SP EMBARAZO Los cambios cuerpo de tu mientras esperás a tu bebé La gravidez no es una enfermedad, todo lo contrario. Simplemente produce transformaciones, de pies a cabeza, que te harán una mujer nueva. ¡Empezando por ser mamá! T odo se modifica durante el embarazo, por dentro y por fuera, tanto que algunas mujeres sienten que su cuerpo ha sido «expropiado» por este nuevo ser que crece en su interior. Y algo de eso hay. La futura mamá es habitada por un inquilino, que irá conquistando cada vez más territorio, comida y hasta oxígeno. Cambiarán desde el tamaño de tu vientre hasta la velocidad a la que late tu corazón. En parte, la metamorfosis se deberá a las fluctuaciones hormonales y, por otro lado, al esfuerzo físico de llevar un 46 peso corporal adicional. La gestación trae malestares, habrá momentos de fatiga y estrés, pero también otros en los que te sentirás pletórica. Al final del camino, y al inicio de otro con tu bebé en brazos, todo habrá pasado. Conocer con anticipación la gran cantidad de adaptaciones anatómicas y fisiológicas que se avecinan en los próximos nueve meses es una manera de que no te tomen desprevenida y de que estés en mejores condiciones emocionales y físicas para afrontarlas. TU SISTEMA RESPIRATORIO Las transformaciones en las funciones respiratorias se deben a una demanda de oxígeno incrementada: es necesario oxigenar el útero, la placenta y el feto. Pero además, a medida que el útero crece, ocupa espacio en el abdomen. Esto provoca que el músculo respiratorio (diafragma), que normalmente sube y baja para respirar, ahora tenga dificultades para descender. Lo que puede traer: ●●Disnea:sensación de falta de aire. ●●Aumento de frecuencia respiratoria y del volumen de aire:en cada inspiración, la futura mamá debe obtener entre un 10 y un 15 por ciento de aire más de lo habitual sin acelerar la respiración. Esto puede provocarle agitación y disnea. ●●Alcalosis respiratoria : aumento del pH del plasma sanguíneo, debido a una hiperventilación necesaria para eliminar el exceso de dióxido de carbono que debe expulsarse para incorporar oxígeno. Esto puede causar mareos y hasta desmayos, no frecuentes pero posibles ante esfuerzos desmesurados. ●●Congestión pasajera de la mucosa de la laringe, la tráquea y los bronquios: podés notar cambios en la voz y tener algo de sangrado por la nariz ya que, por el cambio hormonal, las vías respiratorias se encuentran muy vascularizadas. Consejos: No realices ejercicio físico muy exigido, hacé respiraciones conscientes y dormí con almohadas altas. TU SISTEMA CARDIOVASCULAR Para permitir el crecimiento del feto se produce un importante reajuste en todo el sistema circulatorio: ●●El corazón aumenta su esfuerzo en un 40 por ciento: pasará de bombear los habituales 4 litros de sangre a 7 litros. «La cantidad de sangre circulando equivale a un 10 por ciento del peso de la embarazada. Al bebé le llega alrededor de un litro por minuto para poder hacer el intercambio de oxígeno necesario para su nutrición, crecimiento y desarrollo», describe el doctor Ricardo Illia, Jefe del Servicio Obstetricia del Hospital Alemán. Para lograrlo, el corazón incrementa su trabajo a un ritmo aproximado de 15 latidos por minuto. Esto puede dar palpitaciones. ●●Dificulta el retorno sanguíneo: desde las piernas provocando inflamación, sensación de pesadez en las extremidades, y en algunos casos aparecen várices. Consejos: «Para reducir las molestias hay que moverse acompasadamente, no hacer esfuerzos excesivos y el ejercicio debe ser aeróbico, como para no sobrecargar demasiado la función del corazón», aconseja el Dr. Illia. También ayuda elevar las piernas algunos minutos varias veces al día, dormir de lado, no permanecer mucho tiempo ni sentada ni de pie. Evitar los baños con agua caliente y preferir duchas de agua tibia. TU SISTEMA GASTROINTESTINAL Los niveles hormonales en ascenso, especialmente de la progesterona, relajan los 48 músculos del estómago y distienden la válvula que separa el esófago del estómago. Además, a medida que el útero aumenta de tamaño se eleva y desplaza fuera de la cavidad pelviana, oprimiendo el estómago, los intestinos y otros órganos adyacentes. Todo esto provoca: ●●Lentitud de la actividad intestinal y consecuente constipación: para favorecer la absorción de los nutrientes, los alimentos son procesados más despacio. ●●Acidez estomacal: los ácidos del estómago tienden a ir hacia el esófago (reflujo) y esto puede provocar sensación de ardor o quemazón en el estómago. Consejos: Tomá agua fría varias veces al día; hacé comidas livianas y frecuentes de porciones pequeñas evitando las comilonas y los ayunos prolongados; incrementá el consumo de frutas y vegetales; realizá actividad física moderada. «Hay que reducir la ingesta de frituras y grasa que generan gran producción de ácido y eventualmente, ante la presencia de acidez, solicitar al obstetra algún tipo de medicación que la alivie», añade el Dr. Illia. TUS MAMAS El incremento del estrógeno y la progesterona produce un aumento gradual del tamaño de tus pechos que se acentúa a medida que se acerca la fecha de parto. Podés sentirlos hinchados, llenos y sensibles al tacto. «Puede haber algún tipo de secreción acuosa. No hay que tocar ni exprimir el pezón. Simplemente higienizarlo con agua y jabón neutro, pero no asustarse y evitar el toqueteo para que no erecte», añade el obstetra del Hospital Alemán. Consecuencias: ●●Cambia el aspecto:los pezones y las areolas se oscurecen y las venas de las mamas se hacen más notorias. líquido:durante el tercer trimestre, es común segregar calostro por los pezones, un líquido amarillento y espeso que contiene anticuerpos y nutrientes para el recién nacido. Consejos: Usá un sostén especial de maternidad, humectate con una crema hidratante autorizada por el obstetra y consultale ante la aparición de bultos o cambios de forma del pezón. ●●Producen TU SISTEMA ENDÓCRINO Durante la gestación, la placenta actúa como una glándula endocrina temporaria que a partir de la semana 10 a 12 comienza a fabricar una gran cantidad de hormonas, incluidas las que va produciendo el feto a medida que se desarrolla. Esta maquinaria sirve para mantener el crecimiento del útero y sus funciones y es la responsable de la mayoría de los cambios en tu cuerpo. En los hechos: ●●Podés sentirte más acalorada y tener algunos sofocos debido al incremento del metabolismo basal. «La temperatura normal de la embarazada es de 37.5°C, pero no implica fiebre. Sucede porque el organismo trabaja muy forzado», explica el obstetra. ●●La glándula paratiroides incrementa levemente su tamaño para afrontar el mayor requerimiento de calcio. ●●La glándula pituitaria posterior, sobre el fin del embarazo, comienza a segregar oxitocina que servirá para iniciar el trabajo de parto. Con el nacimiento del bebé, la pituitaria anterior comenzará a segregar prolactina para estimular la producción de la leche materna. Consejos: Evitá los lugares cerrados o muy concurridos y acalorados, usá ropa cómoda y realizá una actividad de relajación para contrarrestar las fluctuaciones emocionales producto de tu revolución hormonal. «La actividad física debe hacerse en lugares bien ventilados, hay que hidratarse con bebidas deportivas para no subir mucho la temperatura corporal, lo cual, de suceder, no es bueno para el bebé», continúa el especialista. TU ABDOMEN A partir del segundo trimestre, el abdomen comienza a expandirse. Hacia el final de este periodo, la parte superior del útero ya estará cerca de la caja torácica. Consejos: Usá ropa de telas que absorban la transpiración y que no ajusten la panza ni dejen marcas en la piel. Una faja que sostenga el útero sin comprimirlo puede aliviar las molestias. TU SISTEMA URINARIO Debido a que la expansión del útero ejerce presión sobre la vejiga, la uretra y los músculos del suelo pélvico, ocurren problemas temporarios con el control de la vejiga, tales como tener que orinar con más frecuencia o padecer filtraciones de orina al estornudar, reírte o toser. Entonces, qué sucede: ●●Los riñones realizan un trabajo extra al tener que expulsar los productos de desecho tanto de la futura mamá como del feto. ●●Hay mayor propensión a las infecciones urinarias: este riesgo aumenta debido a la relajación de la musculatura. «Existe riesgo de que la infección pueda alcanzar los riñones y provocar ya no una cistitis sino una pielonefritis (afección del riñón) que puede configurar un cuadro serio para la paciente, asociado al nacimiento prematuro», advierte Illia. Consejos: Buena hidratación, tener cuidado con la limpieza genital, higienizar el orificio anal siempre de adelante hacia atrás para no arrastrar gérmenes hacia la uretra. TU ESQUELETO Se produce un realineamiento de las curvaturas de la columna vertebral para poder mantener el equilibrio ante la presencia de peso extra en el abdomen. El útero cambia su centro de gravedad hacia adelante, de modo que para mantenerte parada, tenés que hacer fuerza permanentemente hacia atrás. Esto provoca una lordosis lumbar exagerada que conduce a la típica postura de embarazada y a la marcha de pato. ●●Los ligamentos que mantienen juntos los huesos de la pelvis se irán aflojando para facilitar el trabajo de parto y el nacimiento. Esta mayor laxitud contribuye, sin embargo, al dolor de espalda y genera molestias en la pelvis. 52 TU PESO CORPORAL El aumento de peso dependerá del índice de masa corporal (IMC). En condiciones normales de salud, así se distribuye: 0 a 15 semanas: de 1 a 1,5 kg. FUM 10 28 a 40 semanas: 12 a 17 kg. 16 a 27 semanas: 7,5 kg. 20 30 40 Fecha Última Menstruación Semanas La ganancia total de peso está conformada por: El feto y los fluidos y tejidos de soporte: Útero: 0,5 a 1 kg 4 kg 1 kg 1 kg 1,5 kg Placenta: 0,5 a 1 kg Bebé: 3 a 4 kg Líquido amniótico: 1 a 1,5 kg Fluidos y reservas maternas: 1 kg 2 kg Pechos: 0,5 a 1 kg Sangre: 1,5 a 2 kg 5 kg 2 kg Proteínas y grasas: 4 a 5 kg Fluidos corporales: 1,5 a 2 kg Consejos: Realizá ejercicios específicos para fortalecer el suelo pélvico y mejorar la postura corporal. TU PIEL En la segunda mitad del embarazo, pueden aparecer estrías. Estas cicatrices son consecuencia del estiramiento de la piel. También notarás: ●● Hiperpigmentación en el ombligo, los pezones, la línea media del abdomen (línea negra o alba) y la cara (cloasma gravídico). Se debe a las modificaciones hormonales y es pasajera. ●●Venas más visibles y arañitas vasculares, que suelen aparecer debido a la circulación hiperdinámica, al aumento de estrógenos y al incremento del peso corporal. También es común el enrojecimiento de las palmas de las manos. Consejos: Hidratá tu piel con cremas humectantes autorizadas por tu obstetra. Usá bloqueador solar o protector de alto factor. OTROS CAMBIOS POSIBLES La textura y el ritmo de crecimiento del cabello y de las uñas se alteran debido a las transformaciones hormonales. Además: ●●Los tobillos y los pies pueden hincharse a causa del aumento de fluidos en el cuerpo. ●●Los calambres en las piernas suelen ser causados por la fatiga de soportar un peso extra, por la compresión de los vasos sanguíneos de las piernas, por el exceso de fósforo, la falta de magnesio o de calcio y por las fluctuaciones hormonales. «Se pueden atenuar tomando uno o dos vasos por día de alguna bebida deportiva que contenga todas estas sales y minerales que pueden estar faltando», aconseja el doctor Illia. SP
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