Indicadores de Gestión para la Orientación Universitaria en

Indicadores de Gestión para la Orientación Universitaria en Venezuela.
Yosmar Campos G.
Universidad Metropolitana
Julio González B.
Universidad de Carabobo
Resumen
Uno de los aspectos considerados básicos dentro del campo de la Orientación en general y
en la Orientación Universitaria, en particular, ha sido siempre, por un lado tratar de
incorporar en alguna forma los cambios que se derivan del pensamiento administrativo,
específicamente del paradigma que propone el Capital Intelectual (CI), y por el otro,
establecer alguna forma de determinar si se están cumpliendo con los parámetros mínimos
exigidos para una gestión eficiente en este campo. Este aspecto se ha visto obstaculizado
por el hecho de carecer de indicadores de gestión que permitan conocer si esos parámetros
están siendo alcanzados, o al menos precisar en qué medida se están logrando. De ahí que
el objetivo de esta investigación fue describir los principales indicadores de gestión que
pudieran servir para diagnosticar,
planificar y eventualmente
evaluar, el proceso de
orientación universitaria en Venezuela. Esta investigación fue abordada con la metodología
de investigación conocida como documental crítica, y como resultado de la misma se
describen los cuatro tipos principales de indicadores que deben ser considerados en la
Orientación a nivel de instituciones universitarias, tales como: indicadores de insumo,
acceso, productos y resultados.
Palabras clave: Orientación Educativa y Vocacional, Orientación Universitaria,
Indicadores de Gestión, Capital intelectual.
Indicadores de Gestión para la Orientación Universitaria en Venezuela.
Yosmar Campos G.
Universidad Metropolitana
Julio González B.
Universidad de Carabobo
Introducción
La literatura acerca de las contribuciones de las ciencias administrativas al análisis y
conducción de la problemática que interesa a las empresas, particularmente desde el
paradigma del Capital Intelectual (CI), permiten tener una idea de lo relevante de la
temática dentro del ámbito gerencial, más específicamente en el contexto de las
instituciones de educación superior.
Es sabido que los principios de las ciencias administrativas facilitan el trabajo de la
planeación y el control en la forma de estándares, los cuales deben ser desarrollados como
parámetros para medir la gestión. Tales estándares no son otra cosa que los indicadores de
gestión. Desde este paradigma de la gestión, se destaca la importancia de concientizar a las
Universidades, particularmente a las unidades que brindan atención en el área de la
orientación, en torno a la realidad productiva mundial y la necesidad de consolidarse y
fortalecerse a partir de los frecuentes cambios del entorno educativo, que incorpora cada
día, las prácticas exitosas de las empresas pertenecientes al sector productivo.
En este sentido cabe mencionar que la literatura evidencia la diversidad de las
funciones y tareas que los servicios de orientación llevan a cabo, dado que por su
naturaleza, independientemente de la clasificación con la que se cataloguen, deben adecuar
su trabajo a las necesidades y expectativas de las poblaciones que atienden, gestionar la
asignación de recursos para el ejercicio de sus funciones, garantizar la eficacia de su
actividad de acuerdo con el modelo teórico que guíe su trabajo, así como operar con
modelos que permitan demostrar de forma clara y directa los resultados de su labor.
Objetivo
Describir los principales indicadores de gestión que pudieran servir para
diagnosticar, planificar y, eventualmente, evaluar el proceso de orientación universitaria en
Venezuela.
Marco teórico
El desarrollo teórico sobre el paradigma del Capital Intelectual (CI) evidencia el
interés en extender su alcance y en desarrollar recursos que permitan valoraciones de éste;
particularmente, Salazar, Martín y López (2006) plantean que el CI como sinónimo de
activos intangibles representa una perspectiva que permite aproximaciones para su
medición y evaluación en virtud de su elevado valor estratégico, tanto para el sector
productivo como para el sector educativo.
Bueno, 2001, citado por López (2012), define al CI como el “conjunto de
capacidades, destrezas y conocimientos de las personas que generan valor y que a su vez
comprende habilidades, experiencia, conocimiento, personalidad, apariencia, reputación y
credenciales” (p.115).
Específicamente para las instituciones de educación superior, la revisión teórica
muestra los múltiples esfuerzos por establecer la relación del CI con la gerencia de dichas
instituciones (López, 2012), por hallar las estrategias más efectivas para la gestión del CI
(Ramírez, s/f), así como para su evaluación a través de indicadores en la extensión
universitaria (Gómez, 2010); en tanto que otro autores, han orientado su interés hacia la
relevancia que posee la obtención de información relacionada con CI en las instituciones de
educación superior (Ramírez, Santos y Tejada, 2011).
Estrechamente vinculado con el CI se halla el control de la gestión gerencial en las
instituciones de educación superior. En este sentido, Vásquez y Carrillo (2010) explican la
importancia de construir indicadores de gestión en dichas instituciones; concretamente,
Muñoz y Ríos De Deus (2003) exponen la pertinencia de generar indicadores de evaluación
de la investigación en la educación superior; en tanto que Yáber y Valarino (2002)
proponen la utilización de indicadores de desempeño clave para unidades académicas
universitarias.
En este mismo orden de ideas, Montoya (2009) propone el control de la gestión en
las instituciones de educación superior por indicadores, haciendo énfasis en que dicha
gestión promueve la calidad de ésta. Desde esta perspectiva el autor explica que el
propósito del trabajo presentado fue diseñar un sistema de control de gestión por
indicadores para instituciones de educación superior:
El control y las estrategias de evaluación de gestión permiten direccionar las
funciones misionales de las Instituciones, de acuerdo con el cumplimiento de metas
predefinidas. El producto del trabajo se sintetiza en un catálogo que agrupa 87
indicadores en cinco categorías: financiera, usuario, aprendizaje y conocimiento,
operación interna y servicios a la comunidad. Cada uno de los indicadores que se
identificaron fueron incluidos en una ficha que incluye: código, nombre, definición,
fórmula, utilidad, fuente, responsable, periodicidad, ejemplo, definición de la meta,
resultado, cumplimiento, rango de valores para su interpretación y explicación
detallada de los resultados (p. 145).
Vásquez y Carrillo (2010) explican que el seguimiento a los procesos hace parte del
control interno, y se basa en el análisis de las entradas y salidas (productos) de los procesos,
los cuales van en sentido transversal. Este seguimiento permite verificar si las diferentes
instancias están haciendo lo que les corresponde, su énfasis está centrado en los resultados
internos; mientras que el control de gestión analiza los resultados que la entidad alcanza en
el cumplimiento de su misión y su relación con el entorno.
Tanto el control interno como el control de gestión, convergen en un solo sistema el
cual permite evaluar y monitorear los resultados, en una relación de subsistemas
interdependientes, de esta forma se despliegan los indicadores como una herramienta para
el sistema de control, los cuales tienen como objetivo brindar información permanente y
oportuna a cada uno de los integrantes de una institución educativa, sobre su desempeño, de
tal manera que permita evaluar y tomar los correctivos del caso (Vásquez y Carrillo, 2010).
Teniendo en consideración el interés por procurar calidad a las instituciones de
educación superior mediante los indicadores de gestión propuestos por Montoya (2009),
Granados y Espinoza (2006) hacen lo propio pero su iniciativa sugiere la promoción de la
calidad y de la innovación en las instituciones de educación superior destacando la
experiencia del servicio de orientación en el Centro de Enseñanza Superior Cardenal
Spínola, CEU, Andalucía, adscrito a la Universidad de Sevilla, España.
Los autores explican que si bien en España no existe un marco legal específico
referente a la orientación en la universidad, ésta se considera un factor imprescindible para
la calidad de la enseñanza, por ello la evaluación se considera clave, tanto para el análisis
inicial de las necesidades cuanto al seguimiento y comprobación de resultados con la
intención de mejorar su eficacia. Asimismo, Granados y Espinoza (2006) explican que la
orientación universitaria se basará en programas específicos que sistematicen la acción, por
ello la orientación ha de estar planificada.
En este sentido, cabe referir lo planteado por González (2007) quien proyecta las
fortalezas, debilidades, amenazas y oportunidades de la orientación profesional en América
Latina, con el propósito de revisar los aspectos básicos que deben cubrirse para continuar
avanzando como disciplina científica adaptada a los nuevos tiempos de la humanidad.
Particularmente, con relación a las debilidades el autor identifica once aspectos que
de ser atendidos optimizarían el desarrollo de dicha disciplina. En este sentido se observa
que dos de los once aspectos referidos como flaquezas, (uno, la incapacidad para demostrar
el valor cualitativo de la Orientación y dos, el bordaje de los diferentes campos o áreas de la
Orientación en forma parcelada o inconexa), pueden convertirse en circunstancias que
propicien el desarrollo de dicha disciplina si se considera la oportunidad que el mismo autor
refiere en su artículo, en el apartado de las oportunidades de la orientación profesional en
América Latina, cuando refiere la consideración del surgimiento de nuevas concepciones
para el abordaje de la Orientación, siendo una de ellas la interdisciplinariedad y la
transdisciplinariedad.
Frente a esta posibilidad de desarrollo que atiende a las debilidades referidas y
aprovecha la oportunidad mencionada, se propone describir los principales indicadores de
gestión que pudieran servir para diagnosticar, planificar y, eventualmente, evaluar el
proceso de orientación universitaria, partiendo de los aportes de las ciencias
administrativas, particularmente del paradigma del CI, esto con el propósito de evidenciar
el rol de dichas unidades en términos del aporte que éstas pueden hacer al
perfeccionamiento de la calidad de la educación superior, sirviéndose de los indicadores de
gestión, los cuales sustentan una cultura de servicio en las instituciones de educación
superior que puede contribuir a vigorizar la organización universitaria y a optimizar sus
resultados académicos, además de mejorar los niveles de competitividad y credibilidad en
la sociedad.
En este sentido López (2012) plantea que el tema de la gestión es entonces
transversal a toda la actividad de educación superior e influye en todos los aspectos de
desarrollo y mejoramiento de la educación superior, afirmando que en ésta el CI es
fundamental.
Es importante referir que en Venezuela existe un marco legal que prevé la
orientación vocacional como un derecho de los venezolanos y venezolanas, así lo establece
la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV, 1999), la Ley orgánica
para la protección del niño, niña y adolescente (2007) y la Ley orgánica de educación
(2009).
En este sentido Los Ministerios del Poder Popular para la Educación y la Educación
Superior, asumiendo el mandato constitucional del currículo integral (Artículos 102, 103 y
104 de la CRBV), son los garantes de diseñar, planificar, ejecutar, evaluar y supervisar
políticas públicas y lineamientos para el desarrollo del ser, convivir, servir, saber y hacer, a
través de los programas y servicios que garanticen el logro de formar un ciudadano con
pleno desarrollo de su persona (Ministerio de Poder Popular para la Educación
Universitaria, 2009).
En consideración a estos cometidos, el Ministerio de Poder Popular para la
Educación Universitaria en el año 2009, propone la creación del Sistema Nacional de
Orientación (SNO), el cual es un conjunto orgánico integrador de políticas y servicios de
orientación destinados al pleno desarrollo de la persona y de su potencial creador desde las
realidades de una sociedad plural, diversa y pluri-étnica (Ministerio de Poder Popular para
la Educación Universitaria, 2009).
Las acciones del Sistema se concretan y se hacen operativas mediante programas y
servicios a las personas y las comunidades, las cuales se atienden desde las unidades
operativas del sistema denominados Centros de Orientación. El SNO es un sistema interministerial interconectado con todas las redes de servicios a las personas y las
comunidades. Su dirección está bajo la responsabilidad de los Ministerios del Poder
Popular para la Educación y la Educación Superior, mediante la creación de la instancia
respectiva (Ministerio de Poder Popular para la Educación Universitaria, 2009).
Discusión y conclusiones
En este trabajo se han abordado aspectos básicos relacionados con la utilización de
indicadores como herramientas de gestión universitaria, tomando como referencia el
paradigma del CI. Partiendo del planteamiento de algunas premisas, fueron definidos
conceptos fundamentales que vinculan los progresos de las ciencias administrativas con las
tareas vinculadas a los servicios de orientación en las instituciones de educación superior.
Finalmente, es propuesto el diseño de los indicadores de las funciones básicas de
los servicios de orientación universitaria, objeto de consideración en este estudio. Sin
embargo, es necesario destacar que la propuesta no pretende establecerse como un punto de
referencia única y menos aun excluyente, en relación con las observaciones y crítica que
puedan suscitarse en torno a los temas tratados.
Pretende ser una contribución a la discusión y toma de decisiones que las instancias
y organismos competentes consideren pertinentes; así como un aporte a la organización, ya
que propone romper el paradigma de la gestión de los servicios de orientación en el marco
de su gestión en el hacer de la Universidad, para con ello generar el análisis de las
tendencias de gestión vigentes en éstos, constituyéndose potencialmente en un hallazgo que
permitirá orientar la gestión en el sentido de aplicación operativa. Asimismo, es el inicio de
nuevas investigaciones que se puedan derivar; si se consideran las limitaciones que puedan
afectar la viabilidad de aplicación de los lineamientos para la gestión de los servicios de
orientación en las instituciones de educación superior, con la finalidad de tomar decisiones
en el presente que favorezcan el futuro en términos predecibles.
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