Misioneros de la Tercera Edad Siempre ten presente que la piel se arruga, el pelo se vuelve blanco, los días se convierten en años… Pero lo importante no cambia, tu fuerza y tu convicción no tienen edad. Tu espíritu es el plumero de cualquier telaraña. Detrás de cada línea de llegada, hay una de partida. Detrás de cada logro, hay otro desafío. Mientras estés viva, siéntete viva. Si extrañas lo que hacías, vuelve a hacerlo. No vivas de fotos amarillas… Sigue aunque todos esperen que abandones. No dejes que se oxide el hierro que hay en ti. Haz que en vez de lástima, te tengan respeto. Cuando por los años no puedas correr, trota. Cuando no puedas trotar, camina. Cuando no puedas caminar, usa el bastón… ¡Pero nunca te detengas! Santa Teresa de Calcuta Envíenos direcciones de personas que estén interesadas en recibir este boletín Nombre Calle y número Col. Población y Estado Teléfono ( ) C.P. Misioneros Combonianos del Corazón de Jesús, A.R. Ponciano Arriaga, 10 – Col. Tabacalera – C.P. 06030 Ciudad de México Tel. (01 55) 55 92 38 33 – Fax (01 55) 55 35 69 60 – [email protected] Apartado Postal 1-03 – C.P. 06030 Ciudad de México Corazón de la misión Boletín bimestral • noviembre-diciembre 2016 • Año 10 • No. 60 Q ueridos amigos(as), la recta final de este 2016, que hemos vivido como tiempo extraordinario de misericordia, está marcada por varias fiestas que nos invitan a seguir celebrando con alegría al Dios de la vida. La conmemoración de Todos los Santos, el recuerdo de los Fieles Difuntos, la alegre espera del tiempo de Adviento, la fiesta de María de Guadalupe; todo parece prepararnos al gran misterio de la encarnación del Hijo de Dios, del Emmanuel, que nos recuerda que Dios está con nosotros. Como misioneros hacemos nuestra la alegría que viene de la Palabra que se ha hecho carne y nos sentimos, hoy más que nunca, invitados a llevar a todos los rincones del mundo esa Buena Noticia. Para que todos tengan vida en abundancia. En este tiempo el Señor sigue sorprendiéndonos y en medio de tanto escenarios que muestran una humanidad envuelta en situaciones de dolor y de enormes sufrimientos, una vez más, nos enseña su rostro para que no perdamos la esperanza y para que no olvidemos que Él sigue siendo el Dios de la paz. La Navidad, con su mensaje de ternura, con su promesa de vida y con la prueba de la fidelidad de Dios para quienes ama, nos invita a renovar nuestra confianza y a despertar nuestros buenos deseos de trabajar en la construcción de un mundo más fraterno, en el que nadie quede excluido del amor que el Padre tiene por cada uno de nosotros. Los invitamos a seguir uniéndose, con sus sacrificios, con el dolor de sus enfermedades, con el peso de la edad y sobre todo con la alegría de su corazón misionero, a la tarea de anunciar la Buena Noticia de Jesús que viene entre nosotros, también esta Navidad. Con nuestros mejores deseos, un abrazo cordial. inforesidencias.ocm No te detengas Para reflexionar P. Enrique Sánchez González, mccj
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