Cuidado terremoto - Oficina de la UNESCO en Guatemala

Publicado en 2013 por la Organización de las Naciones Unidas
para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO)
Oficina en Guatemala 4a. calle 1-57, zona 10
01010 Guatemala, Guatemala
Coordinación editorial: Lucía Verdugo
Autoría: Carolina Naranjo
Diseño gráfico e ilustración: Diana Peren Barrios
© UNESCO 2013
Era un día soleado y tranquilo en el bello pueblo
en el que vivían Nico, Alba, Julián y Quetzalí.
1
De pronto, el suelo empezó a moverse... la
escuela, los árboles y las casas. Salían grietas en
el suelo y en todas partes.
2
Julián, que se encontraba en su casa tratando de apurarse a
preparar su mochila con los libros de la escuela, sintió cómo
de repente… ¡¡todo se movía!!
Las sillas, las ollas y todas las
cosas que había en la casa caían
al suelo y Julián, muy asustado,
intentaba ponerse a salvo.
3
Quetzalí, que ya iba de camino
a la escuela, sintió cómo todo
a su alrededor se movía, se
rompían los cristales de las
casas y todos los edificios se
caían a su alrededor.
Cuando todo paró, muchas niñas y niños
habían perdido sus casas. Junto con sus
familias, fueron a la escuela que había sido
habilitada como albergue.
4
Nico y Alba no entendían muy bien qué había sucedido y, muy
asustados, casi no se atrevían ni a hablar entre ellos. Sólo se
mantenían en las colchonetas en las que dormían en la que antes era
su escuela, pensando si el suelo se movería otra vez.
5
La mamá de Quetzalí le había
explicado que había habido un
terremoto, pero eso…
¿Qué querría decir? ¿y si había más?
Por la noche, cuando dormía en su
camita, volvía a soñar que estaba en
la calle y todo se venía abajo.
6
Semanas después, la escuela de Nico, Quetzalí, Alba y Julián
volvía a estar en funcionamiento y las niñas y los niños
regresaban a las clases, pero… no a todos les resultaba fácil ir.
7
Alba no quería separarse de sus papás
y se portaba mal en la escuela.
8
Nico se mantenía con la cabeza en las
nubes, sin interés y sin prestar atención
a las explicaciones de la maestra.
9
Quetzalí y Alba jugaban con sus
construcciones de madera a que
había un terremoto y todo se
desmoronaba y perdían sus casitas.
10
La maestra de la escuela, la seño Rosa, miraba con
sorpresa y preocupación los comportamientos de sus
alumnas y de sus alumnos.
11
La seño Rosa llamó a todos los niños
y las niñas, y les pidió sentarse todos
juntos en círculo. Entonces, empezó a
explicarles qué era un terremoto, por
qué sucedían, y qué había que hacer
si volvía a suceder.
12
Después, les mostró el punto seguro de
la escuela, indicado mediante un rótulo,
que es a donde debían dirigirse para estar
seguros si el suelo volvía a temblar.
También les dejó la tarea de que compartieran con sus papás
y hermanitos lo que habían aprendido, y que ayudaran a sus
papás a reconocer los “puntos seguros” dentro de sus casas.
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Las niñas y los niños, muy diligentes, pintaron sus propios
rótulos de “zona segura” y con ayuda de sus papás los
colocaron en sus casas.
¡¡Las niñas y los niños ya estaban organizados para los desastres!!
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