Crisis de California Durante los años 2000 y 2001 el estado de California, EE.UU., vivió una crisis de desabastecimiento eléctrico muy importante que puso en duda los procesos de desregulación de los mercados eléctricos en distintos lugares del mundo. La combinación de fallas en el diseño de los mercados (consumidores finales aislados de los precios del mercado mayorista y empresas distribuidoras privadas de firmar contratos de mediano y largo plazo con empresas generadoras) y algunos elementos exógenos (altos precios del gas natural, incremento significativo de la demanda y mayores precios de permisos de emisión) produjeron que los precios en el mercado mayorista hayan subido en forma explosiva en los meses de la crisis y que las dos mayores empresas de distribución hayan estado al borde de la quiebra. Características Generales del Mercado Eléctrico de California La energía generada anualmente en California ha crecido constantemente en los últimos años, llegando a 284.132 GWh en el año 2000, de la cual un 58% fue generada por centrales térmicas (38% mediante gas natural). Las centrales hidráulicas y las centrales nucleares aportaron cada una un 15%, mientras las fuentes alternativas aportaron un 1%. El restante 11% fue importado desde estados vecinos. A su vez, la capacidad instalada para abastecer el estado es estimada en aproximadamente 54.000 MW y no se han producido variaciones en este sentido en los últimos años. En la figura 1 se puede apreciar en detalle el origen de la energía consumida entre los años 1989 y 2000. Figura 1. Origen energía consumida California años 1989 - 2000 (Fuente: ver pie página) El aumento del consumo en los últimos años ha sido absorbido en su mayor parte por generación térmica, se ha producido una baja en las importaciones desde el año 2000 lo cual fue uno de los tantos motivos que llevaron a la escasez como se verá más adelante. La generación térmica más importante es la relacionada con el gas natural, que representa un 66% de la energía térmica y un 33% del total generado por el estado. Dentro la generación térmica se encuentran las centrales a carbón, a petróleo, la generación geotérmica y la energía producida en base a basura inorgánica. En la figura 2 se pude apreciar los tipos de combustibles y su contribución al parque de generación térmica. Figura 2: Origen de la generación térmica en California al año 2000. (Fuente: ver pie página) Una característica relevante del parque generador de California es la edad de las máquinas, lo que influye en la frecuencia de la mantención de estas y sus respectivas salidas de servicio, lo que conlleva a una disminución de la oferta energética y a un eventual aumento del precio de esta.. Del total del parque generador, un 67% de las plantas tienen más de 20 años de operación, es más, un 47% del total del parque generador tiene más de 40 años de servicio. Esto es relevante porque durante el período del 2º semestre del 2000 y 1er semestre del 2001 aproximadamente 10.000 MW de potencia de la capacidad instalada en el estado, fueron continuamente mantenidos fuera de servicio por razones de mantenimiento o por reabastecimiento de combustible en el caso de las centrales nucleares. La propiedad del parque generador es desconcentrada, existiendo más de 200 participantes de los cuales ninguno supera el 10% de la capacidad del sistema. Históricamente las grandes compañías eléctricas de California dominaban el parque generador pero debido a las reformas, estas empresas realizaron venta de activos durante el primer semestre de 1998 que dejaron las plantas térmicas de California de manera más o menos igualitaria entre nueve generadoras, pero, a pesar de esto, el tema del poder de mercado también surgió con mucha fuerza durante la crisis, como se verá más adelante. La distribución está concentrada en las tres grandes empresas del estado, Pacific Gas & Electric Company (PG&E), Southern California Edison Company (SCE) y San Diego Gas & Electric Company (SDG&E), que abastecen el 75% de la energía consumida en el estado. Estructura del Mercado eléctrico de California A comienzos de 1993, la Comisión de Servicios de Utilidad Pública de California (California PUC) comenzó a estudiar la desregulación del sector eléctrico del estado con el objeto de reemplazar parte del esquema de monopolios (privados) regulados con la implementación de distintos mercados eléctricos. Esta iniciativa fue principalmente el resultado de la presión de grupos de consumidores industriales por reducir los precios de la energía eléctrica que en ese entonces se encontraban entre los más altos del país. Estos altos precios han sido atribuidos a la instalación de costosas plantas nucleares, exceso de capacidad instalada, contratos de largo plazo firmados con productores de energía independientes exigidos por los mismos reguladores del estado bajo el Public Utility Regulatory Policy Act of 1978 (PURPA) , y una regulación ineficiente que no fue capaz de traspasar los menores costos a los consumidores. Guiados en cierta forma por la experiencia en Inglaterra y Gales, los mercados en California comenzaron a operar en abril de 1998 después de 4 años de debate legislativo y administrativo. En medio de un proceso altamente politizado, el modelo californiano terminó siendo para muchos el más complicado de los mercados eléctricos jamás implementado, con elementos que nunca antes habían sido utilizados en la práctica. [2] La reestructuración del mercado californiano comenzó por disolver la integración vertical entre generación, transmisión y distribución de las tres mayores empresas eléctricas del estado que hasta entonces funcionaban como monopolios integrados regulados, las antes mencionadas Pacific Gas & Electric Company (PG&E) en la parte norte de California, Southern California Edison Company (SCE) en el área de Los Angeles y San Diego Gas & Electric Company (SDG&E) en la parte sur del estado. Estas empresas, como se dijo, retuvieron la distribución y una porción muy menor de la generación. Luego se procedió a liberar el mercado mayorista. Para su funcionamiento se crearon dos figuras: un operador del sistema (ISO: independent system operator) que es el responsable de la seguridad del sistema, para lo cual debe operar las líneas de transmisión (y asegurar el libre acceso a los participantes a las líneas de transmisión) y asegurar la estabilidad del sistema, además debe manejar un mercado spot para balancear el sistema en tiempo real y manejar un mercado de servicios auxiliares; y una bolsa de energía (PX: power exchange) a cargo de operar las ofertas diarias y horarias de compradores y vendedores de energía con un día y hora de anticipación, respectivamente. Además existe un tercer tipo de institución, los Scheduling Coordinators (SC), los que pueden mantener un portfolio de contratos con consumidores y generadores, al igual que comercializadores, pero además deben programar esas cargas y consumos en el ISO. Para efectos de programación de cargas en el ISO, el PX es un SC más. La operación del mercado se basa en que el PX realiza sus subastas y genera un programa de operación con precios uniformes para cada hora del día, el que es enviado al ISO. Este debe ver la factibilidad de los programas enviados por el PX y el resto de los SC, de acuerdo a la disponibilidad de líneas. Si los programas son factibles, el despacho se realiza de acuerdo a ellos, de lo contrario, que es lo más común, son devueltos con sugerencias para ser adaptados. Finalmente, el ISO adapta los programas de acuerdo a la disponibilidad de líneas y a ofertas de ajuste entregadas por cada oferente, que indican su disponibilidad a pagar por el uso de líneas congestionadas. El despacho es realizado de acuerdo a ese programa ajustado. Los consumidores no pueden realizar ofertas directamente en el mercado spot, sino que lo hacen pasivamente, incrementando o disminuyendo su consumo. Los generadores pueden participar de tres formas, enviando ofertas de abastecimiento, generando más o menos de lo que tenían programado o bien a través de ofertas para proveer servicios auxiliares. El mercado de servicios auxiliares es manejado en forma independiente al de energía, lo que representa una particularidad del diseño californiano. Finalmente, en California se optó por realizar un manejo zonal de la congestión, dividiéndose el estado en 24 zonas, dos de las cuales abarcan la mayoría del territorio. Crisis Eléctrica de California La crisis de California se explica por una combinación de factores circunstanciales que hicieron subir los precios mayoristas más de lo pronosticado por las autoridades, y por una serie de medidas regulatorias desafortunadas que no permitieron al mercado adaptarse a las nuevas circunstancias. Dentro de los factores que hicieron subir el precio de la energía destacan: [4] - Incremento importante en la demanda (12,7 % en junio 2000), debido a un verano extremadamente caluroso. - Incremento inesperado del precio del gas natural (más de 10 veces entre 1999 y diciembre de 2000). - Mayores precios de permisos de emisión Nox (leyes ambientales duras). - Reducción considerable de las importaciones de energía debido al bajo nivel de las reservas hidroeléctricas en el noreste del país. - Las inversiones en generación se paralizaron en el estado debido al largo e incierto proceso de aprobación de la nueva estructura regulatoria. - Ejercicio de poder de mercado por parte de algunos generadores. Los factores mencionados fueron responsables de buena parte del aumento en los precios mayoristas, sin embargo, todo ello no explica el hecho de que en un mercado supuestamente desregulado se produzcan cortes de energía. Aquí entra en juego una combinación de fallas en el diseño del mercado eléctrico de California y especialmente dos medidas transitorias, diseñadas para recompensar a las distribuidoras: [3] - Empresas distribuidoras privadas de firmar contratos de mediano y largo plazo con empresas generadoras. - Consumidores finales aislados de los precios del mercado mayorista. A continuación se detalla en forma más explícita lo acontecido en California y que llevó a este estado a una crisis que sirve hoy por hoy como ejemplo para países como Chile en busca de un mercado eléctrico más dinámico y eficiente, basado en una economía desregulada. Durante los primeros meses de funcionamiento los precios promedios en el mercado mayorista cayeron a 3 ¢/kWh, resultando en un ahorro de más de 50% con respecto a los costos de generación antes de la reestructuración, en parte debido a un exceso de capacidad de más de 30%. Aún con estos bajos precios, ya se habían comenzado a percibir importantes problemas de poder de mercado en estos primeros meses de funcionamiento, los cuales se acentuaron en los últimos meses. A partir de mayo del 2000, los precios en el mercado PX comenzaron a subir en forma muy importante para terminar en alzas de más de un orden de magnitud. De hecho, los precios horarios observados durante diciembre de 2000 variaron entre 13,2 y 150 ¢/kWh y en enero de 2001 el precio horario alcanzó 250 ¢/kWh. Las empresas distribuidoras obligadas a comprar al precio PX y vender a precio regulado lograron recuperar sólo parte de sus costos hundidos, pero a partir de mayo del 2000 comenzaron a sufrir grandes pérdidas sin la posibilidad de traspasar los altos precios del mercado PX a sus consumidores, para terminar al borde de la quiebra. La excepción fue San Diego Gas & Electric quien después de recuperar sus costos hundidos, liberó los precios finales con lo cual todos los consumidores que no habían firmado contratos de largo plazo con la distribuidora o otras comercializadoras vieron su cuenta mensual multiplicarse varias veces. En la figura 3 se aprecia la evolución de los precios promedio en el mercado mayorista PX desde abril de 1998 hasta enero de 2001. Figura 3: Evolución de los precios promedio en el mercado mayorista PX. (Fuente: ver pie página) La abrupta alza de precio y cortes de suministro ocurridos se deben a una combinación entre ejercicio de poder de mercado, factores exógenos y, por sobre todo, mal diseño regulatorio. Entre los factores exógenos más importantes se encuentran la subida del precio de gas natural que alimenta a varias plantas generadoras al final del verano del 2000, la subida del precio de los permisos transables de emisión de NOx que generadoras deben comprar para cubrir sus emisiones al final del verano del 2000, y un fuerte aumento de la demanda por energía eléctrica producto de la importante expansión económica de los EE.UU. en la última década. Las principales fallas de diseño, por otro lado, fueron prohibir a las empresas distribuidoras cubrir el riesgo asociados al mercado PX con contratos de mediano y largo plazo y aislar completamente a los consumidores finales de las fluctuaciones de costo de generación reflejadas en los precios del mercado PX. Al aislar a los consumidores finales de estos precios, la curva de demanda de las distribuidoras es virtualmente inelástica con lo cual se acentúan aún más los problemas referentes al poder de mercado ejercido por algunas empresas. En consecuencia, en California, los precios fijos fueron la causa principal del colapso del sistema. Influyeron en el aumento del consumo (en vez de que haya disminuido), llevaron a las empresas distribuidoras a serias crisis financieras y colaboraron en profundizar el problema de poder de mercado. Por otra parte, en California, la existencia de múltiples agencias, tanto estatales como federales, no fue suficiente para que se tomaran las medidas necesarias para normalizar el mercado: subir los precios minoristas, permitir a las distribuidoras firmar contratos y monitorear debidamente el mercado. La existencia de tantas agencias significó que la responsabilidad se diluyó en todas ellas, siendo su actuación lenta y poco efectiva, demorándose más de seis meses en tomar medidas para superar la situación
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