El Mausoleo del General don José de San Martín Stella Maris De Lellis Buenos Aires 2018 Entre el ideal y lo práctico Cuando este trabajo fue publicado por primera vez en la revista “Historias de la Ciudad” (2006) lo inicié con este párrafo: “Los restos del Libertador llegaron a Buenos Aires teniendo como marco de un imponente espectáculo cívico, pero en medio del enfrentamiento entre el gobierno nacional y bonaerense que culminó con un derramamiento de sangre y la federalización de la ciudad. Hoy, en un ambiente de respetuoso silencio que sólo quiebran el murmullo de los turistas y el paso marcial de los Granaderos en los cambios de guardia, allí también reposan otros símbolos de heroísmo, lealtad y desinterés”. Pero ahora, con algunos agregados y correcciones, quizás sea importante hacer notar otros puntos referidos a este tema: en principio y más importante, la trascendencia de su significado. En la "Gesta de la Independencia" no sólo hubo heroísmo, lealtad y desinterés, sino también un enorme espíritu de sacrificio que requiere hoy un gran esfuerzo de imaginación para llegar a captar su magnitud. El Mausoleo del General don José de San Martín, ubicado en la catedral de la ciudad de Buenos Aires, simboliza un ideal cristalizado a costa de muchísima sangre derramada por toda Sudamérica. En el relato aparecen muchos nombres que son recordados en calles, avenidas y localidades del interior. Sin embargo, se fue perdiendo el rol que tuvieron en la historia del país. Con el tiempo surgió la idea que en el mausoleo estuvieran también los restos del general Juan Gregorio de Las Heras; años después los del “soldado desconocido” -aquellos miles de anónimos que perdieron la vida en los campos de batalla desperdigados en diferentes países sudamericanos-, y por último el general Tomás Guido. Sin embargo, todas las iniciativas fueron meramente políticas de acuerdo a las circunstancias del momento, aunque quizás haya habido algo de honestidad en éstas teniendo en cuenta los méritos de aquellos. En el "Mausoleo del General San Martín" no sólo se les rinde homenaje a los que llevaron a cabo una empresa épica. Sino que también se los evoca por haber sido espíritus sacrificio. trascendentes de humildad, grandeza y La Frase El traslado de los restos del General don José de San Martín había sido aprobado por el Congreso en el año 1864. Pero fue recién el 5 de abril de 1877 -aniversario de la Batalla de Maipú- cuando el Presidente de la Nación, Nicolás Avellaneda, invitó a la población a realizar una suscripción pública para darle cumplimiento acuñando la conocida frase: "Los pueblos que olvidan sus tradiciones pierden la conciencia de sus destinos, y los que se apoyan sobre sus tumbas gloriosas, son los que mejor preparan el porvenir". Desde la Biblioteca del antiguo Congreso Nacional1 los integrantes de la "Comisión Central de Repatriación de los Restos del General José de San Martín"2 desplegaron una 1 Hoy sede de la Academia Nacional de la Historia. La Comisión estaba constituida por el Vicepresidente de la República Mariano Acosta, el Presidente de la Cámara de Diputados Luis Sáenz Peña, el Secretario del Senado Nacional David Saravia; el Presidente de la Municipalidad Enrique Perisena. Además de Julio de Vedia, Benigno Ocampo, Manuel A. Montes de Oca, Antonio E. Malaver, J. de Basavilbaso y R. Zavalía. 2 abrumadora tarea: recolección del dinero, ubicación del sepulcro, concurso para el diseño del mausoleo, trámites para la repatriación y la organización del acto para cuando llegasen los restos. Con los aportes del propio presidente Avellaneda, Julio A. Roca, Bartolomé Mitre, José María Montes de Oca, Luis María Campos y el Ejército, el Comodoro Luis Py de parte de la Cañonera Paraná, Emilio Civit junto al personal de Aduanas y Rentas, el ingeniero Guillermo White y el Departamento de Ingenieros Civiles y empleados del Ferrocarril Andino; Bernardo de Irigoyen y el personal del Ferrocarril Primer Entrerriano; la Dirección General de Correos y Telégrafos y Senado Nacional. Junto con las colectas realizadas en las provincias, escuelas de todo el país, residentes argentinos en el extranjero, recaudaciones de funciones a beneficio; contribuciones del Gobierno Nacional y el Banco de la Provincia de Buenos Aires dieron como total un millón trescientos noventa y nueve mil quinientos sesenta y cinco pesos con veinticuatro centavos. La Capilla En septiembre de 1878 la Comisión solicitó a José Guerrico, a cargo del municipio, el llamado a concurso de arquitectos a efectos de erigir la capilla que habría de contener el monumento conmemorativo a San Martín que ya se había aprobado. El proyecto debía respetar el estilo y el espacio cedido en la Catedral y las medidas que tendría el mausoleo. 3 Como ninguno de los planos presentados cumplía con los requisitos se declaró desierto el concurso. Para no dilatar los tiempos el Ministro del Interior, Saturnino M. Laspiur, ordenó al ingeniero Guillermo White, que estaba a cargo del departamento de Ingenieros Civiles de la Nación, realice los estudios necesarios para levantar la capilla. Éste envió los planos, presupuesto y descripción del proyecto diseñado por el Arquitecto La superficie cedida era de 59 m2 a la que se podría agregar una parte del patio del Palacio Arzobispal. El mausoleo mide 5 metros de largo, 4,43 m de ancho y 6 m de alto. 3 Enrique Aberg, quien se hizo cargo de la obra una vez que fue aprobado por el Consejo de Obras Públicas. La planta de la capilla de Nuestra Señora de la Paz cedida por el Cabildo Eclesiástico pasó a tener forma octogonal con arcos y pechinas de estuco, coronada con una bóveda con casetones y rosetas cubiertos de grafito, purpurina y dorado. Todo el conjunto estaría iluminado con luz cenital.4 El 7 de octubre de 1880 White informó que se habían concluido las obras y envió la cuenta de los gastos pendientes. En enero del año siguiente Antonio del Viso respondió que el Ministerio de Hacienda ponía a disposición la suma solicitada. Pero recién al año siguiente fue cancelado -por decreto- todo lo adeudado. En 1909 la "Archicofradía del Santísimo Sacramento" realizó algunas obras dentro del mismo, una de ellas fue el friso en relieve y oro de un metro de ancho entre las paredes y la bóveda, la colocación de cuatro candelabros de Revista Hábitat, Septiembre 2000. Detalla los últimos trabajos de restauración realizados 4 bronce, un plafón de cristal y bronce de 1,15 m de diámetro con treinta y dos lámparas figurando el sol y la puerta de hierro y bronce que cierra la capilla. En 1921 fue agregada una placa bajo el testero -obra del escultor peruano Luis Agurto- acuñada por la Escuela de Artes y Oficios de Lima y donada por el gobierno del Perú. En 1962, sobre la misma pared, fue colocada otra placa al cumplirse el 150° Aniversario de la creación del Regimiento de Granaderos.5 La guardia que custodia el Mausoleo pertenece al escuadrón "Ayacucho" del Regimiento de Granaderos a Caballo. 5 El Mausoleo En septiembre de 1878 la comisión aprobó el proyecto enviado por el escultor francés Henri Dasson Carrier Belleuse. El gobierno nacional, una vez informado, autorizó al ministro plenipotenciario en Francia Mariano Balcarce6 a representar a la nación en todo lo referido a la contratación del artista, con la condición que el diseño fuera aprobado antes por un jurado nombrado por el Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes de Francia. El 31 de marzo de 1879 fue firmado el contrato con el escultor por la suma de 100.000 francos. Los cajones con las piezas y planos del monumento llegaban por diferentes remesas al puerto de Buenos Aires, aunque con algunos inconvenientes debido al bloqueo que por el tema de la Capital de la República había surgido entre el gobierno de la Nación y la Provincia. Hijo político de San Martín, casado con Mercedes Tomasa de San Martín y Escalada 6 En la parte central del sepulcro que contiene el ataúd está representada la República Argentina y a ambos lados Chile y Perú. También se encuentran las inscripciones que se le atribuyen a Bartolomé Mitre: "José de San Martín. Guerrero de la Independencia Argentina. Libertador de Chile y el Perú. Nacido el 25 de febrero de 1778 en Yapeyú. Muerto el 17 de agosto de 1850 en Boulogne-sur-Mer. Aquí yace * Triunfó en San Lorenzo 1813. Afianzó la Independencia Argentina 1816. Pasó los Andes 1817. Llevó la bandera emancipadora a Chile, al Perú y al Ecuador * Vencedor en Chacabuco y Maipo. Proclamó la Independencia de Chile 18171822 * Redimió el Perú y fundó su Independencia 1820-1822 * El pueblo argentino agradecido, a la memoria de su Gran Capitán. Por iniciativa del Presidente Doctor Avellaneda 1877-1880". El conjunto lo cierra en la parte posterior un bajorrelieve de la batalla de Chacabuco realizado por Carrier Belleuse de acuerdo con un grabado de Théodore Géricault. En la parte superior se encuentra un sarcófago esculpido en un bloque de hierro macizo que se encuentra cerrado con una tapa donde están simbolizados el sable corvo, el sombrero y el capote de campaña. El monumento fue inaugurado el 27 de agosto de 1880. La Repatriación El Gobierno Nacional dispuso enviar un buque que se estaba terminando de construir en Inglaterra para conducir los restos. Designó nuevamente a Mariano Balcarce como representante oficial del gobierno argentino a los efectos de ocuparse de los trámites y preparativos para la ceremonia de embarque del féretro que se haría en el puerto de El Havre. El 21 de abril de 1880 se realizó una ceremonia religiosa en la catedral de esa ciudad. Un batallón de infantería rindió honores militares cuando el ataúd -cubierto con las banderas de los países por cuya libertad había luchadoquedó depositado en la capilla ardiente preparada en la cubierta del aviso Villarino7 al mando del comandante Ceferino Ramírez. Una vez labrado el acta de entrega del féretro, leyeron los discursos de despedida el ministro argentino en Francia 7 Después participó en los enfrentamientos por el tema capital y en la colonización del Sur asegurando el servicio de transportes hasta Chubut. Varó en Camarones en 1899 . Mariano Balcarce, su par en Londres Dr. Manuel J. García y finalmente el Dr. Emilio de Alvear. El 24 de mayo el ataúd fue descendido en el puerto de Montevideo y llevado a la Iglesia Catedral donde recibió honras fúnebres en medio de una gran adhesión popular. Fue despedido por el ministro argentino en esa ciudad Dr. Bernardo de Irigoyen. Desde allí el Villarino fue escoltado por una división naval dispuesta por el gobierno nacional y amarró en la rada interior del puerto de Buenos Aires el sábado 28 de mayo. A su paso la Batería Once de Septiembre contestaba a las descargas que de hora en hora hacían los otros buques de la escuadra nacional. Una falúa especialmente acondicionada subió a bordo el féretro siendo seguida por gran cantidad de pequeñas embarcaciones que enfilaron hasta el muelle de las Catalinas donde una compañía de cadetes y aspirantes del Colegio Militar y la Escuela Naval esperaban para efectuar el desembarco. Fue recibido en tierra con los acordes del Himno Nacional. “Velatorio del General San Martín en Boulogne-Sur-Mer" Obra de la pintora Obligado de Soto y Calvo El sarcófago cuádruple formado por dos cajas de plomo, una de pino y la superior de encina, fue cubierto con la bandera del Ejército de los Andes, coronas de palmas de Yapeyú y gajos del pino de San Lorenzo. Una vez puesto sobre una parihuela recibió el saludo del presidente de la República y autoridades civiles, militares, eclesiásticas, funcionarios del cuerpo diplomático y en forma apoteótica por el pueblo de Buenos Aires. Los diarios informaron que el gran ausente fue el gobernador Buenos Aires de Dr. Carlos Tejedor. Sin embargo, la realidad -aunque cueste creerlo- la hizo evidente semanario satírico Mosquito dos el El días después. En la caricatura aparece una enorme carroza que lleva al general San Martín, no en su féretro sino mirando hacia abajo, la arrastran los veteranos más ilustres que todavía quedaban de las épocas de sus gloriosas campañas... Aunque la solemne procesión era seguida por los políticos con rostros contritos, que se miraban entre ellos de reojo, celosos y amenazantes. “El prócer parece decir ante tanta faramalla: Cuando pedía a mis conciudadanos la repatriación de mis restos no pensé que la anarquía fuera más duradera que la ingratitud.” Acto seguido Domingo Faustino Sarmiento pronunció un discurso en nombre del Ejército que finalizó con una emotiva oración: “Vosotros y nosotros, pues, hacemos hoy un acto de reparación de aquellas pasadas injusticias devolviendo al general don José de San Martín el lugar prominente que le corresponde en nuestros monumentos conmemorativos. Podremos aspirar libremente, como quien se descarga de un gran peso, cuando hayamos depositado el sarcófago, que servirá de altar de la patria, los restos del Gran Capitán, a cuya gloria sólo faltaba esta rehabilitación de su propia patria y esta hospitalidad calurosa que recibe de sus compatriotas.” 8 A continuación se inició la marcha hacia la estatua ecuestre del Libertador en la “Plaza del Retiro”9 donde pronunció un discurso el presidente de la Nación Dr. Nicolás Avellaneda, luego el vicepresidente Dr. Mariano Acosta y finalmente dijo unas palabras el ministro plenipotenciario del Perú Gómez Sánchez. 8 9 La República. Año XIV, Nro. 3942. 1880. Plaza San Martín A su término, el ataúd fue colocado en un carro construido por Carlos Sackman con trabajos de tapicería de Germán Schmeil. Las crónicas sólo tienen elogios hacia ese carro monumental, dicen que fue similar al que llevó los restos del duque de Wellington hasta las puertas de San Pablo en Londres. La multitudinaria comitiva enfiló hacia la catedral donde esperaban el arzobispo de Buenos Aires, monseñor León Federico Aneiros y miembros del clero. El entonces teniente Pablo Ricchieri hizo una alocución en nombre de la oficialidad joven del ejército, de la Comisión de Repatriación y en representación del pueblo de San Lorenzo. Una vez que el féretro fue colocado en la nave central comenzó la ceremonia religiosa y a su término comenzó el velatorio. Toda la noche permanecieron en la capilla ardiente el general Bartolomé Mitre y el poeta Carlos Guido Spano quienes al despuntar el día hicieron la venia ante los restos del General. Por la mañana fue celebrado un solemne funeral cívico y el ataúd fue trasladado a la "Cripta de los Canónigos". Una vez terminado el mausoleo fue ubicado en forma oblicua de forma tal que la altura es aproximadamente del que de pie observa el conjunto. Fue habilitado al público el 1° de octubre de 1880.10 Con el presupuesto nacional de 1882 se creó el cargo de guardián y cuidador del monumento al que se le abonaba 25 pesos por mes. 10 Las Heras: el reposo del guerrero San Martín conocía muy bien el coraje del general Juan Gregorio de Las Heras y sus tropas. La "Columna Auxiliar" no sólo había salido victoriosa en los combates de Cucha Cucha y Membrillar; sino que además había apoyado el retiro de la fuerza militar chilena derrotada en Rancagua. Por eso propuso al Director Supremo Gervasio Antonio de Posadas que con base a esa fuerza fuera creado el "Batallón de Infantería de Línea N° 11" y el ascenso de su jefe al grado de teniente coronel. Tiempo después fue elevado a regimiento con dos batallones11. Uno de los cuales, el "N°1 de Cazadores", al mando del ahora coronel Las Heras, abrió la campaña del Ejército de los Andes por el Paso de Uspallata y triunfaron en Potrerillos, Guardia Vieja, Chacabuco, Curapaligüe y Gavilán. Por decreto del 11 de octubre de 1910 del Presidente José Figueroa Alcorta pasó a denominarse "Regimiento N° 11 de Infantería General Las Heras". 11 Además se batieron con honor en el frustrado asalto de Talcahuano el 6 de diciembre de 1817. Medalla realizada por encargo del Ministerio de Relaciones Exteriores Argentino. Obra del artista Víctor de Pol. Pero el heroísmo de Las Heras, y la prueba de la disciplina e instrucción de sus soldados, fue la sorpresa de Cancha Rayada donde pudo salvar entera su división para cubrirla de gloria un mes más tarde en los Campos de Maipo el 5 de abril de 1818 sellando para siempre la Independencia de Chile. Como jefe del Estado Mayor General condujo las tropas de avanzada por territorio peruano. Cuando regresó a Buenos Aires fue nombrado gobernador de la provincia (1824) y al año siguiente encargado del Poder Ejecutivo Nacional. Renunció cuando asumió la presidencia Bernardino Rivadavia y fue planteado el problema de la capital del país. Retornó a Chile donde fue reincorporado en el ejército y del cual se retiró un año antes de su fallecimiento el 6 de febrero de 1866. El gobierno de Chile lo honró decretando exequias nacionales y la gente de Santiago asistió a sus funerales. Por orden del gobierno nacional argentino retornaron sus restos a la ciudad de Buenos Aires a bordo del crucero “25 de Mayo” dentro de una urna costeada por el pueblo chileno. Llegó a la dársena norte el 20 de octubre de 1906 escoltado por el aviso "Resguardo" y vaporcitos de la empresa naviera Mihanovich. Fue recibido por el presidente de la República José Figueroa Alcorta, el intendente Alberto Casares. Además de autoridades, funcionarios, clero, fuerzas de mar y tierra y en forma masiva por los ciudadanos de la capital. La casa Lepage12 realizó vistas cinematográficas de la procesión hasta la llegada al templete en la Plaza de Mayo donde fueron velados y en la que sólo se leía la sencilla inscripción "Las Heras" en sus cuatros frentes. La urna fue trasladada a la Catedral donde recibió honras fúnebres y allí se encuentra desde entonces. La Casa Lepage fue la pionera del cine nacional y a la que se le deben los primeros títulos de nuestra filmografía: La Bandera Argentina (1897), La visita del Dr. Campos Salles (1900), Visita del Gral. Mitre al Museo Histórico (1901), entre otras. 12 Dio todo por la Patria y nada le pidió 13 Por decreto N° 14932/45 se dispuso la repatriación de los restos de los soldados que habían combatido en la Gesta de la Independencia y al día 17 de agosto "para rememorar el recuerdo del Gral. San Martín y la del Soldado Desconocido de la Independencia". Pero la tarea no era sencilla porque había escasa documentación y los campos de batalla estaban localizados en diferentes países y dispersos en algunas provincias. Aunque se hicieron tareas de investigación, fue gracias a un familiar que brindó los originales del trabajo inédito "Fundación del Pueblo de las Piedras" (1889), del ya en ese entonces fallecido investigador don José María Antúnez de Olivera, como pudo ser localizado el hospital de sangre que funcionó en la casa de la hermana política de Artigas. El autor de la frase y de la iniciativa fue del entonces Presidente del Instituto Nacional Sanmartiniano Bartolomé Descalzo. 13 Vidriera conmemorativa de la Casa Gath & Chaves De esta manera se pudieron hallar las partidas de defunción en la iglesia cercana y localizar huesos humanos junto a una lanza en el "Paso del Ombú". Los restos una vez colocados en una urna de mármol con la inscripción: "El Uruguay al héroe anónimo argentino, que luchó en las campañas Libertadoras". Fue enviada a Buenos Aires luego de recibir el homenaje del pueblo uruguayo en la plaza Independencia. Como no pudieron hallarse restos en el sitio donde tuvo lugar la Batalla de Río Bamba, se puso en forma simbólica tierra del lugar dentro de una urna. Luego de recibir los honores de las autoridades y pueblo de Quito fue enviada a la estación aérea de "El Palomar" (provincia de Buenos Aires). Lo mismo sucedió en el lugar en que desembarcó el Ejército de los Andes en la Bahía de Paracas y se libró el Combate de Nazca. Pero gracias a los testimonios orales de los pobladores de Junín y Ayacucho se localizaron algunas piezas óseas que fueron colocadas en una urna, luego de una misa de campaña en el Campo de Marte de Lima, fueron enviadas a Chile. Una vez allí junto con una urna que tenía la inscripción "Aquí-reposa un soldado argentino. Campaña 1817-1818. Independencia de Chile" -restos descubiertos en los campos de Batalla de Chacabuco y Maipo- recibieron las honras de las autoridades y pueblo chileno. Ambas urnas fueron entregadas a las autoridades argentinas y enviadas a Mendoza. Mientras tanto, en la República de Bolivia fueron exhumados los restos de los soldados caídos en Florida, Sipe-Sipe, Huaqui y Suipacha, localizados en los Departamentos de Santa Cruz, Cochabamba y Potosí. Los mismos fueron incinerados en el Arsenal Central del Ejército y recibieron honras fúnebres en la catedral de La Paz. Desde esa ciudad fueron enviados por tren y escoltados por una delegación hasta La Quiaca donde recibieron el primer homenaje en suelo argentino. En Salta les rindieron homenaje las autoridades y pueblo salteño junto con los restos encontrados en el lugar donde tuvo lugar la batalla homónima -habían sido incinerados en el "Establecimiento industrial Capobianco" que además había donado la urnaen el “Panteón de las Glorias del Norte". Ambas urnas recibieron solemnes funerales en la Catedral Basílica de Salta. No se hallaron restos en el “Campo de las Carreras” donde tuvo lugar la Batalla de Tucumán. En forma simbólica se guardó tierra del lugar en un cofre que después de las honras de rigor fue enviado a Mendoza en el tren que venía de Salta. Las urnas procedentes de Bolivia, Chile, Perú, Salta y Tucumán se colocaron en una cureña y fueron escoltadas por una sección de Granaderos a Caballo hasta el campo "El Plumerillo". Una vez allí se juntaron las cenizas en una única urna que fue enviada la ciudad de Mendoza en una parihuela especial, luego de una misa en la Basílica de San Francisco y de recibir honores en la Plaza San Martín fue enviada por tren a Santa Fe. A su paso iba recibiendo el homenaje de los pueblos y estaciones por donde pasaba. Cuando llegó a Rosario esperaba una sección del “Regimiento de Granaderos a Caballo” que escoltaba una urna de bronce donada por la Municipalidad de esa ciudad que tenía la leyenda: "Restos del soldado desconocido. Granaderos del Combate de San Lorenzo. 3 de febrero de 1813, Rosario, 24 de febrero de 1813 - Rosario, 24 de agosto de 1945". Días antes el rastreador Drumond había extraído arena del lugar donde fondearon los muertos de la escuadra nacional que libró el Combate de Martín García y varó la fragata Hércules, la que fue colocada dentro de una urna provista por el Taller de Marina de Dársena Norte. El 25 de agosto de 1945 arribó a Retiro el tren oficial que condujo la urna cubierta con las banderas del Ejército de los Andes y del Ejército del Norte. Más tarde llegaron las urnas provenientes de El Palomar, Uruguay y Martín García. El contenido de todas las urnas fue reunido en una sola14 que fue entregada al Intendente Municipal, César Caccia y a continuación bendecida en Plaza San Martín por el Arzobispo de Buenos Aires y Cardenal primado de la Argentina Dr. Santiago Luis Copello. El mal tiempo obligó a depositar la urna en el atrio del Círculo Militar, allí el Vicepresidente de la Nación y Ministro de Guerra, Coronel Juan Domingo Perón, La urna mide en cm 86 x 60 x 48. La base tiene forma de media caña cóncava y la tapa remata con varias molduras talladas. En el frente: "Soldado Desconocido de la Independencia. Dio todo por la Patria y nada le pidió" y el Escudo Nacional. En la cara opuesta: "Homenaje del Pueblo Argentino. 17 de Agosto de 1945". 14 pronunció un discurso al término del cual los restos fueron velados hasta las 21.30 hs. en que se realizó un funeral cívico. Al día siguiente se realizó una misa de campaña, a continuación dijo unas palabras el entonces presidente de la Nación General Edelmiro J. Farell. Luego la cureña fue conducida hasta la catedral donde fue recibida con un "toque de silencio", después doblaron las campanas de las iglesias del centro de la ciudad y con una salva de 21 cañonazos se dio por terminada la ceremonia Vidriera Casa Tonsa El 29 de agosto de 1945 a las 15.30 hs. en la Iglesia Cateedral la urna fue cerrada herméticamente y labrada el acta correspondiente. Tomás Guido: Colaborador y amigo En 1966 con anuencia de sus descendientes fueron trasladadas las cenizas desde su tumba en la Recoleta hasta el mausoleo del general San Martín. La medida oficial destacaba: "...que la amistad que unió a los dos próceres, tanto en la paz como en la guerra, debe ser ejemplo permanente de los principios de lealtad y comprensión que caracterizaron la trayectoria de aquellos hombres superiores [...] la presencia de los restos del Gral. Guido en el mausoleo del Libertador simbolizará el acercamiento espiritual que en la vida identificó a los ilustres patricios.” Una amistad que comenzó cuando San Martín lo puso al tanto de los planes de emancipación -dando origen a la célebre "Memoria"- que permitió llevar a cabo la campaña libertadora gracias a los oficios de los Directores Juan Ramón Balcarce y Juan Martín de Pueyrredón. Fue el más leal y activo colaborador de San Martín durante la organización del Ejército de los Andes. Fue su Edecán, Consejero de Estado y ministro de Guerra durante la campaña en el Perú. Después de la "Entrevista de Guayaquil" continúo bajo las órdenes de Bolívar. Llegó al grado de general de brigada de los Ejércitos del Perú. Al regresar a Buenos Aires hizo una brillante carrera pública, ocupó el cargo de ministro de Gobierno y Relaciones Exteriores, representante de la Argentina en Brasil y senador por San Juan ante el Congreso Nacional. Falleció el 14 de septiembre de 1866 y fue enterrado en el cementerio del Norte. Estaba casado con María del Pilar Spano y fue padre del célebre poeta Carlos Guido Spano. Quedó como testimonio de la gran amistad que los unía, la carta que le escribió el 21 de septiembre de 1822: "Mi amigo: Ud. me acompañó de Buenos Aires uniendo su fortuna a la mía: hemos trabajado en este largo período en beneficio del país lo que se ha podido: me separo de Ud., pero con agradecimiento, no sólo a la ayuda que me ha dado, en las difíciles comisiones que le he confiado, sino que su amistad y cariño personal ha suavizado mis amarguras, y me ha hecho más llevadera mi vida pública. Gracias y gracias -y mi reconocimiento [...] Adiós. Su San Martín." 15 El 14 de septiembre de 1966 cadetes del Colegio Militar retiraron la urna del cementerio de la Recoleta y después de los honores protocolares fue trasladada al peristilo y ubicada en la cureña con la que se fue llevada hasta la Catedral. Allí fue recibida por el general Juan Carlos Onganía, autoridades y numeroso público mientras era ejecutado un San Martín en la historia y en el bronce. Ed. Kraft, Bs.As., 1950. 15 toque de clarín y se disparaban 19 salvas de una pieza de artillería. Luego leyeron sus discursos el presidente del Instituto Nacional Sanmartiniano y el primer magistrado, a continuación del responso rezado por el Arzobispo de Buenos Aires Antonio Caggiano se dio por finalizada la ceremonia. Llegada de los restos del Gral. Tomás Guido La Llama Votiva Con una serie de actos fue homenajeado el General San Martín al cumplirse el 97° Aniversario de su fallecimiento. El punto más destacado tuvo lugar en la colmada Plaza de Mayo cuando tres trompas del regimiento de Granaderos dieron el toque de silencio y el Presidente General Juan D. Perón dijo: "Invito al Pueblo de la República a guardar un minuto de silencio en homenaje al Gran Capitán". A las 15 hs. doblaron las campanas del Cabildo. Al término de los discursos, las autoridades se dirigieron a la Catedral donde se descubrió en el frontispicio la leyenda: "Aquí descansan los restos del Gran Capitán General don José de San Martín y del Soldado Desconocido de la Independencia. Salúdalos”. Después se dio lectura a la Orden General suscrita por el primer magistrado en su carácter de comandante en jefe de las Fuerzas Armadas -en la cual se ordenaba a partir de ese instante saludar frente a la Inscripción y fue el primero en cumplirla- y luego lo hicieron las tropas que desfilaron una vez concluida la ceremonia. A continuación encendió una tea con el fuego que había sido conducida por medio de hachones por las siete rutas del país y con la que hizo arder la llama votiva que desde entonces se encuentra en el frontispicio de la catedral, luego pronunció un discurso que culminó con la frase: "Los pueblos de vida auténtica y definida son aquellos que con plena conciencia de su historia y de su linaje conceden primacía a su futuro, y lo van creando día a día, en la conciencia de los hombres, con el imperativo de un quehacer nacional ineludible, en el cual se funden los ideales y sueños." Bibliografía BEDOYA, Jorge M. El Mausoleo del General San Martín Bs. As., Casa de Gobierno, 1975. CAILLET-BOIS, Teodoro. Historia Naval Argentina. Bs. As., Emecé, 1944. DESCALZO, Bartolomé, ¿Cadáver o Cenizas? Ni urna, ni tapa. Anuario La Razón, 1950. DE SOIZA REILLY, Juan José, Ilustres "Gobernantes argentinos que murieron lejos de la patria." Caras y Caretas. Año XXXV. N° 1756. Marzo 1932. 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