Número suelto € 1,00. Número atrasado € 2,00 L’OSSERVATORE ROMANO EDICIÓN SEMANAL Unicuique suum Año XLVIII, número 10 (2.456) EN LENGUA ESPAÑOLA Non praevalebunt Ciudad del Vaticano 11 de marzo de 2016 En el Ángelus el Papa habla del padre misericordioso y recuerda a las Misioneras de la caridad asesinadas en Yemen Mártires que no son noticia Admiración por los corredores humanitarios para los refugiados en marcha hacía Italia El Papa Francisco, al término del Ángelus del domingo 6 de marzo dedicado a la parábola del padre misericordioso, expresó su «cercanía a las Misioneras de la caridad por el grave luto que las golpeó con el asesinato de cuatro religiosas en Yemen». Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días! En el capítulo quince del Evangelio de san Lucas encontramos las tres parábolas de la misericordia: la de la oveja encontrada (vv. 4-7), la de la moneda encontrada (vv. 8-10), y la gran parábola del hijo pródigo, o mejor, del padre misericordioso (vv. 11-32). Hoy sería bonito que cada uno de nosotros, tomara el Evangelio, este capítulo XV de Lucas, y leyera las tres parábolas. Dentro del itinerario cuaresmal, el Evangelio nos presenta precisamente esta última parábola del padre misericordioso, que tiene como protagonista a un padre con sus dos hijos. El relato nos hace ver algunas características de este padre: es un hombre siempre preparado para perdonar y que espera contra toda esperanza. Sorprende sobre todo su tolerancia ante la decisión del hijo más joven de irse de casa: podría haberse opuesto, sabiendo que todavía es inmaduro, un muchacho joven, o buscar algún abogado para no darle la herencia ya que todavía estaba vivo. Sin embargo le permite marchar, aún previendo los posibles riesgos. Así actúa Dios con nosotros: nos deja libres, también para equivocarnos, porque al crearnos nos ha hecho el gran regalo de la libertad. Nos toca a nosotros hacer un buen uso. ¡Este regalo de la libertad que nos da Dios, me sorprende siempre! Pero la separación de ese hijo es sólo física; el padre lo lleva siempre en el corazón; espera con confianza su regreso, escruta el camino con la esperanza de verlo. Y un día lo ve aparecer a lo lejos (cf. v. 20). Y esto significa que este padre, cada día subía a la terraza para ver si su hijo volvía. Entonces se conmueve al verlo, corre a su encuentro, lo abraza y lo besa. ¡Cuánta ternura! ¡Y este hijo había hecho cosas graves! Pero el padre lo acoge así. La misma actitud reserva el padre al hijo mayor, que siempre ha permanecido en casa, y ahora está indignado y protesta porque no entiende y no comparte toda la bondad hacia el hermano que se había equivocado. El padre también sale al encuentro de este hijo y le recuerda que ellos han estado siempre juntos, tienen todo en común (v. 31), pero es necesario acoger con alegría al hermano que finalmente ha vuelto a casa. Y esto me hace pensar en una cosa: cuando uno se siente pecador, se siente SIGUE EN LA PÁGINA 6 A tres años del inicio de pontificado de Francisco Desde el fin del mundo El sentido y las consecuencias del viaje a México ALBERTO SUÁREZ INDA* El domingo 13 de marzo se cumple el tercer aniversario de la elección de Jorge Bergoglio como Pontífice. Su pontificado es el primero en la historia contemporánea de la Iglesia católica en el que conviven dos Papas: Benedicto XVI, emérito tras su renuncia, y el Papa Francisco en plenos poderes. El tercer año ha sido fructífero destacando la publicación de la encíclica Laudato si’, los viajes apostólicos, la celebración del Sínodo sobre la familia y el inicio del Jubileo de la Misericordia y el histórico encuentro con el Patriarca ortodoxo Kirill. Después de un mes de la visita del Papa Francisco a México seguimos saboreando, rumiando y asimilando lo que este acontecimiento de gracia significa para la Iglesia y para el pueblo de México. Sin duda que la clave de este viaje nos la dio el mismo Santo Padre al quedarse solo un buen rato ante la imagen de santa María de Guadalupe, contemplándola y dejándose contemplar por Ella. El espíritu mariano le da al servicio petrino su autenticidad católica. Además de la solidez de la roca y de la firmeza de las columnas apostólicas, se necesita la ternura y confianza que inspira la Madre. Fue un momento conmovedor el tiempo que pasó el Papa en silencio en el camerino de la Virgen, pero sobre todo fue un signo teológico y pastoral decisivo. Desde el primer discurso en el Palacio Nacional hasta su despedida en el aeropuerto de Ciudad Juárez, constantemente se refería el Papa a la GuadaSIGUE EN LA PÁGINA 12 L’OSSERVATORE ROMANO página 2 viernes 11 de marzo de 2016, número 10 La invitación de la Cuaresma Convertirse a la vida fermedad, la muerte y la iluminación, la vida ordinaria, también y sobre todo la vida ordinaria, todo puede ser un camino. Más aún: todo lo que te sucede es un camino para ti. A lo que hay que convertirse, por tanto, es a la vida. A la vida con todas sus luces y sombras, con todas sus contradicciones. Esa vida contradictoria, a veces dulce y a veces feroz, indomable siempre, esa vida es toda ella maravillosa. Esa es la noticia. A esa conversión a la maravilla es a la que estamos llamados. Se nos invita a no agarrarnos a nada, a vivir lo que se presenta, a no quedarse encerrado en un esquema. Se nos invita a una permanente y dulce desestabilización. Lo que más daño nos hace es la reputación, la imagen que queremos dar de nosotros mismos. Eso nos esclerotiza. Eso no idiotiza. Es a eso a lo que hay que morir. Y convertirse a la aventura, convertirse al no sa- minar por ella con la fiebre de la de- vayan a decir los demás, ese temor terminación y luego, al final, arrojar- que tanto nos paraliza. La opinión te por el precipicio en el que esa ca- ajena no importa nada, nunca imTodo sucede de la manera más inesrretera termina. Porque toda carrete- porta nada. Sólo importa tu coraperada y maravillosa cuando estás ra conduce a un precipicio. Y por- zón, tu conciencia, tu obediencia a en la clave adecuada. De pronto, en que si no hay un precipicio a su tér- tu conciencia, tu fidelidad a tu vitu diario encuentras una frase lumimino es que eso no es una carretera, sión, a la revelación de cada ahora. nosa, dos, tres, una página: te ha nasino un espejismo. A lo que hay que convertirse es a la cido el germen de un libro, una viConozco bien, de primera mano, vida porque ella es sencillamente lo sión que sólo pide ser transcrita, una el miedo que da saltar. Pero la vida que estamos buscando. obra de arte que te pide permiso paes la experiencia de ra existir y un fuego que quiere que ese salto. Siempre —al tú lo atices para calentar y alumbrar menos yo— estamos a la humanidad, que para eso se esNinguno de nuestros defectos o faltas, entre el abismo y el criben los libros. cielo, entre el vuelo y por graves que nos parezcan o que puedan O de pronto aparece en tu horila caída. Estar permazonte una persona de la que en un ser, empañan la maravilla que somos nentemente entre esas segundo te enamoras locamente, aldos posibilidades: esa guien a quien darías la vida entera aún sin conocerla. Inesperadamente, es la aventura del ser humano, y a eso, estoy seguro, es a También nosotros, como la vida, sólo porque es hermosa, o porque lo que se nos llama en la cuaresma. somos maravillosos, todos nosotros sonríe, o por el timbre de su voz Salta si quieres vivir. Suelta tu per- sin excepción. Aunque a veces seaque te recuerda al de la chica de sonaje, por respetable que sea, si mos egoístas o mentirosos, o soberquien te enamoraste de adolescente, quieres entender el Evangelio de Je- bios o perezosos: ninguno de nuesdeseas entregarte a ella, hundirte en tros defectos o nuestras faltas, por sucristo. ella, abrazar su humanidad y crear a Todo empieza cuando dices, de graves que nos parezcan o que realsu lado una humanidad acuerdo, voy a saltar. Todo empieza mente puedan ser, empañan la maranueva. cuando dices; quizá me estrelle, pero villa que somos. Estamos invitados a O de pronto sientes a Salta si quieres vivir. Suelta tu personaje, confío en volar. Basta decir: sí. ¡Sí, abrazar esas contradicciones, a amarDios claramente, irrefutablemente, arrebatadopor respetable que sea, si quieres entender sí, sí, Dios mío, sea lo que sea, sí! nos como somos, tan maravillosaContigo al fin del mundo. Basta de- mente defectuosos, tan tontos, tan ramente. Es una sensael Evangelio de Jesucristo cirle a Dios: quiero una vida conti- torpes, tan listos, tan mezquinos o ción inefable, efervesgo. No me imagino una vida sin ti, tan heroicos. Tú eres una maravilla, cente, transformadora, Tengo el vientre lleno de mariposas él es maravilloso, ella es maravillosa, inequívoca. Dios es entonces —¿quién lo habría dicho?— lo ber, aunque tengas 40 años, aunque porque me he enamorado de ti, Dios somos increíbles y todavía no nos más real, y todo lo demás, todos los tengas 80. Siempre, con 80, con 85 mío. Pase lo que pase, cuenta con- hemos dado cuenta. Alguien tiene demás, están ahí sólo para ser partí- años, siempre puedes empezar. Yo migo. Estoy aquí para lo que quie- que venir a decírnoslo para que los cipes de esa maravilla que tú, quién quiero empezar siempre. Me gusta la ras. No me imagino una vida sin ti, veamos de una vez por todas. La cuaresma es una invitación a sabe por qué, has descubierto con gente que empieza siempre: los vie- no quiero una vida sin ti, tú eres la 20 años, o con 50, y necesitas impe- jos que se enamoran, que se matricu- Vida y de tu lado no me muevo. dejar atrás tanta tontería y a darnos lan en la universidad, que se apun- Contigo estoy dispuesto a ir al in- cuenta de que somos una maravilla. riosamente comunicar. Claro que también lo oscuro, y a tan a un coro a cantar o a una es- fierno. Llévame al infierno si quie- Una invitación a enamorarse de la veces sobre todo lo oscuro. Sucede cuela de idiomas para aprender una res, Señor, pero contigo, por favor. vida y a vivirla con toda intensidad. de la manera más inesperada. De lengua que apenas tendrán tiempo Eso es amor. Esa es la invitación de A no ir siempre a medio gas. A decir la cuaresma. No quedarse en sucedá- sí, me la juego, apuesto, me lanzo, pronto, por ejemplo, te encuentras para hablar. Lo bueno de la vida es empezar. neos, en apariencias, en convencio- estoy aquí, quiero vivirlo todo: el con que has perdido a tu ser querido: se ha muerto, se lo han llevado, Tomar la carretera desconocida, ca- nalismos, en lo trillado, en lo que amor y el enamoramiento, la fe y la oscuridad, la enfermedad y la muerse ha ido, ya no está. Sencillamente te, todo quiero vivirlo porque todo ha dejado de estar a tu lado y, en su merece vivirse y porque todo es o lugar, hay un gran vacío que no puede ser un misterioso camino hacrees que puedas rellenar jamás. El cia la plenitud. amor ha sido sustituido por una auPor mi parte, humilde pero rotunsencia que tú miras atónito, como si damente os digo que quiero vivir esfueras un niño a quien han soltado ta aventura de la vida a vuestro laen medio de un bosque en plena nodo, queridos amigos y lectores. Para che, o como si fueses de otro planemí es un privilegio caminar en vuesta. tro compañía. Sois una ventana por O de pronto, ahora que todo iba la que quiero mirar. A lo que hay tan bien, te ha visitado una enfermeque convertirse es a la vida, querido dad: un dolor agudo en el costado amigo y lector. Es ahí donde nos esizquierdo, un sobresalto en el corapera la fiesta. Este camino de la cuazón, un pinchazo en la espalda, inresma hacia ese territorio de fiesta soportable por repentino y violento, que es la pascua es el que quiero hauna misteriosa mancha en la piel, cer contigo, abrazando nuestras una nube en los ojos, un fantasma sombras, las tuyas y las mías, ¡son en la cabeza, como una serpiente después de todo tan parecidas! Troque se desliza sembrando devastapezando y levantándonos juntos. ción... No importa lo que sea. El Con ligereza. Con humor. Con coramal ha hecho acto de presencia. Ha je. Con humildad. Con determinallamado a tu puerta y se ha colado ción. A lo que hay que convertirse es en la habitación de tu cuerpo, disa la vida, ¿te vienes? ¿No sientes ya, puesto a hacer estragos. al menos turbia y lejanamente, el El tiempo litúrgico de la cuaresma asombro ante el esplendor, el estutrae esta noticia: todo, todo sin exBartolomé Esteban Murillo, «El regreso del hijo pródigo» (1667-1670) cepción: el enamoramiento y la enpor y la maravilla? PABLO D'ORS L’OSSERVATORE ROMANO EDICIÓN SEMANAL Unicuique suum EN LENGUA ESPAÑOLA Non praevalebunt GIOVANNI MARIA VIAN director don Sergio Pellini S.D.B. Giuseppe Fiorentino subdirector Ciudad del Vaticano [email protected] www.osservatoreromano.va TIPO GRAFIA VATICANA EDITRICE L’OSSERVATORE ROMANO director general Servicio fotográfico [email protected] Publicidad: Il Sole 24 Ore S.p.A. Redacción System Comunicazione Pubblicitaria via del Pellegrino, 00120 Ciudad del Vaticano Via Monte Rosa 91, 20149 Milano [email protected] teléfono 39 06 698 99410 Tarifas de suscripción: Italia - Vaticano: € 58.00; Europa (España + IVA): € 100.00 - $ 148.00; América Latina, África, Asia: € 110.00 - $ 160.00; América del Norte, Oceanía: € 162.00 - $ 240.00. Administración: 00120 Ciudad del Vaticano, teléfono + 39 06 698 99 480, fax + 39 06 698 85 164, e-mail: [email protected]. En México: Arquidiócesis primada de México. Dirección de Comunicación Social. San Juan de Dios, 222-C. Col. Villa Lázaro Cárdenas. CP 14370. Del. Tlalpan. México, D.F.; teléfono + 52 55 2652 99 55, fax + 52 55 5518 75 32; e-mail: [email protected]. En Argentina: Arzobispado de Mercedes-Luján; calle 24, 735, 6600 Mercedes (B), Argentina; teléfono y fax + 2324 428 102/432 412; e-mail: [email protected]. En Perú: Editorial salesiana, Avenida Brasil 220, Lima 5, Perú; teléfono + 51 42 357 82; fax + 51 431 67 82; e-mail: [email protected]. número 10, viernes 11 de marzo de 2016 L’OSSERVATORE ROMANO página 3 A la Academia pontificia para la vida Francisco indica la centralidad del hombre también en ámbito científico Valor que se debe proteger Y alerta sobre las colonizaciones ideológicas enmascaradas de virtud y modernidad «La cultura contemporánea conserva aún los criterios para afirmar que el hombre, sean cuales fueran sus condiciones de vida, es un valor que se debe proteger; sin embargo, ella es a menudo víctima de incertezas morales, que no le permiten defender la vida de manera eficaz»: lo recordó el Papa Francisco durante la audiencia a los participantes en la asamblea general de la Academia pontificia para la vida, a quienes recibió el jueves 3 de marzo, por la mañana, en la sala Clementina. Queridos hermanos y hermanas: el aire limpio de la libertad y el agua vivificante de la verdad, protegerla de los venenos del egoísmo y de la mentira. En el terreno de nuestra humanidad podrá brotar, entonces, una gran variedad de virtudes. La virtud es la expresión más auténtica del bien que el hombre, con la ayuda de Dios, es capaz de realizar. Ella «permite a la persona no sólo realizar actos buenos, sino dar lo mejor de sí misma» (Catecismo de la Iglesia católica, 1803). La virtud no es un simple hábito, sino la actitud constantemente renovada a elegir el bien. La virtud no es emoción, no es una habilidad que se adquiere con un curso de actualización, y menos aún un mecanismo bioquímico, sino que es la expresión más elevada de la libertad humana. La virtud es lo mejor que ofrece el corazón del hombre. Cuando el corazón se aleja del bien y de la verdad contenida en la Palabra de Dios, corre muchos peligros, se ve privado de orientación y La acción buena no es la correcta correo el riesgo de llamar bien al mal y mal al aplicación del saber ético bien; las virtudes se piersino que presupone un interés real den, tiene más fácilmente espacio el pecado, y luepor la persona frágil go el vicio. Quien emprende esta pendiente resbaladiza cae en el hombres, salen las intenciones ma- error moral y se ve oprimido por las» (Mc 7, 21). En la Biblia, el cora- una creciente angustia existencial. zón es el órgano no sólo de los afecLa Sagrada Escritura nos presenta tos, sino también de las facultades la dinámica del corazón endurecido: espirituales, la razón y la voluntad, cuanto más el corazón está inclinado es la sede de las decisiones, del mo- al egoísmo y al mal, es más difícil do de pensar y de obrar. La sabidu- cambiar. Dice Jesús: «Todo el que ría de las elecciones, abierta al movi- comete pecado es un esclavo» (Jn 8, miento del Espíritu Santo, compro- 34). Cuando el corazón se corrompe, mete también el corazón. De aquí son graves las consecuencias para la nacen las obras buenas, pero tam- vida social, como lo recuerda el probién las que son fruto de una equi- feta Jeremías. Cito: «Tus ojos y tu vocación, cuando se rechaza la ver- corazón no están más que a tu grandad y las sugerencias del Espíritu. El jería. Y a la sangre inocente para corazón, en definitiva, es la síntesis verterla. Y al atropello y al entuerde la humanidad plasmada por las to» (22, 17). Tal condición no puede manos mismas de Dios (cf. Gen 2, 7) cambiar ni en virtud de teorías ni y contemplada por su Creador con por efecto de reformas sociales o pouna complacencia única (cf. Gen 1, líticas. Sólo la obra del Espíritu San31). En el corazón del hombre Dios to, si nosotros colaboramos, puede derrama su propia sabiduría. reformar nuestro corazón: Dios misEn nuestro tiempo, algunas orien- mo, en efecto, aseguró su gracia efitaciones culturales ya no reconocen caz a quien lo busca y a quien se la huella de la sabiduría divina en convierte «de todo corazón» (cf. Jl las realidades creadas y tampoco en 2, 12 ss.). el hombre. La naturaleza humana, Hoy son muchas las instituciones de este modo, queda reducida en comprometidas en el servicio a la vimateria, modelable según un desig- da, en el ámbito de la investigación nio cualquiera. Nuestra humanidad, o de la asistencia; ellas promueven en cambio, es única y muy valiosa a no sólo acciones buenas, sino tamlos ojos de Dios. Por esto, la prime- bién la pasión por el bien. Pero exisra naturaleza que se debe custodiar, ten también muchas estructuras a fin de que dé fruto, es nuestra hu- preocupadas más por el interés ecomanidad misma. Tenemos que darle nómico que por el bien común. HaOs doy la bienvenida a todos vosotros, reunidos para la asamblea general de la Academia pontificia para la vida. Me complace de manera especial ver al cardenal Sgreccia, ¡siempre activo, gracias! Estos días estarán dedicados al estudio de las virtudes en la ética de la vida, un tema de interés académico, que dirige un mensaje importante a la cultura contemporánea: el bien que el hombre realiza no es el resultado de cálculos o estrategias, ni tampoco es el producto del orden genético o de los condicionamientos sociales, sino que es el fruto de un corazón bien dispuesto, de la libre elección que tiende al bien auténtico. No bastan la ciencia y la técnica: para realizar el bien es necesaria la sabiduría del corazón. De diversos modos la Sagrada Escritura nos dice que las intenciones buenas y malas no entran en el hombre desde el exterior, sino que brotan de su «corazón». «De dentro —afirma Jesús—, del corazón de los blar de virtud significa afirmar que la elección del bien hace partícipe y compromete a toda la persona; no es una cuestión «cosmética», un embellecimiento exterior, que no daría fruto: se trata de arrancar del corazón los deseos deshonestos y buscar el bien con sinceridad. En el ámbito de la ética de la vida, las normas, que incluso siendo necesarias, y que ratifican el respeto de las personas, por sí solas no son suficientes para realizar plenamente el bien del hombre. Son las virtudes de quien realiza en la promoción de la vida la última garantía de que el bien será realmente respetado. Hoy no faltan los conocimientos científicos y los instrumentos técnicos capaces de ofrecer apoyo a la vida humana en las situaciones en las que se muestra débil. Pero muchas veces falta la humanidad. La acción buena no es la correcta aplicación del saber ético, sino que presupone un interés real por la persona frágil. Que los médicos y todos los agentes sanita- Los médicos y todos los agentes sanitarios deben conjugar ciencia técnica y humanidad rios nunca dejen de conjugar ciencia, técnica y humanidad. Así, pues, aliento a las Universidades a considerar todo esto en sus programas de formación, a fin de que los estudiantes puedan madurar las disposiciones del corazón y de la mente que son indispensables para acoger y cuidar la vida humana, según la dignidad que en cualquier circunstancia les pertenece. Invito también a los directores de las estructuras sanitarias y de investigación a hacer que los empleados consideren también el trato humano como parte integrante de su cualificado servicio. En todo caso, que quienes se dedican a la defensa y a la promoción de la vida puedan mostrar ante todo su belleza. En efecto, como «la Iglesia no crece por proselitismo sino “por atracción”» (Exhort. ap. Evangelii gaudium, 14), así la vida humana sólo se defiende y se promueve eficazmente cuando se la conoce y se muestra su belleza. Viviendo una genuina compasión y las demás virtudes, seréis testigos privilegiados de la misericordia del Padre de la vida. La cultura contemporánea conserva aún los criterios para afirmar que el hombre, sean cuales fueran sus condiciones de vida, es un valor que se debe proteger; sin embargo, ella es a menudo víctima de incertezas morales, que no le permiten defender la vida de manera eficaz. Más bien a menudo, luego, puede suceder que bajo el nombre de virtud, se enmascaren «espléndidos vicios». Por ello es necesario no sólo que las virtudes formen realmente el modo de pensar y de obrar del hombre, sino que sean cultivadas a través de un continuo discernimiento y estén arraigadas en Dios, fuente de toda virtud. Quisiera repetir aquí una cosa que he dicho algunas veces: debemos estar atentos a las nuevas colonizaciones ideológicas que invaden el pensamiento humano, también el cristiano, bajo la forma de virtud, de modernidad, de actitudes nuevas, pero son colonizaciones, es decir, quitan la libertad, y son ideológicas, es decir, tienen miedo de la realidad así como Dios la ha creado. Pidamos la ayuda del Espíritu Santo, a fin de que nos sustraiga del egoísmo y de la ignorancia: renovados por Él, podemos pensar y obrar según el corazón de Dios y mostrar su misericordia a quien sufre en el cuerpo y en el espíritu. Os deseo que los trabajos de estos días sean fecundos y que os acompañen a vosotros y a quienes encontráis en vuestro servicio en un camino de crecimiento virtuoso. Os doy las gracias y os pido, por favor, que no os olvidéis de rezar por mí. ¡Gracias! L’OSSERVATORE ROMANO página 4 viernes 11 de marzo de 2016, número 10 Francisco habla de la reconciliación y recuerda que cada absolución es un jubileo del corazón La fiesta del perdón Cada absolución es «un jubileo del corazón» y una «fiesta» del perdón. Lo recordó el Papa Francisco a los participantes en el curso promovido por la Penitenciaría apostólica, a quienes recibió en audiencia el viernes 4 de marzo, por la mañana, en la sala Regia. Queridos hermanos, ¡buenos días! Me complace encontrarme con vosotros, durante la Cuaresma del Año jubilar de la Misericordia, con ocasión del curso anual sobre el fuero interno. Saludo cordialmente al cardenal Piacenza, penitenciario mayor, y le agradezco sus amables palabras. Saludo al regente —que tiene cara de bueno, debe ser un buen confesor—, a los prelados, a los oficiales y al personal de la Penitenciaría, a los Colegios de los penitenciarios ordinarios y extraordinarios de las basílicas papales —cuyas presencias fueron ampliadas con ocasión del Jubileo— y a todos vosotros, participantes en el Curso, que se propone ayudar a los nuevos sacerdotes y a los semina- abierta a todos, es más, está abierta de para en par, como la más grande de las «puertas santas», porque coincide con el corazón mismo del Padre, que ama y espera a todos sus hijos, de modo particular a los que más se han equivocado y están lejos. La misericordia del Padre puede llegar a cada persona de muchas formas: a través de la apertura de una conciencia sincera; por medio de la lectura de la Palabra de Dios que convierte el corazón; mediante un encuentro con una hermana o un hermano misericordiosos; en las experiencias de la vida que nos hablan de heridas, de pecado, de perdón y de misericordia. Está, también, la «vía cierta» de la misericordia, recorriendo la cual se pasa de la posibilidad a la realidad, de la esperanza a la certeza. Esta vía es Jesús, quien tiene «el poder sobre la tierra de perdonar los pecados» (Lc 5, 24) y transmitió esta misión a la Iglesia (cf. Jn 20, 21-23). El sacramento de la Reconciliación es, por lo tanto, el lugar privilegiado ristas ya cercanos a la ordenación a para experimentar la misericordia de formarse para administrar bien el Dios y celebrar la fiesta del encuenSacramento de la Reconciliación. La tro con el Padre. Nosotros, con mucelebración de este Sacramento re- cha facilidad, olvidamos este último quiere, en efecto, una adecuada y ac- aspecto: voy, pido perdón, siento el tualizada preparación, a fin de que abrazo del perdón y me olvido de quienes se acercan al mismo puedan hacer fiesta. Esto no es doctrina teo«experimentar la grandeza de la mi- lógica, pero yo diría, forzando un sericordia, fuente de auténtica paz poco, que la fiesta es parte del Sainterior» (cf. Bula Misericordiae Vul- cramento: es como si de la penitentus, 17). «El misterio della fe cristiana parece enconLa misericordia, antes de ser una virtud trar su síntesis en esta palabra —“misericorhumana, es la elección definitiva de Dios dia”—. Ella se ha vuelen favor de cada ser humano para su to viva, visible y ha alcanzado su culmen en eterna salvación Jesús de Nazaret» (ibid., 1). En este sentido, la misericordia, antes de ser una actitud o una virtud cia formase también parte la fiesta humana, es la elección definitiva de que debo hacer con el Padre que me Dios en favor de cada ser humano ha perdonado. para su eterna salvación; elección seCuando, como confesores, vamos llada con la sangre del Hijo de al confesionario para acoger a los D ios. hermanos y a las hermanas debemos Esta divina misericordia puede lle- recordarnos siempre que para ellos gar gratuitamente a todos los que la somos instrumentos de la misericordia invocan. En efecto, la posibilidad de Dios. Por lo tanto, estemos atendel perdón está verdaderamente tos a no poner obstáculo a este don Queridos hermanos, en este tiempo nuestro, marcado por el individualismo, por tantas heridas y la tentación de encerrarse, es un auténtico don ver y acompañar a las personas que se acercan a la misericordia. Esto comporta también, para todos nosotros, una obligación aún mayor de coherencia evangélica y benevolencia paterna; somos custodios, y nunca dueños, tanto Es importante que el confesor sea también de las ovejas como de la gracia. un canal de alegría y que el fiel, Volvamos a poner después de recibir el perdón, ya no se sienta en el centro —y no sólo en este Año jubioprimido por las culpas lar— el Sacramento de la Reconciliación, verdadero espacio del Esniendo como único deseo que cada píritu en el cual todos, confesores y fiel pueda experimentar el amor del penitentes, podemos experimentar el Padre. En esto no nos faltan herma- único amor definitivo y fiel, el amor nos santos que podemos contem- de Dios por cada uno de sus hijos, plar: pensemos en Leopoldo Mandić un amor que no decepciona jamás. y Pío de Pietrelcina, cuyos restos he- San Leopoldo Mandić repetía que mos venerado hace un mes en el Va- «la misericordia de Dios es superior ticano. Y también —me permito— a cada una de nuestras expectativas». Acostumbraba también decir a quien sufría: «Tenemos en el cielo el corazón de una madre. La Virgen, nuestra Madre, que al pie de la Cruz experimentó todo el sufrimiento posible para una criatura humana, comprende nuestros errores y nos consuela». Que sea siempre María, Refugio de los pecadores y Madre de Misericordia, quien guíe y sostenga el ministerio tan importante de la Reconciliación. ¿Y qué hago si me encuentro ante un problema y no puedo dar la absolución? ¿Qué se debe hacer? Ante todo, buscar si hay un camino, que muchas veces se lo encuentra. Segundo: no quedarse sólo en el lenguaje hablado, sino también en el lenguaje de los gestos. Hay gente que no puede hablar, y con el gesto expresa el arrepentimiento, el dolor. Y tercero: si no se puede dar la absolución, hablar como un padre: «Mira, por esto yo no puedo [absolverte], pero puedo asegurarte que uno de mi familia: el padre Cappe- Dios te ama, que Dios te espera. Rello. cemos juntos a la Virgen, para que Cada fiel arrepentido, después de te cuide; y ven, regresa, porque yo te la absolución del sacerdote, tiene la esperaré como te espera Dios»; y certeza, por fe, de que sus pecados dar la bendición. Esta persona, así, ya no existen. ¡Ya no existen! Dios sale del confesionario y piensa: «He es omnipotente. A mí me gusta pen- encontrado a un padre y no me ha sar que tiene una debilidad: una ma- apaleado». Cuántas veces habéis esla memoria. Una vez que Él te per- cuchado gente que dice: «Yo nunca dona, se olvida. ¡Y esto es grande! me confieso, porque una vez fui y Los pecados ya no existen, fueron me reprendió». Incluso en el caso lícancelados por la divina misericor- mite en el cual no puedo absolver, dia. Cada absolución es, en cierto que sienta la calidez de un padre, modo, un jubileo del corazón, que que lo bendiga, que le diga que realegra no sólo al fiel y a la Iglesia, grese. Y que rece un poco con él o sino sobre todo a Dios mismo. Jesús con ella. Siempre es este el punto: lo dijo: «Habrá más alegría en el allí hay un padre. También esto es cielo por un solo pecador que se fiesta, y Dios sabe cómo perdonar convierta que por noventa y nueve las cosas mejor que nosotros. Pero justos que no tengan necesidad de que al menos podamos ser imagen conversión» (Lc 15, 7). Es importan- del Padre. te, por lo tanto, que el confesor sea Doy las gracias a la Penitenciaría también un «canal de alegría» y que apostólica por su valioso servicio, y el fiel, después de recibir el perdón, os bendigo de corazón a todos vosoya no se sienta oprimido por las cul- tros y el ministerio que desempeñáis pas, sino que guste la obra de Dios como canales de misericordia, espeque lo ha liberado, viviendo en ac- cialmente en este tiempo jubilar. Reción de gracias, dispuesto a reparar cordaos, por favor, de rezar también el mal cometido y yendo al encuen- por mí. Y hoy también yo iré allí, tro de los hermanos con corazón con vuestros penitenciarios, a confesar en San Pedro. bueno y disponible . de salvación. El confesor es, él mismo, un pecador, un hombre siempre necesitado de perdón; él, en primer lugar, no puede renunciar a la misericordia de Dios, que lo ha «elegido» y lo ha «constituido» (cf. Jn 15, 16) para esta gran tarea. A la cual debe disponerse siempre con una actitud de fe humilde y generosa, te- número 10, viernes 11 de marzo de 2016 L’OSSERVATORE ROMANO página 5 En la celebración penitencial el Papa invita a los files a experimentar el amor misericordioso de Dios Todos somos mendigos «Reconozcamos todos ser mendigos del amor de Dios, y no dejemos que el Señor pase de largo». Es la invitación dirigida por el Papa Francisco a los fieles que el viernes 4 de marzo participaron en la celebración penitencial en la basílica vaticana. «Que yo pueda ver» (Mc 10, 51). Esta es la petición que hoy queremos dirigir al Señor. Ver de nuevo después de que nuestros pecados nos han hecho perder de vista el bien y alejado de la belleza de nuestra llamada, haciéndonos vagar lejos de la meta. Este pasaje del Evangelio tiene un gran valor simbólico, porque cada uno de nosotros se encuentra en la situación de Bartimeo. Su ceguera lo había llevado a la pobreza y a vivir en las afueras de la ciudad, dependiendo en todo de los demás. El pecado también tiene este efecto: nos empobrece y aísla. Es una ceguera del espíritu, que impide ver lo esencial, fijar la mirada en el amor que da la vida; y lleva poco a poco a detenerse en lo superficial, hasta hacernos insensibles ante los demás y ante el bien. Cuántas tentaciones tienen la fuerza de oscurecer la vista del corazón y volverlo miope. Qué fácil y equivocado es creer que la vida depende de lo que se posee, del éxito o la admiración que se recibe; que la economía consiste sólo en el beneficio y el consumo; que los propios deseos individuales deben prevalecer por encima de la responsabilidad social. Mirando sólo a nuestro yo, nos hacemos ciegos, apagados y replegados en nosotros mismos, vacíos de alegría y vacíos de libertad. Es algo tan feo. Pero Jesús pasa; y no pasa de largo: «se detuvo», dice el Evangelio (v. 49). Entonces, un temblor se apodera del corazón, porque se da cuenta de que es mirado por la Luz, de esa luz afable que nos invita a no permanecer encerrados en nuestra oscura ceguera. La presencia cercana de Jesús permite sentir que, lejos de Él, nos falta algo importante. Nos hace sentir necesitados de salvación, y esto es el inicio de la curación del corazón. Luego, cuando el deseo de ser curados se hace audaz, lleva a la oración, a gritar ayuda con fuerza e insistencia, como ha hecho Bartimeo: «Hijo de David, ten compasión de mí» (v. 47). Desafortunadamente, como aquellos «muchos» del Evangelio, siempre hay alguien que no quiere detenerse, que no quiere ser molestado por el que grita su propio dolor, prefiriendo hacer callar y regañar al pobre que molesta (cf. v. 48). Es la tentación de seguir adelante como si nada, pero así se queda lejos del Señor y se mantienen distantes de Jesús y de los demás. Reconozcamos todos ser mendigos del amor de Dios, y no dejemos que el Señor pase de largo. «Tengo miedo del Señor que pasa», decía san Agustín. Miedo a que pase y a que yo lo deje pasar. Demos voz a nuestro deseo más profundo: «[Jesús], que pueda ver» (v. 51). Este Jubileo de la Misericordia es un tiempo favorable para acoger la presencia de Dios, para experimentar su amor y regresar a Él con todo el corazón. Como Bartimeo, Veinticuatro horas para el Señor Hace poco menos de un año —el 13 de marzo de 2015— el Papa Francisco anunciaba el Año santo de la misericordia durante la celebración penitencial en la basílica vaticana. Un rito que se renovó el viernes 4 de marzo, por la tarde, cuatro meses después del inicio del Jubileo extraordinario. Y, como hace un año, el Papa se acercó al sacramento de la penitencia y luego confesó a cerca de veinte fieles. La imagen del Pontífice arrodillado ante el fraile penitenciario en un confesionario de una de las naves laterales de San Pedro, dio nuevamente la vuelta al mundo. Para confesar a los demás fieles había sesenta sacerdotes, entre ellos los penitenciarios de las cuatro basílicas papales: San Pedro, San Juan de Letrán, Santa María la Mayor y San Pablo Extramuros. Con la celebración en San Pedro —el rito de la reconciliación de varios penitentes con confesión y absolución individual— dio inicio también las «Veinticuatro horas para el Señor». Esta iniciativa, que ya celebró su tercera edición, la promueve el dicasterio para la promoción de la nueva evangelización y este año tuvo por tema «Misericordiosos como el Padre». La finalidad es resaltar la importancia de la oración, la adoración y el sacramento de la reconciliación. Todas las diócesis de los cinco continentes se unieron espiritualmente al Papa que abrió la iniciativa, y en Roma, desde las 21, los fieles podían confesarse y adorar el Santísimo Sacramento en tres iglesias de la zona centro. La tercera edición de «Veinticuatro horas para el Señor» la concluyó monseñor Fisichella en la iglesia de Santo Spirito in Sassia, el santuario dedicado a la divina misericordia. dejemos el manto y pongámonos en pie (cf. v. 50): abandonemos lo que impide ser ágiles en el camino hacia Él, sin miedo a dejar lo que nos da seguridad y a lo que estamos apegados; no permanezcamos sentados, levantémonos, reencontremos nuestra dimensión espiritual, —en pie— la dignidad de hijos amados que están ante el Señor para ser mirados por Él a los ojos, perdonados y recreados. Y la palabra que quizás hoy llega a nuestro corazón, es la misma de la creación del hombre: «levántate». Dios nos ha creado en pie: «levántate». Hoy más que nunca, sobre todo nosotros los Pastores, estamos llamados a escuchar el grito, quizás escondido, de cuantos desean encontrar al Señor. Estamos obligados a revisar esos comportamientos que a veces no ayudan a los demás a acercarse a Jesús; los horarios y los programas que no salen al encuentro de las necesidades reales de los que podrían acercarse al confesionario; las reglas humanas, si valen más que el deseo de perdón; nuestra rigidez, que puede alejar la ternura de Dios. No debemos ciertamente disminuir las exigencias del Evangelio, pero no podemos correr el riesgo de malograr el deseo del pecador de reconciliarse con el Padre, porque lo que el Padre espera antes que nada es el regreso a la casa del hijo (cf. Lc 15, 2032). Que nuestras palabras sean la de los discípulos que, repitiendo las mismas expresiones de Jesús, dicen a Bartimeo: «Ánimo, levántate, que te llama» (v. 49). Estamos llamados a infundir ánimo, a sostener y conducir a Jesús. Nuestro ministerio es el del acompañar, para que el encuentro con el Señor sea personal, íntimo, y el corazón se pueda abrir sinceramente y sin temor al Salvador. No lo olvidemos: sólo Dios es quien obra en cada persona. En el Evangelio es Él quien se detiene y pregunta por el ciego; es Él quien ordena que se lo traigan; es Él quien lo escucha y lo sana. Nosotros hemos sido elegidos —nosotros los pastores— para suscitar el deseo de la conversión, para ser instrumentos que facilitan el encuentro, para extender la mano y absolver, haciendo visible y operante su misericordia. Que cada hombre y mujer que se acerca a un confesionario encuentre un padre; encuentre un padre que le espera; encuentre el Padre que perdona. La conclusión del relato evangélico esta cargado de significado: Bartimeo «al momento recobró la vista y lo seguía por el camino» (v. 52). También nosotros, cuando nos acercamos a Jesús, vemos de nuevo la luz para mirar el futuro con confianza, reencontramos la fuerza y el valor para ponernos en camino. En efecto «quien cree ve» (Carta enc. Lumen fidei, 1) y va adelante con esperanza, porque sabe que el Señor está presente, sostiene y guía. Sigámoslo, como discípulos fieles, para hacer partícipes a cuantos encontramos en nuestro camino de la alegría de su amor. Y después del abrazo del Padre, el perdón del Padre, hagamos fiesta en nuestro corazón. Porque Él hace fiesta. L’OSSERVATORE ROMANO número 10, viernes 11 de marzo de 2016 páginas 6/7 Quienes no son noticia Una nube de testigos ENZO BIANCHI La realidad del martirio, jamás desaparecida de los horizontes de la presencia cristiana en el mundo y vuelta a ser de dramática actualidad incluso en países cercanos a nosotros por la globalización de los acontecimientos y las noticias, sigue siendo la de un testimonio público de la fe en Dios y en Jesucristo dado por hombres y mujeres, testimonio que llega hasta la muerte violenta y que, a partir de cierta época, es designado con el término sintético de martirio. En este sentido innegable las Sagradas Escrituras presentan modelos de mártires ante litteram sobre los cuales los creyentes cristianos, desde las primeras generaciones, han meditado para fortalecer su fe: son figuras ejemplares que testimonian la continuidad de la tradición del martirio para los creyentes de la primera y de la Nueva Alianza, basta pensar en los profetas perseguidos, en el Siervo del Señor del que habla Isaías y en los hermanos Macabeos. Hasta tal punto modelos de testimonio muy próximos a la concepción cristiana del martirio que podríamos decir que les falta una sola cosa, la esencial: la persona de Jesucristo, causa de vida y de muerte para sus discípulos. Ahora bien, el tema del testimonio/martirio en el Nuevo Testamento puede ser captado en profundidad partiendo precisamente del punto de vista de la pasión sufrida por Jesús, de su muerte en la cruz. Los evangelios se preocupan por afirmar que Jesús fue hacia la muerte no por una casualidad, sino con motivo de un destino que le tocaba a él. No, Jesús no fue detenido casualmente: él mismo había previsto su fin, el fin que les había tocado a todos los profetas, el fin de su maestro Juan el Bautista solo pocos años antes, el fin que era el resultado de la oposición creciente contra él por parte del poder religioso. Al respecto, no hay que olvidar sus invectivas contra cuantos edificaban las tumbas para los profetas, mostrándose de tal modo solidarios con quienes los habían matado, y su apóstrofe a Jerusalén, que mata a los profetas y apedrea a los que le son enviados (cf. Mt 23, 37; Lc 13, 34). Pero el suyo ni siquiera era un sino ineludible: Jesús permanecía libre ante el círculo que se cerraba en torno a él, libre de huir y volver a Galilea, o de terminar en Jerusalén, en el templo, ese itinerario y esa predicación a la gente iniciada en las sinagogas y en las plazas de las aldeas. Ni casualidad, ni destino: Jesús va hacia la muerte en libertad y por amor, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin (Jn 13, 1). Había dicho que su pasión era necesaria (Mc 8, 31 y par.), pero lo era con una necesidad precisa. Ante todo, humana, sobre la cual ya habían meditado los sabios de Israel: En un mundo de injustos, el justo solo puede ser contrastado, perseguido y, si es posible, asesinado, como testimonian los dos primeros capítulos de la Sabiduría. Y la historia confirma esta necesidad humana: quien tiene sed de justicia, la vive y la predica, encuentra hostilidad y rechazo, hoy como ayer. Jesús habría podido callarse o pasarse a la parte de los injustos: entonces la hostilidad contra él habría terminado. En cambio, siendo fiel a la voluntad de Dios, pasando entre los hombres haciendo el bien (cf. Hch 10, 38), solo podía preparar su rechazo por parte del poder romano, que veía en él una amenaza contra las Vuelve la época de los mártires Zaher Bizri, «Martire» (2015) pretensiones totalitarias del emperador, y por parte del poder religioso, que no soportaba el rostro de Dios narrado por Jesús. Así, la necesidad humana también se convierte en necesidad divina: no en el sentido de que Dios, su Padre, lo quiere en la cruz, sino en el sentido de que la obediencia a la voluntad de Dios, voluntad que pide vivir el amor hasta el fin, exige una vida de justicia y de amor incluso a costa de la muerte violenta. Y aquí es fundamental reafirmar que la asunción de este fin trágico por parte de Jesús jamás ha estado separada de su fe en Dios que viene a salvar al justo, que no abandona para siempre a su amigo en las manos de los impíos (cf. Sal 37, 28). Sí, Jesús vivió la revelación cada vez más clara del futuro que lo esperaba con adhesión confiada y con esperanza puesta en Dios que interviene, en el Padre que responde: la última palabra le habría tocado a Dios, que ciertamente habría resucitado a su Hijo amado de entre los muertos. En otras palabras, la fe de Jesús en el reino que viene y su comunión con Dios y con los hermanos permanecieron siempre firmes y sostuvieron y llevaron a término su amor: incluso frente a la muerte Jesús siguió amando a los hermanos y aceptando ser amado por ellos, siguió creyendo en el amor de Dios. Y así Je- sús fue resucitado por Dios como respuesta a la vida que había vivido, a su modo de vivir en el amor hasta el fin: podríamos decir que su amor, más fuerte que la muerte, causó la decisión del Padre de llamarlo de entre los muertos. En verdad, la resurrección de Jesús es el sello que Dios puso a su vida: resucitándolo de entre los muertos, Dios declaró que en el amor vivido por este hombre había sido testimoniado todo lo que es esencial para conocerlo a él. He aquí en qué consiste el testimonio de Jesús, como lo define el vidente del Apocalipsis: he aquí lo que hace de él el testigo fiel (Ap 1, 5; 3, 14), aquel que desde su cruz gloriosa enseña a sus discípulos cómo afrontar tribulaciones y sufrimientos por el Evangelio en la fe y en el amor. Bruno Maggioni escribió: El mártir no elige la muerte, sino un modo de vivir, el de Jesús. Esto es lo que distingue al mártir cristiano, su especificidad radical. A la luz de esto podemos releer el testimonio dado por los creyentes en Jesucristo, como nos lo presenta el Nuevo Testamento: Esteban, que antes de morir, a imitación de su Señor, pide a Dios el perdón para sus verdugos (cf. Lc 23, 34; Hch 7, 60); Santiago, hecho morir por la espada por el rey Herodes (Hch 12, 2), nieto de aquel Herodes que había perseguido a Jesús (cf. Lc 23, 7-12); Pedro, testigo de los sufrimientos de Cristo y partícipe en la gloria que debe manifestarse (1 P 5, 1); Pablo, que por la fe exclama: «Llevamos siempre en nuestros cuerpos por todas partes el morir de Jesús, a fin de que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo» (2 Co 4, 10); Antipas, que en el Apocalipsis es definido por Cristo «mi testigo fiel» (Ap 2, 13); en fin, también en el Apocalipsis, la multitud de «esos que vienen de la gran tribulación y han lavado sus vestiduras y las han blanqueado con la sangre del Cordero» (Ap 7, 14), que han vencido al Acusador gracias a la sangre del Cordero y a la palabra de su martirio (Ap 12, 11). Donde la memoria de Cristo es auténtica y eficaz, allí el cristiano debe saber que es posible beber el cáliz de la muerte violenta, como Jesús preanunció a Santiago y Juan (cf. Mc 10, 38). El martirio no es un proyecto por el cual tramar, ni siquiera un proyecto de santificación propia, sino puro don de Dios en Jesucristo. Siempre vale la pena vivir y morir por Cristo, y el martirio es el acontecimiento puntual a través del cual el cristiano testimonia que él pertenece solo a su Señor, que el amor de él y por él vale más que la vida (cf. Sal 63, 4). Sí, como escribió Ignacio de Antioquía en su camino hacia el martirio: «Entonces seré verdadero discípulo de Jesucristo, cuando el mundo ya no pueda ver mi cuerpo, porque en el martirio empezaré a ser un discípulo» (cf. A los romanos, IV, 3; V, 3). VIENE DE LA PÁGINA 1 realmente poca cosa, o como he escuchado decir a alguno —muchos—: «Padre, soy una porquería», entonces es el momento de ir al Padre. Por el contrario, cuando uno se siente justo —«Yo siempre he hecho las cosas bien...»—, igualmente el Padre viene a buscarnos porque esa actitud de sentirse justo es una actitud mala: ¡es la soberbia! Viene del diablo. El padre espera a los que se reconocen pecadores y va a buscar a aquellos que se sienten justos. ¡Este es nuestro Padre! En esta parábola también se puede entrever un tercer hijo. ¿Un tercer hijo? ¿Y dónde? ¡Está escondido! Es el que «siendo de condición divina, no retuvo ávidamente el ser igual a Dios. Sino que se despojó de sí mismo tomando condición de siervo» (Fil 2, 6-7). ¡Este Hijo-Siervo es Jesús! Es la extensión de los brazos y del corazón del Padre: Él ha acogido al pródigo y ha lavado sus pies sucios; Él ha preparado el banquete para la fiesta del perdón. Él, Jesús, nos enseña a ser «misericordiosos como el Padre». La figura del padre de la parábola desvela el corazón de Dios. Él es el Padre misericordioso que en Jesús nos ama más allá de cualquier medida, espera siempre nuestra conversión cada vez que nos equivocamos; espera nuestro regreso cuando nos alejamos de Él pensando que podemos prescindir de Él; está siempre preparado a abrirnos sus brazos pase lo A pocos días de la masacre de Aden FABRIZIO CONTESSA «Seguimos rezando juntas por la hermana sobreviviente y por el padre salesiano de quien no se tienen más noticias». La hermana Cyrene, provincial para Italia de las Misioneras de la Caridad, conoció hace cerca de diez años a sister Marguerite, originaria de Ruanda, una de las cuatro religiosas horriblemente asesinadas el pasado 4 de marzo junto a otras doce personas en un centro de acogida para ancianos y discapacitados en la ciudad yemení de Aden. La religiosa está aún comprensiblemente conmocionada por lo sucedido y todas las palabras que emplea en una breve conversación telefónica con «L’Osservatore Romano» son para explicar el sentido de la misión heredada de la madre Teresa de Calcuta y la tenacidad con la que en cada rincón del planeta las misioneras del sari blanco tratan de permanecer fieles incluso ante las dificultades, el miedo, y también cuando todo aconseja abandonar y huir. «Nosotras no dejamos a los pobres. Es impensable», dice la religiosa que en cada frase recuerda la lección recibida de la fundadora. «La Madre nos ha enseñado esto. Si estamos solas y no tenemos personas a las que cuidar, ante el peligro, cambiamos de lugar, vamos a otra parte. Pero si tenemos a los pobres, los enfermos, los paralíticos... ¿cómo podríamos? La Madre siempre lo ha hecho así, aún la recuerdo en Beirut con los niños bajo los bombardeos. Así lo hicimos hace años en Liberia. Así lo hacemos en Siria. Y así lo hacemos también en Yemen, donde, no lo olvidemos, tenemos otras casas». Lo que realmente «hace daño» —añade la religiosa— es «la indiferencia en el corazón de tanta gente por las condiciones y la suerte que corren los pobres y los últimos». El pensamiento se orienta ahora totalmente al futuro, a la necesidad de saber responder adecuadamente a las necesidades de la gente que cada día está en la calle, en Roma como en la península arábiga. Así, además de la oración por las pobres víctimas, las palabras de la hermana Cyrene invitan al recogimiento en favor del salesiano don Tom Uzhunnalil, que quedó en manos del comando, y de la hermana Sally, la superiora de la casa que logró salvarse de la masacre: «Por favor sigamos rezando juntos». La certeza es que sólo la mirada de la oración puede traer luz y esperanza en una situación que, como dijo el Papa Francisco, se presenta marcada por una «violencia diabólica y privada de sentido». A pocos días de la horrible masacre, y en el silencio casi total del mundo de la información, los hechos de Aden se enriquecen con nuevos particulares horrorosos que indican cómo las cuatro religiosas de la congregación fundada por la madre Teresa de Calcuta fueron asesinadas por odio a la fe. Con la única culpa, tal vez, de servir a los más pobres e indefensos. No por casualidad sobre el tradicional sari blanco las cuatro víctimas tenían aún el delantal azul con el que servían a los enfermos. La Honor a las misioneras población local, relata a la agencia Fides monseñor Paul Hinder, vicario apostólico de Arabia del Sur, «amaba a las religiosas de la madre Teresa, admiraba su modo de servir a los demás sin mirar la pertenencia religiosa, sino sólo la opción de favorecer a quien tiene más necesidad. Esto suscitava simpatía y afecto en el pueblo. Y tal vez precisamente esto era lo que molestaba». Hace casi un año, cuando en ese país estalló el conflicto entre las fuerzas gubernamentales y los rebeldes, el obispo Hinder recuerda haber hablado con las religiosas sobre la cuestión de su permanencia en un ámbito que se había convertido en zona de riesgo. «Ellas —recuerda el prelado— me dije- ron que del tema no se hablaba: no se marcharían, suceda lo que suceda, porque deseaban permanecer al lado de quienes se les habían confiado. Era evidente que de parte de esas religiosas inermes no se trataba de una exhibición de heroísmo, sino sólo de su deseo de seguir a Cristo. He respetado su elección, y estoy seguro de que su martirio dará fruto, también para la vida de los cristianos que viven en la Península arábiga». Sobre todo, el prelado expresa luego gratitud por las palabras pronunciadas por el Papa Francisco en el Ángelus del domingo 6 de marzo, con las que ha condenado firmemente el ataque a las Misioneras de la Caridad, víctimas no sólo de la violencia de los terroristas sino también de la «indiferencia» del mundo. Palabras de condena por la general indiferencia con la que los medios de comunicación siguieron el hecho, expresó también monseñor Camillo Ballin, vicario apostólico de Arabia del Norte. «El Papa tiene razón —declaró el prelado a la agencia AsiaNews— porque es una cosa diabólica matar en nombre de Dios. Y es igualmente grave observar la indiferencia de los medios de comunicación, el silencio absoluto sobre la masacre» de los principales canales de información. Para el prelado este silencio representa un «hecho gravísimo» y es cada vez más esencial la tarea de «informar y comunicar a la gente lo que sucede en el mundo». Según monseñor Ballin las religiosas han testimoniado con su vida «la pasión de Cristo», que «las ha coinvolte en su pasión y muerte, y hoy las hace partícipes de la alegría de la resurrección». Comentando la situación del vicariato del norte, al menos en lo que concierne a Qatar, Bahrain y Kuwait, afirma que «allí hay libertad de culto, pero con ciertos límites». Sin embargo, desde hace algún tiempo «es evidente el clima de tensión y los Gobiernos insisten mucho sobre el control, la seguridad, porque el temor de un ingreso del Estado islámico es concreto». A las religiosas asesinadas en Yemen dedicó el tradicional día de la mujer la Unión mundial de las organizaciones femeninas católicas (UMOFC). Maria Giovanna Ruggieri, la presidenta de la organización que agrupa a 100 asocia- ciones de todos los continentes que compenden más de 5 millones de mujeres, recuerda a las religiosas como «mártires de nuestro tiempo, mártires de la misericordia». Y con ello quiere expresar solidaridad, se lee en un comunicado de la UMOFC, «a las mujeres perseguidas, objeto de violencia en sus casas y en las calles, a las mujeres que a causa del estado de indigencia y pobreza son víctimas de tráfico para explotación sexual, para ser sometidas al útero de alquiler en nombre de una “falsa libertad de acción”». A las religiosas asesinadas en Yemen, informa la agencia Fides, dedica también el día de la mujer la organización australiana Catholic Mission. «En los últimos cinco años —dijo el director padre Brian Lucas— Catholic Mission puso de relieve la entrega de las mujeres misioneras en todo el mundo. También las circunstancias más difíciles su valentía es indiscutible y su fe inquebrantable. Así, para el 8 de marzo Catholic Mission lanzó un llamamiento a todos los colaboradores invitándolos a recordar la gran aportación de las mujeres en el seno de la Iglesia. «Las mujeres —continúa el padre Lucas— son parte integrante de la obra de la Iglesia en todo el mundo, comprendida Catholic Mission. Nuestra organización fue fundada por una misionera laica, Pauline Jaricot, e invita a todos a unirse en oración por las hermanas y las laicas misioneras comprometidas en todo el mundo en la promoción de la fe, la justicia y el bienestar de las comunidades». que pase. Como el padre del Evangelio, también Dios continúa considerándonos sus hijos cuando nos hemos perdido, y viene a nuestro encuentro con ternura cuando volvemos a Él. Y nos habla con tanta bondad cuando nosotros creemos ser justos. Los errores que cometemos, aunque sean grandes, no rompen la fidelidad de su amor. En el sacramento de la Reconciliación podemos siempre comenzar de nuevo: Él nos acoge, nos restituye la dignidad de hijos suyos, y nos dice: «¡Ve hacia adelante! ¡Quédate en paz! ¡Levántate, ve hacia adelante!». En este tramo de la Cuaresma que aún nos separa de la Pascua, estamos llamados a intensificar el camino interior de conversión. Dejémonos alcanzar por la mirada llena de amor de nuestro Padre, y volvamos a Él con todo el corazón, rechazando cualquier compromiso con el pecado. Que la Virgen María nos acompañe hasta el abrazo regenerador con la Divina Misericordia. Después del Ángelus, el Papa recordó a las hermanas de la madre Teresa y saludando a los diversos grupos de fieles presentes, en particular, expresó «admiración por la iniciativa» ecuménica «de los corredores humanitarios para los refugiados, puesta en marcha en Italia». Queridos hermanos y hermanas: Expreso mi cercanía a las Misioneras de la caridad por el grave luto que las golpeó hace dos días con el asesinato de cuatro religiosas en Aden, en Yemen, donde asistían a los ancianos. Rezo por ellas y por las otras personas asesinadas en el ataque, y por los familiares. ¡Estos son los mártires de hoy! No son portada de los periódicos, no son noticia: estos dan su sangre por la Iglesia. Estas personas son víctimas del ataque de los que las mataron y también de la indiferencia, de esta globalización de la indiferencia, a la que no le importan... Que Madre Teresa acompañe en el paraíso a estas hijas suyas mártires de la caridad, e interceda por la paz y el sagrado respeto de la vida humana. Como signo concreto de compromiso por la paz y la vida quisiera citar y expresar admiración por la iniciativa de los corredores humanitarios para los refugiados, puesta en marcha recientemente en Italia. Este proyecto piloto, que une la solidaridad y la seguridad, consiente ayudar a personas que huyen de la guerra y de la violencia, como los cien refugiados ya trasladados a Italia, entre los cuales niños enfermos, personas discapacitadas, viudas de guerra con hijos y ancianos. Me alegro también porque esta iniciativa es ecuménica, siendo sostenida por la Comunidad de San Egidio, la Federación de Iglesias evangélicas italianas y las Iglesias valdenses y metodistas. Pido por favor que nos recordéis en la oración a mí y a mis colaboradores, que desde este tarde y hasta el viernes haremos los ejercicios espirituales. Os deseo a todos un feliz domingo. ¡Buen almuerzo y hasta pronto! L’OSSERVATORE ROMANO página 8 viernes 11 de marzo de 2016, número 10 De viaje entre las iglesias lignarias de Chiloé Archipiélago de las maravillas Por nuestra enviada en Chile GIULIA GALEOTTI Las guías de Chile no lo dicen, pero la información sería preciosa: si alguna vez decidierais ir a explorar el archipiélago de Chiloé, en el océano Pacífico, para visitar sus maravillosas iglesias de madera, un todoterreno sería indispensable. Porque ir en busca de los dieciséis templos declarados por la Unesco en el 2000 patrimonio de la humanidad es en verdad una aventura física y espiritual. El archipiélago de Chiloé —cubierto a la mañana por una niebla espesa e irrepetible— se encuentra frente a la costa meridional de Chile. Está compuesto por unas quince islas. La mayor, la isla Grande de Chiloé (la segunda de América del Sur por extensión), es larga 180 kilómetros y ancha 50, y solo se puede llegar a ella con el transbordador desde Pargua, en tierra firme. Los españoles tomaron posesión de Chiloé en 1567, cinco años desIglesia de pués de que una epidemia de viruela diezmara la población. Construidas entre el siglo XVIII y otras se caracterizan porque están los albores del siglo XIX —la mayor insertadas en espléndidos contextos parte, pues, cuando Chile pertenecía paisajísticos, mientras que todos los al imperio español—, las iglesias son un increíble ejemplo de producción interiores son absolutamente insólimestiza: representan, en efecto, la tos si se comparan con los de nuesfusión de la cultura religiosa europea tras iglesias occidentales. Las iglesias y las capillas de Chicon las habilidades y las tradiciones de las poblaciones nativas. Más allá loé están pintadas con colores ende las dieciséis elegidas por la Unes- cendidos y brillantes. La tonalidad co, iglesias y capillas enriquecen el más difundida es el azul marino, panorama del archipiélago, convir- azul, celeste e índigo en todos los tiéndolo en algo absolutamente úni- matices y gradaciones, pero no falco. Algunas están presentes a lo lar- tan otros colores llamativos: desde el go de las calles —la mayor parte no amarillo luminoso de la iglesia de están asfaltadas—, otras se alzan en San Francisco en Castro hasta el romedio de los campos; unas incluso jo de las de Caguach (solo se puede en el centro o en los márgenes de los centros habitados. Pero Las iglesias son un ejemplo de producción las más sugestivas se alzan —increíbles y mestiza: representan la fusión majestuosas— a pico o de la cultura religiosa europea con las a orillas del mar, entre rocas azotadas por el tradiciones de las poblaciones nativas viento, aguas amenazantes y senderos de tierra: cómo hicieron, hace siglos, los jesuitas para llegar a llegar después de un trayecto en barestos inhospitalarios extremos de tie- ca) y de San Juan Bautista. Y tamrra sigue siendo en verdad un miste- bién el verde esmeralda de Colo, el rio sorprendente. Casi todas cons- oro de Aldachildo, el anaranjado, el truidas con el mismo estilo, algunas lila, el color salmón intenso o el verson extraordinarias ya por fuera; de pastel de la miríada de capillas Iglesia San Francisco de Castro Vilupulli franciscanos. Pero el cambio no incidió sustancialmente en la construcción de los templos, que continuó según los modelos iniciales. Se creó, pues, una tradición arquitectónica, mantenida durante tres siglos, llamada escuela chilota de arquitectura religiosa en madera. Se desarrolló con los años, pasando de un estilo inicial más bien ornamental a otro —ya estamos a mediados del siglo XIX— mucho más sobrio. De las más de cuatrocientas iglesias construidas durante estos siglos, muchas no han resistido el paso del tiempo, derrumbadas (los terremotos no son una raridad en la zona), incendiadas o demolidas, mientras que otras se han mantenido durante casi trescientos años. Con fondos locales, muchas han sido restauradas recientemente, o lo están siendo actualmente: al hacerlo, el intento logrado es el de mantener el diálogo constante entre tradición y modernidad, tangible e intangible. El esquema constructivo presenta características comunes, con variaciones mínimas según la zona geográfica y la época de realización. Por lo general, la estructura edificada sobre fundamentos de piedra —visibles externamente, y de mucho impacto, los de Santa María de Loreto en Achao— presenta una forma rectangular con techo a dos aguas. La fachada está constituida por un pórti- esparcidas por el archipiélago. «La razón es muy sencilla», explicó hace unos años monseñor Juan María Agurto Muñoz a Paolo Moiola, que lo entrevistó para «Missioni Consolata». «Dado que aquí, durante gran parte del año, predomina el color gris de las nubes y el verde intenso de la naturaleza, los habitantes han querido siempre colores La misión duraba de tres a seis meses muy vivos para sus casas y también para las y consistía en recorrer un total iglesias. Han elegido de cuatro mil kilómetros en dalca o a pie colores contrastantes, que resalten mucho. El enésimo ejemplo de cómo Chiloé es una comunidad más co con arcos —por lo general, más viva que nunca». de cinco, pero algunas iglesias no Volviendo a la historia, desde el los tienen, mientras que otras tienen siglo XVII fueron los jesuitas quienes siete o nueve—, y por un campanario se hicieron cargo de la evangeliza- de forma octogonal, de dos o tres ción de las comunidades que habita- cuerpos, coronado por una gran ban en las islas: el sistema era de mi- cruz. El interior, decorado más ricasión circular. Duraba de tres a seis mente respecto al exterior, está commeses, y de hecho consistía en reco- puesto por tres naves, separadas por rrer un total de cuatro mil kilóme- columnas. Sobre el pórtico hay un tros en dalca (especie de piragua) o espacio para el coro. Generalmente a pie. Puesto que los religiosos de- —y es un elemento que impacta— la bían visitar un territorio no solo am- nave central tiene el cielo raso cónplio sino también difícilmente acce- cavo, como el fondo de una barca, y sible a causa de la conformación na- la utilización de la madera acentúa tural del territorio y del clima adver- esta impresión. Y aunque algunas so, la permanencia de los misioneros iglesias conservan el púlpito, tamen cada capilla duraba sólo un par bién son de particular interés las nude días. merosas esculturas de madera cuyos Para poder contar con más sacer- rasgos recuerdan las reducciones jedotes, se le pidió al entonces rey de suíticas en Paraguay, si bien en ChiEspaña que concediera la presencia loé no faltan elementos originales. de jesuitas de nacionalidad diversa En cuanto a los materiales de de la de la madre patria. Otorgado construcción, durante los primeros el permiso, llegaron religiosos de va- años de la evangelización iglesias y rias partes de Europa, sobre todo de capillas se construyeron con techos Baviera, Hungría y Transilvania. de paja, pero muy pronto se pasó Fueron estos, en el siglo XVIII, quie- exclusivamente a la madera para tones dieron un notable impulso a la das las partes de la estructura. Una construcción de iglesias con estruc- madera totalmente local, proveniente turas más duraderas que las prece- de los bosques de Chiloé o de la dentes. También fue importante la provincia de Palena. También las vicontribución de los carpinteros loca- gas, los pilares y el revestimiento inles que se valieron de materiales y terno son del mismo material duro y técnicas específicas, muchas de las resistente a la humedad del clima cuales estaban ligadas a la construc- del archipiélago, como el ciprés, el ción de las naves. mañío o el nothofagus pumilio, árTras la expulsión de los jesuitas bol nativo de América del Sur, caen 1776, la obra misionera pasó a los racterizado por su madera de buena número 10, viernes 11 de marzo de 2016 L’OSSERVATORE ROMANO página 9 Iglesia Castro calidad y fácil de trabajar. Para unir las partes más grandes se utilizaron clavijas de luma, una mirtácea. En el exterior predominan los revestimientos en tablillas de alerce (una cupresácea), pero se recurrió también a tablillas componibles en los costados y a láminas de cinc en el techo. Los estudiosos han determinado, al contrario, que no es verdadera la convicción, difundida en Chile y presente en gran parte de las guías turísticas, de que no se utilizaron clavos en la construcción de las iglesias chilotas: se ha visto, al contrario, que todas los tienen en los pavimentos y en el revestimiento externo. Aunque no es facilísimo llegar a gran parte de las iglesias a causa de las calles de tierra y accidentadas, visitarlas resulta arduo si se es tímido o sumiso. En efecto, a excepción de las que se alzan en los centros habitados más relevantes, el primer impacto con estas joyas será, infaltablemente, una puerta cerrada. Entonces habrá que detener a un transeúnte (¡claro está, si se logra encontrar uno!), o llamar a la puerta de las reducidas casas en torno a la construcción. Asomándoos a la cocina (con un poco de suerte se podrá tomar un café o comer algo a base de pescado del día, generalmente salmón y crustáceos), os dirán en qué lugar del vecindario podréis encontrar la llave para acceder a la iglesia. La más antigua entre las iglesias aún en pie es la de Achao, en la isla de Quinchao, que se remonta a 1730. Colocada en el lado meridional de la Plaza de Armas, la iglesia de Santa María de Loreto sobrevivió a terremotos y maremotos. Está revestida de tejas de alerce, tiene un amplio pórtico y un campanario alto. Entrando, llaman la atención la doble hilera de columnas de madera y el cielo raso azul marino. Destaca el gran rosetón central azul y anaranjado. Muchísimas son las decoraciones realizadas con madera clara: parecen hechas con un taladro. Mientras el exterior es monocromático, con una oscura tonalidad lignaria, el interior, en cambio, encierra todas las tonalidades del celeste. Detrás del maravilloso altar mayor, un pequeño —pero fascinante— museo de usos y costumbres locales. En el mismo siglo XVIII —con precisión en 1767— también se construyó la iglesia de Quinchao, en la isla homónima. Extremadamente despojada y caracterizada por la presencia de reclinatorios individuales, además de la madera, el único color es el blanco. Durante nuestra visita, señoras y niñas indias estaban gozosamente concentradas en vestir la estatua de construida en 1887. Los colores predominantes son el blanco y el rojo encendido. Entre las tantas imágenes de santos presentes, como en otros lugares, las más frecuentes son las que recuerdan al padre Alberto Hurtado (1901-1952), jesuita y segundo santo chileno. Erigida en 1849, Nuestra Señora de los Dolores en Dalcahue (que toma el nombre de las dalcas, barcas fabricadas por los primeros habitantes de Chiloé) tiene como principal característica la pintura detrás de la puerta de ingreso: también aquí la yuxtaposición de Jesús a los personajes de la fantasiosa mitología tradicional de Chiloé fue utilizada por los jesuitas como vía para convertir a los habitantes. La iglesia de Colo, circundada por campos y con cuatro casas enfrente, presenta en el exterior un notable portal de ingreso entre dos arcos, pero es seguramente el interior, con su esplendor de verde esmeralda, lo que despierta la curiosidad. Un mural moderno de tela adorna el patio: en una barca idéntica a las de la Virgen para la procesión que se desarrollaría al día siguiente. La iglesia de Nuestra Señora del Patrocinio en Tenaún —a la que se llega por una senda de guijas con la inclinación típica de las montañas rusas— se encuentra, en cambio, en la punta occidental de la isla Grande de Chiloé. Construida en 1837 y restaurada recientemente, tiene dos estrellas azules en la fachada y tres magníficas torres azules: colores que parecen reflejar de verdad el mar cerúleo que se encuentra más allá de la calle. En el interior, además de El recorrido por las iglesias de Chiloé una espléndida alfombra del artesanado loes un verdadero viaje a través cal, destacan una barca de una espiritualidad capaz de injertar y la estatua de santa Teresa de Jesús de los el Evangelio en las tradiciones locales Andes, monja carmelita y en el ambiente natural. (1900-1920), primera santa chilena. En el pueblo de Tenaún, que significa entre montes, viven cerca tantos pescadores del archipiélago, de cien personas: es el polo de la navegan monseñor Romero y Carlos zona, también gracias a la presencia de Foucauld. En la punta del promontorio, en de la escuela que abarca hasta la octava clase. El día de nuestra visita un pueblo muy apartado y azotado había una gran fiesta: se administra- por el polvo, se encuentra, en cambio, la iglesia de Rilán, construida ba la confirmación. Volviendo a Dalcahue, tres kiló- en 1903. Es un típico ejemplo de metros después de Tenaún, superado construcción más sobria, en la que el enésimo arduo desnivel, se en- predominan —tanto en el exterior cuentra, en cambio, el cruce para lle- como en el interior— el blanco y el gar a la iglesia de San Juan Bautista, azul. Entre todas, es quizá la iglesia más marina. Entramos de puntillas, porque se estaba celebrando la misa: todos los fieles —hombres, mujeres, adultos y niños— estaban sentados, sorprendentemente, solo en los bancos de la izquierda. En Aldachildo, en la isla Lemuy, se encuentra, por último, la iglesia de Jesús Nazareno, que figura entre las más recientes: 1910. En el interior —además de la sugestiva variedad de flores locales pintadas—, uno se siente fascinado por el increíble cielo raso estrellado. Parece la bóveda de un maravilloso belén, con el oro de las estrellas de madera que termina por iluminar todo el interior de la iglesia. Hemos dejado por último —aunque cronológicamente son anteriores— las iglesias que se encuentran en Castro, capital moderna del archipiélago (la antigua era Ancud, sede episcopal) que se halla exactamente en el centro de la isla Grande de Chiloé. Las estructuras lignarias no presentan notables diferencias respecto a las otras, pero el contexto en el que se encuentran merece un comentario en sí mismo. Situada en un acantilado sobre un estuario reparado, Castro —respecto al resto del archipiélago— sorprende en verdad como centro cosmopolita: confusa y bulliciosa, tiene el sabor de algunas ciudades obreras mexicanas. Llegando, pareciera que uno da un salto adelante en el tiempo. Famosísimos los característicos palafitos: observándolos desde la calle parecen iguales a todas las otras casas, pero la parte posterior se asoma directamente al agua. La marea crea, pues, un efecto singular: en pocas horas, estas casas que estaban dentro el mar, aparecen en tierra firme. A las puertas de Castro se encuentra la iglesia de Nercón, construida en 1895 y hoy parroquia vivaz y activa. Frente a la estructura de madera, blanca y azul, un cuidadísimo jardín de matas bajas; el celeste intenso, en cambio, predomina en el interior. Bajando hacia el sur se encuentra primero la iglesia de Vilupulli —el exterior es de madera simple, sin barnizar, pero en la fachada, entre el fondo y las tres puertas, logra crear un movimiento cromático muy interesante—, y después la iglesia de Chonchi, con su esplendor de amarillo y azul. Pero la verdadera perla de Castro es seguramente la centralísima iglesia de San Francisco. Fue un italiano, Eduardo Provasoli, quien elaboró el proyecto que fundía arquitectura neogótica y clásica. Ultimada en 1912 para sustituir una iglesia precedente que se había incendiado, tiene un interior particularmente sugestivo en las rarísimas jornadas de sol: la luz que penetra por las vidrieras historiadas es maravillosa. Gracias a la reciente restauración, los colores externos, lila-viola y amarillo, catalizan la atención apenas se llega a la plaza principal de la capital, San Martín. El accidentado recorrido para descubrir las iglesias y las capillas del archipiélago de Chiloé es un verdadero viaje a través de una espiritualidad capaz de injertar el Evangelio en las tradiciones locales y en el ambiente natural. L’OSSERVATORE ROMANO página 10 viernes 11 de marzo de 2016, número 10 COMUNICACIONES Colegio episcopal RENUNCIAS: EL PAPA El Papa ha aceptado la renuncia al gobierno pastoral de la diócesis de Belluno-Feltre (Italia) que monseñor GIUSEPPE ANDRICH le había presentado en conformidad con el canon 401 § 1 del Código de derecho canónico. —Arzobispo de Matera-Irsina (Italia) al presbítero ANTONIO GIUSEPPE CAIAZZO. Giuseppe Andrich nació en Canale d’Agordo, diócesis de BellunoFeltre, el 28 de marzo de 1940. Recibió la ordenación sacerdotal el 28 de junio de 1965. Juan Pablo II lo nombró obispo de Belluno-Feltre el 28 de mayo de 2004; recibió la ordenación episcopal el 27 de junio del mismo año. El Papa ha aceptado la renuncia a la función de auxiliar de la archidiócesis de Turín (Italia) que monseñor GUID O FIANDINO, obispo titular de Aleria, le había presentado en conformidad con los cánones 411 y 401 § 1 del Código de derecho canónico. Guido Fiandino nació en Savigliano, archidiócesis de Turín, el 12 de enero de 1941. Recibió la ordenación sacerdotal el 28 de junio de 1964. Juan Pablo II lo nombró obispo titular de Aleria y auxiliar de Turín el 21 de junio de 2002; recibió la ordenación episcopal el 20 de julio del mismo año. Lutos en el episcopado —Monseñor JOHN CONWAY MCNABB, O.S.A., obispo emérito de Chulucanas (Perú), falleció el 26 de febrero. Había nacido en Beloit, diócesis de Madison (Estados Unidos), el 11 de diciembre de 1925. Era sacerdote desde el 24 de mayo de 1952. Pablo VI lo nombró prelado de la entonces prelatura territorial de Chulucanas el 4 de mayo de 1964. El mismo Papa lo elevó a la dignidad episcopal, nombrándolo obispo titular de Saia maggiore el 8 de abril de 1967; recibió la ordenación episcopal el 17 de junio de dicho año. Renunció a la sede titular el 27 de diciembre de 1977. Juan Pablo II elevó la prelatura a la categoría de diócesis el 12 de diciembre de 1988 y lo nombró primer obispo de la nueva circunscripción eclesiástica. El Santo Padre aceptó su renuncia al gobierno pastoral de la diócesis el 28 de octubre de 2000. —Monseñor MICHAEL ATUL D’ROZARIO, C.S.C., obispo emérito de Khulna (Bangladesh), falleció el 24 de febrero. Había nacido en Noyansree, archidiócesis de Dacca, el 23 de noviembre de 1925. Era sacerdote desde el 10 de junio de 1953. Pablo VI lo nombró obispo de Khulna el SIGUE EN LA PÁGINA 11 HA NOMBRAD O: Antonio Giuseppe Caiazzo nació en Isola Capo Rizzuto, archidiócesis de Crotone-Santa Severina, el 7 de abril de 1956. Recibió la ordenación sacerdotal el 10 de octubre de 1981. Se doctoró en liturgia en el Pontificio Instituto litúrgico San Anselmo. Ha sido vicario parroquial, delegado episcopal para la evangelización, miembro del colegio de consultores, vicario foráneo, director del centro vocacional diocesano, rector del seminario menor, director de la oficina litúrgica regional y párroco. Curia romana El Santo Padre ha nombrado asesor de la Secretaría de Estado para los asuntos generales a monseñor PAOLO BORGIA, consejero de nunciatura. Paolo Borgia nació en Manfredonia, archidiócesis de Foggia-Bovino (Italia), el 18 de marzo de 1966. Recibió la ordenación sacerdotal el 10 de abril de 1999. Es doctor en derecho canónico. Entró en el servicio diplomático de la Santa Sede el 1 de diciembre de 2001. Prestó servicio en las nunciaturas apostólicas en República Centroafricana, México, Israel y Líbano y en la Secretaría de Estado, primero en la sección para las Relaciones con los Estados y luego, desde el 29 de octubre de 2014, en la sección para los Asuntos generales. —Obispo de Belluno-Feltre (Italia) a monseñor RENATO MARANGONI. Renato Marangoni nació en Crespano del Grappa, diócesis de Padua, el 25 de mayo de 1958. Recibió la ordenación sacerdotal el 4 de junio de 1983. Obtuvo el doctorado en teología en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma. Ha desempeñado, entre otros, los siguientes cargos: vicario parroquial, asistente en el seminario menor, secretario de la comisión para la formación permanente del clero, delegado episcopal para la pastoral familiar y para la pastoral de los laicos, presidente delegado del consejo pastoral diocesano y vicario para la pastoral. —Obispo de Alaminos (Filipinas) a monseñor RICARD O LINGAN BACCAY, hasta ahora obispo titular de Gabala y auxiliar de Tuguegarao. Ricardo Lingan Baccay nació en Tuguegarao el 3 de abril de 1961. Recibió la ordenación sacerdotal el 10 de abril de 1987. Benedicto XVI lo nombró obispo titular de Gabala y auxiliar de Tuguegarao el 23 de febrero de 2007; recibió la ordenación episcopal el 10 de abril sucesivo. —Obispo de la nueva eparquía de Santa María, Reina de la paz, de Estados Unidos y Canadá de los siromalankares a monseñor THOMAS EUSEBIOS NAICKAMPARAMBIL, hasta ahora obispo titular de Lares y exarca apostólico para los fieles siro-malankares residentes en Estados Unidos, así como visitador apostólico para los fieles en Canadá y Europa. El Santo Padre ha erigido el exarcado apostólico para los fieles maronitas residentes en Colombia, con sede en Bogotá. El Papa ha erigido el exarcado apostólico para los fieles sirocatólicos residentes en Canadá, con territorio desmembrado de la eparquía de Nuestra Señora de la Liberación de Newark de los siro-católicos (Estados Unidos), con sede en Montreal (Canadá). El Pontífice ha erigido la eparquía de Santa María, Reina de la paz, de Estados Unidos y Canadá de los siro-malankares. —Obispo titular de Bossa y auxiliar de la diócesis de Tarnów (Polonia) a monseñor LESZEK LESZKIEWICZ. Leszek Leszkiewicz nació en Gorlice, diócesis de Tarnów, el 10 de mayo de 1970. Recibió la ordenación sacerdotal el 25 de mayo de 1996. Obtuvo la licenciatura en misionología en la Pontificia Universidad Urbaniana de Roma. En su ministerio ha desempeñado los siguientes cargos: vicario parroquial, misionero en Ecuador, prefecto de disciplina del seminario mayor diocesano, párroco y vicario foráneo. —Obispo titular de Villanova y auxiliar de Płock (Polonia) a monseñor MIROSŁAW MILEWSKI. Mirosław Milewski nació en Ciechanów, diócesis de Płock, el 26 de febrero de 1971. Recibió la ordenación sacerdotal el 14 de junio de 1997. Se doctoró en sociología en la SIGUE EN LA PÁGINA 11 Audiencias pontificias EL PAPA —Al cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación para las causas de los santos. HA RECIBID O S.D.B., EN AUDIENCIA: Jueves 3 de marzo Circunscripciones eclesiásticas Thomas Eusebios Naickamparambil nació en Mylapra, eparquía de Pathanamthitta de los siro-malankares (India), el 6 de junio de 1961. Recibió la ordenación sacerdotal el 29 de diciembre de 1986. Benedicto XVI lo nombró obispo titular de Lares y primer exarca apostólico para los fieles siro-malankares residentes en Estados Unidos, así como visitador apostólico para los fieles de dicho rito en Canadá y en Europa, el 14 de julio de 2010; recibió la ordenación episcopal el 21 de septiembre de 2010. —Al primer ministro de Timor Oriental, Rui Maria de Araújo, con su esposa y el séquito. —A monseñor Marek Solczyński, arzobispo titular de Cesarea de Mauritania, nuncio apostólico en Georgia, Armenia y Azerbiyán. —Al cardenal Josip Bozanić, arzobispo de Zagreb (Croacia), vicepresidente de la Conferencia episcopal croata, con monseñor Želimir Puljić, arzobispo de Zadar, presidente; monseñor Đuro Hranić, arzobispo de Đakovo-0sijek, miembro; y monseñor Dražen Kutleša, obispo de Poreć-Pula, miembro. —A monseñor Carlos Humberto Malfa, obispo de Chascomús (Argentina). —Al Taizé. hermano Alois, prior de —Al cardenal Jaime Lucas Ortega y Alamino, arzobispo de San Cristóbal de La Habana (Cuba). Viernes, día 4 —Al presidente del Consejo de las Iglesias evangélicas de Suiza, reverendo Gottfried Locher. —Al cardenal Agostino Vallini, vicario general para la diócesis de Roma. —A monseñor Andrés Carrascosa Coso, arzobispo titular de Elo, nuncio apostólico en Panamá. Sábado, día 5 —Al cardenal Marc Ouellet, P.S.S., prefecto de la Congregación para las causas de los santos. —Al embajador de Japón ante la Santa Sede, Nagasaki Teruaki, en visita de despedida. L’OSSERVATORE ROMANO número 10, viernes 11 de marzo de 2016 Colegio episcopal VIENE DE LA PÁGINA 10 Universidad católica de Lublin. Ha desempeñado su ministerio como vicario parroquial, prefecto de disciplina y profesor en el seminario mayor, profesor en la Universidad Cardenal Stefan Wyszyński, vicario general, canciller, miembro del colegio de consultores, del consejo presbiteral y del consejo pastoral. —Obispo titular de Guardialfiera y auxiliar de Porto Alegre (Brasil) al padre ADILSON PEDRO BUSIN, C.S. Adilson Pedro Busin, C.S., nació Sarandi, archidiócesis de Passo Fundo, el 20 de mayo de 1965. Recibió la ordenación sacerdotal el 9 de enero de 1993. Se licenció en ciencias de la educación en la Pontificia Universidad Salesiana de Roma. Ha sido promotor vocacional; rector del seminario menor de Ciudad del Este, Paraguay; formador; superior provincial y, en el último Lutos VIENE DE LA PÁGINA 10 21 de septiembre de 1970; recibió la ordenación episcopal el 13 de diciembre sucesivo. Juan Pablo II aceptó su renuncia al gobierno pastoral de la diócesis el 19 de febrero de 2005. —Monseñor GREGORIO GARAVITO JIMÉNEZ, S.M.M., arzobispo emérito de Villavicencio (Colombia), falleció el 16 de febrero. Había nacido en Junín, diócesis de Zipaquirá, el 9 de marzo de 1919. Era sacerdote desde el 24 de julio de 1942. Juan XXIII lo nombró obispo titular de Ciparissia y auxiliar de Villavicencio el 4 de diciembre de 1961; recibió la ordenación episcopal el 11 de febrero de 1962. Pablo VI lo nombró arzobispo de Villavicencio el 22 de abril de 1969. Juan Pablo II aceptó su renuncia al gobierno pastoral de dicha sede el 3 de mayo de 1994. —Monseñor DANIEL J. BOHAN, arzobispo de Regina (Canadá), falleció el 15 de enero. Había nacido en Yarmouth el 8 de noviembre de 1941. Era sacerdote desde el 13 de mayo de 1967. Juan Pablo II lo nombró obispo titular de Migirpa y auxiliar de Toronto el 14 de mayo de 2003; recibió la ordenación episcopal el 3 de julio sucesivo. El Papa lo promovió a arzobispo de Regina el 30 de marzo de 2005. —Monseñor ALBERT ONYEMBO LOMADJO, obispo emérito de Kindu (República democrática del Congo), falleció el 11 de enero. Había nacido en Kindu el 6 de julio de 1931. Era sacerdote desde el 27 de julio de 1958. Pablo VI lo nombró obispo de Kindu el 17 de mayo de 1966; recibió la ordenación episcopal el 11 de diciembre sucesivo. El mismo Papa aceptó su renuncia al gobierno pastoral de la diócesis el 17 de enero de 1978. período, vicario regional de su congregación para América del Sur. página 11 Audiencia a la plenaria de la Comisión pontificia para América Latina —Obispo titular de Serigene y exarca apostólico del nuevo exarcado apostólico para los fieles siro-católicos residentes en Canadá al presbítero ANTOINE NASSIF. Antoine Nassif nació en Beirut (Líbano) el 21 de febrero de 1969. Recibió la ordenación sacerdotal en 1992. Ha desempeñado su ministerio como director de una escuela, vicario parroquial y rector del seminario patriarcal de Charfet. —Obispo titular de Avitta Bibba y auxiliar de Trivandrum de los latinos (India) al presbítero CHRISTUDAS RAJAPPAN. Christudas Rajappan nació en Adimalathura, archidiócesis de Trivandrum de los latinos, el 25 de noviembre de 1971. Recibió la ordenación sacerdotal el 25 de noviembre de 1998. Obtuvo el doctorado en misionología en la Pontificia Universidad Urbaniana de Roma. En su ministerio ha desempeñado los siguientes cargos: administrador parroquial, secretario del obispo, director espiritual y profesor en el seminario de Alwaye, párroco y rector del seminario diocesano. El viernes 4 de marzo, por la mañana, el Papa recibió en audiencia a los miembros de la Comisión pontificia para América Latina, como conclusión de la asamblea plenaria que tuvo lugar desde el lunes 1 de marzo y se dedicó al «compromiso indispensable de los laicos en la vida pública» Encuentro con valdenses y metodistas —Obispo titular de Orreacelia y auxiliar de Johannesburgo (República Sudafricana) al presbítero DUNCAN THEOD ORE TSOKE. Duncan Theodore Tsoke nació en Daveyton, archidiócesis de Johannesburgo, el 15 de abril de 1964. Recibió la ordenación sacerdotal el 2 de diciembre de 1995. Estudió gestión de los bienes eclesiásticos en Kenia. Ha sido vicario parroquial, responsable de la pastoral juvenil, formador y profesor en el seminario, vicario episcopal para la evangelización, párroco y vicario general. —Obispo titular de Forma y auxiliar de Dacca (Bangladesh) al presbítero SHOROT FRANCIS GOMES. Shorot Francis Gomes nació en Hashnabad, archidiócesis de Dacca, el 15 de diciembre de 1965. Recibió la ordenación sacerdotal el 31 de mayo de 1990. Obtuvo el doctorado en teología moral en el Pontificio Instituto Alfonsianum de Roma. En su ministerio ha desempeñado los siguientes cargos: vicario parroquial, rector del seminario menor, rector del seminario mayor, vicario general de la nueva diócesis de Sylhet y, actualmente, vicario general de la archidiócesis de Dacca. Tuvo lugar el sábado 5 de marzo, por la mañana, la audiencia del Papa con una delegación de la Mesa valdense y del Sínodo de las Iglesias valdenses y metodistas Miembros del Sínodo permanente de la Iglesia greco-católica ucraniana —Exarca apostólico del nuevo exarcado apostólico para los fieles maronitas residentes en Colombia al padre FADI ABOU CHEBEL, O.M.M. Fadi Abou Chebel, O.M.M., nació en Deir el Kamar el 19 de octubre de 1969. Tras ingresar en la Orden Maronita Marianita, recibió la ordenación sacerdotal el 23 de diciembre de 1995. Obtuvo la licenciatura en teología pastoral en Roma. Inició su ministerio como vicario parroquial en Uruguay, luego fue director espiritual del seminario de la Orden, responsable de los jóvenes estudiantes en Roma, capellán universitario y director general de la pastoral universitaria en Líbano. El Pontífice recibió en audiencia el sábado 5 de marzo, por la mañana, en la biblioteca privada del palacio apostólico a los miembros del Sínodo permanente de la Iglesia greco-católica ucraniana L’OSSERVATORE ROMANO página 12 viernes 11 de marzo de 2016, número 10 Dramática situación de los menores migrantes y refugiados víctimas de las mafias Los invisibles JOSÉ BELTRÁN Apenas levanta un palmo del suelo. Y no tiene nombre. Se lo han robado. A casi nadie le importa. Tampoco parece preocupar su paradero ni el de los otros 10.000 niños migrantes que EUROPOL da por desaparecidos en Europa. Hace poco más de un mes se conoció esta cifra que revela el descontrol y la falta de medios de las autoridades europeas para garantizar los derechos de los menores que atraviesan las fronteras como inmigrantes huyendo de la pobreza o como refugiados escapando de la guerra. Han pasado semanas y aún estos niños siguen perdidos. Y olvidados por casi todos. Así es la anestesia que propicia la cultura de la indiferencia que condena Francisco. También en España, que miraba a Italia, a Alemania y a Suecia lamentando lo ocurrido, pero con la conciencia de que el drama estaba lejos. Sin embargo, según datos de Cruz Roja Española a los que ha tenido acceso el equipo de investigación de la revista Vida Nueva, en 2015 sólo en sus centros perdieron la pista de 113 niños migrantes. «Desgraciadamente estos números no suponen más que la punta del iceberg», lamentan desde esta ONG, convencidos de que son menores robados a sus familias y explotados en manos de mafias. Si se cruzan estos datos con los facilitados por otras entidades que luchan contra la trata de personas, la cifra podría dispararse. De ello dan fe tanto la Fundación Amaranta como Proyecto Esperanza, iniciativas de las religiosas adoratrices, que buscan salvar a las mujeres y niños víctimas de la trata y la prostitución. «Es duro decirlo, pero los niños que desaparecen de nuestros centros ya no aparecen...», alerta Pilar Casas, directora de Amaranta. Cuando hace años, se destapó una presunta red de menores robados durante la dictadura franquista en hospitales a madres solteras para entregárselos a familias estructuradas, El sentido y las consecuencias del viaje a México VIENE DE LA PÁGINA 1 lupana, llegando a decir en el Ángelus del domingo 21 de febrero, ya de regreso en el Vaticano, que el Santuario del Tepeyac fue «el baricentro» espiritual de su peregrinación. En la raíz de nuestra identidad como Nación está el acontecimiento guadalupano; un encuentro de culturas y dignificación de un pueblo llamado a tener un lugar especial en el mundo. Toda elección, lo sabemos, es gracia y es responsabilidad como sucedió con el Pueblo de Israel: «no hizo tal cosa con otra nación». Los mensajes dirigidos a diferentes grupos eclesiales, a familias y jóvenes, a indígenas y migrantes, a enfermos y reclusos, nos hacen ver que la Iglesia debe ser incluyente y tiene que preocuparse por todos sin distinción, como una madre que no ignora ni desprecia a ninguno de sus hijos. Los encuentros con Autoridades Civiles, con Rectores de Universidades y con Ministros de otras Confesiones Religiosas, nos impulsan a mantener una actitud de diálogo respetuoso construyendo puentes y compartiendo, con todos, los ideales comunes a favor de la sociedad. Algo notable es el estilo comunicativo del Papa, su lenguaje directo y comprensible y, sobre todo, los gestos y acciones más elocuentes que muchos discursos. Nos ha quedado una gratísima impresión de este acontecimiento histórico, sobre todo en los lugares que por primera vez visitó el Obispo de Roma. Nuestra tarea es seguir cultivando las semillas de misericordia y de paz que fue esparciendo por doquier el Papa Francisco. De otro modo no fructificaría el gran esfuerzo que implicó para él un viaje maratónico de frontera a frontera, yendo a las periferias geográficas y existenciales. A los Pastores de la Iglesia nos ha dejado retos muy grandes que, en primer lugar, nos interpelan y nos piden revisar el estilo de nuestra vida y nuestra labor apostólica. A los laicos, especialmente a los jóvenes, les ha abierto caminos para realizar su misión con esperanza y valentía. Ante las situaciones negativas que nos pueden desalentar, el Santo Padre nos ha llamado a recuperar la confianza y defender nuestra dignidad de hijos de Dios. Agradecidos con Dios que, a través del Vicario de Cristo, nos ha hecho experimentar su gran misericordia, pedimos al Espíritu Santo siga inspirándolo y fortaleciéndolo en su ministerio y a nosotros nos conserve en comunión de fe y caridad. *Cardenal arzobispo de Morelia la opinión pública se escandalizó. Hasta tal punto de generar un seguimiento diario que removió a los políticos, con análisis de ADN y procesos judiciales incluidos. Tal fue la expectación que se generaron programas de televisión, series e incluso películas. Estos 113 niños robados en territorio español, como los otros 10.000 menores perdidos en Europa, no despertarán tanta expectación. ¿Quizá por haber nacido en el África subsahariana o en Siria? Más allá de carteles de bienvenida a los refugiados, las autoridades están más preocupadas por hacerse con la Moncloa tras las elecciones, que para afrontar este drama. Prueba de ello es la falta de una ley contra la trata, la inexistencia de un reglamento que desarrolle la actual Ley de Asilo o la ausencia de un plan coordinado para identificar con ADN a los menores y garantizar su seguimiento. Frente a esta desidia, la Iglesia española se adentra donde el Estado no quiere llegar. Y al igual que ocurre en Lebos con quienes llegan en las barcazas, los cristianos que rescatan a estos menores. Perdidos. Explotados. E invisibles. Tuit del Papa en Pontifex_es 8 FEB [10.42 AM] Pequeños gestos de amor, de ternura, que hacen pensar que el Señor está con nosotros: así, se abre la puerta de la misericordia 9 FEB [4.18 PM] Dios nos ha acariciado con su misericordia: llevemos esa caricia a los demás, a aquellos que tienen necesidad
© Copyright 2025