Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I

El Club de las Excomulgadas
Agradecimientos
Al Staff Excomulgado: Nelly Vanessa por la
Traducción, Anna_abc por la Corrección de la
por la Diagramación y Zaphira por la Lectura
Final de este Libro para El Club De Las
Excomulgadas…
A las Chicas del Club de Las Excomulgadas, que
nos acompañaron en cada capítulo, y a Nuestras
Lectoras que nos acompañaron y nos acompañan
siempre. A Todas….
Gracias!!!
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
Traducción, Taratup por la Corrección, AnaE
2
El Club de las Excomulgadas
Argumento
Para aferrarse a su amor, debe liberar a su bestia. Una vez que un oso pone su
mente en una misión, lo mejor es permanecer fuera de su camino. Alexander
"Bunny" Bunsun es ese oso. Algo no está bien con su prima Chloe, y ha venido a
Halle, PA, para resolverlo, después le dará la vuelta a su Harley y volverá a su casa
en Oregon. Hasta que un aroma tentador lo atrae a la tienda de tatuajes. Ahí está.
Su compañera perfecta.
El mal día de Tabitha Garwood sólo ha empeorado. Su estado paria hace de ella un
objetivo de acoso con una regularidad alarmante. Y ahora, en medio de todos sus
problemas, ha conocido a su compañero de destino. ¿Lo único bueno? Finalmente
tiene un protector en forma de un enorme y tatuado, afeitado de la cabeza-Oso, que
vibra con poder cuidadosamente restringido.
Cuando Chloe se da por muerta y Tabby se ve amenazada, sólo Alex puede
mantener a su creciente familia a salvo. Pero darle a Tabby el hogar lleno de amor
que necesita, sin embargo, podría tener un precio. Alex debe renunciar al control en
el que ha trabajado toda una vida para lograr. Lo que significa que alguien puede
morir en las manos y uñas de su animal.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
Una tatuada, sureña-loba con el pelo color verde lima.
3
El Club de las Excomulgadas
Capítulo Uno
"Maldita sea, Bunny. Esa era la última pieza de tocino".
Este estaba empezando a ser un día realmente bueno. Alexander "Bunny" Bunsun
sonrió y se tragó el crujiente, con poca grasa y salado pedazo de cielo. "Sí. Sí, lo
era." Y había sido delicioso. El sabor muy especial provenía de la frustración
Ryan se sentó con un gruñido. "Y te comiste todos los melones".
"Sí, lo hice". Se recargó y se frotó el estómago. Maldita sea, la comida de aquí era
buena. Tendría que recordar este lugar en la mente la próxima vez que viajara por
ese camino, especialmente si Chloe decidía hacer de Pennsylvania su hogar
permanente.
Ryan se comió la última uva con una mirada de advertencia, haciéndola estallar en
su boca. "Por lo menos me dejaste algo."
"Deja de quejarte. Tienes cuatro huevos, los embutidos, seis panqueques, todas las
cositas verde melón y una cafetera entera de café".
"¿Cositas verde melón?" Se rió Ryan, limpiándose las manos en la servilleta antes
de dejarla caer sobre el plato vacío.
Bunny puso los ojos en blanco y señaló a la camarera. Nunca podía recordar lo que
eran, pero siempre los ponían en ensaladas con melón y tenían un sabor extraño.
Al diablo con él. Dejaría que Ryan se riera. Bunny quería pagar la cuenta y volver
al camino. No les llevaría más de un par de horas llegar a donde diablos iban, y
estaba decidido a disfrutar de cada momento de él, a pesar de Ryan.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
divertida en los ojos de su primo.
4
El Club de las Excomulgadas
Pagaron la cuenta y se dirigieron a sus Harleys. Se puso la chaqueta para protegerse
del clima del otoño. El frío había llegado a principios de ese año. Era finales de
septiembre, y sin embargo, se sentía como noviembre.
Tenía que esperar que lo que estaba mal con la hermana pequeña de Ryan pudiera
ser resuelto con bastante rapidez. Había tenido que saltarse su yoga por dos días, y
sentía que le hacía falta.
Chloe Williams se había mudado para conseguir su licenciatura en medicina
alegre chica que había encontrado un hogar había perdido algo de su brillo. Se
negaba a hablar de lo que estaba pasando, sólo decía que tenía algunos problemas
personales de los que no se sentía cómoda de hablar con su hermano o sus primos.
Bunny pensó que tal vez era un problema con el sheriff con el que había estado
saliendo al mismo tiempo. Si era eso, él se encargaría de que el hombre pusiera
atención en ello antes de que un día o dos pasaran. O eso, o se las arreglaría con el
hombre que le había causado tanto dolor.
Dejó escapar un suspiro de frustración. Una parte de él odiaba haber salido de casa.
Tenía una vida a la cual volver. Infiernos, ni siquiera estaba seguro de por qué
había venido a ese pequeño viaje en absoluto. Había una pequeña dulce osa que
había estado echándole miradas recientemente. Tentado estaba de
darle una
probadita, pero algo, una sensación persistente de que algo no estaba bien, lo había
enviado a ese viaje con Ryan en su lugar. Era extraño. Nunca había tenido la
sensación de tener que estar fuera y en movimiento como esta vez antes. Era casi
una orden, y Bunny sabía que lamentaría hasta la muerte si no lo seguía.
Bunny sacudió la cabeza y ató su casco, sacudiéndose la sensación de que tenía que
irse ahora. Cualquiera que fuera el infierno que estaba mal con él, tenía toda la
intención de volver a casa y encontrar para sí mismo una agradable y dulce follada.
Los sueños que había tenido desde que había salido de su casa lo habían puesto tan
malditamente caliente, que había considerado masturbarse, a pesar de que Ryan
había estado en la cama de al lado. Los osos tenían buena audición y Bunny no
tenía ganas de vivir con la humillación de que Ryan llegara a oírlo. Así que se había
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
veterinaria en la Universidad Halle de Pennsylvania, y poco a poco, la pequeña
5
El Club de las Excomulgadas
detenido, y ahora era un oso con un humor de los mil demonios. No había
ayudado que en cada uno de sus sueños apareciera una mujer que alternara entre
un ángel moreno y una heroína patea-traseros de uno de sus manga/anime de
fantasía favoritos.
Él era el único en la familia que tenía obsesión con el estilo japonés de dibujos
animados, pero no podía evitarlo. ¡Había estado enamorado de ellos desde la
primera vez que había leído Sailor Moon y Tenchi Muyo! Tenía la serie de Sailor
Moon en DVD, en el original japonés (con subtítulos en inglés, por supuesto). Su
devorado todos como un niño codicioso.
Desafortunadamente, ninguna mujer real podría hacerle frente a las fantasías que
había tenido. Se sacudió el deseo de tener algo un poco fuera de lo común. Con
algo de suerte, la osa lo esperaría, preferentemente desnuda debajo de un abrigo y
sentada en su puerta. Bunny aceleró el motor y se metió en el tráfico, que lo
tranquilizaba ahora que las ruedas giraban.
*****
Esto estaba empezando a ser un día realmente de mierda.
Tabby salió cojeando de los bosques, con la pata trasera derecha chorreando
sangre. Cómo había conseguido cortarse la planta del pie no tenía idea. Solía tener
cuidado de no correr en lugares donde los excursionistas o los niños tendían a ir, ya
que la basura en el suelo podría ser peligrosa para los were-lobos. Una botella rota
podía causar una hemorragia grave, causando graves problemas a los were si no
podían cambiar. Tendría que asegurarse de tener una pequeña charla con uno de
los gatitos locales. Tal vez uno de ellos podría averiguar si alguno de los chicos
universitarios había estado corriendo por el bosque por cerveza y sexo. Si era así,
tendría que pedir permiso para ir a cazar a un lugar diferente.
Estaba agradecida con los Pumas que le habían concedido el derecho a correr por
su territorio. Infiernos, estaba muy agradecida con los Pumas y punto. Si no
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
familia sólo se había reído y lo había consentido en Navidad, y él los había
6
El Club de las Excomulgadas
hubiera sido por Gabe Anderson, el segundo Marshall y el sheriff de la pequeña
ciudad de Halle, Tabby se habría tenido que ver obligada a desplazarse de nuevo.
No era habitual que los Grupos permitieran a un lobo vivir entre ellos, incluso con
el visto bueno de alguien tan alto en jerarquía en la Manada como el segundo, pero
Halle había resultado ser mucho más abierto a la idea de lo que nunca había creído
posible. Estaba más que agradecida con el resto que hubieran acordado dar su
permiso para quedarse a prueba.
Alpha, Beta, Marshall, Omega, eran los gobernantes principales de un Grupo o
hacía por el Alfa, pero sin la amplia gama de poderes que un Beta disfrutaba. Era la
mano derecha del Marshall, el que aplicaba la ley del Grupo o Manada y ayudaba a
ver por el bienestar físico de sus miembros. El segundo, en muchos sentidos, era el
oído del Grupo y de las Manadas de forma que el resto de los líderes no lo tenían,
mientras estaba montado sobre la línea entre los miembros ordinarios y el líder.
Algunos Grupos y Manadas agrupaban al segundo con el resto de los líderes, como
era el caso en Halle, donde Gabe tenía tanto que decir como el Beta, el Marshall y
el Omega. Nunca quería dejar Halle.
La ciudad era cálida y acogedora en una forma en que su vieja Manada nunca
había sido. El Alfa de los Pumas, el Dr. Max Cannon, era un bombón. Su mujer
alfa Emma, era llamada Curana por los Pumas, era un hueso duro de roer con un
corazón de oro. Ella le había preguntado a Gabe lo que quería decir Curana, y ella
le había dicho que era una forma alterada de la palabra çuçuarana, que en portugués
significaba puma. El resto de los Pumas eran, en su mayor parte, gente muy
agradable. Se sentía como en casa, algo que no había sentido en mucho tiempo.
Había hecho amigos y construido una vida propia. Nunca quería regresar a la
manada que la había expulsado hacía mucho tiempo.
Pero no importaba cuan agradable los miembros del Grupo fueran, no eran lobos.
No eran su Manada, algo que recordaba cada luna llena desde que había sido
admitida para quedarse.
Todavía era una marginada.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
Manada. El segundo del Marshall cumplía funciones similares a las que el Beta
7
El Club de las Excomulgadas
Llegó a su coche y se puso la ropa que había dejado sobre el capó. El cambio
provocó que el corte sangrara aún más libremente hasta que se cerró, dejando una
llaga en la parte inferior de su pie, que se sentía incluso después de ponerse tenis
nuevos. Buscó sus llaves en el bolsillo, ansiosa de volver a su apartamento y a la
cafeína de sus compañeros que estarían esperando por ella.
*****
"Bien. Mira quién es."
se había quedado a favor del viento, o ella se hubiese dado cuenta antes de que él se
acercara y claro, se habría movido mucho más rápido. "Gary". Ella se volvió para
encontrar a su enemigo y a sus dos mejores amigos de pie, desnudos detrás de ella.
Debían de haber cambiado y corrido desde otra parte. No había ningún otro coche
ahí, y ninguna de sus ropas cubría el suelo.
"Paria".
Ella retuvo su gruñido de lobo con dificultad. Estaba aterrorizada. Esta no era la
primera vez que los otros lobos la habían enfrentado, pero esta era la primera vez
que lograban atraparla sola. Por el brillo en los ojos de Gary, si no escapaba, estaría
en un mundo de dolor. "¿Qué quieres?"
Gary sonrió, con sus colmillos afilados, sus ojos cambiando de color avellana a
marrón claro. Frotó las manos de arriba a abajo de su pene cada vez más sugerente.
Los otros dos se movieron a su costado y ella supo que tenía la mierda hasta el
cuello. Como un paria, técnicamente Tabby era presa fácil de cualquier lobo que
quisiera un poco de deporte. Hasta el momento, muy pocos lobos habían llegado a
Halle. La mayoría de los were que asistían a la universidad eran locales, y por lo
tanto parte del Grupo Halle. Se había quedado fuera del camino de aquellos que no
formaban parte del Grupo, especialmente de los Lobos. Ella había estado
aterrorizada por lo que pasaría si se acercaba a ellos. El Alfa de la manada más
cercana no sería ninguna ayuda. Lo había visto una vez desde lejos, y tenía una
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
Tabby se tensó con esa odiosa voz, la mosca en la sopa de su felicidad en Halle. Él
8
El Club de las Excomulgadas
apariencia grande y aterradora. Rick Lowell tenía los ojos azules más fríos que
había visto. Tabby tenía demasiado miedo de acercarse a él, de tratar de convertirse
en una parte de su manada. Él le había echado un vistazo y ella había sabido que
no era digna de ofrecerle un hogar.
Ahora deseaba haber podido encontrar el coraje de preguntarle. Tal vez se podría
haber ganado su camino a la Manada. Tal vez estaría a salvo de los avances de los
lobos, como Gary, pero eso hubiera significado dejar Halle y poner todos los
aspectos de su existencia en manos de otra persona otra vez. Y eso era lo último
Ella no los molestaba, ellos no la molestaban. Eran amables, pero distantes, y a ella
le gustaba de esa forma.
Tabby se estremeció. Tres contra uno no eran buenas probabilidades. Tenía las
llaves en su mano, pero el coche estaba cerrado. Si pulsaba el botón para abrirlo,
estarían sobre ella antes de que pudiera abrir la puerta.
Pero ahí estaba el otro botón...
Con valentía era la única forma en que podría salir de esto. Ella sabía que algunos
de los Pumas habían salido corriendo la noche anterior. Con suerte, uno de ellos
vagaría por ahí y llegaría a Gary antes de que él hiciera lo que obviamente quería
hacer. "¡Vete al demonio, Gary!"
Él la miró. "¿Crees que alguien vendrá y te salvará, Tabby?"
Él se burló del apodo, con sus hermanos idiotas de manada riendo como un grupo
de hienas. "Eres una paria. Tu trasero es mío." Dio un paso hacia adelante, con los
ojos cambiando a marrón.
Ojos de lobo. Justo lo que había estado esperando.
Tabby pulsó el botón de pánico en su mando a distancia. El claxon del coche
comenzó a sonar todo volumen, con las luces parpadeando. El trío se puso las
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
que Tabby quería hacer. Al menos aquí en Halle los Pumas eran bastante relajados.
9
El Club de las Excomulgadas
manos sobre las orejas, con las caras torciéndose de dolor, con sus sensibles oídos
asaltados por algo que no los molestaría si sus sentidos hubieran sido humanos.
Aprovechando su sorpresa, Tabby pulsó el botón que abría la puerta del coche y se
apresuró por la manija.
"¡Deténganla!"
Ella abrió la puerta y se metió antes de que alguno de ellos llegara hasta ella. Cerró
la puerta sobre los dedos de uno de los matones de Gary, y su grito fue casi tan
el seguro antes de que Gary pudiera jalar de la puerta del lado del conductor y la
abriera.
Él comenzó a golpear el cristal. Ella se estremeció, pero siguió avanzando,
deslizándose detrás del volante. Encendió el coche, gritando cuando el tercer golpe
de Gary quebró el vidrio.
Ella arrancó, moviéndose por el estacionamiento sembrado de grava, con sus
neumáticos levantando las piedras. Dio un coletazo antes de tener al coche bajo
control, dirigiéndose directamente al camino de vuelta a Halle.
Volviendo a la seguridad.
Tabby estaba temblando como una hoja. Esto era lo más cercano que Gary había
hecho por poner las manos sobre ella. Él y sus secuaces se habían contentado con
burlarse de ella o a incitarla en la tienda donde trabajaba. Ella había tenido cuidado
de no estar sola.
¿Cómo había podido ser tan descuidada? Sin embargo, no había pensado que se
atreverían a… Se estremeció de nuevo. Ni siquiera quería pensar de lo que acababa
de escapar. Tabby necesitaba ayuda. Sólo esperaba que Gabe y los otros Pumas la
escucharan, porque si no lo hacían, tenía toda la intención de correr hasta que sus
patas dejaran de funcionar.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
fuerte como la alarma. Él sacó sus dedos y ella consiguió cerrar la puerta, poniendo
10
El Club de las Excomulgadas
*****
"Wow. Tu vida es un desastre, mi amor." Julian Ducharme se metió otra palomitas
de maíz en la boca y sonrió. "Lo bueno es que tienes a alguien como yo aquí para
ayudar."
Tabby resopló. No había sido la única forastera que había caído en Halle
recientemente. Julian había llegado a la Tienda de Tatuajes Artísticos hacía un mes
y logrado hacerse querer por todas y cada una de las chicas que trabajaban allí.
con corazón de oro. "Y cómo crees que me puedes ayudar, ¿eh?"
Él bajó el cuenco y se limpió las manos grasientas con una toalla de papel. La
película que habían estado viendo continuaba en el fondo, ninguno de ellos le
prestaba ninguna atención. A pesar de que corrió el riesgo echando un vistazo
cuando Aragorn apareció en la pantalla.
Viggo Mortensen era caliente en Las Dos Torres. "Primero, haré algo sobre ese
dolorido pie tuyo."
Ella dio un respingo. No podía ocultar la menor cantidad de dolor a Julian. La
asustaba a veces. La primera vez que había hablado con él, había conseguido
encajarse una astilla segundos antes. Él había fruncido el ceño, le había dado la
mano y tirado de la astilla antes de que ella pudiera decir "ouch". "Creo que me
clavé un trozo de vidrio o algo así."
"O algo así", murmuró sombríamente, jalando de su pie desnudo sobre su regazo.
"Esto sólo tomará un segundo." Pasando un dedo por su pie y Tabby, que era
tremendamente delicada, sentía... nada. "Mueve los dedos de los pies."
No había dolor. "Amigo. Eres el mejor."
Julian sonrió y se puso de pie, en dirección a la cocina de su apartamento. "Lo sé."
Ella sacudió la cabeza.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
Incluso por la dura Cyn, la propietaria, le había tomado el gusto al Oso amistoso
11
El Club de las Excomulgadas
"¿Cuándo llegarán tus socios del crimen a casa?" Giró la llave, con el sonido del
agua amortiguando su voz, pero que aun escuchándose una extraña nota en la voz
de Julian. Ella trató de morderse de nuevo una risita. Sabía exactamente cómo se
sentía con la última de sus compañeras de apartamento.
"Cyn dijo que iba a quedarse hasta tarde, a trabajar en unos papeles." Cyn era la
propietaria de Tatuajes Artísticos y la jefa de Tabby, así como una de sus
compañeras de habitación. "Gloria tenía una cita, así que no tengo idea de cuándo
regresará." Gloria también trabajaba en Los Ángeles, haciendo piercings, y era su
hacia ella, rociándola con agua. "¡Hey!"
Se dejó caer en el sofá y agarró el cuenco de palomitas de maíz. Estudió la pantalla,
inclinando la cabeza. Ella esperaba ver esa cosa escandalosa que saldría de su boca
esta vez. "¿Por qué Orlando Bloom puede verse tan bien como chica y chico?"
Tabby levantó una palomita y se la arrojó. "Legolas no es una chica".
Él se volvió, levantando una ceja negra, con sus labios carnosos moviéndose en una
sonrisa. "¿No lo es?" Inclinó la barbilla hacia la pantalla, convirtiendo su expresión
en diabólica. "¿Crees que Aragorn no quiere un pedazo de eso, Arwen o no?"
Tabby puso los pies sobre la mesa y se estiró. "Sí, y cuando Aragorn le levante la
falda a Legolas, se encontrará con una sorpresa especial del interior." Julian se
atragantó con las palomitas de maíz y comenzó a reírse. Un punto para mí. Ella le
robó el plato de su regazo y se dispuso a ver la película.
*****
"¿Eso es todo? ¿Por eso fue por lo que Chloe dejó Oregon?" Bunny caminó por la
calle, haciendo una pausa para mirar la ventana de una tienda. Era muy... rosa por
dentro. Un grupo de mujeres estaba sentado en un viejo sofá, bebiendo té y riendo,
mientras que una mujer bajita, de cabello oscuro marcaba unas compras en una
caja registradora antigua. Se estremeció y miró hacia arriba dando una señal. Pared
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
otra compañera de apartamento. El grifo se detuvo y Julian regresó. Movió la mano
12
El Club de las Excomulgadas
de Flores. Se debería llamar gallinero. Se apartó antes de que más testosterona pudiera
ser extraída a través de sus poros.
Ryan se rió entre dientes. "A ella le encanta y jura que a nosotros también nos
encantará."
Bunny se encogió de hombros. "Sea o no, me quedo todavía en el aire." Hizo una
pausa, buscando en otra tienda. Libros de historietas. Mucho más su estilo. ¿Me
pregunto si tienen una buena sección manga? Siempre estaba en busca de una buena
"Oh, no, no lo harás." Ryan lo tomó del cuello y lo apartó del vidrio. "Te lo juro,
eres como los cerdos franceses y las trufas. Si hay libros de comic, tú los olfateas".
Bunny puso los ojos en blanco, pero permitió que su primo lo alejara. Hizo una
nota mental para volver más tarde sin la húmeda manta de doscientas veinte libras.
"Te lo juro, Ryan. Te estás haciendo viejo."
"¡Tengo veintisiete años! Y tú, maldito, ¡veintiocho!"
Bunny se puso la mano sobre el corazón. "Pero soy joven en el interior. Que es lo
que cuenta."
Ryan negó con la cabeza y lo dejó ir. "Y es por eso que no te está permitido salir de
tu propio pueblo."
Bunny sólo sonrió y siguió a su primo por Main Street, Halle. Se encontrarían con
Chloe, que no habían estado en su apartamento o en el restaurante en el que
habitualmente trabajaba. Sus problemas se acabarían tanto si le gustara como si no.
Después él se iría a casa.
Ahora bien, si sólo pudiera entender por qué su oso gruñía cada vez que pensaba en
su casa, sería de oro.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
tienda, y si se quedara aquí…
13
El Club de las Excomulgadas
Tabby miró por la ventana de Arte el soleado día de primavera y suspiró. "Hoy va a
ser otro día de mierda."
"Estás diciendo eso debido a que tus raíces ya se están notando".
Tabby se volvió hacia a su amiga Cyn y gruñó, con el sonido profundo y salvaje, y
de ninguna forma humano.
Cyn se echó a reír. "Cariño, si te tuviera miedo, nunca te hubiera contratado."
hemos tenido ni un cliente durante todo el día."
"Es Lunes". Las mujeres se miraron y se hicieron eco: "Se chupan al gordo peludo."
Muy pocas personas se hacían un tatuaje un lunes por la tarde.
Gloria, la que manejaba los piercings en la tienda, se giró en su silla.
Su pelo largo azul estalló a su alrededor. "Prediquen en el desierto."
Cyn negó, con su cabello oscuro sorprendente con sus nuevas rayas rosadas. "Y
luego están los sábados".
Las tres mujeres intercambiaron una mirada y se estremecieron. Los sábados se
habían convertido en algo así como un dolor en el trasero para las tres mujeres.
Gary y sus amigos habían intensificado su acoso a Tabby desde el incidente en el
bosque, tan a menudo que la policía había sido llamada a la tienda dos veces
gracias a los silbidos, lanzadas de huevos y cosas peores. Ella estaba bastante segura
que Gary era el responsable de las pintadas que habían encontrado en la ventana un
sábado por la mañana. Habían pintado "Coños" y habían causado que Cyn dijera
una sarta de maldiciones en español. Se estaban convirtiendo en un problema que
ni siquiera el guapo Sheriff Anderson podía manejar.
Era sólo un Puma, y puesto que no afectaba al Grupo, no se sentía cómoda para
discutirlo con el Dr. Cannon o su Curana. Ella no era Puma, era un lobo, y sus
problemas no eran suyos.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
Tabby puso los ojos en blanco y volvió su atención a la ventana del frente. "No
14
El Club de las Excomulgadas
Había viajado durante años como lobo, viviendo de la tierra, antes de llegar a Halle
seis meses atrás, medio muerta de hambre y lista para volver a introducirse en la
raza humana. Había pasado por el patio trasero junto a una mujer llamada Sheila
Anderson, y eso había sido lo más afortunado que había tenido en años. Su nieto,
el sheriff Anderson, le había encontrado en silencio un lugar para quedarse, qué
comer y un lugar para trabajar. Ahora como aprendiz de Cyn, había conseguido su
licencia de conducir y un coche, y casi tenía su GED. Era extraño pensar que le
debía todo eso a un representante de la ley Puma y a su mandona abuela que ni
siquiera era Lobo. Ella no quería causarle a él o a su familia más problemas con
Gary y de sus amigos, apretaba la mandíbula con más fuerza. La vida había sido
buena hasta que la Manada Idiota la había encontrado. Todavía no se sentía
cómoda pidiéndole al Grupo que la ayudara, ni al Alfa de la manada de Poconos,
Rick Lowell, que seguía siendo un hombre monstruosamente aterrador. Había
rumores de que su nueva Luna era una puma que había vivido en Halle, lo que era
aún más aterrador. Nunca había conocido a la Puma Luna y no tenía intención de
hacer ninguna cosa que pudiera llamar su atención. Sacudió la cabeza, captando el
verde en el espejo detrás del mostrador. Hizo una mueca mientras se contaba las
raíces oscuras que se empezaban a mostrar una vez más. "Gah. ¿Cyn? Emergencia
del cabello."
Cyn se echó a reír. "Vamos, cariño, tenemos tiempo. Toma asiento." Cyn sonrió,
jalando del blanqueador en crema. El salón de tatuajes había sido un salón de
belleza, y Cyn había optado por mantener uno de los sumideros en el lugar para
hacerles el cabello a las chicas. "Gloria, mantén los ojos en el frente."
"Lo haré." Gloria se volcó el cabello sobre los hombros y sonrió. "Asegúrate de
conseguir todas esas raíces o parecerá que tiene que ser cortado con cortadora de
pasto".
"Perra suerte." Tabby se reclinó en la silla mientras Cyn comenzaba a aplicar el
aclarador a sus raíces. "¡Ojalá tuviera el pelo rubio natural, como algunas
personas!"
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
ella, a pesar que cada vez que se enteraba de una de las pequeñas acrobacias de
15
El Club de las Excomulgadas
Las risitas de Gloria casi se ahogaron cuando Cyn chasqueó la lengua. "Tabby,
eres la única mujer que he conocido que hace a un verde lima verse sexy."
"Eso es porque soy la única mujer que has conocido con un verde lima." Cuando
había conocido a Cyn y a Gloria, su pelo había estado largo, desaliñado y de un
deprimente marrón. Le había dado una mirada a su cabello y casi llorado de alivio.
Finalmente, algunas personas con las que podría relacionarse, ¡que la entendían!
Ella no era una pequeña alborotadora, era simplemente alguien diferente. Cyn se
había ofrecido a hacer su pelo y el resto, como dicen, es historia. Había lucido el
a sí misma.
Cyn no le hizo caso. "Así que, ¿A quién le importa si toma un poco de trabajo?"
"¡Luscious alerta!" Gloria sonaba vertiginosamente positiva.
Tabby y Cyn se asomaron por detrás de la cortina mientras un hombre veía hacia la
tienda. Hizo una pausa, mirando por la ventana las obras de arte que representaban
sus más populares tatuajes —habían sido pegados con cinta adhesiva. Era un
absoluto trozo de hombre para morir. Su tez morena brillaba sobre los músculos
que hacían que la boca de Tabby se hiciera agua. Era calvo, y desde esa distancia
no podía decir si era una opción de estilo o la naturaleza lo hiciera de esa forma.
Algún tipo de tatuaje circulaba su bíceps cerca de la ventana, pero Tabby estaba
demasiado lejos como para decir lo que era. Algo sobre la forma en que se había
movido hacía que sus sentidos se levantaran y rogaran. "Delicioso".
Cyn su asomó. "Bruja. ¿Qué pasa si le gusta el sabor de México en lugar de las
Hushpuppies, ¿eh?"
Tabby se rió. "Eres tan mala."
"¿Qué?"
"Ya me has oído." Tabby miró hacia atrás para encontrar al hombre mirando por la
ventana. Una oscura ceja se levantó cuando las sorprendió mirándolo con una
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
verde lima desde entonces, y vaya si le gustaba, aunque fuera ella quien se lo dijera
16
El Club de las Excomulgadas
sonrisa flirteando alrededor de su boca de aspecto delicioso. Oh, las cosas que les
gustaría que esa boca hiciera.
Tabby se agachó detrás de la cortina. "Mierda. Creo que nos atrapó."
Gloria se lanzó detrás de la cortina. "Oh, dios mío" se derrumbó, riéndose. "Oh,
rayos."
"¿Crees que entrará?"
"¡Oh! Infiernos. ¿Gloria?"
"Ya voy, pero ahora estoy llamando a DIB." Gloria se precipitó antes de que Tabby
o Cyn pudieran protestar.
"Puta codiciosa".
Cyn le cepilló la cabeza. "Mira quién habla". Recogió la botella de lejía y un peine.
"Ahora acuéstate y permanezca inmóvil. Tengo algunas raíces que matar".
Tabby se sentó en la silla y quiso haber esperado cinco minutos más para que Cyn
comenzara a arreglar su cabello. Podría haber sido ella la que mirara al calientito en
vez de sentarse en la silla de Cyn que la tapaba.
Bunny entró en el salón de tatuajes, atraído por la visión de los brillantes colores del
arcoíris en un cabello y una hermosa sonrisa, femenina. Miró a su alrededor y
sonrió. Ese lugar era muy bonito.
El salón de tatuajes tenía un toque femenino sin ser el homenaje al estrógeno que el
lugar Pared de Flores había sido. Las paredes eran de un color aguamarina
brillante, mostrando únicamente algunas fotografías. Las mujeres habían colgado
una buena y gran pieza de arte detrás del mostrador, que eran bastante más que las
fotos. Se veían un par de gigantescos dragones, uno rojo, otro azul, en un círculo
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
"No lo sé." El sonido de la campana provocó una risita sofocada rápidamente.
17
El Club de las Excomulgadas
dentro de un yin-yang, pero obviamente, era un tatuaje a todo color pintado sobre
la espalda de alguien. El mostrador era completamente de cristal y albergaba más
fotos en una sección, tanto en blanco y negro como en color, y la joyería para
perforar distintas partes del cuerpo. Miró el piercing príncipe Alberto y se
estremeció, resistiendo el impulso de cubrirse protectoramente. Las fotos de las
ventanas y en las paredes estaban enmarcados en plata, haciendo que se vieran aún
más como arte.
Dos grandes libros estaban abiertos sobre el mostrador, encuadernados en cuero
oscuro que escondería tinta derramada.
Mirando hacia abajo por el largo pasillo, pudo ver cuatro cortinas cubriendo
cubículos, probablemente donde las mujeres trabajaban. Al final estaba la última
cortina y un área marcada como "Sólo para Empleados".
Las mujeres, si eran las dueñas, habían hecho que el lugar se viera tanto como que
daba la bienvenida como con clase. Podía ver a los hombres y las mujeres venir ahí
y sentirse cómodos.
Las sillas de color marrón cerca de la ventana parecían suaves y acogedoras, pero
no tenía interés en ellas. Lo que quería era ir por el pasillo, detrás del área de Sólo
para Empleados. Podía olerla, y olía maravilloso. Era el mismo olor que le había
hecho cosquillas cuando había abierto la puerta de la tienda de Tatuajes Artísticos,
un descarado y suculento aroma que lo llamó como ningún otro lo había hecho.
Había estado a punto de dirigirse al cuarto de atrás para encontrar a la dueña de ese
olor cuando una chica de pelo azul salió de detrás de la cortina y lo interceptó. Ella
traía consigo el olor de las tres mujeres, pero el aroma cítrico de ella era más fuerte,
y no era el que él estaba buscando. Rizos, de color azul pálido caían casi hasta la
cintura de la mujer. Brillantes ojos azules casi el mismo color que su cabello lo
vieron con una mezcla de deseo y dulzura que hubieran atraído a Bunny cualquier
otro día. Ella lo miraba como si fuera un vaso alto con mousse de chocolate y que
ella tenía la suerte de ser una cuchara muy larga.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
color marrón y contenían más tatuajes. El piso era de madera, de un tono ébano
18
El Club de las Excomulgadas
"Bienvenido a la tienda Tatuajes Artísticos. Soy Gloria. ¿Puedo ayudarle en algo?"
Parpadeó moviendo las pestañas hacia él, pero Bunny no estaba interesado. Era
decepcionante, también. Se veía igual que una de las heroínas de las mangas que le
gustaba leer, todas con los ojos grandes y el pelo y la sonrisa dulce e inocente. Él se
veía pasando una agradable velada o dos en su cama y dándose cuenta de lo
inocente que era realmente.
Pero ese olor tentador le hizo cosquillas en la nariz otra vez, enviando un mensaje
definitivo a su pene para que se levantara y brillara. El brillo en los ojos de la chica
"Disculpe, pero las otras dos señoritas que estaban aquí. ¿Dónde están?"
La mujer hizo una mueca, con la decepción de luz su rostro. La coquetería
desapareció. "Cyn y Tabby se encuentran en la parte trasera. Cyn es la propietaria
de la tienda. ¿Quieres hablar con ella?"
Se le tuvo que ocurrir algo plausible. "En realidad, estaba pensando en ponerme un
tatuaje." Tenía unos pocos ya, por lo que otro no sería gran cosa. Una gran
cantidad de mujeres parecían disfrutar de trazar el diseño en espiral de su bíceps
izquierdo, y del ángel de la oscuridad en su hombro derecho. Tenía una negra cola
de oso, grabada en estilo de madera con estrellas de colores de la constelación de la
Osa en la región lumbar.
"¿De qué tipo?"
Una imagen de repente apareció ante sus ojos, tan fuerte que lo sobresaltó. "De un
oso y un lobo, creo." ¿Un lobo? ¿Es eso lo que estoy oliendo? No sabía que hubiera
algún Lobo viviendo en Halle. El único no-Puma del que estaba consciente era su
prima Chloe, y ella era Zorra.
Ella parpadeó. "Creo que podemos hacerlo".
"El oso tendrá que ser muy específico también." No entraría en detalles, no sino
hasta después de que conociera a la propietaria de ese olor. Estaba bastante seguro
de que era su compañera la que estaba detrás de la cortina y no quería asustarla.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
del pelo azul le dijo que se había dado cuenta y que lo aprobaba. Bunny retrocedió.
19
El Club de las Excomulgadas
¿Un lobo? ¿En serio? Casi se echó a reír. Parecía que llevaba la tradición de la familia
de compañeras no-Osas. La madre de Ryan y Chloe había sido Zorra, y su tío Ray
también se había casado con una. La madre de Bunny había sido humana, pero a
pesar de eso, su padre se había encontrado con muchos problemas con la
comunidad humana por haberse casado con una mujer negra. Sus familiares lo
habían sabido mejor, y le habían dado la bienvenida a su mamá con los brazos
abiertos. Luchar contra tu compañera de destino nunca funcionaba de la forma en
que esperabas, y por lo general terminas en los brazos de tu pareja final de todos
"Oh." Ella se mordió el labio. "Bueno, yo hago los piercings, pero puedo ver si Cyn
está disponible".
"Por favor".
Ella asintió y se dirigió a la zona de las cortinas en la parte trasera. Pudo oír el
murmullo de voces, pero ninguno llegaba a sus sentidos.
"Me pregunto cuál es Cyn", murmuró. "¿La verde o la rosa?"
"La rosa". Se volvió para encontrar a la mujer con el pelo oscuro de un llamativo
color rosa con una amplia sonrisa. "Soy Cyn." Le tendió la mano. "¿Así que quieres
un tatuaje, gran hombre?"
Bunny escondió su mueca. Maldita sea, quería ver a su compañera, y la rosada Cyn
no era ella. Cyn olía más agudo, más duro. Más a limón. "Sí, realmente lo deseo.
La otra joven, ¿qué hace?"
Cyn lo miró con recelo. "Tabby es un artista aprendiz de tatuajes."
Bunny tosió. Nah. No podía haber oído que su compañera Lobo tenía el nombre de
un gatito. Ningún padre Lobo sería tan cruel. Tal vez sería Gabby o Darby o—
"¡De quién es el pelo que está a punto de caerse si no le lavas la lejía y ahora!"
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
modos, así que ¿por qué molestarse?
20
El Club de las Excomulgadas
Bunny se estremeció con el profundo acento sureño merodeando por su piel. Su
pene había pasado de cero a héroe en dos segundos.
Ah, sí. Había encontrado a su compañera. Ahora sólo tenía que reclamarla.
Oh, mierda. Oh, mierda, mierda. Tabby esperó a que Gloria le enjuagara el pelo. Mi
compañero está por ahí. Mi compañero. ¿Qué es aún más extraño? Un oso. Mi compañero
es un oso. Y yo tengo raíces naranjas.
Estaba malditamente hiperventilando. Cuando ella había pedido que alguien la
primera vez con las raíces naranjas. Se vería como un helado a medio-derretir.
Agarró el brazo de Gloria. "¿Le podrías decir que estoy muerta, por favor?"
Gloria sonrió. "¿Qué te pasa?"
"¿Recuerdas lo woof-woof que te conté?"
"Sí".
"¿Ese tipo de ahí afuera?"
Los ojos de Gloria se abrieron como platos. "¿Es un lobo-lobo también?"
"Er, no. Es más bien como un grrr-grrr".
Gloria parpadeó.
Tabby negó. "No importa. ¿Ves todo ese were-lobo romance de novelas con su
compañero?"
La boca de la Gloria se abrió haciendo una "O". "¿En serio? ¿Él es tu novio?"
"¡Sí! Y estoy teniendo serios problemas de cabello." Puso su mejor aspecto
suplicante. "Por lo tanto, dile que he sido asesinada en un horrible accidente con
colorante vegetal."
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
reclamara, ¡Poco sabía que en realidad lo había llamado! Y ahora lo conocería por
21
El Club de las Excomulgadas
"¡Tabby!"
Ella alzó las manos como orando. "¿Por favor?" Parpadeó, tratando de verse
desesperada. Infiernos, es probable que se viera desesperada.
"Disculpen".
Tabby se estremeció. Esa voz profunda, rica rodó sobre ella, haciéndole pensar en
cosas malvadas que involucraban chocolate oscuro, derretido y velas encendidas.
Gloria, Dios la bendiga, lanzó una toalla sobre su cara, ocultando su pelo. "Lo
siento, tiene que esperar en el frente." Por supuesto, ahora la toalla estaba
absorbiendo la todavía saliente agua. Se ahogaría con una toalla.
"¿Está todo bien aquí?" La voz del hombre era de pecado puro, profundo y
ligeramente grave. "¿Por qué tiene la cabeza cubierta con una toalla?"
"Por favor. Tabby se... tardará un rato." Podía oír aplaudir a Gloria con las manos
y tirar de su camisa, desesperada por cerrar el agua. Ella estaba escupiendo agua de
nuevo sobre la toalla ya empapada. "¿Por qué no vas con uno de los comensales en
la zona para el almuerzo? ¿Tal vez te puedas ir de compras? ¡Um, ah! ¡El restaurant
de Frank tiene las mejores hamburguesas de la ciudad!" Finalmente, alguien cerró
la llave del agua, para salvarla de una tumba aguada. Sólo podía ver el obituario.
Ahogada mujer con una toalla y un horrible Cabello.
Hubo un profundo suspiro feliz. "Está bien, Tabby, ¿verdad?... Estará más
cómoda."
Sonaba como si se estuviera ahogando una risa cuando había dicho su nombre.
Tabby gruñó, a sabiendas de que lo había escuchado aunque no podía verlo.
El Señor chocolate derretido tosió. "¿Cuándo puedo volver?"
"Eh..." Gloria estaba, obviamente, perdida. Cyn era la que por lo general se hacía
cargo del pelo de Tabby.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
"¡A los clientes no se les permite pasar al cuarto de atrás!"
22
El Club de las Excomulgadas
"Intente alrededor de las siete." Cyn sonaba divertida, la perra. "Puede salir con ella
a cenar. De hecho, Tabby tiene el resto de la noche libre."
¿En serio?
"Pero tiene que volver al trabajo mañana por la tarde a las dos. Ah, y la dama ama
la carne." Tabby gimió detrás de la toalla. Eso era un eufemismo. "Gloria, dale
nuestra dirección, ¿Está bien?"
"Confía en mí, sólo hazlo."
"Está bien, jefa." Agitó la cortina, pero la esencia de Oso permaneció. Gloria debía
haberlo hecho pasar a través de la cortina.
"Damas, fue un placer conocerlas." Agitaba la cortina de nuevo. El oso
desapareció.
"Oh, querida. Usted está tan jodida. Literalmente".
"Cyn".
La toalla fue sacada de su cabeza. Gloria la limpió, quitándole el agua de la cara de
Tabby. "Siempre fuiste una puta codiciosa. Debería dejar que Cyn te dejara con las
raíces naranjas".
Tabby escupió y se quitó el agua de los ojos. "No te preocupes, Gloria. Algún día tu
príncipe vendrá".
Gloria parpadeó con sus grandes ojos azules, tratando de parecer inocente. Tabby
había visto esa mirada más de una vez justo antes de que algo escandaloso saliera
de la boca de Gloria.
"Dios, espero que sí. ¿Cuál sería el punto de otra forma?"
"Eres tan mala."
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
"Pero—"
23
El Club de las Excomulgadas
Gloria sonrió con su sonrisa dulce y feliz. "Lo sé."
*****
Bunny estaba en el restaurante, preguntándose por qué estaba allí en vez de regresar
al salón de tatuajes en espera de su compañera. No había llegado aún a darle un
buen vistazo a su cara. ¿Qué tan malo era eso?
Había sido puro impulso lo que lo había hecho recorrer la ciudad. Ryan estaba
afuera buscando a su hermana otra vez, pero Bunny había decidido que necesitaba
Había sentido la necesidad de recorrer, descubrir la ciudad en la que sus primos
estaban planeando vivir, tal vez visitar la tienda de cómics de la que Ryan lo había
separado días antes. Demonios, si le gustaba lo suficiente, tal vez mudaría su
negocio aquí. El Puma Alfa parecía bastante abierto sobre qué otros were vivieran
en su territorio, y su padre había estado buscando en la zona de todos modos por
Ryan y por la familia de Chloe. Si el Alfa hubiera sido lobo, ni siquiera hubiera
pensado en ello. Tendría que evitar Halle y buscado otro lugar para vivir. Los
Lobos odiaban tener a otros were en su territorio, incluso los osos no apostaban
nada sobre ese tipo de cosas.
Había encontrado el salón de tatuajes, casi por accidente, por el sonido de las
débiles risas femeninas a través de la ventana de vidrio. Había vislumbrado a tres
mujeres y se había dirigido allí en espera de encontrar a tres bellas damas, tal vez
incluso una cita para la noche.
En su lugar, había encontrado su futuro.
"¿Puedo ayudarle?"
Bunny se dio la vuelta para encontrar a un hombre alto, de cabello oscuro con
uniforme de sheriff mirándolo fijamente, con una expresión dura en su rostro. Él
asintió al otro hombre, deteniéndose en su olor subrepticio. Puma. "¿Sheriff
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
un poco de tiempo a solas.
24
El Club de las Excomulgadas
Anderson?", Bunny estiró la mano cuando el otro hombre asintió con cautela.
"Alexander Bunsun. Estás saliendo con mi prima, Chloe".
El Sheriff Anderson dio un respingo, pero se relajó visiblemente. "No, en realidad,
no lo hago. Nunca lo hice. Chloe y yo sólo somos amigos".
Bunny frunció el ceño. "Eso no es lo que oí cuando hablé con ella."
El sheriff suspiró. "Problema común. Confíe en mí, nunca hemos salido." Sacudió
la cabeza. "¿Ha venido a ver a Chloe?" Se abrió camino por el restaurant y guió a
Parecía que almorzaría con el sheriff. Ahora vería si el hombre trataba de escapar y
se iba
corriendo. "Así es. Su hermano se dirige a la universidad en estos
momentos." Le había pedido a Ryan que descubriera lo que había sucedido entre
Chloe y el sheriff. ¿Por qué Chloe lo había hecho sonar como si hubieran estado
juntos, si no era así?
"Eso apesta, porque ella está aquí ahora.", Anderson señaló una cola de caballo
roja brillante saltando detrás de un mostrador. "Siempre trabaja los lunes por la
tarde."
"Oh." Bunny se volteó de nuevo al sheriff, tratando de mantener en blanco su
expresión. "Por lo tanto ¿qué es esto de que no estás saliendo con mi prima?"
Anderson hizo una mueca. "Para hacer de una larga historia algo corto Chloe y yo
somos amigos. Sólo amigos."
"¿En serio?" Bunny levantó una de las cejas interrogante.
Anderson hizo una mueca de nuevo. "Digamos que mi esposa no estaba contenta
con la cantidad de atención que le presté a Chloe y me dejó saber al respecto. Me
tomó un tiempo probarle que Chloe no significaba tanto para mí como Sarah."
Ouch. Esperaba que la compañera del hombre no le hubiera dado un momento
demasiado duro. Una compañera celosa en pie de guerra no era nada despreciable.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
Bunny a una mesa. Se instaló y puso su sombrero sobre la mesa al lado de ellos.
25
El Club de las Excomulgadas
"Llamaré a Ryan y le diré que Chloe está aquí". Sacó a su teléfono, pero vaciló.
"¿Sabes algo acerca de una mujer llamada Tabby? Trabaja en el salón de tatuajes."
Ella había llevado el olorcillo vago del aroma del alguacil. Conseguir alguna
información del sheriff parecía una buena idea.
"¿Tabby?" Los ojos de Anderson se dirigieron al tatuaje en el brazo de Bunny. Se
recargó, con las comisuras de sus labios curvándose en una sonrisa de complicidad.
Bunny sonrió. Sólo el pensamiento de su compañera le hacía sentir como si su
palabras.
"Ella es mi compañera."
"¿Ah, sí? Oh." Bunny gruñó. El tono sorprendido en la voz de Anderson tenía la
sombra de un tono de preocupación. Sólo porque su compañera era una were-lobo
en lugar de una osa no le daba al sheriff el derecho a decir algo. Anderson asintió,
con su expresión volviéndose sombría. "Entonces hay algunas cosas que necesitas
saber antes de que las cosas se pongan demasiado serias entre los dos."
Bunny asintió. ¿Por qué crees que te pregunté, imbécil? "¿Crees que el jefe local tenga
algún problema con que vivamos aquí?"
Anderson levantó las cejas. "¿Vivir aquí? ¿En Halle? Sabía que la familia de Chloe
vendría, pero no sabía que incluía a sus primos."
Bunny se encogió de hombros. "Tabby está aquí." A los Osos no les importaba
mudarse a donde sus compañeras eran más felices, y los lobos eran, bueno,
territoriales. Las probabilidades eran buenas de que Tabby quisiera quedarse, por lo
que mudarse a Halle era la mejor opción de Bunny. Lo último que quería era un
lobo gruñón mordiéndole el trasero todo el camino de regreso a Oregon.
Anderson abrió la boca, pero antes de que pudiera responder se produjo un
ensordecedor grito.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
corazón se llenara de sol. "Sí". Se apoyó en la cerca, apenas susurrando las
26
El Club de las Excomulgadas
"¡Bunny!"
El sheriff casi fue arrollado por una pelirroja diminuta a toda velocidad hacia
Bunny. Bunny se rió, levantándose al mismo tiempo que Chloe lo alcanzaba. Se
lanzó a sus brazos, riendo como una colegiala, envolviendo sus piernas alrededor
de su cintura. Bunny la tomó, dándole un abrazo de oso que la dejó jadeando
volviéndola a poner en el suelo.
"¿Cuándo llegaste? ¿Dónde está Ryan? ¿Mamá y papá vinieron también? ¿Dónde
con su cola de caballo saludándolo alegremente. Bunny vio la sonrisa indulgente de
su prima, y su corazón cantó de felicidad en su rostro.
Había extrañado a la pequeña latosa.
Pero había algo detrás de sus ojos, una tristeza que no había estado allí antes. Si
resultaba que el sheriff había roto el corazón de Chloe, tendría que tener unas
palabras muy privadas con el hombre. "Nos estamos quedando en el Holiday Inn, a
la salida a la ciudad. Ryan está en camino para verte, la tía Laura y el tío Steve
todavía están en Maryland con mamá y papá, pero están pensando en visitarte
pronto si todos deciden quedarse aquí. Y llegamos aquí ayer". Chloe brincó de
nuevo. "Será muy bueno tener a la familia alrededor otra vez." Su sonrisa se volvió
nostálgica por un breve instante antes de que su innato brillo saliera una vez más.
"Entonces, ¿qué hay de nuevo contigo?" Ella le dio un codazo en el brazo a Bunny.
Él se inclinó y le susurró al oído. La alegría de encontrar a la mujer que podría
completarlo todavía lo montaba. "Encontré a mi pareja."
Su boca se abrió. "¡No me digas! ¿Cuándo?"
Bunny estaba luchando con una sonrisa. La personalidad burbujeante de su prima
era contagiosa. "Hoy. Trabaja en el salón de tatuajes".
"¿En el Arte Viviente?" Cuando Bunny asintió los ojos de Chloe se desviaron.
"¿Tiene el pelo azul?" Bunny negó. "Bueno, no, entonces no es Gloria. ¿Pelo rosa?"
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
están el Tío Will y la tía Barbra?" Chloe estaba prácticamente saltando en su lugar,
27
El Club de las Excomulgadas
Bunny sonrió y sacudió la cabeza otra vez. "No Cyn, tampoco. ¡Oh! ¿Tabby?
¡Grandioso!"
Bunny se echó a reír. Todavía no podía conseguir sobrepasar el nombre de su
compañera. Planeaba divertirse en descubrir lo que en el infierno sus padres habían
estado pensando.
"¡Chloe! ¡Una orden!"
"¡Ya voy, Frank!" Ella se volvió hacia Bunny, dándole un rápido abrazo. "Te
dirigía de vuelta a la cocina.
"¿Bunny?" Anderson estaba ocultando una sonrisa detrás de su taza de café. "¿En
serio?"
Bunny le dio a Anderson la seña con un solo dedo. Todavía no estaba seguro de
que no debería arrancarle los brazos al sheriff sólo para estar seguro.
Algo le molestaba, sin embargo. Esa mirada en los ojos de Chloe estaba tan mal. Su
prima siempre había sabido quién era y a dónde iba la vida, y hoy parecía que había
perdido su camino. "¿Está teniendo ella problemas con algo?"
Anderson se encogió de hombros. "No estoy seguro de lo que está pasando. Ella no
lo dice, pero el hombre en el que está… interesada está provocándola."
¿Eh? Bunny miró Anderson, sorprendido. Con el asentimiento de Anderson, casi se
tambaleó en su asiento.
¿Chloe había encontrado a su pareja? ¿Desde cuándo? Bunny dio una respiración
profunda, pero no pudo detectar nada que no fuera el persistente aroma de Chloe.
A Ryan le encantaría eso. Su pequeña aún en la universidad, ¿Y ya emparejada? El
hombre se pondría irracional de furia. "¿Por qué? ¿Qué pasa con él? Chloe es tan
linda como un amanecer."
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
conseguiré la ensalada de frutas, te va a encantar." Se rió y se despidió mientras se
28
El Club de las Excomulgadas
Anderson se encogió de hombros. "No estoy seguro. Pero no me preocuparía
demasiado." Sonrió con fuerza. "Estoy seguro de que ella lo ayudará a entenderlo.
Y si no, le arrancaré la cabeza y te la daré en un cuenco." Y su voz sonó como si
fuera a disfrutar de la oportunidad. El tipo de felicidad en el rostro ansioso del
sheriff estaba por lo general reservada a los niños y a los regalos de Navidad.
Bunny inhaló. La única forma en que Anderson pusiera las manos sobre el
compañero de Chloe era si vencía a Ryan.
más rápidos.
"Oh mi Dios, Oh mi Dios." Tabby se jaló del pelo, con la mirada fija en su armario.
Eran las seis cuarenta y cinco y su compañero estaría ahí en cualquier momento, no
sabía su nombre y no tenía nada que ponerse.
"El pequeño vestido negro." Cyn tenía la cabeza pegada al dormitorio de Tabby,
sonriendo a la pila de ropa a los pies de Tabby. "No puedes ir mal vestida con un
pequeño vestido negro".
"Guh." El pánico amenazó con partir a Tabby. Vio los tres vestidos negros que
colgaban en su armario, con su mano moviéndose entre ellos como una demente
mariposa.
La cabeza de Gloria se asomó desde el otro lado de la puerta. "El que no tiene
mangas."
"¿Eh?", Ella levantó el vestido negro sin mangas, con el cinturón rojo y zapatos a
juego. Las dos cabezas se balancearon de acuerdo.
Tabby se desvistió, más que acostumbrada a estar desnuda delante de sus
compañeras. Infiernos, la primera vez que se había ido a vivir con ellas, se había
sorprendido de lo fácil que se había sentido al estar desnuda. Gloria le había
preguntado si era gay y las estaba tratando de tentar al "lado oscuro". Ella se había
reído y le había dicho que podría sentirse susceptible a la tentación del lado oscuro
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
Los pumas podrían ser rápidos, pero los osos, cuando estaban motivados, eran aún
29
El Club de las Excomulgadas
si tuvieran chocolate. Tabby había sacudido la cabeza y sólo se había puesto algo
de ropa. Había pasado tanto tiempo como lobo, que se había olvidado de algunas
de las partes básicas del ser humano, como pantalones. La primera vez que había
usado el inodoro después de muchos años había sido una experiencia interesante,
algo sobre lo que la señora Anderson todavía reía entre dientes.
Cuando Cyn y Gloria se habían enterado de lo que era, se habían asustado un
poco. No aceptándola de inmediato. De hecho, había habido otra chica, Brit, que
había trabajado en Living Art. Brit se había ido, negándose a creer lo que había
había dejado a su Loba suelta en medio de la vivienda. Ella había ido tan lejos
como para renunciar a su trabajo cuando Gloria y Cyn se habían negado a
prenderle fuego o a darle una patada fuera de su apartamento. Sin embargo, Gloria
y Cyn, después de que se les hubiera pasado el shock inicial (y después, según ellas,
que hubieran limpiado la baba del perro), la habían aceptado sin reservas. Infiernos,
se habían burlado una vez que la resaca se le había pasado. Todavía había una
enorme bolsa de galletas Bits N en la despensa que las perras se negaban a tirar "por
si acaso".
Si pensara que lo asumirían, las uniría a su Manada en un latido. Echaba de menos
tener ese sentido, el conocimiento de que había otros en los que podría confiar sin
sombra de duda. Una parte de ella se preguntaba si su ex le había dicho alguna vez
toda la verdad a su padre, o si se habría encogido de hombros y la había dejado ir.
Dejarla irse.
Tabby sacudió la cabeza y tomó su cepillo para el cabello, alisando su pelo.
Eso no importaba ahora. Su compañero estaría allí en cualquier momento. Se puso
brillo labial púrpura y se miró en el espejo. Entonces se sacó la lengua e hizo una
mueca. Estaba muy nerviosa, su Lobo se estaba quejando. Puso sus pies en los
zapatos de tacón rojo, tomó su bolso favorito y se dirigió a la sala. "¿Y bien?"
Cyn hizo círculos con el dedo. "Gírate".
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
visto en Tabby, cuando se había puesto tan ebria por primera vez en su vida, y
30
El Club de las Excomulgadas
Tabby se giró.
Gloria silbó. "Nos vemos en el trabajo mañana."
Cyn se rió y le tiró un montón de condones. "Necesitarás estos."
Tabby tragó. "Voy a vomitar". Las náuseas enturbiaron su vientre. Ella se inclinó y
recogió los preservativos justo cuando el timbre sonó.
Él dio un paso a la tienda. Llevaba una camisa verde que realmente hacía hincapié
en sus ojos color avellana, jeans oscuros lavados se veían pintados a sus muslos y
usaba gruesas botas de color negro. Ahora que estaba de pie, pudo ver la altura que
tenía. Era mucho más alto que ella, con la parte superior de su cabeza apenas
llegando a su labio superior, incluso con sus tacones de diez centímetros. Se habría
golpeado la barbilla si hubiera estado sobre sus pies descalzos. Su calva brillaba, su
mandíbula estaba afeitada. Podía ver el tatuaje que rodeaba sus bíceps y sus dedos
ardieron en deseos de trazar el diseño. En su mano, sostenía un narciso.
Mi flor favorita. ¿Cómo lo supo? Tabby sonrió, sabiendo que su boca temblaba. No
podía recordar la última vez que alguien le había dado flores.
"¿Para mí?"
Él se lo tendió con una sonrisa en los carnosos labios. "Hola, Tabby."
"Gracias." Tomó el narciso.
Él tosió. "Yo tomaré esos." Se estiró y tomó los condones de sus manos, sonriendo
por su vergüenza. "Está bien, cariño. Estoy contento de que uno de nosotros esté,
um, preparado". Miró los condones. "Muy preparado." Los contó, levantando sus
cejas con incredulidad. "Y optimista".
Gloria se dobló prácticamente de la risa. La frente de Tabby estaba roja como una
remolacha. Ella alcanzó de nuevo los condones con su mano libre, gruñendo
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
Gloria abrió la puerta antes de que Tabby pudiera ocultar los paquetes. "¡Entra!"
31
El Club de las Excomulgadas
mientras uno se quedaba atrás en su gran mano. Podía oír a Cyn resoplando y
resoplando detrás de ella y sabía que sólo era porque prácticamente se estaba
ahogando de risa.
Se volvió hacia sus dos compañeras con una sonrisa. "No me hagáis olvidar que
estoy domesticada." Ellas se detuvieron, pero por la forma en que se aferraban
juntas, Tabby pensó que era sólo cuestión de tiempo antes de que una rompiera en
carcajadas de nuevo. Se dio la vuelta de vuelta a su nuevo compañero. "Y tú, cuyo
El Sr. Chocolate sonrió. "Gracias por la flor. Mi nombre es Tabitha Garwood."
El Sr. Sin nombre tendió la mano, con el condón milagrosamente desaparecido.
"Bunny". Se preguntó si lo habría tirado o se lo había metido en el bolsillo para más
tarde.
Espera. "Bunny", repitió ella con cuidado.
"Alexander Bunsun, pero todos me llaman Bunny." Sonrió.
Ella olfateó. No, su olor era, sin duda de Oso.
"¿Te estás riendo de mi nombre?" Las manos de Bunny se fueron a su cadera, pero
pudo decir que no estaba enojado por la forma en que sus labios se arquearon hacia
arriba.
Ella parpadeó. "Sí".
Él tosió, pero ella supo que estaba tratando de no reírse. "¿Nos vamos?" Le tendió
su brazo.
Ella le dio su sonrisa más dulce y se la tomó. "Sí".
"Espera." Gloria los detuvo poniendo su mano en el brazo de Bunny, con expresión
preocupada. Tanto como le gustaba a Gloria coquetear como una loca, cuando
todo se reducía a citas reales podría ser una preocupona real.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
nombre no sé."
32
El Club de las Excomulgadas
Bunny la tomó de debajo de la barbilla. "Yo me ocuparé de ella. Te doy mi
palabra."
Gloria lo estudió, y Bunny se detuvo, lo que le permitió un intenso escrutinio.
Gloria se relajó y asintió, viéndose aliviada. Tabby no estuvo segura de que ella
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
sintiera lo mismo.
33
El Club de las Excomulgadas
Capítulo Dos
"¿Tabby? ¿En serio?" Bunny sacudió la cabeza y la ayudó a bajarse de su moto. "¿Y
te burlas de mi nombre?"
"Al menos puedo culpar a mis padres seriamente. ¿Cuál es tu excusa?"
Tabby asintió mientras Bunny majestuosamente mantenía abierta la puerta de
por su entusiasmo había decidido darle una oportunidad a Noah. Había hecho las
reservas y solicitado una buena mesa, privada.
"Tomaron mi apellido. Es un apodo."
"Es un apodo que apesta para que un were lo tenga," murmuró en voz baja.
"Bunny. Caray. Puede ser que también te llamen Comida". Se estremeció
delicadamente mientras esperaban a que la hostess los sentara. "¿A quién se le
ocurrió de todos modos? ¿Y por qué no me dijiste que me pusiera pantalones?"
Bunny sonrió, sabiendo que parecía depredador. "Lo disfruté." Ella había montado
en la parte trasera de su moto, con sus largas y elegantes piernas desnudas casi
hasta el punto de la indecencia. El calor de ella había sido embriagador.
Tabby puso los ojos en blanco y siguió detrás de la hostess. "¿Estás seguro de que
no eres un Lobo?"
Bunny comenzó a cantar "Little Red Riding Hood" en voz baja, que en el fondo,
con su áspera voz enviaba escalofríos por su espina. Pero cuando llegó al punto de
hablar de ser todo el lobo grande y malo que ella pudiera desear, Tabby se detuvo
por un momento. Negó hacia él, con la diversión iluminando su cara. "No quieres
decir un oso feroz, ¿verdad?"
Bunny le sostuvo la silla, con una sonrisa lobuna en su rostro. Ella le permitió
sentarla, sacudiendo la cabeza. Hebras verdes surcaron su rostro. Y maldita sea, era
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
Noah. Le había pedido a Anderson que le recomendara un restaurante en la zona y
34
El Club de las Excomulgadas
una cara. Tenía la apariencia exótica de una mujer que tenía algo de sangre
mediterránea en alguna parte de su acervo genético. Era de piel dorada y labios
llenos, con grandes ojos marrones y pestañas de un kilómetro de largo enmarcando
perfectamente una nariz fuerte y barbilla determinada. No era una belleza clásica,
especialmente con su cabello de la forma en que era, pero Bunny ya estaba
enganchado. Casi podía probarla. Como una madura manzana dorada, que estaría
agria y dulce en su lengua, con un anhelo que nunca desaparecería.
"¿Y bien? Con eso de Bunny. ¿Quién, qué, dónde, por qué y qué tanto los aplastaste
después?"
Él se rió entre dientes, tratando de ocultar lo incómoda la palabra aplastar. Ella no
tenía idea. "Mis primos. Tengo cinco pequeños desgraciados. Ryan, Chloe, Keith,
Heather y Tiffany son mis primeros primos. Son los que me pusieron mi sobrenombre."
"Wow. Tu tía debió haberlos estado produciendo."
"No me hagas pedirte un tazón de leche." Bunny ni siquiera se inmutó cuando
Tabby le dio un puñetazo en el brazo. Ella, sin embargo, tenía una mirada muy
dolorosa en la cara y subrepticiamente trató de quitar su mano. "Ryan y Chloe son
hermanos y los hijos de primos hermanos de mi papá, el tío Esteban. Keith,
Heather, y Tiffany son los hijos de mi tía Stacey. Mi tía Stacey pasa a ser la gemela
del tío de la hermana de Steven."
"Gran familia. Debe ser bueno." Pareció triste por un momento y sacudió la
cabeza. Él se preguntó de qué se trataría todo eso. "¿Tienes hermanos o hermanas?"
"Eric. Es mi hermano menor. Piensa, como tú, que Bunny es un apodo estúpido. Se
niega a llamarme así. Sobre todo me llama Alex.” Y eso significaba algo para él,
que sólo los más cercanos a él lo llamaran Alex. Nunca se los había dicho a sus
primos, sin embargo. Les encantaba el apodo que le habían dado y, francamente, se
divertían con él.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
Eso iba a ser divertido.
35
El Club de las Excomulgadas
"Me alegro por él."
"También me llama MEC".
"¿MEC?"
"Mierda En la Cabeza."
Ella se ahogó con su agua. "¿En serio?"
haría.
"¿Y? ¿Por qué Bunny?"
Él se encogió de hombros. "No me gusta pelear. Ellos me incitaban a pelear pero yo
me negaba. Después de un tiempo, empezaron a llamarme Bunny, ya que, y cito,
soy suave, difuso y completamente inofensivo."
Le había llevado años hacer caso omiso de la furia que a veces iba con sus viciosas
espuelas. Meditación, yoga, incluso evitar ciertos alimentos lo ayudaban a
mantener el control de la ira que había sido su perdición cuando había sido
adolescente. Ahora llevaba el apodo de Bunny como una insignia de honor, como
una forma de recordarse a sí mismo en dónde había estado y a dónde se dirigía
ahora.
Ese ahora incluía la dirección de la mujer jugando con su vaso de agua frente a él.
No podía esperar para empezar.
"Entonces, ¿qué haces para ganarte la vida?" Tabby dio un mordisco a sus doce
onzas de carne y se quejó. Bunny casi se vino en sus vaqueros con el sonido. Ella
abrió los ojos para encontrarlo mirando su boca. "¿Qué?"
"Nada." Bunny dio un mordisco a su propia pasta Alfredo con mariscos. "Esto es
bueno. Recuérdame agradecerle a Gabe."
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
Él asintió, y esperó a que ella dejara de reír. Tardó más de lo que pensaba que
36
El Club de las Excomulgadas
"Por lo tanto. ¿Qué haces para ganarte la vida, Bunny?"
Bunny tragó otro pedazo de su Alfredo. "Soy arquitecto de paisajes.
Ella lo miró fijamente. Esperó la pregunta que mucha gente hacía. "¿Cuál es la
diferencia entre un jardinero y un arquitecto de paisajes?"
"Significa que tengo una licenciatura en arquitectura de paisajes. He trabajado en
un entorno empresarial desde hace años en el diseño de paisajes, tanto blandos y
duros. Entiendo la horticultura de la zona en la que trabajo, y qué leyes tienen que
piedras, o quieren que sus espacios se agranden, pero sin tener que lidiar con las
restricciones del condado o el drenaje del agua. Diseño estructuras de código, y los
ayudo a lidiar con los consejos reguladores. En otras palabras, estoy totalmente
autorizado y acreditado en el estado de Oregon, y por lo general uso traje".
Su compañera lo miró como si hubiera crecido una segunda cabeza. Finalmente
Tabby tragó. "¿Bunsun se escribe con una 'e' o una 'u'?"
Él sonrió. Se sorprendió. Ella no parecía conocer a nadie que estuviera relacionada
con las empresas de jardinería. ¿Tal vez tenía un pariente que trabajaba en eso?
Tenían sucursales en todo Estados Unidos, y había vinculado su acento como de lo
profundo del Sur desde el principio. "Con U. Mis padres son Will y Barbra
Bunsun".
"Demonios". Tabby se hizo para atrás y lo miró fijamente. "Creí que tu nombre me
sonaba familiar".
Bunny levantó la mano. "Antes de ir demasiado lejos, vivo de mi salario, no de mi
papá".
Bajó la mano. Había estado pensando en eso por un tiempo. "Y ni siquiera eso en
estos momentos. He decidido que no quiero trabajar más para las empresas. Quiero
empezar en el trabajo residencial."
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
seguirse, si existen. Yo diseño para las personas que tienen piscinas, que necesitan
37
El Club de las Excomulgadas
Tabby miró a Bunny en estado de shock. "Exteriores Bunsun. Maldita sea. Nunca
pensé que conocería a uno de los Bunsuns tan al norte."
"Me sorprende que hayas oído hablar de nosotros." La mayoría de las personas que
no estaban en el negocio ni siquiera sabían quiénes eran Exteriores Bunsun. Por el
sonido de su acento, tenía que saber su nombre de algún lugar que no fuera de su
rama de Oregon. Tenían algunas sucursales en el sureste, pero eran pequeñas. Su
padre estaba viendo lo de la expansión más arriba de la costa oriental, pero le iba a
La cara de Tabby estaba cerrada a cal y canto. "Tengo un tío que trabaja para tu
empresa."
Bingo. Su acento sureño, tenía que ser de Georgia, o de una de las Carolinas. ¿Tal
vez de Tennessee? Todos tenían una sucursal Bunsun más bien pequeña, nada
como las oficinas corporativas que había en la costa oeste. "La compañía de papá."
Bunny se echó hacia atrás, preguntándose por qué de repente se había vuelto frío.
"¿Tabby?"
Ella sopló el flequillo de sus ojos. "Supongo que debes saberlo. Soy una desterrada."
Bunny se detuvo. Ser marginado era algo muy serio entre los que vivían en el
Grupo o en Manadas de familias. Los osos no, siendo Manadas de mente, no
tenían la misma reacción a ese tipo de cosas. Los osos estaban en grupos familiares
más pequeños y, a diferencia de los osos salvajes, los hombres eran atrapados por
sus compañeras. "¿Puedo preguntar por qué?"
Ella se mordió el labio, como una pequeña pista de vulnerabilidad que despertó
todos los instintos de protección que Bunny tenía. "Estuve saliendo con el hijo del
Alfa. Micah. Era... dulce y amable, y le gustaba estar cerca de mí. El Alfa no estaba
de acuerdo, porque pensaba que yo era un problema."
Ella se encogió de hombros. "Tal vez lo era, tal vez no. Me gustaba teñirme el pelo
de diferentes colores, así que tuve algunos problemas en la escuela, y me hice un
tatuaje."
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
tomar tiempo.
38
El Club de las Excomulgadas
¿Ella tenía un tatuaje? No podía ver ninguno en sus brazos, piernas u hombros. Lo
tendría que explorar más tarde definitivamente.
"Pero nunca he roto nada que perteneciera a alguien más", continuó, "No le hace
mal a nadie que no hubiera lanzado primero el golpe, y nunca he robado nada."
La forma feroz en que ella lo dijo hizo que Bunny gruñera. "¿Eres marginada por
haber robado algo?"
Bunny ya estaba sacudiendo la cabeza. "No eres una ladrona".
Sus ojos se ensancharon. "¿Me crees?"
"Sí".
Sus manos taparon su boca, con sus ojos marrones llenándose de lágrimas. "Oh,
Dios. ¿Cómo puedes creerme? Ni siquiera me conoces."
Bunny le cubrió la mano con la suya. "Acabo de hacerlo." No era que le importara
si lo hacía. Ella era su pareja. Le diría que el cielo era color naranja si eso la hacía
sonreír. "Dime lo que pasó." Tal vez podría averiguar lo que había pasado y aclarar
su nombre por ella.
Tabby tomó un sorbo de agua. Su mano estaba temblando visiblemente. "Um, yo
estaba viendo a Micah, como he dicho. Bueno, él me pidió que fuera a su casa
cuando sus padres estaban fuera. Lo hice, y terminamos en su habitación. Sus
padres llegaron a casa antes de que llegáramos demasiado lejos, sin embargo, así
que traté de escaparme de la casa. Por supuesto, el Alfa me sorprendió tratando de
salir, pero en vez de preguntarme qué estaba haciendo allí, asumió que estaba allí
para robar."
"¿Qué?" Bunny estaba indignado. ¿Cómo podría un Alfa hacer suposiciones de esa
índole? ¿Dónde había estado el Omega durante todo eso?
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
Ella dio un respingo. "Sí".
39
El Club de las Excomulgadas
Ella asintió. "Estaba harto de mí. Así que reunió a la Manada y les preguntó si
alguien hablaría por mí." Tragó lo suficiente para que Bunny la viera, y no lo miró
a los ojos. "Ni siquiera mis padres lo hicieron."
"¿Qué pasó con tu amante?" ¿Y no se había mordido el trasero al decir eso?
Ella se rió. "¿Estás bromeando? Micah no podía enfrentarse a su padre. El Alfa se
puso furioso, me refiero a escalofriantemente furioso, y si Micah hubiera tratado de
desafiarlo no sé qué le habría ocurrido." Se frotó la muñeca. Bunny se preguntó si
"Así que te declaró una ladrona y te expulsó de la Manada." Bunny podía sentir la
rabia subiendo por su piel. "¿Qué edad tenías?"
"Quince".
"¿Quince?" Bunny podía sentir su pecho haciendo ruido. Contuvo su rugido de
indignación con dificultad. Un hijo de puta Alfa moriría dolorosamente. Controló a
su Oso con dificultad. "¿Cómo viviste?"
"La mayor parte del tiempo corrí en forma de lobo, viví de la tierra, evité a todos y
a todo, por miedo a que pudieran decir dónde estaba. Acabé en el patio de la señora
Anderson hace unos seis meses, y he estado aquí desde entonces."
"¿Qué edad tienes ahora?" Bunny supo que estaba a punto de perderla. Con el Alfa
arrojando a una niña inocente al bosque, no habría ninguna Manada o Familia que
la protegiera.
"Tengo veintitrés."
Él sintió que sus ojos se volvían marrones. Bunny se puso de pie y se alejó,
sabiendo que estaba a pulgadas de distancia de cambiar. Ocho años. Ocho años en
que había estado sin protección, sola y con hambre y miedo. Podía sentir a su oso
moviéndose debajo de su piel y supo que si escuchaba su historia durante un
minuto más, le pediría el nombre de su Alfa. Si sabía el nombre de su Alfa, habría
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
estaría recordando un golpe allí, o algún otro daño.
40
El Club de las Excomulgadas
alguien buscando una Manada nueva. Se subiría a su moto y se dirigía a Georgia
para mutilar al hijo de puta.
Salió al aire frío de la primavera y dio algunas respiraciones profundas, con la
esperanza de que todo en él pudiera calmarse antes de hacer algo estúpido. Porque
Bunny quería matar por ella, y hasta que tuviera ese lado de sí mismo bajo control,
no podía regresar al restaurante.
Tabby tendría suficiente para hacer frente cuando se enterara exactamente de lo que
Tabby vio a Bunny salir del restaurante, dejándola sola en la mesa.
Totalmente humillada, esperó a que el camarero viniera a darle la cuenta. Esperaba
tener el crédito suficiente para cubrir el costo.
¿Cómo podía esperar que alguien entendiera lo que era ser injustamente un Paria?
Había tenido suerte de que los Pumas la hubieran recibido. Por lo menos no había
cometido el error de ir con el Alfa Poconos. Si su propio compañero reaccionaba de
esa forma, sólo podía imaginar lo que el Alfa de la Manada habría dicho.
Una cálida mano cubrió la de ella. "¿Tabby?"
Ella miró a Bunny, con su imagen vacilante ante ella, y sólo entonces se dio cuenta
de que estaba llorando. "Lo siento". Y ella debía sentirlo. Era un paria. Alguien que
uno no quería cerca.
¿Le habría estado tomando el pelo? Bunny podría seguir su camino feliz ahora. Los
marginados no tenían lugar en su sociedad. Ella ni siquiera se había tomado la
molestia de tratar de regresar a una Manada. Por lo que sabía, en realidad era todo
lo que su viejo Alfa la había acusado de ser.
"Rayos." Bunny se agachó junto a ella, con su expresión plena de sincero pesar.
"No llores. Lo siento, Tabby. No pensé en cómo tomarías que yo me levantara."
Un dulce beso aterrizó en la parte superior de su cabeza. "Hazme un favor."
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
era capaz de hacer.
41
El Club de las Excomulgadas
"¿Qué?" Ella aspiró.
"No importa cuántas veces te pregunte, no me digas el nombre de su ex-Alfa".
"¿Por qué no?" Su lobo rompió la atención de sus ojos color avellana lentamente
volviéndose de una oscuridad marrón. Un depredador se asomó a través de ellos.
Se veía letal, listo para atacar al mundo si ella se lo pedía. Era extraño ver esa
mirada en los ojos de un Oso. Había pensado que los osos se parecían más a su
amigo Julian, suave y dulces con un peculiar humor, pero los ojos de Alex eran los
se refería? "Oh. Por eso." Sabía que su boca estaba temblando. Infiernos, toda ella
temblaba. Nadie se había levantado por ella en años, además de Cyn, Gloria,
Julian y Gabe.
Le lanzó una mirada a Bunny y lo atrapó sonriendo. Todavía estaba acariciando
sus dedos, enviando un hormigueo por su espalda. Su calor y su olor la rodearon,
con sus ojos todavía de un profundo marrón chocolate. Dios, en realidad la hacían
sentir segura. ¿Cómo demonios había sucedido eso? No se había sentido
verdaderamente segura desde el día en que sus padres y su Manada le habían dado
la espalda.
"¿Está todo bien?"
Ella levantó la vista para encontrar al camarero en su mesa, con una mirada de
preocupación en su cara. "Todo está bien." Ella sacó un pañuelo de su bolso y se
secó los ojos.
"¿Podemos tener un momento? Creo que comeremos postre y tomaremos café. El
tiramisú se ve realmente bien." Bunny se sentó junto a ella, moviendo su silla más
cerca, inclinando su cuerpo entre el suyo y el camarero.
Gran tonto. Por la expresión de su rostro, no permitiría a nadie a su lado que no
hubiera aprobado personalmente. Era dulce, en una especie de forma de hombre de
las cavernas, pero podía un verdadero dolor en el trasero si decidía actuar de esa
forma en Los Ángeles. Podía sentir sus labios curvándose con una sonrisa hacia su
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
de un cazador. Tal vez ¿Se volvían así de depredadores en lo que a una compañera
42
El Club de las Excomulgadas
gesto protector. Se aclaró la última de las lágrimas de su garganta. "Estoy pensando
en el pastel de seda francesa."
"¿Dos cafés?" El camarero se fue para buscar su orden después de asentir,
dejándolos solos.
Él le acarició los dedos, negándose a soltar su mano. Sus ojos se volvieron de nuevo
a lo calientes que habían sido antes de que ella comenzara a discutir su situación.
"¿Realmente has vivido en los bosques todos estos años?"
no diría eso frente al cada vez más gruñón Bunny. Su pecho estaba realmente
gruñendo.
"¿De dónde eres originalmente?" La pregunta era inocente, pero la expresión de
Bunny no lo era para nada. A la luz tenue, ella no podía ver el color de sus ojos,
pero pensó que podrían haberse oscurecido al color de su pelo.
Decidió que no podría dañarlo responder de una manera indirecta. "De Georgia".
"¿Cerca de Marietta?"
Ella le lanzó una mirada. De ninguna manera le confirmaría que tenía razón.
Además, probablemente se lo había dicho cuando había mencionado que su tío
trabajaba para su padre.
Bunny suspiró. "¿Hay alguna forma de que te unas a una Manada local?"
"La Manada aprobada más cercana es la Poconos, a unas dos horas."
Bunny le sonrió dulcemente cuando el camarero dejó los postres sobre la mesa y se
fue. "Ah. Por lo tanto, lo que haga la Manada Marietta te afecta, de todos modos."
Tabby decidió probar algo un poco más suave por su parte. Se acercó y le dio unas
palmaditas en la mejilla a Bunny. "Abajo, Baloo." Bunny pareció asustado. "Para
un oso, eres muy gruñón." Tabby sacudió la cabeza antes de darle un bocado a su
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
"Sí. Si no fuera por Gabe y su abuela, todavía estaría viviendo allí." O muerta. Pero
43
El Club de las Excomulgadas
pie. Mmm, chocolate. Al diablo con todo eso de que "el chocolate no es bueno para
los dientes". Después de lo que acababa de vivir, necesitaba re-componerse.
"¿Qué se supone que significa eso?"
"Nada. Conozco a un oso o dos, y pensé que la mayoría de ustedes eran muy
relajados."
Bunny frunció el ceño. "Y ¿Crees que no soy relajado?"
fallado cuando Bunny sacudió la cabeza.
Salieron del restaurante, en acuerdo total. Bunny la ayudó a subir a la moto y subió
después de ella, cuidando no tumbarla. "¿Quieres ir a mi casa?" Tenía toda la
intención de reclamarla esa noche, pero no tenía ningún deseo de hacerlo en su
pequeño apartamento con sus compañeras de habitación por el pasillo. Dio una
respiración profunda. Anhelaba el aroma de su compañera llenando todos los
espacios vacíos en su interior.
En su lugar, captó el olor de algo más, de algo terrible. "¿Chloe?" Y de sangre. Un
montón de sangre.
"¿Chloe? ¿Qué pasa con Chloe?"
"¿Tabby?" El olor era más fuerte ahora, con la brisa llevándole el dolor de su prima.
Él le entregó su casco a Tabby, necesitando avanzar, proteger a su pequeña prima
con sus manos de acero.
"¿Qué?" Ella empujó el casco y envolvió sus manos alrededor de su cintura.
"Necesito que me esperes." Encendió la moto, rugiendo por el estacionamiento de
Noah. Ignoró el graznido de sorpresa de Tabby, concentrándose sólo en llegar a
Chloe. Dio la vuelta de la esquina y se encontró con una ambulancia, con sus luces
en la oscuridad.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
Tabby trató de ocultar su sonrisa detrás de su taza de café, pero supo que había
44
El Club de las Excomulgadas
Iluminaban el cuerpo de su prima tirada en la calle, con su pelo rojo mezclándose
con la sangre debajo de ella, a su alrededor. Los paramédicos estaban inclinados
sobre ella trabajado frenéticamente en su cuerpo para salvarla.
"¡Señor!"
Se bajó de la motocicleta y se dirigió a la escena antes de que alguien pudiera
detenerlo. Chloe estaba lastimada. Chloe lo necesitaba. Ryan iba a enloquecer si le
pasaba algo a su hermana pequeña. Tenía que llamar a Ryan...
obviamente no es un paramédico. El hombre tenía el pelo largo y oscuro atado en
una trenza, pero eso fue todo lo que Bunny pudo ver. "¿Chloe?" Si pudiera tocarla,
podría ayudarla a curarse.
Uno de los paramédicos se le quedó mirando con simpatía en los ojos y sacudió la
cabeza ligeramente.
Alguien estaba jalando del brazo del desconocido. "Señor, tiene que dar un paso
atrás y permitirnos hacer nuestro trabajo".
"Soy enfermero", gruñó el hombre, desde el fondo, bajo, primario. Lo que fue
directo al intestino de Bunny. El hombre era un oso como él.
Confiar en otro oso mucho mejor que confiar en un paramédico humano.
"¿Cómo está?"
El hombre empujó la chaqueta ligera de Chloe a un lado, dejando al descubierto sus
hombros. "Vivirá."
El dolor cansado en la voz del otro oso era un puñal en su estómago. "Vivir,
¿cómo?"
Un coche se paró en seco al lado de ellos. Un hombre rubio salió, con los ojos
preocupados. "Déjenme pasar."
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
Oh, demonios. Ella parecía muerta. Había un extraño inclinado sobre ella,
45
El Club de las Excomulgadas
Sorprendentemente, los hombres lo hicieron. Bunny, sin embargo, no se movió. No
hasta que olió, era un Puma.
"Soy el Dr. Jamie Howard. Vi las luces." Se arrodilló junto a Chloe, tomando la
bolsa que una mujer de pelo oscuro, también Puma y con un fuerte olor al Dr.
Howard, le entregó. "¿Qué pasó?"
"Julian Ducharme. Soy enfermero y familiar del paciente. No sé lo que pasó, pero
sus heridas son graves." Julian empezó un catálogo de las heridas de Chloe en un
"¿Bunny? ¿Qué es ella de ti?"
Él se volvió para encontrar de pie a Tabby frente a él, temblando con su vestido
ligero. Él se quitó la chaqueta de cuero y la envolvió alrededor de sus hombros,
tirando de ella en su contra. Necesitaba consuelo, el olor del envenenamiento de la
sangre de Chloe giraba en el aire.
Era malo. Él sabía que era malo, igual que su nuevo regalo insignificante no
serviría de nada aquí.
"Es mi prima más pequeña."
Tabby suspiró. "Oh, cariño." Ella puso su cabeza en el hueco de su cuello, y lo
sostuvo apretado. Él respiró hondo, pero nada podía lavar la metálica espiga de la
sangre de Chloe.
Tabby apenas podía ver lo que Julian y el Dr. Howard estaban haciendo. Bunny
ocupaba mucho espacio de su campo de visión, pero podía oír lo que decían y no
era bueno. Julian parecía pensar que podría ayudar si tuviera tiempo a solas con
ella, pero el tiempo se agotaba rápidamente junto con la sangre de la otra mujer.
Bunny temblaba en sus brazos, con sus manos en puños en la parte baja de su
espalda. Sabía que él quería ayudar, pero no había manera de que pudiera hacerlo.
Incluso Tabby podía ver que Chloe estaba más allá de la salvación.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
tono frío y profesional que hizo sentir a Bunny afuera en el frío.
46
El Club de las Excomulgadas
Así que lo sostenía tan duro como podía, sintiendo el temblor fino del cuerpo de su
pareja, mientras que su amigo se arrodillaba al lado de una mujer moribunda.
"Haz que desaparezcan, doctor. Consigue que se vayan y la podré salvar." La voz
de Julian era intensa.
"¿A qué costo?"
Bunny se puso rígido en sus brazos con las suaves palabras del Dr. Howard.
Ella casi se acercó para decirle al doctor Howard que podía confiar en Julian, pero
antes de que pudiera hacerlo el hombre suspiró. "Veré lo que puedo hacer." El Dr.
Howard caminó hacia los paramédicos que había amontonados a un lado. "Se trata
de su familiar. Quieren un momento a solas con ella."
"Señor, no lo logrará."
Bunny suspiró suavemente, con el sonido lleno de angustia. Sus brazos la
rodeaban, sosteniéndola, mientras temblaba.
"Vamos a concederle su deseo. No es como que le hará daño a nada, ni a nadie."
De alguna manera el Dr. Howard los hizo retroceder, llevándose a los paramédicos
para darles un momento de privacidad.
Bunny la soltó, agarrando con una mano a Julian y poniendo la otra en el hombro
de Chloe. Tabby vio a Julian dar una respiración profunda y...
Fue entonces cuando Tabby supo que estaba perdiendo la cabeza.
Bunny se relajó y le permitió a Julian dirigir el camino de la curación. Podría ser un
Oso, pero Julian era enfermero y tenía un conocimiento mucho más profundo del
que Bunny podía reclamar. La medicina moderna había hecho las curaciones de los
Osos más fáciles, lo que les permitía conocer las formas en que el cuerpo
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
"Déjame hacer esto. La puedo salvar, ellos no pueden. Confía en mí."
47
El Club de las Excomulgadas
funcionaba, pero pagando un precio. El precio que el Dr. Jamie Howard de alguna
manera sabía. La pequeña cantidad de curación que Bunny podría hacer posible
mantener a su prima con vida el tiempo suficiente para que llegara al hospital, pero
lo dejaría exhausto. Él sabía que se dormiría alrededor de un día después de que lo
realizara.
Comenzó a evaluar los daños. Podía sentir cada corte, cada golpe, todos y cada
uno de los huesos rotos que su prima había sufrido. No había forma, de ninguna
manera en que pudieran salvarla. Su cuerpo estaba más que herido para sostener su
Pero debía a Julian la oportunidad de decirle adiós.
Mientras Bunny abría la boca para agradecerle al otro Oso, la cosa más extraña
pasó. Julian respiró hondo, centrándose, y su pelo se volvió blanco puro.
Y entonces comenzó la verdadera curación.
Julian remendó los huesos rotos, reparando los vasos sanguíneos cortados, sanando
los daños de su cráneo. El líquido vertido en la cavidad craneal era la causa de la
presión que su frágil cerebro no sería capaz de tolerar. Julian se lo drenó de manera
eficiente y se movió a la herida siguiente. Bunny podía decir que había algo mal
allí, en los tejidos blandos de su cerebro, pero no poseía el conocimiento para saber
lo que era. Era arrastrado a la estela de Julian, incapaz de hacer nada excepto mirar
y admirar.
Bunny se quedó atónito ante la fuerza que el otro Oso poseía. Julian derramó su
energía en Chloe, revitalizado los órganos marcados y acelerando el ritmo de su
corazón una vez que todos los vasos sanguíneos habían sido debidamente
reparados. Dejó bastante daño en el exterior para que los paramédicos no se
pusieran demasiado suspicaces de lo que había ocurrido ahí esa noche.
Él no tenía mucho tiempo, cuando terminó. Bunny podía sentir la fatiga que tiraba
del otro Oso, tratando de hacerlo descuidado en su curación, pero Julian se abrió
paso. Con su curación manteniéndose precisa, capturando hasta el más mínimo
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
vida. Era increíble que se hubiera quedado como lo había hecho.
48
El Club de las Excomulgadas
detalle de los daños internos que Chloe había sufrido. Bunny ofreció su fuerza,
dejando que Julian tirara de él para completar lo que sabía era imposible para
Bunny. No sería suficiente para mantener al oso de pie más de cinco minutos, diez
máximo cuando terminaran, pero él sobreviviría, gracias a la fortaleza que Bunny
le había prestado. Bunny supo que el acto desinteresado de Julian habría terminado
con su vida. El hombre tenía que haberlo sabido antes de empezar.
Bunny se lo debía, a lo grande.
con aroma a bosque salvaje y la sensación de patas suaves sobre las hojas. El
aullido de un lobo, apenas se escuchó, atrayendo a la Luna a un cuerpo de cuatro
extremidades que le dijo que lo llenaría de energía. Fuerza salvaje mantenida a raya
por un corazón demasiado grande para su marco cursando a través de él, dejándolo
mareado y excitado por lo que casi perdió el zarcillo en espiral del camino de la
curación. Tabby les prestaba su fuerza, con la estructura básica de su compañero de
vínculo para canalizar su energía a través de Bunny para Julian y finalmente para
Chloe.
Añadiendo fuerza le permitía ayudar a Julian a terminar la curación de Chloe.
Julian se movió hacia atrás y soltó a Bunny, con su pelo poniéndose oscuro, una
vez más.
Bunny vio el fundido blanco del pelo de Julian hasta que no quedó una hebra de
perla. Julian estaba visiblemente temblando, con círculos oscuros bajo sus ojos,
pero cuando levantó su rostro, su expresión era serena. "He hecho todo lo que he
podido, y no fue suficiente".
Y luego se desplomó como una marioneta rota. Bunny apenas pudo evitar que su
cabeza golpeara en el asfalto de la calle.
"Rayos". El doctor rubio estuvo de repente ahí, con la preocupación en todas las
líneas de su cuerpo. "Tenía miedo de esto".
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
Otra fuente de energía se vertió en él. Extraña, de la mujer envuelta alrededor de él,
49
El Club de las Excomulgadas
"¿Qué es esto? Está agotado, ¿no?" Ambos hombres se giraron y miró fijamente a
Tabby. "Yo, es decir, lo sentí... tirando de mí, pero era débil. Como si ya estuviera
cansado.”
El Dr. Howard asintió. "Exactamente". Se inclinó sobre Chloe, dejando a Julian a
Tabby y Bunny. Bunny comprobó los signos vitales de Julian con su poder de
curación propia y sonrió.
Se había establecido en un sueño profundo y, probablemente, estaría muriéndose de
acomodó las piernas más cómodamente con Julian en su regazo. "Maldita sea,
Oso. No está mal. Llegará al hospital." Bunny dejó de mirar a Tabby para
encontrar al doctor Howard sonriendo. "Tengo que tener una larga conversación
con él cuando despierte. Nos vendría bien alguien como él." El Dr. Howard le hizo
señas a los paramédicos. Por el rabillo del ojo, vio el horror que cruzó el rostro de
Tabby y se preguntó sobre él. ¿Podría haber tenido algo que ver con la forma en que
Julian se había derrumbado después de salvar a Chloe? ¿Qué tan cerca estaba su
compañera de Julian de todos modos? "Quiero que tanto la Srta. Williams y el Sr.
Ducharme se vayan en las ambulancias. Quiero los vitales de los dos cuando
llegue."
"Pero, doctor, la chica." El paramédico todavía tenía esa mirada horrible en la cara.
Lo que hizo que Bunny quisiera romper algo.
"Ella lo logrará. Sólo haz lo que digo y llévensela."
"Sí, señor." Los médicos no parecían muy convencidos, pero pusieron a Chloe en la
camilla de todos modos. Ella gimió cuando la movieron, asustando a los
paramédicos que rápidamente la cargaron en la ambulancia.
Bunny vio a su prima siendo colocado en la camilla. Su rostro estaba blanco
cuando había estado negro y azul, con su respiración superficial. Ella no estaba
fuera de peligro. "Tenemos que seguirlos."
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
hambre, cuando se despertara, pero estaría bien. Sonrió a Tabby, cuando se
50
El Club de las Excomulgadas
"Por supuesto". Él se estremeció y una pequeña mano le tocó el brazo. "Estoy aquí,
Bunny".
Se volvió y miró las piernas increíbles que pasaron las suyas hacia su Harley. Ella
se subió a horcajadas sobre la silla, se puso un casco y lo esperó.
La ambulancia, con sus luces intermitentes, se enfiló por la calle. Bunny no la vio
pasar. Tenía un pensamiento horrible con el que lidiar.
Dios, si se estrellaban, no habría nada entre su carne dulce y la dureza del camino.
que fuera con él tendría que estar vestida o llevar algo de cuero.
Ni siquiera el increíble Julian podía curar un caso de muerte.
Se estremeció al pensar en el cuerpo de ella en el suelo, de verse obligado a ver
cómo su sangre se derramaba en el camino. Ella era suya, con su peculiar pelo
verde y todo eso. El miedo que había sentido al ver a Chloe rota en el camino de
pronto se centró en Tabby. Él no podía ver eso otra vez.
Se acercó a su moto y jaló el casco de su cabeza.
Si algo le sucedía a ella camino al hospital, él se moriría. Lo que no era lógico, lo
sabía, pero en ese momento, no le importaba. Alguien que amaba estaba camino al
hospital. Necesitaba algo para reafirmar su vida, y marcar a su pequeño lobo le
haría muy bien.
"¡Hey!"
Él se tragó su protesta, bebiéndose profundo su dulzura. Su boca suave, llena se
abrió en estado de shock y él se aprovechó, metiéndose entre sus labios con
hambre. Con el impulso de emparejarse, de marcarla, fue abrumador.
Gracias a Dios por los vestidos sin mangas. Abrió la chaqueta de cuero a un lado y, sin
pensarlo dos veces, mordió su hombro. Su marca se formó bajo su lengua en su piel
suave como la seda. La sintió estremecerse, con su cabeza echada hacia atrás, con
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
Él la miró por un momento, midiéndola mentalmente, sabiendo que la próxima vez
51
El Club de las Excomulgadas
sus muslos sujetándose convulsivamente a la moto mientras se venía. La enzima de
apareamiento corrió a través de su sistema, el primer indicio de su olor
mezclándose con el suyo. Su Oso se apaciguó, contento ya que ella había sido
marcada.
Ella era suya.
Tabby se sentó en la silla del hospital y fulminó a Bunny. Alargó la mano hasta
tocarse el hombro. La marca que él había colocado quemaba su piel. Ella mantuvo
y le preguntaran si había conseguido ser mordida por un maldito Oso. La única
razón por la que no estaba más enojada era a causa de Chloe. Había visto cómo el
accidente de su prima había afectado a Bunny.
No estaba muy segura de por qué había sentido la necesidad de marcarla
directamente entonces y allí, pero la forma en que había mirado fijamente la
ambulancia y la forma en que se había vuelto para mirarla le daba una pista.
Era conmovedor, una especie de cavernícola. Aun así, le hubiera gustado un poco
más de tiempo antes de que la marcara. Había tantas cosas que todavía no sabía de
ella, e incluso más que ella no sabía de él.
"Dime la verdad, Bunny. ¿Qué tan grave es?" El hombre alto había llegado al
hospital en respuesta a una llamada telefónica de Bunny. Se había presentado como
el primo de Bunny, Ryan Williams, el hermano mayor de Chloe. Parecía aún más
salvaje y pálido que Bunny. No había dejado de caminar desde que había llegado.
Su color marrón rojizo de pelo estaba despeinado, sus ojos azules bordeados de
rojo.
"¿Sr. Bunsun? ¿Sr. Williams?"
Ryan prácticamente saltó hacia el médico. "¿Sí, doctor?" Pobre chico. Realmente
estaba enfermizamente preocupado. Bunny se levantó más lentamente, pero con
una urgencia igual.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
la chaqueta de cuero sobre ella para que nadie viera la mordida que él había dejado
52
El Club de las Excomulgadas
El Dr. Howard se quedó allí y se pasó las manos por el pelo rubio. "Síganme".
Bunny tomó de la mano de Tabby y siguió al Dr. Howard. Los condujo a una
habitación privada y cerró la puerta. "Está bien. ¿De quién quieren oír primero?"
Bunny ni siquiera lo dudó. "De Chloe".
No había sorpresa. Ella era la única del trío que conocía a Julian. Por la enferma
forma en que Ryan tragó, Bunny había tomado la decisión correcta.
decirlo sin rodeos, si Julian no hubiera llegado cuando lo hizo, estaría muerta."
Ryan gimió.
Bunny se estremeció. Tabby abrazó su brazo, ofreciéndole comodidad. Julian
nunca hubiera permitido que Chloe muriera. Sabía eso, como sabía el color de sus
ojos.
"Su recuperación llevará tiempo. Habrá algún daño cerebral. No sabremos
exactamente con lo que estaremos tratando hasta que se despierte".
"Al diablo." Bunny comenzó a caminar. "Ella está trabajando en su doctorado en
medicina veterinaria. Tendré que llamar a su jefe, hacerle saber lo que está
pasando."
"Yo lo haré." Ella llamaría al restaurante y a la oficina del veterinario en el que
Chloe era voluntaria.
Ella ya tenía el número de teléfono del restaurante, ya que ella y las chicas
ordenaban el almuerzo de allí con regularidad, y no sería difícil conseguir el
número de teléfono de la oficina del veterinario. Bunny y Ryan tenían que
concentrarse en Chloe.
"Nuestra familia está en camino." Ryan sonaba como si estuviera en shock. "Mamá
y papá deberán estar aquí mañana".
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
"Ella tendrá algunas cicatrices por esto. Chloe tuvo una suerte increíble. Para
53
El Club de las Excomulgadas
"¿Está despierta?" Tabby miró al Dr. Howard a tiempo para captar su mueca de
dolor.
"No, y esa es una de las razones que nos preocupa. No pude hablar con el Sr.
Ducharme antes de que colapsara." El Dr. Howard se quedó en la puerta cerrada
un momento antes de volverse a Bunny. "Tu amigo es un oso Kermode, ¿no?"
¿Un qué?
El Dr. Howard sonrió. "Salí con una brevemente antes de conocer a mi pareja. Viví
en Canadá durante unos dos años antes de volver a Halle. Ella me enseñó mucho
sobre los osos." Sacudió la cabeza. "Sólo un Oso Kermode podría haber hecho lo
que Julian hizo."
Ryan dio una respiración profunda, sonora y se calló. "Le debo una."
Jamie le lanzó una mirada. "Le debes más de lo que piensas. Los paramédicos
dicen que sus heridas eran numerosas y Julian lo ha confirmado. Francamente,
estoy sorprendido de que él sobreviviera a la curación".
Tabby se congeló. ¿Julian podría haber muerto? Su mejor amigo, el hombre con el
que había reído, que había declarado que ella podría ser la hermana que nunca
había tenido, ¿Podría haberse... ido? Ahora ella fue la que tragó. Era uno de los
pocos que le daban el sentido de familia que había perdido hacía ocho años. Ella no
podría soportar perderlo.
"Mi novia me dijo que había límites en cuán lejos un oso podía llegar para curar a
alguien, incluso un Kermode. Así que a menos que Julian sea un Súper Oso, algo
tuvo que haberlo ayudado".
Bunny asintió, pero no dio más detalles. Tabby sabía que había ayudado a Julian, y
que se había agotado a causa de ella. "¿Él todavía está inconsciente?" La mandíbula
Bunny pareció apretarse. Podía ver algunas serias facturas dentales en su futuro.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
"¿Lo es?" Bunny frunció el ceño. "Eso explica muchas cosas. ¿Cómo lo sabes?"
54
El Club de las Excomulgadas
"No estamos seguros de cuándo se despertará, pero conociendo la capacidad de
curación de los de su tipo, no le debe tomar mucho más, a pesar de lo que hizo para
salvar a tu prima".
"¿Fue un accidente?" Tabby miró a Ryan. El hombre estaba prácticamente vibrando
en su lugar. "¿Qué pasó con mi hermana? ¿Alguien hizo esto deliberadamente o fue
un accidente?"
"No he hablado con el Sheriff Anderson todavía, así que no lo sé. Sé que ha estado
averiguarlo".
Tabby frunció el ceño. "Eso no tiene ningún sentido. ¿Por qué no estuvo allí con la
ambulancia? O infiernos, ¿Ninguno de los policías de por aquí?" Todos los hombres
se voltearon a mirarla. "En serio. ¿Por qué la ambulancia estaba allí sin la presencia
de un policía? Alguien tenía que haberlo llamado, ¿verdad? ¿Fue Julian?"
El Dr. Howard parpadeó. "Yo... no lo sé. Te diré esto, déjame averiguar quién
llamó al 9-1-1 y la denunció. Tal vez el despachador no creyó que debía alertar a la
oficina del sheriff".
"Aquí está mi número de teléfono celular para que pueda ponerse en contacto
conmigo una vez que sepa algo". Ryan recitó su número, mientras el Dr. Howard
lo programaba en su teléfono.
"¿Puedo ver a mi hermana?"
El Dr. Howard asintió. "He dejado instrucciones de que a los tres se le permita ver
al señor Ducharme, así como a la Srta. Williams."
"Gracias, doctor." Ryan estrechó la mano del hombre.
"Gracias." Bunny siguió a su primo, estrechando la mano del Dr. Howard.
"Tengan cuidado, todos ustedes." El doctor Howard abrió la puerta y salió de la
habitación, dejando detrás a tres cansados y molestos were.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
informado. Lo último que escuché de él fue que estaba en la escena, tratando de
55
El Club de las Excomulgadas
"Vamos. No estamos haciendo ningún bien aquí." Tabby tiró de los dos hombres.
"Ustedes dos vayan a ver a Chloe. Estaré en la habitación de Julian." Ella los
empujó y empujó hasta que ambos se movieron, a sabiendas de que no
descansarían hasta que supieran que Chloe estaba en vías de recuperación.
Ella consiguió el número de la habitación de Chloe de una enfermera y empujó a
los hombres hacia él, entonces se dirigió a la habitación de Julian. Cuando se
despertara, tenía toda la intención de estar allí y descubrir lo que el Súper Oso había
¿Qué demonios era un Oso Kermode de todos modos?
Bunny se quedó mirando a su compañera dormir. Tabby se había acurrucado en
una silla al lado de la cama de Julian, con su pelo de color verde lima brillante
contra el tapizado de vinilo azul. Ojalá pudiera unirse a ella, pero la necesidad de
hacer guardia, de proteger a los que le importaban, era demasiado fuerte. Casi
habían perdido esa noche a Chloe. Nada le pasaría a Tabby. Ryan, con igual
insomnio, estaba protegiendo a su hermana.
Tabby resopló en su sueño y él sonrió. ¿Cómo había llegado a significar tanto para
él con tanta rapidez? Su mirada se desvió por ella. El orgullo que sentía
sorprendente. De los tres, había sido la que había mantenido la cabeza, lidiando
cada golpe con una práctica que le había permitido apoyarse en ella cuando más la
había necesitado. Ella ni siquiera conocía a Chloe, pero había llamado a Frank del
restaurante y le había contado lo que había sucedido. Había llamado a la oficina
veterinaria y dejado un mensaje acerca del accidente, con la condición de Chloe y
su número de habitación. Después de haber terminado, había vigilado a Julian,
yendo y viniendo entre su habitación y la de Chloe para ir con Bunny y Ryan para
ver si necesitaban algo. Había hecho todo lo posible por cuidar de todos, y el único
que realmente conocía estaba todavía inconsciente.
Suspiró y se pasó la mano por la parte superior de la cabeza, con la barba suave
áspera contra su palma. Tabby gruñó y se movió en su sueño, con sus dedos
apretándose alrededor de los brazos de la silla. Se preguntó lo que estaría soñando.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
hecho para salvar a la prima de Bunny.
56
El Club de las Excomulgadas
Su compañera era una persona increíble. Sólo esperaba que él fuera digno de ella.
"¿Alex?"
Bunny se volvió hacia la puerta, sorprendido al encontrar a su padre de pie.
Debería haber sabido que sus padres correrían al lado de su sobrina. "¿Papá?"
Bunsun entró en la habitación, con su esposa detrás de él. "¿Qué demonios pasó?"
Barbra Bunsun golpeó el brazo de su marido. "¡Will! Habla bajo." Rodó sus ojos
beso. "Los padres de Ryan nos llamaron. Cariño, deberías habernos llamado."
Bunny se hundió en la comodidad que era su madre. Ella siempre olía a canela y a
hogar. "Hola, mamá. No estaba seguro de que todavía estuvierais levantados.
Pensaba en llamaros por la mañana."
"Podrías haber llamado para decirnos acerca de Chloe. Y debiste llamarnos al
momento de encontrar a tu compañera." Sólo una madre podía mirar a alguien de
la manera en que Barbra Bunsun lo estaba mirando. Sus ojos se estrecharon y él se
sonrojó, preguntándose por qué se sentía culpable. No había hecho nada malo.
"Tomamos el primer vuelo." Will abrazó a su hijo. "No hay forma en que te
dejemos pasar por esto solo, Alex."
"Gracias." Bunny parpadeó para contener las lágrimas. De todos sus primos, estaba
más cerca de Ryan y de Chloe, y el ver su cuerpo maltratado lo golpeaba con
fuerza. Dios, amaba a sus padres. William Bunsun podría dirigir una empresa muy
ocupada, pero siempre ponía primero a su familia. "¿Dónde está Eric?" Estaba
sorprendido de que su hermano no estuviera justo detrás de sus padres.
"La tía Laura y el tío Steven están con Chloe y Ryan. El tío Ray y la tía Stacey se
quedaron con Eric para ayudar a manejar el negocio." Su madre jaló su cara. "Ryan
nos dijo que le debemos la vida de Chloe al Sr. Ducharme, y que lo podíamos
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
color avellana, pero abrazó a su único hijo, tirando de él hacia abajo para darle un
57
El Club de las Excomulgadas
encontrar aquí con tu pareja." Ella miró al hombre en la cama, con la mirada
deteniéndose en su compañera dormida. "¿Con el pelo verde?"
Él se rió entre dientes. "¿Esperabas algo más?"
Barbra Bunsun dio a su marido una mirada atónita. "Me sorprende que no fuera
una rubia japonesa con dos coletas en la cabeza y un amor loco por el arroz frito".
Bunny puso los ojos en blanco. No tenía un póster de Sailor Moon, no importaba lo
que la terapeuta le hubiera dicho. "Mamá." Hizo una mueca. No había sonado
Su madre acarició su mejilla. "Está bien, querido. Estoy segura de que encajará con
nosotros." Dios él lo esperaba. Y esperaba que el resto de la familia fuera tan
acogedora como sabía que sus padres serían. Porque hasta ahora Tabby era
cualquier cosa menos ordinaria.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
quejoso en muchos años. Su madre le hacía sentir que tenía diez años de nuevo.
58
El Club de las Excomulgadas
Capítulo Tres
Tabby dio un sorbo del horroroso café del hospital y esperó a que Alex saliera de la
habitación de su prima. Julian había insistido en que la fuera a ver, pero ella no se
sentía cómoda allí con todos los demás. Los padres de Chloe estaban inclinados
sobre ella y, a pesar de lo mal que Tabby se sentía en ese momento, se encontró
celosa. Los padres de Tabby nunca se habían preocupado mucho por ella. Si lo
hubieran hecho, nunca la hubieran abandonado en la calle cuando tenía quince
"Aquí, esto podría hacerte sentir un poco mejor."
Tabby miró a la madre de Alex, pensando de nuevo en la apariencia de la mujer
más pequeña. La hermosa mujer a su lado no se veía como una madre. Se veía
como una modelo, con sus ojos color avellana con una luz sorprendente, con su
piel de bronce cremosa. La única imperfección eran las líneas de expresión
alrededor de sus ojos y boca y el ligero puñado de pecas en su nariz. Las líneas de
expresión mostraban su semejanza entre Bunny y su madre. "Gracias, señora
Bunsun".
"Barb, cariño. Y no me des las gracias hasta que lo hayas probado."
Tabby miró el danés de su mano. "¿De la cafetería del Hospital?"
"Sí". Barbra suspiró y se apoyó contra la pared. "Entonces. Eres la pareja de mi
hijo."
Tabby hizo una mueca. "Casi".
Delgadas cejas oscuras se levantaron, preguntando sin decir una palabra.
"Él me mordió antes de seguir a la ambulancia. Sólo apartó a un lado la chaqueta y
dejó al descubierto sus colmillos en público también." Ella dio un bocado a su
danés. Después, bebió un agradable, largo trago de café para no ahogarse con la
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
años.
59
El Club de las Excomulgadas
pasta seca. Ella trató desesperadamente de no hacer una mueca. Había sido un
buen gesto, pero Dios querido. "Um. ¿Hay una tienda cerca de aquí?"
A Barb le temblaron los labios. "Sacando sus dientes, ¿eh?"
"Mm-ajá. Eso es todo lo que hemos podido hacer, sin embargo." Tabby se quedó
inmóvil, con su mirada alejándose. "¿Tú estás... bien con eso?" ¿No le había dicho
Alex que Tabby era una paria?
Tabby pensaba que él era más caliente-que-el-infierno-de-pareja y asintió. "Oh, sí.
Estoy bien con todo." Barb sonrió, aliviada. "Estaba preocupada. Mis padres se
asustaron cuando descubrieron que mi compañero era blanco. No me hablaron por
semanas."
Tabby resopló. "Mis padres son la menor de mis preocupaciones."
La expresión de Barb se tornó aguda. "¿Hay algo que necesite saber?"
Tabby tiró el danés no comestible. Había comido mejor comida en los contenedores
de basura. Alguien tenía que golpear la cabeza de la nutricionista del hospital. "Soy
una Paria."
Barb parpadeó. "Hmm. ¿Por qué?"
Ella estudió a su suegra, aliviada al ver que no había condenación en la cara de la
otra mujer. "Por ser una ladrona."
Barb hizo un gesto con la mano. "¿Y? Detalles, cariño."
"¿Una larga historia corta? Estaba saliendo con el hijo del Alfa. Me metí a su
habitación para estar con él, y nos atraparon a escondidas. El Alfa supuso que
estaba allí para robarle y no escuchó lo que le dije. Su hijo ni siquiera trató de
explicarle las cosas a su padre." Sus labios se torcieron en una sonrisa. "El Alfa
nunca oyó nada que no quisiera de todos modos. Nadie se molestó en hablar por
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
"¿Estás bien con esto?"
60
El Club de las Excomulgadas
mí y el Alfa me desterró. Vagué por cerca de ocho años como lobo y finalmente
aterricé en Halle. He estado aquí desde entonces".
Barb la estudió por un momento, con su cuerpo entero relajándose. "Entonces
vamos a tener que arreglar eso."
Tabby parpadeó. ¿Solucionar lo irreparable? "¿Cómo está Chloe?"
Barb suspiró, con la tensión regresando a sus hombros. "No bien".
hacer para ayudar?"
"Sí". La sonrisa de Barb era cansada. "Cuida bien de mi hijo."
Tabby asintió, con sus ojos yendo de Barb todo el camino de regreso a la habitación
de la puerta del hospital.
"¿Tabby?"
Tabby sonrió mientras la dulce voz de su amiga se derramaba sobre ella. Gloria
estaba de pie allí, con una de sus faldas y blusas campesinas de colores brillantes,
con el pelo de color azul pálido recogido en una cola de caballo. Parecía una
gitana-duendecillo. "Hey, chica. ¿Qué estás haciendo aquí?"
Gloria levantó la bolsa de gimnasio de Tabby. Las pulseras de la muñeca eran
discordantes y su sonrisa fue amplia y brillante. "No es la forma en que había
imaginado pasar la noche." Se rió. "De acuerdo, traerte ropa de trabajo después de
tu noche de libertinaje, sí. Llevar tu ropa de trabajo después de una noche en el
hospital, no. Y hey, no caminarás con vergüenza, ¿verdad?"
"Muchas gracias". Tabby rodó sus ojos, pero sólo la presencia de su amiga
burbujeante la calmó. Era difícil estar molesta cuando Gloria estaba cerca. "¿Está
Cyn sola?"
La tienda llevaba abierta más de una hora.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
Ella tomó la mano de Barb y la apretó. "Lo siento mucho. ¿Hay algo que pueda
61
El Club de las Excomulgadas
"Publicó que estaba cerrado por una emergencia familiar y movió las citas que
teníamos para la semana." Le dio a Tabby la bolsa. "Siento escuchar de la prima de
tu novio."
"Gracias." Tabby se dirigió hacia la habitación de Julian. Prefiriendo cambiarse en
su cuarto de baño que en el baño público. Y no había forma de que fuera a la
habitación de Chloe, no con todas esas personas ahí. Julian cuidaría la puerta
mientras ella se cambiaba. Era una de las pocas personas realmente confiables para
"¿Dónde está el nuevo hombre, de todos modos?"
Tabby se encogió de hombros. "Alex está finalmente durmiendo un poco." ¿Y no
ha sido una batalla y media? Había discutido con todos excepto con su madre hasta
que la mujer le había pellizcado la oreja y, literalmente, lo había arrastrado para
descansar un poco. Debía regresar en cualquier momento a otro. "Oh, se me
olvidaba. Julian está aquí."
"¿Por qué?"
Pensó en tratar de explicarle, pero decidió que quería una jarra bonita y grande de
margaritas a su lado cuando lo hiciera. Todavía no había descubierto la forma en
que había salvado a Chloe, o lo que había pasado con su pelo blanco funky. "Te lo
diré más adelante, pero está bien ahora. Está esperando sus papeles de salida en su
habitación, así que me cambiaré allí."
"Bueno, Cyn me dijo que tomaras tu - ¡oomph!," Tabby giró a su alrededor. Gloria
estaba tendida en el suelo. Ryan estaba encima de ella, con una extraña expresión
de su rostro.
Gloria se quitó el flequillo celeste de la cara. "Y hola a ti también".
Tabby reprimió su risa al ver la expresión de contrariedad en su rostro.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
mantenerla segura.
62
El Club de las Excomulgadas
Ryan parpadeó. Su expresión se quedó atónita. Tabby había visto a Gloria tener ese
efecto en más de un hombre. "Hola". Tabby se estremeció. Ryan prácticamente
había ronroneado el saludo. "¿Quién eres tú?"
Gloria le sonrió a Ryan. "Gloria". Alzó la mano, con cada centímetro de ella como
una delicada princesa. "¡Ayúdame, por favor!"
Ryan dio un salto. "¡Oh! Correcto." Tomó la mano de Gloria y la puso con
facilidad de pie. "Soy Ryan, Ryan Williams."
Ryan sonrió. "Sí. Ella fue admitida ayer por la noche. ¿La conoces?"
La boca de Gloria se quedó boquiabierta. "¿Quieres decir qué...?" Se volvió a
Tabby. "No me dijiste que Chloe estuviera en el hospital." Ella tiró de su mano, con
el ceño fruncido, ausente cuando Ryan no la soltó. "Chloe es una amiga. Tengo que
ir a buscar unas flores o algo".
"A ella le gustarán una vez que esté fuera de la UCI." La mano de Ryan tomó la de
Gloria y se la guardó en el hueco de su brazo. "¿Tal vez pueda ayudarte a encontrar
algunas?"
Gloria golpeó su pie. "¿Tu hermana está en el hospital y estás coqueteando
conmigo?"
La respuesta de Ryan fue una sonrisa caliente.
Tabby tosió. Por la mirada en el rostro de Ryan, las cosas estaban a punto de
ponerse interesantes para su amiga. "Necesito que me prestes a Gloria por un rato."
Ryan le frunció el ceño. "En serio. Es mi compañera de trabajo, mi compañera de
cuarto y una de mis mejores amigas."
El ceño dejó su cara. "¿Y?"
Tabby suspiró. "¿Gloria?"
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
La expresión de Gloria se tornó mucho más genuina. "¿El hermano de Chloe?"
63
El Club de las Excomulgadas
"¿Sí?"
"Grr-grr".
Gloria inclinó la cabeza hacia Ryan, con la boca abierta. "¿Él -?"
"Sí".
"¡Oh!" Gloria liberó su mano. "¿No deberías estar, no sé, con tu pareja?" Dijo entre
dientes. Gloria tenía verdadero odio por los tramposos. Tabby todavía no sabía por
ella sabía que Gloria no tenía nada que ver con su madre.
"Él no tiene, Gloria."
Ryan echó la cabeza hacia atrás y rió. "Todavía no, de todos modos." Miró a
Gloria, con expresión intensa. Era mucho más alto que su amiga pequeña. El
movimiento gritaba posesión.
Uh-oh. "Um. ¿Ryan? ¿Por qué no vas a ver a Chloe?"
Él la miró, y por un momento el depredador se asomó de repente en los ojos
marrón oscuro. Sabía que estaba debatiendo si debía o no hacer lo que ella le había
pedido. "¿Dónde están tus dos cabezas?"
Tabby levantó la bolsa. "Me trajo ropa. Nos dirigimos a la habitación de Julian
para que me pueda cambiar en paz".
Ryan la estudió, con sus dedos jugando distraídamente con un mechón de pelo de
Gloria. "Mantenla segura".
Ella tragó, con la advertencia de la tranquilidad en la voz del oso clara. Si Ryan
había decidido no dejar a Gloria fuera de su presencia, no había mucho que Tabby
pudiera hacer para detenerlo.
Un oso solitario podría azotar el trasero de una loba solitaria. "Sip. Así lo haré."
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
qué, a pesar de que podía adivinarlo. Los padres de Gloria se habían divorciado, y
64
El Club de las Excomulgadas
Ryan llevó la mano de Gloria a sus labios. "Te veré más tarde." Inclinó la barbilla
hasta Gloria y le sonrió, con una expresión llena de asombro y un toque de
satisfacción. "Gloria".
Gloria no respiró hasta que Ryan desapareció al doblar la esquina.
"¿Qué demonios fue eso?"
Tabby tomó el brazo de Gloria y la condujo a la habitación de Julian. "Te lo
explicaré en el camino." Apretó el botón del ascensor. "¿Cómo te sientes acerca de
Gloria parecía aturdida. Ella tropezó, jalada por Tabby, con expresión de
fascinación horrorizada. Nunca había tratado con hombres agresivos, y un hombre
en la búsqueda de su compañera era tan agresivo cómo podía. "Por favor, dime que
discutiremos al tipo de peluche".
Tabby negó y acompañó a su amiga a la habitación de Julian.
*****
Bunny empujó la puerta de la habitación de Julian. Ryan le había dicho que su
compañera podía estar allí. También le había dicho a Bunny que estaría desnuda.
Él necesitaba saber si Julian era hombre muerto o no. En una mano tenía al
estúpido oso de peluche que había comprado para Julian ante la insistencia de
Tabby.
Si Julian había conseguido un vistazo de la piel cremosa de su compañera, Bunny
lo alimentaría con el juguete pieza a pieza a la vez.
"Me preguntaba cuándo te presentarías."
Bunny parpadeó. Julian estaba sentado en el borde de la cama, con una sonrisa en
su rostro. Su herencia natal americana era evidente en su color de piel oscura, con
sus ojos profundos y negros y altos pómulos. Su cabello largo y oscuro estaba
suelto, acumulándose en su regazo. Ahora que tenía una buena apariencia, Bunny
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
los osos?"
65
El Club de las Excomulgadas
casi gruñó. Julian era uno de los más hermosos hombres que había visto. ¿Y Tabby
estaba desnuda en el baño de este hombre?
Infiernos, no.
"¿Dónde está Tabby?" Bunny sonrió, con sus colmillos asomando. Mía.
Julian puso los ojos en blanco y soltó un bufido. "Se está vistiendo." Señaló hacia el
cuarto de baño. "Ni siquiera esperó a cerrar la puerta para empezar a desnudarse."
compañera la que estaba desnuda en la habitación de otro hombre. "¿Tabby?"
"¿Sí?" Su respuesta sonó amortiguada pero divertida.
Él apretó los dientes. "¿Has terminado ya?"
Julian se tapó la boca, sin duda ocultando su risa por la forma en que sus hombros
temblaban. "Tu pareja piensa que me colaré ahí y violaré tu culo blanco como un
lirio."
Bunny se relajó un poco. El otro hombre sólo estaba reconociendo el derecho de
Bunny sobre Tabby. Inclinó la cabeza en agradecimiento, devolviéndole la sonrisa
cuando Julian le guiñó un ojo.
Lo último que quería hacer era extraer al hombre que no sólo era uno de los más
cercanos amigos de su compañera, sino que había sido el salvador de su prima.
Además, Bunny odiaba pelear, pero lo haría por Tabby. Era bueno saber que no
tendría necesidad de hacerlo en lo que a Julian se refería.
Los sonidos detrás de la puerta se detuvieron. "¿Él piensa qué de nuevo?" "Seamos
realistas, cariño." Julian hizo una pose dramática. "Me deseas más incluso de lo
que deseas a Legolas".
La puerta se abrió. Tabby salió y la lengua de Bunny casi cayó al suelo.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
Las manos de Bunny se apretaron. Le debía tanto al hombre, pero aun así... Era su
66
El Club de las Excomulgadas
Los vaqueros parecían pintados. "Por supuesto. Legolas no puede hacer lo que tú
haces con la lengua y con un tallo de cereza."
Bunny suspiró. Exploraría esos pantalones vaqueros más tarde. Volvió su atención
a Julian. "Necesitas morirte ahora".
Julian se echó a reír. "Encantado de conocerte, por cierto."
Bunny dio un paso adelante y estrechó la mano que Julian le estiró. Trató de no
fruncir el ceño. El hombre se veía como una mierda a pesar de la apariencia que
El Oso parpadeó, pero no dijo una palabra. "Julian Ducharme. Tabby y yo somos
buenos amigos".
"Te debo por lo que hiciste por mi prima".
Julian hizo una mueca. "No podía dejarla así." Se encogió de hombros. "Su dolor
tiraba de mí desde tres cuadras de distancia."
La mano de Tabby se posó en su hombro, calmándolo aún más. "¿Fuiste tú el que
llamaste al 9-1-1?" Buena pregunta. Una que no había sido contestada aún, por lo
menos en lo que Bunny sabía.
Julian frunció el ceño y se sentó con la espalda recta. "No. Ellos llegaron justo
cuando yo lo hacía."
Tabby y Julian intercambiaron una mirada de preocupación. Esos dos, obviamente,
tenían alguna historia, y su compañero confiaba en el otro Oso. Él decidió que era
lo suficientemente bueno para él. Se relajó, instalándose en una silla junto a la
cama de Julian. "Entonces, ¿quién los llamó?"
"Esa es una buena pregunta."
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
estaba poniendo. "Alexander Bunsun. Me llaman Bunny."
67
El Club de las Excomulgadas
Tabby frunció el ceño. "Conozco al hombre adecuado para responder a eso." Ella
sacó su teléfono celular y tocó un número, después se puso el teléfono a la oreja.
"Hola, soy Tabby. ¿Podrías pasarme a Gabe?"
"Buena chica. Debería haber pensado en eso." Bunny frunció el ceño cuando Julian
se apoyó en la cabecera de la cama. "¿Haber pensado en qué?"
Tabby se movió a la puerta y la abrió, saliendo al pasillo. "Hey, Gabe. ¿Alguna
noticia sobre el caso de Chloe?"
sheriff. Conseguirá una respuesta de él más rápido que nadie excepto de su
compañera, especialmente en cuanto a Chloe se trataba." Julian le dirigió una
mirada especulativa. "Ella puede haber perdido a su familia en Georgia, pero se
encontró con una nueva aquí. ¿Entiendes?"
Bunny estudió a Julian y asintió lentamente. Sí, entendía. "Gracias otra vez."
Julian se encogió de hombros. "No soy el único. Hay un número de personas que
batearían por la chica, sin pensarlo dos veces. De hecho, creo que te sorprenderías
de los muchos que son."
"¿Incluyendo al Alfa?"
"No estoy seguro, pero creo que sí. Por lo que he visto, Max es bastante seguro y
confía en su jerarquía."
"Y si Gabe dice que ella es de la familia, ¿Qué diablos? ¿Aceptarán eso?"
Julian pareció misterioso. Un rayo pálido blanco pasó por su pelo, yéndose casi tan
rápido como había aparecido. "Creo que cuando todo esté dicho y hecho, Tabby
encontrará que tiene mucho más de una familia de lo que jamás soñó."
Julian y yo tenemos que sentarnos y tener una charla agradable, mucho tiempo. Pronto.
"Ella no sabe sobre el Kermode." Sonrió. "¿Puedo estar allí cuando lo discutan?"
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
Julian cruzó las manos detrás de la cabeza y cruzó los tobillos. "Es amiga del
68
El Club de las Excomulgadas
Julian soltó un bufido. "Por supuesto. ¿La puedes tener por mí?"
Bunny puso los ojos en blanco. "Recuérdame que te presente a Ryan. Vosotros dos
se llevarán muy bien." Sostuvo al oso. "Aquí. De Tabby y mío."
Julian tomó el oso blanco y resopló. "Lindo. ¿Pero por qué con el traje de
Supermán?"
Tabby volvió a entrar en la habitación antes de que pudiera responder. Parecía
agitada, salvaje. Bunny se levantó, dispuesto a consolar a su sacudida compañera.
Julian se incorporó lentamente, con toda su atención de pronto centrada en Tabby.
Bunny tensó todo el cuerpo. La expresión de su cara era horrible. "¿Qué, cariño?"
"Chloe". Tragó. "No fue impactada por un auto. Han confirmado que las marcas en
su cuerpo son compatibles con una paliza." dio un paso adelante y apretó los brazos
alrededor de Bunny, por la que su cabeza quedó contra su pecho con un suspiro.
"Alguien trató de matar a tu prima."
*****
Bunny parpadeó a la luz del atardecer que se filtraba por la ventana del hospital. Se
había asegurado de que Julián llegara a casa seguro, siguiendo al taxi hasta la
pequeña casa a las afueras de la ciudad. Había dejado a Tabby en el trabajo
inmediatamente después y se había dirigido de vuelta al hospital. Había estado
sentado allí desde entonces.
"Vete a casa".
Bunny parpadeó a su padre. No podía dejar a Chloe. ¿Y si algo le pasaba? Tenía
que estar allí para protegerla. Ya era bastante malo que no hubiera estado allí antes.
La mano de su padre se posó en su hombro. "Sé lo que estás pensando. Somos más
parecidos de lo que crees." Will sacó a Bunny de la silla. "Te prometo que nada le
pasará a Chloe, mientras esté aquí."
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
"Acabo de hablar con Gabe."
69
El Club de las Excomulgadas
Bunny miró los ojos were de su padre y asintió. Él y su padre eran en gran parte
iguales. Él protegería a Chloe contra cualquier cosa y todo lo que llegara a ella. La
única diferencia era que William no tenía los problemas de ira con los que Bunny se
enfrentaba a diario. La rabia en él estaba mucho más enfocada y dirigida.
Había tomado su ira y la había convertido en la tierra misma, creando su negocio
con sus propias manos. Así como Bunny utilizaba el yoga, su padre usaba el trabajo
físico, y le funcionaba. "Está bien. Iré a descansar. Llámame si se despierta." Hizo
"Duerme, hijo. Estás agotado. Ayudaste a curar a Chloe. Ahora es tiempo de que te
sanes a ti mismo."
Bunny volvió a asentir y se arrastró hasta la puerta.
"Dejaré la moto aquí. Tomaré un taxi."
Él se quedó paralizado. Nunca dejaba la moto. La Harley era su bebé. "¿Tal vez
podrías llamar a tu compañera y conseguir que te lleve?" Ahora esa era una buena
idea. Tal vez la podría convencer de que fuera de vuelta a la habitación del hotel
con él. "Es una buena idea." Tal vez podría hacer algo más que dormir la siesta,
también. Sacó su teléfono celular y llamó al Arte viviente.
"Arte viviente, habla Gloria."
"Oye, Gloria. ¿Puedo hablar con Tabby?"
"Claro que sí." Sonaba tan dulce y recatada, hasta que gritó con todos sus
pulmones, "¡TA-BBY! TELÉFONO" Él se alejó el teléfono de su oído con una
mueca de dolor. Maldita sea, la chica tenía un juego sano de pulmones.
Su padre se echó a reír. "¿No es la chica en la Ryan mostró interés?"
Bunny carraspeó. ¿Ryan había mostrado interés en una de las chicas?
"Tabby habla. ¿Cómo puedo ayudarle?"
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
una mueca. Había tenido la intención de decir “cuando”.
70
El Club de las Excomulgadas
Él se estremeció. Ese acento profundo se apoderó de él una vez más, su pene se
animó con insistente interés. Maldita sea, la había dejado sólo hacía seis horas y ya
estaba dando brincos por ella. "¿Puedes hacerme un favor, nena?"
"Por supuesto, azúcar. ¿Qué necesitas?"
"¿Puedes venir a recogerme? Estoy agotado y he recibido la orden de dejar la moto
aquí".
Odiaba pedírselo, pero maldita sea estaba empezando a ver doble de tan agotado.
No había dormido en la maldita habitación del hotel, caminando y preocupándose
por Tabby y Chloe. Su madre le había dado una mirada y agitado la cabeza,
exasperada. "¿Puede una de las otras chicas cubrirte?"
"Haré algo mejor. Espera ahí, alguien te recogerá en breve. Y ni siquiera pienses en
escabullirte en la motocicleta. Si estás lo suficiente cansado como para llamarme,
estás demasiado cansado para conducir."
Podía sentir que se sonrojaba. "No lo estoy."
"Bien." Hizo una pausa. Una campana sonó en el fondo. Se parecía mucho a la que
estaba conectada en la puerta del Arte Viviente. "Me tengo que ir."
Bunny frunció el ceño. Su voz había sonado apretada. "¿Estás bien?" "Sí, yo—"
Algo se estrelló. "Rayos. Lo estaré. Me tengo que ir." Colgó, dejándolo allí de pie,
con una neblina roja de ira en aumento dentro de él.
"Algo está sucediendo en el Arte Viviente." Bunny se dirigió la puerta. "¿Dónde
está Ryan?"
"¿Problemas?" Lo siguió.
"Sí. Papá, tienes que quedarte aquí o conseguir que Ryan se quede aquí. Es
necesario que me dirija a la tienda de tatuajes y compruebe a Tabby".
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
Hubo una pausa. "No puedo. Estoy esperando a un cliente en diez minutos."
71
El Club de las Excomulgadas
"No estás en condiciones."
Bunny se dio la vuelta y le gruñó a su padre. Nunca había desafiado al hombre
mayor, pero nunca había tenido a una compañera antes, tampoco.
Él levantó las manos en el aire. "Llamaré a Ryan, haré que te encuentre allí."
Bunny asintió y se alejó hacia el ascensor, la posible amenaza a su compañera
zumbaba en sus venas. De repente ya no estaba tan cansado. Que Dios ayudara a
Tabby llamó al 9-1-1, pero el daño ya estaba hecho. Alguien había tirado algo a
través de la ventana y le había indicado a Bunny que algo andaba mal. Rayos.
Diez a uno que ya estaba en camino hacia allí.
"¿Qué carajos?"
Se volvió para mirar al cliente que había entrado a la tienda justo antes de que la
cosa entrara por la ventana. ¿Qué diablos había sido eso de todos modos? Parecía
algún tipo de tubo de metal. ¿Una tubería, tal vez? "¿Ryan?"
Él la miró, con sus ojos azules volviéndose marrones mientras la observaba.
"¿Dónde está Gloria?"
"Aquí". Gloria salió de detrás de la cortina, seguida de cerca por Cyn. Él fue directo
al lado de Gloria, con su mirada vagando sobre ella, con sus manos crispadas en
sus costados. "¿Qué pasó?"
"Eso vino a través de la ventana." Tabby señaló hacia el objeto de metal. Estaba a
menos de un palmo de ella.
"¡Oh no! ¿Te encuentras bien?" Cyn de repente allí, comprobando a Tabby y
buscando daños.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
cualquiera que pusiera sus manos en lo que era suyo.
72
El Club de las Excomulgadas
"Estoy bien. Llamé al 9-1-1."
La mirada de Ryan estaba pegada a Gloria. Suspiró y su nariz se arrugó con asco.
"¿Qué es ese olor?"
Tabby miró el tubo, sólo entonces se dio cuenta al principio de que olor salía de él.
"Oh, infiernos. Agarra tus cosas. A todo el mundo."
Se apresuraron a salir de la tienda, teniendo cuidado de los vidrios rotos. Ryan
levantó a Gloria y cargó, con los ojos duros. Apenas parecía darse cuenta de su
Probablemente ella se sentía como una pluma en sus brazos.
Gloria, por el contrario, estaba asustada. Estaba tiesa como una tabla en sus brazos.
Ryan la puso sobre sus pies, con su rostro siendo una mezcla de confusión y de
preocupación. "¿Te lastimaste?"
Ella se alejó rápidamente. "Estoy bien".
Él se quedó perplejo, con el marrón decolorándose, dejando atrás el azul.
"¿Gloria?"
Tabby negó y se alejó. Parecía que Gloria no se tomaría el apareamiento tan
fácilmente como había pensado que lo haría. Cyn la vio gruñir y sacar su teléfono
celular, haciendo un gesto para que la gente volviera, alejándose de la tienda.
Entonces, la parte de atrás de la cabeza de Tabby explotó y el mundo se volvió
negro.
Bunny rugió deteniéndose fuera del Arte Viviente. Dio la vuelta a la moto y corrió
hacia el pelotón de gente. "¿Qué pasó?"
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
peso, ya que como oso, era mucho más fuerte que la mayoría de los hombres.
73
El Club de las Excomulgadas
El oficial que hablaba con Cyn y Gloria señalaba a la tienda. "Alguien lanzó un
tubo a través de la ventana con una especie de bomba de olor en ella. Ah, y esa
señora fue atacada por allí. El Sheriff se está ocupando de ella."
Bunny vio el pelo verde de Tabby en el hormigón y se abalanzó hacia el sheriff. El
corazón le latía con miedo. Visiones de Chloe en un charco de sangre lo
persiguieron.
Ryan se agarró de su brazo, tratando de detenerlo. "Tabby está herida, pero está
Él se zafó sin comprender a su primo y se abalanzó hacia el centro de la multitud.
No le importó empujarlos fuera de su camino. Tenía que llegar a su compañera
herida.
"¿Tabby?"
Ella apartó la mano de la parte trasera de su cabeza con una mueca de dolor. "Ay.
Me golpearon". Ese acento de Georgia arrastrado por el dolor.
El sheriff y un suplente se hicieron a un lado para dejar a Bunny acercarse a su
compañera. Él se puso de rodillas, explorando la parte trasera de su cabeza con los
dedos. Efectivamente, tenía una pequeña herida, con sangre formando un bulto.
Llegó a su Oso, agradecido por la fuerza que le daba. Sanó la herida, el drenaje
agotador valiendo su pena cuando ella suspiró de alivio y se hundió en su contra.
Le acarició el cabello, agradecido más allá de lo creíble cuando le sonrió. Murmuró
en silencio gracias a su Oso por haber curado a su compañera y miró al sheriff.
"Estará bien."
"¿Viste quién te golpeó?"
Bunny se volvió y miró al oficial junto al sheriff. El hombre había hablado en un
tono de aburrimiento, áspero a través de los instintos de protección de Bunny.
¿Cómo se atrevía este hombre a tomar el ataque a su compañera tan a la ligera?
Demonios, incluso Gabe lo miró brevemente disgustado, una vez más controlando
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
bien."
74
El Club de las Excomulgadas
su expresión. Bunny se preguntó si el oficial era el tipo de policía que pensaba que
todo lo que pasaba con una artista de tatuajes tenía que estar vinculado a algo ilegal
y por lo tanto se lo merecía.
Tabby negó, haciendo una pequeña mueca. "Nop. Fue más o menos un bam,
entonces las luces se apagaron." Bunny le acarició la frente, quitando los últimos
vestigios del dolor de cabeza que su agresor le había causado.
"Y nadie más resultó herido." Anderson estaba mirando hacia ella, con su
hombre que Bunny reconoció.
Bunny sabía lo que Anderson estaba pensando. Cerró los ojos, no queriendo que
nadie viera el furor posesivo hirviendo en sus profundidades. Alguien había atacado
deliberadamente a su compañera. "Tabby viene a casa conmigo."
Él sabía que ella protestaría, pero antes de que pudiera, la voz de Cyn cortó a través
de la multitud. "Por supuesto que no. Necesita radiografías y esas cosas, sin ningún
argumento, ¿Lo entiendes?" Tabby se mordió el labio. Cyn se quedó con las manos
en sus caderas, con sus ojos de fuego. "¿Algunos hijos de puta piensan que cerrarán
mi tienda, sin que luche? No lo creo." Cyn señaló a Tabby. "Tú. Ve al hospital."
Señaló a Gabe. “Tú. Averigua quién lo hizo y mete sus traseros a la cárcel, donde
espero sinceramente que reciban lo mismo varias veces." La gente alrededor de Cyn
se rió entre dientes, pero Bunny notó que Cyn no estaba bromeando. "Gloria y yo
limpiaremos".
"Yo te ayudaré". Cyn miró a Ryan de arriba a abajo. "Bien. Nos vendrán bien un
poco de músculos por aquí."
Gloria parecía aterrorizada. Bunny brevemente se preguntó por qué, pero se
distrajo cuando la mano de Tabby se posó en su hombro.
Ella usó su hombro para hacer palanca y se levantó. "Sí, señor." Se inclinó
dramáticamente a Cyn, tambaleándose un poco. Bunny se acercó y la estabilizó
con una mano en su muslo.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
expresión completamente cerrada. Pero había un destello dorado en los ojos del
75
El Club de las Excomulgadas
Ella todavía se veía un poco pálida. Se puso de pie y tiró de ella suavemente a sus
brazos, pasando sus manos sobre ella, curando sus raspaduras, haciendo todo lo
posible por calmarla. Ella se recargó en su contra, pero continuó haciendo
pucheros. "¿Estás dispuesta a montar?"
Ella soltó un bufido. "Estoy a la altura de conducir".
Podría no ser una mala idea. Bunny estaba empezando a temblar, una reacción a su
agotamiento y adrenalina. "Buena idea. ¿Al Hospital?"
necesarios los rayos X, y al parecer así lo entendió.
"De acuerdo." Él sacó la llave de su bolsillo y se la entregó. "El Marriott cerca de la
universidad".
"Lo tengo." Ella hizo girar las llaves en su dedo y se giró a la moto.
"¿Listo?"
Él entrecerró los ojos. Parecía increíble que estuviera a horcajadas sobre su moto.
El tanque negro de la parte superior le hacía brillar la piel, haciendo hincapié en su
pelo verde. Esos malditos pantalones pintados estaban tirantes en sus muslos. Sus
botas de tacón alto negro descansaban cómodamente contra el asfalto, dándole a
Bunny la imagen sucia que había tenido sobre mujeres y motocicletas.
Rayos. Podía verla sentada así con nada más que botas y una sonrisa. Se la
imaginaba, con su cuerpo encorvado sobre la manija, con sus pechos
balanceándose libres, con esa sonrisa insolente de su cara y su trasero al aire, lista
para que la tomara. Gruñó. "No tienes ni idea."
Se quitó el casco y dio unas palmaditas el asiento detrás de ella, tentadoramente
cerca de su trasero. "Vamos, azúcar. Sube a bordo."
Bunny, con su control casi destrozado, lo hizo, poniéndose su casco. Ella estaba
más que lista para ese viaje y otro hoy.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
Ella lo miró. Él había sanado casi la totalidad de sus lesiones. Sabía que no eran
76
El Club de las Excomulgadas
"Al hospital". Miró a Cyn. "Lo digo en serio. Ella tiene un bulto en la cabeza.
¿Segura que debes conducir?"
Bunny reprimió el impulso de poner los ojos en blanco. No había forma en que Cyn
pudiera saber que ya había curado las lesiones de Tabby, y no había manera de que
pudiera explicárselo en medio de la multitud. "Ella está bien."
Cyn lo fulminó con la mirada. "Bulto. Cabeza. Demonios, incluso la cabeza dura
de Tabby no es a prueba de golpes."
"No". Cyn agarró el casco de Tabby y le tendió la mano. "Al hospital. Rosada".
Tabby puso los ojos en blanco y extendió su pequeño dedo meñique. "Juro que mi
cabeza será revisada." Por supuesto, ambos sabían que Bunny ya había cuidado de
ella, por lo que su juramento no era necesario. Y lo expresó de tal manera que
podía decir honestamente que no había mentido.
Cyn la agarró con su propio dedo meñique. "Bien." Dio un paso atrás,
evidentemente satisfecha. "Cuida de ella por mí."
"Lo haré". Envolvió sus brazos alrededor de Tabby. Eso incluso podría ser mejor
que cuando él conducía. Empujó sus caderas hacia delante, sujetando su pene
contra el delicioso trasero de Tabby. "Créeme, lo haré", murmuró a sus oídos.
Ella se estremeció y encendió la moto. Salió a la calle, con cuidado hasta que
estuvieron fuera de la vista de la tienda. "Sabes que no es necesario un hospital."
Él lo sabía. Nunca habría dejado que manejara si creyera por un minuto que había
sido dañada de ninguna forma. La curación era completa. "Lo sé." Frotó su mano
brevemente sobre su pecho. "Pero sé lo que necesitas." Y, Dios mío, lo que él
necesitaba más que nada.
Se detuvieron en su hotel y encontraron un lugar de estacionamiento cerca de la
puerta principal. "¿En serio? ¿Lo crees?"
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
"¡Hey!" Tabby dio un tirón a su casco. "Ahora me siento bien, gracias".
77
El Club de las Excomulgadas
Él la rodeó para tomar las llaves y apagar la moto. "Lo sé." La ayudó a levantarse,
alejando sus cascos. "¿De acuerdo?"
Parecía decepcionado.... Él sabía que tenía que mantenerse unido hasta que
estuvieran en su habitación. Una vez que la tuviera en su guarida temporal, todas
las apuestas serían pagadas.
Fueron en el ascensor en silencio, con la mano de Bunny envuelta alrededor de ella.
Se sentía tan pequeña en su pata grande. Su pecho retumbó con un gruñido. La
merecía tanto de lo que había conseguido de la vida hasta ahora. Y él era el hombre
que vería que ella lo obtuviera. Pero, primero, la marcaría.
El ascensor sonó y él suspiró, con sus hombros caídos de cansancio. Hasta el
momento se había sido un infierno de semana y se habían agotado tanto. Ese
suspiro se convirtió rápidamente en otro cuando la arrastró fuera del ascensor y casi
la tiró a su habitación del hotel. Dios, la necesitaba. Si no la sentía a su alrededor
pronto, explotaría malditamente. Tenía que borrar el olor de su atacante de su piel,
sentir que se lo sacaba de la mente. Cerró la puerta, poniéndose contra ella.
"Mía".
"Tuya". Ella se quedó sin aliento, tratando desesperadamente de calmarlo.
No estaba de humor para ser apaciguado. La mordió directo por su camisa,
marcándola otra vez, obligándola a tener un orgasmo. El olor de su placer jugó con
él, llevándolo a la locura. Ella tenía que estar desnuda. Él quería la sensación de su
suave piel bajo las palmas de sus manos. Él tiró de su camisa, arrancándosela hasta
la mitad de su cuerpo, dejando al descubierto su sostén de encaje.
Sacó su sujetador, exponiendo un pecho lleno a su mirada hambrienta.
Oh, rayos, tiene perforaciones. Un pequeño anillo de oro colgaba de su pezón marrón,
con bolas verdes brillantes en su piel dorada.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
idea de que alguien intentara hacerle daño a su compañera era inconcebible. Ella se
78
El Club de las Excomulgadas
Se inclinó y chupó el pezón con su boca. Lo jaló sin hacer ninguna pausa, lamiendo
el anillo de oro, y deleitándose con sus gritos suaves. Su cuerpo comenzó a
ondularse contra él, con sus caderas empujando contra su erección.
Él la agarró por la cintura y la levantó, sosteniéndola contra la puerta de modo que
él quedó de pie, con su seno derecho, donde lo quería. Ella envolvió sus piernas
alrededor de su cintura y le agarró de la cabeza, presionando su boca en donde
tanto la deseaba.
nuevo en la puerta. "Rayos, Alex."
Él gruñó. Ella lo había llamado Alex. Nadie lo llamaba Alex, excepto el jefe
inmediato de su familia.
La posesividad rugió a través de él. Ella era familia. Era suya.
Miró hacia arriba para encontrar su mirada fija en él a través de sus ojos de lobo.
Sus colmillos estaban al descubierto. "Bájame".
Dejó que sus colmillos rasparan su pecho. El gemido que soltó fue música para sus
oídos. "¿Por qué?"
Ella sonrió. "Quiero marcarte".
Él se estremeció. "A mi manera".
"¿Qué?"
Él dio media vuelta y la tiró sobre la cama, ignorando su grito sobresaltado. "A la
mía".
Las botas tenían que salir antes de que pudiera quitarse los pantalones vaqueros de
sus piernas. Tiró a su lado, y rápidamente se quitó los pantalones vaqueros. Él miró
las botas en el suelo. No estaba seguro de que le permitiría usar esas para volver a
trabajar. Le gritaban fóllame.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
Él alejó su boca sólo para chupar el otro pecho con su boca. Su cabeza se estrelló de
79
El Club de las Excomulgadas
Él era el único que tendría ese placer.
Después la ropa interior. Ella estaba allí, mirándolo quitarle la ropa del delicado
encaje que rasgó con sus manos. Estaba usando demasiada fuerza, dejando
moretones detrás, pero parecía que no podía detenerse. Necesitaba sentir su
proximidad a su alrededor.
Una vez que estuvo desnudo, se puso de pie. "Juega contigo misma."
Sus ojos se abrieron por un momento antes de dejar caer los párpados, sus manos
jugosos de su vagina.
Estuvo a punto de caer de rodillas, dispuesto a adorar a la mujer que se retorcía en
su cama. Arrastró su ropa de su cuerpo, sin importarle el lugar donde caía. Sólo
sabía que tenía que subir hasta allí y enterrar su cara entre los muslos de la mujer
que había reclamado.
Tabby vio a Alex arrastrarse hasta la cama. No había manera en el infierno que le
pareciera un conejito a ella, no con esa mirada en los ojos. La expresión de su
rostro era uno de mala intención, con la mirada pegada a su vagina. Se lamió los
labios y Tabby se estremeció de anticipación.
Oh, infiernos. Él se la comería.
Al primer golpe de su lengua, ella se quedó sin aliento. Áspera y húmeda y caliente,
era casi demasiado para soportar. Él lamió y chupó y mordisqueó su clítoris como
un hombre muerto de hambre en un menú de cinco platos.
Casi la hizo olvidarse de lo que podía hacer con su lengua. "Gírate."
Él hizo una pausa. "¿Hmm?"
Ella se estremeció. Había sentido el zumbido a través de todo su cuerpo. Bajó la
mirada hacia él. "Quiero tu pene en mi boca."
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
llegaron hasta sus pezones. Sus muslos se abrieron, lo que le permitió ver los labios
80
El Club de las Excomulgadas
Si era posible, sus ojos se volvieron aún más oscuros. Se puso de rodillas y movió
su cadera. "Cambia de lugar conmigo."
Ella sonrió. Si él supiera lo que había planeado, podría no ser tan complaciente.
"Seguro." Ella lo dejó asentarse de espaldas antes de balancear su cuerpo sobre el
suyo. Bajó la cara a su pene, lamiéndole la gota a punto de salir. La dulzura salada
fluyó sobre su lengua. "Mmm. Sabes delicioso".
Él la agarró de las caderas y tiró de ella hacia él, chupando su clítoris directo con su
que estaba haciendo.
Pero entonces, ella también. Ella envolvió su mano alrededor de la base de su pene
y lo sostuvo, chupando la cabeza. Ella sintió que él hacía una pausa antes de atacar
su vagina con venganza. Sus muslos temblaron.
El infierno si él la hacía venirse primero. Ella tenía toda la intención de ordeñar un
orgasmo de él antes de marcarlo. Ella bañó su raja con su lengua, sacando más
gotas de él. Gimió, con el sonido vibrando a través de su vagina.
Oh, rayos. Él había movido su lengua a su agujero, follándolo sin piedad. Con su
pulgar bailando en su clítoris mientras bebía sus jugos. Ella se resistió de nuevo a él,
tirando de su boca. Demonios. No sabía cuánto tiempo más iba a poder esperar el
orgasmo.
Alargó la mano y dobló las rodillas por él, jalando de sus caderas para llevarlo a
follar su boca. Le tomó unos minutos hacerse una idea, pero una vez que lo hizo, él
la tomó en serio, con su lengua coincidiendo con el movimiento de su pene en su
boca.
Ella lo mamó en serio ahora, muriendo por el sabor completo de su compañero.
Con el peso de él en su lengua increíble, con su olor llevándola al borde del éxtasis.
Luego hizo algo, torció la lengua o su dedo pulgar de alguna forma que ella se vino,
gritando a su alrededor, desesperada lamiendo su pene para arrastrarlo con ella. Su
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
boca. Ella abrió la boca, empujando las caderas hacia él. Oh, sí. El hombre sabía lo
81
El Club de las Excomulgadas
boca se apartó de ella en un suspiro. "Eres tan buena." Sus manos llegaron a su
cabello, empujando la cabeza hacia abajo sobre él. "Fóllame, sácamelo nena." Él
casi la estranguló, pero a ella no le importó. Ella deseaba que él se viniera. Sabía lo
que sucedería cuando lo marcara y quería que él estuviera preparado y listo.
"¡Rayos!" Él se derramó en su garganta, con su cuerpo inclinándose. Se vino con
tanta fuerza, que la hizo atragantarse, incapaz de alcanzar su totalidad. Ella se
tragó lo que pudo, ronroneando por su sabor.
su muslo.
"¡Oh, mierda!" Ella estaba chupando la marca que le había dejado, con su muy
bonito trasero balanceándose frente a su cara como si estuviera moviendo la
maldita cola. Su pene estuvo duro como una piedra en un instante. Él esperó hasta
que sus colmillos se desprendieron de su carne antes de agarrarla por las caderas y
la levantó de la cama. Ella chilló por la sorpresa. "Fóllame. Ahora".
La dejó caer sobre su pene. Ni siquiera se molestó en girarla a su alrededor. Lo
había marcado y ahora la follaría hasta que los animales de ambos se mostraran
satisfechos. La agarró de la cintura y la jaló hasta que estuvo sentada en posición
vertical, con sus muslos cubriéndolo, con su vagina sobre él. Él se dio la vuelta y
empezó a tocar su clítoris. "Móntame, nena".
El deseo que había sentido antes no era nada comparado con el de ahora. Si ella no
se venía en su pene, se volvería loco. Por lo menos pensaba así hasta que empezó a
moverse, deslizándose hasta abajo de su longitud con movimientos lánguidos
diseñados para volverlo loco.
Cuando ella rodó las caderas, sintió la mirada cruzada de la exquisita tortura.
Mierda, era increíble. "Juega con tus pechos."
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
Luego empujó su pene pasó a un lado y lo marcó justo donde sus bolas se unían a
82
El Club de las Excomulgadas
Ella gimió, echando la cabeza atrás sobre su hombro. Sus manos se elevaron y
comenzaron a tirar de sus pezones. Podía sentir las ondas moviéndose a través de
su vagina con cada estocada de sus ansiosos dedos. "¿Quieres más, nena?"
"Uh-ajá".
Le pellizcó el clítoris calmando el dolor. "¿Quieres venirte?"
Ella le lanzó una mirada seductora por encima del hombro. "¿Y tú?"
con tu clítoris."
Ella movió las manos a sus caderas. Él iba a darle a su mujer un poco de ayuda.
Una de sus manos bajó a su vagina. Él miró por encima del hombro para ver,
deseando ver el ritmo de sus dedos moviéndose dentro y fuera. Quería memorizarlo
si tuviera que hacerlo.
Ella rodó una vez más sus caderas, montando su pene mientras se acariciaba.
"Es tan bueno." Gimió ella, presionando su propia mano. Sólo la visión de ella
montándolo y tocándose, follándose a sí misma lo enviaba por encima del borde.
La levantó un poco, haciendo caso omiso de su maullido de protesta. Quería un
poco de espacio para maniobrar y poder sostener su peso, mientras él los follaba a
ambos hasta el orgasmo.
Ella abrió la boca con su empuje duro, suspirando en el segundo, y tratando de
recuperar el control en el tercero. Ella se volvió salvaje en él, inclinándose hacia
adelante y empujándose de nuevo en él. Una mano se hundió en su muslo,
mientras la otra permanecía ocupada en su vagina. Podía sentir sus dedos
acariciándola cada vez que los sacaba, tocándola y enviando su necesidad a las
nubes.
Ella tenía que venirse. Él necesitaba que se viniera ya.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
Él sonrió y empujó, haciéndole saber sin palabras lo mucho que la deseaba. "Juega
83
El Club de las Excomulgadas
Se puso de rodillas detrás de ella y la bajó el resto del camino. La colocó de modo
que su cabeza y hombros estuvieran en las mantas y su trasero en el aire. Al mismo
tiempo, nunca dejó su cuerpo y continuó trabajándola con sus dedos
frenéticamente.
Se inclinó de manera que su barbilla se apoyó en su hombro. "Ahora realmente
estamos follando."
Sus ojos se ensancharon. "¿Qué fue eso antes, pretender follar?"
Oh, Dios mío. Tabby desesperadamente trató de montarse en la tormenta llamada
Alex. Quien le daba estocadas, con su cuerpo encerrado en ella, con sus brazos
apretados alrededor de ella. Ella no podía moverse, no lo podía follar de regreso.
Estaba empalada, encarcelada en su pene, en sus brazos.
Y le encantaba cada minuto.
Ni siquiera podía llegar a su clítoris. Una de sus grandes patas tenía sus brazos
como rehenes. La otra sostenía su cabeza hacia abajo, manteniendo sus dientes
lejos de él. Hombre inteligente. Si alguien más se hubiera atrevido a tratarla así, ella
le habría mordido el rostro.
Sin embargo, este era su compañero reclamándola finalmente. Ella se acomodó,
con su cuerpo relajándose en el suyo, inclinando la cabeza aún más hacia un lado.
Sometiéndose a su pareja, al único hombre que podía hacerla caer de rodillas con
una mirada y una sonrisa.
Podía oír el golpe de sus muslos contra su trasero, sintiendo la profundidad
echándose a temblar dentro de ella. Ella sólo se había venido una o dos veces sin
tocar su clítoris, y el muchacho la hacía sentir como que la tercera sería la vencida.
Todo su cuerpo estaba tenso por liberarse. "Más".
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
Él le lamió el cuello y la tomó como el animal que era.
84
El Club de las Excomulgadas
Con un gruñido salvaje, le dio lo que pedía. Había desatado a la bestia en él con su
demanda, e iba a pagar el precio por ello con una muy adolorida vagina, aunque
muy feliz. Por otra parte, tenía poderes de curación maravillosos...
Si pensó que había estado dándole estocadas antes, se equivocaba. Él comenzó en
serio, haciendo caso omiso de sus gritos de placer. Con su gran pata atrapando sus
brazos, sólo para apoderarse de sus pechos. Él apretó sus pezones sólo hasta hacerle
sentir un poco de dolor. Ella gimió, con su aliento robado, no pudiendo pedir más.
Su mano mantenía su cabeza apretada en su cabello, sosteniéndola quieta mientras
Su orgasmo empezó, rodando a través de ella, con un placer tan intenso que apenas
pudo sacar el aliento para gritar. Cada músculo de su cuerpo se cerró, con el
maldito placer desgarrándola.
Él se estremeció a su alrededor, en ella. Cómo contuvo su propio orgasmo ella
nunca lo sabría. "Oh, mierda sí. Hazlo de nuevo."
Ella trató de mover la cabeza para decir que no, que no sobreviviría a otro igual,
pero él se movía de nuevo y ella no podía detenerlo. El primer orgasmo corrió
directo en el segundo, con su cuerpo palpitante, con su aliento perdido con ella. Su
cuerpo obedeció su orden, haciendo caso omiso de la imposibilidad del mismo. Era
dueño de su cuerpo y alma, y le hizo saber eso sin lugar a dudas.
Ella se apretó a su alrededor, decidida a llevarlo con ella en ese momento. Ella
gruñó hacia él, gritando cuando su mano se apretó, recordándole que ella le
pertenecía. Dios, era increíble, y nada de lo que pensaba que estar con un oso sería.
Había esperado algo como esto con un lobo y sentía había una pequeña punzada de
que nunca había conocido el tipo de unión con la que siempre había soñado.
Alex estaba tomando esos sueños y rompiéndolos con la realidad.
Estaba sucediendo otra vez, con su cuerpo entero metido en el orgasmo. Esta vez
tuvo aliento para gritar su nombre. "¡Alex!" Él hundió sus colmillos en su hombro,
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
él tomaba lo que quería y le daba lo que necesitaba.
85
El Club de las Excomulgadas
intensificando el orgasmo hasta que ella casi se desmaya, con manchas bailando
frente a sus ojos y su cuerpo estremeciéndose.
Alex gritó, el sonido más salvaje que cualquier otro que jamás hubiera oído. Su
pene se movió dentro de ella una vez, dos, y el calor líquido se vertió en ella. Se
había venido, finalmente con sus colmillos todavía enterrados en su cuello, con su
cuerpo tembloroso por la intensidad de su propio placer.
Si la seguía follando así, nunca podría salir de su cama. Ahora entendía el
saciada hasta sus pies.
Él salió de ella y cayó al colchón al lado de ella. Su pecho grande agitado, brillando
por el sudor. Movió la cabeza y la miró, con la cabeza todavía en el edredón, con
su trasero todavía en el aire. "¿Estás bien?"
Sus músculos estaban demasiado débiles para moverse siquiera lo suficiente para
bajar el trasero al colchón. ¿Tal vez podría dormir así? Ella sonrió, sabiendo
exactamente cómo se vería. “Mejor que nunca. Mierda. Evah".
Alex se rió entre dientes. Ella casi gruñó por la satisfacción presumida en el rostro
del hombre, pero en serio, se había ganado esa mirada. La jaló y empujó hasta que
ella estuvo prácticamente encima de él, con los pies apoyados en la almohada.
Ninguno de los dos parecía tener la fortaleza para seguir su camino de vuelta a la
cama. Se quedó allí durante unos minutos, poniendo dulces besos allí donde podían
llegar sin tener que moverse.
Eventualmente, Alex se movió. "¿Me haces un favor? La próxima vez muérdeme
en el cuello." Se quejó, pero sus labios temblaban. "¿Qué se supone que debo decirle
a mi padre cuando me pida ver la marca de mi compañera? ¿Deberé dejarme caer y
señalarle con orgullo?"
Ella ocultó su rostro en su pecho y se rió. Su compañero acababa de darle el mejor
orgasmo de su vida y ¿era muy divertido en la cama? Tabby había muerto e ido al
cielo.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
significado de la frase morir de placer. Ella estaba exprimida, blanda, húmeda y
86
El Club de las Excomulgadas
Capítulo Cuatro
Bunny frunció el ceño y trató de averiguar qué era lo que lo había despertado. No
podía recordar la última vez que había dormido tan, tan bien. Se despertó todo
envuelto en el calor de su compañera, con su erección situada entre las nalgas de su
trasero. Ella estaba roncando suavemente, con su pelo verde pegado a la mejilla.
Sus pies estaban apoyados aún en las almohadas, que nunca se habían molestado
en voltear de la forma correcta. El zumbido del aire acondicionado le recordó que
intención de vivir con tres mujeres en su pequeño apartamento. Tendría que
preguntarle si Tabby tenía algún barrio en particular que la atrajera.
Allí. Lo escuchó de nuevo. Beethoven "Para Elisa". Con cuidado salió de la cama y
se puso a buscar en los pantalones de su compañera. Su teléfono celular vibró en su
mano, Beethoven a todo volumen hasta que consiguió abrirlo. "Hola".
Silencio.
"¿Hola?"
"¿Quién es?"
Bunny alejó el teléfono de su oído y lo miró. "Habla Bunny. ¿Quién habla?"
"Habla el novio de Tabby." Sonó un suspiro un tanto sufrido por el altavoz.
"Demonios. ¿Me está engañando otra vez?"
¿El novio de Tabby? Miró a la mujer durmiendo en su cama. "Supongo que sí."
"Maldita sea. Amigo, lo siento, pero necesito que me hagas un favor. ¿Le dirías que
Gary la llamó? Oí que se lesionó ayer y quiero asegurarme que todo está bien."
La preocupación en la voz de Gary ralló sus nervios. "A pesar de todo, ella es... es
todo para mí, ¿sabes?"
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
tenía que empezar a buscar un lugar si se iba a quedar en Halle. No tenía ninguna
87
El Club de las Excomulgadas
Algo de eso ya no se sintió bien. Todos sus instintos le estaban gritando que Gary
era un saco de mentira de mierda, pero ¿cuánto de eso se debe a su compañero y
afectaría su vínculo con Tabby? "Sí. Conozco la sensación." Respiró hondo y trató
de calmar la ira dentro de él. "Me aseguraré que sepa que le llamaste".
"Gracias, hombre. Y no te culpes. Hemos tenido problemas recientemente y, bien,
Tabby no maneja bien el estrés".
Bunny cerró el teléfono y lo cortó, incapaz de escuchar otra palabra. Estudió a la
novio? ¿Un hijo de puta llamado Gary?
Tabby bostezó. "Oye, ¿Fue mi teléfono?"
Su voz era ronca por el sueño y por su afecto. Aplastó el teléfono en la mano.
El plástico endeble se rompió fácilmente. "Lo fue".
"¿Alex?" Se sentó con el ceño fruncido. "¿Qué pasa?"
Él dio una respiración profunda. Le daría la oportunidad de explicarse, de hacer las
cosas correctamente. "¿Tienes novio?"
"¿Aparte de ti? No."
Maldita sea. En esos momentos, deseó ser un maldito coyote. Podía oler una
mentira a cincuenta pasos. "¿Estás segura?"
"Sí," Ella arrastró las palabras. Se subió la sábana alrededor, ocultando su hermoso
pecho de él. "¿Quién te dijo lo contrario?"
"Gary."
Ella parpadeó, con la furia cubriendo su rostro. "Gary".
Algo dentro de él se alivió. Esa no era la respuesta de una mujer inocente. "¿Tu exnovio?"
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
mujer en la cama. ¿Qué tan bien conocía realmente a su compañera? ¿Tendría
88
El Club de las Excomulgadas
Tabby lo miró por un momento antes de cuidadosamente dejar sus rasgos en
blanco. "No es nada de lo que tengas que preocuparte."
Oh, infiernos. Ahora no serviría para nada. "Tonterías".
"Alex", suspiró ella, frotándose el puente de la nariz.
"Te llamó porque escuchó que te habías hecho daño, pero tan pronto como oyó mi
voz me preguntó si lo habías engañado otra vez. Me dijo que era tu novio." La furia
posesiva se levantó en él. Luchó por bajarla, a sabiendas que había fallado cuando
convierte en un dolor en mi trasero." Un dolor que estaría más que feliz de borrar si
llegaba el momento.
"Dejemos que Gabe lidie con él. ¿Por favor?"
"¿Esto es algo que el sheriff sabe?" Se acomodó en el borde de la cama.
"Sí. Es un dolor continuo. Estoy teniendo problemas para encontrar la medicina
adecuada para deshacerme de él." Sonrió débilmente. "¿Podemos ir a desayunar
ahora?"
Él la miró, deliberadamente dejando que sus ojos se pusieran marrones. "Estoy más
que dispuesto a hacerme cargo de Gary por ti."
Ella sacudió la cabeza, con el pánico llegando a su cara. "No. Alex, no. Tienes más
que suficiente por lo que preocuparte. Dejemos que Gabe lo maneje. ¿Por favor?"
Tabby se frotaba el brazo, con expresión de súplica. No entendía el indicio de
preocupación en sus ojos, pero estaba molesta, obviamente. Él cerró los ojos y dejó
ir su ira. Lo último que quería hacer era entrar en una pelea en su nueva ciudad. No
podía arriesgarse a perder este lugar cuando significaba mucho para Tabby.
"¿Está segura?"
"Sí".
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
su expresión se volvió cautelosa. "Así que si es un dolor en tu trasero eso lo
89
El Club de las Excomulgadas
"¿Pudo haber sido el que te golpeó?"
Ella parpadeó, viéndose sorprendida. "No lo sé. ¿Tal vez? Quien fuera que fue se
quedó a favor del viento, y nadie vio nada".
Él asintió. Definitivamente tendría que darle al sheriff una visita. "Si fue él, será
mejor que ore porque el alguacil llegue primero a él. ¿Entiendes?" Ella asintió, con
los hombros relajándose con lo que parecía sospechosamente alivio. Le tomó la
mejilla, con su pecho haciendo un ruido feliz cuando ella acarició su mano. "Tengo
la ducha. ¿Qué te gustaría comer?"
Ella inclinó la cabeza. "¿Yoga?" Movió sus labios. Parecía divertida e intrigada.
Esta no sería la primera vez que alguien se burlaba de él por el yoga que hacía todos
los días. "No lo hagas. Por favor. Ayuda más de lo que sabes. Si no fuera por la paz
de las meditaciones que hago cada día, probablemente hubiera matado a alguien a
estas alturas.”
"¿Te duele? He visto algunas de las posiciones de las personas y parece que están
considerablemente incómodos".
Él sonrió, aliviado. Ella no se burlaría de él. "Ni una sola vez, una vez que te
acostumbras, no. Es un bonito tramo, lento, que me ayuda a centrarme."
Ella asintió. "Yoga, ¿eh? Eso explica realmente tu épico trasero." Inclinó la cabeza
y trató de echar un vistazo.
Él se sintió sonrojar. Nadie había llamado nunca a su trasero épico antes.
"¿Puedo verte?"
Se habría sentido más cómodo antes del comentario sobre su trasero. "Por
supuesto. Sólo hazme un favor y guarda silencio, sobre todo después de poner mi
música, ¿de acuerdo?"
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
que hacer mi yoga antes de irme, y estoy pensando que los dos podríamos utilizar
90
El Club de las Excomulgadas
Ella lo miró intrigada. "Por supuesto. Pero después quiero tocino."
Hablaría con Anderson una vez que llegaran al hospital. Ella no le quería dar más
detalles de Gary, pero apostaba a que el Puma estaría más que feliz de llenarlo con
ellos. "¿Sin salchichas?" Él apuntó a su ingle y agitó las cejas.
Ella se rió. "¡Alex!"
"Está bien." Se puso de pie y tiró de ella fuera de la cama. "Yoga, ducha, después
"Después trabajo."
Él sonrió. "¿Me pondrás un poco de tinta?"
Ella tropezó. Un dedo trazó las estrellas Ursa Major de su espalda baja. "¿De qué
tipo?"
El calor en su voz casi lo hizo gruñir de necesidad. "Ya lo verás."
"Eso espero, si te tatuaré." Ella se acomodó, lista para verlo estirándose.
Él desempacó su iPod conectándolo y seleccionando la música que había aprendido
que lo ponía en el mejor estado de ánimo para su meditación. Se instaló en su
rutina, haciendo caso omiso de su gesto de sorpresa por su elección de la música.
Por supuesto, no muchos de sus amigos estaban familiarizados con Loreena
McKennitt, pero la música celta lo calmaba, la voz de la mujer y su estilo calmaba
a la bestia en él.
"Maldita sea. Sólo... maldita sea. Me gustarán las mañanas contigo. Yoga desnudo
no sonaba tan raro ahora."
Sintió que sus mejillas se coloreaban de nuevo y la miró. La lujuria en su cara
estaba haciendo que eso fuera difícil. La posición de triángulo representaba una
verdadera perra erección. "Tabby", gruñó haciendo un movimiento de guerrero
orgulloso, con los brazos extendidos, las piernas, su peso de manera uniforme
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
comida".
91
El Club de las Excomulgadas
equilibrándose entre sus piernas y su espalda recta doblada hacia delante. Su
erección se balanceaba entre sus piernas, haciendo rodar su calma que le estaba
apuntando como el infierno.
"Lo siento." Ella se dirigió al baño a tomar probablemente atención de sus
negocios. Una vez que estuvo fuera de su vista, fue capaz de concentrarse en los
movimientos de su cuerpo, permitiendo que sus músculos y salieran de su mente
con facilidad. Se deslizó en la posición final, con las piernas cruzadas, con las
manos apoyadas en las rodillas, con los ojos cerrados. Un fino sudor cubría su
completamente en paz.
"¿Por fin terminaste, Gandhi? Tengo un tocino que cazar."
Él abrió un ojo. "Serás un dolor muy fuerte en el trasero con esto, ¿No?"
Ella se apoyó contra la jamba de la puerta y le sonrió, mostrando sus colmillos.
"¿Qué parte de carnívoro hambriento no se entendió?"
Él sacudió la cabeza y se levantó. "Está bien. Tienes hambre y mal olor. Ducha
primero, ¿Recuerdas?"
Ella bailó al cuarto de baño y tomó su cepillo de dientes. Empezó a cepillarse los
dientes.
Su estómago gruñó. De repente, estaba muerto de hambre. "¿Sabes qué? Date prisa,
quiero mis panqueques de fresa."
Ella hizo una mueca. "Ew".
"¿Qué pasa con las fresas?"
"¿Fresas reales? Nada. ¿Esa basura que ponen con el almíbar de los panqueques?
Blech." Ella se estremeció con delicadeza y le entregó su cepillo de dientes. "Aquí.
Puedes unirte a mí en la ducha cuando hayas terminado."
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
cuerpo. Su respiración lenta limpiaba su mente. Se sentía lleno de energía y
92
El Club de las Excomulgadas
"¿Puedo? ¿En serio? ¿Puedo pedirte prestado tu champú mientras yo estoy en ello?"
Ella se rió y se metió bajo el agua. "Tal vez. Ya veremos."
Él sonrió y se cepilló los dientes. Se metió en la ducha unos minutos más tarde y
dando gracias a Dios porque había decidido quedarse en un hotel bonito. No tenía
una ducha diminuta. Tenía una bañera de tamaño completo.
Y eso significaba que podía pasar un buen rato con su compañera mojada, desnuda.
Tabby chilló cuando un gran número de patas aterrizaron en su trasero.
"¿Desde cuándo soy Alex?"
Ella se preguntó cuándo le preguntaría eso. Era la única persona que lo llamaba así
además de su hermano. "Desde que decidí que no había forma en que pudiera
murmurar Bunny mientras me follabas. Sobre todo cuando me penetras." Ella echó
un vistazo detrás de ella a su pene alargado. "Puede ser peludo, pero seguro no es
lindo."
Sus labios temblaron. "Vaya, gracias, señora." Él miró de reojo hacia ella, con el
jabón en la palma de la mano pasando a través de su pezón. "Mi objetivo es
complacerte."
Ella inclinó la cabeza y decidió seguir jugando. Juntó sus bolas, rodando su mano
antes de dejarlas ir. "Y éstas no son orejas de conejo. No vibran ni nada." Después,
golpeó la cabeza de su pene con sus uñas. "Aunque, ahora que lo pienso, no
pareces del tipo del que mueve su pequeña nariz."
Su mano se detuvo. Su barbilla se dejó caer sobre su hombro. Su sonrisa se había
convertido en una amplia sonrisa. "Eso es porque eso huele algo delicioso." Él
agarró su mano y la arrastró de vuelta a su duro cuerpo. "¿He mencionado que le
encanta ser acariciado?"
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
"Compórtate, Alex."
93
El Club de las Excomulgadas
Ella se acurrucó a su lado, alrededor de su eje, pero se negó a ser engatusada con la
cabeza de su pene. "¿Estás seguro que es seguro? Babea un montón. ¿Está
vacunado?" Ella se rió locamente cuando la levantó y la sujetó contra la pared.
"¿Babea?" Él palmeó sus muslos, extendiéndoselos. Ella no lucharía contra él.
Deseaba esto, tanto como él lo hacía. Ella envolvió sus piernas alrededor de su
cintura, y dejando que sus talones descansaran en la parte superior de su realmente
sorprendente trasero. "Voy a demostrarte que es babear, pequeña bruja."
color avellana brillando de risa y algo más, algo que era demasiado pronto para
ponerle nombre. A lo sumo, ella estaba dispuesta a llamarlo amor. Era bueno para
empezar, algo que podría aprovechar.
Un comienzo aún mejor fue cuando él empezó a besarla, con el sabor a menta de
su pasta de dientes mezclándose con su propio aroma embriagador. La palma de su
mano se deslizó por su cuerpo. Sus dedos hicieron una pausa en su anillo de pezón,
se lo retorció hasta que ella se ahogó en su boca.
Tabby apretó las piernas e inclinó la cadera, una invitación que él aceptó. Su mano
vagó al sur de nuevo, doblándose en su vagina hasta que sus dedos estuvieron
acariciando su clítoris en círculos fácilmente. Él deslizó su pene entre los pliegues
húmedos de su vagina, jugando hasta que ella estuvo malditamente dispuesta a
suplicar. "¿Alex?"
"Dime que me deseas".
Ella tragó. Sus ojos eran de color marrón, sus colmillos habían descendido. La
marca en su cuello latía a tiempo con su clítoris. "Te deseo, Alex."
La cabeza de su pene se deslizó a su casa, extendiéndola. Sus labios rozaron los
suyos, llevándolos a un beso casi-allí. Él hizo caso omiso de sus intentos de
profundizar en ella, acomodando su boca de la forma en que había entrado en su
cuerpo. Se sacudieron juntos con movimientos perezosos, con sus miradas
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
No tenía miedo de él. ¿Cómo podría? Estaba sonriendo hacia ella, con sus ojos
94
El Club de las Excomulgadas
encontrándose. Se trataba de un acoplamiento completamente diferente al que
habían hecho anoche. Anoche había sido reclamarse primariamente el uno al otro.
Esto era... algo más. Algo que ella no sabía que fuera posible. La apresurada follada
que haría con su novio de la adolescencia, la aventura de una noche que no había
tenido desde que había vuelto a la raza humana no la habían preparado para hacer
el amor con Alex.
Se apretó a su alrededor. Ella entendía lo que esta dulce, perezosa, maldita follada
cuerpo, esta era de su corazón.
Sus labios se fruncieron y él tomó el beso que su boca le había prometido. Con el
ritmo del agua caliente a sus espaldas. Sus nalgas estaban dobladas debajo de sus
talones mientras empujaba una y otra vez en ella, con la caída dulce llevándola
cada vez más cerca al orgasmo. Su mano izquierda dejó su vagina para enroscarse
alrededor de su cadera, con la fuerza de su control casi haciéndole moretones.
"Tabby" sopló en ella. Sus ojos se cerraron y ella supo que él estaba cerca.
Ella quería, necesitaba venirse con él. Su mano se inclinó y se quitó de donde la
había dejado, acariciándose a sí misma. Estaba tan condenadamente cerca. "Alex.
Me pica. Por favor".
Sus ojos se abrieron. La barbilla rozó la de ella, su boca mordió su camino hasta su
hombro. Sintió sus propios colmillos descender y supo que ella lo marcaría cuando
se vinieran.
Sus dientes la atravesaron, llevándola al orgasmo. Ella gimió mientras lo mordía a
él, marcándolo una vez más. Ella se montó en su pene y el orgasmo sin fin fluyó a
través de los dos.
Los dos estaban temblando al final. Aunque menos intenso que ayer por la noche,
sin embargo, había sido tan profundo. Ella nunca había tenido un orgasmo durante
tanto tiempo antes, inundándola de dulce placer en marcha y de esa forma.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
era. Era igualmente reclamarla como la otra, pero anoche había sido sobre su
95
El Club de las Excomulgadas
Ella deseaba eso otra vez, ese sentimiento de pertenencia.
Ella le pasó la lengua por la herida cerrándola. Dejó caer la cabeza contra las
baldosas. Lo único que quería hacer era arrastrarse de vuelta a la cama en la otra
habitación, envuelta en su compañero.
Él levantó la cabeza de su hombro, con un hilo de sangre corriendo por su pecho.
La herida ya se estaba cerrando. Apoyó la frente contra la suya, con sus labios
tomando los de ella en un beso tierno. "Buenos días".
Su sonrisa de respuesta a ella coincidió.
*****
Bunny entró en el hospital, dividido entre dejar a Tabby con las otras chicas en el
Arte Viviente. Había insistido en ello, diciéndole que tenía que trabajar y que tenía
que comprobar a Chloe. Ella estaba en lo cierto, maldita sea. Casi llamó a su padre
para pedirle que protegiera a su compañera, pero con Chloe inconsciente y su
atacante suelto, no había forma de dividir la atención entre su familia de esa
manera. Frunció el ceño. Tal vez podría conseguir que Julian o alguno de los
Pumas mantuviera los ojos discretamente en lugar de él. Pero primero necesitaba
saber cómo estaba su pequeña prima antes de ir a ver al sheriff Anderson.
Esa parte de su tiempo no la había discutido con su pareja. Tenía toda la intención
de saber quién carajos era Gary y qué tipo de amenaza representaba para Tabby. Si
se enteraba que ese hijo de puta era el que había herido a su compañera, Halle sería
pequeño para ese idiota. No habría nada que pudiera impedirle rasgar en pedazos a
Gary.
Entró en la habitación de Chloe para encontrar que Ryan, su padre, la tía Laura y
el tío Steve ya estaban allí. "¿Cómo está?"
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
Ella sonrió. "Sí, por supuesto."
96
El Club de las Excomulgadas
La tía Laura parecía no haber dormido en las últimas semanas, con los ojos
enrojecidos y cansados. "No hay cambios. No se despierta, maldita sea, y estoy al
final de mi paciencia".
El Tío Steve puso su mano sobre el hombro de su compañera, con su propia
expresión llena de miedo y dolor. "Ella podría despertar en cualquier momento,
cariño."
"Entonces necesita hacerlo." La determinación que estaba en la voz de la tía de
rodeada como estaba por Osos.
"El Dr. Howard sugirió que encontráramos algo para estimularla. ¿Puedes pensar
en cualquier cosa que pudiera desencadenar una respuesta?"
Él suspiró. "No, yo..." Parpadeó. "Espera." El sheriff había dicho algo la primera
que se habían conocido, cuando Bunny se había sorprendido aún más por haber
encontrado a su pareja.
Su pareja.
"Ella tiene un compañero".
El alboroto que siguió fue fuerte. "¿Qué?" La voz de tío Steve estaba llena de
esperanza.
"¿Desde cuándo?" Gritó Ryan.
"¿Es el sheriff Anderson?", preguntó la tía Laura. Se puso de pie, de alguna manera
elevándose sobre los hombres en la sala, a pesar de que apenas superaba los cinco
pies y tres.
"Ella sabe quién es, pero por su olor yo diría que no la ha reclamado todavía. Y no,
no es Anderson. El hombre ya tiene una compañera." Bunny sacó su celular. Justo
después del ataque a Chloe, había programado el número del Dr. Howard en él.
Sabía que el Dr. Howard tenía el número de teléfono de Anderson, y Bunny lo
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
Laura, no era ninguna sorpresa. La diminuta mujer Zorra tenía que ser fuerte,
97
El Club de las Excomulgadas
necesitaba. "Permítanme hacer algunas llamadas, a ver qué puedo encontrar. Tal
vez, si conseguimos que su pareja esté aquí, sea justo lo que necesita."
Y tal vez él podría conseguir algunas respuestas a sus propias preguntas, mientras
tuvieran al sheriff ahí.
"Hablando de compañeros, ¿cómo está la tuya?"
Bunny hizo una mueca. "Fue atacada ayer."
"¿Por quién?"
El coro de indignación de la familia fue extrañamente tranquilizador. "No tengo
idea." Respiró profundo con miedo, accidentalmente rompiendo el teléfono en sus
manos. "Para cuando llegué a la tienda, estaba en el suelo, con un bulto en la parte
trasera de su puta cabeza."
La mano de Ryan se posó en su hombro. "¿Necesitas ayuda?"
Miró a su primo, a sabiendas de lo que Ryan le estaba ofreciendo y lo que le haría a
ambos si Bunny le tomaba la palabra. Una de las formas en que a veces sacaban el
vapor era luchando entre sí. Por la forma en que Bunny se sentía, si tomaba la
oferta de Ryan, uno o ambos estarían descansando en una cama junto a Chloe. Él
negó. "Nop. Me aseguraré de hacer un extra de veinte minutos de yoga."
Ryan puso los ojos en blanco. "Tienes que superar eso algún día."
Bunny se encogió de hombros, incómodo con la dirección de la conversación.
"Necesito llamar al sheriff".
"Necesitas recordar que tenías dieciséis años cuando sucedió. Dejarlo ir, Alex."
El suave sonido de la voz de su padre no hizo nada para ayudarlo. "Lo hago. Me
aseguro que nunca suceda de nuevo." Haber estado cerca de matar a alguien, ya
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
"¿Qué?"
98
El Club de las Excomulgadas
que había perdido su temperamento, era una forma segura de aprender cómo
controlarse a sí mismo. Había hecho todo lo posible para asegurarse que nunca le
haría daño a otro ser viviente.
Sin embargo, había momentos en que anhelaba pelear con sus primos, sin el temor
de haberlos herido. Era grande y fuerte en su forma humana, más grande que todos
sus parientes, a excepción de su padre. Lo era aún más en su forma de Oso. Y aún
su padre no tenía la profundidad de la rabia que Bunny había aprendido a
Bunny marcó el teléfono. Si se salía con la suya, nunca tendría que pelear de nuevo.
No podría vivir con las consecuencias si lo hacía.
*****
"¿Estás segura de que estás bien?"
Tabby quitó las manos de Cyn de su cabeza. "Estoy bien, ¿de acuerdo?"
"¿No hay dolor de cabeza?"
"¿Aparte del que me estás dando? No." Ella se quitó los guantes de goma y sonrió
débilmente a su nervioso cliente. Si Cyn no se detenía, Tabby perdería a su cliente.
Cyn la fulminó con la mirada. "Está bien. Lo dejaré ir por ahora." Le sonrió al
nervioso joven universitario. "Así que, ¿qué te haremos el día hoy?"
El muchacho tragó. Si no se calmaba, temblaría, aparte de lo nervioso. "Um, quiero
un lobo, un lobo." Le tendió una fotografía. "Igual que este."
Tabby frunció el ceño al lobo. Le resultaba familiar. "¿De dónde sacaste esto?"
"Gary me lo dio."
Tabby puso la foto en el mostrador y se echó hacia atrás con un suspiro. "¿Por qué
te dijo Gary que te pusieras un tatuaje de lobo?"
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
conquistar. Su padre era uno de los más ecuánimes hombres que conocía.
99
El Club de las Excomulgadas
El chico se sacudió un poco más. "Me dijo que estaría en onda".
Ese chico tendrá qué, ¿dieciocho? ¿Qué mierda estaba haciendo Gary? Dio un resoplido.
No, es humano. "¿Te gustan los lobos?"
El muchacho asintió con entusiasmo. "Oh, sí. Pertenezco a un grupo de
organizaciones de beneficencia que intentan salvar a las especies en peligro de
extinción y sus hábitats".
Sus cejas se levantaron. No parecía que tuviera el dinero para un McMuffin de
eres?"
"De Ph-Philadelphia."
Le pasó un dedo por su brazo, tratando de calmarlo. "Está bien", Echó un vistazo a
la forma que había completado, "Tim". ¿Cómo te explico que Gary quiere su propio feo
rostro tatuado en tu cuerpo? ¡Hablando de reclamar a alguien! "Si tuvieras que hacer
una elección, ¿Qué tatuaje te pondrías?", Ella levantó una mano cuando él abrió la
boca para hablar. "Recuerda, toda esa tinta estará en tu cuerpo para siempre.
Quiero decir hasta cuando seas viejo y estés arrugado. Se han encontrado tatuajes
en momias intactas. Así que asegúrate que es lo que quieres antes de hacerlo,
¿Okay?"
"¿Qué pasa con Gary? Me dijo que no podría unirme a su fraternidad sin él."
Ella casi gruñó. Hijo de puta. "¿Te dio el dinero para el tatuaje?" Ya le había
explicado que ella cobraba por hora, y cuánto. El complejo tatuaje que tendría que
hacer de la fotografía acabaría costándole casi 300 dólares.
"No."
"¿Tú estás pagando por esto?"
"Sí".
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
McDonalds, mucho menos para hacer donaciones a obras de caridad. "¿De dónde
100
El Club de las Excomulgadas
Ella suspiró y decidió explicarle a ese pobre chico antes que se convirtiera en un
aperitivo de Lobo.
"Gary no es la persona más agradable del mundo, Tim".
Tim frunció el ceño. "Ha sido muy amable conmigo."
"Sí, bueno, ha sido menos amable conmigo." Ella tocó de nuevo la foto,
preguntándose cómo entrar en este pobre hombre. "Gary me ha amenazado más de
una vez. Le ha hecho cosas a la tienda. Hemos tenido que llamar a la policía por él
Tim negó. "No, me dijo que fuera al lugar de la Quinta Avenida." Tabby
intercambió un vistazo con Cyn. Ese lugar era un buceo. "Pero pregunté en los
alrededores. Mucha gente me dijo que ustedes eran las mejores, y que sus precios
eran justos."
Eso explicaba mucho. De ninguna manera dejaría que ese chico saliera de allí con la
cara de Gary como un elemento permanente en su cuerpo. "Si levanto el teléfono y
llamo al Sheriff Anderson, ¿Lo escucharás en lo referente a Gary?"
Él tragó nerviosamente. "¿A la policía? ¿Por qué llamaría a la policía?"
"Hemos tenido que llamarla porque Gary no nos deja en paz."
Él se mordió los labios y frunció el ceño, pensándolo obviamente.
Ella tomó el teléfono y se lo entregó a él, recitando el número de la estación de
policía. Vamos, Tim, toma la decisión correcta.
Su expresión se aclaró. Estaba familiarizado con el número de teléfono, lo que
plantea una gran cantidad de otras preguntas que no tenían derecho a hacer.
"¿Puedo dar otra mirada alrededor de la tienda, por favor?"
Ella sonrió y asintió, levantando el taburete giratorio en el que estaba sentado
cuando ella trabajaba. "Claro que sí, Tim".
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
algunas veces." Frunció el ceño. "¿Gary te dijo que vinieras aquí por el tatuaje?"
101
El Club de las Excomulgadas
Ella lo vio caminar con confianza un poco más a la parte delantera de la tienda.
"Buen trabajo".
"Gracias".
"¿Qué te hizo preguntarle?"
Ella tomó la imagen del lobo y se la mostró a Cyn. Pudo oír el murmullo de voces y
supo que Gloria estaba hablando con Tim. Calmaría sus miedos mejor que nadie.
Cyn silbó. "Maldita sea. ¿El pequeño bastardo está construyendo un club o algo
así?"
Tabby se sacudió. ¿Podría estar tratando de construir una Manada? Le echó otra
mirada a Tim.
Maldita sea, si el chico no tenía Omega escrito sobre él, y no en el buen sentido.
"Rayos." No había ninguna ley en contra de cambiar a un humano contra su
voluntad. Si la había, más de un compañero estaría en un gran problema, incluida
la actual del Alfa Orgullo de Halle. Pero ¿un tonto como Gary dirigiendo a dedo a
una Manada de tontos? "Eso sería malo."
"Lo he decidido." Se volvió y vio a Tim allí de pie, con una sonrisa en su rostro.
Gloria estaba de pie junto a él. Ella le hizo un guiño a Tabby. "Quiero este".
Levantó un pedazo de dibujo.
Tabby miró al estilizado dragón y sonrió. "Una buena elección."
Mezcló las tintas, satisfecha porque Tim se hubiera relajado. Comenzó el tatuaje y
no hizo el menor esfuerzo en contener su sonrisa.
Gary se volvería loco cuando lo viera. Ella sólo esperaba que Tim se protegiera.
Hizo una nota mental para que Gabe supiera todo acerca de Tim. Si alguien podía
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
"Ese es Gary como lobo."
102
El Club de las Excomulgadas
proteger al chico, ese sería un cazador como Gabe. Gary no sabía qué tren estaba a
punto de golpear su pomposo trasero, pero definitivamente se mearía en los rieles.
Esperaba que le doliera. Mucho.
*****
Bunny se levantó mientras el sheriff entraba en la habitación de Chloe. Los ojos del
hombre fueron inmediatamente a Chloe. Ni siquiera trató de ocultar su mueca de
Bunny negó, mirándolo de cerca. El sheriff se acercó a la cama de Chloe. Le tomó
una de sus pálidas manos en las suyas y se inclinó, con su sombrero casi cayéndose.
Lo agarró antes que pudiera aterrizar en la cara de Chloe. "Oye, pequeña Zorrita.
Es necesario que despiertes ahora. Sarah está amenazando con hacer galletas, y ya
sabes cómo es ella en la cocina."
No hubo respuesta, no porque Bunny hubiera esperado ver una.
"¿Sabes quién es el compañero de mi hija?"
Anderson levantó la cabeza y miró a la tía Laura. Asintió. "Sí. Sé quién es."
"¿Y?"
Él se enderezó y soltó la mano de Chloe. "No está en la ciudad en estos momentos.
Sarah lo llamó y le hizo saber lo que está pasando. Él le dijo que estaría de vuelta
tan pronto como fuera posible." Anderson se movió, viéndose incómodo. "Hay
algunas cosas que deben saber. En primer lugar, él no sabe nada de nosotros. Es
humano".
Todos asintieron. La madre de Bunny había sido humana, y las historias acerca de
cómo su padre había acorralado y reclamado a su compañera aún tenían el poder
de hacer que los hombres se rieran. El hecho de que Barbra Bunsun tuviera toda la
intención de ser capturada se sumaba a la alegría de la historia.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
dolor. "¿Todavía no hay cambios?"
103
El Club de las Excomulgadas
Sin embargo, todo el mundo sabía que debían tener cuidado al reclamar a un
compañero humano. No era que todo el mundo respondiera bien a los encuentros
peludos. En el pasado, había habido quienes habían atacado a sus compañeros
were, pensando que el diablo los había poseído.
"En segundo lugar, tenía la impresión errónea de que Chloe y yo fuimos novios."
Bunny cruzó los brazos sobre su pecho y gruñó. Junto a él, Ryan gruñó.
Ellos también habían pensado que el sheriff y Chloe estaba saliendo. La forma en
pequeños gatos y zorros, decía todo de ser su novia en cuanto a los BunsunWilliams concernía.
Infiernos, por lo que él sabía Ryan todavía lo pensaba, a pesar que Chloe le había
dicho que tenía un compañero en algún lugar.
Las manos de Anderson subieron. "No lo fuimos. Maldita sea. Mi compañera
todavía se enoja sobre eso." Rodó sus ojos. "Pero Jim nos culpa a los dos. El tercer
problema es que piensa que Chloe es demasiado joven para él. Incluso se lo dijo él
mismo."
"¿Él vendrá por ella?"
La tía Laura seguía mirando a Anderson, con su mirada aburrida.
Anderson asintió. "Creo que lo hará. Sarah dice que ama a Chloe, sólo necesita
hacerle frente a sus problemas. No me sorprendería si estuviera aquí antes de
mañana."
"¿Cómo sabe Sarah eso?"
El rostro de Anderson se suavizó. "Mi compañera es la Omega de la Manada del
Orgullo de Halle".
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
que Chloe hablaba sobre él, el brazalete que le había regalado en Navidad con los
104
El Club de las Excomulgadas
Bunny estaba confundido. Como la Omega, la compañera de Anderson debería
haber sabido exactamente cómo el hombre se sentiría, tanto sobre ella como sobre
Chloe. Por la forma en que lo entendía, la Omega era el eje emocional de los
Grupos o de las Manadas a las que pertenecían. ¿Cómo pudo haber habido alguna
confusión sobre a qué mujer era a la quería? No había ninguna manera, que una
vez que conocieras a tu compañera, pudieras confundirte por nada que no fueran
tus lazos de pareja. ¿Habría conocido a su Sarah después de haber comenzado a
salir con Chloe, o habría sido una especie de malentendido cósmico?
Desafortunadamente Bunny no sentía que tuviera el derecho de preguntarle al
porque él había ayudado a Tabby.
"¿Alguna idea quién le pudo haber hecho esto a mi hija?" La voz del tío Steve fue
baja y amenazadora. Su mano se acercó y acarició el cabello de Chloe.
"Tengo algunas teorías, pero hasta que no esté seguro, no diré nada. No me
pregunten, no se lo diré."
Y fue entonces cuando Bunny se dio cuenta de exactamente qué clase de hombre
estaba parado frente a ellos. Anderson irradiaba un aura de poder que sólo había
sentido una vez antes. "Eres un Cazador".
La sonrisa de Anderson fue sombría. "Así es. ¿Cómo lo sabes?"
"Tuve un amigo así una vez, James. Es un cazador." Había pasado mucho tiempo
desde que había visto a James. Era un Oso senador, así como cazador. Era un
encanto de pícaro con un centro de acero. El aura de poder se desvaneció, dejando
a Bunny sintiéndose un poco fuera de balance.
"¿James Barnwell?"
Las cejas de Bunny se elevaron. "¿Lo conoces?"
Anderson hizo una mueca. "El hijo de puta me educó".
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
sheriff sobre ello. Apenas conocía al hombre, después de todo, y sólo confiaba en él
105
El Club de las Excomulgadas
Bunny inhaló. Había oído a más de una persona utilizar ese tono de voz cuando
describían a James. Infiernos, había oído llamarlo cosas mucho peores que eso.
"Él es también la razón por la que estamos en este asunto de Chloe y Jim, en una
especie de manera redonda. Él me convenció para no reclamar a Sarah antes de
irme, Sarah y yo casi explotamos y cada uno se volteó hacia otras personas para
superarlo. Chloe y yo nos hicimos amigos y hablamos mucho. Le pedí que
mantuviera un ojo en Sarah. Sarah comenzó a salir mucho con Jim Woods,
compañero de destino de Chloe, y Chloe se puso celosa. No creo que ella ni
pensado que éramos novios." Sacudió la cabeza. "Si no hubiera vuelto cuando lo
hice, tanto Chloe como yo podríamos haber perdido a nuestros compañeros."
Bunny hizo una mueca de simpatía. No podía imaginar pasar la eternidad sin
Tabby ahora que la había encontrado. Sin embargo, perderla antes de llegar a
reclamarla habría sido una tortura.
"No me sorprende que James te dijera que te mantuvieras a distancia de tu pareja.
Los cazadores creen que deben acoplarse con todas." Bunny compartió una mirada
con Anderson.
Algún día, James Barnwell encontraría a su propia compañera, y cuando lo hiciera,
sabía exactamente cómo reaccionaría el cazador.
Pobre chica. Esperaba llegar a ver la caída del cazador. El sheriff lo estaba viendo, con
una mirada de interrogación en la cara. "Cuando la encuentre, llámame. Yo llevaré
las palomitas de maíz."
Anderson le dio la mano. "Hecho".
"Espero que este Jim llegue pronto", dijo el tío Steve, con las manos en puños a los
costados.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
siquiera se diera cuenta de lo que estaba haciendo, pero Chloe era la que había
106
El Club de las Excomulgadas
"Sólo espero que ella le responda". Ryan acechó desde afuera de la habitación, con
su tensión obvia. Ver a su hermana pequeña acostada e inmóvil en la cama del
hospital golpeaba al otro hombre duro.
Bunny le tendió la mano, apuntando a la puerta por la que Ryan acababa de entrar.
“¿Podría hacerte un par de preguntas al aire libre?" Se abrió camino después de que
Anderson asintió de acuerdo. El hecho de que la puerta se cerrara antes de hacer la
pregunta le hacía hervir las entrañas. "Tabby recibió una llamada telefónica esta
mañana, y necesito saber si esta persona es una amenaza para ella o no. Y antes
"Voy a responderte si puedo."
"¿Quién diablos es Gary?"
Cuando los ojos azul oscuro de Anderson se volvieron dorados, Bunny supo la
respuesta.
Gary era un problema.
*****
"¿Y?"
Tabby hizo una mueca. Cyn estaba detrás de ella, aguardando en el extremo del
mostrador, atrapándola detrás de un vidrio y de las obras de arte. Gloria se
inclinaba sobre el mostrador, con la cara llena de travesura. La tienda estaba vacía,
y el momento que había estado temiendo todo el día por fin ha llegado. Sus traseros
entrometidos-de-amigas la habían acorralado. "¿Y qué?"
Las dos mujeres intercambiaron una mirada. "¿Cómo fue?"
Las mejillas de Tabby se calentaron. "¿Me fue…?"
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
que preguntes, ella se niega a hablar conmigo de eso."
107
El Club de las Excomulgadas
La cabeza de Gloria se inclinó hacia atrás, exponiendo la línea de su cuello. "Oh,
Bunny", se quejó. "Bunny Bunny", gritó diciendo cada uno sin más aliento, hasta
que gritó, "¡Bunny!"
Cyn se rió, mientras Gloria fingía un orgasmo. Lo que no vieron fue que Ryan
estaba justo en la puerta, con los ojos entrecerrados mientras miraba a Gloria.
Cuando Gloria echó atrás la cabeza y se estremeció, apretó los puños, volviendo
sus ojos profundos, de color marrón oscuro.
drástico no implicara las garras de Ryan y la cara de Alex.
"Ya basta, muchachas".
Gloria se rió y agitó sus manos como una bailarina de hula-hula. "¿Y bien? ¿Cómo
fue el movimiento de su mar?"
"Demonios." Cyn apoyó una cadera contra la mesa. "Quiero saber acerca del
tamaño de su barco." Sostenía sus manos a por lo menos siete centímetros de
distancia y agitó sus cejas.
La campana de la puerta sonó y Ryan entró, con la mirada pegada a Gloria.
"No te atrevas a contestar a eso."
Cyn se empujó hacia arriba. "No te preocupes Gloria. No se lo perdonaremos una
vez que lleguemos a casa".
Gloria asintió, viéndose angelical. "Así es. Sabemos tu debilidad".
Uh-oh. Tabby se puso rígida. "Oh, no, no."
"Todo lo que tenemos que hacer..." Cyn sonrió.
"...Es romper la caja..." Gloria sonreía con esa sonrisa inocente de duende que
engañaba sólo a los más jóvenes, los muy viejos, o los tontos terminales.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
Si Gloria no se detenía, Ryan haría algo en serio, drástico. Ella sólo esperaba que
108
El Club de las Excomulgadas
"...Y ocultar todos sus zapatos." El triunfo en la voz de Cyn exigía represalias. Era
demasiado malo que Cyn no pareciera tener una debilidad.
Tabby miró a sus llamadas amigas. "Las odio brujas." Ellas también. Sólo esperaba
que sus pobres zapatos estuvieran allí si llegaba a casa antes que ellas y lograba
ocultarlos todos.
"¿Es una fiesta privada o alguien puede unirse?"
"Julian Ducharme", Ryan levantó la mano cuando Julian asintió. "Ryan Williams,
el hermano de Chloe".
Julian tomó la mano de Ryan y la sacudió. "¿Cómo está?"
"No ha despertado." La rabia y el dolor en la voz de Ryan eran inconfundibles. "Te
debo una."
Julian se encogió de hombros, incómodo. "No fue nada."
"Mi hermana hubiera muerto en esa calle si no hubieras arriesgado tu vida de esa
forma. Mi familia está en deuda contigo."
Tabby vio la mandíbula de Julian apretarse por un momento y se preguntó por qué.
"Cualquiera de nosotros habría hecho lo mismo."
"Casi perdiste su propia vida en el proceso." Por el rabillo del ojo, vio a Cyn
empezar. "Eso no es algo que probablemente se olvide."
"No podía dejarla morir." Por un segundo, el blanco pasó por el pelo de Julian,
apareciendo y yéndose tan rápido que si ella no lo hubiera visto antes hubiera
creído que era un truco de la luz. "Su viaje no ha terminado todavía."
Por la forma en que los ojos de Ryan se abrieron, había visto el destello en el pelo
de Julian también.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
Ella se habría perdido si no hubiera oído el timbre. "¡Hey, Julian!"
109
El Club de las Excomulgadas
Si el Oso sabía lo que mostraba, ella no lo sabía. Todo lo que sabía era que
necesitaba acorralar a su amiga, atarla, y conseguir algunas malditas respuestas.
"¿Te sientes mejor, Julian?"
Él asintió, lanzando su mirada a Cyn antes de contestarle a Tabby. "Sí, estoy bien.
Iré al hospital a ver si hay algo más que pueda hacer por Chloe".
"¡No!" Las voces de Ryan y Tabby sonaron al mismo tiempo, sorprendiendo a Cyn
y a Gloria. Tabby tosió.
para que tú estés, Jules."
Gloria avanzó lejos de Ryan, que había estado tratando de poner su brazo
alrededor de su cintura. "¿Por qué no? Pasó la noche muy bien."
Ella compartió una mirada con Julian, levantando las cejas. ¿Quería mostrarles a
las otras dos mujeres de lo que era capaz?
Él suspiró, con los hombros un poco caídos. "No, no lo es. Es jodidamente horrible,
pero haré lo que tengo que hacer". Sus nudillos golpearon el cristal. "Me dirigiré
para allá ahora. Tal vez pueda despertarla, tal vez no, pero tengo que intentarlo".
Cyn lo fulminó con la mirada, con sus ojos entrecerrados peligrosamente. "Uno de
estos días me dirás qué diablos pasa contigo, ¿verdad?"
Tabby podía decir que era una afirmación, no una pregunta. Cyn estaba en pie de
guerra y al parecer sentía que uno de los suyos estaba en peligro. Tabby ocultó su
sonrisa. Julian no sabía lo que lo habría golpeado cuando Cyn decidiera dejarlo
reclamarla.
Compartieron una mirada mucho antes que Julian asintiera lentamente. "Cuando
todo esté en su lugar, lo sabrás todo."
Cyn apenas puso los ojos en blanco y se dirigió al cuarto de atrás. La expresión de
Julian era completamente cerrada, pero la expresión en su mandíbula estaba de
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
"Considerando todas las cosas, no creo que un hospital sea un lugar brillante y feliz
110
El Club de las Excomulgadas
vuelta. Nunca había visto a alguien despreocupado en ese aspecto. Tenía la vista
fija en la cortina como si quisiera pasar a través y poner cerco a la mujer oculta
detrás de ella.
"Regresaré contigo." Ryan tiró de uno de los rizos de la Gloria. "Pórtate bien".
"¿Perdón?" Gloria miró hacia él.
Tiró un poco más antes de dejar el pelo Gloria. "Y deja de pensar en las cosas de mi
Tabby gruñó.
Ryan puso los ojos en blanco. "Está bien. Sólo pelearé con él."
Ella mantuvo su gruñido.
Ryan sonrió débilmente. "Puedes encargarte de curarlo".
Ahora fue su turno de poner los ojos en blanco. "¡Fuera de aquí!” Resultó que los
dos hombres se fueron. "Hazme un favor. Dile a Alex que me debe un nuevo
teléfono celular." Los dos hombres se fueron de la tienda, moviendo la cabeza.
"¿Gloria?"
"¿Hmm?"
"¿Puedes darle al pobre un descanso? Su hermana está en el hospital."
Gloria no trató de fingir que no sabía de lo que Tabby estaba hablando. "Él es
simplemente demasiado, ¿sabes? Grande, dominante, y no conoce el término
espacio personal."
Tabby decidió contar una pequeña mentira piadosa. "Le gustas." A él le gustaba
más, era un hombre que trataba de aterrizar a su compañera.
"Tal vez demasiado." Gloria sopló el flequillo de sus ojos. "¿Qué haría yo con él, de
todos modos? ¿Darle de comer, darle agua, construirle una casa en el árbol?
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
primo. No me gustaría tener que arrancárselo."
111
El Club de las Excomulgadas
¿Pueden subir los osos a los árboles? ¿Debo comprar una casa y poner un estanque
de peces grandes? Podría poner una chimenea y dejarlo bailar delante de ella."
Tabby miró a su amiga. Le torció el dedo a Gloria. "Ven aquí".
Gloria se inclinó sobre el mostrador. "¿Qué?"
Tabby olió. "No has consumido drogas o alcohol. Eso significa que estás loca. Ay".
Se frotó la parte superior de la cabeza. Gloria podría ser un poco menos entusiasta.
Gloria pisó su pie y se dirigió al cuarto de atrás, con su espalda recta.
Tabby suspiró y tomó un pedazo de papel. Las molestaría a los dos así fuera lo
último que hiciera.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
"Gloria y Ryan sentados en un árbol, besándose", cantó.
112
El Club de las Excomulgadas
Capítulo Cinco
"¿Cuál rayos es su problema?" Bunny se frotó la parte posterior de la cabeza. Ryan
caminó lejos de él, un gruñido en su garganta. Si no lo supiera, pensaría que Ryan
le estaba advirtiendo que se alejara de su hermana. Se estaba empezando a enojar.
Tendría que hacer una hora de meditación o en el viento hasta romper
accidentalmente a Ryan a la mitad, la próxima vez que tratara de golpear a Bunny.
no hay nada más que pueda hacer. Ella se despertará, eso te lo puedo garantizar.
Cómo estará cuando lo haga, no tengo idea."
La mano del tío Steve aterrizó en el hombro de Julian. "Has hecho más de lo que
nadie tenía derecho a pedirte. Gracias."
"No hay de qué." Estaba cansado y se estiró. Había ojeras bajo los ojos de Julian,
un testimonio de lo mucho que la curación sacaba de un Oso Espíritu. “Voy a
salir. Estar aquí es difícil para mí."
"Entendido." Bunny se volvió al tío Steve y a la tía Laura. "Yo también me voy.
Recogeré a Tabby en el trabajo." Se inclinó para darle un beso a la tía Laura.
"Llámenme si me necesitan."
"Lo haremos." El tío Steve lo tomó en sus brazos y le dio un abrazo. "Llama a tus
padres, diles que te dirigirás de regreso al hotel."
"¿Te has decidido ya?"
Él se le quedó mirando a la tía Laura. "¿Decidir qué?"
"¿Si te quedarás aquí?"
Él asintió. "Este es el hogar de Tabby." Ya lo había discutido con su padre. Esta
zona era un gran lugar para expandirse y los llevaría más cerca de ser una empresa
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
"No tengo idea." Julian se quitó su largo cabello de vuelta de su rostro. "Lo siento,
113
El Club de las Excomulgadas
de costa a costa. Incluso podría conseguir que Eric llegara hasta allí para dar un
vistazo alrededor, si podía conseguir que su pequeño hermano saliera de Oregón.
Su tía sonrió. "Yo creía que sí."
"¿Sabe ella esto?"
Bunny negó a Julian. "Lo sabrá cuando la lleve a buscar casa."
Julian se rió entre dientes. "Buena suerte con eso. Ella tiene una idea clara de en
Bunny se limitó a sonreír. No sentía la necesidad de iluminar a Julian.
Los dos osos dejaron a Chloe en el hospital. El olor de los antisépticos y de la
enfermedad era fuerte en la nariz de Bunny. La necesidad de ir a cada habitación y
hacer lo posible para aliviar el sufrimiento de los pacientes era casi más de lo que
podía soportar. No podía empezar a imaginar cómo Julian se sentiría. "¿Cómo lo
llevas?"
Julian respiró hondo y soltó el aire lentamente. "Odio los hospitales." El cansancio
y la desolación en su voz le dijo más a Bunny que cualquier otra cosa que el otro
pudiera haber dicho.
Él asintió y lo dejó así. Salieron juntos del hospital y se dirigieron al
estacionamiento. "Le diré a Tabby que te llame. Ella querrá saber que estás bien."
Julian le tendió la mano. Bunny la tomó. "Cuida de ella. Te necesita más de lo que
se da cuenta."
"Gracias." Hizo una pausa. "¿Qué sabes acerca de Gary?"
Los hombros de Julian se tensaron. "¿Ha estado ese pequeño bastardo
molestándola otra vez?"
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
donde quiere vivir. Espero que tengas un montón de dinero".
114
El Club de las Excomulgadas
"Llamó al celular de Tabby esta mañana y me preguntó si lo estaba engañando.
Trató de hacerse pasar por su novio."
Los labios de Julian hicieron una mueca. "¿Qué hiciste?"
"¿Después que rompí el teléfono? Escuché lo que Tabby tenía que decirme."
Julian se echó a reír. "Eso es lo que quiso decir cuando nos pidió que te dijéramos
que le debías uno nuevo. Ella amaba ese teléfono."
que no estuviera listado.
"Saluda a las chicas por mí." Julian subió a su camión, moviéndose como si hubiera
sido mordido.
"¿Estás bien?" Tabby lo mataría si algo le pasaba a su amigo.
"No hay nada que un poco de sueño no cure." Julian cerró la puerta del coche y se
despidió antes de retirarse del estacionamiento.
"De acuerdo. Duerme." Bunny sacudió la cabeza y se subió a su moto. "Y tienes un
hermoso puente para venderme, ¿verdad?" Julian necesitaba mantenerse alejado de
los hospitales. Lo hacían parecer un muerto viviente.
Bunny despegó hacia la noche, ansioso por estar con su pareja. La lluvia llegaría
pronto, el olor húmedo era pesado en el aire. Él sopló y sonrió. Le encantaba la
forma en que el aire olía en el otoño, justo antes que lloviera.
Entró en el Arte Viviente por detrás y se estacionó junto al Jeep de Tabby. Cubrió
la Harley con la lona que llevaba en sus alforjas. De ninguna manera dejaría que su
nena se empapara. Se dirigió hacia la parte delantera de la tienda, sonriendo a la
vista de todos los dibujos de las ventanas. Tendría que ver cómo conseguir su
tatuaje antes que pasara mucho tiempo más. La idea de usar la tinta de Tabby en su
cuerpo lo hacía babear.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
"Voy a comprarle uno con un número diferente." Uno que Gary no tuviera. Uno
115
El Club de las Excomulgadas
Sonrió, recordando los comentarios de Tabby en la ducha, de su babeo, de cuando
habían hecho el amor y cómo se habían entregado después, y abrió la puerta. La
campana sobre la puerta sonó. Había sido un largo día, tanto en el hospital como
fuera. Saludó la bienvenida de Gloria, que estaba ayudando a una rubia pequeña a
elegir un anillo de ombligo. La necesidad de sólo tomar de la mano a su
compañera, de respirar su aroma, era sobrecogedor. Bunny miró alrededor de la
tienda, una pistola de tatuador fue lo único oyó. Frunció el ceño a la señal más allá
de la zona con cortinas cerradas de la tienda. De Nile estaba escrito en una elegante
El sonido de la pistola se detuvo. "En mi estación, azúcar".
El sonido de su voz fue suficiente para calmarlo. Tendrían una bonita, larga
conversación sobre Gary esa noche, después que le diera de comer y la follara sin
sentido. Ella no podría ocultar nada de él al momento en que terminara con ella.
Entró en la parte trasera de la tienda y encontró a su mujer. Estaba terminando el
tatuaje de una elaborada cruz en una mujer lo bastante mayor para ser su abuela.
"Hey, nena".
Tabby le sonrió. "Hola, Alex."
Cyn asomó la cabeza desde su cubículo. "Hola, Bunny".
La mujer en la silla lo miró de arriba abajo y soltó un bufido. "¿Bunny?"
Tabby negó. "Es una larga historia, Sra. H."
"¿Es un motociclista?"
"Sí, pero no de una banda. El apodo es de mi apellido." Extendió la mano a la
mujer. "Alexander Bunsun".
La mujer le dio la mano. "Evelyn Hagen. Mucho gusto en conocerlo, Bunny".
"¿Casi has terminado, Tabby?" Cyn cruzó los brazos sobre el pecho.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
letra y clavado torcidamente. "¿Tabby?"
116
El Club de las Excomulgadas
"Así es. Sólo tengo que terminar la inicial del apellido." Encendió la pistola,
esperando que su cliente regresara hacia abajo. "Aquí vamos".
La vio sacar de la larga línea de una H en el centro de la cruz. Parecía como si fuera
un tatuaje de homenaje, las iniciales MH estaban escritas con tinta en el centro de
la cruz. "Muy bien, hecho".
Ella tomó las agujas de la pistola y las tiró en la papelera de residuos peligrosos
debajo del mostrador. "Lo de siempre. No deje que se moje, use las cremas que le
La Sra. H vio mientras Tabby cuidadosamente untaba algo sobre el tatuaje y le
ponía cinta adhesiva encima. "Buen trabajo". Le sonrió a Cyn. "Es un guardián
genial".
"Creo que sí, aunque sea un trasero inteligente." Cyn le sacó la lengua a Tabby.
"Tan pronto como encuentres las escaleras, ese anuncio será quitado".
La Sra. H. cacareó. "Tendrás que explicarme esa a mí." Mientras Cyn se sonrojaba,
la carcajada se convirtió en una risa a todo vientre. "Oh, con esa mirada en tu cara
realmente tendrás que explicarme."
Tabby se quitó los guantes de goma y dispuso de ellos. "¿Ha terminado conmigo
por esta noche, su majestad?"
Cyn hizo un gesto. "Fuera de aquí, dolor en el trasero."
Tabby se echó a reír y salió.
Bunny la siguió al frente de la tienda. Detrás de él, oyó a la señora H. comenzar a
bromear con Cyn, pero se encontró demasiado distraído para escucharlas. Tabby
estaba usando otro par de pantalones vaqueros negros pintados y un top de encaje
que exponía una pulgada de su cremosa piel justo por encima de la cintura de sus
pantalones. Tenía las mangas hasta la mitad de los brazos que terminaban en más
encaje negro y relucientes botones que quiso morder.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
daremos, bla, bla, bla, bla."
117
El Club de las Excomulgadas
Oh, sí, y esas botas de mierda. Parecía una heroína de pasear-trasero de uno de sus
cómics favoritos.
Si él no la sacaba de allí, lo arrestarían por exposición indecente. Quiso quitar el
cordón de su cuerpo, tirar de sus pantalones vaqueros y follarla contra la pared,
mientras no llevaba nada, excepto las botas, su anillo de pezón y una sonrisa. El
pene de Bunny se contrajo con el pensamiento. Si pudiera aguantar hasta que
llegara de vuelta a la habitación del hotel, vería su fantasía hecha realidad.
"Hola, Gloria." Se preguntó por qué tenía una sonrisa mitad culpable mitad
divertida en su cara. "Hey, ¿qué pasó aquí hoy? Julian me dijo que él y Ryan habían
estado aquí esta mañana y por alguna razón cuando Ryan regresó, me golpeó."
Tabby se ahogó.
La cara de Gloria hizo una expresión inocente, y no lo engañó ni por un momento.
"No tengo idea. Estábamos hablando sobre el océano y los barcos cuando se
presentó. ¿Se marea?"
Tabby se rió.
Bueno, algo estaba pasando aquí. Ryan había mordido prácticamente su cabeza
más de una vez hoy. "Por favor, dime que no hiciste algo por lo que mi primo trate
de patear mi trasero".
Gloria se encogió de hombros. "No tengo idea de lo que le preocupa. ¿Dijo él algo,
Tabby?"
Tabby movió el dedo a Gloria. "Mantenme fuera de esto, tú causa-problemas".
Gruñó hacia Gloria, cuidando de mantener el sonido humano.
“¿Qué pasa? Si voy a morir, me merezco saber por qué."
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
Gloria estaba tratando de ocultar su sonrisa tras su mano. "Hey, Bunny".
118
El Club de las Excomulgadas
"Gloria decidió, eh... Y Ryan entró mientras estaba... je." ¿Tabby se estaba
ruborizando?
"¿Sabes qué? Es mejor no que lo sepas."
Ahora estaba intrigado. "¿Gloria?"
Ella suspiró. "Bien". Echó la cabeza hacia atrás. "Oh, Bunny", gimió. Tabby saltó
hacia el mostrador, pero Gloria la evadió con facilidad. "Bunny, Bunny", gritó,
Ahora fue el turno de Bunny de ruborizarse. "Sí, eso es suficiente." Se pellizcó el
puente de la nariz y trató de encontrar la manera de explicarle al pequeño duende
que el que ella gimiera el nombre de otro hombre era una manera segura de llegar a
que su compañero perdiera la maldita cabeza. "Hazte un favor y no vuelvas a hacer
eso, ¿de acuerdo? No, a menos que desees buscar exactamente lo que Ryan es
capaz de hacer en lo que a ti se refiere." Conociendo a su primo, Gloria se
encontraría marcada y reclamada antes que pudiera parpadear. "¿Estás lista para
irte, nena?"
"Así es. Déjame tomar mi bolso y salimos de aquí." Miró a Gloria. "Compórtate, tú
problemática".
Gloria se echó a reír. "Disfruta de tu viaje en barco, Tabs."
El rubor de Tabby se hizo más intenso.
"Una vez más, ¿quiero saber?"
Tabby apretó los labios y prácticamente salió corriendo por la puerta principal. En
ese momento, incluso las puntas de sus orejas estaban rojas.
Los labios de Bunny se movieron. Infiernos, alrededor de esas tres, por lo menos su
vida nunca sería aburrida.
"Tabby", arrastró las palabras con una voz oscura. "¿A dónde vas marginada?"
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
cada vez más sin aliento, hasta que dijo "¡Bunny!"
119
El Club de las Excomulgadas
Dio un paso atrás antes que pudiera detenerse. "Gary". Dejó que sus ojos se
movieran al lobo, buscando por la calle oscura a Gary y a sus secuaces.
"Te hice una pregunta, perra".
Ella se volvió tan rápidamente que casi perdió el equilibrio. Allí, justo saliendo del
callejón al lado de la tienda, estaban Gary y sus amigos. "Déjame en paz, idiota."
Tenía que huir antes que esos chicos fueran tras Alex o peor aún, tras Gloria y Cyn.
Infiernos, la señora H. todavía estaba dentro. No sabía si él iría tras una inofensiva
que saliera lastimada. Trataría de salvar a Tabby y podría conseguir ser embestida
por el viento.
Un brazo se deslizó alrededor de su cintura, el olor de su pareja llenó sus sentidos.
"¿Hay algún problema aquí?"
Oh, mierda. Alex. Ella se tensó, dispuesta a defender a su compañero. "No, no hay
ningún problema." Por favor, vuelve a entrar. Un oso podía contener a un lobo,
pero ¿a una manada de lobos? Quedaría destrozado. No permitiría que Gary
pusiera una mano sobre Alex. Nunca se lo perdonaría si algo le sucedía a su
compañero.
"No, no hay problema," se hizo eco Gary. Él sonrió lentamente. "Tu voz me suena
familiar."
"Así como la tuya." Apretó el brazo de Alex alrededor de su cintura. "Eres Gary,
¿verdad?"
La voz de Alex sonó suave y amenazante. Mierda. Sonaba como aquella noche en
el restaurante de Noah. Los músculos de su brazo estaban muy unidos por la
tensión.
"Eso es correcto. ¿Y tú eres?"
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
y vieja mujer, pero la señora H. no se mantendría al margen y a ella no le gustaría
120
El Club de las Excomulgadas
"La pareja de Tabby." Podía sentir sus garras contra su cintura, pero no se atrevió a
mirar hacia abajo. Había visto las uñas de Julian volverse negras, con las puntas
afiladas llegando a ser mortales. No necesitaba verlas para saber que las de Alex
eran de la misma forma.
Gary lo miró. Sus ojos se abrieron brevemente. "Oh."
Una de las garras de Alex comenzó a tocar rítmicamente contra su estómago. Ella
se quedó inmóvil, sabiendo que nunca le haría daño intencionadamente. "Es
Los ojos de Gary brillaron a la luz de la farola. "No eres lobo, así que permíteme
explicarte algunas cosas."
Las garras que la estaban tocando se detuvieron, raspado a través de su piel. Ella
tembló cuando una le rascó la barriga. "Tienes razón. No soy Lobo. Soy un Oso."
Gary se echó a reír. "Espera. ¿Te has acoplado con un oso?" Sus secuaces rieron
junto con él. "¿Un maldito Oso? Me estás tomando el pelo, ¿verdad?"
Tabby apretó los labios cerrados. En lo que fuera el infierno en que Alex estaba, no
había manera que pudiera detenerlo ahora.
"Escucha, Oso. Tabby es una paria. Lo que la hace presa fácil de cualquier lobo que
quiera un pedazo, ¿entiendes?"
Por alguna extraña razón, Alex se relajó detrás de ella. "¿Es así? Bueno, déjame
decirte algo, Lobo. Tabby ya no es un problema para los lobos. Ahora es mía".
Gary volvió a reír. Se limpió una lágrima imaginaria. "Oh, eso es bueno. Un Oso".
Sacudió su mano a Tabby y a Alex. "Corramos. Me encargaré de los dos más
tarde."
Gary les dio la espalda e hizo un gesto a su Manada. Les sonrieron a Tabby y a
Bunny antes de girarse y seguir a Gary por la calle, la pequeña manada todavía
estaba riendo.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
correcto. No tendremos ningún problema, ¿verdad, muchachos?"
121
El Club de las Excomulgadas
"¿Qué… Rayos?" Tabby se volvió en los brazos de Alex, haciendo caso omiso de
las uñas rascando a lo largo de su carne. Los rasguños se curarían con suficiente
rapidez. "¿Qué diablos fue todo eso?" ¿Y por qué Gary no había atacado?
Alex se encogió de hombros, pero sus ojos entrecerrados estaban pegados a la
forma de Gary retirándose. "No tengo idea." Sus manos distraídamente acariciaron
su piel, curando a los arañazos que le había hecho.
"Me imagino que no quería su trasero en la cárcel".
vez debería ponerlos al corriente sobre las huellas que encontramos en la bomba de
olor." Hizo un gesto hacia la puerta del Arte Viviente. "¿Les importa si entramos
para decirlo todo una sola vez?"
"Claro, no hay problema." Alex se dirigió al interior. Ella todavía estaba un poco
aturdida por la facilidad con la que Gary se había retractado. Por otra parte un
Puma, un Lobo y un Oso podrían fácilmente derrotar a su pequeña manada. ¿Y
cuando uno de esos were no sólo era el segundo Marshall, sino un cazador?
Sí. Una orden de trasero de Gary sobre pan tostado, a la orden.
Volvieron a la tienda. "¡Cyn! ¡Gloria! Me encontré con el sheriff en el porche
delantero. ¿Puedo quedarme con él?" Le hizo un guiño a Gloria, que se rió detrás
de su mano. No hizo caso del gruñido de Alex y de la risa de Gabe.
Cyn salió de la habitación de atrás. "Hey, Sheriff. ¿Alguna noticia sobre el
vandalismo?"
"Por eso estoy aquí." Se quitó su sombrero y pasó las manos por el negro cabello.
"Las huellas que levantamos no están en nuestros archivos, ni en la de nosotros ni
en la base nacional de datos."
"Maldita sea". Cyn se derrumbó en una de las sillas que cubrían las paredes. "Eso
significa que nunca conseguiremos atraparlo."
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
Ambos se volvieron para encontrarse de pie, detrás de ellos, a Gabe. "Pensé que tal
122
El Club de las Excomulgadas
"No, a menos que sea arrestado, no." Gabe miró alrededor. "¿Hay alguien más en
la tienda con ustedes?"
"Nop. La Sra. H se fue de regreso. Dijo que había dejado su Harley allá."
"Bien". Gabe miró a las dos humanas, pensativo. "Saben que la única razón por la
que les estoy diciendo esto se debe a que conocen y aceptan a Tabby." Cyn frunció
el ceño, Gloria se quedó perpleja. "Estoy comprobando las huellas a través de otros
canales... también, sólo para asegurarme que no estamos tratando con un problema
"Mierda". Cyn tiró de su cabello. "Como si Gary no fuera suficiente problema.
¿Tienes alguna forma en la que podamos conseguir sus huellas digitales?" Cuando
Gabe sacudió la cabeza, dio una respiración profunda y la dejó escapar, se
enderezó en su asiento e hizo cuanto pudo para mirar a través de un agujero a
Gabe. "Dinos lo que tenemos que hacer y lo haremos."
Gabe sonrió. "Lidiaremos con él si resulta ser un were. Te avisaré si algo aparece.
En ese momento, estará fuera de mis manos y tendré que llamar a algunos
refuerzos." Se arrodilló delante de Cyn. "Estoy obligado a hacer esta oferta."
Ella lo miró con recelo.
"Yo o uno de los miembros de mi Grupo podrían cambiarte." Él volvió la cabeza
para compartir una mirada con Gloria. "A cualquiera de las dos, o a ambas. Ya
saben de nosotros, por lo que no sería demasiada carga para cualquiera de ustedes."
Tabby parpadeó y luego reprimió un posesivo gruñido. Si alguien cambiaba a las
chicas, esa sería ella.
"¿Qué sería si lo hiciera?"
"Un Puma".
"¿En serio?" Gloria dio un paso adelante. "¿Me volvería un were-gato?"
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
were."
123
El Club de las Excomulgadas
Gabe bajó la cabeza. "Ah. No exactamente."
"Eso sería una muy mala idea, Anderson." Señaló Alex con la barbilla. "Por lo
menos para Gloria."
Ella puso las manos en sus caderas. "¿Y por qué?"
Tabby asintió. Alex estaba en lo cierto. "Debido a que Ryan lanzaría su ataque."
"¿A quién le importa lo que piense Ryan? Me gustan los gatitos. ¿Qué pasa si quiero
"Ryan Williams, ¿el hermano de Chloe?" Gabe estudió a Gloria. "De acuerdo.
Hablaré con él." Se volvió a Cyn haciendo caso omiso del aliento de indignación de
Gloria. "¿Qué hay sobre ti?"
Tabby dudaba de que fuera la única que había escuchado la pregunta tácita de
Gabe. ¿También tú tienes pareja?
Cyn sonrió con expresión malvada. "Creo que me gustaría ser un gato de buen
aspecto".
No. Mala idea. Muy mala. "Eh, ¿Gabe?" Tabby sonrió débilmente. "No es una
buena idea."
Sus cejas se levantaron. "¿Ambas?"
Ella asintió.
Él cruzó los brazos sobre el pecho. "¿Por qué rayos no han sido reclamadas?"
"Uh, ¿Perdón? ¿Reclamadas? ¿Como si mi trasero estuviera en algún tipo de juego
de piérdelo-y-encuéntralo?"
"Gloria", se quejó Tabby.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
ser uno más?"
124
El Club de las Excomulgadas
"¿Tengo un compañero?" Cyn se levantó, todo su cuerpo temblaba. "¿Me, maldita
sea, reclamará?"
Oh infiernos. "Cyn, cálmate".
"¡A la mierda no! ¿Quién es?"
Tabby se mordió los labios. De ninguna forma se pondría en medio de esto.
Los hombros de Tabby se encogieron. "Así no es justo, Cyn".
"Incluyendo tus botas favoritas de fóllame. Son historia".
"Oh, infiernos, no mis botas de charol negro. ¡Perra!"
"Hola, chica-lobo, es una especie de paja en la caldera negra. Como tus botas…"
"Está bien, está bien, es Julian".
Gloria gruñó. "No hay necesidad de preguntar quién se cree el dueño de mi
trasero." Comenzó a caminar, con su falda arremolinándose en una loca pantalla
Technicolor.
Que era mucho mejor que el helado control que Cyn estaba mostrando. "¿Julian
piensa que sólo me puede reclamar si me gusta o no?"
"¡No! ¿Por qué crees que está esperado, Cyn? ¡Sabe que no estás lista todavía!"
El resplandor de Cyn se volvió mortal. "¿Lo cree, ahora?" Sonrió a Gabe.
"Conviérteme."
"Eh... Sí. Tal vez no." Gabe resopló, con las manos arriba.
"Si Julian piensa que debe esperar para reclamarme hasta que decida que estoy
lista, me volveré una puta vieja y gris. Ponme en igualdad con él. Déjame decidir".
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
Los ojos de Cyn se estrecharon. "Sé dónde escondes tus zapatos".
125
El Club de las Excomulgadas
La mandíbula de Gabe se apretó. "Sabes que es irreversible, ¿verdad? Si lo hago, le
rendirás cuentas a Max Cannon, nuestro Alfa, y a su Curana, Emma. Te inclinarás
ante ellos tanto si quieres como si no. ¿Puedes manejar eso?"
Cyn frunció el ceño. Algo de la frialdad que la rodeaba se descongeló. "Emma es
genial. La he visto una o dos veces en la cafetería. No sé Max."
"Hay más de un tipo de were, Cyn." Tabby tomó su mano y se la apretó. "Si
realmente quieres hacer esto, podría hacerte una Lobo. Infiernos, me encantaría
amara.
"O podría hacerte Osa." Alex se encogió de hombros cuando se dio la vuelta y
Tabby le gruñó. "Es una opción, pero creo que lo que necesita saber exactamente es
quién o qué es Julian antes de tomar esa decisión. Ser la compañera de un Kermode
se considera un honor en mi pueblo."
Cyn parpadeó. "¿Ser la pareja de un qué?"
Alex suspiró. "Los Kermode son también conocidos como Osos. Viven
exclusivamente en Canadá, en algún lugar cerca de Columbia Británica. Tienen
poderes más allá de los normales que tiene un oso, pero hay muy pocos, es raro
encontrar a uno. Es inaudito encontrarlos fuera de Canadá.
"No sé mucho acerca de ellos además de que son tan solitarios que mi abuelo
pensaba que eran un mito hasta que Jamie Howard regresó de Canadá. Él nos dijo
algunas historias acerca de los que había conocido." Gabe suspiró. "Si tu pareja es
un Kermode, es lo más parecido que tienen los were a un sacerdote místico."
"¿Así que me están diciendo que tienen poderes mágicos?" La expresión de Cyn era
cínica.
"No del todo. Caray, te lo iba a tratar de explicar, pero no lo entiendo. ¿Bunny?"
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
hacerte una Lobo." Ella tendría la manada que siempre ha querido, una que la
126
El Club de las Excomulgadas
Alex sacudió la cabeza. "Lo siento, sé un poco más, pero no mucho. Los Kermode
son..." Tenía una mirada lejana en sus ojos. "Son preciados. Respetados. Tienen
otros poderes que los Osos sólo pueden soñar. Se dice que un Oso mismo camina
con ellos y guía sus sueños”.
"¿Entonces por qué está aquí?" Todos se volvieron hacia Gloria, que se encogió de
hombros. "¿En serio? ¿Por qué es que está aquí si nunca salen de Canadá?"
Gabe miró pensativamente a Cyn. "Buena pregunta. ¿Alguna vez alguien le ha
"Estamos saliéndonos del tema." Tabby se sentó en el asiento abandonado de Cyn.
Sus pies la estaban matando. "Realmente sugiero que dejen a sus compañeros
reclamarlas. Si huelen a otro hombre en ustedes, se volverán malditamente locos."
"Tal vez sería algo bueno." Cyn comenzó a pasearse por la habitación.
"Además, me gustaría tener la capacidad para protegerme de Gary y de su Manada
Cobarde."
Gloria se rió. "Estoy de acuerdo. Y no intentes decirme que necesito un hombre
grande con flejes para hacerlo, tampoco."
Alex cerró la boca. "Yo no iba a decir nada".
Las tres mujeres se le quedaron mirando hasta que sus mejillas empezaron a
ponerse rojas.
"Así que ahora es una cuestión de decidir lo que nos gustaría ser." Cyn enfocó sus
ojos en Gloria. El daño en ellas sería de enormes proporciones.
"Es como seleccionar un vestido nuevo que nunca pasa de moda."
"Oh, Señor." Tabby puso su cabeza en sus manos. Iba a ser una larga noche.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
preguntado?"
127
El Club de las Excomulgadas
Alex tomó las llaves del Jeep Tabby de sus manos. "Tus amigas están locas."
"Así es. Son las reinas totales de la negación."
Alex sacudió la cabeza. Por lo menos el anuncio sobre el área de las cortinas ahora
tiene sentido. Abrió la puerta del pasajero y esperó a que Tabby se subiera. "¿Qué
crees que van a decidir?"
"¿Conociendo a las dos?" Ella se deslizó sin protestar y esperó hasta que él estuvo
acomodado tras el volante antes de continuar. "Gloria saltará sobre el primer were
primer instinto. Espero que llame a Gabe antes del final de la semana."
"No estoy seguro que sea justo para ninguno, Ryan o Julian." Puso en marcha el
jeep y arrancó, dejando detrás su Harley. Había empezado a llover mientras habían
estado en la tienda y no tenía ganas de mojarse de camino de regreso al hotel.
"Ellos deberían ser los que cambien a sus compañeras."
Tabby se encogió de hombros. "Aquí". Alargó la mano de su bolsillo y sacó su
celular. “Llama a Ryan. Dile lo que Gloria está planeando y veremos qué pasa."
Él la miró fijamente. Ella le devolvió la sonrisa. "Esto es malo."
Ella asintió. "Sí".
"¿Tienes el número de Julian?"
Su sonrisa se convirtió en un gruñido. "Lo tuve hasta que alguien destruyó mi
teléfono".
Empezó a marcar el número de su primo. "De acuerdo. La primera parada será en
la tienda de Sprint."
"Maldita sea Skippy".
"Hey, Ryan. Hay algo que necesitas saber."
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
que vea y le rogará que la muerda. Cyn pensará en ello y, finalmente, se irá con su
128
El Club de las Excomulgadas
"Dispara". Su primo sonaba como una absoluta mierda.
"¿Está bien Chloe?” Podría estar en el hospital en quince minutos si fuera necesario.
"No hay cambios... Es Mamá, sí."
Bunny suspiró. "Demonios".
"Sí". Suspiró Ryan. "Entonces, ¿qué pasa?"
comprobando. Se ofreció a convertir tanto a Cyn como a Gloria, para que puedan
protegerse si el atacante de Tabby resulta ser un were."
"Hijo de puta." Un gruñido inhumano llenó el oído de Ryan. "¿Dónde está Gloria?"
"La dejamos en el Arte Viviente".
El teléfono hizo clic cuando Ryan le colgó.
Tabby tomó el teléfono que le entregó y marcó, después lo puso de nuevo en sus
manos. Frunció el ceño, pero se lo puso de nuevo a la oreja.
"¿Hola?"
Julian no sonaba mucho mejor de lo que había sonado hacía una hora. "Julian,
suenas como mierda."
Podía oír el crujido de tela, posiblemente sábanas. "Sí, me siento como una mierda.
¿Qué pasa?"
"Anderson llegó al Arte Viviente. Se ofreció a convertir tanto a Cyn como a Gloria
para que pudieran cuidarse si el atacante de Tabby resulta ser un were y va tras
alguna de ellas."
Se hizo un silencio en el otro extremo de la línea por un momento. "Y eso me
concierne, ¿cómo?"
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
"Anderson llegó al Arte Viviente y llenó a las chicas con algunas cosas que está
129
El Club de las Excomulgadas
Bunny se quitó el teléfono de su oído. "Cyn. No un oso." Todavía nada. "Alguien
más marcará su cuerpo."
Eso consiguió una reacción. "Mierda." El hombre parecía más despierto. "¿Qué le
dijo Tabby?"
Bunny frunció el ceño. ¿No era la reacción de Cyn más importante? "Le dijo que
era una mala idea, pero ella le dio a Cyn la impresión de que la razón por la que no
la habías convertido era porque estabas esperando algo. Cyn no lo manejó
"Maldita puta madre, hijo de puta." Julian suspiró. "Veremos de qué manera la
mujer está pensando en saltar y si la puedo detener".
"¿No vas a reclamarla?"
"¡No es tiempo todavía!"
Bunny hizo una mueca y alejó el teléfono de su oído. Maldita sea Julian podía
gritar. Miró la ventana del lado del conductor para ver si su cerebro se encontraba
de hecho deslizándose por el vidrio. "Amigo, no me gusta decirlo, pero el tiempo
puede estar acabándose."
"Mierda. ¡Mierda!" Podía escuchar más tela rozando. "¿Quién demonios le dijo a
Tabby para que pudiera decir algo?"
"Creo que mi compañera estaba tratando de evitar que tu compañera cometiera un
error."
Se oyó el ruido de un gran estruendo. "¿Alguna idea de a quién estaba pensando en
pedirle que la convierta?"
"Creo que se inclinaba hacia un Puma".
"Eso no sucederá. Dile a Tabby que si puede hablar con Cyn sobre ello, tiene que
conseguir que la tía Laura la convierta en una Zorra. Esa es la única otra opción."
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
demasiado bien."
130
El Club de las Excomulgadas
"Muy bien. ¿Querré saber, o debo volar a ciegas?
Julian soltó un bufido. "Bienvenido a mi mundo."
¿Eh?
"Confía en mí, Bunny. Si hubiera podido, habría reclamado ya a Cyn. Nada me
hubiera detenido."
Bunny se enderezó. Algo en la voz del otro hombre llamaba a todo lo que era Oso
"Pero el momento no es el correcto. Y hasta que lo sea, haré todo lo posible para
que ella siga estando segura. Y eso significa que no puede convertirse ni en Lobo ni
en Puma, ¿Entiendes?"
"¿Qué pasa con Oso?"
"No. No a menos que sea por mi mano."
"Julian…"
"Te lo prohíbo."
"Entendido." Bunny golpeó el freno. Parpadeó. ¿Desde cuándo tomaba órdenes de
alguien que no fuera su padre? "¿Julian?"
"Simplemente... confía en mí. Por favor".
Bunny miró a Tabby. El ceño de preocupación en su cara le dijo que no tenía idea
de lo que estaba pasando. Pero confiaba en Julian con su vida.
Y Julian había casi dado su vida por Chloe.
"Lo haré." Esperaba que la convicción que sentía fuera evidente en su voz. Si no lo
era, tendría que tranquilizar al hombre la próxima vez que lo viera.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
en él.
131
El Club de las Excomulgadas
"Gracias." Apenas escuchó las palabras susurradas antes que Julian cortara la
conexión.
"Lo diré de nuevo", murmuró Bunny. Se retiró del tráfico. "Tienes algunos amigos
de trasero raro."
Tabby negó. "¿Qué demonios fue eso?"
"Ni idea." Y algo me dice que Julian no está mucho mejor. Si el Kermode no sabía las
No pudieron localizar a Cyn antes de llegar al almacén Sprint, y para el momento
en que lo hicieron, ya era tarde. Se detuvieron para comer algo rápido y cenaron en
el coche antes de regresar al cuarto del hotel de Alex.
"¿Estás pensando vivir aquí?" Ella hizo una mueca. No tenía la intención de
preguntárselo todavía. Apenas se habían apareado recientemente, todavía estaban
aprendiendo uno del otro. No tenía idea de si había querido decir o no lo que había
dicho en Noah esa noche, sobre la posibilidad de poner en marcha un pequeño
negocio aquí en Halle.
Él frunció el ceño. "Tú estás aquí." Salieron del jeep y se dirigieron a la puerta de
entrada del hotel. "Por cierto, ¿Has visto alguna casa que desearas?"
Ella tropezó. ¿Bienes raíces? Eso sonaba permanente. "Um. No recientemente."
Bueno. Esa era una mentira total. Había una adorable pequeña casa de ladrillo
rojo, no muy lejos de Simon y Becky Holt, de la que se había enamorado
totalmente, y estaba a la venta. La casa de estilo campirana era ambas, su fantasía y
digna, con puertas del frente y ventanas negras, pero con un jardín de piedra de
cuento de hadas. Estaba segura que el jardín se llenaba de flores cuando llegaba la
primavera, escondiéndose detrás de las flores de hadas de colores.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
respuestas, ¿Quién carajos lo haría?
132
El Club de las Excomulgadas
Él asintió. "Tendremos que hacer una cita, ver lo que podemos encontrar." La guió
dentro, con su mano a la deriva por su trasero. "Mientras tanto, ¿Te he mencionado
que me encantan esas malditas botas?"
Tabby le sonrió. "¿En serio?" Puso un poco más de movimiento en sus caderas, con
su bajo gruñido como música para sus oídos. Después de la noche que habían
tenido, ambos se merecían algo especial. Después de sólo dos veces con Alex, ya
sabía que harían de esta noche algo memorable. Entraron en su habitación de hotel.
Oyó la puerta cerrándose. "¿Tabby?"
"¿Hmm?" Su voz se había profundizado, enviando un estremecimiento de
anticipación a su espalda.
"Desnúdate".
Ella se estremeció con la nota de orden en su voz. Miró por encima de su hombro.
Su hombre estaba allí, con los brazos cruzados sobre el pecho, separando las
piernas ampliamente. El bulto de su erección pulsaba detrás de la cremallera de sus
pantalones.
Se veía peligroso.
Ella tenía dos opciones. Desafiarlo y ver qué pasaba. O desnudarse y ver lo que él
tenía en mente.
Se llevó las manos a la orilla de la camisa y la pasó sobre su cabeza. Era testaruda,
no estúpida.
El brillo de la aprobación de su cara le dijo que había tomado la decisión correcta.
No tenía el estado de ánimo para luchar esa noche. Estaba de humor para follar. Le
envió una sonrisa maliciosa y se volvió. Se mantuvo de espaldas a él y soltó el
broche de su sostén, dejándolo caer de sus hombros al suelo. Levantó la mano y
jugó con sus pezones, sintiendo el aguijón de la excitación al final de su clítoris. El
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
Ella entró, con una sonrisa malvada cruzando su cara al ver la cama.
133
El Club de las Excomulgadas
anillo se deslizó entre sus dedos, lo que aumentó su excitación. Amaba tener su
anillo de pezón con el cual jugar. Podía oír su respiración aumentar de velocidad,
pero se negó a volverse para ver lo que él estaba haciendo.
"Ahora los pantalones vaqueros."
Su voz fue una escofina profunda y ronca. Ella fue a sus botas. No había manera en
que consiguiera quitarse los vaqueros por encima de ellas. Se desabrochó el
complemento de sus pantalones vaqueros, tiró de la cremallera hacia abajo y
dejándole ver la tanga que había usado sólo para él.
"Detente".
Ella se inclinó hasta el final, con sus pantalones casi hasta los tobillos, pero se
detuvo.
"Ponte las botas de nuevo cuando hayas terminado."
Ella sonrió. Ah, sí. Por el roce de su voz ronca, le gustaban mucho las botas. Ella
tiró de sus pantalones vaqueros el resto del camino y se puso de nuevo las botas
antes de enderezarse. Se quedó allí, de espaldas a él, sin nada más que su tanga y
sus botas. El saber que él estaba disfrutando de su vista envió un hormigueo a su
espalda. Nunca se había sentido más sexy en su maldita vida.
Oyó un ruido detrás de ella y arriesgó una mirada. Se había quitado sus pantalones,
se había sacado el pene, y poco a poco se estaba acariciando con su mirada pegada
a su trasero. Ella levantó la frente. "¿Ves algo que desees?"
Sus ojos se fijaron en su boca. "Diablos, sí. Ven aquí."
Ella se dio la vuelta y frotó los labios con la punta de su dedo. No estaba segura de
querer que viera el estremecimiento que pasaba a través de él, pero maldita fuera si
ese conocimiento no la hacía sentir aún más audaz. Por la forma en que él estaba
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
enganchó los pulgares en su cinturón. Se los empujó hacia debajo de las piernas,
134
El Club de las Excomulgadas
viendo sus dedos, tenía una idea bastante clara de a donde sus pensamientos se
habían alejado. "Si consigues mi boca, ¿Yo qué obtengo?"
El brincó hacia ella, con su mano todavía envuelta alrededor de su pene. "Buen
punto. ¿Qué tal un intercambio, incluso?"
Dios, sólo el pensamiento de su boca en su vagina casi la hizo caer de rodillas. "Yo
prefiero un sesenta y nueve a un sesenta y ocho."
Esos magníficos labios de él se curvaron. "No me importa deberte una, pero no me
con una tapa de color negro. La colocó junto a la almohada y se acostó en ella.
Estaba todavía completamente vestido, sólo su pene en pie, libre. "Ven aquí,
cariño."
Le tocó el turno de temblar. La idea de follarlo mientras él estaba todavía
completamente vestido y ella estaba casi desnuda la excitaba increíblemente.
Quería sentir la tela rígida de sus pantalones bajo sus dedos, la suave camiseta entre
sus muslos. Y entonces no pudo esperar para darse la vuelta y sentirlo contra el
interior de sus muslos mientras ella lo montaba. La única cosa más sexy era sentir
sus bigotes rascándole los muslos.
Se quitó la tanga y se metió en la cama, con su lobo cerca de la superficie.
Tomaría a su compañero, le mostraría lo increíble que estar acompañado por una
were-lobo podía ser. Sabía que la expresión de su rostro bordeaba la maldad antes
de inclinarse y lamer la cabeza de su pene.
Salado-dulce explotó en su lengua. Delicioso. El olor de su pareja era fuerte ahí,
mezclándose con el olor de su necesidad. Era una combinación embriagadora. Ella
cubrió su rostro con sus bolas y se las lamió, chupándolas una a una con su boca.
La cremallera se le hundió en la barbilla, haciéndola gemir por todo su saco.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
quejaré, tampoco." Caminó junto a ella hasta la mesa del final y sacó una botella
135
El Club de las Excomulgadas
"Oh, rayos." Sus manos se hundieron en su pelo. "Mueve el trasero hasta aquí." Ella
levantó la cabeza de su regazo y se lamió los labios. Él la miró. "No me hagas
volver a decírtelo."
Al diablo con eso. Si él reaccionaba de esa forma con una sorbida y lamida, quería
ver exactamente lo que haría mientras su pene estaba enterrado hasta las bolas en
su boca. Ella poco a poco lo chupó con sus labios deslizándose poco a poco hasta la
raíz.
en su lugar. "Oh, rayos. Eso es todo, chúpame, nena." Se inclinó sobre su cuerpo,
con una de sus manos moviéndose a su trasero. La golpeó, lo suficiente como para
hacerla gruñir.
Ella lo chupaba, acariciando la apertura sensible de su pene con su lengua, sacando
el sabor picante y dulce de su venida.
Él gemía debajo de ella, con su pene volteándose dentro de ella. Sus manos se
movieron de su cabeza a su cintura, tirando de ella. "¿Me dejarás darte una
probada, nena?"
"Mm-ajá." Ella asintió, pero se negó a liberar su pene. Pensaría en una forma de
mantenerlo justo donde lo quería, mientras ella le daba lo que él había pedido.
Él gimió, acariciando su pelo por última vez antes de recostarse. Ella maniobró
hasta que estuvo a caballo entre su rostro, ansioso por sentir su caliente lengua
sobre su clítoris.
Él le levantó las caderas hasta que estuvieron justo donde quería. Sus manos
acariciaron los globos de su trasero. "Tan preciosos."
Fue entonces cuando ella lo sintió. La cosa más maravillosa que jamás había
sentido en toda su vida.
Alex levantó su vagina a su cara y chupó su clítoris con esa increíble boca.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
Él se irguió, con las manos presionando la parte trasera de su cabeza, sosteniéndola
136
El Club de las Excomulgadas
Ella empujó sus caderas, montándolo sin vergüenza. Su follada era increíble.
Con un golpe en el trasero le recordaba lo que se suponía que debía hacer. Ella
agachó la cabeza, llevándolo de vuelta a su garganta, tragando alrededor de la
cabeza de su pene. Su rugido de aprobación fue acompañado por el empuje de sus
caderas mientras él comenzaba a follar su cara. Ella se apartó un poco, envolviendo
su mano alrededor de la base de su pene, dejando que él controlara su mamada
mientras ella aguantaba y lo chupaba por todo lo que valía la pena.
comiéndosela como un hombre hambriento comiéndose un buffet, sin dejar
ninguna parte de su vagina sin tocar. Sus manos se hundieron en el trasero, tirando
de sus nalgas, abriéndoselas, exponiendo esa parte de ella que todavía era virgen.
Él levantó la boca de ella, para su gran decepción, pero pronto regresó, envolviendo
sus labios una vez más alrededor de su clítoris. Ella gimió alrededor de su pene, tan
cerca de venirse que estaba a punto de gritar de frustración. Apretó las piernas,
sintiendo el algodón de su camisa juguetear con su deseo. Ella soltó la base de su
pene y palmeó sus bolas con una mano, moviéndoselas de un lado al otro para su
obvio disfrute. Él plantó los pies en el colchón y comenzó a follar en serio su cara
en el mismo momento que insertaba suavemente un dedo mojado en su trasero.
Al parecer, la botella con la tapa negra era lubricante.
El ligero escozor, de la oscura invasión, la empujó sobre el borde. Ella se vino,
gritando alrededor de su pene, montada sobre sus dedos y boca hasta que casi se
había vaciado.
Él se mantuvo follando su trasero con su dedo, que se extendía hacia afuera. Sintió
la ligera disminución de la picazón, con el placer poco a poco a bajando de nuevo.
"Más", murmuró, lamiendo los labios de su vagina. Ella oyó un chasquido y se
preguntó de qué sería. Uno de sus brazos pasó alrededor de su cintura,
sosteniéndola en su lugar mientras le insertaba algo más amplio en el trasero. Oh,
que le picaba, le picaba muy bien. Tenía que haber insertado dos dedos. El calor se
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
Mientras tanto, Alex la estaba volviendo loca con esa lengua suya. Él estaba
137
El Club de las Excomulgadas
extendía desde donde él estaba dentro de ella. No tenía idea de lo que era ese calor,
pero le parecía muy bueno.
Ella levantó la cabeza de su pene, haciendo caso omiso de la bofetada húmeda
contra su mejilla. Sus manos estaban metidas en sus muslos, con la tela duro en sus
dedos. Ella montó su mano, sus labios, sintiendo el orgasmo correr por su espalda
de nuevo. "Me vendré otra vez."
Él gimió y mordisqueó su clítoris con sus dientes y ella se vino alrededor de sus
Él salió de debajo de ella. "Abajo". Levantó la botella y la sacudió hacia ella con
una oscura sonrisa.
Ella se bajó, con unas piernas de goma que no podían soportarla de todos modos.
Su mano acariciaba una de sus nalgas, amasando la carne suave. "Disfrutaré de
esto."
Oyó el snick de una tapa, sintió el frío gel deslizándose entre las nalgas de su
trasero. Lo comenzó a calentar casi de inmediato. "¿Alex?"
Él se inclinó y le mordisqueó el trasero. "Mío".
Ella sintió que mejor lo advertía. Si su pene se sentía tan bien como sus dedos,
sabía que lo disfrutaría, pero aún ella sabía que esto no era algo que se hacía sin
una preparación. "Nunca he hecho esto."
"Bien." La satisfacción oscura de su voz la hizo enterrar el rostro entre las manos,
con sus caderas retorciéndose en la cama. "Voy a follar ese estrecho agujero tuyo.
Pensarás en mí cada vez que te sientes mañana".
"Infiernos". ¡Cómo si no pensara demasiado en él ya!
Saltó cuando sintió sus dedos introducirse entre sus nalgas, frotando el lubricante
contra su apretado pliegue. "Se sentirá tan bien, nena."
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
dedos, gimiendo y deseándolo todavía.
138
El Club de las Excomulgadas
Ella sintió cuando él insertó sus dedos y se preguntó si alguien podría morir de
placer.
Bunny vio a Tabby retorciéndose debajo de él. Nunca había tenido una amante que
tomara los juegos anales de la forma en que Tabby lo había hecho. Ella estaba
prácticamente follando las sábanas, con sus dedos succionados apretados en su
cuerpo. ¿Y nunca había hecho eso antes?
Santa. Mierda.
que nunca había hecho eso antes, habría utilizado más del lubricante con aroma a
canela. No era que ella se hubiera quejado, se había venido tan dulce como había
querido. Su loba parecía disfrutar de un pequeño pinchazo de dolor con placer.
A pesar de eso, él no quería darle verdadero dolor. Ella podría estar rogando por él,
pero Bunny sabía lo mucho que podía tomar ahora mismo. Metió la mano debajo
de ella y comenzó a tocar su clítoris con su mano libre, con sus suspiros como
música para sus oídos. Insertó dos dedos en su trasero, cortándoselo, extendiéndola
para su pene. No entraría en ella hasta que se lo pidiera, con su agujero ancho y
acogedor, listo para él.
Él dejó correr sus dos dedos, tomándose su tiempo, viendo la forma en que ella
gemía y se retorcía con sus pantalones vaqueros acariciando sus muslos. Mi nena
tiene un fetiche, ¿eh? Tendría que tomarla más a menudo al mismo tiempo con la
ropa puesta, si reaccionaba de esa forma.
"C-cerca".
Él se movió, dejándole sentir el dril de algodón sobre su piel e insertando un dedo
en su trasero.
Ella se calmó, su aliento dando hipos. "¿Está bien, cariño?"
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
De ninguna manera lastimaría a su virgen compañera. Infiernos, si hubiera sabido
139
El Club de las Excomulgadas
Ella gruñó con un sonido inhumano. Un ojo marrón oscuro lo miró a través de una
caída de pelo verde húmedo. Podía ver sus colmillos abajo.
Él sonrió de satisfacción, con la satisfacción que podría reducir a su compañera a
nada más que una masa sin sentido por la necesidad corriendo por él. Era mejor
que cualquier cosa que jamás hubiera experimentado.
Él la folló con sus dedos, suave al principio. Quería que ella utilizara la recta final,
que se quemara con tres de sus dedos. Él era más amplio que eso, sobre todo en la
más lubricante.
Ella lo enfrentó, con sus afilados dientes brillando. Gracias a Dios. Estaba muy
contento con que su pene no estuviera actualmente en ninguna parte cerca de su
muy talentosa boca.
Él volvió a insertar sus dedos y sonrió. Ella se echó hacia atrás tanto como él se lo
permitió, montando en su mano con una sonrisa. Su otra mano se mantenía
ocupada en su clítoris, manteniéndola en el borde del orgasmo.
Cuando los pequeños chillidos dulces comenzaron a salir de su boca, sacó sus
dedos. "Te follaré tan bien bebé.”
Sus caderas se levantaron en una invitación, que no tenía ninguna intención de
rechazar. Se puso una gruesa capa de lubricante en el pene y la acarició, sabiendo
que ella podía oír el sonido de eso a través de la aplastada palma de su mano.
"¿Lista para mí?"
Ella asintió. "Muy lista".
Él puso la cabeza de su pene contra su trasero. "Empújate, nena".
La penetró lentamente, deteniéndose cada vez que una mueca de dolor cruzaba esa
increíble cara. Él gimió cuando su cabeza pasó a través del anillo apretado de sus
músculos. Se quedó quieto, dejando que ella se acostumbrara a la sensación.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
cabeza de su pene. Cuando ella se relajó de nuevo en él, él sacó sus dedos y añadió
140
El Club de las Excomulgadas
Cuando ella se estremeció y relajó, avanzó hacia adelante. Se detuvo en cada golpe
para que ella se acostumbrara a su invasión. Cuando sus bolas finalmente se
apoyaron en su vagina, suspiró. "¿Estás bien?"
Sus labios se fruncieron, un colmillo se asomó. "Payaso".
Él casi se echó a reír. Maldita sea, era extraordinaria. Su trasero pulsaba a su
alrededor. "¿Necesitas un minuto?"
Ella asintió, moviéndose un poco. Sus ojos se agrandaron y se estremeció. "Oh,
"¿Te gusta?"
Ella alcanzó su espalda y le acarició los muslos, con sus uñas rascando el material
de sus jeans. "Te necesito".
Y él la proveería. Comenzó con pequeños movimientos, girando sus caderas de vez
en cuando para que ella sintiera el roce de la cremallera contra su carne, para
recordarle que estaba follándola todavía con la ropa puesta. Infiernos, él no se
había quitado aún las botas.
Ella comenzó a responder. Tabby se sacudió contra él, con sus movimientos cada
vez más seguros, más nítidos, con una sensación indescriptible. Podía sentir el
hormigueo en la base de su columna, el placer siendo ya más de lo que podía
soportar. Él necesitaba que ella se viniera con él, necesitaba sentir lo apretado de
sus músculos, mientras ella se venía. Ella era tan fuerte, que podría lastimar su pene
cuando se viniera, pero carajos si no valdría la pena.
No, ese era el sonido que él había estado esperando, ese delicioso pequeño gemido
que señalaba que estaba cerca. Ella estaba empujando contra él, montándolo,
apenas dejando que la guiara. Él se sentó sobre ella, obligándola a bajarse, con las
manos en las caderas manteniendo su trasero en el aire. Le hizo su pelo a un lado
ásperamente. Él casi estaba allí, con su palpitante pene dentro de ella.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
mierda."
141
El Club de las Excomulgadas
Ella tenía la cara roja, sus ojos arrugados, y fue la vista más hermosa que había
visto alguna vez. "Ven a mi pene".
Él metió una mano en su cara, esperando que ella entendiera lo que quería. Él no
esperó, sin embargo, tomó lo que necesitaba. Mordió a su compañera, forzando la
enzima de la unión en su sistema, echándola encima del borde hacia el orgasmo.
Oh. Oh, mierda. Tan bueno. Tan apretado. Su grito fue ahogado en su brazo, con
los dientes cerrados, con su rostro crispado. Apenas pudiendo moverse dentro de su
Era demasiado, ella estaba demasiado apretada, demasiado caliente y él se vendría,
sirviéndose de ella, viniéndose tan fuerte que su mundo se volvió gris.
Ella se dejó caer debajo de él y él la siguió hacia abajo, reacios a abandonar la
estrecha cercanía de sus cuerpos. Él le lamió la herida en su hombro, lamiendo la
sangre, con su explosión de sabor en su interior.
"Creo que me rompiste".
Él sonrió. Su trasero estaba temblando alrededor de su polla ahora blanda.
"En serio. Creo que estoy ciega. Me dejaste malditamente ciega".
La besó en la húmeda mejilla. Sería tan fácil enamorarse de su pareja. Dijo una
oración silenciosa de agradecimiento por el maravilloso regalo que el destino le
había dado en forma de una pequeña loba. "Tus ojos están cerrados."
"Oh." Esperó. Él sabía que ella no había terminado aún. "¿Estás seguro?"
Él se echó a reír en silencio. "Sí, estoy seguro, nena".
"Hmm." Ella le dio un codazo, hasta que salió de ella, luego se acurrucó en él, con
su trasero apoyado en la cadera. Se movió y suspiró feliz, ronroneando su nombre.
Él se puso de pie el tiempo suficiente para limpiarse y a ella, después se metió el
pene de nuevo en los pantalones y maniobró hasta que estuvo como cuchara contra
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
cuerpo, ella se vino muy duro.
142
El Club de las Excomulgadas
su cuerpo. Si a su nena le gustaba la sensación de la mezclilla, se compraría un
pijama de mezclilla. Serían incómodos como el infierno, pero Tabby valía la pena.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
Él se quedó dormido, con una sonrisa de satisfacción en su rostro.
143
El Club de las Excomulgadas
Capítulo Seis
"Entonces".
Tabby levantó la ceja, preguntándose en qué demonios estaría Alex. La había
dejado ducharse sola esa mañana, con su actitud tranquila y reflexiva. Había
terminado el yoga antes que ella saliera, y vaya si ella no se arrepentía de haberse
perdido eso. Verlo estirar ese increíble cuerpo, con sus músculos temblando con
guiarlos hasta el IHOP para el desayuno, con su expresión pacífica aún después de
su entrenamiento de esa mañana.
"Háblame de Gary".
Ella bajó la cabeza hacia la mesa de formica tan duro que probablemente se había
hecho una marca roja. "Tocino. Necesito tocino."
"Tabby…".
Ella exhaló un aliento, dejando su cara hacia la mesa. "Está bien. Gary es un
estudiante de la universidad que piensa que es divertido tratar de follar conmigo."
No podía entrar en mayor cantidad de detalles, era sábado por la mañana y el
IHOP estaba lleno hasta la bandera con humanos y Pumas. Una mención de weres
en ese momento podría o bien conllevar a una larga vida en una chaqueta o a ser
obligada a abandonar el único hogar verdadero que nunca había conocido.
Ninguna de las dos era una opción que quería contemplar.
"¿Cuánto tiempo ha estado sucediendo eso?"
El tono tranquilo de su voz la hacía quedarse rígida. Reconocía ese tono como una
señal peligrosa. Se puso rígida y se preguntó si Alex lo dejaría pasar. No podía
perseguir a Gary. Gary, gracias a sus amigos, estaba muy bien protegido. Además,
Gabe no podría mantener a Alex lejos de los problemas si iba tras Gary sin
provocación. A pesar de todo lo que había sucedido, no tenían ninguna prueba
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
fuerza, había sido increíblemente excitante. Después que terminó, la había dejado
144
El Club de las Excomulgadas
sólida sobre Gary amenazado con poner una mano sobre ella. Sería su palabra
contra la suya y la de sus matones. Eso iría en contra de Alex, en ambas leyes
humanas y were. "¿Por qué?"
Él le dio una mirada inocente, totalmente incongruente con su rostro. "No hay
ninguna razón".
Ella lo miró a través de la caída de su flequillo. "Alex…”
"¿Por qué no?"
"Porque suenas como ella."
Podía sentir una sonrisa tratando de liberarse. Parecía un niño malhumorado.
"Después de haber conocido a tu madre, diría que es algo bueno."
Sus ojos brillaron con aprobación, incluso mientras la fulminaba con la mirada. "La
adulación no evitará que quiera que me digas lo que quiero saber."
"¿Qué pasa con BJ? ¿Eso me sacará de esto?"
Él parpadeó, con sus ojos en blanco antes que su ceño fruncido regresara.
Ella levantó la cabeza y le sonrió. "Tenía que pensar en ello, ¿no?"
Un leve rubor cruzó sus mejillas. "Revoltosa." Él se echó hacia atrás mientras la
camarera apilaba panqueques delante de él. Tabby se reclinó también, con el olor
de su propio desayuno volviéndola loca. "Si es una amenaza para ti, lo que necesito
saber. ¿Cómo puedo protegerte de otra forma?"
La expresión de su rostro era dura, sin concesiones. Ella suspiró, tan sólo con saber
que él trataría de ser su caballero en cuero negro. "Gary llegó a Halle en Agosto. Es
un junior y fue transferido de Nuevo México, creo. No estoy segura de en qué
grupo estaba afiliado, y no es como que pueda caminar a él y decirle: 'Hey tarado,
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
"No te permitiré estar cerca de mi madre nunca más", refunfuñó.
145
El Club de las Excomulgadas
¿Quién es tu jefe? Me gustaría quejarme de tu `servicio al cliente´." Tabby se echó a
reír al ver la cara de Alex. Su antiguo Alfa había machacado a su Manada sobre
cómo hablar en torno a los humanos, sin alejarlos. La Manada debía manejarse
como una empresa. La analogía no estaba tan lejos de la realidad. La mayoría de
las Manadas tenían a jefes, a empleados, y sí, incluso servicios al cliente. Infiernos,
el Senado, de hecho, tenía una corporación jurídica encabezada por un León, el
gobernante de los were americanos, una organización de caridad que se dedicaba
en su mayoría a la conservación de las especies en peligro de extinción. Sólo
aceptaban donaciones de weres, por lo que no caían bajo el escrutinio público. La
repoblar con Lobos el Parque Nacional de Yellowstone y a darle a la gran mayoría
de los gatos nacidos en los EE.UU. un ambiente seguro para vivir, había oído que
había más tigres viviendo en EE.UU. que en cualquier otro lugar en el mundo, y la
WCF ayudaba a cuidar de ellos. Chloe, probablemente haría muy bien en ser uno
de sus veterinarios, una vez que se recuperara de sus heridas y se graduara. "De
todos modos, averiguó con bastante rapidez que era una ex-empleada y decidió que
acosarme estaba bien".
"Dime lo que te ha hecho, Tabby."
Rayos. Su voz había descendido, profundizándose hasta que retumbó a través de
ella. "Ha atacado el Arte Viviente, lo que me ha dado pena, me acosaba por
teléfono, amenazaba a las chicas. Ya sabes, lo de siempre." No estaba segura de si
debía decirle sobre ese momento en el bosque, cuando Gary le dio un miedo del
infierno. Tenía miedo de lo que haría si lo hiciera. "Estuviste allí la otra noche. Ha
hecho cosas así, de vez en cuando, todo el tiempo que he estado ahí."
"¿Has probado solicitar ayuda a la oficina más cercana de recursos humanos?"
Ella sacudió la cabeza. "He oído hablar del jefe Poconos. Es un tipo de miedo, y su
Director de operaciones se dice que está un poco loco." Oyó que alguien en la
cabina detrás de ella atragantándose, pero no hizo caso. "He oído que es de por
aquí, pero se fue antes que yo llegara." Tabby se encogió de hombros. "Además,
Gabe es consciente de lo que está pasando y está haciendo su mejor esfuerzo para
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
Fundación de Conservación de Vida Silvestre hacía mucho bien, ayudando a
146
El Club de las Excomulgadas
cuidarme." A pesar que no le había dicho a Gabe todavía sobre cómo Gary y su
grupo la habían acorralado en los bosques. Maldita sea, con todo lo que había
estado sucediendo, se había olvidado que había querido hablar con el sheriff de eso.
Parecía que su vida estaba fuera de control y ella se encontraba finalmente en su
centro.
Gary no se había enterado de su nuevo número de celular todavía, pero eso no
significaba que no siguiera estando al acecho.
Ella levantó la vista de su plato. Al ver la cara de Alex, hizo una mueca. "Necesito
hablar con Gabe acerca de algo." Una de esas cejas oscuras se elevó y ella hizo una
mueca. "Sólo quiero decirle que algunas de las cosas de Gary están empezando a
extenderse más a Cyn y a Gloria."
Él no pareció convencido. "Y luego le contarás lo de las mariposas que salieron
volando de tu trasero."
Bueno, la persona detrás de ellos realmente necesitaba dejar de escuchar su
conversación. Risa femenina gutural flotó sobre ellos y Tabby frunció el ceño, no
estando segura de sí estaba más enojada con el espía o con Alex. "Mira, él ha
comenzado a acosarlas a ellas también. Sabe que si las lastima, me lastima a mí, y
sería mi culpa." La mataría si algo le sucediera a Cyn o a Gloria por culpa de ella.
"Tonterías. Sería culpa de Gary." La expresión de Alex se volvió pensativa. "Tal
vez tenga que llamar a algunos refuerzos entonces."
"Estoy de acuerdo."
Tabby parpadeó y se volvió. Allí, de pie junto a ella, estaba una mujer con unas
pocas de curvas, con el pelo largo y oscuro y ojos marrones riéndose. Detrás de ella
estaba uno de los hombres más hermosos que Tabby había visto en su vida, con sus
ojos azul cielo muy serios. Su cabello rubio sólo rozaba el cuello de su camisa azul.
El único defecto en esa cara perfecta que podía ver era una pequeña cicatriz justo a
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
"¿Por qué frunces el ceño?"
147
El Club de las Excomulgadas
un lado de su nariz, tan débil que apenas se notaba. El Dr. Max Cannon, El Alfa de
la manada Halle, pasó el brazo alrededor de la cintura de su esposa y Curana,
Emma Cannon. "Entiendo que estás teniendo algunos problemas".
Emma puso los ojos en blanco. "Gracias, capitán subestimación." Sonrió a Tabby,
con una expresión traviesa. "León-O, y he oído todo." Ella se sacudió a una
dirección que Tabby sabía que estaba en uno de los sectores más pudientes de la
ciudad. No en la misma zona de los verdaderos ricos, como los Howard, pero
Tabby parpadeó. No había sido una petición. "Está bien". Ella arrastró las palabras.
Había oído sobre la Pequeña general que dirigía El Grupo Halle junto con su
compañero. No querías estar en el lado malo.
Emma asintió. "Bien. Nos vemos allí en media hora." Sacó su teléfono celular y
comenzó a marcar. "¿Sarah? Escucha, te necesito y a Gabe en nuestro lugar en
media hora." Frunció el ceño. "¿Hora de la siesta? No hay tiempo para dormir."
Comenzó a marchar fuera del restaurante con una señal ausente hacia la pareja
sorprendida de las demás mesas. “¡Tenemos un problema! Ah, y tengo que llamar a
Becks y a Simon. Tú puedes llamar a Adrian y Sheri. Sí, ya sé qué hora es Sarah.
¿Por qué crees que te estoy dando media hora?" Emma se quitó el teléfono de la
oreja y frunció el ceño hacia él. "¿Besas a tu marido con esa boca?"
Tabby reprimió una risita. Ahora entendía el otro apodo que había oído en el
Grupo junto con el de Curana Halle. Huracán Emma.
Max sacudió la cabeza, sus labios dieron espasmos mientras miraba a su
compañera de pie, todavía charlando en el teléfono. "No sé dónde diablos cree ella
que va. Yo tengo las llaves del coche." Se volvió a Tabby, con un pequeño remolino
de poder rodeándolo brevemente, enviándole un escalofrío que le recorrió la
espalda. Ella tuvo la extraña necesidad de inclinarse ante el Puma, con sus poderes
Alfa acariciándola con un sabor diferente al de los Alfa Lobo a los que una vez
había servido. "Nos vemos en media hora. Sea cual sea el problema, se puede
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
todavía bastante respetable. "Vengan a nuestra casa. Tenemos que hablar".
148
El Club de las Excomulgadas
arreglar. De una forma u otra." Asintió diciéndole adiós a Alex y siguió a su
compañera a la puerta.
Tabby tragó las palabras ominosas de Max. "Uh-oh".
Alex frunció el ceño. "¿Qué? Creo que esto será bueno. Tienes a los chicos locales
de tu lado, ¿no?"
Ella se mordió el labio. "No sé si alguna vez Gabe les haya dicho que yo... fui
Alex se encogió de hombros, con sus ojos pegados al hombre que salía del
restaurante. "Es un punto discutible ahora. Hemos sido convocados, no hay mucho
que podamos hacer al respecto." Cortó las fresas que recubrían sus panqueques.
"Cómete tu tocino. Algo me dice que necesitaremos nuestra fuerza."
Bunny detuvo el Jeep afuera de la casa estilo Artesano de dos pisos. Un techo a dos
aguas gris oscuro era provocado por la rica y brillante caoba trabajada con toques
blancos, con trozos rojos y ricos conjuntados alrededor de la base de la casa. El
frente tenía esos pilares hermosos y el diseño posterior un porche cubierto que se
envolvía alrededor de la parte izquierda de la casa. Un garaje adjunto había sido
perfectamente integrado al lado derecho de la casa. Enormes puertas dobles de
cristal con art deco esperaban para saludar a los visitantes de la casa. La casa era
cálida y acogedora y estaba muy bien cuidada. En la entrada había una Dodge Ram
roja y un Mustang negro. "Wow. Un bonito lugar."
Tabby asintió y abrió la puerta. "Sí. Lindo".
Él estudió su rostro. Estaba pálida y temblorosa. "Está bien, nena."
Ella respiró hondo y sopló hacia fuera. "La última vez que me cité con un Alfa, fui
desterrada."
"Max no tiene motivos para pedirte que se vayas de Halle. Además, él no es tu
Alfa. Técnicamente, no puede volverte un paria".
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
despedida, y por qué. Y tienen fuertes lazos con el jefe Poconos".
149
El Club de las Excomulgadas
Ella sacudió la cabeza. "Los osos no tienen de ésos, ¿verdad?"
"En realidad no, no. No tenemos el mismo tipo de estructura que una Manada o un
Grupo." No en todos los were había Alfas y Omegas tradicionales y toda esa basura
política. La mayoría eran grupos simples de familias, como los Osos, Zorros e
incluso Tigres de otra manera solitarios. Los grupos familiares sueltos se mantenían
en contacto a través de mensajeros como en los viejos tiempos y, en los tiempos
modernos, con correo postal y correo electrónico. Tenían votaciones de sus
apoderados en el Senado de esa forma, nunca teniendo que conocerlos a menos que
las normas más estrictas de la Manada y del Grupo, como Lobos, Coyotes, Pumas
y Leones, donde las acciones de un were podrían poner en peligro la vida de todos.
"Entonces confía en mí, es una oferta muy buena." Ella se encogió de hombros
como si estuviera cargando algo muy pesado. "Vámonos entonces, supongo."
Bunny le tendió la mano, ofreciéndole a su compañera todo su apoyo. Sin importar
lo que pasara en esa casa, Tabby era su compañera. Eso significaba que podría
entrar tanto en las leyes de la Manada o de los Osos. Y dado que los Osos no tenían
un sistema de exiliados, por lo que él se refería a su compañera no tenía ningún
problema.
Una de las puertas delanteras se abrió. Emma Cannon se quedó allí, con una
sonrisa en la cara y su mano en la cadera. "Me preguntaba durante cuánto tiempo
ustedes dos se quedarían ahí. Entremos. No los morderemos, te lo prometo."
Bunny se movió hacia adelante, disfrutando de la calidez del saludo de Emma. Ya
podía decir que habría algunos problemas en ese frente. Emma los estaba
saludando como viejos amigos. "Gracias, señora Cannon. Soy Alexander Bunsun".
Los labios de Emma se curvaron en una sonrisa maliciosa. "Sé quién eres tú. Eres el
were Bunny que entró en la ciudad en una moto."
Bunny no supo si reír o no. "Um... sí. ¿Tal vez?"
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
ellos lo quisieran así. Los exiliados eran algo reservado para aquellos que acataban
150
El Club de las Excomulgadas
Una mujer con el pelo rizado salvaje hasta la cintura quitó a Emma de la puerta.
"No te preocupes, tiene ese efecto en muchas personas." Hizo caso omiso de los
ojos en blanco de Emma y se presentó con Bunny.
A Bunny le tomó un segundo mirar alrededor de la gran sala de la casa de Alfa de
Halle. Las paredes verde salvia, las plantas de cereza y ribetes blanco creaban una
sensación de cálida comodidad y de hogar. Los tragaluces en el techo abovedado
dejaban entrar gran cantidad de luz natural. Un gran y color marrón rojizo sofá de
cuero dominaba la sala. Se encontraba sobre una alfombra conteniendo un patrón
color cerezo junto a una pared que servía como centro de entretenimiento, con
estanterías a ambos lados. La chimenea, en la pared opuesta, coincidía con las
piedras del exterior de la casa. Realmente le gustaba la sensación de su lugar.
Tendría que ver si podía encontrar algo similar en la zona. Por la forma en que
Tabby estaba mirando, con los ojos muy abiertos, tenía la sensación que le gustaba
muchísimo.
La mujer de pelo rizado le tendió la mano. "Soy Becky Holt."
Bunny le devolvió el saludo. "Alexander Bunsun. Gusto en conocerla. Esta es mi
pareja, Tabitha Garwood."
Tabby sonrió débilmente y aferró su mano con un apretón que sabía se iba a dejarle
contusiones.
Becky Holt señaló a un hombre alto, moreno, con brazos musculosos y fácil
sonrisa. "Ese es Simon, mi compañero. Es el Beta de nuestro Grupo."
"Encantado de conocerte". Intercambió un asentimiento con la Beta, manteniendo
la mano de Tabby entre las suyas. Podía sentir a su compañera temblando a su
lado.
Emma asintió hacia un par impresionante sentado en su sofá. El hombre tenía el
cabello oscuro, con el mismo tono de piel dorado que Tabby tenía. La mujer
sentada a su lado era la mujer más pálida que Bunny jamás hubiera visto, con el
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
geométrico de rojos, negros y verdes. Daba a un conjunto de armarios empotrados
151
El Club de las Excomulgadas
pelo blanco como la nieve los ojos azul pálido y piel nacarada. Acostado a sus pies
estaba un golden retriever en un arnés de perro guía.
"Esa es nuestra Marshall, Adrian Giordano, y su compañero, Sheri." La pareja
asintió hacia ellos, pero rápidamente volvieron a su conversación. Bunny no se dejó
engañar. Algo sobre el lenguaje corporal de Giordano le dijo que él y Tabby tenían
parte de la atención del León Marshall. "Gabe y Sara, nuestros Omegas, no están
aquí sin embargo, aunque deben estarlo en breve. Hubo quejas sobre el café y las
"¿Donas?" Becky compartió una sonrisa maliciosa e íntima con su pareja. "Me
encantan las donas."
Simon se rió entre dientes. "Apuesto a que conozco algo que sabe más dulce."
"Oh, por el amor de Dios, gente." Emma se dejó caer en el sofá. "Consíganse una
habitación."
"A mí me funciona." Simón agarró la mano de Becky y comenzó a arrastrarla hacia
las escaleras, haciendo caso omiso de sus indignados graznidos.
"Simon, ya basta. Emma, deja de alentarlos." Max salió de la cocina y negó a los
líderes del grupo, haciendo caso omiso de las risitas de Emma y Becky golpeando el
brazo de Simon. "Nos están haciendo parecer idiotas." Caminó hacia Bunny y
Tabby y estrechó sus manos. "Alex, Tabby, bienvenidos a mi casa. Por favor,
siéntanse libres de unirse a la locura."
"Gracias, pero todos me llaman Bunny."
La habitación se detuvo en seco. Nunca había visto nada igual. Era como que
hubiera tomado el control remoto y le hubiera puesto “pausa”.
"Lo siento. ¿Dices que la gente te llama Bunny?" Los ojos de Simon se
oscurecieron, y se apoyó contra la repisa de la chimenea.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
donas."
152
El Club de las Excomulgadas
Bunny asintió. Amaba algunas de las reacciones que tenían cuando le decía a la
gente su apodo, especialmente a otros were. Tendían a variar de la incredulidad
horrorizada a la risa incontenible.
"¿Y tú se lo permites? ¿Por qué no estrellarte una galleta en el trasero y llamarte
almuerzo? ¡Ay! Maldita sea, Becky." Se frotó el lugar en su brazo donde su
compañera de pelo rizado lo había golpeado.
"No le hagas caso a Garfield, no ha tenido su Cat Chow todavía." Los ojos de
marrón oscuro.
Bunny se tragó su risa. "¿Y tú te burlas de mi nombre?"
Max se frotó un lado de la nariz. "Por qué ustedes dos no toman asiento mientras
esperamos a Gabe y a Sara." Caminó lejos, señalando lánguidamente a Emma. "Ni
una palabra."
"Maldita sea. Y tenía tantas, también."
Max se detuvo y miró a Emma, levantando una ceja.
Emma se quedó allí, mirando de vuelta a su compañero. Por la forma en que su
boca se curvó, Bunny no pensaba que sería una pelea, pero la tensión en la sala
pareció elevarse a un nivel superior. Se preguntó si el rubio Alfa estaría a punto de
arrastrar a su pequeña compañera escaleras arriba, mandando al grupo al infierno.
El timbre sonó, rompiendo la mirada entre los dos Alfas.
"Yo iré." Dijo el Marshall, moviéndose con gracia fácil a la puerta principal. "Son
Gabe y Sarah. Uno de ustedes consiga una toalla fría, ella derramó una taza de café
en sus manos otra vez."
Bunny frunció el ceño. "¿Cómo lo sabes?"
Emma le hizo señas a Becky hacia la cocina y ella la siguió. "Él es el Marshall".
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
Simon se iluminaron hacia su compañera, con el oro chispeando y bailando en el
153
El Club de las Excomulgadas
¿Y?
Sheri, compañera de Adrian debió haber visto su confusión. "El Marshall puede
sentir el bienestar físico de cada miembro del Grupo." Frunció el ceño. "Su olor. Es
tan... salvaje. No como el otro Oso en la ciudad." Ella miró hacia él, con su color
azul pálido viéndose desenfocado. De repente sus ojos se abrieron. "Eres un…"
"Hey, Bunny". Gabe le dio una palmada en la espalda, interrumpiendo lo que fuera
que Sheri había estado a punto de decir.
Gabe sacudió la cabeza. "Me gustaría tener alguna noticia ya, pero no hubo
testigos. Nadie en la calle escuchó ni vio algo. La evidencia que hemos recogido se
encuentra todavía en el laboratorio de Pittsburgh, así que tenemos que esperar." Se
encogió de hombros. "Ojalá tuviera más, pero eso es todo lo que tengo hasta ahora.
¿Cómo está Chloe, por cierto?"
Bunny pudo ver la forma en que la pequeña morena miraba a Gabe. Su pelo corto
estaba arrastrado por el viento, sus manos, enrojecidas. Sus dedos temblaban, con
su deseo por curar sus pequeñas heridas cerca de descarrilar su pensamiento. Esa
debía ser la compañera de Gabe, el que le había machacado a Gabe con lo de
Chloe. "Todavía está inconsciente. ¿Alguna idea de cuando su pareja debía llegar?"
"¿Jimmy regresará?" Emma regresó a la habitación, con una toalla mojada en las
manos. "Aquí, Sarah. Esto terminará con tus quemaduras." Chasqueó la lengua.
"Eso parece desagradable."
"Permíteme". Él agarró sus pobres manos quemadas y respiró profundo, con alivio
por poder curar la pequeña herida quitándole algo de la tensión. Él se abrió a su
Oso y a la espiral del camino de la curación. Le dio órdenes a la carne quemada,
alentado el crecimiento de nuevos tejidos y obligó a su piel a reabsorber la
hinchazón. Cuando terminó, no había rastros de la quemadura que pudiera ser
vista, y sus piernas temblaban de cansancio.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
"Anderson. ¿Has averiguado algo acerca del atacante de Chloe?"
154
El Club de las Excomulgadas
"Rayos." Adrian miró las manos de la mujer, con los ojos muy abiertos. "Sentí eso."
Levantó su rostro, con su mirada reducida hacia Bunny. "Había olvidado que los
Osos podían hacer eso."
La mujer le sonrió dulcemente. "Gracias." Le palmeó el brazo. "Eso fue grandioso".
Gabe tenía una de sus manos entre las suyas, acariciando la piel que había sanado.
"Te debo una, Oso."
Bunny se encogió de hombros, sintiéndose incómodo con las reacciones de
Ese tipo de curación era tan común como un saludo entre los Osos. "No fue nada."
La mandíbula de Gabe se apretó. "Curaste a mi compañera. Eso significa que te
debo una." Su mandíbula se relajó y sus cejas se elevaron. "¿A menos que quieras
tener al hombre investigando el ataque contra tu pareja debiéndote algo?"
"¿El ataque?" Emma frunció el ceño, tomando asiento en el sofá de cuero grande.
"Todo lo que oí en el restaurante hablaba de acoso".
"Tabby fue atacada afuera de su lugar de trabajo un par de días atrás. Una bomba
olorosa fue lanzada por la ventana, y cuando ella y las otras chicas salieron, ella fue
golpeada en la parte trasera de la cabeza lo suficientemente fuerte como para
desmayarse."
Bunny miró a Tabby. No sabía que había perdido la conciencia. Tal vez no hubiera
estado tan tranquila si lo hubiera sabido.
"Mira, antes de llegar demasiado lejos, ¿por qué no iluminas a los demás con todo
lo que te ha estado sucediendo? Tendemos a ser un poco ciegos a lo que está
pasando fuera del Grupo, por lo que no puedo saber todo lo que ha estado
sucediendo." Gabe se sentó en una de las sillas de al lado y jaló de su compañera a
su regazo.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
asombro de los Pumas.
155
El Club de las Excomulgadas
Ella se acomodó con un suspiro, apoyando la cabeza contra su hombro. "Buena
idea".
Bunny se sentó en el sofá, con Tabby a su lado. Adrian y Sheri tomaron el resto de
los asientos, dejando a Emma en la silla de la otra ala, con Max a su lado de pie.
Simon y Becky se acomodaron en el suelo al otro lado de la cama, de espaldas al
centro de entretenimiento. "Bueno, esto es lo que sabemos hasta ahora. Tabby fue
marginada...” Ignoró el grito de asombro de su compañera "por algo que no hizo.
Vagó como lobo durante unos ocho años antes de aterrizar en Halle." Miró a Gabe,
debe a alguien, soy yo, gracias a ti y a tu abuela por haber cuidado de Tabby."
Gabe asintió, reconociendo lo que había dicho. Bunny tuvo la sensación de que no
estaba totalmente de acuerdo con él, pero estaba bien.
"Debido a su estado, ese tipo Gary siente que puede hacer lo que quiera con Tabby
sin repercusiones."
Max hizo una mueca. "Desafortunadamente, él tiene razón. Ella no tiene la
protección de su Manada, ha sido apartada de ellos por un delito, tanto si lo ha
cometido como si no. A menos que demuestre que es digna de unirse a otra
Manada o se las arregle para conseguir que su viejo Alfa la acoja de nuevo, será
considerada como una criminal y será una presa fácil".
Los labios de Emma se volvieron una sonrisa maliciosa. Había visto antes esa
sonrisa, en un dibujo animado cuando había sido niño. Era la misma sonrisa que el
Grinch tenía cuando se le había ocurrido su idea de vestirse como Santa y robar la
Navidad. La mirada envió escalofríos a la columna de Bunny. Y por el aspecto que
su compañera le estaba dando, suponía que el Alfa no tenía idea de lo que su
pequeña compañera estaba pensando.
"Grandioso". Suspiró Bunny y se pasó la mano por la calva. El pelo raspó como
rastrojo contra la palma de su mano. Era tiempo de afeitarse de nuevo. "De todos
modos, ha estado acechando en la tienda, molestando a todas las chicas que, por
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
asegurándose que comprendiera lo que estaba a punto de decir. "Y si alguien le
156
El Club de las Excomulgadas
cierto, son todas humanas excepto Tabby, y a ella la ha llamado varias veces.
Resulta que lo vi ayer por la noche y, francamente, si hubiera sido por mí, no estoy
seguro que no habría dejado de acosarla. Así las cosas, trató de advertirme para que
me fuera, y me dijo que tenía todo el derecho a molestar a mi pareja. En otras
palabras, que la seguiría acechando."
"¿Les ha dado a las humanas un momento difícil?" Silbó Max. "¿Quién es su Alfa?"
Bunny parpadeó. "No tengo ni idea."
único que he podido saber es que viene de Nuevo México. Sigo tratando de
localizar sus registros de nacimiento. La universidad ha sido menos que entusiasta
sobre entregar sus registros y, sin una orden judicial, tienen razón. No puedo
conseguir una sin causa probable." Gabe pasó la mano arriba y abajo de vuelta a
Sara. Tanto como si tratara de calmarla o de calmarse a sí mismo, Bunny no tenía
idea. "Además, técnicamente hablando, la ley de los were está de su parte. Las
chicas del Arte Viviente son conscientes de lo que Tabby es y del Grupo del que es
miembro, por lo que son considerados familiares".
Bunny podía sentir la rabia impotente creciendo en él de nuevo. ¿Significaba eso
que el pequeño hijo de puta podía seguir burlándose de Tabby, posiblemente
haciéndole daño, y sin nada que pudiera hacer al respecto?
Mierda. A. Eso.
Una mano suave se posó en su brazo. Él miró los ojos marrón cálido de la Omega.
"Arreglaremos esto. Te lo prometo."
Una paz calmada que nunca había sentido fuera de una estera de yoga se apoderó
de él. Él asintió, sabiendo que ella tenía razón. Todo estaría bien. Sarah sonrió y se
sentó en el regazo de su compañero, con sus manos doblándose por su cuenta.
Gabe se apoderó de sus muñecas, con su pulgar acariciando su parte interior. Algo
sobre la caricia hizo que Bunny tomara nota. Él se quedó mirando al sheriff y a su
compañera, y se preguntó...
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
Gabe se encogió de hombros. "Le he preguntado, pero se niega a responder. Lo
157
El Club de las Excomulgadas
"¿Alex?"
"¿Hmm?" Se volvió para ver a Tabby mirando hacia él. El hecho que su nombre
fuera la primera palabra que ella había pronunciado desde que habían entrado por
la puerta calmó algo muy profundo dentro de él.
Tabby dio una respiración profunda. "Cuéntales de Chloe".
Él gruñó. "Algún hijo de puta golpeó el trasero de mi prima Chloe dejándola cerca
de la muerte y abandonada en la calle como basura. Habría muerto si no hubiera
hecho hasta ahora ha conseguido despertarla".
Los ojos azul-dorados de Max se iluminaron por un momento. "Escuché sobre eso.
Lo comprobaremos." Él intercambió una mirada con Gabe y Adrian, quienes
asintieron.
Sheri se mordió el labio. "Chloe es una cosa tan dulce. ¿Quién querría hacerle eso?"
"No lo sé, pero hasta ahora los indicios son pocos y distantes entre sí."
"Yo apostaría por Gary y sus maravillosos cobardes", murmuró Tabby.
"¿Maravillosos cobardes?" El tono de Max no le hizo gracia. "¿Cuántos miembros
de manada tiene Gary con él?"
Tabby hizo una mueca. "Tiene a otros dos que lo siguen. Ah, y envió a un chico a
hacerse un tatuaje de lobo. Lo reconocí desde el momento en que cambió de
opinión una vez, justo antes de enterarme de que era una marginada." Y por su
tono de voz la conversación no había estado llena de amor. "Le dijo al chico que si
se hacía el tatuaje podría unirse a su fraternidad." Tabby hizo comillas de cita con
los dedos e hizo mímica. "Por lo que sé, ha convertido a gente por todo el campus,
pero como yo no paso exactamente el rato allí, no tengo idea de en lo que está
realmente."
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
sido por Julian Ducharme. Todavía está en estado de coma. Nada de lo que hemos
158
El Club de las Excomulgadas
Max gruñó, con un sonido salvaje y felino. Sus ojos azul cielo eran de oro puro.
Una ligera niebla se agrupó alrededor de sus pies, con su poder derramándose en la
habitación. Bunny sólo había visto algo así una vez antes, cuando un León había
tratado de hacer a su padre inclinarse ante él.
No había funcionado con William Bunsun, y seguro que no iba a funcionar en el
hijo de William Bunsun tampoco. Su barbilla se levantó hacia el rostro de ira del
Alfa.
jerarquía, con una expresión llena de indignación. "Está cambiando humanos en mi
territorio ¿Y yo no lo supe?"
"Mierda. ¿Cómo diablos se supone que debemos saberlo? ¿Cuántos otros Grupos
conoces que se basan en una universidad con otros were en ellos?" Simon mostró
por qué era el Beta de este hombre. Aparte de la contracción de sus hombros y una
breve mueca de dolor, se mantuvo de pie. Incluso el Marshall estaba encorvado,
luchando con la ira de su Alfa. La única otra persona en la sala que no se había
inclinado era Emma.
Incluso Tabby tenía la cabeza baja. "En su mayor parte, han llegado, respetado
nuestras fronteras, mantenidos por sí mismos, y vuelven a casa después de
graduarse."
"Sólo que ahora tenemos un aspirante a Alfa Lobo en las calles, a un Zorro en el
hospital, a un grupo de Osos en pie de guerra, y Dios sabe qué más en camino."
Emma sonó más reflexiva que molesta. Apoyó el codo contra sus rodillas y apoyó
la barbilla en su mano. "¿Quién demonios se puso al lado de mi cuna y habló acerca
de vivir en tiempos interesantes?"
Max se volvió hacia su esposa, divertido. La niebla se retiró, con sus ojos
volviéndose de dorados a azul cielo. "Por lo menos no tenemos más senadores
atravesando la ciudad y co-optando a nuestra gente".
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
"¿Por qué no supe yo de esto?" Max miró alrededor de la habitación a su núcleo de
159
El Club de las Excomulgadas
"¿Crees que fue Gary quien atacó a Chloe?"
Bunny se volvió para mirar a Sarah, compañera de Gabe, mirando hacia él. "No
tengo idea, pero no estoy seguro de por qué lo haría. ¿Acaso siquiera sabe que
existe?"
Todos miraron a Tabby, que se encogió sobre sí misma. "¿Cómo diablos lo sabría?
Me mantenía lo más lejos que podía."
El hombre frunció el ceño. "Tenemos que establecer guardias Puma con Chloe,
para asegurarnos que nadie pueda entrar en su habitación sin autorización."
Bunny murmuró. "Mi familia está allí. Confía en mí, nadie llegará a Chloe."
Adrian asintió. "Tendré que hablar con ellos de una rotación, de manera que
puedan conseguir un poco de descanso. Tengo gente confiable que le puedo poner,
y estoy seguro que Gabe puede conseguir unos pocos nombres también." Gabe
asintió. "¿Asumiré que estás investigando cualquier intervención humana posible,
como un rival de trabajo o algo de tipo romántico?" Gabe asintió de nuevo, con los
ojos en blanco. "Está bien." Adrian regresó a Max.
"Todo lo que podemos hacer por Chloe ahora se está haciendo. Aun no siendo un
Puma, no hay ninguna forma para mí de controlar su físico que no sea mantenerse
en contacto con Jamie Howard."
"Hagan eso", Max señaló a ambos hombres. "Quiero actualizaciones periódicas
sobre su condición. Una vez que despierte, podremos saber de ella si vio a sus
atacantes. Tal vez podrá determinar si fueron o no weres quienes hicieron eso."
"¿Y si lo fueron?"
Max miró a Gabe. "Averigüemos si eran Pumas, y si eran en concreto mis Pumas,
los que hicieron esto. Si no fue así, quien quiera que fuera es todo suyo. Demonios,
si fueron mis Pumas, serán todos suyos después que los margine."
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
Max señaló a Adrian. "¿Ideas?"
160
El Club de las Excomulgadas
La sonrisa de respuesta de Gabe fue salvaje.
Quien fuera que hubiera dañado a la prima pequeña de Bunny pagaría de una
forma muy, muy grande.
"Todavía tenemos que abordar el tema de Gary", señaló Emma. "Ya sea o no que
esté involucrado en el ataque a Chloe, sabemos que le hizo algo a Tabby".
Hablando de eso... "Gabe, ¿puedo hablar contigo a solas por un momento?" Tabby
trató de hacer caso omiso de la mirada interrogadora en el rostro de Alex. Si se
pasada, le volaría el cerebro. No había forma que ella se arriesgara dejándolo ir
lleno de rabia. Podría conseguir que lo mataran.
"Seguro". Gabe ayudó a Sarah a ponerse de pie y se levantó también, acomodando
a su compañera de vuelta en el sillón que habían estado ocupando. La besó en la
frente y soltó sus muñecas. "Vuelvo enseguida".
Tabby apuntó a Alex, que estaba a punto de levantarse y unirse a ellos. "Siéntate.
Quédate. Buen Oso." Ella siguió a Gabe a la parte trasera de la casa de Max,
haciendo caso omiso de la risa que vino de Emma.
Gabe se paró frente a ella y cruzó los brazos, con su expresión de pregunta. "Está
bien, Tabby. ¿Qué quieres decirme que no querías que Bunny escuchara?"
Ella describió lo que había sucedido en el bosque. Gary y sus compañeros-tontosde-manada alrededor de ella, con la mirada de lujuria en sus rostros. La forma en
que Gary había tratado de golpear su parabrisas para llegar a ella.
Para cuando terminó, los ojos de Gabe se habían vuelto dorados y estaba
maldiciendo. “¿Por qué no me llamaste de inmediato?"
"Quise hacerlo, realmente. Pero me distrajeron".
Él la miró fijamente.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
enteraba del pequeño problema con Gary y sus secuaces en el bosque la semana
161
El Club de las Excomulgadas
Ella dio un respingo. Maldita sea, la conocía tan bien, y habían sido amigos desde
hacía sólo seis meses. "Está bien. Me preocupaba que algunas personas me
culparan." Ella era una marginada, a pesar del apoyo constante de Bunny. Habría
quienes oirían lo que Gary había hecho y se habrían encogido de hombros,
pensando que era nada más de lo que se merecía.
Algunos animarían activamente a Gary, con la esperanza de que se saliera con la
suya. Era una de las muchas razones por las que se había quedado como Lobo
desde hacía años en lugar de tratar de encontrar una casa en el mundo were. A los
Había estado más sola que nada de lo que jamás se hubiera visto obligada a
soportar. Había rezado todas las noches porque nunca tuviera que enfrentar vivir
así de nuevo.
"Admítelo. Te preocupaba que Max te echara de Halle".
Ella se mordió el labio. "Sí. Lo estaba."
"Tabby". Gabe pasó las manos por su pelo, obviamente frustrado. "¿Cuántas veces
tengo que decírtelo? Estás en tu casa, ¿Ok? Nadie va a quitar eso de ti, Max no
especialmente."
Max podía quitárselo con sólo girar la espalda. "No tienes la autoridad para decir
eso, y lo sabes. No eres el Alfa."
"No, pero el Alfa me escucha, sobre todo cuando se trata de los marginados y
pícaros. Soy un cazador, por el amor de Dios. Infiernos, el Marshall ha avalado
eso, su Omega piensa que eres maravillosa y quiere un maldito tatuaje ahora,
gracias a ti, e ¡Incluso su Curana está ahí luchando por ti! ¡Y Emma apenas sabe de
ti! Así que vamos, Tabby." Jaló de ella a un abrazo. "Si lo crees o no, estás en casa."
Ella se estremeció, colapsando en su abrazo. Gabe era calor sólido, con su felino
haciéndole cosquillas en la nariz, olor en una…
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
Lobos de verdad no les importaba que ella hubiera sido una desterrada.
162
El Club de las Excomulgadas
"Disculpen. ¿Es una fiesta privada o puede unirse alguien?"
Ella levantó la cabeza para encontrar la puerta de atrás abierta. Alex estaba allí,
apoyado contra el marco de la puerta, con las manos metidas en los bolsillos. Sus
colmillos habían descendido. Estaba mirando las manos de Gabe en la cintura de
Tabby.
Gabe levantó las manos y se apartó de ella. "Saca tu mente de la cuneta, Bunny.
Tabby es como una hermana para mí."
Gabe se quejó. "¿Cuándo superarán eso las personas? ¡Nunca salimos! Dios, tan
pronto como despierte, le patearé el trasero de nuevo."
Alex se relajó y se rió entre dientes, con sus colmillos retrocediendo. "No patearás
el trasero de mi chica. Eso está mal".
"Por favor. Como si Chloe no estuviera dispuesta a patear tu trasero de arriba abajo
si pensara que te lo merecías". Gabe sacudió la cabeza. "Es muy difícil verla en el
hospital en una cama".
"Y que lo digas." Estudió la cara de Gabe por un momento. "¿Me dirás lo que mi
compañera está escondiendo de mí?"
Gabe sacudió la cabeza. "Ojalá pudiera, pero tiene que ser ella quien te lo diga."
"Muchas gracias. Traidor." Tabby miró a Gabe, haciendo caso omiso de la forma
en que Alex la miró. Toda su atención se centró de repente en ella, y no de una
buena forma.
Gabe dudó por un momento, se encogió de hombros y se dirigió hacia el interior.
"Hazme un favor, Tabby. Díselo. Confía en él. Es tu pareja."
Ella asintió. No era que no confiara en Alex. No quería que Gary pusiera sus
manos sobre él. Gary lo mataría sin pensarlo dos veces.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
"Igual que Chloe, ¿eh?"
163
El Club de las Excomulgadas
Alex salió. Gabe cerró la puerta detrás de él, dándoles a los dos algo de privacidad.
"¿Tabby?"
Mejor quitar la bandita de tajo. "Gary me atacó una mañana después de una carrera.
Él y sus matones me arrinconaron en el bosque, contra mi coche. Estoy bastante
segura que me iban a violar."
Todo el cuerpo de Alex se movió. Sus colmillos descendieron. Sus uñas se
volvieron negras, alargándose dos pulgadas. El maldito creció cerca de seis
contra él. Teniendo en cuenta que era bastante grande para empezar, se volvió
impresionante. "¿Dónde vive Gary?"
Tabby tragó. Este era un Alex que ella no conocía. Su voz se había vuelto áspera,
tan profunda que sonó como algo sacado de una película de terror. "No lo sé".
"Dímelo".
"¡No lo sé!" Ella hizo todo lo posible por mirarlo, pero su corazón latía a una milla
por minuto. "Y si lo hiciera, no te lo diría."
"Tabby". Retorció sus dedos. Se preguntó si estaba imaginando el cuello de Gary
entre ellos.
"No." Ella trató de calmarlo, apoyando una mano en su brazo. "Un Oso contra un
Lobo gana. Un oso contra una Manada pierde. No soy digna de tu vida, Alex."
Él parpadeó, con sus ojos color avellana de una coloración café oscura. "¿Qué?",
rugió asustando a los pájaros de los árboles. Tabby se llevó las manos a las orejas y
se preguntó si le empezarían a sangrar. "¿Te importaría repetir eso?"
"¿Qué no valgo la pena para que alguien muera?" Ella tragó otra vez, viendo la
furia grabada en las facciones de Alex.
La puerta se abrió de golpe. "Bueno, deténganse." Sarah, la Omega del Grupo, dio
un paso en el lugar. "Todo lo que esté causando que el Monte Vesubio esté
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
pulgadas, con las costuras de su camisa estallando, con sus vaqueros crujiendo
164
El Club de las Excomulgadas
haciendo erupción aquí tiene que parar ahora. Estás asustando a mis invitados."
Alex le gruñó. Sarah gruñó de regreso. "Cálmate, hombre grande. Nadie tocará a tu
pareja, ¿de acuerdo? Está a salvo aquí". Ella le dio unas palmaditas en el brazo a
Alex. "¿Por qué no vuelven a entrar? Tenemos unas cuantas cosas más que discutir,
y Max pensaba que Gabe y tú podrían hacer que corrieran con Frank por unas
hamburguesas. ¿Eso no suena bien? Podríamos pedir algo de fruta para ti, tal vez
una ensalada." Sarah tiró del brazo de Alex, arrastrándolo dentro de la casa. La
charla continuó hasta que regresaron de nuevo a la gran sala. "Podríamos conseguir
un poco de pastel. ¿Qué tal de arándanos? Los pasteles de Frank son algunos de los
El cuerpo de Alex comenzó a retractarse, retrocediendo hasta su tamaño normal.
Sus músculos se relajaron, con los colmillos retrocediendo. Lo que fuera que la
Puma Omega estaba haciendo funcionaba y calmaba a su gran Oso. Ella decidió
ayudar, añadiendo sus propias manos en la espalda de Alex, acariciándolo a través
de su camiseta. "Una tarta es buena. Tal vez deberíamos llamar a Ryan y a Julian
aquí también. Sus compañeras están siendo acosadas por Gary también." El sonido
debajo de su mano era más irritado que molesto ahora, gracias a Dios.
"Buena idea. Tabby, ¿por qué no los llamas, y consigues que vengan por aquí?
Ryan puede permitir que su familia sepa que estamos pensando en ayudar con la
guardia de su hermana mientras estamos en ello." La mirada de Sarah no se apartó
de Alex. Su mano seguía acariciándolo hasta que se calmó por completo. Un fino
sudor cubría a la Omega para el momento en que Alex llegó al sofá, con una
mirada confusa en su rostro. "¿Gabe? ¿Podrías tomarles a todos las órdenes por
favor?"
Tabby miró a Gabe. Su mandíbula estaba apretada mientras miraba a su
compañera domar al were con la palma de su mano. Tabby no sabía si estaba
celoso o temía por su seguridad. "Por supuesto. Puedo hacer eso."
Sarah le sonrió a su compañero. "Todo está bien, Gabe. Basta con tomar las
órdenes y hacer las llamadas. Bunny nunca me haría daño."
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
mejores de la ciudad."
165
El Club de las Excomulgadas
Alex sacudió la cabeza. Parecía como si estuviera despertando de un trance. "No,
por supuesto que no." Miró más a Tabby. "¿Nena?"
Tabby se adelantó y se lanzó sobre el regazo de Alex. Se acurrucó contra él,
enterrando su cara contra su cuello. Su aroma se envolvió a su alrededor,
calentándola, consolándola de cualquier otra cosa. "Está bien, azúcar. Todo estará
bien."
Él hundió la cara en su pelo y respiró profundo. "Si él te pone la mano encima, lo
no vale la pena morir por ti, pero yo sé que sí".
Rayos. Sus ojos no habían vuelto a la normalidad. Estaban llenos de ira salvaje, los
ojos de un depredador. Esa furia de miedo que había visto en la terraza todavía
estaba allí bajo la superficie, apenas contenida por su fuerza de voluntad. "Alex,
déjalo ir. Por mí. ¿Por favor?"
Él dio una respiración profunda. Cerró los ojos y giró la cabeza. Cuando abrió los
ojos de nuevo, eran cálidos y color avellana. "Por ti".
Ella asintió. No había terminado aún. No por un largo tiempo. Ella se acurrucó
contra él y dejó que apretara su rostro con su cuello. Sabía lo que él estaba
haciendo. La estaba oliendo, llenando sus sentidos con ella. Si eso era lo que hacía
falta para calmarlo, ella se quedaría en su regazo por el resto de su vida.
"Necesito saber si eres un peligro para mis Pumas".
Bunny se acomodó en el coche de Anderson con una mueca de dolor. En realidad
se había perdido en la terraza de Max. Sólo el pensamiento de alguien tratando de
violar a su compañera era suficiente para enviarlo de regreso a esa rabia de nuevo.
"¿Alguno de ellos planea agredir a Tabby?"
Las cejas de Gabe se elevaron. "No que yo sepa."
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
mataré. Es necesario que comprendas eso." Le alzó la barbilla. "Puedes creer que
166
El Club de las Excomulgadas
"Entonces, no." Sonrió dulcemente, a sabiendas que el estilo de vida elegido por
Tabby estaba en peligro, y él era la causa. Si el Cazador creía que era un peligro
para su Grupo, los dos saldrían de la ciudad esa misma noche.
Gabe lo estudió por un momento, con sus labios retorciéndose. "Dejar las manos
fuera de la Loba. Lo entiendo."
Salió a la calzada y se dirigió al restaurante de Frank. "¿En dónde estás pensando
buscar casa?"
Gabe le dirigió una mirada sorprendida. "Sin ánimo de ofender, pero ¿puedes
pagarla? Incluso con el mercado de viviendas en recesión, los lugares cerca de Max
cuestan un ojo de la cara."
"Me lo puedo permitir, sobre todo si algo de mi familia está aquí. Probablemente
pondremos en marcha una sucursal de la empresa familiar aquí."
"Y el negocio, ¿de qué sería?"
"Exteriores Bunsun. Empresarios especializados en paisajismo comercial y
escalada, pero quiero empezar por ver algunas opciones de vivienda aquí. Soy un
arquitecto de paisaje".
"¿Así que tu familia es rica?"
Bunny hizo una mueca. "Estamos cómodos. Además, es el negocio de mi padre, no
el mío. Si una sucursal se abre aquí, será dirigida por Steven, mi tío." Era bastante
seguro que el tío Steven se dejaría caer para hacer lo que quería. Infiernos,
probablemente pondría a Ryan a cargo para que Bunny se viera forzado a hacer el
papeleo. La última vez que había puesto una hoja de gastos frente a Bunny, había
puesto grandes arbustos de azaleas rosas en él. Ryan era el hombre del dinero en
esa generación. "¿Me pregunto si harán que Eric venga aquí o si se quedará en
Oregon?"
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
Bunny se encogió de hombros. "Cerca de aquí, creo. Las casas están muy bien."
167
El Club de las Excomulgadas
"¿Eric?"
"Mi hermano. Papá lo dejó al frente a la empresa mientras él está en la ciudad."
"Ah". Gabe entró en el estacionamiento y apagó el motor. "¿Cuántos son ustedes?"
"¿Familia u Osos?"
Gabe frunció el ceño. "¿Eh?"
con el tío de la hermana de Steven, y tienen tres hijos, una Zorra y dos Osos. Así
que la mayoría de la familia es mitad Zorra, mitad Oso. Papá es el único que se
acopló con una humana, por lo que Eric y yo somos Osos. ¿Eso lo hace aún más
confuso? El tío Steven y la Tía Stacy son primos de mi padre." Gabe frunció el
ceño. "Y no bromeo sobre cuellos-rojos y primos hermanos."
Los labios de Gabe hicieron una mueca. "No soñaría hacerlo." Consiguió salir del
coche y se dirigió al restaurante, sin tomarse la molestia de esperar a Bunny. Por la
postura de sus hombros, Bunny pensó que todavía estaba luchando con una
carcajada. Se bajó del coche, dándose cuenta de las seis motos estacionadas afuera
en una fila. Frunció el ceño, algo acerca de las motos le resultaba familiar. Bunny
siguió al alguacil al restaurante, un olor que no había sentido en mucho tiempo le
hizo cosquillas en la nariz. Olía a Osos, que creyó reconocer.
Gabe estaba de pie junto a la puerta, con las manos sueltas a los costados, con la
espalda recta y estrecha. "Te lo pediré una vez más. Da marcha atrás y deja a la
muchacha sola".
Bunny parpadeó por la nota dura en la voz del Sheriff. "¿Gabe? ¿Qué está
pasando?" Miró por encima del hombro de Gabe para encontrar a seis hombres,
todos por encima de la altura media, alrededor de una pequeña mujer. Ella sostenía
una bandeja en las manos temblando visiblemente. "¿Harry? ¿Eres tú?"
Los seis hombres se estremecieron. "¿Alex Bu-Bunsun?"
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
"La tía Laura, la madre de Chloe, es una Zorra. Su hermano, el tío Ray, se casó
168
El Club de las Excomulgadas
Bunny sonrió. "Pues infiernos, Harry. ¿Cómo has estado?" No había visto a esos
chicos en años. "¿Han estado bien desde la última vez que te vi?" ¿Que había sido,
que hacía diez años?
"Mejor. Mejor. Con el brazo ya sanado, gracias. Me pica con la lluvia, sin embargo.
No tanto como a Barney. Todavía no puede usar su mano."
Bunny hizo una mueca. Odiaba que le recordaran a Barney. Había hecho todo lo
que había podido para compensar lo que le había hecho al hombre, pero Barney no
ver con el hombre que casi lo había matado. Lo último que había oído, era que
Barney se encontraba en Alaska, que era propietario de un bar, y que estaba
felizmente emparejado y tenía dos cachorros. Los rumores decían que se había
mudado allí para poner la mayor distancia que había podido entre él y Bunny, sin
embargo, aún permanecía en Estados Unidos.
Harry tragó. "Tú, eh, ¿Sólo estás de paso?"
Cinco miembros de la banda de Harry se alejaron de la camarera, con los ojos
pegados a Bunny. Él se encogió de hombros. "No, estoy viviendo aquí y ahora. Mi,
um, novia está aquí." La camarera humana lo miró extrañamente. De ninguna
manera podía usar la palabra "Pareja" aquí.
Los ojos de Harry se abrieron. Se las arregló para verse aún más pálido. "¿Tu
novia? Estás comprometido. Felicitaciones." Débilmente les hizo señas a los
motoristas a su espalda. Todos se sentaron amablemente en el mostrador,
mirándolo con ojos llenos de miedo.
"Sí, es artista de tatuajes." Uno de los seis hombres se quejó. Bunny pensó que
podría haber sido Mikey. A pesar de su aspecto áspero, siempre había sido un poco
más delicado que los demás. Uno pensaría que un hombre con una calavera
llameante tatuada en la nuca cerca del cuello sería un poco menos débil. "¿Por
qué?, ¿Estás pensando en conseguirte uno? Ella hace un buen trabajo." Había visto
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
quería tener nada que ver con él. Bunny no lo culpaba. No quería tener nada que
169
El Club de las Excomulgadas
eso cuando captó el vistazo cruzado de la señora H. Ella era una verdadera artista,
alguien cuyo trabajo estaría orgulloso de llevar.
"Um, no." Harry sacudió la cabeza con tanta fuerza que debió haberse desprendido
de su cuello. "Estamos, eh, sólo de paso."
Lee, el más pequeño de los seis hombres, dio unos golpecitos suaves a la camarera
en el hombro. "¿Podemos tener la orden para llevar señorita?"
"Nos tomó a todos. A todos," Susurró Lee. "Y él ni siquiera tuvo un rasguño."
Mikey gimió. Cobarde.
"No deberían haber escogido a Heather. Ella sólo tenía diez años." Y una Zorra,
completamente vulnerable con siete Osos adolescente que la habían elegido para
hacer su vida miserable. No había tenido más remedio que acudir en ayuda de su
prima. La decisión de casi matar al peor de los delincuentes era algo con lo que
tenía que vivir todos los días. "Les pedí que se detuvieran." Y había hecho que
todos y cada uno se disculparan con Heather después de haber terminado con ellos,
incluso Barney.
Había tardado dos años para que las pesadillas de Heather terminaran. Todos
habían acosado a su prima en lugar de sus atacantes. Ella todavía miraba con recelo
cada vez que la familia se reunía.
Gabe lo estaba mirando como si de repente le hubieran brotado alas. "¿Y Tabby
está preocupada sobre que te enfrentes a Gary?"
Bunny se encogió de hombros. Había tratado de decirle que podía manejarlo, pero
ella no quería creer en él. Estaba demasiado acostumbrada a Julian. Los osos
negros huirían de una lucha que sabían que no podían ganar. El Kermode, para
todos los que tenían un poco de sombra de crema o blanco con las formas de Osos,
seguía siendo una especie de Oso negro.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
Bunny puso los ojos en blanco. "Vamos, muchachos. Eso fue hace años."
170
El Club de las Excomulgadas
El oso pardo, por el contrario, era mucho más agresivo. Paraba hasta que caía
muerto. Y Bunny se consideraba aún más agresivo que la mayoría.
"Ella está acostumbrada a Julian, pero ya aprenderá." Los hombres delante de él se
movieron. Bunny miró a su alrededor, observando la curiosidad del resto de los
comensales. Sonrió, con la esperanza de tranquilizarlos. Esas personas eran todos
clientes potenciales, después de todo. "Entonces. Fue muy agradable verlos a todos
otra vez."
sacó dos bolsas de debajo del mostrador. El alivio en la expresión de Harry habría
sido divertido si no le hubiera recordado a Bunny cuán agresivo podía ser. Esa
mirada de allí era una de las muchas razones por las que Bunny había aprendido a
no pelear.
No le gustaba cuando la gente le tenía miedo. De todas las personas en esa sala,
sólo Harry y sus amigos eran realmente conscientes de lo que Bunny era capaz de
hacer, y estaban aterrorizados. Suspiró. Se estrellaba contra esto cada vez veía a
alguien que lo conocía de sus años de adolescencia salvaje. Decidió probar una vez
más. Tal vez podría mostrarles todavía que no era la misma persona que había sido
cuando lo habían conocido. "¿Y a dónde se dirigen todos?"
"Um. A Occidente". Harry recogió las bolsas y tendió una tarjeta de crédito.
"Vamos al oeste. Posiblemente a California." Asintió a los otros cinco hombres su
acuerdo. "Tal vez incluso a Washington".
Bunny asintió. No habría motivos para convencerlos de que era un Oso cambiado.
"Ya veo. Les deseo lo mejor en su viaje."
Harry firmó su recibo y se levantó. Sus compañeros Osos se quedaron detrás de él.
"Tenemos que ponernos en marcha. Por la pérdida de la luz del día y todo eso. Fue
agradable toparse contigo, Bunsun".
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
La comida cayó delante de Harry, seis cajas grandes y seis pequeñas. La camarera
171
El Club de las Excomulgadas
"Contigo también, Harry." Dio un paso de lado, dando a los hombres un montón
de espacio para salir por la puerta. "Que tengan un buen paseo." Los saludó con la
mano, no sorprendido cuando ninguno de ellos lo saludó de regreso.
"Qué demonios, Bunny. ¿Qué fue todo eso?"
Se volvió hacia el sheriff. "Es una larga historia. Te la diré en el camino de regreso."
Sabía que con su expresión alegre no estaba jugando con el otro hombre, pero
ahora mismo no se molestaría mucho en ello. "Vamos por nuestra orden y
"Sí. Hagamos eso". Gabe fue al mostrador y pidió su comida. Bunny se quedó en la
puerta y escuchó el sonido de las motos alejándose.
Ryan llegó poco antes que Alex y Gabe volvieran y se presentaron con los líderes
del Grupo. Se acababan de acomodar cerca de Simon cuando Gabe y Alex entraron
por la puerta llevando sus hamburguesas. Gabe tenía una extraña expresión en su
rostro, y Alex se veía como alguien al que le habían atropellado su perro. Tabby,
preocupada, se inclinó hacia adelante. "¿Alex? ¿Gabe? ¿Qué pasa?"
Gabe dio a Tabby una mirada salvaje, antes de entregarle los alimentos a Emma y a
Becky.
Alex compartió una mirada larga con Ryan. "Me encontré con Harry y sus amigos
en el restaurante de Frank."
Ryan lanzó un gemido. "Rayos. ¿Qué estaban haciendo ahí?"
"Yéndose hacia el oeste. Lejos, muy al oeste".
"¿Crees que...?" Ryan dejó sin concluir la oración.
"Nop. Todavía están aterrorizados. No se arriesgarían."
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
salgamos de aquí."
172
El Club de las Excomulgadas
"Cierto".
Tabby miró de atrás a adelante entre ellos. Había algo allí que ella no entendía.
"¿De qué están hablando?"
Alex tuvo la más extraña expresión en su rostro. Parecía casi de disculpa. ¿Pero por
qué?
"Harry y sus amigos acosaron a una de nuestras primas hace algunos años. Bunny
"¿Les enseñó?"
"Casi le arrancó los brazos a su líder."
Tabby parpadeó. No acaba de decir lo que pienso que dijo. "¿Qué?"
Alex giró sobre sus talones y se fue directo hacia la puerta.
"¿Alex?" Ella se levantó y corrió tras él, haciendo caso omiso de la voz de Ryan
llamándola.
"¡Alex!"
Él se detuvo. "Sé que crees que entiendes lo que está pasando."
"¿En qué universo?"
Él se dio la vuelta. La miró duro. "Está bien. ¿Qué es lo que crees que sabes?"
"¿Aparte del hecho que pareces estar convirtiéndote en un idiota? No mucho."
Él dio una respiración profunda, girando el cuello. "Hace mucho tiempo, tuve
problemas de manejo de la ira."
Ella agitó la mano para que él siguiera adelante. El hecho de que su compañero
pareciera tener temperamento no la perdería.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
les enseñó a no hacer eso."
173
El Club de las Excomulgadas
"Algunos Osos persiguieron a mi prima, Heather, que es Zorra como Chloe. Sólo
tenía diez años. Ellos pensaron que sería divertido ver si podían obligarla a
cambiar".
Tabby hizo una mueca. Eso era malo, muy malo. La mayoría de los were no
podían hacer el cambio hasta que la pubertad empezara. "¿Por qué harían eso?"
"Estaban borrachos y... estúpidos." Levantó una ceja, con su expresión volviéndose
aún más dura.
"Trataron de forzarla a alcanzar la pubertad. Pensaban que era una broma
buenísima. Por supuesto los idiotas no se dieron cuenta de que la pubertad no es
algo que se pueda forzar. Heather estaba aterrorizada".
"Apuesto a que sí. ¿Qué pasó?"
"Los encontré". Se sentó en el porche delantero y se apoyó contra la baranda de la
terraza. Parecía perdido. "Casi los maté. A los siete."
"¿A los siete?"
Él asintió. "Eran siete". Dio unas palmaditas en el escalón y ella se sentó a su lado.
"Mutilé a uno de ellos".
Ella gruñó. "Bien".
Él la miró, sorprendido. "¿Bien?"
"Ellos traumatizaron a una niña. Yo los hubiera mutilado también. ¿Fuiste por sus
bolas? Por favor, dime que no procrearán".
Sus cejas se alzaron. "Eh. No. Intenté arrancarle los brazos al líder. Luego los
obligué a ponerse a todos ellos de rodillas y los hice que le pidieran perdón. Cuando
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
"¡Uff!" Tabby se estremeció. "¿Diez años?"
174
El Club de las Excomulgadas
el primero dijo que no, le rompí el brazo, fue como una ramita. El resto cayó en
línea después de eso."
"Apuesto a que sí." Ella sonrió salvajemente y se retorció de entusiasmo.
"¿Gimieron cómo bebés?"
Su risa sonó sorprendida. "Como niñitos pequeños."
Ella se acurrucó contra él. "Protegiste a tu familia, a tu manada. No hay nada de
"Entonces entiendes por qué tengo que protegerte".
Ella se quedó helada. Maldita sea, él le iba a voltear las cosas. "Como un dolor en
el trasero."
Él metió la mano en la parte trasera de sus pantalones vaqueros. "Así es. Y nos
encantó cada minuto del mismo." La pellizcó, haciéndola gritar. "Ahora
cambiemos de tema".
"Bueno, está bien. Probablemente podrías derrotar a Gary y a sus idiotas amigos,
sin demasiados problemas."
"Eso es decir poco. Tabby, si Gary te ha dado tantos problemas, se comerá su
propio trasero."
"¿Puedo mirar?"
Él soltó un bufido. "Simplemente no lo entiendes, ¿verdad?"
"Alex".
"¿Hmm?"
"No tengo miedo."
Él suspiró. "Lo tendrás."
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
malo en ello. Yo habría hecho exactamente eso si hubiera tenido la oportunidad."
175
El Club de las Excomulgadas
"Correcto, Yoda. Seguro que sí." Ella le pateó la espinilla cuando él la pellizcó otra
vez. "Te morderías tu propia pata primero antes de hacerme daño".
"Cierto". Él la jaló hasta que su cabeza descansó sobre su hombro. "Después del
almuerzo quiero un poco de tinta."
Ella se acurrucó cerca, amaba la forma en que parecía rodearla. "Hecho".
"La comida se enfría." Emma salió al porche delantero. "Y que quede por escrito,
Alex se levantó lentamente y jaló de Tabby a su lado. Su mano casi aplastó la de
ella. Su gran oso estaba nervioso.
"Yo tampoco". Max tomó posición junto a su compañera. "He oído todo lo que
hiciste. Has protegido lo tuyo. No hay nada de qué avergonzarse sobre eso."
"Lo mismo." Adrian asintió respetuosamente a Alex. "Ahora entren. Julian debe
estar aquí en cualquier momento y se rumora que ama el melón".
Alex soltó una carcajada. "Estás loco."
"Nop. Confío en mi gente, y me dicen que te lo mereces." Max les indicó su casa.
"¿Alex?"
Alex se detuvo. Se sobresaltó al oír su nombre en labios de Max. "¿Sí?"
"Bienvenido a Halle".
Tabby sintió tensarse a Alex a su lado. "Gracias, Alfa".
Tabby casi se derrumbó. Ellos no serían rechazados.
Finalmente estaban en casa.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
yo no te tengo miedo tampoco".
176
El Club de las Excomulgadas
Capítulo Siete
"No hay ningún cambio".
Tabby se desplomó contra la puerta, viendo a Alex visitar a su prima. Chloe
todavía no se había movido.
Se sentó al lado de Chloe y le tomó la mano. Vio a su prima, con la expresión de
la habitación estaban cerradas, ocultándolos de la noche. Se habían quedado más
tiempo de lo previsto en la casa de Cannon, y las horas de visita casi habían
terminado.
"¿Dónde se supone que está su compañero?"
"No tengo idea. Lo último que escuché, era que no estaba en la ciudad todavía.
Gabe me dijo que su avión se había retrasado".
Lo vio pasarse la mano por la calva. "Cuanto más tiempo esté en estado de coma,
peor se pondrá la situación."
La madre de Chloe ahogó un sollozo. "Ella estará bien."
"Sé que lo estará, Tía Laura."
Una mano cayó sobre el hombro de Tabby. Se volvió para encontrar a Julian de pie
detrás de ella. Sus ojos mostraban la tensión de estar en el hospital, a pesar que sus
labios sonrieron. "Oye, amiga. Tanto tiempo sin verte."
Ella le dio un codazo en la cara, sabiendo lo delicado que era. Lo había dejado
hacía veinte minutos sentado en el sofá de los Cannon, argumentando con Emma
sobre cuál reality show de la TV era mejor, Next Top Model o American Idol. No
sabía cuál era mejor, sólo que Emma y él parecían estar teniendo un muy buen
momento. Se había negado a discutir con Cyn, dándole a la Puma esa rara y secreta
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
sus ojos tan llenos de dolor que a Tabby se le llenaron de lágrimas. Las cortinas de
177
El Club de las Excomulgadas
sonrisa , cambiando así el tema. Ni siquiera Max había podido conseguir que
hablara de su posible pareja.
Julian la soltó y se alejó, soltando su mano. "Tengo una idea, pero necesito hablarla
con la familia de Chloe antes de intentarlo."
Tabby dejó de jugar con él. Julian tenía el rostro serio.
Alex se levantó. "¿Qué tienes en mente?"
no quería hacer lo que fuera que estaba a punto de proponer. "Puede ser que
conozca una forma de despertarla, pero si funciona, le cambiará profundamente."
"Hazlo". El padre de Chloe, Steven, ni siquiera pestañeó.
"Todavía sería Chloe, pero también podría ser alguien más. ¿Están dispuestos a
arriesgar eso?"
La boca de Steven se abrió, pero de tocar a su esposa. "¿Cambiarla cómo?"
Julian negó. "No sé. Lo que sí sé es que ella y yo estaríamos conectados de alguna
muy extraña forma." Entró en la habitación, bajando la voz. "Lo que estoy
discutiendo no es a la ligera, y sólo puede ser realizado por un Kermode. ¿Están
dispuestos a arriesgarse a que la vida de su hija esté atada a la mía?"
Alex frunció el ceño. "Ella tiene un compañero".
"Esto no será un enlace de compañero. Será algo mucho más espiritual... No estoy
seguro de poder explicarlo adecuadamente." Julian parecía frustrado. "No hay
mucho que pueda ver o sentir. Es como tratar de explicarle el color rojo a un
ciego."
"Hace calor". Tabby se encogió de hombros cuando todo el mundo se volvió hacia
ella. "¿Qué?"
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
Julian tiró de su coleta. Era un hábito nervioso y le decía lo mucho que realmente
178
El Club de las Excomulgadas
Julian puso los ojos en blanco. "Ves demasiada televisión, Tabby. ¿De qué película
sacaste eso?"
"¿Qué importa? ¿Ella despertará como una Freddy Krueger?"
Julian soltó un bufido. "No lo creo."
"¿Se convertirá en una esposa como las de Stepford, toda alegre y
espeluznantemente homicida?"
"¿Seguirá siendo Chloe?"
"¡Por supuesto!"
Tabby no entendía. "Entonces, ¿cuál es el problema?"
Julian ladeó la cabeza. "Podría terminar estando más a tono con el mundo
espiritual que otros were. He oído hablar que los que despertaron de esa forma
podían hablar con los muertos, o ver en los sueños de otras personas."
Tabby esperó. "¿Eso es todo?"
Julian gruñó.
"No, ella tiene razón. Prefiero tener a una hija psíquica que ninguna hija." Steven le
tendió la mano. "Por favor. Despierta a mi niña."
Julian sonrió tristemente. "Haré todo lo que esté a mi alcance."
Tabby sacó su teléfono. "¿Debo llamar a Cyn y decirle lo que está pasando?"
El aspecto que Julian le dio a Tabby fue letal. "Hazlo y te arrepentirás." Su sonrisa
mostró demasiados sus dientes. "Te verías muy linda con pelo castaño".
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
"No".
179
El Club de las Excomulgadas
"No te atreverías". Tabby lo miró. Odiaba su cabello castaño, siempre lo había
hecho. "Preferiría ser rub…" Miró a Alex. "Rubia".
"Bonita opción." Alex le hizo un guiño a ella y se echó a reír con los demás,
aliviando un poco la tensión. "Julian, ¿Qué es lo que necesitas para despertar a
Chloe?"
"Privacidad, y mucha." Se dirigió hacia la puerta. "Empezaré esta noche."
"¿Cómo sabremos que funcionó?" Laura Williams se levantó, con su mirada
"Confía en mí, lo sabrás." Julian se fue, dejando tras de sí un grupo a unos were
muy esperanzados.
"Tenemos que irnos también." Alex abrazó tanto a su tío como a su tía antes de
tomarlos del brazo. "Pasaremos otra vez mañana después de ir a buscar casa.
Avísanos si necesitas cualquier cosa."
¿Buscar casa?
"Claro que sí, Bunny." Su tío le golpeó la espalda. "Los llamaremos si hay algún
cambio antes de esa fecha."
"Con suerte, su pareja estará aquí cuando se despierte." Su tía le dio un beso en la
mejilla. Casi de inmediato, sus ojos dejaron a su hija. "Te quiero, Bunny".
"Yo también te quiero, tía Laura. Tío Steven."
"Adiós, Tabby." Tabby se estremeció mientras el tío de Bunny le daba un abrazo.
"Um. Adiós." No estaba acostumbrada a esas cosas de familia. No tenía idea de lo
que había sucedido con su propia familia y, francamente, realmente no le
importaba. Pero ver a los padres de Chloe velar por su hija le daba nostalgia de
algo que nunca había tenido. Se preguntó cómo se sentiría si fuera su hija la que
estuviera acostada en esa cama.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
ansiosa mientras Julian la veía salir de la habitación de su hija.
180
El Club de las Excomulgadas
La mano de Alex aterrizó en su estómago, con sus dedos acariciándola a través de
la camisa. Un súbito pensamiento la golpeó.
¡Mierda! No habían usado condones ni una vez que ella recordara. ¿Qué pasaba si
estaba embarazada? Tragó, aterrorizada de repente. ¿En qué diablos había estado
pensando? Su mano se movió y se detuvo encima de Alex. Ella lo miró y vio la
forma en que la estaba mirando, con su mirada llena de afecto. Sabía cómo
reaccionaría si estuviera embarazada.
silla, con su hijo descansando en sus brazos. Y la visión no la asustó en absoluto.
Debía ser un padre increíble. Alex nunca expulsaría a su hijo de su casa. Sería más
propenso a patear el trasero de alguien que tratara de herir a su bebé.
"Ten cuidado." Laura le ofreció un abrazo también. "Bunny, tus padres dijeron que
se quedarían con Chloe esta noche un poco de tiempo, mientras Steven y yo
descansamos un poco, por si los necesitas, llámalos aquí".
"Lo haré. Nos vemos mañana".
Alex se apoderó de su brazo y la llevó hacia la puerta. "¿Estás lista para hacerme el
tatuaje, nena?"
Tabby sonrió. No podría saber de familias, pero sabía de su arte. "Por supuesto."
Se dirigieron a su jeep. "La tienda está cerrada, pero estoy bastante segura que a
Cyn no le importará que trabaje después de horas. ¿Tienes alguna idea de lo que
Julian está pensando hacer?"
Alex sacudió la cabeza y se dirigió a la tienda. "Ni una pista. ¿Crees que
deberíamos decirle a Cyn de todos modos?"
"¿Y arriesgarnos a que ese escurridizo cabrón encuentre una forma de teñir mi
cabello de castaño otra vez? De ninguna forma".
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
Ella parpadeó. Si estuviera embarazada. Tuvo una visión de Alex sentado en una
181
El Club de las Excomulgadas
Pasaron el restaurante de Frank, conduciendo a través de la zona comercial más
agradable que tenía la tienda de Emma, El Wallflowers y, finalmente, llegaron al
pequeño grupo de tiendas y tiendas de conveniencia más cerca del campus. Alex
dio la vuelta y se bajó del coche. Ella se reclinó, cuando él le hizo señas con la
mano, haciéndole saber que checaría el área con sus ojos y nariz. Dio la vuelta
hacia el lado del pasajero y la ayudó a salir, haciendo caso omiso de su sonrisa.
"Tienes a alguien vigilando la tienda durante el día, ¿no?"
Él se encogió de hombros, sin molestarse siquiera en negarlo. Ella apostaría que
olor a Oso y el olor a Puma era mucho más común que el de cualquier otro were.
Tabby sacó las llaves de su bolso y se dirigió a la puerta de atrás. "Entonces,
¿Tienes alguna idea de lo que quieres?" Tabby hizo clic a las únicas luces de la parte
trasera del Arte Viviente. Sin ninguno de sus sentidos advirtiéndole que alguien
había estado ahí cuando no se suponía que estaría.
"¿Aparte de un Oso y de un Lobo? No."
Ella lo llevó a su espacio de trabajo. "Así que, puedo usar mi licencia creativa, ¿eh?"
Él se limitó a sonreírle y se acomodó en la silla. "Excelente. ¿Qué tipo de Oso?"
"Un Oso pardo".
Ella se dejó caer en el taburete, aturdida. "¿Un Grizzly?"
Él asintió mirándola de cerca.
"¿Eres un oso pardo?" Wow. Eso explica muchas cosas. ¿Y había dicho que tenía
control de su ira? Hablando de subestimar cosas. Los Grizzlies eran considerados
los más agresivos de todos los Osos. Algunos decía que eran los más agresivos de
todos los Cambia-formas. Lanzó un silbido. "Está bien. Siéntate libre para
protegerme, ya sabes, de cualquier cosa con la que sientas necesidad de proteger."
No era como si pudiera detenerlo. Los Grizzlies podían, y lo harían, enfrentar a
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
había hecho que Gabe reclutara a algunos Pumas para el trabajo. No había ningún
182
El Club de las Excomulgadas
una Manada entera. Los enfrentamientos por lo general terminaban favoreciendo al
Oso, a menos que la Manada fuera muy grande o muy agresiva.
Él se rió entre dientes. "¿Tienes alguna idea de lo que te gustaría hacerme?"
Ella se echó hacia atrás y lo estudió. "¿Dónde te gustaría el tatuaje? ¿Y de qué
tamaño?" Una luz de idea estaba creciendo en su interior. Ver a Alex con su familia
la había hecho darse cuenta de cosas que había pensado que nunca tendría. Había
soñado con un techo sobre su cabeza, con comida en la mesa, con cachorros a sus
como Lobo. Ahora Alex estaba ofreciéndole todo lo que siempre había querido en
bandeja de plata.
Sí. Tenía una idea de lo que sería su tatuaje. Sus esperanzas y sueños,
permanentemente en su carne.
Él se sentó y se quitó la camisa. Apuntó a su pecho. "En este caso, de cualquier
tamaño que desees."
Ella pasó su mano sobre su suave piel y sintió sus músculos moverse bajo su mano.
Oh, se vería tan bien con su tatuaje ahí, con su firma para que todos lo vieran. "Ya
sé lo que haré." Ella le entregó una revista. "Dame unos veinte minutos, ¿de
acuerdo?"
Él asintió. "¿Te importa si pongo la radio?"
"Nop, adelante. Simplemente mantente al margen de la parte delantera de la tienda.
No quiero que nadie piense que está abierto o se pregunte si estamos robando." Le
sonrió y se dirigió a una cortina. Sonrió para sus adentros. Cyn, obviamente, sin
embargo no había encontrado la escalera, la señal que había clavado todavía estaba
allí. Se sentó en el escritorio y comenzó a dibujar.
Dibujó el contorno de su lobo. Los marrones oscuros y brillantes que se mezclaban
juntos, los colores de fusión de piel con piel. El Lobo estaba mirando al espectador
con los ojos marrones dorados. Estaba acostada de lado, con expresión serena.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
pies y con un hombre a su lado que la amaría por siempre, cuando se presentara
183
El Club de las Excomulgadas
Detrás del Lobo el Oso de Alex estaba sentado, con su enorme cabeza haciendo ver
más pequeña la del Lobo. El Oso contemplaba al Lobo, con su cuerpo flotando
protectoramente sobre la de ella. Detrás estaba un cachorro de Lobo y un cachorro
de Oso retozando en la boca de una cueva, una cueva para todos.
Eran la familia. Su casa. Sus sueños grabados en carne.
A Alex le encantaría.
Ella tomó el boceto y se lo mostró. "¿Qué piensas?" Él se quedó viéndolo tanto
"Lo quiero en color." Su voz era respetuosa, con su dedo siguiendo primero al
cachorro Lobo, y después al cachorro de Oso.
Como si ella lo plasmara de otra forma. Se verían magníficos a todo color. "Sólo
necesito que hagas una cosa más por mí."
"Cualquier cosa".
La facilidad con la que lo dijo la hizo sonreír como una hippie enamorada. "Quítate
toda la ropa."
Sus labios se curvaron en una sonrisa malvada. "¿Intentarás algo conmigo?"
Ahora ésa una buena idea. Ella se estremeció. La idea de montarse en él mientras
estaba sentado en su silla hizo que sus pezones se pusieran duros en cuestión de
segundos. "Tal vez después. Pero primero tengo que ver cómo se te ve."
Una ceja se levantó. "Yo pensaría que a estas alturas ya estarías íntimamente
relacionada con la forma en que me veo".
Ella se rió. "Quiero ver a tu Oso, pervertido".
"Oh," dijo él. Miró hacia el techo y suspirando. "Está bien. Lo que pidas."
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
tiempo que ella comenzó a preocuparse. "¿Y bien?"
184
El Club de las Excomulgadas
Ella lo observó desnudarse, sorprendida de nuevo de lo afortunada que había sido
en la lotería de parejas. Alex era realmente impresionante cuando estaba desnudo,
todos sus músculos ondulaban suavemente bajo su piel morena. Sus dedos se
doblaron. Dios, tenía el mejor trasero.
"¿Lista?"
Ella asintió. Estaba ansiosa por verlo, por ponérselo. Ella los quería a ambos en el
tatuaje, no a dos animales al azar.
cabeza fácilmente golpearía el techo de dos metros y se inclinó, aterrizando sobre
sus patas delanteras. Ella pensó que él podría romper la marca de tres metros en
posición vertical. Como estaba, su cabeza estaba todavía por encima de la suya.
"Um. Grande".
Su cabeza bajó, rozando su pecho. Ella entendió el mensaje y le frotó la enorme
cabeza. Sus ojos se cerraron, y su pecho hizo ruidos, que era el equivalente oso de
ronronear.
"Maldita sea, Alex." Él abrió los ojos y la miró fijamente. Era difícil leer su
expresión. "Eres hermoso". Sus ojos se cerraron con un suspiro. Ella sospechaba
que se trataba de alivio.
Le pasó las manos por todo el cuerpo. Ella tocó las letales garras de cinco pulgadas,
se rió de la joroba enorme de músculos en su espalda. Se sentó, mirándolo moverse
a su alrededor. Cuando llegó a su rostro, su lengua se acercó y subió lamiéndole el
lado de su cara.
"Tonto." Ella se quitó la baba del Oso y tomó su cámara digital. Le tomó una foto
sentado allí. El tatuaje lo mostraría de frente.
"Muévete hacia atrás, trasero-inteligente. Tengo un tatuaje que hacer."
Él cambió. "¿Y?"
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
Alex comenzó a cambiar. Sus ojos se agrandaron y su cuerpo creció y creció. Su
185
El Club de las Excomulgadas
Ella frunció el ceño, ausente y utilizando el cable USB para conectar la cámara de
fotos a la impresora. Apretó el botón para imprimir la foto de su Oso. ¿Y qué? Ah,
ahí vamos. La foto estaba casi hecha. Tendría que asegurarse que nadie más viera
la imagen de su Oso sentado en medio de la tienda de tatuajes. Bueno, tal vez se la
mostraría a Cyn y a Gloria. Conseguiría que lo echaran a patadas. "Ya está casi
hecho. Permíteme hacerle algunos ajustes al dibujo, hacer la transferencia y
podemos empezar."
Él se recostó en su silla, aún desnudo, y la miró mientras ella limpiaba su pecho. Le
con la claridad de su diseño. Movió la imagen a su pecho, sonriendo con la vista.
Se veía perfecta. Tabby mezcló sus tintas y se puso los guantes de goma. "¿Listo?"
"Ven aquí." Alex tiró de ella hacia abajo, besándola con tanta dulzura que fundió
sus malditos pies. "Márcame, Tabby. Hazme tuyo."
Ella se estremeció. Besó el centro del tatuaje. Lo había alineado de modo que su
Oso descansara en su corazón. "Eres mío".
Él se recostó hacia abajo con una sonrisa y cerró los ojos. "Soy tuyo".
Tabby tomó su pistola, la mojó en el tintero, y comenzó a dibujar.
Ella no se había asustado. Había visto a su oso y, en lugar de estar aterrada, había
estado fascinada.
Era hombre muerto. Si no se hubiera enamorado de ella antes, seguramente se
habría enamorado de ella ahora. Ella había reaccionado con alegría, le había dicho
que era hermoso, había jugado con sus garras. Nadie había jugado con sus garras.
Ella lo había tocado como si fuera un tesoro. Lo había hecho suyo más a fondo que
cualquier marca de acoplamiento posible.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
afeitó los pelos sueltos, asegurándose de que no hubiera nada que pudiera interferir
186
El Club de las Excomulgadas
Él casi había movido la imagen para que su lobo descansara sobre su corazón, pero
cambió de opinión en el último minuto. El Oso guiaría a su compañera. Ella era la
cura de su corazón y ese corazón protegería a su Lobo con todo lo que tuviera.
Tener su imagen allí, debajo de su oso y de su corazón, siempre protegida y amada,
estaba apenas bien.
Estaba tan cerca de él, con su muslo rozando su pierna. Ella se cernía sobre él, con
su mirada con intención en el arte que estaba creando. El pinchazo de la aguja no
Él la veía grabar su amor, su vida, en su piel y le sonrió. Eso era lo que deseaba, a
su Lobo, a su familia y un hogar propio. Su pene se endureció con el pensamiento
de Tabby con sus cachorros.
"¿En qué estás pensando?"
Se preguntó si ella le diría que era un bicho raro si se le decía. "En mi nuevo
tatuaje."
"¿En qué parte?"
"En la de los cachorros".
La aguja no tartamudeó. "¿Estás bien con los cachorros?"
"Cachorros".
Ella lo miró a través de sus pestañas. "¿Pequeños?"
Él trató de no reírse. "¿Pequeños?"
Ella arrugó la nariz. "No lo creo."
Él movió la mano, dejó que sus dedos acariciaran su muslo. "¿Niños?"
Ella levantó la aguja. Sus dedos temblaban. "Sí. Niños."
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
era nada.
187
El Club de las Excomulgadas
Por un segundo, sonó sin aliento. Él asintió. "Estoy bien con eso".
"Bien." Ella tomó una respiración profunda, y su expresión fue una vez más con
intención. Golpeando la aguja sobre su carne, hundiendo la tinta en su piel. Una
paz profunda se apoderó de él. Divertido.
Por lo general, tenía que hacer una hora de yoga y meditación para lograr ese nivel
de sólo... ser. Sabía que no tenía nada que ver con el tatuaje y todo lo relacionado
con la artista.
futuro, con figuras tomando forma bajo sus hábiles manos. De vez en cuando, él le
sonreía, con visiones de ambos bailando en su cabeza. Se podía imaginar la casa
que él deseaba para ellos, la forma en que llegaría a casa tras un largo día y
encontraría a su compañera, toda de pelo verde y ojos grandes y brillantes,
esperándolo. Una sonrisa cálida, amorosa estaría en sus labios llenos de color rosa.
Tal vez ambos se harían más tatuajes, tal vez no. Y a veces, él sería el que estaría de
pie en la puerta, esperando a su amor, con sus cachorros a buen recaudo en la
cama.
Fue después de la medianoche el momento en que terminó. Retrocedió,
acomodando la pistola y estirándose. Oyó chasquidos. Había estado tanto tiempo
inclinada sobre él que su espalda crujió. "Echa un vistazo."
Él se sentó y se miró en el gran espejo sobre el mostrador. Mantuvo sus manos
lejos, sabiendo que no podía tocarlo, pero maldita sea si no lo deseaba. Los ojos de
su Lobo prácticamente saltaban de su pecho. "Es perfecto."
Oyó el ruido al quitarse los guantes. "Cubrámoste para que podamos salir de aquí".
Él se volvió con una sonrisa cuando su mirada se desvió hacia su pene. "¿Viendo
algo que desees?"
Ella puso los ojos en blanco pero él pudo ver el color abrirse camino en sus mejillas.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
Durante horas, se quedó allí, mirando a su compañera, a su amante, marcar su
188
El Club de las Excomulgadas
"Vas a tener que tener cuidado con tu tatuaje. Realmente no puedes hacer
demasiado que implique mucho sudor por lo menos durante unas horas. Tienes que
darle tiempo para recuperarse." Ella frunció el ceño. "Espera. ¿Puedes curarlo?"
Él negó. "Nop. Si no tengo cuidado, podría dejar cicatrices. Tengo que dejar que se
cure de forma natural".
"Oh."
Ella se agachó y acarició su erección, amaba la forma en que sus ojos se clavaron
"Acuéstate para que pueda vendarte, perro caliente."
Él se rió y volvió a la silla. Su erección se balanceaba contra su estómago. "¿Te
gusta?" Él levantó sus manos entrelazadas hasta el reposacabezas. Abrió sus muslos
y esperó a ver qué hacía ella.
"Debería haberte dicho que te pusieras la ropa de nuevo primero." Le frotó
ungüento en el tatuaje con manos suaves, vendándolo con cuidado. "Sabes sobre la
perforación. Te has hecho tatuajes antes. No debes remojar las vendas, deberás usar
jabón anti-bacterias suave para lavarte, y usar un ungüento de A & D. No uses
Neosporin o te quedará cicatriz."
Él asintió. Sabía qué hacer, y si cometía una falta, ahí estaría su propia pequeña
artista dándole una patada en el trasero para recordárselo.
"¿Sólo me dejarás así?" Hizo un gesto a su erección.
Ella cruzó los brazos sobre el pecho. "¿Cómo quieres que te libre de eso?"
Él sonrió. "Con orgasmos. Con muchos."
Ella se mordió los labios, viéndose como una niña traviesa. "Si Cyn se entera de
esto, estaré en un gran problema."
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
en su mano. "Ya sabes, siempre podemos subir el aire acondicionado."
189
El Club de las Excomulgadas
Sus caderas se sacudieron. "Limpiaré el lugar cuando hayamos terminado." Él no
había realmente pensado que ella accedería. Pensó que ella discutiría, que él se
vestiría y que la llevaría de nuevo a la habitación del hotel. ¿Tener sexo en su silla?
¡Era hablar de una fantasía hecha realidad!
Su sonrisa fue lenta y lánguida, con sus ojos cargados de pasión. Ella se inclinó y
tomó la cabeza de su pene en su boca húmeda y caliente. "Oh, demonios." Él
alcanzó su cabeza, deseoso de guiar su ritmo de la forma en que tanto le gustaba.
Sus manos se aferraron al reposacabezas. En lo que a él se refería, estaba
encadenado.
"Buen chico." Ella le acarició la cadera y se lo tragó, tomándolo hasta la raíz.
"Oh, rayos." Él luchó para mantenerse quieto. No quería ahogarla, pero se sentía
malditamente increíble. Nunca había tenido a nadie que lo tomara de la forma en
que ella lo hacía.
Su cabeza empezó a rodar, su lengua tocaba su pene como una maldita virtuosa. Él
se perdió en la sensación de su compañera dándole placer. Dios, nunca había
sentido algo tan bueno. El aire fresco de la sala de tatuajes sopló sobre él, con los
cuadros en la pared recordándole el arte que les había hecho a otras personas.
Tendría que lograr que le tomara una foto de su nuevo trabajo, para añadirlo a la
galería de la pared de su estación.
Oh. Oh infiernos. La lengua de ella era un arma letal. Rodeaba la cabeza de su
pene, con largos y lánguidos lengüetazos a las gotas de líquido pre-seminal que
goteaban de él. Él se recostó en el reposacabezas, desesperado por agarrar su cabeza
y forzarla a que lo tomara todo adentro.
Esta vez era su espacio, su programa, y él se condenaría si no la dejaban tener eso.
Tabby lo chupó de nuevo, viendo su rostro a través de la caída de su flequillo.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
"Nuh-uh. Detén las manos, señor, o dejaré de hacer esto".
190
El Club de las Excomulgadas
Se veía tan hermosa con la cabeza echada hacia atrás. Tenía la vista fija en el techo,
con sus labios fruncidos. Se preguntó si podría hacer algo para detenerse a sí
mismo, prolongando su placer. ¿Contar las tejas del techo, tal vez?
Ella no estaba segura de si él quería venirse ahora, o si quería que él la follara.
Sus manos corrían por el interior de sus muslos, deteniéndose un momento en su
ingle. Las yemas de sus dedos rozaron encima de su marca de apareamiento.
Ella hizo todo lo posible por no delatar lo que estaba a punto de hacer. Se veía tan
Ella levantó la cabeza y, antes que él pudiera reaccionar, lo mordió más abajo de su
marca de acoplamiento.
Él rugió, y prácticamente levitó de la silla de tatuajes. Asustada, ella se retiró.
El Oso se veía en los ojos de Alex. "Uh-oh". La última vez que había visto esa
mirada, había estado doblado sobre la cama y la había reclamado con mayor
profundidad. Con su vagina apretada con anticipación.
Eso sería divertido.
Ella se encontró en el piso y gritó. Alex la había bajado con tanta rapidez que había
sido vertiginoso. Su cabeza golpeó contra el espejo, sus piernas estaban extendidas,
y él rasgó sus vaqueros.
"¡No! No los hagas jirones". Él hizo una pausa. Ella tenía unos dos segundos para
llegar a algo y salvar los vaqueros. "¿Quieres que todo el mundo vea mi trasero en
el aire?"
Él gruñó, con el sonido bajo y amenazante. Ella no sabía que era posible excitarlo
aún más, pero esa maldita posesividad de él era excitante.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
listo para terminar. Y estaba siendo un buen chico.
191
El Club de las Excomulgadas
Ella se desabrochó los vaqueros y se los deslizó por las piernas. Cuando llegó a las
botas hizo una pausa, con el calor de su expresión intensificándose. "Me encantan
estas botas."
Antes que pudiera preguntarle qué quería decir, él la levantó una vez más. Ella se
encontró de pie, de espaldas a él, con las manos apretando el borde de la encimera.
Sus bragas le fueron quitadas, dejando al descubierto exactamente lo mojada que
estaba. Él le mordió una nalga con afilados dientes antes de lamer una larga línea
Ella pensó en el ungüento A & D, pero decidió no hacerlo. No sabía si funcionaría
o no, ni la forma en que actuaba, ella prefería estar lubricada para las estocadas que
esperaba conseguir.
"Dios, me encanta tu trasero." Sus manos amasaron sus globos. Pequeños besos y
mordiscos salpicaron sus nalgas. "Tan precioso." Él le dio una última lamida antes
de llegar para lamer en el borde de su camisa. "Tu espalda es preciosa también."
¿Mi espalda? Ella se rió. Nadie le había dicho nunca que tenía una espalda
hermosa.
Él le dio una palmada en una de sus nalgas.
"¡Ay! ¿Qué fue eso?" Ella frunció el ceño encima del hombro.
"Cuando digo que son magníficas, no te ríes."
Parecía muy serio. "¿Por qué no?"
Él se inclinó sobre ella, enjaulándola contra el mostrador, con uno de sus brazos a
ambos lados de ella. "Porque lo eres."
Ella se encogió de hombros. Sabía que era linda en sus días buenos, pero ¿Preciosa?
"¿Me estás llamando mentiroso?"
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
entre sus nalgas. "No tenemos lubricante, por lo que eso tendrá que esperar."
192
El Club de las Excomulgadas
Ella parpadeó. Sonaba casi enojado. "Um. ¿No?"
"Bien." Tiró de su camisa, con sus dedos yendo al cierre del sujetador antes que ella
pudiera tomar un respiro. "Tu espalda es delgada y fuerte, capaz de llevar cualquier
carga. Igual que tú." Él le desabrochó la hebilla y aventó su sostén lejos, con sus
manos calientes sobre su piel. "Tus brazos pueden envolverse alrededor de un Oso
que la mayoría encontraría aterrador y amarlo hasta que no pueda respirar sin tener
que enamorarse de ti."
que no era amor.
Ella asintió. No le mentiría. Nunca a él.
Parte de su rabia se alivió, calentando los ojos color marrón oscuro de su Oso. Él
apoyó la palma de su mano contra su pecho, clavándola entre sus pechos. "Tienes
el corazón más amoroso que jamás he tenido el privilegio de conocer. Así que no
me digas que no eres magnífica. Todo en ti es hermoso."
Maldita sea. Él la haría llorar. "Yo no soy perfecta." Ella lo había arruinado,
siempre lo hacía, y si él la ponía en un pedestal, ambos se destruirían cuando ella se
cayera de él.
Él sonrió. "Yo nunca dije que lo fueras. Te dije que eras hermosa. Conozco la
diferencia." Él deslizó su pene entre los pliegues de su vagina, acomodando la
punta y humedeciéndola. "Eres terca, pero has tenido que serlo para sobrevivir.
Tienes una boca inteligente. A veces no sé si reír o llenarla por completo para que
se calle".
"¡Hey!"
Él se rió suavemente y comenzó a caer en ella, llenándola. Su aroma la rodeó,
haciendo que se sintiera segura y querida. "Y te he dicho que no te lleves esas botas
al trabajo. Gritan ‘Fóllame’".
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
Ella le sostuvo la mirada en el espejo. Sus ojos no se atrevieron a mentirle, a decirle
193
El Club de las Excomulgadas
"No, no lo hacen." Él estaba todo el camino en su interior ahora. Ella se mordió el
labio y se quejó con la plenitud.
"Quiero agacharme cada vez que te veo en ellas".
Ella le lanzó una mirada sensual en el espejo. Él quitó el pelo de su camino a su
cuello y la mordisqueó, con la mirada fija en ella. Su lengua se deslizó y acarició su
marca de apareamiento.
"Pensé que tenía todo lo necesario para ser feliz. Tenía un buen trabajo, una familia
esperándome con los brazos abiertos."
Ella levantó una ceja. Tenía una idea bastante clara de lo que diría. "¿Y toda la
acción que podías manejar?"
Él se encogió de hombros. "¿Qué quieres que te diga?" El empujó, sacudiéndola
hacia adelante.
"Desde que te vi, nada de eso importó." Se empujó de nuevo, con su miembro
llegando a su punto de origen.
"Sin ti, no tengo nada."
Ella llegó a su espalda y le acarició la mejilla, sonriendo cuando le besó la palma.
"No es cierto. Tienes todo lo que yo perdí." Él empezó a circular su clítoris,
llevándola hacia el borde. "¿Recuerdas lo de explicarle el color rojo a un ciego? Es
explicarle lo que significa a una compañera de alguien que nunca ha tenido una.
Después, debes explicarle a tu pareja por qué aprecias cada aliento que toma." El
lamió su marca de apareamiento de nuevo. "Ahora explícale a tu muy terca
compañera que ella es tu necesidad. Nada más vale estando sin ella."
"Alex". Suspiró. Ella sabía lo que quería decir. Él era su hogar, su corazón. Su
necesidad. "Lo sé. Créeme, lo sé."
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
que me amaba y me aceptaba. Podía salir en mi Harley y ver el mundo, que estaría
194
El Club de las Excomulgadas
Él sonrió. Entendía lo que ella era, y no lo estaba diciendo. La mordió, llevándola
por encima del borde hacia el orgasmo.
Su cabeza voló hacia atrás, sus manos se doblaron sobre la encimera. Ella gimió,
largo y bajo, con el orgasmo ondulando por ella. Si no la hubiera sujetado con sus
manos en sus caderas en el último momento, hubiera caído al suelo.
Él utilizó el agarre para comenzar verdaderamente a dar estocadas en ella,
haciéndole ver su punto de vista finalmente. La golpeó implacablemente,
Demonios. El hombre era una máquina. ¿Cómo seguía haciéndole esto a ella?
Acababa de tener un orgasmo tan intenso que pensó que su cerebro podría explotar,
y allí estaba él, empujándola hacia el otro que se sentía como si rompiera su
mundo. Manteniéndola inmovilizada en su lugar, con sus dientes hundiéndose en
su cuello, con sus manos en su carne.
Una de sus manos se levantó de sus caderas para enredarse en su pelo,
manteniendo su cabeza erguida.
Ella podía leer lo que podía ver de su cara. Quería ver lo que se hacían el uno al
otro, incluso si sólo podía verlo desde su estómago.
Ella no tenía que ver mucho más que eso, podía sentirlo. Y, oh, qué bien se sentía.
Ella se agachó y comenzó a tocar su clítoris, persiguiendo el orgasmo que su cuerpo
le había prometido. Él gimió contra su cuello, haciendo muecas con su cara. Sus
colmillos se hundieron aún más en ella. Ella sintió el tirón en su pelo, el placer /
dolor en su garganta y explotó a su alrededor. Le robó el aliento, con su boca
abriéndose en un grito silencioso, con una sensación tan intensa que casi se
desmayó.
Él levantó la cabeza y gimió. "Más".
Oh, mierda no. Más podría matarla.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
llevándola a través del orgasmo y al borde de otro.
195
El Club de las Excomulgadas
Él le lamió la sangre que goteaba de su marca. Su poder la llenaba, curándole la
herida punzante al instante. "Agárrate fuerte."
¿Espera? "¡Guau!" La levantó otra vez, manteniéndola sentada sobre su pene. Se las
arregló para llegar a la silla de tatuajes, cubriéndola más con él mismo. Sus manos
llegaron a los acolchados apoyabrazos, que usó como palanca.
Tendré que desinfectar esa silla... Él empezó a follarla con fuerza, gimiendo detrás de
ella. Su carne se deslizó en el vinilo pulido.
No-uh. De ninguna manera. Mucho más y ella se desmayaría de verdad.
"Vamos, nena. Sé que lo tienes en ti." Se oían las bofetadas de carne contra carne,
con el sonido tan erótico que podía sentir su cuerpo empezar a responder. "Dios, te
amo maldita sea. Tan caliente y húmeda, tan fuerte. Harás que me venga, nena".
Buena idea. Tabby ocultó su rostro en la silla y apretó los músculos, apretando su
pene tan duro como pudo.
"¡Oh, mierda!" Bunny se estrelló contra ella y se vino. Sus brazos se tensaron contra
la silla. Ella pensó que podía oír el sonido del metal doblándose y esperaba que no
fueran a romper nada.
Él sollozó mientras su orgasmo se acercaba a su fin. "Dios. Te amo, cariño."
Ella sonrió. "Lo sé."
La besó en el lugar entre sus omóplatos. "¿Y?"
"No eres tan malo."
"¿Tabby?"
Podía oír la incertidumbre en su voz. Incluso después de todo lo que habían
compartido esa noche, ¿Todavía lo dudaba? "Yo también te amo."
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
"Vente por mí".
196
El Club de las Excomulgadas
Él suspiró. "Gracias. Obstinada mujer."
Echó un vistazo a través del pequeño espacio donde el reposabrazos se unía al resto
de la silla. "Todavía tenemos que limpiar".
Él se movió de sus caderas, con su pene dentro doblándose. "¿Uno más para el
camino?"
Ella volvió la cabeza tanto como su posición se lo permitía y miró hacia arriba, a él.
No pudo evitar su sonrisa estúpida, tonta, que cruzó su rostro.
Su casa. Le encantaba el sonido de eso, aunque ahora era una habitación de hotel.
Y amaba al hombre que le había dado la espalda.
*****
El teléfono sonó a las cuatro de la mañana. Bunny abrió un ojo y miró la mesita de
noche donde había caído su celular antes de desplomarse en la cama.
"¿Alex?"
"Shh". Frotó la espalda de Tabby con una mano y tomó su teléfono con la otra.
"Vuelve a dormirte, nena".
"El teléfono". Ella se retorció, recostándose.
Ni siquiera vio el identificador de llamadas antes de contestar. "'Aló?"
"¿Alex? Soy papá".
"Mm-hmm." Espera. ¿No se suponía que estaría con Chloe esta noche? El corazón
le latió con fuerza, Bunny se sentó. "¿Chloe?"
"Está despierta, hijo."
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
Él se despegó de ella. "Está bien. Pero el trasero es mío cuando lleguemos a casa".
197
El Club de las Excomulgadas
¡Sí! "Entonces ¿Funcionó?"
"Así es. Le debemos a Julian más que nunca." William rió. "Tu tío está
considerando adoptarlo. Tu tía dice que es un hecho."
Bunny se rió entre dientes. "Me pregunto cómo se siente Julian acerca de eso".
"Hablando de eso, hemos tratado de llamarlo para asegurarnos de que todo estaba
bien y no obtuvimos respuesta. ¿Te importaría ir a su casa y checarlo?"
tenía formas de descubrir cosas que aún no sabía cómo funcionaban. "Sí, no hay
problema. Y dile a Chloe que estaré allí a primera hora de la mañana."
"Lo haré. Gracias, hijo."
"Buenas noches, papá." Bunny colgó y se frotó los ojos. Había conseguido unas tres
horas de sueño, pero por ahora habían valido la pena. Julian acababa de convertirse
en un Bunsun-Williams, si lo sabía o no, la familia se haría cargo de eso.
Se levantó de la cama y tomó sus pantalones vaqueros, con una pequeña mueca de
dolor por su tatuaje.
"¿Alex?"
Maldita sea. No había querido despertar a Tabby. "Vuelve a dormir, nena".
"¿Está todo bien?"
"Chloe despertó."
Tabby se medio-levantó, apoyándose en sus brazos. "¿En serio?"
Él asintió y se puso los pantalones. "Saldré por un rato. Si no estoy de regreso a
tiempo para que te vayas al trabajo, te veré en el almuerzo, ¿Ok?"
"¿El hospital te permite entrar a esta hora de la noche?"
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
¿Cómo diablos había conseguido el número de Julian? Bunny negó. Su familia
198
El Club de las Excomulgadas
Pensó por un segundo en mentirle. "No voy al hospital. La familia quiere que
compruebe a Julian, y me asegure que está bien."
Ella se sentó totalmente. "Iré contigo."
Él negó. "Tienes que trabajar mañana. Además, si algo está mal soy un Oso. Puedo
tratar de curar cualquier cosa que pueda estar mal con él."
"Él es mi amigo, tengo que estar ahí".
familia, y yo me ocuparé. Si me tardo más de lo previsto, siempre puedo dormirme
durante el día. Tú tienes que convertir a las personas en Artes Vivientes,
¿recuerdas? No puedes hacer eso si estás agotada".
Ella sopló el flequillo de sus ojos. "¿Me llamarás si algo está mal?".
No era una pregunta, sino una exigencia. Él asintió. Ella querría saber si Julian
estaba bien. "Prometo llamarte si me entero de algo más que Julian esté haciendo
que dormir".
Ella se mordió el labio y asintió a regañadientes. "Está bien. Ten cuidado. Quien
atacó a Chloe todavía está por ahí."
Él levantó una ceja hacia ella.
"No me importa si eres un oso pardo de mierda. Incluso pueden derrumbarte con
un golpe directo a tu cabeza."
"Sí, mamá." Él se preguntó si ella sabía que las balas de pequeño calibre,
literalmente, rebotaban en su cabeza cuando se encontraba en forma de oso.
Ella sacudió la cabeza y se acomodó hacia abajo. "Por favor. Ten cuidado. Por lo
que sabemos, quien la atacó va tras su familia".
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
Ella puso su mano en su hombro y empujó suavemente su espalda. "Él es de la
199
El Club de las Excomulgadas
Él hizo una pausa. Ese pensamiento no se le había ocurrido. Había pensado que
tenía algo que ver con Chloe solamente, o con que fuera Zorro. ¿Por qué alguien
iría tras ella por ser una Williams? "Eso no tiene sentido."
"Tu familia es acomodada. Podría ser un complot de secuestro que salió mal".
Él negó. "No. Fue golpeada, ¿Recuerdas?” Hablaba con ira. Él se sentó en el borde
de la cama. "¿Crees que el que la golpeó la conocía?"
"Tal vez". Él se frotó el rostro. Era demasiado pronto pensar en eso, pero tenía que
perdonaría. "Averiguaré si recuerda algo cuando la vea más tarde." Le dio a Tabby
un beso suave en la frente. "Vuelve a dormirte. Terminaré de vestirme y saldré de
aquí."
"Está bien. Ten cuidado, azúcar".
"Te amo, nena".
Ella sonrió dulcemente. "Lo mismo".
Él se rió y se puso los pantalones vaqueros, abrochándoselos. "Revoltosa".
"Palo de golf".
Él sonrió. Le encantaba la sensación de calor cada vez que se daba cuenta que sí,
que ella era suya. "Maldita sea."
Terminó de vestirse lo más silenciosamente que pudo. Se guardó las llaves y el
teléfono, tiró de su chaqueta y botas y se dirigió a la puerta. El aire frío caía a esa
hora de la mañana. Escuchó durante un momento, tranquilizándose porque Tabby
se hubiera vuelto a dormir antes de salir de la habitación del hotel. Se dirigió al
estacionamiento y encendió su motocicleta.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
hacerlo. Si Tabby estaba en peligro por lo que le había pasado a Chloe, nunca se lo
200
El Club de las Excomulgadas
No pasó mucho tiempo para llegar al apartamento de Julian. No se sorprendió
cuando, a esas horas, apenas había tráfico. Se detuvo en el estacionamiento y se
dirigió a la puerta de Julian.
Llegó a la puerta y sacó su teléfono celular. Estaba empezando a despertarse,
gracias al aire fresco. Marcó el número de Julian y escuchó el sonido.
No hubo respuesta. Mierda. Tocó el timbre.
Llamó a la puerta. Luego dio un vuelco. "Mierda." Algo no iba bien.
Llamó a Gabe. El hombre respondió a la segunda llamada, sonando bien despierto.
No se molestó en saludarlo. "Julian no está respondiendo ni en su puerta ni en el
teléfono. Usó sus habilidades para despertar a Chloe, y ahora creemos que está en
problemas".
Gabe ni siquiera dudó. "Estoy en camino."
"Estoy forzando la entrada, no me arrestes".
"Si hay razones para creer que está en peligro. Entra".
Bunny colgó, se echó hacia atrás, y le dio de patadas a la puerta de Julian
encontrando al Oso desmayado en el suelo.
Tenía el cabello completamente blanco.
Bunny se pasó la mano por la calva. ¿Qué rayos significaba eso? El cabello de
Julian debía haberse vuelto de nuevo negro a esa hora. "Mierda". Tomó a Julian y
lo puso en el sofá. Llamó a su Oso y lo instaló en la espiral de curación. Entre más
profundamente entraba en el cuerpo de Julian, en busca de cualquier señal de
trauma. Un efecto secundario era la curación parcial de su propio tatuaje, pero no
lo podía evitar. Podía sólo esperar que no dejara una cicatriz y arruinara la hermosa
obra de su compañera.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
Luego lo volvió a tocar.
201
El Club de las Excomulgadas
Nada. Julian estaba completamente sano y bien inconsciente.
Él retiró el camino de la curación, preguntándose qué demonios debía hacer ahora.
Esperó. Echó un vistazo más de cerca a la cabeza de Julian y dio un suspiro de
alivio. Hilos negros estaban apareciendo lentamente entre los blancos. El Espíritu
del Oso estaba muy bien.
Se echó hacia atrás y esperó a que Gabe llegara.
Hablando del diablo. Bunny hizo una mueca. "Hombre en apuros, ¿recuerdas?
Golpeé con el pie para entrar".
Gabe silbó. "No pensé que los Osos fueran tan fuertes."
"Los osos Negros no lo son," murmuró Bunny. ¿Las pestañas de Julian se habían
agitado?
"De acuerdo. Grizzly. Siempre me olvido de eso". Gabe apoyó la puerta rota en el
marco y se dirigió al sofá. "¿Cómo está?"
"Despertando, me parece."
"¿Por qué el cabello blanco?"
"Es un Kermode, ¿recuerdas? Su cabello se pone así cuando se está recuperando".
"O es un espíritu-caminante", se quejó Julian. Abrió los ojos y exclamó a Bunny.
Los ojos normalmente marrón profundo del hombre eran de un gris acerado.
"Chloe está despierta."
"Sí. Recibí la llamada. La familia me pidió que viniera a verte cuando no
contestaste el teléfono."
Julian hizo una mueca. "Les dije que necesitaba un montón de privacidad."
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
"Infiernos. ¿Qué hiciste, arrancaste la puerta de las bisagras?"
202
El Club de las Excomulgadas
"¿En esta familia? Tendrás suerte si llegas a ir al baño solo a partir de ahora."
Julian frunció el ceño. "Yo no soy de tu familia."
Gabe se echó a reír. "Eso es lo que tú piensas. Acabo de llegar del hospital. Créeme,
has sido adoptado de manera informal. Por un grupo de Osos pardos, no menos."
Los ojos de Julian se desviaron. "¿Por Grizzlies?" Él miró a Bunny, con su
expresión como una mezcla de asombro y diversión. "¿Sabe Gary que eres un Oso
Bunny sonrió. "Todavía no."
"Además, de los que realmente tiene que preocuparse es de los Zorros", agregó
Gabe.
"Son escurridizos. Nunca los verá venir."
Ahora fue el turno de Bunny de reír. Los Zorros eran notablemente buenos en
ocultar su olor. Gabe estaba en lo cierto. Julian no sabría lo que habría pasado si la
mitad de la familia decidía presentarse en su puerta. El Tío Ray, la tía Laura,
Chloe, Tiffany y Heather podían ser formidables cuando se reunían. Dios lo
ayudara si los cuatro decidían que Julian necesitaba ser cuidado.
Julian se estremeció. "¿Por qué hace tanto frío aquí?" Miró su puerta y frunció el
ceño. "¿Qué demonios le pasó a mi puerta?"
Bunny puso los ojos en blanco. Gabe realmente necesitaba dejar de reír.
"¿Así que está despierta?"
"Sí".
"¿Julian la despertó?"
Tabby suspiró. Cyn había sido un trasero toda la mañana. "Sí".
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
pardo?"
203
El Club de las Excomulgadas
"¿Y Bunny dijo que estaba bien?"
Ella miró a su jefa. "Julian está muy bien, sólo muy cansado." Lo que era un
eufemismo. Alex le había dicho todo lo que Julian había hecho para ayudar a su
prima y lo mucho que había tomado de su amiga. Se había quedado despierto el
tiempo suficiente para "volver por completo" (cualquiera que fuera el infierno que
eso significara) antes de dormirse otra vez. Alex calculó que había dormido por lo
menos veinticuatro horas.
Tabby se tapó la cara y gimió. "Chloe está despierta pero no está bien. No recuerda
que la atacaron."
"Mierda". Cyn se apoyó contra la encimera. "¿Qué es lo que recuerda?"
"Ella dice que piensa que recibió una llamada telefónica de un amigo. Se dirigía a
encontrarse con esa persona cuando BAM. Las luces se apagaron. Se despertó en el
hospital ayer por la noche, preguntándose qué demonios había sucedido."
"Mierda. Por lo que podría haber sido Gary…"
Tabby negó. "No lo creo. Gary no ha dado un paso hacia nadie excepto conmigo.
No tendría ninguna razón para ir tras ella."
"¿Y necesita una?" Tabby levantó la cabeza, dispuesta a discutir el punto. Cyn
levantó la mano, deteniéndola. "Escúchame. Es un hijo de puta. No necesita una
razón para perseguir a alguien que ve como más débil."
"¿Cómo Chloe puede ser más débil?"
"Está desprotegida, ¿verdad? No forma parte de una Manada"
Tabby resopló. "Ninguna Zorra forma parte de una Manada. Viven en grupos
familiares, ¿recuerdas?"
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
"Ella. Quiero decir ella, Chloe bien, ¿verdad?"
204
El Club de las Excomulgadas
"No, porque, tonta, yo no soy un miembro del conjunto de peludos. ¿Recuerdas?"
"Con lo que pasó, ¿No pudiste encontrar a alguien que te diera un mordisco?"
Cyn la fulminó con la mirada. "Julian llegó a ellos antes que yo. Fui a hablar con la
Tía de Chloe como me dijiste que hiciera. Ella me rechazó."
"Oh." Tabby escondió su rostro. No le haría bien reírse en la cara de Cyn.
"Me dijo que su hijo adoptivo se haría cargo de ello cuando fuera el momento
Tabby sacudió los hombros. Esperaba que sus brazos estuvieran ahogando su risa.
"¿Qué demonios? Ella me dijo que no era ella la que debería convertirme y que el
honor pertenecía a mi compañero."
"Es probable que él lo prefiera de esa forma, en realidad."
Cyn gruñó.
"En serio". Tabby levantó la cabeza otra vez y dejó que Cyn viera la sonrisa
maligna en su rostro.
"Si se trata de algo parecido a una mordida de apareamiento entonces querrás que
él lo haga." Agitó sus cejas a su amiga y esperó a que explotara.
"¡En sus sueños!" Cyn corrió a la parte trasera de la tienda. "No creas que no
encontraré una forma de evitar eso. Puto trasero. Cree que puede detenerme,
¿verdad?" Miró a Tabby especulativamente. "Por lo tanto. ¿Tu oferta sigue en pie?"
Tabby se quejó. "Julian dijo que si te convertías en Lobo o en Puma, tu vida estaría
en peligro. No puedo."
Cyn gruñó.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
adecuado."
205
El Club de las Excomulgadas
"Créeme, si pudiera, lo haría en un santiamén. Pero no estoy dispuesta a arriesgar
tu vida. Si es como Julian, podrías morir, Cyn." Tabby negó. Julian estaba
esperando un momento interesante. Cyn había se había metido en la cabeza que
Julian la estaba haciendo esperar por ningún motivo.
"Bien," Cyn murmuró entre dientes. "Estaré haciendo papeleo de nuevo".
Salió furiosa, y Tabby supo que no pasaría mucho tiempo antes que Cyn tomara el
asunto en sus propias manos.
Cyn era su compañera. Tenía que haberlo sabido desde hacía algún tiempo. Así que
¿por qué insistir en tener que esperar? Tabby había querido marcar a Alex al
momento en que lo había visto. Ella no podía imaginar dejar a ninguno de los dos
colgados, sobre todo ahora que había conseguido un poco de él.
La campana sobre la puerta principal sonó. Tabby se bajó de su taburete y se volvió
para saludar al nuevo cliente. Esperaba que el cliente sacara la mente de Cyn de
convertirse en una were, al menos hasta que pudiera conseguir que Julian le
explicara las cosas a Cyn personalmente.
"Hola, marginada".
"Gary". Ella dio un paso fuera de la encimera, con su espalda contra el muro. Gary
iba acompañado por sus dos trozos de musculosos idiotas. Mierda. Él tenía un bate
de béisbol en las manos.
"Sal Tabby. Sabes lo que queremos. Dánoslo y nadie saldrá lastimado". Él sonrió,
mostrando sus colmillos. "Sobre todo esa vagina de compañero tuyo."
Ella se estremeció. De ninguna manera dejaría a Gary poner sus manos sobre ella.
"¿Tabby?" Ah, infiernos. Antes de que Tabby pudiera detenerla, Gloria salió de
detrás de la cortina. "Um. Gary. ¿Qué podemos hacer por ti?"
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
A decir verdad, Tabby no sabía por qué Julian estaba esperando para marcar a Cyn.
206
El Club de las Excomulgadas
Ella lo había dicho sólo un poco demasiado fuerte. Gary frunció el ceño ante el
gesto de uno de sus secuaces. "Ve por Cyn. Apuesto a que está en la parte de atrás."
Tabby se deslizó fuera de detrás del mostrador. "Déjalas en paz, Gary".
Él sonrió, con su expresión fría. "Ahora, ¿por qué querría hacer eso?"
Los dos matones se echaron a reír. Uno de ellos empujó a Gloria pasando y se
dirigió a la parte de atrás.
Tabby se puso rígida con el ruido sordo de un puño aterrizando en carne. No sabía
si Cyn o el matón habían aterrizado por el golpe. Esperaba que no fuera Cyn. Si
Cyn se lesionaba, no tenía idea de lo que Julian haría.
Cyn fue empujada a través de la cortina abierta. El amigo de Gary ocupó su lugar
junto a Gary. Tabby corrió el riesgo de mirar hacia atrás. Infiernos, Cyn tenía una
gran marca roja en la mejilla.
Julian iba a enloquecer.
Vidrios se rompieron. Gloria gritó. Tabby se volvió a Gary y lo encontró de pie
sobre los restos rotos de su mostrador de cristal, con el bate de béisbol yendo a
través de la carcasa metálica. "¡Presta atención, puta!"
Tabby levantó las manos. Ella se colocó delante de Cyn y de Gloria, protegiéndolas
de los tres amenazantes lobos. "Realmente no quieres hacer esto."
Gary sonrió. "Tú eres una paria. Puedo hacer lo que quiera." Ladeó la cabeza. "No
queremos hacerles demasiado daño a las humanas, sin embargo." Su sonrisa se
volvió seria. "No quiero causar problemas."
"Odio tener que decirte esto, hijo, pero ya estás en problemas". Gabe entró en la
tienda seguido por un hombre alto, de cabellos dorados en traje. Max Cannon,
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
"¡Quita tus manos de mí!"
207
El Club de las Excomulgadas
fulminó con la mirada a los tres lobos, con la mirada a través de las caras de las
mujeres, evaluando los daños.
Gracias a Dios, la caballería está aquí.
La mano de Gabe descansaba en la pistola de su cadera. Tenía el uniforme
completo. "Pon el bate abajo. Ahora".
Gary miró a Tabby. "Soy Lobo. Tengo el derecho de reclamar a los marginados."
sueños." Se enderezó. "Estás en mi territorio, imbécil, amenazando a una de las
mías. Da marcha atrás." Una onda invisible de energía fluía del hombre. La fuerza
del Alfa, que estaba en la puerta, era sutil pero fuerte, mucho más fuerte que la del
antiguo Alfa de Tabby. "Realmente no quieres molestarme, ¿verdad?"
Los camaradas de Gary se encogieron y se alejaron de la mujer. Gary simplemente
se burló. "No puedes reclamar a la perra como a una de los tuyos. Es un lobo y una
paria."
Max Cannon, simplemente levantó una ceja dorada. "¿Ah, sí? ¿Por qué no?"
Gary se volvió hacia el Puma Alfa. "¡Va en contra del Protocolo!"
Max sonrió. "En caso de que no te hayas dado cuenta, no soy Lobo." Señaló a
Tabby, a Gloria, y a Cyn, con su gesto abarcando a las tres. "Y estas señoritas están
bajo mi protección."
Tabby se estremeció. Algo cambió en lo profundo de su alma, su lobo reaccionaba
con una mezcla de confusión y felicidad. Nunca había sentido algo así antes.
Max dio un paso adelante, amenazando con perder la cabeza, un Alfa en defensa
de su territorio. "¿Quieres ir por un par de rondas y ver que uno de los dos gane?"
Sus ojos se habían vuelto azul cristalino puro y oro fundido. Ojos de Puma. Sus
manos se doblaron, sus garras salieron. "Te garantizo que no lo ganarás."
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
Max se rió entre dientes, pero no había nada de diversión en el sonido. "En tus
208
El Club de las Excomulgadas
Gary negó, con una expresión llena de incredulidad. "No puedes hacer eso."
Max ladeó la cabeza, con sus ojos dorados reduciéndose. "Ella se ha probado ante
mí y, lo que es más importante, a mi Segundo. Que, por cierto, resulta ser un
Cazador."
Gary palideció.
Los profundos ojos azules de Gabe se habían vuelto también dorados. Le hizo un
Ella se quedó asombrada con Max, quien asintió, con su mirada sin dejar nunca al
aturdido, furioso Lobo delante de él. Ella no se había dado cuenta de lo que se
había estado perdiendo hasta que Max la había aceptado. Era parte de algo nuevo,
aunque no era una Manada. La profunda carga de la soledad que había perseguido
sus pasos desde hacía años se había ido definitivamente. "Gracias".
"No puedes. No eres un Lobo. No tienes derecho a aceptarla."
Max sonrió. Sus colmillos se mostraron. "Ya has señalado que es una marginada.
Eso significa que tendría que probarse a sí misma con el fin de unirse a una
Manada. En caso de que te lo hayas perdido, acaba de pasar a ser un Alfa. Ella se
ha probado ante mí, y ahora he elegido aceptarla. Eso la hace mía." En un abrir y
cerrar de ojos, Max se movió, envolviendo su mano alrededor de la garganta de
Gary. Tabby podía ver las pequeñas marcas en la piel de Gary por las garras de
Max presionando lo suficiente como para dejar su marca, pero no lo suficiente
como para extraerle sangre. "¿Somos claros?"
Gary tragó saliva. "Sí".
"Sí, ¿qué?"
"Sí, Alfa", gimió Gary.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
guiño a Tabby sobre el hombro de Max. "Bienvenida al Grupo".
209
El Club de las Excomulgadas
"Bien. Ahora. Si me entero que está acosando a mi pareja de nuevo, te patearé el
trasero tan fuerte que comerás a través de tu esfínter. ¿Me entiendes?" Max lo
sacudió ligeramente.
"Sí, Alfa Cannon," Gary apretó los dientes. Acababa de reconocer el derecho de
Max de proteger a Tabby y no se veía muy feliz por ello.
"Y pagarás los daños y perjuicios a esta tienda y al rostro de Cyn. ¿Entiendes,
cachorro?" Una niebla se arremolinó alrededor de los pies de Max, casi invisible,
Tabby se estremeció. Sus hombros se inclinaron y bajó la cabeza, con el poder de
Max forzándolo a arrodillarse. Detrás de ella, Gloria y Cyn gimieron, sintiendo
obviamente los mismos efectos.
Los ojos de Gary cambiaron, convirtiéndose a color marrón oscuro. Ojos de lobo.
Se quedó de pie, no tenía otra opción. Las garras de Max estaban hundiéndose en
su cuello. "Sí, Alfa Cannon."
Max lo soltó poco a poco, soltando su agarre en la parte exterior del cuello de
Gary. "Ahora, sal de aquí antes que haga que Gabe te arreste. O algo peor." Inclinó
la cabeza, con la mirada sin dejar nunca la cara de Gary. "¿Qué les pasa a los Were
Cazadores, Gabe?"
"¡No seré desterrado!" la cara de Gary se volvió roja como una remolacha.
"No, pero estás en la frontera de ser un pícaro, muchacho." Gabe tomó la posición
a la izquierda de Max, colocándose entre las chicas y los lobos. "Y los pícaros son
mi especialidad."
"Vuelve a la escuela, niño pequeño. Si llegas a ser un Alfa real, entenderás lo que
estoy haciendo aquí. Hasta ese momento, mantente fuera de la ciudad. No eres
bienvenido aquí nunca más."
"Deberías considerar ir a otra escuela. ¿Tal vez a alguna más cerca de casa?"
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
pero increíblemente potente.
210
El Club de las Excomulgadas
Gabe frunció el ceño. "¿Quién es tu Alfa, de todos modos?"
Gary tragó. "Nos vamos." Se revolvió hacia la puerta, arrastrando a sus amigos con
él.
Gabe sacudió la cabeza, mirando al trío corriendo por la calle. "¿Qué diablos está
pasando?"
"No tengo idea, pero pienso averiguarlo." Intercambiaron una mirada antes que
"Uno de ellos golpeó a Cyn." Tabby levantó la cabeza y tomó el primer aliento real
por primera vez desde que Gary había entrado en el Arte Viviente. Max había
refrenado su poder. Ella se pudo levantar de nuevo. Se levantó e hizo una mueca a
los sonidos de cristales rotos bajo sus pies.
Gloria gimió, mirando el mostrador de cristal hecho añicos. "Infiernos. No
podemos abrir el negocio así. Alguien saldrá lastimado."
"¿Cómo supiste que podías hacerme del Grupo?" Tabby aún estaba sorprendida.
Era parte de algo nuevo. No se había dado cuenta siquiera de lo tensa que había
estado hasta que Max la había aceptado en su Grupo. Se sentía tan suelta, tan
aliviada, que estaba mareada.
Max se encogió de hombros. "No lo supe. Sólo sé que la Luna de Rick es Puma, y
ahora es parte de su Manada. Tenía la esperanza que no necesitaras un compañero
Puma para que funcionara."
Tabby palideció. "¿Qué hubiera pasado si no hubiera funcionado?"
Max sonrió. "Todavía estarías bajo mi protección hasta que Rick llegara."
¿Llegara? "Um. ¿El Alfa Poconos vendrá?" Tabby retrocedió, chocando con Cyn y
con Gloria.
"Ay. Mierda. No puedo creer que el cabrón me haya dado un puñetazo".
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
Max se dirigiera a las chicas. "¿Ustedes tres están bien?"
211
El Club de las Excomulgadas
Tabby se volvió, con sus pensamientos de miedo por el lobo alfa sacados de la
mente. "Oh, mierda. Cyn, ¿estás bien?"
"Déjame ver." Max caminó a su alrededor para ayudar a Cyn y a Gloria a
levantarse. Sus dedos acariciaron la carne roja, hinchada. "Tienes un infierno de
moretón".
"Ay". Cyn hizo una mueca de dolor, alejándose de los dedos de Max. "Ese tonto
pagará por esto".
cerca del mostrador hecho añicos.
"¡Conviérteme para que pueda lidiar con él yo misma! ¡Estoy enferma y cansada de
que el Club de los Tontos entre y salga de mi casa y destrocen mi vida!"
Max se echó a reír. "He oído que cierto Oso tenía en mente cuidar de eso él
mismo."
Cyn gritó. Todo el mundo la miró, sorprendido. "¿Todo el mundo sabe acerca de
eso excepto yo?"
Max retrocedió con los ojos muy abiertos. "Tal vez deberíamos irnos ahora."
Gabe retrocedió junto con su Alfa. "Buena idea". Los dos hombres huyeron, en
dirección opuesta a la de Gary.
"¡Cobardes!", les gritó Cyn.
Gloria se rió. "Acabas de asustar a uno de los hombres más poderosos de la
ciudad."
Cyn arrugó la nariz. "Puede ser un alfa, y puede que sea poderoso, pero ¿en el
fondo y por dentro? Sigue siendo un hombre." Pateó un trozo de vidrio del piso.
"Pon a una mujer enojada delante de él y correrá como el cobarde que es".
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
"Déjanos tratar con él." Gabe tomó un pedazo de arte, colocándolo en un taburete
212
El Club de las Excomulgadas
La mandíbula de Tabby cayó. "Ya conociste a la esposa de Max, ¿verdad?"
Gloria se rió tan fuerte que Tabby no estaba segura que estuviera respirando.
Cyn puso los ojos en blanco. "Vamos, limpiemos esto antes que los tres Osos
aparezcan. Dios sabe que uno de nosotros tendrá que jugar a Ricitos de Oro, si lo
hacen."
"¿Quieres que Julian le eche un vistazo a ese moretón?"
¡Ver a sus dos amigas aparearse sería tan divertido!
Tomó la escoba que Cyn le entregó y suspiró.
Sí. Muy divertido.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
La mirada que Cyn dio debió haberla convertido en un montón de cenizas.
213
El Club de las Excomulgadas
Capítulo Ocho
"¿Y bien?"
"Nop. Nada".
Bunny suspiró. Ryan estaba aún más frustrado que él. Había arrastrado a su primo
para salir del hospital para el almuerzo, con la esperanza de conseguir que el
melón esta vez.
Si Ryan hubiera apretado el tenedor con más fuerza, lo habría doblado por la
mitad.
Así es. Esto está funcionando bien. Su teléfono celular sonó. "¿Tabby?" Hizo una
mueca. Había tenido la intención de recogerla para el almuerzo, pero se había
desviado de hacerlo. "Lo siento, nena. Lo olvidé. Saqué a Ryan a comer."
"No es por eso que te llamo." Ella hizo una pausa. "Bueno, está bien, esa es una
buena razón."
Bunny frunció el ceño. Se escuchaba conmovida. "¿Qué pasó?"
"Un par de cosas. Pero no te alteres".
Bueno, esas tres palabras lo hicieron levantarse, echando mano de su chaqueta.
"Tabby. Dime".
"Gary vino a la tienda. Hay algunos daños pero nadie resultó herido de gravedad."
Bunny gruñó. Hizo un gesto a Ryan. "Gary estuvo en la tienda."
Ryan se puso de pie en dos segundos. Dejó caer su tenedor al lado de su comida a
medio comer y corrió hacia la puerta.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
hombre se relajara. Infiernos, hasta había dejado que Ryan se comiera todo el
214
El Club de las Excomulgadas
"¿Estás bien?"
"Sí. Max y Gabe se presentaron y nos rescataron."
Bunny comenzó a caminar más lento. Si el Alfa y el segundo Puma habían estado
allí, dudaba que Gary hubiera realizado mucho más que amenazas. "¿Hubo algún
daño?"
"Uno de los secuaces de Gary le dio un golpe a Cyn, pero estará bien."
"Se me ha ordenado no hacerlo."
Pero a ella no se le había ordenaba no decirle a Bunny. "Buena chica".
"Gracias. No tengo que decírselo a Ryan tampoco."
Él se echó a reír. "Demasiado tarde. Estamos en camino." Puso su mano sobre el
receptor. "Están bien. Gabe y Max vinieron al rescate."
Ryan se sentó a horcajadas en su motocicleta y tomó su casco. "Bien. Pero de todas
formas voy en dirección hacia allá."
"Lo sé. Llamaré a Julian. Cyn es la única que resultó herida, pero las chicas están
muy conmocionadas".
Ryan asintió y se ató el casco.
"Estamos en camino, nena. ¿Necesitas que recojamos algo para ti?"
"Un almuerzo estaría bien."
Él hizo una mueca de diversión con su voz. "Lo siento".
"Está bien." Ella suspiró dramáticamente. "Te olvidaste de mí. Lo entiendo".
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
"¿Ya llamaste a Julian?"
215
El Club de las Excomulgadas
Podía sentir que él se sonrojaba. Maldita sea. ¿Cómo ella lograba seguir haciéndole
eso a él? "¿Pizza está bien?"
"Funcionará para nosotros. Ah, y asegúrate que haya al menos una para los
amantes de la carne, con tocino extra, ¿de acuerdo?"
"Hecho. Estaremos ahí tan pronto nos sea posible."
"Te amo".
número de Julian.
"¿Aló?"
No se molestó con los preliminares. Julian sonaba realmente fuera de todo. "Gary
atacó a Cyn. Ella está bien, pero nos dirigimos al Arte Viviente para ver cómo
está."
No hubo respuesta.
"¿Julian?"
"Cuando finalmente lo encares, asegúrate de darle un golpe de mi parte."
"¿Así que crees que irá tras ellas otra vez?"
Julian suspiró. "Digamos que no veo otras posibilidades".
"¿Irás a la tienda?"
"¿Un Oso defeca en el bosque?"
Bunny se rió brevemente. "Nos vemos allí". Cerró el teléfono, llamando a Pizzas
Lou y ordenando tres grandes. Se sentó a horcajadas en su Harley y la encendió,
preguntándose qué más molestaría a Tabby. Algo más que la visita de Gary la
estaba molestando. Había... sonado excitada. Y apostaba a que Max y Gabe eran la
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
"Yo también te amo." Él le hizo señas a Ryan con la mano antes de marcar el
216
El Club de las Excomulgadas
fuente de esa emoción. Tal vez Gabe le había hecho algo a Gary, o habría podido
conseguir una orden ahora que el hombre había destrozado la tienda y acosado a
Cyn. El entendía por qué el sheriff no lo había detenido en el acto. Poner a un were
en una cárcel humana siempre era algo problemático. Sin embargo, saber que Gary
y sus amigos estaban encerrados, incluso durante una noche, aliviaría su mente de
una forma larga.
Infiernos, en ese punto apostaba que todos necesitaban un descanso. Ayudaría a las
muchachas a limpiar la tienda y cerrarla por ese día. Luego llevaría a Tabby a
Llegó al Arte Viviente con las pizzas, y con un plan ya formándose. Todos sus
pensamientos volaron directo de su cabeza cuando vio la encimera de cristal hecha
añicos con el bate de béisbol atrapado en ella. "Hijo de puta."
"Eso fue lo que dije." La mandíbula de Ryan estaba cerrada tan duro que Bunny se
sorprendió que sus dientes no se desprendieran.
"Estamos bien".
Ryan miró a Gloria. "Él la atacó".
Ella se encogió de hombros. Estaba haciendo su mejor maldito esfuerzo por verse
indiferente, pero Bunny podía ver la forma en que estaba temblando. "Él atacó a
Cyn y a Tabby. Yo estaba en el viaje".
Ryan dio una respiración profunda. Luego tomó otra. Bunny podía ver a su Oso
cambiando en su piel, muriéndose por salir, por darle caza al hombre que se había
atrevido a amenazar a su pareja, y desgarrarlo en pedazos. "Mataré al maldito."
"Ponte en línea." Julian entró en el caos. Con la plata todavía salpicando su pelo, y
sus ojos oscuros brillando con luces color gris. "¿Dónde está Cyn?"
Gloria avanzó lejos de Ryan y se ganó un gruñido. "Dijo que saldría por algo para
comer".
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
buscar casa.
217
El Club de las Excomulgadas
Los tres hombres se congelaron. "No lo haría." Bunny se quedó en el área de
cortinas cerradas, preguntándose si realmente sería tan estúpida.
"Lo haría". Julian caminaba a su alrededor, con su modo de andar todavía
inestable. "¿Dónde está Tabby?"
"Se ha ido. Dijo que tenía que asegurarse que Cyn no hiciera nada estúpido."
Gloria frunció el ceño, mirando a los tres hombres gimiendo. "¿Qué?"
"Bueno, sí." Ella parpadeó a Ryan. "¿No?"
"Mierda. ¿Crees que fue con la tía Laura?"
Ryan se encogió de hombros. "Lo hizo antes. Mamá le dijo que no, que le
correspondía a Julian hacer los honores."
Julian se quejó. "Mierda". Pasó sus dedos por su pelo. "Esto está cada vez mejor y
mejor."
"La encontraremos, Julian".
"Y luego me ataré su muy fino trasero y la marcaré." Julian pateó en la tienda.
"Pensé que habías dicho que no era tiempo", gritó Bunny tras él.
"Sí, bueno, el calendario se ha jodido e ido todo al infierno y de regreso."
Bunny se rió entre dientes. Tabby trataría de evitar que Cyn hiciera algo estúpido,
pero aun así... Tal vez Gloria supiera algo sobre lo que estaba pasando. "¿Sabes a
dónde fueron?"
"Creo que Cyn dijo algo acerca de hablar con Emma".
Los dos Osos intercambiaron otra mirada. "¿Crees que Emma lo haría?" Ryan pasó
junto a Gloria, fulminándola con la mirada. Ella miró hacia él.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
"¿Crees que se iba a ir por el almuerzo?"
218
El Club de las Excomulgadas
"No sé lo suficiente como para decirlo." Sólo había conocido a la pequeña Curana
el otro día, pero su poder era innegable. Bunny no pensaba que Emma haría algo
que le hubieran pedido expresamente que no hiciera, pero con una hembra alfa,
nunca se podía afirmar nada.
"Tal vez será mejor que lo siga, entonces."
"Sí. Ryan, quédate aquí, ayuda a Gloria a limpiar. Traeré a Cyn y a Tabby aquí en
una sola pieza." Levantó su dedo, evitando la protesta automática de Gloria. "Haz
Ella chasqueó la boca, cerrándola. Su suspiro sonó tan engañado, que él casi se
echó a reír. "Está bien. La bola de pelo se puede quedar".
"Caramba, gracias." Ryan rodó los ojos. "Cuida de ellas. Llamaré a mamá y a papá
y les diré lo que está pasando."
Bunny movió las manos y se dirigió hacia fuera, dejando las pizzas en el
refrigerador en un taburete. Esperaba que Gloria tuviera hambre. Tenía la
sensación que no estaría de vuelta antes que se hubieran puesto muy frías.
"Vamos, Cyn. Sabes que Julian te convertirá. ¿No puedes esperar?"
Cyn se volvió hacia ella. Sólo estaban a media cuadra del Wallflowers, la tienda de
curiosidades de la que Emma era co-propietaria con su Beta, Becky. Era lo más
cerca que llegaría al parque.
"¿Sabes por qué no estoy sentada esperando por él?"
Tabby se mordió el labio. No, no lo sabía, pero ahora que Cyn estaba hablando,
ella no iba a interrumpirla y arriesgarse a que ella se cerrara de nuevo. Cyn rara vez
hablaba de por qué hacía las cosas que hacía.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
eso, por favor. Ayudará a la mente de Tabby saber que alguien vela por ti."
219
El Club de las Excomulgadas
"Mi mamá siempre esperaba por mi papá. Siempre. Hasta el punto en que no
estornudaba sin que él lo dijera. Ella le dejó tomar todas las decisiones, dirigir su
vida por ella. Y después de su muerte, estuvo malditamente perdida. Apenas podía
funcionar sin él allí."
"Cyn. ¿Cómo crees que me sentiría si perdiera a Alex?"
Cyn parpadeó. "Eso es diferente."
"Tal vez. Tal vez podría funcionar si sobreviviera. Sé que puedo cuidar de mí
"¿Qué quieres decir, con que si sobrevivieras?"
Tabby hizo una mueca. "La mayoría de los compañeros no sobrevive a la muerte
de su pareja."
La mandíbula de Cyn cayó. "¿En serio? ¿Sus vidas están unidas?"
"Tonta. Eso es lo que es ser compañeros, Cyn. Somos dos mitades de un todo. Si la
mitad de tu cuerpo muere, la mitad de tu corazón deja de latir, ¿Qué crees que te
sucederá?"
La mandíbula de Cyn se cerró de golpe. Se veía asustada. "Ah. Tal vez esa unión
no sea tan buena idea."
"Y tal vez eso es exactamente por qué Julian optó por esperar. Necesitas estar
segura de que es lo que quieres antes de atar tu fuerza de vida a la de él."
Cyn se acercó, bajando la voz. "¿Tú quisiste eso? ¿Quisiste que tu vida estuviera
atada a otra persona?"
Tabby asintió. "Es la sensación más increíble que he tenido. Con mucho gusto lo
haría todo otra vez si eso significara que me quedaría con Alex." Puso su mano en
el brazo de Cyn. "Él es mi casa, Cyn".
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
misma. Lo he demostrado."
220
El Club de las Excomulgadas
"Whoa". La expresión de sorpresa de Cyn se desvaneció. Ella sabía exactamente
cuánto la palabra casa significaba para Tabby. "¿Y si él se va de Halle?"
"Me gustaría estar en la parte trasera de su moto, después de que consiga tener una
muy buena razón para dejarlo". Tabby sonrió. "Ser una pareja no significa ser un
limpiador, Cyn".
Ella asintió. "Tendré que pensar en eso." Ella dio un paso atrás y giró sobre sus
talones. "Pero todavía hablaré con Emma".
retumbó. Se moría de hambre.
Cyn se rió y abrió la puerta del Wallflowers.
"Buenas tardes, señoritas. ¿Cómo puedo ayudarlas?" Becky Holt se levantó del sofá
victoriano color crema con una sonrisa. Esa era la primera vez que Tabby estaba en
el Wallflowers y miró a su alrededor con interés.
El Wallflowers era un negocio que atendía a las personas que disfrutaban de las
piezas hechas a mano, artesanales. La excéntrica tienda tenía tallados a mano,
relojes de cuco, pinturas, espejos antiguos, máscaras, platos... cualquier cosa que
pudiera ser utilizado para decorar una pared. Una antigua alfombra cubría los pisos
de madera. Un pequeño sofá victoriano cubierto de un color crema suave de
brocado adornaba el centro de la habitación. Una mesa de centro estilo Reina Ana,
en madera de cerezo rico, estaba delante de él, y tenía un servicio de té de plata.
Dos sillas a juego de la misma tela crema estaban ante el sofá, invitando a un poco
de conversación. Contra una pared había una chimenea de gas con una repisa
tallada, donde fotos negras y sepias se mostraban en marcos de plata. Un mostrador
color cerezo y cristal, tan Victoriano como podían haberlo hecho y todavía
funcional, adornaba una pared, con una antigua caja registradora.
Emma y Becky habían creado la atmósfera de una época pasada, y la tienda era
cálida y acogedora. Un fuego crepitaba alegremente en la chimenea, en esa fresca
tarde de septiembre, la luz que brillaba afuera era hermosa reflejándose en la
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
Tabby se quejó. "Vamos, Cyn. ¡Alex llevaría pizza, maldita sea!" Su estómago
221
El Club de las Excomulgadas
madera de cerezo. Un rico papel tapiz floral rosa calentaba las paredes encima de
ella. Era muy femenina, y a las mujeres obviamente le encantó. Tabby podía ver
pasar el tiempo aquí, envuelta en la bienvenida que Emma y Becky daban a todos
los que entraban.
"Estoy aquí para hablar con Emma. ¿Está aquí? "Cyn ladeó la cadera y volcó su
oscuro pelo detrás de ella. Para quien no la conociera, parecía singularmente
impresionada, pero Tabby había visto la forma en que sus ojos oscuros brillaban a
La sonrisa de Becky vaciló mientras miraba el maltratado rostro de Cyn. Sus ojos se
estrecharon.
"¿Qué pasó?"
"Nada. Sólo quiero hablar con ella acerca de una mordida. Soy Cyn Reyes. Soy la
dueña de la tienda de Tatuajes el Arte Viviente".
Las dos mujeres se miraron un momento antes que Becky suspirara. "¿Es sobre los
problemas con Gary o el hecho de acoplarte con uno de los Osos?"
Se volvió a Tabby, cuando la mandíbula de Cyn cayó. "¿Cuál es su nombre?"
"Julian", suministró Tabby. Ella ignoró el deslumbramiento de Cyn, sonriendo a la
Beta. Su Beta, ahora que Max la había aceptado en el Grupo.
"Ah. Simon mencionó algo acerca de eso." Becky se golpeó los dientes con las
uñas. "Y creo que Emma dijo algo acerca de dejar que lo hiciera tu pareja."
Cyn se movió y apretó los labios. Ese temperamento latino estaba sacando lo mejor
de ella de nuevo.
Becky se echó a reír. "Hey, si por mí fuera, tendrías el derecho a elegir. No
conseguirás ese derecho ni tampoco Emma lo hizo".
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
la vista de la hermosa madera de cerezo.
222
El Club de las Excomulgadas
"Así que ¿no querías ser convertida ni aparearte?" Cyn dijo las palabras de la Beta
con alegría infantil.
Becky se echó a reír. "Oh, diablos, sí, lo deseaba. Sólo quería elegir el momento."
Tabby se echó a reír. "¿Ves? Te dije que no era tan malo."
La lenta sonrisa de Becky fue mala. "Nop. No está nada mal. Y tu compañero hará
que sea aún más especial. Emma y yo éramos humanas cuando Max y Simon nos
marcaron. Habían sido convertidos por el viejo Alfa, Jonathon Friedelinde, y por lo
"¿Por qué?"
Cyn hizo una buena pregunta. Tabby no había conocido a un were convertido
antes. Su viejo Alfa no se lo había permitido, excepto entre compañeros.
"La mordedura del apareamiento enmascara el dolor de la mordida de la
conversión. El único humano que conozco que no fue cambiado por un compañero
es Sheri Giordano, y ella fue golpeada casi hasta la muerte. Todavía tiene las
cicatrices de la pelea que tuvo con un Lobo pícaro." La mano de Becky se movió
hasta su cuello. Tabby sabía que tenía un conjunto de cicatrices de su encuentro
con un pícaro. "Se puede hacer, y se ha hecho, pero por una vez quería sentir placer
más que dolor. No me gusta el dolor. Duele."
"¿Becks? ¿Con quién estás hablando?" Emma entró del cuarto de atrás, con sus ojos
marrones brillando alegremente hasta que vio la cara de Cyn. "¡Cyn! ¡Tabby!
¿Cómo están? ¡Oh, tu pobre rostro!"
Tabby inclinó la cabeza en respeto a su Curana. "Emma".
Los ojos de Emma se ampliaron. "Es cierto. Max te ha aceptado en el Grupo." Ella
se rió, con el sonido fuerte y alegre. "Rick me golpeará con un ladrillo."
"Emma" Becky rodó los ojos. "Ugh. No le hagas caso. Escucha, ¿Cyn? Traeré un
poco de hielo para tu mejilla, ¿de acuerdo? Toma asiento, volveré".
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
que Simon dijo, él hubiera deseado que hubiera sido un poco diferente".
223
El Club de las Excomulgadas
Cyn se sentó. "Gracias".
"Rick deberá estar aquí en un día o dos." Emma sonrió suavemente a Tabby.
"¿Creíste que te dejaría siendo un paria?"
Tabby se estremeció. ¡Ella no quería conocer al Alfa Poconos o a su Luna!
Becky volvió con la bolsa de hielo y se lo entregó a Cyn. "Ponte esto en la cara.
¿Necesitas algo de ibuprofeno?"
Tabby se acercó más a Becky y le susurró: "¿Cómo diablos hago para zafarme de la
reunión con Rick Lowell?"
Emma soltó un bufido y le entregó un vaso y dos pastillas a Cyn. "Toma esto, sin
argumentos. ¿No tendrías que ir al hospital?" Cyn sacudió la cabeza otra vez y se
tragó las píldoras, mirándola atónita. "¡Y tú!" Señaló a Tabby. "Rick no está tan
mal. Belle y te amará."
Tabby se horrorizó. "Eso es lo que me da miedo. ¿Preferiría un trasero con A-1 o
Heinz 57?"
"Cobarde", Emma tosió en su puño. Se rió cuando Tabby le aventó una frambuesa.
"Lo digo en serio. Rick en realidad no es tan malo como parece ser. Sólo da
miedo."
"Soy un miembro del Grupo, ¿verdad? ¿Él no puede hacer que me vaya?"
Emma suavizó su expresión. "No, Tabby. Nadie puede hacer que te vayas ahora a
menos que tú lo quieras."
"Está bien. Wow." Tabby parpadeó con sus lágrimas surgiendo de la nada. Dios, se
estaba volviendo una idiota. "Gracias".
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
Cyn negó, con sus ojos como dardos por la tienda.
224
El Club de las Excomulgadas
"Lo peor que Rick podría hacer es decidir que no quiere tener nada que ver contigo,
y conociéndolo, eso no va a suceder. Sé honesta con él, sobre todo. Él te tratará con
justicia, te lo juro."
Tabby inclinó la cabeza otra vez. "Sí, Curana".
"¿Cyn?"
Tabby se estremeció. Julian las había encontrado.
El tono beligerante de Cyn no fue una sorpresa para Tabby, pero por la mirada de
asombro en la cara de Emma y Becky, sí lo fue para ellas.
Sus ojos brillaron al ver su magullado rostro. "¿Quieres hablar de eso?"
"¿Qué hay que discutir? Tomaste la decisión de mi vida sin preocuparte de... ¿Qué
le pasó a tu pelo?"
Tabby se volvió. La mitad del cabello de Julian seguía siendo blanco. Luces de
color gris bailaban en sus ojos. De todo lo que había hecho para ayudar a Chloe, él
no se había recuperado completamente. Se veía agotado, de otro mundo. "La
cicatrización fue más difícil de lo previsto. Ella estaba más lejos en el paisaje
onírico de lo que originalmente había pensado."
¿Eh? "¿Qué diablos significa eso?"
Julian le sonrió. "No te preocupes por eso." Volvió su atención a Cyn. "Déjame
curarte eso. ¿Por favor?"
Tabby agarró del brazo a Cyn. "Por favor, permíteselo Cyn".
"Está bien." Le dio a la bolsa de hielo a Becky y se acercó a Julian.
El hombre estaba temblando, ya fuera por el cansancio o por la rabia, Tabby no
podía decirlo.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
"¿Qué?"
225
El Club de las Excomulgadas
Sus ojos eran todavía profundos, de color marrón oscuro, pero esas motas de plata
la estaban enloqueciendo.
Sus dedos se movieron por el rostro de Cyn. El blanco en su pelo se hizo más
profundo, y el hematoma despareció bajo su mano. Bajó la hinchazón, con el negro
y el azul volviéndose de un color rosa saludable.
Cuando terminó, estaba temblando como una hoja.
"Wow," sopló Emma. Tabby estaba bastante segura que era la primera vez que la
"Sé que no confías en mí. Tenía la esperanza que nos dieran algo de tiempo, de
llegar a conocernos el uno al otro antes que te convirtiera. ¿Es eso algo tan malo?"
Cyn se encogió de hombros, viéndose incómoda. "También dijiste que no era el
momento. ¿Puedes por favor explicarme eso a mí?"
Sus ojos se cerraron con cansancio. "Yo... sé cosas. Es parte de quién y de lo que
soy, pero lo que veo está incompleto. Todo lo que sé es que si te convierto antes de
que sea el momento adecuado, habrá serias repercusiones".
"¿Qué tipo de repercusiones?"
Él abrió los ojos. Algo en su expresión envió un escalofrío a la columna de Tabby, y
de pronto supo por qué Julian había evitado marcar a Cyn.
"Ninguno de los dos sobreviviría."
Julian asintió. "Es muy pronto. No puedo ver lo que va a pasar, pero sé que se
tomará una decisión que lo cambiará todo." Le tendió la mano a Cyn. "Por favor.
Confía en mí."
Cyn estudió a Julian. Tabby no podía leer su expresión. Que era cerrada,
introspectiva. Cyn pensó que debía ser un peso muy pesado ver el futuro de sus
amigos. "Dame algo. Una pieza de información que no sepa. Todo lo que he
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
mujer había sido sorprendida y se quedaba sin palabras.
226
El Club de las Excomulgadas
aprendido de ti, de nosotros, lo he tenido que escuchar de otras personas. Dame
algo tuyo."
Julian bajó la mano. "No estoy seguro de si sobreviviré a lo que vendrá después."
Cyn respiró hondo y asintió. "¿Esa es la razón por la que no me has marcado?"
Hizo una forma de interrogación con los dedos.
"Una de ellas, sí."
la vida". Ella lo miró. "Tendremos una agradable, larga charla, acerca de lo que
debes y no debes esconder de mí. ¿Entiendes?"
Él asintió. Si estaba o no de acuerdo con ella, Tabby no tenía idea.
"Está bien. Tú haz lo que tengas que hacer y yo haré lo mismo".
"Si te convierten en Lobo o Puma, perderás la vida".
Sonaba tan seguro, Tabby no podía dudar de él. "Cyn, deberás esperar."
Ella asintió. "No soy una idiota." Se volvió hacia Julian. "Dame razones por las
que quieres cosas de mí. Soy mucho más propensa a escuchar que a alguna mierda
para la que no estoy preparada. ¿Lo captas?"
Él asintió de nuevo.
"Lidiaré contigo más adelante." Él abrió la boca para decir algo, pero Cyn alzó la
mano, deteniéndolo. Tabby podía decir que todavía estaba furiosa, con ese
temperamento latino todavía irritándola. "Tengo que ir a limpiar mi tienda. Tabby,
hazme un favor. Asegúrate que llegue a casa. Se ve medio muerto".
"Podemos dejarte primero."
Cyn sonrió. "Yo podría utilizar la banqueta." Se dirigió hacia la puerta,
asegurándose de evitar tocar a Julian a su salida. "Adiós, Emma. Adiós Becky".
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
Ella quitó sus ojos de él. Su pie comenzó a golpear. "Estabas tratando de salvarme
227
El Club de las Excomulgadas
La mujer se hizo eco de su adiós y la miró a través de la ventana de vidrio.
Julian se mantuvo de espaldas a la puerta, con su expresión en blanco. Tabby sabía
que estaba herido por el rechazo de Cyn.
"Bien. Eso fue divertido. No." Emma negó, con las manos en las caderas.
"Alguien tiene que darle un tiempo de espera. Quizás una siesta."
Tabby echó a reír. Julian puso los ojos en blanco. "Yo me ocuparé de ella, no se
"¿Tanto si le gusta o no?"
Tabby saltó en defensa de su amiga. "Ella no cree que necesite cuidados. Tiene
razones de por qué está actuando de la manera en que lo está haciendo. Conozco a
algunos, pero no a todos ellos. Emma, recuerdas lo que me contaste acerca de Rick,
¿Qué debería ser honesta con él y decirle todo? Julian, eso es lo que tienes que
hacer con Cyn. Ella fue como un tipo de hongo en su infancia".
"¿Un qué?"
"Fue dejada en la oscuridad y alimentada con un montón de mierda."
"Oh. Sí, eso suena lógico." Saludó con la mano a Emma. "Oye, tengo un inventario
que terminar. Hablaré con todos ustedes más tarde. Y ¿Tabby? Hazte disponible
cuando Rick esté aquí, ¿Ok?"
Antes que Tabby pudiera protestar, Emma estaba de vuelta a través de la cortina,
cortándola con eficacia.
"Buena salida". Tabby se volvió hacia Julian. Él estaba sonriendo. Más de su pelo
era de su negro natural. Muy poco podía mantener a Julian por mucho tiempo
abajo, ni siquiera el rechazo de su compañera. Tabby apostaba a que ya era hora
que descubriera formas de moverse por el temperamento de Cyn.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
preocupen."
228
El Club de las Excomulgadas
"Ella es buena en eso." Becky se acomodó de nuevo en el sofá. "¿Crisis terminada?"
"Por ahora", dijo Julian. Él dio a Tabby una larga mirada. "Tenemos que hablar".
"Ugh. ¿Hablar más? Yo ya he terminado de hablar. ¿Qué hay de cazar?"
La expresión de Julian estaba en blanco. "¿Cazar?"
"No he almorzado. La pizza estará probablemente fría para ahora y Alex ya habrá
"Él no te quiere por ahí sola."
Ella sonrió. "No lo estaré. Tú estarás conmigo." Ella llegó y le acarició la mejilla.
"¿No podrías ir por un Bunny caliente y agradable en este instante?"
"Bien, pero tú le dirás dónde estamos."
"Se puede hacer. Vamos, vamos. Me muero por una buena carrera."
"Amén". Julian se estremeció todo. "Me encantaría entrar en mi piel."
"Entonces es un hecho." Ella sabía exactamente el lugar para llevarlo, también. Lo
suficientemente lejos de la universidad para que Gary no pudiera dar dolor sin
desobedecer al Alfa local, pero lo suficientemente cerca para no tener que conducir
a la siguiente ciudad sólo para evitar la universidad. Ella le dijo adiós a Becky y
arrastró a Julian afuera de la tienda. "Vamos, el coche está por aquí."
La sonrisa de Julian se ensombreció. "Por supuesto que sí."
Ella se detuvo. "Uh-oh. ¿Por qué tengo la sensación que éste es uno de esos
momentos de yo-sé-algo-que-tú-no-sabes?"
Julian se detuvo. "Me estás llevando al noreste de los bosques de Halle, los más
alejados de la universidad. Cambiaremos, correremos y Gary estará allí.
Lucharemos. Estoy bastante seguro que sobrevivirás."
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
comido sin mí".
229
El Club de las Excomulgadas
Tabby parpadeó. "¿Cómo carajos sabrá Gary que estaremos corriendo? ¡Acabamos
de decidir eso!"
"Él no lo sabe. Ignorará deliberadamente la orden directa de Max de permanecer en
el campus de la universidad. Por qué, no tengo ni idea, pero ahí estará."
Mierda. "Bueno, tal vez tendremos una Burger King para el almuerzo." ¿O tal vez
podría ir en una dirección completamente diferente, como justo detrás del campus?
Él sacudió la cabeza y la agarró del brazo. "Si no hacemos esto ahora, la gente
Bueno, mierda. "¿Dónde está Alex?"
Julian negó. "No lo sé. No sé nada después de... "
Oh. Oh, mierda.
Después que esté muerto.
Sacó su teléfono celular y se lo entregó a Julian. "Comienza a marcar".
Él se sorprendió, pero sólo por un momento. Comenzó a perforar los números, su
rostro era tenso. "¿Bunny? Encuéntranos a Tabby y a mí en el noreste de los
bosques de Halle. Iremos de caza." Hizo una mueca y alejó el teléfono de su oreja.
Tabby podía oír a Alex rugiendo en el otro extremo. "¡Escúchame! Es importante."
El tono de orden estaba en la voz de Julian. En el otro extremo de la línea, Alex se
detuvo de rugir. "Tuve una visión. Es necesario que nos encuentres allí.
¿Entiendes?"
"Entiendo", se oyó retumbar a Alex. Ella abrió las puertas del jeep y se metió,
abrochándose su cinturón de seguridad. Julian se unió a ella y ella encendió el
motor. "Mantenla segura Julian."
“Haré lo mejor posible."
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
morirá."
230
El Club de las Excomulgadas
Ella arrancó con un chirrido de neumáticos, en dirección a las afueras de la ciudad
de Halle.
"Hazlo mejor".
Ella sintió una sonrisa triste coquetear alrededor de su boca. Su gran,
sobreprotector Oso estaba teniendo un ataque por no estar allí para protegerla.
"Vamos a estar en los bosques en unos veinte minutos. Llega lo más rápido
Julian colgó el teléfono y lo puso en su consola.
Ella parpadeó. "¿Eso es todo? ¿Alex es nuestro único refuerzo?"
Julian sonrió, con una de esas expresiones enigmáticas que ella estaba empezando a
darse cuenta significaba que sabía más de lo que estaba dispuesto a compartir.
"Todo el mundo vendrá cuando sea necesario. Eso es lo que sé."
"Está bien." Ella no estaba segura de sí unas pocas bien colocadas llamadas
telefónicas serían mejor, pero tendría que confiar en que Julian sabía lo que estaba
haciendo.
"Ryan, tenemos que irnos."
"No." Los ojos de Ryan no habían dejado a Gloria una vez. Se habían mantenido
en un profundo marrón chocolate todo el tiempo. "Tú ve. Tendré que quedarme y
proteger a mi pareja."
"Yo no necesito protección" Gloria apretó los dientes.
Bunny estuvo de acuerdo. "Ella tiene razón. Julian tuvo una visión. Él y Tabby se
dirigen al bosque, y creo que van tras Gary. Nos necesitan. Gloria no."
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
posible."
231
El Club de las Excomulgadas
Los ojos de Gloria se estrecharon. "Y no me dejarás atrás, mientras que mi amiga
está en peligro."
"¿Quieres venir?"
Ella abrió la boca para contestar y vio la sonrisa en el rostro de Ryan. "Quiero ir
con ustedes. Trasero".
Él echó la cabeza hacia atrás y rió. "No irás a ninguna parte."
"Yo. Gary puede tener más amigos que no conoces. No te dejaré sin protección."
La cara de duende de Gloria se ensombreció. "La compañera de tu primo está en
peligro. Podrías resolver tu problema poniéndome en la parte trasera de tu moto y
llevándome contigo, protegiendo así a los dos. Así sabrás dónde estoy, incluso
mientras luchas." De repente miró hacia él. "Y si crees que me puedes mantener
encerrada aquí mientras Tabby está en problemas, estás muy equivocado.
Encontraré una manera de salir de aquí y cuando lo haga haré de tu vida un
infierno." Se acercó y tiró de su camisa, acercando al mucho más gran hombre
hacia ella. Bunny sabía que Ryan se lo estaba permitiendo, porque si hubiera
querido habría tenido una mejor oportunidad levantándola del suelo que dejarla
que lo arrastrara hacia abajo. "¿Nos entendemos?"
Ryan fingió pensar en ello. "Definido en el infierno."
Ella le gruñó. "¿Alguna vez te has vaciado helado dentro de tus pantalones?"
Su expresión se quedó en blanco. "Um. Sí. Eso sería una versión del infierno."
No tengo tiempo para esto. "Tenemos que irnos ahora, gente".
Ryan suspiró. "Tú te quedas donde te deje, Gloria." Cuando ella iba a discutir, le
cubrió la boca con la mano, una mano que ocupaba casi la mitad de su cara. "Lo
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
"¿Quién lo dice?"
232
El Club de las Excomulgadas
digo en serio. No estoy de ninguna forma dispuesto a entrar en una batalla were.
No puedo luchar y protegerte al mismo tiempo. ¿Captas?"
Ella asintió.
"Ve por las llaves de la tienda y empieza a cerrar".
Ella corrió al cuarto de atrás.
"Siempre tuviste la intención de llevarla." Bunny estaba seguro de eso. Su obstinado
Ryan se encogió de hombros. "Necesito que empiece a confiar en mí. Si darle esto a
ella ayuda, entonces está bien. Pero entiende, es mi primera prioridad. Cualquier
señal que indique que ella está en problemas o dificultades y yo he terminado".
Bunny asintió. Lo entendía perfectamente. Sentía lo mismo por Tabby.
"Vámonos." Gloria de alguna forma se las arregló para estar lista y salir de la
habitación. Lo que era increíble. Bunny pensó que tenía algo que ver con la tenue,
como de gitana ropa que la favorecía.
"Oíste a la mujer. Vámonos." Ryan siguió a Gloria a la puerta, con Bunny a la
cabeza.
Esperaba que los Pumas entendieran lo mucho que él quería poner fin a esto con
Gary. Si el Lobo ponía una pata en Tabby, terminaría de alfombra.
Tabby salió del jeep y empezó a desnudarse. No podía cambiarse de ropa; se
enredaría con ellas. Los rumores decían que el primer cambio de Emma había
sucedido de esa forma, aunque los detalles eran vagos y ella tendía a aullar cada vez
que su compañero lo planteaba. Dobló la ropa limpia y la puso en el asiento del
pasajero.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
primo había cedido de forma muy sencilla.
233
El Club de las Excomulgadas
"Aquí tienes".
Ella se volvió para tomar la ropa de Julian y lo miró desnudo por primera vez.
Dayum. El chico estaba bien. Ella lo miró de arriba abajo, silbándole como lobo.
Piel suave se deslizaba sobre sus músculos definidos. Pectorales bien definidos, sin
rastro de pelo iban hacia un estómago de lavadero y a un pene que, a pesar de su
limitada experiencia (y su limitado interés), se las arreglaba para tener un aspecto
impresionante. Sus piernas eran largas y delgadas. Demonios, incluso los pies del
Alex tenía una constitución más como de constructor o el cuerpo de un luchador.
Ella podía ver muy fácilmente a Cyn perderse totalmente cuando finalmente tuviera
a Julian desnudo.
Él movió las cejas, con una sonrisa descarada cruzando su rostro. "No te ves nada
mal tú tampoco."
Ella lo miró con admiración. "Cyn está en un infierno de problemas".
Algo de la sorpresa dejó su cara. "Sí. Si salgo de esta".
Podía sentir sus nervios y su determinación. A lo que irían ahora era inevitable.
Ella haría todo lo posible para ver qué Julian saliera de ésa con vida. "Cambiemos."
Él asintió, y comenzó a cambiar.
Ver a otra persona cambiar de forma era increíble. No había luz cegadora ni sonido
de bam, sólo había un Oso. Tampoco había sonido de crujido, ni de huesos
moliéndose ni de agonía que chisporroteaba como se veía en las películas de terror.
Era más bien como agua fluyendo a través de la persona, moviéndose, doblándose,
mezclándose con su animal en una neblina líquida de sueño hasta que el hombre se
había ido y sólo el Oso se mantenía. Sabía que si ella lo hubiera tocado durante su
cambio todo lo que habría sentido hubiera sido calor, la presencia reconfortante del
hombre y la bestia que fluían a través de sus dedos. Cualquiera que estuviera
buscando en el exterior asumiría la sensación de que estaría húmedo o pegajoso,
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
hombre eran sexys. Julian tenía la constitución de un corredor, fuerte y elegante.
234
El Club de las Excomulgadas
pero no era así. Se sentiría aireado y hormigueando en la palma de la mano. Era
sensual e inocente de una forma que un no-were nunca podría entender.
Cuando Julian llevó a cabo el cambio, ella obtuvo su primer vistazo de un buen
Oso Kermode. Él era casi de color blanco puro, con un puñado de pelo dorado
ligero en sus hombros y a lo largo de su espalda. Tenía una cola gruesa, rechoncha
y un hocico largo y con una nariz de color negro.
Tenía la forma general de un Oso negro con las orejas redondeadas y cuerpo
de su lomo musculado. Era fácilmente unos metros más bajo que el Oso de Alex. Si
cambiara su pelo a negro en vez del blanco se vería en su casa en estos bosques.
Julian se quejó hacia ella. Él quería que llamara a su Lobo. Con una sonrisa, ella se
permitió el cambio, tirando de su Lobo al frente, más que lista para correr en cuatro
patas. Levantó la nariz a la brisa, capturando el tenue aroma de los conejos, de los
ratones, y de un ciervo ocasional.
No había señales de Gary o de sus amigos. Todavía no, de todos modos.
El gran Oso blanco se sentó y comenzó a rodar por el suelo, con un sonido extraño
saliendo de él. Si ella no lo supiera, juraría que se estaba riendo de ella.
Ella le ladró, bailando alrededor de él, ansiosa porque se moviera.
Julian se levantó y sacudió la cabeza, deslizando su lengua por su oreja. Hizo que
algo sonara extraño una vez más, antes de colocar su peso en sus cuatro patas, a la
espera que ella liderara el camino.
Con un movimiento de su hocico señaló hacia el norte. Julian asintió con la gran
cabeza blanca y la siguió. Ella mantuvo un ritmo fácil para él, sin saber cuánta
energía necesitaría para la próxima batalla.
Y, por el picor de sus orejas, la batalla estaba casi sobre ellos, con o sin olor de
Gary.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
elegante, a diferencia de la cara más embotada de Alex, del pesado cuello y joroba,
235
El Club de las Excomulgadas
Él vio su Jeep, pero no a ella. Maldita sea. Ella tendría que haber esperado por él
antes de irse por su cuenta. Dios sabía qué tipo de problemas habría antes que él la
encontrara. Maldito fuera el hecho de que Julian estaba con ella, tenía que ser él el
que la protegiera.
Bunny hizo lo que pudo para calmar su creciente ansiedad. No sabía si ella había
corrido hacia Gary aún o no, pero de aquí en adelante se movería en silencio,
y definitivamente no quería hacer eso. Si tenían suerte, podrían alcanzar a Gary
antes que hiciera algún daño. Si podían llevarlo ante el Alfa y probar que había
desobedecido una orden directa de las autoridades locales, sería expulsado de
Halle, posiblemente incluso sancionado por el Alfa de su propia manada. Bunny
esperaba que fuera así.
Aparcó la moto al lado de SUV de Tabby y detuvo el motor. "¿Listo?"
Ryan se quitó el casco y se bajó. "Sólo dame un minuto." Tendió su mano por el
casco de Gloria. Su pelo de color azul pálido cayó hasta la cintura. La expresión de
aturdimiento de su rostro le decía que nunca se había subido a una motocicleta
antes. O eso, o siempre se había mantenido sobre el asfalto. La carrera a través del
bosque había sido difícil. "¿Estás bien?"
"Creo que mi coxis se ha roto." Ella consiguió hacer una mueca de dolor,
sacudiendo su vaporosa falda. "Bueno, maldita sea. Me rompiste el trasero."
Ryan se detuvo. "Tú te quedarás donde yo te diga, ¿no?"
Ella miró a Ryan y golpeó el casco con su estómago. Dio una sorprende
respiración. "Vamos, Teddy."
Antes que pudieran empezar, otra motocicleta se detuvo junto a ellos. Bunny
sonrió. Reconoció la moto. "Hey, papá."
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
dejando las motos detrás. El sonido de sus Harleys alertaría a Gary de su presencia,
236
El Club de las Excomulgadas
Ryan lo saludó con la mano. "Hola, tío Will."
"Chicos". Su padre se bajó de su moto, con sus ojos color avellana sombríos, con su
pelo negro rizado por la brisa. "¿Entiendo que es posible que necesiten algo de
ayuda...?" Frunció el ceño a Gloria por un momento antes que una gran sonrisa
cruzara su rostro.
Bunny apostaría a que era por el polvo azul de sus rizos.
William se encogió de hombros, desviando su atención de la compañera de Ryan.
"No es seguro que puedas llamarlo así, con exactitud. Digamos que estaba
durmiendo y tuve un sueño que me dijo que me dirigiera en esta dirección. Así que
aquí estoy."
"El Oso está velando por nosotros", dijo Ryan solemnemente. Bunny asintió, de
acuerdo. Sólo los Osos podrían haberle enviado a su padre una visión.
"¿Alguien me puede empapar del asunto?"
"Gary está en algún lugar de estos bosques. Así como Tabby y Julian".
William gruñó, con el sonido bajo y feroz. "¿Va tras mi nuera?"
"Ellos no están casados."
Los tres Osos se volvieron y miraron a Gloria.
Ella cruzó los brazos sobre su pecho desafiante. "No lo están."
"Ella tiene razón. Estamos acoplados. Eso es mucho más permanente que el
matrimonio." Aunque, si Tabby quería tener una ceremonia, él estaría orgulloso de
estar en la iglesia y recitar sus votos. De hecho, cuanto más lo pensaba, más estaba
considerando insistir en ello. Sería una forma más de hacerle saber que le
pertenecía a él.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
"¿Julian te llamó?"
237
El Club de las Excomulgadas
Ryan puso los ojos en blanco. "Vamos, Gloria. Vámonos." Agarró su brazo,
haciendo caso omiso de su intento de apartarse de él. Bunny estaba bastante seguro
que el intento era algo automático en ese punto. "Se fueron por aquí".
"Mm-hmm." Miró hacia el Jeep y vio sus dos montones de ropa. "Y ya
cambiaron." Sus ojos se oscurecieron. No le gustaba la idea de que su Tabby fuera
vista por ningún hombre desnudo, excepto él. No le importaba que en las Manadas
o en los Grupos la desnudez no significara nada durante el cambio. Significaba algo
para él, maldita sea. Su padre nunca permitiría a su madre correr desnuda, eso era
Por supuesto, ella se reiría de sus gruñidos y haría lo que se le diera su real gana,
pero su padre exactamente no se lo permitiría.
"Sígueme". Ryan se dirigió por el camino, con Gloria pisando fuerte con sus
delicadas botas a su derecha.
Bunny escondió una sonrisa. Algo le decía que le daría un infierno a su primo, pero
al final ella sería justo lo que él necesitaba.
Tabby gruñó. El hijo de puta se había quedado a favor del viento. Todavía estaba
en forma humana, pero estaba desnudo y listo para cambiar en cualquier momento.
"Wow, qué casualidad. Aquí estoy, saliendo a correr sin prisa, y ¿sobre quién vengo
a caer? Sobre la desterrada de mierda y su bebé Oso polar."
Tabby puso los ojos en blanco. Julian le patearía el trasero sólo por los comentarios
sobre el Oso polar.
Ella no podía atacar, no todavía. No hasta que él realizara algún movimiento
amenazante. Ella no haría nada para poner en peligro su nuevo lugar en el Grupo,
y no patearía el trasero de Gary sin causa ni duda de que le había causado
problemas.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
seguro.
238
El Club de las Excomulgadas
Los dos idiotas que Gary llevaba a todas partes se echaron a reír. Infiernos, después
de seis meses en Halle, todavía no conocía sus nombres. Se habían movido al
flanco de Gary, protegiendo a su precioso aspirante a Alfa. Tabby resopló.
Correcto. Es un Alfa. Y yo soy una Teletubbie 1.
Gary miró por encima del hombro a Julian. "No tengo nada en contra de ti, Oso.
Retrocede y no saldrás lastimado."
La respuesta de Julian fue un rugido profundo y palpitante de Oso negro,
Gary sonrió. "Que así sea. Siempre me he preguntado cómo sería luchar contra un
Oso".
Gary y sus amigos comenzaron a cambiar.
La cabeza de Bunny se alzó con el sonido del rugido del otro Oso. "Están más lejos
de lo que pensé".
"Deben haber cambiado." William comenzó a tirar su ropa. "Ustedes vayan por
delante, yo resguardaré a mi futura sobrina".
"No en esta vida." Pisoteó Gloria pasando a William, parándose justo ante Ryan.
Ryan sólo suspiró y comenzó a quitarse la ropa. Bunny ya estaba tirando de su
propia ropa, aterrorizado porque Gary hubiera logrado atrapar a Tabby antes que él
pudiera llegar a ella. No importaba que Julian estuviera con ella. El Oso negro rara
vez ganaba una pelea con una manada de lobos. Huirían, sabiendo que la Manada
podría hacerlos caer. ¿Tal vez pensaba que debido a que la Manada era tan pequeña
podría defender a Tabby?
1
Teletubbie: Popular programa para niños de la TV
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
haciéndose eco a través del bosque para ser escuchado a kilómetros de distancia.
239
El Club de las Excomulgadas
"¿Por qué se desnudan?" Los ojos de Gloria lo trajeron de vuelta a lo que estaban
haciendo.
"No podemos cambiar con la ropa. Si lo hacemos, nos podríamos enredar, lo que
nos hace vulnerables a los ataques." Ryan estaba completamente desnudo. Se
estiró, flexionando sus músculos, con sus articulaciones apareciendo. Bunny puso
los ojos en blanco. Ryan se estaba mostrando ante su compañera.
Por la mirada fija en su rostro, lo había logrado. Su mirada no podía decidir en qué
abierta. "Quédate con el tío Will. Él te mantendrá a salvo."
Su mandíbula se cerró de golpe. "Yo puedo cuidar de mí misma."
Ryan señaló su espalda. "Él puede cuidarte mejor".
Una vez más, su quijada cayó. Donde el padre de Bunny había estado, ya se había
sentado un grizzly que con calma se rascaba la oreja. "Oh." Asintió ella al enorme
Oso. El padre de Bunny era el único en la familia que lo rivalizaba en tamaño.
"Está bien. Yo, eh…" Ella se dejó caer, rebotando un poco. "Sentarme. Quedarme.
Lo tengo". Se acomodó sin quitar los ojos de Will Bunsun y se sacó una piedra,
arrojándola a un lado ausentemente.
Eso dejaría una marca. Por la mirada en el rostro de Ryan disfrutaría curando eso,
también.
Bunny se frotó el pecho y suspiró. Se vería obligado a curarse el tatuaje lo que le
faltaba y a esperar lo mejor, de lo contrario se curaría cuando él cambiara. Dios
sabía qué pasaría con la gloriosa imagen, si lo hacía.
No quería encontrarse con su pareja si su Lobo parecía un Shar-Pei.
Bunny asintió hacia Ryan y empezó a cambiar. Podía ver el shock todavía en
Gloria frente a los dos hombres cuando se convirtieron en Grizzlies.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
parte de su cuerpo asentarse. Ryan alzó la barbilla y le plantó un beso en la boca
240
El Club de las Excomulgadas
El shock se volvió disgusto cuando la lengua del oso largo pasó por su mejilla justo
antes de que los dos osos se dirigieran al bosque.
"¡Ew! ¡Escupida de Oso!"
Tabby se sorprendió cuando cayó al suelo. Julian la había hecho a un lado con un
golpe de su pata antes de cernirse sobre su cuerpo tendido. Él le gruñó a los lobos
Lo hicieron, pisándole los costados, tratando de alejarse de ella. Se negó a pasar
más de unos metros de distancia, regresando de nuevo a ella cuando vieron como
uno podría estar listo para saltar. Y cada vez que intentaba ponerse de pie, él la
empujaba hacia abajo con una pata, sosteniéndola con facilidad en el lugar.
Actuaba como una mamá protegiendo a sus cachorros. Ella gruñó hacia él,
exigiéndole que la dejara ir para que poder luchar. No podría contra esa pequeña
Manada él solo.
Julian la miró y sacudió la cabeza. No la dejaría ir.
Tabby esperó su oportunidad, viendo a los Lobos acosar a Julian. Julian se movió,
yendo tras uno de los Lobos.
Ahora.
Se puso de pie y corrió tras Gary. Ella tenía una oportunidad para salvar a Julian y
no la iba a desperdiciar.
Escuchó el grito de dolor de Julian detrás de ella. Hizo una pausa en su carrera,
observando su espalda. Julian estaba en el suelo, con el cuello ensangrentado,
esquivando a dos lobos y tratando de conseguir un bocado y terminar la matanza.
Pero Julian continuó apretando sobre ellos, curando sus heridas ante sus ojos.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
frente a ellos, desafiándolos a ir tras él.
241
El Club de las Excomulgadas
Con demasiada lentitud. Tabby sabía que se estaba curando muy lentamente. Aún
estaba drenado por haber salvado a Chloe. Si le daban una herida que fuera
demasiado profunda, sus visiones se harían realidad.
Ella trató de saltar hacia él, decidida a protegerlo, pero cuando sus mandíbulas
fuertes sujetaron su pata trasera la arrastró de nuevo. Ella echó la cabeza atrás y
aulló de dolor, esperando desesperadamente que Alex la escuchara. Si no venía
El aullido de dolor de un lobo fue corriendo entre los árboles. La velocidad máxima
de un Oso pardo que se había sido registrado era de cincuenta kilómetros por hora.
Bunny haría su maldito mayor esfuerzo por superar eso.
Bunny se puso furioso. No pasó mucho tiempo antes que pudiera escuchar los
espasmos y gritos de la lucha. Puso una ración extra de velocidad, sabiendo que un
segundo podía significar la diferencia entre la vida y la muerte.
Diez pasos más y los vería, donde tenían que estar. Nueve... ocho... siete... Tabby
gritó, con el sonido lleno de angustia. Y Bunny, aterrorizado, corrió más rápido.
Julian apenas respiraba, su pelaje estaba manchado de sangre, con su color dorado
de un verde oscuro a los ojos de su Lobo, casi mezclándose con el oro suave de sus
hombros. Ella podía oler el olor cobrizo de su sangre, de la suya propia y de los
Lobos a su alrededor. Por lo menos había logrado bajar unos cuantos ataques de
antes de caer.
Ella golpeó a Gary, tratando de zafarse de él. Ella luchó, pero no pudo liberarse, no
sin romperse una pierna. Se dio por vencida y se dejó arrastrar de vuelta, sabiendo
lo que él iba a tratar de hacer a continuación.
Él trataría de montarla. Y cuando lo hiciera, ella trataría de matarlo.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
pronto, perdería a Julian.
242
El Club de las Excomulgadas
Bunny se paró, viendo la escena con ojos furiosos. Desde el color rojo brillante de
la sangre enmarañada en el pelo de Julian, con su garganta casi destrozada. Ya
podía decir que el Oso estaba inconsciente, incapaz de ayudar a Tabby en su lucha.
Tabby estaba bajo Gary, con el aspirante a Alfa Lobo intentando montarla. Su
color marrón oscuro y pelo estaba tan enmarañado con la sangre y la suciedad, que
el pequeño mechón de color verde de su parte superior era apenas visible. Ella
gimió de dolor cuando trató de poner su peso en su pata trasera. La pierna cedió
bajo ella, con el choque cerca de darle la oportunidad a Gary de entrar en ella. Ella
ahora estaba encorvando sus caderas hacia adelante, tratando de follar a la pequeña
Lobo.
Gary estaba tratando de violar a Tabby.
Bunny rugió y relajó su férreo control sobre su ira.
Y se sintió bien.
Tabby miró al estruendo aterrador. Sabía quién era, y renovó su lucha.
Alex estaba aquí.
Su pata trasera estaba matándola, su cuello estaba dolorido, y no podía conseguir
que el hijo de puta se quitara de ella para salvar su vida. Ella se levantó en la
medida de lo que pudo con los dientes de Gary enterrados contra su garganta.
Había dos Osos pardos. Uno fue detrás de los Lobos que trataban de acabar con
Julian. El otro, más grande corrió directamente a Gary.
Gary soltó e intentó retroceder, pero ya era demasiado tarde. El Oso pardo lo
golpeó con su enorme pata, enviando al lobo a volar por el aire. Tabby gimió, con
su cuello sangrando en donde Gary había tratado de hundir sus dientes.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
se quebró y gruñó, tratando de jalar de Gary, pero él la sostenía por el cuello y
243
El Club de las Excomulgadas
Gary aterrizó en un árbol con un grito de dolor y un ruido escalofriante, sus lados
se agitaron. Alex se levantó sobre su cuerpo maltratado, sangrando y gruñó. La
expresión de sus ojos estaba llena de pura rabia. Sus músculos estaban tensos con la
necesidad de matar, del depredador puro mientras miraba fijamente a su presa
caída.
A veces era fácil olvidar que los Osos eran omnívoros. Ella nunca olvidaría eso.
Ella se puso en pie, haciendo una mueca, incapaz de poner todo su peso sobre sus
No estaba rota, pero se sentía torcida de mala forma. Ella le acarició la pierna a
Alex, mientras él se establecía de nuevo a cuatro patas. Era enorme, mucho mayor
que el otro grizzly. Ella se acercó y lamió la parte inferior de su mandíbula, apenas
capaz de llegar a él con la punta de la lengua.
Los ojos de Alex nunca dejaron a Gary, pero los locos gruñidos disminuyeron con
su demostración de afecto. Ahora, la pura rabia se filtraba a la determinación,
convirtiendo lo que podría haber sido una masacre en una ejecución. No tenía
dudas que Alex ganaría.
Ella se preguntaba cuántas piezas de Gary quedarían cuando Alex terminara con él.
Bunny se quedó mirando al lobo luchar pon levantarse. A su izquierda, podía oír a
Ryan rápidamente enviando lejos a los Lobos menores. Ahora dependía de él
hacerle frente a Gary.
Él comenzó a avanzar, gruñendo al sentir a Tabby tratando de mantener el ritmo.
Ella necesitaba dar un paso atrás, dejarlo frente a su agresor, pero no podía
decírselo en esa forma. No se atrevía a apartar los ojos del Lobo. Gary tomaría
cualquier ventaja que le diera, y Bunny no tenía ninguna intención de hacer sangrar
al maldito.
Pero Gary sangraría por él. Oh, claro que sangraría.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
patas traseras.
244
El Club de las Excomulgadas
Gary se levantó para luchar contra él, utilizando las tácticas que las Manadas
usaban para derribar a grandes presas, pero el were estaba fuera de balance. Bunny,
gracias a su don de Oso, supo que Gary se había golpeado la cabeza muy duro y
probablemente estaba luchando contra una conmoción cerebral. Eso, añadido a las
costillas que se había roto cuando se había golpeado contra el árbol, lo hacían más
lento y mucho más torpe de lo que había estado cuando se había enfrentado a
Tabby y a Julian.
Pobre perrito. Bunny sonrió, mostrando sus colmillos. Alargó un brazo y Gary se
sufriera primero.
Tabby ladró. Él lanzó una rápida mirada a ella, sorprendido, cuando salió cojeando
en dirección a Julian. El otro Oso no se veía bien. No se estaba curando tan rápido
como debería. Los poderes del Espíritu legendario del Oso parecían haberlo
abandonado.
Mierda. Lo que Julian había hecho para ayudar a Chloe lo había debilitado más de
lo que Bunny había pensado al principio. Necesitaba ayuda, y la necesitaba pronto.
Un dolor agudo y frío pasó a su lado. Se volvió de nuevo para encarar a su
oponente. Había quitado los ojos de Gary durante demasiado tiempo y el Lobo
había llegado por ella. Él gritó y golpeó la parte trasera del Lobo, rasguñando con
sus garras el lado de Gary. El Lobo aulló. La sangre goteaba de las heridas
causadas por las garras de cinco pulgadas. Como lobo, no se curaría, no sin ayuda,
o sin otros were. Y el cambio en este momento le daría simplemente a Bunny la
apertura que necesitaba para acabar con él.
Él entrecerró los ojos y se trató de recuperarse. Era el momento para que la batalla
real comenzara.
Afiladas garras, dientes brillando, pelo volando, y el olor de la sangre asaltó sus
sentidos. La batalla era real. Cada were hacía lo posible por salvar a los otros, Gary
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
tambaleó. No estaba listo para terminar la matanza todavía. Él quería que Gary
245
El Club de las Excomulgadas
luchando por su vida, Alex luchando por su compañera y por la vida de su amigo.
Los dos lobos que habían venido con Gary estaban tirados, derrotados por Ryan,
en tan corto período de tiempo que Tabby se sorprendió de lo mucho que le estaba
tomando a Alex terminar la batalla. Los dos lobos que habían ensombrecido cada
movimiento de Gary, incluso habían cambiado, estaban tendidos desnudos y se
veían patéticos, cubiertos de tierra, sangre y lágrimas. Daban balbuceos, pidiéndole
al enorme Oso pardo misericordia.
Ryan los dejó y volvió su atención a Julian. Ella sabía de la curación poderosa de
de Julian, éste se estaba reduciendo.
Julián se estaba muriendo.
Bunny dejó a Gary lanzarse debajo de él. No podía permitirse el lujo de exponer su
blando vientre al lobo. Consiguió un buen mordisco en la cola del Lobo, ganándose
un dolor en Gary antes que se desprendiera. Daban vueltas entre sí, cada uno
buscando otra apertura, otra oportunidad para que sus garras y colmillos dieran un
gran golpe.
Sin el resto de su Manada, no había forma en que Gary pudiera ganar, no contra
alguien como Bunny.
Bunny vio su oportunidad y cargó contra el Lobo, arrastrando sus garras abajo a la
izquierda del anca de Gary, abriendo su cadera hasta el hueso. El Lobo cayó,
incapaz de poner su peso sobre la pierna.
Bunny se movió rápidamente a su alrededor, con su gruñido instando al audaz lobo
para que retrocediera.
Gary no lo hizo. Jadeando, el hombre cambió, convirtiéndose en humano. Se
agarró la cadera, gimiendo de dolor. Si Bunny le permitía vivir, necesitaría un
hospital.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
los Osos y esperaba que pudiera ayudarlo. Porque aunque oía el latido del corazón
246
El Club de las Excomulgadas
Bunny estaba debatiendo eso. Estaba inclinado más hacia el no.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
Tabby cojeó hacia él, y el dolor que ella sentía selló el destino de Gary.
247
El Club de las Excomulgadas
Capítulo Nueve
Tabby intentó detener a Alex de matar a Gary. Demasiadas preguntas se harían si
un hombre era encontrado desnudo, mutilado por un Oso pardo. Pero aun
cojeando tan rápido como podía, no era lo suficientemente rápida. Así que se
sorprendió cuando un cuerpo dorado separó a Bunny de su presa. Ella se puso
rígida, sabiendo qué estaba bloqueando a Alex.
minuto, reconociendo el olor de la Curana.
"Realmente, no quieres hacer eso." Max Cannon dio un paso de entre los árboles,
gloriosamente desnudo. Ella ignoró el resplandor de Alex y le dio un buen vistazo
antes de, con cortesía, darle la espalda a la desnudez de su Alfa. En pocas palabras,
el hombre era como un puto dios dorado. ¿Cómo no lo iba a mirar?
Por el gruñido de Alex, ella pagaría más tarde por ese pedazo de caramelo gratuito
para los ojos. En ese momento, tenía cosas más importantes con que tratar.
"Por un lado, tengo algunas preguntas para Gary Sanders, de Phoenix, Arizona."
Gary gimió.
¿Arizona? Yo pensaba que era de Nuevo México.
"Igual que ¿Quién era su Alfa, y por qué pensaba que estaba bien desobedecerme
aun estando en las tierras del Grupo?" Esa invisible niebla se derramó del Alfa,
exigiendo la complacencia de todos a su alrededor.
"Jesucristo en un palo saltarín. ¡Eres enorme!" Tabby rodó los ojos que aterrizaron
en el cuerpo desnudo de Emma Cannon. Ella se puso de pie, mirando con los ojos
abiertos a Alex, con su cabeza apenas llegando a su pecho. "¿De qué demonios se
alimentan ustedes... de dónde son? Los elefantes te deben mirar y decir: "¡Maldita
sea, eres grande"
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
Emma pudo haberse hecho daño, si Alex no hubiera evitado su golpe en el último
248
El Club de las Excomulgadas
Hubo un suspiro. "Emma. ¿Podrías explicarnos qué sucede aquí?"
"Lo siento." Pero no se veía que lo sentía mientras se pasaba rápidamente a Puma.
Tabby hizo caso omiso de su Curana y se inclinó hacia abajo, hacia el descubierto
vientre de su Alfa. Por respeto a Alex, cerró un ojo.
El otro ojo miraba directamente al caramelo de hombre. El Alfa estaba seriamente
excitado. Y, como decían estaba cruzado, no muerto.
Tabby tenía un ojo abierto y que veía al Alfa. Tabby supo quién había sido
inmediatamente y cerró los ojos otra vez. Al parecer, a la Curana no le había hecho
gracia, y ella era mucho más grande que Tabby.
Gary estaba jadeando, pero Tabby no se atrevió a abrir los ojos para mirarlo. "Estas
no son las tierras del Grupo."
"¿Ah, sí? ¿Estás seguro?"
La única respuesta fue renovados gemidos de los secuaces de Gary.
"Pensé que no. Bunny, ¿por qué no vuelves? Preferiría no tener que explicar que
una golpiza se llevó a cabo en Halle, sobre todo una golpiza por un grizzly. Si tu
familia y tú se quedan, tenemos que mantener tu presencia lo más silenciosa
posible. No necesitamos que Pesca y Vida Silvestre husmeé, preguntándose cómo
podrías mover tu difuso trasero hacia el oeste."
Se oyó un crujido. "¿Tabby?"
Ella abrió los ojos para encontrar a su compañero desnudo inclinado sobre ella.
Ella gruñó cuando vio a su Curana levantarse. Tabby cambió de nuevo, después se
echó a reír cuando el gato grande fue arrastrado por Max y se la llevó de vuelta con
los otros Pumas.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
Una mujer Puma rebotó hacia ella y ladeó la cabeza, gruñendo cuando vio que
249
El Club de las Excomulgadas
Un suave gemido hizo que ella mirara hacia atrás al Oso Blanco. "¡Julian!" Se puso
de pie, haciendo caso omiso de sus propias heridas. Sanarían con el tiempo. Las de
Julian podía ser que no.
Ryan estaba sobre él, con los ojos cerrados. La concentración en su rostro humano
era difícil de pasar por alto. Estaba haciendo todo lo posible por curar al otro Oso.
Las heridas comenzaron lentamente a cerrarse, pero sin el flujo de gracia que había
visto utilizar a Julian. "¿Alex?"
ojos y se alejó de ella, mientras llamaba a la espiral del camino de la curación. Ella
no tenía idea de qué quería decir con eso, pero si lo había guardado para Julian,
estaba bien para ella.
"Tabby".
Ella se dio la vuelta y se enfrentó a su Alfa. Se aseguró de mantener la mirada
pegada a la pequeña cicatriz en el lado de su nariz. No tenía idea de por qué, pero
él parecía divertido. "¿Sí, Alfa?"
"¿Qué castigo debería sufrir Gary por su ataque contra ti?"
"E intento de violación," gruñó Alex detrás de ella.
La diversión huyó de la cara de Max. "¿Intento de violación?" Miró hacia abajo, a
Gary. "¿Trataste de violar a la compañera de otro hombre?"
"Detente". Gabe Anderson dio un paso hacia adelante, el Marshall del Grupo
estaba detrás de él. Ambos hombres parecían sombríos. "Este hombre es declarado
un paria. Por lo tanto, es mío." Sonrió, con la mirada perversa. "Me preguntaba
cómo se sentirá ir de caza. Ahora lo sabré".
Gary se estremeció por primera vez. "¿Qué?"
"No sólo desobedeciste al Alfa local, sino que intentaste algo que es considerado un
anatema para todos los were. Has intentado violar a la compañera de otro hombre.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
"En ello." Alex se unió a su primo sobre el cuerpo maltratado de Julian. Cerró los
250
El Club de las Excomulgadas
Esto te hace un canalla". Gabriel Anderson de repente pareció diez veces más
peligroso de lo que nunca se había visto. Levantó a Gary por el cuello, haciendo
caso omiso de los sonidos de asfixia que el Lobo hacía y de los jadeos de asombro
de sus compañeros de Manada. "Si hubieras tenido éxito y hubieras huido, yo te
hubiera perseguido. Tal vez te hubiera entregado al Senado de la justicia." Él se
movió más cerca de la cara de Gary, mientras sus colmillos se estiraban, y sus ojos
se llenaban intermitentemente de oro. "Tal vez". Dejó caer al suelo Gary. "Ahora
serás arrestado y llevado ante un Tribunal. Y veré que pagues por lo que has tratado
de hacer hoy." Se inclinó hacia abajo. Gary se estremeció, con su rostro contraído y
"Y si tratas de escapar de mí, dejaré que Bunny te tenga." Susurró al oído de Gary
durante mucho tiempo. Tabby no podía entender lo que decía, pero tuvo la
impresión que Gabe estaba diciéndole a Gary sobre la reputación de Alex y cómo
había llegado a tenerla. "¿Nos entendemos?"
Gary parecía dispuesto a mearse mientras lanzaba una mirada horrorizada a Alex.
"Sí, señor." Ya no parecía un aspirante a Alfa. Tenía el aspecto de los jóvenes
punks, que era realmente, y estaba aterrorizado.
"Bien". Gabe dio una palmada en alto, sorprendiéndolos, no sólo a Tabby, sino a
todos los demás también. "Ustedes dos idiotas, levántense. Tendrán que pasar unos
días en la cárcel, mientras hago los arreglos con el Tribunal."
Los Lobos se pusieron de pie, arrastrando patéticamente los pies. Tabby no sintió
ninguna simpatía.
Casi los habían matado a Julian y a ella, y ¿Para qué? ¿Por deporte? ¿Porque podían
hacerlo?
"¿Por qué?"
Los Lobos se detuvieron. Gary se volvió hacia ella. No había miedo en sus ojos.
"¿Por qué?"
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
gris.
251
El Club de las Excomulgadas
"¿Por qué hiciste esto? ¿Por qué me acosaste? ¿Qué te hice?"
Él parpadeó. Uno de los lobos a sus espaldas, abrió la boca pero la cerró con un
gesto fuerte de Gary. Los ojos del lobo se lanzaron a Gabe, y si ella no lo hubiera
sabido podría jurar que había algo que se estaba muriendo de decirle al Cazador.
"Somos lobos. Tú eras débil, estabas sola. Abandonada por tu Manada por ser
indigna. ¿Qué se supone que debíamos hacer si no nos hacías caso?"
Max sacudió la cabeza, viéndose disgustado. "No somos animales que se
con la capacidad de compartir nuestras vidas con nuestros animales. Y la Manada
de Tabby podría haber sido tan estúpida como para dejar que se fuera, pero ella es
parte de mi Grupo ahora. Eso significa que ella no es más un juego para idiotas
como tú, que creen que están en una película de malos hombres lobo." Hizo un
gesto con la mano.
"Sal de aquí antes que cambie de parecer y deje que Bunny te coma."
Los dos idiotas se hicieron pis de miedo. Tabby ya se sentía mejor.
Max estaba mirando a Julian, con expresión de pregunta. "Lleven a Julian con
Jamie. Él se asegurará que el Oso sea bien atendido."
"Vivirá". Ryan retrocedió sentándose sobre su trasero, con el rostro lleno de
cansado triunfo. "En su mayor parte ha dejado de sangrar, pero si no se despierta
pronto, tendrá cicatrices."
"Jamie puede ayudarlo con eso. ¿Puede ser movido?"
Ryan miró al Puma Alfa. "¿Te importaría ayudarme con una pata? Porque no
podré remolcar a un Oso de trescientas libras por el bosque por mí mismo."
"Todos vamos a llevarlo." Bunny hizo un gesto a Adrian y Simon. "Tomen su
trasero, yo me encargaré de su cabeza."
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
convierten en humanos. Somos todo lo contrario, los humanos están bendecidos
252
El Club de las Excomulgadas
Los dos hombres intercambiaron una mirada. Adrian se encogió de hombros. "Yo
no sé ustedes, pero realmente no me conduzco de esa forma."
Simon se rió.
"Oh, vaya, que penes tan grandes." Emma Cannon, ahora de nuevo humana,
rebotó por los alrededores de su compañero. Envolvió ambas manos alrededor del
trasero de Julian y lo levantó. Y lo levantó.
Emma miró a los Pumas, con la mano en el trasero del Oso, con la suya atrapada
en el aire. Cada par de ojos masculinos se dirigieron inmediatamente a las copas de
los árboles sobre ellos, menos uno. Esos ojos azul cielo admiraron ese trasero
desnudo de su compañera mientras ella se esforzaba por levantar un Oso de
quinientas libras por el trasero. Sin embargo, ella se las arregló para sonar como
una reina cuando preguntó: "¿Un poco de ayuda aquí, por favor?"
Los Pumas se movieron en masa a obedecer a su pequeña general. "Es como ver a
súper Grover", murmuró Ryan.
Y a pesar de todo lo que había sucedido, Tabby se encontró riendo mientras
acarreaba a un Oso inconsciente de nuevo a su coche. "¿Muchachos? ¿Qué haremos
con él una vez que lo tengamos ahí? ¿Atarlo al techo?" Ay. Palo estúpido. Ella se
paró en un pie y casi dejó caer la nalga que actualmente tenía elevada.
El Oso negro abrió un ojo y se lo guiñó. Estaría bien.
Ella optó por no decir nada, pero dejó que su Grupo lo cargara. Después que
habían hecho tanto por ella y por Chloe, Julian se merecía un poco de mimo.
"¡Hey! ¡Me guiñó un ojo!"
Simon se rió. "No puedes oscilar de esa forma, Adrian, pero al parecer él sí lo
hace."
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
Julian ni siquiera se movió.
253
El Club de las Excomulgadas
*****
"¿Sabías que tienes una cresta de color verde cuando eres Lobo?"
Su Tabby parpadeó hacia él. "¿Eh?"
Bunny se echó a reír, secándose el pelo verde húmedo de sus ojos. "Sí". Agitó la
parte superior de la cabeza, enjuagándose el champú. "Justo aquí. Verde lima, igual
que tu pelo."
“Oh sí".
Ella le hizo cosquillas en su lado, ganándose una risita indigna. "No".
Él le dio una palmada con las manos, con cuidado. "Sí".
"Me he visto en los estanques, Baloo. Confía en mí, no hay verde, no".
"Oh, sí lo hay, nena." Él tomó el paño enjabonándolo y lo movió hacia arriba,
siendo cuidadoso de ser muy suave con su carne magullada. En el interior, aún
estaba gruñendo y acostumbrándose. Había sangre en su piel, su sangre. Si sabía a
dónde Gabe había llevado a Gary, el Lobo no podría vivir para ver al Tribunal.
Pero no sabía dónde estaba la cárcel de Halle. Tabby se había negado a decírselo, y
luego la pequeña tramposa había conseguido desnudarse. Una mirada a los
moretones y marcas de su cuerpo y él se la llevó a la ducha, deseoso de aliviar su
dolor. La única forma de calmar a su Oso era lavar y alejarla prueba de su terrible
experiencia de su piel suave, usando sus poderes para sanar gran parte del daño que
pudiera sin caer. "Haré un trato contigo."
"Hmm." Ella se inclinó hacia los golpes de la toalla, con los ojos cerrados, con la
garganta expuesta. Era jodidamente increíble la forma en que ella confiaba en él
para cuidar de ella. Él nunca, nunca le haría daño. "Está bien. ¿Qué pasa?"
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
Ella soltó un bufido. "No".
254
El Club de las Excomulgadas
"Cambia y te tomaré una foto. Si no me equivoco, harás el favor sexual de mi
elección." Él acarició con el paño entre sus piernas, con una sonrisa cuando ella
abrió la boca. "Si estoy mal, tú obtienes un favor sexual, el que tú quieras".
Parpadeó y añadió:" Aunque no incluye a una tercera persona."
Ella se echó a reír. "Bien". Ella acarició su pene endurecido, le dirigió una mirada
sensual debajo de sus largas pestañas. "Yo ya sé lo que quiero. ¿Verdad?"
Bunny se estremeció. Ah, sí. Él sabía lo que ella quería.
quiero que la habitación huela a perro mojado".
Ella le hizo cosquillas de nuevo. Maldita sea, ¿cómo había descubierto que era
delicada? Lo que no era justo. A pesar de todo lo que habían pasado ese día ambos
estaban riendo cuando salieron de la ducha. Él le secó con una toalla el pelo lo
mejor que pudo. No era como si fuera un secador de pelo. Hablando de eso... "¿Me
harías un favor?"
"Seguro". Ella dobló la toalla húmeda y la puso de nuevo en el estante.
"¿Me afeitarás más tarde?"
Sus cejas se levantaron. Su mirada se desvió de su cabeza, con sus labios
moviéndose. "¿Confías tanto en mí?"
Él le acarició la mejilla, con el hematoma desvaneciéndose un poco mientras él
desataba algo de su poder de curación. Estaba cansado después de la curación de
Julian y de las heridas Tabby, pero no demasiado cansado como para lo que quería
hacerle a su compañera. "Con todo mi corazón".
Ella sonrió. "Saca la cámara. Tengo planes para tu culo." Ella buscó en el cuarto,
con el pelo húmedo pegado a su cara, con su redondo trasero llamándolo.
Maldita sea. Su compañera era tan sexy. Él corrió por su equipaje y sacó la cámara
digital. "¿Lista?"
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
"Te secaré antes que cambies." Ella inclinó la cabeza, viéndose confundida. "No
255
El Club de las Excomulgadas
Ella se encogió de hombros y cambió. Él tomó la foto y le sonrió. Ya sabía que
había ganado. "Echa un vistazo."
Ella se movió hacia atrás y miró. "Bien. Maldita sea." No, a todo color, era un lobo
con un penacho verde directo sobre sus ojos. "¿Cómo es que nunca me di cuenta de
eso y tú sí?"
"Los lobos son parcialmente ciegos al color, ¿verdad?"
"Sí, tenemos problemas con los verdes, que tienden a verse de color gris para
"Los Osos tenemos una visión completa del color sin importar la forma que
estemos".
Ella puso los ojos en blanco. "Esa no fue una apuesta justa entonces."
Él sonrió hacia ella. "Hey, te lo dije y no me creíste. Eso hace que sea más que
justa." Redujo sus ojos, con su sonrisa pasando a algo más salvaje.
"De rodillas, nena".
Ella puso mala cara hacia él a través de sus pestañas antes de acomodarse con
gracia sobre sus rodillas.
Ella sabía lo que quería, también. Tomar su pene con la mano para darle un poco
de calor y chuparle la cabeza, con su lengua arremolinándose alrededor de la
abertura, lamiendo el líquido pre-seminal que había comenzado a filtrarse a través
de la punta. Dios, se veía tan bien con su pene en su boca, con sus labios carnosos y
maduros envueltos alrededor de él, tratando de tomarlo todo. Ella se dejó caer,
hundiendo la nariz en sus rizos y maldita sea si él no la sintió bien ahí en ese
momento. No creía que se cansaría nunca de la forma en que ella lo bajaba hasta la
raíz. Nunca había tenido una amante que lo chupara de la forma en que ella lo
hacía. Él la tiró hacia atrás, arrastrando su lengua a lo largo de su longitud.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
nosotros."
256
El Club de las Excomulgadas
"Oh, mierda." Él explotaría en un vergonzoso tiempo corto si ella no lo tomaba
más lentamente. "¡Alto!"
Ella se detuvo, hasta la mitad de su pene, con sus fosas nasales dilatadas.
"En la cama. Quiero degustarte también."
Ella lo liberó, sólo para ponerse de pie y voltearse hacia él. Él la dejó, teniendo
curiosidad por ver lo que iba a hacer. Ella lo empujó y tiró de él hasta que estuvo de
espaldas en el medio de la cama, con las piernas a horcajadas sobre su cara, con su
Perfecta. Ese delicioso trasero suyo había quedado exactamente por encima de él,
con esa deliciosa vagina montada en su boca. Eso era justo de lo que él estaba
hablando. Él comenzó a comerse a su compañera, lamiéndola con golpes firmes,
agujerando su clítoris, una y otra vez.
Su boca se detuvo, su gemido envió ondas de choque a través de él. Él utilizó una
mano para sostener sus caderas firmes. La otra fue a la parte trasera de su cabeza.
Él plantó sus pies en la cama y comenzó a empujar, a follar su boca, apretando su
puño en su cabello. Dominándola, sólo de la forma en que a su pequeño lobo le
gustaba. Y de la forma en que su lengua estaba trabajando y ella se quejó a su
alrededor, sabiendo que él tenía razón.
Con ella, se podía dejar ir, ser un poco peligroso, y ella regresaría y le exigiría más.
Dios, era todo lo que había necesitado.
A Tabby le encantaba cuando Alex la mantenía así, haciéndole saber lo mucho que
la deseaba. Ella envolvió su mano alrededor de su pene, sólo para que él empujara
un poco más duro, y él gruñó su aprobación. Ella tomó lo que él le estaba dando
con abandono, retorciendo las caderas, desesperada porque su boca estuviera justo
donde ella la deseaba.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
boca una vez más descendiendo sobre su pene.
257
El Club de las Excomulgadas
Ah, sí. Justo ahí. Él chupaba su clítoris con su boca y tarareaba y eso era todo lo
que ella necesitaba. Ella se vino, aullando alrededor de su pene, con su lengua
trabajando furiosamente para hacerlo venir también.
Pero él no se vino con ella. Todavía no. Esa mano en su pelo se apretó, con lo que
un chorro fresco de placer se revolvió con el punzante dolor. Él la quitó de encima,
rodándola debajo de él, y atacó su vagina con su boca, mordisqueándola,
lamiéndola, chupándola hasta que ella estuvo gritando debajo de él, pidiéndole que
la follara. Ni siquiera se le había ocurrido a ella hasta que él se movió que había
estocada, follándola como un loco. Ella envolvió sus piernas alrededor de su
cintura y se aferró a él, con sus uñas arañando sus bíceps, dejando largos arañazos
en su espalda. Sus ojos color avellana se oscurecieron y gruñó hacia ella. Él le tomó
las manos y las acomodó encima de la cabeza, ignorando su gruñido de protesta.
Él inclinó la cabeza y mordió su pecho, lamiendo todo su pezón hasta que ella
estuvo lista para morderlo de frustración.
Cuando él la marcó allí, justo encima de su pezón, ella se vino con tanta fuerza que
casi se desmayó.
"Sí, sí, Tabby," Murmuró él con los dientes apretados. Pulsó dentro de ella, con sus
ojos atormentados con éxtasis, dando un profundo gemido, estremeciéndose al
escapar de entre sus labios.
Alex abrió los ojos y se inclinó hacia ella, tomando su boca con un dulce y suave
beso. Su mano estaba envuelta aún en su muñeca. "Te amo".
Ella flexionó sus caderas, ganándose un gemido en respuesta. "Yo te amo
demasiado". Sonrió.
"Ahora, ¿Puedo tener mis brazos de regreso?"
"No lo sé". Flexionó sus propias caderas, lo que lo hizo jadear. Todavía estaba
duro. "No creo que haya terminado con ellos todavía."
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
sacado su pene de su boca. Se dio la vuelta alrededor y la empaló con una gran
258
El Club de las Excomulgadas
Él se lamió los labios y la arrastró de regreso a su tobillo, acariciándola. "Bueno, si
todavía los estás usando, supongo que podría dejártelos por más tiempo."
Su agarre se apretó, pero no tanto que le causara dolor en ese momento. Sino sólo
lo suficiente como para decirle que no saldría de esa cama pronto. "¿Me permites?"
Ella mantuvo la sonrisa de su cara, haciendo su mejor esfuerzo para verse sensual.
Ella no había terminado con él, tampoco.
"¿Emma?" No sé por qué la Curana le había pedido a Tabby ir a Wallflowers, pero
la cita había conseguido que se escapara en el último minuto de las actividades de
limpieza del Arte Viviente. Gloria se había quejado, pero Cyn le había indicado por
la puerta que tenía órdenes de regresar con el almuerzo. Eso hizo que Gloria se
callara. Alex esperaba afuera, negándose a dejarla sola ni siquiera el tiempo
suficiente para caminar a Wallflowers. El que había atacado a su prima aún estaba
por ahí, y Alex no quería correr ningún riesgo con su seguridad.
Dentro de la tienda dos personas estaban conversando con Emma, pero ella no
pudo conseguir darle una buena mirada. Todo lo que vio fue un destello de pelo
rojo y el sonido tintineante de risas femeninas.
"¿Tabby?" Emma se movió hacia ella con las manos extendidas. "Tengo a alguien
que me gustaría que conocieras."
Ella captó un olor fuerte, salvaje y estuvo malditamente cerca de perder el
conocimiento. Oh. Oh, querido Dios. Estoy fregada. Emma se puso detrás de un
Lobo y un Puma. El Lobo tenía un pelo de color rojo hasta la cintura, con una fea
cicatriz en una mejilla y los ojos del color de un día helado. No era el hombre más
guapo que había visto, pero había algo en él que exigió su atención y la mantuvo.
La Puma era una mujer rubia con brillantes ojos verdes y una sonrisa fácil en la
cara. Era demasiado bonita para ser real. Se apoyaba pesadamente en un bastón,
con su mano libre envuelta alrededor de los bíceps del pelirrojo. Ya sea que fuera
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
*****
259
El Club de las Excomulgadas
que lo hiciera para sostenerse o simplemente porque sentía la necesidad de tocar su
enorme brazo, Tabby no lo sabía.
"Rick Lowell y Belle, me gustaría que conocieran a Tabitha Garwood, mi nuevo
miembro del Grupo".
Las cejas de Rick se levantaron con las palabras de miembro del Grupo.
"Tabby, estos son los Alfas Poconos".
"He estado diciéndoles sobre lo que pasó en el bosque."
El poder de Rick se estrelló en la sala. "Cuéntame todo".
Tabby se estremeció y lo hizo. Le dijo a su fecha de nacimiento, de cómo su madre
obstetra la había declarado como una chica, de cómo su madre había tejido su
primer casquillo. Le habló de su primera rodilla raspada, de su primera pelea a
puñetazos, de su primer beso. Entonces le contó cómo había sido marginada,
abandonada por su Manada y por sus familiares. Le dijo cómo había vivido como
un lobo desde hacía años, encontrando su camino a Halle y encontrándose con la
Sra. Anderson. Le describió cómo Gabe, Julian, Alex, Ryan, Cyn, Gloria, y la
chica británica que no podía manejar a un lobo borracho. Le contó sobre el acecho
de Gary y cómo los Pumas la habían salvado y afirmado como suya.
Casi les habló de todo el sexo que ella y Alex habían estado teniendo. Decidió en el
último momento que era probable que no estuvieran interesados, ya que en ese
momento, tanto Rick como los ojos de Bella se habían comenzado a poner
vidriosos.
En el momento en que terminó, la boca de Emma estaba abierta. "Recuérdame
esto. Que nunca le pida a Tabby que me cuente todo."
"¿Puedo tomar un poco de agua?" Graznó Tabby. Su boca estaba seca, pero el peso
de la potencia del Alfa había desaparecido.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
Así es. Estoy fregada. Ella asintió respetuosamente. "Señor y señora Lowell".
260
El Club de las Excomulgadas
Rick tenía una mirada desconcertada en su cara. "¿Has terminado?"
"Dios así lo espero." Belle cojeó hacia el sofá, haciendo caso omiso de la forma en
que Rick casi saltó a su lado. "No sé si podré soportar otra ronda de eso que fue su
vida". Se acomodó con un suspiro, frotándose la cadera con una mueca de dolor.
"¿Quién fue tu antiguo Alfa?"
Ella miró a Rick. Infiernos, por lo menos no se dirigirá a Georgia y tratará de
"¿De dónde?"
"De Marietta, Georgia."
"Dirección".
Ella hizo una mueca de dolor. Pensó que él tenía qué comprobar su historia y
decidir por sí mismo si se podría quedar o no.
"Cálmate, Fido. Estás asustándola."
Tabby parpadeó y se volvió hacia Luna. "¿Señora?"
Belle la miró. "No me digas señora. Me hace sentir como mi madre." El
deslumbramiento de Belle se convirtió en una sonrisa maligna que hizo que Tabby
retrocediera un paso. "Díselo, Rick."
"Ya hemos comprobado tu historia, Tabitha." Ella se volvió a mirar a la Loba Alfa.
Su expresión se había suavizado considerablemente, convirtiéndose en una mucho
más accesible. Incluso podía ser agradable. "Dennis Boyd ya no es el Alfa de la
Manada de Marietta. Su hijo se ha hecho cargo de ella. Ha sido el Alfa por
alrededor de dos años ahora, y ha estado tratando de encontrarte. Quiere hacer las
paces por lo que te hicieron".
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
comérselos. "Dennis Boyd, señor."
261
El Club de las Excomulgadas
"Él quiere que vayas a casa. Incluso tus padres quieren volver a verte. Saben ahora
que lo que el Alfa hizo estuvo mal." Belle dio unas palmaditas en el asiento junto a
ella. Tabby se dejó caer en el asiento, sorprendida por lo que estaba escuchando.
"Tienes opciones. Una, puedes hacer lo que Micah quiere y volver a Marietta. No
cabe duda que todos te recibirán muy bien y te mostrarán los boo-hoo, y los ahcómo-lo sentimos. Dos, puedes quedarte en Halle y decirles que se vayan a la
mierda, muchas gracias. Que, francamente, es la opción que yo personalmente
tomaría". Belle le dio la sonrisa más vacua que había visto, volviéndose de Luna
fuerte en Barbie chica-fácil en el lapso de segundos. La aguda inteligencia detrás de
desconcertante y un poco fuera de equilibrio. "Asegúrate de usar una pistola de aire
para remachar el clavo. Odian eso."
“Belle".
Luna le sonrió a su compañero, con su mirada vacía desapareciendo por completo.
El Lobo Alfa suspiró, pero el sonido estuvo lleno de cariño para su rubia
compañera.
"Tres, puedes venir a Poconos con nosotros. Ya he hablado con la Manada y les
expliqué la situación. Están dispuestos a renunciar al Protocolo a la luz de lo que se
te ha hecho y lo que te ha pasado desde entonces.”
Ella se quedó sin aliento. ¿Irse a Poconos? ¿Dejar Halle? ¿Unirse a una nueva
Manada? ¿En realidad era eso lo que quería?
"Quiero decir, ¿Qué Lobo que se precie querría vivir con todos estos gatos...?"
Ella gruñó, hasta que vio la sonrisa malvada en el rostro del Alfa.
"Ellos se pelean por las palabras, Fido." Luna se estaba riendo con él. "Además, por
el sonido de ese gruñido, creo que es una decisión".
"Nadie dijo que ella no podía ser de una Manada y de un Grupo al mismo tiempo."
Rick levantó la mano de Belle y le besó los nudillos. "Tú lo has demostrado."
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
esos ojos verdes desmentía su apariencia, dejándole a Tabby una sensación
262
El Club de las Excomulgadas
Belle inclinó la cabeza. "¿Es eso cierto Emma?"
"¿Hmm?" La Curana sirvió el té del servicio de té de plata con calma, con sus ojos
color marrón bailando de alegría.
"¿Te importaría compartirla?"
¿Compartirme? ¿A mí? La cabeza de Tabby le dio vueltas. Ella no había hecho
nada para demostrarse a sí misma con la Manada. ¿Por qué la querían? "No he
"Ayudaste a derrotar a un maldito Lobo. Eso es todo lo que necesitamos saber."
Belle le dio unas palmaditas en la rodilla.
Rick asintió. "Pudiste no haber hecho nada durante esos años en que estuviste sola.
Pudiste haber causado mucho daño, hecho un montón de travesuras. En su lugar,
optaste por hacer tu camino como Lobo, viviendo de la tierra. Ni una sola vez
causaste problemas. Y cuando te uniste a la raza humana, comenzaste a trabajar
para conseguir tu sustento, conseguiste tu licencia de conducir, un trabajo, y un
apartamento. Eso no le grita amenaza ni a mí ni a mi Manada".
"Pero..." Sólo una cosa estaba muy clara en su mente. "No quiero dejar Halle". En
Halle estaba en casa.
"Nadie dice que tienes que hacerlo." Los ojos de Rick se redujeron con el
pensamiento. "Puedes ser embajadora en Halle".
Emma soltó un bufido y le entregó una taza de té a Belle. "¿Embajadora? Rick, nos
vemos los unos a otros una vez al mes."
"¿Y? Me gusta la idea de tener una embajadora." Rick le hizo un guiño a Tabby.
Ella estaba segura de que parecía un pez fuera del agua, brincando y jadeando
como loco.
"¿Y yo sólo soy el lobo residente?"
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
hecho nada para ganar mi camino a su Manada."
263
El Club de las Excomulgadas
"A mí me funciona." Rick dio una palmada.
Y así otro manto cayó sobre ella, el de la aceptación. Era similar en sentirse parte
del Grupo, pero de alguna forma era más salvaje, más terrenal. Más integrada.
"Cumpliré con el protocolo y configuraré tu presentación formal a la Manada más
tarde. Por el momento, Bienvenida a la Manada."
La voz mental de su Alfa de Manada fue fuerte y segura. Tabby hundió la cara en
Había pasado de innecesaria y no deseada a ser disputada y amada. Lo único que
podría haberla hecho más feliz era cuando Alex estuviera allí con ella.
"¿Cuándo conoceremos a los Osos pardos?" Belle prácticamente rebotó en su
asiento.
"Siempre he querido conocer a los Osos."
Tabby se echó a reír entre lágrimas. "Espera a que conozcas a Julian." Luna amaría
a su amigo. Tenía la sensación de que serían dos de la misma clase.
*****
"¿Cómo te sientes?"
Tabby vio a Julian caminar alrededor de su pequeño dormitorio. Todavía no estaba
completamente recuperado de la pelea con Gary, de su curación o de lo de Chloe.
Ella lo siguió, deteniéndose en la puerta. "He estado mejor." Él se acomodó en el
borde de la cama con una mueca de dolor.
Por la cantidad de blanco en su pelo, ella debería haber sabido que no. Por suerte,
él estaba trabajando para Jamie Howard en una práctica privada. El hombre había
dado una mirada a su pelo casi blanco y a sus ojos de color gris, y lo había puesto
en reposo en cama por las siguientes dos semanas. Por una vez Julian no había
discutido. Eso le permitía conocer más de lo mal que se sentía. "Cuidaremos de ti."
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
sus manos y lloró.
264
El Club de las Excomulgadas
"Es lo menos que podemos hacer." Alex se dirigió a la habitación con una taza del
té favorito de Julian. Habían pasado dos días desde el incidente en el bosque y aun
así no había dejado su lado durante más de unos minutos. Era lindo, de una sobreprotectora, cavernícola forma, pero ella sabía que llegaría a viejo muy rápido.
"Además, eres de la familia. ¿Recuerdas?"
Julian se dejó caer sobre la almohada con un suspiro cansado. "Tus tías y tu madre
me están volviendo loco."
atrás. "¿La tía Stacey está aquí?"
Tabby se sentó en la cama junto a Julian. Por la mirada divertida en el rostro de
Alex, sabía que esto era algo que las dos habían hecho más de una vez. Alex no
tenía nada de qué preocuparse, y al parecer lo sabía. Se había quedado dormida en
la cama de Julian una vez y él nunca la había tocado. Se había movido a la sala y
había dormido en el sofá, dejando su cama de matrimonio. Por supuesto, la había
obligado a cocinar el desayuno, alegando un dolor de espalda. Había estado tan
patético, que ella había estado de acuerdo y había cocinado panqueques.
Maldito fuera ese chico. Había terminado haciendo tres cajas. Había conseguido
hacer dos conjuntos de panqueques. Se sintió afortunada de todavía tener todos los
dedos. Por lo menos había conseguido su parte equitativa en el tocino. A veces se
pagaba por cocinar.
Julian asintió y arrojó su brazo sobre sus ojos. "Te lo juro, si me das un cuenco de
más de sopa de pollo, voy a gritar."
"¿Sopa de pollo?"
Julian levantó el brazo lo suficiente como para mirarla. "Para el desayuno." Tiró el
brazo hacia abajo cuando ella empezó a reírse.
"Voy a buscar algunos pasteles, tal vez una hamburguesa de Frank." Ella le dio
unas palmaditas en la rodilla, tratando de calmar al pobre, herido bebé.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
"¿Tías?" Alex puso su taza junto a la de Julian en la mesita de noche y dio un paso
265
El Club de las Excomulgadas
"Si la tía Stacey está aquí, entonces las primas están todas aquí, también."
"¿Primas?" Se quejó Julian.
"Heather, Keith, y Tiffany." Alex chasqueó los dientes con fingida simpatía. "Te
enfermarás de sopa de pollo."
"Mierda". Julian luchó en la cama. "Acabo de recordar que tengo que ir a Alaska
por unos sesenta años."
Julian frunció el ceño. "¿Dónde está Cyn, por cierto?"
"La tienda ha abierto finalmente de nuevo. Recibiremos los mostradores de madera
con vidrio instalado en la parte superior y sólo con una distancia entre los lados. El
carpintero ha estado ahí los últimos dos días." Ella no dijo nada, pero pensó que el
carpintero tenía algo con Cyn. Julian podía lidiar con eso cuando se sintiera mejor.
"¿Y Chloe?" Alex se volvió a Julian. "Sé que ella está sintiéndose un poco mejor,
pero... parece confundida".
Alex parpadeó. "Está teniendo algunos problemas para mantener las cosas en
orden. El médico dice que eso deberá desaparecer con el tiempo."
"¿Está teniendo problemas con una de sus manos?" Julian apretó el puño izquierdo.
"Sí. Mierda. ¿Qué tan fuerte están ustedes dos atados?"
"Sé cómo se siente, y creo que puedo hablar con ella." Frunció el ceño. "No es una
persona muy simpática, ¿verdad?"
Alex se encogió de hombros. "Podría serlo. Depende. ¿Por qué lo preguntas?"
"Mencioné la sopa de pollo y se empezó a reír."
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
"A Cyn no le gustará eso."
266
El Club de las Excomulgadas
Alex se limitó a sonreír, pero su expresión era cansada. No todo estaba bien en el
mundo de su primo, y la tensión se mostraba en toda la familia. "Jim finalmente
llegó aquí. Ha ido a verla dos veces ya."
"Lo sé." Julian hizo una mueca. "Le dijo otra vez que ella es demasiado joven para
él. Justo lo que necesitaba oír cuando ella tiene una larga recuperación por
delante."
"A la mierda." Alex se pasó la mano por la rapada cabeza. Tabby se había hecho
mañana."
"Se habrá imaginado algo. Y si no lo hace, está bien." Tabby permitió que sus
colmillos se mostraran. "Eso es para lo que es la familia."
La mala sonrisa que los tres compartieron no presagiaba nada bueno para el reacio
compañero de Chloe.
"Hay algo que ustedes dos necesitan decirle a Max por mí."
"¿Qué?" Alex finalmente tomó la silla de Julian.
"Algo que sigue estando mal. Está ligado a lo que ocurrió con Gary, y es sólo el
principio. Creo que habrá problemas con la Manada Poconos también."
"El problema es de ellos, o ¿Tendrán problemas similares?" Tabby se dio la vuelta y
acomodó su cabeza en su mano.
"Están vinculados con los Pumas de Halle. Los problemas de uno se convertirán en
los problemas del otro." Julian frunció el ceño y pareció confundido. "Yo creo."
"Mierda, no me gusta esa mierda críptica." Alex se frotó los ojos. "Qué diablos
significa eso. ¿Qué te parece?"
Julian abrió la boca para responder cuando el teléfono de Alex sonó.
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
cargo de él esa mañana. "No me extraña que pareciera un poco deprimida esta
267
El Club de las Excomulgadas
"Espera un momento." Él abrió su teléfono. "Bunny aquí."
Tabby vio la emoción atravesar la cara de Alex. Se podría decir que Gabe estaba en
el teléfono, pero no podía oír lo que estaba diciendo. Cuando colgó, pareció
aturdido. "Bueno, creo que conozco una de las respuestas. Gary estaba
definitivamente trabajando para alguien del Medio Oeste. Resulta que él y sus
amigos fueron contratados para venir aquí. Sus registros fueron alterados para
aparecieran en la lista de las computadoras de la universidad como nuevas
"¿Qué estaban haciendo aquí?"
Tabby empujó el brazo de Julian cuando trató de incorporarse, pero él la ignoró.
"Más importante aún, ¿Dijo Gary quién los había enviado?"
Alex sacudió la cabeza. "Se niega a decir algo más. Todos lo que Gabe sabe era que
estaban aquí para observar, pero no dijo por qué. Gabe tiene la esperanza de que el
Tribunal saque más provecho de ellos." Si alguien era capaz de encontrar la verdad,
esos serían los hombres y mujeres que conformaban el Tribunal.
"Sea quien sea debe tener un montón de dinero y conexiones, si puede conseguir
meterse en el sistema universitario." Julian parecía listo para empezar a caminar.
Tabby se sentaría sobre él si lo intentaba.
"Espera". Tabby se levantó. "¿Sabe Gabe si Gary fue el que atacó a Chloe?"
Los ojos de Alex se agrandaron y sacó su teléfono. "No lo sé. Lo llamaré de nuevo
y se lo preguntaré." Marcó el teléfono de nuevo, haciendo la pregunta que todos
necesitaban que fuera respondida. "Dice que me volverá a llamar una vez que lo
sepa. Tomarán una prueba de ADN, pero tal vez no tengamos los resultados en
esta semana."
Julian se acomodó. "¿Y ahora qué?"
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
transferencias."
268
El Club de las Excomulgadas
"Ahora ordenaremos pizza para el almuerzo antes de llevar a mi compañera a
buscar casa."
¿Buscar casa? Alex no había mencionado nada acerca de buscar casa. Se suponía
que estaría en el trabajo a las cuatro, así que tenía algo de tiempo si se apresuraban.
"Tú, señor, eres un Dios. Y por favor, que la mía sea hawaiana, estoy de humor
para piña".
"¡Tercer cajón de la izquierda!" Julian le sonrió a Tabby. "¿Nos estamos
divirtiendo?"
"Hey, no hay un pollo a la vista."
"Entonces yo diría que sí." Escuché a Alex ordenar las pizzas. Una meat’s lover,
con doble de tocino, una hawaiana, y una de espinacas, tomate y ajo. "Bien. Me
alegra que mi compañero no coma ajo".
Tabby hizo una mueca y se recostó. "Cyn preferiría comerse a Gary".
Julian gruñó.
"No es así, ¡Qué pervertido! Caray. Ella ha estado murmurando sobre buscarlo y
patear su trasero hasta que se queje como un bebé".
"Yo le dejaré eso a Bunny. Hablando de eso, ¿por qué una parte del trasero de Gary
está vivo y fue llevado a la cárcel? Me sorprende que Bunny no sólo matara a ese
hijo de puta y acabara con él."
"Necesitábamos respuestas que sólo tenía Gary. Además, había cambiado.
Tendríamos un cuerpo que ocultar y no es tan fácil como parece."
Julian ladeó la cabeza. Parecía que estaba escuchando algo que sólo él podía oír.
"No sería la primera vez."
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
"Hecho". Alex se dirigió a la cocina y gritó, "¿Y los menús?"
269
El Club de las Excomulgadas
Tabby sintió un escalofrío. "Uff. Personalmente nunca he escondido un cuerpo. Te
lo juro."
"No para ti. Ni para Bunny, tampoco. Bunny prefiere mutilar en lugar de matar."
Tabby hizo una mueca. Todavía se estaba acostumbrando al hecho de que el Alex
que conocía hubiera sido el mismo Grizzly que lo había hecho retroceder con
miedo. "No, los Pumas lo han hecho antes. No sé cómo, o por qué, sin embargo."
"Bueno, yo soy el cazador y dije que lo necesitábamos vivo, así que Alex lo dejó
"¿Es verdad que el hombre que trató de arrancarme la garganta se hizo pipí?"
"Sí".
Una sonrisa serena cruzó los labios de Julian. "Bien".
"Está bien, la pizzas ya fueron ordenadas." Alex se dejó caer en el centro de la
cama, retorciéndose hasta que estuvo entre Tabby y Julian. Se dio la vuelta sobre su
espalda, haciendo que la cama se hundiera y se meciera. Tabby se agarró para
salvar su vida. "¿De qué estábamos hablando?"
"De que no volviste a Gary la comida de un Oso pardo".
"Oh. Nop. Nunca me hubiera gustado su sabor." Se volvió a Tabby con una
sonrisa. Sólo ella pudo ver cómo la sonrisa no alcanzó sus ojos. "¿Realmente
querrías dame un beso si tuviera aliento a Gary?"
"Ugh." Ella exageró estremecerse e hizo una mueca. "Gracias por ese pensamiento.
Ahora bien, ya no tengo hambre."
La tensión en Alex se alivió. "Más para mí, entonces." Tomó su mano entre las
suyas. "¿No lo sientes, porque no lo hice pedazos, entonces?"
"Nop. Deja que enfrente a la justicia. Por lo que he oído, Gabe dice que lo harán
desear haber muerto en tus garras." Ella se acurrucó con sus dedos alrededor de los
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
vivir."
270
El Club de las Excomulgadas
suyos, con la alegría fluyendo a través de ella. Él estaba allí a su lado, y en ese
momento era todo lo que necesitaba. "¿Alguna idea de cuándo sabremos de Gabe?"
"Depende del tiempo que le tome a él terminar con Gary. Podrían ser minutos o
días."
"Rayos".
"No hay otra forma".
"Podría entrar en los sueños de Chloe otra vez, a ver si puedo encontrar algo. Es
posible que se acuerde de su atacante en algún lugar profundo de su subconsciente."
"El infierno no." Bunny casi empujó a Julian de la cama. "Hazlo y no sólo llamaré
a las tías, sino también llamaré a las primas. A todas las primas".
"Mierda. No hay necesidad de ser malo." Julian se empujó hacia atrás. Alex apenas
se movió. "Está bien. Tal vez puedas llamar a otra persona para que la pueda
ayudar."
"¿A otro Kermode?"
"No, Tabby. Necesito marcar al uno-ochocientos-necesito-a-un-psíquico".
Tabby puso los ojos en blancos y salió de la cama. "Podemos dejarlo salir de la
cama. Está muy bien."
Alex soltó una carcajada mientras el timbre sonaba. "Voy. Dios, es como si tuviera
un cuñado ahora. Un dolor en el trasero, sarcástico, un cuñado sabe-lo-todo."
"¿Hay de algún otro tipo?" Julian le gritó. Él puso sus brazos bajo su cabeza. "Me
gusta esta ciudad." Empezó a reírse. "¿Hey, Bunny? Si ya he sido adoptado por tu
tía y ya he adoptado a Tabby como mi hermana, ¿significa que tu apareamiento es
ilegal? Porque en realidad los primos hermanos no deberían casarse, ya sabes."
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
Tabby parpadeó ante el tono reflexivo en la voz de Julian. "¿Y ahora qué?"
271
El Club de las Excomulgadas
Esta vez fue Tabby quien casi lo empujó fuera de la cama.
*****
Alex se quedó en las puertas del Arte Viviente. Podía ver a dos de las mujeres
riendo y hablando a través de la ventana de vidrio. Cyn parecía toda relajada
mientras trataba de convencer a Gloria de hacer Dios sabe qué. No había ninguna
señal de Tabby.
En el interior, estaba helado hasta los huesos. "Así que lo que estás diciendo es que
"No". El sonido del suspiro de Gabe fue metálico a través de su auricular. "Él sabía
quién era Chloe, sin embargo. Ella fue víctima de una de las personas que enviaron
a Halle para mantener un ojo sobre ella. Y quiero que sepas esto. Los cazadores de
otras partes del país han encontrado tres cuerpos con un Modus operandi similar.
Todos eran mestizos."
"¿Mestizos?" Ahora ése era un término que no había oído desde la última vez que
alguien había llamado a uno de sus primos así. Pero bueno, Harry había dicho que
el brazo de Barney se había curado.
En su mayor parte.
"Como Chloe. Ella es medio Zorra, medio Oso."
"No me digas." Dio una respiración profunda, mentalmente recitando un mantra
para que se calmara. "¿Han ido tras los niños?"
Silencio. Mierda. "Buena pregunta. Si es así, se las arreglarán para hacer que
parezcan accidentes".
"¿Por qué?" Alex quiso golpear algo. Habían pasado seis semanas desde el ataque
de Chloe. El informe anual del baile de disfraces de Halle fue de dos días, y ya
habían pasado. Él y Tabby comprarían una casa a tres cuadras de la de Simon y del
lugar de Becky Holt al día siguiente. Habían dado un vistazo al anuncio de Venta
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
Gary no fue el que persiguió a Chloe".
272
El Club de las Excomulgadas
de la casa en ladrillo rojo y había dado un pequeño grito de alegría. ¿Cómo no iba a
comprarla para ella?
Y esta mañana Tabby le había dicho que pensaba que estaba embarazada. Julian se
había reunido con ellos para el desayuno, dándole una mirada a Tabby,
ordenándole un vaso grande de leche y pidiéndole una cita con un médico. A ella
no le había hecho gracia, pero se había bebido la leche e iría a la cita con el médico
que Julian le había recomendado. Se había estado guardando lo de su embarazo
para que fuera una sorpresa, sin saber que Alex probablemente lo hubiera notado
mantuviera un ojo. El pensamiento de su cachorro creciendo en ella hizo que su
corazón estuviera cerca de dar un vuelco. El temor de que alguien estuviera
persiguiendo mestizos, poniendo en peligro a su hijo y a su compañera, lo hacía ver
rojo.
"No tengo idea, pero lo averiguaré, comenzando con una llamada telefónica
anónima al 911. Alguien debió haber visto algo esa noche y había llamado por
Chloe o habría estado muerta antes que la ambulancia llegara. Averiguaré quién es
y lo que sabe así tenga que sacudir a este maldito pueblo flojo para hacerlo." Y
como cazador, Gabe era más que capaz de hacer precisamente eso.
"Mi familia se está moviendo en la zona. Estamos a tu disposición." Una vez que
su padre supiera que la familia estaba en peligro, estaría más que a disposición del
cazador. Serían su maldita sombra. "¿Sigue Chloe en peligro?"
"Yo diría que sí. Ella sobrevivió y, conforme pase el tiempo, podría recordar más
sobre sus atacantes."
"Entonces, definitivamente nos mudaremos a Halle. Todos." Su padre había
formalizado los planes de abrir una sucursal de Exteriores Bunsun en Pennsylvania.
Eso le daría la excusa perfecta para que la familia estuviera ahí y se mantuviera
junta, todo bajo circunstancias que nadie llamaría sospechosas.
"Mierda. Avísame cuando pueda preparar a Max y Emma, ¿de acuerdo?"
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
en un día o dos de todos modos. No había nada en su cuerpo sobre lo que no
273
El Club de las Excomulgadas
Alex sonrió. "Hey, esto es lo que hace una familia, ¿verdad? Nos ocuparemos de la
nuestra."
Gabe se quejó. Había hecho el comentario en más de una ocasión de que
consideraba a Chloe como una hermana pequeña. Su tía Laura había decidido que
era suficiente para declararlo parte de la familia.
"Creo que debes saber que Tabby está embarazada." Y si alguien va tras de ella o
sus cachorros, él hará lo que tenga que hacer. Si no ha aprendido nada desde que
mantenerla segura. Incluso con la bestia que con tanto esfuerzo contenía.
Gabe dejó escapar un suspiro. "Lo tengo." Y conocía al cazador, lo hacía. Gabe
comprendía lo que era proteger y servir a los que amaba. "Mantén un ojo en tu
pareja. Haz lo que tengas que hacer."
*****
"¿Y qué harás?" Él miró a Julian entrar en el salón de tatuajes y se preguntó que
estaría haciendo el Kermode. Cyn todavía le estaba dando un mal rato, pero no era
tan mala como lo había sido. Él esperaba que su amigo pudiera reclamar a su
compañera antes. El Oso se merecía un poco de felicidad.
"Lo que tenga que hacer." El teléfono sonó, desconectándolo de lo de Gabe.
"Adiós a ti también." Bunny se embolsó el celular y cruzó la calle, tras Julian, al
Arte Viviente. "¿Tabby?"
Su pelo verde apareció antes que ella. Una gran sonrisa adornaba sus carnosos,
sensuales labios.
"Hola, cariño."
Cyn metió su dedo en el pecho de Julian con un gruñido. "¡Maldita sea Julian! ¡Por
última vez, no te tatuaré "Propiedad de Cyn" en el trasero!"
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
llegó a Halle, Tabby era la única necesidad real en su vida. Haría cualquier cosa por
274
El Club de las Excomulgadas
Tabby se echó a reír, y sólo con eso su día se veía mucho más brillante en conjunto.
Él protegería eso, lo que había encontrado ahí, con cada fibra de su ser. Dios
tuviera piedad de todo aquel que intentara alejar eso de él. ¿Debido a qué?
Fin
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
A que estaba en casa.
275
El Club de las Excomulgadas
Si deseas saber más de Nuestros Proyectos o
ayudarnos a realizarlos
http://elclubdelasexcomulgadas.bogspot.com
Dana Marie Bell – Las Necesidades Del Oso – Serie Halle Shifters I
Visítanos!!!
276