10. CONTROL DE LA EROSIÓN EN TERRENOS NO ARABLES1 Los terrenos no arables son aquellos suelos que presentan severas limitaciones para el desarrollo de los cultivos agrícolas, por lo que su uso se restringe a bosques, frutales, pastizales, fines recreativos, abastecimiento de agua o vida silvestre. La importancia que tiene el considerar tales terrenos dentro de las prácticas de conservación, se corrige al considerar la extensa superficie que éstos representan dentro del territorio nacional (Cuadro 10.1). Cabe indicar que en ellos se sustenta la ganadería mexicana, así como la fuente de materia prima forestal utilizada en la industria, actividades que son pilares de la economía del país. Cuadro 10.1. Utilización de lo superficie de la República Mexicana Superficie cubierta por bosque Área forestal degradada, sin bosques o con vegetación de zonas áridas Pastos en terreno forestal (cerril), en proceso de erosión Pastos en llanuras y lomeríos Superficie ocupada por cultivos agrícolas Áreas inútiles por aridez (desérticas), arenosas, pedregosas, urbanas, pantanosas, etcétera SUPERFICIE TOTAL Hectáreas 39 700 000 % 20.2 41 200 000 20.9 69 100 000 35.1 16 500 000 16 000 000 8.4 8.1 14 400 000 7.3 196 900 000 100.0 FUENTE: Texto Guía Forestal. Como puede observarse, las áreas anteriormente señaladas presentan en mayor o menor grado problemas de erosión. Este proceso, en muchas de sus fases está removiendo o ha removido los materiales de la superficie y del subsuelo. Las cárcavas y los derrumbes han destruido el paisaje. La sedimentación, producto acumulativo de la erosión, causa daños estructurales y de contaminación en zonas específicas y fuera de ellas. El sobrepastoreo y otras prácticas deficientes causan un rápido deterioro de áreas con pastizales y de bosque, tanto en calidad como en cantidad. Tal situación de deterioro en los recursos naturales renovables, suelo, agua y vegetación, ponen de manifiesto la necesidad de dar un enfoque a la conservación y manejo de los mismos, para mantener o restaurar su capacidad productiva para necesidades futuras. Por lo anterior, en el presente capítulo sólo se analizan prácticas específicas para los diferentes ecosistemas, con el objeto de evitar la erosión y conservar los recursos desde el punto de vista de su utilización sin propiciar su destrucción. 1 Tomado del Manual de Conservación del Suelo y del Agua. Editado por la SARH-CP. Chapingo México, 1977 10.1 Control de la erosión en áreas forestales 10.1.1. Importancia y utilidad del bosque El bosque, como uno de los recursos naturales renovables, es una fuente de riqueza, que tiene máxima importancia no sólo por la fuente de productos indispensables en el uso cotidiano, sino por la acción protectora que ejerce sobre otros recursos, tales como suelo, agua, fauna y el hombre mismo. No obstante su magnificencia, el hombre los ha utilizado en forma tan desordenada e intensa, que en la actualidad la destrucción, el desgaste y los desperdicios de recursos silvícolas, son mucho mayores que sus procesos regenerativos naturales. El grave peligro en que se encuentra su existencia por las acciones irreflexivas ejercidas sobre él, crean la necesidad de conjugar algunos principios que orienten las actividades del hombre, a fin de que pueda sin menoscabo de su progreso tecnológico, vivir en armonía con los bosques; utilizarlos sin destruirlos, mejorarlos y protegerlos. 10.1.2. La vegetación forestal como protectora del suelo y agua 10.1.2.1. Suelo. La cubierta de un bosque no perturbado, generalmente consta de tres estratos: el dosel formado por las copas de los árboles, la cubierta inferior denominada Soto- bosque, constituida por hierbas y especies arbustivas, y la capa de mantillo y humus formada por residuos vegetales, tales como ramas, hojas, flores, frutos y raíces muertas en distintos grados de descomposición. En estas condiciones, la cubierta vegetal proporciona protección al suelo al disminuir la energía de las gotas de lluvia, aumentar la permeabilidad del suelo, reducir los escurrimientos superficiales y disminuir la velocidad del viento... A medida que las actividades humanas van modificando la densidad y distribución de la cubierta, los suelos quedan expuestos a los factores de intemperismo y son trasladados a los valles, ríos, lagos y mares, dejando las montañas erosionadas. Ver figura 10.1. Figura 10.1. Terreno forestal degradado, como consecuencia de la aplicación inadecuada de prácticas de aprovechamiento Por lo anterior, uno de los principios básicos para el control de la erosión y conservación del suelo en los terrenos forestales, es mantener en forma permanente la cubierta vegetal. 10.1.2.2. Agua. La cubierta silvícola tiene gran importancia en el ciclo hidrológico al influir y crear condiciones especiales, las cuales están contenidas en las siguientes interrelaciones: i) Los bosques aumentan la altura de los relieves orográficos de las colinas, cerros y montañas. Este hecho puede incrementar la precipitación al propiciar ligeros ascensos del aire y descensos de temperatura, modificando así la circulación de las corrientes atmosféricas. ii) La cubierta vegetal forma microclimas locales, en los que se mantienen las temperaturas más bajas en los meses calurosos y más altas en el invierno, fenómenos que favorecen el régimen hidrológico local. iii) La porción de agua que escurre en hojas, ramas, troncos, arbustos, hierbas y otros elementos del bosque, se evapora rápidamente, humedeciendo la atmósfera del área arbolada. iv) Las raíces que sostienen y alimentan a las plantas, producen gran cantidad de horadaciones en el perfil del suelo y a veces agrietan la roca madre, permitiendo que el agua de lluvia penetre hasta las capas más profundas. v) Los animales de tierra que abundan en los suelos forestales, abren grandes galerías y remueven constantemente el suelo por donde penetra el aire y apreciables cantidades de agua de lluvia. Tales características, transforman las áreas de bosque en un gran almacén de agua, donde se originan arroyos, ríos y lagos, se forman y recargan mantos acuíferos subterráneos y se mantiene el ambiente húmedo y fresco. En lugares donde se destruyen los recursos silvícola, se pierde el suelo, el agua, la vida y el sitio se transforma en árido, inhóspito, polvoso y desolado. 10.1.3. Causas que originan la destrucción del bosque Los fenómenos naturales y en mayor grado el hombre, son factores que han tenido una influencia marcada en la destrucción de los recursos silvícola. Tal destrucción ha favorecido la alteración ecológica de extensas superficies y la desaparición progresiva de comunidades forestales de origen natural. Los verdaderos motivos de la deforestación tienen su origen en algunos fenómenos socioeconómicos, principalmente por la necesidad de obtener alguna utilidad del terreno forestal, la baja productividad de algunos terrenos agrícolas, la inseguridad en la tenencia de la tierra, permisos de aprovechamiento temporal de un recurso cuya producción y productividad es por naturaleza permanente, la demanda nacional de productos forestales muy superior a la oferta y el costo elevado en la apertura y conservación de caminos forestales. Una vez que tales fenómenos se desarrollan en forma conjunta o aislada, propician la destrucción del bosque, debido a los factores siguientes: 1. Explotaciones irracionales El uso de sistemas de tipo extractivo donde se obtiene como cosecha o rendimiento, una cantidad mayor a la capacidad de reproducción o regeneración natural o inducida del recurso silvícola son, en términos generales, la causa principal de deterioro y destrucción de los bosques maderables; tales prácticas no cumplen la finalidad de la silvicultura y de la propia ordenación forestal, que tienen como objetivo mejorar y obtener el rendimiento máximo sostenido del bosque. Un ejemplo de aprovechamiento destructivo, se da cuando aserraderos portátiles y semifijos de sierra circular funcionan al amparo de estudios de emergencia, precarios, temporales, y algunos fuera de todo precepto legal; el radio de abastecimiento, por falta de caminos, es pequeño y se dedican a cortar árboles de mejor calidad comercial de las especies valiosas; operan en la época de secas, desperdician un alto porcentaje del volumen cortado, alteran el ecosistema y propician un cambio en el uso del suelo desde el inicio de las actividades de extracción, ya que los campesinos aprovechan los espacios aclareados para establecer siembras agrícolas y apacentar ganado. Como la explotación es temporal, al irse el aserradero se termina la fuente de ocupación y una pequeña ranchería queda establecida; la nueva comunidad por necesidad tiene que desmontar cada vez mayores áreas cubiertas de bosque para su subsistencia. Dentro de las explotaciones con fines no maderables se encuentra la extracción de árboles para leña, carbón vegetal, construcciones domésticas, materia prima para pequeñas industrias artesanales, obtención de resinas, látex, tubérculos de dioscóreas y otros frutos y cortezas. Generalmente, en estos tipos de explotaciones no se sigue regla silvícola alguna y se cortan indiscriminadamente los bosques más cercanos al mercado, los árboles jóvenes mejor conformados, sin preocuparse por la regeneración de las especies y mucho menos, de protegerlos de otros agentes destructivos. 2. Desmontes Se entiende por desmonte la acción de derribar la vegetación forestal, fraccionarla y después de que este material se seca, se destruye, generalmente utilizando el fuego. Esta práctica ampliamente empleada, tiene como objetivo el dedicar el terreno que originalmente ocupaba la vegetación natural a otros usos, tales como establecimiento de cultivos agrícolas, pastos, frutales y diversas obras de infraestructura. El tipo de desmonte que más ha contribuido a la deforestación del país, tanto en bosques tropicales como templados y fríos, es el que se realiza para establecer cultivos anuales, sin considerar la aptitud del suelo; como consecuencia de esta situación, esta clase de agricultura, generalmente tiene carácter nómada y el caso típico lo constituye el sistema roza-tumba-quema. En la época de secas se realiza el desmonte y la quema; llegado el tiempo de inicio de las lluvias se siembra y después de la cosecha se aprovecha el período de máxima sequía para quemar el rastrojo y otros desperdicios, para volver a establecer el cultivo agrícola. Después de dos o tres años, el área es abandonada debido a que el rendimiento de los cultivos va en decremento, hasta que tal situación crea la necesidad de abrir otra área boscosa al cultivo, por el mismo procedimiento y con similares consecuencias. 3. Pastoreo desordenado La utilización de los bosques como sitios de pastoreo, es una práctica que se realiza ampliamente en el país. Dos son las formas de pastoreo que se efectúan en los terrenos forestales: la primera consiste en desmontar y cambiar el uso del suelo al cultivo de especies forrajeras mejoradas; la segunda forma, es la utilización combinada del bosque como productor de madera y pastos; éste es el caso más generalizado y de mayor importancia (ver figura 10.3.). El pastoreo dentro de los bosques tiene un papel determinante en los daños que causan los animales a las especies maderables y otras especies forrajeras que constituyen la cubierta inferior o sotobosque. La etapa más crítica en que las especies maderables sufren cuantiosos daños por pastoreo es en la regeneración o repoblación; tales daños se producen cuando los animales comen las yemas y partes tiernas de las plantas jóvenes, o dañan mecánicamente a las raíces de los árboles pequeños, mediante el pisoteo o cuando quiebran sus tallos con los cuernos. El resultado de los efectos nocivos del ganado sobre los montes en regeneración, se refleja en la disminución de la densidad de población de especies en repoblación, crecimiento y desarrollo lento, árboles adultos sumamente defectuosos y, por consecuencia, de menor valor comercial cuando se verifica el aprovechamiento maderable. Figura 10.3. La compatibilidad entre el pastoreo y el bosque sería posible si se respetaran las normas elementales de conservación forestal La importancia de las especies que no son maderables deriva de la protección que ejercen sobre otros recursos. En la mayoría de los casos, esta cubierta está constituida de algunas gramíneas, hierbas y arbustos forrajeros que son utilizados por el ganado a través de pastoreo libre. Bajo tales condiciones, los efectos que la práctica de pastoreo tiene sobre la cubierta vegetal son perjudiciales cuando se realiza sin el cálculo debido del número de animales por unidad de superficie, no se presta cuidado a los hábitos de selección de las diferentes clases de ganado, no se cuenta con instalaciones que permitan el uso de sistemas de rotación de potreros y por la falta de acotamiento de áreas de pastoreo designadas a cada ganadero. Tales diferencias de manejo deterioran la cubierta vegetal y favorecen la existencia de áreas parcial o totalmente desnudadas, con los efectos dañinos de la protección de otros recursos naturales. 4. Incendios Los incendios en los bosques pueden ser producidos por causas naturales como el rayo o inducidos por imprudencias que el hombre comete. Los tipos más importantes de incendios forestales son los incendios de superficie y los de copas. En la figura 10.4 puede apreciarse el tipo más común de ellos, se propaga por hierbas, hojas, ramas, etc., y son más frecuentes durante la primavera y en los veranos cuando hay más materia seca. Los incendios de copa aunque se originan en la superficie, se desarrollan en las copas de los árboles y consumen la totalidad del follaje y el árbol mueren por el calor excesivo que reciben las ramas. Figura 10.4. Incendio superficial provocada por imprudencia humana Los daños causados por los incendios, constituyen un factor de mucha importancia en la reducción volumétrica que cada año sufren algunas zonas boscosas del país. Desde luego que el arbolado joven y el renuevo son más fácilmente dañados por el fuego, debido a que su corteza es más delgada, por lo que se propicia su debilitamiento o le causa la muerte. Por este motivo cuando los incendios se repiten varias veces en áreas sujetas a procesos de forestación o repoblación, se pierde totalmente la vegetación que se haya logrado y sobreviene la erosión. 10.1.4. El manejo del bosque y la erosión Desde el punto de vista de la conservación del suelo y el agua, el manejo del bosque tiene como objetivo obtener los mejores beneficios económicos sin descuidar la máxima y continua efectividad de la cubierta forestal y la protección del suelo contra la erosión. Desafortunadamente en la mayoría de los casos, el manejo del bosque recibe una proyección o enfoque netamente económico, donde los costos de producción implican la mínima inversión con la máxima utilidad de los productos forestales. A su vez, en conjunción con lo anterior, se utilizan sistemas de tipo extractivo y se descuidan las bases biológicas que permiten la regeneración de una nueva masa y la protección a que debe someterse después de establecida contra los agentes que la destruyen. Bajo tales circunstancias, no se puede obtener un máximo rendimiento sostenido del bosque, consecuentemente se propicia la erosión de los terrenos y las consecuencias que este proceso acarrea en áreas aguas abajo. 10.1.4.1. Operaciones de regeneración o establecimiento. Al proceso natural o artificial mediante el cual se establece una nueva masa arbolada, o bien se regenera parte o toda esta masa, se le denomina repoblación o regeneración. Este se realiza durante un lapso denominado "período de regeneración", el cual se inicia después de extraer la masa vieja o madura y no finaliza hasta que un número aceptable de pequeños árboles se hayan establecido y adaptado a las condiciones ambientales del lugar. 10.1.4.1.1. Métodos aplicados con fines de regeneración natural. En la regeneración natural se utilizan algunos procedimientos que suponen las cortas adecuadas de árboles llegados a su madurez, complementadas con tratamientos especiales del suelo o de la vegetación, con el fin de crear o mantener condiciones favorables para el inicio o las primeras fases de la vida de la nueva masa. A su vez existen otros procedimientos que aunque son utilizados ampliamente, no mantienen tales condiciones y favorecen el proceso de erosión. 1. Método de tala rasa Consiste en derribar todos los árboles, grandes o pequeños, que constituyen la masa de una área determinada (ver figura 10.5.). La aplicación de este procedimiento, conduce a la reducción drástica de la cobertura vegetal y como consecuencia de tal perturbación se generan influencias desfavorables a la germinación de las semillas, el crecimiento y el desarrollo de las plántulas. Tales influencias se derivan de las variaciones extremas que sufren la temperatura y la humedad, el deterioro de las propiedades físicas del suelo, la aparición de vegetación secundaria que compite ventajosamente con la repoblación y el gran volumen de restos de tala que pueden ser el foco de incidencia de plagas, enfermedades e incendios. Además, tal procedimiento tiene una influencia directa en el suelo, ya que propicia diferentes formas de erosión hídrica, por lo que su aplicación no se recomienda para los fines antes descritos. Figura 10.5. Aspecto del área forestal después de la aplicación de la tala rasa 2. Método de árboles portasemilla Este procedimiento considera la tala total de la masa arbórea de una área determinada, excepto ciertos árboles denominados portasemilla que quedan en pie, aislados o en grupos y distribuidos en forma uniforme, y tiene como objeto el proporcionar semillas para el repoblado natural (ver figura 10.6.). Figura 10.6. Árboles portasemillas dispersos y distribuidos uniformemente Al igual que la tala rasa, la aplicación del método ocasiona una exposición completa del lugar, la protección del terreno contra la erosión es escasa y la influencia ambiental restringe la germinación y crecimiento de las plántulas. Además, existe un riesgo serio de que el viento ocasione pérdidas de árboles padres aislados antes de que hayan repoblado toda el área talada, de manera que para los fines del control de la erosión, no se recomienda utilizar tal procedimiento. 3. Método de cortas de protección o repoblación bajo árboles protectores El método implica la extracción gradual de la masa mediante una serie de cortas parciales, con la finalidad de asegurar la repoblación bajo la protección de una parte de la masa adulta. La repoblación se asegura mediante la conservación de un número suficiente de árboles robustos, de copa densa, bien formados, que proporcionen semillas y protección a la nueva generación. Llegado el tiempo en que la protección interfiere en el crecimiento y desarrollo de la masa joven, ésta se elimina para dar plena posición del área al repoblado. Las cortas que son necesarias desde que se inicia la preparación del diseminado hasta realizar la liberación de la nueva masa, están diferenciadas en tres distintos grupos: A) Cortas preparatorias Tienen como finalidad propiciar el desarrollo de árboles productores de semillas de las especies deseables en masas densas y crear condiciones favorables a la germinación, tales como el suministro adecuado de luz, calor, circulación del aire, agua y la formación de capas densas de material húmico. Esto puede ser posible mediante la extracción de árboles de copas intermedias o dominadas (ver figura 10.7.) y algunos árboles indeseables o defectuosos de las clases dominantes o codominantes. Los árboles que permanezcan deben ser, sobre todo, dominantes y codominantes, espaciados de tal manera que proporcionen una cobertura uniforme, generalmente entre 1 y 1.6 m de anchura entre los bordes de las copas. El volumen de extracción mediante la aplicación de estas cortas, tiene rangos permisibles entre el 10 y 30% del volumen total de la masa. Figura 10.7. Rodal de frondosas no sometido a claras; los árboles marcados pertenecen a las clases de copas intermedias y dominadas y deberán extraerse mediante la corta preparatoria B) Cortas de siembra El objetivo de estas cortas es el de aclarar el vuelo arbóreo de modo suficiente, cuando el agua de lluvia, luz solar, etc., son interceptados y puedan constituir un factor limitante al crecimiento y desarrollo de las plántulas. Si la dificultad primordial la constituye la acción del calor sobre las plántulas, mediante tales cortas puede regularse la luz solar directa a manera que llegue en forma más difusa al suelo forestal. Las cortas de siembra deben ser realizadas cuando las especies deseables hayan producido una cantidad abundante de semillas; la mejor época del año para estas cortas se inicia después que las semillas han madurado y antes de que germinen. Los árboles a extraer comprenden los dominados restantes de las cortas preparatorias, así como la totalidad o parte de los codominantes. Es importante que los árboles de especies indeseables sean cortados, independientemente de su clase de copa. Hasta donde sea posible, es mejor limitar la corta de siembra a una sola operación, con el fin de asegurar la uniformidad tanto en tamaño como en edad de la nueva generación. En términos de volumen, la cantidad extraída podrá ser del 25 al 75% de la que existe en la masa antes de que se inicien las cortas preparatorias. C) Cortas de extracción Como su nombre lo indica, consiste en extraer en forma gradual la masa adulta remanente de las cortas preparatorias y de siembra que todavía proporcionan protección al repoblado. La aparición de síntomas de mal desarrollo en las plantas jóvenes, tales como follaje insano, fototropismo deficiente, ritmo de crecimiento lento, etc., indican que los árboles protectores deben ser eliminados o que la competencia que ofrece el vuelo arbóreo debe reducirse. Como el grado de desarrollo de las plántulas jóvenes no es uniforme en toda la masa, algunas áreas del repoblado necesitarán ser liberadas y otras precisarán la protección o el abastecimiento de semillas. Por consiguiente, las cortas de extracción no se realizan de modo uniforme por toda la extensión superficial donde la masa arbórea se encuentra establecida. Generalmente, las cortas de extracción pueden extenderse durante un periodo de dos a veinte años, con intervalos de dos a cinco años y los árboles extraídos constituyen del 25 al 75% restante del volumen de la masa original. Modificaciones del método de cortas de extracción Tienen como base los mismos principios mencionados en la descripción del método. Únicamente varía la ordenación de las diferentes cortas en el tiempo y en el espacio. A continuación se indican dos de estas modificaciones: a) Cortas de protección en fajas Se divide un rodal grande en secciones de corta, a la vez cada sección se divide en fajas o franjas, tal y como se indica en la figura 10.8. La anchura de las franjas no debe ser superior al doble de la altura de los árboles adultos, con el fin de obtener protección y semillas de los árboles que están contenidos en las franjas adyacentes. v Masa madura Preparatoria Repoblación Masa joven De siembra Avance De extracción Dirección del viento Figura 10.8. Método de extracción mediante cortas de protección en fajas El avance de las diferentes cortas en cada una de las franjas que constituyen la sección de corta, se realiza de la siguiente manera: Se inicia la corta preparatoria en la primera franja. Al cabo de pocos años, la primera franja se somete a corta de siembra y la segunda franja a corta de preparación. Pocos años más tarde, en la primera franja se efectuará la corta de extracción, a la segunda franja le corresponderá la corta de siembra y una tercera franja será sometida a una corta de preparación y así sucesivamente. Algunas veces las líneas de las franjas pueden ser irregulares; en terrenos accidentados se recomienda hasta donde sea posible, que las líneas sigan el contorno del terreno. b) Cortas de protección en grupos Cuando en los rodales se desarrollan manchones de regeneración adelantada procedentes de clareos o de alteraciones naturales, las cortas de protección se realizan irregularmente y con estricta dependencia de las exigencias especiales de cada grupo de repoblación adelantada. En tales áreas de regeneración, se realiza cualquier tipo de corta que contempla el método general en base a las características, necesidades y estado de la repoblación. Si el rodal no contiene manchones suficientes de repoblación adelantada que proporcione puntos de origen para la primera corta, deben ser creados, abriendo pequeños claros o realizando pequeñas cortas de siembra en zonas pequeñas, tal y como puede apreciarse en la figura 10.9. 1 Intervención 2 Intervención 4 Intervención 5 Intervención 3 Intervención La forma (estructural) final del rodal Figura 10.9. Avance de los diferentes tipos de cortas al utilizar el método modificado en grupos La dificultad de las operaciones de tala a causa de la distribución poco sistemática de las áreas cortadas y los claros que tienden a actuar como bolsas heladas para las especies sensibles al frío, hacen que el método sea menos satisfactorio que el método general o el de fajas por lo que deberá ser utilizado únicamente cuando la regeneración adelantada esté bien establecida y pueda determinar la ordenación de las cortas. Ventajas y desventajas del método de cortas de protección VENTAJAS: i) Mantiene la cobertura vegetal en forma permanente y da protección al suelo, por lo que el peligro de erosión progresiva queda casi eliminado. ii) Asegura en forma completa la repoblación ya que las prácticas silvícolas tienden a favorecer el desarrollo de árboles abastecedores de semillas ya brindarle protección a las plantas jóvenes. iii) La eliminación de los restos de tala es poco necesaria debido a que cada corta deja menos restos y los riesgos por incendio son menores. iv) El método puede ser utilizado con especies de semillas pesadas que se diseminan por gravedad; tales especies son difíciles de regenerar por los métodos de tala rasa y árboles padres. v) Con las modificaciones apropiadas, el método puede ser utilizado para reproducir casi todas las especies excepto aquellas que son muy poco tolerantes para la sombra o competencia de las raíces. DESVENTAJAS: i) La aplicación intensiva del método exige mercados para algunos productos del bosque, tales como cuerdas de leña, pulpa de madera, etcétera. ii) Algunas áreas de repoblado pueden sufrir daños mecánicos si las actividades de apeo, arrime o transporte se realizan en forma descuidada. De esta manera, la repoblación se reduce por debajo del punto de plena densidad. iii) Demanda turnos cortos. 4) Método de selección Considera que del total de la masa únicamente se aprovechan aquellos árboles que han llegado a su edad de corte, con la condición de que el volumen de tales árboles sea igual al incremento en volumen de toda la masa. Los árboles a extraer pueden presentarse en forma aislada o en pequeños grupos, por lo que la aplicación del método tiende a la apertura de pequeños espacios aislados y no a aclarar totalmente la masa; de esta manera, la regeneración es asegurada al obtener protección y abastecimiento de semillas de los árboles que rodean cada espacio abierto. Si todo el monte es manejado como una sola masa completa, las actividades de extracción deben abarcar toda la extensión del bosque, lo que no es posible en todos los casos por que se propicia una erogación muy superior a la que se requiere, si tales actividades consideran únicamente una porción del bosque. Para reducir los gastos y aumentar el volumen de corta por hectárea, la posibilidad anual no se extrae de toda la extensión, sino que el bosque se divide en cierto número de partes con igual volumen y cada año la corta se limita a una de esas divisiones (ver figura 10.10.). Las cortas se realizan sucesivamente en cada división hasta llegar a la primera. El intervalo de una corta a otra en la misma superficie, es la duración del ciclo de corta. Aunque el cálculo de los volúmenes de corta anual o por períodos es tema de la ordenación forestal, es necesario obtener mediante estudios dasonómicos algunos datos como: volumen actual del bosque, incremento anual del volumen, edad de corte o turno, porcentaje del incremento, intensidad de corta/ha, ciclo de corta y el área de corta anual; generalmente el Servicio Forestal tiene establecido que el valor de ciclo de corta se calcule con base en el porcentaje de intensidad de corta que por hectárea se fije en relación con las existencias reales, comúnmente un 35% como máximo. VENTAJAS Y DESVENTAJAS DEL MÉTODO: 1. Ventajas a) El vuelo arbóreo es completo, los claros, producto de la corta son pequeños, por lo que ofrece un grado elevado de protección al suelo; esto es importante cuando interesa tener un monte de protección en pendientes inclinadas, con la finalidad de impedir la erosión y mantener el balance hídrico. b) Proporciona una protección efectiva a las plántulas y árboles jóvenes, del sol, hielo y viento. c) El riesgo de incendios es menor debido a la ausencia de grandes concentraciones de restos de tala y porque el combustible está a la sombra, sujeto a descomposición por la humedad, situación que no permite que se desequen y se hagan inflamables. 31 18 91 76 43 79 15 55 57 65 3 36 30 85 12 92 49 82 19 94 23 2 34 64 50 51 5 78 9 95 6 56 40 24 67 93 81 1 46 11 26 33 35 61 68 14 72 41 98 27 96 80 75 54 45 90 20 10 7 53 32 73 63 59 13 99 39 29 16 86 62 37 88 70 8 28 89 83 58 48 100 44 22 71 42 17 60 47 66 84 74 4 69 97 21 52 77 25 38 87 Figura 10.10. División de una hectárea de un monte de selección manejado bajo un turno de cien años, con una serie completa de clases de edad que ocupan la misma superficie d) Representa la única manera de asegurar una producción anual sostenida en áreas forestales muy pequeñas (no mayores de 16 hectáreas). e) Puede ser aplicado sobre una base extensiva cuando los mercados son pobres y sólo son comerciales los árboles grandes de algunas especies, situación en que otros métodos rara vez pueden ser utilizados. f) Su aplicación favorece la regeneración debido al suministro permanente de semillas y de la protección edáfica como de las plántulas. Esto es ventajoso en climas desfavorables donde la regeneración adecuada sólo puede empezar a establecerse gradualmente a base de muy largos periodos. g) Las masas no uniformes tratadas mediante el método de selección proporcionan hábitats favorables para la fauna silvestre, debido a que una proporción grande de la superficie está ocupada por los bordes de los árboles dominantes. 2. Desventajas a) Es difícil impedir los daños causados a los árboles jóvenes cuando se realiza la extracción, debido a la mezcla de clases de edad. b) La exigencia de cortas relativamente ligeras a intervalos frecuentes en toda la masa, ocasiona que los gastos de transporte de las trozas sean elevados en relación a una administración uniforme. c) Bajo administración extensiva, la madera producida en masas irregulares es más pobre que las masas uniformes, ya que se desarrollan fustes adelgazados, madera nudosa, etcétera. 10.1.4.1.2. Regeneración artificial. Dos son los métodos utilizados en la renovación o establecimiento artificial de una masa arbórea, éstos son la siembra directa y la plantación. Debido a que es difícil contrarrestar el efecto de algunos agentes bióticos y físicos perjudiciales al proceso de germinación de las semillas, la siembra directa es menos utilizada como método de regeneración. No sucede así con la plantación, la cual consiste en el establecimiento definitivo de árboles jóvenes en el terreno que se desea repoblar, los cuales previamente han sido sembrados y cultivados en vivero y que han pasado con éxito las fases críticas de la germinación. Cuando la regeneración natural no logre en tiempo, cantidad y calidad, los objetivos económicos de producción del bosque, así como los de la conservación del suelo y del agua, la regeneración artificial debe utilizarse como un medio para lograrlo. Los casos más comunes de su aplicación, son en zonas donde nunca han existido especies forestales o que existieron pero en épocas muy remotas, y en zonas arboladas donde la regeneración natural no es satisfactoria; el primer caso mencionado es un ejemplo de forestación y el segundo, de reforestación. Dentro de la regeneración artificial también se incluye el establecimiento de especies frutícolas, las cuales, salvo algunas excepciones, constituyen una masa arbórea; por lo tanto, pueden ser consideradas en la forestación o reforestación, según el caso. a) Estudios preliminares a la regeneración Antes de emprender una forestación o reforestación, es necesario realizar algunos estudios de la zona por poblar, con el objeto de orientar al técnico de la condición actual del área problema en relación con algunos factores que son determinantes en el éxito o fracaso del proceso de regeneración. Además, mediante tal información, se obtienen los suficientes elementos de juicio, que desde el punto de vista técnico son útiles en la selección de algunas prácticas agronómicas específicas y acordes a las características del lugar. El estudio mencionado anteriormente debe estar dirigido y abarcar los siguientes factores: Suelo. La capa superior del suelo con su contenido de materia orgánica y su estructura suelta, es de importancia para un buen desarrollo de los árboles. Sin embargo, los terrenos que se destinan a la repoblación artificial donde se ha perdido la capa superior del suelo o les queda muy poca, generalmente el proceso de erosión continúa, lo que trae consigo riesgos adicionales para la supervivencia y crecimiento de las plantas. De ahí que sea necesario realizar una clasificación del suelo en base a su capacidad de uso y manejarlo de acuerdo a los factores limitantes. Clima. La cantidad y distribución de lluvia, intensidad y duración de luz, temperatura media anual, época de heladas, velocidad y dirección de los vientos, son componentes del clima cuyo comportamiento y ocurrencia son determinantes para la regeneración artificial. Topografía. El conocimiento de las variaciones de la pendiente en zonas extensas, son de utilidad al técnico en la elección y ubicación de sistemas de plantación y algunas modalidades en la preparación del terreno, tendentes a controlar los procesos erosivos. b) Elección de especies Una vez realizados los estudios anteriores se procede a la elección de la o las especies forestales. Ante todo, deben de tomarse en cuenta las características de crecimiento, capacidad de desarrollo radical, vigor, compatibilidad de asociación con otras especies, resistencia a plagas y enfermedades, adaptación a las condiciones edáficas y climáticas de la zona, y otras características morfológicas que impliquen un uso específico o futuro aprovechamiento. c) Tratamiento de las semillas A menudo las semillas de cierto número de especies germinan lentamente o no llegan a germinar después de la siembra; en tales casos, debe considerarse la posibilidad de darle tratamiento específico a la cubierta de la semilla, mediante escarificación o procedimientos químicos. Otra consideración que debe tenerse presente antes de la siembra, es el de asegurarse de su capacidad germinativa y de sobrevivencia; el obtener tales indicadores mediante una prueba de laboratorio garantiza la producción de plántulas lo bastante vigorosas para sobrevivir a la competencia en campo abierto. d) Manejo de plantas de almácigo La siembra es una de las operaciones más importantes de vivero, de su éxito o fracaso depende que se pueda suministrar el número requerido de plantas en las reforestaciones. No todas las semillas se siembran en la misma época, sino que varía de acuerdo a la especie. Las semillas de plantas de lento crecimiento como las coníferas se siembran a principios del otoño. Las semillas de especies de rápido crecimiento se siembran, generalmente, a fines de primavera. En especies latifoliadas que regularmente se trasplantan a raíz desnuda, la siembra se hace a fines de invierno o principios de primavera. Generalmente no se hace la siembra total al mismo tiempo, sino a intervalos por lo regular de una semana, con el objeto de evitar pérdidas y asegurar un suministro continuo de arbolitos del tamaño que se desea trasplantar. Las semillas son sembradas en los recipientes o en los semilleros destinados para ello; la siembra en recipientes ofrece varias ventajas, entre otras, que el recipiente puede trasladarse fácilmente al lugar de trasplante; con los semilleros el costo es menor, pero hay mayor peligro de enfermedades y mayores riesgos de que las plantitas se sequen después de extraerle y llevarlas al lugar de repoblado definitivo. El tamaño de la semilla es importante para poder determinar la densidad de siembra, ya que cada semilla necesita espacio suficiente para poder germinar; el número de semillas por unidad de superficie depende de la especie, pero más de las propiedades de germinación y supervivencia de las plantas. Para evitar las enfermedades en los semilleros, los recipientes de la siembra son llenados con tierra ligera, ésta se comprime y nivela ligeramente, luego se riega procurando humedecerla totalmente; se colocan las semillas y se cubren con una capa de tierra limpia de un espesor más o menos igual a su diámetro y se comprime ligeramente y se vuelve a humedecer. Por lo regular el trasplante debe practicarse cuando la plantita ha despegado por completo los cotiledones y durante la aparición de las primeras hojas verdaderas; la época varia, según la especie y de acuerdo a las condiciones climáticas existentes, el mejor tiempo para el trasplante es un día nublado con alto índice de humedad, antes de hacerlo es necesario regar muy bien las plantitas, para evitar que las raíces se sequen durante la operación; por ningún motivo deben exponerse las raíces al sol. e) Preparación del terreno A menudo es conveniente ya veces necesario, someter el terreno a algún tratamiento antes de iniciar la siembra o plantación. Tal preparación tiene el objetivo de reducir la competencia de plantas existentes, modificar factores desfavorables del terreno y facilitar los procedimientos de establecimiento para la regeneración artificial. i) Limpia y desinfestación En algunas situaciones es aconsejable eliminar la vegetación que podría interferir en la plantación u ofrecer competencia para la nueva masa. Actualmente se han incorporado a la práctica substancias químicas para combatir malezas al preparar el terreno, tales como 2-4D, 2-4-5-T y sulfamato amónico. Estos productos generalmente son selectivos, por lo que es necesario hacer experimentos en cada localidad en lo referente a concentración, fecha de aplicación y las combinaciones que den los mejores resultados. ii) Acondicionamiento del suelo Tiene como objetivo el mejorar las condiciones desfavorables del terreno, a fin de que las plantas sobrevivan y se desarrollen satisfactoriamente. Generalmente los suelos sujetos a repoblación artificial presentan problemas de retención de humedad, drenaje, erosión, etc., situación que puede resolverse mediante el uso de prácticas mecánicas, que de no emplearse, todo esfuerzo, tiempo e inversión resultarían inútiles. 10.1.4.2. Prácticas mecánicas para el establecimiento de plantaciones forestales. Antes de establecer cualquier tipo de plantación forestal, debe considerarse la necesidad de acondicionar el terreno para asegurar la supervivencia de las plantas y conservar el suelo mientras la vegetación por si misma le proporciona cobertura y protección. Para seleccionar el tipo de práctica mecánica, deben considerarse los aspectos económico, climático y topográfico. Aunque algunos tipos de prácticas se han enfocado a plantaciones frutícolas debido a su alta redituabilidad ya los requerimientos de espacio, esto no excluye su adaptación para el establecimiento de plantaciones forestales. Las prácticas mecánicas, tienen los siguientes objetivos: - Manejar y encauzar las aguas de escorrentía. - Controlar la erosión hídrica - Incrementar la infiltración del agua en el suelo. - Mejorar la productividad de los terrenos no arables. Las prácticas mecánicas más comunes se agrupan de acuerdo al tipo de construcción dentro de algunos sistemas que a continuación se indican: 1. Sistema de cepas Consiste en abrir una oquedad para colocar la planta, las dimensiones mínimas son de 30 x 30 x 30 cm (ver figura 10.11.) .La apertura se realiza a distancias recomendadas por la especie por plantar y siguiendo las curvas a nivel. Figura 10.11. Cepa común Una vez colocada la planta en la cepa, debe rellenarse ésta con tierra superficial y no compactarse demasiado, a fin de permitir la aeración. Siempre que sea posible, deben aplicarse estercoladuras que a la vez de favorecer la actividad microbiana, es una fuente adicional de nutrimentos para las plantas. El sistema es funcional únicamente en pendientes hasta del 12%; fuera de este rango, su apertura no es recomendable debido a que no controlan los escurrimientos superficiales y su diseño no permite en forma satisfactoria la conservación de humedad. En terrenos de bosque tropical donde se han desmontado áreas con fines agrícolas. las prácticas de restitución de la vegetación forestal utiliza como modalidad intercalando cepas entre hileras con el cultivo anual tal y como puede apreciarse en la figura 10.12; de tal manera que si después de dos o tres años abandonan las actividades agrícolas, el área queda protegida con la reforestación. Figura 10.12. Plantación por cepa común intercalada con el cultivo o agrícola en suelos de aptitud forestal 2. Sistema zanja y bordo La práctica consiste en construir zanjas y bordos de tierra en sentido perpendicular a la pendiente. El sistema se adapta a terrenos entre 5 y 40% de pendiente y su construcción es a base de mano de obra con maquinaria o en forma combinada, de ahí su versatilidad en adaptarse a una amplia gama de condiciones. La única limitación es que el bordo siempre debe mantenerse con vegetación para consolidarlo, esto se consigue al plantar la especie forestal o frutal en el bordo, y en lugares del bordo no ocupado por la plantación es recomendable establecer pastos. Para su construcción es necesario considerar una serie de factores y procedimientos, a fin de que dicho sistema tenga capacidad de controlar los escurrimientos máximos. Los pasos a seguir en el diseño del sistema de zanja y bordo son los siguientes: - Calcular la pendiente media del terreno. - Calcular el espaciamiento (E). - Obtener el dato de lluvia máxima (L) en 24 horas para un período de retorno de cinco años. - Obtener el valor del coeficiente de escurrimiento (C) indicado en el cuadro 10.2. - Calcular la capacidad de almacenamiento del bordo en litros por metro lineal mediante la fórmula: A = E X C X L X l0........................................................................................................ (34) Donde: A = E = C = L = 10 = Capacidad de almacenamiento (l/m) Espaciamiento entre bordos (m) Coeficiente de escurrimiento Lluvia máxima en 24 horas (cm) Factor de ajuste de unidades Cuadro 10.2. Valores del coeficiente de escurrimiento (C) utilizados para calcular los escurrimientos máximos Topografía Textura del suelo Vegetación Gruesa Media Fina Plano (0-5% pendiente) Ondulado (5-10% pendiente) Escarpado (10-40% pendiente) Pastizales 0.10 0.25 0.32 0.30 0.35 0.25 0.40 0.50 0.62 Plano (0-5% pendiente) Ondulado(5-10% pendiente) Escarpado (10-40% pendiente) Terrenos cultivados o desnudados 0.10 0.16 0.23 0.30 0.36 0.43 0.40 0.55 0.63 Plano (0-5% pendiente) Ondulado(5-10% pendiente) Escarpado (10-40% pendiente) 0.35 0.45 0.57 0.55 0.65 0.77 0.65 0.75 0.87 Bosque Obtenido el dato de capacidad de almacenamiento del bordo calculado mediante la fórmula (34), se consulta el cuadro 10.3, donde se entra primero con la pendiente del terreno y se observan los valores correspondientes a la capacidad de almacenamiento tabulado, con la finalidad de compararlo con la capacidad de almacenamiento calculado. Posteriormente se selecciona el valor tabulado que más se ajuste al dato calculado, con la finalidad de determinar las dimensiones de la zanja y el bordo. EJEMPLO DE CÁLCULO Determinar la capacidad de un sistema de zanja y bordo en un terreno denudado con pendiente media de 40%, textura media, ubicado en Pirámides de Teotihuacan, Estado de México, con precipitación menor de 1200 milímetros. El procedimiento a seguir es el siguiente: - Con el dato correspondiente a la pendiente del terreno se consulta el cuadro 5.2. del capitulo 5. En forma directa se obtiene el espaciamiento (IH) = 11.67 metros. - Se localiza el área proyecto en el plano 1 del apéndice m donde por interpolación se determina un valor de lluvia máxima de 6.2 centímetros. - Como el terreno está denudado y tiene una pendiente de 40%, el valor del coeficiente de escurrimiento es 0.77 (cuadro 10.2.). - Con el Valor del coeficiente de escurrimiento (C), la lluvia máxima en 24 horas y el espaciamiento, se determina la capacidad de almacenamiento. A = E X C X L X 10 A = 11.67 X 0.77 X 6.2 X 10 A = 557 l/m lineal - Se localiza la pendiente del terreno en el cuadro 10.3. y se observa que existen ocho valores tabulados correspondientes a la capacidad de almacenamiento, por lo que se selecciona aquel que esté cercano al valor calculado; en este caso el valor es 568 1/metro. - Seleccionado el valor tabulado, en el mismo cuadro se especifican las dimensiones de la zanja y bordo, en este caso particular. Altura del bordo = 55 cm; base del bordo = 130 cm; profundidad de la zanja = 68 cm y ancho de la zanja = 70 centímetros. Si por alguna razón, el valor de la capacidad de almacenamiento calculado hubiese sido mayor al valor tabulado 650 1/m, se optaría por reducir el espaciamiento. Y2 LONGITUD DE CORTE (cm). H2 PROFUNDIDAD DE CORTE (cm). MODIFICACIONES DEL SISTEMA a) Zanja Trinchera Consiste en abrir zanjas y bordos en forma discontinua sobre curvas de nivel; tal discontinuidad forma un dique divisor entre zanja y zanja. Los cálculos para su establecimiento son los siguientes: - Calcular la pendiente media del terreno, el espaciamiento entre bordos y determinar las dimensiones de la zanja y bordo, tal y como se procedió en el ejemplo anterior. - Se trazan curvas de nivel a equidistancias de un 1/2 del espaciamiento calculado. - Las zanjas se construyen en forma discontinua sobre una curva a nivel, pero debe procurarse que la proyección de un tramo de zanja coincida con un tramo ciego de la siguiente curva (ver figura 10.13.). - Independientemente de la profundidad y plantilla, cada zanja debe tener 2.5 m de largo y una separación entre zanjas (dique), que puede variar desde 0.5 m a 2.5 m como máximo. Cuadro 10.3. Dimensiones y capacidad de almacenamiento de los sistemas de zanja y bordo Pendiente % H 40 5 45 50 40 10 45 50 45 15 50 55 45 20 50 55 50 30 55 60 50 40 55 60 B H2 Y2 80 90 100 90 100 110 100 110 120 80 90 100 90 100 110 100 110 120 90 100 110 100 110 120 110 120 130 90 100 110 100 110 120 110 120 130 100 110 120 110 120 130 120 130 100 110 120 110 120 130 120 130 36 40 44 45 50 47 56 52 57 36 40 44 45 43 47 56 52 57 45 43 47 45 43 47 56 52 57 45 50 47 56 52 57 58 63 68 56 52 57 58 63 68 69 65 56 52 57 58 63 68 69 65 60 60 60 60 60 70 60 70 70 60 60 60 60 70 70 60 70 70 60 70 70 60 70 70 60 70 70 60 60 70 60 70 70 70 70 70 60 70 70 70 70 70 70 80 70 70 70 70 70 70 70 80 Capacidad de almacenamiento 1/m lineal 1413 1428 1443 1789 1805 1822 2208 2227 2245 765 780 795 969 985 1002 1196 1214 1232 695 712 728 858 877 895 1039 1059 1079 559 575 592 690 708 726 834 855 875 521 539 557 630 650 671 750 772 436 455 473 528 548 568 628 650 Figura 10.13. Zanja Trinchera b) Sauceda 1 Consiste en trazar bordos sobre curvas a nivel ya equidistancias dadas por la pendiente. Aguas arriba del bordo ya ambos lados de la cepa se abren zanjas de 0.8 m de largo X 0.5 m de ancho y con una profundidad de 0.4 m, la cual va disminuyendo gradualmente conforme se aleja de la cepa, hasta llegar a cero (ver figura 10.14.). Esta modalidad permite aprovechar los escurrimientos y controla la erosión hídrica, por lo cual se recomienda utilizarla en zonas áridas, semiáridas y templadas del país. Figura 10.14. Sauceda 1 c) Sauceda 2 También consiste en trazar bordos sobre curvas a nivel, plantar aguas arriba del bordo y abrir una zanja de forma circular alrededor de la cepa; las dimensiones de la zanja son: 0.5 m de ancho y profundidad constante de 0.4 m en toda la zanja (ver figura 10.15.). Por su diseño es funcional en zonas áridas, semiáridas y templadas del país. Figura 10.15. Sauceda 2 2. Sistema de terrazas a) Terrazas de banco Consiste de bancos o escalones, los cuales generalmente siguen el contorno del terreno en zonas de escasa precipitación o un trazo con pendiente uniforme en aquellas áreas de lluvia, donde sea necesario drenar excedentes de agua. El sistema se usa ampliamente en árboles frutales y para especies forestales donde la producción justifica las fuertes inversiones que representa su construcción. Un ejemplo de alineación, trazo, diseño y construcción de los bancales se muestra en la figura 10.16. Figura 10.16. Disposición de bancales en un terreno con pendiente pronunciada b) Terraza individual Es una modificación de la terraza de banco que consiste en un terraplén circular u ovalado que se construye alrededor de cada árbol, a nivel o con pendiente interna según el caso. Se utiliza ampliamente en frutales, cafetales, cacaotales, etc., y en terrenos que varían del 10 al 40% de pendiente. Este tipo de terraza permite el control de la erosión, un mejor aprovechamiento de los fertilizantes y especialmente útil en regiones secas de escasas lluvias en las cuales es necesario conservar la humedad en el terreno (ver figura 10.17.). Algunas desventajas que pueden restringir su uso son: el costo de construcción, la pendiente del terreno y la profundidad del suelo. Para el diseño de sistemas de terrazas individuales debe seguirse el siguiente procedimiento: − Calcular la pendiente del terreno. − Calcular el espaciamiento (E) que debe haber entre hileras de terrazas. Figura 10.17. Terraza individual − Trazar curvas a nivel a separaciones iguales al espaciamiento calculado en el punto anterior. Es conveniente mencionar que cuando las curvas se separan demasiado se deberá intercalar una nueva curva a nivel y cuando las curvas se cierren, será necesario eliminar una de ellas. − -Se determina el diámetro de la terraza y el espaciamiento que debe haber entre árboles. El diámetro de la terraza está en función de la copa del árbol o especie por establecer y el espaciamiento horizontal entre éstos, es el recomendado para el tipo de árbol por establecer; a este respecto es conveniente consultar al Servicio de Extensión Agrícola o bien utilizar la información del cuadro 10.4. En áreas de escasa precipitación, el arreglo topológico de los frutales puede ajustarse mediante la aplicación de la fórmula de Anaya et al., y construyendo bordos sobre las curvas a nivel para retener los escurrimientos superficiales (ver capitulo 7). En regiones húmedas, será necesario combinar las terrazas individuales con canales de desagüe que intercepten y desalojen en forma controlada los escurrimientos excesivos. Para la construcción de la terraza debe enfatizarse en la preparación de la cepa y en la estabilidad de los taludes, tanto del área de corte como de relleno. La inclinación de los taludes puede variar de 1:1 a 2:1 de acuerdo al tipo de material. Donde no sea posible la protección de taludes con empedrado, debe procurarse su estabilización mediante algún cultivo de cobertera. 10.1.4.3. Manejo del bosque durante su crecimiento y desarrollo. Desde el establecimiento en el terreno de la masa forestal hasta la etapa de corte, debe someterse a una serie de operaciones conducentes a corregir defectos morfológicos, mejorar la calidad de la madera y obtener el máximo rendimiento. Tales operaciones comprenden diferentes tipos de cortas parciales (limpias, cortas de liberación y aclareos). Cuadro 10.4. Características climatológicas y separación entre plantas para diferente especies frutícolas en México. Especies frutícolas Aguacate Anonas Mango Papayo Plátano Cocotero Aguacate Higuera Guayaba Durazno Chabacano Peral Almendro Manzano Perón Membrillo Naranjo Limonero Nogal Avellano Vid Olivo Categorías de humedad Categorías de temperatura Húmedo, sin estación seca bien definida Cálido, sin estación invernal Semihúmedo, sin estación seca bien definida Cálido, sin estación invernal Semiseco, con primavera en invierno seco Templado, con invierno, benigno Semiseco, con primavera e invierno seco Templado, con invierno benigno Semiseco, con primavera e invierno seco Semifrío, con invierno extremoso Semihúmedo, sin estación invernal Semiseco, con primavera e invierno seco Semiseco, sin estación invernal bien definida Semiseco, con primavera y otoño seco, invierno húmedo Semicálido con invierno benigno Templado, con invierno benigno Semifrío con invierno benigno Semicálido con invierno benigno Distancia entre plantas(m) 10-12 4-6 10-12 3-4 3.5-5.5 7-8 10-12 8-10 8-10 8-10 8-10 7-8 6-8 3-4 3-4 3-4 8-10 8-10 14-16 8-6 2.5-3 10-12 10.1.4.3.1. Limpias. Tiene como objetivo, regular la composición de masas mixtas al liberar los mejores árboles de los individuos indeseables que los recubran, obstaculicen o dominen; también considera la eliminación de árboles con porte deficiente o enfermos, plantas trepadoras, arbustos que cubran los renuevos y estratos herbáceos exuberantes. Se realizan después de establecida la regeneración, antes que la masa haya superado la fase de renuevo y tan pronto esté amenazada por la competencia directa y los daños mecánicos de las plantas indeseables. Para determinar la extracción de los árboles no deseables, es necesario conocer los ritmos de crecimiento relativo de las especies deseables e indeseables, tanto en la anchura de copas como en su altura. 10.1.4.3.2. Cortas de liberación. Tienen como finalidad liberar la masa joven que no haya superado la fase de renuevo, de la competencia de individuos más viejos, mal desarrollados o de especies indeseables. La aplicación de las cortas puede ser realizada, con menos daño para el cultivo, cuando los árboles jóvenes tienen entre 30 a 60 cm de altura. La liberación de la masa joven puede realizarse mediante la corta, estrangulamiento o tratamiento químico de los árboles a eliminar. El uso de cualquiera de ellos dependerá, principalmente, de los medios económicos disponibles, posibilidad de aprovechamiento de los árboles a eliminar y del riesgo que signifique para los incendios, la permanencia o apeo de los árboles indeseables. 10.1.4.3.3. Aclareos o claras. Se realizan después de que la masa ha superado la fase de renuevo. El objetivo de la práctica se refiere, primordialmente, al logro de la máxima producción económica. En todo bosque hay árboles cuya permanencia no produce ni promete beneficio alguno. Entre éstos, se cuentan los árboles dominados que no han de aumentar su volumen o valor comercial, aun dándoles más tiempo u oportunidad para desarrollarse, debido a su conformación inapropiada, crecimiento lento, enfermos o viejos no aptos para semilla. Mediante esta práctica, se regula la distribución del espacio necesario que estimule el crecimiento de los árboles que permanecerán en pie y mejoren la producción en términos de volumen de madera. Por lo general, es necesario que los árboles que se van a eliminar, sean marcados de antemano por una persona conocedora o que por lo menos se efectúe bajo supervisión técnica. 10.1.4.4. Protección. Debido a la función múltiple del bosque como productor de materias primas y protector del suelo, agua, fauna y demás valores ecológicos, toda administración forestal debe considerar y aplicar algunas medidas de protección al recurso, contra aquellos agentes que lo destruyen. A continuación se señalan algunas prácticas tendentes a evitar la destrucción del recurso forestal, salvaguardar los terrenos de la erosión y preservar del aniquilamiento a los demás valores biológicos que integran el ecosistema. 10.1.4.4.1. Incendios: i) Medidas preventivas Tienen como finalidad minimizar todo riesgo de incendio mediante algunos métodos socioculturales que puedan evitar el origen y propagación de incendios forestales cuando se desarrollan sin ningún control. El convencimiento, la motivación y la formación de una conciencia forestal de todos los habitantes, respecto a los enormes daños y consecuencias sociales y económicas que los incendios causan al país ya sus propios intereses es una de las medidas preventivas más importantes para reducir los incendios en las zonas forestales. Otras precauciones para reducir el riesgo de incendios son evitar acumulaciones de materiales fácilmente inflamables, abrir líneas corta-fuego ubicadas convenientemente en el área forestal o utilizar la red de caminos con este fin y contar con personal bien entrenado que forme brigadas contra incendios. ü) Medidas combativas Tienen como objetivo detener la propagación y extinguir los incendios del bosque, mediante el uso de prácticas especificas. La selección o combinación de éstas dependerá del análisis de la situación, de los hombres, herramientas y equipo que se tenga para el trabajo. Combate directo Consiste en combatir directamente el fuego, en las orillas más salientes del incendio o en cualquier parte de los bordes del área quemada, estrechándolo gradualmente hasta extinguirlo. El agua es lo mejor y más rápido para detener un incendio, si se aplica en cantidades suficientes sobre la superficie del material encendido o dirigiendo un chorro paralelo a la orilla del fuego. Sin embargo, su uso se restringe a aquellas zonas donde existe en grandes cantidades y en donde vehículos que la provean puedan operar. Otro elemento que puede utilizarse, sobre todo por encontrarse disponible en todas partes y en cualquier momento sin pérdida de tiempo, es el suelo mineral. Debe tratarse con un movimiento de péndulo para desparramarla en una capa delgada en la base de las llamas y en la orilla donde llegue el fuego; se obtienen los mejores resultados si se hace aprisa y en forma continua. Las zanjas realizadas cerca del bordo de incendio es otra práctica al combate contra incendios. Estas zanjas deben construirse de modo tal de cortar el avance del fuego; para su construcción pueden utilizarse tractores equipados con Buldózer o arados, o bien barretas, azadones, palas rectas, etcétera. Combate indirecto Hace uso de todas las barreras naturales (fallas, caminos, arroyos, etc.), las cuales se complementan con líneas artificiales de control, para evitar la propagación del fuego y extinguirlo. Después de que un incendio o parte del mismo esté controlado, hay que extinguir todo rescoldo de fuego y remover el material que constituya peligro en el origen de un nuevo incendio. Antes de abandonar el área incendiada, es necesario descubrir los rescoldos que hayan sido tapados con tierra y asegurarse que estén completamente apagados. iii) Medidas reparadoras Se efectúan después de que se ha presentado un incendio. En la masa joven que haya sufrido daños hay que cortar los restos y plantar renuevos, ya que comúnmente se convierten en criaderos de plagas; cuando las especies son latifolíadas, no hay que precipitarse en plantar renuevos, basta con cortarlas por la base, para que produzcan renuevos. 10.1.4.4.2. Pastoreo. Desde el punto de vista de máxima producción y conservación del suelo, se considera dedicar el terreno a usos específicos, por lo que debe evitarse, hasta donde sea posible, combinar agricultura o ganadería en áreas forestales. El pastoreo debe ubicarse fuera de zonas de repoblación y evitar la invasión del ganado en la masa forestal; la carga animal en los potreros debe estar calculada de acuerdo a los índices de agostadero, a fin de evitar expansiones y el control de plagas del ganado y animales dañinos, debe realizarse sin menoscabo de áreas vecinas de bosque. Existen otras prácticas que pueden ser aplicadas en la protección del bosque, mediante algunas consideraciones en el manejo de los pastos y de los animales, por lo que se sugiere consultar el apartado correspondiente al control de la erosión en terrenos de pastizales de este capítulo. 10.1.4.4.3. Explotaciones irracionales. Debe promoverse la formación de una conciencia forestal en todos los niveles de educación para que los ciudadanos se percaten de los beneficios que puedan obtenerse si se logra el exterminio de tales explotaciones. Debe también fomentarse la formación de asociaciones de propietarios forestales o cooperativas ejidales, a fin de formar unidades silvícola que se puedan manejar técnica y económicamente para obtener productos forestales, además de que tales agrupaciones cuentan con apoyo económico, mediante créditos a largo plazo y asesoramiento técnico y mediante actividades de divulgación y extensionismo, para encauzar al campesino hacia la utilización adecuada de los recursos silvícolas. 10.1.4.4.4. Plagas. Las plagas son poblaciones de insectos que ocasionan daños considerables a los árboles. Muchas plagas de insectos son específicos para ciertos géneros de plantas y su ataque puede ser de índole general o específico a la raíz, las hojas o la corteza; la gravedad del daño depende no sólo de la magnitud de la destrucción, sino de los efectos que produce también en el futuro desarrollo del árbol, pues cuando los insectos atacan brotes o ramas, se producen deformaciones en los árboles. Las plagas primarias de insectos son aquellas que infestan las raíces, la corteza, los brotes, las hojas, las flores y los frutos de plantas sanas; las plagas secundarias de insectos sólo atacan árboles que no están sanos y debilitados por alguna causa, o que han sido cortados. Los insectos que más daño causan a la vegetación forestal son los coleópteros (como gorgojos de la madera) y los lepidópteros (mariposas); los primeros invaden la madera en forma de larvas {gusanos), y los segundos, en la misma forma, son devoradores de hojas y retoños. Los insectos, cuando se encuentran en equilibrio con la Naturaleza, su número es limitado y su daño insignificante; sin embargo, deben considerarse algunas medidas de protección, las cuales se dividen en: a) preventivas y b) de control. a) Medidas preventivas El objeto principal de estas, es impedir la multiplicación excesiva de los insectos y evitar que ataquen al bosque, y comprenden: i) Prácticas silvícolas. Incluye la selección de prácticas de manejo que no deterioren el vigor de los árboles, mantener el bosque libre de materiales muertos, inspecciones forestales a fin de detectar la presencia de las plagas y el control de malezas hospederas. ii) Control biológico Existen animales enemigos de los insectos como los murciélagos, algunos pájaros, topos, musarañas, tejones e insectos de otras órdenes, los cuales incluyen a las plagas en su alimentación, por lo que dichos animales deben protegerse y favorecer su multiplicación, pues contribuyen al combate de las plagas. b) Medidas de control Incluye el combate directo de insectos, mediante la colección y destrucción de huevos, larvas o pupas y la aplicación de insecticidas. El uso de productos químicos debe restringirse a aquellos casos donde las plagas constituyan una amenaza al bosque. El tipo de insecticida, el momento y el método de aplicación, deben seleccionarse cuidadosamente, a fin de obtener el máximo beneficio sin menoscabo de la fauna y flora silvestre. 10.1.4.4.5. Enfermedades. Las enfermedades en los bosques son producidas, principalmente, por hongos y bacterias, que parasitan los árboles. Los hongos extraen el alimento de la planta huésped, impiden el desarrollo de sus funciones fisiológicas normales y producen un desequilibrio en algunos tejidos o en todo el organismo y pueden causar la muerte a la planta; en las especies que no causan la muerte, retardan el crecimiento, descomponen la madera y reducen su valor. a) Medidas de protección contra enfermedades Debe procurarse destruir al hongo tan pronto como se descubra; aunque a veces con dicha medida se destruye parte de la planta, es preferible esto a perder el bosque por completo. Cuando se hacen plantaciones deben emplearse especies resistentes a los ataques de hongos, se debe destruir la maleza que utilizan los hongos como huésped, realizar aplicaciones con fungicidas; en caso de que el hongo ataque la raíz se deben aislar las plantas enfermas, por medio de zanjas. b) Medidas de control de enfermedades -Destruir totalmente la planta o eliminar y destruir la parte atacada por las enfermedades. -Asperjar fungicidas en polvo o líquido, cuando se presenta la enfermedad, para así detenerla. 10.1.4.4.6. Caminos forestales. Son vías de acceso y comunicación terrestre, fundamentales para el aprovechamiento de áreas forestales; constituyen la estructura básica para la movilización de los productos del bosque, de tal forma que permita la extracción permanente y económica de dichos productos. Debido a la eliminación de la vegetación y el movimiento de tierras necesarios para su construcción, se convierten en un serio peligro en las zonas por las que atraviesan, al propiciar la erosión superficial del terraplén o la formación de pequeñas cárcavas en áreas adyacentes, al no emplear algunas prácticas de mantenimiento y protección. Con la finalidad de prevenir tales efectos destructivos, a continuación se indican algunas normas generales de protección cuya aplicación, aunada a un trazo eficiente, permitirá disponer de caminos transitables y seguros, en cualquier circunstancia. a) Estructuras del drenaje Las estructuras del drenaje son importantes para la conservación de los caminos, deben colocarse tanto en lugares de corrientes permanentes, como en sitios de corrientes temporales. Existen dos tipos de drenaje: Superficial, el cual colecta agua de escurrimientos superficiales en arroyos y otros. Subterráneo, que colecta el agua, producto de la infiltración en el suelo. Para el diseño de estructuras de drenaje debe calcularse el volumen de agua por manejar, para lo cual es necesario realizar una estimación de los escurrimientos superficiales mediante métodos ya establecidos o mediante el aforo de manantiales donde brota el agua, según sea el caso. i) Diseño de cunetas Las cunetas son las estructuras que permiten manejar los escurrimientos en los caminos o áreas adyacentes que convergen a éstos; su construcción obedece a una medida de protección en dichas áreas y, en algunos casos, a la reutilización del agua. Las cunetas, por su localización, se clasifican en dos tipos: Laterales. De trazo paralelo al camino (ver figura 10.18). Figura 10.18. Cuneta lateral, por lo regular corre al pie del talud Transversales. Sirven para descongestionar las cunetas laterales y disipar los volúmenes escurridos sobre contra cunetas o zanjas a curva de nivel con trazo sobre el terreno adyacente, sin deterioro de tales áreas (ver figura 10.19.). Al construirse una cuneta, debe tenerse en mente que para que desagüen bien, es necesario que tengan una pendiente mínima de 3%. En cunetas con pendientes fuertes se causa erosión, por lo cual es necesario que se disminuya la velocidad del agua colocando obstáculos o caídas en la cuneta. Figura 10.19. Cunetas transversales, sirven para descongestionar las cunetas de lado. Una cuneta debe tener una sección suficiente para conducir el agua que cae a ella y puede ser calculada por la fórmula de Manning: Q = (A r2/3 s1/2)/n= m3/seg. ................................................................................. (35) Donde: Q - Volumen que escurre por segundo A - Área de la sección transversal de la cuneta r - Radio hidráulico = área de la sección transversal sobre el perímetro mojado s - Pendiente de la cuneta n - Coeficiente de rugosidad de 0.035 a 0.040 ii) Diseño de alcantarillas Las alcantarillas son tubos de diámetro variable que sirven para cruzar el agua de una cuneta o un arroyo por un camino. Deben construirse transversalmente al eje de la vía y pueden ser de concreto o de lámina galvanizada. En el sitio donde va el tubo de la alcantarilla, se hace una cama apisonada y luego una capa de concreto. El tubo se coloca con cuidado, fijándolo con piedra y concreto para después poner el terraplén (ver figura 10.20.). Generalmente al diseñar las alcantarillas, se utiliza la fórmula de Talbot: A = CM3/4........................................................................................................................ (36) Donde: A - Área transversal de la alcantarilla. C - Coeficiente que depende de las condiciones topográficas = 1.0 en suelos rocosos y abruptos con fuertes pendientes y 0.8 para pendientes moderadas y colinas rocosas. M - Área que se va a drenar. Figura 10.20. Alcantarillas, las cuales deben correr transversales al camino y sirven para desalojar el agua de cunetas y ríos. b) Control de los materiales excavados no utilizados en la construcción del camino Generalmente, en los trabajos de construcción de caminos se hace poco o ningún esfuerzo en detener o fijar los materiales sobrantes después de que la construcción ha sido terminada. Un método para evitar la erosión de tales materiales, consiste en colocar alcantarillas de pozo que drenen los escurrimientos colectados aguas arriba del material depositado y los conduzcan a lugares previamente empedrados para evitar la erosión que pueda producir la caída del agua (ver figura 10.21.a.). En el sitio donde se colocará la alcantarilla, se hace una cama o plantilla al suelo y se adiciona una capa de concreto de unos 10 cm; debe mantenerse la pendiente crítica y fijar la alcantarilla con concreto y piedra, para posteriormente poner el terraplén. La parte superior del terraplén deberá nivelarse, a la vez que se construirán dos bordos, con la finalidad de que el agua colectada en el banco no escurra y se inicie la erosión en canalillos. Además, sobre la superficie total del terraplén deberá establecerse pasto, con la finalidad de estabilizarlo y protegerlo de los agentes erosivos. Figura l0.2l.a. Fijación de materiales excavados no utilizados en la construcción C) Restringir deslizamientos de taludes inestables La mayoría de las veces, en los bordos de los cortes o rellenos, o en la base del talud, existen deslizamientos de tierra producidos por el agua de infiltración, exceso de contenido de arcillas o defectos de construcción. Tales deslizamientos originan la destrucción del mismo camino y facilita que se propicien diferentes tipos de erosión. Una alternativa para solucionar el problema, es el uso de muros de contención, postes empotrados o revestimientos de gaviones, cuya finalidad está dirigida a la protección del cuerpo del camino mediante la estabilización de la obra, incluso cuando no se han producido movimientos de deslizamiento (ver figura l0.2l.b.). Figura 10.21.b. Obras de protección de taludes poco estables d) Protección de pendientes de cortes o rellenos contra la gravedad, viento y lluvia El uso de la vegetación es una práctica económica eficiente y permanente que puede evitar la erosión en pendientes de cortes. En sus términos más simples, el tratamiento comprende los siguientes pasos: Emparejar la pendiente El propósito de esta operación es borrar canalillos, pequeñas cárcavas, y quitar piedras u objetos superficiales que podrían rodar o perturbar las labores de establecimiento. En la realización de esta operación pueden utilizarse aperos comunes o maquinaria, dependiendo de las características de la pendiente y del terreno, los trabajos deberán realizarse de arriba hacia abajo. Utilizar prácticas mecánicas al contorno Tiene la finalidad de evitar el arrastre de los sedimentos y de proporcionar un medio adecuado a la siembra o plantación de especies vegetales adaptadas a las condiciones del lugar. Las prácticas mecánicas deberán seleccionarse en base a pendiente media, efectividad en la intercepción de los escurrimientos y retención de humedad; una modalidad puede apreciarse en la figura 10.22. Figura 10.22. Prácticas mecánicas y vegetativas en la protección de pendientes Establecimiento de vegetación Generalmente, que sea tupida de raíces fibrosas, perenne y crecimiento rápido; los pastos son, por sus características morfológicas, los más eficientes en la protección de las pendientes. e) Reubicación y protección de sitios de desagüe Una práctica muy destructiva en los caminos forestales, se origina cuando las estructuras de desagüe se encuentran ubicadas en la región media o abajo de un borde con pendiente de corte altamente susceptible a la erosión. Tal situación, puede corregirse mediante empiedres del terreno localizados en la boca de salida ya lo largo de canales que se hayan formado por la acción del agua; en casos muy extremos de erosión, se recurre al uso de estructuras de caída libre que impidan el flujo del agua sobre el borde y la desvíen a sitios previamente tratados con roca, cascajo, concreto, etc. (ver figura 10.23.). Figura 10.23. Estructura de caída libre sobre un borde altamente susceptible a la erosión Principios generales para reducir la erosión en caminos: - Proteger los caminos de corrientes de agua. - Completar la nivelación y drenaje en todas las secciones del camino recién construido, antes de que empiece la época de lluvias. - Compactar todos los caminos construidos en suelos altamente susceptibles a la erosión. - Proteger los caminos de los escurrimientos superficiales mediante cunetas, alcantarillas, etcétera. - Instalar desviaciones del drenaje en caminos sin declive. - Proteger los taludes del terraplén con trozas no comerciables y desechos de madera. 10.2. Control de la erosión en áreas de pastizales 10.2.1. La cobertura viviente La importancia que reviste el conservar el equilibrio de la Naturaleza entre la formación del suelo y las fuerzas que lo destruyen, crea la necesidad de mantener en forma permanente una cobertura vegetal vigorosa para la conservación y protección del suelo. Aunque todas las plantas son necesarias para controlar la erosión, la eficiencia en la reducción de las pérdidas del suelo y agua, depende, en gran medida, de su distribución sobre la superficie del suelo y del tiempo en que las plantas ocupen el terreno. En base a lo anterior, los pastos constituyen uno de los medios más eficaces en el mejoramiento, conservación y formación de los suelos, siempre y cuando se atiendan con las prácticas agronómicas adecuadas. Tal aseveración, se deriva de los siguientes beneficios directos: - Protegen el terreno del impacto de las gotas de lluvia. - Detienen las partículas que podrían trasladarse por la acción del viento. - Mejoran la estructura del suelo. - Hacen más permeable la capa superficial. - Aumentan la capacidad de retención de humedad. - Mejoran el drenaje y reducen los escurrimientos. - Renuevan y suplen de materia orgánica. - Conservan la fertilidad. Cuando se establecen buenos pastos en los terrenos no arables la erosión del suelo se detiene. El suelo, protegido bajo un césped de vegetación herbácea, resulta más productivo y la aplicación de abonos minerales que requiere es mínima. 10.2.2. Producción Además de una cubierta protectora, las prácticas de control de la erosión en terrenos no arables, contemplan la producción continua de forraje para la cría de ganado. Tanto los objetivos de protección como los económicos de producción, son mutuamente benéficos, por consiguiente pueden realizarse sin que exista conflicto. En la producción de pastos intervienen diferentes factores que son los responsables del éxito o fracaso de esta actividad; los más importantes son, desde luego, los denominados factores ecológicos y los procedimientos agronómicos, que se consideran básicos a la exigencia de determinadas condiciones ambientales. 10.2.2.1. Factores ecológicos. Determinan en mayor o menor grado el distinto comportamiento de las especies pratenses. Los más importantes son: i) Clima: Lluvia, temperatura, luz, viento. ii) Biota: Especies vegetales y animales; hombre. iii) Suelo: Propiedades físicas y químicas. 10.2.2.2: Procedimientos agronómicos. Dentro de éstos se consideran: elección de especies, selección y preparación del terreno, semilla, siembra, fertilización, escarda y deshierbes, combate de plagas y enfermedades. 10.2.2.2.1. Elección de especies. Al elegir las especies, debe prestarse atención a su adaptación a las condiciones de clima y suelo, ciclo vegetativo, facilidad de establecimiento, rendimientos, respuesta fisiológica de las plantas al pastoreo, efectos de frecuencia y severidad de defoliación, valor nutritivo, aceptación relativa por el ganado y compatibilidad en las mezclas. Para la selección de especies debe primeramente ponerse atención a la vegetación natural de la zona y determinar sí los pastizales nativos reúnen las condiciones antes indicadas, ya que mediante un manejo adecuado, es factible el desarrollo de la pradera; en tanto que si se pretende introducir especies nuevas a la región, el cuidado y manejo de la pradera debe extremarse hasta que éstas se adapten al nuevo ambiente ecológico. 10.2.2.2.2. Selección del terreno. La conveniencia de determinar qué terrenos deben dedicarse permanentemente a pasturas, qué terrenos cultivados deben transformarse en praderas, qué terrenos abandonados deben rehabilitarse para producir pasto, y hasta qué límite deben utilizarse los pastos en rotación con plantas que requieran labores de cultivo, crea la necesidad de clasificar los terrenos conforme a su capacidad de uso, cultivarlos en base a ese criterio y adoptar las prácticas de conservación del suelo, de acuerdo a los factores limitantes. 10.2.2.2.3. Preparación del terreno. Incluye todas aquellas prácticas previas a la siembra tendentes a proporcionar condiciones óptimas para la emergencia, crecimiento y desarrollo de las plantas. 1. Limpias Es necesario que el área sujeta a establecimiento de pasto esté libre de malezas que puedan competir por el agua, nutrimentos y espacio con el cultivo. Los métodos empleados para su eliminación son muy variados; los más comunes son: mecánicos (machetes. hachas) y químicos (herbicidas). 2. Acondicionamiento del suelo Es común que en los terrenos con pastos establecidos o por establecer se presenten problemas de conservación de humedad, drenaje y erosión por lo que es importante el empleo de algunas prácticas mecánicas que tienen como finalidad retener la humedad, controlar la erosión y encauzar las aguas de escorrentía en las áreas de pastoreo. a) Surcado Lister El surcado Lister en pastizales es una práctica mecánica que consiste en establecer una serie de surcos dobles separados por un tope empastado y construidos sobre curvas a nivel. i) Objetivos Las finalidades que se persiguen con esta práctica son las de aprovechar al máximo el agua de lluvia, a través de la captación que se realiza en los surcos dobles, evitar la erosión de los suelos, especialmente de las capas superficiales y permitir que prosperen los pastos naturales o introducidos en la región, formando una carpeta uniforme que posterior- mente será aprovechada para la alimentación del ganado. ii) Utilización Se recomienda utilizar este sistema en áreas donde Sé desarrolla una ganadería extensiva, especialmente en el norte de la República Mexicana. Esta práctica debe establecerse en terrenos que se encuentran limitados por factores tales como: topografía, erosión, deficiencias de humedad, profundidad del suelo y profundidad del manto freático y se presentan en el cuadro 10.5. Cuadra 10.5. Utilización del surcada Lister en terrenos que presentan diferentes factores Limitantes Clases de terreno Factor limitante Deficiencia de humedad Erosión 3,4,5,6, Topografía Profundidad del suelo Profundidad del manto freático iii) Procedimiento Los pasos a seguir para establecer el surcado Lister son los siguientes: 1. Localizar un terreno con pastizales ya establecidos donde se desea implantar esta práctica o en caso contrario, ubicar un sitio donde se desea establecer pastizales con surcado Lister. 2. Determinar la pendiente media del terreno. Se determina la pendiente media del terreno seleccionado. Si la pendiente se encuentra entre 3 y 12%,2 se sigue con el procedimiento. 3. Conocer la lluvia máxima en 24 horas que se haya presentado en la zona por establecer el pastizal. Una vez conocida el área donde se van a desarrollar los pastizales, se consultan en el apéndice III los planos de la República Mexicana que presentan isoyetas de lluvias máximas en 24 horas para frecuencias de 5, 10 y 25 años y por interpolación se obtiene el valor de la lluvia máxima para la frecuencia deseada; en este caso se recomienda utilizar lluvias máximas en 24 horas, para frecuencias de cinco años. 4. Se calcula el volumen de agua que escurre sobre el terreno, multiplicando la lluvia máxima en 24 horas por 0.25 si la pendiente media del terreno se encuentra comprendida entre ,0 y 5%, o bien por 0.35 si está en el rango de 6 a 12%. Conocida la lámina de escurrimiento, se multiplica por 10 para convertirla a milímetros y poder entrar al cuadro 10.6 para calcular la sección del surcado Lister por establecer. 2 Si la pendientes mayor del 12% es posible utilizar esta práctica en combinación con el sistema de zanja y bordo 5. Se calcula el área (A) de la sección de infiltración de los surcos, de acuerdo a los implementos disponibles. En la figura 10.24., se observan los principales implementos utilizados para el establecimiento del surcado Lister: el subsolador, que puede utilizarse en forma simple para dar una sección angosta; o doble, para dar una sección intermedia y el arado de doble vertedera que se utiliza para dar secciones anchas. Debido a que el surcado Lister implica secciones dobles, éstas deben estar separadas por una sección empastada de 0.5 metros. El área de la sección de infiltración (A) se calcula utilizando la fórmula correspondiente, de acuerdo al tipo de implemento utilizado ya las dimensiones que sobre el terreno tenga dicha sección (ver figura 10.24.). 6. Con la lámina de escurrimientos y el área de la sección de infiltración (A) se entra al Cuadro 10.6., para conocer la distancia horizontal que debe haber entre los surcos dobles. 7. Una vez determinado el espaciamiento, se procede al trazo sobre el terreno del surcado Lister, el cual debe realizarse siguiendo los procedimientos para el trazo de líneas guías para surcado al contorno que se analiza en el capitulo 5 de este Manual. En la figura 10.25., se observa el surcado Lister con dos tipos de secciones: a) angosta y b) ancha. Nótese en la primera de ellas el perfil de la humedad retenida, por efecto de esta práctica mecánica. Figura 10.24. Establecimiento del surcador Lister con diferentes implementos. Cuadro 10.6. Calculo de la distancia horizontal entre surcos dobles al contorno o surcado Lister Lámina de escurrimiento (mm) Area de la sección de infiltración (m2) 0.05 0.09 0.14 0.19 0.23 0.29 0.33 0.37 0.42 0.47 0.51 Distancia horizontal entre surcos dobles (m) 0.56 0.61 0.65 0.7 0.79 6.4 7.30 14.65 22.00 29.30 36.60 44.00 51.30 58.60 65.90 73.00 80.90 88.00 95.10 101.30 110.00 118.00 12.7 3.65 7.30 11.00 14.62 18.30 21.95 25.60 29.30 33.00 36.50 40.25 43.90 47.00 51.20 54.80 58.60 19.1 2.44 4.88 7.31 9.75 12.20 14.60 17.10 19.60 22.00 24.40 26.80 29.30 31.75 34.20 36.60 39.00 25.4 1.82 3.65 5.50 7.31 9.15 10.10 12.80 14.60 16.40 18.30 2.20 22.00 23.75 25.60 27.50 29.25 31.4 1.46 2.93 4.40 5.85 7.32 8.80 10.22 11.70 13.20 14.61 16.15 17.60 19.00 20.60 22.00 23.40 38 1.22 2.44 3.65 4.87 6.10 7.31 8.55 9.75 11.00 12.20 13.40 14.60 15.82 17.20 18.30 19.50 44.5 1.04 2.10 3.14 4.19 5.12 6.28 7.31 8.38 9.41 10.43 11.50 12.54 13.60 14.60 15.70 16.70 50.8 0.91 1.82 2.74 3.66 4.75 5.50 6.40 7.31 8.25 9.14 10.30 11.00 11.84 12.80 13.70 14.60 57.2 0.85 1.50 2.44 3.26 4.05 4.88 5.70 6.50 7.32 8.16 8.95 9.00 10.60 11.20 12.50 13.00 63.5 0.73 1.46 2.20 2.95 3.66 4.40 5.12 5.85 6.12 7.32 8.05 8.80 9.50 10.22 11.00 11.70 70 0.67 1.34 1.98 2.65 3.33 4.00 4.66 5.30 5.98 6.65 7.32 8.00 8.62 9.30 10.00 10.62 76.2 0.61 1.22 1.83 2.44 3.05 3.66 4.26 4.88 5.80 6.10 6.70 7.30 7.84 8.53 9.15 9.75 88.9 0.52 1.04 1.56 2.10 2.62 3.15 3.66 4.18 4.70 5.23 5.48 5.75 6.00 6.40 6.88 7.32 101.6 0.46 0.92 1.37 1.83 2.28 2.74 3.20 3.66 4.12 4.58 5.03 5.50 5.90 6.30 6.53 6.80 107.2 0.40 0.83 1.22 1.62 2.04 2.44 2.18 3.26 3.65 4.06 4.48 4.87 5.28 5.70 6.10 6.50 b) Sistema de zanja y bordo a nivel Este sistema es ampliamente utilizado, tanto en zonas de escasa precipitación como en aquellas de mucha lluvia, en las cuales es necesario tener mayor control en los escurrimientos. Se adapta desde el 5% al 40% de pendiente, por lo que es una de las prácticas más importantes en el control de la erosión y en la conservación de la humedad. El diseño, cálculos, trazo y construcción, es ampliamente discutido en el mismo tópico de la parte correspondiente a prácticas mecánicas para el establecimiento de plantaciones forestales de este capítulo. 3. Preparación de la cama de siembra Todo lo que suele necesitarse en la firmeza del suelo bajo la profundidad de siembra recomendada, generalmente uno o dos pasos de rastra son suficientes para la roturación y mullido del suelo; naturalmente, lo anterior depende de las características del suelo, tales como estructura, consistencia, textura, contenido de humedad, etcétera. 10.2.2.2.4. Semilla. La semilla a utilizar en el establecimiento, debe reunir los siguientes requisitos: proceder de una buena especie o variedad, poseer un alto porcentaje de germinación, tamaño uniforme, libre de enfermedades y de semillas de plantas indeseables. También es conveniente mencionar que dada la fácil exposición que las semillas tienen al ataque de roedores e insectos, es necesario el tratamiento con substancias repelentes, con la finalidad de reducir los daños. 10.2.2.2.5. Siembra. a) Época Depende principalmente de las características de la especie y de los factores climáticos. Es de gran importancia considerar la estabilización de las lluvias, temperatura favorable, ocurrencia de heladas, granizadas, así como la época de incidencia, de plagas y enfermedades. a) Sección angosta b) Sección ancha Figura 10.25. Surcado Lister b) Métodos de siembra El establecimiento de las especies puede realizarse mediante el uso de semilla o por medio de algunos órganos vegetativos de la planta. b.1.) Cuando se utiliza semilla Los métodos más usuales son: al voleo y en hileras. La práctica de siembra al voleo consiste en dispersar la semilla al azar, en algunos casos con variación en la profundidad de establecimiento; generalmente se utilizan cantidades mayores de semilla que otros métodos para lograr la población deseada, lo que redunda en la elevación del costo de establecimiento. La siembra puede efectuarse a mano, por dispersiones aéreas o con sembradoras. El uso de esta última es ventajosa debido a que se obtiene una distribución uniforme y profundidad adecuada de la semilla, protegiéndola de la acción del viento. La siembra en hileras consiste en depositar las semillas en líneas a una profundidad de 6-12 mm, directamente sobre una banda de fertilizante. Este último depositado a una profundidad de 25-50 mm, bajo la superficie del suelo. Los medios utilizados en este tipo de siembra, pueden ser la sembradora de disco sencillo o doble, la de surco profundo o la sembradora Brillion. Esta última tiene ruedas adelante y atrás del mecanismo que deposita la semilla, con la finalidad de comprimir el suelo después de la siembra y aumentar la retención de humedad. b.2.) Cuando se utilizan órganos vegetativos En la operación de trasplante se han usado varios métodos de siembra, éstos dependen de la disponibilidad y costo de la mano de obra, tamaño del área a establecer, tipo de suelo y pendiente del terreno. Los métodos más utilizados son: al voleo y en surcos. La siembra al voleo se hace esparciendo los órganos vegetativos recién cortados, sobre una cama bien preparada, y pasando seguidamente una rastra de discos de peso mediano para cubrirlos; el uso de algún compactador después de la rastra, produce mejor retención de humedad y mayor rapidez en el establecimiento de las plantas. La siembra en hileras es aconsejable cuando se dispone de poco material de siembra y en terrenos que por la invasión de malezas, la práctica facilite su combate. Al sembrar en hileras, los órganos vegetativos se colocan en fila en el fondo o lomo del surco, si las características del terreno lo permiten, o en oquedades abiertas ex profeso. Los órganos vegetativos utilizados son: Estacas: son cañas maduras y gruesas, se dividen en trozos que tengan de cuatro a cinco nudos. Cepa: incluye tanto parte de las raíces como de los tallos de los pastos. Corona: representa pedazos de la base de la planta con raíz. Estolones: tallos de hábito rastrero que al ponerse en contacto con el suelo húmedo producen raíces y se propagan ampliamente. 10.2.2.2.6. Fertilización. La capacidad del suelo para proporcionar elementos nutritivos, es un factor primordial en la producción de pastos. La práctica de aplicar fertilizantes para mantener y mejorar la fertilidad del suelo es indispensable, cuando los suelos han agotado tales elementos a causa de la extracción hecha por el cultivo, pérdidas por lavado, fijación del suelo en formas no asimilables, o cuando se desea mejorar la población establecida, mayor vigor de establecimiento y mejorar la producción forrajera. Para determinar las cantidades y el tipo de fertilizante a usar debe recurrirse al Servicio de Extensión Agrícola en la región. 10.2.2.2.7. Combate de malezas. Uno de los grandes problemas de las áreas de pastizales es la invasión y dispersión de plantas indeseables; el combate de este tipo de plantas permite un mejor desarrollo de las plantas deseables, mayor producción de forraje en general y por unidad de superficie, el incremento de la capacidad de la carga animal o coeficiente de agostadero, la retención de humedad en el suelo y se aumenta el mantillo orgánico que evita en cierta forma la erosión del suelo. Los métodos o procedimientos más usuales para el combate de malezas son mecánicos o químicos. Los primeros pueden restringirse a áreas pequeñas donde la mano de obra es abundante y las malezas de porte bajo. Los segundos son recomendables en grandes extensiones de terreno y donde por el tipo de maleza, es factible el uso de productos químicos. 10.2.3. Manejo de pastizales 10.2.3.1. Definición. El manejo de pastizales puede definirse como la ciencia y arte de planificar y dirigir el uso de los recursos naturales a perpetuidad, sin deterioro de los mismos. Para cumplir con el objetivo de la definición, es necesario considerar que el pastizal y los animales que lo aprovechan son organismos biológicos con interrelaciones ecológicas en la Naturaleza. El animal que pasta es una parte del ambiente de la planta y viceversa, de manera que depende uno del otro y no deben considerarse separadamente. Ambos sistemas biológicos también guardan estrecha relación con otros factores ambientales como clima, suelo, fisiografía, etc., y la Naturaleza tiende a balancear cada uno de los miembros de este complejo, de manera que cualquier cambio en uno de ellos cambia la relación de todos los demás factores del sistema. El hombre como parte del ambiente, puede influir en los cambios e introducciones de nuevos elementos en el balance natural, haciéndolo favorable o desfavorable. 10.2.3.2. Principios básicos de manejo. En nuestro país, la producción ganadera por excelencia es en potreros donde el animal obtiene directamente el forraje. En relación con lo anterior, se señalan los principios fundamentales para las operaciones racionales que intervienen en el aprovechamiento del pastizal y en el mantenimiento de su producción forrajera: 1. Número de animales en equilibrio con los recursos forrajeros. 2. Pastoreo en determinada estación del año. 3. Distribución uniforme del pastoreo sobre el pastizal. 4. Uso del pastizal con el tipo de animales, concordante con los objetivos de la explotación. 10.2.3.2.1. Número de animales en equilibrio con los recursos forrajeros. El número correcto de animales por unidad de área o coeficiente de agostadero, es importante para la perpetuidad del pastizal, la buena condición del ganado y la estabilidad económica del área de producción. Los pastizales tienen límites en su habilidad para resistir el pastoreo y soportar los animales que pastan. Este límite está dado por el nivel de producción o condición del pastizal y de las unidades animal que pueden sostener en estado productivo a través del tiempo, sin deterioro. Cuando los límites se rebasan, se producen cambios indeseables en la vegetación y suelo, con detrimento en la producción animal y de forraje. Lo anterior contempla lo siguiente: a) Efectos en la vegetación Se propician cambios tales como reducción de la cantidad de forraje, calidad nutritiva y debilitamiento de las especies. Tal situación permite que otras especies no deseables, invadan el área de pastoreo y reduzcan su nivel de producción. b) Efectos en el suelo El número inadecuado de animales en un área determinada, propicia un apisonamiento mayor en el suelo, produciéndose una compactación. El efecto que la "compactación tiene, se relaciona con el cambio de algunas propiedades físico-químicas del suelo y la capacidad de retención de humedad de éste, lo que puede ocasionar cambios en el tipo de vegetación, al crear condiciones favorables para otras plantas que por sus características fisiológicas estén mejor capacitadas para competir en el nuevo ambiente ecológico. c) Efectos en la producción animal La condición de un pastizal, se ve afectada en mayor o menor grado, debido al manejo que se le dé. La cantidad de ganado que una pradera puede sostener en condición excelente, puede resultar excesivo y perjudicial para una condición mediana o pobre. Tales consideraciones deben ser básicas para el mejor uso del pastizal en relación con el número adecuado de animales que pueda soportar. El exceso de animales limita la disponibilidad de forraje que afecta en forma individual y particular al ganado que pasta. El efecto de competencia de un inadecuado número de animales por las especies apetecibles, se reflejará en la producción de la pradera y la condición del animal. Algunas veces esto puede ocasionar muertes y malas características fisiológicas del ganado. 10.2.3.2.2. Pastoreo acorde a la estación anual de producción forrajera. Es una forma de realizar el uso máximo del pastizal sin violar el principio del uso adecuado de éste. Además, es un criterio significativo en la aplicación de los otros dos principios básicos del manejo de pastizales: distribución del pastoreo y tipo de ganado adecuado para el pastizal. En las operaciones del manejo, el uso estacional debe realizarse únicamente por la manipulación del ganado. Cuando no están restringidos por cercas u otras barreras, los animales que pastan harán su propio ajuste estacional. Esto no siempre es el mejor interés de la producción ganadera, de manera que la disposición de cercas para controlar el ganado y asegurar el uso propio de la estación de varias partes del pastizal, es importante para el buen manejo. Raras veces es práctico cercar en unidades separadas cada área de distinta calidad forrajera producida por la estación; por consiguiente, la manipulación controlada del ganado puede convertirse en una parte intrincada de manejo. Un análisis general de lo anterior, conduce a las siguientes consideraciones: a) Influencia del sitio de pastoreo El sitio es relevante no únicamente para la clase de plantas que ahí se encuentran, sino también de la calidad nutritiva de ellas. El suelo de un sitio de pastoreo, con su inherente nivel de fertilidad, es el regulador de la humedad aprovechable, especialmente a través de la estación productiva. Por supuesto que esto es debido a la retención de humedad del suelo, determinada por su profundidad, textura y contenido de materia orgánica. La cantidad de agua que cae o escurre sobre el lugar, también es un factor determinante. La relación humedad-suelo, junto con otras características del área, son responsables del tipo de plantas que crecen en el sitio. Muchas características diferentes de la vegetación resultarán de los numerosos factores del sitio, que puedan existir. Entre ellas son importantes las características fenotípicas, calidad y desarrollo estacional de la planta. Muy a menudo, los sitios individuales de pastoreo producen plantas con distinta calidad estacional, haciendo de ellas sitios únicos en un plan de manejo del pastizal. En estos casos, debe seleccionarse la época de pastoreo más adecuada para tales especies en base a sus características y procurar que la recuperación del pastizal se realice en el resto del año. b) Tipos de vegetación Las diferencias naturales en la productividad del sitio son evidenciadas por la distinción de varios tipos de vegetación estaciónales, particularmente pastoreo. El descuido para reconocer esto ha dado como resultado la ruina de áreas extensas de pastizales. Algunas áreas de pastizales, por uso inapropiado de las prácticas de manejo, han propiciado que los pastizales de alto valor nutritivo presenten un grado descendente en la composición vegetal del pastizal. En el caso de áreas donde existan restos de mejores pastos puede iniciarse una rehabilitación de tales especies, mediante un buen manejo con uso estacional y un descanso subsecuente bajo un plan de pastoreo. Tal plan incluirá un período de pastoreo intensivo en la época más apropiada. El periodo de uso será seguido por un período de descanso, iniciándose antes de la desaparición de las especies más apetecibles. Esto asegurará una oportunidad de recuperación y desarrollo de estos pastos. Otro aspecto del principio de uso estacional está relacionado con la clase de plantas nocivas o tóxicas para el ganado. Donde estas condiciones existen, la práctica de uso estacional incluye una suspensión del uso durante el período en que se combaten las malezas. Debe también considerarse el papel que desempeña la estación de uso en el manejo de las plantas forrajeras deseables, ya que algunas de éstas tienden a mejorar su valor nutritivo y buen gusto con la madurez, otras cuando alcanzan su madurez pierden suculencia, decrece la digestibilidad, se convierten en menos nutritivas y son menos apetecibles a los animales. c) Influencia del terreno en el uso estacional Los hábitos de pastoreo del ganado son una de las influencias más fuertes en el manejo de los pastos. Esto debe ser reconocido al considerar los sistemas de pastoreo, tipos y clases de ganado, edad de los animales y nivel de producción del pastizal. Aunque los hábitos de pastoreo pueden ser resultado de la combinación de muchos factores, el terreno es uno que influye en mayor consideración, ya que el ganado prefiere sitios de pastoreo que son más accesibles, planos libres de obstrucciones y que sean pastados con facilidad. El manejo de tales áreas, en conjunción con otras partes más difíciles de acceso, se convierten en un problema que es de importancia para el manejo, ya que generalmente las áreas con variación de terreno, bien sea por variación topográfica o el nivel de fertilidad del suelo, tendrán diferencia en la calidad y tipo de plantas forrajeras. Estas preferencias del ganado y las limitaciones del terreno, deben considerarse al realizar la planeación del uso de los pastizales. d) Influencia de los tipos de ganado y hábitos de pastoreo, en el uso estacional El tipo y clase de ganado, así como su preferencia de pastoreo, están estrechamente relacionados con el uso estacional de los pastizales. Es importante relacionar las estaciones de preferencia para el uso de pastoreo y donde éstas pueden cambiar dentro de la estación, por un determinado tipo de animales. Lo expuesto anteriormente recalca la importancia de los ajustes estaciónales con la finalidad de prevenir el sobrepastoreo y la perturbación que pueda ocurrir en tales áreas. e) Mejoras del terreno para facilitar el uso estacional El control del pastoreo con instalaciones apropiadas influye directamente en el valor estacional del pastizal. Esto implica el cercado de ciertos sitios de la pradera en unidades de pastoreo que faciliten el manejo en muchas formas. Otra mejora con el mismo propósito, es la localización de abrevaderos accesibles a un área de uso estacional, ya que permiten estimular el aprovechamiento y manejo de ella. La distribución de saladeros, la construcción de callejones o facilidades de acceso, es un hecho que fortalece el éxito en el manejo. 10.2.3.3. Sistemas de pastoreo Entre los objetivos que deben perseguirse en el aprovechamiento de los pastizales se tienen: 1. Lograr grandes rendimientos de forraje nutritivo. 2. Obtener una buena distribución del crecimiento vegetativo durante cada ciclo. 3. Conseguir que las poblaciones vegetales se mantengan en productividad por mucho tiempo. 4. Mantener en la vegetación un equilibrio satisfactorio. Entre los principales sistemas de pastoreo se distinguen: 10.2.3.3.1. Pastoreo continuo. Es un sistema extensivo y con una asignación relativamente baja de ganado, lo cual permite dejar a éste en la pradera durante temporadas largas. En dichas condiciones, el pastoreo es selectivo; partes de algunas áreas de la pradera permanecen intactas y el pasto crece en forma heterogénea y su valor alimenticio va decreciendo a medida que pasa el tiempo. Otro efecto de la selectividad al utilizar este sistema, es la presencia de áreas sobrepastoreadas, existiendo una reducción de la cantidad de forraje y produciendo un debilitamiento de las especies más apetecibles por el ganado. Algunas veces las especies deseables desaparecen por la continuidad del pastoreo en esas áreas y se propicia una invasión de especies indeseables. 10.2.3.3.2. Pastoreo rotativo. La práctica de pastoreo en rotación consiste en hacer pastar distintas áreas, en un orden regular, con periodos variables de descanso para los distintos lotes o campos. En los programas de aprovechamiento en rotación, un campo con la misma mezcla pratense se divide en partes iguales. Tan pronto como los animales consumen el forraje de uno de los lotes, se les traslada al siguiente, y así sucesivamente, hasta que han pastado todos los lotes o partes. De acuerdo con este sistema, la vegetación es pastada solamente una vez durante cada periodo de pastoreo y con el largo descanso en que la pradera no es pastada se puede producir forraje de buena calidad. Durante la época de mayor actividad vegetativa y de no aprovecharse sino algunas de las parcelas programadas, las restantes pueden segarse para la henificación o el ensilado. Se pueden escarificar los lotes al final de cada temporada de pastoreo, con el objeto de extender el estiércol o realizar otras prácticas de carácter agronómico. El uso de este sistema de pastoreo, depende de la respuesta fisiológica de las plantas herbáceas a la defoliación causada por el ganado que pasta, número de potreros y del área total aprovechable. Este sistema es más conveniente en praderas ubicadas en zonas húmedas. 10.2.3.3.3. Pastoreo en fajas. El uso de cercas eléctricas ha hecho posible adoptar métodos aún más intensivos de pastoreo, basados en la rotación. En el pastoreo en fajas no se deja al ganado más pasto fresco que el que puede consumir en una jornada. Se necesita por lo general un área de 50 a 100 m. por unidad animal al día. Limitando la cantidad de pasto que se deja al ganado, el pastoreo resulta mucho más uniforme y se reducen los perjuicios causados por las deyecciones y el desperdicio. Con el objeto de impedir que el ganado vuelva a pastar los rebrotes, se puede dividir la pradera en cercados semipermanentes, o puede ponerse una segunda cerca eléctrica tras la primera, en el caso de que no se empleen las subdivisiones (ver figura 10.26.). Este sistema es particularmente útil en las zonas tropicales y subtropicales, como un medio de racionar y asegurar el aprovechamiento eficaz de las leguminosas forrajeras de alta calidad y de las mezclas de gramíneas y leguminosas, de las que no suele haber sino cantidades limitadas; consideraciones semejantes se aplican al aprovechamiento de los prados de invierno en zonas templadas. Figura 10.26. Pastoreo en fajas 10.2.3.3.4. Pastoreo diferido. Se realiza dividiendo la pradera en varias unidades. Todos los años se suprime el pastoreo de una área seleccionada, con la finalidad de permitir una cobertura vigorosa, amplitud de macollo, más desarrollo de raíces, crecimiento adecuado de la parte aérea; además, se propicia la resiembra natural o tratamientos agronómicos que permitan su renovación según las condiciones que el área presente. El período de suspensión del pastoreo de esta área puede durar hasta un ciclo completo, dependiendo de las características de las especies constituyentes de la pradera. Las otras áreas no suprimidas al pastoreo, pueden utilizarse siguiendo un manejo en rotación o en algunos casos bajo pastoreo continuo moderado. El siguiente año se difiere otra área para el mismo propósito y así sucesivamente. El pastoreo diferido es muy útil en algunas áreas montañosas y secas donde el costo de reunir el ganado resulta alto; es recomendable también en el mejoramiento de agostaderos de tierras desérticas, donde la producción de semilla es casi nula bajo sobrepastoreo. 10.2.4. Protección de áreas 10.2.4.1. Fuego. Existe gran diferencia entre el uso irresponsable del fuego como arma destructora de riqueza y el uso racional del fuego como método de mejoramiento y combate. El efecto destructivo del fuego es evidente en muchas ocasiones, cuando se hace inconscientemente y en grandes áreas por la destrucción de forraje. En zonas templadas, el fuego sin restricción puede ser destructivo si no se toma en consideración el efecto limitante que se pueda tener por parte de la precipitación y la capacidad de renuevos de las especies. En caso de utilizar el fuego como medida de combate, es necesario un descanso prolongado después del incendio, para que el pasto recupere su vigor y pueda sostener el pastoreo. Como medidas de protección, pueden utilizarse caminos, guardarrayas, rondas, y todas aquellas barreras naturales que impidan el avance del fuego. 10.2.4.2. Roedores. La protección de áreas de roedores alcanza su significancia, debido a la relación que existe entre su presencia y el consumo de forraje que hacen, compitiendo con los animales domésticos. El daño que producen a las especies forrajeras puede ser en las raíces, follaje y semillas. Generalmente, la presencia de roedores se asocia cuando el ganado ha sobrepastoreado las áreas, produciendo un desequilibrio ecológico y propiciando que los niveles de población de los roedores aumenten de una manera desmesurada, con los consiguientes problemas y fuertes pérdidas económicas. Las especies más comunes de roedores que habitan el suelo son: la rata canguro, rata común de campo, rata de seda, tuza y ardilla del suelo. Los métodos de control o combate definen prácticas que pueden utilizarse para volver a la población de roedores a sus niveles normales. Antes de aplicar cualquier medida de control, debe hacerse un detenido estudio y evaluar los daños que están ocasionando al pastizal. 10.2.4.3. Sobrepastoreo. El sobrepastoreo continuo del ganado indudablemente que tiene influencia decisiva en el deterioro de los pastizales y es uno de los problemas más graves que se encuentran en las zonas templadas. A continuación se señalan algunos principios que deben considerarse para la conservación del pastizal establecido o su rehabilitación al presentar una situación degradada. 1. Ubicar las áreas de pastizal en base a su condición, cobertura, vigor, gustosidad y valor nutritivo de las plantas. 2. Calcular la carga animal que pueden soportar las áreas, sin perjudicar su condición. 3. Seleccionar un buen sistema de pastoreo en base a las condiciones de suelo, clima, composición de la vegetación, tipo y manejo del ganado, construcciones e instalaciones. El sistema de pastoreo por establecer en la región debe desechar el pastoreo continuo, ajustar la carga animal en las diferentes estaciones por disminución o aumento del ganado, programar las rotaciones y descansos necesarios para la conservación y mejora del pastizal y propiciar la conservación de las especies forrajeras, para lo cual debe procurarse la permanencia del 50% de forraje del potrero. 4. Colocar adecuadamente los abrevaderos para lograr una distribución uniforme del pastoreo sobre la superficie total de la pradera. Los efectos del pisoteo excesivo del ganado alrededor de los abrevaderos, saladeros, sombreaderos y otras partes de concentración de las reses, contribuyen a la erosión que producen las lluvias o los vientos. 5. Mediante el aprovechamiento de las barreras naturales, cercas, etc., los terrenos de pastoreo pueden dividirse en secciones y distribuir, controlar y concentrar el ganado, de tal suerte que puedan emplearse las prácticas de rotación. Bibliografía AYRES, Q.C. Soil erosion and its control. McGraw-Hill Book Comp. Inc. New York (1936), 365 pp. BAKER' S.F. 1934. Theory and practice of silviculture. Forro and Composition of stands. McGraw-Hill Book Co, Inc. BENNETT, H.H. 1965. Elementos de conservación del suelo. Fondo de Cultura Económica. BRESSOU, C. 1967. Los diferentes factores ecológicos. Dinámica de los Pastos. Editorial Tecnos. 2da. ed., pp. 33-37. BROWN, L.A. y EVERSON, C.A. 1952. Longevity of ripped furrows in southern Arizona desert grassland. Jour. 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