8 Ágora PLAZA CULTURAL DE PLAZA CULTURAL DE De lejos y a mi alrededor Equivocaciones Carlos Caco Ceballos Silva VERANO de 1960.- Me contó que allá por la década de los treinta, que después de haber pasado aquí las vacaciones con su familia, su esposa, él y su primogénita salieron de regreso a Mexicali, donde él trabajaba de profesor. Ya en Guadalajara, transbordaron un vagón de segunda del Sudpacífico y que luego subieron, se acomodaron junto a una familia que llevaba también un crío y que iba a Tepic. Desde luego intimaron y todo el camino fue un continuo platicar. Poco antes de llegar a Tepic, el auditorio empezó a recoger y revisar los boletos, debido a que en esa ciudad habría camino de tripulación. Llegando a Tepic la familia se despidió y se bajaron. Después de un rato, el agudo silbido de la locomotora anunció la partida. Ya caminando, el nuevo revisor empezó a checar el boletaje y al llegar con Flores y pedírselos, sorprendido y molesto lo espetó: estos boletos son para Tepic, y por más explicaciones que el profesor le daba, argumentado que de seguro el auditor anterior, por equivocación se los cambió por los de la familia que se quedó en Tepic, los conminó a que abandonaran el tren en la próxima estación. Siguió explicándome que ante tamaña y cruel realidad y no teniendo dinero extra para completar los pasajes, pues como los buenos paisanos todo lo había gastado en sus vacaciones y llevaba solamente lo estricto para llegar a Mexicali, lo único que podía hacer: recorrer los vagones contando la triste historia y solamente así pudimos continuar nuestro viaje a la frontera. En el año de 1983 y pasados seis meses de haber sufrido un robo la acreditada y prestigiada Casa Ceballos, se presentó ante mí el abogado del acusado en compañía de la esposa del inculpado y de sus pequeños hijos a pedirme que por favor cambiara un poquito mi declaración. ¿Cómo? ¡No es posible!, le contesté. Mire, es muy fácil, diga que se equivocó. Nosotros, y me señaló a una anciana y a los chiquillos, no obtuvimos nada de lo que robó, él tenía un “cariño” y esa mala mujer lo orilló a que se portara mal, así es que nosotros estamos arrimados con mi suegra y estamos sufriendo muchas carencias; por favor, ayúdenos. Y yo movía negativamente la cabeza. Ella seguía con sus ruegos y lamentaciones, así es que en un momento, no resistiendo más les dije: ¡Vamos, pues! Y así, todos encaminados en un taxi nos encaminamos al juzgado. En el camino, el licenciado, que no había hablado nada, me explicó que todo era muy fácil, que ya estaban de acuerdo en el juzgado. Llegamos, la secretaria se puso a la máquina y empecé a declarar nuevamente. Recuerdo que le dije que todo se debió a una equivocación, a la tienda le entra mucho aire por la puerta que da al portal, que posiblemente una racha de aire voló algunos papeles y entre ellos iba el cheque, y así de sencillo fue como se le facilitó la libertad al inculpado, gracias a que todo había sido una “equivocación” al enredar los términos de robado a volado. Me platicaba don Armando que por causas ignoradas ya no había concebido su señora, habían pasado 8 años, cuando de pronto me dio el feliz y nervioso aviso de que estaba embarazada. Y desde ese momento empezó nuestra preocupación, algunas dolencias, desarreglos y su edad eran razones muy poderosas para que tanto a ella como a mí nos empezaran a intranquilizar. Acudimos al médico, recetó, recomendó métodos y una reglamentación en alimentos y cuidados para facilitar la concepción. Y así llegó el terrible, pero ansiado día. La interné en el Seguro. Ya ahí la prepararon y la llevaron al quirófano. Después de un largo rato vi que la sacaron y una enfermera se acercó rápidamente y me dijo al oído: Tranquilícese, todo salió bien. Dos horas después me invitaron a entrar en la habitación. De inmediato me dirigí con ella, me hinqué pues la cama estaba bajita y la empecé a besar y al hablarle al oído, recuerdo que le decía: Gracias a Dios, todo salió bien, pronto nos iremos a la casa y tan luego puedas andar, iremos con la Virgen a darle las gracias. Y seguía con los besos y alisándole su pelo. Pasados unos momentos, ya más tranquilizado, voltee y vi a un señor parado junto a mí, pensé que sería un doctor o ayudante, por lo que me paré preguntándole en qué podía servirlo, y fue entonces cuando el señor, sonriéndose, me contestó: Mire, esta es mi señora, usted está equivocado, su señora es la de aquella cama. Como un egipcio que habla a su pirámide tú que eres un niño con tos, las disertaciones de un niño atenuadas por la oscuridad, (6 de noviembre de 1960) VIÑETAS DE LA PROVINCIA 4 2410 Domingo 25 de septiembre de 2016 tú que perdiste lo inadecuado como un perro (el pulso siempre en los ojos, su seriedad exacta), anúncialo. Tú, que vives tras el sólido velo, que respiras lentitud y miras desde lo perenne con ojos helados y blancura, anúncialo. Anúncialo, porque lo real espera antes, año tras año, era tras era, como los cimientos a la casa, como las grúas a la película: anuncia que cuando el hombre asciende deja abajo lo vivo, que muere de inmediato. Y desde los ojos del perro, madre, con tu voz simple de chica de provincia (de estudiante de ciencias de provincia), dime ahora que alguien nos sostiene, dime quiénes son y por qué están ahí y dime que yo estaré con ellos. Quiero creer, ingenuamente, que creo. Arcos Bosques corporativo obra del Arquitecto Teodoro González de León (1926-2016). * Empresario, historiador y narrador. † Director General: Armando Martínez de la Rosa Don Manuel Sánchez Silva J.S.T. Urruzola Madre, Ágora Tragedia entre presidiarios Coordinador: Julio César Zamora Velasco Imágenes: Fotos de Archivo. Correo: [email protected], [email protected] ESCRIBEN: Josafat Ramírez, José María Lomelí, Norma Navarrete, Gabriel Gallo, Gabriel Araico, Yunuén Cuevas y Caco Ceballos. 2 Ágora PLAZA CULTURAL DE Un par de monedas Las obras de Teodoro González de León, símbolo de la modernidad en la Ciudad de México Yunuén Cuevas Josafat Ramírez Mendieta Embajada de México en Alemania. En días pasados, falleció el arquitecto y pintor Teodoro González de León, a los 90 años de edad. Nació el 29 de mayo de 1926, en la Ciudad de México. Estudió en la Escuela Nacional de Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México. Gracias a una beca del gobierno francés, trabajó durante 18 meses en el taller de Le Corbusier, en Francia, a partir de 1947, en donde colaboró como residente, en la Unité d’Habitation de Marsella. Todo un artista, en toda la extensión de la palabra. Sus obras de estilo contemporáneo son símbolo de la modernidad en la Ciudad de México. Él marcó la pauta en la arquitectura mexicana, pasando de edificios tradicionales a diseños que poco se habían visto. Entre sus edificios más destacados, podemos disfrutar del Museo Rufino Tamayo, la estructura conocida como Reforma 222, el edificio del Poder Judicial de la Nación, colaboró para el Auditorio Auditorio Nacional. Nacional, la Casa Matriz del Fondo de Cultura Económica, entre otros. Fue uno de los defensores en un inicio del Movimiento Moderno, en los años 50. González de León señaló que estos principios no funcionaban para la realidad del país, y no resolvían temas como la carencia de vivienda. Jamás quiso inmiscuirse en problemas políticos y de vivienda, sólo quería hacer arte. Asimismo, tenía una gran forma de ver lo que conocemos como monumento. Él quería que se le llamara de otra forma. Su obra fue reconocida con el Premio Nacional de Artes, en 1982. Y sí, sus estructuras son obras de arte, mismas que salían de la cotidianidad y una forma de diseño “funcional”. Su atrevimiento en formas y líneas lo llevó hasta a dudar de su capacidad, misma que nos mostró una y otra vez. Ahora, con su partida, ese temor queda atrás, y nos deja edificios que son parte de la cultura mexicana. 7 Ágora PLAZA CULTURAL DE Edificio del Fondo de Cultura Económica. Un par de monedas no hacen daño a nadie. Decía Roberto a su esposa, Karla, cada que entregaba dinero a quien se acercaba a ayudarle a subir las bolsas del mandado al auto o a quien le limpiaba el parabrisas. –Un día de estos te las van a aventar en la cara, no toda la gente es como tú –le repetía su esposa cada que se percataba del suceso. Karla y Roberto habían decidido casarse una década antes después de una relación de dos años. Tenían dos hijos, Mariana y Lucas. Usualmente Karla se hacía cargo de las actividades del hogar, recogiendo a los niños de la escuela, llevándolos a sus actividades vespertinas, pero hacía un par de semanas la situación había cambiado. Ahora Roberto sale de la tienda con una bolsa de mandado en cada mano. Se limita a caminar ignorando su alrededor, voltea por el espejo retrovisor para salir del estacionamiento esperando que el hombre de suéter rojo se acercara para indicarle que puede avanzar sin problema y entregarle dos monedas. El sonido ensordecedor que hace el disparo del arma que sostiene Roberto en su mano en dirección al hombre que le daba la instrucción de avanzar, se confunde con el inicio de una tormenta en la ciudad. El esposo de Karla sale rápidamente del lugar para incorporarse a la avenida. –Ya voy para allá, sólo compro el mandado y regreso –recordó las palabras que su mujer le dijo por teléfono en su última llamada, dos semana antes. Roberto enciende la radio con la intensión de disipar sus pensamientos. Trata de no pensar en ella, pero era imposible. La ama como desde el primer día en que la conoció. –¿Y los niños?, ¿dónde los dejaste? –se pregunta a si mismo esperando que su cerebro le dé la respuesta–. ¿Cómo que dónde?, donde los has dejado las últimas dos semanas, Roberto, por favor, dónde más –continúan sus pensamientos. Sigue conduciendo rumbo a casa de su madre, para recoger a los niños. –¿Estás bien, hijo? –pregunta su mamá al ver su semblante. El sudor corre por su frente mientras mantiene los labios apretados. Parece que ha visto a un muerto. –Estoy bien mamá, no pasa nada. Me llevo a los niños para que se duerman, se tienen que levantar temprano para ir a la escuela. ¿Pasas por ellos mañana otra vez, verdad? –Sí, hijo, no hay problema –dice la madre mientras los ve partir. Al llegar a casa, Roberto se dispone a cargar a los pequeños hasta sus camas, los arropa y les da un beso en la frente, como Karla solía hacer cada noche antes de dormir. Se dirige a su recámara, coloca el revólver sobre el buró y con la mirada perdida dice: –Ya no hay problema, mi amor. Ya todo está en su lugar. Mientras tanto, en el estacionamiento de la tienda departamental yace el cuerpo sin vida de un hombre que, conforme a la investigación resulta ser quien un par de semanas antes había asesinado a Karla, en ese mismo lugar al tratar de entregarle un par de monedas. En los cuencos de los ojos resuenan las voces Brenda Rosales Todos teníamos un sueño, nos levantamos, por los sin voz; luego nos dispararon con cañones de profundo silencio. Hay una llaga, alguien debía dormir para no olvidarnos del sueño, nos envolvieron entre las flores y la tierra ahora, entre las manchas brotan los rostros como música brotan, como páginas vivientes libros que se escriben eternamente; ¡Qué no se repita! ¡Qué venga la memoria y nos bendiga! En el abrazo con la Justicia encontramos la muerte, aun así…a veces, cerrar los ojos no es suficiente. 6 Ágora 3 Ágora PLAZA CULTURAL DE PLAZA CULTURAL DE En la historia Mariposa del arte… Gabriel Gallo H. Ágora Con tinta roja Gabriel Araico Mariposa, te escribo estas líneas con la esperanza y el anhelo de que lleguen a tus manos. A través de estos años, arrastrado por la nostalgia, en ocasiones he venido a Nogueras con la ilusión de encontrarte y reanudar el sueño que vivimos, o al menos que viví yo. Camino por este callejón umbroso, escucho murmurar el arroyo corriendo entre los guijarros. Cierro los ojos y aspiro el aire oloroso de la floresta húmeda por la lluvia, y dejo que retornen a mi mente los días de total inocencia, cuando quedó prendado mi corazón de tus ojos y tu sonrisa. Recuerdo el hastío y la soledad que sentía cuando, acompañando a mi madre, llegamos a este lugar a visitar aquellos parientes. Eran desconocidos para mí y al no tener hijos de mi edad, deambulaba yo en solitario, tirando con la resortera a los pájaros y lagartijas, con pésima puntería, por cierto. Te conocí, lo recuerdo bien, cuando caminábamos a comprar algo al único tendejón que entonces existía. Después de cruzarnos una o dos veces y caminar juntos otras tantas, iniciamos la plática con la simplicidad que dan los pocos años. El catalizador de la confianza fue caminar por el siempre sombreado callejón, conociendo por ti el nombre de los árboles y yo platicándote cosas de mi ciudad. Sentados a la puerta de tu casa sobre aquellos troncos, iluminados apenas por la pálida luz del foco, te inventaba cuentos de aparecidos tratando de provocarte un miedo que nunca logré. Un recuerdo luminoso es el de aquella mañana en que corté una sencilla flor blanca y te la ofrecí. Con ojos de sorpresa y desconcierto, pues sin duda era la primera flor que recibías, mirabas la flor y después a mí. Algo en tu esencia ancestral de mujer te hizo intuir una galantería en aquella acción simple. Galantería que yo estaba muy lejos de intentar. Hoy pienso que, el acto de regalarte aquella flor, igual fue un impulso profundamente ancestral. En fin, creo que me estoy enredando con todo esto. El hecho es que al tercer día yo me desperté deseando salir a verte y caminar junto a ti. Escuchábamos la lluvia golpeando atronadora sobre las láminas de los techos y a continuación salíamos a brincotear en los charcos sin zapatos y seguir los barcos de papel por las corrientes, mojándonos por las gotas tardías desprendidas de los árboles. Sentí mi pecho a punto de reventar cuando me diste aquella pequeña piedra jaspeada de azul y rosa, encontrada en el lecho del arroyo. —Mira, qué bonita –dijiste sonriendo y me miraste a los ojos–, te la regalo para que te acuerdes. Pues te diré que hoy, después de tantos años, sigo recordando aquella piedrita y aún me estremezco. Llevo guardada la imagen de tus ojos, tu sonrisa, tu mano extendida ofreciéndome la piedra. Tiempo después comprendí que en ese momento me enamoré de ti. Aquella sonrisa es lo que me ha obligado a regresar aquí cuantas veces lo ha permitido mi vida trashumante. Supe, hace años, que ustedes habían cambiado de residencia. No logré averiguar a dónde te llevó el destino. Esta ocasión me han dicho que te vieron una o dos veces en Comala. Al escuchar lo anterior, mi corazón se descompasó de angustia. La esperanza de verte nuevamente, hace que mi mente pierda piso. Tengo tres días recorriendo el pueblo a distintas horas y por todos los rumbos, con el anhelo de mirarte. Mariposa, el tiempo que dispongo para andar por estos rumbos, se me ha agotado. Dejaré esta nota en el hueco de piedra que nos sirvió de escondrijo para guardar nuestros tesoros de piedras y escarabajos brillantes. Sospecho que has tenido la misma idea en el pasado, pues me he encontrado varias piedrecillas bonitas en el interior del hueco. Pondré, igual que antes, una piedra cubriéndola, y colocaré al pie de la cerca las tres piedras que nos servían de señal para indicar que habíamos dejado mensaje. Te anoto abajo tres direcciones diferentes a donde puedes enviarme alguna carta. Sigo enamorado a pesar de los años. Te amo. Grillo. Aquí estoy sentado a la orilla del sillón, aferrado a él como barquito a punto de naufragar mientras todos se divierten en la fiesta, incluyendo la pareja a mi lado que no deja de besarse y me hace sentir incómodo. Cómo quisiera llamar tu atención aunque fuera una vez. Pero no, yo que tenía una cantidad de historias para contarte, eché todo a perder por la mañana a mitad de clase, cuando por fin me atreví y te pedí que me escribieras algo en un pedazo de papel. No sé cómo se me pudo ocurrir algo así. Y lo único que obtuve fue tu cara de “sacada de onda”, preguntando: ¿Lo que sea? ¿Es en serio? Todo el ciclo escolar animándome para este momento, ¿y lo único que se te ocurrió fue preguntar eso? Pero luego vino lo peor, cuando por fin te decidiste a escribir sobre el papel y leí: “El ser y la nada”. ¿Qué diablos fue eso?, ¿acaso un intento de filosofar? ¡Y con tinta roja! Me escribiste una frase sin sentido… ¡Y con tinta roja! Si no fuera porque te veías tan bonita con tus lentes, poniendo atención al maestro, hubiera tomado el pedazo de papel y te lo hubiera lanzado a la cara. Siempre te ves hermosa de hecho, desde el día que te vi por primera vez entrar al salón de clases. Tengo que cambiarme de lugar, la pareja de al lado necesita más espacio. No consigo encontrarte entre tanta gente, es más fácil en la escuela, ahí siempre sé dónde puedo verte. Aunque tú no siempre volteas y muy pocas veces me has ofrecido una sonrisa. Solamente dos, para ser exactos. Soy un desastre, ni siquiera logro encontrarte en esta fiesta en donde es probable que todos sean más populares que yo, por lo que siento que yo sea la persona que menos te interese encontrar y con quien hablar. ¡Con tinta roja! Quien le escribe a un enamorado un par de palabras absurdas… con tinta roja. Y todavía me aclaraste: “Es lo único que se me ocurrió”. Por sí tenía la ligera esperanza de que significara algo. Qué fiesta tan aburrida, ni siquiera se puede caminar de tanta gente, mejor me salgo a fumar un cigarrillo. Cierto, no fumo. Presiento que probablemente haya cruzado frente a ti un par de veces y te soy invisible, mi presencia te es tan indiferente como lo fue escribirme algo hoy… en tinta roja. Tal vez a ti también te pareció aburrida la fiesta y decidiste irte. Eso debe ser, tal vez estás pensando en cómo fue que se te ocurrió escribir algo tan simple. Sí, debo ir a buscarte a tu casa. “El pequeño bastardo”, nombre con el que James Dean bautizó a su Porsche Spyder 550, en el que perdió la vida tras el fatal accidente. 25 de septiembre 1897.- Nació el escritor William Faulkner, narrador y poeta estadounidense. En sus obras destacan el drama psicológico y la profundidad emocional, utilizó para ello una larga y serpenteada prosa, además de un léxico meticuloso. Nobel de Literatura del año 1949. 1969.- Nació Catherine Zeta Jones, actriz, cantante y bailarina británica. A lo largo de su carrera, ha recibido múltiples reconocimientos por sus logros actorales, entre ellos el premio Óscar por su interpretación de la asesina Velma Kelly en el musical Chicago y el premio Tony por su papel en el musical A little night music. 26 de septiembre 1945.- Murió Bela Bartok, músico húngaro que destacó como compositor, pianista e investigador de música folclórica de la Europa oriental. Bartok fue uno de los fundadores de la etnomusicología, basada en las relaciones que unen la etnología y la musicología. 1947.- Nació Olivia Newton-John, cantante de música pop y actriz de cine australiana, nacida en Reino Unido y de origen judeoalemán y checo. Se hizo particularmente famosa por la película Grease. 27 de septiembre 1917.- Falleció Edgar Degas, un pintor y escultor francés. Reconocido por su visión particular sobre el mundo del ballet, capturando escenas sutiles y bellas, en obras al pastel. 28 de septiembre 1573.- Nació Michelangelo Merisi da Caravaggio, pintor italiano activo en Roma, Nápoles, Malta y Sicilia entre los años de 1593 y 1610. Es considerado como el primer gran exponente de la pintura del Barroco. 1934.- Nació Brigitte Bardot, actriz, cantante, icono de la moda y símbolo sexual francesa de mediados del siglo XX. Además es una activista de derechos de los animales, fundadora y presidenta de la fundación que lleva su nombre. Figura femenina de los años 50 y 60 como estrella mundial y musa de los más grandes artistas de su época, entre ellos Antonio Saura. Con 48 películas en su haber y más de 80 canciones en 21 años de carrera, Brigitte Bardot, también conocido por las iniciales “BB”, es una de las artistas francesas más exitosas. También es una de las estrellas del cine europeo más reconocidas de después de la guerra. 29 de septiembre 1547.- Nació Miguel de Cervantes Saavedra, soldado, novelista, poeta y dramaturgo español. Es considerado una de las máximas figuras de la literatura española y universalmente conocido por haber escrito Don Quijote de la Mancha, que muchos críticos han descrito como la primera novela moderna y una de las mejores obras de la literatura universal, además de ser el libro más editado y traducido de la historia, sólo superado por la Biblia. 1931.- Nació Anita Ekberg, actriz y modelo sueca. Fue Miss Suecia en 1951 y compitió en el concurso de Miss Universo. Su debut cinematográfico fue en la película Abbot and Costello go to Mars a principios de los años 50. Después vendrían títulos como Loco El debut como director de Roger Vadim, que contó para el papel principal con el protagonismo de su esposa, Brigitte Bardot, supuso el estrellato mundial de ésta, altamente sensual en la película: Y Dios creó a la mujer (1956). por Anita, la superproducción Guerra y paz (War and Peace) de King Vidor (1956) y Paris Holiday (1958). En 1960 interpretó su papel más recordado, el de Sylvia, la rubia despampanante que toma un baño en la Fontana de Trevi en la película La dolce vita, de Federico Fellini. 1935.- Nació Jerry Lee Lewis, pianista y cantante estadounidense, pionero del Rock and Roll, apodado The Killer (“El Asesino”) por su fuerte personalidad y su puesta en escena, y tras ser considerado seria alternativa frente a Elvis Presley. 30 de septiembre 1791.- Se estrenó en Viena La Flauta Mágica, ópera de Wolfgang Amadeus Mozart y libreto en alemán de Emanuel Schikaneder. Es la última obra escenificada en vida del compositor y estrenada en el Theater an der Wien de Viena, bajo la dirección del propio Mozart, apenas dos meses antes de su muerte. 1924.- Nació Truman Capote, periodista y escritor estadounidense, principalmente conocido por Desayuno en Tiffany’s (1958) y su novela-documento A sangre fría (1966). 1955.- En un trágico accidente murió James Dean, actor estadounidense que en el periodo de 1954 a 1955 filmó tres películas que lo llevaron a la gloria: Al Este del Edén, Rebelde sin causa y Gigante. 1 de octubre 1935.- Nació Julie Andrews, actriz y cantante británica, conocida especialmente por sus papeles en películas como Mary Poppins (1964), The Sound of Music (1965) y The Princess Diaries (2001). 4 Ágora 5 Ágora PLAZA CULTURAL DE PLAZA CULTURAL DE VIÑETAS DE LA PROVINCIA Tragedia entre presidiarios Don Manuel Sánchez Silva Era Dionisio Carrizales, allá por el año de 1922, un muchacho de 24 a 25 años, de elevada estatura, complexión robusta, moreno de color y pómulos pronunciados en una fisonomía de rasgos duros. Hallándose en Manzanillo trabajando como estibador, tuvo un disgusto con un compañero de labores; sobrevinieron las injurias y el lance se resolvió en tragedia, al abatir Dionisio a su rival de una certera puñalada en el corazón. Después de las primeras diligencias aplicadas por el juez menor del puerto, el homicida y la causa fueron traídos a esta ciudad, donde se siguió el proceso hasta pronunciarse una sentencia que condenaba al malhechor a 12 años de reclusión. Pocos meses habían transcurrido de haber comenzado a correr la pena, cuando las autoridades porteñas remitieron a dos marinos alemanes, acusados de contrabando. Pertenecían a un barco de su nacionalidad, del que al tocar puerto extrajeron una considerable cantidad de diversos artículos que se dieron a realizar subrepticiamente, pues habían eludido los impuestos aduanales correspondientes. Uno de los detenidos, de nombre Otto Kramer, era un robusto teutón de apenas más de 20 años. Su compañero tenía una edad equivalente y ambos coincidían en exhibir un temperamento levantisco y en su afición a liarse a golpes por el más insignificante de los motivos y hasta sin él. Por aquel entonces, la cárcel general se encontraba en el local que ahora ocupa en el Palacio de Gobierno, la Inspección General de Tránsito. La alcaldía lindaba al exterior, y dentro, levantándose sobre un estrecho y sombrío patio, tres pisos de celdas daban albergue a la prisión. El sitio era estrecho, húmedo y maloliente. Es vieja tradición en las cárceles que la autoridad interior se ejerza por medio de uno de los reos a quien se denomina “mayor”, y el cargo se discierne de común acuerdo entre el alcaide y los reclusos. Por una de esas desviaciones absurdas del buen sentido, la designación no se hace en razón de los méritos de buena conducta de los aspirantes, sino de sus antecedentes de hombría, entendiéndose por tal el concepto mexicanísimo del valor, que consiste en tener pronta la mano y cruel la condición. De conformidad con semejante criterio, Dionisio fue pronto elevado a la categoría de “mayor” de la prisión, y es justo asentar que desempeñaba sus funciones con energía y cierto espíritu de justicia que hacían respetables sus disposiciones. En el Juzgado de Distrito se ventilaba la causa de Kramer y su cómplice, que por desconocer el idioma español, y especialmente a causa de su carácter turbulento, no disfrutaban de ninguna simpatía entre los presos. Un día, se produjo un incidente violento: Kramer provocó a uno de los reclusos, éste lo injurió y amenazó, y aquél, que aparte de su vigor físico sabía boxear, lo puso fuera de conocimiento a fuerza de puñetazos. Intervino Carrizales, mejor dicho, trató de intervenir, porque el Uno de los detenidos, de nombre Otto Kramer, era un robusto teutón de apenas más de 20 años. Su compañero tenía una edad equivalente y ambos coincidían en exhibir un temperamento levantisco y en su afición a liarse a golpes por el más insignificante de los motivos (6 de noviembre de 1960) alemán, enfurecido con la pelea desconoció la autoridad del mayor y también lo recibió a golpes, haciéndole caer al suelo, donde con el peso de su cuerpo rompió unas botellas vacías. Kramer se fue sobre Dionisio, posiblemente para ultimarlo, pero éste tomó un grueso vidrio y, sirviéndose de él como de una improvisada pero tremenda navaja, de un solo tajo abrió el abdomen del alemán, que al ver asomar por la herida sus propias vísceras enloqueció de dolor y de espanto. Fue inútil la atención médica prestada poco después de la riña por el doctor José María Herrera, que pasando casualmente por la cárcel fue llamado para socorrer al herido, quien poco después falleció. A Dionisio se le destituyó del cargo de “mayor”, se le sujetó a un nuevo proceso y se le acumuló la pena correspondiente con la del anterior. No obstante y como es lamentablemente frecuente, pasó poco tiempo en la cárcel, confirmando la tradición nacional de que en este país tan sólo se pudren en prisión los que carecen de dinero e influencias. El compañero de Kramer fue puesto en libertad por falta de méritos y nunca se volvió a saber su paradero, y los reos siguieron viviendo indiferentes y fatalistas su existencia de promiscuidad e ignominia, que pocas, muy pocas veces, tiene expiación y enmienda. * Periodista, escritor y fundador de Diario de Colima.† Escena de la cinta La fuga de Alcatraz (1979), película dirigida por Don Siegel y protagonizado por Clint Eastwood. Rugidos literarios Fantasía, un lugar de prodigios José María Lomelí Pérez VII Los tesoros escondidos “Las verdades contenidas en las doctrinas religiosas aparecen tan deformadas y tan sistemáticamente disfrazadas que la inmensa mayoría de los hombres no pueden reconocerlas como tales. Es lo mismo que cuando contamos a los niños que la cigüeña trae a los recién nacidos. También les decimos la verdad, disimulándola con un ropaje simbólico, pues sabemos lo que aquella gran ave significa. Pero el niño no lo sabe, se da cuenta únicamente de que se le oculta algo, se considera engañado, y ya sabemos que de esta temprana impresión nace, en muchos casos, una general desconfianza contra los mayores y una oposición hostil hacia ellos...”. Sigmund Freud, El porvenir de una ilusión. Rescatando esta cita del padre del psicoanálisis es como Joseph Campbell da inicio a su obra El héroe de las mil caras, un estudio psicoanalítico del mito en el más amplio sentido de la palabra. En ella, como puede verse, el énfasis está puesto en la incapacidad para comprender el mensaje que se oculta bajo la mágica piel de las historias, entiéndase religiosas y fantásticas a la vez, de lo cual puede deducirse fácilmente la existencia de un lenguaje simbólico, mismo que hay que aprender si se desea encontrar sus significados más profundos. El abogado y veterano de la Guerra Civil Estadounidense, Robert G. Ingersoll, afirmó: Hay tesoros en los libros que no se pueden comprar ni con todo el oro del mundo, pero que el más pobre labrador puede obtener gratis. Los tesoros que nos dan las narraciones fantásticas, en este caso, son todas las cuestiones aludidas con anterioridad referentes al conocimiento de épocas pasadas, la transmisión de importantes pautas necesarias para la maduración personal, el desarrollo de la creatividad, la inspiración de tomar las riendas de un camino heroico propio. Muy por el contrario del detestable lugar común al que muchos inteligentes recurren para menoscabar la importancia de la fantasía, afirmando que en la vida real los finales felices no existen, los cuentos de hadas nos enseñan que en su conclusión no todos sus personajes tienen finales felices ni tristes, que dependiendo de las decisiones que cada uno de ellos haya tomado en su propio camino será el destino que se habrá forjado, que, como afirma J. K. Rowling, en voz de Albus Percival Wulfric Brian Dumbledor (Orden de Merlin, Primera Clase, director del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería, Jefe Supremo de la Confederación Internacional de Magos y Jefe de Magos de Wizengamot): ...los humanos tienen la manía de escoger precisamente las cosas que menos les convienen [fiarse de las palabras de un lobo, aceptar una manzana de una desconocida, abrir la puerta de un gabinete prohibido, traicionar a sus hermanos por dulces, apropiarse de un anillo maestro que le dé poder y dominio sobre el mundo entero, pretender convertirse en el señor de la muerte]; y quizá lo más importante: que la vida da más de una oportunidad para recomponer el rumbo, punto en el que encontramos el salvador beso del príncipe, los mágicos deseos concedidos por genios y hadas madrinas, el sabio mago protector, el poder redentor del sacrificio. Sin embargo, caeríamos en un error si además de contar una historia a alguien pretendiéramos incluir una moraleja derivada de nuestra propia reflexión. Dicho hallazgo debe ser personal, puesto que las historias conectarán de forma distinta con cada uno de sus lectores o escuchas. En este sentido, tal como sólo Jasón pudo haber encontrado el vellocino de oro, Bilbo Bolsón el Anillo Único de Poder y su sobrino Frodo destruirlo, los tesoros contenidos en los cuentos deben ser descubiertos por cada explorador del mundo de fantasía de forma individual. Acceder a tal riqueza es tan sencillo como seguir el llamado a la aventura que nos ofrece cada uno de esos libros y abrir las puertas de la fantasía, de lo contrario, como Walt Disney afirmó: Serás una persona pobre toda tu vida si no conoces las grandes historias y los grandes poemas. Jugar con tu sombra Norma Navarrete Los niños corren de una sombra a otra. Juan Ramón Jiménez. ¿Has jugado alguna vez a perseguir tu sombra? Ya sé, también has visto al mar en fotografía. Y aun sigues tras la vida Aunque te asusten las sombras A tus 29 años, en que vas perdiendo todo; Igual que los niños riegan migas de pan en un cuento.
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