El derecho a la autodefensa QUINTO PODER

QUINTO PODER
El derecho a la autodefensa
Argentina Casanova*
L
¿Cuántas mujeres son encarceladas por defenderse de sus parejas agresoras, es decir,
son castigadas por atreverse a responder la
agresión, a empujar al agresor y que éste al
caer se golpee accidentalmente, a no dejarse
golpear hasta ser asesinadas? Juzgadas por un
sistema patriarcal insertado en el sistema penal que las juzga desde una mirada misógina.
Dirección General:
ARMANDO
MARTÍNEZ
DE LA ROSA
Coordinación:
GLENDA LIBIER
MADRIGAL
TRUJILLO
Las opiniones
expresadas aquí
son exclusivas
de sus autoras
y no representan
necesariamente
la opinión de esta
casa editora. Las
fotos que aquí
se publican son
de apoyo para
ilustrar los textos.
Las seguimos
invitando para que
nos acompañen
los miércoles y
nos hagan llegar
sus comentarios
al correo:
[email protected]
Una de las posturas más cuestionadas a
las feministas en la marcha #24A ha sido
precisamente una manta que dice: “Si te
intenta lastimar, muerde, patea, grita, mátalo,
nosotras te defendemos”, y esa premisa causa
incomodidad por dos razones: por un lado
refleja el trastocamiento a la premisa de que
nosotras no tenemos derecho a la violencia,
ni aún en legítima defensa.
Ya el juez Daniel Farah en su sentencia contra
Reyna Gómez Solórzano, ayudado por una
defensa inadecuada sin perspectiva de género, lo dijo: si bien ella era víctima constante
de sus golpizas, amenazas de muerte y otras
cosas, ese día no presentaba golpes visibles
que le dieran la razón de defenderse.
Eso nos pone frente a una “no humano”
atreviéndose a cuestionar la vida del hombre, centro del universo, principio rector de
lo humano, la divina obra, el culmen de la
civilización misma. Si algo explica mejor esa
noción es precisamente que cuando hablamos
de un patriarcado es justo que es desde la
mirada del hombre como padre-hijo en una
relación de lo divino con lo semi-dios.
Ahí está la obra de Miguel Ángel: Dios
tocando al hombre, haciéndolo, dándole
vida de su aliento. Y nada más patriarcal
que el Derecho.
Esta noción, que es una visión patriarcal de
la creación y que se olvida de esa pequeña
partecita que dice a “hombre y mujer los
creó”, pero es el principio que rige el pensamiento contemporáneo. Aún en el hombre
más descarriado su vida tiene valor frente a la
vida de las mujeres que “no son fuertes, son
débiles, son usables y desechables”.
César Martínez López/Cimacnoticias
Página 8
a legítima defensa es un derecho
que sólo existe para el hombre, en
tanto que si la que se defiende es
una mujer, la noción dentro del
Derecho y el sistema de justicia es que ella
sólo es un referente de lo victimable frente al
“ser humano”, y su defensa implícitamente
es Eva quitándole la vida a Adán, creación
de suprema.
Por eso se escribe en los cuerpos de las
mujeres, por eso los cuerpos son usables y
este mensaje se refuerza desde los medios de
comunicación, las instituciones que desacreditan los dichos de las víctimas, pero también
que no les importa cómo hayan sucedido los
hechos cuando una mujer tiene que recurrir
a la autodefensa para salvar su vida.
Son pocos los dispuestos a investigar o aplicar
criterios que son válidos y usables cuando el
que se defiende es un hombre; todo mundo
puede entender que un hombre esté a la altura de su agresor y sólo otro hombre puede
privarlo de la vida, no una mujer.
Gran parte de los argumentos de quien la juzga
es que la acusación se basa en que la mujer
tuvo que atacar esperando que él estuviera
dormido, que él estuviera borracho, que él
fuera un poco menos poderoso, un poco
menos semi-dios, un poco menos perfecto,
menos dueño de la situación, y que sólo así
pudo ser vulnerado, traición a lo absoluto
de lo humano.
El caso de Reyna Gómez es paradigmático en
ese sentido. Un hombre mata a otro hombre
de 15 puñaladas y lo señalan como un crimen
atroz; un hombre da 37 puñaladas a una mujer
y son “lesiones”.
Una mujer da una sola puñalada que extraordinariamente acaba con la vida del agresor,
y Reyna es castigada a 25 años de prisión
porque no se admite la posibilidad –a pesar
del contexto de violencia que vivía– del
derecho a la legítima defensa.
TE DEFENDEMOS TODAS
Las necesitamos a todas. Hoy día son pocas
las que están defendiendo a las que han ejercido la autodefensa; son pocas, poquísimas
las organizaciones de defensa de Derechos
Año 22 •
Miércoles 4 de mayo de 2016
•
Número 1141
Humanos las que toman los casos de defender
a las mujeres que asesinaron a su esposo en
legítima defensa.
Lo hacen las que tienen abogadas con experiencia, pero en la realidad las cárceles de
mujeres están llenas de esposas, compañeras
o víctimas potenciales de violación. No todas están en el centro del país, no todas son
mujeres que tienen posibilidades de acceder
a una defensa adecuada.
Tan sólo en abril pasado, dos mujeres han
sido procesadas en diferentes partes del
país: Coahuila y Tabasco. La primera, mujer
urbana y con acceso a un cierto bienestar de
vida; la segunda, indígena, en una comunidad
alejada, pobre, que se defendió de un marido
que intentó robarle el dinero de un programa
social que ella destinaba para la comida de
sus hijos.
¿En dónde estamos cuando ellas nos necesitan? No podemos hablar de la autodefensa
sin considerar el compromiso que todas las
defensoras, abogadas litigantes y activistas
asumamos cuando se presenten los casos en
todo el país, ahí donde no hay una oleada
como en el centro del país dispuesta a ir a
sacarlas de las cárceles.
Ahí en la periferia, defender la vida cuesta
muchos años de cárcel por enfrentar sistemas
misóginos dispuestos a condenarlas. Más
triste es que haya mujeres en las cárceles
que te digan que prefieren estar ahí, porque
al menos ahí, nadie las viola, ni las obliga a
vender droga.
*Integrante de la Red Nacional de Periodistas y del Observatorio de Feminicidio
en Campeche/Cimacnoticias
2
POLISEMIA
Las sufragistas
Rosa María De Santiago Fernández
3
SENDEROS VIOLETA
Virginia Bolten
4
La triste realidad
de la infancia
5
Invisible, el matrimonio
infantil en Colima
6
Rossy Villarruel Figueroa
Lourdes Carrillo de Calvario
Glenda Libier Madrigal Trujillo
Presión social inhibe
a mujeres a denunciar
acoso: sondeo
Cimacnoticias
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Erradiquemos la violencia
sexual
8
QUINTO PODER
El derecho a la autodefensa
Sara Elizabeth Cernas Verduzco
Argentina Casanova
César Martínez López/Cimacnoticias
POLISEMIA
Erradiquemos la violencia sexual
Las sufragistas
Sara Elizabeth Cernas Verduzco*
L
as sufragistas es una película basada
en hechos reales que retrata la situación social, económica, cultural y
política de las mujeres en Inglaterra a
inicios de la Primera Guerra Mundial. La directora
británica Sarah Gavron, logra una cinta sencilla,
con una temática necesaria, como es el derecho
al sufragio femenino.
Es una película altamente recomendable, sobre
todo para las personas que piensan que los
derechos que hemos alcanzado como colectivo
femenino, hasta el momento, son producto de algo
así como la generación espontánea. Los ahora,
nuestros derechos, como el derecho al voto, son
producto grupos de mujeres que se articularon en
poderosos movimientos sufragistas que exigían
los derechos civiles para la población femenina.
Arranca con la conversación acalorada entre
varones que argumenta que las mujeres no tienen
la tranquilidad de temperamento, ni el equilibrio
mental necesario para ejercer un juicio en los
asuntos políticos. Aseguran que el hecho de que
las mujeres voten, significará la pérdida de la
estructura social.
policía las expulsaba de sus actos y les imponía
multas que ellas no pagaban, así que iban la
cárcel, donde eran consideradas presas comunes
y no políticas, como se reivindicaban.
Reflexionemos y hagamos un brevísimo repaso
por la historia de la humanidad y pensemos, ¿qué
grupo ha cedido sus privilegios, por gusto, para
entregárselos a otros/otras? Por otro lado, ¿qué
persona o colectivo quiere vivir sin derechos?
Para la socióloga chilena Julieta Kirkwood, el
feminismo “es la rebeldía ante las tremendas
diferencias entre lo que se postula para todo el
género humano y lo que vivenciamos concretamente las mujeres”.
El movimiento Sufragistas fue épico, apasionante, inspirador y doloroso. Me encantó la película,
porque me recuerda un movimiento internacional
donde las mujeres demostraron su capacidad,
estrategia y paciencia para luchar por los derechos
de todas, como lo hacemos muchas de nosotras
ahora, pero sin arriesgar familia, trabajo o la vida.
Quiero cerrar con una frase que dice la protagonista de la cinta: “A veces pienso en cómo sería
vivir una vida en un mundo mejor”. Aún falta
mucho por hacer, aún seguimos imaginándolo
y luchando, porque si bien hemos conseguido
el voto y otros grupos de derechos, no hemos
logrado que sean para todas y, en la práctica, las
condiciones no son equitativas .
Rezan: “Las mujeres están bien representadas por
sus padres, hermanos, esposos. Una vez que se da
el voto, será imposible detener esto, las mujeres
tendrían el derecho de estar en el Parlamento, ser
ministras de Gabinete, jueces…” (coincido con
el “será imposible detenerlo”.)
Dato Polisémico:
Los mejores Pura Sangre de Inglaterra
corrían en el hipódromo de Epson
Downs, el 4 de junio de 1913. Ese día
se celebraba, desde 1780, el Derby
Day, una gran prueba hípica anual en
la que se concentraba lo más destacado
de la sociedad inglesa. En medio de
espectáculo y la fiesta que se vivía en
las gradas, una joven se lanzó a la pista
y trato de sujetarse por las riendas el
caballo del rey. No lo consiguió, el
animal la arrolló y quedó gravemente
herida. Cuatro días después, falleció. La
joven era Emily Wilding Davison, una
combativa sufragista que se convertiría
en mártir al perder la vida por su ideal:
el derecho al voto de las mujeres. El
funeral de Emily W. Davison constituyó
un gran acto feminista en las calles
de Londres. Las sufragistas inglesas
llevaban ya 70 años de lucha por el
derecho al voto, sin ningún resultado.
“Los hechos, no las palabras, cambian
las cosas”.
A
pesar de que existen diversos protocolos y políticas públicas para la
atención a víctimas de violencia
sexual, la realidad nos dice que el
acceso de justicia para las mujeres es un proceso
engorroso, lento y muchas veces inalcanzable.
Afirma Sonia Frías (2016) en su artículo “Cultura
de la violencia sexual en México y sus víctimas”,
que “en México, la cultura de la violencia sexual
hacia las mujeres coexiste con la cultura de la
impunidad. Esta última centrada en la evidencia
de que los delitos no son objeto de sanción o sólo
de una sanción inadecuada.”
De acuerdo con el Instituto Nacional de las
Mujeres (Inmujeres), cuatro de cada 10 mujeres agredidas sexualmente son menores de 15
años. Peor aún, Daniel Pinto (2016) indica que
más de 20 entidades federativas no consideran
el abuso sexual como un delito grave, e incluso
hay estados en donde esto se ve como un delito
“menor”, equiparable a robar una vaca.
Sonia Frías señala que la ciudadanía desconfía
de las instituciones de procuración e impartición
de justicia. La Encuesta Nacional sobre Victimización y Percepción de Seguridad Pública
(Envipe) 2015, muestra que 32 por ciento de la
población cree que denunciar un delito es una
pérdida de tiempo y 17 por ciento desconfía de
las autoridades. Es por ello que la impunidad se
vuelve un factor que contribuye a la existencia
de las agresiones sexuales.
Aunque las mujeres decidiéramos buscar ayuda
en instituciones públicas, la probabilidad de
que los delincuentes reciban efectivamente una
sanción es muy reducida.
A inicios del pasado siglo, colectivos de mujeres que observaron que las protestas pacíficas
realizadas por más de cuarenta y las exigencias
de su derechos por medios legales eran vilmente
ignoradas, se ven obligadas a tomar la violencia
como vía para el cambio, peleando en contra del
Estado, centrando su esfuerzo en el derecho al
voto como la oportunidad de vivir en un mundo
mejor.
Cansadas de que no se les hiciera caso, pasaron a
lucha directa. Describe María Salas, que la táctica
que utilizaron fue interrumpir los discursos de los
ministros y presentarse en todas las reuniones del
Partido Liberal para plantear sus demandas; la
Imagen de la película Las Sufragistas
Tal es el caso de las agresiones en el transporte
público de la Ciudad de México, como los piropos
obscenos, las groserías, bromas, miras lascivas,
las persecuciones o que tomen fotos o video
del cuerpo sin previo consentimiento, que son
consideradas faltas administrativas, ya que según
la Procuraduría General de Justicia capitalina, al
no haber contacto físico, no se puede acreditar
un hostigamiento o agresión sexual, es decir, es
obligatorio el roce y contacto directo con alguna
parte del cuerpo para tipificarlo como delito.
Sumado a este pésimo protocolo, los policías
carecen de perspectiva de género, asustan a la
víctima para que no denuncie, con excusas la
hacen sentir culpable o que perderá su tiempo,
que se tendrá que ir en la misma patrulla que el
delincuente, entre otras.
De acuerdo con Inmujeres, la falta de atención
en las denuncias, la forma en que las autoridades
manejan las agresiones sexuales y la falta de sanciones a los delincuentes ha provocado dos cosas:
que cada vez menos mujeres quieran denunciar
y que siga imperando la cultura de la impunidad.
sexuales” (las comillas son del informe) y un
caso de estupro. Ocupa nuestro estado, de nueva
cuenta, el deshonroso primer lugar en violencia
sexual a nivel nacional desde el año 2012. Cabe
resaltar que no se tienen registros recientes sobre
la violencia en el ámbito de la comunidad.
Por poner otro ejemplo, solo 8 por ciento de las
víctimas de violación acude a las procuradurías
estatales de justicia. De este porcentaje, solo tres
de cada cuatro interpone una denuncia y, según
datos de la Comisión Ejecutiva de Atención a
Víctimas, sólo uno de cada 100 agresores sexuales
termina siendo consignado. Sonia Frías indica que
esta probabilidad es mucho más reducida para
aquellos agresores que gozan de ciertos privilegios sociales en comparación con las víctimas,
quienes tienen menor escolaridad y pertenecen a
grupos socioeconómicos desfavorecidos.
No obstante y desconociendo la atención que
tuvieron dichas denuncias, otra repercusión que
provoca un proceso deficiente y que el Grupo
de Trabajo para atender la solicitud de la Alerta
de Violencia de Género insiste en su informe, es
sobre la forma en que las y los servidores públicos
manejan la atención, procuración e impartición
de justicia, puesto que muchas veces carecen de
conocimientos suficientes y especializados para
realizar su labor de forma adecuada hacia las
mujeres, haciendo valoraciones estereotipadas
y con prejuicios.
Llama la atención que en la Ciudad de México
existan diversos esfuerzos y se formen redes
interinstitucionales para atender este problema y
sin embargo vaya en aumento. Se tiene previsto
instalar un Observatorio con mujeres expertas
en el tema, pero también urge modificar los
protocolos y que éstos se ejecutan.
¿En Colima, qué hace falta para atender de manera correcta este problema? Definitivamente
falta mucho en materia de políticas públicas
que atiendan la violencia sexual en los espacios
públicos, desde cuantificarla y facilitar la denuncia, hasta apoyo psicológico a las víctimas. Falta
una legislación local al respecto, homologar el
Código Penal y reformar el Protocolo para la
Investigación y Atención Eficiente de los Delitos
Sexuales de la Procuraduría General de Justicia
del Estado. Falta empezar a nombrar y hablar
sobre Violencia comunitaria y, el más importante,
falta que dejemos de naturalizar estas agresiones
sexuales que día a día se siguen cometiendo
impunemente contra nosotras las mujeres.
Son alarmantes las cifras respecto a la violencia
sexual que las mujeres sufrimos en las calles: la
Envipe estima que tan sólo en el año 2015, 979
mil 496 mujeres sufrieron algún tipo de abuso,
hostigamiento, violación o acoso sexual.
¿Pero en Colima cómo estamos? ¿Cuáles son las
cifras? De acuerdo con la información reportada por la Procuraduría General de Justicia del
Estado, en el informe anual 2015 que publicó el
Consejo Nacional de Seguridad Pública (CNSP),
se registraron 24 violaciones sexuales, 22 “delitos
*Impulsora del Colectivo Calle
sin Acoso Colima. Politóloga
Página 7
No conozco casi nada que sea sentido común.
Cada cosa que se dice que es de sentido común
ha sido producto de esfuerzos y luchas de alguna
gente por ella. Amelia Valcárcel.
César Martínez López/Cimacnoticias
Página 2
Rosa María De Santiago Fernández
Invisible, el matrimonio
infantil en Colima
La triste realidad de la infancia
Glenda Libier Madrigal Trujillo
E
E
n el año 2014, el Congreso de la Unión
reformó las leyes en la materia para
prohibir el matrimonio entre personas
menores de 18 años, cuya norma
debieron adaptar las entidades federativas,
pero no lo han hecho en su totalidad, como es
el caso de Colima.
l festejo a la niñez de cada día 30
de abril, es propicio para recordar la
deuda que los gobiernos del mundo
tienen con las y los ciudadanos
del futuro. El ambiente en el que se están
desarrollando, las carencias que enfrentan, la
ausencia de valores, entre ellos, el amor que
a veces ni sus progenitores les brindan, está
gestando una generación que difícilmente
podrá enfrentar los retos de una complicada
humanidad.
Lo que hizo el Congreso del Estado, también en
2014, fue reformar el Código Civil para poner
“candados” al matrimonio infantil, pero sólo
subió la edad de 14 a 16 años, para que menores
puedan establecer la unión civil con el permiso
de la madre o el padre, o con la dispensa de la
o el Presidente Municipal.
Según el análisis que presentaron UNICEF
y el Coneval en el período 2010-2014 (La
Jornada 28-04-16) se detalla que 21.4 millones de niñas, niños y adolecentes viven en
la pobreza. El estudio “Pobreza y derechos
sociales de niños y adolescentes en México
2012-2014”, reveló que 1.5 por ciento (4.6
millones) sufre pobreza extrema.
Las y los menores de una familia con padres jóvenes, de bajo nivel educativo, con
jefatura de familia femenina o de un hogar
rural o indígena, tienen más probabilidad
de presentarse en esa situación. Coinciden
ambos organismos en que es fundamental la
inversión en la infancia, ya que puede prevenir problemas como delincuencia juvenil,
embarazos en adolescentes y violencia. Entre
la población de más de 18 años, la pobreza
incide en menor porcentaje: 42.3 por ciento,
y en pobreza extrema, 8.6 por ciento.
Atacar esa situación en el sector infantil es
fundamental, porque tiene altas probabilidades de volverse permanente, ocasiona daños
irreversibles, sobre todo entre los cero y cinco
años de edad. Las y Los niños y adolescentes
enfrentan, sobre todo, carencias de seguridad
social y acceso a la alimentación, aunque
en el mismo periodo hubo reducciones en
rubros como servicios de salud. Además de
esos derechos, en la medición de la pobreza
se considera el acceso a calidad de vivienda,
servicios en la vivienda, así como educación
e ingreso, señala el reporte.
Alerta la UNICEF que en México, en el contexto de austeridad se debe asegurar que en el
gasto social esté presente el interés superior de
la niñez, lo que se logra ampliando servicios, y
que las niñas y los niños ejerzan sus derechos
sociales, así como el que las familias eleven
sus ingresos. La ausencia de estas medidas
puede provocar mortalidad infantil por enfermedades prevenibles; los primeros cinco
El 5 de diciembre de 2015, el presidente Enrique Peña Nieto instaló el Sistema Nacional
de Protección Integral para Niños, Niñas y
Adolescentes, que soportado en la Ley General
de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, persigue el propósito de garantizar todos
los derechos y beneficios que debe gozar esta
parte de la población mexicana, entre los que
se encuentra erradicar el matrimonio infantil.
años de vida son claves en crecimiento físico
e intelectual, por lo que se haga o se deje de
hacer impactará para siempre.
Matrimonios infantiles. El matrimonio infantil no sólo atenta contra los Derechos Humanos
de la niñez, sino que afecta principalmente a las
niñas, al generar, entre otros aspectos, abuso
sexual, explotación, embarazos prematuros e
infecciones como VIH/ Sida.
La Comisión de Derechos Humanos reconoció
que la Asamblea Legislativa de la Ciudad de
México haya aprobado en comisiones el dictamen para que, por ley, en la capital del país
la edad mínima para casarse sea de 18 años. A
la vez, insta al Pleno de legisladores a aprobar
a la brevedad las reformas al Código Civil.
La Convención sobre los Derechos de la Niña
y el Niño de la ONU expone que el matrimonio infantil “les impide el goce y ejercicio
del derecho al acceso a la información, a su
opinión y a que ésta sea tomada en cuenta; a la
educación, a la salud sexual reproductiva, a la
vida, supervivencia, desarrollo y a la protección
contra todas las formas de explotación sexual”.
Urge implementar programas integrales
de sensibilización sobre las consecuencias
negativas del matrimonio de niñas y niños,
particularmente en comunidades indígenas.
Propone la CDH eliminar las dispensas para
casarse antes de la edad permitida. El dictamen
se aprobó el martes 26 de abril y se tiene previsto subirlo al Pleno el próximo 5 de mayo,
en sesión extraordinaria.
P.D. En la Ciudad de México, en 2007 fueron
aprobadas las reformas en materia de salud,
por las cuales se permite la interrupción legal
del embarazo (ILE). La ultraderecha del PAN
pretende echarlas atrás, a través de su candidata a la Asamblea Constituyente, Cecilia
Romero. Están alertadas las organizaciones
que defienden el derecho de las mujeres a
decidir sobre su cuerpo, y con gran decisión
exigirán que este derecho quede estipulado en
la Constitución local.
*Ex presidenta de la ACPE
prana edad.
El organismo internacional sostiene que el matrimonio infantil está fundado en la discriminación
de género y tiene múltiples consecuencias, como
la deserción escolar, el embarazo prematuro, la
mortalidad materna, la transmisión intergeneracional de la pobreza y, en general, la limitación
a las oportunidades de vida.
Ante la falta de interés de los gobiernos estatales por armonizar las leyes que protegen a la
infancia, el 18 de febrero de este año, senadores del Partido Revolucionario Institucional
promovieron un punto de acuerdo para urgir a
las entidades a reformar sus códigos civiles y
demás disposiciones aplicables, para que en todo
el país sea aplicable la negativa a que menores
de edad puedan casarse por la vía civil.
A finales de enero de este año, la fundación
México Funciona dio a conocer que tan sólo en
el año 2014, en Colima se unieron en matrimonio
162 menores de edad, la mayoría de ellos con
una pareja adulta.
El pasado 30 de abril, venció el plazo que el
gobernador de Coahuila, Rubén Moreira, fijó
a nombre de sus homólogos de cada estado del
país, para que armonizaran los Códigos Civiles
locales a la legislación federal en este tema.
Del total, 141 eran niñas y el resto niños de
entre 14, 15 y 16 años. Ellas y ellos tuvieron
la anuencia de su padre, madre o tutor, para
contraer nupcias con parejas que tenían hasta
50 años de edad.
Tal compromiso fue asumido en el marco de
la instalación del Sistema Nacional para proteger a la infancia, lo que significa que contó
con todas las formalidades que la política y la
administración pública exigen, pero que no ha
sido respetado por 25 entidades del país, donde
se incluye Colima.
El presidente de México Funciona, Abel Pa-
Los estados que, junto con Colima, incumplieron con la homologación de las leyes locales
a las nacionales para prohibir el matrimonio
infantil, son: Aguascalientes, Baja California,
Campeche, Chiapas, Chihuahua, Ciudad de
México, Durango, Estado de México, Guanajuato, Guerrero, Hidalgo, Michoacán, Morelos,
Nayarit, Nuevo León, Puebla, Oaxaca, Querétaro, Sinaloa, Sonora, Tabasco, Tamaulipas,
Tlaxcala y Zacatecas.
De acuerdo con ONU-Mujeres, en nuestro país,
una de cada 5 mujeres mexicanas establece una
unión conyugal antes de los 18 años de edad,
cifra bastante alta, considerando los riesgos y
los retos que una niña enfrenta al convertirse
en esposa, y posteriormente en madre, a tem-
lomera Meza, dio a conocer que mediante un
proyecto desarrollado con el apoyo del gobierno de Canadá, están trabajando para detectar,
prevenir y combatir el matrimonio forzado y
precoz en el estado de Colima.
Por ello, aseveró, preocupa que, por ejemplo, a
las niñas en Colima se les casa con hombre de
hasta 40 ó 50 años. Pero los niños, en su mayoría, son obligados a casarse con mujeres de su
edad o en algunos casos con mujeres adultas.
De acuerdo al estudio de esta organización
civil, la mayoría de las y los menores de edad
que contrajeron nupcias en 2014 son de los
municipios de Manzanillo, Armería y Tecomán.
Y el fenómeno se presenta más en la niñez que
habita la zona rural, donde “la cuestión económica termina haciendo que los padres o tutores
acepten que su hija o hijo se case con un adulto”.
En nuestro estado sigue estando invisibilizado
el matrimonio infantil, pese a ser un problema
que afecta de manera grave a las nuevas generaciones. Hacerlo visible y atacarlo, es tarea de las
familias y la sociedad, pero en estos momentos
la tarea principal es de Gobierno del Estado
y del Congreso local, que tienen pendiente
borrar cualquier posibilidad legal de que una
niña o un niño puedan unirse en matrimonio
con parejas de igual edad o lo que es peor, con
personas adultas.
Página 5
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Lourdes Carrillo de Calvario*
Presión social inhibe a mujeres
a denunciar acoso: sondeo
SENDEROS VIOLETA
Virginia Bolten
*83 por ciento de varones consideran menos graves los “piropos”
indica que las causas por las
cuales los delitos sexuales no
se denuncian son la falta de
confianza en las autoridades
y la percepción de impunidad.
señaló que un porcentaje mayor
de hombres consideró que se debe
denunciar el acoso físico en las
calles (91 por ciento) respecto
del acoso verbal (83 por
ciento), porque quizás
se piensa que el acoso
verbal es menos grave.
Parametría
Página 6
S
iete de cada 10 personas de origen
mexicano (mujeres y hombres) afirmaron que alguna vez vieron a un
varón acosar física o verbalmente a
una mujer en la calle, aunque es probable que
más mexicanas se nieguen a aceptar que fueron
víctimas o testigos, según una encuesta de la
empresa Parametría.
De acuerdo con el sondeo realizado a mil
personas entre el 18 y 22 de marzo pasado, 75
por ciento de los entrevistados hombres afirmó
haber sido testigo de acoso hacia las mujeres en
espacios públicos, mientras que 70 por ciento de
las mujeres encuestadas dijo haber visto casos
de acoso callejero.
Además, Parametría señaló
que un porcentaje mayor de
hombres consideró que se
debe denunciar el acoso físico
en las calles (91 por ciento)
respecto del acoso verbal (83
por ciento), porque quizás se
piensa que el acoso verbal es
menos grave, aunque también
cause miedo e incomodidad.
Una de las posibles explicaciones a esa diferencia, dijo Parametría, puede ser la presión
ejercida socialmente hacia las mujeres para
no aceptar que han sido testigos de acoso o
víctimas de este delito, pues en el país existe
una criminalización contra las víctimas en los
medios de comunicación, redes sociales e instancias de justicia.
Finalmente, más personas consideran que las
mujeres son acosadas en las calles porque se trata
de un problema de la sociedad, así lo mencionó
67 por ciento de las y los entrevistados; mientras
que otro 14 por ciento culpó a las propias mujeres
de provocar estas conductas, y 16 por ciento
mencionó que los hombres son los principales
responsables del acoso.
Si la gran mayoría de mujeres y hombres han
sido testigos de este delito que afecta a gran
parte de la población femenina en el país, y
si una amplia mayoría está consciente de que
se debe denunciar y castigar, “¿por qué como
sociedad continuamos viendo la prevalencia del
delito?”, cuestionó Parametría.
Para consultar los resultados de la encuesta, se
puede visitar el sitio www.parametria.com.mx.
La encuesta se realizó a propósito de casos como
la agresión a la periodista Andrea Noel, el pasado
8 de marzo, en la céntrica colonia Condesa de la
capital del país; y las violaciones sexuales contra
Dafne Fernández, en enero de 2015, en Boca del
Río, Veracruz; y Yakiri Rubí Rubio Aupart, el 9
de diciembre de 2013, en la Ciudad de México.
Ni Dios, ni patrón, ni marido.
Virginia Bolten
E
l primero de mayo de 1890, Virginia
Bolten encabezó la primera manifestación en conmemoración de los
Mártires de Chicago, enarbolando
una bandera negra con letras rojas con la consigna: “1 de Mayo, Fraternidad Universal”.
Fue detenida bajo el cargo de atentar contra
el orden social.
Como en muchas otras biografías de mujeres
que han dejado huella en la historia por dedicar
su vida a la reivindicación de los derechos de la
clase trabajadora en general, y de las mujeres
en particular, donde sus acciones trastocan
intereses de la clase poderosa, algunos datos
precisos e importantes no han sido registrados
con oportunidad, pero la necedad de hombres
o mujeres interesados en rescatar lo que nos
pudiera aportar para saber más de sus luchas,
es suficiente para entender y ubicar cómo el
patriarcado se ha desvenado por ocultar toda
huella que lo confronte con su poder histórico.
Virginia nació en San Luis, Argentina, en
1876, y se dice que su padre, de origen alemán, cuando estudiante se vio en la necesidad
imperante de abandonar su país de origen, por
sus desacuerdos evidentes y manifestados al
régimen de opresión que vivía la clase obrera
de su país. Intuyendo que podía correr graves
peligros ahí, decidió emprender la huida con
ayuda de amigos y familia que lo apoyaban,
pero poco podían protegerlo si se presentara
el caso de ser detenido e incluso sentenciado.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública
(Envipe) 2015, realizada por el Instituto Nacional
de Estadística y Geografía (Inegi), en México un
total de 979 mil 496 personas (de ambos sexos)
sufrieron algún abuso, hostigamiento, estupro,
violación o acoso sexual.
De ese número de víctimas, sólo 87 mil 404
levantaron una averiguación previa ante el Ministerio Público, lo que indica que 91.1 por ciento
de las victimas nunca acudió a las autoridades
para denunciar.
A pesar del subregistro en el tema, es decir,
el número de delitos no denunciados o que no
derivaron en averiguación previa, y según la
encuesta, nueve de cada 10 diez mexicanas y
mexicanos consideraron que debe denunciarse
el acoso físico (89 por ciento) y verbal (85 por
ciento) que se vive en las calles.
Un documento elaborado por la Comisión
Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV)
César Martínez López/Cimacnoticias
como obrera en una industria azucarera de
nombre Refinería Argentina, donde inició su
activismo político al observar y vivir en carne
propia, situaciones prácticamente de esclavitud a que estaban sometidos todas y todos
los trabajadores, laborando hasta doce horas
consecutivas, con ínfimos salarios y mínimas
prestaciones.
Fue despedida de su trabajo por exigir mejores condiciones laborales para las mujeres,
luego se empleó en la
industria del calzado y
contrajo matrimonio con
un activista de origen
uruguayo y de ideología
anarquista, con quien
hacía buen equipo en
todas las actividades
relacionadas con la participación de ambos en
el movimiento obrero.
Virginia encabezaba la
mayoría de las protestas
por las reivindicaciones
de mejores condiciones
de trabajo y salario, y
arengaba a todas y todos
los trabajadores a seguir
en esa línea de lucha,
que para ella era el único
recurso que los patrones
les dejaban para no permitir tanta opresión.
Virginia Bolten
No sin pocos peligros realizó su viaje y se instaló
en Chile, consiguió trabajo en una estancia,
donde posteriormente contrajo matrimonio con
la hija de su patrón de nombre Dominga, y con
quien procreo cuatro hijos e hijas, siendo Virginia la penúltima, y por lo que se evidencia en
su historia, fue la que heredó las ideas rebeldes
y progresistas de su progenitor, llevándolas a
cabo hasta las últimas consecuencias.
Era buena para escribir,
por lo que redactaba los manifiestos que se
distribuían en las fábricas, y junto con los
discursos dictados por ella misma y otras mujeres, editaron el periódico La voz de la mujer,
financiado con sus salarios, y el cual hacía la
aclaración pertinente: “Aparece cuando puede”.
Era un periódico que se distribuía en fábricas
y centros de trabajo, difundiendo las ideas del
comunismo libertario y todas las injusticias
arremetidas contra la clase obrera, especialmente contra las mujeres.
Algunos desacuerdos entre los padres de Virginia, los llevó finalmente a separarse, rescatando
el hecho de que lo hicieron hasta que hijos e
hijas fueran lo suficientemente grandes para
decidir cada quien lo que quería hacer de su
vida, por lo que Virginia decidió instalarse en
la provincia de Santa Fe, ingresando a trabajar
Junto con otros anarquistas inauguró “La casa
del pueblo”, un espacio donde tenía cabida
toda persona que quisiera expresar cualquier
idea sociocultural y política, y donde se organizaban eventos de formación que, al final, se
volvió el semillero de ideas progresistas. Era
principios del año 1900, una época bastante
difícil para las y los trabajadores que vivían en
constante agresión a sus derechos laborales y
que Virginia, junto con otras y otros activistas
canalizaban tantas inquietudes de conseguir
mejores condiciones de vida para todas y todos.
En una de las participaciones políticas que su
marido y ella protagonizaron, él fue arrestado
y deportado a su país de origen, viéndose obligado a marcharse junto con sus hijos e hijas
pequeñas (no existe un dato claro del número
de ellos), por lo que
Virginia se quedó
en Argentina con
su misma actividad política, que
la combinaba con
sus colaboraciones
en periódicos de
corte progresista
y elaborando el
material impreso
que se distribuía en
fábricas y manifestaciones.
Apoyó al régimen
reformista de José
Batlle y Ordoñez,
por considerar que
las reformas realizadas por éste,
beneficiaban al
pueblo y mejoraban considerablemente el sistema
de vida de los habitantes de la Argentina. Sin
embargo, el partido comunista tomó fuerza y a
la mayoría de las y los anarquistas los acusaron
de traición, y los arrestaron. Virginia se hizo
pasar por uruguaya y la deportaron a ese país,
donde finalmente se reunió con su familia.
Poco se sabe de su actividad política posterior,
pero está considerada como una pieza fundamental en el movimiento obrero internacional.
Murió en Montevideo, en 1960, a los 84 años
de edad. Su famosa frase “Ni Dios, ni patrón,
ni marido”, es retomada por el movimiento
amplio de mujeres en el mundo.
*Feminista
[email protected]
Cel. 3121324714
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Rossy Villarruel Figueroa*
Cimacnoticias