N.º 392 OCTUBRE 2014 SERVICIO DE PASTORAL MISIONERA AÑO XCII Servicio de Pastoral Misionera SUMARIO 3 PRESENTACIÓN de la CAMPAÑA Lema, cartel, objetivos 4 PRESENTACIÓN de la CAMPAÑA Una nueva ocasión para nuestro compromiso misionero Anastasio Gil, Director Nacional de OMP 6 MENSAJE DEL PAPA PARA LA JORNADA DEL DOMUND 10 REFLEXIÓN PASTORAL Renace la alegría Anastasio Gil, Director Nacional de OMP 14 ANIMACIÓN MISIONERA Entrevista a Mons. Braulio Rodríguez, Arzobispo de Toledo Paula Rivas 16 ANIMACIÓN MISIONERA Las diócesis, con sus misioneros Delegaciones Diocesanas de Misiones de Lleida y Menorca 18 ANIMACIÓN MISIONERA Por el DOMUND, por los misioneros 20 SERVICIO INFORMATIVO El DOMUND en los Mensajes de Pablo VI Rafael Santos, Director de “Illuminare” 22 SERVICIO INFORMATIVO De nuestras Iglesias, a los cinco continentes En su Mensaje para el DOMUND de este año, el papa Francisco nos anima a retomar con coraje la misión evangelizadora: «Os invito a sumergiros en la alegría del Evangelio y a alimentar un amor capaz de iluminar vuestra vocación y vuestra misión». Pág. 6 Mons. Braulio Rodríguez, presidente de la Comisión Episcopal de Misiones, ofrece tres claves del DOMUND: oración, ayuda económica y apoyo a las vocaciones misioneras. Pág. 14 26 TESTIMONIOS Monasterios con espíritu misionero 28 LITURGIA Guion litúrgico - DOMUND 2014 Juan Martínez Sáez, fmvd, colaborador de OMP 30 VIGILIA DE ORACIÓN Compartir la alegría de Jesús Juan Martínez Sáez, fmvd, colaborador de OMP 32 COOPERACIÓN ECONÓMICA 34 PONTIFICIA UNIÓN MISIONAL Seminarios abiertos a la universalidad de la Iglesia Adelino Álvarez, Delegado Diocesano de Misiones de Ourense Para una diócesis, los misioneros por ella enviados no son números: son hermanos con nombres y apellidos, a los que hay que acompañar y ayudar en su labor. Pág. 16 EDITA: Obras Misionales Pontificias - DIRECTOR NACIONAL: Anastasio Gil García DIRECTOR: Rafael Santos Barba - DISEÑO: Antonio Aunés Hernández IMPRIME: Gráficas Dehon - Depósito Legal: M. 3790-1958 Dirección y Administración: Fray Juan Gil, 5; 28002 Madrid - Tel.: 91 590 27 80 [email protected] - [email protected] - http://www.omp.es - http://www.domund.org www.facebook.com/OMPEspana twitter.com/omp_es LEMA . “RENACE... Así se dice al comienzo de Evangelii gaudium: “Con Jesucristo siempre nace y renace la alegría”. La misión es el lugar privilegiado para nacer y renacer al encuentro con Dios. Este renacer, del que habla Jesús con Nicodemo, estaba escondido y ha sido revelado a los pequeños. Así sucede en el origen de la fe de los discípulos. La finalidad de la actividad misionera es nacer y renacer a la vida de fe. . ... LA ALEGRÍA” Es un aspecto esencial en la evangelización. La alegría está en la entraña del amor trinitario: el Padre es la fuente; el Hijo, su manifestación; y el Espíritu Santo, el animador. Los discípulos, llenos de alegría, proclaman el amor de Dios. Tras su encuentro con Cristo, comparten esta experiencia con los más pobres. Y Francisco nos pregunta: “¿Por qué no entramos también nosotros en este río de alegría?”. CARTEL . La imagen. Nada más elocuente que la sonrisa de unos jóvenes, independientemente de su raza, para expresar la alegría que brota del corazón. Al contemplar sus miradas y sus manos entrelazadas, es fácil descubrir que su alegría nace de un corazón limpio y una fraternidad profunda. Es la fuerza del amor. No necesitan otros estímulos externos. . . Las palabras. El lema, el hashtag #Yosoydomund y la fecha de la Jornada forman una unidad. La palabra “DOMUND”, suficientemente significativa, evoca la vida de entrega de los misioneros y suscita la implicación en su misma tarea. Los símbolos. Sobre un fondo morado, se ven unos signos que representan algunos elementos específicos de las Obras Misionales Pontificias, cuyo principal objetivo es la cooperación con la actividad misionera de la Iglesia. OBJETIVOS . . . Celebrar la Jornada Mundial de las Misiones, en comunión con toda la Iglesia, para vivir la dimensión universal de la fe y el compromiso de la caridad con los más pobres. Invitar a todas las comunidades cristianas a participar en las actividades de información, formación y cooperación misionera organizadas con motivo del DOMUND. Promover una corriente fraterna y solidaria de colaboración económica con las necesidades materiales de los misioneros y de las misiones, a través de las Obras Misionales Pontificias. 3 Por Anastasio Gil, E Director de OMP en España l DOMUND es una ocasión para contemplar la misión de la Iglesia como familia de quienes se reconocen hijos de Dios y hermanos de todos los hombres. Su celebración es cada año una nueva oportunidad para observar desde la perspectiva divina la humanidad como aquella mies que, según Jesús hizo ver a sus discípulos, está pronta para la siega; y que, a la vez, le oigamos advertir que esta mies es abundante, pero los obreros pocos. Ante este dilema, Él propone la respuesta: “Rogad, pues, al dueño de la mies que envíe obreros a su mies. ¡Poneos en camino! Mirad que os envío...” (Lc 10,2-3). Palabras imperativas para la oración y para la disponibilidad, que hace suyas el papa Francisco, a través la referencia a una Iglesia “en salida”. Es, por tanto, una nueva ocasión para implicarnos en el compromiso evangelizador de la Iglesia. En efecto, Dios ha querido servirse de los hombres para la obra de la salvación del mundo. Todo nace de la llamada a la misión, como hizo el Señor desde el primer momento de su actividad evangelizadora: llamó a los que quiso para estar con Él y para enviarles a predicar (cf. Mc 3,13-15). También ahora sigue llamando a los que quiere, y la respuesta no se hace esperar por las numerosas vocaciones a la misión que cada año parten de las comunidades cristianas. Unos son llamados a primera hora, y otros, a última; unos, para ir lejos, y otros, para estar cerca; unos, para colaborar desde la primera fila, y otros, desde la retaguardia; pero todos son llamados. Contemplar la actividad misionera de la Iglesia en el mundo entero es uno de los argumentos fundamentales de su catolicidad y del sentido de filiación y fraternidad que subyace en el corazón de los discípulos misioneros. Entre estas vocaciones a la misión, es preciso destacar la que Dios deposita en el corazón de algunos laicos, que lo dejan todo para responder con prontitud. A ello se refiere Francisco cuando habla de que esta Jornada es la ocasión para incrementar la conciencia de las vocaciones mi- 4 Presentación de la campaña sioneras y, especialmente, las laicales, ya que ellos, los laicos, “están llamados a desempeñar un papel cada vez más relevante en la difusión del Evangelio” (Mensaje DOMUND 2014, 4). JORNADA MUNDIAL DE LAS MISIONES Este panorama de generosidad y universalidad se puede vislumbrar con nítido atractivo en la Jornada Mundial de las Misiones. Pablo VI inició la costumbre de entregar a la Iglesia un Mensaje para esta Jornada; desde entonces, los papas nos invitan a tomar parte activa en este intercambio de dones espirituales y materiales entre los fieles. Es la certeza de que todos somos la familia de Dios, y en sus manos ponemos nuestros “panes y peces”, para que Él los bendiga y los reparta. Decía Pablo VI en su Mensaje de 1976: “Esta Jornada anual se propone sobre todo la formación de la conciencia misionera de todo el Pueblo de Dios, tanto de sus individuos como de las comunidades; el cultivo de las vocaciones misioneras; y el progresivo aumento de la cooperación, espiritual y material, a la actividad misionera en toda su dimensión eclesial”. Contemplar la La Iglesia ha querido servirse de las Obras Misionales Pontificias al actividad misionera hacer suya aquella iniciativa de Paulina Jaricot de colaborar, mediante la de la Iglesia en el plegaria y la aportación económica, con los misioneros. En cada uno de los 130 países en que están implantadas, ha sido nombrado un dimundo entero es uno rector nacional; este asume la responsabilidad de promover, en comude los argumentos nión con la respectiva Conferencia Episcopal, el carisma propio de esfundamentales de tas Obras, a las que Francisco considera como “el instrumento privilegiasu catolicidad. do en las manos del Papa” para hacer visible la cooperación entre todos los fieles (Discurso a los directores nacionales de OMP, 17-5-2013). COOPERACIÓN ENTRE LAS IGLESIAS Cada año, miles de personas anónimas, comunidades, parroquias y centros educativos, residencias de mayores, hermandades y cofradías, instituciones civiles y privadas ayudan generosamente a los miles de misioneros españoles repartidos por el mundo. Como en una familia, cada uno aporta lo que tenga y quiera dar, y los responsables se encargan de distribuir según las necesidades. Así funcionan los Fondos Universales de Solidaridad que gestionan los Secretariados Generales de las OMP. Estas ayudas no se circunscriben a los aspectos materiales, sino que todo está dinamizado por la caridad evangélica, que favorece la fraternidad y la solidaridad como partes connaturales de la tarea misionera. Del amor al hermano, en el cual el cristiano contempla el rostro de Dios, brota la fuerza de la misión de la Iglesia. Este amor conlleva salir de uno mismo para situarse en la vida del otro; en concreto, en el hermano misionero que ha pasado a la otra orilla para entregarse a los demás. Jornada del DOMUND, días en los que vivir con intensidad la oración y el sacrificio para sostener las manos generosas y los corazones ardientes de los misioneros que están en primera línea. Después, solo después, viene la ayuda económica y material. 5 Queridos hermanos y hermanas: Hoy en día todavía hay mucha gente que no conoce a Jesucristo. Por eso es tan urgente la misión ad gentes, en la que todos los miembros de la Iglesia están llamados a participar, ya que la Iglesia es misionera por naturaleza: la Iglesia ha nacido “en salida”. La Jornada Mundial de las Misiones es un momento privilegiado en el que los fieles de los diferentes continentes se comprometen con oraciones y gestos concretos de solidaridad para ayudar a las Iglesias jóvenes en los territorios de misión. Se trata de una celebración de gracia y de alegría. De gracia, porque el Espíritu Santo, mandado por el Padre, ofrece sabiduría y fortaleza a aquellos que son dóciles a su acción. De alegría, porque Jesucristo, Hijo del Padre, enviado para evangelizar el mundo, sostiene y acompaña nuestra obra misionera. Precisamente sobre la alegría de Jesús y de los discípulos misioneros quisiera ofrecer una imagen bíblica, que encontramos en el Evangelio de Lucas (10,21-23). El evangelista cuenta que el Señor envió a los setenta y dos discípulos, de dos en dos, a las ciudades y pueblos, a proclamar que el Reino de Dios había llegado, y a preparar a los hombres al encuentro con Jesús. Después de cumplir con esta misión de anuncio, los discípulos volvieron llenos de alegría: la alegría es un tema dominante de esta primera e inolvidable experiencia misionera. El Maestro Divino les dijo: “«No estéis alegres porque se os someten los espíritus; estad alegres porque vuestros nombres están inscritos en el cielo». En aquella hora, se llenó de alegría en el Espíritu Santo y dijo: «Te doy gracias, Pa- 1 Mensaje del Papa dre [...]». Y volviéndose a sus discípulos, les dijo aparte: «¡Bienaventurados los ojos que ven lo que vosotros veis!»” (Lc 10,20-21.23). Son tres las escenas que presenta Lucas. Primero, Jesús habla a sus discípulos, y luego se vuelve hacia el Padre, y de nuevo comienza a hablar con ellos. Jesús quiere hacer partícipes a los discípulos de su alegría, que es diferente y superior a la que ellos habían experimentado. Los discípulos estaban llenos de alegría, entusiasmados con el poder de liberar a las personas de los demonios. Sin embargo, Jesús les advierte que no se alegren tanto por el poder recibido, cuanto por el amor recibido: “porque vuestros nombres están inscritos en el cielo” (Lc 10,20). A ellos se les ha «Quienes se dejan concedido la experiencia del amor de Dios, e incluso la posibilidad de comparsalvar por Él son tirlo. Y esta experiencia de los discípulos es motivo de gozosa gratitud del coliberados del pecado, razón de Jesús. Lucas ha captado este júbilo en una perspectiva de comunión trinitaria: Jesús “se llenó de alegría en el Espíritu Santo” dirigiéndose al Padre de la tristeza, del y alabándolo. Este momento de íntima alegría brota de lo más profundo de Jevacío interior. Con Jesús sús como Hijo hacia su Padre, Señor del cielo y de la tierra, el cual ha ocultasiempre nace y renace do estas cosas a sabios y entendidos, y se las ha revelado a los pequeños (cf. Lc la alegría». 10,21). Dios ha escondido y revelado y, en esta oración de alabanza, se pone de relieve, sobre todo, lo revelado. ¿Qué es lo que Dios ha revelado y ocultado? Los misterios de su Reino, el afirmarse del señorío divino en Jesús y la victoria sobre Satanás. Dios ha escondido todo esto a aquellos que están demasiado llenos de sí y pretenden saberlo ya todo. Están como cegados por su propia presunción y no dejan espacio a Dios. Uno puede pensar fácilmente en algunos de los contemporáneos de Jesús a los que Él mismo advirtió en varias ocasiones, pero se trata de un peligro que siempre ha existido, y que nos afecta también a nosotros. En cambio, los “pequeños” son los humildes, los sencillos, los pobres, los marginados, los sin voz, los que están cansados y oprimidos, a los que Jesús ha llamado “benditos”. Se puede pensar fácilmente en María, en José, en los pescadores de Galilea, y en los discípulos llamados a lo largo del camino, en el curso de su predicación. 2 “Sí, Padre, porque así te ha parecido bien” (Lc 10,21). La expresión de Jesús debe entenderse con referencia a su júbilo interior, donde la benevolencia indica un plan salvífico y benevolente del Padre hacia los hombres. En el contexto de esta bondad divina, Jesús se regocija, porque el Padre ha decidido amar a los hombres con el mismo amor que Él tiene por el Hijo. Además, Lucas nos recuerda el júbilo similar de María: “Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador” (Lc 1,46-47). Se trata de la Buena Noticia que conduce a la salvación. María, llevando en su vientre 3 «Los discípulos son aquellos que se dejan aferrar cada vez más por el amor de Jesús, para ser portadores de la alegría del Evangelio». 7 Mensaje del Papa a Jesús, el Evangelizador por excelencia, al encontrarse con Isabel, exulta de gozo en el Espíritu Santo, cantando el Magníficat. Jesús, al ver el éxito de la misión de sus discípulos y, por tanto, su alegría, se regocija en el Espíritu Santo y se dirige a su Padre en oración. En ambos casos, se trata de una alegría por la salvación que tiene lugar, porque el amor con el que el Padre ama al Hijo llega hasta nosotros y, por obra del Espíritu Santo, nos envuelve, nos hace entrar en la vida de la Trinidad. El Padre es la fuente de la alegría. El Hijo, su manifestación, y el Espíritu Santo, su animador. Inmediatamente después de alabar al Padre, como dice el evangelista Mateo, Jesús nos invita: “Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y «La Jornada Mundial yo os aliviaré. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy mande las Misiones es un so y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas. Porque momento para reavivar mi yugo es llevadero y mi carga ligera” (Mt 11,28-30). “La alegría del Evanel deseo y el deber gelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús. Quiemoral de la participación nes se dejan salvar por Él son liberados del pecado, de la tristeza, del vacío interior, del aislamiento. Con Jesucristo siempre nace y renace la alegría” (Exhort. gozosa en la misión apost. Evangelii gaudium, 1). ad gentes». De este encuentro con Jesús, la Virgen María ha tenido una experiencia completamente singular y se ha convertido en causa nostrae laetitiae. Y los discípulos han recibido la llamada a estar con Jesús y a ser enviados por Él a predicar el Evangelio (cf. Mc 3,14), y así se ven colmados de alegría. ¿Por qué no entramos también nosotros en este río de alegría? “El gran riesgo del mundo actual, con su múltiple y abrumadora oferta de consumo, es una tristeza individualista que brota del corazón cómodo y avaro, de la búsqueda enfermiza de placeres superficiales, de la conciencia aislada” (Exhort. apost. Evangelii gaudium, 2). Por lo tanto, la humanidad tiene una gran necesidad de alcanzar la salvación que nos ha traído Cristo. Los discípulos son aquellos que se dejan aferrar cada vez más por el amor de Jesús y marcar por el fuego de la pasión por el Reino de Dios, para ser portadores de la alegría del Evangelio. Todos los discípulos del Señor están llamados a cultivar la alegría de la evangelización. Los obispos, como principales responsables del anuncio, tienen la tarea de promover la unidad de la Iglesia local en el compromiso misionero, teniendo en cuenta que 4 8 Mensaje del Papa la alegría de comunicar a Jesucristo se expresa tanto en la preocupación de anunciarlo en los lugares más distantes, como en una salida constante hacia las periferias del propio territorio, donde hay más personas pobres en espera. En muchas regiones escasean las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada. A menudo esto se debe a la ausencia en las comunidades de un fervor apostólico contagioso, por lo que les falta entusiasmo y no despiertan nin«El discípulo del gún atractivo. La alegría del Evangelio nace del encuentro con Cristo y Señor persevera del compartir con los pobres. Animo, por tanto, a las comunidades paen la alegría cuando rroquiales, asociaciones y grupos a vivir una vida fraterna intensa, funestá con Él, cuando dada en el amor a Jesús y atenta a las necesidades de los más desfavorecidos. Donde hay alegría, fervor, deseo de llevar a Cristo a los demás, comparte la fe, surgen las verdaderas vocaciones. Entre estas, no deben olvidarse las vola esperanza y la caciones laicales a la misión. Hace tiempo que ha crecido la conciencia caridad evangélica». de la identidad y de la misión de los fieles laicos en la Iglesia, así como la sensibilización de que ellos están llamados a desempeñar un papel cada vez más relevante en la difusión del Evangelio. Por eso es importante una formación adecuada, con vistas a una acción apostólica eficaz. “Dios ama al que da con alegría” (2 Cor 9,7). La Jornada Mundial de las Misiones es también un momento para reavivar el deseo y el deber moral de la participación gozosa en la misión ad gentes. La contribución económica personal es el signo de una oblación de sí mismos, en primer lugar al Señor y luego a los hermanos, para que la propia ofrenda material se convierta en un instrumento de evangelización de una humanidad que se construye sobre el amor. Queridos hermanos y hermanas, en esta Jornada Mundial de las Misiones mi pensamiento se dirige a todas las Iglesias locales. “¡No nos dejemos robar la alegría evangelizadora!” (Exhort. apost. Evangelii gaudium, 83). Os invito a sumergiros en la alegría del Evangelio y a alimentar un amor capaz de iluminar vuestra vocación y vuestra misión. Os exhorto a recordar, como en una peregrinación interior, el “primer amor” con el que el Señor Jesucristo ha caldeado el corazón de cada uno, no por un sentimiento de nostalgia, sino para perseverar en la alegría. El discípulo del Señor persevera en la alegría cuando está con Él, cuando hace su voluntad, cuando comparte la fe, la esperanza y la caridad evangélica. A María, modelo de evangelización humilde y alegre, dirigimos nuestra oración, para que la Iglesia, casa de puertas abiertas, se convierta en un hogar para muchos, una madre para todos los pueblos, y haga posible el nacimiento de un nuevo mundo. 5 Francisco. Vaticano, 8 de junio de 2014, Solemnidad de Pentecostés 9 Reflexión pastoral rancisco inicia su Mensaje para la Jornada Mundial de la Misiones con una afirmación que no por conocida deja de sacudir la conciencia de los creyentes: “Hoy en día todavía hay mucha gente que no conoce a Jesucristo” (intr.). Millones de hombres y mujeres aún no han tenido la experiencia personal de saber que Él ofrece la salvación a todos y a cada uno. Los datos sitúan esta realidad en el 68% de la población del planeta, lo que, a primera vista, puede parecer un fracaso. Tras más de 20 siglos, la evangelización encomendada por Jesús a la Iglesia “se halla todavía en los comienzos”, como advertía san Juan Pablo II. Ante esto, es necesario reafirmar la urgencia de la llamada misión ad gentes, que pone a la Iglesia en situación “de salida”, de misión. Para alentar a la Iglesia en este compromiso misionero, el papa Francisco recuerda que la Jornada del DOMUND es siempre un motivo de gratitud y esperanza. La describe como “una celebración de gracia y de alegría”: “De gracia, porque el Espíritu Santo, mandado por el Padre, ofrece sabiduría y fortaleza a aquellos que son dóciles a su acción. De Tras más de 20 alegría, porque Jesucristo, Hijo del Padre, enviado para evangelizar el mundo, sossiglos, la evangelización tiene y acompaña nuestra obra misionera” (intr.). El punto de unidad entre gracia y encomendada por Jesús alegría se encuentra en Dios Trinidad, porque el amor con que el Padre ama al Hia la Iglesia “se halla jo llega a nosotros por obra del Espíritu Santo: “El Padre es la fuente de la alegría. aún en los comienzos”, El Hijo, su manifestación, y el Espíritu Santo, su animador” (n. 3). Estas referencias a la esencia de la alegría como expresión de fe han sido el motivo por el que como advertía Obras Misionales Pontificias propone para celebrar esta Jornada en España el lema san Juan Pablo II. “Renace la alegría”, inspirado en las palabras del inicio de la exhortación apostólica Evangelii gaudium: “Con Jesucristo siempre nace y renace la alegría” (EG 1; Mensaje, 3). F EL FUNDAMENTO DE LA ALEGRÍA El evangelio de Lucas (Lc 10,21-23) narra con detalle la alegría de los discípulos en su reencuentro con Jesús, cuando retornan de sus correrías apostólicas y desean comentar cómo han vivido su primera experiencia misionera. Sus miradas, expresiones y comentarios 10 Reflexión pastoral están impregnados de tal gozo que bien pudiera concluirse que la alegría es el tema dominante de dicha experiencia. En este momento inicial del reencuentro, Jesús les contempla, les escucha y deja que vayan expresando sus sentimientos. No solo manifiestan su júbilo incontenible, sino también el principal motivo de este: “Señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre” (Lc 10,17). La alegría de aquellos primeros evangelizadores se La fuerza y el fundamenta en el poder, más que en el ser. Están llenos de sí mismos y de su capaentusiasmo brotan en cidad de gestión. El éxito les está impidiendo hacer referencia al origen de su miel evangelizador de su sión. No sería aventurado evocar la advertencia que Francisco hace a los evangelivinculación a Cristo, zadores que están más pendientes de la conquista de los resultados que del ocultafuente creadora para la miento y el servicio. Jesús les hace ver que la razón de su alegría no es “tanto por el poder recibido, cuanto por el amor recibido” (n. 2). instauración de una Jesús, que participa de esta alegría, vuelve su mirada al Padre para darle gracias sociedad alternativa. porque ha revelado su misterio salvador a los pobres y sencillos: “Sí, Padre, porque así te ha parecido bien” (Lc 10,21). Sus palabras remiten a su júbilo interior, donde se descubre el plan salvífico y benevolente del Padre hacia los hombres. Reconocimiento, gratitud y alegría de Jesús, porque el Padre ha decidido amar a los hombres con el mismo amor con que le ha amado a Él. Es la experiencia del misionero al compartir su fe con los más pobres y alejados, con los que no cuentan o con los excluidos. Ellos son el mejor signo de que ha llegado el Reino de Dios: “Los ciegos ven y los cojos andan; [...] y los pobres son evangelizados” (Mt 11,5). Y les recuerda el motivo de la verdadera alegría: “Estad alegres porque vuestros nombres están inscritos en el cielo” (Lc 10,20). De nuevo se vuelve a los discípulos para hacerles caer en la cuenta del fundamento de su alegría: ver el misterio de Dios, el amor de Dios. “¡Bienaventurados los ojos que ven lo que vosotros veis!” (Lc 10,23). ¿Qué es lo que ellos están viendo? “¿Qué es lo que Dios ha revelado y ocultado? Los misterios de su Reino, el afirmarse del señorío divino en Jesús y la victoria sobre Satanás”, contesta el Papa (n. 2). Para poder ver estos misterios, es preciso hacerse pequeño como María y José, los pescadores de Galilea, los discípulos de Jesús, que no se dejan seducir por la autocomplacencia y la presunción y dejan “espacio a Dios”. Son los “pequeños”, “los humildes, los sencillos, los pobres, los marginados, los sin voz, los que están cansados y oprimidos, a los que Jesús ha llamado «benditos»” (n. 2). Este el camino de la alegría, a la que Jesús invita a renacer, como susurraba en confidencia a Nicodemo: “El que no nazca de nuevo no puede ver el reino de Dios” (Jn 3,3); pero nacer del Espíritu, no de la carne. PORTADORES DE LA ALEGRÍA DE LA MISIÓN El Papa desvela, en Evangelii gaudium, su sueño: “Una opción misionera capaz de transformarlo todo, para que las costumbres, los estilos, los horarios, el lenguaje y toda estructura eclesial se convierta en un cauce adecuado para la evangelización del mundo actual” (EG 27). Este es el gran desafío que tiene la Iglesia, cuyas puertas están siempre abiertas para salir a los lugares donde están los otros y para que entren quienes reciben la gracia de la conversión. Una Iglesia de puertas abiertas “no es una aduana, es la casa paterna donde hay lugar para cada uno con su vida a cuestas” (EG 47). Es esta la misión que Él confía a la Iglesia, para que salga fuera a llevar el Verbo encarnado hasta los confines de la tierra, trabajando incansablemente por instaurar el Reino de paz y de justicia, en la fuerza del Espíritu. En Pentecostés, ese Espíritu hace salir de sí mismos a los apóstoles, los transforma en anunciadores de las grandezas de Dios y les “infunde la fuerza para anunciar la novedad del Evangelio con audacia (parresía), en voz alta y en todo tiem- 11 Reflexión pastoral po y lugar, incluso a contracorriente” (EG 259). La fuerza y el entusiasmo brotan en el evangelizador de su vinculación a Cristo, fuente creadora para la instauración de una sociedad alternativa, modelada sobre las bienaventuranzas: “La Iglesia es el pueblo de las bienaventuranzas, la casa de los pobres, de los afligidos, de los excluidos y perseguidos, de quienes tienen hambre y sed de justicia” (Discurso a los Directores Nacionales de las OMP, 9-5-2014). En este esfuerzo se sitúa el discípulo misionero –expresión tan querida por Francisco–, que de tal modo se deja aferrar por el amor de Jesús y apasionar por el Reino de Dios que se hace portador de la alegría del Evangelio. El discípulo misionero “persevera en la alegría cuando está con Él, cuando hace su voluntad, cuando comparte la fe, la esperanza y la caridad evangélica” (n. 5). Por eso dice el Papa: “Os invito a sumergiros en la alegría del Evangelio y a alimentar un amor capaz de iluminar vuestra vocación y vuestra misión. Os exhorto a recordar, como en una peregrinación interior, el «primer amor» con el que el Señor Jesucristo ha caldeado el corazón de cada uno, no por un sentimiento de nostalgia, sino para perseverar en la alegría” (n. 5). DIFICULTADES Y RENOVACIÓN Renacer a la alegría tiene sus limitaciones, tanto en el interior de las personas, como en los ámbitos existenciales, geográficos o culturales donde se vive la fe, y el misionero es consciente de ellas. “El gran riesgo del mundo actual, con su múltiple y abrumadora oferta de consumo, es una tristeza individualista que brota del corazón cómodo y avaro, de la búsqueda enfermiza de placeres superficiales, de la conciencia aislada” (EG 2). Sin embargo, siendo importantes las limitaciones de los ámbitos sociales, son aún más graves las que experiLa vida entregada mentan en su interior los seres humanos cuando “están demasiado llenos de sí y predel misionero es alegre tenden saberlo ya todo” (n. 2). No es que Dios se lo oculte, sino que, cegados por su propia presunción, no dejan espacio a Dios. Un indicador de ello es la tristeza, que y esperanzada: ha desaparece con Cristo, porque con Él renace la alegría: “Quienes se dejan salvar por vivido la experiencia de Él son liberados del pecado, de la tristeza, del vacío interior, del aislamiento. Con «salir» de sí mismo, Jesucristo siempre nace y renace la alegría” (EG 1). venciendo la tentación Por eso la vida entregada del misionero es alegre y esperanzada: ha vivido la exdel individualismo. periencia de “salir” de sí mismo, venciendo la tentación del individualismo y del egoísmo que promueve la cultura de la indiferencia, en la que “casi sin advertirlo, nos volvemos incapaces de compadecernos ante los clamores de los otros, ya no lloramos ante el drama de los demás ni nos interesa cuidarlos, como si todo fuera una responsabilidad ajena que no nos incumbe” (EG 54). Ante la magnitud de esta realidad no nos han de detener, dice Francisco, “ni nuestras debilidades, ni nuestros pecados, ni tantos impedimentos que se oponen al 12 Reflexión pastoral testimonio y a la proclamación del Evangelio. Es la experiencia del encuentro con el Señor lo que nos empuja y nos da la alegría de anunciarlo a todas las gentes” (Discurso, 9-5-2014). Renacer a la alegría no es una simple renovación cosmética o externa, ni siquiera un cambio de estrategias de comunicación. Es una renovación interior que lleva a encontrar nuevos caminos, nuevos métodos creativos, formas variadas de expresión para la evangelización del mundo actual. Es, sin duda, la principal y más esencial petición de Francisco a la Todos los Iglesia con ocasión de esta Jornada: retomar con coraje la misión evangelizadora, bautizados estamos porque de su intensidad y eficacia es de donde puede derivar también la verdadera llamados a llegar, renovación de la Iglesia, de sus estructuras y de su acción pastoral. con valentía, a todas las periferias que necesitan la luz del Evangelio. LA ALEGRÍA DEL ENCUENTRO Todos los bautizados estamos llamados a llegar, con valentía, a todas las periferias que necesitan la luz del Evangelio (cf. EG 23). La actividad misionera y evangelizadora de la Iglesia debe llegar a todos, pero a partir de los últimos, de aquellos que tienen dobladas sus espaldas bajo el peso y la fatiga de la vida. La principal pobreza es desconocer el origen de la propia dignidad, y se da en grandes sectores de la humanidad, donde muchos buscan a Dios secretamente, movidos por la nostalgia de su rostro, aun en países de antigua tradición cristiana. Se entiende la urgencia de la que hablaba Pablo VI –que será beatificado el día del DOMUND– en su Mensaje de 1964: “La Jornada Mundial de las Misiones pone de relieve hoy precisamente una voz, un llamamiento urgente: es la voz de los pueblos que piden luz, verdad y gracia; es la voz de los heraldos del Evangelio que piden ayuda y sustento; son voces de hijos que se elevan al Padre común”. Sí, “todos tienen el derecho de recibir el Evangelio”, y a este derecho corresponde el deber de quienes han de anunciarlo “sin excluir a nadie, no como quien impone una nueva obligación, sino como quien comparte una alegría, señala un horizonte bello, ofrece un banquete deseable. La Iglesia no crece por proselitismo sino «por atracción»” (EG 14). Es la alegría de comunicar a Jesucristo, en los lugares más distantes y en las periferias del propio territorio. Renace la alegría también con la limosna evangélica, prolongación de la Encarnación. “Dios ama al que da con alegría” (2 Cor 9,7), y “la contribución económica personal es el signo de una oblación de sí mismos, en primer lugar al Señor y luego a los hermanos, para que la propia ofrenda material se convierta en un instrumento de evangelización de una humanidad que se construye sobre el amor” (n. 5). La razón de ser de quienes viven la experiencia de su renacer a la alegría es su adhesión a Dios en Cristo. “María, llevando en su vientre a Jesús, el Evangelizador por excelencia, al encontrarse con Isabel, exulta de gozo en el Espíritu Santo, cantando el Magníficat”; Ella “ha tenido una experiencia completamente singular y se ha convertido en causa nostrae laetitiae. [...] ¿Por qué no entramos también nosotros en este río de alegría?” (n. 3). Anastasio Gil, Director Nacional de OMP 13 Animación misionera Entrevista a Mons. Braulio Rodríguez, Arzobispo de Toledo “Los misioneros coinciden en la alegría, en la superación y en su capacidad de adaptarse” M onseñor Braulio Rodríguez Plaza es el presidente de la Comisión Episcopal de Misiones y Cooperación entre las Iglesias. Gran conocedor de la vida misionera de la Iglesia española, subraya la necesidad de colaborar con el DOMUND para fomentar la alegría de la fe. El próximo 19 de octubre será el DOMUND. ¿Qué importancia tiene este día para la Iglesia? ¿Y para el mundo? Es una Jornada con una insistencia fuerte en la necesidad de la misión ad gentes en la conciencia de los católicos de todo el mundo, sobre todo en los países de larga tradición cristiana. Pero es también un día en el que hay que orar para que Jesucristo sea conocido, cuidar y preocuparse por los misioneros y sus comunidades, y ayudar económicamente, no con unas “perrillas”, sino con aquello que el Señor nos pide, generosamente. En general al mundo no le interesa mucho la evangelización, pero es sensible a la ayuda social a tantas gentes que viven en los países llamados de misión. De todas formas, es importante que se oiga en esta sociedad que los católicos hablamos de nuestra fe, de Jesucristo, y que apreciamos esta actividad eclesial: ¿cómo van a conocer que nos importa el Señor y la fe, si no hablamos con entusiasmo de ella y, en concreto, de la misión ad gentes? El Mensaje del Papa para el DOMUND de este año subraya la alegría de ser misionero. ¿En qué consiste esta alegría? El papa Francisco, con un acento distinto, pero en la misma óptica de los dos anteriores pontífices, habla sin complejos de la alegría que comporta ser misionero. Si eso ocurre cuando un joven entiende su seguimiento de Jesucristo inseparable de anunciar el Evangelio, ¿cómo no van sentir los misioneros esa alegría con mayor fuerza, cuando, además, se encuentran con los más pobres y más agradecidos al recibir la riqueza que es Cristo? Es una alegría muy especial, y ¡pobres de nosotros, si no la sentimos! Es un gozo que Cristo quiere compartir con nosotros. En tiempos de crisis económica, ¿tiene sentido ayudar a los que están fuera de nuestras fronteras? ¿Cómo animaría a colaborar con el DOMUND? Tiene todo el sentido, por varias razones. Nuestro planeta está intercomunicado y, si en algunas partes de él hay pobreza extrema, en gran medida es porque los poderosos de este mundo no saben de la justicia distributiva y han privado a muchos países de acceso al mercado o han esquilmado sus materias primas, sus riquezas, a muy bajo precio, para enriquecerse ellos. Por otra parte, ¿quién todavía no co- «El DOMUND es un día en el que hay que orar para que Jesucristo sea conocido, y cuidar y preocuparse por los misioneros». 14 Animación misionera dos. Tal vez permanecía en noce que la evangelización «Nada haremos esos institutos misioneros la y la misión de la Iglesia fuerza que la misión ad comprende también la prosi no favorecemos gentes experimentó ya desmoción y atención a las nede la mitad del siglo XIX, e cesidades básicas de los la llamada y incluso esa fuerza que pueblos y comunidades? Debemos ya desterrar un vocación misionera». arranca con el descubrimiento de América y otros cierto dualismo, que no se lugares a finales del siglo XV y comienzos del sostiene, entre realidades naturales y espiriXVI. En aquellos momentos se puede decir tuales. Sabemos, por supuesto, distinguir enque España y Portugal eran “naciones misiotre la gracia de Dios y las tareas que nosotros neras”. Y no cabe duda de que se nota cuánllevamos a cabo, pero, si el Verbo de Dios se to arrastró y arrastra san Francisco Javier. encarnó, ¿no tiene cualquier realidad humana Barrunto que mantener esta realidad tiene cabida en la salvación que Jesús ofrece a la que ver con un constante descubrimiento de humanidad? Jesucristo, enviado a todos los hombres, y la A lo largo de su vida ha visitado varios tecapacidad que su Persona tiene para cambiar rritorios de misión en diferentes continentes. la vida del que le conoce y, por eso, cambiar ¿Qué tienen en común los misioneros? la sociedad hacia otra más justa y más huTal vez la misma actitud de respeto hacia mana. Lógicamente, nada haremos si no faaquellos con los que viven y a los que sirven. vorecemos la llamada y vocación misionera, Y más que respeto: es verdadero amor humilde, cercano, una verdadera pasión. Muchas veces los misioneros dicen que no son héroes –y quizá es verdad–, pero nosotros los admiramos. Existe, además, un rasgo que me parece importante: en los territorios de misión no se dan los problemas un tantos ficticios que acontecen entre nosotros, que en realidad son problemas de países ricos: el clericalismo, el sacerdocio de la mujer, la ideología de género, el aborto y un largo etcétera. El misionero va al día y confía en el Señor, porque existen cosas que son de cada día: acercarse al más pobre, evangelizar de manera total, esforzarse una forma tan hermosa de seguir a Cristo por conseguir sobrevivir ante tantas situaciopobre y misericordioso. nes límite. Pero, a la vez, coinciden también en la alegría, en la superación y en la capaci¿En qué consiste la labor de la Comisión dad de adaptarse al lugar donde trabajan. Episcopal de Misiones, que usted preside? Esta Comisión Episcopal trabaja para las España es uno de los países que más midistintas diócesis españolas y sus obispos en sioneros envía. ¿Cuáles son las claves para el campo concreto de la animación misionemantener esa realidad? ¿Cómo fomentar la ra y en las campañas que se suceden a lo larvocación misionera? go del año: DOMUND, Infancia Misionera, Que España esté a la cabeza de los países Vocaciones Nativas, Día de Hispanoamérique envían misioneros se debe a algunas cauca... Lo hace en una estrecha relación con sas concretas. La primera es que los institutos Obras Misionales Pontificias, lo cual es lógide vida consagrada han contado con muchas co y, gracias a Dios, funciona muy bien. vocaciones en los últimos 80 o 70 años, y fueron muchas las religiosas y religiosos que soñaban con ir lejos a servir a los más necesitaPaula Rivas 15 Animación misionera Las diócesis, con sus misioneros Vida de nuestra comunidad L a existencia de misioneros y misioneras es el signo más evidente de la madurez de una comunidad cristiana. Ellos son símbolos de generosidad. Nos lo demuestra el hecho de que se dejen interpelar por los signos de los tiempos y se pregunten: “¿Y por qué no puedo yo compartir mi fe con aquellos que no conocen a Cristo?”. La madurez de esta comunidad de origen se muestra en el momento de preparar el envío y acompañar desde la distancia a estas personas. Los misioneros y misioneras son una pieza clave y peculiar. Salen de una comunidad determinada, la de origen, y se integran en otra comunidad, en la que son recibidos. Como es natural, ellos pasan a ser una persona más en esa nueva comunidad, asumiendo un papel según las necesidades propias de su destino. De este modo, se convierten en puente entre dos comunidades. La comunidad de origen siente como suyas a estas personas. En primer lugar, la familia más cercana. Aunque a veces pueda resultar difícil, acogen con total confianza la decisión de un hijo o un hermano de dejarse enviar a otra comunidad. Con esa total confianza, aceptan que esa persona tan especial 16 inicie una nueva vida a miles de kilómetros, en un entorno totalmente diferente de nuestros referentes culturales y sociales; así nos lo han expresado familiares directos en los encuentros de familiares de misioneros que hemos organizado. Confianza total, que se pone a prueba cuando la comunicación es escasa. Conocemos muchos misioneros que tanto se implican en su quehacer, tanto se integran en su servicio, que van descuidando la comunicación con su comunidad de origen, incluso con su propia familia. Descuidando, que no olvidando. Así lo hemos vivido también las personas que nos encargamos de la relación con los misioneros. El primer paso para iniciar esta relación es tener un listado actualizado de todos nuestros misioneros, sean presbíteros, religiosos, religiosas o laicos. Como es natural, con algunos ya existen lazos más sólidos, por los motivos que sea. Creemos que es bueno, es más, vitalizador para nuestra diócesis, mantener una mínima comunicación con todos los nacidos en ella: orando por ellos y por los pueblos a los que acompañan; preocupándonos por su estado; felicitándolos en las fiestas litúrgicas más señaladas, en su onomástica; teniendo algún detalle especial con ellos a lo largo del año... Lo principal es que les llegue un mensaje de la diócesis de origen: un mensaje de agradecimiento, un mensaje que simbolice lo importantes que son ellos para nosotros. Son una muestra de la vida de nuestra comunidad, son la prueba de que el mandato de Jesús a los discípulos sigue vivo, son un testimonio de gratuidad. Aunque a nosotros nos parece que lo poco que hacemos es demasiado poco, la respuesta de los misioneros siempre es agradecida, siempre conmovedora. Nuestros misioneros y misioneras solo nos piden una cosa: “No dejéis de rezar por nosotros”. Delegación Diocesana de Misiones de Lleida Animación misionera Enviados, acompañados E l envío de un misionero desde una diócesis, sea religioso, sea laico, sea clérigo, es siempre un motivo de alegría para la comunidad cristiana. Es el inicio de una gran experiencia eclesial, que uno, el misionero o la misionera, vive en primera persona y que la diócesis vive desde el acompañamiento. Acompañar a los misioneros es una tarea de múltiples facetas, de incontables matices, muy rica y a la vez enriquecedora. En nuestro caso, por ser la penúltima diócesis en población de España, la tarea es más sencilla que en otras. Sea cual sea el número de misioneros y misioneras, todos y cada uno merecen y necesitan nuestro acompañamiento. En nuestra diócesis, con poco más de una decena de enviados, el contacto puede consistir tanto en un simple correo electrónico, interesándonos por su estado, su situación, su salud, sus necesidades, como en una visita del obispo para conocer en el propio terreno la realidad de la misión. Este pasado año, Mons. Giménez Valls, mi esposa y yo mismo hemos visitado a tres misioneros laicos, que trabajan en Ecuador, Honduras y República Dominicana. Ha sido para nosotros una experiencia muy enriquecedora, y para ellos, un respaldo muy importante a su misión, una especie de “confirmación en el envío”, que les ha dado, si cabe, una mayor consistencia en su trabajo. Entre estos “extremos” de la visita y de la llamada o el correo, la comunicación depende también de las posibilidades de cada uno, de su situa- ción geográfica, de su habilidad con los ordenadores, de su salud... Atender cada una de estas particularidades es la principal tarea de los que, por encargo de nuestros obispos, estamos vinculados de manera directa con ellos. La comunicación con quienes están en la primera línea de la missio ad gentes es fundamental para la comunidad diocesana, pues son los misioneros los que encarnan, en el lugar donde estén, el encargo evangelizador de Jesús: “Id a todo el mundo...”. Y estar al corriente de la vida de ellos nos enriquece, nos mantiene en la oración y en la colaboración económica. Esta comunicación incluye también a sus familias, que generosamente se han separado de uno de los suyos para “regalarlo” a la tarea de la evangelización. Con las familias celebramos algunos encuentros, combinando la formación con la información, la oración con la sensibilización. Acompañar a los misioneros es mantenerlos integrados en la comunidad que les envía, y que les acoge a su regreso, posibilitando su integración en las tareas pastorales. Una tarea crucial. Y que merece nuestra dedicación. Joan Manuel Mercadal Delegado Diocesano de Misiones de Menorca 17 La Delegación de Misiones de Coria-Cáceres, de la que es responsable Pedro Jesús Mohedano Santibáñez, visita a comienzos de curso los monasterios de la diócesis. En los encuentros se reza la oración del DOMUND, se hace una proyección del correspondiente Mensaje del Papa y del DVD elaborado para la Jornada por OMP, se entrega la Memoria de la Delegación, se explican las nuevas actividades programadas por esta, y se acaba festivamente, con canciones de animación misionera. Estos monasterios (de franciscanas TOR, en Coria; de jerónimas, en Garrovillas; y dos de clarisas y otro de jerónimas, en Cáceres) tienen el primer viernes de mes como jornada especial de oración y sacrificio por los misioneros extremeños. Las actividades de animación misionera en esta archidiócesis van desde la procesión de un grupo de adolescentes con la "cruz misionera" en vísperas del DOMUND, hasta un mercadillo misionero en pleno centro de Sevilla, con presencia del arzobispo, Mons. Juan José Asenjo. En las fotografías vemos otras de estas actividades: alumnos del CES Inmaculada de Sevilla, junto al delegado de Misiones, Eduardo Martín Clemens (en el centro), al terminar una reunión preparativa para el DOMUND en la Delegación; y los niños del Colegio Salesiano de Morón de la Frontera, organizándose para componer en el patio el lema "Fe + Caridad = Misión", en torno al cual giró esta Jornada misionera en 2013. Las fotos reflejan algunos actos y celebraciones de esta diócesis en torno al DOMUND del pasado año 2013: el delegado de Misiones, Jesús Manuel Santiago Vázquez, presenta en el seminario una conferencia del P. Diufaín Mora, sobre los bateyes haitianos en República Dominicana; la parroquia de San Antonio, de Lugo, acoge una vigilia con motivo de la Jornada; y Rolando Ruiz Durán, javeriano, comparte su experiencia misionera con los chicos de ESO en el colegio de los padres escolapios de Monforte de Lemos. 19 L a coincidencia de la beatificación de Pablo VI con el DOMUND 2014 es una buena ocasión para recordar el sentido de este día, tal y como el papa Montini lo expuso en sus iluminadores Mensajes para la Jornada Mundial de las Misiones. El DOMUND y su “programa” En sus Mensajes, Pablo VI dice de esta Jornada que es “una ocasión para reavivar en el corazón de todos los fieles la conciencia de la vocación misionera, propia de toda la Iglesia” (1968, 1). Asimismo, que es “una invitación a la oración, al estudio y a la ayuda en favor de las necesidades de las misiones católicas” (1966, 1), y “una poderosa e indispensable ayuda para las misiones dependientes de la S. C. para la Evangelización de los Pueblos” (1972, 6). El Papa recurre también a una expresión del cardenal Van Rossum, prefecto de ese dicasterio en los orígenes de la Jornada –1926–: “La verdadera fiesta de la apostolicidad, el gran día de la catolicidad” (1974, 1). El DOMUND ha de constituir “un recio aldabonazo que suscite en la conciencia de los fieles el dinamismo misionero inherente a su fe” (1973, 6), pero a la vez debe ser “la expresión espontánea de un espíritu misionero, mantenido vivo todos los días del año mediante la oración y el sacrificio” (1972, 5). Un espíritu que tiene siempre presentes a los misioneros: “Esta Jornada es por vosotros, [...] que tenéis necesidad de sentir detrás [...] la solidaridad de toda la Iglesia, que por su dilatación sobre la tierra dais la vida en vanguardia, predicando, trabajando y sufriendo con Cristo” (1967, 1). Si Benedicto XVI tituló “La caridad, alma de la misión” su primer Mensaje para esta Jornada (2006), “La caridad, alma del DOMUND” podría ser el encabezamiento de estas palabras de Pablo VI: “El programa de la Jornada no es más que un resumen de la «misión» misma de la Iglesia: hacer visible, por medio de la caridad fraterna, el amor invisible del Padre que está en los cielos. He aquí, pues, que la Jornada se transforma en una inmensa y simultánea presentación del Amor infinito de Dios a todo el mundo, recordando a los «hijos de Dios», que viven en su casa, el deber de colaborar con el Padre para la salvación de los hermanos que viven fuera de ella. [...] He aquí el espectáculo de la caridad ma«Esta Jornada es terial, que en todo el mundo [...] une a los cristianos al sacriuna ocasión para ficio cotidiano, a las fatigas apostólicas y a los méritos de los misioneros. He aquí que el imperioso socorro al hambre mareavivar en el corazón terial de los pueblos [...] se ilumina con una luz más noble, de todos los fieles en la construcción de iglesias, de escuelas y de centros prola conciencia de la fesionales, como auxilio al hambre de verdad, de amor, de vocación misionera». instrucción que les aflige” (1966, 3). 20 Servicio informativo El horizonte de la Jornada «El DOMUND se transforma en una inmensa y simultánea presentación del Amor infinito de Dios a todo el mundo». Pablo VI señala que fue “la difusión entre el Pueblo de Dios de la doctrina sobre el universalismo misionero la primera y más importante finalidad que se asignó a esta Jornada”, que permite “dirigir una mirada nueva sobre las misiones [...] y examinar la evangelización local y la evangelización lejana como integradas en una misma pastoral misionera, cuya única fuente es Cristo” (1976, 1). Este renovado espíritu misionero se expresará en frutos de cooperación: “Esta Jornada anual se propone sobre todo la formación de la conciencia misionera de todo el Pueblo de Dios, tanto de sus individuos como de las comunidades; el cultivo de las vocaciones misioneras; y el progresivo aumento de la cooperación, espiritual y material, a la actividad misionera en toda su dimensión eclesial” (1976, intr.). “El universalismo misionero debe ser también el lema que presida todos los actos que se organicen en torno a la Jornada Mundial de las Misiones” (1972, 9), insiste Pablo VI, quien profundiza así en la disposición requerida: “Hemos de celebrar la Jornada Misionera pensando [...] en esta interior exigencia del hecho misionero: se realiza en la trayectoria de la caridad de Cristo, la prolonga, la difunde; es don, don inmenso, don gratuito, don de locura (como la del Crucificado); es sacrificio; es, como decíamos, generosidad. [...] No permanezcamos indiferentes, inactivos, ajenos, egoístas; seamos generosos. La generosidad tiene dos maneras de manifestarse: haciendo la oblación de sí –las vocaciones misioneras–, haciendo oblación de las propias riquezas –la colecta de ofertas por la causa misionera–” (1967, 4). El Papa, sus Mensajes y las OMP Los Mensajes con motivo de la Jornada (a los que dio inicio el propio Pablo VI en 1963) expresan el modo singular en que el mandato misionero atañe al Papa, y su consecuente deseo de potenciar esta celebración: “Queremos que nuestra voz sea la más fuerte en anunciarla, porque nues- tro ministerio apostólico nos obliga más que a todos a la evangelización del mundo; que es de lo que precisamente trata la Jornada Misionera” (1967, intr.). Por eso, el Pontífice se ve urgido a lanzar su convocatoria de una manera vibrante: “Por parte nuestra, no podemos dejar pasar la ocasión de hacer sentir esta vocación misionera a la Iglesia misma, a nuestros hermanos en el episcopado, al clero, a los religiosos y religiosas, a todos los católicos” (1970, intr.). La Obra de la Propagación de la Fe tiene “el oneroso cometido de promover y organizar, con el concurso de las otras Obras Misionales Pontificias, y bajo la dirección de los respectivos obispos, esta Jornada, y el de distribuir a las misiones las ofrendas en ella donadas por la caridad del mundo católico” (1976, 5). De este modo se facilita el que pueda llevarse a cabo la voluntad del Papa: “Deseamos que la Jornada Misionera se celebre en todas partes: en todas las diócesis, en todas las parroquias, en todas las familias religiosas, en todas las asociaciones católicas, y aun en todas las nacientes comunidades cristianas de los territorios de misión”; y apostilla, abriendo su alma: “Y querríamos que se celebrase con gran conciencia y con gran fervor” (1967, 1). Rafael Santos Director de “Illuminare” 21 Servicio informativo De nuestras Iglesias, a los cinco continentes C ada año, los fieles cristianos cooperan económicamente con el DOMUND, con la certeza de que sus ayudas contribuyen de manera eficaz a la tarea de evangelización universal. Pero ¿en qué se traduce, concretamente, la aportación de la Iglesia en España a las misiones? Veámoslo con algunos datos y testimonios. EL FONDO UNIVERSAL DE SOLIDARIDAD... La Obra Pontificia de la Propagación de la Fe, responsable del DOMUND, gestiona las colectas realizadas en apoyo de la actividad misionera a través de un Fondo Universal de Solidaridad, al que todas las Iglesias contribuyen; este Fondo permite articular un reparto justo y equilibrado de las cantidades puestas a disposición del Papa para atender necesidades pastorales y sociales de las misiones. En virtud de este funcionamiento, de entre las solicitudes de ayuda aprobadas por la Asamblea General de las OMP celebrada en Roma del 13 al 17 de mayo de 2013, la Secretaría General de la Obra de la Propagación de la Fe asignó a España una determinada distribución de lo aportado por la cooperación económica de los fieles españoles en el ejercicio de 2012, deducido un pequeño porcentaje de gastos de administración y de animación misionera. Estos son algunos datos de interés relativos a la distribución de los 10.212.912,38 en los que consistió esta contribución total de España en 2013: África. Nuestra ayuda, consistente en 6.571.915,15 (un 64,35% del total indicado) fue enviada a 42 países africanos; entre los que recibieron cantidades mayores se encuentran Costa de Marfil (1.148.728,76 ), Angola (784.110,27 ), República Democrática del Congo (695.175,74 ), Nigeria (657.173,49 ), Mali (568.439,48 ) y Mozambique (459.796,08 ). Asia. Los 1.721.952,39 (un 16,86%) de la aportación española para Asia alcanzaron a 18 países, de entre los cuales destacan, por el monto de la cantidad asignada, India (315.416,47 ), China (265.104,81 ), Tailandia (230.616,46 ), Vietnam (209.196,40 ), In donesia (125.338,45 ) y Myanmar (1 19.747,92 ). América. España envió a este continente 1.582.692,78 (un 15,50% del total), encaminados a atender urgencias misioneras en 13 países; principalmente, en Trinidad y Tobago (590.560,47 ), Perú (209.538,37 ), Ecuador (204.056,21 ), Bolivia (197.080,15 ) y El Salvador (101.024,98 ). Oceanía. Nuestra contribución de 336.352,06 (un 3,29%) fue a parar a 4 países: PapúaNueva Guinea y Tonga (27.708,91 cada uno), junto a Vanuatu y Fiyi (19.118,38 , también cada uno). 22 Servicio informativo Si se miran los números globales, el conjunto de estos envíos de ayuda realizados por España en 2013 supone un no despreciable 13,09% del total mundial en cuanto a lo distribuido por la Obra de la Propagación de la Fe en dicho año, que fue de 78.033.410,14 . ... ATIENDE LAS NECESIDADES MISIONERAS ORDINARIAS Y EXTRAORDINARIAS... Las ayudas concretas en que se traducen estas cifras son, principalmente, de dos tipos. Unas sirven para atender “necesidades ordinarias”, que tienen que ver con el sostenimiento de las diócesis, de las comunidades cristianas y de las personas que trabajan a su servicio en la evangelización y en la pastoral. Otras buscan responder a “necesidades extraordinarias”, como la construcción de iglesias y capillas, la compra de vehículos para los desplazamientos de los misioneros, la formación de los responsables de la pastoral, la adquisición de objetos litúrgicos, o algunos proyectos sociales, educativos y sanitarios. Un tercer tipo de ayudas se destina a atender urgencias de determinadas instituciones de la Iglesia en los territorios de misión. La siguiente carta de agradecimiento, enviada a la Dirección Nacional de OMP por Mons. Inácio Saure, obispo de la diócesis de Tete (Mozambique), puede servir como ilustración de lo que una ayuda ordinaria remitida desde España (en este caso, por importe de 29.700 $) aporta a la diócesis misionera de destino: Mi saludo afectuoso en el Señor. Tengo el honor de dirigirme a ustedes para agradecerles su generosidad con la diócesis que el Señor me ha confiado desde el año 2011. Acabo de recibir el subsidio ordinario que la Obra Pontificia de la Propagación de la Fe nos ha destinado, y este nos llegó directamente de las Obras Misionales Pontificias de España; así que ustedes son nuestros directos bienhechores. África, con Que Dios les pague tanta bondad. 6.571.915,15 e, fue Sé de la situación de precariedad económica que aflige a España y Euel continente que ropa; sin embargo, la solidaridad de la Iglesia de España no ha disminuido. La misión siempre está en el corazón de cada católico español. A torecibió el mayor dos los que directa e indirectamente sustentan las Obras Misionales, mi porcentaje de las agradecimiento, pues sin su ayuda no se podrían sostener nuestras actividaayudas de España. des evangelizadoras: la formación de los seminaristas; la formación y sostenimiento de los catequistas, que en África son los pilares de la evangelización; mis continuas visitas pastorales a todas las misiones y aldeas, en un territorio de 100.000 km2, por carreteras que de carreteras solo tienen el nombre; sin contar las actividades cotidianas de atención a muchachos y muchachas en cuatro orfanatos y en 23 Servicio informativo los internados de nuestras escuelas católicas; o a los enfermos, en los centros de salud; o a los pobres, que siempre nos recuerdan la presencia de Jesús. "Vuestra ayuda nos ayuda a ayudar". Junto a la gratitud, les aseguro mi oraEn 2013 la ción cotidiana en la eucaristía, para que el Señor siempre escuche sus oraciocontribución de nes y bendiga cada uno de sus proyectos de bien. España a través del Fondo Universal de Solidaridad fue de 10.212.912,38 e. Veamos ahora, presentados a modo de ficha, tres ejemplos de ayudas extraordinarias enviadas por España: Ecuador Proyecto: Reparación de tejados en diez pequeñas capillas de localidades del campo. Institución: Vicariato apostólico de Esmeraldas. Beneficiarios: Parroquias de Quinindé, Tachina, La Unión, Viche, Muisne y Atacames. Aportación enviada por OMP España: 8.000 $ Esta ayuda está encaminada a pagar los materiales resistentes que se necesitan para reparar los tejados de unas capillas, deteriorados por la dureza del clima tropical húmedo, hasta el punto de hacer difícil el uso de aquellas durante el invierno. Las respectivas comunidades colaboran a través de la mano de obra y el mantenimiento. Venezuela Proyecto: Formación de diáconos permanentes para la pastoral entre la población indígena del estado Amazonas. Institución: Vicariato apostólico de Puerto Ayacucho. Beneficiarios: 12 diáconos permanentes. Aportación enviada por OMP España: 5.000 $ El objetivo es crear una red de diáconos permanentes que atiendan las comunidades de las que ellos mismo forman parte: Mavaka, Tencua, San Fernando de Atabapo e Isla de Ratón. La formación para el diaconado de estos miembros de diferentes etnias se plantea como un proceso continuo y de al menos tres años. Bolivia Proyecto: Rehabilitación de los salones y nuevo equipo de sonido en una parroquia. Institución: Vicariato apostólico del Beni. Beneficiarios: Parroquia de Santa María Magdalena. Aportación enviada por OMP España: 8.000 $ Con esta ayuda se pretende construir nuevos baños y adaptar otros antiguos –ahora inservibles– como depósito; arreglar puertas, ventanas y asientos; cambiar la deficiente instalación eléctrica; y dotar de amplificación adecuada al templo, aprovechando el antiguo y más limitado equipo de sonido para otro espacio. 24 Servicio informativo ...Y ES EXPRESIÓN DE LA COOPERACIÓN ENTRE LAS IGLESIAS El año pasado, Carmen Sancho, misionera de Cristo Jesús en Tura-Meghalaya (India), escribió a la Dirección Nacional de OMP para compartir su experiencia del DOMUND. Su testimonio completa el cuadro de lo que rodea a la cooperación material y espiritual en este día: desde la animación misionera y la promoción de las vocaciones en nuestras diócesis, hasta ese “dar y recibir” del que hablaba san Juan Pablo II y en el que participan todas las Iglesias, incluidas aquellas con menos recursos materiales. Fue en 1940, en el Colegio de las Trinitarias de Valencia. Yo tenía 9 años y, en vísperas del DOMUND, don José Buir, director del Secretariado de Misiones de Valencia, vino a hablarnos de las misiones. Yo nunca había oído que hubiese en el mundo alguien que no conociera a Jesús. Nos puso unas filminas de misioneras trabajando en China y recogiendo a las niñas a las que sus padres no querían y a las cuales dejaban en la puerta del convento. Ellas las educaban, les hablaban de Jesús y las bautizaban. Aquello me pareció tan heroico que pensé: "Cuando sea mayor, también yo iré a misiones". [...] A los 16 años, con el deseo de amar y ser amada, descubrí que Jesús me amaba personalmente y, como amor con amor se paga, comenzó mi amistad personal con Él. No fue fácil tomar una decisión, pero razoné: "Si para mí Jesús es lo que es, yo tengo que ir a los que no le conocen para ayudarles a descubrir su amor" [...]. Ciertamente, sin la cooperación de la Iglesia de retaguardia el trabajo de las misiones no podría ir adeCarmen Sancho, junto a lante. Al mismo tiempo, yo siempre pienso que es buela primera tumba de no hacer participar a todos los cristianos en la labor misionera, con su oración y limosna; son ellos los primesan Francisco Javier, ros ayudados, con el ciento por uno. También en misiones celebramos la campaña del DOMUND. Hace unos días participé en la preparación en Sancián. (Foto: MCJ). de la Jornada en una de nuestras escuelas de una zona muy pobre, Balamagri, un barrio de Tura. Los alumnos organizaron un mercadillo; por grupos, pusieron sus tiendas. ¿Qué vendían? Los productos que trajeron de sus huertos o buscaron España ayudó en la jungla: verduras, frutas, bambú tierno, setas, etc. También, platos preen 2013 a parados en sus cocinas y artículos que habían confeccionado en las clases profesionales de la escuela. Lo que sale de la venta es lo que dan para la 42 países de África, campaña del DOMUND. Me impresionó el entusiasmo con que lo prepa18 de Asia, raron y lo pronto que se vendió todo. Consiguieron 23.000 rupias. En eu13 de América ros sería poco, pero aquí es mucho, ya que el jornal diario de un hombre y 4 de Oceanía. es de 300 rupias. En nuestros colegios explicamos cómo la Iglesia es una gran familia y nos ayudamos unos a otros. Así como aquí recibimos ayuda de otros cristianos, también nosotros debemos ayudar a otras misiones más pobres que nosotros. 25 Testimonios Monasterios con espíritu misionero El Año Jubilar Teresiano en España, que, por concesión del papa Francisco, permitirá celebrar con solemnidad –del 15 de octubre de 2014 al 15 de octubre de 2015– el V centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús, es una buena ocasión para descubrir cómo viven la misión los monasterios de vida contemplativa. Nuestra vivencia misionera, como hijas de Teresa de Jesús, tiene su origen en el carisma teresiano: vida de comunión con Dios, en trato íntimo con el Señor. Por esta comunión con Jesús, nuestro espíritu misionero es participación en su misión. Somos misioneras en Él. En el corazón de Teresa de Jesús ardía intensamente el celo misionero, y nos exhortaba en sus escritos a vivir la contemplación al servicio del Reino: “Para eso os juntó aquí el Señor, este es vuestro llamamiento, éstos vuestros deseos, aquí vuestras lágrimas, éstas vuestras peticiones” (Camino de perfección, 1 y 3). Esta vena misionera vivifica toda nuestra vocación como contemplativas al servicio de la Iglesia. Por tanto, la vivencia interior es más intensa e importante que lo que podemos expresar en actos concretos. Sin embargo, hace ya muchos años que nos comprometimos a tener un día de la semana, el martes, como “día misionero”. Una hermana, entre las revistas misioneras, escogía varias noticias y las ponía en un panel sencillamente adornado. Se recogen y se envían sellos. Nos relacionamos con varios misioneros y misioneras y colaboramos según nuestras posibilidades. 26 Viviendo este espíritu misionero, acogimos con interés la propuesta de la Delegación Diocesana de Misiones para hacer del veintitrés de cada mes un día dedicado a pedir y ofrecer todo por los misioneros y misioneras de nuestra diócesis. En la celebración de las vísperas, vienen a participar en nuestra capilla algunos miembros de la Delegación. Además, siempre que lo permita la liturgia, se celebra la eucaristía “Por la evangelización de los pueblos”. Los encuentros que hemos tenido con los miembros de la Delegación nos han enriquecido mucho. El día del DOMUND de 2013, el P. Juan Piña, delegado diocesano, celebró la eucaristía en nuestra capilla, y las palabras sobre las misiones que dirigió a los fieles les calaron hondamente y avivaron en ellos el celo misionero. Con nuestra hermana Teresa de Lisieux, decimos como ella: “Quisiera recorrer la tierra, predicar tu nombre y plantar sobre el suelo infiel tu Cruz gloriosa”. A María, Estrella de la Nueva Evangelización, le encomendamos los frutos de toda la actividad misionera de la Iglesia. CARMELITAS DESCALZAS DEL MONASTERIO DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD (San Fernando, Cádiz) Testimonios Damos gracias a Dios por medio de la Santísima Virgen, ya que, de nuestras fundaciones de Angola –Malange y Luanda–, han llegado a la comunidad de Astudillo siete hermanas nativas, que hasta hoy están muy contentas, queriendo ser consecuentes con nuestro carisma franciscano-clariano. De Angola salieron algunas hermanas españolas y nativas a fundar en Mozambique. Agradecemos de manera especial a las Obras Misionales Pontificias la circular dirigida por su director nacional a los religiosos y religiosas de vida contemplativa, así como el boletín Illuminare y todo el material que nos envían por las distintas jornadas eclesiales que se celebran a lo largo del año; asi- Gracias, muchas gracias a todos los que hacen posible el mensaje misionero a través de Illuminare, porque desde su puesto hacen percibir a los lectores que, en la raíz de la evangelización de la Iglesia, hay hombres y mujeres que en sus respectivos monasterios colaboran con el Espíritu Santo en la extensión del Reino de Dios. Han llamado a las puertas de nuestro monasterio para que contemos algo de nuestra preciosa labor. Nuestra mirada misionera se dirige muy en concreto a dos países de África, donde tenemos sendas fundaciones, es decir, hermanas que han salido de esta comunidad para llevar a Zimbabue y Mozambique esta peculiar forma de vida que es la vocación contemplativa. Su misión allí, como la nuestra aquí, es idéntica: orar por cada uno «A María de los hijos de Dios, que caminan por caminos embarrados o asfalle encomendamos tados, igual da. los frutos Nos encanta, llegando la fede toda la actividad cha del DOMUND, celebrar lo misionera que en Soria se conoce como “la fiesta de la Virgen de Zimbabue”, de la Iglesia». en que conmemoramos la llegada al convento de una Virgencita negra adquirida en el primer viaje a África. Ese día nuestra iglesia románica se llena de cantos y danzas africanos. mismo, los trípticos de Enfermos Misioneros, estampas, oraciones y demás. Sigan contando con nuestras oraciones en favor de las Obras Misionales Pontificias. Rezamos diariamente por las misiones en comunidad y, en particular, el Grupo Apostólico Misionero, pues desde el Concilio la comunidad está dividida en cuatro grupos apostólicos, responsables de pedir por sus intenciones. En nombre de nuestra Madre Abadesa y hermanas todas, en particular, de dicho Grupo Apostólico Misionero, reitero el agradecimiento por sus atenciones y oraciones.– Sor Margarita M.ª del Sagrado Corazón HERMANAS CLARISAS DEL CONVENTO DE SANTA CLARA (Astudillo, Palencia) Esto es algo de lo que queríamos contaros sobre nuestra cooperación espiritual y concreta: “Evangelizamos orando” ha sido el lema de la Jornada de los contemplativos de este año. Así, el horizonte es grande, inmenso, como el sol que nuestras hermanas ven en cada amanecer africano. HERMANAS CLARISAS DEL MONASTERIO DE SANTA ISABEL (Soria) 27 Liturgia Monición de entrada Cada vez que los cristianos nos reunimos para celebrar el sacramento de la Eucaristía, nos convoca el Señor a abrir nuestra comunidad a todos nuestros hermanos y hermanas del mundo entero. Hoy, de una manera especial, puesto que celebramos el DOMUND, con el lema “Renace la alegría”, que nos invita a compartir la alegría del Evangelio con todos ellos. En este día, además, se celebra en Roma la beatificación de Pablo VI. En numerosas intervenciones este pontífice hizo llamamientos apasionados a la alegría cristiana; recordemos, sobre todo, su famosa invitación “Conservemos la dulce y confortadora alegría de evangelizar” (Evangelii nuntiandi, 80), que el papa Francisco ha retomado muchas veces. Pidamos hoy al Señor que, al escuchar su Palabra y al acogerle en la Eucaristía, nos conceda afianzarnos en la fe y en el amor mutuo; que esa fe y amor se extiendan hacia todos los hombres y pueblos; y que así podamos hacerles partícipes de la alegría de Dios: la de compartir el Evangelio de su Hijo Jesucristo. Sugerencias para la homilía La lectura del Evangelio de hoy nos coloca ante una de las afirmaciones más contundentes de Jesús: la distinción entre lo que es del César y lo que es de Dios. La Iglesia puede prestar una gran contribución para que en este mundo las relaciones entre las personas y los pueblos se rijan por la justicia en todos sus aspectos. En cualquier caso, la misión propia de la Iglesia va más allá, porque es manifestar el amor de Dios por todos sus hijos. Precisamente la Jornada Mundial de las Misiones tiene como objetivo recordarnos que las relaciones que nos unen a los demás son de una profunda fraternidad en Cristo, que trasciende todas las fronteras y alcanza a todos los hijos de Dios. Como recuerda el Papa en el Mensaje para esta Jornada, la alegría más profunda de Jesús es constatar que sus discípulos participan de esta dinámica de conocer al Padre y de vivir como hermanos entre sí. Es la alegría del Evangelio que se revela a los más pobres y humildes, que la Iglesia debe testi- 28 Liturgia moniar y realizar. Como decía Pablo VI, “evangelizar constituye, en efecto, la dicha y vocación propia de la Iglesia, su identidad más profunda” (Evangelii nuntiandi, 14). El papa Francisco dice: “Todos los discípulos del Señor están llamados a cultivar la alegría de la evangelización” (Mensaje DOMUND 2014, 4). A los cristianos se nos llama a ser discípulos de Jesús o, como san Pablo decía en la segunda lectura a los cristianos de Tesalónica, a que se nos reconozca por “vuestra fe, vuestro amor y vuestra esperanza”. El fruto no puede ser otro que la alegría que da creer en el Evangelio y que “nace del encuentro con Cristo y del compartir con los pobres” (ibíd.). Nuestras comunidades cristianas están llamadas, como recuerda el Papa en el Mensaje, a hacer renacer la alegría que viene de Jesucristo y que nos impulsa a evangelizar. Recordemos de una manera muy especial a quienes gastan su vida al servicio del Evangelio en todos los lugares del mundo y seamos generosos con ellos. El Papa también nos lo recuerda con palabras de la Sagrada Escritura: “«Dios ama al que da con alegría» (2 Cor 9,7). La Jornada Mundial de las Misiones es también un momento para reavivar el deseo y el deber moral de la participación gozosa en la misión ad gentes” (Mensaje DOMUND 2014, 5). La manera en que el cristiano “da a Dios lo que es de Dios” consiste fundamentalmente en dar a sus hijos la oportunidad de conocerlo y amarlo. Oración de los fieles Abramos confiados nuestro corazón a Dios, para presentar en la oración las necesidades de la Iglesia y del mundo. Decimos: Dios, Padre nuestro, escúchanos. Por el papa Francisco y los obispos, para que, como el beato Pablo VI, fomenten una Iglesia fraterna, alegre y misionera. Roguemos al Señor. Por los cristianos y las comunidades cristianas, para que renazca la alegría del encuentro con Jesús y de llevar el Evangelio a los demás. Roguemos al Señor. Por los que no creen en Cristo, para que en el testimonio sereno y gozoso de la Iglesia encuentren motivos para creer, esperar y amar. Roguemos al Señor. Por las Iglesias jóvenes y en formación, para que se sientan confortadas por nuestra comunión fraterna y nuestra solidaridad. Roguemos al Señor. Nuestras comunidades están llamadas a hacer renacer la alegría que viene de Jesucristo y que nos impulsa a evangelizar. Por los los misioneros y misioneras, para que su dicha sea imitar a Jesús, dándose a los demás en el servicio del Evangelio. Roguemos al Señor. Por nosotros, para que la participación en la vida de la Iglesia abra nuestro corazón a la alegría del Evangelio, para ir en busca de nuestros hermanos. Roguemos al Señor. Escucha, Padre de bondad, la oración que tu Iglesia te presenta en nombre de Jesucristo, que nos ha traído la alegría del Evangelio, y junto a Ti y el Espíritu Santo vive y reina por los siglos de los siglos. Juan Martínez Sáez, fmvd. Colaborador de OMP 29 Vigilia de oración Monición de entrada En esta vigilia de oración con motivo del DOMUND, queremos ahondar en la propuesta que nos hace Obras Misionales Pontificias para unirnos a los misioneros y misioneras que dan la vida en todo el mundo para difundir el mensaje del Evangelio. Frente a la búsqueda de placeres superficiales y alegrías pasajeras que, por desgracia, reina en muchos ambientes, los misioneros y misioneras son enviados por la Iglesia como manifestación del amor universal de Dios por todos sus hijos y signo elocuente de la alegría del Evangelio, que es para todos. Siguiendo su testimonio, en nosotros y en nuestras comunidades, “renace la alegría”. Primera parte: «La alegría de Jesús» Gesto. Se trae ante el altar la imagen del mundo. Lectura. Lc 10,20-23. Comentario. El pasaje del Evangelio que hemos escuchado es el centro del Mensaje del papa Francisco para esta Jornada. En él se nos habla de la alegría de Jesús. Es una alegría que viene del Espíritu Santo, ya que consiste en ver cómo los “pequeños” conocen a Dios, “Señor de cielo y tierra”, como Padre de todos. El gozo de Jesús es ver cómo se realiza el plan del Padre, que todos vivamos como hermanos. Los discípulos de Jesús estamos llamados a hacer renacer esta alegría: ante un mundo que sufre por la falta de fraternidad, nuestra alegría debe ser en el Espíritu Santo, haciendo llegar el mensaje del Evangelio del reino de Dios a todos los hombres y pueblos. Para eso tenemos que hacernos “pequeños”, como lo fueron los primeros discípulos: personas normales y corrientes que, al encontrarse con Jesús, llegaron a ser sus apóstoles. 30 Vigilia de oración Segunda parte: «La alegría del cielo» Gesto. Se expone el Santísimo Sacramento, mientras se entona el Pange lingua u otro canto apropiado. Lectura. Mt 11,28-30. Comentario. Los discípulos vienen alegres por los éxitos cosechados en la misión; por eso, Jesús les ayuda a dirigir su alegría hacia aquello que es para siempre y que no es pasajero: “Jesús les advierte que no se alegren tanto por el poder recibido, cuanto por el amor recibido: «porque vuestros nombres están inscritos en el cielo» (Lc 10,20)” (Mensaje DOMUND 2014, 2). La alegría que da Jesús es para todos los que se sienten “cansados y agobiados”. Él se ha hecho “manso y humilde de corazón”, precisamente para acercarse a los más pequeños y a los que más sufren en este mundo a causa de su pequeñez: la soledad, la pobreza, la marginación, la persecución... En su amor hasta el extremo, instituye la Eucaristía para quedarse con nosotros. Como decía san Juan Pablo II, la Eucaristía es “el tesoro más valioso” que la Iglesia ha heredado de Cristo, porque es presencia viva suya y alimento en nuestra pobreza. Junto a Jesús en la Eucaristía, nuestra alegría está en el cielo; así Él nos convierte en testigos suyos. Tercera parte: «Dios ama al que da con alegría» (2 Cor 9,7) Gesto. Se expone el cartel del DOMUND al lado del mundo. Lectura. 2 Cor 9,6-9. Los misioneros y misioneras son enviados como signo elocuente del amor universal de Dios y de la alegría del Evangelio. Comentario. A todos, creyentes y no creyentes, nos impacta el testimonio de los misioneros y las misioneras. Ellos no son héroes; un héroe actúa movido por su propio ideal y voluntad. Son personas que se han entregado a Dios para seguir el mandato de Jesús de ir por todo el mundo a predicar la Buena Noticia. Ellos experimentan la alegría del Evangelio: la de seguir a Jesús, la de estar al lado de los más necesitados, la de compartir la fe, la de amar sin esperar recompensa... Es lo que irradian y lo que contagian; por eso su testimonio es atrayente. En esta Jornada Mundial de las Misiones, pidamos al Señor que en nosotros y en nuestras comunidades cristianas renazca la alegría: la alegría del encuentro con Jesús, la alegría del dar y del darse, la alegría de sabernos enviados. Es esta alegría la que hará a nuestras comunidades atractivas para todos; porque, como decía Benedicto XVI y recordaba el papa Francisco en Evangelii gaudium, “la Iglesia no crece por proselitismo sino «por atracción»” (n. 14). Invitación a la oración comunitaria para pedir por la misión y los misioneros. Bendición, reserva del Santísimo y canto final. Juan Martínez Sáez, fmvd. Colaborador de OMP 31 Cooperación económica PROPAGACIÓN DE LA FE APORTACIÓN ECONÓMICA DE LAS DIÓCESIS A Los donativos para la Obra de la Propagación de la Fe se reciben en las parroquias y comunidades cristianas, y llegan, a través de las Direcciones Diocesanas, a la Dirección Nacional de OMP. Desde allí, este dinero se envía, por medio de las Nunciaturas Apostólicas de los países correspondientes, a los destinatarios que indica a España la Secretaría General de la Obra Pontificia de la Propagación de la Fe en Roma. Aparecen aquí, desglosadas por diócesis, las ofrendas recogidas en 2013 en el conjunto de España. Estas proceden, en buena medida, de la colecta de la Jornada Mundial de las Misiones (DOMUND) celebrada el día 20 de octubre de 2013. También, del esfuerzo económico continuado que realizan muchos fieles, a través de cuotas periódicas domiciliadas. Otras aportaciones provienen de herencias y legados de personas que dejan sus bienes para ayudar a paliar las necesidades atendidas por la Iglesia en los territorios de misión. 32 Recaudaciones ejercicio 2013 DIÓCESIS Euros ANDALUCÍA CASTILLA-LEÓN MADRID Almería ............................60.465,10 Cádiz-Ceuta ............. 123.151,09 Córdoba ....................... 490.447,29 Granada ........................395.928,83 Guadix-Baza ............... 19.293,74 Huelva ..............................90.551,91 Jaén ................................. 167.210,66 Jerez ................................. 88.457,60 Málaga-Melilla ..........299.686,88 Sevilla ........................... 513.815,10 Astorga ......................... 117.401,79 Ávila ................................ 191.879,70 Burgos .......................... 194.204,04 Ciudad Rodrigo ....... 23.103,79 León ................................196.512,87 Osma-Soria ..................39.924,68 Palencia ....................... 154.256,19 Salamanca ..................165.965,51 Segovia ........................... 80.758,65 Valladolid .................... 250.278,86 Zamora ............................ 66.745,79 Alcalá de Henares ..... 123.516,47 Getafe .................................. 192.656,08 Madrid .............................. 2.121.997,80 Arz. Castrense ............... 25.236,54 ARAGÓN Barbastro-Monzón...... 47.145,39 Huesca .......................... 48.719,21 Jaca ................................ 22.043,01 Tarazona ........................ 28.010,86 Teruel-Albarracín ....... 50.564,82 Zaragoza ................... 774.325,41 ASTURIAS Oviedo .......................... 356.614,32 BALEARES Ibiza ................................... 13.885,50 Mallorca ....................... 111.929,00 Menorca ....................... 24.379,13 CATALUÑA Barcelona ....................384.649,39 Girona ............................ 141.710,54 Lleida ................................25.976,45 S. Feliu de Llobregat .....79.520,59 Solsona ........................... 46.815,50 Tarragona ...................... 82.915,84 Terrassa ......................... 88.217,94 Tortosa ............................ 71.227,09 Urgel ................................. 51.310,25 Vic ..................................... 66.814,83 EUSKADI CANARIAS Bilbao ............................. 270.609,45 San Sebastián......... 313.842,42 Vitoria .............................372.564,08 Canarias ...................... 137.400,85 Tenerife ...................... 127.322,20 EXTREMADURA CANTABRIA Santander .................. 206.352,11 Mérida-Badajoz .......214.446,20 Coria-Cáceres ..........115.897,92 Plasencia ..................... 107.036,67 CASTILLA-LA MANCHA GALICIA Albacete ...................... 135.356,89 Ciudad Real................ 198.899,15 Cuenca ........................ 144.151,16 Sigüenza-Guadalaj. ....106.032,16 Toledo ........................... 233.939,62 Lugo ................................ 112.643,00 Mondoñedo-Ferrol ....71.337,46 Ourense ........................ 225.584,02 S. de Compostela ..... 453.725,00 Tui-Vigo ......................... 128.071,62 MURCIA Cartagena-Murcia ........ 344.126,34 NAVARRA Pamplona-Tudela .........721.849,86 LA RIOJA Calahorra-Logroño ........169.421,27 VALENCIA Orihuela-Alicante .........311.046,30 Segorbe-Castellón ........ 79.057,72 Valencia .............................. 729.494,00 DIRECCIÓN NACIONAL ..................................................... 41.871,95 TOTAL GENERAL .......................................... 14.782.301,45 PROPAGACIÓN DE LA FE otros países APORTACIÓN ECONÓMICA DE El Fondo Universal de Solidaridad de la Obra Pontificia de la Propagación de la Fe recibe cada año los donativos de los fieles de 130 países del mundo para atender las necesidades de la Iglesia en los territorios de misión. Como la viuda del Evangelio, cada continente, cada nación, cada comunidad cristiana, ofrece lo que tiene para que otros puedan confesar la fe, celebrarla y vivir con dignidad. Son las aportaciones re- cibidas durante el año 2013, para su equitativa distribución entre los 1.103 territorios de misión. Dejamos constancia de algunos de esos 130 países que puntualmente han enviado las limosnas de los donantes. Aportación total de África ............................... 1.130.161,62 e NIGERIA BURKINA FASO-NÍGER GUINEA ECUATORIAL 352.904,82 E 203.453,12 E 45.273,57 E Aportación total de América ........................ 32.771.582,20 PERÚ GUATEMALA ESTADOS UNIDOS 281.993,85 E 67.187,53 E 26.323.397,69 E Aportación total de Asia .................................. 4.511.448,08 VIETNAM COREA DEL SUR SRI LANKA 330.000,00 E 1.062.309,18 E 48.223,18 E Aportación total de Europa ........................... 38.073.759,56 POLONIA BÉLGICA ITALIA 888.593,65 E 1.276.959,10 E 7.024.822,40 E Aportación total de Oceanía ........................... 3.095.003,00 NUEVA ZELANDA AUSTRALIA 197.998,15 E 2.830.443,08 E e e e e 33 L a formación misionera en los seminarios es una de las dimensiones fundamentales en el proceso de crecimiento del joven que se prepara para el sacerdocio. Si faltase esta dimensión, estaríamos ante una grave laguna en los planes de estudio y de formación sacerdotal que nos marcan la Iglesia y el Papa. Esta formación misionera es esencial, no solo de cara a ejercer la misión ad gentes, sino también para que los seminaristas adquirieran aptitudes esenciales para la misión en sus vidas. Es importante aclarar conceptos. No es igual una campaña de Obras Misionales Pontificias que la de una ONG, por muy destacable que sea el trabajo que realice esta última. Como tampoco es igual la labor de un misionero, que evangeliza y que sirve en caridad, que una ayuda humanitaria puntual. En ocasiones estos términos tienden a confundirse o se sitúan en una escala jerárquica equivocada. Reconociendo la realidad actual de nuestros seminarios, corremos el peligro de comparar esta época con la de hace treinta o cuarenta años, en que se percibía la efervescencia y el ardor misionero, y las academias misionales eran fuente de vida y de formación en profundidad. Hoy nos toca vivir otros tiempos, y experimentamos, con dolor en algunos casos, que la Teología de la misión apenas está presente en los planes de formación de los seminaristas, y que ese contagio y ardor por la misión ad gentes... ¿ha desaparecido?, ¿quizá está adormilado? En algunas diócesis españolas, las vocaciones son una realidad esperanzadora, que asegura un futuro realmente alentador para el anuncio del Evangelio. Pero no hemos de disimular el mapa de crisis en nuestros seminarios diocesanos, que están faltos de jóvenes y señalan números rojos. ¡No es una tarea fácil! Tampoco lo es la animación misionera, ya que, en demasiadas ocasiones, queda reducida solo a las campañas de las Jornadas. Respetamos y acogemos la presencia de los misioneros, los admiramos e incluso los consideramos “héroes”..., pero nosotros no nos sentimos en estado de misión, sino más bien de queja y lamentación. Es fundamental que los formadores tengamos una sensibilidad especial por los más pobres y marginados de nuestra sociedad, que vivamos en cierta pobreza y austeridad, con una gran capacidad de escucha y diálogo. En esta tarea evangelizadora, que la Iglesia nos ha encomendado, es esencial ayudar a los chicos de nuestros seminarios, mayores y menores, a que sean capaces de discernir y descubrir su misión de bautizados: vivir en estado de misión permanente. Estas son algunas dimensiones que cuidar para concienciar sobre este modo de ser cristianos en misión: el contacto personal (“de corazón a corazón”), la formación (incluyendo la relación con los misioneros y la colaboración con la Delegación Diocesana de Misiones), el acompañamiento espiritual, una propuesta vocacional (“no existe misión sin misioneros”), los retos actuales, la dimensión universal... No podemos ser una Iglesia egocéntrica, donde solo cuentan nuestros problemas. El papa Francisco “desea una Iglesia que no esté cerrada en sí misma, sino una Iglesia en salida misionera. [...] Y nos está diciendo que tenemos que ser evangelizadores alegres, felices, que donan la alegría del Evangelio a todo el mundo” (Mons. Protase Rugambwa, presidente de las OMP, 5-5-2014). Adelino Álvarez Delegado Diocesano de Misiones y Director Diocesano de OMP de Ourense 34
© Copyright 2024