COSA PÚBLICA. “Vigilantes del cielo, protectores de aves de acero” por Mtro. Marco Nava Archie League, es considerado el primer controlador de tránsito aéreo en Estados Unidos de Norteamérica y el mundo; este inicialmente mecánico de aviación utilizaba banderas de colores (rojo para prohibir y cuadriculada en blanco-negro para permitir) en el campo aéreo de St. Luois Missouri en 1929, para indicarle a los pilotos de las aeronaves el orden en el que podían aterrizar sin riesgo después de realizar sus maniobras aéreas. En 1930 se le proveyó de una radio para que a través de ésta diera instrucciones verbales; sin embargo, el alcance era muy limitado. En 1935 un consorcio de líneas aéreas en Newark E.U. creó la primera estación de control de tránsito por vía aérea; manteniendo a las aeronaves separadas de manera segura durante su vuelo, utilizando solamente mapas y pizarrones; realizando cálculos y anotaciones de la posición de las aeronaves; datos que eran transmitidos por interfonos a los operadores de otras estaciones, quienes proporcionaban la información a los controladores aéreos, para que éstos a través de la radio, proporcionaran instrucciones a las aeronaves en las inmediaciones de los campos aéreos. No fue sino hasta los albores de la Segunda Guerra Mundial en la década de los 30´s del siglo XX, que la implementación de nuevas estrategias de combate traería aparejada la utilización de nuevas herramientas de defensa. Tal fue el caso del radar, que debido la imperiosa necesidad de mecanismos de defensa ante ataques aéreos, marinos y submarinos fue creado con fines bélicos para la detección y posicionamiento de las naves y aeronaves enemigas; sin embargo, es perfeccionado posteriormente para uso civil en el control de tránsito aéreo a manera de garantizar la seguridad, orden y fluidez de las aeronaves en vuelo; pero siempre basándose principalmente en los cálculos mentales de los controladores y la comunicación indirecta de éstos con los pilotos de las aeronaves. Hoy en día los controladores de tránsito aéreo utilizan equipos tecnológicos que les permiten observar tanto a aeronaves en vuelo como en tierra e incluso bajo condiciones meteorológicas adversas de visibilidad; así como, comunicarse con los pilotos de estas aeronaves con un mayor alcance y frecuencia; y realizar cálculos con la ayuda de sistemas de cómputo que les permiten tener una mayor vigilancia sobre un número mayor de aeronaves. Sin embargo y a pesar de las mejoras en las herramientas y equipos auxiliares en el control de tránsito aéreo, el elemento esencial siempre ha sido el ser humano, quien en primera y última instancia discierne sobre los posibles conflictos que pudieran poner en riesgo la seguridad de las aeronaves y sus pasajeros. Del mismo modo, evalúa las posibles soluciones ante tales conflictos y ejecuta la mejor de las acciones, de acuerdo a las circunstancias, para hacer prevalecer la seguridad aérea. En la fase final de la Segunda Guerra Mundial y tras la revolución de la industria aeronáutica en esta etapa, en 1947 se creó la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) con intención de actualizar los acuerdos internacionales en materia de aviación civil, así como, regular el transporte aéreo internacional y la navegación aérea, estableciendo normas y recomendaciones que adoptarían los países miembros. Ante la creciente implementación de servicios de control de tránsito aéreo en todo el mundo, en 1959 un grupo de controladores de tránsito aéreo, principalmente de Europa, buscaron la conformación de una asociación inicialmente europea que se interesara por los aspectos estrictamente técnicos de esa profesión aeronáutica y fue así como en 1961 se formó la Federación Internacional de Asociaciones de Controladores de Tránsito Aéreo (IFATCA) que designa el 20 de octubre, día de su creación, como el día internacional del controlador de tránsito aéreo. Hoy en día existen 131 países miembros de la Federación de controladores aéreos (IFATCA), dentro de los cuales está México, representado a través del Colegio de Controladores de Tránsito Aéreo (COCTAM), mismo que agrupa junto con el Sindicato Nacional de Controladores de Tránsito Aéreo (SINACTA) a los poco más de 900 controladores aéreos mexicanos que laboran en Servicios a la Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano (SENEAM), órgano dependiente del Gobierno Federal a través de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (S.C.T.). El pasado 20 de octubre, se celebró un aniversario más de la conmemoración del día internacional del controlador de tránsito aéreo, mismo que como se ha expuesto en líneas anteriores tiene la vital función de vigilar el desarrollo de las operaciones aéreas en cualquiera de sus fases, sean estas el despegue, el ascenso, el vuelo recto y nivelado, el descenso o aproximación y el aterrizaje, así como, las maniobras que realizan las aeronaves en tierra para dirigirse de la plataforma de embarque hacia las pistas de despegue o de la pista de aterrizaje a las posiciones de desembarque. Las “aves de acero” como llamó Michael de Nôtre-Dame a las aeronaves; siempre están protegidas por los controladores aéreos contra muchos de los riesgos inherentes al vuelo mismo. Ya sea desde una cabina transparente de una torre de control o desde cuartos semi-oscuros (centros de control) donde se encuentran las pantallas y equipos radar, los controladores aéreos proporcionan las instrucciones necesarias para que las operaciones aéreas se realicen con seguridad y se garantice el desarrollo eficiente de la aviación e industria aeronáutica. Desde aquí, nuestro reconocimiento a los controladores de tránsito aéreo; vigilantes del cielo, protectores de aves de acero. Blog: cosapublicamarconava.wordpress.com
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