Reforma fiscal pendiente

19/5/2016
Reforma fiscal pendiente
Reforma fiscal pendiente
Es complejo recaudar más cuando arriba de la mitad de la población vive en la
informalidad, al igual que reducir dicho sector
19/05/2016 02:16
México es uno de los países con una menor recaudación efectiva, esto es, lo
recaudado como porcentaje del Producto Interno Bruto. Múltiples factores
determinan eso: tasas impositivas; deducciones para las empresas y personas;
cobertura del padrón de contribuyentes; veracidad de las declaraciones de
impuestos; y efectividad en la recaudación, entre otros.
La extensión del sector informal (57.4%) es una característica esencial para explicar
la relación economía­recaudación en México. Es complejo recaudar más cuando
más de la mitad de la población vive en la informalidad, al igual que reducir dicho
sector cuando ni siquiera se identifica a quienes lo integran. Eso hace que los
impuestos indirectos (ventas, IVA, IEPS) sean instrumentos más efectivos para
recaudar, cuando se aplican de manera generalizada, lo que no sucede en México
(exenciones del IVA a alimentos y medicinas).
La necesidad de fortalecer las finanzas públicas es reconocida por el gobierno. Sin
embargo, éste ha concentrado su esfuerzo en mejorar los ingresos del gobierno
federal (17.5% del PIB), sin atender la recaudación de los gobiernos estatales,
municipales y, sobre todo, de la seguridad social. Si bien la propuesta para
actualizar y modernizar los catastros, incluida en las reformas para mejorar la
justicia cotidiana, podría fortalecer el predial, sigue pendiente una reforma fiscal
“integral”.
La “reforma fiscal” del gobierno federal, instrumentada por la administración de Peña
Nieto, ha tenido tres logros principales: la homologación del IVA a 16% en toda la
República; el aumento de la recaudación de los impuestos directos federales (ISR­
IETU­IDE); y el alza del impuesto a los combustibles (gasolinas). Respecto al IVA, la
recaudación aumentó de 3.5% del PIB durante 2013 a 3.9% en 2015 (una
contribución de 0.4% del PIB). En lo que toca a los impuestos directos, la
recaudación por ISR aumentó de 5.6% a 6.8% del PIB (una contribución de 1.2%).
Si bien los cambios del sistema de Impuesto sobre la Renta son los más relevantes,
debido a que SHCP ya no proporciona información desagregada entre personas
físicas y empresas, no es posible identificar la verdadera “fuente” del esfuerzo
contributivo.
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Por último, la recaudación por combustibles aumentó de ­0.7% del PIB (subsidio) a
1.1%, un aumento de 1.7 puntos. El aumento del IEPS correspondiente tiene
implicaciones recaudatorias, pero también ambientales y de eficiencia. La decisión
de un impuesto “alto” rompe con la inercia; los precios de los combustibles ya no
siguen el nivel y la estructura que tienen en Estados Unidos, esto es, combustibles
baratos y que favorecen el consumo de gasolinas en vez de diésel. En Europa los
combustibles son “caros” y se incentiva el consumo de diésel, no el de gasolinas. La
situación definitiva en materia de combustibles todavía no es clara: los menores
precios internacionales de las gasolinas (importadas) se han visto contrarrestados
por la depreciación del peso respecto a otras monedas.
El resultado neto de todo lo anterior es que la recaudación por impuestos no
petroleros aumentó 3.7 puntos del PIB, una mejora no despreciable. Sin embargo, la
“despetrolización” de las finanzas públicas no ha concluido. En la Ley de Ingresos
sobre Hidrocarburos se estableció que en un inicio la recaudación de Pemex y luego
del sector petrolero habría de mantenerse en un mínimo de 4.7% del PIB, “meta”
que no se cumplió en 2014 y 2015, y que no se cumplirá en el futuro. Eso significa
que el gobierno federal debe continuar con la “despetrolización” de sus finanzas,
aún más urgente ante la abrupta disminución del precio del petróleo. Quizá esa
realidad podría hacer que los gobiernos y los Congresos locales reconsideren la
política de no generalizar el IVA, fortalecer las finanzas e inducir mayores
aportaciones al SAR.
No sobra repetir que los gobiernos estatales recaudan sólo 0.6% del PIB, en
comparación con 5.5% en la OCDE, los municipales sólo 0.2% del PIB, en
comparación con 2.7% en la OCDE, y que las contribuciones a la seguridad social
alcanzan sólo 3.2% del PIB (la tasa es 6.5% en comparación con 10% en Chile y
16% en Colombia) explican el déficit que enfrenta el SAR y las ínfimas pensiones en
México. La reforma fiscal “integral” sigue pendiente.
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