Gobernabilidad de los sistemas educativos Reflexiones desde una experiencia en la Provincia del Neuquén Mario A. Pilatti • Agosto de 2004 • El autor fue Secretario de Estado de Educación a cargo de la Presidencia del Consejo Provincial de Educación de la Provincia del Neuquén entre agosto de 2001 y diciembre de 2003. Las opiniones vertidas no reflejan una posición oficial del gobierno de la Provincia del Neuquén. Gobernabilidad de los sistemas educativos. Reflexiones desde una experiencia en la Provincia del Neuquén - 2 Indice Resumen 1. Gobernabilidad del sistema educativo: alcances 2. Gobernabilidad del sistema educativo y consensos 2.1 Democracia y racionalidad individual 2.2 El empate conservador 2.3 El gobierno bajo sospecha 2.4 La efectividad de los “grupos pequeños” 2.5 Grupos pequeños e incentivos selectivos 2.6 Empate conservador y autoridad 2.7 Trasgresión y un círculo vicioso de debilidad institucional 2.8 Judicialización de la discusión educativa 2.9 Empate conservador y equidad 3. Gobernabilidad del sistema educativo y acompañamiento de la burocracia 3.1 Burocracia y compromiso político 3.2 Burocracia educativa y capacidad gerencial 3.3 El gran desafío de la articulación entre áreas 3.4 El aporte de áreas de la conducción a la gobernabilidad del sistema educativo 4. Gobernabilidad de los sistemas educativos: algunas líneas de política 5. Bibliografía Gobernabilidad de los sistemas educativos. Reflexiones desde una experiencia en la Provincia del Neuquén - 3 Resumen El trabajo analiza la problemática de la gobernabilidad de los sistemas educativos. Si bien la base para la reflexión es una experiencia concreta (la de la Provincia del Neuquén, en Argentina) se mantiene gran un nivel de generalidad tratando de extraer conclusiones de aplicación mucho más amplia. Se rescatan dos dimensiones del concepto de gobernabilidad: una que remite a la capacidad de generar consensos en la sociedad en torno de la política educativa; otra referida a la capacidad de alinear a la burocracia educativa tras los objetivos definidos por las autoridades políticas del sistema. Las crisis endógenas y exógenas a la institución escolar llevan a una polarización que constituye un “empate conservador” que impregna toda la discusión educativa. Para comprender esta situación se introducen conceptos de la teoría de grupos de Olson, destacándose las consecuencias en términos de pérdida de autoridad, debilidad institucional y dificultades crecientes para sostener criterios básicos de equidad. Se revisan las dificultades para conseguir perfiles de funcionarios que reúnan la deseable combinación de capacidad gerencial y compromiso político, y las dificultades de articulación entre áreas del gobierno del sistema. Se pasa revista a debilidades detectadas en áreas específicas del gobierno de la educación. En base a esta caracterización de la discusión educativa se señalan algunas líneas de política generales con el fin de mejorar la gobernabilidad de los sistemas educativos. Gobernabilidad de los sistemas educativos. Reflexiones desde una experiencia en la Provincia del Neuquén - 4 1. Gobernabilidad del sistema educativo: alcances Un concepto amplio de gobernabilidad en un marco democrático remite a la consolidación de los propios sistemas democráticos. Así se puede afirmar que: “... una democracia es gobernable cuando los gobernantes toman y ejecutan decisiones que son aceptadas por la ciudadanía sin que, aunque ellas los perjudiquen, éstos pretendan cambiar el régimen político.” 1 Es decir que nos remite a la vigencia y vigor del contrato social fundante de un sistema democrático, a la importante tarea del diseño constitucional de una democracia en donde se fijan ciertas reglas que se aplicarán en lo sucesivo a diversos tipos de decisiones colectivas en el entendido que más allá de los resultados concretos en cada caso se respetarán los resultados en función del acuerdo constitucional2. La óptica que propongo plantear en este caso es mucho más modesta: dando por sentado el marco democrático analizar en que medida las autoridades legítimas de los sistemas educativos tendrán capacidad efectiva de llevar adelante las políticas que definan. A fin de acotar todavía más el campo de análisis propongo dejar de lado la cuestión de la calidad de las conducciones que generen los procesos democráticos. Suponemos que la conducción del sistema es capaz de definir ciertos objetivos y las políticas que estiman les permitirán alcanzarlos. De esta manera considero que los aspectos a analizar se pueden agrupar en dos grandes categorías: 1. La capacidad de lograr una base de consensos que haga viables las iniciativas en la sociedad. Es una cuestión hacia fuera del estado que involucra a actores tales como los docentes y directivos de instituciones educativas, las familias, los estudiantes, los sindicatos, las iglesias, las ongs, etc. 2. La capacidad de la conducción política del sistema educativo para lograr que la estructura de apoyo (la burocracia de los sistemas educativos) se encolumne y se comprometa con los objetivos y políticas definidos3. Es una cuestión básicamente hacia adentro del estado4 . 1 Puelles, Manuel de y Urzúa, R. (1997). Buchanan, James y Tullock, G. (1993). 3 Burocracia en el sentido político – sociológico, sin ninguna connotación despectiva. Para un planteo general del problema de la relación entre funcionarios políticos y burocracias, ver Przeworski, Adam (1998). 4 En realidad el orden para el abordaje de estos grandes temas inicialmente fue planteado al revés pero el hecho de que el modo de procesar políticamente la cuestión educativa en nuestra sociedad provincial impregne por completo la cuestión hacia adentro del Estado me llevó a presentar la temática en este orden. 2 Gobernabilidad de los sistemas educativos. Reflexiones desde una experiencia en la Provincia del Neuquén - 5 2. Gobernabilidad del sistema educativo y consensos El gobierno del sistema educativo implica una gestión de cara a la gente. La escuela continúa siendo un punto clave en el cual se manifiesta la presencia del estado con una nitidez incomparable. Si consideramos nuestros alumnos y las plantas de personal docente y no docente, prácticamente todas las familias en nuestras jurisdicciones tienen un vínculo directo con el sistema educativo. Más allá del indiscutible rol del servicio educativo en la evolución de largo plazo de las sociedades, las medidas educativas tienen un alto impacto sobre las sociedades en el muy corto plazo. La gran mayoría de las personas se sienten involucradas, están dispuestas a opinar en materia educativa, más allá de su posición social, su nivel socioeconómico, etc. Muchas medidas de política educativa tienen un alto y amplio impacto político. El campo de lo educativo es un terreno propicio para la toma de posiciones políticas tanto desde el gobierno, como desde los partidos políticos o desde otras organizaciones sociales. Las mejores propuestas de política educativa deben necesariamente pasar por una lectura política, a riesgo de tornarse inviables. 2.1 Democracia y racionalidad individual Después de 20 años continuos de vigencia del sistema democrático, los argentinos hemos tenido que aprender –a veces con mucho dolor- que la democracia es básicamente una gran oportunidad, es la mejor manera de encauzar el disenso, pero no es una solución automática a los grandes desafíos de la vida en sociedad. En un ámbito fuertemente politizado, algunas lecturas presuntamente ingenuas acerca de los resultados de la toma de decisiones colectivas en un marco democrático magnifican ciertas inconsistencias que lamentablemente no se pueden descartar. Los resultados de la toma de decisiones colectivas en un contexto democrático no tienen porque generar resultados consistentes con criterios básicos de racionalidad individual5. Este resultado teórico es contrario a una visión puramente intuitiva y explica parte del desencanto y pesadez que a veces se detecta respecto al funcionamiento de las democracias en general. 5 Este resultado se conoce como el “Teorema de la imposibilidad de Arrow”, ver Stiglitz, Joseph (2000), Capítulo 7, Rosen (1992), Capítulo 7. Gobernabilidad de los sistemas educativos. Reflexiones desde una experiencia en la Provincia del Neuquén - 6 2.2 El empate conservador Si a esto sumamos, ya en el campo específicamente educativo, la crisis en la que está inmersa la institución escolar, producto de un proceso secular de cambio endógeno que cuestiona el programa institucional que le dio sustento, con su correlato de incertidumbre e inseguridad que recae sobre todos los actores involucrados, más los embates derivados del proceso de exclusión creciente que viene sufriendo nuestra sociedad6 resulta que estamos ante un panorama complejo que procesado en el juego político de corto plazo naturalmente puede generar un escenario conflictivo. El tipo de situaciones en las que puede derivar este escenario son descriptas con exactitud en un trabajo reciente: “... existe un alto grado de dispersión y disenso en la visión de los actores políticos provinciales acerca de la educación. Esto iría de la mano de un campo educativo polarizado, dividido en posiciones fuertemente enfrentadas que abren debates, pero llegan a pocos diálogos y tomas de posiciones consensuadas. Detrás de estas representaciones no puede dejar de advertirse lo que en nuestros trabajos de campo en las provincias hemos caracterizado como un “empate conservador” de la práctica política de la educación provincial. Frente a las posiciones reformistas de varios gobiernos provinciales, que en algunos casos están ligadas a motivaciones educativas y en otras siguen simplemente un patrón de ajuste del sistema (o de móviles ligados a la lógica política), los sindicatos y otros grupos de actores han resistido enérgicamente todo intento de cambio. Esto ha llevado en muchas provincias a un estado en el cual los gobiernos deciden no intentar reformas que tengan altos costos políticos y los actores “del sistema” son reacios a plantear cambios ante el temor de cualquier innovación. De allí que en muchos casos haya triunfado esta especie de “empate conservador” que no deja conforme a nadie y que traslada gran parte de la disputa al terreno discursivo de la educación ...” 7 Este diagnóstico da cuenta de la situación en la Provincia del Neuquén, en la cual una importante politización de la discusión educativa ha llevado a una importante polarización generando así un empate conservador como el descrito. Esto significa un predominio de la política de corto plazo sobre las necesarias políticas de mediano y largo plazo en materia educativa. No es que nada se haya podido hacer en materia de políticas educativas -dado que se registran cambios de importancia- lo que no se ha podido es concretar cambios de la generalidad y profundidad que se necesitan y los avances han sido lentos y sumamente conflictivos. Los ejes de la polarización son el gobierno y el sindicato que aglutinan de manera más o menos fija a otras organizaciones sociales. Neuquén tiene un sindicato único en el sector educativo, la Asociación de Trabajadores de la 6 Dubet, François (2003). El más tiene sentido aditivo, descartando el atajo de encontrar un “principio del mal único” –en este caso el neoliberalismo- como señala el autor citado. 7 Rivas, Axel (2004). Gobernabilidad de los sistemas educativos. Reflexiones desde una experiencia en la Provincia del Neuquén - 7 Educación de Neuquén (ATEN), que está enrolado en la CTA y que tiene afiliado a aproximadamente la mitad de los docentes del sistema. Es un sindicato altamente politizado, en una sociedad joven y muy politizada en relación a otras jurisdicciones. Sin plantear la discusión acerca de si el sindicato tiene una visión de la política educativa para el largo plazo8, lo cierto es que tiene una importante participación en las discusiones de política coyunturales: toma posiciones –ya sea orgánicamente o a través de sus principales dirigentes- con respecto a prácticamente la totalidad de la agenda de gobierno, llevando la confrontación con el gobierno a todos los ámbitos. En lo específicamente educativo virtualmente cualquier directiva que emane de un nivel político suficientemente elevado es confrontada periodística y/o judicialmente, cuando no se llama abiertamente a la desobediencia. 2.3 El gobierno bajo sospecha El malestar derivado de la crisis que envuelve a la institución escolar y el derivado de la profundización del proceso de exclusión social son atribuidos a un presunto programa oculto de gobierno, detrás del cual se encuentra el principio único de todo mal, denominado genéricamente neoliberalismo. Sobre la base de un malestar real de la docencia y la sociedad respecto de la escuela se desarrolla un discurso cuyo objetivo es poner al gobierno bajo sospecha. Las discusiones puntuales respecto a aspectos específicos como los curriculares, la organización institucional del sistema, los programas compensatorios llevados adelante desde la escuela, rápidamente son referidos a un marco macrosocial que hace muy difícil el avance y el consenso. Así las discusiones sobre temas definidos y concretos se trasladan rápidamente al terreno discursivo. El éxito de esta forma de leer la actitud del gobierno no parece muy significativo, al menos si tomamos como indicador los resultados electorales que han sido ampliamente favorables al gobierno. Es posible que esta lectura y esta prédica hayan tenido un poco más de receptividad de parte de los docentes, de todos modos aquí concurren otros factores que no pueden pasarse por alto y que abordaremos más adelante. 8 Por lo pronto cuando se ha planteado que el ámbito para darle un marco al sistema educativo en democracia debía ser la Legislatura Provincial, la posición del sindicato fue “ninguna nueva ley de educación”. Gobernabilidad de los sistemas educativos. Reflexiones desde una experiencia en la Provincia del Neuquén - 8 2.4 La efectividad de los “grupos pequeños” Los “grupos pequeños” son mucho más efectivos que los “grupos grandes” en la consecución de objetivos comunes9. Ciertos intereses generales – básicamente de las familias pero también de los docentes que no se sienten representados por el sindicato- estarían en el marco de lo que Olson denomina grupos “latentes” que tienen importantes dificultades para organizarse y pujar por sus objetivos comunes. En cambio el sindicato logra –no sin un esfuerzo de organización- constituirse en un grupo “pequeño”: las acciones de cualquiera de sus miembros son perceptibles y significativas para los otros y tienen moderados costos -económicos y no económicos- de organización. Estas características aseguran que el grupo se organizará y será relativamente efectivo en la consecución de sus objetivos grupales. En palabras de Olson: “Mientras más grande sea un grupo, más lejos estará de obtener una provisión óptima de cualquier bien colectivo y menos probable será que actúe para obtener siquiera una cantidad mínima de ese bien. En suma, mientras más grande sea el grupo menos favorecerá sus intereses comunes.” 10 La polarización gobierno – sindicato resulta del previsible hecho de que los intereses de grandes grupos de actores sociales no se manifiestan, al no lograr organizarse para participar de la discusión política. Esto explica también la soledad que sienten los que ocupan puestos de conducción del sistema educativo al tomar decisiones que creen convenientes y que van en la dirección de los intereses de las mayorías: el apoyo de grandes sectores sociales no tiene canales para su manifestación. 2.5 Grupos pequeños e incentivos selectivos La teoría de la acción colectiva de Olson incorpora un elemento que ayuda a explicar la mayor permeabilidad del sector docente al discurso político del sindicato, con su correlato de cierto grado de sospecha ante cualquier medida del gobierno. El sindicato posee la posibilidad de aplicar “incentivos selectivos”: básicamente sanciones que pueden ser simplemente “presión social” y que en algunas oportunidades han alcanzado un grado considerable de violencia. Esto implica que para muchos docentes –especialmente en instituciones medianas y grandes del ámbito urbano- tomar una posición favorable a una medida de gobierno tiene costos, a veces sumamente altos. Citando nuevamente a Olson: “Las sanciones y recompensas sociales son “incentivos selectivos”; es decir, figuran entre los tipos de incentivos a los que se puede recurrir para movilizar un grupo latente. Es propio de la naturaleza de los incentivos sociales el poder 9 Olson, Mancur (1992), Capítulo II. Olson, Mancur (1992), pag. 46. 10 Gobernabilidad de los sistemas educativos. Reflexiones desde una experiencia en la Provincia del Neuquén - 9 distinguir entre individuos: la persona recalcitrante puede ser condenada al ostracismo y la persona que coopera puede ser invitada al centro del círculo exclusivo. ... En general, la presión social y los incentivos sociales solo funcionan en los grupos más pequeños; tan pequeños que sus miembros pueden tener contacto cara a cara.” 11 Esto constituye otra de las ventajas relativas de los grupos pequeños, utilizada profusamente por el sindicato, haciendo gala de un importante nivel de organización en la tarea. La impresión es que la gran mayoría de la sociedad asiste a una guerra de desgaste que no termina nunca entre el gobierno y el sindicato. El empate conservador aparece así como un obstáculo de primer orden para la gobernabilidad del sistema educativo, entendida como capacidad efectiva de llevar adelante políticas referidas al sector educación por parte de las autoridades legítimas. 2.6 Empate conservador y autoridad Una consecuencia directa de la politización de la cuestión educativa y de una confrontación que se lleva a todos los terrenos es un importante desgaste de la autoridad en todo el sistema educativo. Virtualmente cualquier directiva que emane de un nivel político suficientemente elevado es confrontada periodística y/o judicialmente, cuando no se llama abiertamente a la desobediencia. Resulta particularmente preocupante el deterioro de la autoridad de los Directivos de las instituciones educativas. Como dijimos, la escuela está atravesando por una crisis real, fruto de un proceso de evolución secular, además de sufrir los golpes derivados del importante proceso de exclusión que se profundizó en Argentina en los 90 y tuvo otra escalada a principios de la década actual, lo que significa nuevas y mayores demandas. Este contexto implica que la escuela enfrenta un grado importante de presión externa e interna. Externa como resultado de la crisis en la sociedad e interna porque los grupos humanos que conforman la institución además de receptar directamente las mayores demandas de la sociedad están inmersos también en la crisis con su correlato de incertidumbre e insatisfacción personal. Este ambiente potencia la conflictividad dentro de las instituciones educativas, haciendo sumamente importante una conducción que además de desempeñar sus tareas pedagógicas y administrativas, mantenga una posición de liderazgo, mediación y manejo del conflicto. El hecho de que haya mayor conflictividad y los cuadros directivos se encuentren debilitados, implica que muchos problemas de relación entre el 11 Olson, Mancur (1992), pag. 71. Gobernabilidad de los sistemas educativos. Reflexiones desde una experiencia en la Provincia del Neuquén - 10 personal, entre éste y la comunidad y entre docentes y alumnos, quedan sin resolver. El enrarecimiento de las relaciones humanas al interior de las instituciones tiene efectos de relevancia en la calidad del servicio educativo. Llevar este tipo de problemáticas a niveles más altos de la conducción del sistema, no solo no es posible sino que no resulta efectivo. La conflictividad institucional es procesada desde los posicionamientos políticos propios del “empate conservador”: el sindicato típicamente toma posición y potencia estos conflictos, tratando que salgan de la escuela y los asuman niveles jerárquicos cada vez más altos, con el fin de meter en un brete a las autoridades. Más allá de la utilización para la política coyuntural de estas situaciones, la crisis de autoridad en el conjunto del sistema educativo, pero muy particularmente en la escuela, descansa sobre una base ideológica que intenta aplicar la lógica democrática a la relación docente – alumno. Las consecuencias de este planteo -muchas veces ingenuo- en términos de violencia y banalización del conocimiento son advertidas por Guillermo Jaim Etcheverry: “... se nos trata de convencer por todos los medios posibles de que la escuela es una democracia dirigida por la mayoría. Es indudable que, por la propia naturaleza de la tarea que realiza, no puede serlo y no debe serlo. Debe, eso sí, ser una escuela al servicio de la democracia, que es algo muy distinto. La institución educativa es un lugar de transmisión y de trabajo. También de obediencia y respeto, porque la relación entre el docente y el alumno no es una relación entre iguales.” 12 2.7 Trasgresión y un circulo vicioso de debilidad institucional Alto nivel de conflicto y debilitamiento de la autoridad, va acompañado de un importante nivel de trasgresión, muchas veces promovido desde el polo sindical en el marco de la permanente confrontación con el gobierno. Esto genera un círculo vicioso: la trasgresión hace que colapsen los sistemas de control y “enforcement”, lo cual potencia y generaliza las conductas transgresoras, y así sucesivamente. El resultado es anomia y pérdida de autoridad. En definitiva, se debilitan las instituciones, que pierden credibilidad. Esta es una característica del verdadero subdesarrollo que no pasa por determinaciones economicistas sino por una cultura institucional de resultados claramente antisociales. Las sociedades que logran un mayor apego a las reglas legítimamente sancionadas consolidan un bajo nivel de trasgresión que redunda en bajos costos de control y mayor efectividad del mismo, esto redunda en economías 12 Jaim Etcheverry, Guillermo (1999), pag.136. Gobernabilidad de los sistemas educativos. Reflexiones desde una experiencia en la Provincia del Neuquén - 11 junto a mayor credibilidad, fortalecimiento institucional y seguridad para todos los actores. 2.8 Judicialización de la discusión educativa Una tendencia de los últimos años es una creciente judicialización de las discusiones que tienen que ver con el sistema educativo. Aquí también tiene un rol importante, aunque no excluyente, el sindicato docente. A las tradicionales causas laborales individuales –propias de una organización con miles de empleados-, deben sumarse la judicialización de ámbitos como los concursos de ingreso y de ascenso, el control del ausentismo durante las medidas de fuerza, la cantidad de licencias gremiales pagas, etc.. La proliferación de presentaciones judiciales y el dictado de medidas cautelares y otorgamiento de recursos de amparo complica la gestión y demanda de la organización una importante asignación de energías y recursos al seguimiento de los trámites judiciales. Últimamente se han extendido los campos en los cuales se judicializa la discusión avanzando más allá de las cuestiones laborales –individuales o colectivas-. Así se ha sentenciado al Estado Provincial a crear en un plazo perentorio una escuela para niños con trastornos severos de personalidad, a resolver problemas edilicios de instituciones escolares, a cambiar la pauta de escolarización de niños con necesidades especiales determinada por la respectiva Dirección de Nivel. 2.9 Empate conservador y equidad Un desafío de primer orden para las conducciones educativas es el de sostener políticas equitativas en un sentido regional o sectorial, habida cuenta de la desigual capacidad de presión de las distintas comunidades o sectores. Durante los últimos años asistimos a un grado creciente de organización de integrantes de comunidades educativas para efectuar planteos directos a las autoridades. Esto es auspicioso dado que denota un interés creciente en participar y cooperar de parte de las familias y distintas organizaciones vecinales, etc. aunque a veces se canaliza por esta vía parte de la confrontación política con el gobierno. La distinta capacidad de organización de diferentes grupos y la diferente capacidad de llegada de los mismos a los niveles de decisión política puede generar un esquema de presiones que nada tenga que ver con una priorización razonable, que atienda a los objetivos generales definidos por las autoridades y a un patrón equitativo en sentido geográfico. Gobernabilidad de los sistemas educativos. Reflexiones desde una experiencia en la Provincia del Neuquén - 12 A nivel de una institución educativa -o un grupo de ellas pertenecientes a una zona geográfica- volvemos a estar ante “grupos pequeños”13 con elevada capacidad de organización y ejecución de acciones en pos de sus intereses comunes. Si a esto agregamos la proximidad geográfica a los centros de decisiones, que en general va acompañada por el mejor acceso a los medios de comunicación social, nos encontramos con una gran asimetría en la distribución de la capacidad de presión. En el caso de la Provincia del Neuquén se verifica una importante concentración demográfica en el extremo Este del territorio: las localidades de Neuquén capital, Plottier y Centenario involucran a más del 50% de la población provincial. A nivel de establecimientos educativos reúnen mucho menos de la mitad de los mismos, dado el mayor tamaño medio de las instituciones de estas áreas altamente urbanizadas. Esta situación genera una muy desigual capacidad de presión sobre las autoridades del sistema educativo que amenaza con distorsionar cualquier priorización razonable que establezcan las autoridades políticas, máxime cuando uno de los objetivos del gobierno es atenuar y revertir el proceso de concentración demográfica. Los planteos particulares deben tener un límite en las definiciones de política generales. Este límite es difícil de transmitir y el ambiente de confrontación propio del “empate conservador” no ayuda: en principio el sindicato está dispuesto a potenciar cualquier reclamo particular proveniente de una institución pública. Durante los últimos años el ejemplo más claro ha sido el de los establecimientos de nivel medio de la capital provincial, que a través de la movilización estudiantil abiertamente apoyada y promovida por el sindicato docente, han generado una importante capacidad de presión sobre el sistema. 3. Gobernabilidad del sistema educativo y acompañamiento de la burocracia Respecto del compromiso de la burocracia del sistema educativo con los objetivos políticos y el apoyo que efectivamente generen a la conducción política del sistema, destacaremos algunos rasgos deseables de las personas que detenten posiciones en la estructura de gobierno del sistema además del conocimiento de sus áreas específicas, posteriormente introducimos algunas reflexiones acerca de áreas específicas de la estructura del gobierno de la educación a nivel provincial. 13 En el sentido de Olson, discutido anteriormente. Gobernabilidad de los sistemas educativos. Reflexiones desde una experiencia en la Provincia del Neuquén - 13 3.1 Burocracia y compromiso político En un ambiente politizado en el sentido cortoplazista propio del “empate conservador”, donde hay una confrontación omnipresente, un desafío permanente a la autoridad y un importante nivel de trasgresión, la gestión de cualquier área de conducción del sistema educativo, tanto pedagógica como administrativa, requiere el despliegue de capacidades políticas –no en el sentido partidario sino en uno más amplio- y un importante nivel de convicción. Los “incentivos selectivos” son aplicados también a los integrantes de la burocracia educativa desde los niveles de menor jerarquía hasta la cima de estructura política14. Si tomar una postura favorable al gobierno amerita un cierto repudio desde el polo liderado por el sindicato, mucho más se activan estos mecanismos contra el que asume alguna responsabilidad en la conducción política. Una gran mayoría de los funcionarios pertenecen al sistema educativo y comparten muchas de sus representaciones y discursos, etc., lo que los hace potencialmente vulnerables a las “sanciones sociales” de sus pares. 3.2 Burocracia educativa y capacidad gerencial Además del compromiso necesario para asumir responsabilidades en la conducción no se puede dejar de señalar la carga que implica administrar un sistema que –en el caso de Neuquén- involucra a la mitad del personal del Estado Provincial y alrededor de un 40% de su masa salarial, unos 800 edificios que hay que mantener funcionando en el marco de una amplísima dispersión geográfica, a lo que se viene sumando de modo creciente responsabilidades en materia alimentaria (comedores y refrigerios), un amplio sistema de becas (provinciales y nacionales), transporte de alumnos y seguridad (alarmas y vigilancia de edificios). 3.3 El gran desafío de la articulación entre áreas Otro gran desafío es la articulación entre sectores del gobierno del sistema. El mix entre perfiles pedagógicos, administrativos y políticos, siempre genera algún ruido en la estructura, que requiere de liderazgo y claridad de la conducción superior. 3.4 El aporte de áreas de la conducción a la gobernabilidad del sistema educativo 14 Ver nota 11. Gobernabilidad de los sistemas educativos. Reflexiones desde una experiencia en la Provincia del Neuquén - 14 Aquí señalaremos algunas de las limitaciones observadas en los principales actores del sistema de gobierno educativo que condicionan la gobernabilidad general del mismo. 3.4.1 Las áreas de planeamiento educativo Estas áreas engloban a los sectores de Estadística, Investigación Educativa y Evaluación. En general faltan en estos sectores perfiles profesionales vinculados a la demografía, la sociología y la economía. No hay un aprovechamiento importante de la estadística educativa que se plasme en conocimiento a través de su utilización en informes y diagnósticos. Deberían utilizarse más métodos cuantitativos que permitan una más profunda lectura de la información. La incorporación de estos nuevos perfiles plantea un desafío de cambio de la cultura institucional, en el cual los sectores pedagógicos y administrativos articulen efectivamente con ellos y reconozcan la importancia de los aportes que se esperan de los mismos. Desde 1999, el sistema educativo provincial no es evaluado por ningún dispositivo provincial ni nacional. En el marco del “empate conservador”, toda evaluación masiva se interpreta como “implementación de la Ley Federal de Educación”, se elevan los costos políticos de su implementación y nada se viene haciendo. Por lo tanto, no se poseen estudios de base o diagnósticos para realizar investigaciones cuanti-cualitativas referidas básicamente a cuestiones vinculadas a la calidad educativa que solo pueden ser evaluadas por indicadores muy globales de eficacia externa e interna. 3.4.2 Las Direcciones de Administración y de Recursos Humanos Estas áreas tienen una tarea titánica por el gran tamaño de los sistemas educativos. Muchas veces faltan algunos saltos tecnológicos que permitan simplificar el manejo de sistemas tan complejos, tal como lo propusieron programas como el PREGASE. En general no hay una cultura de generación de información gerencial que permita mejorar la calidad de las decisiones políticas, ni una articulación importante con las áreas de planeamiento ni pedagógicas. 3.4.3 Las áreas de obras escolares Estas áreas son críticas dada la evolución fuertemente creciente de las matriculas en la Provincia del Neuquén. En los últimos años el sistema educativo provincial viene incrementando su matrícula en unos 4000 alumnos por año. Cada año hay que tener lugar para 4000 alumnos más, que no se distribuyen homogéneamente ni en términos geográficos ni por niveles educativos. Gobernabilidad de los sistemas educativos. Reflexiones desde una experiencia en la Provincia del Neuquén - 15 En estas condiciones es clave un área de planeamiento solvente que vaya leyendo los movimientos poblacionales y su impacto en las matrículas. Pero aquí se manifiesta de manera especialmente clara la necesidad de articulación: en la definición de una obra para el sistema educativo confluyen aspectos pedagógicos, demográficos y arquitectónicos. Por otra parte en materia de obras es necesaria la articulación política con el resto del Gabinete Provincial, escenario de la natural puja entre áreas de gobierno por las asignaciones presupuestarias. En esta materia parte de la gobernabilidad es contar con los recursos pero la cuestión es infinitamente más compleja y tiene que ver con una tarea articulada entre distintas áreas. 3.4.4 Las Direcciones de Nivel y/o Modalidad Aquí es donde es más complejo complementar los perfiles de formación pedagógica con las necesarias capacidades gerenciales y compromiso político. En general se trata de que los conductores de estas áreas tengan prestigio en el nivel o modalidad. Así muchas veces las responsabilidades recaen en Directivos o Supervisores, que deben estar dispuestos a superar los “incentivos selectivos” promovidos desde el polo sindical del “empate conservador” y la perspectiva de un retorno al llano después de un tiempo en funciones de conducción política15. Estos perfiles no están siempre disponibles y así se generan graves problemas de articulación con el resto de la conducción educativa. 3.4.5 La supervisión Es central el rol de los supervisores en tanto que articulan la conducción política del sistema con las instituciones educativas constituyéndose en verdaderas “bisagras” del sistema. Como tales sufren la falta de articulación y la inconsistencia del conjunto de la conducción en su tarea de cara a las instituciones educativas. No están bien definidos los roles de la supervisión y cada persona en estos puestos tiene un margen muy grande para definir la índole y contenidos de su relación con los supervisados. Son habituales las demandas por la ingerencia de estamentos superiores de la conducción del sistema en áreas que distintos supervisores consideran de su incumbencia. La mayor conflictividad al interior de las instituciones al desbordar a los equipos directivos los encuentra a ellos en la primera línea de contención y los enfrenta a nuevas funciones y desafíos para los que no siempre están preparados y a intervenciones cuyos alcances no están regulados en la legislación. 15 Dado el nivel comparativo de remuneraciones entre cargos Directivos o de Supervisión y cargos en la conducción política debe descartarse un incentivo económico a asumir estas responsabilidades. Gobernabilidad de los sistemas educativos. Reflexiones desde una experiencia en la Provincia del Neuquén - 16 4. Gobernabilidad de los sistemas educativos: algunas líneas de política El denominado “empate conservador” domina el escenario de las políticas educativas provinciales. Sus secuelas de alta conflictividad, trasgresión y pérdida de autoridad son una gran limitante a la gobernabilidad del sistema. Este escenario magnifica las deficiencias derivadas de la falta de articulación interna del gobierno de un sistema grande y complejo. No obstante ha sido posible generar avances de importancia tanto en aspectos que tienen que ver con el fortalecimiento de la autoridad dentro del sistema como cambios concretos a nivel curricular y de organización de la institucionalidad del mismo. Hay que hacer conciente que muchos intereses difusos en la sociedad no encontrarán un canal orgánico para su manifestación en el juego político de corto plazo y el gobierno debe asumir su representación: es una tarea esencialmente política. El apoyo de las mayorías se verifica directamente en contadas ocasiones, habitualmente a través del proceso electoral, instancia no menor ya que es el corazón mismo del funcionamiento de una democracia. En el mientras tanto, hay que tener una gran inteligencia para ir leyendo la viabilidad política de las iniciativas que se tomen, y ser concientes del dinamismo y efectividad de los grupos que confrontan cerradamente con el gobierno legítimo del sistema. Los esfuerzos de comunicación de las iniciativas de política educativa hacia la sociedad y hacia la totalidad de la estructura de gobierno del sistema son siempre positivos. El fortalecimiento de la autoridad en todo el sistema pero particularmente en el nivel de directivos de las instituciones educativas y de supervisión es de central importancia. Aquí hay que extremar los recaudos para que los mensajes desde los niveles de conducción política del sistema sean consistentes y les otorguen la seguridad necesaria para el desempeño de su función. Un tema que hace años figura en la agenda y no logra concretarse es el referido a la selección de docentes para ocupar cargos directivos. Debería existir la posibilidad de que los docentes pueden avanzar en su carrera –tanto a nivel de remuneraciones como de reconocimiento institucional y social- sin tener necesariamente que pasar a ocupar posiciones de conducción de las instituciones educativas. De esta manera los puestos directivos quedarían para aquellos que tengan una vocación por la conducción y se podría incluir requisitos adicionales en los concursos para acceder a estas posiciones que impliquen además de la solvencia pedagógica condiciones de liderazgo y manejo de grupos, junto con idoneidad en tareas administrativas. En el actual sistema es habitual verificar que transformamos buenos docentes en directivos mediocres: la trayectoria docente debe ser una condición necesaria pero no suficiente para acceder a cargos directivos. Gobernabilidad de los sistemas educativos. Reflexiones desde una experiencia en la Provincia del Neuquén - 17 Es necesario detener el círculo vicioso de trasgresión y ausencia de control que debilita a las instituciones. En este sentido se necesita mejorar normativa obsoleta e ir hacia reglas simples y aplicables. Se deben extremar los esfuerzos por lograr consensos sobre aspectos de funcionamiento del sistema y luego aplicarlos de manera principista y a pesar de la acción de distintos “grupos pequeños” que debemos descontar que desplegarán una actividad importante a favor de intereses particulares. Es importante tener claramente definidas prioridades sectoriales y geográficas, comunicarlas con precisión tanto a la sociedad como a la burocracia del sistema y estar dispuestos a sostenerlas ante embates de los distintos grupos de intereses. Finalmente hay que extremar medidas que vayan en la dirección de una mayor articulación de las burocracias educativas e incorporar medios científicos y tecnológicos que mejoren la calidad del componente gerencial de la gestión del sistema educativo. Todas estas iniciativas requieren una dosis importantísima de liderazgo en los máximos niveles de la conducción política del sistema educativo. Gobernar los sistemas educativos e ir conduciéndolos a objetivos de mediano y largo plazo que tengan que ver con las aspiraciones de la sociedad, más allá de la conflictividad de corto plazo, constituye uno de los más importante desafíos en la consolidación de nuestra democracia y en la defensa de la educación pública. Gobernabilidad de los sistemas educativos. Reflexiones desde una experiencia en la Provincia del Neuquén - 18 5. Bibliografía Buchanan, James y Tullock, G. (1993): El cálculo del consenso. Fundamentos lógicos de la democracia constitucional, Planeta – Agostini. Dubet, François (2003): ¿Mutaciones institucionales y/o neoliberalismo?, texto de la conferencia inaugural del Seminario Internacional sobre “Gobernabilidad de los sistemas educativos en América Latina”, IIPE/UNESCO, Buenos Aires, 24 y 25 de noviembre. Traducción de Emilio Tenti Fanfani. Jaim Etcheverry, Guillermo (1999): La tragedia educativa, Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires. Olson, Mancur (1992): La lógica de la acción colectiva. Bienes Públicos y la teoría de Grupos, Limusa – Noriega Editores, México. Przeworski, Adam (1998): “Acerca del diseño del Estado: una perspectiva principal – agente”, en Revista Argentina de Ciencia Política, Nº 2, Eudeba, diciembre. Puelles, Manuel de y Urzúa, R. (1997): “Educación, gobernabilidad democrática y gobernabilidad de los sistemas educativos”, en Revista Iberoamericana de Educación, Nº12, también en www.oei.es. 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