lectura 02 No. 107 Suplemento de Juventud Rebelde «LA luz es virtud» reza el aforismo martiano del que se ha apropiado sabiamente Ediciones La Luz, sello de la Asociación Hermanos Saíz (AHS) en Holguín. Apenas 30 escalones separan la concurrida calle Maceo del sitio donde,como diría Eliseo Diego, «tan bien se está», y donde, además, el quehacer constante se convierte en buena literatura transformada en libro. Ediciones La Luz nació en 1997 con la publicación del cuaderno Bufón de Dios, de José Luis Serrano. Hoy, bajo la guía certera del poeta Luis Yuseff Reyes, varios elementos distinguen su constante trabajo. El principal de ellos, la confianza —como fe de vida— en el valor de la literatura y su influencia en la condición humana. Sobresale, a simple vista, el cuidadoso diseño que convierte al libro en objeto artístico. Al joven Frank Alejandro Cuesta se debe, en gran parte,la renovación visual del sello,en el que colaboran jóvenes artistas de la plástica de todo el país. A su vez, destaca la rigurosa selección, variedad, edición y corrección de los textos (estos últimos debidos a Luis Yuseff, Irela Casañas, Adalberto Santos y Yailén Campaña) en pos de publicar clásicos universales, reconocidos autores nacionales y, principalmente, jóvenes escritores cubanos. Comparten el catálogo autores tan disímiles como Saint-John Perse, Jawaharlal Nehru, Emily Dickinson, Daína Chaviano, Lina de Feria, Gastón Baquero… y otros más jóvenes, como Yunier Riquenes, Heriberto Machado, Yerandy Fleites, Sigrid Victoria, Antonio Herrada, Elaine Vilar… De la obra baqueriana ha publicado La Luz en 2013 la antología Poderosos pianos amarillos. Poemas cubanos a Gastón Baquero; le seguirían, en «La literatura al alcance de todos» Consecuencias del celibato Domingo 13 de noviembre de 2016 Ediciones La Luz Tras los senderos luminosos de la joven literatura cubana Erian Peña Pupo y Vanessa Pernía Arias Imagen de la campaña de promoción de la lectura nombrada Leer seduce. 2014, los ensayos Una señal menuda sobre el pecho del astro —premio a la Mejor Edición otorgado en la Feria del Libro— y la Poesía Completa de Baquero, recogida en Como un cirio dulcemente encendido (2015). El trabajo con las antologías ha caracterizado la editorial. Sobresalen «Quiero una canción. Jóvenes trovadores cubanos», «La isla en versos. Cien poetas cubanos», «Retoños de almen- Tintazos El Escribano dro. Cuentos para niños. Jóvenes escritores cubanos», «Anatomía de una isla. Jóvenes ensayistas cubanos», «Dice el musgo que brota. Antología de poesía para niños. Jóvenes escritores cubanos»… Muchos de estos textos —alrededor de 200 títulos conforman el catálogo de la editorial— han sido convertidos en hermosos audiolibros. Destaca Retoños de almendro, dirigido sobre todo al público infantil afectado por limi- algo, padeció el que le provocaban las pandillas, tembló cada vez que la policía asomaba la nariz por sus aceras y fue consciente desde niño de que su color le convertía en un cuerpo a merced de los abusos policiales. Todo eso lo cuenta Entre el mundo y yo, testimonio literario estremecedor escrito hace dos años por un norteamericano nacido en 1975 y cuya lectura inspira en la actualidad a las comunidades que luchan contra el racismo en la nación norteña. *** Ta-Nehisi Coates. TA-NEHISI Coates heredó el terror de sus antepasados, respiró el miedo a veces agresivo de sus padres a que le pasara Conocida por los personajes femeninos que retrata en sus libros, Marcela Serrano (Santiago de Chile, 1951) decidió convertir, por primera vez, a un hombre en el protagonista de una de sus novelas. Aunque pareciera que es esa la característica distintiva de La novena taciones visuales. El libro derivó, además, en una exposición que ha recorrido varias ciudades de la Isla mostrando las ilustraciones del texto. La Luz también ha creado, bajo el nombre Leer seduce, «una amplia campaña de promoción de la lectura que abarca promocionales, souvenirs, spots radiales y televisivos... Queremos acercar a los jóvenes cubanos no solo a las publicaciones de nuestro sello, sino al hábito de la lectura, retomando al libro como soporte tradicional e imperecedero en pleno siglo XXI», comenta Luis Yuseff. La editorial —reconocida con varios premios La Puerta de Papel— organiza desde 1999 el Premio Celestino de Cuento, obtenido por autores como Marvelys Marrero,Serguei Martínez, José A. Velázquez, Yordis Monteserín, Rafael de Jesús Ramírez, entre otros. Recientemente otorgó, junto a Ediciones Oriente, el Premio Extraordinario de Cuento Centenario de José Soler Puig al libro Grunge, del joven tunero Alejandro Rama. Los jurados de estos concursos prestigian la labor del sello holguinero. Próximamente la editorial «dará a luz» varias novedades esperadas por el público lector, entre ellas El libro de los abrazos, de Eduardo Galeano; Aullido, traducción de la poesía de Allen Ginsberg; Buscando la piedra verde, texto para niños de Alice Walker; El rumbo de las mareas, libro-álbum de la chilena Maga Villalón; El cristal con que se mira, de María Elena Llana; Hierba, cuentos de Ariel Fonseca; Otras lecturas del cuerpo, poemario de Maylan Álvarez; Mi patio guarda un secreto y La isla de los peces blancos, antologías del Premio Calendario de literatura infantil y poesía, respectivamente, a propósito del aniversario 30 de la AHS. Ediciones La Luz, en su reinaugurada sede holguinera de la calle Maceo, 121 altos, sigue apostando por la joven literatura cubana. Como en aquel verso donde Lina de Feria asegura que «después de aquello tuve la luz hermano la luz», la editorial ilumina y entrega virtud en cada libro que realiza. Ese es el mejor premio a la labor diaria. *** Con una novela de intriga y acción, que sucede al inicio de la guerra contra la República, cuando Franco aspiraba a tener el poder él solo, vuelve a la carga el español Arturo Pérez Reverte. El protagonista de Falco, advierte el autor, es un amoral, cayó en el lado de Franco. Es el retrato de un individuo sin escrúpulos. Marcela Serrano. (Alfaguara), para la autora de obras como Nosotras que nos queremos tanto y Lo que está en mi corazón, este personaje masculino solo le «abre puertas a las voces de las mujeres». En el décimo libro de la escritora chilena, Miguel Flores es un sociólogo de 20 años que es relegado por la dictadura de Pinochet a un pueblo lejano, donde es acogido por Amelia, una viuda de mediana edad. Arturo Pérez Reverte. Continúa en página 2 02 lectura en el tintero, domingo 13 de noviembre de 2016 juventud rebelde El cuento que publicamos ahora en El Tintero está inédito en libros DIANA Castaños González (La Habana, 1986). Licenciada en Periodismo. Escritora de guiones infantiles para radio. Premio de periodismo 26 de Julio (2008) y de Investigación Literaria Florentino Morales (2013). También obtuvo el Calendario 2016 por No hay tiempo para festejos, el Memoria 2016 y el Pinos Nuevos 2016. Egresada del Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso. Miembro de la AHS. Marcus Malte. El premio francés Fémina de novela recompensó en 2016 al escritor de 49 años, Marcus Malte, por El mozo, que en sus 500 páginas recorre la primera mitad del siglo XX junto a un niño sin nombre. La historia se desarrolla entre 1908 y 1938, y aborda la carnicería de la Primera Guerra Mundial. «Este libro es una gran epopeya, una historia magnífica que resucita el mito del niño salvaje que llega a la civilización». *** Selma Lagerlöf. ¿Es misógina la Academia Sueca? Desde 1901 ha entregado 108 Premios Nobel de Literatura, de los cuales solo 14 han sido a mujeres, entre las que se encuentran la canadiense Alice Munro, la inglesa Doris Lessing y la chilena Gabriela Mistral. La sueca Selma Lagerlöf fue la primera galardonada en 1909, por La leyenda de Gösta Berling (1891) y Lazos invisibles (1894). *** Florencia Canale. Avalada por la crítica se situó en la preferencia de los lectores argentinos y uruguayos la novela histórica Lujuria y poder, de Florencia Canale, que narra parte de la vida de Juan Manuel de Rosas, la muerte de su esposa Encarnación y cómo se tornó de controvertida la relación, que algunos tildaban de incestuosa, con su hija Manuelita, además de los problemas políticos que lo acuciaban por aquella época. Consecuencias del celibato Diana Castaños González PUES sí, estoy de celibato. Pues sí, lo disfruto. El recorrer incesante de energía en mi cuerpo, la juventud buscando alguna salida, siempre presta. Pero en espera. Lo único que no disfruto es pasar los días festivos sola. Me molestan. Cuando una está soltera los días festivos duran mucho más de 24 horas. Así que acepté la invitación de mi amiga de la infancia y su actual novio para ir a pasar el Día de los Padres con sus cuñados, que estaban recién llegados de Alaska y se habían comprado una casa nueva en Miramar. Allá fuimos mi amiga de la infancia, su novio y yo, a la casa de Miramar de sus cuñados. Mi amiga en tacones, medias de encaje beige, vestido rojo y cartera verde, no porque intentara una estética determinada, sino porque combinó todas sus prendas más nuevas. Su novio, en su conjunto, incluyó unos audífonos amarillos del tamaño de tortillas sobre su cabeza. Ambos querían dar la mejor de las imágenes; hacía mucho que no veían a sus cuñados. Quién hubiera dicho que esto era importante para ellos, pensé mientras admiraba mi short y blusilla de quien-sale-de-la-casa-por-cinco-minutos. Estuvimos buen tiempo en la entrada de la casa… sin saber cómo entrar. Había un jardín inmenso y una verja doble, pero ningún timbre. Llamamos a los móviles de los cuñados, que cuando nos vieron nos explicaron que la verja era la última tecnología que había en el mundo, que de solo tocarla se abría. —¡Ah, qué pena! —dijo mi amiga de la infancia, tapándose la cara. Entonces los cuñados nos hablaron de Alaska. —Un frío de los mil demonios, no se ven personas en invierno, pero hagas lo que hagas te pagan muy bien, porque casi no tienen gente en el país y nunca quieren que uno se vaya —nos dijeron. También mencionaron que habían ahorrado y que ahora podrían vivir en Cuba con todo lo bueno de un país y del otro. (Según ellos el mejunje ese incluía el clima de Cuba y la tecnología de Alaska). Antes de empezar a comer mi amiga de la infancia y yo quisimos entrar al baño para lavarnos las manos. Pero no vimos el interruptor de la luz. Nos quedamos entonces un tanto meditativas… hasta que se me ocurrió sacar una linterna que tengo como aplicación en el móvil. Entonces los cuñados entraron al baño. Nos explicaron que las luces eran de última tecnología, que se encendían con un par de palmadas. Y ya de paso, que el baño se descargaba solo, cuando uno se alejaba par de metros de la taza. Y que para cuando nos laváramos las manos tenían un papel especial para secarnos que no se desintegraba con el roce de las manos húmedas. —¡Ah, qué pena! —murmuraba mi amiga de la infancia, cubriéndose la cara. Nos sentamos a comer. Los cuñados nos sirvieron unos platos de comida de última línea, según ellos propios de la Alta Cocina, que era comida hecha con hidrógeno o algo así. El caso es que eran unos cuadros minúsculos de los que salía un humo blanco. Entonces a mi amiga de la infancia se le ocurrió decir, en mi opinión sin que viniera al tema, que sus cuñados eran la antítesis mía porque ellos vivían con lo último que tenía el mundo y yo me aferraba a tradiciones absurdas como la castidad y el celibato, que eran cosas del pasado. Ahí mismo se armó el acabose. Que por qué era yo célibe. Que si los hombres, que si lo que me estaba perdiendo, que si la gloria, el señor y las mil vírgenes y el cielo prometido. Que cuáles eran mis porqués. En fin, el mar. Yo no respondía demasiado. Todo el tiempo del cuestionario modalidad Santa Inquisición tenía una sola idea en la cabeza. Por más que trataba de esquivarla venía a mí, persistía. Estaba yo como niño goloso que intenta no comerse caramelo… hasta que no pude más: Di par de palmadas fuertes, que resonaron con eco en el comedor. Todos se quedaron en silencio. Las luces del comedor se apagaron automáticamente, lo que prueba cómo estaba equipada de tecnología esa casa. Me levanté, encendí la aplicación de mi móvil e iluminé las caras anonadadas de los cuatro comensales. —Tengo hambre —le dije a mi amiga— ¿salimos a comer una pizza? juventud rebelde domingo 13 de noviembre de 2016 el tintero y su Poesía 03 Mirta Aguirre: paradigma para la ensayística cubana Antón Vélez Bichkov NO todos saben que se llama Francisco, pero todos de un modo u otro lo conocen. Francisco Eduardo Padrón Nodarse (Frank Padrón, para nosotros) ya es casi de la familia por ser un popular rostro televisivo, pero antes de entrar en ese medio ya tenía una carrera sólida en el campo de la crítica al que se sumó su faceta literaria, que más que despertar en los 2000, solo entonces encontró el canal y la difusión que todo autor desea. Excede los 15 libros publicados, sobre variados temas, que van desde su especialidad: el cine, hasta ¡la culinaria! (¿quién lo diría?), pasando por la poesía —que muchos visitan, pero pocos llegan a conocer— y la literatura (homo)erótica, un género que aquí aún vive sepultado por la herrumbre de la mojigatería. A su larga lista de premios se añade el Enrique José Varona de ensayo 2016, que otorga la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac), por De la letra a la esencia: Mirta Aguirre y el barroco literario, y sobre el cual dialogamos: —Ya tienes varios lauros, Frank, algunos incluso de carácter internacional, como la Beca de Pensamiento BolívarMartí (Alba Cultural) para tu libro El cóndor pasa; o uno como el que otorga el prestigioso Gourmand World Cookbooks Award (España) por Co-cine. ¿Es este uno «más» o tiene algo especial? —Este es un galardón muy estimulante pues viene de la Uneac, organización a la que pertenezco desde 1987; el embrión de este libro fue mi tesis de licenciatura en Filología en la Universidad de La Habana, pero al publicar otros que iban surgiendo fui relegando este, que justamente durmió esas décadas en una gaveta. «Hace como dos años decidí retomarlo: claro, le pasé una mano (o varias) en el estilo, los conceptos, agregué, quité, pulí. Lo envié a un concurso anterior en el que, aunque resultó finalista, no obtuvo el premio, pero me sirvieron de mucho las recomendaciones de los jurados, algunas de las cuales seguí y a partir de ahí volví sobre el texto. Incluso para mi sorpresa, una de los miembros del jurado del anterior certamen, la doctora Marta Lesmes, estaba de nuevo en funciones de «jueza» Foto: Susana Méndez en este. Comentando con ella a raíz del premio, me decía que en la nueva lectura, a propósito del concurso, había notado la mejoría del libro. —Que tiene que ver con la ensayística de Mirta Aguirre, cuyo nombre es también el de un concurso donde fuiste reconocido en el 91… —Sí, el de la Crítica Literaria. Mirta discursó en torno a no pocas zonas de la literatura y el arte (también ejerció la crítica de cine y teatro) pero me interesaron especialmente sus estudios sobre el barroco literario hispanoamericano (Cervantes, Sor Juana, Góngora, Quevedo, Calderón de la Barca) que es lo que, dada mi preferencia por esos autores, informa este libro, algo que se prolonga al análisis sobre ella misma como una escritora barroca contemporánea, quien heredó no poco de sus estudiados,y también en torno a los nexos que descubrí respecto a una parcela no menos rica en su obra: la poesía. «Ella es de esas ensayistas que constituyen un paradigma, de una estatura a la que siempre he aspirado». Poesía de... Ediel Pérez Noguera EDIEL Pérez Noguera (Artemisa, 1981). Premio David de poesía, 2016. Ganador del Premio Casa Seoane en su primera edición, en el género de poesía, así como el Sed de Belleza de ensayo, 2016. Mención en el XVII premio nacional de reseña crítica sobre temas literarios Segur, 2016. Segundo premio en el concurso de reseñas La Liga, 2016. Finalista del premio de poesía de la revista La Gaceta de Cuba en su edición XIV. Viaje a una canción Yo fui el que envejeció junto a sus padres. Lejos del juego, sin saber cuál encomienda, qué mandados me hacían visible. Hubo señas, un vuelo encima de los cables. Yo que no anidé el otoño aprendí a deshojarme en silencio. Ante el sol extraño dije nieve, dije ansia. El árbol segado fue mi paisaje. Corrí entre la ceniza, lejos. Tuve que admitir el fin de todo. A ti que me escuchas, te digo: aunque veas que se derrumban las almenas, toma esa ruina y sigue, no creas en las sombras que te gritan, tropieza, levántate, piensa en tus abuelos, huérfanos arrojados en la isla, no te importen los que viran el rostro, la ciudad de espaldas: la noche sin fin es tu camino. Tierra imaginaria Como llegar al límite de la isla y volver sin nada en las manos, mirar de nuevo los paisajes roídos, el rostro gastado de los tuyos. Al final aquella sensación de haber sido arrancado de algún sitio que no podemos saber, que no podemos regresar; solo un precipicio desde donde la mente vuela, pájaro inútil. Día de resurrección Sueño entre las manos que me aguantan. Corro y alcanzo a dar la contraseña. Otros irán por mí, hasta donde no alcancen los perros. Velarán el sol, el último rayo en la piedra. Entonces se abrirá el sepulcro: del mármol brotarán los hombres, y de la noche el lucero aquel de la pupila. 04 tinta fresca en el tintero, domingo 13 de noviembre de 2016 PACIENCIA y distanciamiento parecen ser las cartas de triunfo que en los últimos años ha jugado Nelson Simón camino hacia una importante solidez de obra. Asumo que tal cosa se deba a un revisitado sentido de lo existencial en los tiempos que corren con él, sin echar a un lado los que han sido. Y sobre todo, a sus alternativas de hoy ante las circunstancias personales, patrias, y de apego al coto casa-refugio: esa posición suya cada vez más determinante de escritor asentado en provincia, con escapadas fuera de la Isla y vueltas a ese mismo Pinar del Río, «doliente y querido», como destino no negociable. Nelson Simón, el maduro escritor a quien hace unos meses el ICL le dedicara su espacio El autor y su obra, ha ido progresivamente fijando un signo, una poética de escritura que descansa en el intimismo reflexivo, una veces más parco, otras harto elocuente. Una mirada horizontal a la poesía y la prosa de Nelson destacaría al lector, por lo menos, tres rasgos claros, distintivos. El primero, la manera en que el poeta y narrador contempla la infancia con un propósito ético y estético. Téngase en cuenta que el autor ha escrito una veintena de libros para niños y adolescentes. Una segunda característica revelaría su persistente preocupación por la circunstancia de vida, de época, dígase terruño local, país o continente, con toda la gravitación y las contradicciones que ello supone en ese viaje físico-sentimental que ha hecho por años de un espacio a otro. Y por último, el no menos reconocido erotismo en su quehacer; la sentimentalidad del hombre que se alegra y sufre por otro de su sexo, por el cuerpo del otro, sin que necesariamente tengamos que rotular su obra lírica de homoerótica, ya que al asumir tal cosa, en ese supuesto acomodo estaríamos perdiendo de vista la original energía de un autor que hace juventud rebelde Ruta a Nelson Leyla Leyva alta poesía desde una eficacia intelectual a toda prueba. La infancia de Nelson Simón, de padre ausente, y el niño feliz o taciturno que una imagina cuando lee su literatura hecha para niños y adolescentes, casi siempre supera la referencia que pudo haber estimulado la imaginación. Hay un débito que Nelson necesita rellenar más allá de la intención educativa, de la visión moral sobre esa etapa de la vida en la que se construye lo que seremos en un futuro cercano. El ideal de infancia se parecerá a su tiempo; un tiempo mejorado, querríamos, pide Nelson, sin maniqueísmos o arquitecturas triviales. Deudor de Martí y Nersys Felipe, su obra para niños y jóvenes descansa en la delicadeza del lenguaje y posee un tino adecuado para elegir la actitud idónea al abordar temas tan disímiles de la condición humana como las diferencias, el desamparo, la amistad o las expectativas ante lo adverso. Ahí están para dar fe de lo antes dicho, los Cuentos del buen y mal amor, Premio La Edad de Oro, La Rosa Blanca y de la Crítica; As de corazones, Premio de la Crítica Literaria 2010 y Premio Alcorta de Literatura infantil; o Finas hebras, Premio de la Crítica Literaria 2012. El país: isla y provincia, amor y condena, son motivos que reinciden con mayor intensidad y desazón, sobre todo en su poesía. Las percepciones pueden verse desiguales en impulso o crudeza verbal de uno a otro cuaderno, pero se esmeran en dejarnos piezas de un sostenido tono dramático, en las que la energía de lo testifical y la revelación ilustrativas de la entereza o la desesperanza, no siempre en el curso de lo coloquial, rinden con efectividad a la figura literaria, al recurso expresivo. Dice Nelson Simón en Para los días que vendrán, poema de su libro El humano ejercicio de las conversaciones, que comprende su poesía de entre el 2007 y el 2010: «Cada grano de arena fue isla cercada/ y cercenada. Cada palabra cavó una trinchera/ en el suelo tabicado y pasaban camiones/ hacia Playa Girón o Camarioca, con tercios de tabaco/ desde la Vueltabajo, plátanos del centro/ o cacao del verano sin tregua del Oriente./ Gente nómada buscando trasladarse./ Camiones cargados hacia la guerra, la zafra o el exilio./ Camiones transportando los días, el espíritu,/ el cuerpo del país. Generaciones/ que seguimos sosteniendo la libertad, la mesa, la familia/ con vino artesanal o Aromas del país: La isla/ Alimentada con tantas vidas aún por nombrar, / gente anónima que no fue feliz ni antes ni después/aunque no lo escribiera». Quince años después del emblemático poemario A la sombra de los muchachos en flor, Nelson Simón vuelve con un libro de poesía en el que las inquietudes se reciclan a la entrada en los 40, casi en los 50. El poeta que publicara con 27 años, Ciudad de nadie, su primer libro, y dos años después, en 1994, El peso de la isla, completa hoy nueve cuadernos con El humano ejercicio de las conversaciones. Algo de sosiego y acatamiento, aunque no de resignación, hay en esta última poesía, más enfocada en la anécdota, la historia. Mucho de sopesado equilibrio. Justo en el 2015, Ed. Ancoras publicó su último libro conocido, Las viles maniobras. Un año antes, en el 2014, el autor ganaría por segunda vez el Premio Julián del Casal de la Uneac, precisamente con El humano ejercicio de las conversaciones. Ya en el 2000 lo había alcanzado con A la sombra de los muchachos en flor, también distinguido por la Crítica entre los diez mejores libros editados en el 2001. Un poemario que marcaría un antes y un después en la publicación y recepción nacional de la poesía escrita desde la voz gay. Sincero, demoledor, hermoso cuaderno sobre el deseo,el amor,las capitulaciones y el reinicio de los ciclos. En fin, sobre la vida. Erotismo, resistencias y luchas emocionales que han seguido siendo constantes en la obra de Nelson Simón. La transparencia de un libro escrito desde la sutileza Cira Romero ENSAYISTA y narradora, la también profesora universitaria Mayerín Bello nos sorprende con cada nueva entrega. Se trata ahora de Encuentros cercanos de vario tipo. (Ensayos sobre literaturas en diálogo), publicado en 2015 por la Editorial Letras Cubanas. Especialista en literaturas europeas, en particular la italiana, la autora coloca esta última en una posición de mutuo intercambio con la cubana y la latinoamericana, con textos como Cristóbal Colón entre dos abogados del diablo: Alejo Carpentier y Darío Fo y La multiplicidad potencial de lo narrable y la novelística de fines del milenio,que inauguran el volumen, seguido de dos trabajos en no pocos aspectos complementarios: Virgilio Piñera y Albert Camus: esa breve inmortalidad que llamamos la vida y El siervo rebelde: amplitudes del péndulo histórico en Virgilio Piñera y Albert Camus. Este conjunto inicial tiene un carácter francamente dialogante, donde se posesionan en tal postura obras como El arpa y la sombra,de Carpentier,e Isabel, tres carabelas y un charlatán, del italiano Darío Fo, mientras que otro autor de la misma nacionalidad, Italo Calvino, aparece en estas páginas en una conjunción enriquecedora junto con otros autores latinoamericanos como Manuel Puig. Un segundo momento del libro acude a una concomitancia lícita con la tradición: Nuevas consideraciones sobre El JR «LA LITERATURA AL ALCANCE DE TODOS» PUBLICACIÓN MENSUAL, SUPLEMENTO DE príncipe jardinero y fingido Cloridano, de Santiago Pita, La experimentación narrativa en La Regenta, de Leopoldo Alas (Clarín) y Guido Cavalcanti y Dante Alighieri: del amor y otros demonios. El primer texto resulta iluminador pues expone nuevas noticias acerca de esa deliciosa comedia barroca criolla escrita por el habanero Santiago Pita, pieza fundacional de nuestro teatro. Si bien este ensayo no es conclusivo, pues quedan aún muchas incógnitas y criterios por ampliar o refutar, se demuestra cómo esta obra teatral es susceptible de indagaciones y renovados análisis críticos, amén de que permite avizorar cuánto de desconocido existe aún en nuestra historia literaria. Sobre La Regenta, del español Leopoldo Alas, considerada como obra capital de la novela española del siglo XIX, la autora analiza el valor de sus estructuras narrativas y lo que significó para el desarrollo de [email protected] la novela contemporánea. El último ensayo de este segunda parte lo consagra a dos poetas italianos, florentinos ambos, Guido Cavalcanti y Dante Alighieri, amigos y admiradores mutuos, que Mayerín Bello instala en una relación fecunda, a la vez que cada uno de ellos fue expresión, mediante sus respectivas obras de un derrotero intelectual de recíproca valía. Tres autores cubanos contemporáneos, Félix Pita Rodríguez (Elogio de Félix Pita), Mirta Aguirre (El entusiasta y “cándido” maquiavelismo de Mirta Aguirre) y Eliseo Diego (Eliseo Diego en el País de las Maravillas de Boloña. ¿Un gracioso puentecito o una verdadera trampa?), seguido de Notas sobre la traducción literaria, conforman el tercer momento del libro, lapso dedicado a estas figuras imprescindibles de nuestras letras, y tan estudiado, Diego, por la misma Mayerín, en un libro anterior: EDITORES: Marilyn Bobes y José Luis Estrada Betancourt Los riesgos del equilibrista. De la poética y la narrativa de Eliseo Diego (2004). Elogio de Marco Polo (1974), uno de los textos emblemáticos no solo de Pita, sino de toda la literatura cubana moderna, la vuelve a colocar por el sendero italiano, esta vez el del veneciano Marco Polo, coetáneo de los anteriores estudiados, Cavalcanti y Dante. El hermoso libro de prosa poética concebido por Pita es valorado y asediado por la estudiosa. Finalmente otro libro excepcional, Muestrario del mundo o Libro de las maravillas de Boloña, de Diego, recibe la exégesis merecida. Texto acariciado por lo poético, en él constata la autora, con buen tino, la singularidad del poeta mediante un libro que fue, a un tiempo, sigilo y meandro de riquezas múltiples. Un trabajo sobre traducción literaria, labor ejercida por Mayerín Bello desde la lengua de Pirandello, concluye este tomo de muy variada índole, pero entroncado con mucho de lo mejor de la literatura universal y donde la cubana queda mostrada mediante figuras de extrema valía. CORRECCIÓN: Equipo de correctores DISEÑO: Olivia Alayo Terry
© Copyright 2024