pdf Documento PDF

Una posición clara
■ 'Regílirado tomo artículo de segunda clase en la Administración de Correos de ¡a Oitcsna Central en México, D. F., el } de
R E D AC C IO N Y A D M IN ISTR A C IO N : T A C U B A . 13, Altos. Director: E U L A U O FERRER ROD RIG UEZ
E L CAMINO
Año ll-Núm. 19
México, D. F., 25 de Noviembre de 1945
DE LA
Mayo de 1944"
Precio: 1 5 ctv*.
L E A L T A D Los Jóvenes Socialistas en México estan prestos a
ERIA audacia im perdona­
ble— adem ás de inútil— que
S nos
propusiéram os hoy me'
dir o calibrar la posible reso­ obedecer la voz de sus compañeros de España
nancia histórica alcanzada, pa­
ra el común destino de la Repú­
blica española, por la triple
jornada parlam entaria que ésta
ha vivido en el Salón de Cabil­
dos de M éxico. En las finalida­
des de este com entario, sem e­
jante propósito queda descar­
tado. La tarea, si acaso, corres­
ponderá a quienes, desde la
am biciosa atalaya del futuro,
habrán de retrotraerse hasta
nuestros días para poder dictar,
con un sentido de perspectiva
del que nosotros carecem os
ahora, un juicio sereno y com ­
pleto.
Sin em bargo, no debe consi­
derarse com o una audacia el f¿-
cil pronóstico de que en ese jui­
cio, inspirado en el alto interés
de la República y España, in­
fluirá con caracteres decisivos
la posición fijada por el Parti­
do Socialista Obrero Español
en un discurso del compañero
Indalecio Prieto que, sobre el
mérito de reflejar un sentim ien­
to colectivo de los socialistas,
tuvo — así lo entendem os nos­
otros al menos— el de abrir una
brecha profunda y necesaria en
el cam po del confusionism o, tan
am orosam ente creado y nutri­
do, en la em igración, por cuan­
tos, a su am paro, gustan de con­
quistar posiciones, galopando
D. D. T.
G a la rza, co n su característico cin ism o y d esv erg ü enza , u tiliz ó la
tribuna d e las C o rtes pura a rrem eter contra los com pañ eros socialistas
q u e d esd e E spaña ex ig en e l aca ta m iento a la d iscip lin a d el Partido.
H a b ló d e los “ burócratas” . M isera b le in su lto a q u ie n e s desconocen los
d esfa lco s e n e l ju eg o d e l p oker o la am ena za de dar con los huesos en
la cá rcel por estafadores...
E l discurso leíd o por e l com p añ ero L u is A ra sq u istá in e n e l C en tro
R ep u b lica n o E sp a ñ o l ha sid o v a lien te y d e u n a claridad absoluta. S u
d e fin ició n d e los P artidos C o m u n ista s, com o P artid o s Rusos, s in ser
n u ev a , c o n stitu y e u n a verdad rotunda.
“ S eñ o re s: este T ea tro se necesita para u n acto q u e va a celebrar
e l S in d ica to d e C o m u n ic a c io n e s " . C o n estas palabras qu ed ó frustrado e l
q u e h a bían organizado los d isid en tes d e l V er a en e l P alacio d e Relias
A r te s con in terv en ció n d e N eg rin , A lv a r e z d el V a y o , R od rígu ez Vega
y G alarza.
S in em bargo, en u n diario ca p ita lin o ¡ u n a nota oficiosa declaró
q u e e l acto h u b o d e su sp end erse por resu lta r e l local in s u fic ie n te para
dar cabida a l p ú b lico . ¿ Q u é habrán d ich o los q u e, d u ra n te m ás d e u na
hora, esperaron in ú tilm e n te en las butacas hasta q u e llegó la orden de
desalojarlas p o rq u e los organizadores no “ ataron b ien los cab os"?
L a verdad es q u e , p resu m ien d o e l fracaso, tu v ieron q u e recurrir,
días d esp ués, a l p eq u eñ o S alón d e los C in em a tog ra fistas q u e n i siqu iera
pudieron llenar.
V e r sió n española d e los T r e s Caballeros: D e l V a y o , e l Pato P as­
cual; P a n ch o P istolas, A n g e l G a la rza y José C arioca, José R odríguez
A rm a tro s te , es la n u eva palabra q u e acaba d e incorporar al D ic ­
cionario d e la L en g u a e l d istin g u id o “ p ro feso r" V ic e n te U r ib e ..
I m C o m isión d e S olidaridad ha em itid o bonos por 50.000 pesos.
Q u e cada u n o d e los m ilita n tes socialistas sepa estar a la altu ra de su
deber para q u e esa can tidad se cu bra ráp id m ente.
L a s discu sio n es giran alrededor d e la bom ba atóm ica. P ero, ¿ y los
pueblos q u e a u n se h a lla n soju zgados por e l fascism o? Para ello s, la
bomba atóm ica h a co m en za d o d esd e q u e fu er o n encadenados...
NUEVA
REDACCION
En virtud de las facultades que la últim a asam blea ge­
neral de nuestra Juventud concedió a su Comité Directivo,
la nueva redacción de RENOVACION ha quedado integra­
da de la siguiente form a:
Director: Eulalio Ferrer Rodríguez.
Secretario de R edacción: Ramón Pardo.
R edactores: R afael Fernández, A lfonso G. Rodríguez.
F. Carmona N enclares y Benito Búa Rivas.
sobre ellas hacia la meta de la
insensatez. Frente a una situa­
ción de hecho, en cuyo plantea­
miento y proceso dimitió toda
responsabilidad, el Partido So­
cialista acudiq a la histórica
tribuna de las Cortes — de la
que otros se sirvieron, despres­
tigiándola, para pagar crecido
tributo a la osadía— con el ob­
jeto de proclamar, en un len­
guaje preciso y elevado, que
cualquiera de sus compromisos
actuales, adem ás de no hipote­
car el derecho a otros ulteriores
que pudiera aconsejar la recon­
quista de la República, estarán
subordinados, en definitiva, a
las órdenes y m andatos que
em anen de los órganos superio­
res del Partido Socialista en Es­
paña.
He ahí, en su aspecto más
sustancial, una posición diáfana
y trascendente, con la que los
jóvenes socialistas nos sentimos
plenam ente identificados. Posi­
ción diáfana y trascendente, sí.
Pero, sobre todo, leal. Porque
para el Partido Socialista, la
lealtad — lo saben sus enem i­
gos y con mayor razón los am i­
gos que siem pre se han favore­
cido de ella— es a su vida polí­
tica lo que el oxígeno al aire.
Constituye postulado invaria­
ble de una conducta ejem plar.
Le constituyó en los días más
difíciles de su nacim iento, cuan­
do el lum inoso espíritu de Pa­
blo Iglesias, transparentándose
en sublim es austeridades, m ol­
deaba la estructura del Parti­
do que m ayor tradición revolu­
cionaria tiene en España. ¿Por
qué no había de serlo ahora
también, precisam ente en el
momento en que la lealtad se
halla en crisis? Lo contrario, hu­
biese supuesto una adhesión a
la conjura del convencionalis­
mo. Y el convencionalism o po
drá ser ideal apetecible para
los que le han convertido en el
principio y m eta de sus afanes
políticos, no para los que de él,
en todo caso, hacen un instru­
m ento de sus supremas aspira­
ciones ideológicas.
La verdad desnuda que pone
áspero cerco al problem a esp a­
ñol, no cierra en nuestras apa­
sionadas alm as juveniles el vue­
lo de la esperanza, ni el de la
ilusión. Pero en nada contribui­
ríamos al proceso de m adurez
que codiciam os, si nos obstiná­
ramos en interpretar con un
sentido panglossiano los acon­
tecim ientos que, en lo que direc­
tam ente se relaciona con la re­
conquista de la República, do
minan nuestra vida. Las posibi­
lidades de recuperar ésta, tie­
nen que m edirse, más que c.on
el deseo, con la realidad, que
es ley fundam ental de la polí­
tica. Pensando en ella — en la
realidad— ha hablado, a través
del com pañero Indalecio Prie­
to, el Partido Socialista. Y con
el Partido Socialista, su Juven­
tud.
E l delito de la elocuencia, o el
de ser Socialista
L o s acólitos d e U rib e— e l n u ev o fan tasm a d e D em ósten es— no
con sien ten , e n sus estrechos dom inios, otro im p erio q u e no sea e l de
la chabacanería y la zafiedad. P o r eso, d óciles a u n co m p lejo patoló­
gico d e extraordinarias dim ensiones, a rrem eten ahora contra e l co m ­
pañero F ern an do de los Ríos, a l q u e no perdonan— ¡cóm o habrían de
p erdonarlo!-— , in ten ta n d o adem ás en v o lv er le con e l lodo de la in ju ria ,
su elocuen cia. E sta, para su m en ta lida d corroída por la p eq u en ez, co n s­
titu y e u n grave delito, u n a m onstruosa contradicción.
C ierta m en te, no p u ed en extrañarn os estos in su ltos d e los cam peo­
n es de la unidad. Im contrario, sí nos hubiera sorprendido. Y hasta
disgustado. P o rq u e nos p arece justo q u e q u ien es aceptan com o m odelo
d e elocu en cia los antiguos discursos de D im itro f o los nuevos de la
D olores, em parejados siem p re con los de U r ib e y M ije , carezcan de
a ptitudes para reconocer cu a lq u ier otra d e carácter superior.
Pero, en los ataques al com pañero F ern an do d e los R íos— a l q u e
acusan d e fa lta d e f e rep ublicana, de com p licidad fra n q u ista y de otras
ca lu m n ia s s e a dvierte una in ten ción clara. N o es sim p lem en te e l ata­
q u e a la elocu en cia de u n hom bre q u e d e e lla ha h ech o u n hábito de
su personalidad, forjada y desarrollada en las idea s socialistas. N o. E s
f l ataque co n tin u o y m al disim ulado, a través siem p re de sus hom bres
r ep r ese n ta t vos, contra u n P artido a l q u e nun ca se han en frentado de
cara n i con gallardía.
E n la in in terru m p id a rotación d el juego d e in ju ria s en q u e se apo­
y a la plataform a m oral y p olítica d e los Herniados com unistas españoles,
h a tocado su turno hora a l com pañ ero d e los Ríos. E s in ú til q u e la in ­
sidia dispare co n tra é l su cieno. P u ed en obstinarse en su cam paña
los periódicos co m u n istas, apoyados in clu so por e l organillo d e los d i­
siden tes d e l Jaim e V era. E l P artido Socialista, con su s Juven tudes a la
vanguardia, es u n b loq u e contra e l q u e nada han podido, ni p ueden,
los zarpazos d e la vileza.
De un me n s a j e a los j ó v e n e s
S o c i a l i s t a s de España
“ . . . Os form ulam os este m ensaje que quiere ser, tam ­
bién, y de un modo muy singularísim o, el testim onio de nues­
tro cariño y de nuestra fervorosa adhesión para todos vos­
otros, los jóvenes socialistas que, desafiando el peligro y pa­
gándole crecido tributo, habéis conseguido, con vuestra ab­
negada conducta de sacrificio, que la gloriosa bandera de
nuestras Juventudes no haya cesado de gritar su rebeldía
contra el régim en de oprobio que padece España, ni de pro­
clam ar la fe y la esperanza en el triunfo de nuestros ama­
dos ideales.
Dentro de estas breves líneas no puede tener cabida
— por su intensidad— toda la emoción que vuestro recuerdo
nos inspira. Sabed que ella es la consejera de nuestra con­
ducta en el exilio. Luchando con otras dificultades más be­
nignas, pero en forma alguna pequeñas, nosotros hemos lo­
grado también el resurgim iento de nuestras Juventudes para
que, al lado del Partido, sean dignas de su misión histó'
rica.”
(Extracto de la últim a carta dirigida por el Comité de
nuestra Juventud a los jóvenes socialistas que se encuentran
en España).
//
LA VOZ DE ESPAÑA SE OIRA PRONTO
Hablan los Socialistas de España
"El Partido Socialista Obrero Es­
pañol es una organización de hom'
bres libres en un Partido libre; que
no recibe ni acepta órdenes ni con­
signas de nadie que no sean sus pro­
pios organismos. Organizados demo*
créticam ente, cada hombre es una
opinión, no un número, y las opinio­
nes de todos, debidamente contras­
tadas, forman el criterio de la mayo­
ría que es la que manda. Sus cargos
directivos se eligen, no se imponen
ni se reparten. Nuestro Partido no tiene amo, y, por lo tan­
to, no escucha ni repite otra voz que la de sus propios acuer­
dos. Ni hacemos proselitism o con dádivas y promesas, y,
mucho menos, establecem os uniones con los enem igos del
pueblo y colaboradores del fascism o”.
(Declaración contenida en la edición clandestina de
"El Socialista”, correspondiente a septiembre último, que
circula en España).
se restablezca en nuestra Patria
Del campo, del taller, de la es­
cuela elemental, saldrán los hom­
bres capaces de luchar en el te­
rreno intelectual por el engran
decimiento de España. Hombres
que hayan sentido en su carne la
miseria del hogar y el esfuerzo del
trabajo, para que sean ellos, los
que lanzados con la catapulta del
poder creador de España, sean di­
seminados por todo el mundo, y
principalmente por América, pa­
ra que sea conocida la verdad es­
pañola y volvamos a tener el or­
gullo de figurar a la cabeza de los
países de m ayor cultura y con­
quistemos nuevamente el cariño
de los pueblos americanos de ha­
bla española y el respeto de los
que hoy nos miran con desdén,
sin tener ningún titulo que les
acredite para hacerlo.
P r o y e c c i ó n de E s p a ñ a
Proyección de España que no
puede ser en ningún momento
animado por un sentido imperia­
lista fuera de tono y época, sino
por un instinto de perpetuar nues­
tro pasado y afianzar nuestro por
venir con bases más sólidas que
hasta ahora hemos tenido en rela­
ción con nuestra supervivencia co­
mo pais transformado en una
potencia, que irradie como arma
de combate, única y exclusiva­
mente. una luminaria cultural
que nos haga recobrar el puesto
que durante siglos ocupamos en
el mundo,
Es verdad que España tiene que
europeizarse en algunos aspectos
importantes de su desenvolvimien­
to, pero no es menos cierto que
si sabemos valorar las potencias
que dentro de nuestro país pue­
dan darse en todas las ramas del
saber humano, también podemos
dar nosotros al resto de Europa un
bagaje científico y literario que
nos permita colocamos a la altu­
ra de los países que hoy figuran
en la élite de la cultura universal
La nueva generación que se está
fraguando al calor de las hienas
del falangismo, la mayoría hijos
de compañeros nuestros, sufre la
temible pesadez de un sistema
educacional estúpido y absurdo,
falseando en todo los principios
elementales de humanidad. Difícil
tarea es la que se avecina para
arrancar de esos espíritus juveni
les toda la ponzoña que se les ha
infiltrado a través de conceptos
medioevales.
Para captar a esos espiritus in ­
quietos e indiferentes a la acción
y que pueden y deben ser elemen­
tos con los cuales hemos de con­
tar para iniciar la lucha por colo
car a España en el lugar que his
tóricamente le corresponde y pa­
ra reeducar a los que padecen de
la indigestión de los de la pala­
En Amónica tenemos en pri­
mer lugar que luchar contra la brería hueca de los falangistas me.
tidos a filósofos, no hay más que
historia negra de España, fragua
da muchas veces, la mayoría, en una solución; la educación en po­
los países imperialistas, interesa­ der de los socialistas para que ese
espíritu nuevo que se ha de crear
dos en desacreditarnos por proce
dimientos bastardos, con el fin salga de los talleres y do las U ni­
único y exclusivo, de extender sus versidades.
tentáculos y apoderarse de las ri
Hay que abrir de par en par las
quezas de los países del Continen­
puertas de los centros docentes a
te Americano, desarraigando los
los más capaces y rio a los más
vínculos que pudieran unirlos con
ricos. Muchas veces se ha dicho
nuestro país.
esto, pero la trágica realidad es
Para realizar esta labor, in ­ que la República nunca lo llevó
mensa, no cabe duda, y, a la vez. a la práctica. Ahora ya no se tra­
difícil en extremo, necesitamos ad
ta de una postura de Partidnquirir una capacidad de estudio ahora es la realidad inminente la
oue nos permita compenetrarno> que impone que se lleve a su rea­
■ de los problemas más perentorios lización tan pronto la República
El Comité Directivo de nuestra Juventud, en su correo epistolar con los com ­
pañeros de la Federación de Juventudes
Socialistas de España en Francia, ha re­
cibido últim am ente de su Comisión Eje­
cutiva una carta llena de interés y de la
cordialidad que en todo m om ento norma
las relaciones entre jóvenes socialistas.
"Os expresam os — nos dicen en uno de sus párrafos—
nuestra más profunda satisfacción al com probar los exce­
lentes propósitos que os animan, satisfacción que es com ­
partida por todos los jóvenes socialistas de Francia que, co ­
mo vosotros, están dispuestos a trabajar al m áxim o para
dar a nuestra Federación la personalidad que le correspon­
de. En ese sentido cam inarem os sobre un terreno de absolu­
tas coincidencias, partiendo de la base de que las Juventu­
des deben existir y trabajar para el Partido”.
La unificación orgánica del m ovim iento juvenil socia­
lista en el exilio constituye en esta carta un m otivo de justa
atención. Y nos dicen los com pañeros de Francia.
"Vuestra posición de esperar la decisión que tom e el
Partido en M éxico para proceder en consecuencia, la consi­
deramos justa y razonable. Ese es nuestro propio criterio
y así lo hemos expuesto en cuantas ocasiones se nos han pre­
sentado”.
Lleno de interés, por cuanto constituye la voz autoriza­
da del núcleo de resistencia más fuerte y más denso que ac­
túa en España, reproducimos este m anifiesto de la A lianza
Nacional de Fuerzas Dem ocráticas que acaba de llegar a
nuestras manos.
y urgentes, con el objeto de poder
enfrentamos con éxito en las em­
presas que iniciemos.
Es necesario hacer constar que
en la España actual del tirano
Franco, existe una fuerte corriente
de inquietudes de tipo literario y
cientifico, entre un conjunto nu­
meroso de jóvenes universitarios
que están totalmente al margen
del falangismo y de todo lo que
signifique y huela a franquismo.
No es que sean republicanos con­
vencidos. Es, simplemente, que se
apartan de los moldes trazados
por los gerifaltes intelectuales del
régimen terrorista de España, y
buscan nuevos caminos trazados
por su intento de cambiar la de­
cadente literatura española, por
una de (más vigor y de persona­
lidad acendrada y fuerte.
C o r r e o de [ F r a n c i a
A l i a n z a N a c i o n a l de
Fuerzas Democr át i c as
Por José Benito Pérez
Una de las principales misiones
que le competen a la juventud en
el futuro de nuestro país, es la de
luchar activamente por lograr la
proyección de España hacia el
exterior, principalmente hacia el
Continente Americano, con el
que nos unen lazos indisolubles de
fraternidad por razón de historia,
costumbres y lenguaje.
/ /
¡ESPAÑ O LES!
Ha llegado, por fin, la hora definitiva de nuestra liberación.
Todas las maniobras políticas efectuadas por Franco, todos los
"btufs" electoreros cometidos por la Falange, todos los funambulismos interiores y exteriores a que tan desesperadamente se en­
tregó el Estado nazifascista español han obtenido el fruto que tan­
to habíamos pronosticado: PO TSD AM . Los tres jefes de las tres
grandes potencias del mundo excluyen a España, solamente a Es­
paña, de la convivencia internacional y se disponen a liquidar por
medios idóneos e infalibles el aparato político-terrorista de Fran­
co. Lo esperábamos, y si algo nos deprime, es que por lenidad de
algunos países esta decisión se haya retrasado tanto. Es inútil, pues,
que los capitostes falangistas se quiebren la imaginación bus­
cando nuevas piruetas para sostenerse más tiempo en el poder.
Es inútil anunciar restauraciones, ni dictaduras liberales, ni Con­
sejo de Regencia. Todo lo que Franco haga o intente, expresa
traición, y ni los españoles ni el mundo están dispuestos a to
lerarlo.
¡ESPAÑ O LESI
A pesar de las decisiones diplomáticas, la función decisiva
nos compete a nosotros, a los antifascistas. Tenemos que iniciar
aquí, en el solar ibérico, en medio del terrorismo franquista, la
penosa tarea de reconquistar la libertad. Tenemos que combas
tir para merecer; tenemos que, mediante un violento movimien­
to interno, facilitar la acción diplomática de las democracias. Ha
llegado el momento de la resistencia pasiva primero, y de la re­
sistencia violenta, después. Nos debemos negar rotundamente a
pagar las postulaciones quincenales de A uxilio Social, hasta re­
husar virilmente participar en los desfiles, concentraciones, elec­
ciones, saludos, etc., organizados por la Falange, y los Sindica­
tos. Nuestra violencia acentuará el miedo qtg. invade a los ase­
sinos y bandoleros del régimen. Nuestra pasividad y obediencia,
por el contrario, les da armas para, en el exterior especular con el
fervor y conformidad de nuestro pueblo hacia el régimen. La
Alianza Nacional de Fuerzas Democráticas y la C. N . T . — U.
G . T. os darán sucesivas instrucciones para que, mediante es*
caloñados movimientos de acción antifascista, le llegue el hundi­
miento definitivo al nazi-fascismo.
¡ESPAÑO LES!
Tenemos que hacer acto de presencia en la vida nacional.
Tiene que oírse nuestra voz y tiene que expresarse nuestro pensa­
miento. España no quiere prestarse a más experiencias extranje­
rizantes y caprichosas, España no quiere hacer más el "C low n"
internacional. Solamente quiere Democracia y República. Y fue­
ra de estas dos fórmulas que se conjugan en una sola doctrina
política, no aceptará nada. Pedimos al pueblo antifascista la más
suprema unidad y deseamos que junto con nosotros, con las fuer­
zas republicanas, socialistas y libertarias, se hallen todos los
núcleos izquierdistas que todavía no lo están.
La Alianza
está preparada para recoger el Poder que hoy detenta ¡legalmente la camarilla que nos desgobierna e ir restableciendo paula-
tinamente la legitimidad de las instituciones democráticas. Nece­
sitamos para nuestra compleja tarta e l apoyo máic fervtcnCay l*-.
colaboración más desinteresada de los españoles liberales, demó­
cratas y revolucionarios. Y , en especial, confiamos en las masas
que tendrán la suficiente disciplina para no actuar esporádica­
mente y sujetarse de una manera estricta a las insrucciones y
mandatos de sus directivas nacionales. Sabemos que la Falange
ha sido armada. Sabemos, también, que se preparan masacres
conra inermes prisioneros antifascistas, pero confiamos en nos­
otros mismos y en nuestra rapidez y valor para malograr tod<
las perfidias de los que perecen sin gloria ni nobleza.
¡ESPA Ñ O LES!
El mundo, al fin, se acordó de nosotros. Todos los pueblos
de Europa marcan rumbos hacia la democracia social, hada la
libertad ilimitada. La última esperanza de Franco se malogró rui­
dosamente. Las elecciones inglesas han evidenciado que Inglate­
rra admira y respeta a un hombre: Churchill; pero condena su
política de coqueteo y tolerancia con los regímenes reaccionarios
y fascistas. El triunfo del Partido Laborista, es el triunfo del
pueblo español; el triunfo, también, de todos los pueblos Ubres
y progresivos de Europa. Mister Attlee y el profesor Laski has
expresado reiteradamente su odio hacia las formas totalitarias, y
el último, en recientes y sensacionales declaraciones, firmó la
sentenda de muerte para todos los regímenes caducos y monar­
quías rosilizadas de Europa. El pueblo español, y, en su nombre,
la Alianza Nadonal de Fuerzas Democráticas saluda a los jefes
laboristas y felicita al pueblo inglés por la clara visión que ha
inspirado su decisión política. D e esta visión se beneficiará Irtgaterra primero, y todos los pueblos de Europa después. N atural­
mente, Franco y su Falange se harán laboristas y nada nos h«lbiera extrañado que el "C audillo" enviara un telegrama de feli­
citación al nuevo jefe del Gobierno inglés.
¡ESPA Ñ O LES!
La guerra ha concluido. Se está ventilando nuestro porvenir.
El pueblo antifascista, el auténtico pueblo que quiere ser rec­
tor de sus propios destinos, no tolerará ninguna clase de "chan­
tage" político, que tenga como finalidad escamotear su obje­
tivo supremo: la República. Conocemos los ruines manejos de
Franco. Pero no es con figuras politicamente muertas como se
resolverá la encrucijada de España. Solamente un Gobierno de
amplia base antifascista, compuesto por los partidos y organiza­
ciones que luchan en la candcstinidad, podrá y deberá tomar sin
transaciones de ninguna especie Ja dirección del Estado. Todo
lo demás son soluciones artificiosas que el pueblo condena y el
antifascismo no tolera. Debemos, pues, gritar nuestra opinión de
la única manera posible: mediante una demostración nacional
contra Franco y sus intenciones. Atención a las próximas con­
signas, La voz de España se oirá pronto.
¡V iv a la democracia!
¡V iva la Alianza Nacional de Fuerzas Democráticas!
¡V iva la República!
Partidos: Republicanos —
P. S. O . E. — U . G . T. — M*
vimiento libertario — C. N . T.
Eii un lugar de España, septiembre de /9yy.
ACUDIR EN AYUDA DE NUESTROS COMPAÑEROS
EN ESPAÑA Y
EN FRANCI A
DERE R, UNA ORLICACION
_____
RELATO TRAGICO
éste. En Guisen viví los últimos cuarenta
dias de la guerra y en verdad te digo que
los cuadros de terror que vi en Mantbausen
en el ¡uio 1941 no tienen comparación con
POR A L L I S A L D R A S
TU TAMBIEN...
Impresionante en su tragedia y en su dolor, nos ha llegado
desde Francia este relato de un compañero socialista asturiano,
superviviente — sí asi puede llamársele— de los horrores apo­
calípticos de los campos nazis de concentración. Le publicamos
en estas páginas como un testimonio desgarrado de la suerte que
miles de nuestros compatriotas y compañeros han padecido ba­
jo el dominio de la barbarie alemana, pero, también, como un
recuerdo del deber — del inapelable deber fraterno y solidario—
que nos corresponde cumplir a quienes, desde este cómodo y
generoso mirador de América, hemos podido sustraernos a esc
destino.
Y o en Iré en M.wlhausen el' 36 Je abril
Je 194/. hnneJiatamente, despojados Je to­
do, el traje a rayas Je presiJiario. Un nú­
mero. . Antes que yo, llegaron otros. El
mismo Jía Je nuestro arribo, me encontré
con un asturiano muy amigo, al cual casi
desconocí por to JesjiguraJo. Sus palabras
nunca se me ohiJarán, pues Jejaron en mi
espíritu impresión indeleble: "Llegamos ha­
ce dos meses. M i expedición era de quinien­
tos. Sólo quedamos treinta y Jos. Mira. ¿Ves
aquello? Es el crematorio; por allí saldrás
tú también, muy pronto. Y todos. Aquí no
se salva nadie". Aquel buen amigo, moría
días después, pagando el delito de ser RO­
JO ESPAÑ OL.
Nos levantábamos a las cuatro y media
de la madrugada. A lavarnos, y una ser­
villeta para secarnos veinticinco o treinta.
A l hacer la cama, siempre te ganabas algún
latigazo, pues, para los Jejes, siempre es­
taban mal. Medio litro de una llamada so­
pa y a formar por cerca Je dos horas antes
de salir al trabajo. Los alemanes querían
que las formaciones fueran modelo y ésto
se lograba a fuerza de palos. A las siete de
la mañana, en la cantera. Para llegar a ella,
teníamos que bajar unos ciento ochenta es­
calones que eran descomunalmente des­
iguales. Estas escaleras las bajábamos co­
rriendo, espoliqueados por los latigazos que
nos proporcionaban los mayores delincuentes
del mundo: 5 . S. y Kabos de vara. Llega­
dos a la cantera, nueva formación, ésta rá­
pida. Nos dividían en grupos de trabajo y
a ¡a faena. La misión de la inmensa mayo­
ría era cargar grandes piedras en camiones
o vagonetas; partirlas con enormes mazos o
acarrearlas de aquí para allá, sin ningún
objetivo práctico, en desproporcionadas pa­
rihuelas.
Todos los trabajos había que realizarlos
en forma apresurado e incluso para ir al
retrete tentamos que movernos a la carre­
ra. Para lograr la rapidez de los trabajos,
ios tristemente famosos Kabos de vara y
los S. S de servicio, armados de mangos
de pico, recorrían incesantemente la can­
tera, no perdiendo ocasión de maltratarnos.
Llegad'.o el mediodía, un litro de nabos,
sin grasa alguna. Y nuevamente al traba­
jo. Y los palos cada vez con más frecuen­
cia. Si le caías, te remataban o bien te re­
animaban lanzándote unos cubos de agua,
según el humor del Kabo o guardia.
No necesito decirte que de esta forma
morían todos Ios días veinticinco o treinta
hombres.
A l finalizar el trabajo — doce horas—
nos hacían subir las escaleras cargados con
una piedra cuyo peso oscilaba entre 30 ó
yo kilogramou. En ello también jugaba
pape! fundamental el humor de nuestros vi­
gilantes.
'
Los que trabajábamos en el fondo de la
cantera de la forma que te explico, nos con­
siderábamos felices en comparación con los
desdichados que se dedicaban durante todo
el día a subir piedra al campo. Bajar co­
rriendo; subir cargados con piedras de yo
kilogramos y más. Sin descansar. Siete via­
jes en ¡a mañana y otros siete por la tar­
de. Aquello si que era horrible. D e tos
que hacían esta labor, morían muchos todos
dos días. Los más decididos se lanzaban a
las alambradas eléctricas para que tos ame­
trallasen. Bastantes de los que no se aven­
turaban eran lanzados por los guardias des­
de lo alto de la escalera. Con frecuencia,
cuando había hermanos o padres e hijos,
los obligaban a matarse entre ellos.
D e regreso del lraba/o, al Ilegar al cam­
po, teníamos que hacer otra penosa for­
tales. A ¡os enfermos los mataban por me­
dio de una inyección de gasolina. A mu­
chos los ahorcaban en presencia del Campo
formado. Cuando querían hacer un escar­
miento lanzaban los perros lobos que tritu­
raban a los individuos. Algunas veces fu ­
silaban, pero muy poco, puesto que era el
medio más humano.
mación. Luego a la barraca, donde siem­
pre eras esperado por los Jefes y Kabos con
los látigos en ta mano. A l menor descuido
te la ganabas.
Nos daban medio litro de café ( ? ) , 3yo
gramos de pan negro y, según los días, un
poco de mantequilla o una especie de des­
perdicios que nuestros guardianes ' llamabau
carne de judío. Con tan suculenta cena, a
la cama. Seríamos muy felices si entonces
nos dejasen tranquilos, ya que la inmensa
mayoría de ¡as veces, a hora avanzada, le
levantaban para pasar revista de manos, ca­
beza, culo, zapatos u otra cualquiera tonte­
ría, que era el m otilo para llevar unos cuan­
tos palos y algunos encontrar la muerte.
Debo advertirle que para entrar en la
barranca teníamos que hacerlo descalzos, con
los pesadísimos zapatos de madera en la
mano. Esto, salvo error u omisión, era un
día de trabajo normal.
Y digo normal porque en un día de éstos
Ios muertos no pasarían de ciento. Ahora
bien, -con esa insignificante cifra de ciento,
n.o podían conformarse los Jefes d el Campo
y entonces sobrevenían los días de Ofensiva.
Otro dia te diré de la horrorosa vida que
daban en el Campo de Gussen No. a, su­
cursal de Mantbausen, a tres kilómetros de
Nos obligaban a realizar un ejercicio que
llamábamos "salto de la rand’, que con­
siste en ir dando saltos, con el cuerpo
agachado y tos brazos extendidos hacia ade­
lante.
El estado de debilidad, el mucho tiempo
que duraba el ejercicio y tos muchos latiga­
zos que en el transcurso de é l llevabas, ser­
vía para que en las filas se produjeran gran­
des claros.
El otro castigo, e l terrible castigo, que
nos aplicaron fué el de las duchas de agua
fría. En Alemania y Austria hace mucho
frío. Suponte un día cualquiera de otoño
0 de invierno. Entras en la ducha tiritando.
Agua ¡ría, helada. Los Kabos, con sus lá­
tigos, nos impiden salir. D iez minutos, me­
dia hora y, una sola vezr duró hasta una
hora. A la calle desnudos. ¿Cuántos caían?
¡Terrible año de 1941, para los españoles!
En este año, de la forma que te voy expli­
cando, murieron en el Campo de Manthau1 en cinco m il compatriotas. Habíamos in­
gresado siete mí!. Los dos mi! que aquel
año salvamos la vida, fu é porque tuvimos
la suerte de salir a un pequeño tomando,
en donde, aunque trabajábamos con exceso,
no nos maltrataban como dentro del Cam­
po. Otros pocos, los menos, lograron pues­
tos en las cocinas, almacenes, oficinas. Gra­
cias a estos últimos, se salvaron muchos
compatriotas, pues el espíritu de solidaridad
se desarrolló grandemente.
Nos hicimos veteranos. La ofensiva en
contra de Ios españoles decreció. Llegaron
de otras nacionalidades. Todas las de Euro­
pa. Resultado final: trescientos veinte mil
hombres muertos en Mantbausen en el tér­
mino de cinco años.
N o todos morían de la misma forma que
los españoles. A los judíos, por regla ge­
neral, los metían en la cámara de gases le­
las monslruosiditdes que durante cuarenta
días interminables vi cometer en Gussen
No. 2.
El y de mayo, un americano descendiente
de españoles, nos abría las puertas del Cam­
po. Fuimos liberados unos veinticinco mil
hombres. Muchos han muerto ya, pues cuan­
do la liberación llegó estaban completamen­
te agotados. Entre ellos, bastantes españo­
les. Un crecido número de compatriotas
está en los hospitales.-Lot que mejor es­
tamos, nunca valdremos nada.
En Francia nuestra situación no es bue­
na. Se acerca el invierno y ni tenemos ropa
de abrigo ni calzado. Ya comenzó el frío
y algunos más pasaremos a mejor vida.
La vida en Francia es difícil. Poco se
puede comprar, Todo escasea. Lo poco que
hay cuesta un ojo de la cara. Confiamos
en vuestra ayuda y solidaridad. En verdad
la necesitamos. Pero si esto fuese distraer
un esfuerzo en la lucha contra Franco, no
penséis en nosotros. Seguid adelante, con
la vista puesta en España, que es lo per­
manente y el destino final de lodos, y cuan­
do estéis allá pensad en nosotros y llevad­
nos a dormir el último sueño en nuestra
tierra, a la que tanto queremos y por cuya
libertad luchamos y dantos nuestra vida.
B. A LO N SO
LA REUNION DE LOS CUATRO
E x iste u na ciudad en F ran cia , m u y sim p ática , q u e nos recuerda
por su a m b ien te, u na d e tantas ciudades españoles. M e refiero a T o u ­
louse. Y o q u e soy viajero im p en iten te, noctá m bulo, fisgón e iconoclasta,
lle g u é a T olosa, com o d ecim os las castizas d e C h a m a rtín , y com o e l C é ­
sar, lle g u é , v i y ... m e di por enterado.
Y m e en teré d e m u ch a s cosas. Saliendo d e la estación, na; en cu e n ­
tro un b u en am igo. M e llev a a un rin cón d el ca fé donde h em os en tra­
do a refrescar y se p on e a hablar, hablar hasta q u e m e caigo al suelo y
p id o a D ios q u e p erdone m is pecados y los d e m i pobre lía la q u e tengo
e n Calatrava.
E n T olosa llev a n unos cuantos dias los q u e fu eron “ prestigiosas”
figuras “ fotog énicas” d e nuestra guerra: C am p esino, M odesto, L ister
y A n tó n . ¡Q u é conste q u e no estoy hacien do u n recuen to d e d e lin ­
c u e n te s com u n es. E so q u ed a para la D irecció n G en era l d e Seguridad.
L le v a n estos prohom bres d e la R evolu ción obrera, soldadesca y
cam pesin a, reunidos en C o m ité P erm a n en te, nada m en os q u e q u in ce
días. ¿M o tiv o s? ¡ A h , m anes d e la revolución abortada! Estos cuatropersonajes— y vean q u e esta sem ana no q uiero m eterm e con Santiag u ín p orq u e e l pobre acaba d e hacer la P rim era C o m u n ió n hace unos
días y ha recibido la ostia d e m anos d el arzobispo prim ado de A n ca n tarilla, e l cu a l conoció a C a rrillín cuan do éste, sabiendo q u e y a no h a ­
bía p eligro, se alistó a ú ltim a hora e n los guerrilleros. C o m o decía ,
estos cuatro personajes se han reu n id o para ver la posibilidad d e m o ­
v iliza r las grandes masas d e q u e disponen para declarar la guerra a
las N a cio n es U nidas.
R esu lta , según m e cu en ta este am igo, q u e e l C am p esin o, desde
q u e salió d e España lleván d ose todo cuan to a su paso encontraba en los
sótanos d e F ig u era s, se dedicó en las islas donde desem barcó con su
coh orte d e am igos, a construir u n arm a capaz d e term inar no sólo con
la T ierra , sino con M a rte, q u e es p rim o herm ano d e aqu élla . V a le n ­
tín perdió la barba trabajando. M a s h e te a qu í q u e una noche, una
banda d e C h icago, llega en u n torp ed ero, desem barca en la isla donde
e l “ Barbas” estudiaba y construía su arm a y ¡za s!, planos q u e le ro­
b an y q u e se v en d en en A m érica . T o ta l, q u e la bom ba atóm ica surge
por v ez p rim era y se com p rueba su resultado. L o s am ericanos aparecen
com o los in v en to res y com o los am os d e ella. P ero ha y q u ie n sabe e l se­
creto . Y u n b u en día. es llam ado e l in fe liz V a le n tín a com parecer an­
te P e p e e l C ochero.
E ste le am ena za d e u n cirlo a u n trineo en Siberia si no recupera
su s pla nos y los entrega para pon erlos a l servicio d e l Padre d e todos
los pueblos.
V a le n tín recu rre a sus am igos, y a h í están en Tolosa, com binando
u n a acción bélica. P ero resulta q u e a l lla m am ien to han acudido sólo e l
padre V ila r , d el Rosal, q u e d ice q u e é l va com o contable; la M o ñ o s de
B arcelona, q u e ha llegado ha ce poco de España y la in fatig a ble doña
J u lia q u e ha pedido la plaza d e la “ M a d e ló n ” , pero e n sentido invertido.
M e tu v e q u e m archar, porque a ú ltim a hora m e han dicho q u e la
Pasionaria h a sido la in v en to ra d e la “ P en icilin a*' y vam os, con q u e
h a y a n in ven ta d o la J. S. U ., la “ lín ea ju sta ” y otras zarandajas por e l
estilo , ¡ya está bien !...
D IO G E N E S
Convocat or i a
Inapelable
C ' L Comité de Solidaridad, que in“
tegran el Partido, la U . G . T .
y nuestras Juventudes, continúa con
actividad creciente su generosa cam­
paña para poder ayudar, en la mayor
escala posible, a los compañeros que
se encuentran en Francia, asomándo.
se ya a la realidad de un invierno
cruel, y a los que se hallan en Es­
paña, manteniendo en la clandestini­
dad una lucha a muerte — porque
la muerte vigila cada uno de sus pa­
sos— ■ contra la odiosa tiranía de
Franco.
Ningún motivo puede bastar para
rehuir esta inapelable convocatoria
solidaria. Todos, por el contrario,
estamos obligados a entregarla no
sólo un margen de la comodidad que
en América disfrutamos, sino un sa­
crificio, cuanto más fuerte más me­
ritorio. Muchos de nosotros, que con­
seguimos alcanzar las tierras genero­
sas de este Continente, pudimos muy
bien haber quedado allá, reclaman­
do en la necesidad la ayuda frater­
na de los demás compañeros.
Es hora, como en los tiempos más
difíciles de nuestra vida, de probar
nuestro espíritu de solidaridad, nues­
tra conciencia del deber. Miserables
de aquellos que, parapetados en su
egoísmo, no sepan o no quieran
escuchar esta voz. Sólo son merece­
dores de que les escupamos nuestro
desprecio.
Dinero, ropas, medicinas, víveres
y artículos de higiene está recaudan­
do el Comité de Solidaridad. A sus
oficinas del Centro Republicano Es­
pañol — Tacuba 15, altos— llegan
todos los días compañeras y compa­
ñeros para dejar, con sencillez y emo­
ción, su ayuda. Faltan de hacerlo
muchos más. A ellos nos dirigimos
para que se apresuren. Nuestros her­
manos en Francia y en España no
deben esperar.
Una negativa de
“Los Bocheros ”
Los compañeros asturianos organi­
zaron el pasado dia 22, en el Teatro
Arbeu, una gran función con el objeto
de contribuir al fondo de solidaridad
abierto en ayuda de los camaradas de
España y Francia. A l efecto, con­
taron con et generoso concurso de la
Compañía de Maria Antinea.
Sólo
hubo una negativa, la de "Los Bo.
c h e r o s S u conducta, contrastando
con la del resto de la Compañía, no
deja de ser significativa.
Y es que "Los Bocheros” , pródidigos en sumarse a todos los actos de
la gachupinada falangista, hace tiem­
po que ya nos han enseñado la ore­
ja. La causa republicana, si algún sen­
timiento merece de ellos es el de la
hostilidad.
Es lástima — y no para
nosotros— que hayan puesto empeño
tan especial en demostrarlcK
Tengan la seguridad "Los Bocheros" que su actitud no será olvidada.
R
E
UNA OPI NI ON
• Q U I E N E S SON
LO S T R A I D O R E S ?
Por A M A D O R F E R N A N D E Z
El compañero Amador Fernández, Presidente de la Minoría
Parlamentaria Socialista, a especial requerimiento nuestro, con­
signa en estas lineas su interesante opinión sobre el trascenden­
tal discurso político pronunciado por el camarada Indalecio Prie­
to, en nombre del Partido, durante las últimas sesiones de Cor»
tes.
Las sesiones celebradas por las Cortes republicanas espa­
ñolas, reunidas en el Palacio de Cabildo», en México, los
días siete, ocho y nueve del actual noviembre, han despertado
com entarios para todos los gustos. Los más apasionados son aque­
llos que se formulan en torno al discurso pronunciado por nuestro
compañero Indalecio Prieto. M agnífico discurso ese que irá co'
brando fuerza y resultará más vigoroso y de certera visión a me­
dida que el tiempo avance.
¿El discurso es, ciertam ente, un discurso del compañero
Prieto? Los argumentos, el vestido, es suyo. El cuerpo, la doctri­
na, la tesis sustentada, es de la Minoría Parlamentaria Socialista,
que la aprobó por unanimidad. Hablando aún con más propiedad
puede afirmarse que sus principios esenciales, la medula del dis­
curso pertenece al Partido Socialista Obrero Español, que hace
bastante tiempo deliberó sobre ella y sin que hubiera voces dis­
cordantes, dentro del Partido, la aprobó y sancionó. Entonces
compartía también los principios enunciados otro jefe de Partido
republicano, cuyo nombre no cito por el relevante cargo que ocu­
pa actualmente.
La doctrina, los propósitos anunciados no han podido cons­
tituir sorpresa para nadie. Y, muchísimo menos, significan des­
lealtad para nuestros aliados circunstanciales. Los socialistas so­
mos siempre leales en el decir y el obrar. Cuando hacemos un pac­
to con grupos afines es norma nuestra advertir cuál es el lím ite
de nuestras coincidencias y hasta qué grado puede llegar nuestra
colaboración. Esto es norma vieja en el Partido Socialista Obre­
ro Español, pero jam ás hemos dado, ni daremos, por cancelado
compromisos adquiridos sin previo aviso, sin una justificación de
las causas y concausas en las que apoyamos la rescisión del pac­
to, causas y concausas que pueden ser exam inadas por nuestros
propios aliados antes del rompimiento. Si los partidos republica­
nos supieran hacer honor a sus compromisos con igual solem ni­
dad que los mantiene el Partido Socialista Obrero Español, es
más que probable no se hallara la política republicana española
en el trance en que se encuentra.
La posición del Grupo Parlam entario Socialista, expresada
por el compañero Prieto, puede resumirse en esto:
“El apoyo más entusiasta — refiérese al apoyo al gobierno
y a las instituciones republicanas— será el nuestro en el presente,
mas no comprometemos el futuro ante instituciones que no tienen
plazo alguno para su cese. Las nimbamos con nuestro respeto, les
rendimos el homenaje de nuestra consideración, les prestamos
nuestra ayuda en el presente, para el que tampoco nosotros po­
nemos plazo, pero digo al Gobierno y al Congreso, recogiéndo el
voto de la Minoría Socialista, expresado unánimemente, que si
habiendo perdido vitalidad dichas instituciones surgiera en el
campo internacional o en el nacional otra solución digna para
restaurar la República — para restaurar la República— y Espa­
ña la aceptase, nosotros la serviremos”.
Si las circunstancias previstas por Prieto en su discurso se
dieran y nuestros cam aradas de España aceptasen la batalla,
¿quiénes serían los traidores, los que fuéramos a España para co­
laborar en la empresa de recuperar la legalidad efectiva repu­
blicana o quienes se quedasen en el extranjero amparados en
instituciones ya marchitadas y disecas? Para los socialistas, la
opción en este dilema no plantea ningún problema de conciencia.
La resolución adoptada en el interior de España es para nosotros
la válida y la que acatam os sin discusión.
Pretender, cual lo hacen algunos, plantear el problema de
República o monarquía, no es sino aspirar a seguir oscureciendo
y nublando la cuestión. El problema de República o monarquía
lo tiene resuelto en su conciencia el pueblo español desde hace
mucho tiempo. El franquismo sabe bien claram ente — parece que
mejor que muchos republicanos— que el pueblo español dictó ya
su sentencia en el sentido de que España y República son consus­
tanciales, resultando ocioso seguir con el dilema planteado ante
nosotros.
La prueba inconcusa, incuestionable, de tal convencimiento
franquista nos la da esa parodia de elecciones m unicipales que
anuncia y para las cuales limita a un cuatro por ciento el número
de votantes, compuestos de padres de fam ilia que no estén com ­
prendidos en estas o aquellas circunstancias, y disponiendo, ade­
más, que no serán válidos los votos emitidos a favor de otros nom­
bres que aquellos que hayan figurado en las listas de quienes
deberán ser los elegidos.
Conste, pues, que el discurso del compañero Prieto es la po­
sición de la Minoría Parlamentaria Socialista y el pensamiento
— 'hasta ahora no rectificado— del Partido Socialista Obrero Es­
pañol.
Otro aspecto, que también cobró cierto interés en las sesio­
nes de Cortes celebradas, fué el de los Estatutos regionales. No
es el Partido Socialista Obrero Español contrario a las autono­
mías regionales. Su conducta y su historia lo acredita más bien
como partidario de ellas. Pero lo que nuestra Minoría Parlam en­
taria dejó registrado en el “Diario de las Sesiones” y lo que asi­
mismo consignaron los demás grupos políticos era necesario co­
nocerlo y dejarlo allí estam pado. Cuando de nuevo se nos llame
para opinar respecto al mismo particular por organismos capaci­
tados para hacerlo no podrán reclamarnos más que eso a que
nuestras palabras nos obligan y podremos exigir nosotros que los
demás queden constreñidos a sus propias afirm aciones de ayer.
oí
N
a
I
O
“Cuando
sealce colectivamenk
Organizaciones Obreras y c¡a de los
España,
nues
4
^
¿Crónica Parla merita r i a?
Los burder.
R E S P O N S O Y A N U N C i residentes e
caballero
Amigo Ferrer: Hacer un comen­
tario de la última reunión del Parla­
mento Español supone para mí un en­
cargo imposible de realizar. Y o re­
cuerdo ahora, y debí recordártelo a
tí cuando me pediste estas cuartillas,
que a hacer crónicas parlamentarias
dedicaron su sapiencia y agudeza los
mejores periodistas del mundo. Que
eso de hacer crónicas parlamentarias
constituía por sí solo, y con méritos más
c|ue sobrados, una de las diversas fa ­
cetas del periodismo y, quizás, la más
difícil de todas ellas. En tiempos pre­
téritos y en España hicieron esta clase
de trabajos desde Azorin, pongámoslo
por caso para no remontarnos a tiem­
pos muy pasados, hasta una tal Mar­
garita — ¿si?, ¿no?— que, fiel a la le­
yenda, cuando pidió el ingreso en nues­
tro Partido, hizo que Saborit exclama­
ra ¡Noo!, que la asamblea dijera ¡sí!,
y oue ahora, años después, nos hace
gritar a todos. ¡Nooo!.
Los cronistas parlamentarios, perio­
distes de primera en tiempos de se­
siones, motivo de interés para los lec­
tores, de irritación para los legislado­
res, de enojo para los oradores, sé
distinguían entre sí, entre otras cosas,
por el motivo, objeto o tema que
buscaban en el Congreso. Los había
— volverá a haberlos— que solamen­
te prestaban atención a la cosa apa­
rentemente baladí, anecdótica, pero in.
teresante por lo graciosa e intencio­
nada. Uno de esos, el que quieras,
hubiera fijado su atención, en todas y
cada una de las sesiones celebradas
ñor nuestra Cámara en el Salón de Ca­
bildos de la Ciudad de México, en los
bancos de la oposición. N o porque los
bancos — ahora sillas— se diferencia­
ran de los que ocupaban los guberna
mentales, sino porque sobre ellos, des
cansando en ellos, estaba la resisten
ci.1, la audacia. la acometividad.
¿Qué habría encontrado ese cronis­
ta? Seguramente que hubiera podido
contrastar que todo eso que tanto se
anunció era cierto, ciertísimo. Efectiva­
mente, allí est:ba la resistencia. Su
Jefe, suma y compendio de todos y
de toda, siguió resistiendo. Nadie ni
nada le hizo cambiar de actitud. ¿Qué
el Sr. Giral dió algún que otro vara­
palo? ¿Qué nuestro comtnñero Prieto
apuntó alto y dió en el blanco? El
impertérrito, sin abrir la boca, excepto
para bostezar, mudo, resistía, resistía,
resistía. Ya no puede existir la me­
nor duda. Ciegos son quienes, des­
pués de lo ocurrido en las Cortes, no
ven todavía las dotes políticas del Sr
Negrín. En la oposición como en el
Gobierno, el doctor es, ya no hay quien
lo niegue, eso; resistencia, resistencia
Allí, en aquellas sillas — otrora ban
eos— , estaba también la audacia. Ga-
LOS
larza — alguien, a nuestro lado, dijo:
"este tira fuerte”— tiró, bien es ver­
dad, tiro "las patas por alto". Había
que demostrar que en cuanto a auda­
cia los resistentes tenían gran provi­
sión. El de Zamora, el ex-radical-so­
cialista, el de los guardias de asalto,
el "caballerista” a ultranza, el de las
Agrupaciones regionales, el negrinista
"dernier heure’’, el de etc., etc., "pegó
duro" •— lo volvió a decir el que esta
ba a mi lado— a Romero Solano y a
la "burocracia socialista que actúa en
España". ¡Vaya si había audacia en la
oposición! ¡Y cinismo! que, en fin de
cuentas, y en ocasiones, no pasa de ser
un grado más, aunque excesivo, de
aquélla.
Había también — ¿hay quien lo du.
de?— acometividad. N o pudieron de­
mostrarla en sus dardos contra el G o­
bierno porque Giral, sorpresa para to­
dos, pese "a sus años” , a presidir et
"gobierno de los viejitos” , pese a "su
historia’’ los dejó tambaleantes. Pero
— eso no importa— había que acome­
ter y . . . se acometió. ¿Contra quién 5
¿Contra qué? Contra la gramática, con­
tra el idioma.
Desde aquel "arma­
toste político” de Uribe, que el pú­
blico, desentrenado en su función par­
lamentaria, rió a carcajadas, hasta
aquel "andé” del Sr. Fernández C lé­
rigo, sin olvidar tampoco aquella "disyuntura” de quien — lo dijo otro que
estaba a mi lado— "por quedarse con
todo, se quedaba con las p de precep­
to, concepto, etc” . Pero esta acometí,
viciad no bastaba. Si seguían así, el
mundo — estaban presentes los corres­
ponsales de todas las agencias infor­
mativas— podría ponerla en duda. Ha.
cía falta más, ¿Qué hacer? También
Uribe dió la solución cuando, aunque
metafóricamente, blandió aquel "ga­
rrote” que, dirigido por él contra el
fascismo, hizo estremecerse, pese a la
distancia y a cuanto tuvieron que ver
y oir en sus interminables años de
servicio, a los leones del Congreso de
Madrid.
valentía histórica que su pi
ción, supone, hasta sacar de A
ciones, con aparentes razones
damento, que pueden servir di
to a las hienas que en cafés y! Dcspreclable y
tahúr:
desde hace seis años, se desay
dos los días con sendas rao
Las hondas hertizanas nos han dad
honra y decencia ajenas.
conocer las palabras que, con s
Aquel discurso hubiera p u l desvergüenza característica, se sirvi
los cronistas parlamentarios, dirigirnos desde l i más alta tribun
en la materia, sacar toda da* de la República, a la cual le eleví
ducciones. Podrían considérai! ron nuestros correligionarios zamor.
un voto condicionado — un nos, alguno de los cuales forma part
apoyo, un poco de lo otro- del tinglado burócrata que nosotre
bierno; como la denuncia pt!¡ hemos montado,
una deslealtad pára con el P ii Antes de decirle el trabajo que e
cialista por quienes — persoc la actualidad realizamos, queremos pe
tidades políticas— suscribiera ner en su conocimiento, para que n
meses antes, determinados co sufra nueva ofuscación y altere se
sos; como un llamamiento . nervios nuevamente, que la carta
lidad; como un acerado meir «has que hemos dirigido o diríjame
engaña-bobos; como un ejempitn lo futuro a los compañeros de Me
sión política.
Podrían coc^ : co, no están dirgid as a Vd. r
en fin, de cien mil manera? 1 ninguno de su calaña: son tan sóf
jl para lo que siempre fueron correli
o, si uera cronista P3-1 , g-onarios nuestros v no saltimbanqui
lo consideraría como
,
, ,‘dgo J, |j política o jugadores profesio
tancia trascendental e historié |t¡¡
c-1 fin de lo que, en realidad,
Hecha la aclaración anterior, quere
y. también, como el princij
mos encerarle de nuestras actividade:
que nada ni nadie podrá eviti
actuales. Desde luego, vaya por ade
discurso, dicho en nombre dé
1 litado la aclaración que nuestros po
Partido, fué, ni más ni mem
Jera socialistas no nos han sido otor
ponso a la II República y d|
gados en asambleas ordinarias ni er
del nacimiento de la III
Congresos con asistencia de delegade
En esa Tercera República de li autoridad franquista y ello ha si
Ferrer, volverá a haber Pí do por olvido involuntario, por no te
N o sé ahora si en sus reunios nerle a V d. a nuestro lado para qu¡
neda volverá a masticar "d nos lo hiciera observar. N o; nuestro
vez de su abandonada col iUj, poderes socialistas nos han sido otor
maríz, en los pasillos, volvei gados en extraordinarísimas asamblea1
tamos con sus cuentos y ané celebradas dónde y cómo se pudo, poi
ferentes al divorcio; pero compañeros fugitivos de la tiraní:
próximas sesiones, con todo* franquista; por correligionarios qui
lo digo, busca otro cronista diariamente exponen su vida en car
celes y pres’dios, en el tajo y en e
j q PII taller, en el campo y en la ciudad.
EL GOB) ANTE EL ]
Cosas como estas, que sólo se refie­
ren a lo pintoresco del parlamentaris,
mo, habría encontrado a millares ese
cronista irónico, burlón.
Pero otra
clase de cronistas, y quedamos antes
en que los había para todos los gus­
tos, aquellos que solamente hallaban
m. ferial para sus trabajos en las co­
sas serias, profundas e importantes,
también hubieran llenado cuartillas y
cuartillas con lo allí ocurrido. Buena
parte de ellas estaría consagrada a de­
jar constancia — y para ello nada me­
jor que no escatimar los adjetivos elo­
giosos— de la segunda intervención
del Presidente del Consejo de Minis­
tros. Lueyo. en la sesión siguiente,
el discurso de Prieto lo permitiría to­
do.
Desde resaltar la gallardía, !n
D ISC R EPA N TES
Negrín, Puche y compañía no tienen un centavo
para entregar al Gobierno del señor Giral. A Don
Juan le lian pagado el viaje para trasladarse a Méxi­
co los cuáqueros. Los SESENTA MIL PESOS que
pagó por el alquiler de un avión durante diez días
para visitar Acapulco, se los enviaron los presos de
España.
El Gobiif P11blíca en las sesiones del
R
E
N
O
II
G 1 0 N
tivamentè voz del Partido Socialista con la de las
iras y cala de los Partidos Republicanos dentro de
(Del discurso o
de Indalecio
la , nuestubligación será
c
d
e
b
Prieto ante las Cortes)
”
Los burócratas socialistas
í U N C I ((residentes en España a un
caballero de industria
valentía histórica que su pronur,
don, supone, hasta sacar de él dtd,
dones, con aparentes razones de i¡
damento, que pueden servir de ilur,
to a las hienas que en cafés y tcttul Despreciable y vil tahúr:
desde hace seis años, se desayunan
dos los días con sendas raciones
L»s hondas hertizanas nos han dado
honra y decencia ajenas.
i conocer las palabras que, con su
Aquel discurso hubiera permití lourgüenza característica, se sirvió
los cronistas parlamentarios, du| dirigirnos desde 1a más alta tribuna
en la materia, sacar toda dase d¡ ¡je la República, a la cual le elevaducciones. Podrían considerarlo a ion nuestros correligionarios Zamora
un voto condicionado — un pon nos, jlguno de los cuales forma parte
Je) tinglado burócrata que nosotros
apoyo, un poco de lo otro— al
lie
mos montado.
Memo; como la denuncia publia
Antes de decirle el trabajo que en
una deslealtad pira con el Partidt
|,i actualidad realizamos, queremos pocialista por quienes — personas
tidades políticas— suscribieron ra | ner en su conocimiento, para que no
meses antes, determinados compr sufra nueva ofuscación y altere su-,
sos; como un llamamiento a !i nervios nuevamente, que Ja carta o
lidad; como un acerado mentís i artas que hemos dirigido o diríjame,
en lo futuro a los compañeros de Mé
engaña-bobos; como un ejemplo
sión política.
Podrían conside acó, no están dirigidas a Vd.
¿ ninguno de su calaña: son tan sólo
en fin, de cien mil maneras.
para lo que siempre fueron correliY o, si fuera cronista paríame;
jionarios nuestros v no saltimbanqui.-.
lo consideraría como algo de in
, de la política o jugadores profesio
tancta trascendental e histórica, (i ,^
el fin de lo que, en realidad, ya J
Hecha la aclaración anterior, quere­
y, también, como el principio J
ros enterarle de nuestras actividades
que nada ni nadie podrá evitar *
ictvsales. Desde luego, vaya por adediscurso, dicho en nombre de A
\nudo la aclaración que nuestros poPartido, fué, ni más ni menos, el
n’rt! socialistas no nos han sido otorponso a la 11 República y el ati
fúbs en asambleas ordinarias ni en
del nacimiento de la III.
Congresos con asistencia de delegado
Hn esa Tercera República,
ift h autoridad franquista y ello ha siFerrer, volverá a haber Parlar
i por olvido involuntario, por no te­
N o sé ahora si en sus reunionesl | ncrle a Vd. a nuestro lado para que
neda volverá a masticar "chick nis lo hiciera observar. N o; nuestros
vez de su abandonada colilla, y poderes socialistas nos han sido otor­
maríz, en los pasillos, volverá) gados en extraordinarísimas asambleas
tamos con sus cuentos y anécdt celebradas dónde y cómo se pudo, por
ferentes al divorcio; pero p) compañeros fugitivos de la tiranía
próximas sesiones, con todo alí franquista; por correligionarios que
lo digo, busca otro cronista.
diariamente exponen su vida en cár­
celes y pres:dios, en el tajo y en el
taller, en el campo y en la ciudad.
Nuestro trabajo es bien sencillo y
ambicioso a la par: tratamos de crear
el clima propicio que nos permita
recuperar la República a fin de que
Vd. pueda volver a la Patria para des­
cansar de los sinsabores que le ha
deparado y los muchos más que le
está deparando la emigración en com­
pañía del desafortunado capitalista a
quien Vd. favoreció durante la gue­
rra.
Publicamos periódicos sin per
miso de la autoridad competente y
mantenemos el entusiasmo de nuestros
compañeros trabajadores y nuestros
amigos republicanos con nuestra dia­
ria labor en favor de los presos y per­
seguidos por la Falange criminal.
Valiéndonos de la clandestinidad y
aprovechándonos de las enseñanzas que
Vd. nos dió, para pago de nuestros
servicios solemos pagar con cheques
s n fondos, lo que nos resulta muy di.
vertido al pensar la cara que ponen
les banqueros al no dar con nosotros.
No queremos terminar esta carta sin
poner en su conocimiento, que más
afortunados que otras personas de .su
confianza, el resto de los depósitos
de la Dirección General de Seguri­
dad, los guardamos en el mayor se­
creto y no nos hemos atrevido a sa­
carlos de España por miedo a que los
secuestren en Barcelona como aconte­
ció durante nuestra guerra.
En la esperanza de verlo por nue;.
tra amada Patri; con el fin de recom­
pensarle sus deséelos, le saludan
Los Burócratas Socialistas
residentes en España.
Por la retransmisión:
luán Sin Mar
EL GOBP ANTE EL PARLAMENTO
A in é r i c a
España
y
'‘¡Cuántas veces hemos de
levantar la cabeza de la
cuartilla y del guarismo pa­
ra que se nos quede clava'
do el horizonte invisible de
Am érica como la España del
canto que inm ortalizó Ma­
chado!”
El compañero I uis Jiménez^dc A&úa,
presidente de las Cortes
MINUTA DE LAS CORTES
Exactamente nueve años después de
que el pueblo madrileño escribiera las
inmortales páginas de su gesta heroica,
en la capital mexicana, por rutas del
exilio generosamente acariciadas por
una hospitalidad ejemplar, se han reu­
nido las Cortes de la República — 14T
diputados— para ofrecer al mundo el
singular espectáculo de un régimen
(fue, latente en Ja conciencia duda,
daña c/ue le dió vida, sabe mantener,
fuera de la patria aherrojada, la es­
tructura de su cuerpo constitución',I.
* * *
Minutos solemnes los del dia 7 de
noviembre de 1945. A las 4.26 de la
tarde, mientras en uno de los balcones
del Salón de Cabildos se izaba la ban­
dera tricolor de la República, de la.
bios de nuestro compañero Jiménez de
Asúa, como Presidente de las Coder,
brotaron rápidas, precedidas de un l i ­
gero repique de campan •lia, las pala
bras rituales :
— Se abre ¡a sesión.
Minutos solemnes que nos hicieron
evocar ncfitellos
otros, cuajados de
dramatismo, del 7 de noviembre de
1936, cuando Madrid, angustiado por
el peligro, sólo en su lucha desespe­
rada, cerró el paso, con un diefue h u ­
mano de sangre i de valor, a las
tropas conquistadoras.
*
*
*
Fueron leídos múltiples saludos y
adhesiones de Europa y América. Por
su mayor número, sobresalieron los
procedentes de Cuba, representada perwnalmente, además, por tres de los
senadores que con mayor entusiasmo
defienden la causa de ia República. Si­
guieron, en este orden de cantidad, lot
de la Argentina.
Testimonio elocuente del espíritu
solidario de dos pueblo r hermanos que.
en definitiva, habrá de triunfar
* * *
A las 4.46 don fosé Giral — voz
pausada, serena y uniforme— , comen­
zó la lectura de su brillante declara­
ción como jefe del Gobierno. A l con­
cluirla, una hora y dos minutos des­
pués, la Cámara, con excepción de
los diputados comunistas y alguno;
disidentes, prorrumpió en un largo )
nutrido aplauso.
Había hablado la unidad contra la
farsa.
*
*
*
Fué el señor Castela o — cazador
frustrado de una cartera ministerial-—
quien primero hizo uso de la palabra.
Durante quince minutos, a veces sal­
picados de un lirismo poco generoso
habló de las aspiraciones gallegas y tuvo
para Portugal conceptos de cariñoso
recuerdo.
Se olvidó hablar de España. Quizá
olvidara el diputado gallego que las
Cortes estaban reunidas para reconquis
Zar la República.
*
*
*
El señor Cordero Bell — por res­
peto a la historia de los federales es­
pañoles no diremos que habló en
nombre de ellos— confundió el marco
solemne Je las Cortes con su habitual
tertulia de café. No es extraño que
un palabras convocaran risas inconte­
nibles. Cantó a Negrin como a un
filántropo de la política. Y les dijo
a los comunistas que dieran traslado a
Stali'n Je su amor a Rusia. Y para ter­
minar, declaró:
— Todo lo que aquí manifiesten
vascos, catalanes y gallegos cuenta
de antemano con mi plena identifi­
cación.
Fué otro olvidadizo.
No se dió
cuenta que hablaba en-el Salón de Ca­
bildos de México, el país que con más
generosidad ha tratado a la República,
antes v después de su derrota circuns­
tancial.
LA AGENCIA TASS, MIENTE
Rodríguez Vega ha desmentido una información
periodística en la que se calumniaba a nuestro com­
pañero T r i f ó n Gómez. La rectificación;, un poco
tardía, está clara. Lo que no está claro es la con­
ducta de Rodríguez Vega y compañía.
El GobierC< -pública en las sesiones del Salón de Cabildos
Lamoneda, temeroso de sus pala­
bras, las leyó. A sus nervios, les dió
un tratamiento de chicle, acaso rece­
tado por el Doctor de la Resistencia.
* * *
¿ Y Cribe? ¡Pobre Uribe! Recurrió
a las mejores armas d e 1su dialéctica
monolítica ¡y adiós gramática caste­
llana! La apuñaló por todos los cos­
tados y cuando'la creyó bien muerta
— asesinada con todas las agravantes—
descendió, impertérrito, de la tribuna
parlamentaria. ¡Había pronunciado
uno Je sus mejores discursos de ba­
rricada!
Sin embargo: sus compañeros de
minoria no lo debieron creer asi, al
no dedicarle ni un solo aplauso de los
que m'mulós antes, habían prodigado
generosamente a Lrmoneda. Dos co.
munistas de la vieja guardia que, cer­
ca de nosotros, soportaron el martirio
de Iá arenga, no pudieron reprimir el
desconsuelo de sus comentarios. D ijo
uno:
— ¡Estamos en la calle, camarada!
Y el otro, más sagaz, agregó:
— N o tiene remedio. A este Uribe
hay que mandarle a las guerrillas.
*
*
*
Y /legó la sesión más trascendental
en el orden político. El compañero
Prieto, en un discurso donde la elo­
cuencia fu é feliz compañera de la emo.
ctón, expuso claramente, con lealtad
inconfundible, la posición del Partido
Socialista. N o todos subieron compren­
derla inmediatamente. N i valorarla
con justicia. Y se produjo un receso
de diez minutos . . .
* * *
Entonces, los que hablan negado su
confianza al Gobierno, en una formi­
dable pirueta, aparentaron otorgársela,
atribuyendo desasistemia de ella a lar
palabras del compañero Prieto.
El
recinto parlamentario del Salón de Ca­
bildos tuvo que escuchar, en esta fase,
¡as cínicas palabras del aventurero Ga.
larza, cuando acusó de burócratas a los
compañeros socialistas que en España
mantienen la vida gloriosa del Partido.
Sólo una tolerancia excesiva pude
consentir estos audaces desahogos.
* * *
Don Juan, conservando la pose de
hombre importante, guardó sdencio.
Hubo un momento en que su serenidad
pareció turbarse. Doña Margarita,
acongojada, nerviosa por el discurso
que acababa de pronunciar el repre­
sentante del Partido Socialista, se acer
có al Doctor de Ia Resistencia y con
acento de impaciencia e imperativo; 1
la vez, le dijo:
— Don Juan, esta es su hora. Us­
ted tiene que hablar.
Y el señor Negrin se revolvió in­
quieto :
— A mi no me meta usted en ¡ios.
* * *
E! Gobierno del señor Giral, frente
a una oposición inconsistente y minús­
cula, recibió del Parlamento español
plena y total confianza. El Partido
Socialista la concedió con el mayor en ­
tuñasm o y sin regateos.
* * *
La República española sigue viviendo. Y E<pana con ella. Hoy, lo sabe­
mos nosotros.
Mañana, ¡o dirá la
historia.
Carias a los Jóvenes
Socialistas
Con este título, el Comité Directivo
de nuestra Juventud está preparando
la edición de un libro, para el que
se ha solicitado la colaboración de
los compañeros más destacados del
Partido que se encuentran desparra­
mados por el mundo.
Oportunamente facilitaremos otros
detalles.
Asamblea General
Ordinaria
£1 25 del pasado mes de octubre,
la Juventud Socialista celebró asamblea
general ordinaria correspondiente il
último trimestre del año en curso. Despues de ser leídas y aprobadas las
cuentas del trimestre, se pasó a dar
lectura de los nuevos ingresos que a
continuación se señalan:
Antonio Artigas Cardona, Antonio
Maclas de Mier, Estrella Ferrer Rodrí­
guez, Rosa Mendoza Fenollosa, Pilar
Mendoza Fenollosa, José Fernández
Alvarez, Manuel Latorre Salas, Rober­
to Palacios Zolayi, Alfredo Palacios
Zolaya, Julio Castaño Gabito, Encar­
nación García, Osvaldo Ruiz Zamora.
José González Talavera, Leonardo V i­
ciarte Rodríguez, Alfonso Gutiérrez
Rodríguez, Cándido B ífe ro s García,
Angel Cuétara, Juan Risques Casado,
Rafael Morayta Núñez, Teresa Cobián de Artigas, Francisco Carmona
Nenclares. Julia Crillón de Carmona
Carmen Márquez Maclas y Eugenio
Carranza Núñez.
El Comité Directivo llevó una ana.
plia Memoria de su gestión realizada
durante el trimestre, destacando la
carta que en otro lugar de R E N O V A ­
C IO N extractamos, dirigida a la E¡e
cutiva de la Federación de Juventudes
que funciona en España. Toda la ges­
tión fué aprobada.
Como último punto del orden del
día se eligió nuevo Comité Directivo,
recayendo los nombramientos en los
siguientes compañeros:
Josué Benito López, Presidente; A n ­
tonio Artigas, Vicepresidente; Ramón
Pardo, Secretario general; Eulalio Fe­
rrer Rodríguez, Secretario de Propa.
ganda; Francisco Cañizares Navarro.
Secretario de Actas; Alejandro Villa
Maunier, Tesorero; Nemesio Cubillo
Ortega, Vocal primero; Benito Búa
Rivas, Vocal segundo; y Augusto Bebel Cañizares, Vocal tercero. La M e­
sa de Discusión correspondió a los
compañeros: Jacinto Lozano, Presiden
te; Carlos Velez Ocón, Secretario pri ­
mero; y Manel Zarzosa, Secretario se­
gundo. La Revisora de Cuentas: Pre­
sidente, Manuel Albar Espallarga,
Secretario primero, Francisco Noreñia,
y Secretario segundo, Juan Risques.
*
*
*
A et ividades Deport ivas
El domingo, 11 del corriente mes,
el equipo de la Juventud, R E N O V A ­
C IO N , derrotó por el amplio margen
de 7 a o a los Su beam peones del pasido Torneo organizado por una casa
comercial, "Danubio". Este encuen­
tro hace que los muchachos de R E­
N O V A C IO N se perfilen con buenas
posibilidades de éxito en el actual
Campeonato de Eliminatorias.
Con el fin de conseguir la organiración definitiva de algunos cuadros
deportivos de la Juventud, se pone
en conocimiento de los compañeros
que practican los deportes, que se es­
tán realizando ciertas gestiones oficia
Ies para lograr disponer de autoriza­
ción para emplear algunos de los
p'rques de que dispone la juventud
mexicana. Una vez conseguida aqué­
lla, se hará saber a los afiliados para
regularizar la entrada de los que deseen
practicar el deporte.
*
*
*
Comida de Despedida
El Comité de la Juventud Socialista
ha organizado p. ra el dia ocho del
mes entrante una comida de despedi­
da a nuestro compañero Carlos Vélez
Ocón que, becado por el Instituto
Francés de la América Latina, se tras­
ladará a mediados de diciembre a la
capital francesa para ampliar sus es­
tudios. Las tarjetas pueden recogerse
en la Secretari; de nuestra Juventud.
*
*
*
Acto de afirmación
socialista
El pasado sábado, día 17 de no­
viembre, tuvo lugar, en los salones del
Centro Republicano Español, un gran
acto de afirmación socialista, que or­
ganizaron la Agrupación Socialista Es­
pañola, la U. C . T. y nuestra Juven­
tud,
interviniendo
los
compañeros
Luis Arquistáin y Trifón Gómez, cu­
yos interesantes discursos serán divul­
g a o s oportunamente.
Presidió el compañero Manuel A l­
Cuadro artístico “ Tomás
Meabe
”
El Cuadro Artístico de la Juventud,
'Tomás Meabe", ha empezado ya los
ensayos. Para dar mayor impulso ar­
tístico ha sido designado director del
Cuadro el compañero Enrique Gar­
cía Alvarez. Esperamos que la expe­
riencia de este compañero haga que
próximamente el Cuadro pueda repre­
sentar su primera obra que, como to­
das las que tiene en proyecto, será con
el fin de recaudar fondos para la
Comisión de Solidaridad hacia los
compañeros residentes en Francia.
*
*
*
Designación de Delegados
del Comité
Como Delegados del Comité han
sido nombrados los siguientes compa.
ñeros: Ramón Pardo, Delegado de
Deportes. Nemesio Cubillo y Benito
Búa Rivas, Delegados en el Grupo Fe­
menino de la Juventud y en el Cuadro
Artístico "Tomás Meabe” .
bar, quien pronunció elocuentísimas
palabras como apertura del acto.
Los Jóvenes Socialistas
de Veracruz
Nuestro Comité ha iniciado gestio­
nes para orientar y agrupar a un gru­
po j e jóvenes socialistas que se en­
cuentra en Veracruz. Es de presumir
que estos trabajos concluyan con éxi­
to, robusteciéndose así nuestro movi­
miento juvenil en México.
Comisión femenina de
Solidaridad
El miércoles, 7 del actual, quedó in­
tegrada la Comisión Femenina de So­
lidaridad.
A esta reunión acudieron
todas las afiliadas a la Juventud So­
cialista y a la Agrupación Socialista
Española en México D. F. Se eligió
la siguiente Comisión: Piedad Semitiel, Angel Zarzosa y Josefina Cañi­
zares, por la Juventud Socialista; y
Carmen Herrero, Amelia Marín y
Asunción Gracia por la Agrupación
Socialista. La Comisión ha empezado
a desplegar gran actividad y ella vie­
ne a cooperar estrechamente con la
Comisión de Solidaridad que diaria­
mente se reúne para ir esbozando
planes de trabajos para obtener una
ayuda eficaz hacia los compañeros re­
sidentes en Francia y en España.
MESA REDONDA DE LA
JUVENTUD
Con
creciente animación han
seguido desarrollándose las
charlas de controversia, organizadas por el Comité Directivo de
nuestra Juventud. Viejos y jóvenes militantes del socialismo se
han dado cita en estas sesiones, los unos para escuchar y los
otros para intervenir en ellas, en el deseo común de contribuir
a -esclarecer posiciones o inquietudes necesarias para un mejor
conocimiento de nuestras ideas.
Esperamos que nuestras próximas diarias merezcan aún ma­
yor entusiasmo. Son una tribuna libre, abierta al pensamiento so­
cialista, que todos pueden y deben utilizar.
Benito Pérez
bosquejo histórico, el compañero
Benito añadió:
LOS SINDICATOS Y SU
INTERVENCION EN EL
GOBIERNO
Si a través de estas experien­
cias hemos visto que siempre sur­
gió la necesidad de un partido p o ­
lítico que dirigiera y orientara a
los trabajadores, hoy con más ra­
zón que nunca tenemos el deber
de fortalecer a nuestro Partido So­
cialista y señalar la misión con­
creta que a los sindicatos compe­
te en la lucha política.
Jo s é
El día ig de octubre último, el
compañero José Benito Pérez des­
arrolló su ponencia, presidiendo,
en nombre del Comité local, el
camarada Fermín Zugazagoitia.
Recordó el compañero Benito
que, en 1864, el proletariado es­
De cara a España, es preciso
taba provisto de una teoría cien­
que
la dirección de los sindicatos
tífica y de una organización in­
ternacional. Tuvo que luchar con­ caiga en compañeros, no sólo de
tra la burguesía y contra el proud- probada y acrisolada honestidad,
honismo y el bakunismo, que se sino que, además, reúnan una
oponían tenazmente a la creación gran preparación para resolver los
de un gran partido de la clase problemas de los trabajadores es­
obrera. Fué Lassalle, en Alem a­ pañoles y los de España en ge­
nia, el que creó el primer par­ neral, con el fin de que los hom­
tido de la clase trabajadora, fun­ bres j e l Partido puedan plan­
dado en los principios del m arxis­ tearlos en todos los organismos de
mo, pero subestimando a los sindi­ tipo político en que tengan repre­
catos a crear la llamada “ Ley de sentación, desde el más modesto
Bronce del Salario” . En el año Municipio hasta el Congreso de
los Diputados. El Partido en la
1871 estalló el levantamiento de
acción política y la U. G. T.. dánla Comuna de París. M arx vió su
fracaso por carecer entonces la . dele su apoyo, en el estudio de
clase trabajadora de un partido los problemas fundamentales que
de lucha que se colocara a la van­ le competen.
guardia de la acción y diera las
Intervinieron, entre otros, los
directrices justas.
compañeros José Cañizares y Luis
Ampliado con otros datos este Deltell.
laciones reales, deducidos por el ri­
gor de la observación experimental.
El materialismo filosófico, para el que
"el mundo de las ideas — palabras de
Marx— , no es más que el mundo ma­
terial traspuesto y traducido en el es­
píritu humano” , y para el que "la uni
dad del mundo — palabras de Engels— , no consiste en su ser, sino
en su materialidad, la que es probada
por una larga y laboriosa evolución
de la filosofía y de las ciencias natu­
rales’, sobre ser una interpretación
científica del mundo y del pensar, es
una norma elemental de la que partir
y cuidar en todo ejercicio intelectual
El socialismo científico, su táctica en
general y sus objetivos, como el me
diato de la toma del poder por la cla­
se trabajadora, persigue un fin prin
cipal eminentemente práctico, como
tan sólo le es dable a la ciencia, cual
en este caso es contribuir a satisfacer
las necesidades materiales de la ma
yoría de los hombres, lo que en zl
sistema de la plusvalía no es posible
La charla fué presidida por el com­
pañero Ramón Pardo, secretario gene­
ral de la Juventud, y al final de ella
hicieron uso de la palabra los com
pañeros Lobera y Lacambra, que no
manifestaron
ninguna
discrepancia
sustancial con la tesis mantenida pot
el ponente.
Paulino Romero
"S O C IA L IS M O Y O R D E N
P U B L IC O "
El pasado día 2 de noviembre, fué
ponente de este tema, conforme se ha­
bía anunciado, el compañero Paulino
Romero. La presidencia de la charla es­
tuvo a cargo, en nombre del Comité
de la Juventud, del camarada Benito
Búa Rivas.
Un Estado socialista debe, por prin­
cipio, repudiar todo sistema de repre
sión que signifique desdén para la
dignidad humma— , afirmó el com
pañero Paulino Romero. Agregando
Ha de acabar absolutamente con el
atropello, con el maltrato de obra
o de palabra, con los despreciables
sistemas de confesión, con las horroro­
sas prisiones, con la injusticia.
El Es­
tado cuenta con suficientes medios de
averiguación de la verdad
para su
defensa y la de sus ciudadanos, y si
no los tuviere debe crearlos. Tiene el
Estado, durante la investigación y dic taminación de un delito, los mejores
naipes de L baraja, y es burdo, grosero, que para ganar la partida use de
una estaca escondida bajo la mesa para
utilizarla cobardemente
oportuno.
en momento
¿De qué puede servirnos
asegurar que somos los mejores para
derribar al contrincante si utilizamos
sus mismos vituperables procedimien
tos?
Charlas de
Alfonso G. Rodríguez
"L A C IE N C IA Y EL M A R X IS M O "
controversia
(TERCERA
SERIE)
30 de noviembre de 1945.— “El Partido Socialista y la Ju­
ventud Universitaria”, por Carlos V élez Ocón.
14 de diciembre de 1945.— “Orígenes psicológicos del fas­
cismo”, por José Loredo Aparicio.
4 de enero de 1946.— “El Partido de ayer y el de m añana”,
por José Fernández.
18 de enero de 1946.— “Filosofía m arxista y revisión de doc­
trina”, por José V ila Cuenca.
1 de febrero de 1946.—•“ Versalles y Berlín”, por Amos Ruiz
Lecina.
El día 26 de octubre último, ocupó
la tribuna de nuestra Mesa Redonda
de la Juventud, el compañero Alfonso
G. Rodríguez, con el objeto de desa­
rrollar el tema que se anuncia en
el epígrafe.
Fué una disertación interesantísima.
En una de sus partes medulares afir.
mó:
I as relaciones que entre el marxis­
mo y la ciencia pueden establecerse
son varias.
En primer lugar, el
marxismo es una ciencia, y ciencia am­
plia, cuyos métodos, entre ellos la con.
cepción materialista de la historia, per­
miten estudiar los fenómenos econó­
micos-políticos con el máximo valor
que da el conocimiento de datos y re­
Hicieron uso de la palabra, después
el compañero
Lccambra quien dijo
que la palabra castigo, por definición
inmoral, debe prescribirse del código
socialista. Para evitar un delito d el*
prevenirse antes.
El compatriota Grandizo, intervino
por entender
que debe crearse un
cuerpo coercitivo capaz de defender al
Estado socialista de sus enemigos de­
cíase, dedicándose secundariamente a
atender los delitos comunes que no
tienen razón de ser en un Estado
socialista.
El compañero
Amos Ruíz recono­
ció la existencia de hombres malos,
contra los que el Estado socialista de­
be actuar enérgicamente.
El compañero Romero dió cumplida
respuesta a todos.
E L MADRID HEROICO DE NOVIEMDRE DE 1936
ES E L
S I MD O L O D E N U E S T R A
IEjTT A M P A / IDE E aV E E jf ¥ A
Hemos recordado, en estos últimos días, la epopeya glorio­
sa del pueblo de Madrid, en noviembre de 1936, cuando con su
sangre confirmó su derecho a la capitalidad de España y de la
República.
La Junta de Deíensa
La existencia de la Junta de Dejensa
está asociada a los dias más apretados de
contra las am as automáticas de los inva­
sores una masa humana que desconcertase
sus planes y contuviese, en espera de la
llegada de refuerzos prometidos, Ia inva­
sión de la ciudad. La voluntad de defensa
mática que fuese, era obedecida sin tem­
blores. A los sesenta años habla hombres
que formaban entre los de su oficio, aten­
tos a la orden precisa para encaminarse
a la Casa de Campo o a! barrio de Usera.
Como a uno de estos viejos trabajadores
le pidiesen Ios más jóvenes del taller que
volviese a su casa, mirándolos de frente
los paró en seco: "Dejadme en paz cum­
plir con mi deber. A la hora de morir, a
nadie-, le cuentan los años". Y
volvió a
H
I
I
S
T
O
UNA
R
acurrucarse en la butaca del Teatro donde
el Sindicato tos había concentrado, preten­
La Resistencia
diendo adormilarse hasta que sonase el to­
que de marcha. El ambiente general era de
obediencia. Salvo para un soto mandato:
el de evacuar I- ciudad. Este fu é el único
illa y de noche. Los ruidos de la batalla,
sacrificio que Ios madrileños se negaron
sistemáticamente a hacer. Se conjugaron to­
dos los recursos, los coactivos y los suges­
tivos, sin que ninguno de ellos diera resul­
tado. Madrid, con sus riesgos y lo escaso
de. su racionamiento, seguia siendo un pue­
blo habitable.
JU L IA N Z U G A Z A G O IT IA
tibilidttd, constituían un punto de referen­
Hace unos días que, en el salón de actos del Centro Re­
publicano Español de México, rebosante de público, pronunció su
anunciada conferencia — "La verdad sobre el Consejo Nacional
de Defensa"— el compañero Carrillo. Tratando de resumirla,
comenzaremos por manifestar que el conferenciante se limitó a
exponer sencillamente, y sin filigranas, pero con todo lujo de de­
talles, los antecedentes, el origen y la gestión del Consejo N a ­
cional de Defensa. A decir verdad, no se precisa saber más que
cuanto Carrillo dijo con palabra sincera, para afirmar que el
Consejo fué una dolorosa necesidad, consecutiva a la acción re­
torcida y criminal del Partido ruso en España, como diría nuestro
ilustre compañero Luis Araquistain; una dolorosa necesidad ges­
tada por el instinto de conservación de los partidos políticos y
•rganismos sindícales genuinamente españoles y democráticos, que
■ o se resignaron a ser echados por la borda de un barco estatal en
naufragio, y condenada al fracaso por la oposición armada de
algunas unidades militares stalinistas y las últimas maniobras del
Gobierno Negrín.
darrama nos tos acercaba, no podíamos evi­
tar un sobresalto. Los más valerosos abrían
DE
CARRILLO
Zona— , la del Comandante M ilitar de Cartagena y la de otras
personas que ejercían cargos políticos o militares de importancia
análoga, por individuos sometidos a la disciplina del Partido ru­
so de España o por elementos de otros partidos que servían los
intereses del ruso, lo que para el caso daba lo mismo; convierte
en general a un coronel de milicias, llamado Modesto, militante
destacado del Partido Comunista y hombre poco afecto a decir
púbicamente su apellido, asciende a los tenientes coroneles de mi­
licias Lister, "Campesino", Tagüeña, Galán, Rodríguez, etc, to­
dos de filiación stalinista; habla seriamente de dc-stituír a las
autoridades civiles y militares que no sean comunistas, para em­
plear un eufemismo al uso. . . Pero antes de que lleve a la prácV
tica todos sus vastos proyectos de gobierno (¿), surge el Consejo
Nacional de Defensa.
La constitución de dicho Consejo — integrado por delega­
ciones de todos los partidos políticos y organismos sindicales del
En efecto, agotada toda posibilidad de concordia en el seno
del Frente Popular, a principios del mes de marzo del treinta y
nueve se rompió para siempre la ficticia colaboración que los re ­
presentantes de los partidos y sindicales de la zona Centro-Sur
en dicho malhadado instrumento político venían manteniendo
con los afiliados al llamado Partido Comunista de España. La
necesidad de tal ruptura ya se había puesto de manifiesto ante­
riormente, y en repetidas ocasiones, al tratar de conseguir que los
modo hay que llamarles—
dejarán de
N egrín y la rebelión armada de algunas unidades militares so­
metidas a mandos stalinistas. El fracaso de c-sa rebelión, conteni­
d a en pocas huras, induce al Comité Central del Partido ruso a
publicar, el día doce de marzo, un manifiesto que, entre otras
cosas, dice lo siguiente: "Hemos conocido los acuerdos del Con­
mos políticos y sindicales tenían en unidades militares manda­
das por aquéllos. Sin embargo, a costa de grandes sacrificios,
aparentando incluso el desconocimiento de crímenes horrendos,
diciones, no sólo abandonamos toda resistencia al poder const­
Frente al patriotismo, mil veces probado, de socialistas, re­
SIMILITUD.
Un parecido demasiado exacto no podia
resultarnos conveniente. Corríamos el ries­
go, en el mejor de los casos, de perder un
tiempo valioso. Las evocaciones patrióticas
del chispero y la maja, prodigadas en las
paredes, comenzaron a operar psicológica­
mente demasiado a Io vivo. El ánimo po­
pular se dispuso para una defensa de la
capital con arreglo al modelo de 1808. La
barrio de Argüelles.
Hubiera preferido no asomarme a él, des.conocer su actual tristeza y conservar la ilu ­
sión de que no habla perdido nada de aquyl
carácter propio que lo hacía admirable: la
alegria de su mercado, con su olor a mar
y huerta; con la fantasía popular de bisuteros y quincalleros; con los mercaderes
de paño y sedas de chopo y con su poco de
briba y engaño. Con sus tubernillas que acen­
draban una cocina madrileña de estojados
y frituras, para cajistas de imprenta y fun­
cionarios de Hacienda.. .
¡MADRID!
Cuna de gentes hidalgas,
arqueta de mil romances,
castillo entre los castillos,
ciudad entre las ciudades,
crisol de adversidades,
ventanuca y el tejado, con el agua hirvien­
do, a jaita de aceite, comenzaban a valo­
rarse como recursos militares de impoderable valor. Habla un motivo serio para alar­
marse de semejante desviación romántica.
Santa y buena aquella tensión colectiva, pe­
ro siempre q.ue no se malemplease en accio­
palestra de sacrificios,
tus glorias, corazón del mundo,
que las pregunten al suelo
y a las hierbas de tus calles
nes ineficaces. Estas no podían ser más
visibles y tangibles. Vállehermoso arriba y
Cuatro Caminos abajo, ¡as entradas y sali­
das de las calles presumían de su barrica­
da. E l vecindario no tomó en cuenta la exis-
¡Madrid, Altar, escudo, bandera!
donde tus muertos reposan
un sueño de eternidades.
¡Glorioso Madrid de mis entrañas!
¡O rgullo eres de la Humanidad entera!
¡Oh invencible Madrid de nuestra España!
F .M .I.
Frente Popular, excepción hecha de las correspondientes al Par­
sejo Nacional de Defensa sobre las condiciones de una pacifi­
los componentes del Frente Popular decidieron no hacer pública
irado en el centro de la ciudad. Comprob.tdo ¡el error, las ventanas volvían a ce­
rrarse y continuaba el trabajo, lamentando
la lentitud del tiempo... Cuando agotamos
¡a primera semana de la resistencia, se nos
pidió que hiciéramos cara a la segunda en
las mismas condiciones. Bien; sea, contes­
tó Madrid. Y con los dientes cerrados, bus­
cando energías morales y materiales, se dis­
puso a cubrir con sólo sus medios, altos
siete días largos. . .
tido ruso— determina el abandono de-España por el Gobierno
hacer propaganda sectaria en el Ejército y se abstuvieran de se­
guir asesinando por la espalda a los hombres que los organis­
su incompatibilidad con el Partido ruso de España, a fin de que
c-l pueblo, el heroico pueblo español, continuase creyendo en la
eficacia de aquel falso y fatídico aparato político. |Todo en vano!
tá batida!" Los avisos conminatorios reso­
naban constantemente: " ¡ A l suelo, pronto,
a! suelo!" En esos casos no tardaba en
oírse primero el silbido, luego la explosión
del proyectil.
Fué mi última, inolvidable, visión del
cia para el peligro. Si el viento del Gua­
CONFERENCIA
A llí mismo, donde los vendedores calle­
jeros, atrincherados en sus tenderetes, ca­
lentaban la temperatura de la calle con sus
pregones m últipla y sus acentos turrados,
la Muerte, en señal de regocijo por su vic­
toria, habla ajilado el acero de su guadaña
en et pavimente), levantando una estela de
fuego y dejando en las piedras una huella
negra. Cosecha de criaturas y de árboles,
de vidas humanas y de vidas vegetales. ¡C ó ­
mo acentuaban la tristeza del barrio el tron­
co roto de tas acacias bombarde,i d a s E n
algunos tugares, los railes del tranvía, reorados, tenían un gesto de violencia y de
crueldad.
Calle abajo, con ruido de tren de lami­
nación, iban, pesados, los tanques republi­
canos. Muchachos apostados en Ias esquinat,
familiarizados con los escenarios, campesi­
nos o urbanos, de ¡a guerxa, avisaban con la
palabra y el fusil: "¡CuidadoI ¡La calle es­
a los que ya teníamos acostumbrada la sen-
A
WENCESLAO
comunistas — de algún
Por
El instinto, en tensión permanente. De
esos dias stis ventanas, creyendo, a /uzgar
por la proximidad de tas explosiones, que
el enemigo había noto las lineas y pene-
ligio atrás. Románticas llamamos aquellas
barricadas, y eso cían; pura evasión román­
tica a una cruel realidad de ametraiUdoras. morteros y aliones.
El barrio de Argüelles
Julián Zugazagoitia, asesinado precisamente en un día de
noviembre, dejó escritas, en homenaje de Madrid, admirables
crónicas. I.as estampas que a continuación reproducimos forman
parte de una, en donde no se sabe qué admirar más, si su fino
estilo literario o la honda omoción que refleja.
Madrid. Aquellos en que se dió orden de
movilizar todos los oficios, buscando lanzar
era tan recia que toda petición, por dra­
ESPAÑA
leuda de! Cuerpo de Ingenieros. Desem­
pedró a su gustes y construyó a su , tilo.
Exactamente igual, por supuesto, que medio
cación interior que descartan toda idea de represalia. En esas con­
itu id o , sino que los comunistas en el frente, y en la retaguardia,
en los puestos de trabajo y de lucha, seguirán dando a la patria,
como hasta ahora, con su sangre y su vida, el ejemplo de su ab­
negado sacrificio y de su heroísmo y disciplina".
Así la situación, el Consejo, carente de víveres y municio­
nes, entre otros motivos, porque el Gobierno Negrín cortó toda
publicanos y libertarios alzábase, cada día más amenazadora, la
codicia sin freno de los agentes dc-1 Estado ruso en España. Sólo
relación con los proveedores de alimentos y ordenó la venta del
atenta a sus fines bastardos, la vanguardia del paneslavismo en
nuestra patria acordó que el momento de asaltar el Poder sería
aquel en que el Gobierno N egrln completamente entregado a ella,
pisara tierra de la zona Centro-Sur. Y es por eso que en el úl­
timo acto público del impropiamente llamado Frente Popular,
aek-brado en el Teatro de la Zarzuela de Madrid, un tal M en ­
tid — elegido diputado como socialista y por aquel entonces miem­
bro activo del Partido ruso en España— -, sin respeto alguno para
nuestro representante en el acto, rompe e l fuego de la discor­
dia al atacar torpe y groseramente la figura prócer de Francis­
co Largo Caballero. Y es por eso, también, que pocos días des­
pués el Gobierno Negrín, en continuo movimiento para evitar
todo posible tropiezo con los componentes del Frente Popular
de la zona Centro-Sur, decreta, "en un lugar del frente ', la subs­
titución de nuestro camarada Piñuela — Comisario General de la
Unidos, semanas antes de abandonar España; así la situación,
material bélico que la República acababa de adquirir en Estados
decíamos, c-l Consejo sólo aspira a obtener una paz decorosa e
incruenta de los triunfantes facciosos. Eñ tal sentido, inicia ges
tiones que el enemigo quiebra sin previo aviso y anuncia que el
único camino de la paz es el de la rendición incondicional. Con­
sumada ésta, algunos, muy pocos compañeros, logran salir de Es­
paña; la mayoría tendrán que quedarse allí esperando, inermes, el
suplicio, la cárcel o los trabajos forzados.
He ahí, resumida al máximo, la conferencia que, tejida con
tristes verdades, pronunció hace días en e l Centro Republicano Es­
pañol de M éxico nuestro camarada Wensceslao Carrillo. Sólo quien
se obtiene en desconocer su verismo trágico, puede seguir cre­
yendo que los stalinistas españoles son dignos de nuestra amistad.
UN A N I V E R S A R I O
GLORIOSO
España entera, la que peregrina
fuera de ella por distintos cam i­
nos del m undo y la que, dentro su­
fre la tiranía y vive en la esperan­
za, ha recordado en estos días la
gesta incom parable del Madrid
glorioso del 7 de noviembre de
1'936 y a su pueblo singular que,
una vez m ás en la historia, com­
prometió con su sangre el derecho
a la capitalidad de España.
Lo hemos recordado con em oción. Sobre todo nosotros,
los jóvenes socialistas, que tantas vidas aportamos a la de­
fensa de la invicta capital. A llí cayeron muchos de nuestros
com pañeros, con fiebre de heroísmo, unidos a aquellos vete­
ranos inolvidables de los Partidos y los sindicatos que quisie­
ron olvidar sus años, y muchos sus canas, para acudir a la
cita del peligro y de la muerte.
Bastaría el recuerdo de Madrid para que muchos flacos
de memoria y de moral recobrasen el espíritu perdido. Por­
que Madrid es una eterna hoguera de fe republicana que
Franco no ha podido apagar y que el tiempo, en el curso de
la historia, la avivará cada día más como una de las jorna­
das que con mayor fuerza enorgullecen a España.
B enoyâc/o n
UNA E N C U E S T A
¿Cómo ve usted el porvenir
de los jóvenes socialistas
españoles?
0 p i na M A N U E L A L B A R
Con la pregunta que se reproduce en el epígrafe, R E N O V A ­
CIO N inicia, desde este número, una interesante encuesta en
tre los militantes más destacados del Partido Socialista con el
objeto de conocer su criterio en punta a tan trascendental inquietud, de modo que sirva a los jóvenes socialistas de paita
en la conducta.
El compañero Manuel Albar, secretario de la Agrupación
Socialista Española, pluma brillantísima y valor sólido del movi­
miento socialista, responde a nuestra encuesta con los siguientes
conceptos:
De igual manera que ca­
da veneno tiene su triaca,
rara es la desgracia que no
ofrece alguna com pensa­
ción. En m edio de las infi*
nitas desventuras que echó
sobre nosotros, la guerra
española habrá tenido pa­
ra todos, pero especialm en­
te para los jóvenes, una
, virtud : nos ha hecho cono­
cer por impresión directa
el mundo, cosa que antes,
oara muchos españoles, no
hubiera sido fácil. Creo
que para los jóvenes tiene
un gran valor esta expe­
riencia- sobre todo en ins­
tantes en que el mundo es­
tá sufriendo una transfor­
mación hondísima que só­
lo los miopes dejarán de
ver. Una peregrinación
por el mundo, especialm ente cuando no es voluntaria, sino
impuesta, enseña mucho. Enseña a querer a los demás p aí­
ses, pero también al propio. Este es nuestro caso. Las gene­
raciones de los hombres que estam os ahora en edad más o
menos madura hemos recibido la herencia derrotista que nos
legó el desastre de la Regencia, con la tragedia del 98, ins­
piradoras de una literatura que ha rebajado hasta lo ín­
fim o — por exceso de sentido crítico, virtud de la que el
español abusa contra sí mismo— nuestra valoración como
país. Espero que los jóvenes de hoy- sobre todo si son so­
cialistas, completen el proceso de rectificación mental que
desde hace unos cuantos años se está operando en nosotros.
Yo podría repetir ahora esa gansada solemne que algunos
graves varones suelen repetir: “El porvenir es de los jóve­
nes”. Claro. Desde que el mundo es mundo ha sido así, que
yo sepa. Lo extraordinario sería que la vida retrocediera.
Pero ese es un mecanismo cronológico que no tiene nada
que ver con el valor espiritual de la juventud. La juventud,
por sí misma, no vale más ni menos que la senectud o la in­
fancia. Jóvenes eran los que en Italia y Alem ania le dieron
auge al nazifascism o. Jóvenes eran los que en España se ads­
cribieron a la Falange. Si yo expreso mi fe en la Juventud
es porque pienso en una Juventud que haya asim ilado las
ideas socialistas — sin dedicarse a enseñarlas, que es cosa
de viejos— y el hondo sentido humano y liberal que debe
buscarse en ellas. Una Juventud así es la única que puede
tomar en sus manos los destinos de España y revalorizarla y
recrearla, empresa que nosotros no hemos sabido ni podi­
do hacer.
V i b r a c i o n e s de
Con evidente deseo de subestimar
lodo conjunto de fuerzas ajenas al
' control de determinadas fracciones po.
Uticos, va surgiendo en la emigración
una señalada tendencia a restar, cuan­
do no a negar, importancia al movi­
miento clandestino de nuestro pueblo.
Se está señalando, con perfiles da.
rísimos, la contradicción entre lo que
ESPAÑA
Se dice sentir: fé ciega en el pueblo
español, y aquello que dia a día se
insinúa con la aspiración de que lle­
gue a cuajar en la conciencia políti­
ca de los expatriados: la ínfima y des.
labazada acción agresiva de nuestros
compañeros en España.
Los nuevos teóricos, de la polític ;
y de lo militar, sienten el desmedido
afán de señalar rutas a los que en Es­
paña disponen de la capacidad de or­
ganización necesaria para dar al traste
con el régimen franquista. Ignoran,
o pretenden ignorarlo, que el sentido
constructivo de tas masas laboriosas
españolas no está pendiente de sus
orientaciones,
muchísimo menos de
sus órdenes y de sus correos.
Las masas trabajadoras de nuestro
•‘Exigim os «le estos am igo s-se refiere a los com unistas
españoles - que declaren disueltas las J. $. II., ya que al
faltar la aquiescencia de los Jóvenes Socialistas, no puede
hablarse de tal unificación” a(.Dt\
n d de Septiem bre de 1945
pueblo, encuadradas en la Alianza D e­
mocrática Española a través de la
U. G. T., P. S. O. E. y C. N . T.,
han considerado, como base indispen­
sable para llegar a producir acciones
de conjunto, colectivas, el restaurar
el mínimun de organización política
y sindical sobre la que puede fundar­
se la acción de los guerrilleros.
Esta gran verdad han sido nuestros
compañeros en tos montes los prime
ros en comprenderla. Ellos — de los
que aún no llegó a tener conocimien­
to directo, a pesar de sus muchos
"enlaces", destacada figura de la emi­
gración— han comenzado por reorga­
nizar cuadros del Partido, U. G. T
y juventudes, pensando que de la mis­
ma forma que es elemental disponer
de un instrumento de relación con los
emigrados, con el exterior, lo es el
tener los puntos de apoyo, los enlaces
interiores que hagan efectivo el traba­
jo clandestino.
A sí se explica que en reciente in ­
forme de una Federación Provincial
Socialista engarcen el movimiento po­
lítico y sindical ya reconstruido cotí
la posibilidad de acciones ofensivas
para el futuro, terminando diciendo
"puliendo cariñosamente las armas
para jugarse la vida contra la guardia
civil, los moros y los falangistas, es­
perando el momento en que se nos dé
la orden de emprender la ofensiva a
fondo contra el franquismo, sincronizarulo nuestro trabajo con el resto del
territorio nacional y con el exterior".
El carácter de las guerrillas estará
determinado por el tipo de organiza­
ción política y sindical en el que se
puedan apoyar. Sin núcleos políticos
y sindicales, verdaderos auxiliares,
podrá haber millares de compañeros
en los montes, animados de un espí­
ritu y acción defensiva ante los ala.
ques del enemigo, pero no podemos
afirmar que prácticamente existan las
guerrillas.
Si para luchar contra Franco es
indispensable la guerrilla en su más
clásico sentido, como linea, partida o
grupo que hostiliza, rompe las prime­
ras escaramuzas o acosa al enemigo
para la existencia de las guerrillas es
imprescindible la organización polí­
tica y sindical en todo conjunto de
población encuadrada en el radio del
trabajo.
Aquellos que son tan generosos de
la sangre de los demás como parcos
lo son de la suya, olvídense de habla'
para la galería y no interrumpan a
los que por representar el sentir de
las masas españolas, piensan y actúan
en cumplimiento de sus obligaciones,
para dar a nuestro pueblo los medios
de trabajo que te son básicos para d e­
rrotar a Franco.
URGENTE
El señor G alarza, a quien todos suponíam os en su resi­
dencia natural de la Penitenciaría, acaba de reaparecer en
público durante el acto organizado por los disidentes. ¿Lo
sabrá la policía?
La guerra no ha terminado como
pretenden hacer creer a los pueblos los
hombres "excepcionales". Es más, no
ha terminado ni posiblemente termina­
rá, porque en nuestro actual mundo so­
cial-económico, la guerra no es un fenó­
meno excepcirtnal, es un fenómeno co­
mún. Tan común como puede ser que
los mamíferos lacten de su madre, o que
la presencia del Sol ocurra en el pe­
riodo de horas que hemos dado en llamar día.
D e 1914 a 1918 tropezó el hambre excepcional capitalista
— los políticos al servicio de los truts y monopolios, los amos y
señores de éstos, interesados en el desarrollo imperialista, los
militaristas y algunos servidores más— , con esa gigantesca pie­
dra, de la que ya tenían conocimiento y con la que insistentemen­
te seguirán tropezando a no ser que las cosas cambien.
La primera guerra mundial, primero a su vez de los gran­
des encontronazos, manifestó con tal claridad el carácter des­
vergonzado e inhumano de los intereses que al provocarla se
nutrieron de ella; causó tanta miseria entre los pueblos y pro­
dujo tal número de víctimas, que el animal excepcional que ha­
bí,- llevado a la humanidad por ese sendero de tropiezos, se es­
pantó o fingió espantarse. Se gritó que vra la última guerra, que
lo sucedido era una anormalidad a la que forzosamente se recu­
rría, bien para acabar con el Zar y el despotismo del látigo, si
hablaba un ciudadano excepcional de los imperios centrales; bien
para extirpar el prusianismo bárbaro y feudal, si el que se expre­
saba era un ciudadano excepcional aliado.
Pretendiendo equilibrar la miseria, el dolor y la muerte, pro­
mesas, infinidad de promesas se hicieron a los pueblos. A medida
que las situaciones se hacían más criticas, las ofertas extremaban
su valor ideal. El mundo, una vez ganada la guerra — hablaban
lo mismo los unos que otros— , sería un paraíso. Trabajo bien
remunerado para todos, libertad de comercio, igualdad de de
rechos, libre determinación e independencia para todos los pue­
blos, la Ciencia y la técnica al servicio de la humanidad, etc.
Terminó la primera guerra mundial augurando con su fin, de
creer a los hombres del capitalismo, la llegada de la tierra pro­
metida. Versalles comenzó a desgarrar el falaz mito de las pro­
mesas. La historia del mundo de entonces a hoy deja perfecta­
mente remachado el clavo. La* promesas se desvanecieron a
golpes de realidad, y la paz prometida, paz con libertades políti­
cas, igualdad de derechos, independencia, trabajo y abundancia,
no llegó nunca.
D e 1918 a septiembre de 1939, los años son las cuentas de
un negro rosario, en que lo llamado anormal alcanza la normali­
dad. La excepción, presente a diario, se impuso como hecho co­
mún. Los veintisiete sucesos de violencia y guerra que a continua­
ción se relacionan ¿pueden permitir a nadie demostrar que la ma­
tanza organizada entre los pueblos es extraña al sistema capitallista ?
En 1919: Intervención de la Entente contra la Rusia Sovié­
tica. Cruzada contra la Galitzia oriental. Ocupación de Vilna por
Polonia. Golpe militar de D ‘Anuncio en Fiume. Guerra en común
de Rumania y Checoeslovaquia contra Hungría.
En 19Z0: Guerra polaco-soviética. Intervención japonesa con­
tra los Soviets.
En 19J1: Insurrección de Kortanty en la Alta Silesia.
En 1923: Guerra turco-griega. Entrada de las tropas francesas
en la cuenca del Ruhr.
En 1924; Guerra de Marruecos. Intervención francesa para
la "pacificación" de Siria.
En 1929: Ataque de los guardias blancos chinos al ferroca­
rril Oriental-Asiático.
----- En 1931: Invasión de Manchuria por el Japón. Guerra del
Chaco entre Bolivia y Paraguay.
En 1932 : Guerra entre Colombia y Perú.
En 1935: Agresión de Italia a Abisinia. Invasión de Austria
y su incorporación a Alemania.
En 1936: Guerra C ivil en España con la intervención militar
de Italia y Alemania.
En 1937: Recrudecimiento de la guerra chino-japonesa.
En 1938: Ataque del Japón al Lago Jasan. Incorporación del
territorio de los sudetas a Alemania.
En 1939: Desmembramiento de Checoeslovaquia por A le ­
mania. Invasión de Polonia por Alemania. Guerra entre Francia,
Inglaterra y Alemania.
Hoy, hemos retornado al mismo camino. Los pasos que se
le obligan a dar a la humanidad no se diferencian de los que for­
zosamente ha dado hasta ahora, sino por más rápidos. Italia, A le ­
mania y Japón, fueron vencidas por los aliados y Rusia. La em ­
presa requirió una contribución de violencia, miseria, destruc­
ción, hambre y muerte, de una magnitud como nunca se pudo
sospechar. Los pueblos fueron sometidos a sacrificios que, al
compararlos con la suma de los anteriores, los dejan en manti
lias. Fué necesario prometer y mentir. Hablar una vez más «fc
la "última guerra", de las cuatro libertades para los hombres y
los pueblos, de la paz, el trabajo y la abundancia. Sin embargo
¿qué aspecto nos ofrece el mundo?
La violencia y la guerra campan a su gusto sobre todos los
continentes. Los pueblos coloniales son reprimidos con la mayor
brutalidad. La autodeterminación y la libertad quedan negadas en
beneficio de los opresores tradicionales o de sus afortunados suce­
sores. La miseria, la destrucción y el hambre, no preocupa a los
victoriosos. Toda su energía y atención están puestas al servicio del
botín que la victoria militar sobre sus enemigos les ofrece. Se lucha
por una mayor extensión de las esferas de influencia; por más y
más mercados, aunque sean de pueblos en ruinas, hambrientos y
míseros. Y si para conseguir esto, es necesario reprimir o ma­
chacar cualquier ansia de libertad y producir arteramente situa­
ciones de desorden y violencia, entre las víctimas que subyuga
el rival en el reparto, se hace sin pudor y de manera inhumana.
La guerra que se inició, según se nos dijo, para acabar con la
barbarie totalitaria y fascista, ha terminado con la derrota de
quienes hasta hoy monopolizaron estos calificativos. Lo que no ha
desaparecido ha sido ni la barbarie ni el totalitarismo, el anua
de opresión y dominio que lo engendraba. Los ejes han cambiado
de situación, pero sus revoluciones, en este u otro meridiano, con­
servan el mismo sentido de dirección.
E l imperialismo de la burocracia bonapartista soviética y
el imperialismo del dólar, ocupan sólidamente los puestos que
ayer ocuparon los imperios anglosajones y los imperios totalita­
rios. El dilema sigue siendo el mismo: defender el sistema eco­
nómico actual, vencer al competidor y asentar su hegemonía total
sobre el mundo. La clase trabajadora y los pueblos serán defrau­
dados y victimados de nuevo, si no saben aprender la lección
recibida y obrar en consecuencia.