DIOS, EL HOMBRE Y LA SOCIEDAD.

41.
PRECIO DE LA SCSCRICION.—MADRID : por niimorns
sueltos 4 2 rs.; tres meses í i r s . ; seis mesfsW rs.;
un año 80 rs.
un
MADRID 12 DE OCTUBRE DE 1867.un
PROVIVT.Its- -Tres meses 2S rs ;seis mesesSOrs.;'
—
aüo 9tl rs.—l'.DBA , PCSRTO-KICO V KSTRASJERO,
año 7 pesos.—AMERICA T ASIA, 10 i 15 pesos.
ANO
XI.
Mucho se lia hablado del poder del amor y de los esdel caudillo italiano contribuyeron á aumentarla. Hacemos caso omiso de una interesante correspondencia tremos á que conduce á los que logra dominar; estreque publica un periódico de esta corte, y según la que mos tales, que un dramaturgo no vaciló en poner á
á estas horas ya debia hab;r estallado la guerra entre una de sus obras, conocidísima y furiosamente aplauItalia y Francia y estar ardiendo media Europa. Por dida por las amas de cria, las maritornes, los soldados
si faltasen instrumentos con que dar principio al dra- y los párbulos, el título de : Todo lo vence el amor, ó
REVISTA DE LA SEMANA.
ma, la Gaceta Oficial de Florencia publica el anuncio la Pata de cabra. Pero existe otro amor, que aunque
de un concurso que abre el ministro de la Guerra para procedente del mismo tronco, esto es, de un sentiadquirir 300,000 fusiles que se carguen por la culata. miento lícito, cual es el de poseer siquiera lo indispenCreemos que estas armas no se comprarán sólo por sable para adquirir el pan nuestro de cadadia, sufre los
editándolo impar- el placer de tirar dinero á la calle ó de almacenarlas mas lamentables estravíos. El propietario de una casa
de ñeras, dice la crónica de estos últimos dias, acabaciahnente, no hay para que se oxiden.
cosa como no teEl papa pronunció en el Consistorio de 20 de se- ba de vender en una ciudad de Francia, su colección
• HIT bolsa, ó como tiembre una alocución contra el gobierno jiiamontcs, de animales á unos ingleses, colocando el producto
enerla vacía, pa- acusándolo de haber hollado todos los derechos divi- adelantado de la venta, que ascendía á 14,000 franra verse libre de nos y humanos, y singularmente de no haber temido cos, en un cofre, que puso el dueño de las fieras en
los altos y bajos proponer, aprobar y sancionar una ley que anuncia medio de los tigres, los leones, las hienas, etc. Pero
á que estín es- la venta de los bienes del clero, que la autoridad pon- hé aquí que un ladrón, enamorado del dinero, penetra
1
puestos los que se tificia declara nula y de ningún efecto, declarando entre los animalitos, se apodera del cofre, y por sui hallan en pose- además incursos en las penas y censuras eclesiásticas puesto del contenido, y desaparece, sin que hasta ahora haya podido averiguarse su paradero. En otros tiemsión de una cual- á los autores de ella.
I quiera , aunque
l'rusia está dundo pruebas de una actividad asom- pos, cuando los poetas amansaban con su lira las fieras,
por su pequenez brosa, que revela un vivo deseo de rápido engrande- babríase atribuido esta heroica hazaña á algún hijo
merezca tan sólo el nombre de bolsillo. Interminable cimiento. Su gobierno anuncia que trata de hacer es- predilecto de las Musas; pero hoy ni aun esafieraque
ser
ia la enumeración de las ventajas que disfruta tensivo el sistema telegráfico á todo pueblo de mas se llama hambre consiguen amansar, aunque se estén
el hombre que no tiene un cuarto, ó que carece de S0O habitantes, y con objeto de desarrollar su ma- tocando todos los instrumentos filarmónicos basta el
de bolsa, lo cual viene á ser lo mismo; ni rateros le rina se presentará en breve al Consejo federal una me- día riel Juicio.
asaltan, ni amigos le piden, ni enemigos le persiguen, moria relativa al asunto, pidiéndose al propio tiempo
Después de treinta años de muerta, acaba de inhuJJ'comisionados de apremios le acosan, ni herederos un crédito estraordinario para la fióla. Por lo demás, marse en París el cadáver de la hermosa prusiana Radesean que emprenda cuanto antes su último viaje. la lucha entre los periódicos prusianos, italianos y heb Levin, baronesa de Warnhegen , quien temiendo
Lo
contrario sucede con los bolsistas , y una prueba de franceses, sigue cada vez mas encarnizada , y mani- que la enterraran viva, dispuso en su testamento que
e
"O puede verse en el pánico que últimamente se es- fiestan el odio profundo que las naciones de que se la tapa de su atabud fuese de cristal, que la vigilara
Parció entre los de París , por los rumores belicosos hacen eco los dos primeros profesan á la de que son durante un mes un guarda de vista y que no se la seflue circularon, y á que dio fuerza el relativo al nom- órgano los últimos. Si conforme se disparan palabras pultase hasta que hubieran pasado treinta años. Secobramiento del señor Drouyn de Lhuis, como ministro se disparasen balas, ya no quedaba, entre ellos, títere noce que la señora baronesa tenia un poco mas apego
p Negocios Estranjeros, nombramiento que represen- con cabeza.
á la vida y un poco menos valor que el ciudadano á
taría e| triunfo de la política guerrera. Personas que
Varias correspondencias dicen que los buques de quien se refiere el párrafo precedente.
?e suponen bien informadas aseguran que nada grave Francia, Prusia, Rusia, Austria é Italia siguen trasTrátase en Valencia de crear una sociedad de socor"av por el momento; pero los temores no cesan, y portando las familias de los candiotas á Grecia. Mas
y de auxilios para los náufragos, á cuyo electo. la
esto hace que en las Iransaciones comerciales no haya de !ÍO,OOO personas han sido ya conducidas á este rei- ros
Económica de aquella capital, á quien se debe la idea,
gran movimiento.
no, quedando aun en Candía 800 voluntarios, que han trabaja con buen resultado. Aplaudimos el pensamien. Al declarar Garibaldi en Genova, de paso para la tenido algunos encuentros con las tropas turcas.
to, mas no podemos hacer lo mismo con el de la funlsla
.de Caprora, que se hallaba libre del todo, arengó
Nada notable se sabe de Méjico, sino que Juárez ha ción de toros que dias atrás vimos anunciada , y en la
'"rías veces al pueblo, recomendándole que no olvida- publicado una proclama, lijando para el 22 de setiem- que se ofrecía que cuatro ciegos de. nacimiento, hijos
fe,a. Homa, donde al (-abo iría él; estando aun preso, bre las elecciones de la presidencia de la república, de Murcia, que han trabajado con aceptación en dife••""'« publicado
publicado una
una proclama
proclama en
en el
el mismo
mismo sentido;
se.ntulo; ¡ presentando
presentanno al
al pueblo
pucoio en
en dicho
dicuo documento
documen varias mo- rentes plazas de España, lidiarían una becerra. Cada
fle
uno de los ciegos—anadia el anuncio—llevará una
manera que si agitación existia antes, las palabras dilicaciones en el código fundamental del pais.
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EL MUSEO UNIVERSAL.
campanilla alada á I» piorna derecha, de igual sonido negación procaz de toda idea de derecho, y un escar- mas lo repitamos,—el patriotismo será siempre el
que otra, pendiente del cuello d" la b'cerra , produ- nio sangriento del buen sentido.
egoísmo de los pueblos.
ciendo osle conjunto de sonidos iguales umclins equiEl interés fundamental de los pueblos, sin distinIII.
vocaciones que oscilarán la hilaridad del público. Una ción de razas, climas, sedas y grados de civilización;
señorila de la alta aristocracia lia recalado á la empresa su necesidad política permanente es ser gobernados
D.ido el pueblo, es indispensable el gobierno; dado
una bonita sortija , que se alará á uno de los cuernos con arreglo á las nociones de la justicia, que no varí i el gobierno, son indispensables, la rectitud en éste y
ile la becerra, y será el premio de aquel de lus ciegos con las latitudes geográíieas; que no se modificares- \ la obediencia en aquel. Si el mando supremo muclio
que tenga la suerte de cogerlo.» I.os ciegos, añadimos pedo del blanco, ni del negro, ni del hombre de j ensalza, mucho también esclaviza al (pie sabe comnosotros, podrán s.ilir ilesos de la bestial corrida, pero bronceada tez; (pie no altera sus prescripciones pro- j prender los múltiples deberes que le impone, y tiene
mltip
e q
p , y ene
lo que es el sentimiento de humanidad va de seguro á lectoras en comarca alguna por hombres habitada.
ía virtud la fuerza de voluntad necesarias para cumla enfermería, y si se le sigue sometiendo á tan salvaPara satisfacer ose fundamental interés, para dejar plirlos.
jes pruebas, habrá que contarlo ooino c sa perdida.
largamente satisfecha esa perminente necesidad, basEl que aspira á mandar debe proponerse gobernar,
Muchos de nuestros colegas de la corte preguntan lan á las naciones la sabiduría y la moralidad de go- porque nadie tiene derecho á elevarse sobro el nivel
cuándo se pondrán á la venia los sellos de cinco milé- bernantes dignos de su noble misión : de mas están, de la generalidad, sino sabe dirigir á sus compatriosimas, é indican los grandes perjuicios que esperi- para conseguir tan elevados fines, las cabalas insidiosas las para hacerlos felices; único título á cuya sombra
inenlan los editores, á causa do la detención de sus de la diplomacia, y la espada de la invasión cstranjera. puede exigirse, á las naciones la sumisión y el resenvíos. Si nuestras noticias son exaclas, creemos que Lo qque la cordura no consiga,
la gguer- peto.
g no lo conseguirá
g
muy en breve quedarán satisfechos tan justos deseos.
No basta alcanzar el dominio, triunfo en muchos
ra ; lo que la buena fe no alcance, no lo alcanzarán la
Él progreso constante de la educación popular en Es- venganza ó la violencia, y lo que en litigio se bailaba casos debido á la casualidad ó la intriga ; es preciso sapaña, sino tan rápido como pudiera haber sido, por antes de apelar á la fuerza'material, no quedar:! fuera bor merecerlo y sabor conservarlo, porque el hombre
efecto de mil diverjas circunstancias, se demuestra de él aun cuando á la categoría de los hechos sea ele- no vale por lo que el moro azar le entrega un día para
por los siguientes dalos que publica la Gaceta de los vado, sobre las humeantes ruinas de naciones antes arrebatárselo otro , sino por lo que sus merecimiencaminos <la hierro. En )8.'!2 existían sólo 700 escuelas !florecientes, por orgullosos congresos internacionales, tos le granjean para retenerlo siempre. La honradez
y hasta 1839 sólo se elevaron á !>00; pero en 1800 re- forjadores de inicuos tratados, l.a obra de la fuerza acrisolada, el talento, los buenos y dilatados servicios
sultaron ya 2í,3i!9 escuelas y i. 101,o29 niños y niñas por la fuerza perece mas ó menos pronto; porque si la prestados á la patria en los parlamentos, en los camlos que en un año habían concurrido á ellas, á mas casualidad concede á las armas momentáneos triunfos, pos de batalla, en la administración de justicia, en alde So,90.S alumnos de los colegios de segunda ense- Dios niega á la iniquidad duraderas victorias. Siestas tos puestos en que la incorruptibilidad y la sabiduría
ñanza ó de los institutos y uníversi lades. A estos datos fuesen posibles, el inunda moral caería en tinieblas hayan brillado á la par yá igual altura: talos, y no otros,
podemos añadir nosotros, que sólo desde 184<1 á 18'io, ¡ mas espantosas que las del caos primitivo.
son los títulos que recomiendan á los hombres sobre
los fondos públicos consignados en el presupuesto para ; Los pueblos, no nos cansaremos de repetirlo, no sus semejantes y les dan irrecusables derechos á la no
la enseñanza pública, se elevaron desde 12 millones y ' son enemigos por la naturaleza, antes bien son herma- disputada gobernación de los Estados.
medio de reales á 86.
' nos; y sin 'a fascinación deplorable que en ellos proLos jefes supremos de éstos, ora reyes absolutos,
duce ia ignorancia que los entrega díscrecionalmente ora monarcas conslilucbnales, ora emperadores, ora
Por la revista y la parte no firmada de ente número, ¡ al capricho del mas fuerte, ó del mas astuto, ó del mas presidentes de república, están imperiosamente obliatrevido; y sin la torcida dirección que no pocas veces gados por el interés de su propia conservación políVENTURA RLIZ AGUILERA.
por desgracia, imprimen á sus mas nobles instintos y tica, por el decoro de la alia magistratura que ejerá su patriotismo la ambición, el orgullo ó el deseo de cen, y también por la gloria y la prosperidad de sus
venganza de los que los rigen, la sangre humana no subditos, á ser en sumo grado concienzudos en lotoregaría la tierra con la aterradora frecuencia de que cante á elección de aquellos en quienes se proponen
nos dan cuenta las liistorias sagradas y profanas. depositar su confianza y la representación de su potesDIOS, EL HOMBRE Y LA SOCIEDAD.
Derramad el benéfico rocío de la instrucción sobre tad.Nopues, al favoritismo ciego, ni á caprichosas simlos pueblos, idólatras infelices aun de aciagas tradi- patías personales, deben los jefes de las naciones hacer
(CONTI.VTACIOS.)
ciones, y harto aficionados al culto de recuerdos que arbitros de la elección de sus consejeros y ministros.
destilan sangre y aconsejan venganzas hereditarias, Tengan presente que un mal depositario "de su conII.
envenenadoras impías de una y otra generación; ren- fianza , sea cual fuere la forma de gobierno porque se
i l
d casta,
t para los cuales el tiempo i rija el Estado, puede sor la causa de su propia perdiy de
El patriotismo, sin embargo, como todos los senti- cores nacionales
mientos, como todas las aspiraciones y como todas no tiene lenitivos ni límites. Derramad los resplando- I cion y do la perdición de éste. Gobernar en justicia y
las virtudes, tiene un limite natural, impuesto por la res divinos del Evangelio sobro la frente de los pue- \ en amor : hé aquí el fácil secreto de imperar sobre la
razón y por ios hechos , porque nada en lo humano es blos, y á su luz inspiradora de la verdad y del bien, se conciencia y el corazón de los pueblos. Los que á esta
incondicional ó absoluto : este límite es la justicia, es reconocerán como Jiennanos y se amarán como tales. máxima ajustaren su conducta , dignos serán de la alla moral universal. El amor á Ja patria no debe sobre- Y cuando ese dia venturoso llegue, el patriotismo per- tura en que á Dios plugo colocarles sobre sus semejanponerse á las consideraciones de la rectitud; no debe derá por completo el carácter de rudeza que suele tes, y tranquilo será, por consiguiente, el ejercicio de
creer equitativo lo que daña á los demás pueblos, por- distinguirlo, porque dejan! de consistir en el estermi- su autoridad.
que lo que no se ajusta á razón entre los individuos uio de los débiles por el brazo de hierro de los fuerCíñase el gobernante al cumplimiento do sus funtampoco será conforme á ella entre las gratules colec- tes. No se buscará entonces la vida nacional en la ciones, conozca á fondo la órbita en que se encierran
tividades políticas, es decir, entre las repúblicas, las muerte de la nación fronteriza ó lejana, sino en la es- sus facultados, y en ningún caso pretenda usurpar ó
monarquías y los imperios.
tricta observancia do mi derecho internacional basado poner arbitrarias restricciones á las facultados legales
No se pierda d^ vista, pues en ello se interesa de en la equidad y en el claro conocimiento de las res- de los <lemás. El que quiera ser respetado, respeto; el
una manera fundamental el bienestar de la especie, que pectivas necesidades de cada agrupación política. El (pie desee sor amado, ame; el que aspire á rodearse
si sobre el individúe) está la familia, y sobre ésta la i patriotismo ensanchará entonces su esfera, multipli- de prestigio, nunca atente al prestigio do otras potescará su acción y ennoblecerá sus fines, porque nocí- tades, no por subalternas, monos respetables.
nación, sobre la nación está la humanidad.
La autoridad pierde en consideración lo que gana
I,a tierra no debe ser un campo de batalla entre sus Lando ya su gloria en caprichosos engrandecimientos
diferentes pobladores, puesto que Dios la hizo bastan- territoriales, no inspirándose ya en miras de orden en ostensión, cuando ésta no se funda en la justicia.
esclusivamente
geográlieo,
sino
en
consideraciones
de
La regularidad ce los movimientos del mecanismo del
te anchurosa y bastante fecunda para que en ella encuentren abundante alimento y holgada cabida todos índole moral y humanitaria, empleará su actividad gobierno consiste en el espedilo y ordenado ejercicio
prodigiosa,
no
en
destruir,
sino
en
crear;
no
en
ende todas sus ruedas, girando cada una sin entorpecer
sus hijos, los miembros de la gran familia humana. V
asi como el exagerado individualismo conduce á todos sanchar las distancias que en el orden religioso y polí- la olra, sobre el ojo, en el lugar y en el tiempo selos estravíos del egoísmo, el patriotismo mal enten- tico separan á los hombros, sino en estrecharlas hasta ñalados por la necesidad y la conveniencia públicas.
dido, y que pudiéramos calilicar de et/oismode luapue- donde á las fuerzas humanas sea permitido.
El abuso de la fuerza" arriba provoca y justifica la
Uos, prepara irremisiblemente los desastres que enluLa emulación cientílica, artística y literaria, auto- resistencia abajo ; parla de arriba el buen ejemplo,
tan el globo, y lo convierten en palenque horrible de ra de portentosos adelantos, suplirá ciertamente con resplandezcan allí la buena fe y el acierto, y reinarán
homicidas furores.
gran ventaja las diferencias de la ostensión superfi- abajo la sumisión y la paz. Del abuso de la"fuerza no
Cuando á beneficio de una gradual, pero DO inter- cial entre, pais y pais; no será el kilómetro la medida puede nacer la libertad; del mal ejemplo dado por los
rumpida educación política y religiosa, comprendan de su importancia respectiva, sino que lo serán la la- poderosos no puede proceder el orden. ¿Y qué puede
los pueblos los deberes que mutuamente los ligan , y boriosidad de sus habitantes, su respeto á la ley, la babor de bueno y provechoso en una sociedad donde
los derechos en que sin funestas colisiones pueden participación que dignamente sopan tener en la ges- el orden y la libertad no son los polos del mundo porespectivamente ejercitar su actividad política , las tión de sus mas interesantes asuntos, la parle con que lítico? /l'uede acaso el despotismo crear algo duraguerras serán menos fáciles, y por lo tanto, monos contribuyan al adelanto, es decir, al perfeccionamien- dero y fecundo, ó puede, por ventura, la anarquía enfrecuentes de lo que. han sido en todos los períodos to de la humanidad, fa bondad de sus instituciones y gen.lrar algo que lleve en sí la utilidad ó la gloria?
No, ciertamente.
históricos. Entonces el patriotismo, nobilísimo senti- los roclos propósitos de sus gobiernos.
miento característico del ser racional, pero sentimienHuyase del e.-collo del despotismo, y la nave del
El patriotismo debe, en atención á lo espuoslo, suto del que tantas veces abusan para escolarlo en su bordinarse al interés humano; pues íle otro modo, de- Estado, bogando majestuosamente, no ¡rá á estreprovecho, la ambición individual y el maquiavelismo generaría en un elemento de universal perturbación; llarse en las ocultas sirtes de la revolución, que lejos
de inmorales gobiernos, será lo que, debe ser. lo que degeneración que los gobiernos morales y previsores de ser por sí misma una causa, como sustentan hompor fortuna ya comienza á ser : el respeto á los demás están obligados á impedir por su propio bien y por el bres mas irreflexivos ó mas dominados por sus int°;"
;
pueblos y la práctica salvadora de la solidaridad de los Ilion
roses personales
personales óó de
de bandería
de lo
lo 'que
al une»-»
interés
bien de
de sus
sus subordinados.
subordinados. No
No ss¡i! olvide
olvide que
que el
el acto
acto inm- | roses
bandería de
que ai
destinos humanos.
justo que hoy aprovecha , convertido en precedente, y i general conviene, es meramente un efecto, doloroso
Los gobiernos pueden ser enemigos y proponerse quizá en base de una jurisprudencia atentatoria, pue- en verdad, pero efecto al fin, del desconcierto, de I¡'
su recíproca destrucción; pero esas enemistades even- de, invocado mañana por un poderoso irritado ó por egoístas tendencias, de losados de agresión que alputuales, que á impulso de intereses tal vez no menos un pueblo resentido, trocarse en ocasión inmediata do na vez predominan allídondeel odio, la injusticia, l°s
bastardos que. los que las determinan, suelen conver- la ruina del imprudente que vio realizarlo.
resentimientos individuales, y menos aun que ton"
tirse en súbitas alianzas; esas enemistades ficticias y
En resumen: el patriotismo, que en épocas y situa- esto la venganza, jamás deben" tener cabida; allídonsin el menor fundamento en el orden providencial, del ciones determinadas y dentro de sus naturales condi- de la cordura, la imparcialidad y la previsión del)011
cpie, por el contrario, son una infracción sacrilega, ciones, es la gloría de un pais, puede, fuera de sus tener su natural asiento ; allí á donde no debe llegar
p )(!
en nada alcanzan á los pueblos.
límites ó del tiempo prescrito por la necesidad, la ra- la gritería confusa de los partidos y donde todo d '
Estos no tienen en el orden natural de las cosas in- zón y el honor, serle adámenlo perjudicial. El pueblo ajustarse estrictamente á la pauta señalada por la i"0*
tereses tan opuestos que no puedan ser sulisfactoria- que mas y con mejor éxito trabaje en pro do los otros, ral, la razón y el honrosísimo deseo del acierto.
inenle armonizados por la buena fe y la prudencia; ni el quemas valederos títulos exhiba á la gratitud uniElhuongobiornoes insf parabie <!••] conocimientoPr0'
mucho menos intereses tan incompatibles, quoparasu versal, os indudableiiienle el (pie mas boma á su pa- Tundo de las necesidades del pueblo cuyos destinos sC
conciliación sea menester apelar á la guerra, á la in- tria , el que mas patriota se muestra.
tiene la honra de regir, pues sólo osle conocimi011!0
vasión de ágenos territorios, al siempre bárlnro dereAsi, sólo asi debo predicarse la virtud que hemos puede sor garantía de la oportunidad de las disposicho de conquista : frase odiosa que entraña á la vez la descrito. De lo contrario,—permitidnos que una voz ciones que en la alta esfera del gobierno se adopteD#
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Es por consiguiente, preciso estudiar á fondo la épo- , nombre y hacer de ellas un poema-épico de. mas ó viveza de estilo y no menor cálculo de acción, acommenos estricta unidad , como de los cantas de los rap- pañado lodo eslo de muy buenas dotes de lenguaje.
ca el carácter predominante de la nación, los vicios
y las virtudes á que es mas inclinada, la influencia sodas y aedos griegos pudo formarse la epopeya homé- No nos eslrañe, pues, que esta sea una esas obras
que en ell.i ejercen los acontecimientos que en otros rica. Esto, que, en otros pueblos y en circunstancias que tienen cabida en los gustos y en la admiración de
pueblos ocurren, y la forma de. gobierno que mejor diferentes no pasaría de una hipótesis de mayor ó me- lodos los siglos, porque el Percival. es una epopeya
se adapta ;i sus actuales condiciones de desarrollo nor fundamento, fue una realidad en Alemania. En los que en nuestros dias aun es leída con placer.—El
político , cientílieo y social. Sin esto indispensable co- cantos heróico-tradicionales tuvo origen la epopeya Tilurel es una imitación bastante regular y de condinocimiento, el gobierno será un vergonzoso empiris- nacional germánica, que es el poema heróieo-cabalíe- diciones muy dianas de estimación. Wolfram de Eimo; se mandará contradictoriamente, al azar y como resco.—Quizás el poema de Tristan, el [Abro de los senbach es el poeta mas celebro de su tiempo, distiná ciegas; y falta de. una base racional la gestión de Héroes (1) y 1M Eneida caballeresca no fueron otra guido por la elegante energía de su estilo y brillante
los mas trascendentales negocios, sin un sistema lijo cosa que una amalgama de fragmentos diferentes, imaginación.
á que atenerse, y sin una escuela política y lilosótica como lo fue el famoso de los Nibelunguen.
Todos los poemas que ligeramente están enumeradeque derivar ciertos principios fundamentales y en
Alemania es uno de los pueblos mas ricos en poeen los anteriores párrafos, precedieron á la forque apoyar una línea determinada de conducta, la mas épicos ó caballerescos, verdaderamente naciona- dos
del de. los Nibelunguen y pertenecen á la époanarquía oficial primero y la anarquía material des- les, breves muchos, pero todos importantes, así en mación
llamada de los Emperadores Hohentaufen que reipués, se presentarán, sin que humano poder alcance el concepto literario como en el histórico y filológico. ca
naron en Alemania desde el ano I 138 basta el 1208 —
á impedirlo, con todo su formidable séquito de, cala- Durante la Edad Media abundaron muchos, formados : En
el trascurso de estos ciento y tríinla años—que
midades.
á veces por heterogéneos elementos, entre los que, formaron la época literaria llamada de los Poetas de
El conocimiento de que hablamos supone en los hay algunos que merecen mención especial. Relacio- Suavia—la lengua y la poesía alemanas alcanzaron
goliernant'S
una vasta instrucción que, sí es necesa- nándolos con las mas notables de aquel tiempo liaré un estado en gran manera floreciente. Hay muy bueria a m l P n ' a s épocas normales, es un requisito esen- distinción de las composiciones de Eccard, Enrique de nas poesías pertenecientes aun á los mismos emperacial en dias críticos y en períodos de grandes convul- Veldeck, Ulrico de Licbtenstein, Godofredo de Stras- dores.
siones, cuando estallan luchas civiles y guerras inter- bourg, Ulrico de Turckheim , Wolfram de Kisenbacli,
(Se continuara.)
nacionales, cuando se plantean arduos problemas asi y oíros poetas que brillaron antes de la reforma reliV. FERNANDEZ MATKEU.
giosa,
pudiendo
considerarse
como
pertenecientes
á
en la esfera política como en la social y filosófica, y
la
época
en
que
se
coleccionaron
los
cantos
germáilc su acertada resolución depende la prosperidad ó la
nicos—de los cuales pueden llamarse compiladores—•
ruina de les pueblos.
Pero una vez establecida una forma de gobierno; y se formaron los poemas épico-caballerescos del liORIGINALES DE DON QUIJOTE.
una vez aceptado, mediante juramento , por parte de naje de loj Nibelunguen.
los encargados del poder, el compromiso de respetarla
Eccard, poeta alemán, correspondiente al siglo XIII,
(CONCUSIÓN.)
y hacerla respetar, un sentimiento de hidalguía, las escribió un poema sobre la conquista y pérdida de la
mas rudimentales nociones del deber, las prescripcio- Tierra Santa, composición, según dicen, escasa en
Lo único que milita en favor de Quijada es la circunsnes mas obvias del honor obligan á aquellos á sor cons- mérito literario, de argumento trabajado, con un tancia de llevar el nombre de Alonso y un apellido
tantemente fieles á sus sagrados compromisos. La leal- estilo lan lánguido y rústico, que hace violenta su en que se encuentra la raiz de la voz Quijote; pues
tad no puede exigirse por medio de la fuerza ó de la lectura. Otra de sus inconveniencias son la monoto- en lo de ser aficionado á libros de caballerías, lo eran
imposición, sea del género que fuese: la lealtad se. nía de la rima y lo brusco y tosco del lenguaje parti- tantos en aquel tiempo, incluso Cervantes, que queobtiene espontáneamente, cuando de ella se sabe dar cular del autor sobre lo irregular del idioma alemán rer designar á uno llevado de esta afición, seria tan
nobilísimo ejemplo. La lealtad de los que mandan es de aquellos tiempos. Es notable este poema—conside- arbitrario como designar un enfermo cuando reina
prenda segura de la lealtad de. los que obedecen; por- rándolo en relación con los demás de este período,— una epidemia general. Por otra parte, si pesamos los
que nadie, ya en la vida privada, ya en la vida públi- por la estension de su plan , allende de la importan- argumentos que el articulista espone, la significación
ca , tiene derecho á pedir en rigoVosa proporción de cia histórica que tanto acerca del espíritu de la época, verdadera del protagonista de la fábula y algún pasaje
In que da á sus semejantes.
como acerca de las costumbres del tiempo de las de e>ta misma, venimos á concluir que no hay en
esto mas que una simple homología.
La política, divorciada de la moral, es el despotis- Cruzadas, se encuentran en él.
Dice este señor, que el don Alonso, de Esquivias,
mo, y éste la perturbación reglamentada, el caos. El
De Enrique de Veldeck hay que considerar la épodespotismo es la usurpación de todos los poderes en ca qvie escribió cantando los infortunios de Ernesto de falleció en esta villa el dia 6 de setiembre del año
provecho de un solo poder; la concentración de to- Batiera. Esta obra es notable porque se aparta del de iCtOí. y que "la primera edición del Quijole (pridas las fuerzas en un centro de vida apoplética; mien- hibridismo vago que predomina en las composiciones mera par'e) se publicó á principios del año siguiente,
tras los miembros desfallecen, en la atonía, el cora- de S'.i época, y guarda tanta regularidad como es po- lo que induce á creer, que en consideración á ese pazón, al que morbosamente afluyen todas las potencias sitde guardar por parle de aquellos ingenios indepen- rentesco, se aguardó para la publicación de la obra,
al fallecimiento del personaje caricaturado en ella."
vitales, se ahoga por este, esceso de concentración dientes.
anormal; el despotismo es al cuerpo político lo que la
La Eneida caballeresca, como el Gervasio de Maes- Quisiéramos que se hubiese añadido por el articulista
plétora al cuerpo físico : la enfermedad y la muerte. Irick, obras ambas también de Enrique de Veldeck, en qué época supone escrita la primera parte del poeLa política que por guia acepte ese monstruo, no no pueden, por su escasa regularidad, ser analizadas ma, por ver si su versión concuerda con las mas
será un anuncio de paz, sino un giilo de discordia; como rigoriisis epopeyas y sí solamente como colec- acreditadas suposiciones que corren acerca de esto,
no un puerto, sino un bajío; no un beneficio, sino ción de, fragmentos y leyendas de género y asunlo y saber cuánto pudo durar el obstáculo que oponía la
existencia de don A'onso de Quijada.
una II aldicion. Huir del despotismo, será para los go- diferí n'es.
En un principio pasó por artículo de fe, que Cerbiernos, huir de los dominios del mal, huir de su
Ulrico de Lichlenstein introdujo en Alemania el
descrédito y de su propia ruina. Respete el gober- poema épico-moral, en su obra que lleva por título, vantes la escribió en la cárcel de Argamasilla, en
nante la ley fundamental del Estado, respétela reli- Servicio de las damas. Es notable ésta por su escén- donde estuvo, se dice , desde Ii>9!); ó, por lo menos,
giosamente, y el gobernado respetará á su vez, no trica originalidad, y sobre todo por lo pintoresco y en la Mancha y Valladolid. Otros, como el señor Odoya sin esfuerzo, sino satisfecho y feliz, no menos á brillante de su estilo, el cual nos patentiza en el autor rico Mendes, creen que ya la tenia escrita en Iii92.
la ley que al gobernante que dignamente la representa una imaginación poética de las vivas y penetrantes Lope de Vega hablaba ya del Quijote antes de estamy concienzudamente la interpreta.
que ha habido entre los escritores alemanes. El poema parse, y según Andrés Pérez, parece que el nombre
La justicia entonces será un hecho, el orden una de Ulrico de Lichteni-lein es una escepciuii de la Edad del hidalgo era ya célebre en 100Í, en que se hizo la
edición primera de La Pícara Justina, donde se lee:
verdad, y las reacciones sangrientas dejarán de sorel Media.
Otro Ulrico, apellidado de Turckheim y no menos
bello ideal de los que no conciben el gobierno sin
«Mas famó-que Don Quijo-»
la fuerza, sin la resistencia sistemática y sin pedirá famoso que el anterior, escribió el poema de GuiSi Quijada fuese el inspirador de tal concepción,
la insensata tiranía la indemnización de las zozobras llermo de Orangc que alcanzó gran boga en su tiemque les causan y el escudo á los peligros de que sin po, pero que ahora raramente es leído, suerte que llevarían la mejor parle los que creemos que el puecesar les rodean una atentatoria violación de todos los cupo también á gran número de composiciones, cuya mu fue muy estudiado y obra de muchos años , porque parece lo natural, que en la época en que le
derechos v un criminal olvido de todos los deberes. enumeración es complicadísima.
Godofredo de Strasbourg escribió el celebre poema trató y notó sus extravagancias comenzara á tejer la
(Se cotilinvará )
Tristan, obra sumamente conocida y estimada de los lela do su fábula; pero no podemos asentir á que QuiMANUEL MARÍ\ FI.AMANT.
eruditos, que sobrepuja á las de su época y es tenida jada mismo fuese la causa de no publicarse hasta
como regular modelo de poemas heróico-cahallerescos. 160;i, después de fallecido éste. ¿Qué podia temer CerEl héroe, verdadero tifio de la caballería andante, de vantes de un pobre hombre como se le llama, cuando
los tiempos medios, se distingue notoriamente, por su otros recelos mas graves debia tener de tantos y tantos personajes elevados corno pudieran creerse aluespiritual carácter y supersticiosa fe.
ESTUDIOS
Wolfram de Eisenbacb—á quien plugoá Goethe ape- didos en sus pintura» y críticas? Cervantes estaba leSORRE LOS POETAS ÉPICOS ALEMANES.
llidar «el mas insigne poeta que Alemania ha produ- jos de Esquivias, adonde no volvió sino poco antes
cido,»—aventaja á todos los vates de aquellos tiempos. de su muerte ; ¿es creíble que el mal humor de un vieI.
Escribió los poemas de El Marqués de Narbona, el jo ausente le detuviese, cuando arrostró peligros maPercival y el Titurel. Es el primero—la obra mas yores de personajes presentes, que debían causarle
ORIGEN l)E LA POESÍA hPICA ALEMANA.—POEMAS DE ECCARD,
importante del ilustre trovador—un poema rigorosa- mas verdadero daño?
VELDECK, LICIITENSTEIN, TURCKHEIM, STHASBOllRC. Y
mente épico, tiene muchos puntos de contacto con el
Mas aun, quien tuvo ánimo para criticar costumWOLFRAM DE KISENBACH.
Orlando furioso y está calcado sobre las tradiciones bres y caracteres de clases altas y poderosas; quien
La poesía épica alemana—que se remonta á muy caballerescas que rodean á los nombres de los héroes dio margen á levantar una polvareda entre los escriantigua época,—tuvo origen en los cantos heroicos de de Carlomagno como una aureola de encantamiento. tores que pluma en mano eran los peores enemigos;
los antiguos germanos, cantos que, generalmente en- Los héroes del poema son tantos que se aproximan al quien se atrevió á afrontar la ira de émulos tales cotonaban los guerreros cuando se lanzaban al combate. número de los de los Nibelunguen. Pero donde mas mo el falso Avellaneda; quien se expuso á los efectos
< tuvo origen en ellos, puesto (pie los antiguos poe- se (lió á conocer Eisenbach como gran poeta, es en el de la suspicacia de los favoritos é. intolerancia del Sanm
as alemanes—asi épicos, como lírico-caballerescos, Percival, grandioso poema épico, quizas el mas des- to Oficio, por cierto que no era hombre á quien puincluso el mismo de los Nibelunguen,—fueron forma- collante del siglo XIII y una de, las mas notables de diese poner recelo el bonachón del Quijada de Esquidos por diferentes canciones ó baladas populares ó la poesía alemana. Mucho aducirá el ver cómo en vias, retirado en su hogar y en comunicación con al'ragmcntos heróieo-tradieionales. Prueba esta especie, medio del abandono que reinaba en las composiciones gún compadre de la villa.
Prosiguiendo en el examen de estos fundamentos,
sinfinidad
de cantos, aun conservados, que celebran de aquel siglo, haya podido formarse una epopeya
11
'os mismos héroes de los poemas; pues de la misma de tanto mérito artístico, que puede considerarse vemos que la circunstancia que en las relaciones de
manera que bajo el título de Barbara et antiquísima con fundamento sólido una de las pocas obras maes- Cervantes con Quijada se, presenta como de mas bulArruina, reunió y coordinó el emperador Carlomagno tras en su género, que nos lia dejado la poesía de los to, es completamente agena al plan y á los detalles de
°s antiguos cantos bélicos germánicos, pudieron otros tiempos medios. Hay verdad en los caracteres, mucha la figura del protagonista. Quijada se opuso á las pretensiones de Cervantes á la mano de doña Catalina: y
"desquiera compiladores allegar diferentes baladas ó
TAlii
•qué vemos en el manebego hidalgo que sea earicatu"
esparcidas, coleccionadas bajo un mismo
(I; Hrlik-iibudl,
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324
EL MUSEO UNIVERSAL.
ra ú ¡ilusión ácste hecho notable y principal?Si se dijese de Sancho, que en muchas ocasiones zahiere ;í
Don Quijote, porque siendo un hidalgo pobre, imagina casarse con princesas, y en algún modo le estorbs y se interpone en el asunto de sus amores con
Dulcinea, pase. ¿Otié relaciones amorosas encuentran
oposición en Don Quíjólo, el mas oficioso casamentero
que imaginarse puede? ¿A quién considera inferior ó
indigno, cuando por el contrario para él todos son
caballeros , aunque no lo sean, y en la cuestión de Camacho y Basilio loma la parte del pobre labriego? Entraba en el plan de la novela y hubiera sido un excelente modo de caricaturar al Quijada, que alguno
hubiese pretendido á su sobrina Antonia Quijana, y
el tio, lógico en su humor, se hubiera opuesto diciendo que era pieza de duques, condes ó príncipes;
pero á la verdad, no hallamos mas que el nombre de
Alonso que al Quijada se reliera, pues en lo de su afición á libros caballerescos no se lia. de pretender que
fuese un ejemplar único en España, ni aun en Esquivias.
Por si pudiera confundirse ó quedar duda, el mismo Cervantes dice que su apellido era Quijana y no
Quijada ó Quesada: y lo que de este pasaje se deducá
es, que entonces, con mas razón que ahora, seria
fácil al vulgo señalar con el d'-do á muchos que les
parecían caer por este ó el otro rasgo físico ó moral
bajo la crítica de Ccrv.int.es; y ya porque fuese el ar-
gumento de la fábula conocido entre los mas allegados
é íntimos amigos del autor , y pusiesen los ojos en el
Alonso de Quijada de la villa de Esquivias; ya porque
Cervantes, conocedor de la malicia y tendencia del
vulgo, quisiese prevenir sus efectos, empleó la frase:
«quieren decir,» esto es, hay muchos que sin razón
pretenden , •< que tenia por sobrenombre Quijada ú
Quesada , aunque por conjeturas verisímiles se deja
entender que se llamaba Quijana.» Pudiera ser también que este inciso extraño de Cervantes significase lo
diatnetralmente opuesto á lo que desea probar el sei ñor García , á saber: que fuese una salvedad hecha m
' respeto y consideración á ese pariente, para que no se
soñase siquiera que pretendía aludir a él, toda vez
KSPOSIGION UiNIVERSAL DE PARÍS.
VISTA ESTERIOn DEL ACUARIO DE AGUA SALADA.
que el felicísimo nombre de Quijote tenia cierto eco de la moral en su estado de perturbación. Si consideraQuijada y que por ventura este Quijada era también mos al propio tiempo que primero son en orden lógico
dado á lecturas de caballerías. De modo, que la única las cosas que los nombres de ellas, mas probable es
indicación que en el libro oxist.fi, contra se laborat, y que la idea de un carácter prominente y una figura
parece destruir toda su argumentación.
de las dimensiones del protagonista diesen origen á
Pero se dirá: queda aun el nombre de Alonso, que un nombre apropiado, que no apropiar toda una comen esto no puede haber duda. Enhorabuena ; pero plexión moral y física á un mero vocablo ó combina¿quien se consideraría ofendido de parecerse á Alonso ción de letras. Asi, pues, la concepción del carácter
Quijano, de buen entendimiento y mejor corazón? del hidalgo era y fue realmente mas susceptible de
Alonso representa al hidalgo en su estado lúcido do- engendrar en la imaginación de Cervantes el nombre
fado de todas las excelencias y prendas que pueden de Don Quijote, que no el sobrenombre de Quijada
honrar á un individuo. ¿Se hace en esto una caricatu- de un individuo, que en cien casos dados pudiera no
ra de un hombre lleno de defectos?
estar de acuerdo con su apariencia personal, como
l.a verdad es, que Cervantes era admirable en la hay muchos Delgados gruesos, y muchos Afórenos
elección de nombres para las cosas y sugetos, según blancos.
sus propiedades y cualidades, como se ve en los apliDe buen grado espusiéramos otras observaciones
cados á su héroe. En primer lugar, Alonso es un curiosas acerca do la probable razón generadora de
nombre clásico en España, y aunque común, no muy este nombre, si no temiésemos estendernos en digrevulgar, y reunido con Quijiína, parece representar- siones; mas concluiremos diciendo, que en la lógica
nos la longiira del cuerpo y lo saliente de las quija- ile la manía ó locura del hidalgo, que irasformaha las
das del hidalgo, pues Alonso suena como contracción cosas al modo andantesoo y altisonante, conservando
de alonando y Quijana ó Quijada bien indican la se- la memoria de lo que antes eran , como en Rocín
quedad del rostro, reasumiendo el de Quijote en alio hecho Rocinante y Aldonza convertida en Dulcinea,
grado, asi una idea de su naturaleza física como de era preciso que el nombre de Quijote mostrase este
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mismo procedimiento de ,ormacion, y para ello hubo
de buscar el fondo ó raíz de Quijada, Quijana ó Quesada, de los cuales puede ser igualmente derivativo;
sin que le detuviese la circunstancia de que en la familia de su mujer hubiese un pariente de este nombre, pues tal belleza de toque no había de escusarse
por tan pueriles consideraciones.
Creemos, pues, lirmementfi que el tal vecino ae
Esquivias no es mas ni menos original del Quijote
que otros infinitos que había entonces, y habrá ahora
y siempre, no sólo en España, si no en todo el mundo,
y que lo mas que vale el resultado de esa diligente
investigación del s^ñor (Jarcia , es ponernos en conocimiento (\el dato curioso de que había en Esquivias
un Alonso con sobrenombre de Quijada, al cual no
sólo no aludió Cervantes, si no que dijo claramente
que el del hidalgo era Quijuna, por si algunos trataban de confundirlo.
Respecto á las otras noticias, decimos lo propio:
son un curioso hallazgo; pero nada prueba ni basta
para formar convicción, al menos en su mayor partede que Cervantes aludiese á ciertos personajes de
Esquivias ó les tomase, por modelos. Que desde e'
año 1530 al 15H0 hubiese un curaflnesta villa II*""
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EL MUSEO UNIVERSAL.
M'OSICIOJI DE 1'AUIS.
VI» 1'A h i l l . l U U H DEL ACLAHIO DE AGUA DLL.CE.
madn Poro Pérez, tomo el cura del lugar de Don cuento tiene, gran analogía con (¡orla tradicional anóeyuijote, no denniestra que Cervantes le hubiese cuno- dota que aquí se cuenta con referencia á un irsoro escido ó sabido siquiera que existía. Don llamón Anle- ¡ cundido ]»n' un moro en un pueblo inmediato, casis»
quera ha buscado otro licenciado
<*n la Mancha que supone ser el graduado en Sigüenza, y si se examinan los libros de todas las parroquias de España se hallará copia de
Pero Pérez, por ser nombres de los
mas usuales y antiguos, y lo mismo debe decirse de los nombres de
la mujer de Sancho, que por olía
paite, no siendo Esquivias la s u puesta patria del escudero, ni aun
pueden competir con los que se han
hallado por otros investigadores en
pueblos de la Mancha.
Otra cosa es la noticia referente
á Ricote y al don Gaspar de Gardoña, mayorazgo rico de Esquivias,
que acompañó al morisco en concepto de amante de su hija. A fuer
de imparciales , no podemos negar
que los datos presentados llevan en
sí el sello do la probabilidad de
que Cervantes, tomando por base
estos sucesos históricos, los vistiese y embelleciese para hacer un
episodio en su novela. Dice el s e n
or García, que en los libros p a r roquiales, «se encuentra el nombre
de un Bernardino Ricote, que aparece en ellos por primera vez el año
de 1578 y desaparece al principiar
e
l siglo siguiente , época en que se
decretó la espulsion de los moriscos: esto, unido ¡i la circunstancia
de no hallarse antes ni después de
' a época citada, ni en ella misma
e
| apellido Hicote en dichos libros,
'¡i en otra persona que el üernardino; y teniendo en cuenta, a d e más, lo que Uicole le dice á S a n cho de vrm'r en busca dr un tesoro
í u « había dejado enterrado; cuyo
tesoro, decía, ¿star fuera de .<» p»e™'°. y |;t rirennstnncia de <|IIP eft"1
Anterior
puede asegurar, que el Kicole , lendeio del lugar de
Sancho, no es una creación fantástica de Cervantes,
si no que es el mismo que residió en Esquivias.. »
TEATRO DR r.ARCII.ASO DF I.A VEGA RN QIIl'STANAR Dl¡ I.A ORDEN.
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EL MUSEO UNIVERSAL.
326
En efecto, y luyendo el capitulo "i-i ele la segunda
parle del poema, bien se trasluce que el autor no lo
pone torio de cosecha propia, ni podía ponerlo, por
ser esle episodio hijo de un accidente político anormal. Natural es que Cervantes conservase en la memoria alguno de los casos mas notables y novelescos
¡í que dio lugar esa escepcional medida del monarca,
y que si tuvo por actores personas avecindadas en
Esquivias, bien pudo oír relaciones de él por sus parientes ó conocidos.
Igualmente están en su lugar las observaciones que
el articulista, como conocedor del terreno y particularidades de la villa de Esquivias, hace sobre varias
referencias de Cervantes á sus linajes y vinos, y que
pudiera estender á otras contenidas también en sus
novelas y de las cuales no hace mérito, tal vez por
considerar, como dice, que esta cuestión no es de tal
importancia que crea ser necesario esclarecerla á todo
trance. Sin embargo, nosotros creemos que. cada cosa
la tiene relativamente á su esfera, y que si bien estas
investigaciones no han conducido hasta ahora á ninguna utilidad de parte de la crítica fundamental del
Quijote, como materia de erudición curiosa, colateral
y entretenida tienen su valor indisputable, y quisiéramos que los q le á mano tienen el poder examinar
libro-! y documentos dt¡ aquella época, no dejasen de
hacerlo por pereza, si no imitasen á los pocos que como el sóror García, aprovechan cuantas ocasiones se
les presentan de ilustrar en algún modo li famosa
obra del príncipe de nuestros ingenios.
NICOLÁS DÍAZ DE BENJIMEA.
ESPOSICION UNIVERSAL.
VISTA
E S T E R I O R
D EL O S A C U A R I O S .
D)Í IIJ los grabados que damos en este número
reproducen lielmente los dos Acuarios de la Esposicion universal, ó como si dijéramos los dos palacios
en que han recibido hospedaje los habitantes de los
ríos y los mares; pues uno de e!lo:;, sirve para los
pescados de agua dulce y otro para los de agua salada.
V en verdad que ningún punto mas á propósito que
éste en toda la vasta ostensión del Campo de Marte,
para que el curioso, cansado do recorrerla, ó bien
abrasado por los ardientes rayos del sol de eslío, reposase un rato á la sombra de aquellas frescas gruías,
recreando de paso la vista en la contemplación de los
curiosos objetos que los llenaban y el oido en el grato
murmullo del agua que en apacibles lago-; ó en sonoras cascadas y saltos, corría ó se desprendía por entre rústicos peñascos y vegetaciones acuáticas. No menos interés lian ofrecido los Acuarios á las personas
aficionadas á la historia natural y á los especuladores, pues aquellas habrán hecho interesantes observaciones sobre la organización, vida y costumbres de
los pescados, con (pie enriquecer la ciencia, y éstas,
penetradas de la facilidad de conservarlos y reproducirlos , podrían obtener no pequeños beneficios aplicando sus capitales á la creación de establecimientos
de piscicultura. Langostas, merluzas, cangrejos, o ¡ tras, anguilas, salmones, truchas, focas, arañas y
otras varias f.nnilias de las que viven cu el húmedo
elemento, desde las mas regularmente organizadas,
hasta las de mas monstruosis formas, han tenido allí
sus representantes, brillando á la luz del sol ó á la del
gas los matizados colores de su cuerpo y sus relucientes escamas, como los sujos los vegetales que aparecen en la superficie ó en la profundidad de los rios
y de los mares.
K.
TEATRO DE GARCILASO DE LA VEGA,
EN QUIXTANAR DE I.A URDEN.
Mucho nos complace que se vaya genera'izando cada
vez mas la alicion a espectáculos que, al par de amenos, sirven para formar costumbres dignas de un pueblo culto, haciendo competencia á otros que, no obstante los anatemas que contra ellos se fulminan, por
desgracia se conservan y^aun prometen larga vida. La
villa de Quinlanar de la Orden ha dado una prueba de
sensatez y de ilustración que le honra , inaugurando un
teatro con el nombre que sirve de epígrafe á estas líneas. La inauguración tuvo efecto en agosto último,
viéndose ocupadas todas las localidades por vecinos de
la villa y algunos forasteros, que, además de la función
dramática, aplaudieron las poesías con que se dio principio, debidas á los señores Campo Díaz, Sevillano,
Sanche/ íirande y Alba (don Juan), primer actor este
último á quien e¡ público de Madrid ha dado en diferentes épocas señaladas muestras de simpatía. ICI teatro
cuya vista estertor acompaña al presente número, construido por el apreciable arquitecto don Agustín Orliz
Villa jos, director de la iglesia del Unen Suceso de] Darrio de Pozas de esta corte, contribuye sin duda á embellecer á Quinlanar. Su carácter de edifici" público,
Anterior
su decoración greco-romana, sencilla y severa, forman
un conjunto agradable , y que corresponde al propósito del señor Villajos, de dar una prueba de cariño á
su pueblo natal. Comprende el edificio Teatro y Casino, sobre una superliciede 10,(100 pies, compuesto de
todas las dependencias necesarias, teniendo, además,
en el centro un gran patio-jardin de recreo. Las localidades del primero son ¡¡00, entre butacas, lunetas,
galerías altas, palcos, anlileatro, etc. El decorado es
sencillo y elegante. En la noche de la inauguración,
el edificio se iluminó esleríor é interiormente con faroles de diferentes colores v luces de bengala.
vimientos imperceptibles procura hacerse conducir al
centro del rio. En todas las circunstancias, lo esencial
es conservar la sangre fría.
A.
¡
UIII.IT.
A continuación inseríamos algunas de las poesías de
la Corona de la Infancia, obra de la señorita de (¡assó, y de la colección titulada Toro ;/ malo, del señor
Perchel, libros de que ya se hizo mención en una de
las anteriores Revistas semanales de EL MUSEO.
CANTARES.
ADVERTENCIAS
A
i.os Q ; : E S E R I Ñ A N
I'.N L O S i i i n : .
La te nporada de los baños ha pasado, pero es de
creer que vuelva, pues hasta ahora, ni una vez siquiera ha dejado de volver en una época determinada del
año. Para entonces bueno será que los bañistas conozcan de antemano los medios de que deben valerse
para librarse de los tres glandes peligros que corren,
purlicularmei.te en los rios, por mas que sean diestros nadadores.
Estos tres peligros son: los remolinos, los calambres
y las plantas acuáticas.
Se enliende por remolino un movimiento circular
y rápido que se produce en un punto de la superficie
de una corriente. El centro de un remolino tiene
siempre la forma de un embudo, y la acción circular
se estiende á mayor ó menor distancia, según sean la
fuerza de la corriente y la cantidad de agua.
Es inútil empeñarse en contrarestar un torbellino.
El masd estro nadador lucha horriblemente, sin conseguir mas que dar vueltas concéntricas, y debatiéndose en un infructuoso empeño, siente que se agotan
sus fuerzas hasta que al fin sucumbe.
En lugar de luchar con el remolino, deje á ésle que
él mismo le salve.
No hay quien ignore lo que pasa cuando se somete
á la acción de un torbellino, un cuerpo inerte, una
hoja, un tronco ú otro objeto cualquiera. El cuerpo
inerte gira al rededor de sí mismo y desaparece. De| bajo del agua, sigue dando vueltas", pero el círculo
i que traza va ensanchándose incesantemente, hasta
I que por lin llega á un punto en que deja de producirse
la acción del torbellino y entra en la parte normal y
j serena de la corriente, vuelve á subir á la superficie y
, continúa tranquilamente su curso. Es cuestión de un
instante. Proceda el nadador como el cuerpo inerte;
abandónese sin resistencia al remolino; déjele que se
lo trague, y él mismo lo arrojará lejos de sí y le pondrá á salvo. P.ira un nadador son muy poca cosa algunos segundos dentro del agua.
El calambre es la contracción nerviosa de un músculo. Esta contracción se presenta siempre acompuña| da de un dolor muy vivo. ICI músculo estertor del pie
es el mas sujeto á calambres, y éstos, á m.is del dolor
que ocasionan, paralizan instantáneamente los músculos del nadador. En tal c a o , debe éste echarse de espaldas, y sostenerse sin mas acción que la de las manos. Procure después contraer poco á poco el pie para
levantarlo hacia delante, como si quisiera andar apoyado solamente en los talones. Sin masque eso, se
soltará el espasmo, el músculo contraído se distenderá, y desaparecerá el dolor inmediatamente.
En cuanto á las plantas acuáticas, debemos decir
que son largas, delgadas, sueltas, y sin embargo muy
difíciles de romper. S >n verdaderas cuerdas que se levantan del fondo del aguí y tienen todas la misma
inclinación, obedeciendo dóciles y sumisas al mas tenue movimiento de la corriente. El nadador poco esperimentado que se enreda en eilas suelo pedir su
salvación á la fuga, y al primer movimiento que hace
se siente cogido del brazo, de las piernas y del cuello.
Apremia el peligro, y empieza la desesperación. El
contacto de aquellas largas yerbas filamentosas y pegajosas es sumamente desagradable, y esta primera
impresión contribuye poderosamente á privar al nadador de su serenidad y sangre fria. Esperimenta un
efecto mas moral que físico que ha de dominar, ó está
perdido. Procuro permanecer inmóvil, y mantenerse
todo lo posible en la superficie, porque cuanto mas se
acerque al fondo, mayores serán las barbas de las
yerba» que le tienen asido. Es entonces un gran recurso tenderse de espaldas, es decir, tomar la posición supina, porque estando el cuerpo enteramente horizontal, basta para sostenerse agitar ligeramente las
manos, cuando la constitución del nadador no le permite sostenerse sin practicar movimiento alguno. Hay
otro medio, y es el de echarse vientre abajo, tomar
mucho aire por medio de una fuerte aspiración y sumergir la caneza en el agua.
En esta posición no hay nadie, sea grueso ó sea delgado , que no pueda (¡star seguro de flotar en la superficie como un pedazo de corcho. Hasta levantar do
cuando en cuando la cabeza para volver á tomar aliento. La corriente se lleva poco á poco al nadador y le
pone á salvo, sobre todo, si por medio do algunos mo-
Inicio
Dice el rayo de la luna
que en el lago se retrata:
—Soy la dicha pasagera,
que se busca y no se alcanza.
La belleza del rostro
flor es de un dia;
la belleza del alma
flor siempre-viva.
Esa infinidad de estrellas
que en el cielo puso Dios,
son las chispas desprendidas
de la hoguera de su amor.
¡Cuánto desde el cielo al mundo
tardara un grano de arenal
¡Con qué rapidez un alma
del inundo al cielo se eleva!
Cada estrellit.i que borda
el espejo azul del cielo,
es un faro que señala
de la salvación el puerto.
Cuando estés en una altusa
no te creas hombre grande,
porque siempre es mas difícil
sostenerse que encumbrarse.
Mis cantares son lo mismo
que las gotitas del mar;
del hondo del alma salen
y al hondo del alma van.
Sobre las nubes se eleva
bella palomita blanca,
que á mi ser está diciendo:
•—Mis arriba es tu inorada.—•
HI.ANCA DE (U'fú
y ORTIZ.
UN SUEÑO.
Soñaba mi corazón
embriagado de alegría ,
que el amor del alma mia
pagabas con tu pasión.
A tan risueña ilusión
de mi vida dulce encanto,
me sentí dichoso, tanto
que cuando despierto hallé
mentira lo que soñé,
vertieron mis ojos llanto.
ILUSIÓN.
Viendo un ave, prenda mia,
en el espacio volar,
asi la dije al pasar:
—¿Mi amor acaso te envia?—
Pero noté que seguía
veloz su rápido vuelo,
indiferente á mi duelo:
¡hasta en el ave ligera
piensa ver, quien triste espera ,
la realidad de. su anhelo !
DESCONFIANZA.
Me dices que me quieres; yo lo dudo.
Juras que me idolatras... ¡embustera I
La palabra se va; tu amor no veo...
Júralo con un beso y ya te creo.
SUS OJOS.
Si me miran sus ojos,
en silencio me matan ;
y pues (•aliando matan, ¿qué no hicieran
esos tus ojos, di, si hablar pudieran.'
AIUiOL Y HOMHIUC.
(lomo las hojas cayeron
cuando los vientos llegaron ,
asi los años que fueron
las ilusiones robaron.
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327
EL MUSEO UNIVERSAL.
hambre, al menos para debilitarla. El pueblo que acudía á él en sus dolencias, dijo con muellísima razón:
«si Traga-aldabas no entiende la enfermedad de, las
bestias, es inútil que acudamos á él.» Y dicho y h e cho: ya ningún enfermo acudió á consultar á Tragaaldabas.
Cansado este infeliz de luchar con el hambre por
espacio de no sé cuántos días sin conseguir hacerle
la zancadilla, determinó llamar en su auxilio á la
Al'Gl'STO JlillKZ Pr.RClil.T.
muecte, cosa que hacen los tontos cuando la tontera
se, les agrava con la desesperación.
•—¡Señora Muerte! empezó á gritar; señora Muerte!
De repente descubrió á la Muerte que salía de una
ASPIRACIONES.
taberna inmediata y se estaba divirtiendo en andar al
La mayor parte de h'.s casas de la villa de Chdiua- rededor de una de esas pozas de agua estancada que
I.
hua, en Méjico, están construidas con un mineral suele haber en las aldeas á la puerta ó las inmediaE^ta vil pínula amarilla .
cuya plátano se l:a estraido por completo, l'n ameri- ciones de las casas.
que, múslia á vivir conilen.is
cano ofrece sucesivamente comprar las casas y estraer
—¿Qué se te ofrece, hombre, que tantos gritos das?
del arroyo de las penas
la plata que sus materiales contienen.
le preguntó la Muerte.
junto ¡í la fétida orilla;
—Que haga usted el favor de quitarme cuanto anen muda oración sencilla ,
El afán de pe:IW'c¡onam¡ento de los fusiles, que pa- tes de en medio, á ver si acabo de padecer.
Señor que lo puedes lodo ,
—;,Tenías mas que haberte llegado á la casa de trato
rece dominar á todas las naciones, da gran oportunipidiendo eslá de qué modo
\ i'onde suelo estar? Pero vamos á ver lo que te pasa.
dad á los sigu entes recuerdos:
podrá, en su incesante anhelo,
•—'.oque me pasa es que estoy rabiando de hambre.
En la correspondencia entre Luis XVI y María An- '
las ramas tender al cielo
toniela , por los años de 1777 á 1792, tomo I, pági- i —¿Y por eso me llamas?
sin arraigarse en el lodo.
i —Ya se ve que sí. ¿Y lo cstraña usted?
na 12o, se lee:
II.
!
«Se presentó, al rey Luis XV11 un fusil que poda ¡ —Sí que lo estraño/
1
d.sparar doce tiros á ¡a vez, y después de admirar la ! —¿Por qué?
Ls basco en la soledad ,
invención, prohibió que se fabricasen armas tan mor- ; •—Porque en los liarlos,) 1 nr. rn los hambrientos, es
al mudo silencio atiendo,
tíf. ras.»
en quienes por lo común ejerzo yo mí ministerio.
la dulce voz presintiendo
—Si yo estuviese liarlo, no la II miaría á usted.
Debe notarse que en lodos tiempos ha procurado el
de tu infinita bondad ;
—Cierto, porque vendría yo, sin que me llamaras.
hombre buscar los medios mas poderosos de destruir
soy en esta oscuridad
—En fin, no tengo gana de conversación. Hágame
su especie. El caballero Maitino Poli de Lucques, ingirasol del sol de amor
ventó un fuego griego, ó mejor dicho, descubrió el de usted el favor de sacarme de penas dándome un goque relució en el Tabo:\
'•
los antiguos. Se lo hizo conocer al rey Lu's XV, que lletazo con ese chisme m;c lleva usted al homb:o.
y en ansia de verle , pa>o
—Cual, ¿la guadaña?
no
quiso se hiciese uso de él y concedió una pensión
vuelta la faz al ocaso,
—Sí señora.
al tal caballero, con la espresa condición de que no
la noche de mi dolo:'.
había de revelar el secreto de su invento.
'. —La. guadaña es só'o mi ins : gnia heráldica , y no
I Hay hombres predestinados.—Otro caballero, lla- mato con ella á nadie
111.
mado Poli, propuso á Luis XVI una máquina de guer—¿Pues con qué mala usted?
¡Qiáu lentamente al mísero que espera
ra tan estraordinana y terrible, que después de haberla
—Con una porción de armas mucho mas eficaces
en porvenir remoto su consuelo,
experimentado el rey lo hizo caballero de San Miguel que este embeleco; con los médicos malos y los c u í^ira las lio as la celeste esfera !..
y le concedió una pensión , lujo la condición de que randeros malos y buenos, con los malos gobiernos y
La vida es senda de la nada al cielo ;
habia de inutilizar su invento y no descúbralo á na- los pueblos ingobernables, con el lujo, con los libros
¡ tened piedad, Señor, del peregrino
die, líl caballero guardó religiosamente el secreto.
escritos por los malos y los tontos, con la indiferencia
y acortad á sus ansias el camino!
: Un americano propuso á Napoleón 1 un cañón aba- religiosa, con la vida cíe café, que va sustituyendo á
! nico. Por medio de un mecanismo muy ingenioso la vida de familia, con los dos ó tres mil bribones que
NORBERTO CUTERAS.
lanzaba tal cantidad de balas, que podía segar un ba- en cada nación pretenden monopolizar el manejo de
tallon como un campo de espigas. Napoleón lo rechazó, la cosa pública...
diciendo : «Con ese invento se baria imposible la
—Déjese usted de sátiras y écheme pronto al otro
guerra.»
CANTARES.
| barrio.
!
—Deseo complacerle porque me lias prestado muy
Mi corazón tiene penas
buenos servicios mientras has sido curandero; pero si
que nadie en el mundo sabe,
te he de decir la verdad, quisiera que permanecieras
por eso mi corazón
aun por acá á ver sí vuelves á prestármelos.
TUAG
A-ALDABAS.
es un nido de cantares.
—Cualquiera diría que no es usted partidaria de la
pena de muerte.
CUENTO POPULAR.
Tú lloras, yo también lloro,
—Hombre, algo hay de eso.
y ¡ay! nos ahoga el dolor,
—Si lo entiendo que me ahorquen.
porque no pueden mezclarse
—Pues es fácil de entender: el servicio que un;
El cuento que voy á contar carece de, la intención
las lágrimas de los dos.
moral y filosófica que deben tener los cuentos en e.-Ws prestan los muertos es insignificante, porque la tufatiempo:) en que ni siquiera hay niños á quien contar radilla con que inficionan la atmósfera desde que e m Para que pronto los ángeles
piezan á corromperse hasta que concluyen, no vale,
los que no la tienen , porque los niños, ya no son ni
n;e abran las puertas del ciclo,
ños, que son hombres pequeñitos. Le lie" recogido de liada comparada con el que ir.e prestan los vivos. Casi,
me moriré entre tus brazos
bo a del pueblo, el pueblo, y no yo, e.s su autor, y en casi, se puede asegurar que si no se muriese nadie,
y reclinado en tu seno.
este concepto, si hay alguna agudeza en él, probará moriría mucha mas gente.
que el pueblo es agudo, y esto ya es algo en unos
—Vamos, usted me quiere volver tarumba con sus
Entre esas tus cintas verdes
tiempos en que se escriben y publican tantas cosas paradojas. ¿Me quita usted de en medio, sí ó no?
¡qué bien sientan rosas blancas!
que prueban únicamente (pie sus autores son agudos
—No.
Parece que te bendicen
como punta de colchón.
—¿Pero no ve usted que entonces me voy á morir
la inocencia y la esperanza.
de hambre?
—Yo haré que no te mueras.
—Madre, ¿por qué los cipreses
— ¿Cómo?
Lesmes era pastor, aunque, su nombre no lo baria
crecen al pie de las tumbas?
—Comiendo.
sospechar á nadie, pues lodo el que haya leído algo
—Porque señalan el cielo
•—¿Y cómo voy á comer, si no gano un cuarto?
de pastores en los autores mas clásicos y autorizados,
donde no se muere nunca;
ssbe que se llaman todos Nemorosos, Silverios, Bati—Yo haré que ganes cuanto quieras.
y con su copa estendida
los, etc.
—¿De qué modo?
hacia la bóveda augusta
—Haciéndole médico.
Si el nombre de Lesmes nada tiene de pastoril,
dicen que si aqui hay dolores
—Pero si no entiendo de medicina...
menos aun tiene la persona, porque es sabido que l o hay allá eterna ventura.—
—Pues esos médicos son los que á mí me condos los pastores como Dios manda, son guapos, limpios, discretos, músicos, poetas, cantores y enamora- vienen.
Recordar es darse pena,
—¿Y dónde están esos?
dos, y Lesmes pocha apostárselas al mas pintado á feo,
esperar es devaneo,
puerco, tonto, torpejon para la música, la poesía y el
—¿'Dónde? No me conviene que se sepa.
¡por eso todos vivimos
canto, y el amor estomacal era el único que le d e s —¡Si digo que usted tiene gana de volverme tonto!
velaba.
de esperanzas y recuerdos!
—Ya lo eres.
—Pues entonces...
AN.CETO DE PACES DE I'LIU.
Lesmes tenia, fin embargo, algo de pastor, á parte,
—Entonces me conviene que seas médico y lo vas
por su puesto, de lo de guardar ganado: era curandero. Nadie ignora que la flor y nata de los curanderos á ser.
—¡Espliquese usted con dos mil de á caballo!
salo del gremio pastoril.
—Me voy áesplicar. Así que una persona cae mala,
L'l primer teatro de piedra fue construirlo por PomLa voz del pueblo, que dicen es voz de Dios, decía
lfi
¡ yo el año 099 de liorna, !¡0 antes do nuestra era. que Lesmes triunfaba de todas las enfermedades; pero me planto yo á su lado. Si el mal es de muerta, me
"¡icia 200 años que. las comedias eran conocidas, poro yo tengo una razón muy poderosa para creer que la I coloco á la cabecera de la cama, y si no lo es, me c o "o se representaban en local hecho espresamente para voz del pueblo menlia como una bellaca, y por con- loco á los pies. Ya supondrás que cuando Dios me I.a
(
'l efecto, sí no en las plazas públicas, donde los espec- siguiente, no es lal voz de. Dios, ni tal calabaza: Les- dado atribuciones para deshacer su predilecta hechutadores concurrían de, pie, según dice Tácito.
mes padecía una terrible, hambre canina, a la que de- ra, que es el hombre, también me habrá dado algunas
''lauto, el padre de la comedia latina, escribía tres l.ia el apodo de Traga-aldabas con que era conocido, otras menos importantes.
Sl
—¿Y qué atribuciones son esasi
(í'os antes do la era cristiana; y Terencio, cuyas c o - y toda su ciencia no había logrado triunfar de ella.
lj m i de (días es la de permanecer invisible.
"•uihas no eran menos estimadas, aunque su estilo caUn invierno atacó no sé qué enfermedad al rebaño
a
í«Í' ''*'' '" corrección y elegancia del primero, nació de Lesmes, y en poco tiempo no le quedó una res viva.
— 'A los ojos de todos?
1J
2 años antes de Jesucristo.
Esta desgracia fue doble para el pobre Traga-aldabas,
—Sí.
Augusto Marcelo mandó levantar el año 74.') de Ro- porque al perder el ganado, perdió la numerosa clien¡Esa es grilla! ¡Mire usted si los médicos la verán
"la el segundo teatro, cuya inauguración se efectuó el tela de enfermos que le daba, si no para matar el á usted!
Desnudo el ¡irbol quedó
á los rigores ilel vienlo;
v el herido pecho vio
marchitarse su contento.
El árbol que sufre, alcanza
otra rica primavera
que es su vida y su esperanza...
mas ¡aj! el hombre ¿qué espeía'.'
Anterior
mismo año que la del tercero, edificado por Halbo.
(Suelonio, Estrabou, Ovidio, Séneca y Dion Casi").
El teatro de Pompeyo podía contener sentadas cómodamente 40,000 personas.
Los de Marcelo y Halbo sólo tenian espacio para
! 30,000, pero los tres eran de asombrosa magnificencia.
i La alicion al teatro llegó á ser tal entre los romanos,
i que á poco tiempo eran ya insuficientes los tres referidos, y se hizo indispensable levantar grandes edificios de madera para recibir al pueblo ei¡ las liestas se', haladas.
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328
EL MUSEO UNIVERSAL.
—¿Verme á mí los médicos?'¡Tú estás tocando el
violón'. Pero volvamos á tu
medicatura.
—Dirá usted á mi curandería.
—¿Por qué?
—Jorque no teniendo titulo, seré curandero y no
médico.
—Lo mismo dá. Lo que
no dá lo mismo os la ignorancia y la ciencia. Pues como iba diciendo, yo soy invisible para todo el mundo,
y dejaré de serlo para ti. Entras á ver á un enfermo, y
si me ves á la cabecera de la
cama dices que el enfermo
no tiene remedio por haberte
llamado tardo; el enfermo se
muere, y lodos dicen: «¡qué
ojo tiene ese don Lesmes!
Kn echándole ese á uno el
fallo, ni toda la veterinaria
le salva!» Pero si me ves á
los pies de la cama , dices
que tú respondes de la vida
dei enfermo, aunque le lias
encontrado ya medio muerto ; le das cualquiera cosa
para hacer que hacemos, y
como el enfermo se salva,
dicen todos: «¡Este don Lesmes resucita los muertos!»
y no tienes bastantes pies
para visitar, ni bastantes
manos para embolsar dinero.
G>n que ¿qué te parece mi
proposición?
debe ya esperar la salud de
Dios y de la ciencia.
—Pues con ayuda de Dios
y de la ciencia se la voy yo
á dar.
—¿Ciencia usted? dijo el
médico con la risa del conejo.
- -Ciencia yo, sí señor.
Aunque la ocasión no era
para risas, todos , inclusa la
alcaldesa, estuvieron á punto
de reír á tndo trapo al ver la
estupidez de aquel zamarro
que creía poder dar la salud
á un moribundo deshaueiado
por los mejores médicos
El alguacil se había acercado á la alcoba, atraído por
aquel altercado, y como tenia ganas de que cuanto antes se llevase la trampa al
alcalde y creía muy á propósito á Traga-aldabas para
despacharle pronto, única razón porque no había opuesto gran resistencia á la entrada del curandero, tomó la
palabra en favor de éste, diciendo por lo bajo á la alcaldesa, que repito tenia muy
buenos bigotes:
—Señora, eche usted noramala á los médicos, que
son los que están matando
al señor alcalde, resentidos
de que apenas hay enfermos
en el pueblo desde que él
hizo desaparecer los focos de
infección queenvenrnaban al
vecindario.
—Me parece á pedir de
boca. Pero me ocurre una
La alcaldesa era crédula
duda.
como lo son generalmente
las mujeres, cosa que nos tie—-Vamos á ver qué duda
ne mucha cuenta á nosotros
es esa.
los tunos de los hombres, y
—Yo no puedo creer que
creyó de buenas á primeras
me proteja usted por mi
al alguacil.
buena cara, y quisiera saber
qué mira se lleva usted en
—Yo opino, dijo al médiello.
co, que si Lesmes insiste en
— En primer lugar, la de
que él es capaz de sacar adesatisfacer una deuda de gralante á mi marido, debemos
LOS MARISCADORES.
titud, porque ya he dicho
poner en sus manos al enNada, no hay que darle vueltas;
que me serviste en grande
fermo.
para encontrar los mariscos
cuando eras curandero; y
—Señora, esclamó el méhay que mirar hacia el suelo
en segundo, la de que vueldico, asombrado de la creduy el caso es que yo no miro.
vas á servirme.
lidad de la alcaldesa, ¿está
—¿Y cómo le he de servir
usted chispa, ó se ha vuelto
á usted?
loca?
—Te diré: los médicos de gran reputación son los demás concejales una comilona con cargo al capítulo ! —Ni lo uno, ni lo otro. Usted y sus compañeros han
que á mí me convienen, con tal que su reputación sea de gastos imprevistos; no se embolsaba las multas dado por muerto á mi marido; este hombre dice que
injusta, y de este número serás tú.
después de dar al alguacil los picos para que cerrase el él se compromete á resucitarle, y yo quiero probar si
suyo; no tenia los abastos del pueblo por medio de tes- le resucita, que de todos modos"de muerto no ha de
—No ¡o entiendo.
—Tú no entiendes nada, y asi me'gustan á mi lus t ferro, y por último, no había hecho depositario de pasar mi marido.
médicos. Cuando hayas adquirid» gran reputación, le los fondos municipales á un amigo suyo que le entreOir esto el médico y tomar la puerta como si
consultarán muchísimas gentes sanas y buenas, y las gase todas las noches la llave de la caja. Dígaseme, le hubiesen puesto un cohete en salva la parte, todo
pondrás enfermas á fuerza de hacer con ellas barbari- pues, en vista de estos informes, si no tengo razón pa- fue uno.
ra decir que alcaldes como aquel entran pocos en
dades.
A la puerta de la casa había muchas gentes espe—Está usted muy equivocada , que á todo aquel ¡i libra.
rando con terrible ansiedad noticias del estado del
cuyo lado no la vea á usted, le diré que no está en—¡Ya me cayó que hacer! dijo para sí Traga-alda- enfermo, y al ver salir al médico todos corrieron a
fermo.
bas. Si visito al alcalde y sale adelante en su enfer- preguntarle.
medad, me pongo las botas.
—Guárdate de decirle tal cosa.
—Cuéntenlo ustedes por muerto, que ya le esta
—¿Por qué?
Y dirigiéndose á casa del enfermo pidió permiso al dando el cachete el bruto de Traga-aldabas, contesto
alguacil para pasar adelante.
—Porque perderás reputación y dinero.
el médico continuando la fuga.
—¡Zape! No echaré en saco roto el consejo.
Es de advenir, que el alguacil era la única persona
El llanto (¡el vecindario fue entonces tal que partía
—Aunque es de la Muerte, es consejo muy salu- del pueblo que no podía tragar al alcalde, y todo por las piedras, y en medio del general lloriqueo se oyela sencilla razón de que éste no le daba los picos de las ron gritos de: «¡muera Traga-aldabas!»
dable.
—Ea, voy á ver si me sale por ahí alguna visita y multas como su antecesor, porque sacaba pocas y
Asi que salió el médico, Lesmes dirigió la vista hasaco la tripa de mal año. Con que hasta la vista, se- cuando las sacaba las destinaba al fondo común.
cia la Muerte como para preguntarle si lo hacia bien, y
ñora Muerte.
—¿Para qué quiere usted pasar? preguntó el algua- vio que la Muerte se había alejado un buen trecho de,
—Hasta luego, Traga-aldabas.
cil á Lesmes.
la cama y le hacía señales de aprobación con la caLesrnes tomó el camino de un pueblo, cuyo campa—Para ver al enfermo.
beza.
nario se veía allá á lo lejos, y la Muerte so fue á otro
—¡Eso es, para que le mate usted!
Lesmes, cada vez mas alentado y contento, tocóla
á intrigar para que el médico y el boticario, que eran
—¿Cómo que matarle?
barriga del enfermo, cogió unas telarañas del techo, se
amigos suyos , fueran nombrados individuos de la —El que mata á las bestias, de juro ha de matar al Jas puso en las cejas al alcalde, y éste, que hacia tiemJunta de Sanidad.
alcalde.
po había perdido el sentido , dio poco después señales
—¡Deslenguado! esclamó Lesmes indignado del ma- de recobrarle.
ligno sentido equívoco con (pie hablaba el alguacil, y
•—¡Ya tenemos hombre! esclamó Traga-aldabas
III.
penetró en la alcoba del enfermo, á lo que el alguacil abrazando, en el trasporte de su alegría, á la alcaldeno opuso gran resistencia por la razón que mas ade- sa, que vuelvo á repetir tenia muy buenos bigotes.
Al llegar Traga-aldabas al pueblo , notó una gran lante veremos.
lili aquel instante el alcalde acabó de volver en si
consternación en el vecindario, como (|il(> hombres,
A la cabecera de la cama estaba un médico de los diciendo:
mujeres y niños lloraban como becerros.
mas afamados en la comarca y Lesmes temió por un —O tengo telarañas en los ojos, ó he visto alraíUf
Informóse de lo que ocurría y supo que. tenia aquella momento que fuese la Muerte, porque había oído decir á mi mujer.
consternación y llanto era porque el alcalde del pue- que ésta se disfrazaba de médico muchas veces; pero
blo estaba deshaueiado de los médicos.
muy pronto se convirtió su temor en alegría al dirigir
(Sr
Y en verdad, que el vecindario tenia motivos para la vista á los pies de la cama y ver allí á la Muerte
ANTONIO I>I: T u n a n .
idolatrar al alcalde y considerar como una gran cala—¿Qué trae usted por aquí, le preguntó la alcaldesa
midad el que Míos se le llevase, porque alcaldes como que1, entre paréntesis, tenia muy buenos bigotes.
aquel entran pocos en libra.
—Vengo á dar la salud al señor alcalde , contestó DIRECTOR Y EDITOR KESPONSABLE, 1). JOSÉ (¡ASPAH.'
Para ser elegido no hahia tenido que emborrachar á Lesmes.
IMPRENTA I)K GASPAR r IIOIG EDITORES: NAOHU>. l'HINCfPK , 4 .
los electores; no organizaba cada día en unión de los
—El señor alcalde, replicó irritado el médico, sólo
Anterior
LOS BAÑISTAS.
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