PAUTAS PARA LA PREDICACIÓN PÚBLICA ESPECIAL EN ÁREAS METROPOLITANAS 1. Objetivo. La predicación pública especial en áreas metropolitanas tiene como fin que las personas amantes de la justicia que viven en zonas urbanas densamente pobladas escuchen las buenas nuevas del Reino (compárese con Hechos 16:11-15). Las presentes pautas estarán a disposición de los superintendentes de circuito para que las usen en caso de que la sucursal decida ponerla en marcha en su zona. Esta manera especial de predicar facilita hablar con profesionales de negocios, residentes de edificios con acceso restringido, personas que se desplazan a diario entre el trabajo y su casa y aquellos que, de otro modo, tal vez no tengan la oportunidad de oír las buenas nuevas. Aparte de contar con publicadores que inicien conversaciones informales para examinar temas bíblicos, se exponen publicaciones en carritos, exhibidores, mesas y quioscos en áreas de gran flujo peatonal (Prov. 1:20). El énfasis está puesto en dirigir a las personas a la página jw.org, empezar estudios bíblicos y dar seguimiento rápido a quienes muestren interés, no simplemente en distribuir publicaciones. Aunque las circunstancias varían de una ciudad a otra y de un país a otro, estas pautas proporcionan un marco básico para utilizarlo de acuerdo con las exigencias de cada lugar (consúltese el Índice de cartas para los cuerpos de ancianos [S-22] para hallar directrices generales sobre la predicación en lugares públicos). 2. Inicio. La sucursal debe definir qué ciudades se beneficiarían de este método especial de predicación. Normalmente, son ciudades que albergan centrales de transporte o una gran concentración de edificios de oficinas o de viviendas, lo que genera un importante flujo de transeúntes. La sucursal establece asimismo qué circuitos se encuentran dentro de un radio razonable. Por lo general se designa a un superintendente de circuito como contacto. La sucursal, en colaboración con el superintendente de circuito de contacto, nombra a un anciano local competente como coordinador y a otros como auxiliares, los cuales tal vez participen en la supervisión y organización de uno o más puntos en la ciudad. Es importante que los hermanos seleccionados no solo reúnan los requisitos bíblicos necesarios para organizar y capacitar a los participantes, sino que también estén en condiciones de concentrarse en esta labor. Por eso, los ancianos del circuito que estén muy ocupados con otros deberes teocráticos quizás no siempre sean la mejor opción, pues aunque sean muy competentes, tienen limitaciones de tiempo. En ocasiones, la sucursal puede nombrar directamente a precursores especiales, precursores especiales temporales o graduados de las escuelas teocráticas para que, junto con el superintendente de circuito local, organicen este método de predicación en una ciudad en particular. 3. La sucursal escribirá una carta S-72 a las congregaciones implicadas informándoles sobre este método. En la posdata dirigida a los cuerpos de ancianos y a los superintendentes de circuito se ofrecerán más instrucciones referentes a la selección de publicadores capacitados que participen en esta actividad. Cada superintendente de circuito determinará, junto con cada comité de servicio de las congregaciones que visita, a quiénes se debe dar la Solicitud para la predicación pública especial en áreas metropolitanas (S-73). Una vez aprobada, el comité de servicio envía la solicitud al superintendente de circuito para su análisis y aprobación antes de hacérsela llegar al anciano coordinador. Los que sean aprobados deben ser capaces de presentarse dignamente, tener una apariencia profesional, cuidada y modesta. Deben ser personas sensatas y estar dispuestas a predicar en diferentes lugares públicos, promover buenas relaciones, tomar en serio su asignación y cooperar gustosamente con el anciano coordinador y sus auxiliares (1 Ped. 3:15). 4. Deberes del anciano coordinador y sus auxiliares. Basándose en los comentarios del superintendente de circuito de contacto, el anciano coordinador y sus auxiliares identificarán las zonas en las que convendría ubicar los carritos exhibidores, mesas o quioscos con publicaciones. Estas zonas pudieran ser estaciones de transporte, parques, calles muy transitadas, sitios de interés, universidades, etc. Sin embargo, si una congregación local lleva tiempo poniendo sus carritos exhibiS-71-S 11/14 dores en algún lugar, el superintendente de circuito de contacto y el anciano coordinador deben buscar otros sitios. Si este no fuera el caso, las congregaciones podrán colaborar eligiendo lugares distintos a los seleccionados para la predicación pública en áreas metropolitanas. Los hermanos deben averiguar qué normativas y requisitos hay que cumplir. Algunas ciudades cuentan con espacios públicos para la libertad de expresión donde se puede instalar un carrito con publicaciones, un exhibidor, una mesa o un quiosco. Todos los permisos, seguros y solicitudes deben tramitarse a nombre de los publicadores como parte de su ministerio personal. Si alguien tuviera dificultades en conseguir un permiso, pónganse en contacto con el Departamento de Asuntos Legales. Recuerden que si la policía pide a los publicadores que abandonen la zona, deben hacerlo, aunque tengan permiso para estar allí. En ese caso, informen lo sucedido al Departamento de Asuntos Legales. 5. El anciano coordinador y sus auxiliares seleccionan a los publicadores de entre las solicitudes aprobadas y elaboran un programa de turnos para cada lugar teniendo presentes la seguridad y las aptitudes de los publicadores. Siempre que sea viable, estos puestos deben atenderse con regularidad —a diario si es posible— para que se conviertan en elementos constantes y fácilmente reconocibles en la zona. El anciano coordinador y sus auxiliares han de ser conscientes de la necesidad de capacitar a otros hermanos en quienes puedan delegar responsabilidades. 6. Exhibición de publicaciones. Dependiendo de las circunstancias locales y los intereses del público, el anciano coordinador determinará la cantidad de publicaciones que se exhibirán. El buen juicio evitará que estas se desperdicien o se usen mal (km 12/11 pág. 2). El exhibidor debe tener un aspecto limpio y digno. La experiencia ha demostrado que lo mejor es una disposición sencilla y atractiva de las publicaciones. En muchos lugares, convendría utilizar tratados, folletos, revistas y libros que sean del agrado de distintos tipos de público. En las campañas anuales para la Conmemoración y la asamblea regional, se pueden fijar carteles alusivos a esos eventos y entregar invitaciones. Aunque en la predicación pública no se exponen biblias, se puede tener una reserva para quienes pidan una o demuestren interés sincero por la verdad. Conviene en lo posible que las solicitudes de publicaciones que se hagan para la predicación pública en áreas metropolitanas se mantengan separadas de las que se destinan a la congregación. Se puede lograr un acuerdo especial con la sucursal para que determinados hermanos, que intervengan en este método especial de predicación, soliciten publicaciones directamente al Departamento de Envíos y especifiquen la dirección adonde deben despacharse. De ser necesario, se puede seleccionar a una congregación para que gestione las solicitudes de publicaciones. Dada la necesidad de mantener suficientes existencias de publicaciones para que no se agoten y para que no haya que estar haciendo solicitudes de emergencia, los lugares adonde se envíen las publicaciones deben disponer de un amplio espacio. Si es posible, se deben utilizar lugares cercanos a los puntos de predicación para almacenar publicaciones y suministros, lo que facilitará las operaciones de montaje y desmontaje. Eso quiere decir que las publicaciones se recibirán en un sitio base y luego se distribuirán a sitios cercanos a los puntos de predicación. Los Salones del Reino y los hogares o negocios de hermanos se pueden usar como almacenes. En algunos países, los espacios alquilados tal vez sean una opción, aunque no es la preferida. Sin embargo, no se exhibirán publicaciones, videos ni nuestro sitio jw.org, en tiendas o escaparates, pues eso daría la impresión de que estamos comercializando nuestro ministerio público (2 Cor. 2:17). Tengan presente que más de un hermano —quizás varios— necesitará tener acceso al almacén de publicaciones para montar y desmontar el exhibidor todos los días. 7. Notificación de las publicaciones entregadas. Los publicadores informarán las publicaciones que hayan dejado al público como de costumbre, es decir, incluyéndolas en el Informe de predicación (S-4) que entregan en su congregación. Los publicadores que trabajen juntos se pondrán de acuerdo para que cada uno informe una cantidad lo más equitativa posible de las publicaciones que se hayan entregado. 8. Gastos. Los gastos, tales como de almacenaje y de impresión de carteles, pueden ser considerables, sobre todo cuando se instalan varios puestos en una misma ciudad. Por esta razón, les sugeriS-71-S 11/14 2 mos sufragarlos con fondos de los circuitos. El superintendente de circuito de contacto y el anciano coordinador calcularán el monto aproximado para el año siguiente. La cifra se divide entre los circuitos participantes y luego se invita a los ancianos a cubrir la parte que les corresponde mediante una resolución. El dinero se puede mantener en la cuenta corriente de la congregación del anciano coordinador y debe aparecer en el apartado “Fondos de la congregación reservados para uso especial” del Informe mensual de las cuentas de la congregación (S-30). Los comprobantes de gastos serán aprobados por el anciano coordinador y presentados a la congregación para su reembolso. S-71-S 11/14 3
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