AÑO XLIIL — NÜM. XVI. BELLAS ARTES. CARIDAD. Siguiente

AÑO X L I I L — NÜM. XVI.
PKECIOS DE SUSCRIPCIÓN.
Proiincia»
Extranjero
ASO.
SEMESTRE.
TKIMESTEE.
35 pesetas.
40 id.
50 francos
18 pesetas.
21 id.
26 francos.
10 pesetas.
11 id.
14 francos.
AÑO.
ADMINISTRACIÓN:
A EE
N A U.
18.
Madrid, 30 de Abril de 1899.
BELLAS
PKECIOS DE PlISClilPClON. PAGADEROS EN OKO.
Cuba. Puerto Rico y Filipinas. 12 pesos fuertes.
Demás Estados de Amér cu y
Asia
«J francos.
ARTES.
CARIDAD.
CUADRO DE J .
KUPI'ER*.
Siguiente
SE1IESTBE.
7 pesos fuerte».
35 francos.
LA ILUSTRACIÓN
246 — s.»
SUMARIO.
TEXTO.— Crónica general, por B. JoRé Fernández Bremón. —Nuestros grab ilos, pur i>. C ríos Luis de (Juenci. - La historia inédita.
La muerto del principe Mur.t, por ü . Juan Pérez de juzmán.—
EL m int >n de Al.iuila. Cuento de autos, pur L». Nicolás de Leyva.
— El canal de Nicaragua, por D. G. Keparaz.— Poesía d-j las cosas:
Las reja-. La flor del loto, ju r I). Francisco A. de Icaza.—i'or anibosmuados. Narraciones cosmopolitas, por D. Rieirdo Beceno de
Bengoü. — Libros presentados a esta. Redacción por autores ó editores, por C. — Sueltos.—Anuncios.
GBVBADOS. —Bellas Altes: Caridad, cuadro de J. Koppers. Madrid:
El Iíetlro. dihujos de Alcalá Gallano. Mota y M. Jorreto. En el lívItru, cua'Jro de Muñoz Lucena. — X<JI auiversario del 2 de Mayo:
Retratos de los principales personajes de la epopeya nacional
en lsui. Defensa del jjarque de Alaiirhl el 2 de ¡layo de 1808, bajo
relieve propiedad del Sr. D. Francisco Silvela. Mala de Daoiz y
Velar ie en el Museo de Artillería. — Retrato del limo. Sr. D. Andrés de Llauradó y Fábregas, inspector central del Cuerpo de Ingenieros de Montes. — Retrato del Excmo. Sr. D. Ángel Lasso de
la Vega, individuo correspondiente de varias academias nacionales y extranjeras. — Canal de Nicaragua: Plano general, trazados
y perfiles longitudinales del proyecto, por G. de Federico.- Lasescuadras italiana y francesa en el puerto de Cagliari (Uerdeña).
ESPAÑOLA
Y AMERICANA
minución del 2ó por 100 de intereses en esa cifra á
los sacrificios que juzga necesarios: pedir al Banco
una redacción equivalente, y convertir sus créditos
con el Estado en un p ipel amortizable en noventa
años, y contratar un empréstito en oro fuera de
España con las; gran les empresas de ferrocarriles,
unificando tod is las concesiones en las del Norte
y Mediodía. Este es, en esqueleto, el pensamiento
del Sr. Gómez de Aróstegui, con la circunstancia
de que admite la conservación del 4 por 100 perpetuo, gravado en el 2"> por 100 de intereses, condición que, en cuso de necesidad, preferirían los
tenedores, pues así resultarían contribuyentes de
un modo ostensible, en vez de serlo sin que se les
agradeciera (1). El plan está muy estudiado y no
nos permitiremos ninguna observación: éstas co-.
rresponden á las personas competentes. Nos limitamos á exponer, y nada más, como periodistas,
las opiniones de un maestro y de un amigo respetable, confesando nuestra ignorancia.
30 ABRIL 1899
treinta mil variaciones; una de ellas será la nueva
voz conductividad para expresar la condición de
los cuerpos capaces de transmitir el calor y la electricidad, en vez de conductihilidnd que ahora se
usa; se ha emprend'do la reforma de las terminaciones de les cuerpos simples, desfiguradas en las
traducciones del francés; las palabras dyne, erg,
o/itn, vol.l, ampirn, coulomb, farad, ira tí y joule
que hoy se usan en las obras técnicas, se han castellanizado en esta forma: diario, ergio, ohmio,
voltio, amperio, culombio, faradio, vatio y julio;
y se pronunciarán como esdrújulos electrólisis y
dinamo. Los que tenemos precisión en los periódicos de nombrar las cosas nuevas que se inventan
fuera de España, desearíamos que la Academia
determinase la formación de esas voces nuevas
antes de que se difundiesen las palabras bárbaras.
¿Cómo? Por medio de vigías que avisasen la aparición del enemigo, como se hace en tiempo de invasiones. Y hoy se hace mucha guerra á la lengua,
y el enemigo está dentro de casa.
CRÓNICA GENERAL.
los síndicos de estos ó aquelíos gremios para rehuir los gastos de
la guerra (El Imparcial ya ba consignado con tristeza que la idea dominante es el egoísmo de clase) y levantemos el espíritu tendiendo la vista más
allá, que no será por cierto para fijarla
en la codicia con que tres grandes potencias
se disputan los provechos de Samoa, ni en
la lección que están dando los tagalos, no
sólo á los yan/rens, sino á los pusilánimes que en
España sólo atendieron á ciertos intereses materiales, que en último caso se hubieran defendido
mejor con las armas que humillándonos: ni nos
interesa la chispa internacional tomada por el
capitán Coghlan al regresar de Filipinas, en que
cantó coplas ofensivas al Emperador de Alemania, el que felicitó al poeta inglés, cantor de Ja
Anexión diplomática de Filipinas á los Estados
Unidos; allá se las compongan. Para los buenos
españoles hay un punto del globo llamado Baler
que atrae su corazón, y hacia el cual vuelven con
pena y orgullo los ojos del espíritu. En él se defiende hace un año, contra los tagalos, un corto
destacamento, mandado por el capitán Las Morenas, y sólo allí Ilota todavía, defendida á balazos,
la bandera española, y ha ganado el derecho á todos los honores militares. Ni las intimaciones del
enemigo abaten su v¡dor, ni los consejoR de la prudencia vencen HU ánimo: el heroico subalterno y
los pocos poro inmortiles sollados que defienden
aquel rincón de nuestros dominios, y ganan honra cuando tanta se ha perdido, y dan con su sacrificio tal lección á propios y extraños, prueba
que si hay degenerados, también hay quien conserva el antiguo vigor de nuestra raz;i, y continúa
la hermosa y tradicional leyenda que hace palpitar el corazón y ha de ser, sostenida por el deber
y el sentimiento, la que nos levante y rehabilite;
que al fin y al cabo los que tienen brío se imponen á los débiles. Enviamos un aplauso á ese puñado de buenos españoles, y ojalá puedan volver
á España á recibir los abrazos y los laureles que
han ganado.
Entre los diversos congresos que se celebrarán
durante la Exposición Universal de París, interesa á los que cultivan las bellas artes el Congreso
internacional de enseñanza del dibujo, convocado
oficialmente por decreto de 19 de Diciembre último, para reunirse en París el 1." de Septiembre
de 1900. Nombrada una junta de treinta individuos para organizarle, ésta ha dispuesto que basta
para pertenecer al Congreso manifestar ese deseo
antes de empezar las sesiones y pagar 10 francos:
el presidente es Mr. Pablo Colin, inspector principal de la enseñanza del dibujo en los museos.
Habrá tres secciones de enseñanza: general, técnica y especial: durarán las juntas cuatro días.
Los que quieran pertenecer al Congreso deben dirigirse á Mine.
Luisa Chatrousse, secrétaire genérale de la cr>mmission d'organisation, boutevard
Sainl-Germa.in, 117,a París. Nos alegraríamos de
vertís si supiéramos que el profesorado español de
bellas artes ó los aficionados acudían á este llamamiento para discutir y examinar los métodos de
la educación artística en todos los países.
Cuando la Academia de la Lengua eligió individuo de número á D. Daniel Cortázar, todos le conocían como hombre de suber en su profesión de
ingeniero de minas, le suponían buen matemático como hijo de su padre, y gran geólogo por ser
Hiibdirector de la Comisión del Mapa geológico de
España; pero, aun concediéndole los méritos que
la fama lo atribuía, los creían limitados á las tareas en que adquirió su renombre, y achacaban
algunos á imposición del Sr. Cánovas, y gusto de
ejercer su dictadura, la designación involuntaria
del que había de ocupar su propia vacante. Pero el
Sr. Cortázar, que había escrito mucho de eeo que
en España leen pocos, Con su discurso de recepción
en la Academia, no sólo tomó posesión del sillón
vacante, sino que demostró gallardamente que le
ocupaba con derecho, en su bien escrito y razonado trabajo acerca de los neologismos. EÍ tema,
en un escritor menos hábil, hubiera dado por resultado un discurso intolerable para el auditorio
mestizo que acude á esas juntas, aunque era un
estudio propio de aquel acto: y el recipiendario
tuvo el tino de desarrollar y condensar á la vez su
asunto en estilo claro y terso, demostrar mucha
Entre las diversas opiniones emitidas para el y no común erudición literaria, clásica y moderarreglo de la cuestión económica merece especial na, y, ciñéndose á la lección, ser á ratos satírico
mención, por la autoridad de 6U autor, la del exce- sin saña, grave y ameno en justas proporciones.
lentísimo Sr. D. Isidoro Gómez de Aróstegui, an- Aparte de la importancia del discurso, tuvo éste
tiguo consejero del Banco de España, á quien más el valor de revelar á los no iniciados la existende una vez se ofreció la cartera de Hacienda, y cia de un literato de mérito, que va á la Academia
que ha influido con su co sejo en la solución de con un buen caudal de conocimientos adecuados á
altos asuntos económicos. Por desgracia para nos- las tareas que debe desempeñar y que sabrá justiotros, sa trabajo no admite extracto sino despo- ficar la buena elección del Sr. Cánovas.
jándole de sus ideas, expresadas con sobria elegangancia, porque los cálculos aritméticos no pueden
abreviarse. Pero como el Sr. Gómez Aróstegui
sólo habla en las grandes ocasiones, y su opinión
No es posible dar idea del discurso completado
se oye siempre con respeto, aun cuando se disien- por la notable contestación del Sr. D. Eduardo
ta de algunos conceptos atrevidos, diremos que Saavedra.que amplió sus conceptos: el estudio de
defiende en sustancia tres objetos principales: los neologismos es un tema inagotable, siempre
conveniencia de robustecer el crédito del Banco del día, desde que nacen hasta que mueren los
de España, al qua desearía se adjudicasen, no sólo idiomas, porque es el fenómeno continuo de su
el producto d¿ la indemnización de los yankees, renovación: nos limitaremos á recoger algunas
sino el de la venta en oro de las Carolinas, Maria- noticias de actualidad que nos da el sabio acadéna? y Feraand3 Póo, pira crearle un fondo en me- mico. La edición duodécima del Diccionario de la
tílico que, con lo que hoy posee, se elevase á 800 Academia de 1884 fue de 15.000 ejemplares, agomillones de pesetas en oro y 308 en plata: refor- tados años hace: de la próxima, que llega en lo
mar sus estatutos é implantar el crédito personal, impreso á la letra V, se tirarán 2ñ.0(l0, y llevará
que auxiliase por medio de pagarés comerciales á
los productores: conversión de todas las deudas en
una sola del'6por 100, con la proporcionalidad
(1) Los tenedores de deuda ya eonrertida son en realidad
debida, de manera que, sirviendo de tipo el 4 por hoy contribHyenUs, sin que se les reconozca como tales por
haberse
la reducción que se hizo en sns créditos, y en
100 de deuda perpetua, contribuyesen con la dis- derecho oWidado
se bailan en situación diferente de los otros.
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Inicio
¿Llueve ó no llueve?
Los labradores lo desean para el campo, los
limpiabotas en las ciudades y los enfermos para
su mejoría. En cambio los acaparadores de granos
desearían que se perdiese la cosecha, que les amenazaba con ser buena. Está acabando Abril y las
lluvias se retrasan, y duele leer estos partes atmosféricos: «Ayer no llovió en ninguna provincia.» Los partidarios de la política hidráulica van
teniendo razón, aunque ya empiezan á alarmarse
de la lluvia de proyectos para el aprovechamiento
de aguas que publican los periódicos, como si dijeran:
— Queríamos riegos, y ustedes nos preparan una
inundac.ón.
Pero como no demuestran que éste ó el otro
sean innecesarios, entendemos que no ven con
gusto que se hagan canales ó pantanos si no emanan de su pensamiento. Día llegará en que las
ideas se han de inscribir en los registros de la
propiedad, para que nadie pueda usar de ellas si
están ya inscritas y tomadas. Hace pocos días se
disputaba en la prensa de quién era la idea de que
se derriben l;<s casas denunciadas para dar ocupación á los obreros; y á todo esto callada la Sociedad de maestros de obras, que propuso hace tres
ó cuatro años eso mismo en documento que publicaron todos los periódicos.
¡Oh, las ideas y sus dueños!
Fsfca propiedad
nos recuerda el famoso anuncio que publicó hará
muchos años en un periódico de la Habana un
capitán loco, declarándose único y legítimo'poseedor de los espacios imaginarios.
— ¿Conque la Academia ha decidido que el volt,
se diga voltio; el coulomb, culombio; el icatt, vatio; el erg, ergio, etc. etc.? ¿Qué opina usted?
— Que la Academia está perdiendo una ocasión
de aumentar los consonantes en adre, aile, ongrio,
árbol y otros que necesitan con tanta urgencia los
poetas, y aumenta las dificultades de la rima con
esas voces nuevas.
—¿Y qué remedio?
— Que no se introduzcan las voces sino aconsonantadas y en pareja, como los guardias de Orden
público.
— ¿Usted aprueba las huelgas?
— Hombre, según: hay una que deseo hace tiempo v nunca llega.
—¿Cuál?
— Una huelga de ladrones.
— ¿Cuáles son los enemigos del bolsillo?
— El sablacista y el mendigo.
— ¿En qué se diferencian?
— En que uno le traspasa con sable y el otro
con aguja.
Disputaban un andaluz y un castellano sobre si
eran más ó menos milagrosos los patrones de sus
pueblos.
— Al nuestro—decía el castellano, — siempre
que hay sequía le sacamos, y al momento se nubla el cielo.
— ¿Nada más?
— ¿Y el de usted?
— No nos atrevemos á sacarle por no exponernos á que caiga otro diluvio.
JOSÉ FERNÁNDEZ BKEMÓX.
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LA ILUSTRACIÓN
30 ABRIL 1899
NUESTROS GRABADOS.
IIKLLAS AKTBS.
Caridad, cuadro de J. Kopper». — HadriA: Kn el Retira, dibujo» de
Alcalá Galiano, Mota y M. Jorreto. — En el Jtetiru, cuadro de Muñoz Lucen» ípáK. 1.', 252, 2f>3 y 256 >.
Desde las primeras imágenes de la Caridad, en
las esculturas decorativas de la época ojival, han
seguido los artistas representando tan sublime
virt jd en la figura de una matrona que ampara y
sustenta á varios niños. Así aparece en los monumentos sepulcrales del Renacimiento, y en la misma forma en los cuadro», entre los cuales merecen especial mención el de Andrés del Sarto,
existente en el Museo del Louvre de París, y el de
Jorge Vasari de nuestro Museo del Prado.
El pintor alemán contemporáneo Koppers, autor del cuadro que reproduce nuestro grabado de
la primera página, ha seguido la tradición artística
en lo esencial, pero dando cierta novedad á su
composición. La matrona tiene en su regazo un
niño de pecho y otros dos infantes, que se reparten frut is, y acaricia á otro muchacho sentado en
las gradas de su solio: decoran éste flores y frutns
en abundancia, como simbolizando los tesoros
de la caridad, que cuanto más se prodiguen más
crecen.
Aun cuando su nombre oficial es Parr/ue de Madrid, para los madrileños siempre se llama y se
llamará mucho tiempo el Retiro.
En la parte oriental del antiguo Madrid, y arrimada al convento de San Jerónimo del Prado,
tenían los reyes una residencia con el modesto
nombre de Cuarto. Don Felipe II la ensanchó con
jardines y galerías, la cercó de fosos y la flanqueó
con cuatro torres, á semejanza de una quinta de
Inglaterra donde con su esposa María Tudor había residido. Así empezó el Rúen Retiro, cuya importancia creció cuando el Conde-Duque Olivares
ideó ofrecer á los placeres del rey D. Felipe IV un
lugar deleitoso, contribuyendo la villa de Madrid
á la fábrica dol Buen Retiro, en ItüiO, con 20.000
ducados. Construyóse entonces el palacio, compráronse terrenos, se hicieron desmontes, y se embelleció aquella mansión en que las obras maestras
de nuestros poetas se representaban, y los armoniosos conciertos y los saraos y mascaradas se celebraban con gran pompa y regocijo.
Allí también pasó su enfermiza niñez el desdichado Carlos I I . sucediendo á la alegría de las
espléndidas tiestas la soledad y la tris'teza; pero
cuando en 17:54 el incendio del alcázar obligó á
Felipe V á morar en el Buen Retiro mientras el
actual Palacio Real se construía, volvieron á brillar en aquel lugar los esplendores de la corte.
«Para las grandes óperas cantadas á presencia
de Fernando VI, dice el Sr. Quadrado, levantóse
un suntuoso teatro, si bien los jardines mismos,
bajo la bóveda del cielo, ofrecían á veces una escena más natural y grandiosa á aquellas mágicas
representaciones. Servía entonces de palco á los
espectadores una casita ó cenador con columnas
de alabastro en su portada, situada al extremo del
jardín de San Pablo, en el sitio que antes ocupó
una ermita dedicada al santo anacoreta. Había
bosques y alamedas, huertas y jardines; los había
para todas estaciones, de invierno, de verano y
de primavera, y sobre masas de verdor destacaban admirables estatuas para realzar con las maravillas del arte los encantos de la Naturaleza. La
ecuestre de Felipe IV se erguía en el jardín principal, adornaba el pórtico del de los reinos la de
Isabel Emperatriz, y en el de San Pablo tres efigies de bronce atestiguaban la rara habilidad de
León Leoni, representando las dos menores de
Felipe II y María reina de Hungría y la principal
de Carlos V, hollando con imperial majestad al
furor encadenado.»
Desde el día tristemente memorable del 2 de
Mayo de 1808 se convirtió en baluarte del ejército extranjero, que destrozó bosques y jardines
y destinó á cuadras y cuarteles lo que quedaba de
las regias estancias. Los aliados ingleses completaron la obra destruvendo la notable fábrica df
la China, donde se labraban exquisitas obras de
porcelana.
Después de volver á España D. Fernando VII
se restauraron aquellos bosques y jardines deliciosos; mas del palacio sólo quedó el Salón de reinos, donde está hoy el Museo de Artillería, y el
Canon, donde se halla el Museo de reproducciones.
Desde la Revolución de 18t">8, el Buen Retiro ha
sufrido grandes reformas: unas que, á nuestro
juicio, le han quitado muchos de sus encantos, y
otras que le han mejorado notablemente. Entre
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ESPAÑOLA
Y AMERICANA
N.° xvi — ^4
las primeras consideramos la desaparición de su
frondoso bosque para la construcción de edificios
y calles, y la tila de su arbolado para sustituir su
rica vegetación por la humilde verdura de los
prados artificiales; y entre las de embellecimiento, su nueva verja y puertas, los paseos del lado
del Mediodía, el palacio en que se halla instalado
el Museo y biblioteca de Ultramar, y el llamado
Palacio de Cristal, donde ha celebrado exposiciones de pintura el Circulo de Bellas Artes.
En la doble página publicamos una artística
composición con dibujos de Alcalá Galiano, Mota
y M. Jorreto, y en la 25G el cuadro de Muñoz Lucena, cuyo fondo es el embarcadero del estanque
y ronde del Buen Retiro.
El otro grabado representa la nueva sala de
Daoiz y Velarde en el Museo de Artillería. En
ella aparecen sus fúnebres trofeos: las urnas de
madera con forro de terciopelo negro y adornos
dorados que sirvieron para guardar las cajas de
plomo que encerraban los restos de los ilustres
capitanes en la iglesia de San Isidro, desde 1814
hasta 1840, en que se colocaron en el monumento
del Prado. Y consérvanse también en dicha tala
prendas de sus uniformes, retratos y recuerdos de
aquellos héroes que, como vivos y presentes, tienen su puesto de honor en el Cuerpo de Artillería.
La organización de la referida sala se ha hecho
siendo jefes del Museo el general D. Adolfo Carrasco, el coronel Vidal y el malogrado teniente
coronel D. Felipe Arana.
XCI ANIVERSARIO DEL 2 DE MAYu
o o
(págs. 248 y 249).
En recuerdo de aquella memorable jornada del
2 de Mayo de 18<>8, que encendió el patriotismo
español y lo lanza á la guerra de la Independencia contra los poderosos ejércitos del Capitán del
siglo, publicamos en la página 248 los retratos de
los principales personajes que en aquellos sucesos
intarvinieron.
El rey D. Fernando VIT, ídolo del pueblo que
luchó heroicamente por devolverle la usurpada
corona, figura entre sus hermanos el infante don
Francisco y la Reina de Etruria, cuya conducción
á Francia dio ocasión á la rebelión del 2 de Mayo
en Madrid. La infanta María Luisa, á quien se había dado el título de reina de Etruria, en el ducado
de Toscana, á cambio de la cesión á Francia de la
Luisiana, y su hermano el infante D. Francisco,
que tenía trece años á la sazón, debían partir ea
la mañana del 2 de Mayo. Salió, en efecto, á las
nueve la primera; pero al ver que en los coches
que quedaban iban á ser conducidos los infantes
D. Francisco y D. Antonio, al grito de una mujer
que exclamó: ;Que nos los llevan.', el pueblo se
abalanzó á los carruajes, cortó los tiros
y, sin
previa intimación, recibió una descarga de las
tropas francesas, y corrió por Madrid gritando:
¡A las armas! ¡Guerra á los traidores!
Debajo de los anteriores retratos están el odiado favorito D. Manuel Godoy, arbitro de España
en el reinado de Carlos IV, y el canónigo D.Juan
Escoíquiz, preceptor del Principe do Asturias y
verdadero jefe del partido fernandista.
Debajo del retrato de D. Fernando VII está el
de Napoleón Bonaparte. A un lado el príncipe
Murat, general en jefe del ejército invasor que
dispuso las crueldades del 2 de Mayo, ocupó el
trono de Ñapóles y fue fusilado en 181f), y ni otro
lado José Bonaparte, rey de España impuesto por
Napoleón, á quien el pueblo español puso el despectivo sobrenombre de Pepe Botellas.
El general Castaños, ilustre vencedor de Bailen; Luis Daoiz, que en la defensa del parque de
Monteleón. en unión de Pedro Velarde, halló
gloriosa muerte: el general Palafox, defensor de
Zaragoza: el general Alvarez, héroe de Gerona;
el Marqués de la Romana, que vino de Francia
con su ejército á defender la patria; el Empecinado Juan Martín , prototipo del audaz é indomeñable guerrillero español, recuerdan los caudillos de aquella desigual y épica guerra; y Jovellanos, Floridablanca, Quintana, Gallego, Conde
de Toreno y Marqués de Astorga, los venerables
patricios que, además de intervenir en la gobernación del reino en aquellas difíciles circunstancias, brillaron en las ciencias y en las letras españolas.
A todos los enérgicos defensores de nuestra independencia consagramos hoy el homenaje de
nuestro recuerdo, más vivo que nunca; porque tá
recientes desdichas nos han demostrado que el
poseer una historia gloriosa no asegura á título de
mayorazgo la victoria y el poderío, no por eso
podemos convencernos de que sea el mejor medio
para regenerarse un pueblo y reconquistar su perdida grandeza renegar de sus glorias pasadas y
llamar leyenda á la historia. Si pudo ser estéril
la vanidad de recordarlas, siempre será santo y
noble el sincero deseo de emularlas nuevamente.
Completan nuestro recuerdo á los héroes del 2
de Mayo los grabados de la página 249. Reproduce
el primero un hermoso relieve de la defensa del
parque de Monteleón, hecho á expensas de D. José lbáñez en su fábrica de Sargadelos (Asturias i
en 1814. Ti es ejemplares se conservan en Madrid
de este bajo relieve: uno en la biblioteca del Real
Palacio, otro en el archivo del Ayuntamiento, y el
último en el despacho particular del Excmo. señor
Presidente del Consejo de Ministros, D. Francisco
Silvela.
Inicio
1I..MO. SR. D. AXO&'S DE LI.AfRADÓ Y FÁBREGAS
inspector general del Cuerpo de Ingenieros de Monteu (pág. 250).
El 2 del corriente, después de larga y penosa
enfermedad, con heroica resignación sufrida, falleció á la edad de cincuenta y ocho años el ilustre
barcelonés D. Andrés Llauradó, inspector general
del Cuerpo de Ingenieros de Montes.
En la cátedra, en el Ateneo, en la Academia y
en los congresos científicos, la ciencia de Llauradó dejó en el libro, en el folleto y la revista la huella indeleble de una personalidad vigorosa y positiva y de una inteligencia sana, robusta y equilibrada.
«Sabido es — dice uno de sus biógrafos — que en
su cátedra de la Escuela se ha formado la mayor
parte de los ingenieros de montes que ejercen su
carrera en los distritos forestales de la nación.
Como publicista, deja un libro titulado Tratado
de aguas y rieyos, declarado obra de texto, en el
cual se estudia de la manera más completa la hidrología agrícola en general, y en particular la
española. Libro de consulta en todos los países del
mundo, los ingenieros encuentran en él todo el
caudal de la hidráulica española desarrollada á
través de los siglos en las feraces vegas andaluzas,
murcianas y valencianas; nuestros grandes pantanos están en sus páginas hábilmente descritos,
así como los caudales do nuestros ríos y las obras
de nuestros canales científicamente estudiadas, y
su labor concienzuda, clara y bien desarrollada,
sin grande aparato científico, pero sin carecer de
cuanto pueda interesar al ingeniero y utilizar el
práctico, está expuesta con una claridad de concepto que bastaría por sí sola para dar crédito y
fama á su autor, cuya muerte ha de lamentar España entera, y especialmente Cataluña.»
Son sus obras principales las siguientes:
Tratad) de ayuas y rieyos é Hidrología agrícola de España (dos tomos), segunda edición.
Madrid, 1884.—Auxilios del Estado á las empresas de riegos, saneamientos y mejoramientos agrícolas. Madrid, 1882.— Cultivo del arroz por medio
de rieyos intermitentes. Asociación francesa para
el adelanto de las ciencias. Congreso de Eouen,
1883.— El crédito agrícola en España. París, 1884.
— Los rieyos en las tierras laborables de Espafba.
Asociación francesa para el adelanto do las ciencias. Congreso de Toulonse, 1887.—Las aguas subterráneas. Asociación francesa para el adelanto
de ^ s ciencias. Congreso de Oran, 1888.— Canales de riego. Conclusiones formuladas sobre el
tema y discurso en su apoyo en el Congreso económico nacional de Barcelona, 1888.—Las queserías pirenaicas francesas y su importancia para
la conservación de los montes, 1888.—Porvenir de
los canales de riego. Ponencia en el Congreso para
la utilización de las aguas fluviales. París, 1889.—
Esclusas y dej/ósitos para el riego. Asociación
francesa para el adelanto de las ciencias. París,
1889.—La. navegación interior en Esj.aña. Ponencia en el Congreso Internacional de Manchester,
1890. — Proyecto de ley de auxilios á los canales y
pantanos de riego y e.rjwsición de motivos de la ley.
Trabajo encomendado por el Excmo. Sr. Ministro
de Fomento, 1891.— Cullurade las dunas en Andalucía. Asociación francesa para el adelanto de
ciencias. Pau, 1892.—Dejtótitos de aguas establecidos en España. Congreso internacional de nave-*
gación interior. París, 1892.—Causas de la depreciación de cereales y modo de combatirlas. Congreso
internacional de Agricultura de Budapest, 1896;
EXCMO. SR. ll. ÁXGIL LASS.O 1<K LA VEGA .
individuo correspondiente de varia» academias nacionales
y extranjeras.
El día ("> del actual falleció en esta corte el distinguido literato D. Ángel Lasso de la Vega, cuyo
retrato publicamos en la página 255.
Había nacido en San Fernando, Cádiz, el 1."
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XCI ANIVERSARIO DEL 9 D E
MAYO.
1. Infante Francisco de Paula.—2. Fernando VII.—3. Reina de Etruria. — 4. El Príncipe de la Paz.— 5. Juan de Escoiquiz. — ti. El principe Murat.
7. Napoleón Bonaparte.—8. José Bonaparte. — 9. El Marqués de la Romana. —10. Mariano Alvarez. —11. Luis Dioiz. —12. Francisco Xavier Castaños. —13. El Conde de Floridablanca.
14. Juan Xicasio Gallego. —15. José de Palafox.— ló. Juan Martin (El Empecinado). —17. José Manuel Quintana.—18. El Conde de Toreno.
19. Gaspar M. de Jovellanos.—20. El Marqués de Astorga.
EPOPEYA
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NACIONAL
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E X 1808.
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LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA Y AMERICANA
80 ABBIL 1899
>
vi — 249
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I)K M A Ü R I l j
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MAYO DE
18Ü8.
(Bajo relieve, propiedad del Exumu. Sr. D. Krancituo Bilvela.)
M A D R I D . — SALA DE DAOIZ Y VEL.ARDK EX EL MUSEO DE ARTILLERÍA.
. (De fotografías de Franzen.)
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LA ILUSTRACIÓN
-255) — N.°
de Octubre de 183i, y demostró desde temprana
edad su afición á las bellas letras. Deja gran número de obras que le valieron justa fama de escritor, como crítico y como poeta. Entre ellas recordamos las siguientes:
Historia y juicio critico de la Escuela poética
sevillana en 'tos siglos XVI, XVII, XVIII
y
AYA" (premiada por la Academia Sevillana é impresa por el Ministerio de Fomento); La danza
de la muerte en la poesía castellana, y Calderón de
la Barca (estudio de sus obras); las poéticas El
llanto de Raquel (canto épico), Ecos de la antigua
España, Colón y España, La batalla de Suiza,
Cien fábulas originales y otras cien
traducidas, El rey D. Jaime de
Aragón en la conquista de Mallorca (canto épico), .4 la ciencia (oda).
Fabulistas extranjeros; las dramáticas Una deuda de honor, De Salamanca ¿Madrid,
Lajuglaresa,
El maestro Fugatlo, Un viaje á la
eternidad, Un sueño de gloria, El
licenciado Burguillos, La regata; y
las históricas Viajeros españoles de
la Edad Media (conferencia pronunciada en la Sociedad Geográfica
de Madrid) y otras. Fue colaborador de la Revista Europea y de LA
ESPAÑOLA
Y AMERICANA
losas de sus hechos, y cuya figura aumenta siempre en proporciones. Pero aquel astro desmayado
de Murat, más débil que una caña según la frase
gráfica de su propio imperial cuñado á su esposa
Carolina, y á quien, cuando la fatuidad no le exalta, sólo le deja traslucir con horror el rastro de
sangre que, como á repulsivo verdugo, salpica el
ostentoso recamado de sus caprichosos uniformes
recargados de bordaduraa de relumbrón, dado el
triste papel, ó reflejo ó casi nulo, que representa
en la historia hasta del trono napolitano que llegó
á ocupar, sólo invita, para que se le perdone, á la
obscuridad silenciosa del olvido. Se escriben li-
ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA Y AMERICANA.
30 ABRIL
1899
'J de Mayo, en que, después de noventa años,
palpitan siempre vivos los sentimientos de la indignación , su memoria no puede despertarse sin
arrancar los apostrofes del rencor y del odio. En
la misma Francia, su patria nativa, nada representa: una figura decorativa, fatídicamente decorativa en el fondo de nubes sombrías de un cuadro
de trágica composición. ¿A qué esos libros, esas
proyectadas estatuas y esas extemporáneas divinizaciones? Porque ahora, como en 1820, no hay revoluciones en España, donde un nuevo Napoleón
Aquilea Murat venga á escondidas, bajo el título
de Conde de Survithieri, á bordo del bergantín
norteamericano V Active, del mando del piloto Whecles, para ofrecer
sus servicios con cartas del presidente de los Estados Unidos, mister Adams, á los exaltados que el
grito de Riego hizo desertar en Cádiz de las expediciones militares
preparadas para ir á sofocar las insurrecciones sudamericanas; ni ningún Luciano Carlos Murat osaría,
como en 1861, arrojai»sobre la compacta Italia proclamas en pretensión de derechos augustos á la corona de Ñapóles. ¿Qué significa, por
lo tanto, esta pretendida resurrección?
Ni España en 1820, ni Italia en
1861, vengaron en los hijos del
príncipe Joaquín Murat las ambiciones alimentadas contra la paz de
estos Estados, desde las laboriosas
emigraciones de Filadelfia, Washington, Charleston y Nueva Orleans; pero si los recuerdos de sangre del origen de esta estirpe de
príncipes deshonorados no debe lahrar de continuo en su conciencia
la melancólica reflexión de sus patéticas tragedian, no fue para toda
la raza tan lisonjera la fortuna que
al menos no les aguijonee siempre
la memoria el fantasma de aquel
horrible sacrificio en que quedó
ahogada para siempre en propia
sangre, en la ejecución de Pi/,zo, la
desapoderada ambición del trono.
Ni el ingrato abandono de sa favorecedor después de la batalla de
Leip/á/, ni la veleidosa coquetería
de los pactos celebrados COTÍ Inglaterra y Austria, ni la provocadora
invasión militar de IOH Entados limítrofes subditos del I'apa ó feudatarios del Emperador, ni las ameCANAL DE NICARAGUA : PLANO GKnizas en Roma al Santo Padre, al
NEHAL, TRAZADOS Y PERFILES LONproscrito Carlos IV y á su hija desGITUDINALES DEL PROYECTO.—
tronada la Reina de Etruria, ni la
(Véase el grabado de la página 257
protección dispensada por la coloy el artículo del Sr. D. Gonzalo Renia de los de su familia, que se haparaz en la 255.)
bía refugiado á la sombra del solio
pontificio y que desde la capital del
orbe católico intrigaba en todos los
ILMO. SR. D. ANDRÉS DE LLAURADO Y FABREGAS,
gabinetes, no ya para la restauraCBKDBNA.
INSPECTOR GENERAL DEL CUERPO DE INGENIEROS DE MONTES.
ción triunfal del augusto retirado
Las escuadras italiana y francesa en el puerto
de la isla de Elba y para la conserf en Barcelona el día 2 del corriente.
de Cagliari (pág. 2(i0 .
vación del trono de Ñapóles para
(De fotografía.)
Murat, Bino para nuevos engrandeCon motivo del viaje de Sus Macimientos geográficos, bastaron á
jestades los Reyes de Italia á Cerconstituirle en salvo la corona. Su trono era una
deña, acudieron á la rada de Cagliari
para saludar á los Soberanos la escuadra francesa bros para justificarle, principalmente de su triste usurpación; su reinado una imposición del miedo
del Mediterráneo, que manda el almirante Four- misión en España (1); se habla de proyectos para y la victoria, y ninguna intriga ni ningún prestinier, y la italiana, mandada por el almirante Ma- la erección de una estatua, y en las columnas de gio eran suficientes para una soberanía que no
gnaglii. Al unir sus salvas y tremolar juntas sus Le Gaulois la frivola musa del boulevard entre- descansaba sobre la firme base de la pública vobanderas, dice un periódico francés, no solamente tiénese, en su afán de divinizar todo lo vulgar y luntad ni del derecho de los siglos.
ofrecieron un pintoresco y curioso espectáculo, grosero, en tejer en su honor novelas sentimenSe ha escriio que Murat habría podido sostener
sino que dieron á los estados mayores y á las tri- tales. Cui prodest? Alemania, donde obtuvo el
pulaciones la ocasión de fraternizar. En efecto, primer rango de príncipe, no por los hechos re- su cetro en Ñapóles de haber abandonado resuella larga visita hecha á los Reyes por el almirante lumbrantes de su espada, sino por su matrimonio tamente la causa de Napoleón y adherídose á la
Fournier, y los brindis cambiados á bordo del con la hermana más amada del Emperador, á pe- coalición europea contra el tirano, y que á estas
acorazado francés Brenus, se consideran general- sar de haber unido la sangre de su familia impro- proposiciones Murat contestó: «.Llega tarde lapromente como una sanción de haberse reanudado visada á la sangre vetusta de la rama católica de puesta: Italia quiere ser Itbre y lo será.» ¡Grotescas
los Hohenzollerns, le tiene por una figura indife- invenciones! Contra frases que a posteriori forlas amistosas relaciones entre Francia é Italia.
rente, de quien se puede totalmente prescindir al mula el ingenio y hechos que a posteriori engenrelatar las jornadas napoleónicas, sin que se eche dra la imaginación, arguye la fe de los documenCARLOS LUIS DE CUENCA.
de menos su cooperación en los campos de bata- tos. Ellos fuéronse labrando de la sucesión de los
lla. En Italia no dejó otra huella que la de haber acontecimientos, y en su espíritu de unidad se resacado el provecho que pudo de su breve reinado, vela el fondo de su verdad. Nosotros, en nuestros
casando sobrinas: Clotilde, la hija de su hermano archivos nacionales, los poseemos copiosos y aun
LA HISTORIA INÉDITA.
Andrés Murat, en la casa ducal de Corigliano, y vírgenes, y su elocuente testimonio rectifica los
en las también ducales de los Casoli y de los Dá- artificios del tiempo y del interés. Nuestra corresLA MUERTE DEL PRÍNCIPE MURAT.
valos, las otras dos hijas de la mayor de sus her- pondencia diplomática con Roma, con Ñapóles,
manas. En España
¡oh! en España su nombre con Turín, con Yiena, es un tesoro de novedades
La leyenda que de algún tiempo á esta parte se
intactas.
pretende construir en torno á la memoria de Joa- equivale al horror siniestro de la más aleve bacaDesde la abdicación del 14 de Abril en Fontainal
de
sangre,
y
al
acercarse
esta
efeméride
del
quín Murat, el gran duque de Berg y de Cléves, el
nebleau y el refugio á la ya desde entonces histólugarteniente de Napoleón en España y rey intruso
rica isla "del mar Tirreno, Roma se convierte en
y efímero de Ñapóles, se hace incomprensible. La
(1) Murat | lieuteaant de l'£mpercur ] en E*pagne ] 1808 j
el
cuartel general de los Bonapartes. Allí reside
leyenda de Napoleón os L; leyenda del genio, á D'apris sa correspendanee inédite | et des documenis origiLuciano, que adquiere un feudo territorial por el
quien la distancia lima sin cesar las ime¿3 angu- naos ¡ par \ LE COMTE MCRAT. (Paris. \ Libr. Plon j 1897.)
Era socio de la Academia Real
de Buenas Letras de Sevilla y de
Barcelona, y de la Asociación de
Escritores y Artistas de Madrid;
individuo de la Económica Matritense de Amigos del País, de la de
Jaén, de la Geográfica de Madrid,
de la Franco-hispano-portuguesa de
Tolosa (Francia), é individuo de varias academias y liceos, corporaciones literarias d-3 Granada, Málaga,
Vigo, Reus, Lérida y otras; y fue
agraciado con veinticinco premios
en diferentes certámenes públicos.
Sus servicios al Estado en el Ministerio de Marina, del que fue oticial 1." y jefe de su Cuerpo de archiveros, le valieron los honores de
jefe superior de Administración civil, la encomienda de Isabel la Católica y la gran cruz del Mérito
Naval.
Descanse en paz nuestro querido
' compañero.
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30 ABRIL 1899
LA ILUSTRACIÓN
ESPAÑOLA
v " xvi — 251
Y AMERICANA
que toma puesto en el patriciado romano con el l'a declaré qifil ne vetct plus d'entremediateur que sos, diciendo á voces: «.Napolitanos, napolitanos,
¡/o soy: aquí tenéis vuestro rey legítimo Joaquín.»
título de Príncipe de Canino. Allí reside el car- rEm pe retir d'A utriche.»
El encargado de Negocios, Aguilar, dice que enDe todos estos engreimientos sacaron á Murat
denal Fesch, cuya sagrada púrpura es el manto que
cubre la actividad de IJL intriga. Luis Bonaparte los sucesos que se desarrollaron desde la inopi- tre los que concurrieron de la población se haallí llega timbién á casa de Luciano, y se conde- nada presencia del emperador Napoleón en Fran- llaba el administrador general de los bienes del
cora con el título de Conde de Luca; y aunque José cia, y su llegada á París el 20 de Marzo, obligando Duque del Infantado en Calabria, D. José Alcalá,
y Jerónimo solicitan del Papa venir también á á Luis XVIII á refugiarse en Gante, y poniendo persona muy bienquista en ella, y que, penetrado
aquel refugio, Pío Vil reflexiona Robre los peli- en febril movimiento diplomático y militar todo de lo que aquello era, empezó á alarmar á la mugros de semejante invasión y lo niega absoluta- el continente. Desde el 20 de Marzo, á la llegada de chedumbre, que en el momento tomó una actitud
mente. En Septiembre de 1814 se arresta en Civi- Brücher al campo incierto hasta entonces de Wa- imponente. Sacaron armas de las casas, y sin otro
tavecchia un comisionado de Napoleón que con- terloo, hasta el caer de la tarde del sangriento 18 de preámbulo acometieron á los desembarcados, cauduce cartas suyas pira Luisa, Fesch, Murat y va- Junio, se representa en la escena del drama napo- sándoles en la refriega algunas bajas y cogiendo
rios partidarios suyos, con lo que el Papa manda leónico la más profunda de las transformaciones á los restantes prisioneros, en número de 2t">, de
aumentar la vigilancia. Esta pe observa con el Pero desde el 25 de Marzo, el trono de Murat en los cuales ocho estaban heridos. El primero en
mismo rigor en Liorna y el resto de la Toscana, Ñapóles se había derrumbado; su familia se ha- rendirse fue Joaquín Murat, sumamente afectado,
en Genova y en toda la costa del Mediterráneo. llaba dispersa y fugitiva, y él volvía á Francia con y aún más viendo manar la sangre de las heridas
Murat. entretanto, invadíalos Estados Pontificios ansia de incorporarse al astro centro de aquella que recibieron el general Franceschini, el marisy amenazaba hacer hasta al Papa su prisionero; constelación que iba á deshacerse en el espacio. cal de campo Natale, los capitanes Franchi, YigEl 7 de Junio, once días antes de Waterloo, ha- giani y Pasqualerio, el subinspector Calvani, el
y en medio de aquella lucha en que se adivina que
el pensamiento de Murat sólo tiende á entrar en cía en Ñapóles su entrada triunfal su soberano camarero del Príncipe, Armaud, y el soldado Giopactos para pedir la conservación de su soberanía, proscrito Fernando IV, mientras que á Murat, al vannini. Los demás que formaban la expedición
el Ministro de España en Roma, á excitación de cardenal Fesch y á Mme. Leticia se les suponía no llegaron á tomar tierra, y en los barcos en que
la Reina de Etruria, la segunda de las hijas de Car- desembarcados en Cannes, y de los dos últimos se se hallaban trataron de alejarse; lo que no consilos IV", comunica de oficio al Duque de San Carlos sabía que habían llezado á Lyon, ignorándose la guieron todos, pues dos de ellos, con 42 hombres á
que en la tarde del 27 de Noviembre presentóse á suerte de Mme. Carolina, embarcada también en bordo, entre oficiales y tropa, fueron apresados
la augusta señora en su palacio el conde napoli- la fragata inglesa que mandaba el capitán Camp- por la división de cañoneras apostadas en Patano Favio Crivelli, encargado de Negocios de Mu- bell, y creyéndose que iría á impetrar un asilo en limaro.
rat en Roma, el cual, después de quejarse por una los Estados del Austria.
Estaba la Corte en Portici, adonde, en el acto
parte de que la Reina de Etruria, según había lleNo era éste, sin embargo, el término de su pa- en que en Ñapóles se recibió la noticia, se traslagado á noticias de Murat, se expresaba en térmi- pel. Excluido por orden imperial de penetrar en daron los ministros, cuyo primer acuerdo fue que
nos muy desfavorables de éste, y de exagerar las París, clavando los ojos en aquella pequeña isla los presos custodiados en el castillo de Pizzo se
consideraciones que en Ñapóles se tenía á los es- de Córcega de donde había salido el genio de su trasladasen á Messina, para constituir el tribunal
pañoles, finalizó su discurso pidiendo que la her- familia, allí en brazos del general Francischetti, militar que debía juzgarlos como enemigos públimana de Fernando VII, recién restaurado en el que leal le esperaba, abre á su duelo el ignorado cos; pero reformado posteriormente este acuerdo,
trono de España, «escribiese inmediatamente al retiro de Vescovato. Si él hubiera conocido el se dio orden telegráfica al general Nunziante para
Rey interponiendo su mediación, á fin de que dedo de Dios en la vida y en la historia, allí hu- que en Pizzo mismo se organizara el tribunal. PreS. M. se interesara en su favor para que no fuese biera depuesto todas sus ambiciones, allí hubiera sidiólo el barón Rafaele, jefe de legión de la Calarnovidide Ñapóles». Proponía Crivelli, además, el recobrado el hilo de la realidad de la existencia, bria ulterior; fueron jueces el teniente coronel de
pronto despacho, expidiendo al efecto un correo allí habría concentrado los deshechos penates de ingenieros Genaro Lanzotta, los capitanes de arextraordinario. La pretensión del encargado de su fortnna, y allí se habría labrado el descanso tillería Matteo Cannini y Francesco de Vonga, y
Murat causó á la joven Infanta-Reina impresión necesario á la agitación de su conciencia. Pero en el teniente del mismo arma Francesco Paolo Mory alarma; pero, repuesta un tanto, respondió al Vesco;ato se ahogaba; las lecciones elocuentes tellano; relator, el teniente del tercer regimiento,
Conde que las quejas de Murat eran infundadas, que de fuera le llegaban no le enseñaban n a d a , y Francesco Frojo; y vocales de la Presidencia, el
y que la mediación de su augusto hermano la ne- cuando desdj aquel observatorio pacífico y lejano ayudante general jefe de E. M. de las cinco divicesitaba en Italia para sí misma. « E n seguida podía abarcar todo el conjunto del total nauf i-agio siones territoriales de las Dos Sicilias, Giuseppe
—añade el despacho de nuestro Ministro en liorna. de los de su estirpe, allí ofuscó de nuevo las luces Pasulo, y el teniente coronel de la Real Armada,
Vargas Laguna — rol rió las espaldas y despidió al de su alma con la seducción del recobro de lo que Litterio Natoli. Intervino además el procurador gej
había perdido, y allí preparó aquella expedición neral de la snla de lo criminal. Giovannista Camej
desventurada,
cuyo resultado siniestro había de ra, y fue secretario el señor Francesco Paparrosi.
Indispuesto Murat con el Emperador, no fue su
ser
para
él
castigo,
expiación, remordimiento y De la defensa estuvo encargado el capitán de armujer, la princesa Carolina, como ha dicho la letillería Giuseppe Starace. Murat, en su declarayenda, la que trató de reconciliarlo con su impe- muerte.
ante el tribunal, dijo que ne dirigía á Trieste
rial hermano. Los agentes del Gobierno pontificio
Se ha imputado á una criminal intriga política la ción
para
reunirse con su familia; que el estado del
habían logrado interceptar una valija de cartap descabellada empresa en que aquel soldado plebeyo
le obligó á refugiarse en Pizzo, y negó todo
que se enviaba on Dic'iHinbre de 181 i á la isla de coronado, con los 2.r)0 hombres que le seguían, fue mar
propósito de sublevar el país. En BU cartera se le
Elba. En ella iban las cartas de Luciano, de Mu- entregado en la más vil emboscada por el piloto hallaron
documentos, fechados el 25 y 27 de Seprat, de Fesch para el Emperador, para la princesa Bárbara, que mandaba la inerme escuadrilla de
confiriendo cargos militares, á título de
Mme. Paolina, para el conde Bertrand, y entre pequeños barcos con que abordó á las costas de tiembre,
rey
de
las
Dos Sicilias, á Giovanni Moltedo y
estas cartas, que nunca hasta aquí se han publi- Calabria á causa del estado del mar, pues su obje- Pietro Pernice,
y otros documentos justificativos
cado, entre las de Murat hay una al Emperador, tivo era Salerno, á ©nce millas de Ñapóles, donde del fin de su empresa.
Juzgado, por lo tanto, sellena de sumisiones serviles, y otra á Mme. Paoli- se hallaba el depósito de los oficiales separados de gún las disposiciones del
decreto de 28 de Junio
na, que merece ser conocida, y que dice así: « Ma sus cuerpos por estar conceptuados adictos á Muque él mismo, aún en el trono, había exdiere sirur: .Tai reru votre lettre: je ti'ai étéheureu.r rat. Acusaciones de este género siempre se hacen último,
se le condenó á ser pasado por las armas.
de vous savoir arrime en bonne santé anpres de en los casos desdichados; pero la conciencia hon- pedido,
El
ministro
España en Ñapóles, Sr. Aguilar,
PEnpereur et anpres de Mndame. Je suis surtouf rada, puesto que se trata de un crimen, no las ad- escribía sobre de
la ejecución al de Estado, D. Pedro
bien contení de Vamélioration de votre santé et mite sin testimonios de autenticidad. Y la caren- de
'(Por noticias fidedignas que he tenidn honheur que vous senté? a File d'Elba.— Je cia absoluta de talentos personales de Murat, sol- do, Cevallos:
Murat
nunca
creyó que se le juzgase y fusilase,
rfécrive pas d" aftaires d VEmpereur, car non dado de fortuna, en nada se acredita tanto como
rehusó así confesarse hasta las últimas horas.
obstant les affaires que nous avons, je le sais tou- en la falta absoluta de previsión con que se le ve yEntonces
ocupó tres con un sacerdote, y recibió
jours irrité contre moi (il fut souvent injuste a lanzarse á la temeridad de una empresa tan arries- la absolución
y los santos sacramentos. Escribió
mon regará); maix dites-lui bien que toujours je gada, sin ningún género de preparaciones de ga- tres cartas: una
á S. M. el Rey, cuyo contenido
fus et je serai son ami et le plus reconnaissant de rantía, y en la que hasti el acicate del valor no fue ignoro; otra al Emperador
de Austria recomentous ses eleves; qu'il conserve xa santé et il en sera más que un término negativo.
dándole
su
esposa
é
hijos,
y
la tercera á madame
convaincu.— Ulmperatrice se porte bien. Mes enLas comunicaciones á nuestro Ministerio de Murat. Salió con bastante ánimo al lugar de la
fants vous écrivent et tous regrettent beaucoup et Estado del ministro Vargas Laguna, en Roma, y justicia,
llegado, no quiso sentarse ni que le
vous aiment beaucoup. — Le Congres ne marclie del encargado de Negocios de España, D. Manuel vendaran y,los
ojos, y presentando el pecho dijo á
pas. Mes affaires ont pris une brillante tournure María Aguilar, en Ñapóles, sobre la expedición, los soldados que
le tirasen. El reino sigue en la
en Angleterre. UAutriche semble déddée ti soute- prisión, juicio y ejecución de Murat en Pizzo, son mayor tranquilidad,
sin que se haya arrestado por
nir mon alliance. Mes par Usante augmentent: c'est documentos veraces llenos de interés. El 28 de la policía ni una sola
por esta causa, y
tout ce que nous pouvons désirer en ce moment.— Septiembre de 181") embarcóse Murat en el puerto aun sus más favorecidospersona
y amigos aparentan inAdieu, ma diere S(eur: aimez-moi toujours et cro- de Ajaccio, en Córcega, con 250 aventureros, en- diferencia. »
yezdmon invariable attachement.— Votre affec- ganchados en Vescovato, Parelli, Poggio di Venationné frere—J. NAPOLEOXE.» Como se ve, Murat co, Riventera, Vivario y Ajaccio. Llevaba seis peLa ejecución de Murat se verificó el día 14 de
no respiraba más que por sus ambiciones, que en queños buques é hicieron rumbo para Trieste. Octubre
de 1815, á las cuatro de la tarde. Apenas
la carta del cardenal Fesch se completaban, pues Avistados por los cruceros de la marina real, el 8 llegó la noticia
á Ñapóles y el ministro Marqués
mientras que, al transmitir las noticias que circu- hubo noticia en Ñapóles de la expedición, que na- de Corcelles la comunicó
al Sr. de Aguilar, se dilaban en Roma sobre el Congreso, decía que á la die supuso que se atreviese á arribar á las costas; rigió á Portici á cumplimentar
Rey. Llegó de
emperatriz María Luisa se le concedían un millón mas el 10 por la mañana el telégrafo anunció la no- noche, y Fernando IV se hallabaalen
el baile de la
de almas y quince ó dieciséis millones de renta ticia del desembarco en Pizzo de la gente que con- real favorita, la Princesa de Partana,
Duquesa
en las Legaciones de Bolonia, Ferrara, Ravena y ducían algunos de los bastimentos que la compo- de la Floridia. A él concurrió nuestro Ministro,
y
el Ducado de Urbino, y á la Reina de Etruria los nían. El parte lo transmitía el general Nunziante, allí oyó de labios del Rey toda la relación del suDucados de Parma y Plasencia, los dominios de que mandaba en Reggio. Al amanecer del 8, dos ceso. Al concluir le dijo el Rey: «Creo que los esMurat en Ñapóles eran reforzados nada menos de aquellos buques se hallaban en el golfo de Santa
quedarán contentos de mi justida.yi—«Yo
que con la Lombardía, el Véneto, el Genovesado, Eufemia, los cuales se dirigieron á Rovio, y á las pañoles
respondí,
añade Aguilar, á S. M. que la ha hecho
el Piamonte y la Cerdeña. No era extraño, por diez de la manana desembarcaron en la playa de á la sangre
tantas víctimas como este bárbaro
lo tanto, que hablando de los territorios pontifi- Pizzo hasta unos treinta hombres, armados de fu- hizo sacrificarde el
2 DE MAYO DE 1*08, época, micios invadidos por las tropas de Murat, el cardenal siles y pistolas, que atravesaron la playa dando morable, aunque dolorosa,
si necesitásemos jrnieFesch añadiera: « Le roi de Naples ne ve ti t plus gritos de Viva il re Gioadüno! El pueblo, sorpren- bas de que la mano de Diosy riada
dija sin castigo,
entrer en accomodement avec le Pape pour les dido en el primer momento, empezó á congregar- ésta
seria
tina
de
cuanto
él
Evangelio
nos enseña.-»
Marches: il paraít avoir re/usé la médiatinn de se excitado por la curiosidad, y entonces Murat,
Luden, qui a été inutile jusqu'a présent, et le roi puesto á la cabeza del grupo, avanzó algunos paJCAJÍ PÉREZ DE GUZMÁX.
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254 —
LA
ILUSTRACIÓN
EL MANTÓN DE MANILA.
(CUENTO DE AUTOS.)
'"-
1.
las nueve de la mañana estaba ya
Fausto en el escritorio de la litografía, con más gana de sueño que de
anotar partidas en los libros de contabilidad.
No escarmentaba. Los más firmes propósitos de acostarse temprano desvanecíanse paulatinamente en el cuarto de
<V Alicia, adonde iba todas las noches con.intención de permanecer allí media hora; pasada ésta, la voluntad indecisa del joven iba prorrogando el plazo, hasta que le sorprendía el momento en que terminaba la función; entonces
Fausto intentaba despedirse de la tiple, antes de
que penetrase en su vestuario para cambiar los
atavíos de la farsa escénica por el traje de calle;
pero ella le retenía con el pretexto de alguna confidencia que resultaba, invariablemente, un chisme de cómicos; la consecuencia para Fausto era
empalmar la ociosidad del café con la del teatro y
meterse en el lecho á las cuatro de la madrugada.
Conste desde ahora que Fausto ni era amante
de la popularísima actriz, ni siquiera uno de sus
múltiples galanteadores. Quizá, más que otro alguno, sentía el efecto de los encantos de la Carmona en grado que, si no era ya el amor mismo,
aproximábasele mucho: mas, por una extraña
aprensión de su temperamento, la pobreza material le cohibía el ánimo, impidiéndole solicitar
favores que la tiple, por resquicios de su voluntad, le había mostrado asequibles. La pobreza de
Fausto era todivía una desdicha reciente con la
que se avenía mai, creyéndola condición vergonzosa que debía ocultarse, y el desequilibrio entre la fingida holgura y la estrechez real hacíale
llevar una existencia harto irritante y angustiosa.
A la Carmona no podía engañarla; su intimidad
acumulaba mil pruebas de convicción que le hicieron reo de pobreza, antes mártir que confesor,
y su martirio consistía en no corresponder á los
continuos obsequios de la tiple, que tampoco podía
rehusar estando subyugado á la voluntad despótica de ella. El era su acompañante asiduo durante
las horas en que no estaba sujeto al escritorio; en
el teatro, unos le creían pariente, otros novio de la
señorita Carmona, y circulaba libremente por todas las dependencias de fu cana, y no había estreno sin que Alicia le proporcionase una butaca, que
á veces tenía que comprar á los revendedores: en
el café, aunque Fausto se negaba invariablemente
á tomar cosa alguna, la tiple forzábale á compartir su cena, y BÍ alguna noche intentaba pagar él,
á trueque de no comer al día siguiente, Alicia le
sujetaba la mano, diciendo con tono autoritario:
« Paga, mamá.»
Todo esto violentaba el carácter de Fausto, que,
por otra parte, era débil para contrarrestar la influencia de aquella mujer que, á su juicio, lo envilecía; pero ya que no tuviese energía para romper
tan extrañas relaciones, su amor propio mortificado soñaba con un desquite cualquiera.
Desde que se anunció el beneficio de la señorita
Carmon;i, la idea de hacerle un regalo valioso fue
la preocupación continua del joven, y ella la exacerbaba, inocentemente, con la relación hiperbólica de sus anteriores beneficios. Fausto sabía que
uno de los caprichos de Alicia era completar su
hermosa colección de mantones de Manila con uno
de color oro viejo sobre fondo granate: él había
visto uno así en la calle de Fuencarral, que le venderían por quinientas pesetas: pero ¿de dónde sacarlas? Su pensamiento habíase fijado en aquel regalo con la esplendidez fácil de los soñadores, por
la misma imposibilidad de adquirir otro. Había
momentos, sin embargo, en que se indignaba contra sí mismo, pensando en lo absurdo de gastar
dinero en obsequio de una mujer que ganaba doce
duros diarios, él, que había de atender á todas sus
necesidades con los veinticinco que cobraba mensualmente en la litografía de Pajarón; y, á pesar
de todo, su dignidad le imponía aquel deber imposible.
17 n viernes, víspera del día escogido para el beneficio, estaba Fausto en el escritorio, más obsesionado que los días anteriores psr la idea de adquirir el mantón: la casualidad, ó el diablo en
apariencia de tal, facilitando la realización de
su deseo, incitábale á decidirse; sus dedos torpes
apenas podían guiar la pluma, y la mirada, desviándose del libro Diario, fijábase con tenacidad
en la cerradura de un cajón inmediato: allí estaba
el dinero; él había visto á su principal guardar un
manojo de billetes, y la llave, por descuido de
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ESPAÑOLA
Y
AMERICANA
Pajarón, estaba aún en la cerradura, al alcance de
su mano
El litógrafo había salido para afeitarse
Fausto cedió á la tentación irresistible. Los billetes eran todos de cien pesetas y formaban un
manojo de regular volumen, sujeto con una goma.
El dependiente sustrajo ocho, y cerciorado de
qne á la simple vista no se notaba la merma, volvió á dejar el paquete en su sitio.
Un instante después entraba Pajarón en la
tienda, y Fausto le vio, con indescriptible terror,
poner la mano en la llave que acababa de abrasarle los dedos. No hizo más que sacarla de la cerradura r metérsela en el bolsillo; luego, sin mirar siquiera á su empleado, se encerró en el cuarto que le servía de laboratorio.
En toda la mañana no pudo tranquilizarse el
delincuente: el remordimiento y el temor habíanse apoderado de su espíritu, y si hubiese podido retroceder, dejando el dinero en su sitio, de
seguro lo hiciera; su inquietud le hacía insoportable la inmovilidad á que se hallaba sujeto en aquel
asiento, que acabó por sentir más mortificante que
si fuese potro inquisitorial. No pudiendo resistir
por más tiempo aquella situación angustiosa,
Fausto se decidió á pedirle permiso á su principal
para retirarse, pretextando sentirse enfermo, y
Pajarón se lo concedió de buen grado, creyendo
en la sinceridad de su dependiente, á quien veía
pálido y tembloroso.
II.
Fausto llegó al teatro á segunda hora, cuando la
tiple estaba vistiéndose para el estreno de rigor
en noche tan solemne.
En el cuarto de la beneficiada, los regalos apenas dejaban espacio donde moverse. Sobre los
muebles veíanse cuadros, espejos, lámparas, cajas de sombrillas, abanicos, estuches y multitud
de cachivaches diverso?; los canastillos, coronas y
ramilletes de flores saturaban con sns perfumes el
ambiente, que ya apenas era respirable: hubo que
trasladar todas aquellas flores á otro cuarto vacío.
Fausto vio la caja que contenía su regalo, y en ella
el mantón, doblado mañosamente para que luciese
una de sus puntas.
—,;ERtás visible?—preguntó el joven, acercándose al cortinón de yute que cubría la entrada al
vestuario.
— ¡Hola, Fausto! ,;Ya estás ahí?
Aguarda un
minuto.
Dicho esto, la tiple hizo unos cuantos gorgoritos y renegó, después, de su inoportuna ronquera.
Algunos admiradores suyos, que esperaban t-u salida para tener la dicha de estrecharle la mano,
protestaron, asegurando que estaba muy bien
de voz.
— Ya puedes entrar, Fausto — dijo Alicia pasado un momento.
El joven encontró á su amiga con pantalones
de colegial, en mangas de camisa y sin peluca. Al
verle tuvo ella uno de los arrebatos de alegría frecuentes en sus triunfos escénicos, y le abrazó con
fuerza nerviosa, como á un buen camarada. Luego
se puso otra vez ante el espejo del tocador, y,
mientras Be daba colorete en las mejillas con la
punta de una toalla, dijo:
— Estoy muy incomodada contigo.
— ,;Por qué?—preguntó Fausto, que ya sabía
dónde iba á parar la tiple.
— Por el regalo, ya lo sabes. Sentiría que hubieses hecho un sacrificio.
— ¡Vaya una tontería!
— Francamente, creí que no estabas bien de
fondos
y perdona la franqueza: pero me alegro
de haberme equivocado. Es precioso el mantón;
mañana lo voy á sacar en La Verhena.
Esto fue todo. Fausto había anhelado aquel momento en desquite de sus pasadas humillaciones:
ya estaba, pues, recompensado el sacrificio inmenso de su honra. Alicia, con su volubilidad
acostumbrada, habló de cien cosas distintas, intercalando entre sus palabras algunos gestos de
burla amistosa, que el mozo recibió por conducto
del espejo. En un periquete terminó ella su tocado, y Fausto salió para asistir al estreno.
Iba á penetrar en la sala de butacas cuando vio
á Pajarón, que estaba en el pasillo central hablando con el inspector del distrito. El corazón le
dio un vuelco en el p^cho. Indudablemente el litógrafo había advertido el hurto y averiguado que
su dependiente frecuentaba aquel teatro: estaría
ya formulando la denuncia, y el inspector, que
conocía muy bien á Fausto, y hasta le trataba
como amigo, no tardaría en echarle mano. A pesar de todo, el delincuente no tuvo decisión para
huir del teatro: se refugió en el palco de la empresa, quedándose en segundo término para ob-
Inicio
30
ABRIL
1899
servar al enemigo. Algo se tranquilizó al ver reir
á su principal, adivinando por l«s gestos del funcionario policiaco que no se trataba de asuntos del
servicio. A todo esto, el director de orquesta había
ocupado su sitial, y cuando sonaron los primeros
compases del preludio, Pajarón y su interlocutor
estrecháronse afectuosamente la mano y se dirigieron á sus respectivas butacas.
Eran ya los dos de la madrugada cuando salió
la Carmona del teatro. Aquella noche acompañaban á la tiple, además de su madre y Fausto, el
tenor cómico de la compañía y un periodista que
se dedicaba á la crítica teatral. Entraron los cinco
en el café, y Fausto, al sentarse, declaró que tenía
apetito. ¡Mentira! Lo que tenía él era necesidad
de aturdirse, remordimientos espantosos y un
miedo insuperable á las consecuencias de su delito. La conciencia, al acusarle severamente, ahogaba sus razonamientos sobre la falta de prueba
del hurto, la facilidad de una negativa y el convencimiento gratuito de que Pajarón, en todo caso,
se limitaría á plantarlo en la calle sin denunciarle á los tribunales. Habíale bastado ver á su principal en el teatro para convencerse de que no
podría comparecer ante él sin que lo delatase su
turbación, y dejar de presentarse en el escritorio
era, por otra parte, declararse también culpable.
i'laé hacer?
Si en vez de ocho billetes los hubiese robado todos, huiría á alguna tierra lejana,
á Oran, donde se ponen en salvo tantos criminales
—,; Pero qué tiene Fausto esta noche, que parece que le han dado cañazo? — exclamó la madre
de Alicia.
Esta pregunta fue una llamada brusca de la realidad inmediata que sacudió los excitados nervios
de Fausto, haciéndole volver á ella. El joven sonrió forzadamente por toda respuesta, y apuró una
copa de vino.
— ¡ Pues es verdad! —dijo la tiple, fijando su mirada en la de Fausto. — Algo te pasa hoy.
— ¡Cosas de ellfis!—dijo sentenciosamente el
tenor cómico.
— El amor, como dice Eurípides por boca de
la nodriza de Fedra, es una cosa muy agradable,
pero muy perniciosa—añadió el crítico, que había
fmlioti'lhido aquel día la cita para soltarla, viniese
ó no á cuento, en la crónica del primer drama que
se estrenase en el Español. Afortunadamente, en
el café no había literatos quo le robasen la frase
á Eurípides.
Fausto, con el codo apoyado en la mesa y la mejilla en la mano, escuchaba aquellas alusiones, dirigidas á tientas, que venían á herirle en lo vivo.
La Carmona remachó el clavo, diciendo:
— Es posible que Fausto tenga algún trapicheo.
Lo que yo puedo decir es que todavía no me ha
hecho el amor. ¿Verdad que es raro?
A todo esto, el reloj situado encima del mostrador señalaba las tres y media, y los mozos, que ya
habían apagado las luces en los departamentos vacíos, andaban colocando las sillas encima de las
mesas con el mayor ruido posible para que comprendiesen aquellos parroquianos de última hora
que debían marcharse. Fausto pidió la cuenta del
gasto, esta vez sin oposición de Alicia, que ya estaba advertida para no ponerle en ridiculo delante
de extraños. La madre de la tiple, entretanto, recogía las almendras tostadas y los terrones de azúcar sobrantes.
El mozo se puso á mirar al trasluz el billete que
le había entregado Fausto, y éste le dijo:
— ¿Quieres otro?
—No; me parece bueno éste. Es que hoy traía
El Heraldo que han salido billetes de veinte duros
falsos. Voy por la vuelta.
III.
— Te espero á almorzar — dijo Alicia, mientras
llegaba el sereno para abrirle la puerta;—pero te
advierto que me levantaré tarde. Después nos iremos al teatro.
Cuando Fausto se encontró solo en medio de la
calle, volvieron los remordimientos á combatirle
con más ahinco. No tenía sueño, y el pensamiento
de acostarse con la conciencia desvelada le causaba horror. Durante media hora anduvo vagando
sin rumbo fijo, martirizado por el ruido de sus
pasos, que sonaban con compás monótono en el
silencio de las calles desiertas, y por la compañía
muda de su sombra, que proyectaba la luna, junto
á él, como negro fantasma: el peso de las monedas que le devolvieron en el caté producíale también una sensación en extremo molesta. Fue para
el infeliz aquella caminata nocturna un tránsito
por la calle de la amargura moral, hasta que la
idea del suicidio acabó por fijarse tenazmente en
su pensamiento como única solución posible. No-
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LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA Y AMERICANA
30 ABRIL 1899
!«." xvi — 255
tenía arma con qué matarse, y su tormento no le bertad; pero la ley es inflexible. Aun se ignoraba continente americano. De la costa sur de la Amédejaba aplazar hasta el nuevo día el término de su de qué delito pudiera resultar culpable Fausto; por rica Septentrional sale una larga península que
existencia maldita; había, pues, que morir estre- lo pronto, estaba procesado, en unión de su prin- va estrechando hacia el istmo de Panamá, donde,
llado en los adoquines de la calle de Segovia, arro- cipal, en causa sobre falsificación y expendición en vez de romperse la continuidad de las tierras y
de billetes del Banco.
jándose á ella por el Viaducto.
dar paso á las aguas del mar para que ge junten,
El público que presenció aquel domingo las fun- vuelven á ensancharse aquéllas y á apartar para
Dos guardias le cogieron cuando escalaba la barandilla, y lo condujeron á la delegación del dis- ciones en que trabajaba la Carmona hubo de com- dejar espacio á un nuevo continente que corre
trito. Allí permaneció algún tiempo abatido, con prender que la tiple tenía algún pesar hondo. El hacia el polo antartico hasta el paralelo ">f>, donde
la mirada fija estúpidamente en el suelo, mientras llanto, mal secado en su rostro por los polvos y se abre el estrecho de Magallanes, primer paso
los rumores de la calle y la claridad blanquecina coloretes, empañaba su voz, como si las lágrimas entre el Atlántico y el Pacífico. Las dificultades
que se filtraba por los cristales eran indicio, en intentasen salir por tan desusado camino; notá- que de aquí se originan para la creación de un
aquella aborrecible estancia, de que fuera, para la base el esfuerzo que ponía en la representación gran poder naval norteamericano son de la mayor
para no perder Uiia réplica, y cuando hablaban consideración, porque las fuerzas marítimas tengente honrada, amanecía un hermoso domingo.
Llegó para Fausto el momento terrible de com- los otros cómicos parecía olvidada de su papel. drán que permanecer divididas en caso de guerra,
pare3er ante el delegado. Este funcionario quiso Únicamente, al final de La Verbena de la Paloma, y su concentración en un solo mar debe reputarte
indagarlos móviles que le habían impulsado «á dijo una frase como jamás se ha oído en aquel imposible, si aquélla es con nación poderosa, por
el mucho tiempo que requiere, porque probabletan fatal resolución ». El detenido pretendió en- saínete.
mente sería batida una de las escuadras
cerrar su conciencia en el silencio; pero,
antes de que llegase en su auxilio la otra,
de pronto, acometióle un arrebato de siny porque una extensa parte del litoral
ceridad, un deseo invencible de confequedaría indefenfia, á merced del adversarlo todo, y exclamó entre sollozos:
sario.
—¡Soy un miserable! ¡Compasión!
He robado á mi principal
¡Por Dios,
Al empezar la guerra con España, los
deje usted que me mate!
norteamericanos tenían en el Pacífico un
Muv lejos de acceder á esta súplica, el
solo acorazado de escuadra: el Oregón.
delegado exigió una declaración compleNo hay duda de que f-i la escuadra espata, y, una vez obtenida, hizo conducir al
ñola de Filipinas hubiera sido siquiera
culpable al juzgado de guardia. Allí tuyo
medianamente poderosa, este acorazado
que c o n t e s t a r á una indagatoria más
no habría podido apartarse de las aguas
amplia.
de California, pues el objeto de nuestras
Habiéndole preguntado si conservaba
operaciones había de ser la destrucción
en su poder el dinero, Fausto, con mano
del comercio ¡jankte con la América del
temblorosa, sacó dos billetes de la cartera
Sur, Australia, Asia y Alaska. Y aunque
nuestra debilidad en los mares orientales
y todo el dinero que llevaba en el bolsillo.
no hubiese requerido la presencia del
— E»to me queda—dijo, depositándolo
Oregón en ellos, es seguro que éste no
sobre la mesa.
habría afrontado, sin más compañía que
—,;Y en qué ha empleado usted el resto?
la del cañonero Marieta, los riesgos de la
Fausto no contestó, siguiendo una paunavegación del Atlántico desde los mares
sa en que se oía únicamente el rasguear
australes hasta el de las Antillas. En esta,
de la pluma del actuario. Kntretanto, el
travesía habría estado expuesto á enconjuez miraba el dinero restituido por el
trar fuerzas navales enemigas superiores,
declarante y, abstraído por algún pensay ciertamente las hubiera encontrado si
miento, tardó en repetir la preg.mta.
la impotencia del adversario no hubiera
— ,;Los otros b lletes? Pues
los he
dudo completa garantía de éxito á la opeperdido en el juego.
ración.
Todo menos mezclar en aquel deshonroso asunto el nombre de Alicia ('armoiiH.
Contra lo que en nuestra patria predi— ¿Los ha p.'rdido usted? — insistió el
caban hace muchos año.s políticos y escrijuez, clavando su mirada en la del delintores de tanta fama y autoridad como escuente.
caso conocimiento del desarrollo do los
— Sí, señor
en la ruleta.
sucesos en Europa y América, los Estados
El juez sacó de un cajón de la mesa cinUnidos aspiraban hace muchos años á
co billetes iguales á los que le había enfortalecer el edificio de su nacionalidad
tregado Fausto, al que dijo:
con el comento de glorias militares que
— Vea ust.'d si son éstos los que ha
diesen unidad moral á las diversas razas
perdido usted en la ruleta.
que le pueblan y á los encontrados intereses que en su seno se agitan.
Podian ser aquéllos ú otros de la misma
emisión; pero en el estado de ánimo en
Los que veían en los Estados Unidos el
EXCMO. SH. 1). ÁNGEL LASSO DE LA VEGA,
que Fausto se hallaba le era muy difícil
tipo de una especie de naciones denomiIXrilVIDl'O
CORRESPONDIENTE
DE
VARIAS
ACADEMIAS
NACIONALES
Y
EXTRAXJKKA
razonar. Aunque no comprendía por qué
nadas industriales, opuesto al de las llaarte diabólico estaban aquellos billetes en
t en Madrid el dia 6 del corriente.
madas guerreras, predominante en Euromanos del juez, no dudó un instante de
pa y contrario al carácter de la civiliza(De fotografía de Compañy.)
que eran los mismos que él había dado en
ción contemporánea, bien se puede decir
pago del mantón. El busto de Jovellanos,
que veían visiones, que soñaban despiergrabado en aquellos documentos de crétos y que tenían de las cosas de este mundito al portador, parecíale á Fausto un testigo de
— Señor inspector, lléveme usted á la cárcel— do el más infantil concepto. ¡ Pero cuánto daño EOS
cargo dispuesto á declarar la verdad.
había dicho el tenor cómico.
ha hecho la ingenuidad de estos pensadores que no
—Examínelos usted bien y diga si son éstos los
— ¡Y á mí con él, señor inspector!—exclamó pensaban! Mientras pasábamos el tiempo soñando,
que usted sustrajo en el escritorio.
Alicia, con una expresión de ternura magnífica, trabajaban los norteamericanos en la preparación
— No sé es posible
como nacida del fétido del alma, pensando en el de sus planes guerreros. Kn 1883-84 pusieron mano
Terminada la indagatoria, salió Fausto del des- hombre que por ella se consumía de vergüenza y á la obra de la reconstrucción de su marina. En
pacho del juez, pero aún hubo de permanecer en desesperación en la soledad espantosa de una celda 1889 publicó el famoso Mahan su libro De la influencia del poder naval en la historia, verdadero
la Casa de Canónigos. Media hora más tarde com- de la Cárcel Modelo.
evangelio de los imperialistas, y en 181*1 quedó
pareció de nuevo ante su señoría; allí estaba tamaprobado el plan de la creación de la escuadra, y
bién el tendero de la calle de Fuencarral, que reNICOLÁS DE LEYVA.
con él los créditos necesarios.
conoció á Fausto como comprador del mantón. Y
no fue ésta la última estación del calvario emDos piedras fundamentales había de tener el
prendido aquella mañana. El Juzgado se constipoderío naval de la República, según el menciotuyó en la litografía de Pajarón, y allí condujeron
nado Mahan: la una era la adquisición de posicioEL CANAL DE NICARAGUA.
a Fausto, eme temblaba como enfermo de paludisnes estratégicas en la entrada del golfo de Méjico
mo al penetrar en el establecimiento.
y en el mar de las Antillas; la otra, la apertura
Pajarón palideció al ver la justicia en su casi.
de un canal por el lago de Nicaragua ó por PanaDos guardias de seguridad custodiaban la puerto,
UXQUK el número de los aficionados á má. La primera está ya puesta: Cuba y Puerto
y los transeúntes deteníanse, al ver el coche del
estudios geográficos es tan corto en Rico pertenecen ya á la Unión. La segunda será
•luzgado, formando grupos que empezaban á difiEspaña, me atrevo á creer que no de- el canal de Nicaragua.
cultar el tránsito.
jará de haber algunos entre los lectoCuando Fausto hubo designado el cajón donde
res de LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA Y
había cometido el hurto, pidió el juez la llave al
AMERICANA, y á éstos interesará, segulitógrafo. Entonces éste masculló una horrorosa
ramente, el grandioso proyecto estudiado
blasfemia é intentó precipitarse sobre su depenno há muchos años y hoy vuelto á poner
El istmo de Panamá, más estrecho que el de
diente, diciendo:
sobre el tapóte.
•*«£>
Suez, ofrecía en cambio, por la altura de las tie— ¡Me has perdido, ladrón!
rras, gran dificultad para cortarlo abriendo un
canal sin esclusas. Pero al norte de él, en terriIV.
Deade que los Estados Unidos se establecieron torio de la República de Nicaragua, limitando la
en la costa del Pacífico poco antes de mediado el de Costa Rica, la misma Naturaleza había estado
Estaba escrito que la Carmona no luciría aquella siglo actual, comenzaron á sentir los inconvenien- á punto de vencer la dificultad abriendo muy cerca
noche el mantón grana y oro viejo.
tes de la separación de los mares que bañan su del Pacífico la extensa hoya del lago de NicaraAlicia se comprometió á pagar las quinientas litoral. Basta contemplar el mapa pocos momen- gua, y poniéndola luego en comunicación con el
pesetas que valía la prenda, y el doble si era pre- tos para comprender la magnitud de esos inconve- Atlántico por medio del caudaloso río San Jaan,
ciso, á condición de que su amigo quedase en li- nientes. Fijemos, pues, la vista én una carta del que rinde á este mar el tributo de sus aguas junto-
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LA ILUSTRACIÓN
30 ABRIL 1899
.° xvi — 267
ESPAÑOLA Y AMERICANA
*>'
PLANO Y PERFIL
de la palle Oeste del CANAL
Canal en ejca vacien
SIGNOS
£ imite de departamentos,
m^— ferrocarril
)
Jfüt.
gstero.
1.1* Islas.
C Cerro.
V. Volcán
M. Mentes
Cord. Cordillera.
Punta.
í.Z? teufo, I, ayuna,
escavano,
en naeetpaczón fiére.
JSIONOS
I
Capital.
Ciudad.
Filia
o Ftzíbta.
— Hacienda.
rancho a
# Jlui/iaj.
X Minas.
A Indios Mosquito.
»'. *
Cariiej.
3H. Jlandalej.
~**~ Puente.
— Caminojj
. • • + Limites
« M Terrvcarrit proyectada
I
PLANO Y PERFIL
d e la parte Este del CANAL
Oeste oWMeridiano ¿fe
CANAL
D E N I C A R A G U A . —PLAXO GENERAL, TRAZADOS Y PERFILES LOXGITCDIXALES DEL PROYECTO.
(POS
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O. S I
FBDEBICO.)
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"258 — N.° xvi
LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA Y AMERICANA
á Greytown. Este camino, si bien no excusaba la
construcción de esclusas, las reducía al número
de seis, por lo cual la navegación podría hacerse
con suficiente rapidez y economía.
El río San Juan es, como ya queda dicho, muy
caudaloso. En algunas partes tiene un kilómetro
de anchura; pero lo desigual de su lecho le hace
poco navegable," singularmente desde la desembocadura del San Carlos hasta el mar. La navegación del lago de Nicaragua no ofrece dificultad alguna. Tiene éste 160 kilómetros de longitud por
9t> de anchura máxima y una profundidad más
que suficiente. Entre él y el Pacífico corre una
lengua de tierra de l'J á 48 kilómetros de anchura,
cuya altura máxima llega á i57O metros, pero que
en algunos sitios so deprime hasta quedar á muy
poca altura sobre el nivel de las aguas oceánicas.
En la principal de estas depresiones está situada
la laguna de Tola, que sirve de enlace entre el
mar y el lago. Esta depresión no llega á tener 13
metro i de altura por 1A<'OO de anchura. El lago de
Nicaragua se halla á 33,Ó3 metros sobre el nivel
oceánico, y desde él bajan los barcos por el San
Juan hasta Greytown.
Esta ligera noticia geográfica basta para probar
con cuánta razón llamó Napoleón III á la República de Nicaragua «llave del Bosforo occidental».
Las principales obras que hay que hacer son las
siguientes:
Un largo malecón en Greytown; 10,090 metros
de dragado hacia occidente, cortando un terreno
aluvial; una esclusa para salvar un desnivel de
9,45 metro*; 3.218 metros más adelante otra esclusa, ó mejor una doble esclusa, de 22,86 metros
de desnivel, y una presa en el rio Deseado, á laque
seguirá un espacio de (J.S'57 metros de navegación
libre; luego una zanja de 4.42Ó metrng en la peña,
seguida de 19.308 metros de navegación libre en
las cuencas del Pan Francisco y del Machado, en
las que se levantará á la altura conveniente el nivel del agua por medio de presas y diques. Por
medio de una gran presa que ge construirá en el
San Juan, se conseguirá bastante.altura de agua
para que la navegación s?a libre por espacio de
103.780 metros, de los cuales 90.90K en el lago. El
canal sale de éste por una cortadura de 14.48L
metros, que acaba en la laguna de Tola, donde
encuentra 8.8f>0 metros de navegación libre, gracias á la presa de las aguas de Río Grande. El
desnivel de 2',\ metros que existe entre Tola y el
mar se salva por una esclusa de '26 metros primero, y luego, 3.218 metros más adelante, por
otra do 6 á '.• metros, panada la cual se llega al
puerto de ISrito, término de la obra.
La distancia total es de 273.528 metros, divididos del siguiente modo:
MetroH.
Canal (lado del este)
Canal (lado del oeste)
Seis esclusas
25.7-44
18.101
1 207
Total de canal
Cuenca del Deseado
Cuenca del San Francisco
Cuenca del lago de Tola
Metros.
45.052
ti 838
18 101
8.84 9
Total de cuencas navegables..
33.788
Via i*abo
Vía
Distancia
e Hornos. Xica ragua. economizada.
HK NUEVA YORK A
14.840
1(1 100
15.300
13 071
4.7Ü0
7. 8K2
l> fiK2
3 122
3 (»H2
11 038
ít 3ii3
10 000
13.1131
1H.1K()
17 t¡79
13.502
12.550
14 230
Kl.iiW
H.tiWi
rt. 388
3 713
3 053
4.700
11.471
0.750
10 080
8 21X
8 l>18
9 949
9 949
4.1 «3
tí. 827
3 290
5.445
7.842
tí 97tí
8.418
5 050
I'K N I E V A OKJ.EAXS Á
San Francii-co
Acapnlco
Mazarían
Uuayarjuil
Callao
Valparaíso
15.050
13.283
13 843
11 (>«3
10 í»01
U.%2
4 047
2 -109
2.yfi!t
2.340
3.000
3 987
11.005
10 874
10 874
9 343
7 901
5.975
14 fiOO
12.921
13 481
7 508
5.870
tí 430
7.182
7.051
7 051
I'E LIVERPOOL Á
San Francisco
Aiapulco
Mazatlán
Los Estados Unidos obtendrán grandes provechos con la terminación del canal y verán considerablemente aument'do su poder naval. Pero
también la Gran Rretaña saldrá gananciosa, pues
cuanto beneficie al tráfico marítimo tiene qne beneficiarla á ella, que posee más de la mitad del de
todo el mundo.
En cambio, ¡qué porvenir tan poco lisonjero
para la independencia de las pequeñas repúblicas
centro-americanas!
O. HEPARAZ.
POESÍA DE LAS COSAS.
LAS
RUJAS,
KH un poeta ol viunto; tiene en las rejas
La más extensa garita do las caucionen,
li» serio indefinida de vibraciones
Que vu desde las risits hasta las quejas.
Si azota la ventana del alto fuerte,
Ci'ino sangrienta muño Mime te agarra,
Y cual bordón d« tironee truena la barra
Con épicas estrofas de gloria y muerte;
Si mece las guirnaldas de enredadera
Que en la rústica reja buscan auxilio
Para escalar el muro, canta un idilio
Impregnado de aromas de primavera.
Al rozar los dibujos de ferrería,
De gótica ventana gala y afiance.
Renueva las historias de algún romance
De las gestas de antigua caballería;
La mata de claveles inquieto sopla
En la reía andaluza; la flor bermeja,
Con sus labios de grana, toca la reja,
Y del beso furtivo nace la copla.
103.780
90.908
Llega de las prisiones basta el encierro,
En la ventana estrecha donde respira,
Y toma luz la celda, forma una lira.
Y le pone por cuerdas barras de hierro:
Trayecto total del Atlújtticu al Pacifico.
273.528
Yo conozco esas notas; sé que eu las rejas
Tiene el viento la gama de las canciones,
Y recorre la serie de vibraciones
yue va desde las risas hasta las quejas.
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POR AMBOS MUNDOS.
NARRACIONES
San Francisco
Estrecho de Hehring.. . .
Ala-ka
Acapulco
v
azatlán
Hong-Kong
Yokolmma
Melbourn«
Nueva Zelanda
Islns Havai
Callao
(itiayaqnil
Valparaíso
Navegación libre en el río San Juan
Navegación libreen el lago de Nicaragua...
Las secciones del canal, salvo en muy contados
sitios, permitirán el paso de dos buquts navegando con opuestos rumbos. En las hoyas ó cuencas
artificiales, en el río San Juan y en el lago de Nicaragua, podrán navegar tan librementá como en
el mar. Como los barcos no tendrán que detenerse
más que para salvar las esclusas, calculando en 45
minutos el tie;npo invertido en el paso de cada
una, podrán circular por el canal 32 cada día, ó sea
11.680 al año.
La profundidad será por lo menos de 9 metros,
y la longitud de las esclusas de 198. No hay que
pensar siquiera en que pueda escasear el agua para
éstas, pues el lago solo suministra diez veces más
de la necesaria. El tiempo probable de la travesía
será de 2t> á 28 horas. El coste de toda la obra está
calculado en unos 300 millones de pesetas.
El siguiente cuadro da una idea de la revolución
que el canal de Nicaragua producirá en los de navegación del mundo entero.
Distancias en millas entre New York y los principales parajes del Pacifico por el cabo de Hornos
y el canal de Nicaragua:
30 ABKIL 1899
LA FLOR DEL LOTO.
En UD rincón del parque, en lo más hondo
De la nave de ramas, donde pierde
La luz su resplandor y es bruma verde
Que disipa los términos del fondo;
Al pie do la ruinosa escalinata
Que la hierba invadió, y en el arrangue
Del arco que borroso se retrata
Entre el musgo que flota en el estanque,
Crece el nelumbo azul, indiferente
A los ojos profanos, y sumido
En todos los recuerdos del Oriente.
COSMOPOLITAS.
Un empleo de cinco millones de pesetas de sueldo anual. — Derjarrollo de lo«* fruxU en América é Inglaterra. — Futura campaña electoral de los demócratas contra los sindicatos.- Continuación de loa
escándalos de la Tannuany hall.
w¡
ARBCE que hay que conquistar una
gran plaza en los Estados Unidos. La
juventud de valía, de gran cultura,
de verdadero empuje, tiene ocasión
de medir sus fuerzus en la magna
empresa de que se trata. Esa plaza, muy
fuerte por cierto, es un empleo, una colocación como no ha habido otra en el mundo. Se requiere, para ocuparla, conocer á
fondo la Química, la enntabilidad, la banca,
la Bolsa, la industria, el comercio, cuantas cuestiones se refieran á Io3 ferrocarriles y á la navegación, todas las tarifas de transporte y prescripciones aduaneras; y es preciso, además, que el
aspirante sea muy hónralo y poco escrupuloso.
Aunque parece que estas dos últimas condiciones
se dan de cachetes, no es así en la alta moral
i/ankee, porque lo de honrado se refiere á la conveniencia propia ó personal, y lo de poco escrupuloso á la manera de considerar, tratar y explotar á los demás. Tal antinomia es muy propia de
aquel pueblo egoísta, que profesa el principio consignado en la satírica frase castellana: «Al prójimo contra una esquina.»
El feliz mortal que. adornado con esas condiciones, obtenga el gobierno y usufructo de esa
plaza, disfrutará de un sueldo anual de cinco millonea de pételas. ¿Ha oído jamás el lector cosa semejante? Los pretendiente», que deberán ser ya
conocidos en el mundo de los negocios por sus
extraordinarias aptitudes para ponerse al frente
de las grandes empresas, no tienen que tomarse
el trabajo de solicitar ese puesto, ya que el tribunal elector, bien enterado de la valia de los que
la opinión competente señala como los más aptos
para el caso, designará quién ha de ser el favorecido. E»te tribunal se compone de un solo hombre, no importa quién, que conozca tan al detalle
el mérito de los demás, que acierte á dar con el
que se biiHCii para el cargo vacante, y que, si así
ocurre, percibirá una prima de 800.(100 peseta»
por nú trabajo.
Estas noticias no son una de tantas estupendas
bolas como á menudo circulan respecto de Jas fantasías y audacias do aquel país, sino un hecho real
y positivo. El puesto ó plaza vacante es el de director de la empresa ó casa monopolizadora de la explotación del petróleo. Hasta ahora, y desde hace
treinta años, lo ha venido siendo Mr. Hockefeller,
de Chicago, cabeza visible y jefe del trust explotador, rey del petróleo, como allí se le llama, y que
ha realizado una fortuna de 1.800 millones, afirmándose que muy pronto llegará á reunir 2.000.
No puede el hombre con tanto dinero; está aburrido; no es feliz, y ha pensado en abdicar en otro
hombre de genio que tenga con él toda l i semejanza posible y que sea capaz de sustituirle. Este
propósito es ya antiguo. Sin exponérselo á nadie,
ha estudiado por dentro Mr. Rockefeller á cuantos hombres de negocios trata y conoce, y ninguno le ha satisfecho. Hoy ha dado á conocer su determinación, recomendando á sus íntimos que
busquen ese hombre que le hace falta. Estos sabuesos, aguijoneados por la golosina de las 800.000
pesetas, trabajan como héroes en la faena de encontrar el químico, contable, hacendista, bolsista, industrial, traficante, aduanero, ferrocarrilero,
navegante, honrado por dentro, despreocupado
para fuera, todo en una pieza, que se embarque de
almirante en el mar del petróleo y pesque sus cinco millones de pesetas todos los años, sin contar la
inmediata participación que tendrá en el negocio.
Posible es que este virrey del j/etróleo no parezca
por ninguna parte. Los hombres de genio no se
hacen de encargo: nacen. Rockefellers y Vanderbilts no se improvisan, ni se forman á fuerza de
estudios; vienen al mundo trayendo en el espíritu
el germen de lo grande, y cuando encuentran medio á propósito para su desarrollo, surgen y se elevan colosalmente. Si el medio y el ambiente les
faltan, viven obscurecidos de zapateros remendones en cualquier portal de una callejuela.
¡Él, cuyo zumo amargo causa olvido!
Cuna, emblema y adorno de las diosas
Fue en Menfis, Benares. Tien-tsin y Kioto,
¡Y siente la nostalgia de las cosas!
¡Y hasta se queja en su lenguaje el loto!
FBASCISCO A. PE
Inicio
Lejos de disminuir en la República estrellada
el feudalismo del dinero y la tiranía del negocio,
crece su desarrollo con la fundación de nuevos
trusts acaparadores que dictan allí su ley en la
producción, en el consumo, en la administración,
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LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA Y AMERICANA
30 ABRIL 1899
en la política, en la vida de la alta sociedad, en las 2.400 comensales presididos por Mr. Bryan, el faaspiraciones de la clase media y en los hogares de moso candidato á la presidencia de la República,
los trabajadores y de los desheredados. A los nu- y otros 2.500 oyentes que pagaron 50 centavos por
merosos trusts ya conocidos, que lo explotan todo, entrar. Había además en otro salón inmediato
se añadirán en breve otros, como los siguientes, 401) señoras, banqueteando también. El orador deque en estos momentos están en vías de reconsti- claró en su discurso que la base de unión del partución:
tido para la próxima campaña presidencial sería
Monopolio de la fabricación de tabaco en toda la de sostener aquel lema. Créese allí que, si inla República, á excepción d« la de cigarros anti- sisten en ese propósito y prescinden de la cuesllanos, por la American Tobáceo Company, que tión de la plata, conseguirán el triunfo, porque
eleva su capital á 50 millones de pesos, para des- entre las masas de electores cunde un odio mortinar 25 á la adquisición de las acciones de la tal á lns monopolizadores de la producción indusUnion Tobáceo Compartí/. Otra compañía va á ad- trial y del comercio.
quirir las fábricas de cigarros de la Habana, constituyendo un capital de 20 millones de pesos, á lo
que han contribuido los grandes bancos de Nueva
York, entregando, en metálico, seis millones.
Contribuye mucho á animar á los demócratas la
Se acaba de constituir definitivamente, entre los serie de escándalos de que continúa haciendo gala
del monopolio de la fabricación de hierro, la Na- la Tammany hall, protegida por los republicanos,
tional Steel Company (ó Steel billet pool), con ~ñ y cayos jefes políticos administran á su gusto la
millones. Reunidas todas la fábricas del Ohío y de ciudad de Nueva York. Tan ordenado y serio ha
Pittsburgo, pueden producir 800.000 toneladas sido el banquete de los demócratas, como borrasanuales. Los centros de fundición de la Virginia coso, revuelto y censurado lo fue el que celebró la
del Sudoeste han formado la empresa unida Vir- Tammany hall recientemente en el teatro de la
ginia Iron Coal and Colee Company, con 10 mi- Opera. Los escándalos de esa colosal empresa en
llones, para hacer la competencia á las fábricas la administración municipal han sido tales, que
de Alabama en hierros baratos. Los fabricantes la Cámara legislativa de aquel Estado ha abierto
de cueros constituyen un trust de todas las tene- un proceso-información, que preside Mr. Mazet,
rías, con GO millones de capital; el negocio de tri- y ante cuyo tribunal van desfilando los principagos está en manos del American Cereal Company, les personajes de la Tammany para declarar acercon 33 millones; en New London radica el centro ca de lo corrompido de sus actos, del tráfico de sus
American Silk Manvfartoring, con 12 h millones contratas y nombramientos, y de otras gravísimas
para abastecer de seda á toda la industria nacio- acusaciones que la opinión les lanza. Parece que
nal; los explotadores del extracto de palo de cam- están complicados en este enredo Mr. Richard
peche y de otros tintes, asociados en la United: Crokcr, el bous jefe de Tammany; el juez Van
States Dyeirood and Kxtract C", trabajan con Wyck, alcalde de la ciudad, y muchos funciona10 millones; las casas constructoras de buques rios y dependientes de la policía. Al preguntar el
para los grandes lagos van á constituir la Arneri- juez á Croker cómo había improvisado su gran
mn Shipbuilding C", con 30 millones; el gran fortuna, contestó levantando un brazo: «Que me
trust de la fabricación de lanas, American Wol- corten este brazo si hay alguien que me pueda
len, cuenta con un capital defií>millones; el de la, probar que yo he robado un solo dollar de las arfabricación de cementos, 10 millones; el de la ex- cas municipales, i' Y no hubo medio de sacarle una
plotación de las salinas, 10 millones; el de la com- palabra más, á pesar de las abrumadoras pregunpañía de barnices, 2(> millones; la Union Jiag and tas que se le hicieron acerca de los escandalosos
Paper Company, 27 millones. Estas nuevas em- negocios en que aseguran que ha tomado parte,
presas monopolizadoras no son más que algunas valiéndose de su influencia y de muchas botellas
de las recientementa creadas, y cuya relación se de vino. En vista del proceder del acusado, parece
que la Comisión de informe va á dirigir á la Cáprolongaría mucho.
mara legislativa de Nueva York una petición para
En Itiglat jrra, donde al parecer no había trusts, proceder al arresto de Mr. Croke antes de que éste
existen casas de comerciantes millonarioN que ha- cumpla su propósito de escaparse á Inglaterra.
cen el mismo oficio. La casa explotadora del té, Kl día 11), al comparecer de nuevo ante la ('omide Lipton, por ejemplo, ha realizado, desde 181)0 sión, llamó al abogado fiscal de la misma •( mal ca¡i 18ÍI7, un aumento de ganancias de IÍK.000 á ballero », y no dijo más en contestación á los car17Ü.000 libras esterlinas. Desde el % al !»7 se han gos que se le dirigieron sino que « no se acordaba
fundado algunas sociedades con una suma de capi- de nada», y que «cuanto había hecho era cosa que
tales de 18 millones de libras, para, acaparar la á él sólo le importa». Después compareció el caventa, al por mayor, de carnes, otros artículos de pitán de policía Price, acusado de dejar entrar
alimentación, especias y drogas. La verdad es que en los cafés, mediante una buena retribución, á
los trusts ingleses reúnen un capital de 3.(500 mi- las mujeres perdidas; y después el personaje, pollones de pesetas. Todos estos inmensos capitales licíaco también, Bob Nelson, monopolizador del
están en manos de familias enyos padres y abue- privilegio de soltar á todas las detenidas, cuyo falos eran ó pobres gentes de la clase media, ó ver- vor le producía, una noche con otra, de 30 á 100
daderos trabajadores sin más fortuna que el mí- dollars.
sero jornal. No sabemos, aunque es lo probable,
si los nietos de los actunles capitalistas volverán
El desfile continúa y durará aún bastante tiemá ser tan pobres como sus tatarabuelos. ¡Y se dirá po, amontonándose vergonzosas revelaciones, que
que la fortuna está vinculada y que no cambia de se refieren á ricos y pobres, á señores y á depenmanos! En la vida de cada población, el trasiego dientes, y que «en aquel gran país » se leen con
del capital es tan constante que en un siglo cam- avidez, se divulgan y se comentan entre las burlas
bia, por lo menos, tres veces de dueños, y á las de los cínicos vividores y explotadores, que, en
casis que se conocieron pobres ó ricas, al cabo de efecto, repiten frotándose las manos: «¡Oh que
treinta años no las conoce nadie. Así se transfor- gran país!»
ma la posesión de la riqueza y la redención de la
pobreza, al través de las generaciones, fatalmente,
RICARDO BECERRO DE BENGOA.
sin que intervenga la voluntad del hombre, y sin
sujeción á las fórmulas del socialismo; antes de
cuya aparición y propaganda, desde que hay sociedad en el mando, los capitales venían cambiando
LIBROS PRESENTADOS
de dueño, como las familias y los pueblos camÁ
ESTA
REDACCIÓN
POR ACTORES Ó EDITORES.
bian de individuos y de viviendas, sin que nadie
lo pueda prever ni evitar.
Al leer los anteriores detalles del feudalismo
abrumador que ejercen los trusts, preguntará el
lector: ¿Y cómo consiente un pueblo tan audaz y
tan exagerado en materia de libert-tdes esa dominación? Precisamente en estos días se ha recrudecido como nunca en los Estados Unidos el odio
contra las grandes empresas acaparadoras. No es
aventurado el decir que allí va á estallar la guerra
civil social entre los explotadores y los explotados. El partido demócrata, en su mayoría sostenedor de la circulación de la plata y enemigo del
imperialismo aventurero militar y colonizador,
ha escrito en su bandera el lema de: « Guerra á los
sindicatos ó trusts.» Hace pocos días celebraron,
en el gran palacio central de Nueva York, un
banquete á dollar el cubierto, al que asistieron
Anterior
A l p u n n » i d e a s s o b r e l a s cuestione-* e e n n ó m i c í i s d e
actualidad.—La reconocida autoridad y competencia en asuntos financieros del senador del reino D. Isidoro Gómez de
Aróstegui, hace que tenga excepcional importancia el folleto
cuyo título encabeza estos renglones.
Con brillante estilo, con profundo conocimiento de tan arduos problemas, y con notable precisión y claridad, se ocupa
el Sr. Aróstegui de la necesidad de robu-tteer el Banco de
España, como base de nuestra regeneración económica, para
que el Banco á su tez se convierta en poderoso auxiliar de la
industria y del comercio; del arreglo de la Ueuda pública y
de Tarias reformas de indiscutible alcance y transcendencia.
Tal Tez parezcan demasiado radicales algunas de las medidas propuestas; pero en todo ciso el ilustrado senador señor
Aróstegui merece la gratitud del país, á cuyo servicio pone el
caudal de sus ideas y conocimientos, y el folleto mertee ser
leído y estudiado por todos los llamados á resolver cuestiones
de ian vital importancia para la prosperidad de la nación.
Reciba el Sr. Aróstegui por su notable trabajo nuestra sincera enhorabuena.
T r a t a d o t e ó r i c o - p r á e t i o o d e O e r e c h o c"ivil, proe**sal, penal y administrativo, para uso del clero, por D. José
Pellicer y Guíu.
En el estado actual de las sociedades, no basta al clero pa-
Inicio
H." xvi — 253
rroquial conocer las ciencias eclesiásticas; nccfsila además
poseer la legislación civil en sus diversos rames para defender sus derechos y los de la Iglesia, para aconsejar á tes
feligreses y para cumplir los deberes de carácter Unir, oral que
las leyes del Est. do le imponen.
bA autor del Tratado tror/ro-prdetico de Derecho civil,
procesal, prual </ administra!ten, tenienco presentes esta»
consideraciones, estudia en tu otra, desde un j ur.to de vista
esencialmente práctico, cuantas tueslioncs jurídicas pueden
interesar á los rárroeos. aumentando las excelencias del trabajo la inserción de todos los formularios pertinentes á las
materias expuestas y de las disposiciones legales que k las
mismas materias i-e refieren.
I'ara formar una idea exacta del contenido <le la obra, bastará indicar que en ella se desarrollan y estudian detenidamente tortas las cuestiones relativas al matrimonio, á las
sucesiones, al Derecho procesal civil y criminal, al Derecho
penal, y, dentro del Derecho administrativo, á los cementerios, templos, casas y huertos parroquiales, desamortización,
capellanías, escuelas públicas, procesiones, tratamientos, libros parroquiales, dotación del clero, administradores-habilitados, disposiciones concordadas, jubilaciones, servicio militaré impuestos de derechos reales, cédulas personales, timbre
y consumos.
La obra, que consta de dos tomos de 000 páginas , se halla
de venta en las librerías de Cecilio Gasea, plaza de La Seo, 2,
Zaragoza, y Gregorio d;l Amo, Paz, 0, Madrid, al precio de
12 pesetas.
Kevist.i Ili<Tii-.\nieri<-:in:i de Cienci.-iH .Mérli<-:i«t.
Propietario, D. Federico Jiubio y Gali; redactor en jefe,
D. Luis Marco; Redacción y Administración, Instituto quirúrgico de la Moncloa.
Hemos recibido el primer número de esta interesante y notable Hevista, cuyo sumario es el siguiente:
-Notas clínicas; l.n caso de cirugía abdominal; Otro caso de
cirugía abdominal; Conferencias clínicas; Sorpresas de la cirugía abdominal; Cirugía cerebral; Artículos cienlíficos originales; Nuevos hechos y viejas hipótesis sobre el a| arato tiroideo; tíl laboratorio de Antropología de la Facultad de
Medicina de Madrid; Investigaciones del Dr. J. Ferian (de Barcelona) acerca de la tuberculosis; Acción terapéutica dtl ortaf'ormo; Raquilismo; El aldehido fórmico en Oftalmología:
Apuntes para el estudio estructural de la corteza visunl del
cerebro humano; Revista de Revistas; Bibliografía; Variedades.
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LA ILUSTRACIÓN
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ESPAÑOLA
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