El Romanticismo inglés - Santillana Costa Rica

El Romanticismo inglés
Inglaterra es, junto a Alemania, la cuna del Romanticismo.
Con una fuerte tradición prerromántica, la literatura inglesa
de la primera mitad del siglo XIX se caracteriza por sus grandes
poetas y el desarrollo de la novela histórica.
La nueva poesía del Romanticismo
Los escritores ingleses de principios del XIX manifiestan la rebeldía propia del Romanticismo
de dos maneras:
• A través del rechazo de la sociedad burguesa e industrializada, para evadirse en el paisaje
rural, el pasado histórico o países exóticos.
• A través de un nuevo lenguaje literario basado en el sentimiento y lo irracional,
la subjetividad y la libertad del artista frente a toda regla.
El Romanticismo inglés arranca en 1798 con las Baladas líricas, compuestas por dos autores: William Wordsworth (1770-1850) y Samuel Coleridge (1772-1834).
El prólogo de esta obra está considerado como el manifiesto del Romanticismo inglés;
sus poesías, de lenguaje sencillo, reflejan el misterio y la emoción de la naturaleza.
Además de esta obra conjunta, Wordsworth es autor de El preludio, y Coleridge,
de La balada del viejo marinero.
Portada de las Obras poéticas de
Coleridge en una edición de 1829.
Biblioteca Nacional, Madrid.
PARA SABER MÁS
Don Juan, de Lord Byron
Don Juan es una mezcla
de poema heroico y
satírico que, por su ironía,
puede considerarse una
parodia del Romanticismo.
En él, Byron exalta la figura
del conquistador Don Juan
como arquetipo de la libertad, de la rebeldía ante las
normas, del heroísmo individualista y de la sensualidad mediterránea: valores
que Byron identifica como
propios de su vida, por lo
que no faltan abundantes
referencias autobiográficas
en el poema.
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Tres grandes poetas
El Romanticismo inglés alcanza su máximo esplendor con Lord Byron, Shelley y Keats.
Se les conoce como los poetas «satánicos», en alusión a Satán, el rebelde por excelencia,
debido a su inadaptación a la sociedad de la época.
Los tres coronaron con prematuras muertes, lejos de
Inglaterra, sus atormentadas y errantes vidas, ejemplos
también de existencias románticas.
Lord Byron (1788-1824) logró una enorme fama en
su tiempo, en parte por su escandalosa existencia, en
parte por sus extensas obras. Sus primeras composiciones poéticas son plenamente románticas, como
Las peregrinaciones de Childe Harold, que narra
los viajes del melancólico protagonista por el sur de
Europa, o El corsario, leyenda en verso con héroe
individualista y rebelde.
Su obra maestra es el extenso e incompleto Don
Juan, sobre el famoso conquistador. Byron también
escribió obras de teatro: la tragedia Manfredo y los
dramas Marino Faliero y Los dos Foscari.
Lord Byron, óleo de T. Phillips. National Portrait Gallery, Londres.
Percy Bysshe Shelley (1792-1822), amigo y compañero de viajes de Lord Byron, abandonó a su esposa y a su patria para recorrer Europa y murió ahogado en un naufragio. En su
obra plasmó un gran idealismo, matizado por una profunda melancolía. Escribió extensas
obras entre dramáticas y poéticas, como Prometeo liberado, en la que expresa su fe en
la humanidad, o La reina Mab. Sus poemas líricos, más breves, como la Oda al viento del
Oeste, destacan por su musicalidad y abundantes metáforas. También compuso una elegía
titulada Adonais, inspirada por la muerte de Keats.
HISTORIA DE LA LITERATURA UNIVERSAL
John Keats (1795-1821) escribió largos poemas narrativos, como Endymion, un homenaje a la cultura griega, pero su fama se debe a sus poemas breves, recogidos en los libros
Odas, Sonetos y Lamia y otros poemas. En ellos destaca la búsqueda y la expresión de
la belleza, y la creación de atmósferas sugestivas mediante ricas imágenes. Keats reflexiona
sobre la condición humana, el tiempo y el arte, dando rienda suelta a sus sentimientos.
La novela histórica
La narrativa histórica es uno de los géneros románticos preferidos, por la atracción hacia
tiempos pasados y el deseo de evasión.
Walter Scott (1771-1832) es su creador. Sus novelas, ambientadas en la Edad Media principalmente, tienen un tono rebelde y nacionalista. Tuvieron gran éxito y fueron imitadas en
toda Europa. Sus personajes y héroes no están idealizados, sino que son presentados con
realismo en episodios y situaciones de la vida diaria.
Percy Bysshe Shelley.
De las numerosas novelas que escribió destacan Ivanhoe y Quintin Durward, cuyos protagonistas, muy del gusto romántico, luchan contra la tiranía o la opresión.
LECTURA
La balada del viejo marinero, Coleridge
Solo, solo, totalmente solo,
solo en la ancha inmensidad del mar;
y Cristo no tuvo piedad
de mi alma en agonía.
¡Tantos hombres tan hermosos,
y todos ellos muertos yacían!
Y miles de millones de cosas repugnantes
seguían vivas, como yo.
Miré hacia el mar putrefacto,
y en seguida aparté los ojos;
miré hacia la cubierta fantasma,
y allí yacían los hombres muertos.
Miré al cielo, e intenté rezar;
pero en cuanto había terminado una oración,
un maligno susurro me alcanzaba y me volvía
el corazón tan seco como el polvo.
Cerré los párpados, y los mantuve cerrados,
hasta que los globos de los ojos me latían;
porque el cielo y el mar, y el mar y el cielo
eran como una carga sobre mis cansados ojos,
y los muertos estaban a mis pies.
El sudor frío impregnaba sus cuerpos:
ni se descomponían, ni apestaban;
la mirada con la que me contemplaban,
nunca jamás se me ha olvidado.
John Keats.
Walter Scott.
SABÍAS QUE...
Mary W. Shelley (1797-1851), esposa del poeta Percy Shelley, es la autora del relato de género
gótico Frankenstein o El moderno Prometeo. Esta novela
narra el intento del doctor Frankenstein de crear un
ser humano y su dramático fracaso. Se da la paradoja
de que Shelley, al partir de un mito clásico (el de
Prometeo, que desafía a los dioses y entrega el fuego
a los hombres), crea uno de los mitos de la modernidad, que tendrá una enorme productividad en la
cultura popular de masas en el siglo XX (cine, cómic,
etc.). Además, la novela anticipa otra cuestión muy
recurrente en el siglo XX: la relación entre la ciencia
y los límites éticos.
Mary Shelley. Biblioteca
Nacional, Madrid.
Fotograma de la película Frankenstein,
de 1931, interpretada por Boris Karloff.
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El Romanticismo
en Francia e Italia
El Romanticismo francés, más tardío, destaca gracias a la gran
figura de Victor Hugo. La literatura romántica italiana está estrechamente ligada al movimiento nacionalista que conducirá a la
unidad del país en 1870.
Autores románticos franceses
En Francia, de gran tradición clasicista, el Romanticismo aparece tardíamente, y ofrece
desde el principio dos tendencias:
• Liberal, que insiste en la rebeldía y la libertad.
• Conservadora, que se centra en las tradiciones y el pasado nacional.
El primer gran autor, de tendencia conservadora, es el vizconde de Chateaubriand
(1768-1848), que trató múltiples temas con estilo exaltado y colorista. En la obra teológica
El genio del cristianismo insertó dos breves novelas, Atala y René, de trama dramática
ambientada entre los indios norteamericanos.
La poesía romántica francesa no cuenta con personalidades significativas, sobre todo si se
compara con los grandes autores de finales de siglo. El poeta más destacado es Alfred
de Vigny (1797-1863), que en libros como Poemas antiguos y modernos muestra gran
sensibilidad poética y refinamiento intelectual. Escribió además la tragedia Chatterton, y
fue ante todo narrador, con los relatos intercalados en su Servidumbre y grandeza de la
vida militar, o la novela histórica Cinq-Mars.
Escena de la novela Atala,
de Chateaubriand. Biblioteca
Nacional, Madrid.
También fue poeta Alfred de Musset (1810-1857), pero es más interesante como
dramaturgo: su principal obra es Lorenzaccio, sobre el político y mecenas renacentista
Lorenzo de Médicis. Tiene interés asimismo su novela Confesiones de un hijo del siglo,
de fondo autobiográfico.
PARA SABER MÁS
Alfred de Musset.
El folletín
En esta época surge una novela popular llamada folletín.
Constituye un subgénero caracterizado por la simplicidad psicológica y el argumento dramático y sentimental,
con recurrencia a temas amorosos, pero también al
misterio y a lo escabroso. El folletín se publicaba por
partes o capítulos, muchas veces incluidos en otras
publicaciones, y al final del capítulo la acción termina en
suspense para suscitar la curiosidad del lector (y, por
tanto, su continuidad en la lectura). Uno de los iniciadores del subgénero es Eugène Sue (1804-1857),
con las novelas Los misterios de París o El judío errante.
Alexandre Dumas (1802-1870) representa el esplendor del folletín, con Los tres mosqueteros (ver Obras
clave), El vizconde de Bragelonne o El conde de Montecristo.
Caricatura de Alexandre Dumas de 1867,
en la que aparece disfrazado de mosquetero.
Biblioteca Nacional, Madrid.
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HISTORIA DE LA LITERATURA UNIVERSAL
Victor Hugo
La gran figura del Romanticismo francés es el prolífico Victor Hugo (1802-1885), que evolucionó en
su larga vida del conservadurismo al progresismo y
cultivó todos los géneros. Se le considera introductor de la nueva estética romántica, cuyo manifiesto redactó en el prólogo del drama Cromwell.
Con Hernani rompió la rígida normativa de la
tragedia clásica francesa; sus éxitos teatrales continuaron con El rey se divierte y Ruy Blas.
En sus primeros libros de poesía, como Baladas
o Las hojas de otoño, se expresa con gran pureza
de forma. Posteriormente adquirió una mayor
gravedad y profundidad en Los castigos,
Las contemplaciones y La leyenda de los siglos.
En sus novelas, de tema histórico, plantea temas
de carácter humano y social; entre ellas destacan Nuestra Señora de París, de ambientación
medieval, y Los miserables, una de sus obras más
famosas, que recrea los episodios revolucionarios de 1832 en París.
Victor Hugo.
Ilustración para Nuestra Señora
de París, de Victor Hugo. Biblioteca Nacional, Madrid.
Prosper Merimée (1803-1870) viajó a España, en donde halló fuente de inspiración
para relatos como Carmen. Escribió novelas históricas y libros de viajes, pero destacó
sobre todo en las narraciones cortas, como Mateo Falcone, El jarrón etrusco o Colomba.
Théophile Gautier (1811-1872) es uno de los cultivadores del cuento fantástico del
Romanticismo, que en su caso adopta además un matiz claramente esteticista, como en
La novela de la momia. Gautier defiende en el prólogo de su novela Mademoiselle de
Maupin el gusto del arte por el arte, con un fin puramente estético, idea que estará en
vigor en los poetas franceses del último tercio de siglo. Como periodista, escribió ensayos
y crónicas de viajes, una de ellas sobre España.
Gérard de Nerval (1808-1855) es un autor cuya obra, vida y suicidio anticipan la poesía
maldita que tendrá lugar posteriormente. Además, su interés por lo onírico le configura
como un precedente del surrealismo. Entre sus obras destacan el ensayo Los iluminados,
la colección de novelas cortas Las hijas del fuego, la novela fantástica Aurelia y el libro
de poesía Las quimeras.
Théophile Gautier.
LITERATURA FANTÁSTICA
Julio Verne.
Julio Verne (1828-1905)
escribió novelas de aventuras y de anticipación científica, por lo que es considerado uno de los padres de la
literatura de ciencia ficción.
En sus novelas describe máquinas e ingenios fantásticos
que más tarde se han hecho
realidad, como el submarino
o los vehículos espaciales.
En su literatura, Verne se
muestra optimista en las
posibilidades del ser humano
para dominar la naturaleza.
Escribió gran cantidad de
novelas, con títulos como
Cinco semanas en globo, Viaje
al centro de la Tierra, De la
Tierra a la Luna, Los hijos
del capitán Grant, Veinte mil
leguas de viaje submarino, La
vuelta al mundo en ochenta
días, La isla misteriosa o
Miguel Strogoff.
Ilustración de Veinte mil leguas
de viaje submarino, con el
submarino Nautilus en el
fondo del océano. Biblioteca
Nacional, Madrid.
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SABÍAS QUE...
George Sand
George Sand es el seudónimo que adoptó
la novelista romántica Aurore Dupin (18041876), cuyo estilo de vida poco convencional
y sus múltiples romances escandalizaron a
la sociedad parisiense. Expuso sus ideas en
las novelas Lélia, André y Mauprat. También
escribió relatos autobiográficos, como
Un invierno en Mallorca, donde narra sus relaciones amorosas con el compositor Frédéric
Chopin. En su última etapa escribe novelas
idealistas sobre el mundo campesino, como
El pantano del diablo o La pequeña Fadette, y
sobre cuestiones sociales, como El marqués
de Villemer o Jean de la Roche.
Franz Liszt al piano, de Joseph Danhauser.
Sentada en el sofá aparece George Sand, acompañada, entre otros, por los músicos Berlioz,
Paganini y Rossini.
CINE Y LITERATURA
Julio Verne
La naturaleza aventurera, fantástica y de ciencia ficción
de las novelas de Verne ha hecho que estas novelas
sean adaptadas al cine en infinidad de ocasiones, algunas veces sin demasiada calidad, solo como películas
de entretenimiento o para consumo infantil y juvenil.
Aun así, existen versiones de calidad, como la temprana Viaje a la Luna (1902), del pionero cineasta Georges
Meliès; Veinte mil leguas de viaje submarino (1954), dirigida por Richard Fleischer, con Kirk Douglas; La vuelta
al mundo en 80 días (1956), de Michael Anderson; La
isla misteriosa (1961), de Cy Endfield; o Las tribulaciones
de un chino en China (1965), dirigida por Philippe de
Broca, y protagonizada por Jean-Paul Belmondo y
Ursula Andress.
Fotograma de Viaje a la Luna, de Georges Meliès (1902).
Los tres mosqueteros
El componente aventurero de Los tres mosqueteros ha fomentado que se realicen multitud
de películas basándose en d’Artagnan y sus
compañeros. La novela ha conocido incluso
versiones humorísticas y de dibujos animados. Entre las muchas adaptaciones, destacan
la realizada en 1948 por George Sydney,
protagonizada por Gene Kelly, la de 1975 de
Richard Lester, o la más reciente de 1993, de
Stephen Herek, con un conocido reparto.
Fotograma de Los tres mosqueteros, dirigida
por George Sydney en 1948.
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HISTORIA DE LA LITERATURA UNIVERSAL
Literatura romántica italiana
El Romanticismo italiano presenta dos características:
• Pervive un tono clasicista que atenúa las novedades formales.
• El tema fundamental del sentimiento nacionalista y patriótico resta espacio a asuntos típicamente románticos como el amor, la subjetividad, el paisaje, etc. No solo los literatos,
también los intelectuales y políticos de la época (como Giuseppe Mazzini o Massimo
d’Azeglio) escribieron sobre el problema nacional, formando parte de un movimiento
llamado Risorgimento.
Ugo Foscolo (1778-1827) es autor de la novela epistolar Últimas cartas de Jacopo Ortis.
Su protagonista, que recuerda al Werther de Goethe, se suicida tras luchar inútilmente
por su amada y por la libertad de su patria invadida. También escribió el largo poema De
los sepulcros, y las tragedias Tieste y Ajax.
Dos grandes figuras: Manzoni y Leopardi
Alessandro Manzoni (1785-1873) escribió
poesía patriótica (como la oda Marzo 1821)
y teatro de tema histórico sin respeto a las reglas,
como los dramas El conde de Carmagnola y
Adelchi. Su obra principal es la novela histórica Los
novios, uno de los libros nacionales italianos. Narra
las desventuras de una pareja perseguida por un
noble encaprichado de la muchacha. Su ambientación en el siglo XVII, bajo dominación española,
es un claro símbolo de la opresión
de Italia en época del autor.
Giacomo Leopardi (1798-1837)
es el gran representante de la
lírica italiana de esta época y uno
de los grandes poetas románticos
europeos. Su carácter sombrío y
pesimista se refleja en sus poemas,
Alessandro Manzoni.
muy románticos en su contenido,
aunque su gran conocimiento de la literatura griega y latina da a su poesía
una sencillez y una precisión expresiva de tipo clásico.
En su poesía destacan los títulos Al pie del monumento de Dante, La calma
después de la tempestad, Canto nocturno, La retama, recogidos en la
recopilación de poemas Cantos.
Fue también un notable prosista, tanto en Zibaldone, extensísima obra que
recoge sus pensamientos, recuerdos, observaciones, conversaciones, etc.,
como en sus Opúsculos morales, diálogos en los que expone de forma
irónica y satírica el sinsentido de la vida.
Giacomo Leopardi.
LECTURA
El infinito, Leopardi
Siempre me fue querida esta desnuda colina
y este seto que excluye
de la mirada el último horizonte. […]
Y, como el viento
oigo susurrar entre las plantas,
aquel infinito silencio con esta voz
comparo, y evoco lo eterno,
y las muertas estaciones, y la presente
viva y sus sonidos. Así, entre esta
inmensidad se ahoga mi pensamiento;
y naufragar me es dulce en este mar.
Giacomo Leopardi, Cantos
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Literatura estadounidense
del siglo XIX
La joven nación estadounidense lleva a cabo durante el siglo XIX
su expansión hacia el oeste y se consolida como Estado. Sus
escritores darán testimonio de todo ello en una literatura de una
enorme vitalidad y calidad.
Inicios de la literatura norteamericana
Los primeros pasos de las letras estadounidenses tienen influencia europea. Washington
Irving (1783-1878) es el primer autor importante; escribió relatos de ambientación exótica
y medieval, como los Cuentos de la Alhambra.
Edgar Allan Poe.
Con las novelas de aventuras de James Fenimore Cooper (1789-1851), la nueva literatura
adquiere carácter propio al tratar asuntos de su realidad inmediata, como la lucha de los
pioneros o la gran naturaleza norteamericana. Su obra más famosa es la novela El último
mohicano, que narra la desaparición de una tribu india en el proceso de colonización.
Edgar Allan Poe (1809-1849) es el primer gran escritor del siglo. Tanto sus teorías sobre
la literatura como sus poemas (el más famoso es El cuervo) sientan las bases de la poesía
moderna partiendo de ciertas nociones del Romanticismo, e influyeron enormemente
en la poesía europea de finales de siglo.
Su fama se debe a sus extraordinarios relatos (ver Obras clave), que también influirán
en los cultivadores del género en los siglos XIX y XX. Sus cuentos combinan una tendencia hacia lo fantástico con la exactitud realista y la intriga de la trama. Gracias a algunos
de ellos (La carta robada, El escarabajo de oro, Los crímenes de la calle Morgue) se le
considera el fundador del género policiaco; en otros alcanza la maestría en el género del
misterio y el terror (El corazón delator, La verdad sobre el caso del señor Valdemar, La
caída de la Casa Usher). Es también autor de una novela, Las aventuras de Arthur Gordon Pym, que narra la historia –a veces truculenta– de un viaje en barco por el Atlántico.
Escritores de mediados de siglo XIX
Orangután dispuesto a asesinar
a dos damas, grabado del cuento
Los crímenes de la calle Morgue, en una edición de 1837.
Biblioteca Nacional, Madrid.
Nathaniel Hawthorne (1804-1864) retrata en sus obras la severa sociedad puritana de
Nueva Inglaterra y explora en ellas el tema del pecado y el mal. Sus principales obras son
La letra escarlata, ambientada en la vida de los primeros colonos, o La casa de las siete
torres, de tono fantástico. Lo sobrenatural también caracteriza sus cuentos.
Herman Melville (1819-1891) es uno de los mejores escritores del siglo XIX. Sus
primeras obras tratan sobre temas marineros, como Typee o Blusón blanco. Su gran
creación, Moby Dick (ver Obras clave), es una de las
grandes novelas de todos los tiempos. Narra la obsesiva
persecución de una ballena asesina por el capitán Ahab
hasta el desastre final. La trama se convierte en una metáfora del afán del hombre, heroico y soberbio a la vez,
por vencer a la naturaleza o al mal, según se interprete a
la misteriosa ballena.
Melville destaca también en la narrativa corta, con tres
grandes títulos: Bartleby el escribiente, relato sobre un
oficinista que anticipa los temas e inquietudes del escritor
checo Franz Kafka; Benito Cereno, de angustiosa intriga,
y Billy Budd, sobre la injusta muerte de un joven marinero.
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Herman Melville.
HISTORIA DE LA LITERATURA UNIVERSAL
El poeta Walt Whitman (1819-1892) aportó un aire renovador a la poesía con la libertad
métrica de sus versos y la recuperación de la realidad como materia lírica. Es autor de
un único libro, Hojas de hierba. Sus largos poemas, escritos en vigorosos versos, cantan al
individualismo, a la democracia, a la libertad y a la sensualidad.
Narradores de finales de siglo
Mark Twain (1835-1910), seudónimo de Samuel Langhorne
Clemens, es el novelista más importante de este período.
Su narrativa se aleja de las preocupaciones esteticistas,
y proporciona espontaneidad a la prosa de su generación,
a través del tratamiento de temas cotidianos. Su espíritu
satírico y su visión pesimista del ser humano se aplican tanto
al pasado (Un yanqui en la corte del rey Arturo) como a la
actualidad (El hombre que corrompió a Hadleyburg).
Sus mejores novelas son Las aventuras de Tom Sawyer y
su continuación, aún mejor, Las aventuras de Huckleberry
Finn. Las andanzas picarescas de sus jóvenes protagonistas
reflejan, desde su aparente sencillez, tanto los problemas
sociales raciales de la sociedad norteamericana como
algunos aspectos profundos de la naturaleza humana.
Walt Withman.
PARA SABER MÁS
Mark Twain.
Jack London (1876-1916) es un narrador realista de estilo ágil y directo. En sus novelas
y cuentos exalta la fuerza y la bondad del estado natural del hombre, deteriorado por la
civilización. La naturaleza, el paisaje y los animales configuran su universo narrativo. Escribió
relatos de aventuras inspirados en recuerdos personales, entre los que sobresalen La llamada
de la selva, Colmillo blanco (las dos ambientadas en Alaska), El lobo de mar y Martin Eden.
SABÍAS QUE...
La novela de detectives
Los cuentos policiacos
de Edgar Allan Poe inauguran
el género de la novela de
detectives. Poe es el creador
del personaje Auguste Dupin,
prototipo de investigador
sagaz dotado de una implacable lógica que le sirve para
resolver misterios y problemas. Dupin es el predecesor
de otros investigadores
literarios, como Sherlock
Holmes, de Arthur Conan
Doyle, o Hércules Poirot,
de Agatha Christie.
Emily Dickinson (18301886) fue una poetisa
totalmente desconocida en
su tiempo. Llevó una vida
solitaria y publicó solo siete
de los más de mil poemas
que escribió. Sus composiciones, breves y lacónicas, se distinguen por un
lenguaje imaginativo y por la
abundancia de símbolos relacionados con la naturaleza
y la inmortalidad. Su obra
apareció póstumamente
durante el siglo XX, en
libros como Nuevos poemas
y Flechas de melodía.
CINE Y LITERATURA
La novela estadounidense
del siglo XIX ha proporcionado al cine multitud
de historias para llevar a la
pantalla. Las obras de Mark
Twain que más han conocido adaptaciones en cine son
las protagonizadas por Tom
Sawyer y por Huckleberry
Finn, con al menos cuatro
versiones cada una. La
originalidad de Un yanki en la
corte del rey Arturo también
ha funcionado muy bien en
cine, con tres versiones.
Moby Dick ha conocido
asimismo varias versiones
cinematográficas, pero
Fotograma de la película
Las aventuras de Tom Sawyer,
dirigida por Don Taylor en 1973.
la mejor y la más fiel
a la novela es, sin duda,
la película dirigida por
John Huston en 1956, con
Gregory Peck en el papel
de capitán Ahab.
Jack London, con sus novelas
de aventuras enmarcadas en
espacios naturales, también
ha servido como punto
de partida de múltiples
películas, algunas de ellas
orientadas al público infantil
y juvenil.
Gregory Peck como el capitán
Ahab, en Moby Dick, de John
Huston (1956).
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