Revista de Arqueología Histórica Argentina y Latinoamericana Número 8 (1) NOTICIAS SOBRE VISITACION SIVILA. UN ALMA MILAGROSA EN JUJUY, ARGENTINA Some news about Visitacion Sivila. a miraculous soul in jujuy, Argentina Alicia Ana Fernández Distel* RESUMEN En este trabajo se desarrollará todo lo que se conoce por tradición oral, por noticias periodísticas y trámites judiciales sobre la vida, muerte y leyenda de la muchacha llamada Visitación Sivila. Su existencia transcurrió entre los años 1880 y 1907 en las afueras de la ciudad capital de la provincia de Jujuy. Su muerte seguida de violación y antropofagia, impactó en el imaginario popular transformándola en una mártir milagrosa. Sobre todo entre los jóvenes estudiantes, convencidos de que ella los escucha y cumple sus ruegos. Aún hoy llenan de exvotos su lugar de martirio y la tumba en el cementerio citadino donde fue enterrada. Palabras clave: milagro, mártir, ofrenda, tradición oral * Espacio de Arte Nicasio Fernández Mar, 4600 Tilcara, Jujuy, Argentina. aliciana04@ hotmail.com A. A. Feranandez Distel 2014. Noticias sobre visitación sivila, un alma milagrosa en Jujuy, Argentina. Revista de Arqueología Histórica Argentina y Latinoamericana 8 (1): 71-83. Buenos Aires. 71 Taboada y Farberman 2014: 71-83 RESUMO Aquí vai correr tudo conhecido pela tradicao oral e reportagens e procesos judiciaiais, sobre a biografia da garota chamada Visitacao Sivila. Sua vida foi levou entre 1880 e1907 nos arredores da Capital da Provincia Jujuy, Argentina. Sua morte seguido de violação e canibalismo impactou no imaginário popular transformando a numa mártir milagrosa. Sobretudo para os jovens estudantes, que ainda hoje enchem de exvotos seu lugar de martírio e a tumba no cimitério citadino onde foi enterrada. Palavras-chave: milagre, mártir, oferenda, tradicao oral. ABSTRACT Here will be elaborated everything that is known by “oral tradition”, journalistic news articles and juridical procedures about the biography of the girl called Visitación Sivila. Her life elapsed between the years 1880 and 1907 in the outskirts of the capital of the province of Jujuy, North Argentina. Her death followed by rape and anthropophagy impacted on the popular imagination, transforming her into a miraculous martyr. Above all young students who still today fill with votive offerings the place of her martyrdom and the grave at the town cemetery where she was burned. Key words: Miracle, martyr, offering, oral tradition INTRODUCCIÓN Se podría decir que en el siglo XX, Argentina, en toda su geografía, se ve matizada por apariciones sobrenaturales y almas milagrosas aunque el Noroeste y el Nordeste son los más prolíficos. De ello deriva una herencia tangible e intangible etiquetable como “religiosidad popular”. Ya desde la época de los caudillos a mitad del siglo XIX, comienzan a darse los primeros acontecimientos asociados a milagros y a pobladores heroicos. Uno de esos héroes casi anónimos con máxima fama, es la Difunta Correa1. En este trabajo también hablaré de una “difunta”, de gran resonancia en Jujuy, la provincia más norteña y más andina de la República Argentina. Se trata de una mujer común, cuya muerte violenta, cruel, solitaria, terminó por conmover a la gente. A partir de ese hito comienza a crecer su fama y su leyenda. Hacer una hagiografía2 de Visitación Sivila es prácticamente imposible, pues de su existencia real poquísimo se sabe. Era una 72 Revista de Arqueología Histórica Argentina y Latinoamericana Número 8 (1) campesina con una hija producto de una unión anterior y con un marido honesto y trabajador, habitando una chacra del cordón periurbano de la capital de provincia. La existencia de Telésforas Castillo, Difuntas Correas, Gauchitos Giles3, se da como fenómeno local. Son conocidos por el boca a boca y así se mantienen por décadas. En el caso de Gilda o Rodrigo4 ya entran a jugar los medios de comunicación en su difusión, la que se torna masiva. Podríamos hipotetizar que en la Argentina del siglo XX, la generalización de santos locales viene aparejada con la intercomunicación del país. Así, en periódicos de Jujuy de 1908, una ciudad de 20.000 habitantes pero con dos diarios de circulación abierta, las noticias del progreso del juicio al victimario de Visitación Sivila se difundieron con truculencia. Su traslado a Buenos Aires y finalmente a Ushuaia fue seguido por los jujeños con ahínco. La radiodifusión también tuvo su rol. A su manera, cierto papel, en ésta como en otras “santificaciones populares”, lo tuvo el Credo Católico en general. No se puede decir que el Obispado de Jujuy haya bloqueado o propiciado el hecho, pues para la época no existía tal institución eclesial. Los nuevos promesantes respaldados en las palabras de Jesús “la fe mueve montañas” dieron rienda suelta a una admirativa actitud frente a la tan castigada Sivila. La Iglesia del momento toleró a disgusto el culto y también intentó secularizar las prácticas5. Las herramientas heurísticas para crear una veneración nueva, las extrae en estas regiones, el creyente católico (por si solo) ya que está atosigado de un santoral que no deja día libre sin recordaciones. Incluso es visto con simpatía, que un ser absolutamente local y común, del propio entorno, pueda estar señalado por La Gracia Divina. Ello contrarresta la hagiografía pletórica de santos foráneos, cuyos milagros no se alcanzan a entender totalmente. La mencionada necesidad de encontrar figuras regionales, más vívidas y creíbles, es una de las razones posibles del crecimiento, en un marco provinciano de un siglo atrás, de esto de las “almitas” o difuntos milagrosos. EL FUNDAMENTO ÍNTIMO DE RECURRIR A UNA “ALMITA” La razón radica en que se reconoce en ella el don de interceder entre la Divinidad Suprema -el mismo DIOS- y el peticionante. La condición es rogarle a la “almita”, con recogimiento y unción. La oración es un alimento 73 Taboada y Farberman 2014: 71-83 gratificante para el difunto dispuesto a ayudar a los vivos6. En ese “reconocer”, está el intuir que el fallecido fue un alma sensitiva, propensa a “oír” o que se volvió sensitiva con el tremendo martirio sufrido. Como ser de exacerbado poder comunicacional, ese muerto, en su existencia ultra terrena, puede lograr beneficios para sus creyentes. En este marco de ideas se entiende que él escucha cuando vienen a pedirle cosas y también cuando regresan a agradecerle. Una mediación con Dios Nuestro Señor Creador no viola los preceptos eclesiales aunque no sería correcto solicitar soluciones o beneficios monetarios especulativos. Sin embargo, esto sucede: vi en el Templete de Visitación Sivila, por ejemplo, un ticket de tómbola, lo que significa que hasta un jugador empedernido no duda en llevar su petición. En el empeño, se recae en el prometer el pago de un precio material o simbólico de obtenerse la “gracia”. Por ello, y al no mediar trámites formales de canonización (Coluccio 2003:7), la Iglesia mantiene distancia respecto de estas figuras: siempre subyace a ellas el pecado de simonía7. En el caso de Visitación Sivila, alma santificada no oficialmente, la Iglesia Argentina se abstiene de propiciar el crecimiento del culto. Esta mujer yace en un cementerio público, la iconografía que la acompaña es la del Sagrado Corazón de Jesús, la Virgen María, San Expedito, las santerías no generan imágenes del Almita Sivila. SU VIDA Varios autores se dedicaron a esta figura, sobresaliendo tres trabajos: el de Bidondo Carrillo (1973), el de Amanda Torres (1983) y el de Antonio Paleari (1983). El primero y el último recurren a documentación judicial (la misma en la que se sustentó esta noticia y que está depositada en el Museo Policial de Jujuy. En contraste con las dos fuentes mencionadas la Sra. Torres8 realiza una fantasía panfletaria que pivotea sobre el tema de la posible tercera reincidencia de un femicidio por parte del victimario Condorí. Respecto a fuentes de circulación nacional hay que mencionar a Félix Coluccio (1999, 2003). En ambas se incurre en el serio error de confundir fechas. Además se percibe que el investigador Coluccio al no haber tenido acceso al trámite judicial, en todos sus pormenores, desconoció el episodio de la violación post mortem / antropofagia. De todos modos habría que decir que el culto a Visitación “Almita” 74 Revista de Arqueología Histórica Argentina y Latinoamericana Número 8 (1) Sivila sigue en Jujuy y que los fieles no acuden con lecturas previas y con preconceptos derivados de estos textos. Así el boca a boca de los milagros concedidos produce un reguero de visitas a los dos polos geográficos que tiene este culto: el lugar del asesinato donde se conserva en pie un árbol de aquella época y la tumba en el cementerio de El Salvador. Visitación fue una mujer del campo, casada legalmente con un hombre con quien escasamente llegó a convivir y con una hija prematrimonial previa. Con ese segundo marido compartía una existencia feliz. Él era un quintero, bastante mayor que ella, tal vez por ello, de esta segunda unión no se mencionan hijos. Visitación, continuamente recibía requiebros y ofrecimientos amorosos de otros “gauchos” de la zona. Por ello sabía defenderse y no temía hacer kilómetros sola, a caballo, por la maraña peri fluvial del río Grande de Jujuy9 para llevar productos o para a su vez comprar lo necesario para su casa de campo en Los Blancos (Figura 1). Toda mujer, por esas épocas, montaba con pollera y en una montura especial para las damas. Si lo hacía en montura masculina, como surge de los testigos del juicio, dejaba percibir sus piernas, objeto de particular erotismo. En este marco, montando “a lo gaucho”, un 1º de junio de 1907 hacia la hora de la siesta, regresaba Visitación de hacer sus compras en la ciudad capital (San Salvador de Jujuy). Luego de cruzar rumbo a su casa, el anchuroso río Grande la sorprendió un tal Leonardo Condorí. Campesino joven como ella, misógino pero con arrebatos sexuales incontenibles, trató de convencerla de mantener relaciones sexuales. Ella vislumbró la peligrosidad de una negativa tajante, lo entretuvo y amagó una fuga. Al ver él que no lograría convencerla, aun habiendo ofrecido un pago e incluso haber subido la oferta 10, comienza un forcejeo que termina con el derribamiento de la mujer, un comienzo de estrangulamiento con una cuerda de cuero especial, y, finalmente la perforación en su carótida con un cuchillo de campo11, arma blanca que todo gaucho lleva para fines varios. Al percibir que la había matado, comienza a desplegar tácticas para alejar los restos mortales del transitado sendero. Así, ató a la muerta con un lazo a su caballo y la arrastró bosque adentro. Allí, sin ropas, solo con los botines puestos, Visitación Sivila recibe el embate sexual del homicida. Éste recortó luego un pedazo de carne del muslo12, escondió el resto del cuerpo con ramas y palos y se alejó hacia su rancho, distante unos seis kilómetros. Antes, se tomó el tiempo de seleccionar víveres y utensilios que llevaba la difunta y que había comprado recientemente. Estos elementos se hallaron al allanarse posteriormente su cubículo de El Brete. 75 Taboada y Farberman 2014: 71-83 La policía encontró el cuerpo cerca de la transitada senda, habiendo sido un importante indicio del nefasto hecho, la desorientación del caballo de Visitación que al regresar sin jinete al rancho de Los Blancos, da pie a las sospechas. El asesino no tomó mayores precauciones como lo habría sido el arrear fuera del lugar a esa cabalgadura delatora y huir de la escena del crimen. Se dejó detectar fácilmente, aunque negó el hecho. Como si homicidio y robo no fuesen vistos por él como causales drásticas. Su condena se apresuró luego de la requisa del rancho, pues Condorí no sólo atesoraba la carne extraída a Visitación sino también los objetos y víveres. Por otra parte, ya era un “buscado por la ley”: tenía un homicidio en su haber, que no había purgado. Coincidentemente, también de una mujer. Figura 1: El escenario en el que se movieron los protagonistas de este crimen, queda comprendido entre San Salvador de Jujuy, las Serranías de Zapla y el pueblo de Palpalá. 76 Revista de Arqueología Histórica Argentina y Latinoamericana Número 8 (1) Figura 2: La tipa, aparentemente al pie de Figura 3: Las ermitas en la ruta, cerca de la tipa del crimen la cual se consuma el crimen, árbol más que centenario Acudir hoy el lugar donde se produjo el asesinato, no es tarea difícil pues el sitio fue atravesado por una Ruta Provincial de intenso tráfico, segura y asfaltada. Allí junto a la tipa (árbol autóctono), que ya se mencionaba en la época del crimen, se erigió una cruz y un templete (Figura. 2). Actualmente el templete se ha multiplicado en unos 50 receptáculos, nichos y/ o veleros, al decir de Salas (2004:98)13.Se dice que en la corteza de la tipa se puede ver todavía, a más de 100 años del hecho, la sangre derramada (Figura 3). ¿QUIEN CIMENTÓ LA RELIGIOSIDAD EN TORNO DEL CRIMEN DE VISITACIÓN? Este ítem es difícil de responder. Consultados los habitantes de la zona, dicen que el desencadenante de este culto14 fue el tremendo martirio sufrido. Las penurias de esa “alma” sólo se comparan con las de los “santos oficiales”. El peticionante percibe un sello divino en el martirio (De Hoyos y Migale 2000). No veo como posible que el culto haya sido favorecido por la madre de Visitación (quien la sobrevive e interviene en el juicio) dado que 77 Taboada y Farberman 2014: 71-83 esta señora se demostró prescindente, desmemoriada y trasuntando falta de fervor cristiano. La hija de la mártir, que a la época del juicio15 tendría catorce años, podría haber tenido algún papel aunque no hay absolutamente ningún indicio al respecto. Frente al santuario-tumba, el actual ofrendante pierde totalmente el pudor al peticionar sobre temas espinosos e íntimos como sexualidad, procreación, lactancia, enfermedad, relación de pareja, trabajo, estudio, patrimonio material. Ello oralmente, a la par que enciende unas velas. Además de las expresiones verbales, pueden dejarse cartas, mensajes cortos, epígrafes16. Actualmente, hay personas que se turnan en el cuidado de la tumba, aunque nadie paga oficialmente al Municipio por el pequeño predio en los fondos del cementerio citadino. Es la parte trasera dedicada a los “pobres”, por donde también se halla el osario comunitario. El extendido “santuario” junto a la ruta, también tiene creyentes quienes en su profunda gratitud se turnan en esto de mantener el predio en condiciones. LAS PROMESAS El creyente coincide con los cultos católicos oficializados, en llevar a Visitación “una promesa” o exvoto17. Lo coloca al momento de solicitar. Hay “promesas” representando partes del cuerpo humano, pero también hay otras en que se muestra una casa, un libro, un auto, etc. El mecanismo ritual es el mágico - imitativo, arraigado aparentemente en la región desde épocas prehispánicas (Mariscotti de Görlitz 1978). El agradecimiento se realiza ofrendando una placa, o sea haciendo una intervención indeleble sobre la tumba de Sivila. No se mencionan apellidos y muy raramente los nombres de las personas, vagamente el beneficio recibido. La acción en la lengua regional se llama “promesar” (Solá 2004). Se concurre preferentemente los días lunes, el día de la semana que en América es visto como el día de los muertos. Al no haber estampas de la “difunta”18, se llevan imágenes de otros santos, de la Virgen María, del Sagrado Corazón, etc., también flores, velas, rosarios (Figura 4). Asimismo objetos que refuerzan lo de la magia imitativa: si se pide por un bebé se lleva un chupete o un juguete, si se pide por un vehículo se lleva un autito de fantasía, si se pide por una determinada enfermedad se deja allí la tableta medicinal que el médico ha indicado, etc. También se dejan ofrendas de algo que se considera valioso para todo andino: coca19 o cigarrillos. 78 Revista de Arqueología Histórica Argentina y Latinoamericana Número 8 (1) Figura 4: La ermita principal ubicada en el lugar del crimen El exvoto, sin ser de metal valioso, tiene un cierto costo pues es de carácter comercial: está estandarizado y lo realizan sólo determinados artesanos en chapa de alpaca. Para dejarlo bien fijado, se busca una base se botella trasparente de vidrio, se coloca dentro la pieza y luego se amura el conjunto, con cemento, en algún sector de la tumba. Pueden verse botellas de agua20 y plantas de jardín, ello en el sector de la Ruta 56, donde fue el asesinato. En nuestro mapa, gran plantación de eucaliptos en las laderas de las serranías del Zapla, entre San Salvador de Jujuy y Palpalá. La presencia de elementos viejos parece ser un lugar común en todos los cultos populares: añejas botellas, macetas fuera de moda y frascos en vidrios hoy en desuso, portarretratos bizarros, mil cosas a encontrarse en estos lugares (Salas 2004:97). ANTROPOFAGIA Este ítem surgió al realizarse el sumario policial a Leonardo Condorí. Preguntado sobre unos trozos de carne y grasa que colgaban al sol, en su casa, confirmó que eran de su víctima. Falseó el testimonio diciendo que tenía 79 Taboada y Farberman 2014: 71-83 esas piezas por mera “curiosidad”. Pero era evidente que existía la intención de consumir esa carne, pues ya la había salado para disecarla21. Datos sobre prácticas antropofágicas en Los Andes, hay muchos. Unos provienen de la ficción, pero con fundamentos vivenciales. Por ejemplo el cuento “El desquite bestial” de Juan Carlos Dávalos (Dávalos 2004), donde un puneño vengativo estrangula y chupa la sangre de su víctima. Néstor Homero Palma (1973), por su parte, explica un hecho penal ocurrido en el siglo XX, también en la Puna, en el cual tres personas atacan a un indefenso, extraen un trozo de carne de la pierna del occiso y lo ingieren. Leonardo Condorí, el asesino de Visitación, parecía tener el perfil andino perfecto: él también se proponía comer -ritualmente- un trozo del muslo de la joven. No es el momento de extendernos sobre este crucial ítem de la religiosidad americana. PALABRAS FINALES Las “almas”, para transformarse en milagrosas y trascender no necesitan ser ni vírgenes ni puras: evidentemente Visitación era una campesina aguerrida, conocedora del sexo masculino y de sus embates. “Tomada la decisión”, por parte del pueblo, que ella era merecedora de un culto, y que podía practicar “retornos” en lo atinente a beneficios, curas, milagros (al fin la mentada reciprocidad del mundo andino), no hubo más preocupación por saber del destino del convicto. Éste, condenado a prisión perpetua en Ushuaia, vio conmutada su pena y aparentemente volvió a Jujuy, pero sin mayores persecuciones por parte de nadie. Paradojalmente, una muchacha como Visitación, con seguridad analfabeta como lo era en general la población marginal en esa época, se transformará en la principal protectora del estudiantado, o sea de quien se preocupa por progresar a través de la escolarización. De hecho los mensajes se les dejan por escrito en hojas de los cuadernos diarios. El adorarla como a una santa polifacética, y sin venia oficial del clero, lleva ya 100 años. Lo mismo el cuidar puntillosamente los dos centros en los que se despliega el culto aunque haya menguado notablemente el fervor22. El asunto de esta almita queda abierto, luego de haber brindado, creo, a los lectores, los anclajes heurísticos para profundizar el tema. 80 Revista de Arqueología Histórica Argentina y Latinoamericana Número 8 (1) Notas 1. O. Plath (1995:24-25) se extiende en esta figura como representativa de Argentina, aunque Telesita (Telésfora Castillo), en el Territorio de Santiago del Estero, compite con ella en popularidad y “musicalidad”. 2. Del griego hagio o sea “santo” y grafía “escritura”, se traduce por vida o biografía de santos. 3. El “gaucho Gil” un campesino cuchillero de la región litoral de Argentina muestra un culto particularmente vital en la primera década del siglo XXI, extendido ya a toda Argentina y Chile. 4. Gilda y Rodrigo fueron cantantes populares que se destacaron en la segunda mitad del siglo XX en la región central de Argentina donde se da la mayor concentración de población. 5. Ver por ejemplo la publicación “Corona Mística, inapreciable tesoro de santas oraciones para sanar todo tipo de dolencias”, reeditado en distintas lenguas del mundo y con un mismo y unificado mensaje: alcanzar La Gracia de Dios y superar la enfermedad. 6. El rezo del Padrenuestro o el Avemaría o una oración improvisada, son alimento para esa “almita “de difunto que se ha convocado. El diminutivo enfatiza el cariño y familiaridad con que se la convoca. 7. Simonía es el comercio ilícito de las cosas espirituales. Viene de “Simón Mago” que pretendía comprar a San Pedro el Don del Espíritu Santo. 8. Ella se declara descendiente del policía que apresa a Condorí, el asesino. 9. Esa zona lleva un topónimo antiguo: El Carmen, del cual da fe Solari (1907) en su “Geografía”, aparecida coincidentemente en el mismo año del crimen. 10. Una ofensa muy grande para la mujer que no quiere compararse a una prostituta. 11. “Facón” es el argentinismo para tal arma blanca. 12. Se explica en el texto de la sentencia que la rasgadura con el cuchillo, va desde los labios de la vagina hasta casi la rodilla. 13. Hornacinas individuales de mampostería. 14. Santamaría caracteriza a esto como “Culto sacrificial” (Santamaría 2012: 245). 15. En 1908 finalizan todas las actuaciones. 16. Del griego Epi “sobre” y gramma, “letra, escrito”, por lo tanto escrito sucinto para comunicar y dejar en la memoria un determinado tema. 17. Voto, deseo, ruego 18. Se buscó alguna “estampita” en los comercios de santería y se aclaró que de Sivila no había porque “no era santa”. 19. En forma de hojas de Erythroxylon coca, no se cultiva en Argentina, llega desde Bolivia como contrabando. 20. Tal vez una yuxtaposición con el culto de la Difunta Correa en San Juan. 21. Para elaborar el charqui, carne secada al sol con sal. 22. Objetos relacionados con el crimen se exhiben hoy en el Museo Policial de San Salvador de Jujuy. Copia del texto del juicio se halla en la misma sede. AGRADECIMIENTOS 81 Taboada y Farberman 2014: 71-83 Especial mención merece el comisario retirado Miguel Ángel Sala quien desde el Museo Policial de Jujuy, me orientó en todo lo atinente a la consulta de los expedientes de 1907-1908. Fernando R. Valdez, desinteresadamente, me colaboró con las fotos que aquí se adjuntan. Con los evaluadores anónimos que apostaron al interés intrínseco del tema, también estoy en deuda. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS Bidondo Carrillo, R. 1973. Almita Sivila. Imprenta Minerva. San Salvador de Jujuy. Argentina. 1980. Corona Mística, Inapreciable tesoro de santas oraciones. Editorial Kier. Buenos Aires. Dávalos, J. C. 2004. Cuentos y Relatos del Norte Argentino. Editorial Biblioteca del Norte. Salta. Argentina. Coluccio, F. 1999. Diccionario de Creencias y Supersticiones Argentinas y Latinoamericanas. Editorial Corregidor. Tercera Edición. Buenos Aires. 2003. Cultos y Canonizaciones Populares de Argentina. Ediciones del Sol, Biblioteca de Cultura Popular 6. Buenos Aires. De Hoyos, M. y L. Migale 2000. Almas milagrosas, santos populares y otras devociones. NAyA. Buenos Aires. Formato CDRom. Mariscotti de Görlitz, A. M. 1978. Pachamama Santa Tierra. Indiana 8. Gebr. Mann Verlag. Berlín. Alemania. Paleari, A. 1983. Diccionario Mágico Jujeño. Talleres Chaves Hermanos. San Salvador de Jujuy. Argentina. Palma, N. H. 1973. Estudio Antropológico de Medicina Popular de la Puna Argentina. Editorial Cabargón. Buenos Aires. Parodi, L. 2006. Leyendas indígenas de la Argentina. Ediciones Libertador. Buenos Aires. Argentina. Plath, O. 1995. L’ Almita, hagiografía folklórica. Grijalbo. Santiago de Chile. 82 Revista de Arqueología Histórica Argentina y Latinoamericana Número 8 (1) Santamaría, D. 2012. El silencio de Dios, religiosidad popular y contestación en el norte argentino. Escuela Superior de Estudios Sociales. San Salvador de Jujuy. Argentina. Salas, A.A. 2004. Creencias y espacios religiosos del NEA. Subsecretaría de Cultura de la Provincia de Corrientes. Corrientes. Argentina. Solá, V. 2004. Diccionario de Regionalismos de Salta. Fondo Editorial Capacitar del NOA. Salta. Argentina. Solari, E. 1907. Geografía de la Provincia de Jujuy. Talleres de la casa Jacobo Peuser. Buenos Aires. Torres, A. D. 1983. La verdadera Muerte de Visitación Sivila. T. G. Chávez. San Salvador de Jujuy. Argentina. Breve Curriculum Vitae del Autor Alicia Ana Fernandez Distel es Licenciada en Ciencias Antropológicas (1971) y Doctora en Filosofía y Letras (1981) en la Universidad Nacional de Buenos Aires, se dedicó a la docencia en Prehistoria en la misma Universidad. Posteriormente ingresó (como becaria primero y como investigadora después) al CONICET. Tiene diez libros publicados, entre ellos un “Diccionario Arqueológico”, primera edición Buenos Aires 1992. Sus trabajos giran en torno a la etnografía y la arqueología americanas. Actualmente es directora del Espacio de Arte Nicasio Fernández Mar, en Tilcara, Jujuy, Argentina. 83
© Copyright 2024