Conociendo a Cincuenta sombras G E Griffin

Conociendo a
cincuenta sombras
continúa
Libro 1
G.E. Griffin
Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Conociendo a cincuenta
sombras
Continúa conociendo a cincuenta sombras, siguiendo donde E.L. James
lo dejo en “cincuenta sombras liberadas”, contando la historia desde el punto
de vista de Christian Grey.
Con agradecimiento a Sirocco 968 por proporcionar la traducción al español y a
felvio945 por el diagramado
G.E. Griffin:
No soy dueño de ninguno de los personajes de la trilogía de "Cincuenta
Sombras". Pertenecen a E L James. Estoy simplemente tomando prestados los
personajes para entretenimiento y no por beneficio económico. Por favor,
consulte la página de aviso legal para más detalles sobre los derechos de
propiedad intelectual de esta obra.
Prohibida la reproducción total o parcial de esta obra sin permiso expreso y por
escrito del autor o de quien el designe.
Todos los derechos reservados.
Nota del autor:
Con agradecimiento a Ang por su conocimiento local y el apoyo indefectible.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Índice
Portada
Capítulo 16
Capítulo 1
Capítulo 17
Capítulo 2
Capítulo 18
Capítulo 3
Capítulo 19
Capítulo 4
Capítulo 20
Capítulo 5
Capítulo 21
Capítulo 6
Capítulo 22
Capítulo 7
Capítulo 23
Capítulo 8
Capítulo 24
Capítulo 9
Capítulo 25
Capítulo 10
Capítulo 26
Capítulo 11
Capítulo 27
Capítulo 12
Capítulo 28
Capítulo 13
Capítulo 29
Capítulo 14
Capítulo 15
2
Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Capítulo 1
L
a Srta. Anastasia Steele me está llamando. Y no puedo creer lo
jodidamente feliz que estoy por eso ¿que soy, un adolescente o qué?
—Er… nos gustaría seguir adelante con la sesión de fotos para el artículo, —
me dice con voz entrecortada, un poco nerviosa. — Mañana, si le parece bien.
¿Dónde sería conveniente para usted, señor?
Sólo escuchar que ella me llame 'Señor' por teléfono me hace sentir cosas, pero
me las arreglo para mantenerme tranquilo y sugiero que nos encontremos en
‘The Heathman’ a las nueve y media de la mañana siguiente.
Diablos, me puedo quedar en Portland un poco más, puedo trabajar desde
aquí, que Taylor y Andrea organicen las cosas para mí, ese es su trabajo.
Trato de convencerme de que tal vez ver a la señorita Steele de nuevo me
ayudará a librarme de esta molesta e inconveniente obsesión por ella que
parece que he desarrollado, pero la verdad es que no puedo hacer nada por mí Tengo que verla de nuevo.
~~~
Y todavía está ahí. Lo siento cuando nos damos la mano, cuando nos
encontramos a la mañana siguiente. Ese zumbido eléctrico entre nosotros. ¿A
qué se debe todo esto? Pero a medida que nos tocamos, yo sé que ella también
lo siente, porque su respiración se vuelve irregular y se sonroja, en ese tono
sexy de color rosa que empieza a resultarme muy familiar. Me gustaría ver su
trasero con esa sombra de color rosa después de haberla azotado. De hecho
desde que ella me pregunto si yo era gay, ¿cómo mierda se atrevió?
Anastasia me presenta a Katherine Kavanagh. Vaya, me alegro de que no fuera
ella la que cayó en mi oficina. Oh, por supuesto, ella es atractiva pero de una
manera convencional, pero ella no me interesa en lo más mínimo. Es mandona
y controladora de una manera que me parece de lo más desagradable en una
mujer.
No, definitivamente prefiero ver a la señorita Steele cualquier día de la semana.
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Sobre todo porque ella está usando jeans ajustados que exhiben ese trasero
delicioso, ah, y esas largas y exquisitas piernas... y en cuanto a sus tetas
perfectas en esa apretada camiseta... Cristo lo que podría hacerle.....
Pero entonces me siento muy disgustado al ver la mirada entre Anastasia y el
fotógrafo, José Rodríguez. Espero que Welch no se haya equivocado con su
control de seguridad y haya pasado por alto el hecho de que ella tiene un novio,
voy a estar muy cabreado con él si así fuera.
Mierda, el fotógrafo realmente quiere meterse en sus bragas a lo grande. Eso es
seguro como el infierno.
— ¿Dónde me prefiere? — Le pregunto fríamente, y en su mirada sé que él sabe
exactamente que le estoy amenazando. Realmente no debería meterse conmigo
si sabe lo que es bueno para él.
Pero entonces la dominante Katherine Kavanagh se hace cargo de la sesión y
algún estúpido me ciega con las luces – esto es lo que pasa por delegar en
estúpidos amateurs, supongo, y me pasa por haber aceptado posar para las
fotos.
Pero me muestro amable, porque significa que puedo ver a Anastasia durante
siguientes veinte minutos más o menos. Mierda, es tan tímida que sólo logro
captar sus ojos dos veces en todo ese tiempo, así que es muy difícil evaluar si
vale la pena tratar de hacer funcionar las cosas con ella.
¿Podría realmente ser mi nueva sumisa? Adiestrarla en mis gustos particulares
sería tan excitante... Demonios, de verdad la quiero, así que sólo tengo que darle
una oportunidad. Y porque estoy acostumbrado a que las cosas sean a mi modo
todo el tiempo, el fracaso no es una opción.
— ¿Quisiera caminar conmigo, señorita Steele? — Le pregunto cuando la sesión
de fotos por fin termina.
Ella se queda realmente sorprendida por mi petición, parece que no tiene ni
idea de que me resulta atractiva. Tan ingenua, tan seductora.
El fotógrafo no se alegra cuando ella rápidamente acepta, y cuando tengo la
puerta abierta para que salga conmigo, él frunce el ceño con fiereza. Chico rudo
de mierda.
Cristo, ella se pone tan nerviosa cuando se para ahí, y me pongo duro de
inmediato, sobre todo cuando me imagino todos las maneras posibles que
podría emplear para remediar eso. Ah, sí, tenerla bien atada y entonces usar el
látigo, el flagelador, o incluso una fusta... pero debo contenerme. Ella bien
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podría correr cien kilómetros si tuviera una sola pista de lo que quiero de ella.
Pero no puedo dejar que eso pase, no puedo.
Espero a Taylor que nos sigue. Su rostro es tan impasible como siempre, pero
sé que debe picarle la curiosidad en cuanto a por qué estoy rompiendo mi
protocolo habitual para seleccionar activamente una nueva sumisa por esta
particular chica de pelo castaño, él ha visto lo suficiente durante los años que
ha trabajado para mí para saber cómo funcionan las cosas normalmente. Pero
por supuesto sabe que no debe hacer ninguna pregunta.
—Yo te llamo, Taylor, — digo en voz baja, y el desaparece hacia la salida.
—Me preguntaba si te gustaría acompañarme a tomar café esta mañana, — le
pregunto a Anastasia, y estudio cuidadosamente su cara para calibrar su
reacción, incapaz de resistir a mirar su hermoso rostro. Oh esos impresionantes
ojos azules, no es de extrañar que haya estado soñando con ellos cada noche,
Nunca había visto un color de ojos tan increíble antes. Siempre he seleccionado
sumisas con los ojos marrones.
Ella se ve completamente asombrada y sorprendida por mi petición.
—Debo llevar a todos a casa, — murmura ella finalmente mientras retuerce
nerviosamente sus dedos otra vez.
¡Mierda! ¿Me está rechazando? No, ¡No puede ser! No voy a dejar que eso
suceda.
—TAYLOR. — Le llamo de vuelta. — ¿Regresan a la universidad? — Pregunto.
Cuando ella asiente con la cabeza silenciosamente, le digo que Taylor puede
llevar a sus amigos de vuelta y rápidamente, le explico. Problema solucionado.
Ahora puede tomar un café conmigo.
Pero en lugar de eso me frunce el ceño, y por un terrible momento creo que me
va a rechazar, de nuevo.
Pero entonces ella viene con su propia solución. Va a cambiar los coches con su
amiga Kate. Así que ella si desea tener una cita conmigo. Yo estoy estúpida y
ridículamente complacido por eso, y le doy una de mis mejores sonrisas
ganadoras mientras ella vuelve a la habitación para arreglar las cosas con su
amiga.
Después de lo que parece una eternidad, ella por fin vuelve a aparecer.
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—Está bien, vamos por el café. — susurra mientras me mira con timidez y se
sonroja profundamente una vez más. Sólo deseo saber exactamente lo que está
pensando para ruborizarse de esa manera, intrigante.
—Después de usted, señorita Steele, — le sonrío, la dejo ir delante de mí para
poder disfrutar de la forma en que se mueve ese perfecto culito mientras
camina.
Christian Grey, gerente general de Empresas Grey, y dominante supremo
BDSM, nunca ha ido a una cita para conseguir una nueva sumisa antes. Por
esta atractiva y fascinante criatura que parece haberme seducido, voy a una
cita. Reto aceptado.
~~~
Al caminar juntos por el pasillo del hotel, suavemente empiezo mi interrogatorio
a la señorita Steele. Tengo que averiguar qué tan apegada está a sus amigos y
familiares, para determinar si podría haber algún problema con ella
adaptándose al estilo de vida que conlleva ser mi sumisa.
— ¿Cuánto hace que conoces a Katherine Kavanagh?
Es evidente que la tenaz señorita Kavanagh tiene una influencia considerable
sobre ella, porque se las arregló para convencerla de conducir todo el camino de
Portland a Seattle para hacerme una entrevista. Gracias a Dios que lo hizo.
—Desde nuestro primer año. Ella es una buena amiga.
—Hmm.
Ella podría ser un problema, ya que espero que mis sumisas dediquen cada fin
de semana a mí, no a sus “amigos”. Ellas tienen que estar disponibles para el
sexo siempre que y cuando yo quiera. Ese es el trato. Y por lo general quiero
mucho. Por supuesto que voy a querer con la señorita Steele.
Pulso el botón de llamada del ascensor, y en cuanto las puertas se abren
revelan una joven pareja en un abrazo apasionado, que rápidamente se
sobresalta y se separa.
Puedo ver que Anastasia se sonroja de nuevo y se esfuerza por ocultar una
sonrisa mientras me mira a escondidas a través de sus pestañas. ¡Dios!, ella se
ve tan adorable cuando hace eso.
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Al llegar a la planta baja se abren las puertas, tomo su mano para llevarla
afuera. Resulta que realmente me gusta la sensación de su pequeña mano en la
mía.
Al escuchar a la joven pareja en el ascensor riendo mientras nos alejamos, no
puedo evitar sonreír.
— ¿Qué pasa con los ascensores? — Murmuro, pero la verdad es que entiendo
muy bien cómo el espacio cerrado de la cabina aumenta la atracción sexual.
Salimos del hotel y giro a la izquierda hacia “Portland Coffee House” que sé que
está cerca, gracias a una investigación rápida que hizo Taylor. Me aseguro de
evitar la puerta giratoria, porque entonces tendría que soltarle la mano, y yo no
quiero soltarla. La señorita Steele parece feliz, la veo intentando evitar una gran
sonrisa en su rostro. Me gustaría ver esa sonrisa en su totalidad. Sé que ella
tiene una sonrisa de infarto.
Caminamos cuatro cuadras hasta la cafetería, y le sugiero que elija una mesa
mientras yo busco las bebidas. Ella me sorprende con su elección, té Twining’s
English Breakfast, bolsa fuera. Me dice que no es entusiasta del café.
¿Seguramente todos beben café?
Sus ojos se abren cuando le pregunto si quiere azúcar, y luego mira hacia abajo
a sus dedos tímidamente, y declina cualquier cosa para comer. ¿Qué está
pensando?
Sé que ella me está mirando cuando estoy en espera de ser atendido. Eso está
bien, no hay problema, hay pocas dudas de que le gusta lo que ve. Y seguro
como el infierno de que me gusta lo que veo. Mientras me reúno con ella en la
mesa está absorta en sus pensamientos e inconscientemente se muerde el labio
inferior y me parece increíblemente erótico.
— ¿Un centavo por tus pensamientos? — La asusto, y una vez más se sonroja.
Espero que eso signifique que ella está teniendo pensamientos eróticos sobre mí
también. Me gustaría poder estar seguro, sin embargo, esta chica es un
enigma. Estoy acostumbrado a las mujeres que caen sobre sus rodillas para
estar cerca de mí.
Cuando le paso el té, ella todavía no me ha contestado, así que le pregunto de
nuevo.
— ¿Tus pensamientos?
—Este es mi té favorito—, ella responde con evasivas, indicando la bolsa de té
Twining’s English Breakfast.
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No, ella no suelta nada, no se abre en lo absoluto, criatura poco frustrante que
es. Observo como ella mete la bolsa de té en la tetera y luego la pone fuera casi
de inmediato.
—Me gusta el té negro y poco cargado, — explica mientras ve mi mirada algo
confundida.
Bien, hora de cortar por lo sano y averiguar lo que necesito saber.
—Ya veo. ¿Es tu novio? — Pregunto, necesito establecer con certeza que ella es
definitivamente soltera. Yo no comparto.
— ¿Quién?
—El fotógrafo. José Rodríguez.
—No. José es un buen amigo mío, eso es todo. ¿Por qué cree que es mi novio?
—La forma en que le sonríes, y él a ti.
La miro fijamente a los ojos para comprobar si está mintiendo acerca de esto.
Yo lo sabría. Soy un experto en esto, es una de las razones por las cuales tengo
tanto éxito. Sé que cuando la gente está mintiendo.
—Es más como de la familia. — me asegura, y yo le creo. Está bien.
Ella mira como pelo el papel de mi magdalena de arándanos. Pienso en lo que
más me gustaría pelar. Todas sus ropas, para que yo pudiera mirar libremente
en ese cuerpo exuberante
— ¿Quieres un poco? — Ofrezco, pero ella se niega.
—Y el chico que conocí ayer, en la tienda. Él tampoco es tu novio? — Mejor
comprobar para estar completamente seguro.
Ella parece un poco irritada mientras me contesta esta vez.
—No. Paul es sólo un amigo. Se lo dije ayer. ¿Por qué lo pregunta?
—Pareces nerviosa alrededor de los hombres, — afirmo.
—Usted me parece intimidante, — responde ella, mientras se sonroja
profundamente otra vez. Estoy sorprendido por esta respuesta tan sincera, pero
me parece que su honestidad está bien. Tal vez he subestimado a la señorita
Steele.
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—Deberías encontrarme intimidante. Eres muy honesta. Por favor, no mires
hacia abajo. Me gusta ver su rostro, — le sonrío alentadoramente y ahora es su
turno para mirar sorprendida. —Me da una pequeña idea de lo que podría estar
pensando. Eres un misterio, señorita Steele. —
—No hay nada misterioso acerca de mí, — resopla con incredulidad.
—Creo que eres muy reservada, — comento. Sí, ella no da mucho de sí. —
Excepto cuando te sonrojas, por supuesto, lo que pasa a menudo. Sólo deseo
que saber lo que te hace sonrojar. —
Oh señorita Steele, de verdad espero que sea porque al igual que yo tiene
algunos pensamientos sucios, en serio fantaseo sobre follarte en todas las
posiciones posibles.
— ¿Siempre hace observaciones tan personales?
—No me había dado cuenta de que lo hacía. ¿Te he ofendido? —Estoy
sorprendido por su honestidad de nuevo. Creo que ella esconde una mujer
valiente bajo ese exterior tímido. Para mi gran sorpresa, me parece fascinante,
tan refrescante después de todas las mujeres “sí” que siempre tengo a mi
alrededor.
—No, — responde ella. —Pero usted es muy prepotente.
Ahí está otra vez, esa racha audaz. Por lo general nadie se atreve a quejarse de
mi comportamiento y me siento un poco avergonzado al pensar que tal vez la he
molestado.
—Estoy acostumbrado a hacer las cosas a mi manera Anastasia, en todo, — le
digo a modo de explicación.
—No lo dudo. ¿Por qué no me ha pedido que le llame por su nombre de pila?"
Ella parece realmente molesta por eso. Bueno, por supuesto, estoy
acostumbrado a que me llamen “Señor” o “Maestro”, pero no hemos llegado a
esa parte de las cosas todavía? Así que por ahora me explico.
—Las únicas personas que usan mi nombre de pila son mi familia y algunos
amigos cercanos. Así es como quiero que sea. — Me cuesta reconocer que su
forma de decir mi nombre cuando salía de mi oficina la semana pasada ha
estado en mi mente atormentándome.
Basta ya de todo esto, no voy a tenerla desafiándome. Yo soy el que tiene el
control aquí. Cambio el tema de la conversación para preguntarle sobre su
familia. Necesito saber si hay relaciones con familiares cercanos que pudieran
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suponer un obstáculo para ser mi sumisa cada fin de semana, pero nada de lo
que me dice me causa ningún motivo de gran preocupación.
Ella no cuenta mucho, pero me sorprende enterarme el que ella eligiera vivir
con su padrastro en lugar de con su madre cuando tenía quince años. Hmm,
debe estar muy unida a él entonces. Su madre parece un poco atolondrada si
ella está en su cuarto matrimonio. No detecto ese rasgo en Anastasia.
Ahora da la vuelta y pregunta por mi familia, y muy brevemente le contesto,
pero yo no he venido aquí para hablar de ellos. Ellos no son de ningún interés
para una sumisa.
Luego hablamos de viajar al extranjero. Me cuenta que nunca ha dejado
EE.UU. continental, y me imagino a mí mismo mostrándole lugares como París
e Inglaterra cuando veo la forma en que su rostro se ilumina cuando ella habla
acerca de Shakespeare y Hardy. Pero justo cuando está empezando a abrirse
un poco, se da cuenta del tiempo que lleva nuestra cita. ¡No!
—Será mejor que nos vayamos. Tengo que estudiar—, me informa mientras le
echa un vistazo a su reloj.
— ¿Para tus exámenes?
—Sí, comienzan el martes.
Supongo que no sería justo tratar de discutir con ella para que se quedara un
poco más. Estos exámenes son importantes para ella, lo entiendo y lo respeto.
Me ofrezco a caminar de vuelta al estacionamiento del hotel donde está el coche
de la señorita Kavanagh.
Pero, al menos nada de lo que he sabido esta mañana me ha dado ningún
motivo para descartar la posibilidad de tenerla como mi nueva sumisa. Ese
pensamiento me hace feliz y sonrío, pensando en lo divertido que será
entrenarla para el papel. Oh sí, efectivamente, encadenar, flagelar y follar a la
deliciosa señorita Steele en mi cuarto de juegos. Follarla de verdad duro. Basta
Grey, estas yendo muy lejos otra vez.
Pero no puedo dejar de pensar en la ropa que me gustaría verle puesta, en
lugar de la basura barata que por lo general usa. Realmente me gustaría verla
con una blusa de seda de corte bajo, con una falda ajustada y unos “No me
jodas” tacones súper altos. Louboutins son los zapatos elegidos para mis
sumisas, y con esas piernas largas hermosas... hmm, se lucirían.
— ¿Siempre usas jeans? — Le pregunto.
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—Normalmente. — Confirma.
Ya me lo imaginaba. Bueno, eso significa que nadie más va a verla vestida como
realmente debe ser. Yo puedo encargarme de su guardarropa para satisfacer
mis gustos.
Ya casi estamos de vuelta en el hotel, cuando me suelta:
— ¿Tienes novia?
¿¡QUÉ?! Bueno, supongo que es lo justo, puesto que yo le he preguntado lo
mismo. Pero ella no tiene ni la menor idea de lo que yo hago. Tan ingenua, tan
inocente.
—No, Anastasia. Yo no hago eso de las novias. — Le informo con cuidado y veo
su mirada de confusión.
¿Para eso pensaba ella que era esta “cita”? Mierda, por supuesto que lo hizo.
Puedo ver por su mirada avergonzada que estoy en lo cierto y ahora no puede
huir con la suficiente rapidez. En su afán camina y tropieza en la calle y veo a
un ciclista venir directamente hacia ella mientras se dirige en sentido contrario
por esta calle de una vía.
— ¡Mierda, Ana! — Tiro de su mano para que ella caiga contra mí cuando el
ciclista pasa disparado.
Antes de darme cuenta, la estoy abrazando fuertemente contra mi pecho, y me
abruma inmediatamente lo fantástico que me siento al tenerla en mis brazos,
descubro que ella huele simplemente divino, sobre todo su pelo. La sostengo
cerca mientras acaricio la piel perfecta de su rostro para asegurarme de que
está ilesa. Estoy a punto de gemir cuando paso mi pulgar por la silueta de su
boca. Ese labio inferior que ella muerde es tan suave y seductor.
— ¿Estás bien? — le susurro, ella me mira con anhelo, mira fijamente a mi
boca, y yo sé que ella realmente quiere que la bese. De hecho, ella está
prácticamente rogándome que la bese. Ah, y yo realmente, de verdad quiero,
estoy sin aliento por la necesidad, pero al mirar a esos ojos azules maravillosos
e inocentes, que parecen ver todo en mí, entrando en la oscuridad de mi alma,
vuelvo a mis sentidos.
¿Por amor a Dios qué estoy haciendo, al jugar con esta hermosa y dulce chica
inocente? Ella se merece un hombre mucho mejor que un individuo jodido
como yo. ¿Qué he estado pensando? ¿No tengo un hueso decente en mi cuerpo?
Sacudo la cabeza para reponerme, para tratar de romper el hechizo que esta
mujer fascinante parece haber arrojado sobre mí.
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—Anastasia, debes mantenerte alejada de mí. Yo no soy hombre para ti—, me
las arreglo para susurrar. —Respira, Anastasia, respira. Me voy a levantar y a
soltarte.
Puedo ver que ella se siente mal, muy molesta por mi aparente rechazo hacia
ella. Los dos sabemos que ella estaba rogándome que la besara, y sin embargo
no lo hice. La levanto con el brazo extendido para asegurarme de que no se va a
desmayar o cualquier otra estupidez.
—Lo tengo, — insiste, ahora claramente avergonzada. —Gracias.
— ¿Por qué? — Pregunto, sin soltar sus hombros sosteniéndola. ¿Qué me
agradece, no llevarla por el camino oscuro de BDSM? ¿Por recobrar la cordura
a tiempo?
—Por salvarme.
—Ese idiota iba en sentido contrario. Me alegro de haber estado aquí. Me
estremezco al pensar lo que podría haber sucedido. ¿Quieres venir y sentarte en
el hotel un momento?
La suelto ahora, ella niega con la cabeza, antes de envolver los brazos a su
alrededor y cruzar rápidamente el camino de regreso al hotel, yo sigo detrás de
ella.
Fuera del hotel, se gira para hacerme frente, pero no me puede mirar a los ojos.
—Gracias por el té y por hacer la sesión de fotos. — murmura, es evidente que
aún está molesta y humillada por el giro de los acontecimientos entre nosotros.
Me siento como una mierda completa, y lucho para tratar de decirle algo, algo
que se explique que estoy lo haciendo por su propio bien, a pesar del hecho de
que ella me llama en algún nivel profundo de una manera que nunca he
experimentado en mi vida. Pero las palabras no pueden explicar o excusar mi
comportamiento. Quiero hacerla mi sumisa, mi esclava sexual. Es mejor para
ella de esta forma.
— ¿Qué, Christian? — Ella me grita.
¿Qué puedo decir?
—Buena suerte con tus exámenes. — es la única cosa que finalmente logro
pronunciar.
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Ella me mira con disgusto y escepticismo.
—Gracias, — dice con sarcasmo. —Adiós Sr. Grey.
Se da la vuelta y desaparece hacia el garaje subterráneo.
Yo me quedo con angustia, sintiéndome tan confuso y desolado por haber
dejado a la señorita Anastasia Steele salir de mi vida.
Saco mi móvil y llamo a Taylor para que venga a buscarme, preguntándome
cómo diablos me voy a sacar a esta mujer de la cabeza.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
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Capítulo 2
S
é que estoy siendo jodidamente desagradable con todo el mundo,
pero no hay nada que pueda hacer para remediarlo, mis empleados
tendrán que tragárselo.
¿Qué pasa con esta chica? Me he follado a muchas mujeres, pero nunca he
sentido nada parecido por ninguna de ellas. Estoy cabreado conmigo mismo por
ser tan débil, por no ser capaz deshacerme de estos sentimientos. ¡Soy un
Dominante por el amor de Dios! Yo controlo a las mujeres. Ellas no me
controlan a mí.
La única persona que tiene alguna idea de por qué estoy constantemente de tan
mal humor es Taylor, y él sabe que no debe hacer ningún tipo de comentario.
No puedo irme de Portland por mucho que lo quiera, ya que es donde está
Anastasia. Su canto de sirena es muy fuerte. Pero no pierdo el tiempo, he
establecido mi oficina en “The Heathman” para poder trabajar desde aquí, ya
que hay muchas cosas que pueden gestionarse así. De esa manera me siento
que no estoy completamente perdido por esta trama.
Taylor sin duda está deseando que me dé prisa y consiga una nueva sumisa de
cabello castaño dispuesta y complaciente, para follarla y azotarla sin sentido en
mi cuarto de juegos como siempre, y así desahogarme y sacarme estos
sentimientos de encima, pero no puedo. Sé que hay muchas mujeres que
saltarían si fuera necesario para convertirse en mis sumisas, pero yo no quiero
a ninguna más, solo a la Srta. Anastasia Steele.
Me siento como si me hubieran lanzado un hechizo para atraerme hacia ella, y
la magia es fuerte. No puedo sacármela de la cabeza, no importa cuanto lo
intente. Incluso el sonido de su nombre sigue sonando repetidamente en mí
cerebro. Anastasia. Un nombre precioso para una chica hermosa.
Me intento convencer que estoy haciendo lo mejor, y que debo seguir hacia
adelante y dejarla tranquila, pero es algo mucho más fácil de decir que de
hacer.
Hace tiempo que no tengo una sesión con Flynn, por lo que no he podido
discutir el tema de Anastasia con él todavía, pero creo que debo hacerlo en
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breve. Él es la persona a la que le cuento todo, sin tabúes. Él sabe de toda mi
jodida enfermedad. Puede que él sea capaz de centrarme con todos estos
sentimientos confusos.
Cada mañana salgo a correr y luego me castigo en el gimnasio del hotel, incluso
he hecho venir hasta Portland a Claude Bastille, para así poder sacarme toda
esta mierda de encima haciendo kick boxing con él, pero aun eso no me ayuda.
Pensamientos sobre Anastasia irrumpen en mi cabeza en cualquier momento,
pensamientos excitantes y eróticos sobre ella en mi cuarto de juegos en todas
las posiciones. Estoy duro constantemente. Si pudiera darle unos buenos azotes
y luego follarla muy duro me sentiría mucho mejor.
Duermo mucho menos de lo habitual. La música por lo general me proporciona
una vía de escape, un bálsamo para mi alma herida y dañada, echo de menos
mi piano. En las madrugadas pensamientos no deseados inundan mi cabeza.
La rabia y la ira se apoderan de mí al pensar que otro hombre pudiera tener a
Ana. No puedo soportar ni siquiera la idea de que la toquen. Ya vi al gorila de la
ferretería acosándola, y luego al fotógrafo babeando por ella. Parece no tener ni
idea de lo atractiva que resulta, y eso forma parte de su atractivo, creo yo.
Pero eso también significa que es vulnerable, que necesita cuidarse, y como su
Dominante es lo que haría. Yo cuidaría de ella y la mantendría a salvo.
Realmente deseo que ella firme el contrato para ser mi sumisa, obedeciendo las
reglas, de esa manera tal vez no estaría tan preocupado por ella.
Mi primera impresión cuando cayó en mi oficina y me miró, era que ella era un
sumisa por naturaleza pero después de haber pasado un poco de tiempo con
ella ya no estoy tan seguro.
Pero es su audacia la que despierta mi interés. Cuando estoy con ella, el
aburrimiento, el tedio que me invaden desaparece y me siento más vivo de lo he
estado en mucho tiempo. ¿Cómo puede haberme llegado tanto en tan poco
tiempo? Puedo entender cómo en otros tiempos se acusaba de brujería a las
mujeres, porque eso es lo que me siento, embrujado.
Otra cosa que me atormenta es la expresión de Anastasia cuando la abrazaba y
no la besé. Un sentimiento de rechazo se escribió en su cara tan dulce. El
haberla perturbado, el ser el causante de su dolor me está atormentando.
¿Cómo puedo explicárselo? ¿Cómo puedo hacer que se sienta mejor? ¿Cómo
hacerle entender lo duro que fue luchar para no ceder a mi deseo de besarla allí
mismo en la calle?
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G.E. Griffin
¿Cómo hacerle entender que si la hubiera besado las cosas se habrían vuelto
imparables entre nosotros y entonces sería el culpable de haberla arrastrado
hacia mi mundo oscuro? Porque sé lo enfermo y lo jodido que estoy.
Pero una parte de mi sostiene que quizás a ella le guste lo que le puedo ofrecer,
y que por lo menos debería averiguarlo. Ella estaría cuidada y a salvo siendo mi
sumisa. Podría abrirle un nuevo mundo, uno donde ella experimentaría un
placer inimaginable, si tan solo se entregara libremente a mí para poner a
prueba sus límites. Y el pensar en ella aceptándolo me hace sentir realmente
emocionado.
Y es por eso por lo que no puedo alejarme de Portland y regresar a Seattle en
este momento. No soy capaz de convencerme de darle la espalda a la Srta.
Steele y seguir adelante con mi vida.
Naturalmente he ordenado investigaciones más exhaustivas para asegurarme
que sé de ella tanto como me sea posible. No hay nada que indique ningún
novio anterior, algo que encuentro realmente sorprendente, tiene casi veintidós
años después de todo. Pero me hace feliz esa falta de novios. Tampoco nada
parece indicar que sea gay, lo que coincide con mi primera impresión, por lo
que descarto totalmente esa posibilidad.
También he ordenado controles a fondo de todos aquellos que regularmente
tienen contacto con ella para asegurarme de que no está en peligro alguno con
algún hijo de puta desconocido. Sí, soy un fanático del control. Soy tan
minucioso y despiadado en ello como si estuviera a punto de emprender
inminentemente una nueva adquisición. Tal vez lo estoy, ¿O me estoy
engañando a mí mismo?
Los informes sobre el chico fotógrafo y el gorila de la ferretería están limpios, no
tienen antecedentes penales o cualquier indicio de violación o delitos sexuales
dentro o fuera del expediente. Uno de los profesores de la universidad al
parecer se inclinaba hacia el travestismo, lo que en realidad no me preocupa en
absoluto y en cualquier caso está a punto de salir de la universidad.
Al menos me he enterado que este viernes finalizan sus exámenes con una
prueba de 3 horas sobre las novelas de Thomas Hardy. Mmm, la obra que me
viene a la mente es por supuesto Tess de D’Urbervilles, debido a las similitudes
obvias.
No me gusta esperar, pero ejerzo un cierto grado de autocontrol. No quiero
distraerla de ninguna manera en el estudio para sus exámenes finales. Así que
espero hasta el viernes para enviarle un regalo que espero pueda explicarle el
por qué me resistí a besarla. Disfruto enormemente buscando la mejor cita
para ir a entregarle las tres primeras ediciones de las novelas de Hardy que he
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comprado para ella. Así que decido enviar a Taylor a entregarlas justo antes
que ella vuelva a casa después del examen final, y así la estén esperando
cuando llegue.
Mis investigaciones han establecido que ella es una estudiante de Literatura
Inglesa con mucho talento, por lo que creo que fácilmente será capaz de ver lo
que estoy intentando decirle a ella cuando escribo la tarjeta que adjunto a los
libros:
¿Por qué no me dijiste que había peligro? ¿Por qué no me lo
advertiste? las damas saben lo que deben evitar, porque leen
novelas que les desvelan estos trucos…
Traducción moderna de: “Las mujeres jóvenes, en su deseo de amor y afecto se
inclinan hacia las relaciones malsanas disfrazadas de amor.”
Le estoy explicando que yo no hago la cosa de las novias, ni las cosas de
corazones y flores. Es por eso por lo que no la besé, porque hubiera pensado
que era eso lo que le estaba ofreciendo. Yo no quería mentirle ni engañarla.
~~~
Agradezco la distracción de tener a Elliot por aquí el viernes por la noche. Me
irrita a veces con sus inmaduras bromas constantes por mi falta de vida
amorosa, mientras que hace alarde de su nueva conquista. Y lo tolero porque
es mejor que siga sin saber la verdad. Puedo y quiero mantener mi estilo de
vida al margen de mi familia para protegerlos, especialmente a mamá. No
quiero hacer nada que pueda disgustarla.
Pero Elliot es mi hermano, y puedo relajarme con él como con pocas personas.
Estoy contento de que esté en Portland y cenamos en “The Heathman” y luego
nos vamos hacia el bar para tomar una o dos cervezas. No me permito beber
demasiado ya que sé que no sería una buena idea dado mi actual estado de
ánimo.
Suspiro cuando mi BlackBerry vibra de nuevo sobre las once, pero se me sale el
corazón por la boca cuando veo quién llama.
¡Mierda! ¡Anastasia! El identificador de llamadas me dice que es ella. Guardé su
número cuando me llamó para concertar la sesión de fotos, pero demonios, lo
podría haber conseguido de todos modos.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Contesto rápidamente
— ¿Anastasia?
— ¿Por qué me enviaste los libros?
Mierda, suena realmente extraña y arrastra las palabras. ¿Qué diablos está
pasando?
—Anastasia, ¿estás bien? Suenas rara.
—Yo no soy la rara, tú lo eres.
Mierda, claramente le han disgustado los libros de Hardy que le he enviado.
Tanto como mi patético intento de disculpa. Tal vez debería haberla dejado
tranquila, parece que he empeorado la situación, ella ha ido y claramente se ha
emborrachado. Empiezan a sonar alarmas en mi cabeza.
— ¿Anastasia, has estado bebiendo?
— ¿Y a ti que te importa?
Me las arreglo para contener mi temperamento al oír su insolente tono de voz.
Pero mientras hablo con ella ya estoy empezando a hacer planes. Necesito
urgentemente encontrarla y asegurarme de que está bien.
Elliot me mira divertido al escuchar parte de la conversación. Nunca me había
oído hablar antes con una mujer fuera de un contexto de negocios.
—Soy curioso, ¿dónde estás?
—En un bar.
— ¿En qué bar? — Me estoy cabreando. Tengo que seguir su rastro, en el
estado en el que se encuentra podría pasarle cualquier cosa. Puedo sentir como
se me erizan los pelos de la nuca.
—Un bar en Portland.
— ¿Y cómo te irás a casa?
¿Con quién está? ¿La están cuidando, se asegurarán de que llegue a casa sana
y salva?
—Ya encontraré la manera.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Estoy tan jodidamente frustrado con esta conversación, no me está llevando a
ninguna parte. Está en peligro y tengo que encontrarla lo antes posible. Odio la
sensación de no tener el control.
— ¿En qué bar estás?
— ¿Por qué me enviaste los libros Christian?
— ¿Anastasia, dónde estás? ¡Dímelo ahora!
Hablo con ella como lo haría con una sumisa desobediente que me ha
disgustado. Necesito respuestas. Realmente necesito esta información ahora
mismo, en este instante, para así poder garantizar su seguridad.
—Eres tan… dominante. — Se ríe de mí.
Oh Anastasia, no tienes ni idea.
—Ana, por favor, ayúdame, ¿dónde diablos estás?
Increíblemente ella se ríe de mí una vez más. ¿Cuánto ha bebido por el amor de
Dios? Ahora estoy aún más preocupado por ella.
—Estoy en Portland… un largo camino desde Seattle. — Se mofa de mí. Dios,
espero que no esté a punto de perder el conocimiento.
— ¿Dónde en Portland? — Trato de sacarle algún sentido de sus palabras.
—Buenas noches Christian.
¡No, no, no! No te atrevas a colgarme, no antes de haberme dicho dónde te
encuentras.
— ¡Ana!
Pero se ha ido. Mierda.
— ¿Qué está pasando Christian? Quién es esa Anastasia...?
Levanto mi mano para callar a Elliot y rápidamente marco un número en mi
teléfono móvil.
—Necesito urgentemente rastrear al teléfono móvil de la Srta. Steele… si,
inmediatamente…. Localización optima… si, espero.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
No hay tiempo que perder, algún desalmado podría saltar encima de ella y en el
estado en el que se encuentra no podría hacer nada al respecto.
Parece que pasa una eternidad,
generación tarda solo un par de
resulta ser que el bar en el que
que confirmar que aún tiene su
caer ¡O peor!
aunque nuestro sistema de rastreo de última
minutos en obtener la ubicación, y por suerte
se encuentra está cerca del Heathman. Tengo
teléfono, que no se le ha caído o lo ha dejado
La llamo de nuevo
Cierro los ojos con alivio cuando me contesta ella con un— Hola—.
—Voy por ti.
No espero su respuesta. Cuelgo y me pongo en pie para marcharme.
— ¿Quieres que vaya yo también? — Me pregunta Elliot, entrecerrando los ojos
al darse cuenta de lo preocupado que estoy por que todo se vaya a la mierda.
—Sí, puedes echarme una mano, supongo. — le digo con ironía. Mi hermano
sabe perfectamente cómo manejarse en una pelea. Espero que no se llegue a
nada de esto, pero siempre es bueno tener alguna ventaja. Lamento ahora
haberle dado la noche libre a Taylor. Podría llamarlo, pero esperarlo nos
retrasaría.
—Así que vamos, —confiesa, — quién exactamente es esa chica, “Ana”? — Me
pregunta Elliot, mientras yo acelero a fondo para ir al bar y encontrarla.
—Sólo una amiga.
Incluso Elliot se da cuenta que este no es el momento para los interrogatorios y
gracias a Dios se calla. Cuando abro la puerta del bar, está lleno de
estudiantes, la mayoría de ellos destrozando sus cabezas furiosos al ritmo de la
música. Seguramente se trata de la celebración del final de los exámenes, y eso
es lo que Ana debe estar haciendo. Elliot y yo empezamos a buscar pero está
tan lleno que no sabemos por dónde empezar.
Desesperadamente exploro el lugar en busca de Anastasia y puedo sentir como
se apodera de mí el pánico cuando no la localizo. Entonces diviso a Katherine
Kavanagh a lo lejos, y me dirijo hacia ella.
— ¿Es ella? — me pregunta Elliot, cuando ve hacia donde me dirijo.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
—No, ella es su amiga, pero sabrá dónde se encuentra Ana, eso espero, — le
digo secamente.
Por supuesto Elliot no puede apartar los ojos de Kate, es su tipo de mujer.
Belleza clásica de una manera muy obvia, con un brillante pelo rubio, y una
figura curvilínea que se muestra a la perfección con unos jeans ajustados y una
pequeña blusa de tirantes.
— ¿Dónde está Anastasia? — No puedo perder el tiempo con cortesías. Tengo
que encontrarla.
— ¿Qué…qué
incredulidad.
demonios
estás
haciendo
aquí?
—
Exclama
Kate
con
Por el amor de Dios, pon tu cerebro a funcionar.
—Dímelo, ahora, ¿Dónde-está-Anastasia? — Le digo claramente y
conteniéndome para no cogerla y sacudirla por su estupefacción. Es evidente
que ella también ha estado bebiendo.
—Ella... err ... ha salido a tomar un poco de aire fresco—, finalmente responde.
—José se acaba de ir a ver cómo está.
Mierda! Apuesto que va a “velar” por su bienestar.
—Voy a salir a buscar a Ana, quédate aquí por si entrara de nuevo.
Le indico a Elliot.
Por supuesto, con lo mujeriego que es, está encantado de quedarse con la Srta.
Kavanagh. Pero enseguida me doy cuenta que ella está encantada con el
también. Niego con la cabeza mientras me dirijo a la salida.
Una vez fuera, en el estacionamiento, miro a mí alrededor tratando de
encontrar a Ana. Entonces veo a una pareja. El tipo tiene sus brazos con fuerza
alrededor de la chica y trata de besarla a pesar de que ella está tratando de
empujarlo.
Mierda, son Ana y José. Esto es exactamente lo que yo temía, y puedo sentir la
rabia como hierve por mis venas. Gracias a Dios que he llegado justo a tiempo.
Cuando me dirijo hacia ellos puedo oír como Ana le suplica.
—José, no, por favor, no lo hagas.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Ella le suplica, pero aun así él no la suelta, y me dan ganas de golpearlo por ser
tan mierda. Hago acopio de todo mi autocontrol para no lanzarme sobre él.
¿Cómo mierda se atreve a forzarla? En lugar de eso digo en voz alta de aviso,
voz mezclada con la furia que siento.
—Creo que la señorita ha dicho que no.
Finalmente José suelta a Ana. Suavemente si quieres escapar en una sola pieza,
chico.
—Grey. — dice lacónicamente, cuando ve mi mirada de disgusto. Pero antes de
que pueda encargarme de él como se merece hay otros asuntos que merecen mi
atención.
Ana me mira con sorpresa y luego de repente se dobla en sí misma y empieza a
vomitar espectacularmente en el suelo.
—Uggg, Dios mío Ana. — Retrocede José claramente asqueado. Qué lástima
que no le vomitara encima, le habría servido como lección para no tratar de
forzarla intentando meterle su lengua hasta la garganta. Me alegro mucho de
que ella no estuviera dispuesta a ello.
Sospecho que Ana aún no ha terminado de vomitar, así que
le recojo el cabello y la llevo por un camino que llega hasta
las jardineras llenas de flores que limita el estacionamiento.
—Si vas a vomitar otra vez, hazlo aquí. Te ayudaré a mantenerte en pie. — Le
digo mientras le recojo el cabello en una cola improvisada y la sostengo por los
hombros. Ella débilmente intenta apartarme, pero de pronto vomita de nuevo…
y otra vez, hasta que finalmente no le queda nada que vomitar, aunque su
cuerpo sigue intentándolo de todas maneras.
Está agotada y apenas puede sostenerse en pie, le paso mi pañuelo de lino para
que pueda limpiarse la boca. Aún estoy furioso con ella por haber llegado a este
estado y que se haya expuesto a los riesgos, pero se atenúa por mi inmenso
alivio de haberla encontrado a tiempo de evitar un daño mayor. Incluso en el
estado en el que se encuentra estoy encantado de volver a verla, de estar con
ella otra vez.
Observo a José que todavía está dando vueltas, nos mira desde la entrada del
bar. Ana también le echa una mirada de disgusto, a regañadientes desaparece
dentro del bar, murmurando algo de volver a echar un vistazo. Oh no, no lo
harás.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Ana está claramente avergonzada, pero el vómito no me preocupa en absoluto,
mi estilo de vida me ha hecho ver y tratar con todo tipo de fluidos corporales a
lo largo de los años.
—Lo siento. — Murmura tímidamente, mientras juguetea nerviosa con el
pañuelo.
— ¿Qué es lo que lamentas, Anastasia? — Le pregunto divertido y con
curiosidad por saber lo que ella considera su peor pecado.
—La llamada telefónica, principalmente. El estar enferma. Oh, la lista es
interminable. — Murmura sonrojándose.
—Todos hemos pasado por esto alguna vez, tal vez no tan dramáticamente
como tú. — Le digo recordando mis años de adolescencia salvaje antes de que
Elena me tomara en sus manos y me sacara del camino de la bebida.
Pero tengo que hacerle saber que realmente no puede actuar así, no es un
comportamiento aceptable para nadie, y mucho menos para mi próxima
potencial sumisa.
—Se trata de conocer tus límites, Anastasia. — Quiero decir, yo soy experto en
presionar los límites, pero esto es algo que se aleja de todo limite. — ¿Es
habitual en ti este de este comportamiento?
—No, nunca antes había estado borracha, y ahora mismo no siento ningún
deseo de volver a estarlo otra vez. — Me dice compungida, y le creo.
—Vamos, te llevaré a casa. — le digo.
Pero ella se queja e insiste en que tiene que decirle a su amiga Kate que se va,
aunque le aseguro que mi hermano Elliot le dirá que está bien. Ella está
claramente algo confusa, pensando que yo ya había regresado Seattle y se
pregunta cómo la encontré.
—He rastreado tu teléfono móvil, Anastasia.
Esto parece conmocionarla. Sí, soy tu acosador. Acostúmbrate a ello.
Ella tiene que recoger el bolso y la chaqueta que había dejado dentro antes de
que podamos salir, así que a regañadientes entramos de nuevo al bar. La tomo
de la mano con firmeza puesto que se encuentra borracha y débil.
Ana encuentra sus cosas en la mesa donde las había dejado y le pregunta al
chico que está sentado allí por Kate. La música está muy alta y cuando tiene
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
que gritarme muy cerca para que la escuche, eso me excita. Ella se sonroja,
realmente estoy deseando que a ella le esté pasando lo mismo, ¿pero tal vez sea
solo por el alcohol?
Me dice que Kate se encuentra en la pista de baile. Sin duda con Elliot.
Antes de hacer cualquier cosa necesito que Anastasia beba mucha agua para
intentar contrarrestar el efecto del alcohol barato que ha ingerido. Pido un vaso
grande de agua y vigilo que se lo acabe todo. ¿No se da cuenta de que la
deshidratación es una de las principales consecuencias del consumo excesivo
de alcohol? Me paso las manos por el cabello en un gesto de frustración por ser
tan necia.
Entonces la tomo de nuevo de la mano y nos dirigimos hacia la pista de baile,
para que podamos encontrar a su amiga y salir de este basurero. La pista de
baile está muy concurrida, y la forma más sencilla de llegar al otro lado es ir
bailando, soy un buen bailarín, un hot dancer. Otra cosa que agradecerle a
Elena, y de hecho me resulta muy divertido tomar a Ana en mis brazos y
deslizarla por la pista, así la mantengo en pie, ya que todavía está muy
borracha.
Encontramos a Kate y Elliot bailando muy sugerentemente.
—Dile a Kate que tengo a Ana y que me encargo de ella. Y por el amor de Dios
asegúrate de usar condón esta noche, ¿eh? — Le grito a Elliot al oído.
Me sonríe pícaramente y tira de Kate hacia sus brazos, para deleite de está que
no deja de menearse alrededor de él seductoramente.
¡Cristo, si se acaban de conocer!, pero conozco a mi hermano lo suficientemente
para saber que va a follársela esta noche.
Así que Anastasia y yo por fin podemos salir. Pero antes de llegar a fuera, noto
como empieza a cojear. Dios mío, se ha desmayado.
— ¡Mierda!
Por lo menos me las arreglo para agarrarla antes de que toque el suelo.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Capítulo 3
A
hora llevo a Ana inconsciente fuera del bar, es muy liviana y no
pesa casi nada, así que no me resulta ningún problema que
llevarla al coche.
Incluso ahora se ve como un ángel mientras esta desplomada en el asiento, con
el cabello castaño enmarcando su carita dulce. Le pongo el cinturón de
seguridad, asegurándome de que está bien apretado. Me gusta así, atada.
—Oh nena, que desperdicio, — suspiro tristemente.
Llamo a Taylor. Su noche libre ha terminado porque lo necesito.
—Tengo una situación. Nos vemos en la entrada trasera del Heathman en
quince minutos. Necesito asistencia con entrada discreta.
—Entrada trasera en quince minutos. — Taylor confirma. Termino la llamada.
Jodidos paparazzi, están acechando alrededor de cada esquina en busca de
chismes jugosos. “Christian Grey llevando a una joven en coma por el vestíbulo
principal del Heathman”, eso haría su día. Esa es la desventaja de ser rico y
famoso.
Mientras conduzco la corta distancia de nuevo, sigo mirando a Ana, ella parece
estar bien, está respirando normalmente, así que creo que sólo necesita dormir.
Me alivia saber que tomó agua antes de que se desmayara, pero no estoy
dispuesto a correr el riesgo de dejarla ahogarse con su propio vómito, así que
voy a llevarla de vuelta a mi habitación de hotel. Ahí puedo cuidar de ella con
más facilidad que en su casa, sobre todo si su compañera de habitación y mi
hermano van a tener una noche apasionada.
Taylor se reúne conmigo como estaba previsto. Si está sorprendido con lo que
resulta ser la “situación”, no lo demuestra en absoluto.
—Es sólo alcohol, no hay drogas involucradas. No creo que la señorita Steele
necesite asistencia médica, pero ten los detalles de un médico de confianza a
mano por si acaso. — le instruyo.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
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—Sí, señor.
Nos guía a través de la entrada de servicio por la parte posterior y luego a la
suite a través de la escalera de emergencia. Se ofrece a llevar a Ana al subir las
escaleras, pero me niego porque yo no la quiero en los brazos de alguien más,
ni siquiera de Taylor. Yo lo puedo manejar bien.
Al entrar en la sala, veo vacilar Taylor no está seguro dónde voy a poner Ana.
Nunca ha visto a una mujer dormir en mi cama en todo el tiempo que ha
trabajado para mí. Ha visto a muchas mujeres que venían y se iban, pero
siempre han dormido en una habitación separada a la mía.
Me dirijo directamente a la cama y pongo suavemente Ana ahí. Ella despierta
momentáneamente y murmura dormida, pero no comienza a vomitar de nuevo,
gracias a Dios.
Ella se ve tan joven y tan dulce e inocente ahí acostada, creo ver una expresión
de preocupación, o incluso de lástima pasar rápidamente a través de la cara de
Taylor en un momento de descuido.
—Eso es todo. Te llamaré si necesito algo más. — le digo al despedirlo, y sé que
él sabe que he traído aquí a la señorita Steele para cuidar de ella, no para
aprovecharme de ella. Esa no es mi manera actuar. Todo lo pervertido que pasa
en mi sala de juegos es totalmente con consentimiento, mujeres totalmente
conscientes. No es necesario drogarlas, ellas de buena gana me piden que las
folle.
Una vez que se ha ido, le quito los Convers a Ana junto con los calcetines. Me
doy cuenta de que están un poco manchados de su abundante vómito, al igual
que sus jeans. No la puedo dejar con ellos, están asquerosos.
—Srta. Steele, tengo que decir que no es como yo preveía desnudarte, —
murmuro con ironía al deshacer el botón y bajar la cremallera de sus jeans, los
deslizo hacia abajo por sus caderas, y luego tiro de ellos fuera por la parte
inferior de las piernas.
No puedo hacer nada por mí mismo, es un festín para mis ojos, sus hermosas
piernas largas y delgadas, que había mantenido ocultas hasta ahora. Dios mío,
en realidad son las piernas de una supermodelo, pero me alegro de que no sea
una modelo, no me gustaría que otros hombres se la comieran con los ojos. Es
para mis ojos solamente, si tengo forma de hacerlo. Y la suelo tener.
La pongo de lado para dormir por si acaso vomita otra vez, y veo su suave y
perfecto trasero redondo, revestido en simples bragas de algodón blanco. Oh
ella se merece ropa interior mucho mejor que esa. Me gustaría verla en algunas
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
bragas de seda y encaje obscenamente caras que muestren su fantástico
trasero.
Mis ojos pasan ávidamente por el resto de su figura encantadora, pero no la
toco. No sin su permiso. Pero puedo ver la curva de sus pechos bajo su
camiseta, y no puedo dejar de imaginar cómo sería sentir su tacto, acariciarlos,
chuparlos, follarlos... Cierro los ojos y trago saliva. Tengo que dejar de pensar
en eso en este mismo instante, así que la cubro con el edredón de manera
confiada.
Saco mi BlackBerry y llamo a Taylor.
—La ropa de la señorita Steele necesita ir a la lavandería. Tráele algunas
prendas nuevas por la mañana. Algo azul.
—Sí, señor.
Sé que te verás muy bien en azul, por tus ojos azul claro. Tengo muchas ganas
de ver esos ojos por la mañana. Todo lo que puedo ver, mientras que ella está
durmiendo son las largas pestañas en su mejilla. Son agradables a la vista
también. Me siento en la silla junto a la cama y la observo mientras ella
duerme. Su cara es pálida y hermosa, hasta ahora solo me hacía una idea,
ahora sé que el resto de su piel es un color rosa perfecto. Su cabello castaño se
extiende como un abanico sobre la almohada, y con cuidado se lo aparto de la
cara. Se siente suave y sedoso. Su boca está ligeramente abierta, y le paso mi
pulgar sobre su delicioso labio inferior, y mi aliento se agita por lo suave que se
siente eso también. Mm, Mm, me estoy imaginando como sería follar esa boca...
¡Oh por Dios detente Grey! Todo en esta mujer parece bello y dulce, pero ese
hecho me provoca una erección dura y dolorosamente sólida como una roca.
Me parece que su respiración es tranquilizadora de alguna manera.
No sé cuánto tiempo me siento allí sólo a mirarla, pero finalmente me pongo
mis pantalones de pijama y me meto en la cama también. Me acurruco detrás
de ella y entierro mi nariz en su cabello. Ella huele divinamente, es
embriagadora, sensual y también de alguna manera inocente. ¿Cómo es eso
posible?
~~~
Despierto sintiéndome sorprendentemente descansado y fresco, después de
haber dormido tranquilamente durante varias horas, me doy cuenta al echar
un vistazo al reloj. Mi brazo está alrededor de la cintura de Anastasia, mi pierna
doblada sobre la de ella. ¡Mierda! si se despertara ahora creo que entraría en
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
pánico, sobre todo con mi erección dura como roca excavando en su espalda de
esta manera.
De mala gana me desenredo de ella. Gentilmente la beso en la mejilla, y ella
murmura en sueños, estoy más que emocionado cuando es mi nombre lo que
oigo saliendo de sus labios. Espero que ella esté teniendo un sueño bueno
sobre mí, no una pesadilla.
Ella no despierta todavía. Esperemos que la resaca no sea muy mala,
seguramente el agua que le obligué a beber la rehidrató. Mmm, tal vez una
mala resaca le enseñaría una lección sobre cómo acabar tan estúpidamente
borracha, pero supongo que su experiencia con los vómitos probablemente será
un muy buen elemento disuasorio. La idea de que pudo haber acabado en la
cama del fotógrafo, y que despertara allí aún me pone furioso.
Decido que me voy a distraer al gimnasio haciendo ejercicio para tratar de
disipar todos estos pensamientos frustrantes. La frustración por tener
Anastasia en mi cama, pero fuera de los límites. La frustración por no enseñar
a José Mierda Rodríguez la lección que merece.
Primero le envió un mensaje de texto a Elliot.
*Dile a Kate que Ana está bien. Espero que usaras un preservativo*
Estoy sorprendido al tener respuesta inmediatamente.
*Le dije a Kate sobre Ana. Usamos una caja entera de condones. Entonces, ¿tú
también has tenido sexo hermanito?*
Niego con la cabeza y sonrío con las bromas de Elliot. Ó me molesto en
contestar.
Antes de irme, dejo en la mesita de noche un vaso de jugo de naranja y un par
de Advil, que estoy seguro que Ana apreciará cuando se despierte. Ella no debe
salir o ir a ninguna parte mientras no estoy, ya que no tiene ropa, pero llamo
Taylor de todos modos.
—Estoy yendo al gimnasio. Mantén a la señorita Steele bajo estrecha vigilancia.
—Sí, señor. Ella está totalmente eh...recuperada?
—Todavía durmiendo como un bebé. Sólo me iré una media hora.
—Muy bien señor la ropa de la señorita Steele ha ido a la lavandería. Tengo su
ropa nueva.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
—Yo se la daré cuando vuelva.
No quiero que la tenga antes de que yo vuelva, ella puede vestirse y salir
corriendo. No quiero que ella vaya a ninguna parte, realmente necesito hablar con
ella. Mierda, necesito verla, y punto.
~~~
Cuando regreso del gimnasio, tomo la bolsa de la de ropa que Taylor compró
para Anastasia, él está sentado leyendo en la sala de estar de la suite con la
puerta del dormitorio en su línea de visión directa.
—Situación sin cambios con la señorita Steele, — me informa Taylor y luego se
despide de sus responsabilidades de niñera.
Mierda, ¿entro al cuarto o toco la puerta? Al final mejor toco la puerta, pero
entro sin esperar la respuesta. Realmente necesito una ducha después de mi
sesión de ejercicios de castigo en el gimnasio.
¡Está despierta! Pero cuando ella me ve, se da la vuelta y cierra los ojos.
—Anastasia Buenos días. ¿Cómo te sientes? — Se ve aún más frágil y etérea de
lo habitual. Me doy cuenta de que ha bebido el jugo de naranja y tomado el
Advil. Eso es bueno.
—Mejor de lo que me merezco. — Murmura con voz débil. — ¿Cómo llegué
aquí?
Parece que está bastante avergonzada por lo que pasó anoche, eso está bien,
después de hacer semejantes tonterías.
Me siento en el borde de la cama mientras le explico que la traje aquí, con la
excusa de que estaba más cerca que su casa y no quería arriesgar la tapicería
de cuero de mi coche con su vomito. La verdad es que nunca iba a dejarla lejos
de mi vista en la condición que se encontraba
— ¿Tú me acostaste en la cama? — Su voz es apenas audible.
—Sí
— ¿Vomité otra vez?
—No.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
— ¿Tú me desvestiste?
—Sí.
— ¿Nosotros no...?
Está tan horrorizada que en realidad no puede pronunciar las palabras para
preguntarme directamente si follamos o no. Se sienta y mira fijamente sus
manos, mortificada.
—Anastasia, estabas en coma. La necrofilia no es lo mío. Me gustan mis
mujeres sensibles y receptivas, — le digo.
¿Qué clase de bastardo enfermo en verdad crees que soy? Pues bien, tal vez soy
un bastardo enfermo, pero solamente siempre con las mujeres que realmente
quieren que yo lo sea y que están plenamente conscientes.
—Lo siento mucho, — susurra, claramente muy avergonzada de sí misma.
Bueno, así debe estar.
—Fue una noche muy entretenida. Una que no voy a olvidar en mucho tiempo,
— le digo sinceramente con un poco de diversión. Desde luego, no estaba
aburrido, eso es seguro, el aburrimiento es mi peor enemigo. Me aburro muy
fácil y rápidamente.
—No hacía falta que me localizaras con alguna cosa tipo James Bond que estés
desarrollando para el mejor postor, — me dice, después de haberse ofendido
por alguna razón que no puedo comprender.
¡Hey!, espera un momento jovencita. Salvo tu delicioso trasero de las atenciones
de ese fotógrafo hijo de puta ¿no? Vamos a aclarar las cosas aquí.
—En primer lugar, la tecnología para rastrear teléfonos móviles está disponible
a través de Internet. En segundo lugar mi empresa no invierte o fabrica
cualquier tipo de dispositivos de vigilancia, y en tercer lugar, si yo no hubiera
ido por ti, probablemente te habrías despertado en cama del fotógrafo, y por lo
que puedo recordar, no te entusiasmaba mucho esa idea.
La miro enojado, ella no parece darse cuenta del peligro en el que se puso. Pero
por alguna razón, a ella le parece gracioso lo que he dicho. Se muerde el labio y
empieza a reírse de mí.
— ¿De qué crónica medieval escapaste? Suenas como un caballero de la corte,
— ella se ríe de mí. El sonido de su risa la hace simplemente irresistible, y a
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
pesar de mí mismo me encuentro sonriéndole a esta mujer frustrante, aunque
todavía estoy enojado con ella.
—Anastasia, no lo creo. Caballero oscuro tal vez. — No quiero que ella se haga
la ilusión de que soy alguna clase de un caballero blanco puro. Si pudiera leer
mi mente sabría exactamente lo que quiero hacer con ella, sin duda lo sabría.
Pero dejemos eso de lado, yo necesito que ella se dé cuenta de lo irresponsable
que ha sido.
— ¿Comiste anoche?
Ella niega con la cabeza.
—Tienes que comer. Por eso te pusiste tan mal. Honestamente, Anastasia, es la
regla número uno cuando se está bebiendo. — Tonta, chica tonta, frustrante.
— ¿Vas a seguir regañándome?
— ¿Eso es lo que estoy haciendo?
—Creo que sí.
—Tienes suerte de que solo te esté regañando.
— ¿Qué quieres decir?
—Bueno, si fueras mía, no serías capaz de sentarte durante una semana
después de la tontería que hiciste ayer. No comiste, te emborrachaste, te
pusiste en riesgo. No quiero ni pensar lo que podría haber sucedido.
—Habría estado bien. Estaba con Kate. — Ana me frunce el ceño.
Espontáneamente saltan a mi cabeza las imágenes de Ana luchando y
rogándole al fotógrafo para que parase, cómo la abrazaba con fuerza entre sus
brazos. Cómo le sostenía la barbilla para poder besarla, y cómo todo esto
habría acabado si no hubiera llegado allí cuando lo hice. Me imagino sus
manos codiciosas tocándole los senos, arrancándole la ropa. Sacudo la cabeza
para disipar las imágenes perturbadoras.
—Y el fotógrafo. — Le recuerdo con acritud.
—José solo se pasó de la raya, — se encoge de hombros. Parece no tener idea
de cómo las cosas podrían haber sido diferentes muy fácilmente. Desde luego
ella no le podría haber detenido en el estado en que se encontraba.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
—Bueno, la próxima vez que se pase de la raya, tal vez alguien debería
enseñarle buenos modales.
Le voy a sacar la mierda a golpes si él te pone ni siquiera un dedo encima otra
vez.
—Tú eres bastante disciplinario, — me susurra Ana.
No tienes ni idea de lo cierto que es eso Ana. Quiero verte extendida sobre el
banco de azotes. Flagelarte, es lo que te mereces, que tu trasero se ponga de
color rosa brillante, y luego una follada dura de castigo. Entonces ibas a
aprender. O tal vez un latigazo, eso realmente te pondría en la línea.
Me gustan estos pensamientos tanto que no puedo evitar sonreír ante Ana
cuando la imagino conmigo en mi cuarto de juegos. Pero me tengo que frenar
por ahora.
—Me voy a tomar una ducha. A menos que quieras bañarte tu primero? — ¿O
podemos ducharnos juntos? Por la mirada de Ana, ella está teniendo el mismo
pensamiento. Ella me mira y se olvida de respirar mientras observa todo mi
cuerpo. No puedo evitar pasar mi pulgar por su mejilla y por todo su labio
inferior.
—Respira, Anastasia, — susurro, encantado de que ella sienta la atracción que
hay entre nosotros, tanto como yo. Hay esperanza para nosotros, la esperanza
de que ella esté de acuerdo con lo que quiero de ella. Pero lo primero es lo
primero. Ella tiene que comer.
—El desayuno estará aquí dentro de quince minutos. Debes estar muerta de
hambre.
Luego me dirijo al baño para ducharme.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Capítulo 4
M
ientras estoy en la ducha y dejo que el agua hirviendo corra por
mi cuerpo, trato de sacarme de la cabeza el hecho de que anoche
me acosté con la señorita Anastasia Steele en mi cama, y dormí
bien, muy bien. No tuve pesadillas. Sólo un sueño profundo y reparador. Yo
rara vez duermo tan bien, de hecho, no puedo recordar la última vez que lo
hice.
Nunca he compartido mi cama con nadie. A causa de mi jodida infancia, tengo
problemas profundos que significan que no quiero que me toquen en ciertas
áreas de mi cuerpo, o tener cualquier tipo de contacto personal a menos que
sea a mi manera. Tener a alguien durmiendo conmigo me pondría en riesgo de
ser tocado de manera inapropiada.
El ser un Dominante me da el control que anhelo y me asegura que no voy a ser
tocado en cualquier lugar que no quiero. Nunca inicio una relación con una
nueva sumisa hasta tener los papeles en regla. De esa manera no hay
malentendidos acerca de lo que se espera. Este se compone de un contrato
detallado con reglas claramente definidas, además de los límites infranqueables
y suaves para ambos, firmados por ambas partes. Ella también tiene que firmar
un acuerdo de confidencialidad, para garantizar que los detalles de mi estilo de
vida no terminan en los periódicos. También tengo otras medidas de seguridad
para de prevenirlo.
Mi sumisa siempre está bien amarrada, atada o encadenada para tener
relaciones sexuales así ella no me puede tocar, y yo siempre la instruyo en
términos muy claros y exactos qué es lo que quiero que haga, o lo que voy a
hacer con ella para mi placer. Le enseño la manera exacta en quiero que me
toquen con los dedos o la boca si lo deseo para mi placer o para una felación.
Yo soy libre de usar su cuerpo en cualquier forma que considere oportuna, y
con la frecuencia que desee. Ella obtiene su placer al obedecerme, si me
agrada. Yo la castigo si es desobediente o me desagrada de cualquier manera
que considere conveniente, sujeto a las estrictas normas acordadas.
Una vez que mis necesidades se satisfacen completamente, no hay necesidad
de ningún otro contacto entre nosotros. Ella duerme sola en su dormitorio, yo
duermo solo en el mío. Espero que esté a mi disposición para tener sexo cada
fin de semana con el único propósito de servir a mis necesidades. Yo no tengo
ningún contacto con ella durante la semana a menos que excepcionalmente lo
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
solicite. Esta es la base de mi relación Dominante/sumisa. Eso es lo que
siempre ha funcionado para mí. Me acomoda perfectamente.
Flynn interpreta este comportamiento como objetivación de las mujeres, él dice
que las trato como a una adquisición, algo que debe ser usado y descartado
cuando me aburre, más o menos como un coche o un mueble. También dice
que mantener a las mujeres alejadas de mi vida con el fin de mantener el
control y evitar el trato con todo tipo de sentimientos personales que
compliquen mi vida ordenada y estructurada. Esto es en gran parte el resultado
de la mierda que cargo conmigo por mi complicada infancia
Supongo que tiene razón, y yo realmente no tengo ningún problema con esta
interpretación. Mi estilo de vida me ha permitido concentrarme en construir mi
imperio de negocios con gran éxito, y ahora yo soy uno de los hombres más
ricos de América, aunque no estoy aún en mis treinta años. Funciona para mí.
A mi modo de ver, es un beneficio mutuo, acuerdo consensual con mis
sumisas. Ella entra en el convenio con los ojos abiertos, ella entiende cómo
funcionan las cosas, exactamente cómo van a ser. Me ocupo de ella y de
tratarla bien, le proporciono todo lo que necesita para disfrutar de un estilo de
vida muy agradable. Coche, ropa, todo lo que necesite. Y si en algún momento,
expresa de cualquier insatisfacción o una necesidad de nada más que esto, el
acuerdo entre nosotros termina rápidamente. Todo está bien definido y
controlado.
Entonces, ¿dónde diablos encaja el que dormí tan bien con la señorita Steele en
mi cama anoche en mí bien ordenado, mundo solitario? Simplemente no lo
entiendo. Tengo recuerdos muy vagos de cuando fui adoptado y cuando mi
mama me venía a calmar y dormir conmigo en mi cama cuando tenía
pesadillas. Entonces, ¿Significa esto que veo a Ana como una especie de figura
materna? Mierda no, no sintiéndome en la forma en que me siento, con ganas
de follar en las próximas semanas. Estoy tan confundido, voy a tener que ver
Flynn y hablar de esto, ver lo que él opina de todo esto.
Me pasé mucho tiempo anoche sólo viendo cómo dormía Anastasia. Ella es tan
encantadoramente dulce y hermosa. Creo que ella es tan bella por dentro como
lo es por fuera, a diferencia de mí. Cuanto más la veo, más fuertes se van
convirtiendo mis sentimientos. Y sí, sin duda, una gran parte de estos
sentimientos son sexuales, pero estoy empezando a darme cuenta de que tal
vez hay algo más que eso. Quiero cuidarla y protegerla. Quiero saber todo sobre
ella. Quiero ver su sonrisa, y yo quiero ser el que la haga sonreír. Quiero oír su
risa. Quiero hacerla feliz. En resumen, no creo que la vea como un objeto, creo
que la veo como una persona, una persona con la que quiero pasar el tiempo.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Pero conozco mis limitaciones, lo que soy capaz, así que ¿cómo puede ser eso?
Yo sé cuáles son mis necesidades, y sólo puedo ofrecer lo que sé que funciona
para un hombre jodido como yo. ¿Puedo convencer a Anastasia para empujar
sus límites suficientemente para abrazarse a mi estilo de vida y llegar a ser mi
nueva sumisa? ¿Ella confía en mí lo suficiente como para dejarme controlarla,
para que pueda encajar en mi vida de la manera que quiero?
Me hago volver de mi ensueño con la súbita idea de que mientras estoy en la
ducha, he enviado a Taylor lejos, y me fui dejando sola a Ana en el dormitorio
con la bolsa de ropa nueva.
Mierda, podía entrar en pánico y correr.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Capítulo 5
S
algo rápido de la ducha, sin preocuparme por afeitarme o secarme
bien. Cuando vuelvo a la habitación con sólo una pequeña toalla
alrededor de mi cintura, Anastasia está buscando frenéticamente
sus jeans, por lo que es muy probable que mi instinto estuviera en lo correcto.
No soy vanidoso, pero tampoco sufro de falsa modestia. Sé que la mayoría de la
gente me considera atractivo, y que tengo un cuerpo decente del que tengo
mucho cuidado. También sé que esto no me convierte en una buena persona.
Es sólo una máscara, una fachada, y no soporto a la gente superficial que se
guía más por mi aspecto cuando no saben nada sobre mi verdadero yo.
Pero en la vida hay que usar lo que te han dado, y tengo la intención de utilizar
mi atractivo físico para intentar atrapar a Anastasia en esclavitud sexual, para
que ella acepte ser mi sumisa. El hecho que ella sea ingenua y claramente no
muy experimentada obra a mi favor. Realmente hay muy pocas cosas que no sé
sobre el sexo, después de haber estudiado y practicado el tema en gran detalle
desde que tenía quince años. Ahora soy un experto en el placer sexual, la
potencia sexual y el control sexual porque tengo una vasta experiencia en la
que basarme. Lo que no sé es porque es una mierda que no vale la pena conocer.
Me sorprende que Ana esté de pie tan rápido, después de haber estado
virtualmente en estado de coma justo hasta hace un rato. Parece tímida, torpe
y un poco desgarbada usando sólo su camiseta con sus largas y delgadas
piernas expuestas. De alguna manera me recuerda a Bambi.
—Si buscas tus jeans, los envíe a la lavandería. Estaban salpicados con tu
vómito, — le informo. —Envié a Taylor por otro par y unos zapatos. Están en la
bolsa que está en la silla.
Estoy agradecido de que no se diera cuenta de que la bolsa era para ella,
porque bien pudo haberse vestido y salir corriendo de aquí, sin que yo pudiera
hacer algo para detenerla.
Sé que ella es muy consciente del hecho de que estoy a su lado, casi desnudo,
mi torso musculoso esta aun húmedo y brillante después de la ducha. Por su
respiración errática e intenso rubor sé que ella está muy afectada por mi
cercanía y claramente tiene algunos placenteros pensamientos eróticos.
Naturalmente, esto me gusta, pero estoy frustrado porque me encantaría saber
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
exactamente cuáles son esos pensamientos. De ninguna manera creo que sean
tan sucios y perversos como tus pensamientos, Grey.
Para ocultar su incomodidad, ella agarra la bolsa y rápidamente se dirige a la
ducha, murmurando su agradecimiento.
Una vez que se ha ido, me seco. Rápidamente seco con una toalla mi cabello,
pasando mis dedos a través de él y dejo que se quede a su modo. Me visto con
mi acostumbrado atuendo casual de camisa de lino blanca y jeans negros.
Realmente no me visto con colores. Yo no soy del tipo de persona que usa
colores brillantes.
Ana aún se encuentra en la ducha cuando llega el desayuno, así que llamo a la
puerta del baño para decírselo.
Ella hace su aparición cuando estoy leyendo el periódico, luego entra en pánico
acerca de ponerse en contacto con su amiga Kate.
—Ella sabe que estás aquí y que sigues viva. Le envíe un mensaje Elliot. — Le
digo para tranquilizarla, y también le confirmo que la señorita Kavanagh pasó
la noche con mi hermano, como era de suponer. Sonrío para mis adentros con
ironía recordando el descarado mensaje de texto que Elliot me envío.
*¿También tuviste sexo hermanito?*
Podría haber respondido,
*Estoy trabajando en ello hermano mayor.*
Pero por supuesto que no. Por ahora prefiero dejar que Elliot siga pensando que
soy una especie de reprimido, célibe homosexual. He calculado que es lo que el
resto de mi familia ha concluido, ya que nunca me han visto con una chica,
nunca he llevado una a casa. No tienen ni idea en absoluto de mi estilo de vida
BDSM, y esa es la forma en que se va a quedar. No quiero molestar a mi madre.
Mi familia es muy consciente de que tengo un temperamento feroz, junto con
un intenso rechazo a discutir cualquier cosa remotamente personal con nadie,
así que nadie ha tenido el coraje de abordar efectivamente el tema de mi
sexualidad abiertamente conmigo. Dejo a Elliot burlarse de mí sólo porque es
mi hermano, de la familia, pero no toleraría eso de nadie más. Siempre está
tratando de provocarme para encontrar algo, bastardo entrometido es lo que es,
y sé que él debe estar ardiendo de curiosidad acerca de cuál es mi relación con
Anastasia, después de todo sé que a una gran cantidad de mujeres les gusta
tener un amigo gay.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
No estoy muy feliz porque Elliot vea a Kate, porque bien puede averiguar cosas
del entorno de Ana antes que yo. No me gusta nada la idea, pero hay poco que
pueda hacer al respecto. Desde luego, no puede controlar o prohibírselo a mi
hermano mayor, pero espero que él esté demasiado ocupado en otras cosas,
como estoy seguro de que habrá estado gastando todo su tiempo follándose a
Kate todas las maneras que se pueda imaginar. Las mujeres curvilíneas, rubias
y tetonas, eso es lo que le gusta a Elliot, nunca ha habido ninguna duda acerca
de sus preferencias sexuales.
—Siéntate, — le indico a Anastasia que viene a sentarse frente a mí.
Entonces puedo mirarla, tal vez tratar de evaluar lo que está pensando.
Mayormente sólo quiero mirarla, especialmente esos hermosos ojos azules.
—No sabía lo que te gustaba, así que pedí una selección en el menú del
desayuno. — explico con cierta vergüenza, mirando a la enorme variedad de
comida en la mesa. Me debatía entre mi aborrecimiento por desperdiciar, frente
a mi preocupación de que Ana no había comido nada durante mucho tiempo.
La alimentación de Ana ganó, pero me siento culpable.
—Eso es muy derrochador de tu parte, — comenta, mientras hace su selección
de la amplia variedad disponible, pancakes, jarabe de maple, huevos revueltos
y tocino. Feliz y aliviado al ver su apetito, dirijo mi atención a terminar mi
tortilla de clara de huevo.
Ana parece impresionada con el té Twinings English Breakfast que he ordenado
especialmente para ella, después de haber recordado que ella dijo que era su
favorito. Me enorgullezco de recordar detalles en la negociación de contratos, el
diablo está en los detalles, como dicen por ahí. A veces son las pequeñas cosas
que pueden marcar la diferencia, en mi experiencia.
Me molesta ver que su largo cabello está aún mojado por la ducha. Ella tiene
que cuidarse mejor de sí misma en muchos sentidos. Si se apunta a ser mi
sumisa, las reglas serán una muy buena cosa, muy buena. Ella necesita del
control y la disciplina de mi parte para asegurar su buena salud. No creo que
incluso haya buscado el secador de cabello cuando ella dice que no lo pudo
encontrar, pero de mala gana dejo de lado el asunto. Le he regañado bastante
esta mañana ya.
Me gusta mucho su cabello, es muy largo. Se hará una trenza excelente para
mí para agarrarla y sujetarla con fuerza cuando me la esté follando.
Seguidamente ella me da las gracias por haberle organizado la ropa nueva
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Conociendo a Cincuenta Sombras
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—Es un placer, Anastasia. Ese color te queda bien. — Yo sabía que lo haría. Es
realmente pone de manifiesto el color de sus hermosos ojos. Debería usar azul
más a menudo.
Taylor ha hecho bien con las compras como de costumbre, por supuesto que
conoce mis gustos, que las marcas que me gustan. Y el nombre de Christian
Grey abre la puerta de cualquiera de las tiendas más exclusivas, cualquier día
de la semana, sea cual sea la hora del día o de la noche. Taylor tiene los
contactos correctos, eso es parte de su trabajo. Él también puede saber la talla
de una figura femenina tan precisamente como lo haría con cualquier
sospechoso de terrorismo, para asegurarse de elegir la adecuada, así como usar
la ropa vieja para obtener algunas pistas.
Mis palabras tienen a Anastasia mirando hacia abajo otra vez, lo que aborrezco.
Es extraño cuando considero ya que normalmente espero que mi sumisa mire
hacia abajo al menos que yo les dé permiso para mirarme. Más confuso para
intentar saber que piensa.
—Sabes, realmente deberías aprender a aceptar un cumplido.
Los cumplidos parece hacerla sentir incómoda. ¿Por qué? Una mujer hermosa
como ella merece elogios. ¿Acaso piensa que sólo la estoy adulando? Ella debe
saber que no tengo el hábito de mentir, yo sólo digo lo que veo.
—Debería darle dinero por esta ropa. — ¿Qué carajo? —Ya me has dado los
libros, que por supuesto no puedo aceptar. Pero esta ropa... por favor, deja que
te pague.
¿No sabe quién soy yo por amor a Dios? ¿Está tratando de insultarme?
—Anastasia, confía en mí, me lo puedo permitir.
Soy un maldito millonario, uno de los hombres más ricos de América. ¿No lo
sabe todavía? Pero creo que debería estar contento de que ella no esté
interesada en mi dinero. Significa un cambio refrescante, eso es seguro.
—Ese no es el punto. ¿Por qué deberías comprar algo para mí? — argumenta de
vuelta.
Dios, ella es una pequeña independiente. Pero me gusta bastante en realidad,
lo que de nuevo me sorprende. Supongo que es porque ella no es aburrida o
insulsa. Ella se atreve a desafiarme, lo que significa que ella es realmente muy
valiente. Pero todavía me gustaría castigarla por su insolencia.
—Porque puedo.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Me gusta ser rico. Me gusta el poder que me da. El control.
—Sólo porque no puedas significa que debas, — ella me dice, otra vez
desafiante.
Sí, señorita Steele, me gustaría tener el mayor placer en castigar esa bonita boca
inteligente tuya. Oh, sí, no hay duda sobre eso. De rodillas frente a mí, con las
muñecas esposadas detrás de ti, o tal vez fuertemente atada con un lazo para
cables. Entonces realmente follar esa boca inteligente suya.
— ¿Por qué me enviaste los libros, Christian? — Me pregunta en voz baja.
Ella realmente quiere saber. Ella no entiende, ¿y por qué iba a hacerlo? Ella no
tiene ni idea de lo que soy realmente. Supongo que tengo que tratar de
explicarle, creo que ella lo merece. Si yo quiero que ella acepte ser mi nueva
sumisa, tengo que tratar de ir de frente y ser tan honesto como pueda sin
asustarla.
—Bueno, cuando casi fuiste atropellada por el ciclista, y estaba sosteniéndote,
y me mirabas diciéndome, “bésame, bésame, Christian”, — diablos esto es duro,
—sentí que te debía una disculpa y una advertencia. Anastasia, no soy del tipo
de hombre de corazones y flores, no me interesa el romance. Mis gustos son
muy singulares. Deberías mantenerte alejada de mí. —Te mereces un hombre
mejor, pero no puedo hacer nada por mí mismo. — Sin embargo hay algo en ti,
que me hace imposible alejarme de ti. Pero creo que ya has descubierto eso.
Ana se me queda mirando fijamente con esos grandes y fascinantes ojos azules.
—Entonces no lo hagas, — susurra.
Siento que mi corazón se tambalea caótico. No puedo decir nada por el
momento, ella me sorprende con sus palabras. A pesar de todo lo que he dicho,
no se desanima. Ella me desea. Realmente me desea. Ella siente la fuerte
atracción entre nosotros también, tanto como yo. Pero ella no entiende aún las
limitaciones de lo que puedo ofrecerle.
—No sabes lo que estás diciendo.
—Ilústrame entonces.
El ambiente entre nosotros realmente se ha intensificado. Se siente como si un
hechizo erótico de gran alcance hubiera sido lanzado sobre nosotros
mirándonos el uno al otro.
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G.E. Griffin
— ¿No eres célibe, entonces? — susurra.
Estoy a punto de echarme a reír ante esto.
—No, Anastasia, no soy célibe. — Oh, no, ciertamente no, y no puedo esperar a
probártelo.
Puedo sentir mi corazón latiendo de emoción, y sé que ella siente lo mismo, es
por eso que se está ruborizando profundamente. Cristo, me siento embriagado
con anticipación. Tengo que llevar esto al siguiente nivel, tengo que mostrarle lo
que espero de ella, ella necesita saber. Necesito que venga a mi apartamento en
Seattle, así puedo mostrarle mi cuarto de juegos. No debería sentirme
emocionado todavía, porque lo más probable es que ella dirá que no, una vez
que haya estado allí y lo haya visto todo.
— ¿Cuáles son tus planes para los próximos días?
—Estoy trabajando hoy, desde el mediodía. — De repente, entra en pánico. —
¿Qué hora es?
Le aseguro que es justo después de las diez, así que hay un montón de tiempo
para que ella pueda llegar a trabajar.
— ¿Y mañana?
Me dice que está trabajando en Claytons toda la semana. Mierda. No me gusta
su trabajo ahí, pero todavía no tengo el poder para prohibirle algo. Pero por lo
menos se va a ir pronto, descubro que ella y Kate se mudan a Seattle el fin de
semana siguiente. Estoy jodidamente feliz cuando ella me dice que ella va a
estar viviendo en el distrito del mercado Pike, que está muy cerca de mi
apartamento.
¡Sí! Ella va a estar cerca. ¡Perfecto!
Una pieza del rompecabezas ha caído en su lugar. Esto realmente podría
funcionar. Tal vez podríamos agregar una pieza más del rompecabezas también.
—Entonces, ¿en qué vas a trabajar en Seattle?
—He solicitado algunas pasantías. Estoy esperando noticias.
— ¿Entregaste un currículo en mi compañía como te sugerí?
Ella se ve avergonzada. Se pone nerviosa y se agita en su asiento mientras
admite que no lo hizo.
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G.E. Griffin
— ¿Y qué hay de malo en mi empresa? — Exijo saber, sorprendido y un poco
ofendido en realidad.
Muchos graduados se pelean por trabajar en mi empresa. Hay más de un
centenar de candidatos para cada vacante, y sólo empleo al mejor. Ellos están
excepcionalmente bien pagados y tienen un futuro brillante asegurado.
Entonces, ¿Por qué no aplico cuando prácticamente le ofrecí un trabajo? Tengo
muchas ganas de cuidarla y mantenerla a salvo, lo que podría hacer mucho
más fácilmente si estuviera trabajando en mi empresa, bajo mi control. Si no
recuerdo mal, su promedio era de 4,0 y su puntuación de SAT fue 2150, en
realidad es una chica muy brillante y creo que podría hacerlo muy bien.
Yo podría hacer una excepción a mi regla de “no follar al personal”, sólo por
ella. Diablos, es mi maldita empresa, voy a emplear y a follarme a quien yo
quiera. Me gustaría hacer que funcione.
— ¿Tu Compañía o TU compañía? — Dice con desfachatez mientras me sonríe.
Ella es tan frustrante y sin embargo no deja de ser divertido su descaro.
Entonces se empieza a morder el labio inferior y es tan sexy y erótico que siento
que me pongo duro, entonces le susurro
—Me gustaría morder ese labio.
Ella se sorprende, pero sé que mis palabras la excitan. Ni siquiera nos estamos
tocando, pero la tensión sexual entre nosotros crepita, es cruda y chisporrotea.
— ¿Por qué no lo haces? — ella responde con voz ronca.
Ella me está desafiando, y es tan jodidamente difícil resistirse a ese reto, pero
debo hacerlo, sé que tengo que hacerlo.
—Porque yo no te voy a tocar, Anastasia. No hasta que tenga tu consentimiento
por escrito para hacerlo. — Tengo que estar seguro de que entiende lo que le
estoy pidiendo, antes de que pueda dar rienda suelta a esta pasión al rojo vivo
que sin lugar a dudas se está formando entre nosotros.
— ¿Qué significa eso?
Suspiro, al ver que nada de esto tiene sentido para ella, porque, por supuesto,
ella todavía no tiene ni idea de cuál es mi estilo de vida. Dudo que ella haya
oído hablar de una relación Dominante/sumisa. Pero no puedo explicárselo
aquí, ahora. Ella tiene que ver mi cuarto de juegos para comprender
plenamente lo que significaría ser mi sumisa.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
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—Exactamente lo que digo. Tengo que mostrártelo Anastasia. ¿A qué hora
terminas de trabajar esta noche?
—Alrededor de las ocho.
—Bueno, podríamos ir a Seattle esta noche o el próximo sábado para cenar en
mi casa, y te informaré de los hechos entonces. La elección es tuya.
— ¿Por qué no me lo puedes decir ahora? — Suena como una niña caprichosa.
—Porque yo estoy disfrutando de mi desayuno y tu compañía. Una vez que
estés informada, probablemente no querrás volver a verme.
Tengo un sentimiento de desesperación sobre mí con la idea de Anastasia
apartándose de mí. Pero yo soy lo que soy. Tengo que ser honesto.
—Esta noche.
—Al igual que Eva, quieres comer rápido del árbol del conocimiento. — Tan
impaciente.
Pero al menos, eso significa que no tendré que esperar tanto tiempo para su
decisión, supongo, y odio esperar.
Así que llamo a Taylor, digo que tenga a Charlie Tango listo para mí esta noche,
de manera concisa lo instruyo acerca de los arreglos.
Ana parece desconcertada por esto.
— ¿La gente siempre hace lo que quieres? — ella pregunta.
—Por lo general, si quieren mantener sus trabajos—, le digo. O sin problema
puedo despedir sus traseros.
— ¿Y si no trabajan para ti?
—Oh, puedo ser muy persuasivo Anastasia. Termina tu desayuno. Y entonces
te voy a llevar a tu casa. Te recojo en Clayton a las ocho cuando hayas
terminado de trabajar. Volaremos hasta Seattle.
Anastasia se ve asombrada. — ¿Volar?
—Sí. Tengo un helicóptero—, le contestó, y yo sé que es inmaduro de mi parte
presumir, pero estoy encantado con lo impresionada que está. Mi helicóptero es
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Conociendo a Cincuenta Sombras
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mi orgullo y alegría. Me encanta, fue lo primero que adquirí cuando entré en laliga-súper-ricos. Siempre he estado fascinado por los helicópteros.
Pero esta es la primera vez que voy a llevar a una chica en él. ¿Es la
desesperación de impresionarla que me está volviendo a tales extremos?
Diablos, va a ser divertido llevarla en Charlie Tango, y de todos modos me
encanta encontrar una excusa para volar. Además, es mucho más rápido que ir
en coche.
Pero luego vuelvo de vuelta a la tierra por el hecho de que ha dejado de comer
su desayuno.
—Come lo que hay en su plato. Si hubieras comido bien ayer, no estarías aquí,
y yo no estaría declarando mis intenciones tan pronto.
De repente soy muy consciente de que lo más probable es que una vez que
haya visto el interior de mi cuarto de juegos ella querrá salir corriendo, y la idea
se me hace demasiado dolorosa para contemplarla.
—¿Dónde dormiste anoche? — Pregunta, ya que ahora se percata de que sólo
hay una cama.
—En mi cama.
—Oh.
—Sí, fue una novedad para mí también.
— ¿No tener sexo...? —, pregunta y se sonroja con timidez.
—No, dormir con alguien, — admito a regañadientes. Yo realmente no quiero
discutir esto con ella más allá porque todavía estoy muy confundido acerca de
mí mismo, así que para evitar más preguntas me pongo a leer mi periódico.
Tengo que hacerle una visita a Flynn, lo más rápido posible, para tratar de
ordenar las cosas más claramente en mi cabeza.
Anastasia va y se seca el pelo, y una vez que me he ocupado de algunos
asuntos con respecto a mi envío a Darfur, salimos para llevarla a casa.
Ella me mira mientras esperamos el ascensor, una tímida pero tan sexy mirada
a través de sus pestañas. Y con sólo esa mirada, en ese segundo que estoy
increíblemente excitado por esta pequeña criatura sexy, y no creo que ella sepa
que lo está haciendo.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
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Una vez que entramos en el ascensor vacío, mi estado de excitación aumenta y
es enviado a la estratosfera al ver a Anastasia mordiéndose el labio inferior de
la forma que me vuelve loco.
—Oh, a la mierda el papeleo.
No puedo resistir más. Me abalanzo sobre ella y la agarro empujándola hacia
atrás contra la pared de la elevador. Sí, sí, lo sé, yo no iba a poner un dedo sobre
la señorita Steele, hasta que todo estuviera firmado y sellado entre nosotros.
Entonces que me demanden.
La he cogido por sorpresa, rápidamente tomo sus manos y la abrazo con fuerza
sobre su cabeza. Muevo mis caderas con fuerza contra ella para sujetarla a la
pared, mi pulsante, dolorosa erección exigiendo algún tipo de contacto con ella.
Le agarro el pelo duro para voltear su cara hacia arriba, para tener acceso toda
su sexy y carnosa boca, y ella gime su sumisión, mi lengua la invade y la posee.
Estoy impulsado aún más salvajemente cuando ella tentativamente responde,
su lengua baila con la mía, y yo sostengo la barbilla para permitirme poseerla
aún más profundamente. Ella sabe, huele y se siente... indescriptiblemente
dulce y encantadora.
—Eres. Tan. Dulce, — susurro, deslumbrado por el poderoso efecto que tiene
en mí, pero luego tengo que reponerme mientras el ascensor se detiene y abre
las puertas. De alguna manera se rompe el hechizo para alejarla de mí.
Rápidamente me contengo y cambio mis expresiones faciales a impasibles, pero
puedo ver que la pobre ingenua señorita Steele está teniendo bastante menos
éxito, sorteando con respiración errática y la cara enrojecida. Los hombres que
entran en el ascensor sonríen a sabiendas, pero afortunadamente salen del
ascensor en el segundo piso.
—Te cepillaste los dientes, — le digo, después de haber probado el sabor a
menta en la boca y me preguntaba cómo lo hizo, cuando yo sé que ella no tenía
su cepillo de dientes consigo.
—Usé tu cepillo de dientes, — susurra, y de alguna manera eso es tan erótico.
El cepillo húmedo en mi boca y luego la de ella. Mmm, muy sexy.
—Oh Anastasia Steele, ¿qué voy a hacer contigo? — Digo retóricamente. Estoy
enojado conmigo mismo por perder el control en el ascensor así, cuando había
decidido no habría ningún contacto físico entre nosotros, que eso simplemente
no iba a suceder. Esto realmente no me gusta en absoluto. Contrólate, Grey.
¿No te puedes controlar a ti mismo por dos minutos? Patético.
— ¿Qué pasa con los ascensores? — Suspiro, mientras caminamos hacia el
coche.
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Capítulo 6
R
ecojo a Elliot después de dejar de nuevo Anastasia en su casa, y
decidimos ir de excursión por las montañas juntos. Algo de
actividad física extenuante es justo lo que necesito para tratar de
apartar de mi mente a Ana, para que deje de pensar acerca de verla esta noche,
y sobre cuál será su reacción a mi cuarto de juegos. Esta noche es
fundamental, va a ser un momento decisivo.
Le dije a Ana que lo que pasó entre nosotros en el ascensor, ese tan excitante,
beso lascivo, impulsivo, no volverá a suceder, no a menos que las cosas entre
nosotros estén definidas. Tengo que poner las cosas bajo control. Soy un
dominante por el amor de Cristo.
Pero el hecho de que mi polla saltó directamente cuando ella me susurró
desafiante —Me gustó lo que sucedió en el ascensor, — cuando salió de mi
coche no presagia nada bueno para mi resolución.
Elliot y yo nos concentramos en nosotros mismos, esforzándonos duro en
nuestra caminata. Pero nos gusta, y tengo necesidad de un montón de
actividad física para quemar el exceso de energía. Es algo que tenemos en
común y en su mayor parte me gusta su compañía. Sin embargo, yo sé que es
sólo una cuestión de tiempo antes de que empiece de nuevo con su “¿Se han
acostado?” Mierda.
Pero antes que nada, me está contando de lo que fue la gran noche la que ha
tenido con Kate.
—Hombre, ella es una chica sexy, ¿sabes? Quiero decir, ella estaba lista para
un poco de sexo salvaje a lo grande...
Elliot, me cuenta los detalles explícitos. Detengo a mi hermano antes de que
entre en demasiados detalles. Escuchar sobre la vida sexual de otras personas,
especialmente de mi hermano, no me gusta mucho. — ¿Pero estoy asumiendo
que sabes de las parejas sexuales de Kate? ¿Y que ha estado teniendo sus
chequeos regulares para confirmar su estatus?
—Deja de preocuparte Christian, todo está arreglado. Vaya, suenas igual que
mamá.
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—Bueno, no se puede ser demasiado cuidadoso. Tú has tenido muchas parejas
después de todo.
—Sí, pero... Kate es diferente de alguna manera, —protesta Elliot.
Me callo, pero sigo siendo escéptico. Elliot es muy guapo y encantador, por lo
que ha tenido muchas novias, y siempre está totalmente en ellas, para
empezar. Él y Kate se volcaron sin duda uno encima del otro en su
manifestación pública de afecto, y no pude dejar de notar que Ana los miraba
con envidia.
Elliot es tan fácil, un chico simpático, afable, nada parecido a mí en absoluto.
Con él, lo que ves es lo que tendrás, no hay turbias profundidades y males
ocultos en él. Si eso es lo que Ana está buscando, no lo encontrará conmigo.
Por supuesto, el hecho de que somos hermanos adoptivos sin duda explica
muchas de las diferencias entre nosotros, pero sé que no podría estar más
cerca de él, incluso si él fuera mi hermano de sangre.
Elliot siempre ha estado ahí para mí. Cuando éramos niños en la escuela, tuve
momentos muy difíciles. Me metí en muchos problemas, pero mi hermano
mayor Elliot siempre estaba allí, cuidando de mí. En ese momento, yo no
siempre lo necesité pero incluso así, aprecio su ayuda, él lo intentó siempre.
Él no conoce todos los detalles sangrientos de mi jodido inicio en la vida, pero
sabe que fue realmente malo, así que supongo que por eso me ha ayudado en
muchos momentos en los que me he portado bastante escandalosamente. Y por
supuesto, no sabe ni la mitad, no tiene ni idea acerca de mi conducta
depravada secreta. Y nunca lo hará.
Así que ahora que hemos crecido, confío en él totalmente. A pesar de sus burlas
y bromas, nunca diría nada a nadie fuera de la familia. Él entiende cuan duro
tratan los paparazzi de conseguir historias sobre familias como la nuestra, de
invadir nuestra privacidad y desenterrar la suciedad. Él sabe que mucha gente
trata de usarlo para llegar a mí, para obtener contactos de negocios con mi
imperio.
Yo siempre empleo la compañía de construcción de mi hermano para cualquier
obra de construcción que necesite hacer. Elliot es un experto en la construcción
de edificios ecológicamente sustentables, y confío totalmente en su opinión y
consejo sobre estos asuntos. El trabajo que ha hecho a su manera, sin duda,
ha contribuido a que su compañía sea tan exitosa como lo es, pero en todo caso
Elliot es muy bueno en lo que hace.
Habiendo dicho todo eso, me vuelve totalmente loco.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
—Así que, ¿qué pasa contigo y con Ana entonces? — sondea.
—Nada conmigo y con Anastasia. — Hago hincapié en su nombre completo.
—Pero ella te llamó, ella tenía tu número privado que nunca le das a nadie.
Saliste corriendo a buscarla, te la llevaste a tu habitación del hotel, y luego
pasaste la noche con ella. No me digas que no pasó nada. Eso es mentira.
—Simplemente me hice cargo de ella, porque había bebido, fue muy
imprudente ponerse en semejante estado de ebriedad.
—Así que, ¿no lo hiciste...?
—No. No es asunto tuyo, Elliot.
— ¿Pero te gustaría?
—Basta.
— ¿Así que sólo son amigos, amigos especiales tal vez?
Yo sé que él está tratando de averiguar si soy su amigo gay.
—No, no en la forma en que estás pensando. Ahora, ¿podemos hablar de otra
cosa, por favor?
Él intenta una táctica diferente.
—Kate dice que Ana es una chica muy agradable, muy inteligente, muy dulce,
pero no tiene mucha experiencia del mundo. Dice que es totalmente una niña,
aunque no lo parezca.
— ¿Ah sí? — Ese es un fragmento de información bastante interesante, y me
encantaría saber qué más dijo Kate, pero no me atrevo a expresar los intereses
de mi curiosidad a Elliot.
—Sí, y Kate parece un poco protectora con ella, así que será mejor que vayas
con cuidado.
—Considérame informado.
Ya puedo ver que Kate podría será un verdadero problema. No me gusta
mucho, y sé que el sentimiento es mutuo. No es gran cosa, puedo vivir con eso.
—¿Así que vas a ver a Ana otra vez?
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
—No es asunto tuyo.
—Oh, vamos, te oí decir que la recogerás esta noche. Así que ¿A dónde la
llevaras? Con la esperanza de tener sexo esta noche tal vez, ¿eh, hermanito? —
Me da un puñetazo en el brazo mientras dice esto. — Tienes veintisiete, casi
veintiocho años, y nunca te he visto con una chica antes, así que no me puedes
culpar por estar curioso. ¿Mamá sabe acerca de Ana?
— ¡No! Realmente no hay nada que saber, así que por favor no le digas nada.
De verdad Elliot. — Ana no estará en mi vida nunca más después de revelar
todo lo que ella espero de esta noche. Lo más probable es que se vaya a cien
millas de distancia.
—Pero mamá estaría extasiada si supiera que tienes una novia. Sé que ella se
preocupa por ti, papá también, por ser tan solitario.
—Estoy bien. Ella no tiene por qué preocuparse. No estoy solo, estoy mejor por
mi cuenta, ella lo entiende.
Mi mamá entiende mejor que nadie lo difícil que me resulta dejar que nadie se
me acerque ni que me toque, eso es el equipaje de mierda que mi comienzo de
mierda en la vida me ha dejado.
—Entonces, ¿dónde estás con Ana? ¿Por qué tanto secreto si ella no es tu
novia?
Lanzo un gran suspiro. Él no va a ceder hasta que le dé algo. Y Kate, lo sabe,
por lo que está pasando Ana, y ella de todos modos se lo va a decir a Elliot, me
doy cuenta. Otra razón por la que no estoy emocionado acerca de que mi
hermano este saliendo con Kate.
—Sólo voy a llevar a Anastasia a Seattle esta noche a cenar en mi casa, eso es
todo. No es gran cosa, — le miento. ¿A quién tratas de engañar, Grey?
La verdad es que esta noche es un infierno. Si Anastasia dice que no a ser mi
nueva sumisa, si ella me rechaza, no estoy muy seguro de cómo voy a
manejarlo, si soy honesto conmigo mismo. Realmente odio esta incertidumbre,
y estoy cabreado conmigo mismo por estar en esta situación.
Reclutar a una nueva sumisa normalmente funciona como un reloj. Ya no voy a
los clubes de BDSM que solía frecuentar cuando era más joven. Es demasiado
arriesgado para alguien como yo, que está en el ojo público. No estoy interesado
en las escenas de grupo. Todo lo que necesito es mi propia sumisa personal
para satisfacer mis necesidades muy singulares.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Elena me introdujo a un club BDSM muy exclusivo y discreto con servicio de
suscripción en línea. Los dominantes sólo pueden unirse por invitación
después de ser recomendados. La suscripción anual es obscenamente alta, pero
eso no es una preocupación para mí. El Dominante navega en línea para
especificar sus requisitos exactos, los detalles de las sumisas más adecuadas y
después hacer su entrevista de cualquiera que haya seleccionado.
Todas las sumisas potenciales son totalmente controladas y comprobadas
médicamente antes de que sus datos sean aceptados por el servicio en primer
lugar, pero yo no quiero correr riesgos y también tengo mi propio equipo para
ejecutar un conjunto completo de controles antes de seguir adelante y
entrevistar a una sumisa potencial, una vez ha firmado un acuerdo de
confidencialidad. A veces me ayudo de Elena para que las evalúe también, y
que me dé su opinión sobre si la chica es adecuada o no. Los detalles y fotos
para que los Dominantes vean en línea son extremadamente detallados y
precisos, incluyendo fotos completamente desnudas, para ayudar en la
selección de las mejores sumisas para satisfacer los gustos específicos.
Siempre he tenido mucho donde elegir. He podido seleccionar a partir de una
amplia mayoría de las mujeres del tipo que me gusta. Es evidente que ser
sumisa es atractivo para un gran número de mujeres hermosas.
Entonces, ¿por qué diablos no soy estoy en línea ahora mismo eligiendo una
nueva sumisa compatible conmigo? Tendría mucho más sentido. El único
argumento que se me ocurre es que todas las sumisas tenían que empezar en
alguna parte para saber que disfrutaron del estilo de vida, por lo que tal vez
este sea el caso con la señorita Steele.
Sé que esto es a lo sumo un tiro muy largo.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Capítulo 7
A
sí que me imagino que la noche comienza bastante bien. Anastasia
parece muy impresionada por Charlie Tango. “Admirada”, fue el
término que usó. Bueno, yo mismo estoy todavía impresionado con
mi helicóptero. Me encanta pilotar, pero no suelo traer a otras personas,
Anastasia es la primera chica que a la que he llevado a volar. Otra primera vez
señorita Steele.
Me encuentro a mí mismo diciéndole Ana sobre mi hobby de planear o vuelo sin
motor. Me digo a mí mismo que realmente me gusta, sería muy bueno que la
llevara hasta... ¿Qué coño estás pensando Grey? No llevas a tus sumisas a
planear ¿recuerdas?
Al aterrizar en la azotea del Escala, y antes de que entremos me siento obligado
a asegurarle que ella todavía puede elegir.
—Yo nunca haría nada que no quisiera, Christian, — dice calmadamente. Así
que sólo hay que esperar que ella quiera hacer lo que quiero.
Parece abrumada por mi apartamento.
—Es un lugar muy grande el que tienes, — murmura, mientras bebe la copa de
Pouilly Fume que le he dado. Una o dos copas de un buen vino están bien para
ayudarla a relajarse, a diferencia de la desagradable cantidad de alcohol barato
que bebió la otra noche para entrar en ese estado de embriaguez.
— ¿Grande? — Mi casa sólo me parece normal.
—Grande. — confirma.
—Es grande, — finalmente acuerdo, decido tomármelo como un cumplido. Creo
que todas mis sumisas anteriores daban por sentado el estilo de vida de los
dominantes ricos que las reclutaban.
Nunca había pensado en ello antes. Ninguna de ellas expresó nunca su parecer
acerca de mi apartamento, que yo recuerde.
Sea como sea necesitamos firmar el acuerdo de confidencialidad. Ana lo firma
sin siquiera leerlo, declarando firmemente que no iba a decir nada a nadie, en
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
ningún caso. Y le creo, y eso me hace sentir un poco incómodo por insistir en
que firmara, pero sé que es una precaución sensata.
Entonces lo que dice a continuación me deja sorprendido.
— ¿Significa esto que me vas a hacer el amor esta noche, Christian?
Esta pregunta demuestra lo poco que sabe de mí, así que sé que no debo
retrasarlo más. Tengo que llegar al fondo de las cosas, para ver a dónde vamos
desde ahí. Pero primero la corrijo.
—Yo no hago el amor. Yo follo... duro—, le digo brutalmente, y veo como abre
su boca en estado de shock. Esa es la verdad nena.
Ella es tan inocente y despistada, que cuando digo que quiero mostrarle mi
cuarto de juegos, piensa que vamos a jugar con mi Xbox. Me encanta su
inocencia, pero esto va a hacer que quiera salir corriendo?
Me siento muy nervioso cuando me dispongo a abrir la puerta. Estoy a punto
de mostrarle la magnitud de mi lado oscuro a esta hermosa criatura. Mi
conciencia me hace reiterarle que si ella quiere salir en cualquier momento, el
helicóptero está esperando para llevarla a donde quiera ir. Lo que ella decida
estará bien.
Estoy mintiendo, por supuesto, quiero que se quede más de lo que creo que he
deseado nada antes, pero aparte de ITE no tengo otra opción. El pensamiento
de intercambio total de energía con Anastasia realmente me emociona, así que
rápidamente cierro esa línea de pensamiento antes de que este demasiado fuera
de control, teniendo en cuenta que estamos a punto de entrar.
Abro la puerta y la dejo entrar.
Puedo ver su cara atentamente para tratar de medir su reacción mientras da
unos pasos y mira a su alrededor. Ella no reacciona, no dice nada, no me da
ninguna pista en absoluto sobre lo que está pensando. Trato de ser paciente,
pero es un jodido de infierno.
No puedo evitarlo, mientras ve cada pieza del equipamiento, la voy imaginando,
la imagino muy vívidamente. En primer lugar quiero verla desnuda, con sus
muñecas encadenadas a mi red de hierro, y luego apoyada en mi cruz y
entonces follarla duro. Muy duro y rápido. Veo su mirada hacia los
mosquetones, y pienso en ella atada con la cuerda de filamento natural y luego
suspendida del techo. Mierda, eso es tan increíblemente excitante.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Sus ojos viajan a través de las fustas y flageladores. Trago en seco, ahora la
estoy imaginando atada a través de mi banco de azotes, lista para sentir
expertos chasquidos del látigo sobre su trasero hasta quede con una bonita
sombra color rosa. Se trata de un castigo excelente que rápidamente le pondría
en línea para aprender a obedecerme, a seguir mis reglas para asegurarme de
que ella estará a salvo. Será por su propio bien, así como por mi placer.
Veo pasar rápidamente a través de su cara el miedo cuando mira el estante de
los bastones. Ella tiene razón para tener miedo, el bastón es el castigo más
duro, pero el más eficaz. Disfruto mucho los azotes. Ella aprenderá con el
tiempo que el dolor y el placer son dos caras de la misma moneda, una
sensación eleva a la otra. Voy a demostrarle que el dolor puede ser el
afrodisíaco más poderoso.
Pero reconozco el miedo en sus ojos, sé que tendré que asegurarle que vamos a
tomarnos las cosas con calma y a trabajar para lograrlo. Ella tiene mucho que
aprender, pero de verdad, desesperadamente, espero que me deje ser su
maestro y tutor.
La veo tocar la gamuza suave del flagelador, y le digo lo que es. Esto es algo con
lo que podría comenzar. El toque de la flogger es realmente muy ligero y
sensual, y creo que ella lo disfrutaría. Sé que me gustaría tener el placer de
presentárselo mientras que está encadenada con las piernas abiertas aquí
sobre la cama, tal vez con los ojos vendados para aumentar la sensación. Ya
estoy planeando nuestra primera escena. Pero como la deseo mucho, me estoy
adelantando otra vez.
A pesar de que aún no ha salido corriendo de mi cuarto de juegos, todavía no
tengo ni idea de lo que pasa por su mente. Mierda. Lo necesito saber.
Desesperadamente necesito saberlo.
—Di algo. — Exijo.
Finalmente, ella comienza a abrirse haciendo preguntas. Me siento aliviado,
significa que su respuesta no es un “no” instantáneo. Ella todavía está aquí y
siente curiosidad. Hasta ahora, todo bien.
Tal como lo hago en los negocios cuando estoy tratando un nuevo contrato de
cualquier tipo, trato de responder a sus preguntas lo más abierta y
honestamente posible:
—Hago esto a las mujeres que quieren que se lo haga.
Y voy a intentar todos los trucos que tenga para que tú también quieras. Quiero
mucho hacerlo contigo, a pesar de que sería bastante más fácil encontrar otras
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
mujeres dispuestas. Es frustrante, tienes que ser tu señorita Steele. No puedo
dejarte tranquila. Me atraes como una polilla a una llama.
—Soy un Dominante. — Paso de lado la cuestión de ser un sádico.
—Quiero que te entregues a mí en todas las cosas, por mí, por favor.
Sé que realmente vas a quererlo nena, confía en mí.
—Quiero que sigas mis reglas, y voy a castigarte si no lo haces.
Esa es la mejor parte. Me aseguraré de que dejes de ser tan jodidamente
desafiante. Voy a tener el control.
Decido que tenemos que pasar por todo el papeleo detallado para clarificar los
detalles involucrados con ser mi sumisa. En cualquier caso, tenemos que salir
de mi cuarto de juegos, ya que es demasiado difícil para mí concentrarme y
pensar con claridad con ella aquí, después de todas las veces que he fantaseado
sobre ello.
Pero tal vez he sido demasiado franco y brutal. Estoy decepcionado al ver que
ella es renuente a tomar mi mano para salir de la habitación. Mierda. Lo he
quemado. Todo esto es demasiado para ella, ella piensa que soy una especie de
pervertido que la va a mantener aquí en contra de su voluntad. Tentador, pero
no, yo nunca haría eso. Ella tiene que saber que puede confiar en mí. Pero nunca
me he sentido tan impotente y frustrado por conseguir lo que quiero.
—No voy a hacerte daño, Anastasia. — le prometo. Y lo digo en serio. Al menos,
no hasta que haya obtenido su autorización por escrito.
~~~
Estoy decepcionado por su reacción cuando pasamos y le enseño la habitación
que va a ser la suya si accede a nuestro acuerdo.
— ¿Mi habitación? ¿Esperas que me mude?
Es evidente que está horrorizada con la idea, incluso cuando le explico que
sería sólo los fines de semana. Mierda. No es una buena reacción. La mayoría
de las sumisas se mudarían a tiempo completo si les diera la más mínima
oportunidad.
Tampoco parece feliz de que no vayamos a dormir juntos en la misma cama. Le
he dado la impresión equivocada con mi comportamiento hasta ahora. No debe
volver a ocurrir. Estoy enviando las señales equivocadas y tengo que ser más
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
claro. Ella debe conocer y entender su lugar, entender cómo funcionan las
cosas entre Dominante y sumisa.
Vamos a bajar, ella necesita comer. Me preocupa que parezca que nunca come
muy bien. Esa es otra cosa, voy a poder controlarla cuando ella sea mi sumisa,
detener toda esta tontería de sólo probar un poco de su comida.
Ella hace más preguntas, así que voy a mi estudio y le muestro la parte
normativa del contrato.
Parece tener un problema con aceptar dinero para la ropa. Ella piensa que la
convertiría en una especie de prostituta. Pero yo no lo veo así. Es sólo una
medida de carácter práctico para asegurarme que lleva exactamente lo que yo
quiero que lleve. Desde luego, no puedo soportar verla en la clase de mierda
horrible que llevaba cuando llegó a hacerme la entrevista. Quiero que lleve solo
lo mejor.
Ella no quiere hacer ejercicio cuatro veces a la semana. Por el amor de Dios,
nunca he tenido que negociar de esta manera con ninguna sumisa antes.
Supongo que te lo mereces Grey por romper con el protocolo. Ella necesita
generar estamina, no quiero que se desmaye o desvanezca cuando me la folle,
Dios sabe cuántas veces en Dios sabe cuántas maneras. Pero por lo menos está
negociando, no corriendo hacia la puerta.
— ¿Y si no quiero hacer esto? — pregunta.
Siento la desesperación sobre mí. Ella va a decir que no.
—Eso está bien—, le miento. La verdad es que me va a matar. Pero con calma le
confirmo esta es la única manera de poder estar juntos, esto es como soy, la
única forma que conozco.
Pasamos a hablar de mis límites infranqueables. Creo que son perfectamente
razonables, y tengo mucha curiosidad por ver si ella va a estar en línea
conmigo. En gran parte gracias a Elena, he empujado todo límite, tratado cada
experiencia, así que sé exactamente lo que me gusta y lo que no.
— ¿Hay algo que te gustaría añadir? ¿Cualquier cosa que no quieras hacer? —
Le pregunto suavemente después de que ha leído mis límites infranqueables.
Ella se ve desconcertada y confundida.
—No lo sé.
— ¿Qué quieres decir con que no lo sabes?
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Ella parece tan tímida y torpe con todo esto. ¿Tal vez tuvo una mala
experiencia? Tal vez fue su último novio, tal vez él era un idiota y él atemorizó
de tener relaciones sexuales. Pero no hay nada que ella podría haber hecho con
él, que me pudiera sorprender de todas formas. La falta de información de
todas las investigaciones que he hecho, debe haber sido un tiempo atrás. Joder,
odio la idea de que estuviera con alguien, de hecho me pone jodidamente furioso.
—Nunca he hecho nada como esto. — Ella se ve muy incómoda cuando lo dice.
—Bueno, has tenido relaciones sexuales, ¿hay algo que no te gusta hacer? —
La sondeo suavemente, tratando de ser paciente y comprensivo cuando ella se
sonroja furiosamente. Tal vez fue el sexo anal lo que causó el problema. Eso
requiere una preparación muy cuidadosa y entrenamiento, por lo que si su
novio era demasiado duro con ella supongo que podría haber sido una
experiencia bastante fuerte de superar.
—Me puedes decir, Anastasia. Tenemos que ser honestos o esto no va a
funcionar.
Cristo, ¿qué diablos está pasando aquí? ¿Por qué no acaba de escupir lo que la
está molestando, en lugar de simplemente estar mirando nerviosamente hacia
abajo a sus dedos?
—Dime —, le digo con fuerza, frustrado con ella.
Pero lo que dice a continuación es la última cosa que yo no esperaba oír.
—Bueno... no he tenido relaciones sexuales antes, así que no lo sé —, susurra
ella.
¡Joder! ¡Maldito, maldito infierno!
— ¿Nunca? — Me las arreglo para pronunciar en la incredulidad total. Ella
niega con la cabeza.
¡Mierda! Esto no puede ser verdad. ¿Cómo es esto posible? ¿Cómo podía haber
llegado a la edad de casi veintidós y nunca haber tenido relaciones sexuales?
¿Ella es una maldita virgen?
Mierda, mierda, mierda. Quiero estar seguro que estoy en lo correcto.
— ¿Tú eres virgen? — le digo.
Ella asiente a modo de confirmación.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
¿Cómo pude haber sido tan estúpido? ¿Cómo pude no imaginármelo? Acabo de
mostrarle a una virgen totalmente inocente toda esta mierda seriamente pesada
del BDSM. He discutido con calma los límites infranqueables con ella, así que,
¿la he atemorizado mentalmente? ¿He puesto el sexo en su vida? ¿Qué he
hecho? Estoy tan jodidamente furioso que me esfuerzo por mantenerme
coherente. Cierro los ojos y cuento hasta diez mientras corro mis dedos por mi
cabello por la frustración.
— ¿Por qué diablos no me lo dijiste? — Exijo saber.
Se podría pensar que ella debió haber mencionado esto, se dejó caer en la
conversación en algún lugar a lo largo del camino, en lugar de dejar que me
exponerle a cosas que una joven virgen inocente no tiene derecho a ver. Quiero
decir, yo sabía que ella no tenía experiencia, ¿pero una virgen? Nadie es virgen
después de la edad de dieciséis años - o incluso quince en mi caso - ¿o no?
—No entiendo por qué no me lo dijiste.
Yo vocifero más hasta el punto en el que ella me pregunta por qué estoy
enojado con ella, y me doy cuenta de que tengo que calmarme, porque no es
culpa suya, es mía. Debería haber imaginado esto antes, por qué ninguna de
las investigaciones dio como resultado que hubiera tenido algún novio alguna
vez. Yo supuse que habíamos perdido algo. Ahora resulta que nunca hemos
encontrado un amante anterior por la sencilla razón de que nunca había
existido.
Soy tan jodido y retorcido que simplemente nunca se me ocurrió que una mujer
joven y bella como Anastasia podría haber permanecido intacta durante tanto
tiempo. Cristo, todos los chicos que han estado haciendo cola para acostarse
con una belleza como ella, y sin embargo, nunca ha dado ninguno de ellos la
oportunidad, ¿nunca ha estado tentada a experimentar?
Una virgen. Una virgen de carne y hueso. Ella se debe sentir como si hubiera
entrado en algún agujero del infierno. No es de extrañar que ella pensara que
en mi cuarto de juegos tenía una Xbox o PlayStation.
Y sin embargo... ella sigue aquí, hablando conmigo tranquilamente,
tomándoselo todo tan fríamente. Wow, ella es una jovencita valiente.
— ¿Te quieres ir? — Le pregunto suavemente
—No, a menos que quieras que me vaya —, murmura, mientras me mira con
esos hermosos ojos. Estoy sorprendido con ella. A pesar de todo, ella todavía
quiere estar aquí, conmigo. Me pongo a pensar en lo que esto significa. Por
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
supuesto que quiero que se quede, realmente quiero que se quede. Me gusta
tenerla aquí.
Entonces, ¿qué pasa ahora? Reviso mi reloj y veo que se ha hecho tarde.
¿Debo rechazarla? ¿Debo dejarla ir, a sabiendas de que, inevitablemente, en
algún momento, algún otro cabrón va a tener sus sucias garras en ella para
reclamar su preciada dulce virginidad? ¿Algún cabrón como José, el chico
fotógrafo? Siento una enorme oleada de furia y celos barriendo a través de mi
cuerpo con el pensamiento de que cualquier otro hombre la pudiera tener.
Anastasia ha venido aquí esta noche pensando que iba a hacer el amor con ella.
Eso significa que ella lo previó, quería darme su virginidad a mí, ella me ha
elegido para ser su primer amante, que yo sea el primer hombre que la tenga.
Hermosa y dulce Anastasia. Ella nunca ha tenido ningún otro hombre que la
tocara de esa manera. Esto significa que si la llevo a la cama esta noche, va a
ser completamente mía, sólo mía. Y me encanta, me encanta ese maldito
pensamiento.
Ella tiene que experimentar el sexo para que pueda entender y aceptar
cualquier tipo de arreglo conmigo. Tiene sentido que el primer paso en su
iniciación como mi sumisa sea abarcar todos los tipos de sexo básico con ella.
El sexo vainilla puede no ser lo mío, pero es bastante simple y seguro que estoy
dispuesto a intentarlo con Anastasia. De alguna manera creo que puedo
manejar unas pocas simples folladas básicas. Sería un placer iniciarla, y se me
ocurre que si lo hago totalmente, asombrosamente increíble para ella, será
mucho más probable que firme voluntariamente como mi sumisa. Buen plan,
Grey. Fóllatela y hazla tu sumisa.
Al contemplar todo esto, veo que Ana inconscientemente se muerde suavemente
el labio inferior, de esa manera completamente sexy que me vuelve loco, y eso
es todo, mi decisión está tomada.
—Ven. Vamos a corregir la situación ahora mismo. Voy a hacer el amor contigo,
ahora.
Tal vez hay los suficientes corazones y flores en estas palabras para Anastasia,
porque ella está de acuerdo. Cuando le digo que se olvide de las reglas de
ahora, las palabras son tanto para mi beneficio como por el suyo.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Capítulo 8
P
or lo general me follo a mis sumisas en mi cuarto de juegos. Pero a
veces, cuando he estado trabajando en mi estudio durante un
tiempo el fin de semana y ella se encuentra cerca, la llamo para
aliviar mi tensión. Ella sabe que si la llamo debe venir tan sólo con las bragas
puestas y arrodillarse a lado del escritorio junto a mí. Cuando me detengo en lo
que estoy haciendo para sentarme y asentir con la cabeza, ella viene entre mis
piernas mientras me siento en mi escritorio, desabrocha mis pantalones y me
practica una felación. Me gusta llegar al fondo de su garganta, y prefiero una
sumisa que esté dispuesta a tragar.
Cuando acaba, vuelve a ponerme los pantalones, se levanta y vuelve a su
habitación sin hablar ni mirarme. De vez en cuando, podría instruir a
inclinarse sobre mi escritorio para poder pegarle y follarla duro por detrás, si
me siento particularmente frustrado, si el acuerdo no va bien.
Mis sumisas siempre se encargan de todos los preparativos para cocinar y
comer durante el fin de semana. A veces puedo decidir de repente follarla sobre
la encimera de la cocina si me da la gana, o tal vez obligarla a inclinarse o que
se agarre de los tobillos para que pueda tomarla de esa manera si es lo que me
apetece. Ella siempre va a hacer exactamente lo que yo le diga de inmediato y
sin dudarlo, porque sabe que voy a castigarla.
Aparte de eso, follarme a mis sumisas suele tener lugar en mi cuarto de juegos.
Nunca en mi cama, o en cualquier otra parte de mi dormitorio.
Hasta ahora.
Siento un cierto grado de responsabilidad como primer amante de Anastasia, y
no quiero que el recuerdo de su primera vez sea el de estar en mi cuarto de
juegos. Todo el mundo recuerda la primera vez, y no me parece apropiado. Así
que, aunque yo nunca he tenido sexo en mi dormitorio antes, de alguna
manera, parece justo que nos dirijamos allí. Está bien, no voy a suavizarlo en
mi cabeza. Es sólo que no quiero asustarla. Es sólo un medio para un fin justo,
para asegurar que Ana acabe siendo mi sumisa. Para este premio, me puedo
adaptar y hacer excepciones. Follar, hacer el amor, o una mezcla de ambos,
todo viene a ser lo mismo que al final ¿no?
Nada acerca de esta noche tiene que ver con mi rutina normal. No es sólo que
Ana la que está experimentando cosas por primera vez.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Nos miramos fijamente a los ojos todo el tiempo. Sus hermosos ojos azules
brillan con el deseo y la excitación, y me muestran, y me dicen que ella
realmente me desea. Y no tengo duda de que mis ojos le están diciendo
exactamente lo mismo.
—Eres una joven valiente, estoy cautivado por ti—, le susurro mientras la beso
y le muerdo esos los labios deliciosos. —Por favor, Ana. Déjame hacerte el
amor.
—Sí —, susurra, y estoy extasiado mientras me la llevo a mi habitación, aunque
no puedo dejar de notar que ella está temblando de nervios.
— ¿Supongo que no estás tomando la píldora?
Por la expresión de su rostro es evidente que no es así. Mierda, eso significa
que voy a tener que usar condones. Odio los condones, pero nunca asumo
riesgos, por lo que no hay otra alternativa aparte de enviarla lejos. Es seguro
que eso no va a pasar.
Lo bueno es que tengo una caja de condones aquí en mi habitación. Conservo
una provisión, así que siempre tengo algunos para poder echarle un cable a
Elliot. Me preocupo por él, porque él es el tipo de hombre que felizmente va a
follarse a cualquier chica que se encuentre, sin molestarse en comprobar su
salud sexual. Hasta ahora ha escapado de pillar nada demasiado grave, o
embarazar a alguien, que sepamos, pero sé que mamá también se preocupa por
él, así que trato de asegurarme siempre que puedo, de que está preparado.
Ahora resulta que yo soy el que tiene que estar preparado.
Me quito la chaqueta, los zapatos y los calcetines, luego me dedico a desvestir a
la deliciosa señorita Steele. Le voy murmurando lo que hago, tratando de
relajarla. Todo el tiempo buscándonos el uno al otro, mirándonos a los ojos del
otro.
La beso en los labios, y luego suavemente empiezo a besarla al otro lado de la
mandíbula, la barbilla, luego su deliciosa boca suave de nuevo. Le quito la
chaqueta, luego le desabrocho y le quito la camisa. A medida que cae al suelo,
veo que ella lleva el sujetador de encaje azul Agent Provocateur que le pedí a
Taylor que comprara. Me complace ver que tiene un ajuste perfecto para sus
hermosos pechos. Su pálida piel perfecta es simplemente exquisita, como yo
sabía que iba a ser, y lo quiero tocar y besar toda.
Quiero ver su grueso cabello castaño suelto, así que lo libero y es glorioso, le
cae en cascada sobre los hombros.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
—Me encantan las morenas—, murmuro, mientras giro mis dedos a través de
su cabello para mantenerle la cabeza quieta mientras la beso de nuevo. Siempre
chicas de cabello castaño. Esta vez se trata de un beso profundo, exigente y ella
responde, su lengua y la mía se unen en un baile apasionado, erótico.
A medida que seguimos besándonos, la tiro con fuerza contra mí, para que mi
erección conecte con su deseo. Ella me agarra los brazos, y luego llega hasta
retorcer los dedos con fuerza en mi cabello para tirar de mí para besarla. Me
sorprendo al descubrir que en realidad me gusta mucho que me esté haciendo
esto. ¿Quién lo hubiera dicho?
La hago avanzar hacia la cama, y luego me dejo caer de rodillas delante de ella,
para que pueda lamer su ombligo y mordisquear su piel suave, dulce, de una
cadera a la otra. Sé que esto la atormenta, y voy por todas, con todos los trucos
que conozco para despertar su deseo y prepararla. Oigo su respiración pesada
gimiendo y sé que la estoy llevando al frenesí, lo que la tendrá rogando que me
la folle. Pero no he terminado todavía.
Mientras me quedo de rodillas, voy desabrochando sus jeans y lentamente los
deslizo hacia abajo, al mismo tiempo sin dejar de mirarle a los ojos, ninguno de
los dos estamos dispuestos a mirar hacia otro lado para no romper el hechizo.
Entonces deslizo mi nariz contra sus bragas para sentir su olor natural,
almizcle femenino. El olor de la excitación, del sexo, de la necesidad. Un básico
olor primitivo, instintivo. Me dice que me quiere, que está lista para mí. Su olor
es embriagador y me vuelve totalmente un maldito salvaje.
La empujo de espaldas contra la cama, le quito sus zapatos y los calcetines, y
luego paso la lengua y los dientes a lo largo de la planta de los pies, sabiendo
que esto le sorprenderá, porque la esencia misma de su sexo va a reaccionar
fuertemente a este estímulo. Funciona, Ana es tan jodidamente sensible, está
gimiendo y retorciéndose en la cama lista ya para mí.
—Oh, Ana, ¿qué podría hacerte? —, le susurro en deleite. Me desabrocho los
jeans mientras se encuentra de nuevo en la cama para mí, y se ve maravillosa
ahí acostada con su sujetador de encaje azul pálido y las bragas. Una
verdadera belleza natural, todo el paquete.
—Eres muy hermosa Anastasia Steele. No puedo esperar a estar dentro de ti—,
le susurro. Ahora quiero ver cómo se ve cuando ella tiene un orgasmo.
—Muéstrame cómo darte placer—, le ordeno. Ella me mira desconcertada. —No
seas tímida, Ana, muéstrame.
—No sé lo que quieres decir—, ella niega con la cabeza.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
— ¿Cómo te haces eso? Quiero verlo.
—Yo no...
¡Por el amor de Dios! ¿En serio que nunca ha tenido ni siquiera un orgasmo?
—Bueno, tendremos que ver qué podemos hacer al respecto—, Me río entre
dientes.
Voy a tener todo el placer de su despertar sexual. Voy a darle su primer
orgasmo. Qué jodidamente emocionante. Oh mi pobre señorita Steele tengo
mucho que enseñarte, hay mucho que puedo mostrarte. Primero tengo que ver la
facilidad con que puedo hacerte venir. Pareces muy, muy sensible.
Me quito los jeans, entonces extiendo sus tobillos separándolos y me arrastro
entre ellos. Ella se retuerce furiosamente, así que le digo que no se mueva, pero
veo le resulta difícil. Voy besando mi camino hacia arriba y le libero sus dos
fantásticos pechos del sujetador, pero se lo dejo abrochado, para mantenerlos
atados y empujando hacia arriba listos para que juegue con ellos. Sus pezones
son deliciosamente bastante rosados y destacan con orgullo. Oh, me voy a
divertir mucho con ellos.
—Muy bonitos —, le susurro mientras soplo suavemente sobre un pezón
mientras hago rodar las puntas de mis dedos por el otro. Por su gemido y la
forma en que se está apoderando de la sábana debajo de ella, sé que esto está
resonando profundamente en su esencia misma, tal y como lo pretendo. Ella es
tan sensible, tan fácil de hacerla subir. A continuación, le chupo un pezón
realmente duro, mientras que pellizco el otro duramente entre mis dedos. El
dolor y el placer de la mano. La primera lección.
Ella casi salta de la cama, por lo que ahora creo que puedo hacer que se corra
sólo con hacer esto. Ella es tan sexualmente sensible que no puedo entender
cómo diablos se las ha arreglado para permanecer virgen tanto tiempo, pero
entonces creo que tal vez es por eso que es tan sensible. Estoy desatando todas
sus necesidades sexuales reprimidas. No me importa, cualquiera que sea la
razón, me encanta jodidamente eso, mientras veo su cara dulce. Sigo sin
descanso trabajando en sus pezones, y puedo sentir en su cuerpo el trabajo
hasta su puesta en libertad, a pesar de que ella no entiende lo que está a punto
de llegarle.
—Déjate ir, nena —, susurro, a continuación le corto el pezón con los dientes y
tiro aún más duramente el otro con los dedos para enviarla por encima del
límite de su primer orgasmo. A medida que convulsiona en éxtasis, la beso
profundamente para reclamar sus gritos como mi recompensa.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Poco a poco baja de las alturas, y le sonrío, mucho más que satisfecho con su
respuesta. Ella me mira con asombro estupefacto mientras lucha para
recuperar el aliento.
Sí, nena, eso es todo el alboroto. Y hay mucho más por venir. Pero voy a tener un
montón de diversión enseñándote a controlarte, solo permitiéndotelo si yo te lo
digo. O voy a tener que castigarte. Sí, muy divertido.
No puedo esperar mucho más para follarla, así que compruebo si está lista para
mí, deslizando mi dedo dentro de sus bragas. Me quejo en voz alta cuando me
doy cuenta de lo mojada que está y todo lo que quiero es estar dentro de ella.
Pero primero tengo que follarla con el dedo así que estará realmente
desesperada, todavía más excitada y rogando por mí.
Ha llegado el momento. No puedo esperar más. Tengo que estar dentro de ella.
Le quito sus bragas, y luego mis boxers para que mi erección, dura como roca,
salga liberada. Empujo sus piernas para que yo pueda arrodillarme entre ellas
y colocarme el condón. Veo la mirada asustada en su cara cuando ve mi
longitud. Sí señorita Steele, soy un chico bien grande y te vas a tomar hasta el
último centímetro de esto. Pero tengo que recordar que es virgen, así que le
aseguro que ella se expandirá para tenerme.
Se ve tan bien desnuda, pero diferente a como estoy acostumbrado a mis
mujeres. Todavía está en todo su esplendor natural, no ha depilado o afeitado
el vello púbico. Estoy sorprendido de encontrar que más bien me gusta. Hasta
ahora, siempre le he insistido a mis sumisas que deben estar completamente
despojadas de todo el vello corporal.
Y entonces me coloco ya listo para tomarla.
— ¿De verdad quieres hacer esto? — Le pregunto por última vez.
—Por favor —, me pide.
—Levanta las rodillas —, le instruyo y ella inmediatamente obedece sin vacilar.
Coloco mi punta en su entrada húmeda, acogedora, y puedo sentir como sus
pliegues suaves y dulces me piden que entre.
—Te voy a follar ahora, señorita Steele —, le advierto. — Duro.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Nunca me he tirado a una virgen antes, pero por supuesto sé que va a hacerle
daño, así que me imagino que es mejor no tener dudas o ser poco entusiasta al
respecto.
Un realmente duro, decisivo empuje, y le arranco su virginidad. Ella grita, pero
sigo de golpe hasta el fondo, hasta la empuñadura, mucho antes de parar y
hacer una pausa.
Y en algún nivel primitivo profundo, me siento triunfante. He reclamado mi
recompensa. Anastasia ahora es mía.
Cristo, ella esta tan jodidamente apretada. Estoy totalmente encerrado por su
suavidad sedosa y aterciopelada y se aprieta con fuerza a mí alrededor. ¡Joder!
—Estás muy apretada —, gimo. — ¿Estás bien? — Ella asiente con la cabeza
mientras me agarra los antebrazos. Me quedo quieto, para dejarla aclimatarse,
pero también para poder saborear la exquisita sensación de estar dentro de
Anastasia.
Después de un momento, le digo que me voy a mover. Y regreso lentamente,
gimiendo en el intenso placer que siento cuando me acaricia su sedosidad en la
salida. Entonces empujó de vuelta de nuevo, lo que la hace gritar de nuevo,
pero puedo sentir que ella está bien, ella no quiere que pare.
Me detengo enterrado profundamente dentro de ella otra vez, somos un ajuste
perfecto, a la medida. Un hilo de voz desde las profundidades ocultas me
susurra en algún lugar desconocido que esta mujer es para mí. Estamos
destinados a estar juntos, nuestros caminos se entrelazan. Es por eso que
siento que me llamaba con tanta fuerza, ¿por qué no me puedo resistir? Esto es
mucho más que follar, esto es una fusión mágica, una escisión entre nosotros.
Es por eso que ella me esperó para perder su virginidad, por qué me necesitaba
para despertar su sexualidad. Trato de ignorar esa voz absurda y ridícula, e
introducir esos pensamientos de nuevo en mi cabeza, pero me resulta muy
difícil.
— ¿Mas? — Me las arreglo para susurrar.
—Sí.
Empujo de nuevo para sentir la opresión gloriosa y exuberante. Es un jodido
paraíso. Nunca me había sentido tan bien.
— ¿Otra vez?
—Sí —, me pide ahora, y por lo que sé veo está preparada para mucho más.
Sigo empujando dentro y fuera hasta que encontramos nuestro ritmo, juntos,
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
sus caderas se elevan para coincidir con cada una de mis embestidas mientras
comenzamos a elevarnos. Modifico mi postura un poco para asegurarme de que
estoy acariciando su punto G mientras me deslizo dentro y fuera. Estoy
entusiasmado al sentir que empieza a temblar... la beso y muerdo su labio...
Siento su rigidez...
—Córrete para mí, Ana —, le susurro, y ella, obediente, gloriosamente lo hace.
Está increíblemente apretada alrededor de mi erección y entonces siento las
olas y los espasmos de su orgasmo apretando y apretando alrededor de mí con
fuerza. Con un último empuje duro, me envió sobre el borde en un clímax
intenso hasta que me vacío en ella, llamándola por su nombre. Jodidamente
alucinante.
A medida que los dos poco a poco bajamos de nuestra liberación explosiva, dejo
descansar mi frente en la de ella mientras recupero el aliento. La beso
suavemente cuando salgo de ella, lo que la hace estremecerse. Ella parece
pensar que es divertido cuando le pregunto si le he hecho daño, la ironía no se
me escapa.
—En serio, ¿estás bien? — pruebo, y cariñosamente le coloco un mechón de
pelo detrás de la oreja. Quiero garantías de que esto ha sido una buena
experiencia, la primera vez para ella. Ella sonríe, pero no me responde. Tengo
que saber, tiene que decirme, de repente es muy importante para mí.
—Me gustaría volver a hacerlo —, susurra tímidamente a modo de respuesta, y
sonrío aliviado.
Gracias a Dios. Si ella está tan a gusto, si es tan bueno para ella también lo es
para mí. Ella no tiene idea de lo increíble que fue para mí. ¿Cómo nuestra
conexión hace que sea mucho mejor que mi modo de follar usual? ¿Qué
demonios está pasando aquí? Esto fue aburrido sexo vainilla. Siempre he creído
que necesitaba mucho más que eso para sentirme satisfecho.
— ¿Lo quieres ahora señorita Steele? Pides mucho ¿no? Date la vuelta.
Menos mal que soy de recargado rápido. La segunda posición viene enseguida.
Me encantará follarla por detrás.
Le desabrocho el sujetador, paso mis manos por su piel sedosa de la espalda, y
luego acaricio la curva de su precioso trasero perfecto. Me imagino lo que
sentiría al ser el primero que suavemente frote su culo descarado, y de repente
la azoto con fuerza. Después Grey, no está preparada para eso, no te arriesgues
a asustarla ahora.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Me gusta el que puedo inmovilizarla totalmente en la cama en esta posición.
Esto significa que Ana no será capaz de tocarme, así que me relajo y me quito
la camisa cuando ella pregunta por qué todavía la tengo puesta.
— ¿Así que quieres que te folle otra vez? Bueno, esta vez te voy a tomar por
detrás, Anastasia —, Me regodeo mientras espero para empezar de nuevo. Esto
es muy divertido, hay muchas cosas que probar con ella.
Le agarro el pelo por la nuca para mantenerla quieta mientras me posiciono, y
poder llegar con mi mano para de masajear su clítoris.
—Tú eres mía, sólo mía. No lo olvides —, susurro, excitado por saber que
ningún otro hombre jamás ha tocado ahí, de esta manera, antes.
Aspiro su olor embriagador alrededor de la línea de su cabello. Creo que me
estoy convirtiendo en adicto a ella. Soy como un adicto a las drogas, y es
exactamente mi marca de heroína.
—Hueles divinamente —, gimo.
Una vez más, es muy sensible al tacto, cuando sigo al frotar alrededor de su
protuberancia en pequeños círculos.
—No te muevas —, ordeno mientras trata de mover sus caderas en respuesta.
Las cosas suben a otro nivel cuando uso mi pulgar para acariciar la pared
frontal de la vagina, una técnica garantizada para excitarla, un hecho
confirmado por su fuerte gemido.
— ¿Te gusta esto? — Bromeo, le meto el pulgar dentro y fuera y continúo con
los círculos con el dedo. Ella está tan mojada ya, es muy sensible, y realmente,
realmente me gusta eso.
Ahora voy a intentar otro truco travieso con ella.
—Abre tu boca —, Le ordeno, y meto mi pulgar en su boca para que saboree su
propia excitación. Esto la sorprende, pero es jodidamente sexy.
—Chúpame, nena —, le digo a continuación. Quiero sentir la felación de mi
dedo. Ella no me defrauda por como chupa fuertemente mi pulgar.
—Quiero follarte la boca, Anastasia, y pronto lo hare —, le susurro extasiado
por como lo está haciendo.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Creo que mis palabras la sorprenden, y hacen que me muerda, lo que me
divierte, pero no es lo que le dije que hiciera. Tiro de su pelo para advertirla y
ella me suelta el pulgar.
—Dulce muchacha traviesa —, susurro, mientras estoy enfundado y listo para
empezar a follarla otra vez.
Esta vez vamos a ir muy despacio, y le voy a dar la primera lección de cómo yo
controlo su placer, yo controlo su orgasmo.
Poco a poco entro en ella, hasta el fondo, muy profundamente por detrás. Ella
está muy apretada y caliente y exuberante como la primera vez. Poco a poco la
rodeó con mis caderas cuando estoy dentro de ella para que mi longitud
estimule cada pedacito de ella, cada terminación nerviosa sensitiva, entonces
salgo lentamente. Ella gime en voz alta. Poco a poco repito esto una y otra vez y
la veo elevarse. Me hace sentir jodidamente increíble, y me quita
considerablemente el control para impedirme que me estrelle contra ella.
Muy pronto siento que comienza a temblar y temblar, así que me retiro y
espero. Quiero tenerla justo en el borde de la liberación de su tormento.
—Oh no, nena, todavía no —, bromeo.
Una vez que se ha calmado, empiezo de nuevo. Repetimos el proceso una y otra
vez. El control del orgasmo requiere una considerable habilidad. La negación es
una técnica clásica dominante para la formación de una sumisa. Soy un
verdadero experto en eso, y pronto ella me estará pidiendo que la deje llegar.
Pero todavía no. Quiero que sufra. Quiero que piense en mí cada vez que se
mueva mañana. Quiero que recuerde que es totalmente mía, porque sólo yo he
estado aquí. Así que continúo, entrando lentamente, dando vueltas dentro de
ella y luego saliendo.
—Por favor, Christian —, Me suplica de nuevo, ahora ya está fuera de sí por la
necesidad.
— ¿Qué es lo que quieres, Anastasia? Dime —, Le digo. Ahora entiende que yo
tengo el control, sólo yo puedo darle la libertad que ansía. Repito una vez más
mis acciones, poco a poco al entrar, revolviendo dentro de ella y luego salgo. —
Dímelo.
—A ti, por favor —, me suplica. La próxima vez me llamará “Señor”
Ella ha dicho las palabras correctas, por lo que para recompensarla poco a poco
comienzo a aumentar el ritmo.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
—Eres. Tan. Dulce. Te. Deseo. Tanto. — Gruño mientras me muevo más rápido
y duro. Finalmente le permito el orgasmo. —Córrete para mí, nena.
Ella tiene un orgasmo intenso, que la lleva a gritar mi nombre mientras está
atrapada boca abajo en la cama donde yo estoy tumbado sobre ella. Ola tras ola
de un fuerte orgasmo que me succiona, e inevitablemente me lleva a mi
liberación tras un par de duras estocadas finales.
Me derrumbo sobre ella sin aliento. Mierda, esto ha sido increíblemente intenso
otra vez.
—Joder. Ana.
Esta chica es simplemente natural en el sexo.
Me salgo y ruedo hasta mi lado de la cama.
Ella está completamente agotada, que se acurruca en su lado y se queda
abrumada y satisfecha.
Echo un vistazo al reloj. Veo que es pasada la medianoche. Así que ahora
puedo decir con sinceridad que me la he follado toda la noche, tal y como he
querido hacer desde que la señorita Anastasia Rose Steele cayó por primera vez
en mi oficina.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Capítulo 9
M
e despierto y me estiro satisfecho, sintiéndome renovado. Miro el
reloj, estoy un poco sorprendido al darme cuenta de que después
de que regresé a la cama anoche con Anastasia, he dormido
profundamente durante varias horas. Así que parece que no es sólo una
casualidad el que duerma muy bien cuando ella está en mi cama. Frunzo el
ceño cuando me doy cuenta de que ella se ha ido, pero puedo escuchar ruidos
provenientes de la zona de la cocina, me relajo ya que creo que ella está
haciendo algo para desayunar.
En cualquier caso, he instruido a Taylor para que la intercepte y me alerta si ve
a través del circuito cerrado de televisión de seguridad que ella está tratando de
irse. Él tiene toda la responsabilidad de la seguridad, siempre está plenamente
informado de todos los huéspedes que pasan la noche en mi casa, es un suceso
muy raro en cualquier caso. Por supuesto, como le dije ayer, Ana es libre de
irse cuando quiera, pero yo no quiero que se vaya sin tener la oportunidad de
hablar con ella, y tratar de cambiar su decisión.
Al salir de la cama y tirar las mantas, me doy cuenta de nuevo de la mancha de
sangre en las sábanas. Eso trae a mi mente los viejos tiempos, la prueba de la
virtud de la mujer en su noche de bodas era una preciada posesión, un trofeo,
incluso. La señora Jones, sin duda, verá la mancha de sangre también, y tal
vez pensará que me he rebajado a un nuevo nivel de depravación por desflorar
a una joven virgen en mi cama. Pero después de haber trabajado para mí
durante los últimos años, Gail sabe que todo lo que pasa en mi apartamento es
siempre totalmente consensuado. No creo que ella o Taylor estuvieran
dispuestos a trabajar para mí si se tratara de cualquier otra forma, por mucho
que les pague, aunque sé que siempre es posible emplear personal que estará
dispuesto a hacerse la vista gorda.
Pero la evidencia de actividad sexual en mi cama, será un principio, y que, sin
duda, le causará curiosidad. Sin embargo, ella no me va a hacer ningún
comentario, es por eso que ella y Taylor han trabajado para mí durante el
tiempo que lo han hecho. Discretos. Leales. Eficientes. Confiables. Buenos para
mantener la boca cerrada y no hablar fuera de lugar. Estos son todos los
atributos esenciales requeridos por mi sanctasanctórum del personal. Estar tan
cerca como lo están, Gail y Jason, sin duda, lo discutirán entre ellos y
probablemente sentirán lástima por la chica en cuestión, pero ellos me conocen
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
lo suficiente como para comprender que nunca la he obligado a hacer algo en
contra de su voluntad.
Me dirijo a la cocina, me quedo de pie en el umbral escondido, para ver a
Anastasia, quedándome hipnotizado.
Ella baila a través de la cocina mientras mezcla algo en un recipiente bajo el
brazo. Me doy cuenta que lleva la camisa blanca que use anoche, sin nada
debajo, cuando se inclina hacia arriba del armario, y veo una de sus deliciosas
nalgas asomándose. Se ha recogido el cabello en dos coletas y la hacen lucir
muy joven, muy linda y endemoniadamente sexy.
Puedo ver que ella lleva auriculares, así que supongo que está escuchando un
iPod. También está cantando con una voz muy dulce. Obviamente es una
canción que ella conoce muy bien, y desde el énfasis en que dice en las letras,
una que parece resonar muy fuertemente en ella.
So you think you got it all worked out...
You got your hot pants on, you got your arse right out...
Think that you are something new and special...
Me and my drab dress we don't do at all...
I spent so long trying to fit the prototype...
I don't care...anything you can do I can do better...
All you girls, you look and flip your hair, you wonder
why I'm still here...
So you've got your little groups and gangs...well I don't
wanna be in that game...you've got the wrong girl...coz
I'll be flying higher
You're superficial, I'm a misfit...so what we don't look
the same...
You're superficial, I'm a misfit...
But that's okay...
Hmm, fascinante. "Misfit" de Amy Studt si no me equivoco. ¿Es así como se ve a
sí misma como alguien que no encaja? Recuerdo algunas de las intimidantes
bandas de chicas en la universidad, todas superficiales, perras rubias y
bronceadas. Tal vez es lo que Ana está pensando. Tengo que echar un vistazo a
su lista de reproducción, a ver si puedo tener alguna pista sobre ella a partir de
sus elecciones. Ella es muy tímida e independiente lo que me hace difícil
intentar leerla, aunque a veces creo que puedo adivinar lo que está pensando.
Ella fue muy perspicaz acerca de la pieza de música que tocaba en mi piano
cuando vino y me encontró en la madrugada. Estoy contento de que la música
parece ser importante para ella, también parecen gustarle las piezas que he
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
puesto en mi coche. La música es una parte integral de lo que soy, me refugio
en ella, ayuda a calmarme cuando tengo que pensar las cosas.
Aprender a tocar el piano me trajo de vuelta a la vida cuando era un niño. Creo
que mi mamá tiene una teoría secreta de que tal vez mi padre biológico era una
especie de músico. Lo que sea. La puta drogadicta probablemente nunca supo
cuál de sus muchos clientes la dejo embarazada. Lo más probable es que él ni
siquiera sabía de mi existencia. Nunca lo sabremos, y yo realmente no podría
apostar una mierda por eso.
Tranquilamente voy a sentarme en la barra de desayunar. Sea lo que sea lo que
cocina Ana huele bien. Cuando Ana me ve, se congela y deja de bailar.
—Buenos días, señorita Steele. Estás muy enérgica esta mañana —, bromeo, y
se sonroja y me mira avergonzada.
Comemos el desayuno que ha preparado, y parece contenta de que le pidiera a
la señora Jones que consiguiera un poco de su té favorito, Twinings English
Breakfast. Me enorgullezco de recordar pequeños detalles como estos, a
menudo puede hacer o deshacer un trato.
Es evidente que mi deseo por reclamar su cuerpo anoche ha sido todo un éxito,
porque ella se estremece cuando ella se sienta. Está bien follada entonces.
Encuentro divertida su respuesta concisa cuando le pregunto de qué tan
dolorida esta.
—Bueno, para ser sincera no tengo nada con que compararlo. ¿Deseas ofrecer
tus conmiseraciones? — ella dice.
En realidad, estoy tratando de evaluar dónde continuar con su formación
básica. Viendo que yo he querido follar su boca desde el día en que cayó en mi
oficina, le sugiero que tal vez experimentar las habilidades orales. Ella casi se
atraganta en estado de shock.
—Eso, si te quieres quedar —, pregunto, sin saber ahora si estoy empujándola
demasiado fuerte, demasiado rápido. Yo realmente no quiero arriesgarme a
perderla, prefiero frenar que asustarla.
Anoche fue... sí que fue la mejor noche que recuerdo en mucho tiempo. Quiero
muchas noches más como esa.
Ella me dice que le gustaría quedarse, pero que tiene trabajo al día siguiente.
Me comprometo a hacer que llegue a tiempo, pero realmente parece dispuesta a
volver hoy, con la excusa de que necesita ropa limpia. Incluso la oferta de
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
comprarle un poco más de ropa no influye en nada en la decisión de quedarse
otra noche más.
Frustrante, ella insiste en que quiere estar en casa esta noche. Estoy más que
decepcionado, pero me doy cuenta que no puedo hacer que su estancia se
alargue. Ella es tan jodidamente independiente y autónoma. La mayoría de las
mujeres estarían encantadas con la oferta de ropa nueva, pero no la señorita
Steele.
Ahora deja de comer, diciendo que no tiene hambre, después de haber comido
apenas casi nada. Me pone tan jodidamente enojado ver que la comida se
desperdicia. Si, como yo que he vivido cerca de la inanición, parece
increíblemente egoísta y fútil cuando la gente no come la buena comida que
está justo en frente de ellos. Ana ya está muy delgada y de aspecto frágil, así
que no puedo soportar la idea de que ella no coma lo suficiente, privándose del
alimento. Tengo que comprobar que no tiene antecedentes de anorexia o
bulimia.
Al limpiar, le digo que vamos a tomar un baño después del desayuno. Tanto la
ducha como el baño me parecen muy agradables. Estar cálidos y limpios son
los lujos más básicos que las personas dan por sentado.
Luego la maldita de Katherine Kavanagh llama al teléfono móvil de Ana, quiere
comprobar que ella está bien, claramente intentando obtener información sobre
lo que pasó anoche. Ana dice muy poco, pero le dice que irá a verla esta noche.
Está claro que se siente desgarrada por lo que ella puede decir a su amiga. Ella
me dice que quiere preguntarle a Kate sobre el sexo, si eso estaría bien ahora
que ha firmado el contrato de confidencialidad.
Como supongo que Kate se ha visto con mi hermano de nuevo anoche,
realmente no me siento cómodo con que Ana discuta nuestras actividades
sexuales con su amiga. Ella me tiene como su punto de referencia, puede
preguntarme cualquier cosa. Puedo decirle todo lo que necesita saber.
— ¿Tu familia sabe de tu um....predilección? — ella pregunta.
—No. No es asunto suyo.
Y este es el quid de mi dilema. Este es el problema con mis posibles nuevas
sumisas mezclándose con mi familia. Siempre he logrado mantener estos dos
mundos completamente separados, pero ahora se están entrelazando y chocan
de la manera más confusa. Traté de entender todo esto en mi cabeza anoche,
mientras veía dormir Anastasia.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Elliot sabe de Ana, y probablemente va a escuchar un montón más acerca de
ella gracias a Kate. ¿Debo preocuparme por esto cuando puedo sentir que Ana
es sincera cuando dice que no le dirá a nadie, ni siquiera a Kate, nada de
nosotros? Mi intuición me dice que confíe en ella, y rara vez me decepciona con
cosas como esta.
Tal vez puedo hacer las cosas de novia con ella una parte del tiempo, así como
tenerla de sumisa para mí. ¿Es esto posible? Si no es así, entonces la única
alternativa es que tengo que dejarla ir, y sé que no puedo. Simplemente no
puedo. Así que tal vez tengo que dejar de pensar sobre ello y ver qué pasa. Esto
me asusta porque me gusta tenerlo todo planeado y controlado. No me gustan
las sorpresas. Me vendría bien una sesión con el buen doctor Flynn, pero está
fuera de la ciudad, así que no puedo verlo aún.
Antes de hacer ninguna suposición acerca de si vamos a continuar con lo que
sea esto entre nosotros, tengo que saber lo que piensa Ana acerca de anoche,
ya que ella se durmió exhausta después de su tercer orgasmo, antes de que
pudiera decir mucho.
— ¿Cómo fue anoche para ti? — Le pregunto, ansioso por descubrir su
evaluación de las cosas. Creo que ha ido muy bien, pero no debo asumir que
Anastasia siente lo mismo, especialmente porque parece dispuesta a
marcharse. ¿Está planeando huir?
—Bien —, ella susurra tímidamente, y luego me sonríe con su sonrisa
maravillosa. Estoy estúpidamente contento y también aliviado por esta
respuesta.
—Para mí también. Nunca había tenido sexo vainilla antes. Hay mucho que
decir acerca de eso. Pero tal vez es porque es contigo —, le confieso, mientras
corro mi dedo por su carnoso labio inferior.
Elena siempre me decía que el sexo vainilla nunca sería suficiente para alguien
como yo, y yo nunca había dudado que ella tuviera razón, ¿hasta ahora tal vez?
Sacudo la cabeza para deshacerme de todos estos pensamientos y llevo a Ana
hacia el baño.
~~~
Después de nuestra sesión en el baño, estoy aún más confundido por Ana, ella
es una contradicción. Ella realmente parece no tener la menor idea acerca de
cuán hermosa es, es muy delgada y tiene unas hermosas piernas largas y un
trasero precioso y sus senos son fantásticos, los más perfectos que he visto, del
tipo que los hombres sueñan y fantasean. Pero ella baja su cabeza, tan tímida y
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
cohibida, incómoda al pararse desnuda frente a mí. Ella casi actúa como si
estuviera avergonzada cuando quiero disfrutar mirándola ¿tal vez ella tiene
problemas de autoestima?
Entonces, cuando estamos en el baño, ella me toma completamente por
sorpresa cuando de repente toma la iniciativa y descaradamente me da el más
fantástico, alucinante sexo oral.
Empieza cuando le muestro exactamente cómo me gusta que mi polla sea
manipulada y complacida. Lo siguiente que supe es que se ha ido abajo en mí.
¡Joder! El trabajo completo, chupar profundo, lamer a la perfección, sin reflejo
de nauseas en absoluto.
Ella incluso deja que me corra en su boca y luego se lo traga con apenas
esfuerzo.
Me dice que esta es la primera vez que ha hecho esto, y puedo decir que está
diciendo la verdad. Ella es natural, y lo que es más, puedo ver que ella
realmente disfrutó haciéndolo y se excitó a lo grande. No puedo creer lo
increíble que es esta chica. Su boca me folló, más que yo me follara su boca, tal
vez debería preocuparme, pero no es así. Ha sido genial el tener a alguien a
quien le ha gustado tanto hacerlo como me ha gustado a mí que me lo hiciera,
y tengo que otorgar el más merecido “10” en habilidades orales.
Cristo, realmente quiero que ella diga que sí a nuestro acuerdo aún más ahora,
estamos tan jodidamente bien juntos.
Después de esta actuación, definitivamente creo que ella está lista para que
avance a la siguiente fase con ella, a medida que caminamos de nuevo a mi
dormitorio.
— ¿Confías en mí? — Le pregunto.
Ella me mira con sus grandes ojos azules y asiente. Me asusté un poco con ella
anoche cuando trató de tocar mi pecho desnudo porque ella no entiende acerca
de mis áreas prohibidas.
Me sentiré más relajado cuando sepa que sus manos no pueden tocarme.
Podemos no estar en mi cuarto de juegos, pero se puede improvisar. Entro en
mi armario y agarro una corbata de seda tejida gris plata. Esto debería hacer el
trabajo igual de bien.
—Entrelaza tus manos en frente de ti —, le ordeno, y puedo sentir la emoción
de estar en control total de nuevo a través de mi cuando ato sus muñecas
juntas muy fuertemente. Me encanta que ella se vea tan dulce y joven con sus
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
coletas, y eso me excita aún más. Yo la acuesto en la cama y empujo sus
manos sobre su cabeza. Ahora puedo darle la primera lección de la manera
Dominante/sumisa de cómo hacer las cosas.
—Mantén tus manos aquí, no las muevas, ¿entiendes? — Le instruyo con
fuerza.
Ella me mira con sorpresa, y creo que se siente intimidada. Está bien.
—Respóndeme.
—No voy a mover mis manos —, susurra.
A ella todavía le es difícil mantenerse quieta cuando la beso por todo el cuerpo,
pero ella tiene que aprender a controlarse, para hacer exactamente lo que le
digo. Así que cuando me desobedece y mueve las manos para tratar de
tocarme, le digo y poco a poco empiezo todo de nuevo, sabiendo que ella se
siente frustrada por este ataque sensual lento. Estoy intentando dar a Ana su
primera lección en el arte de Cunnilingus.
Me encanta realizar un cunnilingus en una mujer. Se necesita tiempo para
aprender las habilidades necesarias para saber exactamente el lugar adecuado
para concentrarse, para saber cuánta presión hay que usar, entender y medir
qué tan sólo el suave movimiento de la lengua puede dar tanto placer, placer
que tan fácilmente puede ser retirado cada vez que el clímax se acerque. Esto
me da un control total y absoluto sobre ella. Puedo dictar exactamente la
cantidad de placer que estoy dispuesto a permitir.
Anastasia está tan excitada y sensible que casi convulsiona en la cama cuando
la chupo suavemente y luego rodeo su clítoris con mi lengua. Huele y sabe tan
jodidamente dulce, ella es divina. Enrollo mi lengua alrededor para aumentar
su placer decidido a premiar su actuación en el baño.
El siguiente paso es la mariposa Venus, mi lengua sobre su clítoris, mi dedo en
su vagina, y ella casi se viene ahí, pero me contengo, quiero que esto dure más
tiempo para ella. Ella está tan húmeda y lista, que yo sé que ella no puede
aguantar mucho más. Puedo mover mi dedo dentro de ella para que coincida
con las acciones de mi lengua. Ella estalla con fuerza mientras sus sentidos se
astillan y se rompen, gritando mi nombre cuando su orgasmo rasga a través de
ella.
Es mi turno ahora, así que después de deshacerme de la toalla rápidamente,
penetro en su exuberancia, sintiendo la exquisita estrechez una vez más. Me
detengo en un primer momento para comprobar que está bien, que esto no es
demasiado para ella, pero ella me pide que siga adelante. Así que ahora
75
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G.E. Griffin
realmente bombeo con fuerza en ella, cada vez más rápido, llegando a su punto
dulce y empujando y golpeando en ella una y otra vez, porque realmente quiero,
necesito que se corra otra vez, así que continúo hasta que por fin siento su
temblor de nuevo.
—Córrete para mi nena —, digo en voz alta, y ella estalla en torno a mí. Puedo
sentir su apretón, apretándome la longitud, así que lo he conseguido, que he
obligado a su cuerpo a responderme. Necesito que todas las folladas entre
nosotros sean totalmente alucinantes para que ella se sienta obligada a aceptar
ser mi sumisa.
—Mierda gracias —,
liberarme en ella.
gimo, al dar un impulso final y correrme duro para
A medida que nos recuperamos y comenzamos a recobrar nuestros sentidos,
ella me mira en un estado de estupor inducido por el sexo.
—Ves lo bien que estamos juntos. Si te entregas a mí, será mucho mejor.
Confía en mí, Anastasia, te puedo llevar muy lejos, a lugares que ni siquiera
sabes que existen —, le susurro seductoramente, esperando que mi potencia
sexual le ayude a entregarse a mí.
Entonces los dos nos congelamos de repente cuando oímos voces fuera de la
puerta de mi dormitorio.
Me doy cuenta con horror que es el sonido inconfundible de mi madre, en la
forma completa sobreprotectora y preocupada, decidida a entrar directamente a
verme. Taylor está haciendo todo lo posible con tacto y discreción, pero ella
parece estar bajo la impresión de que hay algo mal conmigo, que claramente
tengo que estar enfermo o algo porque yo todavía estoy en la cama a esta hora
del día.
Es sólo cuando Taylor finalmente le dice que “no estoy solo”, que tengo “alguien
conmigo”, mi mama cae en cuenta, y está claro que a ella le sorprende esta
revelación. Obviamente, nunca se le ha ocurrido que ella podría atraparme en
flagrante delito, en mi dormitorio. Hasta que conocí a Anastasia, que habría sido
la suposición correcta.
— ¡Mierda! Es mi madre —, le digo a una Anastasia en shock. Me apresuro a
retirarme y se estremece. —Vamos, tenemos que vestirnos, eso es si quieres
conocer a mi madre.
Salto de la cama, rápidamente me deshago del preservativo, a continuación, me
pongo mis jeans, pensando en aprovechar para bien esta oportunidad.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Por supuesto, inmediatamente sospecho a quién tengo darle las gracias por
esta visita no anunciada de mi mamá. Sin duda, mi querido hermano Elliot de
alguna manera ha estado agitando las cosas, sólo lo suficiente para que ella se
lance para aquí sin siquiera una llamada de teléfono para avisarme. Ya me
ocuparé de él más tarde.
Miro a Ana, que se encuentra todavía horrorizada en estado de shock.
Pues bien, a falta de mantenerla escondida aquí en el dormitorio, voy a tener
que presentarle a mi mamá. Y mientras la miro, me doy cuenta de que ella no
es una chica de la que avergonzarse o esconderla, y no es como si tuviera que
mentir o inventar alguna historia de cómo nos conocimos. Todo fue
perfectamente inocente y por encima de la mesa.
—Otra primera vez —, murmuro, perplejo.
—Christian, no me puedo mover —, Ana está en pánico, sus muñecas siguen
amarradas con la corbata. — Tal vez debería quedarme aquí. No tengo ropa
limpia.
—Oh no, no lo harás, puedes usar algo de la mía. Anastasia, podrías estar
usando un saco y te verías preciosa. Por favor, no te preocupes. Me gustaría
que conocieras a mi madre —. La tranquilizo, la suelto y le señalo dónde está
mi ropa.
En realidad, estoy bastante relajado y feliz por su encuentro con mi madre,
Elliot tiene razón en un aspecto, mamá va a estar emocionada de saber que
tengo una novia, que es lo que decidí que Ana será en cuanto a mi familia se
refiere. No puedo presentarla como mi potencial sumisa después de todo.
Es genial, porque estoy bastante seguro de que Ana es exactamente el tipo de
chica con la que a mi mamá le gustaría verme, y siempre estoy encantado de
hacer cualquier cosa que haga que mi mamá feliz.
Sin embargo no puedo dejar de bromear un poco con mi mamá. Taylor en
realidad no especificó el sexo de la persona que está aquí en mi dormitorio
conmigo.
Miro a Ana y se puede ver que ella todavía está preocupada e insegura acerca
de conocer a mi madre.
—Voy a esperarte en esa sala en cinco minutos, de lo contrario vendré a
arrastrarte yo mismo —, le advierto en lo que me pongo una camiseta.
77
Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Si mi “invitado” no hace acto de presencia, sólo va a hacer que mi madre se
convenza de que estoy escondiendo a mi novio gay, o peor aún una especie de
chico de alquiler del que me estoy avergonzado.
Por supuesto que lo sé porque ella es una persona maravillosa y tolerante, ella
siempre aceptaría con quien yo elija estar, pero lo que realmente quiero
presentar a mi mamá es a la dulce, natural, hermosa señorita Steele. Entonces
tal vez ella pueda relajarse un poco acerca de mí, no más “gay reprimido
célibe”, no más Christian de qué preocuparse.
Salgo a ver a mamá sentada en el borde del sofá, así que voy y le doy un beso
en la mejilla y luego de forma casual me siento a su lado.
—Hola Mamá, es un placer inesperado.
Espero a que ella diga algo, sabiendo que ella debe estar ardiendo de
curiosidad.
— ¿Cómo estás Christian? — pregunta, mientras estudia mi cara de cerca y
luego mira hacia la puerta cerrada del dormitorio.
—Estoy bien, gracias. ¿Cómo está papá? — Le digo, al verla vacilar cuando ella
se pregunta cómo traer a colación el tema de quién es la persona que está en
mi habitación, ella sabe cómo puedo ser de hostil al hablar de algo personal.
Estoy disfrutando de esta pequeña broma demasiado como para sacarla de su
miseria todavía.
—Él está tan ocupado como siempre, ya sabes cómo es —, responde ella
distraídamente.
—Mia estará pronto de vuelta ¿no? — Le digo ahora.
—Sí, así es, y me preguntó si puedes recogerla en el aeropuerto, si eso está bien
cariño. Creo que te ha extrañado en el tiempo que ha estado en París.
—Sí, la he extrañado, y ya he dicho que voy a estar allí para recogerla, ella me
escribió un mail.
—Eso está bien, entonces —. Mamá sonríe, y luego vuelve a mirar hacia la
puerta de mi dormitorio.
La puerta se abre lentamente, y veo la cara de mamá de cerca para ver su
reacción cuando Anastasia nerviosamente hace su salida.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Oigo una inhalación brusca mientras sus ojos se abren en estado de shock. Es
evidente que esta mujer joven y bella no era quien ella esperaba en absoluto, y
veo sus hombros caer en alivio.
¡Gracias al cielo, es una joven dulce! ¡Christian no es gay después de todo!
¡Aleluya, por fin tiene una novia!
Ana se ve impresionante, simplemente vestida con sus pantalones vaqueros, la
blusa azul y una chaqueta. Ella se ha recogido hacia atrás su melena de cabello
castaño largo en una cola de caballo, y su cara está limpia y fresca sin rastro
de maquillaje. Sus preciosos ojos azules están brillantes y sus mejillas
sonrosadas, sin duda debido en parte a su muy reciente orgasmo. Ella parece
dulce, natural y más bien cariñosamente tímida.
—Aquí está ella —, digo con cierto orgullo, me pongo de pie para hacer las
presentaciones. Ves mamá, yo no soy gay, realmente no tienes que preocuparte
por mí.
Puedo decir que mi madre está en la luna cuando ella le ofrece a Ana una gran
sonrisa cálida y se le queda mirando con asombro. Creo que incluso puede
haber lágrimas en los ojos.
—Es un placer conocerte. — Mamá se las arregla para sacar las palabras. Ella
se ve encantada y emocionada al darse las manos.
—Llámame Grace —, insiste a Ana, para mi sorpresa. Por lo general, sólo los
amigos muy cercanos y la familia llegan a llamarla por su nombre de pila.
Enseguida ella quiere saber cómo nos conocimos, y yo le digo acerca de la
entrevista que Anastasia me hizo para el periódico estudiantil en WSU, y que
voy a estar ahí en el discurso de final de carrera esta semana. Ana, por
supuesto, será uno de los graduados.
Entonces el teléfono móvil de Ana suena, y ella se aleja a la cocina para
contestar.
Estoy tratando de escuchar su llamada mientras todavía estoy hablando con mi
madre. Mi buen humor se desvanece un poco cuando me doy cuenta de que
está hablando con el fotógrafo. ¿Qué demonios está haciendo ella aun
atendiendo su llamada después de la forma en que la trató? Espero que eso no
quiera decir que ella todavía tiene sentimientos por él. Ahora deseo haber
golpeado al hijo de puta la otra noche cuando tuve la oportunidad.
En cuanto Ana termina su llamada y vuelve a entrar en la sala, me obligo a
sintonizar de nuevo en lo que mamá dice.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
—Y Elliot me llamó para decirme que estabas cerca. No te he visto desde hace
dos semanas, querido.
— ¿Ah sí? — Yo respondo secamente. Si, como yo pensaba, puto Elliot que
envío a mi madre aquí, con un pretexto falso. Bastardo entrometido, él sólo
debería ocuparse de sus propios asuntos.
Mamá está tranquila ahora que ha visto que sus preocupaciones eran
infundadas, por lo que ella se excusa y se prepara para irse. Estaba claro que
no quiere interrumpir lo que ella ve como mi naciente romance con esta joven
mujer perfecta por un momento más.
Ella vuelve a mirar Anastasia con algo que parece asombro, y estoy muy
contento de que a ella obviamente le gusta y la aprueba.
—Anastasia, ha sido un placer. Espero que nos encontremos de nuevo —, le
dice con entusiasmo mientras ella toma su mano y la agita. Tranquila mamá.
Estoy trabajando en ello, pero ella no ha firmado todavía.
Taylor le muestra la salida a mamá, sin duda, exhalando un gran suspiro de
alivio porque se las arregló para evitar que ella entrara directo hacia nosotros
en el dormitorio. Desastres y mi cólera han sido evitados con éxito.
Luego asuntos de negocios que llegan deben ser ordenados, y nuestra burbuja
se ha roto. Tenemos que tomar el largo viaje de vuelta a Portland. Le doy a Ana
en mano el contrato para leerlo más tarde, y sugiero que haga un poco de
investigación en Internet. Puedo ver por su cara que esto plantea algún tipo de
problema.
Por el amor de Dios, ¿ella ni siquiera tiene su propio ordenador? Bueno, pronto
puedo arreglar eso, no hay problema. Desde luego no puede utilizar el portátil
de su amiga para buscar el tipo de cosas que estoy sugiriendo. De mala gana
acepto que ella pueda discutir sus preguntas sexuales generales con Kate, pero
insisto en que no quiero que comente nada con mi curioso hermano.
Cuando voy a mi habitación para alistarme para salir, tomo mi BlackBerry y
llamo a Elliot.
— ¿Qué demonios le dijiste a mamá para que corriera deprisa aquí esta
mañana? — Le pido sin preámbulos.
—Buenos días hermanito, ¿cómo estás este buen día? — Elliot responde en su
relajada forma habitual, y puedo escuchar el tono burlón en su voz. Está claro
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
que no está sorprendido en lo más mínimo por saber de mí, él va a querer saber
si toda su agitación de mierda ha tenido el efecto deseado.
—Elliot, deja de mear alrededor. ¿Qué le dijiste?
—Comente que estabas en Seattle.
— ¿Y? ¿Qué más, qué le dijiste para lograr que subiera aquí de la nada tan
brillante y temprano esta mañana?
—Puede que mencionara que estoy preocupado por ti, cuan recluido estabas,
que esperaba que no te estuvieras deprimiendo. Justo el tipo de cosas que un
hermano debe confiar a su madre —, me dice con risa disimulada. —Entonces,
¿qué conoció a Ana? ¿Sabe que es tu novia?
—Oh sí, la ha conocido, y gracias a ti creo que se podría decir que ella no duda
que sea mi novia —, le contesto secamente.
— ¿Qué?... que no quieres decir... ella no cogió a los dos... en la cama...
¿verdad?
Él toma mi silencio como una afirmación.
— ¡De ninguna manera! ¡Oh Christian, que no tiene precio! Mejor de lo que
podíamos haber esperado —, ruge de risa. —Así que conseguiste tener sexo. Ya
era hora de follar si me permites decirlo. Yo no estaba seguro de lo que estaba
pasando entre ustedes, y Kate no me dijo nada, ni siquiera cuando le dije que
por lo general nunca sales con nadie. Así se hace hermanito.
—Vete a la mierda Elliot. Y no más intromisiones en las cosas que no te
conciernen, ¿de acuerdo?
—Pero mamá estaba feliz ¿no? ¿Quiero decir Ana es una chica dulce realmente,
apuesto a que le gustó?
—Sí, creo que mamá estaba muy feliz en realidad. ¿Qué no podría gustarle de
Ana? — Concuerdo de mala gana, sonriendo para mis adentros mientras
recuerdo la expresión de la cara de mamá.
—Mira, tu hermano mayor sabe mejor —, se jacta. —Y si necesitas algún
consejo sobre cómo hacer gritar y rogar en la cama a una chica, solo pregunta.
—Ya te lo he dicho. Vete a la mierda Elliot.
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G.E. Griffin
Termino la llamada, seguro de que mi hermano no será capaz de resistir la
tentación de entrometerse de nuevo a la menor oportunidad.
Capítulo 10
-C
hristian, ¡finalmente tienes novia! — Mia da gritos por el
teléfono. — ¿Por qué he tenido que saberlo por mamá? Por
Elliot, pero por supuesto no le creí y sólo pensé que era una
de sus bromas estúpidas, así que llamé a mamá y ella me dijo que era verdad,
por lo que a continuación lo creí.
El jodido de Elliot interfiriendo de nuevo. ¿Es que simplemente no puede
ocuparse de sus cosas? ¿O sí?
—Hola Mia, ¿Qué tal París? — suspiro, pero no puedo evitar sonreír ante la
exuberancia de mi hermana pequeña. Sé que no tengo ninguna oportunidad de
desviar el infierno de la inquisición.
—Oh no, no trates de cambiar el tema. Vamos, quiero saberlo todo sobre ella.
Mamá dice que se llama Anastasia. Es un nombre muy bonito. Entonces,
¿cómo se conocieron? ¿Fue amor a primera vista? ¿Sus ojos se encontraron
desde el otro lado de una habitación llena de gente y zas sucedió?
—No seas tan melodramática Mia. La vida no es como la que lees en la estúpida
basura de Chick Lit.
—Christian, qué humor. Nadie te ha visto nunca con una chica, así que debe
ser muy especial si Elliot y mamá ya la conocen. Estoy muy cabreada, esto
sucede justamente cuando estoy fuera del país. Podrías haberte esperado, ya
sabes, yo podría haberte dado mi visto bueno. Aparentemente Elliot dijo que
papá no le creía a mamá al principio, cuando le contó que tenías novia, dijo que
seguramente esta chica era un nuevo miembro de tu personal, pero mamá
insistió y le susurró algo al oído sobre que ustedes estaban en la cama cuando
llegó a tu casa. Entonces, ¿realmente se gustan el uno al otro?
—Mia, nos estamos conociendo. Aún es pronto —. Me estremezco al pensar en
mi familia hablado de mi vida sexual. Elliot debe sentirse jodidamente orgulloso
de sí mismo.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
—Sí, quiero decir, que todos estamos acostumbrados a Elliot y su flujo
constante de novias, pero esta es la primera vez que cualquiera de nosotros te
ha visto con una chica, así que debe ser especial.
—Anastasia es muy especial, supongo. Bien, ahora podemos cambiar de tema
por favor, Mia —. La corto. No me está ayudando en absoluto sobre mi dilema
con Ana. La verdad es que después de los últimos días no sé muy bien cómo
están las cosas entre Ana y yo. En un momento creo que casi la tengo al
alcance de mis manos, pero al rato creo que ella se me está escapando a través
de los dedos.
—Oh, no me sueltes tu mal humor, Christian. No me puedes culpar por ser
curiosa. Mamá dice que es muy bonita, tímida y dulce. Realmente le gusta de
todas las maneras, así que eso es bueno —. Mia siempre ignora y pasa como
nadie de mis estados de ánimo. Siempre se sale con la suya. Pero es mi
hermanita después de todo.
—Sí, creo a que mamá le gustó —, estoy de acuerdo.
—Y Elliot dice que ella es una chica increíblemente hermosa, pero por supuesto
eso ya me lo imaginaba ya que ha llamado la atención de mi guapo y
encantador hermano —, Mia se burla de mí.
—Las apariencias no lo son todo, Mia. La verdadera belleza está más allá de la
piel. Puedes ser tan superficial a veces.
—Pero apuesto a que lo es, ¿no? ¿Hermosa, quiero decir?
—Sí, lo es. Muy bonita. Una persona bella por dentro también —, le confirmo
en voz baja. Pero entonces, ¿qué está haciendo conmigo? Estoy podrido hasta la
médula a pesar de esta cara bonita.
— ¿Así que cuando la conoceré?
—No sé, vamos a esperar y ver cómo van las cosas ¿eh? — Ana puede muy bien
haber huido, antes de que Mia toque tierra.
—Me recogerás en él Sea-Tac el sábado, ¿no?
—Sí, voy a estar allí. Así qué, ¿has disfrutado de tu estancia en Francia? París
es genial, ¿no?
—Supongo, pero Francia, en general, estaría mucho mejor si no estuviera tan
llena de cabrones arrogantes franceses. Se creen que son mejor que nadie.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Me río a carcajadas por su observación.
—Bueno, si alguien puede arreglar eso, estoy seguro de que eres tú Mia. De
todos modos, estarás de vuelta a la madre patria en tan sólo un par de días.
Pero ahora tengo cosas que hacer y lugares a los que ir. Hasta la madrugada
del sábado. Tengo todos los detalles de tu vuelo.
—Está bien, pero no te voy a permitir que esta conversación quede aquí. Quiero
más detalles sobre Anastasia, así que hasta cuando te vea. Bye Christian.
—Bye Mia.
~~~
Entonces, ¿dónde están exactamente las cosas entre Anastasia y yo?
En primer lugar, cuando regresamos a Portland y deje a Anastasia en su casa
rechace la invitación a entrar, aunque se me hizo muy duro porque cuando sale
del coche, me sonríe con picardía y me dice “Ah, por cierto, llevo tu ropa
interior”, se levanta la blusa por la cintura y puedo ver asomar el elástico de
mis boxers sobresaliendo de los jeans. Eso fue mucho más que sexy. Y me hizo
falta toda mi determinación para no salir disparado detrás de ella.
Pero tengo que poner las cosas en equilibrio, de vuelta a la normalidad, en
control. Todos estos sentimientos confusos están jugando con mi cabeza. Yo sé
lo que funciona para mí, lo que se ajusta a mi vida. Soy un Dominante, ella
puede convertirse en sumisa para mí. Nada más podría puede funcionar, ¿o sí?
Volvamos a los aspectos prácticos. Le he dicho a Ana que investigue, por lo que
necesita un ordenador. Llamo a Barney, mi técnico. Le digo que no me importa
cómo lo haga, pero necesito de sus contactos en Apple para conseguir la mejor
MacBook Pro de la gama y que se entregue mañana a primera hora a la
señorita Steele, y me importa una mierda cuanto cueste. Quiero que lo último
de IOS, red inalámbrica y con dirección de correo electrónico instalada, además
de todo lo demás que pueda necesitar. Doy instrucciones para que unos de
nuestros mejores programadores vaya a entregarlo y lo deje instalado y
configurado, y que no se vaya sin que Ana esté totalmente familiarizada con el
funcionamiento.
Como siempre, Barney se pasa, es por eso que vale el sueldo ridículamente
enorme que le pago. La tarde del domingo, se las ha arreglado para hacer
conseguir el último MacBook Pro, que ni siquiera está disponible aún en las
tiendas, sin embargo, todo preparado y listo para funcionar. Será entregado a la
señorita Steele a las ocho en punto de la mañana siguiente por uno de sus
mejores técnicos.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Le envió un correo electrónico listo para que lo reciba a la mañana siguiente y
le explicó que este portátil es para ella, para que pueda para hacer la
investigación necesaria antes de que nos reunamos el miércoles para cenar.
~~~
A la mañana siguiente, a las ocho en punto, sigo revisando mi bandeja de
entrada para ver si hay alguna respuesta de Anastasia. Es tan jodidamente
molesto. No me gusta esperar.
Finalmente a las ocho y veinte de la mañana, recibo un email de respuesta de
ella. Ya me está desafiando de nuevo, diciendo que considera el ordenador
como un préstamo, que no es de ella. ¿Qué problema tiene en aceptar regalos?
Pero tengo que admitir que bromear con ella por correo electrónico me resulta
estimulante y divertido. Incluso le pongo el irritante “Adiosito Nena'” del
estúpido de Elliot en mi último correo.
Pienso en ella todo el día otra vez, y estoy frustrado por tener que jugar al
maldito golf esta mañana. No me gusta el golf, pero es en cada hoyo donde se
hacen los negocios, así que tengo que jugar. Pero no hay verdadero desafío
físico en él, es tan lento y aburrido, y mi mente sigue a la deriva pensando en
Ana.
No estoy seguro de qué hora va a regresar del trabajo, así que le envió un
correo electrónico en torno a las cinco y veinte, preguntándole cómo fue su día.
Ana me contesta poco después, y así que nuestro cruce de bromas electrónicas
comienza de nuevo. Pero la razón principal por la que he le dado el portátil es
para fines de investigación, así que le pido que deje de tergiversar nuestras
conversaciones y siga adelante con ella. Quiero que nuestro acuerdo se lleve a
cabo y así abandonar tanta incertidumbre. Le sugiero que comience con
Wikipedia, y me siento a esperar a ver qué preguntas que se le ocurren.
Pasan más de dos horas y no sé nada de ella. Empiezo a sentirme ansioso.
¿Qué está pasando? Sin duda, ella tiene que tener algunas preguntas.
Suelo recibir un enrome volumen de correos electrónicos, mayoritariamente de
negocios. Así que le he asignado a sus mensajes prioridad alta para que salten
a la parte superior de mi bandeja de entrada. Aun así, estoy cabreado conmigo
mismo porque no puedo parar de revisar constantemente la bandeja de entrada
para ver si ella me ha contestado.
Entonces, justo después de las ocho y media cuando estoy repasando con
Taylor el calendario para los próximos días aquí en Portland, recibo por fin una
respuesta de ella
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Bueno, he visto suficiente.
Ha sido agradable conocerte.
Ana.
— ¿Qué DEMONIOS...?
— ¿Qué problema hay señor? — Taylor indaga por mi arrebato al ver mi
expresión horrorizada.
Lo miro furioso por lo que se calla. Ella no puede escaparse de esta manera.
¿Ha sido un placer conocerte? ¿Qué mierda significa eso?
¿No está dispuesta a discutir absolutamente nada? Pensé que estábamos
bastante cerca de llegar a un acuerdo, así que, ¿qué la ha asustado? Estoy tan
jodidamente furioso que no puedo pensar con claridad me siento y empiezo a
pasarme mis manos por el cabello con incredulidad.
¿Cómo puede hacerme esto después de un grandioso fin de semana juntos?
Pensé que había disfrutado del tiempo que hemos pasado juntos, al menos
tanto como yo lo disfruté. Ella me entregó su virginidad, por el amor de Dios,
¿es que no significa nada para ella? ¿El sexo no ha sido lo suficientemente
bueno para convencerla después de todo? Tal vez necesito persuadirla un poco
más.
Decido que lo mejor es que pase a verla para saber qué coño quiere decir, así
que agarro las llaves del coche.
— ¿Quiere que lo lleve a algún lugar señor? — Se ofrece Taylor, mientras
levanta las cejas inquisitivamente. Ve que no estoy exactamente ni tranquilo ni
sereno.
—Voy a conducir yo mismo —. Contesto furioso y respiro profundamente. Es lo
justo para mantener a Taylor en la imagen si espero que pueda cumplir sus
funciones de seguridad. — Voy a ver a la señorita Steele. No sé cuánto tiempo
voy a estar allí.
En el coche me pongo algo de música y la canción de Muse “Supermassive
black hole”. “Pensé que no me volvería loco con nadie, pero oh nena me he vuelto
loco por ti.” Las notas profundas de fondo satisfacen mi estado de ánimo y lo
subo a todo volumen mientras conduzco la corta distancia que nos separa.
No estoy de humor para charlar amablemente al llegar, así que por suerte Kate
está al teléfono mientras abre la puerta. Ella simplemente me deja entrar y me
indica la dirección hacia la habitación de Ana. La encuentro sentada en su
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
escritorio escuchando su iPod. Supongo que por eso no ha abierto ella la
puerta.
Miro alrededor de la habitación. No es muy grande, tiene muebles de mimbre
blanco, una cama doble blanca, una colcha de Patckwork, todo azul pálido y
crema. Me gusta bastante, es tranquila, no todo en tonos rosas y molestamente
femenina como la habitación de Mia en nuestra casa.
Me siento en el borde de la cama, junto a ella.
Parece que ha salido a correr ya que lleva pantalones deportivos y su cabello
recogido en coletas. Es obvio que está totalmente sorprendida al verme. Pero no
me pide que me vaya ni me dice que las cosas se han acabado entre nosotros.
Eso es buen un comienzo.
— ¿Así que fue un placer conocerme? — Le digo con frialdad.
—Pensé que contestarías por correo electrónico —, susurra.
—Y yo pensé que debía venir y recordarte el placer que es conocerme.
La tensión sexual se empieza a elevar de nuevo entre nosotros. Le suelto el pelo
de sus coletas y luego le acaricio suavemente la oreja. De repente ella me besa,
la agarro y terminamos en la cama.
Ahora hago lo que mejor sé hacer. Voy a jugar a juegos sensuales con ella, una
vez que la haya atado bien por las muñecas a la cabecera de hierro de la cama
con mi corbata de seda gris favorita que está en mi bolsillo.
Le tapo los ojos. La dejo esperando. Le doy a beber vino de mi boca. Le suelto
algo de vino helado en el ombligo. La controlo. Sin parar de tomarle el pelo, la
dejo llegar al borde de la liberación, y luego se lo niego. Una y otra vez.
Ella me dice que su correo electrónico era una broma. Ahora el que bromea soy
yo con ella al retrasarle el placer. Ella todavía está atada a la cabecera de la
cama, así que cuando le doy la vuelta, su fantástico culo bonito queda al aire,
pidiendo ser abofeteado, así que lo hago, fuerte y la follo. Duro. Ella se está
corriendo pero no me detengo, la voy a estar castigando hasta que vuelva a
correrse para mi otra vez.
— ¿Así que fue un placer conocerme? — Gruño. Voy a enseñarle a no meterse
conmigo. Yo no lo hago ”agradable”.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
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Así que ella sólo estaba bromeando en su correo electrónico. No es gracioso.
Resulta que ella todavía está dándole vueltas y teniendo en cuenta mi
propuesta. Tiene algunas preguntas para mí.
— ¿Por qué no te gusta que te toquen?
—Simplemente no me gusta —. No vamos a hablar de eso.
Ella me pregunta si voy a ponerle una correa en el cuello. Le digo que nunca he
agarrado a nadie antes por el cuello. Pero ahora que lo ha dicho, me gusta
mucho la idea de tener a la desobediente señorita Steele agarrada del cuello
para levantarla por los talones. Esa podría otra primera vez.
— ¿Tú has estado alguna vez atado por el cuello? — pregunta.
—Sí.
— ¿Por la Sra. Robinson?
— ¿Sra. Robinson?
Este apodo que le ha puesto a Elena realmente me divierte. Ana tiene un
cerebro agudo e ingenioso. A Elena le va a encantar también, se lo contaré la
próxima vez que cenemos juntos.
Estas preguntas me hacen darme cuenta de que lo que estoy ofreciendo a Ana
es un mundo nuevo del que ella no sabe nada. Así que para ayudarle a
entender sobre sumisión le sugiero que tal vez debería hablar con una de mis
sumisas anteriores. Sé que mi última, Susannah, se reunió con Leila, otra
sumisa anterior, y que le resultó muy útil.
Anastasia me mira como si estuviera totalmente loco.
— ¿Esa es tu idea de una broma? Voy a hacer esto por mi cuenta, muchas
gracias —, me corta.
Estoy perplejo por su respuesta. Ella está claramente molesta y me dice que
está consternada por mi sugerencia. No entiendo por qué, hasta que creo que la
razón es que se ha puesto celosa. ¿Celosa? ¿De un acuerdo contractual?
— ¿Te quedas? — exige saber.
No puedo porque así no es cómo funciona entre una dominante y su sumisa. Ya
he roto muchas reglas hasta ahora. Tengo que volver todo a como debe ser,
para poder mantener la cabeza clara. Así que le digo que no me quedo esta
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G.E. Griffin
noche o ninguna otra noche en el futuro. Estoy intentando que tenga sentido
para mí.
Así que ahora Ana prácticamente me echa, no quiere hablar de nada más,
actuando como una niña mimada. Esto nunca me había pasado antes.
—Dios me gustaría darte una buena paliza. Te sentirías mucho mejor, lo mismo
que yo —. Ese azote que le di en el culo esta noche me hizo sentir jodidamente
bien, realmente me gustaría terminar lo que empecé.
Realmente es muy difícil alejarme de ella esta noche. Una parte de mí, una
parte muy importante de mí, sólo quiere pasar la noche durmiendo a su lado.
¿Qué está haciendo conmigo? Pero me las arreglo para controlarme. Salgo
hacia mi coche y me alejo.
Más tarde esa noche, ella me envía por correo electrónico una larga lista de sus
inquietudes para hablar durante la cena del miércoles.
Estoy un poco sorprendido, pero al menos parece que le está dando a mi
propuesta una seria consideración. Sin embargo tengo que aclarar algo, así que
le envío de vuelta la definición de sumisa, ya que parece que es ahí donde
reside su principal problema.
No puedo dejar de divertirme con su respuesta esta noche. Me muestra la
definición de compromiso cuando me responde. Estamos combatiendo por
correo electrónico, y la encuentro ingeniosa, divertida, desafiante y frustrante a
la vez. Pero no aburrida. Nunca, jamás aburrida.
~~~
Así que para nuestra cita para cenar la noche del miércoles, Anastasia aceptó
de mala gana venir a mi encuentro en The Heathman, ya que ha insistido en
que quiere conducir en lugar de que la recoja. Creo que tal vez ella tiene
problemas de autocontrol. Sospecho que es para poder huir si se ve en la
necesidad.
Si está conduciendo, no voy a poder ofrecerle vino para hacer que se abra. Por
supuesto que si acabara borracha le pediría a Taylor que la devolviera a su
casa o incluso la dejaría que pasara la noche conmigo. Eso podría funcionar.
No duermes con tus sumisas, ¿recuerdas Grey? ¿Cuántas veces vamos a tener
que pasar por esto?
La espero en el bar, esperando que ella no llegue tarde. De hecho, me siento
bastante nervioso, y estoy muy preocupado porque puede que ni siquiera
aparezca.
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Así que cuando miro hacia arriba y la veo en la puerta me siento aliviado y
asombrado. Ella lleva un vestido. Un vestido morado ajustado muy sexy, que
muestra su figura hermosa a la perfección, junto con unos tacones muy altos.
¡Guau!, qué un cambio de sus habituales vaqueros y zapatillas deportivas. Me
ha dejado literalmente sin aliento.
Su brillante pelo marrón largo se curva suavemente hacia sus pechos, y ella
lleva el maquillaje justo para realzar su belleza en lugar de enmascararla. Se ve
tan hermosa.
Madre mía, se ve tan sexy, abrasadoramente atractiva. Todos los hombres del
bar la están mirando y la desean. Pero ella es mía. Sólo mía.
Ella camina hacia mí, y me inclino para besarla en la mejilla, su olor es
embriagador, y la electricidad entre nosotros está aquí de nuevo, fuerte y
dominante.
Tengo que jugar bien mis cartas esta noche para asegurar que funcione. Tengo
que saber que tenemos un acuerdo en vigor.
Ana quiere ir al grano de inmediato para discutir el contrato, pero tengo otros
planes. Planes seductores. He reservado un comedor privado para nosotros, ya
que no quiero que nadie oiga lo que vamos a estar discutiendo. Le ofrezco la
opción de cenar en mi suite, pero ella se niega. No importa. El comedor privado
será más que suficiente para lo que tengo en mente.
He elegido un menú muy especial para establecer el tono de nuestras
negociaciones.
Ostras de primer plato. Casanova supuestamente consumía cincuenta ostras
cada día para mantener su libido en plena forma. Mientras que las ostras se
encuentran allí, crudas, húmedas, suaves y brillantes, en su media concha, a
la espera de ser devoradas, es fácil evocar asociaciones eróticas.
Espero con cierto regocijo a ver la reacción de Ana con ellas. Quiero que el sexo
esté en su mente durante toda la cena y la negociación. Quiero que recuerde
constantemente lo buenos que fueron cada uno de nuestros polvos. Y luego
tengo previsto follarla de una manera alucinante aquí mismo sobre la mesa en
este salón privado. Y espero que ya no tenga dudas, que se sienta obligada a
aceptar ser mi sumisa. Ese es el plan.
—Espero que te gusten las ostras.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
—Nunca las he probado —, murmura mientras me mira con esos seductores
ojos azules.
—Todo lo que hay que hacer es chupar y tragar. Creo que podrás manejarlo.
Ella se sonroja, sabiendo que me estoy refiriendo a la fantástica felación que me
hizo en el baño el otro día. He pasado mucho tiempo pensando en esa
experiencia. Demasiado tiempo, si soy sincero. Fue jodidamente increíble. Y su
primera vez también. Tanto potencial...
Me como una yo primero para enseñarle cómo se hace.
—Mmm, deliciosas. Saben a mar. Vamos, prueba una —. Le insto.
— ¿Así que no se mastica?
—No, Anastasia, no hay que masticarla —, confirmo. Cuando ella inclina la
ostra entre sus carnosos labios suaves y sin esfuerzo permite que se deslice por
su garganta, me excito.
— ¿Y bien?
Espero que les guste tanto como a mí. Espero que se esté tan excitada como yo.
—Me tomaré otra —. Prometedor.
—Buena chica.
Esa es Ana, abierta a nuevas experiencias y dispuesta a intentarlo. Ves, esto es
lo que encuentro fascinante en esta chica que parece tan tímida a la primera
impresión.
— ¿Las has elegido a propósito? ¿No son conocidas por sus cualidades
afrodisíacas? — Empieza a entenderlo.
—No necesito ningún afrodisíaco teniéndote cerca. Creo que ya lo sabes, y creo
que te causo la misma reacción —, le digo. La electricidad es cada vez más
fuerte entre nosotros ahora mismo. Lo siente tanto como yo, lo sé.
Pero también hay que ponerse a trabajar para volver a negociar su contrato
para que firme como mi nueva sumisa. Su lista de “preguntas” es tan larga que
la he impreso, así que ahora me pongo a trabajar a mi manera a través de ellas
con ella.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Está preocupada por resultar herida. Se va quedando pálida conforme
empezamos a hablar de la suspensión. No es un buen comienzo, por lo que
acaba siendo un límite infranqueable para ella. Follarme la boca de una sumisa
que está atada y suspendida del techo es una de mis escenas favoritas.
Pasamos a discutir la obediencia. Este es un componente clave de la sumisión,
por lo que realmente necesita entenderlo y asumirlo. Después de alentarla, Ana
está de acuerdo algo vacilante, puede intentarlo. Pronto la podré poner en la
línea de la obediencia con algunos castigos cuidadosamente seleccionados. Va a
ser muy divertido.
Ninguna de mis anteriores sumisas ha sugerido pasar menos tiempo conmigo,
pero Ana no quiere comprometerse con cada fin de semana. Me las arreglo para
mantener la calma y recordar su sugerencia acerca del compromiso. Puedo
negociar un día más entre semana si insiste en que quiere un fin de semana
lejos de mí, pero yo insisto en que al menos deberíamos probar tres meses, ya
que el mes de prueba que sugiere es muy poco tiempo.
Le explico a fondo que todo gira en torno a la confianza. Espero haberle
demostrado que puede confiar en mí, por lo increíbles que han sido nuestros
encuentros hasta ahora. Así que ahora sólo necesito su consentimiento para
dominarla, de modo que ella pueda experimentar un placer sexual aún mayor.
Le explico que como su dominante, voy a follarla en cualquier momento, de
todos modos, en cualquier lugar que desee. Y ella va a querer eso. Sé que es lo
que quiero más de lo que he deseado nunca antes, así que tengo que
convencerla.
Ella no dice mucho.
Voy a explicarme sobre el dolor y la disciplina.
—Te puedo mostrar que el dolor puede ser placentero. Ahora no me crees, pero
esto es lo que quiero decir con confianza. Habrá dolor, pero nada que no
puedas soportar. Todo se reduce a la confianza. ¿Confías en mí, Ana? — Ponte
en mis manos el resto vendrá solo. Todo irá perfecto entre nosotros.
La estoy arrinconando. Esto tiene que llevarla a aceptar ser mi sumisa. Esto es
en lo que soy bueno, la negociación y la manipulación, encontrar el punto débil
en una discusión.
—Sí, creo que sí —. ¡Sí! Creo que por fin la tengo con esta respuesta.
—Bueno, el resto son detalles.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Los entrantes llegan; bacalao negro, espárragos y puré de papas con salsa
holandesa.
Seguimos repasando las reglas, no estoy contento con su negativa a no
comprometerse con la comida, pero ella insiste en que no va a ceder, así que a
regañadientes se lo concedo, así como la regla del sueño. Sin embargo, voy a
intentar todo lo posible para mantenernos dentro de las reglas tanto como sea
posible mientras está conmigo, para garantizar su bienestar y buena salud.
Todavía no estoy convencido de que no tiene algunas tendencias anoréxicas,
come muy poco, y parece tener problemas de baja autoestima. Tal vez voy a
hablar de esto con el doctor Flynn cuando lo vea la próxima semana, cuando
vuelva.
A medida que seguimos discutiendo el resto de reglas, puedo ver que Ana se ha
quedado en silencio. Le he dado mucho que pensar ya, así que estamos de
acuerdo en dejar de hablar límites blandos por ahora. Tanta información
sobrecarga.
Así que dirijo la conversación a comenzar su seducción, le digo cuanto me
gustaría arrancarle ese vestido. Y parece que funciona, ella se da cuenta que
está pasando, yo juego y ella se resiste.
—Christian, utilizas el sexo como un arma. Realmente no es justo —, susurra
mientras me mira a los ojos.
Y puedo ver la balanza de poder que empieza a cambiar, así que intento otra
táctica; le explico cómo al ser mi sumisa, yo como su dominante le quitaría
todas preocupaciones de sus hombros. Le digo que debería dejar que me
encargue de todo. Yo sé que ella me desea, puedo leer su lenguaje corporal,
todas las señales sutiles. Esto es lo que quiere, por lo que sólo debe seguir mi
ejemplo, haz lo que digo, trato de convencerla.
—Christian. Simplemente no es una lucha justa —, insiste, y luego empieza a
jugar su propio juego.
Espárragos, fálicos y eróticos. Ella coge uno como si fuera una lanza, luego,
lentamente, se pone la punta en la boca y lo chupa. ¿Ahora quién no juega
limpio? Pierdo mi concentración mientras lentamente se lame los labios y luego
muerde la punta. Dios mío es una aprendiz avanzada. Siempre sacando su
ingenio.
Pero el hechizo se rompe de repente cuando el maldito y estúpido camarero
entra a recoger los platos, y en ese momento Ana parece tomar una decisión,
porque ella se niega a comer postre.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
—Creo que debería irme —, anuncia.
Estoy a punto de perder el equilibrio por esto. ¿Cómo ha sucedido? ¿Cómo he
perdido el control? Estaba a punto de entrar a matar y dejarla KO.
— ¿Irte? — Esto no es para nada como me esperaba que las cosas irían, y estoy
desconcertado, y sin palabras.
—Sí. Los dos tenemos la ceremonia de graduación de mañana —, ella insiste y
se levanta para irse. ¿Es que ella no tiene ni un hueso de sumisa en el cuerpo?
Yo realmente no quiero que se vaya. Estoy tan desesperado por conseguir que
se quede, que estoy dispuesto incluso a romper mis reglas otra vez pidiéndole
que pase la noche conmigo, pero eso no es suficiente para ella. Ella sigue
diciendo que no, porque admito que ella no podría tocarme. Esa es una regla
que no hay posibilidad de negociar.
—Yo no sé de otra manera, Anastasia. Esto es lo que soy.
Tengo la sensación que me hundo terriblemente mientras me dice adiós. He
jugado lo que yo creía que era mi mejor mano esta noche y he perdido.
—Christian, tengo que pensar en esto. No sé si puedo tener el tipo de relación
que deseas —. Eso suena como un “no”.
No tengo más remedio que dejarla ir. Mi mente empieza a pensar en lo que esto
significa. ¿Qué voy a hacer? ¿Qué otra cosa puedo hacer?
—Este fin de semana te mudas a Seattle, si tomas la decisión correcta, ¿puedo
verte el domingo? — Me siento como un adolescente pidiendo una cita.
—Vamos a ver. Tal vez.
Su respuesta vacilante no me tranquiliza en absoluto. Pero no me daré por
vencido sin luchar.
Sin embargo, esas preocupaciones son empujadas a un lado cuando veo que el
valet trae su coche afuera del hotel cuando ella se va a ir.
¿Qué es ese pedazo de mierda? ¿Un escarabajo ancestral? Dudo que tenga ni
una pizca de seguridad. No puedo permitirlo, no voy a permitir que arriesgue su
vida cada vez que se suba a este cacharro.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Aunque, como me informa, su padrastro se lo compro, yo puedo hacerlo mejor.
Ella va a tener un coche nuevo con todas las características de seguridad
disponibles tan pronto como pueda conseguir arreglarlo.
Esto es demasiado importante para que su estúpido orgullo se ponga en el
camino. Su padrastro desea lo mejor para ella también, estoy seguro, y
fácilmente me lo puedo permitir, incluso si él no puede.
Acaricio la idea de prohibirle conducirlo y hacer que Taylor la lleve de vuelta,
pero sé que ella lo va a rechazar. Si fuera mi sumisa, esto no sería un
problema, acabaría haciendo lo que le digo.
Si hubiera sabido antes lo de esta trampa mortal que conduce, le habría pedido
a Taylor que lo desactivara de alguna manera para garantizar que no pudiera ir
a ninguna parte. Tomo nota de que en el futuro todas las investigaciones de
antecedentes deben incluir detalles del coche del sujeto. Estoy totalmente
molesto por no haberlo sabido antes y por no ser consciente de que ella ha
estado arriesgando su vida de esta manera.
—Conduce con cuidado —, es todo lo que puedo decir.
—Adiós, Christian.
Y ella se marcha, posiblemente fuera de mi vida.
Simplemente no lo entiendo. Estoy perplejo por como transcurrió esta noche.
Vuelvo a mi habitación y le envió un correo. Trato de razonar con calma y
lógicamente con ella. Le pido que piense realmente de nuevo acerca de mi
propuesta. Quiero hacer que funcione, y le digo que vamos a tomarlo con
calma. Para mí, esto es prácticamente mendigar.
No tengo una respuesta. Tampoco responde a los mensajes de texto que le
envío. Trato de no entrar en pánico. Nada malo puede haberle pasado en el
camino de regreso. Le pido a Taylor que compruebe que no ha habido
accidentes. No ha habido. Así que lo más probable es que ella me esté
ignorando. O su portátil no está funcionando. Es poco probable. No, ella me
está ignorando, lo cual no es una buena señal en absoluto.
No duermo mucho. Tengo que hablar con ella mañana, no puedo seguir así,
necesito una respuesta, me estoy volviendo loco. Por lo menos yo sé que ella
estará en la ceremonia de graduación. Mientras ella no haya muerto en esa
trampa mortal que tiene por coche.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Capítulo 11
M
ientras que el Rector se pone de pie para dar su discurso de
apertura al iniciar la ceremonia de graduación, exploro con la
mirada las filas de caras buscando la que estoy desesperado por
encontrar. El auditorio está lleno, así que me toma algo de tiempo encontrarla.
Pero ahí está, sentada en la segunda fila, vestida con toga y birrete como todo el
mundo, hundiéndose en su asiento para evitar mi mirada. La Srta. Anastasia
Rose Steele. La mujer en la que me pasé toda la noche pensando, preocupado,
deliberando acerca de ella. Ella está aquí, y al menos ahora que sé con certeza
es que está a salvo.
Ella me está volviendo loco. Ojala nunca la hubiera conocido. Eso es mentira,
por supuesto. Mi vida era sólo un vacío, una inútil masa de nada, hasta que se
tropezó y entro en mi oficina, en mi vida. Y la razón por la que estaba allí era la
misma razón que yo estoy hoy aquí. Mi participación en WSU. Ciencias
ambientales, la agricultura de los países del tercer mundo para encontrar la
manera de erradicar el hambre y la pobreza. Es una causa muy cercana a mi
corazón, así sería si tuviera uno.
Pero una buena causa o no, esta mañana va a ser interminable. Discursos, más
discursos, y luego cientos de malditos diplomas que entregar. Tengo que
sentarme y aguantar toda esta mierda antes de tener la oportunidad de hablar
con Ana. Y lo haré, porque esta situación entre nosotros tiene que quedar
resuelta de una manera o de otra. A no ser que acepte voy a tener que
esforzarme para olvidarme de alguna manera de ella y seguir adelante.
El discurso del rector es aburrido, así que por supuesto me encuentro mirando
a Ana. Me complace ver que ella se sonroja cuando ella se da cuenta qué
corbata llevo puesta. Inconscientemente toca sus muñecas, sin duda
recordando como la utilicé para atarla a la cabecera de la cama en su
habitación antes de que le diera una buena follada dura. Dios, fue tan bueno,
sin embargo no me puedo sentarme aquí las próximas horas con una erección,
así que inspiro profundamente para ordenar mis pensamientos y contemplo el
emblema WSU que está sobre la entrada.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
No voy dejar que me ignore por más tiempo. Este no soy yo. Esta no es la forma
en que hago las cosas. Tengo que volver a enfocarme. Necesito una nueva
sumisa, y si no es la señorita Steele, entonces no me costará encontrar otra
chica de cabello castaño que estará más que dispuesta a firmar para ser follada
de cualquier manera que decida.
¿A quién estoy engañando? Por más que lo intento, no puedo disipar todas
estas imágenes evocadoras y pensamientos que se están repitiendo en mi
mente. Mirando esos hermosos ojos azules de Ana. Estar enterrado en lo
profundo de su exquisita aterciopelada y apretada exuberancia. Sentir sus
dedos en mi cabello mientras me empuja hacia ella. Oírla decir mi nombre
cuando se corre. Como me siento conectado con ella. Qué dulce y suave que se
siente cuando me envuelvo alrededor de ella en mi cama. Cuan a gusto me
siento al dormir con ella. Como me mantengo alejado de las pesadillas cuando
estoy con ella.
Ninguno de estos pensamientos son los de un dominante con su sumisa. Son
pensamientos de hacer el amor, los corazones y las flores casi. Este no soy yo.
Esta no es la forma en que hacemos las cosas. Yo no hago el amor. Yo follo,
duro.
El Decano ha terminado con su monotonía, así que ahora es el turno de la
señorita Kavanagh para decir su discurso de despedida "¿Y después de la
universidad?" Para mi sorpresa, ella es muy buena oradora y estoy realmente
impresionado con ella. He hecho negocios con su padre, él es un hombre muy
exitoso y carismático. Así que parece que ella es la hija de su padre y la
manzana no ha caído lejos del árbol. Me pregunto si realmente Elliot está tan
enamorado de ella como él dice ¿o es sólo otra en su larga lista de conquistas?
Al menos Kate tiene un cerebro, a diferencia de algunas de sus novias
anteriores, y me imagino que papá estaría impresionado por una mente aguda
como la de Kate. El tiempo lo dirá, no es asunto mío realmente.
Así que ahora estoy siendo presentado. El Decano continúa acerca de cómo soy
“un hombre hecho a sí mismo, bla, bla, bla”, y luego explica la razón principal
por la que me quiere aquí: “un benefactor importante para nuestra
universidad”. Dinero, No me hago ilusiones no hay otra razón para tolerar mi
participación en el departamento de ciencias del medio ambiente.
Siempre empiezo mi discurso habitual con confianza. Mi gancho, lo que llama
la atención del público, es cuando digo que yo personalmente he sabido lo que
es pasar profundamente hambre. Es algo que nunca te abandona. Si a través
de mi éxito en los negocios puedo de alguna manera evitar que alguien más en
el mundo pase por eso, entonces estoy feliz de hacerlo posible.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Concluidos los discursos, comienza el asunto extremadamente largo y tedioso
de la entrega de 400 diplomas y 400 sacudidas de manos. Hago una nota
mental de decirle a mis chicos RP nunca más aceptaré hacer esto de nuevo, no
importa qué. Sólo hay una persona que estoy deseando ver, y se requiere toda
una maldita hora para que llegue su turno.
A pesar de todo, todavía estoy estúpidamente contento de ver a Ana. Pero tengo
que saber.
—Felicidades, señorita Steele —. Sacudiendo la mano, siento la chispa habitual
entre nosotros, como siempre. — ¿Tienes un problema con tu ordenador
portátil? — ¿Por qué diablos no me contestas?
Ella frunce el ceño hacia mí. —No.
— ¿Entonces estas ignorando mis e-mails?
—Yo sólo vi uno de fusiones y adquisiciones.
¿Qué? ¿Está diciendo que no le gusto el tono de mi correo electrónico o algo
así? Era perfectamente claro y lógico. ¿Qué esperaba de mí?
Pero, por supuesto, todavía hay una gran cola larga de estudiantes detrás de
ella esperando su turno, así que tengo que dejarla ir.
—Más tarde —, le susurro, así que ella sabe que yo no he terminado con ella.
Ella me mira perpleja cuando ella se aleja y regresa a su lugar.
Finalmente, después de otra hora, hemos terminado. Gracias a Dios por eso.
Tan pronto como estemos fuera del escenario, quiero ir a buscar a Anastasia,
pero me agarra el exasperante Rector y dos miembros del personal docente,
adulándome afanosamente y queriendo obtener algo más de mí. Tomo todo mi
autocontrol para ser cortés, y tengo que recordarme a mí mismo de las razones
de relaciones públicas por las que estoy aquí. Por suerte me las arreglo para
llamar la atención de Kate cuando ella pasa por ahí. No quiero que Ana se me
escape antes de que tener la oportunidad de hablar con ella, antes de que tenga
que salir para mi próxima reunión.
— ¿Serías tan amable de buscar a Anastasia y pedirle que venga aquí
inmediatamente, antes de que haga cualquier otra cosa? — le instruyo con
urgencia.
— ¿No la vas a ver después de todos modos? — ella responde más bien
cortante.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
—Necesito verla ahora. ¿Podrías ir a buscarla por mí, por una vez? — Insisto en
mi tono más dominante, No se te olvide que soy un gerente general.
Yo la miro hacia abajo, y murmura "bien" mientras se dirige de nuevo hacia el
auditorio.
Un par de minutos más tarde me siento aliviado al ver que Kate regresa con
Ana, así que me disculpo con los hombres, y le sonrío agradeciéndole a Kate la
gestión.
Después de una larga y prolongada espera, mi temperamento y la frustración
están apenas bajo control, y realmente necesito hablar con Ana en privado. Veo
lo que parece ser un vestuario, así que me la llevo por el codo y la dirijo allí.
Gracias a Dios que está vacío, así que cierro la puerta y luego giro para mirarla.
Ella no va a ir ninguna parte hasta que consiga algo de ella. Quiero respuestas
y las quiero ahora.
— ¿Por qué no me has contestado el correo electrónico? ¿O contestaste a mis
SMS?
—No he mirado en mi ordenador o mi teléfono hoy en todo el día.
Me parece increíble, ¿que ella no los revise por horas, horas y horas? Cuan
irresponsable es.
—Fue un gran discurso. Me explicó tus problemas alimenticios.
Sé que esto es sólo una estratagema para distraerme. Eso no es de lo que
quiero hablar con ella.
—He estado preocupado por ti —, le digo, exasperado.
—Preocupado, ¿por qué?
—Porque te fuiste a tu casa en esa trampa mortal que tu llamas coche.
— ¿Qué? No es una trampa mortal. Está bien. José le hace regularmente los
servicios. El escarabajo había pertenecido a su madre.
¿Qué carajo? ¿Otro vínculo con el chico fotógrafo? Sin embargo, es otra razón
para deshacerse de ese coche.
—Sí, y probablemente la madre de su madre antes que ella. No es seguro.
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G.E. Griffin
—He estado conduciéndolo durante más de tres años. Lamento que estuvieras
preocupado.
Decido no discutir sobre ello por más tiempo. Taylor tiene la situación del coche
de Ana bajo control. Lo de siempre el Audi A3 estará listo mañana. Es hora de
ir al grano.
—Anastasia, necesito una respuesta de tu parte. Esta espera me está volviendo
loco.
Veo una mirada de pánico cruzar su rostro.
—Christian, yo... mira, he dejado a mi padrastro por su cuenta.
Ella está tratando de retrasar, para evitar el problema.
—Mañana. Quiero una respuesta para mañana —.No puedo seguir así.
Suficiente.
Ella me mira y parpadea.
—Está bien. Mañana, te diré algo entonces.
Me encuentro a mí mismo relajándome un poco ahora, sabiendo que hay una
fecha límite, el fin a mi tormento está a la vista. O el comienzo de un tormento
algo peor, tal vez. Pero sin duda tiene que ser mejor saber lo peor en lugar de
vivir con esta incertidumbre que se cierne sobre mí todo el tiempo.
— ¿Te quedas para tomar una copa?
—No sé lo que Ray quiere hacer.
— ¿Tu padrastro? Me gustaría conocerlo.
En realidad tengo curiosidad acerca de Ray Steele. Ana eligió vivir con él en
lugar de su madre y su nuevo marido, por lo que da que mucho que pensar.
Supongo que es el único padre que conoce, ya que, según la investigación de
antecedentes, su padre biológico murió cuando ella sólo tenía un día de edad. Y
Ray debe ser un buen tipo para criar a la hija adolescente de su ex esposa por
su cuenta. ¿Por qué Ana se sentía incómoda acerca de vivir con su madre y su
tercer marido? Me parece un poco misterioso. Por lo que recuerdo del archivo,
el matrimonio duró menos de seis meses, mientras que la mamá de Ana y Ray
estuvieron casados unos dieciséis años. Creo que voy a pedir que se investigue
un poco más afondo sobre el tercer marido, Stephen Morton, así como de Ray.
Tengo el presentimiento de que esto ha afectado a Ana, que tal vez podría
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
hacerme una idea del porqué de algunos de sus problemas de baja autoestima.
Mi intuición rara vez se equivoca.
—No estoy segura de que sea una buena idea.
¿Qué? La mayoría de las mujeres se mueren por mostrar que habían llamado la
atención de un multimillonario por el amor de Cristo.
— ¿Estás avergonzada de mí?
— ¡No! ¿Pero presentarte a mi padre como qué? “Este es el hombre que me
desfloro y quiere iniciarme en una relación BDSM”. No llevas zapatillas para
correr.
Al principio estoy un poco ofendido, pero luego me sorprende la ingenua
honestidad de Ana. Es una adulta, ella puede tomar sus propias decisiones.
Ella sólo tiene que decirle a su padre lo que necesita saber. Eso es lo que hago
con mi familia. Me divierte la imagen de su padre viniendo a perseguirme.
Nunca he estado en esta situación antes. Otra primera vez.
—Para que lo sepas, puedo correr muy rápido. Sólo dile que soy tu amigo,
Anastasia.
Abro la puerta y nos abrimos camino fuera de los vestuarios, y Ana
rápidamente camina en busca de su padrastro. Tengo que excusarme con el
rector y el resto de los profesores que ahora están mirándome.
—Sólo aclaraba algunos detalles sobre la entrevista que la señorita Steele me
hizo para la revista estudiantil.
Les digo impasible, desafiándolos a interrogarme. Entonces rápidamente
termino todo con ellos, así que puedo ir a la carpa a buscar Ana y su padre
antes de que tengan la oportunidad de salir.
La carpa es enorme y está llena, por lo que me toma un tiempo para tomar una
copa y luego tratar de encontrar Ana. El champán es un vino barato por
supuesto, desagradable espumoso de la peor clase, ni siquiera lo sirven frío.
Qué desagradable.
Entonces la veo caminar con un hombre que presumo que puede ser su
padrastro al otro lado de la carpa, y fijo mi mirada en ella mientras me dirijo
hacia allí.
Pero no me gusta ni un pelo lo que veo. Un tipo alto, rubio llega y toma a Ana
entre sus brazos y luego la gira al rededor cuando ella sonríe hacia él. Ella ya
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
no llevaba su toga y birrete, y me doy cuenta de que lleva puesto un vaporoso
vestido gris de cuello halter que muestra su espalda desnuda. La idea de que
este tipo de hecho pueda tocar la piel desnuda de su espalda me está volviendo
jodidamente loco, y tengo que mantener el control sobre mis emociones, así que
no pierdo mucho el tiempo.
¿Quién carajo es este? ¿Cómo es que yo no sé nada de él? Él tiene que apartar
sus sucias garras de ella de una vez. Ella es mía. Toda mía y voy a demostrar
que lo tengo para él si no retrocede. No me gusta el hecho de que realmente se
ven muy bien juntos, y tengo la sensación de que hay una amenaza real aquí.
La rabia y los celos que surgen a través de mí se burlan totalmente de mis
pensamientos anteriores que si Ana no firma conmigo, no puedo pasar de ellos
sin mirar atrás.
Al llegar a ellos, el hombre todavía tiene su brazo posesivamente alrededor de la
cintura de Ana. Quiero arrancarle el brazo, pero me puedo controlar para
mirarlo sólo a él. Pero en mi cabeza, ya lo he destrozado en pequeños trozos.
Kate también se une a nosotros, y la admiración que antes sentí por ella pronto
se evapora cuando se pone en marcha con su intromisión e interferencia. Ella y
Elliot hacen una gran pareja con su mierda de mover las cosas.
—Hola Ray —, dice ella, cuando le besa las dos mejillas. Es obvio que se
conocen desde antes.
Ray está de pie allí con su traje mal ajustado, viéndose decididamente inquieto
e incómodo. Es claramente el tipo de hombre que odia los eventos sociales de
este tipo. Es de mediana estatura, con el pelo oscuro y rizado y ojos profundos,
marrón claro, que tengo la sensación de que no se pierden de mucho.
Kate luego casualmente deja caer la bomba, y puedo ver por la mirada en sus
ojos que ella sabe muy bien lo que está haciendo.
— ¿Conociste al novio de Ana? Christian Grey.
Ana la mira horrorizada por haber marginado a su padre de esa manera, pero
yo no voy a darle a la señorita Kavanagh la satisfacción de reaccionar. Así que
le sigo el juego.
—Señor Steele, es un placer conocerlo —, le digo mientras le ofrezco mi mano
para estrecharla. El padre hace lo que le corresponde, simplemente con calma
me da la mano con firmeza, aunque lo veo echarle a su hija una mirada
burlona.
—Y éste es mi hermano, Ethan Kavanagh —, dice Kate.
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G.E. Griffin
Eso explica quién es este hijo de puta, y ahora puedo ver el parecido con su
hermana. Me las arreglo para parecer civilizado y estrechar su mano, pero mi
siguiente paso es alejarla de él y mostrarle que ella es mía. Como ahora he sido
etiquetado como el novio de Ana, así es como voy a actuar. De hecho, me
sorprende descubrir que más bien me gusta.
—Ana, nena —, murmuro cariñosamente sosteniendo mi mano hacia ella, pero
la verdad es que estoy ordenando que ella se aleje de él y venga aquí a mi lado
inmediatamente. Puedo fingir una sonrisa en mi cara mientras Ana se mueve
fuera de sus sucios brazos y se acerca a mí, donde debe estar.
Con su misión completa, Kate ahora sonríe con suficiencia mientras se lleva a
su hermano fuera a reunirse con sus padres. Sí, es como Elliot en muchos
sentidos.
Ana aún no ha dicho nada, pero ahora su padrastro quiere saber lo que está
pasando. Ray podría ser un hombre tranquilo, pero puedo decir que no tiene
un pelo de tonto.
—Así que ¿Hace cuánto tiempo se conocen chicos? — pregunta en voz baja.
—Un par de semanas más o menos — ¿Eso es todo?
— Nos conocimos cuando Anastasia vino a entrevistarme para la revista
estudiantil.
El poder ser abierto y honesto acerca de cómo nos conocimos es un cambio
muy refrescante y placentero. No necesito mentir ni encubrir.
Paso mi brazo alrededor de Ana, pasando mi dedo pulgar sobre la sedosa piel
perfecta de su espalda, y mientras lo hago posesivamente agarro su hombro.
Estoy enviando un mensaje fuerte y claro. Este es mi territorio. Ella es mía, no
se equivoquen sobre esto, a cualquier cabrón que haya por ahí.
—No sabía que trabajabas en la revista estudiantil, Ana —.Ray parece molesto
por no saber nada de esto.
Así que ella tampoco le dice todo lo que tiene entre manos. Interesante. Ella
murmura algo acerca de que Kate estaba enferma como excusa.
—Buen discurso el que dio Sr. Grey —, Ray vuelve su mirada hacia mí,
claramente midiéndome como el recién descubierto novio de su hija. Y de
repente parece muy importante que él no me encuentre deseoso. Me doy cuenta
de que él no es el tipo de hombre que va a estar impresionado porque soy rico,
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
él no es del tipo servil o adulador. Está claro que no tiene ni idea de quién soy
yo de todos modos, y eso me gusta.
—Gracias, señor. Tengo entendido que usted es un pescador entusiasta —.
Recuerdo que Ana me dijo esto en nuestra primera cita en la cafetería. Detalles
como este son muy a menudo el polvo de oro, así que hago un punto de
referencia en mi memoria para futuras consultas.
Y ahora mi atención a los detalles vale la pena, porque puedo ver que he dado
en el clavo con Ray. Su cara se ilumina cuando me sonríe de nuevo. Ahora
habla como un pescador a otro. Me alegra pensar que a sus ojos no puedo ser
tan malo si se de pesca, y puedo sostener la conversación hablando de los tipos
diferentes de pesca con mosca.
Esto es claramente un tema que no tiene ningún interés para Ana, por lo que
se va a hablar con Kate, pero no la pierdo de vista. No quiero que el chico
Kavanagh piense que puede meterse con ella otra vez. Sonrío para mis adentros
mientras la veo ir con Kate, mientras Ray y yo la observamos.
—Hay otra cosa que quería preguntarle, Sr. Steele —. Aprovecho la oportunidad
para hablar con él antes de que Ana regrese.
— ¿Que sería entonces, Sr. Grey?
—Por favor, es Christian. Pues bien, tengo la intención de darle un regalo de
graduación especial a Anastasia, pero antes de hacerlo quisiera tener su
opinión —. Es un hecho que lo voy a hacer, pero bueno, estoy creando la
ilusión de que él está dando su permiso.
—Ya veo. Dispara entonces, hijo, ¿qué es?
—Espero que no crea que es exagerado, pero estoy en la afortunada posición de
poderle facilitar un coche nuevo que tiene todas las últimas características de
seguridad —, me pongo a explicar, observando su reacción. No dice nada, no da
mucha distancia, pero sus ojos están mirando directamente hacia mí.
—Adelante.
—Mire, no creo que esté siendo sexista aquí, pero creo que las mujeres
conductoras necesitan toda la ayuda que puedan conseguir. La mayoría
simplemente no son conductores naturales, ¿o sí? — Sabiendo cuan torpe
parece ser Ana, no puedo imaginar cómo conduce.
Ray se ríe.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
—Estás en lo correcto, Christian. Te juro que tardé diez años de mi vida en
enseñarle a Ana a conducir. Estoy sorprendido de que hiciera la prueba y la
pasase, la verdad sea dicha.
Ahora es mi turno de reír.
— ¿Así que por usted está bien que quiera regalarle a Anastasia un coche
nuevo? ¿Incluso las probabilidades de un poco de ayuda en el “departamento
de no meterse en problemas”?
—Yo diría que ella es una chica muy afortunada si puedes hacer eso por ella.
No puedo garantizar que el coche siga brillante como nuevo por mucho tiempo
tal y como estaciona Ana —, bromea Ray, y ambos nos reímos ahora. Ana se
acerca y se nos une. Parece sorprendida de ver a Ray tan relajado, y frunce el
ceño, ella puede darse cuenta de una especie de broma privada entre nosotros
dos.
Ray ahora nos deja para dirigirse hacia los lavabos, y luego un fotógrafo salta
sobre Ana y yo. Sin embargo, como estoy en un acto oficial, no me opongo a
que nos tomen la foto. Soy consciente de que esta imagen probablemente se
venderá muy bien, ya que será la primera vez que aparezca con una mujer.
Otra primera vez.
— ¿Así que también has cautivado mi padre?
— ¿También?
Ana se sonroja, y me siento obligado a tocar su mejilla, y luego le levanto la
barbilla para poder mirarla a los ojos.
—Oh, me gustaría saber lo que estás pensando, Anastasia.
Y ahí está otra vez, esa tensión, la electricidad, esa conexión entre nosotros. El
resto del mundo desaparece cuando nos contemplamos el uno al otro.
—En este momento, estoy pensando en tu bonita corbata —, susurra.
Sonrío cuando pienso otra vez en cómo lo usé para sujetarla cuando me la follé
en su dormitorio. Mmm, felices recuerdos, felices.
—Recientemente se ha convertido en mi favorita. Te ves preciosa, Anastasia.
Este vestido de cuello halter te sienta muy bien, y puedo acariciar tu espalda,
sentir tu hermosa piel.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Mientras recorro con mis dedos su espalda desnuda, siento su aliento agitado y
su respiración se vuelve irregular. Ella está tan excitada como yo.
—Sabes que va a estar bien, ¿verdad nena? — Murmuro.
Ella cierra los ojos y parece estar librando algún tipo de batalla interna antes
de que finalmente habla.
—Pero yo quiero más —, susurra.
— ¿Más?
Ella quiere más. Una parte de mí está muy emocionada por esta palabra. Ella
no me está rechazando, ella quiere más de mí. Pero otra parte de mí está
horrorizada. No puedo darle más. No hay más de lo que puedo dar. No es que
ella no lo merezca de todos modos, es que soy un hombre muy jodido.
—Más. Quieres corazones y flores —. Deslizo mi dedo sobre todo su carnoso
labio inferior, ella asiente con la cabeza, con los ojos tensos mientras espera mi
reacción.
—Anastasia, no es algo que yo conozca —, trato de explicarle con cuidado. ¿No
se merece corazones y flores, Grey?
—Yo tampoco —. Pobre chica, esta es su primera experiencia, no es de extrañar
que ella quiera más. Ella se merece algo mejor que tú.
—No conoces mucho.
—Tú conoces todas las cosas malas.
— ¿Malas? No lo son para mí. Inténtalo —. La quiero convencer, porque no sólo
sé, estoy seguro de que las cosas estarían muy bien entre nosotros, si sólo
estuviera de acuerdo. Me aseguraré de que lo esté. Mi mente está dispuesta a
ver las cosas a mi manera, sin vergüenza uso mi más deslumbrante sonrisa
ganadora para tratar de convencerla. Estoy usando hasta la última gota de mi
encanto para seducirla y atraparla. Como un cazador fascinado por capturar a
su presa.
—Está bien —, susurra.
— ¿Qué? — ¿Funcionó?
¡A la mierda! ¿Qué? ¿Acaba de aceptar ser mi sumisa? ¿Ella dijo que sí? ¿Estoy
en lo correcto?
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
—Está bien. Voy a intentarlo.
— ¿Estás de acuerdo? — Esto casi parece demasiado fácil ahora de alguna
manera. Ella finalmente acepta, sin más. Siento que el alivio me inunda.
—Sin perjuicio de los límites blandos, sí. Voy a intentarlo —. No parece muy
confiada, pero eso está bien, voy a tomarlo con calma con ella. Una voz interior
me advierte que la tengo bajo pretensiones falsas. No soy tan encantador como
mi sonrisa ganadora le ha hecho creer. Empujo la voz a la parte trasera de mi
mente y la ignoro.
Estoy extasiado mientras cierro mis ojos y tiro de ella hacia mis brazos.
—Dios, Ana, esto es tan inesperado. Me dejas sin aliento —. Esta misma
mañana había sentido que las cosas fueron más o menos inútiles, y ahora...
Ana acaba de acceder a ser mi sumisa. Yo ni siquiera recuerdo sentirme tan
eufórico.
Ray regresa, así que suelto a Ana. Creo que los dos estamos en un estado de
shock. Ray me invita a unirme a ellos para el almuerzo, pero me niego porque
tengo otra cita. Voy a ver al doctor Flynn, que volvió brevemente.
—Gracias, señor Steele, pero tengo planes. Ha sido un gusto conocerlo, señor.
Una vez hecho esto, veo al tranquilo, discreto y taciturno Ray. Está cortado en
el mismo patrón que Taylor. ¿Es posible que también sea ex militar? En
cualquier caso, me cae muy bien Ray Steele.
—Lo mismo digo. Cuida de mi niña.
—Oh, tengo toda la intención, señor Steele —. Ella no va a desear nada más.
Sólo lo mejor para Anastasia a partir de ahora.
Nos damos la mano y me despido.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Capítulo 12
D
ejo la ceremonia de graduación para acudir a mi cita con el doctor
Flynn. Me hubiera gustado haberme quedado más tiempo para
unirme a Anastasia y Ray para el almuerzo, sólo para ver un poco
más de la forma en que interactúan uno con el otro. Tal vez en otra ocasión. No,
si ella es tu sumisa Grey, por el amor de Dios, no se juega a las familias felices
con tus sumisas, ¿verdad?
En el camino de vuelta, el track de Hinder 'Better tan me' se enciende.
“Creo que se puede hacer mucho mejor que yo, después de todas las mentiras
que te han hecho creer”.
La letra parece burlarse de mí, así que adelanto a la siguiente pista. Escucha
las palabras Grey. ¿No merece Anastasia un hombre que pueda darle todos los
corazones y flores que ella desea?
John Flynn está sentado en su escritorio en el otro extremo de su consultorio
verde pálido cuando entro. Supongo que se ha decidido por la decoración verde
para ayudar a promover un ambiente de calma. Sólo Cristo sabe la cantidad de
mierda enferma que escucha aquí. Tiene una reputación de hacer frente a los
bastardos más retorcidos y jodidos con los que nadie más puede, por supuesto
que él puede, así es como es que he terminado con él. No sé si es su manera
fresca, tranquila a lo británico lo que ayuda, pero he estado viéndolo durante
unos dos años, que es mucho más de lo que he durado con cualquier otro
psiquiatra.
Lleva su atuendo habitual casual, sin corbata ni trajes formales. Creo que él
realmente disfruta de los retos que se le lanzan, y él nunca muestra ningún
tipo de opinión o de horror, a lo que le digo. Así que confío en él como a alguien
con quién puedo volcar toda mi mierda y mi angustia.
Como de costumbre, voy y me siento en uno de sus sofás de cuero verde oscuro
para la sesión de hoy, mientras él se acerca y se sienta en su silla con alas, de
costumbre con su bloc de notas de cuero. Después de la semana inquietante
que acabamos de experimentar, me resulta tranquilizador estar de vuelta aquí,
pasando por nuestra rutina normal.
— ¿Cómo fue tu viaje de regreso de Londres? — Le pregunto.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Es por eso que por lo que no he tenido consulta desde hace un tiempo, él ha
estado en Inglaterra durante un par de semanas. Dice que siempre se puede
tener una consulta por teléfono, si lo necesito, pero no es lo mismo.
—Bien, gracias. Fue un buen cambio para mí volver a estar con otros británicos
que comparten mi sentido del humor. Creo que los yanquis me encuentran un
poco raro, ¿sabes?
Sus ojos brillan con humor al pensar que él es el raro de aquí.
—Bueno, te aseguro que no tengo ni idea de lo que estás hablando cuando
comienzas a hablar de cricket, con el béisbol dame cualquier día de la semana
—. Le digo.
Así es como solemos empezar una sesión, con un poco de maña amable.
—Así que, ¿cómo estás, Christian? ¿Pasó algo mientras estaba lejos que deba
saber, o se trata simplemente de una sesión de mantenimiento?
No respondo de inmediato. Por dónde empezar, cómo explicarlo. Saco un
pedazo de pelusa imaginaria en mis pantalones cuando me dispongo a
empezar.
—Ha habido algunos avances... — empiezo vacilante. Mierda, esto es difícil,
incluso con Flynn.
Se despierta su interés inmediatamente.
—Adelante. ¿Qué tipo de avance? — Me alienta gentilmente.
Lanzo un gran suspiro.
—Hay una chica. Un poco lo usual de pelo castaño. Ella cayó en la puerta de
mi oficina cuando vino hacerme una entrevista, y luego...
Flynn espera un minuto, antes de preguntar.
— ¿Y entonces qué, Christian?
—Y entonces ya no he podido dejar de pensar en ella. Tengo fantasías
interminables de ella en mi cuarto de juegos, follándomela de todas las formas
posibles. Así que ordené una revisión de antecedentes sobre ella, luego la seguí
de vuelta a Portland y encontré una excusa para ir a verla. Pensé que me
ayudaría a sacarla de mi cabeza, ¿sabes? Pero no lo hizo.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
—No tienes una relación contractual con una sumisa en este momento,
¿verdad?
—No, así que pensé que tal vez esta podría ser mi chica nueva. Ya sé que no es
mi método habitual para la contratación de una sumisa, pero mi primera
impresión de Anastasia era que podía ser algo natural para el papel.
—Anastasia, ¿ese es el nombre de esta chica?
—Sí, correcto. Así que la llevé a tomar un café y empecé a revisar las cosas
sobre ella, y me pareció que podría ser posible.
— ¿Ella sabía acerca de tu estilo de vida BDSM en este momento?
— ¡Mierda, no! Así que por supuesto ella pensó que yo estaba llevando a cabo
una cita normal. Porque ella es muy dulce, una chica encantadora, me di
cuenta que no era justo, así que para poner fin a esta situación, le dije que yo
no era el hombre indicado para ella.
— ¿Ese fue el fin entonces?
—No, porque yo estúpidamente no podía dejarlo allí. Se veía tan molesta
cuando la mande a volar. Así que le envié un regalo a modo de disculpa, para
tratar de explicar que para ella era mucho mejor no involucrarse con un
hombre como yo.
—Muy noble de tu parte. ¿Qué le enviaste?
—Unos libros viejos que pensé que podrían gustarle. Ella es estudiante de
Literatura Inglesa, los libros clásicos y todo eso. Pero lo único que hice fue
empeorar las cosas. Lo siguiente que sé, es que ella estaba borracha y me
llamó, preguntando por qué se los mandé. Ella había bebido demasiado alcohol
barato y estaba prácticamente en estado de coma, poniéndose en riesgo. Así
que como me sentía un poco responsable, tuve que ir a buscarla, asegurarme
de que no resultara herida y menos mal que lo hice porque cuando la encontré,
un hijo de puta estaba encima de ella, cuando no podía mover ni un dedo para
detenerlo. Dios sabe lo que habría pasado si yo no hubiera aparecido. Así que
cuando ella se desmayó, no tuve más remedio que llevarla de vuelta a mi hotel
para mantenerla a salvo.
— ¿Así que fuiste su caballero de brillante armadura, entonces?
Resoplo con escarnio a esta sugerencia.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
—No lo creo. Pero lo extraño fue...
— ¿Sí?
—Bueno, sabes mejor que nadie sobre mi sueño y mis problemas con las
pesadillas, cómo no soporto que nadie duerma conmigo en mi cama.
—Tu parasomnia, sí. ¿Qué es lo raro? ¿Qué pasó?
—Nada. Ese es el punto. Puse a Anastasia dormir en mi cama en mi habitación
en el Heathman, y luego me acosté a su lado, así podía estar seguro que no iba
a ahogarse en su vómito o cualquier otra cosa. Y no la toqué, yo nunca haría
eso sin su consentimiento, eso no es lo mío, sin embargo resultaba
embriagadora allí acostada. Finalmente me dormí a su lado, y
sorprendentemente dormí muy, muy bien. Un sueño reparador, profundo, sin
pesadillas.
—Oh, ya veo. Qué fascinante.
—Sí, bueno, me asusté un poco porque la única vez que yo puedo recordar a
alguien durmiendo conmigo y que me calmara cuando tenía pesadillas de niño
era mi madre. Y estoy seguro que en ese momento no pensaba en Anastasia
como ningún tipo de figura materna sustituta, sino en todas las maneras en las
que me gustaría follarla.
—No, creo que Anastasia es sólo alguien que te relaja, alguien que te hace
sentir a gusto, eso es todo.
—Supongo que sí, tiene ese increíble olor natural, su pelo, su piel. Así que
parece que puede ponerse en contacto conmigo de alguna manera que no
puedo explicar.
—Sucede a veces. Parte de la interacción compleja de las feromonas humanas.
Tal vez porque ella se había desmayado, no suponía ningún tipo de amenaza
para ti, así que por eso dormiste tan bien. Tal vez no sea lo mismo la próxima
vez.
—No, no fue solo esa vez. He dormido con ella un par de veces más, y cada vez,
lo mismo, duermo muy bien. Pero, por supuesto, he decidido que no va a
suceder otra vez.
— ¿Por qué no?
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
—Debido a que un Dominante no se acuesta con su sumisa, es por eso. Las
follas y las dejas. Aparte de todo el quid del asunto, dormir juntos no es la
forma en que hago las cosas.
— ¿Incluso si realmente te gusta? Sólo porque eso es lo que siempre has hecho
no quiere decir que no pueda cambiar, Christian.
—Es lo que siempre ha funcionado para mí, así que ¿por qué cambiar una
fórmula de éxito?
—Tal vez necesitas replantearte algunos parámetros, pero podemos llegar a eso
más tarde. ¿Y qué pasó con Anastasia cuando se despertó por la mañana?
—Después de que ella se asustara un poco, me dijo que todavía quería verme. Y
aunque sabía que debería olvidarme de ella, que sería mejor para ella si lo
hacía, no pude. Desde el primer día que la conocí, no he podido olvidarme de
ella o sacarla de mi cabeza, no puedo permanecer lejos de ella, aunque sé que
debo hacerlo.
» Así que esa noche la llevé a Seattle, la primera vez que he volado con una
chica en mi helicóptero. Le mostré mi cuarto de juegos para que ella no pudiera
tener ninguna duda en absoluto sobre exactamente del tipo de relación en la
que estoy interesado, quiero ser su dominante, y que ella sea mi sumisa, y le
expliqué detalladamente lo que eso implica.
— ¿Y cómo se lo tomó? Supongo que no sabía nada de BDSM, ¿que todo esto
era nuevo para ella?
—Ella se lo tomó todo muy tranquilamente en realidad. Sobre todo teniendo en
cuenta que resulta que ella nunca había tenido relaciones sexuales antes, a
pesar de que tiene casi veintidós. Sólo he ido y me he encontrado con una
jodida virgen. Una virgen por amor a Cristo. Nunca me había quedado tan
sorprendido por algo antes en toda mi vida, te lo aseguro.
Creo que en este punto hasta Flynn se sorprende, aunque se recupera
rápidamente y lo esconde bien.
— ¿Una virgen? Pues sí, no puedo imaginar lo que debe haber sido para ti, todo
un giro inesperado de los acontecimientos para alguien acostumbrado a un
estilo de vida como el tuyo. ¿Así que qué, se fue entonces?
—No, mira, y aquí está la cosa. Hasta que le mostré mi cuarto de juegos, ella
había supuesto que iba a venir a mi casa para que hiciéramos el amor. Había
decidido que quería dormir conmigo y perder su virginidad. Incluso después de
que le mostrara todos mis látigos y cadenas, ella aún me deseaba, a pesar de
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
que he dejado claro que solo estoy interesado en follar, no hacer el amor. Así
que estoy pensando que tal vez el estilo de vida puede ser de interés para ella si
poco a poco la introduzco a él lentamente. Pero ella tiene que tener al menos
relaciones sexuales con experiencia para poder tomar una decisión informada,
así que me dije que iba a tener el sexo vainilla básico con ella primero, para
darle una idea. Y ella estuvo de acuerdo con esto.
— ¿De manera que lo hiciste en el cuarto de juegos?
—No, por supuesto que no, no estoy tan enfermo y ni soy tan depravado como
para tomar a una joven virgen en ese lugar. Así que a cambio tuvimos sexo en
mi cama. Varias veces.
— ¿Christian, me estás diciendo que en realidad tuviste sexo vainilla con
Anastasia, en tu propia cama? Esto es realmente un giro inusual de los
acontecimientos y el primero para ti. Entonces, ¿Qué te pareció la experiencia?
—Veras, aquí hay otra cosa extraña e inesperada. Fue jodidamente increíble.
Siempre había creído que la vainilla no me satisfacería, que sería aburrido, pero
que no podía estar más lejos de la realidad. Al menos con Anastasia.
— ¿Y cómo fue para Anastasia, ya que ella era virgen?
—Resulta que para ella el sexo es algo totalmente natural, ella estuvo increíble.
Desde luego, con toda mi maldita experiencia me aseguré de que su iniciación
fuera bastante alucinante, ya que soy el primer hombre que la tiene. Nunca
había experimentado tomar virginidad de nadie antes, y ¿sabes qué? realmente
me gustó muchísimo, sabiendo que ningún otro hombre ni siquiera la había
tocado antes. Ella nunca se había dar placer a sí misma, por lo que su primer
orgasmo y cada orgasmo que ha tenido después es mío. Me hace sentir que me
pertenece solo a mí, a nadie más.
—Puedo ver cómo eso podría atraer a un hombre como tu Christian, con tu
necesidad de controlar.
—Y Dios mío, todo fue increíblemente bueno entre nosotros. Pero, por
supuesto, ella no entiende de toda la mierda que viene conmigo, así que ella me
quiere tocar, y eso complica las cosas. Así que realmente necesitaba lograr que
firmara su contrato como mi sumisa, para entonces poder comenzar su
entrenamiento adecuado bajo contrato, de acuerdo con mis límites
infranqueables y todas las reglas. Así que esta semana pasada he estado en vilo
tratando de convencerla de aceptar.
» He sido totalmente honesto con ella sobre lo que estoy ofreciendo. Pero ha
sido una jodida pesadilla vivir con la duda por su indecisión, y he roto todas
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
mis reglas para tratar de conseguir el acuerdo, lo que realmente me confunde y
se mete en mi cabeza.
—Christian son tus reglas, así que puedes cambiarlas si es necesario, para
conseguir lo que quieres, lo que esta chica quiere.
—No, no es posible. Sé que no funciona para mí. Las reglas me ayudan a
tenerlo todo controlado y enfocado.
—Entonces, ¿no sería más fácil de encontrar a una mujer que ya está en la
escena BDSM? ¿Una que estaría dispuesta a firmar un acuerdo y en seguir las
reglas contigo?
—Cristo, sí lo haría. Pero no puedo. Anastasia es a quien quiero. Nadie más. Y
hoy...
— ¿Qué ha pasado hoy?
—De repente, justo cuando pensaba que iba a tener que seguir adelante, ella
estuvo de acuerdo con que va a firmar el acuerdo para estar conmigo, dentro de
los límites blandos que aún tenemos que repasar. Después de todos mis
intentos de convencerla, hoy solo le sonreí, le pregunté y ella dijo que sí.
—Cuando dices que trataste de “convencerla” antes, ¿cómo lo ves realmente?
—Supongo que se podría decir que estaba tratando que aceptara ser mi sumisa
seduciéndola y luego teniendo sexo totalmente irresistible y adictivo.
— ¿Pero en realidad todo lo que tenías que hacer era pedírselo bien?
—No es como yo suelo hacer las cosas, ya lo sabes John. Tiendo a estar en el
rol de dominante/sumisa. No pido, ordeno, y ella obedece. Especialmente estoy
preocupado por lo que ella me dijo luego, dijo que quiere “más”, y no puedo
darle eso, no puedo darle todos los corazones y las flores y ese tipo de cosas.
—Así que a pesar de que estás preparado para tratar de satisfacer sus
necesidades, al aceptar un arreglo al que ella está claramente insegura, ¿no
sientes que te estás comprometiendo de alguna manera?
—Esa es una palabra que ella usa demasiado, el compromiso.
—Bueno, ¿no podrías al menos darle vueltas a esto, en lugar de descartarlo y
apegarse estrictamente a las cosas como siempre las has hecho? ¿Qué reglas se
han roto ya por ella?
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
—He pasado la noche con ella varias veces. Ella me mira. La he visto durante la
semana. Ella ha conocido a algunos de mis familiares. La lista es interminable,
y eso me pone nervioso, no es cómo hago las cosas.
— ¿En serio? No es como has hecho las cosas hasta ahora, pero tal vez puedes
cambiar la hoja de tu propio libro. ¿No has hecho un montón de dinero
mediante la adquisición de empresas que no han evolucionado con los tiempos
o, que no se han adaptado a los cambios y se han estancado simplemente? ¿No
es lo mismo?
—No, no estoy de acuerdo, no es lo mismo en absoluto. Y otra cosa. Me doy
cuenta de que estar con Anastasia está provocando algunas emociones muy
fuertes en mí. Igual que cuando veo a otro hombre que la mira de una manera
determinada, o la toca, yo literalmente quiero destrozarlo, y tengo que
esforzarme mucho para no perder la cabeza, no he tenido este tipo de
sentimientos desde que era un adolescente, y me da miedo que vaya a perder el
control como solía hacerlo.
—Ya veo. Pero de lo que has dicho, que en realidad no has reaccionado
exageradamente o perdido el control, por lo que a mí me parece es que estás
aprovechando la experiencia adquirida en tu juventud para hacer frente a estos
sentimientos.
—Supongo. Pero en aquellos días en los que tenía a Elena, ella fue quien
canalizó mi enojo de manera que tuviera sentido para mí ser capaz de hacerle
frente.
—Hemos hablado de esto antes, y no estoy convencido de que no hubieras
encontrado otro método más convencional de hacer frente a tus emociones si
hubieras tenido el terapeuta adecuado en ese momento. Pero todo eso es agua
pasada ahora, y estamos de acuerdo que no es útil rememorar el pasado. Así
que dime, ¿cómo te sientes acerca de que Anastasia conociera a tu familia?
—Incómodo al principio, en realidad no fue mi elección. Me vi obligado porque
Elliot estaba conmigo cuando fui a buscar Anastasia cuando estaba borracha, y
así se enteró de ella, y por supuesto que le gusta agitar las cosas. Pero, en
realidad, al final no me importo su encuentro con mi madre, porque la hice feliz
al verme con una chica muy agradable. Para mi familia es mi novia, pero en
realidad yo voy a ser su dominante y ella va a ser mi sumisa, algo que, por
supuesto, no puedo decirles.
» Y entonces hoy nos tomaron una foto juntos para la prensa, por lo que no
cabe duda de que va a salir a publicado, y luego me presentó a su padrastro
como su novio. Lo extraño es, que de hecho me gustó bastante eso, y no tuve
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
ningún problema, ahora sólo estoy tratando de entender esta situación tan
confusa. ¿Cómo diablos puedo equilibrar toda esta mierda?
Me siento atrás para ver lo que Flynn tiene que decir, aunque sé que no va a
tener alguna solución mágica, porque la vida no es así.
—Creo que todo es muy sencillo, Christian. Sólo tienes que hablar de todo esto
con Anastasia. Pueden solucionar esto juntos. Realmente suena bastante que es
joven para estar preparada para asimilarlo todo sola.
—Ella es, ella es realmente otra cosa. Me estoy dando cuenta de que su aspecto
es un poco engañoso porque parece pequeña y delicada, pero ella es una chica
valiente, tengo que decir y, a veces sufro por ella. Pero ella realmente no me
querría si supiera de toda mi basura.
—No tiene por qué ser así, ya lo sabes Christian. Puedes concentrarte en poner
las malas experiencias atrás y ver lo que sucede.
—Lo sé, toda la mierda de tu terapia de focalizar. Bueno, lo siento, pero estoy
demasiado jodido para navegar justo al lado de la puesta de sol con el “felices
para siempre”.
—Entonces, ¿qué va a pasar si Anastasia acepta ser tu sumisa pero al final
decide que esto no va con ella? ¿Vas a seguir siendo inflexible e insistir en que
ella tiene que ajustarse al compartimiento designado en tu vida como la “Mujer
para satisfacer las necesidades sexuales”, como una preciada posesión u
objeto? ¿Has considerado incluso otras posibilidades?
—Para un hombre como yo no existen otras posibilidades, no hay ninguna otra
manera.
—Así que ya has tomado una decisión sobre esto, ¿qué quieres de mí? ¿Qué
estás esperando que te diga?
—Diablos, no sé John. ¿Estoy haciendo lo correcto con Anastasia? Quiero decir
que puedo cuidar de ella, si deja de desafiarme, pero ella ni siquiera acepta que
le compre regalos, dice que eso la hace sentir como una puta.
— ¿Se siente como si le estuvieras pagando por favores sexuales?
—Sí, creo que sí, pero no es así como yo lo veo. Aunque es refrescante el que
ella no parece interesada en mí por mi dinero. Pero yo quiero que tenga lo
mejor, para que esté a salvo, para que me deje cuidar de ella. Pero ella es tan
independiente, sigue desafiándome, y discutiendo y respondiéndome nuevo.
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G.E. Griffin
—Confía en mí Christian, que ese es un comportamiento bastante normal para
una mujer joven y sana.
—No, para mí no lo es. Mis mujeres siempre han hecho exactamente lo que
digo, siempre hacen lo que les digo sin preguntas.
—Y sin embargo te encuentras atraído por Anastasia. ¿Puedo sugerir que tal
vez tus mujeres normales parecen algo aburrido en comparación?
Suspiro, sé que ha puesto el dedo en la llaga.
—Exactamente. Anastasia puede ser frustrante y difícil, pero ella no es nunca,
nunca aburrida. Ella es divertida e ingeniosa y estimulante. Pero me preocupo
por ella, por su seguridad y su salud. Ella no come muy bien, y parece no tener
ni idea de lo hermosa que es, parece tener algunos problemas de autoestima.
—Así que, en cierto modo, además de estar sexualmente atraído por ella, ella
también te atrae porque necesita de ti, ¿es así? ¿Te sientes protector con ella?
—Exactamente, si acepta ser mi sumisa puedo asegurarme que ella se ocupe de
sí misma con una dieta adecuada, que haga ejercicio, que duerma lo suficiente,
todo ese tipo de cosas.
— ¿Y cómo crees que se encargará de los aspectos más extremos de tu
contrato? ¿Los castigos que son una parte inevitable de tu estilo de vida?
—Ella está comprensiblemente nerviosa, por supuesto, y le he prometido que
vamos a tomar las cosas con calma al principio. Pero tal vez esto es
exactamente lo que necesita, un poco de disciplina para que ella deje de tomar
riesgos con su salud y seguridad.
Un timbre suena ahora, y sé que es para decirle a Flynn que su próximo
paciente ha llegado.
—Hemos llegado al final de nuestra sesión Christian, así que vamos a tener que
dejar las cosas por el momento. Has planteado un montón de cuestiones hoy
que hoy necesitan una discusión más a fondo, por lo que puedo sugerir que
pidas otra cita conmigo para la próxima semana, cuando haya vuelto de mi
conferencia.
—Estás demasiado ocupado y popular estos días, John. Me gustaría que
reconsideraras mi oferta.
Le he pedido varias veces ser de mi psiquiatra personal exclusivo, pero siempre
me rechaza.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
—Ah, ahí estás otra vez Christian, con tu necesidad de tener el control. Lo
siento, pero lo más interesante y complejo en mi profesión es que una amplia
lista de pacientes para mantenerme en la cima de mi juego.
—Bueno, si alguna vez cambias de opinión...
—Tú serás el primero en saberlo. Entre tanto, te insto a tratar de ser un poco
más flexible en tu trato con esta notable dama joven que has conocido. Mantén
la mente abierta y está dispuesto a comprometerte para probar algo ligeramente
diferente. Después de todo, ya has roto algunas de tus preciosas reglas y estás
vivo para contarlo.
—No puedo prometer nada, pero voy a pensar en lo que has dicho.
—Bueno, bueno, eso es un paso en la dirección correcta, de todos modos,
Christian. Hasta la próxima
Salgo de esta consulta no del todo seguro si estoy mejor o peor que al entrar.
Me sigo sintiendo confundido.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
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Capítulo 13
E
n el camino de vuelta del apartamento de Anastasia esta noche,
me siento muy, muy bien acerca de cómo han ido las cosas el día
de hoy. Ana ha accedido a ser mi sumisa, y ahora puedo
concentrarme en el restablecimiento de algo de orden en mi vida.
Con sólo unas pocas modificaciones menores que creo que puedo manejar,
estoy en el buen camino para conseguir que mi adicción a ella esté bajo control
y sea manejable. De nuevo seré quien soy.
Tengo la esperanza de que podamos hacer funcionar este arreglo entre
nosotros, incluso si eso significa romper algunas de las reglas. La esencia de la
comprensión entre Dominante y su sumisa todavía permanecerá, incluso si es
una especie de novia, tal vez un día a la semana. Seguí el consejo de Flynn, me
comprometí y este es el resultado. Tengo lo que quería.
Así que bien, en contra de las reglas, la he venido a ver durante la semana, era
necesario aclarar los límites blandos. Y si bien, no tenía la intención de
permanecer tanto tiempo. Taylor ha estado esperando por mí desde las nueve y
ahora nos hemos ido a las 10:30. Pero mierda, valió la pena. Ha valido la pena
quedarme para darle a Ana su primera azotaina y una segunda follada.
Ya bastante de nuestra primera escena está planeada para que podamos
empezar a trabajar en la formación de Ana cuando ella vaya a verme el
domingo, sobre todo ahora que ella me contó su sueño erótico. Estoy encantado
de saber que ella soñaba conmigo utilizando una fusta de cuero trenzado en
ella, y es seguro que estoy haciendo mi mejor esfuerzo para asegurarle que sus
sueños se hagan realidad.
Ella tiene que comenzar a tomar anticonceptivos, así que una vez que ella tenga
su período, que me parece que es la próxima semana, espero que pueda
empezar a tomar la píldora, que es el método que prefiero para mis sumisas. No
voy a dejar esto al azar, voy a conseguir al mejor ginecólogo para que venga a
revisarla. Entonces podré dejar de usar los jodidos condones, que odio.
Sí, todo ha ido más o menos con el plan de hoy, y ahora mi dulce niña está
dispuesta a cumplir con todo lo necesario para encajar en mi vida.
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G.E. Griffin
Yo sabía que iba a disfrutar de la botella de Bollinger que traje conmigo, y que
después de unas copas o tazas de té, en este caso, ella se relajaría y se abriría
un poco más.
Es una pena que todavía esté un poco reticente y desafiante sobre aceptar de
los libros de primera edición, pero por supuesto que me salgo con la mía acerca
de ellos, porque al final, ella no tiene el coraje para devolvérmelos. La cita que
les puso fue muy divertida e inteligente tengo que admitir
Acepto las condiciones, Angel, puesto que
tu sabes mejor que yo el castigo que
merezco; solamente - solamente - no lo
hagas mas duro de lo que puedo soportar.
Me gusta mucho que ella tenga una mente aguda e ingeniosa. Pero fracasó al
final, porque como le digo.
Voy a ser más suave con ella si sólo acepta los malditos libros. Pensando que
ella está pensando en donarlos a la caridad, lo que no es mi intención, y sabe
ahora que me va a desagradar, por lo que eso no va a suceder.
Estoy bastante enfadado al descubrir que tenía un par de entrevistas en espera
de las que no me había hablado. No me gusta el tono insolente que utiliza con
su renuencia a decirme que editoriales son, en caso de que utilice una
influencia indebida o interfiera. Ella tendrá que aprender que necesito saber
sobre este tipo de cosas tan pronto como pasen, para poder hacer las
investigaciones necesarias y los controles en vigor para garantizar que no se
pone en peligro a sí misma de cualquier forma. No importa, lo dejo pasar por el
momento, porque no me costará saber dónde tiene sus entrevistas, no hay
problema. Ella seguirá sin enterarse, y voy a tomar las medidas que considere
necesarias.
Prácticamente estamos de acuerdo en los límites blandos sin grandes
problemas. Ella dice “no” a cualquier tipo de fisting, eso está bien, puedo vivir
con eso, ya que no es algo que particularmente me encante. Ella está muy
indecisa sobre cualquier tipo de sexo anal, así que le aseguro que realmente
puede ser inmensamente placentero si se introducen con un cuidadoso
entrenamiento y preparación, con la misma naturalidad que yo lo haría. Ella
realmente debería al menos intentar la parte anal, pero creo que podemos
trabajar en eso. Algo que espero con interés.
120
Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
No estoy acostumbrado a hablar de todos los detalles de cosas como juguetes
sexuales, mis sumisas anteriores han estado siempre totalmente familiarizadas
con estas cosas. Pero es un poco divertido en realidad, y aparte del hecho de
que voy a ser su iniciador y su controlador en todas las cosas sexuales,
exactamente de la manera que elija. Y esto me encanta jodidamente.
Ya hemos acordado que la suspensión es un límite infranqueable para ella,
pero el resto de los actos de servidumbre no parecen presentar tantos
problemas para ella. Creo que incluso hay un brillo de emoción en sus ojos a
medida que avanzamos a través de ellos para aclarar algunos detalles, así que
estoy pensando que esto muestra potencial, tal vez esto sea lo suyo, que
mierda, me emociona demasiado. Y voy a tomar bajo consideración su
nerviosismo por el amordazamiento. Pero estoy seguro de que una vez que haya
recibido su formación, va a ganar más confianza en mí, lo suficiente como para
amordazarla. Atada y amordazada, todo parte de la escena, nena.
Ana se pone muy nerviosa otra vez, cuando hablamos del castigo y el dolor. Ella
nunca fue castigada de esta manera cuando era una niña, así que no tiene una
idea real acerca de lo que la puede lastimar, porque se trata de hacerse la
renuente. Lo está pensando demasiado y deja que se salga de proporción en su
cabeza. Pero eso está bien, voy a tomar las cosas con calma y vamos a
comenzar poco a poco. Vamos a llegar al final, voy a asegurarme de eso.
A continuación, traigo a colación el tema que ella había mencionado antes.
“Más”.
Le explico lo que ha pasado por mi mente, lo que podría ser posible. Todavía no
estoy muy seguro acerca de nada de esto, pero ya que mi familia y la prensa ya
saben acerca de Ana, voy a tener que ir con eso de todos modos. De hecho, me
sorprende que no me preocupe tanto como yo pensaba. Así que le digo,
—Fuera de las veces en la que seas mi sumisa, tal vez podríamos intentarlo. Yo
no sé si funcionará. No sé cómo separarlo todo. Puede que no funcione. Pero
estoy dispuesto a intentarlo. Tal vez uno noche a la semana. No lo sé.
Puedo ver que mi oferta realmente la ha sorprendido, y que está bastante feliz
por eso.
Soy tan jodidamente buen negociador, que lo use a mi favor para que ella
aceptara mi regalo de graduación. Voy a tratar de darle “más” si ella acepta
graciosamente el coche. Porque de otra forma sé que iba a ser difícil. Genio.
121
Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Estoy tranquilo con ella cuando dice que sólo lo aceptará en préstamo, pero por
supuesto que no lo será. Mis sumisas siempre se quedan con el coche, a pesar
de todo. Taylor se llevará su maldito pedazo viejo Beetle lejos mañana.
Eso es después de que él subrepticiamente sustituyera el brazo del rotor del
distribuidor que quitó ayer por la noche después de que le diera instrucciones
para desactivar temporalmente su coche.
Taylor es todo un mono grasiento, resulta que es experto en toda esa mierda
con los coches viejos y los motores de las motos, me enteré hace un tiempo. Si
Ana hubiera tratado de usar su viejo coche hoy, habría encendido pero no
habría arrancado, pero no habría sabido lo que estaba mal, aunque ella
hubiera mirado bajo el capó.
Supe que su padrastro la llevaba a la ceremonia de graduación de todos modos.
Y me alegré de poder hablar con Ray durante unos minutos a solas el día de
hoy. Esto significa que había por lo menos un elemento de verdad en mi
afirmación de haber discutido la compra de su nuevo coche con él. Me alegro de
haber visto cara a cara su opinión sobre las mujeres conductoras. Ana tiene
que tener un coche nuevo más seguro por la paz de mi alma, no tengo el tiempo
para preocuparme por esa mierda. Darle el coche nuevo como un regalo de
graduación acaba de proporcionarme una excusa conveniente para reemplazar
su coche viejo.
Después de todas las discusiones, y tanto hablar de los límites blandos, estoy
casi listo para follarla aquí mismo, en el capó del coche, así que es hora de
seguir al dormitorio. Quiero asegurarme de que he marcado todas las casillas
con su formación sexual básica, listo para comenzar la siguiente etapa.
Realmente no puedo esperar a que empecemos a jugar.
Así que para completar el conjunto completo de vainillas, le pegue un polvo Ana
bastante bueno con ella encima. Tengo que decir que yo no había previsto cuán
gratificante sería esa posición, no sólo es muy profunda y estimulante, puedo
verla montándome también. Al verla gimiendo y retorciéndose y echando la
cabeza hacia atrás mientras me folla, es excitante, muy excitante.
Por supuesto, la complicación con esta posición es que, inevitablemente, sus
manos van a tocar mi pecho. Puedo tener puesta mi camiseta, pero aun así
todavía tengo que moverle la mano. Ella no entiende por qué, así que
simplemente le explico un poco acerca de mi difícil introducción en la vida, y
que he acabado siendo cincuenta jodidas sombras y que por ello no me gusta
que me toquen. Eso es todo lo que necesita saber, y más de lo que he dicho
antes a una sumisa.
122
Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Me he quedado más tiempo de lo que debería, por lo que a pesar de estar
realmente tentado, me niego a la petición de Ana de usar el segundo condón
que había traído conmigo para otra follada. No tiene la última palabra de todos
modos.
Entonces, cuando estoy a punto de salir, de alguna manera nos quedamos
hablando de intercambio total de energía 24/7. Esta es una fantasía mía desde
hace mucho tiempo que no he tenido la oportunidad de llevar a cabo. Sería
ideal hacerlo con ella, y realmente me excita a lo grande.
Así que en ese estado altamente peligroso y excitado, cuando ella groseramente
me pone los ojos en blanco, cuando ya la había sido advertida de que la pondría
sobre mi rodilla si lo hacía de nuevo, decidí seguir adelante con mi amenaza.
—Soy un hombre de palabra, y te voy a azotar y luego te voy a follar muy rápido
y duro. Parece que vamos a necesitar ese segundo condón después de todo.
Ella se resiste y vacila al venir a mí, pero sé que esto es un punto de inflexión
crucial en nuestra relación, y voy a hacerlo a mi manera. Así que le ordeno con
mi voz dominante fría:
—Estoy esperando. No soy un hombre paciente.
Poco a poco se acerca, y luego la agarro. Antes de que ella tenga tiempo para
pensar en ello, rápidamente la pongo en mi regazo, apoyando su torso en la
cama junto a mí. Mi pierna derecha tiene sus dos piernas de forma segura,
mientras que mi brazo izquierdo la sostiene en la parte baja de su espalda.
Ahora no puede moverse o salirse. Perfecto.
A continuación, le ordeno que se lleve las manos a ambos lados de su cabeza, y
en esta ocasión me complace ver que ella me obedece inmediatamente.
Ahora voy a hacerle entender por qué estoy haciendo esto, para demostrarle
que yo tengo el control y ella me va a obedecer en el futuro, porque siempre
cumplo mis amenazas. Le pregunto:
— ¿Por qué estoy haciendo esto, Anastasia?
—Porque puse los ojos en blanco —, susurra.
— ¿Crees que es de buena educación?
—No.
— ¿Quieres hacerlo de nuevo?
123
Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
—No.
—Voy a azotarte cada vez que lo hagas, ¿entiendes?
Poco a poco tiro de sus pantalones hacia abajo y luego me tomo mi tiempo
antes de que comience la paliza. Yo acaricio y acaricio su trasero para calentar
mis manos y su piel, me tomo mi tiempo anticipando lo que está a punto de
pasar.
Cuando le doy el primer azote, ella trata de escapar, pero la tengo la sujeta
firme y segura. Su forcejeo realmente me emociona y me impulsa.
—No te muevas o te voy a azotar más —, gruño, increíblemente excitado. —Sólo
estoy entrando en calor.
Me encanta el sonido que mi mano hace cada vez que la golpeo, y me encanta
ver cómo su suave piel pálida se torna en la más jodidamente hermosa sombra
rosa. Cuando llora, yo le digo.
—Nadie te va a oír, nena, solo yo.
Estoy entusiasmado cuando por fin tengo control total sobre ella, y estoy
seguro que vamos a disfrutar de esto y hacer que dure.
Originalmente, había planeado darle unos doce azotes, pero ahora me he
decidido por dieciocho. Ella me ha desafiado tantas veces después de todo.
Hay un arte en dar una buena paliza. Anastasia tiene mucha suerte de que su
primera paliza venga de alguien tan excepcionalmente hábil como yo.
Se trata de un azote de castigo, así que uso la palma abierta y los dedos
extendidos porque así pica mucho. Si hubiera sido sólo un azote erótico, habría
utilizado una palma ligeramente ahuecada con los dedos cerrados, ya que hace
un buen chasquido y enrojece la piel, pero es menos doloroso.
Despacio, con un ritmo irregular, es la mejor técnica, como los momentos de
expectación entre cada golpe agregan tensión. Al acariciar y acariciar su
trasero, Ana no puede decir cuándo o dónde el próximo golpe caerá y no la
golpeo en el mismo lugar dos veces.
Su sentimiento de entrega y sumisión es una parte importante de su respuesta.
Ella tiene que aprender a cederme el control, que me permita tomar el control
de su excitación sexual. La respuesta de su cuerpo al escozor de la piel de la
124
Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
paliza hace que la sangre se acumule en esa zona, lo que también aumenta su
excitación.
Por supuesto estoy muy excitado al tiempo que he completado las dieciocho
palmadas, ahora es tiempo de tomarla.
—Basta ya —, me las arreglo para decir, ronco de deseo. —Bien hecho,
Anastasia. Ahora te voy a follar.
Cuando me siento entre sus piernas, estoy muy contento de descubrir que ella
esta mojada.
—Siente esto. Ve que a tu cuerpo le gusta esto, Anastasia, estás empapada sólo
para mí —. Moviendo mis dedos dentro y fuera, puedo sentir que ella está tan
lista para mí. He oído sus gemidos a mi tacto, y le informo de que le permito
correrse, esta es su recompensa por complacerme y tomar su castigo tan bien.
La muevo de mi regazo y la levanto sobre la cama, boca abajo. Me desabrocho
los pantalones, rápidamente bajo la bragueta y luego me pongo de rodillas
donde puedo ver su hermoso culo que está brillante por el azote.
Y entonces estoy dentro de ella, sintiendo la fantástica humedad que es toda
para mí, debido a la paliza que le he dado.
Es un ritmo voraz en cuanto me pongo dentro de ella, pero es exactamente el
tipo de follada que sigue después de una paliza, y no se necesita mucho tiempo
para que Ana llegue a su orgasmo. A medida que se contrae y se acelera a mí
alrededor, yo también alcanzo mi clímax, exaltado más allá del júbilo al ver
como las cosas han funcionado con esta mujer a la que deseo tanto.
Finalmente culminamos juntos. Puedo ver que Ana está totalmente agotada, y
parte de mí piensa lo maravilloso que sería meterme en la cama con ella aquí, y
dormir. Pero descarto ese pensamiento. No puede suceder. No es como hago las
cosas. No empecemos otra vez con esa mierda, Grey. Compórtate como debes
para seguir adelante con este acuerdo.
—Oh nena, bienvenida a mi mundo. Bien hecho.
Estoy muy feliz y orgulloso de Ana. Mi mano está bastante dolorida de darle
una dura paliza de castigo, pero ella se lo ha tomado bien y aún no ha llorado.
Tenía que ser tan duro para ajustar el tono. Ella tiene que saber cuál su lugar.
Ahora ya ha aprendido su primera lección. No me gusta que sea descortés
poniéndome los ojos en blanco.
125
Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Miro la camiseta cutre que lleva puesta, y no puedo esperar para comprarle a
mi dulce chica algo de agradable seda y satín, porque es con lo que se merece
estar vestida y quiero que tenga lo mejor de todo, quiero consentirla realmente.
Voy a llevarla de compras y gastar una cantidad obscena de dinero en ella.
—Me tengo que ir —, digo finalmente. — ¿Estás bien?
—Sí —, susurra, de manera tenue.
Encuentro un poco de aceite de bebé en su baño, y sin hacer caso de sus
protestas le froto un poco sobre su trasero. Me gusta hacer esto, me gusta
sentir la piel suave de su trasero, ahora bien rosa por la paliza.
Ella está muy tranquila y no me mira a los ojos cuando salgo. Hago a un lado la
inquietud que siento por esto, porque así es exactamente como una sumisa
debe actuar.
Después de haberlo hecho tan bien para que las cosas vuelvan a mi camino,
decididamente ignoro las ganas que siento de pasar la noche con ella. Eso es
simplemente deshacer todo lo que he conseguido esta noche para demostrar a
Ana la dinámica de una relación Dominante/sumisa. Así que camino con
decisión hacia el coche y no miro hacia atrás.
En el camino de vuelta, creo que tal vez he sido un poco duro con ella, quiero
hacer algo para hacerle saber cuán satisfecho estoy con ella. Así que cuando
regreso al hotel, le envió un correo electrónico.
--------------------------------------------------------------------------------------------De: Christian Grey
Asunto: Tu
Fecha: 26 de mayo de 2011, 23:14
Para: Anastasia Steele
Querida señorita Steele:
Eres sencillamente exquisita. La mujer más bella, inteligente, ingeniosa y
valiente que he conocido. Toma un poco de Advil, esto no es una petición. Y no
conduzcas de nuevo tu Beetle. Lo sabré.
Christian Grey
CEO, Gray Enterprises Holdings Inc.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Por supuesto que sé que Ana no puede simplemente tomar un cumplido, ¿o sí?
Me alegra recibir su respuesta.
----------------------------------------------------------------
De: Anastasia Steele
Asunto: Adulación
Fecha: 26 de mayo de 2011 23:20
Para: Christian Grey
Estimado Sr. Grey:
Los halagos no te llevarán a ninguna parte, pero ya que he estado en todas
partes, el punto es discutible. Voy a tener que conducir mi Beetle a un garaje
para poderlo vender, por lo que no tendré la amabilidad de aceptar ninguna de
tus tonterías sobre eso. El vino tinto es siempre preferible a Advil.
Ana
PS: Los azotes con bastón son un límite infranqueable para mí.
---------------------------------------------------------------Ella no va a conducir ese coche y eso es el puto final de esto. En cualquier
caso, no se arrancará hasta que Taylor se lo arregle, y será por supuesto para
llevárselo.
Es evidente que le asustan los azotes, como debería, y por ahora lo acepto. Lo
agrego a los límites infranqueables.
Pero no me gusta la idea de que ella se quede hasta tarde y bebiendo vino tinto
barato como parece ser.
------------------------------------------------------------------------------------------------De: Christian Grey
Asunto: Mujeres frustrantes que no pueden aceptar
cumplidos
Fecha: 26 de mayo de 2011 23:26
Para: Anastasia Steele
Estimada señora Steele:
127
Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
No te estoy adulando. Deberías irte a la cama. Acepto tu adición a los límites
infranqueables. No bebas demasiado. Taylor se deshará de tu coche y
conseguirá un buen precio por él, también.
Christian Grey
CEO, Gray Enterprises Holdings Inc.
-----------------------------------------------------------------------------------------------Pero ella no puede dejarlo pasar, ¿o sí?
-----------------------------------------------------------------------------------------------De: Anastasia Steele
Asunto: Taylor, ¿es el hombre adecuado para el trabajo?
Fecha: 26 de mayo de 2011 23:40
Para: Christian Grey
Querido señor:
Me intriga que estés dispuesto a arriesgar a tu mano derecha dejándolo
conducir mi coche, por una mujer que te follas de vez en cuando. ¿Cómo
puedes estar seguro de que Taylor es el hombre ideal para obtener la mejor
oferta por el coche? He sido conocida en el pasado, probablemente antes de
conocerte, por ser una buena negociadora.
Ana
---------------------------------------------------------------------------------------------Me pongo furioso cuando leo esto. ¿Una mujer a la que me follo de vez en
cuando? ¿Al igual que una prostituta? Le he dicho tantas veces que yo no la
veo así en absoluto, así que ¿por qué ella es así? ¿Es porque ella se está
emborrachando con el vino tinto? Yo sé que ella no tiene una tolerancia muy
alta para el alcohol.
---------------------------------------------------------------------------------------------De: Christian Grey
Asunto: ¡Cuidado!
Fecha: 26 de mayo de 2011 23:44
Para: Anastasia Steele
Estimada señorita Steele:
128
Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Asumo que es el VINO TINTO el que habla, y que has tenido un día muy largo.
Aunque me siento tentado a conducir de vuelta para asegurarme de que no te
puedas sentar durante una semana, en vez de una noche. Taylor es un ex
militar y capaz de manejar cualquier cosa, desde una motocicleta a un tanque
Sherman. Tu coche no representa ningún peligro para él. Ahora, por favor no te
refieras a ti misma como “una mujer a la que follo de vez en cuando” porque
francamente, me enoja, y realmente te gustaría verme tan enojado.
Christian Grey
CEO, Gray Enterprises Holdings Inc.
---------------------------------------------------------------------------------------------Taylor era un Fuerzas Especiales, un boina verde que estuvo en servicio activo
en lugares como Irak, Afganistán y América del Sur, por lo que puede
asegurarse de cualquier cosa que le caiga, a diferencia de una chica un poco
frágil como Ana. En cuanto a hacer un buen negocio, ese pedazo de mierda se
dirige directamente al desguace, el mejor lugar para él, y voy a compensar a
Ana yo mismo. Será una buena oportunidad para conseguir poner algo de
dinero en su cuenta bancaria, yo sé que ella tiene menos de $700 ahí, eso ni
siquiera cuenta como dinero de bolsillo por lo que a mí respecta.
----------------------------------------------------------------------------------------------De: Anastasia Steele
Tema: Tu ten cuidado
Fecha: 26 de mayo de 2011 23:57
Para: Christian Grey
Estimado Sr. Grey
No estoy segura de que me gustes de todos modos, sobre todo en este
momento.
Srta. Steele
-----------------------------------------------------------------------------------------------Mierda. ¿Qué está pasando aquí? Esto comenzó conmigo diciéndole lo
maravillosa que es ¿y ahora está diciendo que no le gusto? ¿Qué me he
perdido?
-----------------------------------------------------------------------------------------------De: Christian Grey
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Tema: Tu ten cuidado
Fecha: 26 de mayo de 2011 00:03
A: Anastasia Steele
¿Por qué no te gusto?
Christian Grey
CEO, Gray Enterprises Holdings Inc.
----------------------------------------------------------------------------------------------¿Qué he hecho yo para provocar ese cambio de actitud? Luego recuerdo como
estaba inusualmente suave y tranquila cuando me fui. Poco a poco me doy
cuenta de que quizá de alguna manera he leído mal las cosas esta noche. Su
respuesta no hace nada para tranquilizarme.
----------------------------------------------------------------------------------------------De: Anastasia Steele
Tema: Tu ten cuidado
Fecha: 26 de mayo de 2011 00:09
Para: Christian Grey
Porque nunca te quedas conmigo.
----------------------------------------------------------------------------------------------Mierda, ¿esto es de lo que se trata todo? Tal vez he sido negligente en olvidar
que todo esto es nuevo para ella. Se supone que debo cuidar de ella. Dijo que
estaba bien, pero no fue muy convincente. Ella es siempre más honesta en sus
mensajes de correo electrónico que en persona. Recuerdo que ella en realidad
no ha firmado nada todavía, así que todavía podía fácilmente decir que no.
Decido que no vale la pena correr el riesgo de que eso ocurra. Esto no es
romper las reglas, esto es una parte importante de la negociación de su
contrato. Tengo que volver y ver de lo que se trata todo esto. No voy a poder
dormir de todos modos.
Creo que Taylor se queda un tanto perplejo cuando le informo de que voy a
volver al apartamento de la señorita Steele y, posiblemente, vaya a pasar el
resto de la noche, regresaré a tiempo para mi desayuno de trabajo. Sé que él
está deseando que me termine de decidir sobre si voy o vengo. Ya le tuve
esperando más de una hora y media fuera de su apartamento antes.
130
Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Esto realmente no es como soy, no soy indeciso. Este es el precio que estoy
pagando por enfrentar a una chica joven y sin experiencia, supongo, y es por
eso que no suelo hacer las cosas de esta manera. Pero Ana vale la pena, no
tengo ninguna duda de que, de lo contrario no valdría ponerme a todos estos
problemas de mierda.
Al llegar al apartamento, rápidamente se hace evidente que algo está muy mal.
Kate está de vuelta, y dolorosamente recuerdo la advertencia de Elliot sobre que
ella puede ser muy protectora con Ana, por su reacción cuando ella abre la
puerta y me ve allí de parado.
— ¿Qué demonios crees que estás haciendo aquí? — ella me gruñe, y bloquea
la puerta.
—He venido a ver a Anastasia —, afirmo, apenas conteniendo mi temperamento
ante sus palabras. No hagas un maldito lío conmigo señorita Kavanagh.
—Bueno, no puedes —, me dice.
—Tengo que asegurarme de que está bien —. Me mantengo firme e insisto. No
me voy a ninguna parte hasta que haya visto a Anastasia.
— ¿Qué demonios le hiciste ahora? — ella grita de nuevo.
—Nada de tu incumbencia —. ¿Qué diablos sabe ella? ¿Qué le dijo Ana?
—Desde que ella te conoció llora todo el tiempo —, me acusa. ¿Qué?
—Sólo déjame verla, entonces podré aclarar toda esta mierda —. Me abro paso
por delante de ella y me dirijo al dormitorio de Ana, estoy enfermo de aprensión
por no saber qué diablos me voy a encontrar.
— ¡No puedes entrar ahí! — Kate grita desde detrás de mí, pero la ignoro y
entro en la habitación de Ana, que está en la oscuridad.
Enciendo la luz principal.
Estoy horrorizado y sorprendido por lo que encuentro
131
Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Capítulo 14
A
l entrar en su habitación, veo que Ana está llorando
incontrolablemente sobre su almohada, completa y absolutamente
fuera de sí.
—Jesús, Ana.
Siento que la sangre abandona mi rostro, porque estoy conmocionado al verla
así. Tengo que saber exactamente lo que la ha llevado a estar tan molesta,
aunque no tengo ninguna duda de que está de alguna manera relacionado con
la forma que la he tratado esta noche. Me siento como una mierda total. Tu
Grey bastardo sin corazón. Mira lo que has hecho a esta chica dulce.
Pero ella parecía estar bien cuando me fui, sólo un poco de silenciosa. ¿Por qué
coño no me dijo nada? Ella había consentido como adulta. Podría haber dicho
“no” cuando le dije que viniera a mí a por sus azotes, pero no lo hizo. Incluso
podría haberme pedido que parara, pero no lo hizo. Así que supuse que estaba
bien. Es evidente que lo asumí erróneamente.
Ella levanta la vista hacia mí y luego mira de reojo a la cruda luz, así que la
apago de nuevo, y rápidamente me voy a su lado.
— ¿Qué... estás... haciendo... aquí? — Ella está en un estado tal que apenas
puede pronunciar las palabras entre sollozos.
Enciendo la luz de la mesita de noche para poder verla mejor, pero antes de que
pueda hablar con ella, Kate entra de nuevo.
— ¿Quieres que saque a este imbécil? — le pregunta a Ana, ferozmente hostil
mientras me mira.
No me gusta ser tratado de esta manera, sobre todo por una mujer, pero ahora
veo lo mal que está Ana, supongo que puedo entender a la protectora de Kate.
132
Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Pero necesito que salga de la habitación para poder resolverlo, en privado.
Estoy agradecido de que Ana niegue con la cabeza para despedir a su amiga,
quien pone los ojos en blanco por la derrota. Realmente no me gusta nada, pero
no puedo culparla. No me gustó mucho por el momento tampoco.
—Sólo grita si me necesitas —, le dice a Ana suavemente. Entonces ella me
mira de nuevo. — Grey, tus cartas están marcadas.
Ella nos deja solos, pero no cierra la puerta completamente.
Miro a Anastasia, y le paso un pañuelo del bolsillo para que se seque los ojos.
Hermosa, dulce, Ana, reducida a este estado por mí, aunque no sé muy bien
por qué. Tan diferente de la otra noche cuando tuvimos nuestro primer polvo
vainilla, cuando ella me sonrió y estaba tan feliz. Y ahora esto. ¿Por qué?
— ¿Qué está pasando? — Le pregunto en voz baja.
— ¿Por qué... estás... aquí? — me pregunta. Sus lágrimas parecen haberse
secado, pero su cuerpo todavía palpita con sollozos secos.
—Parte de mi trabajo es cuidar de tus necesidades. Me dijiste que querías que
me quedara, así que aquí estoy. Y sin embargo te encuentro en este estado.
Estoy convencido de que soy el responsable, pero no tengo ni idea de por qué.
¿Es porque yo te pegué?
Mientras se levanta para sentarse y hacerme frente, se estremece, es evidente
que aún siente el dolor por la paliza.
— ¿Te has tomado un Advil?
Ella niega con la cabeza. Me resisto a regañarla por no seguir mis instrucciones
cuando me fui, pero en su lugar me levanto para ir a buscar algo.
Por supuesto, Kate está rondando cerca, y si las miradas mataran estaría tres
metros bajo tierra ahora.
—Anastasia tiene dolor de cabeza. ¿Tienes un Advil?
—Grey mira, yo no sé lo que has hecho para molestar a Ana de este modo, pero
tal vez deberías largarte y la dejarla en paz. Quiero decir, basta con ver su
estado, no eres bueno para ella. Sólo porque seas obscenamente rico y estés
acostumbrado a conseguir todo lo que quieres siempre, no significa que puedas
intimidarla y pisotear sus sentimientos sólo para echar un polvo cuando te
convenga.
133
Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Bueno, al menos parece que Ana no le ha contado nada sobre los azotes de esta
noche. Creo que Kate realmente me hubiera cortado las pelotas si lo hubiera
sabido.
— ¿Qué quisiste decir cuando dijiste que llora todo el tiempo desde que me
conoció? — Nunca la he visto llorar, ¿por qué iba a estar llorando?
—Exactamente eso. Desde que ella te conoció, ella ha estado arriba y abajo,
nunca la había visto así antes. Es sólo una niña dulce, ingenua, una joven que
no ha tenido ningún novio antes, y aquí estás, el Sr. Mega millonario
removiéndola y abrumándola. Está preocupada porque que son demasiado
diferentes, y creo que tal vez tiene razón.
— Bien Srta. Kavanagh, no estoy seguro de que sea de tu incumbencia, pero
supongo que puedo apreciar que estás siendo una amiga leal, tratando de
cuidar de ella. Te puedo asegurar que nunca ha sido mi intención molestar a
Anastasia, y todo lo que quiero hacer ahora es resolver este malentendido.
—Hmm. Elliot no me cuenta mucho de ti, todo lo que dice es que eres un gran
tipo, y que por lo general nunca has tenido citas. Pero hay algo en ti Grey, algo
oscuro, no puedo poner la mano en el fuego aún, pero voy a investigarlo.
Por Dios, los instintos de Kate son muy acertados. Va a hacer carrera como una
muy buena periodista de investigación a este paso.
—Mira, ¿tienes algo de Advil que pueda darle a Ana, o ya los has empacado?
Puedo ir por algunos, si es necesario.
Kate suspira y hurga en una caja en la cocina para encontrar algunos
analgésicos, llena una taza de té con un poco de agua y luego me lo pasa.
—Sólo un aviso Grey. Por muy rico y poderoso que seas, no me quedaré de
brazos cruzados, ni me mantendré al margen si veo que lastimas a Ana de
alguna manera.
Ella me mira directamente a los ojos mientras me dice esto, y no tengo ninguna
duda de que ella cree exactamente en lo que está diciendo.
—Tomo nota señorita Kavanagh. Y por favor, créeme cuando digo que sólo
quiero lo mejor para Ana.
Regreso a la habitación de Ana, y me siento a su lado en la cama le paso las
píldoras y el agua.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
—Toma esto —, le digo suavemente, y me aseguro de que lo hace. Ahora tengo
que llegar al fondo de lo que está pasando aquí.
—Habla conmigo. Me dijiste que estabas bien. Nunca te habría dejado si
hubiera pensado que estabas así.
Ana no dice nada. Ella no me mira, sino que mira hacia abajo a sus manos.
Esto es malo. Realmente malo si ni siquiera quiere hablar conmigo, y ahora
estoy aún más preocupado.
—Supongo que cuando me dijiste que estabas bien, en realidad no era así.
Ana se sonroja y parece que se esfuerza por poner sus pensamientos en
palabras.
—Pensé que estaba bien —, susurra.
Ella estaba intentando de ser valiente. Fingiendo que estaba bien,
adormeciéndome en una falsa sensación de seguridad. Qué idiota soy, yo sabía
en el fondo que no estaba bien en absoluto. Ella no podía mirarme a los ojos,
así como no puede ahora. Me he apresurado con ella en mi afán de conseguir lo
que quiero. Si sólo hubiéramos hablado, hubiera vuelto a tomar perspectiva.
Este es el problema de tratar con alguien tan inexperto. De una manera
divertida, estoy fuera de mi alcance, tanto como ella lo está.
—Anastasia, no puedes decirme lo que crees que quiero escuchar. Eso no es
muy honesto. ¿Cómo puedo confiar en algo de lo que me has dicho?
Si, lo he entendido todo mal, ¿hay realmente alguna esperanza para nosotros?
Tal vez lo que deseo es simplemente demasiado para ella. Tengo que averiguar
cómo realmente se siente acerca de esta experiencia real. Estaba muy excitada
y encendida, y se corrió casi de inmediato, así que sé que no lo odia
completamente.
— ¿Cómo te sentiste mientras y después de azotarte?
—No me gustó. Prefiero que no lo vuelvas a hacer.
—No estaba destinado a que te gustara —. Es un castigo. Ese es el punto.
— ¿Por qué te gusta? — Porque simplemente soy así, así es como yo lo hago.
Su pregunta me toma por sorpresa. Disfrutar de ello forma parte de mí, de lo
que soy, desde hace tanto tiempo que no estoy muy seguro de cómo lo puedo
explicar.
135
Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
— ¿De verdad quieres saberlo?
—Oh, créeme, me encantaría —, responde ella con sarcasmo. No me gusta el
sarcasmo en una mujer, y me resulta desagradable que me hable de esta
manera.
—Ten cuidado —, le advierto.
— ¿Vas a pegarme otra vez? — me desafía. Así que la señorita Steele todavía
tiene la boca desafiante.
—No, no esta noche —. Hasta donde yo sé que sería una muy mala idea.
— ¿Entonces?
—Me gusta el control que me proporciona, Anastasia. Quiero que te comportes
de una determinada manera y si no lo haces, te castigaré y aprenderás a
comportarte de la manera que yo deseo. He querido castigarte desde el
momento que me preguntaste si era gay —. Y yo no voy a pedir disculpas por
ello, porque esa era una azotaina bien merecida. Esa fue una pregunta
increíblemente grosera y entrometida cuando apenas me conocía. Por amor de
Dios, nadie podría ser menos gay que yo.
—Así que no te gusta como soy.
Anastasia me lo suelta como una afirmación. No podría estar más equivocada.
¿Es así como interpreta mis acciones? ¿Que yo la quiero cambiar? ¿No se da
cuenta de que lo estoy haciendo para controlarla y así protegerla de cuán
perfecta es? Ni me molestaría si ese no fuera el caso. Sólo tiene que aprender a
ser cortés y dejar de desafiarme.
—Creo que eres hermosa tal como eres. — La verdad es que lo creo, creo que
eres perfecta, si tan solo dejaras de ser tan desafiante…
— ¿Entonces por qué estás intentando cambiarme? — No estoy intentándolo,
sólo quiero cuidar de ti, porque tú eres mía.
—No te quiero cambiar. Sólo quiero que seas más cortés y que sigas las reglas
que te he dado y no me desafíes. Así de simple.
Asegurarme que sigue las reglas significa que ella se mantiene en forma,
saludable y segura. Si se rompen las reglas, tiene que ser castigada porque se
ha puesto en riesgo. Por lo tanto, es para su propio bien, para que sepa que
cada acción tiene una consecuencia, que se verá a través de la conclusión.
136
Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
— ¿Pero quieres castigarme?
—Sí, lo quiero —. Y sí, me gusta. Simple verdad.
—Eso es lo que no entiendo.
Por el amor de Dios, estamos dando vueltas en círculos.
—Así es como soy Anastasia, tengo que tener el control, necesito que te
comportes de una determinada manera, y si no lo haces. Me encanta ver tu
hermosa piel sonrojándose y calentarse en mis manos. Me excita.
— ¿Así que no es el dolor lo que te excita?
Bueno, en realidad sí, el aspecto del dolor realmente me excita bastante, pero
¿Cómo puedo expresarlo con palabras? ¿Cómo puedo explicárselo sin que
realmente se asuste?
—Un poco, me gusta saber hasta dónde puedes llegar, pero esa no es la única
razón, es más el hecho de saber que eres mía para hacer contigo lo que me
parezca. Tener todo el control sobre una persona es lo que realmente me
enciende, Anastasia. Mira no me estoy explicando muy bien... nunca he tenido
que hacerlo antes, realmente no he pensado en esto profundamente, siempre
había estado con personas de ideas afines.
Desde que Elena se hizo cargo de mí cuando era un adolescente y logró
canalizar mi rabia y mi ira, nunca me he preguntado el por qué esta forma de
vida me funciona, sólo sé que así es.
—Todavía no has contestado a mi pregunta ¿cómo te sentiste después?
—Confundida.
—Estabas sexualmente muy excitada, Anastasia.
Cierro los ojos y me acuerdo lo mojada que estaba cuando la toqué, lo lista y
preparada que estaba para mí, lo perfecto que fue follarla...
Anastasia lo recuerda claramente también, porque ahora ella me miraba con
unos ojos que están ardiendo de deseo, y allí está de nuevo entre nosotros, la
electricidad, esa conexión innegable, y en otras circunstancias, estaríamos de
nuevo echando un polvo antes de darnos cuenta de lo que estaba sucediendo.
137
Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
—No me mires así —, le digo, excitado, pero sabiendo que no puedo responderle
por muchas razones.
Se ve herida y desconcertada.
—No tengo ningún preservativo, Anastasia, y ya sabes, estás molesta.
Contrariamente a lo que cree que tu compañera de apartamento, yo no soy un
monstruo priápico. ¿Así que te sientes confundida?
Ana se retuerce y me parece reacia a contestar.
—Tengo la impresión que no tienes problemas para ser honesta conmigo en tus
correos electrónicos siempre me dices exactamente cómo te sientes. ¿Por qué
no puedes hacer lo mismo en una conversación? ¿Tanto te intimido?
Ana mira hacia abajo, hacia la colcha, mientras piensa en su respuesta.
—Me seduces, Christian. Me abrumas completamente. Me siento como Ícaro
volando demasiado cerca del sol —, susurra, y se vuelve para mirarme con esos
ojos azules hipnotizantes.
Pero así es como yo me siento, exactamente como me siento. Ella me ha
seducido. Me ha encantado, me ha cautivado, como quiera expresarlo, estoy
bajo su hechizo. Soy yo el que está a punto de quemarse aquí.
—Bueno, yo creo que es más bien al revés —, le susurro de nuevo.
— ¿Qué?
Parece ser totalmente inconsciente del efecto que tiene sobre mi ¿es que no lo
ve?
—Oh Anastasia, me has embrujado. ¿No es obvio? Y sigues sin contestar a mi
pregunta. Escríbelo en un mail, pero ahora, en este mismo momento, me
gustaría poder dormir. ¿Puedo quedarme?
Es tarde, y creo que hemos llegado todo lo lejos que podíamos llegar en esta
discusión por esta noche, y no quiero entrar a discutir mis sentimientos ahora.
— ¿Quieres quedarte? — Suena tan dulce y llena de esperanza.
—Querías que me quedara. Y por lo menos si me quedo puedo asegurarme que
no vuelves a llorar en cuanto me vaya —. Mis explicaciones no pueden ir más
lejos, pero ella no se da por vencida.
138
Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
—No has contestado a mi pregunta —, persiste.
—Te voy a escribir un correo electrónico —, le digo con irritación. Todo lo que
quiero hacer ahora es acurrucarme con ella en la cama, y así poder aspirar ese
olor dulce a ella y sentir su cuerpo cálido y suave al lado del mío.
Así que vacío mis bolsillos, y me desvisto para quedarme en camiseta y boxers y
me dirijo hacía el lado vacío de la cama.
—Acuéstate —, le insto cuando me deslizo junto a ella. Mientras me mira con
incredulidad. Me apoyo en un codo. —Si vas a llorar, llora delante de mí,
necesito saber.
Si hubiera estallado en lágrimas antes de salir esta noche, hubiera sabido que
ella estaba mal y nunca habríamos llegado a esto.
— ¿Quieres que llore?
—No. Sólo quiero saber cómo te sientes. Yo no quiero que te escapes a través de
mis dedos. Apaga la luz. Es tarde, y ambos tenemos trabajo de mañana.
Una vez que se ha apagado la luz, y estamos en la oscuridad le digo,
—Acuéstate de lado, de espaldas a mí.
Sólo puede ser así, para que no pueda tocarme, y creo que esto va a funcionar.
Una vez que lo ha hecho me muevo con cuidado por encima de sus caderas
para poner mis brazos a su alrededor y estrecharla contra mi pecho. Ah, la
ciento tan deseable, me excita tanto que no entiendo cómo por qué diablos me
resisto a pasar la noche con ella.
—Duerme nena —, susurro, aprieto mi nariz contra su pelo para inhalar y tiene
un aroma que es mi droga favorita en el mundo, Anastasia.
~~~
Poco a poco me despierto y me doy cuenta de dónde estoy. Estoy firmemente
envuelto alrededor de Anastasia, mi cabeza en su pecho, mi brazo apoyado
sobre ella, una de mis piernas enganchadas alrededor de las suyas. Es como si
estuviera reteniéndola para que no se escape. Aspiro y saboreo su olor, qué
gran manera de despertar. Me doy cuenta que hay una ligera luz, por lo que
debe ser ya de madrugada. Evidentemente, he dormido toda la noche, y parece
que el estar con Ana es lo mismo que tener mi propia pastilla personal para
dormir.
139
Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
—Buenos días —, murmuro cuando veo que ella está despierta. —Jesús,
incluso en mis sueños me siento atraído por ti —. Qué magia tan fuerte teje.
Tengo una gran erección, como una roca, por supuesto. Parece una lástima
desperdiciarla pero estoy sin preservativos, aunque podríamos probar algo
oral…
—Mmm... Esto tiene posibilidades, pero creo que deberíamos esperar hasta el
domingo —, le susurro, acariciándole suavemente el oído. Guardarlo todo hasta
entonces, porque sé que va a ser increíblemente maravilloso.
—Estás muy caliente —, murmura. Creo que se está refiriendo probablemente a
mi temperatura real, pero prefiero malinterpretarlo.
—Tú tampoco estás nada mal —, le susurro mientras presiono mi erección
contra ella para confirmarlo. Entonces me apoyo sobre mi codo para mirarla.
Esta es una buena manera de despertar por la mañana, y me inclino para
besarla suavemente.
— ¿Has dormido bien? — Pregunto, y cuando ella me sonríe y asiente con la
cabeza alegremente, juro que siento que no hay nada que pueda hacerme sentir
mejor, lo que es simplemente estúpido. Espabila Grey, ¿te estás ablandando o
qué?
—Yo también. Sí, muy bien —. ¿De qué va todo esto? — ¿Qué hora es?
—Son las siete y media.
¡Qué Mierda! ¡Me he quedado dormido! ¡Nunca me quedo dormido!
—Las siete treinta... mierda.
Salto de la cama y empiezo a vestirme, Anastasia se sienta y me mira bastante
divertida.
—Eres una mala influencia para mí, tengo una reunión a la que asistir. Tengo
que estar a las ocho en Portland ¿Te estás riendo de mí?
—Sí —. Ella me sonríe, y es un espectáculo tan hermoso que decido no
reprochárselo. En lugar de eso le sonrío a su vez.
—Voy a llegar tarde. Yo nunca lo hago. Otra primera vez, señorita Steele.
Antes de irme, me agacho y le agarro la cabeza entre las manos.
140
Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
—Domingo —, le digo, y nos miramos en los ojos el uno al otro, tan excitados
por la anticipación. La beso y a continuación empiezo a recoger el resto de mis
cosas.
—Taylor vendrá y se llevará tu Beetle. Te hablaba en serio. No lo conduzcas. Te
veré en mi casa el domingo. Te enviaré un correo electrónico.
Y me voy.
Taylor sabe que nunca llego tarde, así que no estoy sorprendido cuando mi
móvil suena a las ocho y 1 minuto mientras estoy conduciendo a gran velocidad
para llegar a mi reunión.
— ¿Está todo bien, señor? — Me pregunta, cuando contesto por el manos
libres.
Por supuesto, Taylor sabe exactamente dónde he estado toda la noche, y estoy
seguro de que cree que sabe exactamente por qué llego tarde. Probablemente no
podría creer que me haya dormido, porque ni yo puedo creer algo así de mí.
—Sí, llegaré en cinco minutos.
—Muy bien, señor.
Me importa una mierda que cuando entro a mi desayuno de trabajo, todos los
demás están elegantemente vestidos, mientras que yo llevo los jeans y la
camiseta con la que salí anoche. Y veo como una sonrisa cruza el rostro de
Taylor.
Hoy ha sido un día de muchas primeras veces.
141
Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Capítulo 15
M
i reputación me precede, y nadie en la reunión de mercados de
futuro a la que estoy asistiendo pregunta por mi retraso, o se
atreve a hacer ningún comentario sobre mi inusual atuendo
informal. Normalmente voy inmaculadamente vestido con mi uniforme de
gerente general con un traje a medida, de buen corte, camisa blanca y corbata
de seda, en lugar de mis jeans y camiseta actuales.
Sin duda, cuando me ven concentrado en la pantalla de mi MacBook, dan por
sentado que estoy estudiando todos los últimos hechos y cifras. Pero no es así.
Estoy leyendo el correo electrónico que Ana me ha enviado hace unos minutos.
Como de costumbre, ella es mucho más abierta y honesta por escrito que en
persona.
------------------------------------------------------------------------------------------------De: Anastasia Steele
Asunto: Asalto y Agresión: Las secuelas
Fecha: 27 de mayo de 2011 08:05
Para: Christian Grey
Querido señor Grey:
Querías saber por qué me sentía confundida después de que tu ¿Qué
eufemismo podríamos utilizar? Me azotaras, me castigaras, me golpearas, me
agredieras. Bueno, durante todo el alarmante proceso, me sentí rebajada,
degradada y abusada. Y para mi mortificación, tienes razón, me excitó, y eso
fue inesperado. Como bien sabes todo lo sexual es nuevo para mí, desearía
tener más experiencia y por lo tanto más preparada. Me sorprendió sentirme
excitada.
Lo que realmente me preocupo fue como me sentí después. Y eso fue más difícil
de expresar. Me hacía feliz que tú fueras feliz. Me sentí aliviada de que no fuera
porque no fue tan doloroso como pensé que sería. Y cuando estaba en tus
brazos, me sentí…. Saciada. Me siento incómoda, incluso culpable, sintiéndome
de esta manera. No me siento bien y como resultado, estoy confundida. ¿eso
responde tu pregunta?
142
Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Espero que el mundo de las fusiones y adquisiciones sea tan estimulante como
siempre… y que no llegaras muy tarde. Gracias por quedarte conmigo.
Ana
------------------------------------------------------------------------------------------------Bueno, al menos esto me da algo con qué trabajar, alguna idea de lo que pasa
por su mente. Creo que puedo trabajar con esto. Esto es demasiado importante
como para dejarlo para más tarde, por lo que debo responder de inmediato y
volver a la reunión. Sigo teniendo un oído puesto en el procedimiento, y no es
nada en lo que esté particularmente interesado de todos modos.
------------------------------------------------------------------------------------------------De: Christian Grey
Asunto: Libera tu mente
Fecha: 27 de mayo de 2011 08:24
Para: Anastasia Steele
Interesante… aunque ligeramente exagerado el título, señorita Stelee. Para
responder a tus puntos.
 Iré con azotes, ya que fue lo que fueron.
 Así que te sentiste rebajada, degradada y abusada, muy Tess D’Urbervilles
para ti. Creo que fuiste tú quien decidió sobre la degradación, si recuerdo
correctamente. ¿Realmente te sientes así o crees que deberías sentirte así?
Dos cosas muy diferentes. Si así es como te sientes, ¿Crees que podrías tratar
de abrazar estos sentimientos, tratar de enfrentarlos por mí? Eso es lo que
una sumisa haría.
 Estoy muy agradecido por tu inexperiencia. Y la valoro. En pocas palabras…
significa que eres mía en todos los sentidos.
 Sí, estabas excitada, que a su vez fue muy excitante. No hay nada malo en
ello.
 Feliz ni siquiera comenzaría a abarcar como me sentía. Gozo extático se
acerca.
 Los azotes por castigo duelen mucho más que el azote sensual, así que jamás
dolerá más que eso, a menos por supuesto, que cometas otra transgresión
importante, en cuyo caso utilizare algunos implementos para castigarte. Mi
mano está muy dolorida. Pero me gusta eso.
 También me sentí excitado, más de lo que puedes imaginarte.
 No pierdas tu tiempo en la culpabilidad, sentimientos confusos, etc. Somos
adultos que hacemos esto en mutuo consentimiento, entre nosotros y a
puertas cerradas. Es necesario que liberes tu mente y escuches a tu cuerpo.
 El mundo de las F&A, es casi tan estimulante como tú lo eres, señorita Stelee.
143
Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Christian Grey
CEO, Grey Enterprises Holdings Inc.
------------------------------------------------------------------------------------------------Ana necesita relajarse y perder sus inhibiciones para disfrutar del placer sexual
que puedo darle, entonces sé que vamos a estar jodidamente increíbles juntos.
Ser sumisa, confiar en mí y entregarme esa responsabilidad la liberaría de toda
esta preocupación y tensión, por lo que realmente deseo que ella pueda ver lo
que es.
------------------------------------------------------------------------------------------------De: Anastasia Steele
Asunto: ¡Adultos con consentimiento!
Fecha: 27 de mayo de 2011 08:26
Para: Christian Grey
¿No estás en una reunión?
Estoy muy contenta de que tu mano esté dolorida.
Y si escuchara a mi cuerpo, estaría en Alaska ahora.
Ana
PD: Voy a pensar en abrazar estos sentimientos.
------------------------------------------------------------------------------------------------Bueno, esto suena un poco más prometedor. Y también me alegro que mi mano
este dolorida ¿pero Alaska?
------------------------------------------------------------------------------------------------De: Christian Grey
Asunto: No llamaste a la policía
Fecha: 27 de mayo de 2011 08:35
Para: Anastasia Steele
Señorita Steele
Estoy en una reunión discutiendo el mercado de futuros, si realmente te
interesa. Para el registro: que estabas a mi lado sabiendo lo que iba a hacer.
En ningún momento me pediste que me detuviera, no usaste la palabra de
seguridad. Eres una adulta, tienes opciones. Francamente, yo estoy deseando
que llegue la próxima vez que mi mano este latiendo de dolor. No estás
144
Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
escuchando a la parte correcta de tu cuerpo. Alaska es muy fría y no hay lugar
para correr. Y te encontraría. Puedo rastrear tu teléfono móvil ¿recuerdas?
Anda a trabajar.
Christian Grey
CEO, Grey Enterprises Holdings Inc.
------------------------------------------------------------------------------------------------Si, señorita Steele, te rastrearé si es necesario. De hecho ya lo he hecho varias
veces. Solo que tú no lo sabes.
------------------------------------------------------------------------------------------------De: Anastasia Steele
Asunto: Acosador
Fecha: 27 de mayo de 2011 08:36
Para: Christian Grey
¿Has buscado terapia para las tendencias de acosador?
Ana
------------------------------------------------------------------------------------------------Oh nena, si supieras toda la terapia que he tenido que pasar.
------------------------------------------------------------------------------------------------De: Christian Grey
Asunto: ¿Acosador? ¿Yo?
Fecha: 27 de mayo de 2011 08:38
Para: Anastasia Steele
Yo pago al eminente Dr. Flynn una pequeña fortuna para tratar mis tendencias,
entre ellas, la de acosador.
Ve a trabajar.
Christian Grey
CEO, Grey Enterprises Holdings Inc.
-------------------------------------------------------------------------------------------------
145
Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Tengo otra sesión con Flynn el martes. Todavía hay mucho que discutir y
hablar sobre Anastasia, porque todavía estoy muy confundido acerca de cómo
manejarlo todo.
------------------------------------------------------------------------------------------------De: Anastasia Steele
Asunto: Charlatanes caros
Fecha: 27 de mayo de 2011 08:40
Para: Christian Grey
¿Puedo humildemente sugerir que busques una segunda opinión?
No estoy segura de que el Dr. Flynn sea muy eficaz.
Señorita Steele
------------------------------------------------------------------------------------------------Resoplo de risa ante la descripción del Dr. Flynn de Ana “charlatán caro”, y me
gano algunas miradas extrañadas de algunos de los hombres en la habitación,
pero me importa una mierda.
------------------------------------------------------------------------------------------------De: Christian Grey
Asunto: Segundas opiniones
Fecha: 27 de mayo de 2011 08:43
Para: Anastasia Steele
No es que sea de tu incumbencia, humilde o no, pero el Dr. Flynn es la segunda
opinión.
Tendrás que acelerar en tu nuevo coche, poniéndote en riesgo innecesario Creo que eso va contra las reglas.
VE A TRABAJAR.
Christian Grey
CEO, Grey Enterprises Holdings Inc.
------------------------------------------------------------------------------------------------¿Segunda opinión? Más bien como el sexto o séptimo al menos, si tengo que ser
totalmente honesto. Pero si admito eso ella va a tener una idea de la cantidad
de mierda que hay en mi alma, y bien podría verdaderamente asustarla para
siempre.
146
Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
-------------------------------------------------------------------------------------------------
De: Anastasia Steele
Asunto: MAYÚSCULAS GRITONAS
Fecha: 27 de mayo de 2011 08:47
Para: Christian Grey
Siendo el objeto de tus tendencias acosadoras. Creo que es mi asunto, en
realidad. No he firmado todavía. Así que las reglas, Schmules. Y no empiezo a
trabajar hasta las 09:30.
Señorita Steele
------------------------------------------------------------------------------------------------Una vez más me encuentro riendo con su respuesta. ¿Schmules? ¿De dónde
saca ella esas cosas, por amor de Dios? Estas bromas ingeniosas entre nosotros
se están volviendo bastante adictivas. Por supuesto, ella en realidad no ha
firmado todavía. Pero en verdad, ¿qué diferencia marcará? Hay un montón de
cláusulas en el contrato después de todo. Sin embargo, hasta ahora, han
estado más en mi beneficio que el de mis sumisas. Todo parece tan distinto con
Anastasia. ¿Qué diablos me está haciendo?
------------------------------------------------------------------------------------------------De: Christian Grey
Asunto: Lingüística descriptiva
Fecha: 27 de mayo de 2011 08:49
Para: Anastasia Steele
¿Schmules? ¿Eso aparece en el Diccionario de Webster?
Christian Grey
CEO, Grey Enterprises Holdings Inc.
------------------------------------------------------------------------------------------------Espero a ver lo que se le ocurre ahora.
------------------------------------------------------------------------------------------------De: Anastasia Steele
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Asunto: Lingüística descriptiva
Fecha: 27 de mayo de 2011 08:52
Para: Christian Grey
Es entre fanático del control y acosador. Y la lingüística descriptiva es un límite
infranqueable para mí. ¿Quieres dejar de molestarme ahora? Me gustaría ir a
trabajar en mi coche nuevo.
Ana
------------------------------------------------------------------------------------------------Ella no me decepciona, me hace sonreír de nuevo y realmente es buena, es hora
de que se vaya a trabajar. Todas estas sonrisas y risitas mientras leo no le
hacen ningún bien a mi reputación de hombre duro y frío. Pero me quedo triste
porque por el momento ha llegado a su fin.
------------------------------------------------------------------------------------------------De: Christian Grey
Asunto: Mujeres jóvenes desafiantes pero divertidas
Fecha: 27 de mayo de 2011 08:49
Para: Anastasia Steele
Me empieza a picar la palma de la mano.
Conduce con cuidado, señorita Steele.
Christian Grey
CEO, Grey Enterprises Holdings Inc.
------------------------------------------------------------------------------------------------Estoy mucho más feliz ahora que sé que está conduciendo un coche nuevo,
sobre todo para el largo viaje a Seattle cuando se muden mañana.
Cierro mi MacBook y vuelco toda mi atención a la reunión, y en pocos minutos
corto por lo sano para terminar. Cristo, como alguna gente viene llena de tanta
mierda a veces, y tengo que asistir a dos aburridas reuniones más como esta en
la mañana, así como una mortalmente aburrida recaudación de fondos en
Seattle esta noche cuando regrese. No es de extrañar que encuentre Anastasia
un soplo de aire fresco en mi mundo de los negocios a veces asfixiante.
148
Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Al salir de la reunión, llamo Taylor para tener unas palabras con él. Quiero
tener todos los canales de comunicación posibles disponibles con Anastasia,
sobre todo porque no voy a verla desde ahora hasta el domingo.
Parece una eternidad. Sé que su teléfono móvil es sólo un modelo barato
básico, sin capacidad de correo electrónico, así que decido que necesita una
actualización.
—Quiero el mejor BlackBerry de la gama, configurado y enviado con un
mensajero a la señorita Steele a su lugar de trabajo lo antes posible esta
mañana, los detalles de la dirección están en el registro —, le instruyo.
—Sí, señor. ¿Con MySpy instalado? — Me pregunta impasible. Él me conoce
muy bien, por supuesto. No hace falta decir que su nuevo coche tiene un
dispositivo de rastreo, una medida estándar de seguridad preventiva para todos
nuestros vehículos.
—Sí.
—Muy bien, señor. ¿Algo más?
—Asegúrate de recoger el coche viejo de la señorita Steele hoy y luego dispón de
él.
—Sí, por supuesto. ¿Si puedo preguntar...?
— ¿Qué pasa, Taylor?
—Bueno, señor, lo crea o no, ese escarabajo viejo de la señorita Steele, es en
realidad ahora una pieza de colección. ¿Estaría bien si lo llevo a un contacto
que conozco para venderlo? Estaría entusiasmado detenerlo en sus manos uno
en tan buen estado.
— ¿En serio? ¿Ese viejo pedazo de mierda? Haz lo que quieras con él, Taylor.
En cualquier caso, voy a garantizar que la señorita Steele sea debidamente
recompensada.
—Gracias, señor, y debo decir, si la señorita Steele ha estado conduciendo ese
coche por un rato, construido como un tanque, sin dirección hidráulica, caja de
cambios manual, embrague pesado, ella debe encontrar conducir su nuevo
Audi como el viento.
—Sí, supongo que debería. Me iré a Seattle a la hora del almuerzo después de
mi última reunión aquí. Puedes informarme de todo cuando llegue de nuevo
más tarde.
149
Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
—Sí, señor.
~~~
------------------------------------------------------------------------------------------------De: Christian Grey
Asunto: BlackBerry EN PRESTAMO
Fecha: 27 de mayo de 2011 11:15
Para: Anastasia Steele
Tengo que poder comunicarme contigo en todo momento, y dado que esta es tu
forma más honesta de comunicación, me di cuenta que necesitabas un
BlackBerry.
Christian Grey
CEO, Grey Enterprises Holdings Inc.
------------------------------------------------------------------------------------------------Espero haberme adelantado al afirmar que el BlackBerry es un préstamo, y no
me lo ponga difícil.
------------------------------------------------------------------------------------------------De: Anastasia Steele
Asunto: El consumismo se vuelve loco
Fecha: 27 de mayo de 2011 13:22
Para: Christian Grey
Creo que es necesario llamar al Dr. Flynn en estos momentos.
Tus tendencias de acosador se están volviendo salvajes.
Estoy en el trabajo. Te enviaré un correo electrónico cuando llegue a casa.
Gracias por un nuevo gadget.
No me equivoqué cuando dije que eras un consumidor extremo ¿Por qué haces
esto?
Ana
------------------------------------------------------------------------------------------------Supongo que está en su hora de almuerzo ahora. Al menos estoy seguro de que
el BlackBerry ha llegado a sus manos y que sabe cómo usarlo. ¿Consumidor
extremo? Claro que sí nena, ¿a la mierda, por qué no?
150
Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
------------------------------------------------------------------------------------------------De: Christian Grey
Asunto: La sagacidad de alguien tan joven
Fecha: 27 de mayo de 2011 13:24
Para: Anastasia Steele
Como siempre, pones el dedo en la llaga, buen punto señorita Steele.
Dr. Flynn no está.
Lo hago porque puedo.
Christian Grey
CEO, Grey Enterprises Holdings Inc.
------------------------------------------------------------------------------------------------El correo electrónico ha demostrado ser un medio muy eficaz de comunicación
entre nosotros. Pero esta vez estoy decepcionado, no obtengo una respuesta, así
que supongo que ha tenido que volver al trabajo. Espero que podamos
continuar esta tarde.
~~~
Lo primero de esta mañana fue pedirle a Andrea que me consiga el número de
la mejor mujer medico ginecóloga en Seattle. En un principio, pensé en mi
médico de cabecera para ver a Anastasia y solucionar lo de los anticonceptivos.
Pero pensándolo bien, decido que ya que yo quiero que tenga sólo lo mejor, ella
debe ver a la mejor especialista en ginecología de Seattle. Y decido que quiero
que sea examinada por un doctor del sexo femenino. Aunque supongo que Ana
probablemente lo prefiera así de todos modos, y yo realmente no quiero que
ningún otro hombre la toque ni para examinarla, sea quien sea. Me encanta ser
el único hombre que la ha tocado allí, y así quiero que siga siendo.
Así, una vez Welch ha hecho las investigaciones habituales sobre la Dra.
Greene que Andrea me ha encontrado, hago la llamada. He sido puntualmente
informado de que ella no hace visitas a domicilio, por lo que tendré que
convencerla. En mi experiencia, por lo general se reduce a dinero, que tendrá
un precio alto que porque va a interrumpir su fin de semana, y yo estoy
dispuesto a pagar lo que sea.
—Lo siento, pero está perdiendo el tiempo señor Grey. No hago visitas a
domicilio —, ella me informa bruscamente cuando le explico lo que quiero de
ella, como se esperaba.
—Oh, realmente esperaba que usted podría hacer una excepción Dra. Greene.
Después de todo, entiendo que es la mejor ginecóloga en Seattle, y yo estaría
151
Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
dispuesto a pagar cualquier tarifa que cobrara por una visita a domicilio de fin
de semana —. La adulación a veces hace su magia, pero yo no creo que vaya
con ella. Ella no es del tipo.
—Como ya he dicho. No hago visitas a domicilio —, insiste.
Intento otra táctica. Welch ha investigado a fondo y me informa que tiene una
fundación que apadrina niños.
— ¿Tal vez si me ofrezco a hacer una generosa donación a la “Alianza para la
Infancia”, además de sus honorarios? ¿Podría ser que aceptara? ¿Digamos
$20.000?
Oigo su gemido por la gran suma de dinero que estoy dispuesto a donar. Me
parece bien, sé que es una organización benéfica de buena reputación a la que
me hace feliz apoyar en todo caso. Y, por supuesto, sé que no se va a negar y
privar a la caridad de una suma tan grande de dinero.
Ves, yo siempre consigo lo que quiero al final.
Justo antes de salir de Portland, rápidamente envío un correo electrónico a
Ana.
------------------------------------------------------------------------------------------------De: Christian Grey
Asunto: Domingo
Fecha: 27 de mayo de 2011 13:40
Para: Anastasia Steele
¿Te veo el domingo a la una de la tarde?
El médico estará en el Escala para verte a las 1:30.
Me voy a Seattle ahora.
Espero que tu mudanza vaya bien, y espero con ansias el domingo.
Christian Grey
CEO, Grey Enterprises Holdings Inc.
------------------------------------------------------------------------------------------------De nuevo no tengo una respuesta, pero supongo que Ana está trabajando, y
ahora estoy regresando a Seattle, en cualquier caso.
~~~
152
Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Es bueno estar de vuelta en el Escala. La señora Jones anda por ahí, a pesar de
ser viernes por la noche, y oficialmente sus funciones durante la semana se
han terminado. Creo que está esperando a ver a Taylor, quien ha estado en
Portland conmigo toda la semana. Él se quedó para arreglar lo del viejo coche
de Ana, por lo que llegara más tarde. Son muy discretos acerca de su relación,
así que no tengo nada que objetar. Si eso significa que puedo mantenerlos en
mi equipo, mejor que mejor, ya que son excelentes y no me gustaría tener que
reemplazar a ninguno de ellos.
—Buenas noches, señor Grey. ¿Puedo ofrecerle algo de comer, tal vez un
aperitivo antes de salir más tarde? — Me pregunta la señora Jones. Estoy
bastante distraído, y realmente no la escucho cuando estoy revisando mi
teléfono. De nuevo.
—Er... no, voy a cenar en una gala para recaudar fondos —. Mierda. Todavía
nada de Ana.
—Muy bien, señor. Le he dejado fuera su esmoquin.
—Gracias.
—Para este fin de semana, usted pidió algo ligero para usted y su invitada para
el almuerzo del domingo. Así que lo he dejado todo listo para que tengan una
ensalada César con pollo, si le parece bien. Y la habitación normal está lista
también.
—Gracias, Gail.
—No voy a casa de mi hermana este fin de semana, así que voy a estar en las
habitaciones del personal. Si necesita algo más, dígamelo, realmente no me
importa.
Dicho eso se va. Sin duda, Taylor le ha hablado acerca de mi huésped, esta
chica a la que he estado dando vueltas, y sin duda siente curiosidad, pero sé
que no será intrusiva o indiscreta.
Todavía no hay ningún correo electrónico de Ana, pero intento no preocuparme,
diciéndome que ella puede ser que llegue tarde a casa si sus compañeros de
trabajo la han llevado a tomar una copa de despedida, ya que es su último día
con ellos en Clayton's. Pero eso no me anima, cuando pienso en el tipo ese,
Paul, que vi en la tienda, que estaba claramente loco por ella. Trato de
contactarla tanto a su viejo teléfono móvil y también a su BlackBerry de nuevo,
pero ella no responde tampoco. Esperaba que me enviara un correo electrónico
desde su BlackBerry, pero no hay nada. Me estoy cabreado en serio ahora.
153
Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
No me gusta estar tan lejos de Ana, odio que no puedo encontrar una excusa
para ir y ver donde está, como lo haría si estuviera ya aquí en Seattle. Yo sé que
Elliot va para su apartamento esta noche, sin duda para pasar la noche con la
señorita Kavanagh y a ayudar a las chicas a que se muden mañana. Pero
realmente no lo quiero usar para espiar a Ana si puedo evitarlo, ya que sólo le
dará una excusa para ser aún más ruidoso de lo habitual, así que es mejor no
darle ánimos.
No estoy de muy buen humor cuando voy a mi gala, y por supuesto que es tan
aburrido como me imaginaba. Sigo revisando mi BlackBerry, ya que todavía no
he oído nada de Ana, y ella sigue sin responder a su teléfono móvil.
Le dejo un mensaje de voz de mierda.
—Creo que necesitas aprender a manejar mis expectativas. No soy un hombre
paciente. Si me dices que vas a ponerte en contacto conmigo cuando hayas
terminado el trabajo, entonces debes tener la decencia de hacerlo. De lo contrario,
me preocupo, y no es una emoción con la que estoy familiarizado, y no lo tolero
muy bien. Llámame.
Todavía nada. Realmente me empiezo a preocupar ahora. ¿Ella simplemente me
está ignorando o es que se le ha olvidado algo? Sé que no hay ninguna
actividad en su nuevo BlackBerry gracias al MySpy, y que está en la zona
cercana a su apartamento. Entonces, ¿por qué diablos no me contacta?
Pongo una excusa para salirme de la gala tan pronto como me es posible.
Cuando vuelvo al Escala, le envío otro correo electrónico.
------------------------------------------------------------------------------------------------De: Christian Grey
Asunto: ¿Dónde estás?
Fecha: 27 de mayo de 2011 22:14
Para: Anastasia Steele
“Estoy en el trabajo. Te enviare un e-mail cuando llegue a casa.”
¿Todavía estás en el trabajo o has empacado tu teléfono, la BlackBerry y el
MacBook? Llámame, o me voy a ver obligado a llamar Elliot.
Christian Grey
CEO, Grey Enterprises Holdings Inc.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Finalmente recibo una llamada en mi móvil, y siento el alivio arrastrarse sobre
mí. Vaya, ya estaba fuera de mí.
—Hola —, le digo, simplemente agradecido de saber de ella.
—Hola —, murmura en respuesta. Me gusta oír su voz.
—Estaba preocupado por ti —. Quiero gritarle por ser tan egoísta, y hacerme
sentir tan horrible toda la noche, pero estoy feliz de estar hablando con ella de
nuevo.
—Lo sé. Siento no haber respondido, pero estoy bien.
— ¿Tuviste una noche agradable? — Me obligo a preguntarle cortésmente
cuando no me da voluntariamente ninguna información, pero en realidad lo
único que quiero saber es qué coño ha estado haciendo para que se haya
olvidado de mí. Me pregunto si Kate ha estado tratando de distraerla, ya que sé
que ella me desaprueba, pero estoy bastante seguro de que ella y Elliot han
estado demasiado ocupados con su propia agenda privada para eso.
—Sí. Hemos terminado de empacar y luego Kate y yo compartimos una comida
china con José —. Puedo decir que está nerviosa por decirme esto. Y con razón.
¡Qué demonios! No ese delincuente de nuevo. Estuve a punto de perderla, pero
después del estado angustia en el que estaba ayer, realmente no quiero tener
una pelea con ella esta noche, no cuando está tan lejos de mí. Me acuerdo de
que ella se va lejos del fotógrafo, y mucho más cerca de mí mañana, gracias a
Dios. Y no es como si ella estuviera sola con él, Kate estaba allí también.
— ¿Y tú? — Me pregunta después de un minuto más o menos.
—Fui a una cena de recaudación de fondos. Estaba mortalmente aburrido. Me
fui tan pronto como pude —, suspiro. Todo parece aburrido sin Ana alrededor.
—Me gustaría que estuvieras aquí —, susurra.
— ¿En serio? — ¿Cómo puede decir eso cuando claramente no pasó la noche
pensando en mí como yo estaba pensando en ella?
—Sí —, susurra de nuevo.
— ¿Te veré el domingo?
—Sí, el domingo.
155
Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
—Buenas noches.
—Buenas noches, señor —. Joder, eso suena sexy.
—Buena suerte con tu mudanza mañana, Anastasia.
Espero que ella cuelgue primero. Ella no lo hace, y yo no quiero tampoco
hacerlo.
—Cuelga —, susurra, y puedo escuchar que ella está sonriendo, y no puedo
evitar sonreír también.
—No, cuelga tú —. Sólo haz lo que te digo mujer.
—Yo no quiero.
—Yo tampoco.
— ¿Estabas muy enojado conmigo? — Sí, por supuesto que estaba jodido.
—Sí.
— ¿Todavía lo estás?
—No —. Algo así, pero se está poniendo mejor al escuchar tu voz.
— ¿Así que no me vas a castigar?
—No. Soy más bien del tipo de en-el-momento —. Pero te prometo que no me
olvidaré de esto.
—Me he dado cuenta.
—Puedes colgar ahora, señorita Steele.
— ¿De verdad quieres que lo haga, señor? — No, en realidad no. Sin embargo,
necesitas dormir.
—Ve a la cama, Anastasia.
—Sí, señor.
Los dos permanecemos en la línea.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
— ¿Crees que alguna vez serás capaz de hacer lo que te dicen? — Le pregunto
con exasperación. Pero tengo una estúpida sonrisa en mi cara también.
—Tal vez. Ya veremos después del domingo.
Esta vez, ella cuelga.
~~~
Yo trabajo hasta la madrugada, pero incluso entonces no duermo bien cuando
por fin me voy a la cama. Me levanto y paseo por el piano y toco “Clair de Lune”
de Debussy. Es una pieza tan exquisitamente hermosa, la música por lo
general me calma, y sí ayuda esta noche, pienso en todo lo que ha ocurrido
recientemente con Anastasia.
Pienso en lo mucho que me gustó dormir con ella ayer en la noche, y cómo esta
noche mi cama parece demasiado grande, fría y vacía sin ella. Me sentía tan
bien, tan natural con ella, debe ser por eso dormí tan bien. Y despertar con ella
allí mismo, a mi lado, con su olor divino y su encantadora piel suave, fue
maravilloso. Se veía tan dulce también cuando se acababa de despertar, sus
grandes ojos azules somnolientos y el cabello revuelto.
Pero también recuerdo cómo me sentía cuando la vi angustiada, su corazón
sollozando por la forma en que la había tratado. Eso no fue un buen
sentimiento en lo absoluto. Y cuando me dijo “Así que no te gusta como soy”.
Me sentí como sacudiéndola. Por supuesto, me gusta su forma de ser, ¿no
puede ella ver cuánto me cautiva? Ella parece tener muy baja autoestima,
cuando es una mujer verdaderamente hermosa, inteligente e ingeniosa.
Todos estos problemas no significan que me sienta de manera diferente acerca
de todas las cosas que quiero hacer con ella y para ella, sino sólo significa que
tengo, de alguna, manera convencerla para que se sienta cómoda en todo ello.
Esperemos que ahora este comenzando a entender porque ella estaba tan
excitada por los azotes y la follada increíble que le di y que sea una experiencia
positiva para nosotros, no sólo para mí.
En preparación para nuestra primera escena, he reabastecido completamente
mi cuarto de juegos con un nuevo conjunto de juguetes sexuales de todo tipo
posible. Pero me digo que tengo que tomar las cosas muy lentamente, y
asegurarme de mantener a raya mis deseos más extremos, hasta que esté
seguro de Ana está lista para manejarlo. He decidido que tengo que poner una
gran cantidad de pensamiento en la planificación de nuestra primera escena
juntos, para darle un gran placer y asegurarle que su miedo por lo que mi estilo
de vida implica carece de fundamento.
~~~
157
Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
El sábado, organizo una botella de champán para enviarlo al apartamento
nuevo, cuando las chicas se hayan instalado, junto con un globo helicóptero
que espero que hará las delicias de Anastasia. Escribo la tarjeta que les envío
con tono formal, ya que está dirigida a las dos, y Kate y yo no estamos
exactamente en el más amable de los términos.
Recojo a Mia en Sea-Tac a primera hora de la mañana. Solo Dios sabe lo que
debe haber pagado por exceso de equipaje, de la cantidad de mierda que ha
traído de París con ella.
Pero es genial ver a mi hermanita. Por supuesto que ella ya es una adulta, ella
es una mujer hermosa, pero ella siempre va a ser la bebé de la familia en lo que
a mí respecta. Mia es más o menos de la misma edad que Anastasia, y me
alegro de que no parece tener un novio en este momento, ya que realmente no
me gusta la idea de que tenga ningún tipo de relación íntima. Hipócrita lo sé,
pero eso es lo que hay, supongo, cuando eres un sobre protector hermano
mayor como yo. Lo bueno que Ana no tiene un hermano mayor, pero Kate no
está haciendo un mal trabajo en su lugar.
Cuando Mia me ve en la terminal de llegadas, viene saltando sobre mí. Ella
siempre ha sido muy abierta, cariñosa y lo demuestra, y no puedes dejar de
amarla. También puede ser muy exagerada, como lo es ahora.
— ¡CHRISTIAN! — grita, mientras se lanza hacia mí, casi me saca volando.
—Bienvenue, ma chère soeur —, la saludo, mientras la beso en ambas mejillas
a la francesa.
—Oh porfissss, Inglés solamente a partir de ahora, mi querido hermano —,
suspira. —No tienes idea de lo bueno que es estar de vuelta.
Ella enlaza su brazo con el mío mientras nos dirigimos de nuevo al coche.
Taylor está haciendo un trabajo excelente encargándose de todo su equipaje en
la camioneta Audi. Qué bueno que trajo la grande.
Ella no comienza hasta que estamos en el coche.
—Así que tú y Elliot tienen ambos novias ahora. No es que sea raro en él, por
supuesto, pero contigo... bueno había perdido la esperanza —, afirma
dramáticamente. —Entonces, ¿cuándo puedo conocer a Anastasia?
¿Tienes una foto de ella? ¿Va a vivir contigo?
—Eiiiii, tranquila Mia. Como te dije antes, todavía es pronto.
158
Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
—Por supuesto que todas mis amigas van a ser totalmente devastadas, ya
sabes, especialmente Lily. Todas piensan que eres súper atractivo, pero siempre
me han dicho que... bueno, que tú no estás interesado en citas con chicas. Así
que Anastasia debe ser muy especial por haber logrado... ya sabes...
convencerte de lo contrario.
Al levantar la vista, creo que puedo ver los hombros de Taylor temblando
mientras está conduciendo, porque está tratando de no reírse de mi
‘”conversión” de gay a un hombre heterosexual. Sin duda, él es muy consciente
de la asunción de mi familia hasta ahora que soy gay, pero es tan discreto que
jamás ha dado ninguna pista en cuanto a mis inclinaciones reales.
—Por lo tanto, Elliot irá más tarde para la cena familiar obligatoria que mamá
tiene lista para nosotros esta noche. Entonces él te contará todo sobre su
nueva novia —. Trato de cambiar de tema a la vida amorosa de su otro
hermano, y por ahora funciona, ya que me pregunta todo sobre Kate.
En la cena de esta noche, Elliot me asegura que la mudanza fue bien para Kate
y Anastasia, y que su nuevo apartamento parece ser bastante bueno.
—Ana te mando “saludos” —, sonríe. —Así que supongo que tú vas a ir pronto
allí para revisar su habitación, ¿eh hermanito?
Ignoro su pregunta burlona, pero Mia comienza de nuevo.
—Así que Kate y Anastasia son como mejores amigas, y ahora van a salir con
los hermanos Grey. Eso es genial, pueden tener citas dobles —, chilla Mia.
Acabo de mirar para que se callara, cuando Elliot se ríe.
—Yo estoy listo si tú lo estás, Christian —, dice.
Mia no se da por vencida, esa noche ella convence a mi mamá para organizar
una cena para la noche del domingo, tanto Kate y Anastasia son invitadas, por
lo que ellas se conocerán. Y le pide que sea ella quien me lo comente e insiste
en que Ana tiene que venir, sabiendo que voy a estar mucho menos propenso a
rechazar si mamá insiste. Mia es una verdadera Grey con sus formas de
manipulación. Bueno, supongo que por lo menos ser visto fuera de casa con
Anastasia finalmente debe poner fuera a los rumores de “Christian es gay” que
siempre me siguen a todas partes.
Así que ahora Anastasia y yo tendremos el placer de asistir a una comida
familiar en Bellevue, pero no hasta después de que hayamos tenido nuestra
primera sesión de mañana en mi cuarto de juegos.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Capítulo 16
S
algo a correr temprano por la mañana del domingo, después de
haber tenido otra noche agitada, en gran medida, en parte, porque
ha sido duro intentar no pensar constantemente en mi primera
escena con Anastasia en mi sala de juegos para hoy. He estado planeando cada
detalle de como quiero jugar con ella. Con todas mis sumisas anteriores, sólo
he planeado lo que yo quería hacer, mi sumisa siempre ha tenido el placer de
saber que ella era mi placer. Ese era el trato establecido con una sumisa, es
para lo que ella había firmado, eso es lo que se esperaba.
Pero con Anastasia es diferente ya que ella todavía tiene dudas y necesita
convencerse de que este estilo de vida es para ella, o podría dejarme. Y yo no
quiero que eso suceda, de hecho no puedo permitirme que siga teniendo dudas.
Así que estoy planeando nuestra primera escena para asegurarme que sea lo
más jodidamente excitante para ella. Caray, estoy disfrutando demasiado, así
que salgo ganando si o si, por el amor de Dios, entonces ¿por qué sigue el
miedo persistiendo en mí? Porque no es como un Dominante hace las cosas
¿verdad?
Cuando vuelvo de correr, me ducho y desayuno, y entonces le mando un mail a
Anastasia con los códigos de acceso y toda la información que necesitará más
adelante. Le digo que no llegue tarde, odio que me tengan esperando, pero
hasta ahora ella ha sido puntual, y por supuesto, espero que siga siendo así.
Después intento de quitármelo todo de la cabeza y seguir trabajando en mi
estudio. De otra manera voy a estar ocupado después del mediodía, así que
prefiero concentrarme y llegar a un buen negocio. Como de costumbre, tengo
varias ofertas en diversas etapas de negociación, así como información sobre
posibles nuevas áreas en las que entrar. Como el área editorial.
No es un área que había considerado antes, pero desde que Anastasia me dijo
en lo que ella quiere trabajar — y que tiene entrevistas en dos de las editoriales
de Seattle — se ha convertido en parte de mis intereses.
Ros ha completado la investigación y
Seattle. Podría comprar los cuatro si
buen negocio. Desde que empecé con
derecha, ella tiene más cojones que la
sé que hay cuatro casas editoriales en
quisiera, pero en realidad no sería un
Empresas Grey, Ros ha sido mi mano
mayoría de los hombres, así que me es
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
imposible pensar en ella como mujer. Supongo que es porque ella y Gwen tiene
una relación lésbica, pero nunca lo he confirmado. Siempre y cuando no
interfiera con su trabajo, no es de mi incumbencia con lo que Ros se acueste a
puerta cerrada, y Gwen es una gran dama que nunca se queja de las largas
horas que se le exigen a Ros.
Su especialidad es la averiguar todos los hechos, cifras y lo más importante, la
basura escondida en las posibles adquisiciones, y luego me redacta un informe.
En cuanto a las editoriales se refiere, resulta que la que ofrece el mayor
potencial es la más pequeña, Seattle Independent Publishing o SIP. Rentable
pero estancada; complaciente, gestión mediocre que no se ha reinventado con el
tiempo, sin buscar nuevas vías de expansión. Exactamente el tipo de compañía
con un potencial oculto que me gustaría comprar.
Como parte de nuestra investigación estándar, Barney intentó hackear sus
sistemas, y lo consiguió fácilmente, su seguridad era terriblemente baja y eso
es algo que tendría que solucionarse con urgencia si llegara a comprarla. Pero
esta debilidad me ha permitido descubrir que Anastasia tiene una entrevista
con el Sr. J. Hyde en SIP el lunes por la tarde. Voy a intentar no interferir, ya
que no me interesa que se me vea relacionado con la empresa que pienso
adquirir, y también tengo curiosidad por ver si Anastasia tendrá éxito por ella
misma en la entrevista. Pero como sabré antes que ella si le dan el puesto,
entonces será el momento de decidirme por la compra. Diablos, probablemente
la compraré de todos modos, ya que realmente es una excelente oportunidad de
inversión.
La otra empresa en la que he descubierto que Anastasia tiene una entrevista no
despierta el menor interés para mí. Barney lo pasó bastante mal intentando
entrar en su sistema, pero se las arregló por supuesto, el tipo es un puto genio.
Es un gran conglomerado con oficinas por todo el país, y no es tan atractivo
como la adquisición de SIP. Pero si Anastasia consigue un trabajo ahí, seguiré
adelante y la compraré de todos modos aunque sea algo más complicado. Mi
instinto me dice que SIP será de mayor interés para ella, ya que es pequeña,
peculiar y poco convencional. También aboga por autores locales que me
imagino que le gustan. Así que si ella recibe una oferta de trabajo de ellos, creo
que la cogerá y me ajustaré bien de todas maneras. Pero no puedo hacer nada
más por ahora, lo tengo todo preparado para actuar en cuando sepa cuál es el
vencedor.
Así que ahora es casi la una, y estoy listo e impaciente por la llegada de
Anastasia. Me siento a leer el Seattle Times mientras espero, pero no puedo
concentrarme estoy impaciente porque aparezca. Y ahí está. Me pregunto un
tanto divertido cuánto le han pagado al fotógrafo por la primera fotografía de
Christian Grey con una mujer en público, en la ceremonia de graduación de
WSU. Lo felicito, vio una oportunidad de oro y la aprovechó. Yo estaba en un
161
Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
evento público y me pidió mi permiso, así que no tengo ningún problema con
eso. Anastasia sale un poco asustada en la foto porque fue tomada por
sorpresa, pero tengo que decir que hacemos una gran pareja.
Y exactamente a la una llega Anastasia y Taylor la recibe y la acompaña hasta
mi encuentro, y desaparece. Lleva el vestido morado de nuevo, el vestido que
para mí frustración no tuve la oportunidad de arrancarle. Está impresionante y
literalmente me quita el aliento. Se queda parada en la entrada de la sala de
estar, más bien tímida e insegura de sí misma, así que voy hacia ella.
—Mmm... Ese vestido —, le susurro. —Bienvenida de nuevo, señorita Steele.
Me inclino para besar gentilmente sus labios suaves, y oigo como su
respiración se acelera con nuestro contacto. La tensión ya está ahí,
construyéndose entre nosotros, y una gran parte de mí quiere llevarla
directamente a mi cuarto de juegos para arrancarle la ropa, atarla y follarla.
Pero me contengo. Todo a su tiempo, Grey.
—Hola —,susurra, mientras se sonroja.
—Llegas justo a tiempo. Me gusta que seas puntual. Ven —. Tomo su mano y la
llevó hasta el sofá para que se siente a mi lado.
—Quiero enseñarte algo.
Le entrego el Seattle Times, abierto por la página ocho donde aparece nuestra
fotografía.
—Así que ahora yo soy tu “amiga” —, dice riendo cuando acaba de leer el
artículo.
—Eso es lo que parece. Y si sale en el periódico, debe ser cierto —. Le sonrío.
Esperemos que vea que no me avergüenzo porque me vean con ella. Orgullo
más bien es lo que siento.
Me vuelvo para mirarla ahora que por fin está aquí. Uso la excusa de meterle
un mechón de pelo detrás de la oreja para tocarla, y siento esa chispa
inevitable entre nosotros. Siempre está ahí.
—Así que, Anastasia, te has hecho ya una idea de lo que quiero desde la última
vez que estuviste aquí —. A pesar de que todavía no sabes la historia al
completo.
—Sí.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
—Y sin embargo has vuelto —. Incluso después de que te azotara fuertemente.
Chica valiente.
Ella asiente con la cabeza tímidamente. Todavía no parece muy segura,
entonces ¿por qué sigue sin salir corriendo cuando aún tiene la oportunidad?
— ¿Has almorzado? — Con lo que tengo paneado para ti necesitas un buen
montón de energía.
—No —. Esto me molesta porque se supone que tiene que comer con
regularidad, pero realmente no quiero empezar a regañarla.
— ¿Tienes hambre?
—No de comida —, susurra, sus ojos brillan llameantes. Mi polla se excita con
esas simples palabras.
—Tan impaciente como siempre señorita Steele, déjame contarte un pequeño
secreto, igual que yo —, le susurró al oído. Respiro su esencia, que es tan
celestial como siempre. —Pero la doctora Greene llegará en cualquier momento.
— ¿Qué me puedes decir sobre la Dra. Greene? — me pregunta algo nerviosa.
—Es la mejor ginecóloga en Seattle. ¿Qué más puedo decirte? — Sólo lo mejor
para ti, nena. Cueste lo que cueste.
—Pensé me visitaría tu médico, y no me digas que realmente es una mujer
porque no te creo —. ¿Qué?
—Creo que es más adecuado que te vea una especialista ¿No? — Y mujer. Soy el
único hombre que la puede a tocar allí. Eso es sólo mío.
Entonces me acuerdo de la invitación de mi madre para cenar esta noche.
Pensando en Mia y su entusiasmo sin límites, me pregunto si Anastasia podría
encontrar a mi familia abrumadora. Pero mi madre insistió tanto que le
pregunto, y por lo menos si Ana sabe que Kate estará allí, eso podría darle
seguridad, el tener a alguien más que conoce a la familia tanto como ella.
—Anastasia, a mi madre le gustaría que vinieras a cenar a su casa esta noche.
Creo que Elliot se lo pedirá a Kate también. No sé cómo te sientes acerca de
eso. Será extraño presentarte a mi familia —. Para mi familia seguro como el
infierno que será de lo más extraño.
Una extraña mirada pasa por su carita dulce.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
— ¿Estás avergonzado de mí? — pregunta.
Ahí está otra vez, la baja auto-estima. Avergonzado de ella, demonios NO.
—Por supuesto que no.
— ¿Por qué es extraño?
—Porque yo nunca lo he hecho antes —. Nunca. Otra primera vez señorita
Steele.
— ¿Por qué tu puedes poner los ojos en blanco, pero yo no puedo? — ¿Lo hice?
Su pregunta me toma por sorpresa. Tengo derecho a hacer lo que quiera nena,
así son las cosas. Y nadie puede azotarme.
—No era consciente de que estuviera haciéndolo.
—Ni yo tampoco, por lo general —, me replica. Mierda, Anastasia. Todo lo que
tienes que hacer es aprender a no poner los ojos en blanco y ser respetuosa
conmigo. No es mucho pedir, ¿verdad?
En ese momento aparece Taylor en la puerta para interrumpirnos.
—La Dra. Greene está aquí, señor.
—Llévala a la habitación de la señorita Steele —. Le ordeno. — ¿Lista para los
anticonceptivos?
Me pongo de pie y tomo la mano de Anastasia, pero ella me mira con horror.
—Vas a venir también, ¿verdad?
Una imagen de Anastasia haciendo una escena con otra mujer aparece de
repente espontáneamente en mi cabeza. Mmm, qué interesante, no me
importaría en absoluto de verdad. De hecho, me doy cuenta de lo
increíblemente erótico que me resulta. Pero lo guardo en el cajón de las
posibilidades. De momento es demasiado pronto para ella.
—Pagaría lo que fuera por ver Anastasia, pero no creo que la Dra. Greene lo
aprobara —, me río de ella. No, la impresión que me dio por teléfono la doctora
Greene es que sinceramente me desaprueba, y sólo está aquí por la paga
exorbitante y la donación generosa con las que la he sobornado.
164
Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Me coge la mano, y yo la tomo en mis brazos. La beso profundamente,
transmitiéndole mi profundo deseo por ella. Queda poco.
—Estoy tan contento de que estés aquí. No puedo esperar para desnudarte —,
susurro, mientras descanso mi frente contra la de ella, y deslizo mis dedos por
su pelo. Mi necesidad de ella es prácticamente insoportable, pero me las arreglo
para alejarme, y nos dirigimos a la habitación de Anastasia.
La Dra. Greene está esperando allí, y es más o menos como yo la imaginaba.
Una mujer fría, rubia, esbelta, elegante, probablemente de unos cuarenta años.
—Señor Grey —. Nos damos la mano.
—Gracias por venir con tan poco tiempo.
—Gracias por hacer que valga la pena, Sr. Grey. Señorita Steele —. Ella sonríe,
pero en realidad la sonrisa no le llega a los ojos cuando me mira, sólo cuando
mira a Anastasia. Así que la Dra. Greene es una de esas pocas mujeres a las
que mi aspecto no les afecta lo más mínimo. De hecho, está claro que me odia,
eso es obvio. Pero no importa, ella es una profesional, está aquí para hacer un
trabajo, no para unirse a mi club de fans. Ella se me queda mirando fijamente,
así que a regañadientes me despido.
—Estaré abajo —, murmuro.
Bajo y trato de concentrarme leyendo unos documentos. Pongo un poco de
música, Villa Lobos, un aria de Bachatas Brasileiras, una de mis favoritos.
Parecen tardar una eternidad allí arriba, y me pregunto qué diablos puede
tomar tanto tiempo. Supongo que significa que la médico es minuciosa y
apruebo eso. Esperemos que Anastasia no tenga problemas médicos que le
impidan tomar la píldora. El sexo será aún mejor cuando no tenga que usar un
maldito condón. Una vez que la barrera se retire, sé que voy a encontrar el
placer de follarme a Anastasia aún más elevado e intenso, si eso es posible.
Finalmente llegan a la planta baja.
— ¿Ya terminaron? — Le pregunto, mientras bajo la música y me acerco a ellas.
La Dra. Greene me mira directamente a los ojos.
—Sí, señor Grey. Cuide de ella, es una joven hermosa y brillante —, me
sermonea.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
¿Qué carajo? ¿Me está advirtiendo? ¿Ella cree que estoy abusando o
coaccionando a Anastasia o algo así? Bueno, ¿No lo estás haciendo, Grey?
—Tengo esa intención —, murmuro.
—Le enviaré la factura —, me informa bruscamente. Me da un apretón de mano
muy firme, y luego se vuelve a Anastasia.
—Buenos días y buena suerte para ti, Anastasia —, ella sonríe, y se va
acompañada por Taylor.
— ¿Cómo ha ido? — Le pregunto a Anastasia.
—Ha ido bien, gracias. Me ha dicho que tengo que abstenerme de toda
actividad sexual durante las próximas cuatro semanas.
¡Qué! ¿Qué demonios...? Entonces veo que Anastasia me sonríe como una
idiota.
— ¡Te pillé!
¿Oh, así qué te gusta bromear? A ese juego podemos jugar dos. La miro con mi
mirada fría de Dominante, así que ella cree que estoy seriamente disgustado
con ella. Veo su arrepentimiento, y estoy satisfecho por el poder que tengo
sobre ella, si sólo una mirada puede afectarla de esta manera
— ¡Te pillé! — le digo, mientras la miro y tiro de ella para rodearla con mis
brazos y besarla con fuerza. —Eres incorregible, señorita Steele.
Una vez más, todo lo que quiero hacer es desnudarla y estoy listo para echarle
el polvo de su vida, pero sé que todavía tengo que esperar un poco más.
—Por mucho que me gustaría seguir desde aquí, ahora tienes que comer y yo
no quiero que se retrase más —. Créeme, te sentirás mareada por lo que tengo
planeado.
—Eso es todo lo que quieres de mí ¿mi cuerpo? — me susurra.
—Eso y tu boca inteligente —, le susurro y la beso de nuevo. Puedo sentir como
vuelve a deslizarse el control, y este no es el plan, no quiero echar a perder mi
escena cuidadosamente planeada. Así que me separo y nos dirigimos a la
cocina mientras puedo. Cristo, su poder sobre mí es tan fuerte.
Nos comemos nuestro almuerzo, ella parece disfrutar de la ensalada César con
pollo que la señora Jones nos ha dejado preparada, estoy encantado de ver que
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
ella come deprisa para acabar antes que yo, lo que nunca había sucedido
antes. Tan ansiosa. Me gusta esto. Me agrada.
—Dime ¿Por qué método te has decidido? — Necesito saber estas cosas,
obviamente.
—Mini píldora.
— ¿Y te acordarás de tomarla regularmente, en el momento adecuado, todos los
días? — Ella realmente tiene que ser organizada con la mini píldora, no
podemos darnos el lujo de correr riesgos, y esto es nuevo para ella.
—Estoy segura de que me lo recordarás —, se sonroja.
—Voy a poner una alarma en mi calendario —, le respondo, sólo medio en
broma. Tendré que mantener un control sobre esto, tal vez una inyección
habría sido mejor, menos posibilidades para un desliz. Realmente deseo haber
estado en la consulta para dar mi punto de vista, pero no había manera de que
la Dra. Greene hubiera aprobado eso. Anastasia era su paciente y su única
preocupación quedó claro para mí por su actitud y sus comentarios.
Terminamos nuestra comida, y el ambiente entre nosotros ha cambiado. Ha
llegado el momento. ¡Al Fin! Estoy más allá que excitado. Pero tengo que estar
seguro.
— ¿Quieres hacer esto? — Todavía puede decir que no. Va a matarme, pero
tiene que estarlo “seguro, sensato y consensuado”, como dicen.
—No he firmado nada.
—Ya lo sé, pero estos días estoy rompiendo todas las reglas —. Me he dado
cuenta de que eso no me impide seguir para adelante de todos modos. Es sólo
un pedazo de papel.
— ¿Vas a pegarme? — Sondea el terreno. El placer y el dolor, cogidos de la
mano. Pero vas a ser capaz de soportarlo.
—Sí, pero no va a ser para lastimarte. No te quiero castigar en estos momentos.
Si te hubiera tenido ayer por la tarde, bueno, esa habría sido una historia
diferente —. Quería sacarte la mierda a golpes...
Veo una expresión de horror en su rostro. Tengo que explicarle, ser honesto, o
esto no va a funcionar.
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G.E. Griffin
—No dejes que nadie trate de convencerte de lo contrario, Anastasia. Una de las
razones de que a la gente como yo le guste hacer esto es porque les gusta dar o
recibir dolor. Es muy simple. A ti no, así que pasé mucho tiempo ayer pensando
en eso.
— ¿Y llegaste a alguna conclusión? — susurra. La respuesta no es fácil, así que
me doy por vencido y dejó de pensar de más las cosas.
—No, y ahora mismo, sólo quiero atarte y follarte sin sentido. ¿Estás lista para
esto?
—Sí.
—Bien. Ven.
Tomo su mano y nos dirigimos hasta mi cuarto de juegos.
Esto es todo.
Al fin.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Capítulo 17
C
ierro la puerta del cuarto de juegos detrás de nosotros.
—Cuando estás aquí, eres completamente mía. Para hacer lo que me parezca.
¿Entiendes?
Anastasia asiente.
Estoy más allá de la euforia, más allá del éxtasis, más allá del júbilo. Estoy en
mi zona de confort. Yo soy el dominante. Ana es mi sumisa.
Este es mi mundo. Aquí es donde pertenezco. Soy el control. Sé quién soy. No
hay confusión. Sé cómo funcionan las cosas en este mundo.
Y ahora Anastasia ha entrado en mi mundo, en mis términos.
Yo soy su dominante. Ella es mi sumisa. Ella será complaciente para mí, sólo
para mí, por propia voluntad. Ella confía en mí. Ella es mía para hacer lo que
yo quiera. Ella me va a servir. Ella existe sólo para darme placer.
Pero, por supuesto, tengo que recordar que está en formación, que todavía está
en transición hacia una sumisa, así que tengo que ir con suavidad con ella.
Debo asegurar su placer también, porque me gustaría que continuara como mi
sumisa en el futuro próximo.
—Quítate los zapatos —, ordeno.
Torpemente lo hace, y los coloca junto a la puerta.
—Bien. No dudes cuando te pida que hagas algo. Ahora te voy a quitar el
vestido. Algo que he querido hacer desde hace unos días, si no recuerdo mal.
Quiero que te sientas cómoda con tu cuerpo Anastasia. Tienes un cuerpo
hermoso y me gusta mirarlo. Es una alegría para la vista. De hecho, te podría
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
contemplar todo el día, y quiero que estés desinhibida y sin vergüenza de tu
desnudez. ¿Entiendes?
—Sí —. Oh, esto no va a ser todo. Ya me está desagradando.
—Sí, ¿qué?
—Sí, señor.
— ¿Lo dices en serio? — Exijo. Las palabras deben venir al instante de ella, no
debería tener que pensar en ello. Ella tiene mucho que aprender.
—Sí, señor.
—Bien. Levanta los brazos por encima de tu cabeza —. Quiero que ella esté
desnuda. Ahora.
Esto es lo que quería hacer con este vestido en el comedor privado en The
Heathman la otra noche, antes de que ella saliera corriendo. Ahora tengo lo que
había deseado. Paso el vestido lentamente a lo largo de sus muslos, caderas,
aún más lentamente sobre el vientre, su pecho y los hombros, finalmente, sobre
su cabeza. Le doy la vuelta para examinarla. Muy bonito. Me gusta lo que veo.
Muy bonito. Pero ella está mordiéndose el labio. Tiro de su barbilla para detener
esto porque me hace sentir cosas, y yo no necesito esa distracción en estos
momentos.
Le ordeno que se dé la vuelta y me alegro cuando lo cumple inmediatamente.
Bien.
Puedo desabrochar su sujetador. Poco a poco paso los tirantes por sus brazos,
saboreando la sensación de su hermosa piel de satén. Toda mía, toda para mí.
Me paro detrás de ella y agarro su precioso cabello castaño largo para exponer
su cuello. Mmm, ese olor especial a Anastasia es único. Sólo para que yo lo
huela. Nadie más.
—Hueles divinamente como siempre Anastasia —, le susurro, cuando beso esa
parte blanda debajo de su oreja. Nadie más puede hacer esto, sólo yo.
Ella gime.
— ¡Silencio! No hagas ruido —, le ordeno. No le he dado permiso para hacer
ruido. Ella debe aprender a controlarse. Voy a enseñarle.
Trenzo su cabello en la forma que quiero que lo tenga cuando ella este aquí.
Ahora puedo usarlo para controlarla, como demuestro tirando la trenza para
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
forzar su espalda contra mí. Perfecto. Una sumisa siempre debe tener el pelo
largo.
—Date la vuelta —, ordeno. Lo hace, pero su respiración superficial delata el
hecho de que ella está muy nerviosa. Comprensible, dado que esta es su
primera escena.
—Cuando te diga que vengas aquí así es como te vestirás. Solo con tus bragas.
¿Entiendes?
—Sí.
—Sí, ¿qué?" Gruño. Por el amor de Dios, siempre tengo que recordarle que debe
mostrarme respeto cuando se dirige a mí.
—Sí, señor —. Eso está mejor.
—Buena chica. Cuando te diga que vengas aquí espero que te arrodilles allí.
Hazlo ahora —. Señalo un lugar cerca de la puerta. Ella parpadea y duda, y
tengo que recordarme a mí mismo que no tiene experiencia y debo ser paciente.
Pero finalmente hace lo que yo le pido.
—Puedes sentarte sobre los talones.
Ella lo hace.
—Pon las manos y los antebrazos apoyados en los muslos. Bien. Ahora aparta
tus rodillas. Mas. Mas. Perfecto. Mira hacia el suelo.
Me acerco a ella, y luego tiro bruscamente de su trenza, moviendo su cabeza
hacia atrás, así tiene que mirarme.
— ¿Recordarás esta posición, Anastasia?
—Sí, señor —. Se acordó de cómo dirigirse a mí esta vez.
—Bien. Quédate aquí, no te muevas.
Ahora la dejo en la habitación. Una lección de obediencia para ella. Voy a
dejarla esperar en esta posición durante todo el tiempo que yo elija, y ella debe
permanecer completamente inmóvil en esa posición, porque esa es mi voluntad.
La hago esperar diez minutos. Diez minutos más atroces que largos. La
anticipación de lo que va a pasar todo el rato dando vueltas en su cabeza
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G.E. Griffin
intensificará sus reacciones. Cuando vuelvo a entrar en la habitación, me
alegro de que se acuerde de mantener los ojos hacia abajo.
Ahora sólo llevo mis jeans rotos especiales, los que siempre llevo aquí. Me
ponen en el estado mental que quiero, el estado de ánimo adecuado. Dejo el
primer botón sin abrochar. Estoy descalzo y con el torso desnudo, sin nada
más que pueda ser un obstáculo para follar, pero nunca aparezco
completamente desnudo delante de mi sumisa. Todo lo que tengo que hacer
ahora cuando quiera follarla es soltar un par de botones.
—Anastasia buena chica. Te ves hermosa así. Bien hecho. Ponte de pie.
Ella cumple, manteniendo la cara hacia abajo. Buena chica.
—Me puedes mirar.
Vacilante mira hacia arriba y ve que me he cambiado la ropa. Su rostro es tan
fácil de leer, y es evidente que le gusta lo que ve cuando mira fijamente mi
torso. Pero yo tengo el control, ella no me va a tocar hoy, y esto me relaja.
—Voy a encadenarte ahora, Anastasia. Dame tu mano derecha —. Así que
ahora empezamos de verdad. Ahora realmente empezaremos a jugar.
Ella me da la mano. Dirijo la palma hacia arriba y luego aplasto el centro de la
mano con una fusta. Ella se sorprende, ya que no se había dado cuenta de lo
que tenía en mi mano antes.
— ¿Cómo lo has sentido? — Le pregunto.
Ella no responde, sólo parpadea en estado de shock.
—Respóndeme —, le ordeno.
—Está bien —, ella frunce el ceño.
—No frunzas el ceño —. Eso me desagrada. Vuelve a organiza su expresión
impasible y trata de mantenerla en su lugar. Lo dejo pasar. Paciencia, Grey.
Todo esto es nuevo para ella. Ella es tu pupila, y tú eres su amo. Con Ana tienes
que tomar las cosas con calma. Ella se lo merece.
— ¿Eso te ha dolido?
—No —. Ella no parece muy convencida.
—Esto no va a doler. ¿Entiendes? — Ella tiene que aprender a confiar en mí.
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G.E. Griffin
—Sí —. Todavía suena insegura, y sus nervios están haciendo su respiración
entrecortada.
—Lo digo en serio.
Tengo una pequeña sorpresa para ella, para facilitarle su primera sesión. Yo
soy un Dominante del tipo amable, cuidando de ella en la forma en que lo
necesite.
Le muestro la fusta que voy a usar. Es marrón de cuero trenzado, como la que
me describió en su húmedo sueño erótico. Sus ojos se sacuden cuando se da
cuenta, y me alegro de que le guste mi sorpresa. Esto va a ser muy divertido.
—Nuestro objetivo es complacer, señorita Steele. Ven.
La muevo hasta mi red, y bajo algunos grilletes con puños de cuero negro. La
voy a iniciar con una primera restricción suave, estos son blandos para sus
muñecas.
—Esta red está diseñada para que los grilletes se muevan a través de ella —.
Ella mira hacia arriba. —Vamos a empezar aquí, pero quiero follarte de pie. Así
que vamos a terminar en el muro allí —, le explico, cuando señalo mi cruz de
madera. Sus ojos se abren cuando ella escucha todo lo que estoy diciendo, y
creo que ella está casi en estado de shock.
Me he imaginado esta escena en mi cabeza muchas veces, y ahora por fin se
hará realidad.
—Pon tus manos sobre tu cabeza.
Ella inmediatamente lo hace. Buena chica. Esto me agrada. Aseguro las
esposas. Camino lentamente alrededor de ella, inspeccionando mi poder sobre
mi sumisa. Estoy muy contento por lo que veo. Al verla aquí, en mi cuarto de
juegos, encadenada, indefensa y completamente a mi merced es aún mejor que
en muchas de mis fantasías. Excelente. Toda esa luminosa piel pálida para que
yo la contemple. Sus magníficos pechos llenos, coquetos y suaves. Sus pezones
rosados orgullosamente parados para que juegue con ellos. Eso me gusta. Su
delicioso culo perfecto, todo mío para colorearlo de nuevo si lo deseo. Tiene las
manos firmemente esposadas fuera de peligro. Su cuerpo entero es mío para
que yo haga lo que quiera con él. Toda mía. Adorable.
—Te ves muy bien atada, señorita Steele. Y tu boca inteligente callada por
ahora. Me gusta eso.
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G.E. Griffin
Pero la quiero totalmente desnuda. Meto mis dedos en sus bragas, y poco a
poco las deslizo por sus piernas. Me arrodillo delante de ella para quitárselas,
luego las tomo en mi mano y meto la nariz en ellas para inhalar
profundamente. Joder, huelen tan jodidamente bien. Oh, sí, llevan el olor carnal
de una mujer atractiva, una mujer sexy que ya está húmeda, húmeda porque
ella está excitada, encendida y necesitada. Necesitada de mí. Pero todavía no.
Meto las bragas en mi bolsillo de los jeans y sonrío maliciosamente al ver su
expresión sorprendida. Tengo planes para esas bragas.
Es hora de avanzar las cosas. Me pongo de pie y apunto el final de la fusta en
su ombligo, pausadamente dando vueltas para atormentarla. Funciona
instantáneamente porque ella se estremece y jadea con anticipación. Camino
alrededor de ella otra vez, llevando la fusta alrededor de la mitad de su cuerpo.
En mi segundo circuito, de repente le doy un chasquido con la fusta y el golpe
bajo detrás de ella, contra su sexo. Sé que esto la sorprende, pero también sé
que estimulará todas sus terminaciones nerviosas mientras le doy dulces
golpes con la punta de la fusta. Pero la hace gritar y ya he dado instrucciones
para que esté tranquila y no haga el menor ruido. Decepcionante.
— ¡Silencio!
Camino alrededor de su cuerpo restringido, de nuevo rodeo con la fusta su
cuerpo, pero un poco más fuerte esta vez. Muevo la fusta contra el mismo lugar
de nuevo, pero esta vez lo está esperando, y su cuerpo se convulsiona. Sí, ella
es muy sensible, Ana siempre lo es. Hago mi ronda otra vez, agitando la fusta
para golpear primero un pezón y luego el otro. La azoto de nuevo con la fusta lo
suficientemente fuerte para que pique. El dulce éxtasis de dolor, esa es la
lección que le estoy dando hoy, y estoy recompensado al ver sus pezones
endurecerse y agrandarse. Bonito, muy bonito. Echa la cabeza hacia atrás y
gime tirando de las esposas de cuero.
— ¿Te sientes bien?
—Sí —, se lamenta. Oh nena. Ella de nuevo necesita recordar. Esta vez la
golpeó duro en las nalgas con la fusta para que realmente le pique.
— ¿Sí qué? — Me burlo de ella.
—Sí, señor —, ella gime y cierra los ojos.
Empiezo despacio lloviendo pequeños mordiscos picadores con la fusta por su
vientre, en dirección a su parte más sensible. Se necesita habilidad para saber
lo difícil que es golpear ahí, así que Ana es realmente afortunada de contar con
un Dominante tan experimentado.
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G.E. Griffin
— ¡Oh... por favor! — ella gime, cuando con experiencia empiezo a picarle
contra el clítoris.
— ¡Silencio! — Ordeno, mientras golpeo con fuerza en su trasero otra vez.
Arrastro la punta de la fusta a través de su vello, hasta su entrada, y se moja al
explorar un poco. Sí, ella ya se está excitando, tal como yo pensaba.
—Ves lo mojada que estás por esto, Anastasia. Abre tus ojos y abre la boca —.
Empujo la punta de la fusta en su boca. —Mira como sabes. Chupa. Chupa
duro, nena.
Quiero que todos sus sentidos estén implicados. Observo mientras ella chupa
obedientemente la punta de la fusta, y estoy satisfecho cuando veo que sus ojos
se abren en estado de shock ante el sabor combinado de la piel y su excitación.
Es muy erótico, y quiero participar, así que saco la fusta de su boca y luego la
beso muy duro y muy profundo. Ella tiene un sabor increíble, y envuelvo mis
brazos alrededor de ella y la estrello contra mí, con la certeza de que todo está
bajo mi control, que está encadenada para que no me pueda tocar.
—Oh, Anastasia, tú sabes tan bien. ¿Hago que te corras?
Lo ha hecho bien hasta ahora, pero estoy muy impaciente por follarla. Ha
pasado mucho tiempo desde que tuve una sumisa en mi cuarto de juegos.
—Por favor —, ella pide.
La golpeo con fuerza en las nalgas, de nuevo.
—Por favor, ¿qué?
—Por favor, señor —, ella gime. Ella está aprendiendo.
— ¿Con esto? — Levanto la fusta para que pueda verla.
—Sí, señor.
— ¿Estás segura? — Le pregunto severamente.
—Sí, por favor, señor.
—Cierra los ojos.
Empiezo con pequeños golpecitos picadores con la fusta contra su vientre,
bajando con pequeñas picaduras suaves contra su clítoris, una y otra vez,
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
hasta que finalmente ella no puede aguantar más, y se corre, en voz alta y
gloriosamente.
La sostengo mientras ella se hunde, lloriqueando y gimiendo en mi pecho a
través de los espasmos de su orgasmo. La levanto y me muevo hacia ella,
todavía atada, a través de la red para terminar en mi cruz de madera. Estoy
desesperado por estar dentro de ella ahora. He estado esperando esto durante
mucho tiempo y ahora estoy tan jodidamente duro que duele.
Hago estallar el par de botones restantes de mis jeans, y luego envuelvo mis
manos alrededor de sus muslos para levantarla.
—Levanta tus piernas, nena, y envuélvelas alrededor de mí —, le instruyo, y
ella cumple lo que le ordeno
Empujo duro de forma rápida hasta sumergirme en ella hasta la empuñadura,
y ella grita porque es muy profundo de esta manera. Se siente jodidamente
increíble porque ella es tan apretada, tan caliente, tan húmeda, tan
resbaladiza. Ahora me alegro de que hiciera del fisting un límite infranqueable.
Me encanta como es de apretada, así que no quiero que ella se estire. Me pierdo
en ella mientras sigo más profundo y más duro, gimiendo mientras entierro mi
cara en su cuello. Mis bolas están apretando, y puedo sentir mi liberación
edificándose. Siento su tensión y como tiembla así que sé que está cerca otra
vez. Mantengo el ritmo implacable, hasta que se deja ir y siento los espasmos
con fuerza alrededor de mí, y eso me lleva hasta el borde. Encuentro mi
liberación dentro de ella, aprieto los dientes y la agarro con fuerza contra mí. Es
tan jodidamente bueno que creo que veo estrellas ante mis ojos.
Una vez que recupero el aliento, tiro de ella, y la dejo frente a la cruz, la apoyo
contra ella para desabrocharle las esposas, luego nos hundimos en el suelo
juntos. La tiro en mi regazo, acunándola mientras ella apoya la cabeza contra
mi pecho. Ella está completamente destrozada.
—Bien nena —, murmuro. — ¿Eso dolió?
—No —, ella susurra, apenas capaz de mantener los ojos abiertos.
Definitivamente vamos a tener que trabajar en su resistencia, por lo general
espero que mis sumisas puedan seguir adelante mucho más tiempo que esto,
yo puedo seguir durante horas. Pero podemos trabajar en esto, y sin duda su
debilidad se debe también a los efectos posteriores de la adrenalina que se
corría por su cuerpo.
— ¿Lo esperabas? — Le pregunto gentilmente, tiernamente al apartar algunos
mechones de pelo de su cara. Mi hermosa chica lo hizo tan bien, estoy tan
orgulloso de ella.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
—Sí —, admite.
—Ves, la mayor parte de tu miedo está en tu cabeza, Anastasia —. Esto es lo
que he estado tratando de explicarle, y tal vez ahora me creas y confíes en mí
para empujar más tus límites. — ¿Lo harías de nuevo?
—Sí —, ella finalmente acepta suavemente.
Me siento muy contento de oír esto, las cosas han ido tan bien. La abrazo y le
beso la parte superior de la cabeza.
—Bien. También yo —, murmuro. Pero todavía no voy a empujar sus límites
más allá.
—Y no he terminado contigo todavía.
Todavía estamos sentados en el suelo juntos, y tengo mis brazos envueltos
alrededor de ella mientras ella descansa para recuperarse. Sin pensarlo, ella
comienza a acariciar contra mi pecho desnudo, y de inmediato me tenso con su
toque. Ella me mira.
—No —, le advierto, el hechizo se rompió. —Arrodíllate junto a la puerta.
Me siento y la libero. Tropieza al ponerse de pie, y luego se escabulle hacia la
puerta para arrodillarse como le he indicado. Veo que está muy cansada y
débil, pero tengo un servicio más que exigirle. Cuando se arrodilla, voy a buscar
lo que necesito. Cuando me acerco a ella, puedo ver que sus ojos están caídos.
Por eso insisto en un número determinado de horas de sueño, ejercicio regular
y una dieta adecuada para mis sumisas. Tal vez ahora ella será más razonable
acerca de esto.
— ¿Te estoy aburriendo, señorita Steele?
Ella se despierta de golpe mientras estoy frente a ella con los brazos cruzados.
—Levántate.
Se levanta temblorosa.
—Estás agotada, ¿verdad?
Ella asiente con la cabeza, ruborizada.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
—Tranquila, señorita Steele. No he tenido mi ración de ti todavía. Extiende tus
manos en frente como si estuvieras rezando.
Ella parpadea hacia mí con perplejidad. Tomo la brida y aprieto con fuerza
alrededor de sus muñecas. Ahora ella me mira con asombro.
— ¿Te resulta familiar? — Bromeo, satisfecho con su reacción a mi pequeña
broma. Estas son las bridas que le compré en Clayton's. Ahora entiende que
todo el tiempo tenía previsto utilizarlas en una escena con ella. Todavía tengo la
cuerda de filamento natural y la cinta adhesiva ancha para jugar en otro
momento también. Atada y amordazada, maldita perfección.
—Tengo aquí unas tijeras, puedo cortarla en cualquier momento —. La
tranquilizo mostrándole las tijeras. Ella pone a prueba la brida tratando de
liberar sus muñecas, y pronto descubre que es muy cortante y áspera a menos
que ella mantenga sus muñecas quietas. Un dispositivo de retención perfecto.
—Ven —. La llevo a mi cama con dosel.
—Quiero más, mucho, mucho más —, le susurro al oído. —Pero voy a hacer
esto rápido. Estas cansada. Agárrate al poste —, le ordeno. Me gusta terminar
una escena tomando a mi sumisa desde atrás con una follada dura. Ella
aceptará esto porque sabe que me agrada mucho.
Ella agarra el poste de madera tallada de la cama.
—Más abajo —, le ordeno. —Bien. No lo sueltes. Si lo haces, te voy a azotar.
¿Entiendes? — Todo lo que tiene que hacer es aguantar.
—Sí, señor.
—Bien.
Agarro sus caderas hacia atrás y la levanto de manera que ella se inclina hacia
delante, todavía se aferra al poste.
—No te sueltes, Anastasia —. Le advierto. —Te voy a follar duro por detrás.
Sujeta el poste para apoyar tu peso. ¿Entendido?
—Sí.
Le doy una palmada con fuerza de nuevo. Aunque ella este cansada, tiene que
mostrarme respeto.
—Sí, señor.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
—Abre tus piernas —. Las empujo más separadas con mi pierna. —Eso está
mejor. Después de esto voy a dejarte dormir.
—Tienes la piel tan hermosa, Anastasia —, murmuro mientras acaricio y beso a
lo largo de su espina dorsal, al mismo tiempo que agarro sus pechos. Atrapo
sus pezones entre mis dedos para tirar de ellos suavemente. Ahora está
despierta y receptiva de nuevo, gimiendo al sentir la sensación justo dentro de
ella.
Le muerdo y chupo suavemente la piel de su cintura, y ella sabe jodidamente
dulce. Tiro de sus pezones otra vez, y veo sus manos apretar el poste que está
sosteniendo. Cuando me quito los jeans y me pongo el preservativo, listo para
tomarla, doy un paso atrás para admirarla ahora que está totalmente expuesta
para mí.
Puedo ver sus hermosos pliegues húmedos que están pidiendo mi atención.
También tengo la intención de reclamar su culo virginal con el tiempo, eso
también será todo mío, aunque creo que tendré que persuadirla y convencerla
considerablemente antes de que ella esté de acuerdo con eso. Pero voy a
disfrutar de ese desafío, entre otros muchos trucos que tengo guardados para
Ana. Hay tantas cosas en las que puedo entrenarla para hacer y aceptar.
Armarios enteros de juguetes encantadores para probar en ella. Látigos.
Fustas. Luego ya la mierda más pesada, los azotes, y por supuesto mi favorito
absoluto, la vara, si puedo convencerla de que me deje usarla con ella.
—Tienes un cautivador y sexy culo, Anastasia Steele. Lo que me gustaría
hacerle —, le susurro mientras corro mis manos sobre cada uno de sus suaves
nalgas color de rosa. Deslizo dos dedos dentro de ella para comprobar su
estado de preparación. Ella está mojada. Perfecto. Lista para montarla muy
duro.
—Tan mojada. Nunca me defraudas, señorita Steele. Sostente fuerte... esto va a
ser rápido, nena.
Tomo sus caderas para situarme y ella se agarra firmemente al poste de la
cama. Agarro el final de la trenza del pelo y lo enrollo alrededor de mi muñeca
para mantener la cabeza firmemente en su lugar por lo que no se puede alejar.
Con la otra mano, sostengo la cadera, así que está en la posición perfecta para
servirme. Tiro de su cabello bruscamente para traerla de vuelta hacia a mí y
luego poco a poco entro en ella, derecho en ella, todo el camino en pleno hasta
que está completamente llena con mi polla. Ajuste perfecto. Estoy envuelto una
vez más en su sedosa opresión. Sostengo firmemente su cuerpo en esta
posición para usarla para mi placer. Ella no puede moverse, sólo puede tener lo
que yo quiera darle. Poco a poco me salgo. Entonces entro de nuevo en ella tan
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G.E. Griffin
duro como puedo. Ella se sacude hacia adelante, y yo le grito a través de mis
dientes apretados.
—Aguanta, Anastasia —. Le he dicho que la azotaré si se suelta, y lo haré. Ella
tiene que aprender. Debe acostumbrarse a eso porque así es como me encanta
follar. Duro. Muy duro.
Ella agarra el poste más firme, así que ahora descansa su peso en él. Ella
puede aguantarlo, será rápido. Con el tiempo con el ritmo de cada embestida
profunda, tiro de su cabello hacia atrás y tiro de sus caderas para mí. Follando
fantásticamente. Puedo sentir mi liberación acercarse ahora, así que aumento
el ritmo, y puedo sentir sus músculos temblando y apretados de nuevo a mi
alrededor también.
—Vamos, Ana dámelo —. Le gimo a ella, y lo hace. A medida que se contrae
alrededor de mí, los dos vamos por el borde, volamos juntos y luego caemos en
mil pedazos. Silbo fuerte como chupando aire a través de mis dientes
apretados, mientras ella grita y gime y luego se derrumba. La abrazo apretado
hasta que nos recuperamos y nuestra respiración vuelve a la normalidad, luego
la pongo tranquilamente encima de mí, mientras terminamos en el suelo
juntos. Eso fue jodidamente alucinante, pero ahora está total y absolutamente
agotada. Y sólo he tenido dos folladas.
Poco a poco vuelve a la vida mientras nos acostamos en el suelo. Le acaricio
suavemente la oreja, y corto el lazo de plástico para ponerla en libertad.
—Declaro esta Ana inaugurada —, bromeo con ella, y ella se ríe.
Esto me trae bruscamente de vuelta a la realidad.
Me siento casi como si tuviera una sed que no puede ser saciada dentro de mí,
a veces, esta necesidad de follar muy duro. Por supuesto que no ayuda el
tiempo que ha pasado desde que he tenido a una sumisa en el cuarto de
juegos. Al menos por ahora esa bestia ha sido domesticada, y me siento mal por
no hacer reír y sonreír a Ana más a menudo. Como su dominante, yo soy el
responsable de eso.
—Es un sonido tan hermoso —, le digo mientras me incorporo y tiro de ella
hacia mi regazo. Suspiro. Voy a regresar de mi viaje ahora, de vuelta al mundo
real. —Eso es mi culpa.
Le masajeo suavemente los hombros y
incomodidad, y Ana me mira, desconcertada.
—Que no te rías más a menudo —. Elaboro.
180
brazos para
aliviar cualquier
Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
—Yo no soy muy buena riendo —, murmura adormilada.
—Ah, pero cuando sucede, señorita Steele, es una maravilla y una alegría para
la vista.
—Muy halagador Sr. Grey —, murmura, apenas es capaz de mantener los ojos
abiertos. Se ve tan dulce, y no puedo evitar sonreírle.
—Yo diría que estás bien follada y que necesitas dormir.
—Eso no suena halagador en absoluto —, refunfuña.
Ella realmente necesita descansar ahora, así que gentilmente la muevo de mi
regazo para ponerla de pie. Me pongo mis jeans de nuevo, como estaba antes.
—No quiero asustar a Taylor y la señora Jones con este asunto —, murmuro,
según recuerdo ambos están todavía en el apartamento este fin de semana.
Ayudo a Anastasia a levantarse, y deslizarse la bata gris que traje para ella. Ella
está tan cansada que la visto como a un niño pequeño. Mi Ana. Me inclino
hacia abajo para besarla gentilmente. Lo ha hecho muy bien hoy, y estoy muy
orgulloso de mi nena.
—A la cama —, le digo mientras le doy una pequeña sonrisa. Una mirada de
sorpresa se cruza por su cara mientras ella piensa que yo quiero más. —Para
dormir —. Demonios, sí lo hago nena, pero aun así, no soy un bastardo sin
corazón.
Ella está agotada, así que la cargo y ella se acurruca contra mi pecho mientras
yo la llevo por el pasillo hasta su habitación, donde tiro hacia atrás el edredón y
la cuesto. Me quedo con ella, porque después de su primera experiencia en mi
cuarto de juegos, debo asegurarme de que está bien. Es mi responsabilidad
cuidar de ella y asegurarme de que está bien, sobre todo después de lo que
pasó la otra noche, cuando no me quedé después de que le acabara de dar una
azotaina dura de castigo. No puedo arriesgarme a eso si ella está ocultando el
hecho de que está molesta así de nuevo. Así como su dominante, puedo
justificar por qué estoy acostado a su lado. Pero en el fondo, sé que es también
es porque me gusta mucho estar en la cama junto a ella.
—Duérmete, niña hermosa —, le susurro, mientras beso su cabello y aspiro su
aroma. Ella ya está dormida. Va a tener que trabajar en la mejora de su
resistencia, eso es seguro.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Hoy sólo he tenido dos polvos. Por lo general, yo tendría al menos tres durante
una sesión en mi cuarto de juegos, a veces cuatro. Siempre he tenido un deseo
sexual muy alto, por lo que fue una tortura para mí cuando era un adolescente
hormonado y frustrado, uno que odiaba ser tocado, así que no podía follar en la
forma habitual.
Gracias a Dios me tomó Elena, de lo contrario realmente creo que podría haber
terminado como un criminal violento que hubiera tenido que ser encerrado,
lejos del resto de la sociedad. Es por eso que no puedo arriesgarme a desviarme
de la forma de vida que sé que funciona para mí. ¿Qué otra cosa podía
legalmente canalizar mis excesos? Sólo grandes cantidades de ejercicio físico
pueden ayudar, y corro y hago ejercicio todos los días, con sesiones de
kickboxing adicionales con Claude si me siento particularmente estresado o
frustrado. Por lo menos ahora todo lo depravado y perverso que hago es
siempre con una compañera con pleno consenso y voluntad.
Veo a Anastasia respirar mientras duerme, su rostro angelical en paz, con sus
muy suaves labios ligeramente entreabiertos. Paso suavemente un dedo por su
mejilla, maravillándome de nuevo de su pálida piel perfecta. Mía. Aparto
algunos mechones de su pelo suave de su rostro. Mía. Vamos a encontrar la
manera de hacer esto. Tenemos que encontrar una manera, porque sé que no
podría dejarla ir.
Hoy es un día de muchas “primeras veces” contradictorias. Su primera vez
como mi sumisa. Su primera escena en mi cuarto de juegos. La primera foto de
nosotros juntos en un periódico. La primera vez que voy a llevar a una chica a
cenar a casa de mis padres.
¿Cómo funciona todo esto junto? ¿Ana mi sumisa o Ana mi novia? ¿Es posible
una transición entre las dos? ¿Ana la novia sumisa?
Sé que es un estado mental cuando me convierto en el dominante. Una vez que
entro en mi cuarto de juegos, echo fuera todo lo demás, o al menos lo he hecho
siempre con mis sumisas anteriores. Todas eran buenas chicas que fueron
contratadas para atender mis necesidades sexuales. Pero nunca sentí la
necesidad de dar a ninguna de ellas más que eso, y cuando decían que era lo
que querían era siempre el momento de terminar su contrato.
Pero es diferente con Anastasia. Voy a hablar de esto un poco más la semana
que viene con Flynn, para conocer su opinión sobre todo, porque no tengo las
respuestas. Por ahora nos limitaremos a pasar cada día y ver qué pasa. Y para
llegar al final de este día, vamos a ir a cenar a casa de mis padres. Voy a dejar a
la Bella Durmiente dormir durante todo el tiempo que pueda, antes de tener
que despertarla para arreglarse.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Capítulo 18
M
ientras Anastasia duerme, me ducho y me visto, estoy listo para
ir a casa de mis padres para la cena. Me parece una lástima
despertarla porque se ve tan dulce y apacible, pero cuando sólo
queda media hora para que tengamos que salir, no tengo más remedio que
despertarla.
Gentilmente la beso en la sien, pero ella no se despierta, entonces la lleno de
besos suaves sobre su cara hasta que ella se mueve, pero gime y vuelve a
hundirse de nuevo en la almohada.
—Anastasia, despierta —, Trato de convencerla suavemente.
—No —, gime.
—Tenemos que salir en media hora para la cena en casa mis padres —, le
recuerdo. No puedo evitar sonreír porque se ve tan molesta y de mal humor es
simplemente adorable.
De mala gana ella abre los ojos.
—Vamos dormilona. Levántate —. Me inclino para besarla de nuevo. Ella es
absolutamente irresistible con esos grandes ojos soñolientos azules. —Te he
traído algo para beber. Estaré abajo. No te vuelvas a dormir, o estarás en
problemas.
Le dejo el vaso de jugo de arándano y agua mineral, y la dejo para que se
levante y se prepare.
Mia ya ha estado llamándome para asegurarse que voy a ir y que llevaré a
Anastasia conmigo. Y otra llamada de Elliot
—Hey colega, ¿cómo estás? ¿Vas a llevar a Ana a la cena en casa de mamá esta
noche, verdad? ¿Sabes que voy a llevar a Kate?
—Sí, y sí —, le respondo brevemente. Por supuesto que sé que tiene otra razón
para llamar.
—Genial. ¿Así que... umm... todo va bien, ya sabes, entre tú y Ana?
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
—Todo bien, gracias —. Sonrío para mis adentros mientras estoy pensando en
nuestra primera vez en mi cuarto de juegos de hoy, y de algún modo mi
hermano se da cuenta. Dicen que se puede oír una sonrisa en la voz de
alguien.
—Ah, bien, me alegro de oírlo. Porque... ya sabes... Bromas aparte, Ana es tu
primera novia y tú eres su primer novio, así que...
—Elliot, simplemente no... — Rápidamente trato de cortar, horrorizado por
donde creo que va con esto.
— ¿No, escúchame quieres? Mira, sé que por lo general no te gusta hablar con
ninguno de nosotros sobre tu vida personal, pero como tu hermano mayor,
quiero que sepas, con toda seriedad, que siempre puedes venir a mí para
cualquier tipo de ayuda o asesoramiento sobre las cuestiones del sexo. Quiero
decir, obviamente sabes cómo va, pero como estás empezando una relación,
déjame decirte hermanito, que hay mucho más que eso. Con toda la experiencia
que he tenido, te puedo dar todo tipo de sugerencias y consejos sobre cosas
como las mejores posiciones para una buena follada y pequeños trucos que te
ayudarán a compensar tu falta de experiencia con las mujeres.
—Elliot, ¡cállate de una puta vez!
—Está bien, Christian, no hay necesidad de estar avergonzado. No es más que
un arranque tardío, supongo, pero estoy seguro de que pronto vas a recuperar
el tiempo perdido, ahora que has encontrado a una gran chica como Ana. Me
alegro de verdad que finalmente te dieras cuenta que hay más en la vida que el
trabajo y la construcción de tu imperio.
— ¿Eso es todo? — Yo suspiro, sabiendo que es inútil discutir con él, sólo
prolonga la agonía.
—En realidad no. Quería informarte de que después de pasar el día ayudando a
las chicas en su mudanza ayer, papá me ha estado acribillando queriendo
saber más acerca de ellas. Por supuesto que está familiarizado con los
antecedentes familiares de Kate y el negocio de su padre, pero con Ana...
— ¿Que, que pasa con Ana?
—Mira no te enojes, pero le preocupaba que Ana pueda ser una especie de caza
fortunas, que ha logrado convencerte... quiero decir seducirte, porque no estás
acostumbrado a las “armas de mujer”, como dijo.
— ¿EL QUE? ¿Cómo carajo se atreve...?
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
—Cálmate, Christian. Pronto lo puse derecho, le conté la verdad de las cosas,
de verdad te digo, Ana es una buena chica, y estoy seguro que tan pronto como
la conozca, se dará cuenta por sí mismo. Fue el abogado el que hablaba,
tratando de protegerte y cuidar de ti. Mamá le dijo que no fuera tan cínico, ella
también le aseguro que Ana es una chica encantadora.
—Por el amor de Dios, ¿verdad cree que tengo quince años o algo así? — Trato
de mantener mi temperamento bajo control.
Este es el problema con mi familia que no tienen ni la más mínima idea acerca
de mi verdadero estilo de vida. Y las cosas entre mi padre y yo sin duda han
sido un poco tensas por momentos, porque no creo que jamás me ha
perdonado por abandonar Harvard. A pesar de que ahora soy un millonario, el
todavía piensa que debería haber aguantado hasta el final de mi curso antes de
la crear mi empresa. Pero no me arrepiento en absoluto, esa decisión fue una
de las mejores que he tomado.
—Mira, no dejes que te afecte, pero yo solo pensé que debía advertirte, en caso
de que él diga algo esta noche... algo que podría hacerte perder los estribos y
perder ese famoso temperamento tuyo. ¿Cómo está el buen doctor Flynn en
estos días, por cierto? ¿Supongo que sigues teniendo sus sesiones con él?
Elliot trata con su manera menos sutil de preguntarme si todavía estoy tan
jodido como siempre.
—Sí, aun lo veo. Mira, tengo que irme, ¿nos vemos más tarde en casa de
mamá?
—Está bien, nos vemos allí. Y no te olvides, siempre estoy aquí para ti,
hermano.
~~~
Supongo que el corazón de Elliot está en el lugar correcto. Y probablemente
tenga razón en advertirme acerca de papá. Le hubiera, prácticamente
arrancado la cabeza si no me hubiera advertido previamente. Ahora lo sé, voy a
estar preparado. Pero sé que sus temores son infundados.
Estoy de pie mirando hacia Seattle a través de la pared de cristal de mi sala
cuando Ana entra. Me sorprende que se las haya arreglado para estar lista en
tan sólo quince minutos. Es evidente que ella no es el tipo de chica que tiene
que pasar horas en maquillaje. Me gusta eso, me gusta que ella sea una belleza
natural. Dios, ella está fantástica con ese vestido morado.
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—Hola —, dice en voz baja, con una sonrisa asomando en sus labios. Me
pregunto cuanto tiempo habrá dedicado a buscar su ropa interior antes de
darse cuenta de que aún la tenía.
—Hola, ¿cómo te sientes? — Le pregunto, sonriendo mientras espero a que ella
me la pida. Como su Dominante, probablemente le permitiré tener ropa interior
de nuevo, siempre que me lo pida de una manera cortés y respetuosa.
—Bien, gracias. ¿Y tú?
—Me siento muy bien, señorita Steele —. ¿Por qué no me la pide, entonces?
—Frank. Nunca me imaginé que fueras un fan de Sinatra —, comenta sobre la
música que estoy escuchando. Soy muy aficionado a él desde pequeño, mi
madre siempre ha sido una fan de él, y nunca pasa de moda.
Él está cantando 'Brujería'.
Esos dedos en el pelo
Esa astuta mirada
Eso quita mi conciencia desnuda
Es brujería
Y no tengo ninguna defensa para que
El calor es demasiado intenso para ella
¿De qué sentido tendría común para hacerlo?
Porque es la brujería, la hechicería malo
Y aunque sé que es estrictamente tabú
Al despertar en mí la necesidad de
El corazón me dice: "Sí, por supuesto en mí"
Continuar con lo que está haciéndome
Es muy apropiado, porque a veces juro que Anastasia ha lanzado un hechizo
sobre mí, para que yo actúe rompiendo las reglas sucesivamente.
—Gusto ecléctico, señorita Steele —, murmuro, ya me doy cuenta de que la
pequeña zorra sexy no me va a pedir sus bragas. Parece que ella está
planeando ir a casa de mis padres sin su ropa interior. Eso es tan jodidamente
excitante que me pongo duro de inmediato.
—Baila conmigo —, susurro, mientras tomo el control remoto de mi bolsillo
para subir el volumen y luego alargo mi mano hacia ella. Cuando estoy de
humor, me gusta bailar. Elena me enseñó porque le encantaba bailar, y ella fue
una muy buena maestra
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G.E. Griffin
Así que ahora tiro de Ana hacia mis brazos, pongo mi mano alrededor de su
cintura y empezamos a mecernos. Ella me sonríe, y empezamos a movernos.
Damos vueltas por toda la sala, desde la ventana, por la cocina, la mesa del
comedor, hacia el piano, y luego hacia atrás y hacia delante en frente de la
pared de cristal con las luces parpadeantes de Seattle lejos por debajo de
nosotros. Con el baile, se trata de dejar que el hombre tome la iniciativa,
confiando en el para guiar a su pareja. Ana se relaja en mis brazos y me
permite llevarla, así que nos movemos muy bien juntos, sin esfuerzo
deslizándonos. Es tremendamente divertido, y ella se ríe alegremente. Me gusta
oír su risa, es un sonido tan hermoso y me gustaría hacerla reír así mucho
más. A medida que la canción llega a su fin, la beso y murmuro,
—No hay una bruja más agradable que tu... Bueno, eso ha traído el color a tus
mejillas, señorita Steele. Gracias por el baile. ¿Vamos a reunirnos con mis
padres?
—De nada, y sí, no puedo esperar más para conocerlos —, responde ella sin
aliento.
¿En serio? ¿Sin tus bragas? ¿Realmente vas a hacer esto? Y yo que pensaba que
eras tímida.
— ¿Tienes todo lo que necesitas?
—Oh, sí —, dice con dulzura.
Joder. Ella va a estar sentada a mi lado toda la noche sin ropa interior. Con toda
mi familia allí.
— ¿Estas segura?
Ella asiente con la cabeza hacia mí con indiferencia.
Bueno, creo que esto podría ser divertido. Es tan jodidamente sexy y
deliciosamente juguetona. Ella realmente nunca deja de sorprenderme.
—Está bien. Si esa es la manera que en la que deseas jugar, señorita Steele —,
le digo, y meneo la cabeza incrédulo.
Le agarro la mano, recojo mi chaqueta, y luego la llevo a través del vestíbulo
hasta el ascensor. A medida que avanzamos hacia abajo, mi mente está muy
agradablemente ocupada imaginando la manera en la que voy a aprovecharme
de su falta de ropa interior. Pero primero vamos a conocer a mi familia, por el
amor de Cristo, así que por ahora tengo que mantener mis pensamientos bajo
control.
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G.E. Griffin
Taylor nos lleva a Bellevue en el Audi, vuelvo a pensar de lo grandioso que fue
escuchar a Ana riendo el día de hoy. ¿De verdad estoy haciendo lo correcto al
hacer de esta dulce niña mi sumisa? Reírse no es parte de la descripción del
trabajo de una sumisa. Es muy egoísta por mi parte. Pero yo soy un hombre
egoísta, y no puedo renunciar a ella. Pero tal vez si de alguna manera puedo
dar “más” lo suficiente como para hacerla sonreír y reír más a menudo, ¿tal vez
eso sea suficiente? Pero, ¿cuánto “más” soy capaz de dar? Llevándola a cenar
con mis padres es definitivamente “más”. Así que es un buen comienzo. Mis
pensamientos son interrumpidos por Ana hablándome,
— ¿Dónde aprendiste a bailar?
— ¿De verdad quieres saberlo? — No te va a gustar la respuesta.
—Sí.
—A la Sra. Robinson le gustaba bailar —. Intenté advertirte que no le gustaría.
—Debe haber sido una buena maestra.
—Lo fue —. De muchas maneras.
Ana voltea hacia otro lado y luego mira sin ver por la ventana a medida que
aceleramos por la I5. Puedo ver que ella está con el ceño fruncido, sumida en
sus pensamientos, y me preocupa que sus pensamientos estén en marcha.
—No —, le digo en voz baja. No cambies de opinión sobre ser mi sumisa.
— ¿No qué? — Pregunta, perpleja.
—No le des tantas vueltas a las cosas, Anastasia —. Tomo su mano y
suavemente beso sus nudillos. —He tenido una tarde maravillosa. Gracias.
Y es verdad. Ella estuvo maravillosa antes en mi cuarto de juegos, realmente
maravillosa. En realidad jodidamente increíble y no puedo esperar para la
próxima vez. Yo simplemente no puedo tener suficiente de ella. De hecho, no
creo que vaya a ser capaz de esperar hasta el viernes para volver a verla. Ahora
ella vive en Seattle, es fácil organizar una reunión a mitad de semana, mucho
mejor que cuando tenía que recorrer todo el camino desde Portland. Es muy
bueno que ella se haya mudado aquí, más cerca de mí. Como dice Flynn, que
depende de mí fijar las reglas sobre la frecuencia de las citas. Esto puede ser
parte del “más” para mantenerla feliz. Tal vez podríamos tener vainilla un
miércoles, miércoles vainilla. Eso podría funcionar. Y tal vez ella podría
quedarse las noches de domingo e irse el lunes. Oh Cristo, podría incluso
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
conseguir que me hiciera una visita a mi oficina en Grey House. Podría follarla
en mi escritorio, tal vez uno rapidito a la hora de comer para poder seguir
adelante hasta que la vuelva a ver. Joder, esto es una idea brillante.
— ¿Por qué utilizaste una brida como sujeción? — Tímidamente me pregunta.
—Es rápido, es fácil, y es algo diferente para que se me sientas y experimentes.
Sé que son bastante brutales, y me gusta porque es en un dispositivo de
retención muy eficaz para mantenerte en tu lugar. Todo es parte de mi mundo
Anastasia —. Aprieto su mano para tratar de tranquilizarla. La expresión de su
cara cuando vio por primera vez el lazo para cables no tenía precio. Sí, yo fui un
hijo de puta pervertido BDSM y compré suministros en la tienda donde
trabajabas. Y sí, yo quería que fueras mi sumisa para que yo pudiera follarte sin
sentido desde el principio.
Veo a Ana mirar nerviosamente hacia Taylor, obviamente preocupada porque él
nos escuche, pero yo no tengo esas preocupaciones. Él es la esencia misma de
la discreción, y confío en él implícitamente. Por supuesto que él y la señora
Jones están muy familiarizados con el contenido de mi cuarto de juegos, parte
de los deberes de Gail es limpiar ese cuarto, y Taylor lo revisa regularmente
como parte de sus barridos de seguridad. Así que por supuesto que ambos
están al tanto de mis gustos más que singulares. Ambos también saben que
sólo llevo a una mujer allí si ella consiente completamente. Yo no pregunto qué
tipo de sexo tienen él y Gail, por lo que sé podrían disfrutar de su propia
versión de perversión a puerta cerrada. Cada uno a lo suyo.
Ana está mirando por la ventana, pensativa otra vez. Me pregunto qué pasa por
su mente. ¿Está teniendo dudas?
— ¿Un centavo por tus pensamientos? — Le pregunto. Estoy seguro de que le
van a gustar mis ideas de “más”. Eso espero de todos modos.
Ella suspira y frunce el ceño.
—Eso está mal, ¿eh?
—Me gustaría saber lo que estabas pensando." Mejor no saber más a veces.
Cincuenta sombras nena. La mierda de mi cabeza puede hacerte escapar hacia
las colinas.
—Lo mismo digo, nena —, le sonrío.
~~~
Mientras nos acercamos a la casa de mis padres, me dirijo a Anastasia.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
— ¿Estás lista para esto?
Ella asiente con la cabeza nerviosamente y le doy otro pequeño apretón
tranquilizador.
—Es primera vez para mí también —, le susurro. —Apuesto a que desearías
llevar tu ropa interior en estos momentos —. No estoy seguro de que esté
realmente pensado en eso. Creo que puede ser un poco impulsiva a veces, y
luego arrepentirse de sus acciones. Ana me lanza una mirada asesina mientras
se sonroja. Deberías haberme preguntado amablemente por tus bragas. Es tu
elección. Bienvenida al juego.
Mamá nos está esperando en la puerta, y papá está justo detrás de ella, así que
entramos y les presento a Anastasia. Veo que la miran con gran interés, y
recuerdo la advertencia de Elliot de antes sobre la curiosidad de papá. Pero me
relajo cuando veo los ojos de papá suavizarse mientras mira a esta dulce chica
que he llevado a casa. No creo que vaya a decir nada demasiado penetrante, y
no cabe duda de que mamá le ha advertido de tuviera su mejor
comportamiento.
Mamá envuelve a Ana en un cálido abrazo grande como bienvenida. Sí, sin
lugar a dudas, a mamá realmente le gusta Ana, y está claramente encantada de
volver a verla.
Luego hay un fuerte ruido chirriante que sólo puede significar una cosa. Mia
está a punto de descender sobre nosotros. Ana me mira nerviosamente.
— ¿Ha llegado? — grita, y viene a toda velocidad hacia nosotros.
—Esa sería Mia, mi hermana pequeña —, explico secamente. No puedo dejar de
quererla, pero es siempre tan dramática y exagerada.
— ¡Anastasia! He oído hablar mucho de ti —. Mia prácticamente la atropella
cuando se lanza con entusiasmo a sus abrazos. Anastasia parece bastante
perpleja y abrumada cuando Mia le coge la mano y luego la arrastra hacia la
casa. —Nunca ha traído a una chica a casa antes.
Pongo los ojos en blanco. Nunca voy a dejar de escuchar lo mismo.
Nos dirigimos a la sala de estar, donde Kate y Elliot ya están abrazados juntos
en sofá. Con un poco de suerte tal vez van a sacarnos de ser el centro de
atención.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Kate se levanta y se acerca a abrazar a Ana, pero ella apenas puede evitar
ponerme mala cara cuando me mira. Es evidente que todavía piensa que soy un
idiota.
Elliot luego le da un gran abrazo a Anastasia también, y tengo que luchar con
mis celos. Es mi hermano por el amor de Dios. Todavía no me gusta que ningún
otro hombre la toque. Así que una vez que él la deja ir, tiro de ella hacía mi lado
y pongo mi brazo alrededor de ella. Mía. Eso me hace sentir mejor. Pongo mi
mano en su cadera y extiendo mis dedos. Mmm, eso me pone jodidamente
excitado porque no hay línea de ropa interior debajo del vestido. Muy bonito.
Ahora me siento caliente y duro como el infierno, y solo acabamos de llegar
aquí.
De repente me doy cuenta de que todo el mundo nos está mirando mientras
estamos allí juntos, como si fuéramos una especie de pareja de celebridades en
la alfombra roja. Todo el mundo observando a la estrella, con asombro, como si
ellos no pudieran creer lo que están viendo. Vaya, estaban todos obviamente
convencidos de que yo era gay. Es bastante desconcertante. Finalmente papá se
las arregla para recuperarse.
— ¿Las bebidas? — Comenta. —Prosecco?
—Por favor —, Anastasia y yo respondemos al unísono. Todo el mundo nos
mira de nuevo. Mia da gritos y aplausos.
—Están diciendo incluso las mismas cosas. Yo los traeré —, dice, mientras sale
de la habitación.
Ana está mirando a Kate y Elliot, y una mirada extraña triste pasa por su cara
que no puedo comprender. Esta es una de esas ocasiones en las que me
gustaría saber lo que está pasando por su cabeza, porque es evidente que algo
le preocupa, pero no tengo ni idea de lo que es.
Al ir a sentarme en el sofá, me doy cuenta de que Anastasia cuidadosamente
cruza las piernas, sin duda consciente de no hacer pública su falta de ropa
interior. Me siento y me relajo, mientras mamá ha dicho la cena está casi lista.
Se habla de las vacaciones, y parece que Elliot está tan enamorado que va a
unirse a la señorita Kavanagh en su viaje a Barbados. Realmente no estoy
prestando mucha atención, porque todavía estoy pensando en cómo puedo
follarme a Ana. Está claro que es lo que está pidiendo al no pedirme las bragas,
y no la quiero decepcionar, sobre todo porque sólo lo hemos hecho dos veces en
mi cuarto de juegos esta tarde.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Vagamente oigo papá preguntándole a Ana si ella va a tomar un descanso
ahora que ha terminado la carrera, y justo cuando estoy pensando que Kate va
a estar lejos y eso es bueno porque francamente es demasiado entrometida
para mi gusto, dejo mis pensamientos para escuchar la respuesta de Ana.
—Estoy pensando en ir a Georgia unos pocos días —, casualmente deja caer.
¿QUÉ CARAJO? ¿Cómo es que yo no sé nada acerca de esto? ¿Cómo mierda se
atreve a hacer planes sin siquiera decirme una palabra?
— ¿Georgia? — le pregunto, casi logrando mantener un control total sobre mi
temperamento, teniendo en cuenta que estoy rodeado de mi familia. No puedo
sacar la tarjeta Dom/sum aquí ¿o sí puedo?
—Mi madre vive allí, y no la he visto desde hace mucho tiempo —, explica Ana.
Me acuerdo de la verificación de antecedentes y de que su madre en efecto, vive
en Georgia. Las investigaciones también mostraron que no había volado a
ningún sitio en los últimos seis meses, así que a regañadientes admito que ella
está, probablemente, diciendo la verdad. Pero todavía no me gusta. Todavía
estoy jodidamente enojado con ella. Y me preocupa que ella este huyendo.
— ¿Cuando estás pensando ir? — Pregunto tranquilamente. Respiro hondo
para tratar de calmar la furia que puedo sentir en cada orificio de mi cuerpo.
Georgia está muy lejos, así que me imagino que no va a ser sólo un viaje de una
noche. Odio esto. Quiero prohibirle que se vaya.
—No lo sé todavía. Dependerá de cómo vayan mis entrevistas de mañana.
¿Qué quiere decir esto? ¿Que si ella no consigue un trabajo se quedará con su
madre durante más tiempo? No puede, no puedo consentirlo. La necesito aquí
para que yo pueda verla cuando quiera. Miro hacia arriba para ver a Kate
mirándome fijamente, mientras ella me lanza una sonrisa de suficiencia.
—Ana se merece unas vacaciones —, dice enfáticamente. En otras palabras,
Kate piensa que debe alejarse de mí. Dejó muy claro su punto de vista la otra
noche. “Tal vez deberías irte y dejarla en paz. Quiero decir, basta con ver su
estado, no eres bueno para ella. Sólo porque seas obscenamente rico y
acostumbrado a conseguir lo que quieres siempre, no significa que puedas
intimidarla y pisotear sus sentimientos, sólo para follártela cada vez que le
convenga.”
Al menos me alivia ver que papá está siendo perfectamente agradable y
educado con a Ana y le pregunta acerca de sus entrevistas. Lo que me
recuerda, tengo que asegurarme de que estoy al día con cualquier comentario
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acerca de sus entrevistas tan pronto como esté disponible. Entonces voy a
poner en marcha el plan de acción adecuado. Todo está listo para comprar a
cualquiera de las empresas que le haga una oferta, Ros se ha encargado de ello.
Mamá anuncia que la cena está lista, por lo que todos empezamos a salir de la
sala. A medida que todos van saliendo, agarro del brazo de Ana para tener unas
palabras con ella.
— ¿Cuándo ibas a decirme que te vas? — Me las arreglo para hablar
razonablemente civilizado, a pesar de mi ira. Deberías haber hablado conmigo
primero, antes de tomar cualquier tipo de jodida decisión de dejarme.
—Yo no me voy, me voy a ver a mi madre, y sólo estaba pensando en eso.
— ¿Qué pasa con nuestro acuerdo? — Tengo planes para verte más, nena. No
retrocedas ahora.
—No tenemos un acuerdo todavía —. Por favor, no me dejes. Ahora no. Pensé
que teníamos algún tipo de acuerdo.
Me doy cuenta de que difícilmente podemos hablar de nuestro acuerdo en la
mesa de comedor con mis padres, así que lo dejo caer mientras nos dirigimos
hacia el comedor.
—Esta conversación no ha terminado todavía —, le digo mientras ella me mira.
Nos las arreglamos para unirnos al grupo y tener una conversación educada en
la mesa, hasta que me doy cuenta de que Ana me mira a escondidas.
— ¿Qué? — Pregunto.
—Por favor no te enfades conmigo —, susurra, mirándome con esos hermosos y
grandes ojos azules…
—No estoy enojado contigo —, le miento.
Ella continúa mirándome a los ojos, y sé que ella puede ver a través de mí.
—Sí, estoy enojado contigo —, Suspiro y cierro los ojos en derrota.
— ¿Te pica la palma de la mano? — me pregunta nerviosamente.
Y luego la jodida Kate Kavanagh mete la nariz e interfiere de nuevo.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
— ¿Qué están susurrando? — Nos interrumpe groseramente. Su mensaje es
claro otra vez. “Sólo un aviso Grey. Por muy rico y poderoso que seas, no me
quedaré de brazos cruzados y mantenerme al margen si lastimas a Ana”.
Estoy empezando a odiarla y la encuentro excepcionalmente irritante. La miro
directamente para decirle que he sido advertido. Si estuviéramos otro lugar en
vez de en casa de mis padres le habría dejado más que claros mis sentimientos
hacia ella, por muy novia de mi hermano que sea. Sin duda ella lo ve como
recuperar a Anastasia de mí, que soy su maltratador. Lo bueno es que no tiene
idea de toda la verdad entonces.
Ana intenta desviar la atención de Kate diciendo que estábamos hablando de su
viaje a Georgia, pero todavía hay un brillo perverso en sus ojos cuando ella deja
caer la bomba siguiente.
— ¿Cómo estaba José cuando fuiste al bar con él el viernes?
Puedo ver a Anastasia se horroriza de que Kate haya dejado este pedazo jugoso
de información sobre la mesa. Y con razón. Si yo estaba enfadado antes, ahora
estoy jodidamente cabreado. No me gustaba mucho como estaban las cosas
antes, pero casi logro dejarlo pasar cuando pensaba que José se había unido a
las dos chicas en el apartamento para compartir una comida de despedida
final. Ahora resulta que ella se fue a cenar sola con José Mierda Rodríguez. El
hijo de puta que igual se hizo pasar por su amigo, pero entonces prácticamente
la violó cuando estaba borracha e indefensa. El mismo amigo que supone que
un extraño - yo - la llevará a su casa a pesar de que no tenía idea cuales eran
mis motivos. Buen amigo.
Anastasia se está asustada, mientras murmura de nuevo a Kate.
—Él estaba muy bien.
Me inclino y le susurro en voz baja al oído.
—Me pica mucho la palma de la mano. Sobre todo ahora.
La veo retorcerse en su asiento. Sí, ella debe estar jodidamente asustada. A la
primera oportunidad que tenga, le voy a dar el castigo apropiado que se ha
ganado con toda esta mierda que estoy descubriendo. Ella no va a ser capaz de
sentarse durante una semana. Ese pensamiento, combinado con su falta de
ropa interior, es jodidamente excitante, pero tiene que esperar hasta más tarde.
Así que, mientras tanto, decido a tener un poco de diversión, diversión en mis
términos.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
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Por dentro todavía estoy furioso, pero me las arreglo para mantener la
apariencia de estar tranquilo y relajado. Mia habla de su tiempo en París, de lo
hermosa que es la ciudad, y que Ana debería ir allí.
—Creo que Anastasia preferiría Londres —, le digo mientras la miro,
recordando lo que dijo sobre los autores de los libros clásicos que ama, cuando
tuvimos nuestra primera cita en la cafetería.
Debajo de la mesa, pongo mi mano en su rodilla, y luego, lentamente muevo
mis dedos por su muslo. Ciento que se le despierta todo el cuerpo en respuesta
al darse cuenta hacía donde se dirige mi mano y lo que mis dedos van a hacer
con ella. Eso es lo que pasa cuando no te pones tu ropa interior para cenar. Es
una invitación abierta para que acceda a lo que es mío. Y yo la estoy aceptando
la invitación. Aquí mismo. Ahora mismo.
Pero ella se aleja de mí. Joder, ¿me está rechazando? ¿Ella dice “no” a algún
maldito dedo por debajo de la mesa? Pues bien, el castigo es ahora aún más
duro señorita Steele. Vamos por ello, porque ahora realmente no puedo esperar
para estar a solas.
— ¿Así que no lo pasaste bien con los parisinos? ¿No se cruzaron sus
encantadores caminos? — Le pregunta Elliot a Mia.
—Uf, no, no fue así. Y el señor Floubert, el ogro para el que estaba trabajando,
era un tirano prepotente.
Anastasia se atraganta y balbucea con el vino. Ella sabe que tiene su propio
tirano dominante aquí sentado junto a ella. Aquel al que le pica la palma de la
mano en este momento. La ironía no se me escapa.
—Anastasia, ¿estás bien? — Le pregunto solícito, tomando mi mano de su
mano, y le acaricio la espalda, por ahora. Pero voy a tenérmela con ella a mi
manera, tan pronto como me sea posible.
Mia está burbujeante como de costumbre, y nos mantiene a todos entretenidos
con sus hazañas en París. Ella tiene un talento natural para los idiomas, y
empieza a hablar en francés con fluidez, sin siquiera darse cuenta de que lo
está haciendo, hasta que le contesto en francés para señalárselo. Es muy difícil
estar de mal humor cuando Mia está cerca, ella es una chica burbujeante,
además de ser muy brillante. No se puede simplemente dejar de amar a mi
hermanita.
Miro a Elliot y Kate y veo que las miradas entre ellos son muy picaras y
cargadas de tensión sexual. No sé cómo Elliot puede soportar a esta chica,
realmente no lo sé, pero esa es su elección, supongo.
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Finalmente la comida ha terminado, y como no pretendo ser absorbido en una
discusión sobre el tema de los paneles solares en el estado de Washington,
pongo mi mano sobre la rodilla de Anastasia de nuevo, y luego, lentamente,
subo mis dedos por su muslo para reanudar mi plan. Pero ella aprieta sus
muslos. Me dice “no” otra vez.
Eso es todo. Es hora de poner fin a todas estas tonterías y darle el castigo que
se ha buscado con tanta rebeldía y falta de respeto hacia mí. El pensamiento de
su culo desnudo debajo de ese vestido, junto con los sexys zapatos de tacón
altos me está volviendo loco de deseo. Me encanta coger a una mujer en
tacones, por lo que no quiero que se los quite.
— ¿Quieres que te dé un recorrido por el patio? — Le pregunto inocentemente.
He decidido no sancionarla y follármela en cualquier parte de la casa, porque
ella podría hacer mucho ruido con lo que tengo en mente.
Ella duda, pero lo ignoro y me levanto y le doy la mano para que venga
conmigo. Me duelen las pelotas de tanta excitación esta noche, así que soy un
hombre con una misión, y la voy a llevar a cabo.
—Voy a mostrarle a Anastasia el patio trasero —, le digo a mi madre cuando
pasamos por la cocina, y la veo sonreír alegremente mientras ella se despide de
nosotros. Sin duda, ella piensa que sólo vamos a dar un paseo inocente. Sí casi
correcto. Mamá lo sentimos, pero lo que no sabes no te hará daño.
Estoy prácticamente arrastrando a Ana por el césped, y tropieza.
—Basta, por favor —, ella dice. —Mis tacones. Tengo que quitarme los zapatos.
Oh no, mierda no. Tú los vas a tener puestos mientras te azoto y te follo.
—No te molestes —, le digo, mientras la tomo y me la pongo al hombro. Cuando
chilla de sorpresa, le estoy dando una idea de lo que ella pasará, mientras le
doy una buena palmada dura en el trasero.
—Baja la voz —, gruño. Me encanta cuando ella lucha. Encuentro muy
excitante su resistencia, así que ahora estoy aún más desesperado por seguir
adelante con la sanción y su castigo.
— ¿A dónde vamos?
—Al cobertizo.
Está lo suficientemente lejos de la casa, así que no podrán oírnos
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— ¿Por qué?
—Necesito estar a solas contigo —. Realmente tienes que venir, que es eso de
salir sola con el fotógrafo.
— ¿Para qué? — Y pensar en dejarme sin consultarme tus planes primero.
—Porque voy a pegarte y luego a follarte —. Y diciéndome que “no” en la mesa
del comedor.
— ¿Por qué? — Ella gime.
—Sabes por qué —, siseo a su vez.
— ¿Pensé que eras un hombre de “en el momento”?
—Anastasia, estoy en el momento, confía en mí.
Entramos en el cobertizo, y rápidamente me dirijo a la habitación del ático para
hacer frente a la señorita Steele de la manera que ella lo merece.
197
Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Capítulo 19
U
na vez que estamos en cobertizo, enciendo las luces y subo por las
escaleras hasta el ático, todavía con Anastasia encima de mi
hombro como un prehistórico hombre de las cavernas. Estamos
tan lejos como podemos de la casa. Bueno. Tenemos que estarlo. Estoy tan
jodidamente excitado, tan jodidamente enojado, y tan jodidamente frustrado
con Ana que lo mejor es que estemos a cierta distancia de mi familia, así puedo
lidiar con ella.
Por lo menos sé que una vez que le haya dado la paliza y me la haya follado
como se ha ganado, me sentiré más tranquilo. Mientras la cargo, he estado
pensando cuántos golpes le daré. La última vez le di dieciocho azotes como
castigo, y ella merece por lo menos esa cantidad de nuevo. Pero los va a tener
suavemente, porque sé que no podemos estar lejos de la casa por mucho
tiempo, y tenemos que volver y poder mirar a todo mundo a la cara. Así que
supongo que voy a tener que conformarme con sólo darle seis en este momento,
seguidos de una buena follada dura. Entonces voy a poder pensar con mayor
claridad.
Pongo a Anastasia en el suelo. Justo cuando estoy a punto de llevarla al sofá
listo para comenzar a azotarla, le miro a la cara. Ella tiene los ojos muy
abiertos mientras me mira, como un ciervo que está siendo acosado por un
lobo.
—Por favor, no me golpees —, susurra.
Me paro en seco por su súplica.
—No quiero que me pegues, no aquí, no ahora. Por favor, no lo hagas.
Estoy sorprendido, sin habla. Ninguna mujer me había dicho que no antes.
Ninguna sumisa se ha negado a ser azotada, nunca. Y lo que hace a
continuación me deja fuera de juego por completo. Ella timidamente alza y pasa
los dedos por mi mejilla, a lo largo del borde de la patilla, y luego sigue por el
mentón. Me quedo sin aliento, porque su tacto es tan suave, tan tierno y
amoroso. Llega al fondo en mi propio ser, y estoy perdido cuando cierro los ojos
para apoyarme en su dulce toque.
Luego con la otra mano enreda sus dedos en mi cabello, y no puedo evitarlo,
estoy gimiendo suavemente. Es, literalmente, como si su caricia estuviera
198
Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
lanzando un hechizo sobre mí, y me siento impotente para resistirme. Estoy
hechizado.
Avanza y se pone contra mí, y luego suavemente tira de mi pelo para atraer mi
boca a la suya. Cuando me besa, ella pone su lengua entre mis labios y se
introduce en mi boca. Gimo y tiro de ella hacia mis brazos, dejando que la
pasión que ha desatado se afiance, respondo a su beso con una ferocidad
alimentada por mi frustración y mi ira. Entonces vuelvo a mis sentidos para
retirarme de su embrujo.
—¿Qué estás haciendo? — Le susurro, sintiéndome confuso y fuera de control.
Esto no era lo que estaba destinado a pasar, para nada.
—Besándote —, murmura, en sus ojos se reflejan su deseo y necesidad.
—Pero dijiste que no —. Me negaste lo que es mío.
— ¿Qué?
—En la mesa, con las piernas —. Cerraste tus piernas. Dijiste que “no”. Eso es
negarme.
—Pero estábamos en la mesa del comedor de tus padres —. Quería verte
luchando para mantener el control. Hubiera sido una buena práctica para ti.
Nunca nadie lo hubiera sospechado. Piensan que somos un par de inocentes.
Bueno, supongo que tú lo eres, y te estoy corrompiendo.
—Nadie me había dicho que no antes. Y es, sexy.
No lo entiendo bien, porque nunca me ha pasado antes. Ninguna mujer me ha
rechazado. Sólo Anastasia. Y ella me está volviendo loco con estos sentimientos
que yo no entiendo. Todo lo que sé es que estoy tan excitado, que tengo que
tomarla. Muevo mi mano hasta su trasero, y luego tiro de ella contra mí, contra
mi dolorosa erección.
— ¿Estás enojado y excitado porque he dicho que no? — pregunta con
asombro. Parece que eso es lo que funciona para mí, nena. Ve a saber.
—Estoy enojado porque no me habías mencionado nada de irte a Georgia.
Estoy enojado porque estuviste bebiendo con ese tipo que trató de seducirte
cuando estabas borracha y que te dejó cuando estabas enferma con un
completo extraño. ¿Qué clase de amigo hace eso? Y estoy enojado y excitado
porque cerraste las piernas.
199
Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Voy subiendo el borde de su vestido, respirando con dificultad, porque sé que
ella está completamente desnuda por debajo. No hay obstáculos que me
detengan.
—Te deseo y te deseo ahora. Y si no vas a dejar que te azote, lo que mereces, te
voy a follar en el sofá en este mismo instante, rápido, para mi placer, no el
tuyo.
Muy bien, como no puedo pegarle en contra de su voluntad, voy tener de nuevo
algún tipo de control aquí. Ella va a tener una follada de castigo y voy a
asegurarme de que quede frustrada. Entonces tal vez le haré entender como me
hace sentir.
La sostengo con fuerza por la cintura para mantenerla quieta. Le he
enganchado el vestido por encima de su trasero, así que muevo mi mano entre
sus piernas y la acuno, y luego, lentamente, hundo mi dedo dentro de ella.
Cristo, ella es tan húmeda y apretada. Ella gime y jadea un poco a medida que
continúo a follándola con el dedo.
—Esto es mío. Todo mio. ¿Entiendes?
—Sí, tuyo —, ella gime, mientras se inclina hacia mí. Así es exactamente como
la quiero, encendida, excitada y desesperada por mí. Bueno, ella puede estar
segura como el infierno que así me tiene, pero seguro como el infierno que no la
voy a dejar correrse. No habrá orgasmo para esta criatura frustrante. Ella se
sentirá excitada y frustrada, para enseñarle una lección.
De repente retiro mi mano, dejándola ardiendo de deseo. Me bajo la bragueta, y
la empujo hacia abajo en el sofá hasta que queda sentada.
—Las manos en la cabeza —. No está permitido que me toques tampoco.
Me arrodillo y forzó a sus piernas para que se abran más, meto la mano en el
bolsillo de mi chaqueta para sacar un preservativo. Me quito la chaqueta, luego
extraigo el paquete abierto y rápidamente me lo pongo. Miro hacia ella, se ve
magnífica acostada, su vestido por encima de su culo, todavía con los atractivos
tacones púrpuras, las piernas muy separadas, completamente abierta y
expuesta para mí. Jodida hermosa vista. Mía. Solo para mis ojos.
—No tenemos mucho tiempo. Esto será rápido, y es para mí, no para ti. ¿Lo
entiendes? No te corras, no sea que te azote —, me las arreglo para decirle entre
dientes.
A continuación, sin preámbulo, me meto dentro de ella, duro, brutal, todo
derecho, tan duro como puedo.]¡Ah, siiiiii! Ella está tan jodidamente apretada,
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
tan caliente, tan jodidamente mojada. Ella gime en voz alta, y mueve su cadera
para mí. Le estoy sosteniendo las manos sobre su cabeza, atrapándola, sin
darle más opción que tomar lo que estoy dando. Una dura, cruda follada de
castigo. Me libero en su interior, rápido y furioso, perdiéndome en el simple
ritmo de mi necesidad, mi placer.
No se necesita mucho tiempo. Pronto alcanzo mi libertad y me derramo en ella,
entonces me quedo quieto cuando llego al límite. Una vez que he exprimido el
último segundo de placer orgásmico, me derrumbo sobre ella, con todo mi peso,
sabiendo que ella se ha quedado dolorida y con ganas de más. Eso es lo que
sucede con un polvo de castigo. Luego me retiro con rapidez, antes de que
incluso pueda pensar en moverse contra mí para cualquier tipo de alivio.
—No te toques. Quiero que estés frustrada. Eso es lo que me haces por no
hablar conmigo, negándome lo que es mío —, le instruyo. Parte de mi tensión
se ha ido, aliviada por nuestro encuentro sexual, pero todavía estoy enojado
con ella.
Ella asiente con la cabeza, aparentemente sorprendida por la velocidad de mi
ataque contra ella mientras se queda en el sofá, su respiración es errática
mientras aprieta sus muslos por la frustración. Bueno. Esa era la intención.
Miro hacia ella cuando me pongo de pie para quitarme el condón y subirme la
bragueta. Se la ve tan desconcertada y perdida. ¿Por qué me hace esto, cómo
hace para cabrearme tanto?
—Será mejor que volvamos a la casa —, le digo. Ugh, otro maldito condón para
desechar. No puedo esperar a dejar de usarlos.
Ella se sienta y comienza a ponerse bien el vestido. Decido a hacer una
concesión, porque ella se ha tomado el polvo de castigo como una buena chica.
—Toma. Puedes ponerte esto —. Le entrego sus bragas de nuevo. Saber que las
tenía en el bolsillo toda la noche ha sido demasiado excitante, sabiendo que olía
a ella, a su excitación. Pero ahora le estoy permitiendo el privilegio de volver a
usarlas, ya que sin duda fue una follada bien poderosa.
Ella tranquilamente toma sus bragas sin comentarios. Pero me parece ver la
sombra de una sonrisa secreta, porque ella que no le ha hecho falta pedírmelas.
Justo cuando ella está poniéndose sus bragas, nos interrumpen. Mierda.
— ¡CHRISTIAN!
201
Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Es Mia por supuesto, viene para llevarnos de vuelta. Bueno, podría haber sido
peor. Ella podría haber aparecido cinco minutos antes, y nos hubiera
descubierto mientras yo estaba ocupado con enterrarme en el interior de la
señorita Steele.
—Justo a tiempo. Dios, puede ser muy irritante —, murmuro.
Anastasia apresuradamente trata de restaurar su dignidad y su apariencia.
—Aquí, Mia —, la llamo. —Bueno, señorita Steele, me siento mejor por esto,
pero todavía quiero azotarte —, murmuro.
—No creo que me lo merezca, señor Grey, sobre todo después de tolerar tu
ataque no provocado.
— ¿No provocado? Tú me besaste —. Y fue muy agradable, así como inesperado
y confuso.
—Un ataque es la mejor defensa.
— ¿Defensa contra qué?
—Tú y tu mano nerviosa.
Como siempre, sus bromas ingeniosas me hacen sonreír.
— ¿Pero ha sido tolerable? — Le pregunto en voz baja para asegurarme de que
no lo he leído mal. Estoy bastante seguro de que ella ha disfrutado del polvo
áspero y duro casi tanto como yo lo he hecho, sólo que ella no ha conseguido
llegar. Pero trabajaremos en eso más adelante, para entonces ella estará
desesperada por alguna liberación.
Le explico a Mia que estaba enseñando a Anastasia mis trofeos de remo a modo
de excusa para explicarle por qué estamos en el cobertizo, y luego nos dirigimos
a la parte posterior de la casa, Mia se queja con nosotros sobre Kate y Elliot, de
que no pueden mantener las manos apartadas el uno del otro.
Toda la familia se ha reunido en la sala cuando Kate y Elliot se despiden. Me
doy cuenta que Ana le está susurrando al oído de Kate con furia, sin duda
censurándola por ponerse en mi contra. Tal vez esto ayudará a ver a Kate lo
que es, entrometida y mandona.
Nos despedimos, porque Ana tiene sus entrevistas mañana, y tenemos que
regresar.
202
Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Mia casi tumba a Ana de nuevo con otro abrazo.
—Nunca pensé que iba a encontrar a nadie —, dice con excesiva efusión. Sí,
Mia, creo que todos lo imaginan.
Nunca pensé que iba a encontrar a una chica porque estaban todos tan
convencidos de que era gay. ¿En serio? ¿Honestamente, me veo gay? No lo creo.
—Cuídate mucho, Ana querida —, dice mamá, y creo que una vez más podría
haber una lágrima en sus ojos. Sé que mi querida madre la habría hecho
sentirse igualmente bienvenida a una posible pareja gay pero puedo decir que
está muy feliz por Anastasia.
Lo cual es genial, porque si vamos a intentar este arreglo novia/sumisa, no
puede funcionar si no se lleva bien con mi familia. Pero yo sabía que iban a
estar a gusto ¿cómo no iban a hacerlo? Aun así, puedo ver que Ana está un
poco abrumada por mi exuberante familia, y recuerdo que ella es hija única,
que vivía sola con su padrastro desde hace varios años. Menos mal que los
abuelos no están aquí hoy también, porque estarían todos sobre ella también.
—No hay que asustarla o echarla a perder con demasiado afecto —, protesto.
—Christian, deja de molestar —, me regaña mamá, cuando le doy un beso de
despedida. Estoy muy contento de ver que la he hecho feliz al traer a Ana esta
noche. Tal vez esto ayude a compensar algunas de las cosas malas que le he
hecho pasar a través de los años. Ha habido mucho de eso, demasiado, y ella
no se lo merece, ella realmente no es así. Tengo una colección de dieciséis
pinturas de Madonnas con el niño en mi casa que he elegido en su honor,
porque eso ha sido mi madre para mí. Mi salvadora.
Incluso papá parece aprobar a Anastasia, a pesar de sus recelos anteriores
aparentes de los que Elliot me advirtió.
—Sr. Grey, adiós y gracias —, le dice tímidamente mientras sostiene su mano.
—Por favor, llámame Carrick. Espero que nos veamos de nuevo, muy pronto,
Ana —, le dice, y entonces él la abraza también, y es la mayor deferencia de mi
padre. Parece que se los ha ganado a todos con su tímido encanto, y estoy
orgulloso de ella. Sí, realmente orgulloso de ella en realidad.
~~~
En el recorrido de veinte minutos de regreso al Escala, le pregunto a Ana que
pasa, porque puedo sentir que está meditando acerca de algo, y descubro por
qué Ana se sentía triste al principio de la noche.
203
Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
—Creo que te sentiste atrapado para traerme a conocer a tus padres. Si Elliot
no se lo hubiese pedido a Kate, nunca me lo hubieras pedido.
Así que eso es de lo que se trata todo esto. ¿Por qué iba a pensar eso?
—Anastasia, estoy encantado de que hayas conocido a mis padres. ¿Por qué
estás tan llena de dudas sobre ti misma? Nunca dejas de sorprenderme. Eres
tan fuerte, una jovencita muy valiente, pero tienes esos pensamientos negativos
sobre ti misma. Si yo no hubiera querido que ellos te conocieran, no estarías
aquí. ¿Es así como te sentiste todo el tiempo que estuvimos allí?
Después de haber hablado con tantos psiquiatras en los últimos años, no
puedo dejar de pensar que muchos de estos pensamientos negativos de Ana se
deben a su infancia inestable. Pienso en los resultados de la verificación de
antecedentes que hizo Welch y me acuerdo de ese tipo Stephen Morton con el
que su madre se casó por un corto tiempo cuando Ana era una adolescente.
Nada concreto del hombre, pero había rumores y susurros que abusaba de su
madre, no tanto físicamente, sino también emocional y verbalmente. Y si era así
con su mamá, lo más probable es que hubiera actuado de forma similar con su
hijastra, cuando ella estaba en una edad muy vulnerable en sus años cruciales
de la adolescencia. Tal vez ella también tiene cicatrices y un pesado equipaje,
pero se las arregla para esconderlo bastante bien la mayor parte del tiempo. Por
lo menos Ana tenía a Ray, alguien de confianza a quien recurrir. Y por lo menos
su madre tuvo la sensatez de deshacerse de este tipo Morton después de sólo
unos meses. Suena como un pedazo de mierda. Quiero entenderla mejor.
Quiero que se abra conmigo. Tomo su mano en la mía. Veo su mirada nerviosa
hacia Taylor, claramente sintiéndose incómoda en abrirse delante de él.
—No te preocupes por Taylor. Habla conmigo —. Tengo la sensación de que si
no tomo esta oportunidad única, va a cerrarse otra vez.
Se encoge de hombros y suspira.
—Sí. Pensé eso. Y otra cosa, yo solo mencioné Georgia porque Kate estaba
hablando de Barbados. No he tomado ninguna decisión.
Tengo la sensación de que en este momento, probablemente podría presionarla
para que no vaya. Que podría hacer exactamente lo que Kate me acusa de ser.
Podría manipularla para quedarse porque eso es lo que quiero. Pero todo lo que
está planeando hacer es ir a ver a su madre, y mi conciencia me pica. Por
supuesto que debe poder ir a ver a su mamá si ella quiere.
— ¿Quieres ir a ver a tu madre?
204
Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
—Sí.
Odio, jodidamente odio la idea de su viaje y de estar a miles de kilómetros de
distancia, al otro lado del continente. Y me doy cuenta que no es sólo porque no
voy a poder follarla. Es mucho más que eso. No voy a poder verla o tocarla, o
sentir su olor. Yo no sabré dónde está o qué está haciendo, o con quién.
Tal vez podría ir con ella. Estoy seguro de que podría encontrar algunas
oportunidades de negocio para desarrollar en esa parte del país. De esa manera
estaría combinando negocios y placer, por lo que aún sería poner mi tiempo en
buen uso.
— ¿Puedo ir contigo? — Pregunto.
Ella me mira sorprendida, incluso horrorizada. No está nada entusiasmada
entonces.
—Er... no creo que sea una buena idea.
— ¿Por qué no? ¿No te gusta estar conmigo?
—Tenía la esperanza de un descanso de toda esta intensidad... para tratar de
pensar las cosas —, Un descanso. Ella quiere un descanso. No me gusta esa
palabra.
Fijo la mirada en ella. ¿De qué está hablando?
— ¿Soy demasiado intenso? — ¿Moi?
Ana se echa a reír.
— ¡Eso es decir poco!
Me encanta escuchar su risa. Si ella se va, voy a extrañar eso también. Echaré
de menos su ingenio y las bromas divertidas que tenemos entre nosotros. Nadie
me habla la forma en que ella lo hace. Son sólo “sí señor, no señor, tres bolsas
llenas de mierda señor”. Pensé que era lo que me gustaba. Pero resulta que
estaba equivocado.
Ella se ríe de mí. Nadie más se atreve hacer eso.
— ¿Te estás riendo de mí, señorita Steele?
—No me atrevería, señor Grey.
205
Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
—Creo que te atreves, y creo que tú te ríes de mí, con frecuencia.
—Eres muy divertido.
— ¿Divertido? — No creo que nadie me haya llamado antes divertido. Enfermo y
retorcido tal vez.
—Oh, sí.
— ¿Divertido peculiar o divertido ja ja?
—Oh... un montón de uno y otro tanto de otro.
— ¿Cual prefieres?
—Voy a dejar que te des cuenta tu solo de eso.
—No estoy seguro de que puedo descifrar nada de ti, Anastasia. ¿Qué es lo que
necesitas pensar en Georgia?
—En nosotros —, susurra. No, no, no, por favor no digas que se acabó.
—Dijiste que ibas a intentarlo —, le susurro. Tengo una extraña sensación de
dolor en el pecho. Duele.
—Lo sé.
— ¿Tienes dudas?
—Es posible —. Yo sabía que estabas siendo impulsiva cuando acordaste
intentar ser mi sumisa. Ahora que has tenido la oportunidad de reflexionar, no
estás tan segura.
— ¿Por qué?
Ella mira fijamente a través de la ventana del coche, pensativa por lo que
parece una eternidad.
— ¿Por qué, Anastasia? — La presiono por una respuesta. Si ella no me dice
nada, ¿cómo puedo tratar de arreglar las cosas?
Se encoge de hombros y cierra los ojos.
Tomo su mano y la aprieto.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
—Háblame, Anastasia. No quiero perderte. Esta última semana… — ha sido la
mejor semana de toda mi existencia.
Finalmente, parece tomar una decisión. Ella se vuelve y mira directamente a los
ojos.
—Todavía quiero más —, susurra. Sus ojos están llenos de lágrimas no
derramadas. Ella quiere más de mí. De mis cincuenta sombras de mierda.
Tiene miedo porque le he dicho que algunas sumisas anteriores que querían
más siempre les he mostrado la puerta, inmediatamente y sin vacilar.
Ella cree que yo voy a hacer lo mismo con ella. Ella lo cree en serio, me gustaría
tirar todo lo que he descubierto con ella la última semana. Ella no entiende que
ella es diferente. Tal vez es porque no se lo he dicho. Realmente no estoy seguro
de qué más tengo que pueda ofrecerle. Pero al menos ella no me está
rechazando, ella quiere estar contigo. Así que coge esta oportunidad Grey,
agárrala con las dos manos.
—Lo sé —, le digo. —Voy a intentarlo.
Ella parpadea con incredulidad. Es evidente que pensaba que una vez que ella
hubiera confesado que quería más, sería el adiós por mi parte. Para cualquier
otra persona lo sería. Para ella no.
—Por ti, Anastasia, voy a intentarlo —, le prometo, lo digo en serio con cada
hueso de mi cuerpo. Nunca he deseado nada tanto antes en mi vida. El
problema es que realmente no sé cómo hacer lo de “más”, pero creo que vamos
a tener que averiguarlo sobre la marcha.
Lo siguiente que sé es que ella se ha desabrochado el cinturón de seguridad y
se ha subido a mi regazo. Ella envuelve sus brazos alrededor de mi cuello y me
besa exultante. La beso de vuelta, aliviado de que le he dado la respuesta que
quería de mí.
—Quédate conmigo esta noche. Si te vas, no te veré en toda la semana. Por
favor—. Necesito tener una dosis extra-grande de ella para que me dure
mientras que ella esté fuera, pero sé que todavía no va a ser suficiente.
—Sí —, ella está de acuerdo. —Y voy a intentarlo también. Voy a firmar tu
contrato.
La miro acurrucada en mi regazo. Estoy bien con este contacto, de hecho me
encanta tenerla en mi regazo como ahora. Ella es agradable y cercana, y su
cabello está justo debajo de mi nariz para que pueda oler su dulce aroma.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Y aunque yo quiero que firme el contrato, sé que este es uno de sus momentos
impulsivos, provocado por el alivio de mi respuesta a su petición de “más”. Pero
yo no me voy a aprovechar, yo no voy a ser un bastardo manipulador otra vez.
Y en realidad, ¿cuál es el punto del contrato? No puedo llevarla a los tribunales
por incumplimiento si ella se va, ¿no? Ya sea que se quede conmigo o no. Un
trozo de papel no resultará ninguna diferencia. Pero es un símbolo, por lo que
todavía me gustaría que lo firmara.
—Firma después de Georgia. Piensa en ello. Piénsalo mucho, nena —. Debido a
que tendrás que ser valiente porque me tendrás con toda mi mierda. Pero en
realidad es lo que necesitas para tomar la decisión correcta. Por tu propia
voluntad. Lo cual es jodidamente difícil para mí de aceptar.
—Lo haré —, ella susurra mientras se acaricia contra mi cuello, y porque no
está directamente en mi pecho está bien. Más que bien, jodidamente bien en
realidad, y aprieto mis manos para tirar de ella aún más. No quiero dejarla ir,
pero muy pronto estamos en casa.
Taylor nos abre la puerta del coche, y Ana tímidamente le da las gracias y luego
se sonroja profusamente mientras recuerda que él ha estado al tanto de toda la
conversación. Él le devuelve una sonrisa tranquilizadora, como si dijera “No te
preocupes, tus secretos están a salvo conmigo” ella no está acostumbrada a
esto, pero la verdad del asunto es que, la comitiva es algo que viene como parte
del paquete, se pierde algo de privacidad cuando te conviertes en un millonario,
o la novia de un multimillonario. Así que ella va a tener que acostumbrarse a
ello. Porque lo he decidido. Eso es lo que Anastasia es de ahora en adelante. Mi
novia. Esperemos que mi sumisa también, pero ella es definitivamente mi novia
de ahora en adelante.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Capítulo 20
-A
nastasia, ya te lo he dicho. Cincuenta sombras. Tuve un mal
comienzo en la vida, no quiero esa mierda en tu cabeza. ¿Por
qué lo haría?
Ella quiere que hagamos el amor y en lugar de follar. Así que quiere tocarme. Y
le he dicho que no. Así que ella quiere saber por qué. Ella no va a ceder.
—Porque quiero conocerte mejor —, dice.
—Me conoces lo suficientemente bien —, le respondo. Confía en mí, realmente
no quieres conocer mi verdadero yo.
— ¿Cómo puedes decir eso? — Me pregunta con seriedad. Ella se arrodilla en la
cama para sentarse y ponerse frente a mí.
Pongo los ojos en blanco en señal de frustración. Simplemente no me gusta
hablar de toda esta mierda. Paso la mayor parte de mi tiempo tratando de no
pensar en ello.
—Estás poniendo los ojos en blanco. La última vez que lo hice, acabé encima de
tus rodillas —, se queja. Bueno, yo puedo hacer lo que quiera, nena. Esa es justo
la manera en que funciona.
—Oh, me gustaría de nuevo tenerte así —. Especialmente si no te das por
vencida en esto.
—Cuéntame más y podrás.
— ¿Qué? — ¿Te estás ofreciendo? Pero pensé que.... ¿no me dijiste que no esta
noche?
—Ya me escuchaste.
— ¿Estás negociando conmigo? — Le pregunto con incredulidad.
—Negociemos.
209
Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
—No funciona así, Anastasia —. Volvemos al principio.
—Está bien. Cuéntamelo y te pondré los ojos en blanco.
Esto me hace reír.
—Siempre tan entusiasta y ávida de información —. Bueno, ¿quién soy yo para
negarme?
Pienso a donde podemos llegar con esto. Esto bien podría ser una oportunidad
de oro para empujar un poco más sus límites. Claro que sí, un poco de
intercambio. Es lo que me va. Y entonces ella estará tan completamente jodida
y demasiado cansada para hacer más preguntas estúpidas.
—No te vayas.
Desaparezco y me dirijo a mi cuarto de juegos. Estoy pensando en cuál es el
juguete sexual más apropiado para mejorar la azotaina erótica que he
planeado. Algo que le muestre lo jodidamente increíble que pueden ser unos
buenos azotes. Algo apropiado para una principiante. No creo que ella esté
preparada para una cadena de sujeción en los pezones, sin embargo, a pesar de
que los suaves tirones de la cadena con cada azote son extremadamente
excitantes para una mujer. Puede que encuentre las bolas anales muy
agradables, pero sé que aún está indecisa sobre el tema anal.
Y de pronto ya lo tengo, sé lo que va a ser perfecto. Son muy bonitas, así que
estoy seguro que va a estar intrigada, y dudo que tenga idea de lo que son.
Puedo ver que Anastasia tiene mucha curiosidad cuando vuelvo, pero no le dejo
ver lo que he traído conmigo.
— ¿A qué hora es tu primera entrevista mañana? — Pregunto inocentemente,
porque se supone que no debo saberlo, ¿no? Pero, por supuesto que sí lo sé.
Sólo estoy comprobando que no ha habido cambio de planes para su primera
entrevista a las dos. No quiero tenerla despierta hasta tarde si se haya
cambiado a primera hora. Estaré muy cabreado si ese es el caso y no he sido
informado.
—A las dos.
Sin cambios. Perfecto. Así que podemos jugar esta noche y tiene tiempo de
descansar.
—Bien.
210
Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Puedo ser su Dominante en cualquier lugar que yo elija. Así que vamos a hacer
una escena aquí, en mi dormitorio. ¿Por qué no? Hora de los azotes de papá.
—Sal de la cama. Y espérate aquí —. Le ordeno, mientras señalo al lado de la
cama.
Me complace ver que ella se apresura a salir de la cama y rápidamente se pone
en su lugar. Es muy entusiasta. Muy perspicaz. Ella tiene tensión sexual no
resuelta que necesita de mi atención. Pero tengo que estar seguro de que está
preparada para jugar una pequeña escena.
— ¿Confías en mí? — Pregunto. Ella tiene que confiar en que sé lo que estoy
haciendo. Y lo hago. Soy un experto en lo que hago. Tengo mucha experiencia y
soy un dominante altamente cualificado.
Ella asiente con la cabeza.
Extiendo mi mano para mostrarle las bolas chinas de plata que he
seleccionado. Un centenario diseño ideado para aumentar la excitación de la
mujer. No hay dolor, sólo estimulación. En su estado de frustración, las
encontrará alucinantes, sobre todo porque son jodidamente cómodas y se
ajustan perfectamente dónde se las voy a poner. Este pensamiento me provoca
una erección prácticamente instantánea.
—Son nuevas —, subrayo. Teniendo en cuenta donde pienso ponerlas, creo que
ella necesita saberlo. Ana me mira desconcertada. No tiene ni idea de lo que
son. Esto va a ser muy divertido. Mi pequeña alumna entusiasta.
—Voy a poner esto en tu interior, y luego te voy a azotar, no para castigarte,
sino para tu placer y el mío.
Sí, tengo una erección dura como una roca ahora mismo. Trago saliva y espero
para ver cuál es su reacción.
Ella me mira con los ojos abiertos y conmocionados, pero creo que emocionados
también.
—Después te voy a follar, y si todavía estás despierta, te daré algo de
información sobre mis años de formación. ¿De acuerdo? — Mi plan es que no
estarás despierta.
Ella asiente con la cabeza con entusiasmo. Esa es mi chica, siempre dispuesta
a probar algo nuevo. Y le va a encantar este juego sexy.
—Buena chica. Abre la boca... bien grande.
211
Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Se ve desconcertada otra vez, pero hace lo que le digo. Suavemente le meto las
bolas en la boca.
—Necesitan lubricación. Chupa —. Ordeno. La observo detenidamente y me
satisface ver que está encontrando esta nueva experiencia emocionante, no le
da miedo. De hecho, ella comienza a retorcerse, por supuesto ella todavía se
siente frustrada por no haberle permitido correrse cuando lo hicimos en el
cobertizo.
—No te muevas, Anastasia —, le advierto. Todavía tengo el control, y ella tiene
que hacer lo que se le dice.
—Para —. Le quito las bolas de su boca, y luego retiro la manta a un lado para
sentarme en el borde de la cama.
—Ven aquí —, le ordeno. Ella se pone de pie delante de mí.
—Ahora date la vuelta, agáchate y agárrate los tobillos —. Ana sólo me mira
parpadeando, y no se mueve. No es suficiente, señorita Steele.
—No dudes —, le advierto, introduzco las bolas en mi boca para mantenerlas
calientes.
Ella se inclina siguiendo mis instrucciones. Su fantástico culo está
perfectamente situado justo en frente de mí, y esta es una vista muy agradable
con sus diminutas bragas de encaje azul pálido que escasamente cubren la
extensión carnosa de su trasero. Sedoso. Sexy. Totalmente follable. Acaricio su
pálida piel suave y tersa. Mmm... Se verá aún mejor cuando tenga una sombra
brillante de color rosa. Dios, me encanta su culo delicioso, follármelo me va a
encantar.
Aparto sus bragas, y le paso el dedo hacia arriba y hacia abajo, luego empiezo a
deslizarlo en su interior. Ella está mojada. Muy mojada. Luego hago girar mi
dedo dentro de ella, una vez y luego dos veces. Ella gime y aprieta los músculos
alrededor de mí, y es todo lo que puedo hacer para no tomarla en ese momento.
Pero no es así como quiero jugar, por lo que respiro para relajarme. Control,
Grey. Luego inserto suavemente las bolas, deslizándoselas, una tras otra,
empujándolas dentro de ella.
Vuelvo a poner sus braguitas en su sitio, y me inclino hacia adelante para
besar su bonito trasero, resistiendo el impulso de mordérselo. Joder, las cosas
que quiero hacer con ella...
—Levántate.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Se mantiene algo inestable cuando se levanta, así que tengo que abrazarla para
aguantarla.
— ¿Estás bien?
—Sí —, susurra con un hilo de voz. Tómalo con calma, Grey. Ella ya te ha
servido muy bien hoy. Bueno, sólo sexualmente. Es su tono desafiante en lo que
vamos a tener que trabajar.
—Date la vuelta.
Ella está de pie allí, mirándome más bien desconcertada cuando empieza a
darse cuenta de la sensación de tener las bolas en su interior.
— ¿Cómo te sientes?
—Rara.
— ¿De un modo bueno o malo?
—Extrañamente satisfactorio —, se sonroja.
—Bien —. Pensé que te gustarían. Están haciendo un buen trabajo en ti.
Ahora ella necesita sentir el efecto completo de las bolas. Necesita moverse.
—Quiero un vaso de agua. Ve y trae uno para mí, por favor.
Me mira como si me hubiera vuelto loco.
—Y cuando vuelvas, voy a ponerte en mi rodilla. Piensa en eso, Anastasia —. La
anticipación. Sin apresurar las cosas. Saboreando cada nueva sensación.
Cuando vuelve con mi vaso de agua, ella está muy sonrojada y casi sin aliento.
Las bolas están haciendo su trabajo. La están masajeando en su interior.
Acelerando la necesidad. Haciéndola desear tener de mi polla dentro de ella.
Pero todavía no.
—Ven. Túmbate en mis rodillas. Como la última vez.
Me mira furtivamente, y puedo ver que está temblando de emoción.
—Pídemelo —, le instruyo.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Me mira desconcertada. No entiende lo que quiero. Quiero oírle decir esas
palabras.
—Pídemelo —, repito. Después de que ella se negara a dejarme azotarla antes,
ahora tiene que pedírmelo.
—Pídemelo, Anastasia. No voy a decirlo de nuevo —. Vas a tener que mendigar
jovencita si quieres que te folle.
Veo que por fin entiende lo que tiene que decirme.
—Azótame, por favor... señor —, susurra.
¡Sí! Por fin. Cierro los ojos mientras me emociono con sus palabras. Las
palabras que necesitaba oír. Me está entregando el control, a su Dominante.
No pierdo más tiempo. La alcanzo y le agarro la mano izquierda para tirar de
ella sobre mis rodillas, estabilizándola mientras literalmente aterriza en mi
regazo. Y me posiciono de manera que su torso descanse sobre la cama.
Suavemente empiezo a acariciar su trasero para calentarle la piel. Dios, se
siente tan jodidamente bien. Luego recojo su pelo suelto detrás de la oreja sin
trenzar. Pero igualmente puedo tirar de su cabeza hacia atrás.
—Quiero ver tu cara mientras te azoto, Anastasia —, susurro, mientras sigo
acariciándole su trasero.
Sigo bajando hasta acariciar la parte entre sus dos nalgas, y presiono
suavemente para que aumente la sensación de las bolas en su interior. Ella
gime en voz alta. Sí, definitivamente están funcionando.
—Esto es por placer, Anastasia, el tuyo y el mío —, le susurro.
Entonces le doy el primer azote, justo en la unión de sus muslos, el trasero y su
coño. Es el sonido más jodidamente maravilloso del planeta. Esto empuja las
bolas hacía su interior, lo que combinado con el aguijón de mi azote es
intensamente excitante para ella. El hecho de que ella no pueda hacer nada y
estar bajo mi control hace que sea aún más intenso para ella. Puedo ver como
ella intenta asimilar todas las sensaciones contradictorias. Acaricio su trasero
otra vez, por encima de sus bragas. Son una barrera que suaviza mi nalgada.
Cuando se las quito, la bofetada que viene es mucho más dulce en su piel, así
que estamos trabajando en eso.
Esa es la clave para aumentar poco a poco el dolor. Esto es sólo el principio,
pero así es como una sumisa está capacitada para llegar a aguantar una buena
paliza. Medidas simples, cada una aumentando un poquito más. Estimular su
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
cuerpo para producir una embriagadora combinación de adrenalina y endorfina
que le dará un subidón increíble. Pero esta noche estoy solo voy a darle una
azotaina erótica a Anastasia. Mi enojo se ha disipado, por lo que este azote no
es un castigo. Una suave introducción al BDSM.
La golpeo de nuevo, y ella gime de placer. Yo alterno donde le doy cada golpe. A
la izquierda, a la derecha y luego hacia abajo. Acariciando y amasando su
suave culo carnoso entre cada nalgada. Ella gime más fuerte cuando le doy el
siguiente azote en la parte baja ya que provoca que se muevan las bolas en su
interior, al igual que si tuviera mi miembro dentro de ella. Luego lentamente le
voy bajando las bragas, y ella se retuerce, no porque quiera que me detenga,
sino porque ella quiere más, ella necesita más.
Esta lección va muy bien, ella es la alumna perfecta. Vuelvo a golpearla sobre la
piel sensible, hasta llegar a hacerlo insoportable, y empieza a gemir en voz muy
en alta por lo que sé que está casi lista. Esa es mi responsabilidad, observo sus
respuestas y juzgo lo mucho que necesita mis nalgadas y por cuánto tiempo
puede aguantarlo. Ese es mi papel como Dominante, y después de todos mis
años de experiencia y práctica, sé exactamente que ella necesita más.
Estoy eufórico y extasiado de tener el control de Anastasia de esta manera. Así
es como debe ser. Como disfruta de mi control, sin luchar. Entender cuanto
placer le doy mientras la golpeo. Comprender el inmenso placer que me
proporciona.
—Buena chica, Anastasia —, gimo sobre ella, sabiendo que no puede aguantar
mucho más tiempo.
Le propino dos duros azotes más y entonces de repente agarro el hilo de las
bolas y se las saco de un tirón. Ella grita de placer. Ves lo increíblemente que te
puedo hacer sentir. Rápidamente me levanto y me giro sobre ella en la cama, le
agarro las manos sobre su cabeza y luego fácilmente la penetro lentamente. Oh
nena, te sientes tan jodidamente bien. Mi polla llena ahora el lugar donde
estaban las bolas de plata, y ella gime de nuevo en voz al alta.
Me pidió que le hiciera el amor esta noche, así que eso es lo que hago. Imprimo
un ritmo lento y sensual en lugar de lo habitualmente duro de siempre. Y se
siente jodidamente maravilloso. Siento cada pedacito de su opresión sedosa y
aterciopelada, y luego otra vez cuando me salgo. Hacia atrás y hacia adelante.
Dentro y fuera. Poco a poco, sensualmente. Ella está tan lista que su orgasmo
comienza a llegar casi de inmediato. Puedo sentir su temblor y como se tensa y
se aprieta hasta llegar al borde de un orgasmo intenso. Mientras ella se abraza
firmemente a mí alrededor, doy un último empuje fuerte, y entonces llego a mi
orgasmo al mismo tiempo que ella.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
—Ana —, gruño mientras me corro con ella, los dedos aún entrelazados sobre
su cabeza. Nos quedamos allí aturdidos, jadeando y recuperando juntos
nuestro aliento.
—Me ha gustado mucho —, le susurro, mientras la beso tiernamente. Y así es.
Realmente me ha gustado mucho.
Así que creo que podemos intentar este arreglo peculiar entre nosotros, porque
todo es jodidamente increíble entre nosotros, incluso si no estamos en mi
cuarto de juegos todo el tiempo. No podemos perder de vista el hecho de que
todavía la quiero realmente allí, haciendo toda mi mierda dura favorita, pero
creo que podemos encontrar un camino a seguir, un compromiso. Follarme a
Ana es simplemente increíble, así que voy a hacerlo en cualquier lugar, en
cualquier momento y a la mínima oportunidad que se me presente. Y puedo,
porque ella es mi novia.
Pero por ahora, como su Dominante, es mi responsabilidad de atender a sus
necesidades. Voy a buscar un poco de crema para ponérsela en el culo.
Francamente, es más beneficioso para mí que para ella, porque es un placer,
un honor, darle un masaje a sus hermosas nalgas, que ahora están de un color
rosado glorioso. Mientras ella yace tumbada boca abajo, puedo ver que está
muy somnolienta y cansada. Bueno, tal vez se dará por vencida con las
preguntas.
—Empieza a soltar, Grey —, Me dice mientras bosteza. No hubo suerte.
—Srta. Steele, sabes cómo arruinar el momento.
—Teníamos un trato.
— ¿Cómo te sientes? — Le pido, mientras a regañadientes termino de masajear
su trasero.
—Estafada —. ¿Ella no va a renunciar, verdad?
Me deslizo en la cama junto a ella, y tiro de ella hacia mis brazos, con cuidado
de no tocar su trasero dolorido. Estará bien por la mañana, y desde luego no
parece estar molesta esta vez por los azotes. Nos acurrucamos juntos y le beso
el hoyuelo detrás de su oreja que me resulta tremendamente atractivo. Huele
tan divino como siempre.
—La mujer que me trajo a este mundo era una puta adicta al crack, Anastasia.
Hora de irse a dormir —. He cumplido mi parte del trato. Ahora espero que se
dé por vencida y podamos dormir un poco.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
— ¿Era?
—Ella está muerta.
— ¿Cuánto hace?
Suspiro, me doy cuenta de que ella no va a rendirse sin más, sin tener algo más
de información.
—Ella murió cuando yo tenía cuatro años. Realmente no me acuerdo de ella.
Carrick me ha dado algunos detalles. Sólo recuerdo algunas cosas. Por favor,
vamos a dormir —. Y eso es todo lo que le doy. Es más de lo que le he contado a
nadie, aparte de todos los psiquiatras.
—Buenas noches, Christian.
—Buenas noches, Ana.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Capítulo 21
C
omo viene siendo habitual cuando duermo con Anastasia, no tengo
ninguna pesadilla y duermo muy bien, aunque cuando me
despierto por la mañana todavía es muy temprano. Eso es sólo mi
patrón natural del sueño, supongo. Mi pierna esta enganchada alrededor de la
de ella, mi brazo está alrededor de su cintura, y mi cabeza está al lado de la
suya. Le beso suavemente la parte superior de la cabeza, pero ella no se
despierta. Por supuesto tengo una erección, y considero aprovecharla y
despertarla de la mejor manera conocida por el hombre, pero a regañadientes
decido no hacerlo porque ella necesita descansar. Anoche era muy tarde
cuando finalmente la dejé descansar un poco. No la desgastes Grey. Ella no es
sólo un juguete nuevo.
Murmura cuando me desenredo de ella, y empieza a mascullar. Oigo algunas
palabras. Creo entender “Christian”, y “bolas de plata”, lo que me hace sonreír,
pero cuando escucho “puta drogadicta” y “mamá muerta”, no soy feliz. Esto es
precisamente lo que no quería, mi mierda enferma dando vueltas en su cabeza.
Me inclino para besarla en la mejilla, y ella sonríe en su sueño. Mejor.
Llamo a Taylor y le digo que me dirijo al gimnasio para una sesión rápida, así
que quiero que se quede para vigilar el apartamento porque Ana estará allí sola
mientras estoy fuera. Es porque me siento muy protector con ella, por eso
instruyo a Taylor a reunirse conmigo en mi estudio una vez que he vuelto y
tomado una ducha rápida. Quiero una actualización de las instrucciones que le
di anoche.
Anastasia sigue durmiendo profundamente después de haber regresado y de
que me duchara. Claramente, ella no es muy madrugadora. Me siento en el
borde de la cama para estudiarla, observando el constante movimiento de
subida y bajada de su pecho cuando respira. Se ve tan joven e inocente ahí
tendida, con el pelo castaño extendido sobre la almohada. Las apariencias
pueden ser engañosas, sin embargo, porque ahora que le he quitado la
virginidad y despertado su sexualidad, rápidamente se está volviendo cada vez
más audaz y aventurera. Me da la esperanza de que mis planes para entrenarla
para ser mi sumisa muy bien puedan llegar a ser una realidad, y no puedo
esperar para entrar en mi cuarto de juegos de nuevo. La escena de anoche en
mi habitación no fue como yo normalmente jugaba con una sumisa, pero tengo
que decir que me gustó mucho “hacer el amor” con Anastasia después ese
pervertido juego. Compromiso. Sí, puedo hacer eso.
Por supuesto, no se puede negar que siempre he disfrutado realmente follando
a todas y cada una de mis últimas quince sumisas. En general, siempre he
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
estado satisfecho con mis selecciones, todas eran chicas muy buenas, pero Ana
no es sólo eso, hay esta conexión adicional entre nosotros que me lleva a follar
a un nivel superior, más intenso. Las quince anteriores hacían absolutamente
todo lo que quería, dentro de los límites acordados por estricto en el contrato, y
no puedo negar que sigue siendo lo que realmente quiero de Ana. Es sólo una
necesidad profundamente arraigada en mí, parte de lo que soy, los azotes, los
golpes con el bastón. La flagelación, la mierda dura que me encanta repartir,
para castigarlas. Pero puedo esperar. Por ella debo hacerlo.
Me dirijo a mi estudio, donde veo a Taylor esperándome.
— ¿Cuál es la situación de la vigilancia encubierta de protección que pedí para
la señorita Steele? ¿Y qué ha puesto en marcha Welch hasta ahora?
—Bueno, señor, la cobertura sobre la marca, Srta. Steele, ya estaba en vigor
materialmente en Seattle, por lo que se mantiene activa hasta hoy. Para la
nueva ubicación en Georgia, hemos completado la evaluación de
reconocimiento y se han medido las amenazas posibles que hemos podido
evaluar dentro del escaso tiempo que hemos tenido, y se ha evaluado que los
riesgos para ella son muy bajos. Su madre y su padrastro se han establecido en
un vecindario limpio, agradable, nada que plantee inquietudes. Así que una
presencia de seguridad encubierta que consista en un Operativo de Protección
Cercana debe ser suficiente mientras que ella esté allí.
—No, yo quiero dos operativos, veinticuatro/siete —. Insisto, y veo una
expresión de dolida molestia en la cara de Taylor. Me doy cuenta de lo que
significa el empleo de cuatro CPO en total, y sé que hay poco tiempo, pero me
importa una mierda. —No quiero que el operativo acabe perdiendo algo cuando
se enfrente a una fuga o algo así. Y quiero completos reportajes fotográficos
sobre todas las actividades actualizadas cada hora para mí.
—Muy bien, señor.
—Quiero saber exactamente donde está, y con quien está, desde el momento en
que salga de este apartamento en el día de hoy, ¿entendido?
—Sí, señor.
—Y la señorita Steele no debe ser consciente de la vigilancia a menos que sea
necesario para su seguridad y protección. ¿Queda claro? No quiero que se
preocupe innecesariamente.
—Sí, por supuesto, señor. Sin embargo, debo señalar que un mayor nivel de
protección podría ser proporcionado si esto no fuera una operación encubierta.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
El CPO naturalmente tiene que mantener una cierta distancia para no ser
detectado.
—Lo entiendo, pero eso es lo que tienen para trabajar.
Anastasia no tiene idea acerca de los riesgos asociados con ser mi novia. La
prensa va a estar al acecho una vez que nos vean por ahí juntos, y hay que
decir que va a estar en riesgo de secuestradores y otros bichos raros enfermos.
Así que no quiero correr ningún riesgo. Esa es la razón oficial para ordenar la
vigilancia de todos modos. Fanático del control, acosador más bien.
— ¿Tiene usted alguna información del vuelo ahora, señor?
—Le voy a ofrecer a la señorita Steele el uso de mi jet privado, así que voy a
informarles de los detalles de su itinerario una vez que se concrete.
—Muy bien, señor. ¿Eso es todo?
—Por ahora, Taylor —. Se apresura para poner en marcha mis demandas.
He decidido pasar la mañana con Anastasia antes de que ella se vaya, así que
llamo a Andrea y le pido que reorganice mi agenda. Entonces pido que me
transfiera con Ros, para que pueda explicarle todo en lo que quiero que me
cubra. No hay nada que no pueda manejar. Mientras le pido que me pase de
nuevo a Andrea para un par de cosas más, miro hacia arriba para encontrarme
con una hermosa vista. Anastasia está de pie en la puerta, vestida con una de
mis camisetas, que es sólo lo suficientemente larga para ser decente. Ella se ve
tan natural y hermosa, y cuando ella me sonríe hermosamente, me encuentro
impotente sonriendo a su vez. Así que los dos estamos de pie allí como un par
de idiotas con grandes sonrisas en nuestros rostros, cuando finalizo mi
conversación telefónica.
—Limpia mi agenda de esta mañana, pero que Bill me llame. Voy a estar a las
dos. Tengo que hablar con Marco esta tarde, y necesitaré por lo menos media
hora... programa a Barney y su equipo después de Marco o tal vez mañana, y
encuentra tiempo para ver a Claude cada día de esta semana... Dile que
espere... Oh... No, no quiero publicidad para Darfur... dile a Sam que trate con
eso... No... ¿Qué evento? ... ¿Eso es el próximo sábado? ... Espera.
» ¿Cuándo vas a regresar de Georgia? — Le pregunto a Anastasia. Voy a tener
que patearle el culo a Claude cada día para aliviar un poco mi tensión.
—Viernes.
220
Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
—Voy a necesitar una entrada extra porque tengo una cita —. Creo que Andrea
casi deja caer el teléfono en estado de shock, y me pregunta con incredulidad si
le dije que tenía una cita. —Sí Andrea, eso es lo que he dicho, una cita, la Srta.
Anastasia Steele me acompañará. Eso es todo —. Cuelgo. Sí, he decidido que
voy a hacer público todo este asunto de la “novia”.
—Buenos días, señorita Steele.
—Señor Grey.
Camino al rededor para estar de pie frente a ella. Su rostro se ve tan dulce y
fresco que no puedo dejar de tocarla, acariciar su suave mejilla con el dorso de
los dedos, porque se me antoja algún tipo de contacto con ella.
—Yo no quería despertarte, te veías tan tranquila. ¿Has dormido bien?
—Me siento muy descansada, gracias. Sólo vine a saludar antes de darme una
ducha.
Ella me mira con esos grandes y hermosos ojos azules claros, y me siento
impotente. Estoy totalmente bajo su hechizo, incapaz de alejarme.
Al inclinarme para besarla suavemente, algo se enciende en ella. Lanza sus
brazos alrededor de mi cuello, retuerce los dedos en mi cabello y tira de mí para
besarme de nuevo con una pasión feroz. Esto me coge por sorpresa, pero
pronto me encuentro respondiendo con la misma pasión. Mis manos se
extienden hasta acariciar su magnífico trasero desnudo, y todo lo que quiero
hacer es tomarla. Pero me las arreglo para controlarme y retroceder.
—Bueno, el sueño parece caerte bien, te sugiero que vayas a tomar tu ducha, o
voy a tener que poseerte en mi escritorio ahora —. Digo tentándola.
—Elijo el escritorio —, susurra, con los ojos llenos de promesas seductoras.
Joder, lo dice en serio también.
— ¿Realmente le has encontrado el gusto a esto, o no, señorita Steele? Te estás
volviendo insaciable —. Mi propia pequeña ninfómana personal. Qué
pensamiento tan encantador.
—Sólo tengo hambre de ti —. Su voz es profunda por el deseo. Deseo por mí.
Ella es mía. Ella me pertenece.
—Maldita sea, sólo yo —, le gruño, limpio todos los papeles mi escritorio, la
levanto y ella se extiende rápidamente a través de él. ¿Ella quiere que la folle
221
Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
aquí? Bien por mí. Estoy muy feliz de darle exactamente lo que quiere. Estoy
muy exaltado en este momento.
—Lo quieres, lo tienes, nena —, le prometo. Hasta que ella esté tomando la
píldora, me estoy asegurando siempre de tener un condón en el bolsillo. Así que
ahora lo saco, desabrocho mis pantalones y me pongo el preservativo. Diablos,
estoy feliz de darle una espontánea follada “tómame ahora”.
—Por supuesto, espero que estés lista —, con mucho gusto sonrío. No hay
juego previo, sin preámbulos, esto va a ser una simple follada dura. Y toda idea
suya.
Le agarro las muñecas a su lado, empujo sus rodillas y las separo con mis
piernas, y luego sigo derecho dentro de ella, gime en voz alta por el placer. Y no
hay duda, ella realmente me desea.
—Jesús, Ana. Estas muy lista —, le susurro con asombro. Esta conexión, esta
atracción entre nosotros es tan fuerte, parece que sólo tenemos que estar en la
misma habitación, basta con mirarnos el uno al otro, y ambos estamos
instantáneamente listos para follar. Nos necesitamos tanto el uno al otro, que
sólo hay una solución posible para satisfacer este deseo loco.
Ella envuelve sus piernas alrededor de mi cintura para atraparme, casi tan
desesperada por esto como yo. Eso me prende para llevarla de manera simple,
cruda, hasta un acoplamiento primitivo. Estamos perfectamente adaptados a
medida que subimos juntos hacia nuestro clímax, acaricio, meto, empujo, más
rápido, más fuerte. Y puedo sentir su temblor vivificante...
—Vamos, nena, dámelo —, le ruego, cuando sé que no puedo aguantar más.
Ella grita y siento sus mágicos espasmos que se aprietan alrededor de mi polla.
Así que eso es todo. Una estocada final dura y estoy volando alto sin ruido
sobre el borde para unirme a ella, antes de derrumbarme, jadeando como si
hubiera completado una carrera 6k en un tiempo récord. Joder. Tan
jodidamente bueno, inesperadamente, de la nada.
— ¿Qué demonios me estás haciendo? — Murmuro mientras recupero el
aliento, acariciando su cuello y respirando su aroma delicioso. —Me seduces
completamente, Ana. Tienes una magia poderosa.
Cuando le suelto las muñecas, comienza a pasar los dedos por mi cabello.
Parece que le gusta jugar con mi pelo, y me parece que me gusta cuando ella lo
hace. ¿Quién iba a pensarlo? Ella aprieta sus piernas alrededor de mi cintura
para que no me retire de ella.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
—Yo soy la seducida —, susurra.
Estoy asustado por la intensidad de mis sentimientos cuando la miro. ¿Qué
carajo está pasándome? Sostengo su cabeza y miro fijamente a sus ojos,
tratando de lanzar mi propio hechizo sobre ella, para atarla a mí.
—Tu. Eres. Mía. ¿Entiendes? — Trato de ordenarle que se quede conmigo.
—Sí, tuya —, susurra, mirándome fijamente a los ojos.
— ¿Estás segura de que tienes que ir a Georgia? — Quédate conmigo, por favor,
no te vayas.
Pero ella asiente con la cabeza. Mi hechizo no tiene efecto sobre ella. Estoy
perdiendo. Ella no puede sentir con tanta fuerza como yo o ella no se iría. Tomo
una respiración profunda para recobrarme a mí mismo mientras me retiro de
ella, lo que la hace estremecerse.
— ¿Estás dolorida?
—Un poco.
—Me gustas dolorida. Recuerda dónde he estado, y sólo yo —. Le agarro la
barbilla y la beso fuertemente antes de ayudarla a ponerse de pie y luego
extendiendo mi mano hacia arriba. Cada vez que te sientes mañana, vas a
pensar en mí follándote. Me gusta esa idea.
—Siempre preparado —, murmura, al ver el envoltorio del condón mientras
estoy rehaciendo mi bragueta.
—Un hombre puede esperar, Anastasia, soñar incluso, a veces, sus sueños se
hacen realidad —. Pero todavía te vas a Georgia.
No debería sentir o actuar de esta manera. Prácticamente le ruego que no se
vaya. Yo soy el que está a cargo. Tengo que tomar el control de mí mismo.
Poner las cosas de nuevo en equilibrio. ¿Recuerdas la definición de dominante,
Grey?
— ¿Así que, en tu escritorio, ha sido un sueño? — Me pregunta con una
sonrisa pícara.
Oh créeme señorita Steele, me encanta el sexo en el escritorio. Siempre me ha
gustado. Siempre me gustará. He hecho realidad ese sueño muchas veces. No
hay nada mejor que un polvo rápido y duro en el escritorio para aliviar la tensión
cuando he estado trabajando duro.
223
Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Puedo ver que Anastasia lo ha entendido por sí misma. Esa podría haber sido
su primera vez en un escritorio, pero desde luego no ha sido la mía. Frunce el
ceño y se levanta para irse.
—Será mejor que vaya a tomar una ducha.
Sí, y será mejor que deje de actuar como un completo adolescente y acabe de
organizar mi calendario para hoy.
—Tengo un par de llamadas que hacer. Me reuniré contigo para el desayuno
una vez que acabes de ducharte. Creo que la señora Jones ha lavado tu ropa de
ayer. Está en el armario.
Ella parece sorprendida, y me doy cuenta de que no está acostumbrada a tener
personal que haga este tipo de cosas para ella. Si se lo dejara a ella, su ropa
probablemente todavía estaría en un montón en el suelo desde la noche
anterior. Pero todo eso es parte del trabajo de Gail, y por supuesto es muy
eficiente.
Ana frunce el ceño.
— ¿Qué?
— ¿Qué pasa? — Me pregunta
— ¿Qué quieres decir?
—Bueno... estás siendo más raro de lo habitual.
— ¿Me encuentras raro? — Esto me hace sonreír. Confía en mí, ni siquiera me
has empezado a ver raro todavía.
—A veces —, se sonroja.
—Como siempre, estoy sorprendido contigo, señorita Steele —. Así tímida y sin
embargo... tan audaz.
— ¿Cómo te he sorprendido?
—Digamos que fue un placer inesperado.
—Nuestro objetivo es complacer, Sr. Grey.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
—Y así lo haces —, le digo. Pero no creo que ella pueda seguir tomando el
control de esa manera. Así no es como hago las cosas. — ¿Pensé que ibas a
tomar una ducha?
—Sí... um, te veo en un momento —. Ella se apresura a salir de mi despacho.
Hago varias llamadas más antes de dirigirme hacia la cocina para el desayuno.
Llego justo a tiempo para oír a Anastasia diciéndole a la señora Jones que ella
no quiere desayunar. Esto me enoja. Claro que si va a desayunar.
—Por supuesto que vas a comer algo. A ella le gustaría panqueques, tocino y
huevos, señora Jones —. Recuerdo que fue lo que comió la otra vez.
—Sí, señor Grey. ¿Qué le gustaría, señor?
—Tortilla, por favor, y algo de fruta —. Le señalo a Ana el taburete. —Siéntate
—. No vas a ninguna parte hasta que hayas comido un buen desayuno.
Mientras la señora Jones se entretiene a sí misma con la preparación de la
comida, me siento al lado de Ana y le pregunto acerca de sus planes de viaje.
— ¿Has comprado tu boleto de avión?
—No, lo voy a comprar cuando llegue a casa, a través de Internet.
— ¿Tienes el dinero? — Sé que va a estar corta con la cantidad lamentable que
tiene en su cuenta bancaria.
—Sí —, dice de una manera muy poco condescendiente y grosera, que me
parece ruda y no me gusta ni un poco. —Sí, lo tengo, gracias —. Rápidamente
corrige su tono de voz cuando ve mi mirada de pegarle un tiro. Eso me gusta
más.
—Tengo un jet. No tengo previsto usarlo en los próximos tres días, está a tu
disposición —. Entonces puedo controlar cuánto tiempo vas a estar fuera.
Volverás el miércoles en lugar de viernes. No estoy seguro de que resista no verte
durante más tiempo que eso.
Ella sólo me mira con incredulidad.
—Ya hemos hecho un serio mal uso de la flota de aviación de tu empresa. No
me gustaría volver a hacerlo.
—Es mi empresa, es mi jet —. Eso es para lo que sirve. Y así sabré donde estás
y que estás a salvo. Fanático del control, puedes apostarlo.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
—Gracias por la oferta. Pero voy a estar más que feliz de tomar un vuelo regular
—, afirma. Yo sopeso si puedo insistir, qué más puedo hacer para convencerla
de que acepte mi oferta. Lamentablemente, me doy cuenta de que no hay nada.
—Como quieras. ¿Tienes mucho que preparar para la entrevista?
—No.
—Bien. ¿Vas a decirme en qué editoriales?
—No.
—Soy un hombre de recursos, señorita Steele —. Realmente no tienes idea de
exactamente lo que quiere decir, todo lo que tengo a mi disposición.
—Soy plenamente consciente de ello, Sr. Grey. ¿Vas a rastrear mi teléfono? —
No seas estúpida, por supuesto que lo voy a hacer. Bueno, Welch lo hará y me
informará.
—En realidad, voy a estar muy ocupado esta tarde, así que voy a tener que
conseguir que alguien lo haga —. Estoy sonriendo, porque en realidad estoy
diciendo aquí toda la verdad.
—Si puedes prescindir de alguien para hacer eso, obviamente tienes demasiado
personal —. Oh no hay nada más importante para mí que conocer tu paradero,
señorita Steele. Es mi prioridad principal.
—Voy a enviar un correo electrónico al director de recursos humanos para que
haga un recuento del personal —. Si, y le pediré que contrate más si es
necesario.
La señora Jones nos sirve el desayuno. Me complace ver que Anastasia come
todo su desayuno, a pesar de que haber afirmado no quería nada. Espero que
su madre se asegure de que coma bien, mientras que ella la visita. Eso es lo
que una mamá hace, ¿no?
Después de haber terminado sus deberes, la señora Jones discretamente nos
deja solos, y puedo ver que Anastasia visiblemente se relaja. Estoy tan
acostumbrado a tener personal a mí alrededor, apenas noto su presencia
alguna vez, pero creo que Ana se siente intimidada por momentos. Ya te
acostumbrarás a eso. Si se queda el tiempo suficiente.
Ella me está mirando.
226
Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
— ¿Qué pasa Anastasia?
—Sabes, aún no me has dicho por qué no te gusta que te toquen.
No esta vez. No puedo decirle más de lo que ya he dicho. No puedo hablar
sobre... esa mierda. Que puta.... Ella no tiene derecho a preguntarme eso.
—Te he dicho más de lo que he dicho a nadie —. ¡Sólo deja esto por amor de
Dios!
Puedo ver a Ana digerir esto. Ella niega con la cabeza un poco, y que creo que
tal vez se da cuenta de que se está pasando de la raya aquí. Puedo cambiar el
tema.
— ¿Pensarás en nuestro acuerdo, mientras estás ausente? — Pregunto. ¿Y
tomarás la decisión correcta?
—Sí.
— ¿Me extrañarás? — Yo quiero que me eches tanto de menos que vuelvas más
rápido. Sí, que vengas arrastrándose de vuelta, desesperada y pidiendo verme.
Eso quiero.
—Sí.
—Yo también te extrañaré. Más de lo que piensas —, le confieso, acaricio su
mejilla y luego la beso suavemente. ¿Cómo voy a manejar esto sin tener una
dosis de Ana cuando lo necesite? No entiendo por qué, pero parece que me
calma y me hace sentir más completo de alguna manera.
Cuando es hora de que se vaya a casa y a prepararse para sus entrevistas, la
acompaño todo el camino hasta el estacionamiento, queriendo no dejarla ir.
Odio sentirme así, pero no tengo otra opción. Ella insiste en que Kate la llevará
al aeropuerto. Insisto en que ella lleve su Blackberry y su MacBook con ella, y
me aseguro de que tiene los cargadores también. Es esencial para mí tener
tantas formas de comunicación abiertas con ella como sea posible.
La veo mientras se va, entonces me repongo, sabiendo que tengo una tarde
muy ocupada por delante, después de haber jugado a los noviecitos esta
mañana. Pero antes de dirigirme a la oficina, debo ponerme al día con Taylor.
—Miss Steele se negó a usar el jet de la compañía, por lo que ella está tomando
un vuelo regular. Coordina con Welch, cualquier vuelo que ella tome, quiero
que sea ascendida a primera clase.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
—Muy bien, señor.
—Y también reserva asiento junto a ella, no quiero que la moleste algún cabrón
borracho que se siente junto a ella —. O algún polla de mierda venga sobre ella,
o intente tocarla.
—Como usted quiera, señor. Y una vez que tengamos la hora de aterrizaje, voy
a coordinar con los operativos en Georgia, y lo van a tomar a partir de ahí —,
me asegura.
— ¿Y lo has arreglado para que haya dos operativos en todo momento, como he
especificado?
—Sí, tuvimos suerte y conseguí una agente mujer de uno de los extras CPO.
Tiene más sentido, una pareja encubierta va a ser menos visible, y la mujer
puede controlar a la señorita Steele más eficazmente en lo que respecta a los
baños, vestuarios, ese tipo de situaciones.
—Sí, siempre y cuando la mujer este a la altura del reto —.Las mujeres pueden
ser tan jodidamente hormonales e impredecibles, así como son físicamente más
débiles.
—No me han informado otra cosa, señor. Ella es ex-marine, es muy
recomendable —. Taylor responde bruscamente. Está claro que lo he ofendido
al cuestionar su criterio profesional. Buen punto. ¿Pero aun así, una mujer?
Me dirijo a la oficina por la tarde. ¿Qué pasa con todos hoy? Están todos tan
jodidamente ineficientes e irritantes. Andrea me pide una vez más que le
confirme lo que dije, de que tengo una cita con la Srta. Anastasia Steele para el
evento del sábado. ¿Cuál es su problema? ¿Está sorda o sencillamente es
estúpida? Olivia como es habitual es molesta y torpe, ya que casi tropieza en su
afán por traerme algunos archivos que necesito. ¿Recuérdame otra vez por qué
la emplee?
Y cuando no recibo una actualización del equipo de vigilancia Seattle del
paradero de Anastasia, me enojo tanto con Taylor como con Welch, porque es
su trabajo asegurarse de que mis instrucciones se siguen al pie de la letra. Dije
actualizaciones cada hora, no sólo cuando al CPO le da la gana. Incluso si no
hay cambio, o no hay nada que informar, necesito saberlo. Barney no es mejor,
por la tarde aún no me ha dado ninguna respuesta de las entrevistas de
Anastasia todavía. Parece que estoy rodeado de idiotas sin una mierda de
cerebro hoy. La única cosa que alegra mí tarde es una llamada de Elena.
—Hola, Christian querido. Cuanto tiempo sin hablar. ¿Cómo van las cosas? —
No confundiría esa voz sensual.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Una parte de mí es inmediatamente devuelto a ser su sumiso amarrado al
cuello, obedeciendo cada orden, sintiendo el aguijón de su bastón en la espalda
si me atrevo a desobedecerla en lo más mínimo.
—Elena. Oh ya sabes, la mierda de costumbre. ¿A qué debo este placer?
—Tengo todas las cuentas más recientes y las cifras de la cadena de salones a
partir de las reformas y expansiones. Sé que podría pasárselas a tu chico de
contabilidad, pero yo realmente apreciaría si pudieras poner tu ojo experto
sobre ellos y darme tu opinión, a ver si te parece que estamos yendo en la
dirección correcta. ¿Así que me pregunto si podíamos cenar en algún momento
pronto y ponernos al día?
—Sí, en realidad Elena, que sería útil verte. Estoy libre mañana por la noche.
¿Eso estaría bien para ti?
Al menos en esto usaremos una de mis noches vacías, me mantendré ocupado
y pararé de darle demasiadas vueltas.
—Dios Christian, generalmente confirmas por lo menos con tres semanas de
antelación. Sí, mañana por la noche me parece bien.
—Está bien. Voy a reservar una mesa en mi club, a las ocho de la forma
habitual. Nos vemos entonces —. Un comedor privado en mi club significa que
podemos hablar y no ser escuchados. Este es un buen momento. Puedo hablar
con ella acerca de toda esta mierda confusa en mi cabeza, obtener su opinión.
Realmente no hay nadie más que pueda discutir los problemas y conflictos
relacionados con la capacitación de Anastasia para ser mi nueva sumisa. Nadie
entiende realmente la cruda realidad de mis necesidades en la forma en que
Elena hace.
Colgamos, ninguno de los dos interesados en una pequeña charla posterior.
Elena está bien así.
En lugar de regresar al apartamento vacío, trabajo hasta altas horas de la
noche, repasando los detalles para la adquisición de cualquier editorial que
vaya a comprar en cuanto tenga noticias sobre las ofertas de trabajo para
Anastasia. Eso significa que todos los demás permanecen trabajando hasta
muy tarde. Y no, no me siento culpable cuando escucho a Andrea por teléfono
cancelar su cita para el teatro, o a Taylor dejándole saber a la Sra. Jones que él
va a pedir que la cena sea enviada a la oficina para que podamos seguir
trabajando. Todo esto es parte de su trabajo. Eso es para lo que les pago.
Nunca prometí a nadie de nueve a cinco, ¿o si lo hice?
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Por lo tanto, mañana tengo una sesión con Claude por la mañana, Flynn en la
tarde, y luego la cena con Elena por la noche. Esperemos que todo esto ayude a
mantenerme en el lado correcto de la cordura mientras que Ana está tan lejos
de mí. Porque estoy luchando. Realmente luchando, y es sólo el primer día, y
ella ni siquiera ha volado todavía. ¿Qué diablos está mal conmigo?
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Capítulo 22
F
inalmente el equipo de seguridad trabaja en conjunto, así que
ahora tengo fotos de Ana dirigiéndose a cada una de sus
entrevistas, y de más tarde cuando vuelve a su apartamento. Welch
ha conseguido alguna información sobre sus entrevistas, en SIP quedaron
impresionados con ella, por lo que parece probable que vayan a hacerle una
oferta, lo que más me agrada que es la compañía que yo preferiría adquirir.
Aunque todavía estoy en la oficina por la tarde, Anastasia me cuenta por correo
electrónico que sus entrevistas han ido bien, aunque por supuesto ya estoy
enterado, pero estoy contento de que ella parece feliz por ello. A continuación
tenemos algunas de nuestras bromas ingeniosas habituales de correo
electrónico, que mejoran un poco mi estado de ánimo. Por alguna razón, piensa
que la señora Jones es una ex sumisa mía, claramente no entiende que nunca
follo con mi personal. Por supuesto, la única excepción a esta regla sería si Ana
viniera a trabajar para mí, pero ella está firmemente convencida de que nunca
lo haría. “Ni por todo el té de China”, son sus palabras exactas. Y
lamentablemente se ha ido de nuevo, prometiendo ponerse en contacto conmigo
una vez que esté en Georgia.
Tengo fotos de vigilancia de Ana cuando Kate la dejó en Sea-Tac. Ella
claramente viaja ligera de equipaje ya que ella sólo lleva una mochila, y
realmente me dan ganas de llevarla de compras para comprarle el tipo de cosas
que mi novia debe tener. Por lo menos la tengo viajando en primera clase.
Sin embargo, estoy cabreado cuando me envía un correo electrónico diciéndome
que le han dado un masaje de espalda en el salón de primera clase en el
aeropuerto. Sólo espero que se tratara de una mujer masajista. Esa fue una de
las razones para pasarla a primera clase, y tener un asiento vacío junto a ella,
de ese modo no tendría a ningún hijo de puta con sus sucias manos sobre ella.
Tengo que saber quién es el masajista, pero tarda mucho en contestarme. Y no
me gusta la respuesta que recibo, aunque sé me está vacilando cuando ella me
informa del buen masaje que un tal Jean-Paul le ha dado. La próxima vez que
vaya de viaje, será en mi jet privado, sin discusión. La regaño por usar su
BlackBerry en el avión, y cuando el avión despega a eso de las diez y media de
la noche, es el último contacto que tengo con ella. Me siento aún más
despojado ahora, sabiendo que en realidad se ha ido, ha salido volando al otro
lado del continente. Tengo este sentimiento de vacío horrible en mi pecho. Es
sólo indigestión, Grey.
Así que ahora vuelvo a mi casa, pensando que no voy a saber nada de Ana
hasta que aterrice en Savannah. No necesito decirlo, no duermo bien, y vuelven
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
las pesadillas. Las pesadillas sobre ser abandonado, por estar totalmente solo
en el mundo, sobre el dolor y la tortura. Me levanto y me dirijo a mi piano, con
la esperanza de que tocar algo tranquilo y conmovedor ayudará a mi estado de
ánimo.
Por último, alrededor de las cinco de la mañana estoy contento de recibir un
mensaje de Ana para decirme que ha llegado bien a Savannah, y luego veo que
ella me escribió durante su escala anterior en Atlanta. Me empeño en leer el
largo correo electrónico para descubrir que por fin ella se abre conmigo, ella
expresa sus temores y preocupaciones. También confiesa que el masajista Jean
Paul era gay, lo que supongo que hace que no sea tan malo. Ella dice que me
echa de menos. Dice que se siente como una puta cuando me gasto el dinero en
ella. Dice que tiene miedo de ser lastimada emocional y físicamente. Ella dice
que necesita un poco de espacio para averiguar lo que “más” significa para ella.
Me paso horas leyendo y releyendo, y no respondo inmediatamente tengo que
pensar muy en serio mi respuesta, pero al menos ahora tengo algo con que
trabajar.
A continuación miro algunas fotos a través del equipo de seguridad en Georgia,
como si fuera un baile. Muestran que Ana es recibida en el aeropuerto por un
hombre y una mujer, que supongo son su madre y su padrastro. Ana parece un
poco emocionada cuando la abraza, y espero que sea sólo el cansancio y no que
le haya pasado algo que le haya molestado. Luego se dirigen hacia una
camioneta Tahoe, que al menos parece un coche razonable.
Me imagino que va ir directamente a descansar y dormir, pero una hora
después recibo unas fotos de ella en algún lugar llamado Tybee Island beach.
Ella lleva un diminuto traje de baño azul de dos piezas que se ve jodidamente
provocativo. Preferiría que estuviera encerrada en el interior. Otros hombres la
están viendo casi desnuda, mientras yo estoy atrapado aquí, a cientos de
kilómetros de distancia. Por lo menos ella está en la playa con su madre, así
que es una especie de chaperona, ¿verdad? Pero eso no detiene a otros hombres
que no pueden apartar los ojos de lo que es mío, lo que debería ser solo para
mis ojos. Mi humor da un giro hacia lo peor, y me desahogo con Claude
durante nuestra sesión de la mañana. Creo que se queda un tanto
desconcertado por mi ferocidad.
Cuando vuelvo, me siento y respondo al correo electrónico de Ana. Dejo de ir
por las ramas y realmente me abro con ella. Le digo que a los novios ricos les
gusta gastar dinero en sus parejas, y eso no la convierte en una puta.
Simplemente me da placer, y debe entenderlo como una redistribución de la
riqueza. La amenazo con concertarle una cita con el Dr. Flynn debido a sus
problemas de baja autoestima. Le explico que ella no debe tener miedo del tipo
de relación que quiero, porque es la sumisa la que tiene todo el poder. Puede
decir que no, al igual que lo hizo en cobertizo, y entonces no puedo tocarla. Le
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
digo lo mucho que quiero compartir mi estilo de vida con ella, que me tiene bajo
su hechizo, lo preocupado que estoy de que ella haya volado tres mil millas
para alejarse de mí. Le ofrezco extender la duración de nuestro contrato de seis
meses, a un año, lo que ella quiera. Le digo que tenemos que ser honestos el
uno con el otro. Le digo que sólo tiene que ser mi sumisa en el cuarto de juegos,
y que ha sido ejemplar ahí hasta ahora. Le digo que no quiero cambiarla por
otra, porque la encuentro estimulante y refrescante. Le digo que me deje saber
lo que quiere de mí, lo que “más” significa para ella, y que voy a tratar de
mantener una mente abierta. Le digo que estoy tratando de respetar su
necesidad de espacio, que se divierta en Georgia. Pero no tanto.
Nunca había escrito un correo electrónico como este antes, y mi dedo duda
sobre el botón enviar. Entonces pienso a la mierda, y le doy a enviar.
Luego me dirijo a mi cita con el Dr. Flynn.
~~~
— ¿Cómo estuvo el congreso, John? — le pregunto, mientras me siento en el
sofá de cuero verde oscuro como de costumbre.
—Aburrida como el agua estancada en realidad. No es tan fascinante como tú,
Christian —, me sonríe desde su silla con brazos, y deja el caso que ha estado
leyendo.
—O por lo menos rentable, con la exorbitante suma que me cobras para
escuchar mi mierda, supongo que es eso lo que encuentras especialmente tan
divertido —, se la devuelvo.
Por supuesto, no podría importarme menos lo que me cobra, es sólo parte de
nuestra réplica de calentamiento. Me gusta que no se lo tome demasiado en
serio. Pero también sé que se trata de una cubierta, debajo es muy perspicaz y
astuto, y no se pierde ni un truco.
—Así que, la última vez estuvimos hablando sobre esta chica que has conocido,
Anastasia, es así. ¿Cómo has ido progresando con esta relación?
Me gusta la forma en la que suena el nombre de Anastasia con su acento
británico. Me gusta mucho su nombre. Lo único que realmente me gusta es
ella. Basta, Grey. Madura.
—Todavía sigo bastante confuso para ser honesto. Seguí tu consejo acerca de
comprometerme, y le he dicho que voy a tratar de darle más, que quiero que
sea mi novia y mi sumisa, algo que nunca he ofrecido a ninguna mujer.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
—Ya veo. Bueno, eso suena prometedor —, dice sonriendo. — ¿Qué pasa con su
adaptación a tus necesidades BDSM?
—Hemos jugado una vez en mi cuarto de juegos, y estuvo muy bien, aunque,
naturalmente, se lo puse fácil.
—Sí, eso fue una sabia decisión dadas las circunstancias, dada su falta de
experiencia sexual.
—Pero ella todavía dice que soy demasiado intenso, por lo que ahora se ha
trasladado a cientos de kilómetros al otro lado del país para visitar a su madre,
porque ella dice que necesita un poco de espacio para pensar en nosotros.
—Eso no me parece descabellado. Probablemente sensible por su parte,
significa que de todos modos se está tomando las cosas en serio.
— ¿Eso crees? Pero, ¿Dónde quedo yo? Odio estar lejos de ella, me siento como
una mierda porque ya la extraño como un loco y no puedo dejar de pensar en
ella. ¿Por qué necesita irse lejos para pensar? Sin duda, ella acaba de huir de
mí. Cuando estamos juntos, hay un vínculo sorprendente entre nosotros, al
menos yo lo siento y estoy bastante seguro de que ella también lo hace, así que
¿por qué me abandona? Y no es sólo el sexo, a pesar de que es el mejor que he
experimentado jamás, sin excepción. Incluso le pregunté si podía acompañarla,
pero ella me rechazó. Estoy jodidamente molesto por sentirme así, no estoy
acostumbrado a estar así de atolondrado y a todo esto que le está pasando por
mi cabeza. Soy un Dominante por amor a Cristo, soy yo el que está destinado a
tener el control.
—Espera un minuto Christian. El hecho de que ella haya decidido tener un
poco de tiempo para visitar a su madre no quiere decir que te esté
abandonando.
—Bueno, eso es lo que siento.
— ¿Porque a diferencia de todas tus compañeras sumisas anteriores, se ha
atrevido a seguir adelante y hacer algo en contra de tu voluntad?
—Sí.
— ¿Y no te has sentido así por nadie antes?
—No, nunca, y yo no lo entiendo. Estoy obsesionado ¿Qué diablos está pasando
conmigo?
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
—Así que realmente la echas de menos, quieres estar con ella todo el tiempo,
no puedes dejar de pensar en ella, y sientes que hay algo especial entre
ustedes, ¿y aun no te has dado cuenta de lo que significa todo esto?
— ¿Darme cuenta de qué?
— ¡Oh, vamos Christian, es tan claro como la nariz en tu cara!
—Por el amor de Dios John, ¿De qué demonios estás hablando?
— ¡Christian, te estás enamorando! Estás cayendo de cabeza sobre los talones
de Anastasia por amor —, declara John, con una amplia sonrisa en su rostro.
— ¡Mierda! ¡No seas tan jodidamente ridículo! Yo no creo en toda esa mierda del
“amor”. Bueno, tal vez para otras personas, pero no para alguien como yo. Mi
corazón fue destruido hace muchos años y yo no soy capaz de “enamorarme”,
tal y como lo planteas. Creo que he desarrollado simplemente una obsesión
enfermiza, y eso es para lo que necesito tu ayuda, para superarlo y controlarlo.
John me mira con aire de suficiencia.
—Cupido ha disparado su flecha directamente a tu supuesto corazón de piedra,
y ha hecho diana a la primera. No es bueno luchar contra esto Christian —,
afirma.
—Creo que te estás equivocando, y mucho, creo que no es por eso por lo que te
pago —. Lo amenazo. El amor es sólo para la gente buena, de corazón puro, que
lo merecen. Al igual que mi madre y padre.
—Mira sin duda, tuviste una adolescencia muy turbulenta y poco convencional,
donde básicamente diste de lado a las experiencias normales de la
adolescencia, como por ejemplo enamorarte, por lo que no es de extrañar que
esto te esté resultando sorprendente. Nunca has afirmado haber estado
enamorado de Elena, a pesar de tu larga relación con ella, ¿verdad?
—No, el amor es algo que nunca se menciona ni se discute entre nosotros. No
era ese tipo de relación. Pero si sé que era exactamente lo que necesitaba en ese
momento, porque fue claro y controlado. Comprendí las reglas, lo que me
devolvió al camino cuando estaba en peligro de perder totalmente el control. Y
es precisamente por eso por lo que siempre he tenido un tipo similar de
relación con mis sumisas desde entonces. Sé que las cosas funcionan para mí,
cuando todo el mundo sigue las reglas.
—Ah, sí tus reglas. ¿Cómo se siente Anastasia con ellas?
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
—Las encuentra difíciles de aceptar. Tiene miedo de ser castigada, a ser herida,
y yo estoy tratando de demostrarle que tiene que confiar en mí para saber sus
límites, el dolor realmente se convierte en placer. Pero creo que con el tiempo,
verá que las reglas están ahí para su beneficio.
— ¿De verdad lo crees? ¿No crees que tal vez son más para tu beneficio que el
de ella, porque tienes problemas de control? ¿Y el hecho de que estar
enamorado te está asustando, porque es ajeno a ti, por lo que te hace sentir
fuera de control?
—Deja toda esta mierda del amor. Si Anastasia supiera la realidad, el porqué de
mi necesidad de azotar a chicas de melena marrón como ella, saldría corriendo
a un millón de kilómetros. Así que no hay razón para pensar en cosas como el
amor. Sólo tenemos que encontrar una manera de hacer que esta relación
funcione para satisfacer mis necesidades sádicas de una manera que ella
pueda aceptar. Yo sé lo que pasa si no tengo un válvula, una salida, lo salvaje y
fuera de control que me convertiría si lo intento y reprimo esa necesidad que
tengo de castigarla si rompe las reglas.
—Christian, ¿cuántas veces te he dicho que no uses el término sádico? Puedes
adaptarte y cambiar si realmente lo quieres. El sadismo sexual es una elección
en la vida, no una enfermedad. Es posible que puedas mirar hacia el futuro y
desarrollar nuevas formas de canalizar tus sentimientos, si tienes una
compañera que te ama, pero que no quiere someterse a las tendencias más
extremas de tu estilo de vida. Al menos Ana ha estado dispuesta a entrar en tu
cuarto de juegos para experimentar contigo, eso es una buena base desde la
que trabajar ¿no te parece? Es evidente que ella debe tener fuertes sentimientos
por ti también —, John insiste.
—Yo soy lo que soy, John. Tengo que ser honesto y pensar por adelantado
acerca de lo que eventualmente quiero de nuestra relación, incluso si estoy
dispuesto a tomar las cosas con calma. Esa necesidad siempre va a estar ahí en
mí, estés de acuerdo con la etiqueta sádico o no.
—Ok Christian. Creo que vamos a tener que dejarlo ahí por ahora. Pero te pido
que reflexiones seriamente la posibilidad de adaptarte a sus necesidades con el
fin de estar con alguien a quien amas y que te amé a cambio. Es una cosa
verdaderamente maravillosa, encontrar a alguien con quien compartir tu vida.
Créeme, sé de lo que estoy hablando. Soy un verdadero británico, que estaba
muy felizmente asentado en Londres, con una muy exitosa carrera, y mi futuro
planeado. Entonces conocí a Rhian. Nos enamoramos profundamente el uno
del otro, y ella no podía ser feliz en cualquier lugar más que aquí en Estados
Unidos. Entonces, eso fue todo. Con el fin de estar con ella, tuve que claudicar
y empezar todo de nuevo aquí en Seattle. No fue fácil al principio, pero no hay
absolutamente nada de lo que me lamente.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
—Escucho lo que dices John. Pero tú eres uno de los buenos, que no tienes un
alma oscura y depravada como yo. Sólo sé lo que funciona para mí —, insisto.
—No, Christian. Sabes lo que ha funcionado en el pasado. Sólo tienes que abrir
tu mente para ver lo que podría funcionar en el futuro, y decidir dejar todo esto
atrás, y creo que podrías, por una mujer así, por Anastasia. Sólo prométeme
que al menos pensarás sobre ello. Esta es la tarea para la semana —, dice
sonriendo, mientras me levanto para irme.
—Está bien, voy a darle unas vueltas a ese pensamiento —, le prometo, pero no
tengo grandes esperanzas de un gran cambio en mi actitud.
~~~
Por lo menos ahora el informe del equipo de vigilancia muestra que Ana está
sana y salva en casa de su madre, probablemente para descansar. Me pregunto
cuál ha sido su reacción a mi largo correo electrónico. Al final recibo una
respuesta a las cuatro de la tarde. Y estoy feliz, porque me dice que le ha
encantado mi largo y locuaz email. Me dice que va a salir a cenar al club de golf
de su padrastro, y que contestará a mi correo electrónico más tarde. Y dice que
me echa de menos. Así que debo follar bien, eso espero.
Seguimos durante un rato con nuestro intercambio de correos ingeniosos y
luego se pone realmente interesante cuando empieza a hablarme de azotes,
preguntándome quién me azota a mí cuando pongo los ojos en blanco. Me hace
pensar en los dos momentos deliciosos en los que la azoté, y me pongo duro
inmediatamente.
Cuando ella dice que tiene que estar lista para salir, me encuentro a mí mismo
imaginando su cuerpo sexy y hermoso, y me ofrezco a cerrarle la cremallera de
su vestido. Cuando ella responde que preferiría que lo desabrochase, me
encuentro con una erección dura como una roca que realmente va a necesitar
algún tipo de atención, lo cual es difícil, ya que estoy en la oficina. Se pone peor
cuando me dice que quiere que le desabroche el vestido lentamente, y estoy
literalmente jadeando sobre mi teclado mientras me visualizo haciendo
exactamente eso. Como puede tener este efecto sobre mí a más de tres mil
kilómetros de distancia, maldita sea, es impresionante.
—Ojalá estuviera allí —. Estoy literalmente gimiendo mientras le escribo.
¿Cómo coño se me ha ocurrido dejar que se vaya?
—Yo también —, responde ella
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Cuando estoy considerando seriamente por primera cerrar la puerta de mi
oficina para disfrutar de sesión completa de ciber-sexo con ella, me deja
colgado y frustrado cuando me envía un correo electrónico de nuevo, diciendo:
—Me tengo que ir. Adiosito, nene.
Estoy un poco más tranquilo después de haber tomado el asunto en mis manos
en mi sala de descanso ejecutiva para aliviar la tensión que este encuentro con
Ana me ha dejado.
~~~
Me estoy preparando para ir a mi encuentro con Elena, cuando recibo un
correo electrónico de vuelta de Anastasia, ya que acaba de regresar de su tarde
en el club de golf. Y estamos de nuevo, luchando con palabras, y creo que
puedo ganar esta vez cuando utilizo la palabra concupiscente. Me encanta el
hecho de que ella sea una joven inteligente y estimulante.
Me disgusta ver en las imágenes de vigilancia que llevaba el vestido gris de
cuello halter al club de golf. Me gusta ese vestido porque su espalda desnuda
queda al descubierto, pero por supuesto no estoy allí para apreciarlo. Por lo
menos, parece como que el club de golf estaba lleno de hombres mayores en su
mayoría, como su padrastro, pero ojalá hubiera estado allí para asegurarme de
que todos se mantuvieran a distancia y nadie la tocara. Su espalda sedosa es
sólo para que la toque yo. Sin embargo, estoy contento de que ella esté ahora de
vuelta a salvo en casa de su madre. Esta vez soy yo el que rompe el contacto
con Ana, para poder ir al encuentro de Elena. Conduzco yo mismo, porque le
dado la noche libre a Taylor. Sé que he sido un hijo de puta de malgeniado con
él estos días, pero supongo que es lo que le toca aguantar en estos momentos.
~~~
Elena llega justo después de mí a mi club. Ninguno de los dos llega tarde, otra
de las cosas que me gusta de ella. La miro con confianza mientras nos
dirigimos a nuestra mesa.
Ella lleva un vestido ajustado negro que muestra su esbelta figura a la
perfección, con medias negras y altos tacones negros a juego. No recuerdo
haberla visto nunca vestida con colores, el negro es su firma. Ella es más alta
que Anastasia, y en general de constitución mayor de todos los aspectos, como
corresponde a una Dominatrix como ella. Sus pechos grandes se ven bien para
una mujer de unos cuarenta años, y así debe ser, teniendo en cuenta que sé
que el año pasado se operó. Como propietaria de la cadena de salones de
belleza “Esclava”, ella está, por supuesto, arreglada a la perfección, ni un solo
pelo de su melena rubio platino está fuera de lugar. Su piel es de un color café
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
claro, que en Seattle no puede ser por otra que por el uso de baños de color o
por cabina de UVA. Creo que elige los baños de color, ya que es menos
perjudicial para la piel a largo plazo. Está impecablemente maquillada, lápiz
labial rosa brillante, y sus helados ojos azules acentuados por las pestañas
postizas. Cuando me pongo de pie para saludarla, ella se acerca y pone su
mano en mi brazo, y veo sus largas uñas rojas brillantes que me recuerdan a
las garras. Ella solía usarlas con gran efecto sobre mí en mi espalda. Cuando
ella besa mis dos mejillas para saludarme, puedo reconocer su inconfundible,
Chanel Nº 5.
—Christian, cariño, es tan bueno verte —, dice sonriendo, mostrando sus
dientes blancos y brillantes. Saco la silla para que se siente, y ella casualmente
coloca su bolso de diseñador en la mesa.
Recuerdo que ella tiene una impresionante colección de bolsos de diseñador.
También está adornada con joyería cara de diamantes, aretes, collar, y varios
pedruscos enormes en los dedos. No tengo ninguna duda de que todos son
genuinos, a Elena nunca se le ocurriría usar cualquier cosa excepto diamantes
reales.
Cuando yo era un adolescente impresionable de quince años, todo lo
relacionado con Elena gritaba SEXO en mí. Cuando ella me besó y me abofeteó,
me sorprendió, pero quedé totalmente cautivado al mismo tiempo. Cuando la vi
en su traje de cuero negro de dominatrix, le entregué el mando tal y como ella
planeaba que sucediera. Y ella me enseñó todo lo que necesitaba saber acerca
del sexo. Era dura, incluso cruel, pero yo la entendía, le di la bienvenida,
incluso. Yo sabía que me merecía cada azote del látigo, cada bocado duro de su
bastón. Cuando ella me llevó hasta mis límites, y más allá, lo acepté, porque el
dolor me sentaba bien, me sentaba muy bien. Ella me ordenaba, me decía todo
lo que tenía que hacer, no me permitía correrme hasta que ella me daba su
permiso, a sabiendas de que sería imposible para un joven como yo tener ese
tipo de auto-control. Pero pronto aprendí. He aprendido a controlar ese y todos
los otros sentimientos salvajes que amenazaban con enviarme a un camino de
autodestrucción, al igual que mi madre, la puta drogadicta. Ella me salvó de mí
mismo. Sé que Anastasia no entiende esto, pero así es como yo lo veo.
Anastasia. Siento una punzada de nostalgia cuando pienso en ella. Ella es tan
diferente a Elena, de todas las formas posibles, todas las formas imaginables.
Ella es natural, dulce, suave y amable. Ninguna de estas palabras podrían
usarse para describir Elena.
— ¿Qué te gustaría comer? — Pregunto, pasándole a Elena en el menú.
—Oh, por favor, pide por mí, ya sabes lo que me gusta —, afirma, sin
molestarse en mirar el menú. Miro hacia arriba y el camarero inmediatamente
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
viene a tomar nuestra orden. Eso es lo que espero cuando voy a comer,
personal bien entrenado. El camarero no molesta flotando en el codo, pero
discretamente atento para ver cuándo es apropiado acercarse a la mesa.
—Los dos tomaremos el plato de la nueva temporada espárragos con huevo de
pato escalfado, parmesano, balsámico y salsa holandesa para empezar, seguido
de la trucha de mar con puré de coliflor, salsa de frijol y arveja. Y lo
acompañaremos de una botella de Chassagne-Montrachet, del 2007 si lo tiene.
Sin postre —. Elena nunca come postre, pero ambos disfrutamos de un buen
vino francés.
—Muy bien, señor.
—Entonces, ¿por qué no me dejas mirar por encima las cifras de la cadena
Esclava mientras esperamos la comida? — le sugiero. No me llevará mucho
tiempo, puedo ver de un simple vistazo lo que necesito saber, después de años
de experiencia dedicado a las empresas. Es lo que hago.
—Gracias Christian. Te lo agradecería —, me dice, mientras me los entrega.
Miro el P&L, y la hoja de balance. Todo parece muy saludable y en buen estado.
—Sólo ten cuidado que no tengas mucho dinero invertido en acciones antiguas
—, sugiero. —Y la salida de caja para la nueva sucursal del Centro Bravern
parece haber igualado la provisión hecha para ello, así que todo está bien. Va a
ser reconfortante ver como las inversiones vuelven al inicio, veo que te las has
arreglado pata ampliar la base de clientes.
—Sí, por supuesto, la reputación lo es todo en nuestro negocio; las
recomendaciones verbales entre nuestros clientes exclusivos valen mucho más
que cualquier campaña publicitaria. Tu madre y tu hermana han sido de gran
ayuda en la difusión entre su círculo de amigos.
—Mmm. Bueno, como tu socio silencioso, no tengo preocupaciones.
Llega el primer plato, junto con el vino. Lo pruebo, está bien. Una vez que el
camarero se va, Elena empieza a hacerme preguntas.
— ¿Así que todavía no has encontrado a una nueva sumisa? ¿Deben haber
pasado dos meses desde que terminó el contrato de Susannah? Es una lástima
que no funcionara para ti, parecía prometer. Pero un hombre con tus
necesidades y exigencias extremas no debe pasar demasiado tiempo sin una
forma adecuada de alivio. Te lo he dicho antes, no es bueno para ti.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
No me atrevo, no sé cómo explicarle lo de Anastasia. Al menos no tengo que
explicarle a Elena mi necesidad de castigar la desobediencia, mi necesidad de
azotar a una sumisa si no sigue mis reglas. Sólo ella me entiende muy bien.
—Bueno, estoy entrenando a una nueva sumisa, más o menos.
— ¿Qué quieres decir, más o menos?
—Conocí a una chica que no sabía nada de BSMD, y estoy introduciéndola,
entrenándola poco a poco para convertirla en mi nueva sumisa.
— ¡Dios mío, Christian! Le estás dando una oportunidad ¿no? Por lo general,
contratas a una sumisa muy experimentada que sea capaz de manejar tu tipo
de necesidades.
—Lo sé, pero la quiero solamente a ella. Anastasia. No quiero a nadie más. Sé
que sería mucho más fácil reclutar a otra sumisa nueva de la manera habitual,
pero no estoy interesado. Al principio pensé que parecía un sumisa natural,
¿así que por qué diablos no? Todo el mundo tiene que empezar en alguna parte
¿no? Y pensé que moldearla a mi propia manera de hacer las cosas podrían ser
estimulante y divertido, algo diferente, un nuevo desafío.
—Ya veo. Entonces, ¿cómo lleva esta Anastasia tuya adaptándose para serlo?
¿Es natural en ella? ¿Te ha aceptado como su dominante? ¿Puede darte lo que
necesitas? — Puedo ver una mirada de duda en el rostro de Elena.
—Para ser honesto, yo estaba equivocado acerca de su naturalidad como
sumisa. Ella no es nada de eso, aunque me ha dicho que lo va a intentar. Y, sin
embargo, no puedo hacer nada por mí mismo, yo realmente la deseo.
— ¿Cómo es ella?
— ¿Anastasia? Ella es una belleza natural, es dulce y encantadora, pero difícil e
ingeniosa, y sexy como el infierno. Una contradicción real —. Trato de explicar,
viendo la mirada más bien escéptica de Elena.
— ¿Qué edad tiene? ¿Qué quiere hacer?
—Veintiuno, casi veintidós. Se acaba de graduar de WSU.
Hacemos una pausa mientras retiran los platos, y nos sirven el plato principal.
Una vez que el camarero se ha retirado de nuevo, continuamos nuestra
conversación.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
—Christian, está seguro de que... bueno odio decirlo, pero eres un joven muy
rico. Esto... vamos a llamarlo, obsesión tuya con esta joven. Un ser tan dulce e
inocente podría ser una actriz intentando atraparte, te das cuenta. ¿Ella dice
ser virgen? Eso puede ser parte de la actuación ya sabes.
— ¡Que me caguen la puta Elena! ¡No soy tonto! Ella era virgen cuando sucedió,
y no, no fue una actuación. Te lo puedo asegurar. Ella no está interesada en el
dinero, y ni siquiera le gustan los regalos que le compro. Ella es sólo una niña
naturalmente hermosa.
No menciono la afirmación del Dr. Flynn “que me he enamorado de Anastasia”.
Sé cuál sería la opinión de Elena sobre esto. Todavía no estoy seguro de lo que
hago conmigo mismo. Ella no es una fan de Flynn, en cualquier caso, ella
piensa que él no entiende la verdadera naturaleza de un dominante BDSM, ya
que nunca ha estado involucrado en la escena por sí mismo.
—Hmm. Si tú lo dices Christian —. Puedo ver que ella no está convencida. —
Entonces, ¿Cómo va la formación como sumisa? ¿La has azotado ya? ¿Cómo se
lo ha tomado?
—Me estoy tomando las cosas con calma por el momento. Empezamos con un
poco de vainilla básico —. Recuerdo muy bien que Elena no se tomó las cosas
con calma conmigo… Ella me ataba y azotaba desde el principio, pero era
diferente, realmente lo necesitaba.
— ¿Vainilla? ¿Para un hombre como tú? Christian, tú eres su dominante por el
amor de Dios, no puedes seguir así. Ella tiene que cumplir con tus necesidades,
sabes que tienes que establecer las reglas del juego desde el principio. Hay que
ser honesto con ella, y si eso la asusta, entonces no es para ti, y tienes que
saberlo más temprano que tarde, sin embargo, puede ser halagador que te
persiga. Todo esto es sólo una novedad para ti.
—Escucho lo que dices Elena, de verdad, y normalmente así es exactamente
como funcionaria. Pero es diferente con Anastasia, y de hecho la vainilla fue
realmente genial tengo que admitir. Dio resultado, porque ella fue ejemplar en
nuestra escena por primera vez en mi cuarto de juegos. Y yo soy el que la
persigue, tratando de convencerla de que podemos hacer que esto funcione.
Está lejos por el momento, se ha ido a visitar a su madre a Georgia, para que
ella pueda reflexionar sobre todo, sobre nosotros.
— ¿Es porque le has hablado acerca de sus necesidades? ¿Tiene que salir
corriendo asustada a los brazos de su mamá?
—No lo sé, para ser honesto. Me da miedo que sienta la necesidad de escapar.
La extraño como un loco, y sólo quiero ir y estar con ella. Pero creo que podría
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Conociendo a Cincuenta Sombras
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asustarla si la sigo a Georgia, por lo que estoy haciendo mi mejor esfuerzo para
darle un poco de espacio.
— ¡Tonterías Christian! Si lo sientes con todas tus fuerzas, y ella es todo lo que
dices que es, entonces ve y sorprenderla con una visita. Pero hay que ser
totalmente honesto e ir de frente con ella acerca de todas tus necesidades.
Sabes lo que pasa si tratas de reprimirte, y eso no sería justo para ninguno de
los dos. Tienes que hacerle entender, no te guardes nada, se totalmente
honesto y enséñale, demuéstrale lo extremas que son sus necesidades. Confía
en mí, eso es lo que tienes que hacer, si vas a tener alguna posibilidad de
seguir adelante con ella, si eso es lo que realmente quieres. Si ella es la chica
que creo que es, lo aceptará y lo hará por ti.
—Lo sé, sé lo que soy, y que ella tiene que entenderlo todo acerca de mí —,
suspiro.
—Vuela directo a verla. Pasa algún tiempo con ella. Muéstrale tu verdadero yo.
Si piensas que podría ayudar, puedo hablar con ella, tal vez incluso ayudarte a
entrenarla cuando vuelvas. Yo podría enseñarle como ser una sumisa
realmente buena para ti. Si realmente estás seguro de que es lo que quieres, te
voy a dar todo mi apoyo.
Miro a la dura cara de Elena. Tan diferente a la de Ana.
—Gracias por la oferta, lo voy a tener en cuenta, pero creo que tengo las cosas
en la mano. Y tal vez voy a sorprenderla con una visita. ¿Crees que realmente le
gustaría eso? Ella me dijo que me extrañaba y deseaba que estuviera allí.
— ¿Ves? ¿Qué te dije? Simplemente hazlo Christian —, me urge.
Así que cuando vuelvo de mi cita para cenar, saco a Taylor de su noche libre,
ya que lo necesito con urgencia. Porque he tomado mi decisión. Me he decidido.
Voy a Georgia para ver Anastasia, tan pronto como pueda lograr arreglarlo
todo.
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G.E. Griffin
Capítulo 23
E
stoy tranquilamente escondido en el rincón más alejado de la
barra, tomando mi bebida. Fue un golpe de suerte que la CPO
femenina del equipo de seguridad siguiera a Anastasia y a su
madre hasta el baño cuando salieron de compras hoy, y las escuchara
discutiendo dónde ir para tomar algo esta noche. Al final, su madre se
comprometió a traer a Ana a tomar unos cócteles al bar "Rocks on the Roof" de
uno de los hoteles más exclusivos de Savannah, ‘The Bohemian’.
Así que, por supuesto, este es el hotel en el que he reservado. Ya he cenado, y
luego me dirijo a la barra una vez que sé por los elementos de seguridad que
Ana y su madre están en camino. Después de haber volado a través del
continente con el fin de estar con Ana, ahora quiero estar en el mismo lugar,
para estar tan cerca de ella tanto como me sea posible, a pesar de que he
decidido que debo darle el tiempo con su madre que ella quiere. Acosador
extraordinario.
Sólo tengo que verla en persona, incluso en la distancia, pero el plan no es
hacerle saber que estoy aquí hasta que le haga una visita sorpresa mañana por
la mañana. Aunque si la sorpresa que he enviado a organizar Taylor sale, voy a
tener que cambiar estos planes. Me pasé un montón de tiempo en el vuelo de
hoy pensando en lo que puedo hacer para demostrarle a Ana que le digo en
serio lo de querer “más” de ella, y se me ocurrió algo que espero que podemos
compartir y disfrutar juntos, algo que no esté sexualmente motivado.
En secreto, veo como Ana y su madre beben sus cosmopolitans y hablan
animadamente. Realmente espero que Elena tenga razón, y que Anastasia vaya
a estar contenta de que yo esté aquí. Como mujer, supongo que Elena sabe más
de estas cosas que yo, así que estoy poniendo mi fe en su juicio.
No mucho tiempo después de mi llegada a Georgia, respondo al más reciente
correo electrónico que Ana me ha enviado, mientras estaba volando hasta aquí,
interrogándome acerca de mi cena de anoche. En mi respuesta, confirmo que
efectivamente tenía la cena con Elena, la señora Robinson, como ella la llama.
Cuando su madre desaparece hacia el tocador, veo Ana rápidamente sacar su
BlackBerry del bolso, y estoy esperando mi ansiada respuesta. Miro a ver la
expresión de su rostro mientras ella lee mi correo electrónico, y me pregunto si
ella se dará cuenta de que ha sido enviado desde la misma zona horaria en la
que ella está, EST.
Su reacción facial a mi correo electrónico no es buena, probablemente no ayuda
el hecho de que ella ya está tomando su segundo Cosmopolitan. Yo suspiro de
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frustración. ¿Cuándo aprenderá que ella debe cuidar de su consumo de
alcohol, ya que su nivel de tolerancia es muy bajo? Eso sí, su madre ya se
encuentra en su tercero, por lo que no le está dando un buen ejemplo.
Veo su furia al escribir una respuesta en su BlackBerry, y estoy sorprendido
por el tono amargo cuando lo recibo en mi BlackBerry. “Una VIEJA compañera
para cenar”, ha puesto en el asunto.
Bueno, supongo que para ser justos, Elena tiene la misma edad que la madre
de Ana, que tiene cuarenta y dos, como revelaron las verificaciones de
antecedentes. Lo que significa que tuvo a Ana joven, cuando tenía la misma
edad que Ana tiene ahora. Es probable que fuera un embarazo no planeado.
¡Que estúpido fue eso! No hay ninguna razón para un embarazo no planeado
para cualquiera que tenga la más mínima inteligencia. Lo que me recuerda a
comprobar si Ana tiene su período esta semana, ya que sé que le toca. Nosotros
no hemos corrido ningún riesgo, pero quiero estar seguro mientras aún esté a
tiempo para tratarlo, si sufriéramos una desafortunada rotura del preservativo.
Nunca dejo al azar algo tan importante, esa es mi filosofía.
He leído las palabras cáusticas sobre Elena en su correo electrónico de nuevo:
- Ella es más que una vieja amiga.
-¿Ha encontrado otro chico adolescente al que hincarle el diente?
-¿Estás demasiado viejo para ella?
-¿Es esa la razón por que su relación terminó?
No estoy del todo contento con esta reacción. Tengo que hablar con ella. Está
claro que realmente no entiende nada en absoluto de mi relación con Elena, y
no quiero dejarla pensando sobre esto toda la noche. Por supuesto, el hecho de
que estoy ansioso por verla, sólo para tocarla, puede estar influyendo en mi
proceso de pensamiento, porque sé que estoy buscando una excusa para verla
ahora mismo, en este instante. Ya me siento mejor, más tranquilo, sabiendo
que ella está al alcance. Cuando veo a las damas ordenar otra ronda de
bebidas, decido que es hora de enviarle un nuevo correo electrónico en
respuesta.
¿Cuantos Cosmopolitans vas a beber?
Observo con cierto regocijo como gira su cabeza y echa un vistazo
nerviosamente alrededor de la barra, después de haberse dado cuenta de que
eso significa que en realidad estoy aquí. Pero estoy tan bien escondido, que ella
no me ve hasta que me dirijo a su mesa. Sólo espero que no haya estropeado
las cosas siguiéndola hasta aquí. Ella se negó de primeras cuando le pregunté
si podía venir con ella, y sin embargo, aquí estoy. Pero me aferro al hecho de
que ella dijo que me extrañaba y que deseaba que yo estuviera aquí.
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—Hola —, dice ella, claramente muy sorprendida de verme. ¿Pero contenta?
—Hola —, le respondo, mientras me inclino para besarla en la mejilla dulce y
suavemente. Sí, ella todavía huele tan bien como siempre, a pesar de que ha
estado bebiendo.
—Christian, esta es mi madre, Carla —, nos presenta Ana cortésmente. Me
gusta esto. Aprecio los buenos modales, me educaron para conservar siempre
las buenas formas.
Dirijo mi atención a su madre. Veo que es una mujer atractiva, que parece
mucho más joven de la edad que tiene. Ana ha heredado de su madre su
construcción delgada, pero el pelo de su madre es más claro, y sus ojos son de
color avellana. Ana debe haber heredado su cabello más oscuro y castaño, y
sus impresionantes ojos azules de su fallecido padre, supongo.
Como parece que Ana tiene una relación estrecha con su madre, decido que
sería prudente conseguir ponerla de mi lado, tal como lo hice con su padrastro,
Ray. Así que utilizo al completo el encanto de Christian Grey que por lo general
tiene a la mayoría de las mujeres comiendo de mi mano y desvaneciéndose a
mis pies. Hay algunas ventajas de ser considerado buen mozo, aunque sé que
es sólo una reacción estúpida y superficial a mis características físicas, no a la
persona real en su interior. Pronto se daría cuenta de que esta persona es
horriblemente fea y deforme, si de verdad pudieran ver en mi interior.
—Sra. Adams, encantado de conocerla —, le sonrío, mientras le tiendo la mano.
Funciona a las mil maravillas, observo con cierta satisfacción como su
mandíbula cae abierta.
—Christian —, responde ella sin aliento mientras me estrecha la mano, y veo
una mirada de irritación de Ana ante esta reacción.
— ¿Qué estás haciendo aquí? — me dice. No es la respuesta que estaba
esperando. Parece enojada conmigo.
—He venido a verte, por supuesto. Me hospedo en este hotel —, le respondo con
toda la calma que puedo.
— ¿Te hospedas aquí? — Me pregunta con incredulidad.
—Bueno, ayer dijiste que deseabas que estuviera aquí —.Lo hiciste, de verdad.
Ella me mira con la cara petrificada.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
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—Estamos para complacerte, señorita Steele —. Por favor, no seas así. Deberías
estar contenta de verme.
— ¿No te gustaría unirte a nosotras para tomar una copa, Christian? — Me
pregunta la madre de Ana mientras llama al camarero.
—Voy a tomar un gin-tonic. Hendricks si lo tiene, o Bombay Sapphire. Pepino
con el Hendricks, o lima con el Bombay —. Veo que Ana me mira extrañada.
Soy muy específico sobre cómo me gusta el Gin Tónic. ¿Qué hay de malo en
eso? Esa es la ventaja de llegar a un buen hotel como este, saben la manera
correcta de servir cada marca.
—Y dos Cosmos más, por favor —, añade Ana desafiante. Yo frunzo el ceño,
pero lo dejó pasar. No quiero que empecemos con una pelea.
—Por favor, trae una silla, Christian —, su madre me invita con una sonrisa.
—Gracias, señora Adams —. Recuerdo su último apellido de casada, después
de haber refrescado mi memoria hoy al volver a leer los detalles de la
verificación de antecedentes.
Tomo una silla y me siento al lado de Ana, estúpidamente emocionado sólo por
estar cerca de ella otra vez. Y puedo sentir ese tirón, ese zumbido eléctrico entre
nosotros. Siempre está ahí.
— ¿Así que te estas hospedando en el hotel donde estamos bebiendo? — Ana
me pregunta con recelo.
—O bien, ustedes están bebiendo en el hotel en el que me yo me hospedo —,
respondo. Bueno, es una especie de verdad, ¿no es así?
—Acabo de terminar de cenar, vine aquí, y te vi. Estaba distraído pensando en
tu reciente correo electrónico, y levanto la vista y ahí estabas. Toda una
coincidencia, ¿no? — Le ofrezco una pequeña sonrisa para convencerla de que
mi historia de mierda es plausible. Bueno, podría ser verdad. No es más que
una pequeña mentira piadosa. Ella sabe lo básico. Ella no tiene por qué saber
que la tengo bajo vigilancia. Todo por su propio bien, por supuesto.
—Mi madre y yo fuimos de compras esta mañana y a la playa por la tarde. Nos
decidimos por unos cócteles esta noche —, murmura. Y, por supuesto, sé que
me está diciendo la verdad, porque el equipo de seguridad me ha mantenido
informado. Lo primero que hice cuando aterrizamos fue ponerme al día en sus
informes. Taylor tenía razón, él operativo femenino es muy eficaz e
impresionante. Estoy satisfecho con sus informes muy detallados, por lo que
creo que puede haber conseguido hacerse de un bono por su excelente trabajo.
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— ¿Compraste esa blusa? — Le pregunto a Ana inocentemente, sabiendo muy
bien que lo hizo, después de haber visto la foto de vigilancia con la camisola de
seda verde en la tienda. Pensé que le sentaría bien, y así es. —El color te
favorece. Y has cogido algo de sol. Estás preciosa —. Siempre te ves preciosa.
Estoy contento al ver que se sonroja. A ella le importa lo que pienso. Bien.
—Bueno, iba a pasar a visitarte mañana. Pero aquí estás —. Tomo su mano y la
aprieto suavemente, pasando la mano por los nudillos. Ya han pasado casi tres
largos días desde que tuve contacto con ella, y es todo lo que puedo hacer para
controlar el impulso de agarrar su mano y tirar de ella a mis brazos. La
necesito. Desesperadamente. —Yo pensé que te iba a sorprender. Pero como
siempre, Anastasia, tú me sorprendes al estar aquí.
La madre de Ana me está mirando. Recuerdo que Ana no ha tenido un novio
antes, así que todo esto debe ser una experiencia nueva para ella. Estaba
decidido a darles tiempo juntas. ¿Qué hay de malo en que una chica pase
tiempo con su mamá? Tiene suerte de tener una madre cariñosa después de
todo, incluso si parece un poco loca.
—Yo no quiero interrumpir el tiempo que estás pasando con tu madre. Voy a
tomar una copa rápida, y luego me retiro. Tengo trabajo que hacer —, le
prometo a Ana. Y eso es verdad, tengo trabajo para poner al día. He justificado
este viaje a mí mismo sobre la base de las oportunidades de varios negocios que
he encontrado que vale la pena investigar en esta región. Y como siempre, tengo
numerosas llamadas y correos electrónicos para responder.
—Christian, es un placer conocerte, finalmente —, dice la madre de Ana. —Ana
ha hablado con mucho cariño de ti —. Espero que esto sea cierto. Y está claro
que ella ya le ha hablado de mí, así que eso es bueno.
— ¿En serio? — le sonrío. Me pregunto exactamente qué es lo que ella le ha
dicho. De alguna manera, no creo que le haya dicho a su mamá que te gusta
golpear y azotar a chicas como ella, Grey.
El camarero trae las bebidas, satisfecho de sí mismo porque tiene la Hendricks.
Es tu trabajo, idiota.
— ¿Cuánto tiempo estarás en Georgia, Christian? — Me pregunta la madre de
Ana.
—Hasta el viernes, señora Adams.
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Mi plan es que Ana vuele de vuelta conmigo en mi jet privado. Entonces el fin
de semana lo pasará conmigo según lo acordado, y me acompañará a la gala
del sábado por la noche. Espero que le guste el regalo sorpresa de los
pendientes de diamantes que mande a hacer en Cartier para ella con mi diseño,
ella no tiene ninguna joya de calidad, y quiero rectificar eso. Este será el
primero de muchos regalos espero, si acepta este graciosamente.
— ¿Quieres cenar con nosotros mañana por la noche? Y por favor, llámame
Carla.
—Me encantaría, Carla —. Esto me dará la oportunidad de conocer a Robbin,
conocido como Bob, otro de sus padrastros, ya que ya he conocido a Ray.
—Excelente. Si ustedes me disculpan, tengo que visitar el tocador —. Me doy
cuenta de que ella nos está dando un poco de espacio, porque sé que acaba de
estar en el tocador. Buen movimiento, Carla, te lo agradezco.
—Entonces, ¿estás enojada conmigo por cenar con una vieja amiga? — Levanto
su mano hasta mis labios y le beso suavemente los nudillos.
—Sí —, Ana murmura, y puedo decir por su respiración errática que está
deseando que la toque tanto como yo estoy anhelando el contacto entre
nosotros.
—Nuestra relación sexual terminó hace mucho tiempo, Anastasia. No quiero a
nadie más que a ti. ¿No te has dado cuenta de eso todavía? — Ni siquiera
puedo pensar estar con nadie más. Eres tú nena. Sólo tú.
Ella parpadea.
—Pienso en ella como una pederasta, Christian—, me dice tímidamente. ¡Ey!
Esa es una reacción extrema.
—Eso es muy crítico. No fue así —, le susurro, y le suelto la mano ante la
sorpresa de sus palabras.
— ¿Oh, como fue entonces? Ella se aprovechó de un vulnerable niño de quince
años. Si hubiera sido una chica de quince años de edad, y la señora Robinson
un señor Robinson, tentándole a un estilo de vida BDSM, ¿habría estado bien,
si se tratara de Mia, por ejemplo?
Estoy conmocionado por la esencia misma de ese pensamiento. Si alguien
hubiera puesto alguna vez un dedo en mi hermanita, lo habría matado. En
serio, lo habría descuartizado. Pero eso es diferente. Ella nunca ha hecho nada
para merecer ser tratada de esa manera.
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Ella tiene un corazón perfecto, es tan dulce y pura e inocente. A diferencia de
mí. Tenía que ser controlado y merecía ser castigado.
—Ana, no fue así —. Protesto. Ella me mira. Supongo que no puedo discutir
sobre cómo lo ve ella. —Está bien, no pienso que fuera así. Ella era una fuerza
para el bien. Era necesaria —.Ana me mira desconcertada.
—No lo entiendo —. No, porque no sabes las sórdidas profundidades de mi
retorcida alma negra.
Si esto se va a convertir en una discusión, tal vez ha sido un error haber
venido.
—Anastasia, tu madre estará de regreso en breve. No me siento cómodo
hablando de esto ahora. Más tarde, tal vez. Si no me quieres aquí, tengo un
avión en stand-by en Hilton Head, me puedo ir —. Se está yendo todo al
garete. Mierda.
—No, no te vayas. Por favor. Estoy encantada de que estés aquí. Sólo estoy
tratando de hacerte entender. Estoy enfadada porque tan pronto como me fui,
saliste a cenar con ella. Piensa en cómo te sientes cuando estoy en alguna parte
cerca de José. José es un buen amigo. Nunca he tenido una relación sexual con
él. Mientras que tú y ella...
— ¿Estás celosa? — Momento brillante. Su reacción de repente tiene sentido.
Finalmente lo entiendo. Esto lo puedo entender y relacionar. Yo realmente no
creo que pudiera ni siquiera pensar si Anastasia tuviera una historia anterior.
Sólo el pensamiento de José sosteniéndola en sus brazos es suficiente para
enviarme a una furia ciega si me dejo llevar por ello. Pero si ella está celosa,
muestra que le importo, que ella es posesiva conmigo. Esto me gusta. ¡Claro
que sí!
—Sí, y enfadada por lo que te hizo.
—Anastasia, ella me ayudó. Eso es todo lo que diré al respecto. Y en cuanto a
tus celos, ponte en mi lugar. No he tenido que justificar mis acciones a nadie en
los últimos siete años. No desde que rompí con Elena. Ni a una sola persona.
Hago lo que quiero, Anastasia. Me gusta mi autonomía. No fui a ver a la señora
Robinson para molestarte. Fui porque de vez en cuando vamos a cenar. Ella es
una amiga y una socia de negocios.
Miro a ver cómo reacciona ante esta información. Me doy cuenta de que ella
necesita cierta seguridad de que no estoy teniendo una aventura, no estoy
acostándome con otra mujer.
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—Sí, somos socios. El sexo ha terminado entre nosotros. Hace años.
— ¿Por qué termino su relación? — Carajo. Esto no va a sonar muy bien.
—Su marido se enteró.
Y le dio una paliza a Elena por ello. Lo extraño fue que Elena no presentara
cargos en su contra, a pesar de las terribles heridas que le infligió. Era casi
como si se congratulara de que finalmente le prestara algún tipo de atención,
que se hubiera dado cuenta de que existía. Quería matarlo, pero Elena insistió
en que tenía que alejarme de él, que había otras maneras de conseguirlo. Así
que todavía estoy esperando mi momento, y si alguna vez surge la oportunidad
no dudaré en cortarle las pelotas, lenta y dolorosamente.
Pero no es así como yo preveía pasar mí encuentro con Ana, recordando todo
aquella mierda de siempre.
— ¿Podemos hablar de esto en otro momento, en algún lugar más privado?
—No creo que alguna vez me convenzas de que ella no es algún tipo de pedófila
—, insiste tercamente.
—Yo no pienso en ella de esa manera. Nunca lo he hecho. ¡Eso es suficiente! —
Le digo bruscamente. Esto no es lo que yo había planeado para esta noche.
¿Por qué no acaba de dejar la mierda en paz?
— ¿La amabas? — ¿Qué?
— ¿Cómo les va a ustedes dos? — Somos interrumpidos por el regreso de la
madre de Ana, así que nos sentamos de vuelta en nuestras sillas, tratando de
actuar como si todo fuera perfectamente normal entre nosotros.
—Bien, mamá —, le asegura Ana.
Tal vez esto ha sido una mala idea, llegar cuando ella estaba un poco bebida.
Decido cortar por lo sano e irme tan pronto como termine mi bebida. Miro a
Ana, y puedo ver que ella sigue pensando en todo esto, Elena otra vez en su
mente. El exceso de pensamiento otra vez. Quizás nunca debí haberle dicho
nada de esto, pero en mi corazón sé que lo mejor es ser franco y abierto sobre el
tema. Excepto por la parte muy oscura. No puedo decirle eso. Este soy yo.
Cincuenta sombras consumiéndome.
—Bueno, señoras, las voy a dejar por esta noche —. Estoy contento de ver que
Ana se decepciona con mi declaración. —Por favor pongan estas bebidas en mi
cuenta, habitación número 612. Te llamaré por la mañana, Anastasia. Hasta
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Conociendo a Cincuenta Sombras
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mañana, Carla —. Dejo caer una pequeña pista para Ana, por si acaso se siente
inclinada a venir a buscarme después, pero estoy bastante seguro de que le he
dado cosas para pensar esta noche. Y ella está con su madre, por el amor de
Dios. No tienes ni una esperanza en el infierno, Grey.
—Oh, es tan bueno saber que alguien use su nombre completo —, su madre
sonríe.
—Un nombre precioso para una chica hermosa —, Estoy de acuerdo, con obvio
gran placer de su madre cuando nos damos la mano.
Me levanto y Ana me mira. Me inclino hacia abajo y gentilmente la beso en la
mejilla.
—Hasta pronto nena —, le susurró al oído. ¿Por favor? Entonces me voy,
decididamente sin mirar atrás.
~~~
De vuelta en mi habitación, me obligo a concentrarme en el trabajo. Configuro
mi MacBook, reviso el estado de algunos contratos, a continuación respondo a
todos los correos electrónicos urgentes. Luego me llama Ros para obtener una
actualización en varios de los acuerdos más importantes de los que se está
encargando. Parte de la razón de mi éxito es el hecho de que he formado un
equipo fuerte y de confianza a mí alrededor, pero aun así, no importa lo que
esté pasando en mi vida privada, siempre tengo mi dedo en la llaga. Fanático
del control en todas las áreas de mi vida.
Tal vez fue un error seguir a Ana aquí, a Georgia, si lo único que vamos a hacer
es hablar de Elena. Pero al final, simplemente no pude evitarlo, me iba a volver
loco en Seattle. No me siento bien cuando está tan lejos de mí. Tal vez mañana
podamos empezar de nuevo, sobre todo si Taylor ha conseguido hacer los
arreglos que le pedí.
Me perturba un golpe suave en la puerta, así que me acerco a abrirla mientras
sigo hablando con Ros.
Para mi gran sorpresa, es Anastasia. Una vez que consigo superar el shock
inicial, le hago señas apresuradamente para que entre mientras sigo al teléfono.
Lo mejor es tener todos estos asuntos ordenados en primer lugar, para que yo
pueda concentrarme totalmente en Anastasia. Estoy más allá de emocionado
por este giro de los acontecimientos. Ella está aquí. Conmigo. Sola en esta
suite.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
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Rápidamente decido adelantar los planes y preparativos que tenía en mente
para nosotros mañana, con la esperanza anticipada de que Ana estará
receptiva a mi presencia aquí.
Pero necesito unos minutos primero. Mientras continúo discutiendo asuntos de
trabajo con Ros, le muestro Ana el mini bar, indicándole que ella puede servirse
lo que quiera. Ella está segura aquí conmigo, no me importa si está un poco
borracha, va a estar más relajada. Entonces me dirijo hacia el baño, dejo correr
el agua para llenar la bañera, y enciendo las velas que había pedido que
colocaran alrededor. Me encanta la luz de velas, es tan suave y seductora.
Deambulo de nuevo por la sala principal, a la vez que sigo en el teléfono móvil,
mientras arreglo las últimas cosas con Ros. Veo que Ana se ha servido jugo de
naranja, así que le entrego un vaso y el cubo de hielo.
—Hay una parcela de tierra aquí que me interesa... Quiero ver lo que Georgia
ofrece si nos movemos aquí... Si los incentivos son lo suficientemente
atractivos. Creo que deberíamos considerarlo, aunque no estoy seguro sobre el
maldito calor aquí... Estoy de acuerdo en que Detroit tiene sus ventajas
también, y su clima es más fresco... ¿Por qué? Haz que Bill me llame mañana...
No demasiado temprano —. Cuelgo, y vuelvo mi atención a Anastasia.
Estamos de pie y nos miramos, un tanto inseguros de cómo están las cosas
entre nosotros.
—No has respondido a mi pregunta—, finalmente murmura, mientras me mira
fijamente a los ojos, al parecer en busca de algo.
—No, no lo hice —, le respondo en voz baja. Mierda, ella sigue insistiendo en lo
de Elena.
— ¿No, tu no has contestado mi pregunta o no, que no la amabas? — Ella
persiste.
¿Amor? ¿Elena? Eso nunca fue parte de nuestro acuerdo. Ella piensa que el
amor es para los tontos estúpidos, idiotas, románticos e idealistas. Ella cree en
lo que escucha de sus necesidades físicas, que sólo los aspectos físicos del
deseo humano son reales y no imaginarios. Follar. No hacer el amor. Nada más
para confundir o contaminar los placeres físicos de la carne. Y ella sabe todas
las formas imaginables para maximizar los placeres, y ella me enseñó todos y
cada uno en detalles.
Al ver la mirada inconfundible del deseo en los ojos de Ana, se me ocurre que
tal vez toda esta mierda de Elena es sólo una excusa, una razón para que
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viniera a buscarme. Eso me agrada. Joder, lo sabía, ella siente el mismo tirón
que yo, el magnetismo puro entre nosotros.
— ¿Qué estás haciendo aquí, Anastasia? — Le pregunto, sintiéndome mucho
más feliz ahora que he entendido las cosas.
—Lo acabo de decir —. Ella es terca. Ella quiere un pedazo de carne. Ella quiere
oírme decirlo. Así que tomo una respiración profunda y salen las palabras.
—No. No la amaba. — ¿Qué es todo este alboroto acerca de la palabra “A” de
todos modos? De hecho, ¿qué es todo el alboroto sobre el amor en general,
como toda esa mierda con la que Flynn salió del enamoramiento? Hombres
jodidos como yo no nos enamoramos. Fin de la historia. Sólo he desarrollado
una obsesión, una obsesión que me ha llevado a dejarlo todo y volar cientos de
kilómetros con la remota posibilidad de que esta joven estuviera encantada de
verme.
Pero al menos puedo ver que Ana por fin se ha relajado ahora que le he dicho
que yo no amaba a Elena. Así que a ella le importa. Realmente le importa.
Siento una sensación de calor, que se difunde en mí. Debe ser el calor
miserable de Georgia que llega, incluso a la habitación con aire acondicionado
del hotel.
—Eres toda una diosa de ojos verdes, Anastasia. ¿Quién lo hubiera pensado? —
Le tomo el pelo. Pero me gusta. Me gusta que ella esté celosa.
— ¿Te estas burlando de mí, señor Grey?
—Yo no me atrevería —, Niego con la cabeza hacia ella. Oh, esto va a ser
divertido, señorita Steele. Me deseas tanto como yo te deseo. Estamos iguales. Es
hora de seguir adelante con las cosas. Follar un poco mucho es lo que
necesitamos.
Mi BlackBerry zumba de nuevo, pero yo lo apago. Sé que he tratado con las
cosas importantes, por lo que el resto puede esperar.
~~~
Creo que voy a hacer que se instalen unos espejos en mi cuarto de juegos. No
puedo creer que esto no se me haya ocurrido antes. Es tan erótico mirarnos en
los grandes espejos en el cuarto de baño. Es como si yo fuera voyeur, así como
participante. Veo a Ana en todo su esplendor completamente desnuda desde
varios ángulos, cuando la toco, cuando veo sus reacciones a mi tacto, a su
propio toque.
254
Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
No me importa que ella esté sangrando. No marca ninguna diferencia para mí,
no soy aprensivo, es sólo otro fluido corporal. Elena me enseñó todo sobre el
sexo anal, y si has experimentado y puedes manejar el anal y todo lo que ello
conlleva, todo lo demás es fácil en comparación.
Y me alegro de que Ana tenga su período. Eso significa que no está
embarazada. Esto significa que puede empezar a tomar la píldora. Y lo mejor de
todo, eso significa que no tengo que usar un condón de mierda, por fin. Pero
dadas las circunstancias, follar en el baño va a ser mejor que en la cama. No
me gustan las sábanas sucias, y prefiero no tener que llamar a servicio de
habitación para hacer que vengan a cambiarlas.
Rápidamente desnudo a Ana, y mientras me arrodillo detrás de ella para
quitarle los jeans y las bragas, la hago jadear cuando soy incapaz de resistirme
a morder suavemente su delicioso trasero, perfecto.
—Mírate. Eres tan hermosa —, le susurro mientras me pongo de pie y hago uso
de sus manos entrelazadas con las mías para acariciar su cuerpo. —Siente la
suavidad de tu piel. Siente cuan llenos están tus pechos —. Todo el tiempo, nos
vemos juntos en el espejo humeante. Es tan increíblemente sexy, y veo como
gime mientras la toco y juego con sus pezones sensibles.
Trato de conseguir que ella se siga acariciando y jugando mientras miro, pero
ella se tambalea, claramente inquieta y carente de confianza sobre su cuerpo.
No entiendo por qué no se da cuenta de lo verdaderamente hermosa que es.
Pero está más que feliz de dejar que yo siga, de buen gusto lo hago.
Rápidamente me quito mi ropa y empujo mi erección contra ella, y arrastro mis
labios a través de la suave piel de sus hombros y el cuello, mordiéndola y
chupándola suavemente. Dios, se siente tan fantástico. ¿Cómo voy a tener
suficiente de ella?
Arrastro mi mano más abajo suavemente tentándola, pero mi necesidad de ella
es tan urgente que no me detengo, en lugar de eso giro alrededor de ella para
besarla profunda y apasionadamente.
La parte sensible, lógica de mi cerebro todavía está funcionando, así que no
olvido confirmar los datos antes de llevar las cosas más lejos. Pero todo está
bien, ella comenzó su período de ayer, ha tomado la píldora, y no tiene cólicos.
—Apóyate en el lavabo —, le ordeno. Empujando sus caderas hacia atrás, y
luego tiro de la cuerda del tampón. Un tirón rápido, entonces lo arrojo en el
inodoro. Y ahora, por fin llego a disfrutar de follarla correctamente, sin condón.
Me aferro a las caderas de Ana cuando se agacha para agarrar el lavamanos, a
continuación, entro en ella, disfrutando de la sensación de su estiramiento para
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
dar cabida a todo lo que soy, todo el camino, muy dentro de ella, mientras
ambos gemimos a causa el inmenso placer que sentimos. Casi no lo habría
creído posible, pero sin condón como barrera, se sintiera aún más jodidamente
increíble. Encajamos perfectamente. Puedo apreciar cada pequeño roce y
pequeña ondulación de su tersura bien caliente acariciándome y chupando mi
polla. Esto es el cielo puro. El cielo para mi polla.
Me muevo lentamente hasta que estoy seguro de que está bien con esto, pero
cuando siento que se está empujando contra mí con avidez me entierro aún
más profundamente dentro de ella, sé que me puedo dejar ir. Mi necesidad es
tan desesperada, tan urgente, que no tenemos mucho tiempo, así que hago
círculos para masajearla. Yo acelero el ritmo para machacar en su interior,
estableciendo un ritmo que le da la bienvenida al castigo cuando se trata de
moler aún más fuerte contra mí. Inclino las caderas para satisfacerla, y eso es
suficiente para enviar a Ana a su clímax. Siento sus entrañas mágicamente
apretadas y apretando alrededor de mi polla, mi recompensa por su clímax, mi
señal para dejarme ir, mientras la estrecho con fuerza contra mí en medio de
mi orgasmo.
— ¡Oh, Ana! Oh, nena, voy a conseguir lo suficiente de ti —, gimo cuando me
libero dentro de ella. La intensidad de mi necesidad de ella me consume, me
abruma, me asusta, me emociona. Nos hundimos lentamente en el suelo, y yo
la sostengo en mi regazo mientras hundo mis brazos alrededor de ella. Ella es
mía. Sólo mía. Ella me pertenece.
Después de tomar unos minutos para recuperarme, le sugiero que tomemos un
baño. Ahora que nos levantamos, la veo mirando fijamente las cicatrices en mi
pecho. Me siento incómodo con su escrutinio, y sabiendo lo inquisitiva es su
mente, no me sorprende cuando empieza a preguntarme acerca de ellos.
—Tus cicatrices, no son de la varicela —, susurra.
—No, no lo son —, le contesto bruscamente. —No me mires así.
Yo realmente no quiero hablar de esto, no aquí, no ahora, de hecho nunca.
— ¿Te lo hizo ella? — susurra.
— ¿Ella? ¿La señora Robinson? Ella no es un animal, Anastasia. Por supuesto
que no. No entiendo por qué sientes que tienes que demonizarla.
Por el amor de Dios ¿no pensara seriamente en que Elena haría algo como eso?
Está bien, quizás ella me azotara y lo hizo duro, pero ella nunca hizo nada para
dejarme cicatrices permanentes. Ana realmente ha generado un resentimiento
irracional contra Elena. Típico comportamiento femenino ilógico. ¿Tal vez
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
porque es su época del mes? Me doy cuenta de que tengo pruebas de ese hecho
en toda mi polla. Momento para el baño.
Ana pasa por delante y se sumerge en el agua espumosa de la bañera, y luego
me mira.
—Me pregunto cómo serías si no la hubieras conocido. Si no te hubiera
presentado a su... um, estilo de vida.
Mientras me deslizo hacia abajo en la estimulante agua caliente para unirme a
Anastasia en el baño, suspiro cuando me doy cuenta de que Ana no va a darse
por vencida. Dejo que mi mente evoque aquellos días cuando era el sumiso de
Elena...
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Capítulo 24
N
os sentamos en las profundidades de un baño caliente y relajante,
simplemente mirándonos el uno al otro. Mi relación pasada con
Elena no es un tema que realmente quiero discutir con Anastasia,
pero parece que ella puede ser tan tenaz como su amiga, la señorita Kavanagh.
Me doy cuenta de que ella no va a renunciar a esto hasta que le dé algo más de
información.
Vuelvo a pensar en cuando yo era un enojado joven de quince años.
Yo era una persona solitaria, inaccesible, sin amigos. Mi cuerpo estaba lleno de
hormonas, así como de ira, de frustración, de resentimiento y de confusión.
Tuve muy fuertes deseos y necesidades, pero no podía soportar que nadie me
tocara, así que el sexo era algo impensable. Mis padres insistieron en tuviera
algún tipo de asesoramiento con algún terapeuta idiota, pero eso no me ayudó
en absoluto, y sólo iba para que estuvieran contentos. Encontré que el
consumo de alcohol contribuyó a adormecer las cosas, pero también significó
que había perdido el poco control que tenía, así que me metí en un montón de
peleas. Peleas muy graves. Incluso jugué con la idea de las drogas como vía de
escape a mi confusión. Estaba sólo a un paso o dos de descender en el mismo
camino al infierno que mi madre biológica.
Y entonces Elena tomó el control de mí
~~~
Cuando Elena me abofeteó y me besó por primera vez, no sabía qué esperar
cuando volví a su casa al día siguiente para continuar con el trabajo en su
jardín. Cuando llegué allí, no la veía por ningún lado, pero me había dejado una
nota.
Christian. Tienes cinco minutos. Sube. La primera puerta a la
derecha. Quítate toda la ropa y la dejas en un montón
ordenado delante de la puerta. Llama a la puerta, entra en
la habitacion y arrodíllate delante de mí.
No hables a menos que así te lo indique.
Mistress Elena.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Leí la nota varias veces, mi pulso acelerado, mi mano temblaba. ¿Qué debo
hacer? ¿Dejarlo, salir corriendo colina arriba para no volver? Por supuesto que
no, esto era lo más emocionante que alguna vez me habría pasado, así que
rápidamente hice lo que se me ordenaba. Mis ojos casi se salieron de mi cara
cuando entré en la habitación, completamente desnudo, y vi a Elena llevando
un corsé de cuero negro, una falda corta de cuero negro con medias de red
negras, liguero y botas de piel negras de tacón de aguja. Estaba acariciando
cariñosamente un bastón que tenía en la mano.
Corrí entusiasmado a arrodillarme frente a ella. Ella daba vueltas, me
inspeccionaba, y entonces me colocó un collar de cuero negro tachonado
alrededor de mi cuello. Tenía una cadena, que tiró para que mi cabeza se
echara hacia atrás.
—Ojos al suelo—. Me espetó.
—Er... sí, por supuesto... — murmuré.
Sentí una fuerte bofetada en la mejilla.
—No hables a menos que te dé permiso. ¿Entendido? — Me instruyó con
frialdad. Esta vez me quedé callado. No tenía su permiso.
—Puedes hablar.
—Sí, lo entiendo.
Otra bofetada en la mejilla.
—Te dirigirás a mí como Mistress Elena. Puedes hablar, pero sólo para
responder a mis preguntas.
—Sí, Mistress Elena. Lo entiendo.
—Mejor. Ahora, ¿te gusta lo que ves? Puedes mirarme.
—Sí, Mistress Elena. Me gusta mucho lo que veo.
Ella esbozó una fría sonrisa hacía mí.
—Sí, pensé que así sería. Dime, ¿qué te gustaría hacer?
Bueno, la respuesta era obvia, ¿no?
—Por favor, señora Elena, me gustaría follar —, le dije.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Eso es de lo que se trataba todo esto ¿no? Era evidente que no lo estaba
recibiendo de su marido, así que ella quería que yo la golpeara.
Otra bofetada en la mejilla.
—Querido, querido, la próxima vez voy a tener que usar mi bastón si sigues
haciendo las cosas mal, Christian. Piensa con cuidado y vuelve a intentarlo.
¿Qué te gustaría hacer?
Me estrujé el cerebro. Entonces caí en cuenta.
—Lo que sea que le complazca, Mistress Elena.
—Eres un buen aprendiz, Christian. Sí, eso es exactamente. Harás lo que yo
diga. Te comportarás de la manera que considere apropiada en todo momento.
Si me lo pides por favor, tendrás un premio. Si me parece mal, te ganarás un
castigo.
Caminó detrás de mí, y de repente, sentí el golpe seco de una vara en mi
espalda. Grité y me estremecí. ¡Mierda! Eso me habia dolido.
—Esto es sólo una pequeña muestra de la pena que sufrirás si me entero de
que has estado tomando drogas de cualquier tipo, consumiendo alcohol, o te
has metido en cualquier tipo de problema. Y créeme, lo sabré. Te convertirás en
mi cabeza de turco. ¿Entiendes?
—S... Sí, Mistress Elena —, jadeé.
Entonces de repente sentí sus dedos alrededor de mi polla, que estaba erecta
desde que había entrado en la habitación. Ella me apretó, y luego, lentamente y
seductoramente me la masajeó en toda su longitud. Gemí en voz alta, y casi me
corro allí mismo, al instante, me sentía tan bien.
—Pero si eres un buen chico y me obedeces, entonces tu recompensa será un
placer inimaginable. Un placer que no has ni siquiera soñado que fuera posible
—, ella se inclinó y me susurró al oído.
—Por favor, Mistress Elena. Lo necesito por favor —, le rogué, mientras seguía
acariciando mi pulsátil y dolorida polla. Luego, de pronto retiró la mano.
—Eso es suficiente. No te has ganado el derecho todavía de correrte. Y sólo
puedes hacerlo si te doy permiso —, dijo ella con frialdad, mientras yo gemía
frustración.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
—Pero... pero realmente lo necesito... — Comencé a protestar, luego me sacudí
en estado de shock cuando su vara se recortó de nuevo en mi espalda.
—No te atrevas a discutirme o desafiarme, Christian. Eres un instrumento de
mi voluntad. Empezaré con instrucciones en cómo me gustaría que me des
placer, solo puedes ganarte el derecho a terminar si yo decido que te lo has
ganado y te dejo.
~~~
Y así fue como empezó todo con Elena. Ella me salvó. Ella me hizo volver al
camino. No bebí más, me mantuve alejado de las drogas, e hinqué duro los
codos con los estudios, porque eso era lo que la Mistress Elena me dijo que
tenía que hacer.
Elena sabía por mi madre los problemas que tenía por ser tocado, así que sólo
me ha tocado de manera sexual, lo cual me parecía bien. No era una historia de
amor. Sin embargo, para conseguir las recompensas carnales increíbles tenía
que conseguir complacerla, tenía que hacer lo que ella me dijera, nada más.
Perdí todas mis inhibiciones, cuando Elena me enseñó lo que mi cuerpo era
capaz de hacer, así como lo que el cuerpo de una mujer era capaz de hacer.
Y en cuanto a los castigos muy severos que frecuentemente me dio para las
faltas más leves - aunque me gustaban bastante - me enseñaron autocontrol.
Descubrí que el dolor aumentaba mi placer sexual, llevando las cosas a un
nivel superior, mucho más intenso para mí. Y comprendí que me merecía el
castigo, y de alguna manera ayudó a equilibrar la mierda mala en mi cabeza.
~~~
Vuelvo al momento presente, y me doy cuenta de que Anastasia está sentada
frente a mí en el baño, a la espera de que yo diga algo. Entonces, ¿cómo
explicárselo todo? Ella no necesita saber todos los detalles sangrientos. Ahora
que me he dado cuenta de que ella tiene el pequeño monstruo de ojos verdes en
su interior, sé que sólo se incrementarían rápidamente sus celos. Ella se ve
muy linda con ese monstruo de ojos verdes tengo que admitir, y me parece sexy
como el infierno que ella sienta lo mismo por mí. Ella quiere que yo sea su
hombre, y solo de ella. Eso es lo que quiere conseguir. Y me gusta mucho. Es
posesiva de mí. Nadie ha sido así conmigo. Debido a que siempre he mantenido
a los demás a una distancia, nunca dejas que nadie sea posesivo contigo, Grey.
Sólo Elena, y que sólo estaba ejerciendo su control sobre mi como mi Ama
Dominatrix.
—Yo probablemente hubiera seguido el camino de mi madre biológica, si no
hubiera sido por la Sra. Robinson —, le explico. Ana parpadea con
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
incredulidad. —Ella me amaba de una manera que me pareció... Aceptable —.
No es realmente el amor como tal, sin embargo, ¿no?
— ¿Aceptable? — Susurra de nuevo Ana.
—Sí. Ella me sacó del camino destructivo que estaba siguiendo. Es muy difícil
crecer en una familia perfecta cuando no eres perfecto —, Intento explicarle. En
mi familia todos tienen corazones puros y buenos. No malo, infestado de
gusanos como el mío. Mi querida, madre maravillosa hizo todo lo posible para
curarme, pero sólo eso no era suficiente.
— ¿Todavía te ama?
—No lo creo, no así —. Frunzo el ceño mientras intento hacerle entender que en
realidad Elena nunca me ha ‘amado’. Era sólo una cuestión física, sexual entre
nosotros. —Sigo diciendo que fue hace mucho tiempo. Está en el pasado. No
podría cambiarlo aunque quisiera, que no lo hago. Ella me salvó de mí mismo.
Nunca he hablado de esto con nadie. Salvo con el Dr. Flynn, por supuesto. Y la
única razón por la que estoy hablando de esto ahora, contigo, es porque quiero
que confíes en mí.
Jesús, esto es difícil. No se lo contaría nunca a nadie, solo a Anastasia, espero
que ella se dé cuenta.
—Confío en ti, pero quiero conocerte mejor, y cada vez que intento hablar
contigo, haces que me distraiga. — Con todo tipo de artimañas sexuales. Las
mejores que conozco. — Hay tantas cosas que quiero saber.
¡Nunca renunciará a escarbar en toda esta mierda! Me he abierto con ella más
de lo que he hecho con nadie jamás, y todavía no es suficiente. No puedo abrir
más mi corazón. No es mi estilo.
—Oh, por el amor de Dios, Anastasia. ¿Qué más quieres saber? ¿Qué tengo que
hacer?
Estoy tratando de no perder los estribos, pero no estoy muy acostumbrado a
este tipo de inquisición.
—Sólo estoy tratando de entenderte, eres un enigma. A diferencia de cualquier
persona que he conocido antes. Me alegro de que me estés contando lo que
quiero saber —, Ana me ruega, y entonces me desarma completamente cuando
ella se acerca y me abraza tímidamente. —Por favor no te enfades conmigo.
¿Cómo puedo estar enfadado con ella? Nunca he conocido a nadie como ella
tampoco. Pero no estoy acostumbrado a abrirme con nadie, excepto con el Dr.
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G.E. Griffin
Flynn, y por supuesto con Elena. A Ana no le gusta eso. Pero es cierto, Elena
ha sido parte de mi vida durante tanto tiempo que puedo hablar con ella sobre
cualquier cosa. Incluyendo sobre Anastasia. Necesitaba su consejo sobre este
terreno desconocido, porque sólo ella entiende totalmente mis necesidades, me
conoce mejor que nadie, incluyendo a mis padres, que estaban, por supuesto,
felizmente inconscientes de nuestra relación. Sólo necesito que Ana entienda
que ya no hay ninguna relación sexual o romántica entre Elena y yo, pero me
estoy cansando de intentar convencerla, y siento que empiezo a perder el
control.
— ¿Has acabado? — Le pregunto. Porque seguro que por mi parte así es.
—Por ahora —, finalmente acepta.
Así que me puedo relajar. Creo que he sido más que complaciente con sus
peticiones. Pero ya que hemos estado sacando gran parte de la mierda más
oscura, creo que es justo que ella me muestre sus pensamientos ocultos.
—No has respondido a mi correo electrónico —, señalo.
Ella empieza a moverse y retorcerse. ¿Ves, no es tan divertido tener a alguien
indagando en tu cabeza, verdad señorita Steele?
Me inclino para besarla, y sé que fácilmente podría distraerme, y así no
conseguir respuesta a mi pregunta. Pero lo que realmente necesito saber es
cómo se siente. Odio toda esta incertidumbre, así no es como suelo funcionar.
— ¿Qué quieres saber? — Suspira, claramente incómoda con convertirse en el
centro de atención. Touché, señorita Steele.
—Bueno, ¿cómo te sientes acerca de nuestro acuerdo, para empezar?
Y es entonces cuando ella me confiesa que piensa que no va poder enfrentar
por ser mi sumisa durante cualquier periodo de tiempo.
—No puedo pasar un fin de semana siendo alguien que no soy —, admite.
Me río. Ya me he dado cuenta de esto por mí mismo, y sabes qué. Creo que me
aburriría si encaja en el papel perfecto de sumisa, todo el tiempo. He estado
allí, lo he hecho muchas veces. Es hora de algo nuevo.
—Tú no eres una gran sumisa —, le reconozco, mientras la beso suavemente.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
—Quizás no tengo un buen maestro —, responde, mientras vuelve a reírse de
mí. Y su risa es un sonido tan grandioso, que no puedo enfadarme con ella por
su respuesta.
—Tal vez. Tal vez debería ser más estricto contigo. ¿Tan malo fue lo que te
enseñé la primera vez? — Recuerdo que estaba angustiada después, y sin
embargo, lo excitada sexualmente que estuvo en ese momento. ¿Se ha dado
cuenta de esto? ¿Está de acuerdo con el hecho de que en realidad fue una
experiencia increíble la que compartimos?
—No, realmente no —, susurra. ¡Sí! Se ha dado cuenta de que no fue tan malo.
Ella lo está aceptando.
— ¿Es más la idea de ello? — Sugiero, con la esperanza de que estamos
avanzando. —Sentir placer cuando no se supone que debes? Para eso necesitas
un tiempo, para lograr encajarlo en tu cabeza. Siempre puedes usar la palabra
de seguridad, Anastasia, no lo olvides. Y siempre y cuando sigas las reglas, las
cuales cumplen con una profunda necesidad personal sobre el control y para
mantenerte a salvo, entonces tal vez podamos encontrar un camino a seguir.
Tú satisfaces en mí una necesidad desconocida en todos mis años de formación
—. La culpa la tiene la puta drogadicta. Y su proxeneta.
— ¿Así que es una forma de terapia? — Sugiere.
—No había pensado en ello de esa manera, pero sí, supongo que sí —. A ella
esto parece encajarle.
—Pero ahí está la cosa, en un momento me dices ‘no me desafíes’, y al siguiente
quieres ser desafiado. Es una línea muy fina por la que pasar y tener éxito y me
siento atada —, argumenta.
—Me gustas atada —, digo. Y lo hago. Me la imagino en mi cuarto de juegos,
bien atada, amordazada y preferentemente a mi merced, confiando en mí para
tomar el control. Perfecto. No puedo esperar para estar de vuelta follando en mi
cuarto de juegos.
—Eso no es lo que quería decir —, exclama, mientras me salpica.
Y eso es todo. Basta de hablar. La agarro y tiro de ella hacía mi regazo,
sosteniendo su cabeza con ambas manos para poder besarla profundamente.
Ana gime, y enreda firmemente sus dedos en mi pelo, eso me dice demasiado.
Como siempre, parece que estamos muy bien adaptados a nuestro deseo. La
muevo para que tentadoramente se ponga a caballo, cogiéndole las manos y
sosteniéndoselas con fuerza detrás de su espalda, por si acaso siente la
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
necesidad de tocarme. Puedo sentir sus pechos maravillosos rozando mi pecho,
y eso me parece muy excitante también.
—Voy a tomarte ahora. ¿Lista? — Le susurro, mientras la coloco justo por
encima de mi polla erecta.
—Sí —, susurra en respuesta, mirándome fijamente.
Así que poco a poco y con facilidad la bajo sobre mí, observando su reacción
con los ojos abiertos mientras la lleno totalmente. Ella me toma en
profundidad, por lo que puedo seguir. Esto puede ser vainilla, pero es
maravilloso, un vainilla jodida y sorprendentemente bueno. Sin condón de
nuevo, saboreado cada sensación de su exuberancia aterciopelada, mientras
doblo mis caderas para empujar hasta el límite de lo que ella puede tomar de
mí. Hacemos una pausa, total y completamente fusionados en uno. Estoy
enterrado tan profundamente dentro de ella que no podría estar más cerca de
lo que estamos en estos momentos. Encajamos tan bien juntos, que parece que
estamos hechos el uno para el otro. Ella jadea y se inclina para apoyar la
cabeza contra la mía. Yo sé que ella siente lo mismo que yo.
Confío en que ella no me va a tocar cuando suplica para que le suelte las
manos. Ella utiliza el borde de la bañera lentamente para ayudarse a moverse
con facilidad arriba y abajo encima de mí mientras la observo. Es muy erótico
verla obteniendo placer de mí, cabalgándome, nuestros cuerpos mojados y
resbaladizos moviéndose el uno contra el otro. Ella se inclina para besarme, y
yo cierro los ojos mientras me pasa los dedos por el pelo, inclinando la cabeza
hacia atrás para que pueda profundizar el beso, nuestras lenguas se enredan
cuando empieza a montarme más rápido. Le agarro las caderas para ayudarla a
aumentar el ritmo, trabajando juntos para maximizar nuestro placer,
besándonos, montándonos, disfrutándonos, saboreándonos juntos. Nuestra
pasión explota a nuestro alrededor, el agua chapotea, el clímax orgásmico
empieza a formarse, hasta que finalmente ella grita mientras vuela por encima
del borde de su liberación.
—Eso es, nena —, gimo, mientras la sigo en mi liberación, apretándola con
fuerza hacía mí. — ¡Ana, nena!
Y siento la conexión directa en lo más profundo de mi ser, lo que nunca he
experimentado con nadie.
~~~
Cuando nos metemos juntos en la cama después, me siento en paz. Hablamos.
Acerca de cosas tontas como las películas favoritas. Ella se ve hermosa, bella y
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
dulce. Estoy tan contento haber volado hasta aquí para verla. Era algo que
totalmente debía hacer. Y ella está claramente feliz de verme.
Entonces ella empieza a indagar en mi pasado, y empezamos a pisar el terreno
peligroso de con cuantas mujeres he tenido relaciones sexuales. Por supuesto
que es mucho en comparación con ella, mi pequeña virgen. Pero sin lugar a
dudas, absolutamente, es la mejor mujer con la que he tenido relaciones
sexuales.
—Así que yo soy la número diecisiete —, afirma.
— ¿Diecisiete?
Entonces me doy cuenta. Ella piensa que sólo me he follado a diecisiete
mujeres en total, incluyéndola ella. ¡No mierda! Vamos ¿Sólo diecisiete?
—No exactamente —. Le borro la sonrisa en su expresión de sorpresa.
¿Qué esperaba? No se consigue mi nivel de experiencia a menos que hayas
follado a un montón de mujeres diferentes de muchas maneras diferentes. He
intentado casi de todo, ya que hay que experimentar para averiguar lo que te
gusta, y lo que no. Así es como se trabaja en tus límites infranqueables, así
como en los blandos. Siempre sexo seguro, sin embargo. Pero Anastasia fue la
primera virgen que he tomado, y ella fue mi primera conquista vainilla. Lo que
supongo es lo que sucede al principio a la mayoría de la gente, antes de todas
las cosas fuertes. Así que lo he hecho todo al revés. Eso está bien. No me
arrepiento.
Pero ahora ella quiere saber exactamente cuántas mujeres he tenido, al infierno
si lo sé, yo no llevo la cuenta. Bueno, aparte de las fotos, pero había una buena
razón para ello.
—Decenas. Estamos en decenas, por el amor de Dios —.Yo protesto, cuando
empieza a hablar de «miles». No puedo evitar sonreír ante la idea de coger miles
de mujeres. Su reacción es tan divertida y dulce e inocente, así que decido darle
una nueva sacudida eléctrica mientras le beso la punta de la nariz.
—Todas eran sumisas. Sumisas en formación, cuando me estaba entrenando.
Hay lugares en los alrededores de Seattle, a los que uno puede ir y practicar. A
aprender a hacer lo que hago.
Ella parpadea en estado de shock.
—Sí, he pagado por sexo, Anastasia —. No he pagado por sexo en largo tiempo
sin embargo.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
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Pero en aquellos primeros días, antes de que mi negocio despegara con éxito, yo
solía ir a los clubes de BDSM, los que Elena me recomendada, cuando ella me
ayudó en mi camino en convertirme en un dominante y no en su esclavo, su
chico malo, su mascota, su sumiso. Me superé en esa etapa cuando trabajaba
fuera de mi verdadera naturaleza. Pero pronto me puso a formarme con
verdaderas expertas, para convertirme en un codiciado Dominante entre las
aprendices a sumisa. Naturalmente, siempre trato de sobresalir en todo lo que
hago.
Así que ahora, puedo tener prácticamente cualquier sumisa que quiera. Pero,
por supuesto, sólo quiero a Anastasia. Quien irónicamente, como acabamos de
acordar, no es una gran sumisa en absoluto.
Veo que he sorprendido Ana, cuando murmura que pagar por sexo no es algo
de lo que enorgullecerse. Y ella está enojada porque piensa que ella no me
puede sorprender.
Así que le cuento todo lo que ha hecho que me han sorprendido.
 Llevaba mi ropa interior, cosa que nadie había hecho antes, y la hizo ser
descarada y sexy, me encantó. Y debido a eso, no pude resistirme a poner un
par de calzoncillos a su alcance para que se lo ponga hoy, cuando me he
dado cuenta de que no ha traído consigo otras bragas limpias. Me encanta la
idea de su trasero perfecto enfundado en mi ropa interior.
 No llevaba bragas cuando fuimos a conocer a mis padres. Nunca hubiera
soñado que ella hiciera algo así cuando la vi por primera vez. Mierda tuve
una erección toda la noche debido a eso, traviesa y descarada cachonda.
Maldición, me encantó, porque sólo yo sabía de su falta de ropa interior. Ella
lo hizo por mí.
 La mayor sorpresa de mi vida fue cuando me dijo que era virgen. Nunca lo
hubiera imaginado. Y ella me dio el don precioso de su virginidad a mí.
Ningún otro hombre ha estado donde yo he estado, esa única experiencia la
tengo yo con ella. Y nunca lo harán. Y eso hace que sea mía total y
absolutamente. Yo creo que por eso estoy tan cautivado y seducido por ella,
porque lo que tenemos entre nosotros es totalmente único y especial.
 Entonces no mucho tiempo después, ella me dejó trabajar de nuevo con una
fusta. No me extraña que me confunda, sobre todo porque resulta que a ella
realmente le gustó esa experiencia, y tímidamente me sugiere que es posible
que me deje hacerle otra sesión en el salón rojo del dolor, como ella lo llama,
este fin de semana. Oh, sí, por favor señorita Steele. No puedo esperar a estar
allí de nuevo.
 Me sorprende que me encanta cuando ella pronuncia mi nombre, después de
años de insistir a mis sumisas deben dirigirse a mí como Señor, o,
eventualmente, Maestro, si me complacían lo suficiente para ganarse ese
derecho. Pero ninguna de ellas ha utilizado mi nombre de pila. Jamás.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
De hecho me encuentro que toda esta charla la estamos llevando muy bien. Me
siento relajado y a gusto con ella.
Así que no puedo resistirme a dejar caer una pista acerca de mis planes de más
con ella.
—Quiero hacer algo mañana.
— ¿Qué?
—Una sorpresa. Para ti —. Murmuro en voz baja, porque puedo ver que ella
tiene mucho sueño mientras sofoca un bostezo. La beso suavemente en los
labios.
—Duerme —, le digo, pero ella ya está a la deriva, con una sonrisa en su rostro.
Y estoy feliz, porque la he hecho feliz. Me siento muy bien, así que espero que
mañana mi sorpresa la haga aún más feliz.
~~~
Creo que hoy ha sido el mejor día de toda mi existencia. Llevé a Anastasia a
planear. Nunca lo he hecho antes con nadie, ese siempre ha sido mi propio
mundo privado en el que puedo escapar totalmente de todo por un rato, para
volar libre como un pájaro en el cielo abierto. Quería compartir este mundo con
Ana, porque yo sabía que a ella le gustaría. Y así fue.
Todo tuvo que ser organizado con la Asociación de planeadores de Brunswick
en el último minuto, por lo que Taylor hizo bien organizándolo todo. Benson, el
piloto británico de arrastre, parecía un hombre competente. Lo contrataría de
nuevo, sobre todo porque él es de la misma opinión que yo acerca del Blanik L23 es mejor máquina que el L-13.
Debo decir que Taylor parecía contento de ver a Anastasia en el aeropuerto esta
mañana. De hecho, le vi esbozar una sonrisa y susurrarle algo a ella. ¿Qué ha
sido eso? Él siempre ha rehuido cualquier tipo de contacto personal con mis
sumisas anteriores, a menos que fuera inevitable por razones tales como hacer
arreglos prácticos. ¿Se está haciendo mayor, o algo así? Debe ser el calor de
mierda de Georgia que ha podido con él.
Estoy tan orgulloso de cómo Ana lo ha manejado todo. Ella no ha resultado ser
del todo femenina y sensiblera y ni se asustó al volar en el planeador, como la
mayoría de las mujeres lo harían. Ella estaba totalmente preparada. Esa es mi
chica. Esa es mi novia, en realidad. Por supuesto, yo no estaría feliz que Ana
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
fuera volando con alguien más, pero yo soy un piloto experto, por lo que está
buenas manos.
La luz era tan extraordinaria como yo esperaba. El amanecer es realmente un
momento mágico del día, porque la luz es difusa, fundiéndose con matices muy
diferentes de colores suaves. Fue totalmente increíble, y valió la pena despertar
a Anastasia aun con el mal humor en el que se encontraba.
Me encantó cómo Ana chilló cuando giré el avión, y luego se echó a reír a
carcajadas con la rareza de verse al revés. El mejor sonido en el mundo entero.
Me encanta escuchar su risa, y me gusta hacerla feliz.
La dejé tomar el control del planeador, sabía que no podía hacer ningún daño
ya que todavía tenía la palanca de mando en la mano.
Pero al menos estaba dispuesta a dar una vuelta. Eso es lo que admiro en ella,
en la primera impresión, parece una niña débil, pero definitivamente no lo es.
Es valiente y aventurera, y supongo que a ella le encantaría navegar también, al
igual que yo, así que quiero hacer esto con ella también, tan pronto como
pueda organizarlo. Ves Grey, hay mucho más que puedes darle. Y es realmente
divertido compartirlo con ella. Es divertido si lo comparto con Ana de todos
modos.
Muy pronto llega el momento de aterrizar, y estamos de vuelta a tierra firme.
Pero me sentí eufórico, totalmente en lo más alto, y vi que Ana sentía lo mismo.
Y no pude remediarlo una vez que estuvimos fuera del avión, tuve que tomarla
en mis brazos y besarla para mostrarle lo feliz que era porque ella estaba
conmigo, que hubiera compartido mi amor por las alturas en esta hermosa
mañana.
— ¿Esto ha sido más? — Le pregunto sin aliento. Porque si eso no era más, no
puedo imaginar lo que puede ser.
—Mucho más —, susurra ella, con una sonrisa extasiada y enorme en la cara.
Así que sabía que ella lo amaría tanto como yo lo hago.
La llevo al IHOP para el desayuno en el camino de vuelta, y creo que esto la
sorprende, ya que no es un lugar muy típico para mí. Pero nos gustaba ir allí
con mi padre cuando mi madre no estaba, era un secreto familiar culpable, y
todavía tengo buenos recuerdos asociados a ello. Y hacen los mejores
panqueques en el mundo.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Cuando nos sentamos juntos, un fuerte magnetismo sexual zumba entre
nosotros, más fuerte que nunca, y ambos realmente queremos tomarnos el uno
al otro, no sólo yo. Pero eso tiene que esperar, hay que conformarse con los
panqueques, que tuve el placer de ver que ella devoró rápidamente porque tenía
un gran apetito, para los alimentos, así como para el sexo.
Hablamos de nuestra relación. Le digo que yo todavía quiero que sea mi sumisa
en mi cuarto de juegos, y que todavía la castigaré si ella se aparta de las reglas.
Pero por lo demás, le dije que estoy feliz de hablar de lo que sea que ella quiera
de mí, y que yo estoy tratando comprometerme con ella.
Ana me dijo que ella quiere dormir conmigo en mi cama. Lo extraño es que
resulta que yo duermo muy bien cuando ella está en mi cama, y la echo
realmente de menos cuando ella no está allí. Así que al infierno sí, estoy más
que felizmente de acuerdo con esto, de hecho creo que voy a ser el que insista
en que de ahora en adelante forme parte de nuestro acuerdo.
—Tenía miedo de que me dejaras si no estaba de acuerdo con todo esto —,
susurra, mientras vuelve sus increíbles ojos hacía mí. Me derriten ¿Cómo
puede pensar que podría alejarme de ella cuando me mira así?
—Yo no voy a ninguna parte, Anastasia —, le aseguro.
—Me encanta que quieras más —, murmura con timidez. Ella es tan dulce. Tan
jodidamente dulce y encantadora.
—Lo sé —, le sonrío. Me encanta que ella hable en sueños. Es como tener una
línea telefónica secreta con su subconsciente.
— ¿Cómo lo sabes? — exige.
—Confía en mí. Simplemente lo sé —. Me niego a decirle nada más, porque ella
podría negarlo todo y lo estropearía. Quiero que sea lo suficientemente valiente
para decirme lo que dijo en su sueño a la cara, cuando este despierta.
"Más, Christian, quiero más de ti. Quédate, por favor, no me dejes, por favor,
quédate conmigo Christian. Quiero más. No voy a dejarte, no me dejes nunca.
Más."
Sus palabras se confundían todas anoche, pero el significado era claro. Ella
siente por mí lo mismo que yo siento por ella. Ella está tan comprometida como
yo. Mi hechizo para atarla a mí debe haber funcionado después de todo. Estaba
jodidamente emocionado por sus palabras, porque en los sueños no puedes
mentir. Este fue un discurso de su verdadero yo.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Pero ahora que estamos de vuelta a la tierra, el mundo real nos golpea de
nuevo. Tengo reuniones a las que asistir. Y he sido informado de que el SIP está
a punto de hacerle una oferta de trabajo a Ana, así que mi adquisición de esa
empresa sigue adelante. Ros lo tiene más o menos bajo control, pero quiero
supervisar personalmente todos los detalles, no quiero ningún fallo de última
en este importante negocio.
Así que dejo a Ana en casa de su madre, con la promesa de verla esa noche.
Entonces mi burbuja feliz se revienta, como una mierda de inestabilidad. Mi
pasado asoma su fea cabeza y vuelve para morderme en el culo. Duramente.
Una ex sumisa mía, Leila, la que puso de Britney 'Toxic' en mi iPod, de alguna
manera logró entrar en mi apartamento del Escala, y exigió verme. Cuando la
señora Jones le informó que yo no estaba allí, intentó cortarse las muñecas.
Aunque Gail tuvo la fortaleza mental para llevarla al hospital, Leila se fugó
antes de que pudiera ser evaluada adecuadamente. Así que ahora está en
libertad.
No tengo más remedio que dejarlo todo y volver a Seattle.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Capítulo 25
S
é que Taylor nunca interrumpiría una reunión sin una muy buena
razón.
— ¿Si pudiéramos tener unas palabras, Sr. Grey? —, pregunta en voz baja al
entrar en la sala de conferencias en el hotel donde estoy en una reunión para
discutir diferentes oportunidades de negocio aquí en Georgia. Cuando veo la
mirada en sus ojos, puedo decir inmediatamente que no son buenas noticias.
Su mandíbula está tensa, sus puños están apretados, y todo su cuerpo está
irradiando tensión. Así que me disculpo, y nos dirigimos hacia el pasillo para
un poco de intimidad.
— ¿Qué está pasando? ¿Le ha ocurrido algo a la señorita Steele? — Mi primer
pensamiento es que el equipo de vigilancia ha informado de algún tipo de
problema.
—No, señor. He recibido una llamada de Gail... de la señora Jones. Llamaba
desde el Centro Médico Harborview después de un incidente.
— ¿Qué significa un incidente? ¿Qué clase de jodido incidente? ¿Ha tenido un
accidente o algo así?
—No, está bien... pero tuvo una visitante. Una ex conocida suya, señor.
¿Recuerda a una mujer llamada Leila Williams?
—Sí. ¿Qué pasa con ella?
—Bueno, al parecer se las arregló para acceder a su apartamento el día de hoy,
y apareció sin anunciarse. Gail era la única que se encontraba allí en ese
momento —. Veo la expresión de Taylor endurecerse. — La señorita Williams
quería verlo, insistió en que tenía que hablar con usted. Gail trató de explicarle
que usted no estaba allí, pero ella no le creía. Entonces la señorita Williams
comenzó a gritar y gritar, queriendo saber por qué su Maestro había
encontrado a otra persona, que ella haría cualquier cosa por él...
—Me hago una idea —. Interrumpo.
—Así que sacó una navaja y empezó a cortarse las muñecas. Gail logró
retenerla y quitarle la hoja, a pesar de que podría haberse jodidamente herido a
sí misma —. Puedo ver que Taylor está realmente luchando por controlar sus
sentimientos, y entiendo totalmente que se sienta protector hacia Gail. —Lo
siento señor, es sólo que... bueno yo me culpo. Esta mujer no debería haber
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
podido acceder al apartamento, y Gail no debería haber sido puesta en ningún
tipo de peligro.
—No, es cierto, pero vamos a llegar al fondo de toda esta mierda más tarde.
¿Qué pasó después de que Gail le quitara la navaja?
—Ella primero hizo una llamada rápida de ayuda a emergencias y luego la llevó
al hospital. Parece que los cortes no eran en realidad tan profundos como
parecían, por suerte. Están organizando que un psiquiatra la vea ahora. Pero
ella sigue preguntando por usted, señor.
— ¿Qué demonios le pasa a esta mujer? No la he visto desde que... por lo
menos desde hace tres años, ¿Qué diablos la ha llevado a esto? Pero eso no
importa, ¿cómo está Gail? ¿Seguro que está bien? ¿Definitivamente no está
herida en absoluto?
—Ella está bien, sólo un poco magullada creo. Ella se queda en el hospital para
tratar de mantener calmada a la chica, pero ella dice que sigue actuando de
una manera muy rara.
—Llama a Hilton Head. Nos dirigiremos hacia allá tan pronto como les sea
posible preparar el avión—, le digo a Taylor, y puedo ver que está aliviado de
que regresemos inmediatamente. Por supuesto que él quiere ver a Gail. Quiero
asegurarme de que realmente está bien también.
Así que este día que comenzó como uno de los mejores de mi vida cuando me
desperté con Ana, se ha convertido en uno de los peores.
~~~
La señorita Leila Williams. La recuerdo muy claramente. Ella comenzó como
más o menos la sumisa perfecta para mí.
Naturalmente, ella era como costumbre bonita, menuda y de piel pálida, de
cabello castaño, del tipo de mujer joven que siempre seleccionaba para mi
sumisa, pero ella tenía estas enormes ojos de color marrón bourbon que la
hacían destacar entre la multitud.
Y recuerdo cuando la interrogué en la entrevista de selección.
—No parece haber marcado nada, ya sea como un límite blando o
infranqueable ¿es un descuido por su parte? — Si lo fuera, entonces ella misma
se habría descartado. No me gusta la dejadez, o que me hagan perder el tiempo.
273
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G.E. Griffin
—No, señor. Haré lo que sea, cualquier cosa que quiera, Señor —, susurró,
mirando hacia abajo al suelo y no a mí, como era de esperar en una buena
sumisa.
La miré fijamente, todo el mundo tiene un límite, ¿verdad?
— ¿Cuánto tiempo llevas como sumisa? — Le pregunté. Sólo tenía veintiuno y
tal vez ella no entendía realmente en lo que se estaba potencialmente metiendo,
aunque Elena la había comprobado antes de haber establecido la entrevista, y
me aseguré que ella fuera sumamente recomendada por su anterior
Dominante.
—Tres años, señor. A mí me gusta... me gusta ser presionada duramente, muy
duro, para descubrir los límites hasta los que puedo llegar. Y me han dicho
que... bueno, usted es el tipo de maestro dominante que es capaz de eso. Si a
usted le complace, Señor.
Bueno, bueno. Esto sin duda podría ser un arreglo interesante. Y así
comenzaron los tres primeros meses de nuestro acuerdo de contrato.
Y en el principio, todo salió excelente. Leila seguía las reglas a rajatabla. Y como
había prometido, ella hacía cualquier cosa que le pedía. Así que tuve unos
momentos muy interesantes y agradables representando todo tipo de nuevos
escenarios exigentes con una sumisa totalmente compatible. Yo estaba
particularmente entusiasmado con la suspensión con cuerda, lo que a su vez
exige paciencia de la sumisa porque se necesita tiempo para prepararlo todo,
pero ella voluntariamente aceptó. Yo realmente disfruté de tenerla
completamente indefensa, atada y suspendida boca abajo para que pudiera
coger su boca a voluntad. Y ella disfrutó de una buena azotaina dura con una
paleta. Y ella disfrutaba realmente del sexo anal, ella se preparaba durante días
para estar lista para mí, para tomar mi placer en su pequeño culo apretado. La
lista era interminable, al parecer. Todo lo que le daba, ella lo tomaba.
Cualquiera que sea la mierda perversa que soñara, ella jugaba con eso.
Se mantenía muy flexible y en forma, así que tenía un montón de energía para
mantenerse al día con mis demandas que, inevitablemente, sucedían todo el fin
de semana. Ella parecía perfecta en todos los sentidos, y rápidamente se ganó
el privilegio de llamarme Maestro. Su primer contrato de tres meses fue
prorrogado por otros tres meses.
Pero aquí está la cosa, me gusta castigar a mis sumisas, y para eso tenía que
romper las reglas o desobedecerme de vez en cuando, al menos en cierto modo
menor, cosa que nunca hizo. Y para mí, lo único que realmente me gustaba era
dar un auténtico castigo azotando o dando latigazos que según mi criterio se
haya merecido.
274
Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Tuve que buscar excusas con Leila, y lo que me llevó al borde mi placer. Ella
me suplicaba que le diera con mi látigo de todos modos, pero no es así como
funciona para mí. Entonces es sólo básicamente ‘azotar sin sentido’ ya que la
sumisa ‘desdibuja los roles’, y así no es cómo hago las cosas.
Comencé a sospechar que Leila estaba siendo manipuladora, intentando
seducirme a su manera en mi vida. Pensé que su plan era empezar haciendo
todo lo que el señor exigía sin dudarlo, con lo que se haría indispensable en la
atención a mis gustos muy singulares, para a continuación, pasar a
involucrarse más en mí vida.
Le encantaba estar en mi casa, y decoró su habitación completamente para
hacerla suya. Lo que estaba bien. Yo siempre les digo a mis sumisas que
pueden hacerlo si lo desean. Es bastante fácil volver a pintar de un blanco
neutro cuando se van. Pero fue más allá con Leila.
En retrospectiva, las señales estaban allí, pequeños cambios insidiosos que
instigaron y que de por sí no era demasiado alarmantes. Descubrí que había
descargado un poco de su selección de música en mi iPod, lo que dejé pasar por
el momento, ya que parecía inofensivo. Leila re-organizó los armarios de la
cocina, y no era parte de sus funciones, y fue bastante molesto para la señora
Jones. Durante la semana, le gustaba dedicar su tiempo a la pintura, ella era
una artista talentosa. Entonces ella trajo un par de piezas de su trabajo que
quería que pasaran a formar parte de mi colección de arte del apartamento, a
pesar de que su trabajo no era de mi gusto, ya que era bastante chillón y de
colores brillantes.
Y un par de veces me llamó la atención encontrarla espiando alrededor de mi
apartamento en lugares en los que ella no tenía por qué estar, como mi estudio,
y hasta en mi dormitorio. Ella era muy descarada y traviesa cuando se deshizo
en excusas, acerca de que se estaba arreglando, o que quería hacer algo
especial para mí, pero eso no era parte de nuestro acuerdo.
A pesar de que me dio motivos para castigarla, me sentí incómodo. Y luego Leila
comenzó a ofrecerse a venir durante la semana, sólo a veces, diciendo que me
echaba de menos, y que le gustaría simplemente que la azotara y la follara
ahora que estaba aquí. Era evidente que se estaba volviendo demasiado
apegada y se estaba pasando de la raya. Ella quería más. Yo no quería. Así que
termine nuestro contrato.
Leila no se lo tomó bien, tuve unas cuantas llamadas telefónicas llenas de
lágrimas, rogándome que le diera otra oportunidad, pero me negué, y
finalmente aceptó mi decisión después de bloquear sus llamadas. Entonces oí a
través de Elena que ella había conocido a otro hombre y se había casado no
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G.E. Griffin
mucho tiempo después, así que supuse que eso era todo, y que estaba fuera de
mi vida para siempre.
Y ahora, casi tres años después. ¿Qué mierda está pasando? ¿Por qué tiene que
pasar esto, justo cuando las cosas están bien entre Anastasia y yo?
~~~
Cuando estamos a punto de salir para el aeropuerto, Taylor recibe otra llamada
de Gail.
— ¡Mierda! ¿Qué ha hecho qué? ¿Cómo iban a dejarla ... no, no es tu culpa... sí,
estamos a punto de dirigirnos hacia el aeropuerto ... yo te haré saber cuándo
aterricemos...
Taylor cierra los ojos y respira profundamente mientras me mira expectante.
—Miss Williams se ha dado de alta del Harborview, antes de que el psiquiatra
pudiera completar su valoración. Le pidió a Gail ir a buscar algunas cosas para
ella, y cuando volvió, se había ido. Ella acababa de salir y desapareció. Nadie
sabe dónde se ha ido, y ahora Gail se siente culpable.
— ¡Dios santo, esto se está convirtiendo en una pesadilla de mierda! Quiero a
Welch en el caso, que averigüe todo lo que pueda acerca de la señorita Williams
y su posible paradero. Dile que esta es su principal prioridad, y que yo quiero
que la encuentre para que pueda obtener alguna ayuda adecuada antes de que
ella haga otro intento de suicidio, tal vez con más éxito la próxima vez. Ella ha
perdido claramente la razón de alguna manera. Y no puedo tenerla apareciendo
y haciendo escenas fuera de lugar —, le grito, pasando las manos por mi
cabello de pura frustración.
Es que no entiendo por qué Leila aparece de la nada ahora, después de todo
este tiempo. ¿Qué coño la ha llevado a esto?
Trato de llamar a Anastasia para hacerle saber que no puedo ir a cenar esta
noche a casa de su madre, pero su teléfono está ocupado.
¿Con quién coño habla? Por suerte, ella me devuelve la llamada, y yo respondo
de inmediato.
—Anastasia.
—Hola.
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—Tengo que volver a Seattle. Ha surgido algo. Estoy de camino a Hilton Head
ahora. Por favor, discúlpame con tu madre. No puedo ir a cenar.
—Nada serio, ¿verdad?
—Tengo una situación con la que tengo que lidiar. Nos vemos el viernes. Voy a
enviar a Taylor a que te recoja en el aeropuerto si no puedo ir.
—Está bien. Espero que resuelvas tu situación. Que tengas un buen viaje.
—Tú también nena.
~~~
El vuelo de ocho horas de vuelta a Seattle parece interminable. Trato de
averiguar por qué diablos Leila me está buscando y luego trató de cortarse las
muñecas. Si hubiera sido realmente seria acerca de suicidarse, habría hecho
un mejor esfuerzo. No, me parece mucho más como un grito de ayuda, una
llamada de atención por alguna razón. Quizás si esto hubiera ocurrido poco
después de que se terminara el contrato, entonces tal vez podría haberlo
entendido, ¿pero después de casi tres años? ¿Por qué ahora? ¿Qué ha
cambiado? Y no puedo dejar de tener una horrible sospecha furtiva que esto
tiene algo que ver con Anastasia, y la foto de nosotros juntos en el periódico.
Por supuesto que no le digo nada a Ana acerca de lo que ha pasado con Leila
cuando la llamó por teléfono. No quiero que ella esté preocupada o molesta. No
quiero la terrible mierda de mi pasado ensuciando lo que tenemos ahora. Tengo
la esperanza de conseguir que esta situación se resuelva rápidamente, antes de
que Ana vuelva, una vez que hayamos hecho un seguimiento de Leila.
Odio volar lejos de ella, poniendo distancia entre nosotros así, pero sé que es lo
mejor. Una vez que tenga la situación bajo control, me sentiré más tranquilo,
entonces podemos continuar donde lo dejamos antes de que toda esta mierda
comenzara.
A pesar del tiempo que ha transcurrido desde que tenía dominio sobre Leila, no
puedo dejar de sentirme culpable si mis acciones pasadas han contribuido de
alguna manera a este comportamiento desequilibrado. La salud y el bienestar
de una sumisa es la principal responsabilidad de un Dominante, y siempre he
tomado esa responsabilidad muy en serio. Así que si Leila está enferma y
necesita ayuda, todavía siento el deber de asegurarme que reciba la ayuda que
necesita.
Tan pronto como aterrizamos, Welch me hace una actualización sobre la
situación de Leila. No son buenas noticias. Su última dirección conocida ha
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
sido un callejón sin salida, no ha estado allí durante algún tiempo. Se las ha
arreglado para obtener imágenes de CCTV de su salida del hospital, y en un par
de calles de la zona, pero luego la pierde. Él está usando todos los trucos que
tiene para encontrarla, pero hasta ahora, no conduce a nada. Mierda.
Al parecer, el psiquiatra en Harborview que hizo la evaluación inicial de Leila ha
dicho que sus acciones constituyen un típico grito de ayuda, y que no creía que
ella fuera realmente un riesgo, por eso no había prohibición de darse de alta
ella misma.
La ha categorizado como a un paso hacia las tendencias suicidas, y dijo que la
mayoría de las personas en esta categoría en realidad no van a cometer
suicidio. Supongo que esto es algo tranquilizador para escuchar, pero todavía
me sentiría mucho más feliz una vez que la hayamos localizado y conseguido la
ayuda que claramente necesita.
Estoy tan atrapado en todo esto que no es hasta que me aparece un texto de
preocupación de Ana preguntándome si he llegado bien que me doy cuenta de
que he sido negligente al no dejarle saber que llegué bien, así que rápidamente
le envió un correo y le pido disculpas. No estoy acostumbrado a que la gente se
preocupe por mí así, pero creo que me gusta. Resulta reconfortante que Ana
esté pensando en mí y que se preocupe por mí.
Jesús, no puedo esperar a tener a esta situación solucionada para cuando Ana
vuelva a casa mañana. Siento un dolor sordo en el pecho cuando pienso en ella.
Joder, la extraño mucho, sobre todo después del gran momento que tuvimos
juntos en Georgia.
Y me encanta lo que dijo en su sueño. Me hace sentir más seguro, sabiendo que
ella dijo que no me dejaría. Pero todavía no se lo voy a decir, por mucho que
ella trate de engatusarme en sus correos electrónicos. Y cuando ella me gruñe
en su correo electrónico, me hace pensar en mi propio gato, mi gato de nueve
colas, en mi cuarto de juegos. Hmm tiene posibilidades. Intrigante la idea que
Ana ha puesto inocentemente en marcha allí.
~~~
Por mucho que quiera estar en el aeropuerto para recoger a Anastasia yo
mismo, estoy esperando una llamada importante de Welch sobre un enlace que
está consiguiendo del psiquiatra anterior que Leila ha consultado. No quiero
estar discutiendo esto mientras estoy en el coche con Ana, por lo que tengo la
intención de enviar a Taylor a recogerla, sabiendo que una vez que ella regrese
aquí al Escala, voy a tenerla toda para mí.
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G.E. Griffin
Estoy tan desesperado por verla. Estoy emocionado porque la necesito tanto, y
como siempre, no puedo esperar a follarla. Pero también sé que su presencia
aquí me ayudará a calmarme, porque he estado al límite desde que recibí la
noticia sobre Leila.
Taylor ha hecho un barrido completo y la revaluación de todas las medidas de
seguridad en el apartamento, y ha cambiado todos los números de entrada
como medida de precaución. Él está averiguando como Leila podría haber
hecho su entrada, cuando los números de entrada siempre se cambian cada
vez que un miembro del personal, incluyendo una sumisa se va.
Estoy preocupado por la señora Jones, pero ella parece estar bien, a pesar de la
mala experiencia, y yo le aseguro que no debe culparse por dejar que Leila
saliera. Ella llevó una situación difícil muy profesionalmente y estoy agradecido
por mantener la cabeza en calma en una crisis.
—La pobre chica, parecía extrañamente sin vida de alguna manera. Tenía los
ojos vidriosos, y seguía repitiendo como una especie de mantra que tenía de
verlo, que ella haría cualquier cosa por su Maestro, y luego de repente se perdió
y empezó a gritar y gritar... — explica , mientras estamos sentados en la cocina
del Escala, Taylor con su brazo protector sobre sus hombros. Aunque ellos
saben que yo soy consciente de su relación, como verdaderos profesionales
nunca suelen presentar ningún tipo de demostración de afecto en mi presencia,
pero entiendo que esto no es normal, no todos los días pasa uno por una
situación como la que Gail atravesó.
Veo miradas entre ella y Taylor. Por supuesto, sé que ambos son muy
conscientes de lo que pasa en mi cuarto de juegos, pero aun así, más bien no
es un tema que hayamos discutido abiertamente.
—Tuviste suerte de no haber sido herida por esa maldita hoja de afeitar que le
arrebataste —, Jason prácticamente le gruñe, mientras aprieta su puño en el
hombro.
—Oh, Jason, deja de quejarte —, insiste. —Yo sabía lo que estaba haciendo, y
sabía que no tenía realmente la intención de hacerme algún daño. Fue un grito
de ayuda, estoy segura.
Pero estoy con Taylor. No sé cómo me sentiría si hubiese sido Ana la que
tratara con una loca sola en el apartamento.
—Cuanto más pronto la encontremos, más pronto recibirá esa ayuda.
Esperemos que Welch tenga resultados un poco más prometedores pronto —.
Les digo sombríamente.
~~~
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—No queda ni rastro... bien... Sí —. Mierda, esperaba que esta situación se
hubiera resuelto para el momento en que Ana regresara, pero parece que
seguimos sin acercarnos a localizarla. Callejón sin salida, después de callejón
sin salida, es todo lo que Welch ha encontrado hasta el momento. ¿Cómo puede
Leila simplemente desaparecer de esta manera?
Anastasia. Siento su presencia antes de verla, como una descarga eléctrica a
través de mí. Me doy la vuelta, y ahí está. Y de repente, mi mundo es un lugar
mucho mejor. Ella se ve hermosa, de pie con una sexy minifalda, mostrando
sus grandiosas piernas y el bronceado recién adquirido del sol de Georgia.
—Quiero ser informado —, le grito a Welch, cuando termino la llamada.
No puedo llegar a Ana lo suficientemente rápido, me quito la chaqueta de mi
traje gris y deshago mi corbata. La rodeo con mis brazos y tiro de ella con
fuerza contra mí. Joder, ella se siente tan bien.
Tiro de su cola de caballo para que incline la cabeza hacia arriba para que yo
pueda darle un beso, un beso muy a fondo y profundo. No hay ninguna
delicadeza, solo cruda, desesperada necesidad, pero ella me corresponde.
Es evidente que ella necesita esto tanto como yo, ella gime y anuda firmemente
sus dedos en mi cabello de la manera que me encanta, porque demuestra que
me quiere poseer también. Nuestras lenguas promulgan una danza erótica
juntas, y ambos entendemos que tenemos que dejar que nuestros cuerpos
continúen con este baile demasiado apasionado, sin demora, ahora.
—Estoy tan contento de que hayas vuelto. Dúchate conmigo, ahora —, le
ordeno sin aliento. Vamos a empezar de nuevo, quitarme toda esta mierda,
relajarnos juntos en un poco de agua para calmarnos. La agarro de la mano y
la llevo a mi baño.
—Me gusta tu falda. Es muy corta. Tienes unas hermosas piernas —, le digo
con admiración. No puedo quitar mis ojos de ella mientras me quito los zapatos
y los calcetines. Estoy bebiéndola, mis ojos festejan después de haber sido
privados de su compañía durante demasiado tiempo, por lo que me parece una
eternidad. Ella se quita sus zapatos también, y entonces no puedo esperar más.
Tengo que tenerla ahora, aquí, en este mismo instante.
La empujo de espaldas contra la pared y la beso por todas partes en un frenesí
de necesidad. Subo la falda hasta la cintura, y luego paso mis manos por sus
muslos para sentir su piel suave como la seda.
— ¿Todavía estás sangrando? — me las arreglo para preguntar.
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—No — confirma.
—Bien.
Caigo de rodillas delante de ella para quitarle las sencillas bragas, por lo que
está desnuda de cintura para abajo. Dios, ella se ve y huele jodidamente
increíble, y verla sin aliento y jadeando de necesidad por mí me vuelve cada vez
más loco.
Aparto sus piernas para tener acceso a su clítoris con la lengua y la boca,
dando vueltas y mordisqueando, chupando y atormentándola sin descanso,
porque esto va a ser muy rápido una vez que la tome, por lo que necesito que
esté lista. Ella ladea la cabeza hacia atrás y gime de placer mientras sus dedos
tiran de mi cabello. Mi lengua sigue trabajando en ella, rodando y girando
hasta sentir que su cuerpo empieza a temblar y se acelera. Mi trabajo está
hecho, la suelto y le agarro la cara con ambas manos, sujetándola firmemente
para besarla, metiendo mi lengua en su boca para que ella pueda probar su
propia excitación.
Ahora es el momento.
Deshago mi bragueta y dejo libre a mi erección dura como roca.
La agarro por la parte posterior de las piernas y la levanto.
—Envuelve tus piernas alrededor de mí, nena —. Le ordeno, desesperado por
estar dentro de ella ahora.
Rápidamente lo hace, ella envuelve sus brazos alrededor de mi cuello para
sujetarse.
Así que ahora la penetro fuerte, duro y profundo. Toma todo lo que soy
mientras ella gime en voz alta. Esto es lo que tanto anhelaba. La inmersión
total uno en el otro. Yo en ella, ella en mí. Su apretada, húmeda y sexy tibieza
envolviendo mi pene, con avidez por tragar hasta la última gota, hasta la
empuñadura. Somos uno de nuevo, lo que estábamos destinados a ser, como
debe ser. Juntos. No existe nadie más en el planeta en este momento.
La agarro de las nalgas para que poder empezar a moverme. Dentro y fuera,
tratando de mantener las cosas con calma al principio, tratando de saborear
cada trazo exquisito de su exuberancia. Poco a poco dentro... y luego hacia
fuera, su suavidad de deslizamiento sobre mí. En este lugar y luego de nuevo...
besos suaves de terciopelo para mi polla. Dentro y fuera, de nuevo...
Pero es imposible permanecer a un ritmo tan lento. Es demasiado tentador. Ha
pasado mucho tiempo, y ella se siente jodidamente bien. No puedo aguantar
281
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más. Pierdo el control y acelero, empujando, empujando, golpeando, pero
necesito más, aún más, tengo que llegar más profundo, cada vez más profundo,
más duro....
Ana estalla a mi alrededor cuando llega al orgasmo, y entonces me suelto con
un final duro satisfactoriamente hundido en ella, lanzando con fuerza,
gimiendo de éxtasis.
Joder, eso estuvo bien. Joder, necesitaba eso. Joder, lo necesitaba demasiado.
A medida que descendemos de nuestro increíble vuelo, me retiro lentamente de
ella y la ayudo a ponerse de pie de nuevo.
—Pareces complacido de verme —, murmura con una sonrisa dulce.
—Sí, señorita Steele, creo que mi placer es bastante evidente. Ven, déjame
llevarte a la ducha.
Los dos estamos un poco más tranquilos, y mientras me desnudo, hablamos.
— ¿Cómo estuvo tu viaje?
—Bien, gracias. Gracias una vez más por la primera clase. Realmente es una
forma mucho más agradable para viajar —, ella me sonríe, y luego añade algo
nerviosamente: —Tengo algunas noticias.
— ¿Ah?
—Tengo trabajo.
Le sonrío. Por supuesto que ya lo sé todo sobre esto, pero me gusta escuchar
que me dé la noticia.
—Felicidades, señorita Steele. ¿Ahora me vas a decir dónde? — He de seguir el
juego, ¿no?
— ¿No lo sabes?
— ¿Por qué iba yo a saberlo? — Niego con la cabeza, frunciendo el ceño para
ser convincente.
—Con tus capacidades de acecho, pensé que podrías saberlo... — Mierda, ella
ya está empezando a entenderlo. Tengo que cuidar mis pasos aquí, porque
puede ser ingenua, pero no es estúpida. Ella no va a entender que todo es por
su propio bien, para su protección.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
—Anastasia, no se me ocurriría interferir en tu carrera, a menos que tú lo me
pidas, por supuesto —. Trato de sonar herido. Yo no he interferido con su
carrera, ella consiguió el trabajo por su cuenta. Sólo estoy comprando la
empresa, eso es todo. Acosador, fanático del control, sí que soy yo. Pero la
dejaré hacer todo el trabajo por su cuenta.
— ¿Así que no tienes idea de que compañía?
—No. Sé que hay cuatro empresas editoriales en Seattle, así que estoy
asumiendo que es una de ellas —. Sólo una pequeña mentira piadosa... No te
hará daño. Y en realidad, no sabía una mierda de las editoriales en Seattle
hasta la semana pasada. Resulta que SIP resultó ser un buen negocio. Gracias
Ana.
—SIP.
—Oh, la pequeña, bien. Bien hecho —. La beso en la frente. —Chica lista.
¿Cuándo empiezas? — Comienza el lunes. ¿Tal vez se preguntará cómo sé que
es la pequeña? Cuidado, Grey.
—El Lunes.
— ¿Qué pronto eh? Será mejor que me aproveche de ti mientras pueda. Date la
vuelta.
La desnudo, luego entierro mi nariz en su cabello, para poder respirar su
aroma maravilloso, su habitual mezcla maravillosa embriagadora de inocencia y
de sexo que no puedo explicar. Es sólo el aroma de Anastasia, y me tomo una
dosis larga y profunda. Eso me tranquiliza como ninguna otra cosa, y me
imagino que esto debe ser como un adicto a la heroína se siente cuando le llega
una dosis. Soy totalmente adicto a Anastasia.
Tengo el agua de la ducha muy caliente para nosotros, para borrar los restos de
los últimos acontecimientos. Cuando empiezo a lavar cuidadosamente a fondo
su cuerpo encantador, siento su tensión.
—Tengo algo que decirte —, murmura, cuando masajeo sus hombros.
— ¿Ah, sí?
—La exposición de mi amigo José de fotografía se abre el jueves en Portland —.
No es tu amigo, maldita sea. Él quiere meterse en tus bragas. Él quiere lo que es
mío.
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G.E. Griffin
—Sí, ¿y qué? — Me las arreglo para parecer civilizado, mientras detengo mis
deberes de lavado.
—Le dije que iría. ¿Quieres venir conmigo? — No, joder, no quiero ir, y
ciertamente no quiero que Ana vaya. No la quiero cerca de él. Pero espera un
minuto Grey, piensa en ello. Si tratas de prohibírselo, ella va a ir de todos modos.
Sola. Así que es mejor si la llevas, y así te aseguras de que el hijo de puta, sucio
canalla no llegara a ninguna parte cerca con ella, ni siquiera a tocarla.
— ¿A qué hora?
—La apertura es a las 7:30 p.m.
Le beso suavemente la oreja, y ejerzo un gran dominio de mí mismo cuando
tranquilamente le respondo.
—Está bien —. Ves, no fue tan difícil, ¿verdad? —¿Estabas nerviosa por
decírmelo?
—Sí. ¿Cómo lo sabes?
—Anastasia, todo tu cuerpo se acaba de relajar —. Pero al menos te lo ha dicho.
Eso es una buena cosa. Está siendo honesta contigo.
—Bueno, solo pareces ser, eh... un poco celoso —. Oh nena, realmente no tienes
idea de que tan “celoso” que soy. En una escala de 1 a 10, probablemente
alrededor de 1.000, estimación conservadora.
—Sí, lo soy. Y harías bien en recordarlo. Pero gracias por preguntar. Iremos en
el Charlie Tango —. Eso va a hacer la noche un poco más agradable de todos
modos.
No la dejo que me lave cuando ella me pregunta si puede, pero suavemente
beso su cuello a modo de disculpa, siento la agitación de otra erección que
tendremos que atender.
—Pon tus manos en la pared, Anastasia. Te voy a tomar de nuevo —, murmuro,
habiendo ya decidido hacerlo por detrás en este momento.
Parece que nunca podré tener suficiente de ella.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Capítulo 26
-Q
uiero que estés lista y esperándome en mi cuarto de juegos en
quince minutos. Puedes prepararte en tu habitación. Por cierto,
el vestidor está lleno de ropa para ti. No quiero ningún
argumento acerca de esto.
Dicho eso, me dirijo hacia mi estudio.
Le he dado muchas vueltas a la planificación de nuestra segunda escena en mi
cuarto de juegos. Elena me aconsejó que no me contuviera, que sea honesto y
le demuestre a Ana toda la extensión de mis necesidades, castigando
severamente correctamente desde el principio, como ella lo hizo conmigo, pero
mi instinto me dice que debo seguir con mi introducción gradual, que siga
seduciéndola con lo más suave, con los aspectos más placenteros de BDSM
para empezar el camino correcto a seguir. Seducir, engañando más bien. Elena
tiene razón, ella necesita conocer a Grey, ella necesita saber lo que es ser el hijo
de puta depravado que realmente eres. A ti te gusta golpear a las pequeñas
niñas de cabello castaño como ella ¿te acuerdas?
Siempre he querido hacerlo con Spem en Alium, también conocido como el
‘Motete para cuarenta’ por Thomas Tallis. Así que mi pensamiento es darle a
Ana una experiencia intensamente placentera donde yo esté totalmente al
mando, no dejarla verme ni oírme, mientras la música suena directamente para
ella. Quiero que ella se sienta totalmente impotente, esposada y con las piernas
abiertas sobre la cama, porque así es como la he imaginado desde que cayó en
mi oficina. Y ahora creo que ella está preparada para disfrutarlo.
Esto significa que tendrá que confiar en mí totalmente. Voy a utilizar diferentes
juguetes con ella, para saborearla como a un instrumento sexual, como parte
de la música. El placer que yo le daré estará más allá de cualquier cosa que
haya experimentado jamás. Luego, una vez que entienda que puede confiar
completamente en mí de esta manera, puedo avanzar con ella, para que confíe
en mí siempre que lo considere oportuno, para castigarla, confiar en mí lo
encontrará una experiencia positiva. Estoy seguro de que este es el camino a
seguir con Anastasia.
Y va a ser muy impresionante para mí también. Porque ya he aliviado un poco
de mi tensión sexual con las dos veces de la ducha, voy a ser capaz de ejercer
un mayor control sobre mí mismo, podré follármela lentamente al ritmo de la
música.
Le doy quince minutos para prepararse y estar esperándome. Lo tengo todo
listo y ya me he puesto mis jeans rasgados azules en sólo un par de minutos,
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G.E. Griffin
así que tengo que esperar mucho, pero todavía la hago esperar cinco minutos
más, incrementando la tensión, haciendo que mi deseo crezca.
Entro, entonces mientras me paseo por mi sala de juegos, y me gusta
muchísimo lo que veo. Anastasia se ha colocado perfectamente, de rodillas
como le había indicado, las piernas separadas a la distancia correcta, las
palmas colocadas en sus muslos. Recuerda no levantar la vista al entrar, a
pesar de que se lame los labios nerviosamente.
Está más que hermosa allí arrodillada, con sus apenas pequeñas bragas
blancas de encaje, mientras poco a poco voy dando la vuelta alrededor de ella
para inspeccionar a mi Anastasia sumisa. Liberada de cualquier restricción,
sus pechos redondos, llenos están muy bien. Ella tiene unos pechos realmente
hermosos. No hay duda. Y son sólo míos. No son ni demasiado grandes, ni
demasiado pequeños. Me gusta mirarlos de perfil, para poder ver sus pezones
erguidos, orgullosos, listos para que juegue con ellos.
Poco a poco me encamino a los cajones y escojo los elementos que voy a utilizar
esta noche, dejándolos en la parte superior fuera de su vista. Ella no tiene ni
idea de lo que son, por supuesto. Entonces vuelvo a estar delante de ella. Por
un breve momento, considero ordenarle que bese mis pies descalzos, al igual
que Elena solía hacerme para que besara sus zapatos de tacón alto, pero
descarto rápidamente ese pensamiento de mi mente ya que no quiero esa
imagen rondando por mi cabeza y que eche a perder este momento.
—Te ves fantástica —, le murmuro suavemente. Creo que necesita que se lo
diga constantemente, ya que nunca parece entender lo hermosa que es. Tengo
que trabajar en la mejora de su autoestima. Para reforzar el mensaje, le agarro
la barbilla y la obligo a mirarme. —Eres una mujer hermosa, Anastasia. Y eres
toda mía. Ponte de pie.
Obedece con nerviosismo. Tiene razón en ponerse nerviosa conmigo, su
Dominante. Me gusta el poder que siento aquí, en mi cuarto de juegos. Este es
mi mundo, y ella está bajo mi control.
—Mírame. No tenemos un contrato firmado, Anastasia. Pero hemos discutido
límites. Y quiero recordarte que tenemos palabras de seguridad, ¿de acuerdo?
— normalmente es una chica valiente, pero siempre existe el peligro de que le
entre el pánico con lo que tengo planeado para ella. — ¿Cuáles son las palabras
de seguridad, Anastasia?
—Amarillo —, murmura.
— ¿Y?
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—Rojo.
—Acuérdate.
¿Está totalmente desconcertada, o es excitación lo que veo? Ella levanta las
cejas, a punto de replicarme descaradamente, pero se corta al ver mí mirada
dura de Dominante.
—No empieces con tus comentarios irónicos aquí, señorita Steele. O te la follare
mientras estas de rodillas. ¿Entiendes?
No es lo que tengo planeado, pero me encantaría volver a llevar a cabo mi
amenaza. Es otra de las cosas que he querido hacer desde que la vi por primera
vez. Hacerla arrodillarse delante de mí, con las manos fuertemente atadas a la
espalda, para que pueda mantener la cabeza alta y follarme su boca. Esto es
diferente de cuando ella me lo hace a mí, porque de esta forma estoy totalmente
al control, ella sólo se arrodilla allí indefensa, lista para darme placer, sin
embargo me gustaría. Es algo que siempre he querido. Y lo voy a hacer con ella
pronto. Quiero demostrarle que su boca inteligente puede estar bajo mi control.
Pero por ahora puedo ver que está afligida mientras traga y parpadea
nerviosamente.
— ¿Y bien?
—Sí, señor —, murmura.
—Buena chica —. Me gusta ver que la estoy intimidando, así es como debe ser.
Pero también necesito que se tranquilice, ella tiene que confiar en mí.
—Mi intención no es que uses las palabras de seguridad porque sientes dolor,
pero lo que voy a hacerte será intenso, muy intenso, y necesito que me guíes, lo
¿entiendes?
La veo mirándome confundida. Tengo que recordar que ella es inexperta. Esta
es sólo su segunda vez en mi cuarto de juegos.
—Se trata del tacto, Anastasia. No serás capaz de verme ni oírme, pero serás
capaz de sentirme.
Ella frunce el ceño. Realmente no tiene ni idea del regalo que he planeado para
ella. Sonrío para mis adentros mientras empiezo a subir la música. Ella es una
chica con suerte. Aún no he follado con nadie de esta manera.
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G.E. Griffin
—Voy a atarte a la cama, Anastasia. Pero te voy a vendar los ojos primero y no
serás capaz de escucharme. Todo lo que oirás es la música que voy a poner
para ti —.Levanto el IPod para que lo vea. —Ven.
La llevo a la cama, encima de las sábanas de satén rojas. Me encanta la
sensación de raso, porque es muy sensual. El rojo es el tema de mi cuarto de
juegos, porque es un color extremadamente erótico. Hmm, podría introducir
una norma de llevar pantys rojos en mi cuarto de juegos. Pero reconozco que
me gustan las bragas negras y las bragas blancas, cualquier cosa que sea sexy,
sedosa y con encaje.
—Quédate aquí —. Me inclino y le susurró al oído. —Espera aquí. Mantén tus
ojos en la cama. Imagínate yaciendo aquí atada y totalmente a mi merced.
Después de haber preparado el terreno, voy a buscar una goma de pelo y el
flagelador que he seleccionado para usarlo esta noche. Ella todavía está de pie
mirando a la cama mientras le indico que se dé la vuelta. Bien. Me paro detrás
de ella para trenzar su precioso cabello largo. Todas las sumisas deben tener el
pelo largo, cuanto más largo mejor. Me gusta más recogerlo en dos coletas, pero
ahora tengo prisa, estoy impaciente por empezar a jugar, así que esto es lo que
hay.
Una vez que he acabado con la trenza, tiro de ella hacía atrás en contra mío,
jalando su cabeza a un lado. Mmm, ahora puedo acariciarle el cuello y saborear
lo suave y encantador que es. Yo murmuro contra esta área sensible mientras
la delineo suavemente con los dientes y mi lengua, sabiendo que ese sonido
resonará en su interior. Funciona, porque empieza a gemir.
—Calla ahora.
Le muestro el flagelador que tengo en mi mano.
—Tócalo —, susurro.
Ana extiende la mano vacilante y siente los flecos suaves de gamuza. He elegido
este instrumento con mucho cuidado, porque no es demasiado aterrador ni
doloroso. ¿Pero Christian, la has azotado? La voz de Elena me viene a la cabeza,
así que lo ignoro, así es mejor, mucho mejor para Ana.
—Usaré esto. No te hará daño, pero hará que tu sangre suba hasta la superficie
de la piel, y te sensibilizará. ¿Cuáles son las palabras de seguridad, Anastasia?
—Umm ... amarillo y rojo, Señor —, susurra en voz muy baja y asustada.
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G.E. Griffin
—Buena chica. Recuerda, el mayor miedo está en tu mente —, intento
tranquilizarla, mientras dejo caer el látigo en la cama para que pueda quitarle
las bragas, ya que son inútiles ahora. Miro con cariño a su dulce trasero
perfecto. Me inclino para besarlo, entonces no puedo resistirme a morderlo un
par de veces, porque es muy delicioso y tentador. Pero todo a su tiempo, ya que
se pregunta cuáles son mis intenciones.
—Ahora acuéstate. Boca arriba —, le ordeno, mientras la golpeo duro en su
maravilloso culo. Suena con un chasquido fantástico, pero también hace que se
sobresalte. Claramente la he llevado ya al borde.
Rápidamente se arrastra sobre la cama y se acuesta, mirándome. Sí, aquí es
donde la he imaginado, esto es exactamente donde yo la quería.
—Las manos por encima de tu cabeza —, el ordeno, y lo hace inmediatamente.
Está aprendiendo. Ves Grey, aquí hay una sumisa en potencia.
Voy por la máscara para los ojos y el iPod, tomándome mi tiempo, sabiendo que
ella me está mirando fijamente con los ojos completamente abiertos, que, ahora
mismo, parecen demasiado grandes para su cara. La anticipación es parte del
plan, y sé que ella está emocionada y asustada. Buena combinación, consigue
la mezcla perfecta de hormonas zumbando a través de sus venas.
Le explico cómo funciona el IPod exactamente, ya que ella no había visto
ninguno como este antes. Naturalmente, es el sistema más nuevo y moderno
del mercado.
—Puedo escuchar lo que estás oyendo, y tengo un mando a distancia para
controlarlo —, le digo, antes de insertarle los auriculares suavemente en los
oídos. —Levanta tu cabeza.
Deslizo suavemente la máscara por su cabeza, así que ahora
completamente ciega. Su respiración se vuelve superficial y errática.
está
Luego la cojo del brazo izquierdo y se lo extiendo hacia arriba para poder
esposarla por muñeca y con los dedos le hago cosquillas tranquilizadoras por el
brazo, y repito la técnica con el brazo derecho.
Se ve increíblemente caliente y sexy así, y ya no puedo estar más emocionado y
cachondo.
—Levanta otra vez la cabeza —, le ordeno, y así pueda agarrarle los tobillos y
tirar de ella hacia abajo de la cama. Sus brazos quedan totalmente estirados y
de esa forma no puede moverse. Perfecto.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Primero le esposo el tobillo derecho, luego el izquierdo. Me levanto y miro con
asombro como está tendida sobre la cama con las piernas abiertas y
extendidas, totalmente desvalida. Es mucho mejor la realidad que mi
imaginación. Desnuda y natural. Me sorprende lo mucho que me gusta el
hecho de que ella no se ha hecho todavía la depilación brasileña completa. Otra
primera vez para mí, pero eso es Anastasia, natural y diferente de todas las
demás.
Pongo la música, y entonces empiezo.
Para el primer nivel de su excitación erótica, he seleccionado un guante de
masaje de piel de marta rusa, la piel más cara del mundo debido a su lujosa
suavidad.
La acaricio suavemente con él, por su garganta, su cuello, sus pechos, y
atormento sus pezones. Arrastro el guante por su vientre, rodeando su ombligo,
luego a través de su cuerpo de cadera a cadera, entre las piernas, hasta el
muslo, la pierna, luego de vuelta a la otra pierna, por la espalda hasta que su
cuerpo desea que vuelva a empezar.
Ana empieza a respirar con dificultad, pero parece estar sobrellevando bien la
situación, ya que la música coral en latín resuena en su cabeza, así como en el
cuarto de juegos.
A continuación, repito el mismo lento proceso sensual con el flagelador, con
cuidado a través de su cuerpo para excitarla.
Luego, al ritmo de la música, de repente azoto su vientre con el flagelador, una
vez, y otra vez, en esta segunda vez más fuerte. No lo suficiente para ser
doloroso, pero lo suficientemente fuerte para que su piel reaccione y aumente
su respuesta.
Ana clama en estado de shock, y trata de moverse, pero no puede porque la
tengo atada con fuerza. Con el siguiente crescendo de la música, le azoto sus
pechos, y ella grita de nuevo. Voy a flagelarla por todo su cuerpo al ritmo de la
música, hasta que se detiene.
Hago una pausa.
A continuación se repite la música, así que empiezo a azotarla otra vez, y ella se
retuerce y gime. Espero que no sea demasiado abrumador y que presa del
pánico use las palabras de seguridad, porque estamos llegando a la mejor
parte.
La música cesa, ya que ha completado la segunda repetición.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Es hora de pasar a la siguiente etapa, ya que la música se inicia por tercera y
última vez.
Me subo a la cama y me inclino sobre ella, en sustitución del látigo por mi
cuerpo. Esta vez uso mi nariz y mis labios para excitarla. Me detengo en sus
pechos mientras le chupo y atormento sus pezones, haciéndola gemir aún más
fuerte, y podría pasar mucho tiempo así, pero mi horario se establece por la
música, y no debo perder mi apunte cuidadosamente planeado.
Me muevo por su cuerpo hasta llegar a mi meta, al meollo, la perla especial de
placer. Su clítoris. Está tan excitada que a medida que lamo suavemente, ella
echa la cabeza hacia atrás mientras grita y casi llega de inmediato, así que paro
de golpe. Todavía no, nena.
Me arrodillo entre sus piernas, y libero las ataduras de sus tobillos,
masajeando suavemente las piernas para aliviar cualquier rigidez.
Le levanto las caderas, arqueando la espalda para que ella descanse sobre sus
hombros. Sin ningún preámbulo o advertencia, le golpeo duro al tiempo con la
música, derecho hacia adentro.
Joder, ella se siente bien, ella está húmeda y lista para mí. Ella grita y siento su
orgasmo inminente temblando, así que paro de nuevo. Todavía no, nena.
— ¡Por favor! — Me suplica. La agarro duro por sus caderas a modo de
advertencia. Yo tengo el control. Ella no puede influir en lo que va a suceder.
Ella debe esperar.
Poco a poco comienzo a moverme, retirándome, a continuación, muy
lentamente entro de nuevo, mi ritmo se guía con la música, sólo aumenta
cuando el tempo de la música gloriosa lo hace.
Necesito de todo mi autocontrol para no seguir mi instinto natural de follarme a
Ana tan rápido y fuerte como pueda, pero me resisto. Autocontrol. Años de
entrenamiento están dando sus frutos.
Esta vez, cuando ella vuelve a pedírmelo, el momento es perfecto.
—Por favor —, me ruega de nuevo. ¡Sí, ahora si nena!
Bajo su espalda sobre la cama y me coloco encima mientras apoyo mi peso en
ella. Ahora entro duro, muy duro y profundo, al igual que los clímax musicales.
Y lo mismo ocurre con Anastasia. Ella grita en voz alta con la intensidad de su
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
orgasmo inmediato que sigue y sigue, mientras aprieta sus músculos y siento
olas de espasmos de placer intenso alrededor de mi polla.
Tardo sólo tres envestidas más para unirme a ella, volando sobre el borde para
soltarme dentro de ella, llego a un clímax demasiado intenso. Tan intenso que
veo las estrellas y luces intermitentes azules.
Que polvo más jodidamente increíble.
Me derrumbo encima de ella, y luego, lentamente, tiro de ella hacía mí. La
música se ha detenido, y suelto las esposas de sus muñecas, a continuación, le
retiro la máscara de los ojos y los auriculares.
Ella parpadea cuando me mira, aturdida y abrumada.
—Hola —, murmuro sonriendo, ahora puedo ver sus hermosos ojos azules
mirándome de nuevo. Me inclino para besarla suavemente.
—Hola, a ti también —, me saluda murmurando, deslumbrante por el post
orgasmo.
—Lo has hecho bien. Date la vuelta.
Veo una expresión de alarma en su rostro. Es evidente que ella piensa que
todavía no estoy satisfecho y quiero volver a follármela. Bueno, nada es
imposible... cielos Grey, pórtate bien.
—Sólo voy a masajearte los hombros —. La tranquilizo.
Está destrozada. Se pone de frente, y me siento a horcajadas sobre ella para
empezar a masajearle los hombros. Por su sonoro gemido, supongo que le está
gustando, y con ternura me inclino para besarla en la cabeza en
agradecimiento por la gran experiencia que acabamos de compartir.
— ¿Cuál era esa música? — Murmura.
—Se llama Spem in Alium, o el Motete para Cuarenta, de Thomas Tallis.
—Ha sido…. abrumadora.
—Siempre he querido follar con esta música.
— ¿No es otra primera vez, Sr. Grey?
—De hecho si lo es, la señorita Steele.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
—Bueno, es la primera vez que follado con él también —, murmura.
Así que debo haberlo hecho bien. Nadie más ha estado donde yo he estado, y
nadie más lo hará.
—Hmm... Tú y yo, estamos dándonos uno al otro muchas primeras veces —,
reflexiono. ¿Es por eso por lo que estoy tan atraído por ella?
— ¿Qué te dije en mi sueño, Chr - mmm, Señor? — ¿No va a darse por vencida
sobre esto? Mi pequeña persistente.
—Dijiste muchas cosas, Anastasia. Hablaste de jaulas y fresas... que querías
más... y que me echabas de menos —. Entre otras cosas.
— ¿Eso es todo? — Dice, claramente aliviada. ¿Por qué? Se me acaba de
despertar el interés. ¿Qué podría haber dicho que la tiene tan preocupada?
¿Qué tiene ella que ocultar?
— ¿Qué crees que dijiste? — Vamos, suéltalo.
—Que pensaba que eres feo, presuntuoso y que eres imposible en la cama —,
ella trata de bromear.
—Bueno, por supuesto que soy todas esas cosas, y ahora me tienes muy
intrigado. ¿Qué me escondes, señorita Steele? — Puedo ser persistente
también.
—No estoy escondiendo nada —, protesta, pero no me engaña.
—Anastasia, no sabes mentir —. Y me gusta eso de ella. Me gusta que me digas
la verdad. ¿Sabes cómo lo sé? Porque soy un fanático del control
multimillonario/acosador, quien te ha seguido y monitoreado tus correos
electrónicos y llamadas, por supuesto.
—Pensé que ibas a hacerme reír después de tener sexo, cosa que de momento
no estás haciendo —. Trata de cambiar de tema. Sí, definitivamente esconde
algo.
—No sé contar chistes —. Desperdicio total de tiempo en mi opinión, el contar
chistes.
— ¡Señor Grey! ¿Algo que no puedes hacer? — Me sonríe.
—No, totalmente inútil con los chistes —. Y estoy orgulloso de ello.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Las bromas son más de la especialidad de Elliot, desde joven.
—Yo también soy un desastre como bromista —, se ríe también.
—Ese es un sonido muy hermoso —, le susurro mientras la beso suavemente.
—Y sigues ocultándome algo, Anastasia. Puede que tenga que torturarte para
sacarlo.
~~~
Cuando me siento a tocar mi piano por la mañana temprano, mi mente vuelve
de nuevo a pensar en la situación con Leila. He dejado dormir a Anastasia como
un bebé en mi cama, parecía un ángel dulce e inocente con su pelo
desparramado sobre la almohada. Por supuesto, Leila nunca durmió en mi
cama, nunca nos acostamos a dormir juntos en absoluto, sólo follábamos
juntos. Bueno, me la follaba, y ella de buena gana y con alegría me dejaba
usarla de cualquier manera que yo quisiera. Porque eso es lo que eres, Grey. Un
aprovechado. Ella era una de las que querían más, pero yo ni siquiera lo
consideré un instante. Pero ella lo superó, encontró a alguien más e incluso se
casó con ese hombre. Entonces, ¿qué diablos ha pasado ahora? No importa
cuántas vueltas le dé para lograr entenderlo, simplemente no tiene ningún
sentido. ¿Y por qué no puedo encontrarla, o saber algo de ella? ¿Cómo lo ha
logrado? No vi lo inteligente y manipuladora que podía llegar a ser cuando Leila
se convirtió en mi sumisa, ella parecía ser descarada y traviesa. Pero resultó
que era entrometida y fisgona.
¿Su mente enferma está jugando a algún tipo de juego conmigo? No puedo
correr el riesgo, no puedo pasar por alto la posibilidad de que en realidad
podría matarse, aunque el psiquiatra dijo algo acerca de que sea poco probable.
Tengo la idea rondando por la cabeza de que su estado de desequilibrio se debe
al trato que le daba y ahora se siente mal por ello. Yo no era bueno para ella, y
la verdad es que no soy bueno para Anastasia. Sé que estoy siendo egoísta,
pero no puedo dejarla.
Cuando empiezo a tocar la pieza, por segunda vez, miro hacia arriba y veo a
Anastasia. Maldita sea, yo no quise molestarla, ella necesita dormir mucho más
que yo.
—Deberías estar durmiendo.
—Al igual que tú —, replica ella al instante.
Qué dulce, Anastasia me está regañando. Hacía mucho que nadie lo hacía.
Elena me regañaba cuando yo era su sumiso, y luego me castigaba duramente
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
por cualquier pequeña indiscreción que hubiera cometido, por lo que en cierto
modo fue un alivio cuando finalmente terminó nuestra aventura. Eso
significaba que a la edad madura de veintiuno, podía hacer exactamente lo que
yo quisiera, sin nadie a quién responder. Pero hasta la fecha, nunca llego tarde
a ningún lugar, y voy siempre meticulosamente limpio y arreglado, porque eso
era lo que Elena exigió de mí.
— ¿Me estás regañando, señorita Steele?
—Sí, Sr. Grey, así es.
—Bueno, no puedo dormir —. Y estoy cabreado porque por lo general una vez
que tengo a mi lado a Ana, duermo bien, pero esta mierda con Leila realmente
me está jodiendo, así que me he levantado temprano.
Pero Ana parece saber instintivamente como calmarme, en voz baja viene y se
sienta a mi lado en el taburete del piano, y suavemente descansa su cabeza en
mi hombro mientras observa y juega conmigo. Ella se relaja y disfruta de la
pieza de Chopin que estoy tocando, y luego me pide que toque la pieza de Bach
que toqué la primera noche que se quedó. Puedo ver que la música le llega y la
toca, mientras ella cierra los ojos y se pierde en ella. Me encanta que ella
aprecie una hermosa pieza.
— ¿Por qué sólo tocas esa música tan triste? — Susurra ella, volviendo sus ojos
hacía mí, en busca de una respuesta.
Me encojo de hombros. Se adapta a mi alma, nena.
No me siento cómodo cuando ella comienza a interrogarme acerca de cuando yo
era más joven, por cuándo comencé a aprender a tocar el piano. Mi nueva
madre tocaba el piano, así que supuse que le gustaría que yo lo hiciera. Y yo
haría cualquier cosa por complacerla, mi nueva madre era maravillosa. Lo era
entonces, como lo es ahora.
Cambio rápidamente de tema.
—¿Por qué estás despierta? ¿No necesitas recuperarse de los esfuerzos de ayer?
Por supuesto, he olvidado que su cuerpo todavía está con la hora de Georgia, y
Ana me recuerda que son las ocho de la mañana para ella, y que tiene que
tomarse la píldora. Estoy impresionado, pero le comento que debería empezar a
ajustar el horario al de Seattle, retrasándolo media hora empezando hoy.
—Buen plan. Entonces, ¿qué vamos a hacer durante media hora?
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Pregunta aparentemente inocente, pero sé por la mirada de sus ojos lo que está
insinuando. Y estoy seguro que es el tiempo más que adecuado para hacer
algún juego sexy mañanero. Sí, definitivamente estaría muy bien.
—Se me ocurren un par de cosas —, le sonrío.
—Por otro lado, podríamos hablar —. Mierda. Basta de hablar ya.
—Prefiero lo que tengo en mente —, le digo, mientras la siento en mi regazo.
Ella se siente y huele divinamente, y quiero tomarla aquí mismo, ahora mismo.
—Siempre prefieres tener sexo que hablar —, dice riendo.
—Es verdad. Sobre todo contigo —. Le confirmo mientras entierro mi nariz en
su pelo, y la beso en ese suave lugar especial detrás de la oreja que me resulta
particularmente atractivo. Le susurro al oído. —Tal vez en el piano.
Siento su cuerpo contraerse en respuesta, pero todavía no se dará por vencida
con la mierda de hablar. Tengo que trabajar más duro para distraerla. El sexo
prevalece sobre hablar. La beso suavemente hasta el fondo de su cuello, y luego
por la cabeza hacia abajo, a su hombro. Ella tiene una piel maravillosa, y huele
tan dulce por todo el cuerpo.
—Quiero dejar algo claro —, continúa, a pesar de que su respiración es cada
vez más errática, cuanto más al sur me dirijo con mis besos.
—Siempre tan ávida de información, señorita Steele. ¿Qué necesitas dejar
claro?
—Nosotros —, susurra. Consigue toda mi atención.
—Hmm. ¿Qué pasa con nosotros?
—El contrato.
—Bueno, creo que el contrato es discutible, ¿no? — Le toco suavemente su
mejilla. ¿Qué tiene que ver ahora un pedazo de papel? Todo esto es nuevo,
porque nunca he tenido novia antes.
Con Ana, he ido más allá de cualquier cosa que haya hecho antes, con contrato
o sin él. Está confundida.
—Estabas muy interesado.
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G.E. Griffin
—Bueno, eso era antes. De todos modos, las reglas no son discutibles, ellas
siguen en pie —. No creas que esto te va a salir gratis.
— ¿Antes? ¿Antes de qué?
—Antes de... ‘más’. Además, hemos estado en la sala de juegos dos veces, y no
has salido huyendo
¿Cómo puedo poner en un contrato donde nos encontramos ahora?
Todavía no estoy seguro de mí mismo, estamos haciendo nuevas reglas sobre la
marcha. Pero sigo con la necesidad de seguir las normas existentes también.
Tengo que saber que está a salvo. Y todavía tengo que castigarla si rompe las
reglas. Y eso es lo que ella quiere que le aclare.
— ¿Y si rompo una de las reglas?
—Entonces te voy a castigar.
— ¿Pero solo con mi permiso, no?
—Sí, así es —, Admito a regañadientes, recordando cuán frustrante fue cuando
se negó a dejarme azotarla en el cobertizo.
— ¿Y si digo que no? — Nadie me dice que no, sólo tú.
—Si dices que no, dirás que no. Voy a tener que encontrar una manera de
persuadirte —. Usaré probablemente todas mis armas.
Anastasia se separa de mí para ponerse de pie. Ella me mira. ¿Por qué está
siendo así cuando las cosas estaban al rojo vivo entre nosotros? ¿Listos para
algo de sexo del bueno sobre el piano?
—Así que el tema de los castigos sigue en pie —, aclara.
—Sí, pero sólo si rompes las reglas.
—Voy a tener que volver a leerlas.
—Las voy a buscar.
Decido también que deberíamos tener este tema resuelto lo antes posible y
salgo disparado hacía mi estudio en busca de la documentación. Podemos tener
las cosas claras para que entienda cómo debe actuar, lo que debe hacer para
asegurarse de que está a salvo y bien, y para estar por mí en todo momento.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Son bastante claras y sencillas, aunque tengo que hacer rápidamente algunos
ajustes en el contrato, que recuerdo que se quedaron sin encajar un par de
puntos la última vez que lo discutimos. Realmente no estoy nada contento con
que ella se niegue a seguir la lista de los alimentos recomendados ya que creo
que realmente es algo de lo que ella se beneficiaría, pero no tengo opción, ya
que ella dijo que era un punto innegociable.
Por lo menos, no me montó escándalo antes, cuando le hablé de la ropa que
pedí para ella en Neimans. No puedo esperar a verla con algo de ropa decente y
con clase, en lugar de la basura barata que normalmente usa, aunque tengo
que admitir que sin nada ya se ve increíble, sin nada en absoluto. Pero ella se
merece lo mejor.
Cuando vuelvo, me la encuentro en la cocina tomando la píldora.
Bueno. Me siento en la barra y le pongo el contrato en la mano para que se lo
lea. Lo estudia con cuidado por lo que parece una eternidad.
— ¿Así que la cosa de la obediencia sigue en pie? — Me frunce el ceño. Esto es
obviamente uno de sus puntos de fricción.
—Oh sí —, confirmo con una sonrisa. Sí, nena, eso es lo más importante para
un obseso del control como yo. Y luego me pongo a castigar si me desobedecen.
Me encanta repartir un castigo bien merecido.
Ella niega con la cabeza y me pone los ojos en blanco, entonces se da cuenta de
lo que ha hecho.
— ¿Acabas de ponerme los ojos en blanco, Anastasia? — ¡Empieza el juego! Le
he explicado antes lo que iba a pasar, no puede decir que no la he advertido.
—Posiblemente, depende cuál sea tu reacción.
—La misma de siempre —. Te tumbo en mi regazo y te doy unos azotes en el
culo, para luego follarte, Srta. Steele. Esto es incluso mejor que un polvo en el
piano.
— ¿Quieres pegarme ahora?
—Sí. Y lo haré.
— ¿Ah, sí, señor Grey? — La Srta. Steele quiere jugar al parecer, parece que me
está retando.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
— ¿Vas a detenerme? — Esto podría ser divertido. Me parece que me gusta un
poco de resistencia, me resulta excitante.
—Vas a tener que atraparme primero —, me dice. Está tan jodidamente sexy, y
me pone tan jodidamente caliente cuando se muerde su tierno labio inferior que
hasta aquí hemos llegado, empieza la diversión.
Me pongo de pie para empezar a acosarla, ya que poco a poco empieza alejarse.
Si piensa que puede conseguir escaparse de mí, está muy equivocada.
Realmente pagará el precio de este juego, aunque me resulta tan excitante
como el infierno.
— ¿Vas a venir sin rechistar?
— ¿Alguna vez lo he hecho?
Me estiro para agarrarla, pero ella chilla y se las arregla para esquivarme.
—Podemos hacer esto todo el día, nena, pero lo conseguiré y va a ser peor para
ti cuando lo haga —, le advierto.
—No, no lo harás.
—Cualquiera pensaría que no quieres que te atrapen —. Nena, que te atrape
será lo de menos.
—No quiero. Ese es el punto. Siento por los castigos lo mismo que tu sobre que
te toquen.
Con estas palabras, es como si Ana me diera un puñetazo en la tripa, con
fuerza. Que me toquen es un límite infranqueable, absoluto e irrefutable para
mí ¿y ella dice que la estoy poniendo en el infierno cuando la castigo? Mierda,
eso me pone en la misma liga que el hijo de puta que me usó como su cenicero.
— ¿Así es como te sientes?
—No, no me afecta tanto como eso, pero te da una idea —, murmura,
retrocediendo un poco mientras me mira con una expresión cautelosa.
— ¿Tanto lo odias? — le pregunto, ella viene y se para frente a mí y me mira
directamente a los ojos. Sé que no está mintiendo, así es como ella realmente
siente. Me doy cuenta de que esto significa que, básicamente, la estoy tratando
de la misma manera que el chulo y la puta drogadicta me trataron. Y todo es
puramente para mi propio placer, no el de ella.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
—Bueno... no. Me siento ambivalente al respecto. No me gusta, pero no lo odio
—, trata de aclarar. Así que ¿por qué no ha salido corriendo? ¿Por qué sigue
aún aquí?
— ¿Pero anoche, en la sala de juegos...? — Estoy confundido. Ella parecía
disfrutar de todo lo que le hice entonces, y estoy seguro de que no era sólo una
actuación.
—Lo hice por ti, Christian, porque lo necesitas. Yo no. Anoche no me hiciste
daño. Eso fue en un contexto diferente, y puedo racionalizarlo internamente, y
confío en ti. Pero cuando quieres castigarme, me preocupa que me hagas daño.
Intento digerir estas palabras en mi cabeza. Tiene razón, por supuesto. Voy a
hacerle daño. Ese es el fin de un castigo. Y no puedo hacerlo pensando en 'esto
me duele más a mí que a ti'. Lo disfruto.
—Yo quiero hacerte daño. Pero no más allá de algo que puedas soportar —.
Estoy tratando de ser honesto, pero no quiero asustarla.
— ¿Por qué?
—Simplemente lo necesito —. Eso es lo más lejos que puedo decirle, la verdad
es demasiado impactante. —No puedo decirte más.
Saldrías por la puerta en un segundo si supieras la verdad.
— ¿No puedes o no quieres?
—No quiero.
—Así que sabes por qué.
—Sí.
—Pero no me lo dirás.
—Si lo hago, va a salir corriendo de la habitación, y no querrás volver. No
puedo arriesgarme a eso, Anastasia.
— ¿Quieres que me quede?
—Más de lo que imaginas. No podría soportar perderte.
La agarro para rodearla con mis brazos y besarla, para transmitirle lo
desesperadamente que quiero que se quede. Como me gustaría no llevar toda
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
esta mierda en mi cabeza, que me hace ser un jodido cincuenta sombras. No
quiero que huya de mí.
—No me dejes. Has dicho que no te deje y me pediste en sueños que no me
fuera —, declaro, mientras beso sus labios suavemente.
—Yo no me quiero ir —, murmura de nuevo. —Enséñamelo.
— ¿Que te enseñe qué?
—Enséñame cuánto puede doler.
— ¿Qué?
—Castigarme. Quiero saber lo malo que puede ser.
Estoy sin palabras. Después de todo lo que acaba de decir, ¿ahora me está
pidiendo que la castigue? Estoy muy confundido.
— ¿Quieres probar?
—Sí. Dije que lo haría.
—Ana, eres tan confusa.
—Estoy confundida también. Estoy intentando resolverlo. Y tú y yo sabremos,
de una vez por todas, si puedo hacer esto. Si yo puedo aguantarlo, entonces tal
vez...
Ahora veo a dónde quiere ir a parar. Ella quiere ser capaz de tocarme. Ella
piensa que si puede soportar que la castigue, voy a intentar soportar que ella
me toque. No estoy seguro de si esto podría funcionar.
Pero lo que acaba de decirme Ana refleja el consejo que me dio Elena.
"Tienes que hacerle entender, no te guardes nada, se totalmente honesto y
muéstrale con extrema exactitud cómo son tus necesidades. Si ella es la chica
que creo que es, lo aceptará y lo hará por ti."
Tomo una decisión. Agarro el brazo de Ana, salimos de la habitación y subimos
a mi cuarto de juegos. Este día tenía que llegar, ¿así que por que posponerlo
por más tiempo? Ella es una joven valiente, y como Elena me dijo, ella merece
saber exactamente en lo que se está metiendo con un hombre tan jodido como
yo. Soy lo que soy.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
—Te voy a enseñar lo malo que puede ser, y así sabrás lo que hay y podrás
tomar tu propia decisión. ¿Estás lista para esto? — Le pregunto cuando
llegamos a la puerta de mi cuarto de juegos.
Ana palidece, y sólo asiente con la cabeza. Pero no dice que no.
Abro la puerta y cojo mi cinturón de cuero marrón favorito de la parrilla al lado
de la puerta. Es como un viejo amigo que se siente cómodo y tranquilizador en
la mano.
La llevo hasta el banco de cuero rojo en la esquina más alejada, y le ordeno que
se incline sobre él. Me alegra ver que ella cumple sin dudarlo. Mira, está lista
para esto.
Inspiro profundamente unas cuantas veces mientras me transformo en
Dominante. Dejo que la parte de mi especial cerebro tome el control de mis
actos. Me siento tranquilo y entusiasmado con esto. Esto es lo que hago. Esto
es lo que me gusta hacer. Será para mí un placer enorme.
—Estamos aquí porque has dicho que sí, Anastasia. Y te has escapado de mí,
Voy a azotarte seis veces y contarás conmigo.
Siempre soy un Dominante justo y razonable. Todo esto es parte de la puesta
en escena. Estoy explicándole por qué este castigo está justificado, y en lo que
va a consistir. Y sólo voy a golpearla seis veces. Elena nunca me pegó menos de
doce veces, nunca. Pero voy a ser suave con Ana.
Mientras ella sigue inclinada sobre el banco poco a poco le levanto el dobladillo
de su bata de baño, por lo que ahora se siente más expuesta y vulnerable de lo
que estuvo la primera vez que entro en esta habitación. Admiro y luego acaricio
sus pálidas y hermosas nalgas, para calentarlas y prepararlas para lo que estoy
a punto de desatar sobre ellas. Cuando terminen tendrán un aspecto
jodidamente increíbles, brillarán en un bonito color rosa.
—Estoy haciendo esto para que recuerdes que no debes huir de mí, y por muy
emocionante que sea, no quiero que huyas de mí —, le digo en voz baja. —Y me
has puesto los ojos en blanco. Sabes lo que siento por eso.
Estoy en el momento. En el lugar al que voy en mi cabeza cuando le doy una
paliza a las pequeñas chicas de pelo castaño.
Con mucho cuidado descanso mi mano en la espalda de Ana para sostenerla en
su lugar. Poco a poco levanto el brazo, y rápidamente lo bajo con toda la fuerza
de la que soy capaz, por lo que el cinturón muerde fuertemente su hermoso
culo en un golpe perfectamente colocado.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Toma eso, jodida puta drogadicta de mierda.
Anastasia grita.
— ¡Cuenta, Anastasia!
— ¡Uno! — Escupe la palabra.
Levanto mi brazo, lo vuelvo a bajar de nuevo, puedo que con más fuerza esta
vez.
¿Por qué me dejaste, maldita puta drogadicta de mierda?
—Dos —. Grita Anastasia.
Esto es lo que necesito. Esto me sienta bien, me sienta bien. Tengo el control y
sanciono a quien merece ser castigado.
Levanto el cinturón de nuevo para darle otro golpe en su culo, que ya empieza a
brillar maravillosamente.
Puta drogadicta de pelo castaño que me abandonó.
— ¡Tres! — Ana grita, mientras el cuero de la cinta golpea con un chasquido
fuerte y satisfactorio. Me encanta ese sonido.
Maldita puta drogadicta.
No me reservo nada en la cuarta. Ella tiene que saber, tiene que entender que
esta es la manera en la que tiene que ser.
— ¡Cuatro! — grita.
Drogadicta de mierda. ¿Por qué no me protegiste de él?
El siguiente golpe deja huella en su piel gratamente.
— ¡Cinco! — Solloza.
Sólo estás recibiendo lo que te mereces, pequeña puta drogadicta.
El último azote con el cinturón llega a ser incluso más fuerte que el primero.
Sólo han sido seis golpes, así que cada uno tiene que contar.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
El castigo para la puta drogadicta que me dejó.
—Seis —, susurra Ana en un sollozo ahogado, cuando el latigazo final le
muerde dulcemente.
Y hemos terminado. Vuelvo del momento. Miro a Anastasia, aún postrada sobre
el banco.
Ella lo ha hecho por mí. Ha asimilado el castigo como una buena chica. Es tan
increíblemente valiente. Dejo caer la correa y tiro de ella hacía mis brazos.
Pero en lugar de dejar que la calme, ella lucha y lucha por alejarse de mí.
—Déjame ir... no... — Ella me empuja con fuerza mientras trato de consolarla, y
se vuelve para mirarme.
—No me toques —, me susurra, mientras ella me mira con lo que parece puro
odio. Hay lágrimas corriendo por su rostro, que ella airadamente se quita con el
dorso de sus manos.
— ¿Esto es lo que realmente te gusta? ¿A mí, así? — Ana exige saber, mientras
limpia su nariz que moquea con la manga de su bata de baño.
Sólo la miro, porque realmente no sé qué decir, cómo responder. Ninguna
sumisa había reaccionado así antes.
—Bueno, eres un jodido hijo de puta —. Me escupe sus palabras como veneno
puro.
—Ana —, me declaro con ella, sorprendido
completamente fuera de mi profundidad.
por
su
reacción,
pero
—No me vengas con ¡“Ana”! ¡Necesitas poner orden en toda tu mierda, Grey! —
Declara, entonces se da vuelta y sale con rigidez de mi cuarto de juegos,
cerrando la puerta silenciosamente detrás de ella.
¿Qué mierda he hecho?
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G.E. Griffin
Capítulo 27
Purgatorio - Parte 1
Oscuridad eterna
U
na vez Anastasia ha salido de mi cuarto de juegos, me quedo ahí
parado, aturdido y perdido intentando comprender lo que acaba
de ocurrir entre nosotros.
Fue su sugerencia el que la castigara para demostrarle lo duro que puede ser.
He hablado con ella de nuevo antes de que entrara en mi cuarto de juegos, y
siguió dándome su consentimiento. En ningún momento Ana me pidió que me
detuviera, ni tampoco utilizó ninguna de las palabras de seguridad, ni me dio
ninguna indicación de que no quisiera que completara los seis azotes con el
cinturón.
Y sin embargo, reaccionó tan mal después, mirándome con odio puro como si
fuera la encarnación del demonio cuando traté de felicitarla por ser tan
maravillosamente valiente por mí. ¿Qué está pensando ahora? ¿Dónde se ha
ido? ¿Ha huido? ¿Qué le digo?
Debería haberlo visto. Mi instinto era trabajar lentamente hasta este punto, y
sin embargo salté precipitadamente hacia adentro con lo que ella consideraba
claramente un castigo demasiado duro, aunque yo no lo hubiera clasificado
como tal. Pensé que se lo tomaría bastante bien en realidad, en comparación
con como Elena me trató cuando por primera vez me convertí en su sumiso.
Pero, por supuesto, tengo que recordarme a mí mismo que ella es inexperta, la
estoy llevando a un lado oscuro del que es totalmente ignorante. Ella sigue
siendo tan inocente.
Ana estaba muy molesta, llorando y sollozando, pero también muy enojada,
mucho, me di cuenta.
"¿Esto es lo que realmente te gusta? ¿A mí de esta manera?"
Trato de averiguar cómo me siento acerca de esto. Por supuesto que no me
gusta ver su malestar y su angustia. Pero la pura verdad es que disfruté
inmensamente el pegarle, porque siempre me gusta dar un castigo bien
merecido, me da un subidón sin igual. Así es como soy. Lo necesito. Me hubiese
gustado que lo hubiera tomado mejor. Realmente pensé que podría, ya que no
protestó en ningún momento. Ella obedientemente permaneció en el lugar para
que terminara de castigarla, así que ¿cómo iba yo a saber?
305
Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
"Bueno, eres un jodido hijo de puta."
No puedo negar que tiene razón. Soy cincuenta sombras de mierda. Le advertí
varias veces que aún estaba tiempo de salir corriendo, aunque quiero
desesperadamente que se quede porque soy muy egoísta. Pero no lo hizo. Esta
fue la tercera vez que ella, voluntariamente, entró en mi cuarto de juegos. Esto
es lo que me dio la esperanza de que pudiera adaptarse a mis necesidades.
"Ni se te ocurra decirme ¡'Ana'! Necesitas organizar tu mierda, Grey"
Ella tiene razón de nuevo, por supuesto. Pero el problema es que la mía es la
clase de mierda que no puede ser resuelta. Lo sé, porque he pasado años yendo
de terapeuta en terapeuta, de psiquiatra en psiquiatra. Incluso el bueno del Dr.
Flynn, que es con mucho, el mejor que he visto, no puede enderezarme, a pesar
de sus mejores esfuerzos.
Sé que no puedo quedarme aquí, en mi cuarto de juegos, preguntándome qué
hacer. Taylor no se ha puesto en contacto conmigo, lo que significa que no se
ha activado la alarma de salida. Así que estoy asumiendo que ella ha ido a su
dormitorio, y tengo que ir a buscarla, asegurarme de que está bien. Esa es
siempre la primera responsabilidad de un dominante.
Tengo que ver si todavía hay algún camino a seguir para nosotros después de
esto. ¿O es el final? No puedo ni siquiera contemplar esa idea, así que no tengo
otra opción que tratar de consolarla y suavizar las cosas. Tal vez esto será como
la primera vez que le pegue, y ella estaba muy molesta. Una vez que transcurrió
un poco de tiempo, y ella tuvo tiempo de pensar en ello, admitió que no había
sido tan malo después de todo. Luego me dejó darle una paliza erótica
realmente impresionante, con las bolas chinas dentro de ella, cosa que me dijo
que había disfrutado mucho. Ella es una chica valiente, tiene que haber una
manera de que podamos superar esto. Tiene que haberla.
~~~
Cambio mis jeans gastados por el pantalón de mi pijama, y luego voy a buscar
a Anastasia. Está en su dormitorio, donde pensé que estaría, acurrucada en el
lado opuesto a la puerta. Dejo el Advil y árnica que he traído para ella,
suavemente me meto en la cama detrás de ella. Ella no responde a mi presencia
más que tensándose.
—Shhh —, murmuro, mientras ella sólo está ahí, tiesa, silenciosamente
resistiéndose a mi intento de acercarme a ella.
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G.E. Griffin
—No pelees conmigo, Ana, por favor —, le pido. No puedo soportar que este así
conmigo. Ella siempre ha sido tan cálida y cariñosa conmigo, y ahora está
siendo tan fría.
Me las arreglo para tirar de ella suavemente a mis brazos, y luego enterrar mi
nariz en su pelo, y besar su cuello. Por supuesto, su olor es tan embriagador
como siempre, y yo no puedo permitirme siquiera empezar a contemplar la idea
de que esta podría ser mi última dosis, si ella huye.
—No me odies —, le digo de nuevo.
Esto estremece Ana con una ola de sollozos silenciosos. Todo lo que puedo
hacer para tratar de consolarla es abrazarla y besarla suavemente, pero ella
sigue siendo fría y distante. No sé qué más hacer o decir. No hay palabras que
expliquen lo mucho que quiero arreglar esto entre nosotros, lo mucho que
quiero que se quede conmigo y resolver esto.
Pero a medida que transcurre el tiempo y Ana se mantiene a distancia, estoy
realmente temeroso de que no voy a ser capaz de solucionar este problema. Yo
no tengo las habilidades necesarias.
Así que solo estamos aquí juntos, ninguno de los dos habla, ninguno de
nosotros duerme, pero por lo menos ella finalmente se gira y se relaja un poco,
mientras va amaneciendo.
Con el tiempo, yo hablo.
—Te he traído un poco de Advil y un poco de crema de árnica.
Muy lentamente, Ana se da vuelta y se enfrenta a mí, y apoya su cabeza en mi
brazo. No estoy seguro de que esperar, así que no digo nada. Acabo de mirarla
con cautela y espero a que ella diga algo, haga algo, cualquier cosa que me dé
una pista sobre su estado de ánimo.
Cuando acaricia suavemente mi mejilla, y luego pasa sus dedos a través de mi
barba, me relajo un poco y dejo escapar el aliento que ni siquiera sabía que
estaba aguantando.
—Lo siento —, susurra.
¿Cómo dice? ¿Perdón por qué? Mierda, ¿es que se está despidiendo?
— ¿Por qué?
—Por lo que dije.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
—No me dijiste nada que no supiera —. Gracias a Dios por eso, ella acaba de
disculparse por sus palabras duras, sin decir adiós. —Siento mucho haberte
lastimado.
—Te pedí que lo hicieras —, se encoge de hombros. Luego traga e inspira
profundamente, y realmente tengo miedo de lo que pueda decir después.
—No creo que pueda ser todo lo que quieras que sea —, susurra. No, no, no, no
hables de esa manera, no empieces a poner excusas para dejarme.
—Tú eres todo lo que quiero que seas —. Y más. Y mucho, mucho más.
—No lo entiendo. No soy obediente, y puedes estar tan seguro como el infierno
que no voy a dejar que me hagas eso otra vez. Y eso es lo que necesitas, tú lo
dijiste.
Esta es mi peor pesadilla. Ella nunca será capaz de hacer frente a mis
necesidades extremas. Me he estado engañando todo el tiempo. Ella se merece
un hombre mucho mejor que yo. Tengo que dejar de ser egoísta y dejarla ir. No
sé cómo voy a hacerlo, pero tengo que hacerlo, por su bien. Pero siento que mi
mundo se acaba.
—Tienes razón. Debo dejarte ir. Yo no soy bueno para ti.
Veo que sus ojos se llenan de lágrimas, mientras su dulce rostro se arruga.
—No me quiero ir —, susurra.
—Yo no quiero que te vayas tampoco —, le susurro de vuelta, luchando por
mantener el control de mis emociones, limpiando cariñosamente una lágrima
que cae de su mejilla. —He vuelto a la vida desde que te conocí.
Y es verdad. Al trazar suavemente el pulgar sobre su labio inferior maravilloso y
suave, yo sé que ella me ha tocado de una manera que nadie más lo ha hecho,
y que probablemente nunca nadie lo hará. Pero todo ha sido en vano. Yo no
puedo ser el hombre que ella quiere o necesita.
—Yo también —, susurra. —Me he enamorado de ti, Christian.
—No —, exclamo con horror. Nadie puede amarme. Nadie debe amarme.
Estoy sorprendido hasta mi mismo núcleo por sus palabras. Joder ¡No! Esto no
es sólo imposible. Nadie puede amarme, ella no puede haberse enamorado de
un hombre depravado y jodido como yo, es totalmente visible, sobre todo
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
después de esta noche. El amor sólo es para la buena gente que lo merece como
mi madre y mi padre. Ellos tienen el corazón puro, por lo que pueden dar y
recibir amor. Yo no, así que no puedo. Anastasia se está engañando a sí misma
si piensa lo contrario.
—Tú no puedes amarme, Ana. No... eso está mal —. No malgastes tu amor en
mí, Anastasia. No lo merezco.
— ¿Mal? ¿Qué tiene de malo? — Ella no lo entiende. Tienes que hacerle
entender, Grey.
—Bueno, mírate. No puedo hacerte feliz —. Esa es la verdad del asunto.
—Pero tú me haces feliz —. Ella me frunce ceño.
—No por el momento, no haciendo lo que quiero hacer.
— ¿Nunca vamos a conseguir sobreponernos a esto, o si? —. Susurra en voz
muy baja.
Niego con la cabeza.
Ana está en lo correcto, por supuesto. Me gustaría poder discutir eso, pero no
puedo. Siempre llevaré esta necesidad de castigar. Siempre voy a querer
golpearla, azotarla, usar la fusta con ella. Por mucho que me pueda arrepentir
de mis acciones de esta noche, siempre volveremos a esto, ¿no es así?
Elena se dio cuenta de inmediato que nunca funcionaría entre Ana y yo, porque
ella entiende la profundidad de mis necesidades extremas, y ella trató de
advertírmelo, ¿no lo hizo?
Tienes que ser honesto con ella, y si eso la asusta, entonces no es para ti, y lo
mejor es que lo sepas, entre más pronto mejor.
Tienes que hacerle entender, no te guardes nada, debes ser totalmente honesto y
mostrarle, demostrarle con extrema exactitud cuáles son tus necesidades. Confía
en mí, eso es lo que tienes que hacer, si vas a tener alguna posibilidad de hacer
las cosas con ella, si eso es lo que realmente quieres.
Es por eso que a veces ella me ayuda a seleccionar a mi nueva sumisa,
proyectando las candidatas potenciales para mí. Ella conoce el tipo de chica
que me conviene, y esos son los que más suele invitar para una entrevista.
Para mí está muy claro que no me es posible hacer feliz a Ana, a pesar de que
realmente lo quiero, más que nada.
309
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G.E. Griffin
—Bueno, mejor me voy —, murmura Ana, incapaz de mirarme a los ojos
mientras se sienta en la cama. Ella hace una mueca de dolor cuando se sienta
y apoya el trasero. Por tu culpa, Grey. ¿Te sientes orgulloso de ti mismo?
—No, no te vayas —. ¡Mierda! No quiero que se vaya. No puedo dejarla irse así.
—No tiene sentido que me quede —, suspira cansadamente. Ella parece
resignada a nuestra suerte, mientras se levanta de la cama. —Me voy a vestir.
Me gustaría un poco de privacidad —, dice fríamente cuando trato de seguirla.
Así que la dejo ir.
¿Qué otra opción tengo? No puedo darle lo que necesita. Quiero gritar y gritar,
aullar en protesta por la injusticia de todo, pero no puedo. Me siento
entumecido, y asustado. Me siento como si todo el mundo se me cerrara. La
vida sin Anastasia es demasiado triste para contemplarla en este momento.
~~~
Estoy dando vueltas en el salón a la espera de que Ana vuelva, cuando mi
jodido Blackberry vibra. Quiero ignorarlo, pero veo que es Welch, así que
atiendo la llamada. He dado instrucciones para que me mantengan informado
sobre cualquier informe sobre Leila en el momento en que lo tengan.
— ¿Qué hay de nuevo? — Le digo.
—Resulta que la señorita Williams, o mejor dicho, la señora West, se separó de
su marido hace unos tres o cuatro meses, cosa que no nos dijo la primera vez
que contacté con él, a pesar de que le informé de que había una gran
posibilidad de que pudiera dañarse a sí misma. Ahora me dice que salió
huyendo de él, que era una 'puta de mierda' para citar sus palabras.
— ¡Qué dijo qué! Bueno, él podría haber dicho la maldita verdad. Welch, esto es
realmente una mierda. Sólo encuéntrala —. Finalizo la llamada. Esto es todo lo
que necesito en estos momentos.
Miro hacia arriba para ver a Anastasia que ya ha vuelto al salón. Se ve aún más
pálida que de costumbre, y sus párpados están hinchados, no hay duda de que
ha estado llorando toda la madrugada. Se ve terrible. Esto es a lo que la has
llevado, Grey. No eres bueno para ella.
Haciendo caso omiso de mí, se acerca al sofá donde ella había dejado la
mochila que llevó a Georgia, y empieza a hurgar en ella. Saca su MacBook, y se
dirige hacia la cocina. Me pregunto lo que está haciendo, pero cuando veo que
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
ella está poniendo su Blackberry y las llaves del coche en la encimera junto con
la Mac, me doy cuenta de que tiene la intención de devolvérmelos.
Estoy horrorizado. ¿Por qué siente la necesidad de hacer esto? ¿Cómo voy a ser
capaz de comunicarme con ella? Tengo que tener estos enlaces con ella, no me
puede cortar de esta manera. Y quiero que tenga un coche seguro. Todavía
quiero que esté protegida y segura. ¿Por qué iba a pensar de otra manera? Mis
sumisas siempre se quedan con todo lo que les he dado, y ella es más que una
sumisa. Ella es mi novia. O lo era.
Entonces Ana se vuelve hacia mí, y fresca como una lechuga, dice:
—Necesito el dinero que Taylor obtuvo por mi Beetle —. ¡Quédate el Audi por
amor de Dios!
—Ana, no quiero, esas cosas son tuyas. Por favor, quédatelas— ¿Por qué
diablos ella siquiera cree que las quiero de vuelta?
—No, Christian. Yo sólo las aceptaba como un préstamo, y no las quiero más.
—Ana, sé razonable.
—Yo no quiero nada que me recuerde a ti. Solo necesito el dinero que Taylor
obtuvo por mi coche —. Está siendo fría e insensible. ¿Cómo puede ser así?
— ¿Estas tratando de herirme? — Esta no es mi dulce Ana, ella no es así en
absoluto.
—No. No lo estoy. Estoy tratando de protegerme —, susurra con tristeza.
—Por favor, Ana, toma esas cosas —. Por el amor de Dios, solo tómalas.
—Christian, no quiero que nos peleemos. Sólo necesito el dinero —, insiste
tercamente, negándose a dar marcha atrás.
— ¿Aceptarías un cheque? — Bueno, voy a seguirle el juego.
—Sí. Creo que eres bueno para eso —. Muy divertido, señorita Steele.
Me dirijo hacia mi estudio para preparar el cheque. Sé que Ana tiene muy poco
dinero en su cuenta, y he estado buscando una oportunidad para poner
algunos fondos adicionales ahí para ella.
Así que ahora escribo en el cheque una cantidad que creo que ella puede
aceptar. Le contaré una historia encubierta diciéndole que ese pedazo de
311
Conociendo a Cincuenta Sombras
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mierda que ella llama coche es un artículo de colección. En realidad, Taylor me
dijo que lo era, pero de ninguna manera por la cantidad que le voy a dar. Pero
es solo dinero de bolsillo para ella, y no me gusta la idea de que pase necesidad
y vaya corta, cualquiera que sea la situación entre nosotros. Pongo el cheque en
un sobre para que tal vez ella no vea la cantidad y así evitarnos otra discusión.
Entonces llamo Taylor a mi estudio. El está vestido, pero no lleva corbata o
chaqueta a esta hora temprana.
—Miss Steele necesita que la lleves de regreso a su apartamento —. Mantengo
mi rostro impasible para tratar de ocultar el pánico que siento.
—Muy bien, señor —. El no muestra su sorpresa ante esta petición en una hora
tan temprana de la mañana, aunque sé que está tratando de estudiar
clandestinamente mi cara para tratar de evaluar la situación. Me imagino que
algunos de los horrores de las últimas horas se deben reflejar en mi cara para
que lo vea.
—Su equipo de vigilancia encubierta tendrá que ser actualizado en cuanto su
paradero sea actualizado, y... un cambio de circunstancias. Ella y yo ya no... —
No me atrevo a poner nada más que esto en palabras, pero Taylor se hace una
idea.
—Ya veo, señor. ¿Pero usted todavía desea que haya un equipo de vigilancia
para supervisar a la señorita Steele?
—Sí, absolutamente. Su seguridad y bienestar siguen siendo de suma
importancia, no importa lo que haya ocurrido... entre nosotros —. Tengo que
contenerme a mí mismo en este punto, ya que todo parece totalmente irreal.
Esto no puede estar pasando.
—Y Taylor, voy a decirle a la señorita Steele que te las arreglaste para conseguir
$24.000 por su viejo Escarabajo como un clásico. Esa es la cantidad correcta,
¿no es cierto?
—La cifra exacta se escapa en mi mente. Pero estoy seguro que tiene usted
razón, señor Grey.
Taylor entiende a donde quiero ir a parar, y estará de acuerdo con cualquier
historia que se requiera de él.
Vuelvo y le entrego el sobre a Ana.
—Taylor consiguió un buen precio. Es un coche clásico. Puedes preguntarle. Él
te llevará a casa.
312
Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Taylor está de pie, impasible en la puerta detrás de mí, después de haberse
puesto la corbata y la chaqueta, de acuerdo con mi insistencia en que el
personal se adhiere a un código de vestimenta elegante en todo momento.
—Está bien —. Ana toma el sobre sin mirar dentro. Bien. —Puedo llegar sola a
casa, gracias—. No muy bien.
— ¿Vas a desafiarme a cada momento? — Ella es tan jodidamente
desesperante. Lo menos que puede hacer es dejar que me asegure de que ella
regrese con seguridad, así podré saber dónde está. Y nos dará un poco de
tiempo para alertar al equipo de vigilancia. —Por favor, Ana, deja que Taylor te
lleve a casa.
—Voy por el coche, señorita Steele —, ordena Taylor con autoridad, se va por él.
Buen hombre, Jason. No tomes ninguna de esa mierda de ella.
Así que eso es todo. Ana se encuentra a poca distancia de mí, y sólo quiero
tocarla, abrazarla, pero en cuanto doy un paso adelante, ella da un paso atrás.
Esto es un error. ¿Cómo hemos llegado a esto? ¿Cómo hemos llegado a este
punto de no retorno tan rápido? ¿Cómo puedo dejar que se aleje de mí? ¿Cómo
puedo hacer esto? Pero ¿qué otra opción tengo?
—Yo no quiero que te vayas.
—Yo no puedo quedarme. Yo sé lo que quiero y sé que no me lo puedes dar, y
no puedo darte lo que necesitas —. Sí, sé que esto es verdad, pero... no puedo
dejarte ir así. Yo simplemente no puedo. Lo intento de nuevo. Quiero tomarla en
mis brazos. Tengo que detenerla. Me muevo hacia ella.
—No, por favor. No puedo hacer esto —, afirma Ana brutalmente, mientras
levanta sus manos para detenerme en seco.
Coge la maleta y la mochila, y se dirige al vestíbulo. La sigo con recelo a
distancia, ya que ella ha dejado claro que no quiere que la toque de ninguna
manera.
Pulso el botón del ascensor, y se abren las puertas. Ella entra.
—Adiós, Christian —, susurra, mirándome con esos ojos azules maravillosos,
esa mirada ahora tan triste y atormentada.
—Ana, adiós.
De alguna manera me las arreglo para decir las palabras. La luz en mi mundo
está a punto de extinguirse, pero solo puedo ver, paralizado por el horror, el
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
miedo, cuando las puertas del ascensor se cierran y Anastasia desaparece,
fuera de mi vista y fuera de mi vida.
~~~
El dolor es indescriptible. Mucho, mucho peor que cualquier cosa que haya
experimentado jamás. Casi no puedo respirar, el dolor en el pecho es tan
insoportable. Es como si alguien hubiera puesto una daga en mi corazón. Una
daga muy fría.
Todo lo que puedo pensar es que he perdido Anastasia. He dejado que se
escurriera a través de mis dedos, después de tenerla al alcance de mi mano.
Incluso pensé en algo más con ella. Ahora todo se ha convertido en polvo. ¿Qué
esperaba? No merezco una hermosa chica dulce e inocente como ella.
Creo que estoy en estado de shock, porque todavía estoy sentado en el salón
llevando sólo mis pantalones de pijama, cuando vuelve Taylor. Ni siquiera me
había dado cuenta de ello hasta que oigo que se aclara la garganta.
—Yo... emm... pensé que le gustaría saber que la señorita Steele llegó segura de
vuelta a su apartamento, señor —, me informa cuando levanto la vista.
—Bien, sí, muy bien. Voy a dejar que te pongas en contacto con el equipo de
protección, Taylor, simplemente asegúrate de que te den las actualizaciones
habituales.
—Por supuesto, señor.
—Voy a salir a correr. No estoy seguro de cuánto tiempo voy a estar fuera —, le
digo. Tengo que salir de aquí, para conseguir de alguna manera un poco de aire
en mis pulmones para poder respirar correctamente.
—Voy a cambiarme para ir con usted —, afirma.
—No —, le repito. —Voy por mi cuenta.
—Señor, realmente sería conveniente que yo…
— ¡Por el amor de Dios! ¿Puedo ser más claro? He dicho que voy a ir solo.
Puedo ver que Taylor está alarmado por mi estado de ánimo, pero no puedo
evitarlo. Necesito estar solo. Sólo tengo que salir de aquí antes de que las
paredes de mí alrededor se cierren y me ponga a gritar. Es lo mismo que hago
cuando tengo una de mis pesadillas. Excepto que ahora estoy despierto. Esto
no es un mal sueño del que vaya a despertar. Esta es la horrible realidad de
314
Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
toda mi mierda. Mi vida entera se ha convertido en una jodida pesadilla ahora
que Ana se ha ido. Toda esperanza de algo más en mi vida ha desaparecido con
ella. No hay nada excepto un abismo de vacío que se extiende delante de mí.
Noche eterna y oscuridad sin fin.
—Muy bien, señor. ¿Puedo decir...? — Lo fulmino con la mirada, asumiendo
que va tratar de nuevo de venir a correr conmigo. —La señorita Steele... ella
estaba muy molesta, demasiado, ya sabe, en el coche de camino a su casa.
Me mira con lo que parece preocupación. O tal vez piedad.
Estoy a punto de perderlo todo. Una ola de desesperación se apodera de mí. No
sé cómo manejar esto. Nunca me había querido sentir por alguien de esta
manera antes, y ahora sé porque. Es una mierda.
—Atiende mis llamadas —, le digo, mientras le paso mi Blackberry, y luego me
dirijo a mi habitación para cambiarme y ponerme la ropa de correr.
Me detengo en seco cuando veo algo en mi almohada. Una caja de cartón, con
una nota en la parte superior.
Es de Ana.
Esto me recuerda un momento feliz.
Gracias.
Ana
Se trata de un kit de aeromodelismo para armar un planeador Blahnik L23.
Me siento en el borde de la cama mirando la imagen del planeador de la caja.
Llevar a Ana a planear fue un momento feliz para mí, fue uno de los mejores
momentos de mi vida. No, corrijo, fue el mejor momento de mi vida. Nos
divertimos mucho juntos. Ella estaba tan feliz. Me hacía feliz y ella se reía, y
eso me hizo feliz. Tenía tanta esperanza entonces. Debería haber sabido que no
podía durar, porque incluso ese día, mi mierda me alcanzó, cuando Leila
intentó suicidarse. Otra vida que jodiste, Grey.
Es un típico regalo dulce y considerado de Ana, probablemente, solo cueste
unos pocos dólares. Sin embargo, no tiene precio para mí. Puedo sentir cómo se
me hace un nudo en la garganta, y estoy horrorizado al darme cuenta de que
estoy a punto de llorar. Eso no puede suceder. Yo no lloro. Nunca. Ahí estás,
pedazo de mierda. No vayas a llorar llamando a tu mamá, ella no va a ayudarte,
¿o sí?
315
Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Pongo la caja con cuidado sobre la cómoda. No puedo lidiar con esto ahora.
Tengo que salir de aquí. Rápidamente me cambio y me pongo la ropa de correr,
y salgo de la habitación.
Taylor está caminando
interceptarme.
en
el
vestíbulo,
claramente
esperando
para
—Sr. Grey, al menos llévese el móvil con usted, en caso de que necesite
seguridad —, protesta, pero lo ignoro. Francamente, ahora mismo estaría
encantado de ser atacado o asaltado, porque entonces estaría justificado patear
a alguien hasta hartarme. El problema es que probablemente lo mataría.
Una vez que estoy fuera, voy calentando hasta alcanzar un ritmo de castigo.
Todo sigue dando vueltas en mi cabeza. No puedo huir de ello. Estoy respirando
muy mal, tomando grandes bocanadas de aire para llenar mis pulmones.
¿Por qué coño fui tan imprudente y estúpido para echarlo todo a perder con
Ana? Pero, ¿Por qué no me detuvo? ¿Por qué no dijo la palabra de seguridad?
¿Qué estaba tratando de probar? Yo le creí cuando me dijo en sueños que
nunca me dejaría, pero ella salió por la puerta cuando las cosas se pusieron
demasiado difíciles para ella. Cuando lo hiciste demasiado duro para ella, Grey.
No la culpo.
Pero que importa de todos modos, porque ella tenía que saberlo. Mis
necesidades de siempre iban a surgir en algún momento. Ninguna persona
normal y sana podría esperar hacerle frente a eso por mí.
Ella dijo que me amaba. ¿Es eso lo que ella estaba tratando de probar? ¿es por
eso que me dejó que la golpeara? Si ese es el caso, entonces he profanado su
amor con mis necesidades depravadas. Es por eso que no me merezco el amor
de alguien como ella. Es por eso que todo es inútil. No tengo manera de poder
llegar a ella. Tengo que dejarla ir para que pueda encontrar el amor verdadero,
no el de tipo retorcido y pervertido que podría pensar que podría darle un
indigno, egoísta y jodido como yo.
Pero yo la quiero. La quiero con toda mi alma, con todo mí ser. ¿Cómo puedo
sentirme así si sé que debo dejarla ir? Pero eso es todo. No tiene sentido alguno.
No tiene sentido para nada. La vida es ahora inútil.
Sin darme cuenta, he seguido mi camino hacía la oficina del Dr. Flynn. Pero es
sábado, por lo que no está allí. ¿Y qué iba a hacer de todos modos? Él no tiene
una varita mágica para hacer que todo esté bien de nuevo. Él no puede
convertirme en la clase de hombre del que Ana debería haberse enamorado.
Nadie puede.
316
Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Así que ahora me dirijo de nuevo al Escala, presionándome a mí mismo aún
más duramente. No me he cronometrado, pero diría que he hecho todo el
recorrido y la vuelta al apartamento en un tiempo récord.
Veo la mirada de alivio en la cara de Taylor cuando ve que estoy de vuelta. El
intenta interceptarme cuando paso a través de la sala de estar.
—Sólo voy a tomar una ducha —, corto en seco cuando empieza a hablar, pero
entonces aparece Gail.
—¿Qué le gustaría para desayunar, Sr. Grey? — Pregunta alegremente.
—Es fin de semana. ¿Qué está haciendo aquí?
—Oh, me encontraba cerca, así que pensé que también podría ser de utilidad.
Ya sabe que siempre me gusta cocinar para usted en cualquier momento —,
Gail me sonríe. Ahí está esa mirada de nuevo, al igual que Taylor antes. La
preocupación ¿o es lástima?
Es evidente que Taylor le dijo que Ana se ha ido.
—Entonces, ¿qué va a querer, lo de siempre, señor? — Gail me presiona.
La comida es la última cosa que tengo en mente, pero es más fácil solo dejarme
llevar por ella, supongo.
—Sí, gracias.
—Va a estar listo y esperándole cuando haya salido de su ducha, señor Grey.
Me dirijo a mi habitación y a la ducha. Rápidamente me desnudo y estoy bajo el
agua hirviendo. Al igual que Ana y yo hicimos ayer. Echo un vistazo a la pared
en la que la tomé de una manera tan urgente ayer cuando llegó de vuelta de
Georgia. Ella me hizo sentir tranquilo de nuevo, una vez que ella estaba de
vuelta aquí conmigo. Nunca voy a sentir esa calma de nuevo.
Yo nunca voy a tenerla de nuevo. Nunca voy a tocarla o sostenerla de nuevo. Yo
nunca voy a enterrarme en lo profundo de ella. Nunca voy a escuchar ese
sonido maravilloso que hace cuando llega al orgasmo, nunca más. Nunca voy a
respirar su aroma dulce de nuevo, y nunca voy a despertar junto a ella otra vez.
Repentinamente arrojo la botella de champú que estoy sosteniendo en mi mano
y se estrella contra la pared de enfrente, rompiéndose en mil pedazos.
Rápidamente me enjuago y salgo de la ducha, recojo los pedazos de cristal y los
tiro al cubo de la basura que hay en el baño.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Es tan injusto. Llámalo como quieras, follar o hacer el amor, pero estábamos
tan increíblemente bien juntos, incluso con el vainilla. Y ella me deseaba tanto
como yo la deseaba. Ella era virgen, ella me estaba esperando, yo fui el primer
hombre que la tuvo, es lo que estaba destinado a ser. Nos atrajimos tanto el
uno al otro, ese lazo, la electricidad. Nunca he experimentado algo así antes.
Entonces, ¿para qué todo eso si sólo va a terminar entre nosotros así? Tú lo
contaminas todo, Grey. Tú y tu necesidad de sacarle la mierda viva a quien
fuera.
Me visto con mi acostumbrado atuendo de fin de semana, camisa de lino blanco
y jeans negros que automáticamente agarro del armario sin siquiera pensar en
ello.
Otra ola de desesperación se apodera de mi cuando me doy cuenta de que voy a
tener que decirle a mi madre que Ana y yo hemos terminado. Ella va a estar
muy decepcionada, y todo es culpa mía. La he decepcionado de nuevo. Mamá
estaba delirantemente feliz de que por fin hubiera conseguido una novia, y a
ella realmente le gustaba Anastasia. Bueno, por supuesto que le gustaba,
porque es casi perfecta. Mi familia probablemente asumirá que hemos roto
porque realmente soy gay, y simplemente intentaba negarlo. Ellos no saben que
es porque soy un depravado, un malvado pervertido.
A pesar de que he salido a correr, siento como si tuviera un peso de diez
toneladas en el pecho y no puedo respirar adecuadamente. Abro las puertas de
la terraza y paseo por ahí. Hace bastante viento, pero es un día brillante y
claro. No es un lugar para visitar si no te gustan las alturas, ya que hasta la
balaustrada bajo la barandilla en el borde de la terraza es de cristal para
permitir una vista panorámica de Seattle.
Me acerco a la barra y me inclino para mirar para abajo. Es un largo camino
hacia abajo. Las personas parecen hormiguitas mientras realizan sus
actividades diarias, mientras que yo estoy aquí en mi torre de marfil. ¿Así es
como veían las cosas esas pobres almas perdidas atrapadas en las Torres
Gemelas el once de septiembre? ¡Lo que debió haber pasado por su mente antes
de tomar la decisión de saltar! Una vez que saltaron, debió ser la última
experiencia de liberación, unos segundos de total libertad ante un final rápido.
No es una mala manera de morir, teniendo en cuenta la alternativa de ser
quemado vivo. Mejor quedar atrapado en el purgatorio. Eso es lo que siento que
estoy enfrentando ahora. El purgatorio.
—Señor Grey. Christian. Por favor, aléjese del borde.
La voz de Taylor interrumpe la tranquilidad de mi ensoñación.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Me vuelvo para mirarlo con sorpresa, pero no me muevo. ¿Qué está haciendo
aquí?
Poco a poco empieza a caminar hacia mí, sin apartar los ojos de mi cara, sin
romper el contacto visual.
—Vamos a volver adentro. Por favor, Christian —, continúa con calma,
mientras llega a mí y agarra mis brazos como con una pinza gigante.
Empiezo a dejar que me guíe lejos del borde del balcón, no puedo dejar de
lanzar una última mirada persistente sobre el borde, pero Taylor me aleja y me
guía de vuelta al dormitorio, donde Gail está de pie esperando, con su mano
tapándose la boca. La veo inspirar profundamente y forzar una sonrisa en su
cara.
— ¿Vamos a solucionarlo, verdad, señor Grey? —, Dice, mirando mis manos.
Miro hacia abajo para ver la parte delantera de la camisa blanca que está
cubierta de sangre, al igual que mis manos. Debo haberme cortado con en el
cristal de la botella de champú rota. Taylor no ha dejado de sostenerme, y sigue
guiándome hacia la cocina. El asiente con la cabeza a Gail, y ella se acerca a la
puerta del patio, lo cierra con seguro, luego guarda la llave en su bolsillo.
— ¿Lo va a recibir? —, Le pregunta en voz baja.
—Él está en camino. Cerca de veinte minutos —, responde ella. ¿Quién?
En la cocina, Gail limpia los cortes en las manos, en realidad son de poca
importancia, parecen ser peor de lo que son, porque sangran mucho. Ella me
pasa una camisa de lino blanco limpia para que me cambie, entonces me sirve
una tortilla de clara de huevo con tocino y un poco de jugo de naranja.
Taylor se sienta en la barra a mi lado, bebiendo una taza de café mientras Gail
desaparece con mi camisa manchada de sangre. Por primera vez entiendo
porque Ana no siempre tiene ganas de comer, pero mi odio arraigado por el
desperdicio hace que coma como un autómata, aunque realmente no lo
saboreo.
—Yo no sabía cómo arreglármelas cuando mi esposa me dejó —. Me dice Taylor
en voz baja, mientras mira fijamente a su taza de café.
Mi tenedor lleno de comida se detiene a mitad de camino de mi boca. Taylor
nunca me había ofrecido ningún tipo de información personal antes.
—No le gustaba el tipo de hombre en que me convertí después del trabajo que
hice.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Recuerdo que Taylor estaba en las Fuerzas Especiales, un Boina Verde. Fue
una de las razones por las que no dudé en contratarlo. No te acerques a los
más altamente capacitados boinas verdes.
—Le dije que no podía cambiar, que tenía que aceptarme tal como era. Así que
la perdí. Lo estúpido es que después de que me fuera de las fuerzas tuve que
cambiar de todos modos para adaptarme a la vida en el mundo exterior. Pero
para entonces ya había encontrado a alguien más. Ahora no puedo ser padre de
Sophie todos los días, solo lo soy ocasionalmente algunos fines de semana, si
su madre decide que lo permite.
—Ya veo. ¿Y el punto es?
—Todo lo que estoy diciendo es que me arrepiento de no haber hecho un
esfuerzo por cambiar mientras todavía tenía la oportunidad de arreglar las
cosas con ella. No cometa el mismo error que yo. Como le dije, la señorita Steele
estaba muy molesta cuando la lleve a su casa. Así que tal vez aún hay
esperanza de que ustedes dos...
Los dos nos miramos mientras Gail nos interrumpe cuando vuelve a la cocina,
acompañada por el Dr. Flynn.
— ¿Qué demonios estás haciendo aquí, John? — Le pregunto, sorprendido de
verlo.
—Buenos días, Christian. Pensé que ya era hora que viniera a ver el interior de
este ático de lujo tuyo. Y realmente es muy bonito, me puedes dar un tour
completo más tarde. Ah, y no te preocupes, voy incluir un cargo adicional por
una visita a domicilio de fin de semana en la parte superior de mi factura
normal —, dice con su acento británico fresco, y calmado, mientras viene y se
sienta en la barra y se sirve a una taza de café.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Capítulo 28
Purgatorio - Parte 2
Oscuridad eterna
-N
i una mierda. Te aseguro que no he solicitado una visita
domicilio, así que no voy a pagar ningún cargo extra —, le
respondo, mientras Taylor y Gail se retiran precipitadamente
de la cocina para dejarnos en paz. John y yo caemos naturalmente en nuestra
rutina de pequeñas bromas. Me gusta su peculiar, insolente, sentido del humor
británico.
—Bueno, podemos discutir los detalles de mi factura más tarde, pero ya que
estoy aquí, por qué no me dices lo que ha estado pasando contigo, Christian —,
responde Flynn en su forma habitual de darle la vuelta sin que lo parezca,
aunque puedo decir que me está mirando muy de cerca furtivamente.
—Supongo que te han llamado Taylor o Gail, pero era totalmente innecesario,
ya lo sabes.
—Sí, lo han hecho. Y quién puede culparlos, cuando Taylor ha visto a través del
circuito cerrado de seguridad que te inclinabas en la barandilla hacía el borde
de la terraza, sobre todo cuando se dio cuenta de que estabas cubierto de
sangre. Dijo que nunca te había visto así antes, en todos los años que ha
trabajado para ti, así que lo ha visto como una clara desviación de tu patrón de
comportamiento normal. Christian, eres famoso por tu naturaleza volátil, y
Taylor sabía que ya te habías estado comportando de una forma errática hoy,
debido a un desarrollo no deseado en tu vida personal. Su trabajo es protegerte,
incluso si se trata de ti mismo.
—No es lo que parece, John. Vaya, no estaba pensando en mí mismo
espachurrado, si eso es lo que estás pensando —. ¿O sí? No mierda, no estoy
tan jodido. ¿O lo estoy?
— ¿No? Pues bien, ¿te importaría decirme lo que pasaba por tu mente mientras
estabas inclinado en la barandilla? ¿Y por qué exactamente estabas cubierto de
sangre?
—Me corté la mano con algunos cristales rotos, eso es todo, y no me di cuenta
porque eran sólo pequeños cortes que no me dolían, pero parece que sangraban
como cabrones. Y sólo salí a la terraza para disfrutar del aire libre, para
despejar mi cabeza, y como no voy por ahí muy a menudo estaba simplemente
contemplando la vista.
321
Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
—Pero ¿en qué estabas pensando? ¿Qué pasaba por tu mente?
— ¿Quieres saber la pura verdad? Viviendo aquí en el último piso del Escala
como yo, a veces me pongo a pensar en todas esas pobres almas que quedaron
atrapadas en los pisos superiores de las torres gemelas el once de septiembre.
¿No te has preguntado alguna vez lo que habrías hecho, si hubieras estado allí?
¿Hubieras saltado para experimentar una fugaz sensación de libertad mientras
volabas a una muerte segura, o hubieras permanecido en el edificio, sabiendo
que no había escape del purgatorio furioso de allí abajo?
—Son más bien pensamientos morbosos, Christian, tengo que decirte.
Entonces, ¿qué has elegido hacer?
—No puedo decidirme a ciencia cierta, pero creo que probablemente me
gustaría tener el control de mi destino y saltar.
— ¿Y estuviste tentado de saltar, justo ahora? ¿Has sufrido alguna clase de
impulso irresistible de saltar, tal vez sólo por un segundo fugaz, como una
solución a la angustia que estás viviendo?
— ¡Mierda, no! No soy Leila, por el amor de Cristo.
—Ah, sí, la ex-sumisa que me llamó la semana pasada. ¿Alguna noticia sobre
ella?
—No. Parece que ha desaparecido de la faz la tierra.
—Ya veo. Bueno, creo que lo mejor ahora es concentrarte en ti, así que te
sugiero que me digas lo que pasó entre Anastasia y tú que llevó a la ruptura de
su relación. Entiendo que es está la situación en la que te encuentras, ¿no?
—Sí. Anastasia me ha dejado.
El decir las palabras en voz alta lo hace parecer de alguna manera aún más
doloroso.
—La golpeé. Con un cinturón. Seis veces. Ella me pidió que le mostrara lo
doloroso que puede llegar a ser, así que lo hice. No pudo soportarlo. No, eso no
es cierto, sí lo hizo porque no usó ninguna de las palabras de seguridad, pero
luego me dijo que nunca me dejaría hacerlo de nuevo. Ella me dijo que no
puede darme lo que necesito, y yo no puedo darle lo que ella quiere. Así que ella
me ha dejado.
—Pensé que te habías planeado introducir muy poco a poco los aspectos más
extremos de tu estilo de vida BDSM. ¿Qué te ha hecho cambiar de opinión?
322
Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
—Ana lo sugirió. Ella se ofreció a dejarme castigarla, a pesar de que realmente
la asustaba, con la esperanza de que tal vez entonces yo dejaría que me tocara,
cosa con la que como sabes tengo grandes problemas y no he permitido nunca.
Y como Elena ya me había instado a no contenerme, porque Anastasia
necesitaba saber la verdad sobre mí, entre más pronto mejor, decidí que era un
momento tan bueno como cualquier otro para mostrarle mi verdadero yo.
—Ya veo. Por lo que entiendo tomaste el consejo de Elena literalmente y te
lanzaste de cabeza, a pesar de que había una posibilidad muy real de que la
experiencia podría llegar a ser demasiado para una chica sin experiencia como
Anastasia. Seguramente sabías que ella no tenía ninguna idea real de en lo que
se estaba metiendo, y de todas maneras lo hiciste, ¿no?
—Sí, supongo que sí, y sí, estoy de acuerdo con tu razonamiento, fue una
tontería por mi parte. Me dejé llevar.
— ¿Así que ahora te arrepientes de tus acciones?
—Sí y no. Lamento desesperadamente perder Anastasia, pero este día tenía que
llegar de todas maneras, ella tenía que saber cuáles son mis necesidades
reales, así que ¿por qué aplazarlo?
—Entonces, ¿qué vas a hacer con el hecho de que te arrepientes de haberla
perdido?
— ¿Qué quieres decir? No hay nada que yo pueda hacer ¿no? Soy lo que soy.
Tengo la necesidad de castigar, eso duele, y Ana no puede vivir con eso.
—Déjame que te pregunte, Christian. ¿Cómo te sientes en este momento?
—Cómo una jodida mierda. Es un dolor físico. Como si mi mundo se hubiera
desvanecido a mí alrededor. Como si ya no hubiera nada más que esperar ni
buscar. Siento que nada tiene ningún sentido y que a partir de ahora que ella
se ha ido voy a estar en una noche eterna.
—Así que, básicamente, estás experimentando una crisis existencial.
—Supongo que sí.
—Así que, si te digo que hay un camino a seguir que podría resolver esta crisis,
¿estarías dispuesto a darle una oportunidad y probarlo? ¿Si eso significara que
tú y Anastasia podrían volver a estar juntos y encontrar un camino a seguir?
—No vamos a empezar de nuevo con toda esa mierda TESB de nuevo ¿verdad?
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
—De hecho así es Christian, porque la terapia enfocada en soluciones breves
realmente podría funcionar contigo, si tan solo abres tu mente a ello y lo tomas
más en serio, no como hasta ahora. Es posible que puedas hacerle frente a tus
demonios y volver a pensar. Entonces tal vez podrías concentrarte en lo que
deseas ser en el futuro, y lo que hace falta para que puedas llegar allí.
—Estoy demasiado jodido para esto. Ya sé lo que funciona conmigo, porque
llevo años haciéndolo así.
— ¿Te refieres al estilo de vida BDSM al que Elena te introdujo cuando solo
tenías quince años? Mira, voy a ser brutalmente sincero acerca de cómo veo la
relación con esta antigua Dominatrix, porque me pregunto ¿si alguna vez se te
ha ocurrido pensar que las cosas podrían haber sido diferentes para ti bajo una
influencia más benigna que la suya? ¿si estarías en un punto diferente de
donde te encuentras ahora mismo?
— ¿Qué quieres decir? Yo necesitaba mano dura, y eso es exactamente lo que
Elena me dio. Me dio la vuelta, me hizo parar de beber y de consumir drogas.
Me salvó la vida. Ella incluso me ayudó económicamente cuando monté mi
primer negocio cuando deje mi carrera en Harvard.
— ¿Y si te hubiera seducido con su amor y su afecto en lugar del dolor físico
extremadamente duro y el sexo sin amor, mecánico? Ella entendía todo sobre
tu rechazo a ser tocado ya que tenía información a través de tu madre, por lo
que no cabe duda de que podría haber encontrado una manera amorosa para
hacer frente a tocarte si hubiera estado dispuesta a hacerlo. Eras un niño de
quince años con las hormonas desesperadas por el sexo, estoy seguro de que
podría haberte ofrecido otros incentivos para que dejaras de beber y te
resistieras a tomar drogas, y sin embargo, ella decidió hacerte su esclavo
sumiso BDSM, a pesar de que eras menor de edad y legalmente no podías dar
tu consentimiento. Eso dice mucho más acerca de sus necesidades que de las
tuyas. Déjame preguntarte algo, ¿su matrimonio era feliz?
Resoplo con burla.
—No lo creo. Elena es una mujer muy hermosa, y Linc, su marido, sólo la veía
como una esposa trofeo. La mayoría de las veces él no le hacía caso. Eso, o la
golpeaba. Cuando finalmente se enteró de lo nuestro, él la molió a golpes, le
rompió la mandíbula, el brazo izquierdo y cuatro costillas. Así que no, no era
un matrimonio feliz.
— ¿Alguna idea de por qué se casó con él en el primer lugar?
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G.E. Griffin
—Creo que ella era muy joven cuando se casó. Linc era rico y poderoso, por lo
que para ella era una solución perfecta para escapar de su padre... — Hago una
pausa, creo que veo a dónde quiere ir a parar.
—Déjame adivinar. El padre de Elena abusaba ella, y tratando de escapar, se
precipitó en lo que resultó ser otra relación abusiva con su marido. Y luego
abusó física y mentalmente de ti, un joven de quince años extremadamente
vulnerable, con dureza, azotes y latigazos desde el principio de su relación,
aunque creo que esto normalmente no se considera un comportamiento
aceptable en la comunidad BDSM. Durante un largo período, por lo que creo
que te ha influido hasta tal punto que ahora crees para ti la única manera de
poder disfrutar de una relación es con BDSM extremos. Cosa que tienes que
mantener en secreto a tu familia y amigos, lo que significa que es
prácticamente tu única confidente, lo que le ha permitido seguir
manipulándote, incluso después de todos estos años. ¿No puedes verlo?
—No lo había pensado de esa manera —, admito. ¿Pero Elena es mi única
amiga de verdad, no es cierto?
—Christian, seguramente se puede ver que lo que tenemos aquí es un ciclo
continuo de violencia y abuso. ¿No crees que tal vez es el momento de tratar de
romper ese ciclo, ahora que has conocido y te has enamorado de una chica que
no está metida en ese estilo de vida? Una relación amorosa con Anastasia te
ofrece un nuevo comienzo, un futuro completamente nuevo, sólo tienes que ser
lo suficientemente valiente para tratar de hacer frente a tus problemas, en
lugar de que ciega y obstinadamente que te niegas a considerar siquiera la
posibilidad de otras opciones.
—Estoy muy jodido, John, ya es demasiado tarde. Sabes por qué hago lo que
hago con las pequeñas chicas de cabello castaño, la ira y la rabia que tengo
requieren canalización —. Cincuenta sombras.
—Eso es una mierda de excusa, Christian. Nunca es demasiado tarde para que
cualquiera pueda cambiar si realmente se quiere, y tú eres joven todavía,
después de todo eres un joven de veintisiete años. Realmente creo que esta es
una de las áreas en la que necesitas enfocarte, por doloroso que pueda ser. Es
hora de que trates de encontrar una manera de perdonar a tu madre biológica,
para liberarte de la ira. Tiene que haber razones por las que ella terminó de la
manera que lo hizo. Es posible que la hayas juzgando injustamente porque tan
sólo tenías cuatro años cuando murió, por lo que no puedes entender ni
profundizar en ello, no puedes encontrarle el sentido.
—Bueno, ¿nada de eso importa, o si? Ana ha roto conmigo, así que es
demasiado tarde para arreglar las cosas con ella de todos modos —, no hay
vuelta atrás ¿Verdad?
325
Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
—No necesariamente. ¿Cómo acabaron las cosas entre ustedes? ¿Estaba
enojada, triste o decepcionada? ¿Quiere resolver las cosas?
—Ella estaba de todas esas maneras. Lloró toda la noche. Ella dijo que no
quería irse. Estaba dulce, tierna y amorosa al principio cuando hablábamos... y
entonces se volvió fría y distante en el momento en el que se iba, ni siquiera me
dejó tocarla.
Mi voz se quiebra cuando pienso en esas últimas horas que pasamos juntos,
como me gustaría que todo fuera diferente, pero no puedo. ¿O si puedo
hacerlo?
—Suena como si ella tuviera sentimientos muy profundos por ti.
—Ella dijo que me amaba —, le susurro, me cuesta tragar y me cubro los ojos
con las manos, tratando decir esas palabras en voz alta. Lo siento todo muy
crudo y muy reciente. Repetir las palabras que hablamos mientras estábamos
juntos en la cama la última vez es increíblemente doloroso.
— ¿Y le dijiste que tú también la amas? — John sondea muy suavemente.
— ¡No seas tan estúpido! Por supuesto que no. Ella no puede de ninguna
manera quererme y estoy seguro que yo no soy capaz de amar —. El amor para
el resto de la gente, no para mí. ¿O si lo es?
—Oh Christian, ¿por qué te imaginas que te estás sintiendo de la forma en la
que lo estás haciendo entonces, si no es porque en efecto, eres muy capaz de
dar y recibir amor? ¿Puedes imaginarte por un momento que la profundidad de
la angustia que sientes en estos momentos no se debe a otra cosa que al hecho
de que estás profundamente enamorado de Anastasia? Tienes que olvidarte de
tu morboso auto aborrecimiento y aceptar que eres capaz de dar y recibir amor.
Lo miro con escepticismo.
—Se merece a un hombre mejor que yo —, murmuro.
—Entonces vamos a darle la vuelta a esto, ¿de acuerdo? Me has mencionado
que te preocupan los problemas de baja autoestima y confianza de Anastasia,
que ella no siempre sabe cuidar de sí misma ni come lo bien que ella debería.
—Sí, me preocupa de verdad. Parece que prefiere cuidar de otras personas,
como de su padrastro o de su madre, en lugar de a ella misma.
—Bueno, puede ella te necesite para que la cuides y veas por ella, al igual que
creo que ella necesita ayudarte a desarrollar una relación normal, feliz y
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
amorosa, para que seas el hombre que podrías ser fácilmente si la dejas
intentarlo. Esto es de lo se trata en una buena relación entre un hombre y una
mujer, cuidarse el uno al otro, ayudándose con sus fortalezas y sus
debilidades. Ella podría ser tu salvación, igualmente tu podrías ser la suya.
—Tal vez, supongo que puede ser cuando lo pintas de esa manera —. Estoy
medianamente de acuerdo. ¿Es esto posible?
—Y por lo que me dijiste la última vez, Anastasia y tu son muy compatibles
sexualmente, pero son los aspectos más extremos de tu estilo de vida los que
suponen un problema para ella.
—Los castigos. Ella no puede meterse en la cabeza el hecho de que quiero
hacerle daño. Así que fue muy valiente por su parte cuando accedió a dejarme
que la golpeara. Ana nunca había tenido ningún tipo de castigo corporal antes,
así que estaba tratando de demostrarle que el miedo hace que el dolor parezca
peor en la cabeza que en la realidad, y no quería darle cualquier cosa que
creyera que ella pudiera soportar por mí.
—Para la mayoría de la gente, ningún dolor es en absoluto aceptable, Christian
—, me recuerda John en voz baja. —Aquí es donde pongo en duda la influencia
que tiene Elena sobre ti, sobre lo que es normal y aceptable. ¿Anastasia está al
tanto de Elena?
—Oh, sí. Ella la llama señora Robinson. Ah, y la señora Pedofi.
—Cuanto más te oigo hablar de Anastasia, más me gusta lo que oigo de ella.
Realmente me encantaría conocerla, así que será mejor que te pongas en ello y
arreglemos este desastre —. John se ríe de mí.
—Sí, realmente te encantaría. Mi familia la adora, especialmente mi madre. No
tengo ningunas ganas de dar la noticia de que nos hemos separado —. Suspiro.
—No se los digas todavía. No está todo perdido. Mira, de todo lo que me has
dicho, lo único que se interpone en su camino para tener una relación es tu
necesidad de castigar y de hacerle daño. La razón por la que ella quiere que la
dejes tocarte es porque te ama y quiere tener poder de mostrarte afecto, cosa
que es algo muy positivo, no negativo como tú pareces creer. Me estás diciendo
que la ruptura te está causando un dolor físico y mental extremo, pero este
problema se puede solucionar. Has llegado a una encrucijada muy importante
en tu vida, y tienes una simple elección que tomar, la solución está
enteramente en tus propias manos. Puedes negarte obstinadamente a cambiar
o adaptarte de alguna manera, seguir adelante exactamente cómo eres, como
has sido hasta ahora, pero sin Anastasia en tu vida y vivir con el dolor que esto
causa. O bien, podrías ser realmente valiente, abrir tu mente para hacer
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
algunos cambios positivos en tus actitudes y estilos de vida, y tratar de
recuperarla. Depende de ti, Christian.
— ¿De verdad crees que es posible? Quiero decir ella ha roto toda comunicación
conmigo, incluso se ha negado a llevarse esos con ella, es una mujer terca y
desafiante —. Señalo el MacBook y el Blackberry que todavía están en la
encimera.
—Oh, vamos Christian, yo no creo que esos pequeños obstáculos representen
ningún tipo de problema a un hombre con tus considerables recursos. Pero en
primer lugar, tienes que decidir cuál es la opción que vas a escoger. No tiene
sentido alguno tratar de abrir cualquier tipo de comunicación con Anastasia, a
menos que tengas algo nuevo que ofrecerle, ella ya ha dejado bien claro que la
proposición que originalmente le hiciste no es aceptable para ella. Y déjame
decirte que ella no está siendo irrazonable, por mucho que Elena pueda tratar
de convencerte de lo contrario.
—No lo sé. No estoy seguro de que sea justo para ella. Tal vez dejarla ir es lo
mejor para ella —. Suspiro, confuso, mientras me paso la mano por el pelo.
— ¿Así que simplemente te sentarás y dejarás que otro hombre ocupe tu lugar?
— John me reta, a sabiendas de mi carácter posesivo y celoso.
Sólo la idea de que cualquier otro hombre pueda tocarla, besarla, abrazarla,
tomar lo que es mío, me llena de rabia y furia. El pensamiento de otro hombre
con ella es como un cuchillo retorciéndose en mi corazón. Sé que el fotógrafo,
José Mierda Rodríguez, está esperando en la retaguardia, listo para meterse en
las bragas de Ana a la primera oportunidad que tenga. Y ella es muy ingenua,
todavía piensa que él es su amigo. Y luego está ese tío, Ethan, el hermano de
Kate, me di cuenta de que estaba realmente loco por ella, por la forma en que
posesivamente la abrazó en la ceremonia de graduación. Y tiene la excusa
perfecta para pasar el rato a su alrededor, siendo el hermano de su mejor
amiga. Y luego están todos los chicos que va a conocer cuando empiece en su
nuevo trabajo, todos ellos se tiraran a conseguir algo de ella. Ella no va a estar
sola por mucho tiempo, eso es obvio.
—No —, le gruño a John. —No puedo permitir que eso suceda. Mataría a
cualquier hijo de puta que se acerque a ella.
—Entonces te sugiero que reflexiones muy en serio lo que te he sugerido como
solución a tu dilema. Mira, creo que hemos llegado lo más lejos que podemos
por el momento, necesitas tiempo para pensar en todo lo te que he dicho, así
que voy a dejar ahora. Quiero que te tomes un tiempo para pensar realmente
dónde ves tu vida de ahora en adelante, y cómo podrías adaptarte para que
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
puedas incluir a Anastasia en esa vida. Te llamaré otra vez mañana por la
mañana, entonces podrás decirme tus progresos.
—Siento haber perturbado tú fin de semana, John, y creo que realmente no es
necesario que me llames mañana. Taylor reaccionó exageradamente hoy, creo
que se ha excedido en sus funciones.
—No, Christian, Taylor estaba haciendo su trabajo. Su responsabilidad es velar
por tu seguridad en todo momento y protegerte, incluso de ti mismo. No podía
permitirse el lujo de dudar o arriesgarse una vez que había evaluado lo que veía
como una situación potencialmente peligrosa que amenazaba tu vida. Y en
realidad me vino muy bien e incluso me he alegrado de tener una excusa para
escaparme de casa, si he de ser honesto. La madre de Rhian está de visita —.
Me hace una mueca. —Y voy a regresar mañana porque todavía me debes un
tour por tu apartamento. Creo que necesito ver tu cuarto de juegos por dentro,
después de todo lo que he oído hablar de él. Además, me ayudará a entender lo
que Anastasia debió sentir cuando entró allí por primera vez.
—Sólo estás tratando de subir la factura, estas usando de nuevo tus viejos
trucos Dr. Flynn. Pero está bien, te enseñaré mi cuarto de juegos mañana si
quieres, y quién sabe, podría ayudarte a descubrir tu dominante interior. Que
está allí, en la mayoría de los hombres, aunque esté oculto muy en el fondo.
—Muy en el fondo en mi caso. Pero
en cualquier momento, Christian.
infarto te sugiero que te mantengas
la terraza, por el momento —, dice
vestíbulo y nos damos la mano.
bromas aparte, sabes que puedes llamarme
Ah, y si no quieres que Taylor tenga un
alejado de los cristales rotos y de la zona de
con ironía, mientras nos dirigimos hacia el
Taylor, alertado por la cámara de circuito cerrado de televisión sale a escoltarlo.
Me doy cuenta de que realmente va a bajar en el ascensor con él, sin duda para
tratar de obtener la información de primera mano sobre su jodido jefe.
Esperemos que el Dr. Flynn tranquilice a Taylor, de que no estoy tan chiflado
como él pensaba, y puede volver a ser el mismo impasible que es
habitualmente. Así volveremos a la normalidad, como un tipo fuerte y
silencioso, no como una Oprah Winfrey cualquiera.
~~~
Por la tarde me siento en mi oficina, después de haber comido el sandwich que
la Sra. Jones insistió en hacerme para almorzar. Ella y Taylor parecen estar
ocupados, los dos están todavía dando vueltas por la casa. Creo que Taylor ha
bajado el nivel de alerta de DEFCON1 a tal vez un DEFCON2 o 3, después de
haber hecho probablemente en secreto un barrido de mi estudio, quizás incluso
de todo el apartamento, para comprobar los posibles riesgos de suicidio. Me
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
imagino que es por eso por lo que la señora Jones se encuentra todavía en la
cocina, está guardando los cuchillos, bromeo conmigo mismo. Aunque ¿es una
broma? ¿No tienen nada mejor que hacer?
En la mesa delante de mí tengo el MacBook de Anastasia, su Blackberry, las
llaves del coche, y el kit del Planeador modelo Blanik con su pequeña nota
escrita a mano. Abro el cajón de mi escritorio, y saco la caja de Cartier que
contiene los pendientes de diamantes que le iba a regalar esta noche.
Taylor ya me ha devuelto mi Blackberry así que llamo Andrea.
—Discúlpame en la recaudación de fondos de esta noche —. No puedo soportar
la idea de ir ahora. Voy a tantas de estas cosas que ni siquiera puedo recordar
sobre qué es esta.
—Oh, por supuesto señor Grey. Pero pensé que iba a ir con la señorita Steele...
Confirmé con usted los detalles... — Sí, lo sé, como unas tres malditas veces.
—Eso es lo que quiero que hagas, Andrea. Ninguno de los dos va a asistir.
Estoy seguro de que podrás poner alguna excusa excelente —. Golpeo el
teléfono sobre el escritorio, no tengo ganas de darle más explicaciones.
A continuación, compruebo las actualizaciones del equipo de vigilancia de Ana.
Sé que va a estar sola porque Kate está lejos, se ha ido de vacaciones a
Barbados. Informan que Ana no ha dejado el apartamento desde que Taylor la
dejó allí. Probablemente está durmiendo, ya que ninguno de los dos dormimos
en toda la noche, y ella necesita dormir mucho más que yo. Espero que haya
comido algo, aunque sospecho que probablemente no lo habrá hecho. Me
pregunto si cuenta con suministros suficientes. Tal vez podría conseguir
enviarle algo. No, por la forma en que ella actuaba cuando se fue,
probablemente lo tiraría encima de quien lo entregue.
Abro la caja de Cartier para ver los aretes de diamantes. Estoy contento con
cómo quedó mi diseño, han hecho un buen trabajo. Tenía muchas ganas de ver
a Anastasia usándolos, y verla bien vestida con un vestido hermoso para variar,
y luego entrar en la recaudación de fondos con ella de mi brazo. Habría logrado
que la noche fuera divertida, en lugar de ser interminablemente aburrida como
de costumbre. Eso resume realmente lo que Ana ha hecho en mi vida. En tan
poco tiempo, ella lo hacía todo divertido en vez de aburrido, ella hizo que mi
vida valiera la pena vivirla. Como le dije, ella me dio una nueva vida. Ella acabó
con el aburrimiento. Pero ahora, nada. Volveré al tedio que ha afectado mi vida
durante tanto tiempo que no puedo ni recordarlo.
Cierro la caja y la pongo en el fondo del cajón. ¿Cómo voy a salir de esto? ¿Es
posible lo que John me ha sugerido? Todo se reduce a una simple elección, por
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
lo que a él respecta. Puedo tener a Anastasia o puedo tener mis castigos BDSM,
pero no puedo tener ambas cosas. Así que, básicamente, tengo que elegir entre
ellos. Me estaba engañando a mí mismo antes si pensaba que podría convencer
a Ana para aceptar mis necesidades, y la forma en que él me lo ha explicado, lo
que iba a hacer es perpetuar un ciclo de violencia y abuso. Me gustaría ser su
abusador, y ella no debe ser absorbida por ese tipo de vida sólo por mí,
¿debería hacerlo? ¿Pero soy un hombre lo suficientemente fuerte como para ser
capaz de renunciar a ese lado de las cosas, cuando es todo lo que he conocido?
Mi Blackberry zumba. Veo que quién llama es Elena, y respondo.
—Christian querido, ¿cómo estás?
—Oh, ya sabes, podría estar mejor —, suspiro.
— ¿Qué quieres decir con ‘podría estar mejor’? Pensé en llamarte para ver cómo
había ido tu viaje a Georgia. ¿La joven estuvo encantada de verte? ¿Cómo van
las cosas con su entrenamiento?
—Hemos roto, Elena —, susurro. Cada vez que tengo que decirlo en voz alta
parece que vaya a estallarme el pecho por la presión que siento, mientras mi
corazón se tambalea dolorosamente.
—Oh no, Christian, ¿por qué? ¿Qué salió mal? Dijiste que las cosas iban bien
entre ustedes —, Elena parece sorprendida.
—Hice lo que me dijiste, le mostré lo duro que puede ser, y fue demasiado para
ella. Así que ella me ha dejado —. No es necesario explicarle los detalles. Ella
sabe lo que he hecho, aunque por sus normas pensaría que habría sido muy
suave para Ana.
—Qué pena por ti, aunque no puedo decir que me sorprenda si te soy sincera.
Esto es lo que sucede cuando escoges a una chica que no está ya en la escena,
supongo. Bueno, al menos te has enterado antes que las cosas llegaran
demasiado lejos, aunque hablé con tu madre recientemente, y me dio a
entender que esta chica había conocido a tu familia y tengo que decirte que me
sorprendió.
—Anastasia. Su nombre es Anastasia. Y sí, ella conoció a mi familia. A mi
madre realmente le gusta.
—Nunca se presenta a una sumisa a la familia, y ahora espero que te
arrepientas de haber tomado esa decisión... Anastasia. Simplemente has hecho
las cosas desordenadas y complicadas. Por supuesto, tu madre no tiene ni idea
de la clase de mujer que realmente necesitas para ser capaz de hacer frente a
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
tus necesidades, ¿verdad? Tal vez ahora que ya has sacado a esta chica de tu
vida, podamos conseguir solucionarlo con una nueva sumisa más adecuada, y
así las cosas volverán pronto a su lugar.
—Anastasia era mucho más que una sumisa, ella era mi novia. Y no la he
‘sacado de mi vida’. No quiero una maldita nueva sumisa. Quiero a Anastasia.
Sólo a ella —. Le grito a Elena.
— ¡Christian Cálmate! Esto es exactamente lo que yo temía que sucedería si no
tienes tus necesidades atendidas adecuadamente. Tu frustración saca lo peor
de ti, y te hace salvaje e irracional.
Las palabras del Dr. Flynn vuelven a mí. Ha despertado mi curiosidad.
— ¿Por qué me hiciste tu sumiso, Elena? Ya sabes, cuando yo era un joven
muchacho de quince años y estaba en tu patio trasero. ¿Qué has sacado de
ello?
—Vi un gran potencial en ti. Sabía que funcionaría para ti, sabía exactamente
lo que necesitabas, una mano muy firme para ponerte derecho. ¿Y estuvo bien,
no fue así? Mírate ahora, uno de los hombres más ricos, uno de los jóvenes con
mayor éxito de Estados Unidos, y, sin embargo, podrías fácilmente haber
terminado en la morgue, tal como actuabas, si no hubiera intervenido cuando
lo hice.
—Sí, pero ¿Qué pasa contigo personalmente? ¿Qué sacaste tú de esto? ¿Cómo
entraste tú en este mundo, para empezar? — Persisto. Nunca he cuestionado
nada sobre ella, lo he dado por sentado, pero Flynn ahora me ha dado en qué
pensar.
— ¿Lo que me ha llevado a esto? Tú sabes que nunca me ha gustado la basura
patética de los corazones y las flores. Desde muy temprana edad en mi vida me
di cuenta que eso no significa nada para nadie, es patético y no es la realidad.
Todo se basa en nuestras necesidades y nuestros deseos sexuales, eso son
ahora la realidad. Así es como nuestros cuerpos están diseñados, y cuanto más
entendemos nuestro cuerpo y cómo maximizar su placer, mejor son las cosas.
Sin complicaciones, sin desordenes. Yo tenía mis necesidades sexuales, que
Linc pronto perdió interés en satisfacer. Así que me puse a buscar otras
maneras de satisfacer mis necesidades. Y del mismo modo que con el tiempo él
descubrió su naturaleza dominante, también yo lo hice. Así que cuando me
enteré por tu madre de todos los problemas que estaba teniendo contigo, me
sentí intrigada. Me gustan los retos, y cuando te conocí en mi patio, sólo sabía
que podía funcionar perfectamente entre nosotros dos, si yo tomaba tu control.
— ¿Así que nunca has estado enamorada? — Pregunto.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
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—No seas ridículo, por supuesto que no. Oh, espera un minuto. No me digas
que realmente imaginas que estás enamorado de esta chica, esta Anastasia, ¿es
así Christian?
—Eso es lo que Flynn me dice. Él dice que por eso me duele tan jodidamente
que Anastasia me haya dejado, porque estoy enamorado de ella. Elena, me
estoy muriendo, estoy en una jodida agonía de mierda, porque se ha abierto
ahora un gran agujero en mi vida. Todo lo que sé es lo que realmente quiero
que vuelva, y estoy pensando que tal vez voy a hacer todo lo que sea necesario.
Ya sabes, no esperar que ella acepte y haga todo lo que a mí me gusta. Voy a
tratar de estar con ella sin toda la mierda pesada.
Creo que esa es la decisión que más me conviene provisionalmente, mientras
espero si ella puede hacerlo. Ahora me toca esperar su reacción, aunque estoy
bastante seguro de cuál será.
—Christian, esto es sólo un caso de querer lo que no se puede tener. No
importa lo que te diga Flynn, él es sólo un británico creído, un don nadie, el
último de una larga línea de psiquiatras que quieren sacar provecho de ti con
su última teoría. Como la TESB o que ella tenga razón. Realmente no sé por qué
te molestas, él no te conoce como yo. Ya sabes lo que te gusta, la emoción de la
persecución en todos tus tratos comerciales, y esto no cambia. Te aburrirías en
una relación vainilla dentro de unas semanas, y entonces estarías de nuevo
frustrado y enojado. Confía en mí, sé de lo que estoy hablando. Te conozco
mejor que nadie, no lo olvides, incluso mejor que tu madre.
¿Elena me está manipulando? ¿Por qué está tan segura que no hay manera de
resolver las cosas con Anastasia? John parecía muy positivo, confiando en que
por lo menos vale la pena intentarlo. Ahora estoy realmente confundido otra
vez.
—No lo sé, Elena. Creo que sólo necesito un poco de tiempo para tratar de
resolver las cosas en mi cabeza, ¿sabes?
—Está bien, pero confío en que pronto volverás a tus cabales. Basta con pensar
en todas las cosas que te gusta hacer, y cómo una buena sumisa cumplirá para
darte exactamente lo que necesitas. Tal vez en un par de días, podemos
empezar a seleccionar una para ti, y pronto quedará todo resuelto y volveré a
tener a mi viejo amigo de vuelta. Controlador, fresco, y tranquilo.
—Adiós, Elena —. No puedo soportar escuchar más su charla acerca de una
nueva sumisa, así que terminamos nuestra llamada.
~~~
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G.E. Griffin
¿Realmente quiero ser mi viejo yo de nuevo? ¿O quiero probar algo nuevo, algo
que pudiera ser aceptable para Anastasia? Esa es la pregunta en la que pienso
mientras paso la tarde del sábado armando el modelo Blanik L23 que me
regaló.
Tengo la música de mi iPod en reproducción aleatoria mientras trabajo, y hoy
muchas de las canciones parecen tener un mensaje para mí. Una de Taylor
Reid Morgan ‘¿Por dónde empezar?’, ‘Punto de equilibrio’ de The Script. 'Iris' de
The Goo Goo Dolls. Y luego de Michael Buble ‘Nunca encontrarás otro amor
como el mío’. Supongo que la confusión emocional ayuda a las personas
escribir grandes canciones.
Es complicado el encajar todas las piezas pequeñas de este modelo,
especialmente debido a las banditas que tengo en los dedos debido a los cortes
de los cristales rotos. Pero eso es bueno, porque significa que tengo que
concentrarme. Quiero hacer las cosas bien, en primer lugar porque soy un
perfeccionista, y en segundo lugar, porque es un regalo precioso para mí de
Anastasia. Un recuerdo de un momento feliz. Tengo su nota apoyada en mi
escritorio.
Esto me recuerda un momento feliz
Gracias
Ana
Yo no soy un jugador de equipo, lo confirma mi dolorosa experiencia en el
equipo de remo de Harvard, donde terminé remando en solitario después de
pelearme constantemente con el resto de miembros del equipo cuando se
comportaban como pollas con patas. Pero descubrí que fue mucho más
divertido para mí compartir el vuelo en planeador con Ana, que ir en solitario.
Siempre he sido una persona muy solitaria, feliz conmigo mismo, pero resulta
que realmente me gustaría tener más días como ese con ella.
Compartir. ¿Cuál es el sentido de todo lo que tengo, todo el dinero y las
posesiones, si no tengo a alguien especial con quién compartirlo? Con alguien
que se lo merezca, como Anastasia. Obras de arte valiosas cuelgan de mis
paredes. Tengo mis propios helicóptero y jet privado. Coches deportivos. Un
apartamento de escándalo aquí en Seattle, casas en Nueva York y Aspen.
Y sin embargo, este modelo de planeador, con lo poco que cuesta, unos pocos
dólares, significa el mundo para mí, debido a quién me lo dio. Una vez que
termino, lo pongo en un soporte y lo dejo en mi escritorio, en un lugar
privilegiado donde admirarlo. Me encanta.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Quiero enviarle un email para darle las gracias, y empezar una de nuestras
conversaciones ingeniosas por correo electrónico que siempre me hacen sonreír,
pero por supuesto con su MacBook aquí, delante de mí, no tendría sentido.
Echo de menos eso, me encanta su sentido del humor, pero creo que ella no
quiere saber nada de mí. Tal vez sea demasiado tarde para intentarlo de nuevo,
incluso si hago lo que Flynn sugiere y le hago una nueva oferta. Tal vez Elena
tiene razón, tal vez debería olvidarme de ella y seguir adelante, encontrar una
nueva sumisa. Pero simplemente no puedo.
Entonces el Blackberry de Ana vibra, y cuando miro, veo que tiene un nuevo
mensaje de texto. Supongo que ella se ha olvidado que todas sus llamadas y
mensajes están siendo enviados a este teléfono. Es bastante despistada con
cosas como esta.
Por supuesto miro para ver de quién es el mensaje. Kate.
*Tenemos una temperatura de 30C aquí. Espero k estés bien.
No dejes q l bastardo obscenamente rico te machaque.
Patéale los huevos de mi parte si lo hace. Kate *
Típico de Kate. Creo que ella querría que me diera más que una patada en las
bolas si supiera de la paliza que le di a Ana como castigo en mi cuarto de
juegos anoche. Está bien, Kate, Ana me ha arrancado el corazón en tu lugar.
Me pregunto cuánto tiempo pasará antes de que Ana se dé cuenta de que no
está recibiendo ningún mensaje ni llamadas. Bueno, hasta que lo haga, puedo
controlarla. Por supuesto, su teléfono está casi muerto, así que lo pongo a
cargar.
El equipo de vigilancia se ha sentado frente a su apartamento todo el día, e
informa que nadie ha entrado ni salido. Empiezo a preocuparme y les ordeno
que busquen alguna manera de que ella se acerque a la puerta y así puedan
comprobar que se encuentra bien y no le ha pasado nada. Me informan que se
han hecho pasar por una entrega con la dirección equivocada, aunque ella no
les has hecho mucho caso y solo les ha dicho que se habían equivocado de
dirección. No puedo ver muy bien las fotos que han tomado, pero por lo que
parece está bien y se ha puesto su viejo pijama. Bien.
La señora Jones me hace macarrones con queso para cenar. Ella sabe que este
es uno de mis platos favoritos y lo hace con frecuencia para mí. No tengo
apetito, pero me lo como por consideración, y luego le ordeno que salga de la
cocina y se vaya a su propia sala de estar.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
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—Por favor, señora Jones. Ya se ha excedido en sus funciones. Voy a estar
trabajando en mi estudio durante un rato, y luego me iré a la cama. Insisto.
—Si está seguro, señor Grey. Pero si hay algo, cualquier cosa que necesite, por
favor no dude en llamar. ¿Cómo están sus manos, señor?
— ¿Mis manos? ¿O se refiere a los cortes? — me miro las manos. —Están bien.
Gracias por curármelos. Fui muy imprudente, y me disculpo si los alarmé a
Taylor y a usted innecesariamente. Todo fue un malentendido —, trato de
tranquilizarla. Por la mirada dudosa en sus ojos puedo ver que no está
convencida, y de mala gana se dirige a su sala de estar.
Taylor está en su oficina como de costumbre. Lo veo ajustar los ángulos de
algunas de las cámaras de circuito cerrado, bajo el pretexto de 'mantenimiento
ordinario'. Sospecho que él está intentando de controlarme más de cerca.
Vuelve a DEFCON1. Si esto continúa, voy a tener que pedirle que se vaya,
porque va a conseguir que me vuelva loco aunque sé que simplemente está
haciendo su trabajo. Y lo está haciendo jodidamente bien, eso es lo malo.
De vuelta en mi estudio, veo que hay un montón de trabajo para revisar en mi
portátil. Hay algunos mails que necesitan mi atención inmediata, otros los
puede tratar Ros. Espero que no se pregunte el por qué, pero es más fácil para
mi ahora que ella lidie con ellos, y es mucho más que capaz de eso, es por eso
por lo que es mi segunda al mando.
Me ocupo personalmente de todo lo relacionado con la compra del SIP. Pase lo
que pase entre Anastasia y yo, voy a seguir controlando todos los aspectos de
su vida siempre que me sea posible, para garantizar su seguridad y bienestar.
Eso es lo que los acosadores y los fanáticos del control hacemos. Así que,
naturalmente, voy a estar más ocupado si cabe.
~~~
Retraso el mayor tiempo posible el momento de irme a la cama, sabiendo que
va a parecer vacía y demasiado grande. Voy al cuarto de Anastasia, y me
acuesto en la cama que compartimos anoche. Entierro mi nariz en la almohada
para intentar retener los últimos restos de su dulce aroma especial. Me las
arreglé para detener a la Sra. Jones justo a tiempo cuando se disponía a
cambiar las sábanas. Ella me miró asombrada, pero hizo lo indicado y dejó la
cama como estaba.
El árnica y el Advil todavía están en la mesita de noche junto a la cama. Ana no
llegó a tomarse las pastillas ni me dejó darle un masaje con el árnica. Espero
que no esté muy dolorida hoy, con dolor físico ni mental. Parecía tan fría y
distante cuando se fue, como si ya me hubiera sacado de su vida. Ella dijo que
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
era para protegerse, ni siquiera me dejó tocarla. No puedo dejar de pensar y
abrigo la esperanza de que tal vez si pudiera tenerla en mis brazos de nuevo
sólo una vez más, a lo mejor volvería, y tal vez de alguna manera pudiéramos
arreglar las cosas. Pero en realidad sé que es imposible. Ahora no podré
abrazarla de nuevo, nunca más. No, a menos que pueda cambiar para ella. Y
no estoy seguro de que sea posible. La última vez que estuvo conmigo llevaba
una bata de baño, así que ahora me queda eso para poder aspirar su aroma. El
mejor aroma en el mundo entero. Anastasia.
Obviamente, voy a perderme el sexo increíble que teníamos, pero si me
pregunto realmente que es lo que más voy a echar de menos, es el dormir con
ella, y despertarme a su lado. Es realmente irónico, ya que siempre pensé que
me sería imposible compartir la cama con nadie, que siempre dormiría mejor
solo. Fue una verdadera sorpresa para mí descubrir que siempre duermo
mucho mejor con Anastasia a mi lado.
Tal vez sea porque estaba muy cansado, no había dormido en toda la noche, o
tal vez era el efecto calmante que el olor de Anastasia tiene siempre en mí, pero
sea como sea, caía en un sueño profundo con ella en la cama. Podía escapar del
mundo durante unas felices horas. Pero ahora todo ha vuelto a lo de siempre.
~~~
— ¿Dónde estás, pedazo de mierda? Tengo algo especial para ti. Vamos a ver, no
es bueno que te escondas, vas a hacer que el castigo sea peor para ti si tengo que
encontrarte.
Puedo ver que tiene la correa en la mano. Su cinturón de cuero color canela
favorito con la hebilla grande. Él me arrastra hacia fuera. Llevo apenas un par de
sucios pantalones cortos viejos y los golpes comienzan a llover sobre mi espalda
desnuda, los golpes son increíblemente dolorosos en mi piel.
Él huele a whisky barato y a tabaco. Cuando por fin ha terminado de golpearme,
enciende un cigarrillo, y mientras sigo acostado de espaldas en el suelo
gimiendo, descansa su bota encima de mí para mantenerme en el sitio.
Poco a poco, va fumándose su cigarrillo, tomándose su tiempo, y una pequeña
sonrisa cruel juega alrededor de su boca. Cuando ha terminado, miro con horror
como él acerca el extremo ardiente de la colilla hacia mí. Poco a poco siento como
se me sale el corazón por la boca de terror, mientras él se ríe de mis gritos de
dolor.
Por el rabillo de mi ojo, puedo ver a mi mamá sentada acurrucada en un rincón,
completamente fuera de sí. Trato de llegar a ella, para que me ayude, pero ella
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G.E. Griffin
sólo me mira ciegamente en su estupor inducido por las drogas. Le grito,
rogándole que me ayude....
~~~
Me levanto bañado en sudor, me desperté por mis gritos. Mientras estoy
sentado en la cama, veo a Taylor en la puerta.
—Está bien. Sólo una de mis pesadillas recurrentes —, explico. Él sabe muy
bien a lo que me refiero, normalmente no suele venir a verme, pero obviamente
DEFCON1 incluye la comprobación del jefe cuando está teniendo una pesadilla.
—En serio. Sólo déjame. Por favor —. Poco a poco se va, sacudiendo la cabeza,
creo.
Me deslizo hasta el lado de Ana de la cama, pero por supuesto ella no está allí.
Trato desesperadamente de aspirar su olor en la almohada, pero no puedo
encontrar su esencia, parece haber desaparecido. El dolor y la pena que siento
son abrumadores e insoportables. Entonces siento que las lágrimas empiezan a
brotar. Ella realmente se ha ido. La he perdido. Ella me ha dejado. Sollozo en la
almohada, al igual que ella lo hizo ayer. Un flujo de lágrimas sin control surca
mi rostro, al igual que los sollozos sacuden mi cuerpo. Por fin se han abierto las
compuertas emocionales para liberar el dolor, el horror y la sensación pérdida
que he mantenido encerrados durante tantos años. Tengo la sensación que el
dejarlo es reparador, pero también inmensamente doloroso, y me alegro de que
no hay nadie aquí que pueda verme así.
Y luego, de pronto me golpea, con un sobresalto repugnante. El cinturón que
instintivamente opté por utilizar para su castigo. El cinturón con el que golpeé
a Anastasia ayer. Es el mismo que el de mi sueño, el cinturón con el que
siempre me golpeaba. Me he convertido en él. Estoy tan enfermo como él. Eso
es lo que ella sintió cuando la azotaba. Asustada y dolorida, como me sentía yo
cuando era ese niño al que golpeaban para aliviar sus frustraciones.
Mi mundo enfermo es peor de lo que pensaba. Esto está mal. Esto tiene que
acabar. Flynn está en lo correcto. Este ciclo de violencia y de abuso tiene que
acabar. De alguna forma tengo que encontrar las fuerzas para luchar contra mi
adicción a infligir castigos dolorosos, al igual que un alcohólico tiene que luchar
contra su adicción al alcohol. Y tengo que esperar y rezar para que de alguna
manera pueda convencer a Anastasia de que me perdone y me dé otra
oportunidad.
338
Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Capítulo 29
Purgatorio - Parte 3
Destello de amanecer
"La senda de los justos es como el primer destello de la aurora, que
va en aumento hasta la plena luz del día."
D
espués de mi difícil comienzo en la vida, siempre me he visto
obligado a tener éxito, para tener el control total de cada aspecto
de mi vida, esforzándome al máximo. Mi objetivo es siempre
sobresalir en todo lo que hago, ser el mejor, lograr siempre las metas muy altas
que me propongo. La música, tocar el piano no es diferente.
Por supuesto, no puedo volver a dormir después de mi pesadilla. Nunca puedo.
Así que, como de costumbre, toco el piano. Necesito algo técnicamente difícil,
algo en que tenga que concentrarme realmente, para arreglar mis ideas otra
vez, y tratar de restaurar mi equilibrio después de mi momento impactante de
auto-revelación cuando me di cuenta de que me he convertido en el abusador
sádico de mis pesadillas.
Selecciono 'Gaspard de la Nuit', de Maurice Ravel. El movimiento Scarbo es
considerado una de las piezas para piano más difíciles que se han escrito en
solitario, lo que refleja el estado de ánimo de pesadilla del poema en que está
basado. Se adapta perfectamente mi estado de ánimo atormentado.
Pero todavía no puedo escapar de mis pensamientos. En mi vida empresarial,
con el fin de llegar a ser tan exitoso como lo he hecho, he aprendido muchas
técnicas de manipulación y coerción con el fin de impulsar un trato y conseguir
lo que quiero. En mi vida privada, bajo la tutela experta de Elena, me he
convertido en un maestro en todas las técnicas sexuales posibles para dar a
una mujer un inmenso placer. He pasado a convertirme en un dominante, y
desarrollé las técnicas y las habilidades necesarias para satisfacer mi apetito
por el sadismo sexual.
He utilizado todas estas habilidades en Anastasia. Una joven virgen inocente e
ingenua, ella nunca tuvo una oportunidad contra mí. He abusado de la
atracción física, el magnetismo sexual entre nosotros con el fin de utilizarla
para mi propio placer depravado, diciéndome que era una adulta
completamente consciente y que había consentido, al igual que las quince
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
sumisas anteriores que he tenido. Pero la diferencia era que todas sabían
exactamente lo que estaban aceptando. Todas habían buscado activamente un
dominante, debido a que en realidad ansiaban el dolor que tenían bajo mi
control. Libremente se entregaron a mí para convertirse en un instrumento de
mi voluntad, queriendo solo complacerme.
Ellas, como masoquistas, me necesitaban, tanto como yo sádicamente las
necesitaba. Nunca me pregunté por qué tenían esa necesidad, igualmente
jamás revele por qué me gustaba castigarlas.
En comparación con esas mujeres, Anastasia no tenía ninguna experiencia en
la que basarse, como yo sabía muy bien, así que ¿cómo podía ella darme su
consentimiento para algo en lo que ella no tenía una concepción real? La atraje,
la seduje, utilicé todos los trucos que sabía con ella, hasta que incluso creyó
estar enamorada de mí. Y en el fondo, sabía que estaba mal, pero yo,
egoístamente, continué de todos modos.
Peor aún, fui arrogante y complaciente. Después de haberlas utilizado para mis
necesidades cuidé de manera tan eficiente como pude de las quince anteriores.
Negligentemente la primera vez que le pegué a Anastasia no tuve en cuenta su
inexperiencia como sumisa. Pasé por alto el hecho de que todo lo que me dijo
acerca de que estaba bien no era cierto, por supuesto que necesitaba mi apoyo
para ayudarla a través de la inevitable confusión que experimentó entre el
conflicto del dolor y del placer erótico a través de su cuerpo al mismo tiempo.
Fue una experiencia totalmente nueva y desconcertante para ella, y en
retrospectiva, era obvio que no debería haberla dejado sola esa noche, pero lo
hice. Sin embargo, ella aun volvió a por mas, y me lo volvió a permitir de muy
de buena gana. Qué vergüenza, Grey.
Y lo peor de todo, me dejé llevar lejos de forma totalmente egoísta en la noche
del viernes, cuando la castigué con el cinturón. Me encontraba perdido en un
momento de placer erótico cuando la golpeé, no comprobé si había necesidad
de usar las palabras de seguridad, porque estaba demasiado ocupado
disfrutando de mí mismo. Imperdonable.
Así como el chulo de la puta drogadicta me golpeaba con un cinturón de cuero,
yo a su vez le pegué a Anastasia con un cinturón de cuero, puramente para mi
propio placer, no el de ella. Le pegué exactamente de la misma forma que él me
pegaba, porque soy un enfermo y un pervertido. Traté de moldearla para
satisfacer mis gustos sádicos, y al hacerlo, corrompí y rompí nuestra relación
en ciernes.
Así que, ¿Podría reconstruirse? ¿Podría convencerla de que empecemos de
nuevo, de que me dé otra oportunidad? La pregunta es, ¿Puedo curar mi
enfermedad? ¿Quiero ser curado? Esto es lo que soy, lo que necesito, lo que me
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
gusta. ¿No es así? ¿Podría intentar gobernar sobre mi sádica necesidad de
castigar? ¿Puedo renunciar a la emoción y la euforia que me proporciona el
infligir dolor? Si la respuesta es no, ¿entonces puedo enfrentar la vida sin
Anastasia? ¿Y alguna vez ella consideraría darme una segunda oportunidad de
todos modos? No tiene ningún sentido, no lo hará, Grey. Es mejor deshacerse de
un psicópata como tú.
Acabo de tocar la difícil pieza musical, y no he podido aclarar mi cabeza acerca
de cómo equilibrarlo todo. Elena me ha guiado y me ha aconsejado durante
mucho tiempo. Ella me conoce tan bien, por lo que seguramente no puede estar
equivocada en su evaluación de que tengo que tener mis necesidades cubiertas,
que el sexo vainilla simplemente no es suficiente para un hombre como yo. Ella
debe estar en lo cierto, ¿no es así? ¿O es que ella está tan jodida como yo? Eso
es lo que Flynn básicamente me estaba diciendo de ella, ¿no?
Flynn expuso una causa lógica y razonable, allanando el camino para todo tipo
de posibilidades futuras con Anastasia que serían para su beneficio, así como
para el mío. Le puedo dar mucho. Podría mostrarle mundo. Podría cuidar de
ella. Si puedo cambiar. Pero eso es un poderoso gran 'Si'.
Sin poder hacer nada más, me cambio rápidamente y me dirijo hacia abajo, al
gimnasio del Escala, haciendo caso omiso de Taylor que camina detrás de mí y
me sigue hasta abajo. A esta hora temprana de la mañana, el gimnasio está
desierto, así que apenas estamos nosotros dos, él está actuando como mi
maldita sombra y parece querer meterse en mi cabeza. Normalmente hay un
ambiente tranquilo y relajado entre nosotros, pero las cosas se sienten tensas y
raras hoy y eso me molesta. Mientras ambos levantamos pesas, me dirijo a él
para tratar el tema.
—Creo que tú y la señora Jones malentendieron los acontecimientos de ayer
con respecto a mi seguridad, Taylor, pero realmente no hay necesidad de que
ninguno de ustedes se involucre. Solo tengo muchas cosas en mi cabeza en este
momento, eso es todo. Y en el futuro, no me vas manejar de nuevo, y solo te
referirás a mí como Sr. Grey o señor. ¿Está claro?
Le estoy recordando los límites que establecimos cuando lo contraté, sólo
porque tuviera veintitrés años, no quería que pensara que no esperaba ser
tratado con el debido respeto como su jefe. Retrocede, Taylor. No empecemos a
ser demasiado familiares. Dándome asesoramiento personal, por el amor de
Cristo.
—Por supuesto, Sr. Grey. Lo siento si mis acciones han sido consideradas como
innecesarias, pero mi primer deber es siempre garantizar su seguridad
personal. Mi evaluación profesional de la situación que se presentó ayer por la
mañana fue que debía actuar primero y preguntar después, dadas las
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
circunstancias y la naturaleza volátil de su comportamiento anterior. Tengo
entendido que el Dr. Flynn volverá de nuevo esta mañana correcto, señor.
Sus afilados ojos marrones se encuentran fríamente con los míos, y no me deja
la menor duda de que no voy a intimidarlo. Taylor no acepta la mierda de
nadie, ni siquiera de mí al parecer, cuando se trata de llevar a cabo sus
funciones. Está claro que él se está tomando sus responsabilidades
jodidamente en serio y que no va a retroceder todavía. Sí, está bien, entendí el
mensaje, Flynn se ha preocupado demasiado. Te has anotado un punto
sutilmente Taylor, pero no creo que seas tú quién toma las decisiones aquí.
Le echo un último vistazo y abruptamente dejo las pesas en su lugar y salgo del
gimnasio.
~~~
Puedo comprobar los informes de vigilancia. Anastasia todavía no ha salido de
su apartamento. Reviso el teléfono, solo hay un mensaje de texto de Kate
preguntándole por qué no ha respondido al último. De momento me he
duchado y luego me como el desayuno cortesía de la señora Jones, que sigue
insistiendo en prepararme a pesar de ser fin de semana; y cuando acabo
aparece John Flynn.
—Se me ocurrió venir más temprano, sabiendo que no eres alguien que duerma
hasta muy tarde —, dice alegremente mientras se pasea tranquilamente por la
cocina después de que Taylor le mostrara el camino, quien, junto con Gail,
rápidamente sale de la cocina, la discreción es su mayor virtud. No hay duda de
que están exhalando un suspiro de alivio que alguien más se ocupe del jefe por
un rato.
—No lo puedes evitar, ¿verdad? Apuesto a que es porque no puedes esperar a
hacer una visita guiada por mi cuarto de juegos, ¿no es cierto John?
—Tiene que ser eso, Christian —, asiente con una sonrisa irónica, mientras
estudia mi rostro. No pasa por alto el hecho de que no me he molestado en
afeitarme desde hace varios días, y me imagino que la falta de sueño es
también evidente en mi cara. No puedo ocultar que me veo y me siento como
una mierda.
Le ofrezco una taza de café.
—Prefiero el té por favor, si lo tienes —. Por supuesto, el tipo es muy británico.
Abro el armario, y allí justo en frente de mí está la caja de te Twining’s English
Breakfast.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
El favorito de Anastasia.
Le di instrucciones a la señora Jones para que siempre hubiera en la despensa,
especialmente para ella. Me quedo helado. Literalmente. Solo un pequeño
recordatorio es suficiente para deshacer todas las medidas de distracción que
he tomado desde que me desperté esta noche, solo, en mi cama vacía después
de mi pesadilla, que tan dolorosamente me recordó que ella se había ido.
Ahora recuerdo de nuevo que Anastasia me ha abandonado, y el insoportable
dolor es como un cuchillo clavándose en mi corazón. Es una jodida agonía. Yo
no sabía que se podía sentir tanto dolor y seguir vivo. Es mucho peor que
cualquier dolor físico que haya experimentado alguna vez. ¿Cómo diablos puedo
parar esto?
Con la bolsa fuera. Negro y no muy cargado, así es como se toma su te. Solo un
par de infusiones rápidas de la bolsa de té.
Ella no bebe café.
Ella no sabe mucho sobre el vino o el champán, pero disfrutamos de todo lo
que había seleccionado para que probara, así que creo que es probable que
tenga un buen paladar, que fácilmente podría ayudar a desarrollar. Me gusta
que ella se adelante, que sea honesta y abiertamente admita que no sabe nada
de estas cosas.
Odio a la gente que finge que son expertos cuando no saben una mierda. Me
gustaría guiarla y enseñarle todas las cosas buenas de la vida.
Le gustaron las ostras que le di a probar, también fue una primera vez para
ella. Ella felizmente las probó, a pesar de que puede ser un gusto difícil. Eso me
gusta de ella, que tiene la mente abierta para intentar una nueva experiencia
culinaria, si se lo recomiendo fuertemente. Hay muchos otros alimentos
maravillosos que conozco que disfrutaría probándolos. Me gustaría disfrutar a
educarla en todos ellos.
Se dio cuenta de mi colección de pinturas Trouton en su primera visita a mi
oficina, su comentario acerca de ellos “Elevando lo ordinario a extraordinario”
muestra que ella tiene un buen ojo para el arte, creo. Esa descripción se podría
aplicar a ella. Ella es extraordinaria. A ella le gustaría visitar galerías de arte.
Podría llevarla a las mejores exposiciones. Realmente me gustaría. Me gusta
escuchar su opinión acerca los diferentes tipos de arte que me gusta
coleccionar, pinturas al óleo, acuarelas, esculturas, toda clase de arte. Ella
tiene una mente ingeniosa, vivaz. Me gusta eso de ella también.
343
Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Fue genial llevarla a planear, iba a llevarla también a navegar. Me gusta mucho
eso de ella, que es valiente y aventurera, dispuesta a probar nuevas
experiencias, a pesar de que ella parece una pequeña chica tan delicada a mi
lado. Eso me gusta de ella también, y me gusta la sensación de su pequeña
mano en la mía. Ella me hace querer protegerla y cuidarla. Realmente me
gustaría cuidar de ella adecuadamente.
Hay tantas experiencias que podríamos haber disfrutado compartiéndolas
juntos. Hubiera sido divertido, divertido para los dos. Ahora me va a parecer
aburrido hacer esas cosas yo solo. Todo va a ser tan jodidamente aburrido sin
ella. Y ninguna de estas cosas tiene algo que ver con el sexo, me estoy dando
cuenta.
Haga lo que haga para tratar de evitar el tema, echo de menos
desesperadamente a Anastasia y la quiero de vuelta. Esa es la simple y
dolorosa, honesta verdad. Por eso me duele tanto. Nunca sabes lo que tienes
hasta que lo pierdes. Con todas mis sumisas anteriores, era solo sexo, con
Anastasia es mucho más que follar, sin embargo, eso también era genial.
Siempre puedo conseguir un polvo decente, sin ataduras de ningún tipo,
siempre que quiera, no hay problema. Todo lo que tienes que hacer es contratar
a una nueva sumisa. Sería tan sencillo, nada de esta complicada, sucia mierda
emocional. Elena aún me ayudaría a seleccionar una. Tan simple y fácil. Pero
ya no es lo que quiero y no tiene atractivo para mí en absoluto.
Anastasia. Mi novia. Eso es lo que de verdad, desesperadamente, quiero. Quiero
que mi novia vuelva. No hay nada más que hacer. Solo ella. Soy solo una
cascara vacía sin ella. Puedo ver que mi vida se extiende por delante de mí en
un abismo eterno formado por una noche perpetua.
— ¿Christian?
De vuelta al presente. Estoy allí de pie mirando el armario como un completo
retrasado mental.
—No te preocupes, el café estará bien —, dice Flynn en silencio, mientras se
sirve una taza. —Así que, ¿cómo dormiste anoche?
— ¿Cómo crees? — le respondo bruscamente, cerrando la puerta de la alacena
y me vuelvo a mirarlo. Contrólate, Grey y deja de beber los vientos por ella. Se
ha ido. La cagaste.
— ¿Entonces tus pesadillas todavía son un problema, no?
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
—No te pago para decir lo obvio. Por supuesto que todavía son un maldito
problema. Afortunadamente puedo funcionar con una cantidad mínima de
sueño.
— ¿Y tú pesadilla… sigue siendo la misma?
—Sí, excepto que esta vez me he dado cuenta... — Casi no me atrevo a
reconocer la importancia de lo que he entendido. Me siento mal del estómago
por lo que voy a confesar.
— ¿Qué? ¿Qué pasó que fue diferente esta vez?
—No hay nada diferente, excepto que... el cinturón. El cinturón de cuero con el
que el chulo de la puta drogadicta siempre me pega. Me di cuenta de que tengo
uno igual. Y es el que yo instintivamente escogí para castigar a Anastasia. De
todo en mi cuarto de juegos, eso fue lo que elegí para golpearla.
Automáticamente agarré ese cinturón de cuero especialmente porque es uno de
mis favoritos. Me he convertido en él. Soy tan bastardo y pervertido enfermo
como lo era él, disfrutando de cada golpe hasta sacar la mierda de ella, así es
como a él le gustaba golpearme.
—Ya veo. ¿Y encuentras con que la idea te repugna?
— ¡Por supuesto que sí!
—Y sin embargo, no cabe duda de que has usado este cinturón muchas veces
antes, junto con todos los otros elementos que tienes ¿con todas sus sumisas
anteriores?
—Bueno, sí, por supuesto, pero es diferente con Anastasia.
— ¿Por qué? ¿Por qué es diferente con ella?
—Porque... ella es diferente.
—No, Christian, yo diría que es porque la ves de otra manera, a causa de tus
sentimientos hacia ella. Estoy seguro de que todas tus sumisas anteriores eran
también mujeres inteligentes, jóvenes y atractivas, y todas estaban conformes y
firmaron voluntariamente un contrato aceptando los términos y condiciones,
simplemente las veías como objetos a los que utilizar para tu gratificación
sexual. Y porque era totalmente consensual, no sentías ninguna culpa o
remordimiento en usarlas de esa manera.
—Entonces, ¿Qué estás diciendo acerca de Anastasia?
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
—Estoy tratando de que reconozcas lo que estás sintiendo, que es tu amor por
ella, ya estás cambiando tus percepciones. Debido a que Anastasia no
encuentra este tipo de comportamiento extremo aceptable, eso te afecta en gran
medida. El proceso de cambio ya ha comenzado, te des cuenta o no. ¿Puedes
realmente volver a ser como eras antes? ¿Serías feliz continuando exactamente
de la misma manera, después de haber vislumbrado las posibilidades de otro
estilo de vida? No lo creo. Así que ¿por qué no aceptar este cambio, la
comprensión de que no quieres ser ese hombre que usa un cinturón para
infligir dolor a una mujer renuente, el que posteriormente determine que la
experiencia fue profundamente perturbadora? Aprovecha esta oportunidad de
trabajar en la búsqueda de un camino a seguir con Anastasia, claramente esto
es lo que quieres.
—Por supuesto que lo es, pero.... ¿cómo coño lo hago? Ni siquiera estoy seguro
de que pueda hacerlo —, le susurro. ¿Hay siquiera un minúsculo atisbo de
esperanza para mí?
—Christian, si decides hacer frente finalmente a tus demonios y hacer algunos
cambios, voy a estar ahí para apoyarte en cada paso del camino, te ayudaré a
trabajar hacia tus metas. Creo que al principio es probable que te sientas más
cómodo con este proceso si tomamos un enfoque dialectico, un debate lógico de
las ideas y opiniones. Tal vez pensar en tratar de resolver las cosas con
Anastasia en la práctica, como un tipo de contrato que estás negociando. Esto
realmente es una oportunidad de oro para que finalmente puedas avanzar, solo
si puedes ser lo suficientemente valiente, y te insto encarecidamente a no volver
atrás. En todo el tiempo que me has estado consultando, acababas en evasivas
y frustrantemente nunca comprometido a hacer ningún tipo de esfuerzo real
para hacer frente a tus problemas. Esto realmente puede ser lo mejor que te ha
podido pasar, el impulso que necesitas para sacudirte de tu complacencia y la
insistencia en que no se puede cambiar. Ahora, muéstrame tu cuarto de juegos,
por favor.
~~~
Abro la puerta y dejo que Flynn camine delante de mí.
Mi cuarto de juegos. Meticulosamente planeado y diseñado, ningún detalle al
azar. Cuando das latigazos, azotes o la concesión de cualquier tipo de paliza, se
necesita mucha habilidad y experiencia para juzgar hábilmente la correcta
colocación y la fuerza de cada golpe, y el ángulo del brazo también tiene que
tenerse en cuenta.
Esto hace que el posicionamiento de cada pieza del equipo, tal como el banco
de azotes, sea muy importante. Necesita estar colocado lejos de la pared, para
permitir una oscilación completa del brazo si se requiere para un golpe más
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
pesado, en lugar del movimiento de la muñeca que se utiliza para un toque más
ligero.
Cada pieza del equipo de aquí es de la más alta calidad. Tengo todo elemento
posible o juguete que podría querer usar. Mi propio refugio controlado,
personal, donde cada uno de los detalles hedonistas están creados para follar.
Joder, me encanta estar aquí.
O por lo menos siempre había sido así, hasta ahora.
Flynn entra y mira a su alrededor lentamente, sin decir nada. En gran parte la
misma reacción que Anastasia, la primera vez que ella entro aquí. Creo que es
tal vez conmoción. Esta es la primera vez que he vuelto aquí desde que
Anastasia me dejó, y me trae de vuelta algunos recuerdos muy dolorosos. Es
inquietante, así no es como generalmente me siento cuando vengo aquí.
Normalmente mi cuarto de juegos me calma y me tranquiliza, porque aquí
siempre tengo el control total.
Me quedo mirando el banco de azotes, recordando como Anastasia
obedientemente se puso en posición supina para mí. Se veía tan jodidamente
increíble con ese culo bonito a la espera que le diera el castigo que tanto
merecía. Pero eso no es excusa, no debí perder el control de la forma que lo
hice, perderme en el momento y no pensar en sus necesidades, así como en las
mías. Fue imperdonable. Muy cierto, Grey. Lástima que no lo pensaras en ese
momento. Ahora no va a ser capaz de perdonarte, y tampoco lo mereces. Y ella ni
siquiera sabe lo peor de ti, sin embargo. Simplemente deja que se vaya.
—Interesante elección de los colores para las paredes —, murmura Flynn. —
Casi un capullo. Como un útero. Muy interesante.
Se dirige a la rejilla que sostiene mis bastones, uno de cada longitud posible y
grosor. Él tímidamente los toca, a continuación, pasa a la cómoda de caoba. Me
mira pidiéndome permiso para abrir un cajón, y yo asiento como
consentimiento. Mira en los diferentes cajones, a su vez, dando a los juguetes
surtidos - tapones anales, bolas anales, pinzas en los pezones, las clavijas,
vibradores - una rápida mirada antes de cerrar suavemente cada uno de ellos
de nuevo. No me pide explicaciones de ninguno de los juguetes, ya sea porque
ya lo sabe, o porque prefiere no saber, no estoy seguro. En este punto, no creo
que sea especialmente relevante.
Mira para arriba a la rejilla de hierro suspendida del techo, y luego a los
mosquetones repartidos por todo el techo. Mira a la antigua cama con dosel
rococó, con las cadenas y los puños colgando por debajo de la cubierta. Me
encanta esta cama. Es una pieza realmente hermosa y sorprendente. Me costó
mucho tiempo encontrarla, una autentica antigüedad de ese tamaño y calidad
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
es muy difícil de conseguir. Puede ser que sea una cama, pero difícilmente uno
la llamaría acogedora, ya que, por supuesto, su propósito aquí no es el sueño.
Follarme a una sumisa encadenada extendida con las piernas abiertas es para
lo que sirve, al igual que el polvo realmente increíble que compartí con
Anastasia escuchando a Thomas Tallis. Dios, cuando tuvo su intenso orgasmo
se veía tan jodidamente hermosa. Fue verdaderamente una experiencia
increíble la que compartimos. ¿Nunca voy a experimentar eso con ella de
nuevo, o si?
—Esta habitación es difícilmente lo que la gente llamaría un cuarto de juegos,
Christian. Mi primera impresión es que es muy intimidante, asusta incluso, y el
hecho de que Anastasia no respondiera de inmediato huyendo y corriendo dice
mucho de su fuerza de carácter. Ella es una joven valiente —. Él está mirando a
los látigos que tengo en el estante mientras habla, junto con todas las
diferentes palas, flageladores y fustas.
Pero ahora mis ojos están inexorablemente en el cinturón. Ese cinturón. Que
como de costumbre está colocado cuidadosamente en el lugar que le
corresponde junto a la puerta, incluso en el estado de shock en el que me
encontraba después de que Anastasia me hubiera abandonado. Se trata de una
correa de cuero marrón de alta calidad con una hebilla grande, exactamente
igual que el de mi pesadilla. ¿Cómo no me di cuenta de esto antes? ¿Porque
nunca te detuviste a pensar en ella o analizarlo antes, o si, Grey? Pero estoy
seguro de que a nadie le molestaba antes, así que nunca le di mucha
importancia. No, porque todas tus sumisas anteriores amaban follar duro y ser
fuertemente flageladas por un experto y cualificado Dominante, como tú, ¿no?
¿No es así? Sobre todo cuando las hiciste contar y decir "Gracias, señor" cada vez
que tú las golpeabas, cada golpe dejando una preciosa y grande roncha roja
como prueba de tu obra. Por lo general, una buena ronda, incluso veinte veces,
¿no? Los mínimos seis golpes que le diste a Anastasia fueron en realidad una
introducción suave para ella, ¿no? Así que estabas siendo considerado con ella.
¿No lo fuiste? Pero no es así como se veían las cosas, y eso es lo que cuenta.
—Después de haberla golpeado y de que ella reaccionara tan mal, me dijo que
tenía que organizar mi mierda — le susurro a John lo que recuerdo de sus
palabras. —Ella estaba llorando y muy molesta, me preguntó si me gustaba
verla de esa manera.
— ¿Y te gustó?
—No, realmente no, no fue así. Me gustó verla aguantando el dolor por mí, y
realmente pensaba que estaba bien con eso, que el tomar mi castigo no era tan
malo como pensaba que seria. Estaba equivocado, pero no entiendo por qué no
dijo la palabra de seguridad. Porque entonces, por supuesto, me habría
detenido al instante, sin dudarlo.
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—Tal vez estaba intentando ser valiente, para hacer esto por ti. Dijiste que
Anastasia te dijo que te amaba, así que tal vez ella vio esto como una manera
de tratar de demostrarte su amor por ti.
—No metas al amor en esto. No tiene cabida aquí —, le digo con enojo.
—Estoy de acuerdo, es un concepto difícil en una habitación como esta. Para
un hombre como tú, con una necesidad muy fuerte de controlar, esta
habitación es lo último para 'follar controladamente', para usar tu terminología.
Pero a medida que comienzas a descubrirte a ti mismo, el acto de la relación
sexual es mucho más placentero y satisfactorio cuando realmente te preocupas
por la persona que está involucrada. Hacer el amor en vez de follar es mucho
más gratificante, cualquiera sea la forma de hacer el amor que puedas tomar.
Vuelvo a pensar en todos los diferentes tipos de relaciones sexuales, incluida la
vainilla, que he disfrutado con Anastasia, y sé que tiene razón. Siempre había
ese lazo increíble y esa conexión entre nosotros, así folláramos. Estábamos tan
bien juntos, nos satisfacíamos, y nos correspondíamos a la perfección. Ella es
la elegida. Está hecha para ti. Ella es tu compañera. Tu alma gemela. Solo tú la
has tenido, y así es como debería ser siempre. Ningún otro hombre debería tener
alguna vez la experiencia de enterrarse profundamente dentro de ella. Tienes que
reclamarla de vuelta. Hacerla tuya otra vez. El sexo nunca se ha sentido así
para mí con nadie antes. Fue un nivel diferente a cualquier otra experiencia
que he tenido, y he tenido muchas. Anastasia me ha encantado, me ha echado
algún tipo de hechizo. Flynn lo llama amor, idiota. ¿Qué te parece?
—Pero yo soy lo que soy, John. Y la cosa es que algunas de las cosas
pervertidas que hemos hecho, Anastasia realmente las disfrutaba, yo sé que
ella lo disfruto también —. Las bolas de plata, los azotes eróticos, la fusta, el
flogger, los ojos vendados. Estoy seguro de que encontró estas experiencias
extremadamente agradables y eróticas. Me gusta mucho que ella haya tenido
su mente abierta acerca de confiar en mí para hacer estas cosas con ella. Es
una pena que explotaras esa confianza y que llevaras las cosas demasiado lejos
¿no fue así Grey?
—Así que tal vez hay un camino intermedio. Eso es lo que hay que ver si puede
funcionar con Anastasia. Ese es tu punto de partida, tal vez, si puedes
conseguir que hable contigo otra vez —. ¿Podríamos arreglar algo? ¿Es posible?
—No lo sé. Quiero decir, ella comenzará su primer trabajo mañana. Tal vez
debería dejarla en paz, empezar de nuevo, que se olvide de mí —, protesto,
aunque las palabras son huecas, porque sé que no puedo hacer eso.
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Flynn también lo sabe porque solo me mira con las cejas levantadas y una
sonrisa sarcástica.
—Mira, te sugiero que la dejes instalarse en su primer día en su nuevo trabajo.
Entonces tal vez ella se ponga en contacto contigo. ¿No dijiste que ella dejó aquí
su portátil, por lo que no te puede enviar por correo electrónico? ¿Tal vez ella se
pondrá en contacto contigo en el trabajo, tal vez ella se está pensando las cosas
de nuevo?
—No, no creo que sea el caso. Tú no viste su cara cuando se fue. Ella había
tomado una decisión, estaba firme en que quería cortar todos los lazos
conmigo. Voy a tener que trabajar muy duro para convencerla de pasar incluso
una hora del día conmigo —. Aunque Taylor dijo que ella estaba muy molesta
cuando él la llevó de regreso a su apartamento, y él pensó que yo todavía podría
tener una oportunidad con ella. ¿Qué coño estoy pensando? Mierda ¿desde
cuándo puedo seguir un consejo personal de mi equipo de seguridad?
—El primer paso es simplemente tratar de abrir los canales de comunicación.
No apliques ninguna presión, solo tal vez pregunta cómo fue su primer día de
trabajo, ese tipo de cosas. Toma esto de vuelta al principio, a lo básico. Piensa
en cómo sería si la acabaras de conocer, y no hay ningún elemento BDSM.
Trata de actuar como si Anastasia no fuera una potencial sumisa, piensa que
ella es tu novia potencial, posiblemente así sea en el futuro si las cosas van
bien. Solo trata ese enfoque, ya que parece ser la forma lógica de proceder en
estos momentos.
—No lo sé. Voy a pensar en ello.
~~~
Y pienso en ello. Todo el día y toda la noche. Pienso en ello un poco más. De
acuerdo con la sugerencia de Flynn, trato un enfoque dialéctico conmigo
mismo, concentrarme en cuestiones prácticas, para ser lógico, tranquilo y
razonable para sopesar todos los factores en cuanto a si sería o no correcto
tratar de conquistar a Anastasia de nuevo. Olvidando mis deseos, ¿sería lo
mejor para ella? Tratar con todas mis fuerzas de dejar de lado por ahora todos
mis sentimientos personales egoístas, pienso en dejarla ir, para que pueda
comenzar de nuevo. Pienso largo y tendido sobre lo que esto significa en
realidad.
Sé que es un hecho que tiene muy poco dinero, por lo que tendrá que luchar
para lograr un nivel de vida digno, especialmente en SIP con esos salarios tan
bajos. Apenas come bien ahora, así que una vez que haya pagado su parte de la
renta y las cuentas para el apartamento que comparte con Kate, ella tendrá
muy poco dinero para comida o ropa. Yo sé que ella realmente no está
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G.E. Griffin
preocupada por las cosas materiales, y es exasperante, también la respeto por
ello. Pero eso no cambia el hecho de que yo podría fácilmente cuidar de ella si
me dejara, para asegurar que por lo menos come bien. Joder, tengo más dinero
a mi disposición que algunos países.
El pago en SIP está por debajo de lo que pago a mis internos en Empresas Grey,
y sin ninguno de los beneficios adicionales de los que mi personal disfruta. Me
gustaría que hubiera aplicado en mi empresa, pero por supuesto se negó
obstinadamente a considerar siquiera la posibilidad de trabajar para mí. Solo
que ahora ella lo hará, cuando la toma de posesión haya pasado, a pesar de
encontrarme con cierta hostilidad, gracias a un gran trabajo de Ros. Anastasia
no entiende todavía que siempre me las voy a arreglar para tener el control,
para que pueda cuidar de ella y de garantizar su bienestar, no importa como
salgan las cosas entre nosotros.
La estructura de sueldos en SIP es algo que tengo la intención de revisar en
cuanto tenga la oportunidad. Si pagas cacahuetes, tendrás monos. Si deseas el
mejor personal, tienes que ofrecer buenos incentivos. Por lo menos al ser dueño
de SIP, voy a poder controlar el progreso de Anastasia, aunque no pueda
interferir descaradamente, todavía no. Pero al menos puedo asegurarme de que
no se pasa por alto su progresión profesional, aunque estoy bastante seguro de
que a una mujer joven con sus habilidades le irá bien en todo caso, por lo que
no tengo intención de intervenir por el momento. Será divertido verla
conseguirlo por propio merito, en la medida que pueda permitirlo.
Pero no estoy feliz al saber que su nuevo jefe es un hombre, y no es mucho
mayor que yo. No hay nada en ninguno de los informes de inteligencia de Welch
sobre este Jack Hyde, lo que no me ha dado motivo alguno de preocupación,
pero mi primera impresión sobre él no es buena. Me parece extraño que
ninguna de sus asistentes anteriores ha estado en el trabajo mucho tiempo,
pero puede haber muchas explicaciones inocentes para ello, el sueldo de
mierda puede ser una de ellas. Pero sin duda alguna, a menos que este hijo de
puta de Hyde sea gay, cosa que no parece ser, querrá meterse en las bragas de
Anastasia, una mujer hermosa, sexy y joven como ella, ¿cómo no iba a querer?
Y Anastasia es tan ingenua que su jefe va a ser capaz de presionarla con total
facilidad. Ella necesita protección. Ella me necesita para protegerla.
También está José Mierda Rodríguez. No podría cuidar de ella adecuadamente,
desde luego, no es el adecuado para ella. No puedo tomar distancia y dejar que
arruine su vida por tener en una relación con él. Ella lo podría hacer mucho
mejor. Y no es solo por mi enorme y celosa vena del ancho de una milla. Pues
bien, lo que sea, pero en serio, no creo que le ofrezca el mejor camino a seguir
para una buena vida. Él no la haría feliz.
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Así que, ¿yo podría hacerla feliz? Sí, realmente creo que podría, si puedo apagar
el monstruo dentro de mí. Y me golpea con certeza absoluta que el cegador
alivio y el querer evitar este dolor insoportable que he estado experimentando
desde que me dejó, este es todo el incentivo que puedo necesitar para dejar de
depender de las acciones que siempre había necesitado hasta ahora.
Para tener a Anastasia de vuelta, haría cualquier cosa. Para evitar sentirme así
nunca más, haría cualquier cosa que me pidiera. Cualquier “más” que ella
quisiera, ella lo tendría. Podemos resolver esto. Vamos a resolver esto. Tiene
que haber una salida.
Ahora que he pensado en todo esto, por lo menos tengo una meta. Sé que no
será fácil, pero por lo menos tengo algo con lo que trabajar, algo de esperanza.
Voy a ser un hombre con una misión, convencer a Anastasia con sinceridad de
que puedo cambiar por ella, que quiero cambiar por ella. Voy a recuperarla.
Cueste lo que cueste. El tiempo que tome. Lo haré.
Cuando veo una llamada de Elena en mi BlackBerry, la envío directamente al
buzón de voz, porque no quiero que interfiera y juegue con mi cabeza de nuevo
ahora que me he dado cuenta de esto. No necesito su ayuda con esto. Esto es
entre Anastasia y yo. Tengo que mostrarle Ana que puedo hacer esto. Y lo haré.
Por supuesto, ahora tengo que seguir con algo de trabajo. Hay muchas
personas que dependen de mí. No puedo eludir mis responsabilidades por más
tiempo, solo porque he tenido una especie de crisis personal. Tengo que seguir
adelante con las cosas. Va a ser bueno para mí. Mañana es lunes. Tengo que
volver a mi rutina normal, mantenerme en la cima de todo. En control, como
siempre.
Cuanto más reflexiono y pienso en todo, más obvio se vuelve para mí. Anastasia
me necesita. Tengo que dejar de lado mis deseos sádicos y egoístas para
convertirme en el hombre que tiene que cuidarla y velar por ella, para darle el
tipo de vida que se merece y que tan fácilmente puedo darle. Puedo cuidar de
ella, yo siempre sería sincero, honesto y la trataría con respeto, y sin duda
nunca la engañaría, si ella solo me diera la oportunidad de demostrárselo.
Tengo que demostrarle que puedo cambiar, tengo que decidir. Y me lo digo en
serio, con cada fibra de mí ser.
Conquistarla de nuevo se ha convertido en el acuerdo más importante que he
tratado de ganar en toda mi vida. Este es el contrato más importante que jamás
haya negociado, y no voy a renunciar a ella sin pelear. Voy a conquistarla, no
importa lo que cueste. Tengo que hacerlo.
~~~
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No soy un hombre paciente. Normalmente soy el tipo de persona proactiva. No
espero un correo electrónico o un texto. Así que no estoy del mejor humor el
lunes por la mañana cuando no sé nada de Anastasia, a pesar de que ahora
tiene acceso al correo electrónico en el trabajo. Nada en absoluto de ella. Ahora
estoy preocupado de que en realidad ella no esté interesada en saber de mí, y
puedo sentir el desaliento furtivamente, pero Flynn me ha aconsejado que sea
paciente, trato de hacerlo lo mejor que puedo. Sin embargo, cada miembro de
mi personal inmediato ha sentido el borde áspero de mi lengua para la hora del
almuerzo, y me desquito en el gimnasio haciendo ejercicio para aliviar mis
frustraciones y evitar una huelga masiva de mi personal.
Veo en las fotos de vigilancia que ella toma el autobús para ir a su trabajo, por
supuesto, ella no tiene un coche propio, ya que obstinadamente se negó a
llevarse el Audi que le di. Mierda, hasta mi personal subalterno tiene a su
disposición un Audi para el transporte compartido, lo que me hace enojarme el
que ella no lo tomara, pero al menos significa que no puede ir muy lejos,
supongo. Al mal tiempo...
Sé que ella no salió de su apartamento ni una sola vez durante el fin de
semana, lo que significa que ella no comió o fue comprar todos los alimentos
necesarios. Tampoco hubo ninguna entrega de comida. Se ve pálida y
desaliñada, con ojeras. Me preocupa que el informe del equipo diga que no
compro comida en el almuerzo, sólo un café con leche. Sé lo que es eso. Estoy
seguro de que ahora ella no está comiendo bien en absoluto. ¿Cuánto tiempo
puedo dejar pasar esto antes de que tenga que hacer algo? Tengo que resistir
fuertemente la necesidad de dirigirme a verla e insistirle en verla comer algo.
Sus correos electrónicos de trabajo en SIP son una mierda administrativa, sólo
rutina, nada interesante. Y las únicas llamadas en su BlackBerry son de su
madre y de Ray, las dos acabaron en el buzón de voz, deseándole buena suerte
en su primer día en el trabajo. Es evidente que ella no ha estado en contacto
con ninguno de ellos para decirles que hemos roto. ¿Es una buena señal? Me
abstuve de decírselo a mi familia con la esperanza de que podamos arreglar
algo. También hay un texto de Kate porque ella no ha tenido una respuesta de
Ana y la regaña porque ella supone que probablemente dejó morir su teléfono
de nuevo. Ella conoce a su amiga demasiado bien, parece.
El Dr. Flynn me llama por la tarde para ver cómo estoy. Le digo que estoy
preocupado.
—No te asustes, Christian. Dale tiempo. Tal vez envíale unas flores para cuando
llegue a casa después de su primer día, para demostrarle que has estado
pensando en ella. Solo un gesto amistoso, no presiones ahora.
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Buen plan. Decido organizar este importante gesto yo mismo en lugar de
delegarlo en Andrea o en Olivia, después me paso un buen rato discutiendo
sobre qué tipo de flores enviar. Me inclino a enviarle un ramo enorme, pero me
preocupa que pueda parecer un poco exagerado y ostentoso para su gusto más
frugal. ¿Rosas rojas quizás? No, demasiado cliché y obvio. Finalmente llego a
un acuerdo sobre el envío de dos docenas de rosas blancas de tallo largo.
Espero que le gusten. Trato de ser casual y educado en la tarjeta adjunta. Esto
es lo que se me ocurre después de un ridículo número de intentos.
Felicitaciones por tu primer día en el trabajo.
Espero que todo saliera bien.
Y gracias por el planeador. Eso fue muy
considerado.
Tiene un lugar de honor en mi escritorio.
Christian
Sé por el equipo de vigilancia que le entregan las flores poco después de que
regresa del trabajo. Pero sigo sin saber nada de ella por la noche, y durante
todo el día martes y miércoles por la mañana. No hay respuesta en absoluto.
Nada. Esto no va según el plan. Esto no es lo que yo esperaba. Ella realmente
quiere cortar todos los lazos conmigo, pero justo cuando estoy pensando que es
imposible, el miércoles a la hora de almuerzo veo que llega un texto del
muchacho fotógrafo. Evidentemente, todavía no se ha acordado de que su móvil
sigue desviando a su BlackBerry.
Él quiere saber si va a ir a la inauguración de su exposición en la galería en
Portland la noche del jueves. El la llama ‘nena’, y se despide con un beso
después de su nombre. Retrocede, idiota. Ella no es su ‘nena’. Ella no es tu
nada.
Mierda, me acuerdo que me habló acerca de esta exposición de sus fotografías,
y me preguntó si quería ir con ella. Recuerdo lo nerviosa que estaba sobre
abordar el tema conmigo, mientras estábamos en la ducha juntos. Me gusta
mucho ducharme o tomar un baño con ella. Quiero hacerlo de nuevo, en breve.
La extraño tanto. Desde luego, no quiero que ella vaya a ver a José Mierda
Rodríguez sin mí allí. La idea de que el intente algo con ella de nuevo, obligando
su lengua hasta la garganta, y tocarla inadecuadamente una vez que ella le dice
que hemos roto me pone casi loco de celos.
A la mierda este enfoque relajado. He esperado el tiempo suficiente. Ella me
invitó a ir a la exposición, ¿o no? Y me doy cuenta que yo también tengo la
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G.E. Griffin
excusa perfecta para ofrecerme a llevarla, porque por supuesto que no tiene
medio de transporte. Incluso Kate está lejos, así que no puede llevarla. Perfecto.
Ahora me alegro de que no tenga su Audi.
Entonces le envió un correo electrónico, por supuesto, tengo su dirección de
correo electrónico en SIP cortesía de Barney.
Trato de mantener un tono cordial y alegre. Le digo que espero que su trabajo
vaya bien, entonces deliberadamente le pregunto si recibió mis flores.
Realmente fue bastante grosero por su parte no reconocer siquiera que las
recibió, especialmente porque yo sé que ella tiene mi número en su teléfono
móvil viejo. A continuación me ofrezco a llevarla a la apertura de la galería para
la exposición de su amigo. Resisto a la tentación de escribir 'idiota', pero
realmente no me atrevo a mencionarlo por su nombre.
Le doy enviar, y
eternidad, pero en
fin de ella. Yo casi
que nadie me vea
pantalla.
luego me siento a esperar una respuesta. Parece una
realidad solo se necesitan veinte minutos para escuchar por
lloro de alivio. Lo bueno es que estoy solo en mi oficina para
dando un puñetazo al aire en alivio, cuando grito 'SI' a la
Anastasia me da las gracias por las hermosas flores, y luego dice que
agradecería que la llevara a la apertura de la galería. Su respuesta es breve y
concisa, pero al menos se ha puesto en contacto y está de acuerdo en verme.
Estoy débil por el alivio. Voy a verla mañana. De hecho voy a verla. Ella estuvo
de acuerdo.
Le envió un correo electrónico de vuelta inmediatamente para preguntar a qué
hora debo recogerla. Mi deleite al hacer estos arreglos se agria un poco por el
hecho de que, evidentemente, finalmente se ha dado cuenta de que su móvil
todavía está desviado, y debe haber hablado con el idiota, porque me contesta
con la hora de inicio del espectáculo de José. No me importa a que maldita hora
empiece, la voy a recoger tan pronto como me sea posible. Sé que ella termina
de trabajar a las 5:30, así que sugiero recogerla a las 5:45. Es un largo camino
a Portland, después de todo.
Y pase lo que pase, va a estar comiendo una cena, incluso si tengo que joder y
alimentarla a la fuerza.
Ya estoy tratando de averiguar el mejor modo de transporte para asegurar que
tengamos la mayor cantidad de tiempo juntos, con el menor número de
oportunidades de que ella se aleje de mí si las cosas no van de acuerdo al plan.
No puedo permitir que eso suceda. Tenemos que hacer que esto funcione, o me
voy a volver totalmente loco.
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G.E. Griffin
Y así comienza. Mañana voy a empezar mi misión para recuperar a Anastasia.
Mi ánimo está empezando a levantarse, así que le digo a Andrea que reserve
para ella y Olivia en el salón de belleza Esclava para darse un masaje y los
tratamientos de belleza que quieran, y carguen todo a mi cuenta. Ella se
sorprende, pero creo que se imagina que esta que es mi manera de pedir
disculpas por haber sido una maldita pesadilla de jefe estos últimos días.
Continuara….
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Conociendo a Cincuenta Sombras
G.E. Griffin
Con agradecimiento a Sirocco 968 por proporcionar la traducción al
español y a felvio945 por el diagramado.
G.E. Griffin:
No soy dueño de ninguno de los personajes de la trilogía de
"Cincuenta Sombras". Pertenecen a E L James. Estoy simplemente
tomando prestados los personajes para entretenimiento y no por
beneficio económico. Por favor, consulte la página de aviso legal
para más detalles sobre los derechos de propiedad intelectual de
esta obra.
Prohibida la reproducción total o parcial de esta obra sin permiso
expreso y por escrito del autor o de quien el designe.
Todos los derechos reservados.
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