PARCIAL I: Espacio y recursos marino costeros Unidad 1. Introducción al medio marino El medio marino es un espacio único y extenso de nuestro planeta. Tiene características topográficas, físicas, químicas y biológicas que hacen que tenga un rol clave en el funcionamiento actual de la Tierra, siendo el espacio donde se supone se originó y comenzó a diversificarse la vida, un sumidero importante de carbono y un regulador del clima planetario. Sin embargo, a pesar de su importancia planetaria sigue siendo un espacio sumamente inexplorado, afectado por numerosas amenazas humanas. Particularmente, nuestro país posee un territorio marino dos veces su territorio terrestre, inexplorado y mal aprovechado. En efecto, el primer paso para gestionar mejor nuestros espacios y recursos marinos es desarrollar y divulgar el conocimiento sobre estos. 1.1 Espacio marino Los océanos y mares recubren 71% de la superficie terrestre y poseen 97% del agua del planeta. Además, el volumen de los océanos es superior al de los continentes, ya que poseen una profundidad promedio de 3,650 m y una profundidad máxima de 11,034 m, encontrada en el Abismo de Challenger. Debido a su extensión, el espacio marino sigue siendo un misterio ya que se estima que alrededor de 90 al 95% de los océanos sigue inexplorado. La configuración actual del planeta presenta cinco Océanos que son el O. Pacífico, el O. Atlántico, el O. Índico, el O. Antártico y el O. Ártico. Además existen actualmente más de 60 mares que pueden ser mares litorales (Mar Caribe), continentales (Mar Mediterráneo) o cerrados (Mar Muerto). Esta configuración ha cambiado bastante con el tiempo debido a la tectónica de las placas, partiendo del hecho que el océano original -‐conocido como Panthalassa-‐ era uno sólo, donde bañaba un solo continente -‐llamado Pangea. Hay dos hipótesis que explican cómo se formó este océano primitivo. La primera hipótesis sostiene que el océano se formó hace 4 Millones de años y que tiene un origen volcánico. En efecto, la tierra primitiva poseía una actividad volcánica intensa, lo que expulsó enormes cantidades de vapor de agua proveniente del interior de la tierra y este vapor, al condensar, formó las masas oceánicas. La segunda hipótesis es defendida por Francis Albarède, científico francés, quien argumenta que el agua de los océanos tiene un origen extraterrestre. Esta hipótesis estima que entre 80 y 130 millones de años después de la formación del planeta, asteroides gigantes cubiertos de hielo chocaron contra la Tierra, y fue al fundirse el agua que se llenaron los océanos del planeta. Estas dos hipótesis pueden ser complementarias y los océanos terrestres pueden tener un origen a la vez terrestre y extraterrestre. 1 En función de la profundidad y el gradiente de la pendiente se definen zonas topográficas oceánicas. Otras variables como la luz, la influencia de la costa y el tipo de sustrato permiten igualmente estructurar el océano en diferentes zonas. Por ejemplo, la zona en la cual penetra la luz se conoce como la zona fótica, y está situada entre 0 y 200 m. Bajo los 200 m se conoce como la zona afótica, es decir sin penetración de luz. También se puede diferenciar la zona bajo influencia de la costa que se conoce como nerítica y la que no se encuentra bajo su influencia directa se conoce como oceánica. El dominio pelágico es la zona que comprende la masa acuosa y el dominio bentónico es la zona que comprende el sustrato oceánico. 1.2 Características físico-‐químicas y geológicas de los océanos Existen tres grandes provincias topográficas, que son el margen continental, las fosas oceánicas y las dorsales medio oceánicas. El margen continental es la zona oceánica que bordea los continentes, está compuesta por la plataforma continental, que es la zona más cercana a la costa, con una pendiente generalmente suave y que llega a profundidades de 200 m. Le sigue el talud continental que tiene una pendiente fuerte y que llega a profundidades de 4,000 m. Luego se encuentran generalmente las planicies abisales con pendientes leves y hasta una profundidad de 6,000 m, que corresponde a la mayoría del espacio oceánico. La zona con pendientes fuertes y que despasan los 6,000 m de profundidades son conocidas como fosas oceánicas y albergan las mayores profundidades oceánicas, siendo el abismo de Challenger el punto conocido con mayor profundidad (11.034 m). Por otro lado, en medio de los océanos se encuentran las dorsales medio oceánicas, que corresponde a la cordillera más larga del planeta, con una extensión de 60,000 km. Este lugar se origina debido a la divergencia de las placas tectónicas y es el lugar donde se crea la corteza oceánica. El volumen superficial de los océanos son las masas de agua, mayormente compuesta de la molécula H2O. El agua puede disolver más sustancias que cualquier otro líquido, y esta capacidad explica la presencia de los 118 átomos conocidos actualmente en el vasto océano. En promedio, el peso del agua de mar comprende en un 96.5% el peso de la molécula de agua (H2O) y en un 3.5 % el peso de las sustancias disueltas. Otro hecho que resulta interesante es que pese a la complejidad de la composición del agua de mar, el peso relativo de los principales elementos disueltos son constantes y esto fue ratificado por Dittmar, quien analizó muestras de mares diferentes recuperadas en la primera expedición oceanográfica entre 1872 y 1876, en la cual el buque Challenger recorrió más de 120,000 km de los océanos del mundo. El compuesto que representa el mayor peso en el agua de mar es el Cloruro de Sodio o sal común. De esta forma los elementos con mayor peso relativo son el cloro, con 55% del peso y el sodio con 30.6 % del peso. Los elementos que le siguen son: el Sulfato (7.7%), el Magnesio (3.7%), el Calcio (1.2%) y el Potasio (1.1%). El resto de los elementos constituyen 0.7% del peso de las sustancias disueltas en el agua de mar. 2 Las masas de agua en los diferentes océanos y mares están caracterizadas por su salinidad, que representa el peso de las sales disueltas y que se mide en gramos por kilogramo de agua, es decir en ‰ (g de sales en mil gramos de agua). La salinidad de los mares y de los océanos del mundo oscila generalmente entre 33‰ y 37 ‰ (Lozano, 1978). Esta depende de factores meteorológicos, topográficos y de aportes fluviales, etc. Por ejemplo, el Mar Báltico que tiene enormes aportes de agua dulce, poca comunicación con el mar abierto y poca evaporación por encontrarse a latitudes elevadas, posee una salinidad casi nula. El pH (cantidad de iones H+ disueltos) del agua de mar oscila entre 7.4 y 8.4, es decir que el agua de mar es alcalina. Este valor depende del equilibrio químico entre el CO2 disuelto y el atmosférico, y el actual aumento de este gas está acidificando los océanos, lo que resulta un estrés en los seres vivos marinos. Un factor físico bastante importante para comprender el funcionamiento de los océanos es la radiación solar. Por ejemplo, la temperatura del agua depende principalmente de la intensidad de radiación solar que recibe. Además, las radiaciones azules son las que más profundamente penetran el agua de mar dándole el color azul global al océano. Otra característica física es que debido al peso que ejerce el agua, la presión aumenta de una atmósfera cada 10 m. Las masas de aguas oceánicas están caracterizadas básicamente por dos variables físico químicas que son la temperatura y la salinidad que determinan su densidad. Los valores de estas variables están íntimamente influenciados por la intensidad de la radiación solar. Debido a la que la radiación solar en nuestro planeta es mayor a bajas latitudes que a altas latitudes, la temperatura del océano superficial (SST o Sea Surface Temperatures) está estratificada, siendo lógicamente superior en bajas latitudes. Sin embargo, el perfil vertical de la temperatura está estratificado en los primeros metros, que están bajo la influencia de la luz, pero el océano profundo es una masa de temperatura fría y uniforme cual sea la latitud. La salinidad sigue también un patrón latitudinal pues a mayor radiación solar, mayor evaporación y mayor salinidad. No obstante, la estratificación de la salinidad se acopla con patrones más complejos en los cuales no solo actúa la evaporación, sino también la precipitación y descarga de agua dulce (ríos y derretimiento). Actualmente el Océano Atlántico es el que posee la salinidad más elevada en promedio. Las masas de agua oceánicas están en perpetuo movimiento, y esta dinámica depende de la acción del viento en el caso de las olas y las corrientes, o bien de la acción de los astros como la luna y el sol en el caso de las mareas y más puntualmente por la acción sísmica en el caso de los tsunamis. La influencia del viento en el océano es el responsable de crear corrientes que tienen influencia superficial y que a nivel del planeta se conocen como corrientes geostrópicas. El viento que distribuye el calor de los trópicos a las zonas de latitudes altas a través de su movimiento en forma de célula, desplaza el agua del mar creando dentro de los diferentes 3 océanos zonas de alta presión de agua. Por la fuerza de gravedad, el agua se desplaza entonces de estas zonas de alta presión a zonas de bajas presión y como el movimiento está influenciado por la rotación de la tierra, este se hace de manera circular. Es así como en el hemisferio norte las corrientes se desplazan en el sentido de las agujas del reloj y el hemisferio sur del sentido opuesto. Otro tipo de corriente que existe, son las corrientes termohalinas, que son corrientes verticales y están determinadas por el peso de las masas de agua: las aguas más pesadas caen como cascadas y alimentan el océano profundo. Actualmente, esta caída de agua se localiza en el Atlántico Norte y su circulación es muy lenta, 10 cm son desplazados por s. Las características geológicas y físico-‐químicas de los océanos determinan la vida que albergan y las funciones que estos realizan. 1.3 Vida en los océanos Se conocen actualmente unas 250, 000 especies descritas de acuerdo al censo que duró 10 años, en el cual participaron investigadores de 80 países y que fue presentado en Londres en el 2010. El censo encontró formas de vida en todos los lugares donde buscó, incluso donde las altas temperaturas derretirían plomo, donde el agua del mar se congela y la luz y el oxígeno escasean. Amplió los hábitats y rangos conocidos donde se sabe que hay vida. Según estos descubrimientos, en los hábitats marinos, lo extremo es normal. Realmente se estiman muchísimas más especies habitando los océanos, entre 10 y 40 millones y sobre todo organismos microscópicos. Hay que recordar que el océano es un compartimiento planetario sumamente inexplorado. Lastimosamente un estimado de 38% de las especies marinas conocidas están amenazadas inminentemente, y seguramente debido a nuestras acciones humanas desmesuradas, hemos destruido muchas especies sin saber ni siquiera que estaban allí. La vida en los océanos está determinada por un cierto número de factores como son los factores topográficos (distancia de las costas, disponibilidad de sustrato), los factores químicos (composición del agua: salinidad y nutrientes, pH) y los factores físicos (luz, temperatura, presión, corrientes marinas). Los principales factores que determinan la distribución de los biomas marinos son: la latitud -‐es decir la cantidad de radiación solar que llega-‐ y el aporte de nutrientes. Es así como tenemos biomas polares, mares templados, upwellings templados, mares tropicales y upwellings tropicales. A más pequeña esquela tenemos los ecosistemas. En efecto los ecosistemas marinos están clasificados según diferentes aspectos. Por ejemplo se puede clasificar los ecosistemas bentónicos que son los que se encuentran a nivel del sustrato marino y los pelágicos que son los que se encuentran en la masa acuosa. También estos ecosistemas pueden ser clasificados según la cantidad de nutrientes y clorofila que en ellos se encuentre. 4 En el caso de ecosistemas pelágicos, los más productivos conocidos son definitivamente los sistemas de afloramiento que están localizados en lugares precisos al oeste de los continentes (upwelling de Chile y Perú, Upwelling de California, Upwelling de Maruecos, etc.). También de menor dimensión y más localizados encontramos los sitios de agregación de peces donde estos descansan, se alimentan, se reproducen y se limpian de forma masiva. Estas zonas son lamentablemente sobreexplotadas por sus recursos pesqueros. Por otro lado, los ecosistemas tropicales bentónicos más productivos conocidos son los interrelacionados arrecifes de coral, manglares y pastos marinos. En altas latitudes encontramos también ecosistemas productivos como los bosques de Macrocystis sp., los pastizales de Posidonia sp. y los ecosistemas bentónicos polares. Otros ecosistemas bentónicos en las costas altamente producticos son las lagunas costeras, estuarios, deltas y el espacio mediolitoral. Finalmente, ecosistemas menos explorados y con poca influencia de la radiación solar son las fumarolas hidrotermales y las cuevas. La función de los ecosistemas se describe siguiendo el recorrido de la materia y la energía que entra, sale y como esta se organiza en un sistema. Haciendo este acercamiento tenemos una imagen global del ecosistema y comprendemos los factores abióticos y bióticos determinantes y como están interconectados. Vemos conceptualmente como al afectar un elemento, este impacto se expande en forma de cascada de reacciones o siguiendo el efecto domino. 1.4 Funciones de los Océanos Los océanos influencian profundamente la mayoría de procesos de nuestro planeta. Por ejemplo se supone que en este compartimiento es que se pudo crear y desarrollar la vida. La teoría de la evolución química defiende que en los océanos primitivos de hace 4,000 billones de años, gracias al aporte de energía, la poca presencia de O2, la presencia de sustancias químicas simples como H2O, CH4, CO2, N2 y el paso del tiempo, se pudieron formar compuestos químicos más complejos, para luego constituir las primeras moléculas orgánicas que dieron origen a las primeras células en nuestro planeta. Estas primeras células procariotas -‐sin núcleo-‐ eran seguramente parecidas a bacterias anaeróbicas (no respiraban O2). A medida que el tiempo pasaba, la vida se fue desarrollando e inventando maneras eficaces de aprovechar los recursos. Es así como se desarrollaron las cianobacterias que revolucionaron la composición de la atmósfera, siendo capaces de realizar la fotosíntesis y liberar oxígeno. Luego los eucariotas -‐que poseen células con núcleo y por ende son más complejas-‐ se desarrollaron, adquiriendo un metabolismo en base al 02. En efecto, los tiempos evolutivos permitieron la diversificación de estrategias de vida que actualmente conocemos. También el océano es capaz de capturar C02 atmosférico por dilución química y por acción biológica vía la fotosíntesis. Ese carbono que entra al sistema es transformado biológicamente y puede permanecer en el océano sin volver naturalmente a la atmósfera (este es el caso de las rocas sedimentarias, el petróleo y el gas mineral). De esta forma el 5 océano profundo constituye un sumidero de carbono a través de la combinación de las bombas química y biológica. Por consecuencia el océano regula la concentración atmosférica de este gas a efecto invernadero, el cual tiene un rol importante en el proceso de absorción de energía solar, lo que constituye el motor del clima de la Tierra. Además la asociación atmósfera y océano es fundamental en lo que concierne la regulación del clima planetario ya que permiten la distribución del calor desde las bajas a las altas latitudes. Al contrario de la atmósfera, el océano posee una gran inercia térmica capaz de almacenar el calor y liberarlo poco a poco. De esta forma la inercia oceánica es mayor que la atmosférica, e influencia los procesos de forma menos inmediata, a lo largo de los años. Unidad 2. Caso de Honduras 2.1 Definiciones y Conceptos Según la Convención del Derecho de Mar, desde un punto de vista jurídico, las aguas marinas de un país se dividen en: -‐ Las aguas interiores que toman en cuenta efectos de geografía como presencia bahías e islas costeras y que permiten establecer la línea base de la cuál parten el mar territorial y la Zona Económica Exclusiva. -‐ El mar territorial que va desde la línea base hasta 12 millas náuticas paralelas. -‐ La zona contigua que incluye 12 millas más desde el límite externo del mar territorial. -‐ La Zona Económica Exclusiva (ZEE) que va desde la línea base y se extiende hasta 200 millas náuticas. -‐ El altamar que se extiende más allá de la ZEE. En cada una de estas zonas se definen normativas sobre las actividades que pueden realizarse y de qué manera, con el objetivo de establecer reglas de uso del espacio marítimo y además delimitar la soberanía de cada país que posee territorio marino. Sin embargo, el ejercicio de delimitación de áreas marino costeras es un tanto complejo. Por ejemplo en el caso del concepto del litoral, esta delimitación puede hacerse a diferentes escalas (Arenas, 2012): -‐ La concepción restringida que lo localiza a la zona intra-‐mareal. Esta concepción puede ser muy útil de un punto de vista ecológico por ejemplo. -‐ La concepción intermedia del litoral que lo localiza desde el límite interior de los municipios costeros hasta el límite del mar territorial (e.g. 12 millas náuticas de la línea base). Esta concepción puede ser útil judicialmente. -‐ La concepción amplia del litoral que lo localiza desde el punto culminante de la cuenca hasta el límite oceánico de la plataforma continental. Esta concepción es la más integral e interesante desde un punto de vista de gestión de espacios marino costeros. Visto que existen una suma de factores interactuando en el espacio marino costero, generalmente caracterizar este espacio resulta complejo. Por ejemplo, en función de 6 aspectos geológicos, biológicos, hidrológicos fluviales y marinos de la zona, se definen diferentes tipos de costas, ya sea sedimentarias o rocosas (Benavente, 2012). Las costas sedimentarias que pueden ser arenosas (playas, dunas, flechas y tómbolos) que están dominadas por el oleaje; o pueden ser fangosas (marismas y marjales) debido a la dominancia de la marea; o mixtas (estuarios y deltas). Por otro lado, las rocosas pueden ser acantilados, plataformas o bioconstrucciones. Según la escala temporal y espacial existen diferentes procesos que influencian el comportamiento de la costa: -‐ A escalas espaciales de entre mm y km, y temporales entre los minutos y las horas se encuentran los procesos hidrológicos. -‐ A escalas espaciales de entre km y cientos de km, y temporales entre días y meses se encuentran los procesos morfológicos. -‐ A escalas espaciales de entre decenas de km y miles de km, y temporales entre años y siglos encuentran los procesos ingenieriles. -‐ A escalas espaciales de entre cientos de km y miles de km, y temporales entre siglos y milenios encuentran los procesos geológicos. La costa es indudablemente un sistema muy complejo, donde convergen los ecosistemas, las sociedades, culturas y las actividades económicas. Por todos estos aspectos multidisciplinarios y multi-‐escala es que la gestión costera no es sencilla, sino que compleja y es un importante reto realizarla de forma integral. Además el espacio costero es particularmente vulnerable a nivel ambiental, lo que realza su vulnerabilidad social, económica y política. 2.2 Espacio Marino Costero de Honduras En Honduras, las fronteras marítimas son numerosas, existen fronteras con 8 países: México, Belice, Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Cuba, Jamaica y Gran Caimán. Lo que realmente vuelve compleja la aplicación de la teoría planteada por Montego Bay, pues existen varios puntos polémicos a delimitar debido a los intereses políticos y económicos de estas zonas. Recientemente, se perdió la frontera marítima con Colombia, ya que Colombia tuvo que ceder este territorio marítimo a Nicaragua. Por otro lado, la definición del espacio litoral es compleja, por ejemplo no hay leyes uniformes sobre la distancia a la cual se debe construir y la amplitud de la zona de usos público. Así que es importante que se defina mejor jurídicamente el espacio litoral en nuestro país. En efecto, Honduras tiene un espacio litoral significativo con una extensión de 1,137 km, sumando sus 2 costas e islas en el mar Caribe y en el Océano Pacífico. Lo que suma un total de 842 km en costas continentales y 295 km en costas isleñas (Carrasco y Caviedes, 2014). En detalle, el Caribe tiene una línea de costa que hace 682 km y las costas de sus islas suman 220 km. En el Golfo de Fonseca, la línea de costa se extiende en 160 km y las islas del Pacífico suman una línea de costa de 75 km. 14 de las 21 grandes cuencas de Honduras drenan en la larga costa caribeña. En la parte Centro-‐Oeste, el Caribe posee una topografía accidentada, donde se encuentra el pico más 7 alto cercano al mar del Caribe desde Miami hasta Colombia (Pico Bonito con 2,435 m). Por otro lado, su parte Este esta constituida por planicies costeras. En total el Caribe posee 16% de las planicies de Honduras. En el Caribe se halla un golfo, el Golfo de Honduras al Oeste, donde las profundidades son grandes, en oposición del Centro-‐Este donde la plataforma continental va desde la costa hasta las islas de la bahía. De hecho, la plataforma continental cubre 53,500 km2 (USAID, 2013). También en la zona caribeña se encuentran 8 islas principales y alrededor de 25 cayos (SERNA, 2001). Por otro lado, 7 de las 21 grandes cuencas de Honduras drenan en el Océano Pacífico. En sus costas se encuentra 2 % de las planicies de Honduras y la costa entera es un golfo, llamado el Golfo de Fonseca. Este se encuentra en la margen oriental de la placa tectónica del Caribe. Por lo que la plataforma continental cubre 5,000 km2 (USAID, 2013). En el Pacífico se encuentran 4 islas principales (SERNA, 2001). Este espacio marino extenso y rico también crea vulnerabilidad. La vulnerabilidad puede ser definida como una combinación de factores como son: -‐ la exposición, que se refiere a la presencia de un riesgo. -‐ la sensibilidad, que se refiere a la capacidad de respuesta de los sistemas a ese peligro. -‐ la capacidad de adaptación, que se refiere a la capacidad de un sistema para cambiar a un estado más favorable para hacerle frente a los impactos adversos. Basados en criterios socio económicos y ambientales que están ligados a las componentes de exposición y de sensibilidad, Honduras es considerado el país más vulnerable al cambio climático entre 1992 y 2011 (Harmeling and Eckstein, 2012). Esta vulnerabilidad puede ser afrontada disminuyendo la sensibilidad y aumentando la capacidad de adaptación y esto depende de un buen conocimiento y una buena gestión de los espacios y recursos marinos costeros. En efecto los ecosistemas sanos brindan servicios ecosistémicos de protección de las costas en caso de fenómenos climatológicos extremos. 2.3 Recursos Marino Costeros de Honduras Honduras está bendecida con gran cantidad de recursos marino costeros los cuales representan un valor potencial muy alto al aprovecharlos de forma racional. En nuestra ley ambiental se reconocen algunos de estos recursos. De hecho, el artículo 55 de la Ley General del Ambiente dice: “Se entienden por recursos marinos y costeros las aguas del mar, las playas, playones y la franja del litoral, bahías, lagunas costeras, manglares, arrecifes de coral, estuarios, belleza escénica y los recursos naturales vivos y no vivos contenidos en las aguas del mar territorial, la zona contigua, la zona económica exclusiva y la plataforma continental”. Sin embargo este artículo, ni ningún otro, mencionan a los pastos marinos y bosques inundados dentro de los recursos marino costeros. Esto es debido al poco conocimiento sistematizado que se tiene en este campo. 8 No obstante, nuestro país posee un espacio privilegiado al tener costas e islas en 2 espacios marinos diversos. Su topografía e hidrografía particular a pesar de exacerbar su fragilidad política y socio económica, también permite su riqueza en ecosistemas y especies. En suma, los ecosistemas y sistemas principales, que entran en la categoría de humedales, son: los arrecifes de coral, los pastos marinos, los manglares, los bosques inundables, las lagunas costeras, los estuarios, los deltas, las playas arenosas y los acantilados rocosos, etc. También posee sistemas insulares en dos costas. El Caribe se caracteriza al este -‐del lado de la Mosquitia-‐ por sus extensas planicies de playas arenosas blancas, lagunas costeras y manglares (Padilla et al., 2005). La parte centro-‐oeste del Caribe se caracteriza por sus cuencas, estuarios, deltas, manglares y también existen grandes extensiones de playas arenosas y algunas playas rocosas y farallones particularmente en el oeste. Además posee arrecifes de coral y pastos marinos frente a la costa y alrededor de islas y cayos (Padilla et al., 2005). En el Pacífico, el ecosistema de manglar cubre aproximadamente 500 km2 distribuidos en todo el litoral (Padilla et al., 2005). También se encuentran grandes extensiones de esteros y porciones de playa que se encuentran en zonas eco-‐geográficas formadas por la Bahía de Chismuyo, Bahía de San Lorenzo, Bahía de San Bernardo y sus islas. Honduras está expuesto a frecuentes fenómenos meteorológicos que representan perturbaciones en la dinámica de su funcionamiento. En condiciones naturales, los ecosistemas se han adaptado a estas perturbaciones, sin embargo actualmente los ecosistemas están fragilizados por las presiones humanas, en un contexto de cambios climáticos que ocurren rápidamente. Esta situación viene a disminuir la resiliencia –que es la capacidad de un sistema de recuperar la complejidad estructural y funcional luego de una perturbación. En la actualidad se posee poca información sistematizada sobre la resiliencia de ecosistemas marino costeros de nuestro país. 2.4 Poblaciones Costeras de Honduras Actualmente en el mundo hay más de 8 billones de personas y la tendencia es que esta cifra siga incrementando. Particularmente, más de la mitad de la población del mundo vive a menos de 60 kilómetros de la costa y esa proporción podría elevarse a las tres cuartas partes para el año 2020. Las interacciones entre las sociedades, los espacios y los recursos costeros son complejas, sobre todo por el rápido crecimiento de las poblaciones. Esto se debe en gran parte a la gran cantidad de servicios que brindan las zonas costeras, que pueden ser directos como la adquisición de recursos (alimentación, fuentes de agua, fuente de moléculas) y la generación de empleos (turismo y transporte), y por otro lado pueden ser indirectos, como en el caso de la protección costera y el secuestro de carbono. Además estos paisajes costeros tienen un valor hedónico y un valor de legado para el beneficio de las generaciones presentes y futuras. 9 La población de Honduras es superior actualmente a los 8 millones y alrededor de 2,787,400 personas se habitan el espacio costero (USAID, 2013), lo que representa un 36% de la población. En efecto, el incremento de la población costera y la antropización de esta zona se han realizado de manera muy rápida, sin un plan de ordenamiento territorial. En consecuencia pesan en estas zonas actividades que impactan los recursos naturales y las comunidades. Por ejemplo, en la zona del caribe, es el caso de construcción de represas sin debidas evaluaciones de impacto, uso del suelo para la agroindustria debido a incentivos políticos, construcción de complejos turísticos que no cumplen con las debidas normas ambientales, actividades mineras devastadoras, la presencia del narcotráfico, la pesca industrial, las construcciones portuarias, etc. Contradictoriamente, muchas de estas actividades humanas se juntan en espacios declarados como Áreas Protegidas. En el golfo de Fonseca, las actividades humanas que han tenido y tienen impactos en los espacios y recursos marino costeros son la construcción de camaroneras, la pesca industrial y la sobreexplotación (división de las aguas del golfo para el aprovechamiento pesquero por tres países). También alberga puertos importantes como el de Amapala por lo que hay una importante actividad de tránsito de barcos. La cereza en el pastel es que actualmente roda la amenaza de la instalación de ciudades modelo en esa zona. Todas estas amenazas, que parten de un desarrollo desordenado y de la toma de decisiones sin conocimiento pertinente, vienen a exacerbar la vulnerabilidad ambiental que a su vez acentúa la vulnerabilidad política, social y económica; y viceversa. Frente a estas presiones es importante realmente que Honduras adopte una estrategia de gestión integrada de los recursos marino costeros ya que de no ser así, el país no podrá mantener su patrimonio natural, el bienestar de la sociedad hondureña en general y el patrimonio cultural -‐4 grupos étnicos: los garífunas, los misquitos, los pech y los isleños habitan el espacio marino costero de Honduras. Además a largo plazo, esta degradación de nuestro patrimonio nacional afecta la posibilidad de tener estabilidad económica. Es importante que el país cambie su visión miope, deje de vender su territorio y recursos y además los hondureños nos valoricemos justamente, así como al país. 2.5 Legislación Nacional aplicada al Espacio y los Recursos Marino Costeros Frente a las amenazas antes mencionadas, Honduras posee una gran cantidad de herramientas legales para proteger espacios y recursos costeros. La ley sombrilla de todas las leyes ambientales del país es la ley general del ambiente, que tiene como objeto la protección, conservación, restauración y manejo sostenible del ambiente y de los recursos naturales son de utilidad pública y de interés social. Con respecto al recurso agua existe una “Ley del Agua” que tiene como fin el manejo adecuado de este recurso para la protección, conservación, valorización y aprovechamiento del recurso hídrico al propiciar la gestión integrada, siendo este administrado por el estado. Estas dos leyes deben ser aplicadas por la Secretaría de Recursos Naturales (SERNA). 10 En el caso particular de las áreas protegidas existe la “Ley forestal y de Áreas Protegidas”, que respalda el manejo racional y sostenible de los recursos forestales, áreas protegidas y vida silvestre. Esta ley es aplicada por el Instituto de Conservación Forestal (ICF). Por otro lado, en el ámbito marítimo y acuático, nuestro país posee una “Ley de Pesca” que tiene por objeto la conservación y la propagación de la fauna y flora fluvial, lacustre y marítima del país, su aprovechamiento, comercialización e industrialización y es respaldada por la Dirección General de Pesca (DIGEPESCA). Más recientemente, existe la ley de Ordenamiento Territorial, que es aplicada por la Secretaría de Plan de Nación (antes SEPLAN) y se encarga de guiar la estructuración del espacio de nuestro país. Sin embargo esta ley queda corta en el aspecto marino costero. Un rubro que utiliza mayoritariamente el espacio marino costero, pero que no posee una ley sostenible dedicado a este espacio es el turismo. Desde 1999, existe la “Ley del Incentivo al Turismo” que impulsa la inversión nacional y extranjera a través de incentivos fiscales (aplicada por el Despacho de Turismo), pero que no menciona el impacto ambiental. Finalmente, en un contexto de cambio climático, nacen las leyes de cambio climático (aplicada por SERNA) y de reducción de riesgos y desastres en Honduras (aplicada por COPECO), que buscan promover las medidas de mitigación y adaptación al cambio climático para así reducir el impacto de este. Esta amalgama de leyes muestra que no existe en nuestro país una visión integral del espacio y de los recursos marino costeros en Honduras, ya que no contamos con una ley unificada. Además existen un cierto número de instituciones encargadas de velar por el cumplimiento de estas leyes, lo que genera conflictos de intereses y aplicación. Cabe mencionar, que aún si son entidades con pocos recursos en nuestro país, existe la Fiscalía Ambiental es la que se encarga de supervisar las denuncias y enviarlas a las autoridades pertinentes y los Consejos Consultivos representados por actores claves de diferentes sectores para incidir en procesos legales y políticos. 2.6 Legislación Internacional aplicada al Espacio y los Recursos Marino Costeros Muchos procesos y problemáticas traspasan las fronteras nacionales. Es por eso que los acuerdos y convenciones internacionales son importantes, pues a través de ellos se crean consensos y compromisos multinacionales. Además se comparte la información, se identifican los vacíos de investigación, de educación y de gestión. También los convenios son igualitarios, cualquiera sea la talla del país, cada país es un voto al momento de la toma de decisiones y la planificación de acciones. Existen una serie de tratados internacionales que Honduras ha ratificado, que se aplican a los espacios y los recursos marino costeros. 11 Este es el caso de la convención sobre los Humedales que se celebró en 1971 en la ciudad de Ramsar (Irán) y para la cual Honduras es signataria desde 1993. Su propósito es planificar el uso racional de los humedales de importancia internacional. En la costa Caribe se ubican ocho de los diez humedales Ramsar designados en todo el país, correspondiendo estos a los mismos límites de las siguientes áreas protegidas del Refugio de Vida Silvestre Barras de Cuero y Salado (Primer sitio Ramsar no. 619, establecido en 1993), del Parque Nacional Blanca Janeth Kawas Fernández (Sitio Ramsar no. 722, establecido en 1995), del Parque Nacional Punta Izopo (Sitio Ramsar no. 812, establecido en 1996), de la Laguna de Bacalar (Sitio Ramsar no. 1254, establecido en 2003), de la Laguna de Cacao (2012), de la Laguna de Zambuco, Sistema de humedales de Cuyamel Omoa y sistema de humedales de Utila (2014). En la costa Pacífica se ubica uno de los siete humedales RAMSAR del país, correspondiendo estos a los Humedales del Golfo de Fonseca Sitio RAMSAR no. 1000. Otro ejemplo de tratado internacional que es muy aceptado internacionalmente y que actualmente posee 175 partes, es el Convenio sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres y se denomina CITES. Su objetivo es proteger las especies de la sobre explotación, a través de un listado de especies en peligro o potencialmente amenazadas inscritas a tres apéndices que prohíben su comercialización. Este convenio se estableció en 1973 y en Honduras entró en vigencia el 13/06/1985. Otra convención importante es la del Derecho del Mar de Montego Bay de 1982. Esta es el instrumento multilateral más importante en gestión judicial de los Océanos pues representa el resultado del equilibrio de los intereses marítimos de más de 150 Estados. De hecho, se firmó el Convenio de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (CONVEMAR), que constituye una suerte de constitución del mar. Honduras ratifica este documento el 05/10/1993 Una Convención más Regional, importante para nuestra zona caribeña es conocida como “Convenio de Cartagena”, pues fue adoptado en Cartagena de Indias, Colombia el 24 de marzo de 1983 y entró en vigencia en Honduras desde el 11/09/2003. Es un convenio coordinado por la UNEP para lograr un equilibrio entre la protección y el desarrollo del medio marino en la región del gran caribe. Tiene un plan de acción y diferentes protocolos enfocados en temas específicos. Por ejemplo protocolos dedicados a combatir la contaminación marina y particularmente debida a los derrames de hidrocarburos. También existen protocolos que proponen una serie de medidas de protección de especies y ecosistemas. Otra convención clave es la Convención de Diversidad que promueve el uso sostenible de la biodiversidad en diferentes sectores, científicos, económicos, culturales, sociales, etc. Definió y diseminó conceptos como biodiversidad y el desarrollo sostenible. Además, pide a cada nación el adoptar un plan estratégico de protección y uso sostenible de la biodiversidad (agenda 21), en el cual se identifique y monitoree el estado de la biodiversidad, así como se establezca y gestionen áreas protegidas y zonas de relevantes donde florece la biodiversidad. Nuestro país ratifica esta convención el 03/07/95. 12 En 1994 surge la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático que enmarca los compromisos internacionales para reducir las emisiones de GEI, principalmente de CO2. Para dirigir las acciones en este tema complejo se organizan reuniones de las partes de la convención llamadas COP. Y esta convención a generado la creación de protocolos como el protocolo de Kioto, que propone medidas energéticas para reducir los impactos humanos a los cambios climáticos. Este se realizó en 1997 y tiene como objetivo establecer reducciones concretas de emisiones en un 5% con respecto al nivel de 1990 para el quinquenio 2008-‐2012. Entró en vigencia en Honduras el 16/02/2005. Visto que Kioto resultó ser poco eficaz, actualmente se está impulsando el mecanismo REDD+, que tiene por objetivo reconocer el servicio ecosistémico de almacenamiento de carbono que prestan los bosques y otros ecosistemas y frenar la deforstación. Honduras es parte, a través de la Dirección Nacional del Cambio Climático de la REDD+ desde 2009. Finalmente, con el fin de reducir los riesgos y desastres, Honduras hace parte de la estrategia Internacional de las Naciones Unidas para reducir los riesgos y desastres (UNISDR) que se implementa desde 1999. Sin embargo, hasta que haya un real compromiso de los estados y la energía ya no provenga del petróleo es que habrá coherencia en las acciones de mitigación y adaptación a los impactos del cambio climático. En conclusión, nuestro país posee un espacio y recursos marino costeros diversos y abundantes, además cuenta con herramientas legales nacionales e internacionales para conservar y utilizar de manera sostenible estos recursos. Sin embargo, las malas políticas de gestión, la poca consciencia y compromiso, los vacíos de información y de transmisión de conocimiento representan obstáculos que hay que vencer para poder cambiar la tendencia actual de destrucción y mal aprovechamiento de los espacios y recursos naturales. Bibliografía • Leyes Nacionales y Tratados Internacionales. • Carrasco y Caviedes (2014). Diagnóstico de los Ecosistemas Marino Costero y de Agua Dulce de Honduras. • Carrasco y Flores. (2010). Inventario Nacional de Humedales de Honduras. • Earle, S. (1998). El mar y sus tesoros. El Correo de la Unesco , 22-‐25. • Gould, J. (1998). El Motor Invisible del Clima. Correo de UNESCO , 27-‐28. • Lozano F. (1978). Oceanografía, Biología Marina y Pesca. 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