CAIDA DEL CONSERVATURISMO DESENCADENANTES DE LA CRISIS La pretensión de los conservadoras por incorporar al país la tecnología propia del desarrollo capitalista, sin cambiar la estructura tradicional de dominación, donde la Iglesia y la religión eran las garantes del orden social, paradójicamente, fue la causa principal de la crisis de legitimidad que sufrió el partido conservador en el poder. La situación de crisis, hacia 1928 y 1929, condujo a algunos hechos que precipitaron el fin del periodo de dominio conservador en el gobierno, de más de cincuenta años. Entre estos hechos, los de mayor trascendencia fueron: la masacre de las bananeras, las jornadas de junio en Bogotá, la crisis económica y la división del partido conservador en las elecciones de 1930. LA MASACRE DE LAS BANANERAS Los procesos de modernización, fundamentalmente en los transportes y en los enclaves de producción extranjera, durante los gobiernos conservadores, produjeron una nueva clase, distinta a los campesinos y a los artesanos, los obreros sujetos a un salario y a un contrato de trabajo con el empresario. En la década de los veinte, esta nueva clase comienza a hacerse visible en las calles con la reivindicación por mejores condiciones salariales y de trabajo. Asimismo, en este periodo comienzan a llegar las ideas de corte socialista y revolucionario a Colombia. Con la constitución de una clase obrera, desde sus inicios, ideas que la reivindicaban alcanzaron alguna acogida en el sector obrero a través de intelectuales difusores de la nueva ideología socialista. Estos intelectuales, junto con obreros destacados en la lucha, fueron los impulsores de la instauración de organizaciones obreras, que fueron la base del sindicalismo colombiano. En 1926 un grupo de intelectuales, entre ellos María Cano, Torres Giraldo, Francisco Socarras y Eduardo Mahecha, impulsó en el III Congreso Obrero Nacional, la conformación del Partido Socialista Revolucionario, PSR. Este partido, inspirado en la Revolución Soviética, dinamizó la lucha obrera en donde esta clase estaba instalada para entonces, en los cultivos de bananos del Magdalena entre Santa Marta y Ciénaga, en los trabajos de las vías ferroviarias y de las trilladoras de café y en los trabajos de las minas. A mediados del mes de noviembre de 1928, se inició una huelga en la región bananera del departamento del Magdalena contra la United Fruit Company. Se solicitaba la abolición de las formas de trabajo por subcontrato, el aumento de salarios y la eliminación del pago en bonos de compra. La respuesta de la compañía norteamericana de banano fue intransigente en contra de las reivindicaciones de los trabajadores. El gobierno conservador, en sintonía con el manejo que, tradicionalmente, le había dado a las manifestaciones obreras, reprimió la huelga y al mando del general Cortés Vargas abrió fuego contra una manifestación en la población de Ciénaga el 6 de diciembre. El saldo fueron más de mil trabajadores muertos. Esta masacre fue un duro golpe contra la legitimidad del gobierno conservador en cabeza del presidente Abadía Méndez. Jorge Eliécer Gaitán, para entonces un joven abogado, arremetió contra el gobierno como responsable de la masacre e instrumento de la compañía norteamericana. El hecho de la masacre y su denuncia se tornaron en una defensa nacionalista y el gobierno conservador quedó como la negación a esa defensa. LAS JORNADAS DE JUNIO EN BOGOTÁ Manifestación del 8 de junio de 1929 que lleva el féretro del estudiante asesinado Ante el manejo corrupto de los servicios públicos en Bogotá por parte de un grupo de la administración denominado "la rosca", el alcalde de esta ciudad los denunció a principios de junio de 1929 y destituyó a varios de los implicados. Entre los destituidos estaba un cuñado del presidente Abadía Méndez y otros protegidos del ministro de guerra. La respuesta del gobernador de Cundinamarca ante las medidas, fue la destitución, el 5 de junio, del alcalde de Bogotá, con lo cual daba prelación a las influencias de "la Rosca". Estos hechos generaron indignación y descontento en sectores de la élite bogotana y en el estudiantado. El 6 y 7 de junio, se presentaron manifestaciones de grupos de diferentes estratos sociales, en contra de "la rosca" y a favor del alcalde destituido. El día 7 de junio, a las diez de la noche, fue asesinado el estudiante Gonzalo Bravo Pérez por miembros del Batallón Guardia Presidencial. Esto agravó la situación y puso en dificultades al gobierno nacional. Se destituyó al gobernador, a algunos ministros y a Cortés Vargas. Sin embargo, la legitimidad del gobierno conservador fue duramente cuestionada. LA CRISIS ECONÓMICA Después de un periodo de auge económico, debido al pago de la indemnización estadounidense por la separación de Panamá y a la obtención de préstamos externos, principalmente con Estados Unidos, surgió a una crisis económica en los años de 1929 y 1930. La crisis se acentuó aún más por la mayor dependencia de Colombia del mercado internacional. Las necesidades de modernización del país, a su vez, exigían un mayor compromiso con el mercado internacional, a través de la compra de tecnología y la búsqueda de financiación con préstamos externos. La construcción de infraestructura y el movimiento de capitales se hacían, en los años veinte, gracias a los préstamos externos. A finales de esta década, los préstamos fueron suspendidos por problemas financieros internacionales. Esto generó en Colombia una crisis en el empleo, el sector financiero y en la rentabilidad de los negocios y de las transacciones comerciales. En 1929 aumentó el desempleo y disminuyó la inversión y los ingresos. Esta crisis se agregó a la de legitimidad política del gobierno conservador, lo que contribuyó a su desprestigio. LA DIVISIÓN DEL PARTIDO CONSERVADOR El poder del partido conservador tenía como apoyo para gobernar a la jerarquía eclesiástica. Una de las expresiones de este apoyo se manifestaba en la ratificación del candidato presidencial por el arzobispo primado de Bogotá. En 1929, el partido conservador se dividía en sus preferencias por los que apoyaban a Guillermo Valencia y a Alfredo Vásquez Cobo como candidato a las próximas elecciones presidenciales. A la Iglesia le estaba asignada la resolución de esta división con la escogencia de un solo candidato. El arzobispo primado de Bogotá, monseñor Ismael Perdomo, era a quien le correspondía escoger al candidato del partido conservador. En un inicio manifestó públicamente su apoyo a Vásquez Cobo, situación que generó oposición en el sector que apoyaba a Valencia. Luego, aduciendo designios divinos y del Papa, apoyó a Guillermo Valencia lo que ayudó a consolidar cada una de las facciones alrededor de su candidato. Finalmente, el arzobispo retiró su apoyo a Valencia y volvió a declarar su adhesión a Cobos. Este vaivén y división en la Iglesia, generó que las divisiones del partido conservador se fortalecieran. En las elecciones de 1930, por consiguiente, los conservadores se presentaron divididos en dos candidaturas contra una candidatura unificada del partido liberal. El resultado fue el final de más de cincuenta años continuos de gobiernos conservadores y la llegada a la presidencia, por primera vez en el mismo lapso, de un gobierno liberal en cabeza de Olaya Herrera.
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