más, sino saber juzgar lo que tienen de cierto y reflexionar sobre ello sin miedo ni culpabilidad. Muchas veces, ya sea por el miedo al rechazo del que hablábamos antes o porque la crítica no nos parezca justa, respondemos mal a esas críticas. Hay tres formas de responder MAL a una crítica: Contraatacando de forma agresiva. Pidiendo disculpas directamente dejando que sean los demás los que tengan la última palabra sobre nuestra conducta. Pidiendo disculpas y prometiendo un cambio para después no cumplirlo voluntariamente de forma encubierta. De esta manera la persona ni defiende sus derechos ni aprende nada, además de estar actuando de forma agresiva al querer llevarse la razón con mentiras. Las formas correctas en las que se puede responder a una crítica son las siguientes: Reconocimiento: Aceptar la crítica para hacer que la otra persona pare. Esta técnica no aumenta la autoestima y sólo deberíamos usarla con personas con las que sabemos que no merece la pena discutir. Oscurecimiento: Se le da la razón al que crítica en las partes en las que estés de acuerdo pero matizando las cosas en las que crees que se equivoca o esta siendo injusto o destructivo. Ejemplos: “Admito que he llegado tarde pero tu manera de decírmelo no es adecuada. No es necesario que grites”, “Es cierto que podría haber sacado más nota en este examen pero no haberlo hecho no me convierte en un fracasado”. 16 Interrogación: Se basa en preguntar al que critica sobre aspectos que no nos estén quedando claros o en los que está siendo demasiado general. Con la información que saquemos, podremos responder correctamente a la crítica que plantea. Ejemplos: “¿Qué quieres decir exactamente con eso de que no se puede hablar conmigo?”, “Cuando dices que estás harto de mi conducta, ¿a qué conducta te refieres concretamente?”. Estas formas de responder a la crítica nos permitirán convertirlas en un medio de aprendizaje para mejorar nuestra conducta y nos ayudarán a mejorar nuestra autoestima. CÓMO HACER UNA PETICIÓN Todos tenemos una serie de necesidades y deseos legítimos de tipo social, físico, emocional… Sin embargo, muchas veces, por miedo al rechazo de los demás, no nos resulta fácil pedir lo que deseamos. Esto es un signo de baja autoestima que debe ser corregido para no acabar encontrándonos en una situación en las que las necesidades de los demás siempre estén por encima de las nuestras. Para empezar hay que saber diferenciar entre necesidad y deseo. Hay que observar de forma realista nuestros sentimientos y poder darles la importancia que de verdad se merecen. Las personas con baja autoestima pueden temer tanto el rechazo de los demás que interpretan sus necesidades como simples deseos sin importancia, por lo que permiten que los demás los ignoren al carecer de importancia. Puede llegar el caso extremo en que la persona ya ni siquiera pueda identificar sus necesidades y deseos, diciéndose a sí misma que no necesita nada mientras los demás estén bien. Esta conducta, aunque pueda parecer muy generosa y digna de elogio, produce en la práctica graves problemas de autoestima y trastornos como la ansiedad y la depresión. Una vez identificadas nuestras necesidades, debemos hacernos conscientes de que todo el mundo tiene derecho a pedir lo que quiere, tanto si es una necesidad como un deseo. Pedir algo importante para nosotros no nos convierte en egoístas ni malas personas. Tenemos todo el derecho a reclamar lo que deseamos. Si nos resulta difícil plantear nuestras peticiones en palabras, debemos preparar la situación con anterioridad. Imagínate a ti mismo planteando la petición, expresando exactamente lo que quieres pedir. Imagina también el momento y el lugar más adecuado para realizar esa petición. Intenta incluir en tu petición no sólo lo que quieres, sino también tus pensamientos y sentimientos, con el fin de dar la información más completa posible. 17 Ten en cuenta estas normas a la hora de plantear tu petición: Busca un momento y lugar adecuado para hablar con la persona. Exprésate de una forma sencilla que facilite la comprensión. No culpes ni ataques a las personas a la que realizas la petición. Si, por ejemplo, queremos que nuestra pareja nos lleve a cenar el fin de semana, empezar con un “Nunca quieres hacer nada conmigo” no es la manera más adecuada y es muy probable que desencadene una discusión en lugar de ayudarnos a conseguir nuestro deseo. Expresa tus sentimientos de forma clara e intenta ser objetivo y ponerte en el lugar del otro. SABER DECIR NO Algunas personas tienen tendencia a decir a todo que sí y nunca se niegan a nada que se les pide y siempre están dispuestos a hacer todo por los demás. Aunque esto puede interpretarse como una acto de generosidad realizado por una persona muy buena y predispuesta, a menudo se trata realmente de una persona que tiene una autoestima muy baja y que, por miedo al rechazo, no se atreve decir a nada que no. Es importante tener en cuenta que uno vale tanto como los demás y que lo que uno quiere o pretende también tiene valor. Por este motivo y para el desarrollo de la autoestima, no se deben dejar a un lado nuestras necesidades para dar prioridad a las necesidades de los demás. Siempre es bueno estar predispuestos a hacer un favor y ayudar a nuestros seres más queridos pero los demás tampoco tienen que convertirse en nuestra única prioridad. Es importante que también nos tengamos en cuenta a nosotros mismos. Es importante que valoremos lo que nosotros queremos hacer y que no siempre dejemos que los demás decidan por nosotros. Para el desarrollo de la autoestima, uno debe saber valorarse y pensar si realmente quiere y/o puede hacer aquello que se le está pidiendo o si es mejor decir que no desde el principio. Solo así podrá desarrollar su autoestima, valorándose a sí mismo, para que también nos puedan valorar los demás. Una de las mejores recomendaciones para evitar tener que decir continuamente a todo que si cuando en realidad se quiere decir que no, es que, cuando nos piden algo, debemos pensar tranquilamente por unos momentos. Debemos plantearnos si realmente queremos y podemos hacer eso que se nos pide, o si tenemos otras prioridades que interfieran con eso. En este caso, será importante saber decir que no y los demás tendrán que saber y poder entenderlo. 18 ¿CÓMO MANEJAR LOS ERRORES? Para tener una autoestima positiva tenemos que aceptarnos a nosotros mismos como un todo. Ese todo incluye nuestros errores, que nunca debemos interpretar como algo que nos hace peores personas. Es necesario que aprendamos a interpretar nuestros errores y cambiar el significado que les damos. Son algo natural, todo el mundo se equivoca y nosotros también tenemos derecho a ello. Los errores nos sirven para aprender y progresar, ya que nos permiten ir aproximándonos a las respuestas correctas. Por ello debemos tomarlos como avisos y no como acusaciones. Tomaremos como errores las cosas que hacemos y que, al reflexionar, desearíamos haber hecho de forma diferente y las cosas que no hacemos y que desearíamos haber hecho. En el proceso de tomar una decisión intervienen los siguientes factores: Elección consciente o inconsciente de una alternativa que satisfaga nuestra necesidad. Motivarnos. Responsabilizarnos de las consecuencias Muchas veces, por ignorancia o falta de alternativas no podemos predecir esas consecuencias y es entonces cuando se producen los errores. Por ello, para manejar los errores de forma que no nos culpen y nos sirvan de aprendizaje debemos tener en cuenta lo siguiente: Soy una persona única y valiosa Siempre hago las cosas de la mejor forma que sé. Mis errores son producto de mi falta de conocimiento de todos los factores de la situación. No son muestra de maldad o ineptitud. Todos nos equivocamos. Yo también tengo derecho a hacerlo. Me quiero, incluso cometiendo errores. ¿CÓMO EVALUAR LA CULPA? Tener una alta autoestima es conseguir un concepto de uno mismo positivo y que pueda resistir nuestras limitaciones en algunas situaciones o la desaprobación de los demás. Las personas con alta autoestima están seguras de sí mismas incluso conociendo sus características negativas y a pesar de lo que puedan opinar los demás, ya que basan su autoconcepto en sí mismos. 19 Éste debería ser nuestro objetivo y, para lograrlo, debemos analizar cómo pensamos acerca de nuestra conducta. Los sentimientos de culpa son una de las principales razones por las que la autoestima puede descender. Para evaluar cómo manejamos nuestros sentimientos de culpa, lo primero que debemos preguntarnos es con qué parámetros nos juzgamos, si es con los nuestros o con los de otros. Hay gente que se siente culpable porque, según la educación que recibieron de sus padres o profesores o según la opinión general de la gente, las acciones que han realizado son reprochables. Sin embargo, cuando se analizan de forma objetiva, descubren que, según su propia moral y las circunstancias de ese momento, no consideran que la acción que realizaron sea tan censurable. Por ello hay que analizar esos sentimientos de culpa haciéndose las siguientes preguntas: ¿Juzgo mi conducta según lo que yo creo o lo que creen los demás? ¿Por qué actué como lo hice? ¿En qué circunstancias me encontraba? ¿Qué otras opciones tenía? ¿Me estoy juzgando más severamente de como lo haría si esta acción la hubiese realizado otra persona? ¿Aprendí algo de esa acción y mejoré de cara al futuro? ¿Qué es lo que creo en realidad de esto? Tras hacerte estas preguntas y reflexionar sobre ellas, es posible que encuentres que en realidad no hay nada de lo que sentirte culpable y puedas dejar de condenarte o, al menos, verlo desde una manera más objetiva que te permita avanzar y aprender de los errores pasados. ¿CÓMO SUPERAR EL PASADO? Muchas personas viven atormentadas por situaciones que vivieron en el pasado. Si bien está claro que el pasado no se puede cambiar, si se puede cambiar la idea que tenemos sobre éste, o más concretamente la forma como permitimos que nuestro pasado influya sobre nuestro presente y sobre nuestro futuro. El pasado no puede cambiarse y lo que ocurrió difícilmente podremos eliminarlo de nuestra memoria y recuerdo, pero es importante tomar aquello que nos ha hecho daño en el pasado como una enseñanza y utilizarla para mejorar y crecer y no como algo que nos estará haciendo daño constantemente. Muchas personas forman su autoestima en base a situaciones pasadas en las que salieron lastimadas o en las que sufrieron. Esto no ayuda a reforzar la autoestima sino todo lo 20 contrario. Es importante aprender a cambiar nuestra perspectiva sobre las experiencias pasadas negativas para poder disfrutar más de nuestro presente y futuro y así también reforzar nuestra autoestima. Si durante el pasado otras personas nos han despreciado, alguien nos ha hecho sufrir, nos ha dejado, traicionado, o nos ha hecho sentir que valíamos muy poco, es importante aprender de esta situación todo lo necesario para evitar que esto nos vuelva a ocurrir. Más importante es evitar que lo que otra u otras personas puedan habernos hecho en el pasado limite la valoración que tenemos sobre nosotros mismos. El pasado no puede cambiarse. Por ello, solo podemos evitar las consecuencias que éste puede tener sobre nuestra vida, sobre nuestro presente y sobre nuestro futuro y evitar que nos afecte negativamente. Lo mejor es dejar las malas experiencias en el pasado y una vez que se ha tomado conciencia de la situación, empezar a reforzar nuestra autoestima basándonos en otras experiencias y situaciones del presente y no en aquello que nos afectó negativamente en el pasado. Si otras personas no supieron valorarte en el pasado o te han hecho sentir mal, esto no quiere decir que no valgas nada. Simplemente es hora de hacer borrón y cuenta nueva, empezar por valorarte y respetarte y de esta manera será más fácil encontrar otras personas que también lo hagan. ¿CÓMO PERDONAR Y PERDONARSE? Aprender a perdonarse a uno mismo es un aspecto importante para poder subir la autoestima. Este aspecto incluye aprender a perdonarnos por los errores cometidos o por las cosas que no hicimos como debíamos haberse hecho. Perdonarse es un paso necesario para poder avanzar y dejar atrás el pasado. Lo mismo ocurre con nuestros pensamientos hacia los demás. Mantener durante varios años rencor hacia ciertas personas por situaciones del pasado, sólo limita nuestra posibilidad de crecer y de subir nuestra autoestima. Es importante aprender de nuestros errores pero no es nada bueno obsesionarnos con ellos y traerlos continuamente al presente. Para conseguir subir nuestra autoestima, es muy importante que, después de haber aprendido de nuestros errores, sepamos dejarlos atrás, perdonarnos y seguir adelante con nuestras vidas. Algunas personas también tienen dificultad para perdonar sus errores del presente. Esto ocurre sobretodo en las personas perfeccionistas que no toleran la posibilidad de 21 equivocarse o de errar. Es importante entender que somos humanos y que como todos los humanos, nos equivocamos y no por ello debemos valorarnos menos. Saber entender y aceptar nuestros errores se convierte en un gran paso para poder subir nuestra autoestima y para poder ser más felices. Si constantemente nos estamos cuestionando y nos recriminamos por haber cometido un error, no sólo deberemos cargar con el peso del error cometido sino también con el sentimiento de fracaso que viene como consecuencia de no poder perdonar nuestros propios errores. Para poder subir nuestra autoestima, lo mejor es saber aceptar nuestros errores y no verlos como algo negativo, sino como algo que nos puede permitir crecer, aprender de ellos y poder mejorar. ASUMIR LA RESPONSABILIDAD Las personas que tienen una autoestima elevada son responsables de su propia vida y toman un rol activo y no pasivo ante las dificultades. Buscan las maneras de solucionarlas en lugar de culparse o buscar a alguien que arregle sus problemas. Además, luchan por conseguir sus metas por sí mismos, sin esperar que otra persona o el destino les ayude a cumplirlas. Estas personas, que han asumido la responsabilidad de su propia existencia, tienen más confianza en sí mismas y están más preparadas para la vida, por lo cual, su autoestima continuará aumentando. Por el contrario, la gente que no asume la responsabilidad de sus propias acciones se siente victima de los demás y se lamenta por su mala suerte. No tiene el control de su propia vida, ya que ha sido él mismo quien se lo ha dado a los demás. Así, cuando fracasa, siempre puede culpar a alguien pero jamás podrá sentir que tiene el poder de cambiar o mejorar su existencia. Para empezar a vivir de manera responsable, es necesario admitir que nadie va a venir a ayudarnos cada vez que necesitemos algo. Una vez que hemos aceptado que la responsabilidad de nuestra vida está en nosotros mismos, nos volveremos más activos y capaces y, por este simple hecho, nuestra autoestima aumentará. Asumir la responsabilidad de nuestra vida implica ser responsable de nuestras elecciones y acciones, de nuestro tiempo, de nuestro trabajo, del cuidado de nuestro cuerpo, de 22 nuestras relaciones personales y cómo las tratamos, del significado de nuestra existencia, de nuestras emociones y pensamientos… Por último hay que tener en cuenta que no todo se puede controlar en la vida. Puede haber hechos accidentales de los que no podemos responsabilizarnos. Tanto culparnos por hechos que escapan a nuestro control como no aceptar nuestra responsabilidad de los hechos que sí podemos controlar, conducirán a que nuestra autoestima se reduzca. Hay que saber qué cosas dependen de mí y cuáles no para poder mantener una autoestima equilibrada. TÉCNICAS PARA MEJORAR NUESTRA RESPONSABILIDAD Para aprender a vivir de manera responsable es necesario que cambiemos nuestra manera de pensar. En lugar de lamentarnos por nuestras acciones o circunstancias, debemos preguntarnos por qué suceden y cómo podemos cambiarlas. Por ejemplo, en lugar de lamentarnos porque la gente abusa de nosotros, debemos preguntarnos qué conductas realizamos que hacen que la gente crea que puede abusar de nosotros. En vez de quejarnos de que nadie nos comprende, debemos preguntar qué hacemos para que a la gente le resulte tan difícil entendernos. Otra técnica para aumentar nuestra responsabilidad es la de completar oraciones. Debemos apuntar cada frase en un papel e ir escribiendo entre cinco y diez finales diferentes, escribiendo lo primero que nos venga a la cabeza. Una vez hayamos rellenado todo, revisaremos lo que hemos escrito y reflexionaremos sobre ello. Las frases para este ejercicio son las siguientes: Lo bueno de comportarme como una persona indefensa es… Trato de evitar la responsabilidad culpando a… Si actuara con más responsabilidad en el trabajo… Si actuara con más responsabilidad en mis relaciones… Si me hiciera responsable de mis sentimientos… Si me hiciera responsable de todas mis acciones… Si me hiciera responsable de todo lo que digo… Soy más responsable de mi vida cuando… Evito la responsabilidad sobre mi vida cuando… Cuando soy responsable siento… Cuando evito la responsabilidad siento… 23 Este ejercicio te permitirá ver en qué áreas de tu vida te comportas responsablemente y en cuáles podrías mejorar. Otro ejercicio para valorar este aspecto es puntuar del 1 (mínimo) al 10 (máximo) cómo de responsable eres en estos aspectos de tu vida: Salud Emociones Elección de pareja Elección de amigos Economía Trabajo Relaciones personales Forma de tratar a los demás Desarrollo intelectual Carácter Felicidad Autoestima Una vez identificadas las áreas en las que eres menos responsable, necesitarás saber cómo cambiarlo y puede que creas que no tienes la respuesta. Sigue utilizando la técnica de completar oraciones y comprobarás que en tu interior sabías como hacerlo. Si por ejemplo, consideras que eres muy poco responsable en tu trabajo, completa la oración “Una de las formas en la que puedo ser más responsable en mi trabajo es…” y escribe entre 5 y 10 finales para esa frase. Empieza a poner en práctica esos consejos que acabas de escribir y verás como, poco a poco, empiezas a sentirte más responsable en esa área y tu autoestima mejora. Ante todo, intenta traducir tus intenciones a conductas, a acciones. No digas: “mañana empezaré”. COMIENZA HOY. Esperamos que este pequeño manual te haya servido de ayuda para aceptarte y quererte por lo que en realidad eres y no por lo que crees que eres. 24
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