Educación, Formación e Investigación, Vol.2, N°4. ISSN 2422-5975 (en línea). Diciembre de 2016 “HAY QUE FORMAR MAESTROS QUE TENGAN PASIÓN POR EL APRENDIZAJE” *1Mariana Torres Mirtha Fassina Marisa Muchiut Vanesa Partepilo La problemática de la convivencia escolar en las instituciones educativas y los desafíos de una formación docente inicial que integre lo mejor de la cultura actual con posibilidades expresivas diversas, con una sensibilidad para promover la inclusión social y que apueste a la alfabetización científica y digital, algunos de los temas abordados en la entrevista al reconocido pedagogo Alfredo Furlán. Cordobés de nacimiento, durante el mes de setiembre de 2016 Alfredo Furlán visitó su tierra natal con el propósito de acompañar a la Escuela Normal Superior Dr. Agustín * Integrantes del Área de Desarrollo Curricular y Área de Investigación Educativa respectivamente de la Dirección General de Educación Superior. Ministerio de Educación de la provincia de Córdoba, Argentina. Educación, Formación e Investigación, Vol.2, N°4. ISSN 2422-5975 (en línea). Diciembre de 2016 Garzón Agulla en la celebración del 75° aniversario de la sanción del proyecto de Ley nº 3.944 por el que se aprueba su creación. En esa institución fue alumno y se recibió de Bachiller a la vez que de Maestro de Educación Primaria. Su regreso es agradecido con la institución, con sus compañeros de promoción, con los colegas que hoy habitan esta casa educativa y con amistades encontradas y afirmadas desde su trabajo académico en la Provincia. -Hoy lo trae a Córdoba un acontecimiento importante como lo es el aniversario de la Escuela Normal Superior Dr. Agustín Garzón Agulla en la cual usted estudió. ¿Qué aspectos valora de su formación y cómo repercutió en su trayectoria profesional? -La formación docente es algo muy complejo porque se inicia cuando uno comienza a ir a la escuela y se prolonga a lo largo de la vida a medida que se va metabolizando experiencias. En mi caso hice la primaria en la Escuela Nueva José Martí −fundada por un grupo de las primeras egresadas de la Escuela Normal Superior− en la que además del currículum oficial de la primaria, teníamos cursos de música, títeres, manualidades, educación física, etc. Se puede decir que tuve influencia del Garzón Agulla desde primero superior y durante toda la primaria. Y después de la Normal estudié educación física en el Instituto Provincial de Educación Física (IPEF) donde adquirí un profundo respeto por lo corporal. Y luego, Ciencias de la Educación en la Universidad Nacional de Córdoba donde comprendí los fundamentos de mis experiencias previas y consolidé las bases para encarar mi trayectoria posterior. ¿Qué huellas dejó en su trayectoria profesional? -¡Muchas! En la ENS tuve como profesoras a René Trettel de Fabián −fundadora de la José Martí− con quien estudiamos el libro de Hans Aebli: una didáctica basada en la psicología de Jean Piaget, fue un trabajo apasionante. Amanda Herrera de Figueroa, también del grupo de la José Martí, fue significativa para mí. A Raúl Faure −quien había dado clases en la Martí con mi padre y con quien llevaban un 6º a medias− nunca lo tuve como profesor pero siempre estuve atento a sus enseñanzas que me llegaban a través de los comentarios de mi amigo Manuel Maffrand, compañero de sección hasta tercer año porque en cuarto nos separaron en secciones diferentes. Otros compañeros significativos para mi fueron Armando del Bianco y muy especialmente Graciela Magaril con quien me casé y sigo casado. Volviendo a los profesores, tengo que mencionar a la profesora de Filosofía Salazar, con quien aprendimos a respetar al existencialismo. Y así podría seguir nombrando a profesores y compañeros con los que estoy en deuda, por las enseñanzas recibidas y por la formación, muchas veces intangible, que desarrollamos juntos. La formación implica un trabajo sobre sí mismo que requiere estar atento a las ofertas exteriores, haciéndolas contrastar con lo que uno trae adentro. Creo que puedo decir que en mi caso he absorbido las influencias de muchas personas de Argentina, de México, país donde resido y de Francia, país donde me doctoré. Educación, Formación e Investigación, Vol.2, N°4. ISSN 2422-5975 (en línea). Diciembre de 2016 Mención especial merece la participación en el Club Colegial del Garzón Agulla en cuyo seno aprendí no pocas lecciones de liderazgo estudiantil y en la colonia de vacaciones Zumerland, adonde asistí primero como colono y después como maestro, de la mano de personas tan calificadas como Gloria Edelstein y Pablo Ziperovich. -A partir de su experiencia profesional de intercambio con actores diversos del campo educativo en México y Argentina ¿qué problemáticas y desafíos comunes encuentra en relación a la formación docente inicial? -Creo que el desafío común es lograr una formación que integre lo mejor de la cultura actual con posibilidades expresivas diversas, con una sensibilidad para promover la inclusión social, que tenga una alfabetización científica y digital suficiente, y que forme maestros y profesores que tengan pasión por el aprendizaje propio y ajeno. Lo esencial se aprende en la práctica: esto no significa que se pueda prescindir de las escuelas normales o mejor dicho, de instituciones formadoras de maestros, lo importante es que los docentes aprendan la mentalidad aludida. -¿Cómo serían entonces estos docentes que reciban una formación integral? -Deberían ser flexibles para adaptarse a las diversas trayectorias de los estudiantes según el origen social y cultural, según las experiencias previas en espacios educativos formales y no formales. Experiencias de liderazgo juvenil y otras experiencias valiosas. Las instituciones formadoras de maestros deberían estar muy atentas frente al surgimiento de los nuevos tipo de roles y deberían tomar notas y estudiar qué provecho se podría sacar de las nuevas redes que se desarrollan a toda velocidad. Habría que estimular que quienes tengan los mejores promedios sean quienes se orienten hacia la docencia. Esto implica una serie de problemas complejos de resolver, pero es conveniente que suceda. -¿Y cómo se logra esto? -Hay que trabajar la formación con métodos clínicos: aprender a escuchar y a mirar los grupos trabajando, aprender a enseñar en equipo, aprender a jugar de un modo lúdico, como dice mi amigo Víctor Pavía. El tema es que todo esto se practica en forma ínfima en México. La reforma que trata de imponer el actual gobierno mexicano tiene una orientación tecnológica y es omisa en cuanto a las escuelas normales. Desconozco el estado de la cuestión en Argentina. -En los últimos años se ha avanzado en un cambio de paradigma en la política educativa pública de la Provincia de Córdoba que busca la construcción de la convivencia democrática en la escuela a partir de la promoción de investigaciones sobre la temática, su inclusión como contenido en unidades curriculares y la construcción de Consejos de Convivencia y Acuerdos Escolares de Convivencia. Atendiendo a este marco: ¿qué saberes, discusiones teóricas y estrategias serían importante considerar en la formación inicial de docentes? Educación, Formación e Investigación, Vol.2, N°4. ISSN 2422-5975 (en línea). Diciembre de 2016 -El tema central debiera ser la convivencia y cómo lograrla: convivencia pacífica y democrática. La violencia es una modalidad de la convivencia que puede suplantarla por la producción de daños físicos, psíquicos, o sociales. Los formadores de docentes deben trabajar estos temas porque son el pan de cada día de la práctica profesional. En primer lugar los futuros docentes deben reconocer los aspectos violentos de la propia escuela, y deben tratar de atenuar, en la medida de lo posible, los efectos perversos que produce. La escuela es obligatoria. Los currículos están pensados para alumnos urbanos. Las estructuras jerárquicas en las instituciones educativas tienden a ser muy de mando-obediencia. Los salones de clases, es frecuente que estén en mal estado. En segundo lugar, conocimiento de sí y la templanza necesaria: los futuros docentes deben conocer su propia capacidad de producir violencia y aprender a evitarla. En tercer lugar, deben familiarizarse con las formas típicas de la violencia inter-pares y aprender a lidiar con ellas mediante la práctica de estrategias de mediación, de coordinación de asambleas. En cuarto lugar, sensibilizarse respecto a la necesidad de que se desarrollen relaciones pacíficas y democráticas como paradigma de la toma de decisiones en el acontecer cotidiano en las escuelas. Con estas bases formativas los nuevos docentes irán diseminándose y ocupándose −mucho mejor preparados− de los problemas conocidos y de los que vayan surgiendo en el camino de la práctica. -Una preocupación cotidiana de las instituciones educativas refiere la frecuente agresión entre pares por medio del uso de las redes sociales. ¿Qué dimensiones o aristas de estas prácticas necesitamos problematizar y abordar para profundizar su comprensión y generar estrategias de abordaje en la escuela? -Las redes sociales son un extraordinario invento que como el resto de las tecnologías se pueden utilizar para bien o para mal. Deben estudiarse con atención para que las estrategias de abordaje en la escuela desalojen toda fobia y prejuicios respecto a su uso. No soy un entusiasta de las Tecnología de la Información y de la Comunicación pero debo reconocer que abren unas posibilidades inmensas. Se trata de que la escuela no se duerma y que se disparen nuevos usos incómodos desde el punto de vista escolar. Algunos datos Alfredo Furlán, pensador comprometido con el campo educativo, reconocido en distintos países de América Latina y de importante influencia en la comunidad de pedagogos cordobeses, nació el 14 de abril de 1949. Además de ser maestro de primaria, egresó como Profesor de Educación Física, Profesor y Licenciado en Ciencias de la Educación por la Universidad Nacional de Córdoba y es Doctor en Ciencias de la Educación, por la Université René Descartes (Paris V). Educación, Formación e Investigación, Vol.2, N°4. ISSN 2422-5975 (en línea). Diciembre de 2016 Antes de radicarse en México, en 1975, se desempeñó como docente en escuelas secundarias, en la Universidad Nacional de Córdoba, en la Universidad nacional de Río Cuarto y en la Universidad Nacional de La Pampa. Actualmente y desde hace muchos años, trabaja en la Universidad Nacional Autónoma de México, en la Facultad de Estudios Superiores Iztacala (FESI) en donde además de la docencia ha desarrollado numerosas actividades vinculadas a la conducción académica, la organización de actividades científicas, el gobierno de la universidad y la investigación educativa. En los últimos años, la tarea de investigación de Furlán se ha focalizado en el estudio de la problemática de la indisciplina, la violencia y la convivencia en las escuelas. Sus aportes han contribuido sobremanera a consolidar la existencia de un área temática al respecto a la vez que a especificar sentidos, a recuperar significaciones en clave histórica y a orientar las prácticas educativas para el aprendizaje de la convivencia. Por esta labor es que integró también el Comité Científico de la Conférence Mondiale VIOLENCES À L’ÉCOLE ET POLITIQUES PUBLIQUES (Paris 2001), el Comité Científico de la Deuxiéme Conférence Mondiale SUR LA VIOLENCE À L’ÉCOLE (Québec, 2003) y el Comité Científico del Congreso Ibero-Americano sobre Violências nas Escolas (Brasilia, 2004). Desde su trabajo como investigador ha desarrollado diferentes líneas temáticas fruto de las cuales son las numerosas obras publicadas, entre las que nos interesa destacar: Furlán, A. y Pasillas, M. A. (comp.). (1989). Desarrollo de la Investigación en el Campo del Curriculum. México: ENEPI-UNAM. Ezpeleta, J. y Furlán, A. (comp.). (1992). La gestión Pedagógica de la Escuela. Santiago de Chile: OREALC-UNESCO. Furlán, A. y Rodríguez, A. (1995). Gestión y desarrollo institucional. En: Ángel Díaz Barriga (Coord.) Procesos curriculares, institucionales y organizacionales. Colección La Investigación Educativa en los Ochenta. México: Comie. Furlán, A. (1996). Curriculum e Institución". IMCED. Morelia. Furlán, A. (1998). Ideología del discurso curricular". México: Universidad Autónoma de Sinaloa y la E.N.E.P.I.-U.N.A.M. Furlán, A., Pasilla M. Á. y otros (Comps.). (2011). Violencia en los centros educativos. Conceptos, diagnósticos e intervenciones. Colección Ensayos y Experiencias. Noveduc.
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