A QUERELA DOS GRILOS

el DOMINGO
Año XIV - Nº 46 - 12 de Octubre del 2014
LLEGAR AL BANQUETE ETERNO
La salvación a la cual todos somos llamados es una oferta generosa de parte de Dios, oferta que requiere ser acogida en libertad.
Lo expresaba muy bien san Agustín: «Dios, que te creó sin ti, no te
salvará sin ti». El profeta Isaías, usando el simbolismo del banquete,
anuncia la salvación divina y la celebración de
la misma. También Jesús usará el simbolismo
del banquete para hablar de la salvación que
Dios ofrece al hombre. En la parábola que hoy
se proclama el Señor compara el reino con un
banquete de bodas.
Algunos invitados se excusan, anteponen
otros intereses, y no acuden al banquete. Es
símbolo de la actitud de muchos (¿tal vez nosotros?) que viven enfrascados en «sus temas»,
«sus intereses», «sus prioridades», sin llevar a la
práctica el verdadero amor a Dios. Dios, o es
el primero en la propia vida, o dejó de ser Dios
para quien le posterga. Porque quien le posterga le quita su lugar, no le deja influir en su vida, se cierra a su benéfica
acción. Dios no salva a la fuerza. La salvación divina proviene del
amor y se realiza mediante el amor. Y en el amor no hay coacción.
Día del Señor
XXVIII Domingo del
Tiempo Ordinario
Ciclo A
«El misterio de
la santa Iglesia
se manifiesta en
su fundación.
Pues nuestro
Señor Jesús
dio comienzo
a su Iglesia
predicando la
Buena Nueva,
es decir, la
llegada del
Reino de Dios».
(Vat. II, Lumen
Gentium, Nº 5)
Porque los primeros invitados no acogieron la invitación aparece una segunda invitación. Esta vez a todos, sin exclusión. Se invita Soy muy joven, soy muy rico, soy muy potengo muchas actividades y respon«a todos los que encontraron, malos y buenos. bre,
sabilidades. Son tantas las escusas que
La sala se llenó de invitados». Pero hubo uno ponemos para aplazar el seguimiento de
con una actitud desafiante: acudió sin traje de Cristo. Postergamos a Dios y su llamado…
fiesta. El rey lo echará fuera, a las tinieblas, pero él puede llamar a otros y nosotros
«porque muchos son los llamados y pocos los quedarnos fuera.
escogidos». El traje tal vez está indicando una
actitud interior que al hombre le faltaba equivalente a la fe y el amor
a Cristo. Esto puede ser signo de que a veces estamos entre los de
Cristo sin que nuestro corazón sea suyo. Tal situación es insostenible,
el quiebre se da en algún momento. Dios nos ayude a no sólo estar
en la Iglesia, entre los suyos, sino a ser realmente de los suyos en la
esperanza de llegar al banquete eterno.
Pbro. Pedro Hidalgo Díaz
“Como discípulos y misioneros, estamos llamados a intensificar
nuestra respuesta de fe y a anunciar que Cristo ha redimido todos los
pecados y males de la humanidad”.
(Aparecida N°134)
Domingo XXVIII del Tiempo Ordinario - Ciclo A - Color: Verde
Hermanos y hermanas: La salvación a la cual todos somos llamados es una oferta generosa de parte de Dios,
oferta que requiere ser acogida en libertad. La salvación, expresada, como el banquete de bodas, es ofrecida
por Dios a los hombres. Dios no salva a la fuerza. La salvación divina proviene del amor y se realiza mediante
el amor. Él nos ayude a no sólo estar en la Iglesia, entre los suyos, sino a ser realmente de los suyos en la
esperanza de llegar al banquete eterno.
I. RITO DE ENTRADA
1. Antífona de entrada
Sal (129),3-4
Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podrá
resistir? Pero de ti procede el perdón, Dios de Israel.
2. Acto penitencial
S. Por nuestra falta de compromiso; Señor, ten
piedad.
R. Señor, ten piedad.
S. Por nuestra falta de solidaridad; Cristo, ten piedad.
R. Cristo, ten piedad.
S. Por nuestras disculpas y pretextos; Señor, ten
piedad.
R. Señor, ten piedad.
3. Gloria
4. Oración colecta
Te pedimos, Señor, que tu gracia continuamente
nos preceda y acompañe, de manera que estemos
dispuestos a obrar siempre el bien. Por nuestro
Señor Jesucristo.
II. LITURGIA DE LA PALABRA
5. 1ª Lectura
25, 6-10
La plenitud en Israel está planteada en términos de
abundancia, fiesta y vida feliz. El profeta Isaías anuncia
esa realidad globalizada, que viene de la mano de Dios
para todos los pueblos que esperan en él.
Lectura de la profecía de Isaías
Aquel día, el Señor de los ejércitos
preparará para todos los pueblos, en
este monte, un festín de manjares suculentos, un
festín de buenos vinos; sabrosos alimentos, vinos
deliciosos. Y arrancará en este monte el velo que
cubre a todos los pueblos, el paño que tapa a todas
las naciones. Aniquilará la muerte para siempre. El
Señor Dios secará las lágrimas de todos los rostros,
y borrará de la tierra la deshonra de su pueblo.
- Lo ha dicho el Señor -. Aquel día se dirá: «Aquí
está nuestro Dios, de quien esperábamos que nos
salvara; celebremos y gocemos con su salvación.
La mano del Señor se posará sobre este monte».
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.
6. Salmo responsorial
Sal (22)
R. El Señor es mi pastor, nada me falta.
L. El Señor es mi pastor, nada me falta: en verdes
praderas me hace recostar; me conduce hacia
fuentes tranquilas y repara mis fuerzas. / R.
L. Me guía por el sendero justo, por el honor
de su nombre. Aunque camine por cañadas
oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo: tu
vara y tu cayado me sosiegan. / R.
L. Preparas una mesa ante mí, enfrente de mis
enemigos; me unges la cabeza con perfume, y
mi copa rebosa. / R.
L. Tu bondad y tu misericordia me acompañan
todos los días de mi vida, y habitaré en la casa
del Señor por años sin término. / R.
7. 2ª Lectura 4,12-14.19-20
La vida de Pablo, como la de todo cristiano, siempre
tiene a Dios como su sustento y referente, por eso todo
lo demás es relativizado y acogido como motivo de
alabanza para Aquel que nos conforta.
Lectura de la carta del apóstol san
Pablo a los Filipenses
Hermanos: Sé lo que es vivir en
la pobreza y también lo que es vivir en la
abundancia. Estoy entrenado para todo y en
todo: a estar satisfecho y a pasar hambre, para
la abundancia y la privación. Todo lo puedo en
aquel que me conforta. Sin embargo ustedes
hicieron bien compartiendo mis sufrimientos.
Mi Dios, por su parte, con su infinita riqueza
atenderá con generosidad todas sus necesidades
por medio de Cristo Jesús. A Dios, nuestro
Padre, sea la gloria por siempre. Amén. Palabra
de Dios. R. Te alabamos, Señor.
8. Aclamación antes del Evangelio
Cf. Ef 1,17-18
R. Aleluya, aleluya. El Padre de nuestro Señor
Jesucristo ilumine los ojos de nuestro corazón, para
que comprendamos cuál es la esperanza a la que
nos llama. R. Aleluya.
9. Evangelio
22,1-14
La parábola del Evangelio es una lectura de fe de
nuestra historia, donde se nos invita a valorar y acoger
la invitación de Dios a la plenitud y salvación, con
responsabilidad y conversión.
Lectura del santo evangelio según san
Mateo
R. Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, de nuevo tomó Jesús la palabra
y habló en parábolas a los sumos sacerdotes
y a los ancianos del pueblo: «El reino de los
cielos se parece a un rey que celebraba la boda
de su hijo. Mandó criados para que avisaran a
los convidados a la boda, pero no quisieron ir.
Volvió a mandar criados, encargándoles que
les dijeran: “Tengo preparado el banquete, he
matado terneros y reses cebadas, y todo está
a punto. Vengan a la boda”. Los invitados no
hicieron caso; uno se marchó a sus tierras, otro
a sus negocios; otros agarraron a los criados
y los maltrataron hasta matarlos. El rey montó
en cólera, envió sus tropas, que acabaron
con aquellos asesinos y prendieron fuego a la
ciudad. Luego dijo a sus criados: “La boda está
preparada, pero los invitados no se la merecían.
Vayan ahora a los cruces de los caminos, y a
todos los que encuentren, invítenlos a la boda”.
Los criados salieron a los caminos y reunieron a
todos los que encontraron, malos y buenos. La
sala del banquete se llenó de invitados. Cuando
el rey entró a saludar a los invitados, reparó
en uno que no llevaba traje de fiesta y le dijo:
“Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin vestirte de
fiesta?” El otro no abrió la boca. Entonces el rey
dijo a los sirvientes: “Átenlo de pies y manos y
arrójenlo fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto
y el rechinar de dientes”. Porque muchos son
los llamados y pocos los escogidos». Palabra del
Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.
10. Profesión de fe
Símbolo Niceno-Constantinopolitano
Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible
y lo invisible. Creo en un solo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de
todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz. Dios
verdadero de Dios verdadero, engendrado, no
creado, de la misma naturaleza del Padre, por
quien todo fue hecho; que por nosotros los hombres y por nuestra salvación, bajó del cielo; y
por obra del Espíritu Santo se encarnó de María,
la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa
fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato;
padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día,
según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá
con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su
reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo,
Señor y dador de vida, que procede del Padre y
del Hijo, que con el Padre y el Hijo, recibe una
misma adoración y gloria, y que habló por los
profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa,
católica y apostólica. Confieso que hay un solo
bautismo para el perdón de los pecados. Espero
la resurrección de los muertos y la vida del
mundo futuro. Amén.
11. Plegaria universal
S. Padre, en el caminar hacia el banquete
eterno, presentamos las necesidades de esta vida
cotidiana. Tú que tan bien las conoces, atiende
lo que tu pueblo te suplica:
R. ¡Esperamos de ti, Señor!
L. Por el Santo Padre, los obispos, sacerdotes,
laicos, religiosos y religiosas que buscan acercar el
Reino de Dios a todo el mundo, para que puedan
seguir sembrando, en todos los hombres y mujeres
a través de su ejemplo, las semillas del Reino.
Roguemos al Señor. / R.
L. Por los enfermos y aquellos que sufren algún
mal del alma o del cuerpo, para que encuentren
dentro del rebaño de Dios, esas fuentes de
tranquilidad y reposo. Roguemos al Señor. / R.
L. Por los que fueron llamados a la fiesta eterna del
Señor, que nuestra plegaria sirva para reparar las
faltas de su corazón y puedan compartir la mesa
con Cristo. Roguemos al Señor. / R.
L. Por todos los aquí reunidos, para que veamos
en cada Eucaristía un anticipo de la mesa que Dios
nos tiene preparada, e invitemos continuamente a
otros a esta mesa. Roguemos al Señor. / R.
(Pueden añadirse peticiones particulares)
S. Señor, atiende estas súplicas y repara nuestras
fuerzas. Prepáranos para continuar el camino y
haz que al final de nuestros días, participemos
del banquete que tú nos tienes preparado. Te lo
pedimos por Jesucristo nuestro Señor. R. Amén.
III. LITURGIA DE LA EUCARISTÍA
12. Oración sobre las ofrendas
Con estas ofrendas, Señor, recibe las súplicas de
tus hijos, para que esta eucaristía celebrada con
amor nos lleve a la gloria del cielo. Por Jesucristo
nuestro Señor.
13. Antífona de comunión
Sal (33),11
Los ricos empobrecen y pasan hambre, los que buscan
al Señor no carecen de nada.
14. Oración después de la comunión
Dios soberano, te pedimos humildemente que,
así como nos alimentas con el Cuerpo y la Sangre
de tu Hijo, nos hagas participar de su naturaleza
divina. Por Jesucristo nuestro Señor.
LA PALABRA en la semana
Semana XXVIII del Tiempo Ordinario - 4ª del salterio
13 L Feria - Gál 4, 22-24. 26-27. 31—5, 1; Sal (112), 1-7;
Lc 11, 29-32
14 M San Calixto I (ML) - Gál 5, 1-6; Sal (118), 41. 43-45.
47-48; Lc 11, 37-41
15 M Santa Teresa de Jesús (MO) - Gál 5, 18-25;
Sal 1, 1-4. 6; Lc 11, 42-46
16 J Feria - Ef 1, 1-10; Sal (97), 1-6; Lc 11, 47-54
17 V San Ignacio de Antioquía (MO) - Ef 1, 11-14;
Sal (32), 1-2. 4-5. 12-13; Lc 12, 1-7
18 S
SAN LUCAS, evangelista (F) - 2Tim 4, 9-17;
Sal (144), 10-13. 17-18; Lc 10, 1-9
SACRIFICIO MISIONERO
Continuamos motivándonos en el mes misionero, para ello compartimos esta Segunda Semana
meditación que nos ayudará a asumir nuestro compromiso de cristianos. Octubre Misionero
Una de las valiosísimas formas de comprometerse con las misiones y de dar un aporte concreto
a la evangelización del mundo es a través del
ofrecimiento de los padecimientos. La vida cotidiana de todas las personas conlleva sacrificios,
renuncias, alejamientos y padecimientos. Existen también personas especialmente tocadas por
el dolor, sea por alguna enfermedad o limitación,
por alguna situación de vida particular como la
injusticia, pérdida de la libertad, pobreza extrema, alejamiento de los seres amados, etc. Los
cristianos que pasan por estos momentos sean
permanentes o eventuales pueden convertir su
dolor en amor que salva ofreciéndolo por la salvación del mundo.
«”Suplo en mi carne lo que falta a las tribulaciones de Cristo por su cuerpo, que es la Iglesia”
(Col 1, 24) esto lo dice el apóstol Pablo, indicando el valor salvífico del sufrimiento. Estas
palabras parecen encontrarse al final del largo
camino por el que discurre el sufrimiento presente en la historia del hombre e iluminado por
la palabra de Dios. Ellas tienen el valor casi de
un descubrimiento definitivo que va acompañado de alegría; por ello el Apóstol escribe: « Ahora me alegro de mis padecimientos por vosotros
».(2) La alegría deriva del descubrimiento del
sentido del sufrimiento; tal descubrimiento, aunque participa en él de modo personalísimo Pablo
de Tarso que escribe estas palabras, es a la vez
válido para los demás. El Apóstol comunica el
propio descubrimiento y goza por todos aquellos
a quienes puede ayudar —como le ayudó a él
mismo— a penetrar en el sentido salvífico del sufrimiento». (San Juan Pablo II, Salvifici doloris,
Nº 01)
Santa Teresita de Niño Jesús, patrona de las misiones, fue elegida para serlo aunque nunca salió
físicamente de los límites de su convento. Ella,
durante su corta y fructífera vida, ofreció todos
sus sufrimientos, padecimientos y enfermedades,
unida a su oración por las misiones. A esto llamamos sacrificio misionero. « ¡Madre mía! Os aseguro que el cáliz está lleno hasta los bordes. No,
jamás hubiera creído que era posible sufrir tanto...
No puedo explicármelo sino por mi deseo máximo de salvar almas...».
¿Quiénes pueden ofrecer su sacrificio por
las misiones?
Todos podemos unir nuestros sacrificios a las Misiones, es una manera de hacerlo provechoso y
valioso para la evangelización del mundo, uniendo nuestros padecimientos a los de Cristo en la
cruz. El dolor ofrecido desde la Fe se transforma
en valor y santidad. Si de esta manera ofrecemos
a Cristo los padecimientos estaremos participando activamente en la misión de la Iglesia.
Por eso, en la segunda semana de este octubre
misionero vamos a promover el ofrecimiento del
dolor con amor. Invitamos a hacer eco de los siguientes compromisos:
Compromiso para esta semana:
• Ofrecer los sufrimientos personales por la santificación de los misioneros.
• Promover durante este mes visitas a los enfermos y ancianos incentivarlos a participar
en la obra de la UEAM (se puede conseguir
dípticos como ofrecer el dolor por las misiones en la sede de las OMP)
• Difundir la reflexión sobre la Carta Apostólica
Salvifici Doloris y Evangelii Gaudium
Obras Misionales Pontificias
Mariscal Miller 1524 Lince
Teléfonos 4724950-472030
www.omp-peru.org
el DOMINGO - Director: P. Luis Neira R. ssp. Coordinación: Milagro Bronttis de Quispe. / Con licencia eclesiástica / Marc. reg. Resol. Indecopi N° 006852-1999,
Certif. N° 0055702 Edita: SAN PABLO, Av. Armendáriz 527 - MIRAFLORES. Lima (Perú) / Telfax: (01) 446 0017 / [email protected]
www.sanpabloperu.com.pe / Redacción: Pbro. Antonio Díaz M., igs.; Pbro. Pedro Hidalgo Díaz; Diagramación: Diego Sánchez Peña
Imprime: Editorial Roel S.A.C. / Para envíos y suscripciones: [email protected] / Telfax: (01) 446 0017
• Los textos litúrgicos corresponden a los aprobados por la Conferencia Episcopal Peruana. / Este subsidio no sustituye el uso de los Libros Litúrgicos.