Secretos del juego posicional en ajedrez Mark Dvoretsky EDICIONES MERÁN Secretos del juego posicional en ajedrez ©2004, Mark Dvoretsky ©2004, Antonio Gude de la traducción ©De esta edición: Ediciones Merán Apartado de Correos 23 02630 la Roda (Albacete) e-mail: [email protected] Editor: Jesús J. Boyero Coordinación editorial: Joaquín Hemández Nieto Diseño de cubierta: Miguel Pueyo Corrección: César Montolio Impresión: Milegraf Printed in Spain Primera edición: diciembre de 2004 ISBN:84-96279-02-2 Depósito legal: M-37753-2004 Derechos exclusivos de edición en castellano reservados para todo el mundo. Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de la cubierta, puede ser reproducida, almacenada o transmitida en manera alguna, ni por ningún medio, ya sea eléctrico, químico, mecánico, óptico, de grabación o de fotocopia, sin permiso previo, y por escrito, del editor. La infracción de los derechos mencionados puede ser constitutiva de un delito contra la propiedad intelectual (arts. 270 y siguientes del Código Penal). ÍNDICE PRÓLOGO 1. . . . . . . . . . . . . . . . EL JUEGO POSICIONAL . . . . La lógica de la lucha posicional ¿Qué peón debe avanzarse? . . Jugadas de ruptura . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . La pareja de alfiles . . . . . . . . . . . . Errores, errores . . . . . . . . . . . . . Ventaja de espacio . . . . j Paso a la torre! . . . . . . . . . . . . . . . . . . ¡No se olvide de la profilaxis! . . . . . . . . . . . . ¿Qué significa "plan estratégico"? . Como se traza un plan . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . 13 . . 27 . . . . 31 . . 40 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . .... . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . 48 . . . 53 . . . 60 ... 70 . . . 80 ... 90 . . . . ....... 1 0 1 . . . . . . . .. 11 . . . . 9 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ... . Las misteriosas jugadas de torres Entrenar con grandes maestros . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . El cambio inusual .. .. . . El bloqueo de los peones pasados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 16 . . . . 1 25 . . . . . . 1 07 Choque de planes ... . . . . . ......... ... . ... .. . ... ... . ...... . ... 1 3 1 . La iniciativa . . . . . . . . . En busca de la victoria Una fácil victoria . . . . . . . . . . Ejercicios para análisis .. 2. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . POSICIONES SENCILLAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . ... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 40 . . . . . . . . 1 53 . . 1 66 . . 1 74 . 1 79 . .. . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. El ataque con un pequeño ejército. ..... . . ... . ................ . . . 1 8 1 . Abundancia de posibilidades . . Una derrota memorable . ... . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . .. . . . . . . . 1 89 . 1 98 Cuando la técnica falla .... . . . ...... .......... . . . .. .. ... ....... .. 207 Equilibrio en la balanza . Táctica en acción . . . ¡Defensa activa! . .. . . . . . ....... . .. .. .. .. .. . . . . . . . . .... ........ 2 1 2 . .. . . . . . . . . . . . . ... . . . .. . . . . . . . . . . . Incapacidad de asumir la iniciativa ... . . Momentos decisivos . .. .. . . Ejercicios para análisis . .. .. . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . 219 . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . 224 . . . 227 . . . 233 . . . 243 SOLUCIONES A LOS EJERCICIOS . . . . . ÍNDICE DE PREGUNTAS Y EJERCICIOS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 248 . . . 29 1 , PROLOGO La maestría del artista radica en su capacidad de obligar a la razón a actuar al más alto nivel de la intuición. La maestría se nutre de la inspiración y es, en cierto modo, l/na imitación de ésta. La inspiración puede ser intermitente, en cuyo caso la maestría debe suplir las lagunas. Vasil Iskander .Jugar ajedrez posicional significa fórmular opiniones y tratar de demostrarlas en la práctica. Aaron Nimzovich El libro que tiene en sus manos, querido lector, es una continuación de los ya publ icados, dentro de mi obra global Escuela de ajedrez excelente (cuyos dos primeros tomos son Secretos del entrenamiento en ajedrez y Secretos de la táctica en ajedrez). Este tercer volumen está consagrado al juego posicional . En reseñas de los libros precedentes se ha dicho que son un tanto difíciles y que contienen análisis demasiado exhaustivos. Las partidas y fragmentos de partidas conque a continuación se encontrará son , en genera l , bastante senci llos aunque por supuesto n o todos. Esto tranquil izará a ciertos lectores, mientras que otros tal vez se sientan desil usionados . Pero, créame, nunca he tratado, deliberadamente, de simplificar o compl icar el material , ya que eso depende sobre todo del tema elegido y de su exposición formal . En términos generales, a veces tengo la impresión de que el autor conscientemente es mucho menos capaz de controlar lo que escribe de lo que él mismo se imagin·a. Mis libros pueden o no gustar, pero es improbable que pud iesen ser distintos. Contienen ejem plos que son memorables para m í, en la forma en que los veo, y describo el ajedrez y los mecan ismos psicológicos que intervienen de la misma forma en que se los explico personalmente a mis alumnos. Estoy seguro de que cualquier tentativa por mod ificar o por simplificar el material llevaría , inevitablemente, a un considerable deterioro de la calidad y a una deformación de los modelos ajedrecísticos generados en la mente del autor. En ú ltima instancia , tal operación podría deformar 10 también l a asimilación d e esos modelos e n l a mente del lector. Como en mis libros anteriores, se l lama la atención del lector sobre casos en los que, de u n modo u otro, el autor de estas l íneas o sus discípulos han tenido una participación directa. Se trata, normalmente, de nuestras partidas o de partidas de otros jugadores con anál isis nuestros. Como tam bién era el caso en los libros precedentes, el lector está invitado a entrenarse por sí m ismo mediante la resolución por su cuenta de numerosos problemas, que se dividen en preguntas, cuyas respuestas siguen en el texto inmediato, y ejercicios cuyas soluciones se. i ncluyen al final del libro. 1. EL JUEGO POSICIONAL El filósofo Fra ncis Bacon declaró en una ocasión: "Algu nos libros deben ser probados; otros, tragados; y unos pocos, masticados y digeridos". Entre los l i bros consagrados al juego posiciona l , u n o de los un iversalmente reconocidos y, en mi opinió n , simplemente el mejor, fue y sigue siendo Mi sistema, de Aaron Nimzovich . En una época , cuando aún era un escolar, estudié minuciosamente este libro, tras cuya lectura pasé de ser un jugador de primera categoría a maestro, en apenas un año. Todavía hoy, si uno de mis alumnos no está familiarizado con las ideas de Nimzovich, le recomiendo encarecidamente q ue lea Mi sistema. Pero cuando doy lecciones sobre ajedrez posicional empleo un enfoque diferente. Ni mzovich propone un conju nto íntegro de principios del juego posicional . Sus firmes ideas han resistido la prueba del tiem po aunque, por supuesto, muchas de las posiciones por él analizadas se interpretan hoy en d ía de forma diferente. Pero supongamos que ha asimilado usted esos principios y que ha comenzado ( ¡ con éxito! ) a aplicarlos a sus propias partidas. ¿Qué debe hacer ahora? Después de todo, está claro que en el momento presente no todos los secretos posicion ales le han sido revelados . De modo que probablemente quiera (tal vez no de inmediato , pero s í en el plazo de uno o dos años) subir un nuevo peldaño en este campo. ¿Cómo debe hacerse y qué otros enfoques son posibles aqu í? Acerca de esto es de lo que deseo hablar. U na vez más, debo enfatizar en que no se trata de corregir o de añadir cosas a lo ya dicho por Nimzovich , sino de enfocar su tarea en otras direcciones. Un sistema completo de conocimiento adecuado a efectos de asimilación y memorización no puede, lamentablemente, conseguirse, puesto que el ajedrez es demasiado complicado y diverso para ser 12 agotado con un simple plan teórico. Pero, por otra parte, cualquiera de las direcciones que se le proponen para mejorar su maestría posicional es una ruta abierta que le permitirá avanzar continuamente , progresando en los más variados aspectos del juego . En pri ncipio analizaremos una buena partida posicional. Con su ayuda , será posible trazar un mapa objetivo de las direcciones en q u e puede orientarse el progreso posicional del jugador. A continuación , daremos un paso o dos en alguna de esas direcciones. Entretanto, iremos resolviendo n u merosos ejercicios (la mayoría de los cuales no son tan complicados como los de los dos libros anteriores) . Los ejercicios posicionales son muy raros en las páginas de los libros o revistas de ajedrez, y aq u í me he propuesto, al menos en cierto grado, paliar esa carencia. La lógica de la lucha posicional 13 LA LÓGICA DE LA LUCHA POSICIONAL i Qué suerte tuvo Adán! Cuando se le ocurría algo bueno, sabía que nadie lo había dicho antes. Mark Twain En la partida con que vamos a co me nza r no hay com p l i cadas variantes n i combinaciones espec taculares , pero aun así me atrae, porque la estricta lógica de una batalla posicional tam bién contiene su propia belleza. Dvoretsky Timoshenko - Moscú 1 966 Campeonato de la U RSS por equipos 1 . c4 2. ltJc3 3. g3 4. j¡g2 5. d3 6. e3 7. ctJge2 8. O-O 9. ctJd5! g6 �g7 d6 e5 ltJc6 ltJge7 O-O j¡ e6 No hay otro modo satisfactorio de evitar la fuerte ruptura 9 . . d5, con la consiguiente apertura de l íneas en la columna d y presión sobre el peón de d3. . 9. 1 0. �d7 ktb1 Las blancas han planteado un esquema flexible de desarrollo, que es, en m i opinión, uno de los mejores contra el esquema indio de rey elegido por mi riva l . Las piezas, como en las viejas dis posIcIones de la é poca del shatranj, está n armón icamente situadas detrás de los peones, por lo que, llegado el momento , casi cualquier peó n b l a n co pod rá avanzar. Pero, por el momento, cubren de forma sólida todas las casillas centrales importantes. Los pla nes ulteriores de los respectivos oponentes están, en gran parte, condicionados por la formación de peones. Las negras, gracias a su peón de e5, cuentan con mayor espacio en el flanco de rey, precisamente en el sector en el que espera n atacar. Es posible, por ejemplo, f7-f5 Y g6-g5, crean·do la amenaza f5-f4. Pero las' blancas pueden neutral iza r el pel i g ro planteado por los peones contra rios, con el propio avance del peón f2-f4! 14 Eljuego posicional En cuanto a las blancas, es obvio que piensan atacar en el flanco de dama. Con el avance de su peón a b5, y expulsando el caballo de c6, podrán intensificar la ya desag radable presión ejercida sobre la posición contraria con su alfil de g2. Si las negras desean rechazar al caballo de d5, con c7c6, las blancas abrirán la columna b, cambiando peones en c6 , y luego situando su alfil dama en a3 y la dama en a4. Teniendo en cuenta este plan, es evidente q ue no tiene sentido desarrollar el alfil dama por d2. Sería beneficioso para m i rival cambiar mi fuerte alfil de g2, pues sin su apoyo la planeada ofensiva en el flanco de dama se vería seriamente devaluada, además de debil ita rse la posición del rey blanco. Pero no daría resultado 1 0 . . . i.h3?, pues seguiría 1 1 i.xh3 'ij"xh3 1 2 Cjjxc7 . Pero imaginemos que el caballo rey negro no se encuentra en e 7, sino en f6 ó h6. Entonces s í sería posible 1 0 . . . i.h3 ! , puesto que 1 1 i.xh3? 'iVxh3 1 2 Cjjx c7?? permitiría 1 2 . . . Cjj g 4 Y el consiguiente mate. Este senci l l o motivo táctico sugiere a las negras la idea de cambiar la disposición de sus efectivos en la apertura . Cuando he jugado esta variante con negras, he preferido desa rrollar el cabal lo por f6 . Por ejemplo: 6 . . . Cjjf6 7 Cjj g e2 o-o 8 O-O i.e6 9 lZ'ld5 'iVd7, llegándose a la posición del diagrama 2. 2 Ahora , en caso de 1 O �b 1 sigue 1 0 . . . ..th3. Sin embargo, después de 1 0 Cjj ec3 ya no es bueno 1 0 . . . i.h3? ! , debido a 1 1 Cjjxf6+! ..txf6 1 2 Cjj d 5 ..td8 1 3 ..td2 i.xg2 1 4 <iÍixg2 f5 1 5 'iVb3 , y las blancas tienen mej ores perspectivas (Savon Dvoretsky, Cam peonato de la U RSS, Primera Liga , Odesa 1 974) . Las negras pueden jugar, en cambio, 10 . . . Cjj e 8! , preparando tanto 11 . . . i.h3 como 1 1 . . . Cjj d 8, seguido en este caso de c7-c6 . Ahora el caballo blanco de d5 se encuentra incómodo (puesto que su colega ha ocupado la casilla c3) , a causa de tener que retirarse perd iendo tiempo, sin posibilidad de ser cambiado por un caballo negro. La d escri pci ó n detal lada del trata m i ento de estas . posiciones con p iezas menores puede verse en el cap ítulo La pieza superflua, d e m i l i b ro Métodos para la instrucción del ajedrecista ( p u bli cado e n i n g l és co n e l t ítu l o La lógica de la lucha posicional Training Player) . for th e Tournament Artur Yus u pov ha ensayado ocasional mente el desarrollo del caballo por h6. En general, en la apertura las piezas se desarrollan hacia el centro, pero este plan tam poco carece de lógica . De este modo, no bloquea el peón f7 pero tam poco contribuye a la lucha por la casilla d5. Si se instalase en ella un ca ba l lo b l a nco , pod ría ser expulsado con c7-c6 , y las blancas se verían obl igadas a retirarlo con pérd ida de tiempo, pues el cam bio de caballos ya no es posible. Ese fue el desarrollo del d uelo Petursson-Yusupov, jugado en el Cam peonato del M u n do para Estudiantes (Graz 1 978): 1 c4 e5 2 lDc3 lDc6 3 g3 g6 4 .ig2 .i.g7 5 e3 d6 6 lDge2 lDh6!? 7 �b 1 ?! a5 8 a3 i.e6 9 lDd5 (más correcto es 9 d3) 9 . . . O-O 1 0 O-O �d7 1 1 b4 .i.h3! 1 2 d3 i-xg2 1 3 c¡t>xg2 f5 1 4 f4? ( 1 4 e4!?) 1 4 . . . axb4 1 5 axb4 exf4 1 6 gxf4 lDe 7 1 7 ctJdc3 c¡t>h8 1 8 'iVb3 tDg4 1 9 i.d2 �e6 20 :f3 c6 21 h3 ctJf6 22 :f2 ctJh5 23 tDg 1 h6 24 tDf3 g5!? 25 fxg5 hxg5 26 tDxg5 'iYh6! 27 ctJf3 (27 h4 tDg6) 27 . . . :g8 28 c¡t>f 1 tDg6 29 c¡t>e 1 f4! 30 e4 tDe5 31 tDxe5 .i.xe5 32 c¡t>d 1 ? (32 ctJe2) 32 . . . .i.d4 3 3 :f3 :g2 3 4 tDe2 �xe2 ! 35 c¡t>xe2 (35 � c3 �g7 36 .i.xd4 �xd4) 35 . . . 'iYg7 36 �d 1 (36 :bf 1 'iYg2+ 37 c¡t>d 1 �a 1 + 38 .i.c1 �a2) 36 . . . �g2+ 37 �e 1 ctJg3 38 il..xf4 15 il.. c 3+ . Las blancas se rindiero n . Sustituyamos la j ugada 7 :b1 por la continuación 7 O-O O-O 8 d3 iLe6. En la partida Hort - Kovacevic (Zag re b 1 969) , las blancas l e d ieron a su rival la posibilidad d e demostrar l a s ideas principales e n esta d isposición de pieza s , e s decir, el cam b io de alfiles de casillas blancas y la expulsión del caballo de d5: 9 4:Jd5?! 'iYd7 1 0 :lb 1 i.h3! 1 1 b4 .ixg2 1 2 c¡t>xg2 tDd8 1 3 b5 c6 , y las posibilidades de las negras son ya mejores. Seguramente, lo más sensato era anticiparse al cambio: 9 h3! 'iYd7 1 0 <it>h2 f5 11 b3!? :ae8 1 2 d4! Hay dos ejemplos prácticos en esta l ínea : Csom - Yusu pov (Olimpiada de Lucerna 1 982) : 1 2 . . . f4?! 1 3 d5 f3 14 dxe6 :Ixe6 1 5 iLxf3 :xf3 1 6 tDe4 (amenazando tanto 1 7 tDg5 como 1 7 ctJc5) 1 6 . . . :e8 1 7 �g2 El juego posicional 16 :ff8 1 8 .i.a3ltJf5 1 9 'ifd3 ltJce 7 20 �ad 1 , y es evidente que las blancas tienen ventaja. lo que seguramente favorecerá a las blancas ya que sus torres podrán dominar el flanco de dama. Forintos - Taimanov (Skopje 1 970): 1 2 ... ..tf7 1 3 dxe5ltJxe5 1 4 ..tb2 g5! (las negras amenazan 1 5 .,. g4 Y 1 5 ... .i.h5) 1 5 f4ltJeg4+! 1 6 hxg4ltJxpA+ 1 7 <itg 1 'i!i'e6! 1 8 'i!i'd2 'ilfxe3+ 1 H "xe3 ':xe3 (para seguir con 20 ... �fe8) , con posición complicada , aunque más o menos equilibrada. Después de 1 t a3, Sergei Veselovsky, en el Campeonato por equipos de Moscú 1 967, me respondió con un movimiento dudoso, 1 1 ... :ae8?!, concentrando todas sus piezas en el flanco de rey, a costa de quedar desamparado en el de dama. Siguió: 12 b4 axb4 1 3 axb4 ltJd8 1 4 b5 c6 1 5 bxc6 bxc6 1 6 ltJxe7+ :xe7. En la última partida las negras resolvieron fel izme nte los p ro blemas de la apertura . De todos modos, el juego blanco puede mejorarse. En lugar de 1 4 .i.b2, que aparta el alfil de la diagonal c 1 h6, e s digna d e consideración 1 4 :b1 !? Otra idea tentadora es 8 b3!? (sugerida por el gran maestro Vad im Zviagi ntsev). Las blancas quieren ganar tiempo, adelantando su peón a d4 de una sola vez, después de la man iobra pre ventiva h2-h3 y <itt h 2. Volvamos al esquema con el desarrollo del caballo por e 7, a la posición del diagrama 1 . 1 0. ... ltJd8 A veces las negras juegan 1 0 ... a5. Este avance nos parece dudoso, porque va en contra de un bien conocido principio posicional: No deben avanzarse peones en el sector en que se está más débil. Con el avance a7-a5 se abre la columna a, 4 (E) 1.1 ¿Cómo proseguiría usted en esta posición? 11. b4 ltJxd5 Después de 1 1 ... c6 1 2ltJxe 7 + 'fixe7 1 3 b5 'if d7 1 4 bxc6 bxc6 1 5 .i.a3 , para continuar con 'ifa4-a6, las blancas tienen un juego fácil. Mi rival decidió cambiar alfi les de casillas blancas, a costa de abrir la columna c, lo q ue permitirá presiona r sobre el débil peón retrasado de c7. La lógica de la lucha posicional 12. 13. cxd5 e4! 17 ..th3 i Una jugada típica! En el tablero quedará n los alfiles de casillas negras, Je ah í la conveniencia de situar os peones en casi l las blancas a fin de abrirle la diagonal al alfi l dama propio. 13. 14. 15. �xg2 f3 ..txg2 f5 La posición blanca es preferible porque este bando controla mayor espacio y puede atacar en el flanco de dama, mientras que el ataque contrario en el otro flanco no es muy peligroso. El alfil negro se estre l l a contra sus propios peones y puede, por tanto , calificarse de malo. En caso de 1 5 . .. c6, las blancas juegan 1 6 lDc3, y l u ego d i spond rá n de u n excelente objetivo de ataque en el peón e n emigo de c6, con el ava nce b4-b5, para minar el control de la cas i l l a d 5 . Si lo desean , las negras pueden situa r su caballo e n d4 , pero estas casillas no son equivalentes. Las blancas atacan la casilla d4 con su alfi l , mientras que su oponente no puede hacer lo propio, cambiando su alfil por el caballo enemigo. Aqu í puede verse la ventaja de contar con u n a lfil bueno en contraste con u no malo. 15. ... lDf7 (P)1.1 ¿Qué deben jugar las blancas? Mi siguiente jugada quizá sea la mejor de la partida. Para encontrarla tuve que proceder a un razonamiento encadenado . ¿ Qué quieren hacer las negras? Lo que querían era proponer el cambio 1 6 . . . .th6. ¿ Debe consentirse el cambio. del alfil? En general, es deseable man tener sobre el tablero el alfil malo del contrario. Ahora bien , eludi"r el cambio impl ica una pérd ida de tiempo, l as torres blancas se verán privadas de la importante casilla c1 , y el caballo negro saltará a g5, amenazando pel i g rosamente el rey. De modo que probablemente sea necesario asumir el cambio de alfiles. Ahora bien , ¿en qué casi lla? Si l as negras toman en c 1 , la torre blanca q ueda ya situada en ese punto. Pero tras el cambio en h6 el caballo será desviado de g5, al El juego posicional 18 borde del tablero. Este último factor me pareció más importante. Mejor es completar el desarrollo, atando al oponente a la defensa de su peón retrasado de c7. Las blancas necesitan preparar la tripl icación de sus piezas pesadas en la columna c . La pieza q u e debe ocu pa r c1 e s , ob viamente , la torre de rey. La situación de la otra torre es e3, y la dama debe disponerse detrás de ésta , es decir, en c2. Aqu í inter viene una regla general: En una columna abierta conviene situar la dama detrás de una torre. 16. 17. 18. ilxh6 I:tc3 ilh6 ct:Jxh6 Amenazando 1 9 Vi'c1 . Si ahora 1 8 . . . tiJf7?, sigue 1 9 Vi'c2 :ac8 20 l1c1 , que es malo para las negras. 18. . .. l1f7 Esto significa que las blancas deben elegir entre 1 6 :b3 y 1 6 Vi'c2. 16. �b3 ! ! L a torre s e dispone a completar la fuerte maniobra b 1 -b3-c3 , y, en caso necesario, la dama podrá situ arse eventual mente en c 1 , creando amenazas simultáneas en la columna c y en la diagonal c 1 h 6 . As í pues, l a jugada de torre es la más aguda. Esta última consideración fue corroborada por la partida Dvoretsky - Kremenetsky (Campeonato de la U RSS, Jarkov 1 968), que continuó así: 16 . . . h6 1 7 �c3 ct:Jg5? ( 1 7 . . . c6) 1 8 ilxg5 hxg5 1 9 Vi'c1 ! (sin perder de vista el peón) 1 9 . . . fxe4 20 dxe4 g4 21 'gxc7 gxf3+ 221M3 'i'b5 23 Vi'c4 'i'b6 24 ct:Jg 1 ! ilh6 25 a4!, y las blancas materializaron su ventaja. En este momento parece fuerte la maniobra 1 9 'iVc2 y 20 I:tc1 , ya que las negras deberán defender su peón con l::tc 8. A contin uació n , las blancas podrían segu i r ganando espacio en el flanco d e dama, con a2-a4 y b4-b5, pero esta idea no es de ningún provecho inmediato. Recordemos cómo suele mon tarse una ofensiva de peones en el flanco de rey. Si hay u n peón negro en g6, el plan habitual es h2-h4-h5, con la apertura de la colu mna h. Con un peón en h6, a menudo es posible a brir la columna 9 con el avance g2-g4-g5. La regla general dice así: Al lanzar un ataque a la bayoneta, podemos utilizar un peón enemigo como gancho, es decir, como objetivo de ataque. Si La lógica de la lucha posicional no existiese ese gancho, habría que crearlo. De este modo la a valancha de peones resultará mucho más efectiva. Ahora resultará comprensible la siguiente maniobra de la dama blanca. 19. '+i'c1! 20. '+i'a3 <it>g7 a6 Ante la amenaza 21 !Uc1 , las negras necesitan disponer de la torre, sin perder el peón a 7. En caso de 20 . . . '+i'b5, la réplica sería 21 �a5! 21. :fc1 22. �b3 :c8 G racias al avance a6 , se ha creado un punto de ruptura q ue las blancas pueden explotar con a2-a4 y b4-b5, minando el flanco de dama, tal vez seguido de b5-b6. En caso de a6xb5, las blancas pueden retomar en b5 de dama, con transición a un final ventajoso. La dama, por otra parte, podría situarse en la activa casilla a5, aunque en tal caso quedaría muy alejada del flanco de rey, donde podría ser necesaria para neutralizar un contraataque contra el rey. 22. ... g5? i Un decisivo error estratégico que lo resuelve todo! Las piezas negras están mal dispuestas y poco pueden esperar de este ataque. 19 ¿Cómo deberían haber conti nuado? En u na conferencia, de una de las sesiones de la Escuela Dvoretsky-Yusupov, para jóvenes jugadores de talento, el entrenador de Kiev, maestro Alexei Kosikov, formuló "el principio de la peor pieza": determine cuál de sus piezas está peor situada que las demás y muévala a la mejor casilla posible. E n m uchos casos, la jugada correcta puede hallarse fácilmente, siguienqo esta regla. Tal es el caso aqu í , donde la peor pieza negra es el caballo de h6. U na buena maniobra es 22 . . . ttJg8! Y 23 . . . ttJf6, y después, en caso necesario, i ncluso puede incor porarse a la defensa del peón de c7 con ttJe8 . Ta m bién hay u na idea más interesante , aunque más arries gada: activar la dama con 22 . . . 'iVb5 ! ? , para seg u i r con 'iVb6 . Desde la cas i l l a b6 , la dama contribuye a proteger el peón de c7, amenazando al mismo tiempo una eventual invasión del punto e3, aunque pueda ser atacada por piezas y peones blancos. 7 20 El juego posicional (P) 1 . 2 ¿Cómo deben contin uar las blancas? Un procedimiento efectivo para contestar a un ataque de flanco enemigo es con un contragolpe en el centro. Pero aquí no sirve 23 d4?, que sería un grave error, porque tras 23 . . . fxe4, las negras abren la columna f y logran la casilla g4 para su caballo o su dama . Aqu í se plantea la cuestión que suele ser útil a la hora de afrontar cua l q u i e r problema posicional : "¿ Qué pretende mi rival?". Obvia mente, uno de estos dos avances: 23 . . . g4 ó 23 . . . f4. En caso de 23 . . . g4 , una fuerte réplica es 24 f4! , después de lo cual queda totalmente bloqueado el paso de las piezas negras hacia el flanco de rey. Después de 23 . . . f4, parece deseable 24 g4, pero entonces seguiría el eventual sacrificio de caballo en g4 . Para evitar esta posibilidad , puede optarse por la profiláctica 23 h3. Pero en principio esta jugada no es deseable, en tanto que contrad ice la regla antes mencionada: no hay q ue realizar avances debilitadores de peones. Si es posible, es mejor prescindir de ellos. Aqu í tal vez sea oportuno recordar el principio de la economía defensiva: al defenderse, realice sólo las mínimas concesiones' es decir, las imprescindibles. La jugada h2-h3 es, ciertamente, una concesión. ¿Para qué sirve? El avance f5-f4 tiene un serio inconveniente: suprime la presión sobre el peón de e4. Como consecuencia, las blancas, llegado el momento, pueden reaccionar en el centro, con d3-d4! , con lo que se abre la tercera fila, con la torre y la dama muy bien dispuestas, en c3 y b3, para desplazarse al flanco de rey. Aclarado esto, es evidente que las negras no plantean ninguna amenaza seria. Por consiguiente, llegó el momento de poner en marcha un plan de ataque en el flanco de dama. 23. a4! Cambiando la orie ntación del juego; el principio dé profilaxis planificada establece que al tomar una decisión no deben dejar de tomarse en cuenta las intenciones del contrario, lo que no significa que siempre deban realizarse jugadas profilácticas. 23. 24. d4! f4 g4 Después de 24 . . . fxg3 25 hxg3 g4 , seguiría 26 f4! 25. 26. dxe5 gxf4! dxe5 El cambio de peones perm ite al caballo blanco llegar a la casi l la e6, donde d isfrutará de una posición colosal : ataca el punto c7 , creando La lógica de la lucha posicional amenazas contra el rey enemigo, y cerrándole a la dama negra el paso al flanco de rey. 26. 27. ttJd4 exf4 Wh8 Un poco mejor era 27 ... gxf3+, aunque las blancas tienen la elección entre 28 Mxf3 y 29 Wh 1 . 28. ttJe6 31 . 32. 21 axb5 �xf3 gxf3+ ttJf5 Sacrificando el caballo en una tentativa desesperada. La posición está ganada y las bla ncas no conceden opción a su rival. 33. �g 1 + 34. bxe6 35. �e2 ! ttJg7 bxe6 e6 Amenaza 36 �cg2 . Malo es 35 . . . cxd5 , a lo que seguiría 36 �xc8+ 'iVxc8 37 �xg7+. 8 35. 29. �b2 ! i U n a j ugada muy fi n a ! Las negras deben regresar con su rey a g8, quedando así privadas de toda esperanza de contraataque sobre la col u mna g. Por el contrario, pronto pod rán hacerlo las blancas . 29. 30. Wg8 �e8 Con la última esperanza de que las blancas jueguen 36 Mcg2?, cuando las negras replicarían 36 . . . �xe6 3 7 dxe6 'iVd3+. L a solución más efectiva es pasar a u n fi nal de torres, con dos peones pasados y unidos, y uno de ventaja, aunque, por supuesto, l a simple 36 �xc6 también era buena. 36. 37. 38. 39. �xg7+ �xg7+ ttJxg7 ttJxe8 �xg7 �xg7 exd5? Las negras se rindieron . b5! El tri u nfo de mi p l a n d e apertura de atacar en el flanco d e d a m a . L a defensa contraria se viene abajo. 30. ... ... axb5 Tías haber concluido el análisis de ia partida, la usaremos como ejempb para volver al tema de las d ivers:is d i recciones en que puede orierLarse el progreso posicional . A continuación , relacionaremos las más importantes. 22 El juego posicional OPERACIONES POSICIONALES Muchas acciones que se emprenden en el curso de una partida son operaciones posicio nales relativamente sencillas, que persiguen precisas m etas estra tégicas. Hay que d istinguir, no obstante, tres tipos de operaciones: 1) Mejora en la disposición de las piezas, maniobras, reag ru pamiento. Podemos distinguir, por ejemplo, las evoluciones de las blancas en sus jugadas 1 6- 1 8, con la preparación del doblaje o triplicado de piezas pesadas en la columna c. En la jugada 22 hubo que decidir entre el desplazamiento de dama a b3 ó aS. Luego, el traslado del caballo a e6. En la jugada 35 se inició el traslado de la torre hacia g2. Por parte de las negras, pod ían haber procedido, en la jugada 22 , a un reciclaje de su caballo: ttJh6-g8-f6. 2) J ugadas de peón , para crear u n a satisfactoria for maclon genera l de peones. Record emos, por eje m p l o , los movimientos blancos 1 3 y 1 5, los avances en el flanco de dama, la avalancha de peones negros en el flanco opuesto y las formas de pararla. 3) Cambios. En esta partida resultó i m po rtante evaluar el cambio de alfiles de casillas negras (cuando las blancas ponderaban su jugada 1 6) . Tam bién las consideraciones de apertura , en cuanto al desarrollo del caballo negro por f6 (en lugar de e7) , ya que las negras llevan · a cabo u n ventajoso ca mbio de alfiles de casillas blancas, evitando, de paso, el cambio de caballos. Las operaciones que em prendamos pueden no d i rigirse necesariamente con el fin de mejorar nuestra propia posiCión , sino también empeorar la posición enemiga (por ejemplo: la maniobra 'iVd 1 -c1 -a3 provocó el avance a7a6, debilitando la cadena de peones contrarios; la jugada 29 'iVb2! obligó el regreso del rey negro a la casilla inferior g8). A menudo es útil tratar de prevenir las operaciones pla neadas por el oponente como, por ejemplo, llevando a cabo una ope ración profiláctica. Las operaciones posicionales (además de las dé carácter táctico), son el tejido con que se forma una partida. La habilidad para descubrir de la manera más rápida una operación favorable es un importante componente de la maestría en el juego posicional. Esta notable habilidad puede y debería ser continuamente entre nada (lo mismo que la visión combinativa), mediante la reso lución de ejercicios relativamente sencillos, que no requieran una excesiva profundización, ni tam poco un detallado y preciso cálculo de variantes. La lógica de la lucha posicional EVALUACION DE UNA POSICION Muchos de los términos ajedre císticos que empleamos contienen deslices de significado. Esto es válido para con ceptos a m p l ia mente utilizados, como por ejemplo evaluación y pla n . L o que a menudo entendemos por evaluación es el procedimiento de valora r las pos i b i l idades de ambos bandos, a fin de decidir cuál de los dos jugadores está mejor, y cuán mejor. Durante el curso de una partida, rara vez realizamos este proceso de forma expl ícita . S i n em bargo, de forma s u b consciente , lo ejecutamos con tinuamente , y sus resu ltados influyen sobre las decisiones que luego tomaremos. Sin e m ba rg o , la eval uación juega un papel aún más impor tante, pero tomada en otro sentido del térm i n o , q u e consiste en descubrir las características de una poslclon dada. En cualquier posición operan simultáneamente diversos factores, y el arte de la evaluación consiste en distinguir, en un momento dado, el más importante de todos el/os. Al confiar en su evaluació n , el jugador emprende u n plan de acción , y lleva a cabo operaciones posicio nales concretas. Desde la época de Steinitz, se entiende por juego posicional el proceso de evaluar 23 una posición y de elegir u n pla n . Mediante el p rogreso en este campo, obviamente progresamos en la interpretación del j uego posicional en su conjunto . Plan. En la partida anterior, ya en la apertura las blancas diseñaron un plan de ataque en el flanco de dama, que posteriormente ejecu taron. El plan de las negras, q ue implicaba un ataque en el flanco de rey, resultó ser un fracaso. Un plan es el cauce general de nuestro juego en un período relativamente largo de la partida. Está claro q ue tales planes sólo son de carácter orientativo. U na vez que se ha jugado una partida, no es difícil describir, paso a paso, el plan ejecutado. Pero durante el juego no suele ser posible adivinar (y esto no significa que planificar ca rezca de sentido) cóm o se desarrollarán los acontecimientos dentro de unas pocas jugadas. Por ejemplo: en la jugada 1 1 las n eg ras cerra ron . el centro al cambiar en d5, después de lo cual yo dispuse mis peones en casillas bla ncas y presioné sobre la columna c. Pero las negras pod ían haber jugado también 1 1 . . c6, entonces el plan de las blancas h u bi era sido d iferente , con la apertura de la col umna b y el traslado de las piezas al flanco de dama, manteniendo los peones e y f en SlJS casi l l a s i niciales. S i , después d e b4-b5, m i rival hubiese . 24 El juego posicional respondido c6-c5, entonces, tras l levar mi caballo a d5, proba blemente tendría que preparar la ruptura f2-f4 ó d2-d4. Sólo en casos muy raros es posible trazar y llevar a cabo un plan a gran escala. Aunque la posición (ya sea de apertura , ya en el fin a l ) haya sido muy bien estudiada y el oponente carezca de contrajuego, e incl uso si podemos realizar, sin mayores obstáculos, los reagrupamientos adecuados. También suelen llamarse planes a ideas más breves, que a veces consisten en una o dos operacio nes posicionales. Por ejemplo, las blancas llevaron a cabo el plan de concentrar sus piezas mayores en la columna e, y las negras deberían haber llevado acabo el plan de reconducir su caballo de h6 a mejores casillas. Profilaxis. Como observó Nim zovich, el genuino juego posicional combina la consistente . ejecución de los propios planes con la obstaculización de los planes del oponente. Repase los comentarios a la partida y verá cuán a menudo la búsqueda de una solución a una posición dada comienza con l a cuestión "¿Qué quiere hacer mi oponente, y qué pretende jugar?". ' M uchos jugadores no están habituados a esta forma de pensar, y normalmente se concentran sólo en sus propias ideas. Para ellos cultivar el "pen samiento pro filáctico" será una importante fuen te de progreso. Posi ciones típicas. Resulta muy útil selecciona r posiciones con estructuras de peones similares y/o piezas, así como posiciones con la misma relación de material, a fin de estudiar las reglas que operan en ellas, los planes empleados y las técnicas posicionales y tácticas. La partida que hemos a nalizado es un ejemplo muy i nstructivo de esq uema siciliano contra · I a Defensa I ndia d e Rey. U n a estructu ra similar (con colores invertidos) a menudo se produce si juega usted con negras, contra el Ataque I ndio de Rey o la Variante Cerrada de la Defensa Siciliana. Yo había anal izado ese tipo de posiciones y, por tanto, me sentía muy cómodo durante el desarrollo de la partida. En el comentario se analiza brevemente el desarrollo del caballo negro por f6 ó h6 (en lugar de e7). Es de sentido común que ambos bandos tienen otras formas de modificar su juego. En oca siones, las negras juegan f7-f5 ó h7-h5 en fase muy temprana de la partida. Las blancas despliegan , a veces, una ofensiva en el flanco de dama, sin completar su desarrollo en el flanco de rey (con el caballo aún en g 1 ) , o bien juegan d2-d4, en lugar de d2-d3. El análi�is de todas las posibilidades mencionadas, en La lógica de la lucha posicional esencia, el análisis de la variante de apertura en cuestión . De ah í el pri ncipio: en nuestros días el aná lisis de muchas posiciones típicas está estrechamente vinculado al estudio de la apertura. As í, hay posiciones típicas determinadas por la disposición de las piezas y peones en la apertura. También hay otras, no rela cionadas d irectamente con la apertura, cuyo estudio resulta muy útil . Por ejemplo: cuando un bando tiene un alfil "malo", la ventaja de la pareja de alfiles, casillas débiles en la posición enemiga, control de una columna abierta , ventaja de espacio, etc... Situaciones típicas. Mientras que las posiciones típicas se definen por la situación particular y puramente ajedrec ística del ta blero, las situaciones típicas son de carácter general. Ataque o defen sa, reacción a una novedad de apertura, apuros de tiempo (suyos o de su rival), jugar a ganar o a tablas, explotación de una ventaja material o posicional . . . La lista de situaciones puede prolongarse. Las reglas que rigen las situa ciones típicas son de naturaleza genera l , y a men udo no están directamente relacionadas con el ajedrez en sí, sino con la psicología ajedrecística e i ncluso la filosofía. Recuerde, al menos, el principio ya mencionado de economía de fuerzas en la defensa. 25 Técn ica. La material ización técnica de una ventaja es uno de los problemas más importantes del ajedrez. En casi todas las partidas se encuentra, en una u otra forma. Según mis observaciones, la ma yoría de los jugadores, incluso algunos muy fuertes, tienen defi ciencias técnicas, y un progreso en este aspecto del ajedrez les ofrece una mayor estabilidad en su juego y u nos resultados con siderable mente mejores. En la pa rtida a nterior, las blancas no tuvieron n i ngún proble ma para explotar su ventaja. Quizá sólo su jugada 29 fue instructiva. La cuestión de si debería haberse tomado el caballo en la jugada 33 tiene un escaso i nterés, porque en ese momento cualquier decisión era buena. Pero las cosas, a men udo son muy d isti ntas : se req uiere una enorme precisión para tran sformar en victoria la ventaja. La conexión entre táctica y dinamismo. En ajedrez la táctica y la estrategia están íntimamente relacionadas: no basta con encon trar el plan correcto, sino que también es importante ejecutarlo de la forma más precisa. Debe jugarse lo que es posicionalmente correcto, pero si no es lo bastante d i n ámico y concreto, . rara vez conducirá al éxito. I ncl uso en u n a partida tan puramente posicional como la 26 Eljuego posicional a ntes analizad a , tras algunas d ecisiones posicionales puede percibirse un motivo táctico subya cente . Por ejem plo: la elección entre 1 6 :b3 y 1 6 �c2 estuvo determinada, en gran parte, por la idea del posible ataque doble �c1 . La i niciativa. La historia tiene registrado el nombre de jugadores d ispuestos a entregar la iniciativa a sus oponentes, que se sentían muy a gusto en posiciones pasivas. Sin embargo, actualmente casi todos los grandes maestros de primera fila p refieren jugar lo más activa mente pos i b l e , l uchando ferozmente por la i niciativa . Casi todos creen que la posesión de la i n iciativa ofrece u na i n discuti ble ventaja, ya sea puramente aje d recística o de tipo psicológico. Momentos críticos de la lucha. En el transcurso de una partida, los jugadores experimentados suelen encontrar rápidamente la mayoría de sus jugadas posicionales. Pero a veces la solución a una posición dada no es evidente : para encontrarl a , es preciso trabajar d u ro . En la solución hallada confluyen los factores más diver sos: directos y profilácticos, posi cionales y tácticos. Si podemos zanjar con éxito esta d ifícil tarea, el juego evoluciona en la dirección deseable para nosotros, y la proba bilidad de éxito se acrecentará considerablemente. No podemos pensar durante mucho tiempo en cada jugada. Por lo tanto, es muy importante apren der a percibir los momentos críticos de una partida, en los que está justificada la inversión de tiempo y esfuerzo en busca de la solución. En la partid a anterior q uizá la decisión más d ifícil para las blancas fuese en la jugada 1 6 :b3 ! ! Antes de efectuarla, tuvieron q u e considera r el plan de su oponente, evaluar la viabilidad del cambio de a lfiles, p l a n ificar la d isposición de las piezas blancas , y elegir el orden de jugadas más p reciso. En los ca p ítulos s u b siguientes l l a m a re m os especial atención sobre este tipo de episod io, ¡ y nos encontraremos con muchos! Un tipo de decisión difícil , que influye significativamente sobre el cu rso de u n a partid a , es l a transformación de u na posición (por ejemplo, una mod ificación aguda, como consecuencia de una serie de cambios) . Durante una partida puede no ser fácil evaluar lo prometedor de un cambio así y decidirlo. A veces una situación puede transform a rse de varias maneras, y tendrá usted que elegir qué posición es la que le conviene. ¿Qué peón debe avanzarse? ¿QUE PEON DEBE AVANZARSE? El error guarda relación con la verdad, lo mismo que el sueño con el despertar. Al despertarse de un error, el hombre reconduce la verdad con nuevos bríos. 27 conduciría a nada , después de 8 . . . dxe4 9 tbxe4 .tb4+ ) . Pero la jugada textual no es la indicada para preparar ese avance, función que s í cumplen las jugadas de desarrollo 8 .td3 Y 9 O-O. 8. 9. ... e4 1 0. tbxe4 11 ..td3 1 2. o-o . Wolfgang Goethe La destreza en el juego de peones es un importante compo nente del juego posicional . La elección de tal o cual estructura de peones determina, durante largo tiempo, el carácter de la lucha. El reglamento establece q u e los peones no pueden volver atrás, de modo que las consecuencias de un desafortu nado avance son , a veces, imposibles de remediar. Yusupov - Dolmatov Frunze 1 979 Campeonato de la U RSS Primera Liga 1 . e4 2. d4 3. t2Je3 4. tbf3 5. �g5 6. J.xf6 7. e3 8. a3?! e6 d5 tbf6 e6 h6 'ifxf6 �d6 Yusu pov q u iere rea l iza r el avance e3-e4 (la inmed iata 8 e4 no 'ife7! dxe4 il.e7 O-O Es difícil evaluar esta posición. En ella, las blancas controlan mayor espacio, pero este factor está neutralizado por la ventaja rival de los dos alfiles. Cierto que uno de ellos -el de casillas blancas- está por el momento encerrado, y se expone a convertirse en un alfil "malo". La teoría recomienda , para las neg ras, la siguiente estrategia restringida: 1 2 . . . tbd7, seguido de :d8, tbf8 y ..td7 -e8. Dolmatov elige otro plan, más agresivo, con el que espera explotar los dos tiempos q u e su rival ha perd ido en la apertura (las jugadas a2-a3 y el avance e2-e4 en dos tiempos) . 1 2. ... f5! ? Estos avences d e peón deben sopesarse cuidadosamente, ya que suponen un considerable riesgo estratégico, y si no dan resultado, conducen a la creación de serias debilidades en la posición propia. 1 3. tbe3 El juego posicional 28 9 ;�1"1::�� ::� J&;;.t.. � ,je?' i �I :;;��:ti� En este momento parece claro que las neg ras deben realizar un nuevo avance en el centro , y las jugadas candidatas son 1 3 . . . c5 , o 1 3 . . . l¿)d7, para seguir, en este caso, con 1 4 . . . e5. (P) 1 .3 Evalúe el plan correcto. Si el cabal l o bla nco no se hubiese retirado a c3 , las negras deberían avanzar su peón e. Por ejemplo: 1 3 ttJg3!? c5! 1 4 �e 1 'iff6 , con posibilidades mutuas. Pero tras la jugada de la partida, deben jugar 1 3 . . . tLJd7! , preparando e l avance e6-e5. Las blancas no pueden obstacu l izar esta ruptura, puesto que la variante 1 4 VWc2 e5! 1 5 i.xf5 exd4 1 6 �fe 1 ( 1 6 tLJxd4 ¡Ve5) 1 6 . . . VWf6 no les favorece (las negras tienen los dos alfiles en una posición abierta) . También en caso d e 1 4 �e1 sigue 14 . . . e5! Después de 1 5 tLJxe5 tLJxe5 1 6 f4, las negras disponen de la réplica 1 6 . . . �d8! (pero no 1 6 . . . i.b6 1 7 c5 i..xc5? 1 8 i.c4+) 1 7 dxe5 'iVd4+ 1 8 �h1 'iVxf4, con buenas perspectivas. Si 1 5 dxe5 tLJxe5 1 6 tLJxe5 i..xe5 1 7 'iVe2 �e8, las blancas tienen problemas sobre la columna e. Las blancas deben esforzarse por equilibrar el juego, ya que, una vez concluido el desarrollo con .td7 y 'iVf6, el oponente puede lograr ventaja. Al mismo tiempo, en esta variante la jugada f7-f5 se revela oportuna, porque resta movilidad al caballo y alfil blancos. Resulta , pues , evidente que la jugada 1 3 . . . ttJd7! es acertada ; Dolmatov incluso podría haberse apoderarse de la iniciativa. Por el contrario, su a p resura m iento le lleva a una catástrofe. 1 3. 1 4. �e1 ! 1 5. tLJd5 1 6. ttJxe7 1 7. tLJxd4 e5? exd4 ¡Vd 8 'iVxe7 Evaluemos lo que ha suced ido. Las negras han perdido la ventaja de los dos alfiles, y además se han visto privadas del mejor de ellos . El peón de e6 está atacado, y la defensa táctica 1 7 . . . �d8 18 ttJxe6 i.xe6 1 9 �xe6 'iVd7 se refuta con 20 i.. c2 ! Cierto que las negras disponen del avance e6-e5, pero a costa de retrasarse en el desa rrollo, por lo que la actividad en el centro resulta no tener éxito. 17 1 8. . ttJb5 e5 VWe7 ¿Qué peón debe avanzarse? 29 Lerner Dolmatov Kutaisi 1 978 - 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 19. lt:Jf3 d4 e4 e3 .td3 O-O ..txe4 .td3!? d5 e6 lt:Jf6 e6 lt:Jbd7 dxe4 ..td6 eS! 11 i La jugada decisiva! Las blan cas liberan la casilla c4 para su alfi l , al tiem po que apuntalan d6 para el caballo. El peón es inmune: si 1 9 . . . 'iVxc5, sigue 20 Mc1 . Yusupov materializó claramente su ventaja: 1 9. 20 . 21 . 22. 23. 24. 25. 26. 27. 28. 29 .te4+ 'iVd6! lt:Jxd6 f3 Ziad1 ..tb5 ..txe6 lt:Je4 Md6+ lt:Jb6 lt:Je6 �h7 'iWxd6 aS <t>g6 a4 �f6 bxc6 Me8 Me6 Las negras abandonaron . Con u n a estrategia análoga, ya había tenido problemas Dolmatov el año anterior. Entonces tampoco había podido hallar la sol ución correcta . Sucede a menudo: surge una posición, semejante "a otra teórica, pero que no cumple del todo las premisas teóricas, diferenciándose de ésta en ciertos detalles. Las variantes de libro no sirven entonces de ayuda. Lo cierto es que se nos aparecen posibilidades típicas en situaciones conocidas, que tratamos de adaptar aunque no son posibles: la posición requiere profundizar mediante un análisis concreto. ¿Qué avance es correcto: c6-c5 ó e6-e5? Seg u nda cuestión : ¿debería realizarse una de estas jugadas de inmediato, o enrocando previamente? 30 El juego posicional Las blancas preparan la ruptura e3-e4. Pero ¿es razón suficiente para retrasar el d esarrollo del caballo dama? Obviamente, Lerner piensa dirigir esa pieza a c4, vía d2. Las negras deben considerar esta maniobra , en particular, si se disponen a jugar e6-e5. Consideremos, pues , la idea del ava nce e6-e5. Después de 8 . . . O-O , puede seg u i r 9 ct:Jbd 2 , Y a hora no procede 9 . . . e5? , por 1 0 ct:Jc4 . E n caso d e l ava n ce i n med iato , 8 . . . e 5 ! ? , s i g u e tam bién 9 ct:Jbd 2 ! ? , Y a hora e s tentador 9 . . . �e7 , y a q u e no s i rve 1 0 ct:Jc4 ? , por 1 0 . . . e4. Esto significa que lo correcto es 1 0 e4 ! ? , y si 1 0 . . . exd 4 , 1 1 e5! , con excesivo pel igro para las negras . M ás es pera nz a d o ra e ra 9 exd4 ! ? , con buen juego. El plan con c6-c5 también es perfectamente posible. Pero sólo después de que el caballo blanco se desarrolle por d2. Por ejemplo: 8 . . . O-O!? 9 ct:Jbd2 (tanto en caso de 9 e4, como de 9 ct:Jc3, la réplica es 9 . . . e5!) 9 . . . c5 1 0 ct:Jc4 .i.e7, y la posición negra está en orden. Tres meses antes, en el torneo clasificatorio de Daugavpils d e 1 978, contra A . Sueti n , Dolmatov obtuvo la m isma posición s i n pérdida de tiempo ( 6 ct:Jbd2 dxc4 7 ct:Jxc4 c5 8 O-O i.. e 7) . Le vino a la memoria esta partida, y recordó que había temido ser víctima de un ataque tras 9 e4 cxd4 10 e5, por lo que reh usó tomar y ensayó c6-c5 una jugada antes. 8. 9. eS? �e1 ! Curiosamente, Lerner esperaba la jugada c6-c5, y responde como Yusu pov, aunque, por supuesto, con una idea total mente distinta. Se crea así la amenaza 1 0 e4 cxd4 1 1 e5, forzando a las negras a cambiar peones en d4, pues si 9 . . . �c7!?, sigue 1 0 �e2! , redoblando la amenaza. 9. 1 0. exd4 1 1 . ct:Je3 ! exd4 O-O El caballo debe situarse junto al peón dama aislado, precisamente aqu í (he aquí por qué las negras debían haber esperado a ct:Jbd2, y sólo entonces realizar el avance c6c5) . La diferencia con las piezas contrarias, es que las piezas negras no están bien coordinadas. El lugar del alfil en estas posiciones no es d6, sino e7, y el caballo dama ta mbién estaría mejor en c6. Obviamente, las blancas han ganado la batalla de la apertura. Contrariado por el giro de estos acontecimientos, Dolmatov pierde interés en la partida y se extravía de inmediato. 11. 1 2. 1 3. .i. gS 'iVe2 b6 i.. b7 h6? Jugadas de ruptura U na jugada antiposicional que debilita el flanco de rey. 1 4. i. h4 1 5. �ad1 1 6. �e4! i.e7 ttJd5?? Las negras se rindieron en vista de la continuación 1 6 . . . g6 1 7 i.xe 7 'iVxe 7 1 8 ttJxd5 Jixd5 1 9 'iVxd5. 31 JUGADAS DE RUPTURA Las decisiones rutinarias a menudo son efectivas, pero normalmente sólo se gana con jugadas agudas, no estereotipadas. Grigori Sanakoev Una oportuna jugada de minado -un ataque a la cadena de peones contrarios con un peón propio- nos permite abrir l íneas para n uestras piezas y debilitar C? eliminar los fuertes peones enemigos. Sokolov - Dvoretsky Moscú 1 963 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. e4 ttJf3 d4 ttJxd4 ttJe3 a3 Ji e2 O-O eS ttJe6 exd4 Wie7 e6 a6 b5 En la práctica se encuentra a menudo la continuación 8 ttJxc6. A pri ncipios de los sesenta , tuvo lugar un curioso debate sobre este tema, entre los grandes maestros Ratm ir Jol mov y Alexei Sueti n . Veamos: Jolmov - Suetin (Erevan 1 962 , El juego posicional 32 Campeonato de la U RSS): 8 . . . 'iVxc6 9 O-O � b7 1 O �f3 .i:.c8 1 1 e5 'iVc7 1 2 Jtxb7 'iVxb7 1 3 'iVe2 CDe7 1 4 iJ4 CDf5 1 5 a4! b4 (A 1 5 . . . .i:.c4 Jolmov pensaba seguir con esta interesante l ínea : 1 6 Jtd2! CDh4 1 7 f3 i.c5+ 1 8 <it> h 1 CDf5 1 9 axb5 axb5 20 b3 ':h4 21 i.e1 ! y sería malo 2 1 . . . i.d4, por 2 2 Jtxh4 ..ixc3 23 'iVxb5! ) 1 6 CDe4 iLe7 (Es pel igroso 1 6 . . . CDd4 1 7 �d3 CDxc2 1 8 .i:.ac1 b3 1 9 CDd2 , Y si 1 9 . . . .i:.b8 , entonces 20 .i:.fd 1 ! , seguido de 2 1 CDxb3) 1 7 ':ad 1 O-O 1 8 g4! CDh4 1 9 i.g3, y las blancas tienen mejores posibilidades y acabaron ganando la partida. Al año siguiente, Suetin decid ió jugar más seguro y retomó en c6 de peón . Jolmov Suetin (Leningrado 1 963, 31 Cam peonato de la U RSS) : 8 ... dxe6 9 O-O eS 1 O '�'d3! CDe7 ( 1 0 . . . CDf6 1 1 �g3 ! ) 11 a4! b4 1 2 CDb1 CDg6 1 3 'ilVb3 iLe5 1 4 iLe4 O-O 1 5 iLe3 �e7 1 6 tDd2 aS 1 7 .i:.ad1 tDf4 1 8 ..ixe5 �xe5 - (P) 1 .4 ¿Cómo deben proseg u i r las blancas? Es incorrecto 1 9 g3?, 1 9 CDh3+ 20 <it>g2 tDg5 , Y el alfil negro llega a h3, con ganancia de tiempo. Jolmov encuentra una solución no rutinaria . 1 9 'iVe3! ! (Tras el cambio de damas en e3, el ca ballo debe abandonar la fuerte casilla de f4, con la agravante de que se abre la columna f en favor de la torre blanca: 1 9 . . . 'ilVxe3 20 fxe3 tDe6 -después de 20 . . . tDg6 , sigue 2 1 tDb3 ó 2 1 tZJf3 , y e l caballo negro se ve privado de juego- 21 CDf3 i.a6 22 iLxa6 .i:.xa6 23 CDxe5 tZJc5 24 CDd7 ! , con ventaja en el fi n a l -variante indicada p o r Jolmov-. No es mejor 1 9 . . . tDe6 20 i.xe6 �xe3 21 i.xf7+ .i:.xf7 22 fxe3, con el peón débil de e5) 19 . . . 'Wie7 20 tZJb3 iLe6 21 i.xe6 tZJxe6 22 .i:.d2 eS (Las negras tienen un final difícil tras 22 . . . :fd8 23 .i:.fd 1 .i:.xd2 24 .i:.xd2 ':d8 25 ':xd 8+ 'Yi'xd 8 26 �d3!) 23 .i:.d5 e4 (23 . . . tDd4 24 ':xc5 tZJxb3 25 cxb3) 24 tDe5 .i:.fe8 (24 . . . tDf4 25 ':d7 'Yi'g 5 26 g3) 25 tDxe6 'iVxe6 26 .i:.fd 1 Y las blancas tienen u n a sig n ificativa ve ntaja posiciona l , que jugadas más ta rde material izaro n . Conviene prestar atenció n , e n las dos p a rtidas reseñadas, a l considerable papel que en el plan de las blancas asume la jugada de minado a3-a4 ! contra el fla nco de dama enemigo. 33 Jugadas de ruptura Aun as í, es d ifícil creer que la sencilla jugada 6 a3 le perm ita a las blancas aspirar a ventaja de apertu ra . Segu ramente , la defensa de las negras puede mejorarse . Por ejem plo, en la primera partida era digna de consideración 1 4 . . . :c4 (en lugar d e 1 4 . . . tLJf5) 1 5 �g3 'iVc6 ! , dificultando e l avance del peón a3-a4 (recomendación de la Enciclopedia de Aperturas de Ajedrez). 8. 9. �f3 i.g3 Después de 1 3 liJd5 exd5 1 4 exd5 liJxf3+ ! 1 5 �xf3 d 6 1 6 �e4 ( 1 6 i.g5 f6 ; 1 6 'iVg3 0-0-0) 1 6 . . . :d8 1 7 ttJa5 ! , las blancas con serva n muy buenas posibil idades de ataque, aunque objetivamente el sacrificio no es d e l todo correcto. 1 3. 1 4. h4?! 1 5. hS 1 6. 'iVxf3 1 7. �f4 1 8. h6 i.b7 �cS Las negras desarro l l a n sus piezas de la forma más activa, aunque es bastante arriesgada. En la partida el oponente no logró cuestionarlo. 1 0. 1 3. ttJ7g6 O-O liJxf3+ liJeS d6 13 tLJb3 La jugada más natural es 1 0 i.e3 , pero las blancas q u ieren amenazar con el sacrificio de caballo en d5. 1 0. 1 1 . :fe1 i.a7 tLJeS! Descarté 1 1 . . . liJge 7, temiendo 1 2 a4 b4 1 3 liJd5 exd5 14 exd5. Sin embargo, las consecuencias no están clara s , ya que existe la importante jugada intermedia 1 4 . . . �b8 ! Por ejemplo: 1 5 dxc6 ( 1 5 g3 ttJe5) 1 5 . . . 'iVxh2+ 1 6 �f1 i.xc6 1 7 i.xc6 dxc6 1 8 'iVg4. 1 2. i.f4 ttJe7 ( P ) 1 . 5 ¿Cómo seg u i r las neg ras? deben Las negras han concluido con éxito el desarrollo, de modo que es el momento de emprender el contraataque. 18 fS ! Esta jugada de " m i nado", permite a la torre y alfiles negros El juego posicional 34 a menazar, peligrosamente, el flan co de rey enemigo, al tiem po que a b re paso a l a dama para la protección del punto g7. La situa ción de las blancas se vuelve de repente delicada. 19. 'iVc1 ? ! 26. 27. 28. ii.xf4 'iVxf4 �'d2 f4! �xf4 �f8 'iVxh6 tDg4 �f4! Las neg ras atan las piezas contrarias a la defensa del peón e4 y tratan de explotar su peón pasado h, con ayuda del cual piensan abrirse paso en el flanco de rey. S ó l o a hora , a l comentar l a partida , com prend í la idea de esta jugada: defender el peón de c2 (en la variante 1 9 . . . fxe4 20 tDxe4). D u rante l a partida n i s i q u iera miraba a ese sector del tablero. 1 9. 20. 21 . 22. :e2 tDd2 tDf3 29. :ae1 30. tDd 1 31 . tDf2 32. �xf2? h5 h4 tDxf2 Era mejor capturar de torre, 32 :xf2 . 2tf{�: • *;;;f,j;' 14 :�:. Si 22 'iVg5, sería decisivo 22 . . . �xf2+ 2 3 �h 1 (h2) lH6! 22. 23. 24. 'iVxf2 �xf2 �xf2 ii.xf2+ El material es más o menos equivalente, pero la superioridad posicional de las negras no ofrece d u d a s . Ahora existen varias posibil idades tentadoras . . Deci d í tomar primero e l peón de h 6 con l a d a m a , evita ndo el doblaj e d e peones. 24. 25. �g1 �f7+! ? �g6 Amenaza 26 . . . tDf3+. 32. d5! i Una nueva ru ptura ! Las negras atacan el peón de e4 , obligando, por tanto, a capturar este peón, con lo que activarán su alfi l . A 33 e5 seguiría 33 . . . d4. 33. 34. exd5 i� �f1 ? ! ii.xd5 h3 La ruptura decisiva . Las blancas se rindiero n . 35 Jugadas de ruptura La partida se jugó en una competición escolar, y los jugadores sólo ten ía n el n ivel de pri mera categoría . Aun sin tener en cuenta la relativamente baja cualificación del jugador con negras, sus acciones pueden catalogarse de apropiadas y consistentes. Pero las blancas se defendieron débilmente y, por tanto, pude poner en práctica mi idea. Es · posible que, ante un juego más fuerte de mi rival, las cosas no hubieran sido tan simples, y las jugadas negras tendrían que someterse a una verificación más estricta. En el tablero vecino jugaba el más experimentado Yuri Razuvaev (creo que por entonces ten ía ya la norma de maestro), quien alabó mi jugada 18 ... f5! Al d ía siguiente, en el Palacio de Pioneros, lo mismo d ijo, para mi sorpresa , el g ran maestro Simag i n , a qu ien le mostré la partid a . Como puede ver el lector, los criterios estéticos de estos dos fuertes jugadores coincidiero n . Esa buena jugada posicional les pareció más intere sante que, por ejemplo, la pequeña combinación negra ( 1 9 . . . f4! 20 �xf4 �xf4!) Yusu pov - Kupreiehik Minsk 1 979 Campeonato de la U RSS 1. 2. 3. 4. d4 e4 ttJe3 e4 ttJf6 g6 i.g7 d6 5. 6. f3 i.,g5 a6 Por aquellos años, al enfrentarse a la Defensa I ndia de Rey, Yusupov sol ía elegir el Ataque Samisch , con el desarrollo del alfil por g5. 6. ... e6 Un par de años más tarde se llegó a la misma posición en la partida Dolmatov Kupreiehik (Minsk 1 982), que continuó a s í : - 7 i.d3 ! ? e5 (No e s una buena idea ganar el peón b: 7 . . . \i'b6? 8 ttJge2 �xb2 9 ttJa4 �a3 1 O �c1 �b4+ 1 1 i.d2 �a3 12 ttJb6 ! \i'xd3 13 ttJxa8, y las blancas log raron ventaja. Por otro lado , 7 . . . b5 8 ttJge2 bxc4 9 i.xc4 d5 1 0 .tb3 dxe4 1 1 fxe4 también conduce a una posición d ifícil para las negras) 8 d5 exd5 9 exd5 b5?! (9 . . 0-0) 1 0 b4! ttJbd7 1 1 ttJ ge2 ttJb6 . (E) 1 .2 ¿Cómo debe n proseg u i r las blancas? 15 El juego posicional 36 Yusupov trató la posición de otro modo. 7. tZJa6 tZJb4 d5?! a4 A fin de i m pedir el avance b7b5, las blancas debilitan las casillas negras del fla n co de d a m a , entregando la cas i l l a b 4 a s u oponente. Es d ifícil evaluar esa decisión , que quizá responde a una exigencia de estilo. Yusu pov le concede mucho valor a la ventaja espacial , y trata de consolidarla, aun a costa de algunas conce siones posicionales. 7. 'iVd2?! 9. �d 1 1 0. tLJge2 8. ... a5 16 i En vano! Las negras deberían haber enrocado y entonces las blancas tendrían que afrontar tres posibles ru ptu ras de peón en el centro: c6-c5, e7-e5 ó d6-d5 . La amenaza, como es sabido, puede ser más fuerte que su inmediata ejecución. Esta acción revela el esti l o de Vi ktor Ku pre i c h i k , u n táctico inventivo, quien trataba d e inducir a s u adversa rio a jugar 1 1 eS? ! , para seguir con 1 1 . . . dxc4 ! 1 2 exf6? tZJd3+ 1 3 Vi'xd3 cxd3 1 4 fxg7 �g8 1 5 �xd 3 . H a b ía preparado 1 2 . . . exf6! (en l ugar de 12 ... tZJd3+?) 13 'llHe 3+ �f8 , con ventaja de las negras, que en vista de la amenaza 1 4 . . . tLJc2+ ganan u n a pieza . Yusu pov · percibe l a trampa. 1 1 . cxd5! 1 2. e5 17 (P) 1 .6 Trace un plan para desarrollar las blancas. Las negras proyectan jugar tLJb8-a6-b4. Lo más preciso es 8 i.d3! tLJa6 9 �c1 ! tLJb4 1 0 i.b1 . Después de esto, el caballo negro de b4 no molesta en absoluto a las blancas, que pueden completar su desarrollo con tZJge2, 'iVd2 y O-O. 1 3. i.h6! cxd5 tZJd7 Jugadas de ruptura U n a decisión val iente, puesto que las blancas no concluyen el desa rro l l o , con idea de demoler el flanco de rey enemigo, restring ido por el peón de e5. S i ahora 1 3 . . . O-O , seg ui ría 1 4 h4! Por eje m p l o : 1 4 . . . ct:Jd3+ 1 5 'iVxd 3 i.. x h6 1 6 h 5 , con ataque. U n ajedrecista m á s prudente habría optado p o r 1 3 ct:Jb5 , y las negras pod ría n rom per con f7-f6 (después dE? 1 3 . . O-O ) . 37 1 9. O-O 20. �c1 21 . ct:Jxe6 22. i..x d7 23. 'iYxh7 0-0-0 � b8 'iYxe6 'iVxd7 23. �c8 18 . i..x h6 1 3. Con 1 3 . . . ct:Jd3+ , las blancas ganarían un peón : 14 'i'xd3 i.. x h6 1 5 ct:Jxd5. 1 4. 'i'xh6 'i'b6? Conven ía reservar la cas i l l a b6 para el cabal l o , ya q ue ahora no tiene adónde i r. 1 5. :d2 Ya era posible captu rar el peón h7: 1 5 'i'g7 �f8 1 6 'i'xh7 tLJc2+ 1 7 �f2, Y caso d e 1 7 . . . ct:Jxe5, sigue 1 8 ct:Jxd5 , con efectos decisivos. Yusupov decide completar antes el desarrollo. 1 5. 1 6. 1 7. 1 8. ct:Jf4 'iVg7 �b5+ ct:Jb8 �e6 �f8 ttJd7 Una l ínea desesperada es 1 8 . . . tLJ8c6 1 9 t2Jxe6 fxe6 2 0 'iVxh 7 0-0-0 21 i..xc6 t2Jxc6 22 tLJb5. ... Las n egras buscan compen sación por el peón perd ido. A fin de compl icar el juego, era i nteresante la posibilidad práctica 23 . . . tLJd3 ! ? En caso de captura d e l caballo, 24 �xd3?, seguiría 24 . . . 'i'f5, con las amenazas 25 . . . 'i'xd3 y 25 . . . �h8 26 'iVg7 �dg8, ganando la dama . Yusu pov ha bría contest8do 24 �cd 1 , ganando en la variallta 24 . . . tLJf4 2 5 'i'h6 'iVf5? 2 6 g4 ! , o bien 25 . .. g5? 26 'iWb6! (no, sin embargo, 26 'i'xg5??, por 26 . . . tLJh3+ ! ) . En lugar de 24 ... tLJf4, es más fuerte 24 . . . 'i'f5 25 'i'h6 (25 g4 'i'e6 ! ) 25 . . . �h8 26 'i'e3 tLJf4 , y las piezas negras se reactivan . La idea del oponente puede refutarse con 24 e6! Después de 24 . . . 'i'xe6 (no es mejor 24 . . . 'iVd6 Eljuego posicional 38 25 :xd3 :h8 26 'iVxf7 'iVxh2+ 27 c¡f¡>f2 'iVh4+ 28 c¡f¡>e2) 25 l:txd3 1:th8 26 'iig 7 f6 (26 . . . :dg8 27 'iVe5+) 27 ltJxd5! 'it'xd5 28 'ilxe7, y las blancas quedan con dos peones de más. 24. ahora u n a brillante solución : sacrifica s u peón central , para abortar las acciones de ataque de las negras en el flanco de dama, a fin de atacar a su vez las debili dades de peones resultantes. 'ii' h 6?1 27. Una negligencia , en una posi ción estratégicamente ganada. Era fuerte 24 'ifh4 ! , Y las blancas dificultarían la actividad de la dama enemiga, atada a la defensa del peón e7. Si 24 . . . lIh8, las blancas responden con la molesta 25 "f4. 24. 25. 26. l:If1 "e3 'iWf5 l:Ih8 l:1h4 19 (P) 1.7 ¿Qué deben jugar las blancas? Las negras no han , planteado amenazas reales. El problema reside en la pasiva disposición de las piezas blancas, que no facilitan la ejecución de un activo plan estratégico. Yusu pov descu bre e6!! fxe6 Digno de atención era 27 f6!?, para cerrar la columna e . Kupreichik, por l o visto, tem ía 28 g4! , aunque después de 28 . . . 'iWg5 29 'iWxg5 fxg5, las blancas están cerca de imponerse y no hay un camino claro hacia la victoria. Por ejemplo: 30 ':e 1 ! , y ahora es desventajoso 30 . . . ttJc6? 31 ttJxd5 ':d8, por 32 ttJb6! l:1xd4 (32 . . . ttJxd4? 3 3 ttJd7 + ':'xd7 3 4 exd7 ttJxf3+ 35 �h 1 !) 33 !!xd4 (33 l:ted 1 !?) 33 . . . ttJxd4 34 ':e3! (34 �g2? :xh2+!) 34 . . . �c7 35 ttJd7! (no 35 ttJc4? ttJxf3+! 36 ':xf3 ':xg4+ ) , y la situación de las negras es grave, a nte las amenazas 36 ttJf8(e5) y 36 �g2 . Mejor e s 3 0 . . . :f8! 31 ':e5 ':xf3 32 ':xg5 (32 . . . ':f6!? 33 ':e2 ttJc6) y es probable que jugando con precisión 32 . . . ':f4 33 ':xg6 :hxg4+ 34 ':xg4! (menos convin cente es 34 ':g2 ':xg6 35 ':xg6 b6!) 34 ... ':xg4+ 35 l:tg2 ':xg2+ 36 <it>xg2 se llegue a un final de caballos perdido. 28. :e 11 ttJc2? Caso de jugar 28 . . . ':'c6, la réplica blanca sería 29 'iWe5+! , con transición a un final ventajoso. Jugadas de ruptura 29. 30. 'ti'f2 ! 'iixh4 39 ttJxe1 ttJc2?! E 1 .3 No sirve 30 . . . :xc3? 3 1 bxc3 1i'b1 , debido a la sencilla 32 c¡t>f2. La jugada de la partida pierde pieza, pero después de 30 . . . ttJd3 31 'ili'xe 7, la posición negra tampoco es envidiable. 31 . 32. g4! l:.xc2 20 'ii'xf3 El resto es mera cuestión de técnica. 32 ... e5 33 :f2 'iVe3 34 "iixe7 exd4 35 'iixe3 dxe3 36 lU4! :e8 37 �f1 :h8 38 �g2 g5 39 :'d4 :f8 40 :'xd5 :f2+ 41 �g3 !:txb2 42 :e5 :b3 43 :xe3 b5 44 axb5 J uegan negras E 1 .4 Las negras se rindieron. J uegan negras Eljuego posicional 40 EL BLOQUEO DE LOS PEONES PASADOS estructura central de peones d ifi cu lta el avance e2-e4 de las blancas, y sin este avance el alfil de g2 permanece pasivo y puede no resultar mejor que el alfil "malo" de c8. El peón pasado es un criminal, al que hay que encerrar bajo llave. Las medidas preventivas, como la vigilancia policial, no bastan. Aaron N imzovich Recuerdo que u n d ía Artur vino a verme y me dijo que pensaba emplear la stonewall. Yo era escéptico acerca de la idea , pero después de jugar unas cuantas partidas de blitz, pude comprobar que no resultaba fácil combatirla. Vukic - Davchevski Campeonato de Yugoslavia 1 979 1. 2. 3. 4, d4 c4 g3 i.. g 2 e6 f5 t2Jf6 d5 Hasta hace poco, la formación stonewall (muro de pied ra) de la Defensa Holandesa sólo se jugaba ocasionalmente, y ten ía la repu tación de ser una variante posicio nal mente dudosa. Es cierto que, en su j uventu d , M ijail Botvi n n i k la había incl u ido en su repertorio de aperturas, pero más tarde la des cartó por completo . A mediados de los años ochen ta , Yusu pov se i nteresó por la formación stonewall. Comprendió que la posición de las negras, al margen de los i n convenientes derivados de sus debilidades en casillas negras, ten ía también u na muy im portante ventaja. La sólida M ientras que Botvin n i k prefería desarrollar su alfil por e7 , Yusupov siempre lo desarrolla por d6. No obstante, al principio yo tuve éxito , gracias a un plan que conocía de la viej a partida Schlechter - John (Barmen 1 905) . Jugaba i.. f4 , luego e2-e3! , forzaba el cambio en f4 (tras el avan ce c4-c5) , y l uego retomaba el alfil con el peón de e3. La formación de peones resultante es m uy desfavora ble para las negras. Pero Artu r se dio cuenta de que, en respuesta a .tf4, pod ía cambiar alfiles de inmediato. La captu ra g3xf4 debilita el flanco de rey, lo q ue se hará notar si las negras pueden jugar g7 -g 5 . Yusu pov em pleó c o n éxito la stonewall en varias ocasiones. Pronto se puso de moda, su reputación mejoró , y su teoría evolucionó de forma considerable. La partida que vamos a analizar se jugó antes del renaci m iento de esta variante, y muchas de sus El bloqueo de los peones pasados sutilezas a ú n n o habían sido descubiertas. Una de esas sutile zas radica en el orden de jugadas. Resulta que es más beneficioso para las blancas desarrollar su caballo por h3, antes que por f3. Por consiguiente, en nuestros d ías las negras no se apresuran a jugar d7 -d5 , sino que prefieren 4 . . . c6! ? , y sólo si 5 ct:Jf3, entonces 5 . . . d5. En caso de 5 ct:Jh3, sigue 5 . . . d6 ! , prepara n d o e l avance e6-e5, después del cual el caballo de h3 quedará fuera de j uego. 5. 6. 7. ct:Jf3 O-O b3 .te 7 e6 O-O Con su alfil en d6, las negras pueden real izar la útil j ugada 7 . . . �e7 , para seguir con .ta3. Las bla ncas tienen entonces q u e gastar tiempo c o n a2-a4, o bien .tb2 y 'iVc 1 . 8. ..ta3 9. tt:Jxa3 1 0. �e1 ..txa3 'j/e7 .td7 Una de las cuestiones impor tantes que siempre se plantea en la stonewall es cómo desarrollar el alfil dama. Antes sol ía emplearse la ruta d7-e8- h 5 . Actual mente , se juega con más frecuencia tt:Jbd7 ' b7-b6 y ..tb7. 11. tt:Je2 ..te 8 41 (P) 1 .8 ¿Qué deberían j ugar las blancas? La hora de emprender acciones concretas aún no ha llegado. Por el momento deben mejorar la situa ción de sus piezas. 1 2. ct:Jee1 ! En d3 el caballo blanco quedará muy bien situado, pues desde allí controlará las importantes casillas e5, f4 y c5. Esta disposición de caballos era la que empleaba Petrosian. Normalmente, desarrollaba su caba llo dama por d2, y luego jugaba ct:Jf3e5-d3, y tt:Jd2-f3. En una época bastaba con seguir su receta para obtener una posición superior contra la stonewall. 1 2. 1 3. 1 4. tt:Jd3 �e1 ! tt:Jbd7 ..th5 Por emplear la terminolog ía de Nimzovich , "una m isteriosa j ugada de torre". ¿Cuál es la idea? El juego posicional 42 que olvidarse de u n j u ego activo contra el rey, y las blancas se apoderará n por com pleto de la iniciativa. 1 5. 1 6. 1 7. 1 8. En primer lugar, se trata de una jugada profiláctica contra el cambio en f3. Después de 14 . . . ..txf3 1 5 exf3 ! , las negras no disponen de la respuesta 1 5 . . . e5. Es i nteresante observar que unos años antes, en la partida Vu kic - Gazic (Sarajevo 1 972) , se llegó a la misma posición. Enton ces, el conductor de las blancas realizó 1 4 'ifb2 (una vez más para no permitir 1 4 . . . .txf3 1 5 exf3 e5) 1 4 . . . lDe4 1 5 �ac1 g5 1 6 lDfe5 f4, y no consiguieron gran cosa. Esta vez Milan Vukic actúa con más precisió n , con idea de, tras 1 4 . . . lDe4 1 5 ttJfe5, jugar f2-f3 y e2-e4 , lo que es otra razón para la jugada de torre. 1 4. a5? Recuerde q u e no hay q u e avanza r peones en la zona e n q ue s e está d é b i l . L a s negras debil itan su fla nco de dama , faci litando a su oponente la apertura de l íneas en ese sector del table ro . Como con secuencia, ten d rán e5! a3 b4 axb4 lite 8 .i.e8 axb4 b5 24 La a bu nd ancia de buenas continuaciones para las blancas es sorprendente. Parece tentadora la captura al paso (cxb6) . No es malo el plan sugerido por Vukic: 1 9 'iVb2, y l uego ttJd2 , f2-f3 Y e2-e4 . También vale la pena considerar 1 9 'iff4 , a menazando u na posi ble invasión de la dama por d6 ó c7. I ncluso tiene cierto sentido 1 9 lDde5 lDxe5 20 dxe5, a fin de ocupar la casilla d4 con el caballo. 1 9. �a5? Siguiendo una buena recomen dación de Nimzovich: las blancas ocupan el puesto avanzado en u na columna abierta y, puesto que se trata de una columna lateral, la pieza El bloqueo de los peones pasados que lo ocupa es una torre. Sin embargo, en mi opinión la jugada constituye un error posicional. Es cierto que, tras el cambio en aS, las blancas obtienen un peón pasado, pero q ue debe defenderse con dama y torre, lo que restringirá mucho la actividad de a m bas piezas. 1 9. 20. bxa5 21 . 'iVa3 :xa5 �a8 43 resultante como igualada. Esto significa, lógicament.e , que tras 2 1 'iVa3 ttJb6, las blancas y a no tienen la igualdad . El encanto de las jugadas espectaculares afecta, a veces, a la percepción de lo que está su cediendo. Pero enfoquemos sobria mente el problema. Las blancas responderán con 22 ttJfe5 (aunque también es posible 22 a6) . ¿A dónde se dirige ahora el caballo negro? En caso de cambio en c4, el caballo blanco se dirige a b4 y el peón pasado de a6, por él apoyado, resultará muy peligroso. En cuanto a 22 .. ttJa4, sólo tiene una virtud: que por el momento bloquea la columna a. Las blancas, en cualquier caso, deberían poder conservar su peón pasado, y el caballo de a4 quedará fuera de juego. . (P) ; .9 ¿Qué deberían jugar las negras? Las negras parecen estar condenadas a u na defensa pasiva , pero d isponen de una atractiva posibilidad para activar su juego, y es muy d ifícil resistirse a la tentación . 21 . ttJ b6 ? Vukic le concede a esta jugada dos signos de admiración , y a su propia jugada 2 1 �a3 uno de i nterrogación . En su lugar sugiere 2 1 'iVc3, evaluando la posición Como vemos , el precioso salto de caballo supone un considerable riesgo estratég ico. Naturalmente, para realizar una evaluación objeti va del movimiento, los argumentos dados son insuficientes: habría que calcular variantes y variantes. Pero antes de esto, consideremos qué otra cosa podrían haber hecho las negras. Las blancas quieren situar su caballo en b4, desde donde pre siona sobre c6 , bloquea el peón de b5 y ayuda al avance de su peón pasado de aS. La maniobra del caballo negro hacia a6 se sugiere por sí sola, a fin de bloquear el El juego posicional 44 peón a e i m pedir que el caballo blanco se instale en b4 . En prin cipio, es ventajoso para las negras cambiar todos los caballos puesto que el alfil de g2, cegado por sus propios peones, no representa peli gro algu no. Comprobemos: 2 1 ... ttJb8! 22 ttJb4 ttJa6 23 ttJe5 ttJxb4 24 'iVxb4 'Viic7 25 �a 1 ttJd7 26 ttJd3 (después de 26 ttJxd7 �xd7, las blancas no pueden jugar 27 a6? ..tc8) 26 .. . ttJb8! , con igualdad (pero no 26 . . . e5? 27 dxe5 ttJxe5 28 'Viif4) . S i 23 ttJxa6 �xa6 24 ttJe5, entonces 24 . . . ttJd7 ! ( menos preciso es 24 . . . Wic7 25 �a 1 ttJd7 26 ttJd3 ! , a u n q u e i ncluso esta posición es defendible, tanto con la prudente 26 . . . ttJb8, como con la más activa 26 . . . e5!? 27 ttJb4 �a7). En caso de 25 ttJd3, a diferencia de la partida , 25 ... ttJb6! merece el signo de admiración . 22. ttJfe5 ttJa4 En opinión de Vu kic, era preferible 22 . . . ttJc4 23 ttJxc4 dxc4 (si 23 . . . bxc4, entonces 24 ttJe5 es fuerte) 24 ttJb4 Wic7 25 a6 ttJd5. Pero aun así, i la posición final de esta variante es favorable a las blancas! Pueden continuar tanto con 26 �a 1 , como con 26 i.xd5!? exd5 27 �a 1 �a7 28 'Viie 3! (el final tras 28 'iVa5 'iVxa5 29 :xa5 no es fácil para las negras) . 23. 24. ttJb4 a6 "VJj¡c7 (P) 1 . 1 0 Eva l úe 24 . . . ctJxc5. Es posible que ya haya dado usted una respuesta al resolver la cuestión anterior. Después de todo, las jugadas que conducen a esta posición parecen más o menos forzadas, lo que significa que la evaluación de 21 . . . ttJb6 también depende, en buena medida, de la evaluación genera l . Después de 2 4 . . . ttJxc5, las negras se contentan con estas dos respuestas: 25 dxc5? 'iYxe5 y 25 ttJexc6? ttJxa6. Es tentador 25 �c1 , pero entonces sigue 25 . . . ttJxa6! 26 ttJxa6 'iVb6 (26 . . . ¡Vc8 27 �a 1 b4) 27 ¡Ve7 (si 27 :a 1 , es posible tanto 27 . . . 'Viix d4, con tres peones por la pieza, como 27 . . . b4) 27 . . . �xa6 28 Wixe6+ �h8 29 �xc6! Wia 1 + 30 ..tf1 'iYxd4, con posición confusa. Aun así, la idea de las negras puede refutarse con 25 ttJbxc6 ! : El bloqueo de los peones pasados (a) 25 . . . .ixc6 26 'ilxc5 :'xa6 (26 . . . 'iVa5 27 :'c1 i.e8 28 'iVe7) 27 :'c1 tDd7 28 'iVe7. (b) 25 . . . tDxa6 26 tDe7+! Wh8 27 tDxd5! exd5 28 �f8+ tDg8 29 �xd5. 24. 25. �d 7 45 recordar l o que d ijo E m a n u e l Lasker al respecto: "Cuando se trata de maestros, el juego combi nativo y el posicional se comple menta n . Con ayuda de u na combi nación tratan de refutar valores falsos, y con el juego posicional tratan de co nsol idar y explotar valores auténticos". f4 El plan de las blancas es claro : la maniobra del alfil a d 1 , seguido de la captura en a4 ( i Por fin se ha encontrado utilidad al alfil de g2!) Las negras no pueden hacer nada contra esta amenaza. Ahora puede afirm a rse con certeza : 21 .. , tDb6 merece, no un signo d e a d m i ració n , sino de interrogació n . El activo plan elegido por las negras era incorrecto, y lleva a una posición muy difícil, si nó perdida. Ten ían que haber optado por una defensa pasiva, que implicaba el cambio de caballos y el bloqueo del peón pasado en a6. Aq u í surge la pregunta: ¿es justo calificar a la bon ita idea 2 1 . , . ctJb6 d e antiposicional , s i puede ser refutada por u n sencillo medio com b i n ativo (24 . . . tDxc5 25 tDbxc6! tLJxa6 26 tLJe7+ ! , etc . ) ? Después de todo, esta refutación podría no haberse encontrado. El hecho de que las blancas recu rran a l a táctica es algo perfectam e nte n atu ra l . Procede La circunstancia de que sólo haya una solución no sign ifica, en modo alguno, que sea accidenta l . Es d e l todo lógico q u e el papel decisivo en l a com b i n ación lo juegue el caballo de b4, que las negras podrían y deberían haber cambiado. Después de l a maniobra del caballo a a4, lé, posición negra parece tan vulnf rabie, que sospe cho que debe I-;aber formas alter nativas de cOl lservar la ventaja. Supongamos que nos preocupase la jugada 24 . . . tDxc5. En tal caso, en lugar de 24 a6! , podríamos intentar jugar 24 ¡j'e3 !? , puesto que en la variante que sigue con 24 . . . 'i'xa5 25 tDexc6 ..txc6 26 'ifxe6+ Wh8 27 ¡j'xc6 �d8 28 tDd3 (con la amenaza 29 'iVb7 y 30 c6) , las blancas mantienen perspectivas mejores. 25. 26. 27. 28. �f8 ..tf3 e3 tLJ g 8 �e8 �a1 A 28 ..td 1 , las negras habrían replicado 28 . . . 'iia 5, de modo que Eljuego posicional 46 las blancas sitúan primero su torre en la columna a. Después de 27 . . . tLJe7 (en lugar d e 2 7 . . . �e8), 28 �d 1 habría sido incorrecto, en vista de 28 . . . ..tc8, pero por otra parte, sí sería posible la in mediata 28 ..td 1 , puesto que la dama negra tiene que defender su alfil de d7. i El ajedrez es una tragedia de un tiempo! 28. 29 . 30. 31 . 32. ..td 1 ..txa4 �xa4 �xa4 tLJe7 ¡Va 5 bxa4 'ib'xa4 �a7 fácilmente las siguientes acciones de las blancas. 33. h3! 34. g4 35. 'lt?f2 36 . .l:.a1 37. 'lt?e2 �d8 �c7 ..te 8 �a8 Las negras posiblemente tienen la intención de activar su torre, mediante la maniobra 'lt?b8-a7 y �b8. Pero al acercar su rey a c3, las blancas paran esta amenaza. Un principio básico para mate rializar una ventaja es impedir la menor posibilidad de contrajuego al oponente. 37. 38. �d2 tLJc8 tLJa7 Lleva n d o su ca ballo a esta casilla, las negras querían l iberar a su torre del bloq ueo del peón a. Pero a hora el fla n co d e rey, abandonado a su suerte por el caballo, será indefendible. Las blancas han ganado un peón . La m ateri a l ización de la ventaja no es d ifíci l , pero s í instructiva. N o e s fácil progresar en el fl anco de d a m a , pues si el caballo se mueve de b4, entonces el peón de a6 es inmed iatamente atacado por el alfil negro desde c8. Esto significa que hay que recurrir al principio de las dos debilidades, es decir, que es preciso abrir un segundo frente en el flanco de rey, trasladando all í la torre. A la luz de este p l a n , pueden entenderse 39. 40. 41 . gxf5 �g1 h4! exf5 g6 tLJc8 El ca ballo vuelve atrá s . H e a q u í en acción el principio de las dos debilidades: las piezas enemigas pueden defender una parte del tablero, ¡pero no las dos a la vez! 42. 43. h5 hxg6 tLJe7 ..txg6 El bloqueo de los peones pasados 44. 45. �h1 ! ttJxg6 47 �c8 (E) 1 .5 La tran sformación de una ventaja en otra: las blancas cam bian el mal alfil contrario para poder penetrar con su torre en la séptima fila. 45. 46. 47. �h7 a7! hxg6 �d7 Ha llegado la hora de que el peón pasado d iga la ú ltima palabra. Juegan negras �e6 47. (E) 1 .6 El final de torres, tras 47 . . . �a8 48 ttJxc6 �xc6 49 l:1xe 7, es completamente desesperado. 48. 29 �� �� . .f;f�! {ti 1'/ /// �xe7+ Las negras se ri ndiero n , en vista de 48 . . . �xe7 49 ttJxc6+, seguido de 50 ttJb8, Y el peón corona. ¡ U na partida instructiva en el plano posiciona l ! Juegan negras Eljuego posicional 48 LA PAREJA DE ALFILES En manos de un hábil jugador, los dos alfiles son un Rrma temib le. Aafon N imzovich En el ejemplo que sigue volve remos a encontrarnos con los mismos problemas: la elección de una formación óptima de peones y el bloqueo de peones pasados. Orejov - Akopian Moscú 1 973 30 doblado y no es de particu lar utilidad . (2) La pareja de alfiles . En una posición abierta o semiabierta , los dos alfiles son bastante más fuertes que los dos caballos, que además carecen de u n pu nto fuerte. Por s u puesto , la ventaja se conservará con cualquier jugada adecuada, y la ú nica pregunta es cuál es la mejor. Para m í, l a decisión técn ica correcta es e l inmediato cambio de damas: 2 1 �xb6! axb6 2 2 �f2, seguido de i.b5, ':'d 1 y etc . . . . La debilidad de los peones b doblados hace que perjudique a las negras resolver la tensión en el centro Yi por tanto, sus piezas permanezcan atadas. 21 . �f2 'ifc7 Ahora , 22 dxc5 ttJxc5 23 'iVc4 se sugiere por sí solo. Orejov elige un plan distinto y menos efectivo. (P) 1 .1 1 ¿Qué deberían jugar las blancas? La ventaja de las blancas es considerable, y está determinada por los sigu ientes factores: ( 1 ) Su perior formación de peones. Cuentan con u n sano peón extra en el flanco de dama, m ientras que el peón extra de su oponente, en el flanco de rey, está 22. 23. 24. i.c4 ':'d1 d5?! lte7 b6 Las blancas esperan explotar la fuerza de su peón pasado. Sin em bargo, será bloqueado y entonces la fuerza de los dos alfiles se verá restringida. Cuando se cuenta con los dos alfiles, hay que abrir la posición, no cerrar/a. 24. ... 'iVd6! La pareja de a!ji/es La d a m a d ista d e ser u n bloqueador ideal , p o r supuesto , pero la i dea de jugar a lo N i mzovich , trasladando el caballo a d6, es refutable: 24 . . . ctJe8? 25 iLh4 ! (pero no 25 d6? liJxd6 26 JLg3 liJe )) 25 . . . �e3 26 JLg5 f4 27 d6. Parece más natural 25 �a4. Ahora la respuesta de las negras es forzad a , pues no pueden perm itir que la dama enem iga llegue a c6. iLf1 b4 �xb4! cxb4 Las blancas tratan de levantar el bloqueo del peón d5. En caso de 28 . . . liJe 8 , moverán su dama y entonces procederán al avance c3c4-c5, o bien a2-a4-a5. 28 . .. . 29. 30. cxb4 d6! �d7 liJe8 31 liJe 5 95 Aqu í era de considerar 26 . . . f4 (tras 25 'YWf4, esto no habría sido posible). 27. 28. sorprendente que así sea , pues basta con recordar l a reg la de Nimzovich , formulada en la cita introductoria a este cap ítulo. Las blancas amenazaban 3 1 i.b5 ó 3 1 iLd4. 25. �b5 25. 26. 49 �xb4? En cualquier caso, las neg ras deberían haber jugado 28 . . . liJe8! Pero con ánimo de estabilizar la formación de peones en el flanco de dama, por el mom ;'nto dejan de bloquear el peón �c 3ado y van a pagar cara esta decisión. No es (P) 1 . 1 2 ¿Qué j ugar las blancas? deben La ventaja blanca está a punto de evaporarse. Sólo puede mantenerse gracias a una velada y elegante com binación. Esta es otra ilustración de la idea de Tarrasch, comentada en el segundo tomo de esta serie, Secre tos de la táctica en ajedrez, en el capítulo No es oro todo lo que reluce, y los dos siguientes. Tarrasch afirma ba que a menudo es necesaria una combinación para poder reparar los errores antes cometidos. 31 . :e1 ! No 3 1 iLb5? �xd6 32 �e 1 11e6. El juego posicional 50 31 . 32. f6 f4! Dvoretsky - Nikitin Moscú 1 970 Este preciso orden de jugadas es imprescindible: 32 i.b5? :d8 33 f4 ct:Jxd6 no da resultado. 32. 33. i.b5 gxf4 �d8 Ahora 34 �xe5? fxe5 35 i.xe8 (esperando 35 . . . �xe8? 36 i.h4) sólo conduce , después de 35 �xd 6 ! , a una posición confusa . 34. (P) 1 . 1 3 ¿Qué j ugar las negras? i.h4!! L a idea de la combinación . Los dos alfiles exhiben finalmente su poderío. Las negras no tienen una satisfactoria defensa contra la amenaza 35 �xe5. 34. 35. 36. i.xf6 �xe5 ct:Jxd6 �c8 También es bueno 36 i.a6. 36. 37. 38. 39. 40. 41 . 42. i.f1 ! �e8+ ! �c8 ..tg5 i.xf4 �c7+ �c1 + ct:Jc4 rJ;;f7 b5 �b1 Mxb4 Las negras se rindieron. deben En este caso, la situación es tranquila, estática . Un defecto en la posición negra es su peón d aislado. Los dos alfiles com pen san, hasta cierto punto, esta debi lidad, pero no más. Creo que lo más fuerte es 25 . . . g 5 ! 2 6 fxg5 fxg5. D e esta forma, los alfiles negros ampl ían su rad io de acción , y sobre la columna f abierta el rey blanco no se sentirá cómodo. Es posible que así hubieran con servado las negras el equilibrio. En la partida se jugó peor. 25 . ... 'ittf7 ?! Aqu í surge la pregunta ¿ por qué Alexander N i kiti n , un jugador con experienci a , cometió esta i m p recisión posicional? Seg u ra mente sabía de sobra que con dos La pareja de alfiles alfiles lo que necesitas es abrir l íneas. Sí, pero la jugada textual cumple con otro principio im por tante: en el final hay que activar el rey, y a la primera ocasión con viene centralizar/o. A simple vista , no resulta evidente a qué principio hay que concederle preferencia. El arte del juego posicional consiste en entender la esencia de la posición y, al buscar una jugada, tener en cuenta aquellas reglas, modelos y evaluaciones que se adaptan al máximo a tal esencia. No dudo de que muchas de las ideas posicionales descritas en el li bro le resultan a usted familiares. Pero desarrollar su maestría en ajedrez consiste no sólo en aprender nuevas ideas, sino que ta mbién es muy i m porta nte la utilización apropiada de las que ya conoce. Al resolver el siguiente ejercicio se encontrará precisamente con este problema. (P) 1 .1 4 ¿Cómo deben proseguir las blancas? En los ejem plos precedentes se enfatizaba en la importancia de bloquear con firmeza los peones enemigos. En consecuencia, 26 ct:Jf3 se sugiere por sí sola . Sin embargo, no hay regla sin excep ciones. Bent Larsen observó en una ocasión , con cierta iron ía, que no ente n d ía por qué los l ibros 51 recomendaban bloquear los peo nes aislados, porque lo mejor a veces sería simplemente ganarlos . 26. ct:Jf1 ! El plan de las blancas es claro : cambiar torres en e 8 , luego seguir con ct:Je3 , �d 1 , Y posi blemente c3c4, explotando la clavada sobre la col u m n a d. El co ntrario pod ría neutral izar esta amenaza con 26 . . . �xe 1 2 7 �xe 1 �c8!?, teniendo i n mente l a variante 2 8 tDe3?! j¡,c5 29 j¡,xc5 �xc5 30 Ma 1 d4! 31 cxd4 �b5, con igualdad . Probablemente, hubiera respondido 28 i.d4 y si 28 . . . ..tc5? ! 29 ct:Je3 , con ventaja blanca . Pero con el alfil en d4 a las blancas les resulta d ifícil presionar sobre el débil peón de d 5 , y después de 28 . . . .tf5 29 ct:Je3 j¡,e4 , las negras están fuera de peligro. 26. 27. �xe8 28. �d1 29. ct:Je3 h5? �xe8 j¡,c6 g5 Demasiado tarde y (dada la situación del rey neg ro en la col umna f) menos . efectivo que unas jugadas atrás. 30. 31 . 32. fxg5 c4 iLxd4 fxg5 d4 Las blancas han ganado un peó n , pero la pareja de a lfiles contra ria com pl ica bastante la materialización de la ventaja. Eljuego posicional 52 32. 33. ltJd5 34. ltJe3 35. hxg3 36. i.b6 37. b3 38. ltJd5 h4 ':e4 hxg3+ �g6 i.e7 l:.e6 E 1 .7 33 Era d e considerar 38 94, preparando 39 ltJf5, Y si 38 ... :e4, 39 l;Id4. 38. 39. �d3 ..td6 �e5 J uegan negras El u lterio r desarrol l o de los acontecim ientos puede verse en el primer libro de la serie, Secretos del entrenamiento en ajedrez, en el cap ítulo Trasponer a un final de peones. E 1 .8 J uegan negras La pareja de alfiles EL CAMBIO INUSUAL Muchas cosas nos resultan incomprensibles, no porque nuestra concepción sea deficiente, sino porque tales cosas no entran dentro de nuestro ámbito de comprensión. Kozma Prutkov A veces un jugador vulnera deli beradamente principios conocidos del juego posicional, y la razón no siempre es evidente. En tales casos la jugada paradójica de una partid � crea una profunda impresión estética (después, de que el propósito de la jugada ha quedado claro). L. Grigorian - Kupreichik Riga 1 975 35 (P) 1 . 1 5 ¿Qué j ugar las blancas? deben ¿Quién está mejor? No es posi ble decirlo a simple vista. Primero hay que pensar en qué pueden emprender ambos jugadores. 53 No es difícil proponer un plan para mejorar la posición negra, y no sólo uno. Por ejemplo: 2 1 . . . 'iVd7 ó 2 1 . . . ¡¡¡c7, seguido de 'iVc6, �ad8, o e7-e6. También hay una posibilidad más aguda: 21 . . . b5!? (desemba razándose del peón retrasado de b7), seguido de 22 . . . �a7! y 23 . . . �d7 ó 2 3 . . . 'iVa8. ¿Qué se le puede recomendar a las blancas? No pueden hacer nada m ientras el poderoso alfil dama negro d o m i n e el tablero. Debería ca mbiarse tan pronto como sea posible, antes de que las negras refuercen su control de la i m potante casilla d5. En aras de este cambio, las blancas incluso podrían perm itirse d islocar sus peones del flanco de rey. 21 . .i.f3 ! ! i L a única forma d e luchar por la iniciativa! Me permito recordarle al lector que ya nos hemos encon trado con un cambio similar en el cap ítulo a cerca del minado de peones , al analiza r una de las partidas Jolmov - Suetin. Se ame naza 22 .i.xd5 'i'xd5 23 i.xe 7. La res puesta 2 1 . . . i.xf3 22 gxf3 parece la continuación evidente, pero en tal caso las negras tendrían q ue tomar medidas contra el aVdnce d4-d5-d6. Si 22 . . . ¡Vd5 23 iLxe7 �xf3, surge una posición muy ten-;a , con el rey blanco expuesto, perJ por otra parte, el peón d ya no está bloqueado y puede ponerse en marcha en cualquier momento. Eljuego posicional 54 ¿ Tienen las negras elección? Sí, la tienen . Le he planteado esta posición a varios alumnos m íos para que la jugasen . Dol matov, Zviagintsev y Bologan sugirieron la prudente 21 . . . f6 ! ? No les i m po rta ba bloq uear su alfil de casillas negras, a fin de mantener el bloqueo del peón d . En todas las partidas las blancas continuaron con 22 'iYe3 (con la amenaza posicional 23 i.xd5+ 'i'xd 5 24 'i'e6+ 'iVxe6 25 �xe6) 22 . . . e6 (22 . . . �f7!?) 23 �b1 . La presión sobre la columna b es desagradable, pero la posición negra es perfec tamente defendible. 21 . 22. gxf3 i..xf3 'i'd5 Otras tentativas para contra rrestar d4-d 5 , que i m plican el ataque al peón e, tam bién entran en consideración. Por ejemplo: (a) 22 . . . iVc7? ! 23 'iV e 3 , y en caso de 23 . . . e6, sigue 24 d 5 , con ventaja . Kindermann ensayó 23 . . . b6 ! ? contra S c h l osser. ¿ C ó m o deberían co nti nuar las blancas? En caso de 24 d 5 'iVxc5! ? 25 'i'xc5 bxc5 26 i.xe7 Jtf8 27 d6 .i.xe7 28 Ítxe7 (28 dxe7 f5 2 9 l::t d 7 �f7) 28 . . . �f8 , surge u n fi nal casi igualado. La partida continuó así: 24 .i.xe7 bxc5 ! (peor es 24 . . . ..tf8 25 i.d6 i.. x d6 26 cxd6 , o bien 24 . . . 1:a7 25 cxb6 'iVxb6 26 i.c5) 25 d5, y ahora la conti n uación 25 . . . c4 ! 2 6 d 6 'iVd 7 h abría l levado a u n juego confuso . L a s blancas , s i n embargo, pod rían h a b e r jugado con más exactitud , conservando u n a mejor posición : 24 c6! "irxc6 25 d5 Y 26 .i.xe7 . (b) 22 . . . l::t c 8 ! ? 23 'i'e3 (lamentablemente, la tentadora 23 d5?! se refuta con 23 . . . ':xc5 24 d6 i.. c3! 25 'i'e3 i..xe 1 26 d7 .tt. h 5 27 dxe8'i'+ 'iVxe8) 23 . . . 'i'd5 24 'iVe4 e6, con j uego m ás o menos igualado. 23. i..x e7 'i'xf3 Si ahora 24 'i'e3, entonces 24 . . . 'iVd5! , pero no 24 . . . 'i'xe3? 25 :xe3 .i.h6 26 :ee 1 .tf8 27 .txf8 �xf8 28 d5, y la posición negra no es fácil . 24. iVg5 ! (P) 1 . 1 6 ¿Cómo deben continuar las negras? No estoy seguro de que pueda darse una respuesta contundente. Decida su jugada y compárela con La pareja de alJlles las variantes que a continuación se indica n . Qu izá la más desafortu nada fuese la elegida por Kupreichik. Fue cod icioso, se olvidó del bloqueo y tomó el peón de a3. El peón d pasado avanzó y la lucha pronto finalizaría. 24 ... 'iVxa3? 25 d5 'iVa4 26 d6 'iDd7 27 �d3! a5 28 �f3 'iVe6 29 :ee3 a4 30 �d3 'iVd7 31 l:txf7! a3 32 'iVd5 �h8 33 i.f6 'iVg4+ 34 �g3 'iVe6 35 i.xg7+ �g8 36 :f8+. Las negras se rindieron. También es dudosa la provoca dora 24 . . . �ac8?! , esperando la respuesta 25 d5?, a lo que seguiría 25 . . . �xe7! 26 'iVxe7 'iVg4+, y las blancas tienen que aceptar tablas, puesto que, en una situación así, llevar el rey al centro sería un peligro. Pero la simple 25 'iVg2! 'iVxg2+ 26 �xg2 i.f8 (26 . . . :c7 27 i.d6 lixe 1 28 :xe 1 ) 27 i.xf8 :xe 1 28 lIxe1 �xf8 29 �f3 conduce a un final d e torres d ifíci l para las negras. Seria consideración merecía el sacrificio de calidad : 24 . . . l1xe7! ? 2 5 �xe7 'iVg4+ 2 6 �f1 'iVh3+! (26 . . . i.xd4? 27 'iVxb 7 'iVh3+ 28 �g 1 ! 'iVg4+ 29 �h 1 ) 27 �e2 'iVg4+ 28 �e3 'iVh3+! (más preciso que 28 . . . i.h6+ 2 9 �d3 'iVf3+ 3 0 �c2) 2 9 f3 (29 �d2 i.xd4) 29 . . . i.h6+ 30 �e2 'iVg2 + 3 1 �d3 'iVxf3+ 32 �c2 . ¿ Cómo debería evaluarse la aguda posición resultante? No lo sé . . . 55 Prefiero l a inusual idea encon trada por el gran maestro alemán Klaus Bischoff. 24. ... f5! ? Las negras quieren llevar s u rey a f7 para jugar 25 'iVd5, con idea de responder a 25 d5 con 25 i.c3 ! ! , obligando a l a s blancas, bien a aceptar tablas tras 26 :f1 �xe7 27 'iVxe7 'iDg4+ , bien a sacrificar calidad , con 26 d6 ..txe 1 27 I:rxe 1 . Ahora las negras pierden tras 27 'iVg4+? 28 'iDxg4 fxg4 29 d7 �xe7 (29 :f8 30 i.xf8, o bien 30 �b 1 ; 29 . . . cJ¡;f7 30 dxe8'iV + �xe8 31 c6! bxc6 32 i.b4; 29 �eb8 30 i.g5!? cJ¡;f8 31 :e7 h6 32 i.f6) 30 :xe7 c¡tJf8 3 1 :xhT ¡[d8 32 �g2 �g8 33 "fJ.e7 �f8 34 �e8+! �xe8 35 dxe8'iV+ �xe8 36 �g3 �d7 37 �xg4 cJ¡;c6 38 cJ¡;g5 �xc5 39 �xg6 b5 40 f4! , Y el peón blanco corona con jaque. o o , ' o o o o . o o ' o o , U na defe n sa correcta se plantea con 27 "fJ.ad 8 ! , seguido de �d7 Ó 'iVg4+. Pero también es posible 27 'iVd5 ! ? 28 h4 �ac8! (demasiado pasivo es 28 . . . �ad8 29 h5 'iVf7 30 �e5) 29 h5 :xc5 30 hxg6 ¡[c4! 31 gxh7+ �xh7, y las blancas sólo tienen tablas . o o , o o , 25. 'iVe3 !? 'iVd5! Mucho más flojo es 25 . . . 'iVxe3 26 :xe3 cJ¡;f7 (26 i.h6 27 �ee 1 ) 27 i.d6. . o o 26. 'iVf4 �f7 Eljuego posicional 56 33. Wile7+ o bien 33 Wilh6+ �e8 34 Wilxg6+ �f8 ! 33. 34. �d7 �g8 Wilc4! Probablemente la partida de bería finalizar con jaque perpetuo. Makarychev - Dvoretsky Campeonato de M oscú 1 972 27. �b1 ! ? I nteligente i ntento d e crear u n ataque, sugerido por Zviagintsev. El cam bio de damas en d6 se sugiere por sí solo, pero única mente conduce a tablas: 27 'iVd6 'i'xd6 28 cxd6 .tf6(f8) 29 Mc1 .txe7 30 'gc7 �ad8, o bien 28 .ixd6 �xe 1 + 29 kíxe 1 .txd4 (29 . . . :e8!?) 3 0 :e7+ �f6 3 1 �xb7 �c8. �xe7 27. 27 . . . 'ifxd4?! 28 'iVxd4 .ixd4 29 llxb7 conduce a un final difícil para las negras, pero 27 . . . .txd4 es perfectamente posible. En las va riantes que siguen con 28 �bd 1 �xe7 29 �e7 + �xe7 30 �xd4 'i'xc5 3 1 :c4 Vi'd5, ó 28 'ifh4 .ig7 29 llbd 1 (29 lb:b7 <it>g8) 29 ... 'i'b3 30 �d7 �g8, parece que las blancas no logran dar mate. 28. 29. 30. 31 . 32. �xe7+ 'iVc7+ �xb7 'iVe7+ 'iVxh7+ �xe7 �f8 .txd4 �g8 �f8 1. 2. 3. 4. 5. e4 d4 tDd2 e5 c3 e6 d5 ttJf6 tDfd7 b6 C a d a ajed reci sta t i e n e s u s pro pios gustos d e apertura. E n posiciones cerra d a s , a m e n u d o e l ij o p l a n e s q u e i m p l i ca n el cambio de m i a lfi l " m a l o". E n la Defensa Fra n cesa me g u sta ba jugar b7-b6 y .i c8-a6°. Contra 1 d 4 , a veces sol ía res ponder 1 . . . c5 2 d 5 e5 3 e4 d 6 , seg u ido de .te7-g 5 , y si las b l a n ca s i m pe d ía n el cambio con tDf3 , enton ces .tg4 , .i xf3 y, d e tod o s modos, .te7-g5 . U n tratam i ento así de l a apertura supone u n riesgo considera bl e . L a s negras se retra s a n e n d esarro l l o y pueden caer en u n a "ca m isa d e fu e rza" p o s i c i o n a l , o b ajo u n ataque d i recto . Pero si logra n d efe n d e rse con éxito , ta l vez co n s ig a n un medio juego La pareja de a?flles estratég ica mente favo ra b l e , o u n fi n a l ventaj o s o , e n e l q u e e l oponente t i e n e u n mal alfi l . 6. 7. iL e 7 tDdf3 tDh3 Las blancas tienen en cuenta las i ntenciones de su oponente , y no se apresuran en el desarrollo de su a lfi l rey, a fi n d e cambiarlo en a6 sin pérdida de tiempo. Es i m porta nte observa r que l a s negras deberían jugar Ji a 6 sólo con su peón en c7. La razón es que después de 7 c5? ! , las blancas tienen la molesta réplica 8 a4! j¿a6 9 iLb5 (o bien 8 Jib5! J¿a6 9 a4) . Tras el ca mbio en b5, los peones de e5 y b5 le q u itan i m po rta ntes casillas a los ca ballos negros, de modo q u e el segundo jugador está obl igado a eliminar el peón de b5: a7-a6 , �c7 y :a7 , pero d u ra n te e s e t i e m po l a s b l a n ca s p u e d e n p re p a ra r u n ataque en el fla n co de rey. o o ' 7. 8. 9. j¿xa6 �d3 tDa b8 tDfg5 Las blancas quieren explotar de inmediato su ventaja en desarrollo, pero creo que la simple 1 0 O-O habría sido más molesta para las negras. 1 0. 1 1 . �f3 1 2. J¿xg5 1 3. tDf4 , 1 4. J¿h4 tDf8 iLxg5 �d7 h6 Ahora , por supuesto , no es posible 14 g5? , en vista de 1 5 tDh5. La más astuta 1 4 f5?! ( para responder a 1 5 exf6 con 1 5 . . . g5!) es demasiado arriesgada: después de 1 5 g4! g5 1 6 tDh5 tDh7 1 7 gxf5 , las blancas tienen un poderoso ataque. Preferí una continuación más fiable. o o . o o . 1 4. tDg6 iLa6 tDxa6 Makarychev ataca de inmediato el caballo, a fin de i m pedir el plan que sab ía yo que había llevado a cabo en varias ocasiones: c7-c5 , tDc7 , en algún momento, f7-f5, y desde c7 el caballo defiende el peón débil e6. 9. 1 0. 57 ( P) 1 . 1 7 ¿Qué pueden j ugar las blancas? El sacrificio de alfi l , 1 5 tDh5? tDxh4 es , por supuesto, incorrecto. El juego posicional 58 1 5 ..tg3 ltJxf4 1 6 ..txf4 ltJc6, O 1 5 ltJxg6 fxg6, seguido de ttJc6, conduce , precisamente, al tipo de posición que yo buscaba, al elegir la variante de apertura. El ataque blanco llega a punto muerto y el alfil "malo" sigue sobre el tablero. Makarychev encontró la única forma de mantener su l igera iniciativa . 1 5. g3! ! Las blancas han defendido su alfil y q uieren situar su caballo en h5, donde resultará muy peligroso. Después de 1 5 . . . O-O? 1 6 ltJh5, �s muy d ifícil parar la amenaza 1 7 .tf6 . La variante 1 5 . . . ttJc6 1 6 ltJh5 \t>f8 tampoco me atra ía : las torres negras están desconectadas y hay que estar pendiente de sacrificios en f6 y g7. El cambio de caballos es prácticame nte forzad o , pero entonces se abre la columna g , el alfil sigue en la d iagonal h4-d8 , y el rey negro q ueda atascado en el centro del tablero. 1 5. 1 6. 1 7. 1 8. gxf4 �g1 ..tf6 ttJxf4 ttJc6 g6 �h7 U n pobre puesto para la torre, pero las negras no tienen elección . S i 1 8 . . . �g8, entonces 1 9 'iVh5 Ó 1 9 'iVh3 serían muy fuertes. 1 9. h4 Esta se realizó en base a "consideraciones generales". Como se verá a continuació n , no es incuestionable. 1 9. 20. f5 h5 U n tentador sacrificio de peón . Pero también era muy buena la simple 20 0-0-0 ttJe7 , y ahora , tanto 2 1 �b 1 como 21 .txe7 �xe7 (2 1 . . . �xe7? 2 2 f5! ) 2 2 �b1 , con idea de c3-c4 (o i n cluso de inmediato 22 c4 'iVc6?! 23 �b1 ) . 20. 21 . 22 . 0-0-0 ..txd8?! exf5 tLid8 M akarychev no quiere permitir que el caballo llegue a e6 , pero el alfil estaba ejerciendo una gran presión sobre la posición negra , i m p i d i e n d o q u e l a torre d e h 7 entrase e n j uego, a s í q u e no debería haberse desprendido de él tan fácilmente. La sencilla 22 �b1 CLJe6 23 �d2 (seguido de �c1 y c3c4) habría conservado la ventaja para las blan ca s . Ta m b i é n es posible la i nmediata 22 c4!? c6 23 �b 1 , con idea de �d2 y �c1 (es malo 23 . . . dxc4? 24 d5). 22 . ... �xd8?! 22 . . . �xd8 era más correcta . Tem ía 23 c4 c6 24 'it' b 1 , pero después de 24 . . . <itt c8 25 �c1 �b7 , las negras están perfectamente. La pareja de alfiles 23. 24. 25. 26. 39 e6! ':xg6 ':dg1 ¡fe2 fxe6 'iJif7 �d7 'iJie7 1;�i:: <�: ftf:� . �l� �:� é iV' {f!ti � ;� �{� i �}*i� M ��;:' :�� §;¿� i f** i �;�2:; i /#i �/Ji %;;,r� f� �;; �t5� fei0:; t���' . f f,��/{ . 11J/ ;j��; "iV :li :2W�: �w: fd!§: t� 59 Las negras habrían conservado mayores probabilidades prácticas de éxito con 32 . . . ltdf8 . Por ejemplo: 33 ¡qg7? ¡qxg 1 +!, o bien 33 ':e 1 h4 34 'iVg7 ':fg8. 33. 'iVg2 ! 34. ':xg2 ¡qxg2 Tablas. (E) 1 .9 fj 27. ¡fb5+?! Nada se consegu ía con 27 ¡qe5 lif8 (o bien 27 . . . ¡qd6) . Lo más peligroso para las negras era 27 VWa6! ¡qxh4 28 'iVxa7 , manteniendo a l rey negro en el centro d e l tablero. A propósito, tanto en esta variante como en la continuación de la partid a , puede verse el inconveniente de que el peón h blanco esté situado en h4. 27. 28. 29. ¡Vc6 ¡fxe6 �c8 �b8 \i'xh4 Por fin , el rey negro se siente seguro. Era el momento de que las blancas forzasen unas tablas con 30 :g8 ¡qf4+ 31 �b 1 ':h8 32 ':xh8 ':xh8 33 ':g8+ ':xg8 34 ¡qxg8+ �b 7 35 "iVxd5+. 30. 'iVxf5? ! 31 . lif6 32. ¡qg5 ':hh8 \i'h2 h4? ! J uegan blancas Eljuego posicional 60 Dolmatov - Razuvaev M insk 1 979 Campeonato de la U RSS ERRORES, ERRORES... 41 Es más fácil percibir el error que encontrar la verdad, ya que el primero se encuentra en la superficie y puede verse fácilmente, mientras que la segunda se encuentra en las profundidades, adonde pocos se atreven a descender. Wolfgang Goethe ( P) 1 . 1 8 ¿ Deberían las blancas cambiar damas? D u ra nte m u cho tie m po he La posición no es fácil de estado recopilando ejem plos de evaluar. Por ejemplo: ¿Es bueno o e rrores i n structivos, q u e a p ro malo el alfil de a7, encerrado en el vech o p a ra m e n ci o n a r en flanco de dama? Si las negras artículos, l i bros o l ecciones de logran intensificar la presión sobre viva voz. La razón es que, al d4, será una importante pieza de estud i a r u na p a rti d a , m u chas ataque. De no ser así, el alfil seguirá jugadas fuertes parecen com ple marginado. ta mente naturales y, por lo ta nto , no atraen n uestra atenció n , n i se Veamos, en p ri m er lugar, la graban en la memori a . Por el continuación de la partida. contrario , el descu bri m iento de un error i n med iata m e n te g e ne ra 2 1 'iVd2 .i,b6 22 g4 'iVg6 23 b4 interés en l a situación del tablero . Mf7 24 a3 Maf8 25 liJh2 h5 26 gxh5 Buscamos la j ugada más fuerte , 'iVxh5 anal izamos sus consecuencias, la co m paramos con lo que suced ió Ahora resulta evidente q ue las en la partida , y nos pregu ntamos negras se han apoderado de la cuál habrá s ido la razón para que iniciativa, pues están presionando el ajedrecista haya cometido ese tanto en el centro como en el flanco error. de rey. 27 'iVd3 liJe7 28 �f1 'iVh4 29 Errores, errores . . . 61 :xf7 :xf7 3 0 :d 1 c6 3 1 'iVd2 'iVg3 32 ttJf1 'iVg6 33 1i.f2? :f3! 34 �h2 :xa 3 , y las negras pronto se impusieron . Al anal izar la partida, Dolmatov y yo llegamos a la conclusión de que la retirada de la dama a d2 era un error, pues permitía al oponente mantener el control de las casillas blanca s . Dolmatov de b ía haber cambiado damas de inmed iato, o tras la jugada precisa 2 1 :ed 1 ! ? 21 . �xf5!? exf5 En respuesta a 2 1 . . . :xf5, las blancas jugarían g3-g4 y h3-h4-h5, ganando espacio en el flanco de rey y restringiendo l a movilidad de las piezas enemigas, en particular del caballo. De todos modos, en tal caso ten d rían que considera r seriamente el sacrificio d e cal idad en f3. 22. h4! E s i m porta nte b l oq u ear l o s peones contra rios del flanco de rey, pues de otro modo, tras 22 . . . g 5 , las negras amenazarían g 5g4, para hostigar al caballo de f3 , lo que sign ifica un ataque al peón de d4, puesto que el caballo es su pri ncipal defensor y, a l m i smo tiempo, la pri ncipal debil idad de l a posición blanca . 22. ... �f7 (P) 1 . 1 9 ¿Qué j ugar las blancas? deben Una vez defendido su peón de c7, las negras proyectan trasladar su caballo a e6. A fin de parar esta amenaza posicional , las blancas deben tomar una medida d rástica : el sacrificio de calidad . 23. �xc6! La m i s m a jugada h a bría seguido a 22 . . . 1i.b6, pero aún con mayor efecto. 23. 24. 25. �c1 b3 bxc6 �b8 25 �xc6 �xb2 26 �xa6 1i.b6 27 h5!? parece más flojo. Las blancas ganan un peón, pero permiten q ue las piezas contrarias se activen. 25. 26. �b6 �f2 ! ? El rey quiere llegar a d3, a fin d e a poyar su p e ó n d e d4 (seg ú n Eljuego posicional 62 N imzovich: sobreprotección de los puntos importantes) . Luego el alfil jugará a d 2 , y a la primera oportunidad, el peón avanzará a h5. Si 26 . . . a5, entonces 27 i.. d 2 a4 28 b4. La torpe posición del alfil de a7 garantiza a las blancas una plena com pensación por la calidad sacrificada . Si Dolmatov hubiese jugado 2 1 �ed 1 ó 2 1 'ifxf5, e s probable que en n uestro análisis de l a partida se nos hubiese escapado la impor tancia de este momento, porque no le habríamos prestado gran aten ción . Pero el error cometido sirvió de estímulo para el análisis, per m itiendo descu bri r con mayor profundidad su contenido, de forma que sus ideas ocu ltas pudieron desvelarse. Ehlvest - Andrianov Bujara 1 98 1 1 . d4 2 . e4 3 . �f3 4. g3 5. 'ii' b3 �f6 e6 b6 i.. a 6 7. 8. 9. 1 0. 5. 6. exd5 1 0. .. . �fd7? Más preciso es 1 0 . . . ..\lb 7 , seguido d e 1 1 . . . ttJbd 7 . 11. f4 b5 Una tentativa por l og ra r contrajuego. Las negras evacuan la casi l l a b6 para su d a m a y preparan el avance b5-b4 , para expu lsar al cabal l o d e c3 y obstacul izar la ru ptu ra temática central e2-e4. 1 2. d5 exd5 i.. e7 O-O e6 Una jugada natural y buena. Sin embargo, también val ía la pena considerar otro plan, característico en tales posiciones: 1 0 i.. g 5 ! ? , seguido de �fe 1 , ':ad 1 y ct:Je5 , con idea de un posible i..xf6 y e2-e4. Y si 1 0 . . . ct:Je4, entonces 1 1 ct:Jxe4 dxe4 1 2 i.. xe7 'ifxe7 1 3 ct:Je5, con ventaja blanca. 43 Esta sería u n a conti nu ación relativamente rara (lo normal es 5 b3 ó 5 tDbd2) . La teoría considera que la mejor respuesta a la textual es 5 . . . tDc6, au nque también es de considerar 5 . . . c6. tDe3 i.. g 2 O-O ct:Je5 a3 �b6?! Errores, errores . . . Andrianov ejecuta su plan de forma consistente. Sin embargo, como demostraría muchos años después el gran maestro Etienne Bacrot, las blancas pod ían haber conseguido una gran ventaja con la inesperada 1 3 lLJxd 5 ! ! cxd 5 1 4 �xd5. La tentativa de complicar, por parte de las negras, 1 4 . . . CDxe5 1 5 fxe5 b4! ? no las salva : 1 6 'iVxa8 'ifxd4+ (no es mejor 1 6 . . . bxa3 1 7 i.e3 axb2 1 8 Mab 1 ) 1 7 �h 1 ( 1 7 e3 ¡Vxe5 1 8 :f2 bxa3 1 9 ¡Vd5 también es fuerte) 1 7 . . . .txe2 1 8 Me 1 bxa3 1 9 ¡Ve4! 63 ( 1 1 ... CDdxe5; 11 ... f6) 1 2 .tf2 i.d7 ( 1 2 . . . CDe7) 1 3 e4 0Je7 14 CDxd7 �xd7 1 5 e5 Mfc8 16 Mc1 .ttB. Ese fue el curso q ue tomó la primera partida del encuentro Karpov Kasparov por el cam peonato mundial (Sevilla 1 987). Con 1 7 g4! Karpov podría haber iniciado un peligroso ataque en el flanco de rey. Defensa Tarrasch del Gambito de Dama: 1 d4 d5 2 ttJf3 c5 3 c4 e6 4 cxd5 exd5 5 g3 CDf6 6 .tg2 i.e 7 7 O-O O-O 8 ctJc3 lLJc6 9 i.g5 cxd4 1 O lLJxd4 h6 1 1 .te3 Me8 1 2 a3 .te6 Quisiera mencionar q u e u n a 1 3 �h 1 !? (Esta i nusual jugada de idea similar también pod ía haber rey l a efectuó S myslov, contra resultado una jugada antes : 1 2 Kasparov, en la segunda partida del match fi n a l de Candidatos, lLJxd5! (en lugar d e 1 2 a3) 1 2 cxd5 1 3 ttJxf7 ! ! MXf7 1 4 .txd5. Vil n ius 1 984 . Las blancas planean el cambio en e6, seguido de f2-f4 , Al no ver la com b i nació n , .tg 1 y e2-e4) 1 3 . . . 'ifd7?! (en la Ehlvest realiza una jugada lógica octava partida del enfrentam iento , de desarrollo. Kasparov reforzó la variante: 1 3 . . . .tg4! 1 4 f3 .th5 1 5 i.g 1 �d7 ! 1 6 �a4 .tc5!, con posibil idades para 1 3. .te3 ! ? ambos bandos) 1 4 ttJxe6! fxe6 1 5 Las blancas bloq uean momen- f4 Med8 ( 1 5 . . . d4? 16 lLJe4! ) 1 6 táneamente el camino a su peón e, u i.g 1 liac8 1 7 'ifa4 �h8 1 8 �ad 1 pero piensan retirar su alfil a f2, 'ife8 1 9 e4, y la posición blanca es para seguir con el avance e2-e4, preferible. que tendrá mucha mayor fuerza . U n a concepción estratégica de Hay un parentesco algo lejano de este tipo no es, en absoluto, nueva, la misma idea, en la Apertura y puede verse en muchas aper Inglesa: 1 c4 ctJf6 2 CDc3 e6 3 lLJf3 b6 turas. 4 e4 .tb7 5 .td3!? (Esta jugada la introdujo en la práctica Oleg Defensa Grünfeld : 1 d4 CDf6 2 Romanishin, en una partida contra c4 g6 3 g3 c6 4 CDf3 i.g7 5 .tg2 d5 Tigran Petrosian, 43° Campeonato 6 cxd5 cxd5 7 lLJc3 O-O 8 lLJe5 e6 9 de la URSS, Erevan 1 975) 5 . . . d6 O-O ctJfd7 1 0 f4 lLJc6 1 1 .te3! ttJb6 (es más fuerte 5 . . . c5) 6 .tc2 c5 7 d4 Eljuego posicional 64 cxd4 8 ltJxd4 .te7 9 O-O O-O 1 0 b3 ltJc6 1 1 i.b2 a6 1 2 Wh1 �c7?! (es preferible 1 2 . . . �d7, preparando b6b5) 1 3 f4 :ad8 1 4 :c1 'i'b8? ( 1 4 . . . 4Jxd4 1 5 �xd4 'iVc5) 1 5 :f3 g 6 1 6 ctJd5! ! , con ataque demoledor d e las blancas. 1 3. 1 4. 1 5. fxe5 i.f2 ctJxe5 ltJd7 b4! ? Andrianov no q u iere entregar l a iniciativa a s u riva l , y e s el primero en iniciar acciones en el flanco de dama, a costa, sin embargo, de crea rse peones d ébiles en su propia posición . 1 6. axb4 1 7. 'i'a4 1 8. ctJxd5! 1 9. 'i'xd7 20. �fc1 �c4 .txb4 cxd5 i.xe2 No 20 �xd5?, por 20 . . . :ad8. 20. :fd8 La primera parte del juego ha sido conducida con gran habilidad por ambas partes (si exceptuamos la omisión del sacrificio de caballo en d5) , pero a partir de ahora es co mo si a m bos contendie ntes hubieran sido reemplazados por otros jugadores. Sigue u n error tras ' otro (y es curioso q u e todos relacionados con el m ismo tema : el cambio de piezas). U n cuadro a s í es típico de jóvenes jugadores, cuyo trabajo en ajedrez se limita casi exclusiva mente al estud io de la teoría de apertu ras. La consecuencia es que a d q u ieren u n extenso cono cimiento y, a veces, una razonable comprensión de la apertura. Pero las reglas que se aplican en el medio juego o en el final siguen siendo para ellos una incognita, y en estas fases del juego se sienten mucho menos seg uros que en la apertu ra , lo que inevita blemente se traduce en sus resultados depor tivos. Una condición indispensable para que el jugador consiga buenos resultados es un serio trabajo de entrenamiento, incluido el estudio del ajedrez en su totalidad, y la asimilación de la teoría de aperturas -aunque importante- es sólo una parte de ese trabajo. Ahora las b l a n cas deberían haber forzado el cambio de damas, con 2 1 'i'c6! Después de 21 . . . �xc6 (21 . . . ..tc4? 2 2 :xc4! ) 22 :xc6 a5, pueden elegir entre 23 Errores, errores . l:tc7 y 23 .t e 1 , co nserva ndo mejores posibilidades en el final . También es interesante 2 1 l:tc6 ! ? , u n a jugada sugerida p o r Bologan , aunque m e parece menos convin cente. En primer lugar, las negras pueden conservar damas, con 2 1 . . . 'iVb5, donde 2 2 l:txa7? no d a resultado: 2 2 . . . l:txd7 2 3 l:txa8+ .tf8 24 l:tcc8 h6 25 l:txf8+ �h7 26 ..th3 'iVd3! Cierto que la sencilla 22 'WIc7 plantea problemas, pues si 22 . . . ..tg4, entonces 23 ..tf1 ! es muy fuerte (pero no 23 l:txa 7? l:txa7 24 �xd8+ ..tf8) , mientras que si 22 .. , ..tf8, entonces 23 e6 fxe6 24 ..th3 ! , Y e l rey negro se encuentra en peligro. En segundo lugar, después de 21 . . . :xd7! ? 22 :xb6 ..te7(f8 ) , e l cambio de damas s e ejecuta e n una versión a l g o m á s favorable para las negras, en relación con 2 1 �c6 . En la partida Eh lvest jugó de forma imprecisa, perm itiéndole a su oponente evitar el cambio de damas. 21 . 'ilc7? 'ile6! Ahora no es posible 22 l:txa7??, debido a 22 .,. l:tac8. Las blancas ya han perdido su ventaja. Su dama no puede hacer nada más en c7 y lo mejor es que regrese a su campo. 22. 'iVc2 ..tb5 Me parece mejor 22 . . . .tg4! ? . . 65 2 3 . ..t e 1 (P) 1 .20 ¿Deben las negras cam biar los alfi les? Desde un punto de vista teórico, el a lfil blanco de e 1 es "malo" (porque sus peones se encuentran en cas i l las d e l mismo color) , m ientras que el negro es "bueno". Por consiguiente , la retirada a f8, q ue se pro d u ce en la partid a , parece lógica . Pero en ajedrez la lógica formal d ista de ser siempre vál i d a . Situado e n c3 , e l alfil protege los peones vul nerables de b2 y d4 , después de lo cual las blancas pueden reforzar tranquilamente su posición , dado que su oponente ca rece de contraj uego. (Como señaló el gran maestro M ihai Suba un alfil "malo" puede, a veces defender peones "buenos") . : De modo q ue , a fi n de no entregar la iniciativa , era esencial cambiar a lfi les y asediar, a conti n uaci ó n , el peón de d4 . Eljuego posicional 66 Veamos: 23 . . . �xe 1 ! 24 �xe 1 �ac8 25 'iVd2 'iVb6 . Si a hora 26 l:tac 1 ? ! , entonces 26 . . . i:.c4! 27 :xc4 dxc4, mientras que si 26 b3 sigue 26 . . . �d7! (con idea dei.e6), y si 27 i..x d5? ! , entonces el alfil regresa a b5. 23. 24. 25. i.c3 1i'd2 i..f8? a6 Las blancas no se enfrentaban a ninguna amenaza y, por tanto, te n ían tiem po para trasladar gradualmente sus piezas pesadas al flanco de rey, comenzando por la maniobra �e 1 -e3-f3 . 25. mediante el ataque a los peones de a6 y d5. Por ejemplo: 26 i..f1 !? h5? ! 27 i..xc4 dxc4 28 :a5 �d5 29 :xd5 (29 ':ca 1 ) 29 . . . 1I6xd5 30 1I6g2 , con evidente ventaja en el final . O bien 26 . . . �dc8 27 i..xc4 i:.xc4 28 :a5 , seguido de :ca 1 ó 1i'g2 . En este caso, las negra s ten d rían q u e depositar s u s esperanzas en l a jugada de minado f7-f6!? Ehlvest enfocó la posición de forma rutinaria y decidió que debía desprenderse de su a lfil "malo". 26. i.a5? ! �dc8 No, por supuesto, 26 . . . �db8? 27 :xc4 . ..tc4 27. 28. i.b4? 1i'xb4 i.. xb4 i:.ab8 Los frutos de la errón ea estrategia blanca son evidentes: con el doblaje de torres en la columna b y situando la dama en b6, las negras q uieren atacar los peones de b2 y d4, Y no resultará fácil defenderlos. Además del plan del traslado de torres al flanco de rey, las blancas disponían de la idea inusual de cambiar su alfil de g2 por el alfil "malo" contrario. La justificación de esta idea es la misma que a l analizar el cambio de la jugada 2 3 : e l alfil de c4 e s el soporte básico del flanco de dama negro y, una vez eliminado, las blancas podrán desplegar una peligrosa iniciativa, Cuando un entrenador da cIa ses a debutantes, está obl igado a explicarles los principios básicos (entre los q u e se i ncl uye el concepto de a lfiles '"buenos" y "malos") . Personal mente, prefiero trabajar con jugadores más cuali fi cados , porq u e a el los puede hablárseles de cosas más intere santes y profundas, enseñárseles a enfocar de forma concreta cada Errores, errores . . . pos l c l o n , así como mostrarles excepciones a las reglas. Que una regla evidente no sea de aplicación no significa que la posición no esté sometida a las leyes del ajedrez, sino, sencillamente, que también intervienen otras leyes y principios latentes. La partida que examina mos constituye u n i n structivo ejemplo. Las consideraciones este reotipadas acerca de alfiles buenos y malos son , aqu í , mucho menos significativas que el valor de la iniciativa , y la posi bilidad de ser el primero en iniciar un ataque a los peones enemigos. 29. 'iV d2 Mb3?! ¡ I lógico! ¿Por qué situar la torre en una casilla en la q ue puede cambiarse? Era mejor 29 . . . Mb5 ! , seguido de �b6 y �b8 . 30. Mc3 31 . Mxb3 32. Mc1 Mcb8 Mxb3 h6 32 . . . �b6? era prematuro, en vista de 33 i.xd5! 33. �c3 47 67 (P) 1 .2 1 ¿ Q u é deben j ugar las negras? Aqu í Andrianov cometió un error posicional : permitirle a su oponente el cam bio del ú ltimo par de torres. Ten ía que haber j ugado, por supuesto, 33 . . . Mb4 ! , con idea de 'iVb6. Las negras ha brían conservado a s í la i n iciativa , a causa d e la d e b i l i d ad de los peones de b2 y d4 . Cierto que después de 34 :f3! �b6 (34 . . . a 5 ! ? ) 3 5 Mf2 , n o les h u biera resultado fácil progresar, ya que tienen que estar conti nuamente pendientes de 'iVf4 . Si el a lfi l estuviese en e6, el alfil "malo" podría defender todos los peones importantes, dejando a sus piezas pesadas que actuasen con plena l ibertad en el flanco de dama. 33. 34. Mxb3 �b6? 'iVxb3 La partida se ha equilibrado. El alfil blanco es ahora un poco mejor que el contrario (por fin es posible aplicar la evaluación estándar acerca de la fuerza de los alfiles). Sin embargo, este factor sólo resultaría perceptible si se pudiese expulsar o cambiar a la activa dama negra . Pero no es posible lograr el cambio y, por tanto, las tablas deberían ser el desenlace normal. 35. 36. �f2 h4 a5 Es preferible 36 i.f3 y 37 i.d 1 . El juego posicional 68 36. 37. 38. .th3 e6?! a4 .td3! .te4?! Las negras dejan escapar la ocasión de apoderarse otra vez de la iniciativa , con 38 . . . f5! 39. exf7+ 39 e7 'iVf3+ 40 �e1 'iVxg3+ 41 'iVf2 'iVb8 42 .td7 no da resultado, a causa de 42 ... 'iVb4+. 39. 40. 'iVf4+ <it>xf7 <it>g8?? El último error se comete justo en el control . Cualquier otra jugada de rey habría llevado a tablas. La textual pierde. 41 . 42. 43. 44. i.e6+ 'iVxe4+! i.xb3 'lite3 'lith7 dxe4 axb3 Las negras se rindieron . Procedamos ahora a u nas pequeñas prácticas sobre el tema del cambio de alfiles. Se trata de evaluar la conveniencia del cambio en los ejemplos que siguen . Dvoretsky - Klovan Erevan 1 975 Campeonato de la U RSS 1. 2. 3. e4 ttJe3 g3 e5 ttJf6 d5 4. exd5 5. .tg2 6. bxe3 7. �b1 ! ? ttJxd5 ttJxe3 . .td6 A l estudiar esta vari ante d e apertura , llegué a la conclusión de que, con el caballo negro en c6, es mejor para las blancas desarrollar su caballo por e2 , mientras que si aquél está en d 7 , entonces es mejor ctJf3 . Quería ver, por tanto , dónde se situaría el caballo negro. Pero l a jugada �b1 tiene el inconveniente de que debilita el peón a2 . 7. e6 Probablemente sea más pre ciso 7 . . . ttJd7!?, para seguir con �b8 y b7-b6 . 8. ctJf3! 9. O-O 1 0. �e1 o-o . ctJd7 f5?! También era de considerar 1 0 . . . ¡Va5!? 11. 'iVe2! ? Tam poco e s malo 1 1 d 3 ! ? Por ejemplo: 1 1 . . . 'iVa5 1 2 .td2! (más flojo es 1 2 .tb2 'iVxa2 1 3 c4 'iVa5 14 �a 1 'iVc7) 1 2 . . . 'iVxa2 1 3 c4 , y las negras se encuentran en serios a prietos. Me preocupaba 1 3 . . . e4 , pero en tal caso sería fuerte la simple 14 ctJd4, seguida de .tc3. 11. ... h6 Errores, errores . . . 11 e4 1 2 tt:Jd4 tt:Je5 1 3 d3, O bien 1 2 tt:Jf6 1 3 'iVc4+ también es favorable a las blancas. 69 o o . o o ' 12. 'iVc4+ (E) 1 .1 1 �h7 12 �h8 parece un poco más precisa. o o . 1 3. 1 4. Si 1 4 tt:Jxe5! 1 5. d3 a4 o o . �f6 tt:Jb6 tt:Jc5 , entonces 1 5 J uegan negras �b3 f4 (E) 1 .1 2 15 e4 (con la esperanza de que si 16 dxe4?, jugar 16 ..te6) no consigue nada , debido a 1 6 tt:Jd4 , o todavía mejor, d e 1 6 tt:Jd2 ! Las negras q uedarían en u n a difícil posición tras 1 5 . . . J.. e6 1 6 c4 �ab8 1 7 ..tb2 tt:Jd7 1 8 d4 'VJif7 1 9 dxe5 tt:Jc5 ( 1 9 itxc4? 20 'VJic3 ..te7 2 1 e6) 2 0 'VJie3 ..te7 2 1 ..ta3 tt:Jxa4 22 ..td6! o o . o o • o o . J uegan blancas (E) 1 . 1 0 ¿Qué j ugar las blancas deben Eljuego posicional 70 VENTAJA DE ESPACIO Toda posición restringida contiene en si misma el germen de la derrota. Siegbert Tarraseh El repertorio de apertu ras de l o s j u g a d o res modernos está integ rado por la Defensa Pire, la Defensa G rü nfeld y muchos otros esq uemas que i m pl i can conceder espacio al enemigo . Por consi g u iente , la d ec l a ra c i ó n de Ta rra s c h , como cua l q u i er otra sentencia categórica , no puede considera rse hoy más q u e irónica . Pero ta m b ié n conti e n e cierta dosis de verdad . Quizá no sea a p l i ca ble a tod a s , p e ro sí a m uchas posiciones restri ngidas. El bando que tiene ventaja de espacio puede maniobrar libre mente con sus piezas, trasla dándolas de uno a otro flanco, mientras que las piezas con trarias carecen de espacio para maniobrar, lo que lleva a obsta culizárse unas a otras. De esto se deduce que si dispone de ventaja de espacio, debe tratar de conservar el mayor número posible de piezas, mientras que en una posición restringida debe procurar cambiarlas. La ventaja de espacio normalmente se consigue avan zando peones. Pero debe tener presente que al a vanzar dejan de controlar importantes casillas del campo propio, lo que, en algunos casos, puede ser explotado por el oponente para desplegar un contraataque. Estas consideraciones son basta nte evidente s , pero en la práctica hasta los jugadores más expertos pueden equ ivocarse , ignorándolas o no valorándolas e n s u justa medida. Polovodi n - Razuvaev Tbilisi 1 979 Campeonato de la U RSS por equipos 1 e4 g6 2 d4 .tg7 3 ct'Jf3 d6 4 ct'Je3 ct'Jf6 5 .te2 O-O 6 O-O ct'Je6 7 d5 ct'JbS S h3 (8 �e 1 ) S ... e5 9 dxe6 iLxe6 1 0 .tg5 h6 11 .te3 ct'Je6 1 2 �e1 ( 1 2 �d2) 1 2 . . . Wh7 1 3 �d 1 ¡VeS ( 1 3 . . . 'ife7!?) 1 4 ct'Jd4 ..id7 1 5 f4 �eS 1 6 iLf3. Ventaja de espacio Las b l a ncas contro l a n m á s espaci o : s u s p i ezas y peones están desplegados sobre cuatro fi l a s , m i entras q u e los neg ros sólo en tres . Esto significa q ue l o s c a m b i o s s o n b e n efi ciosos para las negra s . 1 6 . . . ctJxd4! se sug iere por sí solo: 1 7 .ixd4 .ic6 1 8 �e 1 �e7 ! ( p reparando 1 9 . . . 1!ie8 ó 1 9 . . . 1!ih8 y 2 0 . . . �ae8) , con igualdad . 1 6. ... a cabo el reag ru p a m iento planeado y se apoderan de la in iciativa . 1 7. 1 8. 1 9. 20. exd5 .ixd4 e3 ctJxd5 ctJxd4 1!ih8 �e7? ! Razuvaev decide ejecutar de in med iato el reagrupamiento de piezas pesadas sugerido en la nota a nterior. Pero a hora las blancas tienen la oportu nidad de evitar el cambio favorable a su oponente , jugando 1 7 ctJb3 ! (o incluso 1 7 ctJde2 ! ? ) , seg u ido de l:re 1 , 1!id2 , etc . , y su posición habría sido preferible. Obsérvese q u e e l ca ba l l o dama negro le impide a su alfil ocupar c6 , desde donde podría ataca r el peón e4 , y el caballo rey bloq uea la d iagonal d e l otro a lfi l . Los caba l l os no tienen una buena casi l l a , pues las n e g ras se e n c u e ntra n en una posición restringida y carecen de espacio para manio brar. 1 7. 71 ctJd5? U n aso m b roso error estra tég ico: en l u g a r d e evita r l o s ca mbios, l a s blancas proponen el cambio de varias piezas . Ahora q u e d a j u stifi ca d a l a j ug a d a anterior de las neg ras, que l levan (P) 1 .22 ¿Qué deben j ugar las negras? La posición d e las negras, a u n q ue buena, sigue siendo restringida, d e modo q u e los cam bios les convienen . Pod ían haber logrado ventaja con 20 . . . , i.xd4+ ! 2 1 l:1xd4 ( 2 1 cxd4 ¡ff6, seguido de �ae8, pues el peón de c7 es inmu ne) 21 . . . �ae8 22 'ii'd 2 'iVf6 . (Por cierto que el cambio de alfi les tam bién pod ía haberse realizado en el movimiento ante rior) . La falta de espacio ya no es un problema para las negras, pues tras una serie de cambios sus piezas resta ntes están activa mente situadas y d isfrutan de una excelente coordinación . Los peones avanzados de f4 y d5 no le reportan d ividendos -a las blancas. El juego pos idonal 72 Por el contrari o , con stituyen i n n ecesarias d e b i l idades y con mucho gusto reg resa ría n , si pudieran , con su peón de f4 a f2 , y el de d5 a d4. 20. 21 . Tablas. Yusupov - Lipnowsky Winnipeg 1 986 �ae8? �f2 ! Polovodin explota el error de su rival, e imp¡de el cambio de su alfil. La consecuencia es que la dama negra, cegada por su alfil de g7, está por el momento fuera de juego. El error posicional cometido por Razuvaev es tanto más sorpren dente cuanto que, incluso tras 2 1 'iVd2!?, e l cambio 2 1 . . . ..txd4+ 22 'iVxd4 se realizaría en una versión mucho menos favorable para él que tras 20 . . . ..txd4+! 21 . 22. 'iVa4 30 a3 'iVb3 31 ..te1 b5 32 �f2 b4 33 axb4 axb4 34 i.d2 bxe3 35 i.. xe3 ..txe3 . 'iVd2 ..tf5 ..te4 1 . d4 2. e4 3. d5 4. ct:Je3 5. e4 6. i.. d 3 7. ct:Jge2 8. h3 ct:Jf6 e5 d6 g6 i.. g 7 O-O e5 Las blancas toman medidas contra 8 . . . ct:Je8 y 9 . . . f5. Miles - Dj indji hashvi li (Ti l burg 1 985) siguió d e la sigu iente manera: 8 ct:Jg3 ct:Je8 9 ..te3 f5 1 0 exf5 gxf5 1 1 f4 e4 1 2 ..te2 A fin de lograr casillas para sus torres en la columna abierta , las negras deben cambiar el alfi l "malo" enemigo, que se estrella contra su peón de d5. 23. i.. xe4 24. �e1 �xe4 �8e7? ! U na pérdida de tiempo. Había que jugar la útil 24 . . . a5! Ahora las blancas mantienen el equilibrio sin mayores d ificultades. 25 �xe4 klxe4 26 �e1 �e8 27 l!e3 a5 (27 . . . �xe3 28 'iVxe3 Vi'b5 29 ¡Ve7!) 28 'iVd3 �xe3 29 i.xe3 (P) 1 .23 ¿Cómo deben continuar las negras? 13 Las blancas planean 1 3 gc1 (ó Vi'd2) , seg u i d o de ct:Jh5, Ventaja de espacio preparando el avance g2-g4. Pero las negras d isponen de u n procedimiento estratégico están d ar, que neutra l iza el plan contrario . 1 2 . . . i.xc3+! 1 3 bxc3 ttJg7 1 4 i.f2 ¡Vf6 1 5 'iV d 2 'iV h 6 , Y los jugadores acordaron tablas. La idea de cambiar en esta posición el alfil indio de rey se em pleó por pri mera vez en l a p a rt i d a B ronste i n - Petrosian (Amsterda m 1 956, C a n d idatos) : 1 c4 g6 2 iDc3 i.g7 3 iDf3 d6 4 d4 iDf6 5 e4 o-o 6 .i.e2 e5 7 O-O iDbd7 8 �e 1 c6 9 d5 (la teoría recomienda 9 .i.f1 ) 9 . . . c5 1 0 a3 iDe8 1 1 .i.g5 ( 1 1 b4! ? ) 1 1 . . . f6 1 2 .i.d2 f5 1 3 iDg5 iDc7 1 4 exf5 gxf5 1 5 f4 e4 1 6 .i.e3 h6 1 7 tDh3 54 73 colabora r en la ru ptura g2-g4 . Por ú lti m o , y lo más i m portante , los peones de c3 y c5 i m piden q u e el a lfil dama blanco pueda situarse en la gran d iagonal a 1 -h8", segú n Lev Aron i n ) . 1 8 bxc3 iDf6 1 9 a 4 <iii h 8 20 tDf2 :g8 2 1 <ii? h 1 ¡Ve8 22 :g 1 'iWg6 23 ¡Vd2 .i.d7 24 g3 :ae8 25 a5 �e7 26 :ab 1 .i.c8 27 :g2 �eg7 28 :bg 1 iDce8 29 h3 h5. Tablas. En la posición fi nal es probable que las negras tengan u n a pequeña ventaja. Volviendo a la apertu ra de la presente partida, debo decir que 8 iDg3 no le reporta nada a las blanca s . Pero , además d e l a jugada de Yusu pov, merecía consideración 8 f3! ? (con idea de 9 g4 ó 9 �g5) , lo que llevaría a una posición tipo Samisch en la I ndia de Rey. 8. 9. g4 iDe8 'iVh 4 Amenazando 1 0 . . . .txg4. 1 0. 1 7 . . . .i.xc3 ! ( " U n a decisión muy aguda y suti l . H ay varios arg u mentos a su favor. En p ri mer lugar, la p resencia de las cadenas d e peones bloq ueados neutra l iza n la fu e rza de los a lfil e s blancos . E n seg u n d o lugar, s e e l i m i n a u n cab a l l o q u e pod ría iDg3 .i.f6? Las negras descartan errónea mente la natural 1 0 . . . .th6! Tal vez les preocupase 1 1 .txh6 'iVxh6 1 2 h4, pero después de 1 2 . . . 'iVf4! tendrían contrajuego. Eljuego posicional 74 ':xh 1 + 20 'iWxh 1 .txg5 21 .txg5 'iVxg5 22 'iVh8++. 55 U n a victoria tan rá pida y demoledora no suele favorecer una actitud crítica en el ganador. Aun así, analicemos más en detalle el desenlace, para entender por qué el gran maestro Yusupov no estaba satisfecho con su juego. (P) 1 .24 ¿Qué j ugar las blancas? deben 56 Los planes del oponente son claros: q uiere jugar 1 1 . . . .tg5. Pero no es d ifícil i m pe d i r ese cambio. 1 1 . 'iVd2 ! 1 2. ttJd1 ! �g7 (P) 1 .25 ¿Qué deben La jugada de dama no sólo es j ugar las blancas? profiláctica, sino que tam bién libera la casilla d 1 para el traslado del ca ballo al fla n co d e rey. Con ventaja espacial , las piezas disponen de varias posibilidades de maniobra , y es i mportante elegir la más efectiva . 12. 1 3. ttJe3 h6 .tg5 Con 1 4 'iVc3 ! las blanca s h abría n creado la a menaza 1 5 ttJg2 , impidiendo .tf4 ( 1 4 . . . .i.f4 1 5 ttJg2 'iff6 1 6 ttJxf4 exf4 1 7 'ilxf6+ �xf6 1 8 .i.xf4) . Las negras ten d rían entonces u n a posición muy d ifícil tras 14 . . . .txe3 ó 14 . . . .td8. 1 4. Las blancas tienen gran ventaja posici o n a l . La partida sólo se prolongó cinco jugadas más: 1 4 'iVe2 .tf4 1 5 'iff3 ¡Vf6 1 6 h 4 :h8 1 7 tDef5+ �f8 1 8 g 5 ! , Y las negras se rindieron , en vista de 1 8 . . . hxg5 ( 1 8 . . . ¡Vd8 1 9 tDxh6) 1 9 hxg5 'iVe2?! .tf4 Ahora 1 5 ttJg2 'iVf6 ya no le da nada a las blancas. 1 5. "llif3 ¡Vf6 Ventaja de espacio (P) 1 .26 ¿Qué jugar las blancas? deben El alfil de f4 es el pu nto de apoyo de la posición negra . Debe atacarse con el cab a l l o , pero evitando cambios que facil iten la defensa. El plan más fuerte es 1 6 �d2 ! , seguido de �c3, �e2 y, sólo entonces, tLJg2 . Las negras proba blemente deberán cambiar en g3, donde resultará muy desagradable la apertura de la diagonal a 1 -h8 con f2-f4. 1 6. h4?! �h8! La posición se ha vuelto más compl icada. Las negras quieren jugar 1 7 . . . W!le7 y 1 8 . . . tLJf6, con contrajuego. 1 7. tLJef5+?! 75 evidente ventaj a . Ya sabemos que 1 7 . . . �f8?, como se jugó en la partida, pierde, por 1. 8 g5! La única posibilidad restante es 1 7. ... �g8 ! Ahora 1 8 g5 no da resultado. A las negras seg u ra mente les preocupaba 1 8 tLJxh6+, pero sin motivo. 1 8. tLJxh6+?! l!xh6! También es posible 1 8 ... �xh6 1 9 'iVxf6 tLJxf6 20 g5 (20 �xh6 �xh6 21 g5 �h8 22 gxf6 tLJd7) 20 . . . �g7 2 1 gxf6 �xf6, pero l a captura de torre es mucho más fuerte. 1 9. 20. 21 . 22. g5 �e2 �xf3 gxh6 i.d2+! �xf3+ i.xc1 i.xh6 Las blancas afrontan una d u ra lucha por las tablas. Esto es lo q ue pasa s i , bajo la impresión de u na ventaja fácil mente lograda , deja usted de profundizar en la posición y real iza u n as cuantas jugadas superficiales. Una posición restrin gida se parece, en ocasiones, a un muelle com p ri m id o , i que puede saltar en cualquier momento! (P) 1 .27 ¿Qué debe n j ugar las negras? No, por supuesto, 1 7 . . . gxf5? 1 8 tLJh5+. Si 1 7 . . . �xf5?, 1 8 gxf5 ó 1 8 exf5, y las blancas tienen una E n la siguiente partida las blancas explotaron su ventaja espacial de forma convincente. Eljuego posicional 76 Dolmatov - Karolyi Groninga 1 978 Campeonato de Europa Juvenil 1 . e4 2. d4 3 . tLJd2 4. e5 5. e3 6. f4 7. tLJdf3 8. g3 9. i.h3 e6 d5 tLJf6 tLJfd7 e5 tLJe6 'i'b6 i.e7 O-O La variante de a pe rtura eleg ida por las negras supone u n a seria concesión de espacio, que debe ser compensada por algo, pues de otro modo las blancas logra rán u na clara ventaj a . Puede con se g u i rse contraj ue g o m i n a n d o el centro blanco. Por ejemplo: 8 . . . cxd4 9 cxd4 iLb4+ 1 0 'it'f2 g 5 ! ? Pero el desarrollo del alfi l p o r e7 tam bién tiene senti d o , sólo que, en l ugar de e n rocar, las negras deberían segu ir con 9 . . . cxd4 1 0 cxd4 f6 ! 1 1 'it'f1 O-O 1 2 �g2 g 5 ! ? , o b i e n 1 1 tLJe2 fxe5 1 2 fxe5 O-O! (las blancas no pueden enrocar, debido a ttJdxe5) 1 3 .txe6+ �h8 1 4 .txd5 tLJdxe5 ! 1 5 dxe5 tLJxe5 ( L u k i a nov - G l eizerov, U RS S 1 996) . 1 0. tLJe2 1 1 . O-O ¡Va6 tLJb6 (P) 1 .28 ¿ Q u é j ugar las blancas debe n El joven jugador húngaro quiere completar el desarrollo, con i.d7 y �ac8, y espera crear presión en el fla n co de d a m a , donde se concentran muchas de sus piezas. Pero Dolmatov e n cu entra la refutación estratég i ca del plan enemigo. 1 2. �f2! La jugada sigu iente será 1 3 .tf1 , Y la dama estará incómoda en a6. 1 2. 1 3. 1 4. 1 5. tLJexd4 tLJxd4 iLf1 exd4 tLJxd4 .te5 También era fuerte 1 5 b3!?, con la amenaza 1 6 .tf1 . 1 5. 1 6. 1 7. 1 8. b3 a4! .td3 'i'a4 'iUe8 .td7 Ventaja de espacio U n momento para debatir. Como ya hemos dicho, el bando que tiene ventaja espacial debe evitar los cam bios. Segú n esta regl a , Dolmatov sen cillamente desarrolla sus alfiles a las activas casillas d3 y e3. Pero 1 8 �a3!?, cambiando el "buen" alfil contrario, también era oportuna. 1 8. 1 9 . .te3 20. 'i'c2 lLJc8 lLJe7 g6 77 buenos. Quizá fuese más simple 23 .txd4 ! ? ttJxd4 24 cxd4 (amenazando 25 f5) 24 . . . f5 25 exf6 :xf6 26 g5 Y 27 h4. 23. 24. 'iVd2 g4 gxf5 exf5 Después de 25 . . . gxf5 26 :g2+ , l a s negras tendrían q u e afrontar .tf2-h4, explotando la debilidad de las casillas oscuras. 26. 21 . 22. f6 f5? ! Si 2 4 . . . �e7 , · a l a s neg ras parecía preocuparles 25 f5! ? , pero ahora su posición es completa mente desesperada. 25. El debilitamiento de las casillas negras se hará sentir, pero es dudoso que sea mejor 20 . . . <;t>h8. Ahora, y en la jugada siguiente, las blancas pod ían haber cambiado alfiles con 21 lLJf5!? : af1 :g2 Wile7 ttJc6 59 Tras haber com pletad o el desarrollo y reforzado el centro, las blancas emprenden un ataque en el flanco de rey, que puede llevarse a cabo de varias forma s . Por ejemplo: 22 h4! ? , con la amenaza 23 h5. En caso de 22 . . . h5, sigue la preparación de g3-g4, y si f7-f5, se responde e5xf6 , crea ndo peones débiles en e6 y g6. 22. 23. .txd4 cxd4 Dolmatov evita los cambios y conserva la pareja de alfiles. En posiciones dominantes a veces no es fácil eleg i r entre varios planes (P) 1 .29 ¿Qué j ugar las blancas? deben El plan más natural es avanzar el peón a h5, y luego �h2 y .tf2-h4 . Con su última jugada, Karolyi no sólo i m pi d i ó h2-h4 , sino q u e El juego posicional 78 también creó la amenaza ( i no se olvide del "pensam iento pro filáctico"!) 27 . . . 'ii'b4. El cambio de damas no le conviene a las blancas, pues sus peones de b3 y d4 estarían atacados. Con una serie de excelentes maniobras, Dolmatov suprime el contrajuego de su rival y refuerza decisivamente su posición . E n tales casos, c o m o observaba N i mzovich , "el ataca nte confía , sobre todo, en su ventaja territorial , es decir, en la d isposición favorable de sus vías de comunicación . La partida está perd ida, porque en un momento dado al defensor le resulta imposible mantener el ritmo de su oponente , en el rápido reagru pamiento de sus efectivos". 27. Pero también pod ía optarse por u n d i sti nto trata m iento de la posición : 29 'iVd 1 !? era muy fuerte, creando la amenaza 30 h4 h5 3 1 �xh5. 29. 30. �h3 ' �e6 �e8 �e2! i Una jugada polivalente! Ahora , a 27 . . . 'iVb4 h a y la sencilla réplica 28 'iVd3, Y si 28 . . . ttJa5? ! , 29 �d2. Desde e2 , el alfi l a poyará la ofensiva en el flanco de rey y puede siturse en f3, atacando el peón de d5. 27. 28. rey. En consecuencia, las blancas proceden a un cambio de planes. Quieren jugar ':h3, atacando el peón de h 7 Y preparando .th4. Además (en caso d e iib4 ) , refuerzan su flanco de dama (peón b3 y casilla c3) . �ac8 �f2 Amenazando h2-h4-h5. 28. 29. �g3! �f7 29 h4!? es incorrecto, debido a 29 ' " h 5 ! , bloq ueando el flanco de (P) 1 .30 ¿Qué j ugar las blancas? deben 31 �h4? es prematuro, en vista de 31 . . . 'iVb4. 31 . �c1 ! i He aquí lo que significa libertad de com u n icación con ventaja espacial ! Las blancas no se limitan al flanco de rey, sino que juegan en todo el tablero. Ahora vuelven a Ventaja de espacio amenazar 32 i.h4 (puesto que la clavada sobre la columna c no permite 'ii b 4) , y 31 . . . 'it>d7 32 i.h4 'ifb4 33 'it'xb4 tLJxb4 34 e6+ es malo para las neg ras. Existe una nueva amenaza : el ataque al peón d5, con ktc5 y i.f3. 31 . 32. �c5 'Mid7 tLJe7? Asustadas por la bon ita ame naza 33 �xd 5 , las negras entregan su peón de h7, lo que equivale a la rendición . Como es s a b i do , " l a a m e n aza es más fuerte que la ejecución". Deb ían haber jugado 32 . . . h 5 , planteando una tra m p a posiciona l . La tenta d o ra 3 3 :xd 5 ? ! con d uce , después d e 33 . . . 'Mixd5 3 4 ..tc4 t'iJe7 35 ..txd5+ t'iJxd 5 , a u n a posición en la q u e l a s negras tienen com p e nsación por e l Dol matov materi a l perd i d o . probablemente h u b iera respon dido 33 ..tb5 ! ? , con gran ventaja. 33. 34. 35. 36. �xh7 ..tb5 �xc8 �h3 79 Las blancas no se apresura n . Primero efectúan todas las jugadas útiles, y sólo después in iciarán acciones decisivas. 40. 41 . 42. 43. 44. 'iixc3 'iVb4 'iif8 ..td8 �xc3 'iYc6 t'iJg8 'iYc7 'iYd7 Las negras se rindieron. La par tida pod ía haber concluido de la siguiente manera : 45 �f2 'iYc6 (45 . . . t'iJh6 46 h3; 45 . . . t'iJe7 46 'iVxe7+ 'iVxe7 47 ..txe7 c:j;xe7 48 'itg3, seguido de 'it>h4-g5) 46 ..te2 'iVd7 47 b4 'iVc6 48 h3 'iVd7 49 b5! axb5 50 ..txb5. (E) 1 . 1 3 ' . ..tf7 'Mid8 'Mixc8 La torre no puede hacer nada más en el flanco de rey, de modo que se traslada al otro flanco. J uegan blancas 36. 37 . ..tf1 38. ..t h4 39. �c3 40. a5 a6 'Mid7 �c8 �c7 Eljuego posicional 80 (E) 1 . 1 4 ¡PASO A LA TORRE ! Debe usted comprender que un buen conocimiento de uno de los elementos es más efectivo, a fin de mejorar su sentido posicional, que un conocimiento superficial de todos los .elementos. Aaron N irnzovich Juegan blancas En la apertura los dos conten dientes desarrollan pri mero sus piezas menores, luego enrocan , y sólo después le l lega el turno a las torres, que normalmente se des pliegan por las columnas centrales, sobre todo si están abiertas. La torre es una pieza fuerte, capaz de influir de forma sustan cial en el carácter del juego. Dvoretsky - Bykov Jarkov 1 967 Campeonato de la U RSS 1 e4 eS 2 liJf3 ttJc6 3 i.bS a6 4 i.a4 d6 S i.xc6+ bxc6 6 d4 f6 7 i.e3 ttJe7 8 ttJc3 ttJg6 9 'iVd2 i.e7 10 0-0-0 O-O?! ( 1 0 . . . .te6!?) 11 h4 :e8?! ( 1 1 . . . i.g4 12 h5 ttJh8) 1 2 h S liJf8 1 3 'iie 2! i.d7 (La única defensa contra 1 4 'iVc4+ y 1 4 dxe5 fxe5 1 5 liJxe5 ) 1 4 'ii'c 4+ liJe6 ( Después de 1 4 . �h8 1 5 ttJh4, la .. ¡Paso a la torre! peligros ísima a menaza 1 6 ttJg6+ planea sobre la posición negra) . 81 1 6. 1 7. exd4 ttJxd4 El peón de c6 está atacado, y l a s negra s está n obl igadas a ava nza rlo , entrega ndo la im por tante casilla d5. 63 1 7. 1 8. QJf5 ( P ) 1 .3 1 ¿ Q u é deben jugar las blancas? Las n e g ra s han jugado pasiva mente la a pertu ra , y están peor. Ahora , ttJh4-f5 se sugiere por sí sola , seguida de un ataque a la bayoneta en el fla n co de rey. Pero yo e n co ntré u na solución más fuerte . 1 5. 1 6. �d2! �hd1 'i'e8 Con el doblaje de torres en la col umna d , las blancas han creado u na amenaza sobre el peón central e5. En caso de 1 6 . . . \t>h8, no hay por q ué apresura rse con 1 7 dxe5 fxe5 1 8 ttJxe5 dxe5 1 9 �xd 7, en vista de 1 9 . . . ttJd4 , sino que es mejor prepara r la captura de peón con la ruptura 1 7 h6 ! El oponente e� �.á obligado a rea l izar una importante concesión posicional : entrE ga l el centro. eS El ca ballo ha l legado, pese a todo, a f5, pero e n condiciones más favora bles q u e d espués de 1 5 ttJh4. 1 8. .i. f8 Ahora 1 9 .i.xc5? n o da resultado, en vista de 19 . . . .i.b5. Pero después de 18 . . . .i.d8 , el peón pod ría tomarse : 1 9 .i.xc5!? .i.b5 20 'i'b3 dxc5 21 �xd8 ! 1 9. QJd5 Se a menaza 20 h6. La posición e stá ganada . ¿ Po r qué el mode �to doblaje de torres ha logrado un resulta d o ta n i m presiona nte? Porque las bla ncas actua ron en el centro, y la estrategia central es , normal mente , la más efectiva . He aqu í lo q ue escribió Nimzovich al respecto: La importancia del centro, es decir, el complejo de casillas del medio del tablero, como base de ulteriores operaciones, está fuera de toda duda, y aquí vale la pena recordar una nota de Emanuel Eljuego posicional 82 Lasker a una partida: 'Las blancas ', e scribió, 'no están lo bastante bien en el centro para empren der una operación de flanco'. Esto está muy bien conce bido y, al mismo tiempo, ilustra la estrecha relación que hay entre el centro y las alas, siendo el centro el principio dominante, y las alas a él subordinadas. Que el control del centro tiene una gran significación está claro, porque si construimos nuestra posición en torno al centro, desde allí tendremos la posibilidad de ejercer influencia sobre ambos flancos y, al mismo tiempo, emprender acciones de distracción, si la oportunidad se presentara. 1 9. h6 Todo está ahora d i spuesto para la d estrucción com binativa de las defensas contra rias. 20. �xh6! 21 . ttJxf6+ gxh6 �h8 En caso de 2 1 . . . �f7 , las blancas abren la columna d para sus torres , con e4-e5! ( bien de inmed iato, bien tras capturar en e8 ó d7). 22. 'l'e3 �g7 22 . . . ttJg7 se contesta con 23 ttJh4 ! , Y 22 . . . ttJd4 con 23 'l'g3 �e6 24 'i'g6. 23 . ttJxg7 24. 'l'e3 25. 'l'f4 ttJxg7 ttJf5 Las b l a n ca s ha n re cu pe ra d o , c o n i n te reses , e l m ate rial sa cri fica d o . La pa rtida co n cl uyó a s í : 2 5 . . . 1:.f8 2 6 ttJxd7 'l'xd7 2 7 exf5 'i'g 7 28 1:.e 1 1:.f6 2 9 g4 1:. b8 3 0 e3 d 5 3 1 1:.xd5 1:.fb6 32 1:.e2 1:.xb2 33 1:.xb2 'i'xe3+ 34 1:.e2. Las neg ra s pe rd ie ro n por tie m p o . L o s principia ntes, con inten ción de incorpora r cuanto antes al juego su torre , inicia n a veces la pa rtida con h2-h4 y 1:.h3 ( o bien a2-a4 y 1:.a 3 ) . Más ta rde , al a prender las reglas del desa rrollo y la central ización, se olvidan de esta forma de incorporar la torre a la pa rtid a . Pero a veces eso es precisa me nte l o q u e d e be ría jugarse (au n q u e , por su puesto, no en los movim ie ntos in iciales) . ¡Paso a la torre! Dvoretsky - Zavialov M oscú 1 968 1 . e4 2. d4 3. tDd2 4. tDxe4 5. l2Jf3 6. tDxf6+ 7. iL gS e6 dS dxe4 tDd7 l2Jgf6 ctJxf6 iL e7 83 ( Moscú 1 968) concluyó así: 1 5 . . . c5 1 6 0-0-0 b6 1 7 iGe3 ilie7 1 8 tDe5 iLb7 1 9 f4 ( 1 9 l:txh7! Wxh7 20 'iVh3+ wg8 21 �h5! ) 1 9 . . . iLxg2 20 l:th2 cxd4 21 l:txd4?! (2 1 ilie2 !) 2 1 . . . 'iVb7 2 2 'iVg3 iLd5 . Además de 7 . . . c5! ? , las negras pueden con siderar 7 . . . h6! ? 8 iLh4, Y sólo a hora , 8 . . . iLe7, impidiendo el esq uema de ataque adoptado por las blancas en la partida . 8. iLd3 O-O Aqu í re pito mi a nte rior comentario (8 . . . c5! ? , 8 . . . h6 ! ?) . 9 . 'iVe2 El plan q ue incl uye el e n roque largo y ataque a la bayoneta en el fla n co de rey es el más peligroso. 9. .. . eS Más flojo es 9 . . . ctJd5?! 1 0 h4 f6 ( 1 0 . . . h6 1 1 iLxe7 'iVxe7 1 2 0-0-0 c5 1 3 g4, con un peligroso ataque , Tata i - And e rsson , Las Pa l mas 1 972) 1 1 'iVe4 ! ? ( 1 1 iLd2!? c5 1 2 0-0-0 , pero n o 1 2 iLxh7+? Wxh7 1 3 l2Jg5+ wg8 1 4 'iVh5 fxg5 1 5 hxg5 l:tf5) 1 1 . . . f5 1 2 �e2 iLxg5 1 3 hxg5 ctJf4 14 ilid2 tDxd3+ 1 5 �xd 3 , y la ventaja de las blan ca s es evidente . La partida Dvoretsky - Dem bitsky 23 :Xh7 ! Wxh7 2 4 'iVh4+ wg8 25 g6 l:tfb8 (Es ese.ncial defender la dama) 26 l:td3 b5? ( Mucho más d ifícil le ha bría resu ltado a las blancas el ataque, en caso de 26 . . . 'ittf8 ! , donde se van las manos a 27 l:th3, pero parece que no tiene éxito, en vista de 27 . . . l:tc8 ! , 28 ' ilih8+ [28 ilig5? l:txc2+! 29 wx c2 iLe4+; 28 c3 ·l:tc7 29 ilig5 'ittg 8 30 l:th7 'iVc8 ! , con la amenaza 3 1 . . . l:txc3+] 2 8 . . . 'itte 7 2 9 'i'xg7 + Wd6 30 l2Jf7+ 'ittc 6 [30 . . . Wd 7? 3 1 ctJd8+!] 3 1 l:tc3+ 'ittd 7 , y las blancas sólo tienen jaque perpetuo. Más fuerte es 27 c4! 'i'e7 28 �h8+ 'itte 7 29 �xg7+ 'itt d 6 30 'i'f6 ! , con decisivas amenazas) 27 l:th3 'ittf8 28 'i'g5! 'ittg 8 29 tDf7 ilixf7 30 l:th8+ ! Wxh8 31 gxf7. Las negras se rindieron . Eljuego posicional 84 1 0. 0-0-0 También es muy bueno 1 0 dxc5 'ira5+ 1 1 c3 'irxc5 1 2 0-0-0 (una recomendación de Paul Keres) . 10. ... cxd4 Un buen plan defensivo pudo ve rse en la pa rtida N u n n S kembris (Pa rís 1 983) : 1 0 . . . 'ira5 1 1 <it>b1 cxd4 1 2 h4 ( 1 2 ttJe5!?) 1 2 . . . �d7! 1 3 ttJxd4 ( 1 3 g4? ! �c6) 1 3 . . . �c6! 14 ttJxc6 (de otro modo, 1 4 ... �d5) 1 4 ... bxc6 1 5 �d2 'irb6 1 6 c4 ! �fb8 1 7 �c3 �b7 1 8 g4 ttJd7. Pero aun así, con 1 9 'irc2 ! las blancas pod ían ha ber ma ntenido mejores posibilidades . N u n n prefi rió la más aguda 1 9 g5 � b4! 20 �xh7+?! <it>xh7 2 1 g6+, con g ran des com plica ciones . El sacrificio típico de alfil n o gana : 1 4 �xf6? ! �xf6 1 5 �xh7+ wxh7 ( 1 5 . . . Wf8) 1 6 'irh5+ wg8 1 7 'irxf7+ Wh7, y las bla n cas sólo tienen jaque perpetuo . L a torre d e h 1 n o participa en el ataque, as í que debe incorporarse a la a cción , vía h 1 -h3-g3. 1 4. · �h3! 11. h4! Ahora las negras tienen que contar con 1 2 �xf6 �xf6 1 3 �xh7+ wxh 7 1 4 ttJg5+ . Ahora las neg ra s d e be ría n hR berse defendido con 1 4 . . . �e8 1 5 �g3 ct;h8 . 14. 11. Aú n no era demasiado tarde pa ra juga r 1 1 . . . 'iVa5 1 2 Wb1 �d7 , y trasponer a la pa rtida Nunn S kembris . Con la dama en a5 ó d 5 , el sacrificio de alfil es incorrecto: 1 2 �xf6 �xf6 1 3 �xh7+ Wxh7 1 4 tbg5+ <it>g8 1 5 'iVh5 'iVf5. 1 2. Wb1 1 3. tbe5! ... a6?! 'ird5 �d8 �d 7 ( P) 1 .33 ¿Qu é deben j ugar las blancas? El sacrificio en h7 sigue sin dar resultado. 1 5 �g3 ! ? parece lo más natu ral , pero entonces las negras fuerzan un ventajoso cam bio de alfiles, con 1 5 . . . �b5! Es i m po rtante para r esta a me naza posicional . 1 5. c4! ¡Paso a la torre! j Incluso al atacar no hay que olvidarse de la profilaxis! 1 5. 1 6. l:tg 3 1 7. l:te1 ! 'i'e5 �f8 Al apoyar el ca ballo de e5, las blancas prepa ran 1 8 j&xf6 j&xf6 1 9 'i'h5. Por ejemplo: 1 7 . . . b5 1 8 j&xf6 j&xf6 ( 1 8 . . . gxf6 1 9 'i'g4) 1 9 'i'h5 j&xe5 20 l:txe5, con amenazas muy pel igrosas. Las negras ya no tienen una satisfactoria defensa . Después de la pa rtid a , Yu ri Razuvaev, un reputado experto en a pertu ras, me pidió la pla nilla para copiar las jugadas, porq ue consi d e ra úti l recopila r y estudiar partidas "modelo", características d e las variantes de a pertura que juega , en las que exhibe sus ideas estratég icas y tácticas de muy alto n ivel . Por lo visto, mi partida le pareció a propiada . Le recomiendo a los lectores que empleen tam bién el méto d o de Razuvaev sobre a perturas. 1 7. 67 h6 85 ( P) 1 .34 ¿Cómo debería prosegu ir el ataq u e? La s ituación se parece a la que se l legó, tras la jugada 19 de las negras, en la partida anterior. U n sacrificio de pieza ·(en l a misma casil la h6) corona eficazme nte la ofensiva blanca . 1 8 . j&xh6! 1 9. 'i'd2 gxh6 Las variantes son fáciles de cal cular: 1 9 . . . j&d6 20 'i'xh6+ �e7 21 éDg6+ ! , o bien 1 9 . . . éDg8 20 l:txg8+! �xg8 21 'i'xh6, ganando . 1 9. 20. 'i'xh6+ 21 . l:te2 'i'b4 �e8 Las amenazas 22 'i'g7 y 22 'i'h8+ son i rresistibles. La tentativa de juga r "por la brilla ntez", 2 1 'i'h8+ j&f8 2 2 'i'xf6? 'i'xe 1 + 23 �c2 , no daba resultado , en vista de 23 . . . j&a4+ 24 b3 'i'c3+ 25 �d 1' 'i'a 1 + 26 �e2 'i'xa2+ 27 �3 j&c6+ 28 �g4 l:td 7. 21. 22. 'i'xf6 23. 'i'h8 j&f8 'i'e7 �_a > negras se rind ieron. �n tal es posiciones, la incorpo racicn de la torre a la tercera fila es u na técnica está ndar. El ejem plo q ue sigue es menos estereotipado . Eljuego posicional 86 Dvoretsky - Kurajiea Sol ingen 1 976 Copa de Eu ropa de clu bes 1 0. 1 1 . ¡Ve2 ¡Ve7 �h8?! Era preferible 1 1 . . . b6. 1. 2. 3. 4. e4 t2Jt3 �bS �xe6 eS t2Je6 e6 dxe6?! 4 . . . bxc6 es más fuerte. En la apertura los peones deben cap turar hacia el centro. S. O-O 6 . d3 7. eS Íf'Je 7 Íf'J g6 f6 Está cla ro que esta jugada de minado sería más efectiva si el peón de b7 estuviera en d7. 8 . �e1 9. a4 1 2 . aS! M ientras haya tie m po , tiene sentido ganar espacio en el flanco de dama . 12. 1 3. �d2 �d7 �f7 Los cam bios e n el centro son desfavorables a las negras: 1 3 . . . fxe5 1 4 t2Jxe5 Íf'Jxe5 1 5 'ifxe5 �d6 1 6 'ifh5. Con la textual buscan doblar torres en la col u m na t, apu ntando al peón de f2, y sólo entonces tomar en e5. �e7 Es tentador impedir el enroque negro , con 9 exf6 gxf6 1 O �h6, pero después d e 10 ... e5 y 11 . . . �g8, l a situación n o está cla ra . Cuando el oponente tiene la pareja de alfiles, hay que pensárselo dos veces antes de abrir la posición. 9. ... 1 0. Íf'Je3 O-O 1 0 Íf'Ja3 ! ? pa rece más natural . Me preocupaba 1 0 . . . fxe5 1 1 Íf'Jc4 �f6 1 2 Íf'Jfxe5 Íf'Jxe5 1 3 Íf'Jxe5 �xe5 1 4 �xe5 �xf2 ! , pero en l u gar de 1 2 Íf'Jfxe5? e s más fuerte 1 2 �d2! , para seguir con 1 3 �c3 . (P) 1 .35 ¿Qué j ugar las blancas? deben Las blancas han desa rrollado todas sus piezas, a excepción de la torre dama . ¿ Dónde d e be ría n situarla? Por supuesto, ¡en una l ínea ¡Paso a la torre! a bierta ! Una línea abierta para una torre puede ser no sólo una columna, sino también una fila. 1 4. 1 5. 1 6. �a4! exf6 tLJh4! �af8 gxf6 El caballo de g6 priva a la torre de importantes casil las en la cua rta fila y, a fin de ca m bia rl o , las blancas incluso está n d ispuestas a realizar un sacrificio posicional de peón. Después de 1 6 . . . tLJxh4 1 7 �xh4 'l'xa5 ( 1 7 . . . f5 1 8 �h6) 1 8 tLJe4 (aún parece más fuerte 1 8 'i'h5! , con l a amenaza 1 9 ith6) 1 8 . . . 'i'd8 1 9 itc3 , donde la actividad de sus piezas constituye compen sación suficie nte . Las bla n cas estarían amenazando 20 tLJg5 ó 20 �h6 Y 2 1 'i'h5 (atacando tam bién el peón de c5) . Si e6-e5, siem pre pueden responder f2-f4 ! 87 1 8. ... itd6?! Ahora las negras serán priva das de la pareja de alfiles , llegán d ose a una posición difícil para ellas con alfiles de distinto color. Era mejor 1 8 . . . exf4, aunque las blancas seguirían manteniendo la ventaja. 1 9. tLJe4 20. tLJxd6 2 1 . itxf4 22. 'l'f2 exf4 'i'xd6 'i'd5 M i ve ntaja está determ inada porque el rey bla nco está seg u ro, mientras q ue no puede deci rse lo mismo del negro . Como es b ien sabido, con alfiles de distinto color en e l med io juego, u n ataque puede resu lta r e specia l me nte peligroso. Puesto que mi o ponente no puede hacer nada , tengo tiempo pa ra mejora r tranqu ilamente la situación de mis piezas. El plan de ataque elegido por las blancas tam bién tiene u na base psico l ógica . Kurajica es un jugador · 22. g5 agresivo, que se siente cómodo en 23. itd2 posiciones en las que l leva la 1;g7 iniciativa . No le gusta tener que 24. it c3 1;g 6 25. �ae4 defenderse. Por consiguiente , era importante para m í tomar el mando d e las acciones, y o bliga r a mi ¡ Final mente, las torres quedan o ponente a situa rse a la defensiva . conectadas en la col umna a bierta ! 1 6. 1 7. tLJxg6+ 1 8. f4 eS hxg6 Este minado del centro enemigo es posi ble de nuevo por la torre. 25. 26. 'l'd6 h3 Mi ate n ción esta ba d irig ida hacia el flanco de rey y, por tanto, dejé esca pa r la oportun idad de Eljuego posicional 88 golpear en el flanco de dama , con 26 b4! 26. 27. b3 28 . �4e3 29. �f3 b6 �h8 �hf8 �e7 ( P) 1 .36 ¿Qué j ugar las blancas? real icé la jugada y. . . i descubrí con horror que , en lugar de mover la torre a e4, había tomado en e7 ! Ha sid o la única vez en mi vida que me ha suced ido algo así. Sin entra r en un análisis (o un psicoanálisis) detallado de lo que ha bía sucedido , debo decir que el jugador sólo está a salvo de tales rid ícu los sucesos cuando se e n cuentra en excelente forma , además de bien prepa rado en los aspe ctos físico y psicológico . Por a l g u n a razó n , mi cond i ción en aq uel mome nto d i staba de ser la idea l . 3 0 . �xe7? 31 . �e3 32. 'i'e2 deben En caso de cam bio en e7, la ventaja blanca se reduce . Pero 30 �f1 f5 tampoco es convincente , dado q ue no es fácil demoler la pa ntalla de peones del rey neg ro : si 31 h4, sigue 3 1 . . . g4, Y si 3 1 g4 las negras juegan 3 1 . . . f4 . Tras reflexionar d u rante unos minutos, encontré la continuación más fuerte de ataque: 30 �e4 ! Ahora 30 . . . �xe4 es malo , porque después de 3 1 dxe4 se crea la temible amenaza 32 e5. Y si 30 . . . f5, sigue l a jugada ejecutora 3 1 h4! , donde 3 1 . . . g 4 no e s posible, por 32 �xg4+ . U n a vez tomada la decisión , 'i'xe7 'i'd6 �f7 Las blan cas s iguen con la i n iciativa , pero ahora es d ifícil que puedan alcanzar a l rey negro . Bajo la i mpres ión de lo que ha b ía sucedido, no l ogré conce ntrarme y la partida pronto final izó e n tablas. (E) 1 .1 5 70 J uegan neg ras ¡Paso a la forre.! (E) 1 .1 6 J uegan negras (E) 1 .1 7 J uegan blancas 89 90 El juego posicional ¡NO SE OLVIDE DE LA PROFILAXIS! El ajedrez es un juego que requiere un pensamiento claro y lógico. Efim Geller Es proba ble que el tema de la profilaxis esté presente en todos mis l ibros , aun cuando me refiero no a j ugadas profilácticas, sino al pensamiento profiláctico. Lo que entiendo por pensamiento pro filáctico es el hábito de preguntarse continuamente a sí mismo qué pretende hacer el oponente, qué jugaría si fuese su turno, así como la capacidad de saber responder a esta pregunta y tenerlo en cuenta a la hora de tomar una decisión. La segunda pa rte de esta fórmu la es de natu raleza pu ra mente ajedrecística . La búsqueda de la mejor jugada para el oponente puede resultar difícil en mayor o menor grado, pero son problemas normales de ajedrez. Otra cuestión es adqu irir el hábito de pe nsar a ce rca de las inten ciones del contra rio , pues aqu í nos enfrenta mos ya a un problema psicológico . Después de todo , u na persona se concentra , por natu raleza , en sus pro pios pla nes , pensam ie ntos y sensaciones. Eso hace que con fre cuen cia n os demasiada olvidemos de n uestro o pone nte (que en ajed rez tiene nuestros mismos derechos) y, ta mbién a menudo, solemos pagar caro por ello. Por esta razón , el desarroll o y perfeccionam iento del pensa miento profiláctico garantiza al ajedrecista u n ascenso de nivel en la maestría y estabilidad de su juego, refleján dose muy rápidamente en sus resultados. En la sig u i e nte pa rtida , se produjo durante largo tiempo una lucha de d oble fil o , y la evaluación de la posición osciló en torno al equil ibrio d inámico . Pero en un momento dado, las negras emplearon eficazmente el pensa miento profiláctico -su oponente fue incapaz de estar a la altu ra en el mismo aspecto-, y el desenlace pronto quedó visto para sentencia . Gik - Dvoretsky Moscú 1 972 1 . e4 2. d3 3. lbf3 4. g3 5 . d4! ? 6. lbxd4 e6 e5 lbe6 g6 exd4 a6 Más ta rde e n co ntré u na pel igrosa respuesta a la variante de apertu ra elegida por las blancas: 6 . . �g7 ! 7 " lbb5 d 5 8 . ¡No se olvide de la profilaxis¡ exd 5 exd5 9 'iti'xd5 'iVe7+! 1 0 �e2 �g4 ! , con la in iciativa , lo que com pensa e l peón sacrifica d o . Tod o e s perfectamente lógico : para explotar el retra so del rival en la a pe rtu ra (d2-d4 en dos movi mie ntos) , las negras deben jugar con la mayor energ ía posible , a fin de a brir l íneas . 7. c4 J ugando con bla ncas en esta posició n , prefe rí 7 � g2 �g7 8 tiJxc6 bxc6 ( Después de 8 . . . dxc6 9 ¡Vxd 8+ <it>xd8 1 0 tiJd2 ! , las casil las negras del flanco de dama son ya muy débiles) 9 O-O tiJe7 1 0 ¡Vd6! (Si ahora 1 0 . . . O-O, entonces 11 tiJc3 ! , con desagradable presión sobre la posición contraria , más flojo es 1 1 c4? ! a5 y 12 . . . �a6 ) . En la partida Dvoretsky - Filipowicz (Varna 1 980) , las negras jugaron 10 ... ¡VaS: Los eje rcicios de este tipo desa rrollan la capacidad , muy importante para todo jugador, de descu brir las jugadas candidatas que tienen sentido. Las bla ncas pueden logra r ventaja posicional quizá no sólo de una forma , aunque , desde luego, no de cualquiera . Por ejemplo: la rutinaria 11 tiJd2? no ofrece nada , en vista de 1 1 . . . �e5 1 2 'iVd3 d5 1 3 tiJb3 �b5. Mucho más fuerte es 1 1 tiJa3 ! �e5 ( 1 1 . . . ¡Ve5 1 2 tiJc4) 1 2 'iVd 1 ! (más flojo es 1 2 'iVd3?! d5 1 3 �d2 'iVc7 , pero merece considera ción 1 2 �d2!? �xd6 13 �xa5 �xa3 1 4 bxa3 , con mejor final) 1 2 . . . d 5 1 3 exd5 cxd5 1 4 tiJc4! Ahora está claro por q u é la dama debía retirarse a d 1 . Elegí otro pla n , ta mpoco malo , para pasa r al final : 1 1 �d2! 'iVe 5 1 2 'iVxeS �xeS 1 3 � c 3 �xc3 1 4 tiJxc3 dS 1 5 tiJa4 �b8 1 6 b3 . Las cas i l l a s negras son d é bi le s en ca mpo ene m ig o . La s bla n cas desarrolla n sus torres a d 1 Y c1 , realizan el avance c2-c4 y l ogran ' ventaja. 7. 8 . ctJxc6 ( P) 1 .37 Seña le las l ín eas más prometedoras. 91 �g7 ¡ Totalmente Ilógico! Si las blan cas pensa ba n ca m bi a r en c6 , ¿ para qué avanzar "e l peón a c4? Sin emba rgo, después de 8 �e3 'iVf6 ! ? , las negras habrían forzad o , de todos modos, el cambio d e caballos. 8. dxc6! Eljuego posicional 92 Después de que las blancas ha n jugado c2-c4, debil itando su posición , el ca m bio de d a mas conduce a un final favorable para m í. 9. 'ife2 1 O. l2Je3 1 1 . i.g5! eS CiJe 7 El caballo busca situarse en d4 y las blancas no q u ieren permitirlo. 11. . .. 'iVe7?! Subestimé la fuerte réplica de mi adversa rio. Seguramente había q u e j u ga r 1 1 . . . �a5 ya q u e , después de todo , el cam bio e n e7 no es pel ig roso para las neg ras. 12. i.f4! �a5 La primitiva 1 2 . . . e5? ! 1 3 i.e3 ha bría llevado a u na posición u n tanto inferior, mientras que 1 2 . . . i.e5? habría constituido u n g rave error, en vista de 1 3 i.xe5 �xe5 1 4 f4 , segu ido d e e4-e5 y CiJe4. G i k com ienza a persegu i r la torre de a8 y, al final , aca ba cazándola, pero las negras l og ran adecuado contrajuego. 1 3 O-O-O ! ? liJc6 1 4 i.d6 habría conducido a u n juego compl icado'. 13. 1 4. ttJxa4 1 5. ttJb6 1 6. i.e7 �xa4 i.d7! �d8 i.e6! No 16 . . . i.xb2? 17 �d 1 ! i.d4 1 8 i.xd8 Wxd8 1 9 ttJxd7, y las bla ncas q ueda n con cal idad de ventaja . Por consiguie�te, no me a presu ré a captu rar l os peones enemigos , sino que, entregando la torre , traté , a mi vez, de atrapa r el expuesto caballo blanco d e b6. 1 7. 18. i.xd8 0-0-0+ Wxd8 i.d4 La menta blemente , ya no es posible 1 8 . . . Wc7? , por 1 9 l2Jd5+ ! Pero ahora mi oponente tendrá la oportu n idad de salvar su caballo con un contrasacrificio de cal idad en d4. 19. i.g2 E ra d ig n o de considera r 1 9 �xd4+ ! ? cxd4 20 i.d3 . 1 9. 20. We7 �xd4 No 20 l2Jd5+? exd5 2 1 cxd5 i.b5 22 f4 �d8. 1 3. �a4+ ¡No se olvide de la profilaxis¡ 20. 21. 22. e5 �e1 exd4 f5 93 22. g5! La jugada siguiente será �f8 , d onde f2-f4 ya no sirve , pues tras el cambio, este peón será más vul nerable que en f2 . La partida concluyó rá pida mente , pues con u n par de jugadas G i k estropeó su posición que, en general , está casi igualada . Si nos pregu nta mos q ué su ced ió , la expl icación pro ba blemente sólo pueda ser su falta de pensa miento profiláctico. ( P ) 1 .38 ¿ Q u é deben jugar las neg ras? Por el momento mi torre no está participando en la lucha . ¿ Dónde de be ría em plea rse? Se ría muy interesante juga r h7-h5-h4, pero después de 22 . . . h5, las bla ncas responden 23 h4. En la colu mna d no tiene nada q ue hacer, porque el peón pasado puede bloq uearse con el rey en d 2 . Puede situa rse en f8 para presionar sobre la col u mna, pero las blancas juegan f4 y se aca bó la presión . Me vino a la mente la idea de preve nir la jugada defensiva f2-f4! Parece tentador 22 . . . f4 (o bien 22 . . . h5 23 h4 f4) , puesto que 23 gxf4 �f8 es claramente ventajoso para las negras . Sin embargo, pueden activar su juego con 23 �h3 ! , lo q ue significa que las negras deben ser más comedidas . 23. �h1 ? Mi rival mejora su posición, para desclavar el peón e4 . Pero no hace a bsolutamente nada para impedir la ame naza estratég ica de las negras. ¿ Qué ha b ía que hace r? Sugeriré una pos i ble solución (aunque creo que no es la ú n ica): retirar los peones de l a segu nda fila , q u e la torre negra pup,de invad ir, y reforza r el fla n co de dama , con 23 b4 ! ? �f8 24 a3! Después de 24 . . . fxe4 25 �xe4 �xf2 26 �xc6 ttJxc6 (es i mportante q ue tras 26 . . . �xc6 el peón c5 esté defendido) 27 IDe6 , las blancas, que cuentan con las activas posibilidades 28 �e8 , 28 �d6 Y 28 ttJd5+ , mantienen el eq u il ibrio sin d ificultad . 23. 24. �f8 f4? El juego posicional 94 Una jugada a bsurda , que me facilita mucho las cosas. 24. 25. gxf4 26. exf5 gxf4 ttJg6 �xf5 Ahora no sólo está atacado el peón f4, sino ta mbién el de c5, lo que impl ica al caballo blanco. Las negras ganan material y transfor man fácilmente su ventaja. 27 b4 ttJxf4 28 �d2 �h5 29 �xc6 �xh2+ 30 �d1 <it>xc6 31 �e4 e5 32 �xe5 ttJd3 33 �e6+ <it>b5 34 a3 a5 35 bxa5 <it>xc5 36 �e 7 ttJb2+ 37 <it>e1 d3 38 �d7 d2+! 39 �xd2 �xd2 40 �xd2 ttJc4+. Las blancas se rindie ron . Al comprender la g ran im por tancia del pensamiento profiláctico, me propuse desarrolla rlo en todos m is a l u mnos. En ese se ntid o , preparé ejercicios para u n rápido progreso en su n ivel de juego, gracias, sobre todo , a la mejora de su técn ica posicional. La conse cue ncia fue que entraron en la a rena inte rnacional siendo ya jugadores mad u ros y ve rsátiles . Quisiera mostrarles una instructiva pa rtida de 001 matov, de su primera competición inte rnacional adulta . El torneo finalizó con un convin cente triunfo de Sergei, claramente destacado de los demás compe tidores. Dolmatov - He rnández Amsterdam 1 979 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. e4 ttJf3 �c4 �b3 d3 O-O c3 e5 ttJc6 !k. e 7 ttJf6 O-O d6 Al real iza r las j u gadas d e ape rtu ra ha bituales , a veces n o pe nsa mos en s u razón de ser. ¿ Por qué juga ron las blancas 7 c3 y no, d igamos, 7 ttJbd2? ¡ Po r razones profilácticas ! Con su última jugada las negras liberan el caballo de la defensa del peó n e5 , creando la amenaza posicional ttJa5 , q ue las blancas paran, dándole al alfil la casil la de reti rada c2. 7. 8. 9. !k.c2 ttJbd2 ttJa5 e5 b5? U na mala jugada en todos los as pectos, porq u e es tanto u n a pérd ida de tie m po c o m o u n flanco de de bil itamiento del dama . Un año después (Amster dam 1 980) , Ti mman jugó mejor contra Dolmatov: 9 . . . VJilc7 1 O �e 1 ttJc6 1 1 ttJf1 !k.e6 1 2 ttJg3 d5 1 3 h3 �ad8 14 VJile2 d4 1 5 c4 g6 1 6 !k.h6 �fe8 1 7 VJild2 !k.f8 . Después de una l u cha com pl icad a , la pa rtida final izó en ta blas. 1 0. �e1 1 1 . ttJf1 ttJc6 ¡No se olvide de la profilaxis¡ Por enton ces el juego de Dolmatov se ca racterizaba, lamen tablemente , por un cierto dog ma tismo. Se o bstinaba en llegar a posiciones en las que conocía un buen pla n , s in preocu parse por otras prometedoras posibilidades. Esto ejercía gran influencia sobre su re pertorio , pues rara vez cam biaba de ape rtu ras, elig iendo sólo aquél las que más le gu staba n . Esta falta de flexibilidad no sólo facil ita ba la pre pa ración de su oponente , s i n o que dañaba su capacidad creativa , pues restring ía el espectro d e los medios posicionales a su alcance . E l plan estándar d e las blancas en esta posición es lleva r el caballo a g 3 , segu id o d e d 3-d4 . Pero debido a la mala jugada 9 . . b5?, pueden debil ita r el flanco de dama enemigo con a2-a4 ! 95 i En el momento justo! De no ser así, las negras ha brían l iberado su j uego en el centro con 14 . . . d 5 . La maestría posicional requ iere eje cutar los planes pro pios , al tiempo q u e se o bstacul izan los del adversa rio. 1 4. V¡¡¡ c 7 Era mejor 14 . . . cxd4. 1 5. 1 6. d5 ttJh2 ttJb8 Las blancas dejan escapar de nuevo una buena oportu nidad de atacar el flanco de dama, con 1 6 a4 ! 1 6. 1 7. g6 ttJg4! . 11. 1 2. 1 3. h3 ttJg3 h6 �e8 .it8 Esta jugada no puede pos tergarse, pues en ta l caso las negras la imped irían con h6-h5 , o bien jugando 1 7 . . . .ig7, donde 1 8 ttJg4 ya no consigue " nada , en vista de la ré plica 1 8 . . . h5. 1 7. . .. .ixg4 Tampoco es buena 1 7 . . . ttJxg4. 1 8. 1 9. 20. hxg4 .ie3 t3 ttJbd7 c4 Amenazando 21 ¡Vd2 , seg u ido de <it>f2 y �h 1 . 1 4. d4! 20. 2 1 . v¡¡¡ d2 <it>g7 ttJg8 Eljuego posicional 96 rey med ia nte un sacrificio de pieza , o con la jugada de minado g2-g4 . Debo decir que a Sergei le gusta u na formación a s í de peones, porque los de d 5 y g5 restri ngen seria mente la posición enemiga , en pa rticular a l os caballos negros. 23 . ( P) 1 .39 ¿Qué j ugar las blancas? deben El jugador q ue no domine el pensamiento profiláctico jugaría, sin dudarlo, conforme al plan previsto, 22 �f2 . Pe ro 001 matov esta ba habituado a examinar una posición en profundidad . Comprendió que, en tal caso, las negras reforzarían su flanco de rey con 22 . . . f6 23 �h1 �f7, Y cualquier tentativa por romper estaría relacionada con el dudoso sacrificio en h6. Sólo hay una forma de impedir el plan defensivo de las negras: 22 g5. Esto no significa que sea la única forma de jugar (el pensam iento profiláctico no impl ica necesa ria mente que haya que realizar jugadas profi lácticas) . Sencilla mente , es preciso comparar las posiciones resultantes tras 22 <itf2 y 22 g5, Y decidir cuál de ellas es mejor para los intereses de las blancas. 22 . g5! hxg5 En caso de 22 . . . h5, las blancas ha brían penetrado en el fllanco de iLxg5 iLe7 ( P) 1 .40 ¿Qué j ugar las blancas? deben Con ventaja de espacio, deben evitar l os cam bios. Por lo tanto , Dolmatov retira su alfil . Cierto que debe tener en cuenta 24 . . . iLh4, pe ro esta jugada no es pel igrosa . 24. iLe3! 25. �f2! 26. �h1 iLh4 tDf8 iLxg3+ Si 26 . . . WlJe7, sigue 27 �xh4 (o bien 27 �h3 Y �ah 1 ) 27 . . . WlJxh4 28 �h 1 (pero no 28 iLg5 'ifh8! 29 �h1 tDh7) , forzando 28 ... 'iVxh 1 , pues 28 ... WlJe7? 29 iLh6+ conduce al mate. 27. �xg3 f6 Se amenazaba 28 iL h6+ . ¡No se olvide de la profilaxis¡ ( P ) 1 .4 1 ¿ Q u é deben jugar las bla n cas? El flanco de rey neg ro no está mal defendid o y es difícil penetrar. Ha llegado el momento de abrir un segundo fre nte . 28. a4! 29. �a2 30. axb5 31 . �a7! 32. �a6 a6 �ab8 axb5 � b7 Si 32 . . . �bb8 , las bla n cas responden 33 �ha 1 , impid iendo el ca mbio de torres. Natu ralmente , también pod ían haber movido así en la jugada 3 1 , pero ¿ por qué no aprovechar la ocasión de mejorar la s ituación de la torre , con gana ncia de tiem po? 32. 33. g5 35. 36. �g2 97 �h8 Con el fin de parar la amenaza 36 . . . t2Jg4+, las blancas sitúan su rey en el camino del alfil hacia h 3 . Pero eso no es terri ble , porque la posición no es de · Ias q ue cada tiempo tiene una impo rtancia vital , así que, antes o después, el alfil l legará a la casilla deseada . 36. 37. �e2 38. �a7! �bb8 t2Jf7 Las bla ncas están preparadas para ca m bia r las cuatro torres : después de 38 . . . �b7 39 �xb7 �xb7 40 �xh8 Y 4 1 b3 ! , ganan un peón en el flanco de dama . 38. 39. �xh8 'ile8 'ilxh8 �f2 ¡ Buena técn ica ! Las neg ras planea ban t2Jg6-f4, así que ¿ por q ué permitirlo? 33. 34. 35. g3 �d1 t2Jg6 t2Jh6 El principio de la peor pieza en acción . El alfil no está haciendo nada en c2 , así que debe trasla darse a e2 , desde donde puede apoyar b2-b3 , un minado típico en estas posiciones, o seguir su ruta , vía f1 , hacia h3. ( P ) 1 .42 ¿Qué j ugar las blancas? deben ¿ Qué quieren hacer las negras? Su principal amenaza es 40 . . . �h7 Y 41 . . . �h8. Las blancas ta mbién tienen que contar con 40 . . . �a8 , Eljuego posicional 98 pues sería una pena entregarle la columna a a la dama negra. Esto significa que la dama blanca debe situarse en la prime ra fila , desde donde podrá parar a m bas ame nazas. Una vez más, era prematu ro 45 �f1 , debido a 45 . . . g4! 40. 'i'e1 ! E ra n igualmente buenas 40 'i'd 1 Y 40 'i'e 1 . 'i'h7 40 (c) Si las n e g ras res po n d e n a �f1 con g 5-g4 , l a s b l a n cas p u e d e n to m a r en f5 , d o n d e liJxf5 y a n o a me n a za rá e l a lfil bla n co . 45. 46. �f1 • f4 liJe8 80 S i 40 ... �a8 , 4 1 'i'a 1 . 41 . 'i'h1 42. �xh1 'i'xh1 + �f8 Las negras no pueden activar su posición. Si 42 . . . b4 , sigue 43 �d2 ! bxc3 44 �xc3 , y el peón de c4 está perd ido. 43. �g1 44. �f2 liJe 7 Las blancas no se precipitan en la maniobra �f1 -h3 , temiendo a 44 �f1 la respuesta 44 . . . g4 ! 44. 45. f5 �d2! ¡ Una excelente jugada profilác tica ! Pe rsigue s i m ultáneamente tres objetivos: (a) Para definitivamente b5-b4. (b) El avance f5-f4 se realizará sin ganancia de tiempo. ( P) 1 .43 . ¿Qué deben j u gar las blancas? La ú nica posibilidad activa de las negras es la maniobra liJb6-a4 , que debe imped irse . 47. �a5! 48. � h3 49. �e6 50 . �g2 �e7 �d8 liJh8 La posición blanca está comple ta me nte ganad a . Com pre n d ido esto, Dol matov comienza a jugar con menos cuidado y precisión que antes, y estropea u n tanto el final . Su plan es lógico y correcto: activar su ú nica pieza pasiva , el rey, vía ¡No se olvide de la profilaxis¡ g 2-h3-g4. Pero , por última vez, las blancas ten ían que haber util izado el pensamie nto profiláctico, pre g u ntá ndose q u é harían las negras . Su ú nica idea válida es la man iobra tDg6-f8-d7 -c5. Si las bla n cas hu biesen j u gado 50 �f5 ! , su o ponente no tend ría más remed io q ue rend irse , puesto que 50 . . . tDe7 se contestaría con la decisiva 5 1 �a7! 50. 51 . �h3 52. �f5 tD g6 tDf8 Aqu í e ra d e considera r la tentativa de ahorrar u n tiempo, con 52 �g4 ! ? 52. 53. tDd7 �xd7! Las blancas se ven obligadas a entregar su alfil , para no permitir q ue el caballo llegue a c5. 53. 54. 55. �g4 �e1 �xd7 �c7 tDb6! Las neg ras no pueden espe rar pasivamente la derrota , de modo q u e sacrifican u n peón pa ra penetrar con su caballo en campo enemigo. 56. �b5 57. �xb8 58. �xg5 59. �xg3 tDa4 �xb8 fxg3 99 81 59 . ... tDxb2? ! El rey bla nco s e d i rige a e 7 , pero pod ía imped írsele que llegara allí, con 59 . . . �c7!? 60 �f6 �d 7. Ahora las blancas pueden elegir entre el sacrificio de alfi l , 61 �xe5 dxe 5 62 �xe5 tDxb2 63 �d4 tDd 3, y la tranquila 6 1 f4 exf4 62 �xf4 tDxb2. Es casi seguro que una de estas posiciones (y q u izá las dos) esté ga nada , pero las bla n cas hubieran tenido que emplearse a fondo, el igiendo el plan correcto y calculando va riantes. Dado q u e a ntes s e gana ba casi en e l acto, sin el menor riesgo, es evidente q ue el juego de Dol matov no fue óptimo. 60. �f6 tDa4 Las neg ras ni siqu iera le compl ican las cosas a su o po nente . La ú nica posibil idad de pro longar la resistencia era 60 . . . tDd3 6 1 �e7 �c7 . 6 1 . �e7 Eljuego posicional 1 00 61 Las negras se rindieron, pues si Wc7, es decisivo 62 i.xe5. (E) 1 .1 9 ... E n esta partida las blancas no tuvieron q u e resolver n ingún pro blema profiláctico complicado , pues todo s u juego estuvo im pregnado del espíritu de profilaxis. Al eleg i r muchas de sus jugad a s , 0 0 1 matov t u v o e n cuenta las intenciones d e su o ponente, lo que le pe rmitió dictar el rum bo de los acontecimientos en el tablero. 83 J uegan negras ( E) 1 .1 8 J uegan blancas (E) 1 .20 Juegan blancas Las misteriosas jugadas de torre 10 1 (E) 1 .21 LAS MISTERIOSAS JUGADAS DE TORRE 85 J uegan negras Exigirle exclusivamente a una pieza actividad atacante es el sello del auténtico "movedor de madera ". Una mente ajedrecística sutil le exige a las piezas que asuman también acciones preventivas. Aaron N irnzovich Las jugadas profiláctica s con q u e nos e n contramos e n el ca p ítu l o anterior pa recía n muy sencillas, y a veces incl uso pa recía pedirlas la posición . En u na partida real , sin embargo, a menudo las o m itimos, al ser inca paces de sintonizar con la correcta "longitud de onda" del pensamiento pro filáctico, o de prever las inte n ciones del oponente . Pero ciertas decisioles pro filácticas producen en nosotros una fuerte impresión estética , debido a su natu raleza atípica o excep ciona l . Por ejemplo, las "rr,isterio sas jugadas de torre", segú n la defi nición de N imzovich , cuando, por alguna razón a primera vista inexpl icable, una torre se sitúa no en una colu mna abierta , sino en u na columna cerrada . La expl ica ción rad ica n o rmal mente en la necesidad de su pri m i r de esta Eljuego posicional 102 forma el importante avance de u n peón contra ri o . Recuerd e , por ejemplo, las razones de la jugada 14 de las blancas, en la partida ante riormente comentada e ntre Vu kic y Davcevski ( ca p ítul o El bloqueo de los peones pasados) . En u na confe re n cia de la Escuela Dvorets ky-Yusu pov, el gran maestro Dolmatov comentó tres de sus pa rtidas ( contra Poluga ievsky, Kiril Georg iev y Bel iavsky) , que ilustraban brillan teme nte este tema. N o puedo evitar incluir aqu í u n fragmento de una de ellas. Dolmatov - Beliavsky Odesa 1 989 Campeonato de la U RSS 1 e4 e5 2 tDf3 tDe6 3 iLb5 a6 4 iLa4 tDf6 5 O-O iLe7 6 �e1 b5 7 iLb3 d6 8 e3 O-O 9 h3 tDb8 1 0 d4 ttJbd7 1 1 tDbd2 iLb7 1 2 iLe2 �e8 1 3 a4 iLts 14 iLd3 e6 1 5 b3 g6 Un año a ntes , en el Ca mpeonato de la U RSS de 1 988 , en la partida A. Sokolov - Beliavsky se jugó 1 5 . . . �b8 1 6 iLa3 tDh5. Dolmatov quería seguir el curso de esa partida , al haber preparado una mejora pa ra las blancas, pero Bel iavsky o ptó por u n plan diferente. 1 6 iLa3 'ile7 1 7 'ife2 �ad8 1 8 . �ab1 ! ! ( P ) 1 .44 ¿Cuál e s l a idea de esta m isteriosa jugada de torre? Tras haber considerado las ú l timas j u gadas de su rival Dol matov compre n d i ó q u� Beliavsky se estaba prepa rando pa ra rompe r en el centro con d6d5, donde la serie de cam bios que seg u i ría n o l e ofrece n i ng u na ventaja a las blancas . En su l ibro Mi sistema , N imzovich , al enfatiza r e n la i m po rtancia de las jugadas l i be radoras de peón y e n su infl uencia sobre el u lterior trans curso de la partida , o bserva, que a veces son ilusorias , puesto que en real idad no tienen u n efecto l i be rador. En la posición q u e estamos examinando , lo más d ifícil pro ba blemente sea concluir que 1 8 . . . d 5 n o deja de ser una amenaza ilusoria , puesto que tras 1 9 iLxf8 'it>xf8 las blancas cuentan con la Las misteriosas jugadas de torre excelente jugada posicional 20 b4 ! , fijando los peones negros e n casil las del color d e s u alfil y convirtie ndo su alfil de b7 e n u n "peón g ra nde". La verdadera amenaza (en respuesta , por ejemplo, a 1 8 �ad 1 ó a 1 8 �f1 ) es 1 8 . . . bxa4 ! 1 9 bxa4 , y sólo ahora 1 9 ' " d 5 ! , con igualdad . Esta amenaza fue la q u e pa ró Dolmatov con su "miste riosa" jugada de torre (tras los cam bios en f8, d5 Y e5, el alfil de b7 q ueda atacado) . Más ta rde , Dol matov admitiría que en la partida había real izado rá pida mente todo el proceso de razonamiento, pero que durante mucho tiempo no pod ía efectuar esta j u gada, debid o a su aparente excentricidad . Proba blemente le ayudó el hecho de que si las negras descartasen 1 8 . . . d5 (en favor, por ejemplo de 1 8 . . . �g7) , entonces, en e l momento oportuno, las blancas podrían jugar c3-c4, provocando un cambio de peones, después del cual la torre queda en u na columna abierta . A l comprender q ue e l cam bio de peones en la casilla a4 le era muy desfavorable , Beliavsky deci d i ó jugar i n med iata mente el avance d6-d5 , su besti ma ndo la fuerza de la idea posicional descu bierta por Dol matov. 1 8. 1 9. 20. 21 . �xf8 b4! �xe4! d5?! <it>xf8 dxe4 103 Cu.a ndo hay puntos débiles en la posición contraria , los caballos se revelan, a veces, más útiles que l os alfiles. Por otra parte , después de 21 tDxe4? ! tDxe4 22 .i.xe4, las negras podría n agudizar el juego con 22 . . . f5, forzando el sacrificio de alfil en f5. 21. 22. exd4 exd4?! 'i'd6 Ahora las blancas pod ían haber consolidado su ventaja con 2 3 a5! �e7 24 'i'b2, segu ido del cam bio de torres en la col u m na e . Dol matov j ugó más fl ojo, aunque , a pesar de todo , tras una compl icada l ucha no exenta de errorres , acabó ganando. Veamos otro ejem pl o de la producción de Dolmatov, que pod ía haber incl u id o perfectamente en su conferencia . Moehalov - Dolmatov M oscú 1 98 1 1 . t¡jf3 2 . e4 3. d4 4. 'i'e2 5. exd5 d5 e6 t¡jf6 g6 E n la pa rtida Van Dop Dol matov ( Bad Lauterberg 1 979) , las negras lograron un excelente juego después de 5 .i.f4 .i.g7 6 e3 O-O 7 t¡jbd2 .i.f5 8 .i.d3 (8 'i'b3 'i'b6, con igualdad) 8 . . . .i.xd3 9 'i'xd3 c5! 1 0 dxc5 iba6. Eljuego posicional 1 04 5. 6. tLJc3 7. Ji f4 8. e3 cxd5 Ji g7 o-o tLJc6 En tales posiciones las negras no se apresu ran a ata ca r la dama con su alfil (puesto que la dama puede j ugar a b3 y atacar, a su vez, el peón de. b7) , sino que antes real iza n otras jugadas útiles , com pletando su desarrol l o y reservándose la futura posibilidad Jif5. b 7 -b5, para o btener la casilla c4 para su ca bal lo. Desca rtaron la in med iata 1 2 . . . b5?! porq u e después de 1 3 'ikb4! Y 1 4 a4! , e l desfavorable cambio d e peones e n a 4 es forzado. Pero con la torre e n e8 la dama no s e permitirá ir a b4 , porque caería bajo el in mediato ataque del alfil enemigo (e7-e6 y Jif8). 1 3. O-O 1 4. 'ikd1 b5 Forzado . 9. 10. 11. 12. Jib5 'ika4 Jie2 tLJe5 Jif5 tLJa5 a6 1 4. �c8 Ahora , si a2-a4 , sigue b5-b4. 1 5. �c1 h6!? 87 12. ... �e8 ! ! (P) 1 .45 Exp l i q u e ú ltima j ugada n egra. la E s curioso q ue ta mbién en este caso, la jugada responda a la necesidad de profilaxis contra un impo rtante ava nce de peón . Las negras estaban pla neando jugar ( P) 1 .46 ¿ Q u é j ugar las blancas? deben Como d e costu m bre , hay q u e e m peza r por la pregu nta "¿Qué q u ieren hacer las neg ras?". Su ú ltima jugada s i rve de pu nto de Las misteriosas jugadas de torre 105 pa rtida pa ra tod o su pla n . Pretenden ca mbia r l a pieza más activa -el caba l l o de e 5- con ctJd 7 , Y entonces penetra r en c4 con e l otro ca ba l l o . Pe ro antes tienen q u e proteger su peón de d5 con e7-e6, l o q u e sólo puede hace rse con ga rantías u na vez asegu rado su alfil de f5 con g6-g 5 . Pa ra o bsta c u l iza r e l pla n e ne m i g o , l a s bla n cas de berían opta r por la enérg i ca 1 6 g4 ! El a lfil es o b l iga d o a ret i ra rse , y entonces las b l a n cas pued e n consid e ra r la manio b ra d e caba l l o a la debil itada casilla c5 . Como puede ve rse , i j ugadas agres ivas ta m bién pued e n ser profilácticas ! 1 6. 1 7. 1 8. 1 9. 20. 21. h3? �h2 f3?! tillcd 7 �d3 �xc4 g 5! e6 ctJd7 'i'xd7 ctJc4 �xc4 Como consecuen cia del juego pasivo de su oponente, las negras se han apoderado por completo de la in iciativa . El resto de la partida es u na v ívida demostración de la fuerza de los dos alfiles. 22. 23. 24. 'ii' d2 b3 �fd1 �ec8 �4c6 24. ... �f8 Las casillas a3 y b4 son débiles y el alfil negro las tiene en el punto de mira. 25. 26. 27. 28. 29. 30. e4 exd5 ctJb1 �xc2 'ii' a 5 �e1 �g6 exd5 �c2 �xc2 'i'e7! 'i'b4 30 . . . �c1 ! (K. Neat) . 31. 32. 33. 34. 35. 'i'xb4 �e8+ a3 �a8 �f2 �xb4 �g7 �a5 �c1 + �xb1 Las blancas se rindieron poco d espués. El juego posicional 106 ENTRENAR CON GRANDES MAESTROS Cualquier oportunidad perdida de jugar mejor, ya se trate de una partida tablas o de otra ganada con dificultad, es una verdadera derrota. Por esta razón, debe usted volver una y otra vez a examinar sus propios errores, al margen del resultado de la partida. Gari Kasparov En mi juventud l os mejo res j u g a d o res d e l país a m e n u d o d a ban exhi b icio nes d e s i m u l táneas contra l o s escolares de M oscú . S ie mpre me sentía fel iz de pode r pa rticipar en u n a d e ellas. Sobre tod o , natu ral mente , p o r l a perspectiva de pod e r "arranca r la cabellera" de alg ú n fam oso g ra n maestro . Las partidas d e aquellas sesiones, o e pisod ios a islados, siempre resul taban instructivos y se g ra ba ba n con fuerza e n m i memoria , d e mod o q u e l uego pod ía util izar las ideas d escu bie rtas en pa rtidas posteriores. N o hay d u da d e q u e esta forma d e entrenamiento e s muy ú t i l pa ra l o s j u g a d o res j óvenes . P a ra se r h onesto , a penas puedo record a r a l g ú n caso d e partidas simultá neas ( conve n cio nales, con rel oj , o con un n ú me ro redu cido de tableros) , en el que la decisión d e u n g ra n maestro haya constitu ido pa ra m í u na g ra n revelación . Aprend í much o m á s d e m i s p ro pios d es cu b ri m ientos y omisiones. Esto n o tiene nada de sorprendente. El simultaneado r no tiene apenas tiem po pa ra pensar seria mente u na jugad a , d e modo que juega de forma general mente s u pe rficia l , m ie ntras q u e su oponente puede , a veces, profu n d iza r en la posición y descu brir sus secretos . Además, en genera l , tod o s esta mos i n cl i nados a concentra rnos e n nuestros pro pios planes, pensa m ientos, des cub rimientos y e rrores , mie ntras q u e apre nd e r de la experiencia ajena casi siempre es mucho más d ifícil . M e gustarfa mostrarle algunos ejemplos de mi participación en pa rtidas simultáneas, con ayuda de los cuales podamos ver de qué modo u n jugador puede pensar sobre las pa rtidas · que ha d isputado, a fin de extraer de ellas info rmación de util idad . Aqu í considero a propiado recordar u n afo rismo d e Kozma P ru tkov: "Cuando arroje piedras al agua , o bserve los círculos que describen , pues de otro modo sería una pura pérd ida de tiempo" . Entrenar con grandes maestros Bronstei n - Dvoretsky M oscú 1 963 107 33 �f2 'fIIxf5+ 34 �e3 'ife6+ 35 �f2 'i'xc4, pe rd ió rápida mente . Botvinn i k - Dvoretsky M oscú 1 964 90 g3 i.g2 e4 ttJe2 O-O d4 c3 ttJf6 g6 d6 i.g7 O-O c5?! 7. 8. h3 9 . i.e3 1 0. ttJd2 ttJc6 'fIIc 7 �d8 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. (P) 1 .47 ¿Qué deben j ugar las negras? 29. 30. ttJe2 3 1 . 'fIIc7 'fII d 2+ ttJd7! �e7 O bserve que ni la dama blanca ni la negra pueden dar u n solo jaque al rey contrario. Conclusió n : u n caballo a l lado de s u rey, lo defiende con seguridad de la dama enemiga. En esta pa rtid a , me encontré por primera vez con esta técnica y luego pude util izarla en varias ocasiones. Ahora las bla ncas de bería n haber optado, bien por la cauta 32 'fIIb 7 'fIIx b2 33 'fIIx a6 b4, con u na posición clarame nte inferior, bien por un sacrificio de peón, a fin de o btener un peón pasado: 32 cxb5!? axb5 33 'fII b 7 'fIIx b2 34 a4. Bronstein, sin em bargo, cometió u n típico error d e s imu ltáneas: 3 2 �f3??, Y después de 3 2 ... 'fIId 3+ 7 dxc5 ! ? Las blancas tie nen u na clara ventaja de espacio . Para evitar caer en un cerco posicional , decid í e m p render u na ru ptu ra e n el centro , asu miendo q u e , aunque perdiese u n peón , tend ría compen sación g ra cias a la ape rtu ra de l íneas. 1 0. 1 1 . cxd4 1 2. e5 1 3. ttJxe4 cxd4 d5 ttJe4 Otra buena opción era 1 3 ttJb3 f6 1 4 f3 ttJg5 1 5 i.xg5 fxg5 1 6 'fIId 2 , con ventaja blanca . 1 3. 1 4. 'tic2 dxe4 i. f5 Eljuego posicional 15. 1 6. g4 .i.xe4 .i.e6 Am bos riva l es o m itiero n la fuerte jugada posicional 1 6 t2Jf4! 1 6. 17. �ac8 21 . 22. .i.xf5 23. �g2 ¡fa4?! 1 7 �ac1 . 1 7. ... 'ifd7! Amenazando 18 . . . t2Jxe5. 1 8 . "iVa3 h5 El sacrificio en g4 es incorrecto: 1 8 . . . .i.xg4? 1 9 .i.xc6 IDc6 20 hxg4 'ii'x g4+ 2 1 t2Jg3 h5 22 'ifxe 7. 19. La posición después de 2 1 .i.xc6 �xc6 22 fxg4 'iVxg4+ 23 'iit>f2 �c2 le parecía muy pelig rosa a Botvi n n i k . Los simulta neadores normal mente tratan de evitar tales aventuras. f3?! Aqu í merecía conside ración el sacrificio posicional de cal idad 1 9 gxh5!? .i.xh3 2 0 hxg6. 19. 20. hxg 4 2 1 . �f2 hxg4 .i.xg4! (P) 1 .48 ¿Qué deben j ugar las negras? 23 . ... f6? Tras u na buena apertura, las blancas jugaron de forma indecisa y quedaron en u na posición inferior. La textual me pareció natu ral , porque ataca el centro enemigo e incorpora el alfil al juego. Al d ía siguiente le mostré la partida al g ran maestro S imagin . Cuando se reprodujo en el ta blero la jugada f7 -f6 , Vladimir Pavlovich me detuvo y me pregu ntó, sorprendido: "¿Por qué debil ita r la posición de tu rey, y d a rle Entrenar con grandes maestros contrajuego a las blancas? Segu ramente pod ías prescindir de esa jugada". "Pero ¿qué hago entonces?", pregu nté . "Echa u n vistazo a los agujeros que tiene tu contrario en casillas blancas. Tu caballo sueña con instalarse en ellas" , res pond ió Simag i n , y sugirió una jugada q ue -de bo admitir- jamás se me pasó por la cabeza : 23 . . . a5! ! El caballo negro o btiene así el maravilloso punto de tránsito b4, desde d onde amenaza con penetrar en d3 ó d 5 . Cualquier comentario adicional es superfluo. Tales episodios se g ra ba n en la memoria d u ra n te m ucho tiempo, y le ayudan al j ugador · a desarrollar su com prensión posicional . 24. 25. 26. 27. 'iVb3+ exf6 l:.h1 tlJxd4 \Pf8 �xf6 ttJxd4 l:.xd4! 27 . . . �xd4 28 l:. h7 Jixe3 29 'i'xe3 es pel igroso para las negras. 28. �h7 En caso de 28 �xd4? Jixd4 29 l:.e2 (29 'i'xb7 �g5+ 30 \Ph3 l:.c4!) 29 ... 'i'g5+ 30 \t>f1 (30 �h3 �g7) , lo más rápido es 30 . . . l:.c1 + 3 1 l:.e 1 'i'd2 ! 28. 29. l:.d5 'iVxb7 109 En la com pl icada pos lclon resulta nte las posi b i l idades de a mbos ba ndos parecen igualadas, como confirmó el ulterior desarrollo del juego . 29 ... \Pg8 30 l:.h3 l:.c2 31 'ilfb8+ \Pf7 32 l:.h7+ �e6 33 'i'b3 l:.xf2+ 34 \Pxf2 g5 35 l:.h5 'i'g6 36 l:.h1 'i'f5?! (36 ... 'i'd3) 3.7 l:.d1 'i'e5 38 l:.xd5?! (38 \Pf1 !) 38 ... 'i'xd5 39 'i'xd5+ \pxd5 40 �xa7 �xb2 41 Jie3 e5 42 �xg5 e4 43 f4 �c1 44 \Pe2 \Pc6 45 \Pd1 �xf4. Tablas. Estu d iand o los l ibros d e los j ugadores clásicos , pe rcib í las d ife rencias con que a ve ces trataban la misma cuestión estra tégica . As í , N i mzuvich n o rmal me nte basa ba SI.. juego en la explotación de laE casillas dé biles en la posición ( memiga. Por el contrario, Réti él menudo prepa raba el ataque sobre el punto más fortificad o , tratando primero de debil itarlo y l uego de destru irlo , lo q ue llevaba a un colapso de toda la posición e ne miga. Por ejemplo, después de 1 ttJf3 d5, N imzovich desarrollaba su alfil por b2, para controlar las casillas debil itadas (en pa rticu lar, e5) . Pe ro Réti mina ría el punto fuerte d5 con c2c4, y lo atacaría luego con el alfil desde g2. Afortu nadamente, ya entonces ten ía suficie nte sensatez como para evitar plantearme preguntas estúpidas del tipo ¿ cuál de ellos ten ía razón?, ¿qué estrategia es Eljuego posicional 1 10 mejor? Me di cuenta de que, según las circu nstancias concretas, pue de con cederse preferencia a una u otra estrategia , o incluso combi na rse a mbas. Aun así, las ideas de N i mzovich me resulta ba n más próximas, más com prensibles, y a menudo las empleaba . La primera vez que tuve éxito con u n plan tipo Réti -el ataque sistemático al punto más fortifi cado de la pos ición enemiga- fue en u na sesión de simultáneas con reloj . Vasiukov - Dvoretsky Moscú 1 965 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 1 0. e4 d4 ttJe3 e5 · a3 bxe3 a4 ttJf3 �d2 �e2 e6 d5 �b4 ttJe7 �xe3+ e5 ttJbe6 'i'a5 �d7 Más tarde se hizo popular 1 O �b5. 1 0. ... e4 Era preferi ble 1 0 . . . f6 , ya que a hora las blancas pod ían real izar u na fuerte man iobra de caballo: 1 1 ttJg5! h6 ( 1 1 . . . O-O 1 2 O-O f6 1 3 exf6 �xf6 1 4 �g4) 1 2 ttJh3 0-0-0 1 3 ttJf4 <iit b 8 1 4 O-O ttJc8 (mejor es 1 4 . . . g6) 1 5 ttJh5! �hg8 1 6 �g4 ! , Y las negra s ca recen de contrajuego activo (Kavalek - Uhlmann, I nter zonal de Ma n ila 1 976) . 1 1 . O-O 1 2 . exfl5!? 1 3. �e1 fl5 gxfl5 La teoría recomienda jugar a restringir las piezas enem igas: 1 3 ttJh4 ! ? O-O 1 4 �h5. Normalmente , las negras sacrifi ca n un peón con 1 4 . . . ttJg6 !? 13. 1 4. �f1 0-0-0 ttJg6 Las negras consiguie ron u na excelente posición en la partida Suetin - U hlmann (Be rl ín 1 967) , que continuó con 1 4 . . . ttJf5 1 5 'i'c1 h5 1 6 'i'a3 �dg8 1 7 �qb 1 ttJd8 1 8 �b4 �c6. 1 5. g3 ttJee7 Ahora mi oponente tenía que contar con la maniobra ttJf5-d6-e4. 1 6. �e1 1 7 . �g2 ttJf5 Era más lógico 1 7 �h3 . Recuer do que consideraba el sacrificio posicional de peón con 1 7 . . . ttJd6!? 18 �xe6 ttJe4 19 �xd7+ �xd7. 93 Entrenar con grandes maestros 1 7. ... h5 Las neg ras pla nea n entregar todas sus piezas contra el bastión de la posición blanca : el peón de g3. Primero juegan h7 -h5-h4xg3. Luego sigue tLJd6-e4 y f6-f5. El peón de f5 apoya el caballo de e4 y está d ispuesto a ata ca r g3, dando otro paso al frente. 1 8. i.a3 26. 27. 28. 29 . 111 �eb1 �b4 fxg3 . 'i'e3 f4 fxg3 �df8 94 'i'a6 Es importante reservar la casilla d 6 para el caballo. 1 9. 20. 21. 22. 23. a5 i.c5 hxg3 tLJd2 i.xd6 h4 hxg3 tLJd6 f5! De otro modo, el caballo llega a e4. 23. 24. a6?! 25. 'i'f3?! 'i'xd6 b6 U n a celada típica de s imul tá nea s : las bla n cas crea n la a menaza 26 tLJxc4 . La inmediata 25 tLJxc4 dxc4 26 'i'f3 (esperando 26 . . . 'i'b8 27 �xe6!) sería refutada con 26 . . . �dg8 ! Más fuerte era 25 f4 ó 25 tLJf3. 25. ... 'i'c7! Parando la , a menaza , y a hora las blancas ya no pueden defen derse contra f5-f4. deben E l peón d e g3 s e ha convertido en una de bilidad . El caballo se traslada a f5 pa ra amenazarlo de n uevo, y si es necesario, u na torre puede toma r parte en el ataque sobre la columna g . 29 . ... tLJe7! i El triunfo del plan neg ro ! Su posición está estratégica mente ganada . 30 �f1 i¿Jf5 31 'iff4 'i'xf4 32 �xf4 (32 gxf4 �hg8 ó 32 . . . i¿Je3) 32 ... tLJxg3 33 �xf8+ �xf8 34 i.f3 Wc7 35 wg2 tLJf5 36 Wf2 b5 37 �b1 Wb6 38 �a1 i.c8 �9 i¿Jf1 e5 40 dxe5 i¿Jh4 41 tLJh2 i¿Jxf3 42 tLJxf3 i.g4 43 <it>g3 i.xf3 44 �f1 Wxa6 45 �xf3 �f3+ 46 �xf3 Wb6 47 Wf4 Wc 7 48 Wf5 Wd7. Las blancas se rind ieron . L l2 El juego posicional La partida más memora ble para m í se jugó en u nas simultáneas con reloj del entonces campeón del m u ndo. analizada al comienzo del libro) . Este planteo se come nta en mayor detalle en el l i bro Openíng Preparatíon , e n m i confe rencia acerca de la elaboración de un repertorio de a pertu ras. Petrosian - Dvoretsky Moscú 1 965 1 . e4 2. ttJf3 3 . ttJe3 4. �bS 5. o-o 6. �e2?! eS e6 tbe6 tbge7 a6 Una extraña jugada . ¿Para qué , e ntonces, se llevó el a lfil a b5? ¿ Pa ra provocar el desarrollo del caballo por e7 (en luga r de f6)? No creo q u e el caba l lo esté peor situado en e7. 6. 7. d3 8 . �gS ... tbd4 O-O No pa rece justificado agudizar el juego con 1 0 . . . �xh6 1 1 'i'xh6 ttJxc2 1 2 �ac1 ttJd4 1 3 �g7 �g8 1 4 'i'xh7 . 1 1 . tbxd4 1 2. �xg7 1 3 . ttJd1 exd4 �xg7 95 d6 g6 Era d ig na de considera r 8 d4!? Después de que las negras se han com prometido con el desarrollo de su a lfil por g7, tiene sentido q ue las bla ncas jueguen sobre la debilidad de d6, abriendo la colu mna d . 8. 9. 'i'e1 1 0. �h6 �g7 Las negras ha n d ispuesto eficazmente sus piezas (el lector ya habrá visto este esquema , con colores invertidos, en el enfrenta miento Dvoretsky - Timoshchen ko, El plan estándar en estas posiciones (adoptado, por cierto , en la partida y a mencionada entre Dvoretsky y Timoshchen ko) es red isponer los peones en casillas negras: e6-e5 y f7-f6. Pero yo lo mejoré , al utilizar (probablemente por primera vez en mi vida) el "pensa miento profiláctico". ¿Qué q uieren juga r aqu í las blancas? Segu ra me nte f2-f4, pero también hay que considera r jugadas de peón en el flanco de dama. La Entrenar con grandes maestros jugada de m inado c2-c3 no tiene sentido, porque las negras defien den fácil mente su peón d4. Pero sí lo tiene c2-c4, liberándose del peón retrasado c2 , con lo que las bla nca, refuerza n su flanco de dama , �ue es donde quie ro lanzar u na of, ' nsiva . 1 3. 1 4. b5! e4?! ¡ Mi presunción fue correcta ! 1 4. 1 5. 1 9. 20. 'i'xf4 Las negras han abierto las col u mnas b y e , y pronto las ocu parán con sus torres. exf4! tiJe5 Las negras han llevado a cabo u na transformación favora ble de la posición . Han em peorado un tanto su formación de peones, pero por otro lado, han logrado la excelente casilla e5 pa ra su ca ballo. El oponente no tiene tie m po de jugar 21 �g4 , ya que debe parar la i nvasión de torre por c2. 2 1 . �fe1 22. 'i'd2 bxe4 e5 'i'xe4 1 13 'ii' b 6 I nicial mente , comentaré la parte final del juego como lo entend í por entonces. 96 1 6. f4 1 7. 'i'b4 1 8. tiJf2 1 9. 'i'd2 �e6 �e8 tiJe6 ( P ) 1 .50 ¿Qué deben j ugar ahora las n egras? Recu rramos a l pensa m iento profiláctico . Segu ramente las blan cas no le ha rían ascos al cam bio de su alfil malo, con 20 �g4 (en a u se n cia del a lfil de g7, la respuesta f7 -f5 debil itaría el flanco de rey) . Por ejemplo : 1 9 'ii'a 5?! 20 'ii'x a5 tiJxa5 21 fxe5 dxe5 22 �g4!? (22 �fc1 !?) 22 f5 23 exf5 gxf5 24 �f3 , con po � ibilidades para ambos ba ndos. o o . o o . 22 . ... �xe1 + Las negras explotan el hecho de que la otra torre está atada a la defensa del peón a2 . 23. 'ii'x e1 24. 'i' d2 25. �d1 �e8 �e5 �b5! Es i m porta nte forza r b2-b3 , debilitando las casillas negras y Eljuego posicional 1 14 restringiendo aún más la movil idad del alfil blanco . Mi oponente no tiene a lternativa , ya q ue el sacrificio de peón 26 .i.b3 .i.xb3 27 axb3 �xb3 no alivia en a bsoluto su posición. 26. b3 27. �c1 ? �c5 97 ( P ) 1 .5 1 ¿Qu é deben j u gar las neg ras? En busca de simplificaciones , Petrosia n om itió u n a sutileza táctica. 27. 28. 'ifxc1 �xc1 'ifa5! i U n ataque doble decisivo ! Gano un peó n , y con él la partida. 29. wf1 30. b4? 'ifxa2 El típico error "de simultáneas" en posición perdida. Dos décadas de"s pués, a l buscar material d idáctico, repasé mi partida con Petrosia n . Como entrenador, estaba interesado en la defensa de posiciones d ifíciles y en la conversión de ventajas . Al examinar las jugadas concluyentes bajo este pris m a , vi que m is acciones no habían s ido irrepro chables, puesto que permitían a m i opone nte log ra r algu n as pos i bil idades de contrajuego. Volvamos a la posición del diagrama 96. En el plano posi cional , a6-a5 es ventajoso para las negras. El hecho de q ue no encon trase tiempo para jugarlo a rroja dudas sobre la competencia del jugador con negras . En la pa rtida , cie rto es, la ausencia del peón a5 me perm itió asesta r el gol pe decisivo, 28 . . . 'i'a5 ! , pero eso suced ió casi por a ccidente. En l ugar de ca m biar torres , pod ía ha berse jugado 22 . . . a5!?, y s i 23 b3, e ntonces 23 . . . 'i'b4 ó 23 . . . �c5 (a la i n med iata 22 . . . �c5, las blan cas juegan 23 b4) . Si 23 a3, entonces 23 . . . �b8 ó 23 . . . �c5, seguido d e 2 4 . . . �b8 (-2 4 b4 axb4 25 axb4 �b5) . Pero ¿ por qué es malo 22 . . . �xc1 +? Des pués de todo, las blancas está n obl igadas a retoma r de dama . Lo cie rto es q ue no es a s í . H a b ía q ue considera r se ria mente el sacrificio de peón 23 �xc 1 !? .i.xa2 , y ahora no 24 b3? .i.xb3 25 �b 1 a 5 , sino 24 ttJg4 ! Entrenar con grandes maestros el debil itam ie nto b2-b3 , d e b ía haberse inducido rá pidamente, con 23 . . . �b8! Una posible variante es 24 b3 �c8 25 'ird2 a5 26 �c1 'irb4 ! Las negras tuvieron que gastar tiempo más tarde en la man iobra �c8-c5-b5-c5, y esta demora le d io cie rto contrajuego a las blancas . 98 (P) 1 . 52 ¿Qué j ugar las negras? 1 15 deben Se amenaza mate, y 24 . . . f6? no resulta , en vista de 25 'irh6+ 'it>g8 26 l2Jxf6+! �xf6 27 �c8+. Después de 24 ... l2Jxg4 25 i..xg4 , la desapa rición del caballo de e5, que era la base de la posición negra , concede a las blancas la posibil idad de explotar los peones vul nerables de d6 y d4. A 25 . . . �b8 segu iría 26 b4! , mie ntras que si 25 . . . i.. b3 , entonces 26 �a 1 , con idea de 27 'ir a5. Después de 25 . . . i..e 6 26 i..x e6 fxe6 27 h3, la posición del rey negro es ya demasiado expuesta . C reo que la ún ica posibilidad real de jugar a ganar se basa en evitar el ca mbio de cabal los: 24 . . . l2Jd7 ! , seguido d e 2 5 . . . i..e 6. ¿ Pero es fácil deCid irse por esto? Si 22 . . . �xc 1 !? Y 22 . . . a5!? pueden considerarse equ ivalentes , m i siguiente jugad a , 23 . . . �c8?! , fue una sign ificativa im precisión . Puesto que era ventajoso provocar Después de 23 . . . �c8? ! 24 'iVd2 , la jugada 24 . . . �c5 era a pa rentemente correcta . En caso de 24 . . . a5 25 i..d 1 (con idea de 26 i.. b 3) 25 . . . �c5, las neg ras hubieran ten ido que asumir 26 h3 ! �b5 27 i.. b3 !? i..x b3 (27 . . . a4! ? es más peligroso, y si 28 i..x e6 �xb2) 28 axb3 �xb3 29 'iVxa5 'irxa5 (29 . . . �xb2 30 'irxb6 IDb6 3 1 �a4) 30 �xa5 l2Jxd3 (30 . . . �xb2 3 1 �d 5, con tablas) 31 l2Jxd3 (3 1 �a3 !?) 3 1 . . . IDd3 3 2 �d5. En lugar de la jugada perdedora 27 �c1 ? , las bla ncas debe rían haber optado por 27 b4! ? (aquí era donde podía haberse acusado la falta de a6-a5) 27 . . . �c3 28 �b 1 ,. con idea de 29 a4. Entonces, 28 . . . a5 2 9 b5 �a3 3 0 �b2 d ifícil mente puede ser pel igroso. Después de 28 . . . �a3, pueden elegir entre 29 �b2 Y 29 i.. b 3, implicando esta ú lti ma una pequeña celada: 29 . . . �xb3 3 0 axb3 l2Jc6? 3 1 l2Jg4 ! S i las . negras res ponden con l a pro filáctica 30 . . . h5, e ntonces es de considerar 31 l2Jh3 ! ? Aunque la posición de las bla ncas s igue sie ndo angustiosa , pueden prose guir la lucha . Eljuego posicional 1 16 ¿QUÉ SIGNIFICA UN "PLAN ESTRATÉGICO" ? Un plan unitario en una partida de ajedrez es una suma de operaciones estratégicas, ejecutadas de acuerdo a una concepción individual, pero conforme a los requerimientos de la posición del tablero. Alexander Kotov Znosko-Borovsky - Alekh ine París 1 933 ctJg5 h6 1 7 ctJxf6+ �xf6 1 8 'i'h5! ctJh8 1 9 dxe5 dxe5 20 �e3 , y las negras tienen una d ifícil posició n . Znosko-Borovsky, temiendo a su formidable oponente, ni siquiera l u chó po r consegu i r ve ntaj a , y realizó u na serie de cambios , con idea de lograr unas tablas cuanto antes . Sin embargo, no logró su objetivo , porque la excesiva cautela se convierte en pasividad , y eso rara vez produce buenos resultados . 1 0 �xc6 �xc6 1 1 dxe5 dxe5 12 ctJxe5 �xe4 13 liJxe4? ( 1 3 'i'b3!) 1 3 ... 'i'xd1 ! ( 1 3 . . . ctJxe4? 1 4 ctJd7!) 1 4 ctJxf6+ gxf6 1 5 �xd1 fxe5 1 e4 e5 2 ctJf3 ctJc6 3 i"b5 a6 4 �a4 ctJf6 5 O-O d6 6 c3 �d7 7 �e1 �e 7 8 d4 O-O 9 ctJbd2 �e8 "Una jugada origi nal , cuya idea es mantener la posición central intacta , med ia nte ctJd7 y l leva r, tras f7-f6 , el a lfil d a ma a la d iagonal e8-h5" (Ale kh ine) . La teoría mod erna es escé ptica acerca del pla n de a pe rtu ra de Alekh i n e , sobre la base de la partida S myslov - Liu bl in s ky (Moscú 1 949, Ca m peonato de la U RSS) , que continuó con 1 O �b3 (menos preciso es 1 0 ctJf1 exd4 1 1 cxd4 d 5 1 2 e5 ctJe4) 1 0 . . . ctJd7 1 1 ctJf1 i"f6 (no es mejor 1 1 . . . �h8 1 2 ctJe3 f6 1 3 ctJf5) 1 2 ctJe3 ctJe 7 1 3 ctJg4 ctJg6 1 4 g3 �e 7 1 5 h4 ctJf6 1 6 ( P) 1 .53 ¿Qué j ugar las blancas? He aqu í Ale khine: el deben comenta rio de "La posición del final a que se ha llegado no es fácil de jugar, sobre todo para las blancas. El ¿ Qué significa "plan estratégico " ? plan de cam paña de las negras, q ue resultará se r un éxito, se d ivide en las siguientes fases: 1) Cam bio de u n par de torres. 2) Lleva r el rey a e6, donde q uedará protegido de un ataque frontal por el peón e, y pod rá impedir la penetración en d7 de la segu nda torre enemiga . 3) Operar en la colu mna abierta 9 con la torre y ava nza r el peón h , forzando la apertu ra de l a columna h. 4) Después de esto el rey blanco y, eventual mente , el alfil , estarán ocupados en imped ir la i nvasión de la torre por h1 ó h2 . 5) Entretanto, las negras, con el ava nce de sus peones a y b, a ntes o después conseguirá n a bri r una columna en el fla nco de dama . 6) En el momento en que el rey bla nco se encue ntre e n el ala opuesta , el primer jugador no d ispondrá de fuerzas suficientes para imped ir la penetración final de la torre enemiga en la pri me ra o segu nda fila. S u ponie ndo que las bla ncas hayan com prendido, al com ienzo, que corrían el pel igro de perder el final , es probable que con u na defe n sa muy precisa pud iese n salva rlo. Pero por lo que suced ió, las negras jugaron con u n plan 1 17 con creto , y las bla ncas sólo opusieron su convicción de que la pa rtida debía se r ta blas. El res u ltado fue una se rie muy i nstructiva de estratagemas típicas, mucho más útiles pa ra los j ugadores inexpertos que las l lamadas brillanteces". 1 6. � h6 "No es, desde luego, un error, pero sí u na prueba de que las blancas no han captado el espíritu de la posició n . Pues de ser as í, no esta ría n a nsiosas por forzar el cam bio de un par de torres q ue , como se ha dicho, e s más que bienven ido por el opone nte". 1 6. 1 7. \t>f1 �fd8 "Quizá fuese recomendable una l ínea más agresiva, con 1 7 g4. Pero en tal caso, las negras también podrían complicar las cosas con 1 7 . . . f6 , seguido de �-e6, etc.". 1 7. f5 Después de esto, los aconte cim ie ntos transcurrieron tal y como esta ba previsto en el plan de Alekhine. '; 8 �xd8+ �xd8 19 g3 \t>f7 20 Ji.e3 h� 21 \t>e2 \t>e6 22 �d1 �g8! 23 t� (23 h4 �g4 , con la amenaza 24 .. f4) 23 . .. h4 24 �f2 hxg3 25 hxg3 �h8 26 �g1 �d6 27 \t>f1 �g8 28 �f2 b5! 29 b3?! a5! 30 1 18 Eljuego posicional wg2 a4 31 �d2 (3 1 b4 �c8 ! ? 32 Jlc5 �a8 ! , segu ido de �a6-c6) 31 ... axb3 32 axb3 �a8 33 e4 �a3! 34 e5 Jle 7 35 �b2 b4 36 g4 f4 37 <ittf1 �a1 + 38 <itte 2 �e1 39 �a2 �e3 40 �a7 <ittd 7 41 �b7 �b3 42 �b8 �b2+ 43 <ittf1 b3 44 )Ítg1 )Íte6 45 )Ítf1 )Ítd5 46 �b7 e4! 47 fxe4+ <ittxe4 48 �xe 7 )Ítf3 49 �e 7 �xf2+ 50 )Íte1 b2 51 �b 7 �e2 52 e6 )Ítg3! (52 . . . �c1 + 53 )Ítd2 b 1 'i'? 54 �xb1 �xb 1 ? 55 c7) 53 e7 f3 54 )Ítd1 �xe7 55 �xb2 f2. Las bla ncas se rindieron. El cam peón mundial trazó un i mpresionante e instructivo cuadro del juego en este final . Los proce dimientos de negras son típicos en estas posiciones, y debería n ser pa rte del arsenal de todo jugador. Aqu í tenemos la central ización del rey, y el ha bitual (con esta estructu ra de peones) avan ce del peón h, y el cam bio de un par ( ¡ sólo u no!) de torres, conservando la segunda torre y, por último, el há bil empl eo del principio de las dos debilidades. Tome nota : tras atar las fuerzas enemigas en el flanco de rey, Alekhine e mprendió operaciones en el fla nco de dama y, tras haber tenido éxito con la creación del peón pasado b, no lo promovió, sino que de nuevo pasó a a ctuar en el fla n co de rey, pe netra ndo all í con su rey. ¡ U na excelente partida didáctica ! Con todo , hay dos pu ntos del comentario ante rior que causan pe rplejidad : 1 ) La posición inicial del final parece igualada . Pero Alekhine trata de persuadirnos de que tiene ventaja (recuerde: las blancas con una defensa muy precisa es probable que hubiesen salvado el final). 2) El plan en varias fases de las negras pa rece impres ionante . A esta partida puede a pl icarse una conocida máxima de E ma nuel Lasker: "Un plan inteligente nos convierte en héroes, y la ausencia de plan en coba rdes y blan dengues". Pero ¿acaso Ale khine previó real me nte todo el plan desde su i n icio? Volva mos a la posición del diagrama 99. Después de 1 6 Jlh6 �fd 8 , las negras q u iere n crear un fue rte baluarte en el centro, con f7-f5 y )Ítf7-e6. ¿ No es posible para su oponente imped ir esta idea? La jugada mencionada por Alekhine, 17 g4, sólo resolvía parcialmente el problema. Exa m inemos la conti nuación más aguda 17 f4 ! ¿Cómo deberían rea ccionar las negras? 1 7 . . . e4? ! es desfavorable, en vista de 1 8 f5! , desl igando los peones e nemigos y haciendo vul nera ble el peón de e4 . Si 1 7 . . . �d6, sigue 1 8 �xd6 cxd6 1 9 �d 1 , con u na buena posició n , y después de 1 7 . . . Jlc5+ 1 8 )Ítf1 Jle3 1 9 g3 ó 1 9 )Íte2 , son las negras quienes deben luchar por la igualdad. ¿ Qué significa "plan estratégico "? Tam bién era posible jugar f2-f4! una jugada antes, con el alfil en c1 . Este breve a nálisis a porta una respuesta a las dos preguntas que nos i nteresa n . 1 ) La posición era , ciertamente, igualada. posicionales i n med iatas y, más tarde , a nuestros ojos (y a los suyos) fuesen fund idas en un plan estratégico unificado. Echemos una mirada crítica a otra pa rtida bien conocida de Alekhine . 2) No ten ía sentido establecer u n plan de muchas eta pas, puesto q ue la primera jugada fuerte del oponente habría podido cam biar rad icalmente el carácter del juego, forzando proble mas tota l me nte d istintos en el tablero . Alekhine - Asztalos Kecskemet 1 927 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. Aqu í e s a p ropiado cita r l a opinión de Bronstein : "En los d ías de Tarrasch nació la i m presión , que todav ía hoy subsiste , de las llamadas partidas coherentes, en las que uno de los jugadores l leva a cabo, de principio a fin , un plan lógico , como si se tratase de la demostración de un teorema geométrico . C reo que tales partidas entre oponentes del m ismo n ivel no existe n , y los comentaristas -que suelen ser los ven cedores- q u ieren hace rnos creer que sus deseos coinciden con la realidad". La partida anterior no se disputó entre oponentes del m ismo n ivel , pe ro a u n a s í es probable que Ale kh ine no trazase todo el plan de i n med iato. Puede que se haya decid ido por las operaciones 1 19 tbf3 e4 d4 i.. g 5 i..xf6 tbe3 'ii' b 3 tbf6 e6 d5 h6 'ii'xf6 e6 tbd7 En nuestros d ías se ha puesto de moda la interesante jugada 7 . . . a5!? S i 8 e4, sigue 8 . . . dxe4 9 tbxe4 i.. b4+, m ientras que si 8 a3, 8 . a4 9 tbxa4 dxc4. Una feroz batalla por la iniciativa desde las primeras jugadas, ca racterística del ajedrez moderno. . . 8. e4 dxe4 Según la teoría, es preferible 8 . . . dxc4 9 'ii'xc4 e5, o bien 9 i..xc4 b5 1 0 i..d 3 e5. 9. 1 0. 11. 1 2. tbxe4 i.. d 3 O-O �fe1 'ii'f4 i..e 7 O-O 1 20 Eljuego posicional 1 4. 1 5. Vii c 3! 1 00 liJf8 Amenazando 16 liJh5 y 1 7 d5. 1 5. 1 6. a3 1 7 . liJeS a5 a4 1 7 liJh5? Viia 5. 12. ... Ya hemos visto u na s i m i l a r formación de peones e n el a ná l isis de la partida Yusu pov - Dol matov (capítu lo ¿ Qué peón debe a van zarse ?) . Las negras el igen pa ra sus piezas la d is posición estándar en estas posiciones: lId 8 , liJf8 , :id7 -e8 . U n esquema acepta ble (el propio Alekhine jugó más o menos así y ga nó, e n la u ndécima pa rtida de su e n cue ntro con Capablanca de 1 927) , pero u n tanto pasivo. L a ventaja espacial le con cede mejores perspectivas a las blancas. La teoría moderna recom ienda 1 2 . . . c5! ? 1 3 lIad 1 cxd4 1 4 liJxd4 liJc5 1 5 liJxc5 :ixc5. 1 3 . lIad1 1 4. liJg3 17. 18. Vii c 1 1 9. c5! lId8 Viic 7 La pa rtida Smyslov - Petrosian (Moscú 1 97 1 ) siguió así: 1 4 :ib1 liJf8 15 eS!? b5 16 liJg3 :id7 1 7 Viie 3 :ie8 1 8 :ic2 a 5 1 9 a 3 lIa 7 20 h4 'ifb8 21 h5, con ventaja de las blancas. Viia 5 :id7 b5 De otro modo, 20 liJc4 . 20. :ie4 21 . Vii c 3 Viic 7 :ie8 1 01 ( P) 1 :54 ¿Cómo pueden las bla n cas incrementa r la presión ? u na bla ncas tienen Las ind iscuti ble ve ntaja , pero la posición enem iga es muy sólida . Es posible tratar de rom per las ¿ Qué significa "plan estratégico " ? defensas negras de varias formas, pero la cuestión es cuál de ellas es la más efectiva . 22. ctJe2 Ale khine le concede a esta jugada un signo de adm iración , rea l izando el sigu iente comenta rio: "El com ienzo de u na serie de maniobras contra las cuales las negra s no tie nen d efensa . En primer lugar, la amenaza de las bla ncas es l levar su caba llo, vía c1 , a b4 . Pa ra im ped ir esto , las negras se ven obl igadas a ca mbiar su val ioso ca ballo, deja ndo indefensa la casilla h7". En este caso, la d escri pción del plan bla nco es mu cho más plaus i ble que en el eje m pl o a nte rior. Sólo s e ind ica la o peración posicional inmed iata : la maniobra del ca ballo a b4 , creando una amenaza sobre el peón de c6 . S i n e m bargo , si las neg ras se viesen obl igadas a ca m biar su ca ballo de f8, no es d ifícil predecir l os acontecimientos sigu ientes: la creación de amenazas sobre la d iagonal b 1 -h7, forza ndo g7-g6 , y entonces ava nce del peón h . Pero n o tiene sentido plan ificar con tanta antela ción . Más impor ta nte es concentra rse en las jugadas iniciales y comproba r si la m a n io b ra proyectad a por las blancas l ogra su objetivo , y si no es así, bu scar un plan más enérg ico. 121 En el comentario de Ale khine hay una eva luación esencial en este tipo de posiciones: enfatiza en la e n o rme im porta ncia pa ra la d efensa del ca bal l o de f8 . Eso sugiere ev ita r el ca m bio de caballos , y asegura r el peón de c6 con f7 -f6 . Puede hacerse de inmed iato, pero es probable que sea mejor esperar a que el caba llo l legue a d 3 . Me pa rece que la posició n negra sigue siendo d efend i bl e , pues mie ntras el caballo de f8 siga con vid a , la d ebilidad del peón e6 es tolera ble. A la vista de lo q ue antecede , merece se ria consideración u n plan d e ataque más directo: 22 f4 !? (con la amenaza 23 f5) . Si 22 . . . f6 , sigue 23 ctJd3 (amenazando, de nuevo, 24 f5) 23 . . . f5 24 .i.f3 .i.f6 2 5 ctJe5 .i.xe5 26 dxe5, segu ido de �d6, o bien 23 . . . g6 24 ctJb4 �ac8 25 'i'e3 ! Tam bién es posible d iferir l igeramente la ejecución de esta idea , juga ndo 22 'i'f3 ! �a6 (22 . . . �ac8? 2 3 .i.xc6 ! ) 2 3 'i'e3 , _ y entonces 24 f4 ó 24 ctJd3. En buenas posiciones hay, a veces, varios planes tentadores, y no es fácil elegir el más fuerte. Sin embargo, al enfrenta rse a un oponente claramente inferior, casi cada plan fundado puede tener éxito. 22. 23. 24. 25. 26. ctJc1 ctJxd7 ctJd3 ctJe5 �a6?! ctJd7? �xd7 �d8 .i.f8 Eljuego posicional 122 No es ta n bueno 35 lbxg6 :xd4! , n i 35 h5 gxh5 36 'iVxh5 :xd4! 1 02 35. 3.6 . VfIIf4 37. h5! 38. �h1 39. :g1 VfIIc 7 �ab8 gxh5 :b7 VfIIe 7 1 03 27. h4! Las negras querían jugar g7 -g6 Y Jl.g7. Ahora , si 27 . . . g6, sigue 28 h5 g5 29 f4! 27. 28. Jl.b1 :aa8 h5 Se amenazaba 29 'iVc2 g6 30 h5. 29. 'iVf3 30. g4! 31 . 'iVxg4 32 . Jl.a2! 33. Jl.c4! g6 hxg4 Jl.g7 b4 Alekhine combina hábil mente el ataque con jugadas profilácticas . Al situa r su alfil en a2 i m pide un posible f7 -f5, Y a ho ra evita la varia nte 33 axb4 a3 34 bxa3 :xa3 , en la que las piezas contrarias se vuelven un poco más activas. 33. 34. bxa3 35. 'iVe4! bxa3 'ifa5 40. :xg7+! 41 . :g1 + 42. lbxf7 ! ? L a s neg ras s e rind ie ron . De forma un tanto precipitada , a m i modo d e ver. Alekhine indica l a varia nte 4 2 . . . VfIIxf7 43 Jl.d3+ 'l'g6 44 Jl.xg6+ Jl.xg6 45 :xg6! �xg6 46 'ife4+ �g7 47 'l'e5+ ! , "y las negras, tras unos cuantos jaques, pierden i nevitableme nte u na de sus torres". Se d ice que cuando, en una ocasión , el oponente de Alexander Tolush anunció: "¡ Mate en siete!", el gran maestro le replicó tranqui lame nte : "Por favor, demuéstrelo". Su rival se sintió confuso y fue ¿ Qué significa "plan estratégico " ? i n ca paz de da r mate . Ta m bién aqu í, me gustaría hacerle la misma petición a Alekhine. No veo cómo, después de 47 . . . \j¡>g6 48 'i'xe6+ \j¡>g7, las blancas pueden cazar una torre . Después de que fuese publi cada la edición rusa de mi l ibro, me encontré con la monografía clásica de Vlad imir Vukovic, El arte del ataque en ajedrez. Resulta que el a nal ista yugoslavo hab ía llegado a la misma con clusión : ¡ la variante de A1ekhine era incorrecta ! En su luga r, examinaba tres alternativas para conducir el ataque: ( 1 ) 45 'i'f6 ! ? (e n lugar de 45 �xg6?) 45 . . . �g8 46 'i'xe6 . En o p i n ión de Vu kovic, aq u í las blancas seguían ten iendo d ifíciles problemas técnicos por delante. El g ra n maestro John N u n n , por el contrario, estima que la posición blanca está fácil mente ganada . (2) 44 'i'g5! ? (en lugar de 44 �xg6+) , con ataque doble a g6 y d 8 : 44 . . . 'i'xd3 45 'i'g8+ \j¡>h6 46 'i'h8+ 'i'h7 (46 . . . �h7 47 'i'f8+) 47 'i'f8+ 'i'g7 (47 . . . �g7 48 'i'f4+) 48 �xg7 �xg7 49 'i'f6+ �g6 50 'i'xd8. Ta m bién yo consideré esta variante . Me parece que las blan cas debe ría n ganar, a u nque la opin ión de Vukovic es que la posición es tablas. Debo a ñadir que u na situación s i m i l a r, con dama contra torre y alfil , pero en u na versión más favorable para las blancas, se produce después de 44 123 �xg 6 ! �xg6 45 'i'g5 �xd3 46 'i'xh5+ \j¡>g7 47 'i'g5+ \j¡>f7 48 'i'xd 8 . ( 3 ) 4 2 'i'g3 ! ( e n lugar d e 42 tbxf7, pues parece que es posible prescindir del sacrificio de caballo) 42 . . . 'i'f8 (42 . . . 'i'f6 43 �d3+) 43 'i'h4! f6 (43 . . . �d5 44 tbg4 ; 43 . . . �d b8 44 'i'f6 �b3 4 5 �xe6) 44 �d3+ \j¡>h8 45 �g6 ! �h7 46 �xh7 \j¡>xh 7 47 tbg4 �g6 (47 . . . \j¡>h8 48 tbxf6 �f7 49 tbxh5) 48 tbxf6+ \j¡>g7 49 tbxh5+. Eljuego posicional 1 24 (E) 1 .22 1 04 (E) 1 .24 ��,�,�.'� . ?f;NN� ' ". ·. ;n. � � � 1 06 :;SNN � _ _ _ _ _� /zr_-_ �_-__ � ttJ � � �} �--//ij� i. _ _�/"iV0. _ _ m cj �/'� I cj �N��B � i" � + --7N_;�� i cj .� + / J uegan blancas (E) 1 .23 1 05 J uegan negras (E) 1 .25 �.:fW!i,,, · ·U1 .f� e.f"' o N//� � � �. �• nY,�� _ cj _ .N// ��/d'�� � B cj attJD f . i.O �t2Jn I� _ 7N"�'»Nf/�//�mf/ " �%//"_Nt'�.� rJr nm�?W � .� /� � � - � /- -'; · J uegan negras J uegan neg ras Cómo se traza un plan CÓMO SE TRAZA UN PLAN Lo que me atrae ahora en ajedrez es lo que llamaría el momento creativo. Me refiero a la búsqueda del camino correcto, una idea decisiva que ilustre la belleza de la lógica. Svetozar Gl igoric La pla nificación de su juego es algo que puede d iscutirse durante mucho tiempo, pero, como dice el refrán , "más vale pájaro en mano que ciento volando" . La partida que exa minaremos a continuación es un excele nte eje m plo d e la pre pa ra ción estratégica de un ataque al rey enemigo. Yusupov - Van der Wiel Olimpiada de Lucerna 1 982 1 . c4 2. ctJc3 3. e4 ctJf6 e6 El llamado Sistema Mikenas Flohr. Durante mucho tie mpo no fue popular, pero en n uestros d ías, jugadores ansiosos por descu brir nuevas a rmas de a pe rtu ra ha n recuperado muchas variantes que pa recían habe rse perd ido pa ra sie mpre . 125 En 1 975 tomé parte en l a Final del Ca m peonato Soviético. Al pre pa ra rme pa ra una de las partidas, qu ise ver qué decía la teoría acerca de la varia nte 3 e4. Las recomendaciones del libro no me convencieron , y l legué a la concl usión de que esta varia nte no era tan inocua. Un par de rondas más tarde la e m pleé con éxito contra el futu ro ganador del Ca mpeonato, Petrosian , y desde enton ces la i n corporé a m i repertorio , y pronto empezó a ser empleada por otros jugadores . 3. ... dS Después de 3 . . . c5 4 e5 ctJg8 , l a s blancas debe rían sacrificar un peón : 5 4:Jf3 ctJc6 6 d4 cxd4 7 4:Jxd4 4:Jxe5 8 ctJd b5 . 4. eS ctJe4 La l ínea principal de la variante es 4 . . . d4 5 exf6 dxc3 6 bxc3 'iVxf6 7 d4. Pero ahora las blancas, si lo desean, pueden ganar un peón con 5 4:Jxe4 dxe4 6 'iVg4. Esto fue lo que se jugó en la partida Dvoretsky - Petrosian mencionada (Erevan 1 975). 1 08 Eljuego posicional 126 El excampeón mundial actuó de acuerdo con la recomendación de la teoría por entonces vigente: 6 . . . ttJc6 ( 6 . . . 'i'd4? 7 ttJf3) 7 'iVxe4 'iVd4 8 'iVxd4 t'bxd4, pero después de 9 Wd 1 ! �c5 (9 . . . �d7 1 0 d3 0-0-0 1 1 i.e3) 1 0 d3 t'bc6 (si 1 0 . . . t'bf5, pensaba jugar 1 1 g4 t'bh6 1 2 h3 i.xf2 1 3 �g2, seguido de tiJf3, We2 y d3-d4) 1 1 f4 f6 1 2 t'bf3 fxe5 1 3 fxe5 O-O 1 4 �e2 �d7 1 5 �d2 �e8 1 6 ttJg5! �d7 ( 1 6 . . . t'bd4 1 7 �g4) 1 7 i.g4 �ae8 1 8 �c3 , las blancas lograron una importante ventaja. Más tarde se descu brieron dos pla nes más fue rtes pa ra las neg ras, que les gara ntizan u na compe nsación rea l por el peón sacrificado: ( 1 ) 6 . . . c5!? 7 'iVxe4 t'bc6 8 t'bf3 'iVd 7, seguido de b7-b6 y �b7. (2) 6 . . . �d7 !? 7 'iVxe4 �c6 8 'i'e3 (8 'i'e2?! �c5!) 8 . . . tiJa6 ! Desde entonces, no deseando implicarse en complicaciones, las blancas a menudo han evitado ganar material, en favor de una continuación sólida con la que conseNan una cierta ventaja espacial. 5. tiJf3 6. �e2 fla n co de rey, y sólo después ava nzan e l peón d a ma . Aq u í tenemos e l primer plan estratégico de las bla ncas. Es posible expresa rlo de otra forma: "el primer paso de su futuro plan", pero por el momento ni nosotros ni los jugadores sabemos nada de los pasos siguientes. Aqu í también se ha j ugado 6 'iVc2 . 6. 7. 8. 9. O-O d4 �e3 �e7 . 0-0 b6 t'bxc3 Si 9 . . . �b7, entonces 1 0 cxd5 exd5 1 1 �c1 , o bien 1 0 . . . t'bxc3 1 1 bxc3 exd5 1 2 �d3, en ambos casos con mejor juego de las blancas, puesto q ue el alfil de b7 es pasivo. 1 0. 1 0. bxc3 dxc4 i.a6!? 1 1 . �xc4 1 2 . �d3 ttJa5 �b7 1 09 t'bc6 En principio es deseable juga r d2-d4 y �d3, pero en caso de 6 d4, las bla ncas tienen que afronta r 6 . . . i.b4 . Por consig u iente , antes com pleta n el desarrollo de su (P) 1 .55 ¿Cómo deben c o ntin uar las blancas? Cómo se traza un plan U n a poslclon pa recida se produce a veces en la Defensa GrÜ nfeld . El peón de e5 restringe el flanco de rey enem igo , lo que sugiere q ue es en ese sector las bla n cas deben donde desa rrol la r su i n iciativa . Las negras, por su pa rte, con c7 -c5, deben actuar en el centro y flanco de dama. 127 después de 1 6 . . . �xe4 1 7 �xe4 �c8 1 8 �ad 1 , la ruptura d4-d5 es u na molesta amenaza. Pero tal vez val iese la pena juga r 1 6 . . . �c8 ! ? , con idea tanto d e 1 7 . . . CDc4 , como de 1 7 . . . �xe4. 1 6. .. . CDe6?! 110 Yusu pov encue ntra un exce le nte reagru pa miento de sus piezas, lo que i n crementa sus posibilidades de ataque . 1 3. etJd2! 1 4. 'l'g4 e5 Amenazando 1 5 �h6. 14 . 1 5. etJe4 1 6. exd4 g6 exd4 La presión de las blancas en el flanco de rey ya es perceptible. Llegado el caso, tam bién pueden incluir en el ataque a su peón h . Estas posIciones tienen que defe nderse con s u mo cu idado , pues la m á s m ín ima imprecisión puede convertir la i n i ciativa contraria en un tremendo ataque. En este tipo de posiciones , la pieza más pel igrosa pa ra las negra s qu izá sea el ca ballo enemigo, ya se encuentre en e4 , ya e n f3, por lo que no deben escatimar el posible cambio de su esplénd ido alfil de b7 . Es cierto que ( P) 1 .56 ¿ Q u é deben jugar las blancas? Les recomendaría meditar dete n idamente sobre esta posición. Se trata del momento crítico de la partida , que puede determ inar su futuro desarrollo. La decisión que toma Yusu pov es un ejemplo de la lógica de gran maestro. En ella i nte rvienen m uchos i m porta ntes com ponentes de la maestría ajed recística : pe nsamie nto pro filá ctico y creatividad , una correcta evaluación de la posición y cálculo preciso de variantes. ¿ Qué quieren hacer las negras? La amenaza 1 7 . . . CDxe5 se para fácilmente , llevando u na torre a d 1 . Sin embargo, las blancas también deben tener en cuenta 17 . . . CDb4 . El juego posicional 128 1 7 �ad 1 l2Jb4 1 8 jLb 1 parece lo natu ra l . Pero recuerde nuestro comentario acerca del pa pel del caballo blanco en el ataque. Ahora su caballo controla la i mportante casilla d5, y las negras pueden diferir el cambio con 1 8 . . . �c8 . profundas, es con las que a veces se logra supera r a un fuerte oponente y son , en cualquier caso , i las que dan fe de la verdadera categoría de un jugador! 1 7. 18. ¿ Tienen las bla n cas algo mejor? Veamos una nueva idea : 1 7 . . . l2Jb4 1 8 jLh6 �e8 1 9 jLb5. La respuesta 1 9 . . . jLc6 es forzada , y tras el ca mbio de alfiles las blancas conservan su poderoso caballo de e4 , y además se ha desplazado al caba llo neg ro de d5. Verifiquemos la idea . Después de 1 7 �ad 1 ? ! CDb4 1 8 jLh6 , las negras no está n obl igadas a mover su torre. Pueden ca mbiar varias piezas con 1 8 . . . CDxd3! 1 9 jLxf8 'ifxf8 20 �xd3 jLa6 . Sólo ahora está cla ro qué torre debe situarse en d 1 . Tome nota : sin un pensamiento profiláctico muy desa rrollado, es i mprobable que Yusupov hu biese descu bierto el secreto de la posición . Las bla ncas debían tener en cuenta no sólo las a menazas v isibles de su oponente ( 1 7 . . . CDxe5 y 1 7 . . . ttJb4) , sino también Ja idea menos evidente de cambia r el alfil por el caballo de e4 , así como el recu rso táctico 1 8 . . . CDxd3! 17. �fd1 !! Con estas jugadas, discretas en a pa rien cia , pero en real idad 19. 20. jLh6! jLb5 jLxc6 t2Jb4 ' �e8 jLc6 t2Jxc6 La ventaja de las bla ncas ha ido en 'au mento. Ahora d isponen de prometedoras perspectivas . Tiene se ntido ca mbiar alfiles, con 2 1 jLg5, a fin d e explota r los "agujeros" de las casillas negras . Tam bié n es tentador jugar, en uno u otro orden , 'iff4 y CDg5, forzando el cambio del alfil por el ca ballo, pa ra tratar de dar mate en g7. No obstante, aun en situación ta n prometedo ra , no debemos concentra rnos sólo en nuestros propios recursos. Preguntémonos cuáles son las inten ciones de nuestro rival. Cómo se traza un plan "Las negras sólo pueden defender su posición si logran llevar su caballo a d5, desde b4. Por consiguiente, el principal objetivo de las bla ncas es no perm itir esa ma niobra", así resu me Yusupov su evaluación , ilustrándola con esta variante: 2 1 'i'f4 ttJb4 22 ttJg5 i.xg5 (22 . . . �f8!?) 23 i.xg5 ctJd5! 24 'i'h4 'i'd7 25 'i'h6 f5! , con posibil idades de una defensa eficaz. Sin embargo, sería una lástima tener que jugar 21 a3, ya que este movim iento no cola bora en el ataque. Según N imzovich , la esencia del juego posicional es "una apl icación s iste mática de med idas profilácticas". En otras pa labras, i m ped ir l os planes enemigos, al tiempo que se implementan los propios. 129 sinsentido, y tales comentarios lo ú nico que hace n es confundir al lector, d istorsionando el ve rdadero meca nismo de la formación de planes. El gran maestro no tiene necesidad de profu ndizar tanto, y la elección de las blancas estuvo determ inada por las conside raciones con cretas a ntes ex pl i cadas. Desde hace mucho me he dado cue nta de que si un jugador realiza u na jugada muy fuerte , a me nudo se revelan las virtudes de la jugada no sólo en las variantes que la originaron . Como suele decirse, "la virtud es su propia recompensa". Tal es el caso aquí: cuando hubo que tomar una nueva decis ión , resulta q ue las piezas bla n cas esta ban s ituadas donde de b ía n estar. 2 1 . �ab1 ! 21 U n a brilla nte solu ción a l problema . Con 2 2 �b3 las blancas i ncorporan al ataque otra pieza , hasta a hora i nactiva . Al mismo tiempo, im piden la man iobra de ca ballo, pues 2 1 . . . ctJb4 sería malo, en vista de 22 �xb4 ! i.xb4 23 ctJf6+ �h8 24 'i'h4 , y no hay defensa contra el mate . Esta partida ya se publicó a ntes en va rios l ibros y a rt ículos. Al comentar 1 7 �fd 1 ! ! , los autores expl ican que ya en este momento ha bía previsto Yusu pov que necesitaría su otra torre en b 1 . Esto es, desde l uego , u n . . . . 'ild5? E ra más te naz 2 1 . . . �c8 , puesto que a hora las negras ' dos se ncillamente , pierde n , tiempos . Sin em bargo, su error es natu ral . Si usted neutral iza las ideas de su opone nte , lo normal es que a éste le resu lte muy d ifícil reajusta r su plan o desarrollar uno n uevo. 22. 'i'f4 En vista de la mortal amenaza 23 ctJf6+ , la dama es obl igada a reg resa r ignom in iosa mente a d8. Eljuego posicional 1 30 22 . 23 . �b3 24. h4 'i'd8 �c8 Si 24 �f3, la única respuesta es 24 ... �f8. Yusupov no se apresura a ganar calidad, sino que prefiere darle antes un escape a su rey, incor porando, el peón h al ataque. 24. ... �c7 1:[h3 �e7 27 �g7! g5 28 'ifg4 \t>xg7 29 'iVh5, ganando. 26. �xf8 27. d5 28. 1:[xd5 29. 1:[d 1 'iVxf8 exd5 ttJb4 Amenazando 30 e6. 29. 30. ttJd6 31 . 'iVa4 1:[c6 ttJxa2 Las negras se rind ieron. ( P) 1 .58 ¿Ganan las b lancas forzadamente? M ijai l Tal señaló u na bon ita combinación , q ue habría concl u ido en el acto la partida : 25 d5! exd5 26 1:[xd5! 'i'xd5 27 ttJf6+ �xf6 28 'iVxf6 'ifxe5 29 1:[e3 ! Fue u na pena que Yusupov no la viese. La jugada que real izó conduce a la fase técnica de material izar la ventaja que, por otro lado, no le crea a las blancas la menor dificulta d . 2 5 . 1:[f3 1:[f8 Si 25 . . . �xh4, la sencilla 26 g3 es suficiente , pero Yusu pov pensaba jugar la más temática 26 Debo adm itir que ésta es una de m is partidas favoritas . Espero que ta m bién u stedes hayan percibido la belleza intrínseca de sus profundas ideas posicionales, que a los ojos del conocedor no son inferiores a l os efectos com bi nativos más deslumbrantes. (E) 1 .26 Juegan blancas Choque de planes CHOQUE DE PLANES Como un vaso que se rompe, o un violín lejano, los sonidos de miles de pasiones emanan de esta partida perdida. Saviely Tartakower La partida q ue a contin uación anal iza remos tiene un atractivo conten ido estratég ico. Ya en la a pertu ra planea ron las negras una ofensiva de peones en el flanco de dama , y al final la ejecutan con éxito. Au n así, sería aventurado decir que el juego se desa rrolló dentro del ma rco de u n plan estratégico i nteg ra l . Más bien puede afi rma rse lo contra rio: a mbos jugadores concibieron sus planes respectivos y luego, según las acciones del riva l , tales planes se corrigieron o incluso se desca rta ron , s i n perm iti r que fuesen puestos en práctica . En su l ugar apa recieron nuevos planes, y algu nas de las ideas pe rma necieron entre bastidores. Browne - G heorghiu Lond res 1 980 1 . d4 2. l2Jf3 3. d5 4. l2Je3 5. e4 l2Jf6 e5 g6 �g7 O-O!? 13 1 La continuación habitual es 5 . . . d 6 , Y sólo e nton ces, O-O. ¿ Qué pretenden las negras con esta tra n s posición de jugadas? E n pri m e r luga r, i mpiden l a desa grada ble posi bil idad 6 �b5+ (después de 5 . . . d 6) . Pero, en general, el plan más fuerte para las bla n cas es preparar e4-e5, con �e2 , O-O, h2-h3 , �f4 , etc. Después de 5 . . . O-O , no es fácil para las blancas decid irse por 6 �e2 , pues deben tener en cuenta 6 . . . b5!? Una posición problemática surge después de 7 e5 l2Jg4 8 �f4 b4 9 l2Je4 d6 1 0 exd6 exd6 1 1 O-O l2Jf6 ! (más flojo es 1 1 . . . �xb2 1 2 �b1 �g7 13 l2Jxd6). ¿Cómo debe ría eva luarse esta posición? Sincera mente , no lo sé. El peón de e4 tam bién puede ava nzarse u n a jugada a ntes , 6 e5!? ¿Adónde debe retroceder el caballo? En caso de 6 . . . l2Je8 7 h4! d6 8 e6 ! fxe6 9 h5, las blancas crean peligrosas amenazas en el fla n co de rey (Ye rmol insky J m e i n itsky, Modesto 1 995) . La teoría recomienda 6 . . . l2Jg4 , y si 7 �f4 , 7 . . . d 6 . Sin embargo, como señaló Yermol insky, las bla n cas tienen la fue rte 7 l2Jg 5!? Por ejem plo: 7 . . . l2Jxe5 (7 . . . d6 8 e6) 8 f4 f6 9 l2Jxh7 �xh7 1 0 fxe5, con ataque. 6. l2Jd2 7. �e2 d6 l2J a6 Gheorghiu evita e7-e6 , el movi m iento habitual en estos esque- El juego posicional 132 mas, a favor de otro plan estándar: la preparación de b7-b5, por lo que el caballo se traslada a c7 . 8. O-O 9. a4 tDc7 No es fá cil llevar a cabo e l p l a n a 7-a6 y b6-b5. L a s neg ras tie n e n que preve n i r l a man iobra CLJa5-c6. El cabal l o de c4 es m uy fue rte , de mod o q u e se d isponen a tom a rlo co n su alfi l , segu ido de 11 b 8 , a 7-a6 y b6-b5 . Ade más , e l ca m b i o d e a lf i l pqr ca ba l l o d ificu lta rá l a ru ptu ra te mática e4e5. 11. 11e1 En la partida Smyslov - Schmid (Ol impiada de Helsinki 1 952) , se jugó 1 1 i.f4 11b8 ?! 115 9. ... b6 También puede jugarse 9 . . . a6, con idea de 1 0 ... i.d7 Y 11 . . . b5. Por ejemplo: 1 0 11e 1 i.d7 1 1 tDc4 b5 1 2 tDb6 11b8 1 3 tDxd7 'it'xd7 1 4 i.f1 b4, con excele nte posición de las negras (Nikitin - Tal , Al ma-Ata 1 9 68-6 9 , Cam peonato de la URSS) . Sin embargo, las blancas tienen la posibilidad de comprimir el flanco de dama negro con 10 a5. La partida entre Dvoretsky y Gulko (Du bna 1 970) continuó con 1 0 . . . tDd7?! 1 1 tDc4 tDb5 1 2 tDa4 ttJf6 1 3 f3 , con ve ntaja blanca . Pero la defensa puede mejorarse : 1 0 . . . CLJb5! y, e n caso d e doble captura en b5, las negras resta blecen el equili brio material con 1 2 . . . 11xa5. 1 0 . ttJc4 i.a6 ( P ) 1 .59 ¿Cómo deben continuar las b lancas? Las negras q u ieren jugar 1 2 . . . i.xc4 1 3 i.xc4 a 6 y 1 4 . . . b5. Nada se consigue con 1 2 e5? ! , donde las negras pueden responder tanto 1 2 . . . tDh5, como 1 2 . . . dxe5 1 3 i.xe5 ttJfxd5 1 4 CLJxd5 i.xe5 1 5 tDxe5 i.xe2 1 6 'iVxe2 'it'xd5 1 7 11ad 1 'l'e6 . Obsé rvese la técn ica característica con que Smyslov se opone al pla n de su riva l . Choque de planes 1 2 b3 ! ! (Ahora no tie ne se ntido jugar 1 2 . . . �xc4 1 3 bxc4! , n i ta mpoco s i rve 1 2 . . . ílJh5 1 3 �d2 . U na vez su pri m ido el contrajuego en el fla n co de d a m a , las bla n cas se d i sponen a reforza r su pos ició n , con la man iobra 'iVd2 , �ad 1 , etc) 1 2 . . . ílJd7 1 3 'iVd2 f5 1 4 �ad 1 ( Las n e g ras pu ede n ganar u n peón de va rias manera s , pero s i l o hace n , d e bil ita n s u fla n co de rey y caen bajo u n peligroso ataque. Por ejem plo: 1 4 . . . �xc3 1 5 'iVxc3 fxe4 1 6 �h6 �f7 1 7 �g4) 1 4 . . . fxe4 1 5 ílJxe4 �f5 (Si 1 5 . . . �b7 , el ca m peón del m u ndo pe nsa ba seg u i r con 1 6 �g5 'iVe8 1 7 �g4! �xd 5 1 8 ílJexd6 ! exd 6 1 9 ílJxd6 'iVe5 20 ílJb5, y las bla n cas recu pe ra n la pieza , con ventaja , en todas las va ria ntes) 1 6 � g4! �xd 5 1 7 �e6+ ílJxe6 1 8 'iVxd 5 , y las bla n cas ganaro n . Las negras no deben pe rm itir b2-b3 ! Mejor que 1 1 . . . �b8 ? ! es 1 1 . . . tbd7 1 2 'i'd2 �xc4 ! 1 3 �xc4 a 6 . 11. 1 2. 116 1 3. ... ílJe5! Las neg ras efectúa n u na corrección a su plan : 1 3 . . . �xc4 1 4 �xc4 a 6 , donde tras 1 5 'i'e2 , puede n juga r b6-b5, aunque a costa del cam bio de su i mportante alfil de g7, lo que, por supuesto , es desfavora ble. 1 5 . . . �xc3?! se repl ica con 1 6 �xc3 b5 1 7 �a2 ! , segu ido de 1 8 �h3 (menos preciso es 1 7 axb5?! axb5 1 8 �a2 �a8 1 9 � b 1 �a 1 20 �h6 �e8 , con posición confusa) , o también con 1 6 bxc3 !? 'iVc8 1 7 �h6 �e8 1 8 �eb 1 (sin perm itir 1 8 . . . ílJe5) . ílJd7 �a3! U na idea interesante . La torre se d i rige a b3, desde donde i m ped i rá b6-b5. Más adela nte , puede sumarse al ataque en el flanco de rey, a lo largo de la tercera fila. 1 2. 1 3. 133 �b8 �b3 E n l u gar de 1 4 . . . a 6 , es tentador 1 4 . . . tbe5 1 5 <t C1 c4 1 6 �a3 a6 1 7 f4 ílJd 7 , Y 1 8 ��xc4? b5 es malo pa ra las bla ncas. Las negras , sin e m ba rgo, deben tener en cuenta u na excelente m a n io bra de ca ballo: 1 8 ílJa2 ! b5 1 9 ílJb4 . La debil idad d e c6 garantiza ventaja a las bla n ca s . P o r ú lti mo, s i l a s neg ras cam bia n 15 . . . c4? ! , por 1 5 . . . a6, e ntonces tras 16 f4 ílJd7 17 �c4 El juego posicional 134 (con idea de 1 8 'ife2) , una vez más, sólo pueden real iza r el avance b6-b5 desprend iéndose de su alfil rey. y la va ria nte 20 . . . tiJd4 ! ? 2 1 'ifxa6 � b6 22 'ifxa4 tiJxc6 2 3 dxc6 �xc3 ! (23 . . . tiJb8? 24 c7 ! 'ifxc7 25 tiJd5) 24 bxc3 tiJ b8 , co n posibil idades recíprocas . 1 4. tiJxe5 El ca mbio de dos pa res de piezas menores no es deseable si el oponente tiene u na posición restringid a . Por la misma razón , 1 4 tiJb5 ctJxc4 1 5 �xc4 n o es muy convincente . Las negras se l i beran con 1 5 . . . �xb5! 1 6 axb5 a6! 1 7 bxa6 b5 1 8 a 7 ( 1 8 �f1 'ifd7 ! , pero no 1 8 . . . �b6? , por 1 9 �d2!) 1 8 . . . �b7 y, como demuestra l a variante 1 9 'ife2 'ifd7 20 �d2 �a8 2 1 �a 1 ? �bxa 7 22 IDa 7 IDa 7 23 �xb5 �a 1 +, las bla ncas no pueden defender el peón de a7, en vista de la debilidad de la primera fila. 1 4. 1 5. 'ifxe2 No 1 5 ttJxf7? �xd 1 1 6 tiJxd8 �xc2. La tentativa de inicia r un ataque en el flanco de rey, con 1 5 tiJxe2 �xe5 1 6 �h3 , es prematu ra , pues las negras abren e l centro con 1 6 . . . e6! 1 5. ... �xe5 Las negra s q u i e re n juga r 1 6 . . . a 6 , seguido d e 1 7 . . . 'ifd7 Y 1 8 . . . b5. B rowne i m pide ese pl a n . 1 6. ttJb5! Comprobemos la tentativa de ca m biar sólo los alfiles de casillas bla n cas: 1 4 tiJa3 �xe2 ( 1 4 . . . c4 1 5 �b4) 1 5 'ifxe2 a6 1 6 f4 tiJd7 1 7 tiJc4 . E l ú n ico recurso activo de las n e g ra s es b6-b5 , pero entonces el ca ballo salta a a5. Au n as í, como muy bien demostró Zviagintsev, juga ndo 1 7 . . . b5! 1 8 tiJa5 ( 1 8 axb5 tiJxb5) 1 8 . . . bxa4! , las neg ras ma ntienen el equ i l ibrio d iná mico. Si 1 9 tiJc6 , sigue 1 9 . . . axb3 2 0 tiJxd 8 �fxd8 , con amplia compensación por la dama. U na pos ición poco cla ra resulta de 1 9 tiJxa4 �xb3 20 cxb3 tiJ b8 . Y después de 1 9 �a3 tiJ b5 20 tiJc6 , las negras pueden eleg i r entre el sacrificio de cal idad , 20 . . . 'ifc7 ! ? , �xe2 �b7 U na jugada e l e g ida po r e l método de eliminación : 1 6 . . . a6 n o es posi ble , 1 6 . . . �a8 es demasido pasiva , y en caso de 1 6 . . . tiJxb5 1 7 axb5, las neg ras se ven privadas de contrajuego en el flanco de dama y queda n cla ra mente peor. ¿ He mos te n id o en cue nta todas las j ugadas ca n d id ata s? N o , en a bsol uto . 1 6 . . . 'ifd 7 ! merecía u na se ria consideración , puesto que si 1 7 tiJxa 7 , existe 1 7 . . . ttJxd5 . 1 35 Choque de planes De ben a ctuar en el fla nco de dama y, al m ismo tiempo, d ificultar e4-e5. La sigu iente · y sutil jugada negra resuelve a m bos objetivos . 117 1 8. 'iVc8! Creando dos ame nazas tácticas : 1 9 . c4 20 'i'xc4 ttJxb5 Y 1 9 .. . ttJxb5 20 axb5 c4, segu ido de 2 1 . . . 'iVc5+ . . 1 7. f4 1 9. 'iVc4 U na jugada natu ral , pero no ind iscutible. Quedará justificada si las bla ncas log ran ava nzar con éxito u no de sus peones centrales (e4-e5 ó f4-f5) . De otro modo, el debil itam iento de la periferia de casil las negras y la pasividad del a!fil c1 se harán sentir. 1 7. 18. . i.g7 No era demasiado tarde para jugar 1 9 c4. En esta casilla la dama no está bien s ituad a . Ya no controla e5 (lo que sign ifica que se posterga e4-e5) y e n el futu ro puede se r atacada con los avances a 7 -a6 y b6-b5. 1 9. 20. <it>h1 �d8 ttJe8! �d 1 ?! El comienzo de un plan dudoso, que en ú ltima instancia conduce a la derrota de las blancas. Querían prevenir 1 8 . . . e6, pa ra segu ir con e4-e5, pero si realmente querían preparar este avance , era prefe rible la sencilla 1 8 c4 (a lo que las negras habría n replicado 1 8 . . . e6) . Me pa rece una idea más tentadora 1 8 f5 ! ? , con idea de 1 9 � h 3 , seguido d e 'iVh4 . ( P) 1 .60 ¿Cómo deben reaccionar las neg ras a esta j ugada? i Muy bie n jugado! Las negras planean seguir con 21 . . a6, y l uego ttJc7 , 'i'b6 y b6-b5. Para i m ped i r este pla n , las bla n cas ' deben retirar in mediatamente su caballo. Es posible q ue en tal caso la partida hubiese final izado con repetición de jugadas: 2 1 ttJa3 ! ttJc7 22 ttJb5! ttJe8 , etc. . 2 1 . h3?! U na "pseudo profilaxis" típica . Pa rece útil a brir una casilla de escape al rey y privar, de paso, a la dama enemiga de la casilla g4 , pero no era el momento oportuno Eljuego posicional 1 36 pa ra hacerlo, porque había que pa rar la amenaza posicional del contra rio. 21 . 22. étJc3?! a6 La s bla ncas no q u ie ren re n u n cia r al pla n e4-e5, a hora d iferido, e n vista de las ci r cunstancias . Te n ía sentido retira r el caballo a a3, y luego jugar la torre de b3 . Ahora ya no se puede i m ped i r b6-b5, y las bla n cas sufrirán el ataque de l os peones negros en el flanco de dama . 22. 23. 'i'e2 étJc7 118 ( P ) 1 .6 1 Las negras, ¿qué posibilidades tienen? G heorghiu optó por la con tinuación más sencilla, 23 ... 'i'b8 , pa ra real iza r la ru ptu ra b6-b5. Con la misma idea pod ía haber jugado 23 . . . 'i'd7! ? , ya que aqu í la dama tiene u na posición m u cho más activa. ¿ No es posible a horra r u n tiempo y, explota ndo las carac terísticas tácticas de la posición , ava nza r el peón de inmediato? En l a variante 23 ... b5! ? 24 axb5 axb5 25 ttJxb5 c4! las negras ganan pieza . Pero es demasiado pronto para dar por concluido el cálculo: 26 étJxd6! exd6 27 'ixc4 �xb3 28 'i'xb3 (más flojo es 28 cxb3 étJa6 ! ) , y por e l caballo las blancas tienen tres peones. Las negras, obvia mente , siguen esta ndo mejor, pero ¿ cu ánto mejor? Prosiga mos el análisis: 28 ... liJa6 29 �e3 �e8 30 'i'a4 ! �xb2?! 31 �b1 �g7 32 �b6 étJc5 33 �xc5. O bien 29 . . . étJc5 30 'i'b4 ! (pero no 30 'ic4 �xb2 3 1 �xc5 �a3 ! ) L a situación me parece confusa , y creo que las bl a n cas tienen buenas proba biliidades de tablas. Hasta ahora, nuestros pensa m ie ntos han girado en torno al ava nce b6-b5 . ¿ No hay otras ideas? El gran maestro Bologan sug irió in iciar juego activo en el centro, 23 . . . e6! ? , donde 24 e5? ! conduce, tras 24 . . . exd5 25 étJxd5 étJxd5 26 �xd 5 dxe5 . 27 �xd8+ 'i'xd8 28 fxe5 �d7 29 �d3 (29 �f4 �d 1 + 30 cJth2 'ird4) 29 . . . �xd3 30 cxd3 'id5 31 �f4 h6 (ó 31 . . . h5) , a una evide nte ventaja posicional de las negras. Después de 24 dxe6 fxe6, cue nta n con la fue rte ame naza posicional d6-d 5 . La eval uación de la posición tal vez dependa de la tentativa 25 f5! ? , segu ido d e 26 �g5 , sugerido por Zviagintsev. Choque de planes ¿ Cuál habría elegido usted? La mayoría de los problemas que se le plantean en este l ibro tienen una sol ución clara y ú nica , pero en la práctica las cosas no suelen suceder así. En este caso, y, en general, a lo largo de la partida , era muy d ifícil establecer cuál era el mejor pla n , pues la posición se prestaba a varias i nterpretaciones. Aq u í lo más i m porta nte e ra encontra r el mayor número posi ble de opciones prometedoras. No se le podría reprochar, por ejemplo, que conside rase 23 . . . b5 Y que, finalmente , la descartase (correcta o incorrecta mente ) . Mucho peor habría s ido que no se le hu biese ocu rrido. 23. 24. 'ifb8 e5 B rowne ejecuta fi nal mente su idea , pe ro esta ru ptu ra centra l tiene u n efecto m u y relativo, pues l a s p iezas b la n ca s está n mal s ituadas pa ra u na l u cha cue rpo a cuerpo. Pa re ce más p rudente s itua rse a la defe nsiva : 24 tlJ b 1 b5 25 axb5 axb5 26 tlJa 3 , y si 26 . . . b4? ! 2 7 tlJc4 tlJb5, existe l a réplica 28 tlJa5. Pero a todos nos resulta d ifíci l te n e r q u e a d m it i r que debe mos re nu n cia r a nuestras a m biciones . 24. 25. axb5 b5 axb5 Las negras quedan igualmente bien con 25 . . . tlJxb5. Qu ieren más 137 Y lo consiguen , pero sólo gracias a un e rror del contra rio . 119 26. t¿)e4? Esto pierde un peón sin compensación alguna. Después de 26 exd6! exd6 27 t¿)e4 , la posición blanca no sería, n i mucho menos, desesperada . En algu nos casos lograrían contrajuego con f4-ffi. Aqu í es donde a las negras les resultaría mucho más útil tener su dama en d7 . 26. 27. 28. 29. 30. 31. 1:[f3 t¿)c5 fxe5 1:[xd5 e6 c4! dxe5 1:[a7 1:[xd5 tlJxd5 f5! La pa rtida está v i rtua l me n te finalizada . Las negras tienen u n peón de m á s y s u s piezas mejor situadas. 32. 1:[f1 33. 1:[d 1 34. tlJd7 1:[a1 'ifg3! El juego posicional 138 Se a menazaba 34 . . . .i.e5. Las blancas no tienen jugadas útiles, y G heorghiu no se precipita , sino que refuerza tra n q u i l a me nte su po sició n . 34. 35. e3 36. .i.g5 h5 \t>h7 Smulensson - Sanakoev Correspondencia 1 972-1 975 La eterna canción : cuando no hay jugadas buenas, se hacen las malas. Cierto que aqu í ya no pod ía sugerirse nada aceptable. 36. 37. bxe3 38. 'i6xd1 39. 'i6d5 40. 'i6xb5 basa n en los come nta rios del ca m peón m u n d ial de ajed rez por correspondencia , Grigori Sa nakoev, en su l i b ro World Champion at the Third Attempt ( Campeón del Mundo al tercer intento) . lbxe3 �xd 1 + 'i6xg5 'i6e3 'i6xe6 Las blancas se rindieron . Con el estudio de esta partida he mos mejorado n uestra com prensión de posiciones resultantes de la Defensa Benoni (y ciertas variantes de a pe rtu ra ) . Hemos aprendido muchos planes típicos, ideas y evaluaciones. En principio, para familiarizarnos con posiciones típicas del medio juego, hay que elegir ejemplos interesantes sobre el tema que deseamos estudiar y analizarlos en profundidad. I nvito al lector a analizar por su cuenta otra partida fascinante, en la que , después de la a pertu ra , piezas y peones estaban situados casi en las m ismas casillas que en la anterior. Las breves notas se 1 e4 e5 2 lbf3 g6 3 d4 .i.g7 4 d5 d6 5 lbe3 lbf6 6 .i.b5+ lbbd7 7 a4 O-O 8 O-O a6 9 .i.e2 b6 (Según la teoría , las negras pueden preparar b7-b5 con 9 �b8 Y lbe8-c7, sin temer a la jugada de bloqueo a4-a5) 1 0 lbd2 (La partida And rianov Razuvaev (Moscú 1 98 1 ) siguió así: 10 .i.f4 .i.b7 11 �e 1 lbe8 1 2 h3 lbc7 1 3 'i6d2 lbf6 1 4 .i.c4 'i6d7 1 5 e5 lbh5 1 6 .i.h2 b5 1 7 .i.f1 f5, con juego confuso) 1 0 . .. .i.b7 1 1 f4 lbe8 1 2 lbe4 'i6b8 1 3 �a3! ? lbe7 1 4 �b3 (Para que las negras realicen la ruptura b6-b5, deben despren derse de su alfil de casillas negras) 1 20 1 4 ... b5! 1 5 axb5 .i.xe3 1 6 �e3 axb5 (por supuesto no 1 6 . . . lbxb5?! 1 7 �h3 lbd4 1 8 .i.d3 y 1 9 c3) Choque de planes 1 7 tlJe3 ( 1 7 tlJd2 ! ?) 1 7 . . . �a4! 1 8 �a3! ( 1 8 �f3 �a6) 1 8 ... �d4?! ( 1 8 . . . �xe4 1 9 �d3 �xe3!) 1 9 'ii'e 1 �xe4 20 �d3 �d4?! (Una decisión a rriesgada . Más preciso era el sacrificio de calidad 20 . . . �xe3) 21 tlJf5! ! b4 22 �b3 gxf5 23 �xf5 tlJf6 24 �h3 �c8 ! ( Las neg ras e n cue ntra n la ú n i ca defensa posible, abriendo paso a su rey hacia el a la de dama) 25 'ii'g 3+ �f8 26 �xh7 tlJxh7 27 �xh7 �e8 28 'ii' g 8+ �d7 29 �f5+ tlJe6 30 dxe6+ �c6 31 'ilxf7 �b6 32 'ii'xe7 �xg2! (j El contraataque salvador!) 33 �xg2 �g8+ 34 �f2 'i'a8 35 �g1 . Y se acordaron las tablas en vista de 35 . . . �xg 1 36 �xg 1 �d 1 + 3 7 �f2 'il h 1 3 8 'i'd8+ , y las blancas tienen jaque perpetuo. Los ejercicios propuestos para resolver están relacionados con la partida Browne - G heorghiu , no sólo por la similar formación de peones , sino tam bién por existir una posi ble elección entre posibilidades casi equ ivalentes. Lo i mportante no es cuál de las solu ciones el ija , sino que sea buena. 139 (E) 1 .27 1 21 J uegan negras (E) 1 .28 1 22 J uegan blancas El juego posicional 140 LA INICIATIVA Es esencial actuar con cierta agresividad, atacando tan pronto como se presente la ocasión. Hay que apoderarse de la iniciativa a la primera oportunidad, porque la iniciativa es una ventaja. José Raúl Capablanea I n iciativa sign ifica actividad , i m poner la volu ntad propia al oponente . Si desa rrolla mos la i n iciativa , lo obl iga mos a pa ra r nuestras amenazas , d istrayéndolo así de poner en práctica los planes que haya podido i maginar. La palabra in iciativa a parece continuamente en los comentarios de las partidas, lo que significa que es un factor muy i mportante en ajedrez. Curiosamente , es escasa la l iteratura ajed recística con sagrada a este tema . Sólo recuerdo, por ejemplo, un capítulo ded icado a la lucha por la iniciativa en la a pertura, en el excelente a u nque poco conocido l ibro de Isaak Li pnitsk Voprosi sovremennoi shajmatny (Cuestiones de teoría moderna en ajedrez) . determinarán quién asumirá la iniciativa. Del éxito de nuestras acciones en tales momentos a menudo dependerá todo el trans cu rso ulterior del juego. Euwe - Alekhine Holanda 1 935 Campeonato del Mundo (4a partida) 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. d4 e4 íhe3 'iWb3 'iWxe4 �f4 :d1 ?! Las negras explotan enérgica mente los inconvenientes de la última jugada del rival (retraso en desarrollo y debilitamiento del peón a2) , creando la amenaza 8 .. �e6. . 8. �d2 bS "Hay algunas jugadas m ías, en el primer match con Euwe , que sencilla mente no puedo entender. Ni antes ni después he jugado un ajedrez tan inconsistente, sobre todo en la apertura. Aquí, por ejemplo, deteriorar el esqueleto de peones en el fla nco de da ma no puede disculparse por la falta de otras continuaciones prometedoras, ya que la sencilla 8 'iWb6 9 �c1 �f5 seguido de O-O, habría garantizado � las negras una clara ventaja en desarrollo" (Alekhine). '" Los ejemplos que a continuación se comentan están dedicados a u no de los aspectos de este tema : momentos críticos de la partida , que íhf6 g6 dS dxe4 �g7 e6 ¡VaS La iniciativa 9. 'iUb3 b4?! Segu ramente es esta jugada , antes q u e la anterior, la q u e debe condenarse. Después de 9 . . . O-O ó 9 . . . 'iUb6 , las negras ha bría n conservado u na excelente po sició n , m ie ntras que ahora el caballo blanco se d i rige a c5. 1 0. liJa4 1 1 . e3 141 1 3. 1 4. �ab8 i"d3 Aqu í 14 'ifxc6?! era mucho más flojo que antes . Alekhine indica la excelente répl ica 1 4 . . . i"c8 ! , con idea de 1 5 . . . i"b7 Y 1 6 . . . �fc8 . Pero también es de considera r la otra jugada de desa rrollo, 1 4 liJf3 !? 1 4. liJa6 i"e6?! ... �fc8 1 23 Era preferible 1 1 . . . O-O , Y si 1 2 i"c4, entonces 1 2 . . . �b8 (con idea de 1 3 . . . c5) , o bien 1 2 . . . liJe4 . 1 2. 1 3. 'ifc2 b3 O-O La captura de peón , 1 3 'iUxc6 ! ? , pa rece a rriesgada , pe ro las blancas deberían habe r jugado así. Tanto 13 . . . liJb8 1 4 'iUb5! (pero no 14 'iUxa8? i"d5) 14 . . . 'iUxb5 1 5 i"xb5 , como 1 3 . . . i"d5 1 4 'iUxa6 'i'xa6 1 5 i"xa6 i"xg2 1 6 f3 ( 1 6 i"xb4 !?) 1 6 . . . i"xh 1 1 7 �f2 , les serían favorables. Y después de 1 3 . . . t:tJc7 1 4 b3! (peor es 1 4 �c1 i"d5 1 5 'VJiixc7 'ifxa4, o bien 1 5 �c5 i"xc6 1 6 �xa5 i"xa4 1 7 �xa4 a5) , tend rían el im porta nte recurso 1 5 'i'c5. Al desca rta r ganancias ma teriales , Euwe busca completar su desarrollo lo antes posible , y luego explotar, en una tranquila lucha posicional , las debil idades negras de la columna c. (P) 1 .62 ¿ Cómo deben continuar las blancas? Las ventajas posicionales de las bla ncas son obvias y sólo tienen un ' inconvenie nte: que se encuentran retrasadas en desa rrollo. Las negras qu ieren explotarlo, con 1 5 . . . c5 ! , sacrificando u n peón a fin de a brir l íneas pa ra sus piezas, y desplegar un contraataque. Euwe pod ía haber imped ido que se activasen las fue rzas enemigas , con el simple cambio 1 5 i"xa6 (q ue ta mbién pod ía efectuarse una jugada antes) 1 5 . . . 'i'xa6 1 6 liJc5 'VJii b 5 1 7 liJe2 (más flojo es 1 7 liJf3 i"f5 ! , Y si 1 8 e4, El juego posicional 1 42 entonces 1 8 . . . iLJxe4! 1 9 iLJxe4 'ifd5) . Pero ¿tienen las blancas alguna ventaja tras 1 7 . . . iLJd7? En caso de 1 8 iLJxe6 fxe6, las negras minará n el centro con e6-e5, o con c6-c5. Después de 1 8 �c1 , logran la igualdad con 18 ... .i.f5 19 e4 ( 1 9 'ifc4 iLJxc5 2 0 'ifxc5 e5) 1 9 . . . iLJxc5 20 dxc5 .i.d7!?, seguido de 2 1 e 5 y 2 2 . . . .i.e6. Esta variante qu izá le pareció poco convincente al aspira nte al t ítu lo mund ial , que quería con seguir algo más , y se metió en el ojo del huracán . 1 5. iLJe2 ! ? e5! La demora es fatal . Las negras están obl igadas a apoderarse de la iniciativa a toda costa , pues de otro modo se harán sentir los defectos de su formación de peones. 1 6. 1 7. .i.xa6 iLJxe5 'ifxa6 'ifb5 1 8. iLJf4? Euwe pierde el rum bo en esta situación, que se ha agudizado de repente . Ahora la iniciativa negra se transforma rápidamente en u n fuerte ataque. ¿Cómo debería n ha be r continuado las blancas? Consideremos 18 �c1 iLJd7 (si 1 8 . . . .i.f5, 1 9 'ifc4 es un a respuesta fiable) 1 9 iLJf4. Después de 1 9 . . . iLJxc5 2 0 dxc5, e l peón d e c5 está defend ido, y 20 . . . .i.f5 se contesta con la fuerte 2 1 e4! Sin embargo, las negras pueden trasponer jugadas, con 1 9 . . . .i.f5! 20 'iVc4 (20 e4? .i.xd4) 20 . . . iLJxc5 2 1 dxc5 .i.b2 ! (las negras ya no se contentan con las tablas de después de 21 . . . .i.c3?! 22 iLJd5 'i'xc4 23 bxc4 .i.xd2+ 24 �xd2 �8) 22 'i'xb5 �xb5 23 �c4 �bxc5 24 �xc5 �xc5, y la posición blanca es difícil . Ten ía que haberse jugado 1 8 e4! , y son l a s negras q u ienes deben afronta r una d ifícil tarea . 1 24 (P) 1 .63 ¿Cómo deberían responder las negras? La posición blanca se ha vuelto i n cómoda , pues tie nen que considera r las amenazas 1 8 iLJd7, 1 8 . . . .i.f5 Y 1 8 . " .i.g4. Alekhine propuso la va ria nte 1 8 iLJd7 1 9 .i.e3 .i.xd4 20 iLJxd4 'ifxc5 2 1 'ifxc5 iLJxc5 , con igualdad. Lasker se ñaló que , en luga r de ca mbiar d a mas, era más fue rte 21 'iVd2 ! , con la amenaza 22 iLJxe6 . Las neg ra s tie ne n q ue asu m i r un final cla ra me nte infe rior: 21 . . . 'iVd 6 22 iLJxe6 'ifxd2+ . y en caso de 1 9 . . . .i.g4 , con la sencilla La iniciativa 20 'ifd 3 las bla n cas con serva n su peón extra . No es ta n fuerte 20 f3 e5. I n icial mente , pensé que 18 �g4! habría resuelto fácil mente el problema: 19 �e3 liJxe4! es malo para las blancas, m ie ntras que si 1 9 f3 , sigue 1 9 . . . e5! Pero las blancas d isponen de la importante jugada i ntermed ia 1 9 �f4! , Y si la torre juega, 20 f3 es a hora fuerte (porque la cas i l l a e5 está controlada) . Au n así, las negras pod ía n habe r entrado en esta variante , de habe r descubierto u na i nespe rada y com pl icada com bi nación : 1 9 e5! ! 20 �xe5 liJxe4! No es posible calcular las consecuencias en el tablero, pero no hay nada mejor, así q ue debían haber corrido ese riesgo. ... ... (a) El interca mbio de golpes , 2 1 �xb8 ttJxc5 (amenazando 2 2 . . . liJxb3 ó 22 . . . �f5) 2 2 dxc5 �e8 (22 . . . �xe2? 23 'i'xe2 �e8 no da resultado, por 24 �e5 ! ! ) 23 O-O! (23 f3? �c3+ 24 <it>f1 �f5) 23 . . . �xe2 conduce a una situación en la que las negras tienen com pensación por el peón perd ido: 24 �xa7 �xf1 1 43 25 �xf1 �e2 26 'i'd 1 �xa2, o bien 24 �d 6 �xf1 25 �xf1 �e2 . (b) En respuesta a 2 1 'i'xe4! , no sirve 21 . . . �xe5? , por 22 'i'xg4. Una interesante tentativa es 2 1 . . . �f5, con posición satisfactoria e n las va ria ntes 2 2 'i'e3 �xe5 23 dxe5 �xc5 (pero no 23 . . . 'ifxc5?? 24 �d8+!) 24 liJd4 (ó 24 f4 �g4) 24 . . . 'i'e8 ! 25 f4 (25 liJxf5? �xe5) 25 . . . �g4 , o bien 23 'i'xe5 �e8 24 liJe6! 'i'xe5 (24 . . . �xe6!? 25 'i'xb5 �xb5) 25 dxe5 IDe6 26 f4 �g4 27 �d2 (27 �d5 �c8) 27 . . . f6 28 liJd4 �ee8. Pero las blancas tienen una refutación velada : 22 'i'f3 ! �xe5 23 g4! ! �c2 (el alfil n o tiene otra casilla buena) 24 �d2! (más flojo es 24 �c1 ? �xd4 25 liJxd4 �e8+, o incluso 25 . . . 'ifxc5 26 tDxc2 'ife5+ , seguido de 'ifb2) 24 . . . �xd4 (24 . . . � b 1 25 O-O) 25 tDxd4 �e8+ (25 . . . 'i'xc5 26 tDxc2) 26 tDce6 ! , etc. Queda 2 1 . . . �xe2 22 'ifxe2 (22 �xg7!?) 22 . . . �xe5! (22 . . . 'ifxe2+? 23 'it>xe2 �xe5 24 tDd7!). Si 23 dxe5 'i'xc5 24 O-O �e8 25 �fe 1 �b5, las negras pueden esperar unas tablas, pero después de 23 tDe4 ! , sus perspectivas son mucho peores. Por ejemplo: 23 . . . �e8?! se refuta con 24 dxe5 'i'xe5 25 f3 f5, Y ahora tanto 26 'i'c4+, como 26 �d5!? 'i'a 1 + 27 �2 'ifxh 1 28 'ifc4. Resulta q u e , objetiva mente , Euwe estaba en lo cierto al permitir el sacrificio de peón , pues la in iciativa negra pod ía su primirse , a u nque con grandes dificultades. Eljuego posicional 144 18. 1 9 . f3 20. tbfd3 21 . fxg4 �g4! e5! exd4! 2 1 exd4 tbd5! (Alekhine) , o bien 2 1 e4 tbxe4! 22 fxe4 �xc5 23 'ilfxc5 'ilfxd3 aún era peor. L1 . 22 . �xe3? dxe3 Si 22 �xb4 , Alekhine indica la varia nte 22 . . . tbd5 23 a3 a5 24 'ilfc4! axb4! 25 'ilfxd5 bxa3 26 �f1 (26 b4 �c3+ y �xb4) 26 . . . a2! 27 �xf7 �c3+ 28 �e2 �xc5, y las negras gana n . Sin embargo, no es obligatorio tomar en f7. Después de 27 �e2! �c7 , la posición sigue sin estar clara . 22. 23. �f4 24. �d2 tbxg4 �e3+ �xe5 1 26 26 �xb8 'ilfe7+ 27 �d1 tbe3+ 28 �c1 tbxc2 29 �xc2 h5! 30 �d1 �g7 31 h3 a5 32 �f4 'ilfe4 33 �c7 'ilfe3+ 34 �b1 a4! 35 bxa4 b3 36 axb3 'ilfxb3+ 37 �c1 �h6+? (37 . . . 'ilfe3+! 3 8 �b 1 'ilfa3 ! ) 3 8 �dd2 'ilfxa4 39 �e5 (39 �d 1 ) 39 ... �h7 40 �c3? (era más tenaz 40 �b2) 40 ... 'iUb5! 41 �d4 'ilfe2! 42 g4 'iUe1 + 43 �b2 �xd2 44 �c8 �e1 +! Las blancas se rindieron . Hazai - U h lmann Halle 1 98 1 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 1 0. 11. e4 d4 tbe3 e5 a3 bxc3 tbf3 a4 �d2 �b5 'iUc1 ?! e6 d5 �b4 tbe7 �xe3+ e5 �d7 'ifa5 tbbe6 c4 Es más natu ral 1 1 O-O . La casilla c1 debería utiliza rse para traslada r el alfil a a3. 25. tbxe5 Si 25 �xb8 sigue 25 . . . 'ife8+ ! 25. ... Segú n Alekhine, 25 . . . �e8+ ! ha bría ganado más rápidamente . Pero con la jugada d e l a partida, la ventaja neg ra es suficiente para ganar. Siguió: 'ifxc5 11. 1 2 . extG 1 3. O-O 1 4. �e1 tG gxtG �g8 �f7! La iniciativa El rey defiende el peón de e6. Tras el enroque largo, el caballo permanecería atado a la casilla e 7, pues de moverse segui ría .i.xc6 , y las negras no tienen una buena forma de retoma r. 1 5. �f1 La5 blancas se d isponen a situar su alfil en f4. La inmediata 1 5 .i.f4? era u n error, e n vista de 1 5 . . . 'ifxc3 , donde 1 6 �d2? 'ifxf3 n o es posible. 1 5. 1 6. .i.f4 1 7. h3 1 8. 'iVa3 liJf5 h5 �g6 h4! De otro modo, las bla ncas jugarían g2-g3 , hacie ndo inútil el doblaje de torres en la columna g . ( P ) 1 .64 ¿Cómo deberían j ugar las blancas? Tienen que hacer algo contra la a menaza 1 9 . . . �a� 3. 1 9. t2Jh2� ! 145 La solución que parece más natural: el ca ballo se d irige a g4 . Como veremos , en este caso la i niciativa s igue en manos de las negras. Pero ¿qué pod ía reco mendarse , en su lugar? E n saye mos u n a jugada d e espera , en ge neral útil , 1 9 �e2 ! , l l i bera nd o e 1 pa ra l a segu nda torre o pa ra el ca bal l o . Después de 1 9 . . . �ag 8 , a hora existe la cómoda defe nsa 20 liJe 1 , pero ta m bién u n a sorprende nte po s i bi l i d a d de co ntraataque , 2 0 �xc6 �xc6 (20 . . . bxc6 2 1 ct)e 1 , o bien 2 1 � b 1 ) 2 1 �xe6 ! ! �xe6 22 �e 1 + �f7? 23 etJxh4 ! ! Es i m porta nte que el rey no d is ponga de la casilla g8, pues de otro modo la com bi nación no da ría resultado. O bien 22 . . . �d7 23 t2Jxh4 ! 'iVxa4 (lo mejor) 24 'iVxa4 �xa4 25 ct)xf5 .i.xc2 26 �e 7 + �c6 27 �c7+ �b6 28 ct)e3 ! ? .i.d3+ 29 �e 1 , con las amenazas 30 ct)xd5+ y 30 �c5. La inesperada com binación de las bla ncas condu ce , casi por fue rza , a un final m uy d ifícil de eva l u a r. Ta m b ién puede jugarse 1 9 �a b 1 , con otra idea táctica : 1 9 . . . �ag8 2 0 .i.xc4 ! (20 .i.xc6 ! ? �xc6 2 1 �xe6! traspone a la va riante a nterior) 20 . . . d xc4 2 1 �xb7 'iVd5? ! (2 1 . . . �e8? 22 �b5 Y 23 �xf5; 21 . . . �d8) 22 �b5. La contracombinación 22 . . . 'iVxf3 23 gxf3 �g 1 + 24 �e2 etJcxd4+ 25 cxd4 ct)xd4+ 26 �d2 �xe 1 no es suficie nte , debido a 27 �b7. Las Eljuego posicional 146 negras puede que desca rtasen 1 9 . . . �ag8? ! , prefiriendo 1 9 . . . a6 20 Jixc6 (20 Jixc4? dxc4 21 �xb7 'ii d 5 , Y l a cas i l l a b5 está defendida) 20 . . . Jixc6 . En esta pos ición pa rece más apropiado 1 9 �e2 que 1 9 �ab 1 . 1 9. 20. ttJg4 �ag8 �xg4! Este sacrificio posicional de cal idad seg u ramente l o ha b ía previsto U hlmann al jugar 1 8 . . . h4 . 21 . 22. hxg4 Ji h2 �xg4 'iid 8! La dama se d irige a g8. La iniciativa está com pletamente en manos de las negras, y las blancas deben defenderse con precisió n . 2 3 . f3 24. 'ii c 1 � g6 Si 24 �e2, Uhlmann pensa ba jugar 24 . . . 'ii h 8! , segu ido de 25 . . . ttJg3+. 25. 'i' d 2 Parece más lógico 25 �e2 , dejando a la d a m a l ibre pa ra acciones d e contraataque. Las negras responderían 25 . . . ttJg3+ 26 Jixg3 �g3 27 Jixc6 bxc6 28 'iif4 h3. Ahora 29 � b 1 !? h2 (29 . . . �xg2 3 0 �b7) 3 0 'ii h 6 lleva a una posición que a ú n a nal iza remos , pues sucedió e n la partida . Tam bién existe la posibilidad 29 'iic7 . (P) 1 .65 Consecuencias de esta variante. El juego tiene u n carácter forzado: 29 . . . h2! 30 'ii'x d7+ <it>g6 3 1 \t12 <it>h6 ! Las blancas tienen una torre de ventaja , pero ¿cómo pueden parar la a me naza a su peón de g2? 32 �g 1 se refuta con la bon ita 32 . . . �xf3+ ! ! Continuemos l a va ria nte: 32 'ii' d 6 �xg2+ 33 <it>e3 'ii'g 5+ 34 f4 'ii' g 3+ 35 <it>d2 �xe2+ 36 <it>xe2 'ii' g 2+ 37 <it>e3 h 1 'ii' 38 �xh 1 + 'ii'x h 1 . E l peón d e e 6 e s inmune, debido a 'ii'e 1 + , y no hay jaque perpetuo: 39 'ii'f 8+ <it?g6 40 'i'e8+ \t>f5. Au n a s í , d es pués de 39 <it?d2 ! ? 'ii'f 1 (39 . . . 'ii' e 4? ! 40 <it>c1 ; 39 . . . \t>g6 ! ? 40 'i'xe6 'ii' h2+ 4 1 \t>e3 'iig 3+ 4 2 <it>e2 'ii'xf4) 4 0 a5! , la l u cha continúa. La ventaja es de las negras, pe ro que . sea o no s uficiente pa ra ga n a r no está claro . La iniciativa 25. 26. �xg3 ttJg3+ Tanto 26 <¡Í¡>f2 ttJe4+ ! , como 26 <¡Í¡>g 1 h3, son malas pa ra las blancas. 26. 27. �xc6 28. �e2 �xg3 bxc6 h3 1 29 29. �b1 ! Después de 29 <¡Í¡>g 1 �xf3 30 �f2 �g3 31 �e 1 a5! 32 �e3 �xg2+ 33 �xg2 'ifxg2+ 34 'ifxg2 hxg2 35 �h3 c5! , las blancas tienen un final d ifícil (Uhlma n n ) . 29. 30. 'ifh6 31 . �f2? h2!? �xf3+ El error decisivo. Era esencial 3 1 <¡Í¡>e 1 ! q u e , seg ú n U h l ma n n , ha bría l levado a u na posición l igera mente i nferio r pa ra las blancas : 3 1 . . . 'ifg3+ 32 <ltd2 �f2 33 'ifh7+ <¡Í¡>e8 34 �b8+ 'ifxb8 35 �xf2 'ifg3 36 'ifh8+ <¡Í¡>e7 37 'ifxf6+ 147 <¡Í¡>d6 38 'ife5+ 'ifxe5 39 dxe5+ <¡Í¡>xe5 40 �f1 a5! 41 � h 1 c5. Dol matov señaló que , en lugar de 34 �b8+?, las blancas pueden jugar mejor: 34 �xf2! 'ifxf2+ 35 <ltc1 'ifg 1 + 36 <¡Í¡>b2 'ifxg2 37 <¡Í¡>a2 . Aqu í son las negras quienes están en pel igro. Si 37 . . . <ltd8 , sigue 38 �b7 'ifxc2+ (única contra el mate) 39 'ifxc2 h 1 'if 40 �xa7. Pese a todo, no debe rían pe rder, después de 37 . . . �c8 ! Por ejemplo: 38 �b8 <ltd8 39 <ltb2 (39 'ifh8+ <¡Í¡>e7) 39 . . . h 1 'if 4 0 'ifb7 'ifxc2 + ! 4 1 <ltxc2 'ifh2+ 42 <¡Í¡>b1 'ifg 1 + 43 <¡Í¡>a2 'ifh2+ 44 �a3 'ifd6+. Naturalme nte, el error cometido por Hazai no fue accidental. Al entrega r la iniciativa a su oponente , se condenó a sí m ismo a una penosa defensa , que exigía plena concentración , sin emociones gratificantes para él . En s ituación ta n desfavorable, es muy fácil desvia rse en a l g ú n pu nto del camino correcto. 31. 32. 'ifxg6+ 33. �e2 34. <¡Í¡>d2 'ifg6! <ltxg6 �xc3 �g3! Más fuerte que 34 . . . �a3 35 �f3! �xa4 36 �g3+ W 37 �h3. 35. �h1 36. <¡Í¡>c1 c3+ �g4 Con tres peones por la calidad , las negras deben ganar. El juego posicional 148 37 �xh2 �xd4 38 �f3 e5! 39 �xe3 �xa4 40 �g3+ .i.g4 41 �e3 e4! 42 �h8 (42 �xc6 e3) 42 . , . �a1 + ! 4 3 <it>b2 � g 1 44 g3 .i.f3! 45 �d8 �d1 46 �xe6 e3 47 �f8 .i.e4! 48 �exf6+ <it>g5 49 �6f7 'it>g4! 50 �f4+ 'it>h3 51 �h4+ <it>g2 52 �hf4 �d2 . Las blancas se rindieron . Tome nota de que en ambas partidas hemos examinado que la in iciativa desplegada por uno de los jugadores no bastó pa ra decidir la lucha , pero hizo las cosas mucho más d ifíciles para su oponente , creando l a s premisas favorables para los errores que se producirían más adelante . Dolmatov - Adams Hastings 1 989-90 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 1 0. e4 d4 exd5 e4 ttJe3 �b3 exd5 .i.e2 .i.f3 ttJge2 e6 d5 exd5 ttJf6 g6 .i.g7 O-O ttJbd7 ttJb6 .i.f5 La alternativa es 1 0 . . . .i.g4. 11. O-O Una continuación más sencilla y correcta q ue 1 1 ttJf4 , recomendada en los l ibros teóricos. 11. a5 1 1 . . . .i.d3 (con la amenaza 1 2 .i.c4) pa rece tentador, pero después de 1 2 d 6 ! exd6 1 3 .i.xb7 �b8 1 4 .i.f3 , no es fácil para las negras demostrar que la actividad de sus piezas com pensa el peón pe rdido. 1 30 La partida-fuente entre Hort y Dolmatov (Amsterdam 1 980) sigu ió as í : 1 4 . . . :re8 1 5 �d 1 .i.a6 1 6 �e 1 Mc8 1 7 lfJg3 �xe 1 + 1 8 �xe 1 'iVd7 1 9 .i.f4 Me8 20 �d2 �e6 2 1 b3 d5. En la Enciclopedia de aperturas, la posición resultante es evaluada por Botvinnik como "igual". Pero tal evaluación es incorrecta, ya que el sano peón extra de las blancas les garantiza la ventaja. Cierto que más tarde Dol matov se defendió ingen iosa mente , e n algú n mo mento su rival dejó escapar u na continuación ganadora , y la partida final izó en tablas. La incorrecta eval uación de Botvi n n i k (en rea l ida d , casi es La iniciativa segu ro que no de Botvin n ik, sino de su ayuda nte , quie n preparó el material y Botvin nik sólo lo firmó) proba blemente fue la con se cue ncia de no proceder al estud io de la partida , sino de considerar sólo el resu ltado. Este ti po de trabajo, a cargo de un "negro", con frecuen cia se encue ntra en las páginas de las monog rafías de a pertu ras. Otro ejemplo: Dolmatov - Rytov (20 minutos por jugador y partida , Tallinn 1 987) . 1 4 . . . .i.c4 1 5 'ifd 1 ttJfd 5 1 6 �e 1 ! ? (con la amenaza posicional 1 7 b3! ) 1 6 . . . �e8 1 7 .i.d2 (no 1 7 b3? ctJxc3 1 8 ttJxc3 .i.xd4!) 1 7 . . . ttJb4? ( 1 7 . . . ctJxc3 es más tenaz, pe ro después de 1 8 bxc3 y 1 9 ttJf4 las bla ncas conserva n la ventaja) 1 8 b3 ! .i.a6 1 9 .i.e3 ttJd3 20 �f1 . Las blancas tienen cla ra ventaj a , u na determinada n o sólo por s u peón extra , sino tam bién por el caballo mal situado de b6, fuera de juego. Recuérdese la sentencia de Tarrasch: "Si u na pieza está mal situada, toda la posición es mala". Como puede ver, el m ismo tema i nfluyó en la eval uación de la posición , en la pa rtida Dolmatov Ada ms. 1 2. .i.f4! La Enciclopedia sólo sugiere 1 2 a 4 'ifd6 ! 1 3 ttJb5 'ifd7 , con igualdad (Va n Baarle - Ga prindashvil i , Amsterdam 1 976) . Si ahora 1 2 . . . a 4 , las blancas d isponen d e la 149 excelente répl ica 1 3 'iVb5 ! , así que ¿ por qué debilitar la casilla b4? 1 2. 1 3. .i.d3 exd6 d6 1 31 (P) 1 .66 ¿ Q u é j u gar las blancas? deben No es bueno tomar el peón b7, pero la simple 14 �fd 1 ! .i.a6 ( 1 4 . . . .i.c4 1 5 'ifa3) 1 5 a 4 ha bría logrado ventaja. Sin embargo, la jugada de la partida ta mbién parece atractiva . 1 4. 'iVd1 ? ! 1 5. b3 .i.a6 Dolmatov basa su juego en la mala posición del ca ballo de b6 y, en el futuro, del alfil de a6 (una vez q ue el caballo de e2 se mueva , el alfil estará ataca ndo al vacío, m ientras que el ca m bio en e2 le daría [ i las bla ncas la ventaja de la pa r eja de alfiles) . Las bla n cas q u ieren reforzar su posición con �e 1 , \i'd2, etc. Las negras están obligadas a tomar la in iciativa para trastornar las evoluciones de su Eljuego posicional 1 50 oponente, pues de no ser así se arriesgan a ser pa ralizadas. 1 5. '" h6!? El com ie nzo de u n original plan de contrajuego en el flanco de rey. S i n e m ba rgo, ha b ría sido más sencillo jugar en el centro: 1 5 .. . �e8 1 6 �e 1 d5!, con idea de 1 7 . . . lDe4 . Por ejemplo: 1 7 iLe5 lDbd7 1 8 iLg3 (las bla ncas habían preparado 1 9 lDf4) 1 8 . . . �c8 (peor es 1 8 . . . lDf8 1 9 lDf4 �xe 1 + 20 'ifxe 1 lDe4 21 lDcxd5 l2Jxg3 22 hxg3 iLxd4 23 �d 1 ) 1 9 �c1 iLf8 ! , y no veo cómo pueden log rar aqu í ventaja las blancas, que deben afrontar las amenazas 20 . . . iLa3 y 20 . . . iLb4 . 1 6. h3 Dol matov no ca pta las i ntenciones de su oponente y se limita a parar la a menaza g6-g5g4 . Después de la pa rtida , recomendó 1 6 g3!? g 5 1 7 iLe3(c1 ) . S i n e m ba rgo, g6-g5 no es obligatorio, y las negras pueden jugar en el centro: 1 6 . . . �e8 y 1 7 . . . d5. lDh7! 1 6. Esta es la clave , que crea la amenaza 1 7 . . . lDg5. El cam bio de cualquiera de los alfiles blancos favorece a las negras. 17. g3! 1 32 (P) 1 .67 ¿Cómo deben continuar las n egras? Ahora 1 7 . . . lDg5 no tiene sentido por 18 iLg2 . Por lo tanto, la continuación lóg ica para las negras es 1 7 . . . g5! 1 8 iLe3 ( 1 8 iLd2!? es más prudente) 1 8 . . . f5! Bueno o malo, as í debería habe rse jugado, con una pos lclon aguda y posi bilidades recíprocas. M ichael Ada ms no log ra decidirse por algo tan drástico y, como consecuencia , pierde el hilo del juego, cede la i n iciativa y, gradualmente, va quedando atra pado en un corsé posicional . 17. 1 8 . iLg2 �c8?! �e8? La simplificación 1 8 . . . �xc3 1 9 lDxc3 iLxf1 20 Wxf1 es favorable a las blancas. Seguramente aún no era tarde para avanzar los peones del flanco de rey, pero, al situar su torre en e8, Adams descarta su ú n ico plan activo. 151 La iniciativa 1 9. �e1 ttJf6 A causa de su indecisión, la excelente jugada 1 6 de las negras se ha convertido en u na pu ra pérd ida de tiem po. 20. �c1 2 1 . 'ilid2 22. i.e3! 'ilid7 'it>h7 Las bla n cas intim ida n a su o ponente con la a parentemente fuerte 23 d5, provocando el avance d 6-d5, donde el caballo saltará de i n mediato a f4. 22. 23. ttJf4 d5 �c7? ! Era mejor 23 . . . i.f8. 24. ttJd3 i.xd3 Las neg ra s tienen que prescindir de su alfil , porque el ca bal lo a menaza ba ocu pa r el excelente puesto de c5. 25. 1 33 'ilixd3 �cc8 ( P) 1 .68 ¿Cómo d eben desarrol lar su i n iciativa las blancas? La tentativa de cam biar da mas es incorrecta : si 26 'ilib5? , sigue 26 . .. �xc3! 27 'ilixb6 (es malo 27 'ilixd7? �xc 1 ) . El ca mbio del descolocado caballo de b6 no es a lgo que entre en los planes de las blancas. 26. a4! Las blancas fijan el peón de a5 y se pre pa ra n pa ra ataca rlo , situa ndo s u alfil en d 2 . Desarrollar la iniciativa significa detectar objetivos de ataque, obligando al oponente a defenderlos. 26. 27. i. d2! 28. �xe1 29. tDe2 i.f8 �xe1 + 'ilid8 ttJa8 Una jugada torpe, pero a 29 . . . ttJbd7 habría seguido 3 0 'ilib5 Ó 30 ttJf4 . Es evidente que la posición negra está ya perdida. 30. 31 . 32. 33. 34. ttJf4 'ilib5 i.e3 �c1 i.xc1 b6 �c2 i.b4 �xc 1 + 'it>g7 El peón de d 5 no puede defenderse. Las blancas no se apresuran a tomarlo, sino que a ntes mejoran la situación de su alfil. El juego posicional 1 52 35. �e3 36. ctJxd5 37. ctJxc7 �d6 ctJc7 Te n ie ndo ve ntaja deci s iva , no hay razón para que las bla ncas a g u d i ce n e l j u eg o y ca l cu l e n va rian tes como 37 'iVxb6 ctJfxd5 38 �xd5 �xg3 39 fxg 3 V¡¡¡e 7 (o b i e n 38 . . . v¡¡¡ e 7 , seg u id o de i. xg3) . 37. 38 . 39. 40. 41 . 42 . V¡¡¡ c 6 V¡¡¡x b6 V¡¡¡xa5 'ifb5 a5 'ifxc7 'ife7 �xg3 �d6 g5 Es ésta una aguda variante de a pe rtu ra , que exige u na g ra n precisión e inventiva d e am bos contend ientes. La ú ltima jugada neg ra me pa rece un tan to arriesgada , puesto que permite la apertura de l íneas e n �I flanco de dama : 1 1 axb5 cxb5 1 2 b3! ; más adecuado es 1 0 . . . �b4 1 1 ctJa2 �e 7 1 2 b3 cxb3 1 3 'ifxb3 O-O . 11. 12. 1 3. 1 4. 1 5. 1 6. d5?! exd5 a5 dxe6 llJa4 V¡¡¡ c2 cxd5 b4 V¡¡¡a 6! fxe6 �g8! (E) 1 .29 Las negras se rind ieron . Eingorn - Dolmatov Jarkov 1 985 Campeonato U RSS Primera Liga 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 1 0. d4 c4 ctJf3 ctJc3 �g5 e4 a4 �xf6 �e2 o-o d5 c6 ctJf6 e6 dxc4 b5 'ifb6! ? gxf6 �b7 ctJd7 J uegan neg ras En busca de la vicloria (E) 1 .30 1 35 1 53 EN BUSCA DE LA VICTORIA Cuando un jugador tiene ventaja suficiente, debe optar por aquel/as continuaciones con las que se logra la victoria, sin permitir contrajuego al oponente. Benjam i n Bl umenfeld J uegan blancas (E) 1 .3 1 J uegan blancas La técnica de materializa r u na ventaja es la más i mportante y la más d ifícil en ajedrez. El gra n maestro Yusu pov y y o hemos real izado u n serio trabajo en este campo y le hemos consag rado u na de las sesiones de nuestra escuela pa ra jóvenes tale ntos . Los resultados de d icho tra bajo se n uestro en l i bro resu men Technique for the Tournament Player (Técnica para el jugador de torneo) . Creo que las principales dificul tades en la explotación de la ventaja radican en la doble naturaleza del proceso de conversión. Por una parte, se necesita una técnica precisa, así como la capacidad para elaborar la ventaja con paciencia y método, suprimiendo toda tentativa del rival por modificar el carácter del juego, o por crear contrajuego. Por otra parte, hay que estar dispuesto para, en el momento oportuno (i ni antes, ni después!) cortar en seco el tranquilo Eljuego posicional 1 54 maniobreo y buscar (y calcular) un camino concreto hacia la victoria. Algunos jugadores carecen de autocontrol y se precipita n , tratando de forzar los acon tecimientos. Otros, por el contrario, confiados en la superioridad de su posición y en la indefensión de sus rivales, no qu ieren forzarse a sr mismos a calcular va riantes, y dejan escapar o po rtu n idades favorables. En ambos casos, una pa rtida ganada puede escaparse en algún momento de la lucha . En la siguiente parte del libro, dedicada a posiciones «sencillas", encontrará buen número de ejemplos de técnica ajedrecística. Pero veamos ahora cómo se debe actuar cuando llega el momento culminante de la partida, es decir, la elección del camino óptimo para ganar. Dvoretsky - Gedevan ishvili Kutaisi 1 978 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. e4 d4 lhd2 e5 e3 f4 lhdf3 8. exd4 9. g3 1 0 . i.. h 3 1 1 . fxe5 1 2 . �f1 e6 d5 lhf6 lhfd7 e5 lhe6 exd4 f6 'ilb6 fxe5 .i.b4+ Por aquellos a ños la teorra considera ba esta posición favo rable a las blancas, sobre la base de la pa rtida Portisch - Tal (Oberhausen 1 96 1 ) , en la que el gran maestro húngaro logró una gra n ventaja, tras 1 2 . . . lhf8 1 3 lhe2 lhg6 14 �g2 O-O 1 5 .i.g4! .i.d7 1 6 h4 . Creo que tal evaluación sigue siendo correcta hoy d ra. ¿ Cómo pued e n mejorar su juego las negras? U na breve receta puede verse en las notas a la partida Dolmatov - Karolyi (capítulo Ventaja de espacio) , y otra más detallada en la conferencia de Alexei Kosikov La jugada g 7-g5 en la Defensa incluida en .el libro de Dvoretsky y Yusu pov, Opening Francesa, Prepara tio n. 12. 13. 0-0 �g2 No, por supuesto, 1 3 .i.xe6+? �h8 14 �g2 lhdxe5! 1 3. . .. lhdxe5 Al comentar esta pa rtida en mi l i b ro de nota s , escri b í : «El desesperado sacrificio de pieza de las negras es, por supuesto, i n correcto". Sin e mbargo, u nos a ños más tarde, el g ra n maestro Rainer Knaak, y también otros jugadores, come nza ron a juga rlo . Finalmente , a juzgar por la tercera ed ición de la Encic lopedia de aperturas, la exper.i en cia ha En busca de la victoria confirmado l a ventaja bla n ca . En cam b io yo he come nzado a dudar de mi evaluación i n icial . 1 4. dxe5 ttJxe5 1 37 155 'ira6, sigue 1 7 .ib2! 'irxa2 1 8 'irc2, con u na gra n ven taja . S i n emba rgo, la simple 1 6 . . . .i d 7 es desagradable, puesto que a 1 7 'ire2, las negras responden 1 7 . . . i.b5. 1 5. . .. ttJc4?! 1 5 . . . ttJg6 1 6 i.e3, seguido de i.d4 es daramente desfavora ble a las negras. La mejor continuación es 1 5 . . . ttJxf3 1 6 ttJxf3 eS! 1 7 i.xc8 �axc8. 1 5. 'ire2! Las blancas deben jugar con precisión , a fin de no permitir que el contrajuego rival prospere, como, por ejemplo, en las variantes 1 5 i.f4?! ttJg6 , ó 1 5 'ird4?! 'irxd4 1 6 ttJxd4 ttJd3! La partida Yudasin Knaak (Trnava 1 983) continuó con 1 5 'irb3?! ttJc4 (ta mbién es posible 1 5 . . . 'ira 6 , donde 1 6 i.d2? , recomendado por Yudasin y Livshits, se refuta con 1 6 . . . .:.xf3! 1 7 'irxb4 �f2+! ; 1 5 . . . i.c5 tam bién es bueno) 1 6 a 3 i.c5 1 7 'irxb6 i.xb6 1 8 b3 ttJa5 ( 1 8 . . . ttJe5!?) 1 9 i.f4! ( 1 9 �b 1 eS) 1 9 . . . ttJxb3, con posibilidades para ambos bandos. Dolmatov h izo una interesante sugerencia : 1 5 b3 ! ? i.c3 (es d esespe rado 1 5 . . . ttJxf3 1 6 ttJxf3 e S 1 7 'irxd5+ q;h8 1 8 'ire4) 1 6 �b1 ( 1 6 i.a3 ttJxf3 17 ttJxf3 i.xa 1 1 8 i.xf8 i.f6 1 9 i.a3 'ira6). S i 1 6 . . . En la partida Ermenkov - Knaak (Bulga ria - Ale m a n ia O rienta l , 1 983) los acontecimientos tomaron un carácter agudo: 1 8 ttJxe5 'ire6 ( 1 8 . . . �ce8 1 9 i.f4 i.d6 20 �hf1 �f5 21 'ird3) 1 9 i.f4 �f5 ( 1 9 . .. g5? 20 i.xg5 'irf5 21 'irg4 !) 20 �ac1 �e8 (20 ... �cf8 21 'ire3! g5 22 ttJg4!) 21 'irb5! i.d6 (2 1 . . . .:.xe5!? 22 i.xe5 'irxe5 23 �hf1 !) 22 ttJf3 i.xf4 23 gxf4 �xf4 24 �hf1 �ef8 25 ttJd2 ! , Y las blancas conserva ron la ventaja . S i n emba rgo, el juego negro puede mejorarse con 20 . . . �xc 1 ! 2 1 �xc 1 g5. Por ejem plo: 22 �c7 i.d6 23 �xb7 i.xe5, con igualdad . La partida Sisniega - Matamoros (Sevilla 1 992) siguió: 1 8 �d 1 e4?! 1 9 ttJd4 �c4 20 i.e3 i.c5 2 1 'irh5! 'irxb2+?! (2 1 . . . �d8 22 'ire5! 'irxb2+ 23 <&t>h3 habrra traspuesto) 22 <&t>h3 �d8 23 'ire5!? , con una gran ventaja de las blancas (pero 23 l1ab 1 ! aún era más fuerte). Eljuego posicional 1 56 En respuesta a 1 8 . . . 'i'g6 ! , Sisniega anal iza 1 9 CLJxe5 'i'f5! 20 CLJf3 �c2 21 �d2 �xb2 , donde las negras tie n e n la i n i ciativa , y recom ienda 1 9 �d2 �c2 ( 1 9 . . . �d6 20 �a c1 ) 2 0 'i'xe 5 considerando ganada la posició � blanca . Pero, en realidad , después de 20 . . . 'i'd 3 ! , su oponente recu pera la pieza . 1 6 . b3 1 7. �b1 eS Ahora las negras sólo pueden evitar la pérdida de u na segunda pieza a costa de sus peones centrales: 1 8 . . . e4 1 9 'i'xd5+ <it>h8 20 'i'xe4 CLJd6, pero después de 2 1 'iVd3 q uedarían muy m a l situadas. 1 8. 1 9 . �xc8 20. <it>h3 2 1 . bxc4 e4 1 38 �c3 La posición de las negras sería aceptable, de no ser por la muy desagradable a menaza 1 8 'i'd3 atacando simultáneamente a do� piezas menores . Por ejemplo, en la pa rtida H e n n igan Ca rton (Oa kha m 1 990) , las bla n cas lograron ventaja decisiva después de 1 7 . . . jLf6 1 8 'iVd3 ! CLJd6 1 9 CLJe2 'i'a5 20 a4 CLJe4 2 1 CLJf4 . 1 7. 18. 'i'd3! 21 . jLe 1 �f2+ �axc8 Ta m bién es bueno 2 1 CLJxe 1 . ( P ) 1 .69 ¿ Q u é deben j ugar las bla ncas? Hasta aqu í m i juego se ha bía basado en el se ntido com ú n , decid ien do entre las jugadas cand idata s Y eligiendo el plan más a propiado , basá ndome en el cálcu lo de va riantes breves. Pero pa rece que ha b ía l legado el momento de intentar jugar para anota rme el pu nto. Está cla ro que mate rial debe la ventaja ga ra ntiza rles l a victoria a las bla ncas. La ú n ica cuestió n es cómo converti rla del modo más simple, a fi n de no conced erle contrajue go al rival y de evitar en el futuro d ificultades técn icas o de cál cu lo. Consideremos las posibil idades de las blancas. Después de 22 'i'xd 5+ <it>h8, no es posible jugar 23 �xe4, en vista de 23 . . . �f1 + 2 4 <iit>g 4 �xc4 25 CLJd4 h5+ ! 26 <iit>x h5 �xd4 27 'iVxd4 En busca de la victoria 'ilUf5+ , con jaq ue pe rpetuo. Después de 23 etJxe 1 , l a respuesta 23 . . . �c5? 24 'ilUxe4 no fu nciona , pero l a simple 23 . . . 'ilUxe 1 ! conduce a u na situación confusa , a causa de la doble clavada de las piezas blancas en la primera fila. Cuando se cuenta con u na a m pl ia ventaja mate rial , el pro blema puede , a veces, resolverse devolviendo pa rte de ese material . Tam bién es el caso aqu í: hay dos formas de cam biar damas , devol vie ndo una de las piezas. (a) 22 iUe2 exf3 23 'ilUxf2 iixf2 . Sin embargo, la posición resultante no está cla ra . El caballo de g 1 no tie ne jugadas, y el peón de f3 puede resultar pel ig roso . (b) 22 iie3 exd3 23 iixf2 iixf2. Tam bién aqu í tienen contrajuego las negras y, además, como en la variante anterior, siguen con un pa r de peones por la pieza , de modo q u e no pued e n evita rse las d ificu ltades técn icas. Es curioso. La posición parece totalmente ganada , pero lo cierto es que no se ve un métcx:Jo fácil de ganar. Esto significa que o bien la evaluación es incorrecta, o bien se nos ha escapado algo en los cálculos. Estaba convencido de que m i evaluación era correcta , y rápi dame nte encontré una forma de demostrarlo. 1 57 22. 'ilUxdS+! 23. iib2 ! ! �h8 L a clave : l a s blancas n o sólo activan la torre sobre la primera fila , sino que ta mbién lanzan u n contraataque , con l a mortal a me naza 24 iixg7 +. La variante prin cipal se calcula fá cilmente. 23. 24. �g4 'ilUf1 + Tam bién es fuerte 24 ci?h4. 24. 25. etJxf3 26. �h3 �xf3 iUxf3+ Las negras se rind ieron , pues tienen una torre menos, y 26 . . . 'ilUxh 1 conduce a l mate: 2 7 iixg7+ �xg7 28 �xb7+ . La ruta hacia el objetivo es, a veces , mucho más complicada que en el ejemplo a nte rior. En tales casos es i mporta nte percibir el mome nto crítico , cuando ex iste u na solución con creta a la posición y hay que concentrarse para des cu brirla. Raj na - Dam lja novic Titovo Uzice 1 98 1 1. 2. 3. 4. e4 etJf3 iib5 iia4 eS etJc6 a6 etJf6 El juego posicional 158 5. 6. 7. 8. 9. 1 0. 11. 1 2. 1 3. O-O �e1 �b3 e3 h3 �e2 d4 tLJbd2 exd4 �e7 b5 d6 O-O tLJa5 e5 'fie7 exd4 �d8?! Normal me nte se juega 1 3 tLJc6ó 1 3 . . . �b7. La dudosa jugada de la partida está relacionada con la ru ptu ra centra l d6-d5. La respuesta más simple es 1 4 d5!? 1 4. tLJf1 exd4 Si 1 4 . . . d5, son fuertes tanto 1 5 exd5 exd4 1 6 �g5, como 1 5 tLJxe5 dxe4 1 6 tLJg3 . 1 7. 18. 1 9. 20. 21 . 22. 23 . tLJxe4 �xe4 �g5 �xe7 �xe4 tLJd4 'fixd3 Las va ria ntes i n d icadas por Damljanovic en Informator 32 , en respuesta a 23 ... �ad8 1 no son , en absoluto, convincentes. En primer luga r, después de 24 'fie3 tLJc4 25 tLJf5, las negras tienen 25 . . . 'l'd7 , donde 2 6 'l'g5 se para con 2 6 . . . f6 . En segundo luga r, después de 25 . . . 'l'f8 26 'fig5 �d 1 + (si 26 . . . �xe5?, l o más simple e s 2 7 tLJh6+ �h8 28 tLJxf7 +) 27 �xd 1 �xd 1 + 28 �h2 tLJd2 29 �d4 (seg ú n Da mljanovic, l a s blancas ganan) 29 . . . tLJf1 + 30 �g 1 tLJd2+, con jaque perpetuo. Sin embargo, el juego blanco puede mejorarse con 24 'fic3 ! b4 25 'l'e3 . 24. tLJf5! 25. �ae1 1 5. tLJg3!? Las blancas refuerza n su control de e4 . Antes sólo se hab ía jugado 1 5 tLJxd4 d5 1 6 e5 tLJe4 1 7 f3 , o 1 7 tLJd2. 1 5. 16. e5 d5 tLJe4 dxe4 �b7 �xe4 'fixe7 d3 �d5 �xe5 '1'16 �e6 Damljanovic afi rma que esta ju gada es ú n i ca , u n a opi n ión discutible . Es cierto que 25 . . . tLJc4? 26 b3 no da resultado, pero no es fácil , en ca m bio, refuta r 25 . . . tLJc6 ! ? E l come nta rista comete , además, un error evidente en la l ínea 25 . . . �xe4 26 'l'xe4 �f8 (después de 26 . . . tLJc6 , indica 27 'l'xc6 , en lugar de 27 'l'e8+) 27 tLJe7+ �h8, decla rando que las blancas ganan con 28 'l'b4 , con las amenazas 29 'i'xa5 y 29 tLJg6+ . En En busca de la victoria real idad , el jaque de ca ballo no es u n a a men aza : después de 29 ltJg6+? fxg6 , la torre está defendida ( ¡ u na curiosa ilusión óptica !) En l ugar de 28 'i'b4 , es más fuerte 28 b3! 26. 'ifd5 !:tae8 159 ltJd6? !:txe4 28 !:txe4 (28 ltJxe4 'i'd 8) 28 ... !:td8! (28 . . . !:tf8 29 b4 , ganando u n peón) 29 !:te8+ !:txe8 30 ltJxe8 'i'c6 31 'i'xc6 (3 1 'ife5 f6) 3 1 ... ltJxc6 32 ltJc7 ltJb8 . Tablas . ¿ Qué debe ría ha ber hecho? Primero, analicemos la recomen dación de Damlja novic. 27. 28. 29. 'i'd7?! ltJe7+ b3!? !:tf8 �h8 Es i m porta nte mantener el caba llo en la ba nda . Ahora no d ispo ne de la casi l la c4 , y la tentativa de incorporarlo al juego por c6 l leva a la derrota : 29 . . . ltJc6 30 ltJxc6 !:txc6 31 !:te 8 . (P) 1 .70 ¿Cómo pueden exp l otar las b l an cas las ventajas de su pos ición ? El problema de las neg ras rad ica en la debil idad de la última fila y en su mal situado caballo de a5. factores son Am bos tem porales. Basta con abrir una casilla de escape pa ra el rey y acercar el ca ballo al centro de la l u cha , y l a pos lclon i n me diata me nte se igualará . Esto sign ifica q ue las bla ncas está n obl igadas a encontrar una forma con creta de explota r sus ventajas momentáneas, a fin de convertirlas en perma nentes. Raj na n o su po rea l iza r esa tarea . La partida concluyó así: 27 La posición derivada de 29 !:txe6?! fxe6 30 !:te2 se a naliza a continuación. 29. ... !:td6 Se amenaza ba 30 �xe6 fxe6 3 1. f3 ó 3 1 �e2. La alternativa era 29 . . . !:txe4 30 !:txe4 �a 1 + 31 �h2 ¡Uxa2 . Da mljanovic cree que las blancas ganan con 32 �f5, con la a menaza 33 ¡Uxh7+ , pero las negras tienen una defensa : 32 . . . ¡Ud2 ! (33 �h4 �d6+ 34 f4 h6) . Más fuerte es 32 ¡Ud6 ! !:ta8 (32 . . . ¡Uxf2? 33 !:tf4 y 34 ltJg6+) 33 �d5 �f8 34 ¡Uc5! !:td8 (34 . . . �a8 35 ltJc8! ) 35 !:td4! �e8 , y sólo ahora 36 ¡Uf5! (con la amenaza 37 ¡Uxh7+) 36 . . . h 6 3 7 ¡Uxf7. Otro camino, quizá más s i m pl e , es 32 ltJf5 ! Eljuego posicional 1 60 (amenazando tanto 33 :e8 como 33 'iVd4) 32 . . . 'ilxf2 33 :íe8 'iif4+ 34 ttJg3 'iYb4 35 'i!Vxf7. 30. "ilc7 3 1 . :!4e2 �d2 3 1 .f:.f4! 'i!kd6 32 :íxf7! I;Ixf7 33 'i'c8+ 'iid 8 34 ttJg6+ hxg6 35 �e8+ es mucho más convincente. 31 . 32. 33. 34. l1xe2 �h2 l:.e4 �xe2 'iHa1 + 'iVd1 es blanca ventaja La indiscutible, aunque después de 34 . . . 'iHd2 ó de 34 . . . 'i'd8 , el juego continúa. Este análisis es muy compli cado, porque además contiene algunas i m p recisiones sustan ciales. Puesto que las cosas están mal para las negra s , puede buscarse una forma de mejorar su defensa . Al comienzo de la variante, podían haber dado una casilla de escape a su rey. ¿ Cuál de estas dos jugadas, 27 . . . h5 ó 27 . . . h6 es la correcta? (1 ) 27 . . . h5? 28 l:xe6 �xe6 29 l1xe6 'i'xe6 30 ttJe7+ �h7 3 1 'iHe8 ! g6 (es malo 3 1 . . . f5 32 'iix h5+) 32 'ifg8+ �h6 33 'iVh8+ �g5 ' 34 h4+ ! (34 f4+ ! también es fuerte) 34 . . . �xh4 3 5 'iVd4+ �g5 3 6 f4+ ! , y las negras pierden la dama o reciben mate. (2) 27 ... h6! 28 ':xe6. Cabe considerar 28 ttJd6! ? , cuando las negras pueden elegir entre 28 . . . lid8 ! ? 2 9 �xe6 �xd7 3 0 lixf6 gxf6, con un final ligeramente inferior, y 28 . . . 'iVg6!? 29 ¡fxe8+ (en caso de 29 ttJxe8 :xe4 30 Itxe4 'iVxe4 3 1 'iVxf7 + �xf7 32 ttJd6+ �e6 33 ttJxe4 �d5, la actividad del rey negro com pensa el peón perdido) 29 . . . :xe8 30 ttJxe8 ! (amenazando 3 1 ':g4). En este caso tienen que defenderse con cuidado y evitar caer bajo un ataque. 28 ... l:txe6 29 ':xe6 'ifxe6! (el Informator sólo menciona 29 . . . fxe6? 3 0 'i'e8+ �h7 3 1 ttJe7 , ganando) 30 ttJe7+ (30 'iVd8+ �h7 31 ¡j'xa5 'i'xf5 32 'iVxa6 'iVb 1 + 33 �h2 "xb2 conduce a tablas) 30 ... �h7 31 'iVd3+ (si 31 ¡fe8 ó 31 ¡Vd8 , sigue 3 1 . . . f5) 31 ... 9 6 32 'iVd8. 1 41 Después de 32 . . . f5 33 'fic7 i1f7 , la posición parece m uy peligrosa para las negras, pero el desenlace sigue sin estar claro. Lo m ismo · puede decirse del final de caballos que se produce después de 32 . . . f6 33 ttJd5! (33 i1c7 'iVe 1 + 34 �h2 'iHe5+) 33 . . . ttJc6 34 En busca de la victoria 'iVd7+! ? 'iVxd7 35 ttJxf6+ �g7 36 ttJxd7 a5!? Es mejor 32 ... <it>g7! , Y las tablas parecen el resultado más probable. ¿Qué otra cosa puede hacerse? Conozco al menos tres buenas soluciones al problema. La primera, que implica un ataque al rey, fue descubierta por Stefan Kindermann ., La segu nda, juego activo en el flanco de dama, fue sugerida por Dolmatov, y la tercera, trasponiendo a un final con un peón extra , la encontró Roman Slobodjan . (1) 27. 11 1 e3 ! ¿ C u á l es l a clave de esta jugada? En pri mer lugar, desde la tercera fila la torre refuerza el ataque, como, por ejemplo, en la variante 27 . . . ttJc4 28 ':'xe6 fxe6 29 '1Wd7 'iff7 (29 . . . :f8 30 ttJe7+ �h8 3 1 :tf3) 30 ttJh6+! gxh6 31 1:g3+ �f8 32 :tf3. En segundo lugar, al salir de la pri mera fila, no podrá ser tomada con jaque. Después de 27 . . . h6 28 ttJd6! , ya no es posible 28 . . . :xe4? , por 29 ttJxe8, mientras que si 28 . . . �8e 7, entonces 29 ':xe6 l1xe6 30 ctJxf7! �xf7 3 1 �f3 . Las negras se ven forzadas a situarse a la defensiva, pero entonces las cosas se vuelven desesperadas para su causa . 27. 28. lixe4 ':xe4 .:tf8 161 29. 30. 'De7+ b3 \i?h8 Ya conocemos las con se cuencias de la variante 30 . . . 'ifa 1 + 3 1 �h2 'i'xa2 32 'iic5! (11) 27. a4! Explotando la situación vulne rable de las piezas contrarias, las blancas debilitan el peón de b5. 27. ... h6 Si 27 ... g6, sigue 28 ':xe6! fxe6 (28 . . . ':xe6?? 29 'ifa8+) 29 ¡Vd7 ':f8 30 ttJh6+ �h8 31 ttJg4 'iixb2 32 ':xe6, con la tremenda amenaza 33 l:.e7. 28. axb5 axb5 28 . . . l:txe4 29 ':xe4 tam poco al ivia la posición neg ra . Por ejemplo: 29 . . . 2:xe4 30 VWxe4 (30 VWa8+ �h7 31 'ilVxe4) , donde se quedan con peón de menos, o bien 29 . . . :d8 30 'ilVe5 'iVxe5 31 l:.xe5 ttJc4 32 ':c5 axb5 33 l:txb5 !:id 1 + 34 �h2 ':b1 (34 . . . l1d2 35 b3) 35 b4! (pero no 35 b3? ttJd2 , con la amenaza 36 ... ttJf1 +). 29. ttJd6! 30. ctJxe4! 3 1 . 'ifxb5 ':xe4 'i'd8 Las blancas deben ganar. Eljuego posicional 1 62 (111) Secretos del entrenamiento en Volveremos a ello, en la segunda parte del libro. ajedrez. 27. ':'xe6! 28. ¡Vd 7 29. tlJe7+ 30. l1e2 fxe6 lIt8 �h8 e5 Georgadze - Dolmatov Vil nius 1 980-8 1 Campeonato de la U RSS 30 . . . tlJc4 3 1 'iVxe6 ¡Vxe6 32 :xe6 tlJxb2 33 11xa6. 31 . b3! 1 42 0�: ({% ' .� .� ��� �;! <@). ! i: ' % �.� !; rjaq W4i 1"'� W?j§. • • . u�- � . �� k'� 'ti% �I*, �� �� �t.ta • .:.� .'..ttj ;.'; -xr·!J ,,· ctJ� :--<�.:': , �)% - @& f;@ p,;N:i . . No es tan bueno 3 1 tlJdS Vic6, ni 31 'iJic7 tlJc4. 31 . 32. e4 tlJd5! ... 'iVg6 . Después de 32 . . . ¡VeS, o de 32 . . . 'il'd4, sigue 33 'iJJe 7, mientras que si 32 . . . 'ifa 1 + 33 �h2 'i'leS+, entonces 34 f4. 33. tlJf4! Cada uno de los planes analiza dos para materializar la ventaja explota, de una u otra forma, los dos defectos de la posición enemi ga señalados al com ienzo. De nuevo hemos' visto en acción el principio de las dos debilidades, descrito en la segunda parte de -:::::;;'.<:;: h."�' /t�'/ 0/" / .. .. � ,[?J% if:#% *� rt,$ �., � {,·M ifA� ' :lfo/ ,/, /'r# . '. rd�:w/rd: 1'%0: r : ;m� Esta jugada, para seguir con 33 ¡¡e7, es la idea de Slobodjan . Yo pensé en 32 �c7 e3! 33 f3 "gS! (más flojo es 33 ... ¡Ve6 34 ¡VeS! ) 3 4 ¡VxaS 'iVxe7 3 5 'ii'x a6 b4, donde el desenlace no está claro. 32. " , %;; " . �, �w; ��;y " f,M': :%'';(0: ;- ií% Tras las complicaciQnes combi nativas del medio juego, Dolmatov tiene cal idad de ventaja. S i n embargo, s u oponente conserva recursos activos, como tlJd6 ó :te7 , y en algunos casos, e l peón de cS puede convertirse en un peligroso péon pasado. En la partida las negras no logra ron explotar su ventaja material. 28 ... ':fd8 29 �b2 (29 tlJd6?? ':'xd6) 29 ... ..td7 30 ..tb3 :te8 31 l:a1 ! Dolmatov omitió esta fuerte jugada. Sólo contaba con 31 �d 1 ':'c7 32 tlJd6 ':'e2+, seguido de a7a6 y ..tc6. 31 ... a6 32 tlJd6 �e2+ 33 �c3 ':c7 34 ..td5 ..te6 35 i.xc6 ':'xe6 36 tlJxb7 ':'xf2. Las blancas se han apoderado de la iniciativa, y si hubiesen jugado 37 tlJd8!, las cosas habrían sido difíciles' para las negras. En busca de la victoria 37 �e4? l:lxh2 38 ttJd8 lte8 39 ttJe6 �e2+ 40 �d3 :g2 41 l:txa6 :lxg3+ 42 �e4 :g4+ 43 ttJd4! Aqu í se suspendió la partida . Los análisis demostraron que, con un juego correcto, este agudo final debería concluir en tablas. El diagnóstico fue confirmado por la reanudación . 43 . . . h5 44 b5 h4 45 :a3 �g7 46 e6 g5 47 <&t>e5 �e4 48 �d3 :e5+ 49 �e4 :e4 50 �e5 ':e5+ 51 �e4. Tablas. ¿No está de acuerdo en que este dese n lace no d isipa su primera impresión, en el sentido de que la posición debe estar ganada sin especial dificultad , y que sólo es preciso encontra r el plan adecuado? i I ntentémoslo! Deberíamos privar al oponente de contrajuego. Debemos romper su fuerte formación en el flanco e dama. Por tanto, las jugadas b7-b6 y b7-b5 se sugieren por sí solas. (P) 1 . 7 1 Eva l úe las consecuencias de 28 . . b6. . La respuesta más sencilla es 29 ttJd6!? bxc5 30 etJxc8 lhcS 31 b5! 'ñc7 32 <&t>b2. Desde c3 el rey bloquea el peón e pasado y, si la ocasión se presenta , también lo atacará. La actividad de las piezas blancas compensa, en cierta medida, el peón de menos, y las tablas son el 1 63 resultado previsible. También es correcta la más aguda 29 c6 b5!? 30 SLxb5 SLd3 (amenazando 31 . . . SLxc4 32 SLxc4 :Xc6) 31 �e6 :b8 32 �d6! lhb5 (32 ... SLxc4 33 SLxc4 :Xb4 34 SLe6) 33 ID<d3 ID<b4 34 �c3! La segunda tentativa es 28 . . . b 5 2 9 i.xb5 i.d3 . (P) 1 .72 ¿Conduce a la victoria esta idea? Las negras tienen tres amenazas: 30 . . . :b8, 30 . . . a5 y 30 . . . SLxc4 31 SLxc4 a5. 30 ttJd6 SLxb5 3 1 ttJxb5 1:b8 (ó 3 1 . . . a5) es dudoso para las blancas. Necesitan acudir con el rey en ayuda de sus peones del flanco de dama: 30 r¡i¡d2! Si 30 . . . llfd8 31 �c3 a5, entonces 32 :td 1 !? axb4+ 33 �xb4. Las negras tam poco logran nada con 30 . . . SLxc4 31 SLxc4 a5 32 �c3 axb4+ 33 �xb4 :b8+ 34 i.b5! No han conseguido eliminar el fuerte peón e, apoyado a tiempo por su rey. En esta variante la iniciativa en el flanco de dama pasa a manos del oponente. Después de todo, están jugando con una pieza extra, pues el rey negro sigue en el rincón opuesto. Volvamos a la jugada efectuada por Dol matov, puesto que incor pora la segunda torre al juego, lo que es perfectamente lógico. 28. 29. lUd8! �b2 Eljuego posicional 1 64 Pero la siguiente jugada negra, 29 ... .i.d7?, no se justifica . ¿Qué pod ían hacer entonces? 29 . . . Z1d4 parece tentador. E n caso de 30 etJd6? ':xb4+ 3 1 �a3 ':xa4+ 32 �xa4 :!xc5, las negras log ra n u na g ra n ventaj a . S i n e m ba rgo, l a s bla n cas pued e n responder 30 .i.b3 ! ? ó 30 �c3 ! ? U n a posible variante sería : 3 0 �c3 nd3+ 3 1 'it>b2 (amenazando 32 ':e7) 31 . . . nc7 32 etJd6 :d2+ 33 �a3 b6 34 l1e8+ �g7 35 :d8 ! Z1e2 (ú n ica) 3 6 ..td 1 ! (después de 36 tIJe8+ :xe8 37 l:xe8 bxc5 38 bxc5 :xc5 39 Ite7+ �h6 , las negras mantienen la ventaja, pero es pos i b l e 36 c6 ! ? , con u n a posición confusa) 3 6 . . . �e 1 3 7 cxb6 axb6 38 tIJe8+ :xe8 39 :xe8. No obstante, n uestra i ntención i nicial de dislocar los peor es del flanco de dama es demasiado tentadora. Tratemos de ejecutarla ahora. 29. 30. 1 43 .i.xb5 b5!? :b8 Las negras han activado considerablemente sus fue rzas. Las blancas tienen tres posibles defensas: ( 1 ) 31 ..ta6 :xb4+ 32 c¡t>a3 :db8. Si ahora 33 lIe8+ :xe8 34 �xb4, entonces 34 . . . lab8+ 35 'it>c3 ..td7 36 tIJa5 l:tb1 , con ventaj a decisiva (es malo 37 .i.b7? l1b5). Pero no está claro que las negras puedan refutar 33 c6!? (2) 31 ..tc6 Jbb4+ (peor es 3 1 .. . ':d4 32 �b3) 32 �c3. Ahora 32 .. . :bb8 33 tIJd6 no tiene sentido. Después de 32 ... l:idb8, las negras conservan la ventaja, pero convertirla en victoria no es fácil. (3) 3 1 tIJd6 ':xd6 32 cxd6 :xb5 33 :e8+ �g7 34 d7 ..txd7 35 :e7+ �h6 36 ':xd7 ':xb4+ 37 �c3 , seguido d e �d3, y el final d e torres es tablas. En lugar de la captura de peón , hay 36 . . . a5!?, y las blancas pueden elegir entre 37 �b3, 37 �c3 y 37 l1d4. Los resultados de e'ste a nálisis no son concluyentes. Las negras tienen una clara ventaja, pero no hay una forma de ganar evidente. Hemos hallado la única forma de conservar la ventaja, pero aun así es difícil , si es que es posible, materializarla. ¡ Esto demuestra lo gra ndes que pueden ser los recursos defensivos en ajedrez! En busca de la victoria (E) 1 .32 (E) 1 .34 J uegan blancas J uegan negras (E) 1 .33 1 45 1 65 (E) 1 .35 1 47 J uegan blancas Juegan blancas Eljuego posicional 1 66 UNA "FÁCIL" VICTORIA sutilezas ocultas. Sin embargo, después de la partida, Artur se encontraba m uy cansado. La razón estaba clara para m í, una vez que me contó los problemas que había ten ido q ue resolver � u ra nte el desarrollo de la m isma. La percepción estética de una partida de ajedrez debe basarse en su contenido intrínseco, y no en su apariencia. . . En definitiva, lo único bello en ajedrez es el mundo de las ideas. Aaron Nimzovieh Un encuentro entre gra ndes ma e stros se parece, en cierto modo, a u n iceberg . En la super ficie no hay nada de particular, todo parece simple y comprensible. Una impresión muy distinta se percibe, si logramos ver la parte sumergida. Aqu í no podemos prescindir de un comentarista . A mí me gusta mucho leer notas que describen las fuerzas latentes que intervienen , las razones que llevan a elegir una jugada concreta, y las experiencias psicológicas ante el tablero. Todo eso se hace vívido cuando uno de los jugadores comenta la partida. El match semifinal de Candi datos (1 992) entre Yusupov y Tim ma n , jugado e n Li n a res, comenzó con una rápida y firme victoria de Yusupov. Los especta dores, y también los expertos en la sala de prensa, no percibieron las Yusupov - Timman Linares 1 992 Match de Candidatos ( 1 a partida) 1 . d4 2. e4 3. 12Jf3 4. g3 5 . ..tg2 6. O-O 7. exd5 8. 12Je3 12Jf6 g6 ..tg7 O-O e6 d5 exd5 12Je4 En esta variante de apertura uno de los caballos (y, a veces, ambos) ocupan esta casilla central. Por ejemplo: a 8 . . . 12Jc6, sigue 9 12JeS! A Karpov le gus�a situar su cabal lo en eS un poco antes, en l ugar de 8 12Jc3. 9. 12Jxe4 1 0. 12Je5 dxe4 f6 E l juego toma u n ru mbo diferente tras 10 . . 'iWdS!? 11 b3!? 12Jc6 1 2 ..tb2. . 1 1 . �b3+ 1 2. tLle4 1 3. e3 1 4. ..td2 e6 12Je6 f5 ':b8 Una "fácil " victoria 1 67 i.xb3 22 axb3 'ii'x b4) 20 . . . :fd8 2 1 ..ta3 'ii'x b3 2 2 axb3 :xb3 2 3 i.f1 . 1 48 20 'ifc4! Si 20 a3, ahora es posible 20 . . . 'i'b6 2 1 l:dc1 (2 1 axb4?? 'iVxc5) 2 1 . . . :fc8 22 :xc8+ :xc8 23 :xc8+ i.xc8 24 axb4 axb4, con igualdad. 1 49 1 5. a4!? El año anterior, esta variante se había jugado en la cuarta partida Yusupov - Dolmatov, Candidatos (Wijk aan Zee 1 99 1 ) , pero las blancas jugaron de otra forma . 1 5 �ac1 i.d7 1 6 l:1fd1 b5! El comienzo de un i nteresante plan , con idea d e restringir e l alfil d e d2. Más flojo es 1 6 ... 'fie7 1 7 tDe5! tDxe5 1 8 dxe5 �fd8 1 9 ..ta5 b6 20 i.c3, con mejores posibilidades de las blancas (Andersson - Nunn, Skelleftea 1 989). 1 7 tDe5 tDxe5 18 dxe5 b4! No, por supuesto, 1 8 . . . ..txe5?! 1 9 ..tc3 ..txc3 20 'ifxc3, donde las blancas tienen una evidente ventaja. 1 9 l:c5. El sacrificio de dama 1 9 ..txb4 a5 20 i.xf8 ':xb3 2 1 ..txg7 sólo conduce a una posición igualada, después de 21 . . . :d3 ! 22 ..tf6 'iVb6. 1 9 ... aS! Más flojo es 1 9 . . . 'iVb6 20 ..txb4! (20 'iVxb4 ..ta4! 2 1 b3 (P) 1 . 73 ¿Cómo deben contin uar las negras? 20 . . . 'ii"b 6?! es peligroso, en vista de 21 ..txb4! 'ilxb4 22 'iVxb4 �xb4 23 :xd7 �xb2 24 i.f1 ! :Xa2 25 ..tc4 :a 1 + 26 <it>g2 , Y las blanca s tienen la i niciativ.a . Dolmatov respondió 20 . . . l:1c8?! , a lo que siguió 2 1 Vi'd4! �xc5 22 'iVxc5 ..tc8 23 ..tf1 , Y las blancas retuvieron las mejores posi bilidades, aunque tras fascinantes aventuras, la partida finalizó en tablas . Más tarde, Sergei encontró el mejor plan defensivo, que implica el refuerzo de sus pu ntos vulnerables d7 y b4. 20 ... :f7! 21 �c1 . Si 2 1 i.e 1 Eljuego posicional 1 68 .if8 22 :c7, y entonces tanto 22 . . ];tc8, con igualdad , como 22 . . . "'e8!?, seguido de 23 . . . .ib5. ( P ) 1 .74 ¿Cómo deben prosegu i r las blancas? 21 ... .ifa 22 l:c7 :b51 Las blancas, i nesperadamente, tienen problemas. La torre negra quiere tomar en eS, o bien ocupar la fuerte casilla d5. Esta variante ilustra claramente la idea principal de la estrategia negra : encerrar el alfi l de d2, dejándolo fuera de juego. Tras media hora de reflexión, las blancas jugaron 1 6 :ac1 !! Sospe cho que esto puede haber provocado en usted una reacción de perplejidad, si no de indignación. ¿Por qué concederle dos signos de admiración a la jugada más natural, que a cualquiera se le ocurriría durante una partida de Blitz? . Al jugar contra Tim ma n , Yusupov se dio cuenta de que a 1 5 :ac 1 , n o sólo era posible responder 1 5 ... ..td7, sino también 1 5 . . . b5. Por esta razón, Artur decidió suprimir de i nmediato la actividad enemiga en el flanco de dama. Sin embargo, l a jugada 1 5 a4 no era n ueva. Ya se había planteado e n l a partida q u e d isputaron Ribli y Andersson (Clermont-Ferrand 1 989). Después de jugar 1 5 . . . .id7 1 6 iVa3 :e8 1 7 aS .if8 1 8 'iWa2 'iWe7 1 9 :fc1 :ec8 20 .if1 'iVd8 2 1 :ab 1 .te8 22 b4, las blancas mantuvieron cierta presión. 1 5. 1 50 Pero la jugada en sí no es sino la punta del iceberg . Tras haber visto l a parte sumergida, com prenderá por qué éste era e l momento crítico d e toda la partida y por qué determ i nó, · en buena medida , su desenlace. Para resolver cualquier pro blema posicional, es útil empezar con la pregunta "¿Qué q u iere hacer mi oponente y cuál es el sentido de su última jugada?". Resulta que las negras había n preparado una ruptura en e l centro: 1 6 . . . eS! 1 7 dxe5 ( 1 7 tUxe5 ..txe5 1 8 dxe5 'i'xd2) 1 7 . . . ..te6. ¿ Cómo puede pararse la amenaza e6-e5? La solución más simple parece ser 1 6 �fd 1 ya que, después de todo, esta jugada entra dentro de los planes blancos, pues prepara la temática tUe5 (que ya hemos visto en las partidas Yusupov - Dolmatov y Andersson - Nunn). Sin embargo, en este momento, el desplazamineto de la torre de f1 es un error posicional, porque permite a Una 'joci! " victoria la dama ocupar la espléndida casilla d5. Antes las negras no jugaron ¡Vd5, porque temían la jugada de minado f2-f3!, donde, tras el cambio de peones en f3, tendrían que perder tiempo moviendo su dama. Pero en caso de 1 6 �fd 1 Vi'd5!, la jugada f3 ya no es posible, y las negras tienen una buena posición. 1 69 es un tanto rid ícula. Es posible que 1 6 . . . :c7, seguido de ..td7, sea lo relativamente mejor. Timman prefi rió otra forma de desarrollar sus piezas. 1 6. b6 La otra solución fácil , 1 6 ..tc3, no es mala, pero i ncluso así es una pena bloquear la columna e, sobre la que quiere operar la torre blanca . Puede jugarse si no s e encuentra una continuación más fuerte. Hay una expresión muy conocida; táctica a l servicio d e la estrategia. Yusupov concluyó que, tras la j ugada de desarrollo real izada, podría refutar la ruptura e6-e5 de forma táctica. 1 6. l::ta c1 ! ! Aquí Tlmman se sumió e n una profunda reflexión y comprendió que, en respuesta a 1 6 ... e5, su oponente había preparado 1 7 ttJxe5! be5 (1 7 ... ttJxe5 1 8 dxe5 'ifxd2 1 9 l:c7) 1 8 dxe5 'iVxd2 1 9 lb:c6, o bien 1 8 ... ttJxe5 19 :c5! tZJd3 20 l:Id5. De modo que tuvo que descartar su plan y buscar otro, lo que siempre es desagradable y difícil. En tales situaciones, hay buenas proba bilidades de que se comentan errores. Sabemos ya que a 1 6 . . . 'ild5 se contesta con 1 7 f3! En caso de 1 6 . . . ..td7, la posición de la torre en f7 (P) 1.75 ¿Qué deben j ugar las blancas? Las negras, situando su alfil en b7, quieren controlar la casilla d5. El inconveniente de este plan es que se debilita el peón de e6, factor que Yusupov explotará hábilmente. 1 7. f3! Cuando u n a jugada así no implica la ganancia de u n tiempo, no suele ser ventajosa. Artur la realiza de todos modos, con u na idea táctica concreta in mente. 1 7. 1 8 . ..txf3 exf3 ..tb7 Es i m p robable que otras jugadas sean mejores: 1 8 . . . tlJe7 1 9 ..tb4, o bien 1 8 . . . :c7 1 9 tlJa3 . El juego posicional 1 70 1 9. .txc6! Este inesperado cambio es la clave de la cuestión . 1 9. 20. �e5 i.xc6 i.xa4! La única posibilidad. Comple tamente desesperado es 20 . . . i.xe5 2 1 l:lxc6, donde las negras no pueden defender e6. La tentativa de complicar el juego, con 20 . . . i.d5 21 �xf7 �xf7, no da resultado. Podría justificarse tras 22 'iVc3?! l:1b7 23 "c8 'iVd6 24 ':c3 :e7 25 l:fc1 i.b7 (amenazando 26 . . . 'iVd5) 26 'iic4 h 5 ! ? , con razonable compensación posi cional por la calidad. Pero la refutación de la idea no es difícil : 22 'iVc2! ltb7 (de otro modo, 23 'iic 7+) 23 e4! i.xd4+ 24 �g2 . 21 . �xf7 i.xb3? Equivale a capitular. Las negras pod ían haber planteado problemas mucho más difíciles con 21 . . . 'ild7! Volveremos sobre esta posición. 22. 1 52 �xdS :txdS La fase concluyente de la partida es u n ejemplo de la conversión técnica de una ventaja material . Las posibilidades de las negras de salvar el juego pasan por un contraataque al centro enemigo, con e6-e5, o por consolidar su propia posición, llevando su rey al centro. Pero las cosas no llegarán tan lejos. 23. ':'c3! Deseando forzar los acon tecimientos, las blancas descartan la natural 23 :c7. Quieren jugar 24 l:fc1 y 25 ':'c8. El cambio de un par de torres, para penetrar en campo contrario por una columna abierta, es un procedimiento típico para explotar la ventaja de la calidad. 23. 24. :fc1 25. ':'cS 26. :Sc7! i.d5 i.f6 i.b7 En caso de 26 :Xd8+ i.xd8, todas las casillas de la columna c quedarían cubiertas. Por lo tanto, Yusupov evita el cambio y ocupa la séptima fila con ganancia de tiempo. 26. 27 . i.e4 .tb4! El peón de a7 no llegará lejos. Es más importante cambiar alfiles, privando al oponente de sus últimas esperanzas de contraju�go. 27. ... g5 Una "jacil " victoria 28. 29. 30. 31 . 32. 33. 34. j.,e7 1txe7 gxf4 exf4 �f2 �b7 l:tcc7 j.,xe7 f4 gxf4 a5 �f5 b5 Las negras se rindieron. Retrocedamos un poco, para ver qué hubiera sucedido si las negras mejorasen su jugada 2 1 . 21 . .. . 'iVd7 ! (P) 1 . 76 ¿Cómo se las h u b i ese arreg lado para explotar su ventaja? Si le da pereza calcular varian tes complicadas, puede simplificar con 22 'iVc4 �xf7 23 'ifc7 :b7 24 �xd7+ :xd7 (peor es 24 . . . j.,xd7 25 �b4). Pero esta versión del final es mucho mejor para las negras que el de la partida, y después de 25 j.,b4 aS ó 25 .:tc8 eS, conservan probabilidades de salvación . 22. 'i'a2! ? <il;xf7 171 Esto es más crítico. Ahora nada se consigue con la ptimitiva 23 l;Ia 1 j.,b5 24 'flixa7? l!b7, ni con 23 ltc3 i.b5 24 :fc1 l:b 7. Las blancas deben jugar con más i ntensidad. Veo dos formas de llevar a cabo el ataque: 23 g4 Ó 23 d5 exd5 24 e4. En a m bos casos no puede prescindirse de cálculos precisos. Consideremos 23 g4!? La idea de las blancas se revela en la variante 23 . . . j.,b5? 24 gxf5! ..txf1 25 fxe6+ 'iVxe6 26 :xf1 + ..tf6 27 'irxa7+, ganando. En caso de 23 . . . �g8?! 24 gxf5 gxf5 25 :1xf5, las blancas cobran ventaja. Por ejemplo: 25 .. . j.,c6 26 l1xc6!? (26 �g5) 26 . . . 'ilxc6 27 'iixa 7 �a8 28 'iUf7 + �h8 29 :g5 , o bien 25 . . . �h8 26 lig5 :1g8 (26 . . . j.,xd4 27 'i'c4, con idea de 28 i.c3) 27 'ifc4 . Las negras pueden defenderse en estilo de gambito: 23 . . . �c6 24 gxf5 ..td5. Después de 25 fxe6+ <iÍi>xe6 26 'ifb 1 �e7 ! , surge u na posición de doble filo. Más fuerte es 25 fxg6+ �g8 26 gxh7+ �xh7 27 'iVb 1 + Y 28 �g6 . Pero hay otra forma de sacrificar un peón que es más prometedora: 23 . . . �e8!? 24 :a 1 ..tc6 (24 . . . ..tb5 25 'ij'xa 7 l1b 7 28 'ila8+ �f7 27 �fc1 i..x d4 28 l!c8, y las blancas atacan ) 25 'ilixa7 :b7 26 'iVa8+ �f7 27 r!fc1 (amena zando 28 �xc6 'ir'xc6 29 :a7) 27 . . . líc7, con juego bastante confuso. Las con secuencias de 23 g4 son inciertas. La otra posibilidad es una dramática ruptura en el centro. 23. 24. d5!? e4! exd5 1 72 E/juego posicional La prude nte 24 . . . iLc6 ? ! conduce , tras 25 exf5 gxf5 2 6 iLc3 , a una d ifícil posición para las negras, de modo que tienen que jugar con más agresividad. 24. ... i.b5 Ahora nada se consigue con 25 �f4 1:.b7 26 �fd 1 fxe4 27 �xd5 �e6 , pero el sacrificio de calidad . . . 25. exd5!? Es d igno de considerar. Las vari antes que siguen las he anal izado ju nto con los grandes maestros Joel Lautier, Matthew Sadler y Viswanathan Anand . 28 ... iLe5 29 �c7 �d3! 30 ..tg5+ ! �xg5 31 '�xe5 �e4+ . Si 3 1 . . . 'i'e8 , sigue 32 �'f4+ �f6 33 \i'd4+ �e5 (33, . . . �e6 34 'i'xd3 , pero no 34 �e7+? V¡¡¡x e7 35 dxe7 .te4+ 36 �g 1 �e8) 34 1j'h4+ (34 1:.f7+ �xf7 35 Yi'xe5 también es fuerte) 34 . . . �e6 35 Me7+. 32 �g 1 �a4 33 'iVe7+! �g4 34 'iVh4+ �f3 35 �'f4+ �e2 36 '\i'f2+ �d 1 37 :c3 ! Amenazando 38 'iVf1 + <iÍ?d2 39 �c 1 + �e2 40 Me3++. 37 . . . .tc2 38 �a3! 'jk'e4 39 �e3 Una bonita historia , ¿no cree? 25. .i,d4+ ... La in mediata 25 . . , .txf1 facilita las cosas: 26 d6+ �f8 27 �c7 . 26. �h1 1 54 : ,! ':r: <;</ � ;" <i 't:< 1. " : : � ," �' ,;:'. '� /' " 26 ... .txf1 27 d6+ <itf6 28 '�d5! 28 �c7?, esperando 28 . . . �d3? 29 h4! ó 28 . . . '�e6? 29 .tg5+ �"e5 30 �e7, no es buena por 28 . . . Yi'e8! j Pero, ay, sólo un cuento! Cuando se lo conté a Zviagi ntsev, no pod ía creer la autenticidad de toda la historia y, en la posición del último d iagra m a , sugirió d escarta r la captura de la torre , en favor de la fría 26 . . . Md8! Ahora , s L 27 d6+, las negras tienen tanto 27 . . . VWe6 (y si 28 �c7+? ! , 28 . . . 1:.d7) , como la sugerencia de Ken Neat, 27 . . . �g7 28 ¡Vd5 (28 "gc7? .tc6+) 28 . . . i.c5, y no hay ninguna forma de lograr ventaja para las blancas. Más tarde, se descu brió otra defensa. La aguda variante 28 . . . V¡¡¡ b 7! (en lugar d e 2 8 . . . iie5) 2 9 �c6 �b5!! (29 . . . ¡Vxc6 30 �xc6 i.d3 no da resultado: 31 d7 + �g7 32 d8'if! �xd8 33 'i'c7+) 30 'i}Vxb5 .tc5! 31 b4 (31 d7 + �g7 32 �g5 a6! 33 �'a4 b5! 34 \i'xa6 'i'xd7 35 lixc5 'YWd 1 +, con Una 'fácil " victoria jaque perpetuo) 31 , . . a6 32 d7 + �g7 33 'i'a4 jld4 34 .ig5, que evalué como favora ble a las blancas, al no percibir una elegante forma de hacer tablas: 34 . . . �h8 ! ! 3 5 d8'i'+ ID<d8 3 6 Jl.xd8 'iVd7. Así pues, ¿qué fue de la aparente superioridad de las blancas? ¿Acaso nuestra interpretación de los acon tecimientos suced idos en esta partida fue incorrecta? No. En realidad , cometí un error en el momento de elegir un plan para materializar la ventaja. Me dejé llevar demasiado pronto por el análisis de variantes d ramáticas. Antes de meterse en el laberinto, hay que verificar si las blancas disponen de otras posibi lidades prometedoras. El principio de las jugadas candidatas es un procedimiento de suma importan cia, que nos permite organizar racionalmente la búsqueda y tomar decisiones, tanto durante el torneo como en el análisis. El gran maestro Christopher Lutz sugirió u na forma relativamente simple y muy convincente de con servar la ventaja blanca. 22. 'MVb4! Wxf7 Es tan malo 22 . . . a5? 23 �d6 , como 2 2 . . . ..1i.f8? 23 tZJe5 .i.xb4 24 tZJxd7. 23. d5! exd5 l 73 24. ..ic3 Aunque las negras tienen dos peones por la calidad , su posición es difícil. Sus casillas oscuras son débiles, el alfil de a4 no tiene futuro, y la dama blanca puede rápida mente trasladarse al flanco de rey ('iVh4 ó 'iVf4) para crear un ataque. M u chas soluciones parecen evidentes , una vez que se han descubierto . Pero tomar la decisión correcta ante el tablero , cuando el reloj avanza rápidamente, es muy, muy difíci l . Si Ti mman h u b i ese jugado 21 . . . Vid7 ! , quién sabe cómo habría fi nalizado la partida. ¿ Cuál fue la causa del error cometido por r:: l gran maestro holandés? Puedf; explicarse por el hecho de que, ya en la apertura, Yusupov tomó 1:3 inicitiva psicológica. Las negras se permitieron un par de libertades (1 5 . . . �f7?! Y 1 6 . . . b6?!), con las que pod ían haber salido adelante, de no ser por el precisQ juego de Artur. Primero con su "elemental" jugada 1 6, con la que im pidió e6-e5, obligando a su oponente a buscar un nuevo plan. Después, con un inesperado cambio, con el que logró ventaja material . i l magine que usted se encuentra en el estado psicológico de limman! En una situación así, es fácil perder la fe en un desenlace favorable del juego. y cuando el optimismo se agota, el espíritu luchador se debilita, mientras que aumenta notablemente la probabilidad de cometer errores. Eljuego posicional 1 74 EJERCICIOS PARA ANÁLISIS (E) 1 .36 1 55 Lo primero en que debe detenerse el pensamiento de un jugador, mientras está considerando una jugada, es descubrir la ({esencia " de la posición, su núcleo, su espíritu. Ese es el punto de partida para analizar una jugada o una variante. J uegan blancas Piotr Romanovsky Este cap ítulo tiene un encabe za m iento trad icional . Cada ca p í tu l o d e los l i bros precedentes co n cl u ía con un ca p ít u l o de ejercicios , difíciles en su mayoría . En esta ocasión los ejercicios serán más fáci les, y se le reco mienda que trate de resolverlos menta l m e nte , sin m over l a s piezas en el tablero. (E) 1 .37 · 1 56 J uegan negras Ejercicios para el análisis 1 75 (E) 1 .40 (E) 1 .38 1 57 1 59 J uegan negras Juegan blancas (E) 1 .39 (E) 1 .41 1 58 1 60 Juegan blancas J uegan blancas Eljuego posicional 1 76 (E) 1 .44 (E) 1 .42 1 63 1 61 Juegan negras Juegan blancas (E) 1 .43 (E) 1 .45 1 64 1 62 Juegan blancas Juegan blancas Ejercicios para el análisis (E) 1 .46 1 65 J uegan blancas (E) 1 .47 1 66 J uegan blancas 1 77 2 . POS I C I O N ES S E N C I L LAS A las posiciones con un reducido número de piezas se les llama, a veces, posiciones sencillas. Pueden considerarse y estudiarse como una cuarta fase específica del ajedrez, una fase intermedia entre el medio juego y el final. ¿Qué entendemos por u n reducido número de piezas? En principio, no me seducen las definiciones formales, clasificaciones precisas y demás, porque no son un fin en sí, y sólo tienen sentido cuando sirven como un instrumento conveniente de investigación . Pero lo cierto es que cuando preparo m i programa informático para el entrenamiento del jugador, tengo que realizar una definición formal de posiciones sencillas, para distinguirlas del final y del medio juego. Así pues, tam bién la utilizaré aqu í. Lo que se entiende por final son aquellas posiciones en las que, al menos uno de los bandos, no tiene más de una pieza (sin contar el rey y los peones) . En posiciones sencillas cada bando tiene, al menos, dos piezas. Pero al mismo tiempo, falta algún ti po de piezas (ya sean las damas , las torres, o las piezas menores) . As í, es posible distinguir seis tipos posibles de posiciones sencillas: 1) 2) 3) 4) 5) 6) Torres y piezas menores en lucha (la relación más frecuente) . Piezas menores en lucha . Finales de cuatro torres. Damas y piezas menores. Piezas mayores en lucha (damas y torres) . Relaciones materiales heterogéneas (material deseq uilibrado). 1 80 Cada uno de estos tipos de posIciones puede estudiarse por separado, una vez detectadas sus características específicas. Está claro, después de todo, que un com bate entre piezas mayores y un combate entre piezas menores son dos cosas muy distintas. Pero éste es un tema para investigaciones especiales . Aqu í hablaremos de las características generales de las posiciones sencillas. ¿Cuáles son? En el fi nal juega un papel importante el conocimiento teórico. En las posiciones sencillas, ese papel se reduce considerablemente. Además, en el final, una posición a menudo puede ser evaluada como ganada o tablas , y el juego se parece a la demostración de un teorema (aunque, a veces, muy difícil ) , es decir, la búsqueda de un método preciso para ganar o hacer tablas. En posiciones sencil las, una formulación tan categórica rara vez sucede, y lo que sí suele afrontar el jugador es el proceso de superar g radualmente a su adversario. La diferencia principal con el medio juego es que los ataques de mate son relativamente raros (aunque a veces existen ) . El objetivo de los jugadores suele estar más relacionado con ganar material o la promoción de peones. El papel decisivo en las posiciones sencillas lo juega la técn ica. La su perioridad técnica normalmente perm ite su pera r a los riva l e s , propiciando excelentes resultados. Esta parte del libro se consagra , por tanto, al problema de la técnica ajedrecística (aunque no sólo a ella). Este problema , por supuesto, ya lo he estudiado previamente. He mencionado ya el libro de Dvoretsky y Yusupov, Technique tor the Tournament Player, basado en el material de nuestra escuela para jóvenes talentos. Además, hay varios aspectos de la técnica comentados en el primer tomo de esta serie, Secretos del entrenamiento en ajedrez, donde no hice distinción alguna entre el final y las posiciones sencillas, de modo que los cap ítulos sobre el final conten ían buen n úmero de ejemplos q ue me hu biera gustado utilizar aquí. El concepto de "posiciones sencillas" no está generalmente aceptado, pues no se suelen distinguir del final. Tam poco yo estoy habituado a emplear este término, así que no se sorprenda si, más adelante, al comentar los ejemplos, se desliza ocasional mente la palabra final o finales. El ataque con un pequeí'7o ejército EL ATAQUE CON UN PEQUEÑO EJÉRCITO "Su razonamiento es un tanto extraño, Christo. ¿ Cómo puede usted buscar una solución que no existe ? Es ridículo . . . ". (Viscúlpeme, Theodor, pero es su razonamiento el que es extraño. Es ridículo buscar una solución, cuando existe. La cuestión es qué hacer con un problema que no tiene solución ". Arkadi y Boris Strugatsky Me gustaría comenzar con una advertencia : los ataques de mate tam bién pueden produc i rse en posi ciones senci l la s . Au n q ue , desde luego suceden con mucha menos frecuencia que en el med io juego. y no sólo en circunstancias inusuales , tipo estudio o problema, sino en posiciones más normales. Dos o tres piezas suelen bastar para crear una red de mate. Hasta los jugadores experimen tados se olvida n , a veces, de que el ataque con un pequeño ejército es uno de los planes posibles y muy peligrosos. 181 Dvoretsky - Polugaievsky Erevan 1 975 Cam peonato de la U RSS (P) 2.1 ¿Qué deben j ugar las negras? Si 30 . . . �xf2?, 3 1 'iVc5+ �e8 32 'iVc8+ fuerza las tablas i n mediatas. 30 ... b5?! no es convincente, por 31 �b6 �xd4 32 'iVxb5 �xb2 33 �b3, con posibilidades de contra juego , g racias a la expuesta posi ción del rey negro . L a solución m á s sim ple , y l a correcta desde e l pu nto de vista práctico (sobre todo teniendo en cuenta sus apuros de tiempo) era trasponer a un fi nal de cuatro torres, con un peón extra y buenas perspectivas de éxito: 30 . . . �xd4! 31 'i'xd4 �xd4 32 �b3 �d7 . Entonces e l rey v a a c7, liberando la to�re de la defensa del peón b7. A Polugaievs ky esto n o le pareció suficiente, y decidió m ante ner las damas sobre el tablero , s u bestim a n d o los pel igros q u e Posiciones sencillas 1 82 pudieran amenazar a su rey. 30. 31 . 'ii'c 5+ :xb2?! <it>f6 Si 3 1 . . . 'iVd6 , 32 "iVxf5 "iVxd4 33 "iVxh7. 32. �f8?! 32 �h3 �xd4 33 'ii'f8 era objetivamente más fuerte, reco b ra n d o u no de los peones y manteniendo posi b i l i d ades de contrajuego. Pero esta jugada la real i cé rápidamente , sin la adecuada verificación , especulando con los apuros de tiempo de mi rival . En primer lugar, quería conservar, caso de 32 . . . 'ii'x d4, la posibilidad adicional 33 :fe 1 y, en segu ndo lugar, esperaba que mi oponente omitiese la amenaza 33 � h 3 . Es cierto q ue la textual perm ite 32 . . . �xf2 ! , pero por a l g u n a razón me pareció que Pol ugaievsky no la j ugaría . Lo cierto es que no la jugó. Bien tem ía 33 �fe 1 -y no vio 33 . . . �f1 + !- , bien no quería jugar con peones aislados en la variante 33 �xe6+ <it>xe6 . As í es como pensaba continuar, asumiendo que después de 34 �xf2 (34 kIe 1 + �f6 35 'ii'h 8+ <it>g6 36 'ii'g 8+ �h6 37 'ii'f8+ �h5 no resulta) 34 . . . 'ifxd4 35 'ifh6+, ganaría el peón de h7, olvidando la simple respuesta 35 . . . f6. Nada ca m b ia con 33 'ii'h 8 + <it>e7 34 �xe6+ fxe6! 35 kIxf2 'ii'x d4. En todas las variantes la ventaja negra es indiscutible. En apuros de tiempo, el gran maestro se confu ndió y perdió rápidamente. 32. 33. :h3! kIxd4? �xf2?! Si 33 . . . kId 1 , entonces 34 'ifh8+ y 35 'ifxb2 (o bien 34 �h6+ <it>e5 35 'ii'c5+). La posición , después de 33 . . . :e2 34 :xh7 tam bién es triste. 34. :h6+ 35. �c5+ 36. :e1 + 37. :h3+ <it>e5 �e4 �d3 Las negras se rindiero n . P o r supuesto, no merecí ganar, pero Polugaievsky seg u ramente mereció perder. Primero , por el hecho de caer en apuros de tiempo (que, como acertadamente comen tó Alekh ine, no es . un factor atenuante, sino justo lo contrario) , y, en segundo lugar, por subes timar el ataque a su rey con piezas pesadas sobre el tablero. El hecho de que una dama y dos torres sean capaces de dar mate a un rey no constituye una sorpresa . Por el contrario, lo sorpre ndente es q u e mi rival h ubiese subestimado el peligro. El ejemplo siguiente demuestra que las amenazas de mate pueden, a veces, crearse con muchos menos efectivos. El ataque con un pequeí'1o ejército Karpov - Pomar Olimpiada de Niza 1 974 1 83 32. l:ief1 ! ? 33. ':xg6 lixg6 lixg6 1 68 Ahora las blancas pod ría n haber considerado 3 4 �d6!? �d7 (34 . . . ctJe4 35 ..te5) 3 5 c5! (pero no 35 ..te5? �e8) 35 . . . lIg7 36 ..te5 (36 �f8? ctJf7) 36 . . . 1!f7 37 �h 1 . 34. Las negras eliminarán, inevita blemente, el peón de g6, pero a cambio las blancas pueden ganar el peón de h6. Veamos qué sucede en este caso. 32 �h 1 �xg6 33 �xh6 �xh6 34 :xh6. Ahora las negras tienen dos opciones: (a) 34 . . . ctJe4 35 �xe6 lixg4 . Las blancas siguen con un peón de ventaja, pero su rival con serva probabilidades de tablas, ya que todos los peones se hallan en un m ismo flanco y, además, la presión de la torre negra sobre la cuarta fila es desagradable. (b) 34 . . . ctJf3 35 �f6! (35 �xe6 �xg4, y las negras restablecen la igualdad material) 35 . . . ctJxd4 36 �f8+ lIxf8 37 .i.xf8. El peón pasado djstante y la superioridad. del alfil sobre el caballo aseguran a las blancas mejores posibil idades, pero ¿es posible materializarlas? . Anatoli Karpov elige otro pla n . N o busca ganar material, sino que organiza un ataque al rey. :f8+ La torre ha penetrado en la posición enemiga. ¿ Puede crear amenazas i m portantes? ¿ Estu vieron acertadas las blancas al buscar esta posición? ¿ No hubiera sido preferible jugar 32 lIh 1 ? No es fácil responder, n i siquiera tras un cuidadoso análisis. En genera l , prefiero comentar ejemplos con una solución sencilla y hermosa. Tales casos pueden producir una profunda i mpresión estética y, por tanto, suelen recordarse durante muchos años, algo muy i m portante para· u n entrenador d e ajedrez. Pero e n la vida real muchas situaciones son ambiguas, y hay diferentes formas de interpretarlas. El problema de un jugador es decidir dónde cuenta con las m ayores posibil idades prácticas de éxito. Eso depende de n u merosos factores : su propio estilo de juego y el de su oponente, la experiencia de sus encuentros anteriores, su humor durante la partida, la posición en el torneo, el tiempo que resta en los relojes, etc. Todos estos factores psicológicos 1 84 Posiciones sencillas (además, por supuesto , de los puramente ajedrecísticos, ideas y variantes) sólo pueden sopesarse de forma intuitiva . Esto es difícil de aprender, pues en este aspecto sólo puede ayudarle su experiencia competitiva, junto con un detallado y minucioso análisis de las accio nes de otros ajed recistas en situaciones similares. Las partidas de Ka rpov a portan excelente material para la refle xión , porque posee un excepcio nal mente d esarrollado, q u izá más fuerte que nadie, instinto puro de juego, una sensación i ntu itiva de cómo actuar en tal o cual situación . Al analizar las partidas por él jugadas, a veces podemos considerar discuti bles, o incluso i n co rrectas , ciertas d ecisiones suyas, pero en cada caso vemos q u e quedan justificadas por el resu ltado final . A veces se d iría q ue el éxito se log ra sólo g racias a los incomprensibles errores del opone nte. Pero una i m p resión similar se ten ía al contemplar los ataq ues plagados de sacrificios de M ijail Tal , la vigorosa defensa de Emanuel Lasker, o el pausado trata m iento d e l fi n a l d e Ulf Andersson . . . No, no se trata de suerte , sino d e l a excepcional habilidad del gran maestro , de su capacidad pa ra expri m i r al máxi m o la poslclo n , y para plantear a su rival de turno un nuevo problema tras otro , provo cando sus errores. En mis comentarios, no es posible reconstruir todo el espectro de los motivos latentes, que han dado lugar a esta o aquella decisión, y además no me son conocidos, pues yo no participé en la partida, ni la he comentado con Karpov. Quizá contra otro oponente y en otras circu nstancias habría jugado de modo distinto. Pero hay un criterio de elección , importante y carac terístico, que me gustaría mencio nar. Los jugadores expertos a menudo tratan de "mantener" la posición , de que no se vuelva estática , pero tampoco cambian bruscamente su modelo (y fuerzan los acontecimientos sólo cuando producen beneficios evidentes) . En situaciones indefinidas, existe una g ran probabilidad de que el " oponente cometa u n error. Aqu í interviene u n o d e los principios más importantes de la técnica en la conversión de una ventaja: "¡No hay que apresurarse!". 34. ... �c7 34 . . . �d7 35 .ta5! b6 36 .td2, Y los peones neg ros del flanco de dama se vuelven vulnerables. El ataque con un pequeño ejército (P) 2.2 ¿Cómo deben prosegu i r las blancas? Aq u í no es a p ropiada una consolidación tra n q u i la de la posición , con 35 �c2 ? ! (ó 35 �d2? ! ) , porque las negras atacan el peón de g4 con 35 . . . tLJe4. El plan más fuerte es trasladar el alfil a la d iagonal h2-b8. Pero antes hay que quitarle al rey la casilla b6 . Sería impreciso 35 i.. d 2?! ttJe4 36 lU7 + (36 i.f4+ �b6) 36 . . . �b6 37 i.. e 3 �a6 , con la amenaza 38 . . . 1:.xg4. 35. i.. a 5+ ! b6 No 35 . . . �d7? 36 �d8+ �e 7 37 ':a8 a6 38 ':a7 . 36. 37. 38. i.d2! i.f4+ 1:.f7+ ttJe4 �b7 Cada minitrampa (como 38 . . . �a6? 3 9 i.. b 8) debe intentarse, porque nuestro oponente puede caer en ella, si no en la primera ocasión , tal vez en la q uinta . "Tales situaciones son comunes en ajedrez. Tienes una pequeña ventaja, pero no hay una forma evidente de actuar. El enfoque correcto se basa en la teoría de probabilidades. Deberían crearse una serie de pequeños problemas al rival, a fin de que tenga que buscar una buena réplica cada vez, o su posición se vendrá abajo. Si todo eso falla, lo único que puede esperarse 1 85 ya es que los apuros de tiempo te echen una mano". (John Nunn). 38. 39. 40. �a8! �b7 �f8+ b4! Karpov inicia la construcción de una red de mate . Con el peón en b5 puede crearse una amenaza de mate en b8. 40. 41 . 1 70 líxg4 �a8 �f7+ .0?� �i� _ �; 1.1 : 1/�r�'/ ��f1� � �I . . ' � , �f: , . , J9. :�¡;¡�� _ �f; _ � _ ;�i . . . .. , �� ' " ¿Qué haría usted ahora con blancas? La apresurada 42 b5? sólo sirve para estropear ' la formación de peones, y no hay mate: 42 . . . cxb5 43 cxb5 �g8 (43 . .. a6) , o bien 43 ':f8+ �b 7 44 cxb5 a5. Esto significa que tiene que elegir entre 42 a4 y 42 �c2 . A 42 a4 puede responderse con 42 . . . ttJc3 ! , amenazando un doble en e2 , que no puede pararse con una jugada de rey, porque el peón de a4 también está atacado. Las blancas están obl igadas a forzar los acontecimientos: 43 �f8+ �b7 44 ':b8+ �a6 45 b5+ cxb5 46 1 86 Posiciones sencillas cxb5+ �a5 (46 . . . tDxb5 viene a ser lo mismo) 47 ..td2 �xa4 48 ..txc3 �xb5. ¿Cómo debe evaluarse la posición resultante? Está claro que las blancas tienen ventaja, pero ¿es suficiente para ganar? No lo sé. luego sería fácil realizar movimien tos ú n icos. Por otra parte , la posición tras 42 �c2 es menos d efi n i d a , pues el contrajuego comienza con una serie de jaques no muy evidentes, y el rival puede no encontrarlos. Al cal cu l a r varia ntes tan intensas, siempre existe el peligro de omitir a l g ú n d eta l le táctico, susceptible de mod ificar la evaluación posiciona l . También es el caso aquí: 48 . . . �b3! (en lugar de 48 . . . �xb5) fuerza las tablas, ya que las blancas no pueden conser var el peón de d4: 49 �c8 �g 1 + 50 �d2 :g2+ 5 1 �d 1 ? �c2. Por supuesto, también es permisible una explicación más simple de la jugada de Karpov. Puede que no percibiese la ganancia de pieza en la variante 42 a4 tDc3, o que subestimase el contrajuego negro tras 42 'iit c2 �g2+. Esto parece plausible, teniendo en cuenta que en tales situaciones, Karpov (como muchos otros jugadores) no es muy inclinado a profundizar en variantes concretas. Veamos ahora q u é sucede después de 42 �c2!? Las blancas q u iere n jugar a3-a4 en u na situación más favorable. En caso de 42 . . . b5?! 43 c5 , el peón c6 se vuelve vulnerable. El ú n ico proble ma es que las negras tengan la oportunidad de dar una serie de jaques: 42 . . . �g2+! 43 �d3 tDf2+ 44 �e3 (44 �e2 tDh3+ y 45 tDxf4) 44 . . . tDd 1 + 4 5 �f3 �f2+ y, tras 46 �g3 , atacar uno de los peones blancos, 46 . . . �c2 (ó 46 . . �a2). o • • ¿ Puede usted imaginar lo que jugó Karpov? Si recuerda los criterios de elección (mencionados en la nota a la jugada 34 de las blancas) , no es difícil asumir que realizó la jugada de rey. Cierta mente, tras 42 a4, el oponente dispone de una jugada obvia, y 42. �c2 ! ? h5? Pomar subestima los peligros que amenazan a su rey, y avanza un peón en el ala opuesta. Vemos que si no en el plano teórico, en el práctico, Karpov, como de costum bre, ten ía razón. 43. a4! h4? U n a sorprendente negligencia . Había que jugar 43 . . . �g8 ó 43 . . . a 6 . Ahora sigue u n a rá pida represalia. 44. �d3! 45. �f8+ 46. �b8+ 47. ..td2! 48. �c2 tDg5 �b7 'iita 6 �g3+ El ataque con un pequeño ejército Las negras se rindieron en vista de que el mate es imparable. En la posición que sigue las blancas ten ían que efectuar una difícil elección entre ganar un peó n , a costa de u n em peoramiento momentáneo de su posición , y jugar al ata q u e con material igualado. 1 87 formas, y es probable que exista una buena defensa, pero hubieran tenido que encontrarla. Con la abundancia de posibilidades y la ausencia de variantes forzadas, de fácil cálculo, no sería difícil equivocarse. Zeshkovsky - Dvoretsky Minsk 1 976 Campeonato U RSS Primera Liga Zeshkovsky tiene una forma de pensar distinta a la de Karpov. S uele enfocar la posición de otro modo. Antes de comenzar a pensar en un ataque abstracto, comenzó a verificar tentativas concretas de obtener alguna ventaja tangible. Por supuesto, vio fácilmente que la i n med iata 31 ct:Jxd4? ! 'iVxd4 32 'iVc8+ �h7 33 'iVxc7 conduce a tablas, después de 33 . . . 'iVe4+ 34 �h2 'iVc2. Pero el ataque doble, 3 1 'iVe4, amenazando e l alfil y jaque en a8, le pareció tentador. (P) 2.3 ¿Cómo habría con usted conti n uado blancas? En principio, era posible calcular con exactitud las consecuencias de esta operación , pero en la mayoría de los casos no suele hacerse (Zeshkovsky y yo no sabía mQs cómo finalizaría la secuencia). Bien se acercan los apuros de tiempo, bien se carece de energ ía , invertida en resolver los difíciles problemas del juego precedente. Lo cierto es que los jugadores normalmente se limitan a verificar variantes cortas y confiar en su intu ición. ¿Qué le sugiere eso a usted? 1 71 Durante la partida, temía 31 g4!?, que creo Karpov hubiera jugado sin la menor indecisión . El peón marcha hacia g5, privando al alfil de la casilla f6, y acercándose a la residencia real, que las blancas, con dama y caballo ( ¡ u n dúo altamente peli groso!), están dispuestas a atacar a la primera ocasión . Las neg ras pueden defenderse de varias 31 . 32. 'iVe4 'iVa8+ .tf6 Es demasiado tarde para jugar 32 94, a causa de 32 . . . 'iVe 7!, Y las Posiciones sencillas 1 88 opciones blancas se ven restrin gidas, puesto que el peón de h4 está atacado. 32. 33. 34. �xa7 ¡Va6 <ith7 ¡Ve6 U na jugada más y la dama blanca volverá al juego por b5. No menti ré , afi rma ndo que ha b ía previsto la elegante defensa de la partida , pero s í que la vi en este momento. 34. �e4! 1 72 35. �b5 Si 35 h5, entonces 35 . . . .te7 ! , seguido de 3 6 . . . .tc5 , y las blancas tienen problemas para defender f2, pues los peones de c4, a2 y h5 también deben ser protegidos. 35. l ibremente, porque el ataque blan co ahora no es real y las tablas resultan inevitables. 36. �d7 37. 'Wixe7 38. �f4 39. liJe5 40. �d4 41 . 'Wixe5 i.. e 7 .te5 'Wie2 .td6 i.. xe5 'Wixc4 Tablas. No parece justo calificar de error a 31 'Wie4. Imaginemos que las blancas hubiesen jugado 31 g4 Y yo hubiera encontrado una defensa correcta (ya que es probable que exista) . Entonces nos preguntaríamos por qué Zeshkovsky había renunciado a tomar el peón de a7 (en tales casos, los comentaristas no suelen llegar hasta 35 . . . .txh4!) No, se trata de una cuestión de sensación intuitiva, en cuanto a la continuación que ofrece las mejores posibilidades prácticas y que resulte más difícil para el oponente. i Esas cosas las percibe Karpov mejor que nadie! (E) 2 . 1 1 73 .txh4! La verdadera clave. U na vez eliminado el peligroso peón h, el rey negro puede respira r más Juegan blancas A bundancia de posibilidades 1 89 Keres - Richter M únich 1 936 ABUNDANCIA DE POSIBILIDADES Un jugador experimentado, al no estar seguro de cuál es la mejor continuación posible, a menudo elige una continuación determinada porque es la que le ofrece las mejores probalidades prácticas. Benjam in Blumenfeld La elección de u na jugada en situaciones problemáticas, en los casos del ca p ítu lo precedente , estaba complicada por el hecho de que cada posibilidad no era del todo convincente y no garantizaba el éxito . En los ejemplos q u e siguen veremos otro t i p o de dificultad al realizar la elección , a saber: hay varias conti n ua ciones igualmente fu ertes y prometedora s , y no es fácil decidirse por una de ellas. En esencia, se trata de una cuestión de d iferentes enfoq ues en la material ización de una ventaj a . Tales ejemplos constituyen buenos tests para determinar el estilo de u n j ugador, y la forma carac terística en que decide jugar una posición. 1 74 (P) 2.4 ¿Qué deben j ugar las blancas? Las blancas tienen una decisiva ventaja posicion a l , pero eso no sign ifica q u e pueden jugar de cualquier forma (pues una actitud así en la material ización de una ventaja es i naceptable, y sólo conduce a la pérdida de muchos puntos importantes) . Es fácil encontrar dos variantes, q ue l l evan cas i a l a m isma posición , con un peón de ventaja para las blancas: (a) 29 .te3 c4 30 .tb6 Md7 31 Mxf5 gxf5 32 �c5(c7) �g7 (se amenazaba 33 Mf1 ) 33 Md4 �c6 34 Mxc4 �b5 35 �c2 . (b) 29 h4 �g7 30 �g5! (más flojo es 30 �f2 �f7 3 1 �e3 �e6) 30 . . . �d7 31 .te7 c4 (31 . . . �f7 32 Mf1 ) 32 Mxf5 gxf5 33 �d4 .tc6 34 Mxc4 .tb5 35 Mc2 . 1 90 Posiciones sencillas Me parece q u e , tras ha ber superado ciertas dificultades técni cas, las blancas deberían ganar. Sin embargo, no debemos detener nos en los planes que nos vienen de inmediato a la mente, porque tal vez haya otras posibilidades. 29 e3! , por ejemplo, es muy fuerte. Se amenaza 30 g4. Si 29 . . . h 5 , sigue 3 0 h3, mientras que s i 29 . . . c4, entonces 30 �xf5 gxf5 3 1 1:íd4 , Y las blancas eliminan el peón e en una versión más ventajosa q u e las variantes antes exami nadas. Es preciso tener en cuenta el u n l co recu rso activo del oponente, el sacrificio de calidad . 29 . . . g5 30 g4 �xf4 3 1 exf4 gxf4. Pero, como demuestra un simple cálcul o , los peones pasados y u n idos d e las negras no son pel igrosos : 32 �xc5 e3 33 "gc7 e2 34 �e 1 ..tf3 35 d7 �g7 36 h3, Y 37 �f2 (o bien de inmediato 36 �f2 ..txg4 37 �g 1 h5 38 h3) , ganando fácilmente. Me perm iti ré u na l igera digresión. En 1 973 tuvo lugar en Moscú un match entre tres selec ciones de nuestro país: equipo A, equipo B y de jóvenes. Participé en aquel match , haciendo dos tablas con Keres, quien , por supuesto, integraba el primer equipo, y yo el de jóvenes. Una d e n uestras partidas fue fasci nante (el gran maestro atacó, sacrificó y yo me defend í), mientras que la otra , por el contrario, fue bastante corta y ted iosa. Aún hoy recuerdo cómo, d u rante u n breve análisis conjunto de la segunda, que parecía sin el menor interés, Keres mostró una nueva posibilidad tras otra que h a b ía considerado d u ra nte la partida. Más tarde, al estudiar sus partidas, me di cuenta de que no hab ía sido accidental. Keres siem pre se propon ía encontrar el mayor número posible de jugadas candi datas, y sólo entonces se embar caba en cálculos concretos. Esa forma de pensar lleva , a veces, a d ivid i r l a propia atención en continuaciones que d�berían ser descartadas, pero, por otra parte, a menudo ayuda al gran maestro a descubrir posibilidades completa mente inesperadas. Tal es el caso aqu í: la búsqueda de recursos ocu ltos perm itió a Keres encontrar u n a bon ita combinación . 29. b4! 30. �xf5 31 . d7 32. �e1 ! 33. �d1 34. .i.e7 exb4 gxf5 ..t e6 ..txd7 b3 Es im porta nte ma ntener el control de la casilla b 8 . E ra incorrecto 34 i.. g 5? �b8 35 �xd7 b2 . 34. 35. �e8 lixd7 Abundancia de posibilidades 191 37. 1 75 <it>f8 37 . . . �h8? 38 .i.f6! 38. .td6+ 39. .txc5 40. ..ta3 41 . �f2 42. �e3 43. �d2 Es malo 35 . . . b2? , por 36 .i.e5+ y 37 �xb2. Las blancas tienen pieza de ventaja y deberían ganar, aunque la posición sigue siendo aguda. �xg7 �f7 �e6 �d5 �c4 También es fuerte 43 94!? fxg4 44 �xe4 c¡t>c3 45 �f4. 43. ... e3+ Si no, seguiría 44 e3. 35. 36 . .te5 �g8 �c5 La torre se dirige a b5. Como señaló Keres, otras jugadas no eran mejores: 36 . . . �c2 37 �b7 (también es fuerte 37 �f2) 37 . . . �xe2 3 8 �xb3, o bien 36 . . . a 5 37 �g7+ ! �f8 38 �a7 ':c2 39 �xa5 b2 40 .txb2 �xb2 41 �xf5+ y 42 �f2 . 37. 44. �xe3 Keres elige de nuevo el camino que requ iere cálculo concreto. Era igualmente posible 44 c¡t>c1 �c3 45 .tb2+. 44. 45. 46. �f4 g4! �c3 a5 �g7+! iTáctica de nuevo! "37 ..td4 �b5 38 .tb2 también parece suficiente para ganar, pero en este caso las negras pod rían crear cierto contrajuego. Las blancas fuerzan el cambio de torres y llevan el juego a un final de alfil por dos peones. Aqu í se requiere u n cálculo preciso, pero el final éstá ga nado casi forzosamente". (Keres) . De esta forma , las b l a n cas ganan un tiempo im portante, en relación con 46 c¡t>xf5? 46. 47. e4 48. e5 49. ..txb2+ 50. e6 51 . e7 52. e8¡q 53. 'ii h 8+ fxg4 a4 b2 �xb2 a3 a2 a 1 ¡q Wa2 Posiciones sencillas 1 92 54. 55. 56 . 57. 58. 59. 'iVxa1 + Wxg4 Wg5 �h6 �xh7 �g6 Wxa1 Wb2 Wc3 �d4 �e5 Las negras se rindieron. Su rey no llega a tiempo. En el plano estético, la forma de materializar la ventaja descubierta por Keres era , ciertamente, superior a l a s demás. También era fuerte objetivamente. Pero desde el pu nto de vista práctico, no estoy seguro de que fuese recomendable. C reo q u e pocos jugadores modernos habrían tomado ese camino. En primer lugar, no e ra fácil de descubrir. Por otro lado, al calcular la combi nación o al eva l uar la infrecuente posición final , podría cometerse un error. Los caminos alternativos eran más fáciles de descubrir y de comprobar. Stean Hort Biel 1 98 1 - 1 76 (P) 2 . 5 J uegan negras. ¿Cómo contin uaría usted? L a activa disposición de sus piezas concede ventaja a las negras. Pero tal ventaja es mucho más volátil que en el ejemplo anterior. A la menor imprecisión , puede desvanecerse . Eso fue lo que sucedió en la partida: 28 . . . h 5 ? 2 9 �c1 ! �f5 3 0 �xf5 tiJxf5 3 1 tiJe4 g 4 3 2 tiJc5+ �e5 33 tiJxb 7 tiJe3. Tablas. Un principio muy importante en la materialización de una ventaja es la óptima restricción de las posibilidades contrarias, la supre sión de todo contraj uego, de cualquier operación útil destinada a mejorar la posición enemiga. Para aplicar este principio con éxito, es preciso emplear el pensamiento profiláctico. Preg u ntémonos q u é q u ieren hacer las blancas. Sus opciones son muy l i m itada s . Ataca r el caballo no tiene sentido: 29 �d2 :e 1 + 30 �b2 �e5 . La ú n ica operación positiva es acercar el rey al centro, con � b 1 -c1 -d2-d3: esto es lo que debe evitarse. 28. 29. �b2 :e1 +! h5 U n a vez neutra l izadas las intenciones del riva l , las negras refuerzan tra n q u i l amente su posición . A las blancas no les resu lta fácil defenderse . Por A bundancia de posibilidades ejemplo: si 30 �f8 , sigue 30 . . . lIg 1 3 1 lIf2 <iÍi>e5 32 ct:Je2 tLJxe2 33 lIxe2+ <iÍi>d4, y la posición domi nante de su rey garantiza a las negras una gran ventaja en el final de torres. También es posible un distinto tratamiento de la posición . El rey negro es mucho más activo q ue su colega, lo que se acusa especial mente en el fi nal d e peones (Botvinnik observó en una ocasión: "Un final de cabal los es lo mismo que un final de peones.") Yusupov sugirió 28 . . . lIf5 ! ? Las blancas responden 29 :xf5 (pues 29 kId2 :f1 + 30 <iÍi>b2 <iÍi>e5 es desfavorable ) . Ahora las negras pod ría n retomar de caballo, pero tras 29 . . . tLJxf5 3 0 tLJe4! g 4 3 1 tLJc5+ ! (más flojo es 3 1 ct:Jg5+ <iÍi>e5 32 tLJxh 7 ct:Je3 33 <iÍi>c1 tLJxg2 34 <iÍi>d2 <iÍi>f4 35 <iÍi>e2 . tLJh4 36 �f2 tLJf3 37 c;i(g2 ct:Je 1 + 38 <iÍi>f1 tLJd3 39 ct:Jf8 <iÍi>f5 ! , con la amenaza 4 0 . . . ct:Jc1 ) 3 1 . . . <iÍi>e5 3 2 tDxb7, y e s dudoso que las negras puedan ganar. Esto sign ifica q u e d eben j u g a r 29 ... <iÍi>xf5 ! , c o n idea de 30 . . . <iÍi>e5 y 3 1 . . . tDf5 . E l j u ego puede evo l u cionar así: 30 �c1 <iÍi>e5! 31 <iÍi>d2 ct:Jf5 32 �d3 (si 32 �e2 ó 32 g 3 , e ntonces e s fu e rte 32 . . . �d4) 32 . . . tDh4 33 g 3 tDf3 34 h3 tLJg 1 35 h4 gxh4 36 gxh4, y ahora 36 . . . <iÍi>f4 , 36 . . . ct:Jf3 ó 36 . . . h5. 1 93 L a posición fi nal de esta variante es muy prometedora para las negras. Pero ¿está ganada? ¿ No podrían las bla ncas jugar mejor en algún momento? Está claro que todo pende de un hilo y cualquier retoq ue defensivo puede conducir a las tablas. También puede tratar de refor zarse el juego negro. Es perceptible que se han retrasado un poco, pues el caballo no se sitúa de inmediato en la casilla f5. Por supuesto, sería deseable tomar en f5 de caballo, y eso explica la recomendación de Zviagintsev, 28 . . . h6! (a primera vista , una jugada misteriosa) 29 <iÍi>c1 l!f5. Después de 30 �xf5 tLJxf5 3 1 �d2 (3 1 tLJe4 no tiene ahora sentido, pues el peón de g5 está defendido) 3 1 . . . ct:Jh4, y las negras deben ganar. El cambio en f5, sin embargo, no es obligatorio: 30 tLJd 1 ! (pero no 30 tLJe4 �e5) es . mu cho más preciso. Por ejemplo: 30 ... �xf2 31 ct:Jxf2 ct:Jf5 32 tLJd3 , con idea de 33 tDc5+, o bien 33 �d2 tLJh4 34 tDe 1 . Apenas cambia nada 30 . . . �e5 3 1 <iÍi> d 2 �xf2+ 3 2 ct:Jxf2 tDf5 33 �d3 , y a q ue si 3 3 . . . tLJh4, hay 34 tDg4 + , o bien 3 4 g3, seguido de ct:Jg4+ . Vemos que el peón de h6 d ista de estar idealmente situado. Aun así, la idea de Zviagi ntsev es lógica , pero hay que activar algo diferente. Sugiero 28 ... b6! ( i otra jugada misteriosa! ) 29 <iÍi>c1 �f5! La posición blanca es difícil : 30 �xf5 1 94 Posiciones sencillas ttJxf5, ó 30 ttJd 1 �xf2 3 1 ttJxf2 ltJf5 32 ltJe4 h6, amenazando bien con atacar los peones (33 . . . ttJh4 ó 33 . . . ltJe3) , bien con penetrar con el rey en la cuarta fila. Como hemos visto, son posi bles d isti ntos enfoques en la explotación de la ventaja. ¿ Cuál le seduce más? E l primero es puramente técnico (restringir las posibilidades enemigas, reforzar tranquilamente la posición propia) , n o requiere profundos cálculos y, por tanto, permite ahorrar tiempo y esfuerzo. El seg u ndo enfoq u e , trasponer a un final de caballos, es mucho más concreto y requiere u na minuciosa comprobación . La tranquila jugada de peón en el flanco de dama, preparando el cambio de torres del modo más favorable, sólo puede encontrarse como resultado de profundizar en los secretos de la posición . Al comienzo del cap ítulo En busca de la victoria, mencioné el carácter doble del proceso de materializar la ventaja: por un lado, precisión y buena técnica; por otro, capacidad para interru m p i r el maniobreo y buscar un método ganador específico. No es fácil decidir qué actitud es la correcta en un momento concreto . En el ejemplo anterior ambos enfoques me parecen equivalentes, pero eso no siempre sucede. U n comentario más. El cambio de torres modifica abruptamente el modelo de la posición y el carácter del j uego s u bsigu iente . La transformación de una posición es uno de los procedimientos sutiles y difíciles en la conversión de una ventaja. Se requiere un pensa miento flexible y dinámico, eva luación precisa (no suele ser fácil sopesar si el cambio de la posición resulta ventajoso) y, como de muestra el ejemplo anterior, un cálculo preciso de variantes. Miles - Ristic Belgrado 1 988 1 77 (P) 2.6 ¿Qué deben j ugar las blancas? Las blancas tienen un sano peón de ventaja, y los peones negros del flanco de dama están separados. Está claro que la posición está ganada. Sólo hay que eliminar las posibilidades negras de contrajuego, relacionadas con la insegura posi ción del rey blanco y la actividad de la torre contraria. Convendría trasladar el rey a e1 . Gracias a una sutileza táctica, puede hacerse de inmediato. A bundancia de posibilidades 23. 24. 25. �f1 ! l:te2 ! �e1 ! :d2 ..ta6 Las negras tienen muy pocas probabil idades de salvar la partid a . Esta pequeña combinación re suelve todos los problemas de las blancas. Sin ella no es fácil progresar. Por ejemplo, es inco rrecto 23 :e7 i.f3 (peor es 23 . . . :d2 2 4 :e2) 24 'D,.xc7? l:td2, o bien 23 :e2? i.a6 (23 . . . i.f3) , o aun 23 l:td3? :e8, y en todos los casos las negras tienen contrajuego. Aun así, es difícil imaginar que sea la única forma de materializar el peón extra. Seg u ramente debe haber otros caminos hacia el objetivo, aunque sean menos convincentes. Supon gamos que se nos escapa la combi nación. Puede ser recomendable 23 b4!?, disponiéndose a llevar el rey al centro. Después de 23 . . . :d2 24 :e2 :d4 25 a3, las blancas tienen que prevenir c7-c5 y a7-a5, aunque eso difícilmente facilitará su tarea a las negras. Lo que sucedió en la partida fue: 23. f4? ! i.a6 De otro modo, 24 �f2. (P) 2 . 7 ¿Qué j ugaría usted ahora? Miles descartó 24 tZJe4, debido a 24 . . . :d 1 + 25 �f2 :f1 +! 26 �g2 1 95 :c1 ! , Y optó por la pr.udente 24 .�U3 , con idea de 25 ':f2 y 26 �g2 , seguido de la centralización del rey. El inconveniente de este plan es su lentitud , pues las neg ras ganan tiempo para mejorar su posición . A menudo sucede q u e , tras haber om itido una continuación ganadora relativamente senci l l a , s ó l o podemos correg ir n u estro error con una combinación azarosa de juego forzado, que requiere u n cálculo profundo y preciso. Esta refl exión , formulada por Tarrasch , se comenta ampl iamente en el segu ndo tom o , Secretos de la táctica en ajedrez. Aplicado a esta partid a , sign ifica q u e debería examinarse la activa l ínea 24 �e 7! ':d2 25 l:Ixc7 :xc2 26 :xa7 , donde las blancas ganan, u n seg u n d o peó n . Claro q u e no puede subestimarse el contrajuego que se relaciona con el hecho de que el rey blanco está cortad o en la primera fi l a , por lo q u e debe profundizarse en el cálculo. 1 96 Posiciones sencillas de jaques) . Pero después de 26 . . . :c1 + 2 7 �f2 :c2+ 28 �e1 J.d3, el caballo no está amenazado, en vista de 30 �d2 y, por tanto, el peón debe apartarse del ataque, con 29 h4! Si 26 ... J.d3 27 tDd5, las negras no pueden responder 27 ... i.e4, debido a 28 tDf6+, n i 27 . . . .tf5, por 28 tDe7+, n i tampoco 27 . . . �g7 28 tDb4! :c1 + 29 �f2. Por último, 27 . . . Itd2 (ó 27 . . . :b2) se contesta con 28 tDf6+ �g7 29 tDe8+ �f8 30 tDd6, o bien 28 g4!? �g7 29 g5, amenazando u n ataque de mate: tDf6 y :a8 . En todas estas variantes las blancas deben ganar. Sin embargo, las negras dispo nen de una mejor defensa: 26 . . . .tc8 ! , con idea de 2 7 . . . J.h3. 27 tDe4 para la a menaza: 27 . . . .th3? 28 tDg5. Ahora, 27 . . . h6, 27 . . . J.e6 ó 27 . . . .tf5, m a nte n iendo l a tensión. Por ejemplo: 27 . . . .tf5!? 28 tDf2 (después de 28 tDg5!? h6!? 29 tDxf7 J.h3 30 tDxh6+ �f8, y es probable que las negras recuperen dos de los cuatro peones, con esperanzas de salvar el juego) 28 . . . :b2 29 g4 .tb1 30 g5 �8! (pero no 30 . . . .txa2? 3 1 :a8+ �g7 32 ttJg4, y el rey se encuentra en u na red de mate), o bien 30 :1a8+ �g7 31 g5 f5! Como puede verse, a pesar de la gran ventaja material de las blancas, el desenlace· sigue sin estar claro. de 26 l:txa7 , prefiere 26 tDdS ! , donde n i 2 6 . . . :Xc7 27 I1Jxc7, seguido de 28 �f2, ni 26 . . . :xa2 27 láxa7 (amenazando 28 �b4) 27 ... :a1 + 28 �f2 lIf1 + 29 �e3 (29 �g2 :a 1 , con la amenaza 30 . . . .tf1 + ) 29 . . . :e 1 + 3 0 �d4 ofrecen a las negras posibil idades de tablas. 24. 25. �g7 h5! Lamentablemente, 25 . . . �f6 es malo, e n vista de 26 tDe4 + , seguido d e 27 tDcS ó 2 7 :d2. 26. 27. �g2 �f1 J.b7+ h4 Pero aqu í ten ía sentido jugar 27 . . . ct>f6 28 �e1 �f5, ya que tras 29 :d2 :xd2 30 �xd2 �g4 , l as blancas habrían perdido el peón de h2. La ventaja seguiría estando de su lado, pero no es fácil determinar si es suficiente para vencer. Más difícil aún sería hacerlo al prever el carácter del juego en la j ugada 24, de forma que estaríamos lidiando con un problema prácticamente insoluble. 28. �e1 �f6 De considerar era 28 . . . hxg3 29 hxg3 :h8. 29. El gran maestro Bologan señaló una forma de mejorar el juego blanco en esta variante. En lugar :f3 :f2 :d2 :xd2 A bundancia de posibilidades Aún no era demasiado tarde para evitar el cambio de torres. En general, torre y alfil en posición abierta son un poco más fuertes que torre y caballo. Este factor podría haber compensado hasta cierto punto el peón de menos. Al cambiar torres, las negras esperan explotar su rey más activo, pero la debilidad de los peones del flanco . de dama hace que su defensa sea más difícil. 30. �xd2 31 . <itte 3 32. gxh4 c¡t>f5 c¡t>g4 En opin ión de M iles, era más fuerte 32 ttJb5! 32. 33. ttJe2 34. ttJd4 i.e6 c¡t>xh4 1 97 36 ttJg5! .te8 37 � e4 �h4 38 ttJf6 ó 38 ttJf2 era más si mple. 36. 37. e5 38. ttJd4 f6 �g4 Amenazando 39 c6, para explotar luego la debilidad del peón c7. 38. 39. 40. 41 . b4 a4 ttJf3 e6 a6 <it>h3 M ucho más flojo era 4 1 f5 g5! 42 �3 i.e8! con idea de i.h5+ y <ittx h2. I 41 . 42. ttJd2! 43. ttJe4 44 . ttJg5 . i.e6 �xh2 f5 i.b3 1 79 44 . . . i.d7 45 <it>f2! es muy malo para las negras. 45. ttJf3+ 46. llJe5 34 . .. . i.d7? ! Mucho más tenaz era 34 i.e8! Ahora la posición negra se vuelve perdida. Sigue el resto de la partida, con breves notas de Miles. 35. 36. ttJf3+! e4 <it>g3 g5 Después de 46 . . . i.xa4 47 llJxg6, las negras ya no tienen esperanzas: 47 . . . �g4 48 c¡t>d4 i.c2 49 'ite5 .td3 50 llJe7 J.. e4 5 1 ttJg8! , etc. 47. 48. fxg5 g6 J..xa4 f4+ Era más preciso 48 . . . J.. b3 49 g7 f4+ , pero tam poco h abría salvado a las negras por 50 �d4 Posiciones sencillas 1 98 .te6! 5 1 ttJxc6! f3 52 ttJe7 f2 53 ttJf5+ i.xf5 54 g8'ii'+ <it>h2 55 'ii'c4! i.h3 56 'ilixa6 . 49. 50. 51 . 52. 53. �d3 ! ttJc4 g7 �d4 ttJd2! i.b3 i.a2 i.b1 + i.h7 i.g8 Si 53 . . . f3, lo más preciso es 54 �e3! 54. �e5 �f2 o bien 54 . . . f3 55 �d6 i.d5 56 <it>c7. 55. 56. 57. 58. 59. �xf4 ttJf3 ttJe5 ttJxc6 ttJe7 �e2 i.d5 �d2 �c3 Las negras abandonaron. 1 80 UNA DERROTA MEMORABLE La moderna técnica actual no es otra cosa que las partidas del pasado, los viejos descubrimientos ya catalogados, que se han vuelto habituales. Igor Zaitsev Creo que casi todos los juga dores de ajedrez comparten las ilusiones del autor en cuanto a sus propias partidas. M uchas de n uestras victorias son lógicas, y las ideas plasmadas son interesantes e instructivas. Nuestras derrotas , ' por e l contrario, son accidentales y se explican por el desconocimiento de la variante de apertura o por una serie de inexplicables errores. Así, no es de extrañar que en sus libros y artículos, los autores sólo incl uyan normalmente sus partidas ganadas. M is l ibros no son una excepci ó n . La partida que a continuación analizaremos se ha g rabado en mi memoria como un modelo de buena técn ica . Lamen tablemente . . . i no la m ía, sino la de mi riva l ! U bi lava - Dvoretsky Tbilisi 1 979 J uegan blancas 1 . e4 2. ttJf3 3. d4 c5 e6 cxd4 Una derrota memorable 4. 5. 6. ttJxd4 ttJc3 g3 ttJf6 ttJc6 Las blancas son las primeras en desviarse de las l íneas principales. Aq u í era posible oponer un esquema Scheveningen , pero con negras yo no sol ía adoptar sici lianas "normales". 1 99 S í, en la moderna teoría de aperturas los análisis a veces llegan hasta el final. Por cierto que en esta posición de "tablas muertas", Dolmatov no accedió de inmediato al empate y i ju9Ó · a ganar con negras! Lo más asombroso es que logró ganar, pero sólo, claro está, gracias a su superior comprensión del final. La conclusión de esta partida podrá encontrarla en el primer tomo de esta serie, Secretos del entrenamiento en ajedrez. � 6. 7. exd5 8. �g2 d5 ttJxd5 Esta partida se jugó en una época en la que esta variante estaba en crisis para las negras. No mucho antes se pensaba que las negras pod ían conseguir tablas a la larga, como en la partida Schubert - Dolmatov (Campeonato de Europa Juvenil , Groninga 1 97778): 8 . . . �b4 9 O-O ttJxc3 1 0 bxc3 �xc3 1 1 ttJxc6 'iUxd 1 1 2 1:lxd 1 i.d7 1 3 �b 1 Jixc6 1 4 �xc6+ bxc6 1 5 �a3 a S ! 1 6 �b7 i.b4 1 7 �xb4 axb4 1 8 �dd7 O-O 1 9 :xb4 �xa2 20 �c4 :a6 2 1 �c7 g6 22 �4xc6 �xc6 23 �xc6. Pero pronto se descubrió que las blancas pod ían interponer u n cambio muy fuerte: 1 0 ttJxc6! (en lugar de 1 0 bxc3?!) En caso de 1 0 . . . �xd 1 1 1 �xd 1 ttJxd 1 1 2 ttJxb4, el caballo negro no puede escapar de d 1 . Las negras también quedan claramente peor tras 1 0 . . . ttJxd 1 1 1 ttJxd8 �xd8 1 2 1:lxd 1 + , seguido de 1 3 �f4. Queda 1 0 ... bxc6 1 1 bxc3 i.xc3, esperando 1 2 .i.a3 i.xa 1 1 3 i.xc6+ J.d7 1 4 .i.xa8 'iVxa8 1 5 'ifxa 1 f6, con igualdad. Sin embargo, como demostró la partida posterior Glek- Maksimenko, Varna 1 989 (Informator 48), las blancas logran una gran ventaja con 1 2 .i.xc6+! Jid7 1 3 'iff3! 1 81 En lugar de 9 . . . ttJxc3, las negras han ensayado 9 . . . �xc3, pero la posición tras 1 0 ttJxc6 bxc6 1 1 bxc3 i.a6 1 2 :e1 , no me seducía, pues el alfil de casillas negras resulta demasiado peligroso. De repente, no estaba nada claro cómo debían defenderse las Posiciones sencillas 200 negras. Este problema era el que traté de resolver en mi preparación para la partida. 8. liJxc3 . .. Es de considerar una recomen dación de Sveshnikov, 8 . . . liJdb4!? 9. bxc3 liJxd4 Si 9 . . . J.. d 7, no tem ía 1 0 liJb5 'iVa5 1 1 �b 1 a6 1 2 liJd6+ i..x d6 1 3 'i'xd6 0-0-0 1 4 O-O e5! , donde tanto 1 5 .i.g5? i.e6 ! 1 6 i.xd8 ilxd8, ganando la dama, como 1 5 �xb7? .i.e8! , son malas para las blancas. Sin embargo, me preo cupaba 1 O �b1 ! 1 0. 'i'xd4! Más flojo es 1 0 cxd4? i.. b4+ . 1 0. .. . ¡Vxd4 Después de 1 0 . . . .i.e 7, el final también es favorable a las blancas. 1 1 . cxd4 1 2. i.d2 1 3. �xd2 J.. b4+ i.xd2+ �b8 (P) 2.8 ¿Qué deben j ugar las blancas? En casa me pareció que esta posición era aceptable, y sólo en el ta blero me di cuenta de l o desagradable que era . 1 4. �hb1 ! La jugada más precisa . Muy fácil de encontrar, si te pregu ntas cómo q u ieren desarrollarse las negras ( ¡ pensamiento profiláctico! ) L o más probable es q u e q uieran jugar b7-b6 y J.. b 7 . El método estándar de las blancas en estas posiciones es avanzar el peón de torre, para abrir la col umna a y crearle una debil idad al oponente en b6 (técnica que ya hemos visto; por ejemplo, en la partida Znosko Borovsky - Alekhine). De aqu í se i nfiere q u e la torre debe per manecer en a 1 . ¿ Por q ué no a2-a4 de inmediato? La clave es que las negras tienen una forma alternativa de desarrollo, con �d8-c7 y i.d7c6. Ahora, si 1 4 . . . �d8 , sig ue 1 5 �b3 ! La torre qu iere atacar el peón a, forzando a7-a6, una jugada no deseable para las negras. Además, con el rey negro en c7, es posible un molesto jaque en c3 . 1 4. 1 5. a4 b6 i.b7 Una derrota memorable (P) 2.9. ¿Qué deben jugar las blancas? Aqu í cometió mi rival quizá su única imprecisión en la partida. 1 6. �xb7 El cambio facilita la defensa negra. Le tem ía más a 1 6 i.f1 ! , ya que no veo dónde situar mi alfil. Por ejemplo: 16 ... 'it'e7 1 7 a5 �e4 1 8 axb6 axb6 1 9 :b2, seguido de 'it'e3 y c2-c4. 1 6. 1 7. �xb7 aS 20 1 el gráfico se había girado acci dentalmente. Se corrigió el error y, un poco después, Frenkel dio una explicación de la nueva forma de la curva. Los comentaristas experi mentados no son inferiores a los académicos, en cuanto a que pueden fundamentar (o condenar) teóricamente cualquier jugada, con independencia de que sea o no correcta. Tomemos, por ejemplo, las razones q u e expl ican por qué jugué 17 ... 'it'd7 . El peón negro de b6 es débil y ambas torres están atadas a su defensa . Llevando el rey al ala de dama, para proteger el peón, las negras pueden liberar una de sus torres. Pero la jugada e�, en realidad , un error, posiblemente decisivo . Después de esto, i cómo podemos creer en la lógica convencional ! (P) 2 . 1 0 ¿Qué j ugar las negras? deben Se dice que, en una ocasión, se le mostró al conocido físico Yakov Frenkel una curva en un gráfico, obtenida como resultado de u n experimento , y s e le pidió q u e justificase teóricamente s u com portamiento. Lo hizo sin mayores dificultades. Más tarde, resultó que Era esencial jugar 1 7 . . . �e 7! La explicación , como de costum bre, radica en la profilaxis. Las blancas q uieren avanzar su peón a c4, controlando la quinta fila y ame nazar el avance c4-c5. En e7 el rey no bloquea la columna d, de modo que las negras pueden jugar �d8d6 y, en caso de c2-c4 , sitúan su segu nda torre en la col u m n a , atacando el peón d 4 . Ahora bien , su d efensa es i n conve n iente , porque las blancas deben situar una torre en posición pasiva , levantando el ataque al peón b6. O bien deben ren unciar a c2-c4, y en Posiciones sencillas 202 ambos casos la defensa negra es más fácil . 1 7. 1 8. 1 9. axb6 c4! �d7?! axb6 �c8 Aún no era demasiado tarde para jugar 1 9 . . . �d8! , seguido de 20 . . . �e7. 20. 21 . �d3 :b5! �c6 Amenazando 22 c5, con una clavada eterna en la columna b. Aq u í invertí m ucho tiempo en calcular la variante 2 1 ... cJ;c7 22 %:ta6 :b8 (con idea de 23 ... <iit? b7) 23 c5 :tb 7 24 �c4 bxc5 25 :xc6+ �xc6 26 :xb7 �xb7 27 dxc5 �c6. Las blancas tienen un peón pasado distante, pero no parece haber forma de ganar. Por ejemplo: 28 f4 f6 29 �d4 h5 30 h3 �c7! (no 30 . . . �b5? 3 1 f5! ) S i n e m ba rgo, no están obligadas a jugar el final de peones, y en lugar de 22 z:!a6 es más fuerte 22 f4 (ó 22 h4) , Y si 22 . . . �b8 23 c5! bxc5 24 :a 7 + , o bien 23 . . . %:tb7 24 !:rab 1 . Sólo pude encontrar un aceptable plan defen sivo: la exótica d isposición de mis torres en c6 y d6. 21 . 22. :a4 23. %:ta6! �bc7 �d6 Buena técnica . Antes de , emprender nada, las piezas deben estar situadas en las mejores casillas y las oponentes todo lo atadas que sea posible. Por supuesto, la torre es mucho más activa en a6 q u e en b4 . Las blancas no temen 23 . . . :dc6, en vista de 24 �b4 . La deficiente jugada 1 7 de las negras se pone a hora de man ifiesto , porq u e el peón de c4, en contraste con el peón d4, se defiende fácilmente. 23 . .. . 24. h4! l1cc6 Ubilava lanza una ofensiva de peones en el flanco de rey (que también pod J,a haber i niciado con 24 �4 ! ó 24 f4! ) Ya he mencionado en varias ocasiones el principio de las dos debilidades, un importante procedimiento para la conversión de una ventaja. Tener un completo éxito en un punto del tablero (en este caso, ganar el peón de b6) normal mente no es posible. Es preciso desarro l l a r actividad en otro sector del tablero, a fin de crear una n ueva debilidad (peón vulnerable, colu m na para invasión de una torre, etc.) Al atacar la Una derrota memorable utilizarse aqu í? ¡ El Zugzwang, por supuesto! seg u nda debil idad y, en caso necesari o , volver a ataca r la primera , es más fácil sacudir e incluso romper las defensas enemigas. . 24. 25. 203 29. Wc3 ! 29. .. 1 85 h6 h5 Es posible q u e 25 g4 sea más preciso, pero objetivamente esta jugada no es más floja. 25. ... f5! ? Esta era la idea de mi jugada anterior (de otro modo, las blancas habrían continuado con g3-g4, f2f4, g4-g5 , etc.) . Ahora se dificulta el avance de los peones, y mi rey consigue un cómodo refugio en f6 . 26 d5 exd5 27 cxd5 �e7, ó 27 . . . �c8 , no e s peligroso para las negras. 26. f3! 27. g4 28. fxg4 �e7 fxg4 �f6 (P) 2 . 1 1 ¿Qué jugar las blancas? deben Las negras han logrado imped ir g4-g5. Si 29 :a7 , entonces es dudoso 29 . . . �c5? , debido a 30 :xb6! ':xb6 31 dxc5, pero por otra parte, cuentan con la maniobra 29 ... �c8! Y 30 . . . l:!cd8 . ¿Cómo pueden progresar las blancas? ¿Qué arma del extenso arsenal de técnicas del final puede . g6?! Las blancas tend rían q ue resolver problemas más difícil es después de 29 . . . We 7. En caso de 30 �a7+ !? �d7 (30 . . . �f6 31 �b7 es malo para las negras) 31 :xd7 + Wxd7 32 g5 We7, la posición negra seguiría siendo d ifícil , pero q uizá no desesperada. Tem ía 30 g5, sin ver la elegante defensa 30 . . . �d5! (P) 2 . 1 2 ¿ P ueden las blancas segu i r j ugando a ganar? Nada se logra con 3 1 :axb6 l:!xb6 32 �xb6 �xg5. Después de 31 �xd5 exd5 32 c5 hxg5 33 �xb6 �xb6 34 cxb6 �d6 35 Wd3 �c6 36 We3 'it>xb6 37 <iit>f3 �b5, es tablas, pues los peones coronan al mismo tiempo. Sólo q ueda 3 1 .:ta7+! �f8!? (después de 3 1 . . . ':d7 32 :xd7+ 204 Posiciones sencillas �xd7 33 g6, O de 33 gxh6, las blancas tienen clara ventaj a , mientra s q u e si 3 1 . . . <it>d6 , entonces 32 ':xb6 ':xb6 33 cxdS y 34 ':xg7 es decisivo). Es probable que también ganen con 32 <it>d3! ':xg5 33 c5 ':xh5 34 ':xb6 ':c8 35 ':xe6 (r.ecomendado por Anand). 30. <it>d3 ! 31 . gxh5 · gxh5 iZugzwang, de nuevo! 31 . ... <it>e7 (P) 2 . 1 3 ¿Qué j ugar las blancas? Ahora 32 ':xb6? �xb6 33 cxdS (esperando 33 . . . exdS? 34 g6) es un error, en vista de 33 . . . hxgS! Es interesante la sugerencia de Zviagintsev, 32 cS! ? eS! 33 ':xb6 exd4+ 34 <it>d3 .sdxcS 35 �bb7 (pero no 35 ':b8+? lIc8 36 llbb7 �xg5). Después de 35 . . . hxg5 36 llf7+ Wg8 37 :xg7+ �h8, la poslclon negra parece muy peligrosa , pero tal vez pueda sostenerse: 38 ':gd7 (38 ':h7+ �g8 39 �hd7 �f5) 38 . . . :c3+! (38 . . . ':c8? 39 h6, con la mortal amenaZ2 40 �h7+ �g8 4 1 ':ag7+ �f8 42 ki,:-.,8++) 39 <it>e4 ':e3+ 40 <it>d5 (I.� O '>-fl) ':f3+, seguido de . . . ':cf6) 4 0 �6 41 h6 ':g6! La contin .j ..:;ción más fuerte es 32 ':xd5! exd5 33 g6! llxc4+ 34 �d3. Más tarde las blancas ganan el peón d5, consigu iendo u n a ventaja decisiva . deben La torre blanca ha cu mpl ido magn íficamente su tarea en b5. Ahora debe pasar al flanco de rey para atacar el peón de h6. La casilla g6 constituye un excelente punto de invasión. 32. ':b1 ! �d7 32 . . . ':c5 es malo, debido a 33 ':a7+! �f6 34 :xb6! :xb6 35 dxc5. 33. ':g1 . ':c7 De nuevo, no es posible 33 . . . ':cS, en vista de 34 �g7+ �c6 35 llaa7. 34. �g6 34 �g7+ �c6 35 ':xc7+ �xc7 36 ':a7+ también es fuerte, aunque después de 36 . . . 'litc8, las blancas deben tener en cuenta 37 . . . b5 ó 37 . . . e5 38 d5 b5. 34. ... �c8 Una derrota memorable No era mejor 34 �dc6 35 :a4, o bien 35 :xh6 �xc4 36 :xb6 . 1 87 (P) 2 . 1 4 ¿Qué j ugar las blancas? deben U n principio muy importante en la técnica de material izar la ventaja es la supresión del contrajuego enemigo. U bilava ve que, en caso de de 35 �xh6?! :cd7, el juego se agudiza. Para asegurar sus peo nes centrales, desca rta ganar material y fuerza el cambio de un par de torres. 35. :g8+1 36. �ga8 )Íjlb7 �dd7 36 . . . gcd7 37 �6a7 + �c6 38 �c8+ llevaría al mate. 37. �6a7+ 38. �xc7+ �c6 �xc7 38 . . . kIxc7 39 �h8 �g7 era algo más tenaz, pero tras 40 �xh6 �g3+ 4 1 �e4 �d7 42 kIh8 (ó 42 �g6) , la posición negra seg u i ría siendo desesperada. 205 (P) 2 . 1 5 . ¿Qué debe n J' ugar las blancas? "Hay q u e ten e r u n a g ra n presencia de á n i m o para n o apoderarse i n mediatamente d e l botín , y esperar a hacerlo tras algu nas jugadas preparatorias" (Rudolf Spiel man n ) . Ubilava no se apresura a atacar el peón de h6, ya que a 39 �h8?! sigue 39 . . . b5 ó 39 . . . e5 40 d5 b5, Y de nuevo las neg ras tienen esperanzas de salvar la partida. 39. �e4! 40 . �b8 ! �d6 Después de 40 �h8? ! , eran posibles tanto 40 . . . �c7 como 40 . . . �g7 4 1 :xh6 �g4+. Al atraer 1;: rey negro a la defensa de b6 , 12 j blancas ganan la importante casil la e5 para su rey. 40. ... �c6 La jugada secreta . Aq u í se aplazó la partida y las negras se rindieron sin reanudarla. Creo que al lector que haya seguido atentamente esta partida no será preciso expl icarle q ué sign ifica técnica y lo importante que es poseer el dom inio de u na buena técnica. Al estudiar una partida de un libro o una revista , incluso bien comentada , n o es fácil ver y percibir todos los problemas en la 206 Posiciones sencillas forma que los jugadores los vieron y experi mentaro n . Puede usted acercarse a sus sensaciones, si trata de resolver por su cuenta las mismas tareas que ellos resol viero n . Esta forma d e entrena miento (que llamo una partida con preguntas, y que util izo continua mente en las sesiones con mis alumnos de cualquier nivel) es la que ofrezco aqu í. En los análisis de la partida Ubilava - Dvoretsky tuvo usted q u e responder a ocho pregu ntas (podrían haber sido más) . Algunas de sus respuestas probablemente no coincidieron con las m ías. En tales casos, debe estar conforme con mis respues tas, y admitir el error cometido en el cálculo o en el razonamiento, o bien mantener su pu nto de vista , pero respaldándolo con análisis concretos. E n ambos casos, el beneficio que obtendrá del trabajo realizado es incuestionable. CUANDO LA TÉCNICA FALLA A menudo cometemos errores, pero si no somos capaces de percibirlos una vez que alguien nos los señala, eso significa que somos incapaces de un razonamiento sensible. M ichel de Montaigne Sax A. Rodríguez Subotica 1 987 Torneo I nterzonal - 1 89 -. • • � &�� r$# :;:(1-;; "��W ;'% FS' :.:'.��{� 1? ��:;: _ . �� /i-i ;( .. i-i 0': / .. . .•.1Í ·;¿;.. .::�:.'/ .'.// /\j � ,.í'J;.··"· · · /Y';..;�� /� /" .1 "� ' ./;;/.%:'�..,:%%"';;.d/ ,··. ��..; //. . . í'.� .. ;; .. a ' '''' · / . /, . _ I� '/./-/./,/' . �$P .... . _ _. . _. LS _ 'ft!f • %� �!& LS i?�";/;�: ��;�(.jt!J/�'f ;/\1iW _:ia:" ' �t J_ " '. fk" :;;% . %';(;?; ' �c, ,} (E) 2.3 1 88 ¿ Cómo debe eva l u a rse esta posición? El peón extra de las blancas está compensado, hasta cierto punto, por la actividad de las piezas neg ras y, por tanto , las tablas parecen ser el desenlace más probable. J uegan negras Por el momento, es desfavo rable tomar en b2. Después de 36 . . �xb2? 37 �xb2 .txb2 , las blancas tienen la fuerte 38 ttJc2 ! , . Cuando la técnica falla preparando 39 <it?e3! (la directa 38 a4 i.d4 39 a5 <it?f8 40 ctJc2 i.c5 4 1 a 6 <it? e7 4 2 ctJa3 <it? d 7 4 3 ctJb5 <it?c6 44 ctJc3 tampoco es muy agradable para las neg ras) . Y 36 . . . .txb2? no resulta , debido a la clavada: 37 :d8+ <it?h7 38 :b8 . 36 . .. . <it? h7?! La jugada de Amador Rodrí guez, aunque objetivamente no es un error (puesto que no echa por tierra las tablas), parece extraña, porque contradice u n principio del juego en el final , a saber: en el final el rey es una pieza fuerte, que debería tomar parte activa en el juego. Al sacar su rey de la última fila, las negras crean la amenaza .txb2 , pero ¿cuál es su sentido, si las blancas no tienen otro modo, aparte de b2-b4, de reforzar su posición? Era más lógico jugar 36 . . . g6!?, preparando <it?g7 y f7 -f5, o bien 36 ... <it?f8!?, seg uido de <it?e7, donde las negras habrían mejorado su posición , en el caso de que el juego pasase a u n final de piezas menores o de torres. 37. b4 .tc3! Después de 37 . . . �b3 38 ttJc2 .tb2 39 ctJd4 .txd4 40 :xd4 ':xa3 41 ':xe4 �xh3 42 ':e3 (42 <it?d2 �f3) 42 . . . :h4 43 �g3 f5 (o bien 43 . . . h5) 44 b5 fxg4 45 b6 :h5 46 �b3 :e5+ 47 <it?d3 :e8 48 b7 �b8 49 �e4 �g6, puede que las negras no 207 pierdan , pero la v�riante parece muy peligrosa para ellas. Sobre todo porque las blancas pueden jugar 39 h4 (en lugar de 39 ttJd4), o bien 38 �a2 (en lugar de 38 ttJc2). 38. 1 90 :d1 _ " ,� , . _ - - . �� . �� . . /, ,._ . 'a ' , _, u /'�I _ " M Y5� . _ o _._�_ . � � r · lSz ¿N �i, . W� W � •o 1\ ��-% .'' . �_" '_ �'D"/,'/_ B J: _ M �� _ . (P) 2 . 1 6. ¿Cómo deben defenderse las neg ras? Aqu í se cometió el error que decidirá la partida. 38 . ..• l1b2+? Las negras son coherentes en sus errores. Primero, llevaron su rey a la banda, y ahora empujan al rey contrario hacia el centro. Era esencial 38 . . . llb3! Sax indica la variante 39 ttJc2 �b2 40 ':c1 g6 41 �e3 f5 42 a4 .txb4 (42 . . . f4+? 43 �xe4 i.d2 no da resultado, debido a 44 :d1 lixc2 45 <it?d3) 43 l¿Jxb4 l:D<b4 44 :a1 , sin evaluar la posición final. Es posible que esté ganada, aunque 44 ... :b3+ requiere verificación. Sin embargo, no es difícil mejorar la defensa negra, y de varias formas. Posiciones sencillas 208 por ejemplo: no es esencial move r la torre de b3 , pues impide que e l rey suba a e3 . Juguemos 39 . . . g6 ! ? Y no es fácil progresar para las b lancas. Después de todo, 40 a4 .l:.b2 4 1 Mc1 i.xb4 es malo, y 40 .l:. d7 :b2! 41 :xf7+ �g8 42 'gc7 �xc2 + 43 �d 1 :d2+ 44 �c1 �d3 tamp oco resulta . En caso de 40 :c1 , las negras pueden jugar, por ejem plo, 40 . . . f5 41 a4 f4. Sin embargo, no tiene sentido que las negras eviten la variante propuesta por sax, ya que no le concede ventaja a las blancas. Como señaló Bologan, después de 39 tUc2 �b2 40 l:Xc1 g6 41 <it>e3 f5 42 a4, es muy fuerte 42 ... i..f6 ! (con la tremenda amenaza ... .i.g5+) 43 f4 exf3 44 �d3 (44 �xf3 i..g5) 44 . l:Ib3+ 45 <it>c4 Mc3+, y las negras gana n . . 39. 40. �e3 <it>xe4! :'e2+ �f3 ! Mxe1 .i.xe1 .i.a5 No hay forma de salvar la parti da, porque el rey está demasiado lejos. Por ejemplo: 43 . . . �g6 44 b6 i.a5 45 b7 .i.c7 46 �e4 �f6 47 �d5 �e7 48 �c6 �d8 49 a4 .i.b8 50 �b6. 44. 45. 46. 47. 48. 49. 50. 51 . 52. 53. 54. Ma2 Esta era la idea de Rodríguez: las negras cazan el caballo. Pero las piezas en juego son las mismas (pue sto que las blancas tienen un rey "extra") , que no es inferior en fuerza al alfil. La palabra decisiva la tendrán los peones del flanco de dama , apoyados por su rey. 41 . 41 . 42. Mxe1 43. b5 . Si ahora 40 . . . .l:.xa3, entonces 41 liJd3 :b3 42 �d5 ! , con fácil victoria . 40. Es importante que el peón de f2 sea defendido. �e4 �d5 f3 b6 b7 a4 a5 a6 �c6 gxh5 �b6 �g6 i.. e 1 <it>g5 �h4 i.. g 3 <it>xh3 i.. b8 g6 h5 gxh5 Las negras se rindieron. Chiburdanidze - Alexandria Borzhomi/Tbilisi 1 98 1 Campeonato Mundial (33 partida) 1 91 Cuando la técnica falla (P) 2 . 1 7 ¿Qué deben j ugar las neg ras? Nana Alexa n d ria hab ía con ducido muy bien el medio juego. En la sencilla posición resultante , su control de la columna d le concede mejores posibilidades. Em pleemos el pensa miento profiláctico. Los peones blancos del flanco de dama son vul nera bles, por lo q u e les g u staría disponerlos en cadena (a3-b4-c5) donde serían más resistentes. Este plan puede impedirse fácilmente con 26 ' " ktd4! 27 a3 a5! , con ventaja decisiva . Las negras amenazan 28 . . . ktc8 ó 28 . . . e5, seguido de 29 . . . tbd3. Son malas 28 tbb5? y 28 tbe4?, debido a 28 . . . tbe2+! 26 . . .. eS? En términos generales, ésta es una j ugada úti l , creando la amenaza 27 . , . tbd3, pero no es oportu n a . Las bla ncas paran fácilmente la amenaza, al tiempo que refuerzan su posición . Una vez más, podemos comprobar que la técn ica de materializar una ventaja no es posible sin una constante restricción de las posib i l idades enemigas. Esta y las siguientes im preci sior es de las negras se explican en p a rte por sus apuros de tiempo (media hora para 1 5 jugadas ) . Sin em bargo, ya he dicho antes y lo 209 repetiré , q u e los apuros de tiempo no son una excusa, porque el j ug a d o r d e be ser capaz de controlar su consumo d e tiempo . E n l a p rese nte partid a , N a n a conocía l a s primeras 1 5 jugadas y las real izó rá pidamente , pero en l as d iez s i g u i e ntes ( a u n q ue buenas, no especialmente d ifíci les de encontrar) i nvirtió cerca de dos h o ra s . ¡ Al g o m u y poco práctico! 27. b4! Md2 27 . . . ktd4 28 a3 ktgd8 también era de considerar, esperando 29 ktge3? tbd3 30 ktb1 tbb2! Y 31 ... tbc4, atacando la base de la cadena de peones: el de a3. Sin embargo, las blancas podían haber salido al paso de esas intenciones, con 29 'íM1 ! 28. ktge3 La tranquila 28 a3 �gd8 29 �ge3 era perfectamente posible. Por ejemplo: 29 ... tbd3 30 � j e2 tbb2 3 1 Mxd2 �xd2 32 �e2 Mxe2 33 tbxe2 tbc4 34 a4. A la misma posición se llegaría después de 28 . . . �gd8 29 a3. A fin de evitarla , Alexandria acepta el intercambio de gol pes propuesto por la campeona mundial. 28. 29. tbe4! 30. tbxd2 tbd3 ! ? tbxe1 tbc2 Posiciones sencillas 2 10 (P) 2. 1 8 ¿Qué habría j u gado usted ahora? U n o de los problemas del j ugador q u e se encuentra en poslclon inferior es que, constan temente, tiene que decidir entre formas activas y pasivas de d efensa . Normal mente, se le concede preferencia a la defensa activa (lo que será cubierto con mayor amplitud en cap ítulos ulteriores) , pero, por supuesto, no siempre. En este caso, las blan cas h u biera n hecho mejor en defenderse pasivamente: 31 �b3! :d8 32 tZJf1 :d 1 33 g3 ttJd4 34 ltb2 . 31 . �d3?! tZJxb4 Observar entre la audiencia el juego de sus alumnos representa un considerable estrés para u n entrenador. C o m o , p o r ejemplo, contempla( que en esta más que evidente íugada , Nana i nvirtió cinco minutos , a pesar de que ya estaba considerablemente apurada de tiempo. 32. �d7 32. tZJc6?? En apuros de tiem po deben elegirse las contin uaciones más sólidas. Nana podía haber pasado a un final con cuatro peones contra tres en un flanco, que le hubiera garantizado un juego fácil , aun con poco tiempo. La partida probablemente se aplazaría. Con torres y caballos en el tablero, o en caso de cambio de torres, las negras habrían conservado buenas posibilidades de ganar (mientras que el final de torres es tablas). La variante que sigue se sugiere por sí sola: 32 ... tZJxa2 33 �b7 :d8 (33 ... �c8 34 ttJb3 a5 35 �a7 �b8 también es fuerte) 34 �b2 ttJc3, amenazando 35 . . . ttJe4 ó 35 . . . �c8. Alexa ndria vio esta variante pero , temiendo no poder ganar e i final , invirtió sus últimos minutos en buscar otros caminos (de nuevo, muy poco práctica) . Por supuesto, Nana ya no ten ía tiempo para comprobar la idea q ue encontró. 33. 34. 35. :xb7 ttJf1 �c7! �d8 :!d5 Maia C h i b u rd a n idze ve la idea d e su oponente . Después de la n at u ra l 3 5 l:I b 6 , Alexa n d ría pensaba seg u i r con 35 . . . ttJd4 ! 36 g 3 (36 �xa6? ttJe2+ 37 � h 1 l:Id 1 ) 36 . . . a5 37 c 6 :c5 , y las n eg ras ganan u n peón , conser vando los suyos d e l flanco d e dama. Este plan , sin. embarg o , Cuando la técnica falla es defectuos o , pues e n lugar de 37 c6? , es más fuerte 37 l:tb8+ Wh7 38 l:tc8 , con igualdad . 35. 36. l:txc5 g4! El peón extra de las negras está completamente neutralizado por la desagradable clavada de la columna c. Se amenaza con la marcha del caballo blanco a f5 ó h5. 36. 37. g6 h4 �g8 e4? ! Un innecesario debilitamiento: se concede la casilla f7 al rey blanco, y sus posibilidades son ahora preferibles. 39. 40. 41 . decidimos evitar la natural 41 . . . g5+, a lo que las blancas no responden 42 �g3 (con iea de 43 h5) 42 . . . l:tc3! 43 h5 ttJd4! , sino simplemente 42 hxg5 hxg5+ 43 �xe4 �e5+ 44 Wd3, manteniendo cierta presión , puesto que 44 . . . ttJb4+ 45 �d4 ttJxa2 46 llJd5 es peligroso para las negras. Encontramos otro camino, objeti vamente más fuerte y también menos evidente, que podía habér sele escapado a las blancas. 41 . ... h51 ttJe3 Más flojo es 37 �f4 l:ic4. 37. 38. 211 �g2 Wg3 Wf4 �f8 �e8 1 93 La jugada secreta. En nuestros análisis de la posición aplazada L a campeona mundial pensó durante largo rato y decidió dejar de jugar a ganar. 42. 43. gxh5 Wxe4 gxh5 Nada se consegu ía con 43 ttJf5 Wd8! 44 :f7 (44 �h7 �c2 45 �xh5 :xf2+ 46 �xe4 llJe7!) 44 . . . �c2 45 l:txf6 l:txf2+ 46 Wxe4 (46 �e3 �f1 ) 46 . . . llJe7 ! , y las negras están fuera de peligro . En el análisis consi " deramos también 43 a3!? a5 44 Wxe4 (si 44 a4, entonces 44 . . . ttJe5! 45 l:txc5 ttJd3+ 46 Wxe4 ttJxc5+ Y 47 ... ttJxa4) 44 ... l:te5+ 45 <it>d3 �c5 ! , y las negras sostienen su posición sin dificultades. La situación es similar a la que habría resultado tras 4 1 . . . g5+, pero e n tal caso las negras carecían de contrajuego, mientras que aqu í el peón de h4 es vul nerable (tras un posible ttJe7-g6). 43. 44. lIe5+ �d3 Posiciones sencillas 212 Tablas, a propuesta de las blan cas. Después de 44 . . . l:.c5! 45 �d2 (45 l:.b7 l:.a5! ) 45 . . . a5, no consiguen reforzar su posición. Este fi nal demuestra q u e el arsenal de un jugador está formado (o más preci sam e nte , debería estar formado) no sólo por técn icas ajedrecísticas, sino también por la técnica de com portamiento en el tablero, por los métodos racionales de busca r ca m in os y tomar decisiones. (E) 2.4 La cuestión más difícil en ajedrez es elegir una jugada entre varias igualmente buenas en apariencia, y no hay nada más injusto que, a la conclusión de una partida así, declarar al oponente (como a veces sucede), a modo de justificación, que en realidad estaba perdido. Siegbert Tarrasch 1 94 J uegan negras (E) 2.5 1 95 EQUILIBRIO EN LA BALANZA Las posiciones sencillas no son en absoluto simples. Para jugarlas con seguridad, se requiere una buena técnica, pero ni siquiera esto es una total garantía de éxito. Porque muchos d€ los problemas q u e nos esperan no son de naturaleza técn ica , sino creativa . Aqu í, como en otras fases de la partida, tendrá usted que superar la feroz resiste ncia de su adversa rio, adivi n a r sus ideas, vislumbrar sus planes y buscar el modo táctico más efectivo de l levarlos a cabo. Hasta los juga dores técnicos más consu mados son , a veces, incapaces de sopor tar la tensión de la lucha, y no consiguen eludir errores i m por tantes y hasta fatal es, por no decir nada de imprecisiones aisladas. Equilibrio en la balanza La partida que examinaremos a conti nuación es una buena ilustración de lo anterior. Veremos cómo Yasser Seirawan -un fuerte gra n m aestro con u n a suti l comprensión del juego posicional y una excelente técn ica- pierde un final en el que ten ía un saludable peón de ventaja. 2 13 es difícil impedir el p l a n enemigo con una j ugada n ormal de d esarro l l o , así que ¿ por q u é rechazarla? 6. 7. 8. 9. � g2 o-o lid 1 ttJc6! d6 iLe7 1 96 Seirawan - Van der Wiel Wijk aan Zee 1 983 1. 2. 3. 4. 5. 6. e4 l2Je3 ttJf3 g3 e4 �e2 e6 eS l2Jf6 b6 i.b7 (P) 2 . 1 9 ¿Qué j u garía usted con negras? Las blan cas quieren jugar 7 d4 cxd4 8 l2Jxd4, seguido de �g2 y o-o. La partida Petrosian - Psajis (I nterzonal de Las Palmas 1 982) prosiguió así: 6 . . . d6 7 d4 cxd4 (7 . . . ttJc6!?) 8 l2Jxd4 g6? (mejor es 8 . . . a6) 9 iLg2 a6 1 0 O-O lZJbd7 1 1 :d 1 ! �b8 1 2 a4! iLg7 1 3 a5, con g ra n ventaja posicional de las blancas. Naturalmente, si usted jugase posicion es "erizo" con negras , puede perm itir d2-d4 . Pero es mejor enfocar las cosas s i n prejuicios: en el caso concreto n o Las blancas de nuevo planean d2-d4. El modo más sencillo de evitarlo es 9 ... e5! , con posición igualada. (P) 2.20 Anal ice las consecuencias de 9 . tiJd4. . . Objetivamente, la j ugada de caballo a d4 qu izá no sea inferior a 9 . . . e5 , pero es mucho más arriesgada, ya q u e req uiere u n preciso cálculo de l a s com p l i caciones combinativas y (lo que aún es más difícil) una correcta evaluación de sus consecuen cias. 9. 1 0. ttJxd4 1 1 . l2Jb5! lZJd4!? exd4 Posiciones sencillas 2 14 1 1 eS .i.xg2 1 2 exf6 .i.xf6 1 3 wxg2 dxc3 1 4 dxc3 �c7 conduce a u n a posición más o menos igualada. No es fácil evaluar la tranquila 1 1 l2Jb1 eS 1 2 d3. Las blancas planean f2-f4 y l2Jd2-f3, Y las negras no deberían esperar pasivamente. Pero el centro está cerrado, y el riva l no tiene debilidades en el flanco de dama. Creo que la ú nica forma de no entregar la iniciativa es emprender contrajuego en el flanco de rey: 1 2 . . . h5! 1 3 f4 h4. 11. 1 2. eS l2Jxd4! ? Esta tentadora captu ra es cuestionable. Merecía seria consi deración 1 2 d3!? En caso de 1 2 . . . a 6 , la combinación 1 3 l2Jxd4 ! ganaría en fuerza , en relación con la partid a . Y si 1 2 . . . O-O, las blancas pod ían haber respondido 1 3 f4 a6 1 4 l2Ja3, con una posición l igeramente mejor (tras el enroque, la idea h7-h5-h4 ya no tiene sentido) . 1 2. 1 3. e5 exd4 .i.xg2 1 3 . . . dxe5? es malo, por 1 4 i.. x b 7 lib8 1 5 i.. c6+ Y 1 6 �xe5. 1 4. 1 5. 1 6. exf6 'iVxe7+ fxe7 i.. b 7 'Wixe7 1 97 (P) 2 . 2 1 ¿Qué j ugar las negras? debe n Al analizar las consecuencias de 9 . . . l2Jd4, las negras deben haber llegado hasta esta posición, que las blancas pueden forzar si lo desean . Sobre su evaluación debe basarse l a eval uación d e l as negras en su novena jugada. 1 6 . . . 'iitxe 7?, como se jugó en la partida, es incorrecto, en vista de 1 7 b3! , con la amenaza 1 8 i.. b 2. Las negras no pueden evitar la pérdida de u n peón. Como demostró Van der Wiel , lo correcto era 16 . . . d3! 17 �e1 ..tf3 1 8 �e3 i..e2 1 9 b3 �d7 20 ..tb2 f6 Y 2 1 . . . �he8, con igualdad. En vista de esta variante, Van der Wiel sugirió que su oponente debía haber tomado en e7 no con su dama, sino de peón. Después de 1 5 fxe7 'iJlxe7 1 6 �xe7+ cJ;;xe7 1 7 b3, con una posición de la partida ventajosa para las blancas. También considera que 1 5 . . . iVd7 1 6 lif1 les es favorable (ahora, si 1 6 . . . 'iVc6, 1 7 f3). Equilibrio en la balanza No estoy de acuerdo con la ú lti ma eva luació n . Las negras conservarían buen contrajuego con 1 6 . . . 'ii'f5! (amenazando 1 7 . . . i.f3) 1 7 f3 d3 1 8 �e3 c¡td7 1 9 b3 �he8. Esto sign ifica que e l salto de caballo de la novena jugada no fue un error. 1 6. 1 7. b3! c¡txe7? :he8 Si 1 7 . . . d5, sigue 1 8 �e 1 +! c¡td7 1 9 i.b2 dxc4 20 bxc4 y, gracias al jaque intermedio, la torre no puede proteger el peón d4. 1 8. 1 9. i.b2 i.. x g7 (P) 2 .22 ¿Qué j ugar las blancas? d3 c¡td7 deben Poco se logra con 20 ':e 1 ?! i.f3 (20 . . . d5!?) 2 1 �e3 ':xe3 22 fxe3 f5, o bien 22 . . . i.e2, donde el peón extra de las blancas apenas se nota. 20. �dc1 ! i U na excelente maniobra! La torre se d i rige a c3 , a fin de atar el alfil a la defensa del peón d 3 , y entorpecer así el contraj uego rival en la col u m na e (si ahora 20 . . . ':e2 , entonces 2 1 i.. h 6, con idea d e encerrar l a torre con i.e3 ) . Tam bién le resu ltará m á s d ifícil a las negras d ecidirse por d6-d 5 , puesto q u e d e b e n afro ntar la respuesta c4-c5 . Además , desde 215 c3 l a to rre p a rticipa rá en la proyectada ofensiva blanca en el flanco de dama. ¿ Puede pedi rse más a una jugada? 20. 21 . 22. �c3 i.d4 i.f3 i.e2 M uchos jugadores, sobre todo a q u é l l o s con u n a fo rma d e pensar i nt u itiva , no está n habituados a u n a tensión pro longada y es ca racterístico en ellos q u e se relaj e n tras haber res ue l to sus pri n c i p a l e s p ro b l e m a s . ¿ De qué otro modo p u e d e expl ica rse esta y l a s s i g u ientes i m pre�l s l o n e s de Seirawan ? N o había necesidad de trasladar el a lfi l a una posición más sólida y s í era lóg ico in iciar d e i n m ed iato , co n 22 a4 ! , un ataque en el fla n co de dama. 22. 23. i.e3 :e4 :g8 Posiciones sencillas 216 (P) 2 .23 ¿Cómo deben conti n uar las blancas? I nesperadamente , las negras disponen de la amenaza f7-f5-f4, contra la q u e deben tomarse medidas u rgentes. 24. f3! Es importante liberar la casilla f2 para el rey. Después de 24 . . . .i.xf3 2 5 :xd3 , l a s blancas conservan una evidente ventaja. También es malo 24 . . . �xe3 25 dxe3 d2 26 �f2 d 1 'ir 27 ':xd 1 .i.xd 1 28 ':c1 , pues el alfil queda atrapado, y el final de torres está ganado por las blancas. 24. oo. :h4!? Forzado, ya q u e las negras amenazaban 26 . . . f4 27 .i.f2 fxg3 28 hxg3 �f4, y si 26 .i.f2, habría seguido 26 . . . �f4. 26. 27. �hg4 �f2 Ahora resulta evidente que con su jugada 25, las blancas han perdido un tiempo importante. 27. 28. �g1 29. i.d4 h5 h4 Las blancas tienen que afrontar la amenaza 29 . . . hxg3+, Y si 30 hxg3, 30 . . . llh8, con idea de 31 . . . llh2+ 3 2 �g2 ll h 1 . 1 99 Las negras no permiten que e l rey contrario vaya a f2 . 25. �g2?! A una jugada buena, las blancas vuelven a seguir con una superficial. Por segunda vez, Seirawan retrasa su ataque al flanco de dama. ¿ Por qué defender el peón de f3 si, de todos modos, no puede tomarse (25 . . . .i.xf3? 26 �f2)? Era muy fuerte 25 b4! Por ejemplo: 25 . . . d5!? (25 . . . f5 26 f4 �hg4 27 �a3 ; 25 . . . �c6 26 b5+ �b 7 27 a4) 26 cxd5 :txb4 27 �2, con la inevitable penetración de la torre blanca en la séptima fila. 25. 26. f4 f5 (P) 2 .24 ¿Qué j ugar las negras? deben Está claro que deben renovar la amenaza de contrajuego en la columna h , situando una torre en g6, ¿ pero cuál? Van der Wiel no resuelve el problema. 29 . .. . �4g6? ! Equilibrio en la balanza Lo correcto era 2 9 . . . �8g6! La explicación , un poco más adelante. 30. :ícc1 Si 30 b4?! , entonces las negras pueden jugar 30 . . . ':h6 31 �a3 hxg3+ 32 hxg3 a5! 33 bxa5 bxa5 34 �xa5 �h2+ 35 �g2 �h 1 , Y al rey blanco no le resulta fácil buscar refugio. 30. 31 . �h6 gxh4! Después de 29 . . . �8g6! 30 �cc1 �h6 , la torre negra seguiría en g4, y las blancas no dispond rían de esta j ugada q u e a l ivia la tensión , ni tampoco de 31 h3!?, q u e es posible aq u í. Para ser honesto, debo decir que con 3 1 a4 'lt>c6 32 b4, las blancas habrían conservado la ventaja. 31 . 32. 33. 200 �xg 1 �g7+ �xg1 �xh4 'lt>e6 217 (P) 2 .25 ¿Qué j ugar las blanca·s ? debe n El momento crítico de la partida. Ahora era posible pasar a un final ganado de alfiles de distinto color, con 34 �g6+! (es útil hacer retroceder primero al rey negro) 34 . . . 'lt>d7 35 'lt>g3! �g4+ 36 �xg4 fxg4 37 f5 �e7 38 'lt>f4, o bien 36 . . . i-xg4 37 'lt>h4 'lt>e6 38 h3! i.f3 39 'lt>g5 (Van der Wiel). Hay que decir q ue la menos precisa 34 <it>g3 no echa por tierra la victoria. Por ejemplo: 34 . . . �g4+ 35 �xg4 fxg4 3 6 'lt>f2 ! , seguido d e 'lt>e3 y b3-b4-b5. 34. i.e3?? lih3! Obviamente , Seirawan sólo contaba con 34 ... �xh2+ 35 'lt>g3 �h 1 36 z:rxa7, y omitió esta sencilla réplica de su oponente, que impide el avance del rey blanco y plantea la amenaza 35 . . , �f3+ 36 'lt>g2 (36 'lt>e 1 �f1 ++) 36 . . . �xe3! 37 dxe3 d2. Tales omisiones le cuesta n caras al jugador, que suele ser a bru mado por las emociones: desil usión , resenti m iento por el "injusto" g i ro de los aconteci mientos, y enfado consigo mismo. En esos casos puede resultar muy d ifícil mantener la compostura y evaluar sobriamente la n u eva situación . Como consecuencia de e l l o , pueden de rivarse n u evos errores . . . Ahora las blancas deberían haber comprendido que, con su Posiciones sencillas 218 última jugada, habían dicho adiós a toda perspectiva de victoria, y que era el momento de concentrarse en buscar las tablas. De esa forma, habrían optado por 35 �g3 �xh2+ 36 :g2, con igualdad. 35. 36. �e1 ? ! �g1 �f3 36 .i.f2 :xf4 37 :xa7 lie4 era arriesgado para las blancas. 36. ... d5! E sta poslclon ta m bi é n es pel igrosa , pero las blancas tienen u n claro cam i no hacia las tablas, y no sólo uno: 38 h4!? :h3 (38 . . . �e4 3 9 fih 1 ) 3 9 .i.f2 �e4 4 0 l:lg3! z:th 1 + (40 . . . :h2 41 l:te3+) 4 1 1:í:g 1 :h3 (4 1 . . . l:th2? 42 .i.g3 lih3 43 �f2) 42 :g3, o bien 38 .tf2 ! ? :xf4 39 �g7 :e4 40 nd7 + ! �c6 4 1 :d4 :e8 42 .i.e3 y 43 �f2 . 37. 38. 39. 40. 41 . 42. 43. 44. h4? .txd4 .tf2 ng7 :xa7 �f1 :a6 eS d4! . ':xf4 : e4 f4 .i.g4+ �e2 :xd2 �f5! No 44 . . . �d 1 +? 45 �g2 d2 46 z:txb6+ 'iite 5 47 l:.d6 , la jugada sino 44 . . . ':c2! , que también habría ganado. (P) 2.26 ¿Qué j ugar las blancas? deben Las negras amenazan 37 . . . d4! 3 8 .i.xd4 :xf4 . D e este mod o , el peón f se convierte en pasado y, si l lega a f4 , priva ría al alfil de la impo rtante casilla e3. A pesar de su peón de ventaj a , la posición bla nca sería difícil . La razón es que su rival conserva el ataq ue, y los ataques con alfi les de distinto color son muy pel i g rosos , a u n c u a n d o q u eda escaso material sobre el tablero . Deberían cam biar en d5: 37 cxd5+! �xd 5 . 45. exb6 �e4 Todas las fuerzas participan en el ataque. n eg ras 46. l:.a4+ Tam bién es desesperado 46 .te1 lid 1 , seguido de 47 . . . d2. 46. 47. 48. 49. 50. lixf4+ b7 .te1 �xe1 �f3 �xf4 ':d1 + ':xe1 + �e3 Táctica en acción 219 y las blancas s e ri ndiero n . Después de 5 1 b8'iV d 2 + 5 2 �f1 d 1 'iV+ , reciben mate. Como conclusión, debo decir que, cuando perdió un peón, Van der Wiel no se situó a la defensiva, sino que, por el contrario, jugó de forma agresiva, y supo mantener la tensión que, en última instancia, fue lo que provocó los errores de su oponente. TÁCTICA EN ACCIÓN La capacidad de encontrar combinaciones es una inequívoca característica del buen juego, lo mismo que el conocimiento de aperturas o la destreza en la conducción de finales. Rudolf Spielmann Los psicólogos considera n que la mejor forma de relajación no es, de n i n g ú n mod o , la ociosidad , sino la momentánea ocupación en otro tipo de activida d . Por esta razón , le i nvito -no por m ucho tiempo- a i n terru m p i r n u e stro debate sobre problemas estraté g icos o técnicos , y pasar a una ocu pación m á s ag rad a b l e : la búsqueda de golpes tácticos 'y com b i na c i o n e s . E n posiciones senci l l as es p ro b a b l e que la táctica no j uegue u n papel i nferior que en el medio juego, pero su i n terve n c i ó n s u e l e te n e r u n carácter tota lmente d iferente. E n esta fase s e prod ucen muchas menos combi naciones de mate , pero , por otra parte , surgen temas específicos del fi nal : a h og a d o , construcción de una forta leza y, e n especi a l , la p romoción de peones. Posiciones sencillas 220 Amenazando 49 �g5. Dvoretsky Alburt Dubna 1 970 - 48. i.. d 5 Tablas. 202 (P) 2.27 ¿Qué j ugar las blancas? deben Con su última jugada (41 ... �d7e7?, en lugar de 41 . . . �d7-e8!), las negras cometieron un error, que las blancas pudieron explotar. 42. g5! 43. g6! 44. �g5 ! ! h5 f6 El alfil e s tabú (44 . . . fxg5?? 45 g7) Y las tablas son inevitables. 44. 45 46. 47. i.xf6+ g7 .a:f5 �g4 �d6 e5 h4 Si 47 . . . �e6 , la respuesta más simple es 48 .a:g5, ya que tras 48 i.g5? ! �xf5 49 g8'iV i.e4, y el alfil de g5 está perdido. 48. .a:xe5 En esta combinación se han empleado dos proced imientos tácticos: el ataq ue doble y la intercepción . Tome nota de ellos. El primero es tremendamente impor tante. En el segundo tomo de esta serie (Secretos de la táctica en ajedrez) se le consagra todo un capítulo. El segundo juega un papel protagonista en el final , donde se utiliza no sólo como motivo táctico, sino también estratégico. Recuerde, al menos, la maniobra del puente, o posición básica de Lucena (torre y peón contra torre), o los finales de torres que se transforman en final de torre contra peones (descritos en el primer tomo de la serie, Secretos del entrenamiento en ajedrez). K. Ivanov - Dvoretsky Moscú 1 964 (partida amistosa) ca_e ti_ 22 1 ' n__________________� w_ _n_a _c_c_ ' c_ _a_ ___________________� ( P ) 2 . 28 ¿ Q u é deben j ugar las negras? Las negras tienen una g ran ventaja posicional . Pueden actuar de varias formas. Por ejemplo: 35 ... h5 ó 35 . . . :d4. Pero me atra ía la elegante jugada de la partida, que me permitía activar mi rey. 35. 36. d4! �c1 39. �d1 �d3 <it>d5 h5 <it>c4 Se recupera la torre y el final está ganado. 40. 41 . 42. 43. 44. �xe5 <it>f2 �xg5 lig7 �g1 h4+ ! <it>xd3 <it>c3 d3 Si 44 �xc7, entonces 44 . . . �d4 ( i intercepción ! ) 45 <it>e1 <it>c2 . Si 36 �xc4 d 3 , las negras recu peran la torre (37 �ee4 �xe4 y 38 . . . d2) . 36. 37. 38. :exe3 44. 45. <it>e3 :xb4 �b2?! 45 . . . d2 habría ganado más fácilmente. 46. :e1 <it>c2?! Las blancas se rindieron , al no ver que hubieran podido resisti r con 4 7 � a 1 . Sin embargo, después de 47 . . . a5!? 48 f4 d2 49 �e2 �b4 50 �a2+ <it>c3(b3), su posición es desesperada. 204 C. Hansen - Yusupov Gron inga 1 992 205 38. ... tDe3! U n a vez más, la táctica al servicio de la estrategia. De nuevo sacrifican las negras su caballo, y ahora debe tomarse , pues se amenaza 39 . . . <it>c4 Y 39 . . . h4+ 40 �f2 e4. Posiciones sencillas 222 (P) 2.29 ¿Qué j ugar las negras? deben El pri ncipal defecto d e la posición blanca es su peón de d5, que bloquea la diagonal de su alfi l , haciéndolo "malo". Pero no por eso hay que perderlo, y eso podría suceder. Porq u e este peón ha quedado separado de sus fuerzas y a s í lo pondrá de man ifiesto Yusupov con su próxima jugada. 1 9. ... e4 ttJxe4 206 ttJd7 ! Una excelente maniobra . S e amenaza 2 0 . . . ttJf6 ó 20 . . . l¿Jb6. S i s e ha dejado guiar por el epígrafe de este capítulo, buscando táctica para las neg ras, se habrá extraviado, porque la combinación se producirá más tarde. Tanto en el entrenamiento como en el juego práctico, trate de orientar sus búsquedas de acuerdo a los re querimientos de la posición, y no desde un punto de vista ya preconcebido. 20. 21 . fxe4 Ahora 2 1 �xe4 l¿Jf6, ó 2 1 Mxc8 Mxc8 22 �h3 MC? es claramente d esfavora b l e . En caso de la in mediata 2 1 �h3 son posibles estas variantes: 21 . . . Mxc1 22 Mxc1 ttJe5 23 MC? �xd5 24 Mxe?+ Mf7 25 MXf7 + 'it'xf7 26 �g2 l¿Jf3+, Y las negras ganaro n . Curt Hansen trata de resolver el problema del peón d5 por medios tácticos. (P) 2 . 30 ¿Qué j ugar las negras? debe n Por supuesto, querrían tomar en d5. Yusupov descartó 21 . . . .i.xd5! ! , tras haber calculado l a variante 2 2 Mxc8 ( 2 2 ttJg5 .i.xb3) 22 . . . Mxc8 23 l¿Jxd6 .i.xg2 24 l¿Jxc8 .i.xf1 25 'it'xf1 , en la que las blancas no sólo recobran el peón, sino q u e ataca n dos peones enemigos. Sin em barg o , así es como debían haber jugado las negras. En la posición fi nal e l caba l l o blanco queda encerrado , en un tablero completamente vacío: 25 ... a6! 26 ttJxe7 (se amenazaba 'it'f8e8-d8) 26 . . . l¿Jb6 ! 27 a4 a5! , con la mortal amenaza 28 . . . �f7. ¡ U n sorprendente final ! 21 . 22. ttJc3 ttJb6? Táctica en acción Al defender su peón d5, las blancas casi han igualado la partida . Después de 22 . . . a6, las negras podrían haber planteado algunos problemas a su rival, pero jugaron con menos precisión . 22. 23. ttJb5! 24. ltxc1 223 ( E) 2.7 208 l:tc7? ! l:.xc1 ..txd5 Tablas. Es posible 25 .txd5 ttJxd5 26 ttJc7! (26 ttJxa7? l:.f3) 26 . . . l:.f5 27 ttJxd5 l:.xd5 28 l:.c7 ltb5 29 �xe7 +, pero es más simple 25 :c7, con igualdad . J uegan negras (E) 2.8 (E) 2.6 209 J uegan negras J uegan negras Posiciones sencillas 224 ¡DEFENSA ACTIVA! Un contraataque nunca es prematuro. Savielly Tartakower El problema de defender posi ciones difíciles se comentó amplia mente en el tomo precedente, Secretos de la táctica en ajedrez. Una especial atención se prestaba al arte de cambiar abruptamente el desfavorable curso de los acon tecimientos, distrayendo al rival de una consistente materialización de su ventaja. La estrategia activa no sólo se justifica en el medio jueg o, sino también cuando sólo queda un reducido número de piezas en el tablero. Gabdrajmanov - Yusupov Riga 1 977 Campeonato U RSS de escolares 21 0 Las negras tienen una posición inferior, porque su alfi l , más que malo, es muy malo. Pero hasta estas posiciones pueden defen derse con éxito. 46 . ... i.. c 7! Es importante liberar a la dama para tomar medidas activas. Por ejemplo: 47 i.. e 3 �b2+ 48 i..f2 ..ta5! 49 �xc5 i.. c3 , con suficiente contrajuego. 47. i.. c 3 (P) 2.31 ¿Cómo deben conti nuar las negras? Nada se logra con una defensa pasiva : 47 . . . f6 48 �d7+ �g8 49 ..td2 'ilVd6 50 �e8+ �g7 51 i.. h 6+! , o bien 4 7 . . . 'iVd6 4 8 f4, con gran ventaja blanca. Por consiguiente, Artur decide sacrificar material. 47. 48. .txe5+ 49. �xe5+ 50. �xc5 51 . �f2 �b3! ! · .txe5 �g8 'iVe2 + Las blancas devuelven uno de sus dos peones extra , ya que no ven cómo suprimir el contrajuego enemigo tras 5 1 �h3 �e2! 51 . 52. a5 �xc4 'ilVb4! Es importante no perm itir que la dama contraria llegue a d2. !Defensa activa ¡ 53. �a2 �e1 Las fuerzas blancas están atadas, y su peón de ventaja no se nota en absoluto. La partida finalizó en tablas. Portiseh Timman Amberes 1 989 Match de Candidatos ( 1 U partida) - Como en el ejemplo anterior, la ventaja blanca está determinada por dama y alfil más activos. Pero mientras en el ejemplo anterior el alfi l negro era crón icam ente "malo", aquí tiene posibilidades de acti-varse, con c6-cS ó �c8-e6. Está claro, pues, que las blancas deben impedirlo. Antes de analizar las diversas jugadas profilácticas, conside remos la transición a un final de damas, con 26 bS. Después de 26 . . . cxbS 27 ..txb7 �xb7 28 �d8+!? �h7 29 'iVd3+ y 30 axbS, uno de los 225 peones blancos contiene a dos contrarios, lo que les asegura una clara ventaja posicional. 26 . . . cS 27 �xb7 ¡Vxb7 es más fuerte. Después de 28 'iVd6 , las negras experi mentan algunas dificultades, ya que por el momento no pueden jugar activamente: 28 . . . c4 29 �c6, ó 28 . . . 'iVe4 29 'iVb8+ �h7 30 'ilxa7 les es desfavorable. Las blancas, por otro lado, q u ieren, reforzar su posición con f2-f3 y e3-e4. Pero la dama es una pieza demasiado ágil como para dejarla fuera de juego demasiado tiempo. Es posible 28 . . . VWc8 (29 'iVc6 VWd8; 2 9 h S 'iVg4) o la jugada de espera 28 . . . hS, seguido de g7-g6. Aq u í las neg ras d ifí cilmente se exponen a perder. Pasemos ahora a las jugadas profilácticas. Recordará que las dos tentativas de activar el alfil deben impedirse simultáneamente. Si las blancas juegan 26 'iVb3?! , para no permitir 26 . . . cS , las negras responden 26 . . . ..tc8. La jugada elegida por Lajas Portisch , 26 'iVe2?!, tampoco tuvo éxito, ya que con ella no se impide c6-cS. Siguió: 26 ... e5! 27 ..txb7 'ilxb7 28 bxe5 �e6! 29 �d3?! (era preferible 29 hS!? ó 29 f3!?, con idea de e3-e4 y " �f2-e3) 29 ... bxe5 30 'iVd8+ �h7 31 'iVd3+ �g8 32 'iVd8+ �h7 33 'iVd3+ g6 34 'iVe4 �g7 35 �f1 'iVb6, y el gran maestro h úngaro tuvo que defenderse 70 jugadas más en un final de damas inferior. Sólo había una forma de que las blancas retuviesen la in iciativa. Posiciones sencillas 226 26. 'iVb1 ! 212 ( P ) 2 . 3 3 ¿Cómo deben defenderse las negras? Ahora 26 . . . cS? 27 i.xb7 'iVxb7 28 bxcS es malo para las negras, y las blancas quieren jugar 27 'iVe4, con las amenazas 28 bS y 28 'iVe8+. Después de 26 . . . i.c8?! 27 'i}Ve4, son posibles las variantes que siguen: (a) 27 . . . i.d7 28 "ile7 'iVc8 29 aS! cS (29 . . . "ile8 30 'i}Vd6) 30 bxcS bxcS 31 i.dS, o bien 3 1 a6 c4 32 ..tb7 ¡Ve8 33 ¡VcS, con posición ganadora. (b) 27 ... cS 28 'iVe8+ �h7 29 ..te4+ (más flojo es 29 hS ¡Vd7! , donde si 30 i.e4 + , existe la respuesta 30 ... fS) 29 ... g6 (29 . . . fS? 3 0 i.dS) 3 0 bxcS bxcS 3 1 hS i.fS 32 ..tdS �g7 33 e4, y las negras sufren grandes dificultades. Al comentar la partida en la revista New in Chess, Luc Winants sugirió que 26 . . . aS 27 bxaS bxaS 28 'iVc2 'iNd6, seguido de 29 . . . �f8, era u n a mejor defensa. Esta recomendación no me parece eficaz. En lugar de 28 'iVc2?, las blancas pueden j ug a r mucho mejor: 28 'iffS ..tc8 29 'iVcS ó 28 'ife4 'iVd7 29 'iVeS . Además, el cambio de peones en aS no es obligatorio. Es tentador el ataque directo: 27 'ife4! (amenazando 28 bS) 27 . . . axb4 28 'iVe8+ �h7 29 ..te4+ g6 30 hS. Por ejemplo: 30 . . . c S 3 1 hxg6+ fxg6 3 2 'iVxg6+ �h8 33 'iVxh6+ �g8 34 'iVg6+ �f8 35 'iff6+ 'ittg 8 36 i.d3. Estas variantes nos permiten percibir lo desagradable que podría llegar a ser la posición negra tras la precisa j ugada profi láctica del oponente . Para resolver sus problemas, debemos recordar el tema de la profilaxis, pero también la defensa activa , sacrificando, si es preciso, un peón . 26. ... 'iVe7! La dama blanca quería ocupar la importante casilla e4, pero son las negras quienes se apoderan de ella. Cierto que es posible 27 'iVe4, pero tras 27 . . . 'iVxe4 28 i.. xe4 sigue 29 bS, ganando un peón. Pero no es terrible, porque en el final de alfiles, el rey negro entra rápidamente en juego: 28 . . . �f8 29 bS �e7 30 bxc6 i.. a 6, seguido de �d6, y las negras no están peor. Incapacidad de asumir la iniciativa 27 'iNf5 no es peligroso. Lo más simple es 27 . . . 'iNxb4! 28 'i'd7 'iNe 1 + 29 �h2 'iYxf2, y las cosas acaban en jaque perpetuo. 27. h5 En e l Informafor, Timman con sidera 26 'i'b 1 ! , Y reco m ienda defenderse con 26 ... 'iNe7 27 h5 �f8. M ientras q ue la primera jugada de la variante es correcta, la segunda es errónea . Las negras pierden después de 27 . . . �f8? 28 'iNh7 'i'xb4 (28 . . . 'iNe5 29 b5) 29 'iNh8+ �e7 30 'iVb8 ! ¿ Qué puede hacerse? Hay una sencilla, pero elegante idea táctica para ayudar a las negras. 27. 28. ..txe6 .te8! ..tg4 Las negras recuperan su peón e y logran igualar. Así, la tentativa blanca de forzar acontecimientos no condujo a nada. Ten ían que haber actuado de manera tranquila: 27 g3!, para seguir con a4-a5 y i.g2 (o �g2) y, según las circunstancias, juego en el flanco de rey, explotando la clavada sobre la diagonal h 1 -a8, o la invasión de su dama en a7, tras la apertura de la columna a. Aunque todo esto parece un poco abstracto, el contrario no dispone de un modo fácil de liberarse de la presión, lo que significa que las blancas conservan probabilidades prácticas de éxito. 227 INCAPACIDAD DE ASUMIR LA INICIATIVA Una columna abierta es como una herida abierta. Savielly Tartakower En numerosas ocasiones he enfatizado en que una demostración de técnica resulta tanto más convin cente cuanto que el contrario no ofrece una feroz resistencia . Tal es el cuadro que veremos en la siguiente partida. Tras el cambio de damas, surge una posición práctica mente igualada, y las negras van siendo gradualmente superadas. La razón fue su injustificada pasividad , q u e las blancas explotaron con buena técnica. Nesis - Franzen Correspondencia 1 979-83 1 . d4 2. e4 3. tZJf3 4. g3 5. ..tg2 6. tZJe3 7. Ji.d2 8. 'iVe2 tZJf6 e6 b6 ..tb7 Ji.e7 tZJe4 .tf6 Posiciones sencillas 228 Tam bién se juega a menudo 8 O-O O-O 9 �c1 . Es muy probable que las negras cambien en d2, de modo que absteniéndose de jugar 8 'ifc2 , las blancas ahorran un tiempo. Sin embargo, esto no tiene particular significacíón, y toda la variante tiene la reputación de ser inocu a , casi de ta blas. Quien seguramente no estaría de acuer do con esa evaluación es Anatoli Karpov, que ha sumado nu me rosas victorias con ella. Claro que a él le agrada maniobrar en posicio nes tranquilas, ligeramente favora bles, buscando y explotando la menor i mprecisión de su oponente para lograr la victoria. 8. . . . 9. 'ifxd2 1 0. �d1 ttJxd2 d6 en el centro, antes de que esté completamente ocupado por los peones blancos. 1 5. 1 6. 1 7. 1 8. 1 9. e5! dxe5 'WIxd7 ..txe3 .i.e8 dxe5 'iVxd7 �xd7 �ed1 Esta modesta retirada no forzad a . Ta mbién es posible natural 1 9 . . . �c6 , sin temer ni a �7d6 �ac8, ni a 20 �c7 �ac8!? �xa7 �fd8. 20. es la 20 21 �7d3 213 10 d5 ó 1 0 0-0-0 se juegan con mayor frecuencia. 1 0. 1 1 . O-O 1 2. e4 1 3. �fe1 1 4. b3 1 5. ttJh4 tDd7 O-O g6 ..tg7 'WIe7 H asta ahora , las jugadas blancas sólo fueron de desarrollo, y no esta ban relacionadas con n i n g ú n plan concreto (en tales posiciones, tanto d4-d5 como h2h4-h5 pueden j u g a rse) . Pero ahora , por fin deciden ejecutar una idea concreta , f2-f4. El oponente se apresura a lanzar un contragolpe (P) 2.34 ¿Qué j ugar las neg ras? deben Si las blancas lograran efectuar el avance e4-e5, sellarían ventaja posicional . Por eje m pl o : 20 . . . ..td4? 2 1 e5! �b8 2 2 tDf3, o bien 20 . . . ..tg7? 21 e5 �b8 22 f4. 20. ... ..te5! Incapacidad de asumir la iniciativa Ahora las blancas ya no pueden ganar espacio en el flanco de rey impunemente. Si 2 1 f4, entonces 21 . . . i.. d 4+ Y 22 . . . e5, mientras que si 2 1 tZJf3 , sigue 2 1 . . . i.. c7 (tampoco es malo 2 1 . . . ..tg7) 22 e5 i.. b 7 23 �d7 �ad8, preparando 24 . . . ..tc6 ó 24 . . . i.. xf3 25 i.. xf3 �xd7 26 �xd7 i.. xe5. 21 . 229 pues por e l momento se necesita en el flanco de rey, para impedir la apertura de l íneas (23 tZJf3 a6 24 tZJd2 e5!) 23. �3d2 ! ? Me parece que 23 ..tf3 e s un poco más preciso. �f1 ! ? 23 . .. . a6 Al retirar s u rey d e un posible jaq ue, las blancas ren uevan la amenaza posicional 22 f4 . Por ejemplo: 21 ... i.. b 7? 22 f4 ..td4 (22 . . . i..f6 23 e5 i.. x h4 24 i..x b7) 23 e5 i.. x g2+ 24 �xg2 , seguido de 25 tZJf3. No era mejor 23 . . . f6 24 i.f3 g5 25 tZJg2, ni 23 . . . b5 24 cxb5 �xb5 25 ..tf3. Con la misma idea , ten ía sen tido jugar el rey al rincón, para no obstru ir la diagonal f1 -a6, que el oponente pronto tratará de abrir. 214 21 . .. . 24. �f2 �b8 Es prematuro 21 . . . b5 22 cxb5 a6 23 b6 ó 23 tZJf3. 22. f4 i.. c7 Ahora parece natural 23 e5, pero entonces las negras desarro llan un peligroso contrajuego en el flanco de dama, bien con 23 . . . a6 24 tZJf3 b5 25 tZJd2 ..ta5, bien con 23 . . . b5 24 cxb5 �xb5, seguido de �b4 y i.. a 6. Por consigu iente , Nesis toma medidas profilácticas para reforzar su peón de c4. El caballo no puede usarse a este fin , Las blancas están listas para reforzar el punto c4 con ..tf1 . Pero las negras pod ían jugar 24 . . . e5 25 f5 b5 26 ..tf1 i.. a 5! 27 �c2 (no debe permitirse al alfil que vaya a d4, por c3, pero si 27 �d3, entonces 27 . . . bxc4) 2 7 . . . i.. d 8! Pero ¿ por qué es necesario jugar activamente? En el presente caso, no es cuestión de psicolog ía , Posiciones sencillas 230 sino de tratar de distraer a las blancas del refuerzo sistemático de su posición. Aqu í hace acto de presencia u n factor ajedrecístico objetivo: la existencia de los dos alfiles negros, poco útiles si la posición permanece cerrada y estática . Para explotarlos, es preciso agudizar el juego y abrir l íneas. 24. 25. �e3 �g7?! 28. gxf5? Tras este cambio, se. llega a una posición estática con clara ventaja blanca. Con todo, es posible u n contrajuego activo. Cierto que l a jugada de minado, 28 . . . h 5 ? ! e s dudosa , en vista de 29 gxh5 �g5 (29 . . . gxf5 30 ttJxf5 .1xf5 31 lIf2) 30 fxg6! �xh4 3 1 g7 ':g8 32 h6, Y los peones blancos son demasiado fuertes. Por ejemplo: 32 . . . .1g4 33 .1e2 .1xe2 34 �xe2! �h5 35 ':g 1 �xh6 36 ':d3, con mate inevitable. Era d igna de considerar 25 ttJf3 . 25. 26. f5 27. �f1 e5 b5 �f6 De n uevo, 27 . . . .1a5 28 ':c2 �d8 se sugería por sí sola. 28. g4 Las negras deberían optar por una rápida incursión del rey en campo enemigo: 28 . . . �g5! 29 ttJf3+ �xg4. Por supuesto , no puede afirmarse que el rey esté seguro, pero no es posible el mate y el desenlace no está claro. 29. gxf5 U na jugada cuestionable, ya q u e por un tiempo el caballo permanecerá en la banda. Era muy fuerte 29 ttJxf5! S i 29 . . . .1xf5 30 gxf5 ':fd8, entonces bien 31 ':d7, con la amenaza .1e2-h5, bien 3 1 ':xd8 ':xd8 3 2 ':xd8 .1xd8 3 3 cxb5 , con u n final de alfiles ganado. (P) 2.35. ¿Qué deben j ugar las negras? Antes las negras jugaron con insuficiente energ ía , y ahora llega un serio error posicional. 29. 30. �f3! �e7 Las negras están privadas de contrajuego, con sus dos alfiles condenados a la pasividad . Ahora las blancas pueden mejorar, sin prisa, la situación de sus piezas. Incapacidad de asumir la iniciativa Liberan la casi l l a e3 maniobra ttJg2-e3-d5. 30. 31 . �xd8 32. ttJg2 para 23 1 la 216 �d8 �xd8 Ir por el peón es un error: 32 :d5? �b7 ! 33 �xe5+ �d7 34 ttJg2 i.f6 35 �xc5 �d4. 32. 33. 34. 35. ttJe3 ttJd5+ i.e2 f6 �d7 �e8 b4 En caso de 35 . . . .tc6 (con idea de 36 . . . i.xd5), las blancas pod ían haber elegido entre la tranquila 36 �g4!? .txd5 37 �xd5 .te7 38 �h5, Y la más apremiante, 36 cxb5!? axb5 37 ttJxf6+! �xf6 38 �d6 �b6 (no es mejor 38 . . . 1Lxe4+ 39 �xe4) 39 �xc6 ':xc6 40 �xb5 �d7 4 1 �g4 �d6 4 2 �xc6 �xc6 4 3 �h5. 36. h4! Hay dos columnas disponibles para la torre blanca: la d y la g , pero no e s fácil penetra r e n ninguna d e ellas. Pero s i pueden avanzar su peón a h6, obtendrían el puesto avanzado de g7, Y la amenaza d e i nvasión por la col u m n a 9 se i ncrementaría notablemente. 36. 37. �e3 �b7 (P) 2.36 ¿Cómo deben defenderse las negras? 37 . . . �c6? es un error, en vista de 38 i.h5+ �f8 39 ttJxb4. Para entorpecer el plan de las blancas, las negras deben jugar 37 . . . <ittf8! , y s i 3 8 h5, 3 8 . . . h6! 3 9 �g 1 1Le8, cubriendo todas las casillas de invasión. 37. a5? La apertura de la columna a no reporta nada a las negras, y ahora las blancas llevan a cabo su plan sin problemas. 38. h5 �f8 Quizá tam bién aqu í deberían haber intentado las negras 38 . . . h6 39 �g 1 �f8, pero después de 40 �g6 .te8 41 �xh6 �g7 42 �g6+ i.xg6 43 fxg6 , es difícil defenderse contra la maniobra de caballo a f5. 39. 40. h6 �h5 a4 Posiciones sencillas 232 Era prematuro 40 �g 1 , debido a 40 . . . ..te8. 40. 41 . :a7 �f3! U na forma económica de parar toda tentativa de contrajue.g o: 41 . . . axb3 4 2 axb3 :a3 , donde sigue 43 ttJe3! �e7 44 :g 1 �xb3 45 �g7+ <itd6 46 :xh7, y el peón h corona. 41 . ... :b7 21 7 42. �d2 ! 43. :d1 ! H e aq u í cuestión. el 43. 44. ttJe3 a3 Zugzwang :a7 Zugzwang de nuevo. Con la torre en a7 no se consigue nada con 45 �d6 �e7 , pero ¿ q ué pueden jugar ahora las negras? Después de 44 . . . �b7(c7) 45 �d6 (ó 44 . . . ..te7 45 :g 1 ) , la torre penetra en la posición enemiga. 44. 45. �d6 46. �b6 47. tbd5 48. �a6 :e7 ..te7 �e8 ..te6 Amenazando 49 :a 7. (P) 2.37 ¿Cómo deben contin uar las blancas? Deben tratar de penetrar por una de las colu mnas abiertas, pero por el momento no es posible. 42 �g 1 ..tc6 carece de sentido. 42 ttJe3 , con la amenaza 43 �d6, es tentador, y si 42 . . . �e7? 43 ..tg6! , pero las negras responden 42 ..te7! 43 �g 1 ..td8 44 �g7 i.c6. Comprendiendo q ue esta defensa sólo resulta con la torre en b7 , las blancas bu scan el Zugzwang. en 48. 49. exd5 50. :a7 51 . <ite4 21 8 ..txd5 :d8 :d6 �d8 Momentos decisivos 52 . 233 ..tg6! Tras reforza r su posición al máximo, las blancas lanzan el golpe decisivo, que ha estado en el aire durante mucho tiempo. 52. 53. fxg6 54. d6 hxg6 l':te8 Las negras se rindieron. (E) 2.9 21 9 Juegan blancas MOMENTOS DECISIVOS La vida real es, para la mayoría de los hombres, una manera de salir del paso, un compromiso perpetuo entre lo ideal y lo posible. Bertrand Russell La partida que ahora q u isiera mostrarle tomó, en° una primera fase, u n ru mbo tra n q u i l o , de escaso interés. Las blancas pronto se adueñaron de la i n i ciativa , traspusieron a un final favorable, y conservaron la ventaja hasta el fin . Aunque l a victoria parecía estar cerca , no fueron capaces de ganar. En tales casos, un comentarista normalmente i n d ica u n o o dos momentos e n los q ue , en su opinión, era posible jugar mejor, ind ica algunas varia ntes para ilustrar el curso de la lucha , y entonces considera que ha cum plido su trabajo. Pero u n encue ntro entre grandes maestros de primera fila es, por lo general , algo mucho más complicado y profundo de lo que parece en u n a primera a p roxi mación . Muchos de ° los problemas que tuvieron que resolver ante el tablero no se reducen al análisis de breves variantes y a unas cuantas consideraciones posicionales, sino 234 Posiciones sencillas q u e son de n aturaleza proble mática y creativa. Puede resultar muy d ifícil detectar los momentos críticos de la lucha, pero si puede hacerse, la información obtenida e n riquece considerablemente la comprensión del combate ajedre cístico, y nos ayuda a dominar el juego. Korehnoi - Beliavsky Tilburg 1 986 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 1 0. 11 . 1 2. Me gustaría enfatizar en que el estud i o d e cualquier problema serio que afrontan los jugadores no es p u ramente anal ítico . Es importante descubrir las razones q u e los l l evaron a tomar una determinada decisión , así como los factores psicológ icos q u e les ayudaron o d ificultaron la bús queda de la mejor jugada. d4 e4 ttJe3 i.g5 e3 i. h4 �e1 exd5 i.xe7 ttJxd5 .td3!? ttJe2 d5 e6 ttJf6 i.e7 h6 O-O b6 ttJxd5 'iWxe7 exd5 e5 220 El análisis de esta partida fue esti m ulado por u n i n teresante comentario de Viktor Korchnoi, en la revista New in Chess. Algunas variantes y evaluaciones del gran maestro no me parecieron lo bastante convincentes, y traté de mejorarlas. A continuació n , mostré la partida a m u ch os de mis alumnos, y durante esas sesiones pude corregir y ampliar el cuadro de la lucha. Como resultado, recog í un instructivo material, que ilustra, por un lado, el problema de la técnica de materializar una ventaja, y por otro, diferentes enfoques de la defensa de una posición inferior. Al retrasar el desarrollo de su caballo rey, las blancas han podido jugarlo por e2 y, más tarde, por f4 (ó c3) , para atacar el peón de d5. 1 2. ... i.b7?! U na sol u ción i n eficaz al problema d e apertu ra de l a s negras. Pero la natural 1 2 . . , .te6 1 3 O-O ttJd7 tam bién es dudosa, Momentos decisivos pues las blancas no juegan 1 4 'iVa4? ! c4 ! , con contrajuego (Mijalchishin) , sino 1 4 tDf4! y, en algú n momento, ttJxe6, con una posición ligeramente mejor (Viktor Korchnoi). 235 1 8. dxc5 221 Korchnoi recomienda la res puesta 1 2 . . . c4! ? 1 3 � b 1 ttJd7, Y si 1 4 b3 �a6. Pero 1 2 . . . ttJd7 también merece consideración, sin d eterminar por el momento la posición del alfil y del peón c. 1 3. 1 4. O-O 'iVa4 ttJd7 a6 Si 1 4 . . . c4, entonces no 1 5 �b1 ! ? a6 1 6 'iVc2 ttJf6 , sino 1 5 .tf5! ttJf6 1 6 b3 , con ventaja blanca. 1 5. .tf5! ttJf6 1 5 . . . b5 1 6 'i'a5. 1 6 dxc5 bxc5 1 7 'iVa3 es menos preciso, debido a 1 7 . . . 'i'e5. ... g6 16 ... �c8 17 i.b1 ! �g4 1 8 f3 conduce a una difícil posición para las negras. 1 7. �h3 Por primera vez (aunque no será la última) encontramos en esta partida un problema de elegir entre u n modo activo , a u n q ue a rriesgado , y otro pasivo de defenderse. 1 8. 1 6. 'iYa3 1 6. (P) 2 . 38 ¿Con q ué retomaría usted en eS? ttJe4 Después de 1 7 . . . �c8 1 8 dxc5 �xh3 1 9 gxh3 �d7 20 �g2, las negras no tienen compensación por el peón perdido. ttJxc5 Al jugar así, Beliavsky demostró q u e por el momento pensab a limitarse a una defensa pasiva , en una posición inferior. ¿ Por qué no retomar en c5 de peón? Porque después de 1 9 ttJg3 ! (pero no 1 9 f3? ttJd2 20 kIfd 1 ttJc4 2 1 �xc4 dxc4 22 .:!.d7 'i'h4 ! ) , el peón se perdería. Korchnoi indica la variante 1 8 . . . bxc5 1 9 ttJg3 ! ttJg5 20 �xc5 ttJxh3+ 2 1 gxh3 'i'h4 22 'iVd4 'i'xh3 23 �c7 y evalúa la posición como d ifícil para las negras. Sin embargo, después de 236 Posiciones sencillas 23 . . . .ic8 (no 23 . . . :Lab8? 24 'iVa?) , conservan posibilidades de contrajuego, en vista de la posición algo abierta del rey contrario. La evaluación de la posición es d iscutible, y es difícil determinar la amplitud de la ventaja blanca. He comentado este problema con va rios g randes m aestros des tacados, y sus opiniones resu ltaron diferentes. As í, Hübner dijo que él habría buscado una agudización del juego, ya que el camino elegido por Bel iavsky parece desco razonador. Pero Yusu pov estaba más inclinado a coincidir con la evaluación de Korch noi . Añadió que, desde el pu nto de vista puramente práctico , Bel iavsky probablemente consideró reco mendable d iferir el juego activo hasta más adelante, cuando su oponente (22 años mayor que él) podría cansarse y, tal vez, caer en apuros de reloj . Los recursos de las negras no se agotan con la variante indicada. Durante I In análisis conjunto con Yusupov, de repente se me ocurrió una idea inesperada: no cambiar el alfil de h3, sino tratar de dejarlo fuera de juego. He aqu í una variante aproximada, que ilustra esta idea: 1 9 ... ttJxg3! (en lugar de 1 9 . . . t2Jg5) 20 hxg3 f5 21 'iVxc5 'iVxc5 22 :Xc5 :ac8!? (también es posible 22 ... h5, pero no 22 ... g5?! 23 g4 h5 24 f3!) 23 ':fc1 :Xc5 24 :Xc5 :Lc8 25 :Xc8+ i.xc8 26 f3 h5 2? e4 dxe4 28 fxe4 � 29 exf5 gxf5. 222 Estará usted de acuerdo en que la posición resultante es divertida. Debo ad mitir que nunca en mi vida he visto un alfil tan extraño. Nuevas verificaciones nos per mitieron , a Yusupov y a m í, refinar, pero no refutar la idea . El oponente puede rechazar la ganancia de material y optar por 2 1 g4!? �ac8 22 gxf5 , conservando mejores probabilidades. S i esta posición no satisface a las neg ras, pueden cambiar el orden de jugadas: 20 . . . h5!? (en lugar d e 2 0 . . . f5) . Ahora , 2 1 g4 11eva, tras 2 1 . . . i.c8! 2 2 gxh5 i.xh3 23 gxh3 'iVg5+ 24 �h2 'iVe5+! 25 f4 'iVxh5, a un juego de doble filo. Dado que 2 1 g4 no es peligroso, las blancas deberían entrar en la variante crítica , 21 �xc5 'iVxc5 22 :Lxc5 f5! 23 :Lc? Después de 23 . . . :Lf7 24 :Lxf7 (más flojo es 24 :Lfc1 �e8 ! ) 24 . . . �xf7 25 f3! , las negras experimentan algunas dificultades. Pero tam bién cuentan con la directa 23 . . . ..tc8 ! ? , con idea de g6-g5-g4. Por ejemplo: 24 :Lfc1 g5 Momentos decisivos 25 : 1 c6 g4 26 :g6+ �h8, y lo más probable es que la posición sea tablas. 1 9. 'iVb4! 20. :fd 1 21 . 'ii'f4! 22. llJxf4 23. g3 'iVd6 aS ¡Vxf4 : ad8 El ca mbio de damas ha subrayado la ventaja posicional de las blancas, q ue ahora tratan de reincorporar al juego su alfi l . 23. ... 24. llJd3! ? :d6 223 " E l caballo d e c5 e s l a clave de la defensa negra, y las blancas lo obligan a moverse de su privi legiada posición", escribe Kor chnoi. Obviamente , considera que la j ugada real izada es la más fuerte . Tras la respuesta de Beliavsky (24 ... llJe4? ! ) , la torre blanca tiene la oportu n idad de penetrar en c7. Si 24 ... .tc8?, entonces 25 llJxc5 i.xh3 (25 . . . bxc5 2 6 .tg2) 2 6 llJe4 2:.e6 2 7 llJc3. 237 Al principio pensé q ue las negras pod ían defender las casi llas de invasión con 24 . . . ttJa6 25 i.. g 2 g5, prepara n d o , e n el mo mento oportuno, el cambio de torres con :c8 . Sin embargo, como señaló el gran maestro Va n Wely, las blancas conserva n una clara ventaja posicional j ugando 26 llJe5 ! , seguido de llJf3-d4. Aun así, no creo q u e la evaluación de Korch noi sea irrefu ta ble. En primer lugar, puede considerarse la tentativa de man tener el caballo en c5 con 24 . . . :c6!? En l a variante 2 5 llJe5 �c7 (25 . . . :d6? 26 llJc4) 26 .tg2 (26 llJd7? :xd7 27 .txrl7 ctJxd7 28 �c7 llJc5) 26 . . . :d8 27 llJc4! llJa4!? 28 b3 :dc8 29 .txcS i.xd5 30 �xd5 llJb2 3 1 :b1 ! (:- 1 :b5? llJxc4 32 bxc4 :xc4 33 � xc4 :xc4 34 :xb6 l:!c2, con tabIE.s) 31 . . . llJxc4 32 bxc4 l:!xc4 33 :xb6, las blancas conserva n un peón de ventaja. Pero la defensa puede mejorarse con 26 . . . Iie8! (en lugar de 26 . . : Md8 ) . E n seg u nd o lugar, l as blancas tien e n q u e afrontar el sacrificio de peón 24 . . . d4!? 25 llJxc5 bxc5 26 :xc5 :fd8. 224 23 8 Posiciones sencillas (P) 2 . 39 ¿ Pueden las negras e ntra r e n esta variante? Korchnoi afirma que las blancas ganan con 27 �xd4 �xd4 28 exd4 l1xd4 29 l1xa5 �d 1 + 30 ..tf1 ..tf3 3 1 �e5. Pero después de 3 1 . . . g5! (impidiendo 32 �e3 y 33 f4) 32 h3 f5 ! , la forma d e ganar sigue teniendo que demostrarse, pues sospecho que no existe. Aún más fuerte para las negras es 30 . . . ..td5! (en lugar de 30 . . . ..tf3) 3 1 �c5 ( 3 1 b 3 .i.e4; 3 1 l1a4 ..tf3) 31 . . . ..txa2 32 b4 (32 f4 �b1 33 .a:c2 ..tb3) 32 ... .i.e6! 33 �g2 ..td5+ 34 f3 .i.xf3+ , o bien 34 . . . �d2+, con probables tablas. Las blancas pueden mejorar esta variante con 27 1:ixa5!? (en lugar de 27 �xd4) 27 . . . .i.f3 28 �d2! (28 �xd4 lleva a una posición con la que ya estamos fa mi l iarizados: 28 . . . �xd4 29 exd4 :xd4 30 ..tf1 �d 1 3 1 �e5 g5!) 28 . . . :c6 2 9 exd4 � c 1 + 3 0 ..tf1 . Las blancas tienen itres ! peones de ventaja, y aun así el desenlace no está claro. Por ejemplo: 30 . . . g5 3 1 h 3 ! :b1 , y en caso d e l a superficial 32 b3? , las negras fuerzan tablas con 32 . . . �c8 33 �c5 �e8 34 �e5 �c8 . Si 32 :f5, sigue 32 . . . .i.d5, y en vista de las amenazas 33 . . . ..tc4 ó 3 3 . . . .i.e6 , las blancas deben perder cal idad , a u n q u e conservando la ventaja. Pero es más fuerte 32 :a3! ..td5 33 f4! Sin embargo, esta variante no agota los recursos defensivos de las negras, que pueden intentar 27 . . . dxe3 28 :xd6 :xd6 (peor es 28 . . . exf2+ 29 �xf2 :xd6 30 �e3) 29 fxe3 �d 1 + 30 .i.f1 �b1 !?, seguido de .i.e4 (ó 30 . . . ..te4 de inme d iato ) . C reo q u e tienen proba bilidades de salvarse. 24. 25. �c7 . tZJe4?! .i.a6 (P) 2 .40 ¿Qué j ugar las blancas? deben Beliavsky seg u ramente espe raba 26 tZJf4?! �fd8 27 ..tg2 tZJf6, seguido de 28 . . . g5. 26. tZJe5! M uy bien jugado. El caballo blanco comienza a coordinarse con la torre q u e ha penetrado en séptima. 26. 27. :le 1 .i.e2 Esta modesta jugada se explica porq u e las blancas no q u ieren concederle contrajuego a su rival, después de 27 :d4 ! ? (con la amenaza posicional f2-f3 y �f2) 27 . . . tZJg5. Por ejemplo: 28 ..td7? f6! 29 tZJxg6 .a:f7. En lugar de 28 ..td7, las blancas pueden considerar 28 �g2 , con idea de 29 f4 . Momentos decisivos 239 grande, y en el tenso juego resul tante sería fácil equivocarse. 225 He aqu í algunas variantes: (a) 28 . . . ttJxh3 29 �xh3 ..tf1 + 30 �h4 g5+ (de otro modo, 3 1 g4) 31 �h5 ..te2+ 32 g4 �g7 33 h4. Así, por ejemplo, en el final de la primera variante, es fácil omitir la inesperada maniobra 32 ... ..tb5? ! , con idea de ..te8 ( e n lugar de 3 2 . . . �g7) . E n rea l id a d , no es tan terrible, debido a 33 f4! (pero no 33 h4? ..te8! 34 hxg5 f6+) 33 . . . ..te8 34 f5! Mucho más peligroso es 32 . . . f5! , para seguir con la jugada 33 . . . fxg4 ó 33 . . . ..tb5, Y no es fácil aconsejar a las blancas (33 �c6? :xc6 34 ttJxc6 �g7; 33 ttJg6 ':ff6 34 ttJe7+ �f8 ; 33 :d7 �e6! 34 :4xd5 fxg4) . (b) 28 . . . f5 29 :d2 ..ta6 30 f4 ttJe4 3 1 :dc2. (e) 28 . . . f6 29 ttJxg6 ..tf3+ 30 �f1 ttJxh3 31 ttJe7+ �f7 (3 1 . . . �h8 32 :Ih4) 32 ttJf5+ (o bien 32 ttJc8+) 32 ... �e6 33 ttJg7+ �e5 34 lte7+. Si este análisis es correcto, 27 i!td4 debe considerarse objetivamente más fuerte q ue 27 �e 1 . Pero esto no significa que así es como h u biera n jugado las blancas. Emanuel Lasker observó en una ocasión: "En el ajedrez esfuerzo y resultado deben estar en cada momento en la justa proporción . De a h í q u e q u i e n intenta lo i m posible, pierd e terreno . . . ". ¿Te n ía sentido, en una situación favorable, agud izar el juego? Después de todo , la esperada bonificación de 27 �d4, en relación con 27 I:!e 1 , no es tan 27. 28 . ..t g2 29 ..tf1 ! ..tb5 ttJc5 226 . "Las blancas comprenden que tienen que cambiar los alfiles. Tras esto, la posición de las negras será desesperada" (Korch noi) . Creo que también era fuerte 29 1:d 1 ttJe6 30 �e7 ! (pero no 30 �c2 Posiciones sencillas 240 �fd8, Y el juego se vuelve igua lado) 30 . . . d4 (30 . . . �g7 3 1 f4, con ventaja) 31 i.h3! ct:Jg5 32 i.f1 �e8 (no es mejor 32 . . . i.xf1 33 �xf1 ) 33 �xe8+ .txe8 34 exd4 f6 35 ct:Jc4 ct:Jf3+ 36 �h 1 ':xd4 37 .s:xd4 ct:Jxd4 38 ct:Jxb6, conservando buenas probabilidades de materializar el peón extr� 29. 30. �xf1 .txf1 d4 30 . . . ct:Je6 31 �d7. 31 . ct:Jc4 :dd8 227 (P) 2.41 ¿Qué debe n j ugar las blancas? Recuerde lo que hemos dicho acerca de que, en la conversión de una ventaja, suele llegarse a un punto en el que debe hacer un esfuerzo por calcular variantes, y elegir el camino más preciso para ganar. U na situación así se ha producido en este caso. 32. exd4? Un l amentable error. Las blancas ganan u n peó n , pero dejan escapar buena parte de su ventaja. La razón del error fue explicada por Korchnoi con franqueza : "Hasta este momento, estoy satisfecho de mi juego en esta partida. Pero aqu í pensaba q u e hab ía l legado e l momento d e soltar las riendas y decidir la lucha por medios tácticos. El tiempo de la técnica a ú n no ha l legado . La j ugada correcta era 32 ct:Jxb6. ¿ Por qué la descarté? Debido a 32 . . . ct:Jd3 33 :e2 dxe3, y ahora 34 fxe3 podría contestarse con 34 . . . ct:Je5, y las negras tienen la casilla e5 para su caballo, y la estructu ra de peones bla ncos está d i s l ocada" (34 . . . ct:Je5? 3 5 �c5 �d 1 + 3 6 �g2 , ganando e l peón d e a5, d e modo q u e es mejor 34 . . . :fe 8 : Dvoretsky) . " E n cuanto a 3 4 lixe3 se contestaría con 34 . . . ct:Jxb2 . Lamentablemente, no había calcu lado esta l ínea lo bastante , ya que después de 34 . . . ct:Jxb2 , las blancas pueden conseg u i r u n a ventaja decisiva con 3 5 ct:Jd7 lic8 36 :a7, y ahora: (a) 36 ... l;Ifd8 37 �e7, y la amenaza ct:Jf6+ decide. (b) 36 . . . �a8 37 :b7 ct:Jc4 38 :e7 ct:Jd6 39 ct:Jxf8 ct:Jxb7 40 ct:Jxg6 ." 32. . .. �xd4 32 . . . ct:Je6 parece ser más flojo: 33 �b7 �xd4 34 b3! a4 35 �xb6. Momentos decisivos 33. 34. ttJxb6 lIxc5 lI b8 ! Si 34 lIc6, sigue 34 . . . ttJd3 35 lId 1 ttJe5(b4). Como demostró Mijalchishin , tampoco es convin cente 3t tZJc8 ttJa6 (34 . . . ttJe6? 35 ttJe7+ � 'J7 36 �e6) 35 ttJe7+ �f8 36 �ai lId6 37 b3 ttJb4, con contrajuego (si 38 lIxa5, 38 . . . lId7). 34. 35. l;Ixb6 l;Ic2 24 1 las negras podrían responder 37 . . . h4!?, pero por lo visto a Beliavsky no le gustaba la posición , después de 38 lic8+ �g7 39 �cc7 lIf6 40 �e2, ó 40 l;Ib7, y trata de mantener su torre en la col u m n a b. Sin embargo, en lugar de 39 ... �f6, puede jugarse 39 . . . hxg3! 40 l;Ixf7+ �h6 4 1 hxg3 lIxb2, con buenas probabilidades de tablas. 37. 38. 39. � g2 lIa7 lId 1 + �d5 �d4 35 b3 a4. 35. 36. a3 a4 h5 228 "Todos los finales de torres son tablas", decía, medio en seri o , medio en broma, Tarrasch . Au nque en esta posición las blancas de proba bil idades conservan ganar, la presente partida confirma la tesis del gran maestro alemá n , pues finalizó en tablas. 37. �e7 Era más apro� iaG,1 37 h4, fijando los peones del flanco de rey. Ahora Beliavsky adopta (segu ramente a causa de apuros de tiempo) una " táctica de espera . Merecía seria consideración 39 . . . lIdb5!? 40 �xa4 lIxb2 41 ':xb2 lIxb2 42 ':b4 �a2 43 lIb3 g5!?, o bien 43 a4 �g7 44 h4 f6 Y 45 . . . g5. Esto habría llevado, más o menos, a la m isma posición que luego veremos, pero en una versión algo más favorable a las negras. El juego blanco pod ía mejorarse con 40 �cc7 ':f5 4 1 l;Iab 7 ! La evidente 4 1 l;Icb 7 es menos precisa, en vista de 4 1 . . . lIc6 !? 42 l;Ixa4 g5! 43 ':b3 lIc2 44 I;tf3 l;Ixf3 45 �xf3 lIxb2. Ante el tablero y con un tiempo de reflexión limitado, era muy difícil captar estas sutilezas. 40. h4 41 . !tc3 4 1 . . . lIxb2? 42 l;If3 . 42. :b7 � g7 lU6 Posiciones sencillas 242 La jugada secreta . Ambos jugadores evaluaron la posición aplazada como ganada para las blancas. Korchnoi basaba la suya en la i nteresante variante que sigue, aunque, en mi opinión , no es del todo forzada : 42 . . . �d2 43 :f3 l:txf3 ( ¿por qué no 43 . . . �c2! 44 �xf6 �xf6 , ganando un par de tiempos?) 44 �xf3 �c2 45 �e3 �f6 46 b4! (46 f3!?) 46 . . . �c3+ (46 . . . axb3 47 �xb3 tam bién debe verificarse minuciosamente, porque las blan cas pod ían forzar esta posición con 46 �b4, seguido de 47 ':xa4 l:í.xb2 48 �b4) 47 �d4 ':xa3 48 ':a7 , y el peón b blanco, en su opin ión , decide la lucha. Beliavsky real iza una intere sa nte tentativa , q u e i n espera damente tiene éxito. 42 . ... �dd61 43 l:tf3? ktb6! no tiene sentido. Después de 43 �b4 ':d2 (43 . . . �b6 44 �cc4) 44 �f3 �xf3 45 �xf3 �c2 46 �e3 �f6 (46 . . . f6!?), la torre blanca está un poco peor en b4 que en b7 (pues no es posible b2b4) , y este factor le preocupaba a Korchnoi . La posición , después de 46 :xa4 (en lugar de 46 �e3) 46 . . . �xb2 4 7 �b4 �a2 4 8 a4, le parecía tablas, debido al plan f7-f6 y g6-g5. Pero en sus notas a la partida, observa que, en opinión d e Beliavsky, las blancas, pese a todo, deberían ganar. Además de 48 a4, es posible 48 ':b3, con idea de defender todos los peones a lo largo de la tercera fila (�e3, f2-f4 ) , y llevar luego el rey al flanco d e dama. El final resultante es de gran i nterés, y merece u n anál isis especial . No estoy convencido de que estas posiciones estén ganadas por las blancas. 43. 44. l:.d4 l:.b4? 229 La torre debería haber vuelto a c3. Después de la textual, el final es tablas. 44. 45. axb4 46. b3 lIxb4 :d6 Se amenazaba 46 . . . �d4. 43. ':c2?! 46 . ... a3! 243 Momentos decisivos Parece que esto fue lo que se le escapó a Korchnoi . Las negras podrían haber perd ido tras 46 axb3? 4 7 ':b2 ':d3?! 4 8 b5. . . . 47. �a2 48. <it>f3 49. �xa3 �b6 �xb4 EJERCICIOS PARA ANÁLISIS Quien sea incapaz de trabajar, está condenado al fracaso. Sólo con talento nada se consigue. 230 Mijail Botvinnik ( E) 2.1 0 231 (P) 2.42 ¿Cómo deben defenderse las negras? El rey blanco q uiere acudir en ayuda de su peón pasado. Las negras deben crear urgente contra juego en el flanco de rey. Juegan blancas (E) 2 . 1 1 49. 50. 51 . 52. 53. 54. 55. 56. 57. 58. 59. 60. 61 . Tablas. �e3 f4 gxh4 'itd3 �c3 �a4 'itb2 ':c4 b4 b5 1lf4 'itc2 f6! g5 gxh4 �g6 �f5 �xf4 �f3+ �h3 'ite6 f5 'itd5 �d6 'itc7 232 J uegan blancas Posiciones sencillas 244 (E) 2.1 2 233 (E) 2 . 1 4 235 Juegan negras (E) 2. 1 3 234 J uegan blancas J uegan negras 245 S o l u c i o n es a l os ej e rc i c i o s a n a l íti cos (E) 1 . 1 Dvoretsky - Veselovsky M oscú 1 967 El plan de las blancas es evidente. En uno u otro orden , deben desarrollar s u dama por a 4 y el alfil por a3, situar la torre en b6 ó b8 , y luego llevar la segunda torre al flanco de dama. ¿ Qué pueden hacer las negras? Por el momento, el avance central d6-d5 no es peligroso, debido a la répl ica ..ta3. Proba blemente les convenga jugar ..th3, cam biando el fuerte alfil de g2. Por esta razón , la natural 1 7 'iYa4 ? ! sería una considerable imprecisión . No es difícil impedir el cambio de alfiles, con 1 7 l:re 1 ? ! ( 1 7 . . . ..th3 1 8 ..th 1 ) , pero es una lástima perder tiempo, ya que la jugada de torre no entra en los planes blancos. 1 7. ..ta3! Las mejores jugadas posi cionales normalmente ayudan a i mplementar su propio pla n , al tiempo q ue d ificultan el del oponente . La conti n uación d e la partida satisface a m bos req ueri m ientos. Las b l a n cas i nte n s ifi ca n la presión en el fla n co de dama y, al m ismo tiempo, preserva n su alfi l de casillas blancas. E n caso de 1 7 . . . c5 , e l caba l l o logra un excelente puesto ava nzado en d5, aunque de todos modos, segu ra mente las negras d e b ían haber jugado así. 1 7. 1 8. 1 9. 'iYa4 ¡Va8 l:rfe8 Wic7 f5 Soluciones a los ejercicios analíticos 246 M i rival evitó la planeada 1 9 . . . :d7 (con idea d e 2 0 . . . d5) , debido a 20 :b8 d5 21 :fb 1 dxc4 22 dxc4, ya que 22 . . . �xc4? 23 �xc6 es malo para las negras. 20. :b8 i.f8 Si 20 . . . e4! ? , sigue 2 1 ttJf4 exd3 22 ttJxe6 :xe6 23 :d 1 , ó 2 1 . . . .i.f7 22 dxe4 fxe4 23 :fb 1 . 21 . .i.b4 22. :a1 "ila7? 22 .i.xd6. 22. 23. :a6 "ild7 i.f7 (E) 1 .2 Dolmatov Ku preich i k - M i nsk 1 982 La rutinaria 1 2 O-O?! es incorrecta, por 1 2 . . . .i.d7! , seguido de O-O, ¡¡b8, :fc8 y ttJc4. Llevar el ca ballo a a5 también perm ite contrajuego a las negras: 1 2 ttJc1 ? ! .i. d 7 1 3 ttJb3 .:tc8, seguido d e 1 4 . . . ttJc4 1 5 .i.xc4 bxc4 . Las blancas deben minar, antes de que el alfil se sitúe en d7, el fuerte peón de b5, para i ncre mentar su ventaja espacial y privar al oponente de contrajuego en el ala de dama. 1 2. a4! 1 3. ttJxa4 1 4. O-O 23 . . . c5 era más tenaz. 24. i.a5 bxa4 O-O �b8 Las negras se rin d iero n . La posición final es pintoresca . 237 236 Ahora con 1 5 "ild2! ó 1 5 �d2! las blancas habrían consolidado su ventaja posicional . Dolmatov jugó la i m prudente 1 5 �e3? ! , q u e permitió a Kupreichik complicar e l Soluciones a los ejercicios analiticos 247 juego con u n sacrificio de caballo: 15 ... 4.Jbxd5! 16 exd5 tLJxd5. cambiar peones en e3, q u ieren jugar i.e7-d6, �e7 y :g8. Las blancas n o se dejaron confundir, bloquearon los peones centrales contrarios, con 1 7 i.a7! k[xb4 1 8 i.e4 4.Jf6 1 9 tLJac3 tLJxe4 20 fxe4, y en la aguda escaramuza que siguió se impusieron. 27 tLJd3 fxe3 28 fxe3 i.. e 7 29 b4 i.. d 6 30 �c2 �e7 31 c¡t>b3 l:Ig8 32 l:Ic2 l:Ig3 33 l:Ie2 f5! La posición es confusa. La amenaza 34 . . . f4 asegura contrajuego a las negras, que más tarde lograron ganar. (E) 1 .3 M u raviev Dvoretsky • C a m peonato de M oscú 1 967 Las blancas tienen una evidente ventaja en el ala de dama (el peón de a3 es débil) . Las negras deben crear contrajuego en el otro flanco. 24. 25. llxc8+ 26. l:Ic1 f4! l:Ixc8 (E) 1 .4 Dvoretsky " · Lerner M oscú 1 980 Quiero jugar b2-b4 para minar la cadena de peones negros del fla n co d e dama. S i g u i ó : 18 �d7?! 1 9 b4 ( 1 9 'ii'a4! a ú n era más fuerte) 1 9 c4 20 'ili'a4, con mejores posi b i l idades d e las blancas. Lerner pod ía haberse hecho con la iniciativa , atacando mis peones centrales. o o . o o . 1 8. 1 9. 'ili'xg6+ 20. i..x g6 21 . fxe5 22. i.h5 238 f6! 'iWxg6 fxe5 . �g7 ! D e otro modo, 22 . . . l:Ife8. 22. 23. 26. kib8! Debe conservarse una de las torres, pues de otro modo no podrá inquietarse a las blancas en el flanco de rey. Las negras, tras i.f3 kif5 nxe5 Las probabil idades de ambos bandos están igualadas. Soluciones a los ejercicios analíticos 248 (E) 1 .5 Bel iavsky - Dvoretsky Vi l n i us 1 975 El peón pasado d debe bloquearse. En tales situaciones, N imzovich usaba su caballo como bloqueador, pero aqu í, tras 1 2 . . . tLJeB 1 3 tLJe4 ó 1 3 'i'f3, las blancas habrían conservado u na apreciable ventaja. �d6! 1 2. En posiciones restringidas hay que buscar cambios. Las negras quieren jugar 1 3 . . . 'WIc7 y 1 4 . . . ¡[feBo E l caballo permanece e n f6, a fin de entorpecer la activación del caballo contrario. N o se puede jugar 1 3 tLJxf7? ¡[xf7 1 4 �xd6, por 1 4 . . . �g4! 1 3. 1 4. 'i'f3 tLJxd7 Wie7 Wixd7 Ahora 1 5 �g5 no tiene sentido, debido a 1 5 . . . �e5. La posición está casi equilibrada y la partida finalizó en tablas. (E) 1 .6 Kozlovskaia - Carvajal R ío de J a n e i ro 1 979 La partida se aplazó aqu í, y su desenlace depend ía de la jugada sellada por las negras. 1 ... �xa3? 2 �e1 ! En caso de captura en e5, la posición seguiría confusa , mientras que ahora las blancas gana n . Quieren avanzar su peón e, el más alejado del rey negro , pero antes sitúan su torre detrás de dicho peó n , para que la torre contraria no haga lo propio. 2 ... �e8 3 e6 �d8 4 e7+ �e8 5 d6. Las negras se rindieron , en vista de 5 . . . �d3 6 �c6, seguido de 7 �xa6 ó 7 l:.b6 . Las negras no deberían haber pensado en ganar mate.rial , sino en bloquear los amenazadores peo nes pasados. 1. 2. e6 3. �xe5+ �e2! �e7! �d6 Los peones se han detenido y las blancas buscan las tablas. (E) 1 .7 Hen ley - Bel lón S u rakarta-Den pasa r 1 982 Las blancas acaban de jugar i..f4d2, liberando a la torre de la defensa del peón a5, y preparando 26 i..c3, seguido de ofensiva de peones en el ala de rey. Para neutralizar este plan, las negras deben oponer a este alfil el suyo en f6, y luego proponer el cambio, privando a las blancas de la pareja de alfiles. 25. 26. 27. .i.e2 �e3 f5! �d7 iLf6 Soluciones a los ejercicios analíticos La ventaja blanca es i nsig n ificante , y las ta blas son el resultado probable. En la partida , las negras no hallaron el plan correcto y por eso tuvieron serias dificultades. 25. 26. .i.c3 27. f4 f5! �d7? i-c7 ¡ La mejor posibil idad ! 27 . . . ttJg4 28 h3 f5 29 i.xf5 gxf5 30 hxg4 fxg4 3 1 �f2 llevaba a un final deses perado. Las blancas desplazan su torre a la columna h y, tras atar la torre enemiga a la defensa de sus peones, avanza n los suyos centrales. 28 . i.c2 ttJg4?! Era preferible 28 . . . ttJf7. 29 . e4! fxe4? Ahora las negras pierden cal idad . Henley recomienda 29 . . . ttJe3 30 i.b3+ �f8 . ¿Cómo deben jugar las blancas en este caso? 239 249 Si 31 ii.e6 , las negras responden 31 . . . �d8! , no permitiendo 32 iLc8, y si 32 �e 1 , 32 . . . ttJc2 . En respuesta a 3 1 �e1 , no sirven 3 1 . . . ..tb8? 3 2 i.b4+ �g7 3 3 .teS, ni 3 1 . . . .td6? 3 2 �xe3 i.c5 3 3 �f2 :d3 34 i.b4! , pero sí 31 . . . :d3! Lo mejor es 3 1 �2! ttJg4+ (más tenaz es 31 . . . �d3) 32 �e2! ttJxh2 (32 . . . fxe4 33 .te6; 32 . . . �e7 33 i.b4) 33 �h 1 ttJg4 34 exf5 gxf5 (34 . . . �e7 + 35 �f3 gxf5 36 i.b4) 35 i.e6, y no es posible 35 . . . :e7, por la misma clavada , 36 .tb4. La fuerza de los alfiles blancos en .esta l ínea es impresionante. 30 i.b3+! �d5. 30 . . . �f8 3 1 i.e6 e s malo para las negras. 31 h3! ttJe3 32 �f2 ttJf5 33 �d1 ttJe7 34 i.f6! �f7 35 iLxe7 �xe7 36 .txd5 cxd5 37 �xd5 �e6 38 �g5 b5 39 axb6 i.xb6+ 40 �e2 e3 41 b3. Las negras abandonaron. (E) 1 .8 Lazarichev - Dvoretsky M oscú 1 97 1 La ventaja d e las negras es ind iscutible, y la única cuestión es cómo convertirla . Pueden buscar el Zugzwang. Sin embargo, tras 4 1 i.d2 �b 1 4 2 ¡Ub3 ! , las defensas blancas resiste n , con 43 �e3 , seguido de 44 �xb 1 ·.txb 1 45 ttJd3. El camino más directo es un sacrificio posicional de peó n , para activar ambos alfiles. Soluciones a los ejercicios analíticos 250 400 41 0 axb3 420 ltJg2 b3! ! �b4 �d3 240 partida . Ten ía preparada la siguiente variante: 43 'iVf1 + 44 �e3 i.b5 45 g4 (45 tZJf4 iVg 1 +; 45 'iVc2 'iVg 1 + 46 �f4 'iVxd4+; 45 �f4 �e2 46 tZJh4 i.e7! 47 �e3 i.b5!) 45 . . . �g1 +! (más flojo es 45 . . . 'iHd3+? 4 6 �f4 ..tc3 4 7 'iVf2 ..txd4 48 'iVd2 ) 46 \tf4 i.f1 47 �h4 (47 �e3 i.a3! ) 47 .. �e7! 000 . (E) 1 .9 Kotov - Loevenfish M oscú 1 949 El rey blanco se halla en grave peligro. Pensaba que mis amenazas eran imposibles de parar, y no me molesté en calcular más allá. Tuve que hacerlo en casa, pues aqu í se aplazó la partida . Los análisis caseros confirmaron la absoluta corrección del sacrificio. (a) 43 ltJf4 �f1 + 44 �e3 �b5, con las mortales amenazas 45 . . . �g 1 + Y 4 5 . . . 'iVe 1 +. (b) 43 'lJe3 'iVe 1 + 44 �g2 .i.c3 45 'iVa3 �xd4. (c) 43 �e3 �f1 ! 44 �f2 (44 tZJf4 'ife 1 + 45 tZJe2 �xe2) 44 . . . .i.c3 ! , ganando, pero no 4 4 . . . i.a3? 45 'iVd2 ó 45 tZJe3. (d) 43 g4 'iff1 + 44 �e3 (44 �g3 .i.e2) 44 . . . g5! 45 hxg5 hxg5, y no hay defensa contra 46 . . . �a3! 43 h5!? Las blancas sellaron esta jugada y no reanudaron la 28. �d4! 29. exd4 'iHxd4 Para las blancas es esencial cambiar la dama negra , aun a costa de estropear sus peones. Desde eS controlaba todo el tablero, en especial la importante casilla de i nvasión c7 . Para a p reciar la solidez de la idea blanca , podemos exa m i n a r l a mejor defensa : 29 . . . ltJd6 30 'gc7 ..tb5. El juego puede seguir así: 3 1 �xe 7 \tf8 (peor e s 3 1 . . . �c8 32 .i.xb5 y 33 g4) 32 'gc7 �c8 33 lixc8+ tZJxc8 34 i.xb5 axb5. 241 Soluciones a los ejercicios analíticos 35 d6! Las negras tienen una difícil elección entre 35 . . . l2Jxd6 36 l2Jd5 l2Jf5 37 l2Jxb4 l2Jxd4 38 a4 y 35 . . . l2Jb6 36 f3! exf3 (36 . . . g5? 37 l2Jh5 exf3 38 l2Jf6!) 37 gxf3 �e8 38 t2Jd3 l2Jd5 39 �f2 ! ? , en ambos casos con probabilidades de tablas, aunque no es un camino de rosas. Loevenfish jugó peor y quedó en un final de torres perdido. 29 . . . g5? 30 �e7 .tb5 31 �xb7 gxf4 32 �xe7 �e8 (32 . . . i.d3!?) 33 i.xb5 axb5 34 h4! f5 35 l:Ie5 �g7 36 �xf5 e3 37 fxe3 fxe3 38 �f1 �e2 39 d6 �xa2 40 d7 �a8 41 �e2. Las negras se rindieron. (E) 1 . 1 0 Dvoretsky - Klovan Ereva n 1 975 1 6. i.a3! El alfil de d6 es teóricamente "malo". Pero en algunos casos puede apoyar, desde c5, el ataque contra el rey blanco. Si desaparece del tablero, la debilidad del peón e5 se hará sentir. Al proponer el cambio, las blancas actúan si g u iendo el principio estratégico responda a un ataque de flanco con juego activo en el centro. 1 6. e5?! Ahora la poslClon es difícil. Más fuerte era 1 6 ... .ba3 1 7 Vi'xa3 fxg3 1 8 fxg3 i.h3!, con posibilidades de igualar. 1 7. 25 1 a5 e4 1 7 . . . i.g4? 1 8 axb6 fxg3 no resultaba , debido a 1 9 fxg3 .txf3 20 �f1 . 1 8. 'iVa2 1 9. 'iVxa3 20. 'iVb4!? i.xa3 l2Jd7 Las blancas tienen superioridad posicional . También era fuerte 20 d4!? exd4 21 l2Jxd4. 20. 21 . exd3 exd3 �h8 En fuertes apuros de tiempo, las negras han conseguido plan tear una pequeña trampa: si 22 l2Jxe5 l2Jxe5 23 �xe5, ten ían 23 . . . fxg3 2 4 fxg3 .th3! Pero incluso aquí, 25 'iVf4 ! , con gran ventaja blanca. 22. 'iVb5! 23. l2Jxe5 24. 'iVxe5 25. fxg3 �b8 l2Jxe5 fxg3 'i'f2+ Era más tenaz 25 . . . i.f5. 26. 27. �h1 �f1 i.d7 El prel udio a una combinación decisiva. 27. 'iVe2 Soluciones a los ejercicios analíticos 252 columna a para s u torre y atacarán el peón de b6, base de la cadena de peones contrarios. Es más difícil preparar un ataque al peón d3, pues si el alfil juega a f5, siempre puede atacarse con ttJh4. 242 El alfil blanco es más fuerte que su colega, porque: (a) Refuerza el flanco de rey. 28. 29. �d6! lIxb7 lIfd8 lIxb7 La pri ncipal va ri ante de la combinación es: 29 . . . �h3 30 �e4 i.g2+ 31 i.xg2! �xd6 32 lIxb8+ �h7 33 �e4+ lIg6 34 1Ih8+ ! �xh8 35 i.xg6 �g8 36 lIe 1 . Omití que después de 30 ... i.xf1 3 1 lIxb8 .tg2+! 32 �g 1 ! , las negras tienen jaque perpetuo, con 32 . . . 'iVd 1 +! 33 �xg2 'iVe 2 + . Lo correcto es 30 i.xh3! �xd6 31 �xb8+ �h7 32 i.f5+ g6 (32 . . . lIg6 33 �h8+! ya lo conocemos) 33 i.e6! h5 34 �f7+ �h6 35 �h8+ �g5 36 h4++! 30. �xb7 Las negras perdieron por tiempo. Se ganaba más directamente con 30 lIf8+ �xf8 31 �xf8+ �h 7 32 .te4+ g6 33 �f7+ �h8 34 'iVf6+! (E) 1 . 1 1 . C hern i n - And rianov Ta l l i n n 1 98 1 Las blancas están mej o r. Después de a4-a 5 , a b ri rán l a (b) Refuerza el futuro control de la columna a. (c) Tiene buenos puntos fuertes en d5 y c6. Por consigu iente, las negras deberían cambiar alfiles . 1 9. ... .t h3 ! Andrianov consideró que su alfil ten ía mejores perspectivas que el contrario y, al evitar el cambio, pierde el hilo del j uego y le permite a Chernin reforzar su posición . Es cu rioso q u e los motivos a ntes descritos no se implementasen en la partida : las blancas ni siquiera real izaron el avance a4-a5 y el juego tomó un disti nto rumbo. A menudo sucede así: uno de los jugadores percibe una amenaza estratégica y se dedica a impedir que se im plemente. Lo logra , pero a un alto precio, porque se abren nuevas posibilidades para su rival en otro sector del tabl.ero. En tal caso, es estúpido no explotarlas e insistir en el plan antes concebido. Soluciones a los ejercicios analiticos 19 . . . �g4?! 20 'iVe1 ! �g6 (20 'iVh5 21 'iVf4 h6 22 �fe 1 ) 21 'iVd2 'iVf5 22 CiJh4 'it'h5 (mejor es 22 . . . 'iVc8) 23 h3 ..te8 24 �ae1 ! (amenazando 25 i.f3) 24 . . . h 6 (no 2 4 . . . i.xh3 25 i.xh3 g5 2 6 CiJg2 ! ) 25 f4 �xe1 ( 2 5 . . . g5 era más tenaz, pero después de 26 i.f3 g4 27 i. d 1 , la ventaja blanca es obvia) 26 �xe 1 g5 (26 . . . �e8 27 i.f3) 27 .tf3 g4 28 �e5! y las blancas ganaro n . (E) 1 . 1 2 Bronstein - Dvorets ky Tbi l isi 1 980 22. g3! Al e l i m i n a r la amenaza a su peó n , l a s b l a n cas conservan cierta ventaja posiciona l , basada en su control de la col u m n a d y en la fuerza de su alfil de b 3 , q u e defiende su rey y presiona sobre el flanco de rey negro . En la partida , Bronstein jugó la menos precisa 22 f3? ! Por u n momento , el peón de e3 q uedó indefenso, y este factor me perm itió igualar, forza ndo el cambio de alfi l es . 22 . . . .te6! 23 :7d6 i.a4! 24 ..txa4 �xa4 25 e4 �fa8 26 �xb6 �xa2+ 27 '�xa2 �xa2+ 28 <;t>xa2 h5. Tablas. 253 (E) 1 . 1 3 Chern i n - G i n d i n J a rkov 1 975 Las blancas tienen ventaja y, por tanto, el sacrificio posicional 29 f5? ! no es necesario. También es fxe5? 29 dxe5 i n correcto (amenazando 30 . . . i.xd 1 ) 30 .i.xf8 �xd 3 . El ca m b io de alfi l es de casillas blancas es, en principio, ventajoso para las blancas, pero aqu í no resulta . Si 29 iJ3?, sigue 29 . . . ..txf3 30 �xf3 d5! ! 29. �f1 ! Planteando la fuerte amenaza posicional 30 f5 . 29. 30 . 31 . �f3! �fxf3 �h6 i.xf3 Chernin ha realizado un cambio ventajoso, sin concederle posibi lidades tácticas a su rival. Ahor.a quiere incrementar la presión sobre el peón de d6, con 32 �d5 Y 33 :fd 3 . Las blancas tienen u n a indiscutible ventaja. 31 ... b5!? 32 exb5 d5 33 �xd5 ¡Vb6+ 34 <;t>g2 �xd5 35 exd5 ¡Vxb5 36 d6 exf4 37 'ifd4+ .tg7 38 'iVxf4 ¡VaS 39 ¡Vb4 ! , Y las blancas ganaron. Soluciones a los ejercicios analíticos 254 (E) 1 . 1 4 Chern i n - Dvoiris 243 Podolsk 1 993 30 h4!? se sugiere por sí sola, pero no logra su objetivo por 30 . . . �c7 ! , y a q ue las negras preparan 31 . . . i. e5 . 30. i.d2! ! La temible amenaza 3 1 �xf6 'iVxf6 32 i.h6+ obliga al oponente a realizar un serio debilitamiento de su flanco de dama . 30. 31 . g5 �f5 Tras supera r la tenaz resis tencia de su riva l , las blancas acabaron ganando. 31 ... :c7! (3 1 . . . h6 32 h4 aún sería peor; ahora si 32 h4, existe la réplica 32 . . . i.c8) 32 'iVg3 ! (amenazando 3 3 �xf6! ) 3 2 . . . �ac8 (32 . . . h6 33 h4 i.c8 34 hxg5 ó 34 �xf6) 33 h4 �h8 34 i.xg5 (34 hxg5 también es fuerte, con idea de trasladar la torre por la ruta e 1 e4-h4, o j ugar i.f4, seguido d e d5d6) 34 . . . i.xg5 35 hxg5 (la principal amenaza es 36 'iVe5+ �g8 37 d6) 35 ... Wiie 7 36 Me5 (36 d6 'iVe4 37 'Yi'e5+ 'iVxe5 38 Mxe5 tam bién habría ganado) 36 . . . 'iVb4! 37 i.. c2 'fic3 (37 . . . 'iVd4 38 Md 1 ) 38 i.. d 3 'iVd4 39 d6!? (era prematuro 39 Vih3, por 39 . . . f6, pero pod ía prepararse con 39 Mbe1 !) 39 ... �c3 40 Me3 líd8 41 'fih3 'iVg7 42 d7 i.c6 43 i..f5 Mxe3 44 Vixe3 f6 45 Mc1 i.xd7 46 líc7 líe8 47 Vif3 fxg5 48 líxd7 Via1 + 49 �h2 'iVe5+ 50 g3 Me7 51 i.e6! Las negras se rindieron. (E) 1 . 1 5 Gavrikov - Chern i n Moscú 1 985 33. Md8! La torre no tiene casillas de pentración en la columna c, así que pasa a la vecina, amenazando 34 . . . �d3 35 �e3 'iVg 1 +. Una seria imprecisión habría sido 33 . . . ..tc5?, en vista de 34 �g2! Y 35 �h2. 34. �g2 �d3 El ataque negro es irresistible. Más flojo es 34 . . . i.. c5 35 'iVf1 . 35. ¡Va8+ 35 Me3 Md2+. Soluciones a los ejercicios analíticos 35. 36. 37. 38. �f2 'iVc8 �h2 1 7. 1 8. ttJd5 1 9. 'iVa1 ! 20. exd5 21 . :xe3 22. g4 23. 'iVxd4 .1f8 'ii'x b3 'iVd5+ �d2 Las blancas se rindieron. (E) 1 . 1 6 Chechelian - Dvoretsky 255 �e6 'iVd7 i.xd5 ':xe3 �h5 i.xd4 ttJg7 244 M oscú 1 979 La única forma de incorporar al juego la torre dama es �a5-e5. 21 . 22. �d3 �a5! �e5 Si 22 . . . ..tb4, hay la fuerte réplica 23 ttJe4! 23. 24. 25. 26. 27. �fe1 �xe1 .a:e2 �c2 �f2 �xe1 + �b4 �d8 �f8 g6! Gracias a la pareja de alfiles, las negras conservan posibilidades ganadoras. (E) 1 . 1 7 Dvoretsky - Shpi l ker M oscú 1 976 1 7. �e3! De esta forma i n usua l , las blancas conectan torres y se preparan para jugar ttJd5 en la situación más favorable. La abrumadora ventaja posi cional está determinada no sólo por una más activa situación de sus piezas, sino sobre todo por la formación de peones del flanco de dama. Un esq uema similar de peones negros, restringidos por los blancos de a5 y d5, ocurre en ciertas variantes de apertura, por ejemplo (en el flanco opuesto), en la Caro-Ka n n . Est�atégicamente , es muy desfavorable. Cualquier jugada de un peón negro conduce a la creación de debilidades. Pero si se ma ntuviera n tal cua l , los peones serían atacados por las piezas contrarias, o por los peones ( c2-c4-c5-c6) . 24. 'iVa7 U na tentadora excu rsión de dama. Más simple es 24 c4!? Soluciones a los ejercicios analíticos 256 24. 25. .tf1 ¡Ve8 Si 25 c4, es desagradable la respuesta 25 .. , b6! 25. ... 35. 36. 36 . . . tZJg7 37 .txg7 :xg7 38 b6 , ó 38 �c6, es desesperado para las negras. 37. 'iYd4 e4 líxe8+ 'iYa7 e5 'iYd7 �e8?! tZJxe8 'iVe 8 tZJf6 No era mejor 30 . . . c6 3 1 dxc6 �xc6 32 .tg2 d5 33 �b8, seguido de 34 'iYd8 . 31 . 32. 33. e6 dxe6 'iYxa6 bxe6 tZJd5 Las negras se rindieron. (E) 1 . 1 8 Dvoretsky - Novi kov Voronezh 1 973 35. �g8 :e8 �a8? Demasiado pasivo. Había que intentar 25 . . . h5!? 26. 27. 28. 29. 30. h4 i.h6! Con esta jugada las blancas inmovilizan el caballo enemigo, y con él , la dama . Ahora las negras carecen de jugadas útiles y sólo pueden mover la torre. En una situación así, la materialización de una ventaja suele ser más fácil . g3?! Es agradable poder disfrutar d e la completa indefensión del opo nente, pero era hora de lanzar un asalto directo, con 37 f4! Y 38 f5 . 37. 38. 39. 40. <it>g2 g4! ? �a3 . �g8 :e8 �g8 tZJd8 Si 40 . . . 'iYd6, las blancas ganan con 4 1 'iVxd6 exd6 42 �a 7 + <it>f6 43 f4. 41 . 42. 43. 44. 'iYf4+ b6 'WIe7 b7! <it>e8 'iYb5 �e2 Las negras se rindiero n , ya que tras 44 ... �xg4+ 45 �g3 'iVe4+ 46 <it>h2 ! , no hay más jaques, y 46 . . . tZJxb 7 47 'iYxb 7 'iYxh4+ 4 8 <it>g 1 'iYxh6 lleva al mate: 49 'iVb8+ <it>f7 50 :f3+ �g7 51 'iYe5++ . (E) 1 . 1 9 Podgaets - Dvoretsky Odesa 1 974 29. ... :f3! Soluciones a los ejercicios analíticos U n extraño caso de Zugzwang en el medio juego. Las blancas sólo tienen jugadas de peón. 30. �h6 c4 257 haber i ntentado 38 g5!? La e l i m i n ación de los peones del flanco de rey acorta la l ínea del frente, lo que suele favorecer al bando que tiene caballo contra un alfil de largo alcance. Las blancas se rindieron. (E) 1 .20 Dolmatov - Taborov Soch i 1 978 21 . 'iVg 1 ! Las blancas logra n ventaja posicional, al no permitir 2 1 . . . 'iVb6 seguido de 22 . . . lifd8. Su siguiente jugada será 22 :d 1 , con molesta presión sobre el peón aislado d5. Pero Dolmatov jugó la más floja 21 'iVd3?! , y después de 21 . . . ¡Vb6 22 lid1 lifd8 23 tLJ3d4 tLJxd4 24 tLJxd4, la posición se igualó. (E) 1 .2 1 Dvoretsky - Korelov M i nsk 1 978 Las blancas amenazan 38 tLJa4 i.. b 1 39 tLJxb6 i.. x a2 40 tLJa4 , donde el peón de b3 es inmune, debido al doble en cS. Las negras deben retirar su rey a e7 ó f7 para parar la amenaza. 37 . .. . �e7! En el juego subsiguiente no pude encontra r la forma de conseguir ventaja. Quizá debería 38. 39. 40. 41 . 42. 43. tLJa4 a3 tLJxb6 tLJc8+ tLJd6 tLJb7 .i.b1 .tc2 .txb3 �d7 �e6 43 tLJf5 .txc4 44 tLJxh6 ..td3 45 tLJf5 c4 . 43. 44. .i.xc4 tLJxa5 No era mejor 44 tLJxc5+ �d5 45 tLJb7 a4 46 �f5 .td3+ 47 �f6 .te2. 44. .. . �b5 No 44 . . . ..td5? 45 ttJb7 c4 46 tLJc5 + . La casi l la de d5 debe reservarse para el rey. 45. tLJb3 Si 45 tLJb7 , sigue 45 . . . �d5 ! , pero no 45 . . . c4? 4 6 a4! 45. 46. c4 tLJd4+ Si 46 tLJc5+, entonces 46 . . . �d5 47 e6 c3! 46. 47. tLJe2 �d5 �a6! Soluciones a los ejercicios analíticos 258 48. 1 8. 1 9. a4 Nada se consegu ía con 48 Wf5 ..tc8+ 49 Wf6 i.xg4, n i 48 ttJc3+ Wd4 49 e6 i.c8 50 e 7 ..td7 . 48. 49. ..te8 a5 Tablas, en vista de 49 . . . Wc5 50 g5 hxg5+ 51 Wxg5 Wb5 52 Wf4 Wxa5 53 We3 Wb4 54 Wd2 . (E) 1 .22. Dolmatov - Psaj is Soch i 1 978 El plan de Dolmatov es típico de tales esq u emas. Las blancas asegu ra n la im portante casilla estratégica c4 para su alfi l . 1 6. b3! b5 Merecía consideración 1 6 . . . ttJc5!? 1 7 i.c4 �d8 ! Ya que no puede impedirse que el alfil llegue a c4, las negras debería reforzar su control de d5 y, al mismo tiempo, poner sus miras en el peón de e4. 1 7. a4! 1 8 . ttJxa4 bxa4 La posición de las negras, que apenas pueden emprender nada, se ha vuelto d ifícil . Las blancas, por el contrari o , pueden reforzar gradualmente su posición . ttJ h5? .te4 Aqu í Psajis vio que tras 1 9 . . . O-O 2 0 ttJh4! n o tiene u n modo satisfactorio de parar la amenaza a g6. 1 9 . . . ttJf4 20 .txf4 exf4 2 1 e5, también es desesperado. Debe admitir su error y regresar con el caballo a f6 . 1 9. 20 . 21 . 22 . .tb4 ttJe3 ..ta3 . ttJhf6 ..te6 �b8 .tb5 Si 22 . . . 'iVa 5 , Dolmatov pensaba jugar 23 .td6! 'iVxc3 24 .txb8 ttJxb8 25 'iVc8+ We7 26 'Wic7+ ttJfd7 27 ttJxe5! 23. ttJd2 ! Un cabal lo en c4 no será menos peligroso que el alfil. 23. 24. .txf8 25. �f2 26. �ef1 .tf8 �xf8 <it>g7 Las negras han logrado evacuar su rey, pero entretanto las blancas han puesto en marcha una tre menda presión sobre la columna f. Se amenaza 27 ttJd5. 26. ... �hf8 Soluciones a los ejercicios analíticos 259 246 245 27. 28. �xf6! :xf6 tLJxf6 �bd8 Tras llegar a a4, el caballo no puede llegar a c3, si no es incorporando al alfil de g7. Si 28 . . . �xf6, 29 tLJd5+. 29. 21 . 22. �f2 Las blancas tienen dos piezas menores por una torre y ahora materializan fácilmente su ventaja. 29 ... 'iVe5 30 'iVg3 �d4 31 h3 f6 32 �h2 ..te6 33 tLJf3 �xe4 34 bxe4 'iVxe4 35 tLJh4 g5 36 tLJf5+ �h7 37 'iVd3 'iVe5 38 �d2 �f7 39 tLJd5 aS 40 e4 a4, y las negras se rindieron . (E) 1 .23 Kozlov - Dvoretsky Tbi l i s i 1 976 El ca ballo de e7 está mal situado, y debe trasladarse a a4, donde resultará mucho más activo. 1 8. 1 9. tLJe1 20. f4 21 . 'iVd1 ¿Qué jugar ahora? tLJe8! tLJb6 �e8 gxf4 exf4! tLJa4 También es importante el hecho de que el avance de los peones e ó f cedería importantes casillas. La posición negra es mejor. Lamentablemente, en la partida jugué peor y perm ití que mi opo nente complicase las cosas. 21 ... tLJa4? 22 f5! (amenazando tanto 23 'iVb3 como 23 g4) 22 ... f6 23 h4. Las blancas impiden g6-g5. La tentativa de forzar acontecimintos en el flanco de rey, con 23 'iVb3+ �h8 24 fxg6 hxg6 25 tLJf3, era prematura, en vista de 25 . . . �h7 26 tLJh4 iLe6 27 'iVd 1 ..th6! , con excelente posición de las negras. 23 . . . gxf5 ! ? Si las blancas logran jugar g3-g4, mi posición carecería de perspectivas. Para no ceder del todo la iniciativa, hay que hacer concesiones posicionales. 260 Soluciones a los ejercicios analíticos 24 exf5 0Je7 25 'iVb3+ <ith8 26 g4 ..te6 27 :c1 ..td5! 28 :xe8 ..txb3 29 :xd8 kíxd8 30 0Jg3 0Jd5, l legándose a u na posición bastante complicada con proba bil idades para ambos bandos. (E) 1 .24 Gu nsberg - Stein itz N ueva York 1 89 1 E l primer cam peón mundial observó la debilidad de la casilla central d4 y decidió dirigir allí su caballo. Un plan que resultó ser un éxito. 34 . . . 0Jf8 35 'iYe3 'iVg6 (35 . . . ttJe6!?) 3 6 �g2 ttJe6 3 7 �e2 t'¿Jd4 38 �f2 (38 :e1 tbc2) 38 . . . �a2 ! 39 tbf3 t'¿Jxf3+ 40 'iYxf3 'iYxe4 41 'iYxe4 0Jxe4 42 lte2 t'¿Jg5 43 <itg2 0Je6. Las blancas se rindieron . ¿ Estaba Gunsberg condenado a una derrota tan apabullante? La jugada de Steinitz, 34 . . . 0Jf8, es lógica, pero tiene u n inconveniente: por un instante debilita el peón e5. Tratemos de explotar este factor, con 35 l2Jf3! 247 Si 35 . . . 'ieh5 , 36 g4. 35 ' " 'ieg6 36 0Je3! ( más preciso q ue 36 tbxe5 'ieh5 37 0Jc6 ttJg6) 36 . . . �xg 1 3 7 0Jf5 ! con d u ce a l a igualdad . 3 5 . . . 'iec 1 e s natu ra l , esperando 3 6 'iVe2 : a 2 37 :g2 tb6d7 , seguido d e ttJe6-d4. Pero las blancas pueden jugar con más energ ía : 36 ttJ1 d2!? 'iVxb2 37 Mxa 1 'iVxa 1 38 'iVd6 , con un contrajuego que probablemente com pense el peón sacrificado. Volvamos a la posición inicial y veamos si puede mejora rse e l juego de l a s negras. Para empezar, debemos considerar la jugada más activa. 'iYh5! 34 Amenazando 35 . . . tbg4+ 36 <itg2 'iYxh3+! 37 <ii?x h3 ttJf2+. Ahora 35 g4 ¡Yg5 es claramente favorable a las negras. Si 35 <itg2 , pueden responder 35 . . . tbf8!? 36 t'¿Jf3 t'¿Je6, pero aún es más fuerte 35 . . . 'iVd 1 ! 35. t'¿Je3! ? D e nuevo, un sacrificio d e peón es la única forma de impedir el total estrangulamiento. Aqu í es menos efectivo, sin embargo,. que des pués de la jugada 34 . . . tbf8! ? 35. 36. 37. �xg1 0Jf5 :xg1 �xh3 'iVg4!? Las negras deben ganar. Soluciones a los ejercicios analíticos En los viejos tiempos hasta los más grandes jugadores enfocaban de d isti nta forma una posición estática . Es comprensible, porque en la in mensa mayoría de los casos, sus oponentes eran basta nte inferiores y no les ofrecían una seria resistencia, de modo que no había necesidad de comprobar m i n u ciosamente las ideas que concebía n . 26 1 las negras fuerzan el cam bio de damas, cuando logrará n controlar el centro." (Botvinnik). 15 .td2. Si 1 5 .tf4, sigue 15 . . . 'i'h7 1 6 t2Jbxd4 ( 1 6 �ad 1 'ilh5 y 1 7 . . . g5) 1 6 . . . t2Jxd4 1 7 lLlxd4 g5! 15 . . . �h7 16 .tb4 g5 17 'ii'x h7 lixh7 248 E n n u estra época se h a pro d u cido u n conside ra b l e as censo en el n ivel de juego , sobre todo en el arte de la d efensa . El rival está dispuesto a explotar la primera ocasión q u e se le pre sente para cam biar el ru m bo de los acontecim ientos. Así q u e ya no basta con encontrar una buena idea , sino que hay q u e planear ta m bi é n la mej o r fo rm a de implementa rl a , ten iendo en cuen ta el pos i b l e contraj uego enemigo. (E) 1 .25 Bondarevsky - Botvinnik Len i ng rado-Moscú 1 945 Las blancas quieren proteger su peón de e5 con 1 5 .i.f4, y luego capturar en d4. Las negras deben buscar u n contrajuego efectivo . Veamos cómo resolvió este problema Botvinnik. 14 . . . ¡qg8 ! ? " i Es posible que sea la jugada decisiva! Al crear amenazas contra el flanco de rey, 1 8 exf6? Al ceder su ú n ico puesto central avanzado, l as blancas q uedan en una posición estratégicamente desesperada. Lo natural y lo mejor era 1 8 hxg5. Botvinnik indica la variante 1 8 . . . fxe5 1 9 t2Jxe5+ t2Jxe5 2 0 �xe5 .t c7 2 1 :e2 e5, con una abrumadora ventaj a . Pero la torre no está obl igada a reti rarse. Con e l sacrificio de calidad , 2 1 lIae 1 ! , seguido d e t2Jxd4, Bondarevsky se habría defendido eficazmente. 18 ... gxf6 19 hxg5 e5! 20 gxf6 �xf6 21 .td6 :e8 22 lLlh4 �g8! 23 �h2 (era más tenaz 23 �f1 ) 23 ... .tf5 24 �e2 d3 25 l1d2 dxc2 26 f4 .te3 27 .txe5+ lLlxe5 28 fxe5+ �e7 29 �f1 c1'i'i! Las blancas se Soluciones a los ejercicios analíticos 262 rindieron, puesto que si 30 l:.xc1 , las negras ganan con 30 . . . l:.xh4+. El plan elegido por Botvinnik es original y fuerte, pero no del todo convincente (véase la nota a la jugada 1 8 de las blancas) . Por lo tanto, verifiqué una tentativa más d irecta de atacar el centro enemigo. 1 4. 1 5. ..tf4 l:.h5! �c7! Ta m b i é n es te nta d o r 1 5 . . . 'iVh8 ! ? (amenaza ndo 1 6 . . . g5) 1 6 wg2 ! 'i'h7 1 7 :!ad 1 ( 1 7 ttJbxd4? ttJxd4 1 8 ttJxd4 g5) 1 7 . . . l:. h 8 . S i n em barg o , las consecuencias de 1 8 ttJbxd4 no están claras. Por eje m p l o : 1 8 . . . .i.xd4 1 9 ttJxd4 g5 ( 1 9 . . . ttJxe5 2 0 ..txe5 fxe5 21 ttJf3 e4 22 !:lxe4 ! ) 20 'ijfxh7 l:.8xh7 2 1 hxg5 fxg5 2 2 g 4 ! l:.h4 2 3 .ltg3, o bien 1 8 . . . ttJxd4 1 9 ttJxd4 ..txd4 ( 1 9 . . . g5 20 'iix h7 l:.8xh7 21 hxg5 fxg 5 22 .i.e3) 20 'iVxd4 g5 21 .ltd2 gxh4 22 g4 l:.xe5 2 3 l:.xe5 fxe5 24 'iVxe5. 1 6. g4 17 . ..txe5 1 8. ttJxe5+ ttJxe5 l:.xe5 fxe5 Las negras tienen u na posición estratégicamente ganad a . Es interesante comprobar que tam poco en esta vari a nte puede evitarse un sacrificio posicional de cal idad . (E) 1 .26 Dolmatov - Pasman G ron i nga 1 977 ¿Por qué no jugaron las blancas la evidente 1 8 l:.ad 1 , y sólo entonces pensar qué hacer? Después de la jugada 1 8 . . . e6, las negras disponen de la desagradable amenaza estra tégica g6-g5-g4, atacando el caballo de f3 y desplazando al único defensor del peón e5. No puede protegerse con ..tf1 , por .i.xh3. Dolmatov encuentra la forma de consolidar sus fuerzas y prevenir el contrajuego enemigo. 1 8. ttJa4! ! Tras defender su peón de b2, las blancas a m e n azan con captura r en b7. S u a lfil puede ahora jugarse a f1 , pues el caballo de f3 está defendido por la dama. Más importante es que la dama se traslada a e3, impidiendo g6-g5 y apoyando su peón e5; entonces el caballo podrá instalarse en d4 . Si un jugador puede penetrar en los secretos de la posición y encon trar la clave, eljuego ulterior se desa rrollará normalmente a su favor. 1 8. 1 9. l:.b8 �ad 1 M á s preciso que 1 9 'iVe3 ttJe6. 1 9. 20. e6 'iVe3 Soluciones a los ejercicios analíticos 263 (E) 1 .27 Andrianov Mateu 249 - M oscú i. c2 20. Digno de considerar era 20 . . . �h7!? 21 ttJg5+ <it>g8, preparando 22 . . . i.h6. 21 . :d4 �f5? El cambio de alfil por el caballo de a4 sólo habría debilitado el peón g6. Era mucho más tenaz, sin embargo, 21 ... ..te4, para cambiar el alfil por el caballo de f3 . 22. 23. tDc3 'i'd2 'i'f8 También es bueno 23 'iVc1 ..te4 24 ttJxe4 dxe4 25 "ilxc7 exf3 26 ..txf3. 23. 24. 25. 26. 27. 28. 29. 30. 31 . ttJxe4 �xe4 tDd4 'i'd1 tDxe6 tDxf8 ttJd7 �xe3 i.. e4 dxe4 tDd5? ..th6 �xf2 ttJe3 tbxd1 i.. e 3 Las negras se rindieron. - Cata l u ña 1 98 1 Las blancas quieren jugar b2-b3, abriendo la segunda fila para su torre de a2, y luego seguir con e2-e3 (ó e2e4) Y ttJd2. Si logran ejecutar este programa, controlarán la importante casilla c4, con ventaja. Eso fue lo que sucedió en la partida: 19 ... 'i'e7?! 20 b3 'ife4 (era preferible 20 . . . ttJhf6, seguido de tbe4) 21 'ifxe4 1h:e4 22 e3 �e7 23 tbd2 �d8 24 �d1 tbhf6 25 ..tb2 tDe8 26 tbc4 ..txb2 27 :xb2, con mejores probabilidades de las blancas, y Andrianov acabó ganando. E n l ugar d e la prudente 22 . . . :e7, las negras pod ían h a b e r intentado 22 . . . c4 ! ? , pero tam b ién a q u í la i n i ciativa q ueda ría en manos de las bla ncas. 23 ttJd4 ! cxb3 24 �a4 ..txd 4 ! 25 �xb4 ! �ee8 (25 . . . ..tc3 26 �xe4 tbc5 21 �c4 b2 28 ..txb2 ..txb2 29 :b 1 ..tg7 30 �b6, con ventaja) 26 exd 4 ! kiab8 2 7 ..t a 3 !txb4 2 8 ..txb4 � b 8 29 ..txd6 � b 5 30 ..tc7 ttJhf6 3 1 d6 tDd5 32 ..txd5 �xd5 33 �b 1 Mb5 34 'itf1 . ¿ Qué pueden hacer las negras contra el plan de su oponente? La directa 1 9 . . . b3?! es dudosa , en vista de 20 �a3. Veo dos buenas soluciones. En primer lugar, pueden atacar la casilla c4 antes de que el caballo llegue a d2. Soluciones a los ejercicios analíticos 264 1 9. 20. b3 'iVb8 ! ? 'i'b5! En segundo lugar, tras b2-b3, la casilla c3 se debilita, lo que se hará sentir si un caballo negro llega a e4. 1 9. ... ttJhf6!? El caballo no tiene nada q u e hacer en h5. 20 b3 ttJe4 e s desfa vorable a las blancas, mientras que si 20 ..tf4 , puede seguir 20 ... �e4 21 "iVc2 c4 . 20. 21 . 22. 23. ttJd2 �c2 ttJxc4 b3 ttJe5 c4! �c8 ttJfd7 Amenazando 24 . . . ttJxc4 25 bxc4 ttJe5 (ó 25 . . . ttJc5) . 24. ..te3 24 �a4 lDxc4 25 bxc4 b3! ; 24 ..tb2 lDxc4 25 bxc4 �b8 ! 250 Este sacrificio de ca l idad permite a las negras controlar por completo las casillas os.curas. 26. fxe3 ttJc5 Las negras tienen com pen sación posicional más que suficiente por el material sacri ficado. (E) 1 .28 G u l ko - Dvoretsky Vi l n i u s 1 975 1 9. b3! ? Las negras querían iniciar juego en el flanco de dama, con c5-c4 ó b4-b3, seguido de �e8-b8-b4. Tras impedir la actividad de su rival, las blancas pueden ahora preparar tranquilamente la ofensiva en el centro (�ae 1 , 'iVc2 , etc.) Sin embargo, la ruptura central inme diata también da resultado. 1 9. 20. 21 . i..xf6!? f4 eS! ..txf6 lDd7 dxe5 Si 21 . . . i.. g 7, sigue 22 lDc4 dxe5 23 d6 'iVd8 24 fxe5, después de lo cual las blancas atacan la débil casilla f7 . 22. d6 ';id 8 22 . . . 'iVc6 23 fxe5 i.. x e5 24 ..tf3 . 24. 25. bxc4 ttJxc4 lixe3! 23. lDd5 Soluciones a los ejercicios analíticos El sacrificio de peón ha permit i d o a las blancas crear numerosas amenazas. ¿Qué tipo de lucha debe ahora preferirse: profiláctica o aguda? No lo sé. Creo que es cuestión de gustos. Otras continuaciones son más flojas. Por ejemplo, en caso de 1 9 a5 (con la amenaza 20 i.xf6 i.xf6 2 1 f4 tLJd7 22 i.d3 y 23 tLJc4 ) , las blancas tienen q u e asu m i r un sacrificio posicional de peón: 1 9 . . . c4!? 2 0 'iVxb4 �ab8 2 1 'iVd2 tLJfd7 (con idea de 22 . . . tLJc5) , o bien 20 �fc1 c3 2 1 bxc3 b3. 1 7. 265 �fe1 Si 1 7 i.xc4, entonces 1 7 . . 'ilic6, con la terrible amenaza 1 8 . . �xg2+. U na posible variante es 1 8 i.xe6 'iVxc2 1 9 �fc1 'iix c1 + 20 :xc1 + �b8 21 .txg8 i.h6, donde las blancas pierden pieza . Las negras también tienen ventaja después de 1 7 ktfd 1 �b8. . . 1 7. 1 8. éLJe1 �b8" tLJe5 251 La continuación de la partida no fue convincente: 19 �ae1 ?! b3! 20 tLJe4 tLJxe4 2 1 .txe4 tLJd7 (2 1 . . . �eb8 2 2 e5!? dxe5 2 3 d6) 2 2 �fe1 �eb8, y la ventaja blanca es menos perceptible que antes. (E) 1 .29 E ingorn - Dolmatov Jarkov 1 985 16 . . . tLJe5 se sugiere por sí sola, pero tras 1 7 'iVxh7! �g7 1 8 'iVh5+ , el juego es favorable a las blancas, que recuperan el peón , defienden f3 y obligan al rey negro a permanecer en el centro. 1 6. .. . O-O-O ! ! U na brillante jugada . Sin tratar de proteger la col u m n a e, Dolmatov completa su desarrollo y renueva la amenaza éLJe5. Ahora la i n i ciativa está en manos de las ngras. Si 1 9 f4, sigue 1 9 . . . 'iYc6! Las mejores proba bilidades defensivas se logran con 1 9 i.xc4. 1 9. 20. 21 . 'ilixh7?! 'ilih3 f4 i.d6 �e6 tLJg6 Las blancas se rindieron . Soluciones a los ejercicios analíticos 266 (E) 1 .30 Dolmatov - Rash kovsky (E) 1 .3 1 Farago - Langeweg Kiev 1 986 O l i m piada de Malta 1 980 Si Sergei hubiese jugado con la misma energ ía que en el caso anterior, habría ganado. Veamos primero lo que sucedió en la partida . 30. 'iVd6 ! Las variantes s o n fáciles d e calcular: 3 0 . . . � b 1 + 3 1 c¡tf2 h 6 32 'iVd8+! \ith7 33 -ªc7; 30 . . . 'iVe8 3 1 '!4c7 ktd8 32 'iVa6 , ó 3 0 . . . :e8 3 1 :c7 'iVf6 3 2 'iVd7 : d 8 3 3 ktc8. Las negras no tienen u n a defensa satisfactoria. Pero las blancas jugaron 30 h3? El deseo insti ntivo de salvaguardar al rey es más que comprensible, pero ahora las negras podrán resolver el mismo problema. 30 . . . h6 31 c¡th2. "Como es bien sabido, sólo marcando el paso no se gana una partida. Para ganar hay que asu mir la iniciativa" ( I saak Lipnitsky). Ignorar este principio le costará caro a Dolmatov, pues la ventaja pasa a su oponnte. 31 . . . c¡th7 32 :e6 e5 33 'iVd6 (mejor es 33 'iVc4) 33 . . . :b7 34 a5 :d7 35 'iVe6 Vi'xe6 36 :xe6 :d2 37 ..te5 ctJh4 38 c¡th1 :xg2 39 .i.xa7 �a2 40 .i.b8 ctJxf3 41 ..txe5 :xa5, y las negras ganaron el final . 3 1 .i.xd7? :Xa1 32 ctJxa1 'iVa6! Es muy posible que las blancas no hayan visto o que subestimasen esta jugada intermedia, contando sólo con 32 ... Vi'xd7? 33 ctJc2, seguido de la maniobra de caballo a f5. 33 i.b5? ! E l e q u i l i brio se manten ía con 33 ctJc2 !· 'iVxc4+ 34 c¡td 1 ctJxd7 35 'iVxg5+. 33 ... Vi'xa1 34 'iVxg5 'iVg1 . Las n eg ras recupera n el peón y obtienen ventaja posicional , puesto que su caballo es bastante más fuerte que el alfil "malo" contrario. 35 'iVe3 'iVxg2+ 36 'iVf2 �h3 37 c¡td3? ! 'iVh1 38 c¡te2 h4! 39 gxh4 ctJh5 40 c¡td2 'iVa1 41 'iVe1 'i'b2+ 42 c¡td1 ctJf4 43 h5 'iVb1 + 44 c¡td2 'iVb2+ 45 c¡td1 'iVh2?! Se ganaba antes con 45 . . . 'iVb1 + 46 c¡td2 'i'd3+ 47 c¡tc1 'ilxf3 48 'ilh4+ f6 49 h6 'iVf1 + 50 c¡tc2 'iVe2+ y 51 . . . ctJd3 , con mate imparable. 46 h6 'iVxh6 47 'iVg3 Vi'h1 + 48 c¡tc2 �g2+ 49 Vi'xg2 ttJxg2. Un plan ganador estándar y senci llo en estos finales: la penetración del rey en la posición por su flanco, y si el rey blanco se lo impide, entonces el caballo se dirige a por el peón c3. Soluciones a los ejercicios analíticos 50 �d3 �f6 51 .i.e8 �g6 52 �e2 l2Jf4+ 53 <it>e3 l2Jh5 54 .i.a4 �g7 55 ..td7 l2Jf4 56 �d2 �h6 57 �e3 �g5 58 .te8 f6 59 ..td7 �h4 60 'iitf2 l2Jd3+ 61 �g2 l2Jb2 62 .lbS l2Jd 1 63 .id7 l2Je3+ 64 <it>f2 l2Jxe4. Las blancas se rindieron. As í, el cam bio en d7 entregó la i n i ciativa a las n e g ras . ¿ Q u é h a b ía q u e h a ce r? Vi e n e a l a mente e l sacrificio de material en a ras del ataque a l rey con 3 1 'iVxg5 . Por ejemplo: 3 1 . . . �xa4 ( u n a posición co nfusa s u rg e después d e 3 1 . . . .lxa4 ? ! 3 2 �xa4 ! �xa4 33 l2J e 3 ¡V d 7 3 4 tLJf5+ 'iit d 8 35 'iVxf6+ �c7 36 tLJe3) 32 �xa4 ..txa4 33 tLJe3 ..td7 34 f4 ! 'iVb8 35 fxe5 dxe5 36 d6+ 'iVxd6 37 l2Jd5+. Lamentablemente , esta idea se refuta con 3 1 . . . b5! Para hacerse con la iniciativa, las blancas deben decidirse por u n sacrificio posicional de peón. 31 . 32. .te6! dxe6 .txe6 �xa8 252 Las tablas que se derivan de 34 'iVxg5 'iVa2 35 �d3 'iVb 1 no son suficientee para las blancas. 34. tLJe3! ¡ Cómo ha cambiado la posición ! El caballo se dirige a f5, donde no sólo quedará atacado el peón g5, sino también el de d6. En caso de 34 . . . t2Je8 , el cabal.lo se sitúa en d5. Es d udoso que las negras puedan salvar la partida. (E) 1 .32 Andrianov - J aritonQv Tal l i n n 1 98 1 Me nos preciso es 32 �xa8 �xa8 33 dxc6 "iVxc6 34 'iVxg5 'iVa4 35 tLJe3 'iVa2+. 32. 33. 267 'iVxe6 'iVxa8 Las blancas tienen calidad de ventaja, pero su rey está incó mod o . Por eje m p l o : 1 9 �xd4? Cxd4 20 'iVxd4 �c8. 1 9. f3! Las blancas preparan 20 <it>f2. Andrianov descartó esta jugada, temiendo .te2, pero se equivocó. Soluciones a los ejercicios analiticos 268 1 9. 20. i.e2 �xd4! �xe2 i.xe2 , las neg ras recupe raron la cal idad y obtuvieron mejor posición . Más flojo es 20 exd4? i.xf3+. 20. 21 . 22. 23. \!Vxd4 �f2 �d1 cxd4 i.a6 �c8 253 Las blancas han consolidado, conservando su sano peón extra . La oportuna devolución de parte del material extra es una forma típica de convertir una ventaja material. Durante mucho tiempo, pensé que 1 9 f4!? (con la m isma idea de 20 �f2) era malo, debido a 1 9 . . . 'iVg4 2 0 �d2 (20 'iVd2? aún es peor) 20 . . . tLJf3+ 2 1 i.xf3 'iVxf3 22 �g 1 :e8 . Sin embargo, la precisa 20 'iVb2! mantiene la ventaja (si ahora 20 . . . tLJf3+?, 21 �f2 ) . La posición es de cierto interés para la teoría de la Defensa I ndia de Dama y se evaluó como "confusa" en el I nformator 3 1 , y sobre la base de esta evaluación, toda la variante (1 d4 tLJf6 2 c4 e6 3 tLJf3 b6 4 g3 i.a6 5 b3 .i.b4+ 6 i.d2 i.xd2+ 7 'iVxd2 d5) se consideró poco prome tedora para las blancas. La partida siguió 19 �d2? ! , a lo que las negras respondieron con la excelente jugada profiláctica 19 . . . �e8 ! , impidiendo el avance del peón f. Las blancas llevaron su rey al flanco de dama, pero después de 20 �d 1 \!Vg4+ 21 �c1 tLJe2+ 22 23 �e1 i.f3 24 ..txf3 'iVxf3 25 'iVc2 b5? ! 26 �d1 c4? Precipitado. Primero había que darle una casilla de escape al rey. 27 bxc4 bxc4 28 �d4 'iVh 1 + 29 'iVd1 \!Va8 (de otro modo, 30 �d8 es fuerte) 30 �d7 �f8 31 'iVd5 \!Vb8 32 �b7 \!Va8 (mejor es 32 . . . 'iVc8) 33 e4! La amenaza es 34 MXf7. Las blancas de nuevo tienen ventaja. (E) 1 .33 Zes hkovsky - G ufeld Vi l n ius 1 975 Hay n u merosas posibil idades atractivas. Zeshkovsky optó por la peor, convirtiendo una posición aplastante en perdida. 35 �f8+?? �xf8 36 b8'iV \!Vf6! E l rey blanco d e repente se encuentra en grave pel igro. Soluciones a los ejercicios analíticos 37 W/ixa7 (37 W/ixf8+ W/ixf8 38 W/ic3 W/if5! no hubiera servido de mucho) 37 ... ..td3! 38 W/id1 Mxe 1 + . Las blancas s e rindieron. 35 'ifg3? 'ifb6+ 36 �h 1 tam bién es incorrecto. Las negras pueden forzar tablas con 36 . . . i.. x g2+ 37 'iVxg2 (37 �xg2 W/ixb7+) 37 . . . �xe 1 , pero tam bién pueden jugar a ganar con 36 . . . W/id4! ? 37 �d 1 W/ixb2 38 Mf2 W/ib5. Después de 35 'Vlic3!? 'Vlib6+ (si 35 . . . 'iVa 5 , es fuerte 36 'iVd4! ) 36 �f2 W/ic5 37 W/ixc5 Mxc5 38 Mxe4 Mxb7 s u rge un final de cuatro torres con peón extra de las blancas. N o val e la pena pregu ntarse si esa ventaja es suficiente para ganar, porq u e aparte d e q u e nadie s a b e la respuesta , el desenlace, en tales casos , depende de la maestría técnica de ambos bandos en el juego subsiguiente . Más i m por tante es pregu ntarse si se ha omitido o no alguna de las jugadas candidatas. 35. W/ib4! W/ib6+ 35 . . . i.. x b7? (con la esperanza de que si 36 �xe5?, 36 . . . W/ixf1 + ! ) 3 6 Mf8 + , Ó 36 W/ic3(d 4 ) e s desesperado para l a s negras. 3 5 . . . �g8 36 Mxe4 Mxe4 3 7 'iVxe4 'Vlixb7 38 'Vlie6+ �h8 39 W/ie5+ �g8 40 b3 conduce a la m isma situación que en la variante 35 'Vlic3, con peón de ventaja para las blancas, pero la presencia de las damas favorece, 269 obviamente, a las blancas, ya que su rey, a diferencia de su colega , está bien protegido por peones. 36. 37. W/ixb6 Mf4 axb6 254 De nuevo, u n final de cuatro torres con peón de ventaja. La diferencia con la variante anterior es que el peón negro ha pasado de a7 a b6. Este cambio es ventajoso para las blancas, que incrementan sus probabilidades de victoria. (E) 1 .34 N u n n - Andersson Szi ra k 1 987 Las negras están bien, y la única pregunta es cuán bien . ¿Qué recursos tienen d isponibles? La directa 27 ... .i.xd5 28 ID<d5 W/ixc2 (28 . . . Mb8 29 'Vlic5) 29 Md2 no les reporta nada especial . U lf Andersson encontró la aguda 27 . . . �b8!?, cuya clave es cazar la dama tras 28 i..xb7? Mxb7. La única respuesta de las blancas es 28 W/ic4, donde es fuerte 28 . . . 'iVxc4 29 i..xc4 f3. Soluciones a los ejercicios analíticos 270 Pero antes de profundizar en esta tentadora contin uación , pensemos en si hay otras ideas. Las negras pueden , por ejemplo, clavar el alfil en la columna d, provocando c2-c4 y privando a la dama de la casilla c4. 27. 28. :d8! c4? Es m ej o r to m a r e n b 7 , e n te g a n d o ca l i d ad , aunque ta m b i é n e n este caso e s d ifícil la posición b l a n ca . Desp ués d e 2 8 i. x b 7 a 5 ! 2 9 'iV b 5 :xd 2 , no t i e n e n t i e m po p a ra jugar 30 c 3 , e n vista d e l a a m e n aza 30 . . . �xf2 ! 3 1 Mxf2 'iVxb 7 ! Ta m b ié n es d esespera d o 3 0 ttJd 1 l:lxc2 3 1 ttJxe3 fxe3 3 2 i.f3 �xb 2 . E l fi n a l res u lta nte d e 2 8 'irxb 7 ! ? 'iVx b7 2 9 i.xb 7 ':xd2 3 0 i.xa6 ( 3 0 ttJd 1 a 5 ! ? 3 1 ttJxe3 fxe3 ) 30 . . . �xc2 es d ifíc i l de salvar: 3 1 ttJd 1 M b 3 , ó 3 1 ttJd 3 f3 ! 28. 255 ... Mb8! Las blancas sufren g randes pérdidas materiales. Ahora d e b e m o s co m pa ra r el d e se n l a ce de la v a ri a nte a n terior con l o q u e s u ced i ó e n la p a rt i d a . 2 7 ... Mb8 ! ? 2 8 'ilic4! 'ilixc4 29 i.xc4 f3 30 i.d5? Después de esto, la posición blanca se hace deses perada. Era esencial 30 gxf3 ! i.xf3+ (30 . . . Mxf3 3 1 i.d5) 3 1 �g 1 , Y no veo cómo pueden ganar las negras, que deben tener en cuenta 32 i.d5 ó 32 ttJd 1 . Más se lograba en la variante 27 . . . �d8! 30 ... :e2 ! 31 lid3 i.xd5 32 �xd5 :xb2 33 gxf3 �bxc2 34 �g2 i.f4 35 l:xh5 i.e3 36 :e5 :xf2+ 37 �xf2 i.xf2 38 �d5 �a2 39 �f1 i.e3 40 :a5 :f2+. Las blancas se rindieron. (E) 1 .35 Dol matov - Jalifman Kiev 1 986 Las blancas deben demostrar que su control de la columna e vale más que el contrajuego enemigo en la columna h. En la partida no lo hiciero n , y después de 39 l:.8e7? 'iVh7 40 :xg7+ 'ii'x g7 41 i.e2 i.e4, se acordaron tablas. Tampoco se conseguiría nada con 39 l:xf8+? �xf8 40 'iVe3? (es mejor 40 'iVc3) , puesto que las negras tienen la .Soluciones a los ejercicios analíticos respuesta 40 . . . �h5 ! , parando la amenaza de mate y atacando, al mismo tiempo, al rey enemigo. La solución es el rápido traslado de la dama blanca a la casilla clave e6. 39. iVe3! :lh7 39 . . . 'iVh5 40 'iVe6+ :lf7 4 1 :lxf8+ �xf8 4 2 'iVxd6+. 39 . . . �xe8 40 Vi'xe8+ �h7 41 i.d3! Vi'xd3 42 Vi'h5+ <iitt g 8 43 ':e8++. 40. iVe6+ 41 . llxf8+ 42. :lxe6 iVxe6 �xf8 En el final deberían ganar las blancas. Por ejemplo: 42 . . . �h 1 + 43 �f2 1:.h2+ 44 <iitte 3 :lg2 45 f5 :xg3 46 <iitft 4, seguido de 4 7 �xd6. (E) 1 .36 Dvoretsky - M uj i n Al ma-Ata 1 976 34. tLJe3! Al crear la amenaza 35 tLJxd5!, las bla ncas q u ieren forzar el cambio del caballo de c4, la única pieza activa de su rival. Después de 34 . . . tLJxe3 35 ':xe3 , las cosas se ponen feas para las negras. 34 ... a6 35 bxa6 �xa6 (35 . . . bxa6 3 6 tLJxd5) 36 etJxd5 etJb2 (36 27 1 . . . ..tc6 37 tLJf6+!) 37 �d2 tLJxa4 38 tLJe7 �a5 39 etJxe8. Las negras se rindieron, en vista de 39 . . . llxe8 40i.xf7+ ! (E) 1 .37 Stefansson - Dolmatov N u eva York 1 989 El cambio de damas es desfavorable a las negras, tanto en e3 (restaurando la formación de peones), como en b6 (el ala de dama quedaría seriamente debilitada). Por tanto, deben mover la dama. 21 . ... 'iVa5! Las neg ras tienen ventaj a . Planean 2 2 . . . tLJf5, s i n temer a 22 i.b4 'VJiIc7 23 i.d6 'i'c8. Dolmatov jugó la más floja 21 . . . iVxe3? 2 2 fxe3 i.e6 ( 2 2 . . . i.xb5 23 axb5 b6 24 i.c7, o bien 23 . . . tLJc8 2 4 ..tc7! :d7 2 5 b6) 2 3 ..txe6 tLJxe6 24 <iitf2 tLJe7 25 e4! dxe4 26 fxe4, y q uedó con un final inferior: que más tarde logró salvar. (E) 1 .38 Raetsky - Bologan Berna 1 997 1 2. a4! Este ejercicio pod ía haberse incluido en el cap ítulo Paso a la torre. La torre negra llega a a5 y resulta que las blancas no pueden salvar su peón de e5. Soluciones a los ejercicios analíticos 272 1 3 'iVe3 (mejores probabilidades prácticas brindaba 1 3 �ad 1 !? �a5 1 4 lDe4 lDdxe5 1 5 lDxe5 lDxe5 1 6 f4) 1 3 ... :a5 1 4 �c3 'ilVb4! 1 5 lDe4 ttJdxe5 1 6 lDxe5 �e5 1 7 �fd1 MaS 1 8 ¡Vxb4 lDxb4 1 9 a3 lDa6 20 f4 eS 21 fxe5 :xe5, y las negras ganaron . (E) 1 .39 Ageichen ko - Dvoretsky M oscú 1 967 La principal amenaza de las negras es 37 ... b4! Por ejemplo: 37 bxa4? b4!, o bien 37 lDc3? b4! (peor es 37 ... axb3 38 cxb3 b4? 39 axb4 lDxb4+ 40 �d2) 38 lDxa4+ �a6. En la partida siguió 37 lDf4? b4! 38 �xe6 'ifxe6 39 lDxe6 axb3 40 cxb3 bxa3 41 �c3 lDe3 (amenazando 42 . . . lDd 1 +) 42 b4 lDxb4 43 tiJc5 dxc5 44 dxc5+ �xc5 45 ..td4+ �b5 46 �b3 a2. Las blancas se rindieron. Sólo h a b ía u n a forma defenderse contra la ruptura : 37. de b4! Es muy difícil para las negras convertir su pequeña ventaja material. (E) 1 .40 Yusu pov - In kiov Sofía 1 984 1 5. e4! Este inmediato golpe central es la única forma de lograr ventaja. No puede diferirse ni una sola jugada: 1 5 �b2?! �xc5 1 6 e4 tiJa6! ( 1 6 . . . dxe4? 1 7 lDxe6 fxe6 1 8 :d8+ , con una mortal clavada en la ú ltima fila) 1 7 lDb3 dxe4! 1 8 lDxc5 ( 1 8 ..txa6 .ixb3) 1 8 . . . lDxc5, y las negras tienen plena compensación por la calidad sacrificada . 1 5. ... .td7 Después de 1 5 . . . �xc5 1 6 exd5, tiene que jugar el alfi l , pues ambas capturas en d5 pierden: 1 6 . . . �xd5? 1 7 .ic4, o bien 1 6 . . . .ixd5? 1 7 lDb3! .ixb3 1 8 �d8+ . Y en caso de 1 5 . . . dxe4 1 6 lDxe6 fxe6 1 7 .ic4 �f7 1 8 �he 1 , la posición negra es ruinosa . 1 6. 1 7. exd5 c4 �xc5 . tiJa6 Si 1 7 . . . b5? , hay la respuesta 1 8 ttJb3. 1 8. �b2 Las blancas han conservado su peón extra y tienen una posición ganad a , a u n q ue todavía tienen que superar algunas d ificultades técnicas, relacionadas con el bloqueo de sus peones centrales en casillas negras . 1 8 ... �e8 1 9 .ie2 ':cc8 20 �he1 lDc5 21 .tf1 ! �xe1 (mejor es 21 . . . b6) 22 �xe1 tiJa4+ 23 �a3 lDb6 Soluciones a los ejercicios analíticos 2 7 . 'iVxb6! ! 28. �xb6 29. �xa6 24 �b4! a5+ 25 �xa5 4:Jxc4+ 26 �b4. También es tentador 26 .txc4 �c4 27 4:Jb3 �c2 28 �b6! i En el final el rey es una pieza fuerte! 26 . . . 4:Jb6 27 d6 4:Jd5+ (27 . . . �a8!? 2 8 .tb5! ) 2 8 �b3 �c3+ 29 �b2 �c5?! (29 . . . �c8 era más tenaz) 30 �e5! (amenazando 3 1 4:Jb3) 3 0 . . . 4:Jb6 3 1 �xc5 4:Ja4+ 32 �a3 4:Jxc5 33 �b4 4:Je4 34 .tb5 .txb5 35 ttJxb5 ttJf6 (35 . . . �f8 36 �a5 �e8 37 �b6) 36 4:Jc3 �f8 (36 . . . 4:Jd7 37 ttJe4 y 38 4:Jc5) 37 �b5 �e8 38 �b6 �d7 39 �xb7 �xd6 40 a4 4:Jd7 41 ttJe4+! �d5 42 �c7 4:Jf8 43 a5 ttJe6+ 44 �b6. Las negras se rindieron. (E) 1 .41 Chern i n - Kaidanov I rkutsk 1 983 Un solo instante y las negras bloquearán la columna b con 27 . . . 4:Jb4 , cuando la posición será ta bl ista . Se req u ieren medidas drásticas . 273 l:.xb6 ¡fe8 El sacrificio posicional de dama ha asegu rado a las blancas una superioridad decisiva . Sus torres l ib remente en la opera n retaguardia enemiga (amenazan �xa5, �b7, etc . ) , mientras que las piezas contrarias son incapaces de penetrar. El peón de a4 es inmune, debido a 30 4:Je7 + . 2 9 . . . h5 3 0 �xa5 � h 7 31 �a7 'iVe6 32 �b6 �c6 33 a5 'iVh6 34 �xf7 h4 35 �xc6 h3+ 36 �f2 'iVxc6 37 :f5 'iYa4 38 l1xe5 'ilxa5 39 �h5+ �g6 40 �xh3 'iVa1 41 �h4 �f7 42 �f4+ �e6 43 �g2 'iVe1 44 �e4+ �f7 45 h4 'iVd2 46 4:Jf4. Las negras se rindieron . (E) 1 �42 Yusupov - Dvoretsky Moscú 1 979 ¿Qué amenazan las blancas? ¿Tomar el peón de a 7? Esa amenaza no es difícil de parar, pues basta con jugar 25 . . . a6. Pero resulta que hay una amenaza más seria: la maniobra 4:Jc3-b5(e2)-d4, con ataque al peón de f5, que es difícil de defender. Por ejemplo: 25 . . . a6 26 4:Je2! �f7 (26 . . . 4:Jh5 27 �f2) 27 ttJd4, y el rey está obligado a meterse en una clavada , en g6. Soluciones a los ejercicios analíticos 274 En aras de asegurar el peón f5, las negras no dudan en sacrificar el peón menos importa nte de a7. 25. 26. <itf7! .i.xa7 Si 26 tDb5 (ó 26 tDe2), 26 . . . .i.f8! 2 7 l1d2 a 6 28 tDd4 �g6, seg u ido de h6-h5. 26. 27. ltd1 .i.f8 No, por supuesto, 27 l:Ib6??, debido a 27 ... .i.c5+. 27. ... h5 257 (E) 1 .43 Cám pora - Hazai N i s 1 985 Las blancas deben defenderse contra 21 ... c4, Y decidieron estabilizar la situación en el centro y flanco de dama. 21 c4?! tDxb3 (21 ... bxc4? 22 ba5 �xa5 23 bc4) 22 axb3. Su estrategia tuvo éxito: 22 ... bxc4?! 23 bxc4 J.ca 24 f3 !;IbS 25 b3 �g7 26 :a3 .i.e7 27 'iitf2 .i.h4 (recuerde que hemos visto la misma situación, en el flanco de rey, en la partida Dolmatov Hemández, capítulo No se olvide de la profilaxis) 28 �h1 h5 29 gxh5 f5 30 'iYc1 �f6?! 31 IDch4! 'iYxh4 32 .i.g5 �2 33 J.h6+ �h8 34 'iWg5, con posición ganadora. Las negras jugaron mal. Ten ían que haber contin uado con 22 . . . 'iVh4! (amenazando 23 . . . .i.c8) 23 tDf1 b4!?, donde no se . ve un plan activo para su riva l , mientras que pueden preparar g radualmente f7f5, que gana en fuerza tras la muy probable g2-g3. El peón d e f5 está ahora fuera de peligro, y al mismo tiempo las negras han impedido para siempre la ruptura g3-g4. La posición está igualada, puesto que el peón extra de las blancas es doblado. 28 �f2 .i.e 7 29 .i.d4 l:Id8 30 �e2 �e6 31 tDb5 �f7 32 l:td2 ktd5 33 tDc3 �d8 34 .i.f2 �xd2+ 35 �xd2 �e6 36 .i.d4 tDd5 37 tDe2 .i.b4+ 38 .i.c3 J.c5 39 .i.e5 .i.e3+ 40 �e1 .i.c5. Tablas. Para no entregar la iniciativa, las blancas deben decidirse por u n sacrificio posicional de peón . 21 . 22. .i.d5! bxc3 dxc3 Más flojo es 22 .i.xc3? b4. 22 . . 23. exd5 24. tDe4 .i.xd5 'iVxd5 Soluciones a los ejercicios analíticos 275 Si 30 'i'b5?, las negras responden 30 ... 'iVe6, con idea de 31 . . . 'iVg4 ó 31 ... i.d4. Pero ahora es más difícil evitar el cambio, pues si 30 ... 'ilVa5, sigue 31 l:tc1 , con las amenazas 32 Jhca, 32 Jha7 y 32 'iVxf3. 258 30. 31 . 'i'xe6 :xe6 La posición es favorable a las blancas, que quieren tomar en f3 ó a7. Eval uemos la poslclon resul tante. E l caba l l o d e g3 se ha incorporado al juego, mientras que el negro de a5 no está haciendo nada y, en algunos casos, incluso podría correr peligro (c3-c4). Se amenaza un jaque en f6 y esta casil la no puede ser defendida con el alfi l , por 25 i.xh6. El sacrificio de calidad 24 . . . 'i'xd3 conduce, tras 25 tZJf6+ <;i(h8 26 tZJxe8 ltxe8 27 i.e3 (ó 27 i.f4) 27 . . . 'iix d 1 28 :axd 1 , a un mejor final para las blancas. Pero de no ser así, la siguiente jugada blanca es 'i'f3 , con ganancia d e tiempo, para seg u i r con 'i'h3 ó g4-g5. La com pensación d i n ám ica por el peón sacrificado es más que suficiente. (E) 1 .44 Dolmatov - Lputian Kiev 1 986 Dolmatov fue codicioso y tomó el . peón. Después 30 �xa7? 'iie4 , resultó q u e la i n iciativa h a b ía pasado a menos de su rival y no fue fácil neutralizarla. Por ejemplo: 31 'i'b5 'i'c3 32 'i'f1 �e8! 33 'iif2 i.d4, o bien 3 1 'iVd 1 i.c3 32 :f1 (32 gxf3 i.xe1 33 'iVxe 1 �e8) 32 . . . 'i'e2 3 3 i.f2 i.a6. 3 1 'iVd6 i.e3? ! Ahora las blancas fuerzan tablas. Lputian evitó 3 1 . . . fxg2 , a causa de 32 'ii c 5, pero se equ ivocó po'rque habría conservado cierta ventaja . . 32 i.e5! (no 32 ltc7? 'iig 4) 32 ... f2+ 33 i.xf2 i.xe1 34 i.xe1 1te8 35 1te7 'ii'xa4 36 h3 ':xe7 37 'i'xe7. Tablas. {E)1 .45 Vil ner - Romanovsky M oscú 1 924 Las blancas deben buscar el cambio de damas. 30. 'iie 6! Las negras p l a nean c6-c5 , apoyando su alfi l , donde s u oponente no tendrá contrajuego, y Soluciones a los ejercicios analiticos 276 las negras prepararán la apertura de la columna f con f7 -f6. As í es como evolucionó el juego. 32 �b1 ? c5 33 �f3 %Vd8 34 h4 %Ve7 35 �g1 �f8 36 .td3 �h7 37 1:fg3 �d6 38 M 1 g2 f6 39 gxf6 Mfxf6 40 Mg5 �f7 41 i.c2 Mf4 42 Mh2 �df6 43 �gg2 .txf2 44 .td1 ..td4 45 �c1 Mf1 46 �c2 M6f3 47 ·t&"d2 Mc3+ 48 �b1 �f3 49 �e2 IDcb3+ 50 axb3 'iYxb3+ 51 �c1 i.b2+ y mate a la siguiente. Mxc3 23 �xd6 Mc8 es inocuo. 22 ..txg7 fue lo que se jugó en la partida . Pero tras 22 . . . �xg7 23 �d4+ �g8 24 'ii'x d6 �b2 25 'ii'xa6 Mcc2 26 a4 Mxe2, la posición es ta blista . Las negras siempre pueden parar el peón pasado, doblando torres en la col umna a. 259 ¿ Pod ían haber evitado las blancas este penoso destino? 32 f4? ..tb2+ Y 33 . . . exf4 era inco rrecto, pero pod ían haber optado por un sacrificio de calidad . 32. Mxd4! exd4 Ahora Romanovsky sólo consi deró 33 �d4 ¡Vc?! 34 �d2 :ee8, con idea de 35 ... Mbd8 (35 Md? 'iVe5 es malo). Pero ¿por qué tomar el peón, abriendo la columna d, de la que se apoderará la torre enemiga? Mejor es mantener cerrada la posición. 33. f4! No es posible impedir e4-e5, y la ventaja difícilmente se hará sentir. (E) 1 .46 Espig - Dvoretsky Vi l n i u s 1 978 Las b:ancas pueden ganar un peón de varias maneras. 22 'iVxa6? Siguió : 27 'iVc8+ �g7 28 �c5 e5 (28 . . . h6!?) 29 a5 Ma2 30 �f1 Me4 31 h4 h6 32 h5 �a1 + 33 �g2 Ma2 34 �h3 Mea4 35 'iVxe5+ �g8 36 'iVe8+ �g7 37 'iVe5+. Tablas. Las torres se coordinan de forma efectiva, ya que pueden doblarse para atacar algún peón. Con alfiles sobre el tablero, esto sería m ucho más difícil , ya que el alfil blanco priva a las torres de casillas importantes (como b2 y a 1 ) , y puede defender un peó n , haciendo q ue sea i n úti l atacarlo . Esto significa que el cambio de alfiles debe evitarse. 22 . ..td4! Es posi ble que la poslclon negra siga siendo defendible, pero no es fácil . En la práctica sólo las Soluciones a los ejercicios analíticos blancas tienen probabil idades de éxito. He aquí algunas variantes: 22 . . . .tf8 23 iVxa6 �bb8 (23 . . . �c2 24 a4) 2 4 .ta7 ! �a8 2 5 'iVb7 (amenazando 26 a4) 25 . . . .ta3 26 h4! Las blancas usan un método familiar de explotar una ventaja: el principio de las dos debilidades. Tras atar a su oponente en el fla n co de dama, lanzan una ofensiva de peones en el de rey, para crear nuevas debilidades allí y pasar, llegado el momento , a un ataque contra el rey negro. 22 . . . �bb8 23 iVxa6 .tc5 24 .te5! �a8 25 iVb7. También aqu í están las negras en serias dificultades. (E) 1 .47 S imag i n - Abramson Vlad i m i r 1 960 Hay que parar la amenaza 1 8 . . . a4, q ue las negras juegan incluso en respuesta a 1 8 hxg6?, y a 1 8 iVd3? ! , 1 8 . . . iVxd3 1 9 �xd3 4Jxh5. 1 8. �h4! ! jugada espléndida Una profiláctica . Si 1 8 . . . a4 , ahora sigue 1 9 .tc4 ! , y en algunos casos es posible otra reacció n : .txf6 , seguido de :xb4. Pero las blancas no sólo se defienden , sino que doblan torres en la columna h, preparando un ataque al rey. Por ejemplo: 1 8 . . . ltJxh 5 1 9 .txg7 �xg7 20 .tc4! (menos convincente 277 es 20 g4 a4! ) 20 . . . 'iVc5 21 �dh 1 , seguido de 22 g4 iVxc4 23 gxh5. 1 8. . .. �db8? Obviamente, las negras no perciben la principal idea de su rival. Descartan 1 8 . . . a4 a causa de 1 9 .txf6 (que, en real idad , no es convincente, debido a 1 9 . . . axb3) y protegen antes su peón de b4. Era mucho más tenaz 1 8 �dc8 ! , pues debe controlarse c4 . S i magin habría res pondido 1 9 hxg6, sin temer a 1 9 . . . a4 por 20 .txf6 . Después de 1 9 . . . hxg6 20 �d h 1 a4 21 i.xf6 Jtxf6 (2 1 . . . axb3? 22 .a:h8+) 22 �xb4 ¡Vd7 23 .tc4 la compensación pe r el peón sacrifi cado parece insl' riciente. Las negra� pueden intentar también 1 9 . . . D g6 (para responder a 20 �dh 1 ? con 20 . . . a4 21 .txf6 axb3!) Las blancas podrían explotar las debilidades de la columna e. Es muy bueno, por ejemplo, 20 'iVd3!? �xd3 2 1 cxd3, con u n final claramente mejor para las blancas. También es muy fuerte 20 "iVe1 ! 'iVd7 21 'iYe2!?, conquistando la casilla c4 para el alfil. 20 . . . a4 (en lugar de 20 .. , iVd7) conduce a una posición perdida tras 21 �e6+ (2 1 .txf6!?) 2 1 ' " �8 2 2 .a:e1 ! (pero n o 2 2 .txf6? exf6! 23 VWxd6+ �g8, donde las blancas tienen que dar jaque perpetuo, con 24 VWe6+ <it>f8 25 �d6+, ya que si 24 ':xb4?, hay la respuesta 24 . . . 'iVe2) 22 . . . ':e8 (22 . . . 'gc7? 23 .txf6) 23 .tc4! Soluciones a los ejercicios analíticos 278 1 9. 20. 21 . hxg6 �dh 1 �c4! hxg6 a4 ¡Va5 La amenaza 3 1 . . . �a5 se para fácilmente con 3 1 �c3 , y l a s negras cambian en g4. ¿Qué es lo correcto : incre mentar la ventaja posicional a costa de un peó n , o conservar el equilibrio material con u na ventaja posicional menor? Antes de pasar al análisis concreto, trate de decidir intuitivamente. 260 31 . g5! 32. �b1 ! 22. 23. 'iih 6!! �xh 6 �xh6 g5 23 . . . �f8 2 4 :h8+ tLJg8 25 �xg8+ y mate, mientras q ue tras 23 . . . e5 24 dxe6 'ife5 el final es completamente desesperado para las negras. 24. 25. 26. 27. kIh8+ �1 h7+ �d3+ �xe4+ �g7 �g6 tLJe4 Las negras se rindieron. (E) 2 . 1 . Karpov - Kavalek O l i m piada de N iza 1 974 Las blancas q u ieren jugar 3 1 g 5 , defendiendo e l peón de h 6 y encerrando al alfil negro . Pero después de 3 1 . . . �a5, el peón de a2 tiene que entregarse, pues no es seductor 32 �a 1 �a3+ 33 �e2. lIa5 Además de la jugada señalada por Karpov, también es muy fuerte 32 �d 1 ! �xa2 33 �b3 (con idea de c4-c5) 33 . . . �a5 34 <it>c3 �f7 35 �b4 �c5 36 �a 1 (36 I;Ie 1 ; 36 �a4). 32 . .. . �f7 ! ? Las cosas s o n m á s fáciles para las blancas con otras continua ciones. He aquí algunas variantes, tomadas de las partidas selectas de Karpov. (a) 32 . . . �xa2 33 c5! �a3+ 34 �e2 dxc5 (34 . . . �c3 35 c6; 34 . . . �a2+ 3 5 �e 1 �a3 3 6 c6! :xf3 37 lIc1 ! ) 35 d6 exd6 36 �d5+ �h8 37 �b8. (b) 32 . . . �a3+ 33 �b3 :xa2 34 c5 dxc5 35 d6 e6 36 d7 c4+! 37 <itxc4 (37 �c3? �c2+! 38 <itxc2 cxb3+ 39 <itxb3 ii.e 7) 37 . . . �d2 38 lIb 7 ..te 7 39 �b8+ <it>f7 40 .a:h8 �xd7 4 1 �xh7+. Soluciones a los ejercicios analíticos (c) 32 . . . lIa3+ 33 :b3 lIxb3+ 34 axb3 aS (34 . . . �f7 35 b4 eS 36 dxe6+ �xe6 37 i.d5+ �d7 38 .i.g8 �e8 39 �d4 .ie 7 40 �d5 �f8 4 1 �e6) 3 5 �c3 �f7 3 6 �b2 e S 37 dxe6+ �xe6 38 i.d5+ �d7 39 �a3 i.e7 40 �a4 .id8 41 .ig8 �e8 42 <it>b5. 279 tiene sentido que entren en variantes tensas, cuyo desenlace puede pender de un hilo. La maniobra del alfil a b3 les permite resolver el problema por medios sencillos. 33. 34. lIb8 %!xa2 l:1a3+ Son malas tanto 34 . . . :f2 35 i.a4, con la amenaza 36 .id7 (o bien 36 .ie8+ �g8 37 i.d7), como 34 . . . �a5 35 .ib3, seguido de �c3-b4 y .ia4. N� hay, senci llamente , nada q u e las negras puedan jugar. 35. 36. 33. i.d1 ! Karpov sólo considera 33 lIb2 :a3+ 34 lIb3 (34 �e2 lIc3) 34 . . . :Xa2 (33 �b3 l:1xa2 conduce a la misma posición una jugada antes) 35 eS dxc5 36 d6 c4+ (36 . . . �e6 37 :b8; 36 . . . l:la4 37 .id5+ e6 38 �b7+ �e8 39 .ic6+ �d8 40 :b8++) 37 <it>xc4, y ahora 37 . . . exd6 38 .i.d5+ �e8 39 l:.b8+ �e7 40 �b7+ <it>d8 4 1 ID: h7, con ventaja decisiva d e las blancas. Pero la defensa negra puede mejorarse: 37 . . . �e6! 38 :b8 ':a4+ 39 �d3 .ixh6! 40 dxe7 �xe7 41 :b7 + <it>e6 42 gxh6 :xt4 43 <it>e3 llh4 44 :Xh7 �, con tablas, ya que el último peón blanco pronto desa parecerá del tablero. En mi opinión, la ventaja de las blancas es tan significativa que no i.b3 e5! a5 a4 Si 36 . . . dxc5, lo más sencillo es 37 �c2 a4 38 i.c4 y 39 d6+ . 37. e6! El peón blanco corona. Karpov no sacrificó el peón, sino que jugó con más cautela. Veamos cómo siguió la partida. 31 . <it>c3 32. i.xg4 fxg4 �f7 Como señaló Karpov, también era de considera r una d efensa pasiva : 32 ... l:1c7 ! ? 33 i.e6+ �h8 34 f5 (amenazando 35 �b1 ! i.xh6 36 f6! exf6 37 :b8+) 34 . . . �b7! Las negras q uieren jugar 35 . . . �b8 Y 36 . . . gxf5, Y si 35 i.f7, sigue 35 . . . i.xh6! 3 6 :xh6 �g7. Soluciones a los ejercicios analíticos 280 33. 34. i.e6+ i.g8 �f6 l1e7! 34 . . . jLxh6? 35 :lxh6 �g7 36 �xh7+ �xg8 37 :xe7 habría llevado a un final de torres perdido para las negras. Pero ahora el peón de e7 está d efendido, amenazár � ose 35 ... i.xh6. 35. jLxh7 e6! Es desesperado 35 . . . �f7 36 f5! g5 37 f6! exf6 38 i..f 5! �g8 39 h7+ �h8 40 :lb1 ( Karpov) . 36. 37. i.g8 h7 exd5 37 i.xd5? :lh7 . 262 37 . .. . i.g7? E ra error El decisivo . fundamental 37 . . . I!xc4+! 38 �d3 i.g7. Ahora no se consigue nada con 39 h 8'if? jLxh8 40 :lxh8 (esperando 40 . . . cj¡;g7? 41 i.xd5 :c5 42 :g8+ <ith7 43 i.b3 ) , debido a 40 . . . ':c8! y 41 .. ' cj¡;g7. Después de 39 i.xd5 �c5 (39 . . . �c8) 40 i.e4?! :lh5!, de nuevo es tablas. Tras 40 �e4! i.h8, las blancas conservan algunas probabilidades de éxito, pero las tablas son el resultado más probable. 38 i.xd5 jLh8 39 �d3 cj¡;f5 40 �e3 :le7+ 41 �f3 a5 42 a4 :le7 43 i.e4+ �f6 44 :lh6 :g7 (44 . . . �g7 45 �xg6+ �xh 7 46 :lg 1 + �h6 47 :h 1 + �g7 48 �h7+ Y 49 �xc7) 45 �g4. Las negras se rindieron. Volvamos al d ilema con que hemos empezado. "Los lectores pueden elegir, a su gusto, entre la j ugada de la p a rtida y la contin uación analizada" ( Karpov) . Creo que la concl usión es clara : el futuro campeón del mundo no jugó de la mejor forma . Pero es difícil criticarle porque, después de todo, i ganó! El análisis del libro de Karpov, a q u í util izad o , está lleno de complicadas y bonitas variantes. Sólo en algu nos p u ntos pude correg irlo y añadir a l g o . Pero Karpov es un jugador de estilo i ntu itivo , a q u ien no l e g u sta profundizar en los detalles de una posición. ¿Cómo puede explicarse esto? Creo que no me equivoco si expreso la h i pótesis d e q u e muchas variantes fueron descu biertas por el entrenador de Karpov, el g ran maestro Igor Zaitsev, a q uien sí le gusta y mucho p rofu n d izar en las sutilezas combinativas ocultas. Soluciones a los ejercicios analíticos ( E ) 2 .2 Dvoretsky - Tage B a d Wiessee 1 997 54. �h7+ 'iitf6 54 . . . &t>f8? 55 �h8+; 54 . . . �g8? 55 ..td5i . 55. �f7+ 'iitg 5 Es desesperado para las negras 55 ... �e6 56 ..tf5+ 'iit d 6(d5) 57 �d7 + 'iitc6 58 'iitxc2. 56. ..txc2 :c3+ 263 281 algo más profundo, pero, por otro lado, más forzado. 57. 'iit b 4! 58. g7 59. :f8 60. �b5 �xc2 �c8 i.c5+ �xf8 60 . . . i.xf8 61 g8'iV+. 61 . 62. gxf8'iV aS i.xf8 e4 Nada hubiera cam biado con 62 . . . i.d6 63 a6 ..tb8 64 �b6 (con la mortal amenaza 65 �b 7) 64 . . . e4 65 fxe4. 63. fxe4 i.d6 63 . . . i.g7 64 �c5 'iitf4 65 'iitd 5! no servía de mucho. 64. a6 65. 'iit b 6 66. �c6! No es difícil encontrar la variante ganadora 57 �b2!? ID<f3+ 58 'iita 2! �xf7 59 gxf7 ..tc5 60 'iit b3! (pero no 60 a5?? �f6, con tablas) 60 . . . � 61 �c4. En lugar de 58 . . . �, las negras pueden intentar 58 . . . :g3, pero después de 59 a5 parecen sentenciadas. Por ejemplo: a 59 . . . �g4 (con idea d e 6 0 . . . e4) , hay la fuerte réplica 60 i.f5. Yo preferí un carnina diferente, combinativo, que exig ía un cálculo i.b8 i.g3 La casilla ideal para el rey, desde la q u e pu ede apoyar a a m bos peones . El alfil está obligado a abandonar la diagonal h2-b8 (66 . . . ..t b8 67 �b7) , permitiendo el avance del peón e. 66. 67. eS 68. �d6 i.f2 �f5 Las negras se rindieron. Soluciones a los ejercicios analíticos 282 (E) 2.3 Ku n itz - Dvoretsky 8ad Wiessee 1 997 Cualquier posición con peón de ventaja ofrece a las negras probabilidades de ganar, pero la batalla prosigue e n todos los frentes. Por ejemplo, después de 34 . . . :b5 35 �e2 , o bien 34 . . . d3 35 � 1 xc5 �xb3 36 �c1 ! Sin em barg o , aq u í tienen una combinación que fuerza la victoria. 34. 35. �1 xc5 lif1 :d7 ... g5! 36 llb1 :xb1 + 37 �xb1 12Jxb6 38 axb6 �xb6+ 39 �c2 �c6 (amenazando 40 . . . d4 ó 40 . . . �c4) 40 �a 7 \t;g8 41 �d3 �c4 42 �a8+ �h7 43 �a7 �xh6 44 �xf7 �g6 45 :f8 �xg4 46 f7 � g7 . Las blancas se rindieron. �dd8! d2 �de8 ! No, por supuesto, 38 . . . �he8? 39 <itf1 . Ahora, la captura del peón d2 no es posible, por el mate. 39. 40. 35 . �h8 ! ! \t;g1 ':'c1 :d1 Es incorrecto 35 . . . 12Jxb6 36 axb6 :5xb6? , debido a 37 g 5 ! , con una posición confusa, pues el rey negro está cortado del juego, y el peón de f7 es débil. Es esencial separar los peones blancos del flanco de rey. 35 ... 12Jxb6 36 axb6 g5! también es bueno. Ahora la conversión de la ventaja negra no representa d ificultad alguna. 36 �xd5 �h 1 ++; 36 �e 1 d2+; 36 g3 llxc5 37 llxc5 :h 1 + 38 �g2 d2. 36. 37. 38. Vi lyandi 1 972 d3! 35 :7xc5? d2. 35. 36. (E) 2.4 Sueti n - Dvoretsky �e1 �h1 +! Las blancas se rindieron. (E) 2.5 Van der Wiel - Dol matov G ro n i nga 1 978-79 Ganar el peón b a costa de un cambio de torres (29 . . . llxb2?! ó 29 . . . ..txb2?!) es desfavorable a las neg ras, q u e logra rá n , en cam b i o , una g ra n ventaja si pueden impedir que la torre de h3 pase al flanco de dama� 29. ... c4! Soluciones a los ejercicios analiticos Ahora , si 30 lIa3, sigue 30 . . . c3 3 1 b3 c2 y 32 . . . i.. b 2. Sólo es un poco mejor 30 ':c1 ':b4, seguido de 31 . . . i..x b2 ó 30 b4 c3. Lamentablemente, Dolmatov jugó con menos precisión . 29 . . . �e6? 30 ':a3 ! (30 'ite2? c4! ) 30 . . . f4 (30 . . . c4 31 ':a6+) 31 ':a4 f5 32 b4! (32 f3 i.. d4 33 b4 'itd5) 32 ... i.. c3 33 ':a6+ �e5 34 b5 �b4 35 ':h6. Tablas. Esta partida se jugó en la primera ronda. Quién iba a pensar que la imprecisión cometida por Dolmatov le costaría el título de campeón juvenil europeo. En las doce rondas restantes anotó ocho victorias y cuatro tablas. Un gran resultado, pero John van der Wiel ganó una partida más y se proclamó vencedor. (E) 2 .6 S kvortsov - Dvoretsky M oscú 1 970 18 . . . fxg3? 1 9 ':xc7 ó 18 . . . ':ab8!? 1 9 ':xc7 conducen a una posición confusa . 1 8. 1 9. f3! ! 14xc7? Esto pierde de in med iato . Después de 1 9 .i.. x a8 fxe2 20 .i..f3 exf1 'iV+ 2 1 ':xf1 ':d2, ó 1 9 lIc2 !? fxe2 20 ':xe2 kIab8 , las negras conservarían un sano peón extra , pero el juego seguiría . 1 9. 283 .. . .i..e 3+! Las blancas se rindieron, en vista de 20 'ith 1 fxe2 21 ':e1 .:td 1 . (E) 2.7 Razmyslov - Dvoretsky Moscú 1 967 34. 35. b4! cxb4 Si 35 tZJb1 , es muy fuerte 35 . . . tZJb5! 35. ... c3+ ! ! 3 5 . . . .i..x d2 3 6 ':xd2 c3+ 3 7 'itxc3 tZJe4+ parece lo natura l , pero después de 38 �d3 tZJxd2 39 'itxd2 b5 40 �d3, la posición del tablero es una fortaleza. La torre negra no puede penetra r en la poslclon contrari a , puesto q ue si ':e8 , siempre hay tZJe2 . 36. �xc3 ':c8+ 36 . . . tZJb5+ tam bién gana. Por ejemplo: 37 �b2 tZJxd4 38 kIg2 ':c8 39 'itb 1 ':c2 40 tZJe2 Mxd2 41 tZJxf4 ':d 1 + ! , o bien 37 'itd3 14c8 38 ':e 1 (38 tZJc4 �xc1 39 ':c2 dxc4+ 40 bxc4 i.a3 41 cxb5 ':xc2 42 'itxc2 .i..x b4) 38 . . . ':c3+ 39 �e2 tZJxd4+!? 40 'itd 1 .ñc2. 37. �b2 tZJe4! Soluciones a los ejercicios analíticos 284 Mxd7 30 axb5 ..tb6) 29 . . . i.xc5 30 Mxc5 tLld6 3 1 Mxa5. 264 Yusupov no la vió y jugó 27 . . . ..td8? 265 Las blancas pierden pieza . 38 CZJxe4 ..ixc1 + 39 �b1 dxe4 40 a4 e3 41 Mc2 Mxc2 42 �xc2 e2 . Las blancas se rindieron . (E) 2.8 Vizhmanavin - Yusu pov M oscú 1 995 La posición negra no es fácil , ante las amenazas 2 8 tLld7 Y 28 Mc5. Pero tienen una combinación sobre el tema del ataque doble. 27. 28. exd4?! i.xd4! ? tLlxd4 Si la torre juega sobre la columna c, sigue un jaque de caballo en e2, y no puede ir a d2 por el doble de f3. 29 liJd7 Md8 no sirve de ayuda. Las negras restablecen el equilibrio material e igualan el juego. Era una buena posibilidad práctica, aunque las blanca s pod ían haber conser vado ventaja, con 28 ttJd7! Md8 29 liJc5! (nada se consigue con 29 a4 Ahora era el turno de las encontrar una de blancas combinación : 28 ttJxd5! , y si 28 . . . ..txd5 , 29 Mc8 , con ventaja d ecisiva . En l ugar de esto , Vizhmanavin optó por 28 tLld7? Ma8 29 Mc5 tLld6, y no consiguió nada especia l . Yusupov aca bó s u perando a su oponente . El ajedrez rápido (la partida se jugaba a 25 minutos) es un espectáculo atractivo , pero el juego es de ínfima cal i d a d . En el a n á l isis de casi cualquier partida rápida es fácil encontrar numerosos errores. (E) 2.9 Zviagintsev - Karasev San Peters b u rgo 1 994 En caso de 1 6 i.g3?! e5! 1 7 dxe5 Mfd8+ ó 1 7 i.xe5 ttJxe5 1 8 dxe5 �fd 8 + , las torres blancas permanecen separadas, y su rey Soluciones a los ejercicios analíticos ------- está incómodo. Para no entregar la iniciativa , las blancas no deberían ganar un peón , sino sacrificarlo: 1 7 f3! exd4 1 8 e4, pero después de 1 8 . . . i.e6, la posición es confusa . Zviagintsev jugó m ucho mejor: 1 6. g4! ! i.e4 Si 1 6 . . . �e6, ó 1 6 . . . i.d7, entonces 1 7 i.g3, Y los dos alfiles aseg uran a las blancas una duradera ventaja. No es mejor 1 6 . . . �xe5 1 7 gxf5 �c6 1 8 fxg6 hxg6 ( 1 8 . . . fxg6 1 9 f4) 1 9 Mab 1 ( 1 9 h4?! e5! ) 1 9 . . . ':ab8 20 Mhc1 . 1 7. f3 �xeS 1 7 . . . ltd5 1 8 i.g3 . 1 8. 1 9. fxe4 ':hc1 �c6 285 Es mejor 19 . . . ':fd 8 , entor peciendo el importante avance del peón e4-e5. 20. eS 21 . ':cS 22. Mac1 23. i.f3 24. a3 Mc7 Md8 Mcd7 �b4 Era más fuerte 24 Mb5! 24. ... �a6 Como decía el Dr. Tarrasch, "el caballo en la banda es u na desgracia". Pero después de 24 . . . �d5 2 5 i.xd5 Mxd5 26 Mxd5 Mxd5 27 Mc7 e6 28 Mxb7 Ma5 29 Mb3, el final de torres con un peón extra está probablemente ganado. 25. MaS! Las negras no pueden jugar nada , y su posición es total mente desesperada. 266 25. 26. Mb1 27. Mxb7 28. i.xb7 29. �d3 El caba l lo no tiene pu ntos fuertes y es claramente inferior al alfi l . A las negras les espera una difícil defensa. 1 9. ... Mfc8?! e6 �g7 �xb7 �b8 No, por supuesto, 29 �xa7? � d7. 29. 30. �g2 31 . MCS?? ltd7 ':c7 Soluciones a los ejercicios analíticos 286 Prácticamente cualquier jugada es buena (3 1 g5, 31 e4 , 31 �a4), menos la de la partida, con la que, en el último instante, las blancas echan por tierra una victoria que parecía inapelable. 31 . 32. dxc5 �xc5 �f8?? El oponente no percibe su buena fortuna. Después de 32 . . . l2:Ja6! 33 �c4 l2:Jc7 34 c6 �8 35 <iitc5 �e7, la fortaleza construida por las negras es imposible de destruir. 33. �b7 Las negras se rindieron. (E) 2 . 1 0 Dvoretsky - Arj ipov M oscú 1 978 Las negras amenazan no sólo 28 . . . 'iVe3+, sino también 28 . . . ¡VeS, después d e l o cual n o será fácil para las blancas defender sus peones del flanco de dama . Por ejemplo: 28 ':f1 ? ! ¡feS! , o bien 28 'iVd3?! ¡VeS! 29 'iVc3 'i'xc3 30 bxc3 �e7!?, con ventaja neg ra (pero no 30 . . . <iitf6 31 �f1 + ! �e6 32 ':b1 ) . Hay q u e q uitarle a l a dama la casilla central eS. 28. 'i!Vd5! Tablas. Las negras tienen que contar con 29 ':f1 y 29 'i!Vxb7. Si 28 . . . 'ife5, sigue 29 'iVxe5+ �xe5 30 :c1 ':e2 3 1 b4. (E) 2 . 1 1 Polugaievsky - Korchnoi Evian 1 977 La posición blanca es m uy desagradable. Se amenaza 35 . . . �e2. En l a partida siguió 3 5 i.c3 �c1 36 �d2 ':c2 37 a4 f4 38 h3 f3+ 39 <iitf1 h5 40 hxg4 hxg4 41 <iit e 1 (la j ugada secreta) . Las blancas se rindieron , sin reanudar el juego, ya que tras 41 . . . �b2, no pueden jugar nada, y las negras simplemente avanzan con su rey. La u n lca pos i b i l idad de Polugaievsky era cambiar una de las piezas activas de su oponente. 35. :Xe3! �xe3 Si 35 . . . �b1 , sigue 36 �e5. 36. fxe3 37. h3 38. �c3 No parece q u e puedan ganar. <ite 7 h5 las negras (E) 2. 1 2 Alburt - Dvoretsky Kiev 1 976 Parece tentador 28 . . . �g6 , con las amenazas 29 . . . �xg4 Y 29 . . . h 5 . En caso d e 2 9 h 5 ( u n intento por parar la segunda amenaza), 29 Soluciones a los ejercicios analíticos . . . �g8 , Y el peón h se vuelve vul nerable, como se pone de manifiesto en la variante 30 i..x d4 �xg4 ! 3 1 i.c3 i.xh5+. Por consiguiente, las blancas juegan 29 i.xd4, y ahora ya no tienen que temer 29 . . . ..txg4. S i 29 . . . cxd4, entonces 30 lixd4? h5 3 1 :d5 pierde, por 3 1 . . . :xg4+! 32 fxg4 ..te4+. Sin embargo, sigue 30 h5 :d6 31 �g3 Y 32 �f4 , y la ventaja de las negras parece meramente simbólica. Mucho más peligroso es llevar el alfil a la d iagonal a8-h 1 , con ánimo de presionar sobre el débil peón de f3. 28. 29. 30. �f2 ..txd4? ..te8! i.b7 Este cam bio agrava las dificu ltades de las blancas: su caballo resultará mucho más débil que el a lfi l enemigo . Además, desaparece la esperanza de explotar la tendencia tablista de los alfiles de distinto color. 267 287 Un pequeño ejercicio adiciona l : ¿ cón q u é d e b e n captu ra r l a s negras en d4? Normalmente, torre y alfil se coordinan mejor que torre y caballo. De modo que, en principio , era lógico jugar 30 . . . cxd4. Lamen tablemente, hay la desagradable respuesta 3 1 :c1 ! , y no hay forma apropiada de suprimir la actividad de la torre blanca . Esto significa que las negras deben aceptar el cambio de torres, que en sí mismo no es malo, puesto que el rey entra rápidamente en juego. 30 . ... :xd4! Ahora es difícil dar a las blan cas n i n g ú n buen consej o . A continuación pude materializar mi ventaja posicional . 31 1:1d3 �e6 32 lle3+ 'iit d 6 33 h5 :d2+ 3 4 \i7g3 . Una deses perada tentativa por crear contraj uego . 34 :e2 :xe2+ 35 �xe2 'iit e 6 y 36 . . . 'iitf5 es desesperado para las blancas. 34 ... ..te8 ! 35 tLJe5? ! 35 tLJf6 ..tf5 36 �f4 era algo más tenaz, pero después de 36 . . . i.b1 , las blancas están mal. 35 . . . i.e6 36 f4 llxb2 37 f5 ..txa2 38 �f4 :f2+ 39 �g5 i.b1 40 tLJf7+ �d5 41 ltJh6 ..te4 42 f6 �d4 43 lle1 e4 44 :d1 + �e5 45 f7 e3 46 11e1 e2 47 �h4 b5. Las blancas se rindieron . Soluciones a los ejercicios analíticos 288 (E) 2.1 3 Dolmatov - Ftacn i k M oscú 1 985 30. Itxf6 268 Las blancas deben elegi r la posición en la que q uieren entrar y Dolmatov resuelve eficazmente el problema . 28. 1!xa4! En respuesta a 28 Itxf6?! , las blancas tienen que contar con 28 . . . Itxb2 2 9 �xa4 ttJe3. y 2 8 . . . ttJxb2 29 :xa6 1!b3. 28 . 28 sentido. . .. ttJxb2 ttJe3 29 lIf3 no tiene 29. �a2 ! ! No 29 l:Ixa6? f5 30 � b 1 �b4. Al conservar los tres peones en el flanco de rey, las negras tienen derecho a esperar u nas tablas. Es i mportante pa ra las blancas eliminar el peón f6, pues el peón a no presenta ningún peligro y, antes o después, debe caer. 29. ... ttJc4 Se amenazaba 30 : b 1 , de modo que el oponente no tiene tiempo para 29 . . . f5. En caso de 29 . . . :b6 30 ltb 1 ttJc4 31 �xb6 ctJxb6 32 �xa6 ttJd5 33 :d6, el peón de f6 está perdido, llegándose a u n final ganado para las blancas. Las negras pueden seg u i r oponiendo una larga resistencia, pero tras la pérdida del peón f6, su posición es muy difícil . En cierta época Alekhine jugó va rios fi nales con "dos torres contra torre y caballo". He aquí cómo resumió la experiencia adquirida: "En cada caso el procedimiento ganador presentaba las mismas características: 1 ) Restricción del caba l l o controlándolo y , eventualmente clavándolo. : 2) M inado gradual de los puntos fuertes que, por lo general, suelen estar en el centro. 3) Amenazar con el cam bio de torres, lo que siempre significa un paso adelante, sobre todo si el bando del caballo no cuenta con peones pasados. Soluciones a los ejercicios analiticos 289 Otras tácticas, como centra l ización del rey, creación de peones pasados, etc. , son , por supuesto, com unes a las de todo tipo de finales." 57 g4 ct:Je6 58 �c3 �g7 (58 . . . ct:Jf4 59 h4) 59 �c6 ct:Jf4 60 �f5 ct:Jd5 61 �d6 ct:Je3+ 62 �e6 ct:Jg2 63 �d2 ct:Je3 64 �f2 . Las negras se rindieron. Está claro que estas "ins trucciones" no pueden emplearse de forma automática , punto por punto, pues no todo tiene por qué ser aplicable a la posición en que nos encontremos. Au n a s í , el conocimiento de la teoría de Alekhine facilita considerablemente n uestra comprensión del juego que sigue. (E) 2. 1 4 M . G u revich -Andersson 30 ... a5 31 �h2 �b5 32 �a6 Wg7 33 �f2 ct:Je5 34 �f4 �c5 (defendiéndose contra 35 1:a4) 35 �a7 �g8 36 �f2 (ahora las blancas amenazaban 37 �a2 ct:Jc4 38 �c2 , o bien 37 . . . ct:Jc6 38 �c7) 36 . . . �d5 37 �a2 ct:Jc4 38 gc2 ct:Je5 39 �ac7! La amenaza de ca mbiar torres permite a las blancas su perar la primera l ínea defensiva , para ganar, finalmente, el peón de aS. 39 ... ct:Jd7 40 �c8+ �g7 41 �d8! �f6 42 �a2 g5? Esta jugada de peón debilita la posición negra y facilita las cosas a su rival. 42 . . . Wg7 4 3 �a8 �d6 era más tenaz. 43 �a8 �g6 44 �2xa5 �xa5 (si la torre juega, entonces 45 �g8+ es decisivo) 45 �xa5 f6 46 �g3 ct:Je5 47 �f2 ct:Jd3+ 48 �e2 ct:Jf4+ 49 �f3 ct:Je6 50 We4 ct:Jf4 51 �a2 ct:Je6 52 �d2 ct:Jf4 53 �c2 ct:Je6 54 �d2 ct:Jf4 55 �f2! ct:Je6 56 �f3 ct:Jg7 Len i ng rado 1 987 Es muy malo 1 1 1 . . . ct:Je6? 1 1 2 'iVg4 , con la irresistible amenaza 1 1 3 'iVh5++. En la partida siguió 1 1 1 . . . ct:Jh7? 1 1 2 'iVg4! (ame nazando 1 1 3 'iVc8+ ) 1 1 2 ... 'ilc2 ( 1 1 2 . . . 'ilVb7 1 1 3 ct:Jg6+ �g8 1 1 4 'ilVe6+ 'ilVf7 1 1 5 ttJe 7 + �f8 1 1 6 'ilVxf7+ �xf7 1 1 7 g6+) 1 1 3 �f3 ! , Y las negras se rindieron , ya que tras 1 1 3 . . . �a2 1 1 4 �h5 ó 1 1 3 . . . 'iic4+ 1 1 4 �h5 'iVa2 1 1 5 h4, quedan en Zugzwang, pues cualquier jugada de dama conduce a la pérdida del control de la casilla a8 o de la diagonal a2-g8. Sobre la base de estas variante s , G u revich, al comentar la partida en Informator, eva l uó la posición negra como perdida. En realidad no es así. Hay u na bonita forma de lograr tablas, señalada por Jalifma n . 111 . 1 1 2. Wh7 ! ! 'ilVxf8 Las negras q uerían ca mbiar caballos con 1 1 2 ... ttJg6+ . 1 1 2 Vif5+ g6 1 1 3 Vixf8 �xh3+ conduce al ahogado, mientras que después de 1 1 2 'iVe4+ g6, la posición es de tablas. Soluciones a los ejercicios analíticos 290 1 1 2. 1 1 3. <it>g3 'iVc4+ 'iVd3+! Las blancas están obligadas a neutralizar el jaque con su dama, y no será difícil recuperar el caballo. Pero debe hacerse de la forma más precisa, pues de otro modo el rey negro caería en una red de mate . Por eje m p l o , las negras pierden tras 1 1 3 . . . 'i!Vc3+ 1 1 4 'iVf3 'iVe5+? ( 1 1 4 . . . 'iVe 1 + 1 1 5 Wg4 'iVb4+!) 1 1 5 <it>g4 'iJIxe7, en vista de 1 1 6 g6+! <it>g8 1 1 7 'iVa8+ 'iVf8 1 1 8 'iVd5+ <it>h8 1 1 9 'iVh5+. 1 1 4. 'iVf3 Más agudo que 1 1 4 �g4 'iVe4+ 1 1 5 'i'f4 'iVxe 7. 11 4. 1 1 5. �g4 \\Wd6+ 'i!Vb4+! ! L a clave e s interponer este jaque. La inmediata captura del caballo habría llevado, tras 1 1 6 g6+!, al mate ya mencionado. Pero ahora las blancas están obligadas a mover su rey o su dama de la mejor casilla, y la construcción de mate desa parece. Por ejemplo: 1 1 6 <it>h5 'i!Vxe7 1 1 7 g6+ �g8 1 1 8 'iVa8+ 'iVf8 1 1 9 \\Wd5+ �h8, Y l a casilla h 5 es inaccesible para la dama. 1 1 6. 1 1 7. 'iVf4 g6+ 'iVxe7 <it>g8 Ya no hay mate forzado, y las negras pueden conta r con las tablas. Lamentablemente, e l estud io compuesto por Jalifman tiene una segunda solución (como señaló Dolmatov) : 1 1 1 ... ttJd7!? 1 1 2 'iVg4 'iVd3 1 1 3 g6 ( 1 1 3 'iJIe6 'iJId4+ 1 1 4 �h5 'iVd 1 + 1 1 5 <it>g6?? ttJf8+) 1 1 3 . . . 'iJIb5 es perfectamente posible. , Indice de preguntas • • • y eJ erClClOS Este índice temático le ayudará a elegir los ejercicios apropiados para entrenamiento en el aspecto de su interés. M uchos de los ejercicios pueden usarse con varios fines y, por lo tanto , aparecerán en varias secciones del índice. I m a g i na c i ó n , visión com b i nativa Preguntas: 1 . 1 0 , 1 . 1 2 , 1 . 3 3 , 1 . 34, 1 .58, 1 .64, 2 . 6 , 2 . 2 7 , 2.28, 2 . 30 , 2 .38 Ejercicios: 2.3, 2.6, 2.7, 2 . 8 Ejercicios: 1 . 1 3 Análisis p rofu n d o o de m ú lti ples variantes Preguntas: 1 .7 , 1 . 1 6, 1 .6 1 , 1 .64 , 1 .65, 1 .70, 2.4, 2 . 7 , 2.20, 2.30, 2 . 38 , 2 . 39 , 2.41 Ejercicios: 1 .25, 2 . 2, 2 . 1 4 J u gadas candidatas Preguntas: 1 .4 , 1 . 1 5, 1 . 1 6, 1 . 1 7, 1 . 30, 1 .37, 1 .5 1 , 1 .52, 1 . 57, 1 .6 1 , 1 .63, 1 .69, 1 .70, 1 .76, 2.7, 2 . 1 1 , 2 . 1 2, 2 .32 , 2.33, 2 . 37 Ejercicios: 1 . 24, 1 . 3 1 , 1 . 3 2 , 1 .33, 1 . 34 , 1 .35, 1 .44 , 2.6, 2 . 1 3 Considerar l o s recursos del oponente Com paración Preguntas: 1 .2 7 , 1 . 56, 1 .62, 1 .7 1 , 1 .72, 1 .74 , 2 . 3 , 2 . 1 4, 2 .20, 2 .25 Preguntas: 1 . 56, 2 .24 Ejercicios: 1 . 1 2, 1 . 34 292 Índice de preguntas y ejercicios I n iciativa Preguntas: 1 .5 , 1 . 1 3, 1 . 1 7, 1 .46, 1 .62, 1 .64, 1 .67 , 1 .68, 2 . 35, 2 .38 Ejercicios: 1 .3, 1 .27, 1 .29, 1 . 30, 1 .3 1 Ataq ue a l rey Preguntas: 1 . 3 2 , 1 . 3 3 , 1 . 34 , 1 .36, 1 .63, 2 . 3 Ejercicios: 1 . 8, 1 . 1 4, 1 . 1 5, 1 .47 Ejercicios: 1 . 1 , 1 .9 , 1 . 1 0, 1 . 1 1 , 1 . 1 2 , 1 . 1 3 , 1 .3 1 , 1 .36 , 1 . 37, 1 .44 , 1 .46 , 2 . 1 1 Sacrificios posicionales Preguntas: 1 .7 , 1 . 1 9 , 1 .62, 1 .76 , 2 .3 1 , 2 . 39 Ejercicios: 1 . 8, 1 .4 1 , 1 .43, 1 .45, 2.1 Tra nsfo rm a c i ó n Defensa de la posición Preguntas: 1 .9 , 1 . 1 6 , 1 .27, 2 . 1 0 , 2 . 1 6, 2 . 1 8 , 2 . 2 1 , 2 .24, 2.26, 2 . 3 1 , 2.33, 2 .35, 2 . 36 , 2.38, 2 . 39, 2.42 Ejercicios: 1 .3, 1 .7 , 1 .2 1 , 1 . 39, 1 .45 , 2 . 1 1 , 2 . 1 4 Preguntas: 1 . 3, 1 .7 , 1 .9 , 1 .50, 1 .76, 2 . 1 , 2 .4, 2.5, 2 . 1 2 , 2.20, 2 . 38 Ejercicios: 1 .4, 1 .9, 1 .28, 1 .40, 1 .43, 2.9, 2 . 1 3 Profi laxis D i s po s i c i ó n d e las p ieza s , maniobras, reagru pamiento Preguntas: 1 .9 , 1 . 1 6 , 1 .27, 2 . 1 0 , 2. 1 6 , 2 . 1 8 , 2 .2 1 , 2 .24 , 2.26 , 2 . 3 1 , 2.33, 2.35, 2 . 36, 2 .38, 2 .39, 2 .42 Ejercicios: 1 .5, 1 .6, 1 .7, 1 . 1 4, 1 . 1 5, 1 . 1 6 , 1 . 1 7, 1 .20, 1 .22 , 1 .23, 1 .26 , 1 . 38, 2 . 1 0, 2 . 1 2 Preguntas: 1 .2, 1 . 1 9, 1 .24 , 1 .25, 1 .29, 1 . 33, 1 .38, 1 . 39, 1 .42 , 1 .43, 1 .44 , 1 .45, 1 .46, 1 . 50, 1 . 53 , 1 .56, 1 .57, 1 .59, 1 .60, 1 .74, 2 . 5 , 2.8, 2 . 1 0 , 2 . 1 5, 2 . 1 7, 2 . 1 9, 2 . 23 , 2 .32, 2 . 34 , 2.36 Ejercicios: 1 . 1 , 1 . 1 8 ,: 1 . 1 9 , 1 .20, 1 .2 1 , 1 .26, 1 .28, 1 . 39, 1 .42 , 1 .47, 2 . 1 , 2 .4 , 2 . 5 , 2 . 1 0 J u ego de peones, estructu ra de peones P e n s a m iento Preguntas: 1 .2 , 1 . 3, 1 .5, 1 .7 , 1 . 1 1 , 1 . 1 3 , 1 . 38 , 1 . 39, 1 .4 1 , 1 .44, 1 .48 , 1 . 50 , 1 .53, 1 .54, 1 . 59, 1 .67, 1 .68, 1 .75, 2 . 3 , 2. 1 7 , 2 . 1 9 , 2 .26, 2.34 , 2 .42 Ejercicios: 1 .2 , 1 . 3, 1 .4, 1 .28 , 1 .40, 2 . 1 , 2.4, 2.5, 2 . 9 estratég ico, planificación Preguntas: 1 . 1 , 1 .6, 1 .26 , 1 .28, 1 .29, 1 . 3 1 , 1 .54, 1 .66 , 1 . 73, 2 . 1 0 , 2 .22 Ejercicios: 1 .2 2 , 1 . 2 3 , 1 . 24, 1 .25, 1 .26, 1 .27 Técnica de materia l izar u n a Cambios Preguntas: 1 .4, 1 . 1 1 , 1 . 1 5, 1 . 1 8 , 1 .20, 1 .2 1 , 1 .22, 1 .23 , 1 . 36, 1 .40, 1 .42, 1 .52, 1 .56, 1 .75, 2 . 1 , 2 . 5 , 2 . 9 , 2 . 1 4, 2 .25, ventaja 1 . 1 7, 1 .24 , 1 .62 , 2.41 Preguntas: 1 . 1 1 , 1 .70, 1 .7 1 , 1 .72, 1 . 76, 2.6, 2 .7 , 2. 1 1 , 2 . 1 2 , 2 . 1 5, 2 . 1 7, 2 .25, 2 .28, 1 . 52, 1 . 69, 2 . 1 , 2.4, 2 .5 , 2.1 3, 2.14, 2 . 37 , 2.4 1 Índice de preguntas y ejercicios Ejercicios: 1 . 1 8 , 1 . 1 9 , 1 . 24 , 1 . 32 , 1 .33, 1 .34, 1 .35, 1 .44, 2 . 1 , 2.4, 2.5, 2 . 1 3 293 En este tercer libro, de los cuatro que componen la obra Escuela de ajedrez excelente, el mejor entrenador del mundo le revela las claves de la estrategia en el medio juego, y cómo desarrollar su juego posi cional hasta el más alto nivel. El método Dvoretsky, basado en el análisis minucioso de posiciones con cretas, es extraordinariamente eficaz, como lo demuestran los éxitos de sus numerosos alumnos, entre los que destacan los grandes maes tros Artur Yusupov y Sergei Dolmatov (ambos semifinalistas de la Fase de Candidatos al Campeonato Mundial), Alexei Dreiev, Alexander Chernin, y la finalista del Mundial Femenino, Nana Alexandria. Con I 1 8 cuestiones técnicas, desarrolladas a lo largo del texto, y 61 densos ejercicios analíticos, el lector se enfrenta a un exigente reto, que deberá superar para lograr la maestría en estrategia.
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