Ni de chiste Glenda Libier Madrigal Trujillo S Página 8 eguramente, muchas y muchos no conocíamos al cantante Gerardo Ortiz, ni por su fisonomía ni por su música, pero últimamente se ha estado hablando mucho sobre él y ha sido imposible no voltear a verlo, aunque no por su trabajo ni por su discografía, sino por haber participado en un video para promocionar su canción Fuiste mía, mediante el cual promueve, por donde quiera que se le vea, la violencia contra las mujeres, hasta terminar en feminicidio. Dirección General: ARMANDO MARTÍNEZ DE LA ROSA Coordinación: GLENDA LIBIER MADRIGAL TRUJILLO Las opiniones expresadas aquí son exclusivas de sus autoras y no representan necesariamente la opinión de esta casa editora. Las fotos que aquí se publican son de apoyo para ilustrar los textos. Las seguimos invitando para que nos acompañen los miércoles y nos hagan llegar sus comentarios al correo: [email protected] Hace algunas semanas participé en una charla con jóvenes mujeres que pertenecen al Círculo Cultural Colimense, tras una invitación exprofeso que ellas me hicieron para que les hablara sobre la novela de mi autoría Paloma, por algo pasan las cosas. En la plática, aprovechando que también había hombres jóvenes, comenté situaciones que tienen que ver con mi trabajo periodístico a partir de cómo visualizo, investigo o percibo la violencia que se ejerce de manera cotidiana en contra de las mujeres. Recuerdo que, entre otras cosas, les dije que ellas y ellos pueden hacer mucho por frenar esta escalada de violencia de género, como por ejemplo, no aceptar, ver ni reproducir canciones, videos y “chistes” misóginos y machistas que como algo normal se fomentan en las redes sociales, en las canciones, en los “memes”, etcétera, y que se van pasando de celular en celular, de computadora en computadora, de red social en red social, sin que nadie –o muy pocas personas– reparen en lo violento del contenido o la imagen hacia el género femenino. Cuando se empezó a comentar sobre el video del cantante grupero, recordé aquella plática con las y los jóvenes del Círculo Cultural Colimense, pues a eso me refería precisamente, a cómo un video (en este caso) como el que está causando problemas al cantante Ortiz, puede ser visto, reproducido y asumido como algo “normal” por el grueso de la población, que no reparó en el detalle de la comisión de un feminicidio hasta que los grupos de mujeres feministas lo vieron y exigieron, a través de diversas formas y medios, que se bajara de la plataforma YouTobe, lo cual se logró apenas el viernes de la semana pasada. Entre las cosas más graves que han ocurrido en torno al tema, es que los principales protagonistas del video no saben o no entienden que hay un grave problema social de violencia y de asesinatos de mujeres en México, y seguramente por eso no alcanzan a visualizar que sí fueron irresponsables al aceptar formar parte de una historia que, aun siendo ficción, no tiene cabida, bajo ninguna representación que conlleve a la divulgación popular, de un feminicidio. Año 22 En conferencia de prensa, el cantante argumentó que también existen series, películas, novelas “que cada día sacan crímenes en sus pantallas”. Es decir, para Ortiz es más importante entrar a la competencia de violencia criminal, que abstenerse de surtir a la gente de más material visual que promueva la violencia de género en su máxima expresión: el feminicidio. También dijo que el video era ficción, y que ahí nadie había muerto; y eso es cierto, pero lo que no admite es que no todas personas tienen la formación y la madurez para diferenciar lo que es la ficción de la realidad, y que la gran mayoría de los feminicidios en México han sido cometidos por la pareja de la víctima, como sucede en su video. Lamentable también, que la modelo, de nombre Tracy Saenz, que aparece en ese video y que en el mismo es víctima de feminicidio por parte del cantante, no logra entender la gravedad del mensaje que ambos enviaron con la escenificación del mismo, y en una entrevista dijo: “Gracias al video se dieron cuenta muchas personas que sí es algo bien delicado, pero pues el video es ficción; es solamente una historia basada en hechos reales, pero no incita a fomentar el feminicidio porque no lo hicieron con esa intención”. ¿De veras no incita a la violencia? ¿Cómo podría saberlo ella?, si ni por enterada se dio del grave delito del que su personaje había sido objeto porque, seguramente, es de las 2 • Miércoles 13 de abril de 2016 • Número 1138 MONEDERO Rezago femenino en el uso de las TIC Carmen R. Ponce Meléndez tantas personas en el mundo que no sabe, no quiere o no puede identificar la violencia que se comete contra su género, aun cuando se trata del suyo. Para la modelo mexicana, “los medios están exagerando un poco”, pero ella está “contenta”, porque gracias a la polémica que despertó el video donde su pareja la asesina, “me están saliendo muchas ofertas de trabajo muy importantes”. Sin comentarios. Como se los dije a las y los jóvenes del Círculo Cultural Colimense, estos no son tiempos de tomarnos a broma nada que tenga que ver con la violencia de género en ninguna de sus modalidades, menos si se llega a la expresión más severa como es el feminididio. No fomentemos y no permitamos a nuestro alrededor la violencia de género, ni con supuestos chistes ni “memes”, porque, seamos francos, la violencia de género en Colima, en México y el mundo, no está para tomarla a chiste. Seamos responsablemente serios con el tema y, sobre todo, con nuestras acciones. 3 Delincuencia femenina, problema estructural 4 Nosotras no somos culpables 5 Ma. Elena García Rivera Sara Elizabeth Cernas Verduzco POLISEMIA Esa idea de las mujeres de usar el espacio público sin miedo Adriana L. Cueva Rábago 6 Generala 7 Bisexualidades 8 Ni de chiste Lourdes Carrillo de Calvario Rossy Villarruel Figueroa Glenda Libier Madrigal Trujillo Feministas exigieron justicia para Dafne Fernández. César Martínez López/Cimacnoticias MONEDERO Bisexualidades Rezago femenino en el uso de las TIC Rossy Villarruel Figueroa* D oy, en el país 5.7 millones de personas son usuarias de una computadora, de las cuales 50.8 por ciento son hombres y 49.2 por ciento mujeres. e todas las manifestaciones de la diversidad sexual, la bisexualidad es una de las que se ha mantenido reservada y hasta oculta, pues no se le considera una preferencia, ya que la atracción y las relaciones aretico-afectivas están orientadas hacia ambos géneros, por lo que para la generalidad de las personas, ésta pasa desapercibida, dado que su práctica se manifiesta en una forma menos evidente que las demás. En el uso de internet participan 52.4 millones de personas, 49.4 por ciento corresponde a mujeres, y el resto (50.6 por ciento) es el uso masculino de esta importante herramienta. En el caso del celular, es mayor el número de mujeres usuarias en comparación con el sexo masculino, con una proporción femenina de 50.9 por ciento. Son resultados de la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH) 2015, del INEGI, que permite el levantamiento de datos exclusivamente para la generación de estadísticas sobre la situación de disponibilidad y uso de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC). La ENDUTIH 2015, que sustituye al Módulo sobre Disponibilidad y Uso de las Tecnologías de la Información en Hogares, se realizó en colaboración con la Secretaría de Comunicaciones y Transportes y el Instituto Federal de Telecomunicaciones. La encuesta genera resultados correspondientes al segundo trimestre de 2015, representativos a nivel nacional, estatal y para 32 ciudades seleccionadas, correspondientes a la población de seis años de edad o más. En lo concerniente al equipamiento de tecnologías, los resultados de la encuesta indican que 14.7 millones de hogares (44.9 por ciento del total nacional) declararon contar con al menos una computadora en condiciones de uso. Se estima que en el Distrito Federal, Nuevo León, Sonora y Baja California, seis de cada 10 hogares disponen de computadora. En contraste, en Guerrero, Oaxaca y Chiapas, menos de una cuarta parte cuentan con tal dispositivo. Sin duda, el factor pobreza cuenta, y mucho. Sin embargo, sigue siendo baja la disponibilidad de internet (un fenómeno netamente urbano), apenas es de 12.8 millones de hogares, 39.2 por ciento del total nacional. Las ciudades de Querétaro, Monterrey, Cancún y Hermosillo se destacaron por presentar una penetración de uso de internet de 65 por ciento o más, mientras que Tuxtla Gutiérrez y Tlaxcala tuvieron una penetración por debajo de 45 por ciento de los hogares. Aunque las y los usuarios de internet son 62.4 por ciento (más de la mitad de la población), esta cifra tiene variaciones importantes por grupos de edad: la digitalización en general y en particular el uso de internet es mayor en la población joven, 70 de cada 100 jóvenes de seis a 17 años son usuarios de esta tecnología, 47.8 por ciento son del sexo femenino. resultados de la encuesta, el uso del celular es el más extendido –también el más barato–, ya que más de la mitad de la población a nivel nacional, es decir 71.5 de cada 100 personas usan el celular. En tanto que en el grupo etario de 18 a 34 años, la cifra crece a 76.5 por ciento, con una participación femenina mayoritaria de 50.2 por ciento. Por el contrario, en las adultas mayores de 60 años o más tan sólo 45 de cada 100 son mujeres, es más alta la cifra masculina de adultos mayores utilizando internet. Preocupan los bajos resultados en la población infantil, ya que sólo 47 de cada 100 niñas de seis a 17 años son usuarias de internet. ¿Para qué se usa el internet? Básicamente para acceder a información de carácter general en una proporción de 88.7 por ciento. En segundo término para comunicarse –ya sea a través de correo electrónico o mensajería–; en tercer lugar, con el fin de acceder a contenidos audiovisuales, y en último lugar, para acceder a las redes sociales. Considerando los principales usos de internet que capta la encuesta, se obtuvo que 88.7 por ciento de las y los usuarios lo emplearon para obtener información de carácter general; 84.1 por ciento para comunicarse ya sea a través de mensajería o correo electrónico; 76.6 por ciento para acceder a contenidos audiovisuales, y 71.5 por ciento para acceder a redes sociales. Según los resultados de la encuesta, el uso del celular es el más extendido –también el más barato–, ya que más de la mitad de la población a nivel nacional, es decir 71.5 de cada 100 personas usan el celular. A nivel regional, se aprecia que en algunas entidades como Quintana Roo, Sinaloa, Baja California, Sonora y Baja California Sur, la proporción de usuarias y usuarios crece a 80.0 por ciento. Los porcentajes más bajos de usuarios se ubican en Puebla, Oaxaca, Chiapas y Guerrero. De nuevo las entidades con los índices más altos de pobreza. *Economista especializada en temas de género Twitter: @ramonaponce Algunos autores sostienen que el ser humano naturalmente posee un potencial bisexual, por lo que puede ser que en algún momento de su vida se reafirme o se defina hacia una sola orientación y se viva así por siempre. Sin embargo, vale la pena mencionar la gran influencia que la sociedad conservadora tiene también en este tipo de decisiones, por lo que no es difícil que muchas personas se sientas fuertemente atraídas por la bisexualidad y su proceder sea heterosexual, atendiendo más a los preceptos aprendidos y valores impuestos que a su más íntima convicción de vivir su bisexualidad. El desarrollo psicosexual de todas las personas está cargado de una serie de mitos y tabúes, pero también de una natural curiosidad a probar todas las posibilidades que tenemos a nuestro alcance, en aras de un aprendizaje sobre nuestro cuerpo y sus sensaciones, que nos atrevemos a transgredir ciertas barreras para acceder a ello. Es por eso que desde la infancia y adolescencia se nos presentan oportunidades de vivir algunas experiencias que nos van diciendo hacia dónde está más inclinada la balanza de nuestra orientación sexual; aunque también algunas personas ya en la edad adulta, experimentan algunos eventos bisexuales, sin que esto signifique que lo sean, simplemente quedan como una más de las experiencias de vida. Cuando una persona, hombre o mujer, en estas etapas experimenta atracción o incluso placer cuando se relaciona con ambos géneros, y no cuenta con los elementos suficiente para discernir o alguien cercano que les proporcionen una buena orientación, es natural que se confunda y busque información en cualquier lado, lo que no garantiza que esto ayude, pues sabemos que tratándose de sexualidad, no toda información es adecuada, y la mayoría está permeada por prejuicios que hemos aprendido de nuestro entorno. La bisexualidad tiene sus variantes de ejercicio: puede que algunas personas experimenten eventos bisexuales en la adolescencia y al final se decidan quedarse con una sola, lo cual no quiere decir que ya en edad adulta y hasta avanzada lo pueda repetir. Otras, toda su existencia se viven con ella, pero la ocultan, se casan, tienen familia y de manera privada se dan sus escapadas para cubrir sexualmente esa otra parte tan sentida y necesitada. Algunas más, de siempre tienen claro que esa es su verdadera naturaleza, la ejercen tal cual, desafían y vencen cualquier obstáculo que se interponga. Y hay quienes cuentan con un entorno favorable que les ayudan a buscar apoyo emocional para vivirse en lo que real y legítimamente son. Desafortunadamente, en este andar por nuestras vidas en busca de identidad, nos encontramos con informaciones que no siempre ayudan, sino que por el contrario, pueden distorsionar la verdad respecto a cómo es la forma adecuada y sana de vivir nuestra sexualidad sin que medien valores o formas de ser, derivadas de nuestro contacto con el entorno familiar, social y religioso. Es importante mencionar que en estos menesteres de orientar sobre sexualidad humana, se hace necesario contar con una suficiente información, sobre todo en los terrenos científicos, pues la experiencia nos ha demostrado que con la pura voluntad no es suficiente, ya que se trata de un tema, como muchos otros, donde cada quien le pone su personal carga ideológica, o particular manera de comprender cómo es el desarrollo psicosexual de las personas y en lugar de ayudar, desorientan y meten a las personas en confusiones que nos les permiten vivirse de una manera plena y satisfactoria. Para comprender la diversidad sexual, imaginemos una línea recta, donde en un extremo está la heterosexualidad, en el otro la homosexualidad y justo en el centro la bisexualidad, y entre ellas todas las otras formas de relacionarnos eróticamente. Cada persona idealmente tendría que responsabilizarse de su propio ejercicio sexual, que por ser tan personal e íntimo, sólo a cada persona corresponde hacerse cargo de él. El hecho de que no veamos a personas en franca demostración de su bisexualidad, no quiere decir que no existan, pues cuando algunas conductas transgreden nuestros valores, la reacción inmediata es negar su existencia, en aras de proteger y resguardar nuestras creencias; sin embargo, lo único que estamos haciendo es poner un velo a lo que evidentemente está sucediendo a nuestro alrededor. Luego entonces, la invitación es a abrir nuestros sentidos y sensibilidad y le demos entrada a valores tan altamente perdidos en estos tiempos, como la comprensión, la aceptación y el respeto. *Sexóloga y Psicoterapeuta Gestalt [email protected] Cel. 312 132 47 14 Página 7 H Según los Página 2 Carmen R. Ponce Meléndez* POLISEMIA Nosotras no somos culpables Esa loca idea de las mujeres de usar el espacio público sin miedo Adriana L. Cueva Rábago L 1 as mujeres somos objeto de múltiples formas de violencia sexual, tanto en el ámbito público como en el privado. Las agresiones sexuales más frecuentes, como el acoso sexual en espacios de uso público o en medios de transporte público, son normalizadas, reducidas a actos sin importancia o incluso vistas como bromas inofensivas, tanto por los responsables de estos comportamientos, como por las víctimas. .- El 28 de marzo, Gabriela Nava, estudiante de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán, denunció en su cuenta de Facebook a un hombre que la grababa bajo su falda mientras viajaba en el transporte público. Como respuesta al video que subió a la red social, ella recibió todo tipo de comentarios, entre los que le enviaron amenazas como las siguientes (en todos los casos que se citan, se respetó la redacción original): La normalización de las formas menores de violencia sexual contra las mujeres contribuye a consolidar y perpetuar la persistencia de los abusos sexuales, y además excusa y justifica sus manifestaciones más extremas, como la violación sexual e incluso las desapariciones o feminicidios. “Estúpida, creíste que me quitarías mi cuenta? Jajaja estupida. CUIDATE QUE YA TE TENEMOS IDENTIFICADA. Pronto te tocara piso” (sic). Un estudio realizado por el Colegio de México reveló que una de cada dos mujeres ha sido agredida sexualmente en el espacio de uso público de la Ciudad de México y que las formas más frecuentes han sido frases ofensivas, tocamientos y violación sexual. También señala que 4 por ciento de las mujeres capitalinas se sienten inseguras de vivir y/o transitar en la Ciudad de México (ENVIPE 2015). Estas manifestaciones, además de generar un entorno hostil y desigual, atentan contra nuestra libertad y dignidad dentro de la comunidad, porque no son más que actos de poder en los que la sexualidad es utilizada como instrumento para someternos y evaluar nuestro cuerpo. Según una encuesta del Banco Interamericano de Desarrollo, el 40 por ciento de las mujeres ha modificado su vestimenta para evitar algún tipo de violencia en el Sistema de Transporte Colectivo (STC), y el 4.5 por ciento ha tenido que dejar su trabajo o estudio por causa de la violencia en el STC (BID 2015). El problema no es nuevo, aunque es normalmente invisible. La mujer siempre será culpada por la forma en que un hombre reaccione y será quien cambie de hábitos para no sufrir agresiones. Estas formas de abuso han guardado, a lo largo de la historia, una relación directa con los roles de género en la sociedad patriarcal machista que vivimos, pues las normas de género para las mujeres incluyen ser concebidas como objeto de consumo, sumisión y respeto a la autoridad masculina. Muchas personas piensan que la mujer debería sentirse halagada de que un hombre evalúe su cuerpo en público. Sin embargo, si reacciona al abuso y se defiende, en ese momento “ella lo provocó” o “ella tiene la culpa”. “¿Por qué se incomoda si es normal, si sólo es un piropo?”. Y ahí está el origen del por qué muchas personas creen que esta violencia no existe. Todo esto me trae a la mente un hecho en el que también se condena y culpabiliza a la víctima. Daphne, la menor que acusó haber sufrido abuso sexual en Boca del Río, Veracruz, publicó una carta en redes sociales debido a los comentarios que critican y la juzgan. Particularmente me llamaron la atención estas palabras: “Sí he tomado, sí he salido de fiesta, sí he usado faldas cortas, como la gran mayoría por no decir que todas las niñas de mi edad ¿por eso me van a juzgar? ¿Por eso me lo merecía? ¿Por eso me pasó lo que me pasó? ¿Por andar de noche con mis amigas?”. Lo que da clara muestra de qué tipo de sociedad y gobiernos tenemos en México, que en pleno 2016, las mujeres no somos garantes de salir seguras ni libres a las calles, ni a cualquier hora del día. Preguntarse por la falda corta es llevarnos a hablar sobre las preferencias individuales y la influencia de los medios en cómo debemos vestirnos. De igual forma, la condena misógina pesa sobre las mujeres que nos atrevemos a defender nuestra dignidad. “¿Qué hacía una joven bebiendo un trago?”, “¿por qué llevaba falda?”, “¿por qué no se quedó en su casa?”. Estas preguntas apuntan a la supuesta responsabilidad de la víctima, sin embargo, hay que dejar claro: la víctima nunca es culpable. Las diferentes y ligadas agresiones sexuales son ataques de fuerza, poder y control sobre las mujeres. Culpar a la víctima es hacerla responsable por el ataque cometido, lo que excusa y libera al delincuente de su responsabilidad. Por eso la insistencia, porque no hablo de lo extraordinario, sino de lo normal, aunque es con frecuencia silenciado. Las agresiones sexuales son ataques de fuerza, poder y control sobre las mujeres. Culpar a la víctima, excusa y libera al delincuente de su responsabilidad. Las mujeres no somos culpables de sufrir acoso sexual, ni ningún otro acto de violencia sexual en las calles. No fue la falda, no fue el lugar, no fue la hora, absolutamente nada justifica una agresión sexual. *Politóloga. Impulsora del Colectivo Calle sin Acoso Colima “Ya bájale de huevos vieja puta, aparte de que andas enseñando el trasero, todavía te pones digna, maldita zorra de cola apestosa, ya bájale solo quieres llamar la atención. Si no te quieren en casa no estés chingando a los alumnos que solo quieren un video para masturbarse, mejor lárgate de monja si no te gusta, además estas bien pinche fea, esquelética hasta sidosa has de estar, vieja cerca” (sic). 2. El 30 de marzo, una joven usuaria del transporte colectivo Metro, en la Ciudad de México, abordó uno de los vagones rosas, destinados sólo para mujeres. En el trayecto a su destino, un hombre que iba en este vagón eyaculó en el pantalón de ella. La chica denunció el hecho en sus cuentas sociales con la foto de la prenda manchada y la leyenda: “Tus políticas para garantizar la seguridad de las mujeres no sirven, @ManceraMiguelMX”. Algunos de los comentarios que recibió por parte de otros usuarios de Twitter fueron: “Espero aprendas la lección, agradecida deberías de estar con quien lo hizo, pues correspondió a tus provocaciones”. “Deberían violarte puta feminazi para que se te quite, entiende que no eres nadie sin un hombre. Pinche costilla malagradecida”. “Fui yo, hija de tu puta madre, antes di que no te viole, perra”. “No mientas maldita puta tu le echaste jabón para volverte viral”. “No me engañas pinches lesbiana seguro eres albañil y tu ropa de trabajo es esa maldita alarife, buscando fama”. 3. El 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, mientras la periodista Andrea Noel caminaba en la colonia Condesa, de la Ciudad de México, un hombre la atacó levantando su vestido y tirando de su ropa interior. Ella obtuvo el video de las cámaras de seguridad de la zona y lo expuso también en redes sociales, en donde recibió ataques y amenazas de muerte: “No es cierto, eres basura. Las mujeres que andan en vestidos cortos como los que usas, merecen que las violen o las maten a pedradas, así como lo estipulan las sagradas escrituras”. “el patrón ya dio la orden y lamentablemente hoy mueres, te voy a vacunar como la perra que eres”. “Tal vez si te vistieras como una mujer decente y no como una ramera los hombres te respetarían”. favor, como si yo hubiese querido que esto se supiera o se hiciera viral para ‘dar la cara’… los que me conocen saben como soy y saben que NUNCA me hubiese gustado estar así de EXPUESTA […] Si he tomado, si he salido de fiesta, si he usado faldas cortas, como la gran mayoría por no decir que todas las niñas de mi edad, por eso me van a juzgar? por eso me lo merecía? por eso paso lo que paso? por andar de noche con mis amigas?”. Este es un recuento de hechos muy recientes que se han hecho públicos. Sin embargo, cada vez que tengo oportunidad le pregunto a una mujer, “cuando vas caminando por la calle, y ves un grupo de hombres en la banqueta, ¿qué haces?”. Todas, sin excepción, han respondido: me cambio de banqueta, me bajo de la banqueta, paso rápido y agacho la mirada. Les he preguntado lo mismo a los hombres. La respuesta generalizada es “nada”. HaEl próximo domingo 24 de abril, se realizará brá quienes aruna movilización a nivel nacional en contra “Andrea Noel gumenten que de las violencias machistas. Para conocer los es una femialguna vez a detalles y sumarte a la convocatoria en Colinazi machorra ellos también que hizo todo ma, busca la página del evento en Facebook: les han dicho este desmacosas en la caVivas Nos Queremos. dre del video lle y creo que precisamente también hay para escupir todo lo que está diciendo con mujeres con esos comportamientos de acoso. Ciro”. Este último twit fue publicado por el Sin embargo, ¿los varones también temen ser columnista de SDP Noticias, Einer M. Juárez, agredidos sexualmente, violados o asesinados mientras la periodista era entrevistada por Ciro por usar la calle, el transporte o por salir a diGómez Leyva en Radio Fórmula para exponer vertirse? Aquellos que hayan vivido el acoso, su caso, y algunas de las trabas burocráticas tienen sólo una muestra de lo que todas las que encontró para poner la denuncia y para mujeres vivimos casi a diario, durante casi concluir la investigación. toda la vida. “Hago una disculpa por este medio por mi acto tan bajo, a la próxima te voy a violar”. Dato Polisémico: En otra ocasión, Andrea Noel dijo que mientras desayunaba en Coyoacán, un usuario de Twitter le envió una amenaza de muerte junto con la fotografía de su ubicación, por lo que se sintió aterrada y terminó huyendo del país. 4. Cuando salió a la luz el caso de violación de Daphne por el grupo autodenominado Los Porkys, en Veracruz, se crearon cuentas dedicadas a ataques y cuestionamientos hacía la víctima. La adolescente escribió: “Leí comentarios diciendo ‘que la víctima de la cara y nos cuente su parte de la historia’ Por Es terrible y muy grave que como sociedad sigamos culpando sistemáticamente a las mujeres violentadas. Las instituciones y autoridades no son competentes. Las personas siguen llamando “feminazis” a las feministas que denuncian, condenan y exigen justicia a estos actos. Los feminicidios son alarmantes. Y aunque todas estas víctimas han recibido muestras de apoyo y solidaridad, el tema es que hay cabida para comentarios y comportamientos misóginos y soeces como los que cité, que contribuyen a naturalizar la violencia, a hacerla cotidiana. ¿Qué estamos haciendo al respecto? Página 5 Página 4 Sara Elizabeth Cernas Verduzco* Aumento de la delincuencia femenina, problema estructural y patriarcal Generala Página 6 H ace unos días, el Presidente de la República entregó diversas preseas y reconocimientos a distinguidos militares, y entre estos destacaban varias mujeres con distingos grados. Para las mujeres, en la actualidad, se encuentran abiertos distintos campos que antes ni siquiera se soñaban alcanzar. El ver a una mujer vestir el uniforme militar es altamente gratificante, porque participan en la mejor institución del país. Pareciera que es algo cotidiano, pero fue hasta el 20 de noviembre de 1989 que una mujer, nacida en Tehuacán, Puebla, fue la primera generala mexicana. El estudio tenaz y la entrega a un ideal, llevaron a María Eugenia Gómez López a escalar los altos mandos del Ejército donde, reconoció en una entrevista efectuada por Adriana Cópil (Contenido 09-1999), jamás sufrió discriminación debido a su género. Emocionada refirió que al tener en sus manos el águila que distingue a los generales, la invadió una gran emoción. A los 58 años tuvo este enorme logro, que por primera vez se dio en la República Mexicana. Reconoció que en su niñez “sentía miedo de los soldados”, pero al concluir la secundaria, sus padres la instaron a ingresar al Ejército, de modo que en 1957 se inscribió en la Escuela Militar de Enfermeras, en el otrora D.F. No fueron pocas las penas y trabajos que su decisión le acarrearon, una de ellas, que siendo apegada a su familia y con 10 hermanos bulliciosos siempre a su alrededor, se vio impedida de siquiera visitar el hogar paterno, ya que en ese entonces las rutas hacia Tehuacán desde la capital eran difíciles, así que las visitas de la cadete a su hogar eran esporádicas. Su único contacto familiar era una prima que vivía en el DF y la visitaba los domingos. Pero esa soledad le permitió entregarse de lleno al estudio y apreciar mejor su lugar como cadete. Egresó de la escuela de Enfermería con el grado de subteniente en 1959, y empezó a trabajar como enfermera general en la sala de psiquiatría del Hospital Central Militar de la Ciudad de México, a la vez que cursó el bachillerato en un instituto privado. Al ascender a subjefe de enfermeras, sus superiores la autorizaron para que se inscribiera en la Facultad de Odontología de la UNAM, recibiéndose de cirujano dentista en 1967. Cuando ya tenía el grado de capitán primero, Gómez hizo un posgrado en estomatología pediátrica, lo que la llevó a la jefatura de servicios de odontología del Hospital Militar. En 1974 obtuvo el grado de mayor y en 1978 se convirtió en la primera teniente coronela mexicana. Eugenia Gómez López continuó su preparación profesional. Obtuvo una maestría en Investigación de Servicios de Salud en la Escuela Nacional de Estudios Profesionales (ENEP) de la UNAM. También terminó un diplomado sobre tanatología. Durante 11 años conservó el mismo grado, al fracasar en el puntaje (los militares son sometidos a exámenes físicos y La generala y subdirectora de conocimientos) para obtener vespertina del Hospital Central una promoción en dos ocasiones Militar aseguró que nunca sufrió consecutivas. Otro obstáculo discriminación en el Ejército para los ascensos estriba en que, por ser mujer. “Dentro de las de teniente coronel en adelante, María Eugenia Gómez López. fuerzas armadas existe un el candidato debe someterse a enorme respeto por el grado un estricto examen médico y su currículum es militar, independientemente del sexo de quien inspeccionado por los altos mandos del Ejército lo ostente, pues todos saben que las promociones y el secretario de la Defensa, para que luego sólo se obtienen por méritos propios. Por eso sea aprobada la promoción por el Presidente y me enorgullece saber que, antes de mi, hacía ratificada por el Senado de la República. más de 15 años que nadie había sido nombrado general brigadier”. La poblana no cejó en su empeño, hasta que se convirtió en la primera generala del país, el 20 La primera generala mexicana: María Eugenia de noviembre de 1989, lo que también le valió Gómez López, nacida en Tehuacán, Puebla, el cargo de directora general de sanidad de la sin duda que pasó a la historia como una de las Secretaría de la Defensa. mexicanas que abrieron brecha. De carácter paciente y tenaz y sumamente reservada en cuanto a su vida privada, María E n recientes semanas, han aparecido en la prensa local diversas notas en las que se informa de la detención de mujeres por haber robado en algún comercio establecido. Ante estos hechos, es necesario tratar de encontrar las raíces del problema, que representa una de las aristas del incremento delincuencial en el estado de Colima, que es indispensable resolver lo más pronto posible. El aumento de la delincuencia femenina es una de las manifestaciones de la ruptura de tejido social, producto del avance del neoliberalismo - etapa más brutal del capitalismo- en la que la acumulación de la riqueza continúa incontenible, lo que conlleva el incremento de la pobreza, situación en la que está más del 50 por ciento de la población mexicana. Incluso, las cifras oficiales han reconocido la existencia de la pobreza extrema, por lo que millones de familias no tienen ni para alimentarse. Colima no podía ser la excepción, aunque durante décadas, sectores institucionales y empresariales se empeñaron en presentar a nuestra entidad como un territorio exento de los problemas que vivían otras entidades, la avalancha crecía y no la veíamos venir, hasta que, por citar sólo un ejemplo, el valle de Tecomán, considerado por años como la chequera del estado, se convirtió en uno de los municipios más pobres del país. En el otrora próspero municipio, conocido como el lugar del “oro verde” debido a la agro-industria, la pobreza sentó sus reales y fue el caldo de cultivo para el florecimiento de la delincuencia organizada, los asesinatos de mujeres, el retraso en el pago de sueldos a decenas de burócratas, la mayoría conformada por mujeres, que como sector, tiene una participación económica del 49.2 por ciento, en tanto que el de los hombres es de 77.9 (INEGI, 2015). En este contexto, las y los colimenses enfrentan situaciones difíciles, como la falta de fuentes de trabajo, el desempleo abierto, los despidos injustificados, los salarios bajísimos, el incremento de horarios hasta de 12 horas, la pérdida de derechos laborales, manifestaciones de la voracidad del sistema capitalista que asola a la totalidad del planeta y, por ende, al territorio nacional y al estado de Colima, en donde este cúmulo de problemas afectan, sobre todo, a mujeres, quienes ganan alrededor del 46 por ciento de lo que ganan los hombres, según datos contenidos en el Diagnóstico Situacional de las Mujeres en Colima. (INEGI, 2013). Lo anterior, no se debe a la baja escolaridad de las mujeres sino a la discriminación que caracteriza al entorno socio-cultural de nuestra entidad, pues las cifras muestran que en el estado, la población femenina económicamente activa, supera con mucho el nivel de escolaridad de la masculina, pues de 2005 a 2012, el porcentaje de mujeres que laboran y tienen escolaridad de nivel medio superior o superior creció en un 88.9 por ciento, en tanto que en los hombres el crecimiento fue del 40.6 por ciento (INEGI, 2013). La discriminación salarial sucede pese a que desde el año 2009, mediante el decreto No. 523, se aprobó la Ley para la Igualdad entre Hombres y Mujeres del Estado de Colima, de acuerdo al artículo 3º del capítulo primero: “Son sujetos de los derechos que establece esta ley, las mujeres y los hombres que se encuentren en territorio estatal, que por razón de su género, independientemente de su edad, estado civil, profesión, cultura, origen étnico o nacional, condición social, salud, religión, opinión o capacidades diferentes, se encuentren con algún tipo de desventaja ante la violación del principio de igualdad que esta ley tutela. (Poder Legislativo del Estado de Colima, 2009:4). Las estadísticas muestran que ésta, como otras leyes, difícilmente se aplica, pues desde la puesta en marcha de las reformas estructurales, el trabajo dejó de ser un Derecho Humano y se convirtió en una mercancía. Así, a mayor oferta, menores salarios, menos prestaciones; por lo tanto, ya no existen plazas de base, sino contratos temporales, que pueden ser o no renovados. Si nos referimos al desempleo, egresar de la universidad o terminar una carrera técnica a nivel medio superior, no es una garantía para que las mujeres puedan incorporase al mercado de trabajo. Los datos duros muestran que la población masculina desocupada que tiene nivel medio superior o superior creció en 37 por ciento, mientras que entre las mujeres, la desocupación entre quienes tienen nivel medio superior y superior se incrementó en un 213 por ciento. El panorama antes descrito explica, aunque de ninguna manera justifica, el incremento de la delincuencia femenina en nuestro estado, pero como las cifras y la realidad lo muestran, esta problemática no la podemos ver sólo a la luz de una expresión que ya se ha hecho muy gastada, la llevada y traída “falta de valores”, sino que constituye un problema de tipo estructural que urge resolver, ya que el sistema económico neoliberal presenta crisis tras crisis, debido a que lo que más importa es el control de la inflación y no el desarrollo humano. Mientras no se abandone este sistema inequitativo e injusto, no se podrán resolver los problemas de inseguridad, y hombres y mujeres empujados por el hambre continuarán delinquiendo. En tanto, la población infantil, adolescente y joven, tendrá muy pocas posibilidades de, algún día, empezar a construir una vida digna. Página 3 Ma. Elena García Rivera Lourdes Carrillo de Calvario*
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