Tasas en 2017: principales bancos centrales seguirán

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Lunes 26 de diciembre de 2016 • www.pulso.cl
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La “divergencia de tasas” es una de las pocas certezas que hay respecto
al escenario económico del próximo año. Esta no solo cederá prioridad a
favor de mayores estímulos desde lo fiscal, sino que los principales
bancos centrales seguirán direcciones opuestas. La paridad euro-dólar,
un impulso en la eurozona y la necesidad de mayor coordinación entre
los principales bancos son algunos de los posibles efectos.
Tasas en 2017:
principales bancos
centrales seguirán
rumbos opuestos
2017 podría traer la paridad euro dólar. Algunos creen que el euro incluso llegará a caer por debajo del dólar. FOTO XCXCXC
Un reportaje de
MARCELA VÉLEZ-PLICKERT
L
OS ANALISTAS llaman a 2017
el “año de la incertidumbre”.
En lo político, hay numerosas
elecciones generales, desde Europa hasta Chile. Y en lo económico,
hay dudas sobre la magnitud y viabilidad de las medidas prometidas
por Donald Trump, una vez que
llegue a la Casa Blanca en enero.
Pero en lo que respecta a la política monetaria mundial hay una gran
certeza, 2017 será el año de la divergencia monetaria: no solo cederá
prioridad a favor de mayores estímulos desde lo fiscal, sino que los
principales bancos centrales seguirán direcciones opuestas.
La Reserva Federal ha sugerido
que realizará tres alzas a su tasa de
interés, por unos 75 puntos base,
hasta cerrar el año en 1,4%. La tendencia continuaría hasta llevar la
tasa de los fondos federales a 2,1%
hacia finales de 2018. Por el contrario, el Banco Central Europeo parece comprometido a mantener sus
tasas cercanas en cero, o incluso
P
b ¿Qué sucede? Con los cambios
de la tasa de interés de la Fed, los
principales bancos centrales del
mundo entraron en una senda
de caminos divergentes respecto
a su política monetaria.
b ¿Qué dicen los expertos? Las
consecuencias de esta divergencia monetaria en los mercados
serían aún mayores, si la Fed decidiera cambiar su sesgo expansivo.
profundizar la tasa de depósito hacia terreno negativo (actualmente
ya en -0,40%). Además, en su última reunión, a inicios de diciembre,
Mario Draghi anunció que el BCE
planea comprar unos €740 mil millones en bonos hasta diciembre, en
lugar de los €240 mil millones a
marzo, inicialmente planificados.
“No hay tapering a la vista. El BCE
seguirá en los mercados”, anunció
Draghi, para calma de los inversionistas, que ya enfrentaron las turbulencias causadas por el fin del
programa de compras de bonos de
la Fed el año pasado.
En Asia, el Banco de Japón reconoció por primera vez, en más de
un año, una mejora de la economía
nipona. Sin embargo, descartó por
completo cualquier posibilidad de
normalización monetaria. Al contrario, mantuvo su tasa de corto
plazo en -0,1% y un target de cero
para la tasa de los bonos soberanos
a 10 años. Además, mantuvo su
compromiso de mantener el ritmo
de su plan de QE, comprando bonos
por ¥80 billones (millones de millones), unos US$790 mil millones.
Las consecuencias de
la divergencia en los
mercados serían aún
mayores, si la Fed
decidiera cambiar su
sesgo expansivo.
En Asia, el Banco de
Japón reconoció por
primera vez, en más de
un año, una mejora de
la economía nipona.
El ajuste de la Fed
servirá de impulso
temporal a la economía
de la eurozona.
Las consecuencias de esta divergencia monetaria en los mercados
serían aún mayores, si la Fed decidiera cambiar su sesgo expansivo.
Con una inflación proyectada de
1,9% a fines de 2017, una tasa de
1,4% sigue expresando una política expansiva. Más aún, la Fed prometió mantener intacto el monto
los activos acumulados con su programa de relajamiento cuantitativos, en US$4 billones (millones de
millones). Para ello reinvertirá el
efectivo que reciba de los bonos
vencidos en nuevos papeles de deuda, manteniendo de esa forma la liquidez en el mercado.
Para los inversionistas, sin embargo, este sesgo expansivo no es tan
obvio. A esto se suma la posibilidad
de que un exitoso programa de estímulo fiscal desde la Casa Blanca,
posiblemente equivalente a 2% del
PIB, si Trump cumple sus promesas, podrían impulsar las expectativas inflacionarias y acelerar el
ajuste monetario por parte de la
Fed. Así, analistas esperan un impacto en los mercados cambiarios
y de renta fija. Específicamente,
en el mercado de bonos, se espera
que las tasas de largo plazo sigan subiendo, obligando a un cambio en
las estrategias de inversión.
Blackrock recomienda hacer un
ajuste de portafolios, apostando
por bonos de menor duración, y
papeles indexados a inflación.
El año de la paridad
Muchos analistas habían anticipado que el euro caería hasta alcanzar
la paridad con el dólar este año, sin
embargo, la divisa europea parece
resistir hasta ahora la presión. De
hecho, una vez conocidos los planes
tanto de la Fed como del BCE, el
euro inicio un nuevo período de
depreciación frente al dólar, pero ha
sabido sostenerse entre los 1,03 y
1,04 por dólar. Sin embargo, con
algunas excepciones, los principales bancos de inversión apuestan
porque 2017 será el año en que el dólar y el euro transen uno a uno.
Deutsche Bank Research, Morgan
Stanley, Goldman Sachs Asset Management consideran que la divergencia en las políticas monetarias
y de perspectivas de inflación y crecimiento entre EEUU y la Eurozona crean el escenario ideal para un
fortalecimiento del dólar. Barclays
y Capital Economics son incluso
más agresivos en sus proyecciones
y creen que el euro incluso llegará
a caer por debajo del dólar. “Creemos que la Fed elevará cuatro veces la tasa el próximo año, por un total de 100 puntos base, mientras el
BCE y el BoJ mantendrán lasta tasas en cero y continuarán con su
compra de bonos. Esta divergencia monetaria, mayor a lo esperado,
hará que el dólar se fortalezca aún
más frente al euro y el yen”, según
analistas de Capital Economics, que
prevén que el euro caiga a US$0,95
y el yen alcance 130 por dólar (hoy
en 117 yenes) a fines de 2017.
PARA CONSIDERAR
€2,2
Billones (millones de millones) ha
inyectado en la economía de la
eurozona el BCE, pero ha sido incapaz de impulsar su crecimiento.
1,9
Por ciento es la inflación proyectada para finales del próximo año
en la economía estadounidense.
2%
Es la meta de inflación del BCE.
La depreciación del euro haría
que las exportaciones del bloque
sean más competitivas y al encarecer las importaciones contribuiría a llevar la tasa de inflación a
esa meta.
El Banco de Japón
mejoró su visión de
la economía nipona
en su reunión de la
semana pasada.
Impulso para la eurozona
La depreciación del euro sería finalmente una buena noticia para
la eurozona, que -a diferencia de
EEUU- ha sido incapaz de impulsar su tasa de crecimiento, a pesar
de los €2,2 billones inyectados directamente en la economía por el
BCE, y las tasas reales en terreno
negativo. “El ajuste de la Fed servirá de impulso temporal a la economía de la eurozona. La depreciación del euro hará las exportaciones del bloque más competitivas,
y al encarecer las importaciones
podría contribuir a llevar la tasa de
inflación más cerca del rango meta
del BCE (de 2%)”, concluye Roman
Horvarth, profesor de Economía
de la Charles University en Praga,
en un análisis para el Parlamento
Europeo.
Este impulso, sin embargo, tiene
dos fuentes de riesgo: volatilidad
mayor a la esperada desde mercados emergentes, y resultados inesperados en las elecciones europeas.
Según Horvarth, una desestabilización económica y financiera mayor en los mercados emergentes
podría reducir la demanda por exportaciones de la Eurozona, pero
también frenar el ritmo de ajuste
monetario de la Reserva Federal.
La expectativa generalizada, sin
embargo, es que los mercados
emergentes están más preparados
para enfrentar el escenario de alzas
de tasas en EEUU. Deutsche Bank
Research destaca que han sabido
construir sus reservas, y las mejores perspectivas de crecimiento
global fortalecen sus fundamentos para un repunte, lo que llevaría
a que los inversionistas institucionales opten por continuar apostando por estos mercados.
En la eurozona, el eventual impulso que pueda ofrecer un euro más
barato, podría verse frenado por
En el último referendo
de Italia, la derrota de
Renzi fue vista como un
triunfo de los anti euro.
resultados inesperados en las elecciones que están en juego en 2017.
Un triunfo de la candidata de extrema derecha y euroescéptica Marie
Le Pen, en las presidenciales francesas de mayo; y la formación de un
gobierno de corte populista y contrario a la UE en Italia, son los principales riesgos identificados por
DB Research. El avance de fuerzas
política anti euro en las elecciones
de Holanda, Austria, y Alemania
también podrían añadir más presión al bloque.
Mayor coordinación
Un escenario de la paridad euro-dólar, o en todo caso de un dólar apreciado, y de tasas de interés altas
cambiará hacia cerca de finales de
2017. ABN Amro proyecta que, para
entonces, el mercado deberá comenzar a prepararse para un ajuste monetario del BCE, e incluso
quizás del BoJ. Como señala Goldman Sachs AM, estos bancos centrales no pueden mantener el ritmo
actual de compra mensual de bonos
de manera indefinida. Una de las
razones sería la falta de papeles suficientes en el mercado. Aunque
el BCE, fiel a su promesa de “hacer
lo que sea necesario” para defender
el euro, podría tratar de mantener
el soporte monetario en medio de
períodos de inestabilidad política,
parece haber un consenso de que
habría llegado al límite de sus capacidades. De hecho, el BCE ya habría encargado a una comisión de
expertos el diseño de un programa
de tapering.
Analistas insisten en que los caminos divergentes que recorren
actualmente los bancos centrales
debería obligar a una mayor coordinación monetaria para evitar episodios de volatilidad extrema en los
mercados, y con ello sostener la recuperación económica.P