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LA UNAM presenta el quehacer de los científicos al alcance de nuestros lectores
Abuelo
¡YA DUÉRMETE!
No es que no se quiera dormir,
simplemente ¡no puede!. Y es que los adultos
mayores sufren frecuentemente trastornos del sueño,
que pueden ser la causa de accidentes o depresión.
C
on la edad, cambia la vida y también los patrones de sueño. Las
mujeres en la menopausia y los hombres mayores de 45 años,
por ejemplo, empiezan a presentar problemas para dormir
profundamente y a tener más despertares durante la noche.
Debido a que dichos trastornos del sueño aumentan con la edad, “las
personas mayores de 60 años padecen más insomnio, duermen en el día,
se levantan de madrugada para orinar o despiertan por enfermedades que
los aquejan. El problema es que el impacto lo padecen ellos, sus familiares
y cuidadores”, precisa Humberto Medina Chávez, médico geriatra.
Sin sueño reparador
Un adulto mayor que no duerme bien está débil para caminar y es
más propenso a caídas, a deterioro de la memoria o confusión mental;
además, le aumentará la ansiedad, el estrés y puede desarrollar
depresión, debido a las consecuencias de la falta del sueño reparador en
el cerebro.
“El cerebro descansa durante el sueño. Si nos mantenemos dormidos
durante más de cuatro horas, “dice”: es suficiente para mí y tengo que
trabajar. Entonces entramos en la fase de sueño profundo, en donde
hay movimientos oculares rápidos, los músculos se relajan y soñamos”,
detalla el doctor Medina. En esta etapa, el cerebro produce serotonina,
dopamina, inmunoglobulinas y otras sustancias necesarias para la salud
mental y el buen funcionamiento
del organismo.
La serotonina y la dopamina, por ejemplo, son las sustancias responsables
del buen estado de ánimo. Si el insomnio dura un año, el afectado tiene
40 veces más probabilidad de desarrollar depresión.
El doctor Medina reconoce que no es fácil identificar los trastornos del
sueño que aquejan a los adultos mayores, porque ellos evitan hablarlo
con sus familiares para no preocuparlos.
Lo mejor es comentarlo y acudir con el especialista en medicina integral
del sueño, quien podrá identificar si los medicamentos que toma el adulto
mayor para el control de alguna enfermedad o el mismo padecimiento es
el causante del mal dormir. Un tratamiento adecuado beneficiará no solo
su descanso, sino su calidad de vida.
Melatonina, la hormona de Morfeo
El sueño en los seres humanos está determinado por tres factores
principalmente: la melatonina, el cortisol y la temperatura corporal. Si
esta última está elevada y el nivel de melatonina es bajo, nuestro cuerpo
responde como si fuera de día, entonces se mantiene despierto y activo
para funcionar en las horas de Sol.
En cambio, cuando la melatonina aumenta y la temperatura disminuye,
zes nuestra noche biológica: el momento óptimo para descansar y
dormir, comenta el doctor Medina, de la Clínica de Trastornos del
Sueño de la Facultad de Medicina de la UNAM.
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sueño del adulto mayor
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Alrededor de las nueve o diez de la noche, en promedio, los jóvenes
tienen un pico elevado de melatonina que se mantiene durante siete
horas y disminuye rápidamente. Es por eso que si un joven duerme a las
once y se levanta a las seis de la mañana, despertará bien.
En cambio, en el adulto mayor el aumento de melatonina empieza más
temprano y disminuye más lento. Por esta razón, su noche biológica
termina antes y su día biológico empieza más temprano, en consecuencia
su ciclo de sueño es más corto, de entre seis y siete horas.
6 horas
en promedio
es el tiempo que
dura su ciclo
de sueño.
8 de cada 10
tienen algún trastorno
de sueño.
Si a este proceso natural le sumamos preocupaciones por jubilación,
viudez o enfermedad, tendrá menos posibilidad de dormir
satisfactoriamente y tratará de compensarlo con siestas durante el día.
Pero poco a poco su salud empezará a deteriorarse.
A la Clínica de Trastornos
del Sueño de la UNAM.
Texto: Claudia Juárez
Diseño: Susana Tapia
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