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N.º 398
OCTUBRE 2016
SERVICIO DE
PASTORAL
MISIONERA
AÑO XCIV
Servicio de Pastoral Misionera
SUMARIO
3 PRESENTACIÓN DE LA CAMPAÑA
Lema, cartel, objetivos
En el marco del Año de la
Misericordia y del 90
aniversario de la Jornada
Mundial de las Misiones, el
papa Francisco presenta su
Mensaje con el título "Iglesia misionera, testigo de
misericordia". En él insiste
en convocarnos a "una
nueva «salida» misionera".
4 PRESENTACIÓN DE LA CAMPAÑA
Romper con la inercia
Rafael Santos, Director de “Illuminare”
7 MENSAJE DEL PAPA PARA LA JORNADA DEL DOMUND
10 REFLEXIÓN PASTORAL
Salir a la misión
Anastasio Gil García, Director Nacional de OMP
Pág. 7
14 LA VOZ DE LOS OBISPOS
Entrevista a Mons. Enrique Benavent, Obispo de Tortosa
Paula Rivas
16 DESDE LAS DIÓCESIS
Jaén: dar un tinte misionero a toda la pastoral
Manuel Alfonso Pérez Galán,
Delegado Diocesano de Misiones de Jaén
18 DESDE LAS DIÓCESIS
El DOMUND, en salida
20 SERVICIO INFORMATIVO
Una gran red de formación misionera
22 DESTINO DE LAS AYUDAS
Ayudas con sentido
26 TESTIMONIOS
Hoy, como siempre
28 LITURGIA
Guion litúrgico - DOMUND 2016
Juan Martínez Sáez, fmvd, colaborador de OMP
30 VIGILIA DE ORACIÓN
“Sal de tu tierra”
Misioneras Oblatas de María Inmaculada
32 COOPERACIÓN ECONÓMICA
34 PONTIFICIA UNIÓN MISIONAL
Manantial de cooperación misionera
Secretariado de la Pontificia Unión Misional
Mons. Enrique Benavent, obispo de Tortosa, considera que, "en este
mundo globalizado, la misión ad gentes tal vez es más necesaria". En
esta entrevista también comenta el lema elegido para el DOMUND 2016.
Pág. 14
La formación misionera es un
área de gran importancia
dentro del campo de la sensibilización hacia la misión
ad gentes. La variada oferta
de cursos y jornadas se adapta a las necesidades de los
diferentes destinatarios.
Pág. 20
EDITA: Obras Misionales Pontificias - DIRECTOR NACIONAL: Anastasio Gil García
DIRECTOR: Rafael Santos Barba - DISEÑO: Antonio Aunés Hernández
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LEMA
.
“SAL... Es la invitación que nos hace el papa Francisco a salir de
nosotros mismos, de nuestras fronteras y de la propia comodidad, para,
como discípulos misioneros, poner al servicio de los demás los propios
talentos y nuestra creatividad, sabiduría y experiencia. Es una salida que
implica un envío y un destino.
.
... DE TU TIERRA” La expresión resulta evocadora del origen del que
parte el misionero que es enviado a la misión, y también del destino al que llega. La misión ad gentes es universal y
no tiene fronteras; solo quedan excluidos aquellos ámbitos que rechazan al misionero. Aun así, también en ellos se hace presente con su espíritu y su fuerza.
CARTEL
.
EL CONJUNTO. Sobre un fondo blanco, el cartel muestra un primer y único mensaje: “DOMUND”, el día en que
tiene lugar la Jornada Mundial de las Misiones. El resto de las informaciones son complementarias, para contextualizar
la celebración tanto en el tiempo, como en el espacio virtual.
.
LAS HUELLAS. Son expresión del lema “Sal de tu tierra”. Los tonos empleados para las huellas del caminante y para el fondo son familiares a quienes desde hace muchos años han identificado los cinco continentes con colores distintos. El mandato de Yahvé Dios a Abrahán, para que saliera de su tierra y fuera a la tierra prometida, está permanentemente actualizado por los discípulos misioneros, que han hecho propia la repetida expresión del papa Francisco “una
Iglesia en salida”.
.
LAS CRUCES. Es un detalle que podría pasar inadvertido, pero que permite distinguir esas pisadas de las de otras
personas que salen de su tierra por otros motivos diversos. Las cruces que discretamente aparecen en la marca de esas
huellas recuerdan la que cada misionero o misionera recibe el día de su envío por parte de la Iglesia; cruz que es el
distintivo de su misión de amor y misericordia, continuadora de la de Cristo.
OBJETIVOS
.
.
.
Celebrar la Jornada Mundial de las Misiones, en comunión con toda la Iglesia, para vivir la dimensión universal
de la fe y el compromiso de la caridad con los más pobres.
Invitar a todas las comunidades cristianas a participar en las actividades de información, formación y cooperación misionera organizadas con motivo del DOMUND.
Promover una corriente fraterna y solidaria de colaboración económica con las necesidades materiales de los misioneros y de las misiones, a través de las Obras Misionales Pontificias.
3
Por Rafael Santos,
E
Director de
Illuminare
l hombre es relación: no puede vivir para sí mismo. Dios le ha hecho capaz de darse, y su realidad más profunda solo aflora y se consolida en la medida en que sale
hacia el otro. La falsa seguridad que nos proporciona el no movernos de nuestro ámbito, para no afrontar dificultades imprevistas ni perturbar nuestra paz, solo lleva al estancamiento. Al contrario, salir de uno mismo puede implicar riesgos, y hasta fracasos y
equivocaciones, pero siempre será mejor que el “moho” que crea la instalación en nuestras comodidades. Es lo que, en términos de Iglesia, y frente a la tentación de mirar hacia dentro, ha expresado el papa Francisco: “Prefiero una Iglesia accidentada, herida y
manchada por salir a la calle, antes que una Iglesia enferma por el encierro y la comodidad de aferrarse a las propias seguridades” (Evangelii gaudium, 49).
Es cierto que los motivos para salir físicamente hacia otro lugar pueden ser muy variados. En unos casos, puede tratarse de un viaje gratificante, por motivos de placer, laborales o de estudios. En otros, tristemente, de un desplazamiento forzado y cargado
de sufrimientos, como el de tantos inmigrantes y refugiados, expulsados de sus tierras
por el hambre, las guerras, las ideologías totalitarias... Pero hay todavía otro “salir”, que,
a diferencia del primero, no se centra en las posibles ventajas para quien lo realiza, sino que es un vencimiento del yo; y que, al contrario que el segundo, no viene provocado por imposiciones de otros, sino que es fruto de una radical libertad. Es el “salir”
que nos enseñan los misioneros.
El estilo de vida de estos hombres y mujeres es una propuesta a contracorriente para la sociedad actual. En contraste con el individualismo que se pone de espaldas a las
necesidades de la humanidad para centrarse en las propias –a veces, creadas–, la gene-
4
rosidad de los misioneros supone una auténtica contribución social, que ayuda
a ver al otro como hermano y no como enemigo, y a hacer posible que entre
todos tejamos una red de solidaridad y justicia. Su entrega y disponibilidad para el servicio son el contrapunto del gran pecado de la indiferencia, y una muestra evidente –y reconocida hasta por las voces más recalcitrantes– de lo que es
la Iglesia que vive las exigencias del Evangelio.
DEL AISLAMIENTO AL ENCUENTRO
El lema elegido para este DOMUND, en su 90 “cumpleaños” –la Jornada
fue instituida por Pío XI en 1926–, está completamente en sintonía con el Magisterio de Francisco, que con tanta vehemencia nos anima a vencer comodidades y a salir. Las palabras de Dios a Abrahán, “Sal de tu tierra” (Gén 12,1),
son también una invitación a nosotros, cristianos llamados a abandonar la inercia y a dejar los recintos cerrados, para salir al encuentro del necesitado; es decir, a romper el círculo “de nuestra conciencia aislada y de la autorreferencialidad” (EG 8), para ser una “Iglesia en salida” (EG 24). Porque –dicho ahora
con palabras de san Juan Pablo II, aunque parezcan de Francisco– “una
El misionero
Iglesia cerrada en sí misma, sin apertura misionera, es una Iglesia incompleta o una Iglesia enferma” (Mensaje DOMUND 1981).
"sale de su tierra"
El misionero es el mejor ejemplo del cristiano que deja de miporque el Evangelio
rarse
a sí mismo, y vence los propios egoísmos y miedos, porque
"sale de su corazón",
se
fía
del Señor, que ha prometido darle “otra tierra”: la “tierra saqueriendo llegar a tantos
grada” del otro como hermano; la “tierra sagrada” del que sufre
pueblos que no han oído
necesidad
y en el que Cristo pobre se manifiesta misteriosamente.
hablar de Cristo.
La salida de los misioneros y misioneras nace de la interiorización y
no del impulso, e implica, además de esa confianza absoluta en Dios, un
trabajo propio de preparación espiritual y cultural. Y no solo una vez: las que
hagan falta, como vemos en tantos misioneros que han tenido que abandonar
un territorio, después de mucho esfuerzo por inculturarse y ser uno más entre
su pueblo, para ir a otra región donde su presencia se hace más necesaria.
El misionero “sale de su tierra” porque el Evangelio “sale de su corazón”,
queriendo llegar a tantos pueblos que no han oído hablar de Cristo. Sin olvidar que, cuando se habla de la labor misionera, no hay contraposición entre
evangelización y ayuda en los diversos
campos de promoción de la persona, porque, como expresó el beato Pablo VI, “la
actividad misionera anuncia el Evangelio y
abre el camino al desarrollo humano”
(Mensaje DOMUND 1970).
SIN TIRAR BALONES FUERA
Año tras año, la Jornada Mundial de
las Misiones nos pide que tengamos
siempre presentes las necesidades del
mundo y la impresionante labor callada
de esos misioneros que se dejan la piel al
servicio de los demás, en los lugares más
5
olvidados o difíciles. Todo el
“Octubre Misionero” es un
tiempo especial para recordar que la misión es expresión de la universalidad de
la Iglesia, que se preocupa
también, y de manera especial, de quienes no conocen el Evangelio, en las
periferias de cualquier tipo
y hasta los confines del
orbe. Lo que se nos solicita es que no dejemos
de poner nuestro grano
de arena y de confiar en
Aquel que puede hacer fructificar cada
mínimo gesto realizado en favor de esta tarea inmensa.
El DOMUND nos anima a colaborar con nuestra oración y nuestra ayuda
económica, pero también a que cambiemos las actitudes que nos encierran en
las preocupaciones particulares, por otras disposiciones que ensanchan la mirada y el corazón a los horizontes de toda la humanidad. No vale tirar balones fuera, convirtiendo esto en un deseo etéreo, porque hablamos de un paso bien concreto y posible: “«salir», como discípulos misioneros, ofreciendo
cada uno sus propios talentos, su creatividad, su sabiduría y experiencia en
llevar el mensaje de la ternura y de la compasión de Dios a toda la familia humana”, según dice el papa Francisco en su Mensaje para esta Jornada. Es hacer de la propia vida un don gratuito, un signo de la bondad del Señor.
Permitir que, a través de nuestras obras de misericordia, alcance a los demás esa ternura del amor materno de Dios es el primer “movimiento misionero” que podemos abrigar en nuestro interior. Pero es que realmente el
mundo, cada persona, tiene ansia de Dios, y no logrará saciarla si noHacen falta más
sotros, individual y comunitariamente, “en Iglesia”, no le ofrecemos
testigos de Jesucristo
la palabra que se lo anuncie. Si esto es así respecto a nuestro enque "salgan de su tierra"
torno más cercano, cómo no iba a serlo cuando se trata de cumplir
y recorran los caminos
el mandato misionero del Señor y de hacer efectivo el derecho de
para llevar a todas las
todas las personas y culturas de recibir el anuncio de la salvación
periferias del mundo
que transforma la vida.
la luz del Evangelio.
Por eso, es inevitable escuchar el “Sal de tu tierra” como una invitación a plantearse y, en su caso, acoger la vocación misionera. Es necesario que haya nuevas personas abiertas y dispuestas a “pasar a la otra
orilla”, urgidas por todos esos pueblos que aún no han oído hablar de un Dios
que es amor, bondad y ternura. Hacen falta más testigos de Jesucristo que salgan “de su patria y de la casa de su padre” para recorrer los caminos del mundo y llegar a todas esas periferias que necesitan la luz del Evangelio, y especialmente a los pobres. También esto forma parte de nuestra responsabilidad
misionera: pedir al Señor que nos envíe vocaciones para la misión ad gentes
y nos impulse a todos a dejar atrás la inmovilidad, para participar en una renovada “salida” misionera de la Iglesia.
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Queridos hermanos y hermanas:
El Jubileo Extraordinario de la Misericordia, que la Iglesia está celebrando, ilumina también
de modo especial la Jornada Mundial de las Misiones 2016: nos invita a ver la misión ad
gentes como una grande e inmensa obra de misericordia tanto espiritual como material. En
efecto, en esta Jornada Mundial de las Misiones, todos estamos invitados a “salir”, como discípulos misioneros, ofreciendo cada uno sus propios talentos, su creatividad, su sabiduría y experiencia en llevar el mensaje de la ternura y de la compasión de Dios a toda la familia humana.
En virtud del mandato misionero, la Iglesia se interesa por los que no conocen el Evangelio, porque quiere que todos se salven y experimenten el amor del Señor. Ella “tiene la misión de anunciar la misericordia de Dios, corazón palpitante del Evangelio” (bula Misericordiae vultus, 12), y
de proclamarla por todo el mundo, hasta que llegue a toda mujer, hombre, anciano, joven y niño.
1
La misericordia hace que el corazón del Padre sienta una profunda alegría cada vez
que encuentra a una criatura humana; desde el principio, Él se dirige también con
amor a las más frágiles, porque su grandeza y su poder se ponen de manifiesto precisamente en su capacidad de identificarse con los pequeños, los descartados, los
oprimidos (cf. Dt 4,31; Sal 86,15; 103,8; 111,4). Él es el Dios bondadoso, atento, fiel; se acerca a quien pasa necesidad para estar cerca de todos, especialmente de los pobres; se implica con ternura en la realidad humana del
mismo modo que lo haría un padre y una madre con sus hijos (cf. Jer 31,20).
El término usado por la Biblia para referirse a la misericordia remite al seno materno: es decir, al amor de una madre a sus hijos, esos hijos que
2
7
siempre amará, en cualquier circunstancia y pase lo que pase, porque son el fruto de su
vientre. Este es también un aspecto esencial del amor que Dios tiene a todos sus hijos,
especialmente a los miembros del pueblo que ha engendrado y que quiere criar y educar: en sus entrañas, se conmueve y se estremece de compasión ante su fragilidad e infidelidad (cf. Os 11,8). Y, sin embargo, Él es misericordioso con todos, ama a todos los
pueblos y es cariñoso con todas las criaturas (cf. Sal 144,8-9).
La manifestación más alta y consumada de la misericordia se encuentra en el Verbo encarnado. Él revela el rostro del Padre rico en misericordia, “no solo habla de
ella y la explica usando semejanzas y parábolas, sino que además, y ante todo, él mismo la encarna y personifica” (Juan Pablo II, encíclica Dives in misericordia, 2). Con la
acción del Espíritu Santo, aceptando y siguiendo a Jesús por medio del Evangelio y de
los sacramentos, podemos llegar a ser misericordiosos como nuestro Padre celestial,
aprendiendo a amar como él nos ama y haciendo que nuestra vida sea una ofrenda gratuita, un signo de su bondad (cf. bula Misericordiae vultus, 3). La Iglesia es, en medio
de la humanidad, la primera comunidad que vive de la misericordia de Cristo:
siempre se siente mirada y elegida por Él con amor misericordioso, y se inspira en este amor para el estilo de su mandato, vive de él y lo da a conocer a la gente en un diálogo respetuoso con todas las culturas y convicciones religiosas.
3
Muchos hombres y mujeres de toda edad y condición son testigos de este amor
de misericordia, como al comienzo de la experiencia eclesial. La considerable y
creciente presencia de la mujer en el mundo misionero, junto a la masculina, es un
signo elocuente del amor materno de Dios. Las mujeres, laicas o religiosas, y en la
actualidad también muchas familias, viven su vocación misionera de diversas maneras: desde el anuncio directo del Evangelio, al servicio de caridad. Junto a
«Todos estamos
la labor evangelizadora y sacramental de los misioneros, las mujeres y las
invitados a "salir", como
familias comprenden mejor a menudo los problemas de la gente y saben
discípulos misioneros, y
afrontarlos de una manera adecuada y a veces inédita: en el cuidado de la
llevar el mensaje de la
vida, poniendo más interés en las personas que en las estructuras y emternura y la compasión
pleando todos los recursos humanos y espirituales para favorecer la armode Dios a toda la familia
nía, las relaciones, la paz, la solidaridad, el diálogo, la colaboración y la frahumana».
ternidad, ya sea en el ámbito de las relaciones personales o en el más grande
de la vida social y cultural; y de modo especial, en la atención a los pobres.
4
En muchos lugares, la evangelización comienza con la actividad educativa, a la
que el trabajo misionero le dedica esfuerzo y tiempo, como el viñador misericordioso del Evangelio (cf. Lc 13,7-9; Jn 15,1), con la paciencia de esperar el fruto después de años de lenta formación; se forman así personas capaces de evangelizar y de
llevar el Evangelio a los lugares más insospechados. La Iglesia puede ser definida “madre”, también por los que llegarán un día a la fe en Cristo. Espero, pues, que el pueblo santo de Dios realice el servicio materno de la misericordia, que tanto ayuda a
que los pueblos que todavía no conocen al Señor lo encuentren y lo amen. En efecto, la fe es un don de Dios y no fruto del proselitismo; crece gracias a la fe y a la caridad de los evangelizadores que son testigos de Cristo. A los discípulos de Jesús, cuan-
5
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do van por los caminos del
mundo, se les pide ese
amor que no mide, sino que
tiende más bien a tratar a
todos con la misma medida
del Señor; anunciamos el
don más hermoso y más
grande que Él nos ha dado:
su vida y su amor.
Todos los pueblos y
culturas tienen el derecho a recibir el mensaje de salvación, que es don de Dios para todos. Esto es más
necesario todavía si tenemos en cuenta la cantidad de injusticias, guerras, crisis humanitarias que esperan una solución. Los misioneros saben por ex«Todos los
periencia que el Evangelio del perdón y de la misericordia puede traer
pueblos y culturas
alegría y reconciliación, justicia y paz. El mandato del Evangelio: “Id,
tienen el derecho
pues, y haced discípulos a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre
a recibir el mensaje
del
Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; enseñándoles a guardar todo lo
de salvación,
que os he mandado” (Mt 28,19-20), no está agotado, es más, nos comproque es don de Dios
mete
a todos, en los escenarios y desafíos actuales, a sentirnos llamados a
para todos».
una nueva “salida” misionera, como he señalado también en la exhortación
apostólica Evangelii gaudium: “Cada cristiano y cada comunidad discernirá cuál
es el camino que el Señor le pide, pero todos somos invitados a aceptar este llamado:
salir de la propia comodidad y atreverse a llegar a todas las periferias que necesitan la
luz del Evangelio” (n. 20).
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En este Año Jubilar se cumple precisamente el 90 aniversario de la Jornada Mundial de las Misiones, promovida por la Obra Pontificia de la Propagación de la
Fe y aprobada por el papa Pío XI en 1926. Por lo tanto, considero oportuno volver a
recordar la sabias indicaciones de mis predecesores, los cuales establecieron que fueran destinadas a esta Obra todas las ofertas que las diócesis, parroquias, comunidades religiosas, asociaciones y movimientos eclesiales de todo el mundo pudieran recibir para auxiliar a las comunidades cristianas necesitadas y para fortalecer el
anuncio del Evangelio hasta los confines de la tierra. No dejemos de realizar también hoy este gesto de comunión eclesial misionera. No permitamos que nuestras preocupaciones particulares encojan nuestro corazón, sino que lo ensanchemos para que
abarque a toda la humanidad.
7
Que Santa María, icono sublime de la humanidad redimida, modelo misionero para la Iglesia, enseñe a todos, hombres, mujeres y familias, a generar y custodiar la presencia viva y misteriosa del Señor Resucitado, que renueva y colma de gozosa misericordia las relaciones entre las personas, las culturas y los pueblos.
8
Francisco. Vaticano, 15 de mayo de 2016, Solemnidad de Pentecostés
9
“L
a misión hace a la Iglesia y la mantiene fiel al querer salvífico de Dios”, recordaba el papa Francisco, el pasado 4 de junio, a los directores nacionales de las Obras Misionales Pontificias. Expresaba así el fundamento y la fuerza de la misión evangelizadora de la Iglesia, que apunta a su origen, Dios mismo. Del origen y fin de la misión brota el mandato que Cristo entrega a sus discípulos:
“Id, pues, y haced discípulos a todos los pueblos...” (Mt 28,19-20). Este mandato, dice el Papa en su
Mensaje para el DOMUND, “no está agotado, es más, nos compromete a todos, en los escenarios y desafíos actuales, a sentirnos llamados a una nueva «salida» misionera” (n. 6). Tiene su fuente en la misión
del Hijo y en la del Espíritu Santo, y su fin en hacer participar a los hombres en la comunión que existe entre el Padre y el Hijo en su Espíritu de amor.
Para diseñar el recorrido que une el origen con el fin, nace la Iglesia en su condición de itinerante.
Por eso, no es posible entender esta hermosa realidad eclesial si no es desde la perspectiva de la peregrinación. Esta convicción está explícitamente expuesta en Ad gentes: “La Iglesia peregrinante es misionera por su naturaleza, puesto que toma su origen de la misión del Hijo y del Espíritu Santo, según el designio de Dios Padre. Este designio dimana del «amor fontal» o de la caridad de Dios Padre, que, siendo
Principio sin principio, engendra al Hijo, y a través del Hijo procede el Espíritu Santo” (AG 2).
La contemplación del Misterio encarnado que nace de Dios para llegar a los hombres es la manifestación más genuina de su amor maternal por nosotros. Dios “sale” de su misterio, desvela su intimidad, en la persona de su Hijo, que se hace presente en el tiempo y en el espacio; la misericordia divina “sale” de su mismidad para ir al encuentro de la creación, y en especial de aquel que puede reconocer el amor que justifica esta peregrinación. “La manifestación más alta y consumada de la misericordia se encuentra en el Verbo encarnado”, afirma Francisco (n. 3).
El Mensaje para este DOMUND solo puede entenderse desde esta perspectiva: el misterio de amor
tiene un carácter itinerante, que entraña el compromiso de estar en movimiento, en un continuo recorrido, jalonado por diversas etapas.
10
PUNTO DE PARTIDA
La Jornada Mundial de las Misiones tiene su origen
en 1822, en el corazón de una laica muy sensible al compromiso de la fe. Paulina Jaricot siente la necesidad de
“salir” de su pequeño mundo, para ayudar a sus amigos misioneros que, desde la otra orilla, le piden ayuda (cf. Hch 16,9). Lo que empezó como respuesta solidaria de un pequeño grupo de personas
cercanas se convirtió en una corriente de
Paulina Jaricot
caridad en la que la Iglesia entera se siense pone en camino, y
te implicada. Ella se pone en camino, y con
con ella, millones
ella, millones de personas, que hacen posible
de personas, que hacen
un verdadero movimiento misionero, en el que
posible un
el Papa ve reflejada la deseada “Iglesia en salida”.
De esto habla en su Mensaje, cuando invita a los crisverdadero movimiento
tianos
a salir al encuentro del otro para poner a disposición del Evangelio sus
misionero.
propios talentos y capacidades. Este salir supone primariamente un romper las cadenas que aherrojan a la persona en sus egoísmos y condicionamientos internos. “Salir” como discípulos misioneros, enviados por el Espíritu, enviados por la Iglesia: “Cada
cristiano y cada comunidad discernirá cuál es el camino que el Señor le pide, pero todos somos invitados a aceptar este llamado: salir de la propia comodidad y atreverse a llegar a todas las periferias que necesitan la luz del Evangelio” (n. 6; EG 20).
El Mensaje evoca la experiencia de la madre que da a luz a su hijo. Es el mejor referente para entender del sentido de fe que embarga el trabajo del misionero que recorre los caminos mostrando el rostro de Dios, rico en misericordia. Cuando el misionero sale de su tierra, tiene bien experimentada la “salida” de sí mismo y la certeza de que es su madre, la Iglesia, quien le envía y acompaña: “[...] la Biblia para referirse a la misericordia remite al seno
materno: es decir, al amor de una madre a sus hijos, esos hijos que siempre amará, en cualquier circunstancia y pase lo que pase, porque son el fruto de su vientre” (n. 2).
DESTINO: LA MISIÓN AD GENTES
Alguien definió el mundo actual diciendo: “Nunca se corrió tan deprisa hacia ninguna parte”. Cuando se pierde el punto de mira y la meta desaparece en el horizonte, todos los vientos son adversos, como para el navegante que no ve el faro. No es así en la misión, ni puede serlo en la vida de un cristiano. La meta está clara. El destino es llevar la Buena Nueva
de la ternura y del amor de Dios a los hombres; un mensaje de misericordia que penetra en
el interior de quien lo recibe y provoca la conversión. Destinatarios de esta salida son todas
las personas, sin distinciones: “Todos los pueblos y culturas tienen el
derecho a recibir el mensaje de
salvación, que es don de Dios para todos” (n. 6).
La principal característica de
la Jornada Mundial de las Misiones es hacer visible la universalidad de la Iglesia. Los destinatarios más inmediatos del DOMUND son los mismos cristianos,
que descubren el infinito amor de
Dios con la predilección por la
oveja perdida y la urgente invita-
11
ción a las otras noventa y
nueve para que salgan del redil en busca de las que todavía no conocen al Buen Pastor y andan perdidas por el
mundo. Es el mandato misionero, para hacer partícipes a
otros del amor de Dios.
La misión ad gentes tiene
como destinatarios principales a quienes aún no conocen el Evangelio. Así comenzó esta singladura peregrinante, en la que se puede afirmar
con certeza que la vitalidad
de las comunidades cristianas
se puede medir por su vibración misionera. Amplios son aún los espacios geográficos, culturales y sociales que están esperando la luz del Evangelio, y por eso Francisco no duda en
afirmar que la misión ad gentes es una “grande e inmensa obra de misericordia tanto espiritual como material” (n. 1).
El Papa reitera la predilección que vivió Jesús en la tierra: “los pequeños, los descartados, los oprimidos” (n. 2). Ya expresó la misma inquietud con motivo de la Jornada del pasado año: “¿Quiénes son los destinatarios privilegiados del anuncio evangélico? [...] Los
pobres, los pequeños, los enfermos, aquellos que a menudo son despreciados y olvidados,
aquellos que no tienen cómo pagarte. La evangelización, dirigida preferentemente a ellos, es
signo del Reino que Jesús ha venido a traer” (Mensaje DOMUND 2015). Dios Padre “se dirige también con amor a los más frágiles, porque su grandeza y su poder se ponen de manifiesto precisamente en su capacidad de identificarse” con ellos (n. 2).
EQUIPAMIENTO PARA LA MISIÓN
En este 90 aniversario del DOMUND, Francisco hace un claro reconocimiento de la
mujer en el ámbito de la misión. Fue una mujer, Paulina Jaricot, quien puso en marcha
esta corriente de solidaridad misionera, y se cuentan por millones las mujeres que
han salido de su tierra para mostrar el amor materno de Dios a la humanidad. NaEl misionero bien
die mejor que una misionera puede vivir el anuncio del Evangelio como el ejerformado puede
cicio de la caridad que nada puede romper, porque para una mujer lo primero
ser considerado como
son las personas; solo después, las estructuras. Ellas, que viven la fidelidad y
la ternura maternal de Dios con todos, son fuente de inspiración para la actiel sembrador que, con
vidad
misionera de la Iglesia.
paciencia, lanza la
Aun
cuando la respuesta a la vocación de Dios es personal e intransferible,
semilla del Evangelio por
esta necesita insertarse en el seno de una comunidad cristiana. Así ocurrió al
toda la Tierra.
principio, cuando la llamada de Dios maduraba y se discernía en aquella “pequeña
Iglesia” que crecía escuchando la Palabra de Dios, celebrando la fe y compartiendo sus
dones. Aparentemente eran grupos pequeños, pero que se iban expandiendo, y de su interior
el Espíritu hacía salir a algunos para la misión que les estaba reservada. Del mismo modo sucede hoy, cuando la semilla sembrada por el misionero comienza a enraizarse en el corazón
de algunos, insertándose en la comunidad cristiana donde crecen y maduran, para después “salir” a otros lugares y dar gratis lo que gratis han recibido.
El envío, por la Iglesia, de un misionero a la misión hay que situarlo dentro de un período muy largo de formación y discernimiento. Ellos han dedicado tiempo a su preparación.
Bien saben que la fuerza les llega de lo más profundo de sí, donde ha arraigado la fe en Jesucristo. De ahí la alusión del papa Francisco a la tarea educativa de los misioneros. El mi-
12
sionero bien formado puede ser considerado como el sembrador que, con paciencia y
confianza en la fecundidad del corazón, lanza la semilla del Evangelio en los luLa celebración
gares más insólitos de la Tierra: “Anunciamos el don más hermoso y más grandel DOMUND
de que él nos ha dado: su vida y su amor” (n. 5).
La celebración del DOMUND es un don para la Iglesia, porque le ayuda a
es un don para
reconocer
su propia identidad eclesial; algo esencial para recorrer el camino
la Iglesia, porque
de
la
fe
y
hacer
posible la misión en el seno de la humanidad. El misionero, al
le ayuda a reconocer
constatar esa identidad, descubre la raíz de pertenencia en la comunidad crissu propia identidad
tiana en la que ha sido alumbrado. Su testimonio se trueca en anuncio, muchas
eclesial.
veces silencioso, que interpela al otro a interesarse por su forma de ser y de vivir.
Estilo y talante misioneros que hoy adquieren unas modalidades especiales, al mostrarse en diálogo respetuoso con todas las culturas y religiones, con la certeza de que Dios
abre caminos y precede en el corazón y en la mente del otro.
LLEGADA Y META FINAL
En el horizonte de este peregrinar misionero aparece con fuerza persuasiva la meta, aquella frontera que el atleta, exhausto por el desgaste del recorrido, vislumbra como alcanzable.
La misión ad gentes tiene como primera meta y finalidad la universalidad del mensaje. La
Iglesia “tiene la misión de anunciar la misericordia de Dios, corazón palpitante del Evangelio” (n. 1; MV 12), y de proclamarla por todo el mundo, hasta que llegue a toda mujer, hombre, anciano, joven y niño. El misionero es enviado a ellos para que “todos se salven y experimenten el amor del Señor” (n. 1).
Claras y definitorias son las últimas palabras de Francisco, urgiendo a la donación espiritual y material en favor de la misión ad gentes con motivo de la Jornada, para destinar al
DOMUND “todas las ofertas que las diócesis, parroquias, comunidades religiosas, asociaciones y movimientos eclesiales de todo el mundo pudieran recibir para auxiliar a las comunidades cristianas necesitadas y para fortalecer el anuncio del Evangelio hasta los confines de
la tierra”. Este es su llamamiento: “No dejemos de realizar también hoy este gesto de comunión eclesial misionera. No permitamos que nuestras preocupaciones particulares encojan
nuestro corazón, sino que lo ensanchemos para que abarque a toda la humanidad” (n. 7).
Hacemos nuestra su petición final: “Que Santa María, modelo misionero para la Iglesia, enseñe a todos, hombres, mujeres y familias, a generar y custodiar la presencia viva y
misteriosa del Señor Resucitado, que renueva y colma de gozosa misericordia las relaciones
entre las personas, las culturas y los pueblos”.
Anastasio Gil García, Director Nacional de OMP
13
Entrevista a D. Enrique Benavent, Obispo de Tortosa
llamada a salir
“Hoy cada comunidad
cristiana está
”
M
onseñor Enrique Benavent Vidal fue
nombrado obispo de Tortosa por el papa
Francisco en 2013, y es miembro de la Comisión
Episcopal para la Doctrina de la Fe, y de la de Seminarios y Universidades (Subcomisión de Universidades). Además, se encarga de la coordinación en
el servicio misionero de las diócesis de Cataluña.
El lema de este DOMUND está muy en sintonía
con la insistencia del papa Francisco en que seamos una Iglesia en salida...
La misión implica salir de la propia tierra para
abrirse al ancho horizonte de nuestro mundo, con
el fin de anunciar el Evangelio. Todavía hoy en las
diócesis y congregaciones religiosas, y cada vez
más entre los laicos, este “Sal de tu tierra” se da
con mucha más frecuencia de lo imaginamos. Pero también debe concretarse en cada comunidad
cristiana. La propia tierra no es solo un lugar geográfico. Es aquello que nos da confianza, allí donde cada uno de nosotros nos sentimos seguros. Salir de la propia tierra significa desprenderse de es-
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to para proclamar el Evangelio. Hoy cada comunidad cristiana está llamada a salir de esos ámbitos para acercarse a aquellos que están lejos de la
Iglesia o no han oído hablar de Cristo.
En este mundo globalizado y de fronteras difuminadas de hoy en día, ¿sigue teniendo vigencia
la misión ad gentes?
La misión ad gentes tal vez es más necesaria que
en otras épocas, porque la globalización implica,
por una parte, intercambio de ideas y de visiones,
encuentro de religiones y de culturas; y por otra,
unificación en la manera de pensar y de vivir. Por
ello, la globalización es un proceso de cambio que
estamos viviendo y que nos lleva a un mundo, en
cierto modo, nuevo. No solo hemos de pensar que
tal vez nuestro mundo se ha descristianizado. Tal
vez nos hemos de plantear si estamos ante un
mundo nuevo que está surgiendo y que necesita ser
evangelizado.
En paralelo a lo anterior, ¿por qué los misioneros salen de su tierra, cuando hay tantas necesidades aquí?
Salir de la propia tierra es siempre un acto de
generosidad de quien, respondiendo a la llamada
del Señor, renuncia a sus propias seguridades.
Ciertamente aquí hay muchas necesidades, pero
no debemos olvidar que en aquellos lugares a los
que van los misioneros seguramente habrá muchas más. Pensar que, por nuestras necesidades,
no deberían dejar nuestra tierra, sería mirarnos
únicamente a nosotros mismos y cerrar los ojos a
la realidad de nuestro mundo. Hoy y siempre, tiene que haber personas que sepan ver las necesidades de otras Iglesias y sean generosas para salir de su tierra.
Este 2016 celebramos el 90 aniversario del
DOMUND. ¿Qué ha supuesto esta Jornada para
nuestra sociedad?
El DOMUND ha calado profundamente en la
Iglesia y ha pasado de esta al ambiente de nuestra
«El anuncio del Evangelio es el camino
para lograr la auténtica justicia».
sociedad. Para la Iglesia, esta celebración es
la manifestación de que la conciencia misionera ha ido arraigando en todo el pueblo de
Dios, de manera especial a partir del siglo XX.
Para nuestra sociedad, ha significado una
sensibilización cada vez mayor respecto a los
problemas y las situaciones de muchos países que antes nos quedaban muy lejos. En este sentido, la Iglesia católica ha abierto los
ojos de Europa a las necesidades de los países más pobres, que generalmente han coincidido con aquellos en los que el Evangelio
todavía no se había anunciado o la Iglesia está poco implantada. De hecho, en muchos
ámbitos de nuestra sociedad se vive un sentimiento de solidaridad para con los pueblos
más pobres del mundo.
Este año la exposición “El DOMUND, al descubierto” tiene lugar en Tarragona. ¿Qué
puede aportar este acontecimiento a las diócesis catalanas y a su dinámica misionera?
Lo primero que debería aportar es una revalorización de la dimensión misionera en la
vida de nuestras diócesis. Como hemos dicho, en nuestra sociedad hay un gran sentido
de la solidaridad para con los países más po-
«Siempre ha de haber personas que sepan
ver las necesidades de otras Iglesias
y sean generosas para salir de su tierra».
bres. Pero los cristianos no debemos olvidar
que el camino de la Iglesia es Jesucristo, por
lo que el anuncio del Evangelio no es algo secundario en su misión, sino que es el camino
para lograr la auténtica justicia y para que el
Reino de Dios sea una realidad en nuestro
mundo. Actualmente tenemos la sensación de
que ha crecido la conciencia de solidaridad y
ha disminuido la conciencia misionera. Por
otra parte, ya no todos vinculan esta solidaridad con la misión de la Iglesia, cuando en
realidad es todavía hoy la institución que más
personas y medios dedica, ya no solo a anunciar el Evangelio, sino a programas de desarrollo al servicio de los más pobres. Estoy
convencido de que la exposición ayudará a
avivar la conciencia misionera y a que la sociedad redescubra esta dimensión del servicio
eclesial, tan desconocida para muchos.
¿Qué les diría a los lectores de Illuminare
para animarles a colaborar con el DOMUND?
Me gustaría exhortar a que sigamos las
propuestas del Papa, acrecentando la conciencia misionera en nuestras comunidades y
diócesis; organizando jornadas de oración
por los misioneros y las vocaciones misioneras; y animando a colaborar económicamente con las necesidades de la Iglesia, canalizadas a través de las Obras Misionales Pontificias, para que el Evangelio sea anunciado
en todo el mundo.
Paula Rivas
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A
l resumir las actividades de la Obra de la
Propagación de la Fe en Jaén, podemos comenzar por el propio DOMUND. Nos esforzamos
por secundar el deseo del Santo Padre de que este día sea un verdadero acontecimiento eclesial,
donde cada uno de los fieles y comunidades descubra el significado de la cooperación con la
evangelización de los pueblos. En septiembre se
envían los materiales para preparar esta Jornada,
y, al inicio del mes siguiente, el Pregón del DOMUND, sobre algún tema motivador, sirve de
obertura al “Octubre Misionero”.
La animación se desarrolla a lo largo de todo
el año: apoyo a grupos misioneros de las parroquias; charlas misioneras en colegios; seguimiento y correspondencia con nuestros misioneros;
acompañamiento a personas interesadas en la misión, que contactan con la Delegación de Misiones o con OCASHA-Cristianos con el Sur; testimonios de misioneros, de paso o retornados;
mercadillos misioneros... Hay que señalar la im-
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plicación del Servicio Conjunto de Animación
Misionera (SCAM), según las actividades que se
requieran. Y también, a efectos de animación y
cooperación, la atención a la misión diocesana de
Jaén en el vicariato apostólico de Esmeraldas.
Respecto a la formación, entre otros cursos
y jornadas, mencionamos la Escuela de Animación Misionera de la diócesis, que se desarrolla
a lo largo del año escolar, con un temario bianual y una buena participación. En cuanto a la
información para dar a conocer la actividad
misionera a la sociedad, hace años que somos
fieles al compromiso de ofrecer un artículo semanal en el Diario Jaén, en torno a los misioneros jiennenses y la realidad de los países de
misión. También contamos con el blog Latiendo con el Sur, de la asociación de apoyo a los
misioneros de Jaén y a sus proyectos.
Para la organización de estas actividades,
la Delegación de Misiones se pone en marcha
a la vuelta del verano. Poco después, al co-
menzar octubre, se constituye el Consejo Diocesano de Misiones, que ayuda al obispo y a
su delegado de Misiones en la promoción y
coordinación de la animación misionera diocesana. Las jornadas misioneras las organizamos
rotativamente por arciprestazgos: la totalidad
de estos preparan y celebran el DOMUND, en
tanto que, para cada jornada restante,
son unos arciprestazgos concretos los
encargados de realizarla ese año. Se resalta así el carácter singular del DOMUND en el conjunto de las jornadas y
se da lugar a que, a través del tiempo,
todos los arciprestazgos vayan trabajando y viviendo todas las demás.
De este modo, la distribución de las
distintas jornadas –las de las Obras Misionales Pontificias, la Comisión Episcopal de Misiones, la Misión Diocesana...–
y la Escuela de Animación Misionera
nos permiten ir dando un tinte misionero
a toda la vida pastoral de la diócesis.
Manuel Alfonso Pérez Galán
Delegación Diocesana de Misiones de Jaén
Delegado: P. Manuel Alfonso Pérez Galán
Obispado; plaza de Santa María, 2; 23002 Jaén
953 23 00 36, ext. 44; [email protected]
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Este octubre sale de nuevo a la calle "El DOMUND, al descubierto", una exposición
viva, que cada año aspira a presentarse en edición "corregida y aumentada".
Madrid y Sevilla la han acogido ya; Tarragona se prepara con ilusión para hacerlo.
En 2014, en respuesta al
llamamiento del papa
Francisco a ser una Iglesia
"en salida" y "con las
puertas abiertas", OMP elige por primera vez un centro cívico, y no una dependencia eclesial, para presentar el DOMUND ante la
sociedad; lo hace a través
de una exposición misionera y una serie de interesantes actividades complementarias. El Centro Cultural Arganzuela se
convierte en un espacio libre para que los
ciudadanos conozcan, valoren y apoyen la
labor de los misioneros.
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El evento, en un formato renovado, salta en
2015 a Sevilla, en el marco de la Fundación Cajasol, con la incorporación de otros
materiales gráficos y documentales. Las diversas actividades formativas e informativas incluyen una Jornada dedicada a los misioneros y misioneras andaluces, así como la presentación de un libro que recopila todos los carteles del DOMUND, exhibidos –igual que en Madrid– en la exposición.
Con el afán de mostrar cada vez más y mejor la
realidad de la Iglesia misionera, Tarragona se
dispone a ofrecer, en este 2016, una convocatoria de "El DOMUND, al descubierto" especialmente completa y atractiva. La exposición cuenta en la ciudad con un notable precedente, la muestra
de los emblemáticos carteles de la Jornada que, bajo el
título "70 imágenes y un solo mensaje", se presentó en
el Palau de la Diputación en 2011 (foto superior derecha).
Esta vez, la sede será el Centre Tarraconense El Seminari
(C/ Sant Pau, 4), si bien uno de los actos –una conversación sobre la realidad misionera entre dos figuras de
gran relevancia social– se desarrollará en el CaixaForum
(C/ Cristòfor Colom, 2). La cita, del 3 al 12 de octubre,
aspira a ser un gran escaparate de la actividad misionera, con un espacio dedicado a la proyección evangelizadora ad gentes de las diócesis catalanas.
.
L
a formación misionera sigue siendo un desafío
importante. Para el conjunto de los fieles, por
ser pieza clave en su sensibilización hacia la misión
ad gentes y porque, en paralelo, a mayor conciencia misionera, mayor deseo de formación. Y para
quienes van a ser enviados a la misión, porque, lógicamente, tal preparación es indispensable con
vistas a la labor que van a realizar.
Entre las Obras Misionales Pontificias, es la Pontificia Unión Misional la que específicamente se
encarga de impulsar la formación misionera de los
sacerdotes, religiosos y religiosas y agentes de pastoral, y, a través de ellos, la de todos los fieles. En
el año del centenario de esta Obra, se ofrece aquí
una visión panorámica de las principales iniciativas
de formación en el ámbito misionero, con el deseo
de agradecer y apoyar los esfuerzos de las instituciones que las impulsan.
Armonizar propuestas
Avanzar en la coordinación de las propuestas de
formación misionera evita la dispersión de energías
y los solapamientos. Es un camino con un profundo sentido de comunión eclesial, emprendido ya por
las tres instituciones que aparecen seguidamente.
20
La Escuela de Formación Misionera (91 725 00
30), con su Curso Intensivo de Formación Misionera, aporta un acercamiento a la realidad de la
misión a los misioneros que se disponen a partir.
Su objetivo es ofrecerles una inmediata preparación
académica, práctica y de vida para poder incorporarse a un proyecto de evangelización, en un proceso de encarnación e inculturación. También es
útil para sacerdotes, religiosos/as y agentes de pastoral de otros países que se insertan en el nuestro.
El Instituto Superior de Pastoral de la Universidad Pontificia de Salamanca (91 554 52 30) ofrece, por su parte, la Semana Intensiva MisionerosActualización. Este curso de una semana está
orientado a misioneros que retornan tras años de
actividad evangelizadora en otras naciones y a religiosos/as extranjeros destinados en España, y
pretende facilitar su toma de contacto con nuestra
situación religiosa, cultural y social.
La Cátedra de Misionología de la Universidad
Eclesiástica San Dámaso de Madrid (91 364 40
10) propone un Curso de Evangelización Misionera, bianual y cíclico, para la formación sistemática y la reflexión misionológica de agentes de
pastoral y de quienes participan en grupos de animación misionera o desean realizar una experien-
cia de misión. También ofrece una modalidad intensiva, el Curso de Verano de Misionología (en Segovia), y una Jornada Académica anual, con interesantes ponencias.
Dos “clásicos”
El P. Juan Martínez, de la citada Cátedra,
caracteriza la buena formación misionera como integral, adaptada, personalizada, vocacional y profunda; adjetivos aplicables a la
que brindan dos convocatorias de gran solera
que se desarrollan en la capital burgalesa.
Una es la Semana Española de Misionología, impulsada por la Archidiócesis de Burgos (947 20 10 04), con la colaboración de la
Comisión Episcopal de Misiones y las OMP.
Este foro, para la reflexión teológico-pastoral y la formación específica sobre
La formación
la cooperación de la Iglesia en Esmisionera es un
paña con la actividad misionera de
la Iglesia universal, ha alcanzado
desafío importante,
su 69.ª edición. Abierto a todos
por ser una
los interesados, se dirige en espepieza clave en la
cial a delegados diocesanos de
sensibilización hacia la Misiones, responsables de pastomisión ad gentes.
ral, sacerdotes, religiosos/as y laicos
comprometidos en el primer anuncio.
En cuanto al Simposio de Misionología,
lo organiza en años alternos –y van 27 citas–
la Facultad de Teología de Burgos (947 26 70
00). Es un ámbito académico para profundizar en un tema propio de la Misionología desde el estudio teológico, en línea con la tradición misionera de esta Facultad y de la ciudad en que tiene su sede.
Una rica oferta
Diversas instituciones eclesiales realizan
otras propuestas formativas, según sus ámbitos
específicos. Así, el Instituto Español de Misiones Extranjeras (91 726 84 27) ofrece su también veterana –63 ediciones– Convivencia de
Animación Misionera para Seminaristas,
enmarcada en la labor de animación y preparación misionera que el IEME realiza en los
seminarios y con los sacerdotes diocesanos.
Encuentro África. Antropología y Misión
es el nombre de las conocidas jornadas anuales de Mundo Negro-Misioneros Combonianos (91 415 24 12), encaminadas a sensibilizar a la sociedad española sobre temas rela-
cionados con el continente africano. Puede
asistir todo aquel que lo desee, lo mismo que
al Encuentro de Diálogo Interreligioso que
promueve la Conferencia Española de Religiosos, CONFER (91 519 36 35), y en el que
se dan cita comunidades de diversas religiones y organizaciones de carácter ecuménico.
Para cerrar este recorrido, necesariamente
incompleto, además de recordar que varias
Delegaciones Diocesanas de Misiones tienen
sus propias ofertas formativas, hay que mencionar el Encuentro Misionero de Jóvenes
auspiciado por Obras Misionales Pontificias
(91 590 27 80). Es un espacio dinámico, celebrativo y de formación para que los jóvenes
puedan reflexionar sobre el significado de la
dimensión misionera en la vida del cristiano,
y abrirse al compromiso y al posible descubrimiento de la vocación misionera a través
de una experiencia temporal de misión.
21
C
omo hemos leído en su Mensaje para la Jornada Mundial de las Misiones, el papa Francisco considera oportuno “volver a recordar la sabias indicaciones de mis predecesores, los cuales establecieron que fueran destinadas a esta Obra todas las ofertas que las diócesis, parroquias, comunidades religiosas, asociaciones y movimientos eclesiales de todo el mundo pudieran recibir para auxiliar a las comunidades cristianas necesitadas y para fortalecer el anuncio del Evangelio hasta los confines de la tierra”. El dinero que los fieles ofrecen en la colecta del DOMUND es una limosna anónima y generosa
que, según el deseo de los papas y la intención de los donantes, solo puede tener como destino la ayuda a todas las misiones a través de la Obra Pontificia de la Propagación de la Fe.
En 2015 la cooperación económica de los católicos de todo el mundo durante el año anterior permitió que, a través de esta Obra, se destinaran a los territorios de misión de los cinco continentes las siguientes cantidades:
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Concretamente, la contribución
de los fieles de España fue enviada, siguiendo las indicaciones de la Asamblea General
de las OMP, de la manera
que refleja el gráfico de
la derecha:
El procedimiento
de que las ayudas del
mundo entero se distribuyan desde Roma
lo más equitativamente
posible, con la asignación de destinos a lo aportado en cada país, permite que la colaboración económica a través del DOMUND sea tan concreta como llena de espíritu universalista: toda la Iglesia cooperando en la misión, única y totalizadora, de llevar la Buena Noticia a toda criatura (cf.
Mc 16,15). El sentido de este modo de proceder es muy profundo; por eso, Francisco añade en su Mensaje: “No dejemos de realizar también hoy este gesto de comunión eclesial
misionera. No permitamos que nuestras preocupaciones particulares encojan nuestro corazón, sino que lo ensanchemos para que abarque a toda la humanidad”.
A modo de ejemplo de cómo estas ayudas llegan hasta sus correspondientes destinatarios, se recogen aquí las muestras de agradecimiento por algunas de las aportaciones recientemente enviadas desde España gracias al DOMUND.
CAMERÚN: un reto
Al agradecer a España la aportación recibida para el sostenimiento ordinario de su diócesis, el obispo de Eséka, Mons. Dieudonné Bogmis, ofrece una panorámica de la vida de su
Iglesia local:
«Queridos amigos: hemos recibido el subsidio de 21.372,75 euros que las Obras Misionales Pontificias en España nos han enviado amablemente este año. Estamos muy contentos y
les damos las gracias de todo corazón.
La Iglesia particular de
Eséka, que se beneficia de esta ayuda, se creó en 1993 tras
la división de la archidiócesis
de Douala. Es una diócesis enteramente rural, en la selva
ecuatorial. No tenemos ninguna industria, banco o estructura económica propiamente moderna. El medio de vida es esencialmente una agricultura de subsistencia, que produce malanga, yuca, ñame y llantén como principales recursos alimentarios.
La palmera de aceite y el cacao son los únicos cultivos comerciales. Una población de en torno a 200.000 habitantes vive en aldeas diseminadas por la selva. Contamos con 35 parroquias,
40 escuelas primarias, 4 colegios y 10 dispensarios.
23
Aparte de la labor normal de todo sacerdote de anunciar la Palabra de Dios, celebrar los sacramentos, visitar las comunidades parroquiales y ofrecerles catequesis, nuestra principal preocupación es la construcción de iglesias y presbiterios para que los sacerdotes puedan alojarse adecuadamente. Evidentemente también queremos construir escuelas, dispensarios, pozos de agua...,
pero nuestros medios son muy limitados. En cualquier caso, "Roma no se construyó en un día".
La respuesta al anuncio del Evangelio es muy entusiasta y alegre: muchos hombres, mujeres
y niños vienen a misa los domingos y días festivos, lo cual es muy alentador. Sin embargo, to-
davía nos queda el reto de enraizar la doctrina y la vida cristiana en los corazones de los fieles.
Una vez más, gracias a los cristianos y a las Obras Misionales Pontificias de España. Nuestras humildes oraciones os acompañen».
INDIA: una diferencia
John Thomas Kattrukudiyil, obispo de Itanagar, acusa recibo de diferentes ayudas –un total
de 95.250,43 euros– recibidas de la Obra de la Propagación de la Fe y que han sido enviadas
desde España: un subsidio ordinario para la diócesis, un subsidio para catequistas y varios
subsidios extraordinarios para construcciones (la primera fase del centro diocesano de pastoral, las capillas de dos pueblos, un
convento para las hermanas de la Santa
Cruz de Chavanod, una iglesia en Ballappu) y para la compra de un todoterreno para la pastoral en la misión de
Naricamp. Acompaña toda la justificación documental con esta nota de agradecimiento:
«Queridos amigos de Obras Misionales Pontificias de España: saludos
desde la diócesis de Itanagar, en el estado de Arunachal Pradesh, al nordeste
de la India. En primer lugar, les expreso mi gratitud por todas las ayudas que
nos han prestado. Les agradecemos de todo corazón su sacrificio y generosidad. Con su valioso apoyo hemos podido conseguir mucho y marcar una diferencia en nuestra diócesis. Que
Dios les bendiga y les premie. Les adjunto informes y fotografías de los proyectos».
MOZAMBIQUE: un gesto
El misionero de la Consolata murciano Francisco Lerma es el obispo de la diócesis mozambiqueña de Gurué. Esta es su carta ante la aportación recibida:
«La Nunciatura Apostólica en Mozambique me ha comunicado que el subsidio ordinario y extraordinario de la Obra Pontificia de la Propagación de la Fe en favor de nuestra diócesis para
el presente año corre a cargo de las Obras Misionales Pontificias en España. Estas ayudas –en
total, 38.441,05 euros– están destinadas a la vida ordinaria de la diócesis (manutención de los
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34 sacerdotes y el obispo, gastos de viajes, apoyo a los
seminaristas mayores...), a dar un pequeña ayuda a los
catequistas, al boletín diocesano y otras publicaciones, al
Centro Catequístico Interdiocesano de Guiúa y a cubrir
gastos de la reciente Asamblea Diocesana de Pastoral.
Agradecemos enormemente este gesto de solidaridad cristiana, que viene al encuentro de nuestras necesidades pastorales de evangelización más elementales.
Son, en efecto, los cinco panes y dos peces del niño
del Evangelio con los que Cristo hizo el milagro. Nuestra cooperación, y, en este caso, la vuestra, es imprescindible para el milagro de la evangelización. Los misioneros, gracias a Dios, no estamos so-
los. Vuestro gesto lo confirma.
Por todo ello, nuestro más sentido agradecimiento a las diócesis españolas, a sus pastores y fieles y a todos los que de alguna manera colaboran con las OMP en España. Con los
pequeños gestos como el vuestro se mueven montañas».
BOLIVIA: una obra
El obispo titular del vicariato apostólico del Beni, el burgalés Mons. Julio María Elías, OFM,
manifiesta su gratitud por la ayuda extraordinaria recibida para la ampliación y remodelación
de la casa de las religiosas en el recinto del colegio diocesano "Madre Seton", en Trinidad:
«He recibido la comunicación oficial del Sr. Nuncio de Su Santidad en Bolivia del depósito de
la ayuda de 64.783,02 euros que la Obra Pontificia de la Propagación de la Fe concedió a nuestro vicariato para la segunda fase de la construcción de una vivienda en Trinidad para las religiosas que realizan su tarea misionera en provincias. La presidenta de la Conferencia Beniana de
Religiosos, recogiendo las necesidades de las mencionadas religiosas
misioneras, ha estado insistiendo en
la realización de esta vivienda.
Dicha ayuda es obra de la generosidad de los fieles de España.
De ahí mi agradecimiento a mis
connacionales y a usted, muy estimado director de OMP en España,
que realiza esa labor de responsabilizar a que los fieles sean solidarios con estos territorios que están
bajo el cuidado de la Congregación
para la Evangelización de los Pueblos, como es el caso de nuestro vicariato apostólico del Beni. Le prometo mi oración por todos los bienhechores de nuestra misión».
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A la izquierda, el padre Segundo Llorente.
Sobre estas líneas, Montserrat Roset.
Este 2016 la Jornada Mundial de las Misiones cumple 90 años. A lo largo de este tiempo, multitud de misioneros y misioneras han salido de su tierra para anunciar el Evangelio
con las obras y las palabras. Como muestra de esa cadena incesante de testigos de Cristo
ante el mundo, que rompen ataduras y seguridades para ser primera línea de la "Iglesia en
salida", recuperamos aquí varios testimonios misioneros de estas últimas décadas.
El punto de partida
P
ara mí, decir “comunidad” es decir “mi pueblo”, un todo único de familia, vecinos, fiestas, entierros, y todo ello al cobijo de la parroquia.
Los valores humanos y cristianos de mi pueblo me
iban formando al ritmo mismo con que comíamos
el pan de cada día. Cantábamos: “Dame la fe de
mis padres...”. Y pensaba: “Las piedras de mi parroquia tienen mil años. Rezuman fe de siglos”. Y
ahora comprendo que esa fe hizo que un día dejara mi pueblo, los montes de mi pueblo, la plaza
de mi pueblo, para ir a compartir esa Buena Nueva
que uno lleva dentro.
Recuerdo a mi abuela rezando silenciosa el rosario, a mi padre yendo a misa entre semana, a todos
los hermanos rezando juntos. Y en el colegio de las
monjas se me despertó el sueño de ir a misiones...
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Todo mi pueblo era una forja de valores humanos. Sí, mi comunidad me acompañó en el despertar de mi fe cristiana. Soy lo que he recibido de mi
comunidad. Me siento parte de mi pueblo. Y siento un profundo agradecimiento por todo ello.
MONTSERRAT ROSET,
misionera en la R. D. del Congo
La llamada
E
l Espíritu suscitó en nuestra comunidad el
deseo de llevar la vida contemplativa a países donde no existía. La Providencia abrió caminos
para que un grupo de cuatro hermanas partiera hacia Zimbabue. Más tarde, esta misma llamada resonó nuevamente entre nosotras: la Iglesia de
Mozambique nos urgía a extender nuestra vida.
Saber que tenemos hermanas en la misión
nos hace tener un corazón grande y universal. Este horizonte da sentido a lo pequeño de
cada día, conscientes de que nuestra vida escondida en el silencio del claustro da fruto en
el mundo entero, de que nada se pierde y de
que de nuestra unión con el Señor brota la fecundidad.
Como dice una de nuestras hermanas de
Zimbabue: “La realidad es más bella que
nuestros sueños, porque es el sueño de Dios”.
HERMANAS POBRES DE
SANTA CLARA DE SORIA
La respuesta
V
ivir una experiencia misionera hoy,
como siempre, es hacerse eco de la
palabra de Jesús: “Deja todo cuanto tienes,
ven y sígueme”. Y marcharse. Marcharse
a un país del Tercer Mundo donde la
Buena Noticia de Jesús no ha sido
«Vivir una
experiencia misionera todavía anunciada. Dejar lo poco
o mucho que se tiene: familia,
hoy, como siempre,
amigos, comodidades y seguries hacerse eco
dades, una cultura propia... Y
marcharse. Marcharse, con la fe y
de la palabra
la esperanza en el Señor Jesús, a
de Jesús».
hacerse pobre con los pobres, a llorar con los que lloran, a esperar con los
que están esperando un destino humano mejor y una salvación total.
Y marcharse ¿para qué? Pues marcharse,
como siempre, para anunciar la Buena
Nueva de Jesús. Así de sencillo. Y sin vergüenza de hacerlo o decirlo. Porque uno tiene que ser fiel a la esperanza y fe en Jesús
que lleva dentro. Y porque la aportación cristiana es para esas culturas un enriquecimiento y una fuente de liberación.
JUAN JOSÉ OSÉS,
padre blanco, misionero en Ghana
El equipaje
E
l que vaya a las misiones tiene que
proveerse, ante todo, de mucha humildad. Tiene que llevar muy metida en el
alma la idea de que ni el que planta ni el que
riega son nada. Y a nadie le gusta ser nada.
Luego, tiene que tener lo que va a dar, porque ¿cómo va a dar uno lo que no tiene? Y
lo que va a dar el misionero es una cosa muy
seria. Es nada menos que una mentalidad
cristiana. Si el misionero no es otro Cristo,
¿cómo va a ayudar a que otros lo sean? San
Pablo pudo decir: “Sed imitadores míos, como yo lo soy de Cristo”. Luego hay que romper muchas amarras que lo tienen a uno como esclavizado. La patria, la familia, la lengua, los amigos; todo esto tiene que sufrir
una poda a ciencia y a conciencia, y todas las
podas tienen mucho de doloroso.
Pero el misionero humilde que confía en
Dios y vive una vida interior profunda no
tiene por qué alarmarse. Si se enamora de
Cristo, puede prepararse como gigante para
la carrera, confiado en que Dios, que dio el
principio, dará también el fin: un fin prometedor y gozoso. Lo cierto es que la aventura de las misiones es fuente perenne de
bendiciones sin cuento.
SEGUNDO LLORENTE, SJ,
misionero en Alaska
La marcha
H
oy veo mi vida como una marcha
continua. Siendo Iglesia misionera,
he de ser peregrina.
Dejé mi casa, mi familia, mis amigos; y
aquí me he encontrado con casa, con familia, con amigos numerosos. Se aprende a tener corazón universal cuando uno se olvida
de su propia figura, va al encuentro con el
otro y aprende de él.
Desde aquí, desde Japón, os invito a todos: ensanchad vuestras tiendas, ensanchadlas, ensanchadlas. La Verdad que creéis poseer merece ser conocida, y solo lo será
cuando vosotros salgáis y busquéis al otro,
y el otro os reciba para cenar con él. Y compartiendo con él, aprenderéis también de su
parte de verdad.
Un corazón que no tiene fronteras se hace amigo de todos; y por esa amistad empiezan los hombres a entender sobre el don
de Cristo y de su Iglesia: el sentido de la
fraternidad universal.
BEATRIZ CAVESTANY,
misionera de Cristo Jesús en Japón
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Monición de entrada
Este domingo tiene lugar la Jornada Mundial de las Misiones, el DOMUND, con el lema “Sal de tu tierra”. La Jornada nos propone el ejemplo de los misioneros y misioneras, que lo han dejado todo para salir
de su tierra e ir hacia los que no conocen a Cristo. Todos y cada uno, y nuestra entera comunidad cristiana,
estamos llamados a salir de nosotros mismos, a ser lo que el papa Francisco llama “una Iglesia en salida”.
La celebración de la misa del domingo es el mayor acicate para despertar nuestra fe y nuestro amor, y
hacer que no se aletargue nuestra vida cristiana, sino que sea misionera. Acojamos con espíritu humilde la
Palabra de Dios y la eucaristía, para que con alegría salgamos al encuentro de todos nuestros hermanos.
Sugerencias para la homilía
En el Evangelio de hoy, Jesús nos presenta dos modelos de oración: uno es el de la persona segura
de sí misma, que da gracias a Dios, pero que no se siente necesitada de su misericordia; el otro es la
oración de quien, ante Dios, se sabe indigno y necesitado de perdón y misericordia. Jesús concluye lapidariamente: “Este bajó a su casa justificado, y aquel no”. Y es que Dios es un Padre que nos ama siempre e incondicionalmente, y ante Él lo que somos está patente: de nada sirve autojustificarnos. La oración nos abre a Dios desde la realidad de nuestra existencia; si acogemos su misericordia, Él mismo nos
perdona y renueva nuestra vida, Él nos justifica. Ya el Antiguo Testamento hablaba del valor que la oración del pobre tiene a los ojos de Dios (primera lectura y salmo).
En la segunda lectura san Pablo expresa su confianza ante Dios: compara su vida con una competición deportiva y espera –no de sus méritos, sino de Dios, juez justo– el premio a sus trabajos. Porque
Dios no se contenta con ser quien nos justifica, sino que, además, nos hace partícipes de su obra de salvación y recompensa sobradamente –con el ciento por uno– a quien invierte su vida al servicio del Evangelio en favor de sus hermanos.
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«Reconocer
nuestra pobreza
y la grandeza
de la obra
de Dios es la
forma más
sencilla de ser
misionero».
La Jornada Mundial de las Misiones de este año tiene como lema “Sal de tu tierra”, y la
liturgia de hoy nos habla de la actitud elemental e imprescindible: dejar de mirarnos a nosotros
mismos y mirar la necesidad de los demás. La oración que Dios escucha es la del humilde que
proclama con su vida y su palabra la misericordia del Señor. Reconocer nuestra pobreza y la
grandeza de la obra de Dios –como lo hizo la Virgen María– es la forma más sencilla de ser
misionero. En este Año Jubilar de la Misericordia, nos lo recuerda también el Papa en su Mensaje para la Jornada, que tiene por título “Iglesia misionera, testigo de misericordia”. Hay un
vínculo esencial entre misericordia y misión, y la misericordia exige la humildad del corazón.
Modelo de “cristiano en salida” y de “Iglesia en salida” son los misioneros y misioneras,
que esparcen la semilla de la Buena Noticia por el mundo entero. Ellos han dejado su tierra para ponerse al servicio del Evangelio y de la Iglesia. Ciertamente se trata de una vocación específica, aunque este hecho no debe opacar la realidad de que todo cristiano está llamado a “salir de su tierra”, en cuanto esta representa el arraigo en lo conocido, las seguridades humanas,
la autojustificación personal, la comodidad, la rutina... La oración humilde, al tiempo que nos
hace confiar en la misericordia de Dios, nos convierte también en mensajeros de ella, nos desarraiga y nos hace valerosos para anunciar esa misericordia del Señor a los demás. ¡Que sea
este el fruto de la celebración eucarística que nos ha reunido!
Oración de los fieles
Dios escucha la oración que se le dirige con espíritu humilde; animados por el Espíritu
Santo, confiadamente le pedimos:
Por la Iglesia, para que toda ella sea testigo de misericordia.
Roguemos al Señor.
Por el Papa y los obispos, para que ayuden a todos los fieles a ser “Iglesia en salida”.
Roguemos al Señor.
Por todos los cristianos, para que nuestra oración humilde nos ayude a ser anunciadores
de la misericordia de Dios.
Roguemos al Señor.
Por el fruto del Año Jubilar de la Misericordia, para que haga a la Iglesia más capaz
de llevar el Evangelio a todos los hombres y pueblos.
Roguemos al Señor.
Por las personas que sufren, para que vean en quienes les ayudan el rostro de la
misericordia de Dios.
Roguemos al Señor.
Por los misioneros y misioneras en todo el mundo, para que sigan saliendo con la
alegría de la misericordia al encuentro de los demás.
Roguemos al Señor.
Por nosotros, para que dejemos nuestra comodidad y salgamos a las periferias
existenciales que aguardan el anuncio del Evangelio.
Roguemos al Señor.
Escucha, Padre de misericordia, la oración humilde de tus hijos, que han puesto su confianza solo en Ti. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Juan Martínez Sáez, fmvd. Colaborador de las OMP
29
1. Canto inicial
Mientras se expone el Santísimo, puede hacerse un canto al Espíritu Santo; por ejemplo, “El Espíritu
de Dios está en este lugar” o la “Secuencia al Espíritu Santo”.
2. Monición incial
En esta Jornada Mundial de las Misiones que vamos a celebrar, el Papa nos invita a seguir profundizando en la misericordia de Dios Padre y a vivir con fidelidad el mensaje del Evangelio. El lema de este año es
“Sal de tu tierra”; es una llamada a cada cristiano y cada comunidad a salir de su propia realidad y llevar
la luz del Evangelio allí donde los hombres y mujeres de nuestro tiempo necesiten ver el rostro de Cristo.
El mundo necesita de personas que, habiéndose encontrado con Cristo Salvador, ayuden a otros a realizar esta misma experiencia. Esta es la misión de todo cristiano, y en especial la de aquellos que han sido llamados por el Señor a entregar su vida por los más abandonados.
Que en esta vigilia nos dejemos llevar por el Espíritu Santo, que nos guía e impulsa a salir de nosotros mismos y de nuestra tierra; y oremos también de una manera especial pidiendo al Dueño de la mies
que envíe trabajadores a su mies.
3. Lectura: Gén 12,1-3.
4. Reflexión
Se lee el párrafo n. 2 del Mensaje para la Jornada Mundial de las Misiones 2016 del papa Francisco
(en esta misma revista): “La misericordia hace que el corazón del Padre...”.
5. Canto: “Sal de tu tierra” (de Brotes de Olivo) o “Id y enseñad” (“Sois la semilla...”).
30
6. Signo
«El lema de este
año es una llamada
a cada cristiano
a salir de su
realidad y llevar la
luz del Evangelio
allí donde se
necesite ver el
rostro de Cristo».
Se presentan diferentes ámbitos a los que nos sentimos urgidos a acudir. En cada intención se ofrece una vela –que puede ser colocada delante del Santísimo–, como signo de que
queremos llevar la luz del Evangelio a cada una de estas realidades, y, mientras, se canta
“Sois la sal” (de Luis Guitarra). Como introducción al signo, se lee:
Abrahán recibió el mandato del Señor de salir de su tierra, de su patria, para ir hacia la
tierra prometida. Nosotros, al igual que Abrahán, también somos llamados a salir de nuestra
tierra para ir al encuentro de los hermanos; ellos son la tierra donde Dios cumple su promesa. Queremos presentar ahora diferentes realidades y, mientras tanto, preguntarnos: ¿hacia
qué tierra salimos?
Salimos hacia la tierra de los pobres, los encarcelados, los marginados. Que siempre reconozcamos el rostro de Cristo en los más necesitados. (Canto).
Salimos hacia la tierra de las familias. Que acudamos siempre en ayuda y defensa
de la familia, especialmente de aquellas que más lo necesitan. (Canto).
Salimos hacia la tierra de los jóvenes que no conocen a Cristo. Que siempre nos
encontremos dispuestos a transmitirles el mensaje del Evangelio y al mismo Señor.
(Canto).
Salimos hacia la tierra de la educación y la cultura. Que estemos siempre prestos
para anunciar con valentía los valores del Evangelio en la vida pública. (Canto).
Salimos hacia la tierra de los enfermos y ancianos. Que mostremos siempre
nuestra cercanía y amor para con ellos en obras concretas de misericordia. (Canto).
Salimos hacia la tierra de las personas y pueblos que nunca han escuchado hablar del Señor. Que en todo el mundo demos siempre testimonio del amor de Dios a
todos los que tienen sed de su Palabra. (Canto).
7. Padrenuestro
8. Oración final (oración colecta de la misa “Por la evangelización de los pueblos”).
Padre misericordioso, tú quieres que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad; mira la abundante cosecha y envía nuevos operarios, para que sea predicado el Evangelio a toda criatura, y tu pueblo, congregado por la Palabra de vida y sostenido por la gracia de los sacramentos, avance por el camino de la salvación y del amor. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo,
y es Dios por los siglos de los siglos.
9. Bendición con el Santísimo, reserva y canto
Misioneras Oblatas de María Inmaculada
31
PROPAGACIÓN DE LA FE
APORTACIÓN ECONÓMICA DE LAS DIÓCESIS A
Los donativos para la
Obra de la Propagación de
la Fe se reciben en las parroquias y comunidades
cristianas, y llegan, a través de las Direcciones Diocesanas, a la Dirección
Nacional de OMP. Desde
allí, este dinero se envía,
por medio de las Nunciaturas Apostólicas de los
países correspondientes, a
los destinatarios que indica a España la Secretaría
General de la Obra Pontificia de la Propagación de
la Fe en Roma.
Aparecen aquí, desglosadas por diócesis, las ofrendas recogidas en 2015 en
el conjunto de España. Estas proceden, en buena
medida, de la colecta de
la Jornada Mundial de las
Misiones (DOMUND) celebrada el día 18 de octubre de 2015. También, del
esfuerzo económico continuado que realizan muchos
fieles, a través de cuotas
periódicas domiciliadas.
Otras aportaciones provienen de herencias y legados
de personas que dejan sus
bienes para ayudar a paliar
las necesidades atendidas
por la Iglesia en los territorios de misión.
32
Recaudaciones
ejercicio
2015
DIÓCESIS
Euros
ANDALUCÍA
CASTILLA-LEÓN
MADRID
Almería ..........................100.564,75
Cádiz-Ceuta ............. 98.563,39
Córdoba ....................... 427.130,06
Granada ........................354.765,53
Guadix-Baza ............... 27.763,78
Huelva ............................ 93.489,36
Jaén .............................. 147.285,08
Jerez ............................... 91.030,26
Málaga-Melilla ......... 282.009,63
Sevilla ........................... 488.002,58
Astorga ......................... 106.646,27
Ávila ................................ 101.349,60
Burgos .......................... 518.159,41
Ciudad Rodrigo ....... 25.036,30
León ................................179.600,13
Osma-Soria ..................43.580,63
Palencia ....................... 143.577,10
Salamanca ................. 145.071,40
Segovia ........................... 76.765,80
Valladolid ....................225.029,88
Zamora ............................ 59.257,16
Alcalá de Henares ........ 81.706,87
Getafe .................................. 181.742,99
Madrid .............................. 2.207.430,78
Arz. Castrense ............... 20.624,21
ARAGÓN
Barbastro-Monzón ..... 40.728,36
Huesca ......................... 48.937,91
Jaca .............................. 22.592,42
Tarazona ..................... 30.999,71
Teruel-Albarracín ..... 43.127,00
Zaragoza ................... 367.377,74
ASTURIAS
Oviedo ......................... 344.142,49
BALEARES
Ibiza ................................. 17.687,70
Mallorca ..................... 116.590,62
Menorca ...................... 24.103,79
CATALUÑA
Barcelona .................... 388.028,96
Girona ............................ 115.494,43
Lleida ................................30.942,63
S. Feliu de Llobregat ...71.634,96
Solsona .......................... 43.179,79
Tarragona ...................... 93.814,22
Terrassa .........................79.776,26
Tortosa ............................ 68.766,26
Urgel .................................41.973,22
Vic ..................................... 36.286,52
MURCIA
Cartagena-Murcia ........ 338.912,82
NAVARRA
Pamplona-Tudela ......... 647.586,30
LA RIOJA
Calahorra-Logroño ........156.170,83
VALENCIA
Orihuela-Alicante .........221.930,85
Segorbe-Castellón ........ 92.673,08
Valencia .............................. 794.586,64
DIRECCIÓN NACIONAL
................................................... 545.869,99
EUSKADI
TOTAL GENERAL
.......................................... 14.948.030,70
CANARIAS
Bilbao ............................. 317.247,95
San Sebastián......... 332.636,33
Vitoria .............................582.065,79
Canarias .................... 127.602,20
Tenerife ....................... 103.000,72
EXTREMADURA
CANTABRIA
Santander ................ 198.073,57
Mérida-Badajoz ...... 186.039,14
Coria-Cáceres ............91.575,16
Plasencia ....................... 98.159,72
CASTILLA-LA MANCHA
GALICIA
Albacete ...................... 119.607,57
Ciudad Real............... 188.901,48
Cuenca ....................... 126.478,10
Sigüenza-Guadalajara ...99.089,57
Toledo .......................... 248.631,77
Lugo .................................. 99.928,52
Mondoñedo-Ferrol ....60.953,93
Ourense ........................ 213.226,22
S. de Compostela ..... 424.760,41
Tui-Vigo ......................... 279.954,10
PROPAGACIÓN DE LA FE
por continentes
DISTRIBUCIÓN DE LAS AYUDAS DE ESPAÑA
En la Asamblea General de las
OMP celebrada en Roma del 1 al
6 de junio de 2015, la Secretaría
General de la Obra Pontificia de
la Propagación de la Fe asignó a
España la siguiente distribución
de las cantidades que había puesto a disposición del Santo Padre
como contribución al Fondo Uni-
versal de Solidaridad de dicha
Obra. Tales cantidades provienen
de la cooperación económica de
los fieles durante el ejercicio de
2014, una vez deducido un pequeño porcentaje de gastos indispensables para gestionar y promover la colaboración ante estas
necesidades. El envío de estas
ÁFRICA
Angola ........................... 955.534,98
Benín .............................. 31.325,37
Botsuana ...................... 20.129,95
Burkina Faso ......... 1.138.880,27
Burundi ........................ 59.780,33
Cabo Verde .................. 12.920,79
Camerún ...................1.572.372,98
Chad ............................ 23.734,53
Congo ........................... 791.818,99
Costa de Marfil ..... 499.858,43
Egipto .............................. 37.605,95
Etiopía ............................. 20.129,95
Gabón ............................ 105.129,95
Ghana ........................... 63.384,91
Guinea ............................. 16.525,37
Guinea Ecuatorial ...13.016,21
Kenia ................................ 41.757,43
Lesoto ............................ 12.920,79
Liberia ..............................16.525,37
Libia ................................ 57.403,80
Madagascar ................ 63.217,64
Malaui .............................. 23.734,53
Mali ................................. 23.734,53
Mozambique ........... 570.794,61
Namibia ...................... 16.525,37
Nigeria ....................... 334.783,91
Rep. Centroafricana.. 299.534,53
Rep. D. del Congo.. 1.615.978,90
Ruanda ........................ 59.780,33
Sáhara Occidental.. 35.976,99
Senegal ........................ 748.310,43
Sierra Leona ...............16.525,37
Somalia ...................... 38.908,58
Sudáfrica .................... 34.643,69
Sudán ............................... 30.943,69
ayudas contribuye a aliviar las
grandes urgencias pastorales y
sociales de las misiones: sostenimiento de misioneros y misioneras, construcción de iglesias, adquisición de vehículos para desplazamientos pastorales, formación y sostenimiento de catequistas, ayudas sociales...
ASIA
Tanzania ......................... 59.780,33
Togo .............................. 27.339,11
Uganda .......................... 63.384,91
Yibouti .......................... 38.447,15
Zambia .......................... 398.335,81
Zimbabue ...................... 34.548,27
TOTAL .... 10.025.985,03 E
AMÉRICA
Bolivia ........................... 85.473,23
Colombia ..................... 16.525,37
Ecuador ....................... 302.215,73
El Salvador .................. 46.212,20
Guatemala ....................16.525,37
Honduras .................... 111.594,82
México ........................ 16.525,37
Nicaragua .................... 31.730,34
Panamá ........................... 78.984,65
Paraguay .................... 32.040,37
Perú ............................. 61.955,873
Rep. Dominicana ......12.942,21
Trinidad y Tobago ....463.985,30
Venezuela ......................41.928,00
TOTAL ...... 1.318.638,69 E
Bangladesh ............... 626.204,06
China ........................... 142.685,67
Corea ............................ 16.525,37
India .......................... 1.079.727,65
Indonesia .................... 77.803,23
Japón ............................. 20.129,95
Kazajistán ................... 12.920,79
Malasia ........................ 20.129,95
Myanmar ........................ 59.780,33
Pakistán ....................... 27.339,11
Sri Lanka ...................... 38.152,85
Tailandia ...................... 34.548,27
Timor ................................. 16.525,37
Uzbekistán ................. 34.284,77
Vietnam ...................... 128.267,35
TOTAL ...... 2.335.024,72 E
OCEANÍA
Fiyi .................................... 12.920,79
Papúa Nueva Guinea...12.920,79
Tonga ............................ 16.525,37
TOTAL .......... 42.366,95 E
TOTAL GENERAL: 13.722.015,39 E
33
errando el mes del DOMUND, el 31 de octubre celebramos el 100.º aniversario
de la Pontificia Unión Misional. Esta Obra –que ya hemos caracterizado
como “escuela” para los formadores
misioneros, con su “pedagogía” universalista correspondiente– se propone dejar una “huella educativa” que
permita extender y hacer operativa
para todo el pueblo de Dios esa sensibilidad por la misión que los agentes de la animación misionera tienen
la responsabilidad de avivar. Como
las OMP son las principales encargadas de “suscitar el interés y participación de todos los fieles, tanto en el
plano espiritual como material, al
servicio de las misiones” y de “promover las vocaciones misioneras de
los jóvenes” (Juan Pablo II, Mensaje
C
34
DOMUND 1987), el tercer y último
gran objetivo de la PUM puede expresarse así: hacer presente en las
comunidades cristianas el carisma
específico de todas y cada una de las
Obras Misionales Pontificias.
En 1916 la Unión Misional se suma a las Obras nacidas en el siglo
XIX (Propagación de la Fe, Infancia
Misionera y San Pedro Apóstol) como un apoyo imprescindible. Al proclamar Pontificias a esas tres Obras
en 1922, Pío XI manifiesta su deseo
–ya expresado por su predecesor, Benedicto XV– de que, en su trabajo de
cooperación misionera, sean ayudadas por la Unión Misional. Es Pío XII
quien, en 1956, concede a esta también la categoría de Pontificia, y, al
año siguiente, queda incluida oficialmente entre las OMP. El mismo Papa, en su encíclica Evangelii praecones (1951), había visto la Unión Misional “como un manantial del cual
salen las corrientes que riegan los florecientes campos de las demás Obras
Misionales Pontificias” (n. 67).
El beato Pablo VI acuña otra expresiva imagen: la PUM ha de considerarse “el alma de las otras Obras
Misionales Pontificias” (Graves et
increscentes, 21), porque “ayuda y
completa la actividad de las otras
Obras Misionales Pontificias, para
que, a su vez, sean escuelas de formación cristiana y misionera”, y porque “se emplea activamente en que
las mismas OMP sean conocidas por
doquier, sean ayudadas en sus iniciativas y en sus fines, y sean instituidas y promovidas en toda parroquia”
(ibíd., 22). Por todo esto, el Estatuto
de las Obras Misionales Pontificias
constata que “de la vitalidad de la
PUM depende en gran parte el buen
resultado de las otras OMP” (art. 20).
San Juan Pablo II nos dejó una
invitación similar: “También hoy, si la
Unión Misional continúa conservando
claras las motivaciones de su compromiso, ayudará a la actividad de las
otras Obras Misionales Pontificias a
ser eficaz e incisiva” (Homilía, 9-51991). Es el reto y el mejor propósito
que puede abrigarse para la andadura
que, con renovadas fuerzas, hay que
emprender tras este centenario.
Secretariado de la
Pontificia Unión Misional