\riii| . i ilUlVl.il. l'BKcm DF. L.I sisc.RicioN.—MAintiii, par m i m r m s sueltos á 4 rs.; tres meses 2i rs.; seis misos ii rs.; un año SU rs. , , . , • > • - • • , MADIUI) l'O D E M A R Z O D L r. 1 8ÜO P R O V I N C I A S . — T r o s m e s e s 2 8 rs.; sois m e s e s '¡0 rs. un ¡uní !W rs.-Ci'BA, I'I-KRTO-UICO Y KSTRANJERO, " 7" [tesos.—AMKHIO.A Y ASIA ' , 10 á lo pesos. un ¡IÍII) , .¿-., ,T,¥ AISO\]I. llevado ;i cabo en Madrid. Ksla novedad atrajo u n a c o n - i dar gracias al cielo de que esos intereses estén tan clac u r r e n c i a e s l r a o r d i n a r i a al sitio d e la ejecución. Kem'i- ramente enlazados con el derecho y la justicia. nieno curioso r[iie se obsiu'va en los países civilizados: La epidemia ha cesado del (odo en las Canarias, ha- REVISTA DE LA SEMANA. o hemos tonillo nuevas variaciones ministeriales desdo, la entrada del marqués de Miradores en la presidencia del consejo. Él noble marqués consiguió insacular á los que parecía que no cabían juntos en un saco. Las cortes reanudarán sus interrumpidas tareas después de Pascua, luego que todos hayamos tUn iplido i " luego que todos Inmunos c o n la ünanaip Iglesia. Con la conciencia limpia como DO hay d i ' C u e cs eu a l al V ( l l a r I l l i l a n i I""' s u a l m a > >' reunión « i ^n c n l a r i oljtondrán opimos frutos de una laizde „ i í d e c oar a celebrada, digámoslo asi, á la zo lsua enniienfi v s e a n u n » Y «1° •>" propósito (irme de Puestn« • 1 on cia "que se castigarán lospreforsusrí' "} P 'éiidose esta mortificación á los que si aüüs *cutíniPleel merezcan mayor penitencia. Veremos U fem Propósito. ' de isinal 'a Justa afCaU-Sa dnc lc a slf Oíi ° cometido en la calle "tente falh',1 ll' VU P( "10'I ' de la semana delinilíva•nuerte Í300'"1111-opez Montero, condenado á S ., 1 r -', 11 Por 111 eafermerl" f ,el "Vl' 'rilll ''» ('l sitio de costumbre. ^SasdoVni. i , , v ' go ríe Madrid vinieron sus dice un T, • ? ^'leneía, el primero de los cua!s U enmñ ° ' ( 1'"' 'eclanió cuino mas antiguo (:1 l l n n T l 1 ll(! ahadel deTr"-'"1 M " ejercer su profesión á rie' p n i?', '' ¡ ""Klruosa profesión , resto de la illl(J1 (; des.'iw . ".':y. 1 verdugo os el primer a: i asfi pf^í' " '"" el inieyan, sentencia, y no ' "onor do i a (.¡petición. Esto se cómuegros salvajes. Pero que en el siglo XIX icarn i a -an t e n i ( 1 ° lm funcionario ilOs wrgado de apretar el cuello á los fieles crisadn= ac o!mncoml l cP r °nsiI)le á nuestros nietos. Raen ]1, ,J ' P e de Montero, presenció la eje'golla: primer castigo de este género cuanto mas horrible es el espectáculo, mayor es la asis- biéndose ya cantado el Te Deum en Tenerife. Aboia tencia de curiosos que acuden en busca de fuertes las autoridades deben vigilar para que se hagan lodas emociones. I,o horrible,lo terrorífico, tiene una singu- las operaciones de saneamiento y purificación que la lar fuerza de atracción ; lo espanloso mi solo nos con- ciencia aconseja, á liu ríe que en el otoño no se repronnieve, sino que parece que nos airastra y seduce. Sa- duzca la enfermedad. tanás posee una especie de infernal belleza que cautiva Ite Santa Cruz de la Palma en aquella provincia, nos al mismo tiempo que causa pavor, l.os gobiernos de- '. escribe don Antonio Rodríguez López, autor de la oda bieran evitar estos espectáculos de atractivo satánico; que verán nuestros lectores en este número. El señor los legisladores debieran suprimirlos. ¡ Rodríguez López, además de esa orla que tiene muy beEn cuanto á don Gerónimo Gener, esposo de la víc- ; líos pensamientos, ha escrito dos dramas, uno titulado tima doña Carlota l'ereirajCl tribunal leba absuelto de ] Miseria y otro Juan Gutenherg, que ha remitido á la la instancia. Esto quiere decir que los jueces lian consi- , censura. Este escritor desea que hagamos público que derado que no está ni demostrado legalmente el delito : escribió su drama Miseria en 1857 y por consiguiente que se le atribuye, ni plenamente puesta en claro su ino- ' seis años antes de que se escribiese por Mr. Carlos Hucencia. Tal es la distinción establecida entre la absolu- go el que lleva por título los Miserables, y cinco antes ción de lu instancia y la absolución libre. El acusado en de que Mr. Víctor Hugo diese á luz su novela. Nosotros ambos casos es puesto en libertad; mas en .el primero nos apresuramos á complacer al señor Rodríguez López, puede abrirse otra vez la causa si surgen nuevos inci- aunque creemos firmemente que no habrá mas semedentes, mientras que en el segundo la causa queda de- j janza que la de los títulos entre su drama yol del autor Unitivamente cerrada, sin que pueda volver á exami- francés. El señor Rodríguez López dice que no ha leido la novela Los Miserables: Los señores Hugo tampoco han narse. Continúa la insurrección de Polonia tomando cuer- leído cl drama Miseria. Es pues muy dilicil que se hapo, y el ¡efe de los insurgentes Langievicz aumenta yan encontrado en el argumento. considerablemente sus huestes. En todas las naciones Anuncia un periódico que por rlisposicion del direcde Europa ha habido manifestaciones públicas en favor tor del Museo Nacional se han colocado en los claustros de la causa polaca, y se abren suscriciones para apoyar de la Trinidad algunos de los cuadros premiados en la esta causa tan justa y noble. En nuestro pais el coro- última esposicion y que los demás permanecen en denel polaco don Eelix Orodisky, encargado por el comi- pósito en la Casa de Moneda por no haber donde coloté de París para recoger suscriciones en lavor de los carlos. Esto prueba, en concepto del periódico que nos heridos, ha publicado que las admite en su casa, calle da la anterior noticia, cuan urgente es proceder á la Ancha de San Heñíanlo, núm. 2í, cuarto 2.° El rigor construcción de un edificio destinado á Museo Nacional. desplegado por el despotismo ruso para ahogar en san- Permítasenos cslrañar que haya un director del Musco gre, el movimiento de independencia, no ha servido mas Nacional y no haya un Musco Nacional. Esta estrañeza que para estendeilo y propagarlo. Si los insurrectos so resume y condensa en las siguientes preguntas: el pueden resistir hasta ¡a primavera, puede fundarse una Museo de Pinturas, esc grande edificio que es uno de ios "rail esperanza de que lograrán triunfal' de todos los mas bellos, artísticos y elegantes riel Prado ¿no os naobsláculos. I,a Polonia merece ser libre, y estamos per- cional? ¿es de propiedad particular? ¿Lo son torios los suadidos de que lo será. La unidad de la raza eslava objetos que contiene? ¿No se pueden poner en él los no puede hacerse bajo la esclavitud que impone la Ru- cuadros premiados y de mérito, ni se pueden abrir sus sia: se hará á la sombra de una libertad federativa, salones para esposieiones públicas? Abramos uno do qué sin menoscabar la independencia de cada pueblo, esos libros preciosos que se llaman•presupuestosacnclos reúna á todos en un lazo comiin. ¡ La Rusia al fren- rales del listado. Veamos: «ministerio de Fomento: te" rio la raza eslava! ¿Qué mayor peligro para el Occi- Museo Nacional de Pinturas. Gastos: un director de dente de Europa? A los intereses de la Europa occi- restauración y conservador con 15,000 reales; tres resdental conviene la resurrección de la Polonia, y debemos tauradores , con sueldos de 9 á 12,000 ; un forrador Siguiente EL MUSEO UNIVERSAL. con ü,000: dos porteros y uno vigilante con i y o,000 reales. ¡ Dónde están los cuadros que oso conservador tiene que conservar y esos restauradores restaurar? ; A que puerta pertenece ese portero? ¿Oué salas vigila ese vigilante? ¿Hay edilicio ó no hay edilicio nacional? Si le hay ¿por que no van á él los cuadros premiados? Si no le hay. ¿por qué se pagan empleados públicos para s'.i custodia ordenamiento do cuadros y conservación? Nosotros teníamos 'iilondido que en tiempo de Carlos III so fabricó, por supuesto con fondos del Estado, oso hermoso edilicio llamado Museo de Pinturas, agregándole ol jardín Botánico, como se fabricaron el de la Aduana, el de la Academia de Nobles arles, y otros muchos. Y entre estos edificios ¿hay alguno que no sea del Estado.' Creemos que no: sin embargo personas mas competentes podrán ilustrar la cuestión. Por lo demás nosotros no nos oponemos á que se construya un grande edilicio que sea un verdadero monumento elevado á las arlos y á las ciencias y on el cual haya departamentos (tara museo de pintura y escultura , para gabinete do historia natural, para bibliotecas públicas para sesiones de academias, etc., etc. En el teatro del Circo se ha estrenado con buen éxito en la última semana la comedia on tres actos titulada Mentiras nrav• s. Su autor el señor Gome/. Trigo ha sabido dar vida á un argumento sencillo, ordenando con naturalidad y maestría las escenas y presentando un cuadro acabado, moral y en que el interés va siempre creciendo. El público que en ol primor acto se mostró un tanto frió, en el segundo pareció conmovido y en ol tercero se entusiasmó y llamó al autor alas tablas. Nos aerada mucho este género de producciones. La ejecución fue esmerada. También se ha estrenado en este toatro una pieza en un acto titulada ¡El Autor] traducida del francés. Esta pieza gustó, y es buena como linde fiesta, aunque susceptible de grandes mejoras. En la Zarzuela se ha puesto en escena Matilde y Molek-Adel letra del señor Fronlaura, y música de ios señores Oudrid y Gaztambide. Es una de las mejores producciones de aquel festivo escritor, y el público la aplaude todas las noches haciendo repetir un coro del primer acto y algunostrozosde música por estremo agradables. En esta zarzuela ha bocho su primera salida la señorita Aguado, que obtuvo del público una lisonjera acogida. Esperamos verla en papeles de mas importancia que el que desempeña en esta pieza. El jugador de manos Mr. l'eyres entretiene al público en el (arco de Paul con varías suertes ingeniosas de prestidigita!1 irn. magia egipcia, combinaciones sorprendentes y otros eseesos. Merece verso el espectáculo. So habla mucho de un bailo do trajes que se dispone para el domingo de Pascua en casa do los condes de Ferlian Nuñoz. Cuéntase que el marqués de Molins prepara para este baile una gran comparsa que represente a Isabel la Católica y su corle. En estos trajes dicen que se va á desplegar un lujo oslraorihnarío. i n afamado sastre de París, hombre especial para esto de trajes de capricho, ha oslado on Madrid y recibido multitud de encargos. La duquesa de Modinacoli parece que irá vestida do perla y la de Cuaqui de pájaro del paraíso. Habrá también trajes mitológicos, históricos, fantásticos, simpáticos, diabólicos, ingeniosos, caprichosos, maravillosos. Ya nos dirán las trompetas de la lama lo que ha pasillo y daremos cuenta puntualmente á los lectores. el ardor generoso do los franceses y ol noble esfuerzo de los españoles; la estrella de Carlos V había brillado sobre el astro de Francisco I; y osle bizarro rey y capitán , destrozadas sus huestes , abandonado de sus próceros fugitivos y derribado en tierra bajo su propio caballo , había caído en poder de los soldados de España. Conducido á la península Ibérica bajo la guarda de. Hernando de Alarcon , Francisco I, era aposentado en Madrid y custodiado en la r o m ; de los Lujanes. He aquí, pues , la general creencia del pueblo m a drileño, v la tradición que movía sm iluda el ánimo del gobierno' á consultar á las reales academias de la Historia y de San Fernando, según anunciaron los periódicos." Y no otra os la razón que nos pone hoy la pluma en la mano, deseosos do contribuir por nuestra parto á ilustrar un punto de la historia nacional , que tan estrechamente se, liga con la de la corte do las Españas. El gobierno, movido del deseo del acierto, juzgó oportuno consultar la crítica histórica y la crítica artística; la investigación gira en efecto dentro de esas dos esferas, y á ollas dirigiremos por tanto nuestras observaciones. ¿(Jué fundamentos tiene la tradición que pone á Francisco, rey de Francia, prisionero en la Torre de los Lujanes? En materia de hechos históricos, y cuando se trata do épocas en que pueden sor consultados asi los escritores coetáneos como los documentos que á los mismos hechos se refieren, desacuerdo notable, y aun reprensible incuria seria olvidar estas inequívocas fuentes, ya dejando á la tradición correr vaga y sin correctivo hasta estraviarse del todo, ya negándole aquel legítimo apoyo que puede y debe recibir de los misinos historiadores)'documentos. Ni fuera lícito, al pensarse en asegurar de una manera digna y conveniente al decoro de la patria, la existencia de un monumento al cual se halla adherida la memoria de suceso tan importante en los anales de la nación española, consentir sin examen en la perpetuidad de una tradición que careciera de sólida baso, ni parecería en modo i alguno justilicado ol que reconocida esta, se mirase I aquella con menosprecio, condenando á la destrucción que han padecido otros mil monumentos históricos, el que por ventura todavía la representa. Los historiadores coetáneos á la gloriosa jornada de Pavía , á la entrada do Francisco 1 en Madrid y á su I prisión en la futura corte de las Españas, hasta la famosa concordia que lleva su nombre , son por cierto, sino abiertamente contrarias á la tradición, que le pono en la Torre ds los Lujanes. poco favorables á la misma. Es el primero el insigne Gonzalo Fernandez de Oviedo, nacido en Madrid en I ío'í, mozo de la cámara ! del príncipe don Juan, que le prodigó su confianza y ! su cariño, y morador i\r Madrid a la sazón en que ! Francisco 1 era conducido á la futura corlo de las Españas. Oviedo, que desdo su primera ¡ii\ciit.ud so habia distinguido on la de los Heves Católicos por la singular diligencia con que recogía on sus memoriales los hechos notables , que produjeron con el tiempo sus aplaudidos libros de hix /¡alalias y Quinquagcnas, asi como aquel noble anhelo del saber daba por resultado al pasar al Nuevo Mundo, la Historia general de las Indias, amigo predilecto de los pajes y criados que asigno ol emperador al rey de Francia, recogía diariamente, en sus libros las anécdotas y demás acaecimientos que al regio prisionero se referían, formando al lili la interesante Retar ion de lo sucedido en la ¡tristón del rey I'or esla revista y la parle no firmada de este nú- I'raneisco de /•'rancia desde que fue traído á España y por todo el tiempo epte estuvo en ella hasta que el emmero, perador le dio libertad. El antiguo criado de la reina NKMKSIO FKHISAMH-:/ CIT.STA. Católica, que asistía do continuo á la prisión de F r a n cisco 1, y para quien toda circunstancia relativa á este glorioso hecho ora de sumo precio y trascendencia, ni TOIUtE Y CASA SENOUlALDr; LOS LUANES. una voz sola indica on su Relación que verá en breve la luz pública (1), la idea de que ocupaba ol rey la I. Torre de los Lujanes, manifestando una y otra vez que moraba en el rigió alcázar, albergue digno en verdad Hace algunos meses que anunciaron los diarios poli - de un príncipe, y en el cual habían residido los reyes do l:cos que el gobierno habia pedido informe á los cuer- Castilla durante su permanencia , harto frecuento, en pos artísticos y literarios sobro la signiíicaeion históri- la villa del Manzanares. En sus reales alcázares visitó c a , la antigüedad é importancia del monumrnto que el emperador don Cirios al prisionero de Pavía , cuando lleva en Madrid los títulos que liemos puesto al frente aquejado esto de peligrosa dolencia, temieron perderle de estas líneas. Manifestaban ios periódicos que las los próceros franceses que en la prisión lo acompañareales academias de la Historia y do Nobles arlos de ban; allí se celebraron por ambos soberanos las cabaSan Fernando habían opinado favorablemente á la con- llerescas conferencias, que el mismo Oviedo supo conservación do la indicada Totre, y daban como cosa ya signar con puntualidad eslremada: allí recibió el rey acordada que seria osla convenientemente restaurada, <\c España, dando muestras de refinada galantería, ala á lili do que ofreciera á las generaciones futuras digno discreta Margarita de Valois , duquesa de Alenzon, testimonio del respeto tributado por la actual á las glo- hermana do Francisco, quehahia pasado los Pirineos al rias que aquel monumento simboliza. ruido de la enfermedad que al augusto prisionero aque¿Pero qué glorias son estas? ; En qué época o por jaba; y de allí por último partió á pobre hora el mismo cual .suceso se hizo la Torre de los lAijanes merecedo- emperador, á fin de esquivar como político los empera de eso respeto basta exigir los sacrilieios que so han ños á que podia aventurarse como caballero.— Nada menester para restaurarla?... Tradición umversalmen- hay, pues, on la verídica y minuciosa Relarion del te recibida osen Madrid que so halla unido ,-i la his- madrileño Gonzalo Fernandez do Oviedo, que favoreztoria de esto monuinoulo el recuerdo de uno de los mas ca la tradición de la Torre de. los I.njanes. gloriosos triunfos de las armas españolas en el suelo ¡lustrado con las altas proezas do Alfonso V de Aragón Poro si el diligente autor de las /¡alalias y Quinquay Gonzalo Fernandez, de Córdoba, triunfo en que ha- ijcnas nada dijo relativo:! estos monumentos, pasando bían ganado inmarcesibles lámelos mi Hernando lléna- por alio la entrada i\>' Francisco I on Madrid, otro e s los y un Antonio doLeiva. Las fértiles campiñas ilr Pa- critor no menos digno de crédito y do respeto, ol magvía habían contemplado al comenzar el año de l,'íá.:¡ nífico caballero Podro de Mexia, que habia hecho ya (i.-* de febrero) una de las mas reñidas y formidables uatallas en que habían disputado el lauro'de la victoria (1) IIsloria ile la rilla y corle de ihulrid, t. I I , A p ó n d i c o s . l ' l l l l l < 1 • I I ' l i l i | | _ , i r 1 | T , I 1 1 . ^ 1 l i l i . Anterior V 1 1 1 . ( l i T H I L I J V F . ' V ' V ' l I I I < I 1 * ! ' H i 1 Inicio célebre su nombro on la república de las lelns orudüa Silra de viria lección y su lfíílor¡a de « n W escribiéndola Vida del invictísimo don (arlos \ , no parecía dejar dud-i en U . d d d ^ ( rF l , á . i l t U e aposentado en ol alcázar y casa real de nlh t ' iendo la gguarda do su persona ol p a ol dicho dicho Alarcon Alarcon m m ¡ando) con con las las compañías ñl ¡.ando) compañías d do españoles que con é l , //" b.an venido de liaba... La b.an venido de liaba La p i i ñade) ).a:i ye,,,,!,, ,le ItaUa... La pr,s,on (añade) era con t¿2 I l: s o l l u r a l y J r l : " ' (I'1(1 ''I <Ii"'na; y dejabásele salir al campo y a caza cada vez que le placía y e n t ^ ' ora hecho el placer y buen tratamiento posible» m I M;l ri l ", ' ",' IV '•" ' s m » : » ™ ¡"«los los hechos apnnlados arriba, como acaecidos dentro del alcázar v™ mis por lo t a n t o á la Torre de los ¡.ufanes " V lo mismo acontece al respetable historiador de (.arlos \. . Iray Prudencio de Sandoval, celoso investí gador que casi alcanza los mismos sucesos de, quetra tamos, y que- acostumbrado á fundar la relación délos hechos en la exhibición de los documentos que losilus lian ó los conlirman, nada escribió al trazar el aran cuadro del reinado de Carlos I, sin que lo comprobase con auténticos testimonios, ni aun siquiera mostró vacilación al determinar el edilicio que habia servido de prisión al rey do Francia: uDe Guadalajara (escribe) pasó á Madrid, y aposentáronle en el alcázar, donde estuvo hasta que se le dio libertad') (2). No otra es también la relación do cuantos escritores tocan en el siglo XVI oslo interesante punto, contándose entre elfos el muy erudito don Podro Salazar de Mendoza en su estimable libro Del origen de las dignidades seglares de Casulla y de L"on (.'!), y entre los poetas mas renombrados de aquella edad, ol muy estimado en la corte don Luis Zapata, quien on su Carolo Famoso, poema nacido para lisongear la grandeza del César, y sacado ¡i luz en l.'itili, declaraba que Francisco I fue aposentado en el alcázar real, como lo aseguraban los historiadores ( í ) . ¿En qué fundamentos, repetimos, estriba pues, la tradición que ha rodeado del respeto popular á la Torre de los Lujanes?... Los historiadores do aquella edad no autorizan por cierto su defensa. ¿Se apoyará tal vez en los documentos diplomáticos?... Los testimonios mas dignos do respeto en ol particular, serán sin duda los que mas directamente se refieran á los principales personajes que en hechos de tal magnitud intervinieron : y entro todos los que pudieran alegarse merecerán en verdad la preferencia los que provengan del emperador que disponía el hospedaje del rey prisionero. En cédula, dirigida al marqués de Elche, dándole el especial v cargo de recibir á Francisco 1, le decía desde Toledo en ¿I! do julio, después de anunciar la llegada de aquel príncipe: «Yo he acordado que el cristianísimo rey de Francia sea trasladado y aposentado en osa fortaleza ; y mi visorev del reino de .Ñapóles va por mí mandado á mandar hacer y proveer lo que fuere necesario.') Habiendo mencionado el emperador terinínantenieiile en las líneas que preceden á las trascritas, los reales alcázares de Madrid, no cabe duda que hablaba únicamente de esla fortaleza, por demás renombrada en los reinados anteriores. Y como por otra parle os un bocho de todo el mundo conocido que ol nieto de Isabel la Católica se hallaba on Madrid, convaleciendo de penosas cuartanas, cuando recibió la fausta nueva de la victoria do Pavía, circunstancia que no sin alguna vanagloria hacia constar poco tiempo después el ayuntamiento de la Villa parece fundado el suponer que elogia el César esta localidad V sl fortaleza como la mas sana y segura, siendo t a m » verosímil que atendiese á que la preparación del nlc*" zar ofreciera menos inconvenientes, por la mi ¡i ma j 1 ' l ._ zon que. ora con frecuencia habitado, como lo fue (te pues por la emperatriz doña Isabel con predileccio eslremada. ,fl Poro no solamente tropezamos con este dociimen> cuyo origen lo da toda autoridad en la invesfigacii histórica, alejando do la famosa Torre de los Luja' la posibilidadde babor sido prisión de Francisco t Disponiendo este inoirnva que su propio sccretanu1 ttendiese d e s e cierta información sobro ol trato tra rccilJi"»' do q u e se firmó la Concordia de Madrid hasta.qw vio restituido en su reino, narrada la postrer entre entre ambos soberanos, so decía: «Al otro c l i a ', e S , nos 10 do febrero (|:¡2(¡) el emperador y el rey se _ pidieron, y ol rey so vino bajo la guarda del cap Alarcon y oirás gentes de á pie y á caballo y m ' ^ (lucido y restituido al dicho alcázar (Cliastcau),' ^ de habia estallo KII<:MI>III<: riinso (:>).»—&' cin"¡oJjero don Carlos disponía por tanto que el augusto prj> ^ do Pavía fuese albergado on sus reales alcazau ^ Madrid, y el regio cautivo declaraba , por , " ¡ |,ajb¡an secretario, que los reales alcázares (le MaiH" ,¡'¡prOn sido siempre morada de Francisco I, l " ( ""°. 1 n J e nla repetidamente los historiadores que le a ' ( ; ; i n . z a . n | 0 X^' prisión y los que on la segunda mitad del s ' r ,¡ tí | lO aI hablaron do la misma. El emperador repitiólo o u J . marqués de Elche, on otros documentos, entre (1) Villa del inrieñsimo emperador Carlos V. lili- ' " • C3P ' (-2) Historia de Curtos V, l i b . X I I I , p á r r a f o W. (5| I . i l ) . I V , r a p . I I I . •. (i) Carolo fumoso, cunto XXVI , ocl. 7." nnlivilé d" n (íi) Dommenls iuedils sur f hlsloire de Francc , u i Francois 1, p. 503. Siguiente EL MUSEO UNIVERSAL. •a la carta que envió á la villa de Madrid , man- riores, libraba de hechizos y maleficios. Además el •-, j-] e que proveyese de ropas á la comitiva del rey de origanum vulg iré y el antirrliinum ahuyentaban á los f ncia. l'arece, pues, cobrar toda la evidencia de una (lucillos y á los íii.co.s- ó espíritus de las aguas en Alej'mostracioii histórica que la Torre y casa señorial de mania; la Ofioíiís spinosa, que llevándola suspendida ¡, Imanes no sirvió, como la tradición popular ase- del cuello protegía contra los malhechores y ladrones, de prisión al generoso y valiente émulo de Car- asi como la relama y el enebro libraban al que las lleis V cabiendo aquella honra, si tal fue. al antiguo vaba de ser herido por acero. Entre los árboles el sauIca'zar, honrado ya desde la época de los Alfonsos con ce, el abedul, el aliso y el tejo, servían de amuleto, la presencia de los reyes de Castilla , y asiento predi- pues su madera llevada sobre la piel era el mejor preiecto en dias no muy lejanos de Isabel la Católica. servativo contra lodos las hechizos; las ramas del ser•Quésignifica, pues, esta popular tradición? ¿Dónde bal puestas al lado de la casa servían para protegerla TCÓmo nace, se arraiga y se enseñorea de las creencias contra loda clase de monstruos y contra las tempestavn|»ares hasta ser recibida sin contradicción por los des, pero sobre lodo el tilo era el árbol cuya madera se hombres doctos y una y otra vez consignadas por los consideraba como sagrada, y el favorito de los dioses y escritores mas eruditos?... ¿Oue hay en la Turre )/ d(> los hombres en los tiempos antiguos. La corteza del casa señorial de los Lujunes. que si no alcanza á j u s - tilo libraba de todo género de hechizos, y la ceniza tificar del todo tan s i n g u l a r tradición la disculpe a lo hecha de su madera y esparcida por el campo servía ! para ahuyentar los insectos. Cuando á una res que. eslá ; menos?... , - , , , , embrujada se la pega con una vaia de tilo, decía la suPuntos son eslos dignos de llamar la a t e n c i ó n , indi- perstición popular, los golpes que so la dan los recibe cada ya la necesidad de i l u s t r a r c u a n t o al m o n u m e n t o al mismo tiempo la bruja; las [llantas medicinales a r eacuestion se relien 1 , dada la iniciativa q u e ha tomado rancadas con un instrumento de madera de tilo se suacertadamente el g o b i e r n o , pero q u e e x a m i n a d o s ya ponían ser particularmente eficaces. los historiadores y los d o c u m e n t o s q u e m a s directa relación ofrecen con el h e c h o p r i n c i p a l , piden ser t r a t a dos separadamente : á verificarlo c o n s a g r a r e m o s p u e s otro artículo. Josi: A.M.vnoii u t LOS R Í O S . LA BOTÁNICA DK LA SUPERSIICION. La primavera se aproxima; al lado del verde perpetuo de los pinos y de las malezas aparecí'» revestidos suevamente de los colores de la vida el campo y las praderas; la naturaleza vuelve á tener animación y aroma, y las plantas empiezan á echar tallos y hojas. Éntrelas hojas caídas lucha por levantarse el pequeño arbusto con sus hojas de un verde claro, impulsado por el viento vivificador y aspirando á recibir la luz del sol que tifie sus llores con su bello color. La violeta y la prímula, y después la campanilla blanca, MUÍ las primeras que aparecen ; otro mes trae consigo otras llores y plantas del bosque y del campo, hasta que el tercero las reúne todas. Entonces es cuando se presenta la ciencia con sus aparatos de examen para hacer sus conquistas; á su lado camina también por los montes y los valles con igual celo aunque con distinto lin, la superstición popular que va ¡i hacer sus colecciones. De esta botánica popular y supersticiosa es de laque wmosá ocuparnos para conocer las llamadas ¡llantas mágicas que penetrando en la noche de la vida se oponen ó favorecen ;i los malos poderes según las virtudes que las ha atribuido la ignorancia. La antigüedad conocía ya el uso de las plantas para ™soperaciones mágicas. Como prueba de esle conocimiento citaremos á la terrible Medea de la fábula de los «fgonautas y á la Circe homérica; posteriormente á las «cbiceras de la Tesalia, que por medio de bálsamos y «dos jugos de ciertas plantas trasformaban á los honíI i e n av es y en asnos, y por íiltimo la rica literatura ««periodo alejandrino acerca de las maravillas de la «uraleza, á las que se suponía como dotadas de una • | ma gica. En la edad media, las mandragoras y os iielechos represenlaban un papel muy importante'; y e s i o n llevaba en sí la fortuna en todas las ein? sas> llI|!l fuerza corporal inusitada y el don de poa|m a c c r '"visible. Aun en el dia'se conserva en ríos °1S P l ? ntos l a creencia en la virtud mágica y mistea de cierto número de plantas, de las que nos ocu"s nías detalladamente.' Estas [llantas se dividen s su | ' ' ; l s LII1as que libran del mal y son plancons i o r a s 'I'"' sh'ven de amuletos, y lasque traen Je MZS? i.la felicidad; otras "culail; ambas clases se subdividcn subdivnlen aun en t r a j ' ' s plantas que sirven de amúlelo protegen couVü nl! ios IfOcicM ' " " ' '''' hombres y contra los mabriln j 'as brujas , ó resguardan de los rayos y liár e Slfin líl ! lle r l l ! i s :i l ü S boles i ''' '' " r campos y a los ven bie P'antas que llevan consigo la felicidad sirI a ( ar desc,,|. !Pj"' ' la fortuna á su poseedor, ó bien para • "•"• los enemigos tesoros. lingos yv los tesor s que sirven de amuleto son muy IIIIIIIITIIsaS; >argo, en el día ya no se cree en su virtud aquellos puntos muy apartados á los que odavía el sol de la civilización. A esta iiTlenece la slucliis riela , planta hertócea|]c de las toda l „ . . •" i i i . i labiáceas, i u I M I H . i u ^ , que i i i r se M ' encuentra i n i , l ( ( 1 1 1 1 i l ' en i i ni a tierra debajo il ¡lltnl ! ia" " > Y « I " " c u a n d o s e1 I; (le n i a l ' i c i o s a la c a s a e n — •nento" S ( ; ! " ' " " " muíala, q¡ uuee umne z/ c li a d a c o n e l a l i <la enfermo. p r i n c i p a l m e n t e á l o s c e r d o s <|i st;'n íem « ¡ ( l v' f ' ' " - " ' " " ' S(l ! l l l ' i l > u \ e á n i a l e l i c i o s ; la nrla /or f< t'eue , . " - ' > «I"»' a l e j a a l d i a b l o d e la pp e í s o l í a qq i o r a i c e s d e "',' C i l s ; i ; Sl ' ( l ' T l a l l l n l 1 ' ien ique debajo • - " i " ••• de ••••' las ia íes-mi P l a l l l a Sl ' e n c o n t r a bba n c a r bbo n e s en ell c¡ a los as esnoe . , " " ' « n a l e s , bajo c i e r t a s c i r c u n s t a n CÍS( 1 se crp' S(" C ( I I 1 V ( ! I ' l 'iiii en oro. La scabiusa mc- «9 debaioY'T 1 ' 1 "" 1 ''' 1 l l e l a s l i n i i a s , pero que echa"°éspe,i¿ , e a mesa producía querellas entre los * atribuíi L a ' l e ( / e r a '<-' restris es una planta á la que " «na virtud curativa, y que como las ante- Anterior planta misteriosa conocida solamente por el dichoso pico, pájaro que. representa cierto papel tanto en la mitología alemana como en la romana. Para obtener esta planta era preciso clavar el nido de un pico que tuviera cria ; viendo el pájaro clavado su nido, echaba á volar y traía la raíz deseada en el pico para hacer saltar el clavo; entonces una persona que estuviera en acecho espantaba al pájaro que dejaba caer al suelo la precios;! raiz. Esta planta era sumamente útil á los que buscan tesoros y á los ladrones, los cuales podían romper con ella los hierros y cadenas en que se hallaban y abrir las puertas de las casas y las arcas por cerradas que estuvieran. La creencia en la elicacia de esta raiz era tan grande, que aun en el día se ve en las cárceles antiguas de la Suiza, una especie de tablado en donde colocaban á los criminales encerrados, para impedir que tocaran con los pies en el suelo, pues la creencia popular suponía que era preciso locarle con ellos para que la raíz ejerciera su virtud mágica. En la Suiza se creía que la plai.la que suministraba esta raíz era la euphorbia lathyris . por lo cual era tenida en grande estimación. La superstición de muchas gentes atribuía también á la prímula la virtud de descubrir tesoros. Las tradiciones populares citan también muchas veces una llor maravillosa que conducía á los afortunados que la hallaban á un monte lleno de riquezas que se abría á su llegada y donde se llenaban los bolsillos de oro y piedras preciosas; al salir del monte se olvidaban de llevar consigo la flor, pero una voz desconocida les gritaba: ; no olvides lo mejor ! y entonces la cogían porque sin ella no hubieran podido salir del monte. Es posible que, esta llor sea la llamada No me olvides y que su nombre venga de esta superstición, porque la tierna historia á que se le atribuye es muy posterior. A estas plantas consideradas como amuletos hay que añadir las que servían de párannos vegetales mucho antes di1! descubrimiento de Erauklin y de la creación de sociedades é institutos meteorológicos ; la creencia en su virtud era general, y aun en el dia hay puntos en donde todavía se las atribuye un poder especial. A este número pertenecen la buiba Jor,s {semper cirum lectorum de Linneo), que plantada en el tejado libra á toda ia casa de ser herida por el rayo, por lo cual se la ve con frecuencia en las casas de algunos pueblos de Alemania; el espino blanco, la ogiacaula, la bryonia alba, que es usada aun por las mujeres en algunos Pero si vamos á examinar todos los detalles relativos puntos para lograr el amor de los hombres, pero ante á las plantas de que nos hemos ocupado, encontraretodas el hipérico» ó corazoncillo (hijpiricuni parfura- mos que la mayor parte de ellas debían su virtud maralum). Esta planta es cogida por San Juan, que es cuan- villosa mas bien á las circunstancias en que habían sido do llorece, y colgada en las ventanas de las casas; la creadas y á la i poca en que habían crecido ó las habían gente baja de toda la Stiria la considera aun en el dia arrancado, que á una propiedad especial de que las como el mejor preservativo contra los rayos. Ea tradi- hubiera ilutado la naturaleza. Los días en que se arranción cristiana supone que tiene un jugo de sangre, y caba una planta mágica, los instrumentos con que se ve en sus cinco hojas un símbolo de las cinco llagas de hacia y otra multitud de precauciones que había que Cristo crucilicado. Se cree también que libra de las en- observar, contribuían á darla su deseada eficacia; otro fermedades producidas por hechizos, y que llevada al tanto sucedía con las plantas medicinales. cuello escita simpatías y ayuda á descubrir tesoros. La base de toda la magia es la idea de una vivificaDebe citarse después el beleño, que según los serbos y los griegos, siendo arrancado con el dedo pequeño de ción de la naturaleza de un dominio de las fuerzas físila mano derecha y atado al dedo pequeño del pie dere- cas de la misma por la inteligencia. La magia eslá funcho de una joven completamente descalza, sirve para dada en esta supuesta dominación de las fuerzas de la traer la lluvia después de una larga sequía; á la joven naturaleza que producen cierto resultado, el cual no eslá á ([(lien si1 la alaba la planta se la echaba agua por e n - precisamente en la naturaleza de las cosas sino en la vocima con gran ceremonia ; esta costumbre exislia lam- luntad de la persona que obra ó que da lugar á (pie la inen antes en Alemania, principalmente á orillas del naturaleza manifieste las fuerzas superiores que existen Khili. l'or último , á esta clase pertenecían también las en ella. Asi, pues, el hechicero procede bien por un poagallas, que se empleaban en diferentes paises para li- der propio elevado sobre la naturaleza física y moral, ó brar de desgracias á la casa , y que se colgaban en las solo como representante de un ser mas elevado, en nomvigas de la cocina , y el muérdago, principalmente el bre de la divinidad omnipotente que se lo presenta de que crecí1 entre los avellanos, la ¡tuda hclenium , el un modo espontáneo gobernando y rigiendo el orden de i/alium t v n / m , e l exijmtnrium canabinmn , e t c . , e t c . . las cosas. La inclinación innata en el hombre de eleque. forman los matorrales que se encuentran en las varse sobre, sí mismo y el deseo de la dedicación, le cercanías del bajo Hbin, y que se suponía (pie libraban hace aquí igualarse con la divinidad ó elevarse hasta de los rayos y del granizo. En West ¡alia y en el país de ella y le permite mediata ó inmediatamente influir en Ilesse se 'veían antes las llamadas palmas , puestas con el curso de la naturaleza y en la suerte del género esle objeto en los sembrados; estas palmas eran ramas humano. Otro género de magia es el conocimiento de los sulloroeienles de sauce, de acebo, enebro, etc., etc. cesos venideros y de la suerte d", los hombres; esto es Entre las plantas que llevan consigo la felicidad, des- lo llamado adivinación. La contemplación profunda é pués de la mandragora y del helécho, ocupa el primer insólita, aunque no completamente clara de los sucelugar la verbena. Esta planta era considerada como do- sos del mundo, el presentimiento de una cierta regutada de virtudes curativas y mágicas, no solo en algu- laridad en ellos unido al deseo irresistible, de manifesnos puntos de Europa, sino en el estremo Oriente, en tar los pensamientos que hay en el interior de nuestro l'ersia y en la Arabia. Según la tradición cristiana, ser, es lo que ha dado origen á la adivinación. Se comdebe arrancarse con un instrumento de oro ó de plata prende bien que tanto la adivinación como la magia solo el viernes santo ó el dia de San Pedro y San Pablo. ha podido formarse cuando el pueblo se hallaba en un Para los germanos era un talismán en las declaraciones estado que corresponde al de la juventud de un ser de guerra y en los tratados de paz. A esta clase perte- aislado. necí) también el Allium viclorialis, planta de monte á Si el hombre en su estado natural aspira á tener el la que en algunos puntos la han dado el nombre de poder de la divinidad y á inlluir en el curso de los acon«coraza de guerrero» por la forma de la corteza de la tecimientos, se comprende fácilmente que tenga un parte bulbosa de su raiz. Según la opinioirpopular, una deseo igual con respecto al conocimiento de su suerte parte tan bien guardada podia pasar por símbolo de la futura para poder dominar de antemano los sucesos y iiivuliierabilidad en el combale, y de ser símbolo llego oponerse á los que le sea» contrarios; la magia y la adiá ser talismán. De aquí provino el suponer que libraba vinación parecen ayudarle en esta empresa, pero ninde heridas, desgracias, hechizos, malos espíritus, etc., guna de las dos podría obrar sin medios especiales. A y por último, el suponer que ejercía una inlluencia po- su modo de ver nadie puede suministrarle estos medios sitivamente favorable. Según los griegos el apio, la c e - inejjr que las plantas; la razón de eslo '?slá tanto en bolla y el api, son plantas que (.raen la fortuna, por las particularidades de la naturaleza de las (llantas, cuya razón las ponen en las Inhibiciones y las cuelgan como en el modo de considerarlas. Entre (odas las c o sobre las puertas. La valeriana es también muy pode- sas que nos rodean , las plantas se, distinguen para el rosa ; da valor v fortuna , v según la creencia cristiana, hombre pensador por la variación sucesiva de su ligui a brotó debajo de la cruz de nuestro liedenlor. La raiz que va cambiando de una manera imperceptible basta ile azucena da el carino de las mujeres; el jugo de la el punto de que aun para el mas ignorante y común misma llor conserva la frescura de ja .juventud, l.an/- debe aparecer como un desarrollo regular y progresivo ilieniill i viilanrix era empleada por los alquimistas para de un principio sujeto á reglas determinadas, ¿yué bacer oro. (lira multitud de plantas cuya enumeración cosa, pues, hay mas natural que atribuir la causa de seria enojosa, servia según la superstición para atraer este fenómeno á una unidad interior, á una especie de el amor de las mujeres, para producir sueño, para ha- alma y considerar ¡i la misma únicamente como el r e cer fortuna en el comercio, etc. , ,. , sultado de una actividad oculta, como la manifestación Además de las plantas mencionadas, había las que de una vida oculta y profunda? El hombro se halla siempre dispuesto á reconocer su eran verdaderamente mágicas que servían para abrir las puertas, para descubrir tesoros y para dar riquezas. naturaleza fuera de sí y á identificarse con la que se En primer lugar, estaba la llamada noli me tangerc diferencia de ella. Por esta razón le vemos que trata de Inicio Siguiente EL MUSEO UNIVERSAL. 8i graciadamente oozi alguna frecuencia, llesde lo alto de la cabe/.a y contemplar en un cuarto tercero una las nubes donde me encontraba , veia yo cómo se e n - ven que parecía querer abarcar con su mirada cendían sucesivamente las ventanas t\c ludas las ca- do lo (pie podía pasar por la calle. En aquel sas , como si fueran constelaciones, y después vi, que instante , como si la Providencia tomara parte en m' S so apagaban una por una . asi cuino se apagan las e s - difíciles investigaciones, desaparecieron las nubeso.u' trollas a los primeros fulgores del día. 1.a población se hasta entonces habían ocultado á la luna, y fuejL! iba sumergiendo en el sueño y el misterio, y entonces á herir sus rayos el rostro de nuestra desconocida Era una joven como de' unos 19 anos, alta, esbelta y bien formadasu color mas bien mor e n o , iluminado por los pálidos rayos de la luna su boca fresca encerra-~~ da por dos labios de co- ' r a l , húmedos como las hojas de las rosas en las mañanas de abril, su frente serena y espaciosa, su mirada dulce y apacible, esparcían en su derredor un encanto inesplicable. Al ver á una joven tan bella, tan hermosa y que tan buena parecía, no pude menos de regocijarme, de alegrarme y de creer que ya todas mis fatigas se habían concluido, pues que en ella encontraría , no solo la belleza del cuerpo, sino la del alma, no solo la hermosura , sino la bondad y la virtud. Conforme hacia estas reflexiones vi que la joven, después de dirigir una mirada en todos sentidos, inclinó su calwza hacia la calle y pronunció estas palabras : « Antoñito, ; estás ahí?» En el mismo instante apareció una sombra de entre las tinieblas de la noche, y fue á coger una cosa que colgaba de una cuerda. Era una llave. Cogerla, aplicarla á la cerradura y subir las escaleras cuatro á cuatro, todo fue cosa de un momento. Hila le esperaba á la puerta. Apliqué el oído porque á poder ser no quería perder ni una sola sílaba de la conversación que sin duda iba á haber y escuche. —«Gracias á Dios que estás aquí Antomto,') dijo la joven, «te esperaba con la mayor impaciencia, pues esta noche ha de decidirse rfefinilivamcnte nuestra suerte. »-«Bien sabe Elisa cuánto te amo ysi estaré dispuesto a hacer lo que tú quieres, .res A I . P A C Í F I C O . — C . U . I . E DK I . A S P A L M K I U S R E . U . K S E N K L J A R D Í N B O T Á N I C O nr: m o pondió Antomto, pero l'Oll Kl. LADO OPl KSTO Á SU ENTRAMA. (FOTOGRAFÍA MIC CASTRO.) penetrar en la parlo (trulla do la vida sirviéndose para ello del mundo verdal que lan necesario le es y que está relacionado de lanías y de tan diversas maneras con su villa, y empleándolas plantas mágicas para lograr : su designio como si por por esto pudiera penetrar penetral" en las las actual ha profundidades de lo desconocido. 1.a época ép destruido en mayor ó menor escala esta estéril <|uiniera ; en voz de las artes mágicas ha aparecido la ciencia árnica de, la verdad ; conocer su cabala es la misión del hombre de los tiempos modernos. A. UN DÍA DE CAZA. Una tarde que me encontraba de caza en Segura, pequeño pueblo de la provincia de Guipúzcoa, hacia un calor tan intenso, que ni los perros podían seguir pista alguna, ni a mi me era posible resistir por mas tiempo los a n u e n tes y abrasadores rayos del sol. La caza me hal.i i a conducido ;i un bosque que se halla á media legua de unos caseríos cercanos á la p o blación , y fue tal la frescura y el bienestar que sentí al penetrar en aquellos lugares, que dejé la escopeta á un lado, llamé á los perros y me senté al borde de una riquísima fuente de agua mineral que nace al pie de las rocas que se hallan á alguna d i s tancia. El silencio era profundo; parecía que la naturaleza toda se hallaba en la mayor quietud. Hacia ¡locos días que llegaba do una gran población, población que recordaba mis penas y mis alegrías, mis tristes afanes y mis crueles decepciones, y así es que insensiblemente mi imaginación me trasladaba a aquellos sitios, recordando á los amigos que allí habían quedado, y las afecciones que allí babia dejado. La inmensa soledad que me rodeaba, los tristes r e cuerdos que ;í mi imaginación se aglomeraban, todo me convidaba A pensar en cosas que yo quería olvidar. Kl cansancio que adquirí durante toda la mañana, la hermosa frescura i:si'i:i'i(:i(i> CII:VHIICA que despedían los árboles que del sol me guarecían, y cierta misteriosa voluptuosidad, me hicieron sin duda cerrar los ojos, trasladándome en sueños, por un m o m e n t o , á países que no me eran del todo desconocidos y soñé u n a cosa r a r a , escénlrica, original. Soñé que el destino habia dispuesto que como en el término de ocho días encontrase dos personas que so amasen real y verdaderamente, llegaría á la inmortalidad , pero que si no encontraba lo que se me exigía a n tes que trascurrieran por completo los ocho «lias, aquel seria el último día de mi existencia é iría á tener por morada el palacio sombrío de l'lulon. Yo aspiraba a la inmortalidad, yo deseaba visitar las Morillas campiñas del tillen y gozar de la compañía y do la presencia del noble Júpiter. Creí al principio que no era una misión tan dilícil la que me habían encomendado, que fácilmente podría hallar lo (pie buscaba; poro conforme iba trascurriendo el tiempo vi cuan difícil era la comisión «pío se me había conferido. Pasaba el tiempo y todavía no habia encontrado lo que. tanto ansiaba y veia venir con espantosa \ elucidad, el octavo d i a , término del plazo que so me habia concedido. Vi con horror que ya no mu quedaba mas que muy poco tieinpo;y palpitante, anheloso, sin saber lo que nie hacia, empecí''! á volar envuelto en una densa atmósfera y á dirigirme hacia una calle donde el autor de estas líneas, solía ir antes des- Anterior Ltanhorribleloqueme propones, que n» encuentro con líense, que osla callo silenciosa estaría llena de amantes y de amores, que en cada uno de Jos cuartos en que se apagaban las luces, se amaban y se lo decían á la sombra de la noche y del misterio, y furioso, desesper a d o , viendo con terror cada minuto que pasaba, me puse á correr de casa en casa, de cuarto en c u a r t o , e s cuchando todos los suspiros, entreabriendo todas las cortinas. Hacia ya una hora que recorría inútilmente todas las casas de la citada calle sin encontrar lo que tanto deseaba, pues si bien había visto á una joven hablando muy animada con su novio desde el ventanillo de la puerta mientras sus panas estaban entregados en brazos de Morfeo , á una criada leyendo una carta do un cabo do granaderos , primo suyo, según ella misma decia , á dos maridos que roncaban muy armoniosamente dándolas espaldas á sus muy caras esposas , nada de esto llenaba lo que de mí se exigía ; necesitaba dos soros que so amasen porque se amaban, dos seres buenos, honrados y virtuosos, y ¡i causa de la doble vista, de la cual oslahá yo e n t o n e s provMo, bahía oído la conversación de la" joven , leído la carta del soldado, y adivinado los sueños que aguaban las mentes de aquellos maridos, y podía asegurar sin la menor vacilación que. ninguna de aquellas personas eran las que yo necesitaba. Iba ya á dirigir nú vuelo hacia otra p a r t e , cuando el ruido que^produjoun halcón al abrirse, mo hizo volver Inicio para ello. ¿No puedes esperar algún tiempo?» sihle,» esclanió Elisa—«es preciso que eso se mañana , hoy mismo ¡í poder s o r : " ~ r " P n ° n ¡ " mientos, iones, nada de m u ; ( " c t e r tú conoces mi situación y conoces también mi ^ ^g y sabes que no me dejaré dominar por nada. ¿ er _ io i(iio. me bahías ofrecido antes de e n s a ñ a r m e j r jg_ derme para siempre.»—«Perdóname Elisa, p osa ^,,— noraba al estreino á que habían de llegar las^ c ; n n ; ) r . e s Va te lo he dicho, iio hay tiempo de . r e n r' n i n O un¡i menester tomar este partido sin vacilación (je ^ " ^ s especie; existe un medio, ya te lo he ( ¡ ' c ¡°^Jp o r D¡*s un cobarde y no te atreves á emplearlo-»' lílisa, cállale.»—«¿Encuentras alguno otro. "^ a '¡ n fji( l n !t o que lo qu tú quieres os que. cómela un ' ''""' ..'., ,-nfaníii ' l i l i l í I » - «¿Yeroeslú , q u e que no no esun es un o ITII non Jy ' roUel dejar on la miseria y en la desesperación a qii,! (.,. ha sacrificad!» lodo? Yo no quiero " ^ q s e g t l r0 ¡¡er q c r he i d lo l qu h sufrido f i d porr t tí ,í PP c Esi °nes** pintura do que yo no quiero vivir en osla situación consig ... 0T que. te decidas, porque yo ya lo ™W<V "L míe te ó le echas á tu lio en oí té mañana el vcm-i. i ^ llevaste, en cuyo caso la felicidad nos esp n0 que tú eres su heredero universal, o me u ^ &, tienes valor para ello y en este mismo insta» labraS rojo del balcón á la calle.» Al pronunciar estas, i- Siguiente EL MUSEO UNIVERSAL. el balcón para llevar a fpcto la amenaza que haba hecho, pero Anlc >, nálido, desencajado y con a frente bañada en sudor se abrazó á sus rodillas sollozando y esclamó. oKlisa, Elisa, ten piedad de l i l i , le esa no me amenaces manera, pues bar lo que deseas.» Elisa le levanto, le estrechó entre sus brazos, le cubrió de besos y caricias examinándole al mismo tiempo su fisonomía con una profanóla mirada.—Pocos m o mentos después estaba Klisaescribiendo á la clara luz de una bujía, una carta en donde pude leer estas palabras.—«Querida amiga: para cuando recibas esta, se habrá consumado el sacriliciodeque te hablaba. Necesito oro, mucho oro, y lo tendré; mi vida será una continua fiesta de placeres y embriaguez, que compartida con el que sabes ó cualquier otro, era el sueño y la dicha de toda mi exislenci....» Aparté mi vista con miedo y con horror de aquella mujer tan sumamente hermosa en su físico y tan depravada y de instintos tan feroces, de aque'h mujer, que con la mayor calma é impasibilidad era capaz de cometer un crimen tan horrendo, de aquella mujer, en fin, que con tanta dulzura é ironía se reía de lasjnstasvacilacionesdesu amante. 85 jtirió á alguno con visibles mué:Iras de inquietud, lira jóven y herniosa, pero los sufrimientos habian dejado tristes huellas en su lisonoinia. Kl interior de la habitación demostraba la pobreza de los que la habitaban y la triste y pálida luz que despedía una vela de sebo puesta sobre una media botella rota, inspiraba una especie de. compasión y simpatía hacia los moradores de osla lúgubre vivienda. No se, veían en el cuarto mas muebles que \in pequeño espejo roto, un par de sillas medio ciijas y un mal jergón sobre el suelo, donde dormían con la inocencia propia de su edad dos lindos y hermosos niños. Me acerqué á aiuolla vivienda, asilo s n duda del llanto y del dolor. Dieron las tres en el reloj de una parroquia vecina y las vibraciones del sonido de la campana fueron á perderse lentamente en la? inmensas repiones del vacío. Apenas se perdieron en lontananza las úllimas vibraciones, cuando toi'a !a fisonomía de la joven so alteró iiinplelnmontf 'ovaí ha, volvía á sentarse, se paseaba con agitación . abría la única ventana de !a habitación y respiraba con ansiedad el glacial y húmedo aire déla noche. Otras veces se la veia acercarse en silencio al miserable lecho donde dormían los dos infeEntonces yo, desconsolalices niños , y estrechando do y desanimado al ver este las manos contra su pecho, horroroso cuadro que á mi parecía implorar al cielo en ™ta se desplegaba , y al favor de estas tiernas criacontemplar lo imposilile'que turas.—,.¡Cuanlo tarda Dios "je seria el encontrar dos mío! decía la pobre mu«masque so amaran, volví jer.»— «¿Cuándo concluiinm uao VI:I\M:T. 'elevarme á la negra atrán nuestros sufrimientos.» mosfera que rodeaba á la «'Después de una tenaz e n Pwlacion y me puse á eselafermedad que. lia tenido posDlar '«¡Dios mío! ¡Dios mió! con que todas estas per- es cicrlo, iiñadi después il \ una p"queíia pausa , con hado en cama seis meses ú mí pobre Juan ; después de sonas no se aman ; con que el amor no existe para nada que, in hay reme,lio? Apenas pronuncié eslas pala- haber gastado lodo lo que, teníamos , de haber empeña"suscaricias; con que yo no he podido ni podré «MI— bras, cuando al través de la densa niebla que mi; rn- do hasta nuestras cosas mas necesarias, nos encontrawntrar dos seres que se "amen realmente ! ¡Ks posible ilealci, vi un espectáculo que nv llenó de júbilo y de mos hace ya dos meses en la mas profunda indigencia. jstosenor, y y a estoy en ,-1 último .lia del plazo , y ya enternecimiento. lOn una inis"iable buhardilla de una Mi marido sin trabajo y sin poder encontrar quien «Toraparece que rompe en el horizonte!» ¿Con "que calle estrecha y sucia, u m mujer eslaba espi'i'amlo quiera dárselo, yo debdilada por las fatigas y sin poder I I MKJICO.—SUBIDA DE (.A CCCimLEUA 1>E C'IIQUIIIUITE, Anterior Inicio Siguiente EL MUSEO UNIVERSAL. 80 abandonar mis niños; III>\ también nuesini comida ha consistido cu lili |ian que nos |o lia liailo el tahonero, ; pero y mañana v pasado, no podran ni querrán liarnos siempre! ¡ llorrihle siliiacion ! Me MCIIIO desfallecer, cono/eo i¡ue NON pri dicndu ims luei/as de ilia en día, pelo no i ¡uii'io m o r i r . ; !>¡o> 111:0! ¿ |u>i'i[U(' (|iié sería de él? ¿ qué seria de ellos? ; . \ l i ! ¿que mal habremos causado para M i l n r de esla ii;¡uiei ,1?^—ul.as lies A e i i a r l o . " - -dijo después de un momento de silencio.— y lodaviano ha venido J u a n . ,',se Ilustraran nuestras lili unas espeían/as? Ksla noche saln'i porque le ofrecieron darle trabajo desde niaiíana, pero debía e s l a r d e vuelta. ¿Y sí e>a< promesas lio eran mas que vanas palabra-? ¿ -i ha tenido una nueva decepción? ¡ ;ih ! lo cono/co. qui/.a desespera*io y habiendo perdido coniplelaiuenle su ra/.on . habrá pensado en suicidarse. Sí. s í . continuó desesperada \ toniando cada ve/ nías ennsislencia esla creencia.-.iSi tal hiciera, perdonadle Dios mió y dadme Inerzas pina sobrelleva] 1 esle último golpe.» — lie re|M'iite se sintieron unos pasos acelerados en la escalera y una voz que ^rilaba .-; María! ; María!» — ii.luau.M contestó la pobre mujer corriendo ¡i su e n cuentro y estrechándole entre sus b r a z o s . - - " A l luí ya oslas en casa. ; qué felicidad ! cuánto me has hecho suf r i r con tu tardanza.'—.,(.Jue buena eres María \ cuánto te amo.» contestó J r a n . — i.pero ya se han acabado todos nuestros niales.' — ; Oü<- dices !>•—- ul.Jlle ya desde mañana lenizo liahajo y me han pa-iado 1:11a -emana adelantada.'—u¿Ser,í p.-i!i!r?.. - »Si. e-cucha .Varia, fui esla noche . cuino tu >;d"'-. a casa de aquel desconocido, (pie parecía se tonnba laido inicios por n u e s tra desgracia, y no t>' quiero ocultar. c|ue aunipie siempre me ha inspirado las mus uvas simpatías, creí que sería uno de tantos viaje- inútiles como ]os que llevo hechos en (oda e>t;i temporada, Como he sufrido ya tantos desengaños y decepciones, oslaba ya irritado, y lisies que debo confesarte, aunque ahora me arrepiento muy de veías, que estaba decidido á quitarme la vida, si es que- oiía ve/, -alian frustradas tus esperanzas, porque 110 tenia valor para verte á tí sufrir juntamente con estas do< infelices criaturas. • > —ulngi ato. m u r n i u i ó María.»—<<>í. muíalo, tienes razón.»—continuó Juan, —u¿pero que ( mores? id hoiubie á veces se vuelve 111— jusloá fuerza i e sufriniíentos. y como yo le veía jiadecer á t i , tan buena, tan honrada . y carecer del pan á e-ios pobre.- angelitos, rstu me Uceaba al a l m a , y a u n que no decía nada. me hacia pasar muy malísimos r a los. Al lili llegué á casa de nuestro bien hechor , y apenas me divisó. me dijo : que de-de maña na I cudria va trabajo en su taller . \ que como una débil prueba de lo que me apreciaba, lomase el jornal do una semana adelantado. Ya puedes honrarle lo que sentiría al oír estas palabras. Yo no lo puedo esphear: lo limen que se decir es. que lloré de gozo como un niño, \ que en seguida me puse en camino para darle esta buena n o t i cia y mitigar en lo posible los pesares que sufres por mi causa.»—«No hables asi Juan , pues M I sabes que á tu lado desaparecen Imlos mis dolores; pero ¿cuánto no debemos á nuestro bienhechor , á ese ángel tutelar que lia venido á saUarnns tan oportunamente? ¡ A l i ! amigo u n o , ¡cuan cierto es que nunca deja Dios de su mano á los que imploran su misericordia ! Démosle, pues, gracias á Dios y pidamos en nuestras oraciones por nuestro s;d\ador.>>- -e.S¡. María, y que nuestros fufos sea su nombro la primer palabia que lleguen á pronunciar » «¡Oh poderoso Júpiter !>, me puse á o-clamar al presenciar tan Liorna y consoladora escena, ueslos si que son dignos de habitar tus elevadas regiones; gracias lo doy una y mil veces, porque con tu sabiduría sin límites, me bayas conducido ¡i conocer la v i r t u d , en un mundo en donde tanto se habla (\r ella y tan peco se practica. »¡Oh H o y ! |.u sublime magostad sabrá recompensar, ya que no mis trabajos, mis nobles afanes . véspero, ¡ o h gran Key ! que me será permitido visitar ¡as risueñas riberas del Olimpo.» Aquí llegué en mis esclauíaeiones ; cuando desperté, un brusco movimiento de uno de mis perros me hizo a b r i r l o s ojos , y dos loriándome, hacerme ver que el Olimpo, Júpiter y |o< as las demás cosas, 110 oran nías que. visiones que había señado durante aquel instante. 1 i 1: MC.NO DE R I : a STA. A LA IWKNCION l)l<: I,A I'OIAOIIA. ¿Iv-oucliais lo- lamentos ^ la si Hueros lie [ules (| ue¡ idos, Oue en ecos doloridos He eoiiv,o(a mortal pueblan los \ ionios? ¿O, uiéii el amado espeso Arrebató á las miseras viudas, (luyo dolor penoso Conmoviera á piedad las peñas ruda-? Alligiilas doncellas. Une dais, ajando á vuestra faz las llores, Anterior Kn dolientes querellas Adiós a la e-poran/a y [os amores: ¿O, uién an aneo inhumano Aquel placer al cora/011 tranquilo. Y solo os da I ¡rano 1 .as la minias \ e 11 idas hilo a I ido ? Huérfanos sin consuelo: Madres que enloquecéis con el quebranto... 1 ú que lo \ es ¡ oh cielo ! ¿Ouit'n las fuentes ahí ió do lauto llanto? Ksoi.el.ad... ¿ Oué sonido Acompaña tan lúgubres clamores?... Ks e¡ clarín , y hondo Kl parcho de gi:on eres alambores. Mirad... el sol presiento . I'or el líero rumor que el aire puebla, Kl esliago... y su frente K--conde con dolor enlie la niebla... Ya avanzan... c; (li:en a ! ; "jieri a !» M l a d . . . de heiniaros van miles \ nulos... Solo ahunbia la tierra Kl brillo que despiden los ( I M ' V V . . . I.¡ (iueria ! ; un,orlo !• ¡ Koilando I'or !as haiauas o escarpadas breñas Se aiiastran resonando 1.a- niuerles conducidas en cureña--! dallad . tri.-tos doncellas... N indas... huérfanos... ¡ ali I ¿que hacéis gimiendo. Si apaga esas querellas He la ¡nl!ani;;da ; óleura oí estruendo? 1 cion con las lecciones de la aun con el de su padre. David y sus discípulos de la escuelai cía oa, se hallaban enloncosen su apogeo; cualquier asna" lo, aunque fuera de la vida contemporánea, era reír sentado de un modo que tuviera una semejanza con veneional con a antigüedad y principalmente con el imperio romano, lloiacio Yernel , desde, un princini piuló exactamente lo que veía. Sirvió en el ejército» fue sargento en Moni mirad : habiendo [lasado su inven tinl en osle periodo g u e n o r o , concluyó por hacerse el pintor histórico i[c las batallas de los franceses desde \~'M. Todos los grandes hechos militaros de su época han sido ilustrados por su pincel do un modo tan superior, que sus cuadros . grabados por numerosos; artistas, lian llegado á sor conocidos en todo el mundo A ules do t > l i .su «Porro del regimiento» y «El caballa del trompeta.» le ilición celebridad y le valieron l i cruz de la Legión de Honor que .Napoleón 1 le concedió Kn I S I ü jiinlii la Matanza de les mamelucos, cuadro que existe aluna en el Luxeinhurgo . pero que noes. históricamente exacto. Sus liatallas de Jemniappes Y'almy. l l a n a u . Moiitniiraíl y un número considerable de cuadios importantes. fueron pintados de 1820 á IS'-!:¡. Todos estos cuadros de las grandes acciones del primer imperio, no fueron admitidos en las esposiciones del tiempo de la Restauración, porque el jurado los rechazó, pero Yerno! abrió una i sposicion ])nvadaen su estudio, el cual lúe muy frecuentado por los déla oposición. Kl gobierno de Carlos X lo atrajo sin embargo poco después, dándo!o algunas comisiones públicas. Kn 18".!ii y 1S2C espuso los dos cuadros ele Mazepa,del poema de I i y r o n ; v e n 1827 solo permitió esponerai «Puenlo de Arcólo.» , Mirad... ¿lüsus millares Pe hombres do están que \ ucstii s ojos vieron ?... ¡Olio corra el llanto á mares! ¡t.ouio po[\o las btiUts los barrieron ! • ¡Ouien -ni orden huyendo Kscaparde la muerte se imagina, I lorre al estiago horrendo lie la inllaiuada subterránea mina'. i ! i | ! ; (luerra ! ; muerte ! .. Lamentos, Ayos, y grito- de vicíiria suenan... M¡ (¡nerra ! ¡ muerte !» en los vientos I» 11 ge n los bronces que luí mea lulo ti uonan... ¡ Sangre ! ¡ sangre ! ¡la l i o n a A sorberla no basta . va empapada ! ¡ Sangro ! ¡ -angre ! ¡la giien a Crece en furor, de sangro embriagada! ¡ Lágrimas ! Ouieii aun tenga I.ligrimas que verter, sobre esa pila lie cadáveres venga A unirlas con la sangre que destila. ¡ Cráneos en dos partidos... Hotos miembros... esh añas palp:lan|es... .Mil aillos esparcidos A la luz. de las máquinas ti olíanlos. ¿Oue falla ? ¿quien pregone A la invención inlanda v 01111 nosa Himnos que al son entone l í e l a innaniada/.ó/eoív/ intrusa?... Ya llegan prestamente. Con sus tendidas alas enlutando Kl nebuloso ambiento, Los negros cuervos en siniestro bando... ¡ \ a los roncos graznidos liesuenan de sus lenguas agoreras... Ya al son de mil gemidos Cantan oiUis las aves carniceras! A V I O M O üoonua i:z Kuw-iz. IIOHAÜO YKI'.NhT. I a muerte ha arrebatado á Krane'a un gran pintor (jilo había logrado ad(|uirir fama ouriqiea como m u chos de sus ascendientes. Kinilio Juan Horacio V e n i d , nació en París el .'10 de junio de I7N!I, de una familia ya ilustre en las arles. Su bisabuela Antonia \ e i n e l , gozó cierta reputación artística en Avíñon ; su abuelo fue el famoso José Y e r nel, rival de Claudio y do liaekbuysen , en los cuadros que se hicieron para Kuis.YV, y su paiho Cirios Y e r i i o l , i|ue murió en IN.'Hi, fue un famoso pintor de caballos y de batallas, algunas de las cuales se ven aun en la Calería did Louvro. Desde muy temprano Horacio Yernel, manifestó la inclinación á las arlos que era IK>redilaria en su familia y esludió con diferentes maestros, el jiriucipal de los cuales lúe su padre. Su primer cuadro id.a loma de un fuello» presentado en INU!), se ilisl ingiiió por una originalidad , que desde entonces ha caracterizado casi todas sus obras, y que puede decirse que ha formado la escuela actual de juntura francesa, mas especialmente en cuanto á asuntos militares. Sus primeros cuadros fueron ejecutados en completa oposi- Inicio ¡ ¡ iv-ii i v-ii ni., ! • v,. iipui , ' ni ni v |nn_n , n u i l ^;u[i gj giot^-t Habiendo sido nombrado director de la academia fiancesa en Ruina, marchó á dicha ciudad , y el resultado de su estudio de los maestros italianos del siglo X V I . se conoce en el nuevo carácter y cu laclasede asuntos do varias obras . algunas de las cuales son bien conocidas do los grabadores, como <• La pelea de los dragones pontificios cun los salteadores,» uLa confesión do un bandido.» «Kl arrosto de la princesa en el palació imperial.» (estos dos últimos destruidos en Keuilly en 1848), la famosa (.Escuela Ue Rafael» y otros. Cuando la revolución francesa en 1830, Vernet fue nombrado representante en la c u l o del Papa , porque la logacii n fiancesa que estala antes, había dejado a R o m a , y se cuenta que cumplió sus deberes con tanto acierto, como lo había hecho* Rubens cuando fue embajador. Kn IS3H volvió á Krancia y presentó cuatro episodios de las batallas do .lena. Kriódland, Wagramy Kontcnoy. Luis Felipe le encargó que pintara los inmensos 'ciiados de la galería Conslantina, que tanto asombran á los viajeros en Yersalles. listas obras estaban destinadas á ilustrar las victorias navales y militares de los franceses bajo la dinastía de Orleuns.Los asnillos principales son Iros episodios del sitio de Constanlina,el ataque do la cindadela t\<- Amberes, la ton» del Teniah , etc. Kslas grandes obras le ocuparon seis aíios, y cuando las hubo concluido, Luis Felipe le otreció hacerle par i)o Krancia, pero Y'ernet lo rehuso ) sus relaciones con el rey fueron monos íntimas acau de oslo. Para pintar con' fidelidad sus cuadros de Argti, Vernet so fue jior algún tiempo ¡í la Argelia; en aqu" tiempo visitó también la Tierra Santa y su Judit ! » lofernos, Rebeca en la fuente, Agar echada por AW* ham y otros varios asuntos bíblicos, fueron el íesw do dé sus estudios; á la misma época pertenecen Caza del león y su madre árabe salvando a su lujo u poder do un león. Se dice que. la repentina Iriaiaaiiy lo mostró Luis Felipe, fue debida á que. no q " " l s o a " e ' l t 0 la historia y representar á Luis XIV subiendo.al aa» de Valciicieiines; porque como os sabido, Luis A ora personalmente, cobarde, no lo había M e c l K ' a s ú . r n o Vernet hizo también una visita á San Peterwi r donde el emperador Nicolás lo recibió con a\en": ie muy marcadas. Después de la muerte del iiuqi . Orleans volvió á Francia y so restablecieron sus guas relaciones con las f u l l e r í a s . Kn 184.) I 111 "" ' ^ 1 Yersalles (en ocho meses) su gran cuadro déla l u í - Smalah, do Abdol-Kadorquo es uno do k l s nlí¡v ' |fa de hay en el mundo; al año siguiente pintó la nal ^ Islv. Para el actual eniperailor pintó}'\ ti»"' 1 . L.^ de por el general ( I n d i n o ! , y en la osposinou mirv • ^ ^ Francia en l*. - ¡:¡, presento su cuadro del Colera > | | a do la Melpómenc y otros, y recibió por ellos una m de oro. La Cuerr'a de la Crimea le díó tainliien « ( a , para varios cuadros como el de un Kpisodio dej < . eS lia de Alma, que présenlo en la osposicion do ^ ^ Además de las obras que liemos citado y de oiu ^_ re li 0 chas, Yerne! piuló un gran número de ! !' -"' chas, Yerne! piuló un gran número de ron.»»•> 0 e n que en esla clase de pintura no era tan lelj/j , ¡ a Je I''*. n í s ; |««-«. s u . r«..;.iii<li.l i ..l «« «•«''''l'-'.rií'^r'te á 8 0 .....,.„.-,. .-,„ celibridad os debida en gran l"es.ca]aen Rubens. Su exactitud, ;í la a elección elección de de Mis Mis asuntos asuntos y •' a "* m "_ ,,r; ~ que los ejecutaba. aba. Loscrílicos Koscrílicos franceses no mu liat o do aprecio de su arle, pero sus obras poseen oi' j ¡(j8d. nif > que. .MÍO agradan ¡gradan inuclio, el mov movi ''ido •' """ odados » l ü >y ''.' ui0tprrrrllí u La carrera do Yernet lia sido un curso no lin» Vernet ... varjas 1 pido do celebridad y de honores; ora .•ahnllei" dad, órdenes oslranjeras, y (luíanle su ullimii eim- ,ores sl 6 el emperador Napoleón (que ora uno de ' ,¡ c i a | de admirailüies), le envió las insignias de gran -m \ y n i Miiiii-in>. . Siguiente • i • . k L l t .<nitll inrtG lili* *•' ' L EL MUSEO UNIVERSAL. lóoion de Honor. Yernel habia hecho una gran l'orron s " pincel. Su niuerle ha acaecido el sáhaI" de,enero del año corriente y aunque so temía ya. ítina dolorosa sensación en la multitud do s u s a d "•"adores- L-i familia de Yernel se e s l m g u e en o l . p o r no tenia hijo alguno ; su luja única que estuvo c a 1", »Q[i el pinioi1 Pablo Delaroche . murió en ISÍ'i. S r| pijipprador ¡Napoleón se hizo representar en el («eral de Venid por el mariscal Yaillanl y por un alio mnle'ado de su palacio que se colocaron á los pies del Iretro junto á los dos huérfanos del pintor Delaroche, nietos de Venid, y á la cabeza de la larga hilera de los pliacian ,q duelo y siguieron con osla modesta cultiva hasta el cementerio, lista fue ia única distinción ilicial heclui al difunto que habia manifestado el deseo Jeque en su enl ierro no hubiera la pompa militar que hay siempre en los de los oficiales de la Legión de H o nor En su fuñera i era tal el número de artistas . do l i teratos}1 <le gente do toda clase (pie bahía acudido á la Hesia, qno no cabían d e n t r o de ella. "Vernet era hospitalario, generoso y muy querido de sus amigos; como artista y como particular habia sabido merecer el cariño de sus conocidos y las simpatías df todos sus conciudadanos. ' A. El vapor pairee d e s t i n a d o , en ciprio m o d o , á p r o longar la vida h u m a n a , economizando el tiempo y quintuplicando por lo menos las fuerzas del hombre, ó lo que fslo mismo, produciendo iguales electos que el movílaimto de población. En ISoíi se contaban en E r n n tia6,6i|0 máquinas de vapor, con una fuerza de 350.Olio nlallos, cuyo trabajo equivale , á razón de 5 hombres por caballo, al de 1.730,000 liomliies. Y en cuanto á la «momia de t i e m p o , bastará con minear que en 17(K! empleaban los viajeros lü días paia ir de Edimburgo ;í Londres por camino de herradura ; en 1 .*3ü , s o l a m e n te 48 horas, merced á las carreteras y á las diligencias; hoy se emplean nada mas que 10 horas por el camino dehierro.—lüi I (¡72 se tardaba un mes en trasladarse deMarsella á P a r í s ; en 1828 solamente 00 h o r a s ; en liactualidad I (i. En un camino frecuentado por ¡>00.0oo viajeros, la Wnomííide una sola hora de tiempo p o r c a d a uno prote un ahorro ile ;¡0,000 jornales de 10 h o r a s , que '(presentan el trabajo anual de híí! h o m b r e s , sin a u mentaren un solo maravedí los pastos de alimentación ¡mera]. Estos mismos liOO.Ol/O viajeros ahorrarían hoy nmparativ»nioriIn á 17 72 al trasladarse de Marsella a flrís, 3b.2(10/ ni) ¡órnales, ó sea el trabajo de I I7,:<:U •nbres en un aím; lo que equivale al que puede ha Wiwa geneíacam enleía de una población de !i,777 atantes, calculando 12 años de trabajo útil por in"iilno de todos sexos, edades y condiciones. . LAS I'AIIIIK IACIIAISK. prensible p a r a el h o m b r e q u e solo le i n t e r p r e t a como una nota artística perdida en el e s p a c i o , sin i m p o r t a n cia a l g u n a . . . ¡ o h ! todo esto tiene el inapreciable don de un lascíiiailor e n c a n t o que c o i m i u e \ e el alma v la c o m p r i m e bajóla presión del misterio. Mas de una vez la a m i s t a d , bien sea por inspiración ii por c a p r i c h o , r o s ha dado una cita paia esos sitios l u n e b r c s y á los cuales no nos lia | l e \ a d o p i n a s lira vana curiosidad frivola , que l'ueia una indiu'iia profanación en su c a s o ; é impresionados h o n d a m e n t e por ese m i s m o m i s t e r i o , el cuia/.on se ha sentido oprimido p o r un secreto h o r r o r , pagando asi u n j u s t o I r i l m ' o á la naturaleza misma y ¡i las proféticas inspiraciones de la conciencia v del dehoi- u n i d o s . C u a t r o , o por mejor decir , tres son los c e m e n t e r i o s católicos de l ' a r i s . á los cuales relego la revolución hiera de sus u n i r o s : a n t e s de ella e n t e r r á b a n s e los m u e r t o s d e n t r o de su c i r c u i t o , y esa g r a n plaza titulada el Murado de lus laúcenles, situada en medio de la c u i d a d m o d e r n a , no oía a n t i g u a m e n t e m a s q u e un vasto c e m e n t e r i o q u e c a m b i ó este d e s t i n o por el actual en v i r t u d de u n a resolución del Consejo de iCstado, fundada en el riesgo inevitable de u n a c o n t i n u a ;-rofananacion i n t e r p r e t a d a por la b u r l e s c a indiferencia de los vivos Inicia los m u e r t o s . Como hemos d i c h o , son t r e s los c e m e n t e r i o s públicos de P a r í s ; el de M o n t m a i l r e . el mas a n t i g u o de todos ellos y q u e se esliendo e n t r e las b a r r e r a s Hlancas y de Clicliy: el de Monte l ' a r n a s o . situado j u n i o á la har'reía i l e e s l e n o i n b r e é i n a u g u r a d o en el a ñ o 1821 y el del P a d r e L¡:chaise . r e t i r a d o a un e s l r e m o de París y j u n t o a la barreí a de A ulna y. p o r ú l t i m o , i n m e d i a t o á la barrera del T r o n o hay o t r o c e m e n t e r i o p r i v a d o , llamado de l ' i e p i i s . pero no se halla a b i e r t o al p ú b l i c o , c o n t e n i e n d o ú n i c a m e n t e las cenizas de a l g u n a s víctimas de las catástrofes r e v o l u c i o n a r i a s en I7H3. 87 (ilosólieas , el Padre I.achaise eslá muy lejos de conlr's" lar la vista ; y como ya dijimos . mejor que eomeurorio parece un vasto jardin artísticamente decorado por monumentales grupos de mármol ; y en medio de osle laberinto do lunillas cubiertas de arrayan y rosales, de jazmín en llor y de cleniálidas. de bosquecillos de llor o s , ile n a r a n j o s , de olmos y ciproses de murta caprichosamente r e c o r t a d o s , abísmase el p e n s a m i e n t o , el corazón parece, dilatarse en un circulo do consideración profunda, y ospláyase el a l m a , lomando aquel lugar liinebre por- un sil ¡o de puro recreo y esparcimiento. Paseáis por magníficas calles esmeradamente enarenadas de menuda grava , entro bílei as doblemente alineadas de acacias, piálanos y lerebinlos, que conducen á una pla/.olela rodeada Ac lieslos de llores en forma de jarrones elriiscos, y desdo cuyo punto descúbrese el vaslo horizonte y oí bollo panorama que le ameniza. Do una parle la gran ciudad . inmenso laboratorio de c r í m e n e s , agitada por mil [ a s i ó n o s , como un prolongado rugido delirante y freno! e o ; do otra la vasta y ondulante campiña , mu ia . solitaria como el desierto, con sus castillos a r r u i n a d o s , sus quintas pintorescas como villas r o m a n a s , sus blancos caseríos, sus poblaciones y alquerías e n t r e bosques de olivos y frutales, como bordadoras en relieve, bañado lodo por el sol ó envuelto en las nieblas como un sudario dotante; en lontananza las colinas do Moudoii y de Saint-Cloud cierr a n en perspectiva el h o r i z o n t e , donde proyectan sus vagos recortes , diseñando los vatios perfiles do los apizarrados tochos inclinados de sus campanarios y cúpul a s , cuyas agujas so hunden , perdiéndes. 1 en e.1 profundo c é n i t , mientras que hacia la izquierda las torres de Yincennes dibujan sus denegridos espectros, como un recuerdo de la edad inedia y en opuesto contraste á las dos columnas monumentales de la barrera del Trono . que marcan h a c í a l a derecha los límites del París moderno. Y. Y si de este h o r i z o n t e poético desciende ia vista para f i j a r s " d e n u e v o e n o s a v a s t a n e c r ó p o l i s , al t r a v é s <\r P r e s c i n d i e n d o por ahora d é l o s d e m á s , t r a t a r e m o s a q u e l l a b e r i n t o s e l v á t i c o q u e á t a n d i v e i s a s c o n s i d e r a ú n i c a m e n t e de el del célebre P a d r e I.'ichaisse. que se c i o n e s so p r e s t a . . . ¡ o h ! j c ó n i n s e a b i s m a el e s p í r i t u en p r e s e n t a con todo el fastuoso lujo oriental de q u e son e s e c u a d r o d e s o l e m n e e l o c u e n c i a ! susceptibles en E u r o p a estas v e n e r a b l e s m a n s i o n e s y Allí y a c e l o d o c u a n t o d o gi a n d o . p o d e r o s o y r i c o I,a cuya historia r e s e ñ a r e m o s r á p i d a m e n t e a n t e lodo. e x i s t i d o d u r a n t e m e d i o siglo en F r a n c i a y o t r o s p u n t o s ; A n t i g u a m e n t e el l e r i e n o q u e ocupa e r a i na especie l a s m a s b r i l l a n t e s g l o r i a s d e l i m p e í lo d u e r m e n el s u e n o de p r a d e r a cultivada en p a r l e y que llevaba el n o m b r e e t e r n o p i n t o á l a s m a s i n s i g n e s c e l e b r i d a d e s d o l a s r e s de Campo di I Oinspn. Nías l a r d e un rico parisiense t a u r a c i o n e s ; l o s u i a v o r i ' s c a m p e o n e s d e l a s r e p ú b l i c a s llamado Hegnaull l o a i l q u i r i ó á título c n l i l e u l i c o . c o n s - c o n l a s m a s a l i a s o i i n n e n c í a s d e s p ó t i c a s : u n i i i o u i m i e i i t r u y e n d o en I un palacio inagnilico y oon\ ¡i I ieinlo I O L ' Ó I Í O O t r a s p o r t a d o d e l P a r a c l e t o e n c i e r r a l a s c e n i z a s ai j u e l l e i r e l i o . p o c o a u l e s s e l \ a t i c : i \ e a < i e s t é r i l , e l ) 'le r.loisa v A b e l a r d o . esa a r d i e n t e o p o p e \ a del a m o r u n a s u n t u o s a m o r a d a q u e m e r e c i ó e | l i l u l o d c l . n l u - c o n t r a r i a d o e n v i d a . p u r i f i c a d o p o r el m a r t i r i o y s a n t i ficado p o r la m u e r t o p o r u n a I r i s l e c o m p e n s a c i ó n p r o ruru lle¡/n :ul!. videncial del d e s t i n o . D e s p u é s d e a l g u n a s v i c i s i t u d e s p o s t e r i o r e s , los lujos d e l.i i \ o l a r e c i b í o i m i c o m o d o n a c i ó n gi a I <f ila e s t a p o s e t n simple m o n u m e n t o con una escultura que représ i ó n e n el a n o 17<'->, c a m b i a n d o s u d e n o m i n a c i ó n p o r s e n l a u n z o r r o , c o i i l : o n e l o s r e si o-- d e L a l o n l a m e , c e r la d e M o u l e - l . u i s \ o s l a b l e c i e n d o allí el c e n t r o c a p i t a l ca d e l c u a l el g r a n M o l i e r e . i n l o m i a d o s i n p o m p a a m e ile la s o c i e d a d d e . l e s ú s , c u y o s u p e r i o r e r a a la s a z ó n el dia n o c h e , i o p o s a e n t i e r r a s a n t a , a s i c o m o ( a m b l e n P a d r e l . a c h a í s s e , c o n f e s o í 1 d e l r e y \ el c u a l i i n i r l . i ó l i e m a r d i n o d e S a i n l - P í e r i e , P a r v y . l l e u l l e , l.a l l a r p e , c u a n t i o s a s s u m a s en mejorar aquella propiedad tan pin.1. C . l i e n i e r , M i l e s . D u c l i e s n o i s , M u í s y l ' . l a i r o n , l o s a r toresca. listas ' t a i m a y l ' o l i e r , los p o d a s l i e r a n g e r , P i e c a r d , l l e s a u g i e r s , l l e a u n i a r o h a i s y el n o v e l i s t a F e d e r i c o S o n M o n l e - I . u i s , á la o s p u l - i o n d e l o s j e s u í t a s e n 17(iil lié , sobre cuya huesa solo se alza una humilde c r u z do encina. (jj de desplegar e| cuadro á que se refiere id prelín otra sección sigue la piéyada de los compositores e e 5 epígiale , parece oportuno hacer una sencilla y m ú s i c o s , tales como (¡relry, Méliul, licllini , Ilerold, r I "shistórica de esos vastos y pintorescos asilos de i i o n l i e u , C.horubini, Chopin y YVMhclin, etc. A contin'oiJ ' " ' "'"'lados con poca propiedad los Ccmenlcnuación liguian los filósofos jíenjaiiiin Constan! , Destul I-Traey y lioyor-Collard ; los diplomáticos. Casimiro v¡i . "oHs, entre los cuales sobresale como un priar| l'erier y Canil'aceros, con otros nombres ilustres, etc. ¿ ° . s t i i c r á t i c o , e l tan celebro titulado de] l'udre Mas lejos se. alzan las lunillas de I.aplace, Mongo, i,r¡ a s m o r a d a s f ú n e b r e s , á semejanza de los pueblos Foureroy , Jorge Cuvier el iialuiahsla , C h a p l a ! , LaH a n / ' m a s ( l ' " ' cementerios parecen verdaderas Eos trabajos dieron principio inmediatamente bajo voisier, Francisco Aragu, Labedoyere, el mariscal Noy, rPcrt (J •tecor \% ' i deleitosos jardines artísticamente rodeada osla de una verja de h i e r r o : el almirante inla dirección y cargo de Mr. l i r o u g n i a r t , por malicia glés Sidney Sinith , que defendió á San Juan de Acre tastr i "lonumentales grupos de mármol , ala- q u e , merced á la celeridad y perseverancia que se desi¡Ve J bronce, representando estatuas en actitudes plegaron en la empresa , el cementerio estuvo xa en contra la invasión francesa . reposa asimismo j u n t o á rico, s 1 ' l l I ' " l l s l'nnerarias, elegantes nichos y alegií- disposición d e q u e el 21 do mayo del propio año pudie- los genera les del Imperio; y en toda esta mescolanza la i l l s nui trasladarse á sus respectivos nichos monumentales lúnelire, apagado relíelo de eclipsadas glorias, no siem««Dcen l <mSa Sa : "''!'' P " a n " " | | H K (1|li() l ] a < " I ' ( ' a ' (l " ''Dale • < S ' a " ' ' í' ss ll ll (( 11 ' ll ss i prodigios sublimes que q u e pres- !os restos de Eafontaine, Iteaiiinarehais , Moliere, llus- pre va unida la magnificencia artística al mérito que 11 11 11 tara ..""•I ", '" la u s e o de esculesoul- sey, l l i i g o T h e i a n , Mlle. Cebiay y de oíros personiqes r e p r e s e n t a : el pintor David solo tiene, un simple n i e ' ; i ilusión de un vasto m museo v ° '' ", o ocsíi c s il dailon sobre el sepulcro, Duloiig, esa gran celebridad ütaJP ülo e n t r e hosuues b o s q u e s de ilustres. ros|'P . '> alfombrado de llores ., entre q u í m i c a , Poissim, el gran m a t e m á t i c o , Siccard , el be¡afj arbustos y a r b o l a d u r a , bajo u m b r o s a s bóvedas nélico inventor de la enseñanza do sordo-inudos , el ""repi " a m b i e n t e por e m a n a c i o n e s p u r í s i m a s IV. doctor Cali y el mismo l ! a l z a e , e s e terrible intérprete Sobrl a t n 'i n " I M l ( 'J"K" ( l | " l l ; l l » - ' ^ III cementerio propiamente dicho se divide en lies ile las pasiones y que lia disecado el corazón h u m a n o Cuadro <¡ '• ' ' " l ; i s i l l l l l s I " " ' ; I S ' ' ' ' l;l noche ose misino grandes departamentos. El de la izquierda se halla des- con un escalpelo siempre o p o r t u n o ; todas oslas insigpiativ0 '' l ( ' ¡ld<|H¡ere un e n c a n t o gravo y conleiii nes notabilidades, entre otras m u c h a s , solo tienen una ^ S D o r T 1 " ' " i l m i l i l l : i ( 1 ; l s aquellas p r o l o n g a d a s ala- tinado á la plebe, conteniendo la losa común \ xarias üS s Illv s rayos do uuna luna límpida límpida yy por por las las lamláin- senes de luchos de un orden ínfimo : el de la d e r e c h a , piedra tumularia toscamente labrada , como hilo fúneS í ,• pUg'Vdf " '!'' n a luna aa ss bre do su mansión suprema en osla tierra de vanidad '[He ardor es. , bas,,,,. <I«"* suelen suelen a r d e r ilelaiile d e l a n t e de de algunas a l g u n a s lumluiu- cu\ a puerta da l'i culo á la calle de San Andrés , y que l y lucha. iasI ' , " ' " ' ' " ' l e r r e d o r una aureola melancólica; separado del centro por una espesa tapia , pertenece a Sin embargo , no es decir que so nulo allí la ausenlos israelitas; j el t e r c e r o , en lio, que ocupa el punió 4n iii"' I S '''' M " s l " r i o s o rocoginiienlo y de langui central , está destinado á las notabilidades sociales, cia del buen guslo arlíslico , pues que aun en medio íci o S a lI.","'entes , cuando en nII'Ilio del profundo si °Si a la como un asilo privilegiado de lodo mortal que se ha de la sencillez que predomina en aquel vasto sistema ito' po ' l'or la religión y la m u e r t e , óyese allá Nto S(IP(I hecho célebre en esta vida, por sus r i q u e z a s , por su f u n e r a r i o , el enlusiasnio y el aféelo, mas bien que la 'fisas l"° " " "''cu agitado entre el suspiro de *br¡¿,T 0i V , '''.""or incesante de la capital del m u n d o posición por su virtud ó por su ciencia, estableciendo v a n i d a d , han estampado allí su h u e l l a , estableciendo asi una especie do, pacto aristocrático e n t r e las condi- cierta competencia, cuyos rasgos no dejan do aparecer llis ( lm s ll( la micl nielar' 'í L '"°e fle r]"l l"'" " '" " "' > ''' ciones de. la escala social, sellado con ese testimonio e n a l t o g i a d o sensibles: obras de primer orden en eslsi 'de M n i '° ' ' ' ' ñ o r en fii e s p e s u r a , como el supremo de. ultra-tumba. cultura , elévanse sobre algunos m o n u m e n t o s sobernall » < \ e r r a n t e al ti'av*'>s de las a u r a s , que Un" Por lo d e m á s , observado á primera vista y sin miras bios, parto sublimo do la vanidad h u m a n a y que revé. llegaría tristísima en ese lenguaje inconide los dominios franceses, fue vendido en subasta pública , destinándose su producto á la estincion de parte de los débitos contraídos por su anterior d u e ñ o ; por manera q u e , en una transición frecuente y sucesiva, la linca fue pasando de mano en m a n o , si b.en c o n s e r vando siempre su nombre del Padre l.achaise, hasta que por último Mr. Frochol , prefecto del Sena, la a d quirió por orden de Napoleón I , y con destino á su ae tual uso de cementerio público, en virtud de un d e creto imperial. i.fis H'.VKYI unios H : r.wtis. es ' W í "'"' ói í* V Anterior Inicio Siguiente EL MUSEO UNIVERSAL. 88 LA ALONDRA. LAMINAS !)!•; LOS MlSLTUIiLKS. lan al propio tiempo la inspiración del artista : modelos | respondiendo á sus inspiraciones, la invoca. ¿Uno fuecu su clase son principalmente los del mariscal de Saint- ra del hombre sin esa esliella que brilla fulgente y C.yr, por David d'Angers, de Sucliet y del general Foy, pura en el horizonte de su esperan/a, como un laro costeado este, á espensag de una suscricion nacional; luminoso que concentra las mas gratas aspiraciones de sobre el sepulcro del escultor Caslclier, nótase un pre- la criatura y las encamina al ciclo, del que se consticioso genio alegórico , ([lie es la obra maestra de tuye intermedio?... Mr. Ilude, y por último, si sentís un verdadero entusiasmo por las glorias artísticas, reparad ese grupo que VIL guarda los restos del poeta alemán Luilovico lioern \ en el cual el cincel feliz, de. David d'Angers ya cilailo, Tales sim , p u e s , bis cenienleiios de l'aris; tal es el lia esculpido un llainaiuienlo elocuente á la fraterni- Padre l.achaisse. dad de los pueblos cultos. l'or lo ibüiiás, observados bajo cierto punió de vista, con sus bosques, sus obras de eseuílura y eslaluaria, \ su armónico conjunto tan admirablemente combinado, VI. esos sitios amenizados por lanío accesorio, oslan muy Junto á ese fastuoso lujo que disfraza una realidad lejos de inspirar la terrible impresión que ordinariatan triste, última ilusión d é l a locura biimana , otras mente suelen revelar los de su clase, como consecuenmuchas tumbas de aspecto superficialmente magnílico cia inmediata de ese profundo h o n o r de que la lilurgia <[ue sorprenden las miradas del vulgo, están muy lejos católica rodea siempre á la muerte. Sobre lodo, el del l'a(le merecer la atención del verdadero artista, y de evo- dre Laehaisse , repelimos, mas que cementerio , se pacar recuerdo alguno memorable; y si entre e.-a mullí! tu I rece á un laberinto de arboladura y llores, decorado de de monumentos fúnebres, si entre esa inmensa colec- estatuas y escultura, como un museo, y en el cual, ción de nombres oscuros y desconocidos en los anales como para hacer resaltar mas las bellezas naturales y dpi mundo, que han atravesado, cual raudas y fugiti- artísticas, alguna humilde, tumba alza su pobre cruz vas sonibias que apenas dejaron huella de su tránsito, sobre la piedra tumularia , como una triste ironía preobserváis algún epitalio estiavagante ó necio, respetad parada por una mano atrevida, como una profanación á ese pasajero errante, cuya intención ha sido pura al sacrilega y burlesca en aquel sitio santilicado por la dictarlo su corazón sincero y que acaso ha ido á orar religión y por la muerte. sobre la tumba de su padre ó de otro ser querido. Josii I'ASTOII id-: i. v IÍOCA. ¡ Ay! ¡cuanta elocuencia revelan esos mismos sepulcros sin nombre ! La gloria solo es un simple accidente en la'vida humana; y ¿es preciso acaso que ese hueco fantasma nos preceda liasta el último estrenio con sus pahuas con sus coronas y sus estatuas? No , los laureles petrificados por la muerte no hacen rebrotar la savia vital, ni pueden reverdecer de nuevo, mustios poi' el soplo mefítico del sepulcro; el destino VÍCTOR IICC-JO. ha paralizado el curso de esa misma vida, operando una restitución lógica y providencial, que es el débito de la Continúa publicándose esla imporlanlísinaturaleza hacia su elemento, y ese tropel de lautas mas vanos no alcanza á esclarecer un solo pliegue de nia obra. Se lian repartido II) entregas y ese tenebroso sudario, bajo el cual se eclipsa ese agitado dentro de pocas «lias quedará concluido el accidente de la vida humana, terminado por una esceprimer lomo de esta edición que contiene na trágica en su desenlace. Una capilla se alza en medio del cementerio, alia- dos de la edición francesa. yendo como un punto central y consolador las miradas Toda la obra constará de "> lomos. contristadas del viajero, I,a religión es allí , como enLas láminas que la ilustran son de lo me- | lodas partes el iris benélico del ¡dina del creyente, que LOS MISERABLES Anterior Inicio IX SEÑOR GII.I.F.NOMAIU). jor que se lia bcclio en madera, impresas aparte del testo. En esla página van dos de muestra. El retrato del autor grabado enaceróse publicará en esle primer lomo. Continúa abierta la suscricion en los punios mismos que al MISKO UNIVKHSAL. AVISO.—Según las condiciones establéenlas» suscritores álii. Mrsi:o IMVKUSAI. que optai 01 v .{ Año Cristiano, se les remitió con el número v el lomo :j.° . J se A los suseriíores á las Obras de Chateaubriand, les remitió el tomo ¡t." . ,rafc3fl, A los suseriíores á Los Tres reinos de la «<"" se les remitió el tomo 4." , r,paií0, A los suseriíores de la Historia general <". b í s e l e s remitió el lomo .'I." pmiti | ' e ' A los suseriíores á La Santa lliblia, se lc»ie lomó :i." | g s r e m¡' A los suseriíores á las Cansas Celebres, s lili el lomo 3 . " mnle'" ^ Los suserilores que i|uieran recibir el con 1 las obras pueden hacerlo abonando su impon»DIRECTOR, D. J. GASPAR. C KllITHR llESPONSADI.E I). JOSK ÜOIG.—I»P- »* ( l EiMTonts. MADRID: PIIINCIPI!, *• píB V IW' '
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