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AÑO 8 NÚMERO 89 OCTUBRE 2016
El perfil de
Entrevistas con
El librero de
Zelda y Scott Fitzgerald
Gilles Lipovetsky
Fabio Morábito
Eduardo Sacheri
FABIO MORÁBITO
03
Es una biblioteca pequeña. Fabio Morábito (Alejandría, 1955) prefiere tener pocos libros. Parafraseando a Henry
Miller, dice que no hay que leer muchos libros. Autor de cuatro poemarios: Lotes baldíos (1985), De lunes todo el
año (1992), Alguien de lava (2002) y Delante de un prado una vaca (2011). También ha escrito libros de cuentos:
La lenta furia (1989), La vida ordenada (2000) y Grieta de fatiga (2006). Su último título, editado por Sexto Piso,
es Madres y perros. Esto nos contó de su librero. +
Foto: Ciro Costantini©
EL
LIBRERO
DE...
¿Cuántos libros tienes?
No sé, pocos, me imagino, tal vez mil quinientos, nunca los he contado, tiendo a tirar muchos
libros. Trato de que permanezca más o menos la misma población de libros. Me acosa la idea
de tener demasiados a mi alrededor.
¿Cuál es el libro más viejo?
Tal vez sea La vida privada y pública de Sócrates, de René Kraus, que para mí es importante
porque fue el primer libro que leí después de una época en que dejé de hacerlo, después de haber leído mucho de joven. Cuando retomé este libro, una biografía de Sócrates, me enganché
de nuevo con los libros.
¿Cuál es tu favorito?
El barón rampante, de Italo Calvino, una novela estupenda de un muchacho que desde
muy niño decide vivir en los árboles, sin jamás pisar el suelo, me parece casi una metáfora
del escritor.
¿Qué libro no has leído aún?
Muchísimos, está simplemente el Ulises, de James Joyce. De pronto haría falta tener menos
libros para obligarnos a leer los que de verdad nos interesan. Tampoco he leído el Quijote, lo he
empezado varias veces.
¿Qué libro te hace falta?
Estoy persiguiendo un libro cuyo autor ni siquiera recuerdo, no hay un gran libro porque los
grandes libros, como los clásicos, se consiguen fácilmente. Se llama Carpe Diem y por lo que leí
de él es un tema que me interesa, esta idea de aprovechar el presente, idea de la Antigüedad
clásica. Tal vez sea un mal libro, pero de pronto uno debe leer ciertos libros.
¿Cuál es la joya de la corona del librero? Ninguno, no se me da ese gusto, ese amor que se da en muchos de mis amigos por
las primeras ediciones, libros raros, preciosos, el que tiene el dibujo o la estampa, no.
Cuando he llegado a tener alguno de esos libros raros los regalo a las personas que sé
que eso les emociona mucho.
¿Qué libro has regalado?
He regalado varias veces El fin de homus soviéticus lo he comprado como cuatro veces
para regalarlo. Es un libro desgarrador y completo, que va más allá de la situación concreta que describe al estar lleno de referencias e historias humanas y el acontecimiento
histórico que lo produjo pasa a segundo plano.
¿Qué autor se repite más veces en el librero?
Me da pena decirlo pero en mi biblioteca soy yo porque todos mis libros están acá, pero
Italo Calvino.
¿Cuál es el más nuevo?
El mío, el que acaba de salir, Madres y perros, un libro de cuentos, editado por Sexto Piso.
¿Cuál libro no has regresado? (es decir, que no es tuyo).
Muchos. No sabría decir cuál porque a mí no me devuelven muchos libros, mi mujer me
critica por eso, busca uno y me dice “seguramente ya lo prestaste”, y me tomo la libertad
de ser igual de gandalla. Tengo uno de Antonio del Toro, Tolstoi o Dostoievski, de Steiner,
que he leído dos veces y subrayado mucho, no se lo he devuelto y espero no devolvérselo.
No se lo menciono nunca, espero que me perdone. +
EDITORIAL
CONTENIDO
Damas y caballeros: este número se viste de gala para presentarles lo más selecto del mundo de la cultura y la literatura. En
portada, para abrir boca, aparece una de las parejas más famosas del cine y la literatura, personalidades de modales refinados, puntualidad inglesa, paladares exigentes y vestidos como
marcan los cánones: Scarlett O'Hara y Rhett Butler, para quienes el decoro y las buenas maneras son reglas que se observan
estrictamente. Dos entrevistados de gran categoría autoral:
Eduardo Sacheri, ganador del prestigioso Premio Alfaguara de
Novela 2016, quien nos cuenta de su novela La noche de la
Usina; y el filósofo y sociólogo francés Gilles Lipovetsky quien, de
visita en nuestro país, charló con Lee+ sobre la revolución de lo ligero,
y su libro De la ligereza.
EL LIBRERO DE…
Fabio Morábito
03
MODALES PARA
RECOMPONER EL MUNDO
Niños a ¡leer!/ Karen Chacek
08
Editor y coordinador editorial
Jorge Vázquez Ángeles
[email protected]
GILLES LIPOVETSKY
Entrevista
10
EDUARDO SACHERI
Entrevista
12
Directora de arte
Valeria Moheno Lobato
[email protected]
Desde luego, no podía faltar la excelsa corte de damas y caballeros que mes a mes escriben con excelente ortografía,
pulcritud y fina caligrafía las columnas de la revista: Karen
Chacek, quien habla de modales para recomponer el mundo;
Raquel Castro y la imperiosa, y odiosa, necesidad de brillar en
sociedad; Antonio Malpica dirige con diestra batuta el destino
de los siempre exquisitos Aquiles y Tortuga, que hablan de la
caballerosidad en el debate; Bernardo Fernández, Bef, quien
se encarga de elaborar un breve perfil de un peladito que llegó
a caballero: Charles Dickens; y Jorge F. Hernández nos deleita
con un texto titulado “Geometría de caballero Bioy” que trata,
ya lo adivinaron, del escritor argentino Adolfo Bioy Casares.
Diana Cruz, en “Leidi y Gentleman”, reseña cuatro libros en los
que brillan sus protagonistas, todos ellos de bonitas familias:
Laddy Chatterley, Dorian Gray, Emma Bovary y Jay Gatsby.
¡Vaya póker de delicadeza! Ricardo Otero nos recomienda a
cinco caballeros anglosajones, autores de excelentes libros.
LA CABALLEROSIDAD
EN EL DEBATE
Fábulas del Tío Hoffs/ Antonio Malpica
14
Directora de marketing
Beatriz Vidal De Alba
[email protected]
EL RINCÓN GOURMET
16
BRILLAR EN SOCIEDAD
Jóvenes/ Raquel Castro
18
Difusión y promoción
Alexis Jiménez Calderón
[email protected]
¡LEIDI Y GENTLEMAN!
Diana Gutiérrez
22
LA NARRATIVA DE LA MODA BURGUESA
Yara Sánchez de la Barquera Vidal
24
EL PELADITO CABALLERO
Nerd Plus/ Bernardo Fernández-Bef
26
GEOMETRÍA DEL CABALLERO BIOY
Calle de León/ Jorge F. Hernández
30
WALLANDER-MANKELL:
HOMBRES DE HONOR
Roberto Bardini
34
CINCO CABALLEROS
ANGLOSAJONES
Ricardo Otero Córdoba
36
TRAVESTISMO AUTORAL
R. R. Fullton
40
EL COSMOS HABLA
Cuento/ Sidharta Ochoa
42
EL PERFIL
Zelda y Scott Fitzgerald
46
DAMAS Y CABALLEROS
Además —suena el redoble del tambor— Roberto Bardini
escribe sobre la dupla Kurt Wallander-Henning Mankell, dos
hombres de honor, ética y valentía, características de los verdaderos caballeros. Como entremeses, una lista de mujeres
que tuvieron que firmar como hombres sus primeros textos
porque no se consideraba que la escritura fuera asunto de damas; un cuento de Fiódor Dostoievski, un doble página sobre
moda, vestidos y mujeres; para cerrar con broche de oro: el
perfil de una pareja que supo, como pocas, conducirse con decoro en las nubes de la alta sociedad: Zelda y Scott Fitzgerald.
Empiecen a caminar por la alfombra roja, la función está
por comenzar.
Fotografía:
Vivien Leigh y Clark Gable,
en una escena de Lo que el
viento se llevó.
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LOS+VENDIDOS
06
NO FICCIÓN
FICCIÓN
LA CHICA DEL TREN
Paula Hawkins
PLANETA
Cada mañana lo mismo: el mismo paisaje, las mismas casas y la misma
parada en la señal roja. Son sólo unos segundos, pero le permiten observar a una pareja desayunando tranquilamente en su terraza. Siente que
los conoce y se inventa unos nombres para ellos: Jess y Jason. Su vida es
perfecta, no como la suya. Pero un día ve algo. Sucede muy deprisa, pero
es suficiente.
LOS HEREDEROS DE LA TIERRA
Ildefonso Falcones
GRIJALBO
Barcelona, 1387. Las campanas de la iglesia de Santa María de la Mar
siguen sonando para todos los habitantes del barrio de la Ribera, pero
uno de ellos escucha su repique con especial atención... Hugo Llor, hijo
de un marinero fallecido, a sus doce años trabaja en las atarazanas gracias
a la generosidad de uno de los prohombres más apreciados de la ciudad:
Arnau Estanyol.
DESPUÉS DE TI
Jojo Moyes
SUMA DE LETRAS
VÉNDELE A LA MENTE, NO A LA GENTE
Jürgen Klaric
PAIDÓS
El método y las técnicas aquí expuestos, salieron de diversos estudios realizados en laboratorios científicos. El autor prueba en este libro que los procesos
de ventas a los que estamos acostumbrados son sumamente desgastantes y
poco efectivos, debido a que no sabemos cómo funciona la mente, aunque sí
le hagamos caso a la gente.
EL HOMBRE EN BUSCA DE SENTIDO
Viktor Emil Frankl
HERDER
Estremecedor relato en el que Viktor Frankl narra su experiencia en los
campos de concentración. Él, que todo lo había perdido, que padeció
hambre, frío y brutalidades, que tantas veces estuvo a punto de ser ejecutado, pudo reconocer que, pese a todo, la vida es digna de ser vivida y
que la libertad interior y la dignidad humana son indestructibles.
ÁLGEBRA
Aurelio Baldor
GRUPO EDITORIAL PATRIA
Lou Clark tiene muchas preguntas: ¿por qué ha terminado trabajando en
el pub irlandés de un aeropuerto donde cada día tiene que ver cómo otras
personas se van de viaje a conocer sitios nuevos? ¿Por qué a pesar de que
ya lleva meses viviendo en su apartamento aún no se siente en casa? ¿Le
perdonará su familia lo que hizo hace año y medio? ¿Y superará alguna vez
la despedida del amor de su vida?
El libro más importante en enseñanza del álgebra en idioma español,
Álgebra de Baldor incluye entre sus características más importantes:
actualización de definiciones de función, exponente y los ejemplos y
ejercicios, en particular tomando en cuenta el lenguaje moderno y la
actualización de terminología, tipos de cambio y monedas utilizadas en
Latinoamérica.
Y COLORÍN COLORADO ESTE CUENTO AÚN...
Odín Dupeyron
DIANA
LAS BATALLAS EN EL DESIERTO
José Emilio Pacheco
ERA
Historia de un amor imposible, Las batallas en el desierto es una magistral
novela breve que involucra otros aspectos como la corrupción social y política, el inicio del México moderno y la desaparición del país tradicional, y el
rescate de las memorias individuales y colectivas de una ciudad a la que José
Emilio Pacheco amó profundamente, pero recrea sin nostalgia y denuncia de
manera implacable.
MISS PEREGRINE Y LOS NIÑOS PECULIARES
Ransom Riggs
PLANETA
De niño, Jacob formó un vínculo especial con su abuelo, quien le contaba extrañas historias y le enseñaba fotografías de niñas levitando y de niños invisibles. Ahora, con dieciséis años, Jacob sufre la inesperada muerte del anciano.
Entonces, en manos del joven cae una misteriosa carta que lo empuja a emprender un viaje hacia una remota isla de Gales, donde su abuelo se crió, para
descubrir si todas esas historias que había oído de niño... son reales.
Y colorín colorado este cuento aún no se ha acabado se editó por primera
vez en el año 2001 y desde entonces ha sido leído, releído, regalado,
prestado y recomendado por lectores de todas las edades, géneros, religiones, preferencias y nacionalidades. A menos de dos años de su publicación se convirtió en best seller nacional, pero ha vivido una historia
atípica, brincando de la impasibilidad al lanzamiento humilde, al lanzamiento en grande, al destierro y al renacimiento.
CÓMO GANAR AMIGOS E INFLUIR SOBRE LAS PERSONAS
Dale Carnegie
DEBOLSILLO
El único propósito de este libro es ayudar al lector a que descubra, desarrolle y aproveche esos poderes latentes que no emplea. Primera Parte:
“Técnicas fundamentales para tratar con el prójimo”. “Si quiere recoger
miel, no dé puntapiés a la colmena”. “El gran secreto para tratar con la
gente”. Segunda Parte: “Seis maneras de agradar a los demás”.
JÓVENES
HARRY POTTER AND THE
CURSED CHILD
J. K. Rowling
LITTLE BROWN & COMPANY
UNO SIEMPRE CAMBIA AL
AMOR DE SU VIDA
Amalia Andrade
PLANETA
LA CORONA
Kiera Cass
ROCA JUVENIL
DONDE HABITAN LOS
ÁNGELES
Claudia Celis
SM EDICIONES
LA HISTORIA INTERMINABLE
Michael Ende
ALFAGUARA
07
ELECTRÓNICOS
ARTE
MANDALAS PARA LA ABUNDANCIA Y LA PROSPERIDAD
Martha Patricia López Caballero
DIANA
LA CHICA DEL TREN
Paula Hawkins
PLANETA
Cada mañana lo mismo: el mismo paisaje, las mismas casas y la misma
parada en la señal roja. Son sólo unos segundos, pero le permiten observar a una pareja desayunando tranquilamente en su terraza. Siente que
los conoce y se inventa unos nombres para ellos: Jess y Jason. Su vida es
perfecta, no como la suya. Pero un día ve algo. Sucede muy deprisa, pero
es suficiente.
El mandala o círculo sagrado es una poderosa y antigua herramienta
de meditación que nos recuerda que el orden natural del Universo está
siempre presente en nuestra realidad. Su coloreado consciente acalla el
ruido mental diario, nos devuelve el equilibrio interior y nos conecta con
la sabiduría del alma. Este libro ha sido creado para ayudarte a manifestar
abundancia en todas las áreas de tu vida.
LA GUERRA QUE NOS OCULTAN
Francisco Cruz, Félix Santana Ángeles y Miguel Ángel Alvarado
TEMAS DE HOY
Julio César Mondragón Fontes encontró la muerte la madrugada del 27 de
septiembrede 2014 en Iguala, Guerrero. Aquel día alguien robó su celular.
Francisco Cruz, Félix Santana y Miguel Ángel Alvarado revelan cómo los
registros de actividades telefónicas posteriores al asesinato abrieron una
cloaca que conduce a las profundidades de un México corrupto y violento
que la mayoría no nos atrevemos a mirar.
Más de sesenta mandalas hindúes para colorear y crear hermosos mosaicos.
Plumones, acuarelas, pasteles, elige la mejor técnica y deja de volar tu imaginación. Al final, ¡tu libro de arte será único!
VÉNDELE A LA MENTE, NO A LA GENTE
Jürgen Klaric
PAIDÓS
#COLOREANDING MÉXICO
Malacara & Gale
VERGARA Y RIBA EDITORAS
El método y las técnicas aquí expuestos, salieron de diversos estudios hechos
en laboratorios científicos. El autor prueba en este libro que los procesos de
ventas a los que estamos acostumbrados son sumamente desgastantes y
poco efectivos, debido a que no sabemos cómo funciona la mente, aunque
sí le hagamos caso a la gente.
#Coloreanding es un verbo que no existe en los diccionarios, pero algo es
seguro: es una invitación a llenar de color la página. La propuesta de esta
colección es sencilla, se trata de divertirse y dejar que la creatividad aflore.
Los atractivos diseños retoman elementos de la naturaleza, así como las
formas y figuras que distinguen lo mexicano.
GENERACIÓN DE MODELOS DE NEGOCIO
Alexander Osterwlader
DEUSTO
LAS MEDIDAS DE UNA CASA:
ANTROPOMETRÍA DE LA VIVIENDA
Xavier Fonseca
PAX MEXICO
En este libro los analizamos y te ofrecemos las herramientas para que puedas
diseñarlos e implementarlos. ¡Asimismo, te mostramos las técnicas y modelos más innovadoras que actualmente están utilizando las principales empresas de todo el mundo. Con Generación de modelos de negocio aprenderás a
diseñar, entender y aplicar nuevos modelos de negocio, así como a analizar y
mejorar los ya existentes.
HÁBITOS DE RICOS
Juan Diego Gómez Gómez
PAIDÓS EMPRESA
Muchas personas aspiran a ser ricos y tener mayores ingresos. Sin embargo,
pocas alcanzan estas metas, en su mayoría porque carecen de los hábitos y de
la educación financiera para incrementar el dinero. Para el autor, lograr esos
objetivos depende de la determinación y de la mentalidad con la que cada
quien enfrenta y modifica su realidad.
MANDALAS LIBRO DE ARTE PARA COLOREAR
NUEVA IMAGEN
Todas las medidas para el diseño de una casa. Desde el tamaño de los
muebles hasta la altura de los accesorios. Esta obra imprescindible da al
profesionista y al usuario, de manera clara y sencilla, todos los datos de la
antropometría, análisis de mobiliario, diseño urbano, control ambiental, incluyendo el uso de energía solar, circulaciones y otros.
TEORÍA DE LA MÚSICA
Francisco Moncada García
EDICIONES FRAMONG
La más sencilla, útil y práctica teoría con la que toda persona puede
aprender los conceptos de la música con base en un sistema de preguntas y respuestas.
NIÑOS
MI LIBRO MÁGICO
Carmen Espinosa
NORI
JUGUEMOS A LEER
Rosario Ahumada
TRILLAS
EL LIBRO SALVAJE
Juan Villoro
FCE
MOMO
Michael Ende
ALFAGUARA CLÁSICOS
EL DÍA QUE LOS CRAYONES
REGRESARON A CASA
Drew Daywalt/Oliver Jeffers
FCE
08
“El traje nuevo del emperador”, ilustración de Dàlia Adillon.
Modales para recomponer el mundo
Qué mejor lugar para recibir una lección de urbanidad y
buenos modales que una casona victoriana con escaleras que rechinan y tobogán para la ropa sucia, coronada
con una cúpula que sirve de morada para la residente
más antigua del lugar: una dama de casi doscientos años
que responde al nombre de Olivia T. Vela, quien siglos
atrás escribiera numerosas novelas de misterio que nadie quiso publicar en su momento, lo que provocó en la
misteriosa inquilina una amargura que todavía la hace
azotar puertas y ventanas de vez en cuando. Pero con
la llegada del nuevo inquilino de la casa, parece que el
destino ha decidido regalarle una segunda oportunidad
para consumar su viejo sueño; el hombre que ha rentado
la mansión se llama I. S. Rezongón, es un afamado escritor de libros para niños que no ha podido volver a escribir
un libro en diez años, está en la bancarrota y sólo tiene
en mente un plan desesperado: encerrarse varios meses
en la vieja casona, lejos de cualquier distracción o ruido, y obligarse a escribir una nueva novela (pobrecillo,
¿qué iba imaginar que tendría que compartir la casa con
un fantasma verdadero y sus dos protegidos: un niño
de once años de nombre Armando y su gato negro?).
Narrado por completo mediante cartas, recortes de periódico, recados y dibujos, Mortalmente encantado, de
Kate Klise y Sarah Klise (Castillo), tiene por partes iguales su pizca de anécdota excéntrica, su algo de manual
de urbanidad, su dosis de juego de palabras y su todo
de diversión.
Porque nadie debe perder la compostura ni siquiera
cuando un cohete atraviesa su casa, El libro del cohete,
de Peter Newell (Thule), es una estupenda guía para
aprender a fascinarse con los sucesos inesperados que
agujerean la rutina cotidiana, en lugar de sufrir un sobresalto y entregarse a la ofuscación tras descubrir que
un proyectil ha producido un boquete en el suelo de tu
departamento, otro en el techo y además ha destruido
a su paso el objeto que se encontraba a medio camino
entre el suelo y el techo: la maceta favorita, una máquina de escribir, la locomotora del tren eléctrico, la casa
de muñecas recién armada… La historia parte desde
el sótano de un pintoresco edificio, donde un niño de
nombre Iván le prende fuego a la mecha del cohete que
habrá de atravesar veinte departamentos del edificio
hasta quedar atascado en el ático (y no por casualidad),
dejando a su paso veinte pequeños desastres, ilustrados
con una técnica magistral.
A veces los buenos modales son como las telas magníficas,
se pueden volver invisibles ante los ojos de necios y tontos (o al revés). “El traje nuevo del Emperador” es uno de
los ocho relatos de la recopilación Cuentos de Andersen,
ilustrado por Anastassija Archipowa (Everest). La historia narra las peripecias de un emperador excéntrico al
que nada le provocaba mayor entusiasmo que usarse a
sí mismo como percha para lucir trajes nuevos de telas
extraordinarias, y finísimos. Según las habladurías, a veces destinaba un traje distinto para cada hora del día.
Era tal su obsesión por los trajes nuevos, que cierta vez
no dudó en mandarse confeccionar uno que llevara por
base un material rarísimo, desconocido en el resto del
mundo. Así, pues, en pleno desfile real, el emperador se
dejó ver de cuerpo entero con un traje de tela invisible
que todos en el palacio, él incluido, aseguraban ver. Únicamente los niños tontos y necios rieron al ver desfilar
con extrema elegancia a un hombre en calzoncillos que
se hacía llamar el rey.
En ocasiones lo que se necesita para recomponer el
curso del mundo no es faltar a los buenos modales sino
reinventarlos; darles a las viejas razones nuevas formas,
formular nuevas preguntas en lugar de sólo cambiarle
palabras a las viejas respuestas. ¿Qué tan salvajes son
las ideas salvajes? Al menos la que imaginó el señor Tigre parecía una idea salvaje de lo más urbana. Ponerla
en práctica no fue cosa fácil para él; era una idea tan
novedosa que ninguno de los animales a su alrededor la
entendía. Más de uno creyó que se trataba de una extravagancia pasajera, que al señor Tigre le había picado
una idea loca que después se le pasaría. Sucedió todo
lo contrario: la ocurrencia del señor Tigre se hizo cada
vez más consistente, muchos temieron que se volviera contagiosa; ¡que el mundo dejara de funcionar como
acostumbraba! Para fortuna del señor Tigre y los demás
animales, eso fue exactamente lo que sucedió. A los
libros como El señor Tigre se vuelve salvaje, de Peter
Brown (Oceano Travesía), conviene tenerlos a la mano
como caramelos para la garganta y leerlos al primer asomo de tos. +
ANUNCIOS CLASIFICADOS
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C A R N Í V O R O
Por primera vez en México el
show de las plantas carnívoras del doctor Bill Masen. Más
de veinte plantas en escena,
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Foto: Ciro Costantini©
En De la ligereza, Gilles
Lipovetsky explica y
nos hace un llamado a
observar la “revolución
de lo ligero”...
Entrevista con Gilles Lipovetsky
L
a “revolución de lo ligero” nos ha tomado por
asalto. El filósofo y sociólogo francés, autor
también de La era del vacío, Gilles Lipovetsky
(París, 1944) se avoca a estudiar en su más reciente
libro, De la ligereza los diversos componentes del mundo
hipermoderno, que hacen gala de su cualidad ingrávida.
Hablar de una sociedad que se ha hecho ligera, que
ha sufrido un “alivio de la existencia” por cargar
condiciones de vida menos abrumadoras, parece un
discurso que no empata con todos los lugares ni con
todas las comunidades. Podríamos preguntarnos lo
siguiente, con cuidado de no generalizar comentarios
sobre sociedades que presentan claras diferencias de
condiciones y desigualdades: ¿quiénes y de dónde son
los que se benefician al conseguir aligerar la pesadez
de su existencia económica y laboral, en detrimento
de quienes, por otro lado, suman sobre sus hombros el
cúmulo abrumador de una vida de explotación, que les
exige no dejar de mantener aquella ligereza de la que no
se ven recompensados?
En De la ligereza, Gilles Lipovetsky explica y nos hace
un llamado a observar la “revolución de lo ligero” que
ya se amotinó en varias ciudades, donde lo micro, lo
nano, lo cool, pero también la hiperindividualización, la
seducción y la frivolidad se plantan como características
principales de las sociedades hipermodernas. La ligereza
es la protagonista del mundo hecho espectáculo y moda,
la cual invade todas las formas de relación humana, sus
campos y sus prácticas, pues se halla en el conjunto del
sistema, en la tecnología, en la economía, la política y la
ideología, al alcance de (casi) todos.
El capitalismo de seducción es un sistema que sigue una
lógica fría; al indagar sobre otros sistemas económicos
posibles a adoptarse o la forma de disminuir la frivolidad
del aparato imperante, el sociólogo francés nos responde.
La primera reflexión, si ustedes quieren, es que la
economía frívola no concierne a toda la economía. Hablar
de una economía frívola es hablar de una economía del
consumo, pero, por ejemplo, ustedes tienen todas las
infraestructuras, la economía de la energía y la economía
financiera, que no es nada frívola. Por tanto, creo que
no debemos, en el futuro, diabolizar lo frívolo. Esto
corresponde a necesidades que de ser superficiales no
están mal, pero hace falta que esta producción ligera
sea compatible con la responsabilidad del porvenir. La
consecuencia es evidente; necesitamos sistemas de
producción y de consumo que integren los parámetros
de lo durable, las exigencias de la ecología. No se trata de
una medida para eliminar lo frívolo. No creo que eso sea
posible; lo que sí es posible es un sistema de hibridación.
Creo que esta vía es la única que debemos manejar. Si
no lo hacemos, habrá consecuencias enormes para el
calentamiento del planeta, pero creer que vamos a ver
una economía, a partir de ahora, que no tendrá más
obsolescencia, más aparatos inútiles, más frivolidad, no
lo creo. En el futuro tenemos que invertir en el desarrollo
durable. No veo otra solución creíble.
La ligereza, la carencia de un peso ideológico que permea
la sociedad, es fomentada por el ocio, la televisión y la
publicidad. ¿Cómo estos mismos discursos —la televisión,
la publicidad, el cine— pueden incitar a otra cosa, es decir,
a otras acciones o formas de vida, además del hedonismo
o consumismo?
En principio pueden hacerlo. Pero en nuestro mundo
neoliberal no es muy creíble, porque en el mundo neoliberal
el mercado manda y la televisión, los medios, son empresas
y las empresas quieren tener éxito. El éxito se gana por
producciones de sentido frívolo. Creo que tenemos los
medios que nos merecemos. Los medios son empresas
y se adaptan al mercado. No es de una buena conciencia
denunciar a los medios porque al hacer eso no cambia
nada. Creo que la solución a largo plazo, no para mañana,
es la formación, la educación, no hay de otra. Hace falta ser
conscientes de que no son las lecciones de moral las que van
a cambiar el nivel de los medios, sino las empresas, cuyo
mercado conocen. Saben cuáles productos funcionan
y cuáles no. Tal vez gracias al universo numérico del
internet podemos imaginar medios diferentes, pero no es
una gran esperanza porque podemos imaginar los medios
culturales, que los hay, pero con un público pequeño. Para
un cambio más profundo hace falta la educación. Ahora,
un último comentario: es cierto que los programas de
televisión, que es el medio dominante, son la parte bella de
lo frívolo, de la superficialidad, pero no totalmente. Hay que
ser severos con los medios, pero a pesar de todo, contribuyen
a la educación de la gente porque deben presentarse de
una manera agradable, no podemos esperar más de los
medios que eso. Los medios no son la escuela ni los cursos.
Lo que sí podemos esperar de los medios es que nos den
información, buena información, comentarios múltiples
que permitan hacer reflexionar a la gente; me prohíbo
condenar absolutamente a los medios en el liberalismo
moderno, porque si no los tuviéramos, tendríamos la
televisión de Estado. La televisión de Estado, tal vez no
sería superficial, pero sería totalitaria. Prefiero los
medios del liberalismo, que los medios del Estado.
Háblenos sobre la alta cultura y algunos ejemplos de la misma.
Hay muchos. Todos los trabajos universitarios son
alta cultura, los libros de filosofía, de sociología, de
historia remarcables; es completamente falso pensar
que la literatura murió. Hay excelentes libros que son
de la alta cultura, pero es cierto que llega a un público
reducido, pero es normal que obras difíciles no lleguen
al gran público. Hay otros imperativos en que los medios
intervienen; pueden tener un papel de difusión pero
a una escala un poco, a veces, de vulgarización, para
hacerlos accesibles. Por tanto, la alta cultura se encuentra
en las ciencias humanas, en la literatura, hay menos
grandes autores que en otras épocas… no lo sé bien. En
el dominio que conozco un poco, sociología o filosofía,
creo que sí. Están las ciencias que no están en crisis. La
ciencia es una parte muy noble de la cultura humana.
Entonces, denunciar la época actual sólo porque no hay
más equivalentes de Proust o de Kafka no me parece un
argumento; encuentro que es reducir considerablemente
la interpretación del mundo en el que estamos. Podemos
discutir el término de la alta cultura, por qué sólo
la literatura sería la alta cultura y una tesis sobre las
partículas o sobre los componentes de la materia o de
los genes no sería alta cultura. Pero eso no quiere decir
que la creación artística haya muerto, tal vez esté en otro
lugar, por ejemplo, yo la encuentro en la arquitectura.
Se hacen realizaciones arquitectónicas maravillosas y en
mi opinión, la arquitectura es de la alta cultura; por otro
lado, desde los años sesenta, el cine ha muerto después
de Godard, porque no es más que un espectáculo; los
grandes éxitos americanos, la violencia, los efectos
técnicos de Batman técnicamente son formidables,
pero las películas son nulas, no hay más que animación.
Al mismo tiempo, en la producción mundial de cine hay
una multitud de filmes importantes, remarcables que se
hacen en el mundo, filmes romanos, búlgaros, egipcios,
iraníes, de países donde antes no había producción
cinematográfica y ahora la hay. Finalmente, cada año,
en Francia, en el otoño, se publican, si no me equivoco,
entre seiscientas y setecientas novedades en materia de
literatura. ¿Quién lee todo eso? ¡Es demasiado! Entonces
estoy convencido de que no todo es nulo, es evidente
que no. Debe haber muchas cosas que no sirven, que no
valen la pena, pero hay muchas cosas creativas también.
No veo en este tema un hundimiento de la alta cultura;
veo otra mirada, pero a mis ojos la creatividad cultural no
tiene una crisis, más bien se ha desarrollado.
“alivio de la existencia” o “condiciones materiales menos
abrumadoras”?
El ejemplo de Asia es muy discutible. La China ya entró
verdaderamente; cuando vemos imágenes de las ciudades
chinas no vemos mucha diferencia con las ciudades
europeas. No son los mil millones de chinos los que
están ahí, pero varios cientos de millones. África todavía
no llega a ese nivel, pero el impacto en cuestión ya lo
conocemos y lo hemos pagado bastante caro, es el deseo
de migración. En esos países hay no sólo subdesarrollo
económico, también hay guerras civiles, hay terrorismo
que aterroriza a la gente y ésta parte para vivir mejor.
La dinámica de la hipermodernidad no se puede aplicar
de la misma manera por todos lados a partir de ahora,
pero el desarrollo económico, el mercado, se ve por todas
partes, particularmente en Asia, donde la diferencia entre
el mundo occidental sería la democracia, en el plano de
la política. Es imposible decir cuál es el porvenir; ¿será
el liberalismo político el que ganará u otra cosa tal vez
mejor que en las sociedades hipermodernas? ¿Qué va a
pasar en el futuro? No sabemos. No podemos responder
a esta cuestión. +
Por Rolando Ramiro Vázquez Mendoza
¿Qué sucede con la gente cuyas condiciones materiales
no les permite un acceso a la alta cultura?
Creo que es un punto muy interesante, porque, al mismo
tiempo, vemos que la aspiración a la creatividad, a la
creación cultural responde a una necesidad; seguido
pensamos que es lo contrario, pensamos que el consumo
hace que la gente no se interese en nada, que sólo quieren
oír su música en su playlist, ver cosas tontas en el cine
y consumir en los centros comerciales: creo que no es
así de simple. Tenemos muchos estudios que muestran
que una población creciente hace fotografía, canta, toca
algún instrumento musical; hay una aspiración de los
jóvenes a hacer cosas que aman y de las que están un
poco orgullosos, aunque no sean obras preciadas. Creo
que debemos sacar las consecuencias de esto en cuanto
a la educación, que la escuela no es sólo universidad, la
escuela comienza mucho antes, hay que darle un lugar
más importante a la educación artística desde antes,
porque los hombres y las mujeres del mañana tendrán
aspiraciones. En mi libro, La estetización del mundo, se
muestra que el gusto de las cosas del arte no está en
retroceso. La foto, el cine, la música, cantar, bailar
son expresiones, son deseos humanos que existen
desde el homo sapiens, no hay razón alguna para
que desaparezcan.
¿Cuál es la otra cara de la “revolución de lo ligero”, de
la hipermodernidad, en sociedades como las africanas
o asiáticas, incluso latinoamericanas, donde no hay un
DE LA LIGEREZA
Gilles Lipovetsky
ANAGRAMA
Foto: Ciro Costantini©
Entrevista con Eduardo Sacheri
M
e llaman a la casa a las seis de la mañana,
desde España, y me dicen. Era la tercera
vez que lo intentaba. Cuando alguien te
llama dos semanas antes y te dicen que tal
día necesitan que esté con un teléfono a la mano, uno
dice puede ser, pero como otras dos veces no había sido,
mi nivel de expectativa era voluntariamente bajo para no
desilusionarme”.
Es el escritor argentino Eduardo Sacheri (Buenos Aires,
1967) contando cómo se enteró de que había ganado
el Premio Alfaguara de Novela 2016. Sigue dando clases
en una preparatoria, un día a la semana. Es profesor
de Historia y como sus alumnos saben que es escritor,
intentan sacarle plática para que no les imparta clases;
aunque por el semblante de Sacheri, queda claro que se
deja convencer. “Sé que es una maniobra distractora”.
La noche de la Usina, título de la novela premiada, trata
sobre una estafa y la forma como los engañados se hacen
justicia por propia mano. Así como se dice que el culpable
suele regresar a la escena del crimen, Sacheri regresó,
sin habérselo propuesto, a O’Connor, pueblo ficticio en
la pampa argentina, que ya había sido escenario de la
novela Aráoz y la verdad.
Mientras degusta un capuchino bien cargado, sentado
afuera de una tienda de vinilos en el pasillo del Parián
de la colonia Roma, cuenta las razones de este regreso a
personajes y terrenos conocidos:
“Por primera vez en mis novelas regreso a O’Connor.
Cuando escribí Araoz y la verdad, hace casi diez años,
mientras iba pensando mis personajes aparecían cosas
que no entraron en esa novela, por lo que quedaron
cosas pendientes de ser contadas y al mismo tiempo
me quedó una fuerte tristeza, una nostalgia por
desprenderme de esos personajes. Los extrañaba y por
única vez me dije ‘voy a volver’. Esa mezcla de residuos
narrativos, más el deseo personal de reencontrarme
con ese lugar y con esa gente, me condujeron a tener el
material para escribirla”.
El éxito literario y cinematográfico de un tema como
la estafa radica en que al involucrarse en la trama, el
espectador se vuelve parte de la banda y del diseño
del plan que habrá de ejecutarse a la perfección para
limpiar el agravio. Cuando alguien nos estafa, luego de los
sentimientos de vergüenza e impotencia que carcomen
las entrañas, la sed de venganza se apodera del cuerpo.
La mejor manera de desquitarse es propinar una sopa de
su propio chocolate al mezquino estafador.
Eso ocurre en La noche de la Usina, en la que Fermín
Perlassi y sus vecinos de O’Connor, en pleno “corralito” —
medida impopular establecida por el gobierno de Antonio
de la Rúa en 2001, que impedía que la gente sacara sus
ahorros del banco—, juntan todos sus ahorros para llevar
a cabo un proyecto que los saque adelante en medio de
la crisis, pero son engañados por un corrupto ejecutivo
bancario y el villano de la novela, Manzi.
Le digo a Eduardo Sacheri que por las referencias fílmicas
que giran alrededor de la estafa, La noche de la Usina es
su novela más cinematográfica:
“Me parece que a lo mejor por el lado del la propia
hechura del plan y del líder de la banda, una de las fuentes
de inspiración del libro es ni más ni menos que algo de
cine clásico de los años cincuenta. Creo que también hay
algo, en general, bastante visual en mi manera de escribir
las historias, que tal vez esté acentuado en La noche de
la Usina. Cuando digo visual pienso en que, así como hay
autores que trabajan desde la palabra o desde la forma,
cuando pienso mis historias las pienso desde imágenes
que veo, imágenes imaginarias. El libro se trata de poder
plasmar en la hoja eso que estoy viendo, ahí reside ese
carácter un poco cinematográfico”.
Le digo que, en cierto sentido, la novela me hizo pensar
en El golpe, la película de Robert Redford y Paul Newman.
Dice que es una película que le encanta:
“Lo que me apasiona es que es una película de estafas
donde tú como espectador también eres estafado”.
Sacheri recomienda una cinta argentina sobre estafas y
estafados: Nueve reinas, de Fabián Bielinsky.
¿Cómo se arma un plan para estafar a un estafador? Para
Sacheri ésa fue la parte más difícil de la novela: cómo
hacer que Fermín Perlassi, especie de líder que organiza a
Fontana, Lorgio, Hernán y los demás engañados, diseñara
paso a paso todas las facetas del plan:
“Lo que me dio más trabajo, como al propio Fermín
Perlassi, fue armar el plan, si va a haber un robo vamos
a hacer que sea una historia que tenga tensión y que
el lector se asome a esa tensión que exige recursos
narrativos determinados que no tienen que ver con
La noche de la Usina, título
de la novela premiada,
trata sobre una estafa y la
forma como los engañados
se hacen justicia por propia
mano. Así como se dice
que el culpable suele
regresar a la escena del
crimen, Sacheri regresó,
sin habérselo propuesto, a
O’Connor, pueblo ficticio
en la pampa argentina, que
ya había sido escenario de
la novela Aráoz y la verdad.
lo emotivo, sino con ese chac chac chac de relojería
que tiene que tener un policial, que a mí me gusta que
tenga cuando leo y que me gusta que tenga cuando lo
escribo. Tuve que hacer una investigación sobre algunos
problemas puntuales como tensiones eléctricas, cargas
de dinamita y alarmas”.
Como toda la acción ocurre en O’Connor, el ritmo de
la novela es distinto a si hubiera sucedido en una gran
ciudad. Sacheri habla de su ritmo creativo:
parece que tuvo éxito y le va muy bien el tipo no tiene
paz. Me gusta jugar a deconstruir la imagen del éxito o
del bienestar”.
En la novela El secreto de sus ojos, también de Sacheri,
que fue llevada al cine con mucha fortuna —ganó el
Óscar a la Mejor película extranjera en 2009— la idea de
la justicia por propia mano define toda la historia. Algo
parecido ocurre en La noche de la Usina aunque con
algunos matices morales:
“Saco la palabra justicia y pongo la palabra ‘reparación’.
Siento que casi siempre que contamos una historia
sobrevuela, sobre todo si es una historia clásicamente
contada, la idea de la reparación. A Cenicienta su
madrastra y sus hermanastras la tratan mal; ya está
instalada la idea de reparación. ¿Podrá Cenicienta librarse
de eso y tener una vida mejor? En el arte, en general, está
la cuestión de la reparación. Mientras leemos, mientras
escuchamos una melodía, miramos una película, el
goce estético tiene que ver con una reparación fugaz,
momentánea, luego la vida sigue siendo la vida, pero en
ese momento hay como una alineación, un armonía…
¿qué es la armonía sino una momentánea reparación? En
ese sentido, tanto en El secreto de sus ojos como en ésta,
hay una cuestión de reparación, El secreto... sí es más
vengativa y en La noche de la Usina no me atrevo a hablar
de venganza porque hay una cierta mesura en el plan y
en su ejecución, más allá de la torpeza con que se hace
todo, hay una autocontención, cosa que en El secreto…
no porque en la venganza el dolor es esencial, casi como
transferirlo; la idea central de la venganza es ‘tú me
hiciste doler con esta profundidad, ahora vos vas a sufrir
dolor’. En este caso la reparación tiene que ver con ‘nos
quitaron, que nos devuelvan’ y en eso hay una moralidad
no exquisita, pero una moralidad de contención”. +
Por Jorge Vázquez Ángeles
“Ahí hay una decisión que tiene que ver con mis propias
limitaciones. Soy lento. Mi ritmo para pensar las cosas
y hacerlas son más pueblerinas que urbanas. Yo vivo
en un suburbio de Buenas Aires, que si bien está más
cerca de la gran ciudad de lo que está O’Connor, tiene
un ritmo y una escala apaciguada en relación con la gran
ciudad. Las historias se me suelen ocurrir en esos marcos
suburbanos o rurales; la gran ciudad tiene un frenesí que
a mí me excede, me supera, y me parece que para estos
personajes sorprendidos por la estafa y por el derrumbe,
que se tomen el tiempo para pensar qué van a hacer y que
lo vayan alumbrando, me parece inevitable que sea así
porque van a hacer algo muy demandante, algo que está
muy por fuera de sus vidas. Para pasar de la sorpresa, de
la perplejidad al acto, tiene que mediar tiempo, páginas
y lentitud”.
A pesar de que Manzi se ha quedado con mucho dinero,
librando el “corralito”, su conciencia nunca está tranquila,
pues sabe que alguien podría robarle. Como dice el dicho,
“el crimen no paga”. Dice Eduardo Sacheri sobre el villano
de la historia:
“Una imagen que tenía muy presente cuando estaba
escribiendo los capítulos que tienen que ver con Manzi
era un cuento infantil, creo que medieval. Se trata de un
artesano que ha ganado algún dinero y lo entierra en el
jardín. Luego se pasa las noches asomado a la ventana
sin poder dormir y su mujer le dice que descanse, pero
no puede porque desde que enterró el tesoro no deja de
pensar en que alguien se lo robe. Tengo la imagen del tipo
con una vela acodado en su ventana, mirando hacia el
jardín, y me gustó jugar con la idea de nuestras prisiones
y cómo podemos estar presos de lo que nos sale mal pero
también presos de lo que nos sale bien, como el caso de
Manzi que, por otro lado, no siente ninguna culpa por lo
que hizo. Siento que es un personaje que pierde mucho,
en distintos momentos de la trama perderá, pero cuando
LA NOCHE DE LA USINA
Eduardo Sacheri
ALFAGUARA
14
Sea Turtle, ilustración de Jewel Renee.
Aquiles: Muy buenas tardes.
Tortuga: Gracias por asistir a esta conferencia titulada…
Aquiles: “¿Es posible la caballerosidad en el debate o estamos condenados a la vulgaridad y la mamarrachada?”
Tortuga:Mamarracho: Persona informal e indigna
de aprecio.
Aquiles: Es un placer tenerlos aquí. Pretenderemos
demostrar que siempre hay una salida elegante en
cualquier discusión, aún si se pierden los estribos
como haría cualquier pollopera.
Tortuga:Pollopera: Niñato, mozo de pocos años,
remilgado.
Aquiles: Desde luego, todo esto surgió a raíz del
célebre debate entre dos sabios de renombre y donde
el asunto terminó a los golpes porque uno insinuó que
la madre del otro era una barragana.
Tortuga:Barragana: Mujer que vive amancebada.
Aquilies:Y el otro respondió, simplemente: tu abuela
en cuatro patas.
Tortuga:Eso.
Aquiles: El nivel del debate bajó a niveles tan lamentables y tan de pena ajena que traemos para ustedes
esta nobilísima salida digna del mismísimo lord Grantham. Con todo respeto y esperando no parecer fodolís…
Tortuga:Fodolí: Entrometido y hablador.
Aquiles: Sugerimos, sin más, tener en su celular, en su
tablet, en su mesita de noche, un ejemplar siempre a
la mano del... Inventario General de Insultos de Don
Pancracio Celdrán. Muéstrelo por favor a la concurrencia. Gracias. ¿Se ha quedado sin palabras y arde
en deseos de romperle la cara a su rival argumentativo? No pierda la compostura. No sea un tontilindango
o un sansirolé cualquiera.
Tortuga:Tontilindango: Tontilucio, tontucio, simplón.
Sansirolé: lo mismo.
Aquiles: No se comporte como un rechiquirrititillo
intelectual.
Tortuga:Rechiquirrititillo: Proto-enano. Decano de las
menudencias liliputienses.
Aquiles: Todos recordamos cuando estos dos sabios
se mostraron repipis.
Tortuga:Repipi: Afectado en sus modales y pedante
en el hablar.
Aquiles: Posando como fachendones, pisaverdes y
miramelindos.
Tortuga:Fachendón: vanidoso. Pisaverde: igual. Miramelindo: lo mismo pero amanerado, de pilón.
Aquiles: Para terminar discutiendo como unos perfectos bultuntunes.
Tortuga:Bultuntún: Persona irreflexiva que habla sin
ton ni son, a bulto.
Aquiles: Y exponiéndose ante todos como lo que en
realidad eran: dos dompereciendos.
Tortuga:Dompereciendo: pobre diablo, que ostenta
riquezas siendo un pobretón.
Aquiles: ¡No pase usted por penseque a la hora de
insultar y haga como nosotros!
Tortuga:Penseque: irresponsable, improvisador excesivamente confiado.
Aquiles: Aquí el amigo y yo llevamos años insultándonos como dos perfectos caballeros gracias a que
llevamos siempre con nosotros el Inventario ¿O no es
así, mi ribaldo amigo?
Tortuga:Ribaldo: apicarado, de vida licenciosa. Si
usted lo dice, mi querido y peliculero amigo.
Aquiles: Peliculero: sujeto fantasioso y que inventa
historias. ¡Vamos! ¡Si lo encontré chateando con mi
novia! Por eso lo llamé llamé ganforro y felón, con
toda cortesía para que no pasara a mayores.
Tortuga:Felón: traidor alevoso. Ganforro: que hace
pequeñas raterías. Claro que me acuerdo. Y yo le
contesté que era cosa suya si quería hacerse el pánfilo
porque era una conversación totalmente inofensiva.
Aquiles: Pánfilo: buenazo y un tanto tontorrón. ¡Pero
lo oí murmurar papanatas y papirote después, puesto
que estaban en la misma página!
Tortuga:Papanatas: cándido y crédulo en exceso. Papirote: bobalicón. Papatoste: lo mismo pero con más
ganas. Lo acabo de añadir por pura cortesía, besugo.
Aquiles: Besugo: Imbécil. ¿Y cree que esto se va a quedar así, chateoatusespaldas, malamigo y malmirado?
Tortuga:Haga lo que quiera, boquerón, borrico, botarate.
Aquiles: En la M también hay bastante inventario, no
me amedrenta. Mangorrero, mazacote, mangante.
Tortuga:Bordión, brozno, bruto, bujarrón.
Aquiles: Merluzo, metomentodo, matasiete, marmitón, marrajo, mamerto, mariposa, mamahuevos y
remamahuevos.
Tortuga:Su abuela en cuatro patas.
Aquiles: Me parece, si no tiene inconveniente, que
ahora bien podríamos pasar a rompernos la progenitora mutuamente.
Tortuga:Cuán gentil de su parte.
Aquiles: Queridos amigos, se da por terminada la
conferencia. Pero no se preocupen, pueden quedarse
a mirar cómo barro el piso con este follón.
Tortuga:Eso lo veremos. ¡Mochales! +
SINATRA LONDON
CD/DVD
El caballero de los ojos azules también conquistó el corazón del público inglés. Este box set incluye el álbum original Sinatra Sings Great Songs From
Great Britain, y una serie de grabaciones inéditas, cincuenta en total; el
programa de radio “Light Programme” (1962) y la sesión “The Show
Band Show” (1953), ambas realizadas en la BBC, y un concierto
en el Royal Albert Hall (1984). Incluye, también, un DVD
con actuaciones nunca antes vistas, un libro de sesenta páginas y la reproducción de dos carteles
del concierto de Londres. “La voz”
aún resuena.
SARAH VAUGHAN
LP
“La Divina”, como le decían a una de las voces más influyentes del jazz, nació en Newark, Nueva Jersey, el 17 de
marzo de 1924. Las nueve canciones que incluye este
disco llamado, sencillamente, Sarah Vaughan,
dan muestra de su talento y de la tesitura
de su voz. Por si fuera poco, Clifford
Brown la acompaña tocando
su trompeta.
Pro
duc
tos
dis
pon
ib
Pro les e
duc n: L
tos ibre
de ría M
imp
ort aurici
aci
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d Q u ev
edo
121
THE FINE ART OF FASHION ILLUSTRATION
Julian Robinson/ Gracie Calvey
FRANCES LINCOLN LIMITED
Con la invención de la imprenta la moda salió de los talleres de costura
y comenzó a aparecer en las primeras publicaciones y folletos que
pavimentarían el camino de la publicidad. Este libro reúne más de
trescientas ilustraciones —del Renacimiento al Art Déco—
que muestran la evolución de la ropa, y de los primeros pasos del diseño gráfico, junto con la publicidad, en las épocas en que todo se
hacía a mano.
STANLEY KUBRICK
10 DISC COLLECTOR’S EDITION
DVD
The Shining, Eyes Wide Shut, Full Metal Jacket, A Space Odyssey y
A Clockwork Orange son películas que aparecen en los listados de
las mejores películas de todos los tiempos. Su común denominador: haber sido filmadas por Stanley Kubrick, uno de los
últimos grandes genios del séptimo arte. Esta caja reúne
las películas enumeradas al principio, creadas bajo
la férrea y a veces desesperante óptica del
director fallecido a los setenta
años, en 1999.
LAS MIL Y UNA NOCHES
ATALANTA
Infinito laberinto de narraciones, como se lee en la contraportada del primer tomo de Las mil y una noches, estas historias contadas por Sahrazad —y que le salvaron la vida—
son un clásico de la literatura oriental que durante
muchos años ha cautivado a Occidente. Fábulas,
leyendas, lecciones, reunidas en “un libro
portentoso, un pasatiempo divertido,
una mera transcripción de relatos orales”.
PARA VER Y OÍR
VIDEO
MÚSICA
NO SIN ELLA
LA BRUJA
ROGER WATERS THE WALL
BELLEZA SALVAJE
TANGERINE: CHICAS FABULOSAS
Peter Sollett
CINE, VIDEO Y T.V.
Robert Eggers
Sean Evans / Roger Waters
UNIVERSAL PICTURES
UNIVERSAL PICTURES
Deniz Gamze Ergüven
CINE, VIDEO Y T.V.
Sean Baker
CINE, VIDEO Y T.V.
Nueva Inglaterra, 1630: William,
Katherine y sus cinco hijos llevan una
devota vida cristiana, viviendo al borde
de la salvaje naturaleza. Cuando su hijo
recién nacido desaparece misteriosamente y sus cosechas no rinden frutos,
la familia comienza a enfrentarse uno
contra otro.
Roger Waters fusiona lo épico y lo
personal en Roger Waters The Wall. El
filme podría clasificarse como una película conceptual: show vanguardista
que deslumbra los sentidos, combinado
con un viaje personal que habla de la
pérdida que Roger ha sentido durante
toda su vida debido a la guerra.
En un pequeño pueblo al norte de Turquía, cinco hermanas huérfanas pasan
el verano en un jardín paradisiaco sobre
las olas del Mar Negro. Sin embargo, la
condición de la mujer en el país no tardará en provocar rumores de inmoralidad y escándalo de las jóvenes.
En la víspera de Navidad, la prostituta
transgénero Sin-Dee Rella, que acaba
de cumplir una sentencia en prisión,
se encuentra con su amiga Alexandra, que le informa de que su novio
Chester ha estado engañándola.
Basada en la historia real de Laurel Hester
y Stacie Andrée. A Laurel, una condecorada policía de Nueva Jersey, le diagnostican un cáncer terminal y quiere dejar su
pensión a su pareja, Stacie. Sin embargo,
los funcionarios del condado, que no ven
con buenos ojos la pareja homosexual,
conspiran para evitarlo.
JUAN GABRIEL
FREDDIE MERCURY
MEXICANTO
FERNANDO DELGADILLO
VARIOS
Vestido de etiqueta
Messenger of the Gods
Para trova la vida
Sesiones acústicas
The many faces of Pink Floyd
UNIVERSAL MUSIC
UNIVERSAL MUSIC
SONY MUSIC
SONY MUSIC
MUSIC BORKERS / SONY MUSIC
Se puede considerar oficialmente la
última grabación del “Divo de Juárez”,
donde da un repaso a sus temas más clásicos, acompañado de una orquesta; un
disco más de uno de los ídolos populares
de mayor éxito y admiración en México.
El mejor vocalista en la historia del
rock según críticos y aficionados; carismático, portentoso y con un poder
de convocatoria y magnetismo únicos. Su impecable voz queda plasmados en esta magnífica recopilación.
Una de las agrupaciones con más
historia dentro de la nueva trova y el
canto nuevo sigue más vigente que
nunca. Para demostrarlo editan este
disco con temas clásicos de su repertorio acompañados de grandes amigos
y colaboradores.
Segundo volumen de esta recopilación
de clásicos del bossa nova en versiones renovadas y frescas que son una
muy buena introducción para quienes
desean entrar en el ya clásico género
musical brasileño.
De las grandes influencias que tuvo
Pink Floyd y su respectivo legado es
de lo que se compone este disco equilibrado para entender el origen del
grupo y su posterior historia creando
discos soberbios y que son parte fundamental del rock.
RAQUEL
Nunca vas a brillar en sociedad, me dijo una de mis
tías en una cena elegante, todo porque me negué
rotundamente a tocar el piano para sus invitados.
De nada sirvió que le dijera que a) hacía años que
había olvidado lo poco que aprendí en mis clases
de piano y b) la idea de entretener a sus invitados me atraía tanto como una visita al dentista.
Vamos, yo tenía dieciséis años: la sola idea de ir
a una cena en casa de mi tía con sus invitados copetones me daba horror. Sobre todo porque todo
mundo en esas reuniones me agarraba de pretexto para romper el hielo y unir fuerzas: ¿por qué te
vistes de negro?; no te muerdas las uñas; ese bilé
es demasiado rojo para alguien tan joven; etcétera.
Sus reglas me parecían tan absurdas y elaboradas
como las de alguna sociedad futurista de las que
menciona Jack Vance en sus aventuras espaciales.
Por ejemplo, en el cuento “La mariposa lunar”, en
el que un policía busca a un criminal en un mundo
donde todos usan máscaras. El diseño de las máscaras tiene que ver con el rango de quienes las usan
y lo que cada persona tiene permitido depende de
ese rango. ¡Ah!, y además es de mal gusto que la
gente hable: tienen que cantar acompañándose de
instrumentos complicadísimos. Claro, el pobre fulano, recién llegado y sacadísimo de onda, nomás
no da una. Como yo en casa de mi tía. Por cierto,
al parecer ahorita no hay una buena edición de
los cuentos de Vance en español, y es una pena;
pero hay varias antologías en inglés en epub, por
si andan con ánimo aventurero. De ser así, el cuento que les digo está en The Moon Moth and Other
Stories (Gateway Essentials).
Lo que nunca se me ocurrió contestarle a mi tía
fue que el brillo depende de en qué sociedad se
mueva uno. Seguro que ella tampoco habría brillado para nada en el mundo de Jonathan Strange y el
Señor Norrell (Salamandra), una novela que combina las estrictas reglas de la Inglaterra de principios del siglo xix con las de un mundo lleno de magia. Y ya que hablamos de esta novela, déjenme les
cuento que en ella están tan detalladas las reglas
de ese mundo que uno pensaría que es realismo
puro (nomás que con magos). Si a eso le agregamos que se trata de una historia llena de aventuras
CASTRO
(por ejemplo, los magos protagonistas ayudan en
la guerra contra Napoleón) y muy bien escrita,
con personajes tan bien armados que uno hasta
piensa que se los podría encontrar en la calle…
pues nada, que es toda una experiencia. Infinitamente mejor que ir a cenar con la tía y sus amigos,
claro. Porque no era sólo que yo no entendiera sus
reglas y que a ellos no les gustaran las mías: era
que ni siquiera había un interés pequeñito en buscar un punto intermedio. Habría estado muy bien,
en esos ayeres, llegarles un día con el libro Gastón,
de Kelly DiPucchio (Leetra). Este álbum ilustrado
cuenta la historia de un perrito que, por más que
se esfuerza, no logra comportarse como los otros
hijos de la señora French. Pero un día, en el parque, conoce a Antoinette, una perrita que tiene
alma de bulldog pero cuerpo de poodle… Juntos,
le dan un par de lecciones de urbanidad y tolerancia a sus respectivas familias. Sí, es un libro “para
niños”, pero está padrísimo y las ilustraciones son
adorables, así que lo puedes disfrutar sin importar
si tienes diecisiete o cuarenta o setecientos años
(que es la edad que yo le calculaba a los amigos de
mi tía, acá entre nos).
En todo caso, no se me ocurrió nada de eso cuando mi tía me regañaba; y ahora creo que estuvo
bien quedarme calladita porque, para ella, las únicas reglas importantes eran las que venían dadas
en el Manual de Carreño. ¿Alguna vez has escuchado hablar de él? De morra, yo pensaba que
era algo mítico, como el año de la canica, los calzonzotes de Chucha o los hijos de María Morales;
pero resulta que es un libro que de verdad existe
y de verdad servía como guía para la gente que
quería tener buenos modales. Su verdadero título
es Manual de urbanidad y buenas maneras y su
autor fue el venezolano Manuel Antonio Carreño.
En México, su primera edición apareció en 1875
(para que se hagan una idea, eso es ¡ciento un
años antes de que yo naciera!) y obviamente su
lectura hoy en día es como un viaje en el tiempo.
Si les da curiosidad, busquen la edición (reciente)
de Nueva Imagen, que además trae notas explicativas. Puede ser una lectura muy divertida y a lo
mejor hasta le aprendemos algún tip que todavía
nos sirva para no fracasar tan miserablemente en
una cena con las tías. +
Hoy se enfrentarán en el cuadrilátero de MasCultura dos parejas de escritores que
discuten por un sinfín de razones, desde envidias y celos hasta malos entendidos;
los intelectuales también son arrastrados por sus pasiones. Suena la campana.
En una lucha de cabellera contra cabellera, aunque no
sea lucha libre, Gore Vidal contra Norman Mailer. La larga disputa entre estos dos escritores —ambos querían
ser considerados la mayor estrella literaria de Estados
Unidos— llegó a su punto culminante durante una elegante cena celebrada en Nueva York: Mailer retó a Vidal
a una pelea y le lanzó una copa a la cara al ver que éste
hacía caso omiso a su provocación. Impertérrito, Vidal
dijo: “Una vez más, Norman no ha encontrado las palabras adecuadas”. También se vieron las caras antes de
aparecer en The Dick Cavett Show: se dieron bofetadas y
cabezazos antes de protagonizar una memorable batalla
verbal en directo. Mailer le recriminó “contaminar los ríos
del pensamiento”; a lo que Vidal respondió: “Lo que me
parece detestable es su afición por el asesinato”.
soledad tenemos a Gabriel García Márquez contra la furia
de Mario Vargas Llosa, asesorado por sus cachorros. Y…
¡se han empezado a golpear sin haber pisado el ring! Una
noche de 1976 el peruano y el colombiano se enfrentaron en un cine mexicano. Vargas Llosa golpeó a García
Márquez ante docenas de personas en un estreno. El
derechazo le puso un ojo a la virulé e hizo cuchichear a
los testigos sobre la posible causa de la embestida. ¿La
política? No. Por lo visto, se trataba de una mujer. El autor
de La casa verde pensaba que la mayor gloria literaria de
Colombia había sido demasiado solícita con su esposa,
a quien había consolado durante un difícil periodo de
su matrimonio.
Con información de Vidas secretas de grandes escritores,
editado por Oceano.
Para cerrar la función de hoy, el combate enfrenta a dos
pesos pesados de las letras. Con un peso de cien años de
Sigue diariamente lo mejor de la cultura y el entretenimiento en www.mascultura.mx
Tuve una compañera en la primaria que se llamaba
Leidi. Ella era pobre y yo la envidiaba. También era lista mas no bonita, y cuando se es niño los atributos de
los demás son distintos a los que de grande uno logra
apreciar. Leidi sobresalía, pues, entre la homogeneidad
escolar del cuarto B —en las escuelas de la ciudad de
México los grados comprenden varios grupos porque
somos tantos, entonces cada uno se identifica con las
letras del abecedario—, ella destacaba, no tanto por sus
apariciones en el cuadro de honor, sino porque tenía
un nombre que nadie jamás había escuchado antes. Ni
siquiera recuerdo sus apellidos, y eso que, diario, al pasar lista los profesores era lo único que mentaban. Les
asombraba encontrarse una Leidi entre puros Antonios,
Susanas y Lupes, así que preferían omitirlo, no fueran a
pronunciarlo mal.
Siempre fui a escuelas públicas y en ninguna conocí a
alguien más con un nombre así. No fue sino hasta la
preparatoria, cuando de veras aprendí inglés —tenía
clase de idiomas desde la secundaria, pero la profesora
nos enseñaba esoterismo en vez de inglés—, que pude
relacionar el sonido del nombre de aquella compañera
con el de una palabra en un idioma distinto al español.
Leidi era una adaptación mexicana del inglés “Lady”,
que significaba “dama”. Después hice reportes de lectura sobre obras clásicas, en cuyas páginas descubrí que
las damas además eran mujeres cultas, pertenecientes
a la alta sociedad y tenían buenos modales. Algo más:
existía una palabra para designar el masculino: “Gentleman”. Nunca tuve un compañero en clase llamado así:
Caballero, en inglés.
Luego estudié periodismo y aprendí una nueva connotación para ambos términos. En la clase de Géneros
Periodísticos revisamos por equipos la nota informativa de un hombre rico que había agredido y golpeado a
un empleado del valet parking, donde vivía, una zona
exclusiva de la ciudad. Lo llamaban: “Gentleman de
EL RETRATO DE DORIAN GRAY
Oscar Wilde
DEBOLSILLO
Las Lomas”. Me extrañó. Ese hombre no tenía las cualidades de un Dorian Gray, quien hasta para matar era
educado. Cuando el profesor me pidió mi participación
lo único que pude compartir fue precisamente eso, mi
desacuerdo a que se le llamara de tal modo, pero nadie
hizo caso porque lo importante era aplicar la pirámide
invertida —qué, cómo, cuándo, dónde y por qué— a la
nota y se acabó. Eso ocurrió en 2011 y las notas de este
tipo tapizan hoy en día los periódicos, pero yo sigo sin
acostumbrarme. Las damas y los caballeros siempre serán para mí como estos:
Buscan placer
Cuando el joven Dorian —bello adolescente cautivado
por la idea de la belleza perpetua— ofrece la posibilidad a lord Henry —aristócrata cínico y provocador
convencido de que la belleza termina donde empieza
la expresión intelectual— de haber matado a Basil —
pintor apasionado por su arte—, el caballero contesta:
“Le diría, querido, que adopta usted una actitud que
no le sienta. Todo crimen es vulgar. No está en usted,
Dorian, cometer un asesinato. El crimen pertenece exclusivamente a la clase baja”. Para los nobles de El retrato de Dorian Gray, de Oscar Wilde, el crimen es una
práctica de pobres. Lo que para ellos, los ricos, es el arte:
un método para procurarse sensaciones extraordinarias.
Son discretos
El baronet Clifford Chatterley demostró en El amante
de Lady Chatterley que las damas y los caballeros guardan silencio ante las malas noticias. Inválido de guerra,
sobrelleva en calma su paraplejia al lado su esposa,
Constance, pero sobre todo con los cuidados de la señora Bolton, quien al paso de los años ha descubierto
que “Clifford era igual que todos los demás […] un niño
de extraño temperamento, excelentes modales, con
poder en sus manos y con todo género de extraños conocimientos”. Si no basta, recuérdese su reacción cuando recibe la carta que cambiará su vida para siempre:
EL AMANTE DE LADY CHATTERLEY
D. H. Lawrence
SEXTO PISO
EL GRAN GATSBY
F. Scott Fitzgerald
DEBOLSILLO
“—¡Sir Clifford! ¿Qué le pasa? No contestó. […] —¿Le
duele algo? Haga un esfuerzo y dígame qué le duele. ¡Hable!”.
Son reservados
“En mi más temprana edad, alguna vez mi padre me
dio un consejo que desde entonces hago dar vueltas
en mi mente. —‘Cuando sientas deseos de criticar a alguien —me dijo—, recuerda tan sólo que no todos en
el mundo tuvieron las ventajas que has tenido tú’”, así
comienza el narrador de El gran Gatsby, de Fitzgerald,
quien además de haber escrito, en mi opinión, uno de
los mejores inicios de novela en la literatura occidental
crea un narrador encantador y misterioso por partes
iguales. Nick Carraway se presenta a sí mismo como un
personaje sencillo, simpático y sin pretensiones, al que
todos le confían sus secretos, incluso el propio Jay Gatsby,
protagonista de la historia. Él sólo se reserva su opinión.
Se aburren
El gesto femenino de colocar los guantes sobre las copas de vino para indicar que no se tiene la intención de
beber durante un festín lo aprendí de Madame Bovary,
una novela sobre el tedio y sus consecuencias. Emma,
dotada de inquietudes intelectuales efervescentes se
casa con Charles, el médico del pueblo, de quien pronto
se desenamora porque sus expectativas emocionales
son distintas a las de él. Pronto la mujer busca saciar la
insatisfacción con remedios provenientes del exterior,
pero la realidad a la que se enfrenta la desilusiona de
igual modo. Lo tenía todo, pero estaba aburrida.
Leidi no era rica pero sí educada. Tampoco he sabido
nada más de ella, pero estoy segura de que en estos
tiempos de la nueva “nobleza mexicana” ostenta su
nombre con razón y suficiencia, no como otros. +
Por Diana Gutiérrez
MADAME BOVARY
Gustave Flaubert
PENGUIN CLÁSICOS
L
a moda es un invento de la burguesía, es la encarnación de sus símbolos y signos, una mediación de ideas,
generadora del desarrollo de un lenguaje visual. La
moda refleja ideas, miedos, deseos; es una narrativa
tangible. Somos imagen. Es una expresión de nosotros y
de nuestras creencias. La estética de la moda ha sido en
múltiples ocasiones tomada por la clase burguesa para
difundir sus propios valores y prejuicios. Esos valores se
tornaron en ganancias capitalistas, sin importar lastimar
y maltratar a animales, personas y al medio ambiente.
https://thebasicskinny.wordpress.com/tag/paper-doll/
Las diseñadoras de principios del siglo xx, como Madeleine
Vionnet, eran damas de sociedad que sabían las reglas del
juego; éstas, poco a poco, lograron acampar en el territorio fértil del cambio de la imagen de la mujer, como ganar
batallas al liberarse del corset por parte de Coco Chanel
y llevar esto a las masas. Una burguesa vestía a otra burguesa, y para el resto sólo quedaba el look de dama de
sociedad. En los gloriosos años veinte, la moda se masculinizó, y con ideas que Simone de Beauvoir después puso
en el aire, en Francia se gestó un ambiente creativo para
definir la feminidad de manera libre. El papel de la mujer
en la moda provocó una afirmación de su individualidad
y un embellecimiento personal que, a ojos de algunas feministas, la apartó al mismo tiempo de lo que realmente
se define como femenino. Si la mujer es un producto cultural que se ha construido socialmente, la misma moda
que la quiere liberar la atrapa definiéndola. La moda de
la mujer por la mujer debiera contrarrestar todos los arquetipos de belleza impuestos previamente. Pero si la industria vende estereotipos a seguir, tan sólo se diseñan
patrones con los cuales vestir a todas.
Lo que desde el siglo xiv apareció como un instrumento
de distinción social, sobre todo aristocrático, resultó en
segregación social física e ideológica. La moda consolidó su poder de persuasión y comenzó a crear un negocio
poco ético, mediando ideas, imágenes y realidades, implantando deseos y difundiendo modelos de vida a seguir. Cada prenda junto con su publicidad constatan una
narrativa que traza los comportamientos sociales en el
mundo. Hace más de cuarenta años, toda dama y caballero debían portar (hasta los hermosos liberadores años sesenta) cierta ropa, con detalles específicos, de lo contrario
se consideraba una falta de respeto y una anarquía total.
La ropa y el cambio social reflejado en la moda es una manera de expresar nuestra unión a un grupo específico de
ideas, y como buen fenómeno de masas, resulta perfecto,
pues nadie lo cuestiona, sólo se consume, y provocar algún cambio en ésta sería más complejo. Gilles Lipovetsky
en su libro El imperio de lo efímero (Anagrama) analiza el
fenómeno de una manera que nadie había hecho en los
años ochenta, cuando fue publicado este libro.
Fashion & Sustainability:
DESIGN for Change
Kate Fletcher
LAURENCE KING
Libro de importación
Te recomendamos ver el documental The
True Cost, lo encuentras en Netflix.
“Entre la intelectualidad el tema de la moda no se lleva.
Es un fenómeno destacable que mientras la moda no cesa
de acelerar su normativa escurridiza, de invadir nuevas
esferas, de atraer a su órbita a todas las capas sociales,
a todos los grupos de edad, deja indiferentes a aquellos
cuya vocación es explicar los resortes y funcionamiento
de las sociedades modernas. La moda es celebrada en el
museo y relegada al trastero de las preocupaciones intelectuales reales: está en todas partes, en la calle, en la
industria y en los media, pero no ocupa ningún lugar en
la interrogación teórica de las mentes pensantes. Esfera
ontológica y socialmente inferior, no merece la investigación científica; cuestión superficial, desanima la aproximación conceptual.
La moda provoca el reflejo crítico antes que el estudio
objetivo, se la evoca para fustigarla, marcar distancias,
deplorar la estupidez de los hombres y lo viciado de sus
asuntos: la moda son siempre los demás. Estamos sobreinformados por crónicas periodísticas y subdesarrollados
en materia de inteligencia histórica y social del fenómeno. A la plétora de revistas responde el silencio de la intelligentsia; la comunidad erudita se caracteriza menos
por “el olvido del Ser” que por el olvido de la moda como
locura del artificio y nueva arquitectura de las democracia la pobreza y la monotonía del concepto.”
Hay mucho que decir de la moda, pero analizar las historias que decimos, en dónde ponemos nuestro dinero
y qué usamos, bien vale el esfuerzo, ya que invariablemente, donde está el dinero está el poder y como consumidores escribimos el futuro de una industria que sin
control se ha apoderado del imaginario colectivo, dictando qué es bello, y los deseos de cientos de sociedades a
nivel mundial.
Vivienne Westwood. El punk llevado a la alta costura
La madre de la moda punk desde 1970 es una de las más
destacadas protectoras del medio ambiente. Ha fundado proyectos, reunido millones de dólares para donar a
la causa y diseñado colecciones enteras con materiales
sostenibles. Se alió con Richard Branson para lograr crear
materiales realmente ecológicos. Su recomendación es:
leer libros en lugar de revistas de moda, crear tu propio
estilo, comprar cada vez menos, escoger calidad y materiales ecológicos. ¡Eso es lo más punk!
Brave Gentleman. Caballerosidad sustentable
Las redes sociales han acelerado el consumo de informa- Su frase es “éticamente guapos”; la casa establecida en
ción, de juicios, y gracias a internet, de productos que Nueva York trabaja con una colección de ropa para homdictan el papel de hombres y mujeres, del medio ambien- bre confeccionada con las telas lujosas y sostenibles, cute y de la bolsa de valores. Recuerdo a un gran profesor yos textiles orgánicos y libres de fibras animales proceen la secundaria que paraba de sus lugares a todos los den de países como Francia, Japón e Italia.
que portaran una marca en su ropa y nos preguntaba:
“¿Oye, te pagaron por publicitar sus marcas?
Green Carpet Challenge
¿Te pagó Armani, Benetton, Nike, Gap? Si
Este proyecto nació en 2009; se ha dado a
no es así qué tontos ustedes que trabajan
la tarea de reclutar diseñadores de la talla
La industria
como espectacular ambulante de made Giorgio Armani y Valentino para vesnera gratuita”.
textil es la segun- tir celebridades con prendas amigables
con el medio ambiente. En la Copenda más contamiModa contra los derechos de la mujer
hagen Fashion Summit, Mary, PrinActualmente la moda se ha autodecesa Real de Dinamarca, sentenció
nante del planeta, frente
nominado democrática al bajar sus
a un abarrotado auditorio que
costos, pero en realidad sólo es moda
sólo detrás de la “tenemos la responsabilidad de rerápida, de baja calidad y barata que
plantearnos la industria de la moda– de
petrolera.
atenta contra los derechos humanos, en
un lado en cuanto a los aspectos sociasu mayoría de mujeres, y los derechos amles, del otro en cuanto al medio ambiente
bientales a nivel global. La cadena de producy otros en lo económico, pero todos debemos
ción de ésta termina afectando a millones de personas, hacerlo en conjunto”.
partiendo desde los que siembran algodón, sobre todo
en India donde al verse atados a una cárcel donde ganan Por otro lado, Livia Firth, fundadora y Directora Creativa
menos de un dólar al día por trabajos arduos se suicidan; de Eco-Age Ltd, dijo directamente en la plática llamada,
hasta quien la fabrica en países de tercer mundo, aleja- Cutting Through the Noise: “Ciertamente la moda es un
dos de los escaparates llamativos y publicidad de alto im- caso especial”, considerando el casi nulo cambio que ha
pacto con rostros familiares de la gran manzana y otras tenido la producción de vestimenta de bajo precio en los
ciudades fashion. La moda es un lienzo político, y debié- países sumidos en mayor pobreza, desde el trágico evenramos exigir ropa que nos haga sentir bien y no culpables. to en la Plaza Rana, en Bangladesh.
La industria textil es la segunda más contaminante del
planeta, sólo detrás de la petrolera. Toda prenda tiene
una historia de abuso, ¿qué quieres contarte a ti y al mundo? Cada vez más diseñadores se adhieren al movimiento
verde y elaboran prendas sostenibles, pero necesitamos apoyar una industria prácticamente inexistente
en México.
Green is the new black
Existe poco apoyo en nuestro país para lograr una escena
de la moda, y mucho menos ropa sustentable; aunque de
manera muy local, hay presencia de diseñadores ecológicos y presentan su trabajo en ferias, bazares y algunas
tiendas en todo México. En cada prenda existe un grito
silenciado por una industria poco ética, y 2013 fue un año
clave para su difusión a partir de un accidente en una fábrica de ropa en Bangladesh. La fábrica explotó debido
a las condiciones precarias del edificio, cobrando la vida
de más de mil trabajadores. En este contexto surgió una
iniciativa que tiene sedes en Reino Unido, Estados Unidos
y Australia, y cerca de veinticinco países en proceso de
unirse, entre ellos México: Fashion Revolution Day promueve la concientización sobre las personas que manufacturan la ropa producida en masa. En la medida en que
creamos inaceptable formar parte de una cadena abusiva, exigiremos calidad en lugar de cantidad, y como dice
Roland Barthes en El sistema de la moda (Paidós) existen
dos modas, la “real”, que se manifiesta física y socialmente en lo que vestimos, con un código sociocultural, y la
del “sistema retórico”, adyacente a un imaginario representado mediante los medios masivos. La moda siempre
ha sido un discurso, y en la medida en que ambos sean
congruentes y responsables socialmente, lograremos
respetar el entorno para beneficio colectivo. Todo lo que
sea “rápido” como comida y ropa, no puede ser benéfico
para nadie.
Los moguls punks salvando al mundo, Vivienne
Westwood y Richard Branson.
Manolo Blahnik. Tu comida hecha zapatos
Recordamos al diseñador español desde que se le veneró
en Sex and The City, y ahora creó una línea de ecozapatos, elaborados con piel de tilapia reciclada, rafia, corcho
y otros materiales no contaminantes. Los precios ascienden a las seiscientas libras.
Patagonia: la guerra contra el consumismo
Esta marca compró una página completa en el New York
Times en pleno Black Friday para instar a los consumidores a no comprar la chamarra que venía en el anuncio.
Explica qué usaron para fabricarla: ciento treinta y cinco
litros de agua, suficiente para abastecer de tres vasos de
agua diarios para cuarenta y cinco personas, el material
reciclado de poliéster hasta la bodega de ellos en Reno,
generó veinte kilos de dióxido de carbono, veinticuatro
veces el peso del producto final. “Pero la verdad de todas
las cosas que podríamos hacer y tú comprar, esta chamarra viene con un precio mayor al de su etiqueta”. Mucha
gente los criticó por ser hipócritas, ya que al igual que
cualquier compañía global, desean crecer y ganar dinero
a toda costa, así tengan que contaminar.
Stella McCartney: vegana y fabulosa
Stella, fiel a sus ideales veganos, se esmera por no diseñar prendas que carguen un historial de violencia animal.
Ella define su moda como “responsable”. Cuenta con líneas de jeans orgánicos y ropa deportiva ecológica. “Hago
prendas sustentables que espero duren mucho tiempo, que
no vayan a contaminar en tiraderos. Lograr hacer una moda
sustentable es más interesante, ya que continuamente hay
que hacernos preguntas y valorar lo que diseñamos, ¿valdrá
la pena hacer tal o cual vestido, y qué costo real tendrá en el
impacto ambiental?”. +
Por Yara Sánchez de la Barquera Vidal
Overdressed: The Shockingly
High Cost of Cheap Fashion
Elizabeth L. Cline
PORTFOLIO
Libro de importación
Uno de los más importantes narradores ingleses del siglo
xix es Charles Dickens. Titán literario al que las adaptaciones audiovisuales le han hecho el flaco favor de ubicarlo ante la percepción del gran público como un autor juvenil. Imagino que ello irritaría al propio Dickens, famoso
por su temperamento explosivo y humor vitriólico.
(Paréntesis nerd: aquél al que en México conocemos
como el Tío Rico McPato se llama en inglés Uncle Scrooge; el entrañable plumífero fue creado por Carl Barks
para las historietas de Disney en 1947. Desde luego fue
bautizado en honor a Ebenezer Scrooge, el protagonista
de Cuento de Navidad, de Dickens. Yo podría escribir un
artículo entero sobre el universo narrativo de Carl Barks en
Patolandia pero me estaría saliendo de tema groseramente).
Haciendo a un lado las incontables adaptaciones cinematográficas y teatrales de su obra —que incluyen varias
ejecuciones en musical de Oliver Twist, por ejemplo— y
concentrándonos estrictamente en el Dickens literario,
su aportación narrativa, envuelta en un prosa contenida
que algunos han acusado de seca, es también en su conjunto un completísimo retrato social del Londres victoriano de la Revolución Industrial.
Sus novelas, de fuerte carga autobiográfica, suelen ser
protagonizadas por obreros y trabajadores de la más modesta extracción proletaria. La fuente de ellas fueron las
propias experiencias del autor, quien muy joven conoció
la pobreza en carne propia.
Aún niño, Dickens tuvo que trabajar en una fábrica tras
el encarcelamiento de su padre por deudas. Jornadas extenuantes de diez o doce horas marcaron para siempre
al futuro escritor, como queda asentado en Oliver Twist
o David Copperfield. Quiso la caprichosa fortuna que el
joven Charles, quien empezara como un modesto taquígrafo, se convirtiera en periodista y lentamente mutara en
novelista, oficio que habría de atraerle el favor del público.
Una niñez y juventud marcadas por la pobreza serían
sucedidas por una edad adulta exitosa, llena de fama y
dinero gracias a las ventas de sus libros. Pasados algunos años, Dickens habría de convertirse en un auténtico
best seller victoriano. Coronado con una popularidad semejante a la de Víctor Hugo, comparable hoy con la de
Stephen King, por ejemplo, el niño que pegaba etiquetas
en los tarros de betún de aquella fábrica cochambrosa se
convirtió en una celebridad. El peladito devino caballero.
Contemporáneo de Dickens, William Makepeace Thackeray
vivió una vida asimétrica a la de Charles: de origen burgués,
nació en Calcuta donde su padre era gerente de la Compañía de Indias, se educó en el Trinity College y gozó toda su
vida de una desahogada posición económica, producto de
una cuantiosa herencia recibida cuando aún era muy joven.
Al igual que Dickens, Thackeray se hizo periodista (adquirió el periódico The National Standard con parte de
FERNÁNDEZ
Charles Dickens, ilustración por SketchbookJack.
BERNARDO
su herencia); sin embargo, no habría de alcanzar la fama
literaria sino hasta una década después que su acérrimo
rival, con La feria de las vanidades.
En una tensa relación, que de alguna manera me hace
pensar un poco en el filme noruego Reprise (Trier, 2006)
—pero esto es un exceso mío—, ambos autores cultivaron una amistad que no les impedía opinar sin tapujos sobre la obra del otro. Ambos fueron miembros del exclusivo Club Garrick, fundado en 1831 y que sigue operando
al día de hoy.
Los imagino cruzándose en los pasillos del club, coincidiendo en la biblioteca, fumando puros en los mullidos
sillones del salón fumador con sendas copas de brandy y
jerez en las manos. Caballeros ingleses, siempre guardando las formas. Una serie de habladurías y malentendidos
que incluyeron el escándalo que rodeó la separación de
Dickens de su esposa en favor de una actriz, y la publicación de un libelo anónimo (escrito por el periodista Edward Yates) en contra de Thackeray habrían de enturbiar
la relación de los literatos. El resentimiento habría de durar hasta poco antes de la muerte de Thackeray.
En el fondo, Thackeray siempre tuvo un velado desprecio
hacia Dickens por su origen modesto y sus antecedentes
proletarios. Al menos es lo que cuenta el chisme literario;
hay quien va tan lejos como para señalar la oposición de
Thackeray a la aceptación de Dickens en el Garrick. Cierto o no, los hechos duros se perdieron entre el polvo desde la era victoriana. (Esas cosas no pasan entre caballeros
contemporáneos y menos en nuestro contexto.)
Lo cierto es que el desdén de William poco habría de mermar la gran popularidad de Charles. Con una bibliografía
más abultada que la de Dickens, hoy apenas se le recuerda entre los lectores comunes; su obra se ha convertido
en objeto de estudio de académicos e historiadores.
En cambio, Dickens se sigue leyendo con tanta avidez
como hace más de cien años. Sus obras se adaptan continuamente a otros medios y son parte de las currícula
básicas de estudiantes de todo el mundo, dentro y fuera
del ámbito anglosajón.
¿Justicia poética para gentleman zapaterito?
El cómic del mes: La liga de los hombres extraordinarios, de Alan Moore y Kevin O’Neill, obra fundacional del
steampunk situada en la Inglaterra victoriana. Por favor,
por favor, por favor, eviten la película. +
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HERNÁNDEZ
Adolfo Bioy Casares nació el 15 de septiembre de 1914. A los once años escribió su primer cuento pero con la publicación La invención de Morel, en 1940, definida por Jorge Luis Borges como una novela “perfecta”, Bioy Casares
comenzó una carrera literaria como pocas, cultivando el géneros fantástico, policiaco y ciencia ficción. Calle de León
ofrece un breve perfil de un verdadero caballero literario.
Debajo de los perfectos triángulos que formaban su corbata y los triángulos almidonados de su camisa impecable, debajo del saco de tweed y un colorido chaleco, parecería que Bioy Casares llevaba la armadura imbatible
de un caballero andante. Aunque los amigos preferían
el diminutivo, Adolfo era elegante con todas las sílabas
de su nombre y ambos apellidos, elegante hasta en el silencio con el que miraba vacíos apoyando la barbilla en
el pliegue de la mano y elegante en los párrafos donde
con supremo pudor insinuaba el erotismo candente de
una escena que en realidad no decía nada de piel, pelo
o sudores. Conversaba con la prudencia del ajedrecista,
aunque se sabe que siempre quiso ser tenista o campeón
de box. Del pugilismo caballeresco le quedó el tranco al
caminar, la raya del pantalón y ese afán de saber esquivar
golpes sin tener que soltar él ni uno solo. Del tenis, quedó pendiente una cena a la luz de las velas con Gabriela
Sabatini o un final alternativo para un cuento donde juegan dobles las parejas que se han de despedir para siempre en el atardecer de Aix-en-Provence.
Quizá la elegancia sea el ingrediente esencial, mas no
necesariamente indispensable de la caballerosidad, pero
tengo para mí que se establece una deuda de gratitud
con quien escribe el nudo de la trama más apegado al guiño de una insinuación elegante, que al exabrupto o descarada descripción enfangada. Bioy era elegante hasta en
los títulos de sus obras, y más aún en la sutil delicadeza
con la que entramaba los diálogos, las circunstancias de
un fotógrafo en La Plata o las tribulaciones y pendencias
de un hospital de desahuciados. En su afán por palpar
escenarios fantásticos no recurre al invento estrafalario,
sino a la confirmación de la dualidad de los mundos y
así, en vez de que el capitán Ireneo Morris viaje en una
nave espacial de muchas luces, su autor lo hace perderse en el espacio (y reaparecer) por obra y gracia
de una inexplicable hilación de pases mágicos que involuntariamente ejecuta al timón de un avión común
y corriente.
Como Borges, todos sus lectores concordamos en que
no es hipérbole ni exageración considerar a La invención
de Morel como novela perfecta. Aquí el caballero escritor se desdobla en la caballerosidad –rayana en utópica
exageración de la veneración—del personaje lo incita a
intentar incluso una cursilería: ponerle flores al paso al
holograma de una mujer hermosa, sabiendo quizá que no
es más que un espejismo y que probablemente ni vea el
despliegue de sus pétalos. Escribe entonces Bioy Casares,
que las cursilerías –cuando son humildes—tienen todo el
gobierno del corazón y así, su obra entera está gobernada por el corazón honesto de quien escribe con limpia
honestidad ante la página en blanco, el hombre que no
necesariamente se desanuda la corbata para enfrentar la
máquina de escribir o la sobremesa del té a las cinco en
punto de la tarde. Quien lo dude, observe sus fotografías,
escuche sus entrevistas y lea sus párrafos: ya en la prosa
donde suelta la ficción desatada o en los ensayos donde
académicamente, pero sin pedanterías, es capaz de iluminar la ignorancia de cualquiera.
Parecía que llevaba luz bajo la piel y hablaba con una voz
queda que siempre apelaba a la inteligencia del interlocutor. Era de los señores que andaban tomando el brazo
de uno y hacía pausas que concordaban con la conversación
y era de los que miraban fijamente con una mirada clara y
leves insinuaciones de sonrisa a quien le quería contar algo.
Era, por ende, el escritor que imagina uno al leerlo: de los
que saben que su voz parece escucharse en el silencio de las
páginas, de los que saben en qué momento se llevará una
sorpresa la mirada impredecible que lo lee a quién sabe
cuántos años luz de distancia y era de los autores que
brillaban —como si la piel palpitara con la tinta— porque
parece murmurar en voz baja las palabras con las que va
cuadriculando lo que escribe: así en los cuentos como en
la prosa que ahora llaman de no-ficción, pero también en
los cuadernos íntimos: el diario de un viaje donde la va
contando a su hija, anotando de lejos, los días en que lava
calcetines en la tina del cuarto del hotel o en el diario
donde iba anotando “Wakefields”, casos raros de desaparecidos que decidían de pronto esfumarse de sus respectivas existencias, ir por cigarros a la esquina y jamás
volver. Incluso, hay elegancia, donaire y caballerosidad
en su abultadísima bitácora de amistad con Borges, ese
mamotreto de casi mil páginas que quién sabe por qué
se publicó, violando toda norma de intimidad y sosiego.
Efectivamente, constan por su propia pluma todas las
maldades que hacían juntos los amigos de toda la vida, las
puyas y los dimes con diretes, el anciano que se llena
las bolsas con los quesitos en los brindis y el boicot
contra tal o cual escritor nefando… pero también la
elegante prudencia con la que consta que casi a diario lo
invitaba a cenar, los silencios con los que evitó discusiones necias o contradicciones innecesarias y el diario batir
de una vocación inquebrantable que vivió plenamente en
todos los poros de su piel incandescente y con todas las
sílabas de una imaginación a compartir sin el fango de lo
ordinario, el lodo que ensucia las palabras o la vulgaridad
que algunos creen indispensable. Eso no cuadra con la
geometría de un caballero.
L
a mitología escandinava es épica y brutal.
Los sanguinarios dioses nórdicos construyen
y destruyen personajes y regiones con el estrépito de glaciares que se desmoronan. En
el origen de la creación del mundo, Odín —también
llamado Wotam— y sus dos hermanos mataron al coloso Aurgelmir, padre de la raza de los gigantes de la
escarcha, y destrozaron su cadáver. Con sus huesos y
dientes hicieron las rocas y las piedras, con la sangre y el
sudor formaron los ríos y los lagos, con el cráneo compusieron el cielo y con el cerebro modelaron las nubes.
Después, Odín y sus hermanos dieron vida a dos
troncos de fresno y olmo, a los que dotaron de pensamientos y sentimientos. Los maderos se convirtieron en el primer hombre y la primera mujer que
habitaron la Tierra, el inicio de la humanidad: Ask y
Embla, el Adán y la Eva de los vikingos.
La actual literatura policiaca del norte de Europa carece de esa épica, pero en cambio abunda en ética.
Los nuevos héroes y heroínas del Walhalla noir no reparten trompadas, ni balazos, ni sillazos. No son sádicos, ni cínicos. Son, quizá, escépticos. Tampoco se
llevan a la cama a la primera rubia o primer moreno
que conocen en la barra de un bar. Pero en las páginas
que habitan hay odio, crueldad y sangre en abundancia.
El peso de la culpa luterana
La novelista uruguaya Ana Luisa Valdés —quien residió en Suecia entre 1978 y 2011, tradujo a varios
autores policiacos y es integrante de la Asociación de
Escritores de ese país— define así el estilo que nos
llegó del frío:
“La novela negra nórdica no tiene carrera de autos ni
pistolas humeantes, muchas veces no es ni urbana, es
muerte en la nieve, en el bosque, en el mar. La muerte es aquí anónima, cotidiana, a menudo brutal. Los
cuerpos aparecen enterrados en la nieve, comidos
por animales o cazados como presas. La épica aquí es
una épica de la cotidianeidad, los héroes tienen valores culturales y sociales muy altos y les cuesta vivir
consecuentemente. Se emborrachan, dicen que van
a dejar de fumar y siguen fumando, tienen amantes
en secreto, sueñan con pasar el verano en España.
Son a menudo funcionarios de la policía, fiscales, empleados públicos cargados de culpa luterana”.
Valdés describe el ambiente en el que se desenvuelven estos complejos héroes y heroínas:
“El Estado sueco es uno de los más antiguos del mundo y la socialdemocracia creó un sistema único de
conciliación social: ‘el modelo sueco’. Ese modelo es
también un modelo nórdico. Los pueblos al norte de
Europa comparten una historia común y un lenguaje
con las mismas raíces. Sólo Finlandia tiene una historia diferente y un lenguaje único en la región. El
modelo de ‘casa del pueblo’ ha sido también un experimento de ingeniería social y los escritores de novela negra han usado a menudo a sus caracteres como
críticos sociales. En una sociedad de tanto control el crimen es el descontrol absoluto, rompe con el consenso,
un concepto sagrado para los nórdicos, que no tuvieron
una Edad Media feudal como otros Estados europeos”.
Y es en ese ambiente donde cobran vida dos seres,
uno real y otro ficticio, ambos de la misma edad, en
una relación de autor-personaje que los hermana
como dos Quijotes actuales en un mundo tan violento como el de las leyendas nórdicas: el escritor
Henning Mankell y su creación, el inspector de policía Kurt Wallander.
La moderna cruzada de los nuevos caballeros andantes
Mankell (1948-2015), además de novelista, fue marino, actor, dramaturgo, músico y editor. Es autor de
cuarenta libros, traducidos a cuarenta y dos idiomas,
de los que se vendieron cuarenta millones de ejemplares en todo el mundo y que incluyen obras de teatro, ensayos y libros infantiles. La saga del detective
Wallander consta de doce títulos, que se llevaron al
cine y la televisión de Suecia y Gran Bretaña.
El escritor vivía seis meses en la gélida Suecia y la
otra mitad en el caluroso Mozambique, la ex colonia portuguesa en África, donde llegó en 1987. En
Maputo, la capital, dirigía el Teatro Nacional Avenida,
al que le dedicó veinte años de su vida. “Tengo un pie
en la nieve y otro en la arena”, bromeaba.
En 2001, Mankell creó la editorial Leopard, enfocada a promover obras de autores africanos. Y todavía le sobró energía para otra pequeña gran gesta:
en mayo de 2010 participó en la Flota de la Libertad —integrada por seiscientas personas de treinta y
siete países, a bordo de seis embarcaciones cargadas
con diez mil toneladas de ayuda humanitaria— que
intentó romper por mar el bloqueo de Israel al pueblo
palestino. La flota fue atacada por la marina israelí:
nueve activistas fueron muertos y más de treinta resultaron heridos.
El inspector Kurt Wallander, por su parte, trabaja en
la pequeña ciudad Ystad, al sur de Suecia, dedicada
al turismo y la venta de artesanías. La localidad, donde viven menos de veinte mil habitantes, conserva
construcciones medievales y tiene dos iglesias góticas, un solo periódico y un servicio de ferryboat
que conecta con Dinamarca y Polonia. Cuenta con
cuarenta kilómetros de playas y está rodeada por un
bucólico paisaje campestre, con campos de cereales
y bosques de coníferas.
En ese escenario de provincia se desenvuelve Wallander, un policía sagaz y con aptitudes para la investigación, pero al mismo tiempo atormentado, poco
sociable y frágil emotivamente. Sus relaciones familiares son un desastre, mantiene una complicada relación con un padre muy duro, no supera un divorcio
traumático y ha sufrido por el intento de suicidio de
su hija cuando era adolescente. En ocasiones, el detective descuida su aspecto, anda con ropa arrugada y no se rasura. De remate, padece diabetes, bebe
mucho y duerme poco. No obstante, tiene rígidos
códigos morales y un estricto sentido del deber.
Juego de espejos
Varios críticos y comentaristas consideran que el
inspector Kurt Wallander es un alter ego del escritor
Henning Mankell, un hombre al que no le atraían las
relaciones sociales, evitaba las presentaciones públicas y los reflectores, le gustaba estar solo o con su
familia y se recluía en sus actividades.
El novelista, sin embargo, siempre negó cualquier
similitud con su personaje. En alguna entrevista declaró que Wallander no se parecía en nada a él y que
nunca le gustó del todo. “No creo que vivamos vidas
iguales. Si él viviera no podría imaginarlo como un
amigo. Creo que trata muy mal a las mujeres, lleva
una vida muy extraña, bebe demasiado”. Y repitió en
distintas oportunidades que sólo tenían tres cosas en
común: la misma edad, el gusto por la ópera italiana
y que trabajaban mucho.
En una entrevista que le hizo en mayo de 2009, Ñ,
el suplemento cultural del diario Clarín, de Buenos
Aires, Mankell declaró que no leía novelas policiales
porque le resultaban aburridas. Le atraían, en cambio,
las historias trágicas y clásicas como Medea y Macbeth.
“Veo que el origen del género del crimen es muy, muy
antiguo”, dijo. “Podemos remontarnos al drama griego antiguo para encontrar las raíces. El drama de Medea, que tiene dos mil quienientos años, es el de una
mujer que mata a sus dos hijos por celos de su marido.
Si eso no es un policial, entonces no sé qué lo es. Si
nos acercamos un poco más en el tiempo, quinientos
años atrás, y me preguntan: ¿Cuál es la mejor historia criminal que ha leído?, es Macbeth. Ésa es una
historia criminal. El hecho es que la ficción criminal,
de que sostengamos el “espejo del crimen”, nos da
la posibilidad de hablar de las contradicciones en la
sociedad. Y la criminalidad es siempre una especie de
contradicción. Si usted quiere ese dinero, sale a matar a una persona porque quiere ese dinero. Es una
contradicción. Yo trato de trabajar siguiendo esa tradición que usa el crimen como espejo para ver qué
pasa en la sociedad. Esa es mi idea de una buena historia criminal”.
Mankell describió mediante sus novelas policiales las
contradicciones de las sociedades nórdicas, aparentemente perfectas, la situación de los inmigrantes,
la violencia de género, las relaciones de poder. Para
él, escribir era iluminar los rincones oscuros y exhibir
lo que otros ocultaban. “Existen dos tipos de narrador que se encuentran en una lucha constante. Uno
entierra y esconde, mientras que el otro cava para
desvelar”, afirmaba.
Y en eso Mankell tiene mucho más en común, a
pesar de él mismo, con su personaje Wallander. En
todo caso, a los dos podría aplicárseles la opinión de
Raymond Chandler acerca del detective privado
Philip Marlowe, publicada en El simple arte de matar en
diciembre de 1944 en la revista literaria Atlantic Monthly:
“Por estas calles bajas tiene que caminar el hombre
que no es bajo él mismo, que no está comprometido ni asustado. […] Debe ser un hombre completo
y un hombre común, y al mismo tiempo un hombre
extraordinario. Debe ser, para usar una frase más
bien trajinada, un hombre de honor por instinto, por
inevitabilidad, sin pensarlo, y por cierto que sin decirlo. Debe ser el mejor hombre de este mundo, y un
hombre lo bastante bueno para cualquier mundo. Su
vida privada no me importa mucho; creo que podría
seducir a una duquesa, y estoy muy seguro de que
no tocaría a una virgen. Si es un hombre de honor en
una cosa, lo es en todas las cosas.
“[…]. Es un hombre común, pues de lo contrario no
viviría entre gente común. Tiene un cierto conocimiento del carácter ajeno, o no conocería su trabajo.
No acepta con deshonestidad el dinero de nadie ni la
insolencia de nadie sin la correspondiente y desapasionada venganza. Es un hombre solitario, y su orgullo consiste en que uno le trate como a un hombre
orgulloso o tenga que lamentar haberle conocido.
[…] Si hubiera bastantes hombres como él, creo que
el mundo sería un lugar muy seguro en el que vivir, y
sin embargo no demasiado aburrido como para que
no valiera la pena habitar en él”. +
Por Roberto Bardini
Periodista. Es codirector de la colección Código Negro de novela policiaca.
De izquierda a derecha los escritores Alan Moore, John Banville, Neil Gaiman, Cormac McCarthy y E. E. Cummings.
Neil Gaiman
¿Quién es?
Neil Richard MacKinnon Gaiman (Hampshire, Inglaterra,
1960) inició su carrera como escritor en el mundo de los
cómics y luego incursionó en el cuento y la novela.
¿Por qué lo que recomendamos?
Autoproclamado como un lector voraz desde los cuatro años, diez millones de libros vendidos y múltiples
premios ganados —entre ellos el Bram Stoker, Nebula,
Hugo y Newberry Medal—, Gaiman es para los lectores
y críticos uno de los autores de fantasía más importantes
de nuestros tiempos. Coraline (2002) y The Graveyard
Book (2008) se han convertido en clásicos de la literatura
infantil y su trabajo para adultos ha abarcado desde novelas oscuras hasta la reinvención de los X-men (también
escribió sobre los orígenes de Batman) e, incluso, Neil
aparece en un capítulo de Los Simpsons.
Obra recomendada
The Sandman (1989-1993). Novela gráfica que teje en
su narrativa distintas mitologías, superhéroes y personajes históricos, como William Shakespeare, o religiosos,
como Lucifer. Temas como tolerancia, identidad sexual,
religión, la lucha entre el bien y el mal, el poder de los sueños y el precio de los mismos son desarrollados de manera sofisticada y poética en esta historia que protagoniza
Dream, dios de los sueños.
Cormac mcCarthy
¿Quién es?
McCarthy (Providence, Rhode Island, EUA, 1933) es un
novelista, dramaturgo y guionista ganador del premio
Pulitzer por su novela The Road. No Country for Old Man,
otra de sus novelas, fue llevada al cine por los hermanos
Coen y ganó el Oscar a la mejor película en 2007.
¿Por qué lo recomendamos?
Considerado por muchos como el hijo/sucesor de William
Faulkner al usar el sur de Estados Unidos como escenario
para sus novelas, y la relación de ambos con el subgénero Southern Gotic. McCarthy es un escritor chapado a la
antigua, aún escribe con una máquina de escribir. Dejó
de leer ficción y lleva dieciséis años sobrio. Sus novelas,
a pesar de ser complejas en forma y fondo, impactan a
lectores de todo el mundo, al hablar del lado oscuro de
Estados Unidos y la violencia tan arraigada en este país.
Obra recomendada
Blood Meridian (1985), considerada como una de las
mejores novelas del siglo pasado, muestra a Cormac en
todo su poderío como narrador. El personaje, llamado
The Kid, protagoniza una brutal historia que muestra
de manera sublime el lado más animal y sanguinario
del hombre durante la vida en la frontera Estados Unidos-México en 1850.
alan moore
¿Quién es?
Nació en Northampton, Inglaterra el 18 de noviembre de
1953. Comenzó a escribir cómics en los setenta y después de hacerse un nombre en la industria, DC Comics
lo reclutó. Al reinventar el personaje Swamp Thing (mediante el sello Vertigo) comenzó a crear —en opinión de
lectores y críticos— las mejores historias jamás contadas
en las historietas. El mes pasado, Moore anunció que se
retira de los cómics para enfocarse, entre otros proyectos, a escribir novelas.
¿Por qué lo recomendamos?
Cuando Moore fue contratado para reescribir The Saga
of the Swamp Thing, no sólo reinventó al personaje, sino
que revolucionó el medio al inyectar en él un nivel de sofisticación nunca antes visto. Lo que antes fue una historieta simplona sobre un monstruo en un pantano, se
convirtió en una saga experimental empujando los límites
del cómic mediante el uso de recursos literarios y tocando temas como la relación del hombre con la naturaleza
y el sentido de la pérdida. Moore logró que las grandes
editoriales le dieran mucha más libertad a los artistas
y escritores abriendo camino para otros autores, como
Neil Gaiman.
Obra recomendada
Aceptada como la mejor novela gráfica de la historia y
considerada como una de las obras literarias más importantes del siglo xx por la revista Time), Watchmen
(1986-1987) catapultó a Moore al estatus de genio literario. Moore retrata a un grupo de superhéroes en un
Estados Unidos que ganó la guerra de Vietnam y Nixon
empieza su quinto periodo como presidente. A través de
los ojos de Rorschach, el antisuperhéroe por excelencia,
el lector concibe una visión desolada de un país preso por
la angustia y la paranoia haciendo a esta obra más relevante en la actualidad.
John Banville
¿Quién es?
Nacido en Wexford, Irlanda, el 8 de diciembre de 1945,
William John Banville es calificado como uno de los grandes escritores de la lengua inglesa. Galardonado con los
premios Booker Prize, Irish PEN Award y el Premio Prín-
cipe de Asturias, entre otros, ha sido considerado para
el premio Nobel de Literatura. Ha escrito varias novelas
negras bajo el pseudónimo de Benjamin Black.
¿Por qué lo recomendamos?
Influido por Nabokov, Proust, Henry James y Joyce, las
historias de Banville están llenas de humor negro e ingenio: obras como The Book of Evidence, y Eclipse, combinan una aguda percepción de las relaciones humanas
con tramas llenas de intriga y suspenso, manteniendo al
lector atrapado desde las primeras páginas.
Obra recomendada
The Sea (2005), novela con la que ganó el Booker Prize,
es una obra magistral que narra la visita de Max Morden
al pueblo costero donde pasaba sus veranos de niño. El
viaje detona en él un baño de nostalgia, y los recuerdos
que conlleva el regreso a dicho lugar, van reconstruyendo
poco a poco un verano en particular, donde Max conoció
el amor y la muerte por primera vez.
E. E. Cummings
¿Quién es?
Edward Estlin Cummings nació en Cambridge, Massachusetts,
el 14 de octubre de 1894. Poeta revolucionario del lenguaje y la forma de concebir la poesía, así como un desarrollado pintor, ensayista, dramaturgo y novelista.
¿Por qué lo recomendamos?
Rompiendo por completo con la puntuación, y en algunos casos los formatos tradicionales de poesía, Cummings
logró crear un fresco estilo poético —algunos críticos lo
llaman poesía cubista (de hecho conoció a Picasso y le
escribió un poema)— donde el orden espacial de las palabras es tan importante para el poema como el mensaje escrito. La naturaleza, el amor, y el individuo frente al
mundo son los temas que prevalecen en su obra misma,
que ha influido a muchos poetas modernos y músicos,
entre ellos Pierre Boulez y Björk.
Obra recomendada
De sus casi tres mil poemas, quizá el más representativo
de su estilo es el ingenioso poema l(a (1958), que mediante el uso de palabras y símbolos de puntación representa de manera escrita y visual la solitaria caída de una
hoja. Otros poemas destacados son: “Somewhere I have
never travelled”, “Buffalo Bill’s”, “i sing of Olaf glad and
big”, “i carry your heart with me, “anyone lived in a pretty
how town” y “since feeling is first”. +
Por Ricardo Otero Córdoba
Clásico es aquel libro que se ha convertido en muestra representativa de la época en que fue escrito y que marcó el camino
para las siguientes generaciones de escritores y de lectores. Estos clásicos son como puertos a donde todo lector puede
llegar para quedarse largo tiempo, cuando se ha fatigado en el mar de las novedades editoriales.
Cuando se le pide a alguien que mencione a un escritor ruso, con toda seguridad su primera respuesta será Fiódor M. Dostoievski. Nacido en Moscú,
en 1821, publicó su primera novela a
los veinticuatro años, titulada Pobre
gente. En 1849 fue enviado a Siberia
como castigo por haber participado
en un acto literario prohibido. Además
de los trabajos forzados, pasó la mitad
de la condena sirviendo como soldado. A partir de su regreso, su vida se
volvió más intensa y dramática. Endeudado por dos proyectos de revista
que fracasaron, sumado a la muerte de
su hermano y de su esposa, en 1864,
su adicción al juego y la pérdida de su
hija, el escritor comenzó un peregrinaje para escapar de sus acreedores
quienes lo forzaban a firmar contratos
editoriales leoninos.
A pesar de todo, la publicación de
Crimen y castigo (1866) lo consagró
como un escritor de gran influencia
primero en Rusia y después en todo
el mundo. Sus libros posteriores demostrarían que su fuerza narrativa:
El jugador (1867), El idiota (1868),
El eterno marido (1870), Los endemoniados (1872), El adolescente (1875)
y Los hermanos Karamazov (18791880). En esta nueva entrega de
Cuentos clásicos les presentamos un
fragmento de “El sueño de un hombre
ridículo”, incluido en el libro Cuentos,
de Penguin Clásicos.
I
S
oy un hombre ridículo. Ahora ellos me llaman
loco. Y eso podría haberme supuesto un ascenso de grado, si no me siguieran considerando
igual de ridículo que antes. Ahora no me enfado y todos me parecen simpáticos; incluso cuando se burlan
de mí siguen algún modo pareciéndome especialmente dulces. De buena gana me reiría con ellos —no ya
de mí, sino por afecto hacia ellos— si no fuera por la
tristeza que siento cuando los miro. Y me siento triste
porque ellos desconocen la verdad, y yo sí la sé.
¡Oh, qué difícil le resulta a uno conocer la
verdad! Pero ellos no lo entenderán.
No, no lo entenderán.
sar; por aquel entonces dejé de pensar completamente: todo me daba igual. Si al menos hubiera resuelto
algún problema; pero no resolví ninguno. ¡Y cuántos
había! Pero todo me daba igual, y todos los problemas
se apartaban de mí por sí solos.
Fue después cuando conocí la verdad. La conocí en
noviembre del año pasado; concretamente, el tres de
noviembre, y desde aquel momento recuerdo cada
instante de mi vida. Ocurrió en un anochecer lúgubre,
el más lóbrego que puede haber. Iba de regreso a casa,
alrededor de las once de la noche, y recuerdo
haber pensado exactamente que no podía hacer un tiempo más funesto. Incluso en el aspecto físico. Durante
todo el día había estado lloviendo a cántaros una lluvia fría,
siniestra y terrible; recuerdo
que incluso resultaba hostil
a la gente; y de pronto, a las
once de la noche, dejó de llover y se empezó a sentir una
humedad espantosa, más pegajosa y fría que cuando llovía,
todo ello desprendía una especie de vapor, que salía de todos
los empedrados de la calle y los callejones cuando se mira en su interior
desde una cierta distancia. Y de repente,
se me figuró que, de haberse apagado todas las
farolas de gas, sería menos espeluznante, ya que con
el gas alumbrando y proporcionando luz hacía que el
corazón se sintiera más triste, porque alumbraba todo
eso. Ese día apenas comí, y desde la primera hora de la
tarde estuve en casa de un ingeniero, junto a otros dos
compañeros suyos. Estuve completamente callado y
creo que les aburrí. Hablaban sobre un tema apasionante, y en un momento incluso llegaron a acalorarse.
Pero el tema les resultaba indiferente, yo ya me había
percatado de ello, y se enzarzaron en vano. De pronto les dije: “Señores, si a ustedes les da igual todo”.
Ellos no se ofendieron, pero se rieron de mí. Debe ser
porque lo que dije fue sin intención alguna, sino únicamente porque a mí todo me daba igual. Se percataron
de que a mí todo me daba igual, y eso les hizo gracia.
Comencé a
percibir con todo
mi ser que nada
existía a mi
alrededor.
Antes me angustiaba porque les
parecía ridículo. Más que parecérselo lo era. Siempre fui ridículo, y lo sé probablemente
desde el día de mi nacimiento.
Seguramente supe que era ridículo desde que tenía siete años.
Después estudié en la escuela,
más tarde en la universidad. Y
¿qué es lo que sucedió? Pues que
cuanto más estudiaba, más me convencía de que era ridículo. De modo que
toda mi ciencia universitaria, a medida que penetraba en ella, pareció a fin de cuentas haber existido
para demostrarme y explicarme que yo era un hombre
ridículo. Lo mismo que ocurrió con la ciencia, también
sucedió en la vida real. A medida que pasaban los años
se acrecentaba y afianzaba en mí la conciencia de mi
ridículo aspecto, en todos los sentidos. Siempre se ha
reído de mí todo el mundo, que si había un hombre sobre la faz de la tierra que tenía consciencia de que era
ridículo, ese hombre era yo; ésta era la cuestión que
más me ofendía, cosa que ellos ignoran; pero de esto
sólo yo tengo la culpa: siempre he sido tan orgulloso
que por nada del mundo reconocérselo jamás a nadie.
Ese orgullo crecía en mi interior a medida que pasaban los años, y si me hubiera permitido reconocerme
como ridículo, ante cualquier persona, creo que al instante me habría volado la tapa de los sesos. ¡Oh, cómo
sufría en mi adolescencia pensando que no aguantaría más y que en cualquier momento lo confesaría a
mis compañeros! Pero desde que me hice joven, y a
pesar de ir tomando lentamente conciencia de mi horrible cualidad, no sé por qué, me sentí más aliviado.
Y digo que no sé por qué, pues hasta hoy día no he
encontrado la razón. Puede que fuera por aquello de
que en mi alma crecía una terrible melancolía debido
a un hecho, que era infinitamente superior a mí; para
ser más exactos, se había apoderado de mí la única
convicción de que en el mundo todo daba igual. Lo
venía presintiendo desde hacía ya tiempo, pero la convicción completa se me presentó de pronto el último
año. De repente sentí que me daba igual que existiera
el mundo o que no existiera en absoluto. Comencé a
percibir con todo mi ser que nada existía a mi alrededor. Al principio creí que, a pesar de todo, en otros
tiempos hubo muchas cosas, pero más tarde llegué a
la conclusión de que tampoco antes las hubo, de que
todo era una ilusión. Poco a poco me fui convenciendo
de que jamás existiría nada. Entonces de pronto dejé
de enfadarme con la gente, y apenas me percataba de
ellos. La verdad es que eso afloraba incluso en las nimiedades más insignificantes; por ejemplo, iba por la
calle y me chocaba con la gente. Y no era porque fuera
ensimismado y pensativo: no tenía nada en que pen-
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Ella es muy
conocida por su novela
El libro vacío, obra maestra de
la literatura mexicana. Asimismo,
Josefina Vicens, Diógenes García y Pepe
Faroles guardan un íntimo secreto —no muy
difundido— en común: son la misma persona. Se
casó a la temprana edad de veinticinco años con
José Ferrel, aunque su matrimonio duró apenas un
año; fue apodada “la Peque” y ganó el Premio Xavier
Villaurrutia en 1958. De aspecto severo y voz ronca,
Josefina Vicens adoptó no sólo los mencionados pseudónimos para escribir opiniones que en varias ocasiones
eran concedidas únicamente a voces masculinas, sino que
cada uno desarrolló su esencia propia. Mientras Pepe Faroles se dedicó a la crónica taurina —a la que Vicens era
aficionada—, Diógenes García escribía opiniones sobre
la política mexicana; Josefina también escribió algunos
guiones cinematográficos de los que se sentía
orgullosa y que, además, la hicieron ganadora del
Premio Ariel: Renuncia por motivos de salud y
Los perros de Dios. Cuando su salud empezó
a decaer y las personas y amigos comenzaron a distanciarse, Vicens atravesó
por un de las etapas más difíciles
de su vida.
Como bien
suponen, éste es otro
de los pseudónimos empleado
por una escritora, en este caso por
Cecilia Böhl de Faber y Larrea. Cecilia
fue educada bajo la regla del catolicismo y
cierto conservadurismo, tanto por sus padres
como por su abuela paterna. No obstante, su
familia también influyó en ella desde el ámbito
cultural, quizá más la figura de su padre, Nicholas
Böhl de Faber, quien fue un hispanófilo alemán que
defendió el teatro áureo y otros escritos hispánicos;
él mismo acercó a su hija algunas de las ideas del romanticismo alemán pregonadas por Schlegel. Cecilia
contrajo matrimonio en tres ocasiones, y enviudó
de los tres, lo que le generó varios problemas económicos. Con respecto a su obra, hubo una crítica
dividida: la que defendía la propuesta ideológica
que reflejaba y la que la denostaba; ésta última
tendió a hacerse más fuerte cuando se descubrió quién era el rostro detrás de Fernán
Caballero, llegando en varias ocasiones
a ser un ataque personal, más
cuando algunos la apodaron
“musa neocatólica”.
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Por ser mujeres muchas escritoras no firmaban sus obras con sus
verdaderos nombres porque se consideraba que la literatura era un
asunto de hombres. Ofrecemos cinco ejemplos de travestismo autoral.
L
a época en la que vivimos es un periodo convulso y, en algunos casos,
contradictorio; los discursos oficiales difundidos por los medios declaran que
atravesamos una de las mayores aperturas
en cuestiones de libertad de expresión y
aceptación de los amplios grupos que
conforman la sociedad. No obstante, la
segunda cara de la moneda expone que
también vivimos una etapa de violenta
censura y marginación: en México, los
periodistas son quizá uno de los gremios
más golpeados. Las mujeres siguen padeciendo los abusos de un sistema frívolo
y de costumbres heteropatriarcales —es
decir, que el género masculino y la heterosexualidad se imponen sobre otros géneros y orientaciones—, cuando en materia
de seguridad se han implementado estrategias de protección más bien obsoletos
y contraproducentes, ineficaces y hasta
discriminatorios. Se les exige a las mujeres ser femeninas cuando lo femenino y
lo masculino son construcciones sociales.
Es difícil ver los entretejidos de la sociedad
en la que se violenta a la mujer cuando estas prácticas se han normalizado y han
penetrado en todos los sectores, desde el
político hasta el académico y cultural. La
moda es otra de las tiranías que impone
estereotipos de belleza exclusivos de algunas sociedades y somete los cuerpos y
voluntades tanto de hombres como mujeres, aunque pareciera ser más frívola con
ellas; la ligereza que les exige es de insoportable pesadez.
El campo cultural no es ajeno a estas prácticas que, aunque se han combatido, llegan a reproducirse, por más apertura que
éste ha conseguido. Las escritoras se vieron al principio en condiciones desfavorables, más todavía que las que hoy en día
se atraviesan. ¿Cómo las autoras se han
empoderado? Ejemplos hay muchos, pero
incursionar en un sistema que privilegia
lo masculino obligó a algunas escritoras a
metamorfosearse, buscar la forma de engañar al sistema para infiltrarse. Hábiles
creadoras encontraron en el travestismo
autoral la forma de ocultarse y poder sortear los caminos hacia la publicación de su
literatura. En las siguientes líneas descubriremos algunas narradoras detrás de la
máscara.
Por R. R. Fullton
Su padre fue
un cura luterano que,
nto con su madre, viajó
mo misionero a Cabo del
Las posturas que se mantun torno a los temas religiosos
controversiales dentro de la
Olive tomó un camino distinto
eres queridos, profundamente
Hacia 1881 viajó a Inglaterra para
tudiar medicina o enfermería. Su
lud le impidió continuar con sus
obstante, Olive aprovechó para enel escritor inglés George Meredith,
r el manuscrito de una novela que
que le traería un éxito favorable en
erario. El veredicto del escritor fue
sugerir algunos cambios, la novela
licarse. La joven Olive dio los pasos
ra que su texto viera la luz, aunque
squemor de sufrir el rechazo, más
eran que era mujer. Por tal motivo,
una hacienda africana fue publipseudónimo de Ralph Iron. Cien
lares se agotaron rápidamente.
ontinuó fue una serie de éxitos
gración literaria. Poco a poco,
cursionó en la política sudafridefendiendo y demandando
erechos tanto de mujeres
omo de las personas de
raza negra.
El nombre que
recibió al nacer no fue
el que hoy nos refiere a sus
obras literarias. George Sand es
tan sólo el pseudónimo de Amandine
Aurore Lucile Dupin. El investigador francés
Jean Chalon publicó una biografía sobre
la escritora, basado principalmente en
su correspondencia, donde se enfoca en
combatir algunos comentarios que se fueron
creando en torno a tan polémica figura de
la literatura francesa. Además de tomar la
decisión de abandonar a su marido, cosa
poco común en aquellos años, Aurore decidió dedicarse a escribir, actividad también
inusual para una mujer durante el siglo
xix. Sin embargo, con la férrea postura
de volcarse a la literatura emprendió
una carrera que le granjeó el
reconocimiento que guarda
hasta hoy.
Hija de
Nathalie Moerder, aristócrata que había
escapado de su antigua vida con el
tutor familiar y ex sacerdote Alexandre
Trofimovsky, que dejó los hábitos para convertirse en anarquista. A Isabelle la caracterizaron
la rebeldía y la osadía con la que emprendió el sinuoso
camino de su vida. Cuando se mudó con su madre a
Argelia, para Isabelle significó el emprendimiento de una
nueva etapa, mientras que para Nathalie significó la última: al
poco tiempo falleció. Aquellos años Isabelle se convirtió al Islam, cambió de vestimenta, adquirió nuevos hábitos, adoptó el
nombre Si Mahmoud Essadi y comenzó a escribir. Isabelle prefirió mantenerse en la parte árabe de la ciudad donde residía, para
evitar los asentamientos franceses que se escandalizaban por su
vida salvaje y llena de excesos que trastronaban las mentes de los
colonos conservadores. Se unió a una secta secreta, Qadiriyya
Sufí, y en 1901 sufrió un atentado, en el que intentaron asesinarla y por el que, de un sablazo, casi pierde el brazo izquierdo.
Tras el juicio, Isabelle fue expulsada de la colonia. Nada la detuvo ni dejó de escribir. Se casó con un sargento argelino y regresó a África. Aunque no pasaría mucho antes del trágico
final; el 21 de octubre de 1904 la ciudad Ain Sefra, donde
la pareja vivía, sufrió una inundación repentina, donde
Isabelle falleció ahogada por rescatar a su esposo
y algunos de sus manuscritos. No publicó
nada en vida y, no obstante, hoy Isabelle
o Si Mahmoud Essadi sobrevive a la
inundación que aún amenaza
con el olvido.
E
n la discusión que tuvo Lacan con Mircea Eliade
sobre el significado del símbolo, Eliade no sabía
que su inferencia etnológica de la búsqueda de lo
sagrado sería alimento de las conclusiones epistémicas más dogmáticas del siglo siguiente. Escribo esto
desde mi escritorio en un cubículo de la universidad,
donde pasé la mayor parte de mis días luego de que mi
madre muriera.
Cuando mi madre me sacó de la secundaria para llevarme a la comuna de Osho, nunca pensé que lograría
tener una vida común y corriente como la que tuve antes de entrar a ese lugar, era pues improbable que después de esos años lograra algo significativo, incluida
la cordura. Era una muchacha clase media, hija de una
madre soltera cuyos desequilibrios eran más profundos
de lo que la familia suponía. Nunca conocí a mi papá, mis
abuelos tampoco hablaban de eso. Vivíamos en Coyoacán, en una de las calles más bonitas del centro, sobre
Xicoténcatl; aunque la casa de mis abuelos ya necesitaba mantenimiento, pues las paredes se estaban cayendo
y los muebles lucían cada vez más desgastados, era una
casa muy agradable. La vida no era fácil con mi madre
que constantemente cambiaba de humor, del amor incondicional a la rabia más profunda, en algunas ocasiones
me estrellaba contra la pared cuando no cumplía algunas
de las tareas para luego regresar llorando a pedirme perdón. A mis 14 años ya sabía cómo manejar algunas situaciones con mi madre y cómo evadir sus ratos de locura.
A pesar de todo era una mujer inteligente o al menos
más inteligente que el promedio, coleccionaba discos de
la nueva trova latinoamericana, rock americano, revistas
americanas y asistía a un grupo de meditación.
En esta sección aparecerán relatos de autores contemporáneos.
Cada mes una ficción para arrebatarle un espacio a la vida cotidiana.
CUENTOS
INÉDITOS
EL COSMOS
HABLA
Sidharta Ochoa
Recuerdo que iba en segundo de secundaria, estaba a
unas semanas de cumplir 15 años cuando llegué a la casa
de mis abuelos esperando que la comida estuviera servida y mi madre dijo:
—Lili, nos vamos a los Estados Unidos, te va a encantar.
Yo no sabía si creerle, pues constantemente prometía cosas que nunca cumplía; pero hablaba tan en serio que a la
semana siguiente ya estábamos en un avión con destino
a Oregon. Mis abuelos me dijeron que era cuestión de
una semana o dos para que mi mamá regresara corriendo a casa, pues no estaba acostumbrada a hacer ningún
tipo de trabajo o esfuerzo. Me explicó que asistiría a una
nueva escuela, donde me sentiría más libre y podría ser
yo misma y ella encontraría la alegría de la existencia.
Lejos de mis abuelos, de sus conductas impostadas y de
sus regaños, ella podría ser una mejor madre y yo una
mejor hija.
Al principio supongo que le creí, incluso traté de adaptarme, pero mi vida ya no iba a poder ser tan inocente
como hasta entonces. Al aeropuerto pasó una mujer por
nosotros en una camioneta con asientos de piel. La mujer sonreía y nos recibió con entusiasmo. Lo primero que
pasó al llegar a este nuevo lugar llamado “comuna” fue
que nos hicieron despojarnos de nuestras ropas y yo
tuve que entregar mis historietas de Mafalda, mis discos
de los Beatles y mis pantalones de todos colores. En su
lugar nos dijeron que era mejor que usáramos ropa deportiva para las sesiones en el salón principal, y la bata
naranja para cuando hiciera su aparición Bhagwan Shree
Rajneesh o para algunos ejercicios de meditación. La primera vez que fui a una de las sesiones de meditación me
aburrí, aunque todos los adultos se entregaban con fervor a los cantos, lloraban y decían que amaban a Osho, yo
me iba en mi mente a cualquier otra parte que no fuera
Sidharta Ochoa
Es escritora y editora. Fundó Abismos Editorial. Autora de los libros: Tatema y Tabú, Estética de la Emancipación, Historia de las feminazis en América. Becaria en la Categoría Jóvenes Creadores del Fonca y del Fondo
Estatal de Baja California en cuento y novela. Colaboradora en la revista Letras Explícitas. Reseñas de sus libros
han aparecido en Farenheit, La Jornada, Sin Embargo y Milenio. Radical Chick es su cuarto libro. Conduce Género 90.9 por Ibero Radio.
ese preciso momento. Bhagwan se sentaba en su silla y
cruzaba sus piernas listo para dictar alguna meditación
o llamar a algunos miembros de la comuna, los rebautizaba y nunca sabíamos cuándo nos tocaría a alguna de
nosotras.
Mi madre decía que yo podría alcanzar la iluminación a
la edad de 23, igual que el maestro. Si me esforzaba lo
suficiente por sentirme viva, en un peak moment, en la
experiencia cumbre mantenida hasta el infinito, si me esforzaba por ser sabia y sentir el sol caer, el viento sobre
los músculos del cuerpo. Lo que yo veía era gente bailando afanosamente como en las sectas cristianas o como
los cuákeros. Veía a todos gritando, buscando liberar no
sé qué dolor, un dolor igual al mío, pero mi dolor estaba
relacionado con no poder tener una vida normal, en mi
país, con mis amigos, cerca de mis abuelos y con comida
que me gustaba como las quesadillas de chicharrón del
mercado. Hombres y mujeres de todas partes iban y venían el primer año, como Peter, un alemán de rostro grave que asistía a las sesiones de meditación con una cara
de seriedad y que luego, años después, escribió El Parque
Humano; él hablaba mucho con la amiga de mi madre,
Lisa. A los meses me alejaron de mi madre y me llevaron
a Holanda, después de eso pocas veces hablaba con mis
abuelos o con mi tía. Suspendí mis estudios y me dediqué
a las enseñanzas de Bhagwan Shree Rajneesh, los libros,
y LP que me mandaba mi abuela a Oregon dejaron de llegar a la nueva dirección en Holanda, prácticamente no
sabía dónde estaba, pues poco salía al exterior y cuando
preguntaba los datos de donde nos encontrábamos exactamente, recibía respuestas vagas.
La habitación de la comuna era compartida con una adolescente de 15 años cuyo nombre nuevo era Chandra,
para entonces yo ya llevaba dos años lejos de mi casa, en
esa habitación también estaba Eric, un norteamericano
de 12 años con pecas, que llevaba más de seis años viviendo en ese lugar y había visto a sus padres unas cuatro
veces desde entonces. Varios hombres y algunas mujeres
de la comuna trataban de meter las manos bajo las cobijas para tocarme, pero entre nosotros hicimos un pacto
de no dejarnos tocar por nadie, menos por los adultos,
alguno de nosotros gritaría si un adulto entraba al cuarto y todos lo sacábamos o lo agarrábamos a golpes, cosa
que algunas veces funcionaba. Casi siempre trataban de
meterse a nuestros cuartos cuando tenían alguna celebración o cuando bailaban hasta caer la noche vestidos
todos de color rojizo. No sabía dónde estaba mi madre
y a veces hablábamos por teléfono, primero me dijo que
seguía en los Estados Unidos y luego que sería transferida, desde mi llegada a Holanda y hasta la deportación de
Bhagwan tras el escándalo de envenenamiento, dejé de
ver a mi madre tres años. Según me explicaban era hora
de que cortara todo apego con ella pues eso no me dejaba crecer espiritualmente. Después supe que la habían
enviado a India a hacer algunos trabajos. Cada día me resultaba más difícil levantarme, ya no sabía cómo protegerme de las visitas nocturnas. Risas, danzas y alegría de
una fiesta que, al menos para mí, no era. No había tampoco artículos de uso personal. Erick tenía sarro entre los
dientes, le dije que eso se le podía quitar si los cepillaba
pero no había ni pasta dental ni cepillos a nuestro alcance, así que empezó a lavar su boca con jabón y un trapo.
Ahora soy más grande y recuerdo cómo confronté a mi
madre, o cómo hablé con algunos de los miembros. Todo
se resume al deseo de escapar. ¡Escapar del ambiente
burgués. ¡Ah, esa desesperación tan burguesa! ¡Tanta infelicidad por querer escapar al símbolo! La ansiedad de
ser atacada, esos años, de que una fuerza exterior nos
acabara y asesinara a mi madre y que jamás la volviera a
ver, a resistir los avances de hombres y mujeres en aquel
lugar sin privacidad, me sobrepasó mucho tiempo.
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NOVEDADES LEE+
UN DICCIONARIO SIN PALABRAS
Jesús Ramírez-Bermúdez
ALMADÍA
El desarrollo de los casos en la bitácora clínica elabora un retrato de personas con conflictos cotidianos y extraordinarios a la vez, así como de la
investigación médica objeto del tratamiento. Esto dota de una dimensión
humana, de un rostro, a los temas clínicos. Por otro lado, la parte ensayística
aporta una variedad de temas literarios y clínicos que suman diversidad y
profundidad a los pasajes biográficos.
TEORÍA DEL VIAJE
Michel Onfray
TAURUS
Michel Onfray convierte el acto de viajar en un estimulante tema de reflexión.
Además de ser una invitación a soltar amarras, este libro tiene el poder de prolongar la emoción y el sabor del viaje por medio de la filosofía y la literatura,
de la historia y la mitología. Deseo de partir, preparativos sumidos en lecturas,
elección del medio, entusiasmo y sorpresa a la llegada, despertar de los cinco
sentidos durante la estancia, toma de notas y fotografías, regreso a casa, elaboración del recuerdo.
BOTAS DE LLUVIA SUECAS
Henning Mankell
TUSQUETS
Una noche de otoño, Fredrik Welin se despierta cuando un incendio arrasa su casa. A sus sesenta y nueve años, este solitario médico jubilado sale
penosamente de entre las llamas, calzado con unas botas de lluvia (ambas
pertenecen al pie izquierdo). Sólo quedan, a la mañana siguiente, unas ruinas
malolientes: ha perdido su casa y todas sus pertenencias, y tiene que mudarse
a un remolque, una caravana que pertenece a su hija.
LAS CHICAS
Emma Cline
ANAGRAMA
California. Verano de 1969. La autora se inspira libremente en un episodio
célebre de la crónica negra americana: la matanza perpetrada por Charles
Manson y su clan. Pero lo que le interesa no es la figura del psicópata
demoniaco, sino algo mucho más perturbador: aquellas chicas angelicales
que cometieron un crimen atroz y, sin embargo, durante el juicio no perdían la sonrisa? Sobre ellas: ¿qué les llevó a traspasar los límites?, ¿cuáles
fueron las consecuencias de actos que las perseguirán siempre?
CAER ES UNA FORMA DE VOLAR
Karen Chacek
ALFAGUARA
Mijael salta por la ventana la madrugada de un viernes. Los Gelman, sus
padres, no pueden explicarse cómo su hijo de veintinueve años, quien
pasó los últimos meses anclado a una cama terapéutica, víctima de un mal
degenerativo, logró arrojarse hacia el jardín. La señora Gelman acude en
busca de respuestas a Nadia, su joven vecina, que lleva años viviendo sola
y puede comunicarse con los roedores, pero ella no presenció el salto de
Mijael y sólo puede aportar información aislada.
PEDRO MELENAS Y COMPAÑÍA
Heinrich Hoffmann
IMPEDIMENTA
Publicado tradicionalmente con el título de Pedro Melenas, esta suerte de implacable manual de buenas maneras es también una de las obras más crueles y
políticamente incorrectas jamás escritas. A pesar de ello, o tal vez gracias a ello,
este libro se ha convertido en un clásico de la literatura (no sólo infantil) de todas
las épocas. Una historia en verso sobre la desobediencia y sus fatales resultados,
publicada con unos coloridos dibujos a tinta, que se convirtió automáticamente
en el libro favorito de los niños alemanes de todos los tiempos.
Libro actual y decisivo para entender una palabra que se emplea desde mediados del siglo xix en el debate político y periodístico. Su autor, profesor de
historia contemporánea en la Universidad de Palermo, por medio de una investigación estrictamente histórica, despeja una de las grandes interrogantes
de nuestro tiempo: ¿qué es la mafia? Sin duda, una organización que cubrió
toda Italia y que extendió sus hilos al resto del mundo, como se descubrirá en
esta obra.
HISTORIA DE LA
MAFIA
Salvatore Lupo
EDICIONES
GANDHI
En 1918, dos jóvenes
alegres y rebeldes se
conocieron en un baile. Ella
tenía dieciocho años, proveniente
de una de las mejores familias de
Alabama; él, de veintidós, nacido en
Minnesota, esperaba órdenes para
ser enviado a la Primera
Guerra Mundial. El encontronazo,
porque no se puede llamar de otra
forma al inicio de la relación entre Zelda
Sayre y Scott Fitzgerald, fue inevitable. Ambos
eran hermosos y malditos.
Como ella prefería casarse con alguien de su clase y no con
quien no podría cumplir sus exigencias, deshizo el compromiso
con el joven Scott, quien siguió escribiendo lo que meses después
se convertiría en su primer éxito literario: A este lado del paraíso , que
vendió más de cuarenta mil ejemplares en 1920. Con dinero en el bolsillo,
Zelda reanudó el compromiso. La boda se celebró el 3 de abril de 1920
y en 1921 nació su única hija, Frances “Scotie” Fitzgerald.
Desde ese momento se convirtieron en la pareja más celebre, de ésas cuya
presencia es indispensable para justificar cualquier exceso. Su manera de beber y
divertirse los volvieron famosos, lo mismo que su comportamiento extravagante:
viajaban en los techos de los taxis, se bañaban en la fuente del Hotel Plaza de
Nueva York, llegaban en piyama a las fiestas “informales” o, como ocurrió en la fiesta
del magnate de Hollywood Samuel Goldwyn, sin invitación, llegaron en cuatro patas,
ladrando como perros.
En París continuaron la fiesta. Sin embargo, el tren de vida de la familia Fitzgerald
comenzó a perder velocidad y muy pronto las deudas los ahogaron, junto con el
alcohol. Los pleitos entre ellos por la falta de dinero se hicieron comunes.
La leyenda negra de
Zelda, apuntalada por
Hemingway, la convertiría
en una especie de mala
influencia que terminaría
por hundir a su marido. En
medio de la crisis, Fitzgerald
siguió escribiendo hasta
publicar clásicos como
Hermosos y malditos
(1922), El gran Gatsby
(1925) y Suave es la
noche (1935), novela que
ocasionaría otra disputa
entre la pareja: Zelda, internada en una clínica psiquiátrica hacia
1930, donde fue diagnosticada como
esquizofrénica, escribió durante su estancia en la
clínica la novela Save Me the Waltz , que usaba
algunas ideas y escenas de Suave es la noche , por
lo que Scott se lo recriminó.
Tras sufrir dos infartos, el 21 de diciembre de 1940, Scott
Fitzgerald sufrió el último ataque al corazón. Tenía cuarenta
y cuatro años de edad. Zelda moriría de manera trágica
el 10 de marzo de 1948, durante el incendio de la clínica
donde permanecía internada. Tenía cuarenta y ocho años.
Hasta 1975 fue posible que la pareja descansara en una
misma tumba en el Cementerio de Saint Mary, en Rockville,
Maryland. El epitafio reproduce la frase final de El gran
Gatsby : “Y así seguimos empujando, botes que reman contra
la corriente, atraídos incesantemente hacia el pasado”.
Con información de Vidas secretas de escritores , editado
por Oceano.