ción de lu instancia y la absolución libre. El acusado en ambos

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sueltos á 4 rs.; tres meses 2i rs.; seis misos
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llevado ;i cabo en Madrid. Ksla novedad atrajo u n a c o n - i dar gracias al cielo de que esos intereses estén tan clac u r r e n c i a e s l r a o r d i n a r i a al sitio d e la ejecución. Kem'i- ramente enlazados con el derecho y la justicia.
nieno curioso r[iie se obsiu'va en los países civilizados:
La epidemia ha cesado del (odo en las Canarias, ha-
REVISTA DE LA SEMANA.
o hemos tonillo nuevas variaciones ministeriales desdo, la entrada del marqués
de Miradores en la presidencia del consejo. Él noble marqués consiguió insacular á los que parecía
que no cabían juntos en un
saco. Las cortes reanudarán sus interrumpidas tareas después de Pascua,
luego que todos hayamos
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luego que todos Inmunos
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Iglesia. Con la conciencia limpia como
DO hay d i ' C u e cs eu a l al V ( l l a r I l l i l a n i I""' s u a l m a > >'
reunión « i ^n c n l a r i oljtondrán
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' "onor do i a (.¡petición. Esto se cómuegros salvajes. Pero que en el siglo XIX
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-an t e n i ( 1 ° lm funcionario
ilOs
wrgado
de
apretar
el cuello á los fieles crisadn= ac o!mncoml l cP r °nsiI)le á nuestros nietos. Raen ]1, ,J ' P e de Montero, presenció la eje'golla: primer castigo de este género
cuanto mas horrible es el espectáculo, mayor es la asis- biéndose ya cantado el Te Deum en Tenerife. Aboia
tencia de curiosos que acuden en busca de fuertes las autoridades deben vigilar para que se hagan lodas
emociones. I,o horrible,lo terrorífico, tiene una singu- las operaciones de saneamiento y purificación que la
lar fuerza de atracción ; lo espanloso mi solo nos con- ciencia aconseja, á liu ríe que en el otoño no se repronnieve, sino que parece que nos airastra y seduce. Sa- duzca la enfermedad.
tanás posee una especie de infernal belleza que cautiva
Ite Santa Cruz de la Palma en aquella provincia, nos
al mismo tiempo que causa pavor, l.os gobiernos de- '. escribe don Antonio Rodríguez López, autor de la oda
bieran evitar estos espectáculos de atractivo satánico; que verán nuestros lectores en este número. El señor
los legisladores debieran suprimirlos.
¡ Rodríguez López, además de esa orla que tiene muy beEn cuanto á don Gerónimo Gener, esposo de la víc- ; líos pensamientos, ha escrito dos dramas, uno titulado
tima doña Carlota l'ereirajCl tribunal leba absuelto de ] Miseria y otro Juan Gutenherg, que ha remitido á la
la instancia. Esto quiere decir que los jueces lian consi- , censura. Este escritor desea que hagamos público que
derado que no está ni demostrado legalmente el delito : escribió su drama Miseria en 1857 y por consiguiente
que se le atribuye, ni plenamente puesta en claro su ino- ' seis años antes de que se escribiese por Mr. Carlos Hucencia. Tal es la distinción establecida entre la absolu- go el que lleva por título los Miserables, y cinco antes
ción de lu instancia y la absolución libre. El acusado en de que Mr. Víctor Hugo diese á luz su novela. Nosotros
ambos casos es puesto en libertad; mas en .el primero nos apresuramos á complacer al señor Rodríguez López,
puede abrirse otra vez la causa si surgen nuevos inci- aunque creemos firmemente que no habrá mas semedentes, mientras que en el segundo la causa queda de- j janza que la de los títulos entre su drama yol del autor
Unitivamente cerrada, sin que pueda volver á exami- francés. El señor Rodríguez López dice que no ha leido
la novela Los Miserables: Los señores Hugo tampoco han
narse.
Continúa la insurrección de Polonia tomando cuer- leído cl drama Miseria. Es pues muy dilicil que se hapo, y el ¡efe de los insurgentes Langievicz aumenta yan encontrado en el argumento.
considerablemente sus huestes. En todas las naciones
Anuncia un periódico que por rlisposicion del direcde Europa ha habido manifestaciones públicas en favor tor del Museo Nacional se han colocado en los claustros
de la causa polaca, y se abren suscriciones para apoyar de la Trinidad algunos de los cuadros premiados en la
esta causa tan justa y noble. En nuestro pais el coro- última esposicion y que los demás permanecen en denel polaco don Eelix Orodisky, encargado por el comi- pósito en la Casa de Moneda por no haber donde coloté de París para recoger suscriciones en lavor de los carlos. Esto prueba, en concepto del periódico que nos
heridos, ha publicado que las admite en su casa, calle da la anterior noticia, cuan urgente es proceder á la
Ancha de San Heñíanlo, núm. 2í, cuarto 2.° El rigor construcción de un edificio destinado á Museo Nacional.
desplegado por el despotismo ruso para ahogar en san- Permítasenos cslrañar que haya un director del Musco
gre, el movimiento de independencia, no ha servido mas Nacional y no haya un Musco Nacional. Esta estrañeza
que para estendeilo y propagarlo. Si los insurrectos so resume y condensa en las siguientes preguntas: el
pueden resistir hasta ¡a primavera, puede fundarse una Museo de Pinturas, esc grande edificio que es uno de ios
"rail esperanza de que lograrán triunfal' de todos los mas bellos, artísticos y elegantes riel Prado ¿no os naobsláculos. I,a Polonia merece ser libre, y estamos per- cional? ¿es de propiedad particular? ¿Lo son torios los
suadidos de que lo será. La unidad de la raza eslava objetos que contiene? ¿No se pueden poner en él los
no puede hacerse bajo la esclavitud que impone la Ru- cuadros premiados y de mérito, ni se pueden abrir sus
sia: se hará á la sombra de una libertad federativa, salones para esposieiones públicas? Abramos uno do
qué sin menoscabar la independencia de cada pueblo, esos libros preciosos que se llaman•presupuestosacnclos reúna á todos en un lazo comiin. ¡ La Rusia al fren- rales del listado. Veamos: «ministerio de Fomento:
te" rio la raza eslava! ¿Qué mayor peligro para el Occi- Museo Nacional de Pinturas. Gastos: un director de
dente de Europa? A los intereses de la Europa occi- restauración y conservador con 15,000 reales; tres resdental conviene la resurrección de la Polonia, y debemos tauradores , con sueldos de 9 á 12,000 ; un forrador
Siguiente
EL MUSEO UNIVERSAL.
con ü,000: dos porteros y uno vigilante con i y o,000
reales. ¡ Dónde están los cuadros que oso conservador
tiene que conservar y esos restauradores restaurar?
; A que puerta pertenece ese portero? ¿Oué salas vigila ese vigilante? ¿Hay edilicio ó no hay edilicio nacional?
Si le hay ¿por que no van á él los cuadros premiados?
Si no le hay. ¿por qué se pagan empleados públicos para
s'.i custodia ordenamiento do cuadros y conservación?
Nosotros teníamos 'iilondido que en tiempo de Carlos III
so fabricó, por supuesto con fondos del Estado, oso
hermoso edilicio llamado Museo de Pinturas, agregándole ol jardín Botánico, como se fabricaron el de la
Aduana, el de la Academia de Nobles arles, y otros muchos. Y entre estos edificios ¿hay alguno que no sea del
Estado.' Creemos que no: sin embargo personas mas
competentes podrán ilustrar la cuestión. Por lo demás
nosotros no nos oponemos á que se construya un grande edilicio que sea un verdadero monumento elevado á
las arlos y á las ciencias y on el cual haya departamentos (tara museo de pintura y escultura , para gabinete
do historia natural, para bibliotecas públicas para sesiones de academias, etc., etc.
En el teatro del Circo se ha estrenado con buen éxito
en la última semana la comedia on tres actos titulada
Mentiras nrav• s. Su autor el señor Gome/. Trigo ha sabido dar vida á un argumento sencillo, ordenando con
naturalidad y maestría las escenas y presentando un
cuadro acabado, moral y en que el interés va siempre
creciendo. El público que en ol primor acto se mostró
un tanto frió, en el segundo pareció conmovido y en ol
tercero se entusiasmó y llamó al autor alas tablas. Nos
aerada mucho este género de producciones. La ejecución fue esmerada. También se ha estrenado en este toatro una pieza en un acto titulada ¡El Autor] traducida
del francés. Esta pieza gustó, y es buena como linde
fiesta, aunque susceptible de grandes mejoras.
En la Zarzuela se ha puesto en escena Matilde y Molek-Adel letra del señor Fronlaura, y música de ios señores Oudrid y Gaztambide. Es una de las mejores producciones de aquel festivo escritor, y el público la aplaude todas las noches haciendo repetir un coro del primer
acto y algunostrozosde música por estremo agradables.
En esta zarzuela ha bocho su primera salida la señorita
Aguado, que obtuvo del público una lisonjera acogida.
Esperamos verla en papeles de mas importancia que el
que desempeña en esta pieza.
El jugador de manos Mr. l'eyres entretiene al público en el (arco de Paul con varías suertes ingeniosas de
prestidigita!1 irn. magia egipcia, combinaciones sorprendentes y otros eseesos. Merece verso el espectáculo.
So habla mucho de un bailo do trajes que se dispone
para el domingo de Pascua en casa do los condes de Ferlian Nuñoz. Cuéntase que el marqués de Molins prepara
para este baile una gran comparsa que represente a Isabel la Católica y su corle. En estos trajes dicen que se
va á desplegar un lujo oslraorihnarío. i n afamado sastre de París, hombre especial para esto de trajes de
capricho, ha oslado on Madrid y recibido multitud de
encargos. La duquesa de Modinacoli parece que irá vestida do perla y la de Cuaqui de pájaro del paraíso. Habrá también trajes mitológicos, históricos, fantásticos,
simpáticos, diabólicos, ingeniosos, caprichosos, maravillosos. Ya nos dirán las trompetas de la lama lo que
ha pasillo y daremos cuenta puntualmente á los lectores.
el ardor generoso do los franceses y ol noble esfuerzo
de los españoles; la estrella de Carlos V había brillado
sobre el astro de Francisco I; y osle bizarro rey y capitán , destrozadas sus huestes , abandonado de sus
próceros fugitivos y derribado en tierra bajo su propio
caballo , había caído en poder de los soldados de España. Conducido á la península Ibérica bajo la guarda de.
Hernando de Alarcon , Francisco I, era aposentado en
Madrid y custodiado en la r o m ; de los Lujanes.
He aquí, pues , la general creencia del pueblo m a drileño, v la tradición que movía sm iluda el ánimo del
gobierno' á consultar á las reales academias de la Historia y de San Fernando, según anunciaron los periódicos." Y no otra os la razón que nos pone hoy la pluma
en la mano, deseosos do contribuir por nuestra parto
á ilustrar un punto de la historia nacional , que tan estrechamente se, liga con la de la corte do las Españas.
El gobierno, movido del deseo del acierto, juzgó oportuno consultar la crítica histórica y la crítica artística;
la investigación gira en efecto dentro de esas dos esferas, y á ollas dirigiremos por tanto nuestras observaciones.
¿(Jué fundamentos tiene la tradición que pone á
Francisco, rey de Francia, prisionero en la Torre de
los Lujanes? En materia de hechos históricos, y cuando se trata do épocas en que pueden sor consultados
asi los escritores coetáneos como los documentos que á
los mismos hechos se refieren, desacuerdo notable, y
aun reprensible incuria seria olvidar estas inequívocas fuentes, ya dejando á la tradición correr vaga y
sin correctivo hasta estraviarse del todo, ya negándole aquel legítimo apoyo que puede y debe recibir de
los misinos historiadores)'documentos. Ni fuera lícito,
al pensarse en asegurar de una manera digna y conveniente al decoro de la patria, la existencia de un monumento al cual se halla adherida la memoria de suceso
tan importante en los anales de la nación española,
consentir sin examen en la perpetuidad de una tradición que careciera de sólida baso, ni parecería en modo
i alguno justilicado ol que reconocida esta, se mirase
I aquella con menosprecio, condenando á la destrucción
que han padecido otros mil monumentos históricos, el
que por ventura todavía la representa.
Los historiadores coetáneos á la gloriosa jornada de
Pavía , á la entrada do Francisco 1 en Madrid y á su
I prisión en la futura corte de las Españas, hasta la famosa concordia que lleva su nombre , son por cierto,
sino abiertamente contrarias á la tradición, que le pono
en la Torre ds los Lujanes. poco favorables á la misma. Es el primero el insigne Gonzalo Fernandez de
Oviedo, nacido en Madrid en I ío'í, mozo de la cámara
! del príncipe don Juan, que le prodigó su confianza y
! su cariño, y morador i\r Madrid a la sazón en que
! Francisco 1 era conducido á la futura corlo de las Españas. Oviedo, que desdo su primera ¡ii\ciit.ud so habia distinguido on la de los Heves Católicos por la singular diligencia con que recogía on sus memoriales los
hechos notables , que produjeron con el tiempo sus
aplaudidos libros de hix /¡alalias y Quinquagcnas, asi
como aquel noble anhelo del saber daba por resultado
al pasar al Nuevo Mundo, la Historia general de las Indias, amigo predilecto de los pajes y criados que asigno
ol emperador al rey de Francia, recogía diariamente,
en sus libros las anécdotas y demás acaecimientos que
al regio prisionero se referían, formando al lili la interesante Retar ion de lo sucedido en la ¡tristón del rey
I'or esla revista y la parle no firmada de este nú- I'raneisco de /•'rancia desde que fue traído á España y
por todo el tiempo epte estuvo en ella hasta que el emmero,
perador le dio libertad. El antiguo criado de la reina
NKMKSIO FKHISAMH-:/ CIT.STA.
Católica, que asistía do continuo á la prisión de F r a n cisco 1, y para quien toda circunstancia relativa á este
glorioso hecho ora de sumo precio y trascendencia, ni
TOIUtE Y CASA SENOUlALDr; LOS LUANES. una voz sola indica on su Relación que verá en breve
la luz pública (1), la idea de que ocupaba ol rey la
I.
Torre de los Lujanes, manifestando una y otra vez que
moraba en el rigió alcázar, albergue digno en verdad
Hace algunos meses que anunciaron los diarios poli - de un príncipe, y en el cual habían residido los reyes do
l:cos que el gobierno habia pedido informe á los cuer- Castilla durante su permanencia , harto frecuento, en
pos artísticos y literarios sobro la signiíicaeion históri- la villa del Manzanares. En sus reales alcázares visitó
c a , la antigüedad é importancia del monumrnto que el emperador don Cirios al prisionero de Pavía , cuando
lleva en Madrid los títulos que liemos puesto al frente aquejado esto de peligrosa dolencia, temieron perderle
de estas líneas. Manifestaban ios periódicos que las los próceros franceses que en la prisión lo acompañareales academias de la Historia y do Nobles arlos de ban; allí se celebraron por ambos soberanos las cabaSan Fernando habían opinado favorablemente á la con- llerescas conferencias, que el mismo Oviedo supo conservación do la indicada Totre, y daban como cosa ya signar con puntualidad eslremada: allí recibió el rey
acordada que seria osla convenientemente restaurada, <\c España, dando muestras de refinada galantería, ala
á lili do que ofreciera á las generaciones futuras digno discreta Margarita de Valois , duquesa de Alenzon,
testimonio del respeto tributado por la actual á las glo- hermana do Francisco, quehahia pasado los Pirineos al
rias que aquel monumento simboliza.
ruido de la enfermedad que al augusto prisionero aque¿Pero qué glorias son estas? ; En qué época o por jaba; y de allí por último partió á pobre hora el mismo
cual .suceso se hizo la Torre de los lAijanes merecedo- emperador, á fin de esquivar como político los empera de eso respeto basta exigir los sacrilieios que so han ños á que podia aventurarse como caballero.— Nada
menester para restaurarla?... Tradición umversalmen- hay, pues, on la verídica y minuciosa Relarion del
te recibida osen Madrid que so halla unido ,-i la his- madrileño Gonzalo Fernandez do Oviedo, que favoreztoria de esto monuinoulo el recuerdo de uno de los mas ca la tradición de la Torre de. los I.njanes.
gloriosos triunfos de las armas españolas en el suelo
¡lustrado con las altas proezas do Alfonso V de Aragón
Poro si el diligente autor de las /¡alalias y Quinquay Gonzalo Fernandez, de Córdoba, triunfo en que ha- ijcnas nada dijo relativo:! estos monumentos, pasando
bían ganado inmarcesibles lámelos mi Hernando lléna- por alio la entrada i\>' Francisco I on Madrid, otro e s los y un Antonio doLeiva. Las fértiles campiñas ilr Pa- critor no menos digno de crédito y do respeto, ol magvía habían contemplado al comenzar el año de l,'íá.:¡ nífico caballero Podro de Mexia, que habia hecho ya
(i.-* de febrero) una de las mas reñidas y formidables
uatallas en que habían disputado el lauro'de la victoria
(1) IIsloria
ile la rilla y corle de ihulrid,
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).a:i ye,,,,!,, ,le ItaUa... La pr,s,on (añade) era con t¿2 I
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y J r l : " ' (I'1(1 ''I <Ii"'na; y dejabásele salir
al campo y a caza cada vez que le placía y e n t ^ '
ora hecho el placer y buen tratamiento posible» m
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' ",' IV '•" ' s m » : » ™ ¡"«los los hechos apnnlados arriba, como acaecidos dentro del alcázar v™
mis por lo t a n t o á la Torre de los ¡.ufanes
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V lo mismo acontece al respetable historiador de
(.arlos \. . Iray Prudencio de Sandoval, celoso investí
gador que casi alcanza los mismos sucesos de, quetra
tamos, y que- acostumbrado á fundar la relación délos
hechos en la exhibición de los documentos que losilus
lian ó los conlirman, nada escribió al trazar el aran
cuadro del reinado de Carlos I, sin que lo comprobase
con auténticos testimonios, ni aun siquiera mostró vacilación al determinar el edilicio que habia servido de
prisión al rey do Francia: uDe Guadalajara (escribe)
pasó á Madrid, y aposentáronle en el alcázar, donde
estuvo hasta que se le dio libertad') (2). No otra es también la relación do cuantos escritores tocan en el siglo XVI oslo interesante punto, contándose entre elfos
el muy erudito don Podro Salazar de Mendoza en su
estimable libro Del origen de las dignidades seglares de
Casulla y de L"on (.'!), y entre los poetas mas renombrados de aquella edad, ol muy estimado en la corte don
Luis Zapata, quien on su Carolo Famoso, poema nacido para lisongear la grandeza del César, y sacado ¡i
luz en l.'itili, declaraba que Francisco I fue aposentado
en el alcázar real, como lo aseguraban los historiadores ( í ) .
¿En qué fundamentos, repetimos, estriba pues, la
tradición que ha rodeado del respeto popular á la Torre de los Lujanes?... Los historiadores do aquella edad
no autorizan por cierto su defensa. ¿Se apoyará tal vez
en los documentos diplomáticos?... Los testimonios
mas dignos do respeto en ol particular, serán sin duda
los que mas directamente se refieran á los principales
personajes que en hechos de tal magnitud intervinieron : y entro todos los que pudieran alegarse merecerán en verdad la preferencia los que provengan del
emperador que disponía el hospedaje del rey prisionero. En cédula, dirigida al marqués de Elche, dándole el especial v cargo de recibir á Francisco 1, le
decía desde Toledo en ¿I! do julio, después de anunciar la llegada de aquel príncipe: «Yo he acordado que el
cristianísimo rey de Francia sea trasladado y aposentado en osa fortaleza ; y mi visorev del reino de .Ñapóles
va por mí mandado á mandar hacer y proveer lo que
fuere necesario.') Habiendo mencionado el emperador
terinínantenieiile en las líneas que preceden á las trascritas, los reales alcázares de Madrid, no cabe duda
que hablaba únicamente de esla fortaleza, por demás
renombrada en los reinados anteriores. Y como por
otra parle os un bocho de todo el mundo conocido que
ol nieto de Isabel la Católica se hallaba on Madrid, convaleciendo de penosas cuartanas, cuando recibió la
fausta nueva de la victoria do Pavía, circunstancia que
no sin alguna vanagloria hacia constar poco tiempo
después el ayuntamiento de la Villa parece fundado
el suponer que elogia el César esta localidad V sl
fortaleza como la mas sana y segura, siendo t a m »
verosímil que atendiese á que la preparación del nlc*"
zar ofreciera menos inconvenientes, por la mi ¡i ma j 1 ' l ._
zon que. ora con frecuencia habitado, como lo fue (te pues por la emperatriz doña Isabel con predileccio
eslremada.
,fl
Poro no solamente tropezamos con este dociimen>
cuyo origen lo da toda autoridad en la invesfigacii
histórica, alejando do la famosa Torre de los Luja'
la posibilidadde babor sido prisión de Francisco t
Disponiendo este inoirnva que su propio sccretanu1
ttendiese
d e s e cierta información sobro ol trato
tra rccilJi"»'
do q u e se firmó la Concordia
de Madrid
hasta.qw
vio restituido en su reino, narrada la postrer entre
entre ambos soberanos, so decía: «Al otro c l i a ', e S ,
nos 10 do febrero (|:¡2(¡) el emperador y el rey se _
pidieron, y ol rey so vino bajo la guarda del cap
Alarcon y oirás gentes de á pie y á caballo y m ' ^
(lucido y restituido al dicho alcázar (Cliastcau),'
^
de habia estallo KII<:MI>III<: riinso (:>).»—&' cin"¡oJjero
don Carlos disponía por tanto que el augusto prj>
^
do Pavía fuese albergado on sus reales alcazau ^
Madrid, y el regio cautivo declaraba , por , " ¡ |,ajb¡an
secretario, que los reales alcázares (le MaiH" ,¡'¡prOn
sido siempre morada de Francisco I, l " ( ""°. 1 n J e nla
repetidamente los historiadores que le a ' ( ; ; i n . z a . n | 0 X^'
prisión y los que on la segunda mitad del s ' r ,¡ tí | lO aI
hablaron do la misma. El emperador repitiólo o u J .
marqués de Elche, on otros documentos, entre
(1)
Villa del inrieñsimo
emperador
Carlos
V. lili- ' " •
C3P
'
(-2) Historia
de Curtos V, l i b . X I I I , p á r r a f o W.
(5| I . i l ) . I V , r a p . I I I .
•.
(i) Carolo fumoso, cunto XXVI , ocl. 7."
nnlivilé d" n
(íi) Dommenls iuedils sur f hlsloire de Francc , u i
Francois 1, p. 503.
Siguiente
EL MUSEO UNIVERSAL.
•a la carta que envió á la villa de Madrid , man- riores, libraba de hechizos y maleficios. Además el
•-, j-] e que proveyese de ropas á la comitiva del rey de origanum vulg iré y el antirrliinum ahuyentaban á los
f ncia. l'arece, pues, cobrar toda la evidencia de una (lucillos y á los íii.co.s- ó espíritus de las aguas en Alej'mostracioii histórica que la Torre y casa señorial de mania; la Ofioíiís spinosa, que llevándola suspendida
¡, Imanes no sirvió, como la tradición popular ase- del cuello protegía contra los malhechores y ladrones,
de prisión al generoso y valiente émulo de Car- asi como la relama y el enebro libraban al que las lleis V cabiendo aquella honra, si tal fue. al antiguo vaba de ser herido por acero. Entre los árboles el sauIca'zar, honrado ya desde la época de los Alfonsos con ce, el abedul, el aliso y el tejo, servían de amuleto,
la presencia de los reyes de Castilla , y asiento predi- pues su madera llevada sobre la piel era el mejor preiecto en dias no muy lejanos de Isabel la Católica.
servativo contra lodos las hechizos; las ramas del ser•Quésignifica, pues, esta popular tradición? ¿Dónde bal puestas al lado de la casa servían para protegerla
TCÓmo nace, se arraiga y se enseñorea de las creencias contra loda clase de monstruos y contra las tempestavn|»ares hasta ser recibida sin contradicción por los des, pero sobre lodo el tilo era el árbol cuya madera se
hombres doctos y una y otra vez consignadas por los consideraba como sagrada, y el favorito de los dioses y
escritores mas eruditos?... ¿Oue hay en la Turre )/ d(> los hombres en los tiempos antiguos. La corteza del
casa señorial de los Lujunes. que si no alcanza á j u s - tilo libraba de todo género de hechizos, y la ceniza
tificar del todo tan s i n g u l a r tradición la disculpe a lo hecha de su madera y esparcida por el campo servía !
para ahuyentar los insectos. Cuando á una res que. eslá ;
menos?...
, - , , , ,
embrujada se la pega con una vaia de tilo, decía la suPuntos son eslos dignos de llamar la a t e n c i ó n , indi- perstición popular, los golpes que so la dan los recibe
cada ya la necesidad de i l u s t r a r c u a n t o al m o n u m e n t o al mismo tiempo la bruja; las [llantas medicinales a r eacuestion se relien 1 , dada la iniciativa q u e ha tomado rancadas con un instrumento de madera de tilo se suacertadamente el g o b i e r n o , pero q u e e x a m i n a d o s ya ponían ser particularmente eficaces.
los historiadores y los d o c u m e n t o s q u e m a s directa relación ofrecen con el h e c h o p r i n c i p a l , piden ser t r a t a dos separadamente : á verificarlo c o n s a g r a r e m o s p u e s
otro artículo.
Josi: A.M.vnoii u t LOS R Í O S .
LA BOTÁNICA DK LA SUPERSIICION.
La primavera se aproxima; al lado del verde perpetuo de los pinos y de las malezas aparecí'» revestidos
suevamente de los colores de la vida el campo y las
praderas; la naturaleza vuelve á tener animación y
aroma, y las plantas empiezan á echar tallos y hojas.
Éntrelas hojas caídas lucha por levantarse el pequeño
arbusto con sus hojas de un verde claro, impulsado
por el viento vivificador y aspirando á recibir la luz del
sol que tifie sus llores con su bello color. La violeta y
la prímula, y después la campanilla blanca, MUÍ las
primeras que aparecen ; otro mes trae consigo otras
llores y plantas del bosque y del campo, hasta que el
tercero las reúne todas. Entonces es cuando se presenta la ciencia con sus aparatos de examen para hacer
sus conquistas; á su lado camina también por los montes y los valles con igual celo aunque con distinto lin,
la superstición popular que va ¡i hacer sus colecciones.
De esta botánica popular y supersticiosa es de laque
wmosá ocuparnos para conocer las llamadas ¡llantas
mágicas que penetrando en la noche de la vida se oponen ó favorecen ;i los malos poderes según las virtudes
que las ha atribuido la ignorancia.
La antigüedad conocía ya el uso de las plantas para
™soperaciones mágicas. Como prueba de esle conocimiento citaremos á la terrible Medea de la fábula de los
«fgonautas y á la Circe homérica; posteriormente á las
«cbiceras de la Tesalia, que por medio de bálsamos y
«dos jugos de ciertas plantas trasformaban á los honíI i e n av es y en asnos, y por íiltimo la rica literatura
««periodo alejandrino acerca de las maravillas de la
«uraleza, á las que se suponía como dotadas de una
• | ma gica. En la edad media, las mandragoras y
os iielechos represenlaban un papel muy importante';
y e s i o n llevaba en sí la fortuna en todas las ein? sas> llI|!l fuerza corporal inusitada y el don de poa|m a c c r '"visible. Aun en el dia'se conserva en
ríos °1S P l ? ntos l a creencia en la virtud mágica y mistea de cierto número de plantas, de las que nos ocu"s nías detalladamente.' Estas [llantas se dividen
s
su |
' ' ; l s LII1as que libran del mal y son plancons i o r a s 'I'"' sh'ven de amuletos, y lasque traen
Je
MZS? i.la felicidad;
otras
"culail; ambas clases se subdividcn
subdivnlen aun en
t r a j ' ' s plantas que sirven de amúlelo protegen couVü nl!
ios
IfOcicM
' " " ' ''''
hombres y contra los mabriln j 'as brujas , ó resguardan de los rayos y liár
e Slfin líl
! lle
r l l ! i s :i l ü S
boles i ''' ''
" r
campos y a los
ven bie
P'antas que llevan consigo la felicidad sirI
a ( ar
desc,,|. !Pj"' ' la fortuna á su poseedor, ó bien para
• "•"• los enemigos
tesoros.
lingos yv los tesor
s que sirven de amuleto son muy IIIIIIIITIIsaS;
>argo, en el día ya no se cree en su virtud
aquellos puntos muy apartados á los que
odavía el sol de la civilización. A esta
iiTlenece la slucliis riela , planta hertócea|]c
de
las
toda l „ . . •"
i i i . i labiáceas,
i u I M I H . i u ^ , que
i i i r se
M ' encuentra
i n i , l ( ( 1 1 1 1 i l ' en
i i
ni
a
tierra debajo
il ¡lltnl ! ia" " > Y « I " " c u a n d o s e1 I;
(le n i a l ' i c i o s a la c a s a e n —
•nento" S ( ; ! " ' " " " muíala,
q¡ uuee umne z/ c li a d a c o n e l a l i <la
enfermo.
p r i n c i p a l m e n t e á l o s c e r d o s <|i
st;'n
íem
« ¡ ( l v' f ' ' " - " ' " " ' S(l ! l l l ' i l > u \ e á n i a l e l i c i o s ; la nrla
/or f<
t'eue , . " - ' > «I"»' a l e j a a l d i a b l o d e la pp e í s o l í a qq i o
r a i c e s d e "',' C i l s ; i ; Sl ' ( l ' T l a l l l n l 1 ' ien ique debajo
• - " i " •••
de ••••'
las
ia
íes-mi
P l a l l l a Sl ' e n c o n t r a bba n c a r bbo n e s en ell
c¡
a
los
as esnoe . , " " '
« n a l e s , bajo c i e r t a s c i r c u n s t a n CÍS(
1 se crp' S(" C ( I I 1 V ( ! I ' l 'iiii en oro. La scabiusa
mc-
«9 debaioY'T 1 ' 1 "" 1 ''' 1 l l e l a s l i n i i a s , pero que echa"°éspe,i¿ , e a mesa producía querellas entre los
* atribuíi L a ' l e ( / e r a '<-' restris es una planta á la que
" «na virtud curativa, y que como las ante-
Anterior
planta misteriosa conocida solamente por el dichoso
pico, pájaro que. representa cierto papel tanto en la
mitología alemana como en la romana. Para obtener
esta planta era preciso clavar el nido de un pico que
tuviera cria ; viendo el pájaro clavado su nido, echaba
á volar y traía la raíz deseada en el pico para hacer saltar el clavo; entonces una persona que estuviera en
acecho espantaba al pájaro que dejaba caer al suelo la
precios;! raiz. Esta planta era sumamente útil á los que
buscan tesoros y á los ladrones, los cuales podían romper con ella los hierros y cadenas en que se hallaban y
abrir las puertas de las casas y las arcas por cerradas
que estuvieran. La creencia en la elicacia de esta raiz
era tan grande, que aun en el día se ve en las cárceles
antiguas de la Suiza, una especie de tablado en donde
colocaban á los criminales encerrados, para impedir que
tocaran con los pies en el suelo, pues la creencia popular suponía que era preciso locarle con ellos para que
la raíz ejerciera su virtud mágica. En la Suiza se creía
que la plai.la que suministraba esta raíz era la euphorbia lathyris . por lo cual era tenida en grande estimación. La superstición de muchas gentes atribuía también á la prímula la virtud de descubrir tesoros. Las
tradiciones populares citan también muchas veces una
llor maravillosa que conducía á los afortunados que la
hallaban á un monte lleno de riquezas que se abría á su
llegada y donde se llenaban los bolsillos de oro y piedras preciosas; al salir del monte se olvidaban de llevar
consigo la flor, pero una voz desconocida les gritaba:
; no olvides lo mejor ! y entonces la cogían porque sin
ella no hubieran podido salir del monte. Es posible que,
esta llor sea la llamada No me olvides y que su nombre
venga de esta superstición, porque la tierna historia á
que se le atribuye es muy posterior.
A estas plantas consideradas como amuletos hay que
añadir las que servían de párannos vegetales mucho
antes di1! descubrimiento de Erauklin y de la creación
de sociedades é institutos meteorológicos ; la creencia
en su virtud era general, y aun en el dia hay puntos
en donde todavía se las atribuye un poder especial. A
este número pertenecen la buiba Jor,s {semper cirum
lectorum de Linneo), que plantada en el tejado libra á
toda ia casa de ser herida por el rayo, por lo cual se la
ve con frecuencia en las casas de algunos pueblos de
Alemania; el espino blanco, la ogiacaula, la bryonia
alba, que es usada aun por las mujeres en algunos
Pero si vamos á examinar todos los detalles relativos
puntos para lograr el amor de los hombres, pero ante á las plantas de que nos hemos ocupado, encontraretodas el hipérico» ó corazoncillo (hijpiricuni
parfura- mos que la mayor parte de ellas debían su virtud maralum). Esta planta es cogida por San Juan, que es cuan- villosa mas bien á las circunstancias en que habían sido
do llorece, y colgada en las ventanas de las casas; la creadas y á la i poca en que habían crecido ó las habían
gente baja de toda la Stiria la considera aun en el dia arrancado, que á una propiedad especial de que las
como el mejor preservativo contra los rayos. Ea tradi- hubiera ilutado la naturaleza. Los días en que se arranción cristiana supone que tiene un jugo de sangre, y caba una planta mágica, los instrumentos con que se
ve en sus cinco hojas un símbolo de las cinco llagas de hacia y otra multitud de precauciones que había que
Cristo crucilicado. Se cree también que libra de las en- observar, contribuían á darla su deseada eficacia; otro
fermedades producidas por hechizos, y que llevada al tanto sucedía con las plantas medicinales.
cuello escita simpatías y ayuda á descubrir tesoros.
La base de toda la magia es la idea de una vivificaDebe citarse después el beleño, que según los serbos y
los griegos, siendo arrancado con el dedo pequeño de ción de la naturaleza de un dominio de las fuerzas físila mano derecha y atado al dedo pequeño del pie dere- cas de la misma por la inteligencia. La magia eslá funcho de una joven completamente descalza, sirve para dada en esta supuesta dominación de las fuerzas de la
traer la lluvia después de una larga sequía; á la joven naturaleza que producen cierto resultado, el cual no eslá
á ([(lien si1 la alaba la planta se la echaba agua por e n - precisamente en la naturaleza de las cosas sino en la vocima con gran ceremonia ; esta costumbre exislia lam- luntad de la persona que obra ó que da lugar á (pie la
inen antes en Alemania, principalmente á orillas del naturaleza manifieste las fuerzas superiores que existen
Khili. l'or último , á esta clase pertenecían también las en ella. Asi, pues, el hechicero procede bien por un poagallas, que se empleaban en diferentes paises para li- der propio elevado sobre la naturaleza física y moral, ó
brar de desgracias á la casa , y que se colgaban en las solo como representante de un ser mas elevado, en nomvigas de la cocina , y el muérdago, principalmente el bre de la divinidad omnipotente que se lo presenta de
que crecí1 entre los avellanos, la ¡tuda hclenium , el un modo espontáneo gobernando y rigiendo el orden de
i/alium t v n / m , e l exijmtnrium
canabinmn
, e t c . , e t c . . las cosas. La inclinación innata en el hombre de eleque. forman los matorrales que se encuentran en las varse sobre, sí mismo y el deseo de la dedicación, le
cercanías del bajo Hbin, y que se suponía (pie libraban hace aquí igualarse con la divinidad ó elevarse hasta
de los rayos y del granizo. En West ¡alia y en el país de ella y le permite mediata ó inmediatamente influir en
Ilesse se 'veían antes las llamadas palmas , puestas con el curso de la naturaleza y en la suerte del género
esle objeto en los sembrados; estas palmas eran ramas humano.
Otro género de magia es el conocimiento de los sulloroeienles de sauce, de acebo, enebro, etc., etc.
cesos venideros y de la suerte d", los hombres; esto es
Entre las plantas que llevan consigo la felicidad, des- lo llamado adivinación. La contemplación profunda é
pués de la mandragora y del helécho, ocupa el primer insólita, aunque no completamente clara de los sucelugar la verbena. Esta planta era considerada como do- sos del mundo, el presentimiento de una cierta regutada de virtudes curativas y mágicas, no solo en algu- laridad en ellos unido al deseo irresistible, de manifesnos puntos de Europa, sino en el estremo Oriente, en tar los pensamientos que hay en el interior de nuestro
l'ersia y en la Arabia. Según la tradición cristiana, ser, es lo que ha dado origen á la adivinación. Se comdebe arrancarse con un instrumento de oro ó de plata prende bien que tanto la adivinación como la magia solo
el viernes santo ó el dia de San Pedro y San Pablo. ha podido formarse cuando el pueblo se hallaba en un
Para los germanos era un talismán en las declaraciones estado que corresponde al de la juventud de un ser
de guerra y en los tratados de paz. A esta clase perte- aislado.
necí) también el Allium viclorialis, planta de monte á
Si el hombre en su estado natural aspira á tener el
la que en algunos puntos la han dado el nombre de poder de la divinidad y á inlluir en el curso de los acon«coraza de guerrero» por la forma de la corteza de la tecimientos, se comprende fácilmente que tenga un
parte bulbosa de su raiz. Según la opinioirpopular, una deseo igual con respecto al conocimiento de su suerte
parte tan bien guardada podia pasar por símbolo de la futura para poder dominar de antemano los sucesos y
iiivuliierabilidad en el combale, y de ser símbolo llego oponerse á los que le sea» contrarios; la magia y la adiá ser talismán. De aquí provino el suponer que libraba vinación parecen ayudarle en esta empresa, pero ninde heridas, desgracias, hechizos, malos espíritus, etc., guna de las dos podría obrar sin medios especiales. A
y por último, el suponer que ejercía una inlluencia po- su modo de ver nadie puede suministrarle estos medios
sitivamente favorable. Según los griegos el apio, la c e - inejjr que las plantas; la razón de eslo '?slá tanto en
bolla y el api, son plantas que (.raen la fortuna, por las particularidades de la naturaleza de las (llantas,
cuya razón las ponen en las Inhibiciones y las cuelgan como en el modo de considerarlas. Entre (odas las c o sobre las puertas. La valeriana es también muy pode- sas que nos rodean , las plantas se, distinguen para el
rosa ; da valor v fortuna , v según la creencia cristiana, hombre pensador por la variación sucesiva de su ligui a
brotó debajo de la cruz de nuestro liedenlor. La raiz que va cambiando de una manera imperceptible basta
ile azucena da el carino de las mujeres; el jugo de la el punto de que aun para el mas ignorante y común
misma llor conserva la frescura de ja .juventud, l.an/- debe aparecer como un desarrollo regular y progresivo
ilieniill i viilanrix era empleada por los alquimistas para de un principio sujeto á reglas determinadas, ¿yué
bacer oro. (lira multitud de plantas cuya enumeración cosa, pues, hay mas natural que atribuir la causa de
seria enojosa, servia según la superstición para atraer este fenómeno á una unidad interior, á una especie de
el amor de las mujeres, para producir sueño, para ha- alma y considerar ¡i la misma únicamente como el r e cer fortuna en el comercio, etc.
, ,. ,
sultado de una actividad oculta, como la manifestación
Además de las plantas mencionadas, había las que de una vida oculta y profunda?
El hombro se halla siempre dispuesto á reconocer su
eran verdaderamente mágicas que servían para abrir
las puertas, para descubrir tesoros y para dar riquezas. naturaleza fuera de sí y á identificarse con la que se
En primer lugar, estaba la llamada noli me tangerc diferencia de ella. Por esta razón le vemos que trata de
Inicio
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EL MUSEO UNIVERSAL.
8i
graciadamente oozi alguna frecuencia, llesde lo alto de la cabe/.a y contemplar en un cuarto tercero una
las nubes donde me encontraba , veia yo cómo se e n - ven que parecía querer abarcar con su mirada
cendían sucesivamente las ventanas t\c ludas las ca- do lo (pie podía pasar por la calle. En aquel
sas , como si fueran constelaciones, y después vi, que instante , como si la Providencia tomara parte en m'
S
so apagaban una por una . asi cuino se apagan las e s - difíciles investigaciones, desaparecieron las nubeso.u'
trollas a los primeros fulgores del día. 1.a población se hasta entonces habían ocultado á la luna, y fuejL!
iba sumergiendo en el sueño y el misterio, y entonces á herir sus rayos el rostro de nuestra desconocida
Era una joven como de'
unos 19 anos, alta, esbelta y bien formadasu color mas bien mor e n o , iluminado por los
pálidos rayos de la luna
su boca fresca encerra-~~
da por dos labios de co- '
r a l , húmedos como las
hojas de las rosas en las
mañanas de abril, su
frente serena y espaciosa, su mirada dulce
y apacible, esparcían en
su derredor un encanto
inesplicable. Al ver á
una joven tan bella, tan
hermosa y que tan buena parecía, no pude
menos de regocijarme,
de alegrarme y de creer
que ya todas mis fatigas se habían concluido,
pues que en ella encontraría , no solo la belleza del cuerpo, sino la
del alma, no solo la hermosura , sino la bondad
y la virtud. Conforme
hacia estas reflexiones
vi que la joven, después
de dirigir una mirada
en todos sentidos, inclinó su calwza hacia la
calle y pronunció estas
palabras : « Antoñito,
; estás ahí?» En el mismo instante apareció
una sombra de entre las
tinieblas de la noche, y
fue á coger una cosa que
colgaba de una cuerda.
Era una llave. Cogerla,
aplicarla á la cerradura
y subir las escaleras
cuatro á cuatro, todo
fue cosa de un momento.
Hila le esperaba á la
puerta. Apliqué el oído
porque á poder ser no
quería perder ni una
sola sílaba de la conversación que sin duda
iba á haber y escuche.
—«Gracias á Dios que
estás aquí Antomto,')
dijo la joven, «te esperaba con la mayor impaciencia, pues esta noche ha de decidirse rfefinilivamcnte nuestra
suerte. »-«Bien sabe
Elisa cuánto te amo ysi
estaré dispuesto a hacer
lo que tú quieres, .res
A I . P A C Í F I C O . — C . U . I . E DK I . A S P A L M K I U S R E . U . K S E N K L J A R D Í N B O T Á N I C O nr: m o
pondió Antomto, pero
l'Oll Kl. LADO OPl KSTO Á SU ENTRAMA. (FOTOGRAFÍA MIC CASTRO.)
penetrar en la parlo (trulla do la vida sirviéndose para
ello del mundo verdal que lan necesario le es y que
está relacionado de lanías y de tan diversas maneras
con su villa, y empleándolas plantas mágicas para lograr
:
su designio como si por
por esto pudiera penetrar
penetral" en las
las
actual ha
profundidades de lo desconocido. 1.a época
ép
destruido en mayor ó menor escala esta estéril <|uiniera ; en voz de las artes mágicas ha aparecido la ciencia árnica de, la
verdad ; conocer su cabala es la misión del
hombre de los tiempos
modernos.
A.
UN DÍA DE CAZA.
Una tarde que me
encontraba de caza en
Segura, pequeño pueblo
de la provincia de Guipúzcoa, hacia un calor
tan intenso, que ni los
perros podían seguir
pista alguna, ni a mi me
era posible resistir por
mas tiempo los a n u e n tes y abrasadores rayos
del sol. La caza me hal.i i a conducido ;i un bosque que se halla á media legua de unos caseríos cercanos á la p o blación , y fue tal la
frescura y el bienestar
que sentí al penetrar en
aquellos lugares, que
dejé la escopeta á un
lado, llamé á los perros
y me senté al borde de
una riquísima fuente de
agua mineral que nace
al pie de las rocas que
se hallan á alguna d i s tancia. El silencio era
profundo; parecía que la
naturaleza toda se hallaba en la mayor quietud.
Hacia ¡locos días que
llegaba do una gran población, población que
recordaba mis penas y
mis alegrías, mis tristes
afanes y mis crueles decepciones, y así es que
insensiblemente mi imaginación me trasladaba
a aquellos sitios, recordando á los amigos que
allí habían quedado, y
las afecciones que allí
babia dejado. La inmensa soledad que me rodeaba, los tristes r e cuerdos que ;í mi imaginación se aglomeraban, todo me convidaba
A pensar en cosas que
yo quería olvidar. Kl
cansancio que adquirí
durante toda la mañana, la hermosa frescura
i:si'i:i'i(:i(i>
CII:VHIICA
que despedían los árboles que del sol me guarecían, y
cierta misteriosa voluptuosidad, me hicieron sin duda
cerrar los ojos, trasladándome en sueños, por un m o m e n t o , á países que no me eran del todo desconocidos
y soñé u n a cosa r a r a , escénlrica, original.
Soñé que el destino habia dispuesto que como en el
término de ocho días encontrase dos personas que so
amasen real y verdaderamente, llegaría á la inmortalidad , pero que si no encontraba lo que se me exigía a n tes que trascurrieran por completo los ocho «lias, aquel
seria el último día de mi existencia é iría á tener por
morada el palacio sombrío de l'lulon. Yo aspiraba a la
inmortalidad, yo deseaba visitar las Morillas campiñas
del tillen y gozar de la compañía y do la presencia del
noble Júpiter. Creí al principio que no era una misión
tan dilícil la que me habían encomendado, que fácilmente podría hallar lo (pie buscaba; poro conforme iba
trascurriendo el tiempo vi cuan difícil era la comisión
«pío se me había conferido. Pasaba el tiempo y todavía
no habia encontrado lo que. tanto ansiaba y veia venir
con espantosa \ elucidad, el octavo d i a , término del
plazo que so me habia concedido. Vi con horror que ya
no mu quedaba mas que muy poco tieinpo;y palpitante,
anheloso, sin saber lo que nie hacia, empecí''! á volar envuelto en una densa atmósfera y á dirigirme hacia una
calle donde el autor de estas líneas, solía ir antes des-
Anterior
Ltanhorribleloqueme
propones, que n»
encuentro con
líense, que osla callo silenciosa estaría llena de amantes y de amores, que en cada uno de Jos cuartos en
que se apagaban las luces, se amaban y se lo decían á la
sombra de la noche y del misterio, y furioso, desesper a d o , viendo con terror cada minuto que pasaba, me
puse á correr de casa en casa, de cuarto en c u a r t o , e s cuchando todos los suspiros, entreabriendo todas las
cortinas. Hacia ya una hora que recorría inútilmente
todas las casas de la citada calle sin encontrar lo que
tanto deseaba, pues si bien había visto á una joven hablando muy animada con su novio desde el ventanillo
de la puerta mientras sus panas estaban entregados en
brazos de Morfeo , á una criada leyendo una carta do un
cabo do granaderos , primo suyo, según ella misma decia , á dos maridos que roncaban muy armoniosamente
dándolas espaldas á sus muy caras esposas , nada de
esto llenaba lo que de mí se exigía ; necesitaba dos soros que so amasen porque se amaban, dos seres buenos,
honrados y virtuosos, y ¡i causa de la doble vista, de la
cual oslahá yo e n t o n e s provMo, bahía oído la conversación de la" joven , leído la carta del soldado, y adivinado los sueños que aguaban las mentes de aquellos
maridos, y podía asegurar sin la menor vacilación que.
ninguna de aquellas personas eran las que yo necesitaba. Iba ya á dirigir nú vuelo hacia otra p a r t e , cuando
el ruido que^produjoun halcón al abrirse, mo hizo volver
Inicio
para ello. ¿No puedes esperar algún tiempo?»
sihle,» esclanió Elisa—«es preciso que eso se
mañana , hoy mismo ¡í poder s o r : " ~ r " P n ° n ¡ " mientos,
iones, nada de m u ; ( " c t e r
tú conoces mi situación y conoces también mi ^ ^g
y sabes que no me dejaré dominar por nada. ¿ er _
io i(iio. me bahías ofrecido antes de e n s a ñ a r m e j r jg_
derme para siempre.»—«Perdóname Elisa, p osa ^,,—
noraba al estreino á que habían de llegar las^ c ; n n ; ) r . e s
Va te lo he dicho, iio hay tiempo de . r e n r' n i n O un¡i
menester tomar este partido sin vacilación (je ^ " ^ s
especie; existe un medio, ya te lo he ( ¡ ' c ¡°^Jp o r D¡*s
un cobarde y no te atreves á emplearlo-»'
lílisa, cállale.»—«¿Encuentras alguno otro. "^ a '¡ n fji( l
n
!t
o que
lo
qu tú quieres os que. cómela un ' ''""' ..'., ,-nfaníii '
l i l i l í I » - «¿Yeroeslú
, q u e que no
no esun
es un o
ITII non Jy '
roUel dejar on la miseria y en la desesperación a
qii,! (.,. ha sacrificad!» lodo? Yo no quiero
" ^ q s e g t l r0
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f i d porr t tí ,í PP c Esi
°nes**
pintura
do
que yo no quiero vivir en osla situación consig ...
0T
que. te decidas, porque yo ya lo ™W<V "L
míe te
ó le echas á tu lio en oí té mañana el vcm-i. i
^
llevaste, en cuyo caso la felicidad nos esp
n0
que tú eres su heredero universal, o me u
^ &,
tienes valor para ello y en este mismo insta»
labraS
rojo del balcón á la calle.» Al pronunciar estas, i-
Siguiente
EL MUSEO UNIVERSAL.
el balcón para llevar a
fpcto la amenaza que haba hecho, pero Anlc
>,
nálido, desencajado y con
a frente bañada en sudor
se abrazó á sus rodillas sollozando y esclamó. oKlisa,
Elisa, ten piedad de l i l i ,
le esa
no me amenaces
manera, pues bar lo que
deseas.»
Elisa le levanto, le estrechó entre sus brazos, le cubrió de besos y caricias examinándole al mismo tiempo
su fisonomía con una profanóla mirada.—Pocos m o mentos después estaba Klisaescribiendo á la clara luz
de una bujía, una carta en
donde pude leer estas palabras.—«Querida amiga:
para cuando recibas esta, se
habrá consumado el sacriliciodeque te hablaba. Necesito oro, mucho oro, y lo
tendré; mi vida será una
continua fiesta de placeres
y embriaguez, que compartida con el que sabes ó cualquier otro, era el sueño y
la dicha de toda mi exislenci....» Aparté mi vista
con miedo y con horror de
aquella mujer tan sumamente hermosa en su físico
y tan depravada y de instintos tan feroces, de aque'h
mujer, que con la mayor
calma é impasibilidad era
capaz de cometer un crimen
tan horrendo, de aquella
mujer, en fin, que con tanta
dulzura é ironía se reía de
lasjnstasvacilacionesdesu
amante.
85
jtirió
á alguno con visibles mué:Iras de inquietud, lira jóven y herniosa, pero los
sufrimientos habian dejado
tristes huellas en su lisonoinia.
Kl interior de la habitación demostraba la pobreza
de los que la habitaban y la
triste y pálida luz que despedía una vela de sebo puesta sobre una media botella
rota, inspiraba una especie
de. compasión y simpatía
hacia los moradores de osla lúgubre vivienda. No se,
veían en el cuarto mas muebles que \in pequeño espejo
roto, un par de sillas medio
ciijas y un mal jergón sobre el suelo, donde dormían
con la inocencia propia de
su edad dos lindos y hermosos niños. Me acerqué á
aiuolla vivienda, asilo s n
duda del llanto y del dolor.
Dieron las tres en el reloj
de una parroquia vecina y
las vibraciones del sonido de
la campana fueron á perderse lentamente en la? inmensas repiones del vacío.
Apenas se perdieron en lontananza las úllimas vibraciones, cuando toi'a !a fisonomía de la joven so alteró
iiinplelnmontf
'ovaí
ha, volvía á sentarse, se paseaba con agitación . abría
la única ventana de !a habitación y respiraba con ansiedad el glacial y húmedo
aire déla noche. Otras veces
se la veia acercarse en silencio al miserable lecho
donde dormían los dos infeEntonces yo, desconsolalices niños , y estrechando
do y desanimado al ver este
las manos contra su pecho,
horroroso cuadro que á mi
parecía implorar al cielo en
™ta se desplegaba , y al
favor de estas tiernas criacontemplar lo imposilile'que
turas.—,.¡Cuanlo tarda Dios
"je seria el encontrar dos
mío! decía la pobre mu«masque so amaran, volví
jer.»— «¿Cuándo concluiinm uao
VI:I\M:T.
'elevarme á la negra atrán nuestros sufrimientos.»
mosfera que rodeaba á la
«'Después de una tenaz e n Pwlacion y me puse á eselafermedad que. lia tenido posDlar
'«¡Dios mío! ¡Dios mió! con que todas estas per- es cicrlo, iiñadi después il \ una p"queíia pausa , con hado en cama seis meses ú mí pobre Juan ; después de
sonas no se aman ; con que el amor no existe para nada que, in hay reme,lio? Apenas pronuncié eslas pala- haber gastado lodo lo que, teníamos , de haber empeña"suscaricias; con que yo no he podido ni podré «MI— bras, cuando al través de la densa niebla que mi; rn- do hasta nuestras cosas mas necesarias, nos encontrawntrar dos seres que se "amen realmente ! ¡Ks posible ilealci, vi un espectáculo que nv llenó de júbilo y de mos hace ya dos meses en la mas profunda indigencia.
jstosenor, y y a estoy en ,-1 último .lia del plazo , y ya enternecimiento. lOn una inis"iable buhardilla de una Mi marido sin trabajo y sin poder encontrar quien
«Toraparece que rompe en el horizonte!» ¿Con "que calle estrecha y sucia, u m mujer eslaba espi'i'amlo quiera dárselo, yo debdilada por las fatigas y sin poder
I
I
MKJICO.—SUBIDA DE (.A CCCimLEUA 1>E C'IIQUIIIUITE,
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EL MUSEO UNIVERSAL.
80
abandonar mis niños; III>\ también nuesini comida ha
consistido cu lili |ian que nos |o lia liailo el tahonero,
; pero y mañana v pasado, no podran ni querrán liarnos siempre! ¡ llorrihle siliiacion ! Me MCIIIO desfallecer,
cono/eo i¡ue NON pri dicndu ims luei/as de ilia en día,
pelo no i ¡uii'io m o r i r . ; !>¡o> 111:0! ¿ |u>i'i[U(' (|iié sería
de él? ¿ qué seria de ellos? ; . \ l i ! ¿que mal habremos
causado para M i l n r de esla ii;¡uiei ,1?^—ul.as lies A
e i i a r l o . " - -dijo después de un momento de silencio.—
y lodaviano ha venido J u a n . ,',se Ilustraran nuestras
lili unas espeían/as? Ksla noche saln'i porque le ofrecieron darle trabajo desde niaiíana, pero debía e s l a r d e
vuelta. ¿Y sí e>a< promesas lio eran mas que vanas
palabra-? ¿ -i ha tenido una nueva decepción? ¡ ;ih ! lo
cono/co. qui/.a desespera*io y habiendo perdido coniplelaiuenle su ra/.on . habrá pensado en suicidarse. Sí.
s í . continuó desesperada \ toniando cada ve/ nías ennsislencia esla creencia.-.iSi tal hiciera, perdonadle Dios
mió y dadme Inerzas pina sobrelleva] 1 esle último golpe.»
— lie re|M'iite se sintieron unos pasos acelerados en la
escalera y una voz que ^rilaba .-; María! ; María!»
— ii.luau.M contestó la pobre mujer corriendo ¡i su e n cuentro y estrechándole entre sus b r a z o s . - - " A l luí ya
oslas en casa. ; qué felicidad ! cuánto me has hecho suf r i r con tu tardanza.'—.,(.Jue buena eres María \ cuánto te amo.» contestó J r a n . — i.pero ya se han acabado
todos nuestros niales.' — ; Oü<- dices !>•—- ul.Jlle ya desde mañana lenizo liahajo y me han pa-iado 1:11a -emana
adelantada.'—u¿Ser,í p.-i!i!r?.. - »Si. e-cucha .Varia,
fui esla noche . cuino tu >;d"'-. a casa de aquel desconocido, (pie parecía se tonnba laido inicios por n u e s tra desgracia, y no t>' quiero ocultar. c|ue aunipie siempre me ha inspirado las mus uvas simpatías, creí que
sería uno de tantos viaje- inútiles como ]os que llevo
hechos en (oda e>t;i temporada, Como he sufrido ya
tantos desengaños y decepciones, oslaba ya irritado, y
lisies que debo confesarte, aunque ahora me arrepiento
muy de veías, que estaba decidido á quitarme la vida,
si es que- oiía ve/, -alian frustradas tus esperanzas,
porque 110 tenia valor para verte á tí sufrir juntamente
con estas do< infelices criaturas. • > —ulngi ato. m u r n i u i ó
María.»—<<>í. muíalo, tienes razón.»—continuó Juan,
—u¿pero que ( mores? id hoiubie á veces se vuelve 111—
jusloá fuerza i e sufriniíentos. y como yo le veía jiadecer á t i , tan buena, tan honrada . y carecer del pan á
e-ios pobre.- angelitos, rstu me Uceaba al a l m a , y a u n que no decía nada. me hacia pasar muy malísimos r a los. Al lili llegué á casa de nuestro bien hechor , y apenas me divisó. me dijo : que de-de maña na I cudria va
trabajo en su taller . \ que como una débil prueba de
lo que me apreciaba, lomase el jornal do una semana
adelantado. Ya puedes honrarle lo que sentiría al oír
estas palabras. Yo no lo puedo esphear: lo limen que se
decir es. que lloré de gozo como un niño, \ que en seguida me puse en camino para darle esta buena n o t i cia y mitigar en lo posible los pesares que sufres por
mi causa.»—«No hables asi Juan , pues M I sabes que á
tu lado desaparecen Imlos mis dolores; pero ¿cuánto
no debemos á nuestro bienhechor , á ese ángel tutelar
que lia venido á saUarnns tan oportunamente? ¡ A l i !
amigo u n o , ¡cuan cierto es que nunca deja Dios de su
mano á los que imploran su misericordia ! Démosle,
pues, gracias á Dios y pidamos en nuestras oraciones
por nuestro s;d\ador.>>- -e.S¡. María, y que nuestros fufos sea su nombro la primer palabia que lleguen á pronunciar
»
«¡Oh poderoso Júpiter !>, me puse á o-clamar al presenciar tan Liorna y consoladora escena, ueslos si que son
dignos de habitar tus elevadas regiones; gracias lo doy
una y mil veces, porque con tu sabiduría sin límites,
me bayas conducido ¡i conocer la v i r t u d , en un mundo en donde tanto se habla (\r ella y tan peco se practica.
»¡Oh H o y ! |.u sublime magostad sabrá recompensar,
ya que no mis trabajos, mis nobles afanes . véspero,
¡ o h gran Key ! que me será permitido visitar ¡as risueñas riberas del Olimpo.»
Aquí llegué en mis esclauíaeiones ; cuando desperté,
un brusco movimiento de uno de mis perros me hizo
a b r i r l o s ojos , y dos loriándome, hacerme ver que el
Olimpo, Júpiter y |o< as las demás cosas, 110 oran nías
que. visiones que había señado durante aquel instante.
1 i 1: MC.NO DE R I : a STA.
A LA IWKNCION l)l<: I,A I'OIAOIIA.
¿Iv-oucliais lo- lamentos
^ la si Hueros lie [ules (| ue¡ idos,
Oue en ecos doloridos
He eoiiv,o(a mortal pueblan los \ ionios?
¿O, uiéii el amado espeso
Arrebató á las miseras viudas,
(luyo dolor penoso
Conmoviera á piedad las peñas ruda-?
Alligiilas doncellas.
Une dais, ajando á vuestra faz las llores,
Anterior
Kn dolientes querellas
Adiós a la e-poran/a y [os amores:
¿O, uién an aneo inhumano
Aquel placer al cora/011 tranquilo.
Y solo os da I ¡rano
1 .as la minias \ e 11 idas hilo a I ido ?
Huérfanos sin consuelo:
Madres que enloquecéis con el quebranto...
1 ú que lo \ es ¡ oh cielo !
¿Ouit'n las fuentes ahí ió do lauto llanto?
Ksoi.el.ad... ¿ Oué sonido
Acompaña tan lúgubres clamores?...
Ks e¡ clarín , y hondo
Kl parcho de gi:on eres alambores.
Mirad... el sol presiento .
I'or el líero rumor que el aire puebla,
Kl esliago... y su frente
K--conde con dolor enlie la niebla...
Ya avanzan... c; (li:en a ! ; "jieri a !»
M l a d . . . de heiniaros van miles \ nulos...
Solo ahunbia la tierra
Kl brillo que despiden los ( I M ' V V . . .
I.¡ (iueria ! ; un,orlo !• ¡ Koilando
I'or !as haiauas o escarpadas breñas
Se aiiastran resonando
1.a- niuerles conducidas en cureña--!
dallad . tri.-tos doncellas...
N indas... huérfanos... ¡ ali I ¿que hacéis gimiendo.
Si apaga esas querellas
He la ¡nl!ani;;da ; óleura oí estruendo?
1 cion con las lecciones de la
aun con el
de su padre. David y sus discípulos de la escuelai cía
oa, se hallaban enloncosen su apogeo; cualquier asna"
lo, aunque fuera de la vida contemporánea, era reír
sentado de un modo que tuviera una semejanza con
veneional con a antigüedad y principalmente con el
imperio romano, lloiacio Yernel , desde, un princini
piuló exactamente lo que veía. Sirvió en el ejército»
fue sargento en Moni mirad : habiendo [lasado su inven
tinl en osle periodo g u e n o r o , concluyó por hacerse el
pintor histórico i[c las batallas de los franceses desde \~'M. Todos los grandes hechos militaros de su
época han sido ilustrados por su pincel do un modo tan
superior, que sus cuadros . grabados por numerosos;
artistas, lian llegado á sor conocidos en todo el mundo
A ules do t > l i .su «Porro del regimiento» y «El caballa
del trompeta.» le ilición celebridad y le valieron l i
cruz de la Legión de Honor que .Napoleón 1 le concedió
Kn I S I ü jiinlii la Matanza de les mamelucos, cuadro
que existe aluna en el Luxeinhurgo . pero que noes.
históricamente exacto. Sus liatallas de Jemniappes
Y'almy. l l a n a u . Moiitniiraíl y un número considerable
de cuadios importantes. fueron pintados de 1820
á IS'-!:¡. Todos estos cuadros de las grandes acciones
del primer imperio, no fueron admitidos en las esposiciones del tiempo de la Restauración, porque el jurado
los rechazó, pero Yerno! abrió una i sposicion ])nvadaen
su estudio, el cual lúe muy frecuentado por los déla
oposición. Kl gobierno de Carlos X lo atrajo sin embargo poco después, dándo!o algunas comisiones públicas.
Kn 18".!ii y 1S2C espuso los dos cuadros ele Mazepa,del
poema de I i y r o n ; v e n 1827 solo permitió esponerai
«Puenlo de Arcólo.»
,
Mirad... ¿lüsus millares
Pe hombres do están que \ ucstii s ojos vieron ?...
¡Olio corra el llanto á mares!
¡t.ouio po[\o las btiUts los barrieron !
•
¡Ouien -ni orden huyendo
Kscaparde la muerte se imagina,
I lorre al estiago horrendo
lie la inllaiuada subterránea mina'.
i
!
i
|
!
; (luerra ! ; muerte ! .. Lamentos,
Ayos, y grito- de vicíiria suenan...
M¡ (¡nerra ! ¡ muerte !» en los vientos
I» 11 ge n los bronces que luí mea lulo ti uonan...
¡ Sangre ! ¡ sangre ! ¡la l i o n a
A sorberla no basta . va empapada !
¡ Sangro ! ¡ -angre ! ¡la giien a
Crece en furor, de sangro embriagada!
¡ Lágrimas ! Ouieii aun tenga
I.ligrimas que verter, sobre esa pila
lie cadáveres venga
A unirlas con la sangre que destila.
¡ Cráneos en dos partidos...
Hotos miembros... esh añas palp:lan|es...
.Mil aillos esparcidos
A la luz. de las máquinas ti olíanlos.
¿Oue falla ? ¿quien pregone
A la invención inlanda v 01111 nosa
Himnos que al son entone
l í e l a innaniada/.ó/eoív/ intrusa?...
Ya llegan prestamente.
Con sus tendidas alas enlutando
Kl nebuloso ambiento,
Los negros cuervos en siniestro bando...
¡ \ a los roncos graznidos
liesuenan de sus lenguas agoreras...
Ya al son de mil gemidos
Cantan oiUis las aves carniceras!
A V I O M O üoonua i:z Kuw-iz.
IIOHAÜO YKI'.NhT.
I a muerte ha arrebatado á Krane'a un gran pintor
(jilo había logrado ad(|uirir fama ouriqiea como m u chos de sus ascendientes.
Kinilio Juan Horacio V e n i d , nació en París el .'10 de
junio de I7N!I, de una familia ya ilustre en las arles.
Su bisabuela Antonia \ e i n e l , gozó cierta reputación
artística en Avíñon ; su abuelo fue el famoso José Y e r nel, rival de Claudio y do liaekbuysen , en los cuadros
que se hicieron para Kuis.YV, y su paiho Cirios Y e r i i o l , i|ue murió en IN.'Hi, fue un famoso pintor de caballos y de batallas, algunas de las cuales se ven aun en
la Calería did Louvro. Desde muy temprano Horacio
Yernel, manifestó la inclinación á las arlos que era IK>redilaria en su familia y esludió con diferentes maestros, el jiriucipal de los cuales lúe su padre. Su primer
cuadro id.a loma de un fuello» presentado en INU!), se
ilisl ingiiió por una originalidad , que desde entonces ha
caracterizado casi todas sus obras, y que puede decirse
que ha formado la escuela actual de juntura francesa,
mas especialmente en cuanto á asuntos militares. Sus
primeros cuadros fueron ejecutados en completa oposi-
Inicio
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Habiendo sido nombrado director de la academia
fiancesa en Ruina, marchó á dicha ciudad , y el resultado de su estudio de los maestros italianos del siglo X V I . se conoce en el nuevo carácter y cu laclasede asuntos do varias obras . algunas de las cuales son
bien conocidas do los grabadores, como <• La pelea de los
dragones pontificios cun los salteadores,» uLa confesión
do un bandido.» «Kl arrosto de la princesa en el palació imperial.» (estos dos últimos destruidos en Keuilly
en 1848), la famosa (.Escuela Ue Rafael» y otros. Cuando la revolución francesa en 1830, Vernet fue nombrado representante en la c u l o del Papa , porque la
logacii n fiancesa que estala antes, había dejado a
R o m a , y se cuenta que cumplió sus deberes con tanto
acierto, como lo había hecho* Rubens cuando fue embajador. Kn IS3H volvió á Krancia y presentó cuatro
episodios de las batallas do .lena. Kriódland, Wagramy
Kontcnoy. Luis Felipe le encargó que pintara los inmensos 'ciiados de la galería Conslantina, que tanto
asombran á los viajeros en Yersalles. listas obras estaban destinadas á ilustrar las victorias navales y militares de los franceses bajo la dinastía de Orleuns.Los
asnillos principales son Iros episodios del sitio de Constanlina,el ataque do la cindadela t\<- Amberes, la ton»
del Teniah , etc. Kslas grandes obras le ocuparon seis
aíios, y cuando las hubo concluido, Luis Felipe le otreció hacerle par i)o Krancia, pero Y'ernet lo rehuso )
sus relaciones con el rey fueron monos íntimas acau
de oslo. Para pintar con' fidelidad sus cuadros de Argti,
Vernet so fue jior algún tiempo ¡í la Argelia; en aqu"
tiempo visitó también la Tierra Santa y su Judit ! »
lofernos, Rebeca en la fuente, Agar echada por AW*
ham y otros varios asuntos bíblicos, fueron el íesw
do dé sus estudios; á la misma época pertenecen Caza del león y su madre árabe salvando a su lujo u
poder do un león. Se dice que. la repentina Iriaiaaiiy
lo mostró Luis Felipe, fue debida á que. no q " " l s o a " e ' l t 0
la historia y representar á Luis XIV subiendo.al aa»
de Valciicieiines; porque como os sabido, Luis A
ora personalmente, cobarde, no lo había M e c l K ' a s ú . r n o
Vernet hizo también una visita á San Peterwi r
donde el emperador Nicolás lo recibió con a\en": ie
muy marcadas. Después de la muerte del iiuqi .
Orleans volvió á Francia y so restablecieron sus
guas relaciones con las f u l l e r í a s . Kn 184.) I 111 "" ' ^ 1
Yersalles (en ocho meses) su gran cuadro déla l u í -
Smalah, do Abdol-Kadorquo es uno do k l s nlí¡v ' |fa de
hay en el mundo; al año siguiente pintó la nal
^
Islv. Para el actual eniperailor pintó}'\ ti»"' 1 . L.^ de
por el general ( I n d i n o ! , y en la osposinou mirv • ^ ^
Francia en l*. - ¡:¡, presento su cuadro del Colera > | | a
do la Melpómenc y otros, y recibió por ellos una m
de oro. La Cuerr'a de la Crimea le díó tainliien « ( a ,
para varios cuadros como el de un Kpisodio dej < . eS
lia de Alma, que présenlo en la osposicion do ^
^
Además de las obras que liemos citado y de oiu ^_
re li 0
chas, Yerne! piuló un gran número de
! !' -"'
chas, Yerne! piuló un gran número de ron.»»•> 0 e n
que en esla clase de pintura no era tan lelj/j , ¡ a Je
I''*.
n í s ; |««-«. s u . r«..;.iii<li.l i ..l «« «•«''''l'-'.rií'^r'te á 8 0
.....,.„.-,.
.-,„ celibridad os debida en gran l"es.ca]aen
Rubens. Su
exactitud, ;í la
a elección
elección de
de Mis
Mis asuntos
asuntos y •'
a "*
m "_ ,,r; ~
que los ejecutaba.
aba. Loscrílicos
Koscrílicos franceses no mu
liat o
do aprecio de su arle, pero sus obras poseen oi' j ¡(j8d.
nif > que.
.MÍO agradan
¡gradan inuclio, el mov
movi ''ido
•' """
odados
» l ü >y ''.'
ui0tprrrrllí
u
La carrera do Yernet
lia
sido
un
curso
no lin»
Vernet
...
varjas
1
pido do celebridad y de honores; ora .•ahnllei"
dad,
órdenes oslranjeras, y (luíanle su ullimii eim- ,ores
sl 6
el emperador Napoleón (que ora uno de ' ,¡ c i a | de
admirailüies), le envió las insignias de gran
-m
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y
n i Miiiii-in>.
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Siguiente
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EL MUSEO UNIVERSAL.
lóoion de Honor. Yernel habia hecho una gran l'orron s " pincel. Su niuerle ha acaecido el sáhaI" de,enero del año corriente y aunque so temía ya.
ítina dolorosa sensación en la multitud do s u s a d "•"adores- L-i familia de Yernel se e s l m g u e en o l . p o r no tenia hijo alguno ; su luja única que estuvo c a 1", »Q[i el pinioi1 Pablo Delaroche . murió en ISÍ'i.
S
r| pijipprador ¡Napoleón se hizo representar en el
(«eral de Venid por el mariscal Yaillanl y por un alio
mnle'ado de su palacio que se colocaron á los pies del
Iretro junto á los dos huérfanos del pintor Delaroche,
nietos de Venid, y á la cabeza de la larga hilera de los
pliacian ,q duelo y siguieron con osla modesta cultiva hasta el cementerio, lista fue ia única distinción
ilicial heclui al difunto que habia manifestado el deseo
Jeque en su enl ierro no hubiera la pompa militar que
hay siempre en los de los oficiales de la Legión de H o nor En su fuñera i era tal el número de artistas . do l i teratos}1 <le gente do toda clase (pie bahía acudido á la
Hesia, qno no cabían d e n t r o de ella.
"Vernet era hospitalario, generoso y muy querido de
sus amigos; como artista y como particular habia sabido merecer el cariño de sus conocidos y las simpatías
df todos sus conciudadanos.
'
A.
El vapor pairee d e s t i n a d o , en ciprio m o d o , á p r o longar la vida h u m a n a , economizando el tiempo y quintuplicando por lo menos las fuerzas del hombre, ó lo que
fslo mismo, produciendo iguales electos que el movílaimto de población. En ISoíi se contaban en E r n n tia6,6i|0 máquinas de vapor, con una fuerza de 350.Olio
nlallos, cuyo trabajo equivale , á razón de 5 hombres
por caballo, al de 1.730,000 liomliies. Y en cuanto á la
«momia de t i e m p o , bastará con minear que en 17(K!
empleaban los viajeros lü días paia ir de Edimburgo ;í
Londres por camino de herradura ; en 1 .*3ü , s o l a m e n te 48 horas, merced á las carreteras y á las diligencias;
hoy se emplean nada mas que 10 horas por el camino
dehierro.—lüi I (¡72 se tardaba un mes en trasladarse
deMarsella á P a r í s ; en 1828 solamente 00 h o r a s ; en
liactualidad I (i.
En un camino frecuentado por ¡>00.0oo viajeros, la
Wnomííide una sola hora de tiempo p o r c a d a uno prote un ahorro ile ;¡0,000 jornales de 10 h o r a s , que
'(presentan el trabajo anual de híí! h o m b r e s , sin a u mentaren un solo maravedí los pastos de alimentación
¡mera]. Estos mismos liOO.Ol/O viajeros ahorrarían hoy
nmparativ»nioriIn á 17 72 al trasladarse de Marsella a
flrís, 3b.2(10/ ni) ¡órnales, ó sea el trabajo de I I7,:<:U
•nbres en un aím; lo que equivale al que puede ha Wiwa geneíacam enleía de una población de !i,777
atantes, calculando 12 años de trabajo útil por in"iilno de todos sexos, edades y condiciones.
. LAS
I'AIIIIK IACIIAISK.
prensible p a r a el h o m b r e q u e solo le i n t e r p r e t a como
una nota artística perdida en el e s p a c i o , sin i m p o r t a n cia a l g u n a . . . ¡ o h ! todo esto tiene el inapreciable don
de un lascíiiailor e n c a n t o que c o i m i u e \ e el alma v la
c o m p r i m e bajóla presión del misterio.
Mas de una vez la a m i s t a d , bien sea por inspiración
ii por c a p r i c h o , r o s ha dado una cita paia esos sitios
l u n e b r c s y á los cuales no nos lia | l e \ a d o p i n a s lira
vana curiosidad frivola , que l'ueia una indiu'iia profanación en su c a s o ; é impresionados h o n d a m e n t e por
ese m i s m o m i s t e r i o , el cuia/.on se ha sentido oprimido
p o r un secreto h o r r o r , pagando asi u n j u s t o I r i l m ' o á
la naturaleza misma y ¡i las proféticas inspiraciones de
la conciencia v del dehoi- u n i d o s .
C u a t r o , o por mejor decir , tres son los c e m e n t e r i o s
católicos de l ' a r i s . á los cuales relego la revolución
hiera de sus u n i r o s : a n t e s de ella e n t e r r á b a n s e los
m u e r t o s d e n t r o de su c i r c u i t o , y esa g r a n plaza titulada el Murado
de lus laúcenles,
situada en medio de
la c u i d a d m o d e r n a , no oía a n t i g u a m e n t e m a s q u e un
vasto c e m e n t e r i o q u e c a m b i ó este d e s t i n o por el actual
en v i r t u d de u n a resolución del Consejo de iCstado, fundada en el riesgo inevitable de u n a c o n t i n u a ;-rofananacion i n t e r p r e t a d a por la b u r l e s c a indiferencia de los
vivos Inicia los m u e r t o s .
Como hemos d i c h o , son t r e s los c e m e n t e r i o s públicos
de P a r í s ; el de M o n t m a i l r e . el mas a n t i g u o de todos
ellos y q u e se esliendo e n t r e las b a r r e r a s Hlancas y de
Clicliy: el de Monte l ' a r n a s o . situado j u n i o á la har'reía
i l e e s l e n o i n b r e é i n a u g u r a d o en el a ñ o 1821 y el del
P a d r e L¡:chaise . r e t i r a d o a un e s l r e m o de París y j u n t o
a la barreí a de A ulna y. p o r ú l t i m o , i n m e d i a t o á la barrera del T r o n o hay o t r o c e m e n t e r i o p r i v a d o , llamado
de l ' i e p i i s . pero no se halla a b i e r t o al p ú b l i c o , c o n t e n i e n d o ú n i c a m e n t e las cenizas de a l g u n a s víctimas de
las catástrofes r e v o l u c i o n a r i a s en I7H3.
87
(ilosólieas , el Padre I.achaise eslá muy lejos de conlr's"
lar la vista ; y como ya dijimos . mejor que eomeurorio
parece un vasto jardin artísticamente decorado por monumentales grupos de mármol ; y en medio de osle laberinto do lunillas cubiertas de arrayan y rosales, de
jazmín en llor y de cleniálidas. de bosquecillos de llor o s , ile n a r a n j o s , de olmos y ciproses de murta caprichosamente r e c o r t a d o s , abísmase el p e n s a m i e n t o , el
corazón parece, dilatarse en un circulo do consideración
profunda, y ospláyase el a l m a , lomando aquel lugar
liinebre por- un sil ¡o de puro recreo y esparcimiento.
Paseáis por magníficas calles esmeradamente enarenadas de menuda grava , entro bílei as doblemente alineadas de acacias, piálanos y lerebinlos, que conducen
á una pla/.olela rodeada Ac lieslos de llores en forma de jarrones elriiscos, y desdo cuyo punto descúbrese el vaslo horizonte y oí bollo panorama que le ameniza.
Do una parle la gran ciudad . inmenso laboratorio de
c r í m e n e s , agitada por mil [ a s i ó n o s , como un prolongado rugido delirante y freno! e o ; do otra la vasta y
ondulante campiña , mu ia . solitaria como el desierto,
con sus castillos a r r u i n a d o s , sus quintas pintorescas
como villas r o m a n a s , sus blancos caseríos, sus poblaciones y alquerías e n t r e bosques de olivos y frutales,
como bordadoras en relieve, bañado lodo por el sol ó
envuelto en las nieblas como un sudario dotante; en
lontananza las colinas do Moudoii y de Saint-Cloud cierr a n en perspectiva el h o r i z o n t e , donde proyectan sus
vagos recortes , diseñando los vatios perfiles do los apizarrados tochos inclinados de sus campanarios y cúpul a s , cuyas agujas so hunden , perdiéndes. 1 en e.1 profundo c é n i t , mientras que hacia la izquierda las torres
de Yincennes dibujan sus denegridos espectros, como
un recuerdo de la edad inedia y en opuesto contraste á
las dos columnas monumentales de la barrera del Trono . que marcan h a c í a l a derecha los límites del París
moderno.
Y.
Y si de este h o r i z o n t e poético desciende ia vista para
f i j a r s " d e n u e v o e n o s a v a s t a n e c r ó p o l i s , al t r a v é s <\r
P r e s c i n d i e n d o por ahora d é l o s d e m á s , t r a t a r e m o s a q u e l l a b e r i n t o s e l v á t i c o q u e á t a n d i v e i s a s c o n s i d e r a ú n i c a m e n t e de el del célebre P a d r e I.'ichaisse. que se c i o n e s so p r e s t a . . . ¡ o h ! j c ó n i n s e a b i s m a el e s p í r i t u en
p r e s e n t a con todo el fastuoso lujo oriental de q u e son e s e c u a d r o d e s o l e m n e e l o c u e n c i a !
susceptibles en E u r o p a estas v e n e r a b l e s m a n s i o n e s y
Allí y a c e l o d o c u a n t o d o gi a n d o . p o d e r o s o y r i c o I,a
cuya historia r e s e ñ a r e m o s r á p i d a m e n t e a n t e lodo.
e x i s t i d o d u r a n t e m e d i o siglo en F r a n c i a y o t r o s p u n t o s ;
A n t i g u a m e n t e el l e r i e n o q u e ocupa e r a i na especie l a s m a s b r i l l a n t e s g l o r i a s d e l i m p e í lo d u e r m e n el s u e n o
de p r a d e r a cultivada en p a r l e y que llevaba el n o m b r e e t e r n o p i n t o á l a s m a s i n s i g n e s c e l e b r i d a d e s d o l a s r e s de Campo di I Oinspn. Nías l a r d e un rico parisiense t a u r a c i o n e s ; l o s u i a v o r i ' s c a m p e o n e s d e l a s r e p ú b l i c a s
llamado Hegnaull l o a i l q u i r i ó á título c n l i l e u l i c o . c o n s - c o n l a s m a s a l i a s o i i n n e n c í a s d e s p ó t i c a s : u n i i i o u i m i e i i t r u y e n d o en I un palacio inagnilico y oon\ ¡i I ieinlo I O L ' Ó I Í O O t r a s p o r t a d o d e l P a r a c l e t o e n c i e r r a l a s c e n i z a s
ai j u e l l e i r e l i o . p o c o a u l e s s e l \ a t i c : i \ e a < i e s t é r i l , e l ) 'le r.loisa v A b e l a r d o . esa a r d i e n t e o p o p e \ a del a m o r
u n a s u n t u o s a m o r a d a q u e m e r e c i ó e | l i l u l o d c l . n l u - c o n t r a r i a d o e n v i d a . p u r i f i c a d o p o r el m a r t i r i o y s a n t i ficado p o r la m u e r t o p o r u n a I r i s l e c o m p e n s a c i ó n p r o ruru lle¡/n :ul!.
videncial del d e s t i n o .
D e s p u é s d e a l g u n a s v i c i s i t u d e s p o s t e r i o r e s , los lujos
d e l.i i \ o l a r e c i b í o i m i c o m o d o n a c i ó n gi a I <f ila e s t a p o s e t n simple m o n u m e n t o con una escultura que représ i ó n e n el a n o 17<'->, c a m b i a n d o s u d e n o m i n a c i ó n p o r
s e n l a u n z o r r o , c o i i l : o n e l o s r e si o-- d e L a l o n l a m e , c e r la d e M o u l e - l . u i s \ o s l a b l e c i e n d o allí el c e n t r o c a p i t a l
ca d e l c u a l el g r a n M o l i e r e . i n l o m i a d o s i n p o m p a a m e ile la s o c i e d a d d e . l e s ú s , c u y o s u p e r i o r e r a a la s a z ó n el
dia n o c h e , i o p o s a e n t i e r r a s a n t a , a s i c o m o ( a m b l e n
P a d r e l . a c h a í s s e , c o n f e s o í 1 d e l r e y \ el c u a l i i n i r l . i ó
l i e m a r d i n o d e S a i n l - P í e r i e , P a r v y . l l e u l l e , l.a l l a r p e ,
c u a n t i o s a s s u m a s en mejorar aquella propiedad tan pin.1. C . l i e n i e r , M i l e s . D u c l i e s n o i s , M u í s y l ' . l a i r o n , l o s a r toresca.
listas ' t a i m a y l ' o l i e r , los p o d a s l i e r a n g e r , P i e c a r d ,
l l e s a u g i e r s , l l e a u n i a r o h a i s y el n o v e l i s t a F e d e r i c o S o n M o n l e - I . u i s , á la o s p u l - i o n d e l o s j e s u í t a s e n 17(iil
lié , sobre cuya huesa solo se alza una humilde c r u z do
encina.
(jj
de desplegar e| cuadro á que se refiere id prelín otra sección sigue la piéyada de los compositores
e e
5 epígiale , parece oportuno hacer una sencilla
y m ú s i c o s , tales como (¡relry, Méliul, licllini , Ilerold,
r
I "shistórica de esos vastos y pintorescos asilos de
i i o n l i e u , C.horubini, Chopin y YVMhclin, etc. A contin'oiJ ' " ' "'"'lados con poca propiedad los Ccmenlcnuación liguian los filósofos jíenjaiiiin Constan! , Destul I-Traey y lioyor-Collard ; los diplomáticos. Casimiro
v¡i . "oHs, entre los cuales sobresale como un priar|
l'erier y Canil'aceros, con otros nombres ilustres, etc.
¿ ° . s t i i c r á t i c o , e l tan celebro titulado de] l'udre
Mas lejos se. alzan las lunillas de I.aplace, Mongo,
i,r¡ a s m o r a d a s f ú n e b r e s , á semejanza de los pueblos
Foureroy , Jorge Cuvier el iialuiahsla , C h a p l a ! , LaH a n / ' m a s ( l ' " ' cementerios parecen verdaderas
Eos trabajos dieron principio inmediatamente bajo voisier, Francisco Aragu, Labedoyere, el mariscal Noy,
rPcrt (J
•tecor \%
' i deleitosos jardines artísticamente
rodeada osla de una verja de h i e r r o : el almirante inla dirección y cargo de Mr. l i r o u g n i a r t , por malicia
glés Sidney Sinith , que defendió á San Juan de Acre
tastr i
"lonumentales grupos de mármol , ala- q u e , merced á la celeridad y perseverancia que se desi¡Ve J bronce, representando estatuas en actitudes plegaron en la empresa , el cementerio estuvo xa en contra la invasión francesa . reposa asimismo j u n t o á
rico, s 1 ' l l I ' " l l s l'nnerarias, elegantes nichos y alegií- disposición d e q u e el 21 do mayo del propio año pudie- los genera les del Imperio; y en toda esta mescolanza
la i l l s
nui trasladarse á sus respectivos nichos monumentales lúnelire, apagado relíelo de eclipsadas glorias, no siem««Dcen l <mSa Sa : "''!''
P " a n " " | | H K (1|li() l ] a < " I ' ( ' a ' (l "
''Dale • < S ' a " ' ' í' ss ll ll (( 11 ' ll ss i prodigios sublimes que
q u e pres- !os restos de Eafontaine, Iteaiiinarehais , Moliere, llus- pre va unida la magnificencia artística al mérito que
11 11 11
tara ..""•I
", '" la
u s e o de esculesoul- sey, l l i i g o T h e i a n , Mlle. Cebiay y de oíros personiqes r e p r e s e n t a : el pintor David solo tiene, un simple n i e ' ; i ilusión de un vasto m
museo
v ° '' ",
o ocsíi
c s il
dailon sobre el sepulcro, Duloiig, esa gran celebridad
ütaJP
ülo
e n t r e hosuues
b o s q u e s de ilustres.
ros|'P . '> alfombrado de llores ., entre
q u í m i c a , Poissim, el gran m a t e m á t i c o , Siccard , el be¡afj arbustos y a r b o l a d u r a , bajo u m b r o s a s bóvedas
nélico inventor de la enseñanza do sordo-inudos , el
""repi "
a m b i e n t e por e m a n a c i o n e s p u r í s i m a s
IV.
doctor Cali y el mismo l ! a l z a e , e s e terrible intérprete
Sobrl a t n 'i n " I M l ( 'J"K" ( l | " l l ; l l » - ' ^ III cementerio propiamente dicho se divide en lies ile las pasiones y que lia disecado el corazón h u m a n o
Cuadro <¡
'• ' ' " l ; i s i l l l l l s I " " ' ; I S ' ' ' ' l;l noche ose misino
grandes departamentos. El de la izquierda se halla des- con un escalpelo siempre o p o r t u n o ; todas oslas insigpiativ0
'' l ( ' ¡ld<|H¡ere un e n c a n t o gravo y conleiii
nes notabilidades, entre otras m u c h a s , solo tienen una
^ S D o r T 1 " ' " i l m i l i l l : i ( 1 ; l s aquellas p r o l o n g a d a s ala- tinado á la plebe, conteniendo la losa común \ xarias
üS
s Illv s
rayos
do uuna
luna límpida
límpida yy por
por las
las lamláin- senes de luchos de un orden ínfimo : el de la d e r e c h a , piedra tumularia toscamente labrada , como hilo fúneS í ,•
pUg'Vdf
" '!''
n a luna
aa ss
bre do su mansión suprema en osla tierra de vanidad
'[He
ardor
es. ,
bas,,,,.
<I«"* suelen
suelen
a r d e r ilelaiile
d e l a n t e de
de algunas
a l g u n a s lumluiu- cu\ a puerta da l'i culo á la calle de San Andrés , y que
l
y lucha.
iasI ' , " ' " ' ' " ' l e r r e d o r una aureola melancólica; separado del centro por una espesa tapia , pertenece a
Sin embargo , no es decir que so nulo allí la ausenlos israelitas; j el t e r c e r o , en lio, que ocupa el punió
4n iii"' I S '''' M " s l " r i o s o rocoginiienlo y de langui
central , está destinado á las notabilidades sociales, cia del buen guslo arlíslico , pues que aun en medio
íci o S a lI.","'entes , cuando en nII'Ilio del profundo si
°Si
a la
como un asilo privilegiado de lodo mortal que se ha de la sencillez que predomina en aquel vasto sistema
ito' po
' l'or la religión y la m u e r t e , óyese allá
Nto
S(IP(I
hecho célebre en esta vida, por sus r i q u e z a s , por su
f u n e r a r i o , el enlusiasnio y el aféelo, mas bien que la
'fisas
l"°
"
"
"''cu
agitado
entre
el
suspiro
de
*br¡¿,T
0i V , '''.""or incesante de la capital del m u n d o posición por su virtud ó por su ciencia, estableciendo v a n i d a d , han estampado allí su h u e l l a , estableciendo
asi una especie do, pacto aristocrático e n t r e las condi- cierta competencia, cuyos rasgos no dejan do aparecer
llis ( lm s ll( la micl
nielar' 'í L '"°e fle r]"l l"'"
" '" " "' > ''' ciones de. la escala social, sellado con ese testimonio e n a l t o g i a d o sensibles: obras de primer orden en eslsi
'de M n i '° ' '
'
' ñ o r en fii e s p e s u r a , como el
supremo de. ultra-tumba.
cultura , elévanse sobre algunos m o n u m e n t o s sobernall
» < \ e r r a n t e al ti'av*'>s de las a u r a s , que
Un"
Por lo d e m á s , observado á primera vista y sin miras bios, parto sublimo do la vanidad h u m a n a y que revé.
llegaría tristísima en ese lenguaje inconide los dominios franceses, fue vendido en subasta pública , destinándose su producto á la estincion de parte
de los débitos contraídos por su anterior d u e ñ o ; por
manera q u e , en una transición frecuente y sucesiva,
la linca fue pasando de mano en m a n o , si b.en c o n s e r vando siempre su nombre del Padre l.achaise, hasta
que por último Mr. Frochol , prefecto del Sena, la a d quirió por orden de Napoleón I , y con destino á su ae
tual uso de cementerio público, en virtud de un d e creto imperial.
i.fis H'.VKYI unios H : r.wtis.
es
' W í "'"'
ói
í* V
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EL MUSEO UNIVERSAL.
88
LA ALONDRA.
LAMINAS !)!•; LOS MlSLTUIiLKS.
lan al propio tiempo la inspiración del artista : modelos | respondiendo á sus inspiraciones, la invoca. ¿Uno fuecu su clase son principalmente los del mariscal de Saint- ra del hombre sin esa esliella que brilla fulgente y
C.yr, por David d'Angers, de Sucliet y del general Foy, pura en el horizonte de su esperan/a, como un laro
costeado este, á espensag de una suscricion nacional; luminoso que concentra las mas gratas aspiraciones de
sobre el sepulcro del escultor Caslclier, nótase un pre- la criatura y las encamina al ciclo, del que se consticioso genio alegórico , ([lie es la obra maestra de tuye intermedio?...
Mr. Ilude, y por último, si sentís un verdadero entusiasmo por las glorias artísticas, reparad ese grupo que
VIL
guarda los restos del poeta alemán Luilovico lioern \
en el cual el cincel feliz, de. David d'Angers ya cilailo,
Tales sim , p u e s , bis cenienleiios de l'aris; tal es el
lia esculpido un llainaiuienlo elocuente á la fraterni- Padre l.achaisse.
dad de los pueblos cultos.
l'or lo ibüiiás, observados bajo cierto punió de vista,
con sus bosques, sus obras de eseuílura y eslaluaria, \
su armónico conjunto tan admirablemente combinado,
VI.
esos sitios amenizados por lanío accesorio, oslan muy
Junto á ese fastuoso lujo que disfraza una realidad lejos de inspirar la terrible impresión que ordinariatan triste, última ilusión d é l a locura biimana , otras mente suelen revelar los de su clase, como consecuenmuchas tumbas de aspecto superficialmente magnílico cia inmediata de ese profundo h o n o r de que la lilurgia
<[ue sorprenden las miradas del vulgo, están muy lejos católica rodea siempre á la muerte. Sobre lodo, el del l'a(le merecer la atención del verdadero artista, y de evo- dre Laehaisse , repelimos, mas que cementerio , se pacar recuerdo alguno memorable; y si entre e.-a mullí! tu I rece á un laberinto de arboladura y llores, decorado de
de monumentos fúnebres, si entre esa inmensa colec- estatuas y escultura, como un museo, y en el cual,
ción de nombres oscuros y desconocidos en los anales como para hacer resaltar mas las bellezas naturales y
dpi mundo, que han atravesado, cual raudas y fugiti- artísticas, alguna humilde, tumba alza su pobre cruz
vas sonibias que apenas dejaron huella de su tránsito, sobre la piedra tumularia , como una triste ironía preobserváis algún epitalio estiavagante ó necio, respetad parada por una mano atrevida, como una profanación
á ese pasajero errante, cuya intención ha sido pura al sacrilega y burlesca en aquel sitio santilicado por la
dictarlo su corazón sincero y que acaso ha ido á orar religión y por la muerte.
sobre la tumba de su padre ó de otro ser querido.
Josii I'ASTOII id-: i. v IÍOCA.
¡ Ay! ¡cuanta elocuencia revelan esos mismos sepulcros sin nombre ! La gloria solo es un simple accidente
en la'vida humana; y ¿es preciso acaso que ese hueco
fantasma nos preceda liasta el último estrenio con sus
pahuas con sus coronas y sus estatuas?
No , los laureles petrificados por la muerte no hacen
rebrotar la savia vital, ni pueden reverdecer de nuevo,
mustios poi' el soplo mefítico del sepulcro; el destino
VÍCTOR IICC-JO.
ha paralizado el curso de esa misma vida, operando una
restitución lógica y providencial, que es el débito de la
Continúa
publicándose esla imporlanlísinaturaleza hacia su elemento, y ese tropel de lautas
mas vanos no alcanza á esclarecer un solo pliegue de nia obra. Se lian repartido II) entregas y
ese tenebroso sudario, bajo el cual se eclipsa ese agitado dentro de pocas «lias quedará concluido el
accidente de la vida humana, terminado por una esceprimer lomo de esta edición que contiene
na trágica en su desenlace.
Una capilla se alza en medio del cementerio, alia- dos de la edición francesa.
yendo como un punto central y consolador las miradas
Toda la obra constará de "> lomos.
contristadas del viajero, I,a religión es allí , como enLas láminas que la ilustran son de lo me- |
lodas partes el iris benélico del ¡dina del creyente, que
LOS MISERABLES
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IX SEÑOR GII.I.F.NOMAIU).
jor que se lia bcclio en madera, impresas
aparte del testo. En esla página van dos de
muestra.
El retrato del autor grabado enaceróse
publicará en esle primer lomo.
Continúa abierta la suscricion en los punios mismos que al MISKO UNIVKHSAL.
AVISO.—Según las condiciones establéenlas»
suscritores álii. Mrsi:o IMVKUSAI. que optai 01 v .{
Año Cristiano, se les remitió con el número v
el lomo :j.°
. J se
A los suseriíores á las Obras de Chateaubriand,
les remitió el tomo ¡t."
. ,rafc3fl,
A los suseriíores á Los Tres reinos de la «<""
se les remitió el tomo 4."
, r,paií0,
A los suseriíores de la Historia general <". b í s e l e s remitió el lomo .'I."
pmiti | ' e '
A los suseriíores á La Santa lliblia, se lc»ie
lomó :i."
| g s r e m¡'
A los suseriíores á las Cansas Celebres, s
lili el lomo 3 . "
mnle'" ^
Los suserilores que i|uieran recibir el con 1
las obras pueden hacerlo abonando su impon»DIRECTOR, D. J. GASPAR.
C
KllITHR llESPONSADI.E I). JOSK ÜOIG.—I»P- »* ( l
EiMTonts. MADRID: PIIINCIPI!, *•
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