1. Educación

nº 24
¿Cómo pueden
XIII Congreso
ayudar distintas
Internacional
medidas
ANEMBE
de
nutricionales
Medicina
al
controlBovina
de la
contaminación
ambiental?
Ana del Cura, Veterinaria
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Uno de los retos a los que se ha de enfrentar la ganadería, y
en particular la producción porcina, es la reducción de los impactos
negativos que ésta tiene sobre el medio ambiente. A través del purín
se emiten distintos compuestos perjudiciales, especialmente nitrógeno y fósforo, pero también microminerales como cobre, selenio y
zinc, además de polvo, amoniaco y otros compuestos volátiles, que
contienen nitrógeno y/o azufre, responsables de los malos olores
asociados a esta actividad.
Vamos a tratar en estas páginas las dos emisiones más importantes: la de nitrógeno (N) y la de fósforo (P), las cuales contribuyen
especialmente a los fenómenos de eutrofización, o enriquecimiento
excesivo de nutrientes en el agua, y acidificación de suelos y aguas.
Por un lado, el aumento de la concentración de compuestos de
N y P provoca un crecimiento acelerado de las algas o las plantas
acuáticas superiores, causando trastornos negativos en el equilibrio
de las poblaciones biológicas presentes en el medio acuático y en
la propia calidad del agua. Por otro lado, al combinarse con el agua
producen variaciones en el pH que afectan al ecosistema acuático y
a la vegetación.
Un correcto manejo y la aplicación de distintas técnicas y equipos permiten minimizar el impacto de estas emisiones, pero a esto
pueden contribuir también unas adecuadas prácticas de alimentación. El control de la nutrición es un método relativamente simple y
barato para disminuir las cantidades de nutrientes excretados y en
consecuencia la carga contaminante de los purines. Formular una
ración implica determinar la mezcla de ingredientes que permite
satisfacer las necesidades nutricionales de los animales de acuerdo
con unos objetivos y costes de producción, pero también ha de tenerse en cuenta el impacto medioambiental. Del total de N suministrado
a los cerdos en forma de proteína de la dieta únicamente entre un
20 y un 40% es retenido por el animal. La cantidad de N excretado
depende del nivel de proteína bruta en el pienso, la digestibilidad de
esta proteína y su valor biológico. El nitrógeno se excreta principalmente a través de la orina y en menor proporción como compuestos
nitrogenados a través de las heces, básicamente proteicos. La contaminación final al medio ambiente puede ser en forma de emisión
aérea de amoniaco o bien en forma de nitritos o nitratos que contaminarán los suelos y las aguas.
¿Cómo pueden ayudar distintas medidas nutricionales al control de la contaminación ambiental?
El fósforo es el segundo mineral en
importancia para la especie porcina desde
un punto de vista cuantitativo, localizándose principalmente (en un 80%) en los huesos
y los dientes. El aporte de fósforo a través de
las materias primas vegetales de los piensos
no es suficiente para cubrir la necesidades
de estos animales debido a que se ingiere
en gran medida en forma de fitatos (cuya
biodisponibilidad en los cerdos es casi nula).
Es por esta razón por lo que debemos utilizar una fuente extra de fósforo mineral, lo
que repercute en un encarecimiento de la
alimentación y en un incremento del fósforo
eliminado en las deyecciones, vía de excreción principal.
Del N y
del P consumido,
las reproductoras,
los lechones
y los cerdos
en cebo excretan
un 76, 46 y 67 %
y un 75, 38
y 63 %,
respectivamente
Alimentación por fases
Tanto las necesidades en aminoácidos como en fósforo disminuyen con la
edad de los animales. Por tanto, adaptar
un sistema de alimentación multifase nos
permitirá formular dietas que se ajusten
mucho mejor a las necesidades y podremos
disminuir la excreción de N y P hasta un
15-20 % o incluso más. Cuanto mayor es
el número de fases con mayor precisión se
cubren las necesidades de nutrientes. En
este sentido son recomendables al menos 2
dietas para lechones (preferible 3) y 2 dietas (preferible 3, 4 e incluso 5 si el peso a
sacrificio es superior) para la fase de cebo.
Programas de
alimentación adecuados
a la productividad,
genética y sexo
Una estrategia importante para reducir
la excreción de nutrientes es cubrir las necesidades de los cerdos teniendo en cuenta
el potencial genético, el sexo, el nivel de
producción, el estado fisiológico y el sistema de manejo. Por ejemplo, las necesidades
de N y P de las cerdas gestantes son muy
inferiores a las de las cerdas lactantes. De
este modo, la utilización de dietas distintas
para gestación y lactación puede reducir la
excreción de N y P un 20 %. Asimismo, en
la alimentación por sexos se deben tener en
cuenta las distintas necesidades de cerdas,
machos castrados y verracos. En general,
tanto las hembras como los machos castrados precisan dietas menos proteicas.
Utilización de materias
primas de elevada
digestibilidad
Para disminuir la eliminación debe
facilitarse la absorción y retención. La cantidad de N eliminada al medio puede reducirse incluso a la mitad incrementando
la digestibilidad y el valor biológico de la
proteína administrada. De igual modo, la
digestibilidad de las fuentes de P de origen
animal es del 70-80 %, mientras que en las
fuentes de origen vegetal dos tercios del P
total son prácticamente indigestibles por
estar en forma de ácido fítico. En los últimos
años se han abierto líneas de investigación
para obtener materias primas con menor
contenido en fitatos sin que ello altere el
contenido normal de fósforo.
Formulación en base
a energía neta y a
aminoácidos digestibles
estandarizados
De este modo los piensos formulados
se ajustan mejor a las necesidades de los
animales.
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nº 24
Minimizar la ingesta
de N y P
La utilización de dietas bajas en proteína y la suplementación con aminoácidos
sintéticos permite reducir la cantidad de N
excretado, sin embargo esta suplementación
no resulta siempre rentable económicamente. Además, existe un límite para la reducción del nivel de proteína de los piensos a
partir del cual el crecimiento o la producción pueden verse afectados negativamente.
Conjuntamente, debemos tener en cuenta
que el exceso de N y su consiguiente metabolización y eliminación por orina obliga a
una mayor ingesta de agua, aumentando
así la producción de orina y, por tanto, el
volumen de purín.
N URINARIO, 50%
Utilización de enzimas
y otros aditivos
indigestibles, tales como el ácido fítico
(fitato) que se encuentra en muchos ingredientes de origen vegetal y liberar, por
tanto, fósforo digestible. Además, como
los fosfatos de inositol se unen fácilmente
con macro y microminerales, la hidrólisis
causada por las fitasas aumenta también la digestibilidad de estos nutrientes.
Añadir fitasas al pienso permite aumentar
la digestibilidad del P en un 20-30 %, disminuyendo, consecuentemente, el nivel de
P excretado. Debemos tener en cuenta la
termoestabilidad de la fitasa empleada, ya
que en dietas expandidas y/o granuladas
podría tener interés su adición en fases
posteriores al tratamiento térmico (cuando
la granulación supera los 80ºC se provoca
la desnaturalización de la enzima). La dosis
recomendada por la mayoría de los autores
es de 500 UF/kg de pienso, lo que equivale
a 1g de fósforo digestible/kg de pienso.
La adición al pienso de varias enzimas
incrementa también la digestibilidad de
los nutrientes. Las fitasas son enzimas que
pueden hidrolizar los fosfatos de inositol
Del mismo modo, el uso de otro tipo
de enzimas como las proteasas o aquellas
que provocan la rotura de matrices que
atrapan cadenas proteicas, podría mejorar
Una herramienta importante para estimar las necesidades de aminoácidos fue la
introducción del concepto de proteína ideal,
que expresa todos los aminoácidos como
un porcentaje de la lisina. En la práctica
se utilizan los aminoácidos más limitantes
como la lisina, la metionina, la treonina o
el triptófano. De media, la suplementación
con aminoácidos en dietas bajas en proteína
reduce la excreción de nitrógeno en un 8,5%
por cada unidad porcentual de reducción del
nivel de proteína de la dieta.
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N AMONIACAL, 20%
la digestibilidad de la proteína disminuyendo así la excreción.
La acidificación del pienso con ácidos
orgánicos aumenta la proteolisis gástrica y
la digestibilidad de la proteína y los aminoácidos. Este efecto es más pronunciado
en lechones recién destetados.
Utilización de
ingredientes fibrosos
Parece ser que la inclusión de materias
primas fibrosas fácilmente fermentables disminuye la excreción de N en forma de urea.
Estos ingredientes fermentan en el intestino
grueso de los animales, lo que sirve de
fuente energética para los microorganismos
y además producen ácidos grasos volátiles
que contribuyen a bajar el pH del purín. Una
menor concentración de urea en la orina y
del amoniaco en los purines y la reducción
del pH del purín ayudarán a disminuir las
emisiones de N en forma de amoniaco.
¿Cómo pueden ayudar distintas medidas nutricionales al control de la contaminación ambiental?
Sales acidificantes
La inclusión en la dieta de sales de
Ca acidificantes, diferentes al CaCO3 va a
provocar la bajada del pH del purín de 1,6
a 1,8 unidades, lo que contribuirá también
a minimizar la emisión de amoniaco entre
un 26 y un 53 %.
Por supuesto, además de las estrategias nutricionales existen otros aspectos relacionados con la alimentación que
tienen una gran importancia y que van a
contribuir a la valoración medioambiental
de una explotación como: reducir el índice
de conversión, al rebajarlo en 0,1 unidades
se disminuye la excreción de nutrientes
en un 3%; utilizar pienso granulado, lo
que desciende en un 5% la excreción de
nutrientes y minimizar el desperdicio del
pienso durante la fabricación, el transporte, el almacenaje en silos y la distribución
en la granja. La cantidad de pienso que se
desperdicia en una granja puede ser muy
variable, siendo en el mejor de los casos
un 5%. Teniendo en cuenta la eficiencia de
utilización, un 5% de desperdicio en pienso
supone aproximadamente un 7,5% más de
N y P en el purín.
Bibliografía
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