Renovación (México DF) : Órgano de la Federación de Juventudes

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e x t r a o r d in a r io
1o de Mayo de 1945
Precio: $ 1.00
PABLO
IGLESIAS
DIRECTOR
R
F E L IX
M IG Ü ELEZ
e n o v a c ió n
ADMINISTRADOR
FRANCISCO
C A Ñ IZA R ES
Registrado como artículo de segunda clase en la Administración de Correos de la Oficina Central en México, D. F.. el 3 de
Mayo de 1944” .
AÑO II
¡|
NU M . 14
Federación
II
M EXICO , D. F., r> DE MAYO DE 194 ->
PRECIO:
$ 1.00
de J u v e n t u d e s S o c i a l i s t a s de E s p a ña
EN ESTE PRIMERO DE MAYO
H ace muchos años que la celebración de nues­
tra fiesta sim bólica del lo . de M ayo , no nos o fre ­
cía las persp ectivas h alag ad o ras que recogem os
en el presente. Constatam os, en el terreno na­
cional y en el internacional, acontecim ientos que
contribuyen a fo rtalecer nuestra fe y a an im ar­
nos en nuestra lucha por una sociedad sin cla-
En el orden nacional, las Juven tud es Socialis­
tas celebran en este lo . de M ayo su vinculación
entusiasta y ab n egad a a la cau sa del p ro le taria­
do español, su incondicional colaboración con
el Partido So cialista Obrero. A nuestra F e d e ra ­
ción, o rg an iz ad a inicialm ente en M éxico, se
unen, — en voces de coincidencia y fr a te r ­
nidad— , las Ju ven tu d es Socialistas o rgan izad as
en A fr ic a del Norte y F ra n cia . Sea nuestro
prim er saludo, interpretando el sentir general
que a todos los jóvenes socialistas nos distingue,
cu alesquiera que sea el lu gar geo g ráfico en que
a la hora presente nos encontrem os, p ara los
heroicos cam arad as de nuestra Fed eración que,
o rgan izad o s en la clan destin idad, mantienen
v iv a la fe en el Socialism o y la esp eran za de una
dem ocracia auténtica, desde la cárcel inm ensa
que es hoy la E sp añ a que dom ina Franco. Que
llegue a ellos nuestro m ás frate rn al saludo y
que lo hagan extensivo a cuantos, m anteniendo
la en tereza repu blican a, com baten desde todos
los terrenos la tiran ía fran quista.
En el orden internacional, E sp añ a espera que
de las reuniones de San Francisco, n azca una
política internacional cla ra y precisa que g a ra n ­
tizo un mundo de p az y concordia. Condición
previa, es el no reconocimiento por parte de las
naciones aliad as, del Gobierno del traidor F r a n ­
co. En ju sta y recta interpretación de los prin ci­
pios por los cu ales luchan las naciones Unidas
— de su C a rta del A tlán tico , de su declaración
oficial de Y a lta — , en el mundo del porvenir no
puede existir sino la Esp añ a R epu blican a, ex
presión del auténtico sentimiento del pueblo es
pañol.
Salud am os también con fe rv o r al p roletaria
do internacional, en vías de fra n ca y decidida
recuperación. Nos identificam os con la v ie ja am
bición del Socialism o o rgan izad o , ra tifica d a to­
dos los días lo . de M ayo, vo z v iv a que resume
hoy m ás que nunca las legítim as aspiraciones de
la clase p rod u cto ra: destruir el sistema capí
talista.
H acem os votos porque la Internacional Socis
lista — guía del proletariado m undial— se reor
ganice sobre principios m orales que hagan fruc
tífera su labor y garanticen la solidaridad y
apoyo hacia todas las Secciones.
Unimos nuestra voz au torizad a por los sufrí
mientos y las persecuciones, resp ald ad a por los
miles de jóvenes socialistas caídos en la luchs
por el ideal, a la voz auténtica de los pueblos
de Eu rop a sojuzgado s por el fascism o y el na
zismo, p a ra pedir con ellos recta ju sticia contra
los fom entadores de guerras, los responsables
del caos sangriento en que Eu rop a se ha visto
envuelta en los últimos años.
Saludam os con todo a fe cto al proletariado
herm ano de A m érica, que tantas pruebas de ca
riño y generosidad ha dado hacia el pueblo es
pañol.
Y renovam os una vez más nuestro compromiso
de luchar a la van gu ard ia de la clase trabajado­
ra española, por la consecución de una Es­
p añ ola domócraita y socialista, estrechamente
unida a todas las dem ás naciones en la espe
ran za de un mundo m ás justo.
L A C O M IS IO N E J E C U T I V A .
ESTAMOS DE ENHORABUENA
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I
D os sucesos recientes, los dos sa­
tisfactorios. aparecen m u y destaca­
dos en el m ovim iento socialista es­
pañol. U n o de ellos lo constituye
la exteriorización de coincidencias
fundam entales entre la actitud de
los correligionarios residentes en
Fran cia y N oráfrica y la que te­
níamos adoptada de antaño los so­
cialistas refugiados en Am érica- Y
el otro lo significan las activid a­
des de la Ju ven tu d Socialista E sp a­
ñola en los continentes europeo,
africano y am ericano. Am bos acon­
tecimientos merecen unas palabras
que los subrayen.
E l prim ero no será, ciertam en­
te, un m ilagro, pero es digno de
anotación como caso sobresaliente.
Nadie, claro está, podía tem er di­
vergencias dacítrinales entre ele­
mentos profesantes de un mismo
credo político y social, pero no h u ­
bieran sorprendido discrepancias
de orden táctico luego de los tum ­
bos que el Partido venia dando des­
de 19 3 4 — quizó desde antes si bien
se m ira— v que tan profundas y
extensas resquebrajaduras causa­
ron en su unidad. Los Congresos
de socialistas españoles celebrados
en Toulouse y en O ran, con asis­
tencia de delegaciones que en to­
tal representaban a diez m il coti­
zantes, han coincidido en là im pe­
riosa necesidad de m antenernos ah
solytamente apartados de los com u­
nistas, es decir, lo m ism o que ha­
bíamos decidido de m anera neta en
México. Y sem ejante coincidencia
resalta más si se tiene en cuenta
que el mismo alejam iento procla­
man en términos que, por lo ro­
tundos no dan m argen a equívoco
! alguno, los socialistas que queda­
ron en E spaña, o sea la gra n nía
sa del Partido.
I ¿Cómo ha podido producirse esa
I singular coincidencia entre núcleos
que durante años no habían podido
1intercomunicarse a causa de las
[dificultades ocasionadas por la gueln a.' Sencillam ente por la unániJnie reprobación del proceder de los
rom unistas, cu y a principal caractelristka es la deslealtad, y-p o r igual
I unanimidad en el reconocimiento
He que las fisuras en nuestra uniHad fueron obra del com imismo.
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quien utilizó altern ativam en te, en ­
tre bruscas transiciones, la cate­
quesis y la agresión, el halago y la
inju ria.
P o r eso. en el com ún esfuerzo
de ahora para restablecer la u n i­
dad no debe im portam os d e ja r fu e­
ra de nuestra organización a cu an ­
tos vienen u tilizan do el apellido
socialista p ara ver si de n u evo to­
leram os ser remolcados por el ca­
rro com unista. A l con trario, u n a
conveniente depuración exige que
tales elem entos sé a le jen de nosotsds definitivam en te. E sa depura
ción, indispensablpe p ara que el
Partido restablezca sus clásicas l i­
neas de austeridad, reclam a ad e­
m ás idéntica severidad con respec­
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to a individuos dudosos tanto por
su procedencia como por su con­
ducta. E n la fru strad a reunión de
Cortes en M éxico, frente a los ban­
cos de la m inoría socialista se ali­
nearon ocho disidentes que para
fo rm ar grupo no vacilaron en su­
m arse a dos republicanos, tam bién
disidentes de sus agrupaciones, y
m editando y o sobre la procedencia
y la conducta de aquéllos reparé
en un saltim banqui, en u n ex a l­
calde de la dictadura prim orriverísta y en un defensor — públicam en­
te y bajo su Firma— de la restau­
ración m onárquica. T res pies para
un banco.
L a avalan ch a de afiliados que
se le vino encim a al Partido poco
antes y poco después del ad ven i­
miento de la República no fu é de­
bidam ente cribada. Se im pone,
pues, u n a cuidadosa criba sin pa­
ra r m ientes en la reducción del n ú ­
mero.
Otra nota satisfactoria se refle­
ja en la form ación de la E jecu tiva
constituida en F ran c ia y en el
acuerdo de su stituir la que p rim i­
tivam ente se eligió en A frica del
Norte. E n la prim era figu ran nom ­
bres de personas de todas las ten­
dencias del Partido, tendencias
m ás a rtificiales que reales, y a que
en gran parte se d ibu jaron arb i­
trariam ente bajo designios divisionistas inspirados desde fuera y tra­
zados desde dentro por cuautos in ­
ternam ente, y disfrazados m ientras
no se les arrancó la careta, estaban
encargados de m in a r al P artido So­
cialista Obrero E spañ ol y en ú lti­
m o térm ino d e stín a lo a fin de po­
n e r en m anos del com unism o, has­
ta entonces im potente, la dirección
política de la clase trabajadora de
nuestro pais. E n el em peño no h u ­
bo escrúpulos p ara escoger los m e­
dios. S e llegó in clu so a asesin ar en
los cam pos de batalla a cam aradas
que se negaban a aceptar e l carnet
com unista, y represalias de esta
clase acaban de registrarse tam ­
bién en F ran cia. L a sustitución de
la E jecu tiva de A fric a del N orte
es un caso ejem plar. F u é reem pla­
zada porque algunos de sus m iem ­
bros no cum plieron fielm en te la s
resoluciones del Congreso anterior,
obstinados en creer que asi servían
lcvi*iutereses de su tendencia. Los
únicos intereses que legítim am ente
deben servirse desde puestos directivos son los intereses del Partido,
tom o el P artido, colectivam ente,
ha de serv ir los intereses de la cíase obrera y de la nación.
E n resum en, appaias liberados
los territorios de M arruecos, A rgelia y T ú nez y los de la M etrópoli
francesa, o sea. en cuanto los socialistas españoles pudieron exteriorizar su pensamiento, se ha producido la unidad. Repásense el núinero y la calidad de los no sometidos a ella y se verá que m aldito
si vale la pena concederles beligerancia.
Los socialistas españoles de Frand a . de las provincias argelinas y
de los Protectorados tunecino y ma
ñ o q u i, se han unido bajo una so-
Como ejemplo de
su
vitalidad
la dirección. E n cuanto las comuideaciones entre Europa y A m én ca se norm alicen, la dirección única abarcará tam bién a cuantos nos
encontram os en el Continente americano.
Réstam e hablar, p ara encom iar­
las, de las actividades de la Ju v e n tud Socialista. R en o vació n , su or­
gano periodístico, enterrado por el
falangism o en España, ha renacido
en F ran cia, N o ia frica y M éxico,
L os hijos — he ahi un fenómeno
dignopde estudio— son superiores
al padre. Im pera en ellos la mesura y los inspira el buen sentido,
todo lo cu al no resta acom etividad
ni valentía. En fin , adviértese en
la Ju ven tu d una sesudez que se
echaba de menos en España, du ­
rante los últimos tiempos, cuando
preponderó en su seno la demago-.
gia de varios sabelotodo. T am bién
indestructible,
nuestro
tido. Y dando un sereno ejemplo de solidez política
y
se denota en tales publicaciones,
asi como en las demás actividades
juveniles, sincero respeto a l Parti
do, noble a fá n de cooperar a su
acción en vez de desdeñarlo y des­
acatarlo. con propósitos de echarlo
por la borda, cual si fuese pesado
v estorboso lastre.
E n M éxico — no tengo referen
cias detalladas de N o ráfrica y
F ran cia— la Ju ven tu d Socialista
ha sabido apelar a la radiodifu
sión como elem ento de propagar
da y h a editado libros y folletos
Consiguientem ente, el Partido
Socialista Obrero Español vu elve a
los cauces que le abrió Pablo Igle
sias y la Ju ven tu d Socialista toma
de nuevo el cam ino que le indicó
Tom ás M eabe. Estam os, pues, de
enhorabuena.
Partido se ba organizado en cuanto las circunstancias lo han permi­
consecuencia ideológica nuestros compañeros de Noráfrica y Francia, coin­
ciden <n sus apreciaciones generales sobre ei problema político español, coa cuanto hemos afirmado y sostenido desde México,
Esta fotografia recoge un grupo de Delegados al Primer Congreso Socialista del Norte de Africa.
A estas fechas, los com­
pañeros del Norte de Africa, han celebrado en 1a ciudad de O rín su segundo Congreso. A él acudió, como Delegado de los so­
cialistas organizados en Francia, el camarada Rodolfo
Uopis. Acuerdo trascendental de este Segundo Congreso,
cronizar el movimiento socialista del Norte de Africa
y Francia
La voz valiente y vibrante de nuestras Juventudes, no faltó en esos- Comicios.
Su
reincorporación
a
la
fué el de sin­
clásica
línea
tradi­
cional de acarurú ento y servicio al Partido, es también unánime.
Cuando
las
comunicaciones
permitan
intercambios
más frecuentes de
upinioaes,
tendremos
la
satisfacción
de comprobar
que tras de la dura prueba sufrida por la emigración, el Partido y las Juventudes Socialistas resurgen más potentes
que nunca
I VI A J ER O S E N
ESPAÑA
E j e c u c i o n e s en
'M adrid... de 1838
por M A iV- U E L
A L B AH
U n a de los viajeros m ás sagaces e inteligentes que
durante el siglo pasado visitaron a E spañ a fue, sin
| duda alguna, C arlos D em bow ski. un italian o de asfi i endeuda rusa n aturalizad o francés. Creo que sola­
mente los ingleses B orrow y Ford pueden com pararse
r con él; de ningún modo los franceses, juzgadores harf to ligeros, aunque se llam en A lejan d ro D um as y
j Teófilo G au tier. D em bow ski vino a E spañ a en los
j comienzos de 18 3 8 , cuando E spaña y a llevaba m ás
I de cuatro años de sangría con la prim era gu erra c a r­
lista. D e su estancia nos ha quedado un libro delicioso
■ cuya lectura invita a la repetición. E n tra nuestro
I viajero en E sp añ a por el portillo del C an fran c abierto
I en el P irin eo aragonés. L e acom pañan tres liberales
I españoles convenientem ente disfrazados para esquiF var a los guerrilleros carlistas. U no de ellos, m arqués,
y se hace pasar por sacerdote m exicano. N ada escapa
S al oído de D em bowski. sin que la curiosidad de lo pinI toresco, tan vigoroso y m ú ltiple en E spañ a, le im pida
, calar profundam ente en los hechos que va presenI ciando. Cuando la com itiva cruza la m ontaña, cu! bierta por una gruesa capa de nieve, y los viajeros
j confian su destino al instinto adm irable y seguro de
i las cabalgaduras, el m arqués, con un gran suspiro, da
I alida a sus m editaciones con una frase que Dem howski se apresura a copiar en su cuaderno de notas
I conservándola en español: ¡O h . si E sp a ñ a tu viera un
I m inistro tan h á b il com o este m acho!
Dembowski se m ezcla con la gente del pueblo, de
\ donde escoge sus- m ejores inform aciones; conversa
Ë 'on los arrieros en las posadas, bajo la gran cam pana
I de la chim enea, adelantadas las piernas hacia la 11aj ma gozosa del hogar; en A ye rb e se deleita viendo
bailar la jota y escuchando las coplas, que apunta
I cuidadosamente:
1
I
D ebajo de tu canuta
h a y unos zapatos b lan cos. . . I*8
I En
Zaragoza visita los lugares donde se riñeron las
i ha tallas con los franceses en 18 0 8 ; se entusiasm a en
■i contemplación de la T o rre N u eva, inclinada como
i la de P isa, desde la cual avisaba la cam pana el bomardeo de los cañones im periales, derruida m uchos
f] ¡ños después, porque no sé a quién se le ocurrió la
K dea de q u e podia caerse cu alquier d ía: hizo am igos
8 n las diligencias, m ientras el m a y o ral blandía el lá:go sobre las orejas de las m u ías: topó con las parti­
o s de Don Carlos, vió bandidos en G u a d a la ja ra y
.'legó a M ad rid . E n M ad rid es donde vam os a dete­
rgemos con él.
K
»
*
»
I Dembowski se aposenta en la calle del C arm en, en
I » asa de lina señora D olores, am iga íntim a de "u n
alto personaje del partido carlista que no os nom ­
b raré a causa de m i respeto a la capucha fra ilu n a ” .
A u n q u e estamos en carn avales y abundan los bailes
y las fiestas, h a y revuelo político y frentes a rru g a ­
das en M adrid. A cab a de saberse el golpe de m ano
dado por lo s'carlistas, con C abañero a l frente, en Z a ­
ragoza, en la que se introdujeron p o r sorpresa. A fo r­
tunadam ente Z arago za se levantó airad a y tardó po­
cas horas en exp u lsar a los invasores con aquella jo r­
nada de b ravu ra que dió ocasión a que la fecha del
5 de m arzo fu e ra declarada fiesta de la ciudad y ro­
tu lara una de las calles m ás céntricas que ahora se
llam a, para bochorno de la capital aragonesa, calle
del Requeté A rag o n és. . . D em bow ski asiste a rom e­
ría s, hace excursiones a Toledo, aprende a bailar,
preside apasionadas discusiones políticas, pasea la r ­
gam en te la P uerta del Sol y lee y copia en el clau s­
tro de la Iglesia del Buen Suceso la losa sepulcral
dedicada a los m ártires del 2 de M a y o : “ A q u i y acen
los españoles sacrificados en este tem plo y en sus a l­
rededores por los fran ceses en la jo m a d a del 2 de
M a y o de 180 8. Rogad por sus alm as” . N atu ralm en te,
D em bow ski no podia ahorrarnos la descripción de
una corrida de toros, que le llen a al in stan te.d e en ­
tusiasm o. L o confiesa honradam ente y sin eufem is­
m os. “ E n cuanto a m í — escribe— m e vu elven loco
estas fiestas, m e guardo d e fa lta r a n in gu n a, he com­
prado el T ratado d e T a u ro m aq u ia de M ontes, he tra­
bado am istad con u n torero, y m i puesto está en las
grad as, entre el m anolo y la m anóla ’ . Se convierte,
adem ás, en defensor de ella. “ Los extranjeros — a ñ a ­
de— no dejan de declam ar contra este espectáculo.
E s, por su parte, sensiblería de filántropos, porque
podíais apostar que los encontraréis todos los lunes,
a las cuatro de la tarde. me 7.clados con la m ultitud
alegre y bulliciosa que llen a la larg a calle de A l ­
calá y que pronto habrá invadido la plaza de toros . . .
* * •
P ero M adrid va a ofrecerle emociones más fu e r­
tes a nuestro viajero. A sí ocurrió el 25 de m ayo de
18 3 8 . día en que hubo tres ejecuciones en la v illa
regia. Se trataba de tres carlistas — dos hombres y
una m ujer— que en 18 3 5 . aprovechando la confu­
sión creada por la sublevación de las G uardias N a ­
cionales contra el m inisterio de Toreno. habian pro­
vocado un m otín en el barrio de M aravilla s, donde
el carlism o tenia su principal reducto, y se habían
entregado a brutales venganzas. A l frente de los am o­
tinados. dando ejem plo de ferocidad, m archaban la
m ujer, una vieja arrugada a quien apodaban la tía
('o tilla , y sus dos ayudantes: A lva re z G arcia y C a ­
yetan o Siete-Iglesias. Los tres portaban grajides cu­
chillos y n avajas. Y los testigos afirm ab an h ab er­
les visto d ar m uerte por propia m ano a un infeliz
tam h orallo de la M ilicia... T res años transcurrieron
antes de que se pudiera dictar y ejecutar la senten­
cia de m uerte contra los delincuentes. E l 25 de m ayo
de 18 3 8 . a las once y m edia de la m añana, m ía m u l­
titud espesa y anhelante se apretujaba en los a lre ­
dedores exteriores de la Puerta de Toledo, lu gar se­
ñalado para las ejecuciones, por orden de F em an do
V IL desde 18 2 2 . N uestro autor describe m inuciosa­
m ente la trágica cerem onia. T ra s del escuadrón de
la M ilicia que abría m archa, y de los H erm anos de
P az y C aridad, que portaban cirios verdes, montado
a horcajadas en un asno aparecía el prim er conde­
nado, A lva re z G a rcia, “ revestido con el traje de los
asesinos a traició n , gorro am arillo, cam isa am arilla
y un ancho pantalón de tela de saco". Después la vie­
ja. espantosa en su fealdad y con los ojos brillantes
de fanatism o. F inalm ente Siete-Iglesias? E l- verdugo
sentó en la silla a A lvarez G arcia m ientras un a y u ­
dante le ataba los piernas. E l confesor empezó a re ­
zar el credo “ de modo que llam ase la atención del
paciente, que repetía cada frase con los gemidos del
que se ahoga. A l llegar a las p alab ras Jesu cristo su
ú nico h ijo , otro sacerdote le cubrió el rostro con un
paño blanco. E ra para el verdugo la señal de d ar vu el­
ta al torniquete. Hízolo así; el poste tembló y oí un
cru jir de huesos..."'1 LTn poco m ás adelante Dembovvski añade: “ E n aquel momento m i atención fue d i­
rigida a otra parte por un ruido sin gu lar que tenía
lu gar a m i alrededor. Eira el ruido de Iiofeíones que
hombres y m u jeres del pueblo distribuían a los ch i­
cos. M i com pañero m e dijo que cuando un padre o
luía inadn* presencian con su fam ilia el triste es­
pectáculo de una ejecución, no dejan de ap licar una
buena bofetada en el carrillo de los chicos, a fin de
grab ar m ejor en su juvenil m em oria, m ediante una
sensación dolorosa, la lección m oral que acaba de
ofrecerse en el patíbulo". L a lia C o tilla fue menos
sensible a las exhortaciones de los sacerdotes. C ada
vez que se le pedia ponerse en gracia de Dios repe­
tia iracunda: " Ja m á s perdonaré a m is enem igos". Y
m urió sin perdonarlos, dejando como testamento una
m aldición que envenenó toda la vida del siglo X I X
y ha culm inado en la atroz guerra civil a que ios
descendientes espirituales de la tía C o tilla se lanzaron
en julio de 19 36 .
D em bowski no puede soportal- por m ás tiempo el
espectáculo y escapa horrorizado de si mismo. Linos
dias después contempla absorto la sierra del Gua
darram a acogido a las piedras, que parecen talladas
por genios, de E l Escorial. ¡A d m irable Dembowski'
S i su viaje — term inado en 1840— se hubiera reali
zado u n siglo m ás tarde, hubiera tenido que presen
ciar en toda E spañ a, y a toda hora, y cada día. eje
cuciones como las de M adrid, solo que al revés, e«
decir: siendo ejecutores los ejecutados. H ubiera vis
to horcas en todos los cam inos, esbirros en todas laposadas, verdugos en todas las ciudades. Y es segur"
que él, tan liberal, tan generoso de pensamiento, no
hubiera podido despedirse con las palabras de m elan­
colía que ponen fin a su libro, tan poco leido corrí"
digno de que se lea. “ Dos D ías m ás — escribe en Pañi
piona el 12 de octubre de 184 0 — y h ab ré pasado los
P irineas. ¡A diós, E sp añ a ; mis votos te acom pañarán
siem pre!"
El
diputado socialista 1tal u n o Mateotti. fué una de tas pu­
rrielas víctimas del fascismo. Después de él millares y rnitljrc
de los mejores hombres de la clase obrera organizada, pagar»:
con su vida el tributo a su entereza política y a su ambición ¿
un mundo más justo.
A la hora en que las responsabilidades de tos criminales faz
cistas se 'van esclareciendo, justo es que rindamos sentido reoitt
do, a quien llevó su aombre por encima de las fronteras con-augurio de lo que añas más tarde, iba a ser — transitori amer"
triunfantes las fuerzas det mal— el panorama trágico de uní
Europa que abdicó sus deberes de solidaridad.
Que el recuerdo de estos mártires, ilumine nuestros s a o s en e!
fu tu ro . . .
COMENTARIOS
AL
PRIMERO
DE
MAYO
El trabajo, suprema dignidad humana
por
A partir de 1890, t-1 proletariado internacional celebra
1» de Mayo como un día de especial significación. Inid mente — acuerdo del Congreso de la Segunda Inter­
nacional de julio de 1889— el objeto primordial a -loerar era la jornada de 8 horas. Alcanzada esta, nuevas
espiraciones y resoluciones encaminadas à elevar et nivel
c vida del trabajador, eran presentadas todos los prfleros de Mayo.
De este modo el primero de Mayo significa para los
trabajadores, una recapitulación de conquistas logradas,
una iniciación de nuevas ventajas a conseguir, y un día
de lucha simbólico en el camino de la emancipación de!
proletariado.
~
Llegó a arraigar con tal fuerza en la opinión mundial,
la necesidad de una Jornada dedicada a la expresión del
regreso del pueblo
que no otra cosa significan núesas luchas— que incluso partidos tan lejanos del ideal
brero como el nazismo alemán y el franquismo español,
Joptaron el 1" de Mayo como fecha simbólica del Tra•ajo. ■
Si en algo las profecías de Marx han encontrado una
infirmación plena, ha sido sin duda en su análisis del
meso de la humanidad. Se podrá combatir el materiaismo histórico con argumentos mis o menos acertados,
podrá incluso reconocer errores en la concepción del
:.¡dor del Socialismo científico, habrá capítulos de sus
)bras. que no habrán ajustado con la realidad qué esta­
os viviendo, pero lo que nada ni nadie podra discutir
la sagaz visión del viejo maestro, cuando afirmaba que
k! proletariado era la consecuencia del régimen capitaiisa v llamado históricamente a destruir el propio c.ipitalLsiio que lo engendraba.
Una nueva aristocracia ha surgido a través de los años
medida que el proceso deí capitalismo llegaba a su cúspi­
de: !a aristocracia del trabajo. La clase superior en nues­
tra épota no la constituyen ya señores de sangre azuL pa­
narras ungidos por la gracia más o menos divina, terraemenfies enriquecidos por derechos de herencia, títulos
''¡liarios adquiridos en campañas heroicas de conquista
■ en complacencias cómodas" de gabinetes reales. Hoy no
ay otra aristocracia que la del trabajo, ni otra fuente de
¡irjueza en los individuos y en las naciones. Sea intelecsea corporal, el trabajo anega todos los ámbitos del
mndo, reforma los campos, desvía los ríos, crea ciudatransforma desiertos en tierras feraces, convierte en
eriales imprescindibles las entrañas de la tierra, con­
gola los elementos de la Naturaleza, establece comunicaiones rápidas entre los puntos más apartados del globo,
erca a los pheblos, los hace conocerse y comprenderse y
f¡: consecuencia cada dia un poco más hermanos. . .
Todo ello producto del proceso evolutivo de la Hulidad. Todo ello a causa de la creación de una clase
I, c-1 proletariado, dedicada a la producción de nuevos
ílnres, la perfección de nuevos inventos, la utilización de
unos naturales, la trasformación de materias primas.
Comprendiendo que*ni destruyendo las organizaciones
brtras, ni matando sos dirigentes, ni castrando la iniciativa
■ las fuerzas cada-día más numerosas del mundo dc-1 traba­
;1
FELIX
MIGUELEZ
jo, ni desorientando sus ambiciones legítimas con objetivos
de tipo racional y expansionista, podían negar esta gran
evidencia, los países, fascistas no se atrevieron a borrar
del calendario fedia tan simbólica. El i° de Mayo es
para ellos la Fiesta del Trabajo, para nosotros sigue siendo
el día de lucha de los trabajadores, la jomada de recuer­
do y de comienzo que es a partir de 1890.
Si el poderío del Trabajo, como fuente creadora de
potencial humano, hubiera necesitado una confirmación
irrefutable, esta Segunda Guerra Mundial ha demostra­
do hasta la saciedad la razón de nuestros argumentos.
Cuando un pueblo de tradición militarista como el
alemán, tras largos años de preparación se lanza a la gue­
rra su sistema ofensivo y sus fantásticos recursos le pro­
meten la victoria más rápida y difinitiva que registra la
Historia. La guerra mecanizada sorprende aún a los más
caracterizados técnicos militares, y las conquistas a paso
vertiginoso se suceden día tras día. Caen bajo, la pre­
sión alemana, ofreciendo una resistencia débil. Holanda,
Bélgica, Francia. Antes cayó Polonia y más tarde habrá
de ser conquistada media Rusia al mismo ritmo de avan­
ce.
Pero sigue en pie Inglaterra, y tiene Inglaterra tras
de si los Estados Unidos de América. • Los grandes re­
cursos de la nación americana se vuelcan en ayuda de las
democracias casi totalmente derrotadas. Las fábricas yan­
quis comienzan a transformar su industria, al" servicio de
la guerra. Enormes cantidades de cañones, de avione-,
de munición, de tanques, de automóviles, de barcos, van
saliendo de las fábricas americanas. El Trabajo encauza­
do y orientado en un plan metódico, va alcanzando una
producción fantástica. La batalla definitiva no la da­
rán hoy los soldados, la darán los pertrechos bélicos.. .
La producción americana inunda los'ícente de batalla. La;
grandes reservas de material bélico que Alemania prepa­
ró tras largos años de concienzuda labor, son superadas
por el Trabajo de la nación americana. La batalla de 'os
frentes es una consecuencia de la batalla de las fábricas.
Y son éstas, las que ai superar la producción alemana per­
miten la recuperación primero y más tarde los avances
gloriosos de los ejércitos aliados.
La tradición prusiana derrotada, la superioridad ra­
cial ridiculizada, ios - argumentos filosóficos tantos años
mentidos desautorizados, los principios morales de las
castas dirigentes totalmente hundidos: la Técnica unida
al Trabajo se impone con fuerza avasalladora.
El mundo no sigue un proceso materialista según nues­
tros ideólogos empíricos. Sin ambargo es el materialis­
mo de los tanques, los cañones, los aviones, la realidad
que se impone. Y el proceso de Marx en su concepción
filosófica, sigue su mardi a triunfal. El ejército del Tra­
bajo es cada día más potente.
Este primero de Mayo, si bien sirve para confirmar­
nos en nuestra convicción de la supremacia del Trabajo,
trae también a nuestro cerebro las inquietudes propias de
h situadón creada.
Las fuerzas acumuladas por el trabajo no se utilizan
para la fraternidad universal, para el mejoramiento de los
pueblos, para la formación de un mundo mejor. El pro­
ducto del Trabajo es usurpado por las fuerzas del capita­
lismo,!» distribución de los productos es monopolizada
por los dirigentes de los grandes "truts", las naciones se
supeditan a las determinaciones del capital. Y se crean
"cartels" y "trust ', se queman las mercancías sobran­
tes para no bajar el precio del mercado, se fomentan las
barreras aduanales para favorecer el capitalismo nacional,
se mantienen regímenes coloniales para que las materias
primas se obtengan a bajo precio y al mismo tiempo se
mantengan compradores seguros
En el terreno espiritual, el mundo no ha avanzado su­
ficientemente. Preciso es que el proletariado internacio­
nal se imponga como misión universal establecer un or­
den mis justo, más equitativo. Para ello hemos de eli­
minar el privilegio vigente en nuestro siglo, el privilegio
del capital. Se entiende el capital usurpado por unos cuan­
tos, el régimen que autoriza la expropiación del trabajo
ajeno en provecho propio, el sistema que defiende las ga­
nancias ¡licitas. Porque el otro capital, el eterno, el per­
manente, el que siempre ha de estar vigente y hacia el
que camina la Humanidad es el hombre. He aquí una
bella definición: El eterno capital es el hombre. Que
los hombres que forjan con su trabajo su propio bienes
tar. tengan pleno derecho a disfrutarlo integramente,' es
el principio moral motor de nuestros actos. Es la razón
de nuestra existencia como Partido de clase, como van­
guardia de la dase trabajadora.
Dialécticamente, el Trabajo ha de hundir el Capitalis
mo. En la medida que nuestros esfuerzos — los de todo
los obreros del mundo— se concentren hacia ese objetivo
habremos adelantado más en el camino de nuestra eman­
cipación. En este i" de Mayo aún la frase de Cario,
Marx resuena potente en la caracola de carne de nuestro
oídos: "Proletarios de todos los Países, Unios” .
deda de la Guardia O v il española, el g u n poeta granadino Gar
"C o n el alma de charol, vienen por la carretera. .
cía Lorca T a l vei preparó su sentencia de muerte en Granada, en su Granada, en la fuente copiosa de su inspiración, en la r.
quera expresiva d e sus imágenes . . .
Pero los guardias a vile s — algunos tan sólo desgraciadamente— también son hombres y Son españoles. N o inspiraban
por ello sufidente confianza a las faen as reaccionarias de España. Podían identificarse, en momentos difíciles, con el pueblo al
que pertenecen . .
Por eso tras el ensxyo alentador de Octubre de 19 34 sobre los mineros asturianos, las fuerzas negras de España encon­
traron una fuerza idónea, para imponer el "orden" falangista. Fueron los motos. Y
moros" cruzaron el estrecho de Gibraltar
para dar un poco de vida a la sublevación que ya estaba fracasada, y moros forman la Guardia permanente del enano criminal,
y micos recorrieron España de punta a punta, imponiendo con su brutalidad y feroddad características, el ''orden nuevo" de la
España católica y tradicional
Aquí
vemos
a
unos
dignos representantes, exhibiendo el fruto de su rapiña. Alguna beata histérica r algún que otro cura gor­
dinflón estarán riendo tras las celosías, ante tan maravilloso espectáculo.
,
A l fin y al cabo, las gallinas eran de los "r o jo s .
UN S O C I A L I S T A
INTEGRO
FRANCISCO
LARGO CABALLERO
Las últimas noticias relativas al
autiverio de nuestro camarada Lar­
go Caballero “ hombre austero, lucha­
dor incorruptible, viejo paladin ' co­
mo lo llamara Indalecio Prieto en su
informe al Grupo Parlamentario Sosolista, nos vierten por m edio d el pe­
riódico “Acción Socialista'- que se pu­
blica en La Habana.
Largo Caballero que, como es sa­
bido, se encuentra cautivo en Alem a­
nia, comparte sus horas de prisión con
dos figuras bien conocidas en los me- ■
dios obreros mundiales. León fobkaux
y León Blum. Con excepción de los
lacónicos mensajes que de cuando en
atando nos llegan por mediación de
la Cruz Roja y que nos permiten su­
poner se encuentran bien de salud, na­
î t sabemos de tan extraordinarios
hombres d el obrerismo mundial. Lo
que si estamos seguros es que su con­
ducta, su entereza y su dignidad, ha­
brán de imponer respeto a sus guar­
dianes, porque por muy baja que se
encuentre la moralidad de quienes lo
sojuzgan no habrá llegado al extre­
mo de ignorar la fortaleza moral y
el temple m agnifico que se encierra
en la vida plena de luchas y decisio­
nes de tan queridos camaradas.
Cuando las fuerzas de liberación
francesas, una vez establecido D e Gau­
lle en Francia, examinaron ios archi­
vos del' traidor Petain encontraron l :
carta dirigida al caduco y traidor ge­
neral francés, entonces Jefe del Estado,
por nuestro compañerp Largo Caballe­
ro.
Damos un extenso resumen de la
misma. Su contenido responde a la
firmeza y a la integridad que caracte­
rizaron en todo momento ¡a vida de
Largo Caballero.
* # *
Me refugié en Francia a fines del
de enero de 1939, cuando las fuerza»
sublevadas contra‘ la República Espa­
ñola llegaban cerca de Figueras. No
salí de mi patria por temor a respon­
sabilidades políticas o de otra natura­
leza; salí para evitar ser víctima de las
venganzas políticas inherentes, siem1 pie, a todas las guerras civiles, las cua! fe, desgraciadamente, son las de mcf nos civilidad de todas las guerras.
En mi actuación pública, como se
I puede comprobar, ha presidido el in­
terés general; la moralización del Es
tsdo; jamás el interés particular o de
lucro, habiendo salido de todos los car­
gos tan pobre como çntré, sin que na­
die, ni amigos ni enemigos, puedan con
razón, señalarme con el índice por al­
gún acto deshonroso; cosa, por des­
gracia, no muy corriente en la adminis­
tración de los pueblos. En una pa­
labra- qut* puedo presentarme ante
quien sea con la frente alta y descu­
bierta.
Como gobernante, mis actos se han
inspirado siempre en el cumplimien­
to del deber, con el celo y la lealtad
a que me han obligado ia confianza
en mí depositada por el país y el Pre­
sidente de la República. Y o no he
provocado la guerra civil; lo que he
hecho, lo más humanamente posible,
ha sido defender la legalidad constitrcional; lo mismo exactamente, lo
mismo que haría usted si alguien se
permitiese, en Francia, sublevarse con­
tra el Poder constituido.
He vivido en París hasta el 12 de
junio de 1940. fecha en que las tro­
pas invaso ras estaban próximas a en­
trar en la capital. Salí con mí fami­
lia formando parte del trágico éxo­
do producido en aquellos momentos
Llegué a Albi, donde, sin considera­
ción a mi estado de agotamiento f í­
sico a consecuencia de una marcha
de cinco días, el señor prefecto me
.conminó a que en el plazo de vein­
ticuatro horas me alejase a mis de
tre in ta -kilómetros de la capital del
departamento del Tarn. -Me aloié en
et pueblô titulado Tfébas, donde la
población v las autoridades me aco­
gieron con verdadera hospitalidad,
pero donde no existe médico, farma­
cia, ni los más elementales servicios
de higiene. Allí vivía tranquilo y re­
signado. El día 30 del mes de noviem­
bre, det mismo año, a las dos de la
mañana, un señor comisario y varios
gendarmes me obligaron a levantarme
de la cama y. sin tener en cuenta mi
estado de inutilidad, pues tenía frac­
turada, desde hacía unos días, la cla­
vícula derecha, me condujeron a A l­
bi, encerrándome en una clínica, don­
de estuve incomunicado durante cin­
cuenta días. A pesar de sufrir un
ataque agudo de arterieesclerosis, lo­
calizada, principalmente, en las des
piernas, que no me permitía andar,
me condujeron^ en el mes de enero.
cuando los fríos eran más intensos, al
pueblo llamado Crocq (Greuze), cu­
yo clima es lo más pernicioso para la
enfermedad que padezco, no permi­
tiendo me acompañara nada más que
urja de mis dos -hijas, quedando ja
otra y mi cuñada en Tretas, transcu­
rriendo sets meses hasta lograr se las
autorizase a reunirse conmigo.
En Crocq, que fuimos recibidos con
la misma hospitalidad que en Trebas.
vivía, relativamente tranquilo, espe­
rando mejores tiempos; pero el vein­
tinueve de octubre de 19 4 1 se me con­
dujo a la Cárcel de Limoges, donde lie
estado 2 i días en unas condiciones
impropias a mi edad, mi salud y mi
representación politicosocial. He vi­
vido en un régimen idéntico al de los
ladrones y los criminales mas empe­
dernidos.
He comparecido, en Limoges, ante
los Tribunales, con motivo de haber
pedido mi extradición el gobierno es­
pañol. formulando contra mí unas
acusaciones tan absurdas, injuriosas y
calumniosas, que hube de protestar
enérgicamente,.contra ellas por consi­
derarlas una ofensa a mi honradez \
dignidad. Como la solicitud de ex­
tradición carecía de todo fundamen­
to jurídico, el día 19 del mes de no
viembre último, la Cour d’ Appel me
absolvió. Aunque dicha solución en
esperada, porque no existía motivo pa
ra una condena, la alegría reabies
fué la que es de suponer, pero cual
no sería mi asombro y el de mí fam;
lía, al comunicarme que con arreglo al
decreto de 18 de noviembre de 19 V
relativo a las medidas a tomar con los
individuos peligrosos para la Defen
sa Nacional y la Seguridad del Etado, se me conducía a Val les BainArdeche, al Centro de Séjour Surveille
Termina justificando el tono leal,
altivo si se quiere de esta carta, pro­
pio de un español sincero y pidiendo
que se le baga la justicia de dejarle
en libertad para marchar, con los su­
yos, a México.
~
P A U L R JV E T . el ilustre socialista trances, ha sido uno de los hombres que a la hora
dramática J e Francia, de España y del mundo, supo mantener ritmen los principios por
ios cuales luchó siempre. Amigo de España en su momento Jirk il, refugiado coron
nosotros después de la derrota francesa. P A U L R IV E T estableció con la emigración
española, los laios fraternos y sinceros que et Socialismo encierra en su bello ideal.
Actualmente en París; con cariño saludamos a tan ilustre compañero, que haciendo
honor a su Historia y a su conducta, habrá de ser en pido tiempo una vo j d e aliento,
de estímulo y de ayuda para tos españoles en Francia.
Desde un punto de vista fis'"
co, los com unistas son cuerpo 5
de extrañ as y variad as cualida­
d es: Buen equilibrio; gran im­
p erm eabilid ad ; adaptació n ex­
celen te; enorme poder de ab­
sorción y com pleta cohésion
m olecular.— A C .
Ü O M B K E i
I C e i A L I j f l A Í
Lot dardat ventilólos de U injuria ¡t dispararon contra il con soda despiadada. Loi
repules de la calumnia le acosaron junoumense. Pocas figurai, dentro del capitulo his­
tórico que inauguró la. implantación de ¡a República española, San azotada por lodos los
tientos desencadenados por el pil encono y la insidia, como la de Manuel Cordero. Y ; iln
embargo — contraste luminoso— , pocas figuras tan ejemphtres como la tuja, hecha de una
moral de granito, contra la que re estrellaron y pulverizaron los jrenésicos ataques de sets
.drenarlos Desde los tiempos de Igletioi hasta los aleccionadora dias actuales, los
enemigos del Partido Socialista — que han sido muchos, y lo stguen siendo, para su
gloria— , han supuesto ingenuamente que su fortalece podia hundirse, sepultando coa
sodas las reservat del cieno a sus mis iluitrei hombres npreicntanuvos. La terquedad
no les permite todavía advertir los errores de semejante táctica. S i te ¡o permitiera, lejos
le un Partido Socialista arrumado, contemplarían a un Partido Socialista más pujante y
rigoroso, a pesar de pugnas internas, que son el testimonio de su gran riqueza de ener­
gías Y , en tez de hombres perdidos eti el olvido, bajo la semencia condenatoria de sut
injurias, toparían con hombres cada día más recordado i y admirados por el sentimiento
público.
El Pensamiento
íntimo de
Manuel Cordero
Por E. F.
1
Manuel Cordero, con j » imponente aire patriarcal; con aquella sonrila amplia de
bondad con que iluminaba su rostro tetero, es un ¡imbolo genuino de esa depurada
i cuela dé fot sa ló n - morales de! Social: tutu español, que con justicia se llama E L
F.IBLISMO. Su sida es un formidable paradigma para todot los socialistas. Y espe­
cialmente para nosotros, los rótenes. que bateamos para nuestras inquietudes ideales
constantes horizontes de superación. Cordero, modesto obrero-de leu artes blancas, fue
¡a ejemplarhoción del autodidacta. Su esfuerzo y su bóluntad victoriosa le elevaron a
durat envidiablei. A ¡os preciasen caudales de su fina sensibilidad, unió el tesoro de
una inteligencia pertacarantemente cultivada.
E l pensamiento de Manuel Cordero el conocido a travis de numerosot artículos y
J: icurien que produjo bosta que el hilo de tu existencia se cortó en Argentina, en un
Ha de marzo, hace ya cuatro años. Su palabra serena y su pluma sobria, pero rico tu
conceptos, nos pusieron ríempre de relieve la grandeza de sus inquietades y de su aima
cialitta. En los posâtes que reproducíalo', de un epistolario intimo mantenido durante
■ tristes dias del exilio en Frauda, el pensamiento de Cordero brinda confidencias que
conservan, entre otros virtudes mch esenciales, ¡a de lo actualidad. AI recogerlas et; estas
tolutnvas, se manifiesta nuestro más sentido homenaje a tu memoria.
EL PARTIDO
“ Recuerdo que al fin a l de la vida de Iglesias la
naguesia añoraba su m uerte, porque creía que seria
la m uerte del Partido. Y o tenía tanta fe en el P a r ­
ido, en su organ izar dem ocrático, en los hombres
¡ue le regian, que no lo creía. Cómo, m e decía: el
Partido Socialista es mi partido de m asas, en el que
.os caudillism os personales no cuentan, y un Parti!o así no puede d esaparecer” .
Y m ás adelante:
“ H a t', a m i juicio, que lim piar el Partido de la
íiserahle cizaña que le ha arruindo y que am enaa con m atarle definitivam ente. P a ra ello se necesi­
ta una actuación enérgica de los viejos m ilitantes
ue han sido desbordados por los neófitos que lian
mido a él en la época de las vacas gordas. M u ­
dos de ellos se m arch arán solos. A h o ra y a no h a y
a perspectiva actas de diputado, n i D irecciones ge­
nerales, ni subsecretarías, n i gobiernos civiles que
adicionar. L a s perspectivas futu ras son de traba3 írido. duro, como en los tiempos heroicos. H a y
He volver a em pezar de nuevq. Y para este traba5 no valen los intrigantes. P ara este trabajo no
1 teresa tanto el núm ero como la calidad. H a y que
olver a hacer un P artido Socialista de selección
!°mL bien organizado y rígidam ente disciplinado,
jffio le concibió Iglesias” .
LAS GUERRAS '
“ E n el triun fo de H itle r en A le m a n ia vi con c la ­
ridad ponerse en m arch a, otra vez, las fuerzas de
la gu erra que en 19 18 quedaron quebrantadas, pero
no destruidas com o m uchos pensaron. E n una con­
feren cia que di en la Casa del Pueblo de M ad rid en
' 9 3 3 ) a los jóvenes socialistas, lo dije. C laro que n a ­
die m e hizo caso. Y aun pasó algo peor, y es que
todos em pezaron a m o tejarm e de pesim ista y agore­
ro de desdichas infundadas. L o m ism o vaticin é
nuestro fracaso en e l intento de revolución social y
m e dieron la m ism a necia respuesta, ¡Qué m ás qui­
siera y o que h aberm q equivocado! ¡Q ué quiere us­
ted, querido am igo! E stas cosas no se ven con c la ri­
dad m iran do a los m osquitos o a las estrellas. H a y
qu e m ira r a la historia que, aunque muchos dicen
— porqu e qu ieren d e cid o nada m ás— que es una
ciencia absurda q u e no sirve para n ada, con ello no
hacen otra cosa q u e dem ostrar la m ediocridad de su
aparentem ente lucida inteligencia. Y lo que m e e n ­
tristece m ás, m ucho m ás, es que tampoco ésta es la
ú ltim a gu erra. ¡Q ué ilusos somos los ham bres! Y lo
que lle va m a y o r a m a rg u ra a m i esp irita es descu­
b rir que n i siqu iera triunfando el Socialism o se a ca ­
b ará n , por lo m enos inm ediatam ente, las guerras.
¿D isparate? ¿Pesim ism o? Bueno. E n m i espíritu no
caben y a van as ilusiones. L a s causas que producen
las guerras son económicas y pasionales. ¿ Y por qué
no tam bién ideales? Y es m u y largo el cam ino a re­
correr para lograr que la hum anidad tenga de tal
modo arm onizados sus intereses y que hagan in ­
necesarias e imposibles las guerras. A pesar de los
siglos transcurridos, la abra de la civilización del
hom bre está empezando. L o que vemos, y hasta a
veces nos m ara villa , no son otra cosa que rudim en­
tos de civilización. A pesar de lo que se ha dicho y
de lo m ucho que se ha dicho, el hom bre es aun sal­
vaje. E n su inm ensa m ayoría se m ueve a impulsos
del instinto, como el hom bre prim itivo. N o sabe, ni
tiene interés en aprenderlo, para y por qué h a n a­
cido. Y no m e hable de los ilustrados, que el que
sale m alo es mucho peor que los analfabetos de ve r­
d ad ".,
LA ACTITUD DE RU SIA
Comentando el pacto ruso-germano.
"¿Y ’ de R usia? ¿Qué piensa usted? ¿Qué le ha pa­
recido s u conducta? Y o no hallo calificativo que
aplicarla. T raición m e parece poco. A h í, h a y asesi­
nato con todas las agravantes. M editación, prem edi­
tación, alevosía, dolo, nocturnidad y escarnio. Que­
rido am igo, veo a Pedro el G rande resucitado. Y' lo
bochornoso es que se cubra
Socialism o” .
L A RESTAU RACIO N MONARQUICA
Cuando a fin ales del año 19 3 9 parecía m u y pro­
bable en F ran cia la restauración m onárquica en E s­
paña e. incluso, la aceptaban elementos republica­
nos de nuestro exilio."Y ro no estoy conform e con la restauración. J a ­
m ás podré estarlo. N o creo que quienes hemos lu ­
chado por derrib ar l a —M o n arq uía debamos ahora
aceptarla. Creo que seria un error político de la m a­
y o r gravedad. N o tengo m ucha confianza en la posi­
bilidad de la restauración, en prim er térm ino porque
la M onarq uia está m il veces fracasada en E spañ a;
su descrédito es absoluto. Si se restaurara, renacería
la lucha contra ella inm ediatam ente. M uchos acep­
tan la restauración, pensando en salir lo m ás pron­
to posible de la actual pesadilla. Cometen un grave
error de apreciación. L a M onarquía, para sostenerse,
tendría que desarrollar una política dictatorial tan
dura como la de ahora. Se nos perseguiría con la
m ism a saña que en la actualidad. L a Iglesia pasa­
ría a tener m ás fuerza y sería im placable con nos
otros” .
EFE
LA
J UVE NT UD
Y EL
D EPO RTE
Equipo, ¡ie jutbo! "Renovación'' integrado por mil/taniét de U
StcciSn1 de México, D. F.
tusiastas, se han visto premiadas con ro­
tundos éxitos en su categoria.
Actualmente intervienen
en
un torneo
interesante y en sus primeros partidos, los
jóvenes socialistas se han anotado sendos
triunfos.
¡uver.tui Soci.tl:
: j .|
Deportivos, que se llama Fermín Zugari-
goitü
Por lo que el deporte tiene de exp.nsióa necesaria, de pasión juvenil, de fra­
ternidad contagiosa,
nos
complacemos a
alentar a nuestros ¡óv cites o imponeros > - |
Otro grupo de jóvenes, no menos enta-*
io s jóvenes sodalistas han organizado en
dasta, han
preparado
parejas
México un equipo de futboL Las rojas ca­
vasca y equipos de natación
misetas del equipo
do ello de la labor efectiva y
R E N O V A C IO N ,
que
aglutinan once corazones decididos y en­
de pelota
Producto to­
tenaz de
ese joven socialista. Delegado de Asuntos
animarlos por cí canuno iniciado. ' C u s­
po sano en mente sana
adagio.
queridos
Que lo
compañeros,
sinceros deseos.
reza el popular]
hagan
son
realidad estes I
nuestros
mil)
Acerca de unas Declaraciones
Vasconia no es separatista
El Gobierno Vasco, bajo la presidencia del Sr. Agui­
rre se ha reunido en Nueva York y con fecha 3 de Mareo
del año en curso hace una Declaración Oficial, de la que
entresacamos los siguientes párrafos:
"E l Gobierno Vasco proclama que se siente fortale­
cido por la unanimidad de las adhesiones recibidas y los
informes examinados demuestran un decidido propósito
popular de robustecer la unidad de dirección nacional ba­
sada en la consagración definitiva de los ideales vascos ÿ
en el acatamiento general al Gobierno de Euzkadi".
"E l Presidente dió cuenta de su propósito de reorga­
nizar, en el momento oportuno el Gobierno, cubriendo
las vacantes producidas por muerte o dimisión y anun­
ciando que su decisión se ajustará a las siguientes normas:
Que las vacantes sean provistas por representantes de or­
ganizaciones vascas que no dependan de disciplinas o par­
tidos políticos no vascos; que acepten el programa del
Gobierno, y que la proposición de los nuevos titulares, pro­
venga de las organizaciones de resistencia del interior, las
que designarán a miembros de su seno o a personas que
residan en el exterior, pero siempre propuestas por d i­
chas organizaciones de resistencia” .
Como puede apreciarse, el Gobierno Vasco usa el len­
guaje inconcreto v confuso que acostumbra. Nos parece
muy sospechosa "la consagración definitiva de los idea­
les vascos", no por los ideales en sí — que son muchos y
muy variados en el País Vasco— , sino porque lo que se
dice como expresión del Gobierno Vasco y con carácter
oficial, no es sino la expresión velada del pensamiento
oculto del Partido Nacionalista Vasco: la separación del
País Vasco de España. El Gobierno Vasco fué elegido por
representaciones de los partidos políticos de tipo nacio­
nal. a los cuales en -el segundo párrafo eme copiamos se
quiere vedar este derecho para lo sucesivo. El Partido
Socialista, Izquierda Republicana, Unión Republicana y
el Partido Comunista — aún cuando este último haya da­
do sus acostumbrados vaivenes a última hora— son par­
tidos españoles. Quienes en su nombre forman todavía
parte del Gobierno Vasco — tal vez más por comodidad
económica que por razones políticas— , no representan
ni el sentir de quienes lo nombraron ni de cuantos mili­
tantes de estos Partidos se encuentran en la emigración.
El Gobierno Vasco— su larga actuación por medio de D e­
legaciones y sistema de ayuda a los emigrados vascos lo
atestigua — es monopolio exclusivo del Partido Naciona­
lista Vasco. Tal vez por comprender la razón de estos
argumentos, invocan la autoridad de los organismos de
resistencia del interior del país, al tratar de la posibilidad
de reorganizar su Gobierno.
El Gobierno Vasco no se atiene a los principios de
una ¿tica política y de un alto sentido moral al declarar
oficialmente estas decisiones. Nacido en virtud de acuer­
do de las Cortes Republicanas Españoles, no está autotizado a saltarse por los principios que justificaron su
nacimiento, ni hacer tabla rasa de los derechos de lo;
ciudadanos Vascos. Han de ser estos por normas demo­
cráticas, cuando la ocasión lo permita, quienes expresen su
deseo de conseguir "la consagración definitiva de los idea­
fíENOV ACION
les vascos” y quienes otorguen su confianza a los hombres
que han de representarlos en el Gobierno. Esta políti­
ca que es la clara y limpia, tal vez guardaría sorpresas pa­
ra los dirigentes nacionalistas. Es mejor por ello recu­
rrir a la creación o reconocimiento de Comités minorita­
rios, escindidos de los Partidos en Euzkadi. darles perso­
nalidad y pagarles con un puesto de Gobierno su incondi­
cional sumisión a la política nacionalista.
Pero esta grave declaración oficial del Gobierno Vas­
co, no ha de quedar sin su justo comentario. Porque si
en lo que es privativo del Partido Nacionalista Vasco co­
mo organización polítics, nosotros no hemos de meternos
en tanto no afecte a la vida del resto de los ciudadanos
vascos no nacionalistas. lo que hace el Gobierno Vasco sí
tenemos perfecto derecho a criticar. Hora es ya de que
el clima artificial creado por el Gobierno Vasco sea si-,
tuado en su verdadero lugar. Porque Vasconia, quiéran­
lo o no los dirigentes nacionalista que monopolizan el
Gobierno Vasco, N O ES SEPA RA TISTA. Y si en el
río revuelto de la. política española ellos quieren imponer
sus particulares creencias al resto de los vascos, valiéndo­
se de circunstancias históricas especiales, nosotros estamos
en la obligación de desenmascararlos y exigirles juego lim­
pio.
Que Vasconia no es separatista, vamos a demostrarlo
con argumentos sólidos, y aun cuando carecemos de espa­
cio para tratar este tema con la extensión que se merece,
a grandes rasgos apuntaremos las razones en que nos basa­
mos para nuestra afirmación.
La incorporación de Guipúzcoa y Vizcaya — Euzkadi
como Unidad en realidad no ha existido políticamente
hasta la República Española— -, se efectúa a la Corona de
Castilla hacia el siglo X III por decisión expresa de los
ciudadanos de estas provincias, quienes ya con anteriori­
dad habían estado ligados y separados de Navarra y man­
tenido otro tipo de organización.
La Corona de Castilla respeta los derechos o fueros de
los vascos durante muchos años, unos cuatro siglos. Es
con motivo de la intervención de los vascos en las dos
guerras carlistas — casi unánimemente al lado de D . Car­
los— cuando se menoscaba la autonomía vasca con los de­
cretos de 25 de Octubre de 1839 y 2 1 de Julio de 1876.
La actuación de los liberales — reconozcámoslo— no fué
todo lo noble que Espartero prometiera. Y la traición de
un general murriano. Maroto, rubrica el despojo de sus
fueros a los vascos, caso más difícil de haber vivido Zumalacarregui, el general carlista de más talla.
Pero ni antes de estos sucesos ni después — hasta hace
medio siglo— el País Vasco dió señales de separatismo,
ni su vinculación de muchos siglos a España fué en me­
noscabo de los derechos de los vascos. A l equipararlos al
resto de los españoles, no se cerró tampoco la posibilidad
de superación del pueblo vasco ni de sus ciudadanos, que
muy al contrario estuvieron en muchas ocasiones a la ca­
beza de, otros pueblos de España. Nombres vascos y es­
pañoles recoge con veneración y respeto nuestra Historií:
Vascos sin dejar de ser españoles, fueron Iñigo de Loyo­
la, Francisco de Vitoria, Sebastián Elcano, López de LeP A G IN A 1 1
• - No cotnpui&mo« -T©R>r en :<Vizcaya provincia para tes
izquierdas por no haber obtenido la minoría.
Según estos datos exactos, los nacionalistas obtuvie­
ron en el País Vasco 1 3 1 ,1 6 1 votos y las izquierdas 121.668.
Si a los efectos del separatismo advertimos que faltan con­
siderar los votos de las derechas — no inferiores proba­
blemente a 50,000 en el País Vasco— , bien claro se ob­
serva que, con voto de la mujer incluido, el movimineto
nacionalista no representa la mitad de la opinión del país.
Con una salvedad que no carece de importancia. En to­
das las ciudades y pueblos más importantes, la mayoría
correspondía siempre a las izquierdas, lo mismo qu* « t
las zonas industriales.
Rutmo laiseca. M -skald e de Bilbao, es-presidente de U D ipu­
tación de Vizcaya, dejó tras d e si el recuerdo de una labor «ins­
tructiva en beneficio de su Patria chica. Peto sin paca ello ab­
dicar iamás de su españolismo, sin dejar de pensar y defender
que los problemas de Vasconià eran los problemas d e España.
E l Gobierno vasco oo se consideró obligado a enviar un mo­
desto ramo de flores o una representación, el día que republica­
nos y~ socialistas vascos le rindieron hdmeaaie postumo en su
definitivo descanso del Panteón Español en México,
Creemos demostrado que el Gobierno Vasco, falta a
sus deberes con" las declaraciones oficiales a que hacemos
referencia. Nosotros, vascos defensores de su autonomía
orgullosos de su sentido renacentista elevado, encariñados
con nuestro pueblo, amantes de la democracia vasca, tene­
mos la oblgiación de impedir que los sanos deseos de nues­
tro pueblo se deriven hada una posición'- intransigente y
sectaria que estamos seguros no será compartida por la
opinión vascongada.
Damos nuestro grito de alerta contra las maniobras
turbulentas del Nacionalismo Vasco. El espíritu de Sa­
ortpí. Blas de Lezo, Fray Toan de Zumárratja. Oauendo,
bino Arana — netamente antiespañol— parece reverde­
Omrruca y muchos más. Vascos españoles que han co­ cer nuevamente. Lo consideramos una desgracia para F.uzlocado mnv alta su Personalidad artística en la España kadi y para España. Y bueno será qué a, los cuarenta y
contemporánea. son Miguel de Unamnno. Maeztu. Igna- tres años justos de aquel desdichado telegrama — M a­
cio Zuloaga. Pío Baroia. Aftéhi. Guridí, etc,
los va­ yo de 1902— en que Sabino Arana felicitaba al Presiden­
lores históricos v culturales más destarados del País Vas­ te de Estados Unidos por la liberación de Cuba, hagamos
co no autorizan a suponer que ef movimiento separatis­ promesa de luchar con todas nuestras tuerzas para que
ta tenga por fundamento la posterf«dón de la capacidad ' Euzkadi se dé el régimen que su Historià, sus intereses,
- vasca en hcneficie de otras capacidad^ tampoco la eo­ su tradidóri y su pueblo quieren, descubriendo pública­
lítica separatista, encuentra fundamento serio en la opi­ mente la falsedad del clima artificial creado en tomo a!
nión política del pueblo vasco. V no usaremos argumen­ problema vasco, por los discípulos de Sabino Arana,
tos de tiempos pasados, va eme hemos dicho eme d mo­
vimiento separatista apenas tiene cincuenta años de edad.
ALBERTO L A R Z A B A I.
Nos servirá de base la votación democrática registrada
en el País Vasco — las tres provincias de Vizcava. Guipúz­
coa y Alava— en las últimas elecciones efectuadas en Fe­
brero de 1936.
Tomando únicamente por base los datos de los dipu­
tados de mayor votación en mayorías y minorías, y sin
contar para nada con Navarra donde la opinión naciona­
lista no representa ni con mucho la sexta parte, encontra­
mos los siguientes resultados r
í "otación Nacionalista :
Guipúzcoa: Mayoría, J. M. Lasarte
Votos 6 2.19 1
Vizcaya:Provincia, mayoría, Julio
;
Jauregut
Votos 25.022.
Bilbao capital: Minoría,
Manuel Robles
Votos 43 5a?
En Alava las mayorías fueron para las derechas y las.
minorías para las izquierdas No computamos, pues, vo
tos nacionalistas.
Votación de Izquierdas (Partidos que dependían de dis­
ciplinas no exclusivamente vascas).
Guipúzcoa: Minoría, Mariano Ansó
Votos 41.845
Bilbao capital: Mayoría, Mariano
Rutz Funes ,
Votos 69.684
Alava: Minoria, - R a m ó n Viguri
Votos 10 .14 2
EN E S T E P R I M E R O DE MAYO
U N -GRAN S O C I A L I S T A
Calle de Estudios de la dudad que fue­
D e allí, de la modesta zapatería, marcha­
las masas campesinas y en la creación de
ra emporio de riqueza durante el feliz man­
ban las comisiones de los pueblos, campe­
Casas del Puebio, que, cual la de la capi-
dato de ios C a lifis / E ff tm'toodrsta pórial,
sinos ’o mineros, artesanos o labriegos, pa­
tras mostrador cubierto "de zinc; "dn hombre
ra quejarse ante el pondo de atropellos de
tal, gracias al tesón, de ambos, pudo verse
realizada en 1950.
va colocando'pianrillas sdtSre l í piel que
rivmterilias, empresas o señoritos. Juan, el
curtieran en ' teoerL'ij "
montíllsnas. "Corta
compañero de grande cuerpo y corazón, nun­
sa eran grandes, también las sentia por to­
"tarea"' a ÍOS cuatro
ca, ni en la mayor abundancia de trabajo,
das las manifestaciones del Arte. D e ahí
su amistad con Ju lio Romero, con Mateo
y prepara para dar
“ ráoSuélbs" "que, en dos tués illas,
St su entusiasmo y devoción per la cau
traba­
tuvo una negativa para los que solicitaban
jan en la" confección de c á ííi’do'.“ ütfó de
su prestación. O ía las motivaciones, siem­
ínurria. con Enrique Moreno (E l Fenóme­
los manc-jadores del tirapié, ia chaira — la
pre juítas, del viaje, y su único comenta­
no ), con Aurelio Pérez Cantero, con los
xufcira árabe— y la pata de cabra, "mien­
rio, tras arrollarse el mandil a la cintura,
tras bate la Suela, se entona, no tinas So­
era
leare? o unas Sérranj.; — cante de la tie­
sino una úhra que para el confíjrto
Arévalo y tantos otros que representaban la
pintura, ia escultura, ia música, la poesía
cordobesas.
rra—
Iglesias hasta el más innominado sembra­
que en la próxima' feria ‘ de Mayo dará el
dor de nuestras ideas.
"¡V a m o s , camaradas!"
Por aquel
portal
pasaron desde Pablo
A ú n recuerdo aquella octavilla que escri­
biera invitando a los trabajadores a concu­
Cehtro Filar riiúniéo" en la Caseta Munici­
A llí íbamos los jóvenes entonces a reco­
pal, está montando ~su‘ díreftor "Pérez Can¿CFO-: ■*
>r <3 > * *r
*t
ger las iñstrudones, consejos o reprimen­
"Consagración de la C opla". Era una ora­
das de Palomino.
ción, un grito de dolor por el hermano fa­
. *•"A “i
•_!*-
rrir al entierro de Julio, el autor de la
llecido. Hombre de tan gran entereza co­
T ú has' puesto' un__ rayo de luna
mo él. lloraba mientras escribía.
debajo de mi balcón .
j Lloraba todo un hombre!
, — ¡Calla, A m o r1 Si" té oye‘el maestro A u ­
Rendía grande culto a la amistad, siendo
relio sales de la cuerda de barítonos, nn ¿x-
destacada la entrañable que, durante mu­
puísaÜiT sino con grilletes.
chos años, mantuvo con don Antonio, a
quienes su hijo Amorj mientras cantaba una
— Pare; 'si no lo heñios ensayan bien. Son
fía m í que dose noches la quÁ yevumñ con
abra realizaba otra, la de hacer unos zapa­
la obra.
1—Bueno,
,,
/ - i .; - i * ? * " v r ■ >
ideja la obra, sino quieres ir a
tos. El era don
Antimio Jaén
parar a una de peón de albañil y termina
»
los zapatos de don Antonio... Y
ahora jjie
íonei Cascajo. Una noche» del cuartel de
Artillería, salieron
la maniícstadóñ y mitin del Primero de
''
' ’
- "" " :-
nombre más sarcástico ! ~ . En h puerta d d
edificio, uno de la guardia cun uniforme
J e traba|o puesta, m archa.hada al anties­
de requeté, Pepito Herrera Montes, al reco­
tético palacio, donde un hombre sirve, no
nocer a uno de los detenidos, exclamó:
— ¡Pobre Ju an !
gobierna," ía voluntad dé" la" familia 'B a rro
sO-Sáncher Guerra; domiñáílortf d é 'lá pro­
. *
‘
£n uno de elios. atada su muñeca a U
'•
Y
¡Ju an Palomino OJaya '
.
en aquet templo de trabajo no habia
las alegorías laográficas tan comunes en
,
Este hombre de cabello cano, de forta­
los. de ia misma profesión. Sobre la pared
leza física y .espiritual, símbolo., de. la lu­
un grabado dé M arx. Un retrato de Igle­
cha sodalista en Córdoba, se agranda a mi
sias, fotos de Fiestas del Trabajo y una. ca­
memoria en éste Primero de Mayo «aj que
riñosamente dedicada, de un su gran ami­
los trabajadores espançlçs no. pueden lle­
go, del pintor Ju lio Romero de Torres.
En aquel modesto taller, donde ei líder
var al dictador sádico, las, conclusiones co­
mo final de la manifestación, cooclusiones
se ganaba el
que se reducirían a j a
se admitieron dádivas ni regalías como pa­
repetirían .de una
palabra; ¡Asesino! ¡ Asesino ' ¡ Asesino '
Aquel portal de la calle de Estudios, du­
unos camiones en di­
rección d d cementerio de la Salud — ¡qué
Y sin preocuparse de que lleva la "blusa
vin o*.,.
« r
había, sido detenido por Us hordas del co*
tud para que autoricen b. celebración dé
;Ÿ
V
Meó de Agosto de 19^6. Juan Falomínu
largo. Si preguntan por mí, esfój en e!
Gobiernó civil. V ó v a presentar" la soI?d-
"Mayo.
Múrente,
gran tribuno y profesor, hoy exilado en
tierras ecuatorianas.
sustento,
¡nunca!,
¡nunca!,
go a horas o jornadas, perdidas por la cau­
¡A sí, así eran nuestros líderes1
rante seis lustros, fué Casa del Pueblo, fué
«
*
mino. El joven chofer hizo a Juan la in­
dicación de que si pudiera se tiraría del
camión en marcha.
¡Esta maldita cuerda! ¡L e haría daño!
— ¡N o
edad!
te importeT ¡Quién
tuviera tu
Un bulto je arrojó d d tétrico vehículo.
N o se oyó una queja. Lü mano d d gran
socialista quedo destrozada. Se salvó el jo­
ven.
En las tapias del cementerio cayó asesi­
sa de los trabajaderes.
oficina de donde salieron Reglamentos, B a­
de un compañero del transporte, iba Palo­
*
nado d viejo luchador Juan Palomino O k ya. M urió dando vivas al Partido Socialis­
ta. Junto a él, aquella madrugada, fueron
ses de Trabajo, citaciones para actps. todo
-
Compañero inseparable, desde su llega­
ejecutados sus tres hijos, su yerno, Aurelio
lo que sirvió de cauce .al movimiento obre­
da a Córdoba de Francisa» Azorin. le ayu­
Pcrez Cantero, Enrique Moreno, Pepe L ¡-
ro y socialista de la provincia.
dó en todo momento en la educación de
( Sigue en la pág. 14)
MEDITACIONES
Nuestro Destino J u v e n i l
E l sentido del cálculo se extravia fácil­
Nuestra memoria está poblada de recuer­
mente cuando, pensando en España, que­
dos profundos, a los que el duelo, es la
risa. Con cicatrices de dolor que la cubren
remos fijar las dimensiones exactas de la
mayoría de los casos, sirve de escolta. Y
de un extremo a otro. Su espíritu y su
titania y la indignidad. Apagada su son­
honda tragedia sobre la que cabalga desde
las evocaciones de este pretérito inmedia­
genio, confinados en tas cárteles y campos
hace cerca de nueve años. Tragedia que si
to, surgiendo de un fondo de bruscas rea­
de concentración. ¡Cuán hondo sentimos su
resulta dolorosa para el destino común de
lidades, galopan insistentemente por los Ín­
infortunio!
los españoles, lo es más para el destino sin­
timos espacios de nuestra vida contempla­
que éste nos dicta, un grito sube hasta nues­
gular de nuestra juventud, condenada siem­
tiva para hablarnos del ayer-. Del libro
tras gargantas: -, España tiene que resurgir!
pre, en episodios de naturaleza tan dra­
de estudio que dejamos antes de que ulula­
Y
mática, a soportar los mayores sacrificios
ran las fatídicas sirenas del peligro, o de
de libertad es más fuerte que la esclavitud
y. desgarramientos, no ya sólo por las vidas
la pieza postrera que ajustamos en el ta­
que la subyuga Los jóvenes que sobrevivi­
físicas que la violencia abate y consume,
ller, o del amigo entrañable que cayó en­
mos a nuestra generación, y que a este
sino, también, por las vidas espirituales que
vuelto en las sombras de la muerte, o del
titulo
se malogran y esterilizan en un frenesí de
hogar arruinado, o de la ilusión frustada...
de la hospitalidad de América, no pode­
odios rotundos y enconos desenfrenados, a
Si, para hablamos del ayer, cada vez más
mos olvidar que en la tarea nos correspon­
modo de válvula abierta para la triste fu­
lejano y, sin embargo, cada vez más actua­
de uno de los esfucizos principales.
Entre los inapelables deberes
resurgirá, porque su sed de justicia y
unimos el
privilegio incomparable
ga de energías preciosas que constituyen,
Hemos de vencer la propu tragedia de
en su origen biológico, la reserva poten­
nuestro destino. Porque nada irreparable se
cial de cualquier colectividad humana. N a ­
habrá perdido
die puede arrebatar a los jóvenes españo­
brisa de la esperanza. España nos ordenará
mientras nos abanique
la
les la supremacia en la tragedia de ese
pronto que reanudemos el camino que una
destino común, forjado con las lágrimas y
hora oscura de desenfreno mortal interrum­
el dolor de un pueblo a quien se eligió
pió. N os reintegraremos a él para levantar­
como víctima de los más brutales ensayos
la da entre sus despojos y miserias. Como
y ambiciones.
si aun nos espesara el libro de estudio que
Quienes apenas comenzábamos a reco­
dejamos en el minuto decisivo, o la pie­
rrer los jubilosos senderos de la juventud,
za de ajuste que abandonamos en el taller.
cuando se produjo el criminal levantamien­
Inspirados por el más alto sentido del sa­
to de los traidores, sabemos que en nues­
crificio, para tapar la ausencia del amigo
tro difícil tránsito por ella han quedado
entrañable y para reedificar, sobre bases
inéditas muchas satisfacciones que avizorá­
más generosas, el hogar arruinado, y para
bamos desde U antesala de la adolescencia.
elevar de nuevo el vuelo de nuestras ilu­
Un gran Socialista •••
siones, en busca de un mañana mejor...
(VIENE DE LA PAG- 13)
nares y hasta ciento cincuenta compañeros
tarán cerrar nuestro paso. Ingente será tam­
Ingentes serán las dificultades que inten­
bién el esfuerzo que habremos de poten­
más.
ciar para domeñarlas. Como si Goethe hu­
A l siguiente día, en el camino que con­
biera escrito para nuestra época sus debe-
ducía a la necrópolis, apareció un cartel en
ladoras palabras: "Adelante sobre las tum­
el que se leía: "Avenida del Comandante
bas". E ! recuerdo de cuantos en ellas des­
Ib iñ e i", personaje siniestro procedente de
lizado.
la guardia civil, que tenía el cargo de jefe
nuestras verdes campiñas y de nuestros flo­
de seguridad provincial.
persos por los m is apartados rincones del
ridos valles, sintiendo con inútil rebeldía
mundo, multiplicará nuestros ímpetus. Co­
De
aquella bucólica estampa
de
cansan, perdidos en el solar patrio o dis­
Pepito Herrera Montes, el periodista me­
la invasión de la guerra; de aquellos gra­
mo si Anatole France nos hubiese dedica­
tido a requête, a las veinticuatro horas de
tos rincones de la ciudad amada, por don­
do especialmente a nosotros su
haber exclamado “ ¡Pobre Ju an !” , fué fusi­
de trotaron nuestros desahogos infantiles,
mandato a los jóvenes: "Creed y osad'*.
enérgico
lado en las mismas tapias del mismo ce­
convertidos en rudo escenario del drama
Nuestra fe animará nuestra audacia. Sa­
menterio donde se asesinó al gran socialis­
bélico; de aquellos caminos polvorientos
bremos vivir para un ideal, conforme nos
ta, al maestro del portal de la calle de E s­
tudios.
de la vieja aldea que recogían las tona­
pedía, desde su lecho agonizante; nuestro
das de los mozos en la cita alegre de la
querido Tomás Mcabe. Iluminados por las
En este Primero de M ayo, sio conclu­
romería, cerrados por una ola de sangre y
intensas experiencias de estos nueve años,
siones que presentar como exilados, eleve­
fuego... Inquietantes nubes en el cielo de
una nueva generación brotará dentro de
mos nuestro pensamiento, pongamos el cla­
nuestra gran tragedia.
nosotros mismos.
ro de luna de nuestro recuerdo, en las fo­
ahí tenemos a Es­
sas de los que fueron guias y ejemplo de
Y salvando nuestro destino, habremos sal­
paña, truncada como el destino de nues­
socialistas.
vado a España, pata hacerla fuerte como
tra juventud. Can el alma atravesada por
nunca con el poder sagrado de su liber­
los puñales más sutiles de la desgracia.
tad y de su independencia.
Sea el mfo para Juan Palomino Olaya.
JO SE M ED IN A .
Nueve años casi. Y
Caldo su gracioso talle bajo cl peso de U
LAU O
Estampas del Transahariano
Nuestro paso por el infierno
Ha terminado la comida. Quedan por delante dos
horas de inactividad. Durante ellas, las moscas se
encargarán de que el presunto reposo se convierta
en tortura; en un frenético manotear y juego de
contracciones musculares. E l sol, en lo alto, se ríe
despiadadamente. Agobia al campamento un silen­
cio opresor. Las tiendas reflejan brillanteces de-es­
queleto. La cinta sinuosa de la vía penetra en las
elevaciones lejanas como mi cuchillo disforme. M iría­
das de puntitos incandescentes se mantienen, en lo­
co movimiento, a unos centimètres de la arena.
Transcurre el tiempo, len to, ominoso; re torcíéndoce como las serpientes. Repentinamente, es pertur­
bada la soledad por la nota prolongada y estridente
de un silbato. El sonido, haciendo eses para salvar los
obstáculos, penetra- en los '‘marabouts” levantando
tos se desatan incontenibles. Unos los proyectan ha­
cia la Patria sangrante y sus seres queridos; otros
—probablemente los más jóvenes— , revivirán sus
viejas ilusiones, ya desgranadas cual cuencas de un
rosario en la áspera ruta. Todos tuvieron fe; creye­
ron en una suma de principios como comunes a tuda
la humanidad. Más tarde, tras ardua lucha, e l desen­
gaño. Se replegaron sobre ellos mismos. Por alimen­
to un orgullo sideral. A I extender la vista, habían
comprendido que se sacrificaron como nadie por los
lemas de todos los hombres que, a través de los si­
glos, repudiaron la esclavitud.
Posteriormente, muchos de ellos, cuando las nacio­
nes se arrodillaban cobardemente, tendrían un idtimo gesto. Con una sonrisa sarcástica en los labios
y en su parte un sello de elegancia despreciativa.
haces de maldiciones en su loca carrera. Los com­
ponentes de la compañía acuden a la formación.
Bronceados, sus cuerpos mal cubiertos por variadas
prendas militares, formen mi extraño conglomerado
capaz de hacer las delicias de un profundo psicólo­
go. Se ven algunos, — los menos—, apáticos, venci­
dos. Otros, —la mayoría— , con los ojos brillantes,
enfebrecidos, producen la impresión de que comer­
ían toda su agilidad iptima; están prestos a saltar.
Después, provistos de picos, palas y carretillas, des­
filan para el terraplén. Volverán cuatro horqs más
tarde, sudorosos, jadeantes, aumentada la dosis de
su. amargura. A su paso por las !'jbaimas” que bor­
dean la ruta, en el morir de la tarde, llegarán has­
ta ellos las preces que los árabes elevan a su Dios.
Quizás, algunos, mirando al cielo, unirán a aquellos
ruegos maldiciones inconcretas e inabarcables de pro­
testa.
Con la noche viene la quietud física. Recogidos
sobre un lecho duro, casi hostil; se aíslan de todo lo
que les rodea; de su cotidiano vivir. Los pensamien-
partirían para el Continente atormentado. Se les vio
en varios países: Noruega, Francia, Siria, L ib ia. ..
De ellos contaban que entraron serenos y altivos a
los combates; fría la sangre al igual que las serpien­
tes. Pasearon, por niveas montañas y calcinados pá­
ramos, el nombre de la Patria torturada. Y cuando
de sus pechos saltaba, con violencias extrañas, su san­
gre roja cual ninguna, miraban por última, vez aquél
azul ríe lo más alto que un día quisieron bordar con
sus sueños y quimeras,
Y , mientras tanto, en las bellas ciudades lejanas,
la vida, absurdamente ausente, seguia su curso. Las
orquestas emitían su música enervante. Corrían los
cosquilleantes licores. Las bellas mujeres reían.
¡Ah...! Sí... Los españoles... ¡Pobres ilusos!
Yr, en el infierno de arena, el “ simoun” aumentaba
su violencia con los rugidos que partían. 'de los pe­
chos; saturado de impulsos vehementes de destrozar­
lo todo.
4
.ALEJAN D RO CO LINAS.
FALANGISM O
‘♦ Señores em b ajad o res,
general
det
C u erp o de T ro p as V o lu n tarias, legionarios
de Italia, soldados de la Italia Im perial,
cru zad os de la fe y de la civilización del
O ccidente: Y o os saludo con el am or del je ­
fe y con la co n fian za del caudillo, am or y
co n fian za nacidos al com pás de la guerra,
a l contem plar vuestras acciones, al sentir
el calo r de vu estra sangre en la tierra de E s­
p añ a, y al saber cám o habéis abandonado
vuestros hogares p a ra seguir las banderas
legionarias de R om a por la s tierras de E u ­
ropa... A l alzam ien to de E sp añ a, al grito
de guerra, a la vo z de nuestros cruzados,
contestaron en Italia y A lem an ia voces am i­
gas. E s en Italia la vo z de vuestro “ du ce” ,
la m ano que estrechó la n u estra; son sus
soldados los que p u gn an por rom per sus
fronteras, p a ra llevar la b an d era de la civi­
lización y de la fe, junto a los gloriosos sol­
dados españoles” .
FR. ílYCO, Logroño, 1 de Oclmbrt di 193#-
La España falangistas Naciones Unidas
DEMOCRACIAS
“ T e r c e ro : R esp etan el derech o de todos
los pueblos a ele gir el régim en de gobierno
b a jo el cu al han de v iv ir y desean que se
restitu yan los derechos soberanos y la in­
depen dencia a los pueblos que han sido des­
p o jad o s de ellos p o r la fu e rz a . S e x to : D es­
pués de la destrucción com pleta de la tira­
n ía n azista, esperan q u e se e stab lezca una
p a z que p roporcion e a todas las naciones
los m edios de viv ir seg u ras dentro de sus
p ropias fro n teras y que g aran tice a todos
los hom bres en todas la s p artes del mundo
una v id a ex e n ta de tem or y de p rivacio n es” .
Carta del Adámico
“ Buscarem os la cooperación y la activ a
p articip ació n de todas las naciones, g ra n ­
des y pequeñas, cu yo s pueblos están dedi­
cad o s en cu erpo y alm a, como están los de
n uestras naciones, a la elim inación de la ti­
ran ía, de la esclavitu d, de la opresión y de
la intoleran cia. Les darem os la bienvenida
cu an do tengan a bien in g resar en la fam ilia
de las naciones d em o cráticas del m undo” .
Declaración de Teherán.
“ M e sumo de todo corazón al anhelo de
que el g ran im perio alem án pueda lo grar
el objeto de sus inm ortales destinos, b ajo
el glorioso signo d e la cru z gam ada y b ajo
vuestra genial dirección. ;H e il H itle r!” .
%alegraría-d* F w crj a Hitler. febrera de !<>}'■
“ Seguim os con ansiedad la revolución
que en ca m a el “ fu h rer” y el movimiento
nacional-socialista alem án. Cuando p arecía
que el m aterialism o b árb aro y la negación
de todas las fu erzas m orales asistidas por
el poder de algún pueblo, iban a acab ar con
la historia de lo que llam am os y servimos
como civilización, el genio germ ánico se ha
levan tad o potente p ara contenerlas .
LËQUE&C.A* Biihto tH de Noviembre de -rS3#-
“ M antenem os nuestra política tradicio­
n al, nuestra adh esió» a los pueblos que
com partieron nuestras angustias. S¡^ algún
día Berlín estuviera en peligro, E sp añ a, p a ­
ra defenderlo de las hordas rojas, en viaría
un millón de hom bres si preciso fu era” .
FR-1SCO. Madrid - de Diciembre de
ry 4-> .
“ Nuestro movimiento a lcan za hoy en el
mundo justificación insospechada. En estos
momento» en que las arm as alem anas diri­
gen la b atalla que Europa y el Cristianism o
desde hace tantos años anhelaban, y en que
la san gre de nuestra juventud va a unirse
a la de nuestros cam arad as del E je , como
expresión viva de solidaridad, renovam os
nuestra fe en los destinos de nuestra P a ­
tria, que han de velar, estrecham ente uni­
dos, nuestros e jército s y la F a la n g e ” .
FRASCO, Madrid Julio de i 94 i-
“ C o n certar, durante el período transitorio
de in estabilidad en E u ro p a lib erad a , la p o ­
lítica de sus tres gobiernos p a r a a y u d a r a
los pueblos liberados del dominio de A le m a ­
n ia n azi y a los pueblos de los antiguos p a í­
ses satélites del E je en E u ro p a, a fin de q u e
resu elvan por m edios dem ocráticos sus ur­
gen tes p roblem as políticos y económicos.
“ E l establecim iento del orden en E u ro ­
p a y la reconstrucción de la vid a económ i­
c a n(acional, deben lo grarse p o r p ro ced i­
m ientos que perm itan a los pueblos libera­
dos destruir h asta los últim os vestigios del
n azism o y del fascism o y c re a r institucio­
nes d em o cráticas de su p ro p ia elección. E n
co n fo rm id ad con el p rin cipio de la C a rta
del A tlá n tic o sobre el derech o de todos los
pueblos a esco g er la fo rm a de gobierno b a ­
jo la cu al v iv irá n , debe aseg u rarse la res­
titución de los derechos soberanos y el go­
bierno autónom o a los pueblos que han sido
p rivad o s de él a la fu e r z a por las naciones
ag reso ras.
P a r a fo m en tar la s condiciones en que los
pueblos lib erados p o d rán e je rc e r sus d ere­
chos, los tres G obiernos a y u d a rá n co n ju n ­
tam ente al pueblo de cu alq u ier E stad o li­
b erad o de E u ro p a o de cu alq u ier antiguo
satélite del E je en E u ro p a , donde a su -jui­
cio lo e x ija n las circu n sta n cia s: a ) a esta­
b le ce r condiciones de p a z in te rn as; b ) a lle­
v a r a la p r á c tic a m edid as de em ergen cia
p a r a la a y u d a de los pueblos n ecesitad os;
c ) a fo rm ar au to rid ad es provisionales am ­
p liam en te rep resen tativas d e todos los g ru ­
pos dem ocráticos de la población y co m p ro ­
m etidas a estab lecer, a la m a y o r b reved ad
posible, y por m edio de elecciones libres,
el gobierno rep resen tativo de la voluntad
del pueblo, y d ) a fa c ilita r, a llí donde sea
n ecesario, la celeb ración de tales eleccio­
n es” .
Reunión de Y el ta.
LA TRAICION A LA PATRI A
El Capitalismo al Desnudo
La enérgica^ decisión del pueblo
fiancés en orden al esclarecimiento de
las responsabilidades contraidas por
políticos y magnates de la industria en
la derrota de Francia, nos ha permiti­
do recoger algunos datos interesan­
tes que ponen al desnudo los crimi­
nales manejos del capitalismo.
cia Alemania aumentan en 19 35, Y a*'
canzan 95,000 toneladas en 1936, y
96:000 en 1937. ¡Y Alemania, pobre
en bauxita, es tributaria del extran­
jero para su producción de aviones!
En cuanto al aluminio, llamábaseIe, con justo título, el metal francés.
Su fabricación fué lograda y perfec­
Varios de los más destacados hom­ cionada gracias al esfuerzo de sabios
bres de industria anisados de vender franceses, como Sainte-Claire Deville,
v de ingenieros y técnicos también
su patria al invasor han sido encarce­
franceses. En 19 13 , Francia ocupaba
lados. Como más destacados figuran:
el primer lugar en el mundo en esta
h Lehideux. ministro de Petain, Duchemín y Gignoux dirigentes de la rama. Llega 1939, Y 511 producción de
Confederación General de Patronos aluminio es apenas ta cuarta parte de
Franceses. El conocido fabricante de h cantidad que produce Alemania.
automóviles Renault fué otro de los
¡ Y esta fabricación, en su totalidad,
principales traidores. Casi todos ellos está en manos de un solo trust! La
miembros o servidores de las "dos­ Sociedad Alais, Froges y Camargue
cientas familias” , mismas que alardean­ (Pécbiney) tiene el 90 por ciento de
do un sentimiento patriótico a la hora l i producción nacional, y, además, po­
de combatir las conquistas sociales de see una participación muy importan­
los trabajadores franceses — la sema­ te en la otra empresa productora la
na de 40 horas como antipatriótica fué Ugine.
sü caballo de batalla desde su prensa
Ni las clases obreras, ni las clases
mercenaria— no vacilaron en poner medias, ni persona alguna de otras
a disposición del Reich alemán todos clases compartían con los trusts la di­
sus recursos, llegando en el camino rección de los destinos económicos del
ignominioso de su traición a facilitar país, en lo que éstos tiene’n de esen­
la entrega de obreros franceses a /le *
cial. Obra de los trust* es el estanca­
manía.
miento de la producción francesa y el
debilitamiento solapado de la riqueza
El capitalismo no tiene Patria. Por
encima de sus intereses económicos y la fuerza de Francia; hasta en la gue
no sitúa nada, y su absoluta carencia rra, sólo siguieron máximas crimina­
de moral se refleja claramente en es­ les: aminoramiento en la producción,
te ejemplo que como típico ofrece­ para hacer suEr los precios; cabotaje
a las fabricaciones de guerra, por opo­
mos. Es el del "trust” del aluminio.
El principal elemento de la fabri­ sición a las leyes sociales, pot od o a
los trabajadores y a la demoaaoa.
cación de ajuminio es la bauxita.
En 1929, Francia producía el 35%
de la producción mundial de esta pri­
mera materia, con un total de 660.000
toneladas. Las necesidades de alumi­
nio, para la fabricación de aviones,
aumentaron, como es natural, en una
enorme proporción.
Sobreviene el rearme hitleriano.
Progresa en los demás países la ex­
tracción de la bauxita, que, entre 1029
V *937. pasa, en Hungría, de r 15.000
a 510.000 toneladas; de 192.000 a
570.000, en Italia; de 11.000 a 25.000
en la URSS.
La producción francesa permanece
estacionaria, con 670,000 toneladas.
Pero las exportaciones de mineral ha­
Sigamos ahora al trust Péchiney dest-nés de la derrota, la cual tanto con­
tribuyó a provocar.
La industria francesa del aluminio,
orimordialmente bélica, só|o podía tra’ ajar ya para las necesidades de la ecocomía alemana. ¿Se echaría a dormir,
o. más exactamente, continuaria ses­
teando?
Dejemos la palabra a los adminis­
tradores de la Péchiney.
En el informe presentado a los ac­
cionistas el 30 de jumo de 19 4 1. re­
lativo a las cuentas del ejercicio del
Sano anterior, declaran:
"Después del armisticio, en pre­
sencia de apremiantes necesidades que
se manifestaban en ia economía ce­
rrada a que el país debía adaptarse,
nos esforzamos por sacar un rendi­
miento máximo de nuestros medios
de producción. A fines del año. la
marcha de nuestras fabricaciones ha
bía recobrado su ritmo norma!'".
Informe del 29 de junio de 1942,
correspondiente al ejercicio de 19 4 1:
"Hemos activado la realización del pro­
grama tendiente a ampliar nuestras
principales fabricaciones. No depen­
dió de nosotros el poder satisfacer
plenamente las necesidades de la eco
noroía francesa f ! ) ; una cantidad im­
portante de toneladas ha sido expor­
tada” .
Y el 8 de mayo de 1944: "La fa­
bricación del aluminio sigue siendo
la principal actividad de nuestra com­
pañía La capacidad de fabricación de
los productores franceses ha sido sen­
siblemente aumentada desde 1938'
Un solo comentario a estas confe­
siones, más elocuentes que una requi­
sitoria: los beneficios obtenidos.
En 1938, estos beneficios, antes de
la amortización, Fueron de 77 millo­
nes: en 19 4 1, 83 millones; en 1943,
99 millones.
Beneficios realizados en el fango
de la traición, con la sangre de los
aliados de Francia, con la sangre , del
pueblo francés.
El caso de Alemania es también elo
cuente. El putsch nazi de 23 de ju­
lio de 1942 fué instigado por los due­
ños del trust del acero alemán.
Los nombres de Krupp, Schroeder,
Roechings, y otros quedaran registra­
dos como ejemplo de instigadores in­
ternacionales.
La más grande empresa de arma­
mentos del mundo, estaba constitui­
da por la fábrica Krupp de Essen. la
Fundiciones Grusson controladas poi
d grupo Krupp en Magdeburgo y las
Fábricas- Germania de Kiel.
Las ramificadones internacionales
de estas empresas las encontramos si­
tuadas en Holanda en la Siderius A
G., en la fábrica sueca Bofors y en Es-
,ña en La Maquinaria Terrestre „y
[arítima y la Unión Naval de Lé­
ante. La cabeza visible de esta úlima es el conocido pirata mallorquín
aan March. De todos es sabido, que
Mirch fué quien financió el movi­
miento de Franco y puso en con.cto — tal vez por medio del propio
rrjpp— a las fuerzas de la reacción
.pañola con e! régimen de Hitler.
Naturalmente estos servidos se pa­
in. Una serie de minas enclavadas
a el País Vasco fueron a parar a
as empresas alemanas, y las grandesI
exportaciones que sobre
primera época de la guère
España con destino a j
eran sino el pago de la
diente.
’
,
Como se ve los grandes tiburones
del capitalismo no desdeñan el em­
barcarse en empresas políticas, cuan­
do la ocasión lo requiere. Un tipo muy
conocido por su labor de intermedia­
rio entre NeviUe Chamberlain y los
jefes nazis, así como entre Mannerheim •— el de la famosa línea finlan­
desa— e Hitler es Wenner — Bren,
accionista de la Bofors sueca.
El día — próximo ya— en que la
derrota de Alemania permita hurgar
en las actividades de este grupo indus­
trial seremos sorprendidos con datos
y noticias más significativos aún que
en Francia.
t
Preciso es que los pueblos no lo
olviden, ya que de su vigilancia y justi­
cia depende hacer imposible la ter­
cera Guerra Mundial.
JU A N SA N C H E Z A L T A M IR A
I
días de Hitler están contados
Lo que importa ahora es acabar con la herencia espiritual que el pintor auriríacci
I 'embró por el mundo y que tan buena cosecha recogió en el falangismo español. Las democracias, en vísperas de estructurar un nue­
!
vo mundo, rio pueden olvidarlo.
GA L DÓS
H o n r a
Se ha dicho — jo crea que con ra­
zón— que una d e las características
más nobles del español es su univer­
salidad. Buscar pues en nuestra pro­
pia herencia espiritual e l sentido de lo
nacional que es a la par el sentido de
lo universal, contribuirá a conocernos
mejor a nosotros ojiamos. A hacemos
sentir con más emoción el recuerdo
de nuestra Patrid, a la que muchos v i­
mos descubriendo a través d e jo s años
del exilio, sentir ¡n español nc» es pre
cisamente situarnos dentro de un na­
cionalismo de vía estrecha — que pug­
na con nuestra Historia y nuestras
ideas— sino exfyaer de nuestra propia
cantera los materiales que m ejor nos
sirvan pata comprende; y sentir a Etpaña. Y en esta labor, nadie como
Benito Pérez Guidos puede llevar nues­
tro espíritu a través de nuestra histo­
ria para comprender a tapona. Los
" Episodios Nacionales1 de Guidos son
una obra maestra de la literatura es­
pañola. Por la pluma del maestro ha­
bla el pueblo, e l auténtico pueblo, >
nos hace sentir lim pia y generosa la
fusión de la Patria. G alios fué un
revolucionario, pues a tal equivalia en
tu época sentirse profuñitamente li­
beral » anti-lrajiciotldlisfa. Lo fuá en
su vida y en su obra. Fué enemigo per­
manente del convencionalismo en po­
lítica y en teatro, escéptico y demole­
dor a la manera de Ibsen, enemigo de
la reacción española que quiso negar
mérito a su obra inmortal Per» fué
ante iodo y sobre iodo un gran es-,
pañol. Canario por nacimiento, pero
descendiente de vascos por linea ma­
terna. Galdos supo recoger y expre­
sar el sentimiento de España, de to­
da España. No fu i tú régionalisé ni
sectarios fué un alma grande que hon­
ro a su Patria y a tus ideas.
Si hubiera vivido hoy Galdos, hu­
biera compartido con nosotros las mi­
serias del exilio. Pero manteniedo v i­
va aquella fecundidad maravillosa,
aquel soplo genial de U inspiración,
aquel sentimiento netamente estañol,
que le hizo merecer el titulo de "E s­
critor de la Raza".
Los Lptsoojos [racionases
ton
quizá la obra más española que se ha
escrito: Sin embargo ¡cuan lejos es­
tá su lenguaje senállo > emotivo de
las vanidades estúpidas de quienes
alardean de Im perio! Si nos'hicttra
de
E s p a ñ a
falta una prueba concluyate y defin i­
tiva para convencemos de que el au­
téntico sentido de lo español no lo
sienten ni muco o menos m onopoli­
zan los cantores del falargisnio actual,
ni ios ndicmox escritores reacciona­
rios, que solo conciben una España su­
jeta al yugo de Ai anarquías podridas
y at consejo ae meas confesionales
prostituidas en e l eiercic'm de su alta
misión, ni los gastados politicen aue
sintiéndose continuadores, de la tra­
dición partía no vacilan en adaptar a
nuestro pats sistemas tnjra-humanor
y exóticos si ellos sin en a! transitorio
dom inic de Ja Patria, leer con cari­
ño las obras de Galdos nos dará h er­
ías t ánimos para seguir sintiéndonos españoles sin dejar de sentirnos uní
versales.
Recordar a Galdos. releer tus obras,
es encostrarnos -con nuestro sentimien­
to Je españoles y de intemacionalistas.
Y una lecha simbólica para España
—e l de Mayo—tan ¿nida nosotros
con cira fecha internacional ;—el i 0
de Mayo-— bien merece dedicar un
recuerde al viejo maestro. Leamos un
Pequeño trozo de uno de ms Episo­
dios Nacionales "E l ty de M ano y el
2 le M ayo".
*
*
*
— "Pero habrá pandes de España
V señores de muchas campanillas, y
generales y ministros que les digan a
esos franceses: "Señores, hasta aquí
llegó. N i un paso más.
—Los señores de muchas campani­
llas se han ido a Bayona, y allí andan
a la greña por saber si obedecen *1
padre o al hijo.
— Pero aquí tenemos tropas que no
consentirán.. .
— El Rey Ies ha mandado que ser
amigos de los franceses y que les
• jen hacer.
— Pero son españoles, y tal vez no
obedezcan esa barbaridad; porque dimer si los franceses nos quieren man­
dar, ¿es posible que un español de ios
que vístan uniforme lo consienta?
— El soldado español no puede vei
al francés; pero son uno por cad
veinte. Poquito a poquito se han iá
entrando, entrando, j ahora, Gabriel
esta baldosa en que ponemos los pies
es tierra del Emperador Napoleón
— ¡Oh, Chmitas! M e haces temblí
de colera. Eso no se puede aguantar,
no. señor. Si las cosas van como dices,
tú y todos los demás españoles
tengan vergüenza cogerán un arrni
y.entonces.. .
— No tenemos armas.
— Entonces. Chmitas. ¿qué terne
dio hay? Y o creo que si todos, todos
dicen:
"Vamos a ellos” , los franceses tea
«irán que retirarse-,
— Napsoleón ha vencido a todas It
naciones.
— Pues entonces echémonos a Ho
car y metámonos en nuestras casas
— ¡Llorar! —exclamó- el amolador
cerrando los puños— . Si todos per,
sacan como y o .. . So se puede, d es
saran como y o .. . No se puede ideo
lo que sucederá; pero., . Mira: y
que éstos condenados franceses se vu
metiendo callandito en España, dicien
da que somos amigos: cuando veo qu
se llevan engañado al Rey; mando le
veo poc esas calles echando facha ]
bebiéndose el mundo de un sorbe
cuando pienso que ellos estan muy eré
dos de que no$ han metido en un p
ño por los siglos de los siglos, 0
dan ganas__ „ no de llorar, sino ¿
matar, pongo el caso, pues... , quien
decir, que si un francés piasa y me »
ca con su codo en el pelo de la ropt
levanto la mano... , mejor dicho, ahí
la boca y me lo como. Y cuidado
un francés me enseño el oficio <p
tengo. El francés me gusta; peto d1
en su tierra.
* v *
Durante nuestra conversación
vertí que la multitud aumentaba, ap®
(¿ndose más. Componíanla personi
ce ambos sexos y «le todas las cls*
(Pasa a la pág. 2 1 )
El Ejemplo de Mexico
La emoción humana
n la vicia
política
Ti-net amigos. Es el segundo ser.
¡ do amigo es bueno y sabio pa­
ra el amigo.
Baltasar G U A CÍAN
Quisiéramos tener an a plum a
m iestra. para can tar el gesto adm.rabie que M éxico ha tenido h a­
la España Republicana. Pero
i alta de ella, pongam os nuestro
uzón a l desnudo, y digam os con
cillez y cpn emoción lo profun; ie nuestro agradecim iento y lo
iuio de nuestro am or h acia es­
ta N u eva E spaña, que haciendo
itcior a su lin aje y ascendencia, ha
rito en el libro de oro de la Hisia de la C ivilización, la página
s bella de los tiem pos presentes.
1a ayu d a de M éxico a la E spañ a
R publicaría en gu e rra, su apoyo
■ in teresad o lia d a el D erecbo de
strn causa, que N aciones oblilas por convenio no supieron n i
sieron respetar, su solidaridad
terna a la hora de la desgracia,
ü ínteres perm anente en las horas
C A L D O
S...
( V ien e de la pág. 20 \
!a sociedad, espontáneamente reu­
nías poc uno de esos llamamientos
! ■ rales íntimos, misteriosos, mformu<¡os, que Qo parten dé ninguna voz
r,‘ iil y resuenan de improviso en los
oíuiis de un pueblo entero, hablándor et balbuciente lenguaje de Ja ias'■ lición. La campana de ese rebato
riosó no suena sino cuando son
hos los corazones dispuestos a
j.pitar en concordancia con su an¡te ritmo, y raras veces presenta
¡storia ejemplos como aquel, porfüt. el sentimiento patrio no hace rm-s'os sino cuando es una condensa­
re colosal, una anidad sin discrepande ningún genero, y, por lo tanp, una fueres irresistible y superior
J míos obstáculos pueden oponerle
recursos materiales, el genio mi;tar y la muchedumbre de enemigos,
d más poderoso genio, de la guerra
5 h conciencia nacioqal, y la disciple
me da más cohesión, el patriotisfllo".
3c
n. G ILBE R T O BOSQUES
. a quien la gralitad española acompañará siempre, por -a generosa
labor diplomática cu'Francia, en beneficia de ¡a emigración
republicana
am argas de nuestro exilio por sal­
v a m o s del peligro de ser devueltos
p los crim in ales d e la F ala n g e;
su hospitalidad generosa y abierta
para cuantos tuvim os la suerte de
a rrib a r a sus p la y a s acogedoras;
todo cuanto a l correr de nuestros
años de tragedia y dolor h a hecho
por nosotros el pueblo m exicano,
es dem asiado gran d e, dem asiado
hum ano, excesivam en te ejem p lar,
p ara que podamos recogerlo en es­
tas modestas líneas.
N o podríam os redu cir a unas
cuantas personas, lo que es obra y
lección dada por todo un pueblo.
M éx ic o entero ha vivid o nuestras
h oras d " dolor, M éxico entero ha
sentido la solidaridad que se esta­
blece cuando vin culas de sangro y
espiritu alid ad lla m a n a l am igo, al
h erm an o; M éxico entero ha corres­
pondido con h idalguía y ‘ grandeza
a los deberes que im ponían la
Ju stic ia y el D erecho. P ero no lo
h a hecho con la fría expresión de
unce acuerdos d ip lo m ático s. de
u n as gestiones oficiales, de unos
discursos convencionales, de un se­
co sentido, de la solidaridad. No.
L o ha hecho volcándose en pasión
y sentim iento con nuestra causa,
llegando con la roja emoción de su
corazón a nuestro corazón, ponien­
do en el desempeño, de su m isión
de nación h erm an a, el calor fra te r­
no de la solidaridad y el cariño.
Pero si quisiéram os recoger en
u n as cuan tas personas, el hom ena­
je colectivo (¡ue debemos al pueblo
m exicano, a flor de labios nos ve n ­
d ría n los nombres de L á z aro C á r­
denas, de M an u e l A v ila Cam acho,
de L u is I. Rodríguez, de Isidro Fab ela, de G ilb erto Bosques y de
otros m uchos q u e h aría n esta re la ­
ción in term in able P a ra todos la e x ­
presión de nuestro respeto, de nues­
tro cariño, de nuestro eterno a g ra ­
decim iento.
E s costum bre en los medios so
c ¡alistas. re a liz a r el prim ero de
Mayo de cada año el Balance del
pasado y precisar las esperanzas
del porvenir. No podia ni debía fal­
tar en nuestro balance, esta parti
da de agradecimiento quizá la fíni­
ca brillante y conmovedora, tal vez
la más emotiva de todas.
Entre los muchos defectos que
los españoles podamos tener, en
modo alguno podrá imputársenos
el de desagradecidos. \ entre las
virtudes positivas de que podemos
vanagloriamos, quizá ninguna al­
cance rango tan sublime como la
de nuestra hidalguía. Pues bien.
Esta virtud ha siria igualaila, sino
superada, por el pueblo mexicano
que no en vano lleva nuestra san­
gre en sus venas.
Nos han ganado, en lo que nos­
otros creíanlos nadie nos superaba:
en el corazón Pasión y violencia
han sido nuestra característica rnás
acusada. Pasión por lo que so quie­
re, violencia en defender lo que
se estima. Esta pasión y esta vio­
lencia, integras en todo su esplen­
dor de pureza, nos han sido gana­
das para el pueblo mexicano.
Porque con nosotros supo usar
un arma decisiva. La que no heria
nuestro orgullo ni rebujaba nues­
tra condición de hombres libres.
Nos estimuló, ayudó y alentó con
el cariño del hermano, nos abrió
de par en par las puerta? de su
sensibilidad exquisita, y fundió
nuestro dolor con su dolor, para
que su ayuda, bajo ningún con­
cepto nos pareciera obra de cari­
dad o limosna al indigente.
Por eso los españoles, que supi­
mos apreciar el valor humano que
se enterraba tras la» gestiones ofi­
ciales de los representantes dipln
máticos en Francia, acudimos en
masa a recibir a la estación a l).
Gilberto Bosques. Por eso a este
digno representante de una Nat ión
digna, le ofrecieron nuestros her­
manos el pergamino en que se tes­
timonia el agradecimiento de los
españoles en Francia.
Gilberto Bosques y con él todo
el pueblo mexicano, saben bien que
el auténtico pueblo español no ol­
vida su gesto generoso. Que recor­
dará eternamente con cariño la hi­
dalguía ejemplar de su conducta.
Si la fortuna quiere que el pró­
ximo primero de Mayo, la voz de
la auténtica España se oiga en to­
dos los ámbitos de la Patria, yo ten­
go la seguridad de que habrá una
palabra que encenderá de emoción
los corazones y nos hará verter lá­
grimas de cariño^y emoción: M é­
xico.
MATEO ALLOZ
DEMOCRACIA D ECADENTE
Por CARLOS HERNANDEZ
A llá por los años de 1 9 1 7 y siguientes U revolución rusa,
mocracia. N o hay Estado que no baya suscrito los Pactos más he­
denunciaba como nociva alos intereses generales de la Hnroani-
terogéneos a sabiendas de repugnancia con sas asodados. El cris­
i/l_ la diplomacia secreta de las Cancillerías y sus Gobiernos.
tianismo se ha unido aí luteranismo; la aristocracia a la revolución;
H curso de aquella época hacía presumir una nueva política en
La Iglesia católica.-fía su salvadón a la Iglesia protestante. En su­
Parecía como si en realidad, U
ma, los fundamentos políticos y las ambiciones económicas separan
Democracia estuviese a punto de aparecer, para sustituir d e fi­
considerablemente a quienes pretenden defender unánimemente ios
nitivamente la política oligárquica de las fuerzas dominantes que
hacían cuanto les venía en gana cuadrase o no' a los intereses ge­
postulados humanos de la dvílizadón.
.
i Vam os en realidad camino de la democracia? Seamos escép­
nerales de las dases productoras.
ticos. Para hacernos creer que se lucha por la demacrada, asi como
Jas relaciones de los pueblos.
Ingenuamente ei pueblo alemán, como otros muchos pue­
blos, creyó en tal promesa. Y
como revisión de su política mi­
litar, estrangulada en los campos del Marne, inició un nuevo pro­
ceso de su historia, constituyendo la República de W eim ar, d e
nuevas tendencias y formas democráticas, dando realidad a los
postulados que abanderaron la victoria aliada en la guerra de
¡9 14 -18 .
Pero este hecho que constituía un propósito hondamen­
te sentido por el pueblo alemán no era muy del agrado de los.
Gobiernos victoriosos, dado el panorama ofrecido por Europa al
despedir de sus Tronos a numerosas casas remantes.
por d sentido moral de la sociedad, es preciso demostrárnoslo co­
menzando por uno mismo y basta el momento apenas existen signos
de que tal cosa se haga.
En lo que a España se refiere, nosotros queremos nuestra libre
determinadón emanada de nosotros mismos, sin mediatizaciones ra­
ciales ni políticas. Nuestra historia y nuestra civilización no acepta
Joblegacioncs ante nadie. Nosotros establecimos nuestra Repúbli­
ca por libre arbitrio de' nosotros mismos en juego razonable y
padfico. Se nos ha robado por sangre y fuego por la interven­
ción de fuerzas mercenarias y extranjeras, ante la indiferenda de
las fuerzas democráticas y de otras fuerzas sin fuerza ni demo-
N o se trataba de dar, sino de ofrecer. Había que yugular la
crada. Se nos lia negado toda solidaridad por nuestros "errores"
República de W eim ar, aunque surgiese un H ider cualquiera. U n
políticos v diplomáticos, errores políticos y diplomáticos superados
pueblo es siempre más difícil de someter que una autocracia. A l
y rebasados por nuestros críticos, con pérdida muchas veces de su
: a y a l cabo Ja s autocracias pasan y los pueblos quedan. L a esta­
dignidad, dignidad que jamás perdió nuestro pueblo
is política de 1 9 1 9 quedaba consagrada como factor dominante
Hemos visto mucho y hemos padeddo demasiado. El pueblo es­
en el estadismo mundial. <Qué importa la forma de Estado y el
pañol, signe padeciendo todavía. E l pueblo español que no debe
programa de Gobierno? Puede decirse una cosa y .hacerse otra.
nada a nadie, pero a quien se le debe bastante, en uso de su capa*
Europa democrática con la participación en las funciones gu-
cidad política para regirse por sí mismo sin influencias extraespa­
■ emamentales de las clases productoras constituía uia cooparti-
ñolas, no está dispuesto ante la corrupción presente a soportar do­
uipación en el control gobernante; en los secretos de Estado; una
minación alguna, venga del norte, venga del este.
ntromisión en la política diplomática, etc., etc. E llo significaría
Por su posición geográfica, España tiene una elevada misión
descubrir el juego internacional que permite a unas castas pri-
que cumplir, pese a todos sus oponentes. N o ia del grotesco Impe­
.ilegiadas vivir en la abundancia, mientras los pueblos mueren
rio de Franco, sino la de su pasada cultura, cultura estrangulada
en la miseria.
la política diplomática secreta que trataba de
por el falangismo, que. ha hundido nuestro país ea tas tinieblas de
desterrarse para siempre, revivió con m is bríos. Quedó roto, se­
la barbarie. Pero pese a todo, España resurgirá y no seria raro que
cretamente también, todo vinario
por su carácter y condición, sea España cimiento y base de la dig
Y
de solidaridad
internacional,
ton d iferent» programas se inició la ex acervad ón del naciona-
nidad burnana que salve la civilización de un mundo d leúdeme y
mo, ya fuese monarquía .0 república, democracia o autocracia,
frío donde el sentimiento de solidaridad es ignorado para los
ia ley del más fuerte obtuvo cuerpo y volumen y lo’ que se re­
demás.
prochó como responsabilidad del materialismo histórico no fué
nés que una justifafición para encubrir los apetitos imperialis­
tas que deseaban consagrar la explotación de otros pueblos, cada
vea más esclavizados.
, Qué importa qüe en Madrid se constitnyera la República E s­
mola mediante una resolución pacifica en uso del sufragio uniersai? N o era la forma, contra la cual nadie pudo objetar reproríe. Era ei fondo. Esto es, el avance del pueblo bada la partidpacióo de las fundones estatales. La República Española, en su nac miento era tan peligrosa, como en el suyo la de W eim ar. Sí a
está es preferible un Hitler, a aquella es preferido un Franco.
Hitler y Franco, son dos represiones diferentes debidas a las con­
secuencias de una misma política internacional que pone en crisis
I honestidad política y moral de un sistema en quiebra y cuyo
nismo da den y raya a la m is pura política florentina de la Edad
Media.
La presente guerra, que nc« h a comenzado como se pretende, eo
• ‘untzing, ha concluido con Jo poco que quedaba de los tundafi c-ntos morales de la sodtdad. N o hay país qoe pueda proclamar
coa política consecuente en lo que se quiere denominar como de-
EL EQUILIBRIO D E L M U N D O
Inquietudes Inglesas
“ E l Español, idioma del momento
Se anuncia ia publicación en Inglaterra- J e un libro, cuyo
título — "E l «panol, idioma del momento —
resulta en extre­
causa de sus mayores males, oca obstinásemos en jugzar la cam­
paña que hoy se inicia en Inglaterra con la publicación del libro
d d profesor Allison Peer como un simple programa educativo,
mo «¡gerente y atractivo.
Editado bajo los auspicios del Consejo Hispánico, de recien­
te constirución en Londres, el libro es tanto m is interesante, cuan­
limitado
a objetivos estrictamente culturales,
semejante en
su
Índole a la noble cruzada emprendida por W yndham y sus co­
to que marca el coraien%o de un vasto plan educativo, encami­
legas, habríamos incurrido en un error imperdonable, de tras
nado a fomentar el conocimiento de la cultura e instituciones
tendencia y significación difícil de prefijar.
peninsulares, - en su reladén con los países de Centro y Sudamérici
Inglaterra, surge de esta guerra más fuerte y poderosa que
cuando entrara
E l plan de referencia, de acuerdo con los informes disponi­
Francia.
en ella
sin
más
sostén
que
la
desventurada
Su Flota, puntal del Imperio, ha visto duplicado o tri­
b le , comprende ¡a organización de charlas, conferencias y cur­
plicado su formidable potencial combativo y sigue siendo, sir,
sillos. como medio de divulgación oral, amén de una intensa
disputa, la reina de los mares.
propaganda escriu, a base de la publicación de libros, periódi­
dotadas de material ultramoderno y. abundante, aseguran la in­
cos, revistas y folletos
violabilidad del territorio metropolitano, transformado en inmen­
También te habla^del intercambio de pro­
fesores y alumnos de los Centros Superiores de Enseñanza britá­
nicos con SÜ5 colegas de las
Escuelas
de igual rango en los paí­
Trátase, puis, la cotia es clara, de una empresa oficial de
incalculable proyección histórica, en la que el Gobierno inglés
se halla profunda y directamente Interesado, como lo prueba el
hecho de que el Consejo Hispánico. órgano rector de tales acti­
a
su
vez, bajo
la
dirección
del BRTTISH
Sus firem zas. preservadas del desastre merced
a una hábil política moretar.i y. sobre todo, a los inagitables
recursos del
ses omencinos de liabla española.
vidades, funcione,
so campamento
Fuerzas ingentes de tierra y aire,
Commonwealfh,
colocan
al país en situación
de
afrontar con éxito los calamitosos' tiempos que se avecinan en
la post-gnerra.
Todo esto es cierto.
Pero hay algo en el mecanismo, tradi
cionalmente perfecto, sobre el que descansa la estructura del co­
losal Imperio, que se niega a funcionar con el ritmo y preci­
C O U N C 1L - } con U expresa autorización y beneplácito de los
sión de siempre
Ministerios de Estado, Educación y Comercio.
posibilidades bélicas o écohómicas de la gran potencia, son los
Hace algunos años, en ios albores de este siglo, tea pródi­
go en acnntedmicíitos guerreros y -de urda índole, surgió en In­
glaterra un movimiento similar al que ahora nos ocupa; simi­
lar en apariencia, pero fundamentalmente distinto.
L'n núcleo de historiadores ingleses, no ta i importante por
ponentes, se dió a la ingrata tarea de desgarrar la burda tra­
ma que la "leyenda negra" tejiera en tomo de España, en el
único interno serio y generoso realizado desde el extranjero con
exaltar los grandes valores espirituales de I> cultura
hispánica.
en climas políticos nada propicios a tal suerte de expansiones,
dió lugar a numerosos escritos, entre los que destaca, con ca­
piecminentc.
W YND KAM ,
vientos de Fronda que desde hace tiempo agitan a los países de
Oriente, tanto en el Medio Este musulmán, como en los dómiQÍos de U India legendaria y que entecan al Imperio en riesgo
inminente de disgregación; una disgregación susceptible de apla­
Y
es ante esta realidad, que nadie mejor que los propio.;
estadistas británicos conoce, que Gran Bretaña se apresta a des­
plazar su acción hacia nuevos objetivos comerciales, que puedan
reemplazar, siquiera sea parcialmente, la irreparable pérdida que
en la Economía británica habrá de producir el derrumbamiento
en demes.
D e alú ese acucioso afore por preparar hombres capaces de
Este intento, tan más elogioso, cuanto que tiene su origen
rácter
ese algo, cuya eliminación escapa, va, a las
zamiento, pero, a Ja larga, inevitable.
su numeró Como por la recia personalidad v prestigio de sus com­
vistas 3
Y
la
obra
del
historiador
católico,
D.
B.
consagrada, a una de las figuras más discutidas
de la historia patria. Carlos I de España y V de Alemania o,
como Wyndham
lo denomina.
de Occidente ’.
.
"Carlos de Eu moa,
Emperador
asimilar las condiciones de clima y ambiente en este emporio
de riquezas que es, y seguirá riendo por mucho tiempo, el con­
tinente americano, tierra de promisión cuyas entrañas encierran
torrentes de mineral liquido y veneros inextinguibles de los más
preciados metales, donde lá campiña feraz, que da mil por uno
a costa de mínimo esfuerzo, se extiende, generosa y llana, sin
soluciones de continuidad, hasta perderse en las selvas inmensas
donde radica, en potencia, la industria maderera del porvenir;
La obra, que es de carácter biográfico, como casi todas las
imperio gigantesco dél granito y la hulla blanca, en cuyos cau­
de Wyndham Lewis, merece situarse en la linea de los Chesterton
dales discurre, a s i intacta, toda la energía motriz que pudieran
y ¡os Bellos y constituye, en realidad, un vigoroso bosquejo de
precisar los m is ambiciosos proyectos industriales del mundo . .
la época, pleno de colorido y realismo. Son los primeros trazos
Y de ahí, también — ¿a qué callarlo?— la necesidad de man­
de la verdadera historia de un gran pueblo, cuyas virtudes y
tener en España una sucesión de regim en» espúreos, llámese la
defectos son así analizados, por vez primera, en el tamiz de una
cabeza visible "Don Joan o Franco, sea el tirano seglar o cura,
critica serena y objetiva. Comienza a rervjndioarve pata España
espadón o noble, que, al venderse al postor que asegure posi­
la gloria que integra e indiscutiblemente le corresponde, no sólo
ciones poHticas. ya insostenibles, reduzca al país a un estado de
por el descubrimiento de e s e mundo nuevo y gigante, como
subordinación permanente y abyecta, que impida todo posible in­
proeza náutica rio procedente en la historia, sino por la incor­
poración del mismo a la civilización occidental, empresa de ti­
tanos, también sin paralelo . .
tento de reacción frente a empresas como la que se prepara y
ante las que una España unida, fuerte; democrática, en suma,
podria significar embarazoso obstáculo.
Si, llevados de la ingenuidad que en otro tiempo caracte­
rizara a nuestro pueblo y que, todavía en nuestros dias, fuera
JO SU E D E B EN ITO
RECUERDO DE LA PATRI A
A la emigración española en América
Recordando al filósofo griego podríamos decir que si ' cCwjocer-.
se a sí mismo es el principio de toda sabiduría , Conocer la Pa­
ria en que uno se ha criado, en que nacieron Sus padres y sus abue­
todo esto ríos lo han arrancado, con la fría decisión de la traición
unida al crimen.
*
■ H oy España es una cárcel, una enorme cárcel. Sólo los pasos
los. en que se balbucieron sus primeras palabras y se desatroKa-
acompasados de los guardianes que la tiranizan son los que se
roa sus primeras inquietudes, es la primera condition para sen­
oyen. Sólo las voces de quienes por siglos hundieron a España
tirse plenamente español. Porque hay un miado de ser español, •
a cambio de s'am ener sus privilegios. Sun las que suenan. Y en­
, jrno Hay un modo de ser inglés, como hay un modo de ser ruso,
tre los pasos Je los guardianes y las voces de los tiranos, quizá
écr español, sentir lo español, no es can sólo hablar su lengua,
.n
nt recordar los parientes, ni ensalzar la patria querida. Ser espa­
seguidi» de un vigoroso
ñol y serlo en todas las drenastancias obliga a sentirse sdentiFj-
a España, porque todus y cada uno somos España. Por serlo esta­
alguna Ocasión se alcance a oír una descarga de fusilería
V iva la República' E s que están matando
•odo con las cara’cterísticas qué la raza ha sembrado por ti mun­
mos hoy en América, viejos emigrantes españoles. Y
do como ofrenda universal d.e! genio hispano. Ser t-spafuil es ser
paña, queremos deciros -—a fes que todavía tengáis sensibilidad'
generoso, apasionado,
y corazón— cómo ts la tierra querida que nos vió nacer.
audaz,
aventurero, orgulloso.
Altas
vir­
por ser Es­
il,des junto a grandes defectos, espíritu soñador y sentido prac­
Alfonso el Sabio decía que" "Entre todas las tierras del mun­
tico, fantasía creadora y capacidad de adaptación. Es decir, Don
do, España fea una extrtmanza de ahondamiento o de bondad más
Quijote y Sancho.
que otra tierra ninguna. .. “
En América liemos" encontrado muchos españoles que tu, tonco
ten a España, pero que la Imán. Otros que no quisieran saber de
Pero hace de esto tantos años. ..
España que vosotros y nosotros hemos conocido, es un país
dónde proceden, porque en el avatar de su vida la fortuna les " inriustríalméntc pobre, agrícolamente atrasado, económicamente
tu sonreído hasta el punto de sentirse superiores, mui superiores,
arruinado. Perviviendo con restos de antigua grandeza, destrozado
i aquellos familiares y vecino? a quienes recuerdan en el último
adiós al lanzarse a la conquista del nuevo mundo .
la
por luchas intestinas, empobrecido por malas administraciones, en­
Pero lo ge­
torpecido su desarrollo por reminiscencias feudales,, el suelo pa­
neral y m is doloroso de la emigración española en América, es
trio ha conservado hasta hace unos años algo que los demás pue­
su Hidalguía. "Y . digo hasta hace
que nuestros compatriotas parecen olvidar por qué vinieron a
blos del mundo admiraban
América, pretenden desconocer las necesidades que ellos y sus ía-
unos añu?, porque la tradición caballeresea de España, fué pisotea­
miliares sufrieron en suelo patrio, son insensibles, a las inquietu­
da. vendida y ultrajada por los malos españoles que no vacilaron
des. las alegrías y los dolores de la Madre Patria. Encerrados en
en traicionar a su Patria a cambio de un episódico dominio sobre
su cascarón han permanecido indiferentes al dolor de la tierra
él pueblo. España tiene un pueblo. Frente a ¡as castas tradiciona­
le ana y cuando han querido recordarla se' han volcado, no sobre
les y traidoras, este pueblo fué siempre ejemplo de entereza y de­
el bando a que les llamaba su origen y sus I020S patrios, sino al
cisión. Napoleón lo constató a su costa. A
cae suponen les corresponde en razón de la situación económica
fascismo italiano y el nazismo alemán" han sabido lo que-cuesta do­
que disfrutan a la hora presente. Sienten a España, rut como si su
minar al pueblo español, aun temendo las puertas abiertas por la
Patria viviera a través de vicisitudes manteniendo erguido el ge
traición. Este pueblo es el mismo que dió al mundo la lección
ruó de la Raza, -sino como un turista enriquecido que llegara a
de democracia dc-l 1 4 de Abril. Lección, entiéndase bien. E s í t
un país, al que no le atan otros vínculos que los del dinero.
que durante tres años se, mantuvo en ludia contra las fuerzas reac­
Si ellos hubieran aprendido a amar a E sp in a.
Se sentirían
cionarias nacionales y
su costa también, el
las expediccionarias ítalo-alemanas. E s el
identificados, reflejados en este párrafo emotivo de Julián Zugazagoitía;
•que iudja y muere día tras día. por no abdicar de sus ideales, por
‘ España sonaba ¿cómo sonaba?, a rumor de misses en
ea nuestra Patria los sistemas de convivencia de una nación mo­
'Castilla, a soleá de torero, a jarcias zurradas por las radias
derna. España necesita para ser-grande el esfuerzo de sus hijos.
mantener firme su fe en la dsuocracia, por aspirar a introducir
del Cantábrico, a jota de segador, a andadura de merinos en
Precisa la eliminación de los grandes latifundios, la movilización
Extremadura, a zorzico de piloto, a estremecimiento de cho­
de todos tos recursos, la independencia económica del trabajador.
pos a orillas del Duero, a sardana de payés, a frotamiento
Por conseguirlo hemos luchado. Por hacerlo realidad nos encon­
de cepas riojanas, a folia de tabaquero ...'
tramos en América los afortunados, y yacen bajo tierra railes y
*
*
•
miles de los mejores hi jos de la Patria.
Quizá haya sido para vosotros una necesidad, que las perse­
cuciones políticas nos hayan traído a las playas americanas. N o s­
otros los "refugiados ", podemos enseñaros a amar a España. La
Pero la obsesión de la Patria querida no nos abandona. Leed
como canta a España un gran español, Indalecio Prieto:
"Amo a España en la propia belleza de su historia, en Ia mag­
traemos en nuestras venas, la sentimos en nuestros músculos, vive
nitud grandiosa de sus tradiciones.
«i nuestros cerebros, existe permanente v vibrante en todas nuev
arruinada, caída. ¡Qué daría yo por levantarla, por librarla de ma­
has inquietudes. España es en nosotros una realidad: una san­
yores desgracias! El temo, amigos y hermanos que me escucháis,
grante realidad. .Tenemos el corazón lleno de cicatrices de nues-
no se presta a declamaciones, porque cuando se envuelve en ellas
tt' amor a España, porque España es su pueblo, son sus hijos, es
sentimiento tan profundo como el amor x la patria, que es tom o
« brazo que horada la mina y abre el surco, es el cerebro que
el amor a la madre, se viste de vacuidad. Los grandes sentimien­
trabaja pata la colectividad, es el senomicnto.de superación y jus-
tos no necesitan pátrafos largos para su expresión. Algunos de vos­
éria hecho came
otros, quizás, al regresar a España v « H o m a r a vuestra madre
Y todo esto, que era la flo r y la esperanza de
España, que era la fortaleza positiva y
fecunda de la Patria,
. La veo ahora desventurada,
arruinada por la vejez y carcomida por dolencias, al abrazarla, no
Sue era el porvenir hacia una vida mejor para todos los espa­
ñoles — vuestros padres y vuestros hermanos también cuentan—
(Sigue en la pág
zó).
Dos Congres os
Dos Congresos celebraron las Juventu d es Socia­
listas de España en el período com prendido entre los
años de 19 3 1 y 19 3 6 . los cuales sí fueron auténtica­
m ente nuestros, es decii-, conform e a la norm a y
tradición política de nuestra organización ju ven il.
S in em bargo de ello, puede asegurarse q u e 'fu e ­
ron tan distintas las decisiones que en los nusmos se
tomaron, e influenciaron tanto, que de ahi. precisa­
m ente, es donde surge la descomposición interna de
las Juventudes y señala la discrepancia fundam en­
tal con el Partido Socialista Obrero Español.
E l Congreso celebrado en el año 1 93 1 . en M a ­
drid, fué un modelo de disciplina y buen juicio de
todas las organizaciones ju veniles socialistas, y a que
en el mismo se trataron, única, y exclusivam ente,
problemas de índole interna y a la vez aquellos que
tendieran a ejercer una labor a u x ilia r eficiente en
las decisiones tomadas por el Partido.
E n aquella época estaba en lo m ás álgido de la
discusión el problem a de la colaboración m iniste­
rial y la no colaboración. L a inm ensa m ayoría de
jos jóvenes socialistas éram os partidarios de la pos­
tura anticolaboracionista, pero sin em bargo de ello,
y a pesar de haberse debatido am pliam ente aquella
posición, no hubo un solo acto de desacato a la dis­
ciplina del Partido, que opinaba en su m ayoría en
sentido contrario o nuestro criterio.
Se habló en aquel Congreso de doctrina m a rx is­
ta v se hizo enfocando todos los asuntos bajo el p u n ­
to de vista socialista m ilitante, realizándose todo con
m iras a ejercer una postura acertada que fortificara
la que el Partido, considerando el momento políti­
co, estim ara m ás apropiada.
D e allí, salieron acuerdos tan trascendentales p a­
ra los jóvenes socialistas, que a pesar, de la cam pa­
ña dem agógica que entonces se extendía por toda
España, por elementos, que la m ayoría degeneraron
elt falangistas se fortaleció y robusteció enorm e­
m ente el m ovim iento ju ven il socialista.
F u é aquel un Congreso, que forzosam ente ocupa
un lu gar de honor entre los actos m ás notables del
historial socialista español.
E l segundo Congreso se celebró también en M a ­
drid, el año 19 34 , y aun cuando fué em inentem en­
te socialista en la form a — es decir, sin unificación—
no tuvo las caracteres que había tenido el anterior.
E sta vez había y a dirigentes locales, provincia­
les y nacionales que tenían am biciones de ocupar
A LA
J uveni
puestos destacados a nombre de las Juven tu d es So­
cialistas. eu los cargos de representación política, que
hasta entonces, cosa n atural, habían estado reserva­
dos a los hombres de una m ayo r responsabilidad y
m adurez que actuaban dentro de las filas del P a r ­
tido.
H ubo discursos rim bom bantes y posturas extre­
m istas, sin fundam ento, y a que en la práctica re­
sultaban contrarrevolucionarias. PeiO como a llí, a l­
gunos, no trataban de a y u d a r a las ideas y a l P a r ­
tido y sí “ cazar” algún puesto, no les im portaban los
resultados catastróficos que iban a derivarse de su
in flu en cia dentro de nuestro movim iento.
E n aquel Congreso, de una m anera, velada, pero
si lo suficientem ente clara para que nos percatára­
mos de ello, hubo elementos, que afortunadam ente
hoy no están en nuestras filas, que llegaron a de­
fender la creación de u n a C u arta Internacional.
S e tomó el acuerdo de dirigirse al Partido pi
diéndole la separación de la M in oría Parlam en taria
Socialista del Congreso de D iputados, por estim ar
que no se podía co n vivir con los elementos reaccio­
narios que ostentaban representación parlam entaria
N u n ca, como en aquella ocasión se desvirtuó tanto
la doctrina m arxista, con una decisión que parecien­
do tan revolucionaria, era tan separada de la ac­
ción política, que caía de lleno dentro del apolitieis
d io anarquista.
A quellos que provocaron el desgaje de las Ju
ventudes Socialistas de nuestro Partido, están por
suerte, fuera de ellas, pero es preciso que estemos
alerta para que ese desdichado caso no vu elva a re ­
petirse.
Y o sería partidario de que aquellos que se en ­
cuentran actualm ente en M éxico, y que concurrie
io n a aquellos Congresos, orientaran desde la tribu
na o el periódico a los jóvenes socialistas sobre los
acuerdos que se debatieron, pues aun cuando ello ya
pertenece a la historia^ no estará de m ás que la co­
nociéramos para evitar el caer en errores en el fu ­
turo.
E n este P rim ero de M ay o , con las Juventudes
Socialistas de E spaña constituidas- nuevam ente, aun
cuando sea lejos de nuestra P atria, debemos prome­
tem os a nosotros mismos el seguir la senda históri­
ca — que m om entáneam ente quedó truncada— del
glorioso Partido Socialista Obrero Español.
JO SE BEN ITO PER EZ
EMI GRACI ON ESPAÑOLA
EN AMERI CA
habréis dicho ¡rases grandilocuentes, porque en esos casos la elo­
leer los cables de la tierra querida que sólo traen noticias de trai­
cuencia está más en el sollozo que en la palabra; Xa habréis apre­
tes y obispos, de generales ascendidos de puesto, de toreros y aris­
tado frenéticamente contra vuestro pecho y dejando escapar unas
lágrimas habréis dicho con voz entrecortada; “ .M adre raía, madre
tócratas, sentiréis que vuestro espíritu arJe en indignación por­
que eso no es España.
d d alm a!" Pues bien,
yo
me abrazo a España, mi madre, y le
digo con la misma emoción que vosotros: ¡M adre mía, madre del
alm a?"
*
•
*
4t
Y o os invito a pensar en España. Concentraros un poco en
vosotros mismos y al recordar los años de vuestra niñez, en­
contraréis el verdadero perfil de España, Y , como nosotros, al
Y
al encontraros con vosotros mismos, comprenderéis que nos­
otros no cejemos en nuestro empeño de sentir y pensar en cspi
ñol, que una fe profunda de libertar a nuestros hermanos norme
nuestros actos y que el deseo de una España próspera elevada por
el trabajo fecundo de sus hijos, nos imponga el deber de luchar
di* tras día, hora tras hora, contra el traidor enano que la sojuzga
Y es posible que entonces, ser refugiado, no sea para vosotros
sino sinónimo de ser auténticamente español.— “ H E R A C L IT O ” .
Fatalmente, el reloj de arena de la vida deja caer días y días
existencia de lujo, puede estudiar, puede hacer que estudia, es
por la tolva del tiempo. D ías y más d ía s. . . m eses. . . N o s en­
igual.
contramos una vez más, ante la fecha del primero de mayo. ¡P ri­
inscribirse en el Instituto o en là Facultad que quiera, pero ¿de
men) de mayo! Agólpanse- en nuestra memoria recuerdos y sensa­
qué vive? Este problema, tan manido, hay que resolverlo de una
ciones pretéritas. En este día, los socialistas, sentimos la vibración
vez.
de ese cúmulo de hechos que forman la tradición de nuestro Par­
Debe estudiar quien tiene capacidad para ello,
tido, parte muy importante de la de España.
Porque en este caso a m»s de la injusticia de origen ya expues­
Nuestra generación, cuya juventud transcurre entre dos gue­
El, al fin, tiene el porvenir resuelto.
El obrero podrá
N o por sabido d e todos estorba el repetirlo una vez más.
exclusivamente.
ta, hay otra : Las Universidades son costeadas por el Estado.
rras, ha de pasar a la historia con letras grandes. N o se crea que
E l Estado somos todos: pobres y ricos.
hay en esta afirmación, una vanidad colectiva.
N o , en modo al­
cos, que pese a todas las leyes, tienen abiertas las puertas de ía
Correspóndenos vivir, imperativo del destino, una de las
cultura superior. La explotación, cómo se ve; en este caso, es
guno.
¿pocas más difíciles de la humanidad.
agoniza.
Y
U n mundo vicio, egoista,
su tránsito fatal- se hace entre sangTe y dolor. Tan­
ta sangre y tanto dolor, como ni la imaginación m is fecunda
Los ricos son los úni­
doble: el obrero — p o r falta de capacidad económica—
no pue­
de estudiar; él obrero costea la educación del poderoso.
L a victoria está ahí, al alcance de la mano.
La libertad vol­
y m is calenturienta d.e entre nuestros antepasados, pudo soñar
verá a lanzar sus destellos sobre España.
¡amás. T al vez no sea el fin del capitalismo el causante de estas
no llegará hasta nuestras pupilas si no se resuelve el problema
terribles tragedias.
de la libertad económica.
Puede ser que el nacimiento del socialismo
haya producido la hecatombe.
No
somos nosotros quienes po­
un mito.
Pero su luz cegadora
Sin libertad económica, la libertad es
El Partido Socialista Obrero Español, fiel a su tra­
demos juzgarlo: la realidad presente nos venda los ojos, aunque,
dición, al cumplir su destino, como parte del camino ascenden­
lo probable es que sean los dos: el capitalismo que muere y el
te de la evolución humana, ha de intervenir en forma activa en
socialismo que nace.
Porque, en definitiva, una vez más, cúm­
la gobernación de España.
Y
el Partido Socialista lia de luchar
plese !a ley eterna, la que está fuera del alcance de los pobres
para que nunca más se pierdan para la patria, para la huma­
gusanos que arrastramos nuestro deambular en este punto del
nidad entera, tantas y tantas inteligencias ciaras, tantos y tantos
Cosmos llamado Tierra.
cerebros fértiles.
separables.
Son la muerte y la vida compañeras in­
Las dos cumplen una misión:
la evolución eterna
ratai. Y en todo óbito y en todo nacimiento hay dolor.
mil novecientos cuarenta y cuatro al primero de mayo de mil no­
Hace un año vislumbrábase, entre
brumas de lejanía, la victoria.
mano.
niza,
Hoy esta ahí al alcance de U
Las fuerzas del mal. las que por defender algo que ago­
quisieron sumir al mundo en t i
retroceso y la barbarie
— ¡cómo si se pudiera retroceder en el tiem po'—
anécdota, cosa pasada.
son ya casi
Apenas si algunos aleteos del ave de ra­
piña germana dan fe de su existencia, y el monstruo (apones
no tardará en ser abatido, en su propia guarida. En este pri­
mero de mayo de mil novecientos cuarenta y an co , ve el mundo
un amanecer de esperanza.
Pese a todos los intereses de casta y de dinero, factores de
políticas tquívocas, componedoras de lo imposible, la humani­
dad cumple su destino.
En el camino ascendente det orbe en­
tero se encuentra España con república y libertad. Es inútil que
traten, quienes lo hacen, de detener la marcha.
encima de ellos.
No
hay cañones ni
La lev está por
acorazados capaces
si­
quiera de desviar la evolución.
El problema genético de España, al igual que el del mun­
do, es el económico. Los problemas específicos son múltiples.
De uno de ellos queremos ocuparnos
luí enseñanza — del bachillerato al doctorado— ha sido hasta
ahora privilegio de los poderosos.
midos, han podido, a causa del
ma económico, llegar a ella.
Nunca los pobres, los opri­
problema genérico, el proble­
Lbi viejo derecho humano, estam­
pado millones de veces en el papel y nunca cumplido, asegura
que todos los hombres son iguales ante la ley. D e taotn oírlo
y leerlo casi lo hemos creído y, sin embargo, en este precepto
hay una falsedad que raya en el sarcasmo
¡Iguales! ¿Acaso es
igual el campesino al hijo del millonario? ¿O tal vez son igua­
les el que conduce una locomotora y el que viaja en eren de
lujo? Las constituciones, los códigos, así lo proclaman. ' La rea­
lidad es, por desgracia, otra.
Que la
Estas son
las reivindicaciones de los ioven es socialistas estudiantes en este
Grandes hechos ocurrieron desde el primero de mayo de
vecientos cuarenta y cinco.
Q ue estudie quien esté capacitado.
Universidad deje de ser privilegio de los poderosos.
El hijo del millonario tiene las
puertas de las Universidades abiertas, el dinero le asegura una
primero de mayo de 19 4 5
H ECTO R M A R T IN E Z M A TIU LA
Europa en el crisol
Necesidad de Hombres Nuevos
La dificultad de conjugar los deseos de las masas
tantos meses sojuzgadas por e l fascismo con las nor­
mas políticas de los Gobiernos mantenidos en el des­
tierro, ha alcanzado su expresión más alta en los
problemas surgidos al Gobierno de Pierlot en Bélgi­
ca y al de Peter S. Gerbrandy en Holanda, Escoge­
mos estos dos países como ejem plo típico de países de­
mócratas. ya que en el caso italiano y el griego —don­
de por tantos años se desconoció el ejercicio del de­
recho ciudadano a la libre expresión de su pensa­
miento— habremos de adm itir como normal una
época de desequilibrio, desconcierto y confusión.
E l fascismo ha sido en éste aspecto, la levadura
que ha hecho elevar las masas ciudadanas hacia un
destino mejor. I m continuidad con los viejos proce­
dimientos rutinarios, no interesa a las generaciones
nacidas a la vida política en las horas más dramá­
ticas de sus respectivos países. La intuición del pue­
blo —y m uy particularmente de la clase trabajado­
ra— pretende acabar para siem pre con las viejas
componendas y el viejo, estilo político, propio más
bien para épocas de bonanza y tranquilidad que pa­
ra momento de trágico alumbramiento de un mundo
mejor.
Cabe recordar a este respecto las palabras del
viejo maestro León Bilan —cuya autoridad espera­
mos salga acrecentada de la dura prueba a que le
ha sometido el odio nazista— escritas en la soledad
de su prisión de B o u ra sso l“ Habíamos llegado a ser
demasiado fuertes, demasiado prudentes. Nos había­
mos vertido poco a poco en el molde de la vida or­
dinaria. A la hora en que la nación esperaba de nos­
otros un grito, un llamamiento, un toque, de clarín,
no podia salir de nuestras filas una gran voz".
Catástrofes como la que el fascismo italo-alemán
ha creado en Europa y en el mundo, no caben ser
examinadas ni liquidadas con el castigo de los res­
ponsables directos. exclusivamente. H ay úna respon­
sabilidad histórica que alcanza por igual a quienes
toleraron el crecimiento desmesurado del fascismo, e
incluso lo apoyaron.
Los pueblos que han sufrido la barbarie de esta
Segunda Guerra M undial en su propia carne, no
pueden sentirse satisfechos con las palabras conci­
liatorias y resignadas propias del maestro que las
pronunció: “ Deciamos a y e r. . E l ayer es una deu­
da de traiciones, cobardías, condescendencias y com­
ponendas con la que no pueden avenirse los hom­
bres que han sufrido el fascismo. Largos meses de
opresión y de tiranía, miles y miles de sacrificados
por e l delito de amar a su patria, fam ilias enteras
destrozadas, pueblos y ciudades totalmente destrui­
dos, hombres deportados, perseguidos..vejados, hu­
millados por la bestia nazi ¿pueden sentirse confor­
mes con el retomo de sus viejos políticas hablando
el mismo lenguaje y planteando los mismos proble­
mas que llevaron al desastre mundial a nuestras ge­
neraciones?
Convengamos en que no. Si H itler logró alcan­
zar el poder, sostenerse en él y armarse para la gue­
rra que preparaba con tanto espíritu de revancha
fu e el capitalismo internacional quien lo apoyó. Si
el fascismo de M ussolini logró la tranquila y cómo­
da anexión de A bisinia y Albania ¿es que no con­
tribuyeron a ello las debilidades de muchos que
ahora clamafi uria venganza a muerte contra los fas­
cistas?
Son m uy pocos los políticos europeos que pueden
considerarse libres de culpa •de cuanto ha pasado.
Porque la verdad del problema, aun destrozada A le­
mania y destrozada Italia, sigue en pie en España.
Es el ejemplo tdvo, actual, permanente, de que los
modos de los políticos burgueses solo han variado en
cuanto a las formas, pero siguen lo mismo en el
fondo.
*
*
*
- Los movimientos de resistencia quieren un nue­
vo sentido de la política. Los pueblos que han lu ­
chado, continúan vigilantes en la defensa de sti des­
tino histórico. Los viejos moldes de la política, no
nos sirven. Los viejos hombres, timoratos y pruden­
tes, cómodos y conservadores están fuera de lugar en
la nueva Europa. Ellos hubieran sido incapaces de
mantener una resistencia viva, tenaz y efectiva fren­
te al invasor. Están demasiado gastados, excesiva­
mente imbuidos de su propio valer, emborrachados
de discursos y parlamentarismo vacío, faltos de la
sensibilidad precisa para amar y conocer a su pueblo.
¡a s pocas excepciones que pueden mantener er­
guida su cabeza. confirman la regla. A la hora ac­
tual son nuevos valores los que hacen falta.
Valores que surgirán del pueblo, cantera inago­
table para los momentos difíciles.
A. D. P.
Recuerdos
del
Exilio
L t poesía que reproducimos, ¿i algún mérite) tiene, es el de haberse leído por pri­
mera vez en un je de Mayo, en plena corazón del Sahara. Deseando recordar fecha
Ion memorable para ¡os medios obreros, un grupo de jigénes socialistas organizó
una pequeña fiesta que consistía en el aumento de unas vianda! y un poco d e tino so­
bre la ración que suministraba ¡a Compañía de Trabajadores. Ai final' de la comida,
ñute un grupo en el que figuraban jóvenes tan queridos como Martinez de Velasco,
Valerio de Diego, Manuel López. José Luis Cañadas, Antonio Saras —todos e llo s‘b/r)
en Africa y por fortuna en libertad— José Médina, José Castelló Tarrega. Calinas y
otros, el camarada Félix Miguélcz leyó la siguiente composición:
CANTO A
B
-
Las soberbias montañas imponentes,
pero ignoras 1o cierto de su anhelo
Pero m is que al hablar — en su silencio— ,
a cuya sombra, Bou-Arfa, tú has nacido;
de lucha por su hogar y por su suelo.
puedes ver, Bou-Arfa, su dolor profundo
ios áridos terrenos calcinados
D e ellos, Bou-Aria, en verdad no sabes nada,
porque todo horizonte se les cierra;
que escuchan del desierto los suspiros
porque celosos de su propia gloria,
el desprecio que sienten hacia el mundo,
que entre nubes de arena van mezclados;
no han dicho a tus montañas m a tu cielo
el odio con que arañan a la tierra;
y el cielo, que es poema de colores-
que en España sus gestos se han marcado
y al daro-oscuro gris del alba incierta,
cuando el sol marroquí de luí lo hiere,
en el libro sin hojas de la Historia.
verás que por su alma se despierta
esa luz de vivir, cuyo embeleco,
y ha visto el declinar siglo tras siglo
de la que fué gnui raza berebere;
Hablan en recia lengua castellana,
en tus bellas auroras tropicales,
todo lo que es en ti Geografía,
de sonoro matiz y firme acento,
resuena por tus cielos como un eco
contempla en el silencio a estos humanos
que es suave cuando canta una balada,
de viejas epopeyas admirables.
a quienes su avalar ha condenado
que es dura cuando expresa un pensamiento;
a vivir el dolor de cada día
idioma donde viven las pasiones
en la dura inclemencia de tus llanos.
su dulce acariciar y su violencia,
Y a hacia el Sur no van soto caravanas
de fuertes y tranquilos dromedarios,
entre lanzas y espadas victoriosa,
tus antiguos beduinos temerarios;
que Europa ha entrado en ti con nervio fir(me,
abriendo entre tu arena sus caminos,
y haciendo que el Progresó te señale
el lejano esplendor de otros destinos.
Y te despiertas, ávida de sueños
— en el alma un sonar de chirimías— ,
\ encuentras, Bou-Arfa, que tus nuevos due(ños
van formando al compás de nuevos días
tus perfiles de villa del futuro,y te adornas de eléctricos fulgores
olvidando tu magia de carburo.
Pero tal vez ignores. Bou-Arta, que tú iie(nes
tostados por mi! aires y mil soles
entre tus blancas tiendas vegetando
unos hombres de ley — tos españoles—
que traen desde su tierra el eco fiero
áe la guerra viril al extranjero;
que guardan el dolor de su derrota
* ci amargo sabor de humillaciones,
tn el fondo mejor de su esperanza
.» el consueto amical de sus canciones.
Tú acaso sabes de ellos, to que ha dicho
° el odio del que teme la justícia,
0 la palabra vil de unos histriones:
O se nombran los triunfos de la ciencia;
la lengua que cruzó todos tos mares
ni están solos. Celosos de! desierto,
la mentira fatal de las pasiones,
donde dice su amor el caballero
y cansada al íin de gloria vana
quiere encontiar motivos de belleza
en la fé misteriosa del mañana.
Y
sufriendo el olvido de las gentes,
tras de tas dos montañas imponentes
a cuya sombra, Bou-Arta, tú has nacido,
siguen los españoles su destino,
esperando la estrella que el camino
alumbrará, con rayos de verdad:
-4a estrella que se llama Libertad.
B O U -A R F A . i ? de Mayo de ijjq r.
RETRATOS
DE
ENFRENTE
'■ ¡Eiaraos pocos y... se escurrió U abue­
la !"
En la filmación de películas de la época
romana, se precisa, para el papel de ejército,
de una centuria de extras bien disciplinada
que, haciendo la noria, den la sensación al
público de estar presenciando el desfile de
millares de gentes armadas.
A lgo parecido Ies ocurre a los chinoides
y sus satélites. Con idénticos elementos, sa ­
nando de centurión a centuriona — las de
agí-pro también se prestan a toda clase de
disfraces— . han creado en la emigración
organismos de “ ayu d a ', centros de recreo,
Pasado y Futuro
i« de Mayo. ¡Cuántos recuerdos trae a
la mente esta fecha. Desde el i ? de M a­
yo de 19 2 6 — ya fallecido Pablo Iglesias,
a cuyo entierro fué el primer acto público
al que asistí, formando parte de una in­
mensa multitud nunca reunida hasta en­
tonces, para rendir postrer homenaje a la
labor ingente de aquel hombre austero y
presididos por la cabeza noble y elevada
de Don Julián Besteiro, desfilando en gru­
pos por la Castellana hasta el edificio de
la Presidenia del Consejo de Ministros pa­
ra hacer entrega de las conclusiones que
rf P.S.O .E. y la U .G .T . hadan a los Po­
deres Publiais.
Han transcurrido 18 años. Los cuatro
últimos de la dictadura Primo Riverista y
su apéndice, dos del Gobierno "fuerte"
ultrareaccionario y clerical de G il Robles,
dos con el frente falangista 2 unos cien-
etc., que les sirven para deslumbrar a in­
cautos en sus conferencias o pachangas.
“ ¡Cuarenta entidades republicanas espa­
ñolas se adhieren a la Conferencia del "dul­
ce meneo" para derrocar a Franco y hacer
pimentón
a la
falange!
Véanse
las fir­
m as". Y a continuación los nombres de los
extras para la filmación de Ben-Hur.
“ ¡L a s valencianos se adhieren a la Junta
Suprema de Camelo Nacional !" Siguen las
firmas, que son pocas, figurando entre ellas
la de una actriz española salida de alté ha­
ce muchos años. ¡Toda una antifranquista'
“ ¡L a Agrupación de! Ticlicuo, prepara un
festival pro agitación en España!" M ás rú­
bricas de matronas, algunas conocidísimas.
Y asi, éntre colectas y adhesiones, como si
invitaron a todos los antiguos alumnos uni­
versitarios — no sé si asistiría el partcartista
mayor Dr. Márquez— . A ! finalizar el con­
dumio, tino la verborrea y el descubrirse
Jas intenciones de los fariseos. Intentó ha­
blar el señor 5bert como fundador de la
FU E,
ir los de -coasigna no
le dejaron
por— 00 ser de la Suprema. ¡ Pura demo­
cracia!
Un comunista — estudiante que no fué
a la escueta nunca y firma con el dedo ube­
so— dio un ''¡ V iva don Juan ! " por lo que
protestaron los fueístas republicanos.
— ¡N n
enfadarse!
Ya
hemos
cambiau.
A b o » no damos vivas a don Juan el del
manifiesto; es a don Juan el de los cables.
cantaran los '‘ Caracoles” ,
El que jamás llegará a Esculapio, el de
Varaos viviendo
apepímda testa, aprovechó el incidente pa­
y iolé!
ra decir:
Lo que no habían conseguido basta aho­
— "Nosotros, vírgenes ( ¡ 1)
en política,
ra era que la Federación Universitaria Es­
apenadles por las discrepancias entre los re­
pañola les hiciera qpro.
fugiados,
podremos servir de mediadores
— -¡Esto no pué sé! — dijo C ribe a M i­
p a u que todos se unan..., se unan en tor­
je, tras darie un tirón de la coleta. — ¡H ay
no a don Juan Negrin y su gobierno. Si
que monta un tinglao estudiantil!
de paso quieren adherirse a. ¡a Suprema,
— N o pretenderás figura en e. Potque...
— ¡N o
empieses!...
¡A
trabaja'
— Pues, ¡limpíate que estás de huevo!
Buceando por todos los lugares donde
se reúnen españoles, en uno de ellos die­
ron con lo que buscaban :
— .M ira, compare M igué' ¡O sú qué ca-
— ¡MonumentÜ ¡Y a trompesanui con é'
¡ Y esté con otro estudiante, que es su pri­
mo!
—•¿Dos primos? ¡Supe-rió'
Reuniones con el perfumista y con "S ie ­
a los que regalan un retrato de
un señor con pipa y otro de la Dolores
orando. De ahí vino al mundo la
— gntó uno de la FU E.
Total: otra entidad más que se unirá a
la centuria de extras de los comunistas y
besa! ¡D e Montarbán y sin pipas!
te boinas"
pues..."
Asocia­
ción de Antiguos miembros de la. F U E '
Los primos. Mascare* y Murayta, deca­
no de los estudiantes de Medicina c! pri­
mero — ¿para qué le servirá ese monumen­
comumstoides que. dando vueltas y arman­
do jaleo, hará creer a ios incautos que son
todo un ejército.
Y o , para, finar este retrato, cantaré como
los fueístas buenos al terminar el banque­
te:
TENO R
A los estudiantes quieren salga un grano
si a los comunistas todos nos 1untamos.
CORO
Nosotros creemos cosa muy discreta
inandar a los chinos presto a hacer... cro( quêtas.
tos de metros, y siete en el destierro, mien­
tras a i España la clase trabajadora bajo
la bota falangista alcanza sus conclusio­
nes mínimas es decir, ia bendición de
Dios, enviada por el’ Santo Padre a su
querida España, y un puesto en el Ce­
menterio adonde la llevan el hambre y la
tiranía franquista. 1 5 años de tiranía y
opresión, 3 de Libertad; balance desola­
dor que la clase trabajadora habrá de pre­
sentar al Capitalismo en el momento, ya
próximo, de cobrarle los dividendos.
D el primer aniversario de! último perío­
do — el destierro— celebrado en el Cam­
po de Concentración de Saint Cypnen. con­
servo comí- recuerdo una tarjeta postal con
el iuenú de la comida, pobre en conteni­
do, pero rico en ilusiones y esperanzas,
y las firmas de los compañeros sodalis
tas que nos reunimos, con tal motivo; es­
tán las de Mas, hoy en Chile, Pardo en
Santo Domingo, Alcañiz en México, y
otras que no debo mencionar, anónimos la
mayor parte, jóvenes los más y alguno ya
veterano en la organización, pero todos
con la voluntad, la mente y el corazón,
dispuestos a mantener por encima de cual
quier clase de vicisitudes, el significado
que para los socialistas españoles tiene y
tendrá el r* de Mayo.
r ® de M ayo de 19 4 5 La guerra en Eu
ropa habrá terminado o estará terminan­
do. La lucha por el predominio de los
mercados habrá cerrado el capítulo bélico
y su cortejo de paro y de hambre comen­
zara a desfilar mientras la lucha entre el
Capital y el Trabajo continúa. Saludamos
en este i* de Mayo a la esperanza que
significan las Uniones Obreras que rena­
cen con más ímpetu, m is decisión, más
energía para la lucha hasta lograr la li­
bertad mínima de! trabajador; la libertad
de poder vivir con decoro-y la liberta.!
de pensar
Esperanza para el 1s de Mayo de 1946.
Desfile simbólico en Madrid de la dase
trabajadora organizada en el P.S.O.E. y en
la U .G .T para presentar las conclusiones
que están en ia mente de todos y que
convertirán en realidad los Poderes Pú­
blicos ya en .manos de representantes de
la democracia española. Trabajo y justicia,
no justicia vengativa, pero si justicia se­
rena. para los culpables directos de los
dos millones de bajas que ha padecido
España, de su ruina y destrucción; justicia
para tos que por torpeza, por egoísmo, por
ambidón o por omisión, desde ias altas
esferas del poder permanecieron impas:
bles ante la rebelión fascista que se orga
nizaba con todo descaro y sin obstáculos,
justicia — con todo el amplio ejetdtio de
la defensa que sea preaso.
Que la depuración nos garantiré que ti
República jamás conocerá pilotos que por
incapacidad o complacenda, nos Ilevc-n
nuevamente a los Puertos de la Derroti
y el Destierro.
Amarga experiencia la nuestra . . . Que
ningún otro i ? de M ayo nos sorprenda
con la ingenuidad y L debilidad como ar
mas políticas
Que sea nuestra entereza,
-nuestra unión, nuestra decisión, las que
impriman el tono progresivo y revolucio­
nario que debemos todos introducir >
nuestra querida España.
tal membrillo?— , comenzaron su labor de
proselie por organizar tía banquete, al que
PEPE
JU A N MOLAS
NI FRANCO NI EL BORBON
I
I
I
I
I
I
H uelga d ecir que el que esto escribe no es di­
plomático — n i desea serlo— . y seguram ente, por
desconocimiento de esa m aravillosa ciencia esotéri­
ca que es la D iplom acia, ve los acontecim ientos co­
mo Jo que es, u n joven socialista español “ refu gia­
do” , y no sobra agregar que esos títulos los consi­
dero m ás valiosos al tratar los asuntos de E spañ a,
que los que puedan exh ibir los lores, m ísteres. to­
wariches, etc., que está pareciendo se h an em peñado
en enredar a su gusto un problem a, que en últim a
instancia será resuelto por los interesados qu e somos
los españoles.
N o seré tan insensato que desprecie la valiosa
ayuda que a los republicanos podrían reportar — si
en trase.en sus cálculos— , los m ism os que hoy no
nacen m ás que producirnos arcadas y dolores de ca­
eza, observando una condescendencia celestinesca
j ara con el dictador que tiene sum ida a E spañ a en
la m ás sangrienta opresión.
Com partiendo la opinión sincera de la inm ensa
m ayoría de gentes en todo el m undo que han catalogado a Franco en el lu g a r que le corresponde, lle ­
gué a tem er que la actitud declaradam ente proi.azi del generalato felón, el envió de la división
Azul contra R usia, aquellos inflam ados discursos, b e­
i a, condenación y a Ja vez oración fúnebre de las
despreciables plutocracias In glaterra y los E .E . U .U ..
que habían perdido la gu erra ante “la santa razón
del nu evo orden que A lem an ia instituía con la va1
cooperación de la E spañ a del vulgo y de las
echas, llegué a tem er digo, que todos esos actos de
hostilidad que ya no es preciso en u m erar pues son
he sobra conocidos, fuesen m otivo m ás que suficientes para que las D em ocracias tuviesen un cam bio
' e actitud, que aunque tardío, hiciera justicia a los
demócratas españoles.
P ero tuve “ temores” vanos: Franco no tan sólo
1 -i sido tolerado y. ayudado a perm anecer aherrojan a
m á rtir E spaña, sino que adem ás, estam os a
I 1
I
I
|
I
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I
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I
I
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I
I
I
I
I :0
un paso de verle convertido en campeón de la de­
mocracia. Alií le tenemos fulminando al Japón con
un enojadísimo rompimiento de relaciones (ya están
lejanos los días en que con un grito salido del alma
felicitaba al jefe del gobierno pelele de las Filipinas)
y quien sabe si dispuesto a variar la ruta de aquel
millón de falangistas que había de defender Berlín
caso necesario; ahora la ruta de los belicosos falan­
gistas sería Tokio y los. ojos y las esperanzas del
caudillin estarían puestas en San Francisco. Cal.
Mientras tanto, ha hecho una nueva salida al es­
cenario de la tragedia española, un personaje por
demás “ visto’’. Se trata del hemofílico Juan de Borbón, pretendiente al para siempre desaparecido tro­
no de España. Ignoramos la clase de vitaminas lon­
dinenses que le estén inyectando, pero es el caso que
se ha sentido con fuerzas para pedir a Franco que
dimita, naturalmente en beneficio de una monar­
quía que promete constitucional, democrática, justi­
ciera, etc., y que con él como rey, se encargaría de
hacer la felicidad de los españoles. Este Juanillo es­
túpido, debe pensar que padecepios amnesia v que
hemos olvidado su presencia en España al comienzo
de la guerra como voluntario franquista para hacer
nuestra felicidad a tiros.
Observando cómo Franco recurre a todos los me­
dios para mantenerse en el poder ante la cómplice
indiferencia de las Democracias victoriosas,como el
Borbón cree llegada la hora de alzarse airado contra
su otrora caudillo, los jóvenes socialistas sonríen con
escepticismo y renuevan la promesa empeñada de
ser siempre la vanguardia consciente que bajo la
egida del P.S.O.E. y sin reparar en sacrificios, hará
vanos todos los manejos y llevará a buen término
la tarea de devolver a España su libertad, como pri­
mer paso hacia el triunfo del Socialismo.
A . M . ¡i.
M A N U E L -A Z A N A
Manuel Araña lu sido una de las fipitas ms vigorosas de Ja Segunda Repú­
blica, Magnifico escritor, orador elocuen­
te y. emotivo, ensayista, tenía una virtud
suprema que lü distinguia: su españolis­
mo En el decir y cu el obrar, Azaña re­
sumia la sobriedad castel Una, ,
Muerto en los trágicos momentos de la
derrota de Francia, su cuerpo íué envuel­
to en la bandera de México El puehlo her­
mano, que tantas muestras de generosidad
nos ha dado, nos hizo una vez más deu­
dores de eterna gratitud.
Recordando al p an tribuno español que
llegó a la mis alta magistratura de la Pa­
tria, ofrecemos el final de! discurso que
pronunció el t$ de Julio de iy ,8 , en su
calidad de Presidente de la República.
*
*
muclias familias pacificas. L o día, la mon­
taña entra de* pronto en erupción, causa
estragos y cuando la erupción cesa y se di­
sipan las humaredas, bis habitantes super­
vivientes miran a la montaña y ya no les
parece la misma; no teconocen su perfil,
no reconocen su forma. Es la misma mon­
taña, pero de otra manera, y la misma ma­
teria en fusión que expele el cráter cuando
cae en tierra y se solidifica, forma parre del
perfil del terrtno y hay que contar con ella
moral, sobre todo de los que padecen la
guerta, cuando se acabe como nosotros que
remos que se acabe, sacar de la lección y t
de la musa del escarmiento, el mayor bien
posible, y cuando la antorcha pase a otras
mano», a otro» hombres, a otras generacio­
nes, que se acuerden, si alguna vez sien­
ten que les hierve la sangre iracunda y otra
vez el genio español vuelve a enfurecer**
Li*n la intolerancia y con el odio y con el
apetito de destrucción, que piensen çn los
lk
''Conste que la guerra no consiste sólo en
las operaciones militares, ni en los movi­
mientos de los ejérchos.*ni en las batallas.
No; eso es el signo j¡ la demostración de
otra cosa mucho mas profunda y más vas­
ta y más grande, eso es el signo de dos
corrientes de orden moral, de dos oleadas
de sentimiento, de dos estados de ánimo
que chocan, que se encrespan, que ludían
el uno contra el otro, y de los cuales se
obtiene una resultante que nadie ha po­
dido nunca calcular. Nadie, nunca.
Guerras emprendidas para imponer en
el mundo la unidad dogmática, Iran pro­
ducido la proclamación de la libertad, de
conciencia en Europa y el Estatuto polí­
tico de los países disidentes de -la unidad
católica; guerras emprendidas para impo­
ner la monarquía universal, han producido
el levantamiento liberal, entre otros del pue­
blo español! guerras emprendidas para aba­
tir un militarismo, lo ban de|ado vivo, Jo
han hecho retoñar mis vigoroso y han he­
cho triunfar rma revolución social. Nues­
tras propias guerras son ejemplo de lo que
digo. V no me refiero tampoco a la estruc­
tura política oí a la» constituciones o a los
decretos que vayan a hacer los gobiernos
de mañana. No, nc» es eso; es la emoción
profunda en la moral de un pals, que na­
die puede constreñir y que nadie puede en­
cauzar. Dtspués de un terremoto, es difícil
reconocer el perfil del terreno. Imaginad
una montaña volcánica, pero apagada, en
tuyos tlancos viven, durante generaciones.
T re in ta y cuatro diputados so­
cialistas. M iles y miles de mo­
destos m ilitantes dé nuestra or­
ganización, c a í d o s heroica­
mente en defensa del ideal. En
este Prim ero de M ayo las J u ­
ventudes Socialistas os envían
su m ás encendido recuerdo.
para las edificaciones del día de mañana.
Este fenómeno profundo, que se da en
helas las guerras, me impide a mi hablar
del porvenir de España en el orden polí­
tico y en el orden moral, porque es un pro­
fundo misterio, cu este pai» de las sorptúsas
y de las reacciones inesperadas, lo que po­
drí resultar ct día en que (os españoles, en
paz. se pongan a considerar lo que han
hecho durante la guerra. Y o eren que si de
■ est» acumulación de males ha de salir el
mayor bien posible, setá con este espíritu,
y desventurado <1 que no lo entienda así.
No tclgo el optimismo de un Pangioss ni
voy a aplicar a este drama español la sim­
plísima doctrina del adagio, de que '*Nn
hzv mal que por bien no venga No es
verdad, no es verdad. Pero es obligación
muertos y que escuchen su lección; la d;
esos hombres, que han caído embravecític
en la batalla luchando magnánimamente
por un ideal grandioso y que ahora, abr¡
gados en la tierra materna, ya no tiene»
odio, ya no trenen rencor, y nos envían, con
los destellos d e su luz, tranquila y r e m o ­
ta como la de una estrella, el m e n s 3 |t
d e la patria eterna que dice a todos su>
hijos: Paz, Piedad y Perdón",
Ju ilá n Besteiro, Ju liá n Z u g a za
goitia, R icard o Z a b a lz a , Cruz
Salido, m ártires todos del So­
cialism o español, ¡la s Juventu
des Socialistas no olvidan vues
tro ejem p lo !
JULIAN
BESTEIRO
Más que ningún otro Partido Socialista del mun­
do. el Partido Socialista Español ha sido en todo
momento un Partido obrero. M uy pocos intelectuales
aportaron su capacidad y su entusiasmo, a la obra re­
generadora que para España constituía la labor te­
naz de educación y elevación ciudadana del Socialis­
mo. En la época inicial, registramos el nombre de
Jaime Vera. Más tarde, cuando el Partido era ya una
formación política escasa en número pero potente en
influencia, Julián Besteiro. El sabio Catedrático de
Lógica, es el símbolo de la aportación intelectual al
movimiento socialista español, es el ejemplo de la en­
tereza moral y política aplicada a un ideal honda­
mente sentido.
Y así unidos en una tarea heroica de muchos años
de sacrificios, de humillaciones, de persecuciones; ce­
rebros. brazos y corazones socialistas de España dan
vida potente a la organización más solvente, más
disciplinada, más ejemplar que ha conocido nuestra
Patria en muchos años: el Partido Socialista Obrero
Español.
Los jóvenes socialistas, a quienes el recuerdo de
Pablo Iglesias, de Jaime Vera o de Manuel Llane­
za, nos trae la ejemplaridad de conductas heroicas,
dedicadas a la noble misión de educar a sus compa­
ñeros, aureoladas por una vida pletórica de sacrifi­
cios y renunciaciones a la comodidad y al halago;
no tenemos de ellos esa influencia directa, proyecta­
da hacia hechos y acontecimientos en que volcamos
lo mejor de nuestro entusiasmo y lo más cálido de
nuestra pasión. Eramos apenas unos niños, cuando
tan grandes hombres del revolucionarismo creador
español, agotaron en bien de la humanidad que su­
fre. los últimos destellos de una vida activa y fecun­
da, noble y modesta...
Con Julián Besteiro, no ha sucedido asi. Porque
Besteiro ha vivido nuestra época, ha guiado nuestros
pasos en política con la sobriedad de su inteligencia
privilegiada y su entereza moral, nos ha hecho con­
mover con la expresión justa de su sentimiento de
hombre preparado que hace entrega al pueblo, de
toda su capacidad de trabajo y de todo su caudal de
emoción.
Justo es pues que en Besteiro veamos representado
los jóvenes socialistas de hoy, el ejemplo vivo de lo
que todos —movidos por un afán de superación y
una fe inquebrantable en la justicia del Socialismo—
I hemos aspirado a ser.
Besteiro, significa la fusión del cerebro con los
■ Wzos de España. Es la coincidencia del corazón, en
■ hombres de diversas formaciones, hacia un objetivo
■ fúmún que los une y aglutina en forma eficiente paI ra el logro de sus nobles aspiraciones: la superación
I de España, el mejoramiento de su pueblo, la indepenI fiencia del trabajador, el derecho ciudadano.
En nombre de él, Besteiro ocupó importantes car­
gos públicos, por serle fiel, conoció la cárcel y las
persecuciones. Por seguir rectamente la linea de una
vida ejemplar y limpia, Besteiro ocupa sitio de pre­
ferencia en el corazón de todos los socialistas espa­
ñoles.
Los jóvenes que tuvimos la fortuna de escuchar sus
lecciones, de confortarnos con su ejemplo, de estimu­
larnos con su capacidad y su sencillez, ofrendamos
nuestro más sentido homenaje a este gran español y
a este gran socialista. En fecha tan memorable como
esta del i* de Mayo, el nombre de Julián Besteiro
muerto en una prisión de Franco, tiene todo el va­
lor de un símbolo; y el recuerdo de tan ilustre com­
pañero será estímulo para no desmayar en la lucha
hacia la Libertad y la Justicia en España.
UN
GRAN
DEMOCRATA
Franklin Delano Roosevelt
Pen a honda y sincera nos ha producido el
repentino fallecim iento del Presidente de los E s­
tados Unidos. A u n cuando si m irásem os su a c ­
tuación política b ajo nuestro exclusivo punto de
españoles, a m a rg a s reflexiones acu dirían a
nuestra mente — Sum m er W elles fu é quien con
más autoridad considero como gran error polí­
tico de la vid a de Roosevelt su inhibicionismo
en el problem a español— no podemos olvidar
que en la actu al contienda en que se debate el
mundo, pocas conductas tan claras, voluntario­
sas y honradam ente dem ócratas podrían adm i­
tir com paración con el ilustre finado. T a l vez
ninguna.
Roosevelt tuvo la suprem a virtud de a rra n ­
car de su pueblo, prejuicios arraigad o s de an ti­
guo y m antenidos en el fuego sagrad o del egoís­
mo yan qui. Incorporó la nación am ericana a la
cau sa m undial de la Lib ertad y del Derecho, eli­
minó el espíritu aislacionista y acudió en defensa
de las dem ocracias contra el peligro de una E u ­
ropa nazista.
Puso al servicio de la causa de la Lib ertad ,
los grandes recursos de la potencia estadouni­
dense y contribuyó de m anera principalísim a a
la victoria aliad a que se está ultim ando en tierras
alem anas. Doblem ente dolorosa su muerte, cu an ­
to que su espíritu am pliam ente humano y p ro ­
fundam ente liberal, hubiera sido prem iado con
las mieles de la victoria que él como nadie con­
tribuyó a fo rja r. Y sensiblemente lam entable su
ausencia, pues a la hora de estru ctu rar un nue­
vo mundo, sus valiosos consejos y su exp erien ­
cia de doce años de gobernación al fren te de
su país — prim er caso en la H istoria de E s ta ­
dos Unidos— hubieran contribuido a estab le­
cer unos lineamientos en que la nobleza de in­
tenciones no encubriera el mantenimiento y lo­
gro de apetitos coloniales.
R oosevelt cubre con su figu ra gigan te, una
de las d ram áticas épocas de la H istoria de la
C ivilización. Situado, como él decía, “ un poco
a la izquierda del centro’’, supo reunir en torno
suyo toda la potencia cre ad o ra del pueblo de
Estad os Unidos. R ecogía en su visión de gober­
nante de hoy y de m añ an a, junto a las realid a­
des sangran tes de un mundo en ruinas, las espe­
ran zas cre ad o ras de un mundo socialm ente más
justo. D esde su posición política de sincero de­
m ócrata, no se podía ped ir más.
En el esp ejo de Roosevelt han de mirarse
quienes de verd ad quieran sentirse dem ócratas
y progresistas. Que su espíritu recto ilumine a
sus sucesores y sirva de ejem plo a quienes han
de estru ctu rar el mundo del m añana.
Porque somos sinceram ente dem ócratas,
— sin d e ja r por ello de ser profundam ente socia­
listas— , saludam os en Roosevelt un ejem p lo de
gobernante humano y honrado.
Con profundo respeto y adm iración, nos in­
clinam os ante su cad áver, y despedim os emo­
cionados a este gran paladín de la Libertad .