Haydée, una y muchas

cuba
CONVERSANDO CON…
Eusebio Leal. Para hablar de valores, símbolos,
patrimonio, Fidel, Cuba..., la Mesa Redonda
conversó con el Historiador de la Ciudad. Por su
repercusión, este programa será retransmitido.
diciembre 2016
viernes 30
Transmisión
a las 7:00 p.m.
3
(R) al
cierre
Haydée, una y muchas
FOto: Osvaldo Salas
marta rojas
Haydée Santamaría (Yeyé) es un símbolo contemporáneo, inequívoco, del
tejido intelectual de Nuestra América.
Como fundadora y directora de Casa
de las Américas, su obra, tenaz y valiente en ese campo auspiciado por la
Revolución Cubana desde los primeros meses del triunfo, ha quedado para
siempre en la Historia de Cuba, de forma dinámica, acorde con los tiempos.
Eso es de sobra sabido, pero al celebrarse el aniversario 93 de su natalicio
este 30 de diciembre, su personalidad revolucionaria, desde la formación del grupo inicial del movimiento
revolucionario iniciado por Fidel tras
el golpe de Estado de Batista en 1952, y
que tuvo como principal seguidor a su
hermano Abel, segundo jefe en el asalto
al Moncada el 26 de julio de 1953, nos
devuelve inexorablemente su grandeza.
Haydée tuvo una inteligencia natural
y una virtud que la distinguía: era autodidacta. Solo había completado la enseñanza primaria, pero la lectura fue algo
consustancial a su vida misma desde la
niñez y en Casa de las Américas podía
dialogar con intelectuales, reconocidos
en todo el mundo, entre ellos Ezequiel
Martínez Estrada, Alejo Carpentier,
Manuel Galich, Alfredo Guevara, Roberto Fernández Retamar, Lisandro
Otero y muchos otros. Supo escoger
pronto una ayudante operativa, culta
y revolucionaria: Marcia Leiseca. Mas
su capacidad no se limitaría a ello, sino
que tuvo la cualidad de unir y fundar
dentro de las nuevas generaciones. Así
nació aquel movimiento conocido como
la Nueva Trova, con jóvenes como Noel
Nicola, Silvio Rodríguez, Pablo Milanés,
Sara González y tantos otros.
Pero para la historia de la Revolución, en toda su amplitud, está la
revolucionaria valiente, quien con
la doctora Melba Hernández ( joven
abogada) fue al asalto del 26 de julio
de 1953, y le tocó experimentar uno
de los episodios más dramáticos de
ese día. Es el propio Fidel, durante el
alegato que cerró el juicio del Moncada, conocido históricamente como La
Historia me Absolverá, quien define
la impresionante valentía de Haydée.
Ella supo por los sicarios que habían
torturado y asesinado a su hermano
Abel y a su novio Boris Luis Santa
Coloma. Dice Fidel: «…con un ojo ensangrentado en las manos se presentaron un sargento en el calabozo donde se encontraban Melba Hernández
y Haydée Santamaría y dirigiéndose a
esta última, le dijeron: “este es de tu
hermano, si tú no dices lo que él no
quiso decir, le arrancaremos el otro”.
Ella, que quería a su valiente hermano por encima de todas las cosas, les
contestó llena de dignidad: “si ustedes le arrancaron un ojo y él no lo
dijo, mucho menos lo diré yo” (…)». Y
prosigue Fidel «(…) más tarde le dijeron nuevamente a la joven Haydée
Santamaría: “ya no tienes novio te lo
hemos matado también”. Y ella le contestó imperturbable otra vez: “él no
está muerto porque morir por la patria es vivir”. Nunca fue puesto en un
lugar tan alto de heroísmo y dignidad
el nombre de la mujer cubana».
En la Quinta Vista del Juicio, donde
le tocó declarar, Haydée comenzó preguntando «dónde estaban los 23 compañeros que habían salido con vida del
Hospital…, no los veo en esta Sala». El
Tribunal no quería que siguiera declarando, pero ella denunció el crimen.
Aquel día, a la salida del Tribunal,
aunque solo me había visto de soslayo
escuché las primeras dos palabras que
me dirigió en la vida: «Jovellar 107»:
Era la casa de los padres de Melba, allí
podía comunicarme con ellas. Lo supe
cuando fui a esa dirección. Tenía muchas cosas más que contar e intuiría un
posible camino para hacerlo. Su perspicacia era ejemplar.
Haydée Santamaría no decayó en
su espíritu revolucionario, en su perspectiva, por grande que era su dolor.
Luego su participación fue inmensa
en la clandestinidad. Tras la salida de
la cárcel de Guanajay, emprendió junto a Melba, siguiendo instrucciones
de Fidel, la edición clandestina de La
Historia me Absolverá.
Después fue la Haydée miembro de
la Dirección del Movimiento 26 de Julio; la de la preparación, junto a Vilma
Espín —recién llegada de México con
las órdenes precisas de Fidel de conciliar con Frank País—, de la acciones
del 30 de noviembre, dirigidas por ese
singular joven santiaguero. Yeyé hizo
galas de su valentía y dones especiales, transformándose en una aparente
ciudadana común. Desde su llegada a
Santiago de Cuba anduvo de un lado
a otro, con su heroica «chofer»: nada
menos que Vilma, para que en la fecha mencionada el movimiento apoyara el desembarco de los 82 expedicionarios del Granma.
Luego fue la Sierra Maestra, escalando las montañas junto a Fidel y Celia,
para más tarde recibir otra misión. El
Re-­encontrando los caminos del crecimiento
Lisandra Fariñas Acosta
A dos décadas de creado, el
Centro de Inmunología Molecular (cim) continúa siendo esa «promesa de salud
y bienestar» para el pueblo
cubano, y esa «promesa de
ingresos para nuestra economía» de la que habló Fidel
cuando inaugurara esta institución. Los resultados alcanzados por el cim en este 2016,
debatidos con sus trabajadores en el balance general del
centro así lo demuestran.
«Si en los inicios se veía difícil
la tarea de convertirnos en una
organización exportadora, hoy
hemos logrado ventas por un
valor total de más de 230 millones de pesos al año, de ellos
más de 90 millones de cuc en
exportaciones a 30 países»,
ejemplificó el doctor Agustín
Lage, director del cim.
Este centro ha tenido un notable impacto en el sistema nacional de salud, en programas
como el dirigido al control del
cáncer; y los productos del cim
este año, dijo, beneficiaron a
unos 9 000 pacientes cubanos
y 150 000 extranjeros.
Pese a los innegables resultados económicos, el
colectivo del cim manifestó estar consciente de las
limitaciones aún en el crecimiento, cuyas mayores
problemáticas están en la
meseta y concentración de
las exportaciones, e insuficiente diversificación de los
mercados.
«Las proyecciones están
claras: construir, y sí se puede, una empresa estatal socialista de alta tecnología en
el modelo económico cubano», concluyó el directivo.
Comandante en Jefe le encargó la organización y recaudaciones de fondos
en Estados Unidos, tarea que realizó
con otros compañeros, llevando ella
ejemplarmente el timón de la encomienda y del automóvil para los trasiegos en un territorio que acababa de
conocer y haciéndole la guerra, como
el Che, al asma.
A grandes rasgos esta es la Yeyé de
la cual la poeta Fina García Marruz
dice: «Tu pelo rizadito, descuidado/
siempre un poco, tu blusa americana/
la boca aún entreabierta a la palabra/
tus ojos aún al crimen alarmados…Tu
voz chillada escucho malcriada / del
dolor; de la patria consentida./ Tu voz
tenía cadencia larga».
El Che, en vísperas de su partida a
Bolivia, le escribió una carta singular
en la cual dice de Yeyé:
«Te agradezco los envíos medicamentosos-literarios. Veo que te has convertido en una literata con dominio de la
síntesis, pero te confieso que como más
me gustas es en un día de fin de año, a
nuevo, con todos los fusiles disparados
y tirando cañonazos a la redonda. Esa
imagen y la de la Sierra (hasta nuestras
peleas de aquellos días me son gratas en
el recuerdo) son las que llevaré de ti…
El cariño y decisión de todos ustedes
nos ayudarán en los momentos difíciles que se avecinan. Te quiere tu colega
(por el asma). Julio de 1966».
Para el gran intelectual y político
Carlos Rafael Rodríguez «recordar
a Haydée es contemplar el paso de
un relámpago, escuchar la crepitación de bosques incendiados…, bullir quemante. Fuego y luz. Se lanzaba a hablar como quien desata un
torbellino, como si la palabra no le
brotara de la mente —que tan bien
sabía usar— sino que brotaba de los
redaños del alma…, no requirió ni
de la Universidad ni de la Academia
para hablar de los griegos, de Miguel Ángel o de Picasso, los manejaba con sabia, intuitiva comprensión,
la misma que generó mucho de sus
vivaces criterios políticos sobre los
complejos problemas de la creación
revolucionaria que la tuvo como
protagonista excepcional».
Salvas de artillería
en saludo al triunfo
de la Revolución
Este 31 de diciembre, a las
12 de la noche, se realizará la habitual ceremonia
militar en la que serán
disparadas 21 salvas de artillería desde la fortaleza
de San Carlos de la Cabaña, en saludo al Aniversario 58 del triunfo de la
Revolución.
Por tal motivo, se le informa a la población de
la capital, que durante la
práctica de la ceremonia, el
viernes 30, en horas de la
noche, se escucharán también detonaciones.
Para la participación de
la población en la ceremonia del 31 de diciembre, la
fortaleza abrirá sus puertas a partir de las 23:00
horas.
Ministerio de las Fuerzas
Armadas Revolucionarias