Literatura I Literatura I Crisanto Salazar González María Luisa Verástica Cháidez UAS / DGEP Literatura i © Crisanto Salazar González © María Luisa Verástica Cháidez Primera edición, septiembre de 2011 COLABORADORES: Miguel Zazueta Jiménez Marcos Miranda Antonia Zusuki Carolia Osuna Diseño editorial y de portada: Leticia Sánchez Lara UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE SINALOA Dirección General de Escuelas Preparatorias Circuito Interior Oriente Ciudad Universitaria C.P. 80010. Culiacán Rosales, Sinaloa, México. Once ríOs editOres, Río Usumacinta 821 Col. Industrial Bravo, Culiacán, Sin. Tel-fax: 01(667) 712-2950 Registro en trámite Edición con fines académicos, no lucrativos. Hecho en México Presentación Ante ciertos libros, uno se pregunta: ¿quién los leerá? Y ante ciertas personas uno se pregunta: ¿qué leerán? Y al fin, libros y personas se encuentran. André Gide E l libro de Literatura I se inscribe en el nuevo planteamiento curricular del bachillerato universitario 2009, de acuerdo a los requerimientos de ingreso al Sistema Nacional de Bachillerato (SNB) y cumple con lo establecido en el Marco Curricular Común (MCC) de la Reforma Integral de la Educación Media Superior (RIEMS). Desde la perspectiva de un enfoque por competencias, el área disciplinar de Comunicación y Literatura del Plan 2009, se ubica en el campo disciplinar básico de Comunicación y en éste, se encuentran las asignaturas de Literatura I y Literatura II que se cursan en el tercer año de preparatoria. El curso de Literatura I adquiere relevancia al ser parte importante en la construcción del nuevo perfil del egresado de bachillerato, ya que se orienta al desarrollo de la parte sensible del ser humano. Incluso, al promover la sensibilidad estética a partir de la apreciación e interpretación de las expresiones artísticas, en sus distintos géneros. En este sentido, el Programa de Literatura I se centra en las competencias comunicativas del MCC y pone en juego la integración de los conocimientos, habilidades, actitudes y valores a través del desarrollo de las competencias genéricas y disciplinares. El libro de Literatura I está estructurado en cinco unidades de aprendizaje que se presentan de la siguiente manera: la primera, está orientada a la Apreciación artística, al conocimiento del arte, las bellas artes, el lenguaje y la belleza artística; en la segunda se aborda a la literatura, el lenguaje literario, función poética, formas de expresión y géneros literarios; en la tercera se refiere al análisis de textos poéticos, se revisa el nivel de lectura desde el contexto, la morfosintaxis, la fonología y la semántica; en la cuarta se analiza el cuento y la novela y en ésta se revisa la estructura del texto narrativo; narrador, personajes, espacio, tiempo, figuras literarias y el contexto de la obra; y, en la quinta se estudia al texto dramático —teatro— desde las características, divisiones y modalidades discursivas y la estructura secuencial que presenta. En el diseño y presentación de cada unidad de aprendizaje del libro de Literatura I se plantean cuatro aspectos fundamentales: primero, explorar los conocimientos previos del alumno y de ahí, plantear las estrategias adecuadas para alcanzar los objetivos del curso; segundo, desarrollar cada uno de los contenidos temáticos del programa para dotar al alumno de lenguaje y de los conocimientos básicos que requiere la asignatura; tercero, proporcionar material de lectura, con obras sencillas y amenas para los jóvenes preparatorianos. 7 LITERATURA I / UAS-DGEP A través de la literatura se pretende desarrollar en el alumno la capacidad de asombro ante los distintos fenómenos que se le presentan en su vida social y académica, al ser una persona sensible que siente, piensa y reacciona ante las distintas manifestaciones del desarrollo sociocultural y emocional del ser humano. De igual manera, ante aquellas situaciones que ponen en riesgo la existencia de cualquier ser vivo. En esta tarea, los maestros y maestras que imparten la asignatura de Literatura I, son pieza clave en la formación de los próximos profesionistas o ciudadanos que habrán de ser un factor de cambio para el desarrollo social y cultural de nuestro Estado, en un continuo trabajo colegiado para diseñar, desarrollar y evaluar estrategias de enseñanza que respondan a las nuevas necesidades de aprendizaje de los jóvenes preparatorianos. Los Autores 8 Índice de contenido Presentación | 7 UNIDAD I Apreciación artística Apreciación artística | 15 Arte | 20 Bellas artes | 22 Funciones del arte | 24 Lectura: El amante rechazado, de Alberto Moravia ELEMETOS DEL FENÓMENO ARTÍSTICO Artista | 28 Obra de arte | 28 Belleza estética | 28 Grados de Belleza | 29 Falacias del arte | 29 Lenguaje artístico | 29 | | 24 28 NATURALEZA DE LA OBRA DE ARTE | 30 Personalidad del artísta en la obra de arte | 30 Ideas intelectuales de la época | 31 Circunstancias sociales | 31 Conocimientos técnicos | 31 Lectura: Los pedazos del corazón, de Luis López Nieves | 32 UNIDAD II Apreciación literaria CONCEPTO DE LITERATURA | 41 El texto literario | 42 Lectura: LIX, de Antonio Machado | 44 PROPÓSITO DEL TEXTO LITERARIO | 45 Lectura: Órdenes, costumbres y caprichos, de Fernando Savater LENGUAJE LITERARIO | 48 El texto literario y el proceso de comunicación | 48 Lectura: Adiós, de Alexander Pushkin | 49 Lectura: Poquita cosa, de Antón Chejov | 50 9 | 45 LITERATURA I / UAS-DGEP LA FUNCIÓN POÉTICA | 52 Lectura: Las doradas manzanas del sol, de Ray Bradbury | 54 PRINCIPALES FORMAS DE EXPRESIÓN LITERARIA | 57 La narración | 57 Lectura: Eva, de Juan José Arreola | 58 La descripción | 59 Lectura: La prisionera, de Marcel Proust | 60 El diálogo | 60 Lectura: Caperucita Roja, de Los hermanos Grimm | 61 LOS GENEROS LITERARIOS | 62 El género poético o lírico | 63 El género narrativo | 63 El género dramático | 63 Lectura: Aventura, de Arthur Rimbaud | 64 Lectura: La reina del sur, de Arturo Pérez-Reverte | 65 UNIDAD III De la literatura Barroca a la Realista LA POESÍA | 70 Lectura: Para qué sirve la poesía: el concepto de poesía en Octavio Paz, de Federico Nietzche | 71 Lectura: Ítaca, de Constantino Cavafis o Kaváfis | 76 LA POESÍA COMO FORMA DE EXPRESIÓN LITERARIA | 77 ANTECEDENTES HISTÓRICOS DE LA POESÍA | 79 Lectura: La saeta, de Antonio Machado | 80 Lectura: Poemas a Lesbia, de Cayo Valerio Cátulo | 81 ELEMENTOS DE ANÁLISIS DEL TEXTO POÉTICO | 81 Análisis del poema a nivel del contexto | 81 Lectura: Igual parece a los eternos Dioses, de Safo de Lesbos Lectura: Soneto X, de Garcilaso de la Vega | 83 Lectura: Oh, fortuna, de Carmina Burana | 83 ANÁLISIS DEL POEMA A NIVEL MORFOSINTÁCTICO | 85 El verso | 85 Lectura: Tú me quieres blanca, de Alfonsina Storni | 86 Lectura: Hoy conocí a un genio, de Charles Bukowsky | 86 Lectura: XIV, de Guadalupe Amor | 86 La estrofa | 87 Encabalgamiento | 89 ANÁLISIS DEL POEMA A NIVEL FONOLÓGICO | LA MÉTRICA | 90 Lectura: Adiós, de Manuel Acuña | 90 10 90 | 83 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ eL ViaJe deFinitiVO | La rima | 94 El ritmo | 96 91 ANÁLISIS DEL POEMA A NIVEL LÉXICO SEMÁNTICO | 99 CLASIFICACIÓN DE LAS FORMAS DEL TEXTO POÉTICO | 110 La oda | 110 La elegía | 111 Lectura: Elegia a Ramón SIJE, de Guadalupe Amor | 112 La rima | 114 El soneto | 114 Lectura: Soneto, de Garcilaso de la Vega | 115 Lectura: Mientras por competir con tu cabello, de Luis de Góngora Lectura: Gustoso el autor con la soledad y sus estudios, escribió este soneto, de Francisco de Quevedo | 116 La égloga | 117 Lectura: Imitación de Virgilio, de Andrés Bello | 117 El romance | 118 Lectura: Romance del duero, de Gerardo Diego | 118 La canción | 119 Lectura: Yo no te pido, de Mario Benedetti | 119 Verso libre o blanco | 120 Lectura: Los amorosos, de Jaime Sabines | 120 | 115 UNIDAD IV Análisis del texto narrativo Lectura: El ahogado más hermoso del mundo, de Gabriel García Márques El cuento | 130 Antecedentes históricos del cuento | 130 Tipología del cuento | 131 Lectura: Historia de fantasmas, de E.T.A. Hoffmann | 132 ELEMENTOS DE ANÁLISIS DEL TEXTO NARRATIVO | 135 El narrador | 136 Los personajes | 137 El espacio | 139 El tiempo | 139 Las figuras literarias | 139 Lectura: La noche de los feos, de Mario Benedetti | 140 ESTRUCTURA NARRATIVA DEL CUENTO | La historia o argumento en el cuento | 143 143 EL AMBIENTE EN EL CUENTO | 143 ELEMENTOS SOCIOECONÓMICOS DEL TEXTO NARRATIVO | 144 Lectura: Es que somos muy pobres, de Juan Rulfo | 145 11 | 126 LITERATURA I / UAS-DGEP Lectura: Tarde de agosto, de José Emilio Pacheco LA NOVELA | 151 Antecedentes históricos de la novela | 152 Tipología de la novela | 152 Elementos de análisis de la novela | 154 Estructura narrativa de la novela | 155 El ambiente en la novela | 156 El lenguaje literario en la novela | 156 Lectura: Mariana, de Inés Arredondo | 157 | 150 UNIDAD V Análisis del texto dramatico Lectura: Tina Modotti, de Víctor Hugo Rascón Banda | 166 EL TEATRO | 169 Antecedentes históricos del teatro | 169 Lectura: El lugar de la representación, de José Carlos Carrillo Lectura: Un conjuro a Plutón, de Fernando de Rojas | 172 | 171 CLASIFICACIÓN DEL TEXTO DRAMÁTICO | 174 ESTRUCTURA DEL TEXTO DRAMÁTICO | 175 DIVISIÓN DEL TEXTO DRAMÁTICO | 175 Los actos | 175 El cuadro | 175 Las escenas | 176 MODALIDADES DISCURSIVAS DEL TEXTO DRAMÁTICO | Las acotaciones | 176 El diálogo | 177 El monólogo | 177 Lectura: La grieta, de Sabina Berman | 179 176 LA ESTRUCTURA SECUENCIAL DE UN TEXTO DRAMÁTICO | 181 Los personajes | 181 Temporalidad | 181 Espacialidad | 182 El conflicto | 182 La trama | 183 El tema | 183 Lectura: Se acabó el tiempo del amor, de Emilio Carballido | 185 Lectura: Bajo el silencio, de Oscar Liera | 188 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Fuentes electrónicas | 203 BIOGRAFÍA DE AUTORES 12 | 205 | 201 Apreciación artística Unidad I Competencia de la unidad: Identifica toda expresión de la belleza estética como elemento que le permita sentir, apreciar y valorar el desarrollo sociocultural y emocional del ser humano. Apreciación artística Guernica (1936), Pablo Picasso. ACTIVIDAD 1.1 1. Con el apoyo de tu maestro, intégrate a un equipo de trabajo para investigar todo lo referente al Guernica de Pablo Picasso, dando respuesta a las siguientes preguntas: • ¿Cuál es la temática tratada por Pablo Picasso en la pintura Guernica? • ¿Qué expresión tienen los rostros humanos? • ¿Cuál es la técnica que utiliza Picasso en la creación de Guernica? • ¿Quién fue Pablo Picasso? • ¿A qué se debe que Pablo Picasso pintara este cuadro? 2. Después de conocer las respuestas a las preguntas anteriores, elabora un comentario personal (una cuartilla) sobre los motivos que tuvo Picasso para pintar Guernica. Como bien pudimos notar, la obra Guernica de Pablo Picasso puede apreciarse por cualquier espectador desde los distintos elementos que la conforman, ya sea por el contenido o por la estructura en que se manifiesta. Así tenemos que hay quienes la pueden apreciar a partir de las imágenes, mientras que otros aprecien más la intensidad de los colores y, unos más por lo que representa simbólicamente, así como por las líneas y trazos de las figuras e incluso por el tamaño y el lugar en cual se expone. Saber apreciar una obra de arte es saber identificar los elementos que la conforman, saber elaborar una interpretación o asignar un significado a estos elementos en su conjunto, pero a la vez, nos mueve a la reflexión y valoración del contenido y la forma de la obra de arte en relación con la experiencia de vida que poseemos como espectadores. Aquí graficamos este proceso, tomado del modelo PISA 2006 para la comprensión lectora: PROCESO DE APRECIACIÓN ARTÍSTICA Localiza elementos en la obra Elabora una interpretación de la obra Reflexiona y/o valora el contenido y la forma de la obra ¿Qué? ¿Cómo? ¿Por qué? Este proceso consiste en tres tareas que se dan de manera simultánea al momento de apreciar la obra de arte: primero, localizamos algunos elementos visibles en la obra; segundo, elaboramos una interpretación al relacionar unos elementos con otros; y, tercero, se reflexiona y valora al relacionar el conocimiento que proporciona la obra con el conocimiento que se posee como espectador respecto a otras obras o con la propia experiencia de vida. 16 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ Localiza elementos de la obra PROCESO DE APRECIACIÓN ARTÍSTICA Un buen espectador sabe obtener de la obra aquello que le sea relevante. Sabe que le gusta aun sin saber explicar porque le gusta. Identifica algunos elementos que le llaman la atención. ¿Qué? Elabora una interpretación Interpretar una obra de arte es tener la capacidad de explicar cada uno de sus elementos y encontrar un sentido estético del todo. La obra se explica en sí misma y adquiere un valor en el espectador. Sabe que le gusta y ¿Cómo? sabe explicar porque le gusta, posee un lenguaje artístico. Reflexiona y evalúa El espectador al reflexionar se involucra tan profundamente en el proceso el contenido y la de literacidad, descripción y se convierte en un creador de la obra de arte. forma de un texto Sabe que le gusta, sabe explicar porque le gusta pero además conoce de algunos factores que motivaron la creación de la obra. Hace ensayos ¿Por qué? o ejercicios que le permiten relacionar lo que expresa la obra con otras obras o con su experiencia de vida. Ahondando en la obra Guernica de Pablo Picasso, encontramos que: E l Guernica fue un cuadro encargado por el gobierno de la República española para la Exposición Universal de 1937. En ese mismo año se había producido el bombardeo de la ciudad de Guernica por aviones Junker alemanes. Picasso quería expresar con este inmenso cuadro el horror de la violencia, de la guerra. Guernica era una villa sin importancia militar ni estratégica, por lo que el horror inexplicable se agudiza mucho más. La razón argumentada por el gobierno de Franco fue que los propios republicanos propiciaron tal hecho, cosa que no fue tomada en serio. La razón real fue que se quería probar el tipo de armamento y de aviones. La interpretación de la obra es objeto de polémica, pero su valor artístico está fuera de discusión. No sólo es considerada una de las obras más importantes del arte del siglo XX, sino que se ha convertido en un auténtico “icono del siglo XX”, símbolo de los terribles sufrimientos que la guerra infringe a los seres humanos. http://arte.observatorio.info/2008/05/guernica-pablo-picasso-1937/ 17 LITERATURA I / UAS-DGEP E l Guernica es un óleo sobre lienzo, con unas dimensiones de 3,50 × 7,80 m. La estructura del cuadro es semejante a la de un tríptico, las figuras están organizadas en triángulos. Utiliza únicamente el blanco y negro, y una variada gama de grises. En el cuadro aparecen nueve símbolos: seis seres humanos y tres animales. De izquierda a derecha, los personajes son los siguientes: • • • • • • • • • • Toro.Aparece en la izquierda del cuadro, con el cuerpo oscuro y la cabeza blanca. Éste voltea y parece mostrarse aturdido ante lo que ocurre a su alrededor, símbolo de la “brutalidad y oscuridad”. Madreconhijomuerto.Se sitúa bajo el toro, como protegida por él, con la cara vuelta hacia el cielo en un ademán o grito de dolor. Su lengua es afilada como un estilete y sus ojos tienen forma de lágrimas. Sostiene en sus brazos a su hijo ya muerto. Los ojos del niño carecen de pupilas, ya que está muerto. Paloma.Situada entre el toro y el caballo, a la altura de sus cabezas, no resulta visible a simple vista, pues, excepto por una franja de color blanco, es del mismo color que el fondo y únicamente está trazada su silueta. Tiene un ala caída y la cabeza vuelta hacia arriba, con el pico abierto. Generalmente se ha considerado un símbolo de la paz rota. Guerreromuerto.En realidad, sólo aparecen los restos de la cabeza, brazo completo o antebrazo derecho y antebrazo izquierdo. Un brazo tiene la mano extendida. El otro brazo sostiene una espada rota y una flor, que puede interpretarse como un rayo de esperanza dentro de ese panorama descorazonador. Bombilla.Es una de las imágenes que más intriga despierta, imagen ubicada en el centro del cuadro. Se puede relacionar el símbolo bombilla con bomba. Se ha dicho que ésta simboliza el avance científico y electrónico que se convierte en una forma de avance social pero al mismo tiempo en una forma de destrucción masiva en las guerras modernas. Caballo.Ocupa el centro de la composición. Su cuerpo está hacia la derecha, pero su cabeza, igual que la del toro, se vuelve hacia la izquierda. Adelanta una de las patas delanteras para mantenerse en equilibrio, pues parece a punto de caerse. En su costado se abre una herida vertical y está, además, atravesado por una lanza. Tiene la cabeza levantada y la boca abierta, de donde sobresale la lengua, terminada en punta. Mujerarrodillada.Otra versión es que la mujer está herida y se acerca a la yegua para descansar de sus heridas. La pierna de la mujer que camina hacia el centro está visiblemente dislocada o cortada, con una hemorragia que trata de frenar inútilmente con su mano derecha, por lo que lleva la pierna arrastrada y ya medio muerta. Mujerdelquinqué.Ilumina la estancia con una vela y avanza con la mirada perdida, como en un estado de shock. Esta mujer se interpreta como una alegoría fantasmagórica de la República. Tiene su otra mano aprisionándose el pecho justo entre sus dos senos, que salen a relucir a través de la ventana. Casaenllamas.Símbolo de la destrucción de la ciudad. Hombreimplorando.Un hombre mirando al cielo como rogando a los aviones que dejen de bombardear, es la forma artística de decir “basta de guerras”. Tomado de: http://es.wikipedia.org/wiki/Guernica 18 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ Así como en Guernica, podemos aplicar el mismo ejercicio en otra pintura, en otro artista y encontrar elementos muy particulares que jalan o atraen la atención del espectador. Lo mismo sucede cuando escuchamos una pieza musical, admiramos una obra dancística, observamos un edificio, presenciamos una película o con la sola lectura de un poema. Para ello es importante estar relacionado con algunos de los elementos que conforman la obra de arte, en cualquiera de sus manifestaciones artísticas: pintura, escultura, arquitectura, danza, literatura, música y cinematografía. ACTIVIDAD 1.2 1. Presenciemos una corta película titulada El circo de la Mariposa. La puedes bajar en la siguiente dirección electrónica: http://www.youtube.com/watch?v=WPey7ace294 • Localiza elementos de la obra: • ¿De qué trata la película? • ¿Quiénes participan en la película? • ¿Dónde se desarrolla la historia? • Elabora una interpretación de la obra: • ¿Cómo es que Will decide cambiar de circo? • ¿Cómo tratan a Will en la primera carpa de circo? • Reflexiona y valora el contenido y forma de la obra: • ¿Por qué Will se siente más seguro en El circo de la mariposa y qué enseñanza te deja como espectador? 2. Hagamos este mismo ejercicio con una obra musical Himno de la alegría de Beethoven (9na Sinfonía en Re menor, op 125. 4to Movimiento). Aplica las preguntas que te pueden ayudar en cada etapa del proceso de apreciación artística. También, la puedes escuchar de alguno de tus intérpretes favoritos en: http://www.musica.com/ letras.asp?letra=806047 19 LITERATURA I / UAS-DGEP Arte E l Arte, en sus más diversas expresiones, es una actividad eminentemente social, que se hace presente en la vida cotidiana del hombre. Es un aspecto central de su vida que lo ayuda a diferenciarse del resto de los seres vivos ya que él es el único capaz de producirlo y disfrutarlo. El Arte ocupa un lugar destacado para todos, es parte de la experiencia pública, ya que a través de él se manifiesta la propia cultura. Es sabido que el hombre posee distintos niveles de actividad, algunas de ellas están referidas a lo utilitario, otras a lo científico y otras a lo artístico. La actividad utilitaria responde en primera instancia a una necesidad de subsistencia y producción para la subsistencia. La actividad científica apunta a satisfacer una necesidad de conocimiento estricto y riguroso que debe fundamentarse y demostrarse. La actividad artística, múltiple e integradora, tiene distintas funciones en diversas culturas, épocas históricas y grupos sociales, pero quizás la más importante sea la de lograr comunión, producir armonía en la personalidad, dar placer, reflejar la vida y la realidad, reflejar conflictos internos o sociales, estructurar la moral y desarrollar la capacidad creadora, base de todo nuevo descubrimiento científico que ayuda a satisfacer y mejorar la subsistencia. Ros, Nora (2004). Ellenguajeartístico,laeducaciónylacreación. Revista IberoamericanadeEducación (ISSN: 1681-5653). De acuerdo con esta definición podemos observar que existen algunas actividades que corresponden al conjunto de actividades artísticas, cuyo objetivo está orientado a la obtención de algo a cambio, al reproducir y vender en grandes cantidades. Como ejemplos de estas actividades tenemos a la carpintería, la tipografía, la alfarería, la herrería y la cerámica, entre otras actividades que requieren de ciertas habilidades y destrezas que no cualquiera las puede elaborar. El producto de estas actividades recibe el nombre de Arte útil y a quien las desarrolla se le conoce como Artesano. En cambio, las Artes bellas o Bellas artes, como actividad artística, son producto de la expresión de los Artistas para la contemplación, el ocio estético y el placer del arte por el arte. De ahí la expresión “Por amor al arte”, significando el hecho de hacerlo por amor, placer o gusto, sin esperar nada a cambio. A través del Arte, como derivado de las Bellas artes, se expresa una visión personal y desinteresada del artista respecto a la realidad social que vive con recursos plásticos, lingüísticos o sonoros, cuya finalidad es la expresión misma del artista. En este sentido, el arte es una actividad propiamente humana, es un ejercicio consciente orientado a reproducir cosas, construir formas o expresar una experiencia del artista. El producto de esta reproducción, construcción, o expresión puede deleitar, emocionar o provocar ciertos estados emocionales en el espectador. 20 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ ACTIVIDAD 1.3 1. A partir de la definición de arte que acabamos de ver señala, en cada una de las siguientes expresiones, sí es un Arte útil o una Bella arte y explica ¿Por qué? Puedes apoyarte o consultar en internet a través de Google. Pregunta 1) Las canciones que se escuchan en la radio. Arte útil/ Bella arte 2) Las películas que aparecen en cartelera. 3) La puesta en escena de El lago de los cisnes de Tchaikovsky. 4) La Gioconda o Mona Lisa de Leonardo da Vinci 5) La película Avatar de James Cameron. 6) La novela Los Miserables de Víctor Hugo. 7) La música sinaloense. 8) El concierto de las cuatro estaciones de Vivaldi. 9) Las telenovelas mexicanas. 21 Explica ¿por qué? LITERATURA I / UAS-DGEP Bellas artes De las clasificaciones hechas a las Bellas Artes, en este apartado, sólo se presentan las que corresponden a Emmanuel Kant, Federico Nietzsche y la Tradicional. Emmanuel Kant clasifica a las artes en tres grupos: artes de la palabra, artes figurativas y artes del bello juego de las sensaciones. Mientras que las artes de la palabra comprenden la elocuencia y la poesía, puesto que ambas se valen de la palabra. La pintura, escultura y arquitectura pertenecen a las artes figurativas por su apariencia. A su vez, las artes del bello juego de las sensaciones son la música, la danza y la pintura. Por su parte, Federico Nietzsche plantea las artes apolíneas y las artes dionisíacas. Al artista apolíneo se le facilita la creación de la épica y la escultura, al entregarse a la imaginación es un soñador, sereno y tranquilo. En tanto, la lírica y la música son ejecutadas por artistas dionisíacos, entregados al libre ejercicio de sus sentimientos y, como poseídos de un delirio. En cambio, la clasificación tradicional, presenta a las artes bellas atendiendo el sentido que se emplea para su disfrute: las artes de la vista agrupan a la arquitectura, la escultura y la pintura; y las artes del oído reúnen la música y la literatura. Clasificación de las Bellas Artes Bellas Artes Arquitectura • Danza • • • Escultura • • • Literatura Música Pintura • • • • • • • • • Cinematografía • Definición o características Arte o ciencia de proyectar y construir edificios perdurables en el tiempo que cumplan una función y provoquen placer estético. Arte y ciencia de diseñar construcciones. Arte de crear espacios en un lugar geográfico y un momento histórico. Movimientos corporales rítmicos que acompañados generalmente de música sirven como vehículo de comunicación y expresión. Arte de crear formas originales del tipo figurativas (reales) o abstractas, en cualquier tipo de material. Arte de tallar, esculpir o moldear. Arte de crear una realidad tal y como se presenta respecto al espacio, es decir, tridimensional. Arte que tiene por instrumento la palabra. Conjunto de composiciones literarias de un pueblo, época o género. Conjunto de obras sobre algún arte o ciencia. Arte que combina los sonidos conforme a los principios de la melodía, la armonía y el ritmo. Movimiento organizado de sonidos a través de un espacio de tiempo. Arte de reflejar los sentimientos y los estados de ánimo con pinturas. Arte de fijar sobre un objeto perdurable una imagen o momento (por ejemplo, en el impresionismo o pintura histórica). Arte de fijar sobre un objeto perdurable una imagen o momento (por ejemplo, en el impresionismo o pintura histórica). Arte de plasmar sobre una superficie motivos de naturaleza muy diversa con una percepción distinta a la lógica (por ejemplo, en el cubismo). Arte de la imagen en movimiento. 22 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ ACTIVIDAD 1.4 1. Construye tu propia definición de Arte. 2. ¿Cuáles son las semejanzas y diferencias entre artes útiles y artes bellas? 3. ¿Qué se requiere para que una expresión o manifestación sea considerada como artística? 4. Investiga en internet (a través de Google) y complementa el siguiente cuadro: Bellas Artes Arquitectura Nombre o título de cinco obras de arte por cada una de las Bellas Artes Torre Eiffel Describe una de las cinco obras de arte por cada una de las Bellas Artes Es uno de los símbolos más representativos de París. Es una torre con forma de triangulo alargado, apuntando al cielo, es de estructura metálica que mide 312 metros de altura. Danza Escultura Literatura Música Pintura Cinematografía 5. Realiza, con el apoyo de tu maestro, una exposición de las Bellas Artes en tu grupo. 23 LITERATURA I / UAS-DGEP Funciones del arte De lo anterior, podemos deducir que el arte cumple determinadas funciones de acuerdo a las expectativas del espectador y éstas pueden ser de tipo cognoscitiva, hedonista, ideológica, educativa y comunicativa. Definiendo a cada una de ellas, como: • • • • • Cognoscitiva: a través del arte el espectador puede adquirir conocimientos acerca de una época determinada, cómo se vivía, cuáles eran sus costumbres, su religión, su sociedad, su ideología, sus avances tecnológicos, entre otros; por lo que el arte puede ser un referente importante de información. Hedonista: proviene de la palabra griega hedoné, que significa placer. El arte puede provocar en las personas el placer estético, hace más agradable al hombre el ambiente que le rodea. Ideológica: se expresa a través de todo el sistema de ideas: políticas, sociales, artísticas, religiosas, económicas, etc., que lleva implícita una obra de arte. Educativa: se expresa mediante sentimientos y valores que pueden modificar la conducta del hombre, por lo que orienta nuestra actitud valorativa ante el mundo. Apreciar el arte te permite ampliar tu cultura, enriquecer el espíritu y mediante ella podrás entender más nuestra historia y la vida de los hombres. Comunicativa: el arte funciona como un canal de comunicación por el que transcurre el intercambio de pensamiento, sentimientos, ideas, el carácter, características personales del artista y las aspiraciones de las personas. EL AMANTE RECHAZADO La calle se mostraba como una especie de túnel bajo una bóveda de diminuto y plumoso follaje verde y amarillo. Sostenían esta nube de hojas otoñales determinados árboles cuyos troncos eran de una negrura violenta y como carbonizada, que parecían empapados por toda la lluvia de los días anteriores. Innumerables hojas verdes y amarillas derribadas por el agua sobre el pellejo negro y graso del asfalto habían quedado adheridas haciéndolo parecer manchado como la piel de la pantera. En un sitio se había formado un gran montón de esas hojas; el verde y el amarillo, mezclándose y reluciendo por el agua, daban la ilusión de un oro copioso vomitado por la rotura de un cofre; y era una extraña visión, casi digna de ser deplorada como una gran riqueza inexplicablemente abandonada y despreciada. Yo no padecía, pero sabía que si hubiese tenido un dolor aquellos colores tan fuertes me habrían hecho sufrir, como todo detalle de excesiva evidencia al que una sensibilidad herida atribuye inmediatamente un significado. Así, en cuanto salimos de la casa, le hice notar a Livio el color de esas hojas y de esos troncos. Pero él meneó la cabeza y contestó que no tenía la mente como para eso. A continuación, con un tono suplicante, me pidió que no lo dejara: quería estar conmigo algo más. 24 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ Empezamos a caminar delante y atrás sobre aquellas hojas, a lo largo de aquellos troncos en el aire ahumado y azulado del crepúsculo otoñal. —En fin —dijo Livio con un furor contenido—, si me hubiese dicho: amo a Roberto y a ti ya no te amo, paciencia... Por lo menos ésta sería una razón clara... pero ¿por qué inventar todas esas mentiras? Roberto es un constructor, tú un destructor... Roberto un constructor... ja, ja... con esa cara de buey, esa frente estrecha, esos ojos redondos... Un bruto, eso es lo que es. Dulcemente le contesté, observando el bordado elegante de las hojas que sobre las aceras se aglomeraban alrededor de los árboles hasta formar una alfombra, que Silvia era una de esas mujeres que no saben reconocer la verdad y necesitan siempre creer que están justificadas por razones de orden moral. Me miró como si no hubiese entendido, y después prosiguió: —La verdad, en cambio, es que él es rico y yo soy pobre... constructor, si, claro que lo es, futuro constructor de su desprovisto guardarropa... constructor de vestidos, zapatos, joyas... ¿Has oído con qué tono ha dicho: estoy cansada de vivir entre estrecheces? Dije que lo había notado todo. Pero ¿qué le iba a hacer? Se había ilusionado acerca de esa mujer, eso era todo. Diciendo esto, con la punta del paraguas yo restregaba la tierra entre la hojarasca, que se acumulaba ante la punta en un montón resistente que yo sentía adherido al asfalto por una película adhesiva de agua de lluvia. Livio dijo: —Ella es una boba... o, mejor dicho, una persona muy simple... esos discursos sobre la construcción y destrucción no son cosa suya... son de Roberto... con esos discursos, en mi ausencia, la ha fascinado... porque él de veras cree ser un hombre positivo por los cuatro costados, un constructor, precisamente... y ella, en su pérfida ingenuidad, me los ha ofrecido tal cual... como un papagayo... tanto es así que, cuando la he interrumpido y le he preguntado qué entendía por constructor, se ha quedado con la boca abierta y no ha sabido decir nada... diantre... no podía contestarme que por constructor entendía un hombre rico y nada más... Le dije que razonar de esa manera era en vano; a menos que, más que dolerse por la forzada separación de la amante, le importase demostrar su propia superioridad y la poquedad de esos dos. Mientras tanto, aún discurriendo, habíamos llegado al final de la calle, allí donde desemboca en la avenida a lo largo del río. Livio me indicó que nos acercásemos al parapeto y después prosiguió: —¿Yo destructor?... ¿y qué destruía, por favor? Tal vez sus malas costumbres... Cuando la conocí ella creía que la vida fuese una cuestión de dinero, de automóviles, de vestidos, de excursiones, de cenitas y diversiones... lo creía con ingenuidad, como si no hubiese ni pudiese haber en el mundo nada más... la verdad es que ella andaba a cuatro patas... y yo, por algún tiempo, la he hecho caminar erguida... pero ahora ha vuelto a caer en cuatro patas, la cara en el comedero... y para siempre... Por encima de las defensas del río, en el gran espacio entre ambas orillas, se descubría el cielo pesado de nubes oscuras e inmóviles, parecido a una frente pensativa y fruncida. Como un rostro detrás de un brazo, la ciudad nos miraba desde detrás de la barrera de sus puentes, tendida y mortecina. A lo largo del parapeto se alineaban unos plátanos que habían crecido hasta gran altura, de manera que al pasear no se veía otra cosa que troncos y más troncos, inclinados o erguidos, con las ramas elevadas hacia lo alto. Pero desde la cima de las copas el viento arrancaba a puñados grandes hojas muertas que caían, desagradables y duras, una tras otra, hasta reunirse con sus compañeras esparcidas en abundancia sobre las aceras. Contesté a Livio que él no podía juzgar sobre cuántas patas había de caminar la hermosa mujer que no quería tener más nada que ver con él. Probablemente le había pedido demasiado; ella se había esforzado por seguirlo, después le habían fallado las fuerzas y había vuelto a su vieja vida. 25 LITERATURA I / UAS-DGEP —Ah, ¿no se debería pedir nada a la gente? Yo sólo le había pedido que fuese una persona decente... en cambio ya has oído lo que ha dicho... que yo la hacía volverse fea... ¿has oído con qué tono de obstinada desolación lo ha dicho? Nadie pasaba por la avenida junto al río. En determinados puntos las hojas muertas formaban altos montones, verdaderas tribus que murmuraban y bullían según el viento. —Tal vez no la halagabas lo suficiente —dije. Livio repuso: —¿Para qué sirven los halagos? Yo quería que se convirtiese en una persona, eso es todo... y para lograrlo le dije que ante todo tenía que reconocer la verdad de sus propias condiciones... tenía que darse cuenta de que era pobre, ignorante, con la cabeza a pájaros, malcriada, que mentía constantemente ante sí misma y ante los demás... yo pensaba que la verdad, aunque amarga, hubiese de tener para ella más valor que los halagos que le prodigaban Roberto y sus demás pretendientes... Me eché a reír y le dije que las mujeres querían dulces frases y no sermones. [...] —Sin embargo —dijo Livio como acordándose—, al principio me amó precisamente porque le decía esas verdades... me explicaba que nadie la había hablado jamás de esa manera... me agradecía que lo hiciese... y ¿te acuerdas? Al principio conseguí que abandonase a ese Santoro... Yo volví a reír: —Probablemente, para abandonarlo le habrá repetido punto por punto las mismas frases que tú en aquel momento le ibas propinando... habrá hecho con aquel pobre Santoro lo que ha hecho hoy conmigo... le habrá dicho que tú eras un constructor y él un destructor... y entonces, como hoy, no era cosa de ella... ¿no crees que habrá sido así? Él dijo con estupor: —Así ha sido... pero era la verdad... yo era el único que podía hacerle bien... y ella lo sabe... y por eso está tan empecinada contra mí... De pronto nos encontramos en un remolino de viento, en una explanada de la cual bajaban dos escalinatas hacia el río. Las hojas se elevaban del suelo girando hacia lo alto. [...] Dije: —Tu error ha sido tomarte demasiado en serio tu papel de moralista, de constructor, como dice Silvia... Tenías que pensar que nada es más fácil que un moralista revele después ser inmoral, y que el constructor de ayer se vuelva el destructor de mañana... ¿Qué frenesí es el de ustedes? Esta Silvia me parece una mujer a la que no se acercan sino hombres que la quieren salvar... se comprende que termine por creerle sucesivamente a cada uno de ellos. Meneó la cabeza y contestó: —Será como dices tú... pero lo que hace que yo sea distinto de los demás es que durante todo el tiempo, mientras hacía toda clase de esfuerzos de cambiarla, sentía que era en vano... y que pese a todo, precisamente por eso, había que hacerlo... tal vez tú nunca hayas experimentado esa sensación... me parecía estar entregado a una empresa que no tenía ninguna posibilidad de éxito... pero esa sensación de fundamental vanidad era justamente lo que me hacía persistir y me hacía amar a Silvia... la sensación de hacer algo sin esperanza... El crepúsculo se había ya convertido en una penumbra casi nocturna. La masa gris de un autobús de rojos faroles encendidos, pasando y desapareciendo por una 26 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ calle transversal, lo hizo hundirse con toda su bruma, y se hizo la noche. Caminando en la oscuridad, contesté: —Entonces no te quejes... has obtenido lo que deseabas... ella te ha inspirado la voluntad de cambiarla, que anhelabas de corazón, y, al mismo tiempo, no menos querida, la sensación de la imposibilidad de dicho cambio... De ella, más no podías esperar. Contestó: —Eso es verdad... pero no quita que perderla sea muy amargo... Me reí: —Cuántas cosas querrías —dije. Yo había entrado en un gran montón de hojas, sin verlas, y casi experimentaba placer moviendo los pies y haciendo el mayor ruido posible. —Acaba con eso —dijo Livio—, ¿qué te ha dado? Yo tenía las hojas hasta la mitad de la espinilla de tan altas y tupidas. Livio añadió: —Así que se acabó. —Eso, se acabó —dije como un eco arrastrando los pies entre las hojas. Me sentía incapaz de tomarme en serio el disgusto de mi amigo. Más aún, experimentaba una especie de sentimiento de hilaridad, como si todo se hubiese producido según un orden preestablecido y superior. Alberto Moravia (2002) ACTIVIDAD 1.5 1. Después de la lectura de El amante rechazado de Alberto Moravia extrae cada una de las funciones del arte. La obra El amante rechazado puede ser Cognoscitiva Hedonista Ideológica Educativa Comunicativa Explicación en pocas palabras ¿Por qué? cumple esa función 27 LITERATURA I / UAS-DGEP ELEMENTOS DEL FENÓMENO ARTÍSTICO Artista El artista es el sujeto humano que realiza y crea la obra de arte. Dentro del plano sociocultural, un artista es un individuo social que desempeña las labores artísticas que dependen de las ideas estéticas de cada época. En suma, efectúa la creación de arte en todas sus clasificaciones, ya que supone una disposición especialmente sensible frente al mundo que lo rodea. El artista, también, descubre la belleza en las acciones humanas: observa alrededor y mira lo que otros mortales no miran; siente con más entusiasmo y conmoción; y no descansa hasta plasmar la belleza en un objeto que viene a ser, parte realidad y parte fantasía, al actuar sin más referencia que la de su propio yo. Ese yo que vive un mundo exterior visible que incide sobre sus sentimientos, emociones y formas de percibir la realidad y lo mueve a manifestarse a través de un lenguaje o conjunto de signos codificados que deben ser entendidos por un público espectador. Obra de arte Entendemos como obra de arte a toda expresión o producto de la creación artística, tal como una composición musical, un relato, una película, un grabado, una escultura o una pintura cuya finalidad es la expresión misma del artista. También, la obra de arte es un hecho sensorial, realizado artificialmente, con intencionalidad comunicativa y orientación lúdica. Según Arnold Hausser, las «obras de arte son provocaciones con las cuales polemizamos, pero que no nos explicamos. Las interpretamos de acuerdo con nuestras propias finalidades y aspiraciones, les trasladamos un sentido cuyo origen está en nuestras formas de vida y hábitos mentales. Nosotros, de todo arte con el cual tenemos una relación auténtica hacemos un arte moderno». Belleza estética De acuerdo con la definición anterior de obra de arte, encontramos que uno de los valores fundamentales del arte es la belleza, y la ciencia que estudia la belleza se llama estética. Por tanto, a todo cuanto posee belleza se le da el calificativo de estético. Algunos filósofos, muy atinadamente, han definido a la belleza, no sin antes encontrarse con una gran dificultad en determinar su naturaleza. De las definiciones sugeridas, finalmente sobresale la que hace referencia a la belleza como cualidad que posee todo cuanto nos proporciona un placer puro y desinteresado. Así tenemos que cada individuo tiene una apreciación de la belleza de acuerdo a la educación o cultura que posee y se manifiesta en grados diferentes de un espectador a otro a partir de los estados emocionales del mismo. Por ello, la contemplación de la obra de arte es dirigida a una o a todas las clasificaciones de la belleza, así tenemos: la belleza natural, que brilla en la naturaleza; la belleza artística, apreciada 28 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ en la obra de arte; belleza física, percibida mediante los sentidos; belleza espiritual, manifestada en las concepciones del espíritu; belleza real, presente en las cosas; o, la belleza ideal, alimentada por la fantasía del hombre mismo. Grados de la belleza Así tenemos que en la contemplación de las obras de arte se aprecian diferentes matices de la belleza. En términos de Montes de Oca, estos matices son conocidos como grados de la belleza. • • • • • • • • • Lo gracioso, se refiere a la belleza en movimiento. Lo bonito o lindo, se refiere a la idea de cantidad, en cuanto a delicadeza y a pequeñas proporciones. Lo elegante, se refiere a la belleza selecta y personal. Lo solemne, se refiere a la belleza majestuosa en la expresión. Lo sublime, se refiere a la belleza inmensa. Lo cómico, es el placer estético ante lo que se es y lo que se cree que se es. Lo ridículo, es el regocijo ante lo que son las cosas y lo que aparentan. Lo grotesco, es la exageración de lo cómico. Lo feo, es lo que dentro de la naturaleza produce emociones bellas. Falacias del arte De igual manera tenemos ciertas ideas falsas y herradas respecto al arte, como: 1. El arte es belleza (Al principio de Grecia, en cierto momento de la historia del arte se consideró “arte” como sinónimo de belleza). 2. El arte es sentimiento (El arte no es sentimiento, no es sensibilidad, no mientras más lo “sientas” es más artístico) 3. El arte es realismo fotográfico (No es obligatorio que refleje exactamente la realidad, ni siquiera en las artes plásticas). 4. El arte es entretenimiento (No tiene la obligación de divertirnos, porque el arte necesita un esfuerzo intelectual para ser entendida y a muchos no les gusta). 5. El arte es magia (No es sobrenatural) Lenguaje artístico Desde una mirada actualizada podemos considerar al arte como un lenguaje, plasmado en el objeto de arte. El objeto de arte presenta un proceso de elaboración o conformación de un objeto material que, de acuerdo a la forma que recibe, expresa y comunica el contenido espiritual de manera objetiva. El hombre por medio del objeto de arte satisface sus necesidades estéticas de conocimiento, manifiesta su ideología, su subjetividad y su visión de la realidad. El objeto de arte le permite 29 LITERATURA I / UAS-DGEP objetivar el vínculo existente entre su personalidad, la estructura cultural de la época y el medio social al que pertenece que de alguna manera lo condiciona, pero al que puede llegar a modificar. En este sentido se puede considerar al Arte como un medio específico de conocimiento, ya que nos permite conocer, analizar e interpretar, producciones estéticamente comunicables mediante los diferentes lenguajes simbólicos (corporales, sonoros, visuales, dramáticos, literarios), y es aquí, por lo tanto, donde entran en juego los procesos de enseñanza-aprendizaje. Ros, Nora (2004). El lenguaje artístico, la educación, y la creación. Revista Iberoamericana de Educación (ISSN: 1681-5653). Históricamente, cada una de las artes tiene su propio medio de expresión. Así como la arquitectura es la creación de espacios, la escultura de las formas, la pintura de los colores, la literatura de la palabra, la música de los sonidos, el cine mediante imágenes móviles y la danza mediante los movimientos. Por ello, es importante no olvidar ese medio específico de expresión al momento de apreciar o enjuiciar una obra de arte. De la misma manera, una película no solo se debe de valorar por su interpretación y por su argumento sino por la calidad y creatividad de sus imágenes. actiVidad 1.6 1. Hagamos del aula una sala de exposiciones, un teatro o el escenario perfecto para conocer algo más del Arte. • Con el apoyo de tu maestro, organízate en equipos de trabajo para realizar una exposición en diapositivas o en video de cada una de las Bellas Artes. Apóyate en el internet y en otros recursos didácticos. NATURALEZA DE LA OBRA DE ARTE Toda obra de arte es el reflejo de la realidad que vive el artista, como una manera de recrear su contexto social a través de las distintas manifestaciones artísticas. Sin duda, en la obra de arte se expresa la personalidad del artista, las ideas de la época, los aspectos sociales y los recursos técnicos predominantes. Personalidad del artista en la obra de arte La obra de arte es reflejo de una personalidad creadora, ya que el artista no crea o actúa sin más referencia que la de su propio yo. Ese yo que vive un mundo exterior visible que incide sobre sus sentimientos, emociones y formas de percibir la realidad. Incluso, que lo mueve a manifestarse a 30 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ través de un lenguaje o conjunto de signos codificados que deben ser entendidos por un público espectador. Ideas intelectuales de la época En ese conjunto de factores visibles, que rodean la vida del artista, con frecuencia se superponen elementos intelectuales, pensamientos y sentimientos que impregnan la época en que el artista crea su obra de arte. De vez en cuando, el vigor mental del artista proporciona a la obra un sentido de anticipación; es cuando se dice que el artista se adelanta a su época y defiende fórmulas de sensibilidad que sólo comparte la posteridad. Tal es el caso de George Orwell (1903-1950) con la novela titulada 1984 (1949). En esta obra, el artista anticipa el año de 1984 haciendo una descripción aterradora de la vida, bajo la vigilancia constante del Gran Hermano, una sociedad futura y automatizada, prisionera de las cámaras de videos como en el presente. Con esta temática coinciden las obras de Aldous Huxley y Julio Verne. Circunstancias sociales Las circunstancias sociales influyen o afectan el espíritu creador del artista, porque el artista no vive aislado, sino que es un ser social y como tal se ve afectado por los fenómenos naturales y sociales de su época. Un claro ejemplo de esta situación está en la arquitectura, ya que no se hubieran elevado templos ni santuarios en Grecia de no haber existido un fuerte dominio religioso. Como puede recordarse los castillos tienen una función dentro del mundo feudal, pero son inimaginables en una metrópolis industrial. Otro caso, está en la predominancia de los grandes caballeros de la Edad Media en la literatura caballeresca, con Amadis de Gaula y Tirante el blanco. Conocimientos técnicos Los conocimientos técnicos, también influyen en los rasgos de la obra de arte. Puesto que toda actividad artística exige destreza manual, diversas posibilidades de creación y una gran variedad de características del material sobre el que se desarrolla la obra de arte. De ahí que la historia del arte no sea acumulativa, sino progresiva porque evoluciona de acuerdo al desarrollo social. Un estilo no supone un progreso sobre el anterior, ni el arte de un siglo implica superioridad sobre el de los precedentes, pero sí lo es en el sentido técnico, en cuanto que los medios de trabajo se van descubriendo y perfeccionando sucesivamente. Así, el músico del siglo XIX dispone de unos instrumentos desconocidos para el compositor del siglo XVI y no puede discutirse que estas posibilidades instrumentales o técnicas encarrilan su inspiración. 31 LITERATURA I / UAS-DGEP LOS PEDAZOS DEL CORAZÓN Margarita no es el tipo de mujer que le coge pena a los hombres. Durante nuestros quince meses de noviazgo había comenzado a sospecharlo. Pero la certeza —la terrible, insoportable evidencia— la tuve la noche en que fulminó nuestra relación en la misma puerta de su casa. No fue sutil, no paseó por las ramas. Me dijo: —Gustavo, lo nuestro se acabó. No quiero verte más la cara. Así dijo. ¿Sintió compasión por mí? Ninguna. Su rostro seguía duro, impenetrable, a pesar de nuestros quince meses de cines, restaurantes, paseos, librerías y amor. A pesar de las muchas noches en que me había prometido: “Gustavo, seré tuya para siempre”. Pero de pronto era como si no me conociera, como si nunca jamás hubiera estado en mis brazos. Con sus bruscas palabras me dejó el corazón hecho pedazos. Y a pesar de mi evidente desesperación, no hizo gesto alguno por ayudarme a recoger los blandos trozos de corazón dispersos por el suelo. Yo había dado un rápido salto hacia atrás, como la gente que pierde un lente de contacto. Me puse de rodillas y le dije: —Margarita, mi corazón, ayúdame a recoger los pedazos. ¿Qué hizo la hermosa Margarita? ¿Qué exactamente hizo esta mujer que semanas antes, mientras me abrazaba, me había susurrado al oído: “Sin tu amor soy un pájaro sin alas”? Me cerró la puerta en la cara. Eso hizo. Y ahí quedé de rodillas, en el suelo, frente a los pedazos dispersos de mi corazón destrozado. El espectáculo me impresionó de tal manera que aún lo llevo grabado en la memoria: sobre los escalones de mármol blanquísimo yacían los pedazos tintos y aún palpitantes de un corazón que, a pesar del maltrato recibido, todavía no se resignaba a perder el amor de Margarita. Saqué mi pañuelo almidonado y lo abrí con cuidado sobre el mármol. Recogí cada trozo tibio con esmero, uno por uno. Lo pillaba entre el pulgar y el índice de mi mano derecha, la más diestra; lo llevaba hasta el montículo que empezaba a crecer en el centro del blanco pañuelo y lo soltaba. Así recogí todos los fragmentos, y al concluir mi labor la miré con orgullo y me dije: “He aquí los pedazos de mi corazón”. Envolví mi obra con el pañuelo, hice un pequeño nudo y me lo eché en el bolsillo del gabán. No me atrevía a montarme en el carro. Estaba un poco mareado, me faltaba el aire, la cabeza la sentía muy liviana. De ocurrirme, en esas condiciones, un accidente, ¿cómo explicarles a los policías que no estaba borracho ni drogado sino que tenía el corazón hecho pedazos? Toqué varias veces en la puerta de Margarita, quien había sido la mujer de mi vida hasta unos minutos antes, pero esa bestia —me cuesta usar la palabra, pero no hay otra— esa pájara ya estaba bajo la ducha o encerrada en su cuarto con la música a todo volumen. Ya se había olvidado de mí. Comprendí lo serio de mi caso: era una verdadera emergencia. Por ello decidí buscar ayuda oficial. Saqué el celular del bolsillo de mi pantalón y marqué el 911. —Emergencias médicas, diga. —Necesito ayuda, por favor. —¿Cuál es la emergencia? —Tengo el corazón hecho pedazos —dije. Nada, la imbécil me colgó el teléfono. Volví a marcar. —Emergencias médicas, diga. 32 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ —Mire, es en serio. Necesito ayuda. Tengo el corazón hecho pedazos. —Pues llame a Notiuno. Si vuelve a llamar, lo arrestamos. Colgó de nuevo. ¿Qué hacer? Me senté en los fríos escalones de mármol blanco —tan gélidos como su dueña—, reflexioné unos minutos y volví a llamar al 911. —Emergencias médicas, diga. —Soy yo de nuevo, el del corazón hecho pedazos. Estoy en la avenida Ponce de León número 900. Manda a la policía porque te seguiré llamando toda la noche, puta. A los diez minutos llegaron dos patrullas. De la segunda descendió un sargento delgado, de bigote fino, a quien se le notaba de lejos que era un hombre sensible. Quizás, en su tiempo libre, era poeta o compositor de baladas. Les pidió a los demás policías, de aspecto bastante violento, que aguardaran, y caminó sin prisa hasta el mármol en que yo esperaba sentado. —Buenas noches —dijo. Su semblante era el de un hombre en paz consigo mismo. —Sargento, gracias por venir. — ¿Cuál es el problema? —Es que tengo el corazón hecho pedazos y no me atrevo a manejar el carro. Me falta el aire y estoy mareado. —Señor, ¿no cree que estos asuntos se ventilan mejor con un amigo o sacerdote? El 911 es para emergencias médicas reales. —Pero es que tengo el corazón hecho pedazos. —Amigo —dijo el sargento, en tono paciente y comprensivo—, usted no es el primero que sufre una tragedia amorosa. Yo le juré a mi novia que si me abandonaba mi vida sería un continuo ir y venir, un perpetuo vagar sin sentido por el mundo, un purgatorio. — ¿Por eso es policía? —Por eso. Y vago todo el día por la ciudad, aunque siempre tratando de ayudar a los que, como usted, sufren tragedias amorosas. —Pero lo mío es más concreto, ¿no cree? Mire. Saqué del bolsillo el pañuelo, lo abrí con cuidado y le mostré los pedazos de mi corazón. Al sargento se le llenaron los ojos de lágrimas. —Perdón, amigo, estuve ciego —dijo con un sollozo—. Es cierto: usted tiene el corazón hecho pedazos. Llamaremos una ambulancia de inmediato. En menos de treinta minutos la ambulancia me dejó en la sala de emergencias del hospital. Los paramédicos habían colocado los pedazos de mi corazón en una neverita con hielo. El paramédico jefe, muy competente, quería llevarla en la falda, pero yo insistí en transportar mi propio corazón. Por pena, o tal vez porque en realidad no les importaba, me permitieron cargar la neverita. En la sala de espera me sentaron al lado de una rubia treintona. El pelo lacio, partido a la mitad, le caía sobre los hombros. Llevaba una blusa rosada ceñida al cuerpo y sonreía con dulzura mientras leía una revista. Se notaba que era una mujer comprensiva. Estuvimos unos minutos sin hablar. Yo no tenía ganas de hacerlo porque no es fácil terminar con un amor de quince meses. Todavía quería a Margarita, a pesar de que me había destrozado el corazón; cuando se sufre de amor no quedan muchas energías para hablar. Pero la mujer soltó la revista de pronto, cruzó las piernas y se inclinó hacia mí: —¿Cuál es tu signo? —preguntó. —Qué importa —exclamé sorprendido. —Importa mucho —aclaró—. ¿Qué tienes en esa neverita? —El corazón, lo tengo hecho pedazos —dije—. ¿Y tú? 33 LITERATURA I / UAS-DGEP —Estoy a punto de volverme loca. —¿Por qué? —El bandido de mi novio me dejó. Yo se lo había dicho muchas veces: “Si algún día me dejas, el dolor me volverá loca”. Pero no me hizo caso, no le importó un ajo mi salud mental. Eso fue ayer. Hoy amanecí con mucho dolor. Pronto, en horas o tal vez minutos, es obvio que me volveré loca. Quizá tengan que atarme. —¿Qué te recomiendan? —Electrochoque. Terapia cognitiva—conductista. Pastillas. Meditación. Dieta macrobiótica vegetariana. Depende del psiquiatra. ¿Y a ti? —Todavía no me ha visto el médico. —Bueno, pero lo tuyo es sencillo. A mí me han roto el corazón muchas veces. —¿Y cómo te curaste? —El tiempo lo cura todo. Paciencia. Cuatro meses después había empezado a acostumbrarme a la idea de vivir sin Margarita. Todavía la quería, pero me quedaba muy poquito amor. En escasas horas, tal vez en minutos, emitiría un último suspiro y la olvidaría para siempre. Pero debo admitir que, en cierto modo, soy rencoroso. Margarita ya me importaba poco, cierta, pero sentía ganas de vengarme, de hacerla sufrir como yo había sufrido. ¿Acaso es fácil vivir con el corazón hecho pedazos? ¿Es poca cosa? Esa noche, pues, fui a la casa de Margarita. Aún tenía las llaves, las cuales esa engreída ni siquiera se había molestado en pedirme de vuelta. Probablemente había cambiado las cerraduras. Pero no, era la misma. Pude abrir la puerta de la sala. Nadie. En la esquina de la derecha, como siempre, el cono de luz formado por la lámpara que acostumbra dejar prendida cuando está en el cuarto. Entré a la habitación. Nadie. Pero alguien se duchaba en el baño. Me acosté sobre la cama a esperar, con los brazos bajo la cabeza. Me sentía algo arrogante y supongo que mi semblante era el de un envanecido desdeñoso, carcomido por un terrible deseo de venganza. Ya me sentía casi libre de Margarita. Sólo me quedaban pocos minutos de amor y los dediqué a contemplar la decoración del cuarto. No quedaba nada mío: ni una foto, ni uno solo de mis regalos, como si yo no hubiera existido nunca. Tras una larga espera, salió al fin del baño. Estaba desnuda y tan perfecta como siempre, pero no me afectó su presencia. Era claro que el amor se me escapaba de prisa. Me miró con gesto lacónico, sin expresión ni sorpresa. —Olvidé pedirte la llave —dijo—. ¿Viniste a traerla? —A eso —dije—. Y a otra cosa mucho más importante. —¿A qué? —dijo sin miedo. No estaba preocupada por mi presencia en la habitación. No se molestó en cubrir su relumbrante cuerpo desnudo. Así de poco me respetaba. —Vine a decirte que me quedan poquitos segundos de amor por ti. —¡Todavía te quedan! —Soltó una carcajada—. Qué lento eres. De todos modos, ¿a mí qué me importa? Deja la llave y vete. —Sé que no recuerdas lo que me prometiste. Yo mismo he olvidado mucho en estos meses. Pero hay una promesa tuya que no puedo olvidar. Me pareció linda en aquel entonces. —¿Cuál? —Me dijiste: “Sin tu amor soy un pájaro sin alas”. —Pendejadas —dijo ella—. Ahora vete. Pronto vienen a buscarme. —Antes escucha. —¿Qué cosa? Hazme el favor y sal de mi casa. —Espera... escucha... escucha bien... —¿Qué dices? 34 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ —Silencio, ahora... ahora... oye. —Tonto, qué... —¡Calla, carajo! Escucha... De golpe sentí como si una larga aguja me atravesara el pecho desde adentro, una afilada aguja que quería abrirse paso entre mi carne y salir a la libertad. Entonces lo vi. Primero se escuchó un tenue arpegio como de telenovelas: un “tlin tlin” agudo y sostenido. Luego un hilo rojo muy fino, casi invisible, comenzó a salir de mi pecho. Al contacto con el aire, se disolvía. —¿Lo ves, Margarita? —dije calmado—. ¿Lo oyes...? Los últimos segundos de amor por ti. Salen lentos. Los siento salir. Salen. Ah..., se fueron. Míralos disolverse. Ya no te amo, Margarita. Ya—no— te—amo. Esa noche envolví a Margarita con mi pañuelo y la coloqué en el bolsillo del gabán, donde había guardado los pedazos de mi corazón destrozado. En mi casa la metí en una caja de zapatos, a la que le hice agujeros pequeños para que respirara. Al día siguiente compré una jaula dorada para pájaros raros, con columpios, campanas y una bañerita. Por tratarse de Margarita, también compré muchos espejos. En el colmado adquirí alpiste, semillas de anís y galletitas. Coloqué la jaula en la pared de la izquierda de mi sala, al lado de la ventana. Ahora, cuando recibo visitas, la espantosa pájara sin alas es siempre el centro de atención. La gente es cruel. Algunos han dicho que la criatura es un monstruo, un simulacro de pájaro, y que debería morir porque no tiene alas. Lo han dicho al frente mismo de Margarita, en su cara. Otros visitantes —los amantes de los animales, los ecologistas, los vegetarianos— han llegado al indelicado descaro de preguntarme si fui yo quien le cortó las alas. Pero no me ofendo jamás. Comprendo que estas personas —dichosas, en verdad— nunca han sufrido: nunca han conocido, como yo, la perfecta congoja de aquel que está de rodillas, solo, desconsolado, en medio de blanquísimos escalones de mármol frío... recogiendo uno por uno los tibios pedazos de un corazón destrozado. FIN Luis López Nieves (N. 1950) 35 LITERATURA I / UAS-DGEP ACTIVIDAD 1.7 1. Después de la lectura de Los pedazos del corazón de Luis López Nieves, redacta un párrafo donde expliques a qué te remite esta historia. 2. Determina la naturaleza de Los pedazos del corazón, complementando el siguiente cuadro: ¿Cuáles son las ideas que predominan en la historia? ¿Qué circunstancias sociales son las que se manejan? ¿Qué técnicas o recursos utiliza el autor para expresar su obra? ¿Qué elementos de la obra pueden ayudar a determinar la personalidad del autor? 3. Investiga, en la página electrónica http://www.ciudadseva.com/bdcs/bdcs.htm, • ¿Quién es López Nieves, qué hace, cuáles son sus principales obras y las técnicas o recursos que más utiliza? 36 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ ACTIVIDAD 1.8 1. Elabora un texto expositivo de 800 palabras en Word, donde abordes una de las Bellas Artes. Complementa tu información en las siguientes páginas electrónicas: • • • • • • http://www.bellasartes.gob.mx/INBA http://www.museotamayo.org http://www.ciudadseva.com/bdcs/bdcs.htm http://www.musica.com/letras.asp?letra=806047 http://www.youtube.com/watch?v=WPey7ace294 http://arte.observatorio.info/2008/05/guernica-pablo-picasso-1937/ 37 Apreciación literaria Unidad II Competencia de la unidad: Describe el papel del arte literario en la recreación y tranformación de una cultura, relacionándolo con su propio contexto sociocultural. LITERATURA I / UAS-DGEP EL PADRE E l bebé estaba en una canasta al lado de la cama, y llevaba puesto un pelele y un gorro blanco. La canasta de mimbre estaba recién pintada, acolchada con pequeños edredones azules y sujetos con cintas de color azul claro. Las tres hermanitas y la madre, que se acababa de levantar de la cama y aún no se había despertado del todo, y la abuela rodeaban todas al bebé y observaban cómo miraba con fijeza y de cuando en cuando se llevaba el puño a la boca. No sonreía ni reía, pero a veces parpadeaba y movía la lengua entre los labios cuando una de las niñas le pasaba la mano por la barbilla. El padre estaba en la cocina y les oía jugar con el bebé. —¿A quién quieres tú pequeñín? —dijo Phyllis—, y le hizo cosquillas en la barbilla. —Nos quiere a todos —dijo Phyllis—, pero al que quiere de veras es a papá, ¡porque papá también es chico! Raymond Carver La abuela se sentó en el borde de la cama y dijo: —¡Mirad su bracito! Tan gordo. ¡Y esos deditos! Igualitos que los de su madre. —¿No es una preciosidad? —dijo la madre—. Tan sano, mi niñito. —Se inclinó sobre la cuna, besó al bebé en la frente y tocó la colcha que le tapaba el brazo—. Nosotros también le queremos. —¿Pero a quién se parece, a quién se parece? —exclamó Alice, y todas ellas se acercaron a la canasta para ver a quién se parecía. —Tiene los ojos bonitos —dijo Carol. —Todos los bebés tienen los ojos bonitos —dijo Phyllis. —Tiene los labios del abuelo —dijo la abuela—. Fijaos en esos labios. —No sé...—dijo la madre—. No sabría decir. —¡La nariz! ¡La nariz! —gritó Alice. —¿Qué pasa con su nariz? —preguntó la madre. —En la nariz se parece a alguien —dijo la niña. —No, no sé... —dijo la madre—. No creo. —Esos labios...—dijo entre dientes la abuela—. Esos deditos... —dijo, destapando la mano del bebé y extendiéndole los menudos dedos. —¿A quién se parece este niño? —No se parece a nadie —dijo Phyllis. Y todas se acercaron aún más a la canasta. —¡Ya sé! ¡Ya sé! —dijo Carol—. ¡Se parece a papá! —Todas miraron al bebé de muy cerca. —¿Pero a quién se parece su papá? —preguntó Phyllis. —¿A quién se parece papá? —repitió Alice, y entonces todas ellas miraron a la vez hacia la cocina, donde el padre estaba en la mesa, de espaldas a ellas. —¡Vaya, a nadie! —dijo Phyllis, y se puso a lloriquear un poco. —Calla —dijo la abuela, apartando la mirada. Luego volvió a mirar al bebé. —¡Papá no se parece a nadie! —dijo Alice. 40 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ —Pero tendrá que parecerse a alguien —dijo Phyllis, secándose los ojos con una de las cintas. Y todas salvo la abuela miraron al padre, que seguía sentado en la cocina. Se había dado la vuelta en su silla y tenía la cara pálida y sin expresión. Raymond Clevie Carver, Jr. (1938-1988) ACTIVIDAD 2.1 1. Responde a las siguientes interrogantes: • • • • • ¿Qué opinión te merece el texto que acabas de leer? Comparte la respuesta con tus amigos de grupo e igualmente escucha sus opiniones. De las participaciones de tus compañeros, ¿qué opinión te es más atinada y porqué? ¿Por qué Raymond Carver escribiría este relato? ¿Qué es lo que hace diferente a este texto del refrán, del chiste, la historieta y la adivinanza? ¿Qué historia se oculta dentro de este relato? CONCEPTO DE LITERATURA De acuerdo con el Diccionario de la Real Academia Española, “la literatura es un arte que emplea como medio de expresión una lengua, pero además, es una creación de carácter ficcional que tiene como base la realidad, es decir, una interpretación humana de la realidad a partir de una invención estética, como puede ser un cuento, un poema, una novela o una leyenda”. A esta definición le podemos agregar que existen diferentes obras literarias y, por tanto, varias literaturas. Esta diferenciación literaria viene dada por la existencia de una lengua propia, pues la literatura corresponde a textos lingüísticos, y por su pertenencia a comunidades políticas presentan problemas y tradiciones enormemente muy particulares. Por eso, a veces, en algunas obras puede predominar el factor lingüístico. En otras, el sociológico o el ideológico. Sin embargo, habría que reconocer que toda obra aspira a la universalidad, para llegarle a todo el mundo. El autor compone sus obras, pero la Literatura es un proceso social de gran conflictividad, en que intervienen además de los 41 LITERATURA I / UAS-DGEP autores y lectores, el cúmulo de distribuidores, críticos literarios, los medios de difusión y hasta los poderes políticos y sociales. Montes de Oca (1971: 20) resume claramente las características de la obra literaria cuando afirma que «Damos el nombre de obra literaria a toda creación literaria, cualquiera que sea su extensión, que posee unidad e independencia. Tan obra literaria puede ser, pues, un soneto como un poema épico, una breve narración como una extensa novela» En México, algunas de las instituciones académicas y culturales encargadas de validar si un escrito es literario y quien le presenta un escritor, son CONACULTA, INBA, UNAM y la SEP, porque realizan eventos y actividades para promover la lectura de obras literarias en todos sus géneros. Sin embargo, la instancia más importante y significativa sigue siendo el propio lector, al determinar si una obra es literaria o no, con las lecturas de su preferencia. Aquí se inserta la labor que realizan los maestros en las aulas universitarias al fomentar la lectura y producción de textos literarios. El texto Literario En este sentido, el texto es “la unidad lingüística comunicativa fundamental, producto de la actividad verbal humana, que posee siempre carácter social. Como entidad cerrada y completa tiene coherencia semántica (de sentido) y cohesión (mecanismos lingüísticos propios del sistema)”. Bajo esa premisa, la palabra literatura proviene del latín littera que significa letra, por lo cual, podemos decir que literatura se refiere a todo escrito compuesto por letras. De esta manera, podría considerarse como texto literario a cualquier texto escrito, ya sean canciones, recados, cartas, mensajes telefónicos y de chat, recetas de cocina, instructivos, poemas, diálogos, conversaciones, noticias de prensa y pancartas publicitarias. Sin embargo, los textos literarios son escritos diferenciados por su lenguaje poético. Textos, tanto orales como escritos; largos o cortos; literarios o no; para leerse o escucharse; para decirse o escribirse. En el libro Narrativa contemporánea de Patricia Rubio y Juan Carlos Lértora, leemos: “La literatura es una de las posibilidades que el hombre tiene para manifestar su potencialidad artístico-creadora —acá el concepto es bien claro— mediante ella puede aprehender estéticamente el mundo, expresar su propia individualidad y plasmar la sensibilidad de una época.” Luego dice: “Nunca ha tenido asidero verdadero la concepción que sostenía que la literatura copia e imita fielmente la realidad. Los componentes básicos del mundo real adquieren en la obra su propia organización y alcanzan una especial significación. Desde el instante en que el creador literario opera con su pluma sobre la realidad, allí mismo nace el mundo ficticio”— y sobre este término vamos a volver— “Aunque éste puede asemejarse al mundo real, su única condición de obra literaria reside en la organización de su material lingüístico. Mediante el lenguaje empleado en ella se ha creado un mundo autónomo, válido en, y por sí mismo, autosuficiente y autoexplicable”. 42 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ Así, los textos literarios son aquellos que presentan elementos estéticos, en los que el autor expresa sus ideas en un lenguaje metafórico y expresivo. Subjetivos en virtud de que cada lector los interpreta desde un punto de vista personal. De tal forma que los textos literarios pueden escribirse tanto en prosa como en verso, según el estilo del escritor. Entendiendo por prosa, a la forma común de uso del lenguaje, la cual no está sujeta, como la poesía, a reglas de medida y ritmos regulares. En este sentido, la prosa sigue la lógica del pensamiento o de la conversación, en cambio, el verso es una unidad de lenguaje dispuesta de acuerdo con las reglas de la composición poética. Para el lingüista ruso, Román Jakobson, la poesía se rige por la repetición (métrica: numero de silabas por verso, sonora, gráfica y semántica), mientras que la prosa se rige por la combinación de elementos léxicos, sintácticos y semánticos, tanto en las frases como en el discurso. En este sentido, la prosa es el vehículo ideal del lenguaje en la narrativa. Por otra parte, se pueden encontrar ciertos rasgos que hacen difícil diferenciar al texto literario de otros tipos de textos, como: • El límite que separa al lenguaje literario de otros tipos de lenguaje es muy difuso. Muchos escritos de carácter periodístico o científico pueden ser considerados como verdaderas piezas literarias. • La extensión de un texto literario no es un rasgo distintivo, puesto que es muy variable, desde un par de versos hasta cientos de páginas. • El texto literario posee unas características internas sumamente peculiares pero, a la vez, difíciles de aislar. Comparte un buen número de ellas con otras clases de textos: la plegaria, el mensaje publicitario, el eslogan, el conjuro, el texto periodístico, entre otros. • El texto literario tiene un carácter desinteresado, en cuanto a la remuneración que el autor pueda obtener a cambio por lo escrito. Por ello, el texto literario no tiene una finalidad práctica inmediata. La literatura se describe clásicamente como el “Arte de Expresar la Belleza por medio de la palabra” y a no ser que la realidad sea provocadora, mágica, o que se disfrute del dolor y la penuria; la literatura siempre será ficción, construcción de nuevas realidades, o visión crítica y testimonio de una época. 43 LITERATURA I / UAS-DGEP LIX Anochecuandodormía soñé,¡benditailusión! queunafontanafluía dentrodemicorazón. Di,¿porquéacequiaescondida, agua,vieneshastami, manantialdenuevavida dedondenuncabebí? Anochecuandodormía soñé,¡benditailusión! queunacolmenatenía dentrodemicorazón; ylasdoradasabejas ibanfabricandoenél, conlasamargurasviejas, blancaceraydulcemiel. Anochecuandodormía soñé,¡benditailusión! queunardientesollucía dentrodemicorazón. Eraardienteporquedaba caloresderojohogar, yerasolporquealumbraba yporquehacíallorar. Anochecuandodormía soñé,¡benditailusión! queeraDiosloquetenía dentrodemicorazón. Antonio Machado (1875-1939) actiVidad 2.2 1. Realiza las siguientes actividades: • Define con tus propias palabras ¿Qué es la literatura? • De la definición que aparece en el libro De la Narrativa contemporánea, de Patricia Rubio y Juan Carlos Lértora, construye una nueva definición más sintética del término literatura. • Menciona dos características propias del texto literario que lo hagan diferente de los otros tipos de textos. • Realiza una paráfrasis del texto LIX, del poeta Antonio Machado, respetando el verso “Anoche cuando dormía” en cada una de las estrofas que construyas. • Comparte tu trabajo con uno de tus compañeros de grupo. • Redacta, en una hoja aparte, las dificultades que se te presentaron para realizar esta actividad, así como, los materiales que fueron necesarios para realizarla. 44 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ PROPÓSITO DEL TEXTO LITERARIO No se puede negar que uno de los propósitos principales del texto literario es la comunicación estética y ésta se logra a partir de los siguientes criterios: • • • • • Es resultado de una creación que el autor destina para que perdure y se conserve exactamente con la misma forma original. La comunicación que la obra literaria establece con el lector y oyente es unilateral, porque el mensaje no puede recibir respuesta inmediata del receptor. La obra no se dirige a un destinatario concreto, sino a receptores desconocidos, muchos o pocos, actuales o futuros (receptor universal). El lector u oyente no establece relación directa con el autor, sino sólo con el mensaje, con su obra (comunicación diferida). Y ello, cuando él lo desea. De esa manera, la iniciativa del contacto comunicativo corresponde al receptor. La comunicación literaria es desinteresada, no tiene una finalidad práctica inmediata. Por el contrario, posee una naturaleza estética, es decir, pretende producir las reacciones que en el ánimo suscita lo bello. CAPÍTULO SEGUNDO ÓRDENES, COSTUMBRES Y CAPRICHOS Te recuerdo brevemente donde estamos. Queda claro que hay cosas que nos convienen para vivir y otras no, pero no siempre está claro qué cosas son las que nos convienen. Aunque no podamos elegir lo que nos pasa, podemos en cambio elegir lo que hacer frente a lo que nos pasa. Modestia aparte, nuestro caso se parece más al de Héctor que al de las beneméritas termitas... Cuando vamos a hacer algo, lo hacemos porquepreferimoshacer eso a hacer otra cosa, o porque preferimos hacerlo a no hacerlo. ¿Resulta entonces que hacemos siempre lo que queremos? Hombre, no tanto. A veces las circunstancias nos imponen elegir entre dos opciones que no hemos elegido: vamos, que hay ocasiones en que elegimos aunque preferiríamos no tener que elegir. Uno de los primeros filósofos que se ocupó de estas cuestiones, Aristóteles, imaginó el siguiente ejemplo. Un barco lleva una importante carga de un puerto a otro. A medio trayecto, le sorprende una tremenda tempestad. Parece que la única forma de salvar el barco y la tripulación es arrojar por la borda el cargamento, que además de importante es pesado. El capitán del navío se plantea el problema siguiente: « ¿Debo tirar la mercancía o arriesgarme a capear el temporal con ella en la bodega, esperando que el tiempo mejore o que la nave resista?» Desde luego, si arroja el cargamento lo hará porque prefiere hacer eso a afrontar el riesgo, pero sería injusto decir sin más que quiere tirarlo. Lo que de veras quiere es llegar a puerto con su barco, su tripulación y su mercancía: eso es lo que más le conviene. 45 LITERATURA I / UAS-DGEP Sin embargo, dadas las borrascosas circunstancias, prefiere salvar su vida y la de su tripulación a salvar la carga, por preciosa que sea. ¡Ojalá no se hubiera levantado la maldita tormenta! Pero la tormenta no puede elegirla, es cosa que se le impone, cosa que le pasa, quiera o no; lo que en cambio puede elegir es el comportamiento a seguir en el peligro que le amenaza. Si tira el cargamento por la borda lo hace porque quiere... y a la vez sin querer. Quiere vivir, salvarse y salvar a los hombres que dependen de él, salvar su barco; pero no quisiera quedarse sin la carga ni el provecho que representa, por lo que no se desprende de ella sino muy a regañadientes. Preferiría sin duda no verse en el trance de tener que escoger entre la pérdida de sus bienes y la pérdida de su vida. Sin embargo, no queda más remedio y debe decidirse: elegirá lo que quiera más, lo que crea más conveniente. Podríamos decir que es libre porque no le queda otro remedio que serlo, libre de optar en circunstancias que él no ha elegido padecer. Casi siempre que reflexionamos en situaciones difíciles o importantes sobre lo que vamos a hacer nos encontramos en una situación parecida a la de ese capitán de barco del que habla Aristóteles. Pero claro, no siempre las cosas se ponen tan feas. A veces las circunstancias son menos tormentosas y si me empeño en no ponerte más que ejemplos con ciclón incorporado puedes rebelarte contra ellos, como hizo aquel aprendiz de aviador. Su profesor de vuelo le preguntó: «Va usted en un avión, se declara una tormenta y le inutiliza a usted el motor. ¿Qué debe hacer?» Y el estudiante contesta: «Seguiré con el otro motor.» «Bueno —dijo el profesor—, pero llega otra tormenta y le deja sin ese motor. ¿Cómo se las arregla entonces?» «Pues seguiré con el otro motor.» «También se lo destruye una tormenta. ¿Y entonces?» «Pues continúo con otro motor.» «Vamos a ver —se mosquea el profesor—, ¿se puede saber de dónde saca usted tantos motores?» Y el alumno, imperturbable: «Del mismo sitio del que saca usted tantas tormentas.» No, dejemos de lado el tormento de las tormentas. Veamos qué ocurre cuando hace buen tiempo. Por lo general, uno no se pasa la vida dando vueltas a lo que nos conviene o no nos conviene hacer. Afortunadamente no solemos estar tan achuchados por la vida como el capitán del dichoso barquito del que hemos hablado. Si vamos a ser sinceros, tendremos que reconocer que la mayoría de nuestros actos los hacemos casi automáticamente, sin darle demasiadas vueltas al asunto. Recuerda conmigo, por favor lo que has hecho esta mañana. A una hora indecentemente temprana ha sonado el despertador y tú, en vez de estrellarlo contra la pared como te apetecía, has apagado la alarma. Te has quedado un ratito entre las sábanas, intentando aprovechar los últimos y preciosos minutos de comodidad horizontal. Después has pensado que se te estaba haciendo demasiado tarde y el autobús para el cole no espera, de modo que te has levantado con santa resignación. Ya sé que no te gusta demasiado lavarte los dientes pero como te insisto tanto para que lo hagas has acudido entre bostezos a la cita con el cepillo y la pasta. Te has duchado casi sin darte cuenta de lo que hacías, porque es algo que ya pertenece a la rutina 46 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ de todas las mañanas. Luego te has bebido el café con leche y te has tomado la habitual tostada con mantequilla. Después, a la dura calle. Mientras ibas hacia la parada del autobús repasando mentalmente los problemas de matemáticas — ¿no tenías hoy control?— has ido dando patadas distraídas a una lata vacía de coca—cola. Más tarde el autobús, el colegio, etc. Francamente, no creo que cada uno de esos actos los hayas realizado tras angustiosas meditaciones: « ¿Me levanto o no me levanto? ¿Me ducho o no me ducho? ¡Desayunar o no desayunar, ésa es la cuestión!» La zozobra del pobre capitán de barco a punto de zozobrar, tratando de decidir a toda prisa si tiraba por la borda la carga o no, se parece poco a tus soñolientas decisiones de esta mañana. Has actuado de manera casi instintiva, sin plantearte muchos problemas. En el fondo resulta lo más cómodo y lo más eficaz, ¿no? A veces darle demasiadas vueltas a lo que uno va a hacer nos paraliza. Es como cuando echas a andar: si te pones a mirarte los pies y a decir «ahora, el derecho; luego, el izquierdo, etc.», lo más seguro es que pegues un tropezón o que acabes parándote. Pero yo quisiera que ahora, retrospectivamente, te preguntaras lo que no te preguntaste esta mañana. Es decir: ¿por qué he hecho lo que hice?, ¿por qué ese gesto y no mejor el contrario, o quizá otro cualquiera? Supongo que esta encuesta te indignará un poco. ¡Vaya! ¿Que por qué tienes que levantarte a las siete y media, lavarte los dientes e ir al colegio? ¿Y yo te lo pregunto? ¡Pues precisamente porque yo me empeño en que lo hagas y te doy la lata de mil maneras, con amenazas y promesas, para obligarte! ¡Si te quedases en la cama menudo jaleo te montaría! Claro que algunos de los gestos reseñados como ducharte o desayunar, los realizas ya sin acordarte de mí, porque son cosas que siempre se hacen al levantarse, ¿no?, y que todo el mundo repite. Lo mismo que ponerse pantalones en lugar de ir en calzoncillos, por mucho que apriete el calor... En cuanto a lo de tomar el autobús, bueno, no tienes más remedio que hacerlo para llegar a tiempo, porque el colegio está demasiado lejos como para ir andando y no soy tan espléndido para pagarte un taxi de ida y vuelta todos los días. ¿Y lo de pegarle patadas a la lata? Pues eso lo haces porque sí, porque te dala gana. Fernando Savater (N. 1947) 47 LITERATURA I / UAS-DGEP ACTIVIDAD 2.3 1. Responde a las siguientes interrogantes: • ¿A qué crees que se refiera la Comunicación Estética? • ¿Por qué la comunicación en la literatura posee una naturaleza estética? • Identifica aquellas frases del texto, de Fernando Savater, que pudiéramos considerar como literarias, transcríbelas y explícalas ¿cuál es la intención de Fernando Savater al usar estas frases? • ¿Con quién te gustaría compartir esta lectura o a quien se la recomendarías y porqué? • Investiga y redacta una ficha sintética del libro titulado Ética para Amador de Fernando Savater. EL LENGUAJE LITERARIO El lenguaje literario, básicamente, es la lengua estándar en la cual se introducen palabras poco usuales (cultismos, voces inusitadas, extranjerismos, arcaísmos, etc.) y se somete normalmente a una voluntad de forma. En ella, podemos encontrar muchos rasgos que la acercan a la lengua escrita culta, pero también, es frecuente que aparezcan giros coloquiales y hasta vulgares con la intención de producir ciertos efectos expresivos. En otras palabras, cuando el lenguaje se utiliza para producir belleza o para llamar la atención sobre sí mismo, actúa en él la función poética para suscitar en el receptor una serie de sensaciones de belleza, creatividad e influencia a través de la forma del mensaje, donde lo importante no es lo que se dice, sino cómo se dice. Habría que reconocer que la función poética no es exclusiva del texto literario, sino que también es parte del lenguaje coloquial. Cualquier persona, al construir un mensaje, selecciona de manera consciente o inconsciente las palabras, las inflexiones de la voz o los tipos de oraciones para conseguir una transmisión más eficaz de aquello que pretende comunicar. Sin embargo, sólo el texto literario responde a un proceso de comunicación especial del que se deriva la función poética. El texto literario y el proceso de comunicación El texto literario se sirve de un sistema de comunicación muy especial para crear mensajes. Como puede recordarse, en cursos anteriores se revisaron los elementos que intervienen en el proceso de la comunicación. 48 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ En el esquema que aparece a continuación, se puede explicar este proceso: el emisor (autor) le quiere enviar a un receptor (lector) una realidad no lingüística, convirtiéndola en realidad lingüística a través de un código (lenguaje literario), creando un mensaje (texto literario) que llega al receptor a través de un canal (libro u obra literaria), dentro de un contexto (realidad social). Contexto/Realidad Emisor/Autor Mensaje/Texto Lit. Receptor/Lector Canal/Libro Código/Lenguaje Como se puede apreciar, en este proceso no importa tanto lo Denotativo (loquediceelmensaje), sino lo Connotativo (que hay más allá del mensaje mismo, es decir, las posibles interpretaciones). El escrito le da un nuevo valor a las significaciones. Sin duda, al leer se capta la sutileza de esas nuevas significaciones, produciéndose con ese acto el éxito del arte literario. A diferencia de otros textos, el texto literario comunica de forma estética, puesto que se sirve del valor de la belleza para la creación de obras artísticas literarias. Por esa razón, la literatura se sirve de las palabras, como la pintura del color y la música del sonido. Así también, el lenguaje literario es un lenguaje plurisignificativo, porque las palabras adquieren más de una significación. Como lo podemos apreciar en el poema titulado Adiós que Alexandr Pushkin dedica a su amiga Elizabeth Vorontsov. De igual manera, se presenta el relato Poquita cosa de Antón Chejov. ADIÓS Meanimounaúltimavez aacariciarenespíritutuimagen, usandotodamifuerzaparareavivarunsueño, complaciéndome,nosintristezaytemor, enrecordarloquefuenuestroamor. Nuestrosañoshuyeron,nuestrosañoshancambiado ycambiatodo,ynoscambiananosotrosmismos. Paramí,queayernomástecantaba, hoytehascubiertodeunasombrasepulcral. Paratielamigodeayernoesmásqueunfuegoextinguido. 49 LITERATURA I / UAS-DGEP Acoge,ohcompañerayaparasiempredistante, estosadiosesquetedirigemicorazón; acógeloscomoloharíaunamigoqueestrechaasuamigo, sindecirniunapalabra,anteelumbraldeunaprisión. Alexandr Pushkin (1799-1837) POQUITA COSA Hace unos días invité a Yulia Vasilievna, la institutriz de mis hijos, a que pasara a mi despacho. Teníamos que ajustar cuentas. Siéntese, Yulia Vasilievna —le dije— . Arreglemos nuestras cuentas. A usted seguramente le hará falta dinero, pero es usted tan ceremoniosa que no lo pedirá por sí misma... Veamos... Nos habíamos puesto de acuerdo en treinta rublos por mes... En cuarenta... No. En treinta... Lo tengo apuntado. Siempre le he pagado a las institutrices treinta rublos... Veamos... Ha estado usted con nosotros dos meses... Dos meses y cinco días... Dos meses redondos. Lo tengo apuntado. Le corresponden por lo tanto sesenta rublos... Pero hay que descontarle nueve domingos... pues los domingos usted no le ha dado clase a Kolia, sólo ha paseado... más de tres días de fiesta... A Yulia Vasilievna se le encendió el rostro y se puso a tironear el volante de su vestido, pero... ¡ni palabra! Tres días de fiesta... Por consiguiente descontamos doce rublos... Durante cuatro días Kolia estuvo enfermo y no tuvo clases... usted se las dio sólo a Varia... Hubo tres días que usted anduvo con dolor de muela y mi esposa le permitió descansar después de la comida... Doce y siete suman diecinueve. Al descontarlos queda un saldo de... hum... de cuarenta y un rublos... ¿no es cierto? El ojo izquierdo de Yulia Vasilievna enrojeció y lo vi empañado de humedad. Su mentón se estremeció. Rompió a toser nerviosamente, se sonó la nariz, pero... ¡ni palabra! En víspera de Año Nuevo usted rompió una taza de té con platito. Descontamos dos rublos... Claro que la taza vale más... es una reliquia de la familia... pero ¡que Dios la perdone! ¡Hemos perdido tanto ya! Además, debido a su falta de atención Kolia se subió a un árbol y se desgarró la chaquetita... Le descontamos diez... También por su descuido, la camarera le robó a Varia los botines... Usted es quien debe vigilarlo todo. Usted recibe sueldo... Así que le descontamos cinco más... El diez de enero usted tomó prestados diez rublos. No los tomé musitó Yulia Vasilievna. ¡Pero si lo tengo apuntado! Bueno, sea así, está bien. A cuarenta y uno le restamos veintisiete, nos queda un saldo de catorce... Sus dos ojos se le llenaron de lágrimas... 50 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ Sobre la naricita larga, bonita, aparecieron gotas de sudor. ¡Pobre muchacha! Sólo una vez tomé — dijo con voz trémula— . Le pedí prestados a su esposa tres rublos... Nunca más lo hice... ¿Qué me dice? ¡Y yo que no los tenía apuntados! A catorce le restamos tres y nos queda un saldo de once... ¡He aquí su dinero, querida! Tres... tres... uno y uno... ¡sírvase! Y yo le tendí once rublos... Ella los cogió con dedos temblorosos y se los metió en el bolsillo. Merci —murmuró. Yo pegué un salto y me eché a caminar por el cuarto. No podía contener mi indignación. ¿Por qué Merci? —le pregunté. Por el dinero. ¡Pero si ya le he desplumado! ¡Demonios! ¡La he asaltado! ¡Le he robado! ¿Por qué Merci? En otros sitios ni siquiera me daban... ¿No le daban? ¡Pues no es extraño! Yo he bromeado con usted... le he dado una cruel lección... ¡Le daré sus ochenta rublos enteritos! ¡Ahí están preparados en un sobre para usted! ¿Pero es que se puede ser tan apocada? ¿Por qué no protesta usted? ¿Por qué calla? ¿Es qué se puede vivir en este mundo sin mostrar los dientes? ¿Es qué se puede ser tan poquita cosa? Ella sonrió débilmente y en su rostro leí: “¡Se puede!” Le pedí disculpas por la cruel lección y le entregué, para su gran asombro, los ochenta rublos. Tímidamente balbuceó su Merci y salió... La seguí con la mirada y pensé: ¡Qué fácil es en este mundo ser fuerte! Antón Chejov (1860-1904) ACTIVIDAD 2.4 1. Responde a las siguientes actividades: • Del texto titulado Adiós de Alexandr Pushkin, identifica y ubica cada uno de los elementos del Proceso de la Comunicación. • Define cada uno de los siguientes términos: a) Lenguaje literario. b) Connotación. c) Proceso de la comunicación. d) Forma estética. e) Lenguaje plurisignificativo. • Realiza una interpretación connotativa de la siguiente frase: “Para mí, que ayer nomás te cantaba, hoy te has cubierto de una sombra sepulcral” • • • ¿De qué nos habla el poeta Alexandr Pushkin, en el texto el Adiós? ¿Cuál es el mensaje que nos entrega Antón Chejov, con el texto Poquita cosa? La respuesta de los incisos 3, 4 y 5 coméntala con tus compañeros de grupo e identifica que cada uno tiene una respuesta distinta que es válida. ¿Por qué crees que tus compañeros tuvieron una interpretación diferente a la tuya? 51 LITERATURA I / UAS-DGEP LA FUNCIÓN POÉTICA Como se sabe, el lenguaje literario se caracteriza por el predominio de la función poética en los textos literarios, misma que incluye a las demás funciones del proceso de la comunicación, como bien se muestra en el siguiente cuadro: Si el Mensaje va dirigido al Emisor Receptor Contexto Código Canal Mensaje Se produce la Esta se identifica cuando Por ejemplo: Función en un texto literario Emotiva Predomina el “YO”. Me duele mucho una muela. Conativa/ape- Lo que predomina es la Sacas la basura lativa llamada al lector. por favor, antes de que pase el carro. Referencial Lo importante es lo que se Lo vieron cerca del dice y no como se dice: parque antes del medio día. Metalingüísti- Lo que predomina es una El escritor pretende ca pureza del código, las pa- suscitar en el lector labras gramaticalmente una serie de sensaperfectas. ciones de belleza. Fática Depende mucho del gusto Claro, claro, muy del lector, lo que le “llega” bien, se entiende… y lo que no. Poética Lo que predomina es el mensaje total. Va mucho en relación de lo que el lector entienda como belleza, como sentimiento. Texto donde predomina Carta Diario Manual Recetario Instructivo Artículos periodísticos Informe Diccionario Enciclopedia Libro Revista Periódico Teléfono Chat. “Me gustas cuando Cuento callas porque estás Novela como ausente” Poesía Teatro Por esa razón, se puede considerar a la función poética como la más literaria de todas las funciones, debido a que le da un valor connotativo al lenguaje literario. Así, el texto adquiere distintas significaciones, como se muestra en las siguientes lineas: “El día que yo muera se acabarán las rocas, los labios, los cipreses, las albas, los crepúsculos, la pena y la alegría...” 52 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ Si bien, este texto presenta una estructura con todas las funciones comunicativas y literarias (por ejemplo: Yo, Función Emotiva). Es un texto lírico (aunque sea en prosa) en el cual el autor tiene una visión del mundo en la que los objetos (rocas, labios...) no sólo son pretextos sino que tienen una presencia emocional porque connotan más que denotan. Rocas — Dificultades, dureza (frío, cerrada, insensible), muerte. Labios — Amor, palabras. Cipreses — Naturaleza, muerte. Albas — Días, alegría. Crepúsculos — Noches, pena. De esta manera, se puede notar que la obra literaria no nos ofrece la realidad, sino su propia realidad. La realidad que se vive en el mismo texto. El escritor, por tanto, es un recreador de la lengua y necesita una maduración de la vida, una maduración de su lenguaje. Para esto, debe ser capaz de transmitir su propio nivel de competencia, sus saberes, sus vivencias y sus costumbres. Una obra literaria no se debe enseñar. No se puede dogmatizar con la literatura. La literatura enriquece pero no de forma obligada, es mejor naturalmente, sin proponérselo. Por ello, para comprender la obra literaria hay que releerla, con la intención de recibir un mayor número de saberes. Es así como el lector puede encontrar conexiones válidas o no, con la política, religión, economía y filosofía. Algo parecido sucede cuando al presenciar una película, el espectador captura una serie de imágenes o escenas que le llamaron la atención. Luego, a los días, le cae el veinte sobre el sentido o mensaje de la historia. En suma, es posible afirmar que el texto literario se sujeta a principios creativos, como producto de la función poética que organiza la realidad a través de la imaginación y la fantasía, creando equivalencias conscientes o inconscientes de la realidad que vive. 53 LITERATURA I / UAS-DGEP LAS DORADAS MANZANAS DEL SOL (Fragmento) —Al sur —dijo el capitán. —Pero —dijo la tripulación— no hay direcciones aquí en el espacio. —Cuando uno viaja hacia el sol —replicó el capitán—, y todo se hace amarillo y ardiente y perezoso, entonces uno va en una única dirección. Cerró los ojos y pensó en las tierras lejanas, cálidas y humeantes, y el aliento se le movió suavemente en la boca. —Al sur. —Asintió levemente con un movimiento de cabeza—. Al sur. El cohete era el CopadeOro, llamado también el Prometeo y el Ícaro, y su destino era el deslumbrante sol del mediodía. Había cargado dos mil limonadas y mil botellas de cerveza para este viaje al vasto Sahara. Y ahora que el sol hervía ante ellos recordaron una serie de citas. —¿Lasdoradasmanzanasdelsol? —Yeats. —¿Notemasmáselcalordelsol? —¡Shakespeare, por supuesto! Ray Bradbury —¿Latazadeoro? Steinbeck. ¿Laolladeoro? Stephens. ¿Y el pote de oro al pie del arco iris? ¡Un nombre para nuestra trayectoria! ¡Arco iris! —¿Temperatura? —¡Mil grados centígrados! El capitán miró por la ancha y oscura ventanilla, y allí ciertamente estaba el sol, e ir hacia él y tocarlo y robarle una parte para siempre era su única y tranquila idea. La nave combinaba lo frescamente delicado y lo fríamente práctico. En los corredores de hielo y escarcha, soplaban vientos de amoníaco y tormentosos copos de nieve. Cualquier chispa del vasto horno que ardía más allá del duro casco de la nave, cualquier hálito de fuego encontraría el invierno, dormitando aquí, como las más frías horas de febrero. El audio —termómetro murmuró en el silencio ártico: —Temperatura: ¡dos mil grados! «Caemos —pensó el capitán— como un copo de nieve en el regazo de junio, el cálido julio y los sofocantes y secos días de agosto.» — ¡Tres mil grados centígrados! Los motores se apresuraron bajo campos de nieve, los refrigerantes corrieron a diez mil kilómetros por hora por las bocas de las serpentinas. —Cuatro mil grados centígrados. Mediodía. Verano. Julio. — ¡Cinco mil grados! Y al fin el capitán habló con toda la serenidad del viaje en su voz: —Ahora estamos tocando el sol. 54 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ Los ojos del capitán eran de oro fundido. —¡Siete mil grados! ¡Cómo un termómetro mecánico podía parecer excitado, aunque sólo tuviera una voz de acero, sin emoción! —¿Qué hora es? —preguntó alguien. Todos tuvieron que reírse. Pues ahora sólo era el sol y el sol y el sol. El sol era todos los horizontes, todas las direcciones. Quemaba los minutos, los segundos, los relojes de arena, los relojes mecánicos; quemaba el tiempo y la eternidad. Quemaba las pestañas y el suero del mundo oscuro detrás de los párpados, la retina, el oculto cerebro, y quemaba el sueño y los dulces recuerdos del sueño y la frescura del anochecer. —¡Cuidado! —¡Capitán! Bretton, el primer piloto, cayó boca abajo en la cubierta. Su traje protector estalló y silbó, y su temperatura, su oxígeno y su vida asomaron abriéndose como un capullo de vapor escarchado. Ray Bradbury (N. 1920) 55 LITERATURA I / UAS-DGEP ACTIVIDAD 2.5 1. Responde a las siguientes actividades: • Complementa el siguiente esquema: Se produce la función Fática Contexto Si el mensaje se orienta al Emotiva Código Poética Receptor 2. Construye con tus propias palabras la definición de Función Poética. 3. Extrae del texto Las Doradas Manzanas del Sol de Ray Bradbury, enunciados donde predomine cada una de las siguientes funciones: a) Emotiva; b) Poética; c) Referencial; d) Conativa; 4. Comenta con tus compañeros de grupo el texto Las Doradas Manzanas del Sol de Ray Bradbury. 5. ¿Cómo te imaginas el final de esta historia? 6. ¿Qué historias conoces de este estilo? Menciona mínimamente tres y compártela con tus compañeros de grupo. 56 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ PRINCIPALES FORMAS DE EXPRESIÓN LITERARIA Los textos literarios suelen presentar una combinación de las tres formas de elocución clásicas: narración, descripción, y diálogo, aunque el retrato y el monólogo pueden ser interpretados como sus variantes. Por lo que en este apartado sólo se da una mirada a cada una de las formas de elocución, a fin de identificar su estructura, dejando los detalles para las siguientes unidades. La narración Como forma de expresión, la narración se utiliza para hacer referencia a las partes del texto o fragmentos en los cuales se relatan hechos reales o imaginarios, además de ser una de las formas más recurridas en la comunicación social. El cuento, la novela, la leyenda, el poema épico y otros géneros y subgéneros literarios se apoyan, principalmente, en la forma de expresión narrativa. Esta forma de expresión se caracteriza por la predominancia de acciones, identificadas fácilmente por el uso frecuente del verbo (verbos en pasado, especialmente de los pretéritos indefinidos e imperfectos). Por lo regular, el narrador es quien conduce la historia en el texto. El orden en que aparecen los elementos de una narración depende de cuál sea el foco considerado de mayor interés dentro de la misma. Como se ejemplifica en el cuadro: Si el interés se centra en Entonces la narración Dar a conocer el desenlace de Seguirá un orden cronológico desde los primeros hasta los úlunos acontecimientos timos sucesos. En este caso, lo narrado tiene un desarrollo lineal. Destacar las circunstancias que Comenzará por los últimos sucesos para después dar un salto llevaron a tal desenlace al pasado (flash back) y narrar el resto de la historia desde el principio hasta esos sucesos finales, como si se tratara de recuerdos. Destacar tanto los orígenes o Empezará en un punto intermedio de la historia, e ir relatando causas como el desenlace luego los acontecimientos anteriores y posteriores al punto de arranque. Este procedimiento se denomina narración in media res (‘en mitad del asunto’). 57 LITERATURA I / UAS-DGEP EVA Él la perseguía a través de la biblioteca entre mesas, sillas y facistoles. Ella se escapaba hablando de los derechos de la mujer, infinitamente violados. Cinco mil años absurdos los separaban. Durante cinco mil años ella había sido inexorablemente vejada, postergada, reducida a la esclavitud. Él trataba de justificarse por medio de una rápida y fragmentaria alabanza personal, dicha con frases entrecortadas y trémulos ademanes. En vano buscaba él los textos que podían dar apoyo a sus teorías. La biblioteca, especializada en literatura española de los siglos XVI y XVII, era un dilatado arsenal enemigo, que glosaba el concepto del honor y algunas atrocidades de ese mismo jaez. El joven citaba infatigablemente a J. J. Bachofen, el sabio que todas las mujeres debían leer, porque les ha devuelto la grandeza de su papel en la prehistoria. Si sus libros estuvieran a mano, él habría puesto a la muchacha ante el cuadro de aquella civilización oscura, regida por la mujer, cuando la tierra tenía en todas partes una recóndita humedad de entraña y el hombre trataba de alzarse de ella en palafitos. Pero a la muchacha todas estas cosas la dejaban fría. Aquel periodo matriarcal, por desgracia no histórico y apenas comprobable, parecía aumentar su resentimiento. Se escapaba siempre de anaquel en anaquel, subía a veces a las escalerillas y abrumaba al joven bajo una lluvia de denuestos. Afortunadamente, en la derrota, algo acudió en auxilio del joven. Se acordó de pronto de Heinz Wólpe. Su voz adquirió citando a este autor un nuevo y poderoso acento. “En el principio sólo había un sexo, evidentemente femenino, que se reproducía automáticamente. Un ser mediocre comenzó a surgir en forma esporádica, llevando una vida precaria y estéril frente a la maternidad formidable. Sin embargo, poco a poco fue apropiándose ciertos órganos esenciales. Hubo un momento en que se hizo imprescindible. La mujer se dio cuenta, demasiado tarde, de que le faltaban ya la mitad de sus elementos y tuvo necesidad de buscarlos en el hombre, que fue hombre en virtud de esa separación progresista y de ese regreso accidental a su punto de origen.” La tesis de Wólpe sedujo a la muchacha. Miró al joven con ternura. “El hombre es un hijo que se ha portado mal con su madre a través de toda la historia”, dijo casi con lágrimas en los ojos. Lo perdonó a él, perdonando a todos los hombres. Su mirada perdió resplandores, bajó los ojos como una madona. Su boca, endurecida antes por el desprecio, se hizo blanda y dulce como un fruto. Él sentía brotar de sus manos y de sus labios caricias mitológicas. Se acercó a Eva temblando y Eva no huyó. Y allí en la biblioteca, en aquel escenario complicado y negativo, al pie de los volúmenes de conceptuosa literatura, se inició el episodio milenario, a semejanza de la vida en los palafitos. Juan José Arreola (1918-2001) 58 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ actiVidad 2.6 1. Elabora un cuestionario de opción múltiple del tema la narración, con respuestas de A, B, C y D. 2. Extrae del texto Eva, de Juan José Arreola, aquellos enunciados donde sea clara la predominancia de la narración. 3. Por la forma en que está escrito el texto, pudiéramos decir que el interés del autor está centrado en: 4. Narra en cuatro párrafos el trayecto que realizaste de tu casa a la escuela. Aprovecha la primera persona del singular “Yo” y centra tu interés en dar a conocer el desenlace de la travesía. La descripción Describir es dibujar con palabras. Definida con más precisión, la descripción es la representación de personas o cosas por medio de la lengua, refiriendo o explicando sus distintas partes, cualidades o circunstancias. En toda descripción, lo que interesa son las cosas y sus propiedades o características, no las acciones, de tal manera que predominan los sustantivos y los adjetivos sobre los verbos, por ello, abundan los tiempos verbales referidos al desarrollo y no al término de la acción (aspecto imperfectivo), sobre todo, los presentes y los pretéritos imperfectos. Es de notar que la ausencia de nexos da una mayor rapidez a la descripción, mientras que la multiplicación de nexos le confiere lentitud y estatismo al objeto descrito. Por lo regular, se recurre a la comparación como método para la descripción. Por otra parte, debemos considerar que existen diferentes tipos de descripción, como por ejemplo, a la descripción de personas se le denomina retrato, que suele realizarse mediante la combinación de prosopografía (descripción de la apariencia externa de una persona, los rasgos físicos y la indumentaria) y etopeya (descripción del carácter, acciones y costumbres de una persona). Así encontramos que la descripción puede ser objetiva o subjetiva, estática o dinámica. 59 LITERATURA I / UAS-DGEP LA PRISIONERA (Fragmento) “Físicamente también había cambiado. Sus rasgados ojos azules —más alargados— no tenían la misma forma; sí el mismo color, pero parecía como si hubieran pasado al estado líquido. Tanto que, cuando los cerraba, era como cuando se corren las cortinas y ya no se ve el mar. Cada noche, al dejarla, yo recordaba sobre todo esta parte de ella. En cambio, cada mañana, su pelo alborotado, por ejemplo, me causó durante mucho tiempo la misma sorpresa, como si fuera una cosa nueva que no había visto nunca. Y, sin embargo, ¿hay algo más bello, después de la mirada sonriente de una muchacha, que esa corona ondulada de violetas negras? La sonrisa es más bien cosa de amistad; pero los pequeños tirabuzones brillantes de la cabellera florecida, más parientes de la carne y como su trasposición en leves olas, prenden más el deseo.” Marcel Proust (1871-1922) ACTIVIDAD 2.7 1. Describe a uno de tus compañeros de grupo sin mencionar su nombre, después de leer, estos indicaran al compañero a que se hace referencia. 2. Del fragmento La prisionera de Marcel Proust, extrae aquellas partes en donde predomine la descripción. El diálogo El diálogo suele definirse como la conversación o el intercambio de palabras entre dos o más personas. Sin lugar a dudas, es el medio de comunicación humana más utilizado y característico de la lengua oral; aparece con frecuencia en la lengua escrita a través de formas narrativas como son la novela o el cuento, y en formas expositivas, así como en la poesía. En el texto literario, el diálogo puede escribirse con estilo directo, indirecto o indirecto libre. Se caracteriza, también, por el uso frecuente del guión (—), acompañado de algunos verbos que hacen hablar a los personajes, como: dijo, preguntó, contestó, respondió, entre muchos más. Cuando el discurso de una persona se dirige hacia sí misma o hacia un interlocutor ausente, se produce un monólogo. De tal manera que el monólogo se sujeta a las mismas formas de trascripción que el diálogo. 60 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ CAPERUCITA ROJA (Versión infantil) Había una vez una niñita en un pueblo, la más bonita que jamás se hubiera visto; su madre estaba enloquecida con ella y su abuela mucho más todavía. Esta buena mujer le había mandado hacer una caperucita roja y le sentaba tanto que todos la llamaban Caperucita Roja. Un día su madre, habiendo cocinado unas tortas, le dijo. —Anda a ver cómo está tu abuela, pues me dicen que ha estado enferma; llévale una torta y este tarrito de mantequilla. Caperucita Roja partió en seguida a ver a su abuela que vivía en otro pueblo. Al pasar por un bosque, se encontró con el compadre lobo, que tuvo muchas ganas de comérsela, pero no se atrevió porque unos leñadores andaban por ahí cerca. él le preguntó a dónde iba. La pobre niña, que no sabía que era peligroso detenerse a hablar con un lobo, le dijo: —Voy a ver a mi abuela, y le llevo una torta y un tarrito de mantequilla que mi madre le envía. —¿Vive muy lejos?, le dijo el lobo. —¡Oh, sí!, dijo Caperucita Roja, más allá del molino que se ve allá lejos, en la primera casita del pueblo. —Pues bien, dijo el lobo, yo también quiero ir a verla; yo iré por este camino, y tú por aquél, y veremos quién llega primero. El lobo partió corriendo a toda velocidad por el camino que era más corto y la niña se fue por el más largo entreteniéndose en coger avellanas, en correr tras las mariposas y en hacer ramos con las florecillas que encontraba. Poco tardó el lobo en llegar a casa de la abuela; golpea: Toc, toc. —¿Quién es? —Es su nieta, Caperucita Roja, dijo el lobo, disfrazando la voz, le traigo una torta y un tarrito de mantequilla que mi madre le envía. La cándida abuela, que estaba en cama porque no se sentía bien, le gritó: —Tira la aldaba y el cerrojo caerá. El lobo tiró la aldaba, y la puerta se abrió. Se abalanzó sobre la buena mujer y la devoró en un santiamén, pues hacía más de tres días que no comía. En seguida cerró la puerta y fue a acostarse en el lecho de la abuela, esperando a Caperucita Roja quien, un rato después, llegó a golpear la puerta: Toc, toc. —¿Quién es? Caperucita Roja, al oír la ronca voz del lobo, primero se asustó, pero creyendo que su abuela estaba resfriada, contestó: —Es su nieta, Caperucita Roja, le traigo una torta y un tarrito de mantequilla que mi madre le envía. El lobo le gritó, suavizando un poco la voz: —Tira la aldaba y el cerrojo caerá. Caperucita Roja tiró la aldaba y la puerta se abrió. Viéndola entrar, el lobo le dijo, mientras se escondía en la cama bajo la frazada: —Deja la torta y el tarrito de mantequilla en la repisa y ven a acostarte conmigo. 61 LITERATURA I / UAS-DGEP Caperucita Roja se desviste y se mete a la cama y quedó muy asombrada al ver la forma de su abuela en camisa de dormir. Ella le dijo: —Abuela, ¡qué brazos tan grandes tienes! —Es para abrazarte mejor, hija mía. —Abuela, ¡qué piernas tan grandes tiene! —Es para correr mejor, hija mía. Abuela, ¡qué orejas tan grandes tiene! —Es para oír mejor, hija mía. —Abuela, ¡que ojos tan grandes tiene! —Es para ver mejor, hija mía. —Abuela, ¡qué dientes tan grandes tiene! —¡Para comerte mejor! Y diciendo estas palabras, este lobo malo se abalanzó sobre Caperucita Roja y se la comió. Los hermanos Grimm (1785-1863) ACTIVIDAD 2.8 1. Del texto Caperucita Roja de Los hermanos Grimm, extrae aquellas partes o fragmentos donde aparece el diálogo. 2. Redacta una conversación con uno de tus compañeros de grupo. LOS GÉNEROS LITERARIOS El concepto de género literario tiene su origen en el modelo o paradigma mental que marca el sistema de reglas de creación y recepción de la obra literaria en sí. En realidad, género es la expresión con la cual se denomina a un modelo estructural que sirve no sólo como criterio de clasificación y agrupación de los textos sino como marco de referencia para escritores y lectores. La primera clasificación de los géneros literarios se reduce a los tradicionalmente conocidos como épico, lírico y dramático. Pero la evolución de la apreciación artística y de las modas estéticas ha provocado, en términos didácticos, que en muchos textos modernos resulte difícil fijar rígidamente los límites entre lo puramente lírico, narrativo o dramático. Por ello, la tendencia contemporánea señala que cada obra literaria habrá de definirse por su función predominante, ya sea narrativa, dramática o poética. Considerando a éstos como géneros o modos, formas o funciones que involucran a todas las posibilidades de expresión literaria. En este sentido, los rasgos que caracterizan a una obra literaria están determinados por la forma o estructura de la obra misma. 62 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ El género poético o lírico A través del género lírico se expresa el mundo subjetivo del autor, sus emociones y sentimientos, o una profunda reflexión de la realidad. Tradicionalmente, se le considera como la expresión de la experiencia del yo, pero en ciertas formas de la lírica moderna el yo se desvanece en favor de la imagen o de una escena desligada de la subjetividad del poeta. Es a partir del siglo XVIII que se reserva el nombre de lírica a toda composición escrita en verso, sea de carácter amoroso, elegiaco, épico, ingenioso, erótico, etc., siempre y cuando sea una composición donde predomine la función poética. Actualmente, la poesía puede estar escrita en verso o en prosa y, en este caso se le llama prosa poética. Dentro del género poético encontramos dos formas de expresión que son las formas clásicas y las formas populares. Mientras que en la primera encontramos la oda, elegía, sátira, epístola, égloga y el epigrama. En la segunda, se agrupan los villancicos, la canción y el romance lírico. El género narrativo A diferencia del género poético o lírico, el género narrativo constituye la forma fundamental que configuran las expresiones literarias en prosa. Mediante la narrativa se relatan sucesos reales o imaginarios que le han ocurrido al autor o a otra persona. Por su carácter sumamente objetivo, los textos narrativos son escritos en prosa y la función dominante suele ser la referencial. Dentro de este género se encuentran la epopeya, el mito, la leyenda, los cantares de gesta, la novela y el cuento. El género dramático Con el género dramático, el autor no habla por sí mismo sino que hace hablar a sus personajes. A través del diálogo los personajes se plantean diversos conflictos. Este género suele aprovechar el verso como la prosa y, casi siempre contiene todas las funciones del lenguaje. La representación ante el público es su finalidad. Dentro de las formas más representativas del género dramático se encuentra la tragedia, la comedia y la tragicomedia. Así como el entremés, sainete, auto sacramental y el melodrama, incluyendo al monólogo. 63 LITERATURA I / UAS-DGEP AVENTURA I Con diecisiete años, no puedes ser formal. —¡Una tarde, te asqueas de jarra y limonada, de los cafés ruidosos con lustros deslumbrantes! —Y te vas por los tilos verdes de la alameda. ¡Qué bien huelen los tilos en las tardes de junio! El aire es tan suave que hay que bajar los párpados; Y el viento rumoroso —la ciudad no está lejos— trae aromas de vides y aromas de cerveza. II De pronto puede verse en el cielo un harapo de azul mar, que la rama de un arbolito enmarca y que una estrella hiere, fatal, mientras se funde con temblores muy dulces, pequeñita y tan blanca... ¡Diecisiete años!, ¡Noche de junio! —Te emborrachas. La savia es un champán que sube a tu cabeza... Divagas; y presientes en los labios un beso que palpita en la boca, como un animalito. III Loca, Robinsonea tu alma por las novelas, ——cuando en la claridad de un pálido farol pasa una señorita de encantador aspecto, a la sombra del cuello horrible de su padre. Y como cree que eres inmensamente ingenuo, a la par que sus botas trotan por las aceras, se vuelve, alerta y, con un gesto expresivo... —Y en tus labios, entonces, muere una cavatina... IV Estás enamorado. Alquilado hasta agosto. Estás enamorado. Se ríe de tus versos Tus amigos se van, estás insoportable. — ¡Y una tarde, tu encanto, se digna, ya, escribirte...! Y esa tarde... te vuelves al café luminoso, Pides de nuevo jarras llenas de limonadas... —Con diecisiete años no puedes ser formal, cuando los tilos verdes coronan la alameda. Arthur Rimbaud (1854-1891) 64 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ LA REINA DEL SUR Introducción Sonó el teléfono y supo que la iban a matar. Lo supo con tanta certeza que se quedó inmóvil, la cuchilla en alto, el cabello pegado a la cara entre el vapor del agua caliente que goteaba en los azulejos. Bip-bip. Se quedó muy quieta, conteniendo el aliento como si la inmovilidad o el silencio pudieran cambiar el curso de lo que ya había ocurrido. Bip-bip. Estaba en la bañera, depilándose la pierna derecha, el agua jabonosa por la cintura, y su piel desnuda se erizó igual que si acabara de reventar el grifo del agua fría. Bip-bip. En el estéreo del dormitorio, los Tigres del Norte cantaban historias de Camelia la Tejana. La traición y el contrabando, decían, son cosas incompartidas. Siempre temió que tales canciones fueran presagios, y de pronto eran realidad oscura y amenaza. El Güero se había burlado de eso; pero aquel sonido le daba la razón a ella y se la quitaba al Güero. Le quitaba la razón y varias cosas más. Bip-bip. Soltó la rasuradora, salió despacio de la Arturo Pérez-Reverte bañera, y fue dejando rastros de agua hasta el dormitorio. El teléfono estaba sobre la colcha, pequeño, negro y siniestro. Lo miró sin tocarlo. Bip-bip. Aterrada. Bip-bip. Su zumbido iba mezclándose con las palabras de la canción, como si formase parte de ella. Porque los contrabandistas, seguían diciendo los Tigres, ésos no perdonan nada. El Güero había usado las mismas palabras, riendo como solía hacerlo, mientras le acariciaba la nuca y le tiraba el teléfono encima de la falda. Si alguna vez suena, es que me habré muerto. Entonces, corre. Cuanto puedas, prietita. Corre y no pares, porque ya no estaré allí para ayudarte. Y si llegas viva a donde sea, échate un tequila en mi memoria. Por los buenos ratos, mi chula. Por los buenos ratos. Así de irresponsable y valiente era el Güero Dávila. El virtuoso de la Cessna. El rey de la pista corta, lo llamaban los amigos y también don Epifanio Vargas: capaz de levantar avionetas en trescientos metros, con sus pacas de perico y de borrego sin garrapatas, y volar a ras del agua en noches negras, frontera arriba y frontera abajo, eludiendo los radares de la Federal y a los buitres de la DEA. Capaz también de vivir en el filo de la navaja, jugando sus propias cartas a espaldas de los jefes. Y capaz de perder. El agua que le caía del cuerpo formaba un charco a sus pies. Seguía sonando el teléfono, y supo que no era necesario responder a la llamada y confirmar que al Güero se le había acabado la suerte. Aquello bastaba para seguir sus instrucciones y salir corriendo; pero no es fácil aceptar que un simple bip-bip cambie de golpe el rumbo de una vida. Así que al fin agarró el teléfono y oprimió el botón, escuchando. —«Quebraron al Güero, Teresa.». No reconoció la voz. El Güero tenía amigos y algunos eran fieles, obligados por el código de los tiempos en que pasaban mota y paquetes de la fina en llantas de coches por El Paso, camino de la Unión Americana. Podía ser cualquiera de ellos: tal vez el Neto Rosas, o Ramiro Vázquez. No reconoció al que llamaba ni pinche falta que le hacía, porque el mensaje estaba claro. Quebraron al Güero, repitió la 65 LITERATURA I / UAS-DGEP voz. Lo bajaron, y también a su primo. Ahora le toca a la familia del primo, y a ti. Así que corre cuanto puedas. Corre y no pares de correr. Luego se cortó la comunicación, y ella miró sus pies húmedos sobre el suelo y se dio cuenta de que temblaba de frío y de miedo, y pensó que, quien fuera el comunicante, había repetido las mismas palabras del Güero. Lo imaginó asintiendo atento entre el humo de cigarros y los vasos de una cantina, el Güero enfrente, quemando mota y cruzadas las piernas bajo la mesa como solía ponerse, las botas cowboy de serpiente acabadas en punta, la mascada al cuello de la camisa, la chamarra de piloto en el respaldo de la silla, el pelo rubio al rape, la sonrisa afilada y segura. Harás eso por mí, carnal, si me rompen la madre. Le dirás que corra y no pare de correr, porque también se la querrán chingar a ella. El pánico vino de improviso, muy distinto al terror frío que había sentido antes. Ahora fue un estallido de desconcierto y de locura que la hizo gritar, breve, seca, llevándose las manos a la cabeza. Sus piernas eran incapaces de sostenerla, así que fue a caer sentada sobre la cama. Miró alrededor: las molduras blancas y doradas del cabezal, los cuadros de las paredes con paisajes bien chilos y parejas que paseaban en puestas de sol, las porcelanitas que había ido coleccionando para alinear en la repisa, con la intención de que el de ellos fuera un hogar lindo y confortable. Supo que ya no era un hogar, y que en pocos minutos sería una trampa. Se vio en el gran espejo del armario: desnuda, mojada, el pelo oscuro pegado a la cara, y entre sus mechas los ojos negros muy abiertos, desorbitados de horror. Corre y no pares, habían dicho el Güero y la voz que repetía las palabras del Güero. Entonces empezó a correr. Arturo Pérez-Reverte (1951) aCTIVIDAD 2.9 De la lectura del apartado anterior: 1. Elabora un mapa conceptual de los géneros literarios. 2. Identifica el género al que pertenecen cada uno de los textos expuestos. 3. Construye un cuadro donde especifiques las diferencias entre los textos que corresponde a un género u otro. 4. Interpreta con tus propias palabras la siguiente estrofa: “Loca, Robinsonea tu alma por las novelas, —cuando en la claridad de un pálido farol pasa una señorita de encantador aspecto, a la sombra del cuello horrible de su padre.” 5. Extrae y define todas las palabras desconocidas que aparecen en el texto La Reina del Sur. 6. ¿De qué trata el texto La Reina del Sur? 7. ¿Qué partes del texto La Reina del Sur, te parecen conocidas? 66 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ ACTIVIDAD DE AUTOEVALUACIÓN 2.10 1. ¿Cuál es el propósito de la primera unidad de este curso de Literatura I? 2. Menciona cinco características del texto recreativo. 3. ¿Qué es una Historieta? 4. ¿Cuál es el propósito del Refrán? 5. Elabora una ficha de resumen del texto El padre de Raymond Carver. 6. Elabora una paráfrasis para definir ¿Qué es el texto literario? 7. ¿Cómo se logra la comunicación estética del texto literario? 8. ¿Qué fue lo que más te llamo la atención del texto de Fernando Savater? 9. ¿En qué consiste la connotación del Lenguaje Literario? 10. ¿Cómo se identifica la función poética en un texto? 11. ¿En qué de textos literarios predomina la narración? 12. Con el apoyo del texto La Reyna del Sur de Pérez Reverte, describe a la esposa del Güero. 13. Señala cinco situaciones en que se pueda desarrollar el diálogo. 14. ¿Qué significan los Géneros Literarios? 67 Análisis del texto poético Unidad III Competencia de la unidad: Analiza obras poéticas sobre la base de identificar sus elementos, creando textos poéticos que expresen sus ideas, sentimientos y emociones de su vida social. LA POESÍA ¿Qué es Poesía? ¿Qué es poesía?, dices mientras clavas En mi pupila tu pupila azul. ¡Qué es poesía! ¿Y tú me lo preguntas? Poesía eres tú. G.a. B écquer Seguramente, el título de la presente unidad atrape a los lectores y esto sucede porque durante sus estudios se han encontrado un sinfín de definiciones respecto al término, tales como: el que es algo exclusivo de la gente culta, de gente no bien de la cabeza, de gente iluminada y como una cosa que sólo lo hacen los enamorados. Por esta razón, al plantearse la pregunta ¿te gusta la poesía? suelen escucharse expresiones muy variadas de aceptación y de rechazo. La poesía se puede encontrar en algunas palabras que balbuceamos, en un recado, en un anuncio publicitario, en un pleito de pareja, en los encabezados de los periódicos, en los gritos de un vendedor en el mercado, en el grafiti de una barda camino a la escuela, así como en algunas canciones de la radio. Por ejemplo: • • • • • • María, te Amo. Atte. Juan. Mande al niño, a la niña y nosotros con gusto se lo atenderemos. Por aquí paso el Buitre, cabrones. Dice su comadre Chole, la madrina de Carlitos, que llega el lunes, en cuanto aclare la mañana, que le envié una yunta al camino de la iglesia para acarrear las mercancías. Se me cae la cara de vergüenza. Me atrevo a olvidar, aunque no hay marcha atrás déjame vivir mi falsa realidad. Me niego a olvidarte. 70 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ A fin de tener una idea más clara, en la presente unidad se encuentra un fragmento del texto Para qué sirve la poesía: El concepto de poesía en Octavio Paz, exhibida en la revista interforum de internet, junto a una selección de poemas. Para qué sirve la poesía: el concepto de poesía en Octavio Paz Dicen que la poesía es un trabajo estéril y no sirve para nada. Es una pérdida de tiempo en este mundo globalizante y amorfo, un desperdicio del intelecto, una entelequia espiritual mal retribuida. La poesía se emplea para aplacar las tormentas del alma, redimir a una mujer o un hombre o llenar el corazón de ese sentimiento llamado amor. Puede, en dosis bien servidas, alimentar el espíritu, asustar una soledad y alejar una tristeza. Sirve también para reflexionar acerca de si las piedras hablan o si la luna es medicina para el mal de amores. Por medio de la poesía podemos hacer hablar a las flores y voltear el cielo de cabeza, cambiar la tarde de lugar. Es un buen recurso para transgredir la monotonía y curar el insomnio. Un simple verso trastoca el sentido de una palabra, de un enunciado. El verso es una transgresión del sentido común, un ahogado del poeta, un halo místico que impulsa los dedos, un flagelo al silen- Octavio Paz, 1914-1998. cio. A través del verso el poeta reflexiona acerca de la vida de una mariposa, de la muerte de un minuto en las manos del tiempo. Por medio del trabajo refinado de la palabra se desdibuja el rostro de un recuerdo, la desventura de un te quiero en la boca del blasfemo. En fin, la poesía es útil de muchas maneras, pero sobre todo es instrumento para observarnos a nosotros mismos, como expresa el poeta y pintor chino Xingjian. Porque cuando se concentra la atención internamente surge la poesía y empieza la aventura emocional de la palabra. Octavio Paz afirma que la poesía no es una actividad mágica ni religiosa, no obstante el espíritu que la expresa, los medios de que se vale, su origen y su fin, muy bien pueden ser mágicos o religiosos. Mientras que en la religión lo sagrado cristaliza en el ruego, en la oración, en el éxtasis místico, en un diálogo o relación amorosa con el creador, el poeta lírico entabla un diálogo con el mundo; en ese diálogo hay dos situaciones extremas: una de soledad y otra de comunión. ¿Qué pretende el poeta cuando expresa su experiencia? Paz contesta: “La poesía ha dicho Rimbaud, quiere cambiar la vida. No piensa embellecerla como piensan los estetas y los literatos, ni hacerla más justa o buena, como sueñan los moralistas. Mediante la palabra, mediante la expresión de su experiencia, procura hacer sagrado al mundo; con la palabra consagra la experiencia de los hombres y las relaciones entre el hombre y el mundo, entre el hombre y la mujer, entre el hombre y su propia conciencia. No pretende hermosear, santificar o idealizar lo que toca, sino volverlo sagrado. Por eso no es moral o inmoral; justa o injusta; falsa o verdadera, hermosa o fea. Es simplemente poesía de soledad o de comunión. Porque la poesía que es un testimonio del éxtasis, del amor dichoso, también lo es de la desesperación. Y tanto como un ruego puede ser una blasfemia”. 71 LITERATURA I / UAS-DGEP El poeta, agrega Paz, tiende a participar en lo absoluto, como el místico, y tiende a expresarlo, como la liturgia y la fiesta religiosa. Esta pretensión lo convierte en un ser peligroso, pues su actividad no beneficia a la sociedad; verdadero parásito, en lugar de atraer para ellas las fuerzas desconocidas que la religión organiza y reparte, las dispersa en una empresa estéril y antisocial. En la comunión el poeta descubre la fuerza secreta del mundo, esa fuerza que la religión intenta canalizar y utilizar, a través de la burocracia eclesiástica. Y el poeta no sólo la descubre y se hunde en ella: la muestra en toda su aterradora y violenta desnudez al resto de los hombres, latiendo en su palabra viva en ese extraño mecanismo de encantamiento que es la poesía. La poesía es la revelación de la inocencia que alienta en cada hombre en cada mujer y que todos podemos recobrar apenas el amor ilumina nuestros ojos y nos devuelve el asombro y la fertilidad. Su testimonio es la revelación de una experiencia en la que participan todos los hombres, oculta por la rutina y la diaria amargura. Los poetas han sido los primeros que han revelado que la eternidad y lo absoluto no están más Federico Nietzche allá de nuestros sentidos, sino en ellos mismos. Esta eternidad y esta (1944-1900) reconciliación con el mundo se producen en el tiempo y dentro del tiempo, en nuestra vida mortal, porque la poesía y el amor no nos ofrecen la inmortalidad ni la salvación. Nietzche decía: “No la vida eterna, sino la eterna vivacidad: eso es lo que importa”. http://www.revistainterforum.com/espanol/articulos/051202artliter.html. ACTIVIDAD 3.1 1. Después de la lectura Para qué sirve la poesía: El concepto de poesía en Octavio Paz, responde a las siguientes interrogantes: • ¿Cuál es el enunciado que más te gusta del texto para definir la palabra Poesía? • Construye, con tus propias palabras, la definición de Poesía. • ¿Qué nos querrá decir el autor con el enunciado, La poesía se emplea para aplacar las tormentas del alma, redimir a una mujer o un hombre o llenar el corazón de ese sentimiento llamado amor? • Según el texto anterior, ¿para qué nos puede servir la poesía? • ¿A qué se refiere el término vivacidad? De acuerdo al texto Para qué sirve la poesía: El concepto de poesía en Octavio Paz, es posible notar que no cualquier expresión verbal debe ser considerada como poesía, sino que esta requiere de ciertas características del lenguaje que le dan mayor sentido y significado. 72 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ ACTIVIDAD 3.3 1. Observa las siguientes imágenes e interpreta lo que miras. Comparte esta actividad con tus compañeros y descubre que todos miraron lo mismo, pero tuvieron una interpretación distinta. Cuadro ¿Qué existe en la imagen del cuadro? ¿Qué me expresa la imagen del cuadro? Como en las imágenes de los cuadros anteriores, de igual manera, en la poesía se puede encontrar una serie de palabras y de enunciados que pueden adquirir más de un significado. A eso, le llamamos poesía. 73 LITERATURA I / UAS-DGEP ACTIVIDAD 3.4 1. Lee los siguientes versos del poeta Rubén Bonifaz Nuño y aplica la misma operación de los cuadros de imágenes. No es una desgracia abrir los ojos... ¿Qué dice el poeta en cada conjunto de versos? No es una desgracia abrir los ojos ni tener despiertos los deseos y estar triste y solo y pensando. Y no ser de aquellos que consiguieron su placer a ciegas para cegarse; su televisión después del cine, sus bailes, su ruido, sus limonadas; pero que a la medianoche se sientan, pesados de sueño, densos, bestiales, y gritan y luchan sobresaltados para desterrar su pesadilla. Bienaventurados los que padecen la nostalgia, el miedo de estar a solas, la necesidad del amor; los hombres, las mujeres tiernas de ojos amargos; los que en su comida han recibido lo gordo del caldo del sufrimiento. Porque de ellos es la desesperanza, el insomnio, el llanto seco, las rejas de todas las cárceles, el hambre, y la fuerza lírica y el impulso para desquiciar la desventura. 74 ¿Qué da a entender el poeta en cada conjunto de versos? CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ ACTIVIDAD 3.5 Dinámica grupal Tomando como referente el Poema 20, de Pablo Neruda, elabora un poema colectivo. Enumera cada una de las líneas del poema, asigna un número a cada uno de tus compañeros/as de grupo, cada uno va a parafrasear el verso que se le asignó, al hacerlo lo leerá en voz alta y se irá anotando en el pintarrón. Descubre que el poema adquiere un mayor significado. Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Escribir, por ejemplo: «la noche está estrellada, y tiritan, azules, los astros, a lo lejos». El viento de la noche gira en el cielo y canta. Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Yo la quise, y a veces ella también me quiso. En las noches como ésta la tuve entre mis brazos. La besé tantas veces bajo el cielo infinito. Ella me quiso, a veces yo también la quería. Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos. Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Pensar que no la tengo, sentir que la he perdido. Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella. Y el verso cae al alma como al pasto el rocío. Qué importa que mi amor no pudiera guardarla. La noche está estrellada y ella no está conmigo. Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos. Mi alma no se contenta con haberle perdido. Como para acercarla mi mirada la busca. Mi corazón la busca, y ella no está conmigo. La misma noche que hace blanquear los mismos árboles. Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos. Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise. Pablo Neruda, (1904-1973) 75 LITERATURA I / UAS-DGEP ÍTACA CuandoemprendastuviajehaciaÍtaca debesrogarqueelviajesealargo, llenodeperipecias,llenodeexperiencias. Nohasdetemernialoslestrigonesnialoscíclopes, nilacóleradelairadoPoseidón. Nuncatalesmonstruoshallarásenturuta situpensamientoeselevado,siunaexquisita emociónpenetraentualmayentucuerpo. Loslestrigonesyloscíclopes yelferozPoseidónnopodránencontrarte sitúnolosllevasyadentro,entualma, situalmanolosconjuraanteti. Debesrogarqueelviajesealargo, queseanmuchoslosdíasdeverano; queteveanarribarcongozo,alegremente, apuertosquetúantesignorabas. QuepuedasdetenerteenlosmercadosdeFenicia, ycomprarunasbellasmercancías: madreperlas,coral,ébano,yámbar, yperfumesplacenterosdemilclases. AcudeamuchasciudadesdelEgipto paraaprender,yaprenderdequienessaben. ConservasiempreentualmalaideadeÍtaca: llegarallí,heaquítudestino. Masnohagasconprisastucamino; mejorseráqueduremuchosaños, yquellegues,yaviejo,alapequeñaisla, ricodecuantohabrásganadoenelcamino. NohasdeesperarqueÍtacateenriquezca: Ítacatehaconcedidoyaunhermosoviaje. Sinellas,jamáshabríaspartido; másnotieneotracosaqueofrecerte. Ysilaencuentraspobre,Ítacanotehaengañado. Ysiendoyatanviejo,contantaexperiencia, sindudasabrásyaquésignificanlasÍtacas. Constantino Cavafis o Kaváfis (1863-1933) Publicado en General by miriamdelosangelesdiazcordoba. wordpress.com/ Enero de 2009. 76 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ ACTIVIDAD 3.6 1. Del poema de Cavafis, busca en un diccionario el significado de las palabras que no conoces, al terminar, redacta todos los significados que pueda tener la palabra Ítaca. Es decir, como dice el poeta, ¿qué significan las Ítaca? LA POESÍA COMO FORMA DE EXPRESIÓN LITERARIA La poesía es una de las formas de expresión de la literatura, cuya predominancia esta en el género poético o lírico, aunque en la antigüedad también se encuentre en el género narrativo. A través de esta forma de expresión se manifiestan los sentimientos y emociones del espíritu del hombre, llamado poeta. Este es un ser sensible que percibe y expresa la realidad que los demás no ven en obras poéticas. Por esta razón, al referirse a los sentimientos y emociones personales del poeta, la poesía adquiere un carácter subjetivo, en un acto muy particular de ver y apreciar el mundo que le rodea. En otras palabras, el poeta mira lo que otros no miran, escucha lo que otros no escuchan o simplemente tiene una manera distinta de admirar la belleza. Para ejemplificar una fuente poética, basta invocar el sonido que produce el aire al pasar entre las hojas de un árbol. Acto que podría pasar desapercibido para algunos, mientras que para otros podría resultar todo un acontecimiento. Pero sobre todo, habrá quienes lo perciban y lo aprecien como algo especial que merezca ser comunicado o compartido con otros, esos con quienes bien valdría compartirse la belleza. Sobre todo, habrá personas que lleven al amigo o a la novia a escuchar esa hermosa orquesta sinfónica de la naturaleza, otras lo platicarán y tratarán de imitar con balbuceos, esa espectacular música, es así como el artista o poeta quiere y desea captar los sonidos mágicos de la naturaleza para transmitirlo a través de la poesía. 77 LITERATURA I / UAS-DGEP ACTIVIDAD 3.7 • • • • • • • • • Señala tres fenómenos de la naturaleza que puedas considerar dignos de la mirada de un poeta. Señala tres fenómenos sociales que puedan provocar sentimientos encontrados entre individuos. Menciona una situación personal que pueda provocar la expresión de palabras hermosas o de mucho significado. Hagamos la siguiente actividad grupal, para ello se requiere una sesión completa de clase: Escribe un verso, tomando como referente una puesta de sol en el mar. Con la ayuda de tu maestro (a) redacta un solo poema al conjuntar, en un solo escrito, los distintos versos de tus compañeros. Lee en voz alta el poema elaborado. Realiza una segunda lectura, con una voz de distinto sexo que la anterior. La tercera y última lectura se realizará intercambiando voces. El primer verso lo lee un hombre, el segundo una mujer, el tercero un hombre y así hasta leer el último verso. Exposición fotográfica de poetas mexicanos en el XVI Festival de Poesía Internacional, que se realizó en Bogotá en el 2008. 78 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ ANTECEDENTES HISTÓRICOS DE LA POESÍA Históricamente, el término lírico tiene su origen en el periodo clásico de la antigua Grecia, puesto que en esa época los poemas eran cantados o recitados bajo el acompañamiento de instrumentos de cuerda, principalmente el arpa y la lira. Desde entonces, se le llama poesía lírica. El origen, como forma de expresión poético, se atribuye a la necesidad de comunicar los sentimientos y experiencias humanas, tales como los actos religiosos y los rituales para alabar a las divinidades, el cantar los sentimientos y el lamentar la muerte, entre otras funciones sociales, comunicativas y estéticas del género poético. La poesía lírica, en la época del Renacimiento, dejó de ser un acompañamiento musical para convertirse en una forma autónoma de la literatura. A partir de entonces, el escritor se preocupa más por escribir sus composiciones para un público determinado. En esa época, el poeta se preocupaba por encontrar nuevas formas para expresar sus sentimientos a través de un estilo sencillo, y los temas principales de sus obras, se refieren al amor, la naturaleza y a la mitología grecolatina, como lo expresa el poeta Fray Luis de León en la siguiente estrofa. Cuando contemplo el cielo de innumerables luces adornado, y miro hacia el suelo de noche rodeado, en sueño y en olvido sepultado; el amor y la pena despiertan en mi pecho un ansia ardiente, despiden larga vena los ojos hechos fuente... Nuevas formas de expresión poética surgen durante el siglo XIX, dándole otro enfoque y estilo al poema. Entre estas nuevas formas destacan los poemas en prosa y el verso libre. En este periodo, el poeta practica la escritura como una necesidad personal que le permite expresar los sentimientos individuales, tratando de encontrar la originalidad, o fingirla a través de un yo poético. La poesía se convierte entonces en un cauce para el desahogo del poeta, mediante situaciones que, sean o no reales, responderán a inquietudes, obsesiones o fantasmagorías de la conciencia. 79 LITERATURA I / UAS-DGEP LA SAETA ¿Quiénmeprestaunaescalera parasubiralmadero, paraquitarlelosclavos aJesúselNazareno? Saeta popular ¡Oh,lasaeta,elcantar alCristodelosgitanos, siempreconsangreenlasmanos, siemprepordesenclavar! ¡Cantardelpuebloandaluz, quetodaslasprimaveras andapidiendoescaleras parasubiralacruz! ¡Cantardelatierramía, queechaflores alJesúsdelaagonía, yeslafedemismayores! ¡Oh,noerestúmicantar! ¡Nopuedocantar,niquiero aeseJesúsdelmadero, sinoalqueanduvoenelmar! Antonio Machado (1875-1939) La poesía tradicional utiliza elementos formales, como son cierto número de versos, una cantidad precisa de sílabas en cada uno de estos y ciertas combinaciones de rimas. También, las creaciones poéticas se agrupan en subgéneros como la oda, el romance, el soneto, la égloga, entre muchas otras. Pero lo más significativo del género lírico es que sirve para expresar lo que el poeta siente y percibe del mundo. Como género subjetivo, aunque los asuntos que trata son variados, siempre son abordados desde el punto de vista del sujeto lírico, cuya voz es la del mismo poeta. 80 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ POEMAS A LESBIA V Vivamos,Lesbiamía,yamemos, yalasmaledicenciasdelosviejosseveros démoslesmenosvalorqueaunamoneda. Losastrospuedenmoriryvolver; peronosotros,unavezquemueranuestrabreveluz, deberemosdormirunaúltimanocheperpetua. Damemilbesos,luegocienmil; luegootrosmil,luegootroscienmil; luegohastaotrosmil,luegocienmil. Después,hechosyamuchísimosmiles, revolvámoslos,paraquenolosepamosnosotros, niningúnmalvadopuedamirarnosconmalosojos, cuandosepacuántosbesosnosdimos. Cayo Valerio Cátulo (87 a.C.-54 a.C.) ELEMENTOS DE ANÁLISIS DEL TEXTO POÉTICO Análisis del poema a nivel del contexto Sin duda, un poema debe ser leído y gozado como si fuera una totalidad porque el disfrutar de un poema no está en descomponer y analizar las partes que lo constituyen, sino en saber apreciar la belleza del lenguaje mismo. No obstante, el análisis se hace necesario toda vez que se requiere encontrar mayor riqueza significativa en textos de poetas procedentes de culturas y épocas distintas a los lectores. Puesto que un poema se constituye por una serie de elementos con los cuales se puede determinar y describir las características predominantes del contexto en el cual fue creada la obra poética, resulta ineludible el análisis a través de la identificación de sus elementos contextuales. 81 LITERATURA I / UAS-DGEP Elementos contextuales de la Obra lírica Contexto de producción (emisor) Obra lírica (mensaje) Contexto de recepción (destinatario poético) Receptor interno o destinatario poético Emisor interno o sujeto lírico Dentro de esos elementos se encuentra el sujeto lírico, el cual es creado por el poeta para expresar a través de él sus sentimientos y emociones en el poema, la mayoría de las veces. En pocas ocasiones suele usar a un emisor interno, también llamado sujeto para transmitir su mensaje. Otras veces, cobra vida un receptor interno —destinatario poético— a quien va dirigido el mensaje dentro del poema. La rosa blanca de José Martí (1853-1895), es un poema en el cual se pueden identificar algunos de estos sujetos. Cultivo una rosa blanca, en julio como en enero, para el amigo sincero que me da su mano franca. Y para el cruel que me arranca el corazón con que vivo, cardo ni ortiga cultivo: cultivo una rosa blanca. El contexto de producción es otro de los elementos importantes porque se refiere a la situación comunicativa del texto poético. En éste encontramos que el poema es creado en un contexto particular en el cual se escribe el mensaje. Imprimiendo un conjunto de circunstancias que rodean al emisor (poeta), como son su biografía y rasgos psicológicos, el lugar, el tiempo (o época) y, el entorno sociocultural que influye sobre la obra. Un elemento más es el contexto de recepción de la obra poética dentro del cual se enmarca la situación que vive el receptor (lector), misma que le permitirá comprender e interpretar el mensaje. Dentro de este contexto se puede identificar la competencia lingüística y el ambiente social, económico y cultural que rodea al receptor o destinatario poético. En suma, se pueden encontrar los distintos momentos históricos que determinan el contexto de la obra poética, como son la época clásica, la edad media, el renacimiento, el romanticismo, el modernismo y la época actual, entre otros. Incluso, cada uno de estos momentos históricos tiene características particulares que se reflejan en el mismo texto poético, como aparecen en los siguientes poemas: 82 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ IGUALPARECEALOSETERNOSDIOSES IgualparecealoseternosDioses quienlograversefrenteatisentado. ¡Felizsigozatupalabrasuave, suaveturisa! Amíenelpechoelcorazónseoprime sóloenmirarte;nilavozacierta demigargantaaprorrumpir,yrota callalalengua. Fuegosutildentrodemicuerpotodo prestodiscurre;losinciertosojos vagansinrumbo;losoídoshacen roncozumbido. Cúbrometodadesudorhelado; pálidaquedocualmarchitayerba; yyasinfuerzas,sinaliento,inerte, muertaparezco. Safo de Lesbos (610 a.C-580 a.C.) SONETO X OH, FORTUNA ¡Ohdulcesprendas,pormímalhalladas, dulcesyalegrescuandoDiosquería, Juntasestáisenlamemoriamía, yconellaenmimuerteconjuradas! Oh,Fortuna, aligualquelaluna túcambiasconstantemente, siemprecreciendo ydecreciendo; vidadetestable queahoraoprime yluegorestablece laagudezadelamente; lamiseria, elpoder, comolanievelosdisuelve. ¿Quiénmedijera,cuandolaspasadas horasqueentantobienporvosmevía, quemehabiáisdeserenalgúndía contangravedolorrepresentadas? Puesenunahorajuntomellevastes todoelbienqueportérminosmedistes, llevámejuntoelmalquemedejastes; Fragmento de Carmina Burana (alrededor del siglo XIII) sino,sospecharéquemepusistes entantosbienes,porquedeseastes vermemorirentrememoriastristes. Garcilaso de la Vega (1501-1536) 83 LITERATURA I / UAS-DGEP ACTIVIDAD 3.8 1. De los poemas anteriores, identifica todos aquellos elementos que te permitan determinar el contexto de producción y el contexto de recepción. Contexto de Producción Safo de Lesbos Oh, fortuna Soneto x Recepción Así también, identifica los elementos que corresponde al: Sujeto lírico Destinatario poético • De tu música preferida, selecciona una canción e identifica los mismos elementos anteriores. Dibuja el cuadro y agrégale el título de las canciones. Safo escucha recitar al poeta Alceo en un cuadro de Lawrence Alma-Tadema. 84 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ ANÁLISIS DEL POEMA A NIVEL MORFOSINTÁCTICO Dentro del análisis del texto poético, también se encuentran los elementos que corresponden al nivel morfosintáctico, los cuales se refieren al verso, la estrofa y el encabalgamiento que, en este nivel de análisis, se mirarán como características estructurales del lenguaje poético. Morfología Palabra Sintaxis Oración La morfosintaxis es una palabra compuesta por los términos morfología y sintaxis. A su vez, la morfología es una disciplina que analiza las palabras de forma particular y utiliza categorías gramaticales en su análisis. En cambio, la sintaxis analiza cómo se ordenan y combinan las palabras dentro de la oración, las funciones que cumplen y cómo se pueden coordinar con otras oraciones. El verso Como se puede recordar, al género poético o lírico, pertenecen todos los textos que están escritos en verso, los cuales poseen metro, ritmo y rima. A pesar de que el metro y la rima no son características indispensables de la poesía, algunos poetas las utilizan y otros no. La mayoría sólo trabaja el ritmo para darle mayor musicalidad al poema. Al momento de analizar un poema se identifica como unidad básica o mínima al verso y se le denomina verso a cada una de las líneas de un poema, aunque modernamente hay versos que ocupan más de una línea. Estos se caracterizan por la repetición, pausas, acentos de intensidad, número de sílabas o rimas, cuya finalidad es crear un efecto rítmico. Además, el verso sólo cobra sentido cuando se relaciona con otros versos, formando parte de un poema. Si bien, el número de sílabas y la rima determinan si los versos son regulares o irregulares. Los regulares, se caracterizan por poseer el mismo número de sílabas métricas o una combinación regular de versos de distinta medida. Los irregulares, en cambio, se caracterizan por poseer distinto número de sílabas métricas y sin rima regular, a éstos se les llama versos libres. 85 LITERATURA I / UAS-DGEP TÚ ME QUIERES BLANCA Túmequieresalba, mequieresdeespumas, mequieresdenácar. Queseaazucena sobretodas,casta. Deperfumetenue. Corolacerrada. Niunrayodeluna filtradomehaya. Niunamargarita sedigamihermana. Túmequieresnívea, túmequieresblanca, Túmequieresalba. HOY CONOCÍ A UN GENIO Alfonsina Storni (1892-1938) Hoy conocíaungenioeneltren comodeseisañosdeedad; sesentóamiladoy, mientraseltren corríaporlacosta, llegamosalocéano. Elniñomemiróymedijo: “elmarnoesnadabonito”. Fuelaprimeravez quemedicuenta deello. Charles Bukowsky (1920-1994) XIV Estotalmiegoísmo; tansólovivoparamiinquietud, yescomounfanatismo mitristejuventud quesevaconvirtiendoenmiataúd. Guadalupe Amor (N. 1920) 86 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ Manuscrito del poema ‘Crucifixión’, de Federico García Lorca. La estrofa En la misma clasificación, se puede señalar a la estrofa como la unidad sintáctica de análisis de un poema. Por esta razón, se podría decir que el verso representa la frase, mientras que la estrofa representa al párrafo. Por tanto, una estrofa, sin lugar a dudas, es la agrupación de dos o más versos que siguen un esquema formal y rítmico repetido a lo largo del poema. No obstante, la combinación de versos en la formación de estrofas es muy variada y, dentro de las estrofas más frecuentes en la poesía, destacan las siguientes: • • • • • • • • El pareado es la estrofa más simple y consta de dos versos que riman entre sí. El terceto es una estrofa de tres versos, generalmente endecasílabos y con rima consonante (ABA/BCB). El cuarteto es una estrofa de cuatro versos de arte mayor con rima abrazada (ABBA). El serventesio es una estrofa de cuatro versos de arte mayor con rima cruzada (ABAB). La redondilla es una estrofa de cuatro versos, generalmente octosílabos, de arte menor con rima abrazada (abba) o cruzada (abab). La lira es una estrofa de cinco versos, heptasílabos y endecasílabos, con rima consonante (aBabB). La octava real es una estrofa de ocho versos endecasílabos con rima consonante (ABABABCC). La décima es una estrofa de diez versos, con frecuencia octosílabos y con rima consonante. Hay muchas variedades de décimas sobre todo en la combinación de la rima y en la medida de los versos. 87 LITERATURA I / UAS-DGEP En la poesía moderna, las estrofas de un poema no tienen el mismo número de versos, ni la medida ni la rima. Las estrofas sólo se reconocen porque en la estructura del poema van separadas por un espacio. ACTIVIDAD 3.9 1. Determina el nombre de los siguientes poemas, de acuerdo al número de estrofas y rima. Poema Mientras por competir con tu cabello Por el número de versos, se llama: Mientras por competir con tu cabello oro bruñido al sol relumbra en vano; mientras con menosprecio en medio el llano mira tu blanca frente el lilio bello; mientras a cada labio, por cogello, siguen más ojos que al clavel temprano, y mientras triunfa con desdén lozano del luciente cristal tu gentil cuello. Luis de Góngora (1561-1627) Atardecer Siento mi corazón en la dulzura fundirse como ceras: son un óleo tardo y no un vino mis venas, y siento que mi vida se va huyendo callada y dulce como la gacela. Gabriela Mistral (1889-1957) Vino, primero, pura Vino, primero, pura, vestida de inocencia. Y la amé como un niño. Luego se fue vistiendo de no sé qué ropajes. Y la fui odiando, sin saberlo. Juan Ramón Jiménez (1881-1958) 88 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ Encabalgamiento Otro elemento de análisis del nivel morfosintáctico es la figura retórica llamada encabalgamiento, la cual es aprovechada por el poeta para crear variaciones rítmicas especiales, para alterar el ritmo que establece la estructura gramatical o la duración de las pausas, al final del verso o, incluso, entre estrofas. Para se extrajeron dos versos del poema El alfarero de Pablo Neruda: Cuando subo la mano encuentro en cada sitio una paloma que me buscaba, como si te hubieran, amor, hecho de arcilla para mis propias manos de alfarero. El encabalgamiento es una construcción gramatical que rebasa los límites del verso. Situación que se aprovecha para continuar el verso o sintaxis en el siguiente verso inmediato. Por lo regular, esto ocurre cuando existe un adjetivo al final de un verso y un sustantivo al principio del siguiente. Así lo presenta Leopoldo Lugones (1874—1938) en la estrofa del poema Historia de mi muerte: Y poco a poco fue desenvolviéndose la hebra fatal. Ya no la retenía sino por solo un cabo entre los dedos... Cuando de pronto te pusiste fría y ya no me besaste... Y solté el cabo, y se me fue la vida. Por otra parte, cuando la pausa no coincide con la estructura sintáctica, el encabalgamiento sirve también para destacar matices emocionales que afectan el contenido, como sucede en el poema Aventura en la carretera 95 de Manuel Mantero (1930): Tuve que hacerlo, iba a setenta millas por hora. Oí tu cuerpo repentino igual que si sonara una patria de ardillas, tu cuerpo, destrozado en mi camino, tu cuerpo, gracia aérea del invierno, alma movida de la nieve, tierno afán del chopo deshojado, fino proyecto de delicia, pizca de astro, efímero candor. Atrás quedaste, rastro veloz de sangre, ardilla fragmentaria, mientras yo proseguía, un gesto apenas de contraria sombra en mi cara. Así en la vida mía yo maté (¿cuántas veces?) lo pequeño un suspiro, una flor, una lágrima, un sueño tan sólo por seguir, y sigo todavía. 89 LITERATURA I / UAS-DGEP ANÁLISIS DEL POEMA A NIVEL FONOLÓGICO En este nivel de análisis, se considera a aquella parte del poema que le da un mayor énfasis a las palabras con el propósito de motivar, persuadir, sensibilizar y hacerlo más significativo. Logrando esto, a partir de la métrica, la rima y el ritmo que se le imprime al texto. Para ello, es necesario conceptualizar cada uno de estos elementos, al tiempo que se hacen algunos ejercicios de reforzamiento para el aprendizaje de los mismos. LA MÉTRICA En principio, la métrica es la parte del análisis que se ocupa de la versificación de los textos poéticos. Son la cantidad de sílabas en las palabras las que organizan al verso, siguiendo las normas gramaticales ya establecidas. Un ejemplo de métrica se localiza en los versos de una estrofa del poema “Mi secre Mari Mari” de Joaquín Sabina. Mi / se/cre/ no /me /cuen/ta/ mis/ se/cre/tos/, 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 con/ tal /de/ ma/dru/gar/, de/ ma/dru/ga/da/, 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 de or/de/na or/de/na/do/res/ y/ ter/ce/tos/, 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 pe/rió/di/cos/, pu/do/res/, mer/me/la/da/. 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 11 sílabas 11 sílabas 11 sílabas 11 sílabas De acuerdo al número de sílabas, cuando los versos constan de nueve sílabas o más, son versos llamados de Arte mayor y, de Arte menor, cuando los versos tienen ocho sílabas o menos. En el fragmento del poema de Manuel Acuña, se aprecian versos de arte menor, mientras que en el poema de Juan Ramón Jiménez, son de arte mayor. ADIÓS Después de que el destino me ha hundido en las congojas del árbol que se muere crujiendo de dolor, truncando una por una las flores y las hojas que al beso de los cielos brotaron de mi amor. Manuel Acuña (1849-1873) 90 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ EL VIAJE DEFINITIVO Todas las tardes, el cielo será azul y plácido; y tocarán, como esta tarde están tocando, las campanas del campanario. Juan Ramón Jiménez (1881-1958) Así tenemos que los versos de arte mayor y de arte menor, de acuerdo al número de sílabas adquieren la denominación que aparece en el siguiente cuadro: De arte mayor A los versos de se les llama 9 sílabas eneasílabos 10 sílabas decasílabos 11 sílabas endecasílabos 12 sílabas dodecasílabos 13 sílabas tridecasílabos 14 sílabas tretadecasílabos o alejandrinos 15 sílabas pentadecasílabos, hasta veintidós sílabas De arte menor A los versos de se les llama 2 sílabas bisílabos 3 sílabas trisílabos 4 sílabas tetrasílabos 5 sílabas pentasílabos 6 sílabas hexasílabos 7 sílabas eptasílabos 8 sílabas octasílabos De igual manera, es importante considerar que existen versos que no corresponden al número de sílabas gramaticales. Esto es permitido cuando existen sílabas que se ven afectadas por algunas reglas o licencias poéticas, llamándosele sílaba poética, como se explican en el siguiente cuadro: Reglas o licencia poéticas Consiste en: Ejemplo Sinalefa En pronunciar en una sola sílaba la Eros un dí —a en— las rosas vocal final de una palabra y la vocal U —na a— beja nos mira, inicial de la palabra que sigue. —Y al— dedo, traicionera El aguijón —le hin— ca. (Anacreonte de Teos) Diéresis Deshacer el diptongo y se hacen ¡Que descansada vida la del de él dos sílabas poéticas. Esta se que huye del mundanal rüido, (Fray Luis de León) indica con dos puntos arriba de la vocal que se desdobla. La palabra en vez de dos hace tres sílabas Rü/i/do/ Hiato o sinéresis Formar una sola sílaba de dos vo- Poeta cales fuertes que no se diptongan. Po/e/ta/ Aplicando el hiato: Poe/ta/ De las agudas Sumar una sílaba más, sí la síla- “Al sonoro rugir del cañón” ba final del verso está acentuada como aguda. De las esdrújulas Restar una sílaba, sí la sílaba final “A la hora del crepúsculo” del verso ésta acentuada como esdrújula. 91 LITERATURA I / UAS-DGEP Versos endecasílabos Versos tetrasílabos En las presas (4) yo divido (4) lo cogido (4) por igual. (3+1 por agudo) Sólo quiero (4) por riqueza (4) la belleza (4) sin rival. (3+1 por agudo) ¿Todo está a punto? ¿Nave, marineros, (11) puerto lejano, estrella conocida, (11) aroma de una patria concebida (11) en soledad de azules derroteros? (11) Manuel Mantero, Elviaje José de Espronceda, Cancióndelpirata Versos octasílabos —Compañero, compañero, (8) casóse mi linda amiga; (8) casóse con un villano, (8) que es lo que más me dolía. (8) Romance anónimo Versos Alejandrinos Por casco sus cabellos, su pecho por coraza, (14) pudiera tal guerrero, de Arauco en la región, (13+1, por agudo) lancero de los bosques, Nemrod que todo caza, (14) desjarretar un toro, o estrangular un león. (13+1, por agudo) Rubén Darío, Caupolicán Versos Alejandrinos Por casco sus cabellos, su pecho por coraza, (14) pudiera tal guerrero, de Arauco en la región, (13+1, por agudo) lancero de los bosques, Nemrod que todo caza, (14) desjarretar un toro, o estrangular un león. (13+1, por agudo) Rubén Darío, Caupolicán 92 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ ACTIVIDAD 3.10 1. De los siguientes poemas, realiza la medida de cada uno de los versos, tomando en cuenta las reglas o licencias poéticas, señalando si es de arte mayor o de arte menor, junto con el nombre que recibe por el número de sílabas. 11 No quiero querer querer sin sentir sentir sufrir por poder poder saber merecer el merecer y servir más que servir. Que sirviendo padeciendo no padece quien padece, y sufriendo mereciendo y mereciendo sufriendo merece más quien merece. Y el perder es no perder el vivir que no es vivir por poder poder saber merecer el merecer y servir más que servir. AMOR ETERNO Podrá nublarse el sol eternamente; podrá secarse en un instante el mar; podrá romperse el eje de la tierra como un débil cristal. Juan De Encina (1469-1529) ¡Todo sucederá! Podrá la muerte cubrirme con su fúnebre crespón; pero jamás en mí podrá apagarse la llama de tu amor. Gustavo A. Bécquer (1830-1870) 93 LITERATURA I / UAS-DGEP LA RIMA La rima se define como la agrupación significativa de fonemas que se corresponden y que son puestas en evidencia por las asimetrías. Incluso, hay una rima percibida por el oído y por la vista: perro, cerro. Y otra, sólo percibida por el oído, cuando las grafías difieren aunque correspondan al mismo fonema: casa y caza. De ahí, la costumbre de usar letras para indicar la rima en las estrofas de un poema. Por regla, cuando el verso es de arte mayor, se usan mayúsculas (ABC), y minúsculas (abc) cuando es de arte menor. Sin duda, siempre que las rimas coinciden se repiten las letras que las representan, y cada vez que aparece una nueva rima se designa una nueva letra que la represente. La rima, también, puede clasificarse en dos tipos: consonante y asonante. • Un verso tiene Rima consonante, cuando todos los sonidos son iguales a partir de la última vocal tónica, como por ejemplo en la Oración del ateo de Miguel de Unamuno (1864-1936): Oye mi ruego Tú, Dios que no existes, y en tu nada recoge estas mis quejas, tú que a los pobres hombres nunca dejas sin consuelo de engaño. No resistes • A B A B Para el caso de la rima asonante, ésta se da cuando en el verso las vocales son iguales a partir de la última vocal tónica, como en las Rimas de Rubén Darío (1867-1916): Llegué a la pobre cabaña en días de primavera. La niña triste cantaba, la abuela hilaba en la rueca. 94 a b a a CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ Otro tipo de clasificación que hace referencia a las distintas combinaciones que se pueden hacer con la rima, son la rima continua, la rima cruzada, la rima abrazada, la rima gemela, la rima interna y la rima libre o blanca, mayormente utilizada, esta última, en la lírica moderna. De tal manera que lo más importante, en la rima libre, no es la rima sino el ritmo que se le pueda imprimir al poema. Creados a través de la rima libre, he aquí dos poemas. Un p(r)o(bl)ema de amor Amoramoramanecímuymal Nopuedolevantarme Soñéqueuncamaleónmeseguíaatodaspartes quenoteníaparientesniamistades quemequedabansólounahojadeafeitarlasvenaselpaisaje Amorcreíquealdespertarbesaríatuspechoscomosiempre peronoreconozcolascosasdeestecuarto nohuelolacaneladetupubis Amoramortengoquedestrozarlealanimalsubaúldedisfraces Unanocheesbastanteparaesoscarnavales Déjameunratomásenestacamatanaltacomounpuente aguardandoquepaseparalanzarloalríoenunalimpiallave Noquieroaveriguarcómovineapararenunhotelcomoéste Sóloquierocazaralcamaleón Elrestoseenderezaconsumuerte. Rafael Torres Sánchez (N. 1953) Memoria De La Ceniza Aquellamujeryyo Nosamamosalgúndía Yeraunainminenciadealas Eseamor Yeraalbaquebrada Eseamor Aquellamujeryyonosamamos Comosihubieratiempodesobra Comosielviajefueralargo Yelolvidocorto Estarasuladoera Sentirelcorazón Comounpájaroenlamano Cadaquelabesaba Estar conellaera Unpocodeparaíso Unpocodeperdón Unacobijademariposas Paralasnochesdefrío Aquellamujer Yanomeama yvalejanaporlavida Yaunquenuestroamorestemuerto Yoaúnestoyvivo Ymeobligoalaalegría Porquemeacuerdodesuamor Comolacenizaalallama Víctor Luna (N.1970) 95 LITERATURA I / UAS-DGEP EL RITMO Una de las características principales del texto poético es el ritmo, como elemento esencial que estructura las palabras dentro de cada verso para que adquiera musicalidad. El rasgo fundamental del ritmo es su dimensión sensorial, para que pueda ser percibido a través del oído. Antes de lograrlo, se consideran tanto el número de sílabas del verso, la distribución de las sílabas tónicas (acento de intensidad), como las pausas y la rima dentro del verso. Para tal efecto, el ritmo de un poema se basa en la regularidad de los acentos, tomando en cuenta que en los versos haya sílabas de gran intensidad en la voz, de tal forma que el ritmo poético sea lo más parecido a los sonidos musicales. En consecuencia, el acento rítmico de un verso recae en las sílabas pares e impares, cuando el acento final del verso (acento estrófico) cae en sílaba par e impar Con el acento normal de una palabra, el acento rítmico no siempre coincide y, a veces, una misma palabra puede tener más de un acento sólo si tiene más de dos sílabas, como puede leerse en la estrofa de Garcilaso de la Vega (1501-1536): En tanto que de rosa y azucena se muestra la color en vuestro gesto, y que vuestro mirar ardiente, honesto, enciende al corazón y lo refrena; En estos versos, el acento estrófico recae en la sílaba 10 (penúltima sílaba del verso) y los acentos rítmicos se encuentran en las sílabas 2 y 6 de cada verso. Ahora puede leerse en voz alta para identificarlas mejor, haciendo énfasis en las sílabas en negritas: 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 En/ tán/to/ que/ de /ró/sa/ y a/zu/cé/na/ Se/ mués/tra/ la/ co/lór/ en/ vues/tro/ gés/to/, y/ que/ vues/tro/ mi/rar/ ar/dien/te, ho/nés/to/, en/ cién/de al/ co/ra/zón/ y/ lo/ re/fré/na/; 96 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ Como se puede notar, cada verso posee un acento rítmico, el cual determina el ritmo poético a partir de los puntos de mayor intensidad detectados en el verso. Sin duda, en la versificación regular, la distribución de los acentos rítmicos es bastante precisa en sus variantes, en relación a la métrica del verso, como se distribuyen en La Canción del pirata de José de Espronceda (1808-1842): 1 2 3 4 Ve i n / t e / p r e / s a s / he/mos/ he/cho/ a/ des/pe/cho/ del/ in/glés/, (+1) y han/ ren/di/do/ sus/ pen/do/nes/ cien/ na/cio/nes/ a/ mis/ pies/. (+1) En esa distribución, es muy importante considerar que el acento rítmico entre las sílabas tónicas de un verso, pero depende también del ritmo y de la interpretación que el lector le pueda dar al poema, como se aprecia en la misma estrofa de Espronceda, este ritmo recae en la penúltima sílaba: 1 2 3 4 Ve i n / t e / p r e / s a s / he/mos/ he/cho/ a/ des/pe/cho/ del/ in/glés/, (+1) y han/ ren/di/do/ sus/ pen/do/nes/ cien/ na/cio/nes/ a/ mis/ pies/. (+1) Aunque puede darse el caso de que junto a una sílaba con acento rítmico aparezca una sílaba acentuada, el acento de esta sílaba se llama acento antirítmico. Recurso permitido al poeta cuando necesita remarcar una palabra sobre la que quiere llamar la atención. 97 LITERATURA I / UAS-DGEP ACTIVIDAD 3.11 1. Diviértete encontrando el ritmo al poema Si tú supieras del poeta cubano, Nicolás Guillén (1902-1989). Apóyate en objetos que puedan servirte de percusión y marca en un círculo las sílabas rítmicas. SI TÚ SUPIERA... ¡Ay, negra, si tú supiera! Anoche tebi pasá y no quise que me biera. A é tú le hará como a mí, que cuando no tube plata te corrite de bachata, sin acoddadte de mí. Sóngoro cosongo, sogo bé; sóngoro cosongo de mamey; sóngoro, la negra baila bien; sóngoro de uno sóngoro de tre. Aé, bengan a be; aé, bammo pa be; bengan, sóngoro cosongo, sóngoro cosongo de mamey! 98 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ ACTIVIDAD 3.12 1. Ahora, identifica el ritmo en los versos del siguiente poema de Rafael Alberti (1902-1999), encerrando en un círculo el acento rítmico. LO QUE DEJÉ POR TI Dejé por ti mis bosques, mi perdida arboleda, mis perros desvelados, mis capitales años desterrados hasta casi el invierno de la vida. Dejé un temblor, dejé una sacudida, un resplandor de fuegos no apagados, dejé mi sombra en los desesperados ojos sangrantes de la despedida. Dejé palomas tristes junto a un río, caballos sobre el sol de las arenas, dejé de oler la mar, dejé de verte. Dejé por ti todo lo que era mío. Dame tú, Roma, a cambio de mis penas, tanto como dejé para tenerte. ANÁLISIS DEL POEMA A NIVEL LÉXICO SEMÁNTICO Para medir el nivel léxico del texto poético, se ocupa identificar el significado o posible significado de los versos en el poema. Con la definición previa de la semántica como una de las ramas de la lingüística que estudia el significado de las palabras, se facilita la aplicación de los tropos o figuras de significado como recursos, de los que se vale el poeta para crear el discurso poético, teatral y narrativo. De acuerdo a la retórica tradicional, son figuras del lenguaje todas las anomalías que se producen en un escrito, todo aquello que produce extrañeza en el lector. A través de éstas, se adquiere elegancia, belleza, profundidad y mayor significado en el lenguaje. Estas figuras del lenguaje se agrupan en tres grandes categorías: figuras de dicción, figuras de pensamiento y los tropos. Dentro del lenguaje literario, las figuras de dicción se refieren a la morfología, las figuras de pensamiento a la sintaxis y los tropos se refieren al estilo del discurso. 99 LITERATURA I / UAS-DGEP Figura del lenguaje Figuras de dicción Figura del pensamiento Tropos Metodología/palabra Sintaxis/enunciado Sentido discurso Figuras de dicción Es una licencia del lenguaje que permite la colocación de palabras, la adición u omisión de éstas o la infracción de las reglas de concordancia en la sintaxis regular de una expresión. ¿Qué es? Ejemplo: Pleonasmo Construye una oración empleando pala- Lo vi con mis propios ojos bras y giros innecesarios. Epíteto Consiste en el empleo de adjetivos pre- Oscura cueva. cisos, de manera que cada uno de ellos Alas ligeras. sea una certera descripción. Elipsis Suprime palabras para realzar la idea Luis es travieso; Adolfo, tranquilo principal Asíndeton Consiste en suprimir las conjunciones Acude, corre, vuela, traspasa la alta sierra, de una frase, del verso, de la estrofa o ocupa el llano, no perdones la espuela, no del párrafo. des paz a la mano menea fulminante el fierro insano. Anáfora Consiste en la repetición de una o más Llora monótona palabras en lugares prominentes del como llora el agua, verso en poesía o de la frase en prosa. como llora el viento sobre la nevada. Conversión Figura que repite una palabra o grupo de Me duelen los cabellos y las ansias, ¡Oh, quépalabras al final del verso o de la cláu- mame! ¡Más, más, sí, sí, más! ¡Quémame! sula. Reduplicación Figura de dicción que repite en el mismo Tan alto, tan alto que pasaba el techo de la pensamiento u oración, la misma pala- casa mía. Si hubiera podido guardarlo en dobra no sólo una sino varias veces. bleces, ni en el arca grande del desván cabría. Conduplicación Al principio del verso se repite una pa- Es patrimonio del alma labra que aparece al final del verso an- y el alma sólo es de Dios. terior Concatenación Repite de manera consecutiva, al princi- Daba el arriero a Sancho, Sancho a la moza, pio del verso, la última palabra del verso la moza a él anterior Retruécano Repite una frase invirtiendo el orden de Al que ingrato me deja, busco amante; sus términos al que amante me sigue, dejo ingrata; Aliteración Aumenta la sugestión rítmica a través Amor amor amanecí muy mal de combinaciones repetidas de ciertos sonidos Asonancia A partir del acento tónico, las palabras Bajo su mata de pelo terminan en las mismas vocales hice un hoyo sobre el limo. Hipérbaton Cambia el orden lógico gramatical de las Que se apague la guitarra expresiones. que la patria está en duelo. 100 (P. Neruda) CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ aCTIVIDAD 3.13 1. Señala en las rimas de Gustavo A. Bécquer (1836-1870), las figuras de dicción que logres identificar. Luego compara tu trabajo con el de tus compañeros y tu profesor. XXVIII Cuando entre la sombra oscura perdida una voz murmura turbando su triste calma, si en el fondo de mi alma la oigo dulce resonar; Dime: ¿es que el viento en sus giros se queja, o es que tus suspiros me hablan de amor al pasar? Cuando el sol en mi ventana rojo brilla a la mañana, y mi amor su sombra evoca, si en mi boca de otra boca sentir creo la impresión; Dime: ¿es que ciego deliro, o que un beso en un suspiro me envía tu corazón? Si en el luminoso día y en la alta noche sombría; si en todo cuanto rodea al alma que te desea te creo sentir y ver; Dime: ¿es que toco y respiro soñando, o que en un suspiro me das tu aliento a beber? 101 LITERATURA I / UAS-DGEP Figuras de pensamiento Son aquellas que afectan al estilo del discurso desde el enunciado u oración. O bien, son formas especiales del pensamiento que bajo los influjos de la imaginación o de la razón le da a la frase un sentido especial. ¿Qué es? Ejemplo: Descripción Enumera las características pecu- Era una noche de octubre liares de un objeto semejante a una oscura, fría y ventosa, pintura. en que todo removido crujía en la tierra lóbrega… (José Zorrilla) Enumeración Presenta una serie de ideas que se Aquí, en fin, la cortesía, refieren a un mismo punto. el buen trato, la verdad, la fineza, la lealtad,… (Calderón) Prosopopeya Da vida a los seres inanimados. Poderoso caballero es Don dinero… (Francisco de Quevedo) Imagen, compa- Compara un hecho real con otro También los ojos de mi madrina son verración o símil que tiene las mismas característi- des como los de los gatos… cas en grado mayor. (Juan Rulfo) Epifonema Reflexión final que resume lo dicho Mas, ay, de un corazón llegue al abismo anteriormente. y me incline por verlo, y mi alma y mis ojos se turbaron: ¡Tan hondo era y tan negro! (Gustavo Adolfo Bécquer) Gradación Presenta varias ideas en progre- El viento mueve, esparce y desordena. sión ascendente o descendente. (Garcilaso de la Vega) Paradoja Es la figura que presenta un gran “Vivo sin vivir en mí, contraste, no contradictorias, es la y tan alta vida espero unión de ideas opuestas. que muero porque no muero” (Santa Teresa de Jesús) Exclamación Revela una emoción violenta y se —¡Oh sorpresa! ¡Ah, cuánta mentira hay expresa siempre por vocativos. en esos argumentos! Interrogación Es la figura de que se valen algu- ¿Quién no ha sentido algún remordimiennos autores para expresar indirec- to bajo tu imperio di, noche sombría? tamente la afirmación y, para dar ¿Quién no te hizo un noble juramento? más vigor a lo que se dice. ¿Quién no lo ha roto con la luz del día? (Jorge Mármol) Apóstrofe Consiste en interrumpir el hilo del Estaba yo en la cocina, ¿cierto Juan?, discurso para dirigirse, en segunda cuando las cosas sucedieron. persona, a alguien presente o ausente. Hipérbole Exageración de las cosas, aumen- Me muero de hambre. tándolas o disminuyéndolas Ese hombre tiene el corazón de piedra. Tengo los pies como hielo. (G. Lorca) Ironía Consiste en dar a entender lo Tiene algún valor, como que suele cazar opuesto de lo que se dice. leones. 102 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ ACTIVIDAD 3.14 1. Señala en los poemas las figuras que identifiques. 2. Extrae las palabras que te resulten desconocidas en ambos poemas y consulta el diccionario. 3. Describe la situación a la que te remiten cada uno de los poetas. CASAS COMO ÁNGELES Don de San Juan y Chacabuco se cruzan vi las casas azules. Vi las casas que tienen colores de aventura. Eran como banderas y hondas como el naciente que suelta las afueras. Las hay color de aurora y las hay color de alba; su resplandor es una pasión ante la ochava de la esquina cualquiera, turbia y desanimada. Yo pienso en las mujeres Que buscarán el cielo de sus patios fervientes. Pienso en los claros brazos que ilustrarán la tarde y en el negror de trenzas: pienso en la dicha grave de mirarse en sus ojos hondos, como parrales. Es una pena altiva la que azula la esquina. Empujaré la puerta cancel que es hierro y patio y habrá una clara niña, ya mi novia, en la sala MARINERO y los dos callaremos, trémulos como llamas y la dicha presente se aquietará en pasada. Hoy saldré al mundo con unas cuantas líneas Jorge Luis Borges (1899-1986) Me echare sobre mis zapatos A naufragar por las calles No tendré tiempo de ser un don nadie ni de traficar con las estrellas ni de decir adiós a la chica que mira desde la ventana En cada esquina la ciudad temblará en mis ojos Y nadie sabrá que soy un Marinero de tanto Amar Crisanto Salazar (N.1968) 103 LITERATURA I / UAS-DGEP Se refiere al empleo de las palabras en sentido distinto del que propiamente les corresponde, pero que tiene con éste alguna conexión, correspondencia o semejanza (Diccionario de la Real Academia Española). Son tres las causas que originan los tropos, el deseo de los escritores por embellecer el lenguaje, la necesidad de dar a un vocablo muchos significados y la asociación de ideas en el discurso. ¿Qué es? Ejemplo: Sinécdoque Expresa una idea con el nombre de otra Aplaudió el teatro entero, por los especestrechamente relacionada tadores. Metonimia Consiste en la sustitución de una pala- Eres mi alegría, por la causa de mi alebra por otra con base en una continui- gría. dad temporal o espacial (o de parte a todo) preexistente, es decir, que ya se da en la realidad. Metáfora Expresa una idea con el nombre de otra Mil panderos de cristal que tenga con ella cierta relación de se- herían la madrugada. mejanza (García Lorca) Tropos Alegoría Mañana, a mañana, casi al filo del alba (G. Blanco) Consiste en sostener en un discurso va- Para que tú me oigas rias metáforas complementarias, crean- mis palabras do así dos sentidos: uno literal y otro se adelgazan a veces figurado. como las huellas de las gaviotas en las playas. (Pablo Neruda) 104 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ ACTIVIDAD 3.5 1. Lee con atención el poema La casa infiel del poeta Federico García Lorca (1898— 1936) y escribe tu impresión. 2. Señala al margen derecho de los versos las figuras literarias que identifiques. 3. Describe la sensación musical que te produce el ritmo del poema. LA CASADA INFIEL Y yo que me la llevé al río creyendo que era mozuela, pero tenía marido. Fue la noche de Santiago y casi por compromiso. se apagaron los faroles y se encendieron los grillos. En las últimas esquinas toqué sus pechos dormidos, y se me abrieron de pronto como ramos de jacintos. El almidón de su enagua me sonaba en el oído, como una pieza de seda rasgada por diez cuchillos. Sin luz de plata en sus copas los árboles han crecido, y un horizonte de perros ladra muy lejos del río. Sus muslos se me escapaban como peces sorprendidos, la mitad llenos de lumbre, la mitad llenos de frío. Aquella noche corrí el mejor de los caminos, montado en potra de nácar sin bridas y sin estribos. No quiero decir, por hombre, las cosas que ella me dijo. La luz del entendimiento me hace ser muy comedido. Sucia de besos y arena, yo me la llevé del río. Con el aire se batían las espadas de los lirios. Pasadas las zarzamoras, los juncos y los espinos, bajo su mata de pelo hice un hoyo sobre el limo. Yo me quité la corbata. Ella se quitó el vestido. Yo el cinturón con revolver. Me porté como quien soy. Como un gitano legítimo. Le regalé un costurero grande de raso pajizo, y no quise enamorarme porque teniendo marido me dijo que era mozuela cuando la llevaba al río. Ella sus cuatro corpiños. Ni nardo ni caracolas tienen el cutis tan fino, ni los cristales con luna relumbran con ese brillo. 105 LITERATURA I / UAS-DGEP ACTIVIDAD 3.17 1. Escribe la impresión que te provoca la lectura del poema A una nariz, escrito por Francisco de Quevedo y Villegas (1580-1645). 2. Analiza con atención cada uno de los versos e identifica las siguientes figuras: hipérbole, hipérbaton, reduplicación y anáfora. 3. Escribe al margen derecho del poema las figuras que identificaste. A una nariz Érase un hombre a una nariz pegado érase una nariz superaltiva érase una nariz sayón y escriba, érase un pez espada muy barbado, era un reloj de sol mal encarado, érase una alquitara pensativa érase un elefante boca arriba, era Ovidio Nasón más narizado, érase un espolón de una galera, érase una pirámide de Egipto las doce tribus de narices era, érase un naricísimo infinito muchísimo nariz, nariz tan fiera, que en la cara de Anás fuera delito. 106 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ ACTIVIDAD 3.18 1. Identifica las descripciones, elipsis, metáforas, símil, hipérbaton y epifonemas, con la guía de tu maestro, en el fragmento de Esta mujer que amo, del poeta Víctor Joel Armenta. Óiganlo todos: esta mujer que amo no tiene los cabellos largos ni ambarinos; en cambio hay una foto suya tapizando la pared donde ella viste unos ojos entornados, guantes, y un sombrero amarillo con encaje incluido. Tiene una sonrisa que vale por sí misma con un valor que nadie sabría definir a ciencia cierta. Óíganlo todos: esa mujer no es una santa, rezuma aspereza y convierte en astillas mi silencio; en cambio todo en ella es reciedumbre. Tiene su corazón un algo que no admite matices, o quererla o no quererla, sin complicaciones estéticas, sin ecuaciones ambiguas. No hay puntos intermedios. 107 LITERATURA I / UAS-DGEP ACTIVIDAD 3.18 1. Al margen derecho del poema de Juan Bañuelos (N.1932), anota las figuras literarias que logres identificar. 2. Con atención, lee el poema y extrae las palabras que resumen la situación del sujeto lírico. DONDE SÓLO SE HABLA DEL AMOR A los hombres, a las mujeres que aguardan vivir sin soledad, al espeso camaleón callado como el agua, al aire arisco (es el aire un pájaro atrapado), a los que duermen mientras sostengo mi vigilia, a la mujer sentada en la plaza vendiendo su silencio. En fin, diciendo ciertas cosas reales en una lengua unánime, amorosa; a los niños que sueñan en las frutas y a los que cantan canciones sin palabras en las noches compartiendo la muerte con la muerte, los invito a la vida como un muchacho que ofrece una manzana, me doy fuego para que pasen bien estos días de invierno. Porque una mujer se acuesta a mi lado y amo al mundo 108 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ ACTIVIDAD 3.19 1. Compara los dos poemas, y escribe las semejanzas que encuentres. 2. Al margen derecho de cada estrofa, del poema XII de “Donde habite el olvido” del poeta Luis Cernura (1902-1963), señala las metáforas, antítesis y epítetos que localices. 3. Describe la situación a la que te remite el poema. No es el amor quien muere, somos nosotros mismos. Inocencia primera abolida en deseo, olvido de sí mismo en otro olvido, ramas entrelazadas, ¿por qué vivir si desaparecéis un día? Sólo vive quien mira siempre ante sí los ojos de su aurora, sólo vive quien besa aquel cuerpo de ángel que el amor levantara. Fantasmas de la pena, a lo lejos, los otros, los que ese amor perdieron, como un recuerdo en sueños, recorriendo las tumbas otro vacío estrechan. Por allá van y gimen, muertos en pie, vidas tras de la piedra, golpeando impotencia, arañando la sombra con inútil ternura. No, no es el amor quien muere. 109 LITERATURA I / UAS-DGEP ACTIVIDAD 3.20 1. Para probar si las letras de una canción contienen figuras literarias, escribe una canción poética de Arjona, Shakira, Silvio Rodríguez, Pablo Milanés o una de tus artistas preferidos y señala las figuras literarias que encuentres. Dinámica de grupo: Todos los integrantes del grupo forman un círculo, sentados en sus butacas cortan una hoja del cuaderno, y si son cuarenta estudiantes hacen cuarenta papelitos, donde quepan tres palabras escritas. Cada uno pasará al centro mientras los demás le escriben una metáfora o un símil en el papelito que doblarán una vez escrito. Ya que le escriban todos, pasará a recogerlo pasando dos veces por el círculo. Y así pasarán todos siguiendo el orden del círculo. Sólo hasta el final podrán leer sus papelitos para escribir en este espacio el símil o metáforas que contengan. CLASIFICACIÓN DE LAS FORMAS DEL TEXTO POÉTICO Para la clasificación de las formas de expresión poética es necesario tomar en cuenta tres aspectos importantes. En primer lugar, la estructura, que se refiere a la forma en que el autor ordena los materiales lingüísticos y temáticos. En seguida, el tema, que es el asunto o asuntos que se tratan en la obra. Y en tercero, el lenguaje poético, como serie de sensaciones e imágenes, imbuidas en una atmósfera propiciada por el ritmo, intensidad y orden de las expresiones, que acompasan y dotan de belleza a la palabra. La Oda Dentro de las formas de expresión poética se encuentra la oda, como una de las más representativas. Ésta es un poema lírico extenso que expresa con exaltación la admiración por algo o alguien. Trata acerca de los asuntos más variados, como pueden ser el amor, la amistad, la política o la vida en el campo. Consta de una estructura de cinco estrofas que combinan heptasílabos y endecasílabos con rima consonante. Durante el Renacimiento adoptaron a la oda, poetas como Fray Luís de León y Fernando de Herrera. 110 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ EN LA ASCENSIÓN ¿Ydejas,Pastorsanto, tugreyenestevallehondo,oscuro consoledadyllanto; ytú,rompiendoelpuro aire,tevasalinmortalseguro? Aquestemarturbado ¿quiénlepondráyafreno?¿Quiénconcierto alvientofiero,airado? Estandotúencubierto, ¿quénorteguiarálanavedelpuerto? Losantesbienhadados ylosagoratristesyafligidos, atuspechoscriados, detidesposeídos, adóconvertirányasussentidos? ¡Ay!nubeenvidiosa, aundesdebrevegozo,¿quétequejas? ¿Dóvuelaspresurosa? ¡Cuánricatútealejas! ¡Cuánpobreycuánciegos,ay,nosdejas! Fray Luis de León (1527-1591) ¿Quémiraránlosojos quevieronturostrolahermosura quenolesseaenojo? Quiénoyótudulzura, ¿quénotendráporsordoydesventura? La Elegía La elegía es una composición poética que expresa dolor ante la muerte de un ser querido. Conocida por esa causa como el poema del dolor. Poema inspirado, también, en circunstancias personales o colectivas. Con una estructura de tercetos y de verso libre, las elegías más conocidas del siglo XX suenan las Coplas a la muerte de su padre, de Jorge Manrique y el Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejías de Federico García Lorca. El mismo efecto, se lee en el poema de Miguel Hernández (1910-1942), titulado Elegía a Ramón Sije. 111 LITERATURA I / UAS-DGEP ELEGIA A RAMON SIJE (EnOrihuela,supuebloyelmío, semehamuertocomodelrayo RamónSije,conquientantoquería.) Yoquieroserllorandoelhortelano delatierraqueocupasyestercolas, compañerodelalma,tantemprano. Alimentandolluvias,caracolas yórganosmidolorsininstrumento, alasdesalentadasamapolas darétucorazónporalimento. Tantodolorseagrupaenmicostado, quepordolermeduelehastaelaliento. Unmanotazoduro,ungolpehelado, unhachazoinvisibleyhomicida, unempujónbrutaltehaderribado. Miguel Hernández (1910-1942) Nohayextensiónmásgrandequemiherida, lloromidesventuraysusconjuntos ysientomástumuertequemivida. Andosobrerastrojosdedifuntos, ysincalordenadieysinconsuelo voydemicorazónamisasuntos. Tempranolevantólamuerteelvuelo, tempranomadrugólamadrugada, tempranoestásrodandoporelsuelo. Noperdonoalamuerteenamorada, noperdonoalavidadesatenta, noperdonoalatierranialanada. Enmismanoslevantounatormenta depiedras,rayosyhachas/ estridentes sedientadecatástrofesyhambrienta. 112 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ Quieroescarbarlatierra/ conlosdientes, quieroapartarlatierraparteaparte adentelladassecasycalientes. Quierominarlatierrahasta/ encontrarte ybesartelanoblecalavera ydesamordazarteyregresarte. Volverásamihuertoyamihiguera: porlosaltosandamiosdelasflores pajarearátualmacolmenera deangelicalescerasylabores. Volverásalarrullodelasrejas delosenamoradoslabradores. Alegraráslasombrademiscejas, ytusangreseiránacadalado disputandotunoviaylasabejas. Tucorazón,yaterciopeloajado, llamaauncampodealmendras/ espumosas miavariciosavozdeenamorado. Alasaladasalmasdelasrosas delalmendrodenataterequiero, quetenemosquehablarde/ muchascosas, compañerodelalma,compañero. Manuel Serrat, uno de los grandes interpretes de la poesía española. www.jmserrat. com/serrat/letras/antologia7 113 LITERATURA I / UAS-DGEP La Rima La rima es una composición poética de tono lírico y de armonía en el timbre acústico al proporcionar una musicalidad. Facilita recordar las composiciones por grabarse con naturalidad en la memoria. El poeta que compone con rima consonante está continuamente hallando o inventando una relación significativa entre los términos que el azar le da relacionados. Uno de los exponentes más representativos de este subgénero es el poeta español, Gustavo Adolfo Bécquer (1836-1870). RIMA XX Sabe, si alguna vez tus labios rojos quema invisible atmósfera abrasada, que al alma que hablar puede con los ojos, también puede besar con la mirada. RIMA XXI ¿Qué es poesía?, dices mientras clavas en mi pupila tu pupila azul. ¿Qué es poesía, y tú me lo preguntas? Poesía... eres tú. RIMA XXII ¿Cómo vive esa rosa que has prendido junto a tu corazón? Nunca hasta ahora contemplé en la tierra sobre el volcán la flor. RIMA XXIII Por una mirada, un mundo, por una sonrisa, un cielo, por un beso... ¿yo no sé que te diera por un beso! El Soneto Afrodita de William Bouguerau Otra de las composiciones poéticas es el soneto a través del cual se expresan los temas más variados, aunque el más frecuente sea el amoroso. Consta de catorce versos endecasílabos, distribuidos en dos cuartetos y dos tercetos. En cada uno de los cuartetos, riman el primer verso con el cuarto y el segundo con el tercero. Ambos cuartetos deben usar las mismas rimas. Por ello, la estructura clásica del soneto prefiere la rima ABBA / ABBA y CDC / DCD o CDE / CDE. El soneto es de origen italiano y alcanza su perfección con Petrarca y Dante. Garcilaso de la Vega lo adoptó a la literatura castellana con brillantez, desde entonces lo cultivaron poetas como Fernando de Herrera, Luis de Góngora o Lope de Vega. Aunque en los siglos XVIII y XIX disminuyó su empleo, el Modernismo lo revitalizó tanto que en el siglo XX ha sido uno de los más empleados. 114 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ SONETO X ¡Ohdulcesprendas,pormímalhalladas, dulcesyalegrescuandoDiosquería, Juntasestáisenlamemoriamía, yconellaenmimuerteconjuradas! ¿Quiénmedijera,cuandolaspasadas horasqueentantobienporvosmevía, quemehabiáisdeserenalgúndía contangravedolorrepresentadas? Puesenunahorajuntomellevastes todoelbienqueportérminosmedistes, llevámejuntoelmalquemedejastes; sino,sospecharéquemepusistes entantosbienes,porquedeseastes vermemorirentrememoriastristes. Garcilaso de la Vega (1501-1536) MIENTRAS POR COMPETIR CON TU CABELLO Mientrasporcompetircontucabello orobruñidoalsolrelumbraenvano; mientrasconmenosprecioenmedioelllano miratublancafrenteelliliobello; mientrasacadalabio,porcogello, siguenmásojosquealclaveltemprano, ymientrastriunfacondesdénlozano dellucientecristaltugentilcuello, gozacuello,cabello,labioyfrente, antesqueloquefueentuedaddorada oro,lilio,clavel,cristalluciente, nosóloenplataovïolatroncada sevuelva,mastúyellojuntamente entierra,enhumo,enpolvo,ensombra,ennada. Luis de Góngora (1561-1627) 115 LITERATURA I / UAS-DGEP Gustoso el autor con la soledad y sus estudios, escribió este soneto Retiradoenlapazdeestosdesiertos, conpocos,perodoctoslibrosjuntos, vivoenconversaciónconlosdifuntos, yescuchoconmisojosalosmuertos. Sinosiempreentendidos,siempreabiertos, oenmiendan,osecundanmisasuntos, yenmúsicoscalladoscontrapuntos alsueñodelavidahablandespiertos. Lasgrandesalmas,quelamuerteausenta, deinjuriasdelosañosvengadora, libra,¡OHgrandonJosef!,doctalaimprenta. Enfugairrevocablehuyelahora; peroaquellaelmejorcálculocuenta, queenlalecciónyestudiosnosmejora. Francisco de Quevedo (1580-1645) 116 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ La Égloga La égloga es una composición poética del género bucólico, de larga extensión, en la que dos pastores dialogan sobre sus sentimientos amorosos. Se inspira en las composiciones del poeta latino Virgilio, aunque tuvo su máximo esplendor durante el Renacimiento. IMITACIÓN DE VIRGILIO "Alcabo,alcabo,Clori,tuobstinada ingratitudmecausarálamuerte; mihistoriaenesosárbolesgrabada diráentoncesquemueroporquererte; tantosdequieneseresadorada leeránconpavormitristesuerte; nadieentoncesquerrádecirteamores, yexecrarántunombrelospastores. (Fragmento) Tirsis,habitadordelTajoumbrío, conelmásvivofuegoaCloriamaba; aClori,que,conrústicodesvío, lastiernasansiasdelpastorpagaba. Laverdemargendelamenorío, talvezbuscandoalivio,visitaba; yaladistantecausadesusmales, desesperadoenviabaquejastales: Nohuyetanto,pastora,elcorderillo deltigreatroz,comodemítealejas, nitemetantoalbuitreelpajarillo, nitantoalvorazlobolasovejas. Lafenoestimasdeunamorsencillo, nisiquiera,inhumana,oyesmisquejas; portiolvidolasrústicaslabores, portifábulasoydelospastores. "Yalasombradelbosqueentrelazado losanimalesmismosapetecen; bajoelcéspedquetapizaelprado, lospintadoslagartosseguarecen. Siafectalasdehesaselganado, silaviñalospájarosguarnecen, yosolo,porseguirmibienesquivo, sufroelrigordelaltocanestivo. Andrés Bello (1781-1865) 117 LITERATURA I / UAS-DGEP El Romance EL romance es una forma poética que surgió con la desmembración de los cantares de gesta. Lo forman una serie indefinida de versos octosílabos que riman en asonante los pares, y quedan libres los impares. Aunque también hay romances escritos en hexasílabos y en heptasílabos. Adquiere su carácter escrito en el siglo XV y es a partir del XVI que se considera como poesía. Lo han cultivado autores de todas las épocas, como Lope de Vega, Meléndez Valdés, Espronceda, Zorrilla, Machado y Lorca, entre otros. ROMANCE DEL DUERO RíoDuero,ríoDuero, nadieaacompañartebaja, nadiesedetieneaoír tueternaestrofadeagua. Indiferenteocobarde, laciudadvuelvelaespalda. Noquiereverentuespejo sumuralladesdentada. Tú,viejoDuero,sonríes entretusbarbasdeplata, moliendocontusromances lascosechasmallogradas. Yentrelossantosdepiedra ylosálamosdemagia pasasllevandoentusondas palabrasdeamor,palabras. Gerardo Diego, uno de los más destacados poetas españoles del siglo XX. Quiénpudieracomotú, alavezquietoyenmarcha, cantarsiempreelmismoverso, perocondistintaagua. sinolosenamorados quepreguntanporsusalmas ysiembranentusespumas palabrasdeamor,palabras. RíoDuero,ríoDuero, nadieaestarcontigobaja, yanadiequiereatender tueternaestrofaolvidada, Gerardo Diego (1896-1987) 118 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ La Canción La canción es una forma de expresión de origen provenzal que se puede cantar o está hecha a propósito para ser acompañada con música. Por lo regular, trata un tema comunmente amoroso, de tono vibrante y apasionado. Su estructura responde a un número variable de estrofas iguales, por lo regular entre cinco y siete, combinados entre versos de siete y once sílabas con una rima consonante. Esta forma de composición poética tiene su origen en la poesía del siglo de oro y, en la actualidad se tiene por canción al poema lírico de tono contemplativo y subjetivo que trate cualquier tema. YO NO TE PIDO Yonotepidoquemebajes unaestrellaazul solotepidoquemiespacio llenescontuluz. Yonotepidoquemefirmes diezpapelesgrisesparaamar sólotepidoquetuquieras laspalomasquesuelomirar. Delopasadonolovoyanegar elfuturoalgúndíallegará ydelpresente queleimportaalagente siesquesiemprevanahablar. Siguellenandoesteminuto derazonespararespirar nomecomplazcasnoteniegues nohablesporhablar. Yonotepidoquemebajes unaestrellaazul solotepidoquemiespacio llenescontuluz. Mario Benedetti (1920) 119 LITERATURA I / UAS-DGEP Verso Libre O Blanco Por verso libre o blanco se entiende a la composición poética que evita la rima y la métrica. En su construcción, todo se deja a la expresión libre del poeta. Llamado, también, verso blanco o suelto por contener ritmos variados y flexibles, características de la poesía actual hispanoamericana, producto del modernismo y de los simbolistas franceses del siglo XIX y XX. Entre ellos, se disfruta y comparte el poema Los amorosos de Jaime Sabines (1926-1999). LOS AMOROSOS Losamorososcallan. Elamoreselsilenciomásfino, elmástembloroso,elmásinsoportable. Losamorososbuscan, losamorosossonlosqueabandonan, sonlosquecambian,losqueolvidan. Sucorazónlesdicequenuncahandeencontrar, noencuentran,buscan. Losamorososandancomolocos porqueestánsolos,solos,solos, entregándose,dándoseacadarato, llorandoporquenosalvanalamor. Lespreocupaelamor.Losamorosos vivenaldía,nopuedenhacermás,nosaben. Siempreseestányendo, siempre,haciaalgunaparte. Esperan, noesperannada,peroesperan. Jaime Sabines, el poeta interprete del amor. Sabenquenuncahandeencontrar. Elamoreslaprórrogaperpetua, siempreelpasosiguiente,elotro,elotro. Losamorosossonlosinsaciables, losquesiempre—¡quebueno!—handeestarsolos. Losamorosossonlahidradelcuento. Tienenserpientesenlugardebrazos. Lasvenasdelcuelloseleshinchan tambiéncomoserpientesparaasfixiarlos. Losamorososnopuedendormir porquesiseduermenseloscomenlosgusanos. Enlaoscuridadabrenlosojos 120 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ ylescaeenelloselespanto. Encuentranalacranesbajolasábana ysucamaflotacomosobreunlago. Losamorosossonlocos,sólolocos, sinDiosysindiablo. Losamorosossalendesuscuevas, temblorosos,hambrientos, acazarfantasmas. Seríendelasgentesquelosabentodo, delasqueamanaperpetuidad,verídicamente, delasquecreenenelamor comounalámparadeinagotableaceite. Losamorososjueganacogerelagua, atatuarelhumo,anoirse. Jueganellargo,eltristejuegodelamor. Nadiehaderesignarse. Dicenquenadiehaderesignarse. Losamorososseavergüenzandetodaconformación. Vacíos,perovacíosdeunaaotracostilla, lamuertelesfermentadetrásdelosojos, yelloscaminan,lloranhastalamadrugada enquetrenesygallossedespidendolorosamente. Lesllegaavecesunoloratierrareciénnacida, amujeresqueduermenconlamanoenelsexo, complacidas, aarroyosdeaguatiernayacocinas. Losamorososseponenacantarentrelabios unacanciónnoaprendida, ysevanllorando,llorando, lahermosavida. Jaime Sabines (1926-1999) 121 LITERATURA I / UAS-DGEP ACTIVIDAD 3.21 1. Para finalizar el curso correspondiente a esta unidad temática, tendrás que crear un poemario (inédito), aprovechando cualquiera de las formas de expresión poética, con una temática o propósito determinado. 2. Comparte tu poemario con tus compañeros de grupo. 3. Localiza en la prensa local convocatorias referidas a concursos de poesía inédita. 4. Realiza una entrevista, a un poeta de tu localidad, sobre la situación o apoyo a la creación poética. PEQUEÑAS INSTRUCCIONES PARA HACER UN POEMA • En primer lugar, debes de ser una persona sensible ante cualquier situación que se presente a nuestro alrededor, por más mínimo que parezca. Debes ser capaz de observar y sentir aquello que se te presenta. • Toma un lápiz y papel y, empieza a describir lo que observas mezclándolo con un poco de esos sentimientos que experimentas. • No escatimes palabras, suéltalas poco a poco sin desesperar, saboréalas, siente sus latidos y balbucéalas como apretando los labios. • No le preste importancia al que dirán por lo que escribes, eso no importa en el proceso, solo trata de que las palabras sean las más exactas y únicas. • Descubre que no existe otra manera de decirlo mejor que tú, lo más probable es que otro ya lo pensó, pero carece de tus sentimientos y de tu imaginación. • Si llegases a notar que estas escribiendo puras incoherencias, sin ton ni son, no te detengas, la poesía siempre nos hace esa jugada. • Por si acaso te sientes abotagado, deja fluir unas porciones de aire fresco por tu cerebro. Camina, cambia de lugar, degusta cualquier cosa, dirige tu percepción a otras partes y trata de encontrar en tu interior la palabra mágica que continuará y cerrará el poema. • Al concluir no intentes corregirlo, simplemente guárdalo y procura hacer otras cosas distintas como escuchar música, platicar con alguien, ver una película o salir al súper. • Después de eso, puedes leer una y otra vez lo escrito. Léelo en voz alta, marca las pausas, señala las palabras que no encajan, corta el verso, baja la palabra, cambia de lugar el adjetivo. • Por último, busca a alguien para leérselo, escoge el mejor lugar y que el estado de ánimo sea el adecuado. Al leer tus versos, registra los gestos o muecas de esa persona, ya que son un excelente indicativo para detectar los últimos retoques de tu poema. El poema está listo, ¡poeta! 122 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ ACTIVIDAD AUTOEVALUACIÓN 3.22 1. ¿Qué se pretende que logres al final de la tercera unidad del curso Literatura I? 2. ¿Qué entiendes por término Poesía? 3. ¿Cuándo surge la poesía lírica como forma de expresión poética? 4. ¿Qué expresa el poeta Antonio Machado con el poema La saeta? 5. ¿Cuáles son los elementos formales que utiliza la poesía tradicional? 6. ¿A nivel contextual qué elementos se analizan en el texto poético? 7. Define cada uno de los términos que se analizan a nivel morfosintáctico del texto poético: verso, estrofa y encabalgamiento. 8. A nivel fonológico, el texto poético comprende: 9. Cita un ejemplo de cada uno de los términos que se refieren al nivel léxico semántico del texto poético: Pleonasmo. Anáfora. Imagen. Hipérbole. Metáfora. Alegoría. 10. Interpreta la siguiente estrofa del poema La casada infiel de Federico García Lorca: Sus muslos se me escapaban como peces sorprendidos, la mitad llenos de lumbre, la mitad llenos de frío. 11. ¿Cuál es la intensión de la Elegía como forma de expresión poética? 12. ¿A qué estructura debe responder el soneto para ser considerado como tal? 13. Crea un poema respondiendo a la estructura y temática de la canción. 14. Toma como referente el poema de Jaime Sabines y define, con tus propias palabras, ¿quiénes son los amorosos? 15. ¿Cómo se hace un poema? 123 Análisis del texto narrativo Unidad IV Competencia de la unidad: Comprende las obras narrativas a partir del análisis de sus elementos, creando textos narrativos que den cuenta de su contexto social. LITERATURA I / UAS-DGEP EL AHOGADO MÁS HERMOSO DEL MUNDO Los primeros niños que vieron el promontorio oscuro y sigiloso que se acercaba por el mar, se hicieron la ilusión que era un barco enemigo. Después vieron que no llevaba banderas ni arboladura, y pensaron que fuera una ballena. Pero cuando quedó varado en la playa le quitaron los matorrales de sargazos, los filamentos de medusas y los restos de cardúmenes y naufragios que llevaba encima, y sólo entonces descubrieron que era un ahogado. Habían jugado con él toda la tarde, enterrándolo y desenterrándolo en la arena, cuando alguien los vio por casualidad y dio la voz de alarma en el pueblo. Los hombres que lo cargaron hasta la casa más próxima notaron que pesaba más que todos los muertos conocidos, casi tanto como un caballo, y se dijeron que tal vez había estado demasiado tiempo a la deriva y el agua se le había metido dentro de los huesos. Cuando lo tendieron en el suelo vieron que había sido mucho más grande que todos los hombres, pues apenas si cabía en la casa, pero pensaron que tal vez la facultad de seguir creciendo después de la muerte estaba en la naturaleza de ciertos ahogados. Tenía el olor del mar, y Gabriel García Márquez sólo la forma permitía suponer que era el cadáver de un ser humano, porque su piel estaba revestida de una coraza de rémora y de lodo. No tuvieron que limpiarle la cara para saber que era un muerto ajeno. El pueblo tenía apenas unas veinte casas de tablas, con patios de piedras sin flores, desperdigadas en el extremo de un cabo desértico. La tierra era tan escasa, que las madres andaban siempre con el temor a que el viento se llevara a los niños, y a los pocos muertos que les iban causando los años tenían que arrojarlos en los acantilados. Pero el mar era manso y pródigo, y todos los hombres cabían en siete botes. Así que cuando encontraron el ahogado les bastó con mirarse los unos a los otros para darse cuenta que estaban completos. Aquella noche no salieron a trabajar en el mar. Mientras los hombres averiguaban si no faltaba alguien en los pueblos vecinos, las mujeres se quedaron cuidando al ahogado. Le quitaron el lodo con tapones de esparto, le desenredaron del cabello los abrojos submarinos y le rasparon la rémora con hierros de desescamar pescados. A medida que lo hacían, notaron que su vegetación era de océanos remotos y de aguas profundas, y que sus ropas estaban en piltrafas, como si hubiera navegado por entre laberintos de corales. Notaron también que sobrellevaba la muerte con altivez, pues no tenía el semblante solitario de los otros ahogados del mar, ni tampoco la catadura sórdida y menesterosa de los ahogados fluviales. Pero solamente cuando acabaron de limpiarlo tuvieron conciencia de la clase de hombre que era, y entonces se quedaron sin aliento. No sólo era el más alto, el más fuerte, el más viril y el mejor armado que habían visto jamás, sino que todavía cuando lo estaban viendo no les cabía en la imaginación. No encontraron en el pueblo una cama bastante grande para tenderlo ni una mesa bastante sólida para velarlo. No le vinieron los pantalones de fiesta de los hombres más altos, ni las camisas dominicales de los más corpulentos, ni los zapatos del mejor plantado. Fascinadas por su desproporción y su hermosura, las mujeres decidieron entonces hacerle unos pantalones con un buen pedazo de vela cangreja, 126 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ y una camisa de bramante de novia, para que pudiera continuar su muerte con dignidad. Mientras cosían sentadas en círculo, contemplando el cadáver entre puntada y puntada, les parecía que el viento no había sido nunca tan tenaz ni el Caribe había estado nunca tan ansioso como aquella noche, y suponían que esos cambios tenían algo que ver con el muerto. Pensaban que si aquel hombre magnífico hubiera vivido en el pueblo, su casa habría tenido las puertas más anchas, el techo más alto y el piso más firme, y el bastidor de su cama habría sido de cuadernas maestras con pernos de hierro, y su mujer habría sido la más feliz. Pensaban que habría tenido tanta autoridad que hubiera sacado los peces del mar con sólo llamarlos por sus nombres, y habría puesto tanto empeño en el trabajo que hubiera hecho brotar manantiales de entre las piedras más áridas y hubiera podido sembrar flores en los acantilados. Lo compararon en secreto con sus propios hombres, pensando que no serían capaces de hacer en toda una vida lo que aquél era capaz de hacer en una noche, y terminaron por repudiarlos en el fondo de sus corazones como los seres más escuálidos y mezquinos de la Tierra. Andaban extraviadas por esos dédalos de fantasía, cuando la más vieja de las mujeres, que por ser la más vieja había contemplado al ahogado con menos pasión que compasión, suspiró: —Tiene cara de llamarse Esteban. Era verdad. A la mayoría le bastó con mirarlo otra vez para comprender que no podía tener otro nombre. Las más porfiadas, que eran las más jóvenes, se mantuvieron con la ilusión de que al ponerle la ropa, tendido entre flores y con unos zapatos de charol, pudiera llamarse Lautaro. Pero fue una ilusión vana. El lienzo resultó escaso, los pantalones mal cortados y peor cosidos le quedaron estrechos, y las fuerzas ocultas de su corazón hacían saltar los botones de la camisa. Después de la media noche se adelgazaron los silbidos del viento y el mar cayó en el sopor del miércoles. El silencio acabó con las últimas dudas: era Esteban. Las mujeres que lo habían vestido, las que lo habían peinado, las que le habían cortado las uñas y raspado la barba no pudieron reprimir un estremecimiento de compasión, cuando tuvieron que resignarse a dejarlo tirado por los suelos. Fue entonces cuando comprendieron cuánto debió haber sido de infeliz con aquel cuerpo descomunal, si hasta después de muerto le estorbaba. Lo vieron condenado en vida a pasar de medio lado por las puertas, a descalabrarse con los travesaños, a permanecer de pie en las visitas sin saber qué hacer con sus tiernas y rosadas manos de buey de mar, mientras la dueña de casa buscaba la silla más resistente y le suplicaba muerta de miedo siéntese aquí Esteban, hágame el favor, y él recostado contra las paredes, sonriendo, no se preocupe señora, así estoy bien, con los talones en carne viva y las espaldas escaldadas de tanto repetir lo mismo en todas las visitas, no se preocupe señora, así estoy bien, sólo para no pasar por la vergüenza de desbaratar la silla, y acaso sin haber sabido nunca que 127 LITERATURA I / UAS-DGEP quienes le decían no te vayas Esteban, espérate siquiera hasta que hierva el café, eran los mismos que después susurraban ya se fue el bobo grande, qué bueno, ya se fue el tonto hermoso. Esto pensaban las mujeres frente al cadáver un poco antes del amanecer. Más tarde, cuando le taparon la cara con un pañuelo para que no le molestara la luz, lo vieron tan muerto para siempre, tan indefenso, tan parecido a sus hombres, que se les abrieron las primeras grietas de lágrimas en el corazón. Fue una de las más jóvenes la que empezó a sollozar. Las otras, alentándose entre sí, pasaron de los suspiros a los lamentos, y mientras más sollozaban más deseos sentían de llorar, porque el ahogado se les iba volviendo cada vez más Esteban, hasta que lo lloraron tanto que fue el hombre más desvalido de la Tierra, el más manso y el más servicial, el pobre Esteban. Así que cuando los hombres volvieron con la noticia que el ahogado no era tampoco de los pueblos vecinos, ellas sintieron un vacío de júbilo entre las lágrimas. —¡Bendito sea Dios —suspiraron—: es nuestro! Los hombres creyeron que aquellos aspavientos no eran más que frivolidades de mujer. Cansados de las tortuosas averiguaciones de la noche, lo único que querían era quitarse de una vez el estorbo del intruso antes que prendiera el sol bravo de aquel día árido y sin viento. Improvisaron unas angarillas con restos de trinquetes y botavaras, y las amarraron con carlingas de altura, para que resistieran el peso del cuerpo hasta los acantilados. Quisieron encadenarle a los tobillos un ancla de buque mercante para que fondeara sin tropiezos en los mares más profundos donde los peces son ciegos y los buzos se mueren de nostalgia, de manera que las malas corrientes no fueran a devolverlo a la orilla, como había sucedido con otros cuerpos. Pero mientras más se apresuraban, más cosas se les ocurrían a las mujeres para perder el tiempo. Andaban como gallinas asustadas picoteando amuletos de mar en los arcones, unas Gabriel García Márquez estorbando aquí porque querían ponerle al ahogado los escapularios del buen viento, otras estorbando allá para abrocharle una pulsera de orientación, y al cabo de tanto quítate de ahí mujer, ponte donde no estorbes, mira que casi me haces caer sobre el difunto, a los hombres se les subieron al hígado las suspicacias, y empezaron a rezongar que con qué objeto tanta ferretería de altar mayor para un forastero, si por muchos estoperoles y calderetas que llevara encima se lo iban a masticar los tiburones, pero ellas seguían tripotando sus reliquias de pacotilla, llevando y trayendo, tropezando, mientras se les iba en suspiros lo que no se les iba en lágrimas, así que los hombres terminaron por despotricar que de cuándo acá semejante alboroto por un muerto al garete, un ahogado de nadie, un fiambre de mierda. Una de las mujeres, mortificada por tanta indolencia, le quitó entonces al cadáver el pañuelo de la cara, y también los hombres se quedaron sin aliento. Era Esteban. No hubo que repetirlo para que lo reconocieran. Si les hubieran dicho Sir Walter Raleigh, quizás, hasta ellos se habrían impresionado con su acento de gringo, con su guacamaya en el hombro, con su arcabuz de matar caníbales, pero Esteban solamente podía ser uno en el mundo, y allí estaba tirado como un sábalo, sin botines, con unos pantalones de sietemesino y esas uñas rocallosas que sólo podían cortarse a cuchillo. Bastó con que le quitaran el pañuelo de la cara para darse cuenta que estaba avergonzado, que no tenía la culpa de ser tan grande, ni tan pesado ni tan hermoso, y si 128 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ hubiera sabido que aquello iba a suceder habría buscado un lugar más discreto para ahogarse, en serio, me hubiera amarrado yo mismo un áncora, de galeón en el cuello y hubiera trastabillado como quien no quiere la cosa en los acantilados, para no andar ahora estorbando con este muerto de miércoles, como ustedes dicen, para no molestar a nadie con esta porquería de fiambre que no tiene nada que ver conmigo. Había tanta verdad en su modo de estar, que hasta los hombres más suspicaces, los que sentían amargas las minuciosas noches del mar temiendo que sus mujeres se cansaran de soñar con ellos para soñar con los ahogados, hasta ésos, y otros más duros, se estremecieron en los tuétanos con la sinceridad de Esteban. Fue así como le hicieron los funerales más espléndidos que podían concebirse para un ahogado expósito. Algunas mujeres que habían ido a buscar flores en los pueblos vecinos regresaron con otras que no creían lo que les contaban, y éstas se fueron por más flores cuando vieron al muerto, y llevaron más y más, hasta que hubo tantas flores y tanta gente que apenas si se podía caminar. A última hora les dolió devolverlo huérfano a las aguas, y le eligieron un padre y una madre entre los mejores, y otros se le hicieron hermanos, tíos y primos, así que a través de él todos los habitantes del pueblo terminaron por ser parientes entre sí. Algunos marineros que oyeron el llanto a la distancia perdieron la certeza del rumbo, y se supo de uno que se hizo amarrar al palo mayor, recordando antiguas fábulas de sirenas. Mientras se disputaban el privilegio de llevarlo en hombros por la pendiente escarpada de los acantilados, hombres y mujeres tuvieron conciencia por primera vez de la desolación de sus calles, la aridez de sus patios, la estrechez de sus sueños, frente al esplendor y la hermosura de su ahogado. Lo soltaron sin ancla, para que volviera si quería, y cuando lo quisiera, y todos retuvieron el aliento durante la fracción de siglos que demoró la caída del cuerpo hasta el abismo. No tuvieron necesidad de mirarse los unos a los otros para darse cuenta que ya no estaban completos, ni volverían a estarlo jamás. Pero también sabían que todo sería diferente desde entonces, que sus casas iban a tener las puertas más anchas, los techos más altos, los pisos más firmes, para que el recuerdo de Esteban pudiera andar por todas partes sin tropezar con los travesaños, y que nadie se atreviera a susurrar en el futuro ya murió el bobo grande, qué lástima, ya murió el tonto hermoso, porque ellos iban a pintar las fachadas de colores alegres para eternizar la memoria de Esteban, y se iban a romper el espinazo excavando manantiales en las piedras y sembrando flores en los acantilados, para que en los amaneceres de los años venturos los pasajeros de los grandes barcos despertaran sofocados por un olor de jardines en alta mar, y el capitán tuviera que bajar de su alcázar con su uniforme de gala, con su astrolabio, su estrella polar y su ristra de medallas de guerra, y señalando el promontorio de rosas en el horizonte del Caribe dijera en catorce idiomas, miren allá, donde el viento es ahora tan manso que se queda a dormir debajo de las camas, allá, donde el sol brilla tanto que no saben hacia dónde girar los girasoles, sí, allá, es el pueblo de Esteban. Gabriel García Márquez (N.1928) 129 LITERATURA I / UAS-DGEP ACTIVIDAD 4.1 1. Encierra en un círculo aquellas partes del texto El ahogado más hermoso del mundo que más te llamarón la atención. 2. Subraya las palabras desconocidas que aparecen en el texto. 3. Explica en pocas palabras de qué trata el texto El ahogado más hermoso del mundo de Gabriel García Márquez. 4. Extrae aquellas partes del texto que hacen referencia a la descripción del ahogado. 5. ¿Cómo describes, en pocas palabras, la conducta de las mujeres en la historia El ahogado más hermoso del mundo de Gabriel García Márquez? El Cuento Se define al cuento como una narración sencilla o breve, escrita en prosa o en verso por un escritor que habla a través del narrador para presentarnos un acontecimiento y obliga al protagonista a confrontar un problema que desarrolla hasta llegar al desenlace. Cada cuento encierra un misterio, un enigma o un secreto que sólo se puede descubrir a través de las distintas lecturas experimentadas por el lector. No obstante, el cuento es muchísimas cosas más que una simple definición. Los primeros cuentos fueron escritos en verso, y son llamados poemas épicos menores porque mediante la tradición oral se conservaron de generación en generación. Posteriormente, fueron creados los cuentos escritos en prosa, los cuales tratan temas muy variados. Por su brevedad, en el cuento no hay un desarrollo extenso de los personajes, ni de muchos personajes. Frecuentemente, el desarrollo se concentra en uno o dos personajes que actúan como protagónicos de un sólo suceso. En sí, todos los elementos que aparecen en el cuento son previamente seleccionados para producir un solo efecto. La temática, características de los personajes, tiempo, lugares, lenguaje y conflictos forman una unidad sujeta a la disposición del autor. Antecedentes históricos del cuento La historia del cuento viene de mucho tiempo atrás. Desde antes de que se produjera la narrativa escrita ya se había reunido y acumulado durante muchos siglos y por generaciones diversos tesoros de las literaturas orales. Contar y escuchar relatos es una necesidad propia del ser humano, estos le permiten comprender la existencia, el entorno y el mundo en que vive. Los primeros antecedentes del cuento los encontramos en los mitos, leyendas, creencias, fábulas, parábolas e historias recopiladas en la biblia y otros libros sagrados, en las hazañas épicas y en todas las narraciones que se han contado a través del tiempo. 130 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ Puede señalarse con certeza que ningún país o pueblo del mundo carece de un conjunto de tradiciones, pues éstas constituyen la memoria colectiva de cada grupo humano. Incluso, los cuentos más antiguos que se conservan proceden de Egipto y, según algunos historiadores, fueron escritos entre los siglos XIV y XII a.C. En la literatura hindú, traducida por los árabes, se han encontrado grandes historias narradas en el libro sagrado de Los Vedas y en los cuentos árabes narrados por Sherezada en Las mil y una noches. Estos se difundieron durante la Edad Media por toda Europa y es a partir de entonces que se produjeron una multitud de cuentos españoles, franceses e italianos, entre otros. Entre los cuentos y libros de cuentos más conocidos a nivel mundial, están los de los Hermanos Grimm, como: Blancanieves, La Cenicienta, La bella durmiente del bosque, Pulgarcito y El gato con botas, sólo algunos de sus cuentos. Tipología del cuento Según sus características, el cuento es clasificado como costumbrista cuando su enfoque es realista y muestra las costumbres y el medio donde el escritor se ha desenvuelto. Psicológico porque refleja una observación de las actitudes mentales del hombre y comportamiento en diferentes situaciones. Contemporáneo, por incluir el habla popular en el discurso a través del narrador o los personajes que actúan en simples historias o en temas complejos. Misterioso o romántico, preferido durante el romanticismo, surgió en Alemania de manos de Hoffman y en Estados Unidos de Poe. 131 LITERATURA I / UAS-DGEP HISTORIA DE FANTASMAS Cipriano se puso de pie y empezó a pasear, según costumbre, siempre que su ser estaba embargado por algo muy importante y trataba de expresarse ordenadamente, y recorrió la habitación de un extremo a otro. Los amigos se sonrieron en silencio. Se podía leer en sus miradas: « ¡Qué cosas tan fantásticas vamos a oír!» Cipriano se sentó y empezó así: —Ya saben que hace algún tiempo, después de la última campaña, me hallaba en las posesiones del Coronel de P... El Coronel era un hombre alegre y jovial, así como su esposa era la tranquilidad y la ingenuidad en persona. Mientras yo permanecía allí, el hijo se encontraba en la armada, de modo que la familia se componía del matrimonio, de dos hijas y de una francesa que desempeñaba el cargo de una especie de gobernanta, no obstante estar las jóvenes fuera de la edad de ser gobernadas. La mayor era tan alegre y tan viva que rayaba en el desenfreno, no carente de espíritu; pero apenas podía dar cinco pasos sin danzar tres contradanzas, así como en la conversación saltaba de un tema a otro, infatigable en su actividad. Yo mismo presencié cómo en el espacio de diez minutos hizo punto... leyó..., cantó..., bailó, y que en un momento lloró por el pobre primo que había quedado en el campo de batalla y aún con lágrimas en los ojos prorrumpió en una sonora carcajada, cuando la francesa echó sin querer la dosis de rapé en el hocico del faldero, que al punto comenzó a estornudar, y la vieja a lamentarse:«Ah,chefatalità!Ahcarino,poverino!»Acostumbraba a hablar al susodicho faldero sólo en italiano, pues era oriundo de Padua. Por lo demás, la señorita era la rubia más encantadora que podía imaginarse, y en todos sus extraños caprichos dominaba la amabilidad y la gracia, de manera que ejercía una fascinación irresistible, como sin querer. La hermana más joven, que se llamaba Adelgunda, ofrecía el ejemplo contrario. En vano trato de buscar palabras para expresarles el efecto maravilloso que causó en mí esta criatura la primera vez que la vi. Imaginen la figura más bella y el semblante más hermoso. Aunque una palidez mortal cubría sus mejillas, y su cuerpo se movía suavemente, despacio, con acompasado andar, y cuando una palabra apenas musitada salía de sus labios entreabiertos y resonaba en el amplio salón, se sentía uno estremecido por un miedo fantasmal. Pronto me sobrepuse a esta sensación de terror, y como pudiese entablar conversación con esta muchacha tan reservada, llegué a la conclusión de que lo raro y lo fantasmagórico de su figura sólo residía en su aspecto, que no dejaba traslucir lo más mínimo de su interior. De lo poco que habló la joven se dejaba traslucir una dulce feminidad, un gran sentido común y un carácter amable. No había huella de tensión alguna, así como la sonrisa dolorosa y la mirada empañada de lágrimas no eran síntoma de ninguna enfermedad física que pudiera influir en el carácter de esta delicada criatura. Me resultó muy chocante que toda la familia, incluso la vieja francesa, parecían inquietarse en cuanto la joven hablaba con alguien, y trataban de interrumpir la conversación, y, a veces, de manera muy forzada. Lo más raro era que, en cuanto daban las ocho de la noche, la joven primero era advertida 132 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ por la francesa y luego por su madre, por su hermana y por su padre, para que se retirase a su habitación, igual que se envía a un niño a la cama, para que no se canse, deseándole que duerma bien. La francesa la acompañaba, de modo que ambas nunca estaban a la cena que se servía a las nueve en punto. La Coronela, dándose cuenta de mi asombro, se anticipó a mis preguntas, advirtiéndome que Adelgunda estaba delicada, y que sobre todo al atardecer y a eso de las nueve se veía atacada de fiebre y que el médico había dictaminado que hacia esta hora, indefectiblemente, fuera a reposar. Yo sospeché que había otros motivos, aunque no tenía la menor idea. Hasta hoy no he sabido la relación horrible de cosas y acontecimientos que destruyó de un modo tan tremendo el círculo feliz de esta pequeña familia. Adelgunda era la más alegre y la más juvenil criatura que darse pueda. Se celebraba su catorce cumpleaños, y fueron invitadas una serie de compañeras suyas de juego. Estaban sentadas en un bello bosquecillo del jardín del palacio y bromeaban y se reían, ajenas a que iba oscureciendo cada vez más, a que las escondidas brisas de julio comenzaban a soplar y que se acababa la diversión. En la mágica penumbra del atardecer empezaron a bailar extrañas danzas, tratando de fingirse elfos y ágiles duendes: «Óiganme —gritó Adelgunda, cuando acabó por hacerse de noche en el boscaje—, óiganme, niñas, ahora voy a aparecerme como la mujer vestida de blanco, de la que nos ha contado tantas cosas el viejo jardinero que murió. Pero tienen que venir conmigo hasta el final del jardín, donde está el muro.» Nada más decir esto, se envolvió en su chal blanco y se deslizó ligerísima a través del follaje, y las niñas echaron a correr detrás de ella, riéndose y bromeando. Pero, apenas hubo llegado Adelgunda al arco medio caído se quedó petrifica- E.T.A. Hoffmann da y todos sus miembros paralizados. El reloj del palacio tocó las nueve: «¿No ven —exclamó Adelgunda con el tono apagado y cavernoso del mayor espanto—, no ven nada..., la figura... que está delante de mí? ¡Jesús! Extiende la mano hacia mí... ¿no la ven?» Las niñas no veían lo más mínimo, pero todas se quedaron sobrecogidas por el miedo y el terror. Echaron a correr, hasta que una que parecía la más valiente saltó hacia Adelgunda y trató de cogerla en sus brazos. Pero en el mismo instante Adelgunda se desplomó como muerta. A los gritos despavoridos de las niñas, todos los del palacio salieron apresuradamente. Cogieron a Adelgunda y la metieron dentro. Despertó al fin de su desmayo y refirió temblando que, apenas entró bajo el arco, vio ante ella una figura aérea, envuelta como en niebla, que le alargaba la mano. Como es natural, se atribuyó la aparición a la extraña confusión que produce la luz del anochecer. Adelgunda se recobró la misma noche, de tal modo, que no se temieron consecuencias algunas, y se dio el asunto por terminado. ¡Y, sin embargo, qué diferente fue! A la noche siguiente, apenas dieron las nueve campanadas, Adelgunda, presa de terror, en mitad de los amigos que la rodeaban, empezó a gritar: « ¡Ahí está, ahí está! ¿No la ven? ¡Ahí está, enfrente de mí!» Baste saber que desde aquella desgraciada noche, apenas sonaban las nueve, Adelgunda volvía a afirmar que la figura estaba delante de ella y permanecía algunos segundos, sin que nadie pudiese ver lo más mínimo, o por alguna sensación psíquica pudiese percibir la proximidad de un desconocido principio espiritual. La pobre Adelgunda fue tenida por loca, y la familia se avergonzó, por un extraño absurdo, del estado de la hija, de la hermana. De ahí aquel raro proceder, al que ya he hecho alusión. No faltaron 133 LITERATURA I / UAS-DGEP médicos ni medios para librar a la pobre niña de una idea fija, que así llamaban a la aparición, pero todo fue en vano, hasta que ella pidió, entre abundantes lágrimas, que la dejasen, pues la figura que se le aparecía con rasgos inciertos e irreconocibles, no tenía nada de terrorífico, y no le producía ya miedo; incluso tras cada aparición tenía la sensación de que en su interior se despojase de ideas y flotase como incorpórea, debido a lo cual padecía gran cansancio y se sentía enferma. Finalmente, la Coronela trabó conocimiento con un célebre médico, que estaba en el apogeo de su fama, por curar a los locos de manera sumamente artera (mediante ardides muy ingeniosos). Cuando la Coronela le confesó lo que le sucedía a la pobre Adelgunda, el médico se rió mucho y afirmó que no había nada más fácil que curar esta clase de locura, que tenía su base en una imaginación sobreexcitada. La idea de la aparición del fantasma estaba unida al toque de las nueve campanadas, de forma que la fuerza interior del espíritu no podía separarlo, y se trataba de romper desde fuera esta unión. Esto era muy fácil, engañando a la joven con el tiempo y dejando que transcurriesen las nueve, sin que ella se enterase. Si el fantasma no aparecía, ella misma se daría cuenta de que era una alucinación y, posteriormente, mediante medios físicos fortalecedores, se lograría la curación completa. ¡Se llevó a efecto el desdichado consejo! Aquella noche se atrasaron una hora todos los relojes del palacio, incluso el reloj cuyas campanadas resonaban sordamente, para que Adelgunda, cuando se levantase al día siguiente, se equivocase en una hora. Llegó la noche. La pequeña familia, como de costumbre, se hallaba reunida en un cuartito alegremente adornado, sin la compañía de extraños. La Coronela procuraba contar algo divertido, el Coronel empezaba, según costumbre cuando estaba de buen humor, a gastar bromas a la vieja francesa, ayudado por Augusta, la mayor de las señoritas. Todos reían y estaban alegres como nunca. El reloj de pared dio las ocho (y eran las nueve) y, pálida como la muerte, casi se desvaneció Adelgunda en su butaca... ¡la labor cayó de sus manos! Se levantó, entonces, el tenor reflejado en su semblante, y mirando fijamente el espacio vacío de la habitación, murmuró apagadamente con voz cavernosa: « ¿Cómo? ¿Una hora antes? ¡Ah! ¿No lo ven? ¿No lo ven? ¡Está frente a mí, justo frente a mí!» Todos se estremecieron de horror, pero como nadie viese nada, gritó la Coronela: « ¡Adelgunda! ¡Repórtate! No es nada, es un fantasma de tu mente, un juego de tu imaginación, que te engaña, no vemos nada, absolutamente nada. Si hubiera una figura ante ti, ¿acaso no la veríamos nosotros?... ¡Repórtate, Adelgunda, repórtate!» « ¡Oh, Dios...! ¡Oh, Dios mío —suspiró Adelgunda—, van a volverme loca! ¡Miren, extiende hacia mí el brazo, se acerca... y me hace señas!» Y como inconsciente, con la mirada fija e inmóvil, Adelgunda se volvió, cogió un plato pequeño que por casualidad estaba en la mesa, lo levantó en el aire y lo dejó... y el plato, como transportado por una mano invisible, circuló lentamente en torno a los presentes y fue a depositarse de nuevo en la mesa. La Coronela y Augusta sufrieron un profundo desmayo, al que siguió un ataque de nervios. El Coronel se rehízo, pero pudo verse en su aspecto trastornado el efecto profundo e intenso que le hizo aquel inexplicable fenómeno. La vieja francesa, puesta de rodillas, con el rostro hacia tierra, rezando, quedó libre como Adelgunda, de todas las funestas consecuencias. Poco tiempo después la Coronela murió. Augusta se sobrepuso a la enfermedad, pero hubiera sido mejor que muriese antes de quedar en el estado actual. Ella, que era la juventud en persona, como ya les describí al principio, se sumió en un estado de locura tal que me parece todavía más horrible y espeluznante que aquellos que están dominados por una idea fija. 134 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ Se imaginó que ella era aquel fantasma incorpóreo e invisible de Adelgunda, y rehuía a todos los seres humanos, o se escondía en cuanto alguien comenzaba a hablar o a moverse. Apenas se atrevía a respirar, pues creía firmemente que de aquel modo descubría su presencia y podía causar la muerte a cualquiera. Le abrían la puerta, le daban la comida, que escondía al tomarla, y así, ocultamente, hacía con todo. ¿Puede darse algo más penoso? El Coronel, desesperado y furioso, se alistó en la nueva campana de guerra. Murió en la batalla victoriosa de W... Es notable, muy notable, que desde aquella noche fatal, Adelgunda quedó libre del fantasma. Se dedica por entero a cuidar a su hermana enferma, y la vieja francesa la ayuda en esta tarea. Según me ha dicho hoy Silvestre, el tío de las pobres niñas, acaba de llegar para consultar con nuestro buen R... acerca del método curativo que debe emplearse con Augusta. ¡Quiera el Cielo facilitar esta improbable curación! Cipriano calló y también los amigos permanecieron en silencio. Finalmente, Lotario exclamó: « ¡Esta sí que es una condenada historia de fantasmas! ¡Pero no puedo negar que estoy temblando, a pesar de que todo el asunto del plato volante me parece infantil y de mal gusto!» «No tanto —interrumpió Ottomar—, no tanto, ¡querido Lotario! Bien sabes lo que pienso acerca de las historias de fantasmas, bien sabes que estoy en contra de todos los visionarios.» E.T.A. Hoffmann (1776-1822) ACTIVIDAD 4.2 1. Después de la lectura del cuento Historia de fantasmas de E. T. A. Hoffmann, redacta en media cuartilla tu nivel de impresión del cuento de E. T. A. Hoffmann? y, ¿porqué esa impresión? 2. Identifica todas las palabras que desconoces, en el cuento Historia de fantasmas y, busca el significado en un diccionario. 3. Comparte tus respuestas con los compañeros de grupo y descubrirán que cada uno experimenta sentimientos y emociones diferentes. ELEMENTOS DE ANÁLISIS DEL TEXTO NARRATIVO Antes de empezar con cada uno de los elementos que estructuran al texto narrativo, resulta necesario abordar el nivel de impresión y el nivel del léxico como uno de los primeros contactos que tiene el lector con la obra literaria, ya sea cuento o novela. Además de comprender al narrador, los personajes, el espacio, el tiempo y las figuras literarias como partes sustantivas de la obra en sí. • El nivel de la impresión, se refiere a la capacidad que posee cada uno de los lectores para conmoverse ante una obra literaria. En otras palabras, son los sentimientos y emociones experimentados al momento de leer o de hacernos de una historia. Para algunos lectores la 135 LITERATURA I / UAS-DGEP • obra puede ser muy emotiva y lo comunica con un sinfín de expresiones. Sin embargo, no para todos los lectores tienen la misma impresión, aún siendo la misma obra. En cambio, con el nivel del léxico, se indican aquellas palabras oscuras o desconocidas que aparecen en el texto literario. Estas entorpecen la lectura con vacíos que habrán de subsanarse realizando una consulta obligada al diccionario para completar el significado de la obra en sí. El Narrador Una de las características principales del texto narrativo es el narrador, considerado también como el sujeto de la enunciación en el discurso literario. A través de ésta, el autor/escritor delega la comunicación en un narrador, quien cuenta la historia, como el intermediario entre la historia y el receptor. El narrador se puede identificar de acuerdo a la participación que este tiene en el relato: • Cuando en el relato, el narrador sabe el pasado, presente y futuro de los personajes que aparecen dentro de la historia, decimos que es un narrador mayor que personaje (N>P). Este es como un Dios que se apodera de la conciencia, sabe lo que piensan y sienten los personajes, conoce los sentimientos y emociones antes de que sean manifestados por los personajes. A éste, también se le conoce como el narrador omnisciente y se manifiesta con la tercera persona Él. Poster manga de “el Príncipe Mestizo”. Un ejemplo de este tipo de narrador lo encontramos en El hombre muerto de Horacio Quiroga: El hombre intentó mover la cabeza en vano. Echó una mirada de reojo a la empuñadura del machete, húmeda aún del sudor de su mano. Apreció mentalmente la extensión y la trayectoria del machete dentro de su vientre, y adquirió fría, matemática e inexorable, la seguridad de que acababa de llegar al término de su existencia. • Cuando en el relato, el narrador aparece como un personaje más, decimos que es un narrador igual a personaje (N=P). Este nos da a conocer lo que sucede en el relato porque forma parte de la historia, es narrador y personaje al mismo tiempo. También se le llama narrador intradiegético y se manifiesta con la primera persona Yo. Un ejemplo de este tipo de narrador lo encontramos en Es que somos muy pobres de Juan Rulfo: Aquí todo va de mal en peor. La semana pasada se murió mi tía Jacinta, y el sábado, cuando ya la habíamos enterrado y comenzaba a bajársenos la tristeza, comenzó a llover como nunca. A mi papá eso le dio coraje, porque toda la cosecha de cebada estaba asoleándose en el solar. 136 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ • Otro caso, es el narrador menor que personaje (N<P), casi no es conocido, pues sólo se limita a contar lo que mira a su alrededor y sabe lo inmediato de los personajes. Un claro ejemplo lo encontramos en Aura de Carlos Fuentes, al final de esta unidad. LEES ESE ANUNCIO: UNA OFERTA DE ESA NATURALEZA no se hace todos los días. Lees y relees el aviso. Parece dirigido a ti, a nadie más. Distraído, dejas que la ceniza del cigarro caiga dentro de la taza de té que has estado bebiendo en este cafetín sucio y barato. Tú releerás. Se solicita historiador joven… LOS PERSONAJES En la historia de un cuento siempre están presentes los personajes, esos seres antropomórficos que adquieren cualidades propiamente humanas. En realidad, seres humanos, sobrenaturales, simbólicos, animales, e incluso objetos, de una obra literaria. El personaje es quien realiza la acción narrativa y viene definido por lo que hace (la tarea) y por cómo lo hace (los actos físicos) y caracterizado por una serie de atributos (nombre, edad, rasgos físicos, rasgos de carácter, etc.). De acuerdo con el semiólogo francés, Roland Barthes, los personajes son seres representados como seres humanos de papel cuyas acciones realizadas en la obra narrativa, ya sea, cuento, novela o cualquier otra forma de expresión narrativa, permiten clasificarlos. Aunque esta clasificación sólo responde a fines didácticos y a ciertas funciones que adoptan los personajes de manera regular durante el relato, convencidos de que tales definiciones son relativas y nunca agotarán la riqueza poPersonajes de los cómics de la Liga de la tencial de cualquier personaje. Sin duda, tales definiciones justicia. permiten identificar y clasificar a los personajes de una película, una serie de televisión e incluso de las telenovelas y comics de tu preferencia. 137 LITERATURA I / UAS-DGEP Tipos de personaje Se define como: Protagonista El personaje que aparece en el centro de la historia, como héroe o heroína, casi siempre, desde el principio hasta el final. Es el personaje principal de todo el relato y se caracteriza por ser bueno, inteligente, bello y dotado de un sinfín de cualidades que los demás carecen. Coprotagonista Un personaje que está al mismo nivel de importancia que el protagonista, aunque difiere en su caracterización. Antagonista El personaje que dificulta las acciones que realiza el protagónico a partir del conflicto que trata el relato y se caracteriza por ser el malo, el villano, el despiadado e insensible que no está conforme con lo que es y siempre desea ocupar el lugar del héroe. Secundario El personaje que aparece actuando al lado de protagonista, coprotagonista o del antagonista, apoyando los sucesos que afectan a uno o a otro. Incidental Un personaje que no es imprescindible para el relato, su participación es limitada o accesoria y está en relación con la descripción del espacio, del ambiente, o incluso del tiempo. No tiene una necesidad de vínculo con los personajes protagónicos o antagónicos. Narrador personaje El personaje que asume la voz del relato y aparece durante toda la historia, ya sea como protagonista, antagonista, personaje secundario, incidente o testigo Testigo Un personaje que juega el papel de observador sin tener una intervención directa en los acontecimientos de la historia, sin embargo, su función es importante ya que proporciona su propia versión de los acontecimientos de la historia. Santo, La Leyenda de Plata, cómic publicado en el 2004. 138 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ El Espacio Otro elemento importante es el espacio, este se refiere a la dimensión inherente al desarrollo de la trama, sin la cual el relato no sería posible. A través del espacio se despliegan los acontecimientos y los recorridos tanto del protagonista como de todos los demás personajes que intervienen en la historia. Todo relato se desarrolla en un lugar determinado o lugares, en este ocurren los sucesos y actúan los personajes como en la ciudad, un pueblo, la biblioteca, el cine, la iglesia, la escuela, un restaurante, etcétera. El Tiempo A través de la ruta del tiempo, se puede seguir el transcurso de los acontecimientos relatados, siguiendo las marcas verbales que hablan de minutos, horas, días, semanas o años. Con estas marcas se deduce el tiempo de la historia que equivale al tiempo transcurrido para los personajes dentro del relato, ya sea unas horas o algunos años. A diferencia, el tiempo del discurso se mide con el tiempo que tardamos en darle lectura al relato, ya sea algunos minutos o un par de horas. Las Figuras Literarias Las figuras literarias proveen de poética tanto al verso como a la prosa. En el relato aparecen con mayor frecuencia la descripción, el símil y la metáfora. Como se sabe, la descripción enumera las características sobresalientes de algo o de alguien que lo hace diferente a todo lo parecido. Mientras que el símil es la comparación establecida entre dos cosas semejantes. Por su parte, la metáfora es una comparación abreviada, asegura algo que en la realidad no es posible porque habla en sentido figurado. 139 LITERATURA I / UAS-DGEP Un pequeño homenaje para un grande entre los grandes Un cuento de Mario Benedetti LA NOCHE DE LOS FEOS Ambos somos feos. Ni siquiera vulgarmente feos. Ella tiene un pómulo hundido. Desde los ocho años, cuando le hicieron la operación. Mi asquerosa marca junto a la boca viene de una quemadura feroz, ocurrida a comienzos de mi adolescencia. Tampoco puede decirse que tengamos ojos tiernos, esa suerte de faros de justificación por los que a veces los horribles consiguen arrimarse a la belleza. No, de ningún modo. Tanto los de ella como los míos son ojos de resentimiento, que sólo reflejan la poca o ninguna resignación con que enfrentamos nuestro infortunio. Quizá eso nos haya unido. Tal vez unido no sea la palabra más apropiada. Me refiero al odio implacable que cada uno de nosotros siente por su propio rostro. Nos conocimos a la entrada del cine, haciendo cola para ver en la pantalla a dos hermosos cualesquiera. Allí fue donde por primera vez nos examinamos sin simpatía pero con oscura solidaridad; allí fue donde registramos, ya desde la primera ojeada, nuestras respectivas soledades. En la cola todos estaban de a dos, pero además eran auténticas parejas: esposos, novios, amantes, abuelitos, vaya uno a saber. Todos —de la mano o del brazo— tenían a alguien. Sólo ella y yo teníamos las manos sueltas y crispadas. Nos miramos las respectivas fealdades con detenimiento, con insolencia, sin curiosidad. Recorrí la hendidura de su pómulo con la garantía de desparpajo que me otorgaba mi mejilla encogida. Ella no se sonrojó. Me gustó que fuera dura, que devolviera mi inspección con una ojeada minuciosa a la zona lisa, brillante, sin barba, de mi vieja quemadura. Por fin entramos. Nos sentamos en filas distintas, pero contiguas. Ella no podía mirarme, pero yo, aun en la penumbra, podía distinguir su nuca de pelos rubios, su oreja fresca bien formada. Era la oreja de su lado normal. Durante una hora y cuarenta minutos admiramos las respectivas bellezas del rudo héroe y la suave heroína. Por lo menos yo he sido siempre capaz de admirar lo lindo. Mi animadversión la reservo para mi rostro y a veces para Dios. También para el rostro de otros feos, de otros espantajos. Quizá debería sentir piedad, pero no puedo. La verdad es que son algo así como espejos. A veces me pregunto qué suerte habría corrido el mito si Narciso hubiera tenido un pómulo hundido, o el ácido le hubiera quemado la mejilla, o le faltara media nariz, o tuviera una costura en la frente. La esperé a la salida. Caminé unos metros junto a ella, y luego le hablé. Cuando se detuvo y me miró, tuve la impresión de que vacilaba. La invité a que charláramos un rato en un café o una confitería. De pronto aceptó. La confitería estaba llena, pero en ese momento se desocupó una mesa. A medida que pasábamos entre la gente, quedaban a nuestras espaldas las señas, los gestos de asombro. Mis antenas están particularmente adiestradas para captar esa curiosidad enfermiza, ese inconsciente sadismo de los que 140 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ tienen un rostro corriente, milagrosamente simétrico. Pero esta vez ni siquiera era necesaria mi adiestrada intuición, ya que mis oídos alcanzaban para registrar murmullos, tosecitas, falsas carrasperas. Un rostro horrible y aislado tiene evidentemente su interés; pero dos fealdades juntas constituyen en sí mismas un espectáculos mayor, poco menos que coordinado; algo que se debe mirar en compañía, junto a uno (o una) de esos bien parecidos con quienes merece compartirse el mundo. Nos sentamos, pedimos dos helados, y ella tuvo coraje (eso también me gustó) para sacar del bolso su espejito y arreglarse el pelo. Su lindo pelo. “¿Que está pensando?”, le pregunté. Ella guardó el espejo y sonrió. El pozo de la mejilla cambió de forma. “Un lugar común”, dijo. “Tal para cual”. Hablamos largamente. A la hora y media hubo que pedir dos cafés para justificar la prolongada permanencia. De pronto me di cuenta de que tanto ella como yo estábamos hablando con una franqueza tan hiriente que amenazaba traspasar la sinceridad y convertirse en un casi equivalente de la hipocresía. Decidí tirarme a fondo. “Usted se siente excluida del mundo, ¿verdad?” “Sí”, dijo, todavía mirándome. “Usted admira a los hermosos, a los normales. Usted quisiera tener un rostro tan equilibrado como esa muchachita que está a su derecha, a pesar de que usted es inteligente, y ella, a juzgar por su risa, irremisiblemente estúpida.” “Sí.” Por primera vez no pudo sostener mi mirada. “Yo también quisiera eso. Pero hay una posibilidad, ¿sabe?, de que usted y yo lleguemos a algo.” “¿Algo cómo qué?” “Como querernos, caramba. O simplemente congeniar. Llámele como quiera, pero hay una posibilidad.” Ella frunció el ceño. No quería concebir esperanzas. “Prométame no tomarme como un chiflado.” “Prometo.” “La posibilidad es meternos en la noche. En la noche íntegra. En lo oscuro total. ¿Me entiende?” “No.” “¡Tiene que entenderme! Lo oscuro total. Donde usted no me vea, donde yo no la vea. Su cuerpo es lindo, ¿no lo sabía?” Se sonrojó, y la hendidura de la mejilla se volvió súbitamente escarlata. “Vivo solo, en un apartamento, y queda cerca.” Levantó la cabeza y ahora sí me miró preguntándome, averiguando sobre mí, tratando desesperadamente de llegar a un diagnóstico. “Vamos”, dijo. No sólo apagué la luz sino que además corrí la doble cortina. A mi lado ella respiraba. Y no era una respiración afanosa. No quiso que la ayudara a desvestirse. Yo no veía nada, nada. Pero igual pude darme cuenta que ahora estaba inmóvil, a la espera. Estiré cautelosamente una mano, hasta hallar su pecho. Mi tacto me transmitió una versión estimulante, poderosa. Así vi su vientre, su sexo. Sus manos también me vieron. En ese instante comprendí que debía arrancarme (y arrancarla) de aquella mentira que yo mismo había fabricado. O intentado fabricar. Fue como un relámpago. No éramos eso. No éramos eso. Tuve que recurrir a todas mis reservas de coraje, pero lo hice. Mi mano ascendió lentamente hasta su rostro, encontró el surco de horror, y empezó una lenta, convincente y convencida caricia. En 141 LITERATURA I / UAS-DGEP realidad mis dedos (al principio un poco tembloroso, luego progresivamente sereno) pasaron muchas veces sobre sus lágrimas. Entonces, cuando yo menos lo esperaba, su mano también llegó a mi cara, y pasó y repasó el costurón y el pellejo liso, esa isla sin barba de mi marca siniestra. Lloramos hasta el alba. Desgraciados y felices. Luego me levanté y descorrí la cortina doble. Mario Benedetti (1920-2009) ACTIVIDAD 4.3 1. Después de la lectura de La noche de los feos de Mario Benedetti, identifica los siguientes elementos: Narrador Los personajes y su clasificación Los espacios El tiempo de la historia Figuras literarias predominantes 2. Realiza un listado de las semejanzas de las características particulares de los feos. 3. Del cuento escrito por Mario Benedetti, extrae las marcas verbales de tiempo y dibuja los lugares recorridos por los protagonistas. 4. Inventa un final distinto al escrito por el autor. 5. Escribe una carta a los personajes protagónicos. 142 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ ESTRUCTURA NARRATIVA DEL CUENTO La historia o argumento en el cuento El cuento moderno, producido como género autónomo a partir del siglo XIX, puede definirse como una narración relativamente breve, cuya estructura desarrolla de manera simultánea dos dimensiones intencionales: la historia y la trama. Ambas confirman la estructura narrativa. La historia puede considerarse semejante al término argumento. Por lo general, el argumento se refiere sólo a la síntesis o resumen de lo contado. En tanto que la historia, consiste en la articulación u ordenamiento del material narrado conforme a una dimensión lógica que permite reconocer con facilidad las secuencias básicas, en los siguientes momentos narrativos elementales: Momentos narrativos del cuento A. Principio o situación inicial Se presenta a los personaljes y el conflicto C. Desarrollo del conflicto y/o establecimiento de un nuevo B. Ruptura del equilibrio o colnflicto Se resuelve el conflicto y se presentan nuevos para mantener el indicio D. Desenlace o resolución Se cierran todos los rgumentos o conflictos Aunque otra dimensión complementaria e indispensable de la estructura narrativa está constituida por la trama, la cual comprende la disposición de los acontecimientos de acuerdo con el orden de presentación de los eventos que el narrador elige. De hecho, el relato se presenta conforme a la disposición que el narrador ha dado a las secuencias básicas. Así, el narrador puede elegir primero el conflicto, luego el desenlace, y al último la situación inicial para explicar desde ésta el desenlace. EL AMBIENTE EN EL CUENTO El ambiente o atmósfera se refiere a la condición que une e identifica la especificidad del significado del relato o de algunas partes (secuencias) de éste. Por esa razón, mediante el conjunto de efectos de sentido del relato se produce un ambiente o atmósfera de alegría, misterio, pesar, tristeza o duelo. Un ambiente festivo, desbordado, emotivo, sombrío o irónico, entre las múltiples posibilidades que implica cada narración. Al final, el ambiente puede vincularse con el tono emotivo que el relato manifiesta a través de la voz del narrador y mediante aquél contribuir a conformar la atmósfera o el ambiente en ciertas secuencias de la narración o en toda ella. 143 LITERATURA I / UAS-DGEP ELEMENTOS SOCIOECONÓMICOS DEL TEXTO NARRATIVO Para conocer aún más la obra literaria, en este caso el cuento, es importante abordar la temática y la época histórica de producción de la obra en sí. Para ello, es necesario identificar algunas marcas que aparecen diseminadas en el relato, éstas permitirán determinar, en parte, el contexto de producción. Las marcas o signos se refieren al nivel de los elementos socioeconómicos, que comprende, al mismo nivel socioeconómico, como al histórico, político—religioso, cultural y psicológico, como se explican en el cuadro siguiente: Nivel de los elementos… Socio-económicos Históricos Político y religioso Cultural Psicológico Características Se hace referencia a todos aquellos signos (casa, auto, viajes, ropa, alhajas, hospital, escuela, entre otros) que permiten determinar las condiciones y/o situación social y económica que viven los personajes en la obra. Con éstos se deduce si son pobres o ricos, clase media o alta, de acuerdo a una jerarquía social. Se hace referencia a fechas, movimientos sociales, algún instrumento o aparato usado en tal época. Esta marca puede aparecer en una placa de automóvil, un calendario, una fiesta tradicional, por mencionar algunos. Se refiere a los signos que dan cuenta de la situación o preferencias político/ religiosas que viven los personajes en la obra. Se puede identificar por los santos que se nombran, la oración, la iglesia, la encomienda, e ideas políticas predominantes. En este se identifica parte del nivel cognitivo de los personajes, se puede determinar por el manejo de datos de cultura general, como la lectura de un libro, interpretación de mapas, ejecución de un instrumento musical, recitar un poema o frase célebre, entre otros. Hace referencia a los sentimientos y conductas que experimentan los personajes en la historia. Se pueden identificar por las palabras: tristeza, lloró, enamorado, enfurecido, en su soledad, alegría, agresivo, etc.… En cuanto a los datos del autor, éstos son importantes para adquirir una mayor comprensión de la obra literaria. Para ello, es necesario conocer algo de la vida del escritor, como los datos personales, el nombre de otros escritos y los gustos o preferencias que puedan definir cómo era o es el autor. Con estos datos se comprenderá el tipo de personajes y el ambiente creado por el artista, al tomar de su realidad lo sensible para plasmarlo en su obra de arte. 144 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ ES QUE SOMOS MUY POBRES Aquí todo va de mal en peor. La semana pasada se murió mi tía Jacinta, y el sábado, cuando ya la habíamos enterrado y comenzaba a bajársenos la tristeza, comenzó a llover como nunca. A mi papá eso le dio coraje, porque toda la cosecha de cebada estaba asoleándose en el solar. Y el aguacero llegó de repente, en grandes olas de agua, sin darnos tiempo ni siquiera a esconder aunque fuera un manojo; lo único que pudimos hacer, todos los de mi casa, fue estarnos arrimados debajo del tejaban, viendo cómo el agua fría que caía del cielo quemaba aquella cebada amarilla tan recién cortada. Y apenas ayer, cuando mi hermana Tacha acababa de cumplir doce años, supimos que la vaca que mi papá le regaló para el día de su santo se la había llevado el río El río comenzó a crecer hace tres noches, a eso de la madrugada. Yo estaba muy dormido y, sin embargo, el estruendo que traía el río al arrastrarse me hizo despertar en seguida y pegar el brinco de la cama con mi cobija en la mano, como si hubiera creído que se estaba derrumbando el techo de mi casa. Pero después me volví a dormir, porque reconocí el sonido del río y porque ese sonido se fue haciendo igual hasta traerme otra vez el sueño. Cuando me levanté, la mañana estaba llena de nublazones y parecía que había seguido lloviendo sin parar. Se notaba en que el ruido del río era más fuerte y se oía más cerca. Se olía, como se huele una quemazón, el olor ha podrido del agua revuelta. A la hora en que me fui a asomar, el río ya había perdido sus orillas. Iba subiendo poco a poco por la calle real, y estaba metiéndose a toda prisa en la casa de esa mujer que le dicen laTambora. El chapaleo del agua se oía al entrar por el corral y al salir en grandes chorros por la puerta.LaTamboraiba y venía caminando por lo que era ya un pedazo de río, echando a la calle sus gallinas para que se fueran a esconder a algún lugar donde no les llegara la corriente. Y por el otro lado, por donde está el recodo, el río se debía de haber llevado, quién sabe desde cuándo, el tamarindo que estaba en el solar de mi tía Jacinta, porque ahora ya no se ve ningún tamarindo. Era el único que había en el pueblo, y por eso nomás la gente se da cuenta de que la creciente esta que vemos es la más grande de todas las que ha bajado el río en muchos años. Mi hermana y yo volvimos a ir por la tarde a mirar aquel amontonadero de agua que cada vez se hace más espesa y oscura y que pasa ya muy por encima de donde debe estar el puente. Allí nos estuvimos horas y horas sin cansarnos viendo la cosa aquella. Después nos subimos por la barranca, porque queríamos oír bien lo que decía la gente, pues abajo, junto al río, hay un gran ruidazal y sólo se ven las bocas de muchos que se abren y se cierran y como que quieren decir algo; pero no se oye nada. Por eso nos subimos por la barranca, donde también hay gente mirando el río y contando los perjuicios que ha hecho. Allí fue donde supimos que el río se había llevado a laSerpentina, la vaca esa que era de mi hermana Tacha porque mi papá se la regaló para el día de su cumpleaños y que tenía una oreja blanca y otra colorada y muy bonitos ojos. No acabo de saber por qué se le ocurriría a laSerpentina pasar el río este, cuando sabía que no era el mismo río que ella conocía de a diario. LaSerpentina nunca fue tan atarantada. Lo más seguro es que ha de haber venido dormida para dejarse matar así nomás por 145 LITERATURA I / UAS-DGEP nomás. A mí muchas veces me tocó despertarla cuando le abría la puerta del corral porque si no, de su cuenta, allí se hubiera estado el día entero con los ojos cerrados, bien quieta y suspirando, como se oye suspirar a las vacas cuando duermen. Y aquí ha de haber sucedido eso de que se durmió. Tal vez se le ocurrió despertar al sentir que el agua pesada le golpeaba las costillas. Tal vez entonces se asustó y trató de regresar; pero al volverse se encontró entreverada y acalambrada entre aquella agua negra y dura como tierra corrediza. Tal vez bramó pidiendo que le ayudaran. Bramó como sólo Dios sabe cómo. Yo le pregunté a un señor que vio cuando la arrastraba el río si no había visto también al becerrito que andaba con ella. Pero el hombre dijo que no sabía si lo había visto. Sólo dijo que la vaca manchada pasó patas arriba muy cerquita de donde él estaba y que allí dio una voltereta y luego no volvió a ver ni los cuernos ni las patas ni ninguna señal de vaca. Por el río rodaban muchos troncos de árboles con todo y raíces y él estaba muy ocupado en sacar leña, de modo que no podía fijarse si eran animales o troncos los que arrastraba. Nomás por eso, no sabemos si el becerro está vivo, o si se fue detrás de su madre río abajo. Si así fue, que Dios los ampare a los dos. La apuración que tienen en mi casa es lo que pueda suceder el día de mañana, ahora que mi hermana Tacha se quedó sin nada. Porque mi papá con muchos trabajos había conseguido a laSerpentina, desde que era una vaquilla, para dársela a mi hermana, con el fin de que ella tuviera un capitalito y no se fuera a ir de piruja como lo hicieron mis otras dos hermanas, las más grandes. Según mi papá, ellas se habían echado a perder porque éramos muy pobres en mi casa y ellas eran muy retobadas. Desde chiquillas ya eran Juan Rulfo rezongonas. Y tan luego que crecieron les dio por andar con hombres de lo peor, que les enseñaron cosas malas. Ellas aprendieron pronto y entendían muy bien los chiflidos, cuando las llamaban a altas horas de la noche. Después salían hasta de día. Iban cada rato por agua al río y a veces, cuando uno menos se lo esperaba, allí estaban en el corral, revolcándose en el suelo, todas encueradas y cada una con un hombre trepado encima. Entonces mi papá las corrió a las dos. Primero les aguantó todo lo que pudo; pero más tarde ya no pudo aguantarlas más y les dio carrera para la calle. Ellas se fueron para Ayutla o no sé para dónde; pero andan de pirujas. Por eso le entra la mortificación a mi papá, ahora por la Tacha, que no quiere vaya a resultar como sus otras dos hermanas, al sentir que se quedó muy pobre viendo la falta de su vaca, viendo que ya no va a tener con qué entretenerse mientras le da por crecer y pueda casarse con un hombre bueno, que la pueda querer para siempre. Y eso ahora va a estar difícil. Con la vaca era distinto, pues no hubiera faltado quién se hiciera el ánimo de casarse con ella, sólo por llevarse también aquella vaca tan bonita. La única esperanza que nos queda es que el becerro esté todavía vivo. Ojalá no se le haya ocurrido pasar el río detrás de su madre. Porque si así fue, mi hermana Tacha está tantito así de retirado de hacerse piruja. Y mamá no quiere. Mi mamá no sabe por qué Dios la ha castigado tanto al darle unas hijas de ese modo, cuando en su familia, desde su abuela para acá, nunca ha habido gente mala. Todos fueron criados en el temor de Dios y eran muy obedientes y no le cometían irreverencias a nadie. Todos fueron por el estilo. Quién sabe de dónde les vendría a ese par de hijas suyas aquel mal ejemplo. Ella no se acuerda. Le da vueltas a todos sus recuerdos y no ve claro dónde estuvo su mal o el pecado de nacerle una hija tras otra con 146 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ la misma mala costumbre. No se acuerda. Y cada vez que piensa en ellas, llora y dice: “Que Dios las ampare a las dos.” Pero mi papá alega que aquello ya no tiene remedio. La peligrosa es la que queda aquí, la Tacha, que va como palo de ocote crece y crece y que ya tiene unos comienzos de senos que prometen ser como los de sus hermanas: puntiagudos y altos y medio alborotados para llamar la atención. —Sí —dice—, le llenará los ojos a cualquiera dondequiera que la vean. Y acabará mal; como que estoy viendo que acabará mal. Ésa es la mortificación de mi papá. Y Tacha llora al sentir que su vaca no volverá porque se la ha matado el río. Está aquí a mi lado, con su vestido color de rosa, mirando el río desde la barranca y sin dejar de llorar. Por su cara corren chorretes de agua sucia como si el río se hubiera metido dentro de ella. Yo la abrazo tratando de consolarla, pero ella no entiende. Llora con más ganas. De su boca sale un ruido semejante al que se arrastra por las orillas del río, que la hace temblar y sacudirse todita, y, mientras, la creciente sigue subiendo. El sabor a podrido que viene de allá salpica la cara mojada de Tacha y los dos pechitos de ella se mueven de arriba abajo, sin parar, como si de repente comenzaran a hincharse para empezar a trabajar por su perdición. Juan Rulfo (1918-1986) 147 LITERATURA I / UAS-DGEP ACTIVIDAD 4.5 1. Identifica cada uno de los elementos de análisis en el cuento Es que somos muy pobres de Juan Rulfo. 2. Realiza una primera lectura completa del texto, después de esta elabora el nivel de impresión, argumentación e interpretación. 3. En una segunda lectura, identifica las marcas y/o elementos que determinan el léxico, narrador, personajes, espacio, tiempo, figuras y elementos socioeconómicos. Toma en cuenta el siguiente ejemplo y aprovecha la simbología o los marca textos de colores que se te faciliten, puede ser una u otra: Simbología para el análisis Color Significa Léxico Narrador Personajes Espacio Tiempo Figuras Literarias Elementos socioeconómicos Signo L N P E T FL Ese TyE T T Aquí todo va de mal en peor. La semana pasada se murió mi tía Jacinta, y el sábado, FL cuando ya la habíamos enterrado y comenzaba a bajársenos la tristeza, comenzó a llover N P Ese como nunca. A mi papá eso le dio coraje, porque toda la cosecha de cebada estaba E y Ese FL asoleándose en el solar. Y el aguacero llegó de repente, en grandes olas de agua, sin FL y L darnos tiempo ni siquiera a esconder aunque fuera un manojo; lo único que pudimos hacer, P N E FL LyE todos los de mi casa, fue estarnos arrimados debajo del tejabán, viendo cómo el agua fría FL FL que caía del cielo quemaba aquella cebada amarilla tan recién cortada. 148 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ • A continuación, extrae cada uno de los elementos identificados y responde el siguiente cuadro. Niveles de lectura De impresión De argumentación De interpretación. De léxico Del narrador De los personajes De espacio De tiempo De las figuras retóricas De los elementos socioeconómicos. De los datos de autor De conclusión Niveles de lectura de un texto narrativo Responde a la pregunta ¿Qué sentimientos o emociones me provoca la lectura de Es que somos muy pobres? ¿De qué trata el texto Es que somos muy pobres? ¿Qué es lo que quiere decirme Juan Rulfo con el relato Es que somos muy pobres? ¿Qué palabras no conozco del texto Es que somos muy pobres? Consulta su significado en un diccionario. ¿Cuál es el tipo de narrador que aparece en la historia del texto Es que somos muy pobres? Extrae algunos enunciados que den cuenta de éste. Clasifica a cada uno de los personajes que participan en el cuento, de acuerdo a la tabla de los personajes. ¿Cómo es el personaje protagónico? ¿Qué es lo que hace el personaje antagónico? ¿Cuál son los lugares donde se desenvuelven los personajes de la historia? Elabora un croquis o mapa representativo de los espacios donde actúan los personajes de Es que somos muy pobres. ¿Cuál es el tiempo de la historia? Extrae algunas marcas de tiempo representativas del relato y elabora un cronograma de tiempo donde se evidencie donde empieza y termina la historia. ¿Cuál es el tiempo del discurso? ¿Cuáles son las figuras literarias que más utiliza el autor para hacer más significativo el texto Es que somos muy pobres? Extrae del texto tres ejemplos de metáfora y símil. ¿Cuál es el nivel social, religioso, cultural y económico de los personajes en el relato? Extrae del texto aquellas marcas que den cuenta de cada nivel. ¿Quién fue Juan Rulfo? Investiga en una enciclopedia o en internet los datos biográficos de Juan Rulfo. ¿Qué opinión o comentario harías al cuento Es que somos muy pobres de Juan Rulfo? 149 LITERATURA I / UAS-DGEP TARDE DE AGOSTO Nunca vas a olvidar esa tarde de agosto. Tienes catorce años y estás en Secundaria. De lunes a viernes el trabajo de tu madre te obliga a comer en casa de su hermano. Es hosco, te hace sentir intruso y exige un pago mensual por tus alimentos. Sin embargo, todo lo compensa la presencia de Julia. Tu prima estudia Ciencias Químicas, te ayuda en las materias más difíciles de la Secundaria, te presta discos. Es la única que te toma en cuenta. Piensas: Julia no puede amarme. Nos separan seis años y el ser primos hermanos. Un día te presenta a un compañero de la Universidad, el primer novio a quien se permite visitarla en su casa. Pedro te desprecia y te considera un estorbo. Destruye tu relación con Julia. Ahora no tiene tiempo de vigilar tus tareas. No sientes rencor hacia ella, te limitas a odiar a Pedro. Aquella tarde en que Julia cumple veinte años Pedro la invita a pasear por los alrededores de la ciudad. Te ordenan acompañarlos. Suben al coche. Te hundes en el asiento posterior. Julia se reclina en el hombro de Pedro. El la abraza y conduce con la izquierda. La música trepida en la radio del automóvil. El sol te José Emilio Pacheco parece una ofensa más. Para no ver que Julia besa a Pedro y se deja acariciar, miras los árboles a orillas de la carretera. Se detienen ante el convento perdido en la soledad de la montaña. Bajas con ellos y caminan por corredores y galerías desiertas. Se hablan y escuchan (ellos, no tú) en los huecos de una capilla que transmite susurros de una esquina a otra. Y mientras Julia y Pedro pasean por los jardines, tú, que no tienes nombre y no eres nadie, inscribes en la pared cubierta de moho: Julia,19deagosto,1954. Salen de las ruinas del monasterio, se internan en el bosque húmedo, bajan hasta un arroyo de aguas heladas. Un letrero prohíbe cortar flores y molestar a los animales. El bosque es un parque nacional. Quien desobedezca recibirá su castigo. Julia descubre una ardilla en la punta de un árbol. Me gustaría llevármela, dice. Las ardillas no se dejan atrapar, contesta Pedro, y si alguien lo intenta hay guardabosques para impedirlo y encarcelar a quien se atreva. Yo la agarro, aseguras sin pensarlo, y te subes al árbol a pesar de que Julia quiere detenerte. La corteza hiere tus manos, la resina te hace resbalar. La ardilla asciende aún más alto. La sigues hasta poner los pies en una rama. Miras hacia abajo y ves acercar— se al guardabosques y a Pedro que se pone a darle conversación. Julia intenta no traicionarte con la vista. Pedro tampoco te delata: se propone algo más cruel. Retiene al guardabosque con pregunta tras pregunta, lo deja hablar y hablar de sí mismo, quejarse de los paseantes y de lo poco que gana. Así te impide el triunfo y prolonga tu humillación. Han pasado diez o quince minutos. La rama empieza a ceder bajo tu peso. Sientes miedo de caer desde esa altura y morir ante Julia o romperte los huesos y quedar inválido para siempre. Atrapado por Pedro, el guardabosque no se va. La ardilla te desafía a medio metro de la rama crujiente. Enseguida baja por el tronco y corre a perderse en el bosque. Julia se ha soltado a llorar, lejos del guardabosque y de la ardilla. Al fin el guardabosque se despide y vuelve al convento. Entonces bajas muerto de miedo, pálido, torpe, humillado, con lágrimas. Pedro se ríe de ti. Julia lo llama estúpido. 150 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ Suben otra vez al automóvil. Julia no se deja abrazar y nadie habla una palabra. Bajas en cuanto llegan a la ciudad, caminas sin rumbo muchas horas y al llegar le cuentas a tu madre lo que ocurrió en el bosque. Nunca olvidarás esa tarde de agosto. Esa tarde, la última en que viste a Julia. José Emilio Pacheco (N. 1939) ACTIVIDAD 4.6 1. Identifica el tipo de narrador que aparece en el relato Tarde de agosto. 2. Cuenta las actividades realizadas por el protagonista del cuento. 3. Extrae las palabras que no comprendas y consulta el diccionario. 4. Describe cómo es el lugar donde se desenvuelven los personajes del cuento escrito por José Emilio Pacheco. 5. Identifica y recrea la época de este cuento. LA NOVELA Se puede considerar a la novela como una forma de narración regularmente más extensa que el cuento porque en ésta, el narrador va presentando las imágenes de un mundo complejo y habitado por personajes muy reales, de tal manera que el lector se siente uno de ellos. El propósito principal de la novela consiste en la exposición de sucesos reales, en lugar de acontecimientos imaginarios. La novela tiene una aparición muy tardía en la literatura griega y se entiende por esta a toda narración, oral o escrita, en prosa o en verso, de casos inventados, ya sea que se inventen con plena conciencia, ya sea que se imaginen o se sueñen por unos hombres de un modo espontáneo e inconsciente, y por otros se crean verdaderas y reales. En ésta se tratan asuntos o acontecimientos propiamente humanos, así como las conquistas bienhechoras o destructoras, la emigración de los pueblos, la fundación de ciudades, reinos o repú- 151 Don Quijote de la Mancha (ortografía y título original —1605—, El ingenioso hidalgo Don Quixote de la Mancha) es una de las obras cumbres de la literatura española y de la literatura universal, el libro más traducido después de la Biblia, escrito por Miguel de Cervantes. LITERATURA I / UAS-DGEP blicas; los viajes por mar y por tierra en un mundo apenas conocido, donde la imaginación ponía lo que el entendimiento ignoraba. Todo, engrandecido a poco de suceder y, a veces a la par de que sucedía, sin que nadie lo escribiese, trasmitiéndose y creciendo al pasar de boca en boca, y conservándose a menudo en la memoria y a merced a la palabra se convertía en cuento, fábula, o novela. Antecedentes históricos de la novela Históricamente, se ha citado a La Ilíada y La Odisea como las precursoras de la novela. Ésta más tarde fue adaptada por la tradición cortesana medieval, hasta llegar a las creaciones de ambiente histórico. De allí surgió la novela contemporánea, recreadora de ambientes a través de un efecto lento, dilatado y acumulativo. La palabra novella fue empleada por Boccaccio en su prosa italiana. Durante la Edad Media, la mayoría de las novelas tratan temas predominantemente religiosos y dan lugar a las novelas caballerescas como son Amadís de Gaula y El caballero Cifar. En España, El Cantar del mío Cid fue considerado un poema épico y más tarde fue reconocido como un relato histórico— novelesco. La novela picaresca o autobiográfica conforma un subgénero novelístico a través del cual se desarrolla la sátira realista. El lazarillo de Tormes, de autor anónimo es un claro ejemplo de la novela picaresca. Mientras que El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes Saavedra, se ha considerado como la primer novela y obra maestra de la literatura universal, publicada en 1605. No obstante, es hasta el siglo XX, cuando la novela genera una producción más intensa porque escritores franceses, alemanes, austriacos, ingleses, estadounidenses, checos, británicos, colombianos y mexicanos produjeron una gran variedad de novelas, cada uno con sus temáticas particulares y trascendentales. Tipología de la novela Actualmente, existe una gran cantidad de novelas de todos los tipos y se considera a ésta como un subgénero proteico (cambiante) que presenta a lo largo de la historia múltiples formas y puntos de vista. Por ello, en la clasificación de la novela se deben tomar en cuenta los diversos criterios propuestos, como aparecen en el siguiente cuadro: 152 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ Criterio tomado en cuenta Se clasifica en Por el tono que se resalta en Novela Satírica la obra. Novela Humorística Novela Didáctica Por la forma o estructura Autobiográfica que predomina en la obra. Epistolar Dialogada Ligera Según el público al que lle- Novela trivial gue o el modo de distribu- Superventas o “best-seción de la obra. ller” Novela por entregas o novela folletinesca De acuerdo al contenido De aventuras que trate la obra. De caballería De ciencia ficción Cortesana Costumbrista Fantástica Histórica Pastoril Policial o policiaca Romántica o sentimental. Social De terror Westerns o de vaqueros Por el estilo de la obra. Realista Naturalista Existencialista Por el argumento que se de- Psicológica fienda en la obra. Novela de tesis Novela testimonio Característica Se centra más en el objetivo o intención de autor. Su finalidad es dar a conocer algo, hacer saber de cierto hecho e historia. Su propósito es satisfacer la demanda de un público lector. Su intención es dar cuenta de un acontecimiento u época histórica; cuida mucho los datos que le dan sustento de veracidad a la obra. En este criterio se cuidan muchos los elementos que le dan vida a la obra. Trata asuntos cercanos a las situaciones que vive el hombre. Se basa en los problemas internos del hombre (el subconsciente) y su repercusión o efecto social. Dentro de estos criterios encajan las obras de Miguel de Cervantes Saavedra, Víctor Hugo, Charles Dickens, Fedor Dostoievski, Juan Valera, Agatha Christie, Conan Doyle, Julio Verne, Alexandre Dumas, Emilio Salgari y muchos otros grandes autores que conforman una lista interminable de gustos y estilos orientados a satisfacer a los más exigentes lectores. La novela seleccionada para este apartado es Aura de Carlos Fuentes, esperando sea de tu agrado. Esperemos que con el apoyo de tu maestro te puedas hacer de la lectura de esta novela y muchas otras que pueden adquirir como grupo escolar de lectura. 153 LITERATURA I / UAS-DGEP aCTIVIDAD 4.7 • A partir de la lectura de la novela Aura, responde a la siguiente actividad: 1. Como se puede notar, Carlos Fuentes divide a Aura en cinco capítulos o apartados, diferenciados porque inician la primera línea con letras mayúsculas. 2. Identifica cada uno de los capítulos que se presentan y llena el cuadro siguiente: ¿Cuál es el conflicto o argumento que se presenta? Capítulos o apartados Lees ese anuncio: La anciana sonreira, Lees esa misma noche los papeles amarillos, Sabes, al cerrar de nuevo el folio, Duermes cansado, insatisfecho. 3. Encierra todas las palabras que te indican tiempo en la novela Aura de Carlos Fuentes, del primer capítulo, y numéralas en una lista a medida que aparecen en el relato. Traza una línea horizontal y divídela en tres partes que serán pasado, presente y futuro. Debajo de la línea anota los números en el orden de la lista y arriba de cada número y marca, dibuja la acción realizada en cada tiempo. Al término obtendrás un mapa cronológico de la novela. Dibújalo en una cartulina. Elementos de análisis de la novela Para el análisis de la novela es necesario identificar los elementos que la integran y son los mismos que componen al cuento, aunque la novela sea un relato extenso a diferencia del cuento, el cual es considerado como relato corto. Por ello, la novela emplea los mismos componentes básicos del cuento, en cuanto a: nivel de la impresión, nivel del léxico, narrador, personajes, espacio, tiempo, nivel socio-económico, figuras literarias y datos del autor. En este mismo sentido, la novela por su extensión, incluye a más personajes que el cuento y relata un mayor número de sucesos o acciones, en diferentes ambientes o situaciones. Incluso, a lo largo de la novela se tratan diferentes argumentos, los cuales se van cerrando y completando conforme avanza la historia. 154 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ Estructura narrativa de la novela En la novela se narra una historia extensa, dilatada y de múltiples efectos acumulativos, cuyos acontecimientos se configuran en el tiempo desde el principio hasta el fin, pasando necesariamente por el conflicto, su desarrollo y desenlace, consideradas como las secuencias básicas de la novela, como es el caso del cuento o relato breve. De igual manera, tanto las novelas escritas como las de radio y televisión se presentan en capítulos, con una secuencia de orden estructural, como se presenta en la tabla inferior: Orden estructural Secuencia de Orden básico Primer capítulo Conflicto Capítulos subsecuentes Desarrollo Último capítulo Desenlace Contenido Momentos narrativos En éste se presenta a los personajes principales de la historia y Principio o situación se empieza a describir inicial uno o varios de los argumentos que se irán tratando en la novela. Se van cerrando o resolviendo algunos de Ruptura del equilibrio los argumentos plano conflicto teados en capítulos anteriores y se van abriendo nuevas situaciones problemáticas, Desarrollo del conflicto de tal forma que la hisy establecimiento de toria mantiene el susequilibrio penso o enigma hasta el final de la historia. Aquí deben de quedar cerrados todos los argumentos que se fueron planteando a lo largo de la novela, a no ser que el autor este pensando escribir una Desenlace segunda parte de la o resolución. misma, en cuyo caso podrá dejar abierto por lo menos uno de los argumentos planteados, es cuando decimos que mantiene un final abierto. Es así como los sucesos narrados en la novela responden a una estructura general, a una intencionalidad del narrador que denota el sentido principal y la perspectiva específica de toda narración. Para esto, los acontecimientos se organizan a partir de dos dimensiones. La primera, responde al 155 LITERATURA I / UAS-DGEP ordenamiento lógico causal de las acciones y puede coincidir con el orden cronológico de los acontecimientos, lo cual supone una reconstrucción de la lectura a partir de la ubicación lineal de los eventos. La segunda, se refiere a la forma de disponer los acontecimientos para que respondan a la intencionalidad o dirección de sentido de lo narrado. El ambiente en la novela Como se ha mencionado una y otra vez, la novela está estructurada con los mismos elementos del cuento, pero éstos siempre adquieren una significación más amplia y compleja en la novela, como sucede con el ambiente. El ambiente en la novela, como condición que específica el sentido del universo narrativo, se desenvuelve en múltiples matices, tonos (festivo, irónico, sombrío, desbordado, etc.) y atmósfera, dependiendo de la trama novelesca, de las historias dentro de otra u otras, de las anécdotas e historias secundarias. Cada uno de estos tonos presenta, a su vez, diversos efectos de atmósfera, de acuerdo a los capítulos o secuencias que la estructura novelística despliega. El lenguaje literario en la novela A razón de que la literatura se inserta en un lenguaje literario, con todas sus características y propiedades, en el texto narrativo recibe el nombre de lenguaje narrativo, cuyo lenguaje figurado (connotativo) emplea las palabras con significados distintos a los verdaderos. Aquí, el narrador se vale de diferentes figuras literarias o recursos para dar mayor significado y transcendencia a la obra literaria. 156 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ MARIANA Mariana vestía el uniforme azul marino y se sentaba en el pupitre al lado del mío. En la fila de adelante estaba Concha Zazueta. Mariana no atendía a la clase, entretenida en dibujar casitas con techos de dos aguas y árboles con figuras de nubes, y un camino que llevaba a la casa, y patos y pollos, todo igual a lo que hacen los niños de primer año. Estábamos en sexto. Hace calor, el sol de la tarde entra por las ventanas; la madre Paz, delante del pizarrón, se retarda explicando la guerra del Peloponeso. Nos habla del odio de todas las aristocracias griegas hacia la imponente democracia ateniense. Extraño. Justamente la única aristocracia verdadera, para mí, era la ateniense, y Pericles la imagen en el poder de esa aristocracia; incluso la peste sobre Atenas, que mata sin equivocarse a “la parte más escogida de la población” me parecía que subrayaba esa realidad. Todo esto era más una sensación que un pensamiento. La madre Paz, aunque no lo dice, está también del lado de los atenienses. Es hermoso verla explicar — reInés Arredondo construyendo en el aire con sus manos finas los edificios que nunca ha visto— el esplendor de la ciudad condenada. Hay una necesidad amorosa de salvar a Atenas, pero la madre Paz siente también el extraño goce de saber que la ciudad perfecta perecerá, al parecer sin grandeza, tristemente; al parecer, en la historia, pero no en verdad. Mariana me dio un codazo: “¿Ves? Por este caminito va Fernando y yo ya estoy parada en la puerta, esperándolo”, y me señalaba muy ufana dos muñequitos, uno con sombrero y otro con cabellera igual a las nubes y a los árboles, tiesos y sin gracia en mitad del dibujo estúpido. “Están muy feos”, le dije para que me dejara tranquila, y ella contestó: “Los voy a hacer otra, vez”. Dio vuelta a la hoja de su cuaderno y se puso a dibujar con mucho cuidado un paisaje idéntico al anterior. Pericles ya había muerto, para estoy segura de que Mariana jamás oyó hablar de él. Yo nunca la acompañé; era Concha Zazueta quien me lo contaba todo. A la salida de la escuela, sentadas debajo de la palmera, nos dedicábamos a comer los dátiles agarrosos caídos sobre el pasto, mientras Concha me dejaba saber, poco a poco, a dónde habían ido en el coche que Fernando le robaba a su padre mientras éste lo tenía estacionado frente al Banco. En los algodonales, por las huertas, al lado del Puente Negro, por todas partes parecían brotar lugares maravillosos para correr en pareja, besarse y rodar abrazados sofocados de risa. Ni Concha ni yo habíamos sospechado nunca que a nuestro alrededor creciera algo muy parecido al paraíso terrenal. Concha decía “…y se le quedó mirando, mirando, derecho a los ojos, muy serio, como si estuviera enojado o muy triste y ella se reía sin ruido y echaba la cabeza para atrás y él se iba acercando, acercando, y la miraba. Él parecía como desesperado, pero de repente cerró los ojos y la besó; yo creí que no la iba a soltar nunca. Cuando los abrió, la luz del sol lo lastimó. Entonces le acarició una mano, como si estuviera avergonzado… Todo lo vi muy bien porque yo estaba en el asiento de atrás y ellos ni cuenta se daban”. ¡Oh, Dios mío! Lo importante que se sentía Concha con esas historias; y se hacía rogar un poco para contarlas aunque le encantara hacerlo y sofocarse y mirar cómo las otras nos sofocábamos. —¿Por qué se reía Mariana si Fernando estaba tan serio? —Quién sabe. ¿A ti te han besado alguna vez? —No. —A mí tampoco. 157 LITERATURA I / UAS-DGEP Así que no podíamos entender aquellos cambios ni su significado. Más y más episodios, detalles, muchos detalles, se fueron acumulando en nosotras a través de Concha Zazueta: Fernando tiraba poco a poco, por una puntita, del moño rojo del uniforme de Mariana mientras le contaba algo que había pasado en un mitin de la Federación Universitaria; tiraba poquito a poquito, sin querer, para cuando de pronto se desbarataba el lazo y el listón caía desmadejado por el pecho de Mariana, los dos se echaban a reír, y abrazados, entre carcajadas, se olvidaban por completo de la Federación. También hubo pleitos por cosas inexplicables, por palabras sin sentido, por nada, pero sobre todo se besaban y él la llamaba “linda”. Yo nunca se lo oí decir, pero aún ahora siento como un golpe en el estómago cuando recuerdo la manera ahogada con que se lo decía, apretándola contra sí, mientras Concha Zazueta contenía el aliento arrinconada en la parte de atrás del automóvil. Fue el año siguiente, cuando ya estábamos en primero de Comercio, que Mariana llegó un día al Colegio con los labios rojo bermellón. Amoratada se puso la madre Julia cuando la vio. —Al baño inmediatamente a quitarte esa inmundicia de la cara. Después vas a ir al despacho de la Madre Priora. Paso a paso se dirigió Mariana a los baños. Regresó con los labios sin grasa y de un rojo bastante discreto. — ¿No te dije que te quitaras toda esa horrible pintura? —Sí, madre, pero como es muy buena, de la que se pone mi mamá, no se quita. Lo dijo con su voz lenta, afectada, como si estuviera enseñando una lección a un párvulo. La madre Julia palideció de ira. —No tendrás derecho a ningún premio este año. ¿Me oyes? —Sí, madre. —Vas a ir al despacho de la Madre Priora… Voy a llamar a tus padres… Y vas a escribir mil veces: Debo ser comedida con mis superiores, y… y… ¿entendiste? —Sí, madre. Todavía la madre Julia inventó algunos castigos más, que no preocuparon en lo mínimo a Mariana. — ¿Por qué viniste pintada? —Era peor que vieran esto. Fíjense. Y metió el labio inferior entre los dientes para que pudiéramos ver el borde de abajo: estaba partido en pequeñísimas estrías y la piel completamente escoriada, aunque cubierta de pintura. — ¿Qué te pasó? —Fernando. — ¿Qué te hizo Fernando? Ella sonrió y se encogió de hombros, mirándonos con lástima. Una mañana, antes de que sonara la campana de entrada a clases, Concha se me acercó muy agitada para decirme: —Anoche le pegó su papá. Yo estaba allí porque me invitaron a merendar. El papá gritó y Mariana dijo que por nada del mundo dejaría a Fernando. Entonces Don Manuel le pegó. Le pegó en la cara como tres veces. Estaba tan furioso que todos sentimos miedo, pero Mariana no. Se quedó quieta, mirándolo. Le escurría sangre de la boca, pero no lloraba ni decía nada. Don Manuel la sacudió por los hombros, pero ella seguía igual, mirándolo. Entonces la soltó y se fue. Mariana se limpió la sangre y se vio la mano manchada. Su mamá estaba llorando. “Me voy a acostar”, me dijo Mariana con toda calma, y se metió a su cuarto. Yo estaba temblando. Me salí sin dar siquiera las buenas noches; me fui a mi casa y casi no pude dormir. Ya no la voy a acompañar: me da miedo que su papá se ponga así. Con seguridad que no va a venir. Pero cuando sonó la campana, Mariana entró con su paso lento y la cabeza levantada, como todas 158 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ las mañanas. Traía el labio de abajo hinchado y con una herida del lado izquierdo, cerca de la comisura, pero venía perfectamente peinada y serena. — ¿Qué te pasó? —le preguntó Lilia Chávez. —Me caí —contestó, mientras miraba, sonriendo con sorna, a Concha—. Hormiga —le murmuró al oído, al pasar junto a ella para ir a tomar su lugar entre las mayores. Hormiga se llamó durante muchos años a la Hormiga Zazueta. Golpes, internados, castigos, viajes, todo se hizo para que Mariana dejara a Fernando, y ella aceptó el dolor de los golpes y el placer de viajar, sin comprometerse. Nosotras sabíamos que había un tiempo vacío que los padres podrían llenar como quisieran, pero que después vendría el tiempo de Fernando. Y así fue. Cuando Mariana regresó del internado, se fugaron, luego volvieron, pidieron perdón y los padres los casaron. Fue una boda rumbosa y nosotras asistimos. Nunca vi dos seres tan hermosos: radiantes, libres al fin. Por supuesto que el vestido blanco y los azahares causaron escándalo, se hablaba mucho de la fuga, pero todo era en el fondo tan normal que pensé en lo absurdo que resultaba ahora Don Manuel por no haber permitido el noviazgo desde el principio. Aunque ella hubiera tenido entonces apenas trece o catorce años, si él no se hubiera opuesto con esa inexplicable fiereza… Pero no, encima de la mesa estaban una mano de Fernando y una mano de Mariana, los dedos de él sobre el dorso de la de ella, sin caricias, olvidadas; no era necesaria más que una atención pequeña para ver la presencia que tenía ese contacto en reposo, hasta ser casi un brillo o un peso, algo diferente a dos manos que se tocan. No había padre, ni razón capaces de abolir la leve realidad inexplicable y segura de aquellas dos manos diferentes y juntas. Oscuro está en la boda de su hija, que se casa con un buen muchacho, hijo de familia amiga —y recibe con una sonrisa los buenos augurios— pero tiene en el fondo de los ojos un vacío amargo. No es cólera ni despecho, es un vacío. Mariana pasa frente a él bailando con Fernando. Mariana. Sobre su cara luminosa veo de pronto el labio roto, la piel pálida, y me doy cuenta de que aquel día, a la entrada de clases, su rostro estaba cerrado. Serena y segura, caminando sin titubeos, desafiante, sostiene la herida, la palidez, el silencio; se cierra y continúa andando, sin permitirse dudar, ni confiar en nadie, ni llorar. La boca se hincha cada vez más y en sus ojos está el dolor amordazado, el que no vi entonces ni nunca, el dolor que sé cómo es pero que jamás conocí: un lento fluir oscuro y silencioso que va llenando, inundando los ojos hasta que estallan en el deslumbramiento último del espanto. Pero no hay espanto, no hay grito, está el vacío necesario para que el dolor comience a llenarlo. Parpadeo y me doy cuenta de que Mariana no está ahí, pasó ya, y el labio herido, el rostro cada vez más pálido y los ojos, sobre todo los ojos, son los de su padre. No quise ver a Mariana muerta, pero mientras la velábamos vi a Don Manuel y miré en sus facciones desordenadas la descomposición de las de Mariana: otra vez esa mezcla terrible de futuro y pasado, de sufrimiento puro, impersonal, encarnado sin embargo en una persona, en dos, una viva y otra muerta, ciegas ahora ambas y anegadas por la corriente oscura a la que se abandonaron por ellos y por otros más, muchos más, o por alguno. Mariana estaba aquí, sobre ese diván forrado de terciopelo color oro, sentada sobre las piernas, agazapada, y con una copa en la mano. Alrededor de ella el terciopelo se arruga en ondas. Recuerdo sus ojos amarillos, mansos y en espera. “La víctima contaba con 34 años. “No pensaba uno nunca en la edad mirando a Mariana. Vine aquí por evocarla, en tu casa y contigo. Espera: hablaba arrastrando sílabas y palabras durante minutos completos, palabras tontas, que dejaba salir despacio, arqueando la boca, palabras que no le importaban y que iba soltando, saboreando, sirviéndose de ellas para gozar los tonos de su voz. Una voz falsa, ya lo sé, pero buscada, encontrada, la única verdaderamente suya. Creaba un gesto, medio gesto, en ella, en ti, en mí, en el gesto mismo, pero había algo más… ¿Te acuerdas? Adoraba decir barbaridades con su voz ronca para luego volver la 159 LITERATURA I / UAS-DGEP cabeza, aparentando fastidio, acariciándose el cuello con una mano, mientras los demás nos moríamos de risa. Las perlas, aquel largo collar de perlas tras el que se ocultaba sonriente, mordisqueándolo, mostrándose. Los gestos, los movimientos. Jugar a la vampiresa, o jugar a la alegre, a la bailadora, a la sensual. Decir así quién era, mientras cantaba, bebía, bailaba. Pero no lo decía todo… ¿Te das cuenta de que nunca la vimos besar a Fernando? Y los hemos visto a los otros, hasta a los adúlteros, alguna vez, en la madrugada, pero a ellos no; lo que hacían era irse para acariciarse en secreto. En secreto murió aunque el escándalo se haya extendido como una mancha, aunque mostraran su desnudez, su intimidad, lo que ellos creen que es su intimidad. El tiempo lento y frenético de Mariana era hacia adentro, en profundidad, no transcurría. Un tanteo a ciegas, en el que no tenía nada que hacer la inteligencia. Sé que te parece que hago mal, que es antinatural este encarnizamiento impúdico con una historia ajena. Pero no es ajena. También ha sucedido por ti y por mí… La locura y el crimen… ¿Pensaste alguna vez en que las historias que terminan como debe de ser quedan aparte, existan de un modo absoluto? En un tiempo que no transcurre. Husmeando, llegué a la cárcel. Fui a ver al asesino. Ése es inocente. No; quiero decir, es culpable, ha asesinado. Pero no sabe. Cuando entré me miró de un modo que me hizo ser consciente de mi aspecto, de mis maneras: elegante. Cualquier cosa se me hubiera ocurrido menos que me iba a sentir elegante en una celda, ante un asesino. Sí, él la mató, con esas manos que muestra aterrado, escandalizado de ellas. No sabe por qué, no sabe por qué, y se echa a llorar. Él no la conocía; un amigo, viajero también, le habló de ella. Todo fue exactamente como le dijo su amigo, menos al final, cuando el placer se prolongó mucho, muchísimo, y él se dio cuenta de que el placer estaba en ahogarla. ¿Por qué ella no se defendió? Si hubiera gritado, o lo hubiera arañado, eso no habría sucedido, pero ella no parecía sufrir. Lo peor era que lo estaba mirando. Pero él no se dio cuenta de que la mataba. Él no quería, no tenía por qué matarla. Él sabe que la mató, pero no lo cree. No puede creerlo. Y los sollozos lo ahogan. Me pide perdón, se arrodilla, me habla de sus padres, allá en Sayula. Él ha sido bueno siempre, puedo preguntárselo a cualquiera en su pueblo. Le contesto que lo sé, porque los premios a la inocencia son con frecuencia así. Para él son extrañas mis palabras, y sigue llorando. Me da pena. Cuando salgo de la celda, está tirado en el suelo, boca abajo, llorando. Es una víctima. Me fui a México a ver a Fernando. No le extrañó que hiciera un viaje tan largo para hablar con él. Encontró naturales mis explicaciones. Si hubiera sido un poco menos verdadero lo que me contó hasta hubiera podido estar agradecido de mi testimonio. Pero él y Mariana no necesitan testigos: lo son uno del otro. Fernando no regatea la entrega. Triunfa en él el tiempo sin fondo de Mariana, ¿o fue él quien se lo dio? De cualquier manera, el relato de Fernando le da un sentido a los datos inconexos y desquiciados que suponemos constituyen la verdad de una historia. En su confesión encontré lo que he venido rastreando: el secreto que hace absoluta la historia de Mariana. “El día del casamiento ella estaba bellísima. Sus ojos tenían una pureza animal, anterior a todo pecado. En el momento en que recibió la bendición yo adiviné su cuerpo recorrido por un escalofrío de gozo. El contacto con ‘algo’ más allá de los sentidos la estremeció agudamente, no en los nervios 160 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ importantes, sino en los nerviecillos menores que rematan su recorrido en la piel. Le pasé una mano por la espalda, suavemente, y sentí cómo volvían a vibrar; casi me pareció ver la espalda desnuda sacudirse por zonas, por manchas, con un movimiento leonado. Ahora las cosas iban mejor: Mariana estaba consagrada… para mí. Pero me engañé: sus ojos seguían abiertos mirando el altar. Solamente yo vi esa mirada fija absorber un misterio que nadie podría poner en palabras. Todavía cuando se volvió hacia mí los tenía llenos de vacío. “Miedo o respeto debía sentir, pero no, un extraño furor, una necesidad inacabable de posesión me enceguecieron, y ahí comenzó lo que ellos llaman mi locura. “Podría decirse que de esa locura nacieron los cuatro hijos que tuvimos; no es así, el amor, la carne, existieron también, y durante años fueron suficientes para apaciguar la pasión espiritual que brilló por primera vez aquel día. Nos fueron concedidos muchos años de felicidad ardiente y honorable. Por eso creo, ahora mismo, que estamos dentro de una gran ola de misericordia. “Fue otro momento de gran belleza el que nos marcó definitivamente. El sol no tenía peso; un viento frío y constante recorría las marismas desiertas; detrás de los médanos sonaba el mar; no había más que mangles chaparros y arena salitrosa, caminos tersos y duros, inviolables, extrañamente iguales al cielo pálido e inmóvil. Los pasos no dejan huella en las marismas, todos los senderos son iguales, y sin embargo uno no se cansa, los recorre siempre sorprendido de su belleza desnuda e inhóspita. Tomados de la mano llegamos al borde del estero de Dautillos. Fue ella la que me mostró sus ojos en un acto inocente, impúdico. Otra vez sin mirada, sin fondo, incapaces de ser espejos, totalmente vacíos de mí. Luego los volvió hacia los médanos y se quedó inmóvil. “El furor que sentí el día de la boda, los celos terribles de que algo, alguien, pudiera hacer surgir aquella mirada helada en los ojos de Mariana, mi Mariana carnal, tonta; celos de un alma que existía, natural y que no era para mi; celos de aquel absorber lento en el altar, en la belleza, el alimento de algo que le era necesario y que debía tener exigencias, agazapado siempre dentro de ella, y que no quería tener nada conmigo. Furor y celos inmensos que me hicieron golpearla, meterla al agua, estrangularla, ahogarla, buscando siempre para mí la mirada que no era mía. Pero los ojos de Mariana, abiertos, siempre abiertos, sólo me reflejaban: con sorpresa, con miedo, con amor, con piedad. Recuerdo eso sobre todo, sus ojos bajo el agua, desorbitados, mirándome con una piedad inmensa. Después he recordado el pelo mojado, pegado al cuello, que parecía en aquel momento infantil; la sangre corriendo de la boca, de la oreja; el grito ronco de su agonía y mi amor de hombre gritando junto a su voz el dolor espantoso de verla herida, sufriente, medio muerta, mientras mi alma seguía asesinándola para llegar a producir su mirada insondable, para tocarla en el último momento, cuando ella no pudiera ya más mirarme a mí y no tuviera otro remedio que mirarme como a su muerte. Quería ser su muerte. “Y sí, hubo un instante en que sus ojos vacíos, fijos en los míos, me llenaron de aquello desconocido, más allá de ella y de mí, un abismo en el que yo no sabía mirar, en el que me perdí como en una noche terrible. La solté, arrastré su cuerpo hasta la orilla y grité, grité echado sobre su vientre, mientras miraba los agujeros innumerables, las burbujas, los movimientos ciegos, el horror pululante, calmo y sin piedad de los habitantes de la orilla del estero; ínfimas manifestaciones de vida, ni gusanos ni batracios, asquerosos, informes, torpes, pequeñísimos, vivos, seres callados que me hicieron llorar por mi enorme pecado, y entenderlo, y amarlo. “Desde entonces estoy aquí. Tomo las pastillas y finjo que he olvidado. Me porto bien, soy amable, asiento a todas las buenas razones que me da el médico y admito de buen grado que estoy loco. Pero ellos no saben el mal que me hacen. Lo primero que recuerdo después de aquello es que alguien me dijo que Mariana estaba viva; entonces quise ir a ella, pedirle perdón, lloré de dolor y arrepentimiento, le escribí, pero no nos dejaron acercar. Sé que vino, que suplicó, pero ellos velaron también por su bien 161 LITERATURA I / UAS-DGEP y no la dejaron entrar. Decían que la nuestra era una pasión destructiva, sin comprender que lo único que podía salvarnos era el deseo, el amor, la carne que nos daba el descanso y la ternura. “A mí, a fuerza de tratamiento, terminaron por quitarme todo lo que me hacía bien: sexo, fuerza, la alegría del animal sano, y me dejaron a solas con lo que pienso y nunca les diré. “A ella la abandonaron a su pasión sin respuesta. Luego les extrañó que comenzara a irse a los hoteles, sin el menor recato, con el primer tipo que se le ponía enfrente. Cuando una vez dije que era por fidelidad a nosotros que hacía eso, que no le habían dejado otra manera de buscarme, se alarmaron tanto que quisieron hacerme inmediatamente la operación. Por mi bien y salud me castrarán de todas las maneras posibles, hasta no dejar más que la inocente y envidiable vida primitiva, verdadera: la de los seres que pueblan las orillas de los esteros. “Me alegra poder decir lo que tengo que decir, antes de que me hagan olvidarlo o no entenderlo: yo maté a Mariana. Fui yo, con las manos de ese infeliz Anselmo Pineda, viajante de comercio; era yo ese al que Mariana buscaba en el cuerpo de otros hombres: jamás nadie la tocó más que yo; fui yo su muerte, me miró a los ojos y por eso ahora siento desprecio por lo que van a hacerme, pero no me da miedo, porque mucho más terrible que la idiotez que me espera es esa última mirada de Mariana en el hotel, mientras la estrangulaba, esa mirada que es todo el silencio, la imposibilidad, la eternidad, donde ya no somos, donde jamás volveré a encontrarla.” Inés Arredondo (1928-1989) ACTIVIDAD 4.8 1. Extrae cada uno de los momentos narrativos de texto Mariana de Inés Arredondo: Secuencia de los momentos narrativos de Mariana Principio o situación inicial Ruptura del equilibrio o conflicto Desarrollo del conflicto y establecimiento de equilibrio Desenlace o resolución. 2. ¿Cuál es el ambiente en el texto de Mariana? 3. ¿Cómo describirías el lenguaje que utiliza Inés Arredondo en Mariana? 162 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ ACTIVIDAD DE CIERRE 4.9 1. Para concluir la presente unidad, los alumnos y las alumnas elaborarán un cuento aprovechando cada uno de los recursos que estructuran y le dan significado al cuento. Este deberá tener las siguientes características: • Tema libre o aquel que por consenso designe el grupo. • Con una extensión de tres a cinco cuartillas como mínimo. • Fuente arial, tamaño 12 y espacio entre líneas de 1.5. ACTIVIDAD DE AUTOEVALUACIÓN 4.10 1. Menciona los temas que se trabajan en la segunda unidad del curso de Literatura I. 2. Escribe en tres enunciados el argumento del texto El ahogado más hermoso del mundo de Gabriel García Márquez. 3. ¿Qué es el cuento? 4. Menciona el titulo de un cuento o libro de cuentos que hayas leído. 5. ¿En qué consiste el nivel de impresión de un texto literario? 6. ¿Cuál es el papel del narrador en el texto literario en prosa? 7. ¿Cómo define Roland Barthes a los personajes? 8. ¿Qué nombre recibe el personaje principal de un texto narrativo? 9. Identifica cada uno de los momentos narrativos de La noche de los feos de Mario Benedetti. 10. Redacta en tres enunciados la historia Es que somos muy pobres de Juan Rulfo. 11. Elabora una ficha bibliográfica de ¿Quién fue Juan Rulfo? 12. Elabora un cuadro comparativo (de dos columnas) de las diferencias que existen entre el cuento y la novela. 13. Menciona el nombre de una de las grandes novelas de la historia de la literatura universal. 14. ¿Qué significado adquiere la palabra Aura, de acuerdo a la novela de Carlos Fuentes? 15. ¿Cuál es el desenlace de Mariana de Inés Arredondo? 163 Análisis del texto dramático Unidad V Competencia de la unidad: Aprecia las obras dramáticas a partir del análisis de sus elementos y participa en la escenificación en su propio contexto escolar. LITERATURA I / UAS-DGEP Disfruta, de manera individual, la lectura del siguiente texto. Con el apoyo de tu maestro, organiza una lectura en voz alta, asignando un personaje a tus compañeros de grupo. Así también, asigna a alguien que vaya leyendo la notas que aparecen en paréntesis y cursivas. TINA MODOTTI (Fragmento) I LA TUMBA Algunas indicaciones están expresadas como si se tratase de descripciones fotográficas. Para la puesta en escena debe utilizarse una escenografía que imite la existente en los estudios de fotografía de la época, así como los tonos y recursos característicos de las técnicas fotográficas de Tina Modotti. Las acotaciones señaladas al inicio de cada escena respecto a épocas y lugares, sirven de guía. Salvo la primera escena, todas siguen un orden cronológico. Además de este orden, se proponen otros: 1) escenas por oposición temática (vida social; pública y vida sentimental; privada), y 2) escenas paralelas de acuerdo con las tres etapas en la vida de Tina Modotti. Al final de algunas escenas se señala la fuente documental en las que están basadas. (PanteóndeDolores,1982.CiudaddeMéxico.AtardecerenelDíadeMuertos.Unaparejadejóvenescon cámarasfotográficaspasancercadeunatumbaabandonada.ELLAsedetieneaobservarla.) ELLA: Mira esta lápida. EL: Ya me cansé. Te espero en la puerta. ELLA: Ven. Luego nos vamos. (Seacercaalatumba.) Es de una mujer. Tiene su cara grabada. (La limpia.) EL: (Acercándose.) Era bonita. Hasta versos le pusieron. ELLA: Se los ha de haber hecho su esposo. EL: No. Parece que son de... (ELLAtomavariasfotografías.ÉLleeenvozalta.) ÉL: Tina Modotti, hermana, no duermes, no, no duermes tal vez tu corazón oye crecer la rosa, de ayer, la última rosa. Descansa suavemente, hermana. Puro es tu dulce nombre, pura es tu frágil vida: de abeja, sombra, fuego, 166 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ ELLA: EL: ELLA: EL: ELLA: nieve, silencio, espuma; de acero, línea, polen, se construyó tu férrea, tu delgada estructura. (Pausa.ÉLlimpialalápida,mientras ELLAenfocalacámara.) Quítale bien la tierra, para que salgan los versos. No voy a acabar nunca: Aquí todo es polvo. Si esta mujer viviera ahora, ¿cómo sería? Como cualquiera. No todas son cualquiera. Tumba de Tina Modotti (AparecedetrásdelatumbaunVIEJO,sucio,harapiento,loco,ebrio,queporsuaspecto,parecequeha estadodurmiendolaborracheraenelcementerio.Ríedesquiciadamente.) VIEJO: Cualquiera... una cualquiera... (Transición.Confuria.) No es una mujer cualquiera... (Vuelveareír...Larisasevuelvepatéticaysetransformaenllanto.Sollozarecargadoenlatumba. Lajoven,atraídaporsuimagen,enfocalalentedesucámarayempiezaaretratarlo.ElVIEJO seenfureceyselanzasobreella.Eljoveninterviene.) VIEJO: ¿Qué hace...? ¡Largo de aquí...! ¡Aléjense! ¡Aléjense! ¡Prensa maldita! ¡Hienas! ¡Buitres! ¡Alimañas asquerosas! ¡Fuera! ¡Largo! ¡Que nadie se acerque a ella! ¡Si la tocan los mato! ¡Cerdos! (Forcejean.ElVIEJOseapoderadelacámaraysacalapelícula,quearrojaaunlado.) EL: ¡Oígame, qué le pasa...! (Lequitalacámara.) ELLA: ¡Vente, vámonos...! (Losjóvenessealejan.ElVIEJOvuelvealatumba.Tocasuavementeel perfildeTINAenlalápida.Seacuestasobreella.Labesa.Sesientaalospiesdelatumbayahí sequeda,vigilando.Parecequeduerme.) II LA HIJA MAYOR (SanFrancisco,1920.InteriordelacasadelafamiliaModotti.Esdenocheylacasaestáaoscuras.Seabrela puertadelacalleypenetrafugazmentelaluzdeunfarol.Sealcanzanaverniñosyjovencitasqueduermen, muycercaunosdeotros.EntraTINA,muyjoven,procurandonodespertarlos.Sedirigeaunacamayseacuestasinquitarselaropa.EnlaoscuridadsemueveunNIÑO.Hablanenvozbaja.) NIÑO: Tina... TINA: Shh...No hagas ruido. NIÑO: Tengo frío. TINA: Acuéstate conmigo. (Pausa.) Acércate. Dame tus manos. (Pausa.) NIÑO: ¿Qué trajiste? TINA: Nada. NIÑO: No hubo cena. TINA: Duérmete. Mañana compraremos algo. NIÑO: ¿Tienes dinero? TINA: Conseguiré. NIÑO: Así dijiste ayer. (Pausa.) ¿Qué tienes en las manos? 167 LITERATURA I / UAS-DGEP TINA: NIÑO: TINA: NIÑO: TINA: NIÑO: TINA: NIÑO: TINA: NIÑO: TINA: NIÑO: TINA: NIÑO: TINA: NIÑO: TINA: Nada. ¿Qué te hiciste? Te digo que nada. Duérmete. (Pausa.) Llévame a la fábrica. Ya no voy a ir. ¿Te corrieron? Mañana te cuento. No, ahora. ¿Vas a seguir cosiendo? No sé. Creo que no. Oye, Tina. Por favor, cállate. Estoy muy cansada y necesito levantarme temprano. Te quiero mucho. Más que a las otras. (Casidormida.) Ya. Duérmete... ¿Dónde vas a trabajar? A lo mejor en el cine. ¿De veras? ¿Y vamos a ser ricos? No. Sólo vamos a comer. La bella y pensativa Tina Modotti (Oscuro) Víctor Hugo Rascón Banda (1948-2008) ACTIVIDAD 5.1 1. Elabora un cuadro comparativo donde identifiques las diferencias estructurales, entre el texto de “Tina Modotti” y uno, de tu elección, de la segunda unidad. Texto: Tina Modotti Nombre del texto de elección: 168 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ EL TEATRO En el transcurso de esta unidad se habrán de revisar algunos componentes que estructuran el texto dramático. Antes deben definirse los términos que tienen que ver con el texto dramático. Referidos propiamente a las palabras drama y teatro, cuyo origen griego hace referencia al acto de representación, el drama significa acción (actuar); mientras que teatro significa contemplar (espectáculo). Por lo cual, se denomina teatro al lugar en donde se representan las obras teatrales, textos representados y leídos como obras liteTeatro Ángela Peralta de la Cd. de Mazatlán, rarias del género dramático. Sinaloa Desde esta perspectiva, se puede considerar al texto dramático como el texto que requiere de una representación escénica, ya que presenta de manera directa, uno o más conflictos a través de uno o varios personajes que desarrollan, sobre la escena, el argumento a través del diálogo. Por ello, una de las características claras de las obras teatrales es que éstas fueron escritas para ser montadas en un escenario, lugar donde adquiere su complemento final al combinar la música, la iluminación, el movimiento de los actores y los efectos que se puedan ejecutar en el escenario teatral. Actualmente, el texto dramático tiene como forma de expresión a la prosa, ya que hasta el siglo XVIII era el verso. Salvo ciertas obras como Actriz interpretando el personaje de la Celestina de La Celestina, las obras dramáticas son en el fondo novelas teatrales o dialogadas. Fernando de Rojas. Antecedentes históricos del teatro El origen del teatro como arte se puede encontrar en todas las culturas. Parte de sus creencias y religiones son representadas, en forma de liturgias y danzas sagradas, lo cual permite explicar y recrear los misterios de lo sobrenatural o trascendente. Fueron los griegos, en el siglo VI a. C, quienes dieron al teatro mayor auge y riqueza cultural, al perfeccionar el cuadro de la escena, la coreografía, la música, la recitación y el discurso. Por esa razón, se puede considerar a la cultura griega como la creadora de todos los géneros literarios. A través de la tragedia, los griegos marcaron el inicio del teatro como parte de la cultura occidental. Su evolución parte de la ironía, la ridiculización, la crítica, la burla y la comicidad hasta el 169 Edipo Rey, consciente del dolor que había creado se cortó los ojos. Su esposa y madre,Yocasta, se quitó la vida. LITERATURA I / UAS-DGEP tragicómico. Entre los grandes trágicos griegos, sobresalen Esquilo, Sófocles, Eurípides y, el principal representante de la comedia, Aristófanes. Una característica importante de la literatura griega es el manejo de los Dioses como héroes mezclados con hombres y mujeres procreando hijos semidioses. La Ilíada, La Odisea, Prometeo encadenado, Edipo rey, Medea y Elektra son una muestra de las tradiciones y mitología de los griegos durante el clasicismo. Después de los griegos, los continuadores inmediatos de este género fueron los romanos quienes adoptaron de éstos los mitos, deidades, y personajes griegos. Por su parte, en la Edad Media el teatro nace de los asuntos religiosos (germen originario del teatro griego), derivando un género conocido como autos, versión del drama litúrgico, los cuales se representan en ocasión de las fiestas religiosas católicas, tales como la Navidad, la llegada de los Reyes Magos, la Pascua de la Resurrección, entre otras. Durante los siglos XVI y XVII, el teatro adquiere un nuevo giro, caracterizado por una temática nacional que sintetiza elementos cultos y populares. En España, Lope de Vega, Tirso de Molina y Calderón de la Barca son las figuras más representativas de esta época, con los juegos de escarnio. Al mismo tiempo, en Francia aparece el teatro culto con Corneille, Racine y Moliere, donde el talento y la calidad educan el gusto popular. Por entonces, nace en Inglaterra el más grande dramaturgo de todos los tiempos con el llamado isabelino, William Shakespeare. El teatro del siglo XVIII se caracteriza por la mediocridad de la producción teatral que se ve afectada por el neoclasicismo. Aun así, surgieron dos teatros nuevos en los países que se habían retrasado en la evolución teatral. Entre estos tenemos: El tardío renacimiento alemán, influido por el arte francés y en reacción contra el mismo, produjo las grandes figuras de Lessing, Schiller y Goethe, precursores del teatro romántico; e Italia que había consumido sus energías en la creación por una parte de la ópera, y, por otra, de los clásicos tipos de la “Comedia del arte”, produjo una serie de trágicos con Alfieri a la cabeza, y un gran comediógrafo, Goldoni. En el siglo XIX, el teatro español no tuvo el éxito que logró en el Siglo de Oro, ya que éste, contradecía el ideal defendido por los neoclásicos. En este periodo destaca la obra del Duque de Rivas con Don Álvaro o la fuerza del sino y José Zorrilla con Don Juan Tenorio, obra que se convirtió en emblema del romanticismo español. El teatro del siglo XX es producto de la influencia de distintas corrientes teatrales, entre las más destacadas están el impresionismo alemán con el imprescindible y universal Bertold Brecht (1898-1943), entre otros; la generación del 98 de España con Miguel de Unamuno (1864-1936), Ramón del Valle Inclán (1866-1936) y Federico García Lorca quien encabezó la generación de 1927. Tras la Segunda Guerra Mundial, apareció el teatro del absurdo con el rumano Eugene Ionesco 170 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ (1912-1994) y el irlandés Samuel Beckett (1929-1989); así como, el teatro de la crueldad, denominación que adquiere por el francés, Antoni Artaud (1896-1948), que se caracteriza por provocar al espectador. Por su parte, el teatro pobre o laboratorio teatral, del polaco Jerzy Grotowski (19331999), motivando una interacción directa entre actor y espectador. Dentro de estas corrientes, que afectan el desarrollo del teatro como género, México se ve representado por las figuras de Rodolfo Usigli, Emilio Carballido, Luis G. Basurto, entre otros. Destacando, por su obra el maestro universitario y dramaturgo sinaloense Oscar Liera. El lugar de la representación El teatro clásico griego (siglos VI y V a. C.) tiene como primer marco de representación cualquier lugar cercano al altar de Dionisos, dios del vino y de la fecundidad. Eran las fiestas dionisíacas o bacanales, en las cuales los hombres se cubrían con pieles de macho cabrío y cantaban y bailaban. Los cantos eran dirigidos por el corifeo. Pronto y, ante el éxito que estas manifestaciones literarias y religiosas estaban tomando, se comienzan a construir los primeros edificios destinados exclusivamente al teatro: se trataba de estructuras de piedra semicirculares asentadas sobre la falda de una colina. El lugar de la representación se encontraba en la parte inferior de la construcción. La orkestra estaba destinada a los danzantes y tenía una forma circular interrumpida por la skene, con forma de rectángulo alargado. El escenario, normalmente de madera, se elevaba tres o cuatro metros sobre la orkestra. Para lograr algunos efectos especiales, se utilizaban ganchos, poleas y plataformas. http://personal.telefonica.terra.es/web/apuntesasr JoseCarlosCarrillo/GenJCCElTeatro.htm 171 LITERATURA I / UAS-DGEP ACTIVIDAD 5.2 1. A partir de observar el cuadro anterior, describe las características del teatro que existe en tu localidad. 2. Escribe el nombre de algunas obras de teatro que hayas presenciado. 3. De la prensa escrita y electrónica, identifica el nombre de las obras de teatro que aparecen en cartelera. 4. Describe qué sucede en la presentación de una obra de teatro. Lee el fragmento del texto perteneciente a La Celestina de Fernando de Rojas. Utiliza el diccionario si no entiendes alguna palabra. UN CONJURO A PLUTÓN Celestina conjura a Plutón para que Melibea se enamore de Calisto a través de un hilado hechizado. CELESTINA.- Dime, ¿está desocupada la casa? ¿Fuese la moza que esperaba al ministro? ELICIA.- Y aun después vino otra y se fue. CELESTINA.- Pues sube rápido al piso alto y baja acá el bote del aceite de serpiente que hallarás colgado del pedazo de la soga que traje del campo la otra noche cuando llovía; y abre el arca de los hilos y hacia la mano derecha hallarás un papel escrito con sangre de murciélago, debajo de aquella ala de dragón al que sacamos ayer las uñas. Ten cuidado, no derrames el agua de mayo que me trajeron a confeccionar. ELICIA.- Madre, no está donde dices. Jamás te acuerdas de dónde guardas las cosas. CELESTINA.- No me castigues, por Dios, a mi vejez; no me maltrates, Elicia. Entra en la cámara de los ungüentos y en la pelleja de gato negro donde te mandé meter los ojos de la loba, lo hallarás; y baja la sangre del macho cabrío y unas poquitas de las barbas que tú le cortaste. ELICIA.- Toma, madre, aquí está. CELESTINA.- Conjúrote, triste Plutón, señor de la profundidad infernal, emperador de la corte dañada, capitán soberbio de los condenados ángeles, señor de los sulfúreos fuegos que los hirvientes volcanes manan, gobernador de los tormentos y atormentadores de las almas pecadoras, administrador de todas las cosas negras de los infiernos, con todas sus lagunas y sombras infernales y litigioso caos. Yo, Celestina, tu más conocida cliente, te conjuro por la virtud y fuerza de estas bermejas letras, 172 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ por la sangre de aquella nocturna ave con que están escritas, por la gravedad de estos nombres y signos que en este papel se contienen, por el áspero veneno de las víboras de que este aceite fue hecho, con el cual unto este hilado, a que vengas sin tardanza a obedecer mi voluntad y en ello te envuelvas y con ello estés sin irte ni un momento, hasta que Melibea lo compre y con ello de tal manera quede enredada, que cuanto más lo mirare, tanto más su corazón se ablande a conceder mi petición, y se lo abras y lastimes del crudo y fuerte amor de Calisto; tanto que, despedida toda honestidad, se descubra a mí y me premie mis pasos y mensajes; y esto hecho, pide y demanda de mí a tu voluntad. Si no lo haces con rapidez me tendrás por capital enemiga; heriré con luz tus cárceles tristes y oscuras; acusaré cruelmente tus continuas mentiras; apremiaré con mis ásperas palabras tu horrible nombre. Y otra y otra vez te conjuro; y así confiando en mi mucho poder, parto para allá con mi hilado, donde creo te llevo ya envuelto. Fernando de Rojas (1470-1541) ACTIVIDAD 5.3 1. Después de leer el fragmento de la Celestina responde a las siguientes preguntas. • ¿Qué otro nombre le asignarías a la Celestina? • ¿Qué pretendía la Celestina con el conjuro? • ¿A quién va dirigido el conjuro? • Elabora un texto nuevo parafraseando el conjuro de la Celestina. • Con el apoyo de tu maestro, lee para tus compañeros de grupo el nuevo texto. 173 LITERATURA I / UAS-DGEP CLASIFICACIÓN DEL TEXTO DRAMÁTICO Como se ha visto, en la primera unidad de este libro, el género dramático se subdivide en distintas manifestaciones teatrales y entre las más representativas tenemos a la tragedia, la comedia, el drama, la farsa y el melodrama (incluyendo al entremés, el sainete, el auto sacramental, y al monólogo). Cada uno de estas manifestaciones presenta características muy particulares que las hacen diferentes unas de otras, como se muestra en el siguiente cuadro: Subgéneros del texto dramático Principales características: La tragedia Los personajes se ven enfrentados de manera misteriosa, inexplicable e inevitable contra el universo o los dioses, moviéndose siempre hacia un desenlace fatal por una fuerza ciega. Los personajes son reyes o príncipes que luchan contra un destino ante el que, inevitablemente, sucumben. De forma que su destino sirve de ejemplo al resto de los seres humanos, ya que suscita en el público, indefectiblemente, sentimientos de pena y compasión. La comedia Los personajes se ven enfrentados a las dificultades de la vida cotidiana, movidos por sus propios defectos hacia desenlaces felices donde se hace escarnio de la debilidad humana. Los personajes son seres imperfectos, que fracasan en sus anhelos y propósitos. Y para que haya comicidad, los personajes no suelen sufrir demasiado daño o dolor, a menos que se recuperen pronto. La historia suscita risa; nace para divertir. El drama Se le conoce como tragicomedia, ya que es una obra dramática en la que se mezclan los elementos trágicos y cómicos. No se evitan las situaciones cómicas, pero tampoco el desenlace trágico. Las situaciones son de tipo psicológico y de interacción social. Los personajes son populares o nobles apegados a la realidad, con un argumento serio o ridículo con un final fatal o feliz. La primera tragicomedia española fue La Celestina, de Fernando de Rojas. La farsa Presenta una estructura y trama basada en situaciones y personajes extravagantes, aunque por lo general manteniendo una cuota de credibilidad. Se caracteriza por mostrar incidentes, historias y atmósferas no cotidianas, más allá de lo común y en apariencia irracionales. Los temas y personajes pueden ser fantásticos, pero deben de resultar creíbles y verosímiles. El melodrama Participan varios personajes que se interrelacionan a partir de una carga intensa de trozos sentimentales. Se hace acompañar por la música, por ello, también se le conoce como teatro musical. 174 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ ESTRUCTURA DEL TEXTO DRAMÁTICO Para el desarrollo de este apartado, el texto de Norma Román Calvo Para leer un texto dramático es el referente para presentar de una forma clara y sencilla los elementos significativos para el análisis estructural de la obra dramática. El texto dramático tiene características muy visibles, fácilmente diferenciables del texto narrativo, como el que después del título de la obra aparece el listado de nombres de los personajes que participan en la historia. Estos se presentan de acuerdo al orden de aparición en el relato y tienen añadidos algunos datos clarificadores, tales como edad, rango social o relación de parentesco con los otros personajes. Otra diferencia se observa en que el texto está dividido, no en capítulos, sino en actos, cuadros, escenas y, además, está constituida por el diálogo y las notas explicativas, llamadas acotaciones o didascálicas. Escena en el homenaje a Emilio Carballido DIVISIONES DEL TEXTO DRAMÁTICO La estructura del texto dramático se presenta por una secuencia de unidades que se delimitan por un intervalo en la representación y se señala en el texto. Así tenemos que las unidades textuales básicas en el teatro son los actos, los cuadros y las escenas. Los actos En el texto dramático tradicional o aristotélico, se distinguen tres grandes segmentos, como se representa en el siguiente esquema: El punto de partida Situación inicial El texto/acción Situación media Un punto de llegada Situación termino Estas divisiones, también llamadas actos, se marcan en las obras griegas con los comentarios del coro. En los dramas posteriores se marcan con los entreactos, cortes en la representación que suelen hacerse por medio del cierre de un telón, o por cualquier otro medio de ruptura (un oscuro, inmovilización de los actores, una intervención musical, etcétera). El cuadro En un acto se puede producir un cambio de espacio, cuando se ha producido un cambio de cuadro, por lo que dentro de un acto puede haber distintos cuadros según los espacios que aparezcan. El cuadro nos muestra el cambio de lugar y de tiempo durante el transcurso de un acto. Un cambio de 175 LITERATURA I / UAS-DGEP cuadro se apoya de bastidores, bambalinas y telones pintados, así como en los cambios de luces u otros efectos más vivos y estimulantes. Las escenas La palabra escena tiene dos aplicaciones. Una corresponde a la parte externa de la estructura de la obra, donde el principio y fin de la escena está determinado por la entrada o salida de los personajes, de modo que dentro de la misma escena hay en el escenario el mismo número de personas. Otra pertene a la estructura interna. De ahí, se considera escena a la unidad de acción que representa un punto de partida; una situación por resolver; y un punto de llegada que deja una interrogante, la cual dará lugar al nacimiento de una nueva escena. Aunque, puede ocurrir, que para construir una verdadera unidad (escena) dentro de la acción dramática sean necesarias varias escenas de entradas y salidas de los personajes. Escenografía y vestuario para Cuadro de Axfisia de Rafael Spregelburd. Representación (izquierda) y boceto de vestuario (centro). Escenografía y vestuario para Noche de Reyes de W. Shakespeare (derecha). MODALIDADES DISCURSIVAS DEL TEXTO DRAMÁTICO El material lingüístico que conforma un texto dramático está constituido por las acotaciones y los parlamentos, como son detalladas enseguida para mayor claridad en la lectura del texto. Las acotaciones En principio, las acotaciones son pequeños párrafos que se encuentran antes de empezar los diálogos, están escritas o no en cursivas y sin paréntesis. Señalan, el lugar de la acción, la épo- 176 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ ca, la escenografía, las apariencias exteriores del personaje, los movimientos fuera del diálogo, los efectos sonoros y las luces. Se llaman acotaciones particulares, las que aparecen intercaladas en los diálogos porque se refieren al personaje y señalan entonación, mímica, gesto o movimiento a ejecutar por el personaje (siempre va en cursivas y dentro de paréntesis). Otro recurso igualmente importante es el aparte. Con éste, el discurso del personaje no se dirige a su interlocutor, sino a sí mismo y, en consecuencia, al público. Mediante los apartes los personajes realizan reflexiones en voz alta, hacen comentarios malintencionados o declaran un pensamiento que puede ser de utilidad para el desarrollo y entendimiento de la acción. El diálogo Uno de los recursos característico del género dramático es el diálogo. Se refiere a la conversación que mantienen los personajes entre sí, para hacer que las acciones se desarrollen El Beso de Judas, tragedia sobre los últimos años de Oscar Wilde al ser acusado de en la obra. El diálogo teatral es diferente al de la narrativa porque el homosexual por su relación con Lord Alfred Douglas. nombre del personaje va siempre escrito antes de lo que éste va a decir. Cada una de estas enunciaciones se llama parlamento. En algunos textos dramáticos el diálogo está formado de parlamentos cortos, que producirá un ritmo de acción rápida. En otras obras, principalmente en el drama clásico, se escribe el diálogo de parlamentos extensos a fin deproducir un ritmo más lento. Asimismo, habrá dramas en que se alterne el empleo de estas dos modalidades del diálogo. El monólogo El monólogo es un recurso del género dramático que se refiere al discurso que un personaje, normalmente solo sobre el escenario, pronuncia para sí mismo a modo de pensamiento o reflexión, aunque en realidad el receptor último sea el público. Suele tener, también, un carácter lírico y reflexivo y una extensión considerable. Sirve el monólogo al personaje para hablar consigo Miguel Palmer. mismo, con un objeto o con un personaje que puede estar presente en la escena o ausente de ella, pero cuyo comportamiento silencioso provoca una reacción que hará avanzar el curso de la historia. Casos de monólogos se presentan, cuando un interlocutor en el teléfono, cuya voz no se escucha, 177 LITERATURA I / UAS-DGEP pero que se supone emite opiniones; una persona en el cuarto contiguo, cuyo silencio irrita al personaje que actúa; una persona presente en el escenario, a quien se le habla, pero que no responde. En otras ocasiones el monologuista se dirige al público, el cual reacciona con risas, con sorpresa o silencio, dando lugar con ello a la continuidad del relato. Características esenciales del diálogo teatral: • • • • Debe ser sintético: el personaje emplea las palabras necesarias para lo que quiere decir; si emplea más, es un hablantín. A través del diálogo, se mira el carácter del personaje: quién es, en qué se ocupa, cuáles son sus aspiraciones, etc. También da información; esto es, da antecedentes de la historia o informa sobre la vida de los otros personajes. Adelanta la acción dramática, pues cada parlamento provoca una reacción en los otros personajes. Don Pedro Carreón Zazueta (1928-1999). Hombre de gran tradición y creador del Teatro Guiñol de la Universidad Autónoma de Sinaloa. 178 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ LA GRIETA (Fragmento) PERSONAJES Licenciado F Empleado 1 Empleado 2 (luego será el Invidente) EL ELLA Sabina Berman. Una antesala. Al frente izquierda (delespectador), un sofá; junto a un brazo del sofá un cenicero de pie. Más lejos, una ventana del tipo “de guillotina”. Al frente derecha, una maceta con un cactus. Al fondo derecha, un escritorio, y a un lado un perchero del que cuelgan un paraguas, un impermeable, una pequeña llanta para nadar Una TV. colgada del techo, que se enciende sola durante las clases de gimnasia. En la pared del fondo, tres puertas: de derecha a izquierda, A, B y C. I. EL y ELLA sentados en el sofá. Ambos son de unos veintisiete años, calmos, distinguidos: aun que nada en su ropa indica alguna aristocracia, emanan la aristocracia de los jóvenes que se saben jóvenes, llenos de hermosos poemas y brillantes porvenires. EL viste un traje beige elástico, camisa blanca, una corbata negra muy delgada; ELLA un vestido blanco de pequeños lunares negros, carga un bolso de mano negro. Entre ellos hay un trato delicado. Luego de medio minuto ambos cruzan una pierna sobre la otra, al mismo tiempo. EI Licenciado F sale por la puerta B, enérgico y cordial, ceremonioso. F: No tardará demasiado, disculpen. Se trata de ciertos prerrequisitos. Claro que en el caso de ustedes yo quisiera...saltar por encima de las reglas, pero... En fin, son cosas indispensables EL: No hay problema, licenciado. F: No, lo hay, lo hay, pero... ¿Qué decir? Excepto que... están en su casa. (Seríeporuninstante, frotándoselasmanos.) De verdad espero que pronto así la lleguen a considerar: su casa. EL: Muchas gracias. El licenciado da un paso atrás, para poder con templar mejor el cuadro de la pareja sentada en el sofá. Suspira con satisfacción. F: Sí: es un verdadero honor tenerlos con nosotros. Los veo y miro como de la juventud en vías de desarrollo. Con permiso. ELLA: Pase. F: se encamina a la puerta B y sale. Pausa. EL: ¿Cómo ves? ELLA: Un idiota. Pero bien. 179 LITERATURA I / UAS-DGEP EL: Sí. Aunque hay que tener cuidado. ELLA: ¿En qué sentido cuidado? EL: No sé. No podemos aceptar lo que nos propongan nada más así. Debemos estar seguros de que nos conviene. Y sencillamente negarnos a que nos quite demasiado…nos quite demasiado. ELLA: De acuerdo. EL: Sí. ELLA: Bueno. Cruzan, al mismo tiempo, una pierna sobre la otra. Pausa. EL: ELLA: EL: ELLA: EL: ELLA: EL: No me había puesto una corbata desde mi primera comunión. ¿Desde tu primera...? No es cierto. De veras. En el compromiso de... No, ¿verdad? Traías un cuello de… Tortuga. Pero ¿desde tu primera...? Comunión. Mira. (Sacalacorbatadeltraje:esmuycorta). ELLA se ríe suave. Cruzan, al mismo tiempo, una pierna sobre la otra, mientras EL regresa la corbata a su sitio. ELLA: Se te ve bien el disfraz de señor. EL: A ti también se te ve bien el disfraz de señora. Estás como para proponerte, o más bien proponerme para que engañemos a tu marido. ELLA tuercelaboca,condisgusto: qué mala broma. Luego, por aburrición, la retorna: diceconafectadacoquetería: ELLA: Yo salgo a las seis… (…) Sabina Berman (N. 1955) ACTIVIDAD 5.4 1. Del fragmento anterior, extrae los siguientes elementos: Título de la obra Nombre del autor Acotaciones de la obra Acotaciones particulares Un parlamento por cada personaje 180 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ LA ESTRUCTURA SECUENCIAL DE UN TEXTO DRAMÁTICO Todo texto dramático presenta una estructura secuencial que se organiza a partir del papel determinante de los personajes, la temporalidad, la espacialidad, el conflicto, el tema y la trama, mismos que habrán de explicarse enseguida. Los personajes Al hablar de personajes del texto dramático, se invoca a esos seres antropomórficos que adquieren cualidades propiamente humanas, es decir, cada uno de los seres humanos, sobrenaturales, simbólicos, animales, e incluso objetos, de una obra literaria. En este caso, el personaje es quien realiza la acción dramática y viene definido por lo que hace (la tarea) y por cómo lo hace (los actos físicos) y caracterizado por una serie de atributos (nombre, edad, rasgos físicos, rasgos de carácter, etc.). Ésos seres suelen desenvolverse sobre la lógica de la existencia de un Objeto de Deseo que da pie al conflicto entre el personaje Protagónico y el Antagónico, pues es a partir de éstos cuando se deriva la participación del coprotagónico, incidental y secundario. Los Personajes Protagónico Objeto de deseo Antagónico Coprotagónista Incidental Secundario Temporalidad En cuanto al elemento tiempo de la obra dramática, este se ha de diferenciar entre tiempo de la representación y tiempo aludido. • • Tiempo de la representación (o tiempo dramático), es la duración de la representación, medida en términos de reloj. Tiempo aludido (o tiempo referencial), corresponde al intervalo temporal que en la realidad duraría la acción representada. Este tiempo se identifica a partir de las referencias que los personajes hacen en los diálogos de la obra dramática. 181 LITERATURA I / UAS-DGEP Las alteraciones temporales dadas en la obra dramática pueden ser de dos tipos: retrospecciones o analepsis, que señalan un giro al tiempo pasado; y prospecciones o prolepsis, referido a situaciones dirigidas al futuro, respecto al avance de los acontecimientos. Al presentarse este tipo de alteraciones temporales, por lo regular, los mismos personajes disponen los datos necesarios al espectador para la comprensión de la historia. Incluso, este manejo del tiempo es muy recurrente en la cinematografía. Espacialidad Con la espacialidad, se hace referencia al lugar geográfico en el que se desarrollan las acciones de los personajes. Sin embargo, habría que diferenciar de éste dos tipos de espacios, por un lado el espacio escénico y por otro, el espacio dramático. El escénico es el espacio teatral, el escenario donde evolucionan los actores y en el que convencionalmente tiene lugar la representación. El dramático es un espacio de ficción, donde el texto sitúa la acción de la obra dramática. La espacialidad, además, se concreta y materializa, en el espacio escénico. El Conflicto A decir verdad, “Sin personajes y sin conflicto no hay drama”, puesto que todo conflicto provoca una acción y esta acción la desarrollan los personajes. Incluso, el conflicto le da razón de ser al texto dramático. De ahí que se entienda por conflicto a la situación de choque, desacuerdo permanente, oposición o lucha entre personas o cosas, ya que el conflicto dramático viene definido por el enfrentamiento de dos fuerzas antagónicas, confrontación de dos o más personajes, visiones del mundo o actitudes ante una misma situación. Según Aristóteles, las obras teatrales debían ajustarse a tres unidades: la unidad de lugar, la unidad de tiempo y la unidad de acción. No obstante, dichas unidades fueron modificadas a través del tiempo de acuerdo a las necesidades de los escritores de cada época. Finalmente, el conflicto dramático adopta los siguientes momentos: • • • • • Presentación del conflicto; en esta primera parte, se ambienta el tono y atmósfera presentando a algunos actores. Complicación o ritmo de acción ascendente; situación en la que el protagonista tiene un enfrentamiento o conflicto. Punto culminante o climático; se presenta una situación que pudiera resolverse el conflicto. Resolución o acción descendente; la resolución del conflicto baja de intensidad. Desenlace; final de la representación dramática. 182 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ La trama La trama está determinada por la serie de sucesos o acontecimientos que dan forma a la historia narrada en el texto dramático, estos sucesos se ordenan, de la forma más conveniente por el dramaturgo, para conseguir el efecto deseado de la acción. En otras palabras, pudiéramos decir que la trama se refiere al asunto que trata la historia y la relación de causa efecto que lo provocan. El tema En cambio, el tema se refiere a la idea o ideas centrales que maneja el autor en la obra dramática. Suele sintetizar la intención del autor. Una obra dramática (como cualquier otra) no sólo contiene un tema, sino varios. Cada lector, espectador o intérprete puede rastrear una multitud de ellos. Los más concretos suelen hallarse en la zona superficial y se descubren tras un ligero análisis; pero conforme se profundiza los temas se van haciendo más genéricos. 183 LITERATURA I / UAS-DGEP Primer episodio de la nueva producción de GONZO... luego de Gakutsuou, la casa productora vuelve a ingresar al terreno de las adaptaciones literarias y esta vez trae consigo el clásico romántico anglosajón de la mano de sir William Shakespeare: Romeo y Julieta... está de más decir que es fantástico? (blog.pucp.edu. pe/.../497/20070405romjul0102.jpg) 184 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ SE ACABÓ EL TIEMPO DEL AMOR (Fragmento) Por la calle, hacia el zaguán, Isaac y Ramón. Ramón: Bueno, siquiera habla de vez en cuando. Isaac: No les gusta lo que hablo. Ramón: Pues es que caray…Luego nomás haces llorar a mamá. Y…eso no aguanta. El otro día, hasta maldiciones nos echaste. ¿Por qué? No hay derecho. Nada de lo que hacemos te gusta. Isaac: Fariseos. Ramón: ni que te hablara Dios del diario, ¿no? Isaac: (Vehemente,depronto.) ¿Y si me hablara qué? ¿Y si me hablara? ¿Y si mi incienso sube hasta el empíreo mientras el tuyo se arrastra? ¿Y si mis ofrendas son aceptadas? ¿Qué? Emilio Carballido Ramón: Pues qué a toda madre mano. Pero ya no quemes tanto. Y, hermano, ya no eches viajes. Regresas mal. Yo, uno, y ya. Nunca más. Papá quería internarte. Mira Ramón, me dice, vamos a internarlo. No papá, no aguanta, le dije: No aguanta. Cuídate. Y…ten, y no te los gastes en…ondas. ¡Come! Estás flaco. Isaac: ¿Me lo manda mamá? (Sarcástico) Cien pesos. Ramón: Te los doy yo. Ella te manda la ropa. Isaac: Así ya no les remuerde la conciencia ¿verdad? Qué fácil compran la paz del alma. (Avientala ropa) Llévatela. Y tu dinero… (Duda,loescupeyseloguarda). Ramón: Mira, no te miento la madre porque eres mi hermano. Y porque no tienes. Vete a la chingada. Has de estar hasta el gorro y por eso. Ahí nos vemos otro día. Se va Isaac: Ropa. Ropita. ¡Farisea! (Llora, patea la ropa) Mamá…es muy feo que la mamá de uno sea farisea. A ver qué hace cuando todo truene. No lo entienden, no lo creen. Un astro llamado Ajenjo. Puede ser un cometa. Un resplandor grande, grande, que llena el cielo y luego salen llamaradas, explosiones y ¡papas! Volcanes y terremotos… ¡Cómo van a correr echando llamas por el culo! Se los digo y me tratan como loquito. (Hablaconfusamente) Lo vi…advertencia… Este anochecer…Mierda, el aire, la noche, la nata de mierda que tapa las estrellas…Porquería la noche. Vecina: (Vienellegandoalzaguán) ¡Buenas noches! Isaac: No hablaba con usted. No me conteste. Vecina: Isaaccito, ¿se siente mal? Isaac Niega Vecina: Clarito oí que decía “buenas noches”, y no hay nadie más. Pues le contesté. 185 LITERATURA I / UAS-DGEP Isaac: Dije: qué porquería es la noche. No hay estrellas. No hay luna. Se las tragó el dragón. Mierda. Vecina: Son tan sucios los vecinos…Qué razón tiene usted. Esta calle está imposible. ¿No va a entrar? Isaac: Hablo del Universo, no de la calle. ¿Usted sabe lo que es el fin de los tiempos? Vecina: Será… ¿de fútbol? ¿O de que algo se hace tarde? Isaac: Para la eternidad. Para eso se nos hace tarde. ¿Qué me dice de las adúlteras? Vecina: ¿Eh? ¿Qué? ¿De qué? Isaac: Adúlteras. Que traicionan al infeliz estúpido del marido y reciben chamacos cuando están solas. Adúlteras, putas, eso. ¿Qué me dice? ¿No se les hará tarde para la Eternidad? Vecina: ¿Y qué me dice de los mariguanos drogadictos que andan muertos de hambre pero chupándose la droga? ¿Eh? ¿Qué me dice? ¿Y qué ahí va una a regalarles un taco, de pura lástima, y ni agradecen ni nada? ¿Y no les da vergüenza pararse y gritar pendejadas en público? ¿Qué me dice de eso? Buenas noches Isaaccito. Sale Isaac: (Grita) Ha de estar muy confiada en que Cristo perdonó a la adúltera. Pero ya se acabó el tiempo del amor. Ya es hora de arrojar la primera piedra. (Learrojaunapiedra.Ruidodevidriosrotos). Chin: esa no es la casa de ella. También se lo merecen. Ya viene el día de la espada. ¡Del odio! Se acabó el tiempo del perdón. Emilio Carballido (1925-2008) 186 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ ACTIVIDAD 5.6 1. Organiza con tus compañeros de grupo el montaje del fragmento de Se acabó el tiempo del amor de Emilio Carballido. 2. De la misma obra eatral, extrae los siguientes elementos: Se acabó el tiempo del amor Tema Trama Conflicto Espacialidad Temporalidad Personajes 3. De un capítulo, de tu serie de televisión favorita, extrae los siguientes elementos. Se acabó el tiempo del amor Tema Trama Conflicto Espacialidad Temporalidad Personajes 187 LITERATURA I / UAS-DGEP BAJO EL SILENCIO PERSONAJES: NORA EL TIPO Recorremos la vista sobre antiguos mapas colgados en la pared, estantes con libros, lámparas encendidas, pinturas modernas y copias perfectas de cuadros antiguos. Colores pastel, tibios y luminosos. Cortinas cálidas. Muebles, ceniceros, figuras de cerámica y de maOscar Liera, creador del Taller de Teatro dera tallada. Nada se mueve, nada. Se escucha luego, de la Universidad Autónoma de Sinaloa. después de una pausa, la cerradura de la puerta que Foto: TATUAS. La Jornada. gira y gira, el picaporte de la otra chapa se hace a un lado y la casa queda abierta. Entra Nora, cede el paso a un tipo que viene con ella. El tipo, que es feo y sucio, entra despreocupado balanceándose en sí mismo y mira como sin interés pero revisando absolutamente todo lo que está a su alrededor. Nora vuelve a cerrar con doble llave la puerta y guarda el llavero en su bolsa. Hay también fotografías en pequeños marcos dentro de los estantes, hay un estéreo y discos. NORA: ¿Quieres un trago? EL TIPO: Prefiero un café. No bebo. Te dije, ¿no? NORA: No. EL TIPO: Te dije. El alcohol me hace daño; me pone agresivo y me dan ganas de agarrarme a los golpes con cualquiera. Te dije. NORA: Disculpa, no recuerdo. Te preparo el café siéntate. Ponte cómodo. Si quieres quítate los zapatos… lo que quieras… El tipo, que tiene las pupilas dilatadas y la mirada perdida, se sienta. Nora entra a la cocina. El tipo, que lo único que tiene es animalidad, revisa las cosas que hay en la casa, lo ve todo como si quisiera engullírselo con la mirada: la pequeña mesa, las flores frescas, las plantas, las copas. Se levanta, se acerca a una puerta y la empuja con apenas un dedo, se asoma. Nora ha regresado de la cocina, lo sorprende empujando la puerta. NORA: Es la recámara. (Coqueta.) ¿Ya quieres pasar? EL TIPO: No, hay que platicar. Primero hay que conocerse. Yo no puedo así como los animales, llegar a eso y adiós y uno ni se da el nombre. NORA: ¿Cómo me dijiste que te llamabas? EL TIPO: (Seco.) No te dije. NORA: (Tratando de ser simpática.) ¡Los hombres!: la fuerza, lo abrupto, lo tosco, lo viril. Es mi recámara. Asómate. (Enciende la luz pero se quedan en el marco de la puerta y desde allí le señala.) El closet, el tocador, el buró y el retozadero. 188 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ El tipo, que tiene ojos de vidrio, mete las manos a las bolsas y se retira de allí, Nora deja encendida la luz y la puerta abierta. También se retira. El tipo, que tiene asquerosa dentadura, regresa y se sienta en el sofá. Ella se sirve una copa, la prueba y la deja sobre la mesita. NORA: voy a ver si ya está el café. Nora se va a la cocina. El tipo, que se finge ángel, se queda un momento quieto, como maquinando cosas sanas, luego se levanta y se dirige hacia la cocina. Abre la puerta y desde allí dialoga con ella. EL TIPO: Esa escuela en que me dijiste que trabajas como que es un colegio de niños popis, ¿eh? NORA: Sí es horrible, pero me pagan bien. EL TIPO: Te pagan bien, ¿eh? NORA: Es decir; estoy a gusto, me quieren, me gusta más que el trabajo que tenía en Mazatlán. EL TIPO: Yo he trabajado de mesero y conozco la frontera y un resto de puertos. Mazatlán es bonito. También trabajé en un barco unos meses; y en las noches, cuando tenía un rato libre y no estaba tan cansado, me leía algún librito por allí. Un día me prestaron uno que se llamaba el Principito, de un chavo bien buena onda que se la vivía en los planetas; no te imaginas, es todo un alucine, siempre andaba bien acelerado y tenía su florecita el chavo, y la quería un resto. ¿Te imaginas un principito que tiene su florecita y que luego se va a viajar por los demás planetas y que se conecta con tipos que no tienen nada que hacer o no tienen tiempo para nada? Uno se pasaba contando las estrellas, otro que siempre ordenaba: haz esto, haz lo otro, no hagas aquello. Como en el barco en el que trabajé con el pendejo del Bocabrava. (Sonríe maliciosamente.) Luego se fue al fondo del mar a contar, también, las estrellas marinas. A lo mejor ya hasta lo visitó el Principito. Luego les entró a todos los del barco el miedo y me encerraron en un calabozo, no pude saber que pasó con el Principito y me vale; no me pudieron probar nada, me soltaron y ya no volví a buscar el libro ése. ¿En los colegios de niños popis también leen El Principito? NORA: (Quien desde hace tiempo ha salido con el café en la mano, se lo ofrece.) ¿Tomas azúcar? EL TIPO: Dos. NORA: Aquí está todo. EL TIPO: Pónsela tú. (Pausa.) Por favor. NORA: A ver si me queda bien. A mí el café no me gusta con azúcar. Una, dos, perfecto. Aquí está. (Lo invita a regresar a la sala con un ademán. Se encaminan.) El Principito de Saint-Exupéry es un libro que ha leído casi todo el mundo; en la escuela… EL TIPO:(Se detiene con brusquedad y la mira con rabia.) ¡No trates de presumirme que sabes mucho, siempre habrá algo de lo que yo sepa más que tú! NORA: (Conciliadora.) No, no, para nada; toda la vida he tratado de ser humilde en mis conversaciones, a veces es difícil no citar autoridades, en fin, a mí personalmente me molesta 189 LITERATURA I / UAS-DGEP mucho la gente que quiere pasarse de culta, pero realmente me preguntas por un libro muy común, conocido… EL TIPO: ¿Y qué? ¿Tú has leído mucho? Seguro que te has leído esos librotes que tienes allí y los que vi en tu recámara. NORA: No, ojalá. Algunos me los han regalado, otros los conservo para ver si algún día tengo tiempo de leerlos, no creas… EL TIPO: Hay mapas por todas partes, ¿por qué te gustan los mapas? NORA: Te dije que soy geógrafa, me gustan las cosas relacionadas con mi carrera, son mapas antiguos… EL TIPO: Han de valer una fortuna. NORA: No son antiguos, bueno, sí, perdón, son copias de mapas antiguos, medievales algunos. Este es un mapa característico del Renacimiento, se llama portulano, servía a los navegantes y sólo tiene indicados los nombres de las ciudades costeras, de los puertos. EL TIPO: Como Mazatlán. NORA: (Sonríe.) Como Mazatlán. EL TIPO: (Ensimismado.) Como Mazatlán y Acapulco y Manzanillo y Veracruz… todos los conozco. NORA: (Enciende la radio, toma su copa, se sientan.) Y Veracruz, y La Paz. EL TIPO: Esa estación no me gusta, ¿me permites cambiarlo? NORA: Por supuesto, estás en tu casa. El tipo, que también sabe sonreír, cambia la estación de la radio la cual se estará escuchando en volumen bajo gran parte de la obra hasta que él mismo la apague. El tipo, que siempre se encuentra en su animalidad, se sienta; estira totalmente las piernas en actitud provocativa. De entre todo su cuerpo resalta el sexo; el tipo, que puede llegar a ser lascivo, se lleva las manos a las piernas, se recorre el estómago y el pecho y sigue jalando las manos hasta que las monta por sobre su cabeza y se estira como si fuera un resorte tenso, listo a encontrar su equilibrio. Los ojos de Nora se empañan y mil lenguas en su pecho jadean. Se aproxima a él como atendiendo un llamado, un misterioso pacto bajo el silencio y manda una de sus manos que se vaya tentaleando por entre los muslos del tipo, que tiene uñas con mugre, hasta que le alcanza el sexo. Él retira la mano con cuidado. EL TIPO: Espérate deja que me tome el café. NORA: Pero si ni lo has probado. EL TIPO: Es que está caliente. No me gustan las cosas calientes. ¿Tú andas caliente? NORA: (Disfrutando la vulgaridad.) Te vi, me gustaste, te invité a subir al coche… EL TIPO: Ya habías pasado una vez y volviste. NORA: Volví porque me gustaste. EL TIPO: O porque fuiste a ver si entre los demás árboles del parque había otros que te gustaran más y no hallaste. 190 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ NORA: Volví porque me gustaste tú. EL TIPO: Yo me dije, va a volver y te seguí con la mirada. Vi que te paraste, te ibas parando. NORA: se me atoró el tacón en el acelerador. EL TIPO: ¿Cuatro veces? NORA: ¿Qué quieres que te diga?, ¿Qué sí vi a otros? Sí, vi a otros, había más tipos en el parque, no eras el único por supuesto, pero volví a ti porque me gustaste tú, ¿Eso querías oír? EL TIPO: O sea que eres una buscona. NORA: (Fastidiada.) Todos somos buscones de algo. Tú también eres un buscón, ¿o que hacías en el parque, con el frío que hace afuera, recargado en el tronco de un árbol, medio excitado y restregándote el sexo con la mano? EL TIPO: ¿Eso fue lo que te gustó? NORA: No sé, el gusto no se explica, se siente un vacío grande dentro del estómago… EL TIPO: ¿O abajo del estómago? NORA: No, en el estómago, lo otro es otra cosa; es sólo deseo… EL TIPO: Tú me trajiste aquí por deseo ¿o me viste y te enamoraste de mí? No, me ligaste para un momento y adiós, ¿no es cierto? NORA: Nunca se sabe. EL TIPO: ¿Nunca se sabe, qué? NORA: A veces nacen relaciones importantes EL TIPO: ¿Con desconocidos? NORA: Claro que con desconocidos. EL TIPO: ¿Acostumbras tú a traer aquí tipos que no conoces? NORA: Pues…raramente, la verdad no acostumbro, es decir ha sucedido… hoy de pura casualidad pasaba yo por ese parque. Tuve que ir a la farmacia, generalmente no paso por allí por la fama que tiene ese lugar, yo como maestra del colegio San Esteban… EL TIPO: ¿San Esteban se llama el colegio? NORA: San Esteban, ¿por qué? EL TIPO: Huy, allí puro niñito bien, la pura feria, ¿por qué no me habías dicho el nombre? NORA: Tú tampoco me has dicho el tuyo, yo me detuve en el coche, te acercaste, te dije: “Hola, me llamo Nora, ¿quieres subir?” Tú me respondiste con mi nombre; “Nora”, Lo masticaste o no sé qué y sonreíste, abriste la puerta rumiando algo, te trepaste y yo por discreción no te pregunté cómo te llamabas esperando que tú me lo dijeras, por lo menos es lo que yo sé que se acostumbra. EL TIPO: Me llamo (parece que lo inventa), Arturo. NORA: Me da igual, ya me acostumbré a verte a los ojos sin un nombre preciso. EL TIPO: (Como rastreando una idea perdida.) Traer tipos aquí que no conoces es muy peligroso. NORA: Pues… EL TIPO: Muy peligroso. Tú no sabes que mañas puedan tener. NORA: Es cierto pero… EL TIPO: Eso no debe hacerse. Tú no sabes a quien metes a tu casa. 191 LITERATURA I / UAS-DGEP NORA: Yo generalmente… EL TIPO: y pues vives sola. Ahorita, por ejemplo, estás sola. Metes aquí a un desconocido y no sabes qué intenciones traiga. NORA: Tengo muy buenos vecinos. EL TIPO: Pero ellos están en su casa. Tú traes a un tipo aquí que ni conoces, ni sabes nada de sus antecedentes y ni sabes su nombre y de pronto te dice que se llama Arturo, por ejemplo, o Carlos, da lo mismo, y te roba o te hace algo o suponte que es un asesino. Suponte que a éste le gusta matar y que ya mató a otros, al primero en un barco porque había un tipo que le presumía que sabía mucho y por eso le ordenaba: haz esto, haz lo otro, haz lo de más allá, deja eso y jódete tu Arturo o Carlos, como se llame, o José. Y luego a este tipo, éste que nunca ha matado, le aparece un ansia así como eso del gusto que explicabas, eso de que se siente un vacío y mata al mandón y lo manda al fondo del mar a contar estrellas marinas. Bocabrava le decían y luego a los demás les entró el miedo. ¿Y qué onda con tus vecinos, a ver? De aquí a que les hables por teléfono… Nora empieza a sentir un retorcimiento de nervios por toda la espalda y grandes gotas de sudor que le corren por todas partes desde los hombros hasta la cintura. Las axilas se han convertido en grandes gotas de agua fría, en la garganta las cuerdas se han encogido y en el pecho guarda la sensación de haber llorado, pero en realidad no hay más que el llanto retenido. NORA: Mis vecinos, tenemos una señal por la pared, es muy delgada… EL TIPO: Es muy peligroso; eso no se hace, uno no puede meter a su casa a cualquiera, no toda la gente es igual, hay gente mala. NORA: Les veo siempre a los ojos; tú, por ejemplo, eres buena persona. EL TIPO: Ah, no, yo no soy buena onda, conmigo no hay cuento, yo sólo te advierto para que no lo hagas. Tú y yo vamos a hacer el amor, me das una lana, lo que tú quieras; ya sabes que todos los chavos de ese parque cobran. Yo necesito una feria para comprar un poco de mota. Cuando me viste en el árbol, me recargué porque andaba cansado; crucé el parque y me fumé el último cigarrito que me quedaba. Fumo, soy grifo, no bebo. A ver, ¿cuánto me vas a dar? y luego hacemos lo que quieras. NORA: Mira, te voy a dar quinientos pesos para que compres tu mariguana, pero pienso que ya es tarde, mejor no hacemos nada, te vas y la compras… EL TIPO: (Suelta la carcajada.) ¡Quinientos pesos! ¡Quinientos pesos! ¡Tas pendeja si crees que yo vine aquí por quinientos pinches pesos! Dame acá tu bolsa. (Ella sonríe con timidez. Él grita desaforadamente.) ¡Que me des la bolsa, ¿no oíste?! (Ella se levanta aterrorizada y le entrega la bolsa. Él la abre, esculca, saca de la billetera unos billetes y los cuenta) Siete mil pesos. (Se los guarda. Levanta las llaves.) Y las llaves de una casa y del carro que está afuera. ¿Por qué cerraste la puerta con doble llave? NORA: Es la costumbre. EL TIPO: Es más peligroso. NORA: ¿Sí? EL TIPO: Para ti. NORA: Si quieres el coche, Arturo… EL TIPO: O Carlos… o José 192 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ NORA: Es que el coche… EL TIPO: No, no me lo voy a llevar, no te apures, yo para que quiero un carro. Ya tomé lo que necesito y nomas. Me voy a llevar estos siete mil pesitos porque los necesito y tú seguramente por allí tienes más dinerito guardado para gastar mañana. Yo me voy a comprar mi motita y los dos felices, ¿no es así? NORA: Sí EL TIPO: Ahora me voy a tomar el café. (Pausa.) Cuéntame algo. NORA: Yo preferiría, quizás… EL TIPO: (Muy agresivo.) Y no me vuelvas a amenazar con los vecinos por que te rompo toda la pinche cara, me vale madre que seas mujer. “¡Ay, que mis vecinos, que la chingada!” y qué tal si otro día vengo y me traigo a un grupo de amigos y desbaratamos a tus vecinos. (Pausa.) Una vez un tipo, porque yo me voy con quien sea, lo único que me importa es la mota y por eso, por eso hago no me importa qué madre. Un tipo una vez no me dio nada el cabrón, y una semana lo estuvimos esperando mis camaradas y yo, y una noche cuando iba a entrar a su casa le pusimos una santa madriza que te aseguro que en meses no se pudo parar el pendejo. “¡Ay que mis vecinos, que la chingada!” Tú qué, tú ya me diste tu cooperación, me tomo el café y me retiro. Pero vamos a pasar un momento agradable como cuates, vamos a platicar; yo me tomo el café, tú te acabas la copa, o a poco quieres que me vaya sin que te acabes la copa, no, ¿verdad?, claro que no, no faltaba más. A ver, cuéntame algo de tu vida, apenas te conozco, te llamas Nora, eres maestra de geografía en la preparatoria del colegio San Esteban… (Agresivo.) Y si luego tratas de ponerme el dedo con la tira o hacerme alguna chingadera cuando me vaya voy al colegio ése a decir que eres una vulgar buscona, que levantas a cualquier hombre en la calle y que lo llevas a tu casa y que le pagas; no te conviene, no te conviene nada. (Pausa.) Cuéntame algo. NORA: (Luego de muchos intentos. Tímida.) Cuando yo era niña, tenía una gatita, este, una gatita que se llamaba, no me acuerdo bien del nombre que tenía; es que el nombre, ahorita, no me viene, y el nombre es importante. Yo hablaba mal; no podía pronunciar las “erres” y cuando la llamaba por su nombre… es que me tengo que acordar porque es muy chistoso… Siempre que lo cuento todos se ríen, y me acuerdo que mi mamá… EL TIPO: Estás como nerviosa. Fúmate un cigarro. NORA: No fumo. El Tipo: ¿Y cómo traes cigarros en tu bolsa? NORA: Para ofrecer a los amigos. El Tipo: Nadie va por la calle ofreciendo cigarros y menos cuando no fuma. ¿O los usas como anzuelo? “¿Gusta un cigarro, joven?” ¿O cómo les dices? NORA: No entiendes; hay gente diferente. EL TIPO: ¡Claro! Yo no conozco gente que ofrezca cigarros así nomás. ¿Cómo les dices? NORA: Me estoy sintiendo mal; tengo algo que no sé qué sea. EL TIPO: No tienes por qué sentirte mal, estamos conversando, ¿no? La vamos a pasar a todo dar; yo me voy a tomar el café, o sabes qué, yo creo que la copa no te está cayendo bien, si quieres te preparo un té o un café como yo. NORA: No, ya es tarde. EL TIPO: Sí, claro, yo ya me voy a ir, nomás me tomo el café y me dices cómo le ofreces el cigarro a los jovencitos. 193 LITERATURA I / UAS-DGEP NORA: No les digo nada. EL TIPO: ¡Claro que sí les dices! A ver, ¿cómo les dices? (agresivísimo.) ¡Dilo, con una chingada, que lo digas! NORA: No puedo. EL TIPO: Vas a poder. Yo tengo tiempo, el café está delicioso (calmándose cada vez más), a lo mejor hasta se pone interesante el asunto y te acepto luego otro café; yo no pienso aburrirme aquí. Tómate tu tiempo, imagina que vas por el parque, ves a un muchacho que te gusta, te acercas, abres tu bolsa, sacas los cigarros y le dices: “¿Gusta un cigarro, joven?” A ver, dilo. NORA: No, no hago eso. Cuando encuentro alguno que me gusta me detengo y enciendo un cigarrillo para mí, luego lo miro a los ojos, si le gusto él se acerca, me pide un cigarro y conversamos, es todo. EL TIPO: Y luego lo invitas a tu casa. NORA: Sí. EL TIPO: Pues no lo hagas más porque es muy peligroso. Yo tranquilo, tomo mi cafecito y me piro, pero puede venir otro que no se conforme con un café y pinches siete mil pesos. ¿Qué son siete mil pesucos? ¿Para qué carajos sirven ahorita? (Muy serio.) ¿Sabes qué? Quiero más dinero, m’hija. Dame ése que tienes guardado en el clóset, del que me dijiste que ibas a gastar mañana. NORA: Ya no tengo, yo no dije que tuviera más. EL TIPO: ¿Tú crees que yo soy tonto o qué? ¿Crees que me voy a ir con un café y siete mil pesos nomás? ¿Estás loca o te estás haciendo la tonta? ¿No te has dado cuenta de que esto es un asalto, un robo? Te estoy robando, vine a tu casa a robarte. Jamás pensé meterme en la cama contigo, no me interesa, no puedo; no puedo con las mujeres. A mí lo único que me interesa es la motita y ya te dije: hago cualquier cosa con tal de conseguirla. Quiero más lana, maestrita; bien que trabajas en un colegio de niños popis. Te la pasas con tus pendejos mapitas viendo pendejadas, porque no son más que pendejadas, ¿o no? A ti qué te importa si hay otros que no tragan o que ni conoció a sus padres. Tú con puro niño popis y los otros qué. A ver, yo, yo me crié en un orfanatorio, ni sé si tengo padres o hermanos, sepa la bola, me pasé toda la pinche infancia entre curas que eran los dueños del orfanatorio. Una vez, fíjate, cuando yo tenía unos quince o dieciséis años, porque no sé ni que día nací, ni si me llamo Arturo, o Carlos, o José; cuando ya estaba chamacón, te decía, una noche nos escapamos otros dos chavos y yo con el Zopi, que quería que conociéramos mujer, así nos decía, y le dimos unos pesos y nos llevó con unas mujeres de la vida alegre y allí les acompletamos hasta con un rosario que llevábamos. Cuando regresamos los curas se dieron cuenta y uno de los chavos confesó a dónde habíamos ido y nos pusieron una buena zurrada. Uno de los curas que era buena onda nos dijo que nos podíamos enfermar, nos habló de la pureza, de la castidad y quién sabe cuántas pendejadas más; pero otro, el que era más cabrón de todos, nos dijo bien enojado, mira, aquí traigo las palabras (se golpea la cabeza), aquí las traigo: “No pueden meterse con esas mujeres porque algunas 194 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ de ellas puede ser su madre”. (Pausa.) ¿Sabes lo que es eso? Aquí por dentro (del pecho) te cambian los cables de otra forma y ya no puedes pensar igual. Todas las noches, durante muchos años, soñaba con la ruca que me acosté y luego me decía que era mi mamá y luego que salí del orfanatorio cuanta vieja se me cruzaba en el camino pensaba que podía ser mi mamá. Te joden la vida con unas pinches palabras y creen que hacen obras de caridad. Eso es duro, ¿qué son pinches siete mil pesos? ¿Qué es un pinche asalto comparado con eso? Nada, nada. Con los hombres puedo, pero es un rollo que no me llama; a mí lo único que me interesa es la pura feria para tener siempre mi motita, así que, ¿cuánto más me vas a regalar? NORA: Tenemos que hablar, eres un hombre sensible, yo quisiera que… mira, hay lugares maravillosos, hay unos centros de integración… EL TIPO: Mamadas, saca tu dinerito, ya te dije que esto es un asalto; no vine a meterme a la cama contigo, ni a oír consejos; ya me pasé gran parte de mi vida oyendo a los curas y no sirvió de nada. Saca la lana, me acabo el café, me voy y todo en santa paz; ¿o quieres que te haga un escándalo? NORA: No tengo más dinero en verdad. Quiero decirte algo; yo he logrado tener esto poco que ves a base de grandes esfuerzos, nadie me ha dado nada, nadie da nada. Me he fregado estudiando y trabajando para poder lograr lo que tengo; para pagar la renta de este departamento tengo que dar muchas clases, revisar trabajos… nada es fácil. Sí crees que no conozco el hambre te equivocas, me he muerto de hambre, me he pasado muchas noches sin dormir estudiando o trabajando. Lo que sí es fácil es que te jodas juntando cosas y que venga alguien, alguien a quien has visto a los ojos y que te quite el dinero. No es justo. Creo que es suficiente, he aprendido la lección; es todo lo que tengo, es la verdad. EL TIPO: Te creo, te creo, te creo. Me termino el café y me voy; te voy a decir que es uno de los mejores cafeces que he tomado en mi vida. Lo que más me pesa es que ya no me vas a invitar a tomar otro, ¿o sí? (Nora sonríe con inocencia.) Nos vamos a encontrar en la calle y tú no me conoces ni yo a ti. (Termina el café) Se acabó. (Nora se pone de pie rápidamente como para despedirlo.) Pero calmada niña, si no hay prisa, ¿o me estás corriendo? NORA: Es que ya es tarde… EL TIPO: ¿Y qué con que sea tarde? ¿Qué, haces el amor y echas a los fulanos en cinco minutos? NORA: Ya tenemos más de media hora. EL TIPO: ¿Y qué es media hora? ¿Qué es? Media hora, ¿qué es? Te pregunto que qué es media hora. NORA: Pues son treinta minutos. EL TIPO: (Se levanta amenazante como si fuera a matarla a golpes, y aunque no la toca habla furioso.) ¡No te hagas la chistosa, maestra, estamos hablando seriamente! No te hagas la boba porque a mí me pasa algo y es que cuando dicen cosas que no son, se me bota aquí (en la cabeza), se me dispara no sé qué pendejada que tengo en el coco y me aturdo, ¿eh? Así como loco me pongo; me pongo y empiezo a hacer polvo las cosas, así como ese Bocabrava, unas cuantas pendejadas y al fondo del mar, ¡vámonos y pau! A varios babosos 195 LITERATURA I / UAS-DGEP he destripado por eso, nomás por eso. Y no creas que me asusto con la cárcel, yo he estado encerrado un resto de veces, mira, veme aquí (en las muñecas) todas estas marcas, estas cicatrices me ha hecho la tira; me han arrastrado de las muñecas los muy mierdas, allí puro enfermo del cráneo tienen y te hacen trizas y no hay fijón, si quieres te enseño la espalda para que me veas los hoyos que me dejaron de las patadas, puro policía loco. ¿Tú has estado en la cárcel? NORA: No. EL TIPO: Te quiero decir una cosa; a mí no me importa volver allí, no me importa, lo único que importa es que no me falte el toquecito para poder pasarla. Te pregunto: ¿qué es media hora? Nora no se ha dado cuenta pero desde hace mucho tiempo que el llanto del pecho, el que estaba retenido, se ha desbordado; es mucho lo que ha llorado, es mucha el agua que ha perdido por las axilas, la cara, los muslos, la espalda. Se muere de sed, de cansancio, parece que ha envejecido muchos años, da la apariencia de que está a punto de terminar su vida. El tipo, que parece que se alimenta del sufrimiento humano, se levanta, apaga la radio y se queda frente a ella amenazante. NORA: Media hora es un tiempo eterno; se vive, se muere, se renace. Sobra tiempo para recorrer todos los océanos, y a veces, ¡es ridículo!, media hora nos parece un instante. EL TIPO: (Perdida la razón.) ¡Aquí, mira, aquí dentro! (se golpea con fuerza la cabeza), tengo como un pulso que se me quiere salir, como si algo que me dispararon por dentro fuera a botar por aquí (en la sien) con las tonterías… NORA: (Terriblemente angustiada.) Es que media hora puede ser todo. EL TIPO: ¡Eso! ¡Eso pudiste haber dicho desde el principio! Eso: media hora puede ser todo. A ver, repítelo. NORA: (Llorando.) Media hora puede ser todo. EL TIPO: ¿Y si ya lo sabías por qué ese afán de guardarlo? NORA: (Sintiéndose salvada, casi feliz del hallazgo.) Siempre hay un proceso para decir las cosas; no se puede expresar todo al mismo tiempo. No puede llegar uno y vaciar todas las palabras como si vomitara y nomás. EL TIPO: Pues sí, pues sí. (Pausa larga.) Si quieres los siete mil pesos te los puedo regresar. NORA: No, guárdalos porque ya te tienes que ir; ya terminaste tu café y hemos platicado a gusto. Ve y compra tu hierba. EL TIPO: Pero puedo esperar, no tengo prisa; ya me fumé el cigarro de la noche y me recargué en el árbol, sólo me hacía falta el refine. (Toma el azúcar que quedó en el fondo de la taza, primero con la cuchara y luego con el dedo.) Es buena la azúcar para el refine. En la correccional todos llenábamos de azúcar la taza de café para tomárnosla después con la cuchara o con el dedo, ¿quién se fija? Pero luego nos la quitaron que porque gastaba mucho y nos dieron el café ya endulzado. Ese tipo que cuenta las estrellas es vaciado, las cuenta y las cuenta, luego pierde la cuenta y vuelve a comenzar, y otra vez, y otra vez y así siempre. A lo mejor 196 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ Bocabrava se puso a contar pescados y cuenta y cuenta. La neta que al principio me jodió mucho, hasta fui y me confesé cuando desembarcamos, yo sí creo en Dios. Tenía pesadillas en el barco y despertaba asustado; pero hay que quitar de en medio a tanto inútil. Tú eres una mujer guapa, joven, bonita, ¿qué tienes que andar buscando en los parques? Podrías estar de novia o casada o tener amante… NORA: Ése es mi asunto. EL TIPO: Allí está ¿ves cómo eres? Yo te cuento y te cuento historias mías y muy íntimas que a nadie le he contado y tú no me cuentas nada, ¿no quieres que pasemos un rato aquí a gusto, platicando? ¿Qué me dijiste en el parque cuando me subí al carro? ¿No me dijiste ven a platicar, a tomar un trago a la casa? NORA: Lo que quisiera ahora es descansar. EL TIPO: Luego habrá tiempo, yo no estoy cansado, tú me invitaste, yo no te pedí que me invitaras. Si me voy de aquí, a ver ¿a dónde me voy? ¿Al parque? NORA: No sé… EL TIPO: Ya ves. Platícame de ti. NORA: (Haciendo acopio de las últimas fuerzas.) Estuve casada, unión libre, fue un fracaso, no creo en el matrimonio, no me importan los niños. Creo que los hijos son un estorbo, es todo. (Aquí la cara del tipo desencaja.) He estado enamorada de unos idiotas, pero me doy cuenta de que son unos idiotas hasta después de haberlos dejado y luego me da mucha rabia equivocarme así con los hombre. Conozco a uno, le abro mi casa… y…bueno, es decir, lo decía por los tipos con los que he vivido, con los que viví…y…no pienses… EL TIPO: Go-on baby, go-on NORA: De veras, pensaba en ellos, los quise y perdí irremediablemente el tiempo tratando de hacerlos entender el sentido de la vida, del provecho de los días… Ahora me gusta la diversión, invito a mi casa a quien me pega la gana, he invitado hasta dos o tres juntos, me divierto, bebo, tengo mi casa, mi carro… ¿Qué más te puedo decir, qué más quieres saber? Estoy aturdida ahora, cansada, muy cansada; ha sido muy larga esta estancia, esta especie de robo. Ya te di el dinero, llévate lo que quieras, no me importa de veras pero déjame tranquila, necesito descanso, me duele todo. EL TIPO: Llévate lo que quieras, llévate lo que quieras, ¿qué es eso? Me hablas como si fuera un vulgar ladrón que se hubiera metido sin que nadie lo viera por una ventana. Tú me invitaste a venir, tú me abriste la puerta. Ve, ve bien hemos hablado. Tú misma me ofreciste la bolsa, ni siquiera tomé las llaves del carro, allí están las llaves y las de la casa también, mira (Las toma y las avienta dentro de la recamara.); viste, allá están. Cansada, ¿cansada de qué? Aquí no se ha hecho nada, ni ha habido escándalo de nada, ahora que si lo que te gusta es el escándalo te lo hago. Con toda seguridad que los vecinos te tienen por una dama muy propia, deberían de saber que lo que tienen es una buscona. Si te gusta el escándalo te lo hago. ¿Quieres? A ver cómo sales luego a la calle. (Abre la ventana.) NORA: (Con una inmensa fatiga, con hastió lo jala y cierra la ventana.) Creo que son los últimos esfuerzos que puedo hacer, son también quizá los últimos momentos de sensatez que 197 LITERATURA I / UAS-DGEP puedo tener. Y bien, acepto que he hecho mal en traer a un tipo desconocido a mi casa, te dije que la lección ha sido aprendida. EL TIPO: Perfecto. NORA: (Sumamente contrita.) Acepto también que he vivido en el desorden, acepto que esto es un robo, acepto todo lo que dispongas pero me urge el descanso: déjame ya, te lo suplico. El tipo, que se ha sacralizado en la pasión de Nora, toma la taza en sus manos y chupándose los dientes se dirige a la cocina. Nora sufre un sobresalto. NORA: ¿A dónde vas? EL TIPO: A la cocina. NORA: ¿A qué? EL TIPO: La voy a lavar. NORA: No, no te apures, así está bien, déjala allí. EL TIPO: Imposible. NORA: Yo la llevo después. EL TIPO: Estoy acostumbrado a hacerlo. NORA: Aquí es diferente. EL TIPO: Me gusta el orden. NORA: pero una taza no es nada. EL TIPO: Comienza uno por cosas pequeñas. NORA: No pasará esta noche sin que yo lo haga. EL TIPO: Y cuando menos se da cuenta uno ya está hasta arriba. El tipo, que tiene hermosa sonrisa, entra a la cocina, abre el grifo, se oye correr el agua y empieza a lavar la taza y la cuchara. Nora se dirige hacia la puerta de salida pero está cerrada con doble llave, entonces se acuerda que las llaves están en la recamara y se dirige hacia allá; en cuanto entra, el tipo, que es como un gato, sale de la cocina con un cuchillo en la mano y se dirige también a la recamara. Se escucha un forcejeo, gritos ahogados y varios golpes secos y luego la voz del tipo que dice: “¡Perra, buscona, no te gustan los niños, te estorban los hijos y si tienes uno serías capaz de regalarlo como lo han hecho otras putas! Ahora sí ponte a descansar”. El Tipo, que ha perdido todos los calificativos, sale de la recámara con el cuchillo en la mano y lleno de sangre, se limpia con una bata, se queda mirando por un rato el cuchillo, lee en la hoja: “acero inoxidable”. Lo tira al interior de la recámara. De la bolsa de su saco, que huele mal, saca el llavero, escoge una llave y se dirige hacia la puerta de salida, la abre, sale y cierra la puerta tras él. La luz va bajando muy lentamente de intensidad hasta el oscuro y el telón es violento. Oscar Liera (1946-1990) 198 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ ACTIVIDAD 5.7 1. Con el apoyo del texto Bajo el silencio de Oscar Liera, realiza una descripción completa de los personajes. ¿Cómo es Nora y cómo es El Tipo? 2. Extrae del mismo texto, las recomendaciones que le hace El Tipo a Nora. 3. Extrae los diálogos en que empezaste a notar que El Tipo traía malas intensiones para con Nora. 4. ¿Qué fue lo que más enfureció al Tipo para con Nora? 5. Recrea nuevamente esta obra dramática, pero ahora donde El Tipo termina siendo una excelente pareja para Nora. Únicamente cambia aquellas partes de la obra en que se porta agresivo. 199 LITERATURA I / UAS-DGEP ACTIVIDAD DE AUTOEVALUACIÓN 5.8 1. Describe el lugar donde se desarrolla la obra de Tina Modotti de Víctor Hugo Rascón Banda. 2. ¿A qué hacen referencia las palabras drama y teatro? 3. Menciona una característica importante de la literatura griega. 4. Investiga quiénes son los dramaturgos que han influenciado en el desarrollo del teatro en nuestro país. 5. ¿Cuáles son los subgéneros en los que se divide el texto dramático? 6. Menciona las características visibles, fácilmente diferenciables del texto dramático. 7. Define los siguientes términos: Actos. Cuadro. Escena. 8. ¿Cómo se identifica una acotación en el texto dramático? 9. Elabora una sinopsis de La grieta de Sabina Berman. 10. Explica el siguiente esquema: Los Personajes Protagónico Objeto de deseo Antagónico Coprotagónista Incidental Secundario 11. ¿Qué es el conflicto en el texto dramático? 12. Elabora una ficha biográfica del dramaturgo sinaloense Oscar Liera. 13. ¿Cuál es la temática que se trabaja en la obra Bajo el silencio de Oscar Liera? 200 Referencias bibliográficas Alonso, Martín (1980). Ciencia del lenguaje y arte del estilo. Aguiar. Madrid. Álvarez, María Edmée (1983). La literatura universal a través de autores selectos. Porrúa. México. Anderson Imbert, Enrique (1999). Teoría y técnicas del cuento. Ariel, España. Arreola, Juan José (1999). Confabulario. Ed. Planeta CONACULTA. México. Benedetti, Mario (1987). La noche de los feos. Alianza. España. Beristáin, Helena(1982). Análisis Estructural del Relato. UNAM. Instituto de Investigaciones Filosóficas. México. Beristáin, Helena (2003). Diccionario de Retórica y poética. Porrúa. México. Berman, Sabina (1999). “La grieta”. ISSSTE, Colección ¿Ya leíssste? México. Betancur, Garcés Ángela (2005). Aproximación semiótica a la narrativa. Editorial Universidad de Antioquia. Colombia. Bobes Naves, Carmen (1987). Semiología de la obra dramática. Taurus. Madrid. Borges, Jorge Luis (1989). La poesía en Obras Completas, tomo II. México. Emecé mexicano. Bradbury, Ray (2008). Crónicas Marcianas. Minotauro. España. Carballido, Emilio (1994). Se acabó el tiempo del amor. Ed. FCE. México. Cavafis, Constantino (1999). Antología poética. Alianza Editorial. Madrid. Cohen, Jean y Martín Blanco Álvarez (1970). Estructura del lenguaje poético. Madrid. Gredos. Ducrot O. y T. Todorov (1991). Diccionario enciclopédico de las ciencias del lenguaje. Siglo XXI. México. Esquilo (2005). Prometeo encadenado. Primera edición cibernética. Fournier Marcos, Celinda (2003). Análisis literario. Ed. Thompson. México. Fuentes, Carlos (2001). Aura. Editorial ERA. México. Gaos, Vicente (1975). Diez siglos de poesía castellana. Madrid. Alianza Editorial. García Berrío, Antonio (1994). Teoría de la literatura. Cátedra. Madrid. García Lorca, Federico (1998). Antología Poética. Ed. Biblioteca El mundo. Madrid. García Márquez, Gabriel (1975). Todos los cuentos. Plaza & Janés. Universidad de Michigan. 201 LITERATURA I / UAS-DGEP Greimas, A. J. y Joseph Courtés (1991). Semiótica. Diccionario razonado de la teoría del lenguaje. Gredos. Madrid. Jakobson, Román (1974). Ensayos de lingüística general. Seix Barral. Barcelona. Lomas, Carlos (1999). “Cómo enseñar a hacer cosas con palabras”. Teoría y práctica de la educación lingüística. Vol. I y II. Paidós, España. Machado, Antonio (1996). Poesías Completas. ESPASA CALPE. Martínez Hernández, Maribel (2007). Literatura 1. Un enfoque constructivista. UNAM. México. Moliere, Jean Baptista (1998). Las preciosas ridículas. Porrúa. México. Montes De Oca, Francisco (1990). La literatura y sus fuentes. Porrúa. 10ª ed. México. Moravia, Alberto (2002). El amante rechazado. La esfera de los libros. Madrid. Neruda, Pablo (1995). Veinte poemas de amor y una canción desesperada. Ed. Altaya. España. Oseguera, Eva Lidia (2003). Compendio de literatura Universal. Grupo Patria Cultural. México. Pacheco, José Emilio (1987). Las batallas en el desierto. Editorial Era. México. Pavis, Patrice y Jaume Melendres (2002). Diccionario del teatro. Madrid, Paidós. Pérez—Reverte, Arturo (2004). La Reina del Sur. Alfaguara. España. Proust, Marcel (1999). En busca del tiempo perdido. Alianza. Madrid. Puig, Luisa (1978). La estructura del relato y los conceptos de actantes y función. UNAM. Instituto de Investigaciones Filosóficas. México. Rascón Banda, Víctor Hugo (1986). Tina Modotti. SEP, Letras Mexicanas. México. Reyes, Alfonso (1963). “Antología. Prosa, teatro, poesía”, Colección Popular. México. FCE. Rimbaud, Arthur (1998). Poesías Completas. Cátedra. Madrid. Rojas, Emilio (1993). Antología, Leyendas, cuentos, fábulas, apólogos y parábolas. México. Rojas, Fernando De (1995). La Celestina. Ed. Porrúa. México. Ros, Nora (2004). “El lenguaje artístico, la educación, y la creación”. Revista Iberoamericana de Educación (ISSN: 1681—5653). Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires, Argentina. Rulfo, Juan (1992). El llano en llamas. FCE. México. Sabines, Jaime (1991). Otro recuento de poemas. Ed. Joaquín Mortiz. México. Salazar, Crisanto y Refugio Salazar (1998). Antología de Poesía Sinaloense contemporánea. Ed. UAS. México. Sánchez Espinosa, Martha y Reyna Martínez (2007). Literatura 2. Un enfoque constructivista. Pearson Educación, México. Sánchez, Ovidio, Canseco (2007). Literatura 1. Santillana. México. Savater, Fernando (1993). Ética para Amador. Ariel. Barcelona. 202 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ Solórzano, Carlos (1975). El teatro hispanoamericano contemporáneo. Antología. FCE. México. Souto, Arturo (1991). El lenguaje literario. Temas básicos, área: Lengua y literatura. Trillas, México. Verástica Cháidez, María Luisa (2005). Literatura y comunicación I. DGEP‐UAS, México. Villaseñor López, Victoria Yolanda (2005). Literatura 1. Edit. Nueva Imagen S.A. México. Fuentes electrónicas http://es.encarta.msn.com/encyclopedia.html http://la-muerte-humana.iespana.es/antologia3.htm http://www.bibliotecasvirtuales.com/biblioteca/OtrosAutoresdelaLiteraturaUniversal.htm http://www.biografiasyvidas.com/indices.htm http://www.cervantesvirtual.com http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/otras/1001/1001-05.htm http://www.cultureduca.com/litepoe_teoria_generos1.php http://www.ensayistas.org/curso3030/introd.htm http://www.iacat.com/revista/recrearte/recrearte03 http://www.literaturainba.com/escritores/escritores _mes.php http://www.materialdelectura.unam.mx http://www.oecd.org/document/ http://www.poesia-inter.net/index02.htm http://www.rieoei.org/deloslectores 203 Biografía de autores ALEKSANDR PUSHKIN, 1799-1837, conocido poeta y novelista ruso, cuya educación recibida fue basada en la lengua y la literatura francesas, tanto para él como para sus hermanos. A los doce años fue admitido en el Liceo Imperial, y allí fue donde descubrió su vocación poética. En 1831 contrajo matrimonio con Natalia Goncharova. Escribió sus últimas obras en prosa: Poltava; Relatos de Belkin; El caballero de bronce; La hija del capitán. A su muerte se le consideraba ya el padre de la lengua literaria. ALFONSINA STORNI, 1892-1938, poetisa de origen suizo quien a los cuatro años se trasladó con sus padres a Argentina. Se graduó como maestra, ejerció en la ciudad de Rosario y allí publicó poemas en Mundo Rosarino y Monos y Monadas. Compartió además la vida artística y cultural del grupo Anaconda con Horacio Quiroga y Enrique Amorín y obtuvo varios premios literarios. ALGIRDAS JULIEN GREIMAS, 1917-1992, lingüista francés de origen lituano, inició su carrera como lexicógrafo. Es el fundador de los estudios de semiótica estructural. Sus obras fundamentales son Semántica estructural, Sobre el sentido y Semiótica y ciencias sociales. ANDRÉS BELLO, 1781-1865, filólogo, escritor, jurista y pedagogo venezolano. Interesado desde muy joven por la lectura de los clásicos y educado en la filosofía enciclopedista, completó su formación con estudios de literatura, filología y derecho, que sin embargo no pudo terminar por falta de recursos; fue esencialmente un autodidacta de altísima capacidad intelectual. Entre sus creaciones destacan una Oda al 18 de septiembre, la elegía El incendio de la Compañía y el poema El proscrito, que quedó inconcluso. ANTÓN CHÉJOV, narrador y dramaturgo ruso, 1860-1904, es considerado el representante más destacado de la escuela realista en Rusia, su obra es una de las más importantes de la dramaturgia y la narrativa de la literatura universal. Su estilo está marcado por un la ausencia de tramas complejas a las que se sobreponen las atmósferas líricas que el autor crea ayudado por los más sutiles pensamientos de sus personajes. Simple y complejo, puso de relieve los pliegues más tristes y ocultos de la naturaleza humana. ANTONIO MACHADO, poeta español nació en Sevilla en 1875 y murió en Collioure en 1939. Su obra es expresión lírica del ideario de la Generación del 98. Hijo del folclorista Antonio Machado y Álvarez pasó su infancia en Sevilla y en 1883 se instaló con su familia en Madrid. Las ediciones de Poesías completas son de tema amoroso y erótico inspirado por la que fue esposa, llamada Guiomar en dichos versos. ARTHUR RIMBAUD, 1854-1891, poeta francés cuyos padres se separaron en 1860, y fue educado por su madre, una mujer autoritaria. Destacó pronto en el colegio de Charleville y la segunda parte de su vida fue una especie de caos aventurero. Se instaló en Adén y más tarde en Etiopía. Se dedicó al comercio de marfil, café, oro o cualquier producto que consiguiera por el trueque de 205 LITERATURA I / UAS-DGEP alguna mercancía europea. En 1891, le fue amputada una pierna y murió poco después en un hospital de Marsella. ARTURO PÉREZ-REVERTE, novelista español, nació en Cartagena en 1951. Periodista y corresponsal de guerra, su obra supone una actualización de la novela de aventuras. Durante su juventud trabajó como reportero para el diario de provincias Pueblo, realizando constantes viajes, principalmente a países africanos en. En 2002 daría a conocer un nuevo libro: La reina del sur. Fue elegido miembro de la Real Academia Española de la Lengua en 2003. CARLOS FUENTES, narrador y ensayista mexicano, nacido en Panamá en 1928. Es uno de los escritores más importantes de todos los tiempos en el conjunto de la literatura de su país. Por su cuidadosa exploración de México y lo mexicano, a través de una obra extensa y un lenguaje donde incorpora neologismos, crudezas coloquiales y palabras extranjeras. Hijo de un diplomático de carrera su vida estuvo marcada por constantes viajes y estancias en el extranjero. Aura, historia mágica y fantasmal es una de sus obras. CAYO VALERIO CATULO, 87-54 a.C., poeta latino de familia acomodada frecuentó en Roma el círculo de los «nuevos poetas», deudores de la poesía alejandrina, cuyo tema poético principal es el amor, expresado en metros nuevos. Los versos de Catulo, especialmente los dedicados a su amor por Lesbia, seudónimo de Clodia, hermana del tribuno Clodio, son de gran realismo y fuerza expresiva. CHARLES BUKOWSKI, 1920-1994, escritor estadounidense de la línea del anticonformismo californiano de la generación beat quien utilizó un lenguaje agresivo y una temática marginal, elaborando una obra singular, entre cuyos títulos destacan Escritos de un viejo indecente, Ordinaria locura y There is no business. CHARLES PERRAULT, 1628-1703, escritor francés cultivó la poesía galante e ingresa en la Academia Francesa en 1671. Su poema El siglo de Luis el Grande reavivó la «querella de antiguos y modernos», y para sostener su tesis, favorable a los escritores modernos, escribió Comparación entre antiguos y modernos y Los hombres ilustres que han surgido en Francia durante el s. XVII. Es autor de una serie de Cuentos, destinados al público infantil, que le valieron una gran celebridad póstuma. CONSTANTINO CAVAFIS O KAVÁFIS, 1863-1933, es el más importante poeta griego moderno. En un lenguaje a la vez prosaico y exquisito, escribió poemas de tema erótico y de exploración de la vida interior. Dejó dos colecciones de Poemas, ambas publicadas póstumamente. CRISANTO SALAZAR, nació Zacatecas en 1968. Estudió en la escuela de Filosofía y letras la UAS, con postgrado en psicopedagogía. Maestro de asignatura del área de comunicación y literatura desde 1992. En 1993 publica Boceto para una mujer con pies de luna y es coautor de la Antología de Poesía Sinaloense contemporánea (1998). E.T.A. HOFFMANN, 1776-1822, escritor y compositor alemán, hijo de un abogado, estudió derecho, y de 1804 a 1807 residió en Varsovia, donde vivió una época de intensa actividad profesional y artística. Creó una orquesta, organizó conciertos y se dedicó a la composición. Escribió numerosas piezas para piano, música de cámara, lieder, coros, música religiosa y óperas, entre las que destaca por su calidad Ondina, ópera romántica que ejerció cierta influencia sobre Weber. 206 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ EDGAR ALLAN POE, 1809-1849, poeta, cuentista y crítico estadounidense, fue educado por John Allan, un acaudalado hombre de negocios de Richmond, y de 1815 a 1820 vivió con éste y su esposa en el Reino Unido, donde comenzó su educación. Es justamente célebre su extenso poema El cuervo, donde su dominio del ritmo y la sonoridad del verso llegan a su máxima expresión. Publicados bajo el título Cuentos de lo grotesco y de lo arabesco son narraciones de terror. EMILIO CARBALLIDO, 1925-2008, escritor, poeta, cuentista y dramaturgo veracruzano, escribió cientos de obras teatrales, guiones para cine y televisión e incursionó como director de escena. Realizó obras como Rosa de dos aromas, Rosalba y los llaveros, Un día de ira, Acapulco los lunes, entre muchas otras que fueron llevadas a la pantalla grande y chica. Por ello el Instituto Nacional de Bellas Artes lo dio a conocer como un ícono de la literatura mexicana. ESQUILO, 525-455 a.C., escritor griego quien participó desde muy joven en los concursos de poetas trágicos. En el año 484 consiguió el primer premio de su gloriosa carrera. Su tumba se convertiría en lugar de peregrinación para muchos poetas. De Esquilo sólo se conoce la Orestíada. Además, Esquilo escribió un número de tragedias que oscila entre 60 y 90, lamentablemente sólo se conocen siete de ellas. FEDERICO GARCÍA LORCA, 1898-1936, poeta y dramaturgo español quien pasó sus primeros años de infancia en un ambiente rural para después ir a estudiar a un colegio de Almería. Estudió filosofía y letras y se licenció en derecho. La casa de Bernarda Alba, considerada su obra maestra, fue también la última, ya que ese mismo año, al estallar la guerra civil, fue detenido y fusilado por las fuerzas franquistas diez días más tarde, bajo acusaciones poco claras que señalaban de alterar el «orden social». FERNANDO SAVATER, filósofo y escritor español, nació en San Sebastián 1947. Profesor en las universidades de Madrid y del País Vasco, ha centrado su atención en cuestiones éticas. Además de obras narrativas Caronte aguarda; Diario de Job; Episodios pasionales; El jardín de las dudas y dramáticas Vente a Sinapia; Ética para Amador, Sobre vivir, Diccionario filosófico, El valor de educar, Despierta y lee, Malos y malditos y Las preguntas de la vida. FRANCISCO DE QUEVEDO, 1580-1645, escritor español cuyos padres desempeñaban altos cargos en la corte, por lo que desde su infancia estuvo en contacto con el ambiente político y cortesano. Estudió en el colegio imperial de los jesuitas, y, posteriormente, en las Universidades de Alcalá de Henares y de Valladolid, donde adquirió su fama de gran. Escribió desde tratados políticos hasta obras ascéticas y de carácter filosófico y moral, como La cuna y la sepultura. FRAY LUIS DE LEÓN, 1527-1591, desde muy joven militó en la orden agustina. Estudió en las universidades de Alcalá de Henares y de Salamanca, donde obtuvo dos cátedras: la primera de filosofía moral y la segunda de Sagradas Escrituras. Fue detenido por la Inquisición y encarcelado durante casi cuatro años a causa de su Comentario al Cantar de los Cantares, entonces prohibido. Sobre la base de su pensamiento platónico-agustiniano, cantó el ideal de vida retirada y el anhelo de plenitud que prefigura la vida celestial. GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ, novelista colombiano nace en Aracataca, Colombia en 1928. Estudió derecho y periodismo e inició sus primeras colaboraciones periodísticas en el diario El Espectador. A los veintisiete años publicó su primera novela, La hojarasca, y es a partir de esta obra que 207 LITERATURA I / UAS-DGEP su narrativa entroncó con la tradición literaria hispanoamericana. Su prestigio literario, en 1982 le valió el Premio Nobel de Literatura. GABRIELA MISTRAL, 1889-1957, poetisa y educadora chilena, hija de un maestro de escuela, decidió dedicarse ella también a la enseñanza; trabajó como profesora de secundaria en su país y como directora de escuela. Se dio a conocer en los Juegos Florales de Chile en 1914 con el libro de poemas Los sonetos de la muerte, nacidos del dolor causado por el suicidio de su prometido, el empleado ferroviario Romelio Ureta, a quien había conocido en 1906. GARCILASO DE LA VEGA, 1501-1536, poeta renacentista español perteneciente a una noble familia castellana. En 1510 ingresó en la corte del emperador Carlos I y tomó parte en numerosas batallas militares y políticas. Herido de muerte en combate, durante el asalto de la fortaleza de Muy, en Provenza, Garcilaso fue trasladado a Niza, donde murió. Escribió también cinco canciones, dos elegías, una elegía a Boscán y tres odas latinas, inspiradas en la poesía horaciana y virgiliana. GERARDO DIEGO, 1896-1987. Estudió Filosofía y Letras en la Universidad de Deusto y posteriormente en las de Salamanca y Madrid, donde se doctoró. En 1920 obtuvo la cátedra de Lengua y Literatura en el Instituto de Soria, y sucesivamente enseñó la misma asignatura en los Institutos de Gijón, Santander y, a partir de 1966, en un instituto de Madrid. En 1925 publica “Versos humanos” por el que obtendrá el Premio Nacional de poesía. Contiene el famoso soneto al ciprés de Silos. Gerardo Diego sorprende por la variedad en su poesía. Variedad de temas, de tonos, de estilos. GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER, 1836-1870, poeta español, hijo y hermano de pintores, quedó huérfano a los diez años y vivió su infancia y su adolescencia en Sevilla, donde estudió humanidades y pintura. En 1854 se trasladó a Madrid, con la intención de hacer carrera literaria. Para poder vivir hubo de dedicarse al periodismo y hacer adaptaciones de obras de teatro extranjero, principalmente del francés. Se hizo célebre con sus famosas Rimas. GUY DE MAUPASSANT, famoso novelista francés, nació en 1850 y murió en 1893. Inició en París sus estudios de derecho, interrumpidos por la guerra franco-prusiana y que reemprendería en 1871. Autor de una extensa obra entre cuentos y novelas de corte naturalista, cuyos títulos son: La casa Tellier; Los cuentos de la tonta; las novelas Una vida, Bel Ami y Pierre y Jean. INÉS ARREDONDO, 1928-1989, cuentista y ensayista mexicana. Hizo estudios de biblioteconomía y letras; colaboró en diversos suplementos literarios mexicanos; trabajó sobre el poeta Jorge Cuesta, del Grupo Contemporáneos. Forma parte de la generación de escritores que empezó a publicar en la década de 1960: Juan García Ponce, Juan Vicente Melo, Salvador Elizondo, Sergio Pitol, entre otros. Su obra es breve y compacta: sus dos libros La señal (1965) y Río subterráneo (1979) analizan finamente complejos aspectos de la relación amorosa desde el punto de vista de una mirada femenina. JAIME SABINES, poeta y ensayista mexicano nacido en Tuxtla Gutiérrez en 1926, se trasladó a México en donde inició estudios de Filosofía y Letras. Aunque escribió sus primeros poemas antes de los dieciocho años, fue en la universidad donde publicó «Horal» a la edad de veintitrés años. En 1985, recibió el Premio Nacional de Ciencias y Artes. En 1986, con motivo de sus sesenta años, fue homenajeado por la UNAM y el INBA. Tras una larga enfermedad falleció en Ciudad de México en 1999. 208 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ JOSÉ DE ESPRONCEDA, 1808-1842, poeta español quien desde muy joven se sintió atraído por la literatura y por la actividad política, aficiones ambas que definirían su carrera futura. La represión política que siguió al trienio liberal motivó su encierro en un convento de Guadalajara, donde emprendió la redacción de Don Pelayo, poema épico de corte neoclásico que dejó inacabado. El poema El estudiante de Salamanca supuso su primer gran éxito. JOSÉ EMILIO PACHECO, escritor mexicano nacido en 1939, es autor de una importante obra poética, centrada en la conciencia de lo efímero (No me preguntes cómo pasa el tiempo, Islas a la deriva, Los trabajos del mar, Miro la tierra, Ciudad de la memoria, y en prosa, con cuentos El viento distante, El principio del placer, y novelas Morirás lejos, Las batallas en el desierto, notables por su solidez y por su densidad conceptual. JOSÉ MARTÍ LA HABANA, 1853-1895, político y escritor cubano nacido en el seno de una familia española con pocos recursos económicos, a la edad de doce años José Martí empezó a estudiar en el colegio municipal que dirigía el poeta Rafael María de Mendive, quien se fijó en las cualidades intelectuales del muchacho y decidió dedicarse personalmente a su educación. Publicó El presidio político en Cuba, El Manifiesto de Montecristi o su Diario de campaña, entre otras obras. JUAN BAÑUELOS nació en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, México en octubre de 1932. Estudió en las Facultades de Derecho, Filosofía y Letras y en la Escuela de Ciencias Políticas, todas de la UNAM. Pertenece al grupo La Espiga Amotinada. Su poesía ha sido difundida por la BBC de Londres y publicada en idiomas como el checo, polaco, búlgaro, húngaro, noruego, sueco, rumano y alemán. Ha publicado, en poesía: Puertas del Mundo, en La Espiga Amotinada; Escribo en las paredes, en Ocupación de la palabra, entre otras obras. JUAN DEL ENCINA, 1469-1529, poeta, músico y dramaturgo español, hijo de un menestral, ingresó en la catedral de Salamanca como mozo de coro y entró más tarde al servicio del hermano del duque de Alba, quien le financió los estudios de bachiller en leyes en la Universidad de Salamanca, donde probablemente tuvo como maestro a Antonio de Nebrija. En la corte ducal presentó sus primeras composiciones poéticas y musicales, de carácter festivo, con gran éxito. Su obra musical, se encuentra reunida en el Cancionero musical de Barberini. JUAN JOSÉ ARREOLA, 1918-2001, escritor mexicano de irónicos cuentos de gran rigor formal, reunidos en Confabulario total, de obras de teatro La hora de todos; Tercera llamada..., tercera... o empezamos sin usted y de la novela La feria. Viajó a París, donde estudió declamación, técnica de actuación. Formador de importantes escritores y ganador de una serie de premios entre los que cuentan el Premio Nacional de Periodismo. Oficial de Artes y Letras del Gobierno de Francia. Doctor honoris causa por la Universidad de Colima y por la UAM. JUAN RAMÓN JIMÉNEZ, 1881-1958, poeta español quien tras cursar el bachillerato en el colegio de los jesuitas de Puerto de Santa María, ingresó en la universidad de Sevilla para estudiar derecho, carrera que abandonó para seguir su vocación artística. Entre sus obras se citan a La estación total, Romances de Coral Gables y Animal de fondo, en los que la búsqueda de la belleza total se plasmó a través de una visión intelectualista y metafísica, en función de la cual su poesía se transformó en una manifestación de lo eterno. 209 LITERATURA I / UAS-DGEP LUIS DE GÓNGORA Y ARGOTE, 1561-1627, poeta español nacido en el seno de una familia acomodada, estudió en la Universidad de Salamanca. Desempeñó varias funciones que le brindaron la posibilidad de viajar por España. Su vida disipada y sus composiciones profanas le valieron pronto una amonestación del obispo. Compuso Soledades y la Fábula de Polifemo y Galatea, ambos de extraordinaria originalidad, tanto temática como formal. MANUEL ACUÑA, 1849-1873, poeta mexicano que junto con Agustín F. Cuenca, fundó la sociedad literaria Netzahualcóyotl. Su obra poética, recogida en Poesías, fue publicada después de su suicidio y está teñida del más melancólico romanticismo. MANUEL MANTERO, nació en Sevilla en 1930. Su doctorado fue sobre la filosofía y el derecho en Giacomo Leopardo. Miembro de Honor de Asociaciones Internacionales. Está en posesión de la Orden de Don Quijote, máxima distinción del hispanismo norteamericano. Sobre su obra se celebran regularmente congresos y sesiones especiales. Conferenciante en muchas instituciones de Europa y América, es miembro de la Real Academia Sevillana de las Buenas Letras. En 2005 recibió la Medalla de Oro de la ciudad de Sevilla. MARCEL PROUST, 1871-1922, escritor francés que a los nueve años sufrió el primer ataque de asma, afección que ya no le abandonaría, por lo que creció entre los continuos cuidados y atenciones de su madre. En la enseñanza secundaria, afianzó su vocación por las letras y obtuvo brillantes calificaciones. Tras cumplir el servicio militar, asistió a clases en la Universidad de La Sorbona y en la Escuela Libre de Ciencias Políticas. Proust adapta a la obra detalles y períodos larguísimos, laberínticos, como si no quisiera perder nada del instante. MARIO BENEDETTI, escritor uruguayo nacido en 1920, es un destacado poeta, novelista, dramaturgo, cuentista y crítico. En marzo de 2001 recibió el Premio Iberoamericano José Martí en reconocimiento a toda su obra. Ha sido Director del Departamento de Literatura Hispanoamericana de la Facultad de Humanidades y Director del Centro de Investigación Literaria en La Habana. En 1997 publicó la novela Andamios. En 1998 regresó a la poesía con La vida, ese paréntesis. MIGUEL HERNÁNDEZ, 1910-1942, poeta español de la Generación del 27, destacó por la hondura y autenticidad de sus versos, reflejo de su compromiso social y político. Nacido en el seno de una familia humilde, en el ambiente campesino de Orihuela, de niño fue pastor de cabras y no tuvo acceso más que a estudios muy elementales, por lo que su formación fue autodidacta. Escribió Cancionero y romancero de ausencias para expresar su hondo pesar por la separación de su mujer y sus hijos y la angustia que le producían los efectos devastadores de la guerra. MOLIERE, 1622-1673, dramaturgo y actor francés nacido en una familia de la rica burguesía comerciante en la cual su padre desempeñaba el cargo de tapicero real, perdió a su madre a la edad de diez años. Alumno en el colegio jesuita de Clermont hasta, se licenció en la facultad de derecho de Orleans, en 1642. Su gran mérito consistió en adaptar la comedia del arte a las formas convencionales del teatro francés, para lo que unificó música, danza y texto mediante la ironía. NICOLÁS GUILLÉN, 1902-1989, poeta cubano, considerado el máximo representante de la llamada poesía negra centroamericana, y poeta nacional de la isla por su obra ligada a la cultura afrocubana. Cursó un año de derecho en La Habana, antes de abandonar la universidad y volver a su 210 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ ciudad donde trabajó como tipógrafo y se dedicó al periodismo en la redacción de El Camagüeyano, en cuyas páginas inició también su actividad literaria con sus famosos Poemas de Amor. OCTAVIO PAZ, 1914-1998, escritor mexicano, cuyos intereses literarios se manifestaron de manera muy precoz, publicó sus primeros trabajos en diversas revistas literarias. Estudió en las facultades de Leyes y Filosofía y Letras de la Universidad Nacional. Conforman su obra poética quince títulos: Luna silvestre; Bajo tu clara sombra y otros poemas sobre España, por mencionar algunos. Su producción en prosa abarca once obras, entre ellos, El laberinto de la soledad. En 1990 se le concedió el Premio Nobel de Literatura. OSCAR LIERA, 1946-1990, dramaturgo sinaloense, poeta y director de teatro fue considerado uno de los creadores escénicos más importantes de México de la segunda mitad del siglo XX. Es reconocido por sus obras en las que hace uso del humor y la crítica despiadada contra la Iglesia y el Estado. Dejó escritas 36 obras de teatro. Algunas de las más destacadas son El camino rojo a Sabaiba, El jinete de la divina providencia, Los negros pájaros del adiós, Los camaleones, entre otras. Fundó el Taller de Teatro de la UAS, donde montó numerosas obras. PABLO NERUDA, 1904-1973, poeta chileno, publicó La canción de la fiesta, su primer poema. Su madre murió sólo un mes más tarde de que naciera él, momento en que su padre, un empleado ferroviario, se instaló en Temuco, donde el joven Pablo Neruda cursó sus primeros estudios y conoció a Gabriela Mistral. Allí también comenzó a trabajar en un periódico, hasta que a los dieciséis años se trasladó a Santiago, donde publicó sus primeros poemas en la revista Claridad. En 1971, se le concedió el Premio Nobel de Literatura. RAFAEL ALBERTI, 1902-1999, poeta español, miembro de la Generación del 27. Sus padres pertenecían a familias de origen italiano asentadas en la región y dedicadas al negocio vinícola. De entre sus libros publicados cabe mencionar Fustigada luz, Lo que canté y dije de Picasso, Versos sueltos de cada día, Golfo de sombras (1986), Accidente. Poemas del hospital y Canciones de Altair. En los años ochenta publicó una continuación a su autobiografía, iniciada en 1942, La arboleda perdida. Memorias. Rafael Torres Sánchez, nació en Culiacán en 1953, es un poeta con formación en economía e historia. Ha escrito, entre otros: Fragmentario; Teclear; Cuatro fechas y un son para niños; Juego de espejos; El arquero y la liebre; Arribita del río; Jalisco: el tránsito de la Revolución. Durante las dos últimas décadas ha ejercido la docencia y la investigación en varias universidades como investigador del Departamento para el Estudio de la Cultura Regional de la Universidad de Guadalajara. RAY BRADBURY, nació en Waukegan, EE UU, en 1920. Se dio a conocer como escritor de relatos fantásticos en revistas especializadas, y alcanzó la fama con la recopilación de sus mejores relatos en el volumen Crónicas marcianas, que obtuvieron un gran éxito y le abrieron las puertas de prestigiosas revistas. Se trata de narraciones de ciencia ficción que podrían calificarse de poéticas más que de científicas, en las que lleva a cabo una crítica de la sociedad y la cultura actual, amenazadas por un futuro tecnocratizado. RAYMOND CLEVIE CARVER, JR., 1938-1988, escritor estadounidense adscrito al llamado realismo sucio. Carver nació en Clatskanie, Oregón y creció en Yakima, Washington. Su padre trabajaba 211 LITERATURA I / UAS-DGEP en un aserradero y era alcohólico. Sus historias han sido incluidas en algunas de las más prestigiosas compilaciones estadounidenses: Best American Short Stories y el Premio O. Henry de relatos cortos. ROLAND BARTHES, 1915-1980, crítico, ensayista y semiólogo francés, fue uno de los principales representantes de la nueva crítica o crítica estructuralista. Estudió en el liceo Louis-le-Grand y ejerció la actividad docente en el liceo de Biarritz. Trabajó como periodista. Fragmentos de un discurso amoroso, es un ensayo-novela en el que, reflexiona sobre la “soledad extrema” de un discurso. Sus últimas obras son La cámara lúcida y, publicada póstumamente, Lo obvio y lo obtuso. ROMÁN GUBERN, crítico y guionista cinematográfico español, nació en Barcelona en 1934. Se licenció en Derecho y fue director del cine-club universitario de Barcelona durante dos años, 1955 y 1957. Colaboró en publicaciones como Cinema Universitario, Nuestro cine, Triunfo, Destino y otras. En 1964 dirigió y realizó el guión de su primera película, Brillante porvenir. Autor de numerosas obras sobre el cine, entre las que destacan Historia del cine y El cine sonoro en la II República, entre otros títulos. RUBÉN BONIFAZ NUÑO, nació en Córdova Veracruz, en 1923. Dueño de excepcional sabiduría técnica, ha afinado la versificación hasta crearse sus propias modalidades estróficas y una sintaxis peculiar que debe tanto a la poesía escrita como al lenguaje coloquial. El idioma dócil y tenso se ciñe con la misma precisión al canto de la cólera o la ternura, la esperanza o la melancolía, el amor o la soledad sin remedio. Ha recibido premios como el Nacional de Letras 1974 y el Alfonso Reyes 1984. RUBÉN DARÍO, 1867-1916, seudónimo del gran poeta nicaragüense Félix Rubén García Sarmiento, iniciador y máximo representante del Modernismo hispanoamericano. Su familia era conocida por el apellido de un abuelo, “la familia de los Darío”, y el joven poeta, en busca de eufonía, adoptó la fórmula “Rubén Darío” como nombre literario de batalla. Ganó el reconocimiento de los escritores contemporáneos con Azul. SABINA BERMAN, nació en México en 1955. Es directora de cine, poeta, narradora y ensayista. Forzaron a sus padres judíos-polacos a aterrizar en Mazatlán cuando el ataque contra puerto de la perla mientras que huían de los nazis europeos. Estudió psicología en la UNAM, y dirección teatral en el Centro de Arte Dramático. Entre sus muchas obras destacan La grieta, Sol de mi antojo, antología poética del erotismo gay y su película Entre villa y una mujer desnuda. SAFO, VII-VI a.c., poetisa griega quien vivió toda su vida en Lesbos. Supuestamente llevó la vida propia de las mujeres de la clase alta, alejadas necesariamente del ambiente de luchas e intrigas políticas; según, era homosexual. De su obra, se han conservado algunos Epitalamios, cantos nupciales para los cuales creó un ritmo propio y un metro nuevo, que pasó a denominarse sáfico, y fragmentos de poemas dirigidos a algunas de las mujeres que convivían con ella. TINA MODOTTI, 1896-1942, a los diecisiete años emigró de Italia a los Estados Unidos con su familia. Trabajó en Hollywood. En 1921 conoció a Edward Weston, excelente fotógrafo norteamericano que le enseñó a usar la cámara. A principios de 1930, fue expulsada de México acusada injustamente de conspirar para asesinar al Presidente. En 1940, el gobierno de Lázaro Cárdenas anuló su expulsión de 1930. 212 CRISANTO SALAZAR GONZÁLEZ / MARÍA LUISA VERÁSTICA CHÁIDEZ UMBERTO ECO, semiólogo y escritor italiano, nació en Alessandria en 1932. Se doctoró en Filosofía en la Universidad de Turín. Su tesis versó sobre El problema estético en Santo Tomás, y su interés por la cultura medieval se hace presente en sus obras, hasta emerger de manera explícita en su novela El nombre de la rosa. Desde 1971 ejerce su labor docente en la Universidad de Bolonia. En mayo de 2000 fue galardonado con el Premio Príncipe de Asturias. VÍCTOR HUGO RASCÓN BANDA, 1948-2008, dramaturgo mexicano quien en 1979 escribió Voces en el umbral su primera obra de teatro. Recibió, además, los premios Ramón López Velarde en 1979 y el premio Juan Rulfo en 1991 por su novela Contrabando. Entre sus obras se encuentran: Máscara vs. Cabellera, Manos arriba, Cierren las puertas, entre otras. VÍCTOR JOEL ARMENTA, nació en Angostura, Sinaloa, en 1956. Miembro y fundador del taller de creación literaria de la Universidad Obrera de México. Es autor de Celebración de otoño (1991). VÍCTOR LUNA, nació en Culiacán, Sinaloa, en 1970. Participó en los talleres literarios de la Escuela de Filosofía y Letras de las UAS y de DIFOCUR. Tiene dos cuadernos de poemas publicados: A favor del viento (1992) y Espiga de la ausencia (1993). 213 Literatura I de Crisanto Salazar González y María Luisa Verástica Cháidez se terminó de imprimir en el mes de septiembre de 2011 en los talleres gráficos de Once Ríos Editores, calle Río Usumacinta 821 Col. Industrial Bravo. Tel. 01(667)712-2950. Culiacán, Sin. Esta obra consta de 1000 ejemplares.
© Copyright 2024