Cómo mejorar las fotos náuticas - Mar Abierto

DOSSIER: FOTOGRAFIA A BORDO
Cómo mejorar las fotos náuticas
Más allá de la suerte o la oportunidad, detrás de una buena foto siempre
hay técnica y savoir faire. En este artículo intentaremos echar una mano
de cara a escoger el material más adecuado y también algunos trucos
para mejorar el álbum de fotos del verano.
Entre las compactas hay modelos
totalmente automatizados de
primer precio, pero también hay
cámaras de primeras marcas
con interesantes y completas
posibilidades de reglaje manual
S
iempre es agradable inmortalizar el crucero familiar veraniego con unas
fotos de recuerdo. Pero muy
pocos, entre los cientos de excelentes libros que hay sobre
fotografía, comentan los problemas y posibles soluciones que
plantean las fotos tomadas en o
desde un barco.
En este artículo nos centramos
en esta cuestión, comentando
algunos aspectos de las cámaras y objetivos más adecuados
para usar a bordo y también
unos cuantos sencillos trucos
que todo el mundo puede poner en práctica para mejorar
sus fotos de las vacaciones en
barco.
Analógica o digital
Hace unos años –tampoco tantos- aun había alguna duda sobre la supremacía o incluso posible convivencia de las cámaras
analógicas (con carrete de película) con las entonces nuevas
cámaras digitales. Esas dudas
se han disipado: las cámaras
analógicas han desaparecido
del mercado. La mayoría de fabricantes las han retirado de sus
catálogos, los carretes son cada
día más difíciles de encontrar e
incluso han cerrado buena parte
de los comercios dedicados al
revelado de fotos.
En cualquier caso, los consejos
y recomendaciones para hacer
fotos que damos en este artículo pueden aplicarse a cualquier
tipo de cámara. Quien tuviera
una cámara analógica en uso
puede seguir con ella si le place,
pero quienes deban completar
su equipo fotográfico es mejor
que se hagan a la idea de que
el mundo digital se ha impuesto sin discusión. Y en los temas
tecnológicos no suele haber
vuelta atrás. Las cámaras digitales han eclipsado a las analógicas de la misma manera que
el video eclipsó al Super 8 o el
GPS al radio-gonio.
Tipos de cámara
Centrados en el mundo digital y
siguiendo una línea de tendencia ascendente en términos de
calidad y precio, a grandes rasgos podemos hablar de cuatro
tipos de cámara: las compactas,
las bridge, las Micro 4/3 y las
reflex.
Las cámaras compactas son
las más contenidas en tamaño
y llevan su pequeña óptica integrada en el cuerpo de la cámara, a menudo con un sistema de
fuelle. En este segmento están
todas las cámaras de primer
precio y destinadas a la iniciación, pero también hay modelos
con prestaciones mucho más
que aceptables. Casi todos los
fotógrafos profesionales llevan
permanentemente una cámara
compacta en el bolsillo (nunca
se sabe cuando surgirá el momento) y a menudo ésta es su
cámara preferida en sus propios reportajes familiares o de
vacaciones.
En un escalón por encima de las
compactas están las cámaras
bridge, cuyo nombre (bridge =
puente) ya adelanta que estamos en un punto intermedio.
Este tipo de cámaras tienen un
objetivo zoom fijo que no llega a
la calidad de los mejores objetivos reflex, pero supera holgadamente a los de las compactas.
El cuerpo de las bridge tampoco
tiene la rapidez de procesador,
el tamaño de sensor ni las posibilidades de reglaje habituales
en las reflex, pero está por encima de la mayoría de compactas.
Las cámaras digitales, con su pantalla LCD trasera a modo de visor, son hoy la
opción mayoritaria en las tiendas de fotografía.
Los mejores sensores, procesadores y grupos ópticos del mercado están a disposición de quienes opten por una cámara reflex
Prestaciones de -casi- una reflex y tamaño de -casi- una compacta. Estas son
las dos cualidades principales de las cámaras tipo Micro 4/3
Las bridge son un punto intermedio en todos los aspectos.
Hace unos años las cámaras tipo
bridge parecía que se iban a comer un buen trozo del pastel del
mercado del aficionado exigente,
pero las recientes mejoras en el
campo de las compactas, sumadas a la exitosa aparición de las
Micro 4/3 y la generalizada bajada de precios de las reflex las
ha dejado -momentáneamenteen una posición comercialmente
complicada.
El siguiente paso hacia arriba
son las Micro 4/3. Estas cámaras toman su nombre -de forma
un tanto genérica- por el tamaño de sensor que utilizan, desarrollado conjuntamente por Kodak, Olympus y Panasonic para
un segmento de aficionados con
ganas de emular las prestaciones de una reflex.
Estas cámaras ya tienen un tamaño de sensor considerable y
ópticas intercambiables, pero
mantienen buena parte de la ligereza y discreto tamaño de las
compactas. Los objetivos intercambiables son un importante
paso adelante y el nombre de
4/3 se refiere a que el tamaño
de su sensor llega a 4/3 de la
superficie de los sensores APS
de las cámaras reflex, cuando
los sensores de las compactas y las bridge apenas llegan a
una cuarta parte del tamaño de
los 4/3 (ver comparativo cuadro
aparte).
La propuesta de las 4/3 ha triunfado, robando mercado, como
suele ser habitual, a los segmentos inmediatamente inferior y
superior. Hoy encontramos bajo
esta denominación (las bases
técnicas son distintas en cada
marca) productos de las principales marcas contendientes en
la fotografía digital (Nikon, Sony,
Panasonic, Olympus, Samsung,
…). Y cuando todas estas marcas
coinciden en apostar por un producto fotográfico, se le puede
augurar un futuro solvente.
En la cima de la calidad y precio
están las cámaras reflex, que
son las cámaras de los Pro, con
objetivos intercambiables de gran
luminosidad en todas las distancias focales, procesadores de
gran rapidez y sensores de gran
tamaño y millonarios en pixels.
Aparte de los modelos de alta
gama, con cuerpos de titanio,
infinitos puntos de enfoque y
amplias posibilidades de personalización, todas las marcas
proponen interesantes reflex de
precio medio a los que solo les
falta un 10% de las características de lo modelos Pro.
Muy pocos aficionados exprimirán a fondo el plus de prestaciones y resistencia a los golpes
que ofrecen los modelos de alta
gama. Puestos a comprar una
reflex, quizás es más sensato
optar por un cuerpo uno o dos
escalones por debajo en prestaciones, reservando parte de
la inversión para comprar unos
Las Micro 4/3 se han hecho un hueco en el mercado arañando clientes tanto a
las compactas como a las reflex
Hay cámaras bridge con zooms de 28 a 500 mm. de buena luminosidad. Las
bridge son un punto intermedio –en muchos aspectos- entre las compactas y
las reflex
Las posibilidades de ajuste manual que ofrecen las cámaras reflex son enormes, si bien todas ellas también permiten automatizar la mayoría de sus
funciones
objetivos de calidad, verdadero
embrión de las buenas fotos.
Hacer lo contrario (cuerpo de
calidad con objetivos mediocres)
es un lamentable y habitual
error que compromete la calidad de las fotos.
Recordar finalmente que el incremento de calidad, de prestaciones y también de precio no
es absolutamente lineal a medida que se pasa de las cámaras
compactas a las bridge, luego
a las Micro 4/3 y después a las
reflex. Las mejores compactas
superan en varios frentes a las
bridge de primer precio, de la
misma manera que la mayoría
de reflex de iniciación están técnicamente a la par, o incluso algún escalón por debajo en prestaciones y precio, de las mejores
Micro 4/3.
Tipos y calidad de objetivos
La distancia focal
La calidad del objetivo es el centro de gravedad de toda cámara,
incluso por encima de los megapixels que admita su sensor.
Los objetivos se definen por dos
parámetros principales: la distancia focal y la luminosidad.
La distancia focal (*) es el grado de acercamiento que permite
la óptica. Los objetivos tipo “ojo
de pez” tienen una visión abierta
en casi 180º, distorsionando de
forma grotesca el objeto fotografiado. En el otro extremo, los
teleobjetivos acercan la imagen
al fotógrafo. Para visualizar este
concepto, decir que la visión activa del ojo humano (sin mirar
por el rabillo del ojo) equivale
a una distancia focal de unos
50 mm.. Las fotos hechas con
esta distancia focal son las que
reflejan una composición más
natural. Un angular de 25 mm.
amplía al doble la visión normal
del ojo y un tele de 100 mm. nos
“acerca” medio camino al sujeto
fotografiado. Hoy en día, muchas
cámaras compactas o bridge de
primer precio ofrecen objetivos zoom con distancias focales
ajustables desde 28 o 35 mm.
hasta 400 o incluso 500 mm.
Pero no confundamos el telobjetivo de 400 mm. de una compacta con su equivalente en una
reflex profesional. No hay milagros y sí notables diferencias,
empezando por la propia calidad de los lentes. Los pequeños
lentes en materiales composite de las cámaras compactas
no tienen nada que ver con las
cuidadas ópticas de cristal pulido de los mejores teleobjetivos
profesionales. Las distorsiones
de los primeros afectan mucho
a la calidad de imagen que luego ofrecen, por no hablar de su
limitada luminosidad.
(*) Como conveniencia y para facilitar un denominador común,
en este artículo y en la mayoría
de folletos comerciales se utiliza
la distancia focal (“f”) de las an-
tiguas películas de 35 mm. al referirse a los objetivos de las cámaras digitales. De hecho, estas
cifras de amplitud visual -que
los aficionados a la fotografía
tienen bastante asumidas- no
dejan de ser, a su vez, otro convencionalismo de cuando sólo
existían los objetivos fijos. La
distancia focal -como su nombre indica- era la distancia entre
el objetivo y la película. Es fácil
imaginar que cuanto más cerca
(menor “f”) estaba la película
del objetivo el campo de visión
era mayor. Y viceversa.
Con las cámaras con carrete,
la distancia focal era constante
independientemente del tipo de
cámara utilizado, pero con la llegada de la fotografía digital hay
un rosario de distintos tamaños
de sensor. El ángulo de visión
que corresponde a una misma
distancia focal en mm. es distinto en cada tipo de cámara, lo
cual es un auténtico galimatías
para aclararse en las tiendas.
Para obviar este problema, se ha
conservado la antigua distancia
focal de los carretes de película
como denominador común con
las modernas ópticas digitales.
Para conseguirlo, a cada tamaño
de sensor de las cámaras digitales se le asigna un coeficiente en
función a sus proporciones respecto al estándar de la película
de 35 mm. Estos coeficientes
-entre 1,5 y 5- son pues la relación que hay entre el tamaño de
Las ópticas intercambiables, incluyendo las de alta luminosidad, son patrimonio de las Micro 4/3 y de las reflex
La clásica película de 35 mm., el mayor recuadro en este comparativo de tamaños, mide 35 mm. en su lado largo. Los sensores digitales, incluso los de las
cámaras Pro, son mucho menores.
La luminosidad
La luminosidad es el segundo
factor a tener en cuenta a la hora
de valorar un objetivo. Como su
nombre indica, este concepto es
el nivel de obstrucción al paso
de la luz que tiene cada objetivo
por culpa de sus propios lentes.
Este dato - más que la distancia
focal- es la piedra filosofal de la
calidad y precio de un objetivo.
La luminosidad se indica como
un coeficiente entre la intensidad
de la luz que disfruta el motivo
que estamos fotografiando en
relación a la que efectivamente
llega al sensor de la cámara.
La luminosidad máxima –sin pérdida alguna- sería pues de 1:1,
una cifra rara y que sólo alcanzan
unos pocos objetivos de enorme
calidad. Hoy en día, con la proliferación de zoom de complejas
baterías ópticas, una luminosidad de 1:2 o 1:2.8 se considera
incluso de nivel profesional.
Todos los objetivos suelen indicar las cifras de distancia focal
y luminosidad en su parte delantera en una secuencia de,
por ejemplo: f: 14-42 / 1:3.55.6. Las dos primeras cifras
precedidas por la “f” indican la
distancia focal. La luminosidad
se indica en las dos siguientes
cifras; 1:3.5 con el objetivo en
modo gran angular, perdiendo
luminosidad hasta 1:5.6 al forzar el teleobjetivo.
Casi todos los objetivos zoom
van perdiendo luminosidad a
medida que se fuerza el teleobjetivo. La progresiva separación
entre los lentes va perjudicando
el paso de la luz y la cámara necesita aumentar el tiempo de exposición y/o la sensibilidad para
evitar que las fotos salgan fotos
movidas, con mucho ruido o con
ambos problemas a la vez.
Aquí es donde los teleobjetivos
Pro de alta luminosidad justifican su precio, pues permiten
disparar a mayor velocidad,
“congelando” el sujeto enfocado y haciéndolo destacar nítidamente el fondo.
Los sistemas digitales “anti-vibración”, cada vez más habituales en todo tipo de cámaras, son
una solución interesante a este
viejo problema. La mayoría de
ellos aprovechan la tecnología
digital para componer una imagen que no tenga en cuenta los
movimientos o vibraciones de la
mano del fotógrafo.
También hay sistemas anti-vibración o para luz escasa que
combinan y calibran electrónicamente la luz disponible, la
distancia focal en uso y la sensibilidad aplicable al sensor. En
modo automático, la máquina
hace ella solita un cóctel de
parámetros del que ha de salir
la mejor foto posible. Quienes no
se aclaren en estos temas harán
santamente dejándose guiar por
los automatismos de la cámara,
dejando los ajustes manuales
para los más virtuosos.
Las mejores Micro 4/3 tienen unas prestaciones y un precio superiores a las
reflex de primera gama
(BILL BLACK)
sensor digital y el tamaño de las
antiguas películas.
Por ejemplo, un objetivo de 6
mm. en una pequeña compacta equivale aproximadamente a un gran angular 30 mm.
para película (6 mm x coef. 5 =
30mm.). Pero un objetivo de 20
mm. de una cámara reflex digital, cuyo sensor tiene un mayor
tamaño, tiene este mismo campo de visión (20 mm. x coef. 1,5
=30mm).
Más allá de que hayamos conseguido aclarar este espeso concepto con cuatro líneas, lo importante es tener claro cuál es el
campo de visión “de verdad” de
la cámara u objetivo que se esté
analizando para su compra.
Los claroscuros del atardecer, integrando las luces del interior y de la electrónica sin ayuda del flash dan un toque personal a las fotos a bordo
La mejor cámara a bordo
El primer y fundamental requisito de una cámara a bordo es
su gran angular. En un barco, el
fotógrafo nunca puede alejarse
mucho y necesita objetivos de
gran visión de campo. El objetivo de 35 mm., estándar en
la mayoría de compactas, está
bien para aplicaciones en tierra, pero en un barco es francamente insuficiente, ya sea en
cubierta o en los interiores. Lo
mínimo aceptable son 28 mm.,
cifra bastante habitual en modelos bridge o reflex, pero que
sólo ofrecen unas pocas cámaras compactas.
Un gran angular de 24 mm. o
incluso 20 mm. (siempre hablamos de equivalencias analógicas) es el objetivo ideal para
las fotos a bordo. Esta distancia
focal aporta fantásticas posibilidades de encuadre, con imágenes de gran dinamismo en las
maniobras y retratos donde
cabe toda la tripulación y aun
sobra espacio para el paisaje de
fondo.
Todos los fabricantes de cámaras reflex disponen de objetivos
fijos o zoom de estas distancias focales. No es indispensable
hacerse con un caro modelo de
máxima luminosidad, pues navegado –de día- normalmente
hay luz de sobras.
Otro requisito importante de
la cámara es la manejabilidad.
Incluso haciendo fotos, uno ha
de poder moverse por cubierta
conservando “una mano para el
barco”. Paralelamente, tampoco suele ser sencillo dejar una
cámara de gran tamaño en la
bañera sin riesgo de que sufra
golpes o rociones.
Vistos estos condicionantes,
un buen compromiso para las
fotos navegando puede ser una
cámara compacta con objetivo de 24 ó 28 mm., que quepa
en cualquier bolsillo y/o pueda
esconderse rápidamente en un
rincón de la bañera. Las bridge, Micro ¾ o reflex contenidas
en tamaño y peso también pueden salir del paso, pero nunca
con la misma soltura que una
compacta.
La eslora del barco es otro condicionante a tener en cuenta. No
es lo mismo moverse por cubierta e intentar mantenerse al
abrigo de los elementos en un
30 pies que hacer lo propio en
un 60 pies. Por eso las semirígidas son las barcas preferidas
de los fotógrafos de regatas profesionales. A igualdad de eslora
son mucho más estables y secas
que su equivalente en fibra.
Lo importante es tener en mente que de poco sirve tener la
mejor cámara si luego no nos
atrevemos a subirla a cubierta.
Puestos a escoger, ¿qué tal una
compacta o una Micro ¾ para
las fotos en navegación y una
buena bridge o una reflex al llegar a puerto?
De barco a barco
Si para hacer fotos en el propio
barco lo más importante es un
gran angular, para fotografiar
otros barcos será necesario hacerse con un buen teleobjetivo.
Cuanta mayor sea la distancia
focal del teleobjetivo, más cerca
aparecerá el barco fotografiado,
pero a partir de distancias focales de 300 o 400 mm., sólo los
más expertos son capaces de
hacer buenas tomas.
No es nada fácil cuadrar el punto de mira desde un barco en
movimiento hacia otro que también se mueve. Los fotógrafos
profesionales –o aficionados-
Un gran angular de 24 mm. es un plus a tener en cuenta en una cámara usada
a bordo
Con un objetivo de 28 mm. desde la bañera empiezan a caber los niños, los mayores y hasta los barcos del fondo. Con
menos distancia focal es imposible que entren todos
asiduos de los campos de regata
ya lo saben. Fotografiar tierra
firme desde el barco (o viceversa) es algo más sencillo, pues al
menos la tierra está quieta.
Otro problema con los teleobjetivos, al igual que ocurre mirando
largo rato con los prismáticos, es
que uno se puede marear como
una sopa. Recordar finalmente
que tomando fotos con teleobjetivo la cámara debe estar siempre colgada al cuello (como los
prismáticos). Al ser necesarias
las dos manos para sostener la
cámara, es fundamental que el
fotógrafo encuentre una postura
firme y estable en el barco sin
ayudarse de ellas. No siempre
es fácil conseguirlo y hay que
tener cuidado en no ir al agua con cámara incluida-.
Los mejores reportajes
Al principio del artículo comentamos lo raros -por no decir
inexistentes- que son los libros
que hablan de técnica fotográfica aplicada específicamente a
la náutica. Por contra, hay un
montón de obras recomendables sobre la manera de hacer
buenos reportajes en tierra. Entre estas últimas yo destacaría
un clásico: Fotografía de Viajes,
de Tino Soriano (Ed. Juventud,
2001) o el más reciente (2011)
Foto a Foto del mismo autor.
Sin querer usurpar las excelentes recomendaciones que se dan
en estos libros, vamos a recordar unos pocos consejos básicos
y comentar algunos trucos para
mejorar las tomas en un crucero
a bordo de un pequeño barco.
* Primera y última hora. Las
mejores horas para hacer cualquier tipo de fotos son las prime-
Conseguir buenas tomas requiere un buen equipo, una barca de apoyo que sepa colocarse, un fotógrafo con experiencia y que los protagonistas añadan un poco de picante a la toma
Hay mil maneras de fotografiar un amanecer o un atardecer en el mar y todas
son agradecidas
ras y las últimas del día, cuando
la luz tiene un tono más calido.
Por poco que pueda, cumpla con
este horario tanto para fotografiar a la gente como a los paisajes. Sus fotos lo agradecerán.
* El sol en el cogote. Las fotos a
contraluz son preciosas cuando
el fotógrafo sabe lo que hace (o
hay suerte). Pero para asegurar
el tiro nada mejor que tener el
sol detrás, en el cogote del fotógrafo. Una misma toma será
distinta por la mañana que por
la tarde. Piense en qué momento la posición del sol le es -o le
será- más propicia.
* Mar de fondo. Suele ser más
bonito el mar visto desde tierra
que la tierra vista desde el mar.
No dude en bajar a tierra y buscar sitios altos para hacer sus
fotos “náuticas”.
* Otra perspectiva. Una manera de mejorar la perspectiva de
una cala o un puerto en las fotos
tomadas desde el barco es subir
al palo, aunque sólo sea al primer piso de crucetas. Desde allí
arriba también se pueden hacer
simpáticas y curiosas tomas de
la cubierta. Evidentemente, esta
recomendación se complica con
el barco navegando.
* Observe las postales. Al llegar a puerto en plan “reportero”
vaya a chafardear al quiosco de
postales. Allí verá los puntos de
interés (iglesias, mercados, monumentos, etc.) del pueblo e incluso podrá comparar postales
tomadas desde distintos ángulos
que luego pueden servir de inspiración. Si hace mal día o hay
pereza, otra solución es comprar
algunas postales y luego pegarlas en el álbum familiar.
* Sol y sombra. Procure que
todos los motivos de una foto
queden al sol o a la sombra.
Cuando se combinan ambas luminosidades en la misma foto,
la cámara no puede discernir la
intensidad de luz tan bien como
el ojo humano y media foto quedará oscura o demasiado expuesta. Las fotos de bosques
o las instantáneas callejeras
son situaciones habituales con
este problema, que también
se ha de controlar cuando se
fotografían grupos de personas. Ante la imposibilidad de
cumplir con este consejo, la
solución es tomar tres fotos, la
primera ajustada a la zona soleada, la segunda a la sombreada y una tercera en un punto
intermedio. Una de las tres quedará aceptable, seguro.
* Pase desapercibido. El buen
reportero no se hace notar. Esta
máxima es fundamental para
obtener buenas fotografías de
personas, evitando la clásica
pose artificial. Cuando se retrata a desconocidos, las normas
de educación implican pedir
permiso. Una cámara compacta siempre es menos “agresiva”
que una reflex con un objetivo de
dos palmos de largo.
Las fotos desde tierra al mar suelen ser más agradecidas que al revés. No dude en desembarcar y dar un paseo en busca
de la mejor perspectiva
El flash de relleno atenúa las sombras del sol en la cara sin robar mucha naturalidad a los tonos. Prácticamente todas
las cámaras disponen de esta función y algunas incluso la activan de forma automática cuando detectan fuertes intensidades de luz
* Sea rápido. Fotografiando
personas evite estar mucho
rato mirando por el visor. Perderán naturalidad. Piense en
la toma que quiere y prepare la
cámara antes de mostrar su intención de hacer la foto. Luego
apunte y dispare rápido.
* No cámara. No foto. Tenga
siempre la cámara preparada.
Nunca se sabe cuando surgirá
la oportunidad de hacer La Foto
del Verano. Esta recomendación
es válida en puerto y navegando.
¿Cuántos delfines se han quedado sin foto porque la cámara
estaba en una bolsa cerrada en
el fondo de una taquilla?
* Flash de día. Bajo el sol veraniego y aunque parezca contradictorio, el flash es el mejor
aliado de los retratos diurnos,
eliminando las feas sombras
que el sol del mediodía forma
en la cara. En fotos bajo el toldo, el flash también iguala la
luminosidad de las personas
con el fondo, evitando claroscuros no deseados. Prácticamente todas las cámaras tienen la
función “Flash de Relleno” para
estos casos. Haga pruebas y
verá como vale la pena.
* Blanco nuclear. La reverberación del sol en velas y cubiertas blancas puede engañar al
fotómetro de la cámara. Si no
utiliza el flash, igual es necesario ajustar el fotómetro a +1
o +1,5 para que la gente sobre
cubierta no quede demasiado
oscura.
* El atardecer. Hay mil maneras de fotografiar un crepúsculo -o un amanecer- en el mar y
todas son agradecidas. Incluir
las luces de la electrónica o del
interior del barco en el encuadre puede dar un toque interesante a la foto, pero para ello
suele hacer falta inmovilizar
la cámara. Evite disparar con
flash para que la foto no pierda
naturalidad.
* Foto nocturna. Es complicado
tomar fotos desde el barco hacia tierra cuando hay poca luz.
Al utilizar bajas velocidades
de obturación, el menor movimiento del barco –y siempre lo
hay- emborrona la imagen que
queremos captar (normalmente otros barcos fondeados o un
puerto de noche). Fotografiando
desde tierra la cosa es más sencilla y los trípodes son los mejores aliados en este caso. En su
defecto se puede estabilizar la
cámara sobre un objeto fijo (un
coche, un muro . . ) y disparar la
foto con el retardador.
Fotografiando desde y hacia
el propio barco (sin flash) las
cosas son algo más sencillas,
pues el fotógrafo y el sujeto retratado se mueven al unísono.
* Flash. Las cámaras digitales
permiten variar la sensibilidad
ISO foto a foto y sin tener que
cambiar el carrete, como sucedía antes. Con esta prestación
se puede prescindir del flash en
En las fotos bajo el toldo, el flash permite igualar la luminosidad de las personas retratadas con la del paisaje
Últimas horas del día en cala d’Hort (Ibiza), con Es Vedrà de fondo
algunas tomas nocturnas, como
una cena a la luz de las velas
(o los LED) o el patrón concentrado en la mesa de cartas
navegando de noche. Sólo hay
que aumentar la sensibilidad
a 400 ó 800 ISO. Haga sus pruebas y verá como obtiene fotos
muy distintas que las clásicas
tomadas con flash. Recuerde
que cuanto más alto es el ISO
utilizado, mayor será también
el “ruido” que estropea la calidad de la foto.
* Mano alzada o trípode. Muchas cámaras alertan con un
icono cuando consideran que
la velocidad de exposición recomienda usar trípode. Generalizando, se puede disparar
sin trípode cuando la velocidad de obturación es igual o
superior a la distancia focal.
Utilizando un zoom de 200
mm., por ejemplo, será difícil hacer fotos nítidas a mano
alzada a menos de 1/200 seg.
de velocidad de obturación. En
distancias focales cortas, baje
la velocidad de obturación tanto como pueda para dar un impactante aspecto de velocidad
a la estela del barco.
* Flash lento. Casi todas las cámaras tienen un modo de flash
“lento” que baja la velocidad de
obturación y hay cámaras que
combinan de forma automática
la velocidad, la sensibilidad e
incluso añaden sistemas antivibración, para facilitar las to-
mas nocturnas sin flash.
El flash incorporado de las cámaras de mayor calidad tiene unos 10 metros de alcance
máximo. En las compactas no
espere conseguir más de 2 o
3 metros de efectividad con el
flash. Que nadie se haga ilusiones de iluminar con el flash
–por ejemplo- un puerto de
noche desde la cubierta del
barco fondeado.
* Menos es más. A menudo,
un detalle revela más que una
toma general. No dude en inmortalizar las pequeñas curiosidades que siempre salen al
paso en sus paseos. Un cartel
o un escaparate con gracia, un
balcón o una ventana bien trabajados, un mosaico de un gran
monumento. A menudo es más
ilustrativa la foto de un detalle,
como los productos expuestos
o las caras de los vendedores
de una parada, que la imagen
completa del mercado. Menos
es más.
* En la variedad está el gusto.
Los álbumes con las fotos de
vacaciones que nos invitan a
ver los amigos acostumbran a
ser un tostonazo. El problema
es la repetición monotemática.
Siempre salen las mismas personas tapando el paisaje. Los
retratos familiares están bien,
pero tampoco hace falta incluirlos en cada una de las fotos del
verano. Combínelos con paisajes, detalles del barco o de los
lugares visitados. Siempre es
recomendable hacer varias fotos de un mismo tema -¡alguna
quedará bien!-, pero al montar
el álbum o el pase de diapositivas seleccione sus encuadres
preferidos y no obligue a sus
amigos a visionar todas y cada
una de las tomas falsas.
Subir al palo, aunque sea solo hasta la primera crucetas, da una nueva dimensión a los paisajes y a las fotos de la tripulación
La luz más bonita para hacer fotos suele ser a primera o última hora del día. Estas dos fotos de Andratx tienen prácticamente el mismo encuadre. La primera
fue hecha al mediodía y la segunda al atardecer. La diferencia de tonalidades salta a la vista
Cabos sueltos
Memoria digital. Los antiguos
carretes de película han sido
hoy sustituidos por tarjetas de
memoria tipo SD Card o Compact Flash. Hay incluso algunos
plotters náuticos que permiten
visualizar en su pantalla las fotos que se van tomando durante
el crucero.
Existen tarjetas de memoria de
hasta 64 Mb (la cifra crece cada
temporada), con capacidad
para almacenar miles de fotos.
No obstante, en la práctica es
más sensato repartir en dos,
tres o incluso más tarjetas SD
las fotos que se van haciendo.
En caso de extraviar o dañar accidentalmente un soporte no se
perderá todo el material.
La sensibilidad del sensor (valga la redundancia). Los sensores de las cámaras digitales
tienen el tamaño (aprox.) entre
una uña de meñique y un sello
de correos. En este diminuto espacio hay millones de captores
(pixels) que memorizan el color
de la luz recibida a través de la
óptica. El sensor es una de las
piezas más caras y sofisticadas
de una cámara digital. Una vez
tomada la foto, ésta pasa del
sensor a un procesador que,
mediante unos sofisticados algoritmos propios a cada marca
de fotografía, la convierte en
una imagen que se graba en la
tarjeta de memoria. Las cámaras reflex tienen unos sensores
mayores y unos procesadores
más rápidos y sofisticados que
las compactas.
Explicado de forma simplista y
a igualdad de megapixels, un
sensor de mayor tamaño tiene
los pixels más “holgados”, con
menor riesgo de que los fotones
de luz se mezclen entre ellos.
Un procesador más rápido permite disparar fotos a mayor
velocidad, sin apenas tiempo
muerto entre toma y toma.
Poco ruido. Antiguamente, las
películas se diferenciaban fundamentalmente por su sensibilidad y de ésta dependía el
nivel de “grano” de las fotos
tomadas. A mayor sensibilidad,
las tomas requerían menos luz,
pero la definición también bajaba sus enteros.
El antiguo “grano” es el moderno “ruido” de las cámaras
digitales, si bien el resultado no
es tan artístico como antes. El
“ruido” digital es un feo efecto
visual que se pone de manifiesto
al forzar mucho la sensibilidad
ISO para una toma -por ejemplo- con poca luz. El resultado
son fotos correctas en exposición, pero carentes de detalle.
Cuanto mejor es la cámara (objetivo, sensor, procesador, etc.),
menor es el “ruido” que genera
incluso a altos índices ISO.
Si su cámara permite ajustar
manualmente la sensibilidad,
haga pruebas de ruido repitiendo la misma toma en una foto
A menudo, un pequeño detalle es más evocador que una amplia foto de conjunto. Toda recalada esconde pequeñas
curiosidades que vale la pena retratar.
interior, relativamente oscura.
Descargando las fotos en el PC
verá con claridad el límite superior de ISO que su cámara no
recomienda sobrepasar, aunque su dial le permita hacerlo.
Alimentación. Las baterías estándar (tipo AA o AAA o recargables) que hace años alimentaban a la mayoría de cámaras
fotográficas son un engorro
y afortunadamente han sido
sustituidas en la mayoría de
cámaras por las baterías recargables de ión litio, similares a
las de los teléfonos portátiles.
En cualquier caso, en un barco
sin fuente de alimentación 220
v. para el cargador tampoco es
mal recurso poder usar pilas
corrientes.
Carcasas estancas. Hay marcas, entre ellas mencionar a
Olympus o Canon, que proponen una gama de cajas estancas
para convertir algunas de sus
cámaras compactas en sumergibles. En el mercado también
hay sistemas de bolsas especiales de plástico blando con cierre para proteger las cámaras
de los rociones. En principio,
todos los sistemas cumplen
con el objetivo que anuncian, si
bien no dejan de ser bastante
engorrosos de usar. Si el peligro de que el agua salpique es
superficial, un truco plebiscitado por muchos profesionales
es envolver la cámara con film
transparente de cocina, abri-
endo luego un pequeño hueco
para el objetivo. No es un sistema cien x cien infalible, pero
funciona. Otro gran enemigo
de las cámaras es la playa.
Mucho cuidado con la arena y
con dejar la cámara largo rato
expuesta al sol.
Si se prevé hacer muchas fotos bajo el agua, la lluvia o con
mala mar, la mejor solución
son los modelos íntegramente
sumergibles. Los hay en formato compacto y con ópticas
de cierta calidad.
Hervir la cámara. Una cámara
que cae el mar se puede considerar muerta. Más incluso
que el agua, el gran enemigo de
los circuitos internos es el corrosivo efecto de la sal. En este
caso, una solución extrema es
En verano, las primeras luces de la mañana suelen ser más suaves y limpias que las del mediodía, cuando la luz del sol
es más dura y el calor aporta más condensación en el aire
La primera foto, hecha desde el barco amarrado, está movida incluso disparando con la cámara inmovilizada. Los barcos siempre se mueven, incluso cuando
parecen estar quietos. La segunda foto, hecha desde tierra con la cámara apoyada en un coche, no tiene este problema
Las carcasas
estancas que
ofrecen marcas
como Olympus
o Canon
convierten en
sumergibles
algunas de
sus cámaras
compactas
En un barco, los grandes trípodes son poco prácticos. En las fotos vemos sistemas mejores, como el modelo con brida
tipo sargento ajustable, el Gorilla Pod con tres brazos articulados o un pequeño trípode de patas flexibles y tamaño
bolígrafo para inmovilizar compactas
hervir la cámara uno o –como
máximo- dos minutos con agua
dulce (mejor destilada) y luego
secarla a conciencia. La solución es radical, pero tampoco
hay mucho que perder. Este
sistema ha resucitado unas
cuantas cámaras y también es
aplicable en el caso de instrumentos electrónicos del barco
dañados irremisiblemente por
el salitre.
Que nadie se mueva. Los trípodes clásicos de pie no son nada
prácticos a bordo, pues ocupan
mucho espacio plegados y en
un barco tampoco hay superficies planas donde estabilizarlos. Navegando son mucho más
útiles los sistemas que fijan la
cámara mediante una pinza,
brida o brazo articulado a cu-
alquier lugar del barco, como
un candelero o un mamparo.
Álbum de fotos. La cadena Fotoprix fue pionera en su servicio Fotolibro, donde el usuario
compone y diseña su propio
álbum de fotos mediante un
sencillo programa informático de descarga gratuita. Esta
maqueta se envía por Internet
o se lleva a la tienda más cercana y al cabo de unos días el
cliente recibe un libro impreso
con las fotos de sus vacaciones
(o cualquier otro tema). El resultado, que hoy ofrecen varias
cadenas de fotografía, es altamente seductor y el coste no
supera el precio de revelar las
fotos.
Maravillas de la ciencia. La fotografía digital, como toda tec-
nología moderna, no cesa de
evolucionar. Cada día aparecen
nuevos modelos de cámara
que dejan obsoletos a sus predecesores. Conocidas marcas
fotográficas de toda la vida han
tirado la toalla en esta carrera
tecnológica, dejando la vía libre
a los gigantes de la electrónica
de consumo.
En este artículo pasamos bastante de puntillas al referirnos
a conceptos técnicos como el
número de pixels de los captores o al mencionar los modelos
más recomendables de cámara
y sus precios.
por Toni Vernic
Dos propuestas,
de marcas
distintas aunque
muy coincidentes
en aspecto,
de cámara
sumergible,
resistente a
los golpes y
con objetivo
de 24 mm. Dos
estupendas
cámaras para
llevar a bordo.