[Parkinson`s disease in literature, cinema and television] (PDF

HISTORIA Y HUMANIDADES
La enfermedad de Parkinson en la literatura, el cine
y la televisión
Susana Collado-Vázquez, Roberto Cano-de-la-Cuerda, Jesús M. Carrillo
Introducción. En 1817, James Parkinson publicó el que puede considerarse el primer tratado sobre la enfermedad que lleva su nombre y desde entonces existe prolija bibliografía científica sobre esta patología. Pero también se ha representado
la enfermedad en la literatura, el cine y la televisión, donde se ha otorgado una visión cercana a la sintomatología, el
tratamiento y el contexto sociofamiliar de la enfermedad.
Objetivo. Abordar la aparición de la enfermedad de Parkinson en la literatura, el cine y la televisión, así como reflexionar
sobre la imagen de la misma en dichos contextos.
Desarrollo. Se han revisado algunas de las principales obras de la literatura de todos los tiempos que han abordado la
enfermedad de Parkinson y se ha observado que en muchas de ellas se ofrece una visión muy fidedigna de la enfermedad. Del mismo modo, se han revisado las principales películas y series de televisión que, en ocasiones, son un reflejo
cercano al público general de la visión e impacto de la enfermedad sobre los pacientes o familiares.
Conclusiones. La literatura, el cine y la televisión han contribuido a dar una visión realista de la enfermedad de Parkinson,
así como de los profesionales sanitarios relacionados y hay numerosos ejemplos en los que se muestran las vivencias de
los propios enfermos y se resalta la importancia de la atención sanitaria y sociofamiliar.
Palabras clave. Cine. Enfermedad de Parkinson. Literatura. Televisión.
Departamento de Personalidad
y Tratamientos Psicológicos I;
Facultad de Psicología;
Universidad Complutense de Madrid
(J.M. Carrillo). Departamento de
Fisioterapia, Terapia Ocupacional,
Rehabilitación y Medicina Física;
Facultad de Ciencias de la Salud;
Universidad Rey Juan Carlos
(S. Collado-Vázquez, R. Canode-la-Cuerda); Alcorcón, Madrid.
España.
Correspondencia:
Dra. Susana Collado Vázquez.
Facultad de Ciencias de la Salud.
Universidad Rey Juan Carlos.
Avda. Atenas, s/n. E-28922
Alcorcón (Madrid).
Fax:
+34 914 888 831.
E-mail:
[email protected]
Introducción
Existen referencias muy antiguas en los tratados
ayurvédicos indios y en textos chinos del siglo i a. C.
que ya mencionan síntomas como la hipersaliva­
ción, el temblor, la rigidez generalizada o la somno­
lencia, que podrían hacer pensar en la sintomato­
logía propia de la enfermedad de Parkinson (EP).
También se cuenta con referencias en la Biblia (Li­
bro de Job y Eclesiastés) y en textos egipcios. Gale­
no de Pérgamo (129-199) describió el temblor y es­
tableció las diferencias entre el temblor de reposo y
el del movimiento intencionado. Existen algunas
descripciones del siglo xviii que muy bien podrían
corresponderse con esta enfermedad, por ejemplo
Johannes B. Sagar (1732-1813) mencionaba haber
visto en Viena a un hombre que corría involunta­
riamente sin posibilidad de parar (marcha festinan­
te) y que sufría hipersalivación o ptialismo, síntomas
propios de la EP. Asimismo, John Hunter (17281793) describió un caso de un paciente con temblor
en las manos [1].
En 1817, James Parkinson (1755-1824) publicó el
que puede considerarse el primer tratado sobre la
enfermedad que lleva su nombre, y que entonces se
denominó ‘parálisis agitante’. Este trabajo se basa en
www.neurologia.com Rev Neurol 2014; 58 (3): 133-141
el estudio de seis casos, donde se describe la sinto­
matología, la evolución de la enfermedad, se esta­
blece el diagnóstico diferencial con otros cuadros y
el autor especula sobre la posible etiología [2-4].
El objetivo del presente trabajo es abordar la apa­
rición de la EP en la literatura, el cine y la televisión,
así como reflexionar sobre la imagen de la misma
en dichos contextos.
Aceptado tras revisión externa:
06.11.13.
Cómo citar este artículo:
Collado-Vázquez S, Cano-de-laCuerda R, Carrillo JM. La enfermedad
de Parkinson en la literatura, el
cine y la televisión. Rev Neurol
2014; 58: 133-41.
© 2014 Revista de Neurología
La enfermedad de Parkinson en la literatura
Tras la descripción de James Parkinson, hay una
amplia bibliografía científica sobre esta patología.
Sin embargo, también se han escrito obras de auto­
testimonio y de ficción en las que este cuadro pato­
lógico está presente y en las que se reflejan las vi­
vencias de los pacientes con esta enfermedad, así
como el impacto que tiene sobre su calidad de vida.
Comenzando por las obras de autotestimonio, o
de tipo autobiográfico, encontramos, en primer lu­
gar, las cartas que Wilhem von Humboldt (17671835) escribió a su hermano. Este filósofo alemán
sufrió la EP, y en la correspondencia con su herma­
no describía su sintomatología: la postura típica, el
temblor, la torpeza y lentitud de movimientos, rigi­
133
S. Collado-Vázquez, et al
dez y micrografía, síntoma que se describe por pri­
mera vez en esta correspondencia. Estas cartas son
consideradas las primeras notas autobiográficas so­
bre la EP [5,6].
Con posterioridad, y siguiendo con la enumera­
ción de ejemplos de obras de autotestimonio, han
sido muchos los pacientes o familiares que han pues­
to por escrito sus experiencias personales con esta
enfermedad, entre las que puede mencionarse El
Parkinson por dentro (2012) de Arturo Roldán, psi­
quiatra y psicoanalista al que le diagnosticaron esta
enfermedad en 1991. Ser médico y enfermo al mis­
mo tiempo le permitió hacer un estudio desde su es­
pecial perspectiva con el objetivo de que fuera una
herramienta útil para pacientes, familiares, cuidado­
res y amigos. El autor ofrece una visión desde dentro,
desde su propio sufrimiento, desde su dolor psíquico
y comparte con otros su experiencia de vida.
Otras obras son El Parkinson y yo: una lucha
contra la enfermedad (2003), de María Moreno, y
Un hombre afortunado (2003), de Michael J. Fox,
que narra las memorias del actor que en 1998 co­
municó la noticia de que siete años atrás le habían
diagnosticado la EP en plena juventud. El actor,
combinando la ironía y el humor, relata su vida,
hace referencia a su carrera artística y habla de su
lucha para encontrar una cura contra la EP.
Joel Havemann también explica su enfermedad
en A life shaken: my encounter with Parkinson’s disease (2004), y cómo con 53 años de edad, y después
de siete años con la EP, casi no puede manejar el
ordenador por el temblor y la rigidez ni es capaz de
desempeñar otras actividades que antes le resulta­
ban sencillas. Además de contar su propia historia,
hace referencia de una manera sencilla a cómo se
alteran los circuitos cerebrales, cuál es el tratamien­
to farmacológico y las opciones quirúrgicas, asimis­
mo menciona las últimas investigaciones sobre la
enfermedad que él padece.
En Take me home: Parkinson’s, my father, myself
(2008), Jonathan Taylor hace referencia a la EP de
su padre y menciona síntomas como el temblor o la
demencia que hace que su progenitor no le reco­
nozca y le confunda unas veces con Humphrey Bo­
gart y otras con una jirafa.
Otro autor que cuenta su experiencia con la EP
es Daniel Brooks quien, en I will go on: living with a
movement disorder (2009), explica su proceso y cómo
intentó superar las dificultades apoyándose en su
fe. También Machele Coleman, autora de Unshaken
faith (2012), resalta la importancia de su fe para en­
contrar la fortaleza necesaria para afrontar la enfer­
medad y seguir viviendo en positivo. A la autora de
esta obra se le diagnosticó la EP a los 37 años, cuan­
134
do comenzó a presentar temblores en la mano iz­
quierda. En este libro, no sólo se centra en sí mis­
ma, sino que también hace referencia a que su fa­
milia sufre con ella su enfermedad y describe sus
luchas diarias para salir adelante.
Parkinson’s disease looking down the barrel (2010)
cuenta la historia de su autor, Richard Secklin, y su
experiencia con la EP, y cómo ésta influyó en su tra­
bajo y en la vida familiar. Para suavizar el dramatis­
mo de la situación, incluye algunas anécdotas ame­
nas. También en 2010, Bill Schmalfeldt escribió No
doorway wide enough: 2000-2010, my Parkinson’s disease decade, donde narra con estilo satírico una dé­
cada viviendo con la EP, así como la cirugía a la que
se sometió en 2007. Otra obra es la titulada Another
door opens: Parkinson’s a catalyst for growth and
happiness (2011), en la que Alan Raymond Cohee na­
rra con un enfoque muy positivo sus 20 años con EP.
The happiness of pursuit: a father’s courage, a son’s
love and life’s steepest climb (2011), de Davis Phin­
ney y Austin Murphy, es una historia de superación,
la del gran ciclista estadounidense Davis Phinney, al
que se le diagnosticó una forma precoz de EP; su
cuerpo, que había sido su aliado y le había hecho
ganar muchas carreras, terminó por convertirse en
una prisión. En esta obra, narra el proceso para in­
tentar superar la EP, además de contar anécdotas de
su carrera deportiva y de la de su hijo.
Otro ejemplo es el de Perry Conrad, una enfer­
mera que a los 41 años de edad empieza a presentar
temblores en el pie izquierdo y luego en el brazo y
la mano; al acudir al neurólogo se le diagnostica la
EP. En el libro How does the drill know when to stop:
living gracefully through Parkinson’s disease (2011),
explica su sintomatología, cómo superar las limita­
ciones, y habla de la cirugía a la que se sometió, gra­
cias a la cual disminuyeron los síntomas. O el caso
de Annick Tournier, que descubrió a los 53 años que
tenía EP y en su obra Cuerpo a cuerpo con el Parkinson (2012) lo describe como una pesadilla, siente
vergüenza por su torpeza y habla de los síntomas,
que cada día van avanzando: movimientos bruscos,
lentos y con poca precisión, torpeza, rigidez, dolo­
res generalizados, agotamiento e insomnio.
También se ha tratado la enfermedad de Parkin­
son desde el punto de vista humorístico, en Parkin­
son’s humor. Funny stories about my life with Parkinson’s
disease (2012), en la que Beverly Robaudo se descri­
be como una persona con EP y con sentido del hu­
mor, y cuenta 100 historias divertidas acerca de su
vida con esta enfermedad, al tiempo que propone al­
gunos consejos para sobrevivir a ella.
Además de los casos reales referidos por los pro­
pios pacientes o sus familiares contamos con algún
www.neurologia.com Rev Neurol 2014; 58 (3): 133-141
La enfermedad de Parkinson en la literatura, el cine y la televisión
ejemplo de casos clínicos relatados por médicos co­
mo, por ejemplo, Despertares (1973) y El hombre
que confundió a su mujer con un sombrero (1985),
ambas obras del neurólogo Oliver Sacks, en las que
hace referencia a parkinsonismos secundarios a en­
cefalitis letárgica en los que este neurólogo inglés
nacido en 1933 aplicó de modo experimental trata­
miento con levodopa.
En 2012, se publicó el libro El milagro de Karol:
los testimonios y las pruebas de la santidad de Juan
Pablo II, de Saverio Gaeta, donde se habla de testi­
monios acerca de milagros que se habrían produci­
do por intercesión de Juan Pablo II (1920-2005), en­
tre los que se refiere una curación milagrosa, la de
sor Marie Simon Pierre, aquejada de la EP, la misma
que padecía el propio pontífice.
Así como existen múltiples obras biográficas o de
testimonio, de las que hemos presentado algunos
ejemplos, no se encuentran tantas referencias a la
enfermedad de Parkinson en la literatura de ficción.
Charles Dickens (1812-1870) y su amigo Wilkie Co­
llins (1824-1889) escribieron El perezoso viaje de dos
aprendices holgazanes (1857), donde se describe la
parálisis supranuclear progresiva, caracterizada por
oftalmoplejía supranuclear, distonía cervical, par­
kinsonismo, falta de equilibrio y alteración de la mar­
cha con caídas frecuentes, entre otros síntomas. Esta
descripción literaria es muy anterior a la definición
que dieron de este cuadro en 1964 Steele, Richard­
son y Olszewski. En esa historia, se describe a un an­
ciano que permanece en un bar con los ojos inmóvi­
les, fijos, con gran retracción palpebral, con un volu­
men de voz muy bajo, bradicinesia, forma insegura de
sentarse o caminar, síntomas que se corresponden
con los de la parálisis supranuclear progresiva [7].
El médico y escritor neoyorquino Robin Cook,
que se caracteriza por escribir thrillers médicos, es
el autor de Convulsión (2004), una obra en la que se
hace referencia a la investigación con células madre
para conseguir una cura para la EP. El doctor Lowell
ha estado experimentando con células madre y, en
apariencia, parece que está cerca de encontrar tra­
tamientos prometedores para algunas enfermeda­
des. Sin embargo, su trabajo podría estar amenaza­
do por una ley que, de entrar en vigor, prohibiría
estos experimentos. Ashley Butler, uno de los sena­
dores partidarios de dicha ley, descubre que sufre
EP, y decide pactar con Lowell: él detendrá la ley si
el investigador le implanta unas células que puedan
curarle, pero no le sirve cualquier ADN; ha de ser el
procedente de la Sábana Santa de Turín. En esta
obra, Cook menciona los grandes avances que se
están produciendo en biotecnología, pero también
los problemas éticos que éstos plantean.
www.neurologia.com Rev Neurol 2014; 58 (3): 133-141
Jonathan Franzen es el autor de Las correcciones
(2001), obra en la que nos presenta a Alfred, un eje­
cutivo de ferrocarriles jubilado que decide confi­
narse en el sótano de su casa para sufrir a solas los
síntomas de la EP y de una demencia progresiva
que le provoca alucinaciones.
Elena sabe (2007), de Claudia Piñeiro, cuenta la
historia de una madre que desea esclarecer la muer­
te de su hija. Rita aparece ahorcada en el campana­
rio de la iglesia que frecuentaba y la policía deter­
mina que ha sido un suicidio, pero su madre, con
EP, quiere saber la verdad e intentará investigar. La
novela nos muestra a una mujer cuyo cuerpo, a pe­
sar de la medicación, no obedece a las órdenes de
su cerebro. También en clave detectivesca, Michael
Robotham ha creado el personaje de Joseph O’Lough­
lin, un psiquiatra londinense especializado en cien­
cias del comportamiento, que colabora con un de­
tective. Tiene una consulta privada de psiquiatría y
también trabaja como especialista en el Hospital
Royal Marsden de Londres. Está casado con Julian­
ne desde hace 16 años y tienen un hijo. Parece que
las cosas les van bien, hasta que le diagnostican la
EP. El doctor se separará de su mujer, probablemen­
te como consecuencia de su enfermedad. Este psi­
quiatra se relaciona con los demás de un modo par­
ticular por sus limitaciones físicas y movimientos
involuntarios, que hacen que el cuerpo no siempre
ejecute lo que el cerebro quiere. El autor utiliza la
sintomatología de su personaje como metáfora de
que no siempre tenemos las cosas bajo control. Ro­
botham ha escrito varias novelas con este personaje
como protagonista: The suspect (2004), Lost (2005),
Shatter (2008), Bleed for me (2010) y Say you’re sorry (2012).
Hay algunas obras que, bien en forma de novela
gráfica, bien en forma de cuento, intentan explicar
a los niños o a la población general lo que es la EP.
Entre estos títulos, puede citarse Con los ojos de un
niño (2010), un libro gráfico de ‘Unidos contra el
Parkinson’ que habla de la manera de comunicar
el diagnóstico de la enfermedad al entorno familiar,
a los amigos y compañeros de trabajo, y sobre todo
cómo explicárselo a los más pequeños de la casa. El
enfermo es un hombre joven con un hijo pequeño
que no entiende lo que pasa, al que le explican lo
que le ocurre a su padre con un lenguaje que puede
entender: su padre es un superhéroe que ha sufrido
un maleficio (la enfermedad) y debe tomar una po­
ción (la medicación). Además, contará con aliados
como la bruja de la luz, que le ayudará a mantener
la fuerza mental (psicoterapia); Thalassa, que le ayu­
dará a luchar contra la fatiga y rigidez muscular con
las energías de las aguas mágicas (terapia acuática),
135
S. Collado-Vázquez, et al
Tabla. Algunos ejemplos de películas sobre la enfermedad de Parkinson.
Director
Año
Penny Marshall
1990
Raúl Marchand Sánchez
2001
Albert Boadella
2003
Un toque de canela
Tassos Boulmetis
2003
This girl’s life
Ash-Baron Cohen
2003
El hundimiento
Oliver Hirschbiegel
2004
Aurora borealis
James Burke
2005
Papa Juan Pablo II
John Kent Harrison
2005
La familia Savage
Tamara Jenkins
2007
Billy Ray
2007
Pieter Van Hees
2008
Edward Zwick
2010
Adolfo Martínez
2010
John Pogue
2011
Yaron Zilberman
2012
David Fenster
2012
Despertares
12 horas
¡Buen viaje, excelencia!
El espía
Dirty mind
Amor y otras drogas
Exquisito cadáver
Quarantine 2: terminal
A late quartet
Pincus
y Colossus, que trabajará para conservar la fuerza,
la elasticidad y el equilibrio (fisioterapia). Pero tam­
bién le dicen que, a pesar de todas estas ayudas, no
se puede vencer del todo al enemigo (la enferme­
dad). De este modo, el niño comprende lo que le
sucede a su padre, ya no hay más secretos y cuchi­
cheos en la familia, y todos colaboran en la lucha
contra la enfermedad.
Mabel Piérola es la autora e ilustradora de Me
parezco mucho a mi papá (2003), un cuento que
trata de enseñar a los niños qué es la EP. El enfermo
de esta historia tiene entre 35-40 años y se cuentan
las distintas situaciones por las que pasa este pa­
ciente: ‘Las hojas tiemblan en los árboles cuando
sopla el viento. El flan tiembla en el plato cuando lo
trae mamá. Las ventanas tiemblan si pasa un ca­
mión. Mi papá también tiembla como las ramas,
como el postre, como el cristal’.
También se puede citar otra obra dirigida a los
niños, ¿Quién es Parky? (2010), de Kay Mixson Jen­
136
kins, que escribió este libro con el objetivo de con­
cienciar a los niños sobre la EP, de qué modo se
puede ayudar mejor a estos pacientes, y ayudar a
los padres a explicar a sus hijos con una visión opti­
mista en qué consiste la enfermedad. Colt, el prota­
gonista de la historia, convierte a su osito de pelu­
che llamado Parky (apelativo cariñoso referido a la
EP) en su confidente. A través de los diálogos con
su mascota va comprendiendo los síntomas de la
enfermedad que padece su madre, pues inicialmen­
te no entendía los enfados de ésta, por qué no son­
reía o por qué era incapaz de atarse los cordones de
los zapatos, peinarse o comer sola correctamente.
La autora conoce muy bien la enfermedad que a ella
misma le fue diagnosticada a los 34 años de edad.
Otro ejemplo es Who is Pee Dee? Explaining Par­
kinson’s disease to a child (2008), escrito por Kay
Mixson Jenkins e ilustrado por Richard Morgan.
Explica cómo afecta la EP a un ser querido visto por
los ojos de un niño. Es una herramienta que puede
ser útil a los padres para hablar a los niños sobre
esta enfermedad.
La enfermedad de Parkinson en el cine
La EP se ha mostrado con cierta frecuencia en el
cine, aunque no con la profusión de otras patolo­
gías de origen neurológico como la epilepsia, la en­
fermedad de Alzheimer o la lesión medular. Esta
enfermedad se ha mostrado en el cine de manera
bastante correcta y realista, a diferencia de otros
cuadros, que se han exagerado o se han caricaturi­
zado, como el síndrome de Tourette, o que se han
relacionado con conductas violentas, como es el
caso de la epilepsia, lo que ha contribuido a difun­
dir ideas erróneas sobre varias enfermedades neu­
rológicas y a incrementar el estigma [8-10] (Tabla).
En algunas películas de tipo biográfico, o en las
que aparecen personajes reales, se ha reflejado la
EP de los mismos como, por ejemplo, el papa Juan
Pablo II, Francisco Franco (1892-1975) o Adolf Hit­
ler (1889-1945). El considerado mejor boxeador de
todos los tiempos, Cassius Clay, o Muhammad Ali
tras convertirse al islam, padece EP. Sobre este ído­
lo del boxeo se han rodado varias películas, una de
las más conocidas es la dirigida por Michael Mann
en 2001, Ali, y protagonizada por Will Smith. Este
filme muestra las luchas del boxeador en el cuadri­
látero, pero sería también interesante que presenta­
ra su lucha titánica contra la enfermedad, más dura
aún que sus peleas sobre la lona, pero el cine ha
preferido centrarse en su vida deportiva y ha dejado
de lado la enfermedad del boxeador.
www.neurologia.com Rev Neurol 2014; 58 (3): 133-141
La enfermedad de Parkinson en la literatura, el cine y la televisión
En algunos filmes, el personaje con EP es el pro­
tagonista o tiene un papel muy relevante en la tra­
ma, como en Aurora borealis (2005), Amor y otras
drogas (2010) o A late quartet (2012), mientras que
en otros casos es un papel secundario y la enfer­
medad es un dato anecdótico, como en Un toque
de canela (2003), o simplemente se hace referencia
a la enfermedad sin que ningún personaje la pa­
dezca, tal es el caso de la película El espía (2007),
en la que Hanssen, un veterano funcionario del FBI,
entrega unas páginas que ha encontrado en Inter­
net sobre la EP, aunque él tenía un conocimiento
más directo de la enfermedad pues su madre la ha­
bía padecido.
En general, en las películas, los pacientes suelen
ser varones ancianos, por ejemplo, en Aurora borea­
lis (2005), La familia Savage o A late quartet (2012),
aunque también hay películas en las que el perso­
naje afectado es una mujer, como en Un toque de
canela (2003), en la que aparece una anciana con
temblor en las manos, o Amor y otras drogas (2010),
título en el que la protagonista es una joven de 26
años con EP. En realidad, no hay diferencias en fun­
ción del sexo. Por lo tanto, ese predominio en varo­
nes en el cine no se ajusta a los datos reales, pero sí
coincide el hecho de que se presente con más fre­
cuencia en personas de edad avanzada.
El síntoma que más aparece en el cine es el tem­
blor, fundamentalmente de manos o de cabeza, y
otros síntomas o complicaciones se representan
más raras veces. Un toque de canela (2003) cuenta,
entre los personajes secundarios, con una anciana
con temblor de reposo y también éste es el síntoma
predominante en Buen viaje, excelencia (2003) y en
El hundimiento (2004). En esta última, Bruno Ganz,
el actor protagonista, estudió los síntomas de la EP
en un hospital suizo para dar mayor verosimilitud
al personaje de Hitler. Sobre todo se observa el tem­
blor de la mano izquierda. En A late quartet (2012),
el actor Christopher Walken da vida al miembro de
un cuarteto de cuerda que, tras experimentar tem­
blores en una mano, acude al médico, que le diag­
nostica EP. En la película Exquisito cadáver (2010)
también aparece un músico con EP. Se trata de un
anciano con la enfermedad en un estado muy avan­
zado y con un alto grado de discapacidad, lo que le
impide ir a cobrar la pensión. Por ello, su hijo toma
las huellas dactilares del padre y acude a cobrar.
Cuando el padre fallece de un infarto agudo de
miocardio, tras recibir una misteriosa llamada tele­
fónica, el hijo decide conservar la mano del padre
en formol y seguir cobrando la mensualidad. En la
película se hace mayor hincapié en el engaño que
en la descripción de la enfermedad.
www.neurologia.com Rev Neurol 2014; 58 (3): 133-141
En otros títulos están presentes numerosos sínto­
mas como en Aurora borealis (2005), por ejemplo,
en la que el protagonista presenta temblor asimétri­
co de reposo, pero no sólo se muestra este síntoma
sino también la rigidez, una gran bradicinesia, ines­
tabilidad postural y dificultades para la deambula­
ción, por lo que, para desplazarse, necesita una silla
de ruedas. Además se muestran síntomas depresi­
vos y una tentativa de suicidio con arma de fuego.
Tamara Jenkins dirigió en 2007 La familia Savage, en la que el protagonista es un anciano con EP
que, además, presenta demencia. El filme muestra
la difícil labor de los cuidadores, y más aún en este
caso, en el que los hijos del paciente no tienen bue­
na relación entre sí ni con su progenitor. También
podemos ver la relación con su familia y con su cui­
dadora en Aurora borealis (2005), y en This girl’s life
(2003), película en la que una estrella del cine por­
no ha de compatibilizar su trabajo con el cuidado
de su padre con EP, que tiene un carácter rebelde y
arisco. Su papel de cuidadora le provoca problemas
en sus relaciones personales. Asimismo, en Pincus
(2012), se refleja la relación entre Paul, un hombre
con EP, y su hijo Pincus, que durante el día dirige con
cierta ineptitud el negocio familiar de construcción
y de noche, de mala gana, se convierte en cuidador
de su padre. Paul necesita bastantes cuidados, en el
filme se ve cómo le afeitan, le ayudan a vestirse y
desvestirse o a acostarse. Presenta dificultades para
la deambulación y necesita para desplazarse un an­
dador o una silla de ruedas. En lo referente a los
síntomas, muestra a un paciente con la postura tí­
pica, la cara de máscara, la rigidez y la bradicinesia.
Otro anciano con EP aparece en la película What
we did in our holiday (2006), y se pueden apreciar
sus dificultades para desarrollar de manera indepen­
diente las actividades de la vida diaria como ir al
baño, y la necesidad que tiene de cuidados y aten­
ción constante. También encontramos a un paciente
con enfermedad de Parkinson en Quarantine 2: terminal, secuela de Quarantine (2008), remake esta­
dounidense de la española REC. En un vuelo que se
dirige a Nashville, un pasajero comienza a manifes­
tar síntomas similares a la rabia, producidos por un
extraño virus. El avión ha de realizar un aterrizaje
de emergencia, y los que pueden huyen despavori­
dos. Quien no puede huir es el Dr. Kingston, con EP,
que presenta grandes dificultades para moverse y ne­
cesita una silla de ruedas para desplazarse [11,12].
En Amor y otras drogas (2010), la paciente se en­
cuentra en un estadio incipiente de su enfermedad
y puede observarse el temblor en las manos, funda­
mentalmente en una de ellas, y algo de rigidez. Esta
sintomatología le impide desempeñar algunas tareas
137
S. Collado-Vázquez, et al
como coger un pincel o utilizar unas tijeras con
precisión. Debido a su enfermedad, la joven se cie­
rra al amor, a mantener una relación estable porque
sabe que sus síntomas se van a ir agravando con el
tiempo y no quiere que nadie sufra o se sacrifique
por ella.
Algunos filmes han mostrado también el tem­
blor real de actores como Katharine Hepburn, Vin­
cent Price o Michael J. Fox. Otros intérpretes como
Deborah Kerr o César Romero sufrieron EP, pero
sus síntomas no se apreciaron en las películas [12].
En cuanto al grado de afectación, lo más habitual
es que el paciente se encuentre en un estadio avan­
zado, lo considerado como un estadio IV o V en la
escala de Hoehn y Yahr, pues al estar su enferme­
dad más evolucionada el dramatismo en la trama
será mayor. También existen ejemplos de personas
que se encuentran en estadio I, tal es el caso de la
protagonista de Amor y otras drogas (2010), pero en
esta película aparecen también otros pacientes con
diferente grado de afectación pertenecientes a una
asociación de pacientes con EP.
Además de la sintomatología, el cine recoge otros
aspectos relacionados con la enfermedad como los
diversos tratamientos disponibles, los fármacos, la
cirugía, el tratamiento mediante fisioterapia, acu­
puntura e incluso la terapia con células madre.
La ya mencionada Despertares es una película de
1990, basada en la obra homónima del Dr. Oliver
Sacks, que relata la historia real del propio autor
que trató a pacientes con parkinsonismos posten­
cefalíticos y experimentó en ellos los efectos de la
levodopa. En esta película, el aspecto central es
analizar los resultados del tratamiento farmacológi­
co y los efectos secundarios. Los síntomas de la EP
y los efectos del tratamiento se encuentran muy
bien reflejados en la misma, y además se plantean
algunas cuestiones éticas de la investigación con
nuevos fármacos en humanos [13,14]. En primer
lugar, el Dr. Sayer descubre que los pacientes con
encefalitis letárgica reaccionan ante ciertos estímu­
los: el electroencefalograma de Leonard muestra
actividad cerebral cuando escucha su nombre, y
otros enfermos se estimulan al escuchar una músi­
ca o un relato. El doctor investiga este hallazgo y
desea aplicar un nuevo tratamiento, la levodopa.
Cuando el director del hospital asiste a una confe­
rencia sobre este fármaco, autoriza a Sayer a pro­
barlo en Leonard, cuya madre ha firmado el con­
sentimiento. Tras probar varias dosis, al aplicar una
muy elevada el paciente despierta de su prolongado
letargo. Tras este éxito, se prueba la levodopa con el
resto de enfermos, pero pronto aparecen los efectos
secundarios [14,15].
138
En Amor y otras drogas (2010) podemos contem­
plar la historia de una mujer joven con EP y un visi­
tador médico. En ella, se hace referencia de manera
muy precisa al tratamiento farmacológico que sigue
la paciente [16] y además es posible observar a la jo­
ven asistiendo a una reunión con otros enfermos en
distinto estadio evolutivo y lo muy positivo que le
resulta contactar con estos grupos de ayuda.
También se hace referencia al tratamiento far­
macológico, o más en concreto a las dificultades para
costearlo, en 12 horas (2001), en la que un hombre
mayor hace el turno de noche en un taxi para con­
seguir el dinero necesario con el cual sufragar los
medicamentos para la EP de su esposa, que no cu­
bre el seguro médico.
En relación con otras modalidades de tratamien­
to no farmacológico, en Aurora borealis (2005) la
cuidadora realiza masajes y movilizaciones pasivas
al paciente con la intención de disminuir la rigidez
y mantener el arco de movimiento.
Respecto al tratamiento quirúrgico, un ejemplo
es la película Dirty mind (2008), en la que Diego es
un hombre tímido e introvertido sin éxito con las
mujeres que, tras sufrir un accidente, cambia radi­
calmente de conducta y se vuelve atrevido y desin­
hibido. Este cambio de personalidad le es muy grato
y no desea volver a ser el de antes. Su neuróloga
dispone de muchos casos de personas con síndro­
me frontal cuya falta de límites y su desinhibición
pueden tener consecuencias fatales. Ella conoce un
método quirúrgico experimental y le anima a ope­
rarse. Esta técnica también está mostrando éxito en
un paciente con EP en el que, mediante la inserción
de un electrodo en el cerebro, se controlan los tem­
blores casi por completo [8,9].
El cine documental también se ha fijado en la EP
y hay ejemplos como Tom (2002), que muestra la
historia de un joven director de cine con EP, o Mi
padre, mi hermano y yo, producción estadouni­
dense de 2009 dirigida por Deve Iverson y Michael
Schwarz, que analiza el debate científico, ético y
político que rodea a la EP. El corresponsal Dave
Iverson narra en primera persona su propio diag­
nóstico de EP, descubierta varios años atrás, enfer­
medad que también han sufrido su padre y su her­
mano. En el documental, que hace hincapié en el
componente genético de la enfermedad, intervie­
nen el actor Michael J. Fox y el escritor Michael
Kinsley, que hablan de la política de investigación
sobre la EP. Iverson cuenta con la presencia de cien­
tíficos y se abordan cuestiones polémicas como la
investigación con células madre embrionarias.
Otro documental es Shaken: journey into the mind
of a Parkinson’s patient (2009), que muestra el caso
www.neurologia.com Rev Neurol 2014; 58 (3): 133-141
La enfermedad de Parkinson en la literatura, el cine y la televisión
de Paul Schroder a quien, tras graduarse brillante­
mente en ingeniería eléctrica, se le diagnosticó la
EP. Después de 10 años con tratamiento farmacoló­
gico, y viendo el avance de la enfermedad, decidió
someterse a un tratamiento quirúrgico consistente
en la implantación de electrodos en el cerebro y un
dispositivo de neuroestimulación bajo la clavícula.
Siguiendo con el género documental se puede
mencionar Diez montañas, diez años (2010), que
muestra el viaje del escalador Enzo Simone y su
equipo por diez de las montañas más altas del mun­
do con el objetivo de conseguir una cura para la EP
y para la demencia tipo Alzheimer. Simone está es­
pecialmente sensibilizado con estas enfermedades,
pues las padecieron su suegro y su madre, y encon­
tró en el alpinismo una forma de dar a conocer la
EP y la enfermedad de Alzheimer y recaudar fon­
dos para investigar e intentar encontrar una cura
para estas patologías. Una productora les acompa­
ñó y grabó su ascenso al Kilimanjaro. Además, en el
documental se van narrando las historias particula­
res de los miembros del equipo y su relación con las
citadas enfermedades, sobre todo centrándose en la
EP. Incluso se hace mención al antes y al después de
una persona aquejada de esta enfermedad a la que
la someten a la estimulación cerebral profunda.
En 2012, en el Neuro Film Festival de la Ameri­
can Academy of Neurology Foundation, se presen­
taron varias películas documentales sobre la EP co­
mo son Dancing feet help defeat Parkinson’s, I have
Parkinson’s –it doesn’t have me, Everything moves,
Behind Parkinson’s disease, This is my mama, Dancing with a bear, Parkinson’s dreams about me, No
that you asked, Parkinson’s: one man’s quirky but
loable story, From dyslexia to Parkinson’s, Birdy talks
about Parkinson’s y Parkinson voice project.
Ride with Larry (2013) cuenta la historia de la lu­
cha diaria contra la enfermedad de Parkinson de La­
rry, un capitán de policía jubilado y su familia. Tras
20 años con EP, Larry decide caminar 300 millas a
través de Dakota del Sur para demostrar la impor­
tancia de mantener el cuerpo activo y la mente posi­
tiva, así la mejor cura es vivir la vida al máximo.
Pueden mencionarse también cortometrajes co­
mo Frozen smile (2005), en el que el esposo de la
protagonista acaba de fallecer tras una larga lucha
contra la EP. Tras el funeral sus familiares hablan de
cómo era la vida con él y sobre su enfermedad. A su
mujer le gustaba especialmente la sonrisa que pre­
sentaba su rostro en los últimos meses, sin saber
que era, en realidad, una sonrisa congelada como
consecuencia de la enfermedad. Y también en 2005
se rodó el corto We do flat tops, sobre Gene Emme­
rich, un barbero ciego a quien, cuando está en su
www.neurologia.com Rev Neurol 2014; 58 (3): 133-141
momento de mayor éxito profesional, le diagnosti­
can EP y tiene que pensar en poner fin a su carrera.
Otro corto es Mein Robodad (2008), que cuenta
la historia de Leni, cuyo padre es un robot que se
retuerce cuando camina, tiene el rostro inexpresi­
vo, nunca sonríe y necesita un mando a distancia.
Para Leni es algo normal, pero no piensan lo mismo
sus compañeros de clase. Este corto pretende mos­
trar de manera amena y sencilla cómo tratar con
personas con EP y cómo explicárselo a los niños.
La enfermedad de Parkinson en la televisión
La televisión también se ha hecho eco de la EP me­
diante documentales, telefilmes o series de televi­
sión. En ocasiones, se ha mostrado de modo muy
realista presentando la sintomatología, el diagnós­
tico y el tratamiento, mientras que, en otros casos,
sólo se hace referencia a la enfermedad, habitual­
mente en tono cómico, como en la serie Aída (es­
trenada en 2005) en la que se comparan los temblo­
res típicos de esta enfermedad con una batidora; o
en Los ladrones van a la oficina (1993-1996), serie en
la que hizo un cameo Lola Flores haciéndose pasar
por una curandera que aseguraba que tenía reme­
dio para todo, desde la alopecia hasta la EP, de la
que decía ‘esa enfermedad en que te tiembla todo el
cuerpo’. Estos ejemplos pueden contribuir a que se
trivialice la EP.
El actor Michael J. Fox sufre esta enfermedad des­
de hace años, cuando se le diagnosticó en plena ju­
ventud. En el último episodio de Spin City (19962002) en el que participó, se salió del personaje y
habló sobre su enfermedad y acerca de que iba a
dedicar todos sus esfuerzos a encontrar una cura.
Posteriormente, ha participado en otras series co­
mo Scrubs (2001-2010), donde daba vida al doctor
Kevin Casey, que padece un trastorno obsesivo com­
pulsivo; Justicia ciega, estrenada en 2005, sobre un
policía ciego; Rescue (2009), o The good wife, estre­
nada en 2009, en esta última da vida a un abogado
que se aprovecha de su EP para conmover a los ju­
rados. En la actualidad, protagoniza The Michael J.
Fox show, comedia en la que da vida a un presenta­
dor de televisión que ha de dejar su empleo por la
EP, pero tras tomar una nueva medicación que le
permite controlar sus síntomas, se reincorporará al
trabajo.
En las series de temática médica y hospitalaria
aparece con frecuencia esta enfermedad y se plan­
tean distintos tratamientos para la misma. Por ejem­
plo, en el episodio 6 de la primera temporada de
Anatomía de Grey (estrenada en 2005), titulado ‘Si
139
S. Collado-Vázquez, et al
mañana nunca llega’, la protagonista asiste a una
intervención quirúrgica de un paciente con EP. Y en
la serie española Hospital Central (2000-2012), el
doctor Vilches empieza a tener un temblor en la
mano derecha, e inicialmente piensan que podría
tratarse de la EP, pero tras someterse a varias prue­
bas, se determina que el temblor se debe al estrés y
al exceso de trabajo.
En ‘Ángeles guardianes’, episodio de la cuarta
temporada de House (2004-2012), una joven tiene
una serie de síntomas entre los que destacan las
alucinaciones y, entre los posibles diagnósticos, se
considera la EP, si bien finalmente se determina que
lo que padece es ergotismo, provocado por un hon­
go en los cereales que consumía [17].
En el año 2000, el actor Jeremy Sheffield se in­
corporó al elenco de la serie médica Holby City para
dar vida al cirujano cardiotorácico Alex Adams hasta
2003, cuando el personaje comienza a sufrir la EP y
abandona el hospital cuando la enfermedad empie­
za a dificultarle el desempeño de su trabajo. La BBC
tenía interés en mostrar que la EP no se presenta
únicamente en ancianos y, para dar verosimilitud al
personaje con esta enfermedad, contó con el aseso­
ramiento de un neurólogo y un paciente joven con
EP. Entre los tratamientos utilizados, la serie mos­
tró la estimulación cerebral profunda.
Ray Donovan (2013) es una serie creada por Ann
Biderman y dirigida por Allen Coulter, drama fami­
liar con algunos toques de humor, que transcurre
en Los Ángeles, California. El protagonista ayuda a
familias ricas y famosas a que se reconcilien, aun­
que su propia familia también necesita ayuda: su
padre acaba de salir de la cárcel, uno de sus herma­
nos es alcohólico y el otro, Terry, antiguo boxeador,
está afectado por la EP.
Virtuality (2009), de Peter Berg, presenta una his­
toria que se desarrolla en una nave espacial con una
tripulación formada por 12 personas. La Tierra se
va a convertir en un planeta inhóspito y tendrán
que buscar otro donde habitar. Para esta misión, que
durará 10 años, la NASA les ofrece los últimos
avances tecnológicos, como un sistema de realidad
virtual que permite a los tripulantes adoptar cual­
quier identidad y transportarse de un lugar a otro,
pero empiezan a surgir problemas, como un error
en el sistema y la enfermedad del único médico de
la tripulación. El Dr. Adin Meyer se da cuenta de que
tiene síntomas de la EP. Se rodó un episodio piloto
de lo que pretendía ser una serie de ciencia ficción,
pero finalmente el proyecto no salió adelante y se
estrenó como telefilme en Estados Unidos en 2009.
Otro telefilme es Salvar a Milly (2005), un dra­
ma sobre una mujer muy luchadora a la que le diag­
140
nostican la EP. La película televisiva se basa en la
historia real del periodista político Mort Kondracke,
su historia de amor con su esposa Milly, y el cambio
de la vida de ambos, tras diagnosticarse la EP a la
esposa del periodista.
En 2005, se grabó para la pequeña pantalla la pe­
lícula biográfica Juan Pablo II, en la que Jon Voight
interpreta a una persona con EP, imitando la cara
de máscara y el temblor característicos.
También se pueden mencionar documentales
que abordan las investigaciones y tratamientos no­
vedosos e incluso polémicos en relación con la EP.
Un ejemplo es Brain transplant (1992), secuela del
documental The case of the frozen addicts (1986),
en el que se investigan los trasplantes de tejido fetal
en el tratamiento de la EP. El neurocirujano William
Langston investigó en primates y seres humanos
con MPTP, compuesto secundario que se forma a
partir de la síntesis de meperidina o heroína sintéti­
ca, y que provoca la destrucción de neuronas de la
sustancia negra, por lo que produce una sintomato­
logía muy similar a la de la EP. Los síntomas moto­
res de dos de los siete pacientes en los que se realizó
la investigación fueron finalmente tratados con éxi­
to en el Hospital Universitario de Lund, en Suecia,
con injertos de tejido neural fetal.
En 1995, Langston y el escritor Jon Palfreman
publicaron The case of the frozen addicts, que reco­
ge muchas de las cuestiones planteadas en los do­
cumentales citados. En el libro, los autores relatan
el extraño caso de seis pacientes que, tras consumir
heroína sintética, acudieron a servicios de urgen­
cias del área de San Francisco, conscientes pero sin
capacidad para moverse o hablar y fueron diagnos­
ticados por Langston de EP en un estadio avanzado.
Otro documental es Shaken: journey into the
mind of a Parkinson’s patient (2008), sobre un hom­
bre joven con EP que se somete a terapia de estimu­
lación cerebral profunda y, así, se centra en una al­
ternativa terapéutica de esta enfermedad.
Conclusiones
La literatura, el cine y la televisión han contribuido,
habitualmente, a dar una visión realista de la EP, así
como de los profesionales sanitarios relacionados y
hay numerosos ejemplos en los que se muestran las
vivencias de los propios enfermos y se resalta la im­
portancia de la atención sanitaria y sociofamiliar.
El uso de estos formatos de expresión puede ser
de interés para los profesionales de las ciencias de
la salud que se dedican a la atención y el tratamien­
to de los pacientes con EP, ya que pueden ser el re­
www.neurologia.com Rev Neurol 2014; 58 (3): 133-141
La enfermedad de Parkinson en la literatura, el cine y la televisión
flejo de las diferentes fases de la enfermedad, su afron­
tamiento, la vivencia de los familiares, así como una
forma para la concienciación social.
Bibliografía
1. García-Ruiz PJ. Prehistoria de la enfermedad de Parkinson.
Neurología 2004; 19: 735-7.
2. Kempster PA, Hurwitz B, Lees AJ. A new look at James
Parkinson’s essay on the shaking palsy. Neurology 2007;
69: 482-5.
3. García S, López B, Meza-Dávalos EG, Villagómez-Ortiz A,
Coral-Vázquez R. Breve reseña histórica de la enfermedad
de Parkinson. De la descripción precipitada de la enfermedad
en el siglo xix a los avances en biología molecular del
padecimiento. Med Int Mex 2010; 26: 350-73.
4. Khalil R. History of Parkinson’s disease. Hist Sci Med 1996;
30: 215-20.
5. Horowski R, Horowski L, Vogel S, Poewe W, Kielhorn FW.
An essay on Wilhelm von Humboldt and the shaking palsy:
first comprehensive description of Parkinson’s disease by a
patient. Neurology 1995; 45: 565-8.
6. Lakke JP. Wilhelm von Humboldt and James Parkinson. An
appraisal of observation and creativity. Parkinsonism Relat
Disord 1996; 2: 225-9.
7. Miranda M. Charles Dickens y su aporte a la medicina: en el
bicentenario de su nacimiento. Rev Med Chile 2012; 140: 826-7.
8. Collado-Vázquez S, Cano-de-la-Cuerda R, Jiménez-Antona C.
Deficiencia, discapacidad, neurología y cine. Rev Neurol 2010;
51: 757-63.
9. Collado-Vázquez S, Carrillo JM. La epilepsia en la literatura,
el cine y la televisión. Rev Neurol 2012; 55: 431-42.
10. Collado-Vázquez S, Carrillo JM. Los tics y el síndrome de
Tourette en la literatura, el cine y la televisión. Rev Neurol
2013; 57: 123-33.
11. García-Sánchez JE, García-Sánchez E, Marcos M. Medicina
en fotogramas. Neurología: enfermedad de Parkinson. Rev
Med Cine 2009; 5: 1-7.
12. Olivares-Romero J. Escenas en movimiento. Los trastornos
del movimiento en el cine. Neurología 2010; 25: 108-15.
13. Ford SF, Larner AJ. Neurology at the movies. Adv Clin Neurosci
Rehabil 2009; 9: 48-9.
14. Jiménez-Serranía MI. Despertares (1990): la epidemia de los
niños que se quedaron dormidos. Rev Med Cine 2007; 3: 102-12.
15. Pérez-Sánchez J. El uso de la película Despertares (1990) para
evaluar aprendizajes en la licenciatura de Biología de la
Universidad Pompeu Fabra. Diez años de experiencia.
Rev Med Cine 2009; 5: 27-9.
16. Hernández-López C, Pontes-García C, Vilardell-Murillo D,
Queralt Gorgas-Torner M, Delgadillo-Duarte J. Amor y otras
drogas/Love and other drugs: una película con un número
significativo de recursos para la formación en farmacología
y terapéutica. Rev Med Cine 2013; 9: 53-9.
17. Vargas JJ. House: patologías de la verdad. Palma de Mallorca:
Dolmen; 2012.
Parkinson’s disease in literature, cinema and television
Introduction. Since James Parkinson published what can be considered the first treaty on the disease that bears his name
in 1817, the scientific literature on this pathology has not ceased to grow. But the illness has also been represented in
literature, the cinema and on television, where the symptoms, treatment and socio-familial context of the disease have
often been examined very closely.
Aim. To address the cases in which Parkinson’s disease appears in literature, cinema and television, as well as to reflect on
the image of the condition presented in those contexts.
Development. We reviewed some of the most important works in the literature dealing with Parkinson’s disease from any
period of history and many of them were found to offer very faithful portrayals of the disease. Likewise, we also reviewed
major films and TV series that sometimes offer the general public a close look at the vision and the impact of the disease
on patients or their relatives.
Conclusions. Literature, cinema and television have helped provide a realistic view of both Parkinson’s disease and the
related healthcare professionals, and there are many examples that portray the actual experiences of the patients
themselves, while also highlighting the importance of healthcare and socio-familial care.
Key words. Cinema. Literature. Parkinson’s disease. Television.
www.neurologia.com Rev Neurol 2014; 58 (3): 133-141
141