EL SIGLO DE DURANGO | | ARTE DOMINGO 22 DE MAYO DE 2016 24/7/365 POR: RICARDO MILLA MARA GÜERECA / EL SIGLO DE DURANGO 4 Trabajo. La obra que habla sobre la faceta de Revueltas como guionista, fue coordinada por Francisco Peredo y Carlos Narro. Presentan al José cineasta MARA GÜERECA EL SIGLO DE DURANGO Durango Un José Revueltas lejos de la literatura reapareció. El ilustre duranguense en su faceta de cineasta fue presentado la mañana de ayer en conocido café del centro de la ciudad a través del libro ‘José Revueltas Obra cinematográfica (1943-1976)’. La obra, coordinada por Francisco Peredo y Carlos Narro, explica aquellas aportaciones que Revueltas hizo al Séptimo Arte, específicamente como guionista. Carlos Narro, Rubén Ontiveros, Juan Antonio de la Riva e Iván Delhumeau fungieron como presentadores del material que en su contraportada señala: “hablar de José Revueltas implica referirlo como un hombre del mundo de las letras. En la literatura casi siempre se ha destacado su obra novelís- tica, si bien el autor también escribió cuento, teatro, poesía, y practicó el periodismo y el ensayo político. Sin embargo, sus aportes como guionista de cine han sido poco difundidos. Éste es entonces uno de los principales méritos del libro que el lector tiene en sus manos”. Al respecto, Iván Delhumeau se refirió a Revueltas como “un hombre que en algún momento de su vida llegó a dedicarse al cine, a vivir del cine” y aprovechó la ocasión para analizar la película ‘Río Escondido’ (1947), que aunque se dice que fue escrita por Emilio ‘El Indio’ Fernández, al parecer el libreto original le perteneció a José, lo que indica un posible plagio en la cinematografía mexicana. Finalizó su participación afirmando que es necesario valorar a Revueltas como “un gran guionista, un gran escritor de cine”. COSECHA 1987 1987 fue un gran año para la música alternativa. Tras tres discos, The Smiths, cerraba uno de los más brillantes capítulos protagonizados por una de las bandas británicas que mayor influencia han ejercido con su Strange Ways Here We Come. Después de haber inyectado sangre nueva y vibrante energía a la escena artística del Reino Unido de mitades de los ochenta con su primer disco (portada cortesía de Andy Warhol), su segundo, el impresionante Meat Is Murder que abre con la vertiginosa The Headmaster Ritual y cierra con el alegato anticarnívoro que otorga título a la placa, vendría el más aclamado por la crítica: The Queen Is Dead. El cuarteto de Manchester entregaba su álbum más sólido hasta la fecha y el público caía rendido antes sus canciones y presentaciones en vivo. El carisma, la fuerza interpretativa y letras potentes plagadas de guiños a autores de gran calibre intelectual de Morrisey, aunada a las envidiables armonías de las guitarras de Johnny Marr con Mike Joyce y Andy Rourke en el bajo y la batería, crearían el sello distintivo de uno de los grupos más originales de las décadas recientes. La estética cuidada entre nostálgica y melancólica de sus portadas y algunos videos les abrirían las puertas de par a par a una generación de británicos marcada por el pragmatismo de Margaret Thatcher y la guerra de las Malvinas. En 1987 vendría el inesperado y amargo final de The Smiths con su último álbum donde destacan canciones, consideradas ya clásicas, tales como: A rush and a push and the land that weŕe standing is ours, Girlfriend in a coma y Stop me if you think you’ve heard this one before. Gracias a Youtube y a la recomendación de mi CIUDAD VIVA Homenajean a Stephanie Alcantar Con un análisis de su obra, el gremio cultural rindió tributo a la escritora Stephanie Alcantar. El evento tuvo lugar en el Museo de la Ciudad 450 y contó con la participación de José Petronilo Amaya, Óscar Jiménez Luna y Jocelyn Alcantar, que compartieron comentarios sobre el trabajo de la también duranguense. (AGENCIAS) buen amigo, el editor y traductor Alejandro Merlín, descubriría esta versión de Death of a disco dancer que me parece infinitamente superior a la incluida en el disco original: h t t p s : / / w w w. y o u t u be.com/watch?v=_XjW5sr ySG8 . Por otro lado, The Cure lograría alcanzar uno de los momentos más altos en su carrera también en 1987 con su álbum doble titulado Kiss me, kiss me, kiss me. Desde los primeros acordes del bajo distorsionado de Simon Gallup que provoca la respuesta de la batería de Boris Williams, los teclados de Laurence Tolhurst y más adelante las guitarras de Porl Thompson y de Robert Smith el oyente recibe la bienvenida a un mundo muy particular que recorrerá a la vuelta de 18 canciones. De la mano del productor Dave Allen, el quinteto profundiza y amplia los campos de exploración sónica que habían iniciado en su disco anterior The head on the door. El éxito comercial obtenido por los primeros cuatro sencillos: Why cant́ I be you, Catch, Just like heaven y Hot, hot, hot, no deberían hacernos olvidar canciones tan profundas como If only tonight we could sleep, The snakepit, All I want, Like cockatoos, How beautiful you are o A thousand hours, tan diversas entre sí, como entrañables. El éxito obtenido pavimentaría el camino hacia su obra cumbre: Disintegration, pero esa ya es otra historia. El grupo irlandés U2 con su The Joshua Tree se consolidaba como uno de los más originales y aclamados, y ya para cerrar ese gran año que fue 1987, me gustaría mencionar a New Order quienes editaban su recopilitario Substance, donde hacían un repaso de su extraordinaria trayectoria y entregaban uno de sus más grandes sencillos: True faith.
© Copyright 2024