Un año para la consolidación y el desarrollo Partiendo de la positiva progresión que la sanidad española ha experimentado entre 2012 y el momento actual, tanto en términos asistenciales como de sostenibilidad, la hoja de ruta del Sistema Nacional de Salud durante el próximo año ha de sustentarse en dos términos: consolidación y desarrollo. Consolidación de todo aquello que nos ha permitido remontar la situación crítica en la que se encontraba el sistema sanitario a finales de 2011, de medidas como las implementadas en materia de farmacia, que han posibilitado la generación de ahorros por valor de 6.000 millones de euros y la incorporación de cerca de 200 innovaciones terapéuticas a la cartera pública de servicios; de avances como los promovidos en el ámbito de la salud pública, caso del calendario común de vacunación infantil; de hitos como el que supone haber hecho real y efectivo el acceso universal a la asistencia sanitaria o el que representa haber puesto fin al ‘turismo sanitario’. Y desarrollo de otras cuestiones que por unos u otros motivos no ha resultado posible materializar en los últimos años con la presteza y la profundidad deseadas. Es el caso de la consecución de un acuerdo marco con los pacientes (similar en calado al rubricado con los médicos, los enfermeros y los farmacéuticos en 2013), de la total interoperabilidad de la sanidad electrónica entre las Comunidades Autónomas o de la regulación y la expansión de la gestión clínica. Los próximos doce meses resultarán cardinales para el devenir del Sistema Nacional de Salud. En consecuencia, hay que procurar también un funcionamiento cada vez más eficaz y eficiente del Consejo Interterritorial; de la Red Española de Agencias de Evaluación de Tecnologías Sanitarias y Prestaciones del Sistema Nacional de Salud; de la plataforma de compras centralizadas de medicamentos y productos sanitarios; de la Red de Escuelas de Salud para la Ciudadanía; del protocolo de colaboración formalizado con Farmaindustria para garantizar la viabilidad del modelo y el acceso ágil de los pacientes a la innovación; del registro estatal de profesionales sanitarios… Y hay que hacerlo desde una mentalidad dinámica, de constante evaluación, comparación y actualización, pues sólo de esta manera seremos capaces de continuar dando una respuesta satisfactoria a las demandas cambiantes de una sociedad cada vez más 1 envejecida y afectada por las patologías crónicas y la dependencia como es la española. Es tiempo además de dar pasos firmes y decididos para que el Instituto de Salud Carlos III dependa plenamente (tanto desde el punto de vista orgánico como desde la perspectiva funcional) del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad; para que la total integración de la atención sanitaria y los servicios sociales sea una realidad y se acelere la orientación efectiva del modelo asistencial hacia los procesos crónicos; para que los profesionales sean los verdaderos protagonistas en la toma de decisiones y todo gire definitivamente en torno a los pacientes… Son objetivos, todos los citados, que requieren suma de esfuerzos y lealtad institucional. Las necesidades en salud siempre serán ilimitadas, siempre mayores que los recursos disponibles, y sólo desde las sinergias entre todos los agentes que conformamos el Sistema Nacional de Salud tendremos posibilidades de impulsar las mejoras pertinentes en términos de cohesión, calidad, equidad, seguridad, humanización, personalización, sostenibilidad y solvencia. En los últimos años se han producido avances reseñables, cuanto menos, en ese sentido. Es el caso, como antes planteaba, de los acuerdos alcanzados con los profesionales sanitarios y la industria farmacéutica. No obstante, el acuerdo ha de contar también con el compromiso y la implicación activa de los partidos políticos. No será la primera, ni la segunda, ni la tercera ocasión en la que se intente… pero por los ciudadanos (la razón de ser el Sistema Nacional de Salud) y los profesionales (el principal activo del propio sistema), es necesario insistir y trabajar en un documento consensuado de propuestas que liberen a la Sanidad de la confrontación partidista y nos permitan mejorar la gestión y la planificación en el medio y el largo plazo. En el Partido Popular concebimos la Sanidad como el eje vertebrador del Estado del Bienestar. Siempre ha sido un área prioritaria, tanto cuando hemos gobernado como cuando hemos formado parte de la oposición, pero especialmente en los últimos años y en mayor medida, y cada vez más, en los que están por venir, empezando por el próximo. Seguiremos trabajando por y para los pacientes, los profesionales, la industria… y lo haremos con la mano tendida, espíritu constructivo y voluntad de 2 diálogo para consolidar y desarrollar lo mucho que hemos prosperado en los últimos cuatro años. 3
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