QUINTO PODER El derecho a la autodefensa Argentina Casanova* L ¿Cuántas mujeres son encarceladas por defenderse de sus parejas agresoras, es decir, son castigadas por atreverse a responder la agresión, a empujar al agresor y que éste al caer se golpee accidentalmente, a no dejarse golpear hasta ser asesinadas? Juzgadas por un sistema patriarcal insertado en el sistema penal que las juzga desde una mirada misógina. Dirección General: ARMANDO MARTÍNEZ DE LA ROSA Coordinación: GLENDA LIBIER MADRIGAL TRUJILLO Las opiniones expresadas aquí son exclusivas de sus autoras y no representan necesariamente la opinión de esta casa editora. Las fotos que aquí se publican son de apoyo para ilustrar los textos. Las seguimos invitando para que nos acompañen los miércoles y nos hagan llegar sus comentarios al correo: [email protected] Una de las posturas más cuestionadas a las feministas en la marcha #24A ha sido precisamente una manta que dice: “Si te intenta lastimar, muerde, patea, grita, mátalo, nosotras te defendemos”, y esa premisa causa incomodidad por dos razones: por un lado refleja el trastocamiento a la premisa de que nosotras no tenemos derecho a la violencia, ni aún en legítima defensa. Ya el juez Daniel Farah en su sentencia contra Reyna Gómez Solórzano, ayudado por una defensa inadecuada sin perspectiva de género, lo dijo: si bien ella era víctima constante de sus golpizas, amenazas de muerte y otras cosas, ese día no presentaba golpes visibles que le dieran la razón de defenderse. Eso nos pone frente a una “no humano” atreviéndose a cuestionar la vida del hombre, centro del universo, principio rector de lo humano, la divina obra, el culmen de la civilización misma. Si algo explica mejor esa noción es precisamente que cuando hablamos de un patriarcado es justo que es desde la mirada del hombre como padre-hijo en una relación de lo divino con lo semi-dios. Ahí está la obra de Miguel Ángel: Dios tocando al hombre, haciéndolo, dándole vida de su aliento. Y nada más patriarcal que el Derecho. Esta noción, que es una visión patriarcal de la creación y que se olvida de esa pequeña partecita que dice a “hombre y mujer los creó”, pero es el principio que rige el pensamiento contemporáneo. Aún en el hombre más descarriado su vida tiene valor frente a la vida de las mujeres que “no son fuertes, son débiles, son usables y desechables”. César Martínez López/Cimacnoticias Página 8 a legítima defensa es un derecho que sólo existe para el hombre, en tanto que si la que se defiende es una mujer, la noción dentro del Derecho y el sistema de justicia es que ella sólo es un referente de lo victimable frente al “ser humano”, y su defensa implícitamente es Eva quitándole la vida a Adán, creación de suprema. Por eso se escribe en los cuerpos de las mujeres, por eso los cuerpos son usables y este mensaje se refuerza desde los medios de comunicación, las instituciones que desacreditan los dichos de las víctimas, pero también que no les importa cómo hayan sucedido los hechos cuando una mujer tiene que recurrir a la autodefensa para salvar su vida. Son pocos los dispuestos a investigar o aplicar criterios que son válidos y usables cuando el que se defiende es un hombre; todo mundo puede entender que un hombre esté a la altura de su agresor y sólo otro hombre puede privarlo de la vida, no una mujer. Gran parte de los argumentos de quien la juzga es que la acusación se basa en que la mujer tuvo que atacar esperando que él estuviera dormido, que él estuviera borracho, que él fuera un poco menos poderoso, un poco menos semi-dios, un poco menos perfecto, menos dueño de la situación, y que sólo así pudo ser vulnerado, traición a lo absoluto de lo humano. El caso de Reyna Gómez es paradigmático en ese sentido. Un hombre mata a otro hombre de 15 puñaladas y lo señalan como un crimen atroz; un hombre da 37 puñaladas a una mujer y son “lesiones”. Una mujer da una sola puñalada que extraordinariamente acaba con la vida del agresor, y Reyna es castigada a 25 años de prisión porque no se admite la posibilidad –a pesar del contexto de violencia que vivía– del derecho a la legítima defensa. TE DEFENDEMOS TODAS Las necesitamos a todas. Hoy día son pocas las que están defendiendo a las que han ejercido la autodefensa; son pocas, poquísimas las organizaciones de defensa de Derechos Año 22 • Miércoles 4 de mayo de 2016 • Número 1141 Humanos las que toman los casos de defender a las mujeres que asesinaron a su esposo en legítima defensa. Lo hacen las que tienen abogadas con experiencia, pero en la realidad las cárceles de mujeres están llenas de esposas, compañeras o víctimas potenciales de violación. No todas están en el centro del país, no todas son mujeres que tienen posibilidades de acceder a una defensa adecuada. Tan sólo en abril pasado, dos mujeres han sido procesadas en diferentes partes del país: Coahuila y Tabasco. La primera, mujer urbana y con acceso a un cierto bienestar de vida; la segunda, indígena, en una comunidad alejada, pobre, que se defendió de un marido que intentó robarle el dinero de un programa social que ella destinaba para la comida de sus hijos. ¿En dónde estamos cuando ellas nos necesitan? No podemos hablar de la autodefensa sin considerar el compromiso que todas las defensoras, abogadas litigantes y activistas asumamos cuando se presenten los casos en todo el país, ahí donde no hay una oleada como en el centro del país dispuesta a ir a sacarlas de las cárceles. Ahí en la periferia, defender la vida cuesta muchos años de cárcel por enfrentar sistemas misóginos dispuestos a condenarlas. Más triste es que haya mujeres en las cárceles que te digan que prefieren estar ahí, porque al menos ahí, nadie las viola, ni las obliga a vender droga. *Integrante de la Red Nacional de Periodistas y del Observatorio de Feminicidio en Campeche/Cimacnoticias 2 POLISEMIA Las sufragistas Rosa María De Santiago Fernández 3 SENDEROS VIOLETA Virginia Bolten 4 La triste realidad de la infancia 5 Invisible, el matrimonio infantil en Colima 6 Rossy Villarruel Figueroa Lourdes Carrillo de Calvario Glenda Libier Madrigal Trujillo Presión social inhibe a mujeres a denunciar acoso: sondeo Cimacnoticias 7 Erradiquemos la violencia sexual 8 QUINTO PODER El derecho a la autodefensa Sara Elizabeth Cernas Verduzco Argentina Casanova César Martínez López/Cimacnoticias POLISEMIA Erradiquemos la violencia sexual Las sufragistas Sara Elizabeth Cernas Verduzco* L as sufragistas es una película basada en hechos reales que retrata la situación social, económica, cultural y política de las mujeres en Inglaterra a inicios de la Primera Guerra Mundial. La directora británica Sarah Gavron, logra una cinta sencilla, con una temática necesaria, como es el derecho al sufragio femenino. Es una película altamente recomendable, sobre todo para las personas que piensan que los derechos que hemos alcanzado como colectivo femenino, hasta el momento, son producto de algo así como la generación espontánea. Los ahora, nuestros derechos, como el derecho al voto, son producto grupos de mujeres que se articularon en poderosos movimientos sufragistas que exigían los derechos civiles para la población femenina. Arranca con la conversación acalorada entre varones que argumenta que las mujeres no tienen la tranquilidad de temperamento, ni el equilibrio mental necesario para ejercer un juicio en los asuntos políticos. Aseguran que el hecho de que las mujeres voten, significará la pérdida de la estructura social. policía las expulsaba de sus actos y les imponía multas que ellas no pagaban, así que iban la cárcel, donde eran consideradas presas comunes y no políticas, como se reivindicaban. Reflexionemos y hagamos un brevísimo repaso por la historia de la humanidad y pensemos, ¿qué grupo ha cedido sus privilegios, por gusto, para entregárselos a otros/otras? Por otro lado, ¿qué persona o colectivo quiere vivir sin derechos? Para la socióloga chilena Julieta Kirkwood, el feminismo “es la rebeldía ante las tremendas diferencias entre lo que se postula para todo el género humano y lo que vivenciamos concretamente las mujeres”. El movimiento Sufragistas fue épico, apasionante, inspirador y doloroso. Me encantó la película, porque me recuerda un movimiento internacional donde las mujeres demostraron su capacidad, estrategia y paciencia para luchar por los derechos de todas, como lo hacemos muchas de nosotras ahora, pero sin arriesgar familia, trabajo o la vida. Quiero cerrar con una frase que dice la protagonista de la cinta: “A veces pienso en cómo sería vivir una vida en un mundo mejor”. Aún falta mucho por hacer, aún seguimos imaginándolo y luchando, porque si bien hemos conseguido el voto y otros grupos de derechos, no hemos logrado que sean para todas y, en la práctica, las condiciones no son equitativas . Rezan: “Las mujeres están bien representadas por sus padres, hermanos, esposos. Una vez que se da el voto, será imposible detener esto, las mujeres tendrían el derecho de estar en el Parlamento, ser ministras de Gabinete, jueces…” (coincido con el “será imposible detenerlo”.) Dato Polisémico: Los mejores Pura Sangre de Inglaterra corrían en el hipódromo de Epson Downs, el 4 de junio de 1913. Ese día se celebraba, desde 1780, el Derby Day, una gran prueba hípica anual en la que se concentraba lo más destacado de la sociedad inglesa. En medio de espectáculo y la fiesta que se vivía en las gradas, una joven se lanzó a la pista y trato de sujetarse por las riendas el caballo del rey. No lo consiguió, el animal la arrolló y quedó gravemente herida. Cuatro días después, falleció. La joven era Emily Wilding Davison, una combativa sufragista que se convertiría en mártir al perder la vida por su ideal: el derecho al voto de las mujeres. El funeral de Emily W. Davison constituyó un gran acto feminista en las calles de Londres. Las sufragistas inglesas llevaban ya 70 años de lucha por el derecho al voto, sin ningún resultado. “Los hechos, no las palabras, cambian las cosas”. A pesar de que existen diversos protocolos y políticas públicas para la atención a víctimas de violencia sexual, la realidad nos dice que el acceso de justicia para las mujeres es un proceso engorroso, lento y muchas veces inalcanzable. Afirma Sonia Frías (2016) en su artículo “Cultura de la violencia sexual en México y sus víctimas”, que “en México, la cultura de la violencia sexual hacia las mujeres coexiste con la cultura de la impunidad. Esta última centrada en la evidencia de que los delitos no son objeto de sanción o sólo de una sanción inadecuada.” De acuerdo con el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), cuatro de cada 10 mujeres agredidas sexualmente son menores de 15 años. Peor aún, Daniel Pinto (2016) indica que más de 20 entidades federativas no consideran el abuso sexual como un delito grave, e incluso hay estados en donde esto se ve como un delito “menor”, equiparable a robar una vaca. Sonia Frías señala que la ciudadanía desconfía de las instituciones de procuración e impartición de justicia. La Encuesta Nacional sobre Victimización y Percepción de Seguridad Pública (Envipe) 2015, muestra que 32 por ciento de la población cree que denunciar un delito es una pérdida de tiempo y 17 por ciento desconfía de las autoridades. Es por ello que la impunidad se vuelve un factor que contribuye a la existencia de las agresiones sexuales. Aunque las mujeres decidiéramos buscar ayuda en instituciones públicas, la probabilidad de que los delincuentes reciban efectivamente una sanción es muy reducida. A inicios del pasado siglo, colectivos de mujeres que observaron que las protestas pacíficas realizadas por más de cuarenta y las exigencias de su derechos por medios legales eran vilmente ignoradas, se ven obligadas a tomar la violencia como vía para el cambio, peleando en contra del Estado, centrando su esfuerzo en el derecho al voto como la oportunidad de vivir en un mundo mejor. Cansadas de que no se les hiciera caso, pasaron a lucha directa. Describe María Salas, que la táctica que utilizaron fue interrumpir los discursos de los ministros y presentarse en todas las reuniones del Partido Liberal para plantear sus demandas; la Imagen de la película Las Sufragistas Tal es el caso de las agresiones en el transporte público de la Ciudad de México, como los piropos obscenos, las groserías, bromas, miras lascivas, las persecuciones o que tomen fotos o video del cuerpo sin previo consentimiento, que son consideradas faltas administrativas, ya que según la Procuraduría General de Justicia capitalina, al no haber contacto físico, no se puede acreditar un hostigamiento o agresión sexual, es decir, es obligatorio el roce y contacto directo con alguna parte del cuerpo para tipificarlo como delito. Sumado a este pésimo protocolo, los policías carecen de perspectiva de género, asustan a la víctima para que no denuncie, con excusas la hacen sentir culpable o que perderá su tiempo, que se tendrá que ir en la misma patrulla que el delincuente, entre otras. De acuerdo con Inmujeres, la falta de atención en las denuncias, la forma en que las autoridades manejan las agresiones sexuales y la falta de sanciones a los delincuentes ha provocado dos cosas: que cada vez menos mujeres quieran denunciar y que siga imperando la cultura de la impunidad. sexuales” (las comillas son del informe) y un caso de estupro. Ocupa nuestro estado, de nueva cuenta, el deshonroso primer lugar en violencia sexual a nivel nacional desde el año 2012. Cabe resaltar que no se tienen registros recientes sobre la violencia en el ámbito de la comunidad. Por poner otro ejemplo, solo 8 por ciento de las víctimas de violación acude a las procuradurías estatales de justicia. De este porcentaje, solo tres de cada cuatro interpone una denuncia y, según datos de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas, sólo uno de cada 100 agresores sexuales termina siendo consignado. Sonia Frías indica que esta probabilidad es mucho más reducida para aquellos agresores que gozan de ciertos privilegios sociales en comparación con las víctimas, quienes tienen menor escolaridad y pertenecen a grupos socioeconómicos desfavorecidos. No obstante y desconociendo la atención que tuvieron dichas denuncias, otra repercusión que provoca un proceso deficiente y que el Grupo de Trabajo para atender la solicitud de la Alerta de Violencia de Género insiste en su informe, es sobre la forma en que las y los servidores públicos manejan la atención, procuración e impartición de justicia, puesto que muchas veces carecen de conocimientos suficientes y especializados para realizar su labor de forma adecuada hacia las mujeres, haciendo valoraciones estereotipadas y con prejuicios. Llama la atención que en la Ciudad de México existan diversos esfuerzos y se formen redes interinstitucionales para atender este problema y sin embargo vaya en aumento. Se tiene previsto instalar un Observatorio con mujeres expertas en el tema, pero también urge modificar los protocolos y que éstos se ejecutan. ¿En Colima, qué hace falta para atender de manera correcta este problema? Definitivamente falta mucho en materia de políticas públicas que atiendan la violencia sexual en los espacios públicos, desde cuantificarla y facilitar la denuncia, hasta apoyo psicológico a las víctimas. Falta una legislación local al respecto, homologar el Código Penal y reformar el Protocolo para la Investigación y Atención Eficiente de los Delitos Sexuales de la Procuraduría General de Justicia del Estado. Falta empezar a nombrar y hablar sobre Violencia comunitaria y, el más importante, falta que dejemos de naturalizar estas agresiones sexuales que día a día se siguen cometiendo impunemente contra nosotras las mujeres. Son alarmantes las cifras respecto a la violencia sexual que las mujeres sufrimos en las calles: la Envipe estima que tan sólo en el año 2015, 979 mil 496 mujeres sufrieron algún tipo de abuso, hostigamiento, violación o acoso sexual. ¿Pero en Colima cómo estamos? ¿Cuáles son las cifras? De acuerdo con la información reportada por la Procuraduría General de Justicia del Estado, en el informe anual 2015 que publicó el Consejo Nacional de Seguridad Pública (CNSP), se registraron 24 violaciones sexuales, 22 “delitos *Impulsora del Colectivo Calle sin Acoso Colima. Politóloga Página 7 No conozco casi nada que sea sentido común. Cada cosa que se dice que es de sentido común ha sido producto de esfuerzos y luchas de alguna gente por ella. Amelia Valcárcel. César Martínez López/Cimacnoticias Página 2 Rosa María De Santiago Fernández Invisible, el matrimonio infantil en Colima La triste realidad de la infancia Glenda Libier Madrigal Trujillo E E n el año 2014, el Congreso de la Unión reformó las leyes en la materia para prohibir el matrimonio entre personas menores de 18 años, cuya norma debieron adaptar las entidades federativas, pero no lo han hecho en su totalidad, como es el caso de Colima. l festejo a la niñez de cada día 30 de abril, es propicio para recordar la deuda que los gobiernos del mundo tienen con las y los ciudadanos del futuro. El ambiente en el que se están desarrollando, las carencias que enfrentan, la ausencia de valores, entre ellos, el amor que a veces ni sus progenitores les brindan, está gestando una generación que difícilmente podrá enfrentar los retos de una complicada humanidad. Lo que hizo el Congreso del Estado, también en 2014, fue reformar el Código Civil para poner “candados” al matrimonio infantil, pero sólo subió la edad de 14 a 16 años, para que menores puedan establecer la unión civil con el permiso de la madre o el padre, o con la dispensa de la o el Presidente Municipal. Según el análisis que presentaron UNICEF y el Coneval en el período 2010-2014 (La Jornada 28-04-16) se detalla que 21.4 millones de niñas, niños y adolecentes viven en la pobreza. El estudio “Pobreza y derechos sociales de niños y adolescentes en México 2012-2014”, reveló que 1.5 por ciento (4.6 millones) sufre pobreza extrema. Las y los menores de una familia con padres jóvenes, de bajo nivel educativo, con jefatura de familia femenina o de un hogar rural o indígena, tienen más probabilidad de presentarse en esa situación. Coinciden ambos organismos en que es fundamental la inversión en la infancia, ya que puede prevenir problemas como delincuencia juvenil, embarazos en adolescentes y violencia. Entre la población de más de 18 años, la pobreza incide en menor porcentaje: 42.3 por ciento, y en pobreza extrema, 8.6 por ciento. Atacar esa situación en el sector infantil es fundamental, porque tiene altas probabilidades de volverse permanente, ocasiona daños irreversibles, sobre todo entre los cero y cinco años de edad. Las y Los niños y adolescentes enfrentan, sobre todo, carencias de seguridad social y acceso a la alimentación, aunque en el mismo periodo hubo reducciones en rubros como servicios de salud. Además de esos derechos, en la medición de la pobreza se considera el acceso a calidad de vivienda, servicios en la vivienda, así como educación e ingreso, señala el reporte. Alerta la UNICEF que en México, en el contexto de austeridad se debe asegurar que en el gasto social esté presente el interés superior de la niñez, lo que se logra ampliando servicios, y que las niñas y los niños ejerzan sus derechos sociales, así como el que las familias eleven sus ingresos. La ausencia de estas medidas puede provocar mortalidad infantil por enfermedades prevenibles; los primeros cinco El 5 de diciembre de 2015, el presidente Enrique Peña Nieto instaló el Sistema Nacional de Protección Integral para Niños, Niñas y Adolescentes, que soportado en la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, persigue el propósito de garantizar todos los derechos y beneficios que debe gozar esta parte de la población mexicana, entre los que se encuentra erradicar el matrimonio infantil. años de vida son claves en crecimiento físico e intelectual, por lo que se haga o se deje de hacer impactará para siempre. Matrimonios infantiles. El matrimonio infantil no sólo atenta contra los Derechos Humanos de la niñez, sino que afecta principalmente a las niñas, al generar, entre otros aspectos, abuso sexual, explotación, embarazos prematuros e infecciones como VIH/ Sida. La Comisión de Derechos Humanos reconoció que la Asamblea Legislativa de la Ciudad de México haya aprobado en comisiones el dictamen para que, por ley, en la capital del país la edad mínima para casarse sea de 18 años. A la vez, insta al Pleno de legisladores a aprobar a la brevedad las reformas al Código Civil. La Convención sobre los Derechos de la Niña y el Niño de la ONU expone que el matrimonio infantil “les impide el goce y ejercicio del derecho al acceso a la información, a su opinión y a que ésta sea tomada en cuenta; a la educación, a la salud sexual reproductiva, a la vida, supervivencia, desarrollo y a la protección contra todas las formas de explotación sexual”. Urge implementar programas integrales de sensibilización sobre las consecuencias negativas del matrimonio de niñas y niños, particularmente en comunidades indígenas. Propone la CDH eliminar las dispensas para casarse antes de la edad permitida. El dictamen se aprobó el martes 26 de abril y se tiene previsto subirlo al Pleno el próximo 5 de mayo, en sesión extraordinaria. P.D. En la Ciudad de México, en 2007 fueron aprobadas las reformas en materia de salud, por las cuales se permite la interrupción legal del embarazo (ILE). La ultraderecha del PAN pretende echarlas atrás, a través de su candidata a la Asamblea Constituyente, Cecilia Romero. Están alertadas las organizaciones que defienden el derecho de las mujeres a decidir sobre su cuerpo, y con gran decisión exigirán que este derecho quede estipulado en la Constitución local. *Ex presidenta de la ACPE prana edad. El organismo internacional sostiene que el matrimonio infantil está fundado en la discriminación de género y tiene múltiples consecuencias, como la deserción escolar, el embarazo prematuro, la mortalidad materna, la transmisión intergeneracional de la pobreza y, en general, la limitación a las oportunidades de vida. Ante la falta de interés de los gobiernos estatales por armonizar las leyes que protegen a la infancia, el 18 de febrero de este año, senadores del Partido Revolucionario Institucional promovieron un punto de acuerdo para urgir a las entidades a reformar sus códigos civiles y demás disposiciones aplicables, para que en todo el país sea aplicable la negativa a que menores de edad puedan casarse por la vía civil. A finales de enero de este año, la fundación México Funciona dio a conocer que tan sólo en el año 2014, en Colima se unieron en matrimonio 162 menores de edad, la mayoría de ellos con una pareja adulta. El pasado 30 de abril, venció el plazo que el gobernador de Coahuila, Rubén Moreira, fijó a nombre de sus homólogos de cada estado del país, para que armonizaran los Códigos Civiles locales a la legislación federal en este tema. Del total, 141 eran niñas y el resto niños de entre 14, 15 y 16 años. Ellas y ellos tuvieron la anuencia de su padre, madre o tutor, para contraer nupcias con parejas que tenían hasta 50 años de edad. Tal compromiso fue asumido en el marco de la instalación del Sistema Nacional para proteger a la infancia, lo que significa que contó con todas las formalidades que la política y la administración pública exigen, pero que no ha sido respetado por 25 entidades del país, donde se incluye Colima. El presidente de México Funciona, Abel Pa- Los estados que, junto con Colima, incumplieron con la homologación de las leyes locales a las nacionales para prohibir el matrimonio infantil, son: Aguascalientes, Baja California, Campeche, Chiapas, Chihuahua, Ciudad de México, Durango, Estado de México, Guanajuato, Guerrero, Hidalgo, Michoacán, Morelos, Nayarit, Nuevo León, Puebla, Oaxaca, Querétaro, Sinaloa, Sonora, Tabasco, Tamaulipas, Tlaxcala y Zacatecas. De acuerdo con ONU-Mujeres, en nuestro país, una de cada 5 mujeres mexicanas establece una unión conyugal antes de los 18 años de edad, cifra bastante alta, considerando los riesgos y los retos que una niña enfrenta al convertirse en esposa, y posteriormente en madre, a tem- lomera Meza, dio a conocer que mediante un proyecto desarrollado con el apoyo del gobierno de Canadá, están trabajando para detectar, prevenir y combatir el matrimonio forzado y precoz en el estado de Colima. Por ello, aseveró, preocupa que, por ejemplo, a las niñas en Colima se les casa con hombre de hasta 40 ó 50 años. Pero los niños, en su mayoría, son obligados a casarse con mujeres de su edad o en algunos casos con mujeres adultas. De acuerdo al estudio de esta organización civil, la mayoría de las y los menores de edad que contrajeron nupcias en 2014 son de los municipios de Manzanillo, Armería y Tecomán. Y el fenómeno se presenta más en la niñez que habita la zona rural, donde “la cuestión económica termina haciendo que los padres o tutores acepten que su hija o hijo se case con un adulto”. En nuestro estado sigue estando invisibilizado el matrimonio infantil, pese a ser un problema que afecta de manera grave a las nuevas generaciones. Hacerlo visible y atacarlo, es tarea de las familias y la sociedad, pero en estos momentos la tarea principal es de Gobierno del Estado y del Congreso local, que tienen pendiente borrar cualquier posibilidad legal de que una niña o un niño puedan unirse en matrimonio con parejas de igual edad o lo que es peor, con personas adultas. Página 5 Página 4 Lourdes Carrillo de Calvario* Presión social inhibe a mujeres a denunciar acoso: sondeo SENDEROS VIOLETA Virginia Bolten *83 por ciento de varones consideran menos graves los “piropos” indica que las causas por las cuales los delitos sexuales no se denuncian son la falta de confianza en las autoridades y la percepción de impunidad. señaló que un porcentaje mayor de hombres consideró que se debe denunciar el acoso físico en las calles (91 por ciento) respecto del acoso verbal (83 por ciento), porque quizás se piensa que el acoso verbal es menos grave. Parametría Página 6 S iete de cada 10 personas de origen mexicano (mujeres y hombres) afirmaron que alguna vez vieron a un varón acosar física o verbalmente a una mujer en la calle, aunque es probable que más mexicanas se nieguen a aceptar que fueron víctimas o testigos, según una encuesta de la empresa Parametría. De acuerdo con el sondeo realizado a mil personas entre el 18 y 22 de marzo pasado, 75 por ciento de los entrevistados hombres afirmó haber sido testigo de acoso hacia las mujeres en espacios públicos, mientras que 70 por ciento de las mujeres encuestadas dijo haber visto casos de acoso callejero. Además, Parametría señaló que un porcentaje mayor de hombres consideró que se debe denunciar el acoso físico en las calles (91 por ciento) respecto del acoso verbal (83 por ciento), porque quizás se piensa que el acoso verbal es menos grave, aunque también cause miedo e incomodidad. Una de las posibles explicaciones a esa diferencia, dijo Parametría, puede ser la presión ejercida socialmente hacia las mujeres para no aceptar que han sido testigos de acoso o víctimas de este delito, pues en el país existe una criminalización contra las víctimas en los medios de comunicación, redes sociales e instancias de justicia. Finalmente, más personas consideran que las mujeres son acosadas en las calles porque se trata de un problema de la sociedad, así lo mencionó 67 por ciento de las y los entrevistados; mientras que otro 14 por ciento culpó a las propias mujeres de provocar estas conductas, y 16 por ciento mencionó que los hombres son los principales responsables del acoso. Si la gran mayoría de mujeres y hombres han sido testigos de este delito que afecta a gran parte de la población femenina en el país, y si una amplia mayoría está consciente de que se debe denunciar y castigar, “¿por qué como sociedad continuamos viendo la prevalencia del delito?”, cuestionó Parametría. Para consultar los resultados de la encuesta, se puede visitar el sitio www.parametria.com.mx. La encuesta se realizó a propósito de casos como la agresión a la periodista Andrea Noel, el pasado 8 de marzo, en la céntrica colonia Condesa de la capital del país; y las violaciones sexuales contra Dafne Fernández, en enero de 2015, en Boca del Río, Veracruz; y Yakiri Rubí Rubio Aupart, el 9 de diciembre de 2013, en la Ciudad de México. Ni Dios, ni patrón, ni marido. Virginia Bolten E l primero de mayo de 1890, Virginia Bolten encabezó la primera manifestación en conmemoración de los Mártires de Chicago, enarbolando una bandera negra con letras rojas con la consigna: “1 de Mayo, Fraternidad Universal”. Fue detenida bajo el cargo de atentar contra el orden social. Como en muchas otras biografías de mujeres que han dejado huella en la historia por dedicar su vida a la reivindicación de los derechos de la clase trabajadora en general, y de las mujeres en particular, donde sus acciones trastocan intereses de la clase poderosa, algunos datos precisos e importantes no han sido registrados con oportunidad, pero la necedad de hombres o mujeres interesados en rescatar lo que nos pudiera aportar para saber más de sus luchas, es suficiente para entender y ubicar cómo el patriarcado se ha desvenado por ocultar toda huella que lo confronte con su poder histórico. Virginia nació en San Luis, Argentina, en 1876, y se dice que su padre, de origen alemán, cuando estudiante se vio en la necesidad imperante de abandonar su país de origen, por sus desacuerdos evidentes y manifestados al régimen de opresión que vivía la clase obrera de su país. Intuyendo que podía correr graves peligros ahí, decidió emprender la huida con ayuda de amigos y familia que lo apoyaban, pero poco podían protegerlo si se presentara el caso de ser detenido e incluso sentenciado. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (Envipe) 2015, realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en México un total de 979 mil 496 personas (de ambos sexos) sufrieron algún abuso, hostigamiento, estupro, violación o acoso sexual. De ese número de víctimas, sólo 87 mil 404 levantaron una averiguación previa ante el Ministerio Público, lo que indica que 91.1 por ciento de las victimas nunca acudió a las autoridades para denunciar. A pesar del subregistro en el tema, es decir, el número de delitos no denunciados o que no derivaron en averiguación previa, y según la encuesta, nueve de cada 10 diez mexicanas y mexicanos consideraron que debe denunciarse el acoso físico (89 por ciento) y verbal (85 por ciento) que se vive en las calles. Un documento elaborado por la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV) César Martínez López/Cimacnoticias como obrera en una industria azucarera de nombre Refinería Argentina, donde inició su activismo político al observar y vivir en carne propia, situaciones prácticamente de esclavitud a que estaban sometidos todas y todos los trabajadores, laborando hasta doce horas consecutivas, con ínfimos salarios y mínimas prestaciones. Fue despedida de su trabajo por exigir mejores condiciones laborales para las mujeres, luego se empleó en la industria del calzado y contrajo matrimonio con un activista de origen uruguayo y de ideología anarquista, con quien hacía buen equipo en todas las actividades relacionadas con la participación de ambos en el movimiento obrero. Virginia encabezaba la mayoría de las protestas por las reivindicaciones de mejores condiciones de trabajo y salario, y arengaba a todas y todos los trabajadores a seguir en esa línea de lucha, que para ella era el único recurso que los patrones les dejaban para no permitir tanta opresión. Virginia Bolten No sin pocos peligros realizó su viaje y se instaló en Chile, consiguió trabajo en una estancia, donde posteriormente contrajo matrimonio con la hija de su patrón de nombre Dominga, y con quien procreo cuatro hijos e hijas, siendo Virginia la penúltima, y por lo que se evidencia en su historia, fue la que heredó las ideas rebeldes y progresistas de su progenitor, llevándolas a cabo hasta las últimas consecuencias. Era buena para escribir, por lo que redactaba los manifiestos que se distribuían en las fábricas, y junto con los discursos dictados por ella misma y otras mujeres, editaron el periódico La voz de la mujer, financiado con sus salarios, y el cual hacía la aclaración pertinente: “Aparece cuando puede”. Era un periódico que se distribuía en fábricas y centros de trabajo, difundiendo las ideas del comunismo libertario y todas las injusticias arremetidas contra la clase obrera, especialmente contra las mujeres. Algunos desacuerdos entre los padres de Virginia, los llevó finalmente a separarse, rescatando el hecho de que lo hicieron hasta que hijos e hijas fueran lo suficientemente grandes para decidir cada quien lo que quería hacer de su vida, por lo que Virginia decidió instalarse en la provincia de Santa Fe, ingresando a trabajar Junto con otros anarquistas inauguró “La casa del pueblo”, un espacio donde tenía cabida toda persona que quisiera expresar cualquier idea sociocultural y política, y donde se organizaban eventos de formación que, al final, se volvió el semillero de ideas progresistas. Era principios del año 1900, una época bastante difícil para las y los trabajadores que vivían en constante agresión a sus derechos laborales y que Virginia, junto con otras y otros activistas canalizaban tantas inquietudes de conseguir mejores condiciones de vida para todas y todos. En una de las participaciones políticas que su marido y ella protagonizaron, él fue arrestado y deportado a su país de origen, viéndose obligado a marcharse junto con sus hijos e hijas pequeñas (no existe un dato claro del número de ellos), por lo que Virginia se quedó en Argentina con su misma actividad política, que la combinaba con sus colaboraciones en periódicos de corte progresista y elaborando el material impreso que se distribuía en fábricas y manifestaciones. Apoyó al régimen reformista de José Batlle y Ordoñez, por considerar que las reformas realizadas por éste, beneficiaban al pueblo y mejoraban considerablemente el sistema de vida de los habitantes de la Argentina. Sin embargo, el partido comunista tomó fuerza y a la mayoría de las y los anarquistas los acusaron de traición, y los arrestaron. Virginia se hizo pasar por uruguaya y la deportaron a ese país, donde finalmente se reunió con su familia. Poco se sabe de su actividad política posterior, pero está considerada como una pieza fundamental en el movimiento obrero internacional. Murió en Montevideo, en 1960, a los 84 años de edad. Su famosa frase “Ni Dios, ni patrón, ni marido”, es retomada por el movimiento amplio de mujeres en el mundo. *Feminista [email protected] Cel. 3121324714 Página 3 Rossy Villarruel Figueroa* Cimacnoticias
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