ÉTICA DE MÍNIMOS Y MÁXIMOS Paulina Royo Urrizola M.Sc. en Filosofía Ética de Máximos: Dan razón de fenómeno moral en toda su complejidad y por eso entienden la moral como el diseño de una vida felicitante. Ética de Mínimos: Dan razón de la moral en cuanto proponen mínimos axiológicos y normativos compartidos por la conciencia de una sociedad pluralista, en la que cada persona debe tener plena libertad para hacer sus ofertas de máximos, pero como miembros de una sociedad, deben tomar decisiones morales compartidas en cuestiones de ética aplicada. Adela Cortina ha utilizado esta expresión en varios textos. A desarrollado esta distinción intelectual principalmente en: •Ciudadanos del mundo. Hacia una teoría de la ciudadanía (2003) Alianza Editorial; Alianza de contrato: Política, Etica y religion (2001) Editorial Trotta; Etica de la empresa (1994), Editorial Trotta; Ética Aplicada y Democracia Radical (1993) , editorial Tecnos; Ética sin moral (1990) –editorial Tecnos; Etica minima (1986), Editorial Trotta- «Ética de Mínimos: Supone la aceptación de « aquellos valores que componen una ética cívica: la libertad, igualdad, solidaridad, respeto activo y el diálogo o la disposición a resolver los problemas comunes a través del diálogo ». (Cortina, Ciudadanos del Mundo: Hacia una Teoría de la Ciudadanía, 2003, p. 229) Proponen encarnar en la sociedad los valores de la libertad, justicia y solidaridad a través del diálogo, como único procedimiento capaz de respetar la individualidad de las personas y, a la vez, su innegable dimensión solidaria, porque en un diálogo hemos de contar con personas, pero también con la relación que entre ellas existe y que, para ser humana debe ser justa. (Apel, Habermas y Cortina) Conceptos claves: Acuerdo, Consenso, Diálogo, Intersubjetividad. La ética mínima propone las siguientes premisas: Que todos los seres capaces de comunicarse son interlocutores válidos, es decir, personas, y que por tanto cuando se dialoga sobre normas que les afectan, sus intereses deben ser tenidos en cuenta y defendidos, a poder ser, por ellos mismos. Excluir a priori del dialogo a cualquier afectado por la norma desvirtúa el presupuesto diálogo. No cualquier diálogo nos permite descubrir si una norma es correcta, sino sólo el que se atenga a reglas determinadas, que permiten celebrarlo en condiciones de simetría. (A. Cortina, Ética, p. 97) REGLAS DEL DISCURSO “Cualquier sujeto capaz de lenguaje y acción puede participar en el discurso”. “Cualquiera puede problematizar cualquier afirmación”. “Cualquiera puede expresar sus posiciones, deseos necesidades”. “No puede impedirse a ningún hombre hacer valer sus derechos establecidos en las reglas anteriores, mediante coacción interna o externa al discurso”. (J. Habermas, Conciencia Moral y Acción Comunicativa, p.p. 112 y 113). y COMPROBACIÓN DE LA NORMA “Una norma será válida cuando todos los afectados por ella pueden aceptar secundarios que libremente se consecuencias regirán, y previsiblemente, efectos de su cumplimiento general para la satisfacción de los intereses de cada uno”. El principio de universalización. “Sólo pueden pretender validez las normas que encuentran (o podrían encontrar) aceptación por parte de todos los afectados como participantes en un discurso práctico”. El principio de la ética del discurso (Habermas, Conciencia Moral y Acción Comunicativa, p. 116. 117) Por tanto: la norma se declara correcta si todos los afectados por ella están de acuerdo en darle su consentimiento, porque satisface, no los intereses de un grupo o de un individuo, sino intereses universalizables. Acuerdo, consenso y diálogo: Supone la capacidad de apreciarnos recíprocamente como interlocutores válidos y facultados para llegar a un acuerdo que satisfacen intereses universales. Normas: “ Dan derecho a los miembros de un grupo social a esperar unos de otros, en situaciones dadas, determinadas acciones y les obliga a cumplir las expectativas de comportamientos justificado...”. (Habermas, Teoría de la acción comunicativa, Taurus, Madrid, 1986) De este modo, las normas junto a los valores constituyen verdaderas guías para orientar la acción. VALOR MORAL DEL DIÁLOGO Los seres humanos tenemos la capacidad de utilizar el lenguaje para comunicarnos, para entendernos , para llegar a acuerdos, para coordinar nuestras acciones y para conseguir una actuación común. (Libertad, Universalidad y Reciprocidad). “El diálogo debe interpretarse como la capacidad de crear confianza activa mediante la apreciación de la dignidad del otro” (A. Guiddens). VALOR MORAL DEL DIÁLOGO Que reconoce a los demás como interlocutores válidos, con derecho a expresar sus intereses y a defenderles con argumentos. Que está dispuesto igualmente a expresar sus intereses y a presentar los argumentos que son necesarios. Que no cree tener toda la verdad de suerte que el interlocutor no es un sujeto a quien convencer sino alguien con quien dialogar. Un diálogo es bilateral, no unilateral. Que está preocupado por encontrar una solución correcta y, por tanto, entenderse con su interlocutor. “Entenderse” no significa lograr un acuerdo total, pero sí descubrir lo que ya tenemos en común. Que la decisión final para ser correcta y justa, no tiene que atender a intereses individuales o grupales, sino a intereses universalizables, es decir, a aquello que “todos podrían querer”. Que sabe que las decisiones morales no se toman por mayoría (tampoco por los más poderosos), porque la mayoría es una regla política, sino desde el acuerdo de todos los afectados porque satisface asimismo los intereses de todos. “La solución final puede estar equivocada y por eso siempre tiene que estar abierta a revisiones. Porque cuando las personas están dispuestas a determinar qué es lo justo en serio, en cuanto ésa es su actitud, rectificar el error cometido es lo más sencillo del mundo” (Cortina, Ciudadanos del Mundo: Hacia una Teoría de la Ciudadanía.2003, p. 249). Es probable que ésta sea una de las generaciones que más decisiones deban tomar durante su vida y es casi seguro que lo harán con grados altos de incertidumbre, complejidad y con un margen de libertad personal casi inédito en la historia. Y lo más interesante es que los resultados de sus decisiones y de sus acciones no sólo influirán en sus vidas sino que también en la de aquellas que le son más próximas o que incluso se encuentren lejanas. (Jonas, H. ( 1989) El principio de la Responsabilidad. Ensayo de una ética para la civilización tecnológica). EL VALOR MORAL DE LA CONFIANZA ¿ Cómo se reconstruyen las bases éticas de la confianza? La confianza es el fundamento de toda relación social que no esté sustentada en la fuerza ( Rafael Echeverría). Fundamento antropológico: El ser humano es el único ser que se pregunta por su ser ( Martín Heidegger). De cómo encare este problema compromete su existencia. - El ser humano vive desde la incertidumbre (condición precaria, finita e incompleta) y desde el reconocimiento de su vulnerabilidad. La confianza o la falta de confianza definen una particular relación con el mundo y el modo en cómo me instalo en él. La confianza tiene el efecto de reducir tanto la incertidumbre como la complejidad (Personal y en los sistemas sociales). La confianza emerge como uno de los “recursos morales” más significativos de la sociedad posmoderna. Toda interacción supone un juego recíproco de expectativas y, en consecuencia, una asunción de responsabilidades. “...las mentes formadas por las disciplinas pierden sus aptitudes naturales para contextualizar los saberes, así como para integrarlos en sus conjuntos naturales. El debilitamiento de la percepción de lo global conduce al debilitamiento de la responsabilidad (cada uno tiende a responsabilizarse solamente de su tarea especializada) y al debilitamiento de la solidaridad (deja de sentirse vinculado con sus conciudadanos)” (Moran, E., Los siete saberes necesarios para el futuro, pp.43-50)
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