EL IMPERIALISMO Y EL CONFLICTO EN SIRIA

La resistencia que se extiende
Nº 0 Tercera época | Marzo-abril 2016 | 2,5 € - precio reducido 2€
La Hiedra/L’Heura es la revista de En lucha/En lluita | www.lahiedra.info
EL IMPERIALISMO Y
EL CONFLICTO EN SIRIA
Por Joseph Daher
ISLAMOFOBIA Y CÓMO
COMBATIRLA
Por David Karvala
LA CULTURA DE LA VIOLACIÓN NO ES UN CHISTE
REFUGIADAS: ENTRE LA SOLIDARIDAD Y LA HIPOCRESÍA
MADRID, CON LA UNIDAD, SERÁ LA TUMBA DEL FASCISMO CUANDO EL HUMOR SE PONE SERIO RESEÑAS
1
Editorial
Ideas para cambiarlo todo
U
n fantasma recorre Europa, o el mundo.
Con estas palabras, citadas seguramente
excesivas veces, se abre el Manifiesto
Comunista de Marx y Engels, punto de
partida programático de un movimiento que hunde
sus raíces en la tradición de la lucha de las oprimidas,
desde la revuelta de Espartaco a la Revolución francesa, y que se extendió a partir de entonces a través
de una historia convulsa y a veces sangrienta.
Hoy en día, este movimiento parece sumido
en una derrota sin precedentes, ahogado por sus
propios errores y por el triunfo de un sistema económico que ha sido capaz de imponer una ideología
y una cultura que se extienden por el mundo como
lo hizo entonces ese viejo fantasma. Pero como dijo
no hace mucho el cínico millonario Warren Buffett,
“la lucha de clases existe y mi clase la está ganando”.
Más allá de constatar que la única clase verdaderamente marxista que queda es la clase dominante,
se atisban, en la lejanía, las contradicciones que el
capitalismo nunca ha sido capaz de superar. De esas
contradicciones surgen, como han surgido siempre,
los fantasmas que se extienden por doquier.
Por un lado, el empobrecimiento progresivo de la
gente de abajo, el aumento de la desigualdad provocado por ese proceso de traspaso de recursos de abajo
arriba que suponen el conjunto de políticas que conocemos como neoliberalismo. También el resurgir de
los conflictos inter-imperialistas, en un tablero de
juego en proceso de reconfiguración 25 años después
del fin de la llamada Guerra Fría, que está convirtiendo Oriente Medio en escenario de un nuevo ciclo
de guerras sin un final aparente; en este contexto, el
terrorismo yihadista es utilizado por la derecha y el
populismo para extender la islamofobia, mientras el
fascismo emerge como un auténtico peligro, convirtiendo la frustración a su alrededor en un proyecto
de odio racista. El auge de Alba Dorada en Grecia o
del Front National en Francia, así como los ataques
racistas ocurridos en Alemania estos últimos días,
dan testimonio del reto al que nos enfrentamos.
¿Y al otro lado qué?, nos preguntamos. La gente de
abajo, las oprimidas de la historia, siguen resistiendo
y, como en su día Espartaco y quienes le siguieron, se
lanzan a la conquista de aquello que les ha sido arrebatado: la paz, la justicia, la igualdad, la vida misma.
A esa gente va dirigida esta revista, una publicación
renovada que hunde sus raíces en una vieja tradición, la de una corriente internacional que nace,
como esta revista, al calor de las luchas hace ya unas
cuantas décadas.
Para la gente que lucha, pero también escrita,
diseñada, producida y distribuida por la gente que
lucha, activistas comprometidas con el presente en
un momento en que el viejo régimen, representado
por la monarquía y los dos grandes partidos que se
han alternado en el poder desde 1978, parece haber
perdido toda credibilidad. El 15M y el movimiento
por la independencia en Catalunya, así como el
descrédito de una clase política corrupta y acomodada, han puesto en evidencia la crisis de un régimen
que hace todo lo que puede por mantenerse en el
poder.
Sin embargo, nos encontramos en un impasse, un
momento en el que culmina un largo ciclo electoral
que ha sacudido profundamente las instituciones
y que ha marcado la actividad tanto de Podemos
y el resto de fuerzas del cambio como de la CUP y
los partidos involucrados en el procés soberanista
catalán. Se abre la perspectiva de una legislatura
inestable en el Congreso de los Diputados, durante la
cual el Estado español deberá hacer frente al desafío
de ruptura desde Catalunya, lo que tensará sin duda
la cuerda entre las diferentes fuerzas en liza, mientras
en Catalunya empiezan 18 meses cruciales durante
los cuales el proyecto de República Catalana se debe
consolidar como motor de cambio social en beneficio
de las clases populares.
Desde nuestro punto de vista, nada de lo que
pueda ocurrir depende en primera instancia de un
grupo de diputados y diputadas, sino de aquello
que seamos capaces de hacer desde abajo quienes
estamos dispuestos a seguir luchando. Es ahí, en
ese terreno, donde La Hiedra quiere echar raíces y
crecer, porque en momentos convulsos como el que
estamos viviendo, entender el mundo que nos rodea
a través de los debates que van surgiendo a nuestro
paso es el único modo de encontrar los caminos que
nos llevarán a buen puerto.
Esa es la fuerza de las ideas, más necesarias que
nunca cuando la acción parece lo único posible. Las
ideas son un arma, pero también un mapa, elaborado a lo largo de los años por una tradición que se ha
ido perpetuando y que conforma hoy la corriente de
pensamiento, acción y organización que contribuye,
desde estas páginas, al proyecto de transformación
social que anhelamos, un proyecto que es mucho
más que un mero fantasma. ■
¿Preguntas? ¿Sugerencias? ¿Críticas?
¡Háznoslas llegar!: [email protected]
2
Nuevo libro de la
editorial La Hiedra:
“La Transición:
Movimiento
obrero, cambio
político y resistencia popular”,
de Mike Eude. Más
información en la
contraportada.
EDITORIAL
Grecia el pasado 4 de febrero. Más allá de las concentraciones
La tercera huelga general contra los recortes de las pensiones sacudió
encrucijada en la que se encuentra el gobierno de Syriza,
masivas, la demostración de fuerza de la clase trabajadora muestra la
Si Tsipras se rendía a la austeridad a pesar de la
incapaz de ofrecer concesiones sin enfrentarse a las exigencias de la Troika.
la calle por un programa que le aparte de las consecuencias
victoria del OXI en el referéndum, el pueblo griego sigue luchando en
la derrota definitiva o la ruptura con las instituciones que
terribles del continuismo de la “nueva política” griega. En el horizonte,
deuda, el Euro, la UE en sí misma. La encrucijada que tarde o
están extendiendo miseria y desigualdad a lo largo del continente: la
adcast.
temprano cualquier gobierno progresista deberá afrontar. // Foto SEKbro
3
NOTICIAS BREVES
HUELGA EN SEAT: ORGANIZACIÓN Y LUCHA CONTRA LA POLÍTICA DE MÁXIMO BENEFICIO AL MENOR COSTE
Islamofobia y cómo combatirla
David Bowie: Glamour,
controversia y Rock & Roll
28
22
31
20 La cultura de la violación no es un chiste
El Imperialismo y el conflicto en Siria
NOTICIAS BREVES
05
4
Huelga en SEAT
Correscales de Bilbao a Barcelona
Debate sobre la concialición
Los hechos de colonia
¿Fin de ciclo en Venezuela?
UCFR en Majadahonda
ANTIFASCISMO
15
Del pacto de gobierno
a la República Catalana
Diego Garrido y Oscar Simón
GÉNERO
DOSSIER: LA UNIDAD POPULAR DESDE ABAJO
20
La cultura de la violación:
No es un chiste, es realidad
Sonja Coquelin
09
Viento de izquierdas: ¿Empujando hacia la regeneración…y la ruptura?
Diego Mendoza
INTERNACIONAL
15
Unidad popular:
desde abajo para cambiarlo todo
Manel Barriere Figueroa
13
La unidad popular en perspectiva:
el caso chileno
Mike González
22
El Imperialismo y el conflicto en Siria
Joseph Daher
25
Refugiadas, entre la
solidaridad y la hipocresía
Anna Palou
26
Madrid, con la Unidad, será la
tumba del fascismo y el racismo
Aitor Bayón
28
Islamofobia y cómo combatirla
David Karvala
CULTURA
30
Cuando el humor se pone serio
Manel Barriere Figueroa
31
Glamour, controversia y Rock&Roll:
un recuerdo de David Bowie
Ale García
32Reseñas: Techo y comida · Islamofobia:
Nosotros, los otros, el miedo · Desmuntant Societat Civil Catalana · Veganismo de la teoría a la acción · Entre cunetas · Donde no llega nuestro grito
La Hiedra, la resistencia que se extiende. Tercera temporada. Marzo-abril, 2016. Editor: Manel Barriere Figueroa. Redacción: Aitor Bayón, Franco Casanga, Bendjamin Clemente, Álvaro
Figueroa, Diego Garrido, David Karvala, Marina Pérez, Miguel Sanz Alcántara, Luis Zhu. Maquetación y diseño: Oriol Alfambra, Miguel Sanz Alcántara y Luis Zhu. Traducciones y corrección:
Pau Alarcón, Guifré Bombilà, Joan Caralt, Franco Casanga, Àlvaro Figueroa, Pati Gómez, Marina Pérez, Mireia Roselló, Ana Villaverde, Luis Zhu. Web: www.lahiedra.info. Contacto de La Hiedra
para valoraciones, propuestas de artículos o conseguir copias: [email protected]. La Hiedra es la revista bimensual de En lucha / En lluita. ISSN: 2385-3212
La mañana del jueves 7 de enero, se
inició una huelga en la fábrica de cajas
de cambio Gearbox, situada en la Zona
Franca de Barcelona. Dicha fábrica,
absorbida por la fusión con el grupo
Volkswagen, es la encargada del suministro de dicho producto para las diferentes marcas automovilísticas de la
firma, como Seat, Audi, Skoda y la que
da nombre al grupo.
El conflicto tiene su origen en el
traslado forzoso de 50 empleados a la
fábrica que posee el grupo en el municipio de Martorell, en el Baix Llobregat.
Después de intentar la mediación en
dos reuniones llevadas a cabo los días
5 y 6 de enero ante la Inspección de
Trabajo, de las cuales no se ha obtenido
ningún tipo de solución, la empresa
alega un excedente de plantilla, a lo
que se contrapone la versión de la
representación de los trabajadores y
las trabajadoras. En dicha sucursal
se trabaja todos los fines de semana,
para completar la producción que
debería realizarse de lunes a viernes.
Se han acumulado más de 130.000
horas, adeudadas a los trabajadores y
trabajadoras, al mismo tiempo que se
pretende reducir la plantilla.
Por otro lado, en la fábrica situada
en Martorell existe una carencia de
personal, ya que se despidió a 200
personas que habían sido contratadas
a través de ETT para no tenerles que
hacer contrato fijo como se encuentra
tipificado en la ley. Éste es el motivo
por el cual la empresa quiere realizar el
traslado de los 50 empleados, que son
el principal objeto de esta huelga.
Desde CGT-METAL (FESIM) se
denunció la política que realiza el
grupo germano Volskwagen en España,
buscando conseguir el mayor beneficio bajo el mínimo coste, lo que trae
consigo la vulneración de los derechos
de sus trabajadores y trabajadoras. CGT
ha anunciando que debido al a fracaso
en la negociación, se mantendrá firme
en la huelga en defensa de los derechos
de la plantilla, y en contra de los abusos
y actuaciones que realiza dicho grupo
al margen de las leyes estatales.
Al cierre de la edición de esta publicación, se acordó volver a la producción
el lunes 11 de enero, para no provocar
problemas de abastecimiento, y tras la
convocatoria de la Generalitat de una
nueva mesa de negociación para ese
mismo día. En una nota hecha pública
por el Comité de Empresa dos días
después, se ha adquirido el compromiso, por parte de toda la plantilla, de
no trabajar en días festivos y de parar
las máquinas durante las pausas, como
se recoge en el Art. 104 del Convenio
Colectivo vigente. Por último, se
acordó el jueves de la misma semana
realizar asambleas generales en los tres
turnos, durante la hora del bocadillo,
para informar y decidir cómo avanzar
en la lucha.
DE BILBAO A BARCELONA: EL
CORRESCALES LLEVARÁ LA
LUCHA AL MOBILE WORLD
CONGRESS
apaciguar los conflictos para que la
multinacional y sus contratas puedan
seguir ejecutando sus planes de precarizar la especie.
Nos declaramos en huelga indefinida en marzo ante la estupefacción de
Movistar, sus contratas y sus sindicatos
guardianes, CCOO y UGT. Y dimos un
buen asalto, aunque sabíamos que no
se puede doblegar a una multinacional
tan poderosa en el primer round. Nos
replegamos después de dar mucha
guerra, pero para volver. Y tras un
periodo de reorganización, en el que
no hemos dejado la lucha, aunque esta
no fuera tan visible, ahora volvemos a
la calle. O mejor dicho, a la carretera.
Vamos a seguir luchando por nuestros derechos y lo vamos a hacer con
todas las formas de lucha que seamos
capaces de imaginar. Si Movistar
invierte millones en think tanks neoliberales, nosotros tenemos la solidaridad y la inteligencia colectiva. Y a ver
quién acaba ganando al final.
Ahora nos disponemos a dar un
nuevo asalto y lo empezamos con el
Correscales, una carrera de relevos de
800km de Bilbao a Barcelona. Desde
Bilbao - donde la unión y determinación
de los técnicos, la mayoría falsos autó-
nomos, hizo que la huelga se mantuviera en un 90% de seguimiento hasta el
final y, por tanto, se consiguieran excelentes acuerdos que incluyeron el pase
a plantilla de buena parte de trabajadores – hasta Barcelona, donde se celebrará el World Mobile Congress del 22
al 25 de febrero, cuya sede se ocupó una
semana durante la huelga.
El Correscales saldrá de Bilbao en
forma de carrera de relevos en la que
Publicamos este texto extraído del blog
de las Contratas y Subcontratas de Telefónica en lucha. Un resumen en primera
persona de lo que ha sido una lucha ejemplar, que sigue adelante, con el compromiso y la movilización desde la base, a
pesar de enfrentarse a uno de los gigantes
empresariales del Estado español.
Las y los trabajadores técnicos
subcontratados de Movistar hemos
protagonizado una de las huelgas más
contundentes que se ha producido en
los últimos años contra una multinacional en el Estado español. Miles de
trabajadores y trabajadoras en condiciones de semi esclavitud, condiciones
en las que estáis la gran mayoría de
quienes estáis leyendo estas líneas,
dijimos basta a una empresa muy poderosa que no solo nos explota, sino que
además no nos reconoce como trabajadores.
También dijimos basta a esos sindicalistas que se han pasado al lado
oscuro y que no sabemos si con convencimiento o por interés, se dedican a
ÍNDICE
Por SERGIO LÓPEZ
5
80 corredores correrán 800 km para
difundir y denunciar las condiciones de
semi esclavitud en la que Movistar tiene
a sus trabajadores. Correremos también
para recaudar fondos para continuar nuestra lucha y todas las luchas
presentes y futuras que tienen que realizarse para que podamos vivir vidas
dignas. Y el Correscales llevará a Barcelona la huelga, que al fin y al cabo, es
nuestra arma más eficaz, si la hacemos
juntos.
CCOO y UGT siguen mareando la
perdiz con la patronal en la paritaria sin
conseguir nada e intentando marearnos
a nosotros también, para ver si consiguen que olvidemos esto del sindicalismo de calle. Les animamos a sumarse
a las movilizaciones como lo han hecho
el resto de sindicatos, desde el respeto a
las asambleas de trabajadores y trabajadoras de la Marea Azul.
¿FIN DE CICLO EN VENEZUELA?
Por FRANCO CASANGA
La estrepitosa derrota del gobierno
de Nicolás Maduro en la Asamblea
Nacional en diciembre del año pasado,
ha sido un golpe duro para el proyecto
bolivariano. Pero sería ingenuo pensar
que esta derrota haya sido algo inesperado. Los y las venezolanas llevan varias
elecciones apartándose de las políticas
del gobierno, incluso antes del fallecimiento de Chávez. Los problemas de
corrupción interna y externa al aparato
de Estado, la crisis económica (con
una inflación y fuga de capitales de las
más altas del mundo) y la ceguera política para buscar soluciones reales a la
población son las principales causas del
descalabro electoral.
Ciertamente este rotundo castigo al
gobierno de Maduro no representa tanto
el fin de la hegemonía del “chavismo”
como de un hartazgo de la población
con la gestión del gobierno. Este castigo
ha venido especialmente desde las
bases sociales del llamado chavismo,
sectores de la población trabajadora
que han visto como año a año sus condiciones de existencia van empeorando.
La capitalización de este descontento
6
EL NECESARIO DEBATE DE LA CONCILIACIÓN
Por ANA VILLAVERDE
Se ha dicho mucho sobre la decisión de Carolina Bescansa de llevar
a su hijo al Congreso. No nos interesan, por retrógradas y machistas,
las críticas hechas desde la caverna
mediática, pero es cierto que dentro del
propio movimiento feminista también
ha generado controversia. Los actos
simbólicos pueden ser más o menos
afortunados, pero lo importante es si
con ellos se consigue el objetivo inicial.
En este sentido, lo cierto es que la decisión de Bescansa ha logrado recuperar un debate central sobre un tema
no resuelto que condiciona las vidas
de muchísimas mujeres: la conciliación laboral y familiar. No creo que nos
haga ningún favor limitarnos a criticar
el gesto sin entender que si ha provocado tantas reacciones por parte de la
derecha, es precisamente porque pone
el dedo en la llaga al cuestionar el falso
mito del “hombre público”, autosuficiente e independiente, que no necesita cuidar de nadie ni, aparentemente,
que le cuiden, visibilizando la vulnerabilidad e interdependencia que nos
caracteriza a todos y todas.
A las mujeres que accedemos a la
vida pública (no solo a la política, sino
en general a cualquier empleo remunerado) se nos exige que nos comportemos como ellos y que, mientras
estamos ejerciendo nuestros trabajos,
ocultemos y olvidemos todas las
responsabilidades de cuidado que nos
imponen los roles asociados a nuestro
género, que incluyen no sólo el cuidado
de nuestros hijos e hijas, sino también
de familiares con autonomía restrin-
gida. Se nos emplaza a que resolvamos
la “conciliación” de forma individual,
cuando, en realidad, se trata de un
problema colectivo que afecta a toda la
sociedad. Esto no es casual, permite que
el cuidado, central para la reproducción
de la vida que sostiene todo lo demás,
se siga resolviendo a bajo coste para el
Estado y las empresas, y se cargue sobre
los hombros de las mujeres.
Garantizar un cuidado de calidad,
tanto para quienes lo ejercen como
para las personas que son cuidadas,
exige cambios estructurales en el
sistema productivo y en la distribución
del trabajo de cuidados. El Estado debe
asegurar que la educación infantil, entre
0 y 3 años, sea universal y gratuita, se
deben bajar los ratios por aula, además
de ocuparse de la creación de centros
de atención a personas dependientes
que sean gratuitos y fomentar la asistencia personal profesionalizada. Pero
también es necesario un cambio sistémico que, como señala la economía
feminista, implique poner los cuidados
en el centro y desplazar la producción y la acumulación de beneficio
privado a un segundo plano, lo que, a
corto plazo, implica una reducción de
la jornada laboral. La conciliación pasa
por la corresponsabilidad social, pero
también por la corresponsabilidad de
género, lo que exige la igualación en
tiempo de las bajas de maternidad y
paternidad y que éstas no sean transferibles. El gesto de Bescansa, correcto o
no, ha contribuido a reabrir el debate,
ahora toca presionar para que estas
medidas se conviertan en una realidad.
por las fuerzas de la derecha, unidas en
torno a la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), tiene que ver mucho con la
incapacidad del gobierno para superar
el estado de excepción económica en el
que está sumergido el país. Durante la
campaña, Maduro y sus dirigentes principales, en vez de reconocer la gravedad
de la crisis y explicar su programa de
soluciones, se dedicaron a echarle toda
la culpa de la situación a la burguesía
nacional e internacional, desresponsabilizándose de sus compromisos políticos y ensanchando la brecha entre
la retórica y la práctica. No es que la
“guerra económica” no exista, sino que
también es cierto que hasta ahora la
política económica del gobierno se ha
mostrado ineficaz a la hora de combatir
los problemas más urgentes de la gente.
Desde los comienzos de la república
bolivariana se ha estado postergando la
transformación de su economía rentista,
dependiente del petróleo, mientras el
ciclo económico era ascendente y había
una coyuntural fase de precios al alza de
materias primas que permitían un gasto
social en favor de las clases populares.
Hoy, inmersos en la peor crisis económica de su historia, parece difícil dar
la vuelta a la situación si el gobierno de
Maduro y sus dirigentes no se replantean su propio proyecto en términos
de avanzar o retroceder. El proyecto
de la revolución bolivariana solo se
recuperará a partir de las luchas de la
clase trabajadora, dando pasos firmes
hacia un nuevo modelo productivo y
haciendo partícipes en todo momento
a sus bases sociales. De otro modo, será
la derecha neoliberal la que organice el
malestar social en favor de los sectores
patronales.
UCFR SE ORGANIZA EN
MAJADAHONDA CONTRA UN
ACTO HISTÓRICO DEL FASCISMO
ESPAÑOL
Por MANEL BARRIERE FIGUEROA
El pasado 9 de enero tuvo lugar el
acto de presentación de UCFR en
Majadahonda, una pequeña ciudad
al noroeste de Madrid con una de las
mayores renta per cápita del Estado
español. Un plácido lugar lleno de
parques y flores, alejado de los barrios
periféricos donde la extrema derecha
intenta normalmente implantar sus
organizaciones. Pero detrás de esa
imagen, la de un municipio de clase
media alta gobernado durante años
por una mayoría absoluta del PP, se
encuentra una realidad sangrante. La
presencia del fascismo ha sido constante, gozando de una impunidad que
se ha saldado con dos asesinatos en 15
años, agresiones continuadas y asiduos
ataques a sedes de organizaciones de
izquierda.
El motivo principal, sin embargo, por
el que se decidió organizar una presentación de UCFR el 9 de enero, es la coincidencia con un acto que diversos grupos
de extrema derecha, principalmente
Falange y Alianza Nacional, perpetran
cada año en el municipio. Se trata de
un homenaje a Ion Mota y Vasile Marin,
dos legionarios de la Guardia de Hierro,
organización fascista que cuando llegó
al poder en Rumanía participó en el
Holocausto nazi, muertos en combate
el 13 de enero de 1937. Alrededor de
un monolito edificado en un terreno
privado –en realidad cedido a una
fundación por el último alcalde franquista de Majadahonda–, desde 1970
se reúne lo bueno y mejor del fascismo
español, incluido el inefable Blas Piñar,
que no faltó a la cita ni una sola vez hasta
su muerte. Lejos de tratarse de un acto
nostálgico, la participación de líderes
destacados como Pedro Pablo Peña,
Manuel Andrino o Miguel Menéndez
Piñar, nieto de Blas, lo convierten en un
espacio de encuentro y exaltación muy
vinculado a la realidad del momento.
Así, el año pasado se pudieron oír palabras como estas referidas al atentado
LOS HECHOS DE COLONIA CON
OJOS DE MUJER MUSULMANA
INMIGRANTE
Por FATIHA EL MOUALEM, activista de UCFR Catalunya y de su campaña, # StopIslamofòbia
Durante las últimas semanas, se
han hecho públicas noticias de varios
países europeos que hablan de agresiones y violaciones mientras se celebraban las fiestas de fin de año. Hechos
que nos indignan como personas y
aún más como mujeres, porque nos
sentimos identificadas y también
porque son hechos que muestran cómo
sigue persistiendo en el imaginario de
muchos hombres la figura de la mujer
como objeto sexual.
Los avances en los derechos conseguidos a lo largo de muchos años de
lucha femenina, no han significado la
erradicación de prácticas machistas
hacia las mujeres. El número de
víctimas no para de crecer y aquí en
España, las cifras hablan de entre 50
y 70 mujeres asesinadas cada año. En
las celebraciones de San Fermines de
2014, muchas denuncias y también
fotos publicadas mostraban cómo los
agresores eran jóvenes crecidos en la
Europa democrática y liberal.
Los hechos de las semanas pasadas
nos recuerdan que las mujeres
seguimos siendo víctimas, tanto en
situaciones de paz como en situaciones
de guerra y pobreza. En Colonia, las
mujeres fueron agredidas por unos 32
hombres, de los cuales 18 son de procedencia musulmana. Este dato ha sido
suficiente para que el tratamiento de
la noticia se enfocara hacia la cultura y
la religión de los agresores, olvidando,
primero, los otros 14 de origen europeo,
y recurriendo a un discurso sensacionalista en contra de los refugiados por
parte de unos medios xenófobos y islamófobos. Se han utilizado las víctimas
para alimentar los sentimientos de
rechazo hacia las personas refugiadas
e inmigrantes que huyen de las guerras
y la pobreza, y la mujer blanca europea
para mostrar la barbaridad del extranjero y su incompatibilidad con la
cultura occidental. Un discurso que
viene justo pocos meses después de la
muestra de hospitalidad y solidaridad
popular de muchos ciudadanos europeos, que abrieron hasta sus propias
casas para acoger a los desplazados.
La causa femenina se ha instrumentalizado en diversas tertulias televisivas, a la hora de formular discursos
de menosprecio y humillación hacia la
mujer musulmana, representada como
ignorante, ridícula y tonta, mujeres obligadas a taparse de pies a cabeza y, por
tanto, símbolo de un retroceso cultural
y de la brutalidad de sus hombres.
Discursos de personas que muestran su simpatía hacia las víctimas,
pero se olvidan de las cientos y miles
de mujeres que son violadas cada día,
no porque están en una fiesta, sino
porque intentan huir de los horrores
de la guerra. Mujeres obligadas a pasar
por las mafias durante sus trayectos
antes de llegar a las puertas cerradas
de Europa, mujeres de Europa del
Este, africanas, sudamericanas y refugiadas procedentes, últimamente, de
los países árabes. Mujeres y refugiadas
que no parecen remover la memoria de
Europa, recordándole los 35 millones
de su gente que en otras épocas escaparon por mar y tierra buscando
destinos de acogida y protección.
en Charlie Hebdo: “Ahora quieren
que nos levantemos contra el yihadismo y que lo hagamos para defender
a la República, según dice Hollande.
Que se maten entre ellos, nosotros no
vamos a defender la tolerancia para los
homosexuales, las lesbianas, el aborto
y el adulterio. El islam es el enemigo.
Cuando estemos rearmados moral y
militarmente nos levantaremos contra
el sistema por haber abierto las puertas
de Europa a la inmensa masa de inmigrantes musulmanes”.
Era esencial que la sociedad civil
majariega diera este año una respuesta
amplia y unitaria a quienes fomentan
el odio y la violencia. El éxito de UCFR,
que consiguió la adhesión de todas las
organizaciones políticas de izquierda,
así como el apoyo de algunos de los
colectivos de base vinculados al 15M,
supone un primer paso para impulsar
una campaña de sensibilización,
denuncia y movilización que consiga
acabar definitivamente con un homenaje que humilla a las víctimas del
Holocausto y supone un peligro que no
puede ser ignorado por más tiempo. ■
7
Viento de izquierdas: ¿Empujando
hacia la regeneración…y la ruptura?
DOSSIER: LA UNIDAD POPULAR DESDE ABAJO
VIENTO DE IZQUIERDAS
La izquierda tras el 20D afronta un escenario complejo
UNIDAD POPULAR: DESDE ABAJO PARA
CAMBIARLO TODO
La unidad vista desde la perspectiva de la movilización y no desde las
instituciones
LA UNIDAD POPULAR EN PERSPECTIVA:
EL CASO CHILENO
¿Qué podemos aprender de la unidad popular forjada en el proceso
chileno de 1970-73?
DEL PACTO DE GOBIERNO
A LA REPÚBLICA CATALANA
Hacia una verdadera ruptura democrática y social con el Estado español
9
Podemos y las confluencias, las Candidaturas Municipalistas y la UP de Alberto
Garzón, ofrecen un escenario de reconfiguración para la izquierda en el Estado
español. Una nueva izquierda que se plantea cómo trascender su propio espacio
para ganar al bipartidismo del régimen.
11
E
l último periodo político ha conllevado
muchos cambios en la izquierda que deberíamos mirar con cierto optimismo. El voto
de izquierdas ha aumentado en 3,5 millones
en las últimas elecciones generales y opciones a la
izquierda del bipartidismo son hoy capaces de condicionar el desarrollo de la política a muchos niveles.
Por primera vez desde la transición, hay un cuestionamiento serio de quién representa la izquierda y
sobre todo, de cuáles son las bases de la misma y de
la estrategia para superar el orden actual. Es en este
contexto en el que hablamos de nuevos proyectos
(la nueva izquierda) y de la unidad popular como un
debate estratégico abierto.
13
15
La izquierda como parte de la nueva política
Empezando por lo más general, la nueva izquierda
nace como una alternativa en parte facilitada por
la reacción de la sociedad a los innumerables casos
de corrupción. La lucha contra ésta, percibida como
un logro de los nuevos partidos, con poco pasado o
sin él, parece haber dado sus frutos. Los numerosos
procesos judiciales y la depuración de los principales
cargos implicados ha empezado a mitigar el malestar
popular con “la política”. Pese a ello, el estigma de la
vieja política persigue todavía no solo a PP y PSOE,
sino también a IU y a Convergencia.
Asimismo, la materialización de mecanismos de
transparencia y reducción de sueldos (directos y/o
indirectos) de cargos electos,
se ha dado con cierta amplitud,
impulsada por el municipalismo de izquierdas y Podemos.
Este hecho, sumado a la sensación de recuperación económica, puede haber facilitado un
cierto repunte de la confianza
social en la posibilidad de
reformar las instituciones y
esperar al buen desarrollo del
sistema para recuperar el bienestar social y la estabilidad.
Tanto la lucha contra la corrupción como la regeneración democrática constituyen una exigencia
política más bien superficial, asumible por el sistema.
Aún siendo éstos logros de la nueva izquierda, la
percepción social no acaba de identificar bien este
hecho, haciéndolo extensivo también a Ciudadanos,
la vieja-nueva derecha muy dada a prácticas de
obscurantismo y falta de garantías.
El despliegue de la política de la nueva izquierda
Por otro lado, hay inquietudes políticas más
profundas que explican las expectativas sociales
puestas en los nuevos proyectos de cambio. La oposición a los recortes y la defensa de los derechos sociales
son exigencias muy explícitas para la mayoría de las
clases populares y constituyen la piedra angular de lo
que debe ser una política progresista. Esto comporta
la realización de una serie de reformas que tocan
al corazón de la política neoliberal, como son una
reforma fiscal progresiva, la persecución del fraude
fiscal y el control estatal (o incluso nacionalización) de los sectores estratégicos de la economía, el
bancario y el energético.
En una hipotética situación donde los partidos
de la nueva izquierda (esencialmente Podemos)
tuvieran una mayoría suficiente para implementar
estas medidas, en el actual marco de la UE y el Euro
nos llevarían a un choque frontal. Aquí convendría
no perder de vista la situación de Syriza. A la hora de
la verdad, incluso con una supuesta estrategia rupturista, la táctica puede llevarnos a renunciar a ese fin
en pos de la esperanza en una posible situación internacional más favorable, si no hay un consenso claro
en las propias filas respecto a dar ese paso con todas
las consecuencias. Esto no es una cuestión menor, ya
que la dinámica cortoplacista
nos suele hacer olvidar cosas
que son muy evidentes, como
el caso griego u otros ejemplos
históricos.
Aunque, yendo al debate
sobre la situación actual, los
equilibrios
parlamentarios
necesarios para el desarrollo
de este tipo de medidas son un
condicionante previo mucho
más peligroso. Y es que este
primer debate tratará sobre cuánto están dispuestos
a renunciar proyectos políticos como Podemos a la
hora de facilitar acuerdos para que gobierne el mal
menor. En este sentido, para un posible “pacto de
izquierdas” no se plantea fácil el horizonte inmediato
de los presupuestos, ya que la Troika tiene preparado para el gobierno entrante un plan de recortes y
DIEGO
MENDOZA
Militante de En
Lucha y miembro
de Podemos en
el Campo de
Gibraltar.
8
DOSSIER
© Mario Fernández / CC BY-SA / flick.com
La resistencia a
aceptar el juego de
los mercados es
fundamental para el
futuro de la izquierda
9
Pero las aguas están mucho más revueltas de lo que
sería deseable para el aparato central de Podemos.
Éste ha ido modificando su estrategia a lo largo del
tiempo de cara a mantener al máximo la posición de
alternativa política real. En este sentido, el acierto
en clave electoral de las confluencias en Catalunya,
Galiza y el País Valencià tienen la contrapartida de
ceder autonomía política (exigiéndole incluso grupos
parlamentarios propios) a territorios más socialmente polarizados. Esto supone reducir el margen de
maniobra frente a giros centristas, aumentando las
tensiones internas con otros territorios cuyo “centro
del tablero” se encuentra más a la derecha.
El llamado proceso catalán y el debate sobre la
reforma constitucional inciden especialmente en
Podemos. La asunción a media campaña del referéndum de autodeterminación para Catalunya como
medida irrenunciable es una clara muestra de ello,
un giro a la izquierda más bien forzado por En Comú.
La consigna eufemística lanzada por Pablo Iglesias
de una segunda transición es un intento de huida por
la tercera vía, que se traduce de nuevo en el callejón
sin salida de inmovilismo o ruptura. El cuestionamiento del modelo actual de estado, cosa que discursivamente incluso el PSOE plantea, se enfrenta al
bloqueo de un establishment que sabe que abrir el
Las estructuras de Podemos
ofrecen todavía espacio a sus
bases
melón de la Constitución puede dar pie a discutirlo
todo. Solo en una situación de claro consenso entre
élites y actores sociales se accedería a ello. Y con la
amenaza del proceso catalán y una sociedad inquieta
y expectante, no va a ser fácil que PP y Ciudadanos, la
voz directa del Ibex35, den su brazo a torcer.
Las bases en la nueva izquierda y más allá
Un denominador común del ciclo político que
dejamos atrás ha sido la centralidad del electoralismo
10
Unidad popular:
desde abajo para cambiarlo todo
Sea cual sea el gobierno que salga del 20D, las políticas que le exigirá la Troika
deben ser contestadas y combatidas en la calle.
© blogs.vanitatis.elconfidencial.com / Cordon Press
¿Un régimen en cuestión?
y los procesos enfocados hacia las instituciones. De
esta presión electoralista se ha servido la dirección
de Podemos para desbancar a otras alternativas en el
terreno más adverso para la izquierda, el estatal. Los
900.000 votos que ha logrado conservar IU solo le han
servido para obtener dos asientos en el Parlamento y
han anulado prácticamente su proyecto a nivel institucional. También Bildu se resiente en parte de este
hecho. Como contrapartida al incremento del peso
de la nueva izquierda, han crecido también unas
identidades partidistas que han fomentado cierta
confrontación y competitividad, en siglas más que
ideas, y cierta actitud acrítica hacia las direcciones.
Pese a ello, las implicaciones sociales asociadas a la
trayectoria y la situación de la nueva izquierda van
más allá de estos hechos.
Por un lado, la herencia de luchas políticas que
han cristalizado en la nueva izquierda la hacen
bastante más susceptible y permeable a la presión
desde abajo que los aparatos de los viejos partidos.
Aunque ha habido un esfuerzo importante por
cerrar burocráticamente Podemos, sus estructuras
no están del todo consolidadas, y esto ofrece todavía
espacio a sus bases para condicionar decisiones
políticas trascendentales, más informal que formalmente.
Por otro lado, el campo difuso que hay entre los
distintos partidos y el municipalismo de izquierdas
puede permitir el desarrollo de espacios de discusión
que podrían ser capaces de ampliar el espacio de la
izquierda y ayudar así a construir identidades más
inclusivas basadas en ideas compartidas. Superar
las barreras de las burocracias de los nuevos y viejos
partidos no es algo descabellado en un momento
en el que la inestabilidad acentúa las brechas de los
diferentes relatos parciales. Ejemplo claro de ello es
el debate abierto en torno al concepto de la unidad
popular, un signifícate en disputa vinculado ya no
solo al nuevo reformismo, sino también a movimientos rupturistas como el independentismo de
izquierdas en Euskal Herria y els Països Catalans. En
futuros debates de configuración de nuevos espacios se mezclarán sin duda ideas dominantes en la
izquierda como las de unidad, pragmatismo y efectividad, con las de movilización, combatividad y
ruptura, debates de los que todas las personas implicadas saldrán fortalecidas.
Serán discusiones políticas de fondo vinculadas a
sus implicaciones estratégicas las que condicionarán
el camino de la izquierda en este periodo. Cada vez
de forma más generalizada se empezará a imponer el
debate sobre si es posible y deseable una nueva transición, cómo y cuándo, y si se puede o no reformar
el Estado español. Con mayor fuerza se hablará del
encaje de estas políticas y de los derechos sociales
como tal, en el marco actual de la UE. Las calles
volverán a hablar, más pronto que tarde, con o sin el
apoyo de la nueva izquierda. Si estas son capaces de
tomar la iniciativa e imponer su propio ritmo, tal vez
partir la cadena del sistema en este eslabón, el Estado
español en el sur de Europa, sea una realidad de
aquellas que nadie espera y que marcan con fuerza
la historia.■
L
a situación política que se está viviendo
estas últimas semanas en el Congreso de
los Diputados y sus aledaños parece querer
hacer valer esa famosa frase de El Gatopardo: que todo cambie para que todo siga igual. Las
elecciones del pasado 20 de diciembre han dejado un
panorama incierto y de difícil resolución en cuanto
a la aritmética parlamentaria, pero que no debe
cegarnos ante la naturaleza de cualquiera de los posibles pactos que llevarían a la configuración de un
nuevo gobierno.
Un gobierno del Partido Popular no parece
posible sin el apoyo del PSOE.
Un gobierno del PSOE no
parece posible sin el apoyo de
Podemos. En este contexto es
el partido de Pedro Sánchez el
que se encuentra sujeto a las
mayores presiones, mientras
Rajoy juega a dilatar los tiempos
y Pablo Iglesias intenta dar
muestras de iniciativa y fortaleza
políticas. La cuestión de fondo
no es lo que pueda hacer este o
aquel gobierno, sino cuál es el camino para construir
una alternativa capaz de impulsar medidas de cambio
que rompan con el inmovilismo y la austeridad.
millones. Esta tendencia se puede interpretar de dos
maneras diferentes, o en dos direcciones. Primero,
como un movimiento marcado por una brecha generacional, no tanto por los rangos de edad que apoyan
en mayor medida los nuevos partidos, sino por la
percepción generalizada, entre amplias capas de la
población, del agotamiento del régimen surgido de la
transición y sus consensos.
La desigualdad, el paro, los desahucios, la “fuga
de cerebros”, los recortes sociales, la corrupción, y
tantas otras consecuencias nefastas de la mal llamada
crisis, lanzó a la gente a la calle en lo que conocemos
como 15M y las mareas, y de
ahí han surgido los nuevos
proyectos políticos hoy en liza.
Pero si desde las plazas se señalaba a los partidos políticos del
régimen sin distinción al grito
de ‘no nos representan!’, y ese
grito fue fundamental en la
articulación del discurso que
llevó a Podemos a constituirse
en una alternativa posible,
la situación actual obliga a
replantearse cuál es la verdadera naturaleza de eso
que se ha denominado “casta”, y porqué es posible
proponer un pacto de gobierno con parte de esa
“casta”, que desde el principio sabemos que son “la
misma mierda”.
Pasaremos por alto la contradicción de quienes
han denostado a la CUP-CC por pactar con el partido
de la corrupción y los recortes en Catalunya y ahora
quieren pactar con el partido del 135, los desahucios
MANEL
BARRIERE
FIGUEROA
Activista, escritor
y miembro de En
Lucha en Madrid.
Lo importante
aquí no es la crisis
del bipartidismo,
sino la crisis de la
socialdemocracia
El bipartidismo en la encrucijada
El descalabro electoral sufrido por el PP y el PSOE,
que han perdido entre los dos 5 millones de votos,
no es tan relevante como un voto a la izquierda del
PSOE que, sumando a Podemos y a UP, llega a los 6
DOSSIER
una nueva reforma laboral que supondría más lluvia
sobre mojado, una profundización en la pérdida de
los ya muy dañados derechos y prestaciones de la
gente de abajo.
La resistencia a aceptar el juego de los mercados es
fundamental para el futuro de la izquierda. El abrazo
del neoliberalismo ha sido la clave que ha propiciado
el derrumbe del PSOE, una caída que no vislumbra
freno por el momento y que evoluciona hacia la partición en dos de la formación. También la profunda
crisis de IU tiene mucho que ver con su papel como
muleta del PSOE y su renuncia a mantener una política rupturista alejada de la trampa de la gestión. La
disputa de la hegemonía de la izquierda por parte de
Podemos ha tomado mucha fuerza y de ser capaz de
mantener este pulso, podría terminar de explotar las
contradicciones de IU y el PSOE en favor propio.
11
Sea cual sea el gobierno que
venga, deberá enfrentarse a
las demandas de la Troika
La crisis del PSOE y el nuevo reformismo
No se puede negar que el Estado español tiene sus
particularidades, pero estas no sirven para entender
la totalidad de la situación que vivimos. En Gran
Bretaña por ejemplo, el Partido Laborista ha emprendido un proceso de renovación que supone un giro
a la izquierda, con la elección como líder de Jeremy
Corbin. El PSOE intentó algo parecido con Pedro
Sánchez, un candidato joven que aparenta unos aires
de renovación que no han servido para frenar su
descenso en las urnas. Pedro Sánchez quiere resituar
al PSOE como un proyecto de cambio que impulse
medidas sociales, pero dado que para eso necesita
el apoyo de Podemos, la vieja guardia de su propio
partido, así como buena parte del poder mediático y
económico, presionan para forzar una alianza con el
PP y Ciudadanos que devuelva el país a los cauces de
la normalidad y la estabilidad. Lo que está en cuestión es, precisamente, el espacio político que representa el PSOE, su capacidad de frenar la sangría de
votos, 6 millones desde 2008, y la posibilidad de que
entre en un proceso de “pasokización” en favor de
Podemos u otras fuerzas del cambio.
Podemos, por otro lado, no está exento de contradicciones. La conquista del centro político por parte
de una máquina de guerra electoral no ha sido suficiente para romper el tablero y asaltar el cielo, como
preconizaban en Vistalegre. El apoyo al referéndum
en Catalunya, propiciado por En Comú, la negativa a firmar el pacto anti-yihadista y sus alianzas en
Galiza, País Valencià y Catalunya, suponen un giro a
la izquierda responsable en gran parte de los buenos
resultados del 20D.
Ahora necesitan demostrarle a la gente que sus 69
diputados y diputadas sirven para algo, que son una
opción de gobierno y que lucharán por ello, lo cual
les obliga a negociar acuerdos con el PSOE y tal vez,
con Ciudadanos. Al mismo tiempo es necesario seguir
trabajando para ocupar el espacio político que la socialdemocracia en crisis no parece capaz de mantener, o
recuperar. Para ello será importante lo que se consiga
en el parlamento, pero más aún las dinámicas que se
pueden dar fuera y que son las que han impulsado
desde siempre los momentos de cambio.
La Troika llama a la puerta
Es difícil imaginarse un gobierno compuesto por el
PSOE, Podemos y UP que no implique grandes concesiones por parte de estos últimos. La trayectoria del
12
PSOE en el poder no puede ser más clara. Muestra la
naturaleza de un partido que ha gobernado integrándose cada vez más en el sistema, capaz de abordar
con entusiasmo las reformas que el mercado y las
instituciones del neoliberalismo le reclaman. No se
puede olvidar que sea cual sea el gobierno que venga,
deberá enfrentarse a las demandas de la Troika, que
exige al Estado español una nueva reforma laboral y
un ajuste de 11.000 millones de euros.
Más recortes, más privatización y más precariedad
laboral. Esta será la línea de actuación de quien no
esté dispuesto a proponer políticas de ruptura con
la UE, políticas que defiendan la soberanía popular
real frente a los dictados del poder económico. Ni
siquiera un gobierno de Podemos en solitario parecería dispuesto a abordar cuestiones cruciales como
el impago de la deuda o la salida del euro, ni aun en
un hipotético escenario en el que lograra una mayoría
absoluta, caso de repetirse las elecciones. Lo mismo
que gobernando con el PSOE, Podemos es rehén de
su estrategia de conquistar la centralidad política, lo
que le obliga renunciar a cuestiones programáticas y
de discurso esenciales para conseguir un cambio de
rumbo, tanto en el Estado como en la UE.
Si bien han sido capaces de entender la importancia de defender un referéndum de autodeterminación para Catalunya, no dejan de declarar que su
objetivo es mantener la unidad de España. Defendemos los derechos sociales, políticos y democráticos, pero renunciamos a la ruptura con el estado de
cosas actual. Esta podría ser una definición de reformismo tan válida como cualquier otra. El problema
viene cuando es precisamente el “estado de cosas
actual” el que no solo niega cualquier avance, sino
que exige seguir por la senda de los sacrificios. El caso
griego es paradigmático. Quienes parecían encarnar
la esperanza de Europa en una nueva política que
pusiera fin a la austeridad, son ahora quienes aplican
los planes de ajustes, recortes y privatizaciones que
empobrecen cada día más al pueblo griego.
Desde abajo, para cambiarlo todo
No es el gobierno lo que debe preocuparnos entonces,
sino la correlación de fuerzas. No tanto porque no sea
importante lo que se pueda hacer desde los parlamentos y las instituciones, sino porque va a ser en
la calle donde se ponga en cuestión la continuidad o
no de las políticas que venimos sufriendo desde que
empezó la crisis (y mucho antes).
Tanto si se convocan nuevas elecciones como
si no, el ciclo electoral está llegando a su fin. Todas
las energías puestas en esa dinámica deberán canalizarse hacia un nuevo ciclo de luchas. Solo con el
resurgir de las mareas y un aumento de la resistencia en el mundo laboral podremos hacer frente a
las políticas de la Troika, las aplique el PP, el PSOE
o incluso un gobierno de Podemos doblegado, como
lo fue Syriza, por los poderes económicos y sus instituciones. Es en esos procesos donde podremos
darle a la unidad popular el sentido que verdaderamente tiene. Ni pactos entre cúpulas ni listas electorales. Una confluencia desde abajo en el fragor de las
luchas, para cambiarlo todo. ■
La unidad popular
en perspectiva: el caso chileno
La experiencia de la Unidad Popular de Salvador Allende en Chile, sigue siendo
hoy en día un referente para algunos proyectos, que abordan la transformación
social desde las instituciones y con la unidad popular como principio.
S
alvador Allende murió entre los escombros
de su palacio el 11 de septiembre de 1973.
Llevaba poco menos de tres años en la presidencia de Chile, a la que accedió entre una
ola de alegría popular. Candidato de una coalición,
la Unidad Popular, que incluía su partido, el Partido
Socialista, era la cuarta vez que se presentaba como
candidato. Como pasaría tres décadas más tarde
en varios países de América Latina, un movimiento
de masas llevó a la presidencia a una figura que
prometía transformar el país en su nombre. Se abría,
decía Allende, la vía chilena al socialismo, pacífica y
transformadora.
Chile era un país dependiente de sus riquezas
minerales, y desde hacía más de cuarenta años, del
cobre que exportaba desde las zonas desérticas del
norte. Pero las minas pertenecían a dos grandes
corporaciones norteamericanas, Anaconda y Kennecott, que acumulaban e invertían sus inmensas
ganancias muy lejos de Chile. En 1964, salió elegido
Eduardo Frei, democratacristiano favorecido por
un Washington preocupado por las resonancias de la revolución cubana.
Prometía una “revolución en
libertad”, es decir, un proceso
de desarrollo modernizador
que no amenazara el orden
capitalista. Frei prometía una
reforma agraria que redistribuyera tierras al campesinado
pobre, un desarrollo industrial financiado por la inversión extranjera y la nacionalización de las minas de cobre.
La reacción de las multinacionales fue llevar a Chile a
los tribunales internacionales
y bloquear las exportaciones.
La reforma agraria se enfrentó
con la decidida resistencia
de la gran oligarquía terrateniente y sus amigos en la judicatura. Y la supuesta nacionalización resultó ser una forma de
subsidiar a nuevos inversores,
compensando además a las compañías.
Sin embargo se habían despertado expectativas.
Las organizaciones del campo empezaron a ocupar
las tierras prometidas, los trabajadores intensificaron
las huelgas ante una inflación en alza y los estu-
diantes lanzaron marchas de protesta a través del
país exigiendo la democratización de la educación.
En vísperas de las elecciones de 1970, el gobierno de
Frei intentó reprimir las protestas, pero el gigante ya
se había despertado.
“Porque esta vez no se trata
de cambiar un presidente
será el pueblo que construya
un Chile bien diferente”
(Inti-Illimani en el ‘Canto al programa’)
MIKE
GONZÁLEZ
La coalición de Unidad Popular incluía a los partidos
radical, socialista, comunista y el Mapu, recién escindido del partido de Frei. Su programa planteaba reactivar la economía, sentar las bases de un sistema de
bienestar social, nacionalizar el cobre sin compensación y redistribuir las tierras de la oligarquía. En
otras palabras, cumplir el programa de reformas de
la democracia cristiana.
Pero había un inconveniente. Allende ganó, con el
36% de los votos, la presidencia,
pero no la mayoría parlamentaria. La oposición amenazaba
con congelar el proceso. En
ese momento, Allende firmó
un Estatuto de Garantías que
garantizaba la independencia
de las fuerzas armadas y de los
jueces, además de la no intervención del estado en la educación y los medios de comunicación. ¿Cómo era posible que
un marxista, que así se declaraba Allende, no entendiera
el carácter del estado burgués
y de sus instituciones ideológicas? Más aún, ¿por qué
aceptaron los partidos de la
UP que se firmara semejante
garantía a espaldas de sus
bases?
El movimiento de masas
tenía bastante claro que el
poder estaba en manos de
los terratenientes, los dueños de las fábricas, los
banqueros y los inversionistas extranjeros. A pesar
de que Allende podía ser un aliado importante en
la lucha de clases, él no había conquistado el poder,
sino una parte del estado. Y en esas circunstancias,
Profesor emérito
de estudios
latinoamericanos
en la Universidad
de Glasgow.
Los casi tres
años de la
Unidad Popular
fueron escenario
de una lucha de
clases cada vez
más intensa y
violenta. En la
imagen, un cartel
celebrando la
nacionalización
de la industria del
cobre.
DOSSIER
exprés y el rescate a la banca. Lo importante aquí no
es la crisis del bipartidismo como símbolo de la crisis
del régimen del 78, sino la crisis de la socialdemocracia como consecuencia de una política de rendición ante el neoliberalismo que ha tenido lugar en
toda Europa, y especialmente en el contexto de la
Unión Europea.
13
© cronicaglobal.com / CUP
las demás instancias se convertirían en poderosas
armas en manos de los enemigos del cambio. El Estatuto representaba, de alguna manera, una rendición
de antemano ante la burguesía del país, desarmando
a las clases populares antes de la batalla.
¿Cómo se construía el cambio en Chile?
No se trata aquí de la calidad humana de Allende,
sino de la perspectiva política que guiaba sus actos.
Para la socialdemocracia, el estado es un instrumento neutro, una herramienta cuyo uso depende de
quién la maneja. Pero el estado burgués existe solo y
exclusivamente para organizar la sociedad conforme
con los intereses del capitalismo. Como lo describía
Marx, es “el comité ejecutivo de la clase dirigente”.
No se puede usar en contra de sus objetivos.
Es cierto que en el primer año del gobierno de
Allende se pusieron en marcha medidas para activar
la economía. Hubo un aumento general de salarios, se estatizaron varias empresas industriales y
se emprendió un proceso legal de apropiación de
propiedades agrícolas mayores de 160 hectáreas,
entre otras reformas. El impacto entre las clases
populares era positivo, despertando nuevas esperanzas de cambio. En abril de 1971, en las elecciones
municipales, se incrementó el voto a la UP. Al mismo
tiempo, aumentaba el número de ocupaciones de
tierras ante la negativa de los jueces a implementar
las nuevas medidas y creció también el número de
huelgas. La reacción de Allende y los dirigentes de la
UP, curiosamente, fue exigir a los y las militantes que
Allende no había conquistado
el poder, sólo parte del estado
suspendieran sus actividades en espera del cumplimiento de la ley. Ante la movilización de las bases, la
UP se respaldaba en la legalidad burguesa.
La lucha de clases, motor del cambio
Por un lado el protagonismo de los movimientos
populares, por otro las acciones de la burguesía que
se aprovechaba de las contradicciones en el seno de
la UP. En agosto de 1972, los camioneros, cuyo papel
era clave en Chile, inmovilizaron sus camiones para
14
Lecciones de la caída de Allende
Los casi tres años de la Unidad Popular fueron escenario de una lucha de clases cada vez más intensa
y violenta. Cada medida propuesta por la UP en
cumplimiento de su programa enfrentaba la férrea
oposición de la burguesía.
La reacción violenta y brutal que acabó con
Allende fue la respuesta de la clase dominante ante
el surgir de nuevos órganos de poder en manos de
la clase trabajadora. Su derrota se empezó a fraguar
con la firma del Estatuto de Garantías y se selló con la
entrada de Pinochet en el gobierno.
Una semana antes del golpe del 11 de septiembre,
la revista Chile Hoy, publicación del Partido Socialista, lucía en su portada el lema “No a la violencia
de derecha e izquierda”, como si la autodefensa
del pueblo fuera igual a la violencia del estado. La
venganza de una burguesía que había visto amenazado su poder, no por un gobierno electo, sino por
el surgimiento de una verdadera revolución desde
abajo, no se hizo esperar. Y fue terrible. Luego, Chile
se ofreció como primer laboratorio del neo-liberalismo en las condiciones que más le favorecían. ■
Del pacto de gobierno
a la República Catalana
El pacto entre la CUP-CC (Crida Constituent) y JxSí (Junts pel Sí) ha suscitado
numerosas críticas en importantes sectores de la izquierda. Reflexionamos sobre
las luces y sombras del pacto, esbozando posibles líneas de actuación para lograr
una verdadera ruptura democrática y social con el Estado español.
S
i algo nos demuestran los acontecimientos
de los últimos meses en Catalunya es que
en política no se puede dar nada por hecho.
Todas aquellas personas que hacían augurios mecánicos o incluso conspirativos sobre la
investidura del President de la Generalitat (algunas
lo seguirán haciendo inevitablemente), deben reconocer que el resultado actual no responde a ninguna
de estas lógicas, y que sólo se puede valorar desde la
prudencia y la rigurosidad.
Nunca más Mas
Otra evidencia, que no es nueva, es que la derecha
catalana muestra una capacidad sorprendente de
flexibilidad y resistencia. Pero eso no significa que
sea invulnerable. Desde la CUP-CC se ha conseguido tumbar a su candidato a la presidencia hasta
ahora indiscutible, Artur Mas, siendo reemplazado
por Carles Puigdemont a menos de 48 horas del final
del plazo. Así pues la dicotomía entre “Mas o elecciones en marzo”, era una imposición para chantajear a la candidatura de la izquierda independentista
y anticapitalista, presentando las elecciones como las
siete plagas de Egipto (un paso atrás en la ruptura, de
vuelta al autonomismo; poner en riesgo la mayoría
y el mandato conseguidos el 27S…). Desde luego,
era la derecha quien más tenía que perder en unas
próximas elecciones, especialmente vistos los resultados del 20D en Catalunya.
Pero finalmente no habrá ni elecciones en marzo
ni Artur Mas como presidente. La democracia horizontal desde abajo de las CUP ha conseguido resistir
a las duras presiones de las negociaciones y de los
medios de comunicación, gracias al apoyo de los y las
militantes y activistas de base. Así pues, se manda a
Mas a la “papelera de la historia”, como dijo contun-
dente el diputado de la CUP-CC Benet Salellas en
rueda de prensa, y con él una tradición política de
40 años de “pujolismo” y el activo más valioso de
Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) en
un momento en que su apoyo electoral sigue decayendo y su dirección se plantea una “refundación”.
La derecha vive del poder y los liderazgos fuertes, y la
caída de Mas y otras figuras centrales de su gobierno
como Felip Puig (Empresa), Boi Ruiz (Sanidad),
Irene Rigau (Educación), o Mas-Colell (Economía)
sin duda la deja tocada; esta victoria de la izquierda
rupturista debe ser puesta en valor.
DIEGO
GARRIDO
Y ÓSCAR
SIMÓN
Militantes de la
CUP-CC y de En
Lluita/En Lucha.
Desbordar el acuerdo
Sin embargo, el acuerdo final no es ideal y tiene
peligros importantes que hay que prever desde hoy
mismo. La presidencia se queda en manos de CDC,
en las de un Carles Puigdemont que prácticamente
juró fidelidad a Artur Mas en la investidura, y por
tanto, tendrá muchos rasgos continuistas; mientras que la vicepresidencia económica va a Oriol
Junqueras de Esquerra Republicana, así como una
parte importante de las conselleries, que esta vez
serán encabezadas por figuras más progresistas que
las del anterior gobierno. En el acuerdo, CDC ha
intentado atar en corto a la CUP-CC para asegurar
la gobernabilidad, y así lo ha vendido de cara a los
medios de comunicación. Es cierto que sobre el papel
el acuerdo parece anular la autonomía política de la
CUP-CC y dejarla a merced del partido de gobierno
en las votaciones en el parlamento, al comprometerse a “no votar en ningún caso en el mismo sentido
que partidos contrarios al proceso y/o al derecho a
decidir cuando esté en riesgo dicha estabilidad”.
Aunque este aparente secuestro ya era suficiente
para no firmar el acuerdo y buscar al menos otra
DOSSIER
El gobierno de
la UP perdió
la capacidad
de contener
la situación o
impulsarla hacia
delante. En ese
momento, por
primera vez,
Allende recurrió
a las fuerzas
armadas para
reimponer el
orden. En la foto,
Allende antecede
a Pinochet tras su
nombramiento
en 1973.
paralizar la economía. La respuesta desde las bases
fue la de arrancar los camiones y distribuir directamente los bienes y productos que necesitaba la
gente. Fábricas cerradas por sus dueños se ocuparon
para reiniciar la producción, los depósitos de
alimentos y demás productos de primera necesidad
se abrieron a la fuerza. En ese momento aparecieron
los cordones industriales, órganos de un auténtico
poder popular protagonizado por los movimientos
de base. Era lo que se definía como un momento de
poder dual, la coincidencia en el tiempo de dos tipos
de poder. El gobierno de la UP perdió la capacidad
de contener la situación o impulsarla hacia delante.
En ese momento, por primera vez, Allende recurrió a las fuerzas armadas para imponer el orden.
Como muestra clara de sus lealtades, el Ministro de
Economía, el comunista Orlando Millas, devolvió las
fábricas tomadas a sus antiguos dueños.
Faltaba menos de un año para que cayera la
Unidad Popular y muriera Allende, pero se presentía
ya al empezar 1973. La clase trabajadora había ensayado su poder en la huelga patronal de agosto, pero
ante un gobierno inmovilizado, la burguesía preparaba su respuesta a partir de principios de año. La
escasez de productos básicos, acaparados y escondidos por los comerciantes, provocó un aumento de
la inflación y una bajada del valor de los salarios. En
junio, un regimiento de tanques se lanzó a las calles
bajo el mando del coronel Roberto Souper. Era un
desafío y un ensayo. Ante una nueva movilización
de los camioneros en julio, los trabajadores respondieron reactivando los cordones. En lugar de ver esas
acciones como una defensa del proyecto de la UP
por parte de sus bases, los líderes de la coalición los
denunciaban como ‘aventureros’, porque estaban
fuera de su control. Allende invitó a los militares
a formar parte del gobierno y a restaurar el orden.
Entre ellos, Augusto Pinochet. Los resultados son un
capítulo trágico de nuestra historia común.
15
Ganar la independencia en las calles
Así pues, esta ambigüedad en el acuerdo y su aplicación deja en manos de la CUP-CC y sus estructuras de base ser lo suficientemente previsoras esta
vez para anticiparse a los debates y poder tomar,
con las mínimas presiones externas, la mejor decisión para avanzar en la construcción del independentismo con la estrategia de la Unidad Popular.
Ante este escenario, el papel de la CUP-CC debe
ser el de seguir tensionando hacia la ruptura real
con el Estado (evidenciando así las contradicciones de los representantes de la burguesía)
mientras se siguen reforzando las luchas y se
amplía la base social del independentismo por
la izquierda, que será la única manera de tener la
fuerza y la legitimidad democrática para culminar
el proceso. En este sentido, organizar un gran
congreso de la Unidad Popular en los próximos
meses para debatir colectivamente y en profundidad la estrategia y ganar la independencia
puede ser clave.
Presupuestos soberanos y sociales
En el campo institucional, dentro de los estrechos márgenes desde una, aunque determinante,
16
El “procés” entre la institucionalización y el
movimiento
La Plataforma por el Derecho a Decidir, las consultas,
las diadas, la Asociación de Municipios por la Independencia (AMI), Òmnium Cultural
y la creación de la ANC son dispositivos y movilizaciones que han
ido dando expresión política a un
cambio de fondo en Catalunya:
el surgimiento de un poderoso movimiento de base por
la independencia que en estos
momentos roza la mayoría
social. Así podríamos definir el
proceso como la cristalización
de un movimiento independentista de masas, autodefi-
nido como transversal, es decir, un espacio político
que tiene como principal vínculo la consecución de
la independencia de Catalunya y todas las acciones
políticas (tanto favorables como desfavorables) que
de aquí se derivan. Este movimiento tectónico ha
provocado una crisis política profunda en el sistema
de partidos surgido de la transición.
Ante esta situación, el relevo generacional en la
dirección de CDC ha puesto todas sus fuerzas en
dirigir el “proceso”, evidenciando una doble batalla
que involucra a todos los actores políticos que
apuestan por romper con el régimen del 78. La lucha
contra el Estado español y la confrontación para
conseguir liderar el camino hacia la independencia. CDC ha optado por imponer su liderazgo en ERC, que a la vez ha hecho de la
necesidad virtud y ha adoptado una imagen
de socio leal. La CUP, desde unos postulados
irrefutablemente independentistas, ha mantenido
una independencia política respecto a los posicionamientos de la AMI, la ANC y Òmnium, que hasta
hace un año se puede decir que ejercían el liderazgo del proceso. La CUP impulsó el movimiento
de las consultas, y formó parte del llamado “efecto
Montilla”, por virtud del cual la manifestación del 10
de julio de 2010 en defensa del estatuto se transformó
en un clamor popular en favor de la independencia.
Por otra parte, la participación de la CUP en la ANC
ha sido desigual a lo largo del territorio en función de
las fuerzas y prioridades de cada núcleo local.
Hasta aquí una descripción somera del proceso,
que mayoritariamente se ha dado en el campo de las
ideas con 3 hechos materiales concretos, en forma
de dos declaraciones parlamentarias (rápidamente
suspendidas por el Tribunal Constitucional) y el
proceso participativo del 9N. Las elecciones del 27S,
en clave plebiscitaria, tienen un carácter contradictorio para el independentismo, ya que dieron una
mayoría parlamentaria pero no representan una
victoria del Sí a la independencia, tanto porque no
se logró más del 50% de los votos como porque no
era un referéndum vinculante y, por tanto, entraron
en juego más factores que el posicionamiento político favorable o contrario a la misma independencia.
Así, el proceso que tiene como sustrato material real
el movimiento popular que ha sobrevivido a todas las
predicciones de “bajadas de soufflé”, se ha jugado
principalmente en el ámbito de las ideas populistas.
Es decir, la demanda de independencia ha sido
utilizada como significante vacío, esto es, un contenedor de muchas demandas diferentes pero siendo
capaz de convertirse en una idea hegemónica en sí
misma, tanto por los que son independentistas como
por los que no. Y que no predetermina los medios
para conseguirla. Otros rasgos del populismo que se
han expresado durante todo el proceso es el hiperliderazgo de una figura carismática, como Artur Mas,
así como la presencia de un discurso ambiguo capaz
de permitir la alianza entre clases sociales diferentes,
bautizado como el transversalismo. En esta indefinición las ideas social-liberales han crecido (convirtiéndose en los pilares del espacio donde tanto la
nueva CDC como ERC esperan cimentar su hegemonía en la futura república catalana).
Los sectores más neoliberales y conservadores han
utilizado todo su poder para imponer el dogma actual
del proceso “primero la independencia y después
ya veremos”. De ahí su esfuerzo en acabar con la
independencia política de la ANC, ERC y la CUP.
Sin embargo, la necesidad de conectar con grandes
sectores de la población que llevan años sufriendo
la crisis económica y los recortes ha propiciado un
giro a la izquierda de la sociedad. De nuevo aquí el
debate se ha articulado alrededor de significantes
vacíos, como justicia social o igualdad. Los medios
de comunicación han jugado y juegan un papel clave
en la configuración de este independentismo transversal o populista. Uno de los ejemplos más claros es
el genial programa televisivo humorístico «Polonia»,
Desde la CUPCC se ha conseguido tumbar
a su candidato
a la presidencia hasta ahora
indiscutible,
Artur Mas, siendo
reemplazado por
Carles Puigdemont a menos de
48 horas del final
del plazo.
La magnitud de la
transformación social depende
de la correlación de fuerzas
entre las clases sociales
que ha contribuido en gran medida a la apariencia de
gran familia del independentismo donde Mas era el
padre responsable, Junqueres el cuñado amable y la
CUP los hijos rebeldes.
Esta batalla, parcialmente ganada por los sectores
conservadores, ha convertido la idea de independencia en un auténtico significante flotante, como
idea difusa que se encuentra a medio camino, no se
sabe si uniendo o separando lo institucional de lo
DOSSIER
minoría parlamentaria, cabe intentar afianzar puntos
de no retorno en la ruptura con el Estado y sobre
todo luchar por unos presupuestos soberanos, es
decir, que desobedezcan los límites impuestos por el
Estado español, pero también por la Troika. Esta es
la manera de plantear una alternativa a unos presupuestos de JxSí que seguro serán antisociales y que
ante las presiones que llegaran para aprobarlos en
nombre de la “estabilidad del proceso”, o bien construimos el apoyo social para ganar los presupuestos
soberanos, o bien se tendrá que renunciar al pacto
con JxSí para conservar la autonomía política de la
CUP-CC. Y si se diera tal situación, el final de este
pacto tampoco significaría el fin de las aspiraciones
de liberación nacional del pueblo de Catalunya
(aunque así se defienda desde algunos sectores);
mientras exista un movimiento masivo por la independencia como derecho democrático, como el que
existe hoy en Catalunya, se buscaran caminos para
avanzar y como militantes revolucionarias ofreceremos nuestras mejores propuestas.
© Alberto Esteve / EFE
formulación, públicamente las representantes de la
CUP-CC han dejado muy claro que este compromiso
se aplica sólo en cuestiones de ruptura democrática
con el Estado, proceso constituyente y plan de emergencia social, que son los pilares sobre los que se
entiende inequívocamente el proceso independentista desde la izquierda, y así se ha socializado estos
últimos meses. También se ha dejado claro que los
presupuestos no entran en el pacto.
Respecto a las dos diputadas que “entrarán en la
dinámica parlamentaria de Junts pel Sí”, cabe aclarar
que esto implica que solo asistirán a las reuniones
y deliberaciones del grupo parlamentario de JxSí, y
que en ningún caso dejan el grupo parlamentario de
la CUP-CC y su correspondiente línea de voto. Estas
dos diputadas probablemente quedarán más absorbidas por la vorágine institucional y estarán sometidas a más presión que el resto, es cierto, pero, a la
vez, podrán fiscalizar desde dentro los movimientos
de JxSí y exponer públicamente sus contradicciones.
El documento pactado también incluye una
“asunción de culpabilidad por la dificultad de llegar
al acuerdo” y la dimisión de dos parlamentarios de
la CUP-CC, que es una cesión frente al relato de la
sumisión que quiere hegemonizar la derecha sobre el
proceso. Es otro golpe que la CUP-CC ha encajado, no
tanto por las dimisiones, ya que la dinámica no personalista de la candidatura la hace poco vulnerable a
ellas, sino por aceptar una cierta deslegitimación de
los mecanismos de toma de decisiones de la candidatura, que como hemos dicho antes, han sido ejemplares. En cualquier caso, una vez más, desde lo que se
escribe en el papel hasta lo que se aplica y lo que trasciende públicamente, hay un trecho, y a nivel comunicativo la CUP también ha sabido (quizás tarde) tirar
el balón al otro tejado y no ser totalmente estigmatizada por la opinión pública como la única culpable.
17
que se sitúa fuera del sistema. Así, la insistencia en
mantener la “seguridad jurídica” repetida mil por
veces por Artur Mas, ha convertido el parlamento
en el centro del movimiento por la independencia,
transformando los activistas en meros votantes y
seguidores de unos u otros partidos. Aquí, los partidarios del populismo de izquierdas (los que defienden
una especie de frente nacional) deberían ponerse
muy en guardia, dado que incluso Laclau en su libro
La razón populista advierte sobre el peligro que
suponen la aparición de estos significantes flotantes
que sepultan las ideas de ruptura bajo las de cambio
La independencia de
Cataluña es el eslabón más
débil del Estado Español. Hay
que luchar al máximo por ella
factible, que limitan, y mucho, los procesos de transformación profunda de las relaciones sociales. Una y
otra vez hemos visto a lo largo de la historia que el
capitalismo puede adaptarse a cualquier proceso
de liberación nacional y que lo que determina la
magnitud de la transformación social es la correlación de fuerzas entre las clases sociales involucradas
en el proceso.
De hecho, la resistencia de la CUP-CC a investir
a Mas y las necesidades de concreción material que
establecía el plan de choque, han puesto de manifiesto las contradicciones inherentes a este proceso.
Si la CUP-CC quiere fortalecer el proceso, ha de seguir
luchando firmemente contra la institucionalización
del mismo y contra la idea de que la independencia
se puede hacer sin ruptura, porque si llegamos a este
momento la gente no estará preparada para afrontar
los grandes retos que requerirá. De hecho, la consolidación de la idea “primero la independencia y luego
ya veremos”, reduce las potencialidades del espacio
de oportunidad que representa la ruptura con el
Estado Español.
Hacia la República Catalana
El análisis anterior no descarta en absoluto el hecho
material de que hoy la independencia de Cataluña es
el eslabón más débil del Estado Español, y por tanto,
hay que luchar al máximo para alcanzarla. Como
ya hemos dicho, el proceso no puede ser caracterizado como un invento de las derechas para esconder
los recortes, sino como un anhelo de amplias capas
populares de Cataluña. Se debe tener en cuenta que
los sectores neoliberales llevan la práctica totalidad
del proceso diciendo que si ellos no mandan se van.
No obstante, la realidad actual ha minado en buena
parte su discurso, así, el paso a un lado de Mas o la
sustitución de Mas-Colell y Boí Ruiz por Junqueras
y Toni Comín nos muestran que las élites independentistas, a pesar de querer controlar el proceso,
no se pueden desligar del mismo tan fácilmente sin
18
sufrir un considerable desgaste y un fuerte cuestionamiento por parte de sus electorados.
De hecho la idea de un proceso constituyente
no subordinado permitiría un trabajo de base de
muchos sectores sociales, pero necesariamente
debería afrontar los riesgos anteriormente mencionados, especialmente, el de la indefinición y la subordinación al parlamento; por lo tanto, tenemos que
buscar un camino que permita a las clases populares en general y a la clase trabajadora en particular, romper el círculo populista. Es decir, hay que
dar contenido material al camino hacia la independencia. Este hecho pasa por dos puntos claves, el
primero es orientar buena parte de las fuerzas organizativas a la acción colectiva para garantizar las
necesidades de la población: vivienda, alimentación,
trabajo, educación, sanidad, igualdad. Y el segundo,
a partir de esta práctica, construir un discurso propio
del significado de independencia.
Poner en práctica estas dos orientaciones lleva
indefectiblemente al enfrentamiento con la derecha
del proceso, pero también a cuestionar las posiciones
inmovilistas de ciertas partes de la izquierda. Por lo
tanto, la acción independiente de la izquierda rupturista articulada alrededor de la CUP, es uno de los
factores fundamentales para avanzar hacia la República Catalana. En este sentido, las luchas reales
para llenar de contenido la soberanía son imprescindibles. A modo de ejemplo, ligar la lucha contra
el Plan Hidrológico del Ebro a la nueva cultura del
agua y la comunalización del bien que esta representa es fundamental. Cabe recordar que la mitad
de las hectáreas de regadío planificadas, que supondrían la muerte del delta, se encuentran en Cataluña.
O la lucha por la soberanía alimentaria, en una Cataluña donde el sector del agronegocio ahoga las posibilidades de gestionar el territorio en función del bien
común y convierte los comedores escolares y hospitalarios en grandes negocios.
No debe haber ningún miedo, todo lo contrario, a
convertir la CUP-CC en una herramienta de lucha de
las clases populares contra el modelo de país de los
que quieren una nueva “Massachussets”. El proyecto
de una República Catalana similar a la república
italiana o alemana no animará a los sectores que
aún no ven clara la independencia. Por lo tanto, no
podemos dejar para el día después de la independencia las cuestiones sociales, porque si no, no la
ganaremos. Hay que profundizar el análisis y hay
que profundizarlo colectivamente, pero es bastante
evidente que la vía populista basada en una alianza
entre clases que incluya sectores neoliberales tiene
enormes limitaciones prácticas y restringe las posibilidades de victoria, porque no prepara a la gente para
los conflictos que vendrán y porque no amplía la base
social y la fuerza material del independentismo.
Ahora mismo el tren de la República Catalana se
acerca a la estación donde el liderazgo debe pasar a
manos de la izquierda y los vagones deben llenarse de
conquistas sociales. Es necesario, pues, buscar espacios de debate con otros sectores de las izquierdas
con los que podemos compartir parte del horizonte
nacional y social. ■
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19
A raíz de los graves incidentes ocurridos en Colonia, alguna gente habla como
si la agresión sexual no existiera en Occidente. Sin embargo, la verdad es muy
diferente.
La palabra “no” todavía significa no
Solo el “sí” puede significar sí
Si ella no dice ninguna de esas dos palabras,
O si no puedes realmente entenderlo
Entonces ella no está de acuerdo
Y eso también es “no”
El consentimiento es el requisito
Y sin él, la violación es real1
SONJA
COQUELIN
Activista y
miembro de
En Lucha en
el Campo de
Gibraltar.
E
stos versos pertenecen a un poema escrito
como réplica a una camiseta cuyo eslogan
era “no es una violación, es un abrazo con
lucha”. Hace pocos meses, SM Supermalls
se ha visto obligada a retirar dicha camiseta tras
propagarse el escándalo en la red. Este es solo uno
de los innumerables ejemplos de trivialización de
un acto tan violento y traumático como es la violación. La violencia contra las mujeres se encuentra tan
presente en la sociedad que está totalmente normalizada, además de asumirse como algo inevitable. A
través de anuncios publicitarios, medios de comunicación, películas, libros, canciones... se transmite el
mensaje de que las mujeres son objetos y que si son
acosadas y víctimas de violencia sexual es porque lo
han provocado de una manera u otra.
La teoría de la cultura de la violación
El término se usó por primera vez en Estados Unidos
en los años ‘70 y es principalmente en el mundo
anglosajón donde se ha desarrollado un análisis
sobre este tema. La cuestión de la violación forma
parte importante del
movimiento feminista en
EEUU e intenta demostrar que vivimos en una
sociedad que naturaliza
la violencia de género y
culpabiliza a las víctimas,
mientras justifica los
comportamientos y actitudes sexistas y la violencia hacia la mujer. En su
artículo Rape: The All-American Crime, que habla
de la sociedad americana de los ’70, Suzana Grifin
revela que “la violación es el crimen más violento y
frecuente en América”. Grifin fue una de las primeras
feministas en explicar que los hombres no se hallan
presos por sus “irreprimibles” impulsos sexuales, ya
que la violación no es un acto sexual sino de control
y de violencia2.
Más recientemente, otras feministas han definido la cultura de la violación como “un conjunto de
creencias que fomentan la agresión sexual masculina y
sustentan la violencia contra las mujeres [y niñas], una
sociedad donde la violencia se considera sexy y la sexualidad violenta, y una continua amenaza que va desde
comentarios sexuales al acoso sexual y la violación”3.
Es cierto que en la sociedad occidental la violencia
contra las mujeres casi no se percibe, porque forma
parte de nuestra vida diaria. En cada parada de
autobús, cada tienda, cada página web, se publican
imágenes de cuerpos o partes de cuerpos de mujeres
hipersexualizados para vender cualquier producto.
Esa publicidad promueve la idea de que las mujeres
somos objetos de consumo que están aquí tan solo
para ser usados y satisfacer (principalmente) las
necesidades sexuales de los hombres, sin conciencia
de sí mismas ni ningún propósito propio. El movimiento feminista había luchado porque las mujeres
fueran reconocidas como seres sexuales más allá de
su función reproductora, pero esta liberación se ha
utilizado para reforzar la visión de sus cuerpos y su
sexualidad como un vulgar producto que se puede
vender y comprar en el mercado.
También se culpa a las mujeres a través de la
música pop, como la canción Líneas Borrosas
que cantan Robin Thicke y Pharrel Williams con
versos como: “Intenté domesticarte pero eres un
animal; Odio esas líneas borrosas, sé que tú lo
quieres”. Esta canción obtuvo un gran éxito, fue
número uno en más de 25 países y se vendieron
más de 14’8 millones de
copias.
En
novelas
como 50 Sombras de
Grey –también adaptada al cine– el rol de la
mujer es sumiso y solo
existe para satisfacer
los deseos del hombre
poderoso y rico con
trastornos causados por su traumática infancia, al
que retratan con un carácter violento pero encantador. La primera entrega de esta saga vendió más
de 125 millones de copias mientras que la película ha batido récords en algunos lugares: más de
14.000 entradas vendidas en los primeros seis días
en el Estado español, un beneficio de más de 570
millones de dólares a nivel mundial, sin contar la
amplia gama de productos relacionados: acceso-
La violación no es un acto
sexual sino de control y de
violencia
20
Sexo, cosificación y capitalismo
La violación y la manera de culpar a las víctimas son
ejemplos de las mismas contradicciones en las que
cae el capitalismo al hablar de nuestros cuerpos. Por
un lado, nos dicen que nuestros cuerpos son lo único
que nos pertenece realmente y que nuestras decisiones en la vida son lo que, más que ninguna otra
cosa, nos convierte en personas. Pero por otro lado,
cuando una persona viola a otra, negando
su capacidad de decisión y transgrediendo su cuerpo, el sistema les dice a
las víctimas que, en última instancia,
es culpa suya.
Vivimos en un mundo definido
por una paradoja sexual y económica: el sexo está por
todas partes pero la
gente se siente más
ansiosa con respecto
a su sexualidad que
antes.
Sabemos
que vivimos en un
sistema económico
que no funciona y
todavía es difícil articular alternativas. En
las últimas décadas
hemos entrado en una fase del
neoliberalismo que ha reestructurado la economía. Ahora, la
© Tom Radenz / flickr.com
locura del mercado y la mercantilización de todo han
llegado a niveles sin precedentes. Lo más privado,
nuestras relaciones personales y sexuales, se han
convertido también en productos que se compran y
venden como cualquier mercancía. A día de hoy, la
cosificación ha llegado incluso a hacer de la violación
una marca. La tienda online Super Gurl ha tenido que
reconocer que “ha cometido un error” tras anunciar
las rebajas de su Black Friday con el lema: “viólanos
ahora”. Se pueden comprar algunas camisetas del
tipo Keep Calm &... (cálmate y...) que promueven la
violación con lemas como “rape a lot” (viola mucho),
“hit her” (pégale) o “choke her” (asfíxiale). El hecho
de que la violación se vea como un recurso con
gancho a la hora de vender es un ejemplo de la locura
del sistema.
Hablemos del tema, pero sobre todo luchemos
contra la violación
No debemos ser pesimistas, la violación y la violencia
contra las mujeres son temas que cada vez se hablan
más abiertamente y la indignación sigue creciendo.
Los productos mencionados fueron denunciados y
tuvieron que ser retirados. En el movimiento contra la
violación se insiste en luchar contra la idea de que las
mujeres deben aprender a “no ser violadas”, promoviendo en su lugar que los hombres deben aprender a
“no violar”. Pero debemos entender que no podemos
cambiar la violencia contra las mujeres sin cambiar
las raíces de la violencia y la alineación del sistema
capitalista. La liberación solo será posible al desarticular la mercantilización de nuestros cuerpos, de
nuestro trabajo productivo (y del “invisible” trabajo
reproductivo), así como de todo el entramado de
relaciones sociales e interpersonales.
Notas:
Las “Marchas
de las putas”
(slutwalk) movilizaron a millones
de mujeres reclamando su derecho a vestirse
como quieran sin
sufrir agresiones
sexuales
1 Real Rape, Janine Booth, http://www.janinebooth.com/
node/200 • 2 Rape : The All-American Crime, Susan
Griffin, Ramparts Magazine, 1971 • 3 Transformando la cultura de violación, Buchwald, Fletcher,
and Roth , 2005 ■
GÉNERO
La cultura de la violación:
No es un chiste, es realidad
rios eróticos, lencería, juegos de mesa o libros de
cocina como 50 sombras de pollo.
Además, culpar a las víctimas es una constante en
la manera de informar sobre las violaciones (aunque
la mayor parte no salen a la luz). En la escuela secundaria de Steubenville (Ohio) en 2012 una mujer fue
pública y repetidamente violada por el colectivo
autoproclamado Rape Crew, que publicitó los vídeos
del acto a través de las redes sociales, transformándolo en un chiste. La reacción de la universidad fue
intentar esconderlo para luego culpar a esa chica por
beber alcohol y no ser capaz de defenderse, en lugar
de arruinar el futuro prometedor de los jugadores de
fútbol que lo hicieron.
Que la cultura de la violación culpa a las mujeres
por ser violadas también se ve en las instituciones de
varios estados. Vivimos en un sistema que persigue
e intimida a las mujeres y no podemos confiar en
el gobierno, la ley o la policía para hacer justicia,
porque son responsables de mantener esta situación.
Debemos recordar que fue un policía, en Toronto
en 2011, quien sugirió que “las mujeres deberían
evitar vestirse como putas” para evitar ser violadas.
La reacción fue enorme, originando las “Marchas
de las putas” (slutwalk) que movilizaron a millones
de mujeres reclamando su derecho a vestirse como
quieran sin sufrir agresiones sexuales. El movimiento
global contra la violación y la violencia sexual se
ha extendido mucho, porque en la era de las redes
sociales, la información puede estar en línea en cuestión de segundos, lo que permite movilizar a gente en
todas partes del mundo.
21
Después de casi cinco años del comienzo del levantamiento popular y la revolución
en Siria, las discusiones y debates en la izquierda permanecen abiertos.
JOSEPH
DAHER
Socialista
revolucionario
sirio y blogger.
Muy debilitada, existe todavía
la resistencia popular en Siria
de varios grupos y movimientos
progresistas y democráticos
Además, la “guerra contra Daesh”, ha empujado, incluso entre la izquierda, a querer mantener
y/o colaborar con el régimen de Assad. Pero este
régimen ha jugado un papel importante en el auge
de ISIS y otros grupos fundamentalistas. Muchos
22
líderes de grupos fundamentalistas islámicos estaban
en prisiones sirias a principios del 2011. Tres meses
después de que el levantamiento empezase, Assad
liberó a muchos de ellos. El régimen tenía como objetivo a los activistas progresistas y pro-demócratas, así
como al Ejército Libre de Siria. Un número de líderes
de ISIS fueron previamente oficiales del régimen
de Saddam Hussein, que se unieron a grupos yihadistas durante la ocupación de EEUU. ISIS no puede
ser entendido como un producto del Corán, como
algunos racistas argumentan. Es una organización
militar totalitaria que ha crecido como resultado
de las intervenciones militares y las acciones del
gobierno de Assad. La continuación de estas causas
sólo empeora el problema. La mayor confusión de la
izquierda se basa en el análisis del papel que el imperialismo está jugando en Siria.
entre 5,000 y 10,000 rebeldes sirios. Sin embargo, un
general dijo al congreso que EEUU había entrenado
solo “cuatro o cinco” soldados de la oposición.
La ayuda política, económica y militar aportada
por los aliados de Assad es mucho más significativa.
Irán ha apoyado al régimen sirio desde del comienzo
del levantamiento. Les ha mandado tropas, agentes
de inteligencia, suministros militares esenciales, así
como fuerzas de orden público5. Irán ha prestado casi
6 billones de dólares al régimen de Assad, mientras
que el comercio entre los dos países ha crecido desde
los aproximadamente 300 millones en 2010 a 1 billón
de dólares en 20146.
Por su parte, Rusia ha apoyado ampliamente a
las fuerzas armadas de Assad con la gran mayoría
de sus armas, y ha continuado prestándole ayuda
a partir de 2011. Entre 2014 y 2015, Rusia ha incrementado los suministros militares al régimen sirio,
incluyendo vehículos militares, drones y bombas
guiadas, así como entrenamiento y soporte logístico7.
En septiembre de 2015, las fuerzas rusas estaban
desarrollando dos instalaciones militares adicionales cerca de Lattakiyya8, mientras que el 30 de
septiembre, Rusia empezó una intervención militar
directa. Sus objetivos son claros: proteger al régimen
de Assad y aplastar toda forma de oposición, tanto
democrática como reaccionaria, bajo la llamada
“lucha contra el terror”.
terrorismo representado por el Estado Islámico y sus
[organizaciones] hermanas y el régimen criminal [del
partido] Baaz”.10 Este nuevo grupo está liderado por
YPG (el brazo armado de PYD, la filial siria del PKK),
mientras otros grupos (sirios y grupos de FSA como
el ejército revolucionario Jaysh al-thuwar11) juegan
un papel auxiliar hasta el momento. El SDF se fundó
para proveer de cobertura legal y política al apoyo
militar estadounidense para la filial siria del PKK
llamada PYD en Siria.12
EEUU espera que otros grupos del FSA se unirán a
la alianza del SDF, pero las políticas del PYD, el apoyo
expresado en diferentes ocasiones a una transición
política en la que Assad se mantendría en el poder, el
apoyo a la intervención de Rusia en Siria13, así como
las violaciones de los derechos humanos y abusos
contra civiles árabes en algunas áreas14, evita que se
creen relaciones de confianza con las poblaciones
locales15. Esto no significa para nada que el régimen
de Assad y el PYD sean aliados, pero sí que el PYD
está colaborando tácticamente con varios actores en
distintos momentos y lugares. El movimiento revolucionario en Siria debería dar total apoyo a la autodeterminación de los kurdos en Siria y en cualquier otra
parte, pero esto no implica silenciar las críticas necesarias hacia los líderes kurdos.
La política de EEUU hacia Siria siempre ha tendido
a mantener el régimen. Esto es igualmente cierto con
¿Un conflicto sociopolítico?
“Los Estados Unidos y nuestros socios no están
buscando un supuesto cambio de régimen”, dijo John
Kerry, Secretario de Estado de los Estados Unidos,
después de reunirse con Vladimir Putin, el presidente de Rusia, en Moscú (AP, 15/12/15). Estas palabras sorprendieron a muchas personas dentro de
la izquierda, las cuales pensaban que el cambio de
régimen era el objetivo de EEUU (y de los estados imperialistas occidentales en general) desde el comienzo del
levantamiento en Siria. Eso estaba lejos de la verdad.
Los poderes occidentales nunca han querido
ayudar a los revolucionarios sirios al derrocamiento
del régimen de Assad. Por el contrario, EEUU ha
tratado de llegar a un acuerdo entre el régimen de
Assad (o una parte de él) y la oposición ligada a Occidente, Turquía y los regímenes del Golfo, representados hoy en día por la Coalición Nacional para
las Fuerzas de la Revolución y la Oposición Siria.
Este acuerdo, a la manera de la “solución yemení”,
mantendría la estructura del antiguo régimen y garantizaría el orden neoliberal e imperialista previo a 2011.
En el comienzo del levantamiento, la Secretaria de
Estado Hillary Clinton calificó al dictador Bashar Al
Assad como un reformista.2 En agosto de 2011, Obama
llamó públicamente a Assad a dar un paso atrás, pero
la política de EEUU todavía era la de mantener el
régimen, eso sí, con cambios superficiales.
La muy limitada ayuda militar de EEUU a los revolucionarios sirios confirma una falta de voluntad
para cualquier cambio radical en Siria. En enero,
según fuentes de la CIA, “algunos cargamentos de
A pesar de
la extrema
militarización,
la resistencia
popular y democrática sigue
movilizándose en
Siria contra los
fuerzas contra-revolucionarias,
los regímenes autoritarios y
los grupos salafistas-yihadistas.
INTERNACIONAL
L
a resistencia popular y la masiva auto-organización ha sido el aspecto más ignorado
del levantamiento en Siria. La extrema militarización y la guerra limitan la posibilidad
de realizar manifestaciones masivas y una resistencia
popular como la que hubo al comienzo del levantamiento, mientras los grupos fundamentalistas islámicos se han convertido, cada vez más, en un factor
dominante en el terreno militar. Aunque muy debilitada, existe todavía la resistencia popular en Siria,
que se ejerce por parte de varios grupos y movimientos progresistas y democráticos que se oponen
a todos los sectores de la contra-revolución, formada
tanto por los grupos afines al régimen de Assad como
por grupos islámicos fundamentalistas.
Rami Jarrah, un activista y periodista de ANA
Press, informó a principios del 2016 que en las zonas
liberadas de Aleppo se sufrían ataques diarios de
los aviones rusos y de los partidarios del régimen de
Assad. Descubrió que las instituciones civiles populares tienen un rol importante en el gobierno de la
sociedad: “Lo que vemos aquí es que la democracia
ya se está llevando a la práctica”, mientras que “los
grupos militarizados que tenían mucha autoridad un
año antes, ahora tienen mucha menos. Los ciudadanos han tomado el control y tienen su voz”.1
Sin embargo, la mayoría de observadores, incluyendo sectores de la izquierda, han analizado el
proceso revolucionario en Siria en términos geopolíticos, desde arriba, y han ignorado las dinámicas
políticas y socio-económicas desde la base. Ven el
levantamiento en Siria como el conflicto entre dos
bloques: los estados occidentales, las monarquías del
golfo y Turquía por una parte; Irán, Rusia y Hezbolá
por otra.
Hezbolá también ha jugado un papel clave como
agente extranjero, ayudando al régimen de Assad
militarmente. Las estimaciones del número de
combatientes de Hezbolá en Siria se encuentran
entre 3.000 y 5.000, incluyendo combatientes de élite,
expertos y reservistas, que han estado entrando y
saliendo del país en despliegues de 30 días.9 Combatientes de las milicias chiíes iraquíes están luchando
también en Siria apoyando al régimen de Assad.
Tras el completo fracaso para asistir a las fuerzas
democráticas de FSA, EEUU ha decidido apoyar a la
alianza kurda conocida como las Fuerzas Democráticas de Siria (SDF), fundadas en octubre de 2015,
según su declaración oficial, para luchar contra “el
© Freedom House / CC BY / flickr.com
El Imperialismo y
el conflicto en Siria
armas [enviados a los revolucionarios sirios] eran
tan pequeños que los comandantes tenían que
racionar la munición”. Uno de los comandantes de
más confianza de EEUU obtuvo el equivalente de 16
balas por mes para cada combatiente. A los líderes
rebeldes se les dijo que tenían que entregar misiles
antitanque antiguos para que se les pudieran dar los
nuevos. Cuando el verano pasado hicieron un llamamiento para obtener municiones para luchar contra
Al Qaeda, EEUU se las denegó3. Además, Estados
Unidos siempre se ha negado a suministrar a diversas
fuerzas del FSA misiles antiaéreos capaces de derribar
aviones de combate4. Obama tenía un plan aprobado
por el Congreso de EEUU para armar y equipar a
23
La colaboración de los estados imperialistas en su
lucha “contra el terrorismo” de Daesh no ha terminado con los desacuerdos y rivalidades entre ellos,
como lo muestra la destrucción de un avión militar
ruso el 24 de Noviembre de 2015 por el ejército turco
en la frontera siria. Rusia contestó intensificando los
bombardeos a lo largo de la frontera turca y otras
áreas entre Alepo e Idlib. Estos conflictos podrían
dar lugar a una escalada peligrosa. Sin embargo, el
reciente acuerdo entre Irán y EEUU y la coordinación
con el Estado de Israel de las acciones militares rusas
en Siria, refutan la idea que Rusia e Irán forman un
bloque anti-imperialista.
Los diferentes poderes imperialistas mundiales y
sus regímenes burgueses regionales, a pesar de sus
rivalidades, tienen un interés común en la derrota de
las revoluciones populares de la región, y el ejemplo
más obvio es el de Siria. Las múltiples iniciativas de
paz en ese país, apoyadas por los poderes globales y
regionales sin excepción, tienen el mismo objetivo
desde el comienzo del proceso revolucionario en
2011: llegar a un acuerdo entre el régimen de Assad y
una facción oportunista de la oposición —relacionada
con los Estados occidentales, Turquía y las monarquías del Golfo—. El
único objetivo nuevo
es la derrota de ISIS.
Los poderes imperialistas, y muchos otros,
quieren que el levantamiento sirio se acabe,
dado que se ha convertido en una fuente de
inestabilidad global, ya
sea en forma de un flujo de refugiados hacia Europa
o por la presencia de ISIS en Siria, Irak y otros países.
Los regímenes burgueses de EEUU, China y Rusia
son y han sido siempre enemigos de las revoluciones
populares. Quieren imponer, o reforzar, un contexto
estable que les permita acumular y desarrollar su
potencial político y económico en detrimento de las
clases populares. Como hemos visto, ningún poder
regional o internacional es amigo de la revolución siria.
Las fuerzas progresistas no pueden limitarse a
escoger entre dos bandos imperialistas o sub-imperialistas que compiten entre sí por la explotación
política y económica de los recursos y las poblaciones
de la zona; deberían apoyar siempre a los revolucionarios y revolucionarias que luchan por su libertad y
por la emancipación en toda la región. Solo la acción
colectiva y el desarrollo de movilizaciones masivas
desde abajo, puede generar un cambio real. Como
escribieron los sirios del pueblo de Kafranbel en una
pancarta en 2013: “Los enemigos son múltiples, la
revolución es una y continúa”.
La mayor confusión de la
izquierda gira en torno al rol
del imperialismo en Siria
Las luchas desde abajo
El proceso revolucionario en Siria es parte de un
movimiento regional que continua azotando el
conjunto de la región, con nuevas y masivas protestas
en los pasados meses en el Líbano e Irak que desafiaron tanto a su burguesía como su sistema político
sectario.
Los revolucionarios sirios están luchando, como
los demás activistas de la región, por la libertad y la
dignidad, y también contra los regímenes autoritarios, los fundamentalistas islámicos y los grupos salafistas-yihadistas opuestos a sus objetivos.
Los análisis centrados en los factores geopolíticos
de los bloques de países hacen imposible entender las
dinámicas de los procesos revolucionarios, e ignoran
el hecho de que los mayores poderes, supuestamente
opuestos, colaboran en diferentes cuestiones, como,
por ejemplo, en Irak y Siria, pero también en la “lucha
contra el terrorismo”.
24
Notas
1 bit.ly/1P1gcgO • 2 bit.ly/1X1i392 • 3 on.wsj.com/1z5JGir
4 reut.rs/1mW72p4 • 5 bit.ly/1fWKSyB • 6 ceip.org/1IgymEv
7 bit.ly/1P1gtQI; bit.ly/1Ng8AVY • 8 reut.rs/1Kz853m • 9 bit.
ly/1mW7x2e • 10 bit.ly/1RMSVxQ • 11 bit.ly/1ZuvNKF
12 ceip.org/21yfdbr • 13 bit.ly/1ZkRpE0 • 14 bit.ly/1J3iLMU
15 bit.ly/1l6DhAz • 16 bit.ly/1ZkRwiN ■
Refugiadas, entre la
solidaridad y la hipocresía
Las políticas de la UE siguen convirtiendo Europa en una
fortaleza, provocando la muerte de miles de personas que
huyen de la guerra y la desigualdad.
M
ientras más de un millón de personas
han llegado a Europa este 2015 y más
de 3.700 han muerto en las aguas del
Mediterráneo, los países de la Unión
Europea siguen impasibles, inexistentes y despreocupados. La hipocresía de los Estados miembros es más
clara y evidente que nunca. En septiembre fuimos
testigos de una de las situaciones más perversas: el
regateo de cuotas de acogida de personas. ¿Personas?
Parecía más bien que hablaran de ganado. Finalmente se acordó la reubicación de 160.000 seres
humanos. 120.000 demandantes de protección internacional urgente de Grecia, Italia y Hungría, y 20.000
de los ya negociados en mayo. Este año se calcula que
han llegado más de un millón de personas a Europa.
La cuota acordada supone menos del 16%. ¿Y cuántas
han sido reubicadas a estas alturas? Cerca de 270.
Las cuotas pactadas sólo incluyen a personas refugiadas sirias, iraquíes y eritreas. Es decir, se considera
que sólo en estos países hay un conflicto tan importante como para recibir protección internacional.
Pero no sólo allí hay guerra, también existen Pakistán,
Yemen, Ucrania, Afganistán, Palestina, Somalia,
Nigeria... y tantos otros lugares. Y tampoco la guerra
es la única causa de la fuga de miles de personas. A
pesar de que según el Estatuto del Refugiado, lo es
aquella persona perseguida por motivos de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a un grupo social o
de opinión política en particular y que corre peligro
si vuelve a su país de origen, también existen aquellos que se denominan “inmigrantes ilegales”. Son los
migrantes económicos que no disfrutan de la protección internacional pero que huyen de otro conflicto,
el económico, y representan más de 30 millones de
personas.
El 1% de la población mundial tiene tanta riqueza
como el 99% restante. Esto genera una desigualdad
evidente que sumada a la de oportunidades, la de
participación, la de género y la de poder, hace que
la población tenga que marcharse de su casa para
sobrevivir a la violencia económica y social.
Según el artículo 13 de la carta de los Derechos
Humanos, todo el mundo tiene derecho a la libre
circulación, y el artículo 14 reconoce el derecho de
asilo y refugio. Ninguno de estos dos artículos está
siendo garantizado por los gobiernos europeos.
Vemos como, cada día, llegan miles de personas que
© Leif Hinrichsen / CC BY-NC / flickr.com
ANNA PALOU
Periodista y
activista de Stop
Mare Mortum
se ven expuestas a jugarse la vida para llegar a Europa,
dejando la suya y la de su familia en manos de las
mafias. Mientras, la Unión Europa, que continúa
tratando la inmigración como una vulneración de
fronteras, mira hacia otro lado e incumple su deber:
el rescate humanitario. En lugar de apostar por vías
seguras de acceso al continente y por ser una tierra
acogedora, hace todo lo contrario; invierte en protección de fronteras, ya sea con dotación presupuestaria
a la agencia Frontex, que tiene la misión de vigilar
pero no de rescatar vidas, o con la actitud impasible
ante la construcción de muros y barreras de algunos
de sus Estados miembros, como el Estado español o
Hungría; paga a terceros como Turquía para que frene
la inmigración y crea mecanismos para la devolución
de personas como la Oficina Europea de Retorno de
Inmigrantes. Estamos delante, pues, de una nueva
forma de genocidio en pleno siglo XXI.
La falta de voluntad de los países de la Unión
Europea es clara: mientras ellos negocian las cuotas
de acogida, países cercanos al conflicto sirio acogen
a la mayoría de la población: Turquía (2,2 millones) o
Líbano (más 1 millón). Y la falta de voluntad es suya,
porque la ciudadanía pide lo contrario. Es cierto que
hemos sido protagonistas de actos racistas y xenófobos, que, más allá de la violencia, vinculan a las
personas refugiadas con la delincuencia y el terrorismo, pero también hemos sido y somos testigos de
la solidaridad entre pueblos.
Hemos visto a la población civil ofrecer su casa,
manifestarse, autoorganizarse... Hace falta que nos
movilicemos y no esperemos a la supuesta llegada
de personas que ahora están cruzando el mar Mediterráneo. Podemos y debemos actuar ya. Una ciudadanía acogedora es una sociedad sensibilizada,
crítica y movilizada.
Una gran parte de la sociedad europea ha demostrado que cree en la diversidad y en el deber de acoger,
y lo ha exigido en la calle. Ahora, hay que persistir en
esta lucha, para que los líderes políticos actúen en
consecuencia. Pero también nos tenemos que tomar
esta situación como una oportunidad para defender
y mejorar los derechos de las personas refugiadas y
migrantes, que viven con nosotros y que han visto
cómo las políticas racistas de nuestros gobiernos las
empujan a la marginalidad, robándoles el derecho a
vivir y a desarrollarse donde decidan hacerlo. ■
INTERNACIONAL
otros Estados occidentales imperialistas. Después de
los ataques terroristas del 13 de noviembre en Paris,
Francia asumió el liderazgo en la “Guerra contra
Daesh” e incrementó los ataques aéreos. Actualmente
tiene movilizados 3.500 soldados y ha desplegado en
el este del Mediterráneo la aeronave de carga Charles
de Gaulle, por lo tanto, ha triplicado su capacidad de
actuación desde el 23 de noviembre. Gran Bretaña y
Alemania también se han unido a la campaña. Los
gobiernos ruso y francés han anunciado su decisión
de “coordinar” sus ataques contra Daesh en Siria y,
en concreto, de establecer como objetivos los transportes de petróleo.
El mando militar israelí no está a favor de la caída
del régimen de Assad. Un miembro del estado mayor
israelí declaró: “Aunque nadie en Israel pueda decir
esto pública y explícitamente, la mejor opción para
Israel sería que el régimen de Assad se mantuviera
y que la lucha interna se prolongara tanto tiempo
como fuera posible.”16
Arabia Saudí y Qatar son, con Turquía, los Estados
que más desean la caída de la familia de Assad, pero
no del régimen en sí. Temen una Siria democrática y
la propagación de la revolución en la región, lo que
amenazaría su poder y
sus intereses. Aunque
Arabia Saudí fundó y
apoyó algunas fuerzas
liberales y del FSA, las
monarquías del Golfo
y las redes privadas
entre estas regiones
trabajaron para transformar esta revolución
popular en una guerra civil sectaria, dando apoyo
político y militar a movimientos fundamentalistas
islámicos. Estos se oponen al espíritu de la revolución e intentan reducir el rol de los comités populares, algunas veces a través de métodos violentos.
También propagaron discursos religiosos sunís
sectarios a través de sus medios; justamente como lo
hicieron en Irán IRI y Hezbolá, usando propaganda
sectaria chií en sus intervenciones.
25
Desde noviembre de 2015 Madrid, siguiendo el ejemplo catalán, cuenta con una
nueva herramienta amplia y unitaria de lucha contra el fascismo y el racismo,
UCFR Madrid.
C
omo antifascistas y antirracistas, conocer
la evolución de las ideas y organizaciones
fascistas y nazis en Madrid y otros lugares,
nos ayuda a tener perspectiva histórica,
y ese mismo ejercicio es interesante también si lo
aplicamos a nuestro movimiento, para ver nuestros
errores y aciertos a lo largo del tiempo y así poder
construir herramientas realmente efectivas para esa
lucha.
Distintas formas, la misma bestia
AITOR BAYÓN
Activista de UCFR
y miembro de En
Lucha en Madrid.
Durante la Transición, en Madrid, se dieron dos estrategias en la extrema derecha: el pistolerismo o terrorismo fascista y los partidos ultras como Fuerza Nueva
o Falange. Ambas estrategias tenían lazos demostrados entre ellas y con parte del aparato del estado, la
policía y la Guardia Civil. Sus acciones y operaciones
intentaban amedrentar y desarticular a la izquierda y
sus bases sociales. El atentado perpetrado contra el
despacho laboralista de la calle Atocha, el secuestro
y asesinato de la joven, feminista, estudiante, vasca y
trotskista, Yolanda González y el asesinato del diputado de Herri Batasuna, Jusu Muguruza en Madrid,
son muestra de ello.
De la crisis de los proyectos políticos de extrema
derecha, ahogados por el éxito de la unificación de
la mayoría de sectores de la derecha conservadora
y neoliberal en un partido democrático, el PP, con
el que se fueron conformando la mayoría de exfranquistas que entendieron que no había vuelta atrás,
nace un nuevo fenómeno en los 80, Bases Autónomas. Organización juvenil centrada en el ámbito
universitario y ligada al incipiente movimiento skinhead (bonehead) fascista de inspiración británica.
Comienza a actuar con nuevos métodos, utiliza
un vestuario concreto, hace pintadas por la calle y
La extrema derecha está centrada
en lavar su imagen
emprende agresiones contra colectivos que, hasta
ahora, no habían sido tan señalados o golpeados por
la extrema derecha, como las personas LGTBI, las
migrantes extracomunitarias, las personas drogodependientes y la juventud de izquierdas. Esta organización será disuelta para la nueva década, pero de
26
ella saldrá un nuevo estilo y grupos callejeros ligados
a barrios o equipos de fútbol.
La década de los noventa se abre con el primer
asesinato a una persona migrante, Lucrecia Pérez
Matos, joven de origen dominicano tiroteada por el
agente de la Guardia Civil de extrema derecha Luis
Merino, en una discoteca abandonada de Aravaca. A
este asesinato le siguió en 1995 el de Ricardo Rodríguez, vecino de Alcorcón y antifascista, asesinado a
la salida de un bar de copas en su localidad. Ambos
sucesos están ligados a grupos juveniles neonazis
que también se caracterizaron por las palizas y otras
agresiones en una década especialmente violenta.
La criminalización y declive de esos grupos hace que
los partidos de extrema derecha intenten ocupar el
centro del movimiento, surge Alianza por la Unidad
Nacional de Ynestrillas, Democracia Nacional y,
posteriormente, España 2000, asumiendo como eje
central de su proyecto el rechazo a la inmigración,
y, tras los atentados del 11M de 2004, la islamofobia.
Será precisamente en la primera década del siglo
XXI cuando tengamos un nuevo asesinato fascista
a manos de un militar afiliado a una de esas nuevas
organizaciones, Democracia Nacional, en 2007. La
víctima fue el joven antifascista vallecano Carlos
Palomino.
Hoy la extrema derecha está centrada en lavar su
imagen, tienen como referentes a grupos como el
Frente Nacional de Francia, Casa Pound de Italia o
Amanecer Dorado de Grecia, y combinan las organizaciones de traje y corbata con los grupos juveniles,
los cuales copian a la izquierda joven combativa del
siglo XXI, tanto en estética como en modos de actuar.
La creación de ONGs racistas y poner mesas de recogida de alimentos sólo para “españoles sanos”, es
parte de esa estrategia para limpiar su imagen y
calar en los barrios golpeados por la crisis con sus
mensajes de odio.
Experiencias de resistencia
En el ámbito del antifascismo madrileño hemos
tenido poca diversidad a lo largo de las décadas. La
respuesta que se dio desde finales de los años 60 y
70 llegó de la mano de las organizaciones tradicionales de la izquierda. Tanto las combativas como
las más moderadas respondían mediante la movilización a las acciones de los grupos fascistas, repartían comunicados, presionaban y se manifestaban.
Las acciones armadas o violentas contra la extrema
Si se reinventan, nos reinventamos
Si miramos a Europa, contemplamos como en
algunos estados como Francia, Reino Unido, Grecia o
Hungría, el fascismo se ha reinventado, se ha puesto
traje y corbata e intenta legitimarse. Frente a esto,
en Reino Unido y Grecia se creó un movimiento con
vocación de unir mayorías sociales, y a las potenciales
víctimas de la amenaza fascista y nazi, que somos la
mayoría en una sociedad diversa (personas LGTBI,
migrantes, mujeres, jóvenes de izquierda, personas
sin techo, etc.).
En el estado español hemos comprobado cómo
esa estrategia funciona en la lucha contra Plataforma
per Catalunya. Esta organización fascista catalana,
cuyo máximo dirigente fue el ex-miembro de Fuerza
Nueva, Josep Anglada, se organizó bajo un discurso
xenófobo y racista, pero cuidándose mucho de no
mostrar enseñas del pasado franquista o nazi. Se
pusieron traje y corbata y comenzaron a mostrar una
imagen distinta. Pretendían ganar respetabilidad y
Desenmascararles, sumar todas
las fuerzas posibles y construir
una herramienta para revertir
sus ideas y acciones
hacer pasar su mensaje de odio como otra idea política cualquiera. Comenzaron a jugar a la democracia.
Pues bien, gracias a la constitución del espacio Unitat
Contra el Feixisme y el Racisme (UCFR) en Cataluña,
un trabajo paciente, amplio y a ras del suelo, con
todas las entidades posibles, se logró desenmascarar
a esta organización. Gracias a ese trabajo, iniciado en
2010, han pasado de 67 representantes municipales
a 8 en 2015.
En Madrid el peligro fascista tiene dos nombres
propios, Hogar Social Madrid en lo que concierne al
espacio de calle, y España 2000 en lo relativo al ámbito
institucional. En ambos casos nos encontramos con
grupos que cuidan mucho su imagen, que esconden
la simbología nazi y fascista e intentan legitimarse
con acciones como recogida de alimentos y juguetes.
Presentan su discurso racista y de odio como ideas
políticas diferentes pero legítimas, e intentan ganar
respetabilidad. Ante esto, lo que se hace necesario es
desenmascararles, sumar todas las fuerzas posibles y
construir una herramienta que permita revertir sus
ideas y acciones. Para las personas que impulsamos
UCFR Madrid, esta es la herramienta, ya que articula
un tejido más amplio que otras iniciativas y pretende
sumar a la mayoría social, tal cual es hoy, al proyecto
de acabar con el fascismo y el racismo en cualquier
ámbito.
A la vez que se construye en Madrid UCFR, han
surgido otras iniciativas con un discurso similar
en algunos barrios, lo que es muy enriquecedor, y
sigue existiendo la Coordinadora como referente
para ciertos colectivos. Todo esto es complementario, cuanto más rico y diverso sea el antifascismo
y antirracismo madrileño, mejor. Pero, por supuesto, entendemos que construir y reforzar las herramientas amplias, unitarias y no sectarias es la manera
más eficaz para que se debilite lo máximo posible el
fascismo y racismo madrileño. ■
ANTIFASCISMO
Madrid, con la Unidad, será la
tumba del fascismo y el racismo
derecha fueron, en general,
minoritarias.
Será en los años 80
cuando, frente al avance de
esa nueva forma de organización juvenil del fascismo
y el nazismo, se cree una
gran herramienta de lucha,
la Coordinadora Antifascista
de Madrid. En el año 1988,
las acciones violentas de las
organizaciones
neonazis
en torno al 20N, las cuales
llegaron a asaltar un local de
Chueca y los puestos políticos de la izquierda revolucionaria en Tirso de Molina,
hacen reaccionar a diversos colectivos autónomos
así como a las organizaciones de la izquierda radical
para generar una respuesta a ese fenómeno. Será
unos años después, ya constituida la Coordinadora,
cuando su actividad cobre un nuevo impulso frente a
los asesinatos de Lucrecia Pérez y Ricardo Rodríguez.
Es tras estos crímenes cuando las organizaciones
mayoritarias de la izquierda (partidos y sindicatos)
comienzan a entender el peligro real que supone el
fascismo y el racismo.
Pero desgraciadamente no se consolida un trabajo
unitario entre ambos sectores y la Coordinadora ve
cómo, a la vez que entran nuevos colectivos en su
seno, otros salen. La debilidad relativa de la extrema
derecha hace que muchas organizaciones con peso
específico dejen en segundo plano la lucha contra
el fascismo, sólo poniendo interés en él cuando se
producen asesinatos o agresiones graves, a lo que
tampoco ayuda la actitud algo sectaria de la Coordinadora. Por otra parte, el auge de las ONGs hace que
la lucha contra el racismo se centre en campos como
la ayuda directa a personas migrantes o el racismo
institucional y social, mediante campañas de presión
e información. Se pone menos interés en la lucha
contra el fascismo y racismo ultra y de calle.
27
Islamofobia: un problema transversal
DAVID
KARVALA
Activista de
UCFR y militante
de En lluita.
Coordina un
libro de próxima
aparición sobre la
islamofobia.
Para leer más:
• Chris Harman,
“Islam, imperialismo y resistencia” (edición
castellana de En
Lucha, 2001)
• David Karvala,
“La izquierda
y el Islam”, La
Hiedra #0, junio
de 2011.
• Runnymede
Trust,
Islamophobia:
A Challenge for
Us All.
• UCFR, “¡Stop
Islamofobia!”,
bit.ly/1OBI31n
28
Una definición útil de islamofobia la elaboró la
entidad antirracista Runnymede Trust en 1997:
“Se considera el Islam como un solo bloque monolítico, estático y nada sensible a las nuevas realidades… como… algo bárbaro, irracional, primitivo,
machista.” Prejuicios de este tipo son cada vez más
prevalentes. Se oyen en discursos desde la extrema
derecha, pasando por el “centro liberal”, hasta
sectores que se autodenominan de izquierdas.
Es evidente que la hostilidad hacia el islam y
la gente musulmana tiene una larga historia en la
península ibérica, pero la islamofobia actual tiene
una explicación mucho más reciente. Un elemento
clave es el fracaso de la izquierda tradicional en el
mundo arabo musulmán, especialmente a partir
de los años 70. El nacionalismo árabe y los partidos
comunistas no tenían ninguna alternativa a la injusticia social y a la opresión: frecuentemente incluso las
ejercían (Karvala 2011).
Cuando corrientes islamistas ocuparon el vacío
dejado por la vieja izquierda, ésta las tildó de agentes
del imperialismo y las reprimió aún más; en el caso de
Afganistán, mediante una brutal guerra. En los años
80, se sentaron las bases de la islamofobia moderna.
Se habló del “fundamentalismo islámico” como una
corriente antidemocrática, machista y homófoba,
típicamente
asociada
con el terrorismo, o el
“yihadismo”.
Con la caída del
bloque del este en
1989-91 y la creciente
importancia
estratégica de Oriente Medio,
la oposición al imperialismo occidental en la
región se expresó, cada
vez más, en términos del
islam político. De ahí que
los Estados imperialistas
empezaron a adoptar
el lenguaje de la islamofobia. En los años 80, EEUU
financió a grupos islamistas en Afganistán, para debilitar a Rusia. En 1992 se escribió en el Washington Post
que “El fundamentalismo islámico es un agresivo
movimiento revolucionario, tan combativo y violento
como los movimientos bolcheviques, fascistas y nazis
del pasado”, y en 1994 el Presidente Clinton declaró:
“Estamos muy preocupados por el aumento del fundamentalismo militante en los Estados islámicos”. Con
el crecimiento de Al Qaeda durante los años 90,
que culminó en los atentados del 11 de septiembre
de 2001, estas posiciones se endurecieron. Grupos
islamistas muy diferentes —la Hermandad Musulmana de Egipto, Hamas en Palestina, Hezbolá en el
Líbano…— fueron estigmatizados por igual (pero no
así la familia real saudita, que sí tiene relación directa
con Al Qaeda).
Mientras tanto, el partido fascista disfrazado, el
Front National (FN), crecía en Francia. Su fundador,
Jean Marie Le Pen, dejaba ver su antisemitismo a
veces, pero la estrategia del FN, copiada por muchos
otros partidos fascistas, fue la de esconder el antisemitismo a favor de la islamofobia, cada vez más “socialmente aceptable”. Increíblemente, fue durante esta
misma época que gran parte de la izquierda francesa
—incluyendo a la izquierda radical— contribuyó a la
islamofobia con sus campañas contra el hijab, supuestamente en nombre de la liberación de las mujeres.
Una izquierda contra la islamofobia
Sin embargo, otro sector de la izquierda tuvo una
visión radicalmente diferente. La corriente de la que
forman parte La Hiedra y En lucha elaboró un análisis
mucho más matizado del islam político, insistiendo
en que no era lo mismo un movimiento de liberación nacional como Hamas, que la familia real saudí
(ver Harman, 1994). Y sobre todo que en occidente, la
población musulmana es
en general una minoría
oprimida.
Hoy, la islamofobia se
expresa mediante agresiones, principalmente
a mujeres y chicas con
hijab; detenciones arbitrarias y a veces años
de cárcel sin pruebas;
sospechas de “fundamentalismo”
entre
alumnos, incluso en
la primaria; cierres de
oratorios y centros islámicos… Lejos de equiparar a las personas y entidades
musulmanas con el fascismo, como hacen algunos, la
primera responsabilidad de la izquierda consecuente
es la solidaridad.
Así que la Stop the War Coalition, el movimiento
antiguerra británico en el que el Socialist Workers
Party —organización hermana de En lucha— jugó un
papel clave, convocó las enormes manifestaciones
contra la guerra de Irak conjuntamente con la Asociación Musulmana de Gran Bretaña. No se trataba de la
Lejos de equiparar a las
personas y entidades
musulmanas con el
fascismo, la primera
responsabilidad de la
izquierda consecuente es la
solidaridad
Debatiendo la islamofobia
interna; el 19 de febrero, un acto contra la islamofobia, en la Universidad de Barcelona, reunió a más de
350 personas; el 11 de marzo, una concentración islamófoba de “Pegida”, convocada en L’Hospitalet por
PxC, fue superada en 10 veces por la protesta vecinal
organizada por el grupo local de UCFR; el 21 de
marzo, se celebró la manifestación con motivo de la
jornada internacional contra el fascismo, el racismo y
la islamofobia en el distrito barcelonés de Sant Martí,
donde el centro nazi Tramuntana cerraría definitivamente 8 semanas después. En las elecciones municipales de mayo de 2015, PxC —un partido obsesivamente islamófobo— fue expulsado de casi todos los
ayuntamientos del país, tras una fuerte campaña de
UCFR.
En el momento de escribir este artículo se prepara
el Foro Social contra la islamofobia y todo tipo de
racismo, para el 20 de febrero, así como la manifestación del 19 de marzo, con motivo de la jornada internacional de este año.
Durante este tiempo, cada vez más personas y
entidades musulmanas se han unido a UCFR y ahora
juegan un papel importante en el movimiento. Este
hecho contribuye mucho a la lucha contra la islamofobia; se normaliza la colaboración, codo con
codo, de personas diversas, de diferentes orígenes
y creencias, en un proyecto común, estableciendo
relaciones de confianza entre ellas. Esta unidad es,
a su vez, una buena base para muchas otras luchas
que tenemos por delante. La insistencia en que el
enemigo no es el islam, sino el racismo, ha dado sus
frutos. ■
La campaña #StopIslamofobia
La declaración de UCFR, #StopIslamofobia, y el
amplio apoyo recibido, fue la base para una serie de
actividades que continúan hasta hoy. El 14 de febrero
de 2015, se celebraron unas jornadas de formación
© José Luque Prieto / facebook.com
La islamofobia es la forma más peligrosa de racismo en Europa hoy. Sin embargo,
hay mucha confusión dentro de la izquierda al respecto. Este artículo trata de este
tipo de racismo y de cómo Unitat Contra el Feixisme i el Racisme ha articulado
una respuesta unitaria frente a él en Catalunya.
han terminado —porque siempre llega gente nueva
con ideas preconcebidas— pero las dudas entre la
gente que participa en UCFR han desaparecido.
Por todo esto, ante los atentados de París la reacción unánime fue la de fortalecer la lucha por la
convivencia y contra la islamofobia.
Los atentados de París del 7 de enero de 2015
provocaron un auge islamófobo por todo el continente. Cuatro días después, UCFR firmó y publicó
la declaración al respecto emitida por UAF (GB).
Unas semanas más tarde, la propia declaración de
UCFR, #StopIslamofobia, había sido apoyada por un
centenar largo de partidos, sindicatos, movimientos
sociales… de Catalunya y más allá. Esta respuesta,
que incluyó a todas las fuerzas progresistas, desde
los partidos institucionales hasta asambleas del 15M,
fue el fruto del trabajo —y del debate—de varios
años.
Una de las primeras acciones de UCFR, una
concentración ante un acto del partido fascista,
Plataforma per Catalunya (PxC), a finales de 2010,
fue fortalecida por la participación de un gran grupo
de gente joven musulmana, uno de los cuales habló
durante el acto. En la siguiente asamblea de UCFR,
algunas personas se quejaron ante la “excesiva”
presencia musulmana, o criticaron la intervención
del chico de origen marroquí por no ser “laica”, etc.
Sin embargo, la opinión mayoritaria de la asamblea,
tras una dura discusión, fue la de alegrarse de la participación musulmana.
Se dio un proceso gradual pero muy importante
de debate. Por ejemplo, un tema en las jornadas de
UCFR de 2012 fue “¿Qué puede hacer UCFR para
combatir la islamofobia?” En la primavera de 2012, el
Centro Cultural Islámico Catalán se adhirió a UCFR,
y las jornadas de 2013 se celebraron en la sede de esta
importante entidad musulmana. Los debates no se
Unitat Contra
el Feixisme i
el Racisme ha
conseguido
articular una
respuesta
amplia frente a
la islamofobia
en Catalunya.
La presencia de
gente musulmana en sus actos
y movilizaciones
ha sido una pieza
clave de ese
éxito.
ANTIFASCISMO
Islamofobia y cómo combatirla
imposición de un grupo; la solidaridad frente a la islamofobia se había convertido en el sentido común de
una parte importante de la izquierda y de los movimientos sociales de ese país. El movimiento unitario
contra la extrema derecha en Gran Bretaña, Unite
Against Fascism (UAF), trabaja en esta línea desde
hace años.
En Catalunya, Unitat Contra el Feixisme i el
Racisme (UCFR) —movimiento en el que En Lluita
ha jugado un papel destacado— ha conseguido que
aquí también haya una respuesta amplia frente a la
islamofobia.
29
Cuando el humor se pone serio
La televisión, el humor y los programas de entretenimiento han marcado como
nunca una campaña electoral que ha abierto un nuevo escenario político en el
Estado español.
Jordi Évole, “el
Follonero” representa la voz del
público que se
entromete en la
pantomima plácida y controlada
del espectáculo
televisivo.
30
Llama la atención que entre
los cuatro periodistas más
influyentes ante la campaña
del 20D se encuentren dos
humoristas
Glamour,
controversia y Rock
& Roll: un recuerdo
de David Bowie
Enero de 2016 se recordará entre otros
motivos por la muerte de David Bowie,
una estrella controvertida y una figura
esencial para la historia de la cultura
popular.
© thierry ehrmann / CC BY / flickr.com
E
l pasado 14 de diciembre, en plena campaña
electoral, El Periódico de Catalunya publicaba el resultado de un estudio realizado
por ACCESO, una compañía de inteligencia
de medios y consumidores en España y Latinoamérica, que concluía que el periodista más influyente
ante las elecciones generales del 20D era Jordi Évole,
director y presentador de Salvados. En el cuarto lugar,
detrás de Iñaki Gabilondo y Ana Pastor, se encontraba el Gran Wyoming. Como refleja el ranking, un
80,3% de las y los encuestados aseguraban acudir a la
televisión para informarse sobre las cuestiones relacionadas con la campaña.
Que el medio televisivo ha jugado un papel fundamental en los procesos políticos que han desembocado en la reciente contienda electoral es algo que
nadie cuestiona. Desde la emergencia de Podemos
alrededor de un líder forjado como tertuliano televisivo, hasta la aparición de los candidatos en magazines de entretenimiento ajenos a la política, como
El Hormiguero. Pero lo que llama la atención de este
estudio es el hecho de que entre los cuatro periodistas más influyentes se encuentren dos humoristas.
En 1996, el Gran Wyoming se encargó de presentar
la versión española del programa argentino Caiga
Quien Caiga. En los pequeños reportajes que lo
constituían, un enviado especial, vestido siempre
con un traje negro y gafas de sol, abordaba en actos
públicos a personajes
famosos de toda índole,
para generar situaciones
cómicas mediante una
entrevista que transgredía la seriedad del
momento. El entrevistado era forzado a entrar
en el juego o a hacer el
ridículo con reacciones
fuera de tono. Mucha
gente del ámbito de la
política sufrieron esos pseudo escraches y el éxito del
programa les obligó a asumirlos como algo a lo que
debían someterse sin demasiada resistencia.
Poco tiempo después, en 2002, hace su aparición
de la mano de Buenafuente, El Follonero, el personaje encarnado por Jordi Évole que le haría famoso.
El Follonero irrumpe desde el público para interrogar al invitado, cuestionándole y poniéndole en
evidencia desde el punto de vista de la sabiduría
popular y profana. Representa, en cierta manera, la
voz del público, que se entromete en la pantomima
plácida y controlada del espectáculo.
No hay duda de que El Intermedio y Salvados
son herederos de esos dos proyectos previos, y
comparten tanto la transgresión discursiva que pone
en evidencia a quienes se esconden detrás de una
imagen pública prefabricada, como el intento de
construir una voz que representa a quienes desde la
calle viven ajenos a las instancias que deciden sobre
sus vidas. Posiblemente esta sea una de las funciones
del humorista.
Pero Évole y Wyoming van más allá y asumen un
rol periodístico que les encumbra en las audiencias.
La causa de este fenómeno no se reduce a la calidad
de sus programas o a su inclinación política, sino que
hunde sus raíces en la idiosincrasia del periodismo
español como institución y al papel que estos dos
personajes han jugado en un contexto marcado por
la llamada crisis de régimen.
No hace mucho pudimos ver en el Intermedio una
comparación entre una entrevista realizada por RTVE
a Mariano Rajoy y la del periodista británico Jeremy
Paxman, del canal Sky New, al primer ministro David
Cameron. Mientras este último era interrogado insistentemente sobre el aumento de bancos de alimento
en el país durante su mandato, a Rajoy se le preguntaba por sus vacaciones y otras banalidades.
La concentración de la gran mayoría de medios
de comunicación en las
manos de unos pocos
grupos
empresariales,
así como el uso partidista
que algunos gobiernos
hacen de los entes de
comunicación públicos,
ha convertido en una
excepción la presencia
relevante de periodistas
incisivos y con actitud
crítica, capaces de insistir
en preguntas incómodas e indagar en los entresijos
de los hechos. La precariedad rampante también ha
contribuido a la docilidad de quienes practican una
profesión sometida a las exigencias del mercado,
ventas, audiencias y anunciantes.
En este escenario, dos humoristas como Évole y
Wyoming han llenado un vacío. Y su éxito se debe,
en gran medida, a una ciudadanía que ha empezado
a cuestionar, también en la calle, los discursos dominantes de la llamada Cultura de la Transición. ■
POR ALE GARCÍA
E
l 10 de enero de 2016, 2 días después de
cumplir 69 años y de salir a la luz su último
trabajo, Blackstar, moría David Bowie,
estrella del rock que rompió moldes y estereotipos y no quiso nunca adaptarse a las modas
imperantes en la música popular, siendo precursor
de nuevos géneros de los cuales el más reconocido
es, probablemente, el glam rock.
Su actividad creativa fue muy intensa durante
toda su carrera, reinventándose a sí mismo constantemente. De todas sus etapas, la más interesante es,
quizá, la que transcurre durante la primera mitad de
la década de los 70, con la creación de su personaje
Ziggy Stardust, un ser andrógino que venía de Marte
para salvar la Tierra de su destrucción. El disco en el
que apareció este alter-ego de David Bowie se tituló
The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders
from Mars, siendo considerado como el más representativo del glam rock.
Fue durante este periodo cuando el músico se
declaró públicamente bisexual, concretamente en
1972. Si bien posteriormente matizó esta afirmación
dando a entender que sus inclinaciones reales fueron
siempre heterosexuales –aun reconociendo que
tuvo relaciones sexuales con personas de su mismo
sexo. Además, es muy posible que hacer pública su
bisexualidad se debiera también a una operación de
marketing (ahondando en el tono transgresor de su
obra) para promocionar su personaje Ziggy Stardust
y el disco. Lo cierto es que el hecho de que personalidades con relevancia pública declaren abiertamente
su bisexualidad u homosexualidad siempre supone
un avance en la visibilidad del colectivo LGTB y en
su normalización social. En cualquier caso, Bowie
nunca quiso ser abanderado de ninguna causa ni ser
considerado como tal.
De 1989 a 1991 formó el grupo Tin Machine,
abandonando durante este corto periodo de tiempo
su carrera como solista. Lo destacamos no por
el hecho en sí, sino porque es aquí donde Bowie
escribe las letras de mayor calado político de su
carrera. Denuncia, entre otras cuestiones, el surgimiento de grupos neonazis. También realiza una
versión de la canción Working Class Hero, de John
Lennon.
Por último, es reseñable la influencia que ha
tenido en multitud de cantantes y grupos, tanto en
sus sonidos como en la estética. Sin ir más lejos: la
androginia es un rasgo característico de no pocos
cantantes. Por poner un ejemplo: Brian Molko, de
Placebo. No hay duda de que con su muerte, se pierde
una figura singular de la cultura popular. ■
CULTURA
POR MANEL BARRIERE FIGUEROA
31
TECHO Y COMIDA
re s e ñ a s :
PELICULA | Escrita y dirigida por
Juan Miguel del Castillo | 90 min.
Por MIKE EAUDE
Esta hermosa y dolorosa
película empieza con una
joven que sufre un ataque de
pánico. Lleva tres años intentando aparentar delante de las
vecinas una vida normal, pero
finalmente la realidad de su
situación le supera. Su casero,
que tampoco tiene dinero,
ha iniciado los trámites para
desahuciarla cuando debe 8
meses de alquiler.
Rocío, madre soltera sin
trabajo, vive en Jerez con su
hijo de 8 años. Se llevan muy
bien: el niño es un encanto
y Rocío, una buena madre.
La película narra una angustiosa cuesta abajo, en la
que a Rocío le van cerrando
todas las puertas. Lo intenta
todo: reparte publicidad
en la calle, busca trabajo
limpiando casas, pide ayuda
del estado, intenta robar,
pone una manta en la calle
con artículos encontrados
en un solar y acaba huyendo
de la policía, busca restos en
los contenedores para que su
hijo coma.
Queremos zarandearla:
¡Rocío, contacta con la PAH!,
no escondas tu situación, no
luches sola: no es ninguna
vergüenza. Pero esta no es
una historia de lucha colectiva, sino la de una mujer
que, como tantas personas,
se encara al desahucio en la
más absoluta soledad.
La película está muy bien
dirigida, con sobrio realismo
y una muy buena interpretación. Dos vidas se hunden
detrás de la puerta cerrada del
piso, todo según la ley vigente.
ISLAMOFOBIA:
NOSOTROS, LOS OTROS,
EL MIEDO
LIBRO | Santiago Alba Rico | Icaria,
2015 | 134 págs. | 13 €
Por MARÍA VICTORIA CASTILLO
Es este un libro absolutamente necesario, sobre todo
32
arroja un poco de luz sobre
los mecanismos que utilizamos para discriminar al
otro, en un contexto en el
que la islamofobia, forma
particular de racismo, se está
convirtiendo en un auténtico
peligro.
DESMUNTANT SOCIETAT
CIVIL CATALANA
LIBRO | Jordi Borràs | Edicions Saldonar, 2015 | 224 págs. | 15,20 €
Por SERGIO LÓPEZ
a la luz de los últimos acontecimientos acaecidos en
Colonia y con el drama de los
refugiados al rojo vivo.
La islamofobia es el
marco intelectual en el que
a menudo se escudan las
personas para justificar lo
que no son más que actos
racistas y opiniones xenófobas. Con este texto, el autor
nos ayuda a reconocer estos
discursos, que pretenden ser
objetivos, y desmontarlos.
Recorre la historia de esta
clase de pensamiento, conocido como orientalismo,
desde la colonización hasta
nuestros días, y denuncia
su función fundamental: la
construcción del otro para
dominarlo o destruirlo, y
para “eximir al vencedor de
toda responsabilidad”.
El orientalismo nace del
colonialismo, como herramienta
ideológica
para
dominar los territorios por
los que Europa se expande
a partir del siglo XIX. Antes,
las misiones colonialistas se
excusaban en Dios, ahora en
la civilización. El libro nos
habla también de los efectos
de este pensamiento sobre la
izquierda, tanto en los países
árabes como en occidente.
La incapacidad de entender
la naturaleza de la islamofobia condiciona las políticas
de la izquierda referidas al
imperialismo o al auge de la
extrema derecha, por poner
dos ejemplos.
Este es un libro breve, que
deja con ganas de profundizar sobre el tema, pero que
Desmuntant Societat Civil
Catalana es el título del
último
libro
realizado
por el fotógrafo, periodista y también ilustrador
Jordi Borrás, conocido por
sus trabajos de investigación sobre los movimientos
fascistas y de extrema
derecha en Cataluña, y
más recientemente por las
amenazas que sufrió en boca
de Pedro Chamarro, uno
de los dirigentes de Democracia Nacional Joven, en su
discurso realizado el 12 de
Octubre en Barcelona.
El autor nos descubre,
a través de una extensa y
documentada información,
los vínculos existentes entre
Sociedad Civil Catalana
(SCC) y la extrema derecha,
revelando que buena parte
de sus dirigentes provienen
de movimientos franquistas
o neonazis. También pone
sobre la mesa las conexiones
con Alba Dorada de Grecia
o Democracia Nacional, las
exaltaciones a Blas Piñar o a
los combatientes de la División Azul, así como sus actividades de exaltación fascista
en las redes sociales. Esta
entidad, que pretende ser un
contrapeso de la Assamblea
Nacional Catalana movilizando a los sectores anti-soberanistas en Catalunya,
también mantiene vínculos
con el partido de Albert
Rivera, Ciudadanos.
El
periodista
analiza
la financiación de SCC y
denuncia públicamente las
complicidades con medios
públicos y privados. Esta
información ha sido expuesta
a pesar de los múltiples
ataques que han vulnerado
su intimidad y su integridad
física.
La investigación se realiza
a través de los treinta socios
fundadores de la asociación, centrándose en los que
mantienen vínculos con los
movimientos de extrema
derecha y difunden un
pensamiento fascista y ultra
católico a través de diferentes
medios,
como
Libertad
Digital, Info-Católica, y un
portal que denota cinismo
a borbotones denominado
Dolça Catalunya.
Borrás ha publicado con
anterioridad Warcelona y
Plus ultra. Su nueva obra
se encuadra en la colección Periodistas, de la editorial EdicionsSaldonar. Para
el prólogo ha contado con
David Bassa, presidente del
grupo de periodistas Ramón
Barril. Cabe destacar la
buena redacción y las excelentes fotografías que añaden
a este trabajo un interesantísimo valor si se quiere descubrir un periodismo llevado
a cabo en paralelo a los
grandes medios de información.
VEGANISMO DE LA
TEORÍA A LA ACCIÓN
LIBRO | Salvador Cotelo | Ochodoscuatro Ediciones, 2013 | 208 págs. | 9 €
Por AITOR BAYÓN
Dicen que el veganismo está
de moda, y debe estar tan de
moda que ya sale hasta en los
anuncios electorales del PP.
Pero lo que realmente se está
popularizando es una parte
del veganismo, la dieta, no
comer productos animales ni
sus derivados. Las personas
que se adscriben al veganismo como forma de vida
y pensamiento, no sólo se
restringen a lo dietético,
luchan por la liberación de
todos los animales y persiguen que se respeten sus
derechos.
33
Al ser algo novedoso, el
movimiento político por
la liberación animal surge
a finales de los años 70 del
siglo XX, algo complejo de
entender en una sociedad
antropocéntrica en la que el
número de animales utilizados y asesinados cada
año se cuenta por billones,
muchas veces se toman parte
de las ideas y se distorsionan
los mensajes.
Por eso, el libro Veganismo de la teoría a la acción,
es una perfecta guía para
orientarse en todo el campo
del movimiento por los derechos y la liberación animal.
La lectura es amena y está
muy bien estructurada en
dos partes diferenciadas:
teoría y acción.
Teoría: en esta primera
parte se repasa la base de
la opresión a los animales,
el especismo. Esta palabra,
cada vez más conocida, es
fácilmente comprensible si
decimos que es la discriminación que sufre un individuo por no pertenecer a
la misma especie que otro.
Podríamos sustituir especie
por raza o género y saldría
racismo y machismo. En
esa misma línea se repasan
las formas de opresión y
explotación que sufren los
animales no humanos por el
mero hecho de no pertenecer
a esa especie (carne, experimentación, entretenimiento,
vestimenta, etc.) y las bases
ideológicas para revertir esa
situación y dotar de derechos, en base a sus intereses
34
(a vivir, a disfrutar de su vida
y a no ser explotados), a los
animales no humanos, ya
que lo que nos une es la capacidad de sentir. Esta primera
parte también deja claro por
qué las personas veganas no
somos ovolactovegetarianas,
y cómo las comúnmente
denominadas “vegetarianas”
contribuyen a la explotación
y el sufrimiento animal.
La acción: todas esas ideas
deben convertirse en hechos
si se quiere hacer realmente
algo por los animales no
humanos. Desde el libro
se plantea la necesidad de
actuar, ya que son millones
de vidas las que están en
juego. Se plantean también
diferentes estrategias y se
comparan resultados a la
hora de extender el mensaje
y propiciar el mejor escenario. Se analizan y explican
acciones
realizadas,
la
evolución del propio movimiento en función de esas
expresiones de lucha y las
respuestas por parte del
Estado. El movimiento por
los derechos y por la liberación animal es un movimiento pujante y plural, y
con este libro entramos de
lleno en él. Su lectura puede
situarnos lejos de la moda
y en el camino para acabar
con la injusticia, por número
de seres que la sufren, más
grande que existe.
ENTRE CUNETAS
LIBRO | Luis Ramos de la Torre | Baile
del Sol, 2015 | 62 págs. | 10,40 €
Por ALBERTO GARCÍA-TERESA
Ramos de la Torre presenta
una treintena de poemas
sobre los y las desaparecidas
y represaliadas por la dictadura franquista. Así, ofrece un
poemario sobre la memoria,
la falta de justicia y la necesidad de reparación. Pero, del
mismo modo, erige un canto
contra el olvido, que bebe de
la indignación, de la ternura
y del respeto por dichas
víctimas a través de poemas
contenidos por la meditación, de ritmo sosegado.
Además de sus consecuencias morales, psicológicas y
políticas tanto en la sociedad
como en las personas, el poeta
atiende a los efectos físicos de
estos asesinatos. Presenta, de
esta forma, una dimensión
muy interesante, más allá
de los tópicos, que permite
dignificar a los muertos tras
su aniquilación. Con esa
intención, sabiendo equilibrar el lirismo, construye
imágenes llenas de emoción
con elementos de la naturaleza siguiendo los parámetros
clásicos. Por su parte, condena
la crueldad y el sistema de
terror impuesto por el Poder,
junto a la Historia construida
por los vencedores. Arremete
contra el “mutismo cómplice”
y presenta la memoria como
un acto insumiso, porque
negarse al olvido constituye
un hecho de desobediencia y
resistencia.
Entre cunetas resulta un
notable poemario, que se
acerca desde distintas perspectivas y ámbitos a este
asunto sin agotarlo.
DONDE NO LLEGA
NUESTRO GRITO
LIBRO | Francisco Gómez-Porro |
La encina errante, 2015 |
196 págs. | 12 €
Por MANEL BARRIERE FIGUEROA
Es ya un lugar común apelar
al 15M como punto de partida
de proyectos que discurren por caminos nuevos o
alejados de lo establecido.
Es el caso de este particular
libro de relatos breves, que
empieza a gestarse al calor
de las plazas ocupadas y va
creciendo desde entonces,
en manos de un escritor ya
consolidado y un joven editor
debutante. No es solo un
libro, es un proyecto editorial que se quiere ajeno al
mercado y a los ámbitos literarios institucionales, contribuyendo así a esa construcción de un nuevo “nosotras”
que representó el 15M.
El libro aúna 50 cuentos
breves, género muy en boga
hoy en día, ambientados
en el mundo rural de Castilla-La Mancha. Con una
prosa precisa y en ocasiones
lírica, que ahonda en la
belleza de los detalles del
paisaje geográfico y humano,
la obra combina el realismo
con una cierta ironía descarnada, al estilo de la celebrada película Amanece que
no es poco. Como resultado,
un retrato tierno y a la vez
mordaz de una realidad invisible, sumida en el olvido
y la desaparición, pero que
representa el contra-plano
de esa imagen exuberante
Publicaciones de
En lucha y La Hiedra:
LECTURAS CON IDEAS
Y ALTERNATIVAS
enlucha
anticapitalismo y revolución
QUIÉNES SOMOS
En lucha es una organización anticapitalista y
revolucionaria. Pensamos que hay que desafiar
el capitalismo en todas sus manifestaciones:
neoliberalismo, guerras, racismo, opresión de las
mujeres y LGTBI, opresión nacional, degradación
del medioambiente…Luchamos por reformas para
mejorar nuestras vidas aquí y ahora, pero éstas
no son suficientes. Creemos que la única vía para
lograr una sociedad igualitaria y democrática es
a través de una revolución desde la base, hecha
desde la autoorganización en centros de trabajo,
barrios, universidades…que acabe con el sistema
actual.
Libro | Lenin. La
construcción del partido |
Tonny Cliff |18€
Libro | Trabajadores y
medio ambiente | Jesús
Castillo | 12€
Folleto | Los fundamentos
sociales de la cuestión
femenina y otros escritos |
Alexandra Kollontai | 2,5€
Folleto | La Revolución
Egipcia. Análisis y
testimonio | Sameh
Naguib | 2,4€
Folleto | Cuba: ¿adónde
fue la revolución? | Mike
González | 2,5€
Folleto | 1936: Guerra y
revolución | Andy Durgan
| 2,4€
POR LO QUE
LUCHAMOS
El capitalismo se basa en la búsqueda de
beneficios económicos a corto plazo y en el
crecimiento constante. Debido a su lógica de
competencia y explotación, tiene la necesidad de
extenderse a costa de las condiciones de vida de
la mayoría de las personas y del medio ambiente.
Es preciso por tanto, tener una perspectiva de
acabar con este sistema y construir uno nuevo
que ponga a las personas por delante de los
beneficios.
ORGANÍZATE CON
NOSOTR@S
que nos desbordó desde las
plazas de todo el país.
El valor de este libro tal
vez sea doble, como el de la
literatura misma. Conservar
la memoria de todo lo bello
y humano que hay en el
mundo, y contribuir a que
nuestro grito, el de la gente de
abajo, trascienda las fronteras
del espacio y el tiempo. ■
La base del éxito de cualquier propuesta es
organizarse bien para poder llevarla a cabo. En
lucha es una organización democrática, basada
en el debate continuo que actúa de manera
conjunta y unitaria para hacer avanzar las luchas
allí donde se den y las ideas anticapitalistas
dentro de éstas. Para conseguirlo necesitamos
a gente como tú que quiera cambiar el mundo
desde la base.
Escribe a [email protected] o llama al 691 709 918
Más información: www.enlucha.org
Folleto | 1989, Europa del
Este: una explicación de
lo sucedido | Alex Callinicos
| 2€
Folleto | La Transición:
movimiento obrero,
cambio político y
resistencia popular | Mike
Eaude | 3€
Folleto | ¿Cuál es la
tradición marxista? | John
Molyneux | 2,8€
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Consulta el catálogo completo de publicaciones en
www.enlucha.org/publicaciones
35
La Transición
por el activista y escritor
2a edición actualizada
Incluye 3 entrevistas a activistas
de los años 70
Mike Eaude
L
resistencia popu
lar LA HIEDRA
a llamada transición de los años 70 (el
tránsito político de la dictadura franquista a la democracia) ha pasado
a primer plano en los últimos años.
Ahora diversas fuerzas, como Podemos, hablan de
una segunda Transición.
LA TRANSICIÓN
Movimie
bio político y
nto obrero, cam
l
n
ó
s
r.
¿Segunda Transición? Entérate de lo que pasó en la
primera con el nuevo libro de Ediciones La Hiedra
fo
ra
Hay dos grandes motivos para volver a hablar
de la Transición. El primero es para entender
las raíces de un régimen que -aunque todavía
aguante- se encuentra ya enormemente debilitado. Comprender el origen de unos partidos y
unas instituciones hoy desacreditadas y con una
capacidad de persuasión bajo mínimos históricos.
N
ó
i
c
i
s
n
a
r
La T O OBRERO,
T
MOVIMIEN ´ ICO
OLIT
CAMBIO P
POPULAR
A
I
C
N
E
T
S
Y RESI
e
Mike EJoaeluSdans
n de
Introducció
Una editorial de En lucha | enlucha.org
El segundo motivo por el que merece la pena
hablar de la Transición, el motivo más importante, es que nos permite conocer el potencial de
cambio que se desplegó en aquellos años 60 y 70:
momentos de efervescencia crítica, de ascenso
de alternativas y de lucha social. No sólo merece
la pena enumerar las victorias y conquistas
conseguidas. También debemos recordar los
objetivos que se quedaron por el camino.
Hoy que vivimos un momento de recomposición política inédito desde los años 70 —con
componentes totalmente diferentes— es clave
poder aprender de lo que sucedió en el periodo
precedente, aquel en el que se sentaron las
bases del régimen que ahora estamos intentando cambiar.
Consíguelo por
4€
en: [email protected]
36