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Contra el sensacionalismo; por Héctor Abad Faciolince
Héctor Abad Faciolince · Friday, June 3rd, 2016
Una de las ventajas que tiene alejarse del país y no leer por un tiempo sus periódicos,
ni oír sus emisoras, ni ver los noticieros de televisión y mucho menos participar en las
redes sociales, es que al echarles un vistazo de vez en cuando, uno nota que Colombia
vive de sobresalto en sobresalto, de alarma en alarma, de emergencia en emergencia,
y todo es presentado de un modo tan dramático y exagerado que da la impresión de
que cada semana el país está al borde del colapso por un motivo distinto.
Y no. Lo cierto es que el país sigue ahí, con sus viejos problemas, con sus escándalos
repetidos, pero mejorando poco a poco. Despacio, muy despacio, pero cada año un
poco menos mal.
Colombia es un país sobreexcitado, alarmista, sensacionalista. No por nada nos
especializamos en sustancias estimulantes, cocaína y cafeína; no es casual tampoco
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que aquí haya florecido en su forma más pura el realismo mágico, cuya estrategia
retórica fundamental es la exageración. Aquí los titulares son de página entera y los
canales y emisoras no descansan de suspender la programación para emitir boletines
con noticias devastadoras y extraordinarias.
A lo anterior se añade el alarido permanente de las redes sociales, que tratan todo
contratiempo como si fuera una calamidad, toda calamidad como si fuera una
catástrofe, toda catástrofe como si fuera una tragedia y toda tragedia como si fuera el
fin del mundo. Ahí la concupiscencia de las malas noticias vive de orgasmo en
orgasmo, como un adolescente pajizo e incapaz de controlar su lujuria. Nada mejor
que Twitter para alimentar la alharaca y el escándalo, sobre todo si estos sirven para
desacreditar al Gobierno y para anunciar, una semana tras otra, “el momento más
crucial de nuestra historia” o “el último paso antes del abismo”. Ruido, mucho ruido,
como en la canción de Sabina.
Tomemos el hecho repudiable del secuestro de Salud Hernández. Durante casi una
semana las redes sociales e incluso algunos periódicos nos hicieron creer que a causa
de este hecho criminal y odioso el país entero estaba colapsando y las conversaciones
de paz al borde del fracaso. Sin importar que la Colombia de hoy sea un país menos
violento que el de hace ocho años, vivimos una semana de alharaca destructiva y
acusaciones injustas. Para algunos vivimos el momento más negro de la historia, pero
no dan datos. Es como si los hechos puros y duros no importaran.
Y los hechos, les gusten o no, son que hay muchos menos secuestros y secuestrados
hoy que en el 2008 o 2010. Que había muchos más homicidios y acciones guerrilleras
en los tres últimos años del anterior gobierno que ahora. Morían muchos más
soldados, desplazaban más campesinos. En fin, la situación era peor. Dirán que es
cuestión de percepción debido a la tendencia, que en el 2010 los secuestros
disminuían y con el de Salud hay una seña de que volverán a aumentar, como cuando
se llevaron a Íngrid. Es evidente que no es así y que un secuestro de seis días, por
grave y repudiable que sea, no puede compararse con uno de seis años. Si los
secuestros llegaran a cifras tan altas como las del primer decenio del siglo, podríamos
poner el grito en el cielo, pero por ahora seguimos muy lejos de esas cifras.
Se puede decir lo mismo de los homicidios contra líderes de izquierda. ¿Estamos en
las vísperas de otra masacre como la de la UP? Los números, por fortuna, no lo dicen
así. Podría pasar y deberíamos tener cuidado, pero no gritar como si ya estuviera
ocurriendo.
Está en nuestra índole ser exagerados, escandalosos y alarmistas. Es una falla de la
personalidad nacional, una neurosis. Pero dejemos tanta ira. A Salud Hernández no la
secuestró el presidente Santos sino el Eln. En tiempos de Pastrana o de Uribe no
íbamos a pasear al Catatumbo tranquilos, como quien va a Suiza. Hace 30 años que el
Ejército no controla esa zona. ¿Será mucho pedir que les demos a los hechos y a las
noticias su justa dimensión en vez de tanto escándalo y tanto ruido dañino?
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on Friday, June 3rd, 2016 at 2:00 am and is filed under Actualidad
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