Manuel José Balbontín: “En la política fiscal hay que ser más

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Lunes 29 de febrero de 2016 • www.pulso.cl
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Análisis del momento económico y financiero
¿BAJARÁ CLASIFICACIÓN DE
CHILE?
“No la vemos
inminente, pero sí es
una situación que hay
que cuidar”.
ENTREVISTA CON
FUNDADOR Y SOCIO DE COMPASS GROUP
Manuel José
Balbontín: “En la
política fiscal hay
que ser más
keynesiano (...)
impulsando la
confianza y
facilitando la
inversión”
SEÑALES PRO CRECIMIENTO
“Tanto los
inversionistas locales
como internacionales
siguen en la posición de
ver para creer”.
INFLACIÓN POR TIPO DE CAMBIO
“¿Cuál es el punto de
tratar de pelear en
forma importante esa
inflación y perjudicar
aún más el crecimiento
en Chile?”.
—Eso sí, el experto advierte que sólo aumentar
el gasto del fisco no “sirve para nada”.
—Dice que la política monetaria no tiene un rol
mayor que jugar en el presente escenario,
donde no se anticipan mayores presiones
inflacionarias.
Una entrevista de
R. CÁRDENAS/P. POBLETE
En medio de la desaceleración
mundial, ¿cómo ve el escenario
económico en Chile?
—Claramente Chile está en una situación complicada. Hay dos factores: por un lado la desaceleración global y la caída del precio de
las materias primas, que le afecta
directamente a Chile. Lo segundo,
es que la confianza -tanto del consumidor externo como interno- ha
disminuido en forma importante,
en parte relacionado con un proceso de reformas que no favorecen la
confianza de los inversores, que
son percibidas como que no mejo-
CREDITO DE FOTO
C
OMPLEJO está el panorama
económico mundial y también el chileno, señala el fundador y socio de Compass Group,
Manuel José Balbontín. Con más de
20 años de experiencia en el manejo de inversiones en Nueva York,
sostiene que el mundo seguirá creciendo en forma moderada, y los inversionistas continuarán favoreciendo a los mercados desarrollados. En ese escenario, la región está
registrando una desaceleración estructural, y Chile no se escapa de
este contexto. Por lo mismo, el experto indica que el Gobierno debe
dar señales claras pro crecimiento,
que logren recuperar las confianzas
y apuntalen la inversión. Descarta
que un aumento sólo del gasto fiscal tenga un efecto económico importante.
ran la competitividad o la productividad, y a esto además se agrega
el hecho de que hay una falta de
confianza en las instituciones, tanto públicas como privadas, por casos de corrupción, por acusaciones, etc. Y eso no sólo se está dando en Chile, también en Brasil, en
México, en distintos países. Por lo
tanto la situación de Chile claramente está complicada.
¿Cuál es el rol que debe jugar el
sector fiscal, dado el poco espacio para gasto?
—La situación fiscal con el poco
crecimiento se complica. Entonces no se ve que se puedan hacer
muchas medidas pro crecimiento.
Lo que se tiene que impulsar es
todo lo que sea inversión en infraestructura. Latinoamérica en
todo este período de boom de precio de las materias primas no hizo
mucho de lo que debería haberse
hecho, algunos países han empezado últimamente, tarde, pero en forma más agresiva, como el caso de
Colombia, mientras otros están tra-
tando, como México. En el caso de
Chile, se ha hecho muy poco, y esto
mismo hace que la inversión en infraestructura, que se realicen proyectos, que se aprueben esos proyectos, sean medidas contracíclicas
poderosas.
¿No quedan a estas alturas más
“municiones” para apuntalar el
crecimiento?
—Si revisamos el panorama actual,
la devaluación del peso hace que la
inflación aumente, hace que el Banco Central tenga la tendencia a subir las tasas, lo cual no es pro crecimiento. Además, vemos todas las
reformas que disminuyen las confianzas, y que acompañadas de la
crisis externa, hacen que la economía crezca menos, lo que a su vez
hace que la situación fiscal de Chile empeore y eso tiene como contraparte que haya también un incentivo a volver a subir impuestos o a
disminuir gasto. Ninguno de los
dos caminos va a ser pro crecimiento. Entonces la situación se ve complicada. Así, la forma de impulsar
el crecimiento es ver cómo invertir
o atraer inversión en base a la confianza, en base a proyectos que se
vayan aprobando. Pero no sé qué
tan fácil es atraer esa confianza
después de lo que ha pasado el último par de años.
¿Qué camino ve para retomar
estas confianzas?
—La confianza va a tener que empezar por casa, los inversionistas
extranjeros van a estar viendo cómo
reaccionan a las reformas o a la
discusión interna en Chile los inversionistas locales, y el negativismo que vemos hoy no favorece a
que el inversionista extranjero vea
esto con muy buenos ojos.
Algunos parlamentarios ya han
indicado que es hora de ocupar
parte de los ahorros en el exterior, para no disminuir gasto...
—No creo en aumentar mucho el
gasto. A menos que ese gasto esté
acompañado de una mejora de confianzas, de claridad en las reformas
y de que ese gasto vaya a inversión,
lo que conlleve que se hagan proyec-
tos que están hace muchos años
paralizados. Como Chile es un país
poco endeudado, con reservas, ese
tipo de gasto adicional le das un
efecto multiplicador. Pero, si ese
gasto adicional viene acompañado
con las mismas incertidumbres que
hay de reformas hoy, con la misma
falta de confianza en las instituciones que existe hoy, es un gasto que
no va a tener mayor impacto.
¿Este Gobierno puede recuperar la confianza o hay que esperar una próxima administración?
—Todo gobierno lo puede hacer, ¿lo
va a hacer? No sé. Por lo menos
hasta ahora no hemos visto indicaciones claras de que haya un cambio importante y, por ende, el mercado -tanto los inversionistas locales como internacionales- sigue en
la posición de ver para creer.
Ahí entonces es clave la posición del líder, en este caso la
Presidenta...
—Depende no sólo de la Presidenta, depende del Gobierno y depen-
de de todos. Insisto, esta es la única manera de que cualquier aumento de gasto tenga el poder de inyectar confianza y que vengan inversionistas. Estos vienen con una
mejora de la confianza, y esa mejora de la confianza tiene que ver con
claridad en qué lo que van a ser las
reformas, en cómo van a actuar las
instituciones, con qué es lo que podemos esperar para Chile en los
próximos 10 o 15 años. Hoy esa claridad no está. Esas certezas se han
perdido, hay una desconfianza
enorme. Los inversionistas globales deciden en base a la temperatura de los inversionistas locales. Por
esto, puro gasto es plata perdida,
tendríamos una situación fiscal
peor y no va a servir de nada.
La deuda bruta ha venido aumentando sostenidamente y
hoy llega a 17,7% del PIB, mientras se prevé que continúen los
déficit fiscales. ¿Ve posibilidades de una baja en la clasificación de riesgo de Chile?
—No la vemos inminente, pero sí es
una situación que hay que cuidar.
Claramente los acreedores globales
están viendo a Chile con una óptica distinta a la que lo veían antes,
pero es una combinación. Parte por
la desconfianza local, parte por la
desaceleración económica, parte
por la situación de cuenta corriente y balanza de pagos que ha empeorado, parte porque la situación
fiscal ha empeorado. Y, en la medida que Chile no recupere la senda
de crecimiento o haya un aumento importante en los precios de los
commodities, es difícil ver que eso
se revierta. ¿Cómo en esta situación se cambia la confianza e incentiva la inversión? No es fácil, pero
creo que la única manera es en parte bajar un poco la temperatura en
términos de las reformas, y en eso
sigue habiendo situaciones de incógnita en el mercado. En la laboral no está claro aún que es lo que
va a pasar, respecto de a otras reformas que se están hablando, como
la constitucional, tampoco ayudan. Esto, además en medio de la
crisis de la confianza en las instituciones, que sigue estando en niveles muy negativos, tanto local como
internacionalmente.
¿Cómo evalúa el desempeño
del Banco Central (BC), que ha
estado un periodo largo con la
inflación sobre el rango de tolerancia?
—El desempeño del BC dentro de
las instituciones en Chile ha sido un
lujo. Es una entidad que tiene gran
credibilidad por parte de los inversionistas locales y extranjeros. Es
una institución que no se ha politizado, pero claramente está en una
posición muy difícil. La inflación principalmente por la devaluaciónha subido, y eso hace que el Central
tome las medidas para bajar esa
inflación, lo que tiene un efecto
negativo en el crecimiento, que ya
es bajo. En esa situación es fácil
criticar, pero esa crítica no tiene
mucho valor. Claramente el convencimiento en el BC es ser cauteloso en la subida de tasas, para no
perjudicar aún más el crecimiento,
y además ser cauteloso porque mucha de esta inflación no viene por
una economía sobrecalentada. La
inflación ha sido por la devaluación
de la moneda, por lo tanto eso en el
tiempo es manejable.
¿No hay preocupación entonces
por la inflación?
—No es que estemos entrando en
un ciclo inflacionario. Entonces,
¿cuál es el punto de tratar de pelear
en forma importante esa inflación
y perjudicar aún más el crecimiento en Chile? Creo que en el BC lo están haciendo bien. Es una institución que tiene la independencia
necesaria para hacer lo que tiene
que hacer.
Entonces no hay mucho más
que pueda hacer la política monetaria...
—Creo que la política monetaria
hoy ya no tiene un papel mayor
que jugar. La política que sí puede
jugar un papel real es la política
fiscal, hay que ser más keynesiano.
Y eso, como hoy la situación fiscal
ha empeorado, tiene que ver con
mejorar las confianzas, facilitar la
inversión, aprobar proyectos importantes, porque hay interés tanto de inversionistas locales e internacionales si hay buenos proyectos.
Lo que pasa que es necesario que se
den. Para eso tienen que ser acompañados de reglas claras, de saber
muy bien qué se puede esperar para
adelante, en la parte laboral, impositiva e institucional, y todo eso sigue en el aire, por eso no tengo muchas expectativas de que eso mejore en forma importante. P
R. Valdés abrirá seminario de Compass
bbb El próximo 17 de marzo
se realizará el XX Seminario
Internacional de Inversiones
de Compass Group, en el Hotel
W, en que se analizan el presente y futuro financiero de las
distintas regiones del mundo.
Este seminario es el último de
una serie de cuatro, que se desarrollarán a partir del martes
8 de marzo en Ciudad de México, para luego ir a Montevideo,
luego a Buenos Aires y, final-
mente, terminar en Santiago.
Para la apertura está invitado
el ministro de Hacienda Rodrigo Valdés.
Luego le corresponderá exponer a los ex ministros Andrés
Velasco, Felipe Larraín y José
de Gregorio. Además, Manuel
José Balbontín tendrá el rol de
moderar el panel sobre los
mercados del mundo, que se
llamará Mercados Globales,
¿La Hora de la Verdad?
“No vemos una crisis
de deuda en la región
como fue en los ochenta”
—El ajuste en los mercados era de esperarse, asegura Manuel José Balbontín. Es que con la combinación de
disminución de crecimiento mundial, dudas en la expansión de la actividad de mercados emergentes que
han sido los líderes de la expansión,
con China a la cabeza, y activos financieros con precios relativamente altos, no podía esperarse otra cosa. Eso
sí, “quizás lo que ha pasado en estos
dos primeros meses del año es que ha
sorprendido la volatilidad más alta”.
¿Por qué fue tan alta?
—En parte porque algunas noticias
con respecto al crecimiento en China
han sido algo peor de lo que se esperaban. Vimos cifras de salidas de flujos desde China muchos mayores de
los vistos hasta ahora. Por ende, tuvo
un impacto importante. Si a eso le
agregamos que hay una serie de fondos soberanos de países que por mucho tiempo tuvieron un exceso de
ingresos por los altos precios de las
materias primas, que hoy están en
una tendencia contraria, sobre todo
los ligados al petróleo. Esto lleva a la
volatilidad que hemos visto y que
creemos que seguiremos viendo.
¿Cuál es su visión para la economía china?
—China es un paciente que está
siendo operado del corazón. Antes
tenía dos fuentes principales de crecimiento. Una era la inversión en infraestructura doméstica, ciclo que
creemos ya está terminando pues ya
se ha hecho todo lo que se tenía que
hacer. La otra, un modelo de exportación muy eficiente. Hoy el modelo en base a estos dos grandes flujos
debe cambiar a uno donde hay que
mejorar la calidad de vida de la población. Hay que ver cómo se mejoran los beneficios al pueblo chino.
Hay que mejorar las condiciones
de salud, de educación, de seguridad social. Todo eso hace que, en el
tiempo, mejore también el consumo
interno. De modo que este crecimiento de consumo interno compense la disminución de estas dos
grandes válvulas de expansión. Eso
demora tiempo, no es fácil. Es un
proceso no completamente controlable, medio caótico, y eso hace que
las dudas estén ahí.
Nuestra percepción es que, en
este cambio de modelo, China se
desacelerará.
¿A qué tasas?
—China seguirá creciendo, pero más
cerca de 4%-5% en los próximos años.
Eso es bueno para China, pero es un
ajuste respecto del ritmo de avance
que traía. Probablemente vendrá
acompañado de ciertas reestructuraciones financieras locales, pues hay
ciertos problemas de deuda. También es probable que sea acompañado, ante la situación global, con devaluación de la moneda en China.
Ello, de una manera u otra pone presiones sobre el mundo. Seguirá siendo una fuente de incertidumbre y
volatilidad sobre los activos.
¿La devaluación adicional de la
moneda china será gradual, como
las vistas, o más radical?
—Será relativamente pausado.
¿Cómo está viendo la política monetaria a nivel internacional y las
MOMENTO DE CHINA
“China es un paciente
que está siendo
operado del corazón”.
FUTURO DE CHINA
“China seguirá
creciendo, pero lo
puede hacer más cerca
del 4%-5% en los
próximos años”.
MÁS DEVALUACIÓN DE YUAN
“Es probable que sea
acompañado, ante la
situación global, con
cierta devaluación de la
moneda en China”.
INVERSIONES
“Creemos que hay
mayor valor en
acciones que en renta
fija. A pesar de que
serán más volátiles”.
“municiones” que le quedan?
—La política monetaria seguirá siendo muy expansiva, sobre todo en los
mercados desarrollados, donde lo
más probable es que Japón seguirá inyectando liquidez al sistema. Ya no se
pueden bajar mucho más las tasas de
interés. Europa también seguirá en
esa misma política de inyectar liquidez y con medidas cuantitativas. La
Fed en EEUU, creo que cualquier movimiento será extremadamente cauteloso. La Fed, dado que no hay claridad de cómo las incertidumbres
existentes pueden afectar a la economía de EEUU, que no hay aumentos
de inflación en los desarrollados y la
caída del petróleo, lo más probable es
que hará una pausa por un tiempo.
En las últimas semanas se han
visto bajas de clasificación en Colombia y Brasil ¿Podrá resistir
América Latina este escenario?
—Hay una desaceleración estructural en la región, que tiene componentes externos relacionados con el
efecto negativo del desplome de las
materias primas y con la baja de la
confianza global de activos. Pero también hay situaciones locales, donde
hay cierta inestabilidad social, política y económica en algunos mercados emergentes. Cuando hablamos
de Latinoamérica, vemos situaciones de corrupción pública y privada,
que también tienen una consecuencia en crisis de confianza, que hace
que mucha de la inversión se frene.
Hay pocas medidas contracíclicas
por parte de los gobiernos en la región.
Entonces tenemos una situación
complicada a nivel global como local,
que hace que la desaceleración se
mantenga en el tiempo, pero estos
países tienen un amortiguador que
son las monedas. Además, vemos
cómo la clase media, que venía mejorando, ha creado un mayor nivel de
demanda interna. Los países hoy tienen una situación de ahorro interno
por lo que no dependen sólo de la inversión extranjera. La banca de la región tiene altos niveles de capitalización, incobrables muy bajos. Los consumidores están poco endeudados, al
igual que las empresas. Por lo tanto,
no vemos una crisis de deuda en la región, sí un empeoramiento de la situación. Eso se ha reflejado en una disminución de la calidad crediticia, lo
que ha derivado en los downgrades.
Tendría que ponerse mucho peor
para que esto se convierta en un problema de deuda como fue en los años
ochenta en Latinoamérica.
Ante esto, ¿qué recomienda a la
hora de invertir?
—Dada la corrección que hemos visto en acciones y dado el poco valor
que existe en renta fija en general, creemos que hay más valor en acciones.
Simplemente por dividendos de muchas compañías de mercados desarrollados con respecto a renta fija,
creemos que hay mayor valor en acciones que en renta fija. A pesar de que
serán más volátiles. No estamos en
una situación en que el mundo entrará en una recesión global.
Segundo, favorecemos los mercados desarrollados por sobre los
emergentes, pues los primeros están marginalmente mejorando,
mientras que los emergentes en general se siguen desacelerando. Tercero, en renta fija vemos poco valor por los niveles de tasas de gobierno. Vemos más valor en la parte
corporativa, pero hay que ser muy
selectivos. En acciones en la región, los múltiplos no se ven muy
baratos, porque la disminución de
precios ha ido acompañada con
descenso de utilidad.P